INTELIGENCIA COMPETITIVA Y VIGILANCIA TECNOLOGICASESIÓN XII
28 DE ABRIL DE 2011
1.- Según Rittel y Webber que son los problemas borrosos?
2.- Recuerde la características SOLUCION.
3.- UNICIDAD
4.- MESS
5.- FORMULACION
El misterio de Fukushima 1: ¿bombas atómicas debajo de la planta? Daños Colaterales
Irene Selser
2011-04-18
Los confusos e incluso contradictorios informes sobre la planta nuclear de Fukushima 1 no
pueden ser el efecto solamente de los desastres causados por el terremoto de magnitud 9 y
el posterior tsunami que el 11 de marzo se ensañaron con la costa noreste del Japón.
Tampoco por la torpeza o la falta de información: para el veterano escritor ambientalista
Yoichi Shimatsu, residente en Honk Kong, antiguo editor del Japan Times Weekly y
colaborador frecuente del Global Research —grupo independiente de prensa e investigación
— los inexplicables retrasos y las incomprensibles explicaciones de la Tokio Electric Power
Company (Tepco) —el operador privado de la energía nuclear en Japón—, así como del
ministerio japonés de Economía, Comercio e Industria parecen ser fruto de algún factor que
se ha intentado soslayar: la posibilidad de que debajo de la planta nuclear funcione un
arsenal subterráneo de ojivas nucleares en el marco del acuerdo de seguridad EU-Japón.
“La cortina de humo sobre Fukushima 1 parece ocultar un propósito y una tarea sombría
desconocida para los de fuera. La explicación más lógica podría ser que la industria nuclear y
las instancias oficiales están luchando para evitar que se descubran unas instalaciones
dedicadas a la investigación de bombas atómicas escondidas dentro de las plantas de energía
nuclear civil de Japón”, afirma Shimatsu —quien cubrió como enviado los terremotos de San
Francisco y Kobe, y participó en el operativo de rescate inmediatamente después del tsunami
en el océano Índico (2004)—, al pasar revista en un extenso artículo a los hechos que
siguieron al desastre natural del 11 de marzo (newamericamedia.org/2011/04/is-japans-
elite-hiding-a-weapons-program-inside-nuclear-plants.php). Shimatsu pretende acomodar
“las piezas del puzzle” de Fukushima 1, donde según la Tepco había tres reactores
funcionando al momento del desastre. Luego se informó de una explosión de hidrógeno que
agrietó la unidad 3 (U3), causando escapes de óxido mezclado con uranio-plutonio y más
tarde de un incendio dentro de la vasija de contención del reactor de la U4, al parecer por
sobrecalentamiento de las barras desechadas de combustible de uranio depositadas en una
piscina de enfriamiento en seco.
Esto, según Shimatsu, indicaría que “este reactor se mantenía encendido para algún objetivo
que no era la generación de electricidad, lo que plantea la pregunta de si la unidad 4 estaría
usándose para enriquecer uranio, el primer paso del proceso que conduce a la extracción de
material fisionable para construir armas nucleares”.
Para el veterano escritor ambientalista Yoichi Shimatsu, editor en Hong Kong del Japan Times
Weekly y colaborador de la red mediática de investigación Global Research, la aparición de
agua de mar irradiada en el Pacífico supone otra pieza del rompecabezas en que para muchos
analistas y expertos se ha convertido el desastre nuclear de Fukushima 1.
En su extenso artículo para el New America Media que citamos ayer, Shimatsu plantea que no ha sido posible
rastrear la fuente subterránea de ese vertedero y que “el laberinto de tuberías inundadas, donde se hallaron los
cuerpos desaparecidos de dos trabajadores de la central nuclear, bien puede ser la respuesta al misterio: un
laboratorio que nadie se atreve a nombrar.”
Por cierto, el también periodista, con gran experiencia en cobertura de terremotos y maremotos, repara en el
hecho de que hasta el descubrimiento de los cuerpos de dos operarios, de 21 y 24 años, en el laberinto de
tuberías, nada se había dicho a la prensa sobre ellos.
En reacción a la demanda del primer ministro Naoto Kan a la Tokio Electric Power Company (Tepco, el operador
de la energía nuclear en Japón) de información rápida y veraz sobre lo que estaba ocurriendo tras el terremoto
y el tsunami del 11 de marzo, “el lobby pro nuclear —dice Shimatsu— cerró filas, negándole información vital a
su oficina. La gran alianza de los partidarios de la energía nuclear incluye a Tepco, al diseñador de la planta de
General
Electric, al ministerio de Economía, Comercio e Industria (Meci), al anterior partido gobernante, el Demócrata-
Liberal y, según todos los indicios, a la Casa Blanca”.
Al respecto, Shimatsu trae a colación que “los ministros del gabinete encargados de las comunicaciones y las
emergencias nacionales arremetieron recientemente contra Banri Kaeda, titular del Meci, por actuar a la vez
como promotor y regulador nuclear encargado de la ahora amordazada Comisión por la Seguridad Industrial y
Nuclear”. Pero Tepco, dice, contraatacó con rapidez culpando al helicóptero del primer ministro “de haber
retrasado, al recorrer el área, la ventilación de los gases volátiles, causando así una explosión en el reactor 2.
Por ‘razones de salud’, el presidente de Tepco se recluyó en un hospital, cortándole a Kan la línea de
comunicación con la compañía y desautorizando su visita a Fukushima 1”. El texto prosigue: “La enemistad de
Kan con su rival en el Partido Demócrata, Ichiro Ozawa ha acabado perjudicándolo, porque era el único aliado
potencial de peso con quien habría podido enfrentarse a la formidable coalición a favor de la energía
nuclear”.
En tanto, el jefe de los demócratas liberales, que desde hace décadas promueve la
energía nuclear”, acaba de mantener conversaciones confidenciales con el embajador
de Estados Unidos en Tokio, John Roos, mientras el presidente Barack Obama hacía
declaraciones en apoyo a las nuevas plantas de energía nuclear en todo EU”.