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Educación y economía en el tiempo1
Siglo XIX y XX
Mtro.Federico Lazarín Miranda
1. Un balance historiográfico.
1.1. La historia de la educación.
Los primeros estudios sobre historia de la educación en
México se inclinaron con la elaboración de monografías
generales o sobre un periodo específico, los trabajos se
centraron en proyectos, planes, programas y propuestas
educativas; biografías de educadores y pedagogos; o
estudios de caso sobre escuela y algunas historias
institucionales. Del mismo modo, la periodización giró en
torno a las grandes épocas de la historia política en
México: el México Antiguo, la Conquista y la Colonia; el
México Independiente (1821-1876); el Porfiriato (1876-
1910); la educación revolucionaria (1917-1934); la educación socialista (1934-1940) y la
época Posrevolucionaria (1940-1990), generalmente por periodos presidenciales
sexenales.
Dentro de esta etapa es importante mencionar los trabajos del Centro de Investigaciones
Sociales del Instituto Nacional de Antropología e Historia (CISINAH) en antropología
educativa desde el año de 1974, de Francisco Larroyo o Ernesto Meneses Morales con
su importante obra que abarca, en varios tomos, desde 1821 hasta 1988 y el Seminario
de Historia de la Educación del Colegio de México coordinado por Josefina Vázquez.
Luz Elena Galván y Susana Quintanilla señalan al año de 1981 como el momento en el
que la historiografía de la educación en México llegó al final de la etapa de producción de
textos "dirigidos a un público amplio que intentaban proporcionar un panorama global de
la evolución del sistema educativo mexicano" , con la publicación de los Ensayos sobre
historia de la educación en México coordinado por Josefina Vázquez y el libro editado por
la Secretaría de Educación Pública (SEP) a cargo de FERNANDO SOLANA , titular de
esa dependencia, texto que fue dirigido a los maestros del sistema educativo mexicano, a
través de su distribución gratuita, y después editado por la propia Secretaría y el Fondo de
Cultura Económica en la colección denominada "SEP'ochentas " en una edición de bolsillo
y de bajo costo, para su venta a un público amplio.
1 Fuente: http://biblioweb.tic.unam.mx/diccionario/htm/articulos/sec_13.htm
Área de Historia del Estado y la Sociedad. Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa
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No podemos olvidar los textos ya clásicos de John Britton, de David Raby, de Ramón
Eduardo Ruiz, además de los de Mary Kay Vaughan que, desde la mirada de la
historiografía norteamericana, hicieron un gran aporte a la historiografía de la educación
mexicana durante las décadas de 1970 y 1980, al utilizar fuentes y métodos poco
utilizados en el análisis histórico hasta ese momento, además de llevar las discusiones de
la historia de la educación hacia el "debate nacional e internacional acerca de Revolución"
Mexicana (1910-1917) "y el desarrollo del México moderno", utilizaron "modelos y
referentes teóricos entonces en boga".
En la década de 1980 los investigadores de la historia de la educación en México
empezaron a incursionar en la historia social y en la historia regional. El Centro de
Investigaciones Sobre Antropología Social (CIESAS antiguo CISINAH) y el Departamento
de Investigaciones Educativas (DIE) del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados
(CINVESTAV) del Instituto Politécnico Nacional (IPN)) fueron los pioneros en este campo,
a ellos se han ido sumando una buena cantidad de investigadores e historiadores de la
educación en distintas partes del país, que han tomado la estafeta de la historia social y
regional, sus resultados se pueden apreciar en las memorias de los encuentros
nacionales (e internacionales) de historia de la educación.
En la primera de estas instituciones: el CIESAS, Luz Elena Galván ha coordinado durante
once años el Seminario de Investigación Educativa que se ha constituido en un espacio
en el que confluyen investigadores educativos de distintas disciplinas, entre ellos los
historiadores, es importante resaltar que esta confluencia de investigadores con diferentes
formaciones en las ciencias sociales ha enriquecido, en lo particular, el desarrollo de la
historia social de la educación, puesto que los distintos temas que se presentan reciben el
tratamiento antropológico, sociológico, etnográfico, pedagógico e histórico, entre otros.
En el DIE, de la misma forma, en la segunda mitad de la década de 1980 se inició un
Seminario sobre la educación socialista en México y la respuesta de la sociedad en
distintas regiones, organizado por Susana Quintanilla y dirigido por Mary Kay Vaughan
(de la Universidad de Chicago en Illinois) , este Seminario abrió las puertas a la historia
regional de la educación.
No se puede dejar fuera de este proceso la labor desarrollada en algunos estados de la
república: México, Jalisco, Michoacán, Sinaloa, Guanajuato, Morelos y Puebla entre los
más destacados en los que se hace historia de
caso, social y regional; así como la suma de
esfuerzos que han constituido los encuentros
nacionales de historia de educación.
Los temas que se han abordado intentan penetrar
a la vida cotidiana de la escuela y de la
comunidad, buscan a los actores sociales de la
educación: maestros, alumnos, padres de familia,
autoridades educativas, civiles, religiosas y
militares; indagan sobre la cultura, mentalidades,
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lectura y la cultura escritura, es decir, intentan descubrir la relación que tuvieron los
procesos educativos con su entorno social.
La historia social de la educación en México es un campo de investigación que se fue
consolidando durante la década de 1990, cada vez se sumaron más investigadores desde
diversas disciplinas de las ciencias humanas a ella, cada bienio participan más ponentes y
asistentes en los encuentros nacionales, asimismo, en el Congreso Nacional de
Investigación Educativa la historia de la educación ha ganado un espacio por mérito
propio.
Un área que ha sido poco estudiada en este campo es la concerniente a la relación entre
educación y su entorno económico, hace falta mucha investigación acerca de la
interacción entre educación y economía, no obstante que gran parte del discurso,
pedagogías y teorías educativas desarrolladas desde finales del siglo XVIII, por
economistas, pedagogos y políticos, tanto a nivel nacional como internacional, insistieron
en que la educación era un factor de importancia primordial para el desarrollo económico
de los pueblos.
La historia económica de la educación se ha estudiado muy poco. Ello sucede incluso a
nivel latinoamericano; los temas en los que se agruparon las mesas de trabajo en el IV
Congreso Iberoamericano de Historia de la Educación Latinoamericana celebrado en
Santiago de Chile en mayo de 1998, así lo muestran:
1. Historia de las Ideas Educacionales en América Latina,
2. Historia de la Instituciones Educacionales en América Latina,
3. Influencia Recíproca entre los Países Latinoamericanos,
4. Historia de los Movimientos Socioculturales en Latinoamérica,
5. Aplicación del Conocimiento Científico a la Educación,
6. Los Protagonistas de la Educación Latinoamericana, y
7. Personas e Ideas en el Desarrollo Educativo.
1.2. La historia económica y la educación.
A pesar de que los historiadores de la economía, sobre todo los que han reconstruido los
procesos de industrialización afirman que la educación es un factor de importancia
primordial para que estos procesos se lleven a cabo, no han pasado del nivel teórico.
Douglass North pionero de la Nueva Historia Económica (New Economic History)
norteamericana propone tres factores básicos para que se pueda generar el desarrollo
económico de un país: "el primero es la técnica ; el segundo es la inversión en la gente [o
la inversión en capital humano] y el tercero es la eficiencia de la organización
económica". Desde el punto de vista de este autor para el buen desarrollo de la técnica y
de la tecnología en un país "se requiere de grandes cantidades de educación " y añade
que son necesarias grandes "inversiones en capital humano". No obstante que Douglass
hace esos planteamientos teóricos en el primer capítulo del texto denominado: (Teoría,
estadística e historia") , en el resto del libro no se hace estudio de la inversión en capital
humano que hubo en los Estados Unidos, como es sabido esta corriente de la historia
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económica basa gran parte de sus reconstrucciones históricas en el uso de información
estadística, el autor no ofrece información de alfabetización o población escolar.
La historia norteamericana fue analiza a través de una visión general del desarrollo
económico norteamericano, y después por periodos y temas: economía colonial, la
expansión norteamericana (1790-1815), industrialización, aceleración del desarrollo
económico, la economía sureña, el papel del gobierno, los transportes, la expansión
territorial, el gigante industrial, el periodo de las guerras mundiales.
El texto contiene gráficos (30), mapas (2) y cuadros (23) de estos últimos sólo uno ofrece
datos sobre educación, se denomina: "Comparación internacional de poblaciones
escolares nacionales" en el año de 1850 y ofrece el porcentaje de estudiantes con
respecto a la población total en países de Europa Occidental y los Estados Unidos con el
fin de ofrecer un panorama comparativo, pero el autor no hace análisis de la información
que presenta. Douglass no analiza el cuadro, ni mucho menos hace una reconstrucción y
análisis de la inversión en la formación de capital humano en los Estados Unidos.
Los historiadores de la economía en México no han incursionado en la historia de la
educación, sus estudios se han centrado en la industrialización, las finanzas, el comercio,
los empresarios y las empresas.
Manuel Cazadero hizo un análisis de las revoluciones industriales, para él han existido
tres revoluciones industriales que a su vez generaron cambios estructurales en tres
ámbitos de la sociedad: a. En la "estructura de innovaciones tecnológicas", b. "en la
estructura global" y c. En la "economía mundial".
No obstante que Cazadero plantea la idea de que la revolución industrial generó, a escala
mundial y de forma gradual:
un conjunto de profundas transformaciones sociales que también
revisten carácter estructural y que deben de tener lugar antes y
durante la revolución industrial en la sociedad destinada a
asimilar la nueva tecnología, haciendo posible internalizarla.
Considera que la educación jugó un papel de gran relevancia en los cambios estructurales
globales generados por la revolución industrial, sobre todo en la Segunda Revolución,
añade además que:
...el éxito del proceso industrializador habría sido imposible sin el
extraordinario impulso que Alemania dio a la educación y al
cultivo de la ciencia. Una de las características más importantes
del sistema educativo fue el empeño en cuidar su calidad en
todos niveles. Así, los presupuestos destinados a educar a la
niñez no sólo crecieron a medida que lo hacía la economía, sino
que representaban un porcentaje siempre creciente de la riqueza
nacional.
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Esa descripción acerca de la educación no la hace ni para Inglaterra, ni para Francia, ni
para el Japón, o para los Estados Unidos sólo realiza un análisis del gasto total destinado
a educación en el periodo 1969-1970 durante la Segunda Revolución Industrial, afirma
que el objetivo de esta asignación es "proporcionar a la nueva sociedad industrial los
trabajadores lo suficientemente educados que ésta necesita para existir" y añade que este
requisito (la existencia de fuerza de trabajo instruida) es "innecesario en las etapas
preindustriales e incluso parcialmente necesario durante la Primera Revolución Industrial",
pero en la Segunda es requisito indispensable la
existencia de "obreros dotados [incluso] de estudios
superiores a los básicos [como los] técnicos y científicos
con preparación universitaria".
Pero Cazadero considera que la educación más que un
factor de impulso a la Revolución Industrial fue un efecto
generado por los cambios operados en la nueva
estructura industrial. Aun así dedica poco espacio a la
descripción y análisis de los sistemas educativos como
resultado del proceso industrializador.
Uno de los estudios más recientes acerca de la industrialización en México (publicado a
fines del año de 1997), hace un recorrido desde la época colonial hasta el siglo XX, es
interesante observar como de los siete artículos que forman el texto, sólo en uno de ellos
se hace mención de forma breve a la educación. Así el libro se compone de materiales
que estudian: la manufactura colonial, la industria en el siglo XIX, el cambio tecnológico
durante el porfiriato (1877-1911), la industria durante la Revolución Mexicana (1910-
1917), la concentración industrial de 1925 a 1940, el periodo 1940-1960 y la industria de
1950 a 1980.
En el texto se cuestiona en principio la relación entre la primera y segunda revoluciones
industriales y el proceso de industrialización en México, la relación entre estabilidad
política y el proceso de desarrollo industrial y la política económica en México. Pero los
autores nunca se preguntan acerca de los cambios en la estructura social generados por
este proceso y mucho menos por el proceso educativo.
Únicamente en el artículo de Walther L. Bernecker se hace una pequeña alusión a la
educación como parte del proceso de industrialización durante el siglo XIX, al afirmarse
que: los políticos mexicanos del periodo 1821-1876 buscaban el progreso "hasta alcanzar
la modernidad", de tal forma que "la educación sería el camino idóneo para construir la
nación", para lograr esa meta "habría que inculcar los conocimientos elementales , la
alfabetización , la aculturación de los indígenas y de las 'masas populares', y valores
éticos que prepararían a la sociedad...", para el autor es de especial atención "la
educación artesanal" , puesto que para él se convirtió en uno de los "intereses centrales
de los proyectos educativos y del fomento de las artes e industrias". Mas no existe una
reconstrucción y análisis del proceso educativo y mucho menos en relación con la
economía.
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En el año de 1989 se llevó a cabo en Valencia, España el X Congreso Internacional de
Historia Económica, dentro de éste se desarrolló la sesión denominada "A-5: Educación y
crecimiento económico desde la Revolución Industrial", de esta reunión se desprendió el
texto editado por Gabriel Tortella que lleva el mismo título de la sesión.
El texto es interesante puesto que se integró con trabajos de historiadores económicos
que analizaron la relación entre educación y economía, está dividido en los siguientes
capítulos:
"Educación, alfabetización y crecimiento económico",
"El rol de la educación en la construcción económica de la Nación",
"Las fallas de la educación técnica y el retraso económico" y,
"Oferta y demanda: el Estado y el sector privado en la educación"
El objetivo del texto es "contribuir al debate sobre las nuevas investigaciones de
historiadores económicos desde la perspectiva de la larga duración y las diferencias entre
las experiencias nacionales y regionales".
Como se menciona en el objetivo, los artículos se refieren a distintos países y regiones:
en cuanto a la relación entre educación y desarrollo económico se presentan los casos de
Inglaterra, Japón, Puebla (del que hablaremos más adelante), Rusia y España. En este
apartado los autores intentan encontrar la correspondencia entre educación y economía:
Susan B. Hanley (Japón), Boris N. Mironov (Rusia) y Clara E. Núñez (España), los tres
autores parten de la hipótesis que asegura la existencia de una relación causal entre
educación y economía, en donde la primera es una variable independiente, es decir, que
al mejorar la educación de los individuos se propicia el crecimiento económico.
Este mismo supuesto es criticado por Stephen Nicholas al hacer un ensayo de
interpretación acerca de la alfabetización y su impacto en la revolución industrial inglesa
("Literacy and the Industrial Revolution"), como se puede apreciar Nicholas es más
específico en su estudio, puesto que, sólo se refiere a la revolución industrial, mientras
que los otros autores se refieren en general al crecimiento económico propiciado por la
alfabetización y la educación en los países que estudian.
Nicholas parte de la crítica a la teoría del capital humano: la alfabetización de la población
como una inversión en la formación de mano de obra para la industria, este autor asegura
que en Bretaña al momento de su industrialización, no se debe de tomar a la
alfabetización de la mano de obra como una inversión, tal y como lo planteaba Adam
Smith en "La Riqueza de las Naciones", quién comparaba a "un hombre educado con una
máquina de alto costo que reintegra su costo inicial", pero los resultados de la
investigación histórica hacen suponer a Nicholas que la educación más bien fue un bien
de consumo , en términos económicos una "sociedad desarrollada, puede tener 'mucha
educación' o del mismo modo puede tener 'poca educación', [concluye afirmando que]
más educación formal no siempre es mejor", refiriéndose a que no sólo la cantidad de
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educación es importante sino también la calidad". Añade que no se debe de olvidar que la
educación es sólo un factor en la creación de la fuerza de trabajo, puesto que
"aparentemente la capacitación en el trabajo y 'aprender haciendo' son métodos
alternativos para la adquisición de habilidades por los trabajadores".
Nicholas analiza la información cuantitativa existente acerca de la alfabetización en Gran
Bretaña: el perfil de la alfabetización, los patrones regionales de alfabetización, la
alfabetización y la movilidad regional, los inmigrantes irlandeses y los niveles de
alfabetización en Inglaterra, alfabetización y habilidades.
Acerca del rol de la educación en la construcción económica de la Nación se presentan
materiales sobre Finlandia (Timo Myllyntaus), Hungría (Ivand Berend), India (Priyatosh
Maitra) y Suecia (Anders Nilsson y Lars Pettersson).
Myllyntaus analiza la forma como Finlandia se transformó de una sociedad campesina
tradicional en una economía moderna e industrializada, a través de la implantación, a
partir de la segunda mitad del siglo XIX de un sistema educativo que contemplaba la
alfabetización/, la educación primaria, la educación secundaria y la educación superior.
Para concluir, este autor, afirma que la alfabetización es una "condición necesaria para
una industrialización exitosa", pero añade que "por sí sola no es condición suficiente",
para que se dé el crecimiento económico es necesaria la existencia de un contexto
cultural y socio-político significativos, suficientes en cantidad y calidad para que propicien
el surgimiento de una sociedad industrial moderna.
Berend describe cómo durante los siglos XIX y XX se forjó en Hungría un sistema
educativo en todos sus niveles con el que el país fue integrando los elementos de la
modernidad e industrialización alcanzada en la segunda mitad del siglo XX.
En el tema de la educación técnica se abordan los siguientes países: Gran Bretaña e
Inglaterra (Derek H. Aldcroft y Michael Sanderson) estos dos autores analizan el proceso
educativo de esas regiones durante el siglo XX con mayor énfasis en el periodo posterior
a la Segunda Guerra Mundial (1945 hasta la década de 1980) y concluyen que gran parte
de los problemas económicos que sufrieron la Gran Bretaña e Inglaterra durante este
periodo se deben, entre otras, a las deficiencias en el sistema educativo y, sobre todo, en
la educación técnica, que llevó al país al atraso tecnológico. Los otros países de los que
se habla de la educación técnica en relación con la economía son: Polonia (Józef Orczyk)
y Rusia/URSS (Harley Blazer).
Finalmente el tema acerca de la oferta y la demanda educativa en los sectores estatal y
privado se tratan los casos de Buenos Aires, Argentina, Francia y Corea.
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2. La relación entre educación y economía
2.1. Educación y proceso económico.
Los textos citados anteriormente nos permiten observar la posible relación entre la
educación y la economía, fenómeno que al parecer, tomó mayor importancia a partir de la
Revolución Industrial, la economía de mercado y el triunfo del liberalismo como ideología
predominante en el llamado mundo occidental, estos procesos generaron una aparente
necesidad de población abierta a aceptar más rápidamente los cambios tecnológicos, las
transformaciones en las relaciones de producción y en la
cultura que en las sociedades anteriores al siglo XVIII.
Por ejemplo: el proceso de alfabetización se llevó en
España casi un siglo, a decir de Clara Eugenia Núñez, de
tal forma, que se logró pasar del umbral a la
alfabetización universal de 1860 a 1930, pero, todavía,
en el año de 1901 el sistema educativo español distaba
mucho de tener las características estructurales que le
permitieran abarcar a la mayoría de la población. No
existía un organismo del Estado que se encargara de
ella, de tal manera que "la gravedad del problema escolar
variaba entre unas regiones y otras debido [...] a la distinta capacidad de financiación de
los municipios locales", la solución consistió en la creación del Ministerio de Instrucción
Pública y Bellas Artes en 1901 que tendría asignados fondos generales del Estado para
su distribución a las distintas regiones y provincias del país. Curiosamente en la creación
de la Secretaría de Educación Pública mexicana en 1921 se argumentó una situación
similar.
Las investigaciones de Núñez para España, la llevaron a encontrar la existencia de una
fuerte regionalización en las tasas de alfabetización, que coincidían con los procesos de
desarrollo económico de las provincias y regiones de ese país. En primer lugar las pautas
de alfabetización entre la población rural y urbana se encuentran a favor de la segunda
gracias a la mayor concentración "en los núcleos urbanos" de actividades que requieren
de comunicaciones escritas, como el "comercio o la administración".
Dentro de ello, se dan una serie de "pautas regionales y provinciales", puesto que la
transición hacia la alfabetización universal no "fue uniforme en toda la península", la
"submeseta" norte se alfabetizó más rápido que la sur y, en apariencia, esos niveles de
alfabetización diferenciada poseen una fuerte relación con la actividad económica. En la
submeseta norte se encuentran las regiones más industrializadas de España como
Vizcaya y Barcelona; algunas que se habían distinguido como centros comerciales: Cádiz,
la propia Barcelona, Madrid y Santander. "La relación entre atraso económico y
analfabetismo parece aún más evidente, como pone de manifiesto la escasísima
alfabetización del sureste peninsular".
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Núñez encontró que esta relación se dio en otros países europeos como Italia en donde el
norte "más adelantado económicamente, con una industria y agricultura", tenía a la
mayoría de su población alfabetizada, mientras que en el sur el atraso económico era
ancestral y "lo era también por su baja alfabetización".
A la par con la regionalización de la alfabetización y su relación con el desarrollo
económico Núñez encontró que se deben de estudiar las diferencias existentes entre la
alfabetización masculina y la femenina. La masculina se ajustó a pautas más regionales
que la femenina, "aparentemente los hombres sabían leer y escribir en mayor número en
aquellas zonas que habían experimentado una cierta prosperidad económica", como en
Castilla la Vieja o el puerto de Santander. Y en las regiones en donde se estaba
efectuando el proceso de industrialización (Cataluña y el País Vasco) "la difusión de la
alfabetización entre la población masculina fue más rápida".
La menor alfabetización de la mujer pudo generar en España un conflicto entre dos
sistemas culturales distintos, "el tradicional" que descansaba en una población
mayoritariamente analfabeta y "anclada en un pasado estático": la femenina". En el otro
extremo estaba el "moderno" representado por una población masculina que tenía
mayores facilidades de acceso a la alfabetización. Este conflicto aparentemente se reflejó
en el proceso de desarrollo económico.
Jorge Padua analizó los resultados de la educación en América latina desde otro punto de
vista. Este autor tomó el analfabetismo en esa región del Continente como piedra
angular de su estudio, poniendo en el tablero de la discusión la existencia de otros
factores que están presentes en los procesos de alfabetización de la población, así como
el impacto que ello tiene en la economía. Dichos factores corresponden a la estructura
socio-económica, los elementos culturales y los sistemas de producción imperantes en un
país o región.
El estudio de Padua va de lo general a lo particular: inicia con un "diagnóstico general" del
área (Latinoamérica) que le permite observar tendencias y establecer modelos de
comportamiento en cuanto a la escolarización, el alfabetismo, el analfabetismo y la
diferenciación por sexo de estos dos últimos rubros. Para tomar después tres casos y
compararlos entre ellos: Argentina, Perú y México.
De manera tal, que pone de manifiesto que los procesos de escolarización y
alfabetización en América latina han estado directamente relacionados con fenómenos
demográficos, económicos, sociales y culturales. En tanto la distinción social, es
importante resaltar las diferentes oportunidades de acceso al sistema escolarizado que se
tienen dependiendo de la clase social a la que se pertenezca, así:
Varios países han mantenido sus tasas [de escolarización]
relativamente estacionarias, particularmente Nicaragua, Haití,
Honduras, Guatemala, Bolivia y El Salvador. Es decir, la situación
educacional en cuanto a la penetración al sistema parece no
haber cambiado sustantivamente para las distintas generaciones
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lo que hace pensar que la escolarización es fuertemente
dependiente de la estructura de clases, de factores ecológicos y
de la producción. En otros términos, perecería que la asistencia a
la escuela es un fenómeno de las clases altas y medias altas
urbanas.
Aunado a la pertenencia a la clase social está la distribución espacial de la población y la
distinción étnica, elemento este último que no ha estado presente en los estudios sobre el
analfabetismo en Europa, pero en Latinoamérica es de suma importancia tomarlo en
cuenta como una limitante para tener acceso al sistema educativo, por lo que, la
población urbana se ve más beneficiada que la rural, no obstante, es importante añadir
que en las ciudades también existen sectores sociales marginados de todo acceso a la
educación:
De los actores sociales, son quizá las clases medias urbanas y las
clases altas tradicionales las que ejercen mayor presión sobre el
sistema educacional. Las primeras [...] por su influencia como
grupo de presión por su predominio entre los que manejan el
sistema (maestros, planificadores, funcionarios); las segundas
por la gran resistencia abierta o solapada, consciente o
inconsciente, organizada o espontánea, contra las tendencias e
innovaciones.
En tanto las clases campesinas y los distintos grupos étnicos no pueden ejercer presión
sobre las autoridades políticas y educativas, por lo que, "la oferta educacional cuando
existe es mínima y de muy baja calidad. De ahí su marginación y las altas tasas de
analfabetismo".
El tercer factor que incide sobre la alfabetización y la escolarización en América latina son
los sistemas de producción altamente desiguales en esta región. Latinoamérica conoce
las grandes urbes con una infraestructura de servicios, comercial e industrial
impresionante, con sus grandes contrastes en la distribución de la riqueza en donde se
impone la necesidad de contar con elementos educativos en todos los niveles, desde el
primario hasta el superior.
En contra parte, el campo latinoamericano, en gran medida, está sumergido en una
agricultura de subsistencia, que no requiere de grandes conocimientos, ni técnicas
innovadoras por lo que, la demanda educacional disminuye. Padua encontró que en la
Argentina:
Las zonas de alta alfabetización, correspondientes a Buenos
Aires, Capital Federal, Córdoba, Santa Fe, Santa Cruz y Tierra del
Fuego, representan tanto a la zona rica en tierras húmedas de la
pampa central-este, trigueras y ganaderas de alto rendimiento y
de alta concentración industrial, cuando al extremo sur, de escasa
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población, con distribución de la tierra predominantemente en
latifundios, con núcleos proporcionalmente importantes de
población de origen alemán e inglés, y mano de obra migrante
temporaria de origen chileno: en este sector, no sólo la población
indígena está más aislada, sino además en un proceso de franca
extinción (el analfabetismo es más alto).
Esto significa que puede existir alguna relación entre economía y educación, puesto que
los sistemas educativos evolucionan a la par del desarrollo económico alcanzado por un
país o región, en este caso la educación sería un "efecto de la economía", así esto
explicaría porque las naciones pobres no pueden salir de
su condición sólo con un rápido e intenso desarrollo de
sus sistemas educativos. Latapí encontró una
correspondencia entre el Producto Nacional Bruto (PNB)
y el gasto en educación: los "países más ricos gastan
una mayor proporción de su PNB en educación que
países menos ricos", en 1966 los Estados Unidos
gastaban el 10% de su PNB contra el 3% o menos que
dedicaban los latinoamericanos.
En el mismo sentido, la educación condicionaría a la
economía, existen múltiples factores de la educación que
inciden sobre la economía, por lo menos, en tres de los
elementos de la producción: capital, trabajo y tecnología.
El capital no es un bien que se genere por sí mismo, para
ser producido necesita de la acción del hombre. La fuerza de trabajo entre mejor
calificada y especializada esté, su actuación en el mercado de trabajo será más
provechosa, las economías modernas necesitan echar mano de una fuerza de trabajo
"diversificada y diferenciada por sectores y ramas económicas", así vemos transformarse
a los oficios, ocupaciones y profesiones, del mismo modo que vemos desaparecer a los
que no se pueden adaptar a los cambios que imponen los procesos de innovación
científica y tecnológica.
La tecnología: el progreso tecnológico se sirve desde el siglo XIX en gran medida de los
avances y descubrimientos en la investigación científica y en la enseñanza superior. De
tal forma que los tres factores (capital, trabajo y tecnología) dependen en un alto grado de
una población con distintos grados educativos que van desde la instrucción elemental
hasta la educación superior.
Analizar la relación existente entre educación y economía conlleva algunas dificultades,
hasta ahora podemos estar de acuerdo en que son dos variables que están intensamente
relacionadas en los procesos sociales, pero dilucidar "cual es dependiente y cual
independiente" es el problema que esta en el fondo de la discusión. Esto se debe, como
vimos en los planteamientos de Latapí, a que la educación es un factor ambivalente, es
decir, que es un "bien de inversión y un bien de consumo" a un mismo tiempo:
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Como bien de inversión, la educación se convierte en una variable
independiente, o explicativa, en el proceso de modernización
económica. No cabría distinguirla, en este caso, de las
inversiones en capital físico porque se pretende mejorar la
calidad productiva del ser humano, y no, por ejemplo, la de una
finca agrícola. Como bien de consumo, sin embargo, la educación
es función, entre otros del nivel de desarrollo alcanzado. En
términos generales, cuanto mayor sea el nivel de renta de una
determinada sociedad, mayor será su consumo en educación.
Para Clara E. Núñez la educación es claramente una variable independiente, puesto que
en las sociedades en donde existe una menor alfabetización de la población es "menor el
componente de consumo que el de inversión", por lo que, la educación como tal se
comporta en mayor medida como una "variable independiente" que como una variable
dependiente y, por consiguiente, en una variable "explicativa".
Esta historiadora piensa que la educación permite mejorar las habilidades y capacidades
productivas del ser humano y, por ende, su repercusión en los sectores productivos y de
servicios se dejarán sentir ampliamente.
Es de todos nosotros conocida la destrucción de centros urbanos, plantas industriales,
infraestructura de comunicaciones y transportes, así como, las incalculables pérdidas
humanas causadas por la acción devastadora de los distintos ejércitos, durante la
Segunda Guerra Mundial, a grado tal, que la recuperación tan acelerada no se puede
explicar únicamente por las inyecciones de capital del Plan Marshall norteamericano, sino
que, a decir de Gabriel Tortella, en gran parte se debió gracias al excedente de población
alfabetizada con que se contaba -habría que preguntarse si para el Japón se una
situación similar.
A esa acumulación de población alfabetizada se le ha denominado capital humano: capital
porque es un recurso sobre el cual se invierte para generar mejores satisfactores a futuro
y humano porque precisamente son los seres humanos quien reciben la educación, así
esta última, se convierte en la "forma más frecuente de inversión en capital humano".
En apariencia, entonces, la educación y la alfabetización, es decir, la formación de capital
humano facilitan la adopción de "avances tecnológicos en la agricultura y en la industria",
así como la modernización de los "sectores comercial y financiero" de una sociedad. La
necesidad que tienen los sectores productivos y de servicios de mano de obra educada es
generada por el "incremento de las bases científicas para realizar los avances
tecnológicos" a partir del siglo XIX. Recordemos que las innovaciones tecnológicas en las
primeras fases de la Revolución Industrial se realizaron sobre la marcha, esto es, sin más
conocimiento que el que daba la observación y la práctica cotidiana en el uso de la
maquinaria.
No obstante lo anterior, no se debe de ver a la habilidad de leer y escribir de la fuerza de
trabajo como un elemento "mágico" que inicie el desarrollo económico en cualquier
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sociedad, está claro que la "alfabetización es una condición necesaria para la
industrialización, pero no es la única", se deben de conjuntar con ella una serie de
elementos sociales, políticos y culturales que propicien el tan ansiado desarrollo
económico. Hasta ahora, parecen confundirse dos procesos sobre los que la educación
repercute favorablemente, ellos son: el desarrollo económico y la Revolución Industrial.
En cuanto al primer elemento: la generación del desarrollo económico, se supone que la
alfabetización de la población permite generar los cambios estructurales necesarios para
que el crecimiento económico acelerado pueda convertirse en desarrollo, al incidir en la
aceptación y adopción de innovaciones técnicas, de nuevas formas de organización del
trabajo y facilitar la formación de sistemas bancarios y financieros modernos. Durante el
siglo diecinueve la población analfabeta europea era más renuente a utilizar documentos
fiduciarios como el "papel moneda, los depósitos bancarios, o las letras de cambio", del
mismo modo que, la población alfabetizada mostraba "mayores habilidades
empresariales, comerciales, de mercadotecnia y mayor adaptabilidad a la movilidad
geográfica y social".
En tanto, la Revolución Industrial depende de la cantidad
y calidad de la fuerza de trabajo, que, además, esté
aglutinada en áreas específicas a través de los procesos
de urbanización; de la calidad educativa dependerán las
habilidades que la mano de obra tenga para desarrollar
distintos trabajos. Los viejos oficios desaparecieron
paulatinamente para dar paso a la formación de "un
proletariado diferenciado", conocedor de nuevos oficios y
nuevas profesiones como la ingeniería, incluso se formó
una "elite de trabajadores alfabetizados: capataces,
oficiales y mecánicos", surgió, también, un sector de
operarios "subalfabetizados" para el manejo de algunos equipos e, incluso, hubo algunas
ocupaciones para las que no fue "esencial la alfabetización".
Las evidencias históricas muestran la posible existencia de una correlación entre
economía y educación, es decir, que son dos procesos -el económico y el educativo-
dependientes el uno del otro y se ha llegado a pensar que la variable independiente
podría ser la educación, por lo que cabría esperar que una alfabetización alta de la
población sería un elemento causal de un crecimiento económico fuerte o, incluso,
motivar el desarrollo económico. Pero la educación es un factor fundamental para la
economía, mas no el único.
La teoría indica que la educación propicia un entorno cultural favorable a la adopción de la
tecnología y los cambios en los sistemas productivos favoreciendo el crecimiento
económico, es decir, que "la ignorancia o el atraso educativo de la población es un
poderoso obstáculo al desarrollo económico de un determinado país al dificultar su
especialización". Por lo que, algunos estudiosos de la economía han empezado a
considerar no sólo al capital físico, sino también al capital humano como un elemento que
contribuye al crecimiento económico. Educar a la población supone mejorar sus
14
habilidades y capacidades de trabajo, por lo tanto supone también una mejora en la
productividad individual y colectiva.
Para Clara Eugenia Núñez la educación:
...contribuye no sólo a mejorar el grado de especialización de la
mano de obra y, por tanto, su productividad, sino también a
hacerla más receptiva a las necesidades de una economía en
continua evolución y más proclive a desarrollar y adoptar las
ideas, técnicas y productos que contribuyen a la modernización
económica.
De acuerdo con esas teorías, para Núñez, existen tres formas de analizar la relación entre
educación y crecimiento económico, a saber:
a. Tasa de alfabetización
b. Relación entre alfabetización y renta
c. Diferencial sexual de la alfabetización
Esta autora afirma que la tasa de alfabetización es un indicador adecuado del nivel
educativo de la población porque es el producto mismo del proceso educativo y es,
también, un indicador de la formación del capital humano.
La relación entre la alfabetización y la renta representan la interacción que se efectúa
entre el "stock educativo y nivel de desarrollo", y el diferencial sexual de la alfabetización
"permite concluir que una distribución equilibrada del stock educativo en ambos sexos es
clave para el proceso de desarrollo económico". Puesto que la alfabetización de la mujer
mejora la calidad de la familia al tener un impacto en "las tasas de fertilidad, mortalidad
infantil e incluso sobre la escolarización de los niños y su nivel de rendimiento en la
escuela".
Kaser realizó series temporales, con información a partir de 1850, entre el Producto
Nacional Bruto (PNB, también conocido como PIB) y cinco indicadores educativos: Tasas
de escolarización; relación entre estudiantes de primaria, secundaria y educación
superior. Relación alumno / profesor; gasto total por alumno en los tres niveles educativos
(primario, secundario y superior), y sueldo de los profesores como porcentaje del PNB per
capita, para algunos países industrializados. Kaser tomó en cuenta el desfase temporal
entre la edad escolar y la "edad modal de entrada en la fuerza laboral" y llegó a la
conclusión de que a "niveles similares de PNB, per capita, cuanto mayor sea el número de
niños actualmente en la escuela, mayor será la tasa de crecimiento del PNB durante el
decenio siguiente".
El desfase temporal permite obtener un coeficiente de determinación seguro al
correlacionar alfabetización y renta. El "mejor ajuste" fue el encontrado por Núñez "con un
desfase de 35 años [...] aproximadamente" equivalente "a la vida activa de un trabajador
adulto". Por ello es que los países subdesarrollados que han tenido crecimiento
15
económico se han visto "presionados a mejorar sus niveles de educación" buscando
erradicar el analfabetismo lo más pronto posible.
La distribución regional y el diferencial sexual de la tasa de alfabetización permiten
obtener un grado de representatividad mayor de los impactos de la alfabetización en la
economía, así por ejemplo: en la España del siglo XIX "la sustitución del modelo familiar
tradicional al moderno pudo verse entorpecida por el bajo nivel de alfabetización de la
mujer". Desde este punto de vista, la "alfabetización de la mujer" tiene impacto en el
desarrollo económico al mejorar la calidad de la población, reduce el tamaño de la familia
y amplía los niveles de salud e higiene en el hogar.
Núñez pudo apreciar una fuerte "consistencia" en los resultados que obtuvo al
"correlacionar renta y alfabetización" cuando tomó en cuenta el diferencial sexual que
afecta a la segunda variable y con la aplicación del desfase temporal que oscila entre los
15 y 35 años para que una "determinada acumulación de capital humano tenga efectos
sobre la economía del país en cuestión".
3. Educación y economía en la historia mexicana. Como hemos visto a lo largo del presente ensayo los objetivos de la educación han
variado en el transcurso del tiempo, durante la época medieval la tarea de educar se
centraba en la enseñanza del culto religioso y la catequización de la población,
básicamente se dirigía a los hijos de la nobleza y de los gobernantes. Por lo que, no se
veía una relación directa entre educación y economía, la alfabetización de la población
era restringida, hasta principios del siglo XVIII, pocas sociedades podían presumir de
tener más del 30% de su población alfabetizada, ello no era necesario a los ojos de los
gobernantes de los distintos imperios y reinos. En algunos casos los niños y jóvenes eran
enviados a los talleres de oficios como aprendices, se firmaba un contrato en el que se
especificaban las condiciones de trabajo y pago del niño o joven, además, de recibir
instrucción en el oficio hasta alcanzar el rango de oficial y, en ocasiones, también se le
enseñaba a leer y escribir.
No obstante, en la Europa occidental los sistemas educativos se empezaron a desarrollar
desde el siglo XVI, "aproximadamente entre 1550 y 1650 se había producido en
Inglaterra, incluso antes de la Revolución Industrial, una auténtica revolución educativa,
alrededor de 1660 cerca de la mitad de los jóvenes de ese país sabían leer y escribir".
A partir de entonces, los reyes y soberanos impulsaron la creación de sistemas
educativos, encontramos que a lo largo del siglo XVIII: Francia, Austria, Suecia, la Rusia
Zarista y, como se vio, Inglaterra fueron los países que más fuertemente impulsaron la
creación de sistemas educativos. En los recién independizados Estados Unidos de
Norteamérica (1776) sus políticos más prominentes como Jefferson y Lincoln estimaban
necesaria la educación de la población.
Para el siglo XIX, la corriente se extendió hacia los países de Europa del este, a las
nuevas repúblicas latinoamericanas y hasta el Japón, pero la situación era muy distinta
16
durante este siglo, mientras que, para los nuevos países de América y los europeos
orientales la cuestión era iniciar los sistemas educativos, tratar de abatir los altos niveles
de analfabetismo y lograr poner los sistemas educativos al servicio de la economía; las
potencias de Europa occidental y los Estados Unidos trabajaban en el fomento de la
ciencia y la tecnología a través de sus sistemas de educación superior.
Como se mencionó líneas atrás en México casi no existen investigaciones históricas que
relacionen a la educación con la economía, podemos citar a Jorge Padua, Mary Kay
Vaughan, María de los Angeles Rodríguez y Dorothy Tank. Desde la teoría económica
Ignacio Llamas desarrolló una investigación en la que evaluó la relación entre la
educación y el mercado de trabajo en México.
Padua propone seis líneas de investigación alrededor del problema educación-
industrialización-cambio tecnológico:
1. Los incrementos en la producción y en la productividad están estrechamente
asociados a la dinámica de la tecnología y de los cambios tecnológicos que
ocurren en el interior del aparato productivo.
2. Las estrategias de maximización de rendimientos y eficiencia generalizada en la
explotación de recursos y en la organización del trabajo, requieren del uso efectivo
de habilidades técnicas a todos los niveles del sistema de producción.
3. Las fases de desarrollo asociadas al crecimiento y al fortalecimiento de actividades
productivas a gran escala, requieren tanto de reacomodamientos en la estructura
de la economía, como de una fuerza de trabajo con calificaciones y habilidades
técnicas especificas.
4. La educación formal e informal es un agente clave e imposible de evadir en el
logro de los procesos de transformación.
5. Las estrategias de industrialización, ya sea en sectores intensivos en mano de
obra, intensivos en capital, o intensivos en tecnología y mano de obra con altos
grados de calificación, requieren de estrategias educativas distintas, en un plano
general y no simplemente a niveles de diversificación de la oferta.
6. La dinámica global de estos procesos requiere de marcos institucionales que haga
de la utilización de estas nuevas estrategias algo con sentido y beneficio tangibles
a los principales agentes involucrados en el proceso global de transformación."
Estas propuestas se constituyeron en la guía de investigación de Padua, que lo llevaron a
iniciar con una visión general del proceso educativo mexicano para después tomar el caso
particular de Las Truchas.
El texto inicia con un el planteamiento acerca de la educación y desarrollo, las teorías del
desarrollo y el papel de la educación en el progreso, para desembocar en el sistema
educacional mexicano. Después da la ubicación geográfica de la zona conurbada de la
desembocadura del Río Balsas: el desarrollo industrial, la estructura y dinámica de la
población, el sistema de educación formal y la micro región de Lázaro Cárdenas.
17
Por su parte, Mary Kay Vaughan hizo una investigación para el caso poblano durante el
porfiriato, tratando de relacionar el crecimiento económico con la alfabetización .Vaughan
encontró un estancamiento en la alfabetización masculina de ese estado entre 1895 y
1910, pasó del 17 al 22%, fenómeno para el que encuentra explicación por los "bajos
niveles de demanda de mano de obra alfabetizada en la agricultura y la industria",
postura que se acentuó por un "estancamiento en la producción de granos y textiles,
después de 1900, con la pobreza de las villas agrarias. Estos factores fortalecieron la
resistencia socio-cultural a la adquisición de la alfabetización". Otro fenómeno que
percibió, esta autora, fue una alfabetización femenina mayor que la masculina en gran
parte del estado, debido, a la apertura de escuelas para mujeres, a la penetración
mercantil y a cambios culturales en la percepción del papel de la mujer en la familia y la
sociedad.
Para encontrar la relación entre alfabetización, escolarización y crecimiento económico
entre 1895 y 1910 dividió al estado en cuatro regiones que "reflejan su geografía,
comercio y producción utilizando los censos nacionales de 1895, 1900 y 1910. De los
cuales tomó la información sobre alfabetización y escolaridad (inscripción, escuelas y
gasto), así como los indicadores económicos (propiedad, población económicamente
activa en agricultura, porcentaje de enganchados como peones acacillados, crecimiento
poblacional, inmigración e ingresos municipales.
Estas cuatro regiones son: El Corredor Central; la Región
de las Haciendas; la Frontera Norte y la Frontera Sur. El
Corredor Central de Puebla fue la región que tuvo más
penetración comercial, no obstante, experimento una
"declinación en la escolarización y alfabetización
masculina" que se emparenta con "la caída de la
producción textil", un proceso inflacionario y "el
empobrecimiento de las comunidades agrarias", mientras
la alfabetización masculina descendió, la femenina
aumentó entre 1895 y 1910. La relación entre economía y
educación se acentúa en esta región, por ejemplo,
Huejotzingo era el distrito de la Región Central más alfabetizado, también, era uno de los
más ricos gracias a su alta producción en haciendas graneleras, pulqueras y en la
industria textil. En el periodo de 1895 a 1900, la alfabetización se incrementó, pero de
1900 a 1910 la tendencia se revirtió, debido al empobrecimiento de los pequeños
agricultores, el estancamiento en la industria textil y la inmigración de población
analfabeta, abatiendo las tasas de alfabetización y escolarización.
En la Región de Central de las Haciendas se dio una "lenta declinación de la
alfabetización", que fue más grave entre la población femenina, al mismo tiempo, la región
se caracterizó por su "alta pobreza" y estancamiento productivo. Por ejemplo, la
escolaridad bajo y la pobreza generó "desurbanización, fractura de la estructura
ocupacional, decrecimiento poblacional y caída de los salarios agrícolas", así la población
con mayor escolarización emigró hacia otras regiones del estado.
18
En las Fronteras Norte y Sur, al contrario de lo sucedido en las regiones centrales, se
experimentó un incremento "sustancial" de la alfabetización, tanto masculina, como
femenina, incremento para el que Vaughan encontró correlación con el crecimiento
económico de las regiones, pero, al relacionar la alfabetización con la "diversificación
ocupacional" encontró un "impacto negativo" en los enclaves industriales, puesto que
permitieron la inmigración de población analfabeta y el empobrecimiento de los pueblos
que oponían una resistencia cultural a la alfabetización.
Los ingenios azucareros en los distritos de Acatlán, Chiautla, Tehuacán y Matamoros
(productores de caña y ron) necesitaban de grandes cantidades de fuerza de trabajo y
motivaban el incremento de la alfabetización a través de urbanización, comercialización y
diversificación ocupacional. En Acatlán el ingenio no había "modernizado sus procesos
industriales", por lo que las tasas de alfabetización se mantuvieron estables en ese
distrito.
Vaughan concluye que en el estado de Puebla la alfabetización de 1895 es un buen
indicador del ingreso de 1910. Pero no es un buen indicador del crecimiento de la
propiedad, la población, la inmigración, la caída de la producción agrícola y la disminución
de los trabajadores agrícolas.
Entre 1895 y 1910, el corredor central y los distritos de haciendas, las regiones más
alfabetizadas en 1895, sufrieron un retraso económico. Mientras que en las regiones
fronterizas, con poca alfabetización en 1895, su crecimiento fue acompañado por un
ascenso de la alfabetización en función de la escolaridad, inmigración de población
alfabeta y la diversificación de las ocupaciones.
Finaliza argumentando que el caso de Puebla "puede servir para ilustrar" ciertas teorías
acerca de las dificultades de industrializarse en países con baja alfabetización: "la
dependencia tecnológica en la modernización de los enclaves industriales, así como las
limitaciones impuestas por el desarrollo de un mercado nacional vulnerable" a los
vaivenes externos "y el estado de la agricultura impidieron sustancialmente el crecimiento
económico de México". La baja alfabetización se debió a un mezcla de "condiciones
sociales, políticas, culturales e institucionales".
En el estudio más reciente de Dorothy Tank de Estrada analiza el establecimiento de
escuelas, el gasto y la educación en los "pueblos de indios" durante la el periodo 1750-
1821, es interesante observar como la fuente utilizada llevó, a esta autora, hacia un
estudio sobre el financiamiento de las escuelas y de la educación por los propios pueblos,
a través de la "caja de comunidad", "sus libros de cuentas, reglamentos de bienes de
comunidad, recibos y encuestas".
Tank muestra como las "cajas de comunidad", que era el espacio en donde se guardaban
los excedentes de pueblo para beneficio común sirvieron para el establecimiento de
escuelas y el pago de los salarios de los mentores de las mismas, en aproximadamente
4,000 pueblos de la Nueva España, el estudio es interesante, puesto que explora una
veta, muy poco desarrollada en la historia de la educación, que es precisamente el
19
financiamiento educativo, puesto que generalmente se ha dado como un hecho que dicho
financiamiento sólo ha recaído en el Estado.
La educación para el trabajo en el siglo XIX mexicano fue la preocupación que guió a
María Estela Eguiarte Sakar al estudiar la instrucción técnica en ese siglo, en su estudio
Eguiarte muestra la relación que pudo existir entre educación y necesidades económicas,
se centra en la ciudad de México y presenta información cualitativa y cuantitativa de
oficios en esta ciudad, su número, sus distintas modalidades y sus características, así
permite descubrir porque las antiguas escuelas de artes y oficios (pioneras de la
enseñanza técnica en México) tomaron ese nombre, de tal forma, que nos acerca a la
relación que se pudo dar entre educación y mercado de trabajo, las escuelas de artes y
oficios parecen ser una respuesta a las necesidades de mano de obra para el trabajo
manufacturero. El ideal decimonónico en esta materia fue "preparar al artesano en el
trabajo manufacturero".
Eguiarte no muestra que aun antes de la creación de las escuelas técnicas, ya se
planteaba la necesidad de establecer escuelas que desarrollaran "las habilidades
manuales" de los individuos para el trabajo industrial. Es interesante observar como tanto
los pensadores calificados por la historiografía tradicional como liberales, como los
denominados conservadores, confluían en la idea de que la modernidad "pensada como
un mejor desarrollo del trabajo y de la obtención de manufacturas de más alta calidad,
hizo de la educación artesanal uno de los intentos centrales de los proyectos educativos y
del fomento de las artes e industrias durante el siglo XIX".
[María de los Ángeles Rodríguez] ha planteado la relación entre economía, urbanización y
educación técnica, en sus estudios sobre el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la
Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA), y el Sistema de Institutos
Tecnológicos en México. En estos trabajos M. A. Rodríguez mostró cómo la evolución de
la economía en la Cd. de México (para los casos del IPN y la ESCA), así como, del país
en general y por regiones con su estudio sobre los Institutos Tecnológicos, generó la
necesidad de la creación de este tipo de escuelas, pues el crecimiento y la diversificación
económica hicieron surgir la necesidad de mano de obra especializada y cuadros
directivos para la industria, el comercio y los servicios, fuerza de trabajo calificada que se
tendría que formar en escuelas técnicas. Esa fue la relación que la autora mostró en sus
trabajos sobre la educación técnica superior en México desde la segunda mitad del siglo
XIX y durante el siglo XX.
Para la autora el sistema de institutos
tecnológicos tuvo un impacto favorable, tanto en
lo económico como en lo social, puesto que
"pocas instituciones sociales tienen la repercusión
de que una educativa, y en educación tecnológica
ésta era una novedad dentro de un país que
hasta hace apenas medio siglo ha sido de
producción agrícola".
20
A lo largo del texto la autora muestra como el sistema fue tomando forma, desde los
primeros proyectos de Institutos tecnológicos en cuatro ciudades del país, sin olvidar la
rica historia que se forjó, por lo menos desde el siglo XIX cuando surgieron aquellas
escuelas de artes y oficios. Supo navegar entre los directivos y autoridades de los
institutos para realizar una historia que festejara cincuenta años de la educación técnica
llevada a distintas regiones del país, evadiendo naufragar en la historia anecdótica,
coyuntural y enaltecedora de los grandes personajes, para mostrar que la historia de un
sistema educativo, tiene distintos tiempos y distintos actores sociales.
Es interesante observar que M. A. Rodríguez y su equipo percibieron a esta enseñanza
como un producto social: "puede apreciarse que la educación tecnológica es un reflejo de
la situación económica y social en lo general, en particular de los procesos de producción
de bienes y servicios", que en el país generó el proceso de industrialización iniciado en la
década de 1890. De tal forma, que mostró la relación existente entre la educación y la
economía desde una perspectiva histórica. Una pregunta fue la guía metodológica del
texto: "¿Qué necesidades genera el proceso de industrialización en la sociedad, en la
economía y en la educación?"
Así, entre las necesidades y problemas propios de la industrialización se destacan, los
siguientes:
La necesidad de mejorar los métodos y sistemas de producción, con miras a
aumentar la productividad.
Aprovechar al máximo los recursos naturales.
Ampliar las redes de comunicación.
Mejorar e incrementar la infraestructura de las ciudades.
Por lo que, para la autora la creación de numerosos institutos regionales en distintas
ciudades del país y una mayor participación de las universidades en diversos renglones
de la educación tecnológica son consecuencia de ese crecimiento y diversificación
económicas que hubo en el país.
Para describir y analizar la relación entre educación y economía el libro se divide en seis
capítulos y un anexo:
1. Proceso de formación de la enseñanza técnica.
2. Los primeros tecnológicos, 1948-1958.
3. Estructura académica.
4. Investigación y posgrado.
5. Efecto social.
6. Vida institucional.
Podemos observar entonces como los estudios históricos sobre la educación técnica en
México han visto de una manera natural la relación entre educación y economía, pues es
21
claro que la intención de establecer este tipo de proyectos educativos siempre buscó
tener un impacto favorable en la "modernización y desarrollo del económicos del país", la
intención de establecer las escuelas técnicas fue la de formar mano de obra, como
muestran M. A. Rodríguez y M. E. Eguiarte, para las distintas ramas industriales, para el
comercio y para los servicios.
Entre los años de 1992 a 1996 realicé una investigación en la que buscaba relacionar a la
educación con la economía de México en el periodo 1890-1980 , por lo que tomé datos
sobre educación y economía, en ese estudio relacioné series temporales sobre
alfabetización, población y producto interno bruto para intentar mostrar el impactó de la
educación sobre el crecimiento económico de México en el periodo antes citado.
En este trabajo apliqué técnicas y métodos de la historia serial y cuantitativa que no se
habían utilizado en investigaciones sobre historia de la educación, correlacioné la
alfabetización con el Producto Interno Bruto (PIB) en distintos rubros alfabetización total y
por sexo, contra PIB total, per capita, por población económicamente activa y por sector
económico (primario, secundario y terciario).
No obstante, pude descubrir que los indicadores macroeconómicos y macroeducativos no
eran suficientes para analizar el impacto de la educación en la economía mexicana, por lo
que decidí tomar dos casos particulares en los que se seguí de cerca la distribución por
regiones de la alfabetización, así como las características de las economías locales, tales
ejemplos fueron los estados de Hidalgo y Nuevo León.
La elección de los casos fue sesgada, puesto que el proceso de alfabetización en Nuevo
León aparentaba ser más exitoso, para el año de 1980 tenía una alfabetización total,
masculina y femenina muy cercana al cien por ciento de la población mayor de 10 años,
en contraste, Hidalgo apenas superaba el 70% en la total y masculina, mientras que la
femenina estaba por debajo de esa cifra.
La situación parecía obvia: Nuevo León era un estado industrializado, de tal manera que
parecía normal que tuviera una mayor alfabetización, además de que el proceso de
alfabetización fue más acelerado, en 1895 contaba con el 38.87 % de población
alfabetizada con el 20.88 % de hombres y el 17.99 % de mujeres. Mientras que en el
estado de Hidalgo ese proceso fue lento en ese mismo año tenía el 10.46 % de población
alfabetizada de los cuales el 6.93 % de población masculina y el 3.5. % de la femenina.
Como se puede apreciar, a fines del siglo XIX, el estado de Nuevo León estaba dejando el
"Umbral de la alfabetización" , mientras que Hidalgo lo hizo hasta el la década de 1960.
Asimismo, Nuevo León conoció la fase de"Transición a la alfabetización" entre el periodo
que transcurrió entre 1910 y 1960, por su parte Hidalgo dejó alcanzó la Transición hasta
1980. Finalmente Nuevo León llegó a la "Alfabetización universal" a partir de la década
de 1960, mientras que Hidalgo no la alcanzó en nuestro periodo de estudio.
También, se puede observar que el diferencial sexual fue más grande en Hidalgo a lo
largo del periodo, sólo en el año de 1960 la alfabetización femenina estuvo más cercana a
la masculina, pero en las otras décadas la situación siempre fue contraria. En Nuevo
22
León, por su parte, el diferencial sexual fue menos pronunciado, hasta llegar al final del
periodo (1980) estar en igualdad de circunstancias.
23
PROCESO DE ALFABETIZACIÓN. HIDALGO Y NUEVO LEÓN. 1895-1980.
AÑO ESTADO ALFABETIZACIÓN PORCENTAJES FASE DEL PROCESO DE
ALFABETIZACIÓN TOTAL MASC FEM
1895 1895
HIDALGO NUEVO LEÓN
10.46
38.87
6.93 20.88
3.40 17.99
UMBRAL TRANSICIÓN
1900 HIDAGO 12.90 8.03 4.82 UMBRAL
1900 NUEVO LEÓN
30.66 17.97 12.69 UMBRAL
1910 HIDALGO 16.13 9.65 6.57 UMBRAL
1910 NUEVO LEÓN
42.04 22.77 19.27 TRANSICIÓN
1921 HIDALGO 23.83 13.59 10.23 UMBRAL
1921 NUEVO LEÓN
57.18 28.92 28.25 TRANSICIÓN
1930 HIDALGO 26.51 15.73 10.78 UMBRAL
1930 NUEVO LEÓN
70.57 36.85 33.73 UNIVERSAL
1940 HIDALGO 27.18 15.12 11.98 UMBRAL
1940 NUEVO LEÓN
67.07 34.29 32.79 TRANSICIÓN
1950 HIDALGO 31.49 17.82 13.59 UMBRAL
1950 NUEVO LEÓN
73.81 37.13 36.68 UNIVERSAL
1960 HIDALGO 34.44 17.90 14.67 TRANSICIÓN
1960 NUEVO LEÓN
79.80 29.78 29.44 UNIVERSAL
1970 HIDALGO 65.79 33.75 28.55 TRANSICIÓN
1970 NUEVO LEÓN
96.39 48.66 47.67 UNIVERSAL
1980 HIDALGO 69.81 37.57 32.12 TRANSICIÓN
1980 NUEVO LEÓN
98.03 50.80 50.84 UNIVERSAL
FUENTE: Lazarín. 1996. Anexos estadísticos.
Después de analizar los datos generales de esos dos estados fue muy importante
estudiar su composición regional, en donde pude apreciar la existencia de grandes
diferencias educativas y económicas en las regiones que conforman a los estados en
estudio.
Por ejemplo en Nuevo León el gran avance de su proceso alfabetizador se dio en la
región central de Monterrey y los municipios conurbados que fueron absorbidos por el
proceso industrializador de la ciudad regiomontana, pero las regiones al norte y sur de
esa entidad basados en una economía agrícola de explotación del ixtle y de subsistencia
tenían una pobreza impresionante y estaban por debajo del 70% de la alfabetización de
su población.
24
En el estado de Hidalgo se dio una situación similar: las regiones de Tula y Cd. Sahagún
presentaban alfabetización superior al 70%, mientras que en regiones como la Huasteca,
Pachuca o El Mezquital la situación era muy precaria.
La región de Tula experimentó un gran crecimiento
económico gracias a la creación de una refinería
petrolera y a un complejo de la Comisión Federal de
Electricidad a partir de los años sesentas y la zona
conurabada a Cd. Sahagún, Apam, en donde se
estableció, en esa misma década, un complejo
constructor de automóviles (Diesel Nacional DINA -
camiones- y Renault -automóviles y camionetas) y de la
Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril
(CONCARRIL), fueron factores que presionaron para que
no sólo hubiese población alfabetizada sino para que
hubiese distintos niveles de educación, sobre todo
técnica.
En la región de Apam ese "boom" económico se vino abajo en los años ochentas cuando
la CONCARRIL fue trasladada a Aguascalientes y Renautl quebró, de tal forma que ya no
existió presión por mayores niveles educativos, puesto que la actividad económica
predominante volvió a ser la agricultura.
A este respecto Jean J. Schensul hizo un estudio interesante en el que mostraba como a
la llegada de esas empresas sus primeros obreros fueron campesinos, los hijos de éstos
ya eran obreros y después esos obreros calificados tuvieron que emigrar o regresar al
trabajo campesino que habían abandonado sus abuelos.
En la región de la Huasteca y El Mezquital con una economía agrícola de subsistencia y
mayoría de población no hablante del español, al parecer la presión por la escolarización
fue mínima y, mucho menos, la hubo por mayores grados educativos.
Reflexiones finales ¿Qué significa la historia económica de la educación?
Es difícil ofrecer una definición de diccionario del concepto historia económica de la
educación, de hecho no existe tal, podemos tomar como ejemplo los estudios que se han
mencionado a lo largo de este ensayo que nos dan algunas pistas acerca de cómo
reconstruir una historia económica de la educación, es claro que la teoría económica y la
teoría social ofrecen muchas ideas, pero no podemos olvidar a las fuentes históricas,
podemos plantear teorías y métodos de explicación muy sofisticados, pero mientras no los
confrontemos con la información histórica cualitativa y cuantitativa y que, además, nos
muestra la existencia de la relación entre economía y educación, no podremos asegurar
que se esté construyendo una historia económica de la educación.
25
Como hemos podido observar a lo largo del presente ensayo, existen dos tendencias
claras alrededor de la relación histórica educación-economía que, de alguna forma, se
contraponen: una percibe a la educación como variable independiente de la economía, es
decir, como elemento impulsor de la economía, ésta es una visión claramente liberal; la
otra es planteada en el sentido opuesto, esto es, que la economía es la variable
independiente y presiona al Estado y particulares por la construcción de un sistema
educativo, entre más compleja es la economía genera más presión por el incremento de
la educación en calidad, cantidad y niveles de enseñaza. Una tercer opción la presentó
Llamas Huitrón al analizar la relación entre oferta de mano de obra educada, sus
ingresos, su productividad, y por tanto, el impacto en la economía.
Se podría pensar también que se trata de procesos de sociales que ocurren de manera
simultánea, por lo que resulta difícil establecer cual es la variable independiente, de tal
forma, que la historia económica de la educación se debe empezar a construir es un
campo poco explorado que al desarrollarse ofrecerá nuevas respuestas e interrogantes a
la historia de la educación.
En el presente ensayo, también se puede percibir que hacen falta estudios desde la
historia económica de la educación que nos permitan evaluar las teorías e hipótesis que
se plantean desde la economía. Ubicar las distintas etapas del proceso económico de un
país o región y analizar el correspondiente sistema educativo, también, en sus distintas
etapas del proceso.
Es decir, abordar desde la historia el análisis de la relación educación-economía, nos
permitirá sopesar con información fáctica esas teorías e hipótesis, puesto que es muy
importante diferenciar las distintas épocas de una sociedad en las que funcionó un
sistema educativo.
Otro factor de gran importancia que no se debe de perder de vista es la cuestión regional,
es claro que un mismo país, la alfabetización, la alfabetización y la economía se sufren
evoluciones desiguales. En las investigaciones que he realizado he podido constatar esa
situación. Además de que la alfabetización se debe de observar como un proceso que
esta sujeto a los distintos factores sociales, políticos y culturales que están presentes en
un país o región, así como, los fenómenos de ruptura y continuidad.
No se puede ofrecer un recetario para la elaboración de la historia económica de la
educación, como se muestra a lo largo de este ensayo, las teorías económicas y algunos
trabajos de investigación histórica muestran dicha relación, pero aun no se esta en
posibilidad de ofrecer explicaciones generales, ni existe una metodología específica.
La educación es proceso que depende de otros factores sociales para que su impacto se
pueda observar en la economía, por ejemplo: se puede buscar su relación con las fuentes
de trabajo, con los fenómenos de la demografía crecimiento poblacional, la distribución
por edades, por sexo, por grupo étnico y geográfica, así como, la economía familiar y la
distribución de la riqueza.
26
De tal forma, que la asistencia a la escuela, la escolarización, la presión por más y
mejores niveles educativo se ve influido por la diferenciación de clases y sectores
económicos, recordemos que Padua afirma que los sectores y altos y medios tienen más
posibilidades de asistir a la escuela que los grupos marginados en la ciudad y el campo.
Por lo que, parece existir una fuerte influencia del sistema económico sobre la demanda
educativa, sobre su cantidad y su calidad, no sólo es importante que llegue a los rincones
más remotos de un país o región, podemos observar gran cantidad de ejemplos históricos
que muestran que las escuelas no son iguales, aun siendo del mismo nivel educativo, en
el Porfiriato las escuelas primarias estaban clasificadas como escuelas de primera, de
segunda y de tercera. Las primeras estaban en las comunidades más pequeñas y las
ultimas, generalmente, estaban en las ciudades o en las cabeceras de Distrito (un Distrito
podía estar formado por varios municipios) y eran las únicas de organización completa, es
decir, que tenían del primero al sexto años de estudios.
En definitiva, la educación debe de analizarse como u proceso social ambivalente, en
ocasiones puede funcionar como variable independiente de la economía, en otras
situaciones puede ser un elemento dependiente de ella. Así deben de realizar más
estudios para buscar las modalidades y características de la relación entre la educación y
la economía que deben de ser analizados como procesos históricos dinámicos,
cambiantes y no estáticos.