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Resistencia Indígena en el Departamento del Cauca Análisis del periódico “Unidad Álvaro Ulcùe”: 1986 - 1992
Presentada por: Jose Escobar Dirigida por: Suzy Bermúdez G.
Universidad de los Andes
Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Historia
Bogotá D.C. Julio 2008
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Índice Tentativo Introducción
1. Marco teórico y conceptual 1.1 Aproximaciones al concepto de Resistencia 1.2 La resistencia 1.2.1 Formas de Resistencia- la Colectiva 1.2.1.1 Resistencia civil 1.2.1.2 Movimiento Social, Movimiento Indígena 1.2.2 Resistencia Indígena en Colombia: Particularidades 1.2.3 Resistencias 1.2.4 Por medio de la violencia. 1.3 La escritura como estrategia de resistencia
2. El Contexto- Situación Indìgena en América Latina, Colombia y Cauca 2.1 Aproximaciones a las concepciones de indio e indígena
2.1.1 “Indio” en la Conquista 2.1.2 “Indio” en la Colonia 2.1.3 Indígena en la República 2.1.4 Concepción de Indígena- Ley 89 de 1890 2.1.5 La Constitución de 1991 y su Traducción de en lenguaje indígena-Nasa Yuwe 2.2 Luchas indígenas en AL durante 1970 y 1990. 2.3 Indígenas en Colombia 2.3.1 Información demográfica de la población indígena 2.3.2 El problema agrario en Colombia en la década de los setenta del siglo XX 2.3.3 Los Indígenas: El Problema de Subsistencia y de Tierras 2.4 Resistencias: Campesinas e Indígenas 2.4.1 EL Cauca: 2.4.2 No violenta en el Departamento del Cauca
3. Análisis del periódico Unidad Álvaro Ulcuè 3.1 El periódico -características generales 3.1.1 Unidad Álvaro Ulcuè como instrumento de resistencia 3.1.2 La escritura 3.1.3 Las fotografías 3.1.4 El uso de símbolos
3.2 Análisis de temas de la Unidad Álvaro Ulcuè 3.2.1 La Editorial. 3.2.2 Recuperación de la tierra, protagonista de la historia 3.2.3 La violencia 3.2.4 Rechazo de costumbres culturales que lo discriminan 3.2.5 Reconstrucción de la historia 3.2.6 Trasnacionalismo y trasregionalismo 3.2.7 Estrategias de resistencia 3.2.8 Manifestaciones como forma de resistir 3.2.9 Declaraciones
4. Consideraciones Finales 5. Mapas
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Introducción
“Desde 1492 no hemos tenido descanso, que hasta en nuestros tiempos hemos sido tratados con actitudes de salvajismo”.
Periódico Álvaro Ulcué, Junio de 1989. Pág. 12.
Ancestralmente las comunidades indígenas del departamento del Cauca se enfrentan a dos
problemas fundamentales: Por un lado la pérdida de la tierra, problema que se presenta desde
la época del descubrimiento; para las comunidades indígenas del sur occidente del país, la
tierra no sólo es un medio de producción, sino un territorio asociado a su origen, creencias,
historia, pautas de organización social, económica y política, así como su memoria. Por otro
lado, el sentido de supervivencia por parte de estas comunidades, ya que era costumbre y
cotidiano matar y aniquilar a los indígenas. En este sentido en una entrevista realizada a
Arquímedes Vitonas, alcalde del municipio de Toribiò Cauca, afirma que todos los días
aparecen indígenas muertos en el Cauca, ya sean uno, dos o tres, convirtiendo este acto en
una acción habitual1. Esta investigación tiene como propósito mostrar la manera de resistir
por medio de la no violencia por parte de las comunidades indígenas del Cauca mediante el
análisis del periódico llamado Álvaro Ulcué, publicado entre 1986 y 1992. Este periódico
“aparece como un aporte más a las luchas que venimos desarrollando los indígenas desde la
conquista hasta hoy por la defensa de nuestros derechos de la tierra, la defensa de nuestra
propia organización, cultura y autonomía, en unidad con los demás explotados”2.
Con relación al tema de investigación, decidí enfocarme en la resistencia no violenta
presentada a través del periódico Unidad Álvaro Ulcuè como forma de resistencia analizada
desde dos aproximaciones, por un lado el periódico en sí en cuanto a su diseño y como
instrumento de resistencia y por el otro lado, algunos elementos que tienen que ver con la
información contenida en el mismo sobre el tema, como se verá lo largo del capítulo tres.
Los objetivos de este trabajado se basan en identificar la resistencia indígena por medio de la
no violencia para el periodo de interés, además de señalar las diversas estrategias de
1 Entrevista realizada a Arquímedes Vitonas el día 7 de mayo de 2007. En la ciudad de Bogotá. 2Sin autor, Presentación, Unidad Álvaro Ulcuè, Popayán, No. 0., Mayo 1986, Pág. 3.
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resistencia indígena en la prensa consultada. Por motivo el corte temporal de esta
investigación es sólo seis años, ya que sólo durante este periodo el Periódico Álvaro Ulcué
estuvo vigente. La selección de los artículos estuvo determinada por su contenido,
clasificándola dependiendo del tema de interés.
Las comunidades indígenas en Colombia que ejercen resistencia frente al Estado, no sólo
resisten en contra de sus políticas de militarización y paramilitarización, de los espacios de la
vida social y en general en oposición al modelo económico y la globalización3. Ahora bien, se
desarrollará a lo largo de esta investigación que tanto la cultura como la tierra, son elementos
que conforman una dualidad imprescindible.
Este departamento del Cauca se ha caracterizado por ser un lugar que históricamente ha
cobijado a un número significativo de población indígena en Colombia. Desde la llegada de
los “conquistadores” en el siglo XVI, las comunidades indígenas como campesinas han sido
abusadas por parte de gobiernos, terratenientes y hacendados, por medio de la usurpación de
su tierra, el debilitamiento de su cultura y de atentados contra su vida.
Desde el periodo de la Conquista, estas comunidades han desarrollado un proceso de
organización y de resistencias violentas y no violentas para hacer respetar sus derechos como
pueblo. Esperanza Hernández afirma que desde la “resistencia ancestral, los pueblos indígenas
han logrado pervivir a la adversidad y a las distintas violencias, en las últimas décadas se han
convertido en importantes actores sociales y políticos”4.
El departamento del Cauca ha sido señalado por la “persistente huella de la historia en la
generación de profundas desigualdades, diversas formas de exclusión e injusticia social; la
composición multiétnica y pluricultural de su población; expresiones de acumulación de
riqueza y de pobreza extrema; presencia de diversas modalidades de violencia; y la
emergencia y consolidación de movimientos sociales, iniciativas de paz desde la base y
experiencias de resistencia civil”5.
A lo largo del siglo XX y más concretamente en las décadas de 1950 y de 1960 la situación de
los indígenas en el departamento del Cauca era parecida a la del siglo XIX donde perduraba la
3 Guerrero Eugenio, A propósito de la resistencia, apuntes para una reflexión necesaria”. En La resistencia civil, estrategias de acción y de protección en los contexto de guerra y de globalización. Bogotá, Memorias Encuentro Internacional. Programa de Iniciativas Universitarias para la Paz y la Convivencias. PIUPC, Pág. 54. 4 Hernández Esperanza, La resistencia civil de los indígenas del Cauca, En Participación Política. Bogotá, Vol. 11, No. 1, enero-junio 2006, Pág. 179. 5 Op cit. Hernández Esperanza, La resistencia civil de los indígenas del Cauca, Pág. 182.
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creencia de que eran “hombres inferiores, sin derecho a la propiedad, a la justicia, a la libertad
y al trabajo”6. En la década de 1960, las reformas agrarias en el departamento buscaban
detener la adjudicación de tierras selváticas a los colonos ocupadas por los indígenas, a partir
de 1970, la resistencia indígena se origina desde la base social, desde el ámbito local hasta el
regional. En esta década se conforma el Movimiento Indígena en Colombia y para el tema de
interés, se constituye en 1971 en el municipio de Toribio (Cauca) la organización regional
indígena, llamada Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) con el objetivo de hacer
reconocer sus derechos. Esta organización nació con una plataforma de lucha en la que se
contemplan los siguientes objetivos: Recuperar las tierras de los resguardos, fortalecer los
cabildos indígenas, hacer conocer las leyes sobre indígenas y exigir su justa aplicación,
defender la historia, la lengua y las costumbres indígenas, y formar profesores indígenas para
educar de acuerdo con la situación de los indígenas en su respectiva lengua7.
Mi motivación por este tema, nace de El Conversatorio “La Ciudad Escucha las Regiones”
dictado en la Universidad de los Andes durante el primer semestre del 2007, que buscaba
visibilizar las voces de la comunidad Nasa en el departamento del Cauca y del trabajo que he
venido realizando con las víctimas de la guerra. Mi interés radica en entender la organización
social de la comunidad Nasa, en particular las formas de resistencia que hicieron posible que
la comunidad construyera la paz sin el uso de la violencia, ya que se les han otorgado
diferentes premios como el Premio Nacional de Paz en el 2004, Premio Iniciativa Ecuatorial
2004, Premio Mujeres de Éxito 2004, Premio Nacional de Paz 2000 y el Municipio de
Toribío: Primer Premio al Mejor Plan de Desarrollo Municipal 1998-2000, en una región de
total conflicto con diferentes grupos armados. La investigadora Myriam Galeano8, afirma que
los “logros son el resultado de un largo proceso de resistencia de los pueblos indígenas
basados en estructuras políticas y culturales rescatadas y recreadas a lo largo de toda lucha
que han entablado desde la Conquista española para recuperar la autonomía política, cultural
que se apoya en su cosmovisión”9.
6 Ibíd, Pág, 401. 7 Rodríguez Bernal, Adolfo, Resistir para vivir: una mirada histórica al movimiento indio del Cauca 1970-2000. Bogotá, D.C., ESAP, 2005, .Pág. 20. 8 Investigadora. 9 Galeano Lozano, Myriam del Carmen, Resistencia Indìgena en el Cauca: labrando otro mundo. Cali, Consejo Regional Indìgena del Cauca, 2006, Pág. 13.
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Para realizar esta investigación me enfoque en la recolección de fuentes secundarias para
contextualizar y entender la situación en el departamento del Cauca. Al principio quería
comparar dos periódicos pero por falta de tiempo decidí analizar el periódico Unidad Álvaro
Ulcuè, medio físico e impreso que se encuentra en la Biblioteca Nacional. El periodo
seleccionado es desde 1986 hasta 1992, seis años donde Unidad Álvaro Ulcué estuvo en
circulación.
A lo largo de este trabajo me encontré con una serie de dificultades que se expondrán a
continuación. Por un lado, la cultura estudiada no es la mía, es decir, no hago parte de la
cultura indígena del departamento del Cauca, sumado a que no se encontraron otras
investigaciones sobre prensa indígena. Por otro lado, existen muchas publicaciones y estudios
recientes, se abordaron más en cuanto a un interés significativo para la región e indígenas que
para los años estudiados. Adicionalmente al analizar el periódico en la biblioteca, hacían falta
las publicaciones 1,4 y 9, decidí acudir a lo que los mismos encargados llaman El Consulado
del Cric, localizado en Calle 16 No. 2 - 97, Piso 2°. Bajo la ayuda de la señora Aliss Villegas,
quien me ayudó a localizar las ediciones que faltaban, además de aclararme unas dudas, las
cuales se mostraran en el capítulo tres. Así mismo, aclaro que no se sabe como lo perciben
los mismos indígenas, ya que este factor en una de las limitaciones de este trabajo porque no
se realizó trabajo de campo, ya que este no fue el propósito de esta monografía, esto quiere
decir que este tipo de interpretaciones que se presentan pueden verse como aportes pero
tienen su sesgo.
De esta manera esta investigación aborda las nociones de indio e indìgena para entender como
era concebido en Colombia desde el descubrimiento de América Latina hasta la Constitución
de 1991.
De igual manera abordo ciertas secciones del periódico, seleccionados porque hacen alusión
al objetivo de la tesis. Estos temas son: La editorial, la recuperación de la tierra como
protagonista de la historia, la violencia, el rechazo de costumbres culturales que los
discriminan, la reconstrucción de la historia, el transnacionalismo y trasregionalismo. Además
se trabajarán las estrategias de resistencia y las manifestaciones como forma de resistir
Ahora bien, la investigación no aborda el análisis de los símbolos en el capitulo tres, no se
hace alusión al tema de raza y no hace referencia se la Organización Nacional Indìgena de
Colombia (ONIC), ya que me basé en el Consejo Regional Indìgena del Cauca. Además, en el
capítulo tres no abordo todos los temas de los artículos, como lo son los temas de agricultura
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y de medicina, ya que el propósito de la investigación es ver las formas y estrategias de
resistencia.
Se construyeron una serie de logros con la labor llevada a cabo, ya que esta investigación es
un trabajo histórico y analítico de un periódico indìgena del departamento del Cauca. En este
sentido es un aporte, un antecedente y un trabajo de apoyo para entender como surgieron y se
dieron las diferentes formas de lucha y resistencia indìgena entre 1986 y 1992. Además se
consolida como archivo histórica, de memoria cultural y patrimonio indígena. Es un trabajo
que muestra un tema interesante y relevante para la historiografía, en particular porque
permite estudiar fenómenos recientes y de poblaciones cuya producción habitualmente han
estado al margen en los trabajos históricos.
Esta tesis se escribe como un acto de resistencia para que no. se olvide la cultura indìgena del
departamento del Cauca.
En el primer capítulo busca introducir definiciones del concepto “resistencia”, exponiendo los
variados tipos que presentan investigadores sociales, haciendo énfasis en la resistencia
colectiva no violenta en medio de contextos de violencia.
El segundo capítulo se divide en tres partes: La primera propongo mostrar el cambio que ha
sufrido la concepción del indígena a lo largo de cuatro momentos reseñados por los autores
consultados, para interpretar mejor el siglo XX, en lo que corresponde a los años de interés.
La segunda parte, presenta la situación de los indígenas en América Latina, en Colombia y
más específicamente en el departamento del Cauca. La idea es mostrar que influyeron
experiencia a nivel latinoamericano en el caso colombiano y más específicamente en el
Cauca. En este orden de ideas el capítulo busca realizar una caracterización del movimiento
indígena, prestando especial atención en el tipo de resistencia que se presenta. En la última
parte abordo la situación de Colombia entre 1970 y 1990 para entender que estaba pasando en
el país con relación a problemas específicos como el la tierra y en de la supervivencia
indìgena.
En el tercer capítulo se analizará las diversas formas de resistencia por parte de las
comunidades indígenas del Cauca en el periódico Álvaro Ulcué. Se mostrará las
características generales del periódico y el desarrollo de cada tema seleccionado.
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Por último en el cuarto capítulo se presentan las conclusiones o consideraciones finales donde
se expone un balance de la información elaborada a partir de cada capítulo
1. 1 Aproximaciones al concepto de resistencia
El presente capítulo busca aproximarse al concepto de resistencia, el cual puede adoptar
muchas formas y tener diferentes connotaciones. Esta investigación se enfocará en las formas
de resistencia colectiva, en especial la indígena; la resistencia civil; el movimiento indígena; y
finalmente se expondrá las particularidades de la resistencia en Colombia.
El capítulo busca introducir definiciones del concepto “resistencia”, exponiendo los variados
tipos que presentan investigadores sociales, haciendo énfasis en la resistencia colectiva no
violenta en medio de contextos de violencia.
1.2 Aproximaciones al concepto de Resistencia
El concepto de resistencia puede adoptar muchas formas y tener diferentes connotaciones, las
cuales se dan como un reconocimiento al ejercicio de este tipo de acción por parte de
comunidades a nivel latinoamericano y colombiano. Existen diferentes aproximaciones al
concepto de resistencia; El abogado Eugenio Guerrero10 parte de qué es y qué no es
resistencia, afirmando que la resistencia hace un mayor énfasis en la “reacción que en la
acción, en la defensa más que en la ofensa y en la oposición más que la revolución11. De la
misma manera afirma que la resistencia es oponerse a algo, en particular a un orden o una
intimidación, de rendición o entrega, y es una fuerza que se opone a la que se considera
activa.
En el lenguaje histórico-político, el concepto de resistencia ha sido utilizado para referirse a
“todos los movimientos o las distintas formas de oposición, ya sea activa o pasiva, que se
10 Abogado, con maestría en Derecho. Ha ejercido como asesor jurídico y litigante en casos relacionados con la defensa de los derechos humanos. Investigador en Cadacop, Corporación de Apoyo a Comunidades Populares, ha acompañado y asesorado el proceso organizativo de los indígenas paeces del Norte del Cauca. 11 Guerrero Eugenio, A propósito de la resistencia, apuntes para una reflexión necesaria, En La resistencia civil, estrategias de acción y de protección en los contextos de guerra y de globalización, Memorias Encuentro Internacional, Programa de Iniciativas Universitarias para la Paz y la Convivencias, PIUPC. Bogotá 2004, Pág. 46.
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dieron en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, contra la ocupación alemana y la
italiana”12.
Según Eduar Lanchero13, la resistencia nace como una acción legítima y espontánea frente a
las acciones ilegítimas que el Estado realiza. La resistencia es la praxis histórica de los
pueblos excluidos que asumen su determinación para sobrevivir a estas acciones, por eso la
resistencia no sigue dogmas ni reglas, su esencia es creativa y las diferentes acciones que
emprende son impredecibles14.
El autor William Tolosa,15 define la resistencia como “apuestas colectivas de acción, en
reivindicación de su derecho a ser y a existir. Precisamente en oposición al status quo, modelo
de desarrollo imperante con una visión de sociedad de nuevo tipo”16. Esto implica que
muchas veces la resistencia pueda verse o puede entenderse como una forma de oposición al
modelo dominante, ya que este por lo general resulta ser un modelo excluyente que silencia
otras clases o grupos con diferentes visiones acerca de la sociedad.
1.2.1 Formas de Resistencia- Colectiva Indìgena
La resistencia colectiva va atada a la explicación de la acción colectiva; según Archila, es una
categoría weberiana de acción social, entendida como aquella orientada a modificar la
conducta de otros, la cual se le agrega la apelación colectiva en oposición a la individual, lo
que de alguna forma sugiere un acercamiento al conflicto social que se quiere estudiar. Este
autor resalta que el terreno de la acción es muy amplio para hacerle seguimiento, entonces él
usa dos categorías emparentadas que permiten obtener una definición más precisa del objeto
de estudio: movimientos y protestas sociales17.
12 Ibíd, Pág. 46. 13 Investigador 14 Lanchero Eduar, El caminar de la resistencia: una búsqueda histórica, Editorial Códice, Coloma, 2000. Pág. 75. 15 Sociólogo de la Universidad de Colombia, miembro del Equipo Justicia y Conflicto de la Asociación de Trabajo Interdisciplinaria (ATI). 16 William Tolosa, Aproximaciones a la Resistencia civil, En memorias encuentro internacional, la Resistencia civil, estrategias de acción y protección en contextos de Guerra y globalización, Programa Iniciativas Universitarias para la Paz y la Convivencia. Colombia 2004, Pág. 27-28. 17 Archila, Mauricio, Idas y venidas, vueltas y revueltas. Protestas sociales en Colombia., 1958-1990. Bogotá, Icanh, Cinep, 2003, Pág. 74
10
Por su parte Mark Granovetter18, define la acción colectiva como conducta que se desarrolla
en situaciones en las que los actores tienen dos opciones y los costos y beneficios de cada uno
dependen del número de actores que elijan cualquiera de estas. Lo clave de este concepto, es
lo que el autor define como el “umbral” que es “igual al número o proporción de personas que
han de tomar una decisión antes de que un actor dado lo haga; es en este punto donde los
beneficios netos comienzan a superar a los costes netos para ese actor concreto”19.
Sydney Tarrow20 afirma que la acción colectiva es contenciosa y que es la base de los
movimientos sociales, la cual puede adoptar muchas formas. El término “contencioso” hace
referencia “cuando es utilizada por gente que carece de acceso regular a las instituciones, que
actúa en nombre de reivindicaciones nuevas o no aceptadas y que se conduce de un modo que
constituye una amenaza fundamental para otros”21. En este orden de ideas, el autor resalta que
la acción colectiva no tiene que ser violenta o extremista, ya que esta opción es el mejor
recurso para enfrentar a un rival mejor equipado. La acción colectiva se convierte entonces en
el denominador común de los movimientos sociales para explotar oportunidades políticas,
crear identidades colectivas, agrupar gente en organizaciones y movilizarla contra adversarios
más poderosos22. En la prensa estudiada se puede identificar como este tipo de acción intenta
movilizar a la gente por medio de marchas y también genera identidades colectivas como se
apreciará más adelante en el trabajo.
1.2.1.1 Resistencia civil
Eugenio Guerrero aclara que el concepto “resistencia” expuesto de esta manera, sin
calificativos es claro, pero que deja de serlo cuando se le califica como civil o cuando se le
enmarca en el contexto de un conflicto de carácter internacional. En este sentido el autor pasa
a precisar algunos de estos calificativos. La primera definición es “sociedad civil”, donde los
que resisten son civiles en cuanto no portan armas, o civiles en oposición a la figura del
18 Sociólogo americano de los años setenta. 19 Aguiar, Fernando (comp.).,Intereses individuales y acción colectiva.,Editorial Pablo Iglesias, Madrid 1991.,Pág. 71. 20 Especialistas en el análisis de los. movimientos sociales contemporáneos. 21 Tarrow Sidney G, El poder en movimiento: los movimientos sociales, la acción colectiva y la política, Alianza Editorial, 1994, Pág. 19. 22 Ibíd, Pág. 20.
11
Estado. Este concepto ha sido definido23 como un acuerdo general y es en la sociedad civil
donde se realiza la resistencia, entendida no como lo no estatal aunque pública. Es decir, la
resistencia civil no puede ser ejercida por el Estado ya que siempre se ejerce contra él o al que
ejerza el dominio político. En la prensa estudiada se puede ver como existen unos artículos
donde algunos movimientos indígenas del Cauca muestran su descontento con relación a las
políticas o acciones por parte del Estado, esto se amplia más adelante.
Esperanza Hernández24 define la resistencia civil como “una acción colectiva, y que evita
cualquier recurso sistemático a la violencia. De ese modo se diferencia de la disidencia
individual por un lado y de las formas de resistencia colectiva que incluyen una acción
militar por el otro”25.
Otros autores como Marcos López26 afirman que el concepto de resistencia civil proviene del
pueblo, identificado con los sectores marginados como el campesinado, las mujeres, la clase
obrera. Es decir, al hablar de pueblo “estamos englobando todas las clases o sectores
marginados, explotados, oprimidos y sin derechos”27. Este abogado afirma que la resistencia
civil no puede confundirse con la resistencia armada, ya que aunque comparten elementos
como la acción colectiva y su base social, busca evitar cualquier recurso que los lleve a la
violencia.
Freddy Cante y Antanas Mockus afirman que los grupos suelen ser menos racionales que sus
integrantes y, que por lo tanto no pueden conseguir los bienes comunes que necesitan. Ahora
bien, ellos definen la resistencia civil como un problema de acción colectiva que involucra 23 La autora afirma que el concepto hay un consenso y que se define como “la esfera de las relaciones entre individuos, entre grupos y entre clases sociales, que se desarrollan fueran de las relaciones de poder que caracterizan las instituciones estatales. La sociedad civil representa el terreno de los conflictos económicos, ideológicos, sociales y religioso, respecto de los cuales el Estado tiene la tarea de resolverlos, ya sea mediándolos o suprimiéndolos”. Pág. 48. 24 Colombiana-Abogada de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, especializada en derecho publico de la Universidad Externado de Colombia y Magíster en asuntos políticos de La Pontífice Universidad Javeriana. Investigadora y docente en temáticas sobre violencia y paz, dentro de estas, iniciativas de paz desde la base. Resistencia civil, desplazamiento forzado y niñez y conflicto armado. 25 Hernández Delgado, Esperanza, Con la Esperanza intacta, experiencias comunitarias de Resistencia civil no violenta, Arte y Fotolito, Agosto, 1999, Pág. 11. 26 Indígena tseltal de la comunidad de Petalcingo, Chiapas México. Abogado de la Universidad de Chiapas Manuel José Rojas. 27 López Marco, La resistencia, una opción legítima y viable, En memorias encuentro internacional, la Resistencia civil, estrategias de acción y protección en contextos de Guerra y globalización, Programa Iniciativas Universitarias para la Paz y la Convivencia. Colombia 2004. Pág. 77.
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temas de negociación definidos como distribución de las cargas necesarias de la cooperación
y de la interdependencia estratégica, como la relación de los actores armados y los organismos
reguladores nacionales e internacionales28. En este orden de ideas, definen la resistencia civil
como una protesta no-violenta contra las injusticias de una democracia imperfecta y aluden a
que la resistencia civil es sinónimo de desobediencia civil porque “sin deslegitimar un orden
vigente (que se conoce como una democracias imperfecta), la sociedad protesta
desobedeciendo normas o desiciones injustas”29. Los autores resaltan que el propósito de la
resistencia civil es rechazar todas las formas de violencia intencional, caracterizada porque
constituye un medio para que los actores violentos alcancen objetivos de tipo económico y
político, usando y manipulando la población civil.
Por otro lado, la investigadora Galeano plantea que la en la resistencia civil se apoya en
estructuras políticas y tradicionales que poseen los pueblos indígenas de los asuntos
comunitarios, del control y la defensa territorial. La define como un ejercicio de autonomía,
más no una estrategia aislada donde las movilizaciones, las marchas, los comunicados o las
resoluciones hacen parte de esta estrategia. Con esta estrategia, los pueblos indígenas del
Cauca están logrando control territorial, la gobernabilidad de sus territorios, la participación
comunitaria y el reconocimiento público. “Es decir están logrando por la vía pacífica, lo que
el gobierno se propone por la vía militar. Así nació la resistencia civil indìgena del Cauca,
entendida en un sentido restringido como mecanismo puntuales y visibles de autodefensa”30.
En otras palabras, la resistencia civil es un proceso de acción colectiva, que constituye una
respuesta a diferentes modalidades de violencia y evita cualquier recurso a la violencia, debe
ser generada y ejercida por la población civil, funciona movilizando a la población para que
no colabore, requiere de la existencia previa de un proceso organizativo y debe poder
soportarse en un elemento de fuerza moral que lo legitime31. En la prensa analizada se
pueden identificar artículos que enmarcan concretamente este factor, estos serán trabajados
más adelante en el capitulo tercero.
28 Cante Maldonado Freddy, Acción colectiva, racionalidad y compromisos previos. Universidad Nacional. Colombia 2006. Pág. 60. 29 Ibíd, Pág. 60. 30 Galeano Lozano, Myriam del Carmen, Resistencia Indìgena en el Cauca: labrando otro mundo, Pág. 28 31 Ibíd, Pág. 32.
13
1.2.1.2 Movimiento Social, Movimiento Indígena
Considero pertinente iniciar con la definición de movimiento social, haciendo explícito los
elementos que lo caracteriza a los movimientos indígenas que califican dentro de esta
categoría, como es el caso específico de los indígenas del Cauca. Para Charles Tilly, los
movimientos sociales son definidos como “todo desafío sostenido y organizado a las
autoridades existentes, en nombre de la población empobrecida, excluida o victima de abusos.
Los movimientos sociales son formas históricas de relación con las autoridades vigentes o, en
otras palabras, expresiones temporales de repertorios de contestación amplios”32.
De acuerdo con el historiador Mauricio Archila33, el movimiento social catalogado como
indígena en Latinoamérica hace parte de las identidades que surgen a partir del reemplazo de
los actores tradicionales (trabajadores asalariados o sindicatos) sin que estos hayan
desaparecido. Archila afirma que estas nuevas identidades como las étnicas, de género,
ambientales y culturales34 adquieren una visibilidad tardía, concentrando su lucha en
demandas de mejores condiciones de subsistencia. En Colombia las identidades étnicas fueron
impulsadas por los mismos indígenas ya que ellos eran los que poseían los documentos
jurídicos, los restos arqueológicos, la mitología y tradición oral35.
En este orden de ideas Pablo Tatay36 afirma que dentro del movimiento indígena en general
existen tanto identidades primordiales (comunidades con una amplia tradición de sangre y que
mantienen una identidad de sangre) como recientemente construidas, que se han reafirmado y
creado gracias a la movilización social de la década de 197037. Bajo el punto de vista de
Tatay, los indígenas no son reverenciados como actores tradicionales; diferentes filiaciones
políticas como los liberales, los conservadores y las de izquierda los definían como actores
reactivos, es decir, elementos de la sociedad que luchaban para volver el sistema de los
antiguos resguardos y la construcción de nuevos cabildos. Archila afirma que partiendo de la
legitimidad histórica de los indígenas, ellos se incorporan en el contexto moderno de la
32 Op Cit. Archila Mauricio, Idas y venidas, vueltas y revueltas. Protestas sociales en Colombia, Pág. 46. 33 Historiador con maestría en Economía y doctorado en Historia, se ha concentrado en la investigación y docencia sobre la historia social contemporánea de Colombia, especialmente en el tema de movimientos y protestas sociales. 34Ibíd, Pág. 399. 35 Cortes Pedro, Los movimientos sociales indígenas, Revista foro #18, Septiembre 1992, Pág. 111. 36 Indígena y asesor del Consejo Regional Indígena del Cauca CRIC. 37 Op Cit, Archila Mauricio, Idas y venidas, vueltas y revueltas. Pág. 400.
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sociedad no homogénea de forma no incluyente38. Históricamente no fue fácil lograr la
aceptación pública y volverse visibles ya que la memoria histórica de las luchas libradas por
ellos se diluía fácilmente.
Con relación a lo anterior, Archila en una entrevista a Pablo Tatay afirma que la pérdida de la
memoria histórica era también compartida por los asesores del movimiento indígena;
“nosotros mismos fuimos descubriendo a Quintín Lame; en el momento en que nosotros
entramos a las luchas, casi nadie conocía de su existencia (…) eso se vino a descubrir ya
sobre la marcha”39.
En este sentido Pedro Cortés haciendo alusión a estos movimientos, señala que estos objetivos
tienen que ver concretamente con los intereses de una población nativa, pero que los actuales
movimientos indígenas tienen un mayor alcance social. Este argumento lo sustenta en dos
puntos: El primero es que, “el problema indígena es una de las expresiones más agudas de la
crisis social agraria y, por consiguiente, su solución implica cambios de tipos estructural”40.
El segundo muestra que las expresiones indígenas “no son aisladas ni espontáneas sino que,
en mayor o menor medida, se articulan a los procesos revolucionarios de sus respectivos
países, e incluso son promovidos, orientados y apoyados (o a veces, manipulados) por
organizaciones políticas o por activistas independientes”41.
El movimiento indígena según Bello42, es denominado como movimiento étnico ya que no es
considerado como una expresión meta social, ni un objeto empírico unitario cuya existencia
se puede manifestar en una abstracción auto referida43. Los movimientos indígenas o étnicos
desde esta óptica, tratan diferentes niveles que expresan una pluralidad de planos de acción,
en distintos momentos y con diferentes formas de organización y liderazgo o de la misma
manera pasa con sus estrategias y sus discursos. Estos movimientos no se enfatizan en la
búsqueda de rasgos distintivos o de historicidad, sino en el campo de las relaciones y los
significados. En este orden de ideas, el movimiento étnico es un producto de los intercambios,
38 Ibíd, Pág. 401. 39Ibíd, Pág 401. 40 Ibíd, Pág. 110. 41 Ibíd, Pág. 110. 42 Doctor en Antropología Social. Observatorio de Derechos de los Pueblos Indígenas. Consultor de la División de Desarrollo Social, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). 43 Op Cit, Bello Álvaro, Etnicidad y ciudadanía en América Latina, la acción colectiva de los pueblos indígenas, Pág. 35.
15
conflictos y negociaciones que los sujetos establecen a través de redes de solidaridad y
producción de significados culturales44.
Por otro lado, La antropóloga Rappaport define dos significados que se sirven para
contextualizar el movimiento indígena colombiano, por un lado el concepto “pluralismo”
según lo entiende el movimiento indígena, “ el cual significa la habilidad de hablar desde una
cultura política a otras; la capacidad de organizar alianzas entre partes cuyas experiencias
políticas y culturales son distintas y complementarias; la necesidad de lograr un
reconocimiento como sector ciudadano diferente”45 .
Así mismo, el significado del concepto de desarrollo desde el punto de vista de las
comunidades. El movimiento indígena ha reorientado sus reinvidicaciones, dejando una parte
de la lucha de la tierra a favor de la lucha por el control sobre el proceso alternativo de
desarrollo. Se busca comprender como el desarrollo alternativo ha surgido frente a las
intervenciones externas del Estado y de las organizaciones no gubernamentales y cuáles son
las características que maneja el discurso del movimiento indígena. Es decir, cómo las
comunidades pueden elaborar proyectos que sean igualmente atractivos para las fuentes
externas de financiación y para las comunidades, “cómo hacer un desarrollo alternativo de
acuerdo con las pautas de la cultura indígena pero, a la vez, aceptable para las instituciones
internas”46
1.2.1 Particularidades en el caso colombiano
Esperanza Hernández al estudiar los casos como el la comunidad Nasa en el departamento del
Cauca, afirma que la resistencia indígena es “milenaria y ancestral, en algunos momentos de
su historia ha admitido el recurso a la violencia como necesidad extrema de defensa, pero
desde un pasado reciente se ha expresado como resistencia civil al emplear acciones no
violentas”47. Esta resistencia es definida por una serie de características, por ejemplo es,
considerada como integral, ya que se ejercerse como mecanismo de lucha y de defensa frente
a diversas violencias y actores violentos; es férrea, por subsistir en el tiempo y a las distintas
violencias y por último, es exitosa por los importantes logros alcanzados en el corto lapso
(como lo es La Constitución de 1991).
44 Ibíd. Pág. 36. Se expuso en el apartado previo que existen fuertes críticas. 45 Rappaport Joanne, Retornando la mirada: Una investigación colaborativa interétnica sobre el Cauca a la entrada del milenio, Universidad del Cauca, Ene, 2005. Pág. 16. 46 Ibíd, Pág. 15. 47 Ibíd, Pág. 179.
16
Alfredo Molano Bravo afirma que Colombia ha sido patria de resistencias, la gran mayoría
menos épicas y más humildes, por ser justamente hechas por gente humilde sin ambiciones de
grandeza ni figuración histórica48. En este mismo sentido, Carlos Rosero afirma que estas
experiencias de resistencias en el país tienen un aspecto común, que es importante resaltar:
provienen de mujeres, indígenas, afro-colombianos, jóvenes y campesinos. En otras palabras
son ejercidas por los “otros”, los considerados diferentes o minorías, buscan defender sus
proyectos de vida y de sociedad, sustentados en formas alternativas de relacionarse, distintas
de la violenta inclusión que la sociedad les ofrece49. Este mismo autor afirma que la
resistencia está asociada al derecho de las comunidades a recuperar su propia cultura y sus
formas de identidad, sus nociones propias de desarrollo, su derecho a autodeterminarse y de
ser autores de su propio destino. En este mismo sentido Mónica Espinosa plantea que el
concepto de recuperación debe ser entendido como una ideología que ha formado las formas
de militancia indìgena en el su occidente del país durante los últimos cincuenta años del siglo
XX. Para esta antropóloga el concepto recuperar agrupa y significa una serie de ideas, tales
como: reclamar y reposeer un terreno que fue arrebatado por los conquistadores, trasformar la
propiedad privada en comunitaria, fortalecer la autoridad política de los cabildos como
unidades organizativas de base, desarrollar formas de agricultura de auto-sostenimiento y
desarrollar estrategias para revitalizar la cultura, ya sea mediante el desarrollo de ceremonias
cotidianas de marcación territorial, el relato de historias de origen y mitos, la puesta en escena
de canciones, danzas y rituales50.
Norma Villarreal51, María Angélica Ríos52 y Suzy Bermúdez53, aseveran que cuando se
trabajan variables de género, etnia o multiculturalidad se evidencian problemas de tipo
estructural que implican los factores de explotación y de subordinación social, asociándose
con los de desarrollo local y regional, los de participación, representación y organización.
Estos restos establecen motivos de reclamo y el surgimiento de estrategias de resistencia no 48 Molano Bravo Alfredo, Resistir Hoy, En memorias encuentro internacional, la Resistencia civil, estrategias de acción y protección en contextos de Guerra y globalización, Programa Iniciativas Universitarias para la Paz y la Convivencia. Colombia 2004., Pág.17. 49 Rosero Carlos, Los proyectos de resistencia, hacia el entendimiento intercultural como única posibilidad de convivencia, En memorias encuentro internacional, la Resistencia civil, estrategias de acción y protección en contextos de Guerra y globalización, Programa Iniciativas Universitarias para la Paz y la Convivencia. Colombia 2004, Pág. 69. 50 Op Cit, Espinosa Mónica, Memoria cultural y el continuo del genocidio, Pág. 67. 51 Doctora en sociología, Universidad Autónoma de Barcelona, España. 52 Politólogo, Universidad Nacional de Colombia. 53 Historiadora, Universidad de los Andes.
17
violenta que se formulan como iniciativas ciudadanas54 y que inciden en los procesos de
democracia”. Según las autoras mencionadas, los estudios de resistencia en medio de
contextos de violencia involucran tanto a las personas que se desplazan por el conflicto
armado, como las que deciden quedarse en sus tierras.
En su investigación Guerrero afirma que comunidades en Colombia como las indígenas o las
campesinas que ejercen resistencia frente al Estado, no sólo resisten en contra de sus políticas
de militarización y paramilitarización de los espacios de la vida social y en general de
violación extrema de derechos humanos, sino también en oposición al modelo económico, la
globalización, la entrega impune a las trasnacionales de los recursos naturales, hídricos,
energéticos, de biodiversidad y hasta culturales, lo cual hace de este Estado un violador
integral de los derechos humanos55.
Villarreal, Ríos, Bermúdez, así como Esperanza Hernández plantean que los indígenas en
Colombia han usado la resistencia violenta y no violenta como recurso de sobrevivencia; las
autoras resaltan que estas pautas relacionales se han desarrollado desde hace varios siglos,
denominando el hecho “resistencia histórica”. Con relación al tema de investigación, se tendrá
en cuenta la resistencia no violenta. Los indígenas del Cauca resisten como un ejercicio de
autonomía, “como un proceso organizativo de defensa y de luchas, y como la capacidad de
colectiva de responder a la agresión de diversas violencias. El vínculo con la tierra habitada
por los indígenas es igualmente sobresaliente entre sus reivindicaciones”56.
Estos resisten por dos motivaciones: las luchas contra la violencia estructural y la violencia
producida por el conflicto armado de los últimos cuarenta años del siglo XX. En el primer
caso escriben a partir de la estructural, “las luchas en contra de la violencia estructural, de los
procesos de aculturación manifiestos en la explotación social y en la subordinación llevada a
cabo por los colonizadores de tradición judeo-cristiana durante la colonización, y por parte de
sus sucesores en el presente, factores que inciden en la debilidad de la democracia actual
54 Las autoras afirman que este concepto no aparece como tal en las lecturas realizadas sobre género, ni las de diversidad y pluralidad étnica y cultural. Pero dada la orientación de su acción y la forma en que desarrollan sus actividades, se conectan conceptualmente con el tema de resistencia civil no violenta. Ibíd. Villarreal, Norma. María Angélica Ríos. Cartografía de la Esperanza. Pág. 58. 55 Op Cit, Guerrero Eugenio, A propósito de la resistencia, apuntes para una reflexión necesaria, Pág. 54. 56 Villarreal Norma, María Angélica Ríos., Cartografía de la esperanza: Iniciativas de resistencia pacífica desde las mujeres, Bogotá, IPIS, Corporación Ecomujer, 2006, Pág. 59
18
existente en el país que los segrega”57. Las autoras se fundamentan en que los propósitos de
su resistencia muestran en forma indirecta los problemas que los afectan.
En el segundo caso, la motivación se centra en la violencia que los azota a partir de los años
ochenta, y como estrategias de resistencia se han apoyado en el diálogo con los diferentes
protagonistas del conflicto, las movilizaciones comunitarias, los pronunciamientos públicos
de autonomía frente a los actores violentos, las mingas de resistencia, la denuncia pública de
violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario, las
guardias indígenas, la seguridad alimentaría, la economía propia, los avances en el derecho
propio, así como las relaciones interétnicas y con el movimiento social58.
Ahora bien, de acuerdo con Esperanza Hernández, las experiencias de resistencia difieren en
“cuanto a las poblaciones que las jalonan, las causas que las generan, sus procesos y las
modalidades de violencia frente a las cuales se ejercen”59. Esta abogada afirma que muchas
surgen como respuesta de defensa a la violencia del conflicto armado presente a partir de los
años sesenta, otras se ejercen en forma como mecanismo de lucha política y de defensa frente
a la violencia y otras frente al conflicto armado y la globalización.
Según Álvaro Bello, la resistencia vista desde los indígenas, se ve focalizada en gran parte por
medio de sus discursos y acción colectiva con arreglo a códigos y símbolos culturales60. De
esta manera, la cultura juega un papel clave en los movimientos indígenas porque por medio
de ella se establece un conjunto de elementos que operan como emblemas de identidad, es
decir como criterios objetivos de autodefinición colectiva61. En este orden de ideas, los
movimientos indígenas definen emblemas de identidad entendidos como íconos de tierra,
territorio, su cosmovisión, la lengua o su apego a la naturaleza y los usan como medios de
contraste y diferenciación con respecto a sus antagonistas. La simbolización icónica, es
definida como un “conjunto de símbolos asociados por semejanza y codificados cultural e
intencionalmente, es una forma de comunicación y de registro que los factores hacen su
propia acción colectiva: por medio de ella procura regular, reflexivamente, las condiciones
57 Ibíd, Pág. 59. 58Ibíd, Pág. 59. 59 Op Cit, Hernández Esperanza, La resistencia civil de los indígenas del Cauca, Pág. 180 60 Aclaro que Álvaro Bello trabaja sobre la simbolización étnica y la lucha por el reconocimiento a nivel latinoamericano, no habla e un país concreto, pero se entiende que se puede aplicar al caso colombiano. 61 Op cit. Bello Álvaro, Etnicidad y ciudadanía en América Latina, Pág. 39.
19
generales de una reproducción sistémica”62. Es clave resaltar que la generalización de
símbolos en los movimientos indígenas permite reforzar su identidad colectiva, donde se
comunican sus ideas, objetivos, pensamiento, propósitos, además de que es una manera de
resistir.
El autor aclara que no existe una simbolización eficaz sin que haya alguien que interprete los
símbolos, sin que existan intérpretes, receptores o hermeneutas. El simbolismo en los
movimientos indígenas se expresa por parte de la llamada política o lucha por el
reconocimiento, conceptos que se deben distinguir de la llamada política de reconocimiento,
coacción del Estado y de la sociedad para con los grupos minoritarios, indígenas e
inmigrantes en sociedades multiculturales. Esta política juega un papel central dentro de los
grupos que son víctimas de la exclusión o la subordinación; para los indígenas el
reconocimiento es un factor apremiante puesto que tienen nexos de identidad. En este sentido
es importante garantizar la sobrevivencia de aspectos de su identidad ancestrales, pero lo es
más “si se trata de una disputa hegemónica entre criterios propios de reconocimiento como
una forma de representarse a si mismos y contestar a la heterorrepresentacion, es decir, la
catalogación de los “otros” que hacen de ellos”63. Los sujetos asumen la lucha por el
reconocimiento como una forma de representarse a sí mismos y contestar a una representación
externa, es decir la catalogación de los “otros” hacen de ellos. De aquí surgen las raíces que
los movimientos étnicos no nieguen su condición de indígenas o aún de indios, pero lo hacen
con la concepción de una auto representación y del reconocimiento de políticas no
excluyentes; los indígenas e indios buscan ser reconocidos desde su simbología y su propia
definición. La autodefinición a la que los indígenas involucra el reconocimiento de la
diferencia pero también el derecho a formas de vida, expresión cultural y social de una lengua
distinta a la oficial, autogobierno y autogestión y al mejor derecho basado en fundamentos
históricos sobre determinados recursos y bienes, cuestión que se acerca a la autenticidad con
un significado moral acerca del modo original de ser64.
Bello afirma que la simbolización de en los movimientos indígenas sirve para comunicar los
deseos de autodefinición y auto representación. “Los símbolos desde la perspectiva
comunicacional, se constituyen en una red de significados sobre los que opera la acción del
grupo”65 . Estos símbolos pueden tener diferentes orígenes; por un lado pueden responder a la
62 Ibíd, Pág. 39. 63 Ibíd, Pág. 40. 64 Ibíd, Pág. 40. 65 Ibíd, Pág. 41.
20
actualización y reinterpretación de algunos eventos, fechas o protagonistas relevantes. Por
otro lado, pueden representar la lucha por la apropiación material de recursos.
Con relación a la acción colectiva en este plano, este autor afirma que opera en torno a la
invención o reinvención de símbolos, de la historia, de la tradición y de las costumbre en el
sentido de “como un grupo de prácticas, normalmente gobernadas por reglas aceptadas abierta
o tácitamente y de naturaleza simbólica o ritual, que buscan inculcar determinados valores
normas de comportamiento por medio de su repetición, lo cual implica automáticamente
continuidad con el pasado”66.
De lo cultural expuesto es de resaltar en este ultimo numeral, que en el periódico estudiado
Álvaro Ulcuè, temas como la recuperación de la memoria, la reinvención de los símbolos
propios y la apropiación de algunas tradiciones judeo-cristianas como es la escritura, son
importantes para el desarrollo de esta monografía. También en lo que atañe a este capítulo las
estrategias culturales adoptadas en la “traducción” de la Constitución de 1991.
Otras formas de resistencia o de estrategias de sobrevivencia han sido el desplazamiento y el
no desplazamiento67, según se expuso, la defensa de sus territorios para preservarlos, la
aculturación, la preservación de creencias espirituales como las redes shamànicas, los
ancianos sabedores, la lengua materna, las pautas de producción y de reproducción o el
desarrollo alternativo por medio del trueque, las practicas de salud, las costumbres
alimenticias o la recuperación del ecosistema. En este sentido, “gran parte de las formas de
resistencia de estos grupos se ha apoyado en su memoria ancestral, que les sirve de elemento
cohesionador.68” El Consejo Regional Indìgena del Cauca afirma que en Colombia se
desplazaron 6197 personas entre 1985 y el 200169. Aclaro, que no se obtuvo información para
los años anteriores.
En el Cauca, la resistencia indígena se origina desde la base social, desde el ámbito local hasta
el regional a partir de 1970. De acuerdo con Norma Villarreal y María Angélica Ríos, esta
resistencia de configura por medio de acciones colectivas para defender valores y planes
compartidos; “son prácticas que no permiten el uso de la violencia, sin que ello signifique
una postura pacifista. La fuerza convocante de estas acciones se encuentra en los valores que 66 Ibíd, Pág. 41. 67 No abandonar sus tierras también es una forma de resistencia, al igual que en no acceder a ingresar a las filas de los grupos armados. 68 Ibíd, Villarreal Norma, María Angélica Ríos, Cartografía de la Esperanza, Pág. 60. 69 Op Cit, Galeano Lozano Myriam del Carmen, Resistencia Indìgena en el Cauca: labrando otro mundo. Pág. 19.
21
defiende, a saber, ala autonomía, la cultura, el territorio, la unidad, la integridad de sus
comunidades, así como el reconocimiento de la diversidad y propuestas de desarrollo
alternativo propios de su tradición y necesidades.”70.
1.2.2 Resistencias
Es en este escenario donde emergen las experiencias de resistencia indígena comunitaria.
Esperanza Hernández afirma que este departamento se ha caracterizado desde la llegada de
los conquistadores por la “persistente huella de la historia en la generación de profundas
desigualdades, diversas formas de exclusión e injusticia social; la composición multiétnica y
pluricultural de su población; expresiones de acumulación de riqueza y de pobreza extrema;
presencia de diversas modalidades de violencia; y la emergencia y consolidación de
movimientos sociales, iniciativas de paz desde la base y experiencias de resistencia civil”71.
Es importante aclarar que la resistencia en el departamento del Cauca se ha dado tanto de la
forma violenta como la no violenta. Se expondrá brevemente algunos ejemplos de la
resistencia violenta, ya que el interés de este trabajo en las próximas páginas es desarrollar la
resistencia no violenta, la cual tiene características propias, se expresa en escenarios locales y
zonales que se articulan en el regional, y en diversas propuestas y estrategias.
La tradición histórica de resistencia de los indios del Cauca se remonta a la llegada de los
conquistadores, la población aborigen fue subyugada a las nuevas condiciones económicas y
sociales por medio de la violencia y de la destrucción del saber ancestral. Dávalos describe
que no sólo había que dominar los cuerpos sino también sus almas, “para los conquistadores
esa alma de los indios era un papel en blanco en el cual debían inscribir y registrar los
designios de la voluntad divina”72. En este sentido, el hecho de escribir definir y enmarcar a
los indios, significaba la pérdida de imaginarios simbólicos, la destrucción de todo rastro
cultural que permitiera el reconocimiento de una memoria ancestral. Es decir, la destrucción
de su cultura era destruir su memoria, “un pueblo sin memoria es un pueblo sin capacidad de
respuesta y es un pueblo fácilmente sentido”73. Por consiguiente parte de la resistencia se
convierte en una alternativa para recuperar la memoria y así construir un futuro.
70 Ibíd, Pág. 61. 71 Op Cit, Hernández Esperanza, La resistencia civil de los indígenas del Cauca, Pág. 182. 72 Op Cit, Dávalos Pablo, Pueblos indígenas, Estado y democracia, Pág. 30. 73 Ibíd, Pág. 30.
22
Para Esperanza Hernández, la resistencia ha sido comprendida por los pueblos indígenas del
Cauca, “como ejercicio de autonomía, proceso organizativo de defensa y de lucha, y
capacidad colectiva de respuesta no violenta a la agresión de diversas violencias”74. Esta
resistencia se ha ejercido a lo largo de la historia contra los españoles invasores y los
eurodescendientes esclavizadores, diferentes gobiernos y políticas públicas, los terratenientes,
la insurgencia, las autodefensas y la fuerza pública; y recientemente, contra la globalización y
el Área de Libre Comercio para las Américas –ALCA . “Se ha resistido contra los
conquistadores, contra los colonizadores, contra los mismos grupos armados de izquierda, de
derecha. Cuando grupos armados de uno u otro lado quieren imponer su autoridad por encima
de las autoridades indígenas”75.
Por otro lado, Norma Villarreal y María Angélica Ríos complementan la idea de resistencia
no violenta, por medio del planteamiento que existen una comunidades que ejercen resistencia
no-violenta y se encuentran algunos grupos ancestrales que se identifican con un origen
común en cada una de sus comunidades, dichos grupos fueron colonizados por los cristianos
europeos a finales del siglo XV76.
Estas autoras afirman que las comunidades indígenas han sido afectadas desde el comienzo
del conflicto armado, debido a la disputa y el aprovechamiento de sus territorios ya que los
resguardos indígenas y los territorios de titulación colectiva son apetecidos por su riqueza
natural y su ubicación estratégica para la guerra.
“En sus territorios confluye la disputa territorial entre las Fuerzas Armadas, las guerrillas, los grupos paramilitares y los grupos armados de delincuencia común. Esto ha generado la pérdida de gobernabilidad; la restricción del acceso a los espacios sagrados y/o a la posibilidad de celebración de rituales tradicionales que sirven para asegurar su supervivencia cultural y biológica”77.
1.2.3 Por medio de la violencia
Considero relevante mostrar que no siempre los pueblos indígenas del Cauca ha resistido
pacíficamente, dedico un espacio para mostrar que han existido algunas resistencia bajo el uso
de la violencia, donde se han visto obligados actuar por una necesidad extrema para
74 Op Cit, Hernández Esperanza, La resistencia civil de los indígenas del Cauca, Pág. 191. 75 Ibíd, Pág. 191. 76 Op Cit, Villarreal, Norma. María Angélica Ríos. Cartografía de la esperanza, Pág. 38.
23
defenderse, de acuerdo con las fuentes consultadas. De acuerdo con la abogada Hernández,
estas distintas expresiones de resistencia armada han estado precedidas por un impacto
creciente sometimiento a la fuerza y discriminación social, política y económica78. Ahora
bien, esta abogada da una serie de ejemplos para sustentar el argumento anterior.
Por un lado, la resistencia armada iniciada con la Cacica Gaitana contra los españoles
invasores durante los siglos XVI y XVII. Por otro lado, el Movimiento armado Indígena de
Quintín Lame que a partir de 1910 los resguardos indígenas se encontraban seriamente
amenazados y el gobierno central radicaba leyes y decretos para disolverlos, durante este
periodo los indígenas perdieron sus mejores tierras y una gran cantidad vivieron en haciendas
en condiciones de semiesclavitud. En este contexto se encontraba el departamento del Cauca,
Quintín Lame se enfrentaban a un doble dilema, seguir siendo terrazguero79 o liderar la
liberación de su pueblo. Este movimiento exigía la reivindicación de la justicia como
fundamento de su lucha para que los indígenas reivindiquen su cultura y recuperen sus tierras;
La confrontación y la definición del “hombre blanco como enemigo acérrimo del indígena”,
su posición frente a la política definida por la inoperancia del Estado frente a las demandas de
las comunidades indígenas, además de la necesidad de lograr la autodeterminación de su
pueblo para rescatar la cultura y los valores indígenas, y por ultimo el cuestionamiento la
educación impartida por los blancos. En este punto se resalta que históricamente el acceso a la
educación que impartían los blancos era limitada ya que rondaba la idea de que si ellos
estudiaban se podían trastornar mentalmente, dejando la educación exclusivamente para lo
blancos. Era más fácil callar a los indígenas ya que al no tener una preparación educativa eran
considerados ignorantes y esto garantizaba un control sobre las comunidades, Quintín Lame
afirmaba que desde la conquista siempre se ha pretendido desconocer a los indígenas como un
pueblo con sus propias practicas socioculturales y costumbres80. Posteriormente este grupo
armado se convertiría en movimiento insurgente a mediados de la década de los ochenta, con
el fin de asumir la protección de las comunidades indígenas y la defensa de los derechos de
estos pueblos
Finalmente este movimiento es considerado una experiencia que permitió a las comunidades
indígenas identificar ventajas y las razones para emprender su lucha, las construcción de su
78 Ibíd, Pág. 192. 79 El terraje era la “obligación “que tenían los indígenas de aportar al hacendado unos determinados días de trabajo no remunerado a cambio del permiso para rozar un pequeño lote para “pancoger” y construir una choza dónde vivir. http://www.lablaa.org/blaavirtual/geografia/geohum2/wampi4.htm 80 Ibíd, Pág. 25.
24
propia estructura alejada tanto de los intereses de los partidos políticos, como de la
subordinación, dominio del Estado y de la aristocracia departamental; estas luchas,
pensamientos y resistencias sirvieron de base de la creación del CRIC en 197181.
1.3 La escritura como forma de resistencia
Por otro lado, la resistencia se manifiesta en Unidad Álvaro Ulcuè en forma escrita por medio
de artículos, fotografías y símbolos, características para los años estudiados. Es importante
aclarar que no se encontraron fuentes que relacionen la prensa indìgena como un ejercicio de
resistencia como tal. En este sentido, hago uso de la prensa como un medio en una estrategia
de resistencia en sí, ya que su sola existencia es ya resistencia. Aclaro que tomo ejemplos
históricos para contextualizar que existieron una serie de antecedentes como los de Juan Tama
y Guaman Poma para la construcción de la memoria y escritura indígena, en este sentido la
literata Betty Osorio82 afirma que la escritura irrumpe
“como consciencia del tiempo; es el acto que reproduce el instante original en que la presencia mítica de los dioses se hizo voz en la naturaleza y ellos fueron sol, luna, lago, río, montaña. Así nació el primer asombro y con el necesidad imperiosa de querer nombrarlo. Imagen y palabra nacen al unísono; la palabra crea el vinculo entre quién la pronuncia y sujeto designado”83.
Esta memoria indígena plasmada en cartas, crónicas, textos, documentos, exposiciones o
fotografías sirve como compresión y reinterpretación del presente indígena. De acuerdo con
Betty Osorio, este puede ser tomado como un proceso de resistencia la cual aparece como
rechazo a la cultura prehispánica, “pero que paradójicamente implica que los indígenas
adopten la tecnología de la escritura con el fin de oponerse a los procesos de evangelización y
sometimiento”84. Existen una serie de ejemplos históricos que sirven de antecedentes de
resistencia, de esta manera Juan Tama usó las escrituras concedidas por la Corona española
para recuperar los resguardos85. Juan Tama “dejó un legado para la defensa de la cultura, la
autonomía y el territorio, mediante estrategias no violentas como no vender la tierra y no
81 Ibíd., Pág. 25-26. 82 Ph.D. Literaturas Hispánicas, Universidad de Illinois, Urbana. Directora y profesora del Departamento de Filosofía y Letras de la Universidad de los Andes 83 Osorio, Betty. Construcción de la Memoria Indígena Compiladora. Siglo de Hombre Editores. Universidad de los Andes. 2007. Pag19. 84 Ibíd. Pág. 274. 85 Op Cit, Galeano Lozano Myriam del Carmen, Resistencia Indígena en el Cauca: labrando otro mundo. Pág. 46
25
cruzar la sangre para no dejar abierta la puerta al invasor”86. Por otro lado, Guaman Poma
trabajaba como cronista en el Perú durante el periodo de la Conquista. Su obra “La Nueva
corónica y buen gobierno” describía la difícil situación de los indígenas por medio de pinturas
y dibujos, los cuales enviaba al Rey Felipe III de España, “Guaman Poma crea una imagen
aceptable para el orden colonial y desde allí tiene la osadía de convertirse en apóstol de la
causa indígena”87.
En este orden de ideas, los indígenas se apoyan en la escritura para cuestionar relaciones de
poder de tiempo atrás, con relación al tema de investigación se podrá observar en el capítulo
tercero que esto viene desde la llegada de los conquistadores. Así mismo, la escritura ha
servido como instrumento de dominación pero también de resistencia y de renuncia. Según
Galeano, la resistencia indígena recrea lo tradicional en situaciones variables y se adapta a
principios políticos y cristianos para reivindicar la tierra y la cultura.
En la prensa analizada, se puede ver que durante el tercer congreso campesino conformado
por La Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) celebrado en Bogotá del 1 al
4 de septiembre de 1974, un grupo de 400 indígenas resolvieron por iniciativa propia fundar
un periódico que fuera vocero de sus intereses, este periódico fue llamado Unidad Indígena.
“Aparece como respuesta al desarrollo de nuestro movimiento indígena y de acuerdo con la
necesidad de tener ya un periódico propio que nos sirve para presentar en forma justa y
correcta nuestras necesidades y las formas en que estamos intentando resolverla”88. En este
sentido el periódico como medio impreso, busca mantener informado a todas las comunidades
indígenas y demás sectores populares colombianos sobre los sucesos del movimiento y a
través de esta información ellos buscan aprender a tener mayor claridad sobre sus problemas.
La literata Osorio complementa esta idea afirmando que en el caso de Colombia, “los grupos
nativos han logrado pasar de una fase de resistencia a otra de movimiento social”89.
En Unidad Álvaro Ulcuè, la escritura se ve plasmada en forma de símbolo, se resalta que
dentro de sus publicaciones se encuentran imágenes precolombinas y fotografías que cumplen
con una función específica que serán mostradas y explicadas en el capítulo tres. Aclaro que
como se había dicho anteriormente, los símbolos o imágenes de las comunidades indígenas no
86 Op Cit. Hernández Esperanza. 2006. Pág. 193. 87 Osorio Betty. Escritura y resistencia: literatura latinoamericana de la Colonia. En: Texto y Contexto Editoras Montserrat Ordóñez. No. 28. Sep-Dic.1995. Pág. 13. 88 Unidad Indígena, Editorial, enero 1975, Pág. 2 89 Op Cit. Osorio, Betty. Construcción de la Memoria Indígena. Pág. 274.
26
fueron analizadas y trabajadas en profundidad ya que no se cuenta con la traducción y el
significado preciso. Pero son mostradas, porque hacen parte del periódico y bajo la idea de
Joanne Rappaport las imágenes expresan la concepción histórica indígena de forma abreviada.
La antropóloga afirma que “estas imágenes de naturaleza fragmentaria no se desarrollaron en
detalle, se dejaron simplemente como imágenes, dirigidas a despertar el pensamiento y la
acción en los corazones de los seguidores”90. Estas imágenes están compuestas por paisajes
como ríos que emergen de montañas, lugares altos o truenos y tormentas. Adicionalmente se
encuentran las figuras de caciques o de animales que se movilizan por diferentes sitios
En esta parte del apartado me refiero autores que tratan la prensa “oficial”, como lo son los
periódicos partidistas, que están lejos de contemplar periódicos del tipo que se quiere estudiar,
pero debido a la falta de información, preferí usarlos para sustentar las ideas que se expondrán
a continuación.
De acuerdo con Enrique Santos Calderón91, la prensa en Colombia durante el siglo XX estuvo
alineada con uno u otro de los partidos tradicionales del país, es decir del partido conservador
o de liberal. La prensa es identificada como una forma que recoge el sentir nacional por medio
de sus voceros y por hechos cotidianos. En este mismo sentido, la prensa para Renan Silva 92,
es considerada como la forma por excelencia para recibir información “sobre la vida política
nacional e internacional, y uno de los instrumentos centrales de los enfrentamientos
ideológicos, siendo más bien directa e instrumental la relación entre prensa, partidos políticos
y hegemonía”93.
Para Romelio Díaz94 y Jorge Salazar la prensa recupera la memoria de un hecho, “es un
conjunto de medios escritos a través de los cuales se busca y recoge, analiza, valora y difunde
información, teniendo en cuenta la actualidad e interés para la opinión publica”95. Así mismo,
el periódico es la forma tradicional de comunicación de masas, su vital característica es
90 Rappaport Joanne, La política de la memoria, Interpretación indígena de la historia de los Andes colombianos, Editorial Universidad del Cauca, Traducido al español por José Ramón Martín, Julio 200, Pág. 93. 91 Filósofo de la Universidad de los Andes de Bogotá, pero la mayor parte de su vida la ha dedicado al periodismo, pertenece a la tradicional familia de periodistas que durante muchos años ha estado a la cabeza del periódico El Tiempo. 92 Sociólogo. Doctor en Historia Moderna de la Universidad de Paris. 93 Silva Renan, Prensa y Revolución a finales del siglo XVIII, Banco de la República, 1988, Pág. 16. 94 Estudiantes de la Universidad Javeriana. 95 Romelio Díaz y Jorge Salazar, Democracia y prensa en Colombia, Serie de monografías I, Universidad Javeriana 1991, Pág. 18.
27
permitir almacenar información convenientemente organizada. Estos autores afirman que el
periódico presenta su argumentación bajo la recomendación de la línea editorial influenciada
por la filiación política, sin embargo existen espacios que permiten la presentación de
diferentes tesis o de varias posturas. De acuerdo con estos dos investigadores, la prensa en
Colombia ha jugado un papel incuestionable en el proceso histórico ya que esta permite
exhibir el pensamiento de una época, dándole cabida y paralelamente generando debate96. Así
mismo, el periódico busca generar memoria y con relación a este punto, Cristóbal Gnecco
Valencia97 afirma que “la memoria se construye sobre referentes materiales que adquieren, en
consecuencia, sentidos colectivos (cambiantes y estratégicos); aunque no necesariamente
consensúales, son centrales en la constitución de la vida social”98. Al generar memoria se
construye la historia de un pueblo.
En Colombia han sido publicadas periódicos en el Cauca como La Unidad Indígena (1975-
actual) o Álvaro Ulcuè (1986-1992). Otro ejemplo es la publicación “La dignidad Nasa”:
"aquí nos quedamos" escrita por Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca
(ACIN) y la Corporación Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (1992). Estas
publicaciones se han encargado de conservar la memoria escrita indígena de la región en
ambos decenios.
Con base a lo descrito en el capítulo se puede afirmar que los pueblos indígenas del Cauca se
han caracterizado a lo largo de su existencia, por su capacidad y ejercicio de resistencia frente
a diferentes formas de agresión y actores violentos.
Con relación a esta investigación se resalta que la resistencia usada en esta investigación es la
no violenta y la catalogada como civil. Existen antecedentes como los de Juan Tama y
Guaman Poma que marcan unas relaciones entre memoria, cultura y escritura indígena. De
acuerdo con Betty Osorio, “estas tradiciones han conformado y prolongado ese enigmático
cordón umbilical que atraviesa nuestra geografía, da vida a nuestras historias mestizas y sirve
de punto de partida para la compresión y reinterpretación de nuestro cada vez más paradójico
presente”99.
96 Ibíd. Pág. 72 97 Profesor del departamento de Antropología de la Universidad del Cauca. 98 Gnecco Valencia Cristóbal, Pluralismos objeto y memoria, En Construcción de la memoria indígena. Osorio Betty copiladora, Siglo de hombres editores. 2007. Pág. 71 99 Op Cit. Osorio, Betty. Construcción de la Memoria Indígena. Pág. 17.
28
Se puede concluir que la conceptualización de la resistencia es el oponerse en particular a un
orden o una intimidación. La resistencia en la cosmovisión indígena establece la herramienta
para la defensa de la vida, la libertad y la protección de sus Derechos. Así mismo, esta
resistencia es concebida como el conjunto de estrategias e iniciativas de carácter colectivo
que con el apoyo de su cultura, proponen la defensa y protección de la vida.
Por su parte, la resistencia civil es un proceso de acción colectiva, que constituye una
respuesta a diferentes modalidades de violencia y evita cualquier recurso de ella. Esta debe ser
generada y ejercida por la población civil, es necesario la existencia previa de un proceso
organizativo y debe poder soportarse en un elemento de fuerza moral que lo legitime.
2. Situación Indìgena en América Latina, Colombia y el Cauca
Nosotros nos hemos criado, nacido, nuestros antepasados han vivido aquí en estos sectores como indígenas, lo que no se ha tenido en cuenta es el indìgena, ni se han dado cuenta las entidades gubernamentales que los indígenas vivimos en comunidades, nadie sabe cómo sufre un indìgena.
Unidad Álvaro Ulcuè. La recuperación de la lengua y la
cultura Totorò. Mayo 1988. Pág. 10
En este capítulo propongo presentar la situación de los indígenas en América Latina, en
Colombia y más específicamente en el departamento del Cauca. Con relación a América
Latina se pretende hacer de manera breve un contexto, resaltando algunos antecedentes sobre
las condiciones y problemas de los pueblos indígenas en el sub-continente. Esta referencia
sirve de una parte para enmarcar lo que ocurría en el país durante los años estudiados y de la
otra parte interpretar mejor lo que ocurre en el Cauca para encontrar similitudes con América
Latina y así poder pensar que se pueden hacer análisis comparativos. El capítulo se divide en
tres partes. La primera propone mostrar el cambio que ha sufrido la concepción del indígena a
lo largo de cuatro momentos reseñados por los autores consultados, para interpretar mejor el
siglo XX, en lo que corresponde a los años de interés. Las interpretaciones corresponden a: La
Conquista, la Colonia, La República y lo que atañe al siglo pasado (constitución de 1991). Las
concepciones expresan las distintas formas de relación que existen entre formas de gobierno
con las sociedades indígenas. De la misma manera, apoyándome algunas definiciones dadas
29
por diccionarios académicos, corresponden a los años estudiados busco aproximarme aun más
a lo que se interpretó por los vocablos de interés en la época.
La segunda parte tiene como fin evidenciar la situación de los pueblos indígenas en América
Latina durante los siglos XVI y XIX. Para entender y contextualizar que sucedía en el
continente identificando los principales problemas. Es importante aclarar que no profundizo
en los temas tratados, ya que no es el objetivo de esta investigación.
En la tercera parte abordo la situación de Colombia entre 1970 y 1990 para entender que
estaba pasando en el país con relación a problemas específicos como el la tierra y en de la
supervivencia indìgena, estos serán presentados en esta parte. Con relación a este punto
quiero resaltar que estos problemas son elementos de larga duración que sigue teniendo su
papel en el período estudiado 1986-1992.
Finalmente abordo el departamento del Cauca para contextualizar su situación identificando
sus principales problemas.
2.1 Aproximaciones a las concepciones de indio e indígena
2.1.1“Indio” en la Conquista
Con relación a la concepción indio-indígena, un grupo de investigación conformado por
Adolfo Rodríguez Bernal, Claudia Pulido, Eduardo Prada y Álvaro Rojas100, plantean que la
concepción social de “indio” aunque es un término que se origina en el siglo XVI con la
Conquista de América, ha sufrido transformaciones a lo largo del tiempo. Para estos autores,
esto ocurrió por el encuentro entre “dos mundos”, el de los “conquistadores” y el de los
“conquistados”. Aunque estos investigadores coinciden en afirmar que América estaba
habitada por múltiples grupos sociales de diferentes características, con distintas formas de
interpretar y concebir el mundo, la palabra “indio” en tal contexto le es inherente al
desconocimiento de una interpretación distinta del mundo de los “conquistadores”, a tal punto
que designó lo descubierto como una unidad homogénea. En este sentido, se establece un
enfrentamiento entre la visión occidental llamados “conquistadores” y las múltiples visiones
de los pueblos indígenas que habitaban el territorio americano llamados “conquistados”, ya
que los primeros buscaban ser los portadores de “una visión paradigmática de lo concreto, de
100 Investigadores de la facultad de pregrado de la Escuela Superior de la Administración Publica (ESAP).
30
lo ideológico y de lo espiritual que tendrían que interiorizar los individuos de las culturas del
nuevo mundo”. Bajo este precepto los indígenas empiezan a recibir un tratamiento especial
con miras a someter y transformar sus visiones acerca de su contexto, sus vivencias del
mundo por las nuevas visiones europeas. De esta manera, durante este periodo la concepción
de indio atribuye a los nativos “características que se refieren a una inferioridad racial,
cultural, intelectual, espiritual y social que aparentemente justifica el proyecto civilizador de
la integración de las culturas prehispánicas”101. Si bien es cierto que no había unidad en
cuanto a la forma de relacionarse con los nativos del nuevo continente, pues posiciones como
las de Fray Bartolomé de las Casas dan prueba de ello, lo que prevaleció fue una posición
adversa frente a ellos.
Es importante aclarar que aunque el impacto sobre las culturas indígenas fue adverso, estas
poblaciones lograron mediante su lucha, obstaculizar y resistir muchas veces a los propósitos
de dominación. De esta manera, aunque algunas poblaciones fueron sometidas, otras lograron
un mayor margen de resistencia en el curso de los siglos posteriores.
Sin embargo, como afirma Roque Roldán102, lo que garantizó finalmente el triunfo de los
europeos fue el beneficio que sacaron estos de las divisiones y conflictos internos que existían
entre las poblaciones indígenas, “estimulando tales conflictos y apoyando a unas facciones
indígenas contra otras, los invasores consiguieron dominar a la mayoría de las sociedades
amerindias”103. Como se vera más adelante el concepto de indio se trasforma por el concepto
de indígena, implicando cambios y trasformaciones en su percepción política, económica y
social. La antropóloga Mónica Espinosa104 resume este apartado afirmando que durante este
periodo los conquistadores invadieron territorios, saquearon su patrimonio natural,
aniquilaron a pueblos milenarios y por ende con sus culturas, organización social, política y
económica, “por eso los pueblos del mundo tiene la gran deuda histórica y ecológica, que
deben efectuar su indemnización a nuestros pueblos”105. Esta antropóloga aclara que se tiene
que olvidar “que el indìgena no es ni una categoría referencial ni una descripción referida a
101 Op.cit, Rodríguez Bernal Adolfo, Resistir para vivir, Pág. 32. 102 Abogado colombiano, ocupó la dirección de la oficina de los Resguardos Indígenas del Incora y la Dirección General de Asuntos Indígenas del Ministerio del Interior. 103 Roque Roldán, Pueblos indígenas y leyes en Colombia, aproximación crítica al estudio de su pasado y su presente. Tercer Mundo Editores, Bogotá, 2000, Pág. 8. 104 Antropóloga de la Universidad Nacional de Colombia, M. A. en antropología de la Universidad de Florida, PH.D. de la Universidad de Massachussets. 105 Espinosa Mónica, Memoria cultural y el continuo del genocidio: lo indígena en Colombia, En Revista Antípoda. Bogotá, No. 5 (Jul.-Dic. 2007), Pág. 63.
31
individuos, sino la expresión de una relación social instaurada mediante las prácticas
económicas, sociales, políticas y simbólicas del colonialismo moderno”106.
2.1.2 “Indio” en la Colonia
La Colonia puede verse como un periodo de casi tres siglos que comprende los siglos XVI,
XVII y XVIII. Este fue un periodo de gran opresión en la medida en la que existe un notorio
esfuerzo por instaurar las nuevas políticas coloniales del régimen español. De esta manera
dicho régimen auspició de despojarles a los indígenas sus territorios, de destruir sus sistemas
de gobierno y de imponer a través de instituciones como la encomienda, la mita y el
resguardo indígena una política de sometimiento laboral.107 Sin embargo, cabe resaltar que la
empresa colonizadora ya no pretendía aniquilar al indígena, puesto que este les serviría de
mano de obra para sus intereses económicos. Por esta razón figuras como el resguardo y el
cabildo indígena contribuyeron a la supervivencia de las comunidades al conservar algunos de
sus territorios y al mantener su unidad como grupos108. La antropóloga Espinosa resume que
en este periodo, los conquistadores continuaron con su proceso exterminador de los pueblos
en resistencia, con la expoliación de sus terrenos y cercándolos en resguardos, además de la
explotación, esclavización y deterioro de la cultura indìgena109.
La antropóloga Marcela Lagarde110 menciona algunas de las corrientes que han logrado
conceptualizar al indio, estas corrientes proceden de la escolástica y de la tradición estòico-
cristiana. Estas corrientes que surgen durante el siglo XVI, son el resultado del
“descubrimiento del hombre americano”, su conquista y consecutivamente el hecho de que
durante la Colonia fuera la base misma del sistema de explotación. La escolástica usó
recursos como las diferencias raciales, las costumbres exóticas, prácticas sanguinarias y
crueles, creando una imagen del indio como ser inferior. La tradición estòico-cristiana
concibió al indio como un ser infiel legitimando a la Evangelización católica, pero atacando a
la política colonial de sometimiento y explotación. Esta última fue usada por el sistema
106 Ibíd, Pág. 58-59. 107 Roldan Roque, Los derechos de los pueblos indígenas: el caso de Colombia, En: Derecho de los pueblos indígenas en las constituciones de América Latina, Bogotá, Julio 1996, Pág. 61 - 62. 108 Ibíd, Pág. 8-12 109 Op Cit, Espinosa Mónica, Memoria cultural y el continuo del genocidio, Pág. 63. 110 Investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.
32
colonial, como método para desdibujar la cultura indígena y facilitar su inclusión en la
sociedad colonial como una clase inferior111.
Sin embargo, esta autora asevera que esta posición fue utilizada por el sistema Colonial como
método para destruir la cultura indígena con el fin de “facilitar su incorporación al estrato
inferior de la nueva estructura social, y también como freno al poder independiente que
empezaba a surgir en la Nueva España”112.
La Fundación Para el Desarrollo de las Comunidades Colombianas-FUNCOL, afirma que
durante la Colonia los indios estuvieron incluidos dentro de la concepción de los “rústicos y
miserables”. Para estos, el resguardo los delimitó espacialmente como segregación, y facilitó
la postura de puentes entre “lo blanco, lo noble, lo superior, lo urbano por una parte y lo
indígena, lo rústico, lo salvaje, lo débil, lo inferior y en general, lo que se miró como
constitutivo de la chusma”113. Sin embargo, otros autores consideran que el resguardo para
algunos de ellos sin negar su exclusión y explotación, les permitió la sobreviviencia114. Como
se apreciará más adelante la noción de indio pasa de concepción de rústico y miserable a la
concepción de menor de edad, pero continuando con la imagen de ser inferior y que hace
parte de la base social de acuerdo con las corrientes escolástica y estoico-cristiana.
2.1.3 “Indìgena” en la República
Durante el periodo de la República, se definieron muchos planes de acción dirigidos a
establecer modelos de relación entre los indígenas y la sociedad. Roldán afirma que durante
las primeras seis décadas después de la independencia de España, no se creó un sólo modelo
de política que prestara atención a los asuntos indígenas. Las leyes y los programas de
gobierno buscaban “la pronta asimilación de los indígenas colombianos al modelo de la vida
económica, social, política, religiosa y cultural de la mayoría de la sociedad nacional”115.
Este modelo político creó numerosas leyes y normas, inspiradas en el individualismo, las
cuales se dedicaron a acabar con la propiedad y la explotación colectiva de los resguardos.
Roldán afirma que durante el periodo republicano, entendido este entre 1810 y 1886, las 111 Ibíd, Pág. 10. 112 Ibíd, Pág. 10. 113 Comunidades colombianas, Grupos étnicos, derecho y cultura. Cuadernos de Jaguar, Bogotá, Febrero de 1987, Pág. 112. 114 Ibíd, Pág. 114 115 Op Cit, Roldán, Pueblos indígenas y leyes en Colombia, Pág. 13.
33
comunidades indígenas colombianas “desplegaron infinidad de formas de resistencia a los
múltiples y variados intentos de integración y asimilación”116.
Siguiendo a Rodríguez Bernal y su equipo de investigación, la Iglesia en el periodo de la
República jugó un papel determinante pues con sus iniciativas, ésta tenía la intención de
integrarlos en una sociedad cristiana deslegitimando sus símbolos, ritos y mitos. En los años
setenta del siglo XIX todavía pesaba la herencia colonial que los definía como salvajes,
según se expuso, sumado a esto, existían legalmente disposiciones que los enmarcaban en
estereotipos negativos limitantes117.
Un aspecto relevante de finales de este siglo es La ley 89 de 1890. En ella, se concibe al indio
como un menor de edad pues le otorga un tratamiento diferente en cuanto es visto como
alguien a cuidar pero también a supervisar. Por otro lado en el artículo 5, se introduce el
concepto de indígena, en vez de indio, cambio que deja entrever una distinción entre los
nativos a la hora de castigar a quienes falten a la moral. Esta ley “otorgó a los indios la
concepción de menores de edad sujetos a una tutela especial que gracias a su condición se
hacía vigente para conceder la restitución de ampliación de algunos derechos.”118 De la
misma manera encasilló a los indígenas en tres categorías: “salvajes, semisalvajes y
civilizados”119. Aclaro que estas categorías enmarcan a los indígenas a la hora de proceder
con lo castigos, pero a nivel general se seguía percibiendo a los indígenas como salvajes.
Como se vera mas adelante el concepto de indígena se va a seguir usando y va seguir
enmarcado en la concepción de menor de edad, hasta la constitución de 1991 en Colombia.
Espinosa resume este periodo como la época donde se impusieron nuevas leyes, normas y
decretos para favorecer a los hacendados terratenientes y la iglesia, estas reformas buscaban
liquidar los resguardos indígenas para declarar estos territorios como baldíos y condicionaron
a los indígenas como salvajes y menores de edad120.
116 Op Cit, Roldan, Pueblos indígenas y leyes en Colombia, Pág. 15. 117 Op Cit, Rodríguez Bernal, Resistir para vivir, Pág. 32. 118 Ibíd, Rodríguez Bernal, Resistir para vivir, Pág. 32 119 Ibíd, Rodríguez Bernal, Resistir para vivir Pág. 32 120 Op Cit, Espinosa Mónica., Memoria cultural y el continuo del genocidio, Pág. 64.
34
2.1.4 Concepción de Indígena- Ley 89 de 1890
A lo largo de todo el siglo XX, el indígena siguió siendo concebido como un menor de edad
(visto como alguien a cuidar pero también a supervisar), solo que pasó de ser visto como
salvaje a ser considerado un ser indefenso necesitado de protección y cuidado. Es importante
aclarar que hasta 1991, la percepción legal del indígena se basaba aún en la ley 89 de 1890.
La Ley 89 otorgó a los indios la categoría de menores de edad sujetos a una tutela especial
que debido a su condición se hacia vigente para conceder la restitución y ampliación de
algunos derechos. Esta ley postula: “la manera como deben ser gobernados los salvajes que
vayan reduciéndose a la v ida civilizada”121. De acuerdo con Adolfo Rodríguez y su equipo
de trabajo, la Ley 89 no era tan efectiva ya que como había sido una ley colonial allí juzgaban
a los indios, los calificaban como brutos ya que no podían decidir con la cabeza, “se basaba
en la idea del tutelaje e inferioridad y, se inspiraba en el criterio de la existencia de una clase
que sin ser completamente salvaje, se halla muy distantes de poder entrar con los de más
ciudadanos”122.
Para Guillermo Bonfil Batalla123, la concepción de indio “nos permite entender la posición
que ocupa el sector de la población así designado dentro del sistema social mayor del que
forma parte”124. De acuerdo con este autor, en el Censo Indígena de 1985 en Colombia, se
definió para efectos censales al indio como una persona que se reconoce o se identifica con un
grupo étnico determinado, con una tradición cultural anterior a la conquista española y que
habita en un territorio donde vive una comunidad.
2.1.5 La Constitución de 1991 y su Traducción de en lenguaje indígena-Nasa Yuwe
Antes de abordar La constitución de 1991, busqué una definición que viniera de otra fuente
para ver cómo se concebía tanto al “indio”, como el “Indìgena”. En este sentido me apoyo en
la definición del diccionario María Moliner para los años estudiados: Por indígena se entiende
121.Op Cit, Rodríguez Bernal Adolfo, Resistir para vivir, Pág. 43. 122 Ibíd, Pág. 41 123 Etnólogo y antropólogo mexicano egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Fue Director del Instituto Nacional de Antropología e Historia y Director General de Culturas Populares. 124 Ochoa Arango Raúl y Gutiérrez Sánchez Enrique, Los pueblos indígenas de Colombia, Departamento Nacional de Planeaciòn, 1989, Pág. 53.
35
a “los habitantes de un país pertenecientes a la raza125 propia de el”126. Se entiende por indio
“como los individuos de cualquiera de los pueblos que poblaban América en el tiempo del
Descubrimiento y la Conquista”127.
La Constitución de 1991 representa un momento de gran importancia y significado con
respecto no sólo a la definición de lo indígena para el propósito de la monografía, sino
también a la manera como deber ser comprendido y tratado por parte del Estado y la sociedad
colombiana. De acuerdo con Beatriz Londoño128 la Constitución de 1991 trae consigo avances
significativos en cuanto a tres aspectos: “Ordenamiento territorial, apertura de espacios
políticos y sociales, de participación para los indios y los demás grupos étnicos y el
reconocimiento del carácter multiétnico y pluricultural del país.”129 Este acontecimiento es
relevante para la condición indígena, en la medida en que este es reconocido e incluido como
un sujeto con derechos y su comunidad es respetada como parte de la diversidad étnica y
cultural de la nación colombiana. Aclaro que Constitución del 1991 les asegura la plena
posibilidad política de existir como pueblos sin la amenaza de ser expropiados y disueltos,
pero no define como se concibe al indìgena como tal.
Por su parte, Pedro Cortés130 plantea tres elementos claves para los indígenas a partir de las
décadas ochenta y noventa. Por un lado, la nueva constitución les amplió el espacio político al
reconocer el carácter multiétnico de la nación, las entidades territoriales indígenas, la
binacionalidad para indígenas de frontera, la oficialización de las lenguas indígenas, el
derecho a una jurisdicción especial y la circunscripción electoral especial131. Por otro lado,
los movimientos indígenas lograron una visibilidad notoria en el ámbito internacional para los
derechos humanos y en especial para las minorías étnicas, ya que su problemática fue
125 Por Raza se entiende: “Cada uno de los grupos en el que se divide una especie orgánica, formado pro individuos que tiene ciertos caracteres comunes, que los distinguen de los otros grupos de la misma categoría y que se trasmiten por herencia”. Moliner Maria, Diccionario del uso del español, H-Z, editorial Gredos, Madrid, 1983, .Pág. 335. 126 Moliner Maria, Diccionario del uso del español, H-Z, editorial Gredos, Madrid, 1983,.Pág. 119. 127 Ibíd, Pág. 118.
128 Abogada egresada de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, con una especialización en Derecho Constitucional y Ciencia Política, Centro de Estudios Constitucionales de Madrid.
129 Londoño Toro Beatriz, La Constitución de 1991 y los indígenas, En: Credencial Historia, febrero, 2003., Págs., 103-118. 130 Sociólogo y consultor de la Secretaría de Gobierno Distrital en Santa fe de Bogotá. 131 Cortés Pedro, Los movimientos sociales indígenas, En Revista Foro #18, Bogotá, Septiembre de 1992, Pág. 115.
36
incorporada a la agenda política de los países, cómo sucedió en las Constituciones de Brasil
(1988), México (1992) y Nicaragua (1986)132.
En 1991, el indio dejó de ser considerado cómo un menor de edad y pasó a tener un
reconocimiento constitucional,
“con un crecido número de disposiciones que les aseguran la plena posibilidad política de existir como pueblos sin la amenaza de ser disueltos y expropiados-que rigió hasta apenas unos años atrás: de seguir manteniendo su patrimonio territorial y sus recursos: de mantener, reproducir y divulgar su patrimonio cultural y el de sus formas tradicionales de organización y de gobierno: de definir sus propias opciones de mejoramiento futuro, y de tomar parte activa en la vida política, económica y cultural de su país”133.
Ahora bien, es relevante resaltar que hasta este momento, los indígenas en Colombia vivieron
un proceso de inclusión legal. En este sentido, Álvaro Bello134 afirma que la ciudadanía
indígena es definida como “la titularidad de derechos”. Este ha sido un proceso largo y arduo
donde los mismos indígenas han logrado mediante su lucha el reconocimiento de algunos de
sus derechos en un escenario donde el Estado ha jugado un papel de organizador de las
sociedades nacionales. Igualmente el autor asegura que ellos demostraron su afán por
participar y aportar en ámbitos políticos, culturales, sociales y económicos. En este mismo
sentido, Mónica Espinosa afirma que en Colombia hasta bien entrado el siglo XX, se había
apropiado como natural la dispensabilidad de los indígenas o la carencia de valor de su vida.
Pero el gran cambio, en el cual se reconoció tanto pública como legalmente la diversidad en
Colombia se debe a las luchas indígenas del siglo XX, los acuerdos internacionales que estas
produjeron, el multiculturalismo contemporáneo y el cambio constitucional en 1991135.
En este orden de ideas, la ciudadanía indígena es una lucha por el reconocimiento de derechos
específicos que operan a través de la politización de las identidades por medio de una
dinámica mediante la cual, la identidad cultural se constituye en eje de acción política, de
negociación con el Estado y de visibilidad pública del actor-indígena en la sociedad. Esta
dinámica la define el autor como un avance indígena136. Los diferentes grupos étnicos y
132 Op Cit, Roldan Roque, Los derechos de los pueblos indígenas: el caso de Colombia, Pág. 8-148. 133 Op.Cit, Roque Roldán. Pueblos indígenas y leyes en Colombia, Pág. 66. 134 Investigador de la Comisión económica de América Latina y el Caribe. Consultor de la División de Desarrollo social. 135 Op Cit, Espinosa Mónica. Memoria cultural y el continuo del genocidio, Pág. 59. 136 Bello Álvaro, Etnicidad y ciudadanía en América Latina, la acción colectiva de los pueblos indígenas, Santiago de Chile, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Pág. 9.
37
pueblos indígenas han logrado un reconocimiento constitucional que se ve plasmado por su
carácter multiétnico y pluricultural, de la misma137. Este reconocimiento constituye un umbral
de ruptura con el pasado que según lo expuesto en páginas previas se había caracterizado por
la segregación colonial, la integración forzada a la nación republicana y las políticas de
asimilación e integración indigenista dirigida por el Estado138. Sobre el tema de indigenismo
se trabajará mas adelante.
De lo hasta aquí expuesto se aclara que la concepción de indio ha vivido trasformaciones
significativas entre el siglo XVI y el siglo XX en Colombia. Ciertos sectores de la población
posiblemente cambian su percepción y relación con ellos porque otros tienen una relación casi
de “conquistadores del siglo XVI”. Con relación a los anos de estudio, la concepción de
indígena es la usada en este trabajo.
Dado que se han presentado diferentes opiniones de autores no indígenas, para los años
estudiados se buscó la traducción de la Constitución de 1991 en lengua Nasa Yuwe ya que es
considerada la lengua étnica más importante hablada en el territorio del departamento del
Cauca.
La antropóloga Joanne Rappaport139 y el indígena Abelardo Ramos Pacho140, presentan un
trabajo titulado “Una historia colaborativa: retos para el diálogo indígena-académico “en el
cual plantean que la generación de nuevas perspectivas teóricas tienen sus orígenes en las
culturas de los grupos nativos que suministren nuevas explicaciones con las epistemologías y
prioridades políticas de las organizaciones.
En esta investigación se presentan una reflexión sobre lo que significa teorizar dentro de
situaciones de militancia étnica. “Argumentamos que los teóricos indígenas se mueven entre
la construcción de marcos conceptuales que provienen de las culturas indígenas y aquellos
que surgen del contexto intercultural de la organización indígena”141.
137 Constitución Política de Colombia. Título I, Artículo 7. Sin embargo se sabe que los conceptos de multiétnico y pluricultural han sido cuestionados pero por no ser este tema el eje central de la monografía, no se retoma la discusión. 138 Ibíd, Pág. 21. 139 Antropóloga con un nombramiento conjunto en el Departamento de español y portugués y el Departamento de Sociología y Antropología en la Universidad de Georgetown, recibió su Ph.D. Sociocultural en la antropología de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign en 1982. Sus intereses incluyen: la etnia, la antropología histórica, nuevos movimientos sociales, la alfabetización, la raza, y de la etnografía y la etnohistoria andina. 140 Lingüista, Consejo Regional Indígena del Cauca. 141 Rappaport Joanne, Ramos Abelardo, Una historia colaborativa: retos para el diálogo indígena-académico. En Historia Critica No. 29 ,Revista del Departamento de Historia de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia, 2005, Pág. 40.
38
Con relación a la traducción de la constitución de 1991 realizada a finales del mismo año,
Rappaport y Ramos afirman que esta presenta una estrategia innovadora, donde activistas
nasa se apropian de conceptos derivados de la sociedad dominante, reconfigurándolos en el
marco de las categorías indígenas. En pocas palabras las personas que hablan tanto español
como Nasa Yuwe especulan sobre los posibles significados que una palabra puede tener en
su lengua, buscando acomodar el concepto a sus propios objetivos. “Suelen utilizar esta
estrategia cuando encuentran ideas -tales como “desarrollo”, “interculturalidad” o “cultura”-
cuyos significados en español tienen una resonancia limitada dentro del mundo nasa, pero que
pueden ser adecuados a los proyectos político-culturales indígenas”. 142 Así se formó un
equipo de trabajo para traducir La Constitución de 1991, compuesto por académicos
(realizada por el Centro Colombiano de Estudios de Lenguas Aborígenes, del Departamento
de Antropología, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de los
Andes), lingüistas indígenas y autoridades tradicionales y profesionales con el objetivo de
traducir en Nasa Yuwe conceptos originarios del discurso político pero teniendo como
prioridad la cosmovisión Nasa.
Este “experimento” arrojó dos resultados relevantes. Por un lado, la creación de un glosario
compuesto por nuevos términos. Por otro lado, a medida que se avanzaba en la traducción, se
empezó a reconceptualizar las nociones de patria y de justicia de acuerdo con las necesidades
y desde el punto de vista indígena, así como registrando las bases para su propia propuesta
política pluralista. “Para ser más precisos, no tradujeron la Constitución en sentido estricto,
sino que reimaginaron sus preceptos fundamentales desde la posición del sujeto nasa,
construyendo así una crítica nasa al estado colombiano”143.
De acuerdo con estos autores, la traducción es trascendental para el proyecto indígena pero su
función es inversa, ya que no se marcan diferencias culturales. Es decir, las nasas traducen la
Constitución de 1991 a su cultural, en su propio idioma y adoptan los fundamentos de esta,
mediante la apropiación de conceptos externos gracias a su propio marco político-lingüístico
con el fin de beneficiarse de las potencialidades culturales.
En la prensa consultada, se hace alusión a que las personas que empezaron a escribir en nasa
yuwe fueron los del Instituto Lingüístico de Verano, los del Instituto Misionero de
Antropología, algunos profesores de la Universidad del Valle, la Hermana Ligia Bonilla, y el
142 Ibíd, Pág. 42. 143 Ibíd, Pág. 42.
39
Monseñor García, el prefecto apostólico de Tierradentro. “Todas estas personas escriben cada
cual a su manera y por lo tanto se ha dificultado la unificación del alfabeto nasa iewe”144.
Con base en lo descrito en esta parte del capitulo, se puede concluir que la conceptualización
de lo indio-indígena se ha trasformado a lo largo del tiempo, de acuerdo no sólo con el
contexto social de cada época en particular, sino también con los intereses de las formas de
gobierno hacia los mismos indígenas. Resalto el planteamiento de Mónica Espinosa, el cual
afirma que se tiene que olvidar “que el indìgena no es ni una categoría referencial ni una
descripción referida a individuos, sino la expresión de una relación social instaurada mediante
las prácticas económicas, sociales, políticas y simbólicas del colonialismo moderno”145.
En un primer momento, es decir, los indios son vistos como los pobladores originarios del
continente, como personas ajenas al mundo occidental, son considerados como primitivos y
salvajes e inferiores. En un segundo momento (Ley 89 de 1890-Constitución de 1991) los
indígenas son vistos como personas menores de edad, las cuales deben civilizarse para poder
hacer parte del proyecto nacional. Finalmente, en un tercer momento, a partir de la
Constitución de 1991, los indígenas son respetados y reconocidos como tal, vistos como
sujetos de derechos. De lo expuesto en los numerales 1.1 al 1.4, dichas definiciones no
coinciden con lo expuesto pero tampoco se contradicen. A lo largo de esta parte del capitulo
los autores han usado el concepto de indio bajo la categoría de “salvaje y menor de edad” y el
de indígena como una minoría étnica.
2.2 Luchas indígenas en AL durante 1970 y 1990.
De acuerdo con Odile Hoffman146, desde el inicio de la colonizaci6n española en América, la
tierra pasó a manos de la Corona, adquiriendo el poder de redistribuirla como propiedad
privada a sus súbditos. Sin embargo, la constante resistencia de los indígenas, generó
permanentes conflictos de propiedad con los colonos. La Corona se vio obligada a ingeniar
formas específicas de acceso a la tierra para estas comunidades, reconociéndoles ciertos
derechos pero manteniéndolos bajo tutela, “es la hora de la republica de los indios y de las
144 Op cit, Unificación del alfabeto Nasa Yuwe, Unidad Álvaro Ulcuè, Noviembre de 1986, Pág.2. 145 Ibíd, Pág. 58-59. 146 Geógrafa, directora de investigación al IRD, Institud de Recherche pour le Développement, en Paris.
40
reservas, te6ricamente protegidas de la rapiña de los españoles y a menudo confiadas a la
vigilancia de la Iglesia católica”147.
Esta geógrafa afirma que después de las Guerras de Independencia en el siglo XIX, las
nacientes repúblicas reflexionaron sobre su diversidad interna, debido a la influencia de los
nuevos paradigmas inspirados principalmente por las revoluciones francesa y norteamericana.
“Ha llegado la hora de la construcci6n nacional, y esta necesita el reconocimiento de un sujeto
nacional, ciudadano único protegido por el Estado y sometido a las disposiciones de un
mismo derecho: las legislaciones tienden a suprimir las formas especificas de propiedad
indígena”148. En este mismo sentido Álvaro Bello, afirma que bajo la influencia de leyes y
políticas liberales desde mediados del siglo XIX, continuo sustrayendo a los indígenas sus
bienes, sus posesiones, sus formas de gobierno y hasta su toma de decisiones, la cual
generalmente se hacía de manera colectiva149. En este orden de ideas el denominador común
fue la pérdida de la tierra a las comunidades indígenas y al campesinado a favor de personas
particulares que buscaban expandir su territorio: así el problema agrario se convirtió en el
mayor problema de estas comunidades.
En México por ejemplo, se inicia un proceso en 1857 con las leyes liberales de Benito
Juárez150, las cuales privatizaban las tierras que posteriormente eran entregadas a los
terratenientes. En el Perú y en Bolivia el tributo fue suprimido en 1854 y 1866
respectivamente. En el Ecuador se abolió el tributo en 1857 por medio de un decreto. Ambos
autores concuerdan que las políticas agrarias favorecen la colonización de los espacios
baldíos151.
En el siglo XX, el modelo liberal entra en crisis y aparecen regimenes populistas, nacional
populistas y revolucionarios en diferentes fechas de acuerdo con los países. Con relación al
147 Hoffman Odile, Políticas agrarias, reformas del Estado y afiliaciones identitarias: una comparación entre Colombia y México, En Revista Mexicana de Sociología, Vol. 60 No. 4. (oct-dic) 1998,Pág. 100. 148 Ibíd, Pág. 101. 149 El autor aclara que esta explicación es válida sólo para los países cuya población indígena formaba parte del conjunto de la población desde la época colonial. Para el caso de los grupos indígenas que se incorporaron posteriormente a la formación de los Estados nacionales, no existía un desconocimiento de derechos, ya que no poseían tales derechos en tanto grupos externos; lo que sucede más bien es el rechazo del Estado a otorgarles derechos diferenciados con relación al resto de población.
41
sector agrario, las respuestas nacionales varían en índole e intensidad, como por ejemplo la
Revoluci6n mexicana de 1910 o la ley de las Comunidades Agrarias en el Perú en los años
1920. Durante este periodo, una de las características fundamentales de los grupos indígenas
consistió en la autonomía frente a sus territorios. Esto se empieza a lograr pues se producen
grandes reformas agrarias que se originan gracias a la presión del “campesinado indígena”152.
Aunque estas reformas sirvieron de cierta manera para devolver una parte de las tierras a los
campesinos indígenas, se crearon políticas que buscaban ser un instrumento más de
dominación por parte del Estado. Con relación a esta idea, Hoffman afirma que las reformas
agrarias, se generalizan sin aportar soluciones definitivas. “Los conflictos se multiplican entre
los campesinos, ahora reunidos en organizaciones de base, corporaciones o sindicatos,
independientes o más o menos controlados por el Estado mismo, y las corrientes hegemónicas
constituidas en gran parte por terratenientes”153. En este escenario, el Estado interviene con la
intención de mitigar o resolver las contradicciones por medio de legislaciones para los
campesinos, sólo que sin tener en cuenta su característica étnica. En este sentido la geógrafa
plantea que los campesinos son definidos como sujetos por desarrollar, es decir incompletos y
que este desarrollo pasa por la asimilaci6n a la sociedad nacional y la negaci6n de las
especificidades de su origen étnicas. A excepci6n de algunas experiencias de política
indigenista como en los casos de México y del Perú, las medidas de redistribución de tierras
se manifiestan sobre criterios propiamente ligados a la tenencia de la tierra, pero sin tener en
cuenta el origen étnico de los “campesinos”154.
Con relación al objetivo de esta monografía, me enfocaré en lo que sucedió en América
Latina durante la década de los setenta y ochenta del siglo XX. En esta época se evidenciaron
problemas políticos, trasformaciones en las economías y el efecto de una mundialización
creciente.
En los años setenta se vivió una crisis de las democracias de Suramérica como las de
Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia y Centroamérica como Panamá y México
entre otras, ya que los grupos étnicos y sus movimientos sociales y políticos suscitaron
conflictos socio-políticos. Álvaro Bello plantea que para los indígenas, esta década significa
152 Término que usa el autor. 153 Ibíd, Pág. 101. 154 Término que usa el autor.
42
una reacomodación de sus demandas, su organización y sus formas de simbolización política
hasta entonces de corte campesino155.
Para Pablo Dávalos156, en este periodo se constituyen y emergen con más fuerza los
movimientos sociales, cuyas directrices de acción van a ser la reformulación tanto del
régimen político como de las prácticas sociales en las que se desenvuelven. De esta misma
manera, Guillermo Bonfil Batalla afirma que en Latinoamérica se genera un brote o una
eclosión de organizaciones políticas “indias”157, definidas por este autor como “entes que
hablan y actúan en nombre de un sector de la población que se distingue del resto de la
población, ya que se definen así mismo como indio”158.
Se tomaran como ejemplo tres casos específicos, mostrando lo que sus respectivos autores
consideran como relevante de cada país: El primero es el mexicano, catalogado a la
vanguardia de la política indigenista en América Latina donde se resaltan los derechos
indígenas constitucionales. El segundo es Brasil por su organización comunitaria en la década
de los setenta, sobresalen sus movilizaciones. El tercero en Nicaragua, que durante la década
de los ochenta estableció un gobierno multiétnico, prevalece el gobierno pluriètnico.
México ha sido catalogado como uno de los vanguardistas con relación a la política
indigenista en América Latina. Su Constitución política de 1971 es producto de la Revolución
Mexicana en 1910, la cual consagra derechos a los campesinos dentro de un esquema de
tierras comunitarias159. En esta Constitución los indígenas se definen como “condueñazgos,
rancherías, pueblos, congregaciones, tribus y demás corporaciones de población que de hecho
o por hecho guarden estado comunal”160. Posteriormente este parágrafo se trasformó en la
versión actual del artículo 27 de esta Constitución, suprimiendo el aspecto étnico. Es decir, se
cambiaron los conceptos de tribus y pueblos por núcleos de población ejidales161 y
155 Op. Cit. Bello Álvaro, Etnicidad y ciudadanía en América Latina, Pág. 50. 156 Coordinador del Grupo de Trabajo Movimientos Indígenas en América Latina, Profesor de la Universidad Católica del Ecuador y de la Universidad Intercultural de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas del Ecuador (UINPI). 157 Por consiguiente aún cuando en el capítulo previo se identificó una transición en las concepciones indio-indìgena, como se ha apreciado de una parte ciertos autores, siguen usando el vocablo indio, otros lo asimilan al campesinado en su momento llamándolos campesinos indios. 158 Op Cit, Rodríguez Bernal Adolfo, Resistir para vivir, Pág. 34. 159 Bariè Gregor Cletus, Pueblos indígenas y derechos constitucionales en América Latina: Un panorama., Instituto Indigenista Lationamernicano México, 2000, Pág. 389. 160 Ibíd, Pág. 389 161 En la Colonia eran las tierras incultas que se encontraban en la salida de una población y cuyo usufructo estaba en manos de toda la comunidad.
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comunales. Ejidales entendidos como la forma de producción colectiva de los campesinos en
México. Durante los años setenta, las trasformaciones estructurales de la economía
representan un escenario distinto para la acción colectiva indígena, entendida como una
gestión que busca cambiar el comportamiento de otros y que comienza a ensayar nuevas
formas de organización y alianzas en el espacio público. Este empieza a convertirse en un
ámbito descentrado que los sujetos tratan de estabilizar intentando nuevas formas de
agrupamiento y canalización de sus demandas162. En México, las políticas estatales sirvieron
para la conformación de la acción colectiva indígena, y a la vez sirvieron de referente para
simbolizar los antagonismos y conflictos entre el Estado y los pueblos indígenas. Con el
tiempo el Estado ha pasado a ser uno de los principales interlocutores de dichos pueblos,
figura que se consolidó con las políticas indigenistas del siglo XX.
Posteriormente este país iba a vivir cuatro sucesos importantes relacionados con los derechos
indígenas constitucionales que ocurrieron entre 1992 y 1996, los cuales no serán tratados
porque no hacen parte de los años de estudio con relación a esta investigación.
De acuerdo con, el Instituto Indigenista Interamericano163, Brasil es un ejemplo de lo
expuesto anteriormente por Dávalos, es decir, en este periodo se establecen y emerger con
más fuerza los movimientos sociales, cuyas líneas de acción van a ser la reformulación tanto
del régimen político como de las prácticas sociales en las que se desarrollan. Al igual que en
el resto de América Latina se inicia a mediados de los años setenta las primeras
organizaciones comunitarias que buscan reivindicaciones étnicas. Las primeras asambleas se
remontan a 1972, las organizaciones indígenas tratan de abarcar las demandas de más de 200
etnias por culpa de la represión estatal. Por ejemplo, la Unión de Naciones Indígenas (UNI),
se fundó en 1980 por estudiantes indígenas de Brasilia, este grupo ha obtenido el respaldo de
34 organizaciones indias de la Amazonia Brasileña, además de grupos de apoyo de la
sociedad civil como el Centro Ecuménico de Documentación e Información o el Centro
Indigenista Misionero164. Este Instituto afirma que la solidaridad de los indígenas en el Brasil
está ligada a la aparición de nuevos actores independientes, como los sindicatos, las mujeres,
los afrobrasileños o los movimientos campesinos empobrecidos, “La reivindicación étnica se
162 Ibíd, Pág. 29. 163 Es un Organismo especializado de la OEA. 164 Op Cit, Bariè Gregor Cletus, Pueblos indígenas y derechos constitucionales en América Latina, Pág. 191.
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inserta en un proceso nacional de recuperación y apropiación de espacios institucionales por
nuevos movimientos sociales”165.
Finalmente, Nicaragua estableció un gobierno multiétnico gracias a la promulgación de su
Constitución en 1987. El Instituto Indigenista Interamericano, afirma que la Constitución abre
espacios en las regiones autónomas del Atlántico, la cuales están habitadas por mestizos, y
otros grupos étnicos llamados Sumus, Miskitos, Garìfunas, Criollos y Ramas. Esta Carta
Magna fue redactada entre 1979 y 1990, con el fin de poder establecer el reconocimiento de la
etnicidad, integrar y pacificar dos zonas, el oeste bajo influencia inglesa y el norte bajo
influencia española, donde los indígenas históricamente han estado en conflicto166.
Morin y Santana167, afirman que la mundialización en Latinoamérica en los años 80, ha
favorecido un reposicionamiento geográfico, estratégico, y aun trasnacional de ciertos grupos
humanos a la búsqueda de reconocimiento y de legitimidad política. Con relación a los
pueblos autóctonos, estos han sabido hacer de lo trasnacional un instrumento político para
hacerse visibles y resistir a la roles que se les han sido impuestos. El nuevo orden mundial les
garantiza visibilidad gracias al apoyo de organismos internacionales como el National
Congress of American Indians168, Fraternitè des Indiens du Cànada169, Internacional Work
Indian Affaire (IWGIA)170 o Survival Internacional 171(SI). Estas organizaciones les han
ayudado a preservar a las comunidades el medio ambiente, a devolver a los colectivos
comunitarios el acceso a los recursos que son indispensables, y al reconocimiento de sus
derechos universales172. Los cuales ayudaron en principalmente a visibilizarlos en asesorias
legales.
Así mismo, esto autores afirman que la globalización “desterritorializa”173 a los indígenas, el
transnacionalismo permite la creación de nuevos territorios virtuales. “Estos nuevos espacios
165 Ibíd, Pág.192. 166 Ibíd, Pág. 410 167 Periodista Cubano Independiente. 168 Fundado en 1944. http://www.ncai.org/About.8.0.html 169 Fundada en 1968. http://www.thecanadianencyclopedia.com/index.cfm?PgNm=TCE&Params=f1ARTf0005626 170 Fundada en 1968. http://www.iwgia.org/sw155.asp 171 Fundada en 1969. http://www.survival.es/ 172 Morin Francoise y Santana Roberto. Globalización, trasnacionalismo y pueblos autóctonos. Lo trasnacional, instrumento y desafió para los pueblos indígenas, Ediciones Abya-Yala, 2002, Pág. 7-10. 173 Los desplaza de su territorio.
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se superponen a los otros espacios políticos existentes, como aquellos de las comunidades, de
los grupos étnicos o de los territorios ancestrales” 174. Es más, la internacionalización de los
pueblos indígenas ha permitido el reconocimiento de los derechos universales, la aplicación
de políticas específicas internacionales (como el convenio 169 de la O.I.T. en 1989), o
reformas constitucionales y legislativas a nivel latinoamericano.
Con relación a los años que cubre esta investigación, se destaca que muchas de sus
aspiraciones se encuentran plasmadas en sus constituciones confirmando que son naciones
culturalmente diferentes, y que dentro existen pueblos, a su vez que contrastan entre si y que
se diferencian del resto de la sociedad, así mismo buscan seguir manteniendo esa diferencia.
Por ejemplo, la Constitución de Nicaragua se promulgó en 1986 y entró en vigor a principios
de 1987. Los pueblos indígenas en la Costa Atlántica nicaragüense, existían antes de la
colonización española, de la formación del Estado Nacional y de la incorporación de la
Mosquitia al territorio nacional. “Los pobladores de la Mosquitia corresponde a la definición
de lo que hoy se conoce en el derecho internacional como pueblos indígenas ya que estos
conservan sus propias lenguas, instituciones sociales, economías culturales, y políticas;
además ellos reconocen tener una identidad cultural indígena”175. La constitución garantiza y
reconoce para las tierras de estos pueblos las formas de propiedad comunal; el uso del agua,
tierras y bosques; y el derecho de desarrollar y mantener cu cultura y sus lenguas.
Por otro lado, Constitución del Brasil se promulgó el 5 de octubre de 1988 con el regreso de
la democracia, en ella se introdujo un capítulo referente a los indígenas. Este capítulo
reconoce a los indígenas el derecho a permanecer como siempre como indios, rompiendo la
tradición brasilera de cinco siglos de política integracionista. Adicionalmente, “se amplió los
derechos de los indios, reconociendo su organización social, sus usos, sus costumbres,
religiones, lenguas y creencias; consideró el derecho a la tierra como originario, conceptúo las
tierras indígenas, incluyendo en ellas no sólo aquellas necesarias para la vivienda, sino para la
producción, la preservación del medio ambiente y las necesarias para su reproducción física y
cultural”176. Esta constitución abrió el nuevo camino en la historia de las relaciones entre el
Estado y los pueblos indígenas.
174 Op Cit, Roldan Roque, Los derechos de los pueblos indígenas: el caso de Colombia, Pág. 8. 175 Ibíd, Pág. 148. 176 Ibíd, Pág. 149.
46
Finalmente la Constitución de México incluyó a los pueblos indígenas el 28 de enero de 1992.
Durante este proceso es importante aclarar que fue dirigido por el Instituto Nacional
Indigenista, por medio de la Comisión Nacional de Justicia para los Pueblos Indígenas. Los
artículos en la constitución reconoce, protegen, promueven respetan los pueblos indígenas.
“La ley protegerá y promoverá el desarrollo de sus lenguas, culturas, usos, costumbres,
recursos, y formas especificas de la organización social, y garantizará a sus integrantes el
efectivo acceso a las jurisdicción del Estado”177.
La importancia de los cambios constitucionales radica en que “le da solidez y proyección a las
desiciones y porque hace presumir una solidaridad a apoyo nacional a ellas”178. Estas
constituciones sirven como antecedente en los demás países latinoamericanos para que
diferentes pueblos que todavía no fueron incluidos en sus constituciones, ahora si tengan un
ejemplo para poder hacerlos. En este sentido estos logros por parte de las comunidades
indígenas se lograron gracias a su organización, conciencia política e instrumentos legales.
En la década de los noventa, el Instituto Indigenista Interamericano afirma que la mayor parte
de los países de América Latina revisan sus constituciones e introducen los conceptos de
multietnicidad y pluriculturalidad pero, a diferencia de Colombia, tienden más bien a
desmantelar los sistemas de propiedad social, comunitaria o colectiva que habían sido
establecidos anteriormente179. Siguiendo esta misma idea, Pablo Dávalos afirma que se
realiza la eclosión de nuevos movimientos sociales de los cuales se destaca el movimiento
indígena., “en toda América Latina, surge con mucha fuerza un entramado social y
organizativo basado en la vida comunitaria de los pueblos indígenas, que servirán de sustento
para la movilización social y política de muchos movimientos sociales en el continente”180.
La importancia de los movimientos indígenas radica en su nivel de participación, en la lucha
social y paralelamente incorpora nuevos temas en la agenda política, abriendo campo a
nuevos cambios sociales y a la dialéctica de la emancipación. Bajo esta misma idea, Álvaro
Bello afirma que este ejercicio de reconocimiento constituye un umbral de ruptura con un
pasado caracterizado por la segregación colonial, la integración forzada a la nación
republicana y las políticas de asimilación e integración indigenista dirigidas por el Estado, sin
177 Ibíd, Pág. 129. 178 Ibíd, Pág 7. 179 Op cit, Hoffman Odile, Políticas agrarias, reformas del Estado y afiliaciones identitarias, Pág. 100 180 Dávalos Pablo, Pueblos indígenas, Estado y democracia, CLACSO, 2005, Pág. 17.
47
importar que en muchos países este reconocimiento haya tenido un carácter más bien formal y
discursivo181.
2.3 Indígenas en Colombia
Los investigadores del Departamento Nacional de Planeaciòn (DNP), Raúl Arango Ochoa y
Enrique Sánchez Gutiérrez182 afirman que hasta 1989, en Colombia viven 81 pueblos
indígenas, conformadas por 450 comunidades que están a lo largo y ancho del país, pero que
se concentran especialmente en la región de la Amazonía, la Orinoquìa, el litoral Pacífico, los
Andes y la Península de la Guajira. Estos grupos varían entre sí, y por ende es compleja la
formulación de políticas, planes o programas para estas comunidades183. A lo largo de la
historia de Colombia, diferentes grupos como los colonos, indígenas, campesinos, o
agricultores, han debido negociar su acceso a la tierra con el Estado para que reconozcan sus
derechos. La geógrafa Hoffman asevera que estas categorías de identidad condicionaban el
reconocimiento de sus derechos de propiedad, lo cual los situaban en los escenarios de
negociación aceptados por las sociedades nacionales y por el contexto internacional.
Con relación a la situación de los indígenas, Roque Roldán Ortega rescata que Colombia
inició importantes ordenamientos del derecho internacional a lo largo del siglo XX,
especialmente entre las décadas de los cuarenta y sesenta. Este autor hace alusión a la
“adhesión en 1943 a la Convención sobre el Instituto Indigenista Interamericano. En 1945,
aprobó la Carta de las Naciones Unidas y el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia. En
1951, aprobó la Convención para la prevención y la sanción del delito de genocidio (…)
posteriormente se inscribió al Convenio 107 de 1957 de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), sobre la protección e integración de las poblaciones indígenas y tribales en los
países independientes”184. Ahora bien, durante este siglo y más concretamente en las décadas
de 1950 y de 1960 la situación de los indígenas era parecida a la del siglo XIX donde
181 Op cit, Álvaro Bello, Etnicidad y ciudadanía en América Latina, la acción colectiva de los pueblos indígenas, Pág. 21. 182 Investigadores del DNP. 183 Arango Raúl, Sánchez Enrique. Los pueblos indígenas de Colombia. Departamento Nacional de Planeaciòn (DNP). 1989. Pág. 7 184 Op cit, Roque Roldán, Pueblos indígenas y leyes en Colombia, Pág. 22.
48
perduraba la creencia de que eran “hombres inferiores, sin derecho a la propiedad, a la
justicia, a la libertad y al trabajo”185.
En 1967 se incorporó la Ley 31, la cual ratificaba e incorporaba como ley nacional el
Convenio 107 de 1957 sobre la “protección e integración de las poblaciones indígenas y
tribales en los países independientes”186. Estas normas abrieron el camino de entendimiento
entre los indígenas y el Estado con el fin de ir reconociendo los derechos de estas
comunidades. La aprobación de estas normas abre un espacio para discutir y definir
iniciativas para el reconocimiento de los derechos de las comunidades indígenas.
Por otra parte la lucha por la recuperación de sus tierras también constituyó un factor
importante en su disputa en la década de los setenta. Exigían al Instituto Colombiano de
Reforma Agraria (Incora) la expropiación de las haciendas que habían sido sus resguardos
para que fueran entregadas tituladas de forma gratuita a las familias indígenas, aparte de la
ampliación de los resguardos en los casos que existieran minifundios, a través de la ley de
Reforma Agraria, en su apartado de concentración parcelaria. Adicionalmente, exigían la
modificación de la ley 89 de 1890 en la parte para que sean tratados como colombianos y
ciudadanos de la Republica, que pudieran participar en la modificación de estas leyes ya que
eran los propios conocedores de sus problemas y sus soluciones187.
En los años ochenta el Movimiento Indio se desarrolló en dos periodos, el primero va hasta
1986 y el segundo hasta la Asamblea Nacional Constituyente en 1991. En la primera etapa lo
más importante fue la conformación del Movimiento Indio Nacional como fenómeno social188
y en ella la participación del Consejo Regional Indígena del Cauca, la modificación de la
agenda de la organización político comunitaria del CRIC y el surgimiento del octavo punto de
la plataforma de lucha que buscaba la exigencia de la aplicación de la ley 89 de 1890 y demás
disposiciones legales favorables a los indígenas.189. La segunda etapa se destaca la
emergencia del sur del Cauca como una región del departamento que se moviliza y reclama la
atención del Estado, la modificación de la agenda del CRIC y el surgimiento del noveno
185 Ibíd, Pág. 41. 186 Ibíd, Pág. 22. 187 Ibíd, Pág. 43. 188 Ibíd, Pág. 37. 189 Cortes Pedro, El desarrollo de la Organización Indígena: El Consejo Regional Indígena del Cauca, CRIC, Proyecto No. 155, Banco de la Republica, Fundación para la promoción de la investigación y la tecnología, 1984, Pág. 172.
49
punto de la plataforma de lucha--solidaridad con las luchas de todos los explotados y
oprimidos190- -el proceso de auto-identificación del pueblo Yanacona y por último las
organizaciones comunitarias a nivel político para poder hacer parte de la Asamblea Nacional
Constituyente.
En la década de los noventa influyen al Movimiento Indio la Constitución política de
Colombia, la modificación de la agenda del CRIC creando el proyecto político, en un
proyecto sociocultural y en un proyecto económico o de economía propia. Amparo Myriam
Espinosa resalta que el movimiento indígena aborda ante todo problemas locales ordenados
en ejes, temáticos como la educación, cultura, identidad, y comunicación. Dentro de esos
problemas se incluyen la estructura organizativa política; las dinámicas de los cabildos; el
papel y la capacidad de autoridad de los gobernadores actuales; los cambios en las
instituciones locales; las relaciones entre gobernadores y cabildo y la dirección de las
organizaciones indígenas las relaciones entre resguardos; las dinámicas de las asociaciones de
los cabildos; y las relaciones con poderes regionales y nacionales como el municipio, la
policía o la guerrilla191. Tal como se evidenció con la revolución Mexicana ò en Brasil con
los grupos de apoyo de la sociedad civil como el Centro Ecuménico de Documentación e
Información. Teniendo en cuenta lo expuesto a continuación se desarrollaran aspectos
generales para el país como la demografía, el problema agrario, los retos indígenas y su
resistencia para pasar al departamento del Cauca.
2.3.1 Información demográfica de la población indígena
Los investigadores Raúl Arango y Enrique Sánchez afirman que la información demográfica
sobre los pueblos indígenas siempre ha tenido innumerables limitaciones por culpa de varios
motivos. Factores como la complejidad de la población, su dispersión, el difícil acceso a las
comunidades, las diferencias culturales y concretamente las lingüísticas y la desconfianza por
parte de estas comunidades hacia terceros, son un obstáculo para obtener información
acertada192. Los censos nacionales han cubierto de manera deficiente la población indígena y
190 Op cit. Cortes Pedro, El desarrollo de la Organización Indígena, Pág. 172. 191 Espinosa Amparo Myriam, Movimientos sociales en la María-Piendamò, Territorio de convivencia, diálogo y negociación, En Retornando la mirada: Una investigación colaborativa interétnica sobre el Cauca a la entrada del milenio, Universidad del Cauca, Ene, 2005, Pág. 131 192 Arango Raúl y Sánchez Enrique, Los pueblos Indígenas de Colombia 1997, desarrollo y territorio., Departamento Nacional de Planeaciòn, Unidad Administrativa Especial de Desarrollo Territorial, Julio 1998, Pág. 75.
50
generalmente realizan estimaciones, sólo el censo de 1993 se encargó de diseñar un
formulario especial para registrar el número de indígenas en el País.
La siguiente tabla muestra el número de indígenas en el país, gracias a los censos y
estimativos de las organizaciones nacionales realizados durante el siglo XX que serán
presentados a continuación.
Tabla No. 1 Población total indìgena
Fuente Año Cantidad de Población
Indìgena
Censo Nacional 1938 100.422
Handbook of South American Indians 1940 165.000
Censo Nacional 1951 157.791
Anuario Indìgena 1961 250.000
Censo Nacional 1964 119.180
Ministerio de Gobierno 1964 268.146
Ministerio de Gobierno 1966 297.000
Instituto Colombiano de la Reforma Agraria 1971 344.000
Censo Nacional 1973 383.629
Departamento Nacional de Planeaciòn 1980 412.000
Censo Nacional 1985 341.707
Departamento Nacional de Planeaciòn 1988 448.710
Instituto Colombiano de la Reforma Agraria 1990 497.612
Censo 1993 1993 532.233
Departamento Nacional de Planeaciòn 1993 603.280
Dane 1997 701.860
Cuadro síntesis realizado por José Escobar año 2008 a partir de esta Fuente: Arango Raúl, Sánchez Enrique. Los pueblos Indígenas de Colombia 1997, desarrollo y territorio. Departamento Nacional de Planeaciòn, Unidad Administrativa Especial de Desarrollo Territorial. Julio 1998. Pág. 77.
Ahora bien, el censo de 1993 se apoyó en un trabajo que realizó en Departamento Nacional de
Planeaciòn (DNP) en 1988 ya que este organismo realizó censos pilotos en departamentos
51
Como el de la Guajira. Aclaro que sólo a partir de censo de 1985 aparece la población
indígena censada. Con relación al tema de esta monografía, el departamento del Cauca agrupa
a 129.108 indígenas, lo que equivale al 15.1% de la población indìgena total en Colombia de
acuerdo con el censo de 1985193. El censo de 1993 muestra un aumento de población, ya que
existen a 131.149 indígenas en el departamento del Cauca, lo que equivale al 24.65% de la
población total del país194. Lo que se busca mostrar es que el departamento del Cauca cobija
la gran mayoría de los indígenas en el país sin importar que exista una disparidad de
información en los estudios de varias entidades gubernamentales.
2.3.2 El problema agrario en Colombia en la década de los setenta del siglo XX
Rodríguez Bernal y su equipo de trabajo parten de la premisa general de que la tenencia de la
tierra en el caso colombiano se orienta hacia un nivel de concertación de la propiedad.
“Para 1960, el 67% de los propietarios con predios menores de 5 hectáreas ocupaban el 6% de la superficie, mientras que el 1.4% con propiedades mayores de 200 tenían el 46%. Para 1984 el 37% de los propietarios, poseedores de predios de más de 500 hectáreas poseían el 34.8% del total de la tierra en nuestro país y el tamaño promedio de los latifundios de más de mil hectáreas paso de 2.764 hectáreas en 1970 a 3.562, mientras el 57% de los propietarios, con parcelas de menos del 3% de la superficie. Para 1989, el 67% de los propietarios poseía el 5.2% de la superficie, mientras que el 1.3% de las propiedades cubría el 48% del área”195.
Con lo anterior se puede se puede afirmar que Colombia ha vivido un proceso de abandono de
las zonas rurales por parte de un número considerable de habitantes, en este orden de ideas
con el final del apartado anterior se puede afirmar que a mayor número de población indìgena,
menor es la cantidad de territorio que poseen.
Este grupo de trabajo afirma que este comportamiento se debe a un debilitamiento progresivo
de la economía agraria, a la institucionalización del conflicto armado, a la falta de resultados y
soluciones por parte del gobierno con relación al sector agrario y la consecuente
concentración de tierras desocupadas a manos de personas naturales o jurídicas196.
Durante los años setenta, el Estado colombiano era considerado como débil ya que nunca
estableció alianzas fuertes con el mundo indígena y campesino. El principal problema era la
193Op Cit, Arango Raúl y Sánchez Enrique. Los pueblos indígenas de Colombia, Pág. 33 194Ibíd, Pág. 83 195 Op Cit, Rodríguez Bernal, Adolfo, Resistir para vivir. Pág. 156 196 Ibíd, Pág. 156
52
tenencia y posesión de las tierras. Adolfo Rodríguez y su equipo de trabajo, definen la
cuestión agraria como “el conjunto de problemas estructurales que le impiden a la sociedad
rural potenciar su desarrollo y alcanzar un proceso dinámico de crecimiento con modernidad,
además de proyectarse en condiciones de equidad al ámbito nacional e internacional”197. Ante
el crecimiento y presión por parte del campesinado, se instaura una reforma agraria por medio
del Instituto Agrario de Reforma Agraria (Incora), mediante la expedición de la Ley 135 de
1961. Para el sociólogo Anders Rudqvist198 esta reforma consistía en tres puntos
fundamentales: modernizar el sector agrario, aumentar su productividad e integrarlo al
desarrollo capitalista del país y pacificar las áreas rurales afectadas por la acción de la
guerrilla. Este autor afirma que en 1965, el 86% de las explotaciones estaba constituido por
haciendas de hasta 20 hectáreas, ocupando el 14,6 % de la superficie agrícola total. En el otro
extremo, el 30,4% del arrea total correspondía a las haciendas de mas de 1000 hectáreas,
representando el 0,2% del total de explotaciones agrícolas199.
Ahora bien, este sociólogo afirma que para solucionar el problema de la tierra se establecieron
dos posibles soluciones. Por un lado, que el INCORA contaba con presupuesto considerable
de ejecución de sus políticas a nivel agrario, y por el otro la creación de la Asociación
Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) entre el 7 y 9 de julio de 1970 en el I Congreso
Nacional de Usuarios Campesinos. Las bases para la organización campesina se sentaron por
medio de la iniciativa del presidente liberal Carlos Lleras Restrepo en 1968 y de acuerdo con
Rafael Pardo, “Quienes con Carlos Lleras impulsaban la necesidad de redistribuir las tierras,
encontraron un favorable apoyo a la iniciativa en el gobierno del presidente John F. Kennedy,
que le dio impulso con el programa de la Alianza para el Progreso”200. Esta alianza fue
promovida por el presidente Kennedy en 1961, por un periodo de 10 años y buscaba la
promoción del desarrollo económico de los países de la región, créditos económicos e
inversiones en América Latina para así combatir el comunismo. De esta manera el presidente
Lleras se sentía respaldado por los Estados Unidos. De acuerdo con este autor esta alianza no
tuve mayores repercusiones en el país.
197 Ibíd, Pág. 28 198 Sociólogo 199 Rudqvist Anders, La Organización Campesina y la Izquierda ANUC en Colombia 1970 – 1980. Centro de Estudios Latinoamericanos, CELAS Universidad de Uppsala. Informes de Investigación No. 1 1983, Pág. 3 200 Pardo Rafael, Carlos Lleras y la reforma agraria, En Revista Cambio No. 774. Mayo 2 de 2008, Pág. 20.
53
La intención del gobierno era comenzar la organización campesina para lograr desarrollar la
reforma agraria de manera eficaz y eficiente. Dentro de esta organización se definió como
usuario a cada campesino que hubiera usado, estuviera usando o fuera a usar los servicios del
Estado ofrecidos dentro del sector rural. Esta definición brindó a los campesinos la
posibilidad de afiliarse a las asociaciones locales de la ANUC. “La organización se vio
fortalecida por el hecho de que las instituciones estatales para el agro, por decisión del
gobierno, tuvieron que incluir representantes de la ANUC como participantes en sus
procesos de planeamiento y decisión a nivel agrario”201. Así mismo, se estableció que la
participación campesina seria voluntaria, gratuita y apolítica. En este orden de ideas la
organización de los campesinos significó que ellos pudieran participar de manera significativa
en la vida política y nacional, esto implicaba que ellos empezaran a definir objetivos y
necesidades concreta.
Considero relevante hacer una aclaración, tanto los indígenas como los campesinos del Cauca
han luchado por la recuperación de sus tierras, pero para los campesinos “la lucha por el
derecho a la tierra ha sido la forma de cambiar la explotación y la injusticia social existente en
los latifundios y grandes haciendas; para nosotros los indígenas la lucha por la tierra es la
lucha por el derecho a una cultura, a un gobierno, a un territorio propio; la tierra es centro de
nuestra vida”202.
De acuerdo con el Ministerio de Agricultura, en 1968 la organización campesina había
registrado 700.000 miembros y realizado 52 cursos para dirigentes campesinos en 41
diferentes lugares del país. La íntima colaboración del gobierno reforzó la posición de los
campesinos y, por lo menos hasta 1970, cuando se posesionó el presidente conservador
Misael Pastrana Borrero, los campesinos apoyaron la política agraria del gobierno. Este
mismo años se promulgó la Ley 1ª de 1968, la cual buscaba complementar la Ley 135 de
1961. Esta nueva ley se enfatizó en “la afectación de los predios inadecuadamente explotados,
la entrega de tierra a aparceros que la trabajaban y facilitó algunos trámites”203, esta ley logró
la baja de los predios y de la renta de la tierra.
201Ibíd, Pág. 7. 202 Op Cit, La tierra, protagonista de nuestra historia, Unidad Álvaro Ulcùe, No. 23. Febrero 1992, Pág. 6. 203 Op Cit, Rodríguez Bernal Adolfo, Resistir para vivir, Pág. 154.
54
El gobierno del presidente Pastrana contaba con dos opciones, sacar adelante la Reforma
Agraria o enterrarla definitivamente. Este gobierno optó por enterrarla ya que no hubo un
discurso público en el que se reconociera llevar a cabo una política de redistribución de
tierras. En 1973 se lleva a cabo el Pacto de Chicoral, donde se acordó políticamente elevar la
productividad del sector rural, lo cual terminó beneficiando a los terratenientes, capitalistas,
partidos tradicionales (Liberal y Conservador) y a gremios de propietarios, dejando en un
segundo plano el problema de la tenencia de la tierra. Posteriormente en 1975 fue expedida la
Ley 6ta, considerada una norma de aparcería, la cual confirmó la Ley 1ª de 1968204.
Christian Gros205 complementa esta idea, sustentando que la clase política no veía en la
Reforma Agraria el medio de lograr la paz social por dos factores, el primero hace alusión a
un factor de desestabilizaci6n susceptible de acabar en una nueva violencia. El segundo, es
que se considera demasiado costosa la inversión.
“Desde 1962 hasta 1983 la INCORA ha gastado 172 mil millones de pesos (precio de 1983), o sea dos veces el presupuesto nacional de inversi6n del país para 1983. Ha intervenido sobre un millón 677 mil hectáreas, de las cuales solo han sido objeto de un procedimiento de expropiaci6n 63 167. Estas tierras han permitido dotar en todo y por todo a 53 695 familias con 974 168 ha (18 hectáreas en promedio por familia), en tanto que en 1970 se estimaba en cerca de un millón el número de demandantes de tierras... Durante el mismo periodo la INCORA ha desempeñado un papel de agente de colocaci6n: 236428 familias recibieron títulos de propiedad sobre tierras libres (baldíos) en un total de 6 millones 875 259 hectáreas”206.
Por su parte, la geógrafa Hoffman asevera que la reforma agraria, no tuvo un alcance
significativo ya que sólo distribuyó apenas el 1% de las superficies legalmente afectables
entre 1961 y 1971, y fue prácticamente abandonada algunos años después. Sin embargo,
ciertos sectores agrícolas constituyen la excepción, como por ejemplo el sector cafetero la
Asociaci6n Nacional de Industriales (ANDI) o la Sociedad de Agricultores de Colombia.
Posteriormente la legislación agraria se emplazó hacia la adquisición de tierras por medio del
Incora, este organismo era el encargado de regular las colonizaciones y los programas
encaminados a resolver la ocupación de fronteras.
204 Op Cit, Rudqvist Anders, La Organización Campesina y la Izquierda ANUC en Colombia 1970 – 1980., Pág. 5 205 Antropólogo 206 Gros Christian., Reforma agraria y proceso de paz en Colombia. En Revista Mexicana de Sociología, Vol. 50, No. 1, (Jan. - Mar., 1988), Pág. 289.
55
Finalmente, Adolfo Bernal y su equipo de trabajo se basan en una periodizaciòn sobre la
trayectoria de la ANUC que se pueden ubicar históricamente en tres periodos. El primero,
cubre tres años, desde 1967 hasta 1970, cuando esta organización es promovida por el
gobierno liberal de Lleras Restrepo y se establece la fase paraestatal de la ANUC. La segunda
fase, cubre entre 1971 y 1974 y se caracteriza por el enfrentamiento entre el Movimiento
Campesino y el Estado. Por su parte el movimiento logra movilizar campesinos con el fin de
recuperar la tierra, el movimiento se consolida y se polìtiza por medio de una propuesta
política campesina de izquierda de estilo maoísta. Por último el tercer periodo va desde 1975
hasta 1977 se inicia un periodo de debilitamiento de la organización. Aunque el movimiento
sigue luchando por la tierra, los usuarios no lograron avances significativos con relación a su
lucha y no halló una política clara frente el campesinado parcelero. El problema es la
“estructura organizativa nacional que fue heredada por el Gobierno, que había permitido la
fuerza el movimientos hasta mediados, de la década, se convierte en un poder burocrático que
se deslinda continuamente de los intereses de la base y se vuelve escenario de disputas
políticas”207.
De lo expuesto para el tema de la monografía esta periodizaciòn muestra que al principio
hubo un intento y un acuerdo entre el gobierno y las comunidades campesinas e indígenas
para organizar una reforma agraria y una organización campesina que vincularía los
indígenas. Posteriormente estas relaciones desaparecen y la organización se debilita,
finalmente las comunidades indígenas optarían por crear su propia organización, esto lo
veremos más adelante.
2.3.3 Los Indígenas: El Problema de Subsistencia y de Tierras
La época de La Violencia 1946-1964 afectó directamente a las comunidades indígenas en
Colombia, como las del Cauca, Tolima y el Huila cuando se desató la guerra oficial contra las
llamadas repúblicas independientes que resistían la represión comandas por el Partido
comunista o las nacientes FARC. Los años sesenta son considerados como “una época muy
cruel para las comunidades indígenas del país, agredidas por la colonización de tierras
desatada por la usurpación y el desplazamiento generados por La Violencia y una mentalidad
colectiva de desprecio y negación”208. Diversas narraciones como las del Monseñor Gerardo
207 Op Cit, Rodríguez Bernal, Adolfo, Resistir para vivir, Pág. 31. 208 Sin autor, Heroica resistencia a la invasión, En Utopías No. 67 Año VII, Agosto de 1999, Pág. 22.
56
Valencia Cano, el cual afirma que en el Vaupès se vendían indígenas a $1.600 en cuaucherìas
o persecuciones y sevicia contra la población nativa en la Guajira y la Sierra Nevada.
También en la Serranía de los Motilones y el Catatumbo, contra los Motilón-Barì por parte de
unas petroleras americanas o en los Llanos Orientales con el adoctrinamiento y el espionaje
por el Instituto lingüístico de Verano. De acuerdo con esta fuente, dos acontecimientos
recorriendo el mundo, produciendo el rechazo de la comunidad internacional, y ocasionado un
pronunciamiento del Tribunal Russel contra el etnocidio en Colombia. El primer caso ocurre
el 27 de diciembre de 1967, en un lugar llamado La Rubiera, en el departamento de Arauca;
18 indígenas Cuiva, entre ellos ocho niños, fueron asesinados a traición por Anselmo Aguirre
(venezolano) y Marcelino Jiménez (colombiano) que los habían invitado a comer a una finca
de la región. Al día siguiente, los anfitriones advirtieron a uno vaqueros que se acercaban
unos indígenas a robar y que había que matarlos. Al ver los indios comer en la finca,
procedieron atraparlos y a matarlos sangrientamente. Dos sobrevivientes denunciaron el caso
y los detenidos fueron llevados a juicio, estos narraron las masacres argumentando que no era
malo ya que eran indígenas209. Hubo juicio por este acontecimiento pero el juez decidió
dejarlos en libertad ya que la cacería de indígenas era considerada normal en la región,
convencidos de que eran animales salvajes.
El segundo caso hace referencia a las persecuciones, asesinatos y torturas por parte de los
blancos contra los indígenas guahibos en la región de Planas entre los ríos Meta y Vichada, en
los llanos orientales en 1970, “organizaron cacerías humanas conocidas como guahibadas,
que consistían en reunir a un grupo de colonos vecinos y salir a cazar indígenas”210.
Posteriormente se genera un debate en el Congreso pero sin generar ninguna reacción en pro
de las comunidades indígenas, al contrario, los indígenas fueron desterrados por los colonos
los cuales se vieron obligados a emplearse al mejor postor o a vender precios estrambóticos
de sus artesanías para poder sobrevivir211.
Durante este mismo periodo los indígenas en el país que estaban vinculados laboralmente
bajo formas serviles en las diferentes haciendas, pero ante la negativa y nulo avance de la
Reforma Agraria, estos deciden organizarse para iniciar un movimiento y reclamar las tierras
209 Ibíd, Pág. 22. 210 http://www.derechos.org/nizkor/colombia/libros/nm/z7/ZonaSiete01.html 29 de Mayo de 2001. 211 Op. Cit, Heroica resistencia a la invasión, Pág. 22.
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perdidas o generar una ampliación de sus reducidos espacios. Adicionalmente los indígenas
reclaman autonomía y respeto y tolerancia hacia sus culturas.
El Estado respondió con medidas débiles y se abstuvo a responder prontamente, generando la
expansión del movimiento indìgena ya que al del Cauca se sumaron los movimientos
indígenas de la costa Atlántica, de la Costa Pacífica, de los Llanos y de la Amazonía, ya que
se sentía amenazados por la colonización y expansión de la hacienda. Esta movilización se
vio respaldada por el movimiento campesino y estudiantil, presionando al Estado a genera
políticas acordes con las reclamaciones por parte de estos grupos. Por ejemplo en la Costa
Pacífica, las comunidades negras indígenas se organizan en contra de la desatención del
Estado, “esta coyuntura de indígenas y comunidades negras, es para que conjuntamente
solicitemos al gobierno (exijamos la mejor) la legalización de un gran territorio como reserva
para las futuras generaciones”212.
2.4 Resistencias: Campesinas e Indígenas
Esperanza Hernández afirma que desde el descubrimiento la “resistencia ancestral, los
pueblos indígenas han logrado pervivir a la adversidad y a las distintas violencias, en las
últimas décadas se han convertido en importantes actores sociales y políticos, y que aportan al
proceso de construcción de paz en el país”213. Pero el problema de estas resistencias en los
últimos cuarenta años del siglo XX radica principalmente en el problema de la tierra, según se
ha visto para el indígena la tierra no sólo es un medio de producción, sino un territorio
asociado a su origen, creencias e historia. De acuerdo con Pedro Cortés la existencia de los
resguardos indígenas siempre ha sido atacada.
Para 1972, los mismos indígenas y de la exaltación de los valores propios de su cultura,
buscan crear una ideología que integrará y que no excluyera las posturas indigenistas, ya que
percibieron que la ANUC buscaba campesinizar a los indígenas214. Cabe recordar que tanto
los indígenas como los campesino del Cauca han luchado por la recuperación de sus tierras,
pero a diferencia con los campesino, los indígenas la tierra es centro de su vida. Con relación
al análisis de prensa, el periódico Unidad Álvaro Ulcuè, afirma que en una primera instancia a
212 Op Cit, Las comunidades indígenas y de la Costa Pacífica nos organizamos, Unidad Álvaro Ulcué, No. 17, Junio de 1990, Pág. 12. 213 Op Cit,, Hernández Esperanza, La resistencia civil de los indígenas del Cauca, Pág. 179. 214 Op Cit, Roque Roldán, Pueblos indígenas y leyes en Colombia, Pág. 14.
58
nivel nacional se da un auge de luchas campesinas lideradas por el ANUC215, los cuales
buscaban el apoyo indìgena.
Es clave resaltar dos cosas, la primera que los indígenas buscaban una inclusión social sin que
esto significara la pérdida de sus tradiciones culturales. “Como sucede con otros
movimientos sociales del país la relación con el estado oscila entre la dependencia y en
antagonismo, aunque en los indígenas hay mas signos de autonomía. El hecho de que ellos
hayan moldeado su identidad distanciados de las políticas oficiales, es una expresión más de
esa característica del movimiento indígena “216.
La segunda, es que movimiento indígena del Cauca que nace en esta década visibiliza la
deficiencia del Estado frente las demandas de las comunidades produciendo uno de los pilares
de la lucha indígena; la resistencia por medio de la lucha directa, que es influenciado por el
pensamiento de Quintín Lame. Este caracterizaba al Estado como una institución distante de
pretender construir un orden social basado en los principios de dignidad humana, de la
prevalecía del interés general y de la justicia217.
2.4.1 El Cauca:
El departamento del Cauca cuenta con la mayor población indìgena de Colombia, seguido por
la Guajira, Nariño, Chocó, Córdoba, Vaupès, Putumayo, Vichada, Guainìa y Amazonas. Se
acuerdo con la investigadora Myriam Galeano, son siete las comunidades indígenas que
sobrevienen desde la llegada de los conquistadores, estas comunidades son: Los Nasas, Los
Guambianos, Los Totoroez, los Kokonucos, Los Yanaconas, Los Epera-Siapidara y los
Ingas218 (ver mapa 2).
De acuerdo con la antropóloga Espinosa, históricamente el departamento del Cauca219 (ver
mapa 1 ) ha sido una región atrasada a nivel económico, ya que es responsable del tipo de
población que acoge: “negros, indios y una casta especial de terratenientes descendientes de 215 Op Cit, 20 años de lucha, veinte años de historia, Unidad Álvaro Ulcùe, No. 19. Febrero de 1991. Pág. 8. 216 Op Cit, Archila Mauricio, Idas y venidas, vueltas y revueltas, Pág. 405. 217 Op Cit, Roque Roldán, Pueblos indígenas y leyes en Colombia, Pág. 25. 218 Op Cit, Galeano Lozano, Myriam del Carmen, Resistencia Indìgena en el Cauca: labrando otro mundo., Pág. 13. 219 Este departamento está ubicado en la parte sur occidental de Colombia, entre las regiones andinas y pacíficas, y cuenta con una extensión de 29.308 km2, que equivale al 2,7% del territorio nacional. Limita, por el norte, con el Departamento del Valle; por el este, con los departamentos de Tolima, Huila y Caquetá; por el sur, con los departamentos de Nariño y Putumayo; y por el oeste, con el océano Pacífico219.
59
españoles que son responsables de la mala economía cuacana, que no tenían visión económica
y, de otro lado, se asemejaban a la población aborigen al conformarse con lo necesario para
vivir, mientras que los que sí lograban poner circular un capital eran los venidos del norte de
Colombia y los extranjeros”220. De acuerdo con Esperanza Hernández, este departamento se
ha caracterizado por la “persistente huella de la historia en la generación de profundas
desigualdades, diversas formas de exclusión e injusticia social; la composición multiétnica y
pluricultural de su población; expresiones de acumulación de riqueza y de pobreza extrema;
presencia de diversas modalidades de violencia; y la emergencia y consolidación de
movimientos sociales, iniciativas de paz desde la base y experiencias de resistencia civil”221.
Durante los últimos veinte años del siglo pasado, el departamento del Cauca ha vivido un
proceso de reconocimiento de los derechos políticos minoritarios gracias a la aparición
constante de los activistas indígenas “han desempeñado un papel político decisivo dentro del
escenario regional como movilizadores de movimientos de protesta, guerrilleros, planeadores,
funcionarios de gobierno e intelectuales públicos”222.
De acuerdo con los diferentes autores consultados, el problema del departamento del Cauca se
fundamenta en dos factores: El primero es el exterminio de la cultura indìgena y el segundo es
la pérdida de tierras, estos dos problemas se presentaran a lo largo de este acápite.
Los pueblos indígenas del Cauca son los creadores del movimiento indígena en Colombia ya
que los estos era los poseedores de una cultura que se le negaba a existir, además de ser un
sector marginado, a partir de este momento deciden organizarse. Con relación al primer
punto, Espinosa asevera que desde 1970 se han comprometido con propuestas y acciones no
violentas para la recuperación, el fortalecimiento, la protección de sus culturas, su ejercicio de
autonomía y el desarrollo de un proyecto político que ellos identifican como la “construcción
de un nuevo país y un mundo posible y deseable”223.
Con relación al segundo punto, el Consejo Nacional Indìgena del Cauca afirma que la
apropiación y tenencia de la tierra “ha sido un elemento infaltable en la paz y en la guerra, en
el atraso y en el progreso, en los remanentes de poder de la clases política tradicional y en la
220 Op Cit, Espinosa Amparo Myriam, Movimientos sociales en la María-Piendamò, Pág. 131. 221 Hernández Esperanza, La resistencia civil de los indígenas del Cauca, Participación Política. Bogotá (Colombia), Vol. 11, No. 1, 177-220, enero-junio 2006. Pág. 182. 222 Op Ci, Rappaport Joanne. Retornando la mirada. 2005. Introducción. 223 Ibíd, Pág. 179.
60
lucha que se les da la fuerza a los nuevos movimientos del departamento”224. Esta
organización se remonta a la historia para explicar que desde la Conquista, los indígenas del
Cauca fueron despojados violentamente de sus tierras para ser concentrados en los
alrededores de las grandes haciendas, para convertirlos en mano de obra barata.
La investigadora Galeano resume y fusiona estos dos puntos basados en la idea que la
recuperación de la tierra es el punto de partida del movimiento indìgena y por ende se
convirtió en el componente clave en el proceso para la recuperación de la cultura, ya que estos
dos forman una imprescindible dualidad en la lucha para alcanzar la autotomía. “Los
indígenas entienden y viven la relación con el territorio como una unidad, en donde la
población humana no es sino una prolongación de la naturaleza. Consideran al territorio como
generador y regulador de vida, en donde los lugares sagrados son referentes históricos y
culturales. El territorio es la base de la cultura indìgena y permite acentuar la resistencia”225.
A partir de esta concepción se puede deducir el significado que genera la recuperación de la
tierra de sus ancestros, en este sentido insisten en que el Estado está en la obligación de
devolverles la tierra que les pertenece. Así mismo, Arquímedes Vitonas afirma que “la
posición política nuestra es muy clara, aquí estamos para defender el territorio nuestro, para
defender nuestros valores, principios culturales y aquí estamos reclamando nuestros derechos
y lo que finalmente queremos es tener estos territorios autónomos, déjenos de hacer el
ejercicio de autoridad en estos territorios y ya”. En resumen, el problema del Cauca se
fundamenta en la tierra y en la cultura.
En este orden de ideas, las experiencias de resistencia indígena del Cauca, se identifican como
las más usadas expresiones de resistencia civil en Colombia.
Con relación a la prensa consultada, se puede observar que se define al Cauca como un
departamento, “donde siempre se ha vivido en grandes conflictos, la causa principal
podríamos decir está en el interés que los gobiernos han tenido al manejar esto como su
propia hacienda”226.
224 Consejo Regional Indígena del Cauca, Dignidad Nasa: aquí nos quedamos, Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, ACIN, Corporación Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, Bogotá, Rodríguez Quito Editores, 2002, Pág. 24. 225 Op Cit, Galeano Lozano Myriam del Carmen, Resistencia Indìgena en el Cauca: labrando otro mundo., Pág. 64. 226 Op Cit, Editorial, Unidad Álvaro Ulcùe. No. 20. Junio de 1991, Pág. 2.
61
Ahora bien, las comunidades indígenas crean el Consejo Regional Indígena del Cauca –
CRIC-, la fundación de la primera organización india en Colombia en la década de los
setentas. Con relación a este punto, Unidad Indìgena resalta que el 24 de febrero 1971 nace en
Toribìo el Consejo Regional Indìgena del Cauca. “Iniciando así una nueva etapa de esta larga
lucha por nuestra supervivencia y nuestra dignidad, que nuestros antepasados habían
comenzado hace 500 años”227. Así mismo en la publicación número 19, se resalta que se
formó por acuerdo de más de 2000 indígenas representantes de siente resguardos, reunidos
para reclamar sus derechos. “Esta primera asamblea recogió como bandera de lucha el no
pago de terraje, la ampliación de los resguardos, el rechazo a la discriminación como
indígenas, y la defensa de nuestras culturas”228.
Según Adolfo Rodríguez y su equipo de investigación, esta organización es el resultado
factores contextuales y estructurales, “los primeros se refieren a la cuestión Agraria y al
Movimiento Campesino Colombiano, a la discusión ideológica en torno al Asunto Indio y a la
aparición de las organizaciones políticas indias con reivindicaciones y demandas
concretas”229. Los factores estructurales hacen alusión a “la estructura económica y
productiva del departamento del Cauca, a la doble condición de explotados y discriminados
de los indios y a la histórica resistencia de las comunidades indias a su exterminio como
pueblos”230. Este grupo de investigación plantea que el CRIC se puede ver como la
concreción regional del Movimiento Campesino Nacional o como la expresión de una larga
tradición de la lucha por parte de los indios que se remonta desde la llegada de los
Conquistadores. Es decir, este movimiento representó una propuesta de organización y
movilización con relación a las reivindicaciones de los pueblos indígenas en el departamento,
por medio de la estimulación de su conciencia para romper con la estructura que se había
impuesto desde la invasión española. Esto se logró gracias a la conformación de equipos
humanos que se encargaban de propagarla y de fortalecerla, el proceso fue lento y exigió la
resistencia por parte de toda la comunidad indígena. Este grupo de trabajo resalta que el CRIC
puede verse como la concreción regional del Movimiento Campesino Nacional o como la
227 Op Cit, Editorial, Unidad Álvaro Ulcùe No. 19. Febrero de 1991, Pág. 2. 228 Op Cit, 20 años de lucha, 20 años de historia, Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè No. 19. Febrero de 1991. Pág. 9. 229 Op Cit, Rodríguez Bernal Adolfo, Resistir para vivir, Pág. 37. 230 Ibíd, Pág. 37.
62
expresión de la larga tradición de lucha india, “para nosotros su fundación encuentra
condiciones propias en lo primero y fundamento en lo segundo”231.
Sin embargo, Espinosa afirma que el movimiento indígena en la década de los setenta y
ochenta, aborda ante todo problemas locales ordenados en ejes temáticos como la educación,
cultura, identidad, y comunicación. Dentro de esos problemas se incluyen la estructura
organizativa política; las dinámicas de los cabildos; el papel y la capacidad de autoridad de
los gobernadores de los últimos treinta años; los cambios en las instituciones locales; las
relaciones entre gobernadores y cabildos y la dirección de las organizaciones indígenas las
relaciones entre resguardos; las dinámicas de las asociaciones de los cabildos; y las relaciones
con poderes regionales y nacionales como el municipio, la policía o la guerrilla232.
Con relación a lo expuesto anteriormente, la antropóloga Rappaport afirma que en las ultimas
dos décadas del siglo XX, se ha visto una transformación masiva en la naturaleza de la cultura
política del sur colombiano. La explicación por parte de la autora se basa en el auge de la
política identitaria indígena y la creación de organizaciones indigenistas, tanto en el ámbito
nacional como regional, la constitución de 1991 reconoció la naturaleza pluriètnica del país,
brindando la oportunidad a los pueblos indígenas a gobernar semiautònomamente en sus
territorios y de participar como actores políticos en el Congreso233. La autora resalta que este
proceso de reconocimiento de los derechos políticos minoritarios ha sido particularmente
significativo en el Departamento del Cauca, ya que los activistas indígenas han desempeñado
un papel político decisivo dentro del escenario regional como movilizadores de movimientos
de protesta, guerrilleros, planeadores, funcionarios del gobierno e intelectuales públicos.
Desde la aparición del movimiento indígena a comienzos de los años setenta, la naturaleza de
la autoridad indígena se ha trasformado considerablemente. Los nuevos cambios presuponen
un cambio en el discurso y la organización de las instituciones, “además de la preparación
técnica y capacidad de hablar eficazmente en los medios de comunicación es decir; “un
liderazgo que presenta su identidad indígena al público mediante un discurso híbrido dirigido
tanto al sector indígena como la sociedad regional y nacional, papel que requiere una
familiaridad profunda con la cultura colombiana”234.
231 Ibíd, Pág. 38. 232 Op Cit, Espinosa Amparo Myriam, Movimientos sociales en la María-Piendamò, Pág. 132. 233 Op Cit, Rappaport Joanne, Retornando la mirada, Pág. 11. 234 Ibíd, Pág. 12.
63
2.4.1 Resistencia no violenta en el Departamento del Cauca
De acuerdo con Esperanza Hernández, los pueblos indígenas del Cauca se han nutrido de su
resistencia “histórica”235, de un legado político de sus líderes “históricos”, de las enseñanzas
y sus logros del movimiento indígena (CRIC), y de los permanentes aportes de sus procesos
participativos y el acumulado de experiencia236. Además afirma que la resistencia no violenta
indígena en el Cauca, es ejercida y comprendida por los pueblos como un ejercicio de
autonomía, como un proceso organizativo de defensa y de lucha y capacidad colectiva de
respuesta a la agresión de diversas violencias237.
Por su parte el Ricardo Peñaranda muestra como el departamento del Cauca es considerado
“No por casualidad el corazón de la resistencia indígena, bajo la modalidad de movilizaciones
directas de la población para contener la acción de los grupos armados”238.
Con relación al tema de investigación y a su cronología, la resistencia en la década de los
setenta es de gran importancia con relación a los indígenas y su movimiento. En esta época
ellos fueron victimas de asesinatos y acciones de crueldad por parte del Estado y de los
grupos al margen de la ley. Ricardo Peñaranda239 plantea que Cauca ha sido por razones
históricas, geográficas y sociales, uno de los territorios con más presencia guerrillera del país.
“Las FARC se ubicaron tempranamente y, de hecho, su primera acción pública en 1964, fue
la toma de la población de Inza, localizada en el corazón de indígena del Cauca, que deje un
gran número de víctimas entre los pobladores y que hizo presagiar los efectos que en el futuro
había de tener la presencia creciente de columnas insurgentes en el territorio”240.
Así mismo, también se reconocen manifestaciones de resistencia, como las experiencias
locales de resistencia indígena comunitaria que emergieron durante las décadas de los ochenta
y los noventa en el norte del Cauca. Por ejemplo, a comienzos de los ochenta, el sacerdote
235 De acuerdo con la autora. 236 Ibíd, Pág. 193. 237Hernández Delgado, Esperanza Resistencia civil artesana de paz: experiencias indígenas, afrodecendientes y campesinas, Universidad Javeriana, Bogotá 2004, Pág. 67. 238 Peñaranda Ricardo, Resistencia civil y tradiciones de resistencia en el sur-occidente Colombiano, En Nuestra guerra sin nombre. Transformaciones del conflicto en Colombia, IEPRI (Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, 2006. Pág. 551. 239 Miembro del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (IEPRI) de la Universidad Nacional de Colombia. 240 Ibíd., Pág. 551.
64
indígena Álvaro Ulcué Chocue241, propuso el Proyecto Nasa de Toribìo. Posteriormente, a
partir de esta primera experiencia emergieron diferentes proyectos tales: en 1985 la
Resolución de Vitoncò, en 1987 el Proyecto Global de Jambaló, en 1990 el Proyecto Unidad
Páez de Miranda y el Proyecto Integral de Caloto, y en 1991 el Proyecto Cxa Cxa Wala de
Corinto y el Proyecto Yu¨lucx de Santander y Buenos Aires.
Por ejemplo, la Resolución de Vitoncò fue expedida en febrero de 1985 por los 45 cabildos
indígenas existentes en el Cauca, estos cabildos se reunieron en reunidas en juntas directivas.
De acuerdo con la abogada Esperanza Hernández, “esta norma de derecho propio, representa
por primera vez en Colombia la demanda de los pueblos indígenas de respeto a su
autonomía”. Dicha norma se encarga de responsabilizar al Estado por la pobreza en que se
encontraban los pueblos indígenas, y se reclaman condiciones y garantías para el ejercicio de
la autonomía indígena.
“PRIMERO: recalcar y hacer valer por todos los medios que están al alcance de los Resguardos el DERECHO A LA AUTONOMÍA, es decir, derecho que los cabildos y comunidades tienen de controlar, vigilar y organizar su vida social y política al interior de los resguardos y de rechazar las políticas impuestas venidas de afuera. Esta autonomía se hace extensiva no sólo frente a personas y entidades gubernamentales, privadas y semiprivadas, que han venido decidiendo aspectos económicos, sociales, culturales, políticos y religiosos en zonas de resguardo, sin consultar a nuestras comunidades y a sus legítimos representantes, los Cabildos (...) No aceptamos, entonces, que algún grupo armado venga a decirnos a quiénes debemos recuperar las tierras y a quienes no, y a quienes debemos segregar las tierras y a quienes no. Esto lo deciden las mismas comunidades, de acuerdo a sus necesidades (...)”242.
Otra expresión de resistencia no violenta la componen los diálogos entre las autoridades
indígenas realizan con los actores armados en defensa de la vida, la integridad de las
comunidades, la autonomía, la cultura y el territorio. La abogada Hernández afirma que 1985
las comunidades indígenas, suscribieron con las FARC el acuerdo de Vitoncò haciendo uso de
estos mecanismos no violentos para la resolución de conflictos.
“Avanzado el proceso mismo del país, hoy como siempre a los pueblos indígenas se les quiere someter y obligarlos a ser parte de uno y otro bando que está en conflicto. Entendemos que este no es un conflicto de nosotros. Nosotros somos las víctimas de ese proceso. Debido a eso, los grupos armados tanto de derecha como de izquierda, nos han querido someter a los pueblos indígenas y obligarnos a participar de esa
241 Sacerdote nasa nacido en Pueblonuevo y párroco de Toribìo, asesinado en 1984 en un momento de intensa represión militar y paramilitar contra el movimiento indígena. 242 Op cit. Hernández Esperanza, La resistencia civil de los indígenas del Cauca, Participación Política. Pág. 195.
65
guerra que desconocemos. De eso, en el CRIC, pues han venido históricamente los consejeros a tratar de decirle a los grupos armados, cuál es el motivo por el cual ustedes están atentando contra la población, el por qué y tratando de buscar las causas de su accionar (.) no es negociar, simplemente ir a dialogar, poner nuestros puntos de vista y escuchar los puntos de vista de ellos”243.
Esperanza Hernández asevera que la resistencia indígena ha sido histórica, por asumirse y
resumirse por las comunidades, en forma permanente, bajo diversas modalidades que han
respondido a ciertas necesidades en cada momento. La resistencia en el departamento del
Cauca entre 1970 y 1990, es un modelo que representa una serie de procesos que sirven como
ejemplos por su cohesión, fortaleza y logros alcanzados como propuestas integrales de
construcción de paz.
Revisando la historia de los países latinoamericanos se puede constatar diferentes factores,
como las resistencias de los pueblos indígenas y la constancia en su empleo contra las
múltiples formas de reducción y sometimiento. En la década de los setenta del siglo XX, los
pueblos indígenas experimentan una conscientizaciòn, movilización y un despertar indígena
con relación a los primeros indicios de una organización comunitaria con reivindicaciones
étnicas. Colombia no fue la excepción ya que las diferentes comunidades indígenas se
organizan no sólo para reclamar sus tierras, sino para exigir una reivindicación étnica. En el
departamento del Cauca, la resistencia indígena, se presenta bajo la modalidad de
movilizaciones, marchas, resoluciones o comunicados de la población para contener la acción
de los grupos armados, políticas del gobierno o acciones por parte de los hacendado, pero en
general la resistencia se presenta como ejercicio de autonomía, proceso organizativo y de
defensa.
3. Análisis del periódico Unidad Álvaro Ulcuè
De acuerdo con Gregorio Iriarte244 y Martha Orsini245, “el periódico es la más tradicional
forma de comunicación de masas y su principal característica es permitir que todo un
almacenaje de información convenientemente, sea organizada y dosificada”246.
243 Ibíd, Pág. 95 244 Cura y profesor del grupo Comunicar del Colectivo Andaluz para la educación en medios de comunicación. España. 245 Abogada que hace parte del grupo Comunicar. 246 Iriarte Gregorio y Orsini Martha, Realidad y medios de comunicación, técnicas e instrumentos de análisis, Ediciones Paulinas, Bogotá, 1993.
66
El presente capitulo busca trabajar el periódico Unidad Álvaro Ulcuè de dos formas, la
primera como un instrumento de resistencia y la segunda, mediante el análisis de la
información ofrecida en función de la resistencia. Se organizaron por categorías los tipos de
noticias que se encontraron en la prensa para facilitar el análisis. La resistencia en el
departamento del Cauca se ha librado principalmente contra la pérdida de tierras, contra los
terratenientes, contra el gobierno, contra la violencia ejercida por parte del Estado, cuerpos
del ejército y grupos guerrilleros y contra el rechazo de las costumbres culturales, como lo es
principalmente el lenguaje. El presente apartado busca abordar estos temas que serán
expuestos más adelante. Recordemos este departamento se ha caracterizado por la “persistente
huella de la historia en la generación de profundas desigualdades, diversas formas de
exclusión e injusticia social; la composición multiétnica y pluricultural de su población;
expresiones de acumulación de riqueza y de pobreza extrema; presencia de diversas
modalidades de violencia; y la emergencia y consolidación de movimientos sociales,
iniciativas de paz desde la base y experiencias de resistencia civil”247.
3.1 El periódico -características generales
El periódico Unidad Álvaro Ulcùe es un medio escrito e informativo publicado por el
Programa de Comunicaciones del CRIC en el departamento del Cauca entre 1986 y 1992.
Este medio informativo consta de 25 publicaciones, sacando su primera en mayo de 1986 y su
última en julio de 1992. La frecuencia de publicación de este medio no fue regular, en 1987 se
publicaron las ediciones 5 en agosto y 6 en diciembre, en 1988 las ediciones 7 en marzo, 8 en
mayo, 10 en septiembre y 11 en diciembre, en 1989 las publicaciones 12 en marzo y 15 en
noviembre, en 1990 la número 16 en enero y 18 en octubre, en 1991, las ediciones 19 en
febrero, 20 en junio , 21 en julio y 22 en diciembre, finalmente en 1992 , las ediciones 23 en
febrero, 24 en abril y 25 en julio.
Es importante resaltar que el departamento del Cauca cuenta con dos periódicos, el primero es
Unidad Indìgena, el cual se encarga de abarcar a nivel nacional las situaciones, problemas y
acontecimientos de las comunidades indígenas en toda Colombia. El segundo es Unidad
Álvaro Ulcuè, encargado de las mismas situaciones, problemas y acontecimientos pero a nivel
regional, es decir a nivel de departamento del Cauca. Este periódico sale de circulación por
247 Op Cit, Hernández Esperanza, La resistencia civil de los indígenas del Cauca, Pág. 182.
67
motivos económicos y porque no existía un disciplina por parte del equipo periodístico del
medio impreso248.
Como se había mencionado en la introducción de esta investigación, Unidad Álvaro Ulcué
aparece como un aporte a las luchas indígenas iniciadas durante la Conquista hasta la
actualidad, es decir 1986. “Los indígenas del Cauca necesitábamos un periódico regional que
facilitara las difusión de nuestros problemas, y estrechara las relaciones con nuestros
compañeros campesinos y demás sectores populares”249.
El nombre de periódico hace alusión al líder y sacerdote Indígena Álvaro Ulcùe, el cual fue el
impulsor del Proyecto Nasa en el departamento del Cauca. “Lo hemos nombrado Unidad
Álvaro Ulcuè como homenaje a los muchos mártires que han alimentado nuestras luchas,
entre los cuales Álvaro Ulcuè –Nasa Pal (Sacerdote Páez), entregó su vida por la causa
indìgena”250.
Este proyecto, nace en el municipio de Toribío, en el norte del Cauca en la década de los años
ochenta como expresión local de resistencia civil comunitaria. Es considerado como la
primera experiencia de resistencia civil en Colombia251. El proyecto plantea una nueva
propuesta de concebir y de gestionar el desarrollo de educación y la capacitación,
participación comunitaria a través de la organización de la comunidad y de Desarrollo integral
con programas y proyectos que abarcarán la totalidad de la vida de los seres humanos y de la
madre tierra, con el fin de relacionarse con el mundo, donde sobresale la importancia de la
naturaleza y la tierra y con el territorio construido a través de la conciencia y resistencia de la
comunidad Páez252.
El surgimiento del Proyecto Nasa tiene sus raíces en las enseñanzas del CRIC y en la
propuesta del sacerdote Indígena Álvaro Ulcué cuya visión se basa en la tradición indígena.
“Álvaro Ulcuè luchó inalcanzablemente por los indígenas. Centró sus actividades
principalmente en el servicio a las comunidades de los resguardos de Toribìo, San Francisco,
Tacueyò y Pueblo nuevo y demás comunidades indígenas del Cauca. También fue vocero de
248 Esta información fue suministrada por Aliss Villegas, encargada del Consulado del CRIC en la ciudad de Bogotá. 249 Op Cit, Presentación, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 0. Mayo 1986. Pág. 3. 250 Ibíd, Pág. 3. 251 Esperanza Hernández lo define así en su libro Resistencia Civil Artesana de Paz, Pág. 104. Pregunta: Abelardo Ramos afirma que los proceso de resistencia se vienen dando desde la conquista, no desde los años ochenta a partir del proyecto. Averiguar porque se dice esto. 252 Wilches-Chaux Gustavo, Proyecto Nasa: La construcción del plan de vida de un pueblo que sueña, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Diciembre del 2005, Pág. 65.
68
la lucha por la unidad y organización de todos los sectores marginados”253. (Ver mapa No. 2
para localizar los resguardos: No. 62, 63,61 y 16) en este sentido Galeano afirma que
“cuando se asesina a un indìgena, no sólo se mata a un individuo, sino que se hiere a una
comunidad y el crimen resiente en todo el pueblo”254. En este mismo sentido, El CRIC
complementa esta idea mostrando que el asesinato de los líderes, que quieren hacer
comprender al hombre blanco la cosmovisión del indìgena y que buscan que la comunidad no
pierda sus identidad cultural, por todos los actores armados, no es solo una perdida individual,
sino la perdida de un patrimonio humano comunitario”255.
El CRIC nace en 1971 y cuatro años fundado este organismo, llega el padre a Toribío. Este
personaje se encarga de preservar la cultura indígena, su esencia, ya que las comunidades se
veían manipuladas e influenciadas por el partido liberal y conservador, generando disputas
internas entre los diferentes cabildos. El papel del padre consistió en concientizar a las
comunidades nasa para poder recuperar su legado cultural.
“Impulsó al educación bilingüe en acuerdo con nuestra organización, siendo coordinador de las escuelas bilingües de Toribìo, y dando especial importancia a la investigación para la escritura de nuestra lengua Nasa Yuwe. Impulsó encuentros anuales de música autóctona, exposición artesanal y plantas medicinales e la parroquia de Toribìo. Junto a estas labores se destacó en la denuncia y protesta por los atropellos e injusticias cometidas por terratenientes, intermediarios y por el aparato represor del Estado con los indígenas. Por estas denuncias y su valioso aporte al trabajo organizativo del CRIC cae asesinado, pero sus enseñanzas, viven en nuestras luchas que recogerán su ejemplo”256.
Las comunidades indígenas del Cauca plantean que la tierra es lo más importante porque es la
figura materna del nacimiento, de ella se nace y ella misma es la que los alimenta. En este
orden de ideas se consolida una relación hombre-naturaleza, esta última como una figura
viviente que permite tanto el nacimiento como la supervivencia de la vida257.
La composición del periódico cuenta con publicaciones entre 12 y 16 páginas y se basa
principalmente en su editorial, siempre en la segunda página y en el resumen de noticias en
253 Op Cit, Presentación, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 0. Mayo 1986, Pág. 3. 254 Consejo Regional Indígena del Cauca. Dignidad Nasa: "aquí nos quedamos”. Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, ACIN. Corporación Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo. Bogotá: Rodríguez Quito Editores, 2002. Pág. 12. 255 Op Cit, Galeano Lozano, Myriam del Carmen. Resistencia Indìgena en el Cauca: labrando otro mundo. Pág. 12. 256 Ibíd, Pág. 3. 257 Ibíd, Pág 67.
69
las páginas siguientes, no existe una organización de secciones. En este sentido no se conoce
si las noticias son jerarquizadas o no, asumo que esto depende de los criterios del director y
del editor. La idea de los anexos es mostrar como es el periódico Unidad Álvaro Ulcuè. Se
presentaron cuatro fotografías escaneadas de los periódicos donde se identifican varias cosas.
La intención de esta parte es generar al lector o a los lectores una imagen, de cómo es el
periódico. En la portada se puede ver la carátula del periódico, una foto en la parte superior
de derecha, la cual asumo que es el padre Álvaro Ulcuè por dos razones: la primera es que el
periódico se llama en su honor, la segunda es el Cleriman, la parte blanca que rodea el
cuello en el atuendo característico de los curas. La primera página también señala la ciudad
donde es editado y redactado, el número de licencia, el nombre del director del periódico258, el
mes y el año de publicación y el valor. Adicionalmente, a partir de esta publicación aparece el
número de publicación.
Portada Editorial
La editorial se encuentra en la segunda página del periódico. Como se había nombrado
anteriormente, la editorial es un artículo de opinión del periódico, “es el compromiso que
contrae el director o el diario con el público”259. Esta editorial es igual para casi todas las
publicaciones, se muestra el número de la página en la parte superior izquierda, después en
258 En esta edición el nombre del editor es Anatolio Quira, pero recordemos que el editor en las siguientes publicaciones es Jesús Avirama. 259 Ibíd. Pág. 144.
70
nombre del periódico y por último el mes y el año. La editoriales titulan sus temas pero no
son firmados.
Las siguientes dos imágenes buscan mostrar que generalmente los artículos en la parte
superior muestran el mes y el año, el nombre del periódico y la página. Además están
titulados pero no son firmados, cada artículo va acompañado de su fotografía que hace
referencia al titulo, estas tampoco están firmadas y muy rara vez cuentan con un texto que las
explique. Finalmente algunos artículos muestran una serie de símbolos.
Resalto que a partir de la publicación número 18, se cuenta con una tabla de contenido, la
cual se mostrará a continuación: En esta publicación se hace alusión a 14 noticias; con
relación al tema de estudio me interesan la editorial, la cual hace una reflexión acerca a la
Asamblea Nacional Constituyente y las noticias con relación al asesinato del gobernador de
Corinto, constituyente y movilización, encuentro indìgena Yanacona, asamblea de junta
directiva y la muerte del fiscal suplente del CRIC.
71
Por otro lado se muestra la estructura del periódico, encabezado por su director Jesús
Avirama, el cual fue el director del periódico desde su publicación número dos hasta su
publicación numero 25. El primer director fue Anatolio Quira, por motivos que desconozco
no se porque cambiaron de director. La fotografía esta a cargo de Manuel Sánchez, Paulino
Cayapù y Daniel Cuetocuè; la diagramación y corrección estuvo a cargo de Antonio Palechor
Arévalo y el periódico fue impreso en Editorial el Globo en la ciudad de Popayán en mayo de
1986,
Tabla de contenido, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 18, Pág. 2.
La imagen de la izquierda muestra la tabla de contenido y abajo el escudo del CRIC, la
siguiente imagen muestra la descripción de las personas que conforman el periódico, ambas
imágenes se localizan en la segunda página.
3.1.1 Unidad Álvaro Ulcuè como instrumento de resistencia
El presente apartado busca mostrar como el periódico Unidad Álvaro Ulcuè es en si, un
instrumento impreso de resistencia. En este sentido se pretende mostrar cómo la escritura, las
72
fotos y el uso de símbolos, sirven como elementos que ayudan y complementan su forma de
resistencia civil.
3.1.2 La escritura
La escritura en Unidad Álvaro Ulcué construye conocimiento por parte de las comunidades
indígenas, tal como sus costumbres culturales como lo es la lengua, así mismo es un espacio
posible de expresión y reflexión del entorno al departamento del Cauca entre 1986 y 1992. De
esta manera se puede ver que este periódico sirve como una herramienta de persuasión, de
poder legal y político para que el gobierno de turno (ya sea el de Virgilio Barco 1986-1990 o
el de Cesar Gaviria 1990-1994) se encargue de responder a las necesidades que las
comunidades indígenas tienen, estas serán explicadas más adelante. Se resalta el uso del
lenguaje, ya que los artículos están escritos de manera organizada, clara y con un lenguaje
apropiado260 y coherente, en el sentido tanto para los indígenas, como los no indígenas se
claro y se puede consultar.
Recordemos que me refiero autores que tratan la prensa “oficial, que están lejos de
contemplar periódicos del tipo que se quiere estudiar, pero debido a la falta de información,
preferí usarlos para sustentar las ideas que se desarrollan a continuación con relación a la
estructura y funcionamiento de la prensa escrita. De acuerdo con Gregorio Iriarte y Martha
Orsini, las noticias de este medio escrito son consideradas de género periodístico
interpretativo, ya que “la noticia no es transcrita escuetamente sino que se relacionan los
hechos, se aportan datos complementarios, se los sitúa dentro de un contexto y se describen
antecedentes”261. Así vuelvo a resaltar, que no se sabe como lo perciben los mismos
indígenas, ya que este factor en una de las limitaciones de este trabajo porque no se realizó
trabajo de campo, porque este no fue el propósito de esta monografía, esto quiere decir que
este tipo de interpretaciones que se presentan pueden verse como aportes pero tienen su sesgo.
De este modo, la escritura que es otra forma de símbolo, se apoyan en esta para cuestionar
relaciones de poder, de igual forma ha servido como instrumento de dominación, de
resistencia, de denuncia y sobre todo de generar memoria para construir historia indìgena.
260 En el sentido que los indígenas escriben con terminología correcta- moral con el tema escrito. 261 Op cit. Iriarte Gregorio y Orsini Martha, Realidad y medios de comunicación, técnicas e instrumentos de análisis, Pág. 148.
73
3.1.3 Las fotografías
El material fotográfico en la prensa estudiada se encarga básicamente de ilustrar el contenido
de los artículos para servir como soporte o como apoyo visual. Con relación y relevancia al
tema de investigación, este medio escrito muestra un grupo de fotos acerca de la cultura,
movilizaciones, líderes asesinados. En general hubo mayor cantidad de fotos que hacen
alusión a las movilizaciones, después a los rasgos culturales y por último a los líderes
asesinados. Aclaro que no aparece el nombre de las personas o personas que tomaron las
fotografías mostradas en esta investigación, pero asumo que son los fotógrafos del periódico.
Por ejemplo: en la publicación No. 17 las fotos del artículo “Tercer encuentro por el rescate
de la cultura y la lengua totoroez”, hacen alusión a como los indígenas lucen su vestido típico
mientras trabajan las artesanías como se ve en la imagen No. 1 y 2. “para la mujer: manta
anaco de lana de ovejo, pañolón tejidos por las mimas indígenas y sombrero negro”262.
Imagen No. 1 U.A.U263 No. 17 Pág. 3 Imagen No. 2 U.A.U No. 17 Pág. 3
Resalto que las fotos 1 y 2 son de las pocas fotos que tiene un texto que las acompaña, ya que
la mayoría de fotos no lo tienen, esto se puede observar en los anexos. Así mismo se muestra
fotos que hacen referencia a costumbres culturales, en la fotografía No. 3 Se muestra que se
está preparando el baile de la Chucha, dentro de la programación de bailes del resguardo de
Pueblo nuevo. Mientras que en la fotografía No. 4 se muestra como los indígenas del
262 Op cit. Tercer encuentro por el rescate de la cultura y la lengua totoroez, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 17. Pág. 3. 263 Unidad Álvaro Ulcuè.
74
resguardo de Jambaló observan los actos culturales que organizó la misma comunidad como
mecanismo para la recuperación de la cultura, la historia y la memoria.
Imagen No. 3 U.A.U No. 5 Pág. 4 Imagen No. U.A.U. No. 6 Pág.8
Por otro lado, las fotos que ayudan a soportar y a ilustrar los temas de los artículos son en su
mayoría fotografías donde aparecen colectividades, donde se muestra la unidad indìgena por
medio de las movilizaciones o entierros de las víctimas. Por ejemplo, en las siguientes fotos,
se puede ver como los indígenas se organizan y salen a marchar y resistir. La fotografía
muestra el recurso de la escritura para la resistencia, hace un llamado a que a vida del pueblo
está en las manos de los propios asentamientos de Popayán, además invita a la organización y
a la lucha. Así mismo, se puede identificar que la mayoría de las personas se moviliza con
camisetas de color blanco, debido a la nitidez de la foto y a que fue publicada en blanco y
negro, no es posible identificar si tiene puestos sus trajes típicos o no.
Imagen No. 5 U.A.U No. 5 Pág.6
75
En esta foto, los indígenas se organizan para participar en el Congreso de Movimiento
Cívicos para contribuir a la búsqueda de la unidad del pueblo. En esta fotografía resalto la
unión de los campesinos e indígenas y la posición del cuerpo donde los brazos están arriba en
señal de protesta. Como se viò anteriormente en al capítulo anterior Myriam Espinosa
asevera que desde 1970 el movimiento indìgena en el departamento del Cauca se ha
comprometido con propuestas y acciones no violentas para la recuperación, el fortalecimiento,
la protección de sus culturas, su ejercicio de autonomía y el desarrollo de un proyecto político
que ellos identifican como la “construcción de un nuevo país y un mundo posible y
deseable”264.
Imagen No. 6 U.A.U. No 12 Pág. 10
En esta imagen se observa que el 14 de junio de 1988, se realizó en el departamento del Cauca
la Vuelta a Colombia por la vida, la paz y la democracia, donde indígenas y campesinos
salieron a las calles265 a marchar para rechazar la presencia de los grupos paramilitares en las
comunidades. Ahora bien, se identifica que de nuevo la posición del cuerpo en señal de unión
y de protesta, además la mayoría de las personas lleva camisetas de color blanco, sumado a
una bandera, por razones fotográficas de nitidez y color, no se puede ver que dice, pero se
identifica que el signo es el del CRIC, la cual lindera al lado de la imagen No. 7. Alrededor
264 Ibíd, Pág. 179. 265 No se especifica el sitio exacto.
76
del círculo dice Concejo Regional Indìgena del Cauca, y el la parte de abajo dice unidad,
tierra y cultura.
Imagen No. 7 U.A.U No. 6. Pág. 7
La fotografía No. 8 muestra como el 10 de diciembre de 1991 se movilizaron las comunidades
indígenas del departamento del Cauca para exigir al gobierno del presidente Gaviria el respeto
a la vida y a protestar por al ola de asesinatos y violencia contra las comunidades. Se puede
observar que las pancartas hacen alusión a que lo resguardos de Suin y Lame, se encuentran
presentes. En suma, las marchas me hacen pensar que son un mecanismo donde se produce
una noticia, un mecanismo que busca presionar, expresar políticamente e intentar negociar
con la contraparte.
Imagen No. 8 No. 14 Pág. 9.
77
Finalmente existe un grupo de fotografías que se ejemplifican a continuación, hacen alusión a
asesinatos de líderes y dirigentes del CRIC. Por ejemplo, la novena fotografía muestra a la
víctima Daniel Contucuè, fiscal del CRIC y destacado dirigente de Tierradentro, víctima de
un atentado en Belalcàzar, cabecera municipal de Páez. En la fotografía número diez, se
muestra que en el resguardo de San Francisco, los comuneros Laurentino Musicuè y Henry Ul
fueron detenidos por unidades del ejército, siete días después fueron encontrados sus
cadáveres con signos de tortura. Los dolientes en este caso llevando el cadáver. Por último, la
onceava fotografía muestra el féretro de Genaro Yonda, dirigente indìgena y miembro del
Comité Ejecutivo del CRIC. Se muestra un grupo de gente velándolo y existe uno personaje al
lado del ataúd que está llorando. Estas fotos ayudan a preservar en la memoria los líderes e
indígenas que lucharon y resistieron. A lo largo de la prensa se puede ver que en términos de
resistencia se muestra la foto de la víctima o la foto de un grupo de gente al lado del ataúd de
las victimas.
Imagen No. 9 U.A.U No. 16 Pág. 5 Imagen No. 10 U.A.U No. 18. Pág. 6
Imagen No. 11 U.A.U No. 10 Pág. 3
78
3.1.4 El uso de símbolos de origen indìgena
Cómo se había expuesto anteriormente, imágenes expresan la concepción histórica indígena
de forma abreviada, “estas imágenes de naturaleza fragmentaria no se desarrollaron en detalle
(…) se dejaron simplemente como imágenes, dirigidas a despertar el pensamiento y la acción
en los corazones de los seguidores”266. Así mismo están compuestas por paisajes como ríos
que emergen de montañas, lugares altos o truenos y tormentas. Adicionalmente se encuentran
las figuras de caciques o de animales que se movilizan por diferentes sitios. En la prensa
consultada se identificaron algunos animales como la lagartija y una serie de símbolos que se
mostrarán a continuación. Recuerdo que una de las limitaciones de esta investigación es la
interpretación de los símbolos, pero por otro lado, estos símbolos corresponden a su propia
escritura. Recordemos que la Antropóloga Joanne Rappaport afirma que las imágenes
expresan la concepción histórica indígena de forma abreviada y que pueden estar compuestas
por paisajes como ríos que emergen de montañas, lugares altos o truenos y tormentas.
Adicionalmente se encuentran las figuras de caciques o de animales que se movilizan por
diferentes sitios
Imagen No. 12 U.A.U No. 5 Pág. 2 Imagen No. 13 U.A.U No. 6 Pág. 2
266 Op Cit, Rappaport Joanne, La política de la memoria, Interpretación indígena de la historia de los Andes colombianos, Pág. 93.
79
Imagen No. 14 No. 8 Pág. 4 Imagen no. 15 No. 7 Pág. 3
3.2 Análisis de temas de la Unidad Álvaro Ulcuè
Este apartado busca analizar la información ofrecida en función de la resistencia, para mostrar
contra qué y cómo resisten los indígenas en el departamento del Cauca entre 1986 y 1992 por
medio de análisis de la información ofrecida en función de la resistencia. En la introducción
había planteado que trabajaría ciertos apartes del periódico, seleccionados porque hacen
alusión al objetivo de la tesis. Estos temas son: La editorial, la recuperación de la tierra como
protagonista de la historia, la violencia, el rechazo de costumbres culturales que los
discriminan, la reconstrucción de la historia; el trasnacionalismo y trasregionalismo. Además
se trabajarán las estrategias de resistencia y las manifestaciones como forma de resistir.
3.2.1 La Editorial.
De acuerdo con Iriarte y Orsini, el interior de un periódico no es una sucesión de páginas, una
detrás de otra, la cual suministra una información desordenada e incoherente, sino que las
noticias se encuentran ordenadas y previamente jerarquizadas. La editorial es un artículo de
80
opinión del periódico, “es el compromiso que contrae el director o el diario con el público”267.
Aclaro que las editoriales no están firmadas, asumo que es el director Jesús Avirama.
La editorial en el periódico Unidad Álvaro Ulcùe siempre esta localizada en la segunda
página, es un pequeño artículo, con relación al tema de investigación he decidido clasificarlos
los temas de las editoriales en: Las dirigidas a los indígenas mismos, las dirigidas el Estado y
al Gobierno de turno, y seguimiento en torno a la Asamblea Nacional Constituyente, en
general temas que se trabajaran más adelante en este apartado.
Por ejemplo, en la publicación número 8, se resalta que el Movimiento Indìgena en el Cauca,
“ha sido protagonista de la recuperación de sus tierras que les pertenecían a sus antepasados
que fueron víctimas del despojo del hombre blanco, movidos por al pobreza extrema, por la
humillación y la opresión a que los mantuvieron sometidos sus opresores durante cientos de
años”268. Después de los 1970, se han recuperado tierras, pero que el verdadero problema que
se enfrentan los indígenas es la lucha por la producción agrícola y pecuaria, ya que no
encontraron soluciones a este problema y a otros que los definen como: “el sometimiento, la
humillación social, política, económica, conocimientos de tipo administrativo y contable; han
hecho que los compañeros no hayan alcanzado el desarrollo del nivel de vida requerido”269.
En este mismo sentido, el Movimiento Indìgena exige al Estado políticas claras y audaces
para que los indígenas se incorporen en su totalidad en el desarrollo del departamento, “estas
políticas han de estar orientadas a una educación acorde a sus necesidades políticas y
culturales, el respeto a sus autoridades tradicionales, los cabildos; la capacitación
administrativa y técnica”270. En la edición 19, se hace alusión a que el movimiento poco a
poco se ha ganado un espacio y una influencia en la sociedad, además de haber ganado un
espacio político en el tema de la Asamblea Nacional constituyente. “Está contribuyendo
igualmente a la emergencia de una alternativa democrática que, rompiendo con el
bipartidismo, se convierte en esperanza cercana para las mayorías populares que aspiramos a
un futuro mejor”271. Así mismo se ha logrado avances con relación a los cabildos indígenas ya
que han aportado esfuerzos para formar dirigentes y la divulgación de legislación indìgena.
Por otro lado a nivel cultural, los programas de educación bilingüe incidieron en la educación
267 Ibíd, Pág. 144. 268 Op Cit, Editorial, Unidad Álvaro Ulcùe No. 8. Mayo 1988,.Pág. 2 269 Ibíd, Pág. 2 270 Ibíd, Pág. 2. 271 Op Cit, No. 19. Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè, Febrero de 1991. Pág. 2.
81
oficial, al igual que otros modelos de salud que valorizan los aportes de la medicina
tradicional272.
La editorial número 10 hace un llamado al Estado para que conjuntamente con las
comunidades indígenas del departamento del Cauca, impulsen una propuesta de paz. “Por su
parte el CRIC viene resistiendo una ola de represión desde su surgimiento y han perdido la
vida un gran número de dirigentes y luchadores, la respuesta a los reclamos ha sido la
militarización de nuestro departamento, alcanzando niveles sin precedentes (…) pero creemos
como organización, que esta violencia institucionalizada no se debe responder con violencia
porque eso sería dejarnos provocar y actuar sin razonamiento, nosotros siempre hemos
propendido el dialogo”273. Recordemos que el movimiento indìgena representó una propuesta
de organización y movilización con relación a las reivindicaciones de los pueblos indígenas
en el Cauca, por medio de la estimulación de su conciencia para romper con la estructura que
se había impuesto desde la invasión española.
Posteriormente el periódico muestra que a regañadientes y sin ninguna garantía el Estado
acepta el dialogo pero sólo por la presión del pueblo colombiano. En este mismo sentido, la
edición No. 20 afirma que “son necesarias las denuncias y las movilizaciones para que sean
oídos, pues así se ha demostrado históricamente”274. Hacen un llamado a la reflexión acerca
de las propuestas y procesos de paz que puedan solucionar el problema sociopolítico del
departamento. Su propuesta de paz se enfatiza en cinco puntos concretos:
El primero, es que debe haber un acuerdo social para crear mecanismos de diálogo y
concertación donde todas las fuerzas estén representadas y los derechos de todos queden
garantizados.
El segundo plantea la necesidad por parte del gobierno de tener en cuenta las propuestas de
desarrollo, las cuales resolverían el problema social.
El tercero, esboza que en todo proceso de paz se debe permitir la participación y desiciòn de
las partes afectadas, para crear soluciones reales y compromisos.
El cuarto es afirma que el mal manejo de los procesos de paz entre el gobierno y los
indígenas, está acrecentando la guerra sucia, plasmada en asesinatos y desapariciones de sus
dirigentes.
272 Ibíd, Pág. 2. 273 Op Cit, No. 10., Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè Septiembre de 1988. Pág. 2. 274 Op Cit, No. 20., Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè Junio de 1991. Pág. 2.
82
Finalmente se formula que el gobierno es el directo responsable de que el proceso de paz
tenga un final positivo con relación al desarrollo económico y político de las comunidades275.
Posteriormente las editoriales se enfocarían en el tema de la Asamblea Nacional
Constituyente ya que las comunidades perciben la constitución nacional como rota y que no
interpreta la nueva situación del país, llena de narcotráfico, paramilitarismo, narcoterrorismo,
guerrilla y el menos precio de los derechos humanos276. Ellos reclaman una constitución que
interprete los cambios que se han dado a lo largo del siglo XX, afirman que tienen leyes y
decretos especiales como la ley 89 de 1890, categorizando a las comunidades indígenas:
“los indígenas no estamos reconocidos en la constitución nacional, allí se dice que todos somos colombianos pero, nosotros antes que colombianos somos Paeces, Guambianos, Cunas, Arahuacos… y también tenemos derechos: a un territorios, a una forma de organización, a una cultura, a una economía, un idioma, estos derechos son lo que queremos que la asamblea nacional constituyente consigne y escriba en esta constitución para poder ser colombianos”277.
Por consiguiente, la Asamblea Nacional Constituyente es un mecanismo para solucionar los
problemas de violencia generalizada, con el fin de ampliar los espacios de participación
política, los cuales estaban monopolizados por los partidos tradicionales del país, el Liberal y
el Conservador.
En la publicación No. 18, se destaca que la comunidad indìgena del Cauca votó por el SI por
una Asamblea Nacional Constituyente para “realizar cambios sustanciales que eliminen la
corrupción, la impunidad y la violencia económica en que han mantenido a nuestro pueblo los
gobernantes durante más de 160 años de vida republicana”278. Ellos reclaman que se deben
crear los mecanismos necesarios para garantizar la participación del Movimiento Indìgena, ya
que la circunscripción nacional descarta de entrada su presencia. Resalto en final del artículo,
el cual dice: “seguiremos persistiendo, como lo hemos hecho a través de nuestras luchas
durante 500 años de invasión, por exigir nuestros derechos y defender nuestras
reivindicaciones, pues somos concientes de que sólo nosotros podremos argumentar nuestros
conceptos y no dejarlos a representantes de los partidos que por desconocer nuestra
275 Op Cit, No. 20. Junio de 1991, Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè, Pág. 2. 276 Op Cit, No. 17. Junio de 1990, Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè, Pág. 2. 277 Ibíd. Pág. 2 278 Op Cit, No. 18, Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè, Octubre de 1990. Pág. 2.
83
problemática firman acuerdos que terminen afectándonos en forma negativa”279. Los
indígenas afirman que la Constitución de 1986 trata de meter a toda la población colombiana
en una única política de con relación al plano económico, político y territorial,
“desconociendo que los indígenas somos ciudadanos especiales con derechos especiales, es
decir que este territorio llamado país, es multiétnico y pluricultural”280.
Es así como en 1991 y gracias a la asamblea, se trasforma la Constitución, “la nueva
Constitución ha creado mecanismo para modernizar al Estado cediendo a interese de la clase
dirigentes (…) también los sectores democráticos ven que se les ha entregado al pueblo
colombiano un instrumento para buscar una mayor participación en la gestión pública de
aquellos sectores que han sido marginados durantes mucho tiempo”281. Se resalta que este
mismo editorial, hace alusión a que la misma Constitución de 1991 reconoce el derecho que
tiene los ciudadanos de tener un ambiente sano, tema que hasta la actualidad en las normas
generales indígenas no se había tratado.
3.2.2 Recuperación de la tierra, protagonista de la historia
Como se ha visto a lo largo de este trabajo, la lucha por la tierra ha sido una de las razones
más fuertes para organizarse para defender lo que les pertenece. En el capítulo dos se hizo
alusión a que la expropiación y posesión de la tierra “ha sido un elemento infaltable en la paz
y en la guerra, en el atraso y en el progreso, en los remanentes de poder de la clases política
tradicional y en la lucha que se les da la fuerza a los nuevos movimientos del
departamento”282.
En este apartado se presentará un análisis de lo que se encontró en la prensa con relación al
problema territorial. Recordemos que la lucha por la recuperación de sus tierras constituyó un
factor importante la década de los setenta283. Durante esta década exigían al Instituto
Colombiano de Reforma Agraria (Incora) la expropiación de las haciendas que habían sido
sus resguardos para que fueran entregadas tituladas de forma gratuita a las familias indígenas,
aparte de la ampliación de los resguardos en los casos que existieran minifundios284.
279 Ibíd, Pág. 2. 280 Op Cit, Constituyente y movilización, Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè, No. 18 Octubre de 1990, Pág. 6. 281 Op Cit. No. 21., Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè, Septiembre de 1991, Pág. 2. 282 Op Cit, Consejo Regional Indígena del Cauca. Dignidad Nasa: aquí nos quedamos, Pág. 24. 283 Con relación a la investigación, durante esta década se acentúa mucho más la lucha por la tierra. 284 Op Cit, Rodríguez Bernal Adolfo, Resistir para vivir, Pág. 43.
84
En Unidad Indígena No. 23, se hace alusión a que en el Cauca la tierra es la protagonista de la
historia y por eso es necesario repasarla para que entender el costo que se ha pagado por ella,
“para que no olvidemos que la tierra es el elemento vital de la unidad y lucha y que es el
tiempo de mostrar que los indígenas no sólo amamos la tierra, y la necesitamos, sino que
tenemos la capacidad de hacerla renacer para el beneficio de todos”285. En este artículo
menciona el nacimiento del CRIC, ya que se constituye en un momento político relevante,
donde los obreros y estudiantes protestaban en las grandes ciudades por la injusticia social, la
pobreza y la violencia del Estado. De este modo los indígenas se organizan de manera masiva
para recuperar sus latifundios, por medio de un lema, “la tierra pa´l que la trabaja”. Es más, el
departamento del Cauca empieza a crear una condición de lucha por la tierra, de gran
magnitud, que el Estado se vio impedido de encarcelar a todas las comunidades, viéndose
obligado a negociar una solución, “es entonces cuando la organización busca establecer un
acuerdo con terratenientes caucanos para detener la violencia desatada contra los comuneros,
los cabildantes, y líderes que recuperaban las tierras”.
Ahora bien, la recuperación de la tierra indígena no sólo se delimita al superficie, sino que se
incluye también el subsuelo. En la edición No. 6, los indígenas afirman que el subsuelo es
sagrado ya que en la mitología andina, se considera las profundidades de las tierras como el
sostén de la tierra misma y en hogar de los seres sobrenaturales que conviven con los seres de
la superficie, “las comunidades indígenas tiene un largo historia de lucha en defensa de los
recursos del subsuelo ubicados al interior de sus territorios”286. Como se había visto
anteriormente con Myriam Galeano, a partir de esta concepción se puede deducir el
significado que genera la recuperación de la tierra de sus ancestros, en este sentido insisten en
que el Estado está en la obligación de devolverles la tierra que les pertenece.
Se puede afirmar que la tierra para los indígenas es de vital importancia para la supervivencia
de sus pueblos, además que posee una profunda trascendencia espiritual para gran parte de
ellos, en este orden de ideas, la lucha por el territorio es la lucha por la vida.
285 Op Cit. La tierra protagonista de nuestra historia, Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè, No. 23. Febrero de 1992, Pág. 6. 286 Op Cit, La recuperación del subsuelo, Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè, No. 6. Diciembre de 1987, Pág. 6.
85
3.2.3 La violencia
El periodo de La Violencia 1946-1964 afectó directamente a las comunidades indígenas en el
departamento del Cauca. Recordemos que esta época afectó directamente a las comunidades
indígenas en Colombia, cuando se desató la guerra oficial contra las llamadas repúblicas
independientes que resistían la represión comandas por el Partido comunista o las nacientes
FARC. Los años sesenta son considerados como “una época muy cruel paras las comunidades
indígenas del país, agredidas por la colonización de tierras desatada por la usurpación y el
desplazamiento generados por La Violencia y una mentalidad colectiva de desprecio y
negación”287.
Durante este periodo se dividió a las comunidades indígenas por medio de la ideología liberal
o la ideología conservadora. La edición No. 5, esboza que “la violencia que viene padeciendo
desde hace varias décadas las comunidades indígenas, tiene su origen en las políticas de la
oligarquía del país y del departamento, interesadas en despojarnos de nuestros territorios
ancestrales”288. Afirman que a partir de la creación del CRIC en la década de los setenta, se
avanza en la recuperación de tierras, en la defensa de los cabildos y de la cultura por medio de
táctica de la unidad. Por ejemplo en el resguardo de Jambaló, en las veredas de Vitoyò y de
Loma Redonda, se presentó el caso de crímenes y amenazas contra miembros de la
comunidad indìgena, por parte de “un grupo de pájaros que son de la misma región y que
reciben el apoyo de los terratenientes de la zona”289. De acuerdo con este artículo, los pájaros
se mueven con una lista que contiene el nombre de las personas que van asesinar, como son
los dirigentes de las comunidades con sus respectivas familias. Los indígenas afirman que
ellos cultivan la tierra y la trabajan, pero que los terratenientes de la zona, los acusan de ser
subversivos, además que el ejército no intenta abrir una investigación, sino que entran
directamente atropellarlos. “En muchas comunidades indígenas la única alternativa de las
comunidades indígenas es fortalecer la organización y participación de los indígenas en la
movilización por la defensa de la vida, de la tierra y de la autonomía para vivir de acuerdo con
sus propias formas de organización social y con su cultura”290.
287 Op Cit, Heroica resistencia a la invasión, Pág. 22 288 Op Cit., Declaración de los cabildos indígenas del Cauca reunidos en Tacueyó, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 5. Agosto de 1987, Pág. 3. 289 Op Cit, Pájaros siembran terror en Jambaló, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 7 Marzo 1988, Pág. 3. 290 Ibíd. Pág. 3.
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El movimiento indìgena del Cauca responsabiliza en parte a los partidos tradicionales del
país, ya que el partido Liberal y Conservador han llevado a negar su propia identidad
mediante la politiquería. “Durante mucho años nos han manipulado por esa politiquería tanto
a comunidades, líderes y cabildos (…) ellos mismos nos ha llevado a la aterradora violencia y
hoy institucionalizada”291.
3.2.4 Rechazo de costumbres culturales que los discriminan
Como ya se expuso, la recuperación de la cultura es uno de los pilares de la resistencia
indìgena en el departamento del Cauca. Este rescate cultural se hace básicamente por medio
de la unificación del alfabeto y de jornadas para la recuperación de la lengua, en este caso se
pondrá como ejemplo el caso del Resguardo de Totorò.
De acuerdo con la edición del noviembre de 1986, entre el 29 de agosto y el 3 de septiembre,
se realizó en el Resguardo de Paniquita un taller de lingüística para lanzar la propuesta de
alfabeto, “a partir de este momento se ve la necesidad de educarnos y escribir en nuestra
lengua materna para fortalecer más nuestra cultura y exigir nuestros propios derechos”292. Así
mismo se afirma que la escritura ha existido desde hace mucho tiempo y que fue usada por los
antepasados indígenas para comunicarse y que lo hacían entre otra maneras, con dibujos
escritos en las piedras y que variaban dependiendo de la región donde se interprete, “estas
escrituras son autóctonas de nuestros antepasados y ellos fueron los únicos que entendieron
esas formas de escritura”293. Es importante resaltar que El periódico usa la escritura
occidental, pero enfatizo que no es una novedad ya que ellos poseen su propia escritura, es
decir, el periódico está impreso en castellano pero ellos usar esta letra no es ningún
descubrimiento.
El papel del CRIC ha sido clave en este proceso, ya que por medio de las escuelas bilingües
(español-nasa Yuwe) se impulsa la conservación y la recuperación de la cultura en especial la
lengua, sin dejar a un lado “reconocer nuestra identidad, valorándonos como indígenas, con
nuestras propias formas de organización social”294.
291 Op Cit, Movimiento Indìgena Nacional, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 11. Diciembre de 1988, Pág. 15. 292 Op Cit, Unificación del alfabeto Nasa Yuwe, Unidad Álvaro Ulcuè, Noviembre 1986, Pág. 3. 293 Ibíd, Pág. 3. 294 Ibíd, Pág. 3.
87
Por otro lado, las jornadas de recuperación de la lengua son otro mecanismo que busca
preservar y difundir el lenguaje indìgena. De acuerdo con la prensa estudiada, el 22 de abril
de 1988 se lleva a cabo el Primer Encuentro por la Recuperación de la Lengua y la Cultura del
Resguardo de Totorò. Este encuentro fue auspiciado por el CRIC, el Proyecto de Educación
Indìgena de la zona, el Magisterio de la Zona, la Secretaria de Educación, y el Proyecto Luces
de Mañana295. Según en Gobernador del cabildo, el cual no dicen su nombre, los objetivos del
encuentro se basan en “hemos perdido un poco de la cultura, la lengua y las costumbres,
entonces pensándolo bien, hemos perdido todo, inclusive hemos perdido nuestras tierras como
madres que es nuestra tierra hemos perdido todo; entonces nosotros tratamos de recuperar
algo que es nuestro”296. Adicionalmente el gobernador del Cabildo afirma que el encuentro se
llevó a cabo “no porque se ha querido recuperar algo, es que se tiene, lo que pasa es que no se
conocer, al no conocer nadie cree, entonces nosotros en este momento, el objetivo es hacernos
conocer y demostrar que en Totorò si existen los indios”297. Esta comunidad piensa que por
medio de la recuperación de la lengua, se puede recuperar la cultura y las tierras, ya que ellos
contemplan que si a nivel de cabildo, ellos no pueden recuperar sus tierras para sus hijos,
entonces estos se van a dedicar a la delincuencia ya que no van a tener donde trabajar. Con
relación a este mismo tema, se destaca la creación de un manifiesto de los jóvenes de la
comunidad de Yanacona, de acuerdo con un diagnóstico realizado, son el 40% de la
población. En este manifiesto invita a los jóvenes de esta comunidad, a construir un futuro
político, económico y cultural; sumado a la lucha por el pensamiento de lo adultos, las
mujeres y los niños. “Debemos recuperar el pensamiento, la historia, la cultura y la relación
con la naturaleza que nos identifica como pueblo Yanacona y así construir aquella sociedad
digna, floreciente y libre para todos, como fue la de nuestros primeros antepasados y así todas
las criaturas vuelvan a nacer”298. Como se había mencionado en el contexto, durante los años
ochenta el Movimiento Indio se desarrolló en dos periodos, el primero va hasta 1986 y el
segundo hasta la Asamblea Nacional Constituyente en 1991, en la segunda etapa se destaca el
proceso de auto-identificación del pueblo Yanacona.
295 Op Cit, La recuperación de la lengua y la cultura Totorò, Unidad Álvaro Ulcuè, Mayo de 1988, Pág. 10. 296 Ibíd, Pág. 10. 297 Ibíd, Pág. 10. 298 Op Cit, Primer Manifiesto de los jóvenes Yanaconas, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 24. Abril 1992, Pág. 13.
88
Con relación a este encuentro Primer Encuentro por la Recuperación de la Lengua y la
Cultura del Resguardo de Totorò, resaltó dos factores: La primera es que durante el encuentro
se realizan presentaciones artísticas, se presentan grupos musicales y danzas autóctonas de
diferentes veredas, se muestran trabajos artesanales al igual que se muestra la elaboración de
tejidos como la ruana y los chumbes y se consume el almuerzo típico.
El segundo factor hace referencia que en la prensa estudiada, este encuentro se realizó durante
cuatro años seguidos299, y el balance en general es positivo, ya que se ha hecho un
seguimiento por parte de la prensa y ha existido una continuidad por parte de la comunidad
indígena de Totorò. Se destaca en la publicación No. 17, durante el tercer encuentro realizado
los días 21 y 22 de abril de 1991, se resalta que uno de los aspectos que ha tomado más fuerza
es la colaboración de la comunidad con relación a la recuperación de la lengua, “es así que la
mitad de los comuneros entre niños y jóvenes, adultos y ancianos ya la están practicando
oralmente y sin timidez como antes sucedía”300, mientras que en el cuarto encuentro, el 40%
de la comunidad ya hablaba la lengua Totorò y se seguían realizando las mismas actividades.
Otro ejemplo de rescate cultural se evidencia en el Municipio de Puracè durante los días 14 y
15 de octubre de 1989, cuando se realizó el tercer encuentro de música y recuperación de la
cultura de la zona centro. Este se organizó con el motivo de continuar con el trabajo de
recuperación de la cultura, “cuando los cabildos acordaron y organizaron el primer encuentro,
que es tomado de trascendental importancia porque en él se dan a conocer la cultura, las
costumbres, tradición y con estos aspectos ir rescatando y fortaleciendo rasgos que aún
existen de autonomía”. El artículo se refiere a que estos encuentros se realizan para reforzar
los trabajos de lucha por la recuperación de la identidad y de sus derechos, ya que consideran
que lo uno no puede ir sin lo otro, además resaltan que la cultura debe ir ligada a estos
aspectos para que se organice una unión verdadera y fuerte.
La revitalización cultural y el fortalecimiento de la identidad, conlleva al reconocimiento y
valoración de la diversidad étnica y cultural, sumado al uso y fortalecimiento de las lenguas
indígenas.
299 Aclaro que no tengo si el encuentro se realizó en 1992, ya que la prensa consultada sólo llega hasta ese año. 300 Op Cit, Tercer encuentro por el rescate de la cultura y la lengua totoroez, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 17. Pág. 3.
89
3.2.5 Reconstrucción de la historia
Uno de los temas interesantes al realizar el análisis de prensa, es la necesidad por parte de las
comunidades indígenas de reconstruir su historia, ya que se trae el pasado al presente y desde
este punto, se sigue resistiendo como indígenas. En la edición de noviembre de 1986, le
hacen una entrevista a un miembro del programa de educación bilingüe del CRIC y le
preguntan para qué y por qué es necesario investigar la historia indígena. El miembro del
programa (no dicen su nombre) responde que “los indígenas vivíamos en nuestra costumbre
hasta cuando llegaron los españoles en 1492(…) nosotros teníamos nuestra propia cultura,
nuestra propia forma de gobierno y muchos más aspectos que se fueron perdiendo poco a
poco con la llegada de los españoles, porque ellos fueron imponiendo sus costumbres y
violentando nuestras leyes y la política de nuestra forma de vivir”301. Afirma que la historia
ayuda a estudiar, a investigar y recopilar las costumbres y hechos que sucedieron antes de la
llegada de los conquistadores hasta la actualidad, es decir, 1986. A lo largo de esta entrevista
se resalta lo importante de tener estos conocimientos y recordarlos para mantener su cultura,
“recordemos siempre que rescatando estos valores artísticos y costumbres de nuestra pueblos,
estamos haciendo cultura”302. Así mismo los pueblos indígenas hacen un llamado a la
celebración de los 500 años de invasión por medio de la realización de campañas de reflexión
sobre la situación indìgena, campañas de recuperación histórica de los valores culturales y de
autonomía y realizar una campaña de movilización nacional que se contraponga y denuncie el
festejo por parte del gobierno nacional y los países del norte de Europa303. Estas comunidades
indígenas rechazan el 12 de octubre como el día de la raza, el día de la hispanidad o el
encuentro entre dos mundos,
“esta denominación pretende ocultar el genocidio, etnocidio, explotación opresión y humillación a que hemos sido sometidos las poblaciones aborígenes de este continente (…) a partir de la destrucción socio-cultural y explotación de los pueblos indígenas se fue consolidando un sistema de opresión que más tarde terminaría condenando a estas tierras y a sus habitantes, a la servidumbre y esclavitud, fueran estos indios, negros, mestizos, mulatos o aún blancos, que por el sólo hecho de haber nacido en esta parte del mundo, recibirían el estigma de ciudadanos de segunda clase”304.
301 Op Cit, Los indígenas y las ciencias sociales, Unidad Álvaro Ulcuè, Noviembre 1986, Pág. 6. 302 Ibíd, Pág. 6. 303 Op Cit, Alas puertas de los 500 años de invasión, Unidad Álvaro Ulcuè, Febrero de 1992. Pág. 12. 304 Op Cit, Campaña de autodescubrimiento de nuestra América, Unidad Álvaro Ulcuè No. 7., Marzo 1988, Pág. 10.
90
Por otro lado en Santander de Quilichao, el 12 de octubre de 1989, los cabildos de la zona
norte organizaron un programa de cultura para declarar ese día como la fecha de la resistencia
de los pueblos de América, “sólo recuperando nuestra historia podemos entenderla y asumirla
para que esos hechos de violencia no se vuelvan a cometer contra nosotros. Se trata entonces
de convertir la historia en un instrumento de resistencia y de lucha de los pobres contra los
oligarcas.”305. En este mismo sentido, durante el encuentro latinoamericano de campesino e
indìgena (este tema se desarrollará más adelante) se concluyó que los 500 años o campaña de
autodescubrimiento, debe estar ligada a la recuperación de la identidad “para fortalecer los
procesos de emancipación y liberación de todos aquellos que razón de clase social son
explotados y que en razón de su cultura son discriminados y oprimidos”306. Así mismo, hacen
un llamado a que el 12 de octubre sea una fecha de dignidad y resistencia indìgena y
campesina y de rechazo ala invasión por parte de Europa.
La reconstrucción de la historia indìgena articula la vida de cada pueblo, esta en su mayoría se
ha tenido que elaborar a partir de exploraciones arqueológicas, de los textos de algunos
cronistas de indias y con la indagación de las escasas tradiciones orales que conservan los
grupos subsistentes307.
3.2.6 Trasnacionalismo y trasregionalismo
Como se estudió anteriormente con los autores Morin y Santana, la mundialización en los
años 80, ha favorecido un reposicionamiento geográfico, estratégico, y aun trasnacional de
ciertos grupos humanos a la búsqueda de reconocimiento y de legitimidad política. De
acuerdo con estos autores y con relación al tema de estudio, las comunidades indígenas han
sabido hacer de lo trasnacional un instrumento político para hacerse visibles y resistir a la
roles que se les han sido impuestos.
En el análisis de prensa el trasnacionalismo juega un papel clave la edición No. 15 de
noviembre de 1989, se realiza el Encuentro Latinoamericano campesino indìgena en la ciudad
de Bogotá, Colombia, entre el 6 y 12 de octubre de 1989. El motivo de este encuentro era
reunir representantes de organizaciones campesinas en Latinoamérica para hacer una
305 Op Cit, Jornadas de rescate cultural, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 15 Noviembre 1989, Pág. 5. 306 Op Cit, Encuentro Latinoamericano campesino indìgena, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 15. Noviembre 1989, Pág. 4. 307 Op Cit, Rodríguez Bernal Adolfo, Resistir para vivir. Pág. 43.
91
reflexión del significado de los 500 años de invasión europea, el problema de la tierra,
recursos naturales y mujer. Las conclusiones del encuentro arrojaron que existe una similitud
a nivel en general entre los países latinoamericanos (a excepción de Nicaragua y Cuba ya que
ellos tienen una formad e gobierno distinta). Con relación al tema de la invasión por parte de
los conquistadores, se concluyó que:
“los 500 años de invasión significan el genocidio de millones de indígenas, la destrucción de nuestros pueblos, economía, organización social y política, la destrucción de nuestra lengua, la imposición de una cultura extraña que truncó el desarrollo armónico que nuestros pueblos venían impulsado (…) la lucha no es contra los hombres sino contra un sistema de dominación y explotación que nos mutila a hombres y mujeres”308.
Ahora bien, el encuentro arrojó otras consideraciones con relación a que debe existir un
compromiso por parte de las organizaciones de los países participantes para desarrollar
procesos de recuperación histórica, con relación al problema de la tierra, se concluyó que
ninguno de los países participantes ha dado un verdadero proceso de reforma agraria que
satisfaga los intereses de las comunidades indígenas en general ( nuevamente con excepción a
Cuba, Nicaragua y chile, ya que este país vivió un golpe militar fascista). Proponen que se
debe “luchar por una reforma agraria integral y democrática cambiando las estructuras de
concentración de la tierra, expropiación de los grandes latifundios y trasnacionales que
insertándola al desarrollo de nuestros países permita cambiar las condiciones de vida, salud,
vivienda, educación, electrificación, asistencia técnica y comercialización”309. En este sentido
los intentos de reformas agrarias no han cambiado la situación económica y social,
contradiciendo los verdaderos intereses de las comunidades tanto campesinas como indígenas.
Con relación al tema de la cultura, se concluyó que la cultura es la vivencia y la manifestación
de los pueblos, “en ella se interrelacionan los elementos de organización, de lucha, de
resistencia en lo político, económico, en los social, en lo religioso, en los artístico, en lo
científico, en suma es la totalidad de los elementos que constituyen nuestra cotidianidad que
lo dinamizan y permiten la vida de nuestros pueblos”310. Ellos afirman que tienen elementos
culturales en común ya que han resistido por 500 años, al igual que formas de vida
308 Ibíd, Pág. 4. 309 Ibíd, Pág. 4. 310 Ibíd, Pág. 4.
92
comunitaria, la relación integral que existe entre el hombre, la naturaleza y la madre tierra.
Esto es relevante porque es una estrategia de resistencia y una forma de identidad.
Por otro lado, la prensa le dedica un espacio a lo que se puede considerar trasregionalismo ya
que escribe sobre la situación de los indígenas y negros del litoral pacífico. Las comunidades
indígenas de Puerto Pizario, Chanchajò, Papayò, Brujòn, Tío Cirilo, Unión Balsalito, Pichimà,
Nuevo Pital, Guayacán, San José y Taparalito, en asocio con la comunidades negras de Carrà,
Cuellar, Malaguita y cabeceras. Se asocian para solicitar al gobierno la legalización de un
extenso territorio como reserva para sus futuras generaciones. El problema radica en que el
gobierno y algunas industrias madereras, se han encargado de “montar obras de
infraestructura en estas comunidades con el fin de montar una economía de saqueo de lo
recursos que en nada están beneficiando al país y que tampoco permite el desarrollo de los
pobladores”311. Por otro lado el Estado construye una Base Naval en Bahía Málaga, pero las
carreteras de acceso invade terreno indìgena de seis comunidades, y fueron construidas si el
consentimiento de ellos. En consecuencia argumentan un daño ecológico como de orden
social, porque ahuyenta los animales y los constantes patrullajes perturban la vida social, la
cual ayuda a la colonización de tierras que les pertenecen a los indígenas. Estas comunidades
reclaman al Estado una indemnización que se fundamenta en seis puntos: “saneamientote los
resguardos, programas de producción, dotación de medios de trasporte para el desarrollo de la
agricultura y el mercadeo de la producción”312. Así mismo se realizan congresos nacionales
indígenas en 1989 y 1990 que reúnen no sólo a organizaciones como el CRIC, sino al Consejo
Regional Indìgena del Tolima, La organización Indìgena de Antioquia, el Cabildo Mayor de
San Andrés de Sotavento, la Organización Musurrunacuna del Putumayo, delegaciones
campesinas de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos –ANUC- y a nivel nacional
asistieron funcionarios del Estado, como lo son el consejero presidencial, el jefe
departamental de asuntos indígenas313 y el secretario de gobierno en representación del
gobernador del Cauca.
311 Op Cit, Encuentro de indígenas y negros campesinos del litoral pacífico, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 16. Febrero de 1990, Pág. 12. 312 Ibíd, Pág. 12. 313 En la celebración del octavo congreso asistió Rafael Pardo Rueda y German Pabòn, respectivamente.
93
3.2.7 Estrategias de resistencia
Las estrategias de resistencia proponen la defensa y protección de la vida, intentan reivindicar
el derecho a existir como pueblos y a decidir el tipo de vida que se quiere vivir, con sus
respectivos medios para lograrlo. El problema de estas resistencias en los últimos decenios
radica esencialmente en el problema de la tierra, ya que para el indígena la tierra no sólo es un
medio de producción, sino un territorio asociado a su origen, creencias e historia. Las
estrategias en la prensa consultada, se refieren principalmente a manifestaciones y
declaraciones.
3.2.8 Manifestaciones como forma de resistir
Dentro de esta categoría, también entran las movilizaciones, protestas, paros, bloqueos y
tomas. Las manifestaciones en el departamento del Cauca han sido una constante para los
años estudiados, por ejemplo en la calles de Corinto en el norte del Cauca, se movilizaron
comunidades indígenas para recordar a los compañeros caídos en la lucha y para celebrar el
tercer aniversario de la muerte del sacerdote Álvaro Ulcuè. “Una vez reunida toda la gente, se
inició la marcha por la calles del pueblo que estaban llenas de gentes por ser día de mercado
(…) allí los representantes de las comunidades y de la organización indìgena tomaron la
palabra para exigir el derecho a la vida y a denunciar los distintos atropellos”314. El artículo
resalta que esta manifestación se realizó de forma ordenada y que estuvo amenizada por
grupos de música de las comunidades indígenas que hicieron parte. Así mismo, los indígenas
de los asentamientos de Piendamò, Morales, Timbìo, Tambo y comunidades del occidente del
Cauca, se movilizaron al corregimiento de Tunia, bloqueado la vía Panamericana con el fin de
negociar puntos acerca del derecho a la vida, salud, vivienda, servicios públicos y vías315.
Otro ejemplo de movilizaciones, se realizó el 10 de diciembre de 1987, los indígenas del
departamento del Cauca marcharon porque se veían afectados por “la militarización
permanente de los campos y la instalación de bases militares que se supone que van a
perseguir a las guerrillas pero que en realidad se dedican a cometer toda clase de atropellos
contra la población, tales como saqueos, detenciones, secuestros de comuneros para que
314 Op Cit, Manifestación en Corinto, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 6 Diciembre de 1987, Pág. 4. 315 Op Cit, Bloqueada la Panamericana en Tunia, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 6. Diciembre 1987, Pág. 4.
94
sirvan de guías, desapariciones, allanamientos, violaciones y asesinatos”316. En este sentido,
las comunidades indígenas apoyadas y respaldadas por el CRIC, afirman que las fuerzas
militares obstaculizan los programas de producción, de salud y educativos, además de las
publicaciones y equipos de comunicación. Posteriormente en septiembre de 1987, se realizó
una movilización por el derecho a la vida y contra la guerra sucia, debido a un atentando
contra la sede del CRIC, el 6 de septiembre de ese mismo años. Pero este medio impreso
afirma que los militares buscaban impedir por la fuerza cualquier manifestación por parte de
las comunidades indígenas, por medio de retenes, de tanqueta, gases lacrimógenos, maltratos
a personas y cerco policial. Pero estos intentos policiales no obstacularizaron las
manifestaciones. Por ejemplo en Coconuco, 1500 indígenas procedentes de Puracè, Coconuco
y Paleterà, se tomaron pacíficamente la alcaldía de ese lugar. En Piendamò, las comunidades
de Jambaló, Guambìa y la Maria bloquearon durante un día la carretera Panamericana, en
Paniquità se movilizaron 2000 indígenas en la zona de Tierradentro que intentaron llegar a la
ciudad de Popayán, pero la policía los detuvo con gases lacrimógenos y tanquetas. “Con esta
movilización se mostró al gobierno departamental y nacional que la organización en este
momento se encuentra más sólida y que las comunidades indígenas están dispuestas a
defenderla de los ataques que se viene presentando desde diversos sectores que no quieren la
paz departamental del Cauca”317.
Por otro lado, en agosto de 1991, más de 25 mil personas entre indígenas y campesinos
procedentes de Municipios de Rosas, La Sierra, La Vega, San Sebastián, Almaguer y Bolívar,
se instalaron al sur del departamento del Cauca, para llevar a cabo el paro del Macizo
Colombiano, con el fin de presionar al gobierno del presidente Gaviria para que les solucione
sus problemas que fundamentalmente se basan en exigencias en materia educativa,
construcción de obras de infraestructura o pago de maestros. “No había otro medio para que el
gobierno departamental escuchara nuestro clamor”318. En este mismo sentido, los maestros de
Jambaló no realizaron un paro, pero 40 maestros decidieron tomarse de forma pacífica las
instalaciones de la administración municipal con el fin de presionar el pago inmediato de
sueldo. “Los maestros cansados de esperar a sus asignaciones bloquearon la entrada al recinto
316 Op Cit, 10 de diciembre, movilización por la vida., Unidad Álvaro Ulcuè, No. 7. Marzo 1988, Pág.4. 317 Op Cit, Movilización Indìgena por el derecho a la vida y contra la guerra sucia, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 14. Septiembre 1989, Pág. 8-9. 318 Op Cit, Paro en el Macizo Colombiano, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 21. Septiembre de 1991, Pág. 3.
95
y con consignas alusivas a la tardanza en los pagos hicieron que el alcalde los atendiera por
medio de una comisión para discutir el pliego peritorio”319.
3.2.9 Declaraciones
Los cabildos indígenas del departamento, reúnen la Junta directiva del consejo Regional
Indìgena del Cauca CRIC, donde se exponen los principales problemas y se trazan las
políticas que deben seguir el movimiento indìgena y su organización regional. De acuerdo con
el seguimiento de prensa, esta reunión se realiza cada año y asisten 39 y 54 cabildos del
departamento y se percibe que los problemas principales que afrontan las comunidades
indígenas son la presencia militar y su papel en el departamento, primordialmente en el
resguardo de Tacueyò. Además del enfrentamiento entre comuneros y comunidades, el
permiso en algunas comunidades de entidades del Estado y religiosas que no permitan su
autonomía320. Así mismo en estas reuniones se muestras lo logros y las propuestas de paz
regional. En cuanto a los logros, el CRIC ha establecido, el fortalecimiento de la
organización, la recuperación de tierras, la autonomía de los cabildos y su control, la
legitimidad de las comunidades ante el Estado, la realización de eventos con amplia
participación de las comunidades indígenas, unidad de indígenas, campesinos y el sector
urbano, la educación bilingüe en las comunidades, la conformación de microempresas al
interior de las empresas comunitarias, la indemnización de Industrias Puracè y la
conformación de movimientos cívicos en zonas indígenas321.
Por otro lado, el periódico dedican las publicaciones número 19 al 22, al aniversario número
veinte del CRIC. En estos artículos se están compuestos por un recuento histórico de la
organización, y se hace un resumen de los elementos que se debatieron en sus ocho
congresos existentes para los años estudiados.
A lo largo de este capítulo se ha podido observar que Unidad Álvaro Ulcuè es un medio
impreso que sirve como fuente de conocimiento de la cultura indìgena en el departamento del
Cauca. Así mismo es un instrumento relevante para la investigación de acontecimientos que
319 Op Cit, Maestros de Jambaló se tomaron Alcaldía, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 23. Abril 1992, Pág. 6 320 Op Cit, Declaración de los cabildos indígenas del cauca reunidos en Tacueyò, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 5. Agosto de 1987, Pág. 4. 321 Op Cit, Comisión de situación Nacional, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 11. Diciembre de 1988, Pág. 5.
96
sucedieron durante esa época y sirve como un archivo que conserva variedad de datos y tipos
de información. Es clave resaltar que esta comunidad se rige bajo una cosmovisión donde
resulta inseparable los conceptos de territorio, cultura y comunidad, que a la vez van ligados
al concepto de desarrollo. Con relación al punto anterior me remonto al argumento de
Galeano del capítulo previo, el cual afirma que la idea que la recuperación de la tierra es el
punto de partida del movimiento indìgena y por ende se convirtió en el componente clave en
el proceso para la recuperación de la cultura, ya que estos dos forman una imprescindible
dualidad en la lucha para alcanzar la autotomía.
La resistencia civil en el Cauca se ha dado por medio de la lucha por al tierra y por la
conservación de su cultura. La tierra para los indígenas significa la supervivencia de sus
pueblos, la cual posee una profunda trascendencia espiritual, ya que para el indígena la tierra
no sólo es un medio de producción, sino un territorio asociado a su origen, creencias e
historia.
Por otro lado, la lucha cultural se concentra en la revitalización de la misma, el
fortalecimiento de la identidad, sumado al uso y fortalecimiento de las lenguas indígenas.
4. Consideraciones Finales
El siguiente capítulo busca identificar y retomar los temas que aparecen en la prensa y los
análisis a la luz de la teoría. Como se había planteado desde el principio, esta monografía de
grado tiene como propósito mostrar la manera de resistir por medio de la no violencia por
parte de las comunidades indígenas del Cauca mediante el análisis de prensa del periódico
llamado Álvaro Ulcué, publicado entre 1986 y 1992, el cual fue analizado de dos formas, la
primera como un instrumento de resistencia y la segunda, mediante el análisis de la
información ofrecida en función de la resistencia. Es un trabajo que muestra un tema
interesante y relevante para la historiografía, en particular porque permite estudiar fenómenos
recientes y de poblaciones cuya producción habitualmente han estado al margen en los
trabajos históricos.
Los temas a tratar en este capítulo son: las concepciones indio e indìgena, el concepto de
resistencia y sus formas y la figura del padre Álvaro Ulcuè. Este medio impreso nace porque
los indígenas del Cauca necesitaban un periódico regional que facilitara la difusión de sus
97
problemas, además de la necesidad de estrechar las relaciones con compañeros campesinos y
otros sectores populares.
Indio-Indìgena
A lo largo de esta investigación se puede señalar el carácter dinámico de la percepción de
indio, que presenta cambios en cuanto a forma y contenido. Se resalta el planteamiento de
Mónica Espinosa, el cual aclara que se tiene que olvidar “que el indìgena no es ni una
categoría referencial ni una descripción referida a individuos, sino la expresión de una
relación social instaurada mediante las prácticas económicas, sociales, políticas y simbólicas
del colonialismo moderno”322.
Con relación a lo anterior, se puede afirmar que desde el descubrimiento de América, hasta la
promulgación de la Constitución de 1991, la concepción de indio “nos permite entender la
posición que ocupa el sector de la población así designado dentro del sistema social mayor del
que forma parte”323.
Desde el periodo de la Conquista, la concepción de indio atribuye a los nativos
“características que se refieren a una inferioridad racial, cultural, intelectual, espiritual y
social que aparentemente justifica el proyecto civilizador de la integración de las culturas
prehispánicas”324. Desde ese entonces, los pueblos indígenas empezaron un periodo de
resistencia contra los conquistadores. Durante la Colonia los colonizadores ya no pretendían
acabar con la población indígena, puesto que este les serviría de mano de obra para sus
intereses económicos, ahora eran concebidos como rústicos y miserables. En este contexto
surgen figuras como el resguardo y el cabildo indígena los cuales contribuyeron a la
supervivencia de las comunidades al conservar algunos de sus territorios y al mantener su
unidad como grupos indígenas. Posteriormente en la República, se establecieron modelos
especiales de relación entre los indígenas y el resto de la sociedad. Se resalta que a finales de
este siglo se promulga La ley 89 de 1890, la cual se concibe al indio como un menor de edad
pues le otorga un tratamiento diferente en cuanto es visto como alguien a cuidar pero también
a supervisar. Esta concepción va a perdurar hasta la Constitución de 1991, ya que el indìgena
322 Ibíd, Pág. 58-59. 323 Op Cit, Ochoa Arango Raúl y Gutiérrez Sánchez Enrique, Los pueblos indígenas de Colombia, Pág. 53. 324 Op Cit, Rodríguez Bernal Adolfo, Resistir para vivir, Pág. 32.
98
es reconocido e incluido como un sujeto con derechos y su comunidad es respetada como
parte de la diversidad étnica y cultural de la nación colombiana, es decir, las comunidades
indígenas pasaron de ser menores de edad a tener un reconocimiento constitucional. Cabe
resaltar que la Constitución del 1991 les asegura la plena posibilidad política de existir.
Durante el análisis de prensa, se puede identificar que la concepción que se usa es la del
indìgena. Ahora bien, se desarrolló a lo largo de esta investigación que tanto la cultura como
la tierra, son elementos que conforman una dualidad imprescindible.
Resistencia
A lo largo de esta investigación, se trabajó el concepto de resistencia no violenta y catalogada
como civil, así mismo definida como el conjunto de estrategias e iniciativas de carácter
colectivo que con el apoyo de su cultura, proponen la defensa y protección de la vida. Como
se viò a lo largo del capítulo tres y de acuerdo con Esperanza Hernández la resistencia
indígena es “milenaria y ancestral, en algunos momentos de su historia ha admitido el recurso
de la violencia como necesidad extrema de defensa, pero desde un pasado reciente se ha
expresado como resistencia civil al emplear acciones no violentas”325. En este sentido, se
evidenció que a lo largo de este trabajo los pueblos indígenas del Cauca se han caracterizado a
lo largo de su existencia, por su capacidad y ejercicio de resistencia frente a diferentes
formas de agresión y actores violentos. La resistencia en el departamento del Cauca se ha
librado principalmente contra la pérdida de tierras, contra los terratenientes, contra el
gobierno, contra la violencia y contra el rechazo de las costumbres culturales, como lo es
principalmente el lenguaje. Así mismo, se vio a lo largo de esta investigación, el problema
del departamento del Cauca se fundamenta en el exterminio de la cultura indìgena la cual
involucra la revitalización y recuperación de la misma, el fortalecimiento de la identidad, y el
uso y fortalecimiento de las lenguas indígenas. Además de la pérdida de tierras, ya que esta
significa la supervivencia de sus pueblos, porque la tierra no sólo es un medio de producción,
sino un territorio asociado a su origen, creencias e historia. En este mismo sentido Mónica
Espinosa plantea que el concepto de recuperación debe ser entendido como una ideología que
ha formado las formas de militancia indìgena en el su occidente del país durante los últimos
cincuenta años del siglo XX. Para esta antropóloga el concepto recuperar agrupa y significa
una serie de ideas, tales como: reclamar y reposeer un terreno que fue arrebatado por los
325 Ibíd, Pág. 179.
99
conquistadores, trasformar la propiedad privada en comunitaria, fortalecer la autoridad
política de los cabildos como unidades organizativas de base, desarrollar formas de
agricultura de auto-sostenimiento y desarrollar estrategias para revitalizar la cultura, ya sea
mediante el desarrollo de ceremonias cotidianas de marcación territorial, el relato de historias
de origen y mitos, la puesta en escena de canciones, danzas y rituales326.
Como se atestiguó con las investigadoras Norma Villarreal, María Angélica Ríos y Suzy
Bermúdez la resistencia no violenta indìgena del Cauca, se configura por medio de acciones
colectivas para defender valores y planes compartidos; “son prácticas que no permiten el uso
de la violencia, sin que ello signifique una postura pacifista. La fuerza convocante de estas
acciones se encuentra en los valores que defiende, a saber, ala autonomía, la cultura, el
territorio, la unidad, la integridad de sus comunidades, así como el reconocimiento de la
diversidad y propuestas de desarrollo alternativo propios de su tradición y necesidades.”327 En
sentido y de acuerdo con el capítulo anterior, las estrategias de resistencia proponen la
defensa y protección de la vida, intentan reivindicar el derecho a existir como pueblos y a
decidir el tipo de vida que se quiere vivir, con sus respectivos medios para lograrlo. Dentro
del grupo de estrategias se encuentran las movilizaciones, protestas, paros, bloqueos, tomas y
denuncias.
En otras palabras, la resistencia civil es un proceso de acción colectiva, que constituye una
respuesta a diferentes modalidades de violencia y evita cualquier recurso a la violencia, debe
ser generada y ejercida por la población civil, funciona movilizando a la población para que
no colabore, requiere de la existencia previa de un proceso organizativo y debe poder
soportarse en un elemento de fuerza moral que lo legitime328. En la prensa analizada se
pueden identificar artículos que enmarcan concretamente este factor, esto se logró en el
capítulo anterior.
A lo largo de este trabajo se puede afirmar que las experiencias de resistencia que se analizaron en el
capítulo previo, han beneficiado a las comunidades del departamento del Cauca en varias maneras. Por
ejemplo, han comprendido y beneficiado a nivel local la plataforma de lucha del movimiento indígena
surgido con el CRIC en 1971. Se han creado y consolidado dinámicas participativas, las cuales han
326 Op Cit, Espinosa Mónica, Memoria cultural y el continuo del genocidio, Pág. 67. 327 Ibíd, Pág. 61. 328 Ibíd, Pág. 32.
100
formado y dinamizado una propuesta política propia, soportada en un concepto distinto de ejercicio
del poder, plasmada en el servicio a la comunidad. Estos servicios son materializados en sus procesos
participativos, y por medio de desarrollado importantes proyectos productivos educativos, como se
vio anteriormente con el rescate de la lengua y de la cultura indìgena.
Escritura como forma de resistencia
A lo largo del capítulo tres, la resistencia se manifiesta en Unidad Álvaro Ulcuè en forma
escrita por medio de artículos redactados en castellano, fotografías y símbolos, con el fin de
ser un instrumento de resistencia y de memoria. Esta memoria indígena sirve como
compresión y reinterpretación del presente indígena. De acuerdo con Betty Osorio, este puede
ser tomado como un proceso de resistencia la cual aparece como rechazo a la cultura
prehispánica, “pero que paradójicamente implica que los indígenas adopten la tecnología de la
escritura con el fin de oponerse a los procesos de evangelización y sometimiento”329. Existen
una serie de ejemplos históricos que sirven de antecedentes de resistencia, como Juan Tama o
Guaman Poma.
Por su parte, Romelio Díaz330 y Jorge Salazar afirman que la prensa recupera la memoria de
un hecho, “es un conjunto de medios escritos a través de los cuales se busca y recoge, analiza,
valora y difunde información, teniendo en cuenta la actualidad e interés para la opinión
publica”331. En este caso de muchos hechos. Esto se pudo ver a lo largo del capitulo tres,
cuando se divulga un asesinato, cuando se convoca a una marcha o a una movilización,
cuando se hace un llamado a recuperar la cultura de cierta comunidad. En este orden de ideas
Unidad Álvaro Ulcuè es en sí un instrumento de resistencia que busca generar memoria, en
este sentido y de acuerdo con Cristóbal Gnecco Valencia, al generar memoria se construye la
historia de un pueblo.
Por otro lado, la escritura ha servido como instrumento de dominación, de resistencia y de
renuncia. Siguiendo a Galeano, la resistencia indìgena recrea lo tradicional en situaciones
variables y se adapta a principios políticos y cristianos para reivindicar la tierra y la cultura.
La escritura en Unidad Álvaro Ulcué construye conocimiento acerca de las comunidades
329 Ibíd. Pág. 274. 330 Estudiantes de la Universidad Javeriana. 331 Op Cit, Romelio Díaz y Jorge Salazar, Democracia y prensa en Colombia., Pág. 18.
101
indígenas, tal como sus costumbres culturales como lo es la lengua, así mismo es un espacio
posible de expresión y reflexión del entorno al departamento del Cauca entre 1986 y 1992. En
este sentido, el periódico busca ser una herramienta de persuasión, de poder legal y político
para que el gobierno de turno (ya sea el de Virgilio Barco 1986-1990 o el de Cesar Gaviria
1990-1994, los cuales comprenden los años de publicación del periódico) se encargue de
responder a las necesidades que las comunidades indígenas.
En este mismo sentido la escritura también se ve plasmada en lo símbolos que aparecen en el
periódico, dentro de sus publicaciones se encuentran imágenes precolombinas y fotografías
que aunque no fueron tratadas y analizadas en profundidad, las imágenes expresan la
concepción histórica indígena de forma abreviada. Según la antropóloga Joanne Rappaport
“estas imágenes de naturaleza fragmentaria no se desarrollaron en detalle (…) se dejaron
simplemente como imágenes, dirigidas a despertar el pensamiento y la acción en los
corazones de los seguidores”332.
Para complementar lo escrito anteriormente, vuelvo a nombrar a Álvaro Bello, investigador
que afirma que la resistencia vista desde los indígenas, se ve focalizada en gran parte por
medio de sus discursos y acción colectiva con arreglo a códigos y símbolos culturales. De esta
manera, la cultura juega un papel clave en los movimientos indígenas porque por medio de
ella se establece un conjunto de elementos que operan como emblemas de identidad, es decir
como criterios objetivos de autodefinición colectiva333. En este orden de ideas, los
movimientos indígenas definen emblemas de identidad entendidos como íconos de tierra,
territorio, su cosmovisión, la lengua o su apego a la naturaleza y los usan como medios de
contraste y diferenciación con respecto a sus antagonistas.
Este autor aclara que es clave resaltar que la generalización de símbolos en los movimientos
indígenas permite reforzar su identidad colectiva, donde se comunican sus ideas, objetivos,
pensamiento, propósitos, además de que es una manera de resistir y de garantizar la
sobrevivencia de aspectos de su identidad ancestrales. Tal como se viò en el capítulo previo,
los símbolos que aparecen en la prensa consultada no fueron explicados, ni analizados tanto
por la prensa como por el autor de esta monografía.
332 Op Cit, Rappaport Joanne, La política de la memoria, Interpretación indígena de la historia de los Andes colombianos Pág. 93. 333 Op Cit, Bello Álvaro, Etnicidad y ciudadanía en América Latina, Pág. 39.
102
En este orden de ideas, Bello afirma que la simbolización de en los movimientos indígenas
sirve para comunicar los deseos de autodefinición y auto representación. “Los símbolos desde
la perspectiva comunicacional, se constituyen en una red de significados sobre los que opera
la acción del grupo”334 . Estos autor afirma que los símbolos pueden tener diferentes orígenes;
por un lado pueden responder a la actualización y reinterpretación de algunos eventos, fechas
o protagonistas relevantes. Por otro lado, pueden representar la lucha por la apropiación
material de recursos.
Con relación a estas ideas, y como se vio anteriormente, el periódico Unidad Álvaro Ulcuè,
los temas analizados fueron la recuperación de la memoria y la reinvención de los símbolos
propios y, el soporte de fotografías.
El padre Álvaro Ulcuè.
Es relevante rescatar que nombre de periódico hace alusión a un líder y sacerdote Indígena
Álvaro Ulcùe, impulsador del Proyecto Nasa en el departamento del Cauca. “Lo hemos
nombrado Unidad Álvaro Ulcuè como homenaje a los muchos mártires que han alimentado
nuestras luchas, entre los cuales Álvaro Ulcuè –Nasa Pal (Sacerdote Páez), entregó su vida
por la causa indìgena”335.
Con relación a la figura del padre, se puede aplicar el planteamiento de la antropóloga Joanne
Rappaport, el cual se fundamenta en el papel del nuevo liderazgo en la formación de una
política cultural, muestra como los intelectuales políticos desempeñan un papel clave en la
creación de una política cultural, sobre todo en los relacionado con la codificación de la ley
consuetudinaria o cotidiana y el desarrollo de una educación bilingüe-bicultural.
Concretamente a ella le importa comprender cómo ha surgido esa serie de intelectuales,
cuáles son sus relaciones con otras instancias de producción intelectual (como las
organizaciones no gubernamentales y la universidad) y cuál es su papel en la construcción de
un discurso cultural. Estos intelectuales se posicionan en un punto medio, ya que articulan su
discurso mediante un doble dialogo con las comunidades y con los intelectuales externos.
Ahora bien, Rappaport afirma que la nueva generación de intelectuales orgánicos indígenas en
el Cauca ha trabajado durante los últimos años intentando desarrollar una aproximación
334 Ibíd, Pág. 41. 335 Ibíd. Pág. 3.
103
específicamente indígena a la investigación social, por medio de metodologías
introspectivas336.
Esta investigación tuvo como propósito mostrar la manera de resistir por medio de la no
violencia por parte de las comunidades indígenas del Cauca mediante el análisis del periódico
llamado Álvaro Ulcué, publicado entre 1986 y 1992. Este análisis me ha permitido entender
que las experiencias de resistencia civil en el país datan de tiempo atrás y no es un fenómeno
reciente. Las comunidades indígenas del departamento del Cauca han logrado por medio de su
organización, visibilizarse constitucionalmente, pero por encima de todo garantizar su
supervivencia.
336 Retornando la mirada: Una investigación colaborativa interétnica sobre el Cauca a la entrada del milenio. Universidad del Cauca. Ene. 2005. Págs. 14-16.
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Campaña de autodescubrimiento de nuestra América, Unidad Álvaro Ulcuè No. 7., Marzo
1988, Pág. 10.
Editorial, Unidad Indígena , enero 1975, Pág. 2
Encuentro Latinoamericano campesino indìgena, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 15. Noviembre
1989, Pág. 4.
Jornadas de rescate cultural, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 15 Noviembre 1989, Pág. 5.
Maestros de Jambaló se tomaron Alcaldía, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 23. Abril 1992, Pág. 6
Manifestación en Corinto, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 6 Diciembre de 1987, Pág. 4.
Movilización Indìgena por el derecho a la vida y contra la guerra sucia, Unidad Álvaro Ulcuè,
No. 14. Septiembre 1989, Pág. 8-9.
Movimiento Indìgena Nacional, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 11. Diciembre de 1988, Pág. 15.
No. 18, Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè, Octubre de 1990. Pág. 2.
Paro en el Macizo Colombiano, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 21. Septiembre de 1991, Pág. 3.
Presentación, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 0. Mayo 1986. Pág. 3.
Primer Manifiesto de los jóvenes Yanaconas, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 24. Abril 1992, Pág.
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Tercer encuentro por el rescate de la cultura y la lengua totoroez, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 17.
Pág. 3.
20 años de lucha, 20 años de historia, Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè No. 19. Febrero de 1991.
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Comisión de situación Nacional, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 11. Diciembre de 1988, Pág. 5.
Constituyente y movilización, Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè, No. 18 Octubre de 1990, Pág. 6.
Declaración de los cabildos indígenas del cauca reunidos en Tacueyò, Unidad Álvaro Ulcuè,
No. 5. Agosto de 1987, Pág. 4.
Editorial, Unidad Álvaro Ulcùe No. 19. Febrero de 1991, Pág. 2.
Editorial, Unidad Álvaro Ulcùe No. 8. Mayo 1988,.Pág. 2
Editorial, Unidad Álvaro Ulcùe. No. 20. Junio de 1991, Pág. 2.
Encuentro de indígenas y negros campesinos del litoral pacífico, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 16.
Febrero de 1990, Pág. 12.
La recuperación de la lengua y la cultura Totorò, Unidad Álvaro Ulcuè, Mayo de 1988, Pág.
10.
La recuperación del subsuelo, Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè, No. 6. Diciembre de 1987, Pág.
109
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La tierra, protagonista de nuestra historia, Unidad Álvaro Ulcùe, No. 23. Febrero 1992, Pág. 6.
Las comunidades indígenas y de la Costa Pacífica nos organizamos, Unidad Álvaro Ulcué, No.
17, Junio de 1990, Pág. 12.
Los indígenas y las ciencias sociales, Unidad Álvaro Ulcuè, Noviembre 1986, Pág. 6.
No. 10., Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè Septiembre de 1988. Pág. 2.
No. 17. Junio de 1990, Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè, Pág. 2.
No. 19. Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè, Febrero de 1991. Pág. 2.
No. 20. Junio de 1991, Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè, Pág. 2.
No. 20., Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè Junio de 1991. Pág. 2.
Pájaros siembran terror en Jambaló, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 7 Marzo 1988, Pág. 3.
Presentación, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 0. Mayo 1986, Pág. 3.
Unificación del alfabeto Nasa Yuwe, Unidad Álvaro Ulcuè, Noviembre 1986, Pág. 3.
Unificación del alfabeto Nasa Yuwe, Unidad Álvaro Ulcuè, Noviembre de 1986, Pág.2.
La tierra protagonista de nuestra historia, Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè, No. 23. Febrero de
1992, Pág. 6.
No. 21., Unidad Indìgena Álvaro Ulcuè, Septiembre de 1991, Pág. 2.
Tercer encuentro por el rescate de la cultura y la lengua totoroez, Unidad Álvaro Ulcuè, No. 17.
Pág. 3.
Declaración de los cabildos indígenas del Cauca reunidos en Tacueyó, Unidad Álvaro Ulcuè,
No. 5. Agosto de 1987, Pág. 3.
Heroica resistencia a la invasión, Pág. 22.
Entrevistas
Entrevista realizada a Arquímedes Vitonas el día 7 de mayo de 2007. En la ciudad de Bogotá
Fuentes de Internet
http://www.fiealc2007.org/spanish/news/circular3-esp.doc)
http://www.derechos.org/nizkor/colombia/libros/nm/z7/ZonaSiete01.html
http://www.lablaa.org/blaavirtual/geografia/geohum2/wampi4.htm
http://www.ncai.org/About.8.0.html
http://www.thecanadianencyclopedia.com/index.cfm?PgNm=TCE&Params=f1ARTf0005626
http://www.survival.es/
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Mapas
No. 1Departamento del Cauca, suministrado con el Consulado del CRIC en Bogotà.
No. 2 Departamento del Cauca, Territorios Indìgenas, suministrado por la misma fuente.