e-cadernos CES 24 | 2015As mulheres nas profissões jurídicas: experiências erepresentações
Comparación de mujeres y hombres deexperiencias en la judicatura australiana Comparison of Women’s and Men’s Experiences in the Australian Judiciary
Sharyn Roach Anleu y Kathy Mack
Edición electrónicaURL: http://journals.openedition.org/eces/1955DOI: 10.4000/eces.1955ISSN: 1647-0737
EditorCentro de Estudos Sociais da Universidade de Coimbra
Referencia electrónicaSharyn Roach Anleu y Kathy Mack, « Comparación de mujeres y hombres de experiencias en lajudicatura australiana », e-cadernos CES [En línea], 24 | 2015, Publicado el 15 diciembre 2015,consultado el 14 noviembre 2019. URL : http://journals.openedition.org/eces/1955 ; DOI : 10.4000/eces.1955
e-cadernos CES, 24, 2015: 25-56
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COMPARACIÓN DE MUJERES Y HOMBRES DE EXPERIENCIAS EN LA JUDICATURA
AUSTRALIANA
SHARYN ROACH ANLEU
KATHY MACK
Resumen: Uno de los cambios más significativos que han tenido lugar en la última mitad del siglo veinte es la participación de las mujeres en profesiones de tradición masculina, incluyendo la judicatura. Sin embargo, aunque las cantidades de mujeres estén en aumento, ellas aún constituyen sólo una pequeña proporción de la judicatura. Este artículo de publicación trata de dos aspectos específicos de las experiencias y actitudes de las mujeres en relación con la administración de justicia; en primer lugar, de sus motivos para convertirse en juezas y, en segundo lugar, del grado de satisfacción que derivan del ejercicio del rol judicial y de su trabajo como juezas. Los resultados proceden de las respuestas a dos encuestas diferentes suministrados en 2007, respondidos a través del correo: uno de ellos se refiere a los magistrados, y el otro, a los jueces de los tribunales superiores. Entre ambos cubren todo el espectro del poder judicial de
Esta investigación fue inicialmente financiada a través de una subvención para investigación en
colaboración entre Universidad e Industria en 2001 con la Universidad de Flinders y la Asociación de Magistrados Australianos (AAM) como socios. También recibió soporte financiero del Instituto de Administración Judicial Australiano. De 2002 hasta 2005, la investigación fue financiada por un Consejo Australiano de vinculación de Subvención de Proyectos (LP0210306) con AAM y todos los Magistrados Principales y sus cortes como socios del sector de la industria con el suporte de la Universidad de Flinders como la institución anfitriona. Del 2006, la investigación fue financiada por un Consejo Australiano de Subvención de Proyectos de Descubrimiento (DP0665198), y después 2010 otra subvención DP1096888. La investigación ha sido aprobada por el Comité de Ética de Investigación Social y Comportamiento de la Universidad de Flinders. Estamos muy agradecidos de las siguientes personas: Russell Brewer, Carolyn Corkindale, Colleen deLaine, Elizabeth Edwards, Ruth Harris, Katrina Hartman, Julie Henderson, John Horrocks, Lilian Jacobs, Leigh Kennedy, Lisa Kennedy, Mary McKenna, Rose Polkinghorne, Wendy Reimens, Mavis Sansom, Chia-Lung Tai, Jordan Tutton, Carla Welsh, Rae Wood y David Wootton por asistencia en investigación y administración con este proyecto. Algunos de los resultados de esta investigación contenidos en este papel/documento fueron previamente presentados a Les Territoires du Droit: Colocación de la Ley, Reunión Conjunta anual de la Asociación de Sociedad de Ley y Ley Canadiense y Sociedad de asociación, Montreal, Canadá, 29 de Mayo - 1 Junio de 2008, en un taller sobre género y juzgar en el Instituto Internacional para la Sociología de la Ley en Oñati, España, 11-12 de Junio de 2009, en una lectura en la Facultad de Trabajo Social y Política Social, Trinity College, Dublín, Irlanda, 2 de Octubre de 2008, y una lectura a el Observatorio de Justicia y Genero del Consejo de la Magistratura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina, ,4 de Agosto de 2012. Agradecemos los valiosos comentarios recibidos de los participantes en estas actividades. También agradecemos los útiles comentarios de los revisores y los editores de este número especial. Muchas gracias a Edmer Anleu por la traducción de este documento y a Beatriz Kohen por su asistencia con la traducción.
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Australia. Estos resultados constituyen un importante estudio de caso sobre las mujeres juezas en general.
Palabras-clave: cortes, judicatura, judicatura australiana, mujeres juezas, satisfacción en el trabajo.
COMPARISON OF WOMEN’S AND MEN’S EXPERIENCES IN THE AUSTRALIAN
JUDICIARY
Abstract: One of the most significant changes in the last half of the 20th century is the greater participation of women in traditionally male-dominated professional occupations, including the judiciary. Nevertheless, despite increasing numbers of women, they still make up only a small proportion of the judiciary. This article considers two specific aspects of women’s experiences of and attitudes towards judging: first, their reasons for becoming judges and second, the extent to which they are satisfied with the judicial role and their work as judges. The findings are drawn from responses to two separate mail-back questionnaires conducted in 2007, one of magistrates, and another of judges of the higher courts. Together the surveys and their responses cover the entire Australian judiciary. These findings provide an important case study of women judges in general.
Keywords: courts, the judiciary, Australian judiciary, women judges, job satisfaction.
INTRODUCCIÓN
Tanto en los países desarrollados como en aquellos en vía de desarrollo, las cortes y
los jueces resultan esenciales para la administración y la simbolización de la justicia
(Messick, 1999; Rock, 1998). Con frecuencia se considera que la justicia y sus
miembros gozan de una posición especial dentro del sistema jurídico en relación a
otras áreas del derecho y de la sociedad en general.
Uno de los cambios más significativos que han tenido lugar en la última mitad del
siglo veinte es la participación de las mujeres en profesiones de tradición masculina,
incluyendo la judicatura (Leiper, 2006; Roach Anleu, 2013; Sommerlad, 2002). Sin
embargo, aunque las cantidades de mujeres estén en aumento, ellas aún constituyen
sólo una pequeña proporción de la judicatura (Bustamante, 1991b; Gastron, 1991;
Junqueira, 2003; Kenney, 2004, 2013; Kohen, 2008, 2013; Laster y Douglas, 1995;
Rackley, 2006, 2007, 2013).
La diversidad en la judicatura o su ausencia constituyen elementos importantes
para el mantenimiento de la legitimidad del poder judicial (Kenney, 2013; Malleson,
2003a, 2003b, 2013). La diversidad del género es la característica que ha recibido
mayor atención internacional y ha generado desarrollos conceptuales así como
investigación empírica (Bustamante, 1991a; Schultz y Shaw, 2003, 2013).
La investigación empírica que involucra funcionarios judiciales permite ir más allá
de las estadísticas que muestran un creciente número de mujeres en el poder judicial y
proporcionan un profundo detalle sobre las experiencias de todos los días, las
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percepciones y actitudes de las mujeres que han sido designadas para ocupar cargos
judiciales.
En este artículo se consideran dos aspectos específicos de experiencias de las
mujeres y sus actitudes hacia juzgar: primero, sus motivos para convertirse en jueces
y en segundo lugar, el grado en que están satisfechos con la función judicial y la labor
de un juez. Estos son avenidas valiosas para la investigación de las mujeres y las
experiencias de los hombres de sus puestos de trabajo y lugares de trabajo, ya que
pueden identificar el género y otras desigualdades o discriminación (Duarte et al.,
2014; Mack y Roach Anleu 2012; Roach Anleu y Mack, 2013). Los datos de las
encuestas a nivel nacional, que cubren todo el poder judicial de Australia,1 ofrecen una
oportunidad única para comparar las razones de las mujeres y de los hombres para
convertirse en funcionarios judiciales y su satisfacción en el trabajo diario. También,
los mismos datos permiten la identificación cuando y donde las experiencias de las
mujeres son distintivos. Estos resultados proporcionan un caso de estudio valioso de
juezas en general.
DIVERSIDAD SEXUAL EN LA JUDICATURA
A medida en que en los países occidentales la proporción de mujeres en el sector
público creció y su papel se fue ampliando, la judicatura ha sido criticada por excluir a
las mujeres y representar la tarea o función de impartir justicia como una capacidad
exclusiva de los hombres (Schultz, 2003, 2013; Thornton, 2007). La necesidad de una
mayor diversidad dentro de la justicia, incluyendo el nombramiento de más mujeres, se
1 Australia tiene un sistema de gobierno federal. Ello se reflejado en el sistema judicial, dividido en cortes nacionales y, un sistema de cortes para cada estado y los dos territorios operando separadamente. Cada estado o territorio australiano tiene magistrados o justicia local y un Tribunal Supremo. También hay un tribunal intermedio de primera instancia llamado el tribunal del distrito o tribunal del condado en New South Wales, Victoria, Queensland, South Australia, y Western Australia exceptuando las jurisdicciones más pequeñas (the Australian Capital Territory, the Northern Territory, y Tasmania). En los estados y territorios de Australia los tribunales son de primera instancia con jurisdicción penal y civil; los litigios son atendidos por un solo magistrado. Los juzgados de Distrito/Condado son esencialmente de juicio, atendiendo los casos criminales con jurados y los casos civiles, normalmente sin jurados. Las cortes supremas atienden los casos criminales más serios, usualmente con jurados, los casos civiles más importantes y complejos, usualmente sin jurados y sin apelación. Las apelaciones a las Cortes Supremas normalmente son juzgados por un panel de tres jueces. Algunas jurisdicciones también tienen tribunales especializados tal como las cortes de la tierra y del ambiente, comisiones industriales o tribunales de menores, los cuales pueden operar como tribunales independientes o como una rama de tribunales generales. Los tribunales del Commonwealth de Australia son tribunales nacionales que atienden casos en toda Australia, e incluyen la Corte Suprema, la Corte Federal, la Corte de la Familia, la Corte Federal Circuito. La Corte Federal tiene juicio especializado, y la jurisdicción de apelación, principalmente en asuntos de derecho comercial y administrativo proviniendo de algún aspecto particular de legislación del Commonwealth. Los juzgados de Familia tratan asuntos de divorcio y custodia de los niños. La Corte Federal Circuito atiende asuntos menos complejos dentro de la jurisdicción de la justicia de Familia y de la Corte Federal. La Corte Suprema de Australia es la máxima corte de apelación de los Estados y del Commonwealth. Hay aproximadamente 130 jueces en las Cortes del Commonwealth, 350 jueces de estados y territorios, y 450 magistrados, totalizando 900 funcionarios judiciales, organizados dentro de 25 cortes diferentes.
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basa en varios y diferentes motivos interrelacionados (Bazelon, 2009; Cardinal, 2013;
Cooney, 1993; Davis y Williams, 2003a; Evans y Williams, 2008; Gastron, 1991;
Feenan, 2008; Kohen, 2008; Russell, 2010).
Permitir que los tribunales continúen funcionando como instituciones de género
único pone en cuestión sus propias aspiraciones de neutralidad e imparcialidad
(Malleson, 2003a, 2013). Mientras que una mayor diversidad judicial que refleje la
composición de la sociedad cuyos miembros están siendo juzgados “es necesaria para
mantener la confianza del público, y garantizar la legitimidad de la judicatura como un
todo” (Rackley, 2002: 609; también vea Genn, 2008; Malleson, 2003a, 2006; Kenney,
2013). También, el aumento de la diversidad al interior de la justicia puede fortalecer la
democracia (Bustamante, 1991b).
Algunos argumentos a favor de incrementar la diversidad sexual en la judicatura
afirman que existen diferencias entre mujeres y hombres. Sugieren que incluir mujeres
en un contexto como el de la justicia, previamente compuesto casi solamente por
hombres, puede contribuir a la incorporación de una voz diferente en el ejercicio de la
autoridad judicial, así como también perspectivas diferentes derivadas de sus
diferentes experiencias de vida, incluyendo la empatía y la compasión (Baines, 2013;
Graycar, 2013; Hunter et al., 2010; Kohen, 2013; Lithwick, 2009; Menkel-Meadow,
1995; Neave, 1995; Resnik, 1988; Sommerlad, 2013). Sugieren también que la
adhesión a las normas jurídicas podría limitar el impacto de cualquier diferencia sobre
la adjudicación (Hunter, 2008, 2013).
Incluir a las mujeres en la judicatura garantiza nombramientos justos y también
igualdad de oportunidades en la carrera profesional, independientemente del sexo
(Kenney, 2004, 2013). Por otro lado, poner el énfasis en la diversidad sexual en los
nombramientos judiciales supone algunos riesgos. Si las mujeres nombradas son
vistas como señuelos, carentes de mérito o, si el porcentaje de mujeres seleccionadas
es demasiado, ello podría traer aparejada cierta pérdida de confianza del público
(Boigeol, 2003).
Los obstáculos que impedían a las mujeres acceder a la educación jurídica y a la
abogacía tuvieron como consecuencia que muy pocas mujeres fueran elegibles para la
judicatura hasta después de 1965 (Schultz y Shaw, 2003, 2013; Russell, 2010). La
combinación de dichas barreras, con un proceso secreto de nombramiento de
magistrados, propio del common law, produjo una judicatura que, hasta hace 30 años,
era casi exclusivamente masculina (Mack y Roach Anleu, 2010; Hunter, 2003;
McGlynn, 2003). En países dentro de la tradición de derecho civil como Francia o
Alemania, la selección de jueces a través de un proceso de concursos aumentó las
oportunidades de entrada a la judicatura (Boigeol, 2003, 2013; Schultz, 2003b, 2013).
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En algunos países que fueron comunistas previamente, la retórica de la igualdad,
después de 1945, contribuyó a que las mujeres entraran a la judicatura (Fuszara,
2003). También Israel se comprometió con la ampliación de las oportunidades para las
mujeres, que se vio reflejada en la composición del poder judicial (Bogoch, 2003;
Katvan, 2013).
Así como en el caso de otras ocupaciones y profesiones previamente cerradas a
las mujeres, se esperaba que, en la medida que las mujeres fueran ingresando a las
profesiones jurídicas, ellas avanzarían hacia los cargos más altos incluyendo la
judicatura. Sin embargo, este “avance” (Malleson, 2006: 131; también Kenney, 2013)
no se ha materializado. Tal como fuera descripto por Margaret Thornton (1996), las
primeras mujeres en la judicatura fueron consideradas excepcionales. Justice
Gaudron, la primera mujer en el Tribunal Superior de Australia, habló de la necesidad
de convertirse en un hombre honorario (Feenan, 2008; Gaudron, 1997). Kate Malleson
(2003b) describe el modelo de la primera mujer pionera frecuentemente nombrada en
un tribunal superior hasta que, mucho tiempo después se nombra a otra mujer para
una posición similar (Choc, 1991; Martin, 2013; Mossman, 2013; Kamau, 2013). Estos
nombramientos de mujeres de alto perfil en ciertos tribunales específicos no resuelven
problemas importantes y profundos relacionados con la persistente dominación
masculina en la composición de la justicia como institución. Estas descripciones son
similares al concepto de las mujeres simbólicas – token women – que Rosabeth Moss
Kanter (1977) fue pionero en su estudio de una gran corporación dominada por los
hombres.
En los últimos 10 a 20 años ha habido un incremento de las mujeres en la justicia
en muchos países. La evolución para Australia se muestra en el Cuadro I ubicado a
continuación. En 1995, mujeres constituían menos del 9% de la judicatura (Thornton,
1996: 202 y Tabla IV, Apéndice B). En 1999, esta proporción alcanzó el 14% (Hunter,
2003: 91), incrementando a 30% en 2009 y 33% en 2015 (Australasian Institute of
Judical Administration, 2015). Sin embargo, los números absolutos suelen ser muy
pequeños. Este modelo es típico de los países del comon law (Hurwitz y Lanier, 2008:
63; Kenney, 2004, 2013; Laster y Douglas, 1995; National Association of Woman
Judges, 2013; Office of the Commisioner for Federal Judicial Affairs Canada, 2013;
Rackley, 2006, 2007, 2013; Malleson, 2003b; Murray, 2003; Thornton, 2007). Como
Clare McGlynn ha explicado, un incremento del 1,4% a 6% en la Corte Suprema
Inglesa significaría el nombramiento de siete mujeres en un lapso de 10 años
(McGlynn, 2003). En los países de tradición civil, el incremento de las mujeres en la
judicatura es mayor, especialmente en los rangos inferiores (Boigeol, 2003, 2013;
Kohen, 2013; Schultz, 2003b, 2013; Fuszara, 2003).
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CUADRO I - Porcentaje de mujeres en la judicatura australiana
Origen: Australasian Institute of Judicial Administration (http://www.aija.org.au/index.php/judicial-gender-statistics).
A pesar del incremento de la proporción de mujeres, en muchos aspectos, la
justicia es todavía una institución dominada por hombres. Las mujeres juezas están
concentradas en los rangos inferiores de la judicatura en los países de common law,
como los Estados Unidos de Norte América, Canadá, o el Reino Unido, y en los países
basados en el sistema de Estructura Europea como Francia y Alemania (Schultz,
2003a: xlvii, 2013) y en América Latina (Bustamante, 1991a, 1991b; Gastron, 1991,
Gastron et al., 2013; Kohen, 2008, 2013). Investigación en Portugal muestra un
aumento sin precedentes en el número de mujeres fiscales y los jueces después de la
revolución democrática en 1974. Sin embargo, las mayores ganancias están en los
tribunales de primera instancia, donde aproximadamente dos tercios de estos jueces
son mujeres, mientras que “el acceso de las mujeres a los niveles intermedios y altos
de la jerarquía judicial ha sido un poco lento” (Duarte et al., 2014: 34). En 2012, sólo
cinco de los 65 jueces del Tribunal Supremo de Portugal, y un tercio, más o menos, de
los jueces del tribunal de apelación, eran mujeres (ibidem: 35).
En una comparación de las judicaturas francesas y norte americanas, Remiche
(2015) apunta a cuestiones legales culturales para explicar la diferencia en la
diversidad sexual. Ella argumenta que las diferencias en el papel del juez y de la
imagen del poder judicial afectan la apertura a la designación o al nombramiento de
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mujeres. Cuando el papel del juez se enmarca como un poderoso legislador – como
en los Estados Unidos de América las mujeres están subrepresentadas, en contraste a
las jurisdicciones donde el juez se expresa como una “autómata impotente, pero bien
informado” (ibidem: 109), como en la Francia.
Aunque en Australia la proporción total de las mujeres ha crecido, esta proporción
se mantiene consistentemente menor en los tribunales más altos, como la Corte
Suprema, que en los tribunales de menor jerarquía, como puede verse en la Tabla I
ubicada a continuación (Thornton, 1996: 203; Hunter, 2003: 91; Australasian Institute
of Judicial Administration, 2015).
TABLA I - Porcentaje de mujeres en la judicatura australiana
Cortes Magistrados1 Cortes Supremas2
1995 9% 6%
1999 16% 9%
2004 25% 15%
2009 35% 22%
2013 40% 24%
1 Los juzgados de Paz en los Estados y Territorios de Australia son Tribunales de Primera Instancia de Jurisdicción Criminal y Civil; las causas son atendidas por un único magistrado. 2 La Corte Suprema atienden casos criminales más serios usualmente con jurados, los casos civiles grandes y complejos sin jurados, y sin apelación.
Origen: Australasian Institute of Judicial Administration (http://www.aija.org.au/index.php/judicial-gender-statistics).
En algunos países, las mujeres se encuentran concentradas en forma
desproporcionada en áreas específicas tal como derecho de familia (Kohen, 2008,
2013; Schultz, 2003b) o son excluidas de ciertos tribunales, como los Tribunales
Rabínicos en Israel (Bogoch, 2003) o de ciertas áreas del derecho tales como el
derecho penal (Fuszara, 2003). Aún en jurisdicciones donde la mayor parte de los
jueces son mujeres, hay pocas mujeres jefas de jurisdicción o en cargos de alto rango
dentro del ejecutivo (Fuszara, 2003; Mack y Roach Anleu, 2010; Boigeol, 2003, 2013).
En algunos países donde las mujeres ocupan una parte importante de los juzgados de
primera instancia, los jueces gozan de menor prestigio que otros funcionarios jurídicos
(Boigeol, 2003, 2013; Szto, 2008). Malleson (2003b) se refiere a esta situación como
Sharyn Roach Anleu, Kathy Mack
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una amplia correlación inversa entre el prestigio de los jueces y la proporción mujeres
en la judicatura (véase también Remiche, 2015).
Las razones de esta tendencia, y las explicaciones acerca de este padrón de
participación de las mujeres en la judicatura − concentración en los rangos inferiores y
en áreas de trabajo con menor prestigio − exceden el propósito de este capítulo. Sin
embargo, vale la pena notar que esta pauta es similar a la observada cuando se
analiza el ingreso de mujeres a otras ocupaciones profesionales dominadas por
hombres, incluyendo la abogacía (Schultz y Shaw, 2003, 2013; Epstein, 1993; Lorber,
1984).
Existe una relación directa entre las oportunidades para las mujeres en la
abogacía y los nombramientos judiciales. En el Reino Unido y en Australia, las mujeres
están subrepresentadas en las filas de los abogados litigantes, entre quienes se
recluta a los candidatos a la judicatura (Feenan, 2005; Hunter, 2003). En otros países,
como se señaló anteriormente, es mayor el prestigio y dominación masculina de
ciertas áreas de la práctica jurídica, ha traído aparejada una competencia menor para
los puestos en la judicatura. Tal como fuera descripto por Beverley Blair Cook, citada
por Malleson (2003b: 185), el incremento de las mujeres en la composición de la
judicatura podría reflejar cambios en la estructura de oportunidades dentro de las
profesiones jurídicas. Dichos cambios implican: un número suficiente de mujeres
candidatas, un crecimiento en el número de posiciones judiciales, y la voluntad de
seleccionar mujeres entre de los responsables de los nombramientos. Schultz (2003b)
señala que el compromiso del gobierno federal de Alemania con la igualdad de género
constituyó un factor clave en ese sentido. Sally Kenney (2013) enfatiza el compromiso
individual de los líderes gubernamentales con el nombramiento de mujeres,
independientemente del método de selección judicial.
Se ha mencionado una gama de explicaciones acerca de los obstáculos que han
limitado el rol de las mujeres en la judicatura, incluyendo explicaciones históricas y
estructurales (Schultz y Shaw, 2013). Por ejemplo, se ha señalado que las mujeres
son mucho más jóvenes (Hunter, 2003) y fueron nombradas más recientemente que
sus colegas varones (Murray, 2003). En los países dentro de la tradición del derecho
civil se han mencionado los diferentes puntos de ingreso (De Groot-Van Leeuwen,
2003: 343) y los obstáculos para la promoción (Shultz, 2003b). Otros obstáculos que
bloquean la participación plena de las mujeres en la judicatura incluyen la
discriminación femenina, las creencias culturales sobre lo que se considera conductas
apropiadas para mujeres y hombres y, especialmente, las obligaciones domésticas y
de crianza de los niños de las mujeres en el seno del hogar (Michelson, 2009; Schultz,
2003b; Bustamante, 1991b: 69; Szto, 2008; Mack y Roach Anleu, 2010).
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Sin embargo, hoy en día las mujeres gradualmente están consolidando su
presencia en la judicatura. Estos incrementos numéricos no revelan las experiencias o
percepciones de las juezas y los jueces ni sus actitudes hacían sus trabajos diarios.
Los datos empíricos obtenidos directamente de los funcionarios judiciales pueden
ayudar a llenar este vacío en el conocimiento. Este artículo de publicación analiza los
resultados de dos cuestionarios de devueltos por correo realizados en 2007, uno de
los magistrados y el otro de los jueces de los tribunales superiores en Australia. Estas
encuestas, realizadas por los dos coautores, cubren todo el poder judicial de Australia
hechas a un punto diferente d tiempo, cuando las mujeres estaban entrando en la
judicatura en cantidades suficientes para hacer posible dicha investigación
comparativa. Estas mujeres no habían estado en funciones judiciales por suficiente
tiempo como que su presencia fuera totalmente normalizada por sí mismos, a sus
colegas masculinos o los tribunales como instituciones. Debido a que las encuestas
incluyeron preguntas cerradas y abiertas, dos tipos de datos están disponibles: datos
cuantitativos agregados de las preguntas de cierre indefinido y datos cualitativos que
incluyen los comentarios realizados a los encuestados con preguntas abiertas (detalle
del diseño de la investigación está contenida en el Apéndice).
RESULTADOS
FACTORES DETERMINANTES EN LA DECISIÓN DE CONVERTIRSE EN JUEZ
La oportunidad y la decisión de convertirse en juez se dan en el contexto de normas y
prácticas vinculadas al nombramiento de jueces. Las calificaciones profesionales, la
capacidad y los procesos para el nombramiento de jueces en muchos países europeos
y de América del Sur (Kohen, 2008, 2013). Estos se basan en un sistema de
concursos y entrenamiento especializado durante o inmediatamente después de
obtener el título de abogado. En cambio, en los Estados Unidos de Norte América,
existen diferentes métodos, incluyendo el nombramiento por parte del poder ejecutivo,
algunas veces incluyendo una solicitud formal o una evaluación del mérito por parte
del gobierno u organizaciones independientes (Kenney, 2013). En los Estados Unidos
de Norte América, la designación de los jueces federales requiere confirmación por
parte del Senado, la cámara alta del poder legislativo.
En Australia, Canadá, Reino Unido y Nueva Zelandia, el poder ejecutivo del
estado o territorio del que se trate nombra la judicatura para la justicia local, en su
caso, el gobierno nacional selecciona los jueces nacionales. El requerimiento legal
básico para ser nombrado a la judicatura es poseer el título de abogado, con un
período mínimo de tiempo de graduado, y con respecto a la edad, estar por debajo de
la edad obligatoria para la jubilación (Roach Anleu y Mack, 2005). Normalmente, los
Sharyn Roach Anleu, Kathy Mack
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nombramientos judiciales ocurren una vez que la persona ha acumulado de 15 a 25
años de práctica profesional, generalmente contando con una experiencia amplia de
litigio (Mack y Roach Anleu, 2008: 13).
En Australia, existe un compromiso generalizado con el principio de que el
nombramiento de jueces se realice sobre la base del mérito (Roach Anleu y Mack,
2005; Evans y Williams, 2008), sin embargo las normas y procesos utilizados no
implementan este objetivo de una manera transparente. No hay ninguna declaración
jurídicamente vinculante que ayude a determinar qué es lo que se entiende como
mérito en el nombramiento de jueces. El proceso de consideración de los candidatos
es secreto, no existen métodos transparentes para evaluar la capacidad de los
candidatos (Evans y Williams, 2008). No se requiere capacitación especial para ser
parte de la judicatura y tampoco hay un proceso de selección o un concurso. El
sistema de nombramientos que hoy existe en Australia es incompatible con las
prácticas utilizadas en Nueva Zelandia, El Reino Unido y Canadá, y con el sistema de
nombramiento de otros altos funcionarios públicos en Australia (Davis y Williams,
2003b; Russell, 2010; Sackville, 2005).
Con el contexto del método de nombramiento de jueces en Australia, como telón
de fondo hemos podido investigar algunos de los motivos declarados por mujeres y
hombres para convertirse en jueces o magistrados.
Las encuestas plantean a los magistrados y a los jueces preguntas idénticas
relacionadas con el grado de importancia atribuida a una lista de diferentes factores
que tuvieron en cuenta cuando escogieron por primera vez una posición judicial y en
su propia decisión para convertirse en juez o magistrado. Las categorías de
respuestas se clasificaron como muy importantes, importantes, algo importantes, no
muy importantes y no importantes.
Casi dos terceras partes de los encuestados mencionaron que el contacto
personal de algún miembro de la justicia o del gobierno había sido muy importante o
importante en su decisión de convertirse en jueces o magistrados. Este sistema
basado en el método del ‘golpecito en la espalda’ ha contribuido al escaso número de
mujeres en la judicatura (Evans y Williams, 2008). Casi todas las personas en posición
de identificar candidatos adecuados, como el Procurador General o las cabezas de los
tribunales son hombres. Informes de investigación provenientes del Reino Unido
indican que los hombres tienden a ignorar que la judicatura está mayormente
constituida como un ámbito masculino, no son conscientes de la ausencia o la baja
representación femenina y, en consecuencia, aceptan el statu quo como la norma
(Feenan, 2007). Por otra parte, el proceso de auto postulación también presenta
desafíos para las mujeres. El mencionado informe ha mostrado asimismo que también
Comparación de mujeres y de experiencias en la judicatura australiana
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las mujeres tienden a ser poco conscientes de los procesos formales e informales de
ingreso en la judicatura (Feenan, 2007).
La gran importancia de un acercamiento por parte de alguien de la justicia o del
gobierno sugiere que si hubiera una pretensión de ampliar el conjunto de candidatos
con capacidad y potencial para convertirse en jueces incluyendo un grupo diverso de
mujeres con las calificaciones adecuadas, sería necesario que la justicia y el gobierno
implementasen estrategias tendientes a despertar su interés en el desarrollo de
carreras profesionales dentro del poder judicial.
Las varias respuestas individuales específicas a la pregunta sobre los motivos de
la decisión de convertirse en jueces fueron agrupados en cuatro categorías: las
cualidades intrínsecas del trabajo en sí mismo,2 los factores extrínsecos o condiciones
de trabajo,3 los factores relacionados con el valor social4 y los factores vinculados a la
trayectoria profesional.5 La distinción entre lo intrínseco y extrínseco proviene de Rose,
quien propone que “hay una distinción fundamental entre los aspectos extrínsecos
(instrumentales, materiales) de trabajo, como la promoción, el salario o la estabilidad
laboral y, por otro lado, los aspectos intrínsecos (calidad de trabajo) como el tipo de
trabajo” (2003: 506, énfasis en el original).
Tanto para las mujeres como para los varones, las respuestas a estas preguntas
muestran que la decisión de convertirse en un magistrado o juez surge de un claro
deseo personal de desempeñar esa función, atraído por el trabajo, más que empujado
por otras motivaciones como, por ejemplo, el haber estado insatisfecho en posiciones
u ocupaciones previas.
Como muestra la Tabla II que se presenta a continuación, las cualidades
intrínsecas del trabajo desempeñan un papel primordial en la decisión de asumir la
función judicial, la proporción de cualidades intrínsecas es mucho más alta que
cualquier otra categoría. Factores relacionados con la carrera laboral como, por
ejemplo, la insatisfacción en relación con posiciones laborales previas, las
oportunidades de promoción profesional, o un sostenido anhelo de convertirse en juez
o magistrado tuvieron un impacto mínimo en sus decisiones. Para la mayoría de los
jueces, el único factor relacionado con la trayectoria profesional que cuenta es el
deseo de cambio, con el mismo nivel de importancia para mujeres y varones.
2 Cualidades intrínsecas incluyen al tipo de trabajo, al reto intelectual, y la diversidad de trabajos. 3 Factores extrínsecos o condiciones de trabajo incluyen la seguridad del empleo, el salario, los beneficios, la ubicación, las horas y la compatibilidad con las responsabilidades familiares. 4 Los factores sociales de valor incluyen el prestigio ocupacional, el deseo de mejorar el sistema judicial, y el beneficio para la sociedad. 5 Los factores de trayectoria profesional incluyen el deseo de convertirse en un juez (o magistrado), el deseo de cambiar, la insatisfacción en relación con posiciones anteriores y la oportunidad de desarrollo profesional.
Sharyn Roach Anleu, Kathy Mack
36
Relativamente pocas mujeres y hombres jueces o magistrados, parecen haber
planeado iniciar una carrera en la justicia. Sólo una tercera parte confirmó que este
factor hubiera tenido un papel importante o muy importante en su decisión de
convertirse en un miembro de la justicia, mientras que, para más de la mitad de los
encuestados, el fuerte deseo de convertirse en magistrado no era muy importante o no
era importante.
TABLA II - Factores influenciando la decisión de convertirse en un funcionario oficial1
Nivel de
importancia
Cualidades
intrínsecas de
trabajo
Cualidades
extrínsecas de
trabajo
Valor social Trayectoria profesional
Hombres
(n=385-390)
Mujeres
(n=156-157)
Hombres
(n=383-391)
Mujeres
(n=149-157)
Hombres
(n=386)
Mujeres
(n=153-157)
Hombres
(n=382-388)
Mujeres
(n=154-157)
Muy importante 38% 50% 15% 20% 13% 22% 12% 15%
Importante 41% 35% 31% 29% 27% 29% 21% 24%
Poco importante 14% 8% 26% 24% 27% 21% 15% 15%
No muy importante 5% 5% 17% 15% 18% 13% 20% 15%
No importante 3% 2% 11% 11% 15% 14% 31% 28%
1 Los porcentajes no siempre dan un total de 100% por el redondeo decimal. El número total varía porque cada uno de los entrevistados no respondió todas las preguntas o todas las componentes de cada una de las preguntas. Los porcentajes en la Tabla II que se encuentra a continuación bajo resultaron del promedio de las respuestas relacionadas con las cualidades y habilidades específicas en cada agrupación.
Origen: Encuesta Nacional de Jueces Australianos, 2007 y Encuesta Nacional de Magistrados Australianos, 2007 (http://www.flinders.edu.au/law/judicialresearch/)
En general, los jueces y magistrados varones y mujeres concordaron en que los
factores relacionados con la naturaleza del trabajo, sus cualidades intrínsecas, fueron
sido muy importantes en su decisión de convertirse en jueces, aunque las mujeres
expresaron su punto de vista con más intensidad (la proporción de mujeres que
identificó todos los factores como muy importantes es mayor que la de los hombres).
El tipo de trabajo y el desafío intelectual propios de la posición judicial son
claramente dos factores muy importantes que influencian la decisión de hombres y
mujeres de convertirse en un magistrado o un juez. Alrededor de nueve de cada diez
jueces identificaron estos factores como importantes o muy importantes.
A pesar de que algunos hombres y mujeres de manera explícita o
conscientemente planificaron o anticiparon una carrera judicial, cuando se le presenta
Comparación de mujeres y de experiencias en la judicatura australiana
37
la oportunidad de convertirse en un funcionario judicial, el tipo del trabajo es factor más
importante al hacer la decisión de carrera.
Investigaciones previas realizadas en juzgados de primera instancia en Australia
han detectado un entusiasmo entre los magistrados con la idea de mejorar la vida de
la gente y de contribuir a un cambio social progresista (Laster y Douglas, 1995; Roach
Anleu y Mack, 2013). Los funcionarios judiciales recién nombrados son descriptos
algunas veces como “apasionados por la justicia social” (Law Institute of Victoria,
2000a: 13), o como deseosos de “cambiar la sociedad e introducir cambios positivos”
(ibidem: 16). Un magistrado opinó que: “si uno (como juez) puede hacer una pequeña
contribución para crear una sociedad más justa, entonces uno ya está haciendo algo
de mucho valor en beneficio de la comunidad” (Law Institute of Victoria, 2000b: 27).
Dicha orientación se refleja también en los resultados de la encuesta. Representa
especialmente el punto de vista de las mujeres en la judicatura de Australia. Factores
vinculados al valor social tal como el deseo de contribuir a la sociedad o mejorar el
sistema judicial constituyen los factores mencionados en segundo lugar como los más
importantes para mujeres, seguidos muy de cerca por una variedad de condiciones de
trabajo o factores extrínsecos. Las mujeres en la judicatura australiana otorgan una
mayor importancia a los factores altruistas relacionados al “valor social” (80%),
mientras que la proporción de hombres en esa misma categoría es menor (63%).
CUADRO II - Razones para convertirse en magistrado o juez: valor social (combinación de las categorías muy importante e importante en las respuestas)
Origen: Encuesta Nacional de Jueces Australianos 2007 y Encuesta Nacional de Magistrados
Australianos 2007 (http://www.flinders.edu.au/law/judicialresearch/).
Estos resultados indican que, a pesar de que las respuestas de las mujeres
identifiquen el valor social como una razón muy importante con mayor intensidad, ésta
Sharyn Roach Anleu, Kathy Mack
38
constituye un aspecto muy importante para emprender funciones en la justicia para
todos. Son muy pocos los hombres y las mujeres que no toman en cuenta este factor
(Roach Anleu y Mack, 2007).
De Groot-Van Leeuwen menciona un hallazgo similar: en 1996, dos tercios de las
mujeres capacitándose para convertirse en jueces en los Países Bajos (Holanda y
otros) “optaron por la judicatura por su vinculación inmediata con el concepto de
justicia, comparado con menos de la mitad de los hombres” (2003: 345). La autora
también descubrió que, para los hombres el desafío y la variedad constituyen aspectos
más importantes.
En contraste, para los hombres en la encuesta de Australia, las condiciones de
trabajo, especialmente la seguridad de trabajo (o estabilidad en el trabajo), fueron
factores muy importantes, seguidos de cerca por factores de valor social, aunque la
diferencia es muy pequeña. Mientras que casi la misma proporción de hombres y
mujeres en la judicatura considera que condiciones de trabajo como la estabilidad
laboral es importante o muy importante, éste es el tercer factor en importancia para los
hombres, pero el cuarto para las mujeres.
Una de las juezas encuestadas (con nueve años en ejercicio de este cargo) comenta
en la encuesta:
Es maravilloso tener la oportunidad de desempeñar este trabajo de tanta
responsabilidad, una función tan estimulante intelectualmente y con la capacidad
de marcar una diferencia real en la vida de los ciudadanos.
En resumen, convertirse en funcionario judicial en Australia es una historia de
fuertes semejanzas y relativamente pocas diferencias entre hombres y mujeres jueces
y magistrados. Todos están de acuerdo en que las cualidades intrínsecas de la función
tienen mucha importancia – el tipo de trabajo y el desafío intelectual – aunque vale
mencionar que las mujeres expresan estas perspectivas con mayor intensidad.
Mujeres y hombres también comparten el mismo punto de vista en relación al limitado
impacto que la trayectoria profesional ha tenido en su decisión. Las mujeres califican
los factores vinculados con el valor social apenas un poco más alto que los factores
extrínsecos o las condiciones sociales. Los hombres dan mayor importancia a las
condiciones de trabajo, tales como la estabilidad laboral que a los factores vinculados
al valor social, ello podría estar reflejando que la mayor parte de los hombres son
responsables del sostén de la familia.
La siguiente pregunta de investigación se refiere a las áreas de satisfacción o
insatisfacción de mujeres y hombres en relación con la experiencia del trabajo
Comparación de mujeres y de experiencias en la judicatura australiana
39
cotidiano en la justicia. Por lo general, éstas áreas también reflejan actitudes similares
aunque también algunas diferencias notables.
SATISFACCIÓN EN EL TRABAJO
La mayor parte de las personas, cualquiera que sea su ocupación, tiende a reportar
satisfacción con su trabajo (Firebaugh y Harley, 1995; Martin y Pixley, 2005). Las
conexiones entre género y satisfacción con el trabajo no son muy claras. Algunas
investigaciones han encontrado que, para las mujeres la satisfacción con el trabajo es
por lo general igual o talvez mayor que la de los hombres, aunque el salario de las
mujeres es frecuentemente menor y sus oportunidades de promoción son un poco
más limitadas, factores éstos que podrían reducir satisfacción con el trabajo (Crosby,
1982; Hodson, 1989).
Los datos sobre la satisfacción con el trabajo de los jueces son escasos,
especialmente los que se refieren a las mujeres, en parte porque ellas mujeres son un
grupo relativamente pequeño. La encuesta de mujeres jueces de Ryan et al. (1980) en
los Estados Unidos de Norte América descubrió que las mujeres estaban muy
satisfechas con el personal del tribunal, se sentían que controlaban el horario de
trabajo, que estaban cómodas con la variedad de casos que les llegaban pero estaban
menos satisfechas con la cantidad de casos y con la remuneración obtenida (Ryan et
al., 1980; también ver Smith, 1983).
Una encuesta sobre las actitudes de los jueces asalariados en Inglaterra y Gales
reporto sentimientos generalizados de un fuerte apego personal a la oficina judicial y el
importante servicio a la sociedad, pero había una preocupación por el deterioro de las
condiciones de trabajo y la insatisfacción con los derechos salariales y de pensiones
(Thomas, 2015). Un estudio más pequeño de mujeres en funciones judiciales en el
Reino Unido encontró altos niveles de satisfacción con el trabajo, a pesar de la fuerte
carga de trabajo (Darbyshire 2006, 2011). Schultz (2003b) también reportó altos
niveles de satisfacción entre las juezas en Alemania.
En países como Australia, donde los magistrados son reclutados entre las filas de
los abogados, el nivel de satisfacción con el trabajo entre abogados podría constituirse
en una base de comparación para entender la satisfacción de los jueces con el trabajo
así como proveer puntos de referencia para su investigación. Las investigaciones
realizadas sobre el particular han tendido a encontrar altos niveles de satisfacción
entre los abogados y abogadas (Hagan y Kay, 1995; Lempert et al., 2000; Hull y
Harter, 2005: 260). Sin embargo, a veces, las abogadas expresan menor satisfacción
en relación con aspectos específicos del trabajo jurídico que ejercen (Hull y Harter,
2005; Leiper, 2006; Brockman, 2001; Hull, 1999; Chiu, 1998; Chiu y Leicht, 1999). Esta
Sharyn Roach Anleu, Kathy Mack
40
relativa insatisfacción es un factor importante en la decisión de las mujeres de dejar la
práctica privada de la profesión por otra ocupación (Dinovitzer et al., 2004;
Sommerlad, 2002; Webley y Duff, 2007; Hagan y Kay, 2007; Sommerlad y Sanderson,
1998).
En sus respuestas a la encuesta, todos los funcionarios judiciales australianos
expresaron una satisfacción considerable en relación con varios aspectos de su
trabajo. Casi todos los encuestados, hombres y mujeres, consideran su trabajo como
una fuente muy importante de satisfacción en sus vidas y, como tal, la mayoría de
ellos volverían a elegir la magistratura o abogados otra vez, incluso con el beneficio de
la visión retrospectiva. Ellos están satisfechos con el trabajo en general, en particular
con el nivel de responsabilidad y con el desafío intelectual que les da su trabajo. Todos
ellos encuentran el trabajo variado e interesante, y sienten que su trabajo es
importante para la comunidad. En términos generales, todos ellos están satisfechos
con varios aspectos de sus condiciones de trabajo (Roach Anleu y Mack, 2013).
Los altos niveles de satisfacción en el trabajo reportado por mujeres en la
judicatura de Australia podrían reflejar un contraste con la práctica de la abogacía. Una
magistrada, en respuesta a una pregunta de la encuesta de composición abierta,
escribe:
Talvez todavía estoy al principio de la luna de miel (5 meses), pero estoy muy
feliz de estar aquí, es como si yo me hubiera ganado la lotería. El trabajo es
interesante, desafiante, variado y con buen salario. Yo no estoy estresada como
estaba en mi trabajo anterior.
Aunque el grado de satisfacción de las mujeres, en las áreas de mayor y menor
satisfacción, son similares a los identificados por hombres, cuando todas las facetas
de su trabajo son agregados, la proporción de las mujeres expresa satisfacción
completa es ligeramente menor que la de los hombres, o ellas expresan su grado de
satisfacción con menos intensidad que los hombres (Roach Anleu y Mack, 2009,
2013). El cuadro a continuación da una comparación completa de las actitudes de los
jueces a través de diferentes tipos de tribunales y de ambos sexos refleja un cuadro
general en el que las mujeres están menos satisfechas que los hombres, y los
magistrados menos satisfechos que los jueces.
Comparación de mujeres y de experiencias en la judicatura australiana
41
CUADRO III - Nivel de satisfacción total6
Origen: Encuesta Nacional de Jueces Australianos 2007 y Encuesta Nacional de Magistrados
Australianos 2007 (http://www.flinders.edu.au/law/judicialresearch/).
En la encuesta una jueza comenta:
Muchos aspectos son muy satisfactorios, pero la cantidad de trabajo no es
controlada, y, si uno es muy consciente, la vida se te distorsiona. Hay poca
flexibilidad (ejemplo: permiso para no presentarse a trabajar sin cobrar para
atender la familia en caso de enfermedad, otras necesidades etc.). El volumen
de trabajo pesado e inflexible es la única razón de mi insatisfacción, pero es una
razón muy seria.
6 Esta gráfica fue obtenida otorgando valores numéricos a las respuestas sobre la categoría del nivel de satisfacción y promediando la suma de estas respuestas para todos los aspectos de trabajo listados en la pregunta de satisfacción de trabajo. Las categorías relacionadas con la respuesta de satisfacción y sus valores fueron las siguientes: Muy satisfecho = 10, Satisfecho = 5, Neutral = 0, insatisfecho = -5, Muy insatisfecho = -10. Por ejemplo, tomando el aspecto de trabajo ‘horario’, si tres entrevistados estaban muy satisfechos y un entrevistado estaba insatisfecho, éste daría un valor de 6.25 para ‘horario’ [10+10+10-5)/4= 6.25]. Si dos entrevistados estaban muy satisfechos y dos entrevistados estaban insatisfechos, esto daría un valor de 2.5 [(10+10-5-5)/4=2.5] etc. Esto proporciona una medida relativa de satisfacción por cada aspecto del trabajo. También facilita las comparaciones concisas de género y tipo de tribunal. Los resultados de cada aspecto de trabajo han sido combinados para poder dar una medida completa de satisfacción. Sin embargo, es importante notar que otorgar valores de esta manera puede enmascarar otros resultados. Por ejemplo, si 100 entrevistados tiene el convencimiento de estar muy satisfechos y 100 están muy insatisfechos, esto daría un valor de 0. Porque casi todas las facetas del trabajo fueron calificadas positivamente, más valores pequeños positivos pueden indicar satisfacción relativa en comparación a más respuestas positivas (también vea a Hull y Harter, 2005: 260).
Sharyn Roach Anleu, Kathy Mack
42
Las dos áreas donde las mujeres indican menor satisfacción que los hombres se
relacionan con las horas de trabajo y la compatibilización del trabajo con las
responsabilidades familiares (también ver Duarte et al., 2014). Aunque un número
grande de mujeres están satisfechas con estos aspectos de su trabajo, se trata de
proporciones pequeñas cuando se las compara con las de sus colegas hombres
(Roach Anleu y Mack, 2009, 2013).
La mitad de hombres y mujeres indica que trabajan después de las horas
regulares de trabajo en la oficina (quiere decir que trabajan más allá de Lunes a
Viernes entre las 9-5) todos los días y un otro cuarto de ellos indica que hace lo mismo
algunos días en la semana, y no se observan diferencias de género en relación a
estas respuestas. Una jueza vincula este patrón de trabajo específicamente a las
normas de género:
Los tribunales continúan operando bajo un régimen de trabajo masculino. Esta
situación contribuye a mantener arreglos de trabajo inflexibles. También esta
situación crea un ambiente en el cual los jueces que procuran cambiar estos
arreglos para ganar tiempo y así poder escribir fallos y sentencias (para evitar
trabajar en la noche, o en el fin de semana, o cuando están de vacaciones) son
vistos como jueces sin capacidad y ineficientes. Esto, y además el requerimiento
de que un juez solicite no estar de turno y así poder atender importantes
funciones judiciales tales como redactar fallos y sentencias durante el horario
normal de trabajo en el juzgado, es como esta norma/requerimiento de trabajo
fuerza a muchos jueces a trabajar horas extraordinarias + adoptar un régimen de
trabajo no muy sano.
Hay diferencias notables entre varones y mujeres en cuanto al grado de
satisfacción respecto del horario de trabajo como un aspecto del trabajo cotidiano. En
el total, una menor proporción de mujeres reporta satisfacción si se la compara con los
colegas hombres y una mayor proporción de ellas reporta un alto nivel de
insatisfacción respecto del horario de trabajo cotidiano, con un 79% de los hombres
indicando que están satisfechos, incluso algunos muy satisfechos con el horario de
trabajo, mientras que sólo un 65% de las mujeres se encontraría en la misma
categoría.
Comparación de mujeres y de experiencias en la judicatura australiana
43
TABLA III - Satisfacción/insatisfacción con el horario de trabajo cotidiano
Horas Hombres (n = 384) Mujeres (n = 155)
Muy satisfecho(a)/satisfecho(a) 79% 65%
Muy insatisfecho(a)/insatisfecho(a) 10% 22%
Origen: Encuesta Nacional de Jueces Australianos 2007 y Encuesta Nacional de Magistrados
Australianos 2007 (http://www.flinders.edu.au/law/judicialresearch/).
Un análisis del alcance o la dimensión de la experiencia de las mujeres en relación
con la demanda de tiempo de su trabajo cotidiano no puede dejar de considerar los
aspectos relativos a las actividades hogareñas y familiares. El conflicto entre trabajo
remunerado y los compromisos familiares constituye un gran desafío para las mujeres
en muchas ocupaciones, incluyendo las profesiones jurídicas (Pocock et al., 2009).
Hay diferencias entre las mujeres y los hombres en la judicatura australiana en
relación a su nivel de satisfacción en el área de la compatibilización entre el trabajo y
las responsabilidades familiares.
TABLA IV - Satisfacción/insatisfacción con la compatibilización del trabajo con las responsabilidades familiares
Compatibilización con las responsabilidades
familiares
Hombres
(n = 381)
Mujeres
(n = 148)
Muy satisfecho(a)/satisfecho(a) 79% 64%
Muy insatisfecho(a)/Insatisfecho(a) 7% 20%
Origen: Encuesta Nacional de Jueces Australianos 2007 y Encuesta Nacional de Magistrados
Australianos 2007 (http://www.flinders.edu.au/law/judicialresearch/).
Mientras que esta característica fue importante para la mitad de las mujeres y los
hombres encuestados en relación con su decisión de ejercer funciones judiciales, una
proporción alta de hombres (79%) expresa satisfacción en el grado de compatibilidad
entre su trabajo como magistrado y responsabilidades familiares. En contraste,
solamente un poco menos de los dos tercios (64%) de las mujeres están satisfechas.
En relación a las actitudes relacionadas con el horario de trabajo, la mayor parte de
Sharyn Roach Anleu, Kathy Mack
44
mujeres está satisfecha con este aspecto de su trabajo, pero la proporción de mujeres
con ese nivel de satisfacción es menor que la de sus colegas hombres.
La encuesta solicitó a los encuestados que estimaran la cantidad de tiempo
utilizado semanalmente para el trabajo doméstico durante la semana anterior a la
encuesta, proveyendo varios ejemplos de lo que se podría definir como trabajo
doméstico. Alrededor de la mitad de los encuestados reportaron dedicar entre cinco y
quince horas a la semana en trabajo doméstico. Sin embargo, hay diferencias notables
en el tipo de experiencias reportadas por hombres y mujeres (Cuadro IV).
CUADRO IV - Tiempo dedicado al trabajo doméstico
Origen: Encuesta Nacional de Jueces Australianos 2007 y Encuesta Nacional de Magistrados
Australianos 2007 (http://www.flinders.edu.au/law/judicialresearch/).
Casi una tercera parte de las mujeres refirió haber dedicado más de 15 horas esa
semana al trabajo doméstico. En contraste, menos de uno en diez jueces o
magistrados reportó dedicar esa cantidad de horas al trabajo doméstico.
Un poco más de la tercera parte de los hombres dedicó menos de cinco horas en
la semana al trabajo doméstico, incluyendo 11 hombres que reportaron no dedicar
tiempo alguno al trabajo doméstico la semana previa. En comparación, menos de dos
en diez mujeres reportaron dedicar menos de cinco horas a la semana al trabajo
doméstico y, solamente una mujer reportó no dedicar tiempo alguno al trabajo
doméstico esa semana.
Comparación de mujeres y de experiencias en la judicatura australiana
45
Una respuesta posible a las demandas de tiempo del trabajo remunerado y los
compromisos domésticos es emplear servicios remunerados o apoyarse en el soporte
familiar. Sin embargo, considerando todas las actividades del hogar preguntadas en la
encuesta, menos del 10% de encuestados indicó que este tipo de trabajo fuera
realizado por otras personas remuneradas o no remuneradas (personas sin el rango
de esposo/a o compañero). Las diferencias de género al respecto son pequeñas: 13%
para las mujeres comparado con 9% para los hombres.
Aunque los salarios en la justicia australiana son altos (tres a cuatro veces el
salario medio anual), relativamente pocos reportan usar servicios privados
remunerados. Solamente tres en cada diez mujeres en la judicatura reporta
actividades de limpieza y mantenimiento del hogar primordialmente realizado por una
tercera persona remunerada. Otras tareas, como la planificación alimenticia y su
preparación, o el cuidado de los niños o otros dependientes familiares (cuando
aplicable), virtualmente nunca es realizado por personal remunerado. Para los jueces y
magistrados hombres, el mantenimiento del hogar es hecho por sí mismos o por
personal remunerado, mientras que planificación alimenticia la, limpieza y el trabajo de
cuidado (cuando aplicable) es realizado por sus esposas o, a veces, esta actividad es
compartida entre ellos. Una proporción mucho mayor de mujeres en la justicia reporta
realizar ellas mismas tareas en relación a comida, limpieza, o de cuidando de otros,
algunas veces compartiendo estas actividades con el esposo o compañero. En
contraste con las esposas de los colegas hombres, muy raramente los esposos son
directamente responsables de este tipo de tareas o actividades.
Otro aspecto relacionado con las demandas de tiempo del trabajo y de otros
compromisos es el hecho de sentirse muy presionados. La encuesta pregunto a los
encuestados: “Como se sentían en general en relación a su tiempo - si dirían que
siempre están apurados para hacer las cosas, siempre, solamente algunas veces, o
raramente?”.
Aunque casi todos los funcionarios judiciales, hombres y mujeres, reportan como
mínimo sentirse apurados, se observan diferencias de género substanciales (Cuadro
V). Mientras que dos de cada diez hombres (17%) dicen que siempre se sienten
apurados, casi la mitad de mujeres (47%) reporta que siempre se sienten apuradas.
Solamente cuatro mujeres (2,5%) reportan estar apuradas muy raramente, comparado
con 59 (15%) de sus colegas hombres. Más de dos terceras partes de los hombres
solamente algunas veces se sienten apurados, comparado con la mitad de mujeres
(51%).
Sharyn Roach Anleu, Kathy Mack
46
CUADRO V - Sensación de estar apurado
Origen: Encuesta Nacional de Jueces Australianos 2007 y Encuesta Nacional de Magistrados
Australianos 2007 (http://www.flinders.edu.au/law/judicialresearch/).
En resumen, mientras que las mujeres en la judicatura australiana reportan
dedicarle la misma cantidad de tiempo al trabajo fuera de horas de oficina, ellas
utilizan mucho más tiempo en las tareas domésticas. Mientras que casi dos terceras
partes de mujeres en la judicatura están satisfechas con el horario de trabajo cotidiano
y el nivel de compatibilidad con responsabilidades familiares, esta proporción es más
pequeña que la de sus colegas hombres, y una proporción más alta de mujeres
reporta sentirse apurada.
Un juez comenta:
Como se ha señalado, hoy en día mi trabajo es más compatible con mis
responsabilidades familiares y mucho menos presionado que antes - las horas
de trabajo son largas, pero el estrés y la presión no existen, y considero que el
salario y beneficios de pensión son muy buenos en comparación a la norma de
salarios que se remuneran en la comunidad.
Una jueza que no considera su posición en la judicatura suficientemente flexible
como para poder balancear trabajo y obligaciones de familia comenta:
Comparación de mujeres y de experiencias en la judicatura australiana
47
El balance entre trabajo/vida está seriamente desequilibrado en comparación
con expectaciones razonables. Tiene impacto negativo en el modo de vida de la
familia.
CONCLUSIÓN
Mientras que los datos obtenidos en la encuesta no pueden desentrañar todos los
factores de conexión entre el género y la tarea de juzgar, éstos contribuyen a
comprender el tipo de experiencia de las mujeres y los hombres que ejercen como
jueces. “La presencia de las mujeres expone claramente el carácter genérico de la
esfera y de las relaciones de trabajo y las sujeta… un escrutinio mayor” (Wells, 2003:
239). Entender más la actividad de adjudicar como una ocupación y la justicia como un
lugar de trabajo de mujeres y hombres trae a la luz importantes similitudes y
diferencias.
Una jueza resume su experiencia en su carrera judicial profesional de la siguiente
manera:
Ha sido y continua siendo una carrera maravillosa pero me gustaría tener más
tiempo libre y un mayor equilibrio - no lo quisiéramos todos nosotros!!! Es muy
estimulante intelectualmente y uno tiene la sensación de contribuir a la
comunidad. Es mucho más duro cuando hay que tomar decisiones no muy
populares que son atacadas públicamente. Los jueces con quien trabajo
actualmente son un grupo de mujeres y hombres simpáticos; pero esta situación
puede cambiar: si uno no se lleva bien con sus colegas, el lugar de trabajo
puede tornarse poco feliz.
Talvez, el hallazgo más importante de la encuesta sea la naturaleza y alcance de
las semejanzas entre mujeres y hombres en la judicatura australiana. Si bien las
mujeres todavía son una minoría distinta y visible dentro de la judicatura, las mujeres y
los hombres todavía comparten actitudes similares en varias de las dimensiones
consideradas. Las mujeres se convierten en jueces casi por las mismas razones que
los colegas hombres. Hombres y mujeres reportan altos niveles de satisfacción con
respecto de casi todos los aspectos de su trabajo. Sus experiencias en relación a las
demandas del trabajo son ligeramente diferentes.
Indudablemente, la diferencia de género más notable en la judicatura de muchas
naciones es precisamente de tipo numérico: A pesar de los incrementos ocurridos
recientemente, las mujeres continúan substancialmente subrepresentadas en la
judicatura, especialmente en las cortes supremas. Mientras que la judicatura continúe
Sharyn Roach Anleu, Kathy Mack
48
siendo una ocupación dominada por hombres (numéricamente y culturalmente),
políticas o practicas aparentemente neutrales en términos de género, como la
expectativa de trabajar después del horario de trabajo, pueden traer dificultades para
los operadores de justicia, principalmente para las mujeres con compromisos
familiares, estas consecuencias se ven en los niveles de satisfacción con el trabajo
que son comparativamente más bajos.
La diferencia más obvia respecto de las actitudes o experiencias entre mujeres y
hombres en la judicatura australiana son sus obligaciones domésticas. Las mujeres le
dedican mucho más tiempo en ese tipo de actividad y el tipo de trabajo que realizan en
el hogar es diferente. La investigación muestra las magistradas y juezas reportando
sufrir más presiones de tiempo que sus colegas hombres. Las diferencias
relativamente leves en sus actitudes hacia el trabajo − menor satisfacción en general
con el trabajo − puede ser que no se basen únicamente en sus experiencias de trabajo
sino que además pueden reflejar los contextos a nivel personal y social donde hacen
su labor judicial que son basados en el género. Estos resultados van a resonar en
muchas mujeres dentro de las profesiones jurídicas y en la sociedad en general.
APPENDIX
EL DISEÑO DE INVESTIGACIÓN
Los datos que se discuten en este artículo de publicación se basan en los resultados
de la Encuesta Nacional de Jueces y de la Encuesta Nacional de Magistrados
Australianos, la encuesta fue conducida en 2007. Las dos encuestas fueron
esencialmente idénticas, pero conducidas separadamente con la intención de
mantener claridad de terminología y de reconocer algunas diferencias en el tipo de
trabajo; por ejemplo, preguntas acerca de los jurados para los jueces, que no se
aplican a los magistrados. Las encuestas fueron realizadas usando cuestionarios de
vuelta por correo. La participación fue completamente voluntaria. Debido a la
preocupación muy fuerte de la judicatura sobre la confidencialidad de los datos no se
usó seguimiento o identificación en las encuestas, por lo que la identidad de los que
retornaron o no retornaron las encuestas no se conoce. Todas las encuestas
realizadas son anónimas.
La Encuesta Nacional de Jueces Australianos se envió a todos los 566 jueces en
toda Australia en marzo 2007. La encuesta fue impresa en un folleto con una cubierta
de color azul muy brillante para distinguirla de la encuesta de los magistrados.
Respuestas se recibieron hasta junio 2007; 309 encuestas fueron retornadas, dando
Comparación de mujeres y de experiencias en la judicatura australiana
49
una tasa de respuesta nacional de 54,5%. Los jueces que respondieron son
representativos de los jueces en su conjunto, en términos de sexo, tiempo en el
banquillo y tipo/nivel de corte parecen ser representativos de edad, aunque edad no se
puede calcular totalmente, porque fecha base de datos de nacimiento para la
judicatura en su totalidad no está disponible.
La Encuesta Nacional de Magistrados Australianos 2007 fue enviada a todos los
457 magistrados en toda Australia a finales de mayo 2007. La encuesta fue impreso
en un folleto con una cubierta de color naranja fuerte para distinguirla de la encuesta
previa de magistrados en 2002 y de la encuesta de jueces. 242 encuestas se
recibieron dando una taza de respuesta de 52,9%. Los magistrados que respondieron
son representativos de la judicatura en su conjunto, en género, edad y tiempo en el
banquillo. Hay alguna variación en términos de jurisdicción, con una representación un
poco más grande de magistrados de New South Wales, cuando comparado con
magistrados de otras jurisdicciones.
La encuesta incluyo varias preguntas abiertas lo cual dio a los encuestados la
oportunidad de comentar en manera general acerca de su carrera jurídica o acerca de
otros tópicos mencionados en la encuesta. Las citas en este artículo de publicación se
dan a pie de la letra, como fueron escritas en el folleto de la encuesta, aunque
cualquier información que pudiera identificar al encuestado ha sido eliminada. Cada
encuesta incluyó preguntas relativas a la posición actual de los jueces y los
magistrados, fondo carrera y de educación, trabajo todos los días y otras actividades,
satisfacción en el trabajo y la información demográfica, como la fecha de nacimiento.
SHARYN ROACH ANLEU
School of Social and Policy Studies, Flinders University, GPO Box 2100, Adelaide SA 5001, Australia Contacto: [email protected]
KATHY MACK
School of Law, Flinders University, GPO Box 2100, Adelaide SA 5001, Australia Contacto: [email protected]
Recibido: 13.01.2014
Aceptación comunicada: 02.09.2015
Sharyn Roach Anleu, Kathy Mack
50
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Australasian Institute of Judicial Administration (2015), “Gender Statistics: Judges and
Magistrates”. Consultado el 11.08.2015, en
http://www.aija.org.au/online/JudgesMagistrates.pdf.
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