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ANTOLOGÍA DE
POEMAS DE AMOR
Selección de poemas de amor hecha por el
profesorado y el personal del IESO “Bardenas
Reales” con motivo de las actividades del Plan
de Mejora de la Lectura dedicadas a la Semana del Amor (febrero 2017).
Portada: El beso, Gustav Klimt, 1908.
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INDICE
Poema Autor Página
“Palabras para Julia” José Agustín Goytisolo 4
“Si tú me olvidas” Pablo Neruda 5
“Viceversa” Mario Benedetti 6
“Así se escribe la ciencia” Gabriel Celaya 7
Rima LIII. “Volverán las oscuras golondrinas” Gustavo Adolfo Bécquer 8
Poema VI. “Te recuerdo como eras en el último otoño” Pablo Neruda 9
“Romance del Duero” Gerardo Diego 10
“Si mis manos pudieran deshojar” Federico García Lorca 11
Poema XX. “Puedo escribir los versos más tristes esta noche” Pablo Neruda 12
“Poema para encender un amor apagado” Gloria Fuertes 13
“Sencillos deseos” Gioconda Belli 14
Soneto CXXVI “Desmayarse, atreverse, estar furioso” Lope de Vega 15
“Amor matemático” Arnoldo Bernal Argüello 16
“Sueño” Federico García Lorca 17
“Llama de amor viva” San Juan de la Cruz 18
“Dos palabras” Alfonsina Storni 19
“Por algo será” Joaquín Sabina 20
“Poema para que lo leas cuando no esté a tu lado” Benjamín Prado 21
Soneto XVII “No te amo como si fueras rosa de sal, topacio” Pablo Neruda 22
XXXVIII “¡Qué entera cae la piedra” Pedro Salinas 23
“Lagun Bat” Kirmen Uribe 24
“Así te quiero yo” Jesús Munárriz 25
“No se abre tu nombre” Kepa Murua 26
“Andábamos sin buscarnos” Julio Cortázar 27
“Si el hombre pudiera decir lo que ama” Luis Cernuda 28
“Besos” Gabriela Mistral 29
“Annabel Lee” Edgar Allan Poe 30
“Romance de la luna luna” Federico García Lorca 31
Versos 1237-1265. “Lo que eres” Pedro Salinas 32
“Con un cero” Gloria Fuertes 33
“Se equivocó la paloma” Rafael Alberti 34
“Razón de Ser” Fermín Herrero 35
Rima LXXVIII. “Amor eterno” Gustavo Adolfo Bécquer 36
Poema XV. “Me gustas cuando callas” Pablo Neruda 37
“El desayuno” Luis Alberto de Cuenca 38
CXXII. “Soñé que tú me llevabas” Antonio Machado 39
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PALABRAS PARA JULIA
Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.
Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.
Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.
Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.
Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.
Perdóname no sé decirte
nada más, pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.
Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
EN MÚSICA POR PACO IBÁÑEZ https://www.youtube.com/watch?v=453YRNSu4ww
POR LOS SUAVES https://www.youtube.com/watch?v=IKc8ub5rj-U
Palabras para Julia (1979)
José Agustín Goytisolo (1928-1999)
Poema elegido por Susana Gómez
5
SI TÚ ME OLVIDAS
Quiero que sepas
una cosa.
Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.
Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.
Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que, en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.
Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.
Los versos del capitán (1952)
Pablo Neruda (1904-1973)
Poema elegido por Begoña Cerdán
6
VICEVERSA
Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte
tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte
tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte
o sea
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.
Poemas de otros (1974)
Mario Benedetti (1920-2009)
Poema elegido por Aroa Torre
7
ASI SE ESCRIBE LA CIENCIA (HOMENAJE A KEPLER)
Así soñé yo la verdad
KEPLER
Kepler miró llorando los cinco poliedros
encajados uno en otro, sistemáticos, perfectos,
en orden musical hasta la gran esfera.
Amó al dodecaedro, lloró al icosaedro
por sus inconsecuencias y sus complicaciones
adorables y raras, pero, ¡ay!, tan necesarias,
pues no cabe idear más sólidos perfectos
que los cinco sabidos, cuando hay tres dimensiones.
Pensó, mirando el cielo matemático, lejos,
que quizá le faltara una lágrima al miedo.
La lloró cristalina: depositó el silencio,
y aquel metapoliedro, geometría del sueño,
no pensable y a un tiempo normalmente correcto,
restableció sin ruido la paz del gran sistema.
No cabía, es sabido, según lo que decían,
más orden que el dictado. Mas él soñó: pensaba.
Eran más que razones: las razones ardían.
Estaba equivocado, mas los astros giraban.
Su sistema era sólo, según lo presentido,
el orden no pensado de un mundo enloquecido,
y él buscaba el defecto del bello teorema.
Lo claro coincidía de hecho con el espanto
y en la nada, la nada le besaba a lo exacto.
Gabriel Celaya (1911-1991)
Poema elegido por Óscar Carpio
8
RIMA LIII
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
ésas… ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día….
ésas… ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar,
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido…, desengáñate,
¡así no te querrán!
Rimas (1871)
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)
Poema elegido por Sheila Zalaya
9
POEMA VI
Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.
Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.
Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.
Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
¡Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.
Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924)
Pablo Neruda (1904-1973)
Poema elegido por Ana Chueca
10
ROMANCE DEL DUERO
Río Duero, río Duero,
nadie a acompañarte baja;
nadie se detiene a oír
tu eterna estrofa de agua.
Indiferente o cobarde,
la ciudad vuelve la espalda.
No quiere ver en tu espejo
su muralla desdentada.
Tú, viejo Duero, sonríes
entre tus barbas de plata,
moliendo con tus romances
las cosechas mal logradas.
Y entre los santos de piedra
y los álamos de magia
pasas llevando en tus ondas
palabras de amor, palabras.
Quién pudiera como tú,
a la vez quieto y en marcha,
cantar siempre el mismo verso
pero con distinta agua.
Río Duero, río Duero,
nadie a estar contigo baja,
ya nadie quiere atender
tu eterna estrofa olvidada,
sino los enamorados
que preguntan por sus almas
y siembran en tus espumas
palabras de amor, palabras.
Soria. Galería de estampas y efusiones (1923)
Gerardo Diego (1896-1987)
Poema elegido por Susana Gómez
11
SI MIS MANOS PUDIERAN DESHOJAR
Yo pronuncio tu nombre
en las noches oscuras,
cuando vienen los astros
a beber en la luna
y duermen los ramajes
de las frondas ocultas.
Y yo me siento hueco
de pasión y de música.
Loco reloj que canta
muertas horas antiguas.
Yo pronuncio tu nombre,
en esta noche oscura,
y tu nombre me suena
más lejano que nunca.
Más lejano que todas las estrellas
y más doliente que la mansa lluvia.
¿Te querré como entonces
alguna vez? ¿Qué culpa
tiene mi corazón?
Si la niebla se esfuma,
¿qué otra pasión me espera?
¿Será tranquila y pura?
¡Si mis dedos pudieran
deshojar a la luna!
Libro de poemas (1921)
Federico García Lorca (1898-1936)
Poema elegido por Teresa Pérez
12
POEMA XX
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos
árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los
mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis
brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me
causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924)
Pablo Neruda (1904-1973)
Poema elegido por Pilar Alba, Silvia Alfonso, Javier Monguilán, Pilar Ramos y Espe Sainz
13
POEMA PARA ENCENDER UN AMOR APAGADO
Puedes prohibirme verte,
y no me quejaré.
Aunque al no verte, cada día
he de morir un poco más.
Pero no me pidas que deje de pensar
(en ti)
ese capricho es el único
que no te puedo dar.
Juega con mis ojos,
entretente con mis lágrimas,
juega con mis sentimientos.
Pero no te dejaré jugar con mi corazón,
porque lo rompiste ¿te acuerdas?
y le he pegado
y no está seco todavía.
Historia de Gloria (1981)
Gloria Fuertes (1917-1998)
Poema elegido por Ana Jacoste
14
SENCILLOS DESEOS
Hoy quisiera tus dedos
escribiéndome historias en el pelo,
y quisiera besos en la espalda,
acurrucos, que me dijeras
las más grandes verdades
o las más grandes mentiras,
que me dijeras, por ejemplo,
que soy la mujer más linda,
que me querés mucho,
cosas así, tan sencillas, tan repetidas,
que me delinearas el rostro
y me quedaras viendo a los ojos
como si tu vida entera
dependiera de que los míos sonrieran
alborotando todas las gaviotas en la espuma.
Cosas quiero como que andes mi cuerpo
camino arbolado y oloroso,
que seas la primera lluvia del invierno
dejándote caer despacio
y luego en aguacero.
Cosas quiero, como una gran ola de ternura
deshaciéndome un ruido de caracol,
un cardumen de peces en la boca,
algo de eso frágil y desnudo,
como una flor a punto de entregarse
a la primera luz de la mañana,
o simplemente una semilla, un árbol,
un poco de hierba.
Gioconda Belli (1948)
Poema elegido por Silvia Alfonso
15
SONETO CXXVI
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
Lope Félix de Vega Carpio (1562-1635)
Poema elegido por Espe Sainz
16
AMOR MATEMÁTICO
Por una parte, necesito verte
mas por otra, alejarme de ti,
pareciera un binomio conjugado:
el más y el menos se suceden en mí.
En un polinomio entero y ordenado
será más fácil expresar mi dolor,
pues al verte me quedo anonadado:
variables y exponentes cumplirán su labor.
En la fracción algebraica de un segundo
quiero dejar resuelta esta ecuación,
factorizando con ansia de otro mundo,
la locura que siento por tu amor.
Arnoldo Bernal Argüello (1959)
Poema elegido por Elena Rojo
17
SUEÑO
Mi corazón reposa junto a la fuente fría.
(Llénalo con tus hilos,
araña del olvido.) ...
El agua de la fuente su canción le decía.
(Llénala con tus hilos,
araña del olvido.)
Mi corazón despierto sus amores decía.
(Araña del silencio,
téjele tu misterio.)
El agua de la fuente lo escuchaba sombría.
(Araña del silencio,
téjele tu misterio.)
Mi corazón se vuelca sobre la fuente fría.
(Manos blancas, lejanas,
detened a las aguas.)
Y el agua se lo lleva cantando de alegría.
(¡Manos blancas,
lejanas, nada queda en el agua!)
Libro de poemas (1921)
Federico García Lorca (1898-1936)
Poema elegido por Susana Gómez
18
LLAMA DE AMOR VIVA
¡Oh llama de amor viva
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro,
pues ya no eres esquiva,
acaba ya si quieres;
rompe la tela de este dulce encuentro!
¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga!
Matando, muerte en vida la has trocado.
¡Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a su querido!
¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno,
donde secretamente solo moras!
Y en tu aspirar sabroso,
de bien y gloria lleno,
¡cuán delicadamente me enamoras!
San Juan de la Cruz (1542-1591)
Poema elegido por Santiago Gregorio
19
DOS PALABRAS
Esta noche al oído me has dicho dos palabras
comunes. Dos palabras cansadas
de ser dichas. Palabras
que de viejas son nuevas.
Dos palabras tan dulces que la luna que andaba
filtrando entre las ramas
se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
moverme para echarla.
Tan dulces dos palabras
que digo sin quererlo - ¡oh, ¡qué bella, la vida! -
Tan dulces y tan mansas
que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.
Tan dulces y tan bellas
que nerviosos, mis dedos,
se mueven hacia el cielo imitando tijeras.
Oh, mis dedos quisieran
cortar estrellas.
El dulce daño (1918)
Alfonsina Storni (1892-1938)
Poema elegido por Diana de la Torre
20
POR ALGO SERÁ
Si me quieres querer, quiéreme ahora,
no dejes el amor para mañana,
vente conmigo antes de que la aurora
entre como un tumor por la ventana.
Si me quieres querer, quiéreme hoy
porque sabes que estoy desangrándome de ganas.
Si quieres olvidarme date prisa,
no me consuela tu amistad, tu duda,
mejor eran mis celos y tu risa,
tu carne de alcanfor, mi fe desnuda.
Si quieres olvidarme, olvídame
pero no me des más besos de Judas.
No me cuentes después, no me jures quizás,
cuando pienses tal vez no me trates de usted,
no me digas jamás,
dale cuerda al reloj, corazón, cuando quieras volar;
si la gente me llama Pasión por algo será…
Un tinto de verano, un bienmesabe,
un marinero en tierra, una sandía,
un zumo de melón con una llave
para cenar en mala compañía.
No me obligues a entrar donde no cabe
más que un alma gemela de la mía.
Joaquín Sabina (1949)
Poema elegido por Pilar Alba
21
POEMA PARA QUE LO LEAS
CUANDO NO ESTÉ A TU LADO
XI
Mi amor, este poema
es para que lo leas cuando no esté a tu lado,
cuando no pueda ya cuidar de ti.
No te conformes nunca con alguien que no piense
que tú eres una llama más antigua que el fuego,
que tú eres su razón para vivir.
Aprende a no querer a los que no te quieran
y elige bien a qué le tendrás miedo:
no habrá sombra que oculte lo que tú temas ver.
Escapa del que piense
que el aire es la pared de lo invisible
y huye de aquel que crea
que es más feliz quien menos necesita,
porque ése no podría necesitarte a ti.
No te rindas, no olvides jamás que la tristeza
sólo es la burocracia del dolor.
Y si sientes que el mundo se derrumba,
no intentes abrazarte
a otro que esté cayendo a la vez que caes tú,
como yo hice contigo.
Algún día
tendrás que despertarte para salvar tus sueños.
Algún día sabrás que en las promesas
hay siempre un cristal roto
en el que aúlla el viento frío de la mentira.
Recuerda todo eso.
No escondas lo que sientes por miedo a ser frágil,
como aquellos
que por guardar tan bien lo que más les importa,
lo pierden para siempre.
Recuerda que no hay nada que no pueda
ocurrir cualquier día.
No olvides que esta obra ha terminado.
No olvides que le hablas a un teatro vacío.
Marea humana (2010)
Benjamín Prado (1969)
Poema elegido por Carlos Rodríguez
22
SONETO XVII
No te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.
Te amo como la planta que no florece y lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores,
y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la tierra.
Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni de dónde,
te amo directamente sin problemas ni orgullo:
así te amo porque no sé amar de otra manera,
sino así de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con mi sueño.
Cien sonetos de amor (1959)
Pablo Neruda (1904-1973)
Poema elegido por Yurena Ornad
23
XXXVIII
¡Qué entera cae la piedra!
Nada disiente en ella
de su destino, de su ley: el suelo.
No te expliques tu amor, ni me lo expliques;
obedecerlo basta. Cierra
los ojos, las preguntas, húndete
en tu querer, la ley anticipando
por voluntad, llenándolo de síes,
de banderas, de gozos,
ese otro hundirse que detrás aguarda,
de la muerte fatal. Mejor no amarse
mirándose en espejos complacidos,
deshaciendo
esa gran unidad en juegos vanos;
mejor no amarse
con alas, por el aire,
como las mariposas o las nubes,
flotantes. Busca pesos,
los más hondos, en ti, que ellos te arrastren
a ese gran centro donde yo te espero.
Amor total, quererse como masas.
La voz a ti debida (1933)
Pedro Salinas (1891-1951)
Poema elegido por Julio Lezaún
24
LAGUN BAT
Bada gorroto dudan lagun bat.
Zuhaitzean gora egin nahi dudanean
“ez, ez, ez, hobeto ez,” esaten dit,
“laprast eroriko zara lurrera”.
Bada gorroto dudan lagun bat.
Futbolean jolastu nahi dudanean
“ez, ez, ez, hobeto ez,” esaten dit,
“ipurdi azpitik sartuko dizute gola”.
Bada gorroto dudan lagun bat.
Gustuko neskarengana hurreratzean
“ez, ez, ez, hobeto ez,” esaten dit,
“ez du zurekin nahiko berak”.
Bada gorroto dudan lagun bat.
Anaia txikiari musu eman nahi diodanean
“ez, ez, ez, hobeto ez” esaten dit
“esnatu egingo da berehala”.
Bada gorroto dudan lagun bat.
Lagun horren izena Lotsa da.
“Ez, ez, ez, inola ez” esaten diot gauero
“bihar ez dizut kasurik egingo bada”.
Kirmen Uribe (1970)
Poema elegido por Olaia Núñez
25
ASÍ TE QUIERO YO
Te quiero mucho, mucho,
como la trucha al trucho,
como al mono la mona,
al león la leona
y la rata al ratón.
Te quiero tanto, tanto
como la santa al santo,
como al moro la mora,
como al loro la lora
y la pava al pavón.
Te quiero mucho, mucho,
como la chucha al chucho,
igual que la osa al oso,
la raposa al raposo
y la pulga al pulgón.
Te quiero tanto, tanto
como la manta al manto,
como la raya al rayo,
la caballa al caballo
y la jibia al jibión.
Te quiero fuerte, fuerte
como el muerto a la muerte,
como a la foca el foco,
como a la loca el loco
y la laca al lacón
y la bala al balón
y la tala al talón
y la tiza al tizón
y la lima al limón
y la colcha al colchón
y la buza al buzón
y la caña al cañón
y la bomba al bombón.
Así te quiero yo.
Disparatario (2001)
Jesús Munárriz (1940)
Poema elegido por Belén Arce
26
NO SE ABRE TU NOMBRE
Tu nombre no se abre cuando lo nombro.
Tu nombre despierta sobre mi cuerpo
y vuelve, una y otra vez, como si nada.
Como si hiciera un agujero en la nada
tu nombre no es carne, no es seno,
no es misterio que codicie el hombre.
Tu nombre, sencillo de pronunciar
y fácil de recordar se me abre
ante los ojos en medio de la frente.
Donde no hay nadie tu nombre
emerge con fuerza: isla o virgen
en el fondo del mar. Lágrima
o viento con sabor a campo.
Vientre o cuerpo tu nombre.
Un secreto cuando lo nombro.
Kepa Murua (1962)
Poema elegido por Priska Etxegarai
27
Andábamos
sin buscarnos,
pero sabiendo
que andábamos
para encontrarnos.
Rayuela (1963)
Julio Cortázar (1914-1984)
Elegido por Marta Fernández
28
SI EL HOMBRE PUDIERA DECIR LO QUE AMA
Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.
Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.
Los placeres prohibidos (1931)
Luis Cernuda (1902-1963)
Poema elegido por Susana Gómez
29
BESOS
Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.
Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.
Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.
Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.
Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.
Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.
Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.
Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.
¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos.
¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.
Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.
Gabriela Mistral (1889-1957)
Poema elegido por Silvia Alfonso
30
ANNABEL LEE It was many and many a year ago,
In a kingdom by the sea,
That a maiden there lived whom you may know
By the name of Annabel Lee;
And this maiden she lived with no other thought
Than to love and be loved by me.
I was a child and she was a child,
In this kingdom by the sea,
But we loved with a love that was more than love—
I and my Annabel Lee—
With a love that the wingèd seraphs of Heaven
Coveted her and me.
And this was the reason that, long ago,
In this kingdom by the sea,
A wind blew out of a cloud, chilling
My beautiful Annabel Lee;
So that her highborn kinsmen came
And bore her away from me,
To shut her up in a sepulchre
In this kingdom by the sea.
The angels, not half so happy in Heaven,
Went envying her and me—
Yes! —that was the reason (as all men know,
In this kingdom by the sea)
That the wind came out of the cloud by night,
Chilling and killing my Annabel Lee.
But our love it was stronger by far than the love
Of those who were older than we—
Of many far wiser than we—
And neither the angels in Heaven above
Nor the demons down under the sea
Can ever dissever my soul from the soul
Of the beautiful Annabel Lee;
For the moon never beams, without bringing me
dreams
Of the beautiful Annabel Lee;
And the stars never rise, but I feel the bright eyes
Of the beautiful Annabel Lee;
And so, all the night-tide, I lie down by the side
Of my darling—my darling—my life and my bride,
In her sepulchre there by the sea—
In her tomb by the sounding sea.
Muchos, muchos años atrás,
en un reino junto al mar turquí
vivía una doncella a quien quizá conozcáis,
llamada Annabel Lee,
que tenía en la vida un único afán:
amarme y ser amada por mí.
Aunque no éramos más que niños,
en el reino junto al mar turquí,
nos amábamos con un amor tan pleno,
yo y mi Annabel Lee,
que los alados serafines del cielo
lo codiciaban para sí.
Fue por esta razón que, tiempo atrás,
en el reino junto al mar turquí
de una nube sopló un viento que heló
a mi hermosa Annabel Lee.
Entonces llegó su patricio tutor
y la separó de mí
para encerrarla en un sepulcro
en el reino junto al mar turquí.
Los ángeles, infelices en el cielo ulterior;
nos envidiaban a ella y a mí,
y fue por eso (como saben todos
en el reino junto al mar turquí)
que de esa nube nocturna un viento sopló
hasta helar a mi Annabel Lee.
Pero era tanto más fuerte nuestro joven amor
que el de toda la gente de allí,
que el de gente mayor y más sabia, ¡oh, sí!
que ni los ángeles del cielo ulterior
ni los demonios bajo el mar turquí
podrán separar mi alma del alma
de la hermosa Annabel Lee.
Pues la luna, al brillar; me invita a soñar
en la hermosa Annabel Lee;
y al salir los luceros veo los ojos certeros
de la hermosa Annabel Lee;
y así paso, tendido a su lado, las noches,
velando a mi amada, mi amor; mi consorte,
en su sepulcro junto al mar turquí,
el mar que ruge por ella y por mí.
Edgar Allan Poe (1809-1949)
Poema elegido por Javier Monguilán
31
ROMANCE DE LA LUNA
a Conchita García Lorca
La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
¡Cómo canta la zumaya,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.
Romancero gitano (1928)
Federico García Lorca (1898-1936)
Poema elegido por Teresa Pérez
32
VERSOS 1237 A 1265
Lo que eres
me distrae de lo que dices.
Lanzas palabras veloces,
empavesadas de risas,
invitándome
a ir adonde ellas me lleven.
No te atiendo, no las sigo:
estoy mirando
los labios donde nacieron.
Miras de pronto a lo lejos.
Clavas la mirada allí,
no sé en qué, y se te dispara
a buscarlo ya tu alma
afilada, de saeta.
Yo no miro adonde miras:
yo te estoy viendo mirar.
Y cuando deseas algo
no pienso en lo que tú quieres,
ni lo envidio: es lo de menos.
Lo quieres hoy, lo deseas;
mañana lo olvidarás
por una querencia nueva.
No. Te espero más allá
de los fines y los términos.
En lo que no ha de pasar
me quedo, en el puro acto
de tu deseo, queriéndote.
Y no quiero ya otra cosa
más que verte a ti querer.
La voz a ti debida (1933)
Pedro Salinas (1891-1951)
Poema elegido por Mar Laburu
33
CON UN CERO
Con todo se puede hacer algo.
Hasta con un cero
- que parece que no vale nada - :
se puede hacer la Tierra,
una rueda,
una manzana,
una luna,
una sandía,
una avellana.
Con dos ceros
se pueden hacer unas gafas.
Con tres ceros,
se puede escribir:
yo os quiero.
Gloria Fuertes (1917-1998)
Poema elegido por Carlos Rodríguez
34
SE EQUIVOCÓ LA PALOMA
Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo,
que la noche la mañana.
Se equivocaba.
Que las estrellas, rocío;
que la calor, la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón, su casa.
Se equivocaba.
(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama).
Entre el clavel y la espada (1940)
Rafael Alberti (1902-1999)
Poema elegido por Julio Lezaún
35
“Razón de Ser”
TU SABOR QUE ME PUEDE
Tu sabor que me puede, se mira
en el espejo, no sabe todavía
si tendrá corazón o si vives
en la luna. Tu vientre olía
a trigo y a palabra que se alarga
hasta más no poder. El sabor
de tus besos, nerviosos
como pequeños animales. Entonces no sabía.
CÓMO ESTÁS Y ME DICES
Cómo estás y me dices: con los nervios
a flote, me abandono enseguida y apenas
puedo seguir un orden, se me va
el santo al cielo. El aire tira
mucho, los arces cabecean. Recuerdo que llorabas
con un cuarteto para cuerda de Brahms
y de pronto pensé: lo que se eleva
es débil. Te rompiste. El viento desmelena
los arces del jardín. Sonríes. Lo mejor son
las nubes, dices, creo que lloverá. Y sonreímos.
La gratitud (2014) XXIV Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma
Fermín Herrero (1963)
Poemas elegidos por Susana Gómez
36
RIMA LXXVIII
AMOR ETERNO
Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.
Rimas (1871)
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)
Poema elegido por Sara Flores
37
POEMA XV
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924)
Pablo Neruda (1904-1973)
Poema elegido por Yurena Ornad y Pilar Ramos
38
EL DESAYUNO
Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».
El hacha y la rosa (1993)
Luis Alberto de Cuenca (1950)
Poema elegido por Silvia Alfonso
39
CXXII
Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena.
Sentí tu mano en la mía,
tu mano de compañera,
tu voz de niña en mi oído
como una campana nueva,
como una campana virgen
de un alba de primavera.
¡Eran tu voz y tu mano,
en sueños, tan verdaderas! …
Vive, esperanza, ¡quién sabe
lo que se traga la tierra!
Campos de Castilla (versión de 1917)
Antonio Machado (1875-1939)
Poema elegido por Santiago Paricio
40
“El tiempo del amor no es grande ni chico:
es la percepción instantánea de todos los
tiempos en uno solo, de todas las vidas en
un solo instante”.
Octavio Paz
Antología de poemas de amor
Plan de Mejora de la Lectura
Editada en Cortes, febrero de 2017
Gracias a todo el profesorado y personal del IESO “Bardenas Reales” que la ha hecho posible.
Gracias a todo el profesorado que utiliza este material en sus clases y, sobre todo, gracias a los
lectores, que os habéis dejado besar por tanto verso.