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Reporte de Lectura:
Variaciones sobre un parque temático
Alma Angélica Rodríguez Moreno
“Han convertido el tiempo y el espacio en algo obsoleto” Los avances tecnológicos
están destripando rápidamente las políticas históricas de la proximidad, convirtiendo la
ciudad tradicional, en una ciudad ageográfica. Desde los años cincuenta y sesenta, se
disparo la dispersión urbana, no se reduce solamente a un fenómeno de extensión,
también se trata de una cuestión ampliamente conceptual nunca antes pensada: La
Cyburbia invisible.
El orden social siempre se ha podido interpretar a través de la forma urbana, dicho
orden ha sido dramáticamente manipulado. El teléfono y el modem han convertido la
calle en algo irrelevante. La nueva ciudad es conformada por un único modelo de
ciudadanía consumidora.
Esta ciudad tiene tres características:
La primera es la perdida de todas las relaciones estables con la geografía local, física y
cultural, reduciendo todo vínculo con el espacio específico. La nueva ciudad es poco
más que un enjambre de bits urbanos que echa por la borda la visión física,
sacrificando la idea de ciudad, como lugar para la comunidad y las relaciones
humanas.
La segunda característica, es su obsesión por la “seguridad”, con un alto grado de
manipulación y vigilancia sobre sus ciudadanos, propiciando nuevas formas de
segregación. Esta tendencia hacia una nueva forma de segregación urbana, ha ido
creando que la planificación urbana este renunciando a su papel como integradora de
comunidades.
La tercera característica es el hecho de verla convertida en una ciudad de
simulaciones, una ciudad-televisión, es decir, la ciudad como parque temático. En la
actualidad el diseño urbano consiste casi exclusivamente en la reproducción de
disfraces urbanos. Representando algunas veces una historicidad genética y otras
veces una modernidad genérica, ambas prescindiendo de las necesidades reales y de
las tradiciones de quienes la habitan.
El peligro de la nueva ciudad es que tiene la capacidad no solo para superar los
escenarios tradicionales de la urbanidad, sino también para apropiarse de ellos,
convirtiéndolos solo en una serie de intersecciones de una red global, donde el espacio
y el tiempo quedan obsoletos.
Un parque temático, con sus formas artificiosamente embusteras, ofrece una visión
alegre y civilizada del placer que suplanta al reino de la democracia pública. En estos
espacios “públicos” ya sean parques temáticos o centros comerciales, su propio
discurso queda restringido.
El mundo como centro comercial.
West Edmonton, el parque de atracciones más grande del mundo. En el interior,
encontramos una serie de elementos yuxtapuestos que al final, resultan ilegibles, y la
confusión reina por todas partes. Las barreras entre lo real y lo falso, entre lo próximo y
lo lejano, se disuelven. Se utiliza la “psicografia”, es decir los criterios de marketing que
identifican las aspiraciones del cliente y sus necesidades reales, con vistas a trazar
tanto su “identidad” como sus ingresos. Es esta la reivindicación del centro comercial
de contener el mundo entero entre sus paredes, solo le falta que se le añada la
vivienda. “El mundo es distinto cuando tienes un mega centro”.
Para mucha gente, la autentica construcción del yo depende de la adquisición de
mercancías, es decir, la identidad personal depende de la habilidad para construir una
imagen. El consumo es la vía más fácil para alcanzar este objetivo. El proceso de
compra inicia incluso antes de que el comprador ingrese a la tienda, se estima que
antes de los 20 años, el americano ha visto unos 350,000 mil anuncios de televisión,
por lo tanto, el comprador llega a la tienda con “una confusa amalgama de deseos”, el
reino de las necesidades es igual a la gama de objetos posibles. La elección mental de
productos, ensena a los compradores, no solo lo que desean y pueden comprar, sino
también lo que no poseen, es decir, no solo pueden darse cuenta “quienes son” sino
que además imaginan lo que pueden llegar a ser.
Los centros comerciales constituyen drogas ambientales adictivas, el mal de mal es
una paradoja perceptiva generada por una excitación y una sedación simultáneas, que
se manifiesta en forma de desorientación, ansiedad y apatía. Cuando un comprador
orientado se convierte en uno impulsivo, se reconoce porque en cambio de andar a
grandes zancadas, se cae en un andar errante y sin rumbo fijo. Otro hecho significativo,
es que en 1960, el tiempo promedio de duración de la visita al mal era de 20 min, a la
fecha, este se ha ampliado a 3 hrs.
Pasar el rato en el centro comercial ha sustituido el paseo por las calles, para lo
jóvenes son auténticos centros sociales, así como también lo son para los adultos
mayores. Se ha creado un vínculo entre las necesidades humanas de recreo, vida
pública y de interacción social, y las actividades del centro comercial. A medida que el
centro comercial incorporó mas aspectos de la ciudad dentro de sus límites, el conflicto
entre espacio público y privado se volvió más grave. El centro comercial había asumido
el papel de la plaza urbana tradicional? Este ofrecía centralidad espacial, carácter
público y densidad humana. Los centros comerciales optaron por la introversión, dando
la espalda al espacio público.
Comentario personal.
Tecnología y Consumismo, son dos factores que han ido en aumento drásticamente
sobre todo en los últimos años, y que han provocado cambios sustanciales en nuestra
cultura. Ejemplo de ello es la forma en que se desarrolla la vida en las ciudades, la cual
ha pasado de ser una vida sencilla, en su mayoría comunitaria, donde las calles y el
espacio público fomentaban una sana interacción social; a convertirse con el aumento
de la tecnología, a ser una vida citadina casi virtual, las relaciones sociales y
comunitarias son una buena anécdota del pasado, y el día de hoy ese concepto de
comunidad, se expresa de mejor manera en una sala de chat, o en una
videoconferencia, la aparición de medios de comunicación masivos con enorme
influencia sobre la población, como la televisión y el internet, junto con nuevas tácticas
económicas de comercio, ha generado un fenómeno el cual no es nuevo, pero que sin
dudar, ha tenido un exponencial crecimiento como uno de los hábitos del ciudadano
común, el consumismo. Una manera probablemente de satisfacer algo del vacío que
dejó la virtualización de las actividades dentro de la ciudad, y que ha tenido un gran
éxito en gran parte de la población, consumir más, tener más es ser más feliz y mejor.
Los Centros comerciales, como nuevos espacios urbanos, han tomado un lugar
importantísimo dentro de las ciudades, pues como lo viene marcando la tendencia, el
usar espacios públicos abiertos, plazas, parques y calles, esta fuera del nuevo
esquema de vida moderno. Sin embargo la necesidad social del hombre persiste, y
viene a tratar de ser suplida con este espacio que permite de alguna forma cierta
sensación de interacción con otras personas, a lo cual si se le agrega que se puede
hacer al mismo tiempo en que se satisface la otra importante necesidad de “ser mas,
comprando mas”, sin duda alguna tenemos frente a nosotros una estrategia ganadora,
el centro comercial es parte de una cultura contemporánea de la que pocos o nadie
podemos escapar, y que al día de hoy es considerado como lugar indispensable para
cualquiera que habitamos en una ciudad.