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Jaime SobrinoPatrones de dispersin intrametropolitana en Mxico
Estudios Demogrficos y Urbanos, vol. 22, nm. 3, septiembre-diciembre, 2007, pp. 583-617,El Colegio de Mxico
Mxico
Cmo citar? Fascculo completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista
Estudios Demogrficos y Urbanos,ISSN (Versin impresa): [email protected] Colegio de MxicoMxico
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ESTUDIOS DEMOGRFICOS Y URBANOS, vOl. 22, NM. 3 (66), pp. 583-617
patrones de dispersin intrametropolitana en Mxico
Jaime Sobrino*
El propsito del presente documento es examinar el proceso de suburbanizacin demogr-fica y descentralizacin ocupacional en el interior de las zonas metropolitanas de Mxi-co. Para ello se utiliza informacin sobre movilidad residencial y viajes por motivo de trabajo, variables que estn disponibles en la muestra del censo de poblacin y vivienda de 2000. El estudio se centra en ocho de las 55 zonas metropolitanas que existen en el pas, y el municipio es la unidad territorial para analizar el cambio intrametropolitano. Las preguntas que orientan al presente documento son: i) qu tan dispersas son las zonas metropolitanas de Mxico?, ii) qu papel han jugado la migracin y la movilidad residencial en la suburbanizacin?, y iii) cmo se distribuye el empleo dentro de las zonas metropolitanas y con ello los viajes por motivo de trabajo? Las respuestas llevan a plantear conclusiones sobre las caractersticas de la suburbanizacin y la descentrali-zacin ocurridas, as como a cuestionar si las metrpolis del pas se amoldan ms a un modelo terico de ciudad monocntrica, o vislumbran la emergencia de un modelo de ciudad policntrica.
palabras clave: suburbanizacin, descentralizacin, movilidad re-sidencial, localizacin de las actividades econmicas, conformacin metropolitana.
Fecha de recepcin: 12 de mayo de 2006.Fecha de aceptacin: 24 de noviembre de 2006.
patterns of Intra-metropolitan Dispersion in Mexico
This document seeks to examine the process of demographic suburbanization and occu-pational decentralization in the main metropolitan areas of Mexico. To this end, it uses information on residential mobility and journeys to work,, variables that are available for the sample from the 2000 population and housing census. The study focuses on eight of the 55 metropolitan zones that exist in the country and the municipality is the territo-rial unit used to analyze intra-metropolitan change. The questions guiding this document are: i) How scattered are Mexicos metropolitan zones? ii) What role have migration and residential mobility played in sub-urbanization? iii) How are employment and therefore journeys to work distributed within the metropolitan zones? The answers suggest conclu-sions about the characteristics of the suburbanization and decentralization that have taken place, raising the question of whether the countrys metropolises fit the theoretical model of a monocentric city or whether they reflect the emergence of a polycentric city.
* profesor investigador del Centro de Estudios Demogrficos, Urbanos y Ambien-tales de El Colegio de Mxico. Correo electrnico: [email protected].
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Key words: suburbanization, decentralization, residential mobility, location of economic activities, metropolitan configuration.
Introduccin
la estructura interna de una metrpoli es producto de una compleja mezcla de atributos y flujos. Entre los primeros sobresalen los lugares de residencia, la concentracin de empleo, la infraestructura, el equi-pamiento, los espacios abiertos y las reas no urbanizables; todos ellos se sintetizan en un plano de usos del suelo. la superficie utilizada para el comercio y los servicios representa no ms de 15% del espacio cons-truido metropolitano, pero es un elemento central dentro de las pro-puestas de modelos de estructura urbana (Balchin, Isaac y Chen, 2000; pacione, 2001; papageorgiou y pines, 1999). por su parte, los flujos abarcan los desplazamientos de la poblacin residente, los cotidianos o de mayor duracin, y el intercambio de bienes o corrientes de infor-macin; un ejemplo de ello lo constituye una matriz origen-destino de viajes por motivo de trabajo (Graizbord y Santilln, 2005). los atribu-tos y flujos se interrelacionan en los cuatro mercados urbanos que analiza la teora econmica espacial: suelo y vivienda, trabajo, trans-porte, y servicios pblicos (Hirsch, 1977).
la distribucin intrametropolitana de la poblacin y el empleo, as como su cambio en el tiempo, son de gran relevancia debido a sus implicaciones para el desarrollo urbano. los patrones del desarrollo de las ciudades, tanto en los pases desarrollados como en las naciones en desarrollo, muestran similitudes porque las grandes reas metro-politanas contienen estructuras dispersas, mltiples subcentros, des-centralizacin de las actividades manufactureras y mayor centralizacin de las de servicios (Ingram, 1998; levernier y Cushing, 1994).
A partir de los aos cincuenta del siglo xx, el planeta experimen-t un acelerado proceso de urbanizacin y concentracin en grandes ciudades. En 1950 existan 85 ciudades con un milln o ms de habi-tantes, que concentraban 7.8% de la poblacin mundial. De estas 85 ciudades, 49 se ubicaban en pases desarrollados y 36 en subdesarro-llados. las dos naciones con mayor cantidad de grandes ciudades eran China con 13 y Estados Unidos con 12; de las 36 de los pases subde-sarrollados, siete pertenecan a latinoamrica y el Caribe (Buenos Aires, Ciudad de Mxico, Ro de Janeiro, Sao paulo, Santiago, la Ha-bana y Montevideo).
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En 2000 las grandes aglomeraciones urbanas casi se quintuplicaron respecto a 1950 para alcanzar 405 y aglutinar 18.3% de la poblacin mundial, pero ahora haba 277 en los pases en desarrollo y 128 en las economas desarrolladas. China, con 90, se consolid como la nacin con mayor nmero, seguida muy de lejos por Estados Unidos e In-dia con 37 en cada una; latinoamrica y el Caribe incrementaron su nmero de siete a 44, cuatro de ellas entre las 20 ms grandes del mun-do (Ciudad de Mxico, Sao paulo, Buenos Aires y Ro de Janeiro).
De manera paralela al acelerado proceso de urbanizacin, las gran-des zonas metropolitanas han experimentado patrones de dispersin de la ciudad central hacia sus suburbios; este fenmeno se observa con mayor nitidez en las ciudades de Estados Unidos (Champion, 2001). los estudiosos de las olas de dispersin las han llamado etapas de metropo-litanismo, enfatizando el cambio en la distribucin de la poblacin (Busquets, 1993; Surez-villa, 1988), o estadios de la demanda ocupacio-nal, privilegiando la descentralizacin del empleo (Coffey y Shearmur, 2002; Sobrino, 2003: 198-204). Cabe mencionar que ambas olas de dis-persin, de la poblacin y el empleo, se encuentran estrechamente rela-cionadas, pero los factores que explican cada una son un tanto distintos y el sentido de la relacin no es del todo claro (patridge y Rickman, 2003), aunque al parecer la poblacin sigue a los empleos en una perspectiva interurbana (ciudades como puntos), en tanto que los empleos siguen a la poblacin en el contexto intraurbano (ciudades como reas).
las etapas de metropolitanismo son cuatro: i) urbanizacin, o concentracin, cuando la tasa de crecimiento demogrfico de la ciudad central supera a la de la periferia; ii) suburbanizacin, o desconcentra-cin, cuando la periferia alcanza un mayor ritmo de crecimiento po-blacional respecto a la ciudad central; iii) desurbanizacin, o despo-blamiento, cuando la ciudad central inicia un saldo neto migratorio negativo y prosigue hasta el decrecimiento absoluto de su poblacin, y iv) reurbanizacin, o repoblamiento, cuando la ciudad central reto-ma su crecimiento demogrfico. por otro lado, los estadios de la de-manda ocupacional son: i) concentracin, cuando la ciudad central cobija el grueso de la nueva demanda ocupacional; ii) descentralizacin, en donde la nueva demanda ocupacional se origina principalmente en la periferia; iii) estancamiento, cuando la ciudad central enfrenta una prdida absoluta de ocupados, y iv) reactivacin, cuando se recupera la demanda ocupacional en la ciudad central.
la etapa de reurbanizacin ha ocurrido fundamentalmente por la adecuacin de polticas para el rescate o regeneracin de la ciudad
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central. Estas acciones son promovidas por los gobiernos locales con la participacin de otros agentes, sobre todo la iniciativa privada, para un cambio en las condiciones fsicas y ambientales de la ciudad central, combinando estrategias de ordenamiento de usos del suelo y promo-cin econmica local que permitan su reactivacin ocupacional. El impacto de estas polticas en la ciudad central se ha traducido en es-pecializacin econmico ocupacional, repoblamiento, desplazamien-tos y gentrificacin (pacione, 2001: 312-331; palen, 1997: 296-315).
Ante la evidencia casi generalizada de la ocurrencia de la etapa de suburbanizacin y el estadio de descentralizacin en las zonas metro-politanas del planeta, algunos estudiosos han objetado el papel del modelo de ciudad monocntrica y la funcin exponencial de densidad arguyendo que estos instrumentos ya no explican el patrn de densi-dad de las ciudades, como tampoco el cambio en la localizacin del empleo y la conformacin de subcentros (Fujita y Ogawa, 1982; Imai, 1982; Ogawa y Fujita, 1980). Sin embargo el paradigma monocntrico, por su simplicidad, es til para clarificar conceptos y relaciones, por lo que no es obsoleto y sirve como punto de partida para el anlisis de la suburbanizacin y el diseo de un modelo policntrico (papageor-giou y pines, 1999: 191-201).
Conformacin metropolitana y suburbanizacin
El proceso de metropolizacin en Mxico comenz durante la dcada de los cuarenta del siglo xx. En 2004 apareci un libro titulado Deli-mitacin de las zonas metropolitanas de Mxico, el cual constituye el primer acuerdo intergubernamental para reconocer y delimitar la realidad metropolitana del pas. En l se menciona que en 2000 existan 55 zonas metropolitanas, las cuales albergaban a 51.5 millones de habi-tantes, 52.8% de la poblacin total. Mxico, como nacin indepen-diente, tard 170 aos para cambiar la distribucin territorial de su poblacin de rural a predominantemente urbana, pero slo 20 para transformarse de urbana a preferentemente metropolitana.
las zonas metropolitanas se delimitaron con la unin de dos o ms unidades poltico administrativas (delegaciones del Distrito Federal y municipios de las entidades federativas) y se definieron tres grupos de municipios metropolitanos: i) centrales, donde se localiza el rea urbana de la ciudad principal que da origen a la zona metropolitana; ii) exteriores, definidos con criterios estadsticos, contiguos a los cen-
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trales y cuyas localidades no estn fsicamente unidas a la ciudad prin-cipal pero manifiestan un carcter predominantemente urbano al tiempo que mantienen un alto grado de integracin funcional con los municipios centrales, y iii) exteriores, definidos con criterios de pla-neacin y poltica urbana, que se encuentran reconocidos por los gobiernos federal y locales como parte de una zona metropolitana por medio de instrumentos que regulan su desarrollo urbano y la or-denacin de su territorio, independientemente de su situacin respec-to de los criterios utilizados en el segundo rubro (Sedesol, Conapo e INEGI, 2004).
El acuerdo intergubernamental incluy a las 16 delegaciones del Distrito Federal y a 293 municipios como integrantes de alguna de las 55 zonas metropolitanas. Tres se delimitaron con un solo municipio (Ciudad Jurez, Matamoros y Nuevo laredo), ubicadas en la frontera con Estados Unidos y consideradas como zonas metropolitanas trans-fronterizas (Alegra, 1992).
para explorar el grado de dispersin alcanzado por las zonas me-tropolitanas de Mxico, en este documento se utiliza como casos de estudio a las metrpolis con la mayor cantidad de unidades poltico administrativas, lo que permite tener una cantidad suficiente de infor-macin respecto a la distribucin intrametropolitana de la poblacin y el empleo, la movilidad residencial y los viajes por motivo de trabajo.1 El estudio se centra en ocho zonas metropolitanas: cinco son las de mayor tamao demogrfico dentro del sistema nacional de ciudades, con una poblacin de un milln y ms de habitantes en 2000 (Ciudad de Mxico, Guadalajara, Monterrey, puebla y Toluca), y tres son de tamao intermedio, conformadas por ms de diez municipios cada una y una poblacin entre 250 mil y 460 mil habitantes (Oaxaca, Ori-zaba y Tlaxcala). Cabe mencionar que estas ocho zonas metropolitanas estn tambin entre las ms adelantadas en cuanto a su etapa de me-tropolitanismo, puesto que en la dcada de los noventa las metrpolis de Ciudad de Mxico, Guadalajara, Monterrey y Orizaba evidenciaron una etapa de desurbanizacin, en tanto que Toluca, Oaxaca y puebla manifestaron una etapa de suburbanizacin y Tlaxcala se mantuvo en la primera, de urbanizacin.
1 las unidades de anlisis para cada zona metropolitana son los municipios que la integran. Es muy probable que para abarcar con mayor precisin los objetivos del pre-sente documento, la unidad territorial debera ser ms desagregada, por ejemplo el uso de las reas geoestadsticas bsicas (AGEB). Sin embargo esta desagregacin espacial no cuenta con la informacin que se utiliza en el estudio.
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la estructura espacial de una ciudad es producto de una comple-ja mezcla de atributos y flujos, en donde intervienen fuerzas centrpe-tas de atraccin y concentracin, fuerzas centrfugas de dispersin y desconcentracin, y fuerzas de diferenciacin del espacio construido. los distintos modelos o teoras de la estructura urbana intentan expli-car cmo se distribuyen los usos del suelo, los valores del mismo y la intensidad de su ocupacin. Estos modelos han reconocido que en el patrn de usos del suelo generalmente aparecen cuatro componentes con una organizacin centro-periferia: i) distrito central y de negocios; ii) zona de transicin; iii) rea suburbana, y iv) franja rural-urbana (Balchin, Isaac y Chen, 2000). la ciudad central (o distrito central de negocios) comnmente se ha identificado con el corazn de la ciudad y funciona como nodo de la vida comercial, cultural, social y cvica de la metrpoli; esta ciudad central conjuga tanto el distrito central como la zona de transicin.2
El rea suburbana corresponde a la parte del tejido urbano cons-truido y adyacente a la ciudad central (Goodall, 1987). Tambin se refiere a las unidades poltico administrativas contiguas a la que con-tiene a la ciudad central. los suburbios abarcan un conjunto de zonas con cierta homogeneidad interna en sus densidades, en las formas de produccin de vivienda y en la condicin socioeconmica de los resi-dentes, pero marcada heterogeneidad respecto a otras zonas de la misma periferia. Algunas zonas suburbanas se caracterizan por la con-centracin de actividades industriales en torno a zonas y parques in-dustriales, comerciales, a travs de plazas y centros, o de oficinas.
por ltimo, la franja rural urbana, denominada tambin periurba-na o rururbana, comprende al conjunto de localidades que no han sido integradas fsicamente al tejido urbano construido, pero en don-de una parte de la poblacin ocupada est inserta en el mercado me-tropolitano de trabajo, conservando al mismo tiempo una propiedad de explotacin agropecuaria (Carter, 1995: 303-307; Cruz, 2002). En esta franja la ruralidad no es algo opuesto a lo urbano ni vinculado al uso de la tierra, sino ms bien una ampliacin en la interaccin del campo y la ciudad; una complementariedad entre ambos territorios (Arias, 2002). la rurbanizacin se caracteriza por los siguientes aspec-
2 En la literatura anglosajona se establece que la ciudad central (central city) es la unidad territorial, y a veces poltico administrativa, que contiene al distrito central de negocios (central business district). En dicha literatura en ocasiones aparece el trmino ciudad interior (inner city) como sinnimo de ciudad central, pero tambin como un rea en transicin o decadencia, o ms an, como el centro urbano histrico que en alguna etapa de la civilizacin estuvo amurallado (Goodall, 1987).
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tos principales (Sobrino 2003b: 105): i) diversificacin ocupacional; ii) permanencia de la tenencia de la tierra; iii) desplazamiento de las actividades agropecuarias como el soporte fundamental del sustento familiar; iv) demanda de servicios pblicos, y v) expansin urbana discontinua y en suelo rural.
Tomando como base los componentes mencionados de la estruc-tura urbana, y para fines de estudio sobre los patrones de dispersin de las metrpolis mexicanas, las unidades poltico administrativas de las ocho zonas metropolitanas de estudio fueron sometidas a un an-lisis factorial con la finalidad de conocer qu tan metropolitana era cada jurisdiccin, as como su papel en la conformacin global de la metrpoli.3 lo anterior result de los valores que adquiri el vector del componente principal a partir de los datos de siete variables selec-cionadas en cada una de las 169 observaciones (delegaciones y muni-cipios).
las variables utilizadas fueron: i) distancia lineal a la ciudad central (DIST); ii) tasa de crecimiento poblacional 1990-2000 (TCpA); iii) den-sidad media urbana en 2000 (DMU); iv) producto interno bruto per cpita de las actividades industrial, comercial y de servicios en 1998 (pIBpC); v) porcentaje de poblacin que cambi su lugar de residencia de la ciudad central a la jurisdiccin en cuestin entre 1995 y 2000 (MR); vi) porcentaje de los viajes por motivo de trabajo de la poblacin de esa jurisdiccin hacia la ciudad central en 2000 (vpT), y vii) porcen-taje de viviendas con automvil en 2000 (AUTO).
la matriz de componentes para cada variable mostr los siguientes valores:
vpT 0.879
MR 0.827
DIST -0.672
DMU 0.576
AUTO 0.511
pIBpC 0.477
TCpA -0.275
3 Cabe mencionar que por los criterios utilizados para la conformacin de las zonas metropolitanas (Sedesol, Conapo e INEGI, 2004), las unidades territoriales que las con-forman corresponden a la ciudad central o a la zona suburbana, pero no as a la franja rural-urbana.
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las variables ms representativas en la conformacin metropoli-tana resultaron ser las asociadas a los flujos de poblacin (vpT y MR), seguidas por las relacionadas con la funcin de densidad (DIST y DMU). Cabe mencionar que de inicio se consider ciudad central de cada metrpoli a la unidad poltico administrativa donde se localiza la ciudad principal que dio origen a la conurbacin. El anlisis factorial compro-b la funcin de ciudad central de estos municipios.
los coeficientes de factor obtenidos por cada jurisdiccin se plas-maron en un mapa con el propsito de saber si haba alguna corres-pondencia espacial. Esto fue positivo, y para cada una de las zonas de estudio se comprob que exista una conformacin cercana a un es-quema concntrico; las ciudades centrales tenan un mayor coeficien-te de factor, que iba disminuyendo para cada jurisdiccin conforme se alejaba de dicha ciudad central. la Ciudad de Mxico es la metrpoli ms poblada del pas, la que se extiende en un mayor nmero de ju-risdicciones y la ms compleja en su conformacin interna; los resul-tados del ejercicio factorial arrojaron para esta metrpoli un esquema compuesto por una ciudad central y cuatro contornos. Cinco zonas metropolitanas mostraron un arquetipo de ciudad central y tres con-tornos, mientras que las dos zonas de menor tamao demogrfico (Orizaba y Tlaxcala) se ajustaron a un prototipo en donde el municipio central adopta la funcin de ciudad central y primer contorno, y sus municipios perifricos se agrupan en dos anillos exteriores (vase el cuadro A1 en el Anexo).
Este ejercicio de conformacin metropolitana no tuvo el propsi-to de analizar la divisin social del espacio, por lo que no se incluyeron variables explcitas de la divisin de hogares por estratos de ingreso. Su objetivo era ms bien identificar zonas para la exploracin de pa-trones de dispersin intrametropolitana. Sin embargo, el hecho de que la variable AUTO registrara un valor positivo significa que el por-centaje de hogares con automvil va disminuyendo a medida que la unidad poltico administrativa se aleja del centro. Si esta variable es una aproximacin implcita a la divisin de hogares por estrato de ingresos, entonces la conformacin de las zonas metropolitanas de Mxico se adapta a un modelo aceptado en la literatura para las ciudades latinoamericanas, caracterizado por el descenso en los niveles de ingreso de la poblacin conforme se incrementa la distancia al centro (Dickenson et al, 1996; Griffin y Ford, 1980); este patrn es contrario al modelo de las ciudades estadunidenses (Balchin, Isaac y Chen, 2000: 110-118; pacione, 2001: 447-449).
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la suburbanizacin se refiere generalmente a la dispersin de la poblacin del centro hacia la periferia. Una manera sencilla de medir este fenmeno consiste en analizar el cambio en la participacin de la ciudad central y la periferia en la concentracin de poblacin durante un periodo de tiempo. A continuacin se estudian el grado y la velocidad de la suburbanizacin y la descentralizacin ocupacional (cuadro 1).
para el contexto nacional, el proceso de suburbanizacin al pare-cer no fue tan relevante durante las dos ltimas dcadas del siglo xx. En el universo metropolitano del pas, el porcentaje no ponderado de poblacin residente en la periferia apenas aument tres puntos entre 1980 y 2000, de 30.4 a 33.5%, siendo que para el ltimo ao, en pro-medio, dos terceras partes de la poblacin metropolitana residan en la ciudad central; este peso demogrfico de la ciudad central se pre-senci en Estados Unidos en 1940 (Mills y Hamilton, 1994: 82). Asi-mismo la velocidad de la suburbanizacin fue ligeramente mayor en los ochenta respecto a los noventa, lo que indica que probablemente la crisis econmica de los ochenta motiv una mayor movilidad resi-dencial intraurbana desde la ciudad central hacia la periferia, mientras que dicho flujo se atenu ante un escenario econmico de recupera-cin moderada en los noventa.
A expensas de abundar ms adelante en el papel de la migracin y la movilidad residencial en la suburbanizacin, por ahora se mencio-na que el lento proceso de suburbanizacin ocurrido en Mxico pue-de deberse, entre otros factores, a que 31 de las 52 zonas metropolita-nas estn conformadas con un municipio central y a lo ms dos municipios perifricos; todas ellas iniciaron su proceso de metropoli-zacin hace no ms de 30 aos y es relevante el peso del municipio sede de la ciudad central, que concentra en promedio 80% de la po-blacin metropolitana (metrpolis jvenes y dominadas por el muni-cipio central). Otra explicacin puede ser atribuible a la unidad terri-torial de anlisis, debindose utilizar una mayor desagregacin, como las reas geoestadsticas bsicas (AGEB), unidades espaciales empleadas a partir del censo de poblacin y vivienda de 1990.
las ocho zonas metropolitanas de estudio muestran mayor grado y velocidad de suburbanizacin respecto al universo nacional. Entre 1980 y 2000 el porcentaje de la poblacin residente en la periferia se increment diez puntos, de 49.4 a 59.7%, siendo este ltimo similar al de las metrpolis de Estados Unidos en 1980. Sin embargo esta mues-tra contiene grandes diferencias porque el proceso de suburbanizacin ms acentuado se registr en las ciudades de Mxico, Guadalajara,
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Monterrey, Orizaba y Oaxaca (las cuatro primeras estaban incluso atravesando la etapa de desurbanizacin o despoblamiento de la ciudad central); en puebla fue similar al promedio de las 52 zonas, y en Tolu-ca y Tlaxcala la dinmica demogrfica de la ciudad central fue mayor que la de la periferia (etapa de urbanizacin o concentracin en la ciudad central) durante los ochenta en la primera y en los noventa en la segunda.
la distribucin territorial del empleo en la industria, el comercio y los servicios muestra un patrn menos disperso que el de la poblacin, situacin genrica en las metrpolis del planeta. En 2000 los municipios perifricos de las 52 metrpolis concentraban 33.5% de la poblacin y 23.2% de la demanda ocupacional. Asimismo la velocidad de dispersin del empleo super a la de la poblacin en los noventa, pero en los ochenta fue al revs y la demanda ocupacional mostr un mayor dina-mismo relativo en los municipios centrales respecto a los perifricos (estadio de concentracin); la crisis econmica afect con mayor fuerza a las unidades econmicas localizadas en los municipios perifricos.
Al igual que en la suburbanizacin, la descentralizacin ocupacio-nal y la velocidad de sta son mayores en las zonas de estudio respecto al universo metropolitano. las ciudades de Mxico, Tlaxcala y Monte-rrey exhiban en 1998 la mayor descentralizacin del empleo, cuando ms de la mitad de la demanda se concentraba en los municipios peri-fricos, al tiempo que la velocidad descentralizadora ms significativa en los noventa se presenci en Oaxaca, Guadalajara y Toluca, mientras que la importancia de la ciudad central como nodo concentrador de empleo no sufri gran cambio en puebla y Orizaba. la Ciudad de Mxico atestigu en los ochenta el estadio ocupacional de estancamien-to, y el de recuperacin en los noventa; puebla y Tlaxcala experimen-taron concentracin en los ochenta y descentralizacin en los noventa; Orizaba evidenci descentralizacin en los ochenta y concentracin en los noventa (proceso regresivo); las cuatro ciudades restantes manifes-taron un estadio de descentralizacin en ambas dcadas.
la informacin del cuadro 1 permite concluir que la dispersin en el espacio metropolitano de Mxico ha ocurrido a distintas veloci-dades, tanto entre zonas, como entre la poblacin y el empleo. Desde el punto de vista demogrfico, la velocidad de la suburbanizacin se relaciona con el tamao poblacional de la zona y su menor dinmica de crecimiento poblacional, mientras que el ritmo de la descentraliza-cin ocupacional es ms intenso en zonas de reciente conformacin metropolitana y con significativo crecimiento poblacional. la tasa de
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crecimiento demogrfico inhibe la dispersin poblacional, pero esti-mula la ocupacional. A continuacin se examina con mayor detalle la suburbanizacin de la poblacin.
Suburbanizacin y movilidad residencial
las zonas metropolitanas de Mxico exhiben una mayor densidad de poblacin conforme se incrementa su tamao demogrfico. la elasti-cidad de cambio en la densidad es 0.25, lo que significa que al dupli-carse el tamao poblacional, la densidad se incrementa 1.19 veces.4
la funcin exponencial de densidad generalmente ha estado asociada al anlisis del modelo de ciudad monocntrica, al tiempo de proporcionar criterios cuantitativos para la evaluacin del grado de suburbanizacin. El clculo de la densidad es el siguiente:
Dx = D0e-ax
en donde Dx es la densidad de poblacin (poblacin por hectrea) estimada a la distancia x de la ciudad central, e es la base del logaritmo natural, y D0 y a son constantes de estimacin de la funcin de ajuste, siendo D0 la densidad poblacional estimada para la ciudad central y a el gradiente de densidad. Esta funcin se obtuvo para las zonas metro-politanas de estudio (cuadro 2).5
En teora, un menor valor de a significa una densidad de poblacin ms homognea a lo largo del tejido metropolitano y, por tanto, mayor suburbanizacin. Sin embargo, al contrastar los valores de a del cuadro 2 con el porcentaje de poblacin residente en la periferia en 2000 que aparece en el cuadro 1 se puede concluir la no correspondencia para el contexto mexicano entre el mayor porcentaje de la poblacin que
4 la elasticidad de cambio en la densidad de poblacin se obtuvo a partir de una funcin de regresin, utilizando como variable independiente el tamao de la poblacin y dependiente la densidad media urbana, la cual se obtuvo de la densidad bruta (pobla-cin entre superficie) de cada una de las AGEB urbanas de la zona metropolitana, pon-deradas por su tamao de poblacin (Sedesol, Conapo e INEGI, 2004: 25-32). la funcin de mejor ajuste fue Y=2.9333x0.2495, con un nivel de significancia estadstica de 0.001.
5 la funcin de densidad para cada una de los ocho zonas metropolitanas de estu-dio se obtuvo con una funcin de regresin, utilizando como unidad de anlisis el municipio; como variable independiente la distancia en kilmetros del centroide del mu-nicipio al centroide del municipio central, y como variable dependiente la densidad media urbana del municipio en cuestin. las funciones fueron estadsticamente signi-ficativas a un nivel entre 0.20 en Orizaba, Toluca y Tlaxcala y 0.001 en Guadalajara y puebla.
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pATRONES DE DISpERSIN INTRAMETROpOlITANA 595
vive en la periferia y las densidades de poblacin ms homogneas en dicha metrpoli (menor gradiente de densidad). por ejemplo, la Ciu-dad de Mxico tiene el mayor porcentaje de residentes en la periferia (90.8%), pero es la quinta con el menor gradiente de densidad (0.0429); caso contrario es el de la ciudad de Toluca, la cual ostenta el sexto puesto por el porcentaje de poblacin que reside en la periferia (54.1%), pero es la primera en cuanto a menor gradiente de densidad (0.0291).
El ordenamiento de las zonas metropolitanas de estudio segn su gradiente de densidad es congruente con algunas de las explicaciones que aparecen en la literatura, pero no con otras (Mills y Hamilton, 1994: 406-411). Hay congruencia en lo siguiente: i) las zonas con mayor antigedad en su conformacin metropolitana presentan menor gra-diente de densidad; ii) las zonas con mejor provisin de servicios p-blicos ostentan menores gradientes de densidad, y iii) las zonas metro-politanas con mayores grados de desigualdad socioeconmica intrametropolitana se asocian a un mayor gradiente de densidad. Asi-mismo no existe asociacin terica entre un mayor tamao poblacional y un menor gradiente de densidad, como tampoco entre un mayor nmero de unidades poltico administrativas y un menor gradiente de densidad.
para el estudio de la suburbanizacin en las metrpolis de Mxico, entonces, las opciones son: partir del porcentaje de poblacin que reside en los municipios perifricos, o tomar como base el gradiente de densidad. En este artculo se opt por el primer camino, ya que permite observar tanto el grado de suburbanizacin como su velocidad
CUADRO 2 Funciones de densidad de poblacin, 2000
D0 a Sig.
Ciudad de Mxico 249 0.0429 0.001
Guadalajara 155 0.0326 0.001
Monterrey 168 0.0400 0.010
puebla 83 0.0704 0.001
Toluca 70 0.0291 0.015
Oaxaca 107 0.1790 0.010
Orizaba 60 0.0322 0.015
Tlaxcala 37 0.0882 0.015
FUENTE: Censo general de poblacin y vivienda, 2000.
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596 ESTUDIOS DEMOGRFICOS Y URBANOS
de cambio en el tiempo, mientras que con el segundo slo se dispone de informacin para un ao (2000).
El crecimiento demogrfico de los distintos contornos metropoli-tanos es producto de la combinacin del componente natural y del componente social. El natural no presenta gran variacin a lo largo del tejido metropolitano, por lo que el crecimiento social (migracin y movilidad residencial) opera como el principal mecanismo de la suburbanizacin (cuadro 3).6
la movilidad residencial es el cambio de domicilio dentro de la zona metropolitana. Este proceso implica un cambio en el tiempo de traslado de la poblacin, en las amenidades del vecindario y en los sistemas sociales. El anlisis de la movilidad residencial implica el an-lisis de cuatro componentes (Delaunay y Dureau, 2004): i) eleccin de la vivienda; ii) localizacin de la vivienda; iii) tipo de tenencia, y iv) decisin de lograr una autonoma residencial. Existen dos grandes referentes conceptuales y algunos trabajos empricos que los apoyan para explicar las causas de la movilidad residencial: por un lado, y si-guiendo la teora de localizacin residencial de William Alonso (1964), el cambio de domicilio est influido principalmente por la localizacin del puesto de trabajo, por lo que los hogares buscan reducir el tiempo y (o) la distancia del viaje por motivo de trabajo para disminuir su costo (vase Gayda, 1998; Kim, pagliara y preston, 2005; Ortzar, Mar-tnez y varela, 2000; prez, Martnez y Ortzar, 2003). El segundo re-ferente parte del principio de la existencia de una relacin cada vez ms dbil entre el empleo y la vivienda (Giuliano, 1995), por lo que la eleccin residencial est menos influida por el lugar de trabajo y ms por otros factores, como las caractersticas de la oferta residencial, la accesibilidad a centros comerciales, escuelas o reas recreativas, y los atributos del vecindario (vase Cooper, Ryley y Smith, 2001; Earnhart, 2002; Walker, Marsh, Wardman y Niner, 2002; Wang y li, 2004).
Es indudable que una de las variables clave en la movilidad resi-dencial es el ingreso de las familias; los hogares destinan hasta una cuarta parte de su ingreso en vivienda, y ante un ingreso constante y un aumento en el costo de transporte, habra una propensin al com-portamiento segn lo establecido por Alonso, mientras que un incre-
6 El promedio de la tasa de crecimiento natural de 1990 a 2000 para las 169 unida-des poltico administrativas que conforman las ocho zonas metropolitanas de estudio fue 2.08, con una desviacin estndar de 0.29 y un coeficiente de variacin de 13.9%; el promedio de la tasa de crecimiento social fue 1.18, con una desviacin estndar de 2.58 y un coeficiente de variacin de 218.6 por ciento.
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598 ESTUDIOS DEMOGRFICOS Y URBANOS
mento en el ingreso real tendera a la movilidad siempre y cuando los beneficios de dicho cambio superaran los costos en que se incurre. los beneficios estn asociados a los servicios de la vivienda y a sus ventajas de ubicacin, y no necesariamente relacionados con la cerca-na al lugar de trabajo (OSullivan, 1996: 365-376). Una segunda varia-ble de relevancia es el tamao de las familias; la movilidad residencial se traduce en costos y beneficios diferenciales para cada uno de sus integrantes: a mayor estatus econmico y social de un miembro de la familia corresponde un mayor papel en la decisin de movilidad (Chang, Chen y Somerville, 2003).
El cuadro 3 muestra diferencias en el porcentaje de inmigrantes y la movilidad residencial en las zonas metropolitanas de estudio; la inmigracin en stas se asocia con un mayor ritmo de crecimiento demogrfico, pero tambin con aos ms recientes de conformacin metropolitana y tamao poblacional, mientras que la movilidad resi-dencial es ms significativa conforme se incrementan el tamao de la poblacin y su grado de suburbanizacin.
El lugar de residencia de los inmigrantes y los puntos de origen y destino de la movilidad residencial no presentan un patrn aleatorio en el interior del espacio metropolitano (figura 1). Con la configura-cin por contornos de las zonas metropolitanas de estudio se puede comprobar que el destino preponderante de los inmigrantes es la ciudad central o el contorno ms central de la metrpoli. las ocho zonas metropolitanas concentraban en promedio 40% de su poblacin total en la ciudad central y 30% en el primer contorno en 2000, pero a ellos arribaron 44 y 31% de los inmigrantes en el periodo 1995-2000, respectivamente. Esto significa que los inmigrantes no slo deciden a cul ciudad migrar, sino tambin en dnde residir dentro de la ciudad seleccionada; la primera influida por la localizacin de las oportuni-dades laborales (reales o ficticias); la segunda por la existencia de un mercado de vivienda usada y preferentemente en renta.
por otro lado, el destino de la movilidad residencial es fundamen-talmente hacia la periferia y en especial al segundo contorno, en el cual habitaba en promedio 23% de la poblacin metropolitana en 2000, al tiempo de recibir 40% de la movilidad total intrametropolitana.
El comportamiento de la eleccin residencial de los inmigrantes y de la movilidad residencial en las zonas metropolitanas del pas adopta dos tipos espaciales que se presentan en la figura 1. El patrn A corresponde a aqullas en donde la poblacin inmigrante se ubica tanto en la ciudad central como en el contorno ms central (en oscu-
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pATRONES DE DISpERSIN INTRAMETROpOlITANA 599
ro), en tanto que el patrn B se caracteriza por una marcada concen-tracin de la localizacin residencial de los inmigrantes en la ciudad central. Tomando como punto de partida las caractersticas de la ofer-ta habitacional en la ciudad central (Hirsch, 1977: 73-122) es posible aventurar que los migrantes acceden preferentemente a una vivienda usada y en renta.
Con lo anterior se puede concluir que un mayor ritmo de creci-miento demogrfico, determinado por una mayor inmigracin relati-va, se traduce en una menor velocidad en la suburbanizacin; la inmi-gracin inhibe la dispersin poblacional.
El volumen de la movilidad residencial en las zonas metropolitanas del pas con dos o ms municipios lleg a 2 millones de personas entre 1995 y 2000, de las cuales 1.4 millones correspondieron a la Ciudad de Mxico y las 600 mil restantes a las otras 51 zonas. A la Ciudad de Mxico le siguieron las de Monterrey y Guadalajara con ms de 150 mil personas en cada una. En las zonas metropolitanas de estudio, el por-centaje de la movilidad residencial respecto a la poblacin de 2000 oscil entre 0.8% en puebla y 7.8% en la Ciudad de Mxico, la metr-poli ms poblada del pas, la ms compleja en su estructuracin fsica y la que registra el mayor cambio residencial. las ocho zonas se pueden agrupar en tres tipos en funcin de los principales flujos de movilidad residencial por contorno (figura 2).
CC
2C
3C
A B
1C
CC
2C
3C
1C
FIGURA 1 Patrones intrametropolitanos del crecimiento social*
* CC: ciudad central; 1C: primer contorno; 2C: segundo contorno; 3C: tercer contorno.
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600 ESTUDIOS DEMOGRFICOS Y URBANOS
El patrn A es caracterstico de las metrpolis que iniciaron su proceso de metropolizacin en la dcada de los cuarenta del siglo xx; el flujo principal de la ciudad central y del primer contorno es hacia su anillo inmediato exterior, mientras que el cambio residencial desde el segundo contorno es preferentemente hacia su anillo inmediato ms central, y los contornos ms exteriores observan flujos relevantes hacia contornos interiores o dentro del mismo anillo. Es ste un patrn de dispersin poblacional tanto vertical como horizontal en donde la movilidad de los residentes desde la ciudad central y el primer contor-no empuja hacia la suburbanizacin, pero los del segundo, tercero y cuarto contornos coadyuvan a la concentracin demogrfica interna.
En el patrn B la dispersin de la poblacin ocurre preferente-mente hacia un anillo, el segundo contorno, que es el principal desti-no de los flujos desde la ciudad central, el primer contorno y el tercer contorno. Esto significa, entonces, una suburbanizacin espacialmen-te selectiva hacia un contorno de destino y que propicia un importante dinamismo demogrfico en ste con relacin a lo ocurrido en el resto del tejido metropolitano. por ltimo, en el arquetipo C queda patente el papel de la ciudad central como atractora de flujos principales,
A B
C
FIGURA 2 Principal flujo de movilidad residencial por contorno
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pATRONES DE DISpERSIN INTRAMETROpOlITANA 601
tanto del primer contorno como del anillo ms exterior. En estas me-trpolis la ciudad central sigue teniendo un papel relevante en la distribucin intrametropolitana de la poblacin, por lo que su veloci-dad de suburbanizacin es ms reducida.
la descripcin presentada sobre el volumen y la distribucin te-rritorial de la movilidad residencial para las principales zonas metro-politanas de Mxico constituye apenas un punto de partida para el anlisis de este problema de investigacin; aqu se utiliz la informacin existente para relacionarla con la suburbanizacin. A la fecha existen estudios que han aprovechado diversas preguntas de la muestra censal para establecer variables explicativas e indagatorias de tal movilidad, aunque se han focalizado para la Ciudad de Mxico. En ellos se ha encontrado que los hogares mviles son, respecto a los no mviles, de menor tamao, con menor edad promedio del jefe de familia, con acceso preferente a vivienda en arrendamiento o a vivienda propia que estn pagando y mayor propensin a la movilidad conforme se incre-menta el ingreso familiar (Duhau, 2003; Surez, 2006). Es indudable que este tema se seguir trabajando con la incorporacin de nuevas variables, como por ejemplo las caractersticas del mercado de vivien-da, la accesibilidad, los atributos del vecindario, la densidad, el costo de transporte, la trayectoria de la transicin demogrfica, la localizacin de las actividades econmicas y la distribucin territorial del mercado de trabajo, aspecto que trataremos a continuacin.
Localizacin del empleo y desplazamientos por motivo de trabajo
En el campo de la teora econmica espacial, el mercado de trabajo es uno de los temas de estudio ms relevantes, ya que mediante ste se determina si las personas logran o no un empleo y con qu salario (Hirsch, 1977: 191). la fuerza de trabajo forma parte de los factores fundamentales del proceso productivo y puede ser tratada desde varias perspectivas de anlisis, entre las que sobresalen su distribucin espa-cial, las remuneraciones percibidas, la estructura por gnero y sector de actividad, la formacin educativa, la capacitacin laboral y los des-plazamientos diarios a los puestos de trabajo (De las Rivas, 1995: 816-820).
la dispersin que ocurre en las zonas metropolitanas no slo es de poblacin sino tambin de empleo. El proceso descentralizador de este ltimo comienza con posterioridad al primero y su velocidad es
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602 ESTUDIOS DEMOGRFICOS Y URBANOS
distinta. De manera esquemtica, la descentralizacin del empleo, o estadios de la demanda ocupacional, observa las siguientes fases (Shear-mur y Alvergne, 2002): en un primer momento, y ante la descentrali-zacin de la poblacin, la demanda de empleos en el comercio y los servicios al consumidor es ms activa en la periferia que en la ciudad central, pues el factor locacional bsico de este tipo de actividades es su cercana a los clientes potenciales; la localizacin de la demanda de empleo sigue a la poblacin y en muchos casos se concentra en los centros y plazas comerciales. posteriormente, a la descentralizacin del empleo en el comercio y los servicios al consumidor sigue la relo-calizacin hacia la periferia del empleo en la industria manufacturera, debido a la adopcin de procesos productivos del tipo fordista que requieren de una superficie considerable que prcticamente es impo-sible conseguir en el rea central de la ciudad.
El tercer momento se relaciona con el movimiento de algunas oficinas, sobre todo sucursales de matrices ubicadas en la ciudad cen-tral, y con actividades rutinarias y estandarizadas, por lo que los niveles salariales tienden a ser ms bajos que en el centro de la ciudad. por ltimo comienza la descentralizacin del empleo en servicios al pro-ductor, financieros y oficinas matrices, las cuales sirven predominan-temente a la demanda intermedia, utilizan proporciones considerables de mano de obra calificada y desarrollan paralelamente una amplia interaccin entre el proveedor y el cliente.
las fases anteriores llevan a concluir que la demanda ocupacional en el comercio y los servicios al consumidor es ms descentralizada en el interior de la trama metropolitana, y que hay una posicin interme-dia para la industria manufacturera y una tendencia hacia la concen-tracin en la ciudad central por parte de los servicios al productor. las ciudades se pueden clasificar en tres grandes grupos de acuerdo con el grado de descentralizacin del empleo: i) aqullas en donde el cen-tro comercial y de negocios ha mantenido su importancia absoluta y relativa; ii) aqullas en donde se han conformado subcentros urbanos que compiten activamente con el centro comercial y de servicios en la atraccin y localizacin de las actividades econmicas, y iii) aqullas en donde el centro comercial y de servicios sigue una franca declinacin absoluta.
Como se mencion con anterioridad, la dispersin de la poblacin es ms acusada que la del empleo en las ocho zonas metropolitanas de estudio, pero la velocidad de la suburbanizacin demogrfica fue su-perada por la de la descentralizacin ocupacional en los noventa. A
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pATRONES DE DISpERSIN INTRAMETROpOlITANA 603
continuacin se analiza la geografa metropolitana del empleo por grupo de actividad con el propsito de comprobar la tendencia loca-cional de la industria, el comercio y los servicios en 1998 en el interior del tejido metropolitano.7
El ndice de entropa es una tcnica estadstica apropiada para medir la concentracin; su rango de variacin va de 0 (mxima con-centracin espacial, todo el empleo se demanda en una sola unidad poltico administrativa) a 1 (mxima dispersin espacial, el empleo se distribuye por igual en cada una de las jurisdicciones de la metrpoli) (cuadro 4).8
El ndice de entropa para el total de la demanda ocupacional es consistente con el porcentaje de empleo en la periferia. la Ciudad de Mxico es la zona con mayor descentralizacin ocupacional y un ndi-ce de entropa de 0.739, lo que significa un grado de dispersin espa-cial de la demanda ocupacional de casi 74% respecto al mximo posi-ble. por otro lado, Oaxaca muestra la mayor concentracin en torno a su ciudad central, y su ndice se ubica en 0.375; existe una amplia variacin en el patrn de distribucin territorial del empleo entre las zonas metropolitanas de estudio.
Como era de esperar, la demanda ocupacional en el sector servicios registra un mayor patrn de concentracin espacial para todas las zonas de estudio; la ciudad central es el rea espacial con mayor con-centracin de este tipo de actividades. En el caso contrario se esperara que el comercio fuera la actividad ms dispersa, pero el empleo en la industria manufacturera es el ms disperso en seis zonas. Si bien el comercio sigue a la poblacin, su tendencia locacional es hacia una descentralizacin selectiva en ciertas reas del tejido metropolitano, aprovechando economas de aglomeracin.
la teora y los estudios empricos indican que la localizacin resi-dencial est fuertemente determinada por el lugar de trabajo, pero la direccin de la causacin no es clara, es decir, si los residentes acceden primero a un puesto de trabajo y posteriormente deciden su lugar de residencia, o viceversa. Asimismo, las mejoras en los sistemas de trans-porte y el cambio en la accesibilidad como producto de obras viales
7 A la fecha ya se cuenta con informacin para 2003, pero se opt por utilizar datos de los censos econmicos de 1998 porque estn ms cerca de 2000, fecha del levanta-miento del censo de poblacin.
8 El ndice de entropa se calcula con la frmula Hr = S [pi * ln(1/pi)] / ln (n), en donde pi es la participacin en el empleo del sector r que tiene la unidad poltico administrativa i en el total metropolitano, y n es el nmero de unidades poltico admi-nistrativas.
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604 ESTUDIOS DEMOGRFICOS Y URBANOS
son elementos que intervienen en el comportamiento de los desplaza-mientos por motivo de trabajo.
Al construir la matriz origen-destino de viajes por motivo de tra-bajo para cada una de las zonas metropolitanas del pas el primer ha-llazgo es la alta proporcin de poblacin que labora en su misma unidad poltico administrativa de residencia. En efecto, 57 y 99% de la poblacin ocupada en una zona metropolitana declar trabajar en la misma jurisdiccin donde habita. Esto implica una estrecha relacin entre el lugar de trabajo y el de residencia, y la operacin de un prin-cipio compensatorio de eleccin residencial para minimizar los costos de transporte, tal y como fue propuesto en el modelo de William Alon-so de localizacin residencial.
A partir del anlisis del segundo flujo ms representativo para cada contorno, el patrn de desplazamientos cotidianos de las zonas metro-politanas de estudio se ajusta a tres modelos (figura 3). El esquema A es el de mayor complejidad y se caracteriza por un flujo representativo de la ciudad central hacia el primer contorno, y viceversa, mientras que el primer contorno es el destino primado de los residentes del segundo y tercer contornos. En este caso existen nodos concentradores de empleo en todos los contornos, sin embargo se puede hablar de una cierta expansin del centro tradicional hacia el primer contorno (o un centro ampliado), as como de la existencia de nodos concen-tradores en contornos exteriores con demanda ocupacional en indus-
CUADRO 4 Distribucin espacial del empleo, 1998
ndice de entropa
Total Industria Comercio Servicios
Ciudad de Mxico 0.739 0.741 0.755 0.681
Guadalajara 0.579 0.692 0.524 0.447
Monterrey 0.706 0.775 0.631 0.597
puebla 0.397 0.523 0.287 0.240
Toluca 0.570 0.571 0.555 0.504
Oaxaca 0.375 0.648 0.333 0.248
Orizaba 0.580 0.582 0.592 0.498
Tlaxcala 0.716 0.745 0.676 0.539
FUENTE: Censos econmicos, 1999.
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tria y comercio.9 Este esquema corresponde a la Ciudad de Mxico, la cual exhibe una organizacin espacial hiperrquica (Graizbord y Acu-a, 2004), transitando de un patrn monocntrico a otro de expansin axial de su centro tradicional. Sin embargo, su ciudad central ha man-tenido oportunidades locacionales para el establecimiento de activi-dades de orden superior e inferior; a pesar del gran tamao de la Ciudad de Mxico, el centro sigue siendo su centro.
El esquema B semeja una estructura ocupacional con descentrali-zacin intermedia y viajes preponderantes por motivos de trabajo desde un contorno exterior hasta su vecino central ms cercano. las zonas metropolitanas integrantes de este diagrama contienen jurisdic-ciones perifricas que operan como nodos concentradores de empleo, gracias a la existencia de empresas manufactureras ubicadas en torno a parques industriales. No se puede hablar de estructuras monocntri-cas, sino ms bien de una estructura intermedia y caracterizada por la emergencia de subcentros.
9 los nodos concentradores de empleo corresponden a las unidades poltico ad-ministrativas con un mayor nmero de viajes por motivo de trabajo terminados respec-to a los iniciados (mayor volumen de destino respecto al volumen de origen).
FIGURA 3 Segundo flujo de viaje por motivo de trabajo por contorno
A B
C
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606 ESTUDIOS DEMOGRFICOS Y URBANOS
por ltimo, la trama C expresa un comportamiento en que la ciu-dad central se mantiene como destino de buena parte de los despla-zamientos por motivos de trabajo, acaso con la incipiente formacin de nodos concentradores de empleo en el segundo contorno y como consecuencia de la existencia de parques industriales. Son zonas con una estructura ms semejante al modelo monocntrico.
Notas finales: conformacin metropolitana
la movilidad residencial y los viajes por motivos de trabajo son dos variables de gran relevancia para el anlisis de los patrones del desa-rrollo metropolitano. Ambos indicadores son accesibles ahora en Mxico gracias a los resultados de un cuestionario aplicado a una muestra en paralelo con el levantamiento del Censo general de pobla-cin y vivienda de 2000.
Dicha informacin se utiliza en este documento con el propsito de avanzar en el conocimiento sobre los procesos de dispersin en las principales metrpolis mexicanas. Como ha quedado plasmado, algu-nos resultados son consistentes con la teora y los estudios empricos elaborados para ciudades de otras latitudes del planeta que se ubican en naciones desarrolladas o en pases en desarrollo, mientras que otros no necesariamente son contrarios a lo esperado, sino ms bien ejemplos de la especificidad del desarrollo metropolitano en Mxico.
la estructura urbana de las zonas metropolitanas de estudio se divi-di en contornos, simulando anillos concntricos; se comprob la exis-tencia de una ciudad central en donde se acumula buena parte del empleo total de la metrpoli, y cohabitan un moderno distrito central de negocios con un distrito de mercado tradicional.10 Asimismo, la ciudad central es la residencia preponderante de los inmigrantes recientes, por lo que una mayor tasa de crecimiento social se traduce en un freno en el proceso de suburbanizacin. los anillos exteriores son fundamentalmente para habitacin; en ellos el estatus socioeconmico y la calidad de la vivienda van en descenso conforme se incrementa la distancia al centro.
los factores de la suburbanizacin son, por un lado, el costo y la calidad de la vivienda (elementos vinculados con la oferta del mercado
10 las actividades de servicios al productor y servicios al consumidor participaron con 14.1 y 15.2% de la demanda ocupacional en 1998 en las ocho zonas metropolitanas de estudio. las participaciones de estas actividades en los municipios centrales fueron de 20.9 y 16.7%, por lo que las ciudades centrales de las metrpolis en estudio se especia-lizaban en estas dos actividades.
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pATRONES DE DISpERSIN INTRAMETROpOlITANA 607
de vivienda a largo plazo) y, por otro lado, la localizacin del empleo (situacin amparada en las caractersticas del mercado de trabajo). El anlisis exhaustivo de ambos mercados urbanos rebasa el propsito del presente documento, pero en cambio se ofrecen pistas indicativas para futuros estudios.
En este texto se comprueba que la dispersin de la poblacin y el empleo en las zonas metropolitanas del pas no fue un fenmeno de gran magnitud en las dos ltimas dcadas del siglo xx, ya que el por-centaje de la poblacin residente y la demanda ocupacional en la pe-riferia slo aument tres puntos porcentuales entre 1980 y 2000; adems, entre 1995 y 2000 apenas 1.4% de la poblacin metropolitana cambi su lugar de residencia.
A pesar de esta reducida magnitud, la dispersin de la poblacin y del empleo en las principales metrpolis de Mxico ocurre a distintas velocidades; la suburbanizacin observ una mayor velocidad en los ochenta, en el marco de la crisis econmica, respecto a los noventa, de recuperacin moderada; pero la descentralizacin ocupacional fue superior en los noventa, en tanto que en los ochenta se registr ms bien una concentracin del empleo en la ciudad central. la suburba-nizacin est ms relacionada con el tamao de la poblacin, en tanto que la descentralizacin ocupacional se asocia mejor con la tasa de crecimiento poblacional.
Otro hallazgo relevante es la estrecha asociacin entre el lugar de residencia y el lugar de trabajo, lo que obliga a pensar que en el cam-bio residencial la variable lugar de trabajo ocupa un lugar preponde-rante en la decisin final de movilidad habitacional. No se puede concluir cul es la direccin de la relacin entre el lugar de residencia y el lugar de trabajo, pero los resultados presentados dan luz para su-poner comportamientos diferenciales entre las metrpolis y conforme cambia el ingreso de las familias. los de mayores ingresos toman de-cisiones sobre el lugar de su residencia, de ah que su movilidad est ms en funcin de la oferta de vivienda, mientras que los de menores ingresos slo pueden decidir sobre el lugar de empleo, por lo que su movilidad residencial se ajusta ms al lugar de trabajo.
Al manejar las variables utilizadas en este documento para el uni-verso metropolitano del pas, se concluye que las 52 zonas metropoli-tanas se pueden agrupar en tres conjuntos, en funcin del tipo de conformacin: i) monocntricas; ii) intermedias, y iii) policntricas (cuadro 5 y figura 4).
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las zonas metropolitanas monocntricas constituyen la tipologa ms recurrente y su tamao de poblacin promedio es el menor, aun-que conviene advertir que a esta categora corresponden preferente-mente metrpolis con un tamao entre 100 mil y 249 mil habitantes, pero tambin entre 500 mil y 999 mil. Contienen el menor nmero promedio de municipios y en la ciudad central habita ms de 70% de la poblacin y demanda ms de 80% del empleo, por lo que los viajes por motivos de trabajo hacia la misma jurisdiccin de residencia so-brepasan 90%. Son zonas con escasa atraccin de poblacin migrante, as como con los menores niveles de movilidad residencial (vase el cuadro A2 en el Anexo).
las zonas metropolitanas con una estructura intermedia contienen a la ciudad central y de uno a tres municipios perifricos como nodos concentradores de empleo, puesto que sus viajes terminados por motivos de trabajo superan a los iniciados. Su tamao promedio es cercano al milln de habitantes, pero con una especializacin relativa en los tama-os de 250 mil a 499 mil habitantes y de un milln y ms. En estas zonas la proporcin de poblacin de la ciudad central baja a 62% y a 71% la del personal ocupado, pero los viajes internos por motivos de trabajo no descienden de manera representativa respecto a la tipologa monocn-trica. Estas zonas presentan un importante crecimiento demogrfico, pero la movilidad residencial no avanza significativamente.
por ltimo, la Ciudad de Mxico es la metrpoli ms poblada del pas y su estructura interna la de mayor complejidad; su perfil es poli-cntrico porque alberga 10 unidades poltico administrativas perifri-cas que fungen como nodos concentradores de empleo, adems de las cuatro delegaciones de la ciudad central. Ratifican ese policentrismo el escaso porcentaje de poblacin residente en la ciudad central, el importante porcentaje de movilidad residencial, y el hecho de que menos de 60% de los ocupados labora en el mismo municipio de re-sidencia.
Es indudable que la informacin que ofrecen el Censo de poblacin de 2000 y su muestra enriquecer el acervo de los estudios urbanos en Mxico. Aqu se ha intentado apenas abrir una brecha para el anlisis de la dispersin demogrfica y ocupacional y el de la estructura urba-na; los temas futuros a tratar estarn en funcin del conocimiento terico y la imaginacin metodolgica de otros colegas. Es deseable que las contribuciones que se hagan no slo tengan fines acadmicos, sino que traten de permear en las instancias gubernamentales para que sean tomadas en cuenta en la formulacin y adopcin de polticas
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pATRONES DE DISpERSIN INTRAMETROpOlITANA 611
urbanas. Mxico es ya un pas preferentemente metropolitano, pero tal patrn no ha quedado plasmado en la normatividad ni en la legis-lacin territorial existentes a la fecha.
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