Universidad Central de Bayamón
Colegio de Educación y Profesionales de la Conducta
Programa de Estudios Graduados
Análisis Crítico: Sugerencias Filosóficas para la Reforma de la Educación
(Sometido como requisito parcial del curso Ética y Valores en la Educación)
Jeffrey Seín López
Curso: EDUC 504
Dra. Arlene García Jackson
22 de agosto de 2013
Análisis crítico Sugerencias Filosóficas para la Reforma de la Educación
I. Introducción
En la lectura Sugerencias filosóficas para la Reforma de la Educación, Leonides Santos
y Vargas presenta los derechos que garantiza la Constitución de Puerto Rico a los ciudadanos
relacionado con la educación pública. Santos (1992) expone que la sociedad puertorriqueña es
una abierta ya que tiene las influencias culturales de América, así como la europea. Esto
permite la convivencia de múltiples credos religiosos, visiones políticas, grupos étnicos,
estéticos, alternativas educativas, enmarcado en una filosofía humanística la cual sirve de base
intelectual para el desarrollo de ciudadanos comprometidos con los valores y ética para ser
hombres y mujeres de provecho, con gran arraigo hacia la productividad tanto a nivel personal
como profesional.
II. Análisis Crítico
Siendo la meta de la escuela orientar el desarrollo de las dimensiones del ser humano
(Proyecto de Renovación Curricular del Departamento de Educación de Puerto Rico, 2003), la
educación debe basarse en un proceso integral. Para esto se debe fomentar el área cognitiva,
lingüística, social, emocional y creativa de cada estudiante. De modo que pueda desarrollar sus
facultades intelectuales y morales, necesarias para hacer progresar a la nación. Como explica
Santos (1992) nuestro país debe contar con ciudadanos aptos y capaces de contribuir al
proceso y desarrollo de nuestra sociedad. Considerándose un hecho, la escuela tiene un
importante rol en la vida de todas las personas que participan en ella, convenciéndolos de
actuar moralmente por el bien personal y social de su entorno.
Si el hombre existe para desarrollar sus capacidades, su pensamiento y libertad,
debemos reconocer que nuestra educación en algo está fallando. A pesar de que los currículos
que se trabajan en las escuelas deben ofrecer una secuencia en el aprendizaje intelectual,
afectivo y psicomotor, muchas veces no sobrepasamos del aspecto académico, lo que en nada
contribuye a formar seres integrales. Ignoramos que el hombre completo no es aquel que posee
excelentes calificaciones, bienes materiales o altas posiciones corporativas. El valor verdadero
del estudiante y futuro trabajador debe ser reposar sobre aquella persona que disfruta lo que
hace mientras posee una capacidad excelente para pensar racionalmente y sentir humanamente
ante las circunstancias que se enfrente en su camino. Según Cáceres (1985) “La educación
aspira a preparar a la persona para participar activamente en la vida de la sociedad.”
Para poder lograrlo la escuela debe formar parte del individuo desde una edad temprana.
Apelando a la intuición del niño como aprendiz y explorador de su entorno desde el
nacimiento. Ya que las primeras experiencias en la vida de un niño permanecerán para
siempre, es necesario ofrecerle desde la escuela destrezas cognitivas y sociales que aseguren lo
que Goleman (1995), identifica como inteligencia emocional. Siendo esta la consigna para que
mas niños en el futuro logren reconocer sentimientos propios y ajenos, los manejen, sientan
seguridad y sean sensibles a las necesidades de otros. Todo esto acompañado de un modelo
genuino de afecto hacia lo que le rodea por parte del padre o maestro, estaremos construyendo
el camino de valores morales necesario para la convivencia de nuestra tradición.
Mientras el niño se vuelve joven y experimenta los cambios que trae la adolescencia, la
educación primaria se va transformando a una secundaria. En donde su asistencia a pesar de no
considerarse obligatoria, es necesaria para preparar al estudiante como futuro servidor de su
comunidad. Por lo que la escuela deberá ofrecer una estructura retadora capaz de atraer,
mantener y promover a la juventud, que según Santos (1992), necesita de amistad e
independencia. Considerando importante estas necesidades, el maestro deberá guiar al estudiante
a desarrollar su conciencia social. De modo que desarrolle una estima crítica que inicie por su
persona y continúe hacia quienes le rodean a través de los valores, la justicia y la verdad, medios
esenciales para obtener la libertad.
La educación secundaria atiende la formación afectiva y social del alumno, pero en este
nivel la inteligencia y la racionalidad son esenciales para lograr el conocimiento y utilizarlo a
favor de la democracia (Santos, 1992). El conocimiento funciona como medio para la
liberación del hombre. Así como lo defiende Freire (en Araujo, 2004), el conocimiento otorga
independencia, destruye la pasividad e incita a la búsqueda de la transformación de la realidad.
Por lo que cada estudiante debe lograr desarrollar un pensamiento propio, que no sea producto
de la memoria. Un pensamiento crítico capaz de cuestionar mediante el diálogo y la
comunicación las particularidades de nuestra sociedad de forma democrática. De modo que
podamos aportar a ella soluciones que encaminen su desarrollo y transformación.
Siendo la transformación del pensamiento un proceso personal, el estudiante necesitará
de una figura que guie su aprendizaje. Este rol lo cumplimenta el mas que maestro de
asignaturas, el facilitador del aprendizaje para la vida (Martínez, 2004). Una figura que debe ser
capaz de llegar a cada estudiante con su persona, conocimientos, estilo profesional y valores de
forma ordinaria. A quien Santos (1992), describe utilizando una metáfora, como el creador de
obras de arte, para referirse al trabajo que hace con sus estudiantes al enseñarles sobre la
importancia de los valores. Es el, quien lleva al alumno a ser el protagonista de discursos,
diálogos y debates que lo guían a internalizar la importancia de valores como la amistad, la
justicia, la lealtad, la honestidad, la tolerancia, la disciplina, el respeto, la solidaridad y la paz,
en nuestras acciones.
La adolescencia es el momento adecuado para que el joven logre la disciplina intelectual
del uso correcto del lenguaje como instrumento de comunicación. Difícilmente se puede
anhelar una calidad de vida si el Estado se niega a impulsar el conocimiento y las virtudes
intelectuales de la investigación científica, el pensar objetivo y la creatividad desde el comienzo
escolar de los jóvenes puertorriqueños. La democratización del acceso al conocimiento que se
ha podido lograr en la escuela pública debe significar el acceso igual a las oportunidades de
desarrollar el potencial de cada joven en P.R. El intelecto cultivado, el pensar claro y la
comunicación efectiva son los credenciales evidentes de una persona educada. Por lo tanto, es
importante que los currículos del nivel secundario se organicen de manera que favorezcan el
objetivo de egresar personas de cultura general aceptable y funcional en el contexto de los
tiempos en que se está viviendo. El irracionalismo, el anti intelectualismo, la propaganda, los
medios de comunicación masivos y la vida cotidiana deben ser codificados por los estudiantes
y maestros de modo que se desarrolle el hábito de insertarse críticamente en el contexto social,
político y económico del país.
Santos (1992) destaca que el maestro tiene que desarrollar su persona, conocimientos,
estrategias de tal manera que con ese estilo profesional logre que la escuela se convierta en un
lugar mejor que la calle. El maestro debe superar los estereotipos actuales asociados a su
imagen y roles desde el momento que tomó la decisión de ser maestro ya que estos programas
universitarios deben modificarse significativamente de modo que cuando llegue al salón exhiba
un perfil humano y profesional, que rompa con lo ordinario para que el estudiante lo vea bien
preparado, motivado, informado, con liderazgo, con conocimientos interdisciplinarios,
conocimientos en el desarrollo humano, con valores y ética, orgullosos de su profesión, de lo
que profesa, visión de mundo y por su humanismo. El estudiante ve al maestro como un todo,
es artista, científico, psicólogo, terapista, consejero, confidente, amigo, enemigo, es la figura
heroica o patética. El maestro de antes era muy diferente al de ahora. Al maestro de antes se
educó para atender la gran necesidad de una educación formal urgente, la cual es muy diferente
a la actual ya que ha sido modificada, estructurada, alineada para garantizar el logro de los
objetivos de la educación.
Que el maestro alcance estos logros en la vida de un estudiante debe ser posible en todos
los ambientes escolares. Pero lamentablemente esto no sucede así. Las viejas prácticas, las
rutinas y desinterés por muchos educadores contribuyen a alejar esta meta de nuestro sistema
educativo. Por lo que la Administración Educativa, debe estar atenta al riesgo y consecuencias
que esto ocasiona a nuestras comunidades, integrándose de forma que sirva de modelo en el
cumplimiento de los principios teóricos del Humanismo. Salvaguardando la educación como un
patrimonio cultural y social que todos debemos fomentar y proteger.
La comunidad se convierte de forma esencial en la garantía de esta tarea. Estudiantes,
padres y maestros interactúan en el contexto de la escuela. Siendo todos un grupo que
comparten una misma cualidad deben organizarse para trabajar por ella. Sirviendo como
agentes de cambio que aseguren un espacio digno y agradable en donde se lleve a cabo el
proceso de formación educacional. Demostrando la importancia del trabajo en equipo por un
mismo fin sin medir posiciones, pero si disposiciones, cualidades y valores.
Aceptando esto como una verdad que contribuye a la falta de compromiso con la
educación, Leónides Santos y Vargas reclamando una Reforma Educativa. En donde el
Sistema Educativo de nuestro país tome medidas con su acción para mejorar la situación. Se
hacen necesarias acciones prácticas que garanticen una mejor condición para los estudiantes,
maestros, escuela y comunidad. Es esencial el compromiso de las escuelas para hacer posible el
logro de las metas en la escuela puertorriqueña. Entre las recomendaciones que hace el autor
están: promover el desarrollo pleno del humano, facilitar el acceso al conocimiento, fortalecer
destrezas de análisis, adquirir capacidad crítica, desarrollar destrezas de comunicación,
desarrollar destrezas físicas e intelectuales, el dominio de las ciencias y matemáticas, análisis y
disfrute de las artes, fomentar valores de convivencia, estimular sentimientos éticos y de paz y
desarrollar el aprecio profundo por el patrimonio cultural puertorriqueño.
De la filosofía humanista de la educación en Puerto Rico se debe derivar la
recomendación de una estructura administrativa que facilite la autonomía educativa a los
maestros y de los distritos escolares. La administración académica no puede caer en el
impersonalismo y la burocratización de la comunicación porque cuando la comunicación se
afecta o se acorta entonces se percibe todo lo negativo, al contrario cuando la comunicación
fluye de todas las partes, entonces, se percibe como parte efectiva, con sentido de pertenencia y
esto lleva a la internalización de un sistema educativo como patrimonio cultural y social. La
educación no puede estar subordinada a intereses sectarios. Esta debe estar basada en los
conocimientos, innovaciones en las ciencias ya que aportan a la docencia y a la administración.
Por esto se debe exigir más a las personas que ocupan estas esos cargos como: que tengan los
mejores credenciales académicos y con aptitud excepcional para las tareas administrativas
educativas para lograr las metas trazadas sin que ocurran interferencias ajenas al propósito
educativo. La administración central debe tener una función facilitadora de la docencia,
servicio a los estudiantes, acompañado con el control de las normas. No tiene sentido insistir en
la humanización de la educación si no se logra en la humanización de la administración.
Los estudiantes se sienten retados intelectualmente cuando se enfrentan a la figura de un
gran maestro, igualmente los maestros también se sienten retados ante la presencia de un líder
que propicia la participación y utiliza todas sus herramientas para apoderarse de lo que necesita
y quiere. Un líder académico sobresaliente no sólo dirige los procesos institucionales, sino que
se proyecta ante la comunidad como un líder atento al entorno en el que se desenvuelve en la
escuela. Si la escuela es la institución llamada a promover la transformación social deseable de
la comunidad no es concebible que otras se queden aisladas y segregadas de la comunidad. Para
que la escuela sea aceptada como un escenario estimulante y atractivo se tiene que establecer la
estética en las escuelas. El deterioro, abandono de los salones y planta física en general no
constituye atractivo alguno en una época en la cual la apariencia es determinante para que se
acepte como institución y el estado debe adentrarse más en ello ya que la estética comunica un
mensaje de respeto a la dignidad de los estudiantes y a los que laboran en el sistema al tratar
con esmero el escenario físico en que se da el proceso de formación educacional. Es de
esperarse que de la interpretación que se haga de los fines generales para la educación, se
realicen las revisiones correspondientes, que se oriente al docente y que las estructuras
administrativas sufran las modificaciones institucionales para que ayuden al logro de los fines
de la educación en Puerto Rico.
Para que la vida valiosa en la sociedad puertorriqueña se convierta en realidad viviente en
cada uno de los hijos de la Nación, es imprescindible que la escuela se organice sobre las bases
de las destrezas del pensamiento que conducen a la búsqueda de los conocimientos, sobre la
base de los valores éticos que fortalezcan la fibra moral de nuestra ciudadanía y sobre la base
de la inserción de la persona en el entorno social como un ser crítico, compasivo, creativo y
productivo. Todo esto es un proceso de reforma perdurable que tiene que venir acompañado
por la familia, el Estado, las organizaciones comunitarias y por fe. Según David A. Goslin
(1971) “El papel de las instituciones educativas en la inducción del cambio y las innovaciones,
es particularmente notable a nivel de los institutos superiores y las universidades, pero también
se espera que las escuelas primarias y media tomen parte en este proceso… El sistema
educacional debe seguir preparando individuos que tomen a su cargo la tarea de desarrollar
nuevos conocimientos y técnicas.”
Una vez se adopte la filosofía educativa se convierte en el paradigma intelectual en
función del cual adquiere sentido toda la comunidad escolar y física de la escuela. El
compromiso ético de la escuela debe renovarse y adquirir la prominencia humana que nuestros
próceres contemplaron como un ideal viable para servir al elevado propósito de construir una
sociedad justa.
Para hacer auténtica esta Reforma Educativa, según señala Santos, es necesario tener el
apoyo de la familia, el Estado y las instituciones sociales de las cuales formamos parte. Se debe
validar toda determinación con hallazgos científicos y estudiar las implicaciones que esta pueda
tener en los estudiantes mediante evaluaciones y monitoria constante. El documento tiene la
intención de servir como alternativa y solución a las situaciones que enfrenta el sistema
educativo. Se hace de carácter urgente que la escuela desarrolle un compromiso ético con su
transformación de modo que se adapte a los cambios que sufre el mundo a diario. Adquiriendo
el conocimiento verdadero, al que hace el autor al citar a Hostos con su frase “Dadme la verdad
y os doy el mundo”, se reafirma la importancia de contribuir a promover los valores de nuestra
sociedad por la justicia, por la ética, por la moral y por lo correcto.
III. Conclusiones
El señor Leonides Santos y Vargas expone en su artículo una serie de análisis profundo
sobre la educación en Puerto Rico. Lo presenta desde sus orígenes y lo va presentando por
niveles. Indica que la educación en P.R. está establecida en la Constitución e indica los
derechos que tiene el ciudadano a la educación gratuita, libre, no sectaria, obligatoria en los
grados primarios y se proveerá los servicios necesarios para que el ciudadano sea de provecho a
la comunidad, sociedad y/o Estado. Nos dice que la misión educativa debe cumplimentarse
educando a personas para que surja una gran transformación ya que la educación es el único
vehículo para ello y con esto obtener seres más consientes sobre los valores y ética, análisis
crítico, autorrealización, apoderamiento, disfrute estético de la naturaleza, la creaciones
humanas, solidaridad, libertad, armonía, derechos y responsabilidades y tomas de decisiones ya
que el hombre se completa cuando desarrolla todo su potencial para convertirse en seres
productivos y con los más altos estándares de excelencia en lo que desean en la vida.
Lamentablemente en Puerto Rico solamente la educación elemental es obligatoria. La
educación secundaria no es obligatoria y esto lleva a la falta de compromiso de los encargados
de los jóvenes y de ahí a la deserción escolar. Es importante saber identificar qué tipo de
formación obtuvo ese joven en grados primarios y como esos maestros y familiares
intervinieron para poder identificar el compromiso y dedicación que se ofreció para que el
estudiante tomara la decisión de continuar estudios secundarios. Cabe señalar que son muchos
los aspectos a considerar para saber si la acción tomada es la correcta o no. Se puede ver
también que el Estado juega un papel importante en esta decisión ya que es el primer agente
propulsor para la transformación, además es quien ofrece las herramientas necesarias,
currículos, planta física, maestros, talleres, textos, etc. pero hay que tener en cuenta que no todo
depende del gobierno, hay que poner en marcha todos los elementos necesarios para poder
lograr las metas establecidas, que quiero hacer, a dónde quiero llegar, por qué, estas son
interrogantes que solamente la persona motivada, entusiasmada, comprometida se puede hacer
para cumplir con sus propósitos.
IV. Opinión Personal
Anhelando que el Sistema Educativo de mi país logre alcanzar cada uno de los fines que
propone Santos y Vargas, me percato de que nos falta mucho por lograr a favor de la educación
de nuestros niños y jóvenes. El documento Sugerencias Filosóficas para la Reforma de la
Educación fue escrito hace veinte años y no hace falta poseer destrezas de análisis complejas
para descubrir la urgencia de hacer cumplir muchos de estos planteamientos. Sin negar que hay
muchos aspectos en los que el Sistema Educativo ha crecido, no podemos pasar por alto la
situación nacional por la que atraviesa nuestro Puerto Rico. Donde el respeto por la vida se ha
perdido, la apreciación de lo que nos rodea se limita a lo material y la capacidad crítica de
discernir entre lo bueno y lo malo se posiciona en una destreza compleja para muchos jóvenes.
Cuando cuestionamos el porqué de esto, buscamos la forma de repartir culpas, sin
enfocarnos en hallar soluciones. En vez de aceptar que estamos fallando en la formación de
niños y jóvenes cuyas familias y comunidad muchas veces están ausenten en su crecimiento y
desarrollo. Preferimos ignorar sus sentimientos, sus situaciones, ofreciéndoles destrezas
académicas que resultan por no serles útiles a fin de cuentas. En vez de poner a su disposición
la escuela y el aprendizaje como herramienta para la vida, los alejamos de ella al no saber
establecer prioridades y mucho menos manejar sus particularidades. Estamos dejando que “la
calle” se ocupe de ello y puede que resulta ser muy tarde.
El amor, el respeto, la justicia, son valores que de no ser promovidos estarán en riesgo
dentro en la vida de muchos niños. Desde nuestra función de maestros tenemos la obligación de
prevenir que esto ocurra. Es nuestra responsabilidad hacer que la escuela se encamine de forma
realista y efectiva en el establecimiento de fines y metas que sean pertinentes a las realidades
del contexto puertorriqueño en pleno siglo XXI (21). Se necesita del compromiso auténtico en
acción del Sistema Educativo y del Gobierno para facilitar esta tarea.
Siendo la Educación la responsable de la gran tarea de hacer posible la capacitación de
ciudadanos útiles a la sociedad, esta debe ser atendida como prioridad. Considero que nuestro
país da más atención a asuntos políticos que al Sistema Educativo. Si esperamos a que nuestra
condición cultural mejore, no podemos quedarnos en el deseo o crítica destructiva, todos los
puertorriqueños debemos tomar acción. Lo esencial es aceptar que nos hace falta mucho para
hacer crecer la escuela. Es tiempo de buscar modelos educativos que evolucionen la enseñanza
y el aprendizaje de conocimientos útiles para la vida. De lo contrario como nos recalca John
Dewey (en Dorantes y Matus, 2007), si continuamos enseñando a nuestros estudiantes de hoy
como enseñábamos en el ayer, les estaremos robando el mañana”, a ellos, a sus familias, a
nuestras escuelas y sobre todo a nuestro país.
V. Referencias
Araujo, A. (2004). La Pedagogía de la Liberación en Paulo Freire. Barcelona: Grao.
Cáceres, J. (1985). Sociología y Educación, Editorial Universidad de Puerto Rico, 5th
Edition.
Dorantes, C. y Matus, G. (julio 2007). La educación nueva, postura de John Dewey. Odiseo
[Revista Electrónica] No.9. Fecha de acceso: agosto 11, 2013, de:
http://www.odiseo.com.mx/2007/07/print/dorantes-matus-dewey.pdf
Goleman, D. (1995). Inteligencia Emocional. Barcelona: Editorial Kairos.
Goslin, D. (1971). La escuela en la Sociedad Contemporánea. Editorial Paidos, Buenos
Aires, Argentina. Pág 26.
Ley Orgánica del Departamento de Educación de Puerto Rico, Ley Núm. 149 del 30 de junio
de 1999.
Martínez, J. (2004). ¿Profesor o facilitador del aprendizaje? Fecha de acceso: agosto 11, 2013,
Recuperado de: http://www.revistainterforum.com/espanol/articulos/022604tec-
facilitador.html
Proyecto de Renovación Curricular: Fundamentos teóricos y metodológicos. Instituto Nacional
para el Desarrollo Curricular (INDEC), 2003
Santos, L. (1992). Critica Filosófica de la Educación, Escenario Puertorriqueño, Puerto Rico.
Publicaciones Interdisciplinarias.