EL SENTIMIENTO IDENTITARIO ESPAÑOL
MARTA PARADÉS MARTÍN
Universidad Pablo de Olavide
Índice
Índice ............................................................................................................................. 2
Introducción ................................................................................................................... 3
Investigar la identidad española ..................................................................................... 5
¿El fracaso de España? ................................................................................................. 6
Variabilidad temporal ................................................................................................... 19
Variabilidad territorial. .................................................................................................. 21
Variabilidad temporal ................................................................................................... 24
Regresión Logística ..................................................................................................... 35
Conclusiones ............................................................................................................... 37
Bibliografía ................................................................................................................... 41
Introducción
Esta investigación versa acerca de la identidad española. La era de la
información y las tecnologías de la comunicación ha propiciado un mundo cada vez
más globalizado y homogéneo. Sin embargo, también nos encontramos ante la
heterogeneidad identitaria y el auge y consolidación de los nacionalismos periféricos
que, en cierta medida, tienen como efecto la erosión de la identidad nacional española.
Los nacionalismos periféricos cobran cada vez mayor visibilidad e importancia
en el ámbito político y económico. Esto se constata en el debate acerca del estatuto
catalán. De la misma forma, el voto creciente a partidos de carácter nacionalista en las
elecciones generales y autonómicas lo ponen de manifiesto, así como las repetidas
encuestas del CIS sobre la identidad colectiva. En cambio, el sentimiento identitario
español no es una cuestión que suscite el mismo interés ni que se haya estudiado en
la misma profundidad, quizás por la percepción de su asociación al franquismo o
porque es un asunto que se da por descontado1
España constituye un caso singular. Se trata de un país que ha pasado de un
gobierno autoritario y centralista a otro democrático y descentralizado y que puede ser
calificado como casi federal (Linz y Stepan, 1996; Moreno, 1997). La Constitución
Española de 1978 ha permitido este cambio de modelo al construir el Estado de las
Autonomías. Éste pretendía ser una postura intermedia entre la concepción unitaria y
la descentralizadora que reconciliase ambas concepciones de organización territorial.
La propia Constitución expresa la heterogeneidad de nuestro país cuando proclama “la
indisoluble unidad de la Nación Española, patria común e indivisible de todos los
españoles y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y
regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”.2
1 Helena Béjar (2008), Álvarez Junco (2001), Andrés de Blas (1995).
2 Artículo 2 de la Constitución Española de 1978.
Sin embargo, el “caso de los nacionalismos periféricos” no está resuelto. Se
constata la incapacidad de conseguir un marco aceptable para la diversidad interna de
nuestro país. Se mantienen conflictos que van desde la petición de más autogobierno
y separación del Estado español por parte de algunos sectores en el País Vasco y
Cataluña hasta aquellos conflictos entre el Estado y las autonomías para la obtención
de mayores competencias y financiación. Estos hechos condicionan la agenda política
y generan tensiones sociales.
Es interesante reflexionar acerca de que, en la mayoría de las ocasiones, el
término “nacionalismo” es utilizado para definir a aquellos que se refieren a
“nacionalismos periféricos” sin tener en cuenta el “nacionalismo español” que también
forma parte de nuestra sociedad. Nuestro “nacionalismo banal”, por seguir la
terminología de Billing (1995), parece invisible y es olvidado mientras que los estudios
acerca del caso de “los nacionalismos periféricos” cobran mayor visibilidad.
Considero de interés prestar atención a la evolución de la identidad española al
tratarse de la identidad que comparten a los ciudadanos que viven en el territorio del
Estado español y ser la identidad de una nación que se proclama una de las más
antiguas de Europa. La existencia de una pluralidad identitaria en nuestro país y las
diferencias que se manifiestan entre las diferentes autonomías hace que sea
necesaria una comparación entre las comunidades autónomas de nuestro país para
observar si existen diferencias significativas entre ellas. De la misma forma, la
consolidación del modelo territorial de las autonomías posibilita el reforzamiento del
caso de los nacionalismos y regionalismos. Por ello, comprobaré si efectivamente la
identidad española ha sufrido un retroceso en las últimas décadas o, si por el
contrario, ha derivado en un sentimiento de identidad dual o de reforzamiento en los
últimos años.
Investigar la identidad española
Existen pocos estudios sobre el sentimiento identitario español.3 La mayoría de
los trabajos sobre identidades se centran en el análisis de los “nacionalismos
periféricos” y en los “regionalismos”. Ahora bien, hay que tener en cuenta que es
necesario conocer tanto la formación de la identidad española como la relevancia que
presenta en la actualidad. La escasez de estudios en torno a esta cuestión puede ser
consecuencia de dos aspectos. En primer lugar, la asociación que se hace de la
identidad española con el franquismo provoca que se evite tratar el tema para no ser
tachado como partidario de ideas conservadoras. La identificación de ciertos símbolos
(como la bandera de España) con la dictadura franquista produce un efecto perverso
que puede dañar la asociación con la identidad española. En segundo lugar, dada la
pluralidad identitaria que conforman nuestro país, la identidad española ha quedado
relegada a un segundo lugar por su menor importancia y visibilidad en la agenda
política y de los medios de comunicación. Las tensiones sociales que derivan de los
conflictos entre el estado y las autonomías son vistas desde el punto de vista de los
“otros” mientras que la normalidad de sentirse español ayuda a que pase
desapercibida.
Este proyecto trata de analizar la variabilidad tanto temporal como territorial del
sentimiento español, comparándolo en las diferentes comunidades autónomas de
España y estudiando la evolución del mismo en los últimos once años4. Para ello, voy
a utilizar los datos de los estudios 2667 y 2228 realizados por el Centro de
Investigaciones Sociológicas. La utilización de datos secundarios presenta la ventaja
de ahorrar costes en tiempo, pero muestra las limitaciones que supone el uso de datos
no elaborados personalmente. En este sentido, los datos obtenidos que no se ajustan
3 Mercadé, Oltra, de los Santos y Hernández (1983), Ruiz Jiménez (2007).
4 Se estudia la evolución en onces años porque es el tiempo que transcurre entre los dos estudios del CIS.
a las necesidades exigidas por el proyecto deben ser tratados y recodificados para su
tratamiento estadístico.
La metodología seguida en el proyecto es de corte cuantitativo, donde el
objetivo del análisis es estudiar la relación entre variables. En este caso, se pretende
analizar qué variables influyen en el sentimiento identitario español. El estudio de las
variables es diacrónico o longitudinal al analizar la evolución de la identidad española
con el transcurso del tiempo, a través del estudio 2667 del año 2007 y del 2228 del
año 1996. Del mismo modo, se trata de un estudio transversal o sincrónico que
pretende analizar la relación existente entre las variables independientes incluidas en
el análisis y la identidad española tomando como referencia el estudio 2667 llevado a
cabo por el CIS en el 2007.
¿El fracaso de España?
Es necesaria una visión histórica de la evolución de la construcción del Estado
español para comprender la situación actual de convivencia de identidades diferentes
en España. Se habla de fracaso en el caso de España a diferencia de las identidades
colectivas creadas en Francia, Italia o Alemania, donde la identidad nacional alcanza
una gran importancia y peso en sus territorios. El fracaso de España en la
construcción de una identidad colectiva puede ser debido a diferentes hechos. Las
guerras carlistas supusieron un enorme gasto al país, lo que impidió invertir en la
construcción de carreteras, hospitales, escuelas, etc. La debilidad de las instituciones
centrales y la insuficiencia del sistema escolar significaron la falta de penetración del
estado en la sociedad. De esta forma, sólo una minoría de los españoles que habían
ido a la escuela y habían aprendido el castellano se integraron en términos nacionales
(Álvarez Junco, 2001).
Acerca del surgimiento de la identidad nacional española no existe unanimidad,
aunque se puede señalar cómo desde finales de la Edad Media las monarquías
hispánicas fueron articulando un sentimiento “español” basado en una identificación
religiosa cristiana y lingüística en torno al castellano. José Antonio Maravall (1954) lo
denominó “protonación” mientras que para Juan Sisinio Pérez (2007) sólo se pueden
considerar realidades plurivasalláticas donde cada reino es gobernado de un modo
distinto e independiente, lo que impide la emergencia de un sentimiento nacional
moderno o una identidad colectiva española.
Con el acuerdo generalizado de historiadores, la identidad española emerge
tímidamente con el liberalismo y en la guerra de la independencia contra Napoleón
(Álvarez Junco, 2001). A partir de 1808, el sentimiento de identidad española frente a
los franceses provocó un efecto movilizador al que los liberales españoles recurrieron
en defensa de la libertad. El término nación fue incluso utilizado en la Constitución de
Cádiz de 1812 señalando que la Nación española es libre e independiente, y no es ni
puede ser patrimonio de ninguna familia o persona.5 Surge de forma pareja la idea de
soberanía nacional fruto de un pacto ciudadano así como la idea de nación derivada
de una cultura distintiva, fundamentada principalmente en la religión católica6 y en la
monarquía7.
A lo largo del siglo XIX, siguiendo a Álvarez Junco (2001), aparecen dos
significados diferentes para el adjetivo “nacional” dependiendo de las ideas con las
que es asociado. Desde la facción liberal emerge una concepción de nacionalismo de
Estado siguiendo el modelo francés surgido tras la revolución francesa. A finales de
los años 20 y 30 del siglo XX este concepto de nación es visto como un nacionalismo
plural basado en la ciudadanía y en el respeto a la heterogeneidad de España, que
llega a denominarse “nacionalismo cívico”. Dicha idea de lo nacional surge como
forma de encajar las distintas visiones de nuestro país, es decir, de incorporar los
nacionalismos periféricos, de Cataluña y País Vasco principalmente, nacidos al calor
5 Artículo 2 de la Constitución de 1812.
6 Artículo 12 de la Constitución de 1812 “la religión de la Nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única y verdadera”
7 Artículo 14 de la Constitución de 1812 “el gobierno de la Nación española es una monarquía moderada hereditaria”
del movimiento romántico de fines del siglo XIX. José Ortega y Gasset es uno de los
intelectuales que abraza esta concepción poniendo de manifiesto la pluralidad de
España donde la riqueza de la misma reside en su heterogeneidad cultural y
lingüística (Ortega y Gasset, 2000).
En contraposición a este nacionalismo, la facción conservadora asimilaba la
idea de nación con la unidad y el catolicismo dando lugar a un nacionalismo basado en
el esencialismo y lo religioso denominado “nacional catolicismo”. Esta visión defendía
la unidad de España con la manifestación de la lengua castellana como lengua única y
la hegemonía de la Iglesia Católica, obviando las diferencias culturales y lingüísticas
regionales que emergían en nuestro país. A diferencia de los liberales que intentan
encajar los nacionalismos periféricos, los conservadores se autoafirman en su
concepción de la nación defendiendo el Estado de los separatistas disgregadores.
La brecha que se abre ante estas dos posturas tiene su manifestación más
clara en la Guerra Civil (1936-1939) donde ambos bandos utilizaron el discurso
nacionalista como estrategia de movilización y cohesión de sus seguidores. De esta
forma, la dictadura franquista posterior se basa en el patriotismo español exaltando
rituales y ceremonias católicas considerados símbolos de la identidad española,
negando cualquier otro nacionalismo ajeno al español a través de la prohibición del
uso de otras lenguas (catalán, vasco), banderas o símbolos que representaran
identidades periféricas.
Este hecho ha dañado la imagen de la identidad nacional española asociándola
al régimen autoritario de la dictadura del General Franco, provocando el rechazo de
símbolos distintivos de España utilizados para enarbolar el franquismo. Así, desde el
ámbito de los nacionalismos periféricos, el nacionalismo español es identificado con la
opresión del Estado contra estos territorios.
Con la transición política y la organización territorial del Estado en Autonomías
se produjo un auge de la dimensión política de los “nacionalismos periféricos”. La
presencia del voto nacionalista en las elecciones generales, autonómicas y europeas
corrobora este hecho, destacando los casos de Cataluña y País Vasco. La búsqueda
de la descentralización de las competencias administrativas y más estrictamente
políticas aglutinan la mayor parte de las reivindicaciones, especialmente en el caso del
País Vasco y Cataluña.
La Constitución de 1978 configura un Estado en el que se identifica España
como nación única e indivisible pero al mismo tiempo como Estado plural que
reconoce las peculiaridades históricas y culturales de las regiones y nacionalidades de
nuestro país. De ahí se deriva la peculiar situación actual de la identidad de los
españoles y el fracaso relativo de la construcción de España en tanto que no ha
conseguido un modelo definitivo que solucionase los conflictos internos.
Nación/Estado
España se caracteriza por una estructura territorial compleja y de gran
heterogeneidad identitaria donde coexisten los nacionalismos periféricos que avanzan
la identidad colectiva de su territorio, los defensores de la nación española y los
ciudadanos que se expresan miembros de su comunidad autónoma a la par que
españoles. Como señaló en su famosa frase Juan J. Linz (1975:423): “España es hoy
día un Estado para todos los españoles, un Estado-nación para una gran parte de la
población y sólo un Estado pero no una nación para importantes minorías”.
Hay que aclarar la distinción entre el concepto de Estado y el de nación, ya que
puede dar lugar a confusiones al ser posible la existencia de naciones sin estado y la
posibilidad de que una o diferentes naciones se agrupen en torno a un único Estado.
El concepto de “Estado” alude a una forma de organización política que, de forma
discontinua y variada, comienza a generalizarse en Europa a partir del Renacimiento.
Las características que lo identifican recaen principalmente sobre el establecimiento
de un poder central suficientemente fuerte en detrimento de los poderes propios de la
época feudal y el ejercicio del poder sobre un territorio delimitado en el que se asienta
una población siendo definido por el atributo de la soberanía (Linz, 1993). A pesar de
la gran heterogeneidad de definiciones existentes en torno a este concepto, la de Max
Weber es, sin duda, una de las más conocidas. Weber define el “Estado” como una
forma de comunidad política que se encuentra limitada territorialmente donde las
interrelaciones de los individuos que viven en é es regulada mediante leyes, y que
clama para sí el monopolio del uso legítimo de la violencia para hacer cumplir y
mantener el orden legal. (Weber, 1978: 54,902)
El Estado es, por tanto, una institución política que posee la autoridad y el
poder vinculante para establecer las normas que rigen una sociedad sobre un territorio
determinado, haciéndolas cumplir a través de las instituciones previstas para ello. El
sometimiento a las normas no se logra únicamente por el uso de la violencia sino que
la legitimidad que se le atribuye a las normas dictadas por el Estado propicia su
obediencia. Esta legitimidad deriva del principio de soberanía popular, donde se
considera que el Estado es el encargado de velar por los intereses generales de sus
ciudadanos (Giner, 2006).
Por otro lado, el término “nación” ha variado en su significado para las ciencias
sociales según se atienda a unas concepciones teóricas u otras, así como si se toman
las definiciones de unos autores u otros. El mismo concepto de nación ha significado
cosas diferentes a lo largo de los siglos8. La nación puede caracterizarse de modo
genérico en términos esencialmente socio- cultural e histórico donde los integrantes de
un grupo social poseen un sentido de pertenencia a él por la identificación con valores
comunes así como vínculos de solidaridad. La nación es, por tanto, una realidad de
tipo simbólico socialmente construida a través de mecanismos sociales, siendo de
particular relevancia el sistema educativo en la enseñanza de la lengua e historia
nacional (Linz, 1996).
Este sentimiento de solidaridad puede verse desde dos perspectivas
fundamentales que distinguen la nación cultural basada principalmente en la
diferenciación de una lengua, una historia y unos elementos culturales comunes, de la
8 Véase Liah Greenfeld (Nationalism: Five roads to modernity)
nación política que aspira a alcanzar un Estado propio, que persigue el objetivo político
de la independencia.
Cuando la organización política que posee la legitimidad de la autoridad
coincide con el sentimiento de solidaridad frente a otros grupos, es decir, con la idea
de que todo/as los que viven en ese territorio forman una comunidad, nos
encontramos ante el concepto de Estado-nación. Este término hace referencia a la
forma de organización política caracterizada por un territorio claramente delimitado,
una población que comparte un sentimiento nacional y un gobierno como centro de
poder.
En el caso de España, la mayoría de sus ciudadanos considera que se trata de
un Estado-nación, aunque también existen minorías que entienden que España es
sólo un Estado en el sentido de que se trata de la organización política que posee la
autoridad pero no la identifican como su nación. Este puede ser el caso de grupos de
ciudadanos/as de Cataluña, País Vasco o Galicia, que proclaman sus particularidades
en cuanto a su propia historia o su lengua, reconocidas como tales en la Constitución
de 1978. Hay que resaltar la existencia de una postura intermedia, la identidad dual,
que muestra la posibilidad de que algunas personas compatibilicen identidades. Es
decir, personas que pueden sentirse españolas y vascas o catalanas al mismo tiempo.
Según todas las encuestas esta postura es la mayoritaria en nuestro país, aunque no
es así en el País Vasco o Cataluña.
La Constitución Española de 1978 constituye un punto de inflexión en la
consolidación de un Estado plural al expresar la heterogeneidad de nuestro país en su
artículo segundo. Esto refleja la peculiar y complicada situación de España, en tanto
que ha fallado en su intento de construcción de un Estado-nación y donde conviven
diferentes nacionalidades, construyendo una estructura territorial que se asemeja al
federalismo. En el apartado siguiente aplico cómo, siguiendo a Álvarez Junco (2001),
el Estado fracasó parcialmente en la construcción de la Nación.
Bases Sociales
La variable dependiente que se va a estudiar es el la identidad española,
recurriendo para su operacionalización a la pregunta creada por Linz y que se
corresponde con la pregunta utilizada en el estudio 2667 del CIS formulada en los
siguientes términos9.
¿Cuál de las siguientes frases diría usted que expresa mejor sus sentimientos?
- Me siento únicamente español.
- Me siento más español que (gentilicio comunidad autónoma).
- Me siento tan español como (gentilicio comunidad autónoma).
- Me siento más (gentilicio comunidad autónoma) que español.
- Me siento únicamente (gentilicio comunidad autónoma).
A través de esta pregunta, y al tratarse de respuestas excluyentes, se pretende
medir la identificación con España y al mismo tiempo constatar si las personas que no
manifiestan la identidad española se identifican únicamente con su comunidad
autónoma o han desarrollado una identidad dual con España y su comunidad
autónoma al mismo tiempo.
Las variables independientes que se incluyen en el análisis son: el nacimiento
en la comunidad autónoma, que hable una lengua española diferente del castellano, el
hábitat, el género, la edad, el nivel educativo, la ocupación, la religión y la ideología.
Estas variables se han seleccionado en base a un conjunto de hipótesis:
Nacimiento
En la identificación con la identidad española puede tener que ver el hecho de
que se nazca y se socialice en una comunidad autónoma u otra. Las personas que
han nacido en algunas de las denominadas “comunidades históricas” como Cataluña,
País Vasco o Galicia, presentarán una probabilidad mayor a manifestar identidades
9 Sobre el origen de esta pregunta, véase el trabajo de Coller (2007), Ruiz Jiménez (2007)
periféricas que aquellos que han nacido en otra autonomía. Por lo tanto, a la hora de
llevar a cabo el análisis se tendrá en cuenta la comunidad autónoma de nacimiento de
la persona encuestada.
Esta hipótesis hace referencia a las teorías deterministas que destacan el papel
histórico en el desarrollo de las naciones. Este enfoque se ramifica en dos, la visión
organicista y la visión pluralista. En la primera de ellas, se incide en la existencia de
diversos componentes como la lengua, la tradición, la religión o historia común, que
conforma una cultura distintiva y única constituida históricamente. Los pluralistas, sin
embargo, ponen el énfasis en las interacciones que se producen en un Estado entre
diferentes grupos étnicos o naciones, visión que se correspondería con la
heterogeneidad y Estado multinacional de España. Siguiendo a estas teorías, el
nacimiento en una determinada autonomía influirá en el sentido en que proveerá a la
persona de unas determinadas relaciones, pautas culturales o lengua por el hecho de
nacer en un lugar u otro.
Lengua
La influencia de la dimensión lingüística en el sentimiento de identidad
española (Tejerina,1992) es una de las más evidentes, como ponen de manifiesto las
teorías organicistas, mostrando su poder reforzador en las identidades colectivas.
Desde esta perspectiva, la lengua es utilizada como cohesionador del grupo en tanto
es un vehículo de transmisión de los símbolos, valores y creencias comunes. Las
lenguas históricamente han sido señaladas como un elemento distintivo y fundamental
a la hora de crear una cultura diferenciadora. Esto es válido tanto para el caso de los
nacionalismos periféricos que se ven reforzados por sus lenguas autóctonas como en
el caso de la identidad nacional española y el castellano como vehículo de transmisión
y símbolo de unificación.
Hablar castellano en comunidades bilingües en España puede ser un indicador
de una cierta identificación con la idea de España. En cambio, si la persona se
manifiesta hablante de otra lengua regional o bilingüe, dicha identidad española puede
verse reducida. La medición de esta variable se hará teniendo en cuenta las
respuestas de las personas encuestadas que se declaran “más bien castellano-
parlantes” en contraposición a aquellas que se declaren “más bien (lengua comunidad
autónoma)-parlantes” o “bilingües”. En consecuencia, se espera que las personas que
se consideren castellano-parlantes muestren una mayor identificación con la identidad
española a diferencia de aquellas que expresen su condición de hablantes de su
lengua autóctona.
Hábitat
La variable relativa al hábitat ha sido descompuesta en rural, semi-rural y
urbana. Un hábitat es rural cuando está formado por una población de hasta 10.000
habitantes, es semi-rural cuando el tamaño de su población se encuentra entre el
intervalo que va de 10.001 a 100.000 habitantes, mientras que un hábitat se puede
considerar urbano cuando sobrepasa los 100.000 habitantes. La medición de esta
variable se hará recodificando la pregunta del CIS relativa al tamaño del hábitat en
estas tres categorías.
Se presupone que los hábitats rurales por sus características
homogeneizadoras presentarán identidades que se corresponden con los polos
identitarios. Es decir, manifestarán una identidad española o fundamentalmente
periférica. En cambio, los hábitats urbanos por su carácter cosmopolita y la diversidad
de colectivos que se integran en ellos, probablemente desarrollarán una identidad
dual.
Género
Aquí se pretende observar la identidad española en función del género. A partir
de la pregunta del CIS que refleja el género del entrevistado/a se analizará si existe
alguna relación de causalidad entre ambas variables. En cuanto a los resultados
esperados, no se espera que existan grandes diferencias en la identidad española por
el hecho de ser hombre o mujer. Por esta razón, se prevé que ésta no sea una
variable significativa en la determinación de la identidad. Sin embargo, se incluye en el
análisis para estudiar su comportamiento.
Edad
La edad es entendida como los años cumplidos por las personas encuestadas.
Para su medición se han establecido la categoría “joven”, “maduro-joven”, “maduro” y
“mayor” a partir de las respuestas dadas a la pregunta 43 del estudio 2667 del CIS.
Los valores que tomarán cada categoría son los siguientes: las personas jóvenes son
las que tienen entre 18 y 34 años, los maduros-jóvenes se encuentran entre los 35 y
45 años, los maduros los que tienen edades entre los 46 y 64 años y las personas
categorizadas como mayores aquellas con más de 65 años10.
La importancia de esta variable radica en que la pertenencia a una determinada
generación marca el contexto en el que una persona ha podido vivir. Es posible que la
identificación que una persona tenga con la identidad española no sea la misma si ha
conocido la dictadura franquista y la división de España producida con la guerra civil a
si se ha nacido en la democracia española y en el marco de una sociedad plural.
En consecuencia, aquellas personas categorizadas como mayores que han
sufrido la división de España durante la guerra civil y que han visto cómo España se
unificaba en un Estado plural es posible que manifiesten un sentimiento identitario
español en mayor medida que las personas más jóvenes que han vivido únicamente
10 Se ha utilizado esta recodificación dados los intervalos de edad en que aparece medida dicha variable en el estudio 2228 del CIS.
en el Estado de las Autonomías y que, por lo tanto, pueden identificarse
mayoritariamente con la identidad dual o periférica.
Nivel educativo
La educación de las personas se entiende como aquellos estudios oficiales de
nivel más alto cursados con independencia de que los haya terminado o no11. El
análisis se lleva a cabo en base a la recodificación de la variable en las categorías
“primaria incompleta”, “estudios primarios”, “estudios secundarios o medios” y
“estudios terciarios”.
La importancia de esta variable se explica por la relación histórica existente
entre las clases sociales más ilustradas con los movimientos nacionales periféricos
(Gellner 1983). Además de este hecho, es destacable el papel de la educación en la
difusión de la historia y en la transmisión de la lengua autóctona. Por lo tanto, el nivel
educativo influirá en el sentimiento identitario español en el sentido en que
probablemente son las personas con menor nivel educativo las que muestren en
mayor medida su identidad nacional española o su identidad dual, mientras que los
procedentes de la universidad y con mayor formación manifiesten un mayor grado de
sentimiento “regional” con su comunidad autónoma.
Ocupación
La ocupación hace referencia al puesto de trabajo que ocupa u ocupaba el
cabeza de familia. Las respuestas a esta pregunta se van a analizar dependiendo de si
la persona trabaja/trabajaba como asalariado, es un empresario, un trabajador
autónomo, miembro de una cooperativa u otra situación. Esta variable mantiene
relación con la teoría de la elección racional. Esta perspectiva se encuadra dentro del
11 La pregunta del CIS sobre el nivel educativo se expresa en el cuestionario en los siguientes términos ¿Cuáles son los estudios de más alto nivel oficial que Ud. ha cursado (con independencia de que los haya terminado o no? Por favor, especifique lo más posible, diciéndome el curso en que estaba cuando los terminó (o interrumpió) y también el nombre que tenían entonces esos estudios.
enfoque funcional y asume que todos los individuos se guían por el interés personal
presentando independencia emocional en la toma de decisiones. De esta forma, las
personas se identifican con España o con la identidad de su comunidad autónoma si
ello le supone algún beneficio, en este caso económico o profesional.
Esta variable se incluye para explorar su posible asociación con la identidad
española. No se parte de ninguna hipótesis previa y se espera ver los resultados para
analizarlos posteriormente.
Religión
En relación al sentimiento religioso, se va a tratar como una variable dicotómica
en la que una persona es creyente o no. Se ha realizado esta recodificación de la
variable uniendo las personas católicas y las creyentes de otra religión dada la poca
relevancia de estos últimos. Como se observa en la Tabla 1, los católicos alcanzan un
79% mientras que las personas creyentes de otra religión tan sólo alcanzan un 2%.
Es común aceptar que existe una asociación de la religión católica con la
ideología de “derechas”, aunque este no sea un hecho compartido por todos los
católicos. José Bono es un ejemplo notable de católico y de “izquierdas”. Del mismo
modo, se puede observar una relación entre la ideología de carácter conservador con
la identidad española. Por lo tanto, es posible pensar que las personas creyentes
pueden manifestar un sentimiento identitario español en mayor grado que las no
creyentes. Hay que resaltar que soy consciente de que este hecho no se da en toda la
población católica o de ideología de “derechas”, pero puede ser de interés estudiar la
relación entre ambas variables.
Tabla 1. Frecuencias relativas a la religiosidad.
Religión (%) Católico 79 Creyentes 80Creyente de otra religión 2
No creyente 14 No creyentes 20
Ateo 6
Total (N) 100 (3132) Total (N) 100 (3132)Fuente: CIS, Estudio 2667Nota: Los porcentajes aparecen redondeados.
Ideología política
Dada la historia política de nuestro país, la dictadura franquista se ha asociado
con el sentimiento de identidad nacional española gracias al enaltecimiento de dicho
sentimiento. A pesar de que por parte de la sección política de izquierda se
proclamase también un sentimiento identitario nacional entendido como un
“nacionalismo cívico”12, este fenómeno ha pasado más desapercibido. Por esta razón,
se piensa que las personas que se declaren de derechas presentan mayor
probabilidad de identificarse con el sentimiento identitario español, y, en consecuencia,
la postura política de izquierdas tendrá mayor impacto sobre la identidad dual o de los
nacionalismos periféricos.
El interés de la variable “ideología política” reside en el impacto que
probablemente tenga en la identidad de los sujetos. La medición de la ideología
política se realiza a través de una escala que va de 0 a 10, donde los individuos se
posicionan en dicha escala en función de su posición ideológica. La variable se ha
recodificado en las categorías izquierda para las respuestas dadas entre los valores 0
y 3, centro para aquellos que van de 4 a 6 y derecha para las respuestas entre las
casillas 7 y 10. El uso de estas categorías facilita el estudio de esta variable y su
identificación como personas “de izquierdas”, “de derechas” o que se mantienen en
posiciones intermedias.
12 La identificación con el sentimiento identitario español adquiere una forma de nacionalismo que respeta las distintas visiones de España en un marco plural.
Variabilidad temporal
La variable dependiente ha sido recodificada. A efectos del análisis la identidad
española es el resultado de la unificación de las dos primeras respuestas “me siento
únicamente español” y “me siento más español que (gentilicio comunidad autónoma)”.
La identidad dual se mantendrá al igual que en la pregunta original siendo la respuesta
“me siento tan español como (gentilicio comunidad autónoma)” mientras que la
identidad nacionalista periférica se corresponde con la unificación de “me siento más
(gentilicio comunidad autónoma) que español” y “me siento únicamente (gentilicio
comunidad autónoma)”.
Tabla 2. Comparativa entre las frecuencias relativas a la identidad.
Estudio 2228. Año 1996 Estudio 2667. Año 2007Identidad (%) Identidad (%)Española 27,5 Española 22,4
Dual 51 Dual 53,3
Periférica 21,5 Periférica 24,1
Total (N) 100 (4822) Total 100 (3062)Fuente: CIS, Estudios 2667 y 2228
Fuente: CIS, Estudios 2667 y 2228
27,5%
51
21,5%
53,3
22,424,1
Como se puede observar en la Tabla 2 y en los gráficos, el 51% de las
personas se decantan por una identidad dual, mientras que el 27,5% lo hacen por una
identidad española y el 21,5% por una identidad fundamentalmente “periférica” para
1996. La mayoría se mantiene en una posición intermedia en la que se combina la
identidad española con la de su comunidad autónoma y el sentimiento español
acumula un poco más de un cuarto de las respuestas estando por encima de aquel
que tiene que ver con los nacionalismos periféricos.
Utilizando la misma recodificación de la variable dependiente observamos los
porcentajes relativos al estudio 2667 del CIS que se corresponde con el año 2007 para
ver si existen cambios temporales. En esta ocasión existe una posibilidad de respuesta
adicional en el estudio 2228. La respuesta seis es “ninguna de las anteriores” y en la
recodificación los datos relativos a esta respuesta serán tratados como valores
perdidos para garantizar la comparación entre los dos momentos históricos. Este
hecho hay que tenerlo en cuenta a la hora de comparar los porcentajes de las
frecuencias de ambos estudios.
En la Tabla 2 se comprueba que el sentimiento español ha sufrido una
reducción a favor de las identidades “periféricas”, pasando éstas a representar del
21,5% de las respuestas al 24,1% de las mismas. Las personas que se identifican con
la identidad española son un 22,4% en 2007, con lo que su disminución respecto de
1996 está en torno a cinco puntos. En cuanto a la identidad dual, ésta aumenta
levemente manteniéndose en porcentajes próximos al 50%, concretamente en esta
ocasión en 53,3% en 2007. En conclusión, entre 1996 y 2007, la identidad dual crece
ligeramente, la española disminuye y la periférica aumenta. Este puede ser el efecto
de un mayor desarrollo del estudio de las autonomías y la promoción de las
identidades periféricas.
Variabilidad territorial.
A continuación se muestra una tabla atendiendo a la variabilidad territorial de la
identidad. En este caso, se va a poder corroborar si realmente es la identidad dual la
mayoritaria en las diferentes autonomías de nuestro país y cuáles son los valores que
toma tanto el sentimiento identitario como la identidad periférica en cada una de ellas.
En la tabla que se adjunta se pueden observar los datos relativos a la comparativa de
ambos estudios.
Tabla 3. Comparativa de la identidad según comunidad autónoma
Identidad 1996 (%) Identidad 2007 (%)
Comunidad autónoma Española Dual Periférica Total Española Dual Periférica Total
Andalucía 15 69 16 100 (829) 19 56 25 100 (547)
Aragón 19 63 18 100 (157) 28 54 18 100 (94)
Asturias 8 53 39 100 (148) 5 61 35 100 (81)
Baleares 23 53 24 100 (91) 32 43 25 100 (53)
Canarias 8 47 45 100 (185) 15 36 49 100 (113)
Cantabria 21 68 12 100 (68) 5 86 10 100 (42)
Castilla-La Mancha 47 52 1 100 (206) 25 70 5 100 (134)
Castilla y León 52 45 4 100 (322) 46 46 8 100 (185)
Cataluña 25 37 38 100 (764) 16 42 42 100 (498)
Comunidad Valenciana 35 54 11 100 (473) 31 56 13 100 (336)
Extremadura 27 60 13 100 (135) 14 71 14 100 (77)
Galicia 13 44 43 100 (360) 9 60 31 100 (207)
Madrid 53 45 2 100 (615) 41 52 7 100 (383)
Murcia 38 57 5 100 (124) 2 84 14 100 (94)
Navarra 15 54 31 100 (48) 0 62 38 100 (45)
País Vasco 10 38 53 100 (266) 15 34 51 100 (152)
Rioja 6 82 12 100 (34) 21 79 0 100 (19)
Total 28 51 22100(4825) 22 54 24 100 (3060)
Fuente: CIS, Estudios 2228Notas: (1) Los datos hacen referencia a las encuestas realizadas en cada Comunidad Autónoma. (2) Los porcentajes aparecen redondeados.
En cuanto a la variabilidad territorial, es indiscutible la diferencia existente entre
las comunidades autónomas de España en referencia a la identidad española. La
mayoría de ellas manifiestan la identidad dual como la opción elegida aunque se dan
algunas excepciones. En el caso del año 1996, País Vasco y Cataluña muestran una
menor identidad dual que la media a favor de la identidad nacionalista periférica. En el
caso contrario La Rioja, Andalucía y Cantabria presentan una identidad dual superior
al 65%. La identidad española toma los valores más superiores en Madrid y Castilla y
León, superando el 50% en ambos casos. Aquellas Comunidades autónomas que no
superan el 10% en cuanto a la identidad española son La Rioja, Asturias, Canarias y
País Vasco. Hay que tener en cuenta que en el caso del País Vasco este porcentaje
bajo en la identidad española (9,8%) se da en contraposición al porcentaje más
elevado de identidad nacionalista periférica (52,6%). Sin embargo, en La Rioja,
Asturias y Canarias la identidad que aparece en mayor medida es la identidad dual.
A pesar de que la identidad dual sigue siendo la identidad mayoritaria en casi
todas las Comunidades autónomas, se observan algunas diferencias con respecto a
los datos anteriores. Castilla y León y Madrid siguen siendo las comunidades
autónomas que presentan los resultados más altos en la identidad española. Ahora
bien, en ambas autonomías han disminuido los porcentajes con respecto al estudio
anterior. La identidad periférica presenta sus mayores porcentajes en Canarias, Galicia
y País Vasco, con el aumento del porcentaje de Asturias. En cuanto a la identidad
dual, La Rioja destaca por encima de las demás comunidades autónomas con unos
valores superiores al 82%.
En los gráficos que se muestran a continuación se puede observar la
variabilidad territorial. En los mapas que se adjuntan se ilustran las diferencias
identitarias en cada comunidad autónoma tanto en el año 1996 como en el 2007.
La identidad en España en 1996
Fuente: Elaboración propia.
La identidad en España en 2007
Fuente: Elaboración propia.
Variabilidad temporal
Tras observar la evolución de los valores relativos a la variable dependiente, a
continuación se muestran los datos relativos a la evolución temporal de las variables
independientes en comparación con nuestra variable de estudio. Por ello, se detallan
los resultados derivados de las tablas de contingencia así como el test de
significatividad llevado a cabo entre cada variable independiente y la identidad
señalada por los encuestados.
Tabla 5. Evolución de la identidad en los nativos de cada Comunidad Autónoma (%)
Identidad 1996 Identidad 2007 Nativos Española Dual Periférica Total Española Dual Periférica Total
Andalucía 25 62 13 100 (1022) 22 55 23 100 (618)
Aragón 24 58 18 100 (165) 27 57 16 100 (86)
Asturias 8 53 39 100 (145) 11 60 30 100 (94)
Baleares 15 58 27 100 (74) 19 45 36 100 (31)
Canarias 8 47 46 100 (169) 15 36 49 100 (102)
Cantabria 31 58 11 100 (74) 11 84 5 100 (37)
Castilla La Mancha 50 48 3 100 (287) 32 62 6 100 (197)
Castilla y León 54 42 5 100 (433) 44 50 6 100 (223)
Cataluña 11 41 49 100 (540) 11 38 51 100 (385)
Comunidad Valenciana 28 58 15 100 (379) 23 60 18 100 (280)
Extremadura 36 53 10 100 (231) 36 54 10 100 (133)
Galicia 18 44 39 100 (378) 10 60 30 100 (219)
Madrid 42 56 2 100 (370) 34 60 7 100 (292)
Murcia 36 58 6 100 (128) 7 80 13 100 (96)
Navarra 13 47 40 100 (47) 9 59 32 100 (53)
País Vasco 11 32 57 100 (233) 8 34 59 100 (131)
Rioja 15 77 9 100 (34) 12 82 6 100 (17)
Total 27 51 22 100 (4709) 22 54 24 100 (2994)Fuente: CIS, Estudios 2667 y 2228Notas: (1) La variable nativos mide las personas que han nacido en cada Comunidad Autónoma. (2) Los porcentajes aparecen redondeados.
En la Tabla 5 se observa que, en términos generales, la identidad española ha
disminuido en la mayoría de las comunidades autónomas aunque presenta algunas
excepciones. Cataluña y Extremadura mantienen los porcentajes de la identidad
española en ambos años mientras que Aragón, Asturias y Canarias los aumentan,
siendo ésta última la que presenta el aumento mayor en detrimento de la identidad
dual. Entre las autonomías que disminuyen su identidad española es de destacar
Cantabria, Castilla-La Mancha y Murcia con una pérdida de 20, 18 y 29 puntos
respectivamente. Las autonomías que manifiestan una identificación con España
mayor tanto en ambos períodos son Castilla-León, Castilla-La Mancha y Madrid,
añadiéndose a ellas Extremadura en el 2007, que incluso supera a Castilla-La Mancha
y Madrid en este período. Por el contrario, Asturias, Canarias, Cataluña y País Vasco
se identifican en menor medida con la identidad española al tener porcentajes
inferiores al 12% en 1996. En el caso del 2007, aumentan las comunidades
autónomas que presentan los porcentajes menores de identificación española.
Además de Asturias, Cataluña y País Vasco, hay que incluir a Cantabria, Murcia y
Navarra, siendo destacable la reducción de las dos primeras en cuanto a su
españolidad. La identidad periférica aparece en mayor medida en Asturias, Canarias,
Cataluña, Galicia, Navarra y País Vasco en ambos períodos analizados, con la
inclusión de Baleares en 2007 al aumentar su porcentaje en 9 puntos. La identidad
dual acumula los valores más altos en los dos momentos históricos estudiados, siendo
de destacar Andalucía y La Rioja en 1996 con porcentajes superiores al 60% así como
Cantabria, Murcia y La Rioja en 2007 superando el 80%. El caso de La Rioja es
llamativo en cuanto a que en ambos períodos muestra resultados parecidos, con
porcentajes muy bajos en las identidades española y periférica y siendo la comunidad
autónoma con mayor identidad dual.
En cuanto a la prueba de Chi cuadrado, éste muestra una significatividad de
0,000. El coeficiente de contingencia muestra un valor del 0,438 para 1996 y de 0,403
para el 2007, es decir, existe una asociación con una fuerza media (0,438 y 0,403)
entre la identidad y la comunidad autónoma de nacimiento en los dos períodos
analizados.
Tabla 6. Evolución de la identidad en la lengua (%)
Lengua Castellano Lengua CCAA Bilingüe Total
Identidad 1996
Española 33 36 -- 35Dual 43 44 -- 44
Periférica 24 20 -- 21Total 100 (268) 100 (817) -- 100 (1085)
Identidad 2007
Española 31 3 9 19Dual 54 39 48 48
Periférica 15 58 43 33 Total 100 (658) 100 (410) 100 (207) 100 (1278)
Fuente: CIS, Estudios 2667 y 2228Nota: No existen datos en la categoría de lengua bilingüe para el año 1996 al no ser la misma pregunta que la realizada en 2007.
La lengua puede ir asociada a la identidad atendiendo a diferentes teorías del
nacionalismo y las identidades colectivas. La lengua ha sido vehículo de transmisión
de conocimientos y socialización. La lengua puede manifestar su relación con la
identidad, al propiciar que las personas que se socialicen en una cultura específica
expresada a través de una lengua concreta también se identifiquen con una identidad
determinada. Por este motivo, parece conveniente estudiar cuál es la relación
existente entre la identidad con la que se identifica una persona y la lengua que habla.
En este caso, se puede constatar que las personas que hablan castellano en
comunidades bilingües son aquellas que manifiesta una identidad española. Del
mismo modo, las personas que manifiestan que hablan “más bien la lengua de su
comunidad autónoma” muestran una identidad periférica en su mayoría y las que son
bilingües se decantan por la identidad dual. Hay que señalar que los datos
correspondientes al año 1996 en la categoría “lengua de la comunidad autónoma” hay
que tomarlos con cautela al tratarse de una pregunta diferente a la realizada para el
estudio del 2007. En el estudio de 1996 se pregunta si además del castellano, habla,
lee o entiende la lengua de su comunidad autónoma (euskera, catalán, gallego o
valenciano). Esto hace que no se diferencie entre aquellos que son bilingües o los que
principalmente hablan la lengua de su autonomía, por lo que aparece la identidad
española con un porcentaje superior a las personas que hablan castellano.
En cuanto a la prueba de significatividad Chi cuadrado es de 0,707 en 1996,
por lo que no existe asociación entre las variables. Sin embargo, el resultado de esta
prueba en 2007 es de 0,000, lo que implica que si existe una asociación entre ambas
variables. El coeficiente de contingencia es de 0,045 y 0,423 respectivamente. De
estos datos se deriva la inexistencia de una asociación en el primer año analizado. Por
contra, existe una asociación media entre la lengua hablada y la identidad expresada
en 2007. Es posible que la falta de asociación y significatividad en el primer caso sea
producto de la forma en que se plantea la pregunta. Por esta razón, se ha realizado la
prueba de Chi cuadrado sin la categoría bilingües para realizar la comparación sin
distorsiones, siendo la significatividad de 0,000, lo que implica que la variable lengua
mantiene una asociación con la identidad española en aquellas comunidades
autónomas que son multilingües.
Tabla 7. Evolución de la identidad en el hábitat (%)
Hábitat Rural Semi-rural Urbano Total
Identidad 1996
Española 23 25 32 28
Dual 53 52 49 51
Periférica 24 24 18 22Total 100 (1257) 100 (1527) 100 (2039) 100 (4823)
Identidad 2007
Española 17 21 27 22
Dual 56 55 51 54
Periférica 27 24 23 24 Total 100 (690) 100 (1139) 100 (1233) 100 (3062)
Fuente: CIS, Estudios 2667 y 2228
El hábitat se presenta como una variable que puede asociarse a la identidad en
el sentido en que el tamaño del hábitat puede influir en la identidad al ser el lugar de
socialización de las personas. De esta forma, los núcleos más rurales suelen tender a
la homogeneización mientras que aquellos que son urbanos suelen presentar una
mayor diversidad. Este hecho puede suponer que las personas que vivan en los
núcleos más rurales se identifiquen en mayor medida con los polos identitarios, tanto
la identidad española como la periférica. En cambio, los núcleos urbanos presentarán
una identidad fundamentalmente dual dada su mezcla de diferentes colectivos.
Si observamos los datos de la Tabla 7 se puede ver que el hábitat presenta una
asociación en el mismo sentido durante los dos períodos estudiados. Esto quiere decir
que tanto en 1996 como en 2007 los mayores porcentajes de identidad española se
dan en el ámbito urbano, mientras que la identidad periférica es más frecuente en los
núcleos rurales. En términos generales, los porcentajes de la identidad española han
disminuido en 2007 con respecto a 1996. Sin embargo, las identidades dual y
periférica han aumentado de un período a otro. Resulta llamativo observar que la
identificación con la identidad española va disminuyendo progresivamente según se
pasa de la categoría urbana a la semi-rural y de ésta a la rural en los dos períodos. Al
contrario, la identidad dual disminuye progresivamente desde el núcleo rural al semi-
rural y al rural. El estadístico de contraste Chi cuadrado adquiere la significatividad de
0,000 en ambos períodos. Esto quiere decir que se trata de una asociación
significativa entre las variables. El coeficiente de contingencia muestra valores de
0,101 en 1996 y 0,094 en 2007 lo que expresa una asociación muy débil al tratarse de
valores cercanos a cero.
Tabla 8. Evolución de la identidad en el sexo (%)
Sexo Hombre Mujer Total
Identidad 1996
Española 30 25 28Dual 50 52 51
Periférica 21 22 22Total 100 (2327) 100 (2492) 100 (4819)
Identidad 2007
Española 23 22 22Dual 54 53 54
Periférica 23 25 24 Total 100 (1497) 100 (1565) 100 (3062)
Fuente: CIS, Estudios 2667 y 2228
Como se puede apreciar en la Tabla 8, la variable sexo no presenta diferencias
importantes en su relación con la identidad española en los estudios analizados. Por lo
tanto, estos resultados vienen a confirmar nuestra hipótesis de partida, en la que
señalamos la idea de que no se trataba de una variable significativa en relación con la
identidad. Sin embargo, incluimos dicha variable en el análisis para estudiar su
comportamiento y asegurarnos de que no era relevante en la relación con la identidad.
Si atendemos a la Tabla 8, se hace patente una disminución del sentimiento
español en ambos sexos del año 1996 al 2007. Los hombres manifiestan su identidad
española en mayor proporción que las mujeres, siendo en éstas mayor la identidad
periférica, aunque las diferencias son mínimas en términos de género. Si se atienden
a los resultados de la prueba de Chi cuadrado para el año 1996 es una variable con
una significación de 0,004 pero una asociación muy débil (0,048 coeficiente de
contingencia). Sin embargo, no se trata de una variable significativa en 2007, ya que la
prueba de Chi cuadrado muestra una significatividad de 0,329, confirmando el
coeficiente de correlación una que se trata de una asociación muy débil o casi
inexistente (0,027).
Tabla 9. Evolución de la identidad en la edad (%)
Edad
Joven Maduro-Joven Maduro Mayor Total
Identidad 1996
Española 23 25 32 31 28Dual 53 53 48 48 51
Periférica 23 22 20 20 22Total 100 (1725) 100 (805) 100 (1401) 100 (887) 100 (4818)
Identidad 2007
Española 20 21 25 24 22Dual 53 54 54 54 54
Periférica 27 25 21 23 24 Total 100 (949) 100 (684) 100 (792) 100 (636) 100 (3061)
Fuente: CIS, Estudios 2667 y 2228Nota: Las edades de cada categoría se corresponden con Joven=18 a 34 años; Maduro-
Joven=35 a 45 años; Maduro=46 a 64 años; Mayor=más 65 años.
La distribución de la identidad española refleja resultados mayoritarios en las
categorías “maduro” y “mayor” tanto en 1996 como en el 2007, a pesar de producirse
una reducción en los porcentajes a favor de la identidad dual para el año 2007. Si se
atiende a la identidad española, ésta se manifiesta en una proporción mayor en las
categorías maduro y mayor en los dos momentos analizados. Lo mismo ocurre con la
identidad periférica, que se presenta en mayor grado en las personas jóvenes y
maduro-jóvenes en ambos períodos. En cuanto a la identidad dual, se manifiesta en
menor medida en el año 1996 en las categorías maduro y mayor. Sin embargo, los
datos relativos a la identidad dual son muy similares en el año 2007. Se podría decir
que existen dos bloques diferenciados si nos fijamos únicamente en los datos de las
identidades española y periférica: un primer grupo conformado por los jóvenes y los
maduro-jóvenes que manifiestan valores superiores en la identidad periférica en
relación con la española en ambos estudios. Un segundo grupo estaría formado por
los maduros y mayores y su identificación principal con la española. Todo ello si
obviamos que es la identidad dual la mayoritaria en todos los grupos de edad.
Esta variable presenta una significación del 0,000 y 0,009 en la prueba de Chi
cuadrado, por lo que se trata de una asociación significativa en ambos casos. El valor
del coeficiente de contingencia es de 0,088 en el año 1996 y de 0,074 en el año 2007
por lo que la asociación entre ambas variables es muy débil. Estos resultados
muestran que la edad no marca una diferencia sustancial en cuanto a la identidad,
aunque sí se observan pequeñas diferencias, como se ha señalado anteriormente.
Tabla 10. Evolución de la identidad en los estudios (%)
Estudios Sin estudios Primarios Medios Superiores Total
Identidad 1996
Española 23 28 24 32 27Dual 57 51 52 45 51
Periférica 20 21 24 23 22Total 100 (337) 100 (2321) 100 (1125) 100 (557) 100 (4340)
Identidad Española 25 23 21 23 22
2007Dual 60 54 52 51 53
Periférica 15 23 26 27 24 Total 100 (95) 100 (1397) 100 (836) 100 (576) 100 (2904)
Fuente: CIS, Estudios 2667 y 2228
El nivel educativo ha sido una de las variables señaladas por diferentes
autores, como Gellner (1983) o Anderson (1983), clave en las identidades colectivas.
En la hipótesis de partida ya se manifestaba la importancia de esta variable en la
identidad y la conveniencia de su análisis. Se pensaba que serían las personas con
menores niveles educativos aquellas que se identificasen en mayor medida con la
identidad española; en contraposición con aquellas con estudios superiores que se
identificarían en mayor medida con la identidad periférica.
En la tabla 10 se observa un cambio entre las personas que se sienten
principalmente españoles en 1996 y quienes lo hacen en 2007. Mientras que en el
primer año analizado las personas con estudios mostraban una identidad española en
mayor medida, las personas sin estudios son las que la muestran en 2007. Las
personas con estudios superiores han pasado de mantener una identidad española y
la menor identidad dual de las cuatro categorías a identificarse en mayor medida con
una identidad dual o periférica. El caso de las personas sin estudios ha sido el
contrario. Aunque ya en 1996 las personas con estudios primarios mostraban un alto
porcentaje de identidad española, en 2007 son junto con las personas sin estudios las
que se identifican como españoles en mayor grado. La identidad periférica ha
mantenido los porcentajes superiores en las personas con estudios superiores,
mientras que la identidad dual no ha presentado cambios significativos. Tan sólo
habría que señalar a este efecto el aumento de la identidad dual entre las personas
con estudios superiores en 2007 con respecto a 1996.
En cuanto a la prueba del Chi cuadrado, se trata de una variable significativa
en 1996 atendiendo a su resultado de 0,003 y no significativa en 2007 al mostrar un
valor de 0,099. Aunque hay que tener en cuenta que esta asociación sería significativa
en el caso de que tomáramos como significación el 0,10. El coeficiente de
contingencia es de 0,068 en 1996 y 0,061 en 2007, por lo que la asociación entre las
variables es débil al presentar valores cercanos al 0.
Tabla 11. Evolución de la identidad en la ocupación (%)
Ocupación
Asalariado Empresario y Autónomo
Otra situación Total
Identidad 1996
Española 28 25 38 27Dual 52 48 42 51
Periférica 20 27 21 21Total 100 (3641) 100 (1046) 100 (77) 100 (4764)
Identidad 2007
Española 23 20 47 22Dual 53 57 13 54
Periférica 24 23 41 24 Total 100 (2407) 100 (603) 100 (32) 100 (3042)
Fuente: CIS, Estudios 2667 y 2228Nota: Otra situación se corresponde con las categorías de ayuda familiar, miembro de una cooperativa y otra situación.
La ocupación presenta los valores mayoritarios en la categoría de otra situación
(ayuda familiar, miembro de una cooperativa y otra situación) en ambos estudios,
seguidos de las personas consideradas como asalariadas. Sin embargo, estos datos
no son de importancia si atendemos al número de individuos que componen dicha
categoría, siendo de 77 y 32 para los años 1996 y 2007 respectivamente. En el año
1996 las personas asalariadas son las que se identifican con España en mayor medida
que los empresarios y autónomos con una diferencia de 3 puntos. Dicha diferencia se
mantiene en el año 2007, aunque se reducen los porcentajes de la identidad española
en los asalariados y empresarios y autónomos. La identidad periférica se manifiesta en
mayor grado entre los empresarios y autónomos en el año 1996, mientras que en 2007
son los asalariados los que se identifican en mayor medida con ello. En cuanto a la
identidad dual, se observa un aumento considerable en los empresarios y autónomos
con respecto a 1996. En ambos períodos aparece la asociación como significativa al
darse un resultado de la prueba del Chi cuadrado del 0,000. El coeficiente de
contingencia muestra valores de 0,079 y 0,093 respectivamente.
Tabla 12. Evolución de la identidad en la ideología (%)
Ideología Izquierda Centro Derecha Total
Identidad 1996
Española 23 27 35 28Dual 50 52 46 51
Periférica 27 21 19 22 Total 100 (1048) 100 (2082) 100 (609) 100 (3739)
Identidad 2007
Española 15 24 35 23Dual 48 56 50 52
Periférica 31 20 16 25 Total 100 (779) 100 (1297) 100 (380) 100 (2456)
Fuente: CIS, Estudios 2667 y 2228Nota: Ideología se recodifica como Izquierda=0,1,2,3; Centro=4,5,6; Derecha=7,8,9,10.
En cuanto a la ideología no se han dado importantes cambios temporales,
manteniéndose los porcentajes mayores de identidad española en las personas con
una ideología considerada “de derechas” y menores en las consideradas “de
izquierda”. Las personas de izquierda y centro han disminuido su sentimiento español
a favor de la identidad periférica para los de izquierda y de la identidad dual en el caso
de los de centro. La identidad periférica ha aumentado para las personas “de
izquierdas”, mientras que mantiene sus valores para la categoría de centro. La
identidad dual disminuye en la categoría de izquierda mientras que aumenta en el
caso del centro y la derecha. En el caso de la ideología de “derechas”, la identidad
española se ha mantenido, disminuyendo la identidad periférica a favor de la identidad
dual en el 2007.
Se puede señalar que existe una asociación entre ambas variables con una
significación de 0,000 en ambos momentos analizados. El coeficiente de contingencia
ha pasado de 0,104 en 1996 a 0,213 en 2007, por lo que se confirma la existencia de
una relación entre la ideología profesada y la identidad que presenta una persona. Se
puede decir que esa asociación ha aumentado de un período a otro, como muestra el
coeficiente de contingencia.
Tabla 13. Evolución de la identidad en la religión (%)
Religión
Creyentes No creyentes Total
Identidad 2007
Española 23,3 18,5 22Dual 55,5 45,3 54
Periférica 21,2 36,2 24 Total 100 (2443) 100 (569) 100 (3012)
Fuente: CIS, Estudio 2667
La variable religión se ha introducido en el análisis a pesar de tener tan sólo los
datos referentes al estudio 2667, ya que en 1996 no se preguntaba por la religión en el
estudio del CIS. Las diferencias entre las personas creyentes y no creyentes son
observables en la Tabla 13. En términos generales, las personas creyentes presentan
valores parecidos a los observados en la totalidad de la población, siendo ligeramente
superior la identidad española y dual y dándose en menor medida la identidad
periférica. En la tabla, coincidiendo con la hipótesis de partida, se constata como las
personas creyentes son las que manifiestan en mayor grado que las no creyentes una
identidad española. Del mismo modo, superan en diez puntos a las personas no
creyentes en cuanto a la identidad dual. Sin embargo, la identidad periférica aumenta
presenta mayores valores entre las personas nocreyentes, superando a las creyentes
en 15 puntos.
La variable aparece como significativa con un resultado del Chi cuadrado del
0,000. El valor del coeficiente de contingencia es de 0,137, por lo que se puede decir
que existe una asociación débil entre las personas que son creyentes y las que
presentan una identidad española.
Regresión Logística
En el análisis estadístico se ha elaborado un modelo logístico para explicar las
variables que se asocian al sentimiento español. En este caso se ha utilizado la
regresión logística, al tratarse de la más idónea dada las características de nuestra
variable dependiente. La regresión logística es la alternativa más adecuada para el
análisis de variables cualitativas ya que se persigue determinar la aportación de cada
variable independiente en la predicción de la variable dependiente así como su
significatividad (Jovell, 1995).
La variable dependiente se recodifica en una variable dicotómica donde la
variable de referencia con valores 1 son las personas con identidad “únicamente
española” y “me siento más español que gentilicio Comunidad Autónoma” y valores 0
para el resto. Hay que tener en cuenta que la regresión logística mide la probabilidad
de ocurrencia de un determinado evento, en este caso, el de mostrar la identidad
española. El modelo de regresión obtenido se presenta en la siguiente tabla.
Tabla 14. Modelo de regresión logística para la identidad
B E.T. Wald gl Sig. Exp(B)
Aragón 0,920 0,659 1,947 1 0,163 2,508
Asturias 0,436 1,193 0,134 1 0,715 1,547
Baleares -0,008 0,669 0,000 1 0,991 0,992
Canarias -18,360 29918,718 0,000 1 1,000 0
Cantabria 0,942 2,755 0,117 1 0,732 2,565
Castilla-Mancha 0,341 0,578 0,348 1 0,555 1,407
Castilla León -0,285 0,522 0,299 1 0,585 0,752
Cataluña -1,049 0,399 6,913 1 0,009 0,35
Com. Valenciana -0,263 0,335 0,616 1 0,433 0,769
Extremadura 0,758 0,537 1,988 1 0,159 2,133
Galicia -1,713 0,427 16,083 1 0,000 0,18
Madrid 1,042 0,691 2,276 1 0,131 2,834
Murcia 0,434 0,763 0,323 1 0,57 1,543
Navarra -4,536 1,962 5,343 1 0,021 0,011
País Vasco -2,077 0,539 14,82 1 0,000 0,125
La Rioja -0,229 1,228 0,035 1 0,852 0,796
Castellano 2,103 0,278 57,153 1 0,000 8,187
Semi-Rural 0,085 0,305 0,079 1 0,779 1,089
Urbano 0,509 0,309 2,709 1 0,1 1,663
Sexo 0,015 0,198 0,005 1 0,941 1,015
Maduro-Joven 0,077 0,288 0,072 1 0,788 1,08
Maduro 0,154 0,275 0,314 1 0,575 1,167
Mayor 0,158 0,306 0,267 1 0,606 1,171EstudiosSuperiores 0,286 0,281 1,033 1 0,31 1,331
Asalariados -0,182 0,261 0,485 1 0,486 0,834
Creyentes 0,282 0,288 0,955 1 0,329 1,325
Centro 0,595 0,237 6,287 1 0,012 1,812
Derecha 1,379 0,327 17,741 1 0,000 3,97
Constante -3,274 0,618 28,086 1 0,000 0,038Fuente: CIS, Estudio 2667
Al tratarse de variables dicotómicas hemos dejado fuera una de las categorías
para tenerla como referencia. Como se refleja en la tabla 14, las variables que
muestran una significatividad con respecto a la identidad española son haber nacido
en algunas comunidades autónoma bilingües, (Cataluña, Galicia, País Vasco y
Navarra), la variable relativa a las personas que hablan castellano en las comunidades
bilingües, la categoría de núcleo urbano13, las categorías ideológicas de centro y
derecha. Por lo tanto, las variables que se asocian principalmente con la identidad
española según el modelo de regresión son la lengua, el hábitat en cierta medida y la
ideología. El nacimiento en la comunidad autónoma no se considera relevante al
aparecer como significativas 4 de todas las autonomías españolas.
Como se puede observar en la Tabla 14, el nacimiento en las comunidades
autónomas de Baleares, Canarias, Castilla y León, Cataluña, Valencia, Galicia,
Navarra, País Vasco o La Rioja presentan valores negativos. Esto quiere decir que al
nacer en estas comunidades existe una mayor posibilidad de no identificarse con la
identidad española con respecto a Andalucía, que ha sido la categoría utilizada de
referencia. Los asalariados también muestran un valor negativo, por lo que éstos
presentan una menor probabilidad de identificarse con el sentimiento español con
respecto a las otras categorías que conforman la ocupación.
13 Es significativa si se toma como corte el 0, 10, es decir, es significativa con un intervalo de confinza del 90%.
En el caso de los valores positivos, es de destacar los resultados referentes a
la lengua. Hablar castellano en las comunidades multilingües va a hacer que las
personas manifiesten su identidad española con mayor probabilidad (2,103) que
aquellos que no lo hacen. Las categorías centro y derecha de la variable ideología
también muestran una asociación positiva y destacable en referencia a las personas
que se posicionan como “de izquierdas”. El núcleo urbano presenta una mayor
probabilidad de mostrar la identidad española que los núcleos rurales o semi-rurales.
En cuanto a la capacidad predictiva del modelo es de 0,372 al ser este el valor
del R cuadrado de Nagelkerke. Se puede decir, por tanto, que nuestro modelo tiene
una capacidad predictiva modesta. A pesar de ello, parece conveniente llevar a cabo
un análisis de regresión para conocer qué variables son significativas en su relación
con la ocurrencia de que una persona se identifique con la identidad española.
Conclusiones
El estudio de la identidad nacional española es una tarea compleja por su
multidimensionalidad. Se trata de una tarea en la que se entremezclan, como se ha
puesto de manifiesto, diferentes conceptos tales como Estado, nación, nacionalidad,
que presentan diferentes definiciones según los autores a los que se hagan referencia.
Dada su interrelación con múltiples aspectos sociales, económicos o políticos, el
estudio de la misma implica el conocimiento y la investigación de las diversas
dimensiones de las que está formada. A tal efecto, se ha analizado la variabilidad
temporal y territorial, persiguiendo encontrar una explicación a tal variabilidad con el
análisis de diversos factores.
En términos generales, se ha observado cómo el sentimiento identitario
español ha disminuido, dándose un aumento tanto de la identidad dual como de las
identidades periféricas. De la misma forma, se han podido constatar las diferencias
existentes entre las comunidades autónomas que conforman nuestro país con el
predominio de la identidad dual en todas ellas a excepción del País vasco y Canarias
por presentar fundamentalmente una identidad periférica. A pesar de que ninguna de
ellas manifiesta una identidad española por encima de la identidad dual, resulta de
interés señalar el caso de Castilla-León y Madrid con porcentajes superiores al 40% en
los dos momentos históricos estudiados.
Si atendemos a los factores asociados a la identidad, en este caso a la
identidad española, podemos extraer las siguientes conclusiones acerca de su
relevancia en la explicación de la identidad. Estas conclusiones se derivan tanto de las
tablas de contingencias analizadas y sus estadísticos bivariables, como del modelo de
regresión logística aplicado.
La primera de ellas es que ni el nacimiento en la comunidad autónoma ni el
sexo, la edad, los estudios o la ocupación son variables que tengan una importancia
significativa a la hora de que una persona se identifique fundamentalmente con el
sentimiento español. En el caso del nacimiento en la comunidad autónoma, se
destacan algunas autonomías como significativas en el análisis de regresión. Éstas
son Cataluña, Galicia, Navarra y País Vasco. El hecho de trabajar con las diecisiete
comunidades autónomas españolas ha dificultado la posibilidad de constatar su
asociación con la variable dependiente, pero a la hora de explicar la variabilidad
territorial ha enriquecido el análisis.
La segunda conclusión es que la lengua y la ideología tienen un efecto claro en
la identificación con la identidad. Las personas que hablan castellano principalmente
presentan los mayores porcentajes de identidad española en entornos bilingës. Del
mismo modo, en el modelo de regresión al estudiar la significatividad de que las
personas hablen castellano frente a que hablen otra lengua de su comunidad
autónoma o sean bilingües, aparece el castellano con una significación del 0,000. A
pesar de que en el análisis bivariable del año 1996 la lengua no se presentase como
significativa, en el año 2007 presenta una fuerza de asociación media atendiendo al
coeficiente de contingencia. Esto hace suponer que el hecho de que no sea
significativa en 1996 depende más bien de un problema en la formulación de la
pregunta, al no haber podido compararla con la misma estructura por su inexistencia
en el cuestionario de 1996.
La ideología se muestra como una variable que explica la identidad, si se habla
de los resultados relativos a la tabla de contingencia y los estadísticos analizados, o
que afecta a la identidad española, si se considera el modelo de regresión. De
cualquier manera, se presenta como una variable que mantiene una asociación con la
identidad y que va en aumento según el coeficiente de contingencias con respecto a
los períodos estudiados. La categoría “de derechas” es la que expresa una mayor
asociación con la identidad española, como lo pone de manifiesto su significatividad de
0,000 en la regresión logística.
Una tercera conclusión se deriva del efecto de la variable hábitat. El tamaño del
área donde vive una persona parece tener asociación con la identidad, como lo
demuestra la prueba de Chi cuadrado llevada a cabo. Sin embargo, si atendemos a la
división de sus categorías, el núcleo urbano sería aquel que mostrase en mayor
medida una asociación con la identidad española. Esto se puede constatar tanto en los
resultados de las tablas de contingencia como en la significatividad del 0,09 en la
regresión. Se trata por tanto de una variable significativa al 0,1.
En último lugar, la variable religión que ha sido incluida en el modelo de
regresión no parece manifestar una asociación de relevancia con el hecho de
identificarse con la identidad española. A pesar de haber obtenido un resultado
significativo en la prueba del estadístico de contraste Chi cuadrado, en el modelo de
regresión no aparece como una variable significativa que ayude a explicar la identidad
española.
Agenda de la investigación
La limitación que se deriva de trabajar con datos secundarios así como la que
procede de tratarse de un proyecto de fin de curso, hace que existan diversas
cuestiones que aún quedan por investigar.
Además de las variables incluidas en el análisis, existen otras que hay que
tener en consideración. Una de ellas es el nivel económico de las comunidades
autónomas. Habría que analizar si su riqueza o pobreza tienen relación con la
identidad mayoritaria de dicha comunidad, relacionando de esta forma el pib de cada
comunidad autónoma con su identificación identitaria mayoritaria.
También habría que prestar atención a si una persona que se identifica con
España lo hace en un momento puntual, como el caso de los partidos de fútbol de la
selección española, o si se trata de una identificación estable. Del mismo modo, sería
conveniente observar si en momentos históricos de mayor identificación con nuestro
país, la identidad española ha sufrido un aumento en el mismo modo.
Se debería realizar los mismos ejercicios de regresión para cada comunidad
autónoma. Llevando a cabo una comparativa de los resultados habría que observar si
existen diferencias entre los factores que determinan que una persona muestre una
identificación identitaria española en una determinada comunidad autónoma o en otra.
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