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DESDE EL INTERIOR PRODUCCIÓN
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Un toque de alta costuraLos TRAJES DE PROTECCIÓN QUÍMICA tienen algo de alta costura. Estos trajes permiten trabajar en ambientes contaminados por gases tóxicos, productos químicos o bacterias.
Si se cruza con alguien que lleve
uno de estos trajes, salga corrien-
do en dirección opuesta», reco-
mienda Marco Lange señalando uno de
los trajes de protección química infla-
do para ponerlo a prueba. Lange es el
coordinador de equipo de Dräger, res-
ponsable de la producción de miles de
estas prendas textiles de alta tecnolo-
gía al año sin las que no se podría tra-
bajar en ambientes hostiles. Donde apa-
recen, está cerca el peligro causado por
gases, sustancias químicas o bacterias.
Por esta razón, recomienda salir huyen-
do en dirección opuesta a todo el que no
esté afectado. Pero quien vaya al encuen-
tro del peligro equipado con este atuen-
do estará protegido por tecnología de
Capa protectora exteriorDräger desarrolla, fabrica y comercializa una gama de trajes de protección química en diversas clases de protección. Actualmente, los modelos punteros son el CPS 7800 y 7900. Son reutilizables, protegen contra sustancias químicas de uso industrial, agentes químicos de combate, agentes patógenos así como partículas radiactivas y son aptas para trabajos con gases licuados (a una temperatura de hasta -80 °C). Con los accesorios adecuados, pueden ser utiliza-dos para diversas aplicaciones y se hacen prácticamente a medida. El corte ergonómico, ajustado al cuerpo garantiza una mayor libertad de movimiento, lo que puede reducir estrés y accidentes. La vida útil de un traje es de hasta 15 años.
última generación, lo que se hace paten-
te observando la producción de los
modelos de gama alta CPS 7800 y 7900
paso a paso.
Cinco capas de protección
Los trajes se diferencian en un aspecto
esencial: con el CPS 7800 el respirador
de aire comprimido se lleva por encima
del traje, mientras que con el CPS 7900
se lleva por debajo. En este último llama
la atención el gran visor, mientras que el
modelo 7800 lleva una máscara respira-
toria o un cerco facial que lo sella hacia
el exterior. Ambos trajes están hechos del
mismo tejido, en cuyo desarrollo partici-
pó Dräger y que ahora se fabrica en exclu-
siva para la empresa.
Este material llamado D-mex consiste en
un tejido textil resistente al desgarro que
está cubierto por ambas caras con una
capa de película resistente a las sustan-
cias químicas. El material está sellado
por dentro y por fuera con una capa de
elastómero de efecto ignífugo y antiinfla-
matorio que, a la vez, protege contra cor-
tes y perforaciones. Parece sencillo, pero
no lo es tanto. «Por una parte, el mate-
rial tiene que ser ligero, por otra, robus-
to», dice Lange, «y tiene que ser agrada-
ble al tacto y acompañar al portador en
todos sus movimientos». Además el traje,
que en su versión más ligera pesa 3.500
gramos, resiste al frío de gases licua-
dos a una temperatura de hasta -80 °C.
El material, que se suministra en bobi-
nas de diversos colores, se parece al de
la ropa de deporte al aire libre. Los tra-
jes de protección química solo se produ-
cen por encargo. Hay demasiadas varian-
tes posibles, y demasiadas combinaciones
de equipamiento opcional para aplica-
ciones específicas. «Más de un millón y
medio, tan solo con el CPS 7900», expli-
ca Lange. Por ello, la historia de un tra-
je de protección química comienza con
el pedido que a su vez consiste en un lis-
tado detallado de los componentes nece-
sarios para su producción, para que más >
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Donde no sale aire, tampoco entra: se com-prueba la estanqueidad de cada traje con aire a presión
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de reparada la cámara tiene que volver a
colocarse exactamente en la llanta.
¡Que no se cierre ninguna puerta!
Antes de ser sometido a las pruebas fina-
les, el traje tiene que pasar una noche en
un espacio calentado a 50 grados centí-
grados. «Mediante este envejecimiento
artificial, el pegamento se seca y el mate-
rial se desgasifica», dice Lange, el coordi-
nador del equipo. A este proceso le sigue
la fase final decisiva: ¿Será estanco el
traje? Esto se comprueba de forma inver-
sa, de cierto modo; se infla con una pre-
sión de 17 milibares para comprobar si
mantiene esta presión. «Los instrumen-
tos de medición son tan sensibles que
incluso registran cuando se cierra una
puerta», comenta Lange. Una vez puesto
el traje, con respirador y máscara de pro-
tección respiratoria incluidos, se entra
en un mundo completamente diferente.
«Se suele trabajar con estos trajes de 20 a
30 minutos», se escucha la voz de Lange
desde fuera. Al andar y correr, al levan-
tar objetos y al doblar las rodillas se notan
las ventajas del llamado corte ajustado al
cuerpo, uno de los detalles que se han ido
perfeccionando. Que el material es aún
más fino, pero a la vez más resistente, se
nota en el peso reducido del traje y en la
mayor libertad de movimiento. No obs-
tante, trabajar con un traje de protección
puesto sigue siendo un carga. Saber que
le da a su portador un máximo de protec-
ción no lo es. Nils Schiffhauer
cipales técnicas empleadas son coser,
sellar y pegar. Cada una de estas técni-
cas tiene sus pequeños y grandes secre-
tos que influyen en la fiabilidad, la dura-
bilidad y el manejo del producto. Si una
pieza va a convertirse en una manga, los
laterales se cosen con una costura doble.
Como el material es una tela muy resis-
tente a daños mecánicos, esto supone un
esfuerzo enorme para las máquinas de
coser industriales. «Si creen que nuestras
máquinas funcionan como las que se sue-
len tener en casa para coser, se llevarán
una gran sorpresa», dice Marco Lange.
El sellado estanco a gases de las cos-
turas es una compleja combinación de
tecnologías y destreza artesana. La cin-
ta de sellado se aplica en un determina-
do ángulo a la costura y se sella con un
flujo de aire de más de 300 grados centí-
grados que sale de una boquilla. Se pega
con un pegamento de dos componentes,
que se procesa en condiciones especiales:
«Después de mezclarlo, hay que aplicar-
lo en cuestión de un cuarto de hora». Por
ello, los ingredientes, que son bastante
caros, se van pesando exactamente para
las operaciones de los próximos minutos
para evitar desperdicios mayores. Una
presa de rodillos con una presión cons-
tante hace que las costuras se unan. A
partir de ese momento, el traje comien-
za a tomar forma. En la fase final, no obs-
tante, el equipo de producción se enfren-
ta a más de un reto como, por ejemplo, la
integración de los guantes, las botas o los
visores que tienen que estar todos unidos
al traje sin que se pierda la estanqueidad
a gases. Recuerda un poco el manto de
un neumático de bicicleta que después
tarde no falte ni la presilla para el manó-
metro de la botella de aire comprimi-
do ni D-Connect, un grillete concebido
para colgar detectores de gas que se pue-
de utilizar para rescates de accidentes.
Un gran reto durante la producción de
cualquier prenda es, en primer lugar, el
corte. Lange muestra uno de los patrones
en la pantalla CAD explicando que «están
dispuestos de tal modo que, desde la talla
S a la XXL, desperdiciemos la menor can-
tidad de material posible».
Coser, sellar, pegar
El corte se realiza de forma automáti-
ca con una cuchilla fija que no hay que
reemplazar hasta haber cortado unos
1.000 trajes. Las piezas cortadas se mar-
can en la cara interior, por ejemplo, para
indicar donde hay que coser hebillas. A
continuación se pasa a la impresión.
«Mediante impresión por termotransfe-
rencia no solo aplicamos nuestro logo-
tipo con una película muy fina, flexible
y resistente al desgaste, sino también
motivos solicitados por el cliente, como
nombres o números». De este modo, los
portadores de los trajes se pueden iden-
tificar mutuamente durante las opera-
ciones y, además, cada portador vuelve a
encontrar siempre su propio traje. «Des-
pués de cada operación, los trajes tienen
que pasar por una limpieza y desinfec-
ción profesional, es decir, en una lavado-
ra industrial con una sustancia especial
a una temperatura entre 30 y 60 grados
centígrados», dice Lange.
En los siguientes puestos de trabajo,
las piezas se van convirtiendo paso a paso
en un traje estanco a los gases. Las prin-
Quien solo conoce las máquinas de coser caseras se quedará asombrado
>
Serie de fotos: Así se fabrica un traje de protección químicawww.draeger.com/10/cps
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PRODUCCIÓN DESDE EL INTERIOR
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El coordinador de equipo Marco Lange; miles de trajes de pro-tección química para todo el mundo, al año
Una de las últi -mas fases del proceso de pro -ducción es el montaje del visor
También las cremalleras tienen que ser estancas a gases, y su ma -te rial no debe echar chispas
Parece fácil, pero requiere mucha ex-periencia: el sellado de las costuras
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