EXPURGUEMOS LAS PALABRASJosé Rodríguez
Peláez
La joven dijo que nunca había escuchado aquella palabra.
No me sorprendió porque yo mismo hacía años que no la usaba.
La vida de las palabras está unida al de su empleo.
Y aunque continúan figurando en el diccionario no ocurre así en la conversación diaria.
Desconocer una palabra colabora a desterrar de lo cotidiano
al concepto que la sustenta.
Los términos envejecen al no ser utilizados. Es importante conservarlos en el diccionario para poder comprender la literatura clásica,
el lenguaje de los antiguos.
Pero construir frases con ellas sería ir de antiguo y extraño
con todo merecimiento. Reflexionar sobre eso
me ha traído inspiración muy práctica.
Los vocablos, ya sean sustantivos, adjetivos o verbos,
son la expresión de un característico modo de pensar.
Y experimentamos la existencia conforme sean nuestros pensamientos.
Así pudo decir Job con toda razón "me ha sucedido lo que más temía"
(Job 3:25).
El miedo lógico hacia todo lo malo, intensifica el pensamiento. Igual ocurre con el deseo.
Pero temer es como un subrayar en la conciencia. Establece el concepto, lo hace más nítido para ser proyectado en nuestra existencia.
Si con frecuencia barajo términos como "enfermedad", "carencia", "ruina", "amenaza", "imposible", "incurable", "muerte", "matar",
"calumniar", "acusar", "ofender", no debo extrañarme
que se manifiesten en mi experiencia.
Así que he tomado una decisión: expurgar mi vocabulario.
Quizás tenga que añadir aquí el significado de este verbo práctico,
sano, pero poco ejercitado. Expurgar: Limpiar o purificar una cosa.
Estoy seguro que, en la medida que borre de mi pensamiento
todo lo que no sea propio de "la lengua nueva“, (Ciencia y Salud 117:10-13)
irán quedando sólo los pensamientos de Dios. Y esos serán los que gobiernen mi día,
llenándolo sólo de bendiciones.
"El lenguaje esencial de Dios se menciona en el último capítulo del Evangelio según San Marcos
como la nueva lengua, cuyo significado espiritual
se logra mediante las señales que la siguen".
Bueno será aliviar el peso de nuestros diccionarios particulares
eliminando de ellos todo lo que no es propio del idioma espiritual.
(P) Rodríguez Peláez, José CS www.rodriguezpelaezcs.org