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Las Decisiones En el Monte
¿Recuerda algún lugar en su vida donde tuvo que tomar alguna
decisión? Si alguna de esas decisiones las tomó en algún monte, seguramente se va a identificar mucho con el mensaje de
hoy. Porque cada monte en las escrituras representa una experiencia
espiritual.
Son verdaderos recuerdos de aquellas circunstancias
por las que a menudo estamos pasando. De esta
manera podemos ver algunos de esos
significados.
Por ejemplo, el monte “Moriah” de Génesis 22, tiene que ver con la fe
y la obediencia puesta a prueba de parte de Abraham. El monte
“Horeb” de Éxodo 3, es el lugar desde donde el Señor llama a una
misión libertadora.
Gen 22:2 Dios le dijo:–Toma a Isaac, tu único[b] hijo, al que tanto amas, y
vete a la tierra de Moria.[c] Una vez allá, ofrécelo en holocausto sobre el cerro
que yo te señalaré.
Exo 3:1 Llamamiento de Dios a
MoisésMoisés cuidaba las ovejas de
su suegro Jetró, que era sacerdote de Madián. Un
día, llevándolas a través del desierto, llegó hasta el
monte de Dios, que se llama Horeb.[a]
Jos 12:1 Las conquistas de Moisés[a]
Estos son los reyes que los israelitas derrotaron al este
del río Jordán, y los territorios que conquistaron desde el río
Arnón hasta el monte Hermón, con toda la región
oriental del valle del Jordán:
El monte “Hermón” de Josué 12 es una
representación de la conquista a la tierra
prometida.
El monte “de los Olivos” de Lucas 22, es una representación del
quebrantamiento de la voluntad humana a la voluntad de Dios. El
monte “Gólgota” de Lucas 22, nos plantea la ofrenda del sacrificio para la salvación. Y para el tema de hoy tenemos el monte “Carmelo” de 1
Reyes 18.
Ese monte es la más grande representación del “fuego del
cielo”, donde se compróbo quién es el auténtico y verdadero Dios. La historia Bíblica nos recordará que fue en la cumbre de esa montaña
donde el pueblo de Israel fue confrontado con el pecado de la
idolatría.
Allí Elías, después de haber pasado por varias pruebas, desafió al malvado rey Acab para que
congregara a todo Israel de manera que, a través del fuego quedara establecida la autenticidad del
verdadero Dios.
La pregunta: “¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos?” v. 21, será la que determinará la razón del tema
de hoy: EL MONTE DE LA DECISIÓN. Acompañemos a Elías en su valentía. Vea usted cómo un solo hombre se enfrentó a
cuatrocientos con las armas de la palabra y el poder de Dios, y los venció. Veamos,
pues, cómo el fuego que desciende de los cielos consume el verdadero holocausto
comprobando quien es Dios.
I. EN EL MONTE DE LA DECISIÓN HAY UN DESAFÍO QUE ENCARAR
1. El desafío de reunir a los idólatras v. 20.
Nos llama la atención que Acab no haya intentado matar al profeta, después de haberlo
buscado por todas partes (18:10). Bueno es obvio que quien ande haciendo la voluntad de
Dios, solamente él se encargará de aniquilarlo o llevárselo, como será el caso de Elías. Así que Acab, en lugar de atentar contra el profeta,
aceptó el desafío de convocar a todo Israel y los profetas que dirigen el culto que ha provocado
la ira de Dios.
Ahora bien, ¿por qué la convocación al monte de
Carmelo? Bueno el monte de Carmelo se encontraba entre
Israel y Fenicia, y ese lugar era como la habitación sagrada de
Baal.
Seguramente Acab pensó que la contienda en ese lugar les daría
una gran ventaja a los profetas de Baal. Sin embargo para Elías
aquello era la oportunidad para demostrar en su propio terreno
quién es el verdadero Dios.
Note la convocatoria: “Todos los hijos de Israel”, y los profetas, en este acaso
los de Baal. Por alguna razón los profetas de Asera no asistieron,
salvándose de una muerte segura. Así que todos los idólatras con sus
dirigentes fueron convocados. La idolatría, cualquiera sea su origen,
debe ser confrontada. Ningún pecado aborrece más el Señor que este.
2. El desafío de definir sus convicciones v. 21
El planteamiento de la pregunta de Elías es que no se puede vivir bajo dos
pensamientos. La palabra “claudicar” significa: “vacilar, oscilar, fluctuar”, etc.
Una traducción comentada de este texto en la RVA, lo traduce así: “¿Por cuánto tiempo danzaréis cojeando sobre dos
muletas?”.
Lo que esta pregunta plantea es que es Israel, y el pueblo que se dice
adorar a Dios, es llamado a ejercer lo que técnicamente se conoce
como la monolatría; lo que significa: fidelidad y adoración a un sólo Dios
de ente muchos.
El profeta le está diciendo es que no es bueno que tengan un pie en Israel y el otro en Fenicia, adorando a dos dioses.
Que si uno era el verdadero Dios y el otro falso, entonces que siguieran al verdadero y que se olvidaran del dios impostor que además era impotente. Es muy peligroso
claudicar entre el servicio de Dios y el servicio al pecado, el dominio de Cristo y el dominio de nuestras concupiscencias.
El asunto es que si Jesús es el único Salvador, aferrémonos solo a Él para
todo; si la Biblia es la palabra de Dios, obedezcámosla, recibámosla y sometamos nuestro entendimiento a su guía divina. No podemos servir
a Baal y a Dios al mismo tiempo.
3. El desafío del fuego v. 3.
La propuesta de Elías de partir un buey en pedazos para ponerlo como sacrificio, y que el dios verdadero lo consumiera por el fuego, tiene sentido. Se pensaba que Baal, además de ser el dios de la fertilidad, era el dios de fuego, sobre todo cuando se manifestaba en
los rayos y centellas. Así que Elías les llevó a una perfecta trampa donde cayeron, desde el rey y los falsos profetas. Como la gran sequía de tres años y
medio y la hambruna habían sido una vergüenza para los adoradores de Baal, fue muy obvio que el Dios que
está en control ahora es el Dios de Elías.
El profeta, pues, les concede a ellos la oportunidad de demostrar que Baal sí era verdadero, trayendo fuego del cielo. Lo que aquí se pone de manifiesto es que el Dios que tenga poder, demostrándolo al consumir el fuego, será el mismo que tenga poder para perdonar
el pecado, ya que al consumir la ofrenda representada en los bueyes partidos en pedazos, quedará como el representante para aliviar la calamidad. En el monte de la decisión hay un desafío que encarar. La vida
cristiana no puede vivirse en dos direcciones. Es necesario que el fuego real de Dios consuma lo falso
y surja lo verdadero.
II. EN EL MONTE DE LA DECISIÓN HAY QUE OÍR AL DIOS
VERDADERO
1. Un incendio sin fuego previo v. 23.
Elías de una forma muy inteligente llevó a toda esta gente idólatra a su propio terreno. Ellos
aceptaron ofrecer dos toros y clamar cada uno a su dios. Pero ellos también aceptaron no
poner fuego debajo del altar, pues la idea era que el dios verdadero respondería de esta
forma. Era encender el altar sin fuego previo. Como Baal era el dios de la vida a través quien “venía” la lluvia y el sol, entonces, si él tenía el
poder para hacer estas cosas, la mejor respuesta sería ver el fuego consumiendo al
holocausto.
Y si no había hecho venir la lluvia durante esos tres años y medio, a lo mejor sí podía traer el fuego de arriba. Los adoradores de
Baal creían que en cada tormenta había una gran cabeza de su dios derramando la lluvia, pero además pensaban que la cabeza de su dios se podía ver también en el mismo sol.
De este modo, cuando el sol brillaba y estaba ardiendo, ellos sentían que estaban mirando a Baal. Sin embargo, Baal tampoco
pudo traer el fuego.
Pero la Biblia si nos habla de nuestro Dios trayendo fuego del cielo, lo cual
comprueba que es el único que puede consumir un altar sin el fuego previo. Dios se manifiesta a nuestras vidas a través del fuego del Espíritu.
Oremos para que él responda.
2. El nombre que no debe ser invocado v. 26.
Hay algo interesante en esta historia. Si algo hicieron estos hombres fue orar, clamar,
suplicar… y lo hicieron por varias horas. ¿No es una paradoja que mientras los adoradores de los ídolos gastan grandes tiempos adorando lo que no responde ni tiene vida, nosotros que
tenemos al Dios verdadero no lo invocamos con la frecuencia y la reverencia que él nos merece?
como era de esperarse, nadie respondió, un silencio conmovedor
estuvo allí en la montaña por un largo rato.
Note todo lo que hicieron para llamar la atención de su dios Baal, pero sin resultado ninguno (v. 27,
28).
Hoy tenemos los modernos adoradores de Baal que pierden el control en el “culto” a Dios y sus
cuerpos caen en un estado de inconsciencia, arguyendo los que practican tales cultos que
eso es una “manifestación” del Espíritu. ¡Cuán lejos está esto del culto racional que ordena la Biblia! No son los gritos ni los movimientos los que determinan un culto vivo. Pero si hay un
Dios que responde. La Biblia nos recuerda que “todo aquel que invocare el nombre del Señor,
será salvo”.
3. Un dios con mucho trabajo para responder v. 27.
La burla de Elías revela una parte interesante de su carácter. Al
principio nos parece ver al profeta como muy serio, sin posibilidad de “echar un chiste” o reírse de alguna
situación cotidiana.
Pero mírelo en esta escena. Obsérvelo a lo mejor debajo de
algún árbol con los brazos cruzados, entre burlas y risas, exasperar a los falos profetas con sus ocurrencias.
“Quizás está meditando” fue una de sus bromas por lo que les decía que
gritaran más duro.
Algunos creen que aquí hay un eufemismo con lo que se quería decir que a lo mejor estaba en
el baño haciendo alguna necesidad. “Tiene algún trabajo” era otra burla pesada. Algunos
creen que la frase también significa que su dios se había ido de “cacería”. “Tal vez duerme” fue
una de sus últimas ocurrencias del profeta. Todo esto para decirnos que así como en ese tiempo,
hay mucha gente ahora que ha puesto su fe y confianza en dioses muertos que no le dan
respuestas.
Hombres que desperdician sus vidas enteras por las cosas que
pronto perecen. Son aquellos que pasan toda una vida a espaldas del
Dios de los cielos, siguiendo sus propios “baales” que al final no
satisfacen su alma. Pero el Dios de Elías si te responderá.
III. EN EL MONTE DE LA DECISIÓN HAY UN CRISIS QUE FINALIZAR 1. Hay que arreglar el altar arruinado v. 30.
Los profetas de Baal pasaron casi todo el día clamando a su dios y no hubo respuesta. Ahora casi todos están exhaustos. Muchos de ellos
desangrados por la flagelación. Otros habrían quedado roncos de tanto gritar. La escena simplemente es
dramática.
Seguramente hubo un dejo de frustración colectiva. Todos se han
dado cuenta que Baal no pudo responder a pesar de todo lo que
hizo para eso. Ahora le toca el turno al profeta de verdadero. Ahora es
tiempo de poner fin a la crisis. Ahora es el momento de saber quién el
dios verdadero.
Así que lo primero que Elías hace es arreglar el altar arruinado. ¿No es esto significativo? ¿Por qué se
había abandonado el altar al Señor? ¿Quiénes lo habían abandonado?
Antes que Dios responda es necesario que arreglemos el altar donde se invocará su nombre. Un
altar arruinado es símbolo de desidia e irresponsabilidad.
Es no darle la importancia que tiene mi devoción al Señor. Elías arregló el altar con doce piedras pensando en las doce tribus de
Israel que fueron siempre testigos de la única adoración a Dios. Israel, como la iglesia de Cristo, sabe que
hay que arreglar el altar para invocar al verdadero y único Dios.
2. “Sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel…” v. 36.
Los hombres que han conocido el poder de Dios como Elías, saben que él no les dejará en vergüenza en los momentos más cruciales de su vida. Saben que él es el único que le pone
fin a la crisis por la que se pueda pasar en un momento determinado.
Note que el profeta se burló del culto que los falsos profetas le
dieron a Baal porque él sabía que Jehová, el Dios que obró en el
pasado todos los portentos de los cuales ellos eran conocedores, se hará manifiesto delante de una
nación que ahora está recibiendo el juicio por haberse entregado a la
idolatría.
El trabajo previo a esto simplemente fue extraordinario. Elías quería que no
quedara dudas acerca de la manifestación poderosa de Dios. Como
el reto era que “el Dios que respondiere por medio de fuego, ése
sea Dios” v. 24, se aseguró de abrir una zanja en el altar. Eso nunca se había
hecho. Puso el buey en pedazos para el sacrificio sobre la leña.
Luego ordenó llenar hasta doce veces el altar con agua, tanto así “que el agua corría alrededor del altar, y
también se había llenado de agua la zanja” v. 35. Solo el fuego divino
puede encender el altar mojado. De esta manera se pone fin a la
credibilidad divina.
3. “Entonces cayó fuego de Jehová… ” v. 37.
Lo primero que vemos en esta respuesta del cielo es lo corto de la oración. Así que mientras
450 profetas duraron casi un día gritando y maltratándose para ver si Baal respondía, Elías
con una sola oración, en un solo momento, trajo fuego del cielo. Dios respondió. ¡Y de qué manera lo hizo! “…y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua
que estaba en la zanja”.
La respuesta a través del fuego comprobó que nuestro Dios si es el
“Dios del fuego” y no Baal como era la creencia. Y con la diferencia también que él es el Dios de la lluvia, del sol y de todo lo que existe. El fuego que
viene de Dios consume todo. Ante la vista del pueblo y los profetas idólatras ahora hay una evidencia clara: Baal no
es el dios verdadero.
La confesión: “¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!, trajo al pueblo a recordar quién era
Israel y a quien pertenecía. Muchos años atrás ellos fueron instruidos con estas
palabras: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Dt. 6:4). Por lo tanto, no hay
otro dios a quien seguir ni adorar. Como “Jehová es el Dios”, entonces ya no hay por qué claudicar entre dos pensamientos (v.
21). Decidamos solo por él.
Ninguna cosa divide más la mente de un creyente que estar sirviendo a “Baal” y a Dios al mismo tiempo.
Y aunque es cierto que hoy estamos lejos de adorar tales
imágenes, hay que reconocer que en esa división mental se pudiera estar adorando lo que no es Dios
Hoy el desafío de Elías sigue latente: Si Jehová es Dios, entonces hay que seguirle y obedecerle. Si Jehová es Dios entonces hay que acabar con
todos los “baales” que pudieran estar robando la adoración que le debo solo
a Dios. Si Jehová es Dios, entonces amelo de todo corazón, conságrele a
él su vida, dones, talentos, bienes materiales.
Si Jehová es Dios, y usted no lo tiene como su Dios, acéptelo hoy. Si
Jehová es Dios y no se ha bautizado, entonces tome la decisión esta hora de seguirle en obediencia. Si Jehová es Dios renuncia a cualquier “Baal” que le ha hecho crear un culto falso en su corazón. No podemos servir a
dos señores, dijo el Señor.