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propósitos diferentes a los especificados por la institución, y sin contar con la
autorización correspondiente.
Revisión editorial: Eduardo Durán V.
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ÍNDICE
Objetivo general 4
Objetivos específicos 4
Parte I: El portafolio. Origen del portafolio. Su conversión
en instrumento para la enseñanza y la evaluación del aprendizaje 5
El portafolio como instrumento didáctico. Definiciones y significados 6
Finalidades y objetivos del portafolio como instrumento de evaluación 8
Ventajas de su uso 8
Parte II: Proceso de construcción del portafolio 9
Fase 1: Diseño y planificación 9
Fase 2: Desarrollo: recolección de evidencias 11
Fase 3: Evaluación del portafolio 15
Parte III: Otros aspectos sobre el portafolio como instrumento de
evaluación del aprendizaje 16
Tipos de portafolios 16
Indicadores de éxito del uso del portafolio 16
Dificultades en la realización de portafolios 17
Bibliografía 18
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Objetivo general
Este material tiene como objetivo orientar a los profesores en la planeación,
elaboración, aplicación y uso de una evaluación cualitativa del aprendizaje de
los estudiantes, específicamente mediante el instrumento conocido como
portafolio.
Objetivos específicos
1. Conocer la definición de portafolio y su importancia como instrumento de
evaluación continua del aprendizaje.
2. Identificar la estructura y los componentes principales de este
instrumento.
3. Conocer las fases de construcción de portafolios para su aplicación en la
propia práctica docente.
4. Reconocer la importancia de la recolección de evidencias de desempeño
en la valoración del alcance de los objetivos y las competencias de las
materias.
5. Conocer los tipos de evidencias más recomendables para una pertinente
selección de las mismas.
6. Reconocer el valor de las rúbricas para evaluar los portafolios.
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PARTE I
EL PORTAFOLIO
ORIGEN DEL PORTAFOLIO. SU CONVERSIÓN EN INSTRUMENTO PARA LA ENSEÑANZA Y LA
EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE
En su sentido coloquial, el portafolio es una cartera de mano para llevar libros,
papeles, documentos, entre otros. Es decir, se conoce como un espacio físico
para guardar documentos personales que tengan alguna relevancia para el
sujeto, y la intención de mantener un orden y cuidado de los mismos.
De acuerdo con Barragán (2005), el portafolio tenía un uso frecuente en
áreas del conocimiento asociadas a las artes, al diseño y a la arquitectura.
Puede considerarse que su uso se debía a que, cada proyecto en su inicio,
tenía una forma que podía transformarse en el tiempo. Conservar los
antecedentes y los progresos del mismo era un aspecto fundamental para
obtener el producto final. La autora resalta que surge como una técnica para
demostrar competencias profesionales en el mercado laboral.
La consideración y formalización de la relevancia de esta herramienta en
el ámbito educativo, parece haber sido un consenso de especialistas en el área
de la educación. Esto ocurrió con mayor fuerza en la década de 1990, en la cual
se encuentran diversos trabajos e investigaciones que proponen el trasvase del
portafolio desde los terrenos profesionales al ámbito de la educación.
Sistematizan su uso como instrumento de enseñanza y de evaluación del
aprendizaje de los estudiantes. En la mayor parte de estos trabajos se asume,
como principio fundamental del portafolio, la organización de evidencias con
una trayectoria que refleja un progreso continuo de avances. Este principio
denotó la posibilidad didáctica de revisión y retroalimentación de procesos,
entre el docente y el alumno, y su impacto en los productos resultantes.
También aparece como una metodología de enseñanza y de evaluación
continua alternativa a aquellas de corte cuantitativo que imperaban y cuyas
limitaciones se hacían notar. De manera que, ante el auge de las concepciones
cualitativas, esta herramienta se constituye en un paradigma para el
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conocimiento de los procesos, desarrollo continuo y avances de los estudiantes,
que no proporcionan los instrumentos centrados sólo en un producto final.
EL PORTAFOLIO COMO INSTRUMENTO DIDÁCTICO. DEFINICIONES Y SIGNIFICADOS
Desde el punto de vista didáctico, el portafolio es considerado una herramienta
para evaluar trayectorias de aprendizaje, basadas en ejecuciones y logros
obtenidos por los participantes en tales trayectorias e incorpora el valor añadido
de su potencial de aprendizaje. Esas ejecuciones y logros parten de los
objetivos y competencias profesionales inherentes a una materia en particular.
De acuerdo con Murillo (2012), de manera elemental, el portafolio se
considera como un espacio físico, digital o virtual que sirve para recopilar
trabajos, escritos diversos, fotografías y cualquier otro elemento que señale
algún registro que se desea realizar. De manera más compleja, tiene una
intención de aprendizaje o didáctica, especificada en objetivos y reflejada en el
hilo conductor de su desarrollo.
El portafolio es un método de enseñanza, y de evaluación, que consiste
en el aporte de producciones de diferente índole por parte de quien es docente
de quien es estudiante. Se constituye de estas evidencias mediante las cuales
se pueden valorar los desempeños en el marco de una disciplina o curso
específico (Carreto, Reséndiz y Moheno, 2010). Tales elaboraciones dan
cuenta del proceso personal seguido por quien elabora el portafolio, pues
reflejan esfuerzos, dificultades, logros y propuestas alternativas, en relación con
los objetivos y los criterios de evaluación establecidos previamente, así como
con los rasgos de competencia y los resultados esperados, según el caso
(Hernández, 2006).
Este instrumento se fundamenta en la idea de que la evaluación muestra
la manera en cómo una persona aprende y organiza su aprendizaje, o sea,
testimonia de alguna manera su estilo para aprender. Además, responde, entre
otros, a dos aspectos fundamentales: 1) un procedimiento metodológico para su
desarrollo que incluye las técnicas y actividades didácticas llevadas a cabo en
los procesos formativos, y 2) el procedimiento valorativo por el que se articula el
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conjunto de evidencias en la formación de los rasgos de competencias o de
objetivos esperados. Si se usaran otros instrumentos de evaluación más
tradicionales que aportan una visión más fragmentada, esto sería más difícil de
registrar (Murillo, 2012).
En las definiciones presentadas se pueden resumir los siguientes
elementos definidores del término:
1. Es una colección de evidencias de ejecuciones que requiere la formación
de una o un conjunto de competencias profesionales inherentes a una
materia o dominio de conocimientos particulares.
2. Las evidencias deben permitir observar el desempeño inicial y final, en la
elaboración de un mismo producto, para dar cuenta del desarrollo
progresivo de la(s) competencia(s) pretendida(s).
3. Las evidencias deben corresponderse con ejercicios y trabajos
intelectuales y profesionales concretos, es decir, consistente con la
competencia que se pretende alcanzar.
4. Requiere de una revisión de las evidencias y retroalimentación constante
entre el docente y el estudiante.
5. Supone un desarrollo cualitativamente superior entre las evidencias del
inicio y las obtenidas al final.
Se puede apreciar que el portafolio tiene un alto valor diagnóstico porque
informa convenientemente sobre las competencias que una persona puede
demostrar, así como el aprovechamiento del proceso de aprendizaje que se ha
seguido para obtener tales logros. Permite valorar lo aprendido y la capacidad
de aprendizaje. Suministra valiosa información sobre los procesos de
aprendizaje y desarrollo del alumnado. Aporta modelos de adquisición de
competencias.
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FINALIDADES Y OBJETIVOS DEL PORTAFOLIO COMO INSTRUMENTO DE EVALUACIÓN.
Ventajas de su uso
Desde el punto de vista didáctico, Carreto, Reséndiz, Moheno (2010) y
Fernández (2006), al portafolio se le atribuyen las siguientes ventajas:
1. Conecta los objetivos de aprendizaje y el currículo con la evaluación,
involucrando al alumnado y profesores en tal situación.
2. Permite que el alumno asuma un papel activo en su evaluación,
mediante la recogida de evidencias de desarrollo en su proceso de
enseñanza-aprendizaje.
3. Permite hacer un análisis de la situación evaluada, desde la perspectiva
de los distintos contextos, entendiendo el proceso de formación desde su
inicio hasta su forma acabada.
4. Da importancia a los procesos de interacción social que se dan durante
el aprendizaje y los contextos en los que se desarrolla.
5. Con este instrumento, el elemento de estudio no es el alumno, sino el
proceso en el cual el estudiante ha llegado a ser como es. Se analiza al
estudiante desde su origen, fijándose en el proceso y en aquellas fuerzas
de cambio que provocan la transformación del mismo hasta que llega al
final del curso.
6. El portafolio motiva al estudiante a reflexionar sobre su propio
aprendizaje, participa en el proceso de evaluación.
8. Desarrolla destrezas colaborativas.
9. Promueve las capacidades de solución de problemas.
10. Estructura las actividades de aprendizaje, reconoce lo que es obligatorio
y lo que es optativo.
11. Provee a los profesores de información para ajustar los contenidos del
curso a las necesidades de aprendizaje.
12. Hace énfasis en la evaluación formativa.
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PARTE II
PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DEL PORTAFOLIOS
El uso de un portafolio como instrumento de evaluación debe partir del análisis
de los objetivos y las competencias de la materia para los que se requiere
observar un desarrollo progresivo. Posteriormente, se les debe solicitar a los
estudiantes las evidencias pertinentes que den cuenta de este desarrollo.
Murillo (2012) plantea que una vez identificados los objetivos y las
competencias a formar, la construcción del portafolio posee tres fases básicas,
a saber:
Fase 1: Diseño y planificación.
Fase 2: Desarrollo: recolección de evidencias.
Fase 3: Evaluación de portafolio por rúbrica.
Fase 1: Diseño y planificación
Cada materia trae consigo un conjunto de nuevos conocimientos, habilidades y
actitudes que requieren desempeñarse ya sea en la vida misma o en los
ámbitos profesionales. Este desempeño puede tener lugar por medio de
acciones concretas, mecanismos, instrumentos, dispositivos que entrañan la
puesta en práctica de los conocimientos, habilidades y actitudes de la materia.
La planeación y diseño de un portafolio requiere, en primer lugar,
determinar los objetivos de la materia, y las competencias genéricas y
específicas. Es decir, delimitar lo que el estudiante debe saber y saber hacer y
en cada uno de ellos, especificar claramente lo que implica ese saber hacer.
Como ejercicio didáctico se acude al siguiente ejemplo:
La materia Taller de la entrevista clínica proporciona a los estudiantes las
técnicas para efectuar una entrevista clínica. La competencia genérica
consistiría en que el estudiante, al finalizar la materia, sea capaz de
entrevistar a un sujeto. A su vez, esta competencia genérica implica las
siguientes competencias específicas:
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1. Revisar el historial clínico del paciente.
2. Proporcionar un diagnóstico tentativo.
3. Diseñar un guion.
4. Crear un rapport con el paciente.
5. Realizar la entrevista.
6. Detectar detalles psicológicos de importancia.
7. Cerrar la entrevista.
8. Reportar los resultados.
Cada una de estas competencias específicas implica un conjunto de
saberes y acciones concretos, por ejemplo:1
Competencia específica
Revisar el historial clínico del paciente
Indagar sobre la historia médica, familiar, personal, escolar, laboral de un paciente.
Proporcionar un diagnóstico tentativo
Conocer la clasificación de los diferentes trastornos psicológicos existentes de acuerdo con la sintomatología presentada.
Conocer las pruebas psicológicas que apoyan el diagnóstico del estado mental y afectivo de las personas.
Diseñar un guion de entrevista
Reconocer las formas más adecuadas para comenzar una entrevista clínica.
Identificar las formas de preguntar.
Reconocer las técnicas de persuasión, empatía, manejo de la transferencia y contratransferencia.
Crear un rapport con el paciente
Crear un ambiente de confianza, libertad y despliegue de las emociones auténticas del paciente.
Saludar al paciente.
Emitir una frase empática.
Dar libertad al paciente para elegir el lugar en el que se sentará.
Realizar la entrevista
Dominar las técnicas de preguntas indirectas.
Centrarse en la búsqueda de causas.
Percatarse de las resistencias.
1 El ejemplo es utilizado con fines didácticos. Por cuestiones de espacio se omiten acciones importantes en la aplicación
de una entrevista clínica, por lo que se sugiere, no utilizarlo tal como aparece aquí, en una materia relacionada con el tema.
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Desviar momentáneamente el curso de la conversación, en caso de resistencias.
Detectar detalles psicológicos de importancia, como:
Presencia de miradas fijas, huecas o centradas en el vacío.
Repetición desmedida de frases o palabras.
Movimientos del cuerpo, gestos, tics, sudoraciones.
Ideas inconclusas o fuga de ideas.
Desconcentración.
Discurso incoherente o frases que rompen con el curso normal de la conversación.
Silencios o desvíos de la conversación.
Cerrar la entrevista
Agradecer al paciente su colaboración.
Expresar una frase de conclusión de la entrevista.
Expresar una frase de posible continuidad.
Reportar los resultados
Organizar el documento por áreas, proporcionar un diagnóstico y apoyar el diagnóstico con extractos del discurso del paciente en el que se pueda percibir las interpretaciones del entrevistador.
Una vez delimitados estos elementos, se pasa a la Fase 2 del proceso de
construcción de un portafolio.
Fase 2: Desarrollo: recolección de evidencias
En esta fase se seleccionan los instrumentos, acciones, dispositivos que
constituyen evidencias significativas e indicadoras de la formación y el alcance
de las competencias de la materia. Se decide, sobre todo, aquello que puede
constituir una manera de observar la formación y el desarrollo de ésta. Siendo
consistente con la finalidad de un portafolio, deben seleccionarse evidencias
que permitan observar el desempeño progresivo del estudiante, en un periodo
inicial y luego al final. De manera que el estudiante tenga elementos, en un
inicio, para percatarse de sus fortalezas y áreas de oportunidad, y este
conocimiento repercuta en el desarrollo de la misma evidencia al finalizar el
curso.
Las evidencias pueden ser de diversa naturaleza y formatos.
Dependiendo de la competencia se requerirán documentos en papel o en
digital, como mapas conceptuales, ensayos, entrevistas, informes, reportes,
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proyectos, entre otros, también videos, audios, fotografías, maquetas etcétera.
Se recuerda que ésta debe ser pertinente y realmente mostrar la competencia
en acción.
Continuando con el ejemplo anterior, se podrá observar las evidencias
que son pertinentes en las competencias definidas.
Competencia específica Evidencias recomendables
Revisar el historial clínico del paciente Mostrar tres expedientes clínicos de pacientes de primer ingreso, con posibles trastornos psicológicos, en el departamento de salud mental de una institución de salud formalmente constituida.
Proporcionar un diagnóstico tentativo Entregar un reporte clínico de los pacientes con la siguiente información:
a) Descripción de los síntomas manifiestos. b) Aspecto físico del paciente. c) Diagnóstico psicomotor. d) Diagnóstico cognitivo. e) Diagnóstico del área afectiva. f) Historia familiar. g) Posible diagnóstico. h) Posible diagnóstico diferencial.
Diseñar un guion Documento escrito, dirigido a dos de los tres casos, con los siguientes elementos:
1. Inicio de la entrevista. 2. Cuerpo de la entrevista. 3. Cierre de la entrevista.
Crear un rapport con el paciente: el
rapport implica:
Crear un ambiente de confianza, libertad y despliegue de las emociones auténticas del paciente.
Saludar al paciente.
Emitir una frase empática.
Dar libertad al paciente para elegir el lugar en el que se sentará.
Videograbación de la entrevista a los sujetos seleccionados.
Realizar la entrevista, este proceso
implica:
Dominar las técnicas de preguntas indirectas.
Centrarse en la búsqueda de causas.
Percatarse de las resistencias.
Desviar momentáneamente el curso de la conversación, en caso de resistencias.
Videograbación de la entrevista a los sujetos seleccionados.
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Detectar detalles psicológicos de
importancia como son:
Presencia de miradas fijas, huecas o centradas en el vacío.
Repetición desmedida de frases o palabras.
Movimientos del cuerpo, gestos, tics, sudoraciones.
Ideas inconclusas o fuga de ideas.
Desconcentración.
Discurso incoherente o frases que rompen con el curso normal de la conversación.
Silencios o desvíos de la conversación.
Videograbación de la entrevista a los sujetos seleccionados.
Cerrar la entrevista
Agradecer al paciente su colaboración.
Expresar una frase de conclusión de la entrevista.
Expresar una frase de posible continuidad.
Videograbación de la entrevista a los sujetos seleccionados.
Reportar los resultados Documento escrito con los resultados de la entrevista.
Una vez delimitados los aspectos anteriores, se establecen los siguientes
aspectos: estructura y formato del portafolio, presentación, apartado con las
razones y finalidades por las que se desarrolla, metas y el tiempo para el
desarrollo, éste último depende de los tiempos institucionales del curso en
cuestión.
En cuanto al formato de un portafolio, con frecuencia se encuentra el
formato físico (papel) y el formato digital, estos últimos son conocidos como e-
portafolios. Son versátiles porque que existe la posibilidad de establecer
conexiones entre los apartados y generar otros nuevos o algunas subdivisiones.
En cuanto a la estructura de un portafolio, los autores recomiendan cubrir
los puntos del siguiente protocolo.
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Presentación Apartado
introductorio Guía o índice de contenido
Cuerpo del portafolio
Apartado de cierre
En la sección de presentación pueden aparecer datos personales del
estudiante, datos institucionales, el nombre de la materia, el objetivo general y
la(s) competencia(s) a formar.
En el apartado introductorio se exponen los propósitos, razones y metas
que se pretenden alcanzar con el portafolio en cuestión.
La guía o índice de contenido, es un apartado en el que se desglosan de
los sub-apartados que contendrá el portafolio. Se sugiere hacerlo por las
competencias específicas que serán evaluadas, con un título que las contenga,
y el nombre de las evidencias que requerirán cada una de éstas.
El cuerpo del portafolio es aquél en el cual
deben acumularse de manera organizada las
evidencias seleccionadas. En general se compone
de “pestañas” que corresponden a competencias
específicas o aquéllas que requiere la competencia
genérica. Por cada una se guardan las respectivas
evidencias.
El apartado de cierre del portafolio contiene, de
forma general, las evidencias mejor trabajadas por los estudiantes y las
reflexiones, comentarios generados en la retroalimentación entre el docente y el
alumno.
Con el apoyo del ejemplo anterior, el portafolio de esa materia contaría
con 8 pestañas. Se sugiere que dentro de una misma pestaña se establezca un
mecanismo de organización para las evidencias iniciales y las finales. Esto
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permite que, estudiantes y docentes, tengan la información del progreso del
desempeño.
Una vez que se tiene el acceso a las evidencias, debe promoverse el
análisis y la reflexión crítica por parte del estudiante (autoevaluación) y entre el
estudiante y el docente.
Fase 3: Evaluación del portafolio
Además de constituir un instrumento de evaluación continua, el portafolio como
instrumento de enseñanza es evaluado. La mayor parte de los autores
recomiendan hacerlo mediante las rúbricas, y además de requerir de la
autoevaluación también es necesaria una evaluación externa.
La rúbrica de un portafolio toma en cuenta grados o niveles (que pueden
ir desde la excelencia hasta la categoría insuficiente o no aceptado). En
general, los indicadores para evaluar un portafolio son:
a) Calidad y suficiencia de las evidencias proporcionadas.
b) Indicadores de logro de la competencia.
c) Nivel de logro.
Como se ha reiterado en el documento de Evaluación del aprendizaje por
rúbricas,2 disponible en línea, en la construcción de la rúbrica, las categorías de
grados o niveles de alcance deben considerar desde lo más aceptado hasta lo
menos aceptado. Esta decisión es de quienes construyen la rúbrica.
Una vez construida la rúbrica, ha de proporcionarse al estudiante que
realizará el portafolio, los criterios contenidos en ella para que conozca con
claridad lo que se valorará en su desempeño.
2 Consultarlo para mayor detalle.
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PARTE III
OTROS ASPECTOS SOBRE EL PORTAFOLIO COMO INSTRUMENTO DE EVALUACIÓN DEL
APRENDIZAJE
Tipos de portafolios
De acuerdo con Murillo (2012) existe una variedad de portafolios, cuya
estructura depende del objetivo o competencia que se pretende formar. A
continuación se proporcionan las modalidades propuestas por la autora:
Tipo Descripción
Portafolio de Habilidades
Busca recopilar evidencias que permita a quien lo realiza, mostrar a otro el proceso formativo de determinadas habilidades y reconocer las destrezas que ha desarrollado.
Portafolios para un curso
Las secciones del portafolio se delimitarán, por ejemplo, según la propuesta de desarrollo del curso, o de acuerdo con los temas a tratar; la organización puede estar dada por el docente o realizada por el mismo estudiante.
Portafolio tipo vitrina
Contiene evidencia limitada y resulta útil en laboratorios. Por ejemplo, mostrar el mejor trabajo, el trabajo mejorado, el peor trabajo, el trabajo preferido. Los anexos pueden ser tareas, exámenes, otros.
Portafolios de cotejo
Contiene un número predeterminado de anexos. Por ejemplo, se solicita documentar el portafolio con diez problemas y dos resúmenes elaborados bajo criterios específicos, un artículo, dos reportes y dos exámenes a los que anexe sus reflexiones.
Portafolios formato abierto
Incluyen lo que su creador considere como evidencia de su aprendizaje. Se requiere delimitar aspectos sobre su elaboración y evaluación.
Portafolios docentes
Muestran las evidencias de los desempeños docentes. Recopilan información personal, del curso, de sus actividades académicas y todas aquellas evidencias que constituyan una manifestación de su quehacer, de su crecimiento, de sus propuestas de mejoramiento.
Indicadores de éxito del uso del portafolio
La pertinencia del portafolio como instrumento didáctico posee respaldo
empírico. Diversas investigaciones han constatado el efecto de su empleo en la
formación de los estudiantes respecto a las competencias de materias
particulares. Barragán (2005) reporta los siguientes hallazgos:
1. El número de estudiantes aprobados es bastante satisfactorio,
respecto al número de aprobados que estaban expuestos a las
metodologías tradicionales o centradas en la obtención de productos
finales.
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Primera dificultad:
Hace referencia al propio concepto de portafolios, al cómo reflejar el aprendizaje; señalan la gran dificultad encontrada para no confundir el portafolios con un registro acumulativo de los trabajos realizados, y la gran dificultad para evidenciar la autorreflexión.
Segunda dificultad:
Se refiere a cómo el hecho de participar en el proceso de construcción de un portafolios coloca a los estudiantes frente a nuevas situaciones que requieren de determinadas capacidades, destrezas y habilidades que les permitan tomar decisiones sobre la información a incluir, la organización del contenido, las partes que serán evaluadas, los criterios a ocupar para evaluar sus méritos, entre otros.
Tercera dificultad:
Se refiere a la falta de habilidades sociales y de comunicación para generar procesos de asesoramiento y participación (tanto en el profesorado como en el alumnado); la carencia de estas habilidades obstaculiza la comunicación y ralentiza la toma de decisiones orientados a la solución de problemas.
2. El grado de satisfacción de los estudiantes respecto a las actividades
planeadas para el portafolio fue siempre favorable. Es decir los
estudiantes sentían satisfacción al llevar a cabo las actividades
indicadas.
3. El grado de desarrollo de las competencias propuestas para la
asignatura es alto. Éste es uno de los hallazgos más importantes
según el autor, el instrumento logró, en gran medida, la formación de
las habilidades y actitudes que requerían las materias.
4. Existe por parte de los estudiantes una percepción positiva del
impacto que tiene el instrumento en su futuro profesional, o
“empleabilidad” que es considerado como la generación y desarrollo
en las personas de una serie de competencias dirigidas a la intención
de alcanzar una ocupación o empleo formal frente a la sociedad.
Dificultades en la realización de portafolios
Debido a la complejidad del instrumento Pozo y García (2006) señalan tres
dificultades esenciales en la construcción de un portafolio. Éstas han sido
manifestadas por los estudiantes y docentes. Es importante tomarlas en cuenta
cuando se encuentre frente a la decisión de utilizarlo, a saber:
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BIBLIOGRAFÍA
Barragán, S. R., “El Portafolio, metodología de evaluación y aprendizaje, de
cara al nuevo espacio europeo de educación superior. Una experiencia práctica
en la Universidad de Sevilla”, Revista Latinoamericana de Tecnología
Educativa, vol. 4, núm. 1, 2005.
Carreto A, G. A, Reséndiz, O. M y Moheno, P. G., “Utilización del portafolio
como un instrumento de evaluación formativa en el nivel superior”. Congreso
Iberoamericano en Educación, Metas 2011, Un congreso para que pensemos
todos en la educación que queremos, Buenos Aires, Argentina, 2010.
Fernández, Amparo, “El portafolio como estrategia formativa y de desarrollo
profesional”, Revista Educar, pp. 127-142, 2004.
Murillo, S. G., “El portafolio como instrumento clave para la evaluación en
educación superior”, Revista Actualidades Investigativas en Educación. vol. 12,
núm. 1, enero-abril, pp. 1-23, 2012.
Pozo, Ll. Ma. T. y García L. B., “El portafolios del alumnado: una investigación-
acción en el aula universitaria”, Revista de Educación, p. 341, septiembre-
diciembre, pp. 737-756, 2006.