Download - Libro Diario Adolescentes
Sec. Tec. #38 José María Morelos y Pavón
Juan pablo Valdez
“Diario de adolescentes”
Historias verídicas de esta etapa de la vida
Belem Flores Del Razo
Grado: 2° Grupo: “D”
Ma. De Lourdes Vázquez Flora
INTRODUCCION:
La adolescencia, si es el momento de nuestras vidas en que realmente
comenzamos a aprender sobre el mundo que nos rodea y a encontrar
nuestro lugar en el.
Aprendizaje Esperado:
Fomentar la lectura en los adolescentes, con lecturas llamativas para los
jóvenes, este aprendizaje implica el intentar nuevas experiencias, algunas
de las cuales pueden resultar arriesgadas o incluso peligrosas. Los jóvenes a
esta edad buscan actividades excitantes que pueden resultar peligrosas y
que la mayoría de los adultos encontramos difícil de comprender.
Propósito:
Fomentar la lectura en los adolescentes
En casa mami…
El abuso sexual siempre constituye una forma de violencia física o mental, por lo cual el
adulto se aprovecha tanto de la confianza del niño como de su prioridad, teniendo como
consecuencia que el niño (a) no comprenda la gravedad del hecho debido a su
inmadurez psicosexual.
Diario I, pág. 05
Nada es cuestionable para un adulto que creer tener las suficientes
influencias para quebrantar las leyes; el día de la violación así lo
comprendí.
Roberto se había casado con mama un año después de mi padre nos
abandonara por una joven apenas de dos años más grande que yo.
El era alto moreno, robusto, abogado de profesión y pariente de un
notario, obviamente deslumbro a mi madre con su automóvil último
modelo, nosotras no teníamos ni para llevarnos un pan a la boca, incluso
tuve que empezar a trabajar para poder continuar mis estudios.
Al principio él era amable, detallista, cariñoso un profesional que gustaba
de la cocina y la buen sazón del hogar, yo siempre pensé porque con
tantas virtudes no había tenido ya una familia.
Mama y yo pensamos que nos habíamos sacado la lotería, pues era en
verdad muy considerado, siempre que necesitaba dinero para un material
de la escuela, Roberto tenia la generosidad de darme mil pesos, sin
importar si solo necesitara diez por ciento de esa cantidad. Así que
comencé a sentirme riquilla.
Siempre me preguntaba: ¿Qué hacer con doscientos pesos diarios?
Pronto me llegaron con la invitación de probar el alcohol, pero aun así,
dando cincuenta de cooperación, todavía me quedaba lo suficiente
como para poder buscar más diversión y entretenimiento. No le hice a las
drogas, esas sustancias en verdad embrutecían a mis compañeros,
además de quemarles los dedos, terminaban acostándose con quien no
debían, yo pensaba que eso no era vida.
Continuamente pensaba ¿Cómo sería mi primera vez? Pero eso solo era
ilusión quien llegaría a estar con migo, estaba muy planita de atrás y de
enfrente, bueno de todos los lados... ¿Podría gustarle así a alguien?...
Pronto averigüe que si, a la persona menos pensada… mi padrastro...
Incluso podría decir que mi padrastro se volvió amable, accesible,
tajantemente considerado conmigo, y dijo tangentemente, porque dejo
de consentir a mama y comenzó a cumplir todos mis caprichos, tanto
como si yo tuviera una varita mágica para descargar en forma material
todos mis pensamientos. Ropa, zapatos, aretes, pulseras discos compactos,
dvd’s. Incluso un día en que acababa con las tiendas de ropa nos
encontramos a Mario, el chico más guapo de mi clase.
No le podía quitar la vista de encima, pronto el me reconoció:
-Mayra ¡que sorpresa! ¿Cómo estás?
-Bien –respondí feliz de encontrármelo-. Mira te presento a mi papa,
Roberto – lo dije así porque eso de padrastro se oía horrendo.
-Mucho gusto señor –Dijo amablemente Mario mientras extendía su mano,
no obstante, Roberto no pareció simpatizar con él y se dio media vuelta.
-Tenemos que irnos Mary- dijo Roberto muy serio.
Su actitud no me pareció extraña, solo pensé que Mario no estaba vestido
a su agrado y que le pareció muy informal.
-Te veré luego- dije mientras daba media vuelta y casi perseguía a mi
padrastro…
Al día siguiente, Mario y yo coincidamos en los pasillos del colegio, al
parecer se había volado las materias de la mañana.
Llegaron mis dieciséis primaveras, con un lujo a por mayor, invitados por
todas partes, flores en el jardín, bocadillos en charolas, gente reconocida y
rostros que jamás en mi vida había visto. Los refrescos solo figuraron para la
primera ronda, pues luego llegaron los vinos y con ellos el desfiguro de uno
y otro invitado.
Al centro estaba una mesa enorme con comida, copas, bebidas y una
enorme e fuente de chocolate; allí se podían bañar trozos de queso, frutas
y pan; yo decidí bañar mis dedos, uno y luego el otro, era divertido sentir el
calor quemando mi piel. Parece que el vino que dio mi padrastro
comenzaba a hacer efecto, ya que entre más metía mis dedos, menos
sentía el calor de la fuente.
-Tomate otra- me dijo una voz que se poso a mis espaldas.
-No Roberto, creo que he bebido demasiado.
-Mas que mama no- añadió el señalando a mi madre, quien estaba
perdidamente borracha en una de las mesas.
-Está bien, una y ya- replique aceptando la copa que estaba casi llena.
Pocos instantes después mi cabeza parecía que iba a estallar en pedazos,
no pude ver cuando los invitados se fueron de la casa, creo que la bebida
tenía algo porque ya no volví a saber de mí. Solo recuerdo entre mis sueños
que Roberto estaba encima desnudo, moviéndose de arriba abajo.
A la mañana siguiente, cuando las cosas volvieron a la normalidad,
desperté con una terrible estalación, a mi lado no estaba nadie, solo mi
ropa y las cobijas desordenadas. Me incorpore de inmediato, moví las
sabanas y allí estaba la terrible evidencia de que no había sido un sueño,
yo había pasado la noche con mi padrastro, pero ¿Cómo?, si yo no tenía
voluntad cualquier persona en su sano juicio se hubiera dado cuenta de
que no estaba bien, ¿Por qué me dejaron a solas con él?
Llore lo hice una y otra vez, mi cuerpo parecía no tener voluntad, un
toquido constante se hizo presente pero yo no estaba dispuesta. Era
mama, su voz se escuchaba tras la puerta.
-Abre…Mary, llevas horas sin bajar, se te hará tarde para ir a la escuela.
-No quiero ir- grite desesperada.
-Hija abre, tengo que ver que estés bien.
-Vete mama, estoy bien.
En cuanto cesaron los gritos, me dirigí al botiquín del baño, tome unas
pastillas y sin importar para que fueran comencé a tomarlas.
Perdí el conocimiento, las escenas de mi vida pasaron en mi cabeza.
Mi madre corriendo, me llevaban en una camilla por un pasillo, cruzamos
una puerta. Pensé que no volvería a salir con vida, vino un
desfallecimiento, nada me tenía conectada a este mundo, solo un latido
débil y pausado. Dos planchas sacudían mi cuerpo debilitado, inerte, ya
sin vida.
Su nombre Marcos José…
Muchos jóvenes y adolescentes han errado enormemente su proyecto de vida al
involucrarse en las, drogas, esa puerta falsa, que después se convierte en una vía
dolorosa que se presenta primero placentera y agradable, pero que finalmente es
un sendero bastante oscuro y desagradable.
-Trata de recordar- me dijo la psicoanalista.
-No puedo. Dije con una rotunda negativa que no daba cuartada alguna
posibilidad.
-Tienes que hacerlo- añadió la especialista mientras observaba fijamente
mi rostro que se desorbitaba por la molesta que sentía de ser terrible
interrogado-.Es necesario que lo hagas ahora. Entiendo tu pesar, pero si no
pones nada de tu parte las pesadillas no desaparecerán, trata de hacerlo.
Recerque mi encorvado cuerpo sobre un sofá que daba hacia una
ventana y comencé a retroceder con la memoria. Era diciembre 2003.
Nelson, esteban, Armando y yo, nos comportábamos de un modo irónico
una racha de rebeldía incontrolable que desabocaba en conflictos con
cada uno de los materos de la preparatoria. Nuestros padres ya habían
si8do convocados cinco veces, pero nunca llegamos a nada que no fuera
una promesa absurda de cambiar nuestro comportamiento.
Recuerdo que en el centro comercial empezaron a colocar los adornos
navideños, mis amigos y yo fuimos a burlarnos de todo el personal que
debía, además de su trabajo limpiar esferas y poner en un sitio estratégico,
junto a las escaleras eléctricas un par de Santa Claus que bailara un ritmo
de un villancico estúpido. Jose,un chico de quince años, quien debía
trabajara medio tiempo para poder solventar los gastos de la escuela,
trabaja ahí, nosotros en cambio, gozábamos de una mesada que nuestro
padres holgadamente nos daban; incluso Nelson ,que era el más rico,
tenía la difícil tarde de darle uso a los $5000 pesos que su abogado padre
le facilitaba, mas lo que lo facilitara, mas lo que sumara e una tarjeta
limitada de crédito.
Aquella tarde entramos con la intención de comer una hamburguesa
acabamos como muchos otros días entre semana, en el billar que estaba
a dos cuadras y medio del centro comercial. Bebíamos hasta marearnos
por si fuera poco nos invitaron a probar una droga de moda, no sé muy
bien que era, pero estábamos realmente felices por la energía que
desbordaba de nuestro ser. Hasta me atreví a romperle el taco a Nelson, a
quien no pareció importante, ´pues a pesar de salir con un descalabrada
en la cabeza, se encontró con unas chicas que sobradamente sabíamos
se prostituían. ¡Esa era nuestra vida!
Conforme el calendario trascurría, José, no sé porque se fue interesando
en nuestros gustos, a leguas se le vía que quería diversión, así que un día,
sin más nos dijo;
-Ustedes sí que saben vivir. No se preocupan de nada, todo lo tienen y por
si fuera poco, nunca se han preocupado por ganar dinero.
-Haber, haber- respondió exaltado e irónico Nelson-. Pues ¿Qué te hace
falta?, ¿Por qué nos vienes con este sermón?
-No es sermón. Insistió –Solo que me gustaría saber que es no preocuparse.
-Pues faltaba mas- Añadió Esteban –, a ti lo que te hace falta es juntarte
con nosotros, hacer cosas de adolescentes- le tomo entre brazos- Deja de
ir a ese centro comercial como empleado, hazlo como nuestro amigo,
Dime ¿Cuánto de pagan?
-Ochocientos pesos semanales- respondió
-No más, de ahora en adelante te juntaras con nosotros
Y sellamos el pacto con una risa estruendosa que irrumpió en los pasillos.
Ese mismo día fuimos al billar a iniciar a José para comenzar le dimos un
tarro de cerveza, una cuba de lata y unas cuantas aspirinas con coa para
que fuera tomando camino. Así, al cabo de un semana, José ya era tan
parecido a nosotros que para festejar le dimos una de esas drogas, Tan
amigos que ya éramos.
Antes de las vaciones decembrinas, didimios hacer una reunión, nada
ostentoso, solo amigos, amigas con derecho y unas cuantas botellas.
Fue en la casa de Nelson, sus padres estaban en un brindis y no volverían
hasta la siguiente, así que la casa, incluyendo la piscina, estaban libres
parta una bola de jovencitos que lo único que deseaban era divertirse.
La velada comenzó con las bebidas y un poco de rock alternativo,
después vinieron las caricias tipo orgia, y finalmente Nelson tuvo la brillante
idea de ir a comprar drogas. Ya en el pase, se nos hizo fácil ir a la alberca
a ver si se nos bajaba la mareada, y estábamos listos para un segundo
tiempo. José se veía muy mareado, hablaba cosas extrañas, apeas
audibles para mis sentidos que estaban verdaderamente bloqueados. Aun
así, Nelson insistió en que entrara a la alberca al agua. ¡Fue muy divertido!,
todavía recuerdo su cara al caer al agua, parecía un ratón asustado.
Entre risas, canciones y bromas, nos olvidamos de José y para cuando los
buscamos, yacía flotando boca abajo en el centro de la piscina. ¡Fue algo
realmente impactante! , como pudimos lo llevamos hasta la orilla, y por
más que intentamos darle respiración de boca a boca, el ya estaba
muerto, ya no había nada que hacer. Las chicas se lloraban, Nelson se
jalaba los pelos en señal de desesperación, esteban solo se inclino en un
rincón, todavía seguía con el efecto de las drogas, Armando fue el único
capaz de hablara a un Ambulancia.
-Para que llamas a una ambulancia-Le dije
-¡No vez que está muerto!, será mejor que llamemos a las autoridades.
Como por arte de magia, el influjo del alcohol y las drogas desapareció, se
suma, pero la culpa apenas comenzaba. Hubo una gran movilización en
las calles, la gente curiosa se asomaba, y todos fuimos trasladados al
ministerio público. Ya en el semefo los padres de José no decidieron
levantar cargos en nuestra contra, a pesar de que muchos los
aconsejaron culparnos de ese asesinato imprudencial, pero aunque de eso
salimos bien librados, la verdad es que una gran secuela se quedo y hasta
ahora no eh podido olvidar que por mi culpa mi amigo no tuvo un
mañana.
La doctora se me quedo mirando fijamente, estuvo tuvo la amabilidad de
decirme:
-Sin duda ha sido un trajo muy amargo, pero estamos aquí para
enfrentarlo, juntos vamos a súper esas culpas, aceptándolas para podre
continuar el sendero de la vida…
Como un bálsamo de alivio, sus palabras me hicieron tanto bien, mi mirada
permanecía fija porque en ella, vi más que una salida a mis problemas,
una oportunidad de reincidirme con la vida y una forma de pedirle perdón
a un gran joven que en vida respondía al nombre de Marcos José.
Diversión no es prostitución…
Durante la adolescencia, el sexo es un tema que está siempre
presente y que puede traer tantos sinsabores como alegrías. El
cuerpo se prepara para la reproducción y la mente comienza a
ocupar gran parte de su capacidad.
Mi madre es directora de una de las revistas más leídas del país. Encontré
un refugio en el chat, lugar en el que estaban todos mis amigos de la
escuela, y hasta conversaba con los que no lo eran. Una noche lo
reflexioné, acordé que le hacía falta emoción a mi vida, que día a día.
¿Por qué no pensar en Irina y Martha? Quienes aunque tenían mala
reputación, eran consideradas y buenas conmigo. Sabía dónde
encontrarlas, iban con regularidad al centro comercial, sin pensarlo dos
veces, tome mi auto y fui en su búsqueda.
Las encontré en una cafetería de nombre italiano. Me senté en la mesa de
a lado, luego volví a mi vista y Jazmín me invito a sentarme con ellas.
-¿Y ese milagro que vienes? – dijo Jazmín
- Vengo nada más a comprar ropa
- Hay ¿verdad que está divina aquí?
-Ahí viene Brandon- interrumpió Irina emocionada.
Brandon se acerco y beso en la boca a las tres. Jazmín le dijo que porque
no había saludado así a mí.
-¿Qué vas a pedir?- preguntó Jazmín, quien comprendí, desde entonces,
que era la mediadora de todo.
Al principio no comprendía el vinculo entre todos los amigos, la duda se
despejo una noche en la casa de Brandon. Sus padres se habían ido de
vacaciones, y nos reunimos con algunas botanas, cervezas, tequilas y
frutas exóticas.
-Ponte en ambiente Nancy- me dijo Jazmín, ofreciéndome una copa de
vino con refresco de limón.
Todos hacían repaso de todos, con la boca, la lengua, las manos.
-Yo seré el primero- dijo desde el fondo Brandon, quien en unos instantes se
acerco a mí,-si tu lo quieres- añadió.
Yo no comprendía aquello de ser el primero, pues el ya había sido el
primero que me había besado, así que no comprendía a lo que se refería.
-Tienes suerte Nancy- dijo Martha
-Déjala en paz- interrumpió Jazmín
-¿Qué dices, Nancy- me pregunto Jazmín- aceptas o no a Brandon?
-Si- respondí
Brandon quiso que fuera privado, me llevó, pues, hasta una de las
recamaras y ahí comenzó a desvestirme.
-Eres muy bonita- me dijo dándome la seguridad que no sentía
Cuando acabo, no sabía qué hacer, nadie me lo había dicho. Brandon
estaba retirándose el condón, algo que le agradecí.
Para cuando salí, Brandon ya no estaba en la recamara, solo estaban un
par de sabanas blancas manchadas de rojo echas bola sobre la cama, y
mi ropa regada en el piso. Intente tomar las sabanas y lavarlas, pero
Jazmín me interrumpió:
-Déjalas, esas ya no sirven- dijo- será mejor que los llevemos a la basura de
abajo.
Me tomó de las manos y luego me besó en la boca, me quedé helada,
completamente paralizada, Jazmín comenzó a deslizar sus manos sobre
mis pechos todavía desnudos.
¿Terminaste?- preguntó.
-¿Qué?- dije sin comprender.
-Que si ese bruto logró que terminaras- insistió.
Jazmín deslizó entonces sus manos sobre mi abdomen y me empujo a la
cama. No le pude decir que parara, ya que estaba apenada y la
sensación era tan rica. La fricción terminó en una especie de convulsión de
mi parte. Nunca antes había sentido algo tan placentero.
-Será mejor que bajemos- dijo Jazmín dándome mi ropa.
Ella bajó primero, yo en cambio tardé unos minutos en recuperarme,
todavía estaba mareada por la bebida, y lo ocurrido en la habitación.
Resulta lógico que mi vida cambió. La experiencia que había tenido con
Brandon se repitió en varias ocasiones.
Llegó el día en que conocía tan íntimamente a mis amigos, que los elegía
dependiendo mi ánimo. No tardó el día que comenzamos a tener
relaciones en el baño de la escuela, ahí nos encerrábamos los minutos
suficientes para satisfacernos, era algo ya incontrolable.
En una ocasión nos cachó una prefecta, y claro que nos expulsaron, no sin
antes hablarles a nuestros padres. Mamá, quien arrepentida por todo el
tiempo que me dejó sola, me llevó con un especialista, quien determinó
que era adicta al sexo.
A CAUSA DE LA NUEVA EPIDEMIA…
Los trastornos de alimentación son todos aquellos que se caracterizan
por presentar alteraciones graves en la conducta alimentaria.
Mi nombre es Jorge, desde hace cinco años trabajo en una funeraria.
Desde hace unos meses me he dado cuenta que la mayoría de los
cuerpos que nos llegan son de jóvenes. Recuerdo un caso en particular, se
trataba de una niña de once años, llegaron los abuelito desde Zacatecas
y lo primero que hicieron fue abofetear a la mamá, ya que decían que era
culpa suya de que la niña haya muerto.
La mamá lloraba desconsoladamente. Ya por la noche se calmaron los
corajes, estaban más tranquilos y podían hablar entre ellos.
-Marta, yo sé que tal vez no es el momento pero, ¿qué paso?, si Laura era
una niña muy sana, juguetona, feliz y llena de vida- dijo una de las tías de
la niña.
-Tienes razón, Laura estaba llena de vida- se soltó en llanto-, si tan si quiera
le hubiera puesto más atención, ¿cómo iba a pensar que tenía problemas
alimenticios?
E inició su narración:
-Ya ves que estaba por encima de su peso, pues parece que comenzó a
obsesionarse con ello. A menudo decía que le hacía falta bajar de peso.
Días más tarde por cualquier pretexto dejaba el guiso en la mesa.
Solía decirme:
Mamá, ¿qué vamos a comer?
Y yo con todo el entusiasmo le decía, por ejemplo:
-Pollo empanizado.
-No ves que eso tiene mucha grasa.
Luego empecé a notar que únicamente tomaba agua, sacaba del
refrigerador unos hielos y los echaba al vaso.
A menudo trataba de cerciorarme de que comiera, y si había estado con
sus amigas, le subía un emparedado a mitad de la tarde, el cual
desaparecía y yo no sospechaba nada.
Conforme los días pasaban, la veía demacrada, ojerosa y demasiado
delgada. Hasta que un día la encontré tirada en su recámara. El médico
me dijo que Laura padecía una anemia severa. Recuerdo cuando me dijo:
-¿Está usted segura?
-¿Qué está tratando usted de decirme, que soy una mala madre?
-Nada de eso señora, sino que hoy en día hay que tener mucho cuidado
con la alimentación de nuestros hijos.
-¿A qué se refiere?
- A que hay muchos trastornos alimenticios que los jóvenes padecen a
causa de la presiones sociales.
-Señora, solo le pediré un favor.
-¿Cuál?
-Que vigile más de cerca a su hija, y si tiene internet en casa, revise las
páginas que visita.
-Lo haré.
No lo hice, me dediqué a cuidar a mi pequeña de su enfermad, le daba
yo misma cada bocado en la boca, note que con cada bocado se
limpiaba la boca con la servilleta, luego se levantaba y la tiraba al bote de
la basura.
Así pasaron dos meses, hasta que un día entré a su recámara y la vi
parada frente al espejo.
-¿Crees que estoy gorda mamá?- me preguntó.
-Hoja, eres una niña, cómo vas a estar gorda.
-No entiendes nada mamá, ya no soy una niña.
Después de eso, salió al colegio mientras yo, motivada por el recuerdo de
lo dicho por el doctor, me acerqué a la computadora y entré a sus
páginas favoritas. Me di cuenta que mi hija visitaba un sitio donde las
enseñaban a hacerse anoréxicas. Ahí decía que el hielo con el agua
ayudaba a mitigar el hambre.
Llame de inmediato a una clínica especialista diciéndoles que internaría a
Laura en cuanto ella volviera del colegio.
Por la tarde, mientras empacaba su ropa en una maleta, me hablaron del
colegio para decirme que Laura estaba muerta.
APRENDIENDO A VIVIR CON LA ENFERMEDAD…
La adolescencia es una etapa vital, un proceso de construcción de la
identidad personal, sexual. En estas edades surge una novedad
importante: el deseo se materializa en comportamientos sexuales.
Las enfermedades de transmisión sexual son desconocidas. De ahí la
importancia de una orientación severa que los encamina a cuidarse.
Los Jóvenes de hoy son la generación del SIDA y millones de ellos han
muerto la epidemia entre ellos es casi invisible, pos lo que se necesitan
estrategias centradas en la juventud.
Un papel remojado en agua que me arrojaron a la cabeza me hizo
despertar, volví la mirada hacía todos lados intentando adivinar la
procedencia. Tania, a mis espaldas, reía, en tanto que Olga, su inseparable
amiga estaba visiblemente molesta.
-Pon atención- me dijo.
- Qué mala onda, ¿por qué me despertaron?- pregunté
-Lo hicimos- dijo Tania- o mejor dicho lo intentamos, porque a decir verdad
nada te podía despertar.
- ¿Y de dio cuenta el catedrático?
-José que pregunta, es obvio que se dio cuenta el catedrático, pero
descuida no dijo nada.
Tania tenía el don de tranquilizarme y es que la cruda de anoche ya
estaba haciendo efecto.
-Deberías de dejar esas desveladas José- dijo Olga entrometiéndose como
era su costumbre
-No te llevan a nada y por lo tanto solo te traen problemas.
-¿Tu que sabes?
Tengo que admitir que me comporte de un modo déspota, pero en eso
instantes no lo pensé, me deje llevar por el impulso de responderle algo
como metiche.
Sergio, todo un cabeza de teflón que siempre arruina las fiestas, siempre
llega crudo a la escuela, que ni el Tehuacán ni aspirinas se le baja. Perdió
su virginidad con una chica de tercero de preparatoria y él va en segundo
año, y dice que ya lleva el record de haberse acostado con 10 niñas
estando borracho no recuerda con cuantas ha tenido relaciones.
Aun así de contraer el VIH, su amiga Olga le envío esta información por el
chat:
“En algunos países los varones de quince años morirían de sida entre el 20%
y el 80% en el 2015”.
-¿Y eso que?- escribí al terminar de leer los renglones
A Sergio le molestaba que se inmiscuyeran en su vida.
Su familia empezó a notar un cambio en él en su aspecto físico, se veía
cansado y de frágil aspecto, su rostro mostraba cansancio, su piel estaba
opaca y su aspecto deplorable.
Su familia pensaba que estaba pasando por una racha de depresión.
Sergio continuó con sus noches en el antro y de alcohol, y los fines de
semana amanecían con diferentes mujeres y después comenzó a consumir
drogas ya que su mejor amigo Jair que era gay lo convenció, un día le
puso una sustancia en su vaso, se desvaneció y al otro día amaneció con
el gay. Pocos meses después se comenzó a sentir mal, estaba sin ánimos,
tenía ataques de diarrea que no se le curaba con nada, sus padres se
preocuparon y lo llevaron al médico, le realizaron unos estudios y resulto ser
“0 positivo” temiendo decirle a sus amigos que había contraído el virus del
VIH y se acordó lo que le dije su amigo Olga del riesgo que tenía al
contraer enfermedades de transmisión sexual al llevar una vida
sexualmente activa sin conciencia y sin protección.
Recibió rechazos y humillaciones, se tuvo que cambiar de domicilio con su
familia, también cambio de amigos.
Por lo que está aquí contando su experiencia, para que el día de mañana
tú lector, no estés lamentando.
Conclusiones:
Este libro trata de historias verdaderas que se basaron en la vida cotidiana
de los jóvenes, vienen muchas historias impactantes que llaman la
atención como por ejemplo:
-Diversión no es prostitución
-La voluntad de esteban
-En casa mami, entre otras.
Estas historias son impactantes para el que lea este libro ya que son reales,
el escritor Juan Pablo Valdez escribió este libro porque la adolescencia en
México iba muy mal el trato de dar platicas y hizo campañas para poder
resolver este problema de la Adolescencia, nada de esto funciona el
deicidio hacer un libro con historias verídicas para que los jóvenes lo
pudieran leer y así poder estar informados y reflexionar sobre cada uno de
estos capítulos.