Narrativas transmedia como instrumento educativo para el cambio
Especialización en Docencia Universitaria
Autores: Jorge Santana Guarin,
Jhon Jairo Fernández López y Diana Castañeda
Tutor: Juan Moncayo
Bogotá D.C., Colombia
21 de septiembre de 2018
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Índice
1. El dinamismo humano y nuevos retos educativos (3)
2. Configuración de las narrativas transmedia dentro de los ámbitos educativos (8)
3. Alcance de las narrativas transmedia en los procesos educativos (13)
4. Las narrativas transmedia como herramienta pedagógica en la era del conocimiento (18)
Bibliografía (21)
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NARRATIVAS TRANSMEDIA COMO INSTRUMENTO EDUCATIVO PARA EL
CAMBIO
La sociedad no es estática, por tal razón, tampoco
lo deben ser las metodologías y herramientas educativas.
1. El dinamismo humano y nuevos retos educativos
Los fenómenos humanos tienen un alto grado de complejidad, pues no son fáciles de abordar
porque abarcan diferentes dimensiones humanas, así por ejemplo, la individual, la social, la
biológica, la económica, la política, la educacional (Hernández, 2008). Precisamente, la
evolución humana lleva implícitamente un fenómeno de cambio individual y social, mismo
que reclama la implementación de nuevos instrumentos educativos que innoven, dinamicen
y hagan más atractiva la educación. El cambio encuentra una barrera en el recurrente uso
educativo de las herramientas y métodos tradicionales de enseñanza y aprendizaje, los cuales
parecieran anclarse como paradigma social, ese fenómeno especifico, es el que se pretende
revaluar en el presente trabajo, al proponer, las narrativas transmedias como instrumentos
pedagógicos de cambio que pueden coadyuvar en la labor educativa, en la era de la
información.
Es un hecho notorio que la humanidad es dinámica y avanza a pasos agigantados. Las TICS
han evolucionado de herramientas análogas a herramientas digitales, las personas han
cambiado las formas en las que adquieren el conocimiento, y por ende, también sus
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comportamientos han cambiado. En la actualidad nos encontramos en una era en donde la
información está a la orden del día, basta con tan sólo dar un clic y el internet nos proporciona
un gran cúmulo de información. En este contexto no es necesario explicar lo que significa el
internet, pues todos ya sabemos lo que es, el internet es presente y futuro. El internet ha
facilitado la comunicación, la interacción del individuo en la sociedad, ha contribuido a la
globalización y ha democratizado el conocimiento (Santana, 2018).
Así las cosas, la vida se ha vuelto interactiva, hoy se estima que un gran porcentaje de la
población tiene un móvil o una Tablet. En el 2017, en el informe The State of Boradband, la
Comisión de Banda Ancha de la ONU señaló que más del 50% de la población mundial ya
tenía acceso a internet y que esa cifra estaba en aumento. Estadística que fue ratificada por
la UNESCO, en el mismo año. Es así como las bibliotecas con libros físicos no encuentran
seguidores en las nuevas generaciones, aunque esto no necesariamente suponga que se lea
menos, simplemente se lee de una forma diferente, se lee y se investiga en la WEB (World
Wide Web). No obstante, los métodos y herramientas pedagógicas que se utilizan hoy, en la
educación, siguen un paradigma tradicional, que pareciera estancarse al no estar a la
vanguardia del cambio social. Esto posiblemente es uno de los factores que conducen a que
la educación vaya por un lado y la juventud que requiere ser educada vaya por el otro
(Santana, 2018). Se hace necesario, entonces, encontrar herramientas y métodos pedagógicos
que tengan un nexo, que permita adaptar a estos tiempos las formas utilizadas para educar.
Henry Jenkins (2008) señala que la sociedad actual vive en función de los medios y las
tecnologías, lo que ha nominado como la cultura de la convergencia.
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Por tal razón, se hace necesario que la educación de esta era se ponga a la vanguardia, acuda
a nuevos métodos y herramientas pedagógicas que contribuyen a la formación educativa de
la sociedad. Y es que, aunque, existe una cantidad de conocimiento en la WEB, al cual puede
acceder cualquier individuo, sin restricciones, los individuos aún necesitan de la educación,
ya que esa profusión informativa, que es accesible, requiere de un orden, de una estructura,
de metodologías, de herramientas que permitan a nuestro cerebro asimilarla de forma
ordenada, con una estructuración armónica, tendiente a evitar el caos. Razón de peso, por la
que es indispensable articular la educación con las TICS, para que la misma tenga un impacto
aceptado en las nuevas generaciones y contribuya a estructurar el conocimiento, y por ende,
permita la formación de mejores ciudadanos. Es aquí en donde las narrativas transmedia
pueden jugar un papel importante, al poder contribuir en la formación de los individuos.
Ciertamente, la enseñanza tiende a generar metodologías, cuyos objetivos cardinales,
direccionados hacia el aprendizaje, asumen una posición de dos frentes, por uno, se busca
proporcionar las herramientas que permitan la aquiescencia del conocimiento, de la
información, de una forma estructurada, y por el otro, se busca que con el conocimiento, la
información, la búsqueda y afianzamiento de datos, se genere nuevo conocimiento. Lo
último, en todo caso, busca dar respuestas o soluciones a problemas irresueltos hasta el
momento para la sociedad, lo que permite que la educación se adapte al cambio social y que
el desarrollo humano aflore sin estancamientos (Delors, 1996; Santana, 2018).
Las metodologías y herramientas de enseñanza y aprendizaje las encontramos desde la
antigüedad, por ejemplo, la filosofía socrática plantea la mayéutica como metodología de
enseñanza y aprendizaje, en este escenario el individuo encuentra la verdad por sí mismo y
genera conocimiento por medio de la discusión (Cfr. Fernández, 2007). Otra metodología
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que surgió en la antigüedad y que predomina hasta nuestros días es la dialéctica, o método
lógico, en el cual se abordan tesis y antítesis para generar conocimiento por medio de una
síntesis. Sin embargo, las anteriores metodologías no son las únicas, se generan nuevas
conforme avanza la humanidad y se presentan nuevas necesidades (Cfr. Yarza, 1996).
Aunque las mismas no son implementadas de la misma forma como sí lo han sido las
herramientas y modelos tradicionales de educación, mismos que fueron utilizados para
educar a generaciones enteras desde antaño, y que hoy se siguen utilizando, ahí tenemos el
modelo escolástico en el cual el profesor es el principal protagonista (asume un rol jerárquico,
autócrata), él es el que tiene el saber, y por tanto la razón, él ordena y el estudiante obedece
(Commenio, 2000). El modelo tradicional es enciclopedista, ya que se trasmite el
conocimiento de los adultos a las nuevas generaciones de una forma memorística,
desconociendo en la mayoría de los casos la realidad social y la experiencia de los estudiantes
(Canfux, 1996). La enseñanza en el modelo tradicional es un acto de autoridad (De zubiria,
1994), en consecuencia, los estudiantes en el aprendizaje son tan solo receptores de la
información, mismos que son formados bajo la disciplina, la cual no es flexible, es rígida por
impuesta (Flórez, 2005). Este modelo ha sido acogido por la sociedad de forma recalcitrante,
tan es así que pareciera resistirse al cambio, pues al día de hoy se sigue utilizando para educar
a las nuevas generaciones, pese a que continuamente se buscan nuevos modelos y
herramientas educativas. Así las cosas, en contraposición al modelo tradicional, han surgido
y propuesto nuevos métodos y herramientas, dentro de estos tenemos: el modelo pedagógico
conductista (Flórez, 2005), el constructivista (Jonassen, 1994), el romántico (Rodríguez y
Sanz, 1996), el cognitivo (Corral, 1996), el social (McLaren, 1999), entre otros.
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Por su parte, en lo concerniente a las narrativas transmedia, se puede decir que es un campo
muy poco explorado, mucho menos en su posible aplicación educativa. Las narrativas
transmedia se definen como los relatos que construyen conocimiento de forma interactiva en
los medios de comunicación y en la Web, se dinamizan cíclicamente, no son lineales, por
cuanto el emisor transmite un relato y los receptores lo asimilan, pero a partir de ese relato
construyen nuevos relatos, convirtiéndose a su vez en emisores, por consiguiente, emisores
y receptores asumen un rol activo (Jenkins, 2003) y de retroalimentación, es así como se
fomenta la participación. Estas características de las narrativas transmedia pueden ser una
base fundamental en la dinámica educativa para el presente y el futuro. Las narrativas
transmedia, como herramientas, desde el análisis, se pueden relacionar articulándose con el
ciclo cibernético de transformación, para enseñar y aprender, construyendo conocimiento en
esta era, la de la información. Esencialmente, las narrativas transmedia son cíclicas, al igual
que el ciclo cibernético de transformación. Este último parte de la realidad se investiga por
medio de la búsqueda de datos, los cuales se procesan para generar un diagnóstico. Luego,
se genera una idea, que permite planear, tomar decisiones y programar posibles alternativas
para enfrentar ese diagnóstico. Con lo anterior, se obtiene un proyecto, con el que se puede
impactar si se gestiona adecuadamente y se implementa haciendo acompañamiento y feed
back (De Gregori, 2002). Algo similar ocurre con las narrativas transmedia, pues la
aceptación parte de la retroalimentación y del rol activo y participativo que asumen emisores
y receptores.
Proponer el uso de las narrativas transmedia como herramientas pedagógicas, parte de la
necesidad de cambio que requiere la sociedad, de modo que se hace necesario también
cambiar los anclados métodos y herramientas tradicionales, pues la actual es una sociedad
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que permanece conectada full time a la red, por lo que ese conectivismo puede ser utilizado
como filosofía educativa. La educación es necesaria, mucho más en estos tiempos, para evitar
conductas inapropiadas y fenómenos sociales nocivos, como, por ejemplo, el de los casos
nominados como “la ballena azul”, en donde jóvenes influenciados nocivamente en la Web,
asimilaron de forma inadecuada un accesible conocimiento inapropiado, y sin tener unas
bases formativas fuertes cambiaron su comportamiento, lo que desencadenó en múltiples
suicidios. Por ello, las narrativas transmedia como herramienta pedagógica pueden “influir
sobre unos u otros procesos del desarrollo”, también pueden reestructurar como lo hace la
educación, “de la manera más esencial, todas las funciones de la conducta” (Vigotsky, 1987).
2. Configuración de las narrativas transmedia dentro de los ámbitos educativos
Los cambios de una sociedad están sujetos a influencias internas y externas dentro de las
influencias internas se destacan los cambios tecnológicos ocasionados por la revoluciones
científicas las cuales afectan las forma de vida de las personas, la educación no está exenta
ya que a diario convergen los estudiantes con los cambios tecnológicos y las nuevas
estrategias metodológicas, esta sociedad cambiante requiere del uso de herramientas como la
narrativas transmedia, ya que el no acceder a estas o no darle el uso adecuado causa
dificultades como no atraer la atención de los estudiantes, provocando que se pierda el
vínculo entre emisor y receptor del mensaje por la falta de mecanismos donde se requiere
que el emisor enganche con historias que tenga distintos matices donde se utilicen variadas
plataformas y formatos en su mayoría digitales cuya finalidad principal sea la fidelización de
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las personas. Esas situaciones se evidencian en los salones de clases al momento de aplicar
los modelos pedagógicos.
Dentro esta monografía abordaremos las denominadas narrativas transmedia como un
instrumento de cambio para la sociedad, donde intervienen docentes, instituciones y
estudiantes que fabrican historias para que las personas las escuchen y queden en su memoria.
Carlos Magro 2016, en la Jornada de Narrativas Digitales de la Biblioteca Nacional de
España: “Somos fabricantes de historias. Narramos para dar sentido a nuestras vidas, para
entender nuestro mundo y para transformarlo”. Esta temática denota la importancia que
tienen las narrativas transmedia al generar cambios significativos dentro de la sociedad
(Marshall McLuhan, 1964), analizó el fenómeno de los cambios de comportamiento
generados en la sociedad a partir del desarrollo de los medios informativos.
Como insuficiente para la educación se podría calificar a una gramática sin contenidos ni
significados. Esto se evidencia en el cine, series TV, revistas, comics, novelas, videojuegos,
apps, websites, DVDS, CDS, eventos, redes sociales, WEB, contenidos creados por los
propios usuarios que convergen para compartir una historia común que se publica por
múltiples medios y plataformas de comunicación (Jenkins, 2003). En la revista Technology
Review lo denomina “narrativa transmedia” con el objetivo de definir la técnica narrativa
basada en la creación de mundos (narrativos) que se desarrollan a través de múltiples medios
y plataformas, integrando experiencias, muchas de las cuales de carácter interactivo.
Comúnmente en los salones de clases se evidencian técnicas audiovisuales complejas, se
necesita de un contenido, de una historia para llegar al estudiante, influirle y lograr su
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fidelización, con esta premisa nos atrevemos a proponer las narrativas transmedia como ese
instrumento que causa los cambios que se requieren para generar un historia que bien podría
narrarse de una manera distinta para generar el cambio dentro del proceso de aprendizaje.
Esa historia la proporciona el texto narrativo, convertido en texto fílmico para el cine.
Aguilar, P. (1996) lo define con gran claridad como “una serie de acontecimientos
encadenados en relación de causa-efecto, desarrollados en un lugar, un tiempo y un espacio”.
La narrativa transmedia no es únicamente la reconocida técnica muy útil para la difusión de
historias vinculadas a la industria del entretenimiento, también se presenta como un
instrumento muy eficaz para la transmisión de mensajes e información, así mismo en la
educación se permite una mayor inmersión del estudiante en la contextualización ofertada
por el docente, por tanto, rompiendo con el tradicional rol de estudiante espectador pasivo.
En el ámbito de la educación, el uso de narrativas transmedia ofrece una vasta gama de
ventajas. Su carácter inmersivo y el uso de múltiples soportes se puede atraer a un estudiante
que a diario enfrenta entornos digitales y multimedia, por tanto, pasa de ser un alumno
espectador pasivo a espectador activo y como resultado las narrativas transmedia se
convierten en un factor motivacional y de cambio significativo. Por consiguiente, emisores
y receptores asumen un rol activo (Jenkins, 2003)
Detrás de cada una de las empresas colombianas o extranjeras, hay siempre una historia
apasionante que contar, estas historias están llenas de protagonistas y escenarios de una gran
fuerza visual que apoyan sus causas entre una disyuntiva entre la oferta y la demanda. Esa
misma trama puede ser utilizada por el docente que a diario se enfrenta con el desafío de
estudiantes atrapados por las TICS. Así como la industria del entretenimiento apuesta cada
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vez más por la difusión de sus producciones a partir de distintos medios y soportes. Esta
estrategia denominada narrativa transmedia le permite rentabilizar al máximo sus productos
para llegar a un mayor número de usuarios. Del mismo modo las narrativas transmedias como
instrumentos pedagógicos de cambio pueden secundar en la labor educativa. Las narrativas
de participación en la sociedad (Castells 2012) explica las dimensiones que se pude llegar a
tener en la utilización de las narrativas transmedia en los ámbitos sociales, culturales, de
estética y política.
En el panorama actual encontramos iniciativas puntuales y dispersas que utilizan las
narrativas transmedia con fines educativos. Por lo tanto, se hace necesario crear estratégicas
educativas para promover el desarrollo de competencias para la construcción de
conocimiento en materia colectiva. De allí la importancia de la comunicación y la educación
como una maniobra de un aprendizaje significativo (Ausbel, 1963). Que utilizadas
correctamente se convierten en motores para el cambio social y la disrupción del modelo
cuasi obsoleto del sistema educativo actual.
A diario estamos invadidos de múltiples dispositivos electrónicos para comunicarnos. Las
Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), las Redes Sociales (RS), Internet of
Things (IoT), Inteligencia Artificial (IA), Robótica y Domótica (RyD) son palabras que se
han incorporado a nuestro léxico, del mismo modo el aprendizaje y la forma de dar a conocer
conocimiento deben adaptarse a las exigencias de la educación (Latour, 2005; Levy, 2007;
Amador, 2013). Podemos elegir cuánto, cómo y para qué usamos la tecnología, pero se
denotan los cambios que genera en la sociedad.
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Dentro Narrativas transmedia en la educación se han dado un sin número de experiencias
como el caso de Inanimate Alice es una novela digital, multimedia e interactiva creada en
Australia, que cuenta la historia de Alice y su amigo imaginario, Brad. A pesar de que
Inanimate Alice no nace como un proyecto educativo, se ha incorporado como recurso digital
para el aprendizaje de distintas materias y áreas educativas, principalmente en EEUU y
Australia. En 2012 fue galardonada por la AASL (Asociación Americana de Bibliotecarios
Escolares) como mejor sitio web para la enseñanza y el aprendizaje.
Dentro de los proyectos más relevantes y de connotación internacional podemos citar el
proyecto NoaMaxProject, desarrollado por la compañía Everis y el GTI (Grupo de
tecnologías interactivas) de la Universidad Pompeu Fabra. Con NoaMaxProject se pretende
acercar las materias de ciencias y tecnologías a niños y niñas de entre 10-14 años. El universo
de Noa & Max comprende aplicaciones, juegos online, un serie completa y material
educativo. Prácticas narrativas con tecnología locativa como propone el teórico Hanson
Firman (2013) en su libro The Mobile Storey: Narrativa Práctica watt Locativa Tecnología.
Ciertamente, “la lucha está en el relato” (López & González, 2016) y la concepción de las
narrativas transmedia para el cambio social.
Las instituciones educativas deben buscar alternativas para atraer a los estudiantes y contar
historias de una forma más original. Los alumnos juegan un papel decisivo en el desarrollo
del relato. El objetivo de la narrativa transmedia es involucrar a todos los involucrados
docentes, alumnos, institución educativa y sociedad para lograr los cambios esperados, en
razón a que los contextos cambian, las tecnologías cambian, las personas modifican sus
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disposiciones y el aprendizaje se discute cada vez más en clave de nuevas propuestas que lo
transformen en aprendizaje significativo. Más allá de contextualizar una historia basada en
capítulos que están en diferentes formatos como libros, películas o la web, es hacer crecer y
expandir una historia, sumando las piezas únicas de la narrativa expresadas en cada medio.
Amador (2013) señala que "el aprendizaje actualmente requiere que las personas expresen
(por diversos medios y canales) lo que van conociendo. Sin embargo, lo más importante es
que deben socializar con audiencias que se van transformando en comunidades. Su potencial
es la construcción de lo común, esto es, una condición fundamental para la generación de
acciones colectivas". Igualmente, para algunos investigadores de las ciencias cognitivas entre
ellos Jerome Bruner (2004), existen dos formas de dar sentido al mundo que nos rodea: una
manera lógico formal, basada en argumentos históricamente construidos y otra narrativa,
fundada en los relatos. Consecuentemente, una modalidad narrativa con buenos relatos busca
fidelizar a su receptor con historias que pueden generar cambios en su esfera personal, laboral
y en cada rol que ejerza dentro de la sociedad, el cual existe en la mente de quien lo construye,
tal como lo afirma Omar Rincón (2005), al referirse a la evidente capacidad de seducción de
la narrativa; “una táctica dilatoria, un asunto de paciencia, una estrategia para mantenerse
vivo”.
3. Alcance de las narrativas transmedia en los procesos educativos
En la práctica pedagógica el docente debe crear contenidos que sean interesantes y que
generen complejidad para garantizar el interés de los educandos y que posteriormente
ayudarán a la circulación de estos textos narrativos (Jenkins, 2015). Las prácticas
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pedagógicas en la actual cultura digital se están apoyando en formatos como hipertexto, la
hipermedia y la narrativa transmedia tanto en la esfera del consumo como en la producción
de medios y contenidos, sin embargo, la práctica pedagógica en el mundo escolar los
contenidos escolares empleados tienden a ser tramitados con mensajes cerrados, lineales y
secuenciales. El docente generalmente funge como un presentador que busca atraer la
atención del receptor (por seducción y/o imposición) basado en su universo cultural e
ideológico, además presume que los estudiantes deben comportarse como receptores pasivos,
capaces de asimilar los mensajes tal como se enseñan (Aparicio & Silva, 2012) sin
flexibilidad ni apertura para el desarrollo de determinados aprendizajes en los estudiantes.
Los profesionales en la educación deben saber gestionar y sacar provecho del potencial que
brinda la tecnología en el entorno digital (Tur-Viñes & Rodríguez, 2014). No obstante, el
proceso se complica y no hay crecimiento cuando no hay adaptación a esta era y no se brindan
a los educandos las herramientas necesarias para trascender a nuevos conocimientos
aprovechando la tecnología.
En los procesos educativos, específicamente los currículos, las prácticas pedagógicas y la
evaluación del aprendizaje junto con los estilos comunicativos deben ser considerados para
orientar las prácticas pedagógicas respecto a los tipos de textualidades (alfabéticas, visuales,
sonoras, audiovisuales, digitales) que favorecen la construcción y expansión de contenidos
escolares más flexibles y abiertos para el desarrollo de determinados aprendizajes en los
estudiantes , aportan poderosamente a la configuración de una cultura que reconfigura las
formas de ser, pensar y actuar de las personas.
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Cuando no se genera un ambiente para la construcción progresiva de una educación
interactiva, dirigida a los niños, las niñas y los jóvenes que actualmente transitan por las
instituciones educativas formales, no habrá participación en la comunicación digital
interactiva, los estudiantes no lograrán potenciar sus percepciones y experiencias para
aprender en calidad de usuarios y/o prosumidores (Piscitelli, 2009) ; término acuñado en la
década de los ochenta por Alvin Toffler para referirse a una tercera etapa económica en la
que las personas producen parte de su propio consumo (Lastra, 2016); no existe en muchos
de los casos de una voluntad ética y política del docente para transformar el modelo
comunicativo-pedagógico predominante, transitando de la lógica uno-todos a un estilo todos-
todos; y no hay un cambio necesario para dinamizar el carácter logo-céntrico y enciclopédico
que ha predominado en la configuración del conocimiento escolar en el tiempo, con
conocimientos originados y mediados por múltiples narrativas, entre ellas, las digitales. La
educación interactiva —basada en un estilo de comunicación todos-todos—, además de
requerir ambientes que posibiliten otras lógicas para tramitar los espacios y los tiempos en
las instituciones educativas, debe resignificar los contenidos con los que se suele enseñar.
Esta intención no se apoya en una cuidadosa selección de contenidos que inicialmente debe
adelantar el docente y que se despliega mediante modos de gestión colectiva de conocimiento
por parte de los participantes.
La comunicación como base del cambio social debe propender las estrategias narrativas
puesto que con ellas el relato se abre a nuevas formas de contar y de participar, sin embargo,
no se propicia, ni potencian la implicación, el empoderamiento de convertirnos en actores
políticos para la desarticulación de historias dominantes y la construcción de imaginarios
sociales en marcos de acción conectados en red como la narrativa trasmedia.
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La construcción de experiencias pedagógicas promueve la conformación de
comunidades participativas que, en conjunto, permiten a esas mismas comunidades
descubrir, redescubrir y dar solución a la multiplicidad de interrogantes que proyectan
los objetos de estudio. De esta manera, las comunidades académicas están en capacidad
de redefinir la ratificación, expansión y sujeción de un nuevo conocimiento,
aprovechando las facilidades de virtualización que proveen los medios digitales, es allí
donde implica un trabajo más arduo y, que asimismo, genera nuevas demandas de
envolvimiento, compromiso y de inmersión por parte de los educadores y educandos,
pues los métodos tradicionales que se hacen en el día a día, muchas veces no logran
dialogar con esos “públicos” de la forma adecuada y encauzar la comunicación ,de ahí
que cuando se presentan diferentes niveles dialógicos, estos acaban circundados de falta
de diligencia, hasta el punto que una de las partes no entenderá a la otra.
Jenkins (2006) explica, si los viejos consumidores se suponían pasivos, invisibles, aislados y
predecibles; los nuevos consumidores son activos, migratorios, ruidosos y muestran una
dudosa lealtad a las cadenas, las redes y los medios , la producción de contenidos por parte
de los consumidores nace con la misma industria cultural, los procesos de digitalización, la
difusión de las interfaces gráficas -que facilitan la manipulación de todo tipo de textos- y la
llegada de la World Wide Web cambiaron totalmente el aprendizaje. El hecho de no ir a la
vanguardia con la tecnología y utilizar las herramientas digitales los contenidos no se
remixarán con otros contenidos, la web -sobre todo las redes sociales y plataformas abiertas
de contenidos como YouTube, si no se permite difundir e incluso utilizar las miles de
producciones audiovisuales y gráficas no se logrará formar parte de este mundo narrativo
lleno de experiencias, donde genera nuevas posibilidades de construcción de saberes , no se
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permitirá mayor inmersión del espectador en la historia, fomentando su implicación y
participación, y por tanto, romper con el tradicional rol del espectador pasivo.
El no uso de múltiples soportes puede atraer a un alumnado desfamiliarizaciòn con entornos
digitales y multimedia, y entra a ser un como una factor desmotivacional pues el no uso de
este tipo de herramientas los docentes no encontrarán nuevas oportunidades para llevar a
cabo ambientes y experiencias educativas más interactivas y participativas, pues las
narrativas transmedia se presentan como un instrumento capaz de sacarle el máximo
rendimiento a la uso de las TIC y al aprendizaje a través de los medios digitales.
Poco a poco se están incorporando el uso de los medios digitales y las tecnologías de la
información y la comunicación en las aulas de todo el mundo. Es importante dotar a las
instituciones educativas con recursos tecnológicos que les pueden facilitar la creación de
ambientes interactivos y cooperativos para el aprendizaje. No obstante, los usos y
oportunidades de estos nuevos recursos y herramientas que ofrecen los medios digitales aún
están por descubrir.
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4. Las narrativas transmedia como herramienta pedagógica en la era del conocimiento
Se hace necesario que la educación de esta era se ponga a la vanguardia, acuda a nuevos
métodos y herramientas pedagógicas que contribuyen a la formación educativa de la
sociedad. Y es que, aunque, existe una cantidad de conocimiento en la WEB, al cual puede
acceder cualquier individuo, sin restricciones, los individuos aún necesitan de la educación,
ya que esa profusión informativa, que es accesible, requiere de un orden, de una estructura,
de metodologías, de herramientas que permitan a nuestro cerebro asimilarla de forma
ordenada, con una estructuración armónica, tendiente a evitar el caos. Razón de peso, por la
que es indispensable articular la educación con las TICS, para que la misma tenga un impacto
aceptado en las nuevas generaciones y contribuya a estructurar el conocimiento, y por ende,
permita la formación de mejores ciudadanos.
Precisamente, las narrativas transmedia pueden jugar un papel importante, al poder contribuir
en la formación de los individuos, pues esta sociedad cambiante requiere de la innovación de
las herramientas pedagógicas para que estas se adapten al cambio, porque de continuar con
la utilización de los mismos métodos y herramientas pedagógicas tradicionales, o de utilizar
las narrativas trasmedia de una forma inadecuada se seguirán causando dificultades
académicas en la presente era, por citar algunos ejemplos: no atraer la atención de los
estudiantes lo que provoca que se pierda el vínculo entre emisor y receptor del mensaje por
la falta de mecanismos donde se requiere que el emisor enganche con historias que tenga
distintos matices donde se utilicen variadas plataformas y formatos en su mayoría digitales
cuya finalidad principal sea la fidelización de las personas, o la desmotivación de las nuevas
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generaciones a la hora de abordar asuntos educativos con la aplicación de los modelos
pedagógicos tradicionales. Escenarios que se evidencian en los salones de clases en estos
tiempos.
Consecuentemente, en el ámbito de la educación, el uso de las narrativas transmedia ofrece
una amplia gama de ventajas. Su carácter inmersivo y el uso de múltiples soportes se puede
atraer a un estudiante que a diario enfrenta entornos digitales y multimedia, por tanto pasa de
ser un alumno espectador pasivo a espectador activo lo que genera que a nivel educativo el
aprendizaje sea cíclico y no lineal.
Las instituciones educativas deben buscar alternativas para atraer a los estudiantes y
fomentar la educación de una forma más original. En esa dirección las narrativas trasmedia
pueden contribuir con el alcance de ese objetivo en atención a que no solo permite la
tranmision del conocimiento, sino que involucra a todos los actores (educadores y
educandos) de una forma activa, esto reflejará un cambio social en atención a que la
educación a lo largo de la historia ha contribuido con ese objetivo. Justamente, es un
hecho notorio que los contextos cambian, lo propio hacen las tecnologías, las personas
modifican sus disposiciones y el aprendizaje se discute cada vez más en clave de nuevas
propuestas que lo transformen en aprendizaje significativo. Más allá de contextualizar una
historia basada en capítulos que están en diferentes formatos como libros, películas o la Web,
es hacer crecer y expandir una historia, sumando las piezas únicas de la narrativa
expresadas en cada medio.
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Y es que, en esta era, la digital, la carencia de soportes digitales dentro del entorno educativo
puede atraer a un alumnado desfamiliarizaciòn con entornos digitales y multimedia, y entra
a ser un factor desmotivacional. Justamente, con el uso de este tipo de herramientas los
docentes encontrarán nuevas oportunidades para llevar a cabo ambientes y experiencias
educativas más interactivas y participativas, pues las narrativas transmedia se presentan como
un instrumento capaz de sacarle el máximo rendimiento al uso de las TIC y al aprendizaje a
través de los medios digitales.
En temas tan complejos como el que aquí se discute surge un gran cumulo de preguntas, las
cuales pueden ser resueltas en una u otra dirección. No obstante, ante temas tan complejos se
requiere de una mayor especificidad en la investigación, por ello, luego del discernimiento
propio del estado de la cuestión hemos acotado el tema a la formulación de la siguiente
pregunta de investigación: ¿Cuál es la relación que se puede establecer entre las narrativas
transmedia y los modelos pedagógicos en la era digital?
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