documento orientaciones 24 horas final...
TRANSCRIPT
Orientaciones Metodológicas Para el Desarrollo de Acciones
a Favor de la Infancia y Adolescencia a Partir del Programa
Seguridad Integrada para Niños, Niñas y Adolescentes “24
Horas” de Carabineros de Chile
Contribuciones
Subsecretaría de Carabineros
Andreas Hein
Dirección de Protección Policial de la Familia
Coronel Patricia Rojas González
Capitán Oriana Fuentealba Valdés
Verónica Ortega Pino
Ricardo Yau Aguilera
Se agradece especialmente las contribuciones hechas por los delegados de los
programas de Cerro Navia, Conchalí, Estación Central, Huechuraba, Las Condes, Maipú,
Pedro Aguirre Cerda, Peñalolén y Puente Alto.
Presentación
El siguiente documento se elabora con el propósito de ser una guía para la implementación de acciones a favor de la infancia y adolescencia desarrolladas a partir de la información proporcionada a las municipalidades, en el contexto del Programa de Seguridad Integrada Para Niños Niñas y Adolescentes 24 Horas de Carabineros de Chile (PSI 24 Horas). El programa se ha convertido en componente fundamental del eje de prevención de la Estrategia Nacional de Seguridad Ciudadana (2006 ‐2010) que ha sido impulsada por el Gobierno de Chile con el objetivo de focalizar, coordinar y temporalizar las líneas de acción señaladas en la Política Nacional de Seguridad Ciudadana. La política pública de prevención del delito busca –a través de una planeación coordinada entre las entidades del Estado y la participación del sector privado– desarrollar acciones que incrementen la seguridad pública. Al efecto, los actores sociales comprometidos, se está trabajando en un conjunto de acciones para lograr disminuir los ingresos y reingresos de niños, niñas y adolescentes a las unidades policiales de Carabineros de Chile para finalmente conseguir que los hechos delictuales en los cuales participan estos menores también se reduzcan, con el objetivo de alcanzar que los niveles de criminalidad en el país desciendan. Todo lo anterior operacionaliza como una dimensión de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública que en su parte pertinente establece como uno de sus ejes, la prevención, cuya finalidad es evitar el aumento de la violencia y la ocurrencia de delitos. Ésta se consigue, entre otras formas, al intervenir en las condiciones sociales y ambientales en que viven los grupos de riesgo. En este trabajo, se busca profundizar, aspectos relevantes que deben ser considerados antes y durante la implementación de programas y proyectos dirigidos a poblaciones específicas a partir del PSI 24 Horas. Los pasos sugeridos son reforzados mediante ejemplos concretos de experiencias de aplicación por parte de los equipos municipales que gestionan las intervenciones a partir del programa. Mediante este trabajo, se espera poder ofrecer a aquellas autoridades locales que desean desarrollar un modelo propio de trabajo en el ámbito de la prevención y la protección de la infancia y la adolescencia, un panorama global del estado actual del programa, así como proponer los futuros desafíos que se enfrentarán durante su consolidación. El programa apunta a proveer información crítica que facilite la toma decisiones que favorezcan la disminución de las condiciones de riesgo social mediante una detección temprana que permita el ofrecimiento de alternativas de mejor escolarización, mayor capacitación para acceder al mundo laboral, mejores condiciones de vivienda, y de participación social; todo esto conjuntamente asociado al concepto que cada
ciudadano también sea más responsable de su comportamiento social, contexto en el que los niños, niñas y especialmente los jóvenes no deben ser excluidos. La prevención es sin duda uno de los grandes desafíos que enfrenta actualmente la Estrategia Nacional de Seguridad Pública. Para su éxito, resulta fundamental el compromiso y esfuerzo de todos los sectores de la sociedad Chilena. Con este esfuerzo manifestamos que queremos un Chile Más Seguro que permita proyectar un futuro próspero, justo y digno para nuestros niños y niñas. Javiera Blanco Suárez Subsecretaria de Carabineros
Índice
Introducción
I) Antecedentes
1) Historia del Programa de Seguridad Integrada Para Niños Niñas y
Adolescentes 24 Horas de Carabineros de Chile
2) ¿Por Qué Promover el Programa?: Los Objetivos Que Persigue la Dirección de
Protección Policial de la Familia de Carabineros de Chile
II) Caracterización de los NNA detectados a través del programa (2004‐2007)
a) Ingresos según motivo
b) Ingresos según género
c) Ingresos según tipo de motivo y edad
d) El problema de los ingresos y de los reingresos
e) Tipo de trayectorias de ingresos
f) Comentarios
III) El Programa
1) Esquema Funcionamiento General del Programa
2) Tipos de usos de la Información Proporcionada por Carabineros de Chile
IV) Consideraciones Metodológicas para la Intervención
1) Elementos conceptuales relevantes para el desarrollo de intervenciones
a) Perspectiva de derechos
b) Perspectiva de Riesgo Social
2) Programas de intervención orientados a reducir el riesgo en la reincidencia
delictual en NNA en situación de vulnerabilidad
3) Orientaciones para la implementación de programas de intervención a
partir del PSI 24 Horas
a) Diagnóstico inicial
a.1) Análisis de ingresos policiales
a.2) Caracterización del nivel de vulnerabilidad o factores de riesgo
b) Análisis de contexto (redes de derivación)
c) Diseño de la Respuesta
c.1) Componente de desarrollo de programas de intervención
c.1.1) Definir al grupo objetivo
c.1.2) Seleccionar enfoque conceptual del proyecto
c.1.3) Definir el diseño de intervención
c.1.4) Algunos aspectos relevantes a destacar
d) Registros de información
e) Evaluación
f) Condiciones mínimas para la implementación de programas y proyectos
de intervención directa a partir del programa 24 horas
V) Consideraciones Finales
VI) ANEXOS
Anexo N°1: Categorías de clasificación de casos contenidos en el listado 24 horas Anexo N°2: Ficha Registro 24 Horas
Anexo N°3: Ejemplos de intervención de casos
Anexo N°4: Índices de focalización 24 horas
Anexo N°5: Ficha de sistematización del programa
Introducción:
En el presente texto se cubren diferentes áreas temáticas repartidas en tres secciones.
En la Sección de antecedentes se detalla la historia del programa, los objetivos
perseguidos por la Dirección de Protección Policial de la Familia con este. En la sección
de Contexto del Programa, se procede a esbozan las principales características de los
Niños, Niñas y Adolescentes que son detectados por Carabineros de Chile como
involucrados en un delito ya sea como afectados o como detenidos. En la tercera
sección se procede a describir el funcionamiento general del programa, y se
proporcionan orientaciones respecto al tipo de aplicaciones posibles de la información
proporcionada. Luego se desarrollan elementos conceptuales que se consideran
relevantes y útiles para el desarrollo de intervenciones basadas en la información del
programa. Se proporcionan orientaciones respecto a los pasos, decisiones claves y
problemas comunas que se deben considerar al momento de implementar acciones de
intervención en poblaciones vulnerables. Estas descripciones se ejemplifican a través
de casos reales de aplicación en diversas municipalidades del país. Se concluye con una
propuesta de condiciones mínimas que se estima deben cumplirse para el desarrollo
de iniciativas de intervención basadas en el programa 24 horas. En los anexos se
proporcionan algunos materiales de apoyo e indicadores para cada comuna respecto a
las características comparadas de los niños niñas y adolescentes que viven en estas y
que han sido detectados por Carabineros de Chile.
I) Antecedentes
1) Historia del Programa de Seguridad Integrada Para Niños Niñas y
Adolescentes 24 Horas de Carabineros de Chile
En un escenario donde la preocupación y el temor de la ciudadanía ante la
delincuencia crecen, la elaboración de políticas públicas de prevención y control de
conductas de riesgo asociadas a la violencia y delincuencia juvenil, ha cobrado gran
relevancia en numerosos países del mundo.
Tradicionalmente se ha privilegiado la asignación de recursos en el desarrollo de
respuestas de tipo policial y judicial ante la violencia y delincuencia que involucra y
afecta a niños, niñas y adolescentes (NNA), dando lugar a una importante brecha al
comparar éstos con los recursos asignados a políticas orientadas a la prevención.
En un contexto donde se ha demostrado que la inversión en acciones sistemáticas,
estructuradas y focalizadas en poblaciones y factores específicos de riesgo, son
efectivas, eficientes y socialmente rentables1, distintas agencias gubernamentales se
encuentran incrementando paulatinamente la inversión en el desarrollo de estrategias
de prevención.
Este desarrollo no ha estado exento de dificultades relacionadas tanto con la
identificación temprana de grupos objetivos delimitados, como con el desarrollo de
indicadores que permitan focalizar políticas y programas orientados a dichos grupos.
En el caso de la prevención de delincuencia juvenil, la implementación de estrategias
universales resulta una práctica ser poco rentable, ya que menos del 1% de la
población infanto‐juvenil menor de 18 años llega a entrar en conflicto con la justicia.
Por el otro lado, la rehabilitación, es decir aquellas intervenciones que buscan reducir
daño y prevenir reincidencia, resultan ser costosas y de incierto pronóstico en las
condiciones actuales.
1 Farrington (2006): “Childhood Risk Factors And Risk‐Focused Prevention”, en M. Maguire, R. Morgan and R. Reiner (Eds.) “The Oxford Handbook of Criminology” (4th ed.) Oxford: Oxford University Press, in press.
Es en este contexto, en que Carabineros de Chile desarrolla el “Programa de Seguridad
Integrada Para Niños Niñas y Adolescentes” (PSI 24 Horas) con la finalidad de
transmitir a la red social información relevante que permita “llegar a tiempo”, es decir,
detectar situaciones de vulnerabilidad en forma suficientemente oportuna y
suficientemente focalizada. Esta información se ha convertido en un pilar que
posibilita el desarrollo de intervenciones efectivas, eficientes y rentables, en el ámbito
de la interrupción temprana de trayectorias de riesgo, tanto por vulneración de
derechos como por conductas infractoras.
Inspirado en una experiencia Sueca, el programa se inicia en el año 1996 como un
acuerdo de colaboración entre la Prefectura de Menores de Carabineros de Chile y la Ilustre
Municipalidad de Conchalí, con el fin de atender a los niños, niñas y adolescentes que
ingresaban a la comisaría correspondiente al sector. En virtud de este acuerdo, Carabineros de
Chile entrega mensualmente a un equipo de intervención, información (nombre, edad
dirección, motivo de ingreso), sobre niños niñas y adolescentes menores de edad
(NNA) que habían sido ingresados a alguna comisaría durante el mes anterior y cuyo
domicilio estuviese registrado dentro de la comuna. De este modo se espera promover
el desarrollo de intervenciones tempranas que permitiesen evitar el escalamiento de
posibles problemas asociados a la vulneración de derechos y/o a la infracción de ley.
Luego, en 1997 se suscribe un compromiso entre Carabineros de Chile y la intendencia
Metropolitana, para ampliar esta atención, lo que da como resultado que durante el
año 1998, se incluyan a cinco nuevos municipios.
En el año 2002 el programa se expande y se inicia el involucramiento de todas las
municipalidad de la Región Metropolitana, generándose además un vínculo de
cooperación y trabajo conjunto en las atenciones con el Instituto de Capacitación
Laboral “Lincoyán”, de la Fundación “Niño y Patria” de Carabineros de Chile, entidad
que ofrece capacitación laboral y apoyo para la ubicación en un puesto de trabajo en el
área en que se han capacitado.
En el año 2003, se decide entregar los listados de niños, niñas y adolescentes
detenidos o conducidos en la Región Metropolitana en calidad de infractores de ley o
ingresados por vulneración de sus derechos, desde la Dirección de Protección Policial
de la Familia de Carabineros de Chile (DIPROFAM), a los encargados de este proyecto
en el nivel municipal2.
Entre los años 2004 y 2005, se desarrollaron los primeros estudios sistemáticos tanto
de caracterización de la población objetivo como de un primer seguimiento de la
implementación del programa3. Posteriormente se desarrollan alianzas de trabajo con
otros organismos gubernamentales como el Servicio Nacional de Menores y la División
de Seguridad Pública que colaboran con el desarrollo del programa a través de su
incorporación como fuente de derivación en el caso de las Oficinas de Protección de
Derechos (Sename) y los fondos de inversión focalizada (División de Seguridad
Pública). Ello da paso al desarrollo de proyectos estructurados de intervención que se
desarrollan a partir del año 2006 en adelante.
A partir de Abril del 2007, se comienza el proceso de suscripción al Convenio de
Colaboración y Compromiso de Reserva, por parte de los Municipios de nuestro país.
Junto con ello Carabineros de Chile extiende la entrega de información en el nivel
nacional. En la actualidad se cuenta con 274 municipalidades que han suscrito este
convenio.
En la actualidad el desarrollo de programas y proyectos en función de la información
proporcionada, se da de forma heterogénea al alero de múltiples organismos
gubernamentales. En un análisis desarrollado en 163 comunas por la Dirección de
Protección de la Familia, se ha podido constatar que, en cuanto a la dependencia
municipal, en 73% de éstas, el programa se ejecuta desde las Direcciones de Desarrollo
2 Es necesario destacar que, para entregar estos listados a cada municipio, fue preciso realizar un análisis jurídico y considerar los aspectos legales acerca de la pertinencia de darlos a conocer y, por otra parte, para resguardar la confidencialidad de estos antecedentes. En virtud de ello, se elabora una Carta de Compromiso entre la Dirección de Protección Policial de la Familia (DIPROFAM), y el municipio, conviniendo en este documento la reserva y confidencialidad de la información. A principios del año 2005, la Dirección de Protección Policial de la Familia de DIRECCIÓN DE PROTECCIÓN POLICIAL 6 DE LA FAMILIA Carabineros de Chile (DIPROFAM), reformula el programa que hasta ese momento se desarrollaba de acuerdo a lo planteado como meta institucional en el Área de Prevención, conforme a la Política Nacional de Seguridad Ciudadana. 3 Para mayores detalles ver Hein A., y Sepúlveda M. (2005): Caracterización de Menores de edad Ingresados a una Comisaría entre los años 2001 y 2004, en el marco del seguimiento del programa protección 24 horas: Implicancias para la prevención de violencia de y contra Niños, Niñas y Adolescentes menores de Edad. Fundación Paz Ciudadana.
Comunitario (DIDECO), en 16% de éstas, el programa se implementa desde las Oficinas
de Protección de Derechos (OPD)4 de Sename, en 3% se radica en la Dirección de
Educación Municipal y finalmente en un 1% de las comunas este se desarrolla a partir
de la Dirección de Salud Municipal.
Igualmente las fuentes de financiamiento también son heterogéneas. En el 39% de lo
casos, las acciones se financian directamente con fondos municipales, en 17% de las
comunas se financian a través de fondos Sename (OPD), en 9% de los municipios se
desarrollan proyectos financiados por los Fondos de Apoyo a la Gestión Municipal
(FAGM) de la División de Seguridad Pública del Ministerio del interior.
Este heterogéneo desarrollo de acciones ha permitido concluir que el programa hace
posible la detección temprana de NNA en situación de vulnerabilidad, aún antes que
otros sistemas sociales (como por ejemplo la escuela). Por ello, y por su capacidad
centralizada de monitoreo semanal, este programa se convierte en una valiosa
contribución para distintos programas sociales.
4 Programa Sename que son cofinanciados por cada municipio
2) ¿Por Qué Promover el Programa?: Los Objetivos Que Persigue la Dirección de
Protección Policial de la Familia de Carabineros de Chile
En la actualidad, es posible proponer que el programa PSI 24 Horas de Carabineros de
Chile se encuentra en vías de consolidarse como un “Sistema de Detección Temprana
(SDT)” de NNA en situación de vulnerabilidad. El desarrollo de intervenciones
preventivas efectivas descansa fundamentalmente sobre la existencia de un sistema
de detección que permita identificar a aquellos individuos que se encuentran en
desventaja debido a la presencia de determinados factores riesgo mediante el uso de
instrumentos válidos y confiables. Mientras más temprano ocurre esta identificación,
mayor será la probabilidad de actuar sobre los factores de riesgo, o de disminuir sus
efectos sobre la persona5.
A través de la administración de este STD, la Dirección de Protección Policial de la
Familia busca “Contribuir a la interrupción de situaciones de vulneración de derechos y
de trayectorias de vida asociadas a la infracción de ley en NNA menores de edad que
son detectados en los registros de Carabineros de Chile”
Entendiendo que la sola entrega de la información no necesariamente contribuye al
desarrollo y formalización de iniciativas de prevención y de interrupción temprana de
problemas asociados a la vulneración de derechos y a la infracción de ley DIPROFAM se
ha propuesto colaborar a activamente con el desarrollo de la Estrategia Nacional de
Seguridad Pública a través de las siguientes líneas de acción:
a) Proporcionar información oportuna, confiable y relevante a cada
municipalidad que haya firmado convenio que permita identificar a NNA en
situaciones de vulnerabilidad.
5 George M., Squicciarini A. Zapata R., Guzmán, M., Hartley M, Silva C. Detección Precoz de Factores de Riesgo de Salud Mental en Escolares, Vol. XIII, Nº 2: Pág. 9‐20. 2004.
b) Desarrollar análisis de los datos que permitan asesorar a los gobiernos
locales en la toma de decisiones respecto a la orientación de sus programas.
c) Monitorear el adecuado uso de la información, por parte de municipios y
organismos gubernamentales.
d) Promover la detección, sistematización y difusión de buenas prácticas de
trabajo, tanto policiales como de intervención social.
e) Promover el desarrollo sustentable de las iniciativas de intervención basadas
en la información proporcionada, a través de alianzas estratégicas con
organismos gubernamentales y no gubernamentales que brinden apoyo técnico
y financiero.
II) Caracterización de niños,
niñas y adolescentes
ingresados a una comisaría
entre los años 2004 y 2007
Entre los años 2004 y 2007 Carabineros de Chile registra 387.0946 ingresos en el país
que involucran a NNA menores de edad, que han sido detenidos o que se han visto
afectados por un delito. De estos 196.824 (50,8) ingresos tienen que ver con NNA que
se han visto afectados por un delito (vulnerados), mientras que 190.270 (49,8%) han
sido detenidos por infracción de ley.7
El número global de ingresos que involucra a NNA ha crecido un 40,4% entre los años
2004 y 2007, aumento atribuible al incremento de ingresos de NNA como afectados
por un delito, categoría que experimenta un incremento del 102,5%. Por otro lado, los
ingresos de detenciones de NNA menores de edad se han mantenido estables entre los
años 2004 y 2007 (figura N°1).
6 Los datos presentados en el presente documento se extraen directamente del sistema de Automatización Policial (AUPOL). Estos pueden diferir de los listados proporcionados por DIPROFAM, dado que los motivos ingresados al listado ha variado entre los años 2004 y 2007. Por ello y para obtener una visión de la evolución de los registros policiales que involucran a NNA menores de edad se opta por recurrir directamente a los datos AUPOL, dejando las categorías más relevantes que actualmente se incluyen en el listado que entrega DIPROFAM. 7 Este dato excluye registros referentes controles de identidad (110.781 procedimientos), presuntas desgracias (39962) a NNA que hayan sido denunciados por terceros (29.269 registros), (infracciones de tránsito (15.855), registros referentes a denuncias efectuadas por NNA (5.529), testigos (6.188) y conducidos (2.510). Estas categorías se excluyen del presente análisis debido a que se considera no son indicadores más directos de posibles situaciones de vulnerabilidad, cuya identificación es el principal objetivo de un STD.
Figura N°1: Número de ingresos según clase de participación
Fuente: Elaboración propia a partir de datos AUPOL
a) Ingresos según motivo
De los ingresos globales se puede apreciar que los motivos más relevantes son las
lesiones (22,4%), el robo (17,6%), el hurto (16,4%), los desórdenes (6,3%) y vulneración
de derechos varios (5,0%). La categoría “otros” agrupa todos los motivos cuya
prevalencia en el período es menor al 1% del total (ver Figura N°2). En las figuras N°3 y
N°4 se desglosan estos motivos, según si el NNA participa en calidad de vulnerado o
como infractor.
Figura N°2: Distribución nacional de ingresos 2004‐2007 según motivo
Fuente: Elaboración propia a partir de datos AUPOL
En la figura N°3 se puede apreciar, que dentro del universo de los NNA que son
víctimas de delito, predominan, los principales motivos son las lesiones (40,1%)8, el
robo (12%) y la vulneración de derechos varios (9,9%)9. Lesiones, es las categoría que
registran un mayor crecimiento absoluto (de 10.016 ingresos) entre los años 2004 y
2007.
8 Se estima que cerca de un 10% de esta categoría se debe a accidentes leves que normalmente no señalizan una situación de vulnerabilidad de relevancia. 9 La categoría vulneración de derechos agrupa una amplia variedad de motivos de ingresos a una comisaría asociados a la vulneración de los derechos de los niños.
Figura N°3: Motivos de ingresos por vulneración
Fuente: Elaboración propia a partir de datos AUPOL
Al analizar los ingresos de casos detenidos por infracción de ley se puede apreciar (ver
figura N°4) que los principales motivos de detención están asociados al robo (28,5%) al
hurto (23,6%) y a los desórdenes (12,7%)10.
10 Es importante hacer notar que la categoría “vulneración de derechos”, es siempre clasificada como “afectados”.
Figura N°4: Motivos de ingresos por infracción de ley
Fuente: Elaboración propia a partir de datos AUPOL
b) Ingresos según género
Al observar cómo se da la distribución de ingresos según género, se puede apreciar
que la proporción de hombres es siempre superior a la proporción de mujeres, sin
importar si se trata de ingresos por vulneración o por infracción de ley. En el caso de
los ingresos ocurridos por infracción de ley, la proporción de hombres es
sustancialmente mayor que la de las mujeres (ver figura N°5).
Figura N°5: Porcentaje de ingresos según clase de participación y sexo
Fuente: Elaboración propia a partir de datos AUPOL
Al desglosar los ingresos según motivo, se puede apreciar la existencia de variaciones
importantes, donde algunos motivos de ingreso son más comunes en el caso de
hombres que en el caso de las mujeres y viceversa. En el caso de los registros por
vulneración, las mujeres suelen ingresar como víctimas de por abuso sexual, violencia
intrafamiliar o maltrato infantil. En cambio los hombres ingresan preferentemente por
motivos relacionados con la ley de drogas, la tenencia de armas, y robo (ver figura
N°6).
Figura N°6: Porcentaje de ingresos por vulneración según motivo y género
Fuente: Elaboración propia a partir de datos AUPOL
PASA
Por otra parte en la figura N°7, se puede observar como los hombres suelen mantener
un protagonismo superior al 50% en todos los motivos de detención existentes. Vale la
pena destacar que esta participación preferente disminuye en el caso del hurto,
motivo de detención en el cual se registra la mayor proporción de mujeres que son
detenidas por un delito (67,6%). Secundariamente se observa una mayor participación
de mujeres en el caso de detenciones por maltrato infantil y violencia intrafamiliar.
Figura N°7: Ingresos por infracción de ley según motivo y género
Fuente: Elaboración propia a partir de datos AUPOL
c) Ingresos según tipo de motivo y edad
La edad promedio para los ingresos por infracción de ley es de 15,5 y mientras que
para los ingresos por vulneración de derechos es de 12,7. Los ingresos por vulneración
de derechos son los que se producen a la más baja edad. Cuando se desglosa por clase
de participación, se puede observar que existen diferencias en los rangos de edad en
que, por un lado los NNA se ven típicamente más expuestos a cierto tipo de
situaciones como víctimas, y por el otro; son típicamente detenidos como
protagonistas de hechos delictivos.
En el caso de los que son ingresados como afectados o vulnerados (Figura N°8), se
constata que hechos como ser víctima de lesiones, abuso sexual y el maltrato
típicamente ocurren a menor edad (en promedio entre los 11 y los 12 años). En cambio
estar involucrado como afectado en hechos relacionados con drogas, robos, o porte de
armas, típicamente le ocurren a NNA de mayor edad (en promedio, entre 14 y 15
años).
Figura N°8: Vulnerados: Edad promedio según motivo de ingreso
Fuente: Elaboración propia a partir de datos AUPOL
En el caso de los que son detenidos por infracción de ley, (Figura N°9), se constata que
hechos como ser detenido por infracción a la ley de drogas, ser aprehendido por orden
judicial y tenencia de armas, suelen ocurrir en promedio a mayor edad que los
desórdenes, robos, daños y hurtos.
Figura N°9: Detenidos: Edad promedio según motivo de ingreso
Fuente: Elaboración propia a partir de datos AUPOL
d) El problema de los ingresos y de los reingresos
En la sección anterior se describen algunos datos generales que permiten comprender
el contexto y la magnitud de los ingresos policiales que involucran a NNA menores de
edad. Pese a lo anterior, los datos proporcionados no son insuficientes para orientar
intervenciones orientadas a la prevención social.
Un problema clave a considerar al momento de analizar los ingresos policiales tiene
que ver con estimar el número de NNA que son ingresados como vulnerados o como
detenidos más de una vez y determinar que características tienen. Ello debido a que el
foco que programas locales de prevención secundaria y terciara debe estar orientado a
identificar, al momento de la primera vez que se es detectado, a aquellos que están en
mayor riesgo de volver a ser ingresados ya sea por ser detenidos o por verse afectados
de un delito.
Para efectos de la identificación de grupos más vulnerables resulta relevante
caracterizar a los grupos de NNA que presentan más de un ingreso, y por ende
trayectorias de vulnerabilidad que pueden prolongarse en el tiempo. Se ha
demostrado que suelen ser grupos relativamente pequeños de una población los que
suelen ser responsables de una gran cantidad del total de detenciones.
En esta sección se caracteriza la relación existente entre el número de ingresos y el
número de personas que estos ingresos representan.
Realizando una estimación conservadora11, se puede apreciar que los 387.097 ingresos
analizados, corresponden a 307.259 personas. Ello debido a que un grupo de personas
ha sido ingresado dos o más veces a una comisaría. En la figura N°10, se puede
observar que de las personas ingresadas, el 88,3% han sido ingresadas una sola vez,
mientras que el 11,6% restante es ingresada dos o más veces ya sea por infracción de
ley como por vulneración de derechos.
11 Dadas las características de los datos, se estima la relación registros‐personas del siguiente modo. Se imputan dos ingresos a la misma persona si coinciden los nombres y la comuna de residencia. Se supone que una misma persona no se cambia de comuna. Ello lleva a que la estimación sea conservadora, dado que se cree que se está subestimando en nivel real de reingresos de una persona.
Figura N°10: Número de personas según el número de ingresos asociados
Frecuencia Porcentaje1 ingreso 271.753 88,32 ingresos 22.214 7,23 ingresos 6.128 2,04 ingresos 2.715 0,95 ingresos 1.488 0,56 ingresos 982 0,37 ingresos 662 0,28 ingresos 444 0,19 ingresos 311 0,110 ingresos 256 0,111 ingresos 166 0,112 o más ingresos 140 0,1Fuente: Elaboración propia a partir de datos AUPOL
En el caso de aquellos a quienes se les pueden atribuir dos o más ingresos, estos
pueden mostrar al menos tres tipos de trayectorias. Estas son:
i) Trayectoria de eventos solamente ligados a la infracción de ley
En primera instancia están todos aquellos NNA que aparecen en los ingresos
solamente como detenidos por estar vinculados a un delito como protagonistas.
ii) Trayectoria de eventos solamente ligados a la vulneración de derechos
En segunda instancia se pueden distinguir a aquellos NNA que aparecen en los ingresos
solamente como afectados por un delito o vulnerados en sus derechos. Ellos pueden
presentar uno o más ingresos por estar vinculados a un delito como protagonistas.
iii) Trayectoria alternante
Grupo compuesto por NNA que registran al menos una detención por infracción de ley
y un ingreso como afectado por un delito.
En la figura N°11 se puede apreciar distribución porcentual de las diversas trayectorias
dentro de los que tienen dos o más ingresos. De los que presentan más de un ingreso,
la mayoría presentan una trayectoria asociada solamente a detenciones por infracción
de ley (46,7%). Destaca el hecho que el 21,7% este compuesto por alternantes. En
cambio en el caso de aquellos a los que se les puede atribuir solamente registran un
ingreso, predominan los casos de afectados (62,2%) por sobre los detenidos (37,8%)
[Resultado no mostrado].
Figura N°11: Distribución de NNA según trayectoria (solamente aquellos que tienen
más de un ingreso)
Fuente: Elaboración propia a partir de datos AUPOL
Es posible constatar que dentro del grupo presenta 2 o más ingresos, los afectados
presentan en promedio 1,7 ingresos, mientras que los infractores presentan 3,0
detenciones. Finalmente destacan los alternantes a quienes se les puede atribuir en
promedio 3,5 ingresos.
En la figura N°12 se muestra cómo la relación entre personas y número de ingresos
varía según si se trata de NNA con trayectorias de infracción, vulneración o alternancia.
Figura N°12: Relación personas‐ingresos según tipo de trayectoria12
Afectado Personas Ingresos N° % N° %
Uno 161.033 96,5 161.033 93,0 Dos o más 5.780 3,5 12.165 7,0 Tres o más 508 0,3 1.621 0,9
Total 166813 100,0 173198 100,0
Detenido Personas Ingresos N° % N° %
Uno 110.720 83,4 110.720 59,9 Dos o más 22.004 16,6 74.026 40,1 Tres o más 9.641 7,3 49.300 26,7
Total 132.724 100,0 184.746 100,0
Alternante Personas Ingresos N° % N° %
Dos 4.579 54,9 9.158 31,4 Tres o más 3.757 45,1 19.992 68,6
Total 8.336 100,0 29.150 100,0 Fuente: Elaboración propia a partir de datos AUPOL
En la figura N° 12 se puede observar en el caso de los afectados, solamente un 3,5% de
las personas presentan más de un ingreso, explicando el 7% del total de la actividad
policial relacionada con casos de solamente afectados. En el caso de los infractores
esta relación se acentúa. En este caso el 16,6% de las personas, explica el 40,1% del
total de las detenciones por infracción de ley. Al analizar aquellos que presentan 3 o
más detenciones (7,3% de las personas) estos explican el 26,7% de las detenciones. Al
analizar los alternantes se puede observar que el 54% de estos tiene dos ingresos,
explicando el 31% de los ingresos. En cambio los que tienen tres o más ingresos
(45,1%) explican 68% de los ingresos).
A partir de lo anterior se puede concluir que al NNA alternante es que el presenta el
perfil de mayor complejidad a ser abordado a través de políticas de acción temprana
orientadas a la interrupción de carreras de vulnerabilidad.
12 En este cuadro se incluye también a aquellos que tienen un solo registro.
e) Tipos de trayectorias de ingreso
En función de la trayectoria, es posible distinguir 5 grupos de NNA que tienen
características diferentes. Los primeros dos se refieren a aquellos que son detectados
solamente una vez, mientras los últimos 3 se refieren a aquellos casos que tienen dos
o más ingresos. En la figura N°3 se pueden diferenciar inicialmente al menos 5 grupos
de adolescentes según la trayectoria de ingresos registrada.
Figura N°13: Caracterización de grupos de riesgo
Grupo I: Grupo II: Grupo III: Grupo IV: Grupo V:
Afectado Primerizo
Infractor Primerizo
Afectado con
Reingreso
Infractor con
Reingreso Alternante
Tamaño 161.033 110.720 5.780 22.004 8.336
Porcentaje ingresados (total) 52,3 36,0 1,8 7,14 2,7
Porcentaje ingresos (total) 41,6 28,6 3,1 19,1 7,5
Porcentaje con 3 o más ingresos 0,0 0,0 1,9 23,9 45,1
Motivo primer ingreso 44% lesiones
26% Hurto, 15,4%
desordenes27% Hurto, 23% Robo
15% Hurto,
14% Robo
20% afectado de Lesiones 13%
detenido por hurto
Número de ingreso 1 1 2,1 3,3 3,5
Edad primer ingreso 12,3 15,3 13,2 15,1 14,6
Fuente: Elaboración propia a partir de datos AUPOL
Grupo I: Afectado Primerizo
El primer grupo se refiere a aquellos NNA afectados por un delito, que tienen un solo
ingreso dentro de los 4 años analizados. Ellos representan el 52,3% de total de los las
personas y se les puede atribuir el 41,6% de los ingresos. El 44% de este grupo ha sido
víctima de lesiones, siendo la edad en que esto ocurre, en promedio a los 12,3 años.
Grupo II: Infractor Primerizo
El segundo grupo se refiere a aquellos que NNA detenidos por un delito, que tienen un
solo ingreso dentro de los 4 años analizados. Ellos representan el 36% de total de las
personas y se les puede atribuir el 28% del total de los ingresos. El 27% de este grupo
ha sido detenido por hurto, en cualquiera de sus formas (hurto simple, hurto falta,
hurto de supermercado). En promedio, la edad en que esto ocurre se encuentra entre
los 15 y los 16 años.
Grupo III: Afectado con Reingreso
El primer grupo se refiere a aquellos NNA afectados por un delito, y que presentan más
de un ingreso dentro de los 4 años analizados. Ellos representan el 3,1% de total de las
personas y se les puede atribuir el 3,1% de los ingresos. En promedio el grupo
presenta 2,1 ingresos y solamente el 1,9% muestra tres o más. El 50% de este grupo ha
sido víctima de robo o hurto siendo la edad en que ocurre el primer hecho entre los 13
y los 14 años.
Grupo IV: Infractor con Reingreso
El cuarto grupo se refiere a aquellos que NNA detenidos por un delito, que tienen dos
o más detenciones dentro de los 4 años analizados. Ellos representan el 7,14% de total
de las personas y se les puede atribuir el 19,1% del total de los ingresos. El 23,9% de
este grupo registra tres o más detenciones, encontrándose el promedio de
detenciones en 3,3. Al analizar el motivo de la primera detención se puede observar
que, el 29% de este grupo ha sido detenido por hurto o robo, en cualquiera de sus
formas (hurto simple, hurto falta, hurto de supermercado, robo con violencia, etc.). En
promedio, la edad en que esto ocurre se encuentra alrededor de los 15 años.
Grupo V: Alternante
El quinto grupo se refiere a aquellos que NNA que registran al menos una detención
por infracción de ley y un ingreso como afectado de un delito, dentro de los 4 años
analizados. Este grupo representa el 2,7% del total de las personas y se les puede
atribuir el 7,5% del total de los ingresos. En promedio este grupo registra 3,5 ingresos,
donde el 45,1% del grupo ha sido detectado 3 o más veces. Al analizar el motivo del
primer ingreso se puede observar este puede deberse en un 20% de los casos a NNA
afectados por lesiones, y 13% por detenido la primera vez por hurto (hurto simple,
hurto falta, hurto de supermercado). En promedio, la edad en que esto ocurre es
levemente menor que aquellos que siguen una a trayectoria solamente asociada a la
infracción de ley, y levemente mayor a aquellos que siguen una trayectoria de
reingresos como afectados de un delito.
f) Comentarios
Los datos indican que son al menos tres características las que indican una mayor
vulnerabilidad a presentar trayectorias de ingresos de mayor complejidad, a saber;
• Niños que presentan su primer ingreso antes de los 14 años, especialmente si
se trata de una detención por infracción de ley.
• Niños que ya presentan un ingreso previo como afectados por presunta
desgracia, lesiones o como detenidos por robo o hurto.
• Niños que ya presentan una trayectoria de alternancia.
Indicadores detallados para cada comuna se encuentran en el anexo N°4.
III) EL PROGRAMA
1) Esquema de Funcionamiento General del Programa
Desde el punto de vista de Carabineros de Chile, el aspecto central del programa tiene
que ver con poner a disposición de las autoridades de gobierno central o local
información relevante, oportuna, válida y confiable respecto de la situaciones de
vulneración o infracción de NNA detectados por la institución, y monitorear el
adecuado uso de dicha información. En este sentido, el proceso de flujo de
información cumple con las siguientes etapas:
a) Ingreso del NNA al Sistema AUPOL:
El proceso se inicia al momento que un NNA pasa por alguna unidad policial ya sea en
calidad de infractor de ley o vulnerado. Los datos ingresan al la base de datos de
Carabineros de Chile (AUPOL).
b) Procesamiento
En una segunda etapa se procesan los datos para producir el listado. Esta etapa se
inicia cuando a través del “Sistema filtro 24 horas” extraen los datos desde la base de
datos AUPOL. Este sistema filtra las categorías irrelevantes para el programa, es decir
aquellas que no expresen directamente una situación de vulnerabilidad de una NNA
determinado. La Dirección de Protección Policial de la Familia cuenta con digitadores a
cargo de grupos de comunas cuya labor es preparar el listado final a ser enviado al
delegado comunal. La principal tarea del digitador es la de validar los datos del listado.
Esto implica:
i. Verificar nombre, rut, edad y fecha de nacimiento de cada NNA registrado
contra los datos del ingreso civil.
ii. Verificación de motivos de ingreso a través de la lectura de determinados
partes que pueden estar sujetos a problemas de interpretación. Se verifica si el
motivo de ingreso corresponde a los objetivos del programa.
iii. Verificación de domicilio, corroborando que corresponda a la comuna
señalada y realizar los cambios necesarios
c) Confección listado:
Se genera planilla Excel
d) Envío a la Comisaría
Se envía a los Señores Comisarios de la Unidad que corresponda a la comuna del
domicilio del NNA, quienes luego hacen entrega del listado al delegado de cada
comuna. El listado se entrega en el formato descrito en el anexo N°1.
e) Entrega del listado al Delegado Municipal
El comisario hace entrega a cada delegado municipal (previamente definido), del
listado. Este paso da iniciado a los procesos de intervención que cada municipio haya
definido dentro de sus posibilidades y necesidades. En la actualidad los municipios que
han firmado convenio suelen articular la respuesta de forma heterogénea tal como se
señaló en sección I.1.
En la figura N° 13 se esquematiza el flujo general de la información del programa.
Figura N°13: Funcionamiento general del programa
2) Tipos de usos de la Información Proporcionada por Carabineros de Chile
Si bien tradicionalmente se ha promovido que a partir de la información
proporcionada por los listados se diseñe un sistema de detección‐intervención en
casos de NNA vulnerables, esta no es la única aplicación posible. Se estima que en la
actualidad que existen al menos cuatro usos posibles de la información que se detallan
a continuación.
a. Información como sistema de detección
Como se mencionó anteriormente el uso tradicional de la información ha estado
relacionado con la creación de programas de detección temprana de vulnerabilidad.
Dependiendo de las condiciones institucionales y del grado de estructuración de la
oferta social existente, se puede considerar el desarrollo de un programa de
detección‐derivación o de intervención propiamente tal. En la sección IV se
proporcionan las indicaciones respecto a consideraciones importantes que se deben
tener en cuanto al momento de diseñar un programa de intervención.
b. Información como herramienta de focalización y desarrollo local
Al ser la vulnerabilidad un problema complejo, no siempre es necesario o adecuado
proponer un programa específico para abordar el tema. En este sentido, una segunda
aplicación de la información proporcionada, tiene que ver con la posibilidad de
utilizarla como una herramienta estratégica de análisis que oriente el desarrollo de
políticas, la focalización de recursos y la postulación a fondos sociales. Un análisis
detallado de los datos no solamente puede aportar información relevante, si no que en
ocasiones puede contribuir a visibilizar problemáticas antes no conceptualizadas como
relevantes (Ver recuadro).
c. Información como herramienta monitoreo de la gestión de programas
de intervención
Una de las propiedades que tiene el listado es que brinda información que se actualiza
con un periodicidad (semanal) que permite seguir en el tiempo la trayectoria de un
caso particular, al menos en cuanto a su participación en hechos policiales se refiere.
Por ejemplo, en el caso de la detención de un niño por hurto, desencadena un proceso
en el cual intervienen múltiples actores. Esta multiplicidad de actores interventores,
suele fragmentar las responsabilidades que cada agente tiene sobre la evolución
particular de un caso. Si este mismo niño vuelve a ser detenido dos semanas después
por hurto, esta información se puede utilizar para retroalimentar a los programas que
han abordado (o que aun intervienen en) el caso de modo de poder acomodar
estrategias de modo de generar una respuesta oportuna frente a las situaciones
particulares del caso.
El caso de la I.M de Recoleta muestra cómo el listado puede convertirse en una herramienta para el desarrollo de políticas de infancia en una comuna. En el año 2005, las redes de infancia en la comuna se encontraban fragmentadas y el municipio no contaba con políticas locales de protección de la infancia y la adolescencia. Los indicadores existentes (por ejemplo índice de infancia o el número de casos anuales detectados de maltrato infantil) no sugerían que en la comuna hubiese problemas relevantes a ser abordados en materias de infancia y adolescencia. Sin embargo el análisis de los datos de detenciones de NNA entre los años 2001 y 2005 situó a Recoleta como una de las 10 comunas con mayores tasas de hechos policiales que involucran a NNA ya sea por vulneración como por infracción de ley. Este hallazgo motiva, la puesta en marcha de un proyecto de detección y derivación a partir de los listados del programa. Esta fue uno de las primeras comunas en implementar intervenciones con el apoyo de los fondos de apoyo a la Gestión Municipal (ex Fondos de Inversión Focalizada). A partir de la experiencia de implementación se hizo necesario ir ampliando la capacidad de respuesta y de gestión de la comuna en las temáticas de infancia, motivo por el cual se priorizan determinados problemas frente a los cuales se desarrollan acciones sistemáticas orientadas a la búsqueda de fondos para financiar programas requeridos.
En el largo plazo, se espera que el proceso del monitoreo de casos contribuya a
generar retroalimentación constante que permita examinar los procesos de trabajo e
introducir practicas de mejoramiento continuo de la intervención.
d. Información utilizada como herramienta de evaluación del impacto:
Un aspecto aún poco explotado de la información tiene que ver con la evaluación de
impacto de los diferentes programas que intervienen en un caso particular. Un caso
particular puede presentar reingresos al listado mientras se encuentra en proceso de
intervención, es un aspecto esperable. Sin embargo, una pregunta esencial a
responder es ¿cuántos de los casos atendidos, en los cuales se ha logrado cumplir con
los objetivos de intervención, vuelven a ingresar al listado en un período de tiempo
particular?
El responder a esta pregunta tiene que ver con evaluar la efectividad global del
proceso de trabajo y de intervención. La evaluación de impacto se refiere al
seguimiento que se hace de un caso en el tiempo, una vez concluida la intervención. La
diferencia con el monitoreo refiere a que este último se desarrolla para implementar
acciones de corrección durante el desarrollo de procesos de intervención en algún
caso particular.
IV) Consideraciones
Metodológicas para la
Intervención
1) Elementos conceptuales relevantes para el desarrollo de intervenciones
En la presente sección se desarrollan algunos elementos conceptuales que permiten
situar y orientar en términos generales el desarrollo de un programa de intervención,
basado en los listados entregados por el PSI 24 Horas. Específicamente se desarrollará
la perspectiva de derechos y la perspectiva de riesgo psicosocial.
Ambas perspectivas (derechos y factores de riesgo) difieren en cuanto a su naturaleza
y propósito. No obstante lo anterior, pueden ser consideradas como complementarias.
Por un lado, la perspectiva de derechos se puede entender como que busca establecer,
no solamente estándares que definen condiciones mínimas de vida de los NNA, si no
que como un marco de principios, valores, orientaciones éticas que tiene implicancias
metodológicas en el caso de programas de intervención en infancia y adolescencia.
Estos guían el desarrollo de acciones cotidianas, en la medida que enfatizan la
necesidad de reconocer al niño o niña como sujeto hablante al cual se debe entender
abriendo la posibilidad de relacionarse con él.
Por otro lado, la perspectiva de factores de riesgo aporta una mirada descriptiva
complementaria que permite orientar las intervenciones, debido a que facilita la
selección de focos más apropiados para lograr determinados resultados. Este enfoque
es particularmente útil para orientar intervenciones preventivas en el caso de NNA
detenidos por infracción de ley.
a) Perspectiva de derechos
Con motivo de la adhesión de Chile a la Convención Internacional de Derechos del
Niño, se ha iniciado una importante transformación en el concepto manejado acerca
de la infancia y, consecuentemente, una profunda transformación de las prácticas de
intervención en esta temática.
Previo a estas transformaciones era común que al niño se lo conceptualizara como “un
ser en potencia”, o un “adulto incompleto” que llegaba a su plenitud en el momento
de alcanzar la etapa adulta. Ello derivaba en que se lo considerar como “propiedad” de
los padres y que en caso de ser sufrir algún tipo de vulneración fuera objeto de
protección del estado. Bajo este concepto se facilita el hecho que el desarrollo de
respuestas e intervenciones sean diseñadas desde la perspectiva institucional del
adulto y que no ponen necesariamente al niño y sus necesidades en el centro.
La Convención Internacional de Derechos del Niño promueve un importante cambio en
la esta perspectiva, ya que propone que el niño debe ser entendido como un sujeto
cuyos derechos deben ser cautelados, al igual que en el caso de los adultos. El niño es
visto como sujeto que tiene derechos acordes a su etapa del desarrollo, donde es
importante que su opinión y su participación sea tomada en cuenta en las decisiones
que se toman en su nombre. Desde esta perspectiva las necesidades de los niños
deben ser puestas en el centro del debate y de las decisiones que los afectan. Según
Naciones Unidas, en el clima de transformaciones vividas este último tiempo el papel
de los niños y las niñas en la sociedad ha cobrado nuevas dimensiones y la infancia se
ha convertido en un objeto de atención y de conocimiento como no lo había sido hasta
entonces. La mayor visibilidad social de la infancia ha inspirado en la opinión pública y
entre los profesionales, instituciones, medios de comunicación y organizaciones
sociales procesos de debate, de sensibilización y de toma de conciencia acerca de los
niños y las niñas. Se observa además un creciente consenso para considerar a los niños
y niñas como portadores de los derechos humanos, como sujetos de derechos que van
desde la protección a la autonomía y para cuyo ejercicio son competentes, con las
únicas limitaciones que la edad le determina13.
La convención de derechos del niño fue ratificada por Chile en el años 1990 y se
fundamenta en 4 principios rectores de los cuales se desprenden los demás derechos.
Estos son:
• Participación: Se conceptualiza al niño, niña y adolescente como sujeto de
derecho, el cual tiene opinión y debe ser considerado en la agenda política,
económica o educativa de un país, con leyes y normas que lo rigen.‐ 13 Es relevante hacer notar que, además de la convención de derechos del niño, existen otros cinco tratados en materia de Derechos Humanos, todos relacionados entre sí. Dichos textos son: "El pacto internacional de derechos civiles y políticos”, “El pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales”, “La convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”, “La convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial” y “La convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer”.
• Supervivencia y Desarrollo: Se debe promover la calidad de vida de los niños,
garantizando un desarrollo armónico.
• Interés Superior del Niño: Las decisiones que los adultos tomen y que puedan
afectar a un niño, deben priorizar el interés del niño, por sobre otros intereses.
Esto apunta a que la toma de decisiones apunte a ofrecer el máximo de
bienestar posible a los niños, niñas y adolescentes.
• No Discriminación: Se debe promover el trato igualitario para todos los niños,
niñas y adolescentes, con independencia de la raza, el credo, el color, el
género, el idioma o la casta.
Derechos de los niños:
1.‐ Tengo derecho a que me respeten, no importa cuál sea mi religión, color de piel, condición
física o lugar donde vivo.
2.‐Tengo derecho a recibir un nombre y apellidos que me distingan de los demás niños y niñas.
3.‐Derecho a vivir con mi familia, que me cuide me alimente y por sobre todo que me quiera.
4.‐ Tengo derecho a recibir educación y tener las cosas que requiero para estudiar.
5.‐ Tengo derecho a descansar, jugar y divertirme en un ambiente sano y feliz.
6.‐ Tengo derecho a recibir atención médica y que se me cuide cuando este enfermo.
7.‐Tengo derecho a decir lo que pienso y siento.
8.‐ Tengo derecho a reunirme o formar grupos con otros niños y niñas, para conversar,
expresarnos o simplemente, pasarlo bien.
9.‐Tengo derecho a ser protegido. Nadie debe maltratar mi cuerpo, herir mis sentimientos, tocar
mi cuerpo, herir mis sentimientos, tocar mis partes intimas o pedir que yo se las toque a otras
personas.
10.‐Tengo derecho a no ser explotado en trabajos que me dañen o impidan que crezca como los
demás niños o niñas. Tampoco se me debe utilizar para cometer delitos.
b) La perspectiva de riesgo psicosocial
El enfoque de psicosocial que en términos generales, la puede ser definido como un
enfoque que analiza las manifestaciones del comportamiento individual suscitadas en
interacción con el contexto social. Dicho enfoque concibe al ser humano como un ser
global integrado por componentes biológicos y psicológicos, en interacción constante
con el entorno en el cual está inmerso. Por lo tanto, implica la existencia de una
relación de dependencia e influencia entre las distintas manifestaciones individuales
de la persona (conductas, afectos, cogniciones, entre otros) y el contexto social.
En términos específicos, la perspectiva de riesgo psicosocial permite identificar y
analizar aquellas características individuales y del entorno (inmediato o distante), que
aumentan o la probabilidad de que las personas externalicen comportamientos de
riesgo como la deserción escolar, el abuso de sustancias o el comportamiento
delictivo, entre otros. Cualquiera de estas conductas pone en riesgo la trayectoria de
vida de NNA, disminuyendo sus posibilidades de desarrollo. Por ejemplo, el abandono
escolar temprano motivado por la expulsión producto de problemas conductuales,
acarreará problemas futuros de empleabilidad. Estos factores suelen ser llamados
denominados como “factores de riesgo”14. En el caso del ejemplo anterior, el
abandono escolar es un factor de riesgo (aumenta la probabilidad) de futura
precariedad laboral. Por otro lado, factores cuya presencia se asocian a la disminución
de la probabilidad de la externalización de conductas de riesgo futuras, se les
denomina como factores protectores. La identificación de estos últimos ha resultado
ser clave para la articulación de intervenciones en casos de NNA en situación de
vulnerabilidad.
Una premisa fundamental dentro de este enfoque tiene que ver con que se concibe
que el desarrollo de los individuos no se da en forma aislada, ya que estos viven y se
relacionan con una compleja red de sistemas interconectados, como la escuela, la
familia, los grupos de pares y otras instituciones. Las características de estos contextos
14 Existe debate en torno a la legitimidad de utilizar el concepto de “riesgo” dado que se la ha asignado un carácter de estigmatizador. Del mismo modo se cuestiona debido a que el origen del concepto deriva de las ciencias médicas. Se opta por utilizar este concepto debido a que está asociado a un marco analítico acotado que tiene conceptos claramente definidlos. Se utiliza la acepción de “riesgo” en un sentido estrictamente definido, lo cual representa una opción práctica. Por ello no se pretende implicar la idea de que es válido analizar a la infancia y la adolescencia solamente como “sujetos en riesgo”.
interactúan con características individuales, y de este modo influyen en forma directa
o indirecta en el desarrollo de las personas, convirtiéndose en factores protectores o
de riesgo. Por el otro lado, se estudia el modo en que diversas variables macro sociales
(por ej., desempleo y pobreza) interactúan con variables meso sociales, micro sociales
(características familiares, escolares y comunitarias) y características individuales, para
influir la externalización de conductas de riesgo15 (ver figura N°14).
Figura N°14: Sistemas sociales dentro de los cuales funciona un individuo16
A continuación se describirán brevemente algunos de los factores que comúnmente se
han asociado al desarrollo de conductas de riesgo que se encuentran presentes en
muchos de los casos detectados a través del PSI 24 Horas. Ninguno de estos factores
puede considerarse como causa directa de las diversas conductas de riesgo, si no que
es su interacción la que lleva a que determinadas personas sean más vulnerables a
involucrarse en este tipo de conductas. En este sentido y en virtud que las personas
durante su desarrollo se relacionan con múltiples contextos de desarrollo es que es
posible identificar determinadas características de estos contextos que facilitan el
hecho que las personas se vuelvan más vulnerables que otras a involucrarse en
conductas de riesgo.
15 Trudel, M., Puentes‐Neuman, G. (2000): The contemporary concepts of at risk children: theoretical models and approaches in the early years”, Pan Canadian Education Research Agenda Symposium, Adolescence.. 16 Bronfenbrenner, U.: La Ecología Del Desarrollo Humano
En la siguiente sección se exponen brevemente algunos de los principales hallazgos
respecto de los principales factores asociados al desarrollo de conductas de riesgo
infanto – juvenil de tipo persistente.
Los factores asociados que se describirán a continuación, se clasificarán en factores
asociados al individuo, factores asociados al ámbito familiar, factores asociados al
grupo de pares, factores asociados al ámbito escolar, factores social comentarios y
factores socioeconómicos.
Factores de riesgo y delincuencia juvenil
Diversos estudios han logrado identificar que existen dos tipos de adolescentes que
externalizan conductas de riesgo asociadas a la infracción de ley. Por un lado, se
encuentran aquellos que incursionan en conductas infractores en forma esporádica
que se diferencian de aquellos que se involucran en forma persistente. El tipo
esporádico se asocia más a la experimentación de roles relacionadas al período
adolescente y, por lo general, cesa espontáneamente con la edad. En cambio la
manifestación persistente se asocia usualmente a la presencia de múltiples factores
de riesgo, y la co‐presencia de distintos tipos de conductas de riesgo. Estos casos son
más vulnerables a iniciar trayectorias de riesgo persistentes en el tiempo.
Intervenciones basadas en el programa 24 horas debiesen intentar identificar
precozmente estos casos, momento en que es más probable poder obtener buenos
resultados con la intervención.
i) Factores asociados al individuo
Los factores individuales hacen referencia a características que manifiestan los
individuos que los hacen más vulnerables a la presencia de otros factores de riesgo
presentes en el contexto. Factores que han sido asociados frecuentemente con el
desarrollo de conductas de riesgo lo son por ejemplo la presencia temprana de
problemas de conducta en la escuela17 y experiencias de fracaso escolar18. Estos
parecen estar asociados muchas veces a la manifestación temprana de bajo
autocontrol, impulsividad y alta distractibilidad, características a su vez asociadas al
maltrato infantil. Otras características que frecuentemente han sido asociadas lo son la
agresividad temprana, los trastornos de aprendizaje, la tendencia a tomar riesgos.
Determinadas creencias y actitudes favorecen la manifestación de conductas de riesgo
como por ejemplo la aceptación de la violencia, también ha sido asociada como una
variable relevante al momento de decidir involucrarse en actos violentos19.
Es necesario puntualizar que ninguno de estos factores “determina” o “causa” el
involucramiento en conductas de riesgo. En la mayoría de los casos, interactúan con
factores de riesgo presentes en otros contextos, tales como la escuela y la familia. Por
ejemplo, el hecho de que un niño presente hiperactividad no implica que éste iniciará
una inminente carrera delictiva. Niños que manifiestan un síndrome hiperactivo‐
impulsivo generalmente evocan rechazo en las personas que los rodean (padres,
profesores, etc.), quienes tienden a distanciarse del niño o actuar de modo coercitivo
con él. Este tipo de interacciones son un antecedente que precede usualmente una
larga historia de desajustes conductuales que, a su vez, contribuyen a agudizar el
cuadro20. En el ejemplo anterior se ilustra cómo estos factores, además, pueden
presentar efectos interactivos que se refuerzan mutuamente. No se profundizarán
otros mecanismos mediante los cuales estas características individuales influyen en el 17 HEIN, Andreas, BARRIENTOS, Gonzalo (2004). Violencia y ddelincuencia juvenil: Comportamientos de riesgo autorreportados y factores asociados. Santiago, Chile, Fundación Paz Ciudadana. Disponible en <www.pazciudadana.cl/documentos/autorreporte.pdf> 18 Sepúlveda, Rodrigo, Mettifogo, Decio (2005): Trayectorias de vida de jóvenes infractores de ley; Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana, Instituto de Asuntos Públicos , Universidad de Chile. Disponible en <www.cesc.uchile.cl/trayectoriadevida.pdf>. 19 LOPEZ, Vera and EMMER, Edmund (2002). Influences of believes and values on male adolescents’ decision to commit violent offences. Psychology of Men & Masculinity, 3(1): 28‐40, Jan 2002. 20 RUTTER, Michael, GILLER, Henri and HAGELL, Ann (1998). Antisocial behaviour by young people. London, Cambridge University press, 1998. 496p. .
desarrollo de conductas de riesgo delictivas persistentes que pueden ser
profundizadas en otro lado21.
ii) Factores Familiares
En la literatura internacional se ha prestado especial atención a la influencia que ejerce
el sistema familiar de los niños y jóvenes en el desarrollo de conductas de riesgo. Uno
de los factores más estudiados tiene que ver con la pobreza familiar. El sufrir de
situaciones de marginalidad o pobreza es un estresor que afectaría al sistema familiar,
facilitando la ocurrencia de problemas como depresión parental22, el conflicto, la
hostilidad parental y la desorganización general de funciones familiares. Esta situación
impactaría el desarrollo de los adolescentes23, en la medida que el estrés deteriore la
capacidad familiar de apoyar y de responder a las necesidades de los hijos.
Otro factor que ha sido abordado frecuentemente tiene que ver con el
involucramiento del grupo familiar no solamente en actividades delictivas si no que en
otro tipo de conductas de riesgo como el consumo de drogas o el abuso de alcohol. En
este caso la familia se convertiría en una instancia de transmisión y aprendizaje de
valores desviados. Existe evidencia en estudios nacionales respecto de la relación
estadística entre estos factores y la prevalencia de conductas de riesgo en
adolescentes24.
Un factor clásicamente estudiado refiere a la relación entre ser víctima de abuso y
negligencia dentro de la familia y la manifestación de conductas de riesgo en la
adolescencia25. Un estilo parental hostil, crítico y punitivo26,27, la hostilidad en las
21 Para mayor información ver Hein 2004, Hein y Barrienrtos, 2004 y Sepúlveda y Mettifogo 2005. 22 Hein y Barrientos 2004, encuentran evidencia que apoya la idea que la percepción de la existencia de al menos un miembro del hogar que se encuentre triste o deprimido esta asociado a mayores prevalencias de distintos tipos de conductas de riesgo juvenil. 23 Teoría del estrés familiar en PLUNKETT, Scott, HENRY, Carolyn and KNAUB, Patricia (1999). Family stressor events, family coping, and adolescent adaptation in farm and ranch families. Adolescence [En línea], 34 Spring. Disponible en: <http://www.findarticles.com/p/articles/mi_m2248/is_133_34/ai_54657536>. 24 Hein y Barrientos 2004. 25 Rutter, Giller y Hagell, 1998. 26 Hirschi, Travis (2004): Causes of Delinquency. Transaction Publishers, New Brunswick, New Jersey; y SAMPSON, Robert and LAUB, John (1993). Crime in the making: Pathways and turning points through life. Cambridge Mass., Harvard University Press, 1998. 309p.
relaciones parentales, el uso de un estilo parental duro e inconsistente28. Estudios
nacionales confirman que la vivencia de contextos familiares en los que existe violencia
y maltrato son comunes en adolescentes que reportan involucramiento delictivo en la
adolescencia29
Finalmente diversos estudios han descrito la existencia de una relación entre la
composición del hogar (familias monoparentales y de gran tamaño) y mayores
prevalencias de conductas de riesgo en niños y jóvenes 30, 31. Estas características de la
familia se asociarían con una mayor probabilidad de que se deteriore la calidad del
estilo parental. En estudios nacionales se ha podido observar que un porcentaje
importante de jóvenes ingresados a Sename inculpados de un delito, sólo vive con la
madre o con la madre y la pareja de ésta (hasta 40%32). Otro estudio de Sename33 halló
que el 34% de los encuestados vivía solamente con la madre. Finalmente en el 68% de
los casos, la familia de estos jóvenes es numerosa, es decir, se compone de cinco o
más personas.
Cabe precisar si que otros estudios nacionales34 sugieren que los factores estructurales
tienen solamente una importancia secundaria dado que pierden relevancia estadística
al controlar por la calidad del funcionamiento familiar. En otras palabras, sería
preferible crecer en hogares monoparentales funcionales (por ejemplo capaces de
mantener una relación de confianza con sus hijos y una supervisón adecuada) que en
familias biparentales disfuncionales. Del mismo modo una vez que se ha controlado 27 Teoría de aprendizaje social en BREZINA, Timothy (1998). Adolescent maltreatment and delinquency: The question of intervening process. Journal of Research in Crime and Delinquency, 35(1): 71‐99, 1998. 28 Teoría de la coerción de Patterson, en ARY, Dennis (1999). Development of adolescent problem behavior. Journal of Abnormal Child Psychology [En línea], 27( 2). Disponible en: <http://www.findarticles.com/p/articles/mi_m0902/is_2_27/ai_55208541> 29 Hein y Barrientos 2004, Sepúlveda y Mettifogo 2005. 30 Rutter, Giller y Hagel, 1997. 31 Cuando se habla de familia monoparental, se entiende que el hecho en sí no es un antecedente relevante. Sin embargo, las familias monoparentales frecuentemente tienen mayores dificultades para ejercer un monitoreo efectivo de los hijos, por lo que éstos pueden encontrarse en una situación mas desprotegida. 32 MALLEA, Ana María y CAMPODONICO, Sergio (1993). Diagnóstico de la población atendida y seguimiento de menores egresados: sistemas de rehabilitación conductual abiertos. Chile, Sename, 1993. 78p. 33 Sename, 1991. SENAME (Chile) y MINISTERIO DE JUSTICIA (Chile) (1991). Estudio descriptivo de las características psicológicas, socio comunitarias y judiciales en una muestra de jóvenes retenidos en el C.D.P. de Puente Alto. 34p. 34 HEIN, Andreas. (2004b): “Características familiares asociadas al aumento de la prevalencia de conductas de riesgo juvenil: el problema de la estructura vs. la función” Primer Simposio Nacional de Investigación sobre Violencia y Delincuencia, Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Fundación Paz Ciudadana.
por la funcionalidad familiar, el tamaño tampoco tiene un efecto relevante sobre la
presencia de conductas de riesgo.
iii) Factores ligados al grupo de pares
La importancia de la influencia del grupo de pares ha sido descrita en numerosos
estudios. Jóvenes involucrados en conductas de riesgo que infringen la ley tienden a
tener amigos igualmente involucrados en actividades similares. En principio, todos los
comportamientos se aprenden en un contexto social, por lo que la elección de cuáles
son los comportamientos que finalmente se aprenden depende de las características
del contexto y de las personas con que los individuos se relacionen. Si se interactúa
con personas que tienen una orientación delictiva, el aprendizaje de estos
comportamientos se favorece en la medida que las relaciones con estas personas sean
frecuentes, duraderas, intensas y tengan sentido y significado35. En este sentido, los
amigos pueden influir en el desarrollo de conductas de riesgo en la medida que tengan
actitudes favorables hacia éstas, que pasen mucho tiempo juntos y sean grupos muy
cohesionados36. De igual forma, el pasar más tiempo con la familia neutraliza el efecto
de los pares.
En estudios nacionales sobre los grupos de amistades de jóvenes infractores, se ha
descrito37 que en 79% de los casos el grupo de amigos consume alcohol y, en 72%,
drogas. En otro estudio, se ha observado que un 62% de los amigos de jóvenes
infractores presenta antecedentes de detenciones o encarcelamiento 38. Del mismo
modo otros estudio sugieren que los pares tiene un rol importante en el inicio de
carreras delictivas39. También se ha descrito que el contar con pocos amigos
involucrados en diversos tipos de conductas de riesgo se convierte en un factor
protector40.
iv) Factores escolares
35 Teoría de la asociación diferencial de Sutherland. 36 Brezina 1998. 37 Mallea, Campodónico y López, 1993. 38 Sename, 1991. 39 Sepúlveda y Mettifogo 2005. 40 Hein y Barrientos, 2004.
En diversos estudios nacionales41, se han descrito que al menos la mitad de los jóvenes
infractores encuestados en estos tenían un nivel escolar básico incompleto, debido al
abandono escolar temprano. En otros estudios42, se ha descrito que los principales
motivos de abandono escolar de jóvenes infractores, se asocian a problemas
conductuales, la falta de interés y los problemas económicos. Este hallazgo es
relevante, dado que otros autores han descrito que abandonar la escuela no parece
afectar la probabilidad de delinquir por igual a todos los jóvenes. Aquellos jóvenes que
abandonan por aburrimiento tendrían mayor probabilidad de participar en actos
delictivos que los jóvenes que abandonan por problemas económicos43.
Como se mencionaba anteriormente las experiencias de dificultades y fracaso escolar
son comunes en niños y adolescentes que se involucran en actividades delictivas44. Los
niños y adolescentes que se reportan con mayor frecuenta este tipo de conductas
usualmente tienen mayor probabilidad de tener antecedentes de repitencias y tienen
una experiencia escolar más pobre. Tienen mayores dificultades escolares asociadas
principalmente a problemas de conducta y tienden a “pasarlo peor” en la escuela.
Estos factores también han sido descritos como factores relevantes que anteceden el
abandono escolar. Ello parece implicar que niños y adolescentes que vulnerables al
involucramiento persistente en conductas de riesgo tienden a manifestar
tempranamente dificultades escolares que facilitan además el abandono escolar.
v) Factores social‐comunitarios
El estudio de la conformación de áreas de alta criminalidad ha llevado a establecer que
existirían ciertas características de dichas áreas que influyen en el desarrollo de
comportamientos de riesgo juvenil. La relevancia de la materia se debe a que se ha
descrito que jóvenes que abandonan áreas de alta concentración de delitos reducen la
41 MALLEA, Ana María, CAMPODONICO, Sergio y LOPEZ, Ricardo (1993). Estudio de la población atendida en el sistema de rehabilitación conductual internado. Chile, Sename, 1993. 70p. 42 Mallea y Campodónico, 1993; Mallea, Campodónico y López, 1993. 43 Jarjoura, 1996. JARJOURA, Roger (1996). The conditional effect of social class on the dropout‐delinquency relationship. Journal of Research in Crime and Delinquency , 33(2): 232‐255, 1996. 44Hein y Barrientos, 2004; Sepúlveda y Mettifogo, 2005.
frecuencia de comportamientos infractores de ley, pese a que se mantienen
constantes otros factores de riesgo45.
Efectivamente son aproximadamente 35 comunas aquellas en las que viven aquellos
NNA que dan origen al 50% del total de los ingresos policiales del país. Dentro de estas,
un estudio nacional reciente46 demuestra que niños niñas y adolescentes menores de
edad que son ingresados a una comisaría tienden a vivir en lugares particulares. Las
figura N°15 compara la georreferenciación de los domicilios de NNA menores de edad
de una determinada comuna de la Región Metropolitana47 que son ingresados por
infracción de ley (1) y por vulneración de derechos (2). Estos demuestran que existe
una marcada concentración espacial de los domicilios de niños, niñas y adolescentes
menores de edad que registran ingreso a una comisaría. Esto ocurre tanto en los
ingresos por infracción de ley como por vulneración de derechos, donde las
concentraciones espaciales son las mismas. Cuando se georreferencian las denuncias
por violencia intrafamiliar se puede observar que las áreas de concentración o hot
spots son similares los de la figura N°15 (no mostrado). Esto releva la necesidad de
potenciar el desarrollo de programas territorialmente focalizados.
45 Rutter, Giller y Hagell, 1998. 46 Hein y Sepúlveda 2005. 47 Nombre de la comuna ha sido omitido para evitar su estigmatización.
Figura N°15: Domicilios de NNA ingresados por Infracción de Ley y por Vulneración
de Derechos en una Comuna de la Región Metropolitana48
Fuente: Hein y Sepúlveda 2005
48 HEIN Andreas, SEPÚLVEDA, Martha (2005): Caracterización de menores de edad ingresados a una comisaría entre los años 2001 y 2004 en el marco del seguimiento del Programa Protección 24 Horas de Carabineros de Chile: Implicancias para la prevención de la violencia de y contra niños, niñas y adolescentes. Disponible en línea [http://www.pazciudadana.cl/documentos/ProgramaProteccion24horas.pdf]
(1) Domicilios NNA ingresados por
infracción de ley (2) Domicilios NNA ingresados por
infracción de ley
Ello refuerza la idea que niños, niñas y adolescentes vulnerables a ser detectados por
la policía en el contexto de infringir la ley o ser vulnerados en sus derechos viven en
sectores particulares dentro de cada comuna. Análisis preliminares sugieren que estos
sectores parecen ser lugares en los cuales se concentra la presencia de factores de
riesgo antes descritos.
Otros estudios internacionales han descrito que la generación de este tipo de áreas de
son producto de un interjuego entre políticas de vivienda, de empleo y procesos
social‐comunitarios. Estas áreas se caracterizarían por la presencia conjunta de
características como49:
Tener mala reputación.
Baja presencia de prácticas familiares de socialización protectora.
Alta rotación de personas que viven en el barrio (bajo compromiso comunitario).
Alta proporción de jóvenes menores de 19 años (edad que concentra mayor
frecuencia de infractores).
Alta tasa de desempleo.
Alta proporción de niños y adolescentes en situación de riesgo psicosocial.
Comunidad con sentimientos colectivos de ineficacia.
Falta de oportunidades económicas legítimas, lo que favorece la tendencia hacia
actividades ilegales.
Comunidad con falta de confianza en los vecinos.
Comunidad con falta de sentido de control sobre el contexto.
Comunidad con escasas redes de amistades.
Comunidad con bajos niveles de participación.
Resta agregar que un elemento importante que ha sido destacado en diversas
investigaciones nacionales, tiene que ver con el hecho que muchos niños y
adolescentes que reportan haber infringido la ley en forma persistente crecen en un
contexto social en el cual la violencia es algo cotidiano que se vive al interior de la
familia, la escuela, y otras instituciones con las cuales se relacionan50. Otro estudio
49 Rutter, Giller y Hagell, 1998. 50 Sepúlveda y Mettifogo, 2005.
describe que aquellos adolescentes que muestran mayores niveles de conductas de
riesgo asociadas a la violencia y la delincuencia tienden a ser además frecuentemente
víctimas tanto de violencia (tanto física como psicológica) como delitos (robos y
daños)51. En este mismo trabajo se constata una importante correlación estadística
entre los índices de conductas de riesgo y los índices de victimización juvenil.
vi) Factores socioeconómicos
En cuanto a los factores de riesgo socioeconómicos, se han identificado
fundamentalmente dos: las desventajas socioeconómicas y el desempleo juvenil. Las
desventajas socioeconómicas parecieran jugar un rol relevante en desarrollo de
conductas de riesgo en NNA. La investigación internacional ha sugerido que la
influencia sería preferentemente indirecta, impactando al sistema familiar. La pobreza
ha sido asociada al estrés familiar, el cual impactaría la capacidad de los padres de
responder adecuadamente ante problemas y necesidades de los hijos haciéndolos
vulnerables ante una seria de problemas como el fracaso escolar, el consumo de
drogas y el involucramiento persistente en delitos52.
51 Hein y Barrientos, 2005. 52 COOPER, Doris (1994). Juventud, delincuencia y violencia. Congreso nacional de investigadores sociales y medico‐sociales sobre la juventud chilena.
vii) Factores de riesgo y niveles de complejidad
Una constatación relevante que se desprende de la experiencia de trabajo de los
proyectos PSI 24 Horas tiene que ver con que existen casos con diversos “niveles de
complejidad”, según el número y tipo de factores de riesgo presentes. Mientras más
complejo es el caso suelen presentarse un mayor número de factores de riesgo que
interactúan entre sí generando situaciones más difíciles de abordar desde la
intervención. En el recuadro se presenta una propuesta de operacionalización.
Niveles de Complejidad, Proyecto Vínculos de Recoleta:
‐Nivel de vulnerabilidad alta (Presencia de cuatro o más de los siguientes factores):
1.‐Ausencia de adulto significativo. 2.‐Se observa una problemática transgeneracional: Situación de infracción o vulneración de derecho asociada a dinámicas transgeneracionales caracterizadas por la presencia de factores de riesgo tales como: negligencia, maltrato y abuso, conductas infractoras, consumo de alcohol y drogas. 3.‐ Presencia de antecedentes delictivos en la familia (delictivos /consumo y tráfico de drogas) 4.‐ Antecedentes de apariciones anteriores en el listado o alternancia 5.‐ Que presente ingresos anteriores a la RED (COD, CTD, Hogares de Menores ) 6.‐ NNA se encuentra fuera del sistema escolar 7.‐ NNA presenta socialización callejera 8.‐ NNA muestra escaso o nulo nivel de responsabilización respecto de sus actos. 9.‐ NNA presenta consumo de drogas 10.‐ NNA trabaja para aportar al hogar: Cuando se encuentra asociado a la explotación y a la vulneración de derechos.
‐Nivel de Vulnerabilidad media: (Presencia de dos o más de los siguientes factores): 1.‐ Presencia de una figura adulta significativa, pero con escasas habilidades parentales. 2.‐ Presencia de indicadores que evidencien situaciones de negligencia y maltrato ligadas a situaciones de crisis o etapas del desarrollo vital. 3.‐ Presencia de Que ingresos anteriores o alternancia. 4.‐ Presencia de ingresos anteriores a la RED (COD, CTD, Hogares de Menores) 5.‐ Presencia de problemas de rendimiento y/o problemas de conducta en la escuela 6.‐ NNA se vincula con un grupo de pares con conductas infractoras o con inserción callejera. 7.‐ NNA muestra escaso o nulo nivel de responsabilización respecto de sus actos. 8.‐ NNA trabaja para aportar al hogar: Cuando se encuentra asociado a la explotación y a la vulneración de derechos.
‐Nivel de baja vulnerabilidad (Presencia de tres o más de los siguientes factores): 1.‐ Presencia de una figura adulta significativa, pero con escasas habilidades parentales. 2.‐ Se observa la ocurrencia de episodios puntuales de maltrato ligado a etapas del desarrollo vital o crisis familiar. 3.‐ Se encuentra inserto en el sistema escolar de manera regular, aunque presente bajo rendimiento o problemas de conducta. 4.‐ No presente ingresos anteriores. 5.‐ Que muestre algún nivel de responsabilización frente a sus actos.
NNA con un nivel de alta vulnerabilidad suelen ser más difíciles de vincular a algún tipo
de intervención, demandan un alto nivel de trabajo en terreno. Del mismo modo
intervenciones en casos con un alto nivel de complejidad requerir del apoyo de algún
tipo de intervención judicial, por ejemplo, vía medida de protección. Las familias de
estos NNA suelen mostrar una menor capacidad para problematizar los motivos las
conductas del o los miembros de la familia que han sido ingresados a una comisaría.
viii) Factores de Riesgo e Historial de Interacción Institucional
Dado que el PSI 24 Horas se centra principalmente en actuar en el caso de niños niñas
y adolescentes que ya registran al menos un ingreso, es relevante destacar la
necesidad de considerar el historial de interacción institucional que estos niños, niñas
y adolescentes han tenido con distintas instancias de intervención social. En la
actualidad se puede observar que es en el caso de los NNA de trayectoria de ingresos
por infracción de ley o trayectoria alternante los que tienden a tener historias crónicas
de ingresos y reingresos. Por ejemplo en el caso de los NNA que ingresan solamente
por infracción de ley (ver figura N° 12) dónde si bien el 16% presenta dos o más
ingresos, y sin embargo estos explican cerca del 40% de todos los ingresos por
infracción de ley.
En un estudio que analiza las trayectorias de vida de 40 sujetos que fueron jóvenes
infractores, concluye que éstos suelen tener una “circulación cronificada” por centros
de atención (por ej. COD, CTD, entre otros) sin que se registre un seguimiento o
acompañamiento en el medio libre posterior a cada detención. Los autores
puntualizan que si bien la internación en estos centros es usualmente bien valorada
por la familia, también señalan que el paso por éstos constituye en muchos casos
experiencias traumáticas para los niños y adolescentes detenidos. Los autores finalizan
planteando que “los niños y jóvenes tienden a pasar por las instituciones sin desarrollar
vínculos afectivos prosociales; no hay seguimiento ni continuidad en la atención que
reciben. Es como si la institución funcionara en un eterno presente.” 53
53 Sepúlveda y Mettifogo (2005).
El desafío y la oportunidad que brinda el desarrollo de estrategias de prevención en el
marco del PSI 24 Horas tienen que ver con el desarrollo de proyectos locales de
interrupción de trayectorias vitales de riesgo que tengan conciencia del historial de los
niños y adolescentes que atienden.
Es importante tener en mente que la perspectiva de factores de riesgo ‐ factores
protectores, es solamente una perspectiva descriptiva, que permite por un lado,
identificar poblaciones en situación de vulnerabilidad, y por el otro, definir aquellos
focos de intervención más apropiados en un caso determinado. La selección de este
enfoque tiene que con que su simplicidad brinda ventajas al momento de analizar
casos y planificar intervenciones. Se lo debe considerar solamente como una guía.
2) Programas de intervención orientados a reducir el riesgo en la reincidencia
delictual en NNA en situación de vulnerabilidad
Como se pudo observar anteriormente son los casos de NNA que siguen una
trayectoria de ingresos por infracción de ley o una trayectoria alternante, tienden a
registrar un mayor número de ingresos y por ende son vulnerables a desarrollar una
circulación “cronificada” por los programas de intervención. Los datos suguieren que la
respuesta desde los programas de protección, es decir aquellos que abordan casos de
NNA que solamente ingresan por vulneración de derechos parece haber sido más
contundentes. El número de NNA registrados como afectados de un delito, crece
sustancialmente entre los años 2004 y 2007, y sin embargo tienden a tener
trayectorias cortas, que no suelen superar los 2 ingresos. En cambio, los ingresos de
detenciones por infracción de ley que corresponden a NNA, que si bien se han
mantenido relativamente constantes en los últimos 4 años, muestran una mayor
proporción de NNA que serán detenidos dos o más veces. El problema de la reducción
de los reingresos es central dentro de los desafíos enfrentados por el PSI 24 Horas.
Existe en la actualidad una baja difusión acerca de los tipos de estrategias de
intervención que han demostrado ser más efectivas, ni que características tienen los
programas que han demostrado tener una mejor capacidad para interrumpir
trayectorias de vulnerabilidad cuando están asociadas a la infracción de ley. En esta
sección se desarrollan algunos elementos en relación a este tipo de programas.
Siguiendo a Andrews y colaboradores54, se ha constatado que aquellos programas
efectivos en disminuir la probabilidad de reingresos futuros, particularmente en el
caso de adolescentes detenidos por infracción de ley, cumplen con al menos tres tipos
de principios:
i) Principio del riesgo
54 ANDREWS, ZINGER, HOGE, BONTA, GENDREAU, CULLEN, Does ¿Correctional treatment work? A Clinically Relevant and Psychologically Informed Meta Analysis, Criminology, Volume 28, Number 3, 1990.
Los programas que cumplen con este principio, diferencian sus estrategias de
intervención en función del nivel de riesgo o vulnerabilidad que trae el caso. En este
caso cuando se habla de “riesgo” se refiere a que presenta características que
aumentan la probabilidad que el NNA vuelva a ser detenido por algún tipo de
infracción a la ley.
Según este principio, aquellos casos que pueden ser definidos como de alta
complejidad o alto riesgo, requieren de una intervención de mayor intensidad (esto
usualmente implica un mayor número de horas semanales de contacto con el caso,
intervenciones más estructuradas y en ocasiones la necesidad apoyo judicial por ej. vía
medida de protección), mientras que casos con un menor nivel de resigo requieren
intervenciones de menor intensidad.
Una particularidad de este principio tiene que ver con que el nivel de riesgo está
determinado solamente en parte por el tipo de delito cometido. Por ejemplo, un caso
particular puede ser detenido por hurto simple, un evento de baja gravedad en
términos jurídicos, y sin embargo puede arrastrar una trayectoria de 35 detenciones
en dos años, por delitos similares. En este caso el nivel de vulnerabilidad o riesgo
estará dado por otros factores tales como por ejemplo, la aceptación del hurto como
una forma valida de adquirir bienes, el vivir en una familia involucrada en actividades
ilícitas o donde los roles parentales se encuentran desorganizados por la depresión
que vive uno de los padres. Son estos últimos factores los que estarán asociados a
reingreso futuro, y por ende son factores que se deben abordar en la intervención.
Del mismo modo, puede pasar que un caso es detenido un día por hurto, pero el día
anterior haya cometido un robo con violencia por el cual no es detenido. En este caso,
el motivo de detención actual es un mal señalizador del “nivel de riesgo” que tiene un
caso.
Por ello, el nivel de riesgo que un caso presenta debe ser evaluado en forma
independiente al motivo o motivos por los cuales ha sido detenido.
ii) El Principio de la Necesidad o Factor de Riesgo Próximo
El principio de necesidad establece que las intervenciones deben mantener un foco
sobre aquellos factores de riesgo más próximos a la conducta o aquellos que
aumentan la probabilidad que el caso tenga un reingreso futuro. Se pueden distinguir
entre factores asociados a la delincuencia y factores que son mejores predictores de
un ingreso o detención futuro. Clínicamente se les suele denominar también como
“necesidades criminógenas”
Los factores asociados son comúnmente confundidos con factores de riesgo próximos,
por ende comúnmente objeto de intervención. Los factores se asociados se
encuentran presentes en muchos casos pero la intervención sobre estos no
necesariamente generará un cambio que lleva a disminuir la probabilidad que un NNA
vuelva a ser detenido por infracción de ley.
Por ejemplo, se puede observar en numerosos casos que el NNA ha desertado de la
escuela, o se encuentran sin trabajo. Muchos proyectos se enfocan en reinsertar a la
escuela o buscar un trabajo, y en la mayoría de los casos esto se logra. Sin embargo,
en casos de alta complejidad es poco probable que puedan permanecer en la escuela o
mantener un trabajo, ello debido a que el abandono escolar puede haberse producido
por problemas de aprendizaje, o por problemas de comportamiento, factores que
también impiden que el NNA se reinserte exitosamente en la sala de clases. Una
intervención orientada a prevenir reingresos futuros, debiese seleccionar como foco
de intervención los problemas que dificultan la inserción, más que la inserción en sí
misma. En este caso el abandono escolar es un factor asociado, presente comúnmente
en este tipo de casos. En cambio los problemas de aprendizaje y de comportamiento
son los mejores predictores de futuras detenciones.
Algunos de los factores de riesgo próximos, que han sido identificados como aquellos
focos de intervención más prometedores para prevenir detenciones futuras son las
siguientes:
‐Intervenciones orientadas a cambiar actitudes y sentimientos de aceptación y
normalización de conductas asociadas a la infracción de ley.
‐Intervenciones orientadas disminuir la influencia (tiempo, intensidad de la relación)
de pares involucrados en actividades delictivas.
‐Intervenciones orientadas a mejorar la calidad del vinculo parental y mejorar las
estrategias de monitoreo parental.
‐Intervenciones que promuevan la identificación con modelos de rol no asociados al
delito.
‐Intervenciones orientadas al mejorar el control de impulsos, resolución de problemas,
y habilidades sociales.
‐Intervenciones orientadas a reducir la dependencia física de drogas.
‐Intervenciones que cambien la relación de costo beneficio percibido de actividades
ilegales en diferentes contextos.
Otros focos de intervención que se consideran como menos apropiados son:
‐Intervenciones orientadas a la autoestima.
‐Incrementar la cohesión de aos de pares que desarrollan actividades asociadas a la
infracción de ley.
‐Mejorar condiciones generales de un barrio sin desarrollar intervenciones en NNA en
situación de alto riesgo.
‐Intervenciones orientadas al insight (o discernimiento) que aborden problemas
emocionales o personales que no han sido ligados a la reincidencia.
En el anexo N°2, se propone una pauta de orientaciones generales a observar en el
momento de evaluar factores de riesgo próximos, más relevantes para el desarrollo de
intervenciones.
Lo planteado no implica que una intervención pueda tener más de un foco de trabajo
(por ejemplo conseguir empleo y además abordar el problema de la empleabilidad).
Sin embargo, son las intervenciones sobre factores próximos los que tendrán una
mayor probabilidad de afectar positivamente la vida de los NNA.
Es importante destacar que los elementos antes expuestos derivan de investigaciones
desarrolladas en el extranjero. Es importante destacar que la detección de cuáles son
los factores más próximos a la reincidencia en Chile, es una tarea pendiente por
desarrollarse aún.
Es posible proponer que uno de los nichos donde intervenciones basadas en el PSI 24
Horas pueden en la actualidad convertirse en un gran aporte está relacionado con el
desarrollo de métodos y estrategias de intervención que puedan intervenir apuntar
sobre aquellos factores más próximos que son relevantes en la realidad nacional.
iii) El principio de la responsividad
Finalmente, se la constatado que programas que son más responsivos, es decir
guardan un cierto rango de flexibilidad para acomodar la forma en que se desarrolla la
intervención según las características que tienen sus sujetos de intervención, también
suelen ser más efectivos.
Una intervención de responsiva tiene tres características:
‐En primer lugar, las actividades que se incorporan como estrategias de intervención
en un programa, deben tener una capacidad probada (o al menos razonablemente
documentada) de influir en el cambio de un determinado factor de riesgo. Siempre
que se incorpore una actividad como estrategia de intervención, es necesario que se
pueda fundamentar adecuadamente cual es la capacidad que se espera que esta
estrategia tenga para modificar un factor de riesgo determinado.
‐En segundo lugar, las estrategias de intervención deben ser adecuadas al estilo de
aprendizaje del destinatario de la intervención. Se suelen privilegiar técnicas de
intervención basadas en la conversación verbal entre terapeuta y paciente en un
setting estructurado (típicamente una consulta). Este tipo de estrategia suele ser más
exitosa con aquellos NNA que presentan un alto desarrollo de habilidades verbales y
sociales. Sin embargo en el caso que no se cumplan estas condiciones, es necesario
considerar otro tipo de de estrategias de intervención. En general las estrategias que
han dado mejores resultados son estrategias cognitivo conductuales, como por
ejemplo, el entrenamiento de habilidades, el moldeamiento, juegos de roles, entre
otros.
Técnicas que suelen no ser recomendables para el desarrollo de intervenciones en este
tipo casos, lo son, por ejemplo los grupos terapéuticos, dado que se corre el riesgo de
crear un contexto donde determinados factores de riesgo asociados a los pares sean
reforzados.
Por último se ha constatado que un punto clave en el desarrollo de intervenciones
efectivas tiene que ver con la capacidad de los profesionales interventores de
desarrollar un estilo de trabajo cálido, relativamente flexible pero con límites claros. Es
importante subrayar que la construcción del vínculo es una condición necesaria pero
no suficiente para asegurar buenos resultados en la intervención.
3) Orientaciones para la implementación de programas de intervención a partir del
PSI 24 Horas
Al momento de considerar la implementación de un programa de intervención a partir
de la información del PSI 24 Horas, es necesario tomar algunas decisiones que
permitan optimizar el trabajo y mejorar las posibilidades de éxito de las
intervenciones. A continuación se establecen los pasos requeridos a seguir y se bridan
algunas orientaciones que permitan tomar algunas las decisiones más de acuerdo a la
realidad local de la comuna.
a) Diagnóstico inicial
Al momento de considerar el desarrollo de un programa el diagnostico inicial se
convierte en un paso fundamental. El diagnóstico es el instrumento orientador que
permitirá tomar las decisiones adecuadas de intervención posterior. Un diagnóstico no
es solamente la recopilación de antecedentes respecto de un tema, sino que debe
proporcionar un análisis de esta información que permita orientar la toma de
decisiones. En esencia el diagnóstico debe poder responder cuatro preguntas:
i) ¿Cuál (es) debiera(n) ser el(los) grupo(s) objetivo(s) del programa?
ii) ¿Qué características comunes tiene(n) dicho(s) grupo(s) objetivo(s)?
iii) ¿Cómo debiera aproximarme a dicho(s) grupo(s) objetivo(s)?
iv) ¿Con que recursos locales se cuenta para abordar las necesidades de dicho
grupo objetivo? ¿Con que recursos locales debiera contar?
Para responder dichas preguntas se debiese contemplar al menos el desarrollo de los
siguientes pasos:
a.1) Análisis de ingresos policiales55
El análisis de los ingresos policiales es el punto de partida del diagnóstico. Es necesario
enfatizar que el análisis de ingresos policiales es necesario por no suficiente para
planificar el desarrollo de programas o proyectos de intervención. Del mismo modo
algunos análisis de los datos policiales serán más informativos que otros. Las preguntas
que se deben responder a través del análisis de los ingresos policiales son las
siguientes:
i) ¿Cuál es la magnitud del problema?
Para responder esta pregunta es necesario conocer el volumen de ingresos que
involucran a NNA durante un período de que abarca típicamente un año. Respecto de
este volumen es necesario saber cuántos de estos (porcentaje) corresponde a
vulnerados y cuántos corresponde a NNA detenidos por infracción de ley. Interesa
saber tanto el número absoluto de ingresos, como las tasas relativas.
ii) ¿Qué motivos son los más frecuentes?
Es de interés comprender cuales son los motivos más frecuentes, si tienen que ver por
ejemplo con hurtos de supermercado, lesiones o desórdenes. Para apreciar la
magnitud es necesario compararse con otras comunas o con el promedio regional o
nacional.
iii) ¿Qué características tienen aquellos que los grupos que tienen un mayor
número de ingresos?
Siempre existen pequeños grupos que presentan trayectorias caracterizadas por un
mayor número de ingresos. Respecto de estos grupos, es relevante saber, por ejemplo,
la edad promedio en que inicia la trayectoria, cual es la composición de los motivos de
ingresos (por ejemplo existe especialización en delitos contra la propiedad, lesiones o
presuntas desgracias), el sexo, entre otras.
55 Algunos de estos datos no están directamente disponibles en los listados, pero se puede solicitar a DIPROFAM el desarrollo de un informe consolidado.
iv) ¿Se puede observar concentración territorial de los domicilios?
Los estudios desarrollados a la fecha, sugieren que en todas las comunas se pueden
constatar la existencia de “hot spots”, es decir la presencia de barrios o sectores
particulares donde se observa una mayor concentración territorial de domicilios de
NNA que han sido ingresados al ingreso de Carabineros de Chile. Hay comunas donde
esta concentración es mayor que en otras.
Otro elemento que resulta relevante describir, tiene que ver con el análisis de las
unidades donde se levanta el ingreso del NNA en particular. Por ejemplo, en
determinadas comunas, se ha constatado que la mayor parte de los NNA que son
detenidos por infracción de ley dentro de la misma comuna, son ingresados a una
unidad policial particular. Esta constatación permite abrir la posibilidad de desarrollar
intervenciones conjuntas entre autoridades locales y Carabineros de Chile.
a.2) Caracterización del nivel de vulnerabilidad o factores de riesgo
Para conocer la naturaleza de tipo de casos que se va a enfrentar, es recomendable
constatar cuales son los factores de riesgo que caracterizan típicamente a NNA de una
comuna o sector particular. Esta es información crítica que no es reportada en los
ingresos policiales y permite definir cuál será el tipo de estrategias que se requerirá
incorporar dentro del programa de intervención.
Otra ventaja de caracterizar la población objetivo en cuanto a su vulnerabilidad, tiene
que ver con una dimensión de desarrollo estratégico del programa. Si, por ejemplo se
constata que una característica recurrente es la deserción escolar por problemas de
aprendizaje, una de las respuestas desde la perspectiva del gobierno local puede
involucrar la creación de un programa de reescolarización que pueda recibir a NNA
derivados desde el programa.
Para obtener una caracterización de los factores típicamente presentes en los caso del
PSI 24 Horas, se pueden utilizar una amplia diversidad de técnicas tales como:
‐Entrevistas con NNA detectados a través del listado
‐Encuestas56
‐Visitas domiciliarias de constatación de situación familiar
‐Entrevistas a profesionales pertinentes que tengan contacto con casos particulares
(profesores, terapeutas, profesionales de la salud, Carabineros, entre otros).
El objetivo de este diagnóstico es poder apreciar la existencia de dinámicas que
permitan quizás desarrollar programas de intervención más temprana que aquellas
que pueden derivar del PSI 24 Horas. Por ejemplo, si se constata que un grupo
importante de NNA ha abandonado la escuela por problemas de conducta se podría
generar un programa de detección e intervención temprana de problemas
conductuales que funcione al interior de los dentro de los colegios locales.
El diagnóstico de los factores de riesgo asociados debiese poder responder las
siguientes preguntas
• ¿Qué características socioeconómicas tienen las familias? (hacinamiento, tipo
de vivienda, ocupación de los integrantes, quienes aportan al ingreso familiar)
¿Existen indicios que permitan sospechar que los ingresos familiares puedan
provenir de fuentes ilegales? (por ej. tráfico de drogas)
• Independiente de que hayan sido detenidos o no ¿las conductas de riesgo o las
situaciones de vulneración son ocasionales o crónicas?
• ¿Cómo están constituidos los hogares (padre y madre, solo madre, otros, etc.)?
¿Cómo afecta esto las dinámicas familiares?
• ¿NNA o familia son sujetos de intervención de otros programas o redes? ¿Qué
ha pasado anteriormente con esto? ¿Cómo significa la familia la intervención
de agentes externos (aceptación, molestia, resignación)?
• ¿Hay parientes involucrados en actividades ilícitas? ¿Hay parientes con
antecedentes delictuales?
• ¿Cómo se pueden caracterizar los estilos parentales o de quienes ejercen el rol
parental (coherencia, calidad de vínculo, nivel de supervisión)?
56 Si bien se han utilizado encuestas, pueden ser poco aplicables en los casos típicamente detectados por el
programa. Si elige esta opción consulte a profesionales expertos en la materia.
• ¿El NNA presenta conducta difícil de manejar en la familia y/o en la escuela
(irritabilidad, impulsividad, conductas de búsqueda de actividades arriesgadas)?
• ¿Cuál es la relación que se tiene con la escuela? (aburridos, frustrados, etc.)
• Si han abandonado la escuela ¿Por qué abandonaron? ¿Qué es lo que los
mantiene fuera de ella? ¿Existen indicios que permitan sospechar la existencia
de problemas específicos o generales de aprendizaje?
• ¿Cuál es la relación con los pares? ¿Tiene amigos involucrados en actividades
ilícitas o de riesgo?
• ¿Hay involucramiento en consumo de drogas o alcohol? Si son drogas ¿de qué
tipo son? ¿El consumo es regular o esporádico? ¿Se han cometido delitos bajo
la influencia del alcohol o drogas?
• ¿Cómo ocupan su tiempo libre? ¿En que lo ocupan? ¿Con quién lo comparten?
• ¿Qué tan normal o aceptado es para el NNA o su familia la situación de
vulneración o de infracción?
• ¿El NNA o su familia rechazan ayuda externa? ¿Quién rechaza? ¿Por qué
rechazan ayuda externa?
• ¿Cómo significan tanto la familia como el NNA su situación particular?
Es importante destacar que los casos no suelen cumplir con todas las características
típicamente asociadas a NNA vulnerables. Según los tipos de problemáticas presentes,
se pueden distinguir usualmente diversos tipos de casos que requieren diferentes
aproximaciones a la intervención. La complejidad de los casos puede variar por sexo,
por tipo de trayectoria, por lugar geográfico, entre otros.
Es importante destacar que las conclusiones en cuanto a factores asociados serán más
útiles para la planificación en cuanto más específicas sean (ver recuadro).
En términos ideales, al concluir esta etapa se puede contar con una estimación del
tamaño del grupo o grupos objetivo, según sus características.
Ejemplo de un diagnóstico que permite cuantificar magnitud, diferenciar grupos y establecer características de vulnerabilidad que permiten proyectar posibles intervenciones. ‐En el presente año se registran 160 ingresos correspondientes a 80 niños y adolescentes menores de 14 años domiciliados en la comuna”. ‐Estos viven preferentemente en el sector “A”. La mayor parte es de éstos son ingresados en la unidad B, usualmente por desórdenes en la vía pública. Un pequeño grupo de éstos (aproximadamente 5) parecen estar involucrados en asaltos a vehículos en la vía pública rompiéndoles el vidrio con una piedra. Estos viven en las calles aledañas a la avenida X. Carabineros de la Unidad sospechan que estos NN pueden estar siendo inducidos por otro adultos a robar. ‐Las visitas domiciliarias realizadas indican que en el 93% de estos casos se observa la presencia de padres sobrepasados, que muestran dificultades en la puesta de límites. En la mitad de estos hogares se observa solamente una madre que trabaja todo el día, dejando el cuidado de los niños a otros (hermanos, abuelos, vecinos). ‐En 70% de estos casos se observa además la presencia de consumo de drogas en algún familiar cercano (padres o padrastros o hermanos) y un poco más de la mitad tiene algún pariente que tiene antecedentes por infracción de ley. Estas familias suelen ser más reticentes a recibir ayuda externa. ‐La mayoría de los que son ingresados por desórdenes, están manifestando conductas de calle, lugar que refieren como entretenido y “dónde se pasa bien”. ‐Un grupo particular refiere estar aburrido y demuestra un alto grado de interés por desarrollar habilidades relacionadas con la música (tocar un instrumento). Este último grupo suele no tener parientes de los cuales se pueda sospechar involucramiento en actividades ilícitas. ‐Si bien la mayoría de ellos están aún insertos en la escuela, un 17% está comenzando a experimentar dificultades en esta, principalmente por problemas de conducta. ‐Algunos han iniciado consumo experimental de marihuana, pero no hay indicios de consumo de otras drogas.
Como se mencionó anteriormente, el motivo de ingreso, suele no dar información
sobre el nivel de riesgo del caso. A través de la caracterización de factores asociados,
se puede interpretar el significado que tiene dicho ingreso.
Es muy relevante que el informe no solamente consigne los factores de riesgo si no
que explore las posibilidades, o aquellos factores protectores como parientes
preocupados por el NNA, intereses, habilidades y fortalezas en general de los NNA, sus
familia y de su comunidad. Son estas sobre las que finalmente se apoya la articulación
intervenciones para promover el cambio.
Con esta información se obtendrán datos relevantes de la demanda de intervención y
se podrá aventurar cuáles tendrían que ser las estrategias de intervención para
acceder al grupo objetivo. Pese a contar con la información del grupo que idealmente
debiese ser abordado, la definición respecto de que se va hacer depende del análisis
de las posibilidades reales existentes en el nivel local de poder hacerse cargo de las
intervenciones requeridas.
b) Análisis de contexto (redes de derivación)
Las primeras decisiones involucradas en el desarrollo de estrategias de intervención
derivadas del PSI 24 Horas, estarán limitadas al nivel de desarrollo de las redes
existentes, tanto en cuanto al número de cupos como en cuanto al tipo de ámbitos
problemáticos abordados. En este sentido, en una comuna particular tienen que ver
con el desarrollo actual de las redes de atención y derivación existentes en las redes
locales.
En este sentido, en una comuna pueden observarse al menos tres escenarios típicos:
i) Existen redes especializadas que posibilitan el abordaje de casos que se definen
como prioritarios
En este tipo de escenario existen organizaciones (municipales y no municipales) que
pueden abordar un rango razonable de problemáticas en el área de la infancia y
adolescencia, tales como Centros Comunitarios de Salud Mental (COSAM), Oficinas
de Protección de Derechos (OPD), u otros proyectos especializados (Proyectos de
Intervención Integral Especializada (PIE), proyectos de reparación de maltrato,
proyectos de re escolarización, hogares de protección simple, entre otros).
Bajo un escenario de esta índole, si bien rara vez se cuenta con recursos suficientes,
es posible contar con el apoyo de una relativa diversidad de recursos de
intervención para casos de distintos niveles de complejidad.
ii) Si bien existen redes, su nivel de especialización o de cupos es insuficiente
Este escenario es relativamente común. Pueden existir redes, pero estas pueden no
contar con la capacidad especializada de intervención. Esto puede ser el caso de
Centros Culturales, Oficinas Municipales de la Juventud, entre otros.
Este tipo de programas típicamente se enfocan en grupos objetivos de complejidad
baja, por lo que suelen no ser adecuadas opciones de derivación al momento de
enfocar grupos de complejidad media y alta.
iii) Existen escasas redes:
El último escenario, se puede observar que existen escasas redes ya sea de
intervención especializada o no especializada.
Las decisiones involucradas en la implementación de estrategias de intervención a
partir del PSI 24 Horas, están condicionadas en gran medida por el contexto dentro
del cual se va a operar. Este contexto también condiciona el tipo de grupo objetivo
que finalmente se va a abordar. Por ejemplo en el caso que el contexto de las redes
sea de tipo iii (escasas redes) se hace más difícil implementar programas que
apunten a un grupo objetivo de alta complejidad.
Típicamente en el caso del PSI 24 Horas, los casos que presentan mayores niveles de
complejidad, presentan también un mayor número de reingresos posteriores al
listado. En el caso que la decisión local sea de intervenir en casos de alta complejidad,
es necesario contar con los recursos de intervención necesarios para desarrollara. Si
no se cuenta con ellos y no se pueden instalar, el abordaje de casos complejos
resultará en una actividad poco fructífera. Es importante subrayar que dado el nivel de
desarrollo actual de las redes en una comuna particular, es que existirán tipos de casos
que no podrán ser abordados.
c) Diseño de la Respuesta
Una vez que se han caracterizado, tanto los tipos de grupos posibles de intervención,
como el contexto con el cual se encuentra, se pueden tomar algunas decisiones
respecto del tipo de modelo de intervención más adecuado. Podría decirse que las
intervenciones pueden tener básicamente dos componentes uno de diseño de la
intervención y otro de desarrollo estratégico.
c.1) Componente de desarrollo de programas de intervención
c.1.1) Definir al grupo objetivo
Uno de los primeros problemas a ser abordados tiene que ver con seleccionar al grupo
objetivo de la intervención. El grupo que se elija depende mucho de la realidad
comuna, en términos de los recursos profesionales y de intervención disponibles. Los
casos de alta complejidad suelen ser difícilmente abordables desde la realidad local
actual.
c.1.2) Seleccionar enfoque conceptual del proyecto
La selección del modelo conceptual es clave dado que define el o los tipos específicos
de estrategias que se movilizarán para influir el cambio en un caso determinado.
c.1.3) Definir el diseño de intervención
Normalmente la respuesta, en términos de la intervención suele ser compleja, en el
sentido que debe ser capaz de responder a múltiples problemas que ocurren en
forma simultánea. Una de las dificultades más importantes que se han enfrentado en
el desarrollo de proyectos de intervención directa tiene que ver con el logro de la
articulación efectiva de estas intervenciones complejas que generalmente son
multiagenciadas (es decir requieren la articulación de múltiples agencias u
organizaciones en función de un caso particular). El logro de la continuidad en
intervenciones complejas se ha convertido en un aspecto central que condiciona la
efectividad de las intervenciones.
En este sentido, es posible diferenciar 4 modelos de trabajo en el ámbito del PSI 24
Horas. Estos son:
i) El modelo de derivación
El modelo de derivación refiere al enfoque original sobre el cual se basaron los
primeros programas de intervención en el país (ver recuadro). En este modelo la
función del encargado municipal es simplemente recibir el listado y derivar
inmediatamente a otras organizaciones según determinados criterios como lo puede
ser el motivo de ingreso o la localización territorial del domicilio del caso (ver
recuadro). Bajo este modelo se buscan abordar todos los casos ingresados al listado,
como parte de una función de protección del sistema local.
Como es posible observar en el recuadro, el modelo de derivación es adecuado
solamente en el caso que se cuente efectivamente con una red organizaciones
colaboradoras que puedan absorber la demanda de derivaciones y prestar servicios de
de intervención general y especializada para los casos detectados. En el caso que no
se cuente con una red desarrollada de recursos, no sería posible garantizar la fluidez
de las derivaciones exponiendo los casos al riesgo de generar quiebres en el proceso y
consecuente abandono de la intervención. De no ser el caso es conveniente estudiar
otros modelos de organización de la intervención, como los que se describen a
continuación.
CORESAM: Ejemplo de un modelo de derivación Un rasgo distintivo de la organización de la Municipalidad de Conchalí tiene que ver con que el área encargada de la infancia se encuentra inserta dentro de la corporación se salud educación y menores (CORESAM). El programa 24 horas se inserta desde hace más de 10 años en el área de infancia y juventud de la CORESAM. Dicha área se crea en 1991 para atender las temáticas de infancia y poner en marcha la concreción de la Convención Internacional de los Derechos del niño(a). El Área de Infancia y Juventud de Conchalí administra nueve programas SENAME (un Programa de Fortalecimiento Familiar, un Programa de Intervención Breve [PIB], un Centro de Tránsito y Diagnóstico [C.T.D.], cuatro Centros Infanto Juveniles [CIJ], una Oficina de Protección de derechos [OPD], y una residencia) y cuatro jardines infantiles INTEGRA en la comuna. Es el área de Infancia y Juventud quien administra desde hace cerca de 12 años el Programa de Prevención “Protección 24 Horas”. En el caso de esta comuna, el programa apunta a llegar a la familia, conocer los problemas que le afectan y vincularla con la red de servicios comunales de salud, educación, programas que administra de la red colaboradora del Servicio Nacional de Menores y capacitación, entre otros. Para ello el listado es recibido por la OPD quien hace llegar los casos a cada uno de los programas antes mencionados que tienen responsabilidad sobre un territorio determinado. Estos verifican si el caso no estaba previamente ingresado a alguno de sus programas. De no ser así se procede a desarrollar la primera visita domiciliaria. En este caso el programa es una de las posibles vías de ingreso a la red de protección de la infancia y la adolescencia. Contacto: Carolina Ahumada [email protected]
ii) El modelo de derivación asistida
El modelo de derivación asistida, es un modelo intermedio en el cual el objetivo final
del trabajo apunta a la derivación, sin embargo esta es precedida por un trabajo previo
que incluye vinculación, diagnóstico y construcción del motivo de consulta. Bajo este
escenario, el programa se convierte en un “coordinador de redes” que busca alinear los
esfuerzos existentes de distintos organismos que deben intervenir en un caso
determinado para lograr un objetivo previamente consensuado con la familia.
Típicamente programas basados en este modelo se centran en cuatro tipos de
procesos, a saber:
‐ Aproximación inicial y vinculación
Se inicia el trabajo con la aproximación al NNA y su familia a través de una o varias
visitas domiciliarias que tienen que objetivo crear un vínculo de confianza y luego
de trabajo con el NNA y su familia. Ello se debe a que casos de complejidad media
o alta tienden a haber tenido numerosos contactos previos con organizaciones que
han intervenido sin que los sujetos de estas intervenciones sientan que esto haya
sido beneficioso para ellos. Ello lleva a un quiebre en la confianza con
organizaciones formales que debe ser superado en esta etapa a través de
aproximaciones sucesivas en diversos contextos que buscan generar la aceptación
del NNA y su familia ante la intervención.
El proceso de vinculación resulta ser más complejo en casos donde los NNA viven
en familias involucradas en actividades ilícitas. Estas familias tienen a ser
típicamente más impermeables ante intervenciones externas.
‐ Diagnostico y co‐construcción del motivo de consulta:
Bajo este modelo se procede en una segunda etapa en la cual se negocia tanto con
el NNA como con la familia u otros miembros relevantes, cual es la naturaleza de la
situación problema, y cuáles serán los pasos a seguir. Esta etapa resulta ser
esencial, debido a que el equipo de intervención llega a proponer un problema (el
de la detención o situación de vulneración), mientras que la familia puede tener
otra apreciación u otras necesidades. La negociación apunta a desarrollar un
acuerdo sobre que se quiere lograr y que se va a hacer entre los actores
involucrados (interventores‐familia‐NNA‐otros).
‐ Desarrollo de plan de intervención
La principal diferencia entre este modelo y el modelo de intervención tiene que ver
con el grado de involucramiento que tiene el equipo a cargo de la vinculación en la
intervención misma del caso. En un programa de derivación asistida, una vez
identificadas las necesidades de intervención, el equipo externaliza la
responsabilidad de estas a otras organizaciones (por ejemplo, COSAM, OMIL,
programas de re escolarización, entre otros).
‐ Derivación asistida y seguimiento
Una vez hecha la derivación el equipo desarrolla seguimiento velando por la
coherencia de las intervenciones desarrolladas entre distintos agentes respecto de un
caso particular.
Una de las ventajas de este modelo es que se designa un equipo que va guardando una
memoria de la historia de intervenciones de un caso. Si aparece nuevamente en el
ingreso el equipo es capaz de reproducir la historia del caso para nuevos programas de
intervención.
La principal debilidad de este enfoque es que depende completamente de la capacidad
de colaboración de otras organizaciones. Otras organizaciones suelen tener “agenda
propia”, es decir actúan en función de sus propias prioridades, muchas veces definidas
centralmente, condiciones que dejan poco espacio para la colaboración activa en el
desarrollo de intervenciones multi‐agenciadas. Normalmente el equipo vinculador no
posee atribuciones para alinear a las demás organizaciones produciéndose resultados
mixtos en cuanto a la colaboración que cada una puede brindar.
Este tipo de modelo suele ser más indicado para escenarios donde existe un nivel
intermedio de redes, y donde la gestión del caso se agiliza a través de una derivación
guiada y apoyada localmente. Los programas de intervención bajo esta modalidad
típicamente están integrados por una dupla psicosocial (Psicólogo‐Trabajador Social)
apoyados ocasionalmente por un educador (ver recuadro).
Pedro Aguirre Cerda, ejemplo de un ciclo de intervenciónEl ciclo de intervención consta de los siguientes momentos diferenciados: 1. Preingreso: Visitas y Categorización (1º mes). Una vez recibido el listado de la Dirección de Protección Policial de la Familia de Carabineros y de efectuar la derivación de los casos tipificados como “Vulnerados” a la Oficina de Protección de Derechos OPD, y se realiza una visita domiciliaria a todos aquellos niños, niñas y adolescentes registrados como “infractores”, con el fin de establecer el nivel de vulneración psicosocial o el nivel de complejidad del caso. Para estos efectos, se aplica una entrevista semiestructurada que da cuenta la situación vital, educacional, judicial, del posible consumo de drogas, entre otras variables para determinar dicho nivel de riesgo. Si el niño o joven en cuestión no es encontrado en su domicilio, se le visitará en un máximo de tres ocasiones para dar cuenta de su situación. Este primer contacto con el sujeto de atención, es el momento donde el beneficiario acepta o rechaza su participación en el programa y define su ingreso para ser parte de la cobertura de Tratamiento Psicosocial. 2. 1ra Fase: Ingreso: Proceso de Vinculación y Elaboración del Diagnóstico Integral (2º y 3er mes, 8 sesiones) Tiene por objetivo establecer el vínculo con el usuario y su familia, paralelamente se realiza una valoración global de la situación vital del usuario, a través de un Diagnóstico Integral que considera Psicodiagnóstico, Diagnóstico Social, Diagnóstico Familiar y además una evaluación del funcionamiento en diferentes áreas relevantes que permitan comprender la situación del sujeto y así estructurar el Plan de Tratamiento Integral pertinente a cada caso. 3. 2da Fase o co‐construcción e implementación de Plan de Tratamiento Integral (4to mes). Se co‐construye una estrategia de apoyo psicoterapéutico y socioeducativo que responde a las características particulares de cada NNA, prestando atención a que estas contemplen el abordaje de los ejes trasversales de responsabilización, empatía hacia la víctima y habilitación e integración social. Se contemplan las siguientes sub fases: a) 1er momento. Elaboración de Plan de Tratamiento Integral Se definen las metas y objetivos terapéuticos estarán construidos según el criterio del profesional a cargo y serán estructurados en función de las necesidades del niño, niña y adolescente; apuntando a la reducción y extinción de las conductas desadaptativas pesquisadas. El objetivo principal de esta fase, es posibilitar la problematización por parte del beneficiario de las conductas transgresoras tipificadas como delito, así como del consumo problemático de drogas en caso de que exista. b) 2do momento. Implementación de Plan de Tratamiento Para este momento, se espera que el joven alcance una efectiva problematización de su comportamiento delictual, pues sólo así se encuentra en condiciones reales de implementar repertorios comportamentales alternativos prosociales. 4. 3ra Fase o Egreso y monitoreo (11vo mes) Las actividades a realizar en esta etapa, se enfocan a la mantención de los cambios logrados en función de la extinción de comportamientos antisociales, disruptivos y delictivos. Se contemplan las siguientes acciones: 1. Monitoreo de la mantención de conductas prosociales y de autocuidado. 2. Monitoreo de la integración a redes institucionales y comunitarias. 3. Coordinación con agentes comunitarios de la red formal e informal a fin de detectar posibles retrocesos en el proceso de cambio. 4. Monitoreo para el mantenimiento de relacionales que promueven una dinámica familiar saludable.
Contacto: Soledad Fuentealba [email protected]
iii) El modelo intervención
Este modelo resulta ser apropiado en un escenario donde las redes de intervención
son escasas. Esencialmente siguen los mismos pasos que en el caso anterior, pero
absorben la mayor parte de las acciones de intervención en forma interna. Este tipo de
modelos de intervención cuentan con equipos de mayor tamaño dado que no se busca
externalizar las intervenciones (ver recuadro). La principal desventaja de este tipo de
programas está relacionada con su costo de mantención asociados a su baja capacidad
en cuanto a cupos para NNA. Este tipo de modelos amplían la capacidad de
intervención incorporando profesionales como psiquiatra, neurólogo y terapeutas
ocupacionales.
iv) Modelos Mixtos
Se han desarrollado modelos que recogen elementos de todos los modelos anteriores,
preliminarmente han arrojado resultados alentadores respecto a su capacidad para
articular una respuesta multiagenciada coherente y permitente (ver recuadro).
Huechuraba: Ejemplo de un modelo de intervención Un ejemplo de un modelo centrado en la intervención se puede observar en la Comuna de Huechuraba. Radicado en el Centro Comunitario de Salud Mental, el equipo interventor de la comuna recibe aportes del Fondo de Apoyo a la Gestión Municipal de la División de Seguridad Pública. Basado en un modelo de intervención Bio‐Psico‐Social, cuentan con un equipo compuesto por un psicólogo, un trabajador social (municipal), un psiquiatra (5 horas), 2 terapeutas ocupacionales (media jornada) y un monitor. Este proyecto apuesta por la intervención especializada, y tuvo que conformarse de esta manera debido a la ausencia de redes especializadas al momento de iniciarse el programa. El trabajo contempla intervenciones terapéuticas (individuales, familiares y grupales) ayuda social, alianzas con escuelas y organizaciones comunitarias.
Contacto: Nancy Villar [email protected]
Proyecto Red Próxima Es un proyecto piloto que se desarrolla en conjunto entre la Ilustre Municipalidad de Recoleta y Carabineros de Chile. Este surge ante la constatación que: ‐Un alto porcentaje de los ingresos de NNA se producen en una unidad policial particular, específicamente en la Tenencia el Salto de Recoleta ‐Derivaciones de casos complejos se dificultan por la distancia que deben recorrer hasta los centros de atención. ‐La formación de programas basados en derivaciones se exponen a quiebres en la intervención. El proyecto se propone como objetivo que niños, niñas y adolescentes, que han sido ingresados por control de identidad, por vulneración de derechos o por infracción de ley, accedan a las prestaciones de educación, salud, justicia, medios económicos y beneficios sociales y permanezcan en las organizaciones, hasta detener la vulneración de derechos, tanto como disminuir los factores de riesgo de conductas infractoras de ley. Para evitar quiebres en la intervención se constituye un equipo de intervención que se encuentra compuesto por personal municipal inserto en organismos municipales claves que destinan horas a la atención de casos del programa. Estos son: Un Operador Social (coordinador de la intervención), Un Trabajador Social perteneciente a la Dirección de Desarrollo Comunitario, un psicólogo clínico perteneciente al Centro Comunitario de Salud Mental, un psicólogo Familiar perteneciente a la Dirección de Prevención Social, Mediación y Seguridad Ciudadana, y un abogado perteneciente a la Dirección de Prevención Social, Mediación y Seguridad Ciudadana. Para prevenir deserción por no llegar a las intervenciones estas se desarrollan en el domicilillo o en una escuela del sector. Al momento del ingreso a la tenencia se da aviso al operador social quien inicia inmediatamente el proceso de diagnóstico inicial y acompañamiento del caso. A través de esta articulación se busca instalar la capacidad de gestión de los casos abordando diferentes focos de atención individual, familiar y comunitaria, previniendo los quiebres habituales en la continuidad de la atención. Los casos de complejidad media se atienden directamente. El operador social que coordina a los funcionarios de los organismos municipales de educación, salud y social. Asimismo cuenta con apoyo legal en la intervención. Una vez a la semana efectúan reuniones de análisis de casos. En casos de complejidad baja o altas se deriva a las redes apropiadas. La derivación va acompañada de la vinculación del niño, niña o adolescente con un profesional responsable cuyos datos de contacto son entregados a Carabineros, de modo de ser avisado en caso de reingreso. Se monitorea el avance de los casos a través de visitas domiciliarias.
Contacto: Marcela Buzzetti, Paula Catalán, Julia Carreño [email protected]
v) Problemas particulares en el desarrollo de intervenciones directas
En cualquier caso, las intervenciones suelen ser procesos muy complejos de
implementar y que poseen múltiples. Para ejemplificar esta complejidad, en el anexo
N°3 se proporciona la narración y análisis de casos reales de intervención a cargo de
diferentes municipalidades del país
c.1.4) Algunos aspectos relevantes a destacar
A través del trabajo sistemático de intervenciones desarrolladas en variadas comunas
del país se han detectado problemas recurrentes que vale la pena mencionar. Estos
son problemas en debate que podría afirmarse aun no se encuentran resueltos:
‐Diferenciar entre modelo de intervención y modelo de entrega del servicio
La experiencia sugiere que es necesario diferenciar dos componentes importantes
dentro del diseño de una intervención. Por un lado, se encuentra el objetivo de la
intervención (o modelo de promoción del cambio), mientras que por el otro se
encuentra el modelo de entrega de la intervención.
El objetivo de la intervención se refiere a la explicitación de que se va a hacer y para
qué. Como se había mencionado anteriormente, el que se va a hacer refiere al foco de
la intervención (por ejemplo un factor de riesgo determinado) mientras que el cómo se
va a hacer refiere a las técnicas o estrategias de abordaje a desarrollar (técnicas
cognitivo conductuales, sistémico familiares, tareas, etc.). Resta subrayar que la
definición del que y del cómo no deben estar basadas solamente en la experiencia,
sino que además deben considerar la evidencia más reciente disponible respecto a
intervenciones efectivas en infancia vulnerable. Dificultades que se han observado
respecto a este punto tienen que ver, por ejemplo, con el diseño de intervenciones
basadas exclusivamente en una actividad, (por ej. talleres de batucada), confiando en
que sea esta sea una actividad suficientemente interesante para atraer a los sujetos de
intervención a un espacio donde desarrollar las intervenciones. No todos los sujetos
van a tener estilos y e intereses similares, por lo que una intervención debiera
mantener un razonable flexibilidad para aproximarse a los sujetos utilizando distintos
métodos y estrategias.
El punto que resulta ser más difícil de resolver, tiene que ver con como “entregar” la
intervención al grupo objetivo. Por ejemplo, una dificultad que se ha encontrado en
algunos proyectos, especialmente aquellos que son basados en intervenciones
multiagenciadas, tiene que ver con el hecho que los sujetos de intervención son
“citados” al lugar donde funciona el centro, lugar al que muchas veces cuesta asistir,
ya sea por horarios de trabajo, distancia, falta de dinero para la movilización entre
otros. Ello facilita la deserción del proyecto o inasistencia a las sesiones de trabajo.
Otros proyectos han buscado resolver esta dificultad desplazando el lugar de
intervención al barrio o a la escuela donde el NNA asiste (ver recuadro). El considerar
adecuadamente cuales son los mejores métodos y formas de entrega del servicio para
abordar un grupo objetivo particular resulta ser de crucial relevancia para lograr
mejores resultados.
Terapia Multisistémica: una alternativa en la forma en que se entrega la intervención
La Terapia Multisistemica (TMS) es un enfoque terapéutico centrado en cambiar como los NNA funcionan en sus contextos naturales (familia, escuela, y barrio), reduciendo conductas de riesgo y promoviendo conductas prosociales. El enfoque TMS concibe a los individuos como sujetos interconectados con una red de personas en contextos familiares y extra familiares y reconoce que la intervención es usualmente necesaria en interacción con diferentes contextos sociales. Las metas principales de la MST son: a) Reducir CR relacionadas con la infracción de ley el abuso de alcohol y el consumo de drogas (entre otras) y b) Reducir estas conductas resultantes disminuyendo además las tasas de encarcelamiento e institucionalización de NNA.
Una de las principales características de la TMS es que los terapeutas trabajan con una baja carga de casos, se encuentran constantemente disponibles (24 horas al día) para las familias y desarrollan las intervenciones en momentos y lugares convenientes para las familias (ya sea en el hogar en la escuela o en el barrio de ser necesario). Dado que la adherencia es un punto crucial la TMS opta por un enfoque proactivo de búsqueda de las familias para motivar su adherencia y prevenir su abandono. La duración promedio de una intervención es de entre 4 y 6 meses.
La TMS se enfoca en el empoderamiento de los padres o apoderados identificando sus fortalezas y sistemas se soporte natural (amigos, iglesias, juntas de vecinos, clubes deportivos, entre otros) buscando mejorar la capacidad de funcionamiento como padre efectivos. Para el logro de las metas se movilizan recursos familiares escolares y comunitarios. Las técnicas específicas de intervención se basan en estrategias cognitivo conductuales y el enfoque sistémico estratégico breve.
La TMS ha recibido respaldo respecto a su efectividad y que esta se mantiene para grupos con diferentes orígenes socioeconómicos y culturales.
Ver por ejemplo http://www.evidencebasedprograms.org/Default.aspx?tabid=29
‐El problema de la voluntariedad vs. la obligatoriedad de la intervención
Un importante debate se ha desarrollado en torno a la voluntariedad del acceso a la
intervención. En la mayoría de los casos los PSI 24 Horas se han centrado en el
desarrollo de intervenciones preferentemente no judiciales que dependen de la
anuencia voluntaria de las familias a esta. Estos programas han desarrollado múltiples
estrategias para “convencer” a las familias de modo que estas accedan
voluntariamente a la intervención.
Pese a lo anterior, existen límites respecto al principio de la voluntariedad. Esto ocurre
en casos como la detección de situaciones de maltrato infantil u otras vulneraciones
graves de derechos que deben ser denunciadas.
La experiencia también sugiere que los casos de mayor complejidad, suelen requerir
del apoyo de medidas de protección que apoyen la intervención social en casos que de
otro modo no accederían voluntariamente a la intervención.
‐El problema de la sobre intervención
Un punto central respecto de este tema tiene que ver con el problema de la “sobre
intervención”. Como se mencionó anteriormente, especialmente en el caso de NNA de
mayor complejidad es posible observar en las familias la existencia de una historia de
múltiples intervenciones de parte de diversos servicios sociales (municipales y
extramunicipales). Lo que queda después de estas intervenciones es una sensación de
ineficacia frente a la solución de sus problemas como a la sobre intervención a la que
se sienten expuestas. Un problema común en las redes locales, tiene que ver con el
funcionamiento parcializado de los servicios sociales, que compartimentalizan
información en función de su área de interés, resultando en acciones desvinculadas
entre sí.
Si se estima necesario implementar una intervención basada en el PSI 24 Horas, se
debe considerar explícitamente como el programa va abordar el problema de la sobre
intervención, o al menos, de qué modo se evitará que el programa contribuya a la
sobre intervención de NNA en situación de vulnerabilidad. Para ello es necesario
analizar acabadamente el contexto de las redes así como determinar adecuadamente
cual es el campo donde se puede actuar sin duplicar esfuerzos. Es particularmente
relevante tener en cuenta que al momento de ser detectados, los casos ya pueden
estar judicializados y puede haber otras organizaciones interviniendo. Esto debe
considerarse explícitamente al momento de diseñar la respuesta.
c.2) Componente de desarrollo estratégico
Este es un componente menos desarrollado y tiene que ver con preguntarse cual es el
tipo de programas especializados con los que se requeriría contar para poder dar
cuenta de las necesidades de los NNA en situación de vulnerabilidad de la comuna. El
desafío de los distintos gobiernos locales esta en desarrollar a través de diagnósticos
locales fundados la capacidad de articular las necesidades de intervención en
programas y proyectos que puedan ser postulados a distintos fondos tanto públicos
como privados.
d) Registros de información
En la actualidad es posible afirmar que, salvo contadas excepciones, la mayor parte de
las intervenciones sistemáticas en el ámbito del PSI 24 Horas se desarrollan a partir del
año 2005. Por ello es razonable afirmar que los modelos de intervención se encuentran
en pleno desarrollo, estando aún inmersos en una fase de aprendizaje y de
consolidación. En términos taxativos se puede afirmar que, si lo no descrito no existe
lo no sistematizado se pierde y no contribuye al aprendizaje. En este sentido se
considera de suma importancia que se informe cada tres meses a la Dirección
Protección Policial de la Familia sobre los casos intervenidos, según el formato
proporcionado en el anexo N°5. Ello independiente de las cuentas que se rindan a los
financistas de proyecto, ya que DIPROFAM requiere monitorear el uso que se le da a
información entregada a cada delegado.
Éste ingreso puede ser cualitativo o cuantitativo. Si se opta por un registro cualitativo,
es necesario que este distinga claramente las “observaciones” de las
“interpretaciones”. Las observaciones refieren a lo que se dice y se hace (dijo, se
comportó, etc.), mientras que la interpretación refiere al proceso mediante el cual se
atribuye un significado que clasifica a la conducta observada como indicador de algo
(bajo nivel de supervisión parental) (ver recuadro).
Esta distinción es de vital importancia porque permite desarrollar múltiples
interpretaciones de una situación dada permitiendo la discusión crítica de los procesos
de intervención.
Otro elemento desarrollado tiene que ver con que la interpretación desarrollada se
base en un sistema de categorías con una definición conocida que permita que se
utilice la categoría que señalar los mismos elementos. Ese sistema de categorías debe
ser exhaustivo y excluyente.
Un proceso crítico a desarrollar durante las intervenciones, tiene que ver con el
ingreso detallado de al menos cuatro tipos de elementos:
‐Las características iniciales del caso:
Esto tiene que ver con el ingreso detallado del diagnóstico, particularmente en cuanto
a los métodos, conclusiones respecto a factores relevantes a intervenir y la estimación
del nivel de complejidad del caso.
‐Las acciones e intervenciones desarrolladas:
Observación versus interpretación
La madre refiere que tiene dificultades para lograr que su hijo llegue en las noches a
la hora acordada, quejándose con los vecinos. Sin embargo cuando el hijo llega no le
expresa su molestia. Esto puede interpretarse como indicador de “dificultades para
poner límites” o “bajo nivel de habilidades parentales”.
Se refiere a la narración de las hipótesis de trabajo, los objetivos terapéuticos ejes de
intervención y las acciones desarrolladas (acción, fecha, objetivo, resultado
observado).
Este ingreso es diferente del ingreso informativo que se debe devolver a DIPROFAAM o
al organismo que financia la intervención.
‐La evolución del caso:
A través de la narración de las intervenciones, debiese ser posible reconstruir o
apreciar la evolución de un caso particular, específicamente en cuando al logro de
objetivos terapéuticos y como estos se relacionan con la reducción de factores de
riesgo.
‐Reflexiones y aprendizajes
Si bien la naturaleza de este tipo de intervenciones es reflexiva, se considera relevante
explicitar la necesidad de llevar un ingreso regular de las reflexiones y aprendizajes
desarrollados de modo de facilitar la sistematización de recomendaciones para el
mejoramiento de las intervenciones.
Si bien pueden llevarse registros cualitativos, se debiese prestar atención a que los
estos sean cuantificables (todo sistema de categorías bien definido exhaustivo y
excluyente es, en esencia, cuantificable). Ello debido a que las técnicas de evaluación
de impacto se basan preferentemente en técnicas cuantitativas.
e) Evaluación
La evaluación de las intervenciones se puede desarrollar en torno a tres elementos
relevantes:
‐La evaluación del logro de objetivos terapéuticos:
Esta dimensión se refiere al logro de los objetivos de intervención propuestos para un
caso determinado caso. En el recuadro se proporciona un ejemplo de cómo se pueden
presentar los resultados del logro de los objetivos terapéuticos en un programa de
derivación asistida. En este cuadro se presenta el número de intervenciones
clasificadas según tipo (intervención familiar, derivación a distintas redes, inserción
educacional). Luego se presenta la distribución porcentual de las intervenciones según
el nivel de logo. En este programa particular, se puede observar que resulta ser más
efectivo cuando su objetivo es la derivación asistida, regularmente efectiva cuando
intenta desarrollar intervenciones terapéuticas familiares, y muestra dificultades al
momento de desarrollar intervenciones en el ámbito de la inserción escolar.
A partir de este cuadro se puede reflexionar respecto a los procesos de trabajo. Este
tipo de evaluación puede desarrollarse al interior de los equipos de intervención.
Figura N°16: Ejemplo de tabla de evaluación de grado de cumplimiento de objetivos
‐La evaluación de proceso
La evaluación de proceso refiere al análisis de la coherencia, pertinencia y adecuación
de los procesos de intervención y de cambio en los casos. A través de este tipo de
evaluación se busca verificar que el proceso mismo de intervención se desarrolló en
forma adecuada o según lo previsto. Las evaluaciones permiten reflexionar a los
equipos y mejorar la calidad, adecuación y coherencia del trabajo.
Las evaluaciones de proceso pueden tomar en cuenta las opiniones de los beneficiarios
y de sus familias así como de otros operadores sociales relacionados con la
intervención. Algunas preguntas que se buscan responder a través de este tipo de
evaluaciones son:
¿Son adecuadas las estrategias de vinculación?
Cumplido Medianamente Cumplido No CumplidoAtención Terapéutica (familiares niño/a) 18 43,9 44,4 16,7 38,9Derivación a red social municipal 10 24,4 100,0 0,0 0,0Derivación a red social no municipal (Sename) 11 26,8 100,0 0,0 0,0Derivacines a terapia psicologica externa 1 2,4 100,0 0,0 0,0Inserción escolar 1 2,4 0,0 0,0 100,0
Grado de cumplimientoTipo de objetivos Nº
¿Son pertinentes los focos y estrategias de intervención?
¿Qué factores facilitaron y/o dificultaron el proyecto?
¿Se logró evitar la ocurrencia de quiebres en la derivación?
¿Se cumplieron los objetivos propuestos inicialmente?
¿Qué logros se obtuvieron que no estuvieran previstos originalmente?
Estas evaluaciones se pueden desarrollar caso a caso.
También es recomendable incorporar algunos indicadores cuantitativos de proceso
tales como:
‐Porcentaje del grupo objetivo que se logra vincular a una intervención
‐Porcentaje de casos vinculados de abandonan durante el proceso
‐Porcentaje de casos egresados de una intervención
‐Porcentaje de casos egresados con pronóstico bueno, regular o malo.
‐Porcentaje de los casos no adheridos, según el motivo de no adherencia. Los motivos
de no adherencia incluyen caminos como que el caso ya este inserto en otra red, NNA
o familia rechazan la intervención, domicilio es incorrecto, si bien el domicilio es
correcto el caso es inubicable.
‐La evaluación de impacto
Si bien en este minuto no se han implementado aún evaluaciones rigurosas de
impacto, se estima que las condiciones de PSI 24 Horas pueden permitir el desarrollo
de este tipo de evaluaciones en el mediano plazo. Las evaluaciones de impacto se
basan preferentemente en técnicas cuantitativas donde interesa responder la
siguiente pregunta:
¿Qué hubiese pasado con el NNA si no hubiese recibido intervención por parte del
proyecto?
Si no hubiese habido cambio alguno, el proyecto no habría tenido efecto.
Normalmente, para evaluar el efecto de un programa, se selecciona uno o varios
indicadores relevantes que caractericen al grupo intervenido y se lo compara con un
grupo de similares características, pero que no recibe la intervención (grupo control).
Por ejemplo si se seleccionan dos grupos con un nivel de complejidad intermedio
(característica similar), donde uno es sometido a la intervención, mientras que otro no
la recibe (grupo control). Ambos grupos son seguidos por un año después que se ha
concluido la intervención. Si al final de dicho año, el porcentaje de casos que ha
presentado reingresos (indicador) del grupo intervenido es menor que el del grupo
control, se obtiene evidencia a favor del impacto de la intervención.
Algunos indicadores que se pueden considerar para evaluar impacto son:
‐El porcentaje de casos que presenta un reingreso al listado dentro de un tiempo
determinado (un mes un semestre, un año o más).
‐El número de factores de riesgo presentes (para cada persona y para el grupo).
‐Intensidad o gravedad factores de riesgo presentes (para cada persona y para el
grupo).
‐Nivel de complejidad de los casos.
Interesa observar si estos indicadores disminuyen después de la intervención o si estos
son menores a los que obtiene grupos similares pero que no han recibido la
intervención.
Existen algunas particularidades de los programas de intervención basados en el PSI 24
Horas que deben tomarse en cuenta al momento de considerar una evaluación de
impacto (ver recuadro).
¿Es pertinente evaluar proyectos de intervenciones puntuales en función su
capacidad para reducir las tasas de ingresos de una comuna?
Dada la naturaleza selectiva de las intervenciones (ver recuadro “sesgo de
selección”) se considera poco indicado esperar que el programa sea capaz de
reducir las tasas globales de ingresos de la comuna. Lo que resulta pertinente, es
evaluar el impacto que tiene el programa sobre la reducción de los factores de
riesgo, del nivel de complejidad, o de la probabilidad de presentar de ingreso de un
caso particular. Una pregunta válida de evaluación sería ¿cómo ha cambiado la
situación del NNA a partir de la acción de la iniciativa?
El sesgo de selección
Por la forma que funcionan los proyectos, se ha podido apreciar que casos de mayor
complejidad suelen ser más difícilmente vinculables, por lo que también es más
probable que no sean intervenidos. Por el otro lado, los casos de menor
complejidad suelen ser más fácilmente vinculables por lo que tienen una mayor
probabilidad de quedar incluidos dentro de una intervención.
El problema que se produce tiene que ver con qué casos de baja complejidad suelen
tener una menor probabilidad de presentar un reingreso posterior. En cambio casos
de alta complejidad suelen tener una alta probabilidad de presentar un reingreso
posterior. Como consecuencia, al evaluar las tasas de reingresos posteriores en el
grupo vinculado (en promedio menos complejo), serán menores que el grupo no
vinculado, efecto que se debe al sesgo que determina el ingreso del caso a la
intervención.
f) Condiciones mínimas para la implementación de programas y proyectos de
intervención directa a partir del PSI 24 Horas
La experiencia indica que, en orden de cumplir con los objetivos del programa, y
mejorar las posibilidades de lograr un impacto positivo sobre el grupo objetivo
identificado, se requiere que el proyecto cumpla con las siguientes condiciones:
i) El proyecto debe contar con un diagnóstico que identifique claramente
población objetivo sobre la cual se va a actuar.
La focalización debe estar claramente justificada. La selección del grupo objetivo debe
considerar las capacidades reales de intervención existentes. Se recomienda que,
siempre que posibilidades de intervención así o permitan, se privilegie el desarrollo de
intervenciones dirigidas a grupos de mayor riesgo. Por ejemplo los proyectos de
intervención financiados a través de los Fondos de Apoyo a la Gestión Municipal del
Ministerio del Interior, requieren que estos se dirijan a NNA con un nivel de
complejidad media.
Del mismo modo, la selección del grupo objeto se debe considerar evitar a toda cosa la
sobre intervención o el desarrollo de programas paralelos a otros ya existentes. Por
ejemplo, de existir una OPD en la comuna, no tiene sentido crear programas nuevos
que se dirijan a NNA vulnerados. Si este es el caso, es recomendable reforzar al equipo
de la OPD de modo que pueda hacerse cargo de este trabajo adicional. En cambio si no
existen iniciativas dirigidas a NNA infractores menores de 14 años, la implementación
de un proyecto que aborde este grupo se convierte en un aporte para el desarrollo de
sistemas integrales de prevención y de protección.
ii) Se debe contar con un diagnóstico que permita identificar los principales
factores de riesgo y necesidades de intervención que caracterizan dicha población.
Es conveniente que el diagnóstico permita diferenciar entre factores asociados y
factores que puedan ser considerados como mejores predictores del reingreso futuro.
Esto no solamente orienta el desarrollo de estrategias de intervención, sino que
además permite analizar si la oferta de intervención existente en la comuna (o
comunas cercanas) tiene la capacidad de actuar sobre determinados problemas
detectados.
iii) Se debe contar con una propuesta de intervención basada en métodos y
técnicas que se encuentren respaldadas por evidencia en cuanto a su efectividad.
De no contarse con métodos documentados, es deseable que se pueda fundamentar
de qué modo las estrategias seleccionadas permitirán abordar determinados factores
de riesgo o factores protectores.
iv) Se estima que programas o proyectos de intervención directa derivados del
programa deben proyectar un desarrollo continuo en el mediano a largo plazo.
La experiencia original sobre la cual se basa el programa, es una iniciativa
permanente, no sujeta al vencimiento de proyectos particulares. Si bien en términos
ideales es deseable que se considere el desarrollo de iniciativas permanentes, en la
práctica esto no siempre es posible.
Cuando esto no es posible, se estima que es necesario garantizar una duración
sostenida mínima (ininterrumpida) del programa por tres años. Es necesario considerar
que aunque los profesionales ejecutores sean experimentados, se requiere considerar
que el primer año de implementación usualmente se encuentra centrado en la
acomodación y asentamiento del programa en el contexto donde lo implementa. Ello
deja los años siguientes para consolidar el funcionamiento y la metodología de
intervención. Una inversión de tiempo y recursos en programas de menor duración
mermará las posibilidades de logar impacto positivo del programa. La interrupción de
proyectos de intervención suele ser sumamente dañina, no solamente para
consolidación de modelos de gestión y de trabajo, sino que también para los procesos
de intervención sobre la vida de NNA particulares.
v) Se debe contar con un sistema de ingreso sistemático de información diagnostica,
de intervención y de seguimiento.
Los procesos de intervención son altamente complejos, por lo que llevar un ingreso
detallado de las características de los NNA y de las intervenciones desarrolladas resulta
ser un factor crítico para el desarrollo de instancias de reflexión, análisis y discusión
orientadas al mejoramiento continuo de la calidad del trabajo. Del mismo modo, los
aprendizajes y reflexiones desarrolladas en estos procesos deben documentarse, de
otro modo es experiencia que pierde la posibilidad de promover el aprendizaje y
desarrollo de políticas y programas en el tema.
vi) Contar con una propuesta que identifique claramente indicadores de
evaluación de proceso y de impacto.
La evaluación suele ser un problema que se considera solamente en las etapas finales
de un proyecto, cuando esta debiese ser considerada desde el momento del diseño.
En la actualidad el énfasis en el reporte de la evaluación de un proyecto se centra
principalmente en las acciones ejecutadas (N° de derivaciones, N° de atenciones, etc.)
más que en el monitoreo de indicadores que darán cuenta del impacto (por ejemplo
calidad del proceso de intervención, número de objetivos de intervención logrados,
número de casos que permanece en la escuela 6 meses después de concluida la
intervención, número de casos que presenta reingreso al listado, entre otros.).
El diseño de proyectos debe considerar desde un inicio los indicadores de evaluación
que se monitorearan, indicadores que deben permitir enjuiciar críticamente los
resultados obtenidos por los métodos de intervención implementados.
vii) Consideraciones para la articulación de intervenciones multi‐agenciadas
Si la intervención proyectada se basa en la coordinación de distintas organizaciones en
función de un caso particular, se debe contemplar una propuesta explícita de cómo se
va garantizar la gestión oportuna y coordinada de esta respuesta y de que indicadores
que se van a utilizar para medir esto. Este es un problema que se ha convertido en una
de las mayores debilidades de los proyectos de derivación asistida. Si bien no es un
problema resuelto, se espera que localmente se puedan desarrollar estrategias
innovadoras en la materia pueden llegar a contribuir significativamente a mejorar la
calidad de las intervenciones en el tema.
V) Consideraciones Finales
La implementación de estrategias efectivas de intervención en el caso de NNA en
situación de vulnerabilidad es una tarea compleja, que aún requiere de una
significativa inversión de esfuerzos centrados en el desarrollo de iniciativas
innovadoras que permitan consolidar sistemas locales de prevención y protección de
niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad.
A través de la implementación del PSI 24 Horas se espera que sea posible aportar a
esta meta, no solamente a través de la consolidación de esta programa como un
sistema de detección, si no que como una forma de focalizar inversión, y monitorear la
evolución de casos de alta complejidad.
Se desea extender a todos los equipos locales que desarrollan iniciativas derivadas del
PSI 24 Horas, la invitación de dar a conocer sus experiencias y reflexiones de modo de
promover un aprendizaje conjunto que permita consolidar el desarrollo de políticas
locales de protección y prevención de los niños niñas y adolescentes del país.
VI) ANEXOS
Anexo N°1: Categorías de clasificación de casos contenidos en el listado PSI 24 Horas Los listados entregados a partir del 01 de septiembre año 2008, contiene las siguientes categorías de análisis que buscan facilitar la interpretación de la situación de cada caso registrado. I.‐ TIPO DE DELITO: Comprende cuatro categorías los siguientes delitos, en 4 indicadores para infractores y vulnerados: 1.‐Aborto, rapto, violación, estupro, incesto, prostitución, abuso sexual, pornografía,
sodomía, trata de blancas (y similares) 2.‐ Sustracción de menores, abandono de niños, educación primaria obligatoria,
vulneración de derechos, VIF, abandono de hogar, menor abandonado, menor maltratado, peligro moral y/o material, maltrato infantil, comercio ambulante, intento de suicidio (y similares).
3.‐ Homicidio, parricidio, infanticidio, hurto, lesiones, robo con fuerza, robo con violencia, consumo, porte y tenencia de drogas (y similares).
4.‐ Otros. II.‐ INDICADOR DE REINGRESOS, (para infractores y vulnerados) consta de 3 indicadores, tiene el siguiente significado: “1”: de 1 a 2 ingresos. “2”: de 3 a 5 ingresos. “3”: de 6 a más ingresos. Los reingresos se consideran desde octubre año 2007, fecha que se implementó el sistema de filtro que genera una nueva base de datos. III.‐ CLASE PARTICIPANTE, consta de 4 indicadores: AFECTADO: es la víctima de un delito, por el cual se genera un parte policial dando cuenta del hecho a la fiscalía o juzgado competente. DETENIDO: adolescente privado de libertad, por haber cometido un delito y queda a disposición de la fiscalía o juzgado competente. DENUNCIADO: niño, niña o adolescente el cual es indicado por un tercero como el autor de un delito. CONDUCIDO: involucra lo siguiente: 1.‐ Niño, niña o adolescente; menor de 14 años, que ha cometido un crimen o simple delito. 2.‐ Niño, niña o adolescente; menor de 16 años, que ha cometido una falta simple.
3.‐ Adolescente de 14‐15 años que ha cometido faltas calificadas se considera conducido y vulnerado en sus derechos. 4.‐ Niño, niña o adolescente, ingresado por vulneración de derechos o víctima de un delito por el cual se requiere su protección. IV.‐ REGISTRO CIVIL, consta de 2 categorías de respuestas: “SI”= significa que el nombre coincide con la base de datos del registro civil. “NO”= significa que el nombre NO coincide con la base de datos del registro civil.
Anexo N°2: Ficha Registro PSI 24 Horas 57,58
a) Antecedentes socioeconómicos • Tipo de familia (Monoparental, biparental, reconsituida) • Número de integrantes del hogar/ número de dormitorios (haciamiento) • Tenencia de la vivienda (arriendo, propietario, usufructuario, cedida, allegado) • Tipo de casa • Educación y ocupación del jefe de hogar • Cesantía
b) Historia de ingresos
• Presenta ingresos anteriores (Nota cualitativa si es que relata otras infracciones)
• Presenta sanciones no cumplidas (enviado a tribunal) • Ha estado ingresado a programa in imputables • Ha estado ingresado a programa protección
c) Situación familiar
• Supervisión inadecuada • Conducta difícil de manejar • Estilo disciplinario inadecuado • Rol parental incoherente • Pobreza de la relación entre padres o tutores y el o la adolescente • Antecedentes familiares delictivos • Consumo de drogas y o alcohol en el hogar
d) Educación empleo • Ha abandonado la escuela (deserción o expulsión) • Comportamiento difícil en clases actual o anterior en caso de abandono
(interrumpe rutina de clases) • Comportamiento perturbador en el patio de la escuela actual o anterior en
caso de abandono • Rendimiento regular actual o anterior en caso de abandono • Relaciones difíciles con los compañeros actual o anterior en caso de abandono • Relaciones difíciles con el o los profesores actual o anterior en caso de
abandono • Ausentismo escolar injustificado actual o anterior en caso de abandono
e) Relaciones con pares
• Algunos conocidos con conductas de riesgo • Algunos amigos con conductas de riesgo • Poco o ningún conocido con conductas y/o actividades prosociales • Poco o ningún amigo con conductas y/o actividades prosociales
57 Basado en Andrews, D.A., &. Bonta, J. (1995). The Level of Service Inventory‐Revised. Toronto, Canada: Multi‐Health Systems. 58 Las evaluaciones de riesgo y necesidad son herramientas de compleja aplicación. Las dimensiones propuestas
guía para la evaluación. Para profundizar en este tipo de instrumentos se siguiere revisar la literatura relacionada.
f) Drogadicción
• Consumo ocasional de drogas • Consumo regular de drogas • Consumo regular de alcohol • Ha experimentado consecuencias negativas derivadas del consumo de alcohol
o drogas • Ha experimentado consecuencias negativas derivadas del consumo de drogas y
alcohol vinculado con infracciones a la ley. • Participa en tráfico de drogas
g) Tiempo libre
• Uso pobre del tiempo libre
h) Actitudes/ conductas • Sobrevaloración de si mismo • Agresividad física/verbal • Rabietas • Concentración limitada • Baja tolerancia a la frustración • Bajo nivel de sensibilidad ante el sufrimiento de los demás • No cuestiona conductas de riesgo infractoras • Rechaza ayuda externa
Anexo N°3: Ejemplos de intervención de casos
Con la finalidad de dar cuenta en forma concreta de la complejidad de los procesos involucrados en el desarrollo de intervenciones a partir del listado del PSI 24 Horas, en la siguiente sección se expondrán diferentes tipos de casos y las intervenciones desarrolladas en estos por diversas iniciativas derivadas del PSI 24 Horas. Los nombres y antecedentes han sido modificados para que estos no puedan ser reconocidos. Cada relato brinda matices distintos que vale la pena ser destacados en el contexto de las intervenciones desarrolladas en el marco del PSI 24 Horas.
a) Caso Nº 1: Nivel de complejidad alto
Antecedentes
A es una mujer de 15, que es detenida por hurto. Ingresa al programa de Pedro Aguirre Cerda en noviembre del año 2007. Al momento del ingreso al proyecto presenta consumo de marihuana. Situación familiar Cuando la adolescente cumple 15 años, comienza a pololear, quedando embarazada de su pareja, un joven de 19 años (que trabaja esporádicamente trabaja como cuidador) y con cuya familia se va a vivir. En esta familia se observa presencia de violencia conyugal y maltrato como pauta relacional, ausencia de normas y límites claros, donde se normalizan conductas como el consumo de drogas al interior del hogar y presencia de conductas disociales por parte de la mayor parte de los integrantes de la familia. También se observan condiciones precarias de habitabilidad precarias, hacinamiento y promiscuidad, importantes dificultades para satisfacer necesidades básicas (realizando trabajo precario), existiendo además desvinculación de las redes de apoyo social (deserción escolar significativa y nulo acceso al sistema de salud).
Situación Educacional: Al momento de ingresar al programa, la adolescente había abandonado la escuela, siendo 6º básico su último año cursado.
Síntesis diagnóstica En cuanto a factores de riesgo, se puede observar un bajo desarrollo de habilidades sociales elemento asociado a un bajo nivel de confianza en sí misma. Además del el embarazo precoz se observa mala nutrición y duelo patológico. Su hogar de origen se desorganiza con la muerte del padre. Su madre muestra consumo problema de drogas y alcohol y en su hogar actual se observa también se observa una desorganización, conflictos familiares además de consumo problema de pasta base de cocaína. En cuanto a los amigos, algunos de estos se encuentran inmersos en la cultura delictual, normalizando la manifestación de conductas antisociales. No obstante lo anterior se considera que la adolecente ha manifestado una buena capacidad para enfrentar situaciones adversas, contando con el apoyo económico ocasional de su hermana de su hermana mayor (profesional) y participa ocasionalmente en la iglesia, factores que se consideran como protectores.
Se estima que la adolescente cometía actos disruptivos tipificados como delito con el fin de suplir necesidades básicas tales como: alimentación y vestuario.
Proceso de intervención
Se busca re significar su historia de vida, elaborar el duelo por la muerte de su padre y el fortalecimiento de sus habilidades sociales, cognitivas y emocionales. Dado que no se logra contactar con ningún adulto significativo, se inicia un trabajo tendiente a lograr un mayor nivel de autonomía de su familia. Se desarrolla una evaluación psicológica e intervenciones terapéuticas individuales y participa en talleres de desarrollo de habilidades sociales. Se logra su reinserción en un establecimiento educacional. A la fecha no ha vuelto a ser manifestar conductas disruptivas tipificadas como delito.
b) Caso N°2: Nivel de Caso de alta complejidad socio delictual
Antecedentes
F., es un un joven de 17 años, que ingresa al Proyecto Psicosocial Construyendo a Tiempo (Peñalolén) en octubre del año 2007 por consumo de marihuana en la vía pública. Anteriormente ha sido detenido en otra ocasión, por realizar un graffiti en la vía pública. Además de estas no presenta otras conductas disruptivas en los contextos en que se desenvuelve. Presenta consumo habitual de marihuana. Según señala habría consumido cocaína por 4 meses, para no consumirla hace ya 3 meses.
Situación familiar
F. pertenece a una familia nuclear biparental, compuesta por su madre, de 36 años, recolección de cartones; su padre de 58 años dedicado a la misma actividad y su hermana, de 12 años de edad y estudiante con retraso escolar. Ambos padres proveen el sustento del hogar. Los cuatro viven de allegados en casa de la abuela materna.
Se observa una puesta laxa de límites por parte del padre quien deja a F. hacer lo que él quiera, facilitándole dinero constantemente y desautorizando a la madre, quien intenta definir algunos límites y normas. Consecuentemente, F. visualiza a su padre como accesible mientras que su madre es referida como autoritaria. El padre no deja a la madre ejercer su profesión (técnica parvularia), la madre se muestra sumisa a la vez que se manifiesta preocupada por su hijo, intentando establecer normas y castigos, lo cual hace de manera autoritaria, utilizando una comunicación verbal agresiva y devaluadora. De esta manera ambos padres manifiestan un rol ambiguo y poco claro e ineficaz frente al el control de la conducta de su hijo.
Por último, la dueña de casa y abuela materna de Francisco, mantiene relaciones conflictivas y constantes peleas con ambos nietos, reprobando constantemente el comportamiento del joven.
Situación escolar
El joven al momento de ingresar al programa, se encuentra en situación de abandono escolar, siendo 8° básico, el último curso completado. Ha intentado cursar cuatro veces primero medio. En el 2004 repite, argumentando que fue debido a que su polola queda embarazada y decide dedicarse a robar para obtener dinero. El 2005 repite por inasistencia. El 2006 se retira tempranamente del colegio, y en el año 2007 decide trabajar como chofer para obtener dinero para su hijo. El 2008 ingresa a un colegio vespertino donde es suspendido debido a reiteradas peleas con otros alumnos y profesores.
Síntesis diagnóstica
F. muestra dificultades para adaptarse a actividades que requieren cumplimiento de asistencia y horario de manera permanente, como por ejemplo estudiar o trabajar. Tampoco se responsabiliza por su hijo, pues no se atreve a contarle a su madre de la existencia del niño, y lo visita sólo ocasionalmente, secreto que guarda en complicidad con su padre. Se evidencia cierta participación grupal en la comisión de delitos tales como el robo con intimidación. Es habitual verlo en esquinas cercanas a su domicilio al de sus amigos compartiendo del ocio y consumiendo marihuana.
Por otro lado F. cuenta con un alto nivel de creatividad, que vuelca especialmente en la creación e interpretación de líricas Hip Hop, lo que a la vez le facilita el establecimiento de relaciones interpersonales, logrando relacionarse a partir de habilidades artísticas, integrándose asertivamente al grupo de pares.
Proceso de intervención
Inicialmente F. se mostró reticente a participar en la intervención y ante la oferta de servicios brindada por el programa refiere, ya haber participado de un proceso de intervención cuyas característica y orígenes no fueron posibles de averiguar. Como primer objetivo se busca construir un vínculo de trabajo con F., siendo la madre la más interesada en participar.
Se apunta a orientar a F. en la identificación de motivaciones y definición de expectativas de para su vida, particularmente a la construcción de un proyecto de vital realista y prosocial. Se logra que F. se vaya motivando paulatinamente con el proceso. También se apunta a que problematice las conductas infractores responsabilizándose de sus acciones.
En el ámbito escolar y ocupacional se promueve su reinserción escolar a través de Chile Califica para finalizar sus estudios de enseñanza media. De la misma manera se le guío y apoyo para la búsqueda y permanencia en un trabajo pertinente a su edad y nivel de desarrollo. De esta forma el joven fue vinculado con diversas instancias de apoyo, como por ejemplo CEFOCAL, donde recibe apresto laboral. Se apoya la labor de estas organizaciones a través de la construcción de rutinas de organización y planificación (como por ejemplo qué días estudiaría y a qué hora, qué días trabajaría y a qué hora, qué días asistirá al taller y a qué hora). Estas estrategias se orientaron a reducir los efectos negativos de su impulsividad y falta de visualización y logro de metas, obteniéndose resultados muy favorables en cuanto a la identificación de prioridades y disposición del tiempo libre de manera saludable y prosocial.
Para ello se mantuvieron sesiones cada 15 días con la familia orientadas a potenciar el compromiso de los padres para actuar como un equipo en el establecimiento de límites, evitando la descoordinación y contradicción, asumiendo un control y cuidado claro y visible sobre su hijo. Solamente la madre mostró una disposición adecuada para la intervención, por lo que sus intentos fueron constantemente saboteados por el padre. En este contexto se intentó apoyar a la familia en el impulso de una microempresa, lo que fue saboteado por la desconfianza del padre, imposibilitando el acceso a estos servicios.
Pese a lo anterior, la madre se empodera con respecto a su posibilidad de imponer normativas claras, así como en estrategias de negociación con el padre. Si bien hasta la fecha no se ha logrado mantener un sistema parental coordinado y eficiente, se han logrado avances en el cumplimiento de normas impuestas por la madre por parte F. A la familia también se le ayuda social.
Se busca fortalecer habilidades sociales orientadas a repertorios comportamentales pro sociales a través de trabajos grupales como un taller de radio con sesiones semanales, y otro taller orientado a la autogestión de proyectos de proyectos y otras ofertas locales.
El caso se encuentra actualmente en fase de monitoreo.
El proceso de cierre con Francisco se lleva a cabo en el último mes de intervención, correspondiente al mes de Octubre del 2008, donde los objetivos de las sesiones se orientan a la visualización de las herramientas y habilidades que han quedado instaladas en adolescente y su familia. Se acuerda efectuar monitoreo a través de la invitación abierta a participar de otros talleres socio educativos implementados por el programa.
c) Caso Nº 3: Nivel de Complejidad Moderada
Antecedentes
J. es un hombre de 16 años, detenido en una riña portando un arma blanca. Se observa consumo marihuana, alcohol y cocaína en forma esporádica. Ingresa al programa de Pedro Aguirre Cerda en Enero del año 2008. Situación familiar: El usuario vive con su madre de 34 años, dueña de casa sin ningún tipo de actividad, la pareja de esta, su hermana menor de 11 años, que cursa 6to básico, sus abuelos maternos de 57 años y 53 años, y su tía e hija. El grupo familiar no logra satisfacer sus necesidades básicas adecuadamente, ya que los ingresos son escasos, por lo que la familia debe conseguir préstamos con sus vecinos y en almacenes con el fin de poder finalizar el mes más expeditamente, adquiriendo deudas significativas para el ingreso económico de esta familia. El grupo familiar habita una vivienda de tipo sólida perteneciente a un familiar, no se observa hacinamiento permitiendo mantener buenas relaciones entre los integrantes del grupo.
Hace un año su madre está mediando para reestablecer el vínculo entre el usuario y su padre. Cuando se le pregunta a el joven sobre la relación que mantiene con el padre, dice que es “ahí no más”. Que él sabe que su padre no lo quiere, y prefiere a sus otros hijos. El papá del usuario se relaciona de forma horizontal con este, no impone límites y permite que consuma dentro de su casa.
En la crianza del joven interviene la abuela y la madre, esta última toma decisiones, impone normas y negocia con el usuario sobre el cumplimiento de estas. Sin embargo, si a la abuela no le parecen interviene creando conflicto entre la madre y el joven, situación que habla sobre la dificultad de la madre para desprenderse de su rol de hija en la crianza del usuario.
Situación Educacional: J. Repite primero medio, cambiándose de escuela. Retoma la enseñanza media en una escuela de otra comuna, donde su madre es citada reiteradas veces a reunión por el mal comportamiento de J. Muestra conductas de matonaje amenazando a sus compañeros con “darles balazos”. Finalmente es expulsado al finalizar el primer semestres del año 2008. Se ofrece una nueva institución para que el usuario termine de estudiar, pero la madre no permite que este sea matriculado, ya que no le gusta el colegio ofrecido. Síntesis diagnóstica J. muestra problemas de control de impulsos, mostrando dificultades para medir las consecuencias de sus actos. El padre muestra consumo problema de drogas, y le permite a J. consumir marihuana en la casa para no ser detenido. Cuenta con un grupo de amigos mayores de edad que presentan con consumo problemático de drogas, con
los cuales comente actos disruptivos tipificados como delito (Robo con intimidación, hurto).
Por el otro lado, J. muestra la capacidad de enjuiciar esporádicamente sus actos, cumple con los acuerdos establecidos y su madre es capaz de establecer límites muy claros (siendo un tanto rígida).
El usuario reporta detenciones anteriores por robo y roña con arma blanca. Su tío presenta antecedentes por robo y ha resultado herido (a bala) por este hecho. Proceso de intervención
Se busca mejorar su manejo de la ansiedad y de la impulsividad (hiperactividad), se busca re significar la representación que tiene de su madre y padre, y reducir el riesgo en asociado al consumo de drogas. En el ámbito familiar se busca empoderar a la madre en un rol activo frente a la crianza de J., flexibilizando además su estilo de poner límites.
Se interviene en modalidad psicoterapéutica individual (cognitivo‐conductual) para el manejo y control de impulsos, psicoeducación (utilizando material gráfico) en relación al daño degenerativo asociado al consumo de drogas. Intervenciones terapéuticas familiares con la abuela y la madre del usuario para trabajar normas comportamentales y consensos en cuanto a los límites que son impuestos.
El caso continúa en tratamiento mostrando un progreso cíclico, tanto en relación al usuario como en relación con su familia.
d) Caso N°4: Nivel de complejidad moderada
Antecedentes E, es un hombre de 14 años de edad quien ingresa al Proyecto Psicosocial Construyendo a Tiempo en Junio del 2008, derivado del listado del PSI 24 Horas. Esteban ingresa al programa por ser detenido por Robo con Intimidación a un alumno del colegio, ante lo cual señala que solo habría estado acompañado al verdadero autor del hecho. Así mismo, al momento de ser detenido se le encuentra un cuchillo. Su madre relata haber encontrado en su mochila escolar chapas de vehículos. Ante esto argumenta que solo se las habrían dado para venderlas. Posteriormente en el mes de septiembre es detenido por participar en protestas asociadas al 11 de Septiembre. Se presume consumo habitual de marihuana y alcohol esporádico. Situación familiar Esteban pertenece a una familia biparental, conformada por su madre de 46 años, dueña de casa; su padre de 51 años, quien sustenta económicamente a la familia. Convive además con su hermana de 27 años, quien trabaja en el rubro de los alimentos. Su hermana mayor de 30 años de edad es casada y vive en otro domicilio junto a su esposo. Si bien la familia aparenta ser clara en cuanto a los límites normativos, en relación a Esteban estos tienden a ser difusos, lo que ha traído como consecuencia una dificultad para controlar y mantener bajo supervisión constante al niño. Lo anterior ha traído dificultades en las relaciones familiares, las que a veces se deterioran producto de peleas y discusiones producto del comportamiento disruptivo de Esteban. Situación escolar Esteban se encuentra fuera del sistema escolar por expulsión mientras cursaba 1º medio, la que se asocia a que se le indica como autor de un presunto robo de un mp3 a un compañero de aula. Según señalan desde la escuela, la expulsión también se relacionaría con su consumo de Marihuana en las dependencias escolares. Actualmente sus padres se encuentran buscando un nuevo establecimiento cercano al domicilio, lo que les permitiría tener mayor control sobre el niño. Síntesis diagnóstica Esteban se muestra como una persona comunicativa que intenta mantener buenas relaciones en general con sus familiares. De la misma forma mantiene relaciones de amistad. Aún así algunas de estas relaciones se enmarcan en la consecución de comportamientos delictivos y disruptivos.
Sus padres señalan que su conducta había sido hasta hace poco adecuada, no obstante, actualmente esto ha cambiado, puesto que se muestra como una persona disruptiva, con gran dificultad para acatar las normas. Ante se señala episodios de ira e impulsividad en los cuales golpea todo cuanto hay a su paso. El joven denota facilidad para el contacto con grupos de adolescentes que se encuentran inmersos en dinámicas delictivas, como también con aquellos que no lo están. A la vez que es posible verlo en esquinas conversando con grupos de adolescentes, es posible encontrarlo en actividades deportivas asociadas al fútbol. Proceso de intervención En cuanto al componente individual los objetivos se orientaron hacia problematización y responsabilización, de manera resignificar los repertorios comportamentales delictuales. De esta manera se apuntó a la identificación de las consecuencias negativas asociadas a la infracción de ley y por tanto enfocándose en el promover el desarrollo del autocontrol y el respeto a las normas sociales. Si bien Esteban denotó participación activa en las sesiones individuales y durante el proceso, se identificaron posteriores recaídas asociadas a nuevas infracciones, pero esta vez de menos connotación social. El seguimiento del caso de Esteban denota un proceso de avance en cuanto a la disminución en los repertorios disruptivos e infraccionales. El hecho de que los padres de Esteban manifestarán apoyo al proceso de desarrollo de su hijo, conllevó a que el trabajo en el componente familiar, se estructurara en torno al desarrollo de habilidades parentales solo asociadas a la coordinación en el planteamiento de límites normativos, empoderando al sistema parental frente a su hijo. Por otra parte y de manera paralela a las sesiones con Esteban, se trabajó con la madre el quiebre de los rótulos y etiquetamientos negativos asociados a los adolescentes que se encuentran en situación de infracción de ley, en cuanto las fantasías de la madre sobre el pobre futuro que su hijo tendría, amenazaban con que la motivación y apoyo familiar decayeran en el tiempo. De la misma forma los objetivos en este componente apuntaron a devolver la confianza del sistema parental en el adolescente, pero siempre basado en el fortalecimiento de responsabilidades crecientes en el mismo. Una vez finalizado el proceso de apoyo psicoterapéutico y socioeducativo, el sistema familiar fue capaz de romper con el círculo de la desconfianza y el etiquetamiento negativo hacia Esteban, donde este último fue capaz de responder con el cumplimiento de responsabilidades crecientes que se le asignaban al interior de la familia, así como aquellas derivadas de su reinserción escolar. En relación al componente socio comunitario se efectuaron gestiones de reinserción al sistema escolar formal, de manera evitar la pérdida del año escolar. De la misma forma se efectuaron coordinaciones con el inspector a cargo del curso de Esteban y con su profesor jefe, a fin de diseñar estrategias de supervisión y monitoreo en conjunto.
Una vez que Esteban se re integra al sistema escolar, y luego de diseñar los acuerdos operativos y compromisos con la familia y la escuela, se finaliza el plan de Intervención se acuerda efectuar visitas domiciliaria de monitoreo mensuales, desde Noviembre del 2008.
e) Caso N°5: Nivel de complejidad baja
Antecedentes
N. es un hombre de 17 años, e ingresa al programa el 13 de marzo del año 2008, por haber sido detenido por consumo de alcohol en la vía pública. Declara consumir alcohol en forma esporádica, no se observa consumo de otras drogas. Situación Familiar: El beneficiario vive con sus padres, hermanas y abuelos. Situación escolar: Finalizó sus estudios y se encuentra, realizando una práctica laboral en contabilidad. Síntesis diagnóstica: En este caso, no se observan factores de riesgo relevantes que reportar.
Proceso de intervención:
Se busca problematizar las conductas de riesgo manifestadas, y promover una actitud de auto cuidado. Se estima necesario orientar a N, con la finalidad de asistirlo en la visualización de su proyecto de vida. Se realizaron dos de orientación y consejería, con el beneficiario el cual se observa motivado, incluyendo a la familia en la última sesión. Se observa una familia cohesionada y preocupada por obtener una mejor calidad de vida para sus miembros y dispuesta a recibir información que ayude a fortalecer sus recursos protectores.
f) Caso N°6: Nivel de complejidad leve
Antecedentes El caso en cuestión es una niña de 13 años de edad. Ella ingresa al programa “Construyendo a Tiempo (Peñalolén)” al ser detenida en una protesta estudiantil en el mes de mayo del año 2008. Situación familiar Cabe consignar que los padres de la niña se divorcian cuando ella tendría aproximadamente 3 años de edad. Es el padre el que se hace cargo de las 2 hijas del matrimonio previa decisión con los progenitores. La madre de la niña las visita de forma de esporádica y poco constante, lo cual daña la relación de manera temprana entre ellas. Desde principio del año 2008, la madre a modo de “trato”, ofrece un cambio de colegio con la condición de que tendría que ir a vivir con ella en la casa de sus abuelos. En esta casa viven aproximadamente 8 personas, destacándose problemas asociados a la falta de espacio privado de la menor. En el mes de julio la niña huye de la casa de su madre para vivir nuevamente con su padre. La niña argumenta que su huida se debe a que su padre le proporciona espacio para desenvolverse, hacer sus cosas, a diferencia de la madre a quien la refiere como sobre protectora. Además plantea tener una mala relación con su madre producto de su sobreprotección. A este respecto cabe destacar que la relación de ambas se caracteriza por la agresividad verbal. La madre frente a dicha situación amenaza con iniciar un proceso judicial para recuperar la tutela de la menor, sin embargo desiste de dicho proceso por las consecuencias negativas que esto podría acarrearle en la relación con su hija. Situación escolar La niña asiste regularmente al colegio, no presenta antecedentes previos con la justicia, ni presenta indicadores de consumo problemático de drogas. Síntesis diagnóstica La información recabada en una primera instancia mediante visitas domiciliares y entrevistas con familiares da cuenta de un desarrollo psicológico y social adecuado para la edad. En este sentido cabe destacar que la niña presenta conductas y actitudes esperables para una niña de su edad, mostrando un desarrollo armónico de sus capacidades tanto físicas como psicológicas. Se muestra bastante extrovertida y sociable. La queja presentada por la madre de la menor seria circunstancial producto de una seria de problemas asociados a la dinámica familiar. Cabe destacar que la madre de la niña acepta la intervención ofrecida por el programa pues refiere que la niña podría necesitar apoyo psicológico por presentar conductas consideradas por ella como rebeldes, además de haber disminuido notablemente su rendimiento escolar.
Proceso de intervención La intervención del presente caso comienza formalmente en el mes de agosto, pues en la primera visita domiciliaria realizada en Julio se informa que la niña se encontraba hospitalizada producto de una apendicitis. Ante esto, se deja instalada la oferta programática a la familia. En el mes de Agosto la madre de la niña se acerca al programa a solicitar la intervención. El objeto de la presente intervención se centró en mejorar las relaciones maternas filiales con la finalidad de que éstas no interfirieran en el desarrollo armónico de la menor. Consecuente con esto, se espera que la niña mejore su desempeño escolar y las relaciones con los profesores de la institución educativa. Se desarrollan intervenciones terapéuticas orientadas a la identificación y manejo del repertorio emocional de la niña con respecto a su progenitora, así como a las consecuencias de su comportamiento negativo frente a la misma. En este sentido se establecen conversaciones individuales y tareas asociadas al cumplimiento de metas mínimas que fueron fortaleciendo poco a poco la relación entre ambas. Otro objetivo propuesto en componente se asoció al área escolar, brindando apoyo para evitar la repitencia del año escolar. En este sentido se refuerza el auto‐concepto de la niña, además se trabaja en la importancia de la educación formal y la construcción de un proyecto personal de vida. En cuanto al componente Familiar se trabaja con ambos padres con la finalidad de que ellos excluyan a la niña de sus conflictos personales y aquellos derivados de la solicitud judicial de Tutela. En cuanto al componente grupal y el componente socio comunitario se establece una red de apoyo para la niña. En este sentido se le ofrece incluirse en el taller grupal de carácter semanal ofertado por el programa en el donde vive. En dicha instancia la niña se adecua de forma satisfactoria, logra establecer vínculos afectivos y respetuosos con pares y vecinos del sector. Además, el grupo se constituye como un espacio para que la niña logre potenciar habilidades sociales mediante actividades y dinámicas dirigidas a fortalecer el auto‐concepto, comunicación asertiva, habilidades relacionadas a la expresión de sentimientos y emociones, entre otras. Cabe destacar que el grupo proporciona un clima favorable y de respeto que facilita el desarrollo de dichas habilidades. El cierre se efectúa cuando han transcurrido 7 meses de intervención y una vez que se han conseguido los objetivos estipulados en el Plan de Intervención Psicosocial y de que la niña ha mostrado claros signos de una mejora en las relaciones con su madre, quien la visita de manera constante los fines de semana y ha comenzado poco a poco a visualizarla como un pilar importante en su desarrollo. En el colegio, la niña ha aumentado sus promedios disminuyendo notablemente la posibilidad de repetir el
año. En el grupo la niña dice haber desarrollado aspectos de su personalidad viéndose capacitada a enfrentar a nuevos desafíos y problemáticas de la vida cotidiana.
Anexo N°4: Índices de focalización PSI 24 Horas
En esta sección se proveen indicadores calculados en el nivel comunal. Se proveen indicadores de ingresos por vulneración de derechos infracción de ley e ingresos globales. Para cada uno se proporcionan los siguientes indicadores: ‐El número de ingresos: Se refiere al número absoluto de ingresos ocurridos entre los años 2004 y 2007, tanto para infracción de ley, vulneración de derechos e ingresos globales. ‐La tasa promedio 2004‐2007: Esto es el número de ingresos (vulneración, infracción o ambos) dividido en la población de NNA menores de 18 años, multiplicado por 100.000. Este indicador se divide por cuatro, para estimar la tasa anual promedio. Como referencia, se provee el porcentaje del total de ingresos país que se atribuyen a NNA que viven en una comuna particular. Además se proveen indicadores de caracterización de trayectorias, a saber: ‐Trayectoria de ingresos por infracción de ley: Porcentaje comunal de NNA que muestran uno o más ingresos, solamente por infracción de ley ‐Trayectoria de ingresos por vulneración de derechos: Porcentaje comunal de NNA que muestran uno o más ingresos, solamente por vulneración de derechos. ‐Trayectoria de ingresos alternante: Porcentaje comunal de NNA que muestran dos más ingresos que alternan entre vulneración de derechos e infracción de ley. ‐Reingresos: Se estima el porcentaje de NNA que presentan dos o más ingresos en el período. Para cada uno de estos indicadores (número, tasas, trayectorias) se calcula el ranking, es decir la posición relativa de una comuna en función de las demás. Por ejemplo, si una comuna obtiene un ranking de 20 en el indicador de reingresos, se interpreta como que esta es la 20va comuna con el porcentaje más alto de NNA que presentan dos o más ingresos. Mientras mayor es el número del ranking, menores son los indicadores de ingresos.
Comuna
Vulne
rado
s
Deten
idos
Globa
l
Trayectoria de
ingresos por
infracción
Trayectoria de
ingresos com
o afectado
s
Trayectoria
alterante
Reingresos
N°
Rank
ing Absoluto
Tasa
Rank
ing Re
lativo
N°
Rank
ing Absoluto
Tasa
Rank
ing Re
lativo
N°
Rank
ing Absoluto
Tasa
Rank
ing Re
lativo
Porcen
taje del to
tal
Porcen
taje
Rank
ing
Porcen
taje
Rank
ing
Porcen
taje
Rank
ing
Porcen
taje
Rank
ing
Aisén 363 106 1172 50 172 122 555 106 535 117 1728 73 0,2 25,2 270 70,6 78 4,2 29 16,4 57
Algarrobo 120 155 1017 66 64 148 542 111 184 154 1559 97 0,1 28,2 252 68,6 87 3,2 70 14,1 109
Alhué 27 216 439 163 8 262 130 213 35 234 570 176 0,0 23,5 280 76,5 45 0,0 230 2,9 259
Alto Biobío 9 280 89 295 12 240 119 222 21 265 208 259 0,0 57,1 34 42,9 295 0,0 318 4,8 242
Alto del Carmen 7 294 108 272 2 312 31 312 9 310 139 298 0,0 22,2 287 77,8 40 0,0 229 0,0 290
Alto Hospicio 1010 54 987 76 889 55 869 62 1899 60 1856 63 0,6 43,3 135 53,9 212 2,7 106 13,3 130
Ancud 525 83 1004 71 300 98 574 102 825 91 1578 94 0,2 25,6 267 69,7 82 4,7 15 17,0 46
Andacollo 19 241 147 240 23 198 178 185 42 219 326 211 0,0 50,0 81 50,0 239 0,0 295 5,3 236
Angol 1080 49 1676 11 944 53 1465 22 2024 55 3141 14 0,6 31,6 231 62,0 152 6,3 6 23,3 2
Antártica 0 335 0 335 1 328 1923 9 1 332 1923 57 0,0 100,0 3 0,0 336 0,0 336 0,0 336
Antofagasta 2530 16 692 131 3672 11 1004 49 6202 14 1696 77 1,9 51,2 70 46,7 267 2,1 153 13,1 135
Antuco 4 315 86 298 1 324 21 318 5 325 107 314 0,0 20,0 299 80,0 35 0,0 226 0,0 289
Arauco 404 98 821 106 185 120 376 138 589 106 1197 133 0,2 23,2 283 72,8 63 4,0 39 12,6 142
Arica 1904 28 805 109 2347 26 992 51 4251 25 1797 68 1,3 50,1 79 47,7 259 2,2 147 13,1 134
Buin 1027 53 1110 57 529 77 572 103 1556 68 1682 80 0,5 29,4 244 67,0 100 3,6 52 15,0 86
Bulnes 329 115 1279 40 94 139 365 141 423 127 1645 84 0,1 17,8 307 79,2 37 3,1 80 16,4 56
Cabildo 58 167 230 199 27 190 107 234 85 178 336 209 0,0 23,7 279 73,7 58 2,6 115 7,9 201
N° VD
R. N
° VD
T. VD
R. T. V
D
N° IL
R. N
° IL
T. IL
R. T. IL
N° GL
R. N
° GL
T. GL
R. T. G
L
% total
% Tray. IL
R. Tray. IL
% Tray. VD
R. Tray. VD
% Tray. Alter.
R. Tray. Alter.
% Reingr.
R. Reingr.
Cabo de Hornos 0 336 0 336 0 337 0 337 0 337 0 337 0,0 0,0 337 0,0 337 0,0 337 0,0 337
Cabrero 42 183 121 260 54 153 156 196 96 171 277 228 0,0 56,0 47 44,0 288 0,0 312 8,8 191
Calama 2691 14 1360 29 4057 9 2050 6 6748 11 3410 7 2,1 50,3 77 47,1 264 2,5 127 14,8 91
Calbuco 468 90 1065 60 110 135 250 166 578 108 1315 120 0,2 15,1 318 82,9 22 1,9 170 13,8 122
Caldera 44 181 234 197 61 150 325 148 105 165 559 177 0,0 53,4 57 44,3 286 2,3 145 13,6 125
Calera 449 92 658 136 431 85 631 94 880 87 1289 123 0,3 39,6 158 57,9 180 2,6 122 15,6 74
Calera de Tango 320 118 1162 52 77 144 280 160 397 129 1441 110 0,1 16,6 313 82,1 25 1,4 189 9,0 189
Calle Larga 47 176 356 175 43 168 325 147 90 174 681 170 0,0 45,1 119 50,0 245 4,9 13 9,8 183
Camarones 2 326 162 226 0 333 0 333 2 331 162 285 0,0 0,0 335 100,0 4 0,0 205 0,0 272
Camiña 6 302 367 174 0 331 0 331 6 321 367 203 0,0 0,0 333 100,0 2 0,0 203 0,0 270
Canela 8 287 70 305 3 302 26 315 11 301 96 320 0,0 36,4 182 63,6 137 0,0 263 0,0 303
Cañete 404 99 951 81 157 124 370 140 561 113 1321 118 0,2 25,0 273 74,2 55 0,8 200 7,0 213
Carahue 40 185 113 267 40 171 113 229 80 180 226 249 0,0 50,7 74 47,9 256 1,4 188 8,5 192
Cartagena 329 116 1405 24 204 116 871 61 533 119 2275 43 0,2 39,2 161 56,2 188 4,5 21 18,4 26
Casablanca 369 103 1101 58 186 119 555 108 555 114 1656 81 0,2 23,1 285 75,3 49 1,6 177 20,5 10
Castro 338 111 567 150 441 81 740 76 779 94 1308 121 0,3 44,2 125 53,1 223 2,8 100 17,3 40
Catemu 10 274 66 306 3 303 20 321 13 297 86 323 0,0 16,7 311 75,0 52 8,3 2 8,3 194
Cauquenes 341 110 609 142 133 130 237 171 474 124 846 161 0,2 23,9 278 73,9 57 2,1 154 15,5 76
Cerrillos 911 62 1219 46 1182 45 1582 16 2093 53 2801 25 0,7 53,1 58 43,9 289 3,0 81 15,1 85
Cerro Navia 2449 18 1339 30 2709 19 1482 20 5158 18 2821 24 1,7 50,4 76 45,9 272 3,6 48 18,6 24
Chaitén 77 162 900 95 37 173 432 127 114 161 1332 116 0,0 29,4 243 67,6 93 2,9 87 9,8 182
Chanco 96 159 805 110 13 231 109 232 109 164 914 155 0,0 10,6 325 88,5 11 1,0 197 7,7 204
Chañaral 252 129 1287 38 582 70 2973 2 834 90 4260 2 0,3 59,7 26 36,6 314 3,8 42 22,2 3
N° VD
R. N
° VD
T. VD
R. T. V
D
N° IL
R. N
° IL
T. IL
R. T. IL
N° GL
R. N
° GL
T. GL
R. T. G
L
% total
% Tray. IL
R. Tray. IL
% Tray. VD
R. Tray. VD
% Tray. Alter.
R. Tray. Alter.
% Reingr.
R. Reingr.
Chépica 11 268 63 309 12 241 69 263 23 257 132 303 0,0 52,2 65 47,8 257 0,0 302 0,0 322
Chiguayante 591 78 518 153 580 71 508 119 1171 75 1026 147 0,4 57,7 31 38,7 309 3,6 53 15,4 78
Chile Chico 46 178 782 116 50 157 850 64 96 170 1633 85 0,0 43,6 134 53,8 213 2,6 118 12,8 139
Chillán 1088 47 521 152 1077 48 516 118 2165 51 1037 146 0,7 41,6 146 55,6 199 2,8 97 16,2 61
Chillán Viejo 220 133 643 137 84 142 246 167 304 137 889 158 0,1 25,8 266 72,0 68 2,3 143 11,0 172
Chimbarongo 62 165 137 245 52 155 115 225 114 162 253 238 0,0 45,0 120 54,1 210 0,9 198 3,7 248
Cholchol 12 263 255 191 21 204 446 124 33 239 700 168 0,0 62,5 20 37,5 310 0,0 322 3,1 254
Chonchi 8 288 55 315 10 253 68 267 18 275 123 307 0,0 55,6 49 44,4 283 0,0 309 5,6 234
Cisnes 10 275 136 247 2 309 27 314 12 300 164 284 0,0 16,7 312 83,3 21 0,0 217 0,0 283
Cobquecura 17 248 297 181 2 307 35 310 19 273 332 210 0,0 10,5 327 89,5 9 0,0 210 0,0 276
Cochamó 1 329 21 329 1 326 21 319 2 329 42 333 0,0 50,0 86 50,0 244 0,0 300 0,0 320
Cochrane 49 173 871 99 25 193 445 125 74 184 1316 119 0,0 24,6 275 68,9 86 6,6 5 18,0 31
Codegua 42 184 301 180 20 209 143 203 62 197 445 189 0,0 31,7 230 68,3 89 0,0 241 3,3 250
Coelemu 34 195 171 222 7 275 35 309 41 222 206 260 0,0 32,5 223 67,5 94 0,0 243 5,0 239
Coihaique 946 56 1368 28 448 80 648 88 1394 70 2015 52 0,5 22,2 288 74,0 56 3,8 40 17,0 47
Coihueco 36 189 112 269 18 212 56 278 54 204 167 279 0,0 35,8 191 64,2 126 0,0 256 5,7 232
Coinco 8 289 103 276 5 289 64 274 13 293 168 278 0,0 33,3 217 66,7 109 0,0 250 8,3 195
Colbún 23 227 96 288 10 251 42 297 33 241 138 300 0,0 39,4 159 60,6 162 0,0 269 3,0 255
Colchane 6 303 246 193 7 272 287 154 13 292 534 181 0,0 40,0 154 60,0 167 0,0 271 20,0 15
Colina 1882 29 1530 19 1543 40 1255 38 3425 34 2785 26 1,2 38,6 167 58,0 177 3,4 61 17,3 39
Collipulli 281 125 944 84 221 110 743 75 502 122 1687 79 0,2 35,3 193 60,4 165 4,3 28 16,3 59
Coltauco 32 198 154 236 16 221 77 253 48 210 231 247 0,0 39,1 162 60,9 160 0,0 267 4,3 244
Combarbalá 5 308 33 325 5 290 33 311 10 303 66 329 0,0 44,4 123 55,6 198 0,0 279 22,2 4
N° VD
R. N
° VD
T. VD
R. T. V
D
N° IL
R. N
° IL
T. IL
R. T. IL
N° GL
R. N
° GL
T. GL
R. T. G
L
% total
% Tray. IL
R. Tray. IL
% Tray. VD
R. Tray. VD
% Tray. Alter.
R. Tray. Alter.
% Reingr.
R. Reingr.
Concepción 3895 7 1645 13 3061 15 1293 35 6956 10 2938 20 2,4 42,2 141 53,8 214 4,0 34 18,1 30
Conchalí 1919 27 1306 34 2399 25 1633 15 4318 23 2939 19 1,5 49,1 89 47,8 258 3,2 73 17,1 43
Concón 85 161 181 216 154 126 327 146 239 145 508 184 0,1 58,9 28 39,1 308 2,1 158 11,5 163
Constitución 519 84 783 114 550 74 829 68 1069 79 1612 88 0,4 39,6 157 56,9 184 3,4 59 15,4 79
Contulmo 7 295 98 285 1 321 14 326 8 313 112 311 0,0 12,5 323 87,5 14 0,0 212 0,0 278
Copiapó 1119 46 626 140 2180 30 1220 40 3299 36 1846 64 1,2 60,3 24 36,7 313 3,0 83 16,1 66
Coquimbo 1380 37 618 141 3002 17 1345 28 4382 22 1963 56 1,6 56,7 40 40,0 304 3,2 69 16,9 49
Coronel 837 67 638 139 556 73 424 130 1393 71 1061 144 0,5 42,8 138 54,1 211 3,1 77 13,1 132
Corral 3 323 47 322 1 325 16 323 4 326 63 330 0,0 50,0 85 50,0 243 0,0 299 0,0 319
Cunco 35 191 156 232 8 265 36 308 43 218 192 266 0,0 19,0 304 81,0 28 0,0 219 2,4 263
Curacautín 232 132 1188 49 139 129 712 79 371 131 1900 59 0,1 30,4 240 65,0 119 4,6 16 18,5 25
Curacaví 270 126 759 122 154 125 433 126 424 126 1193 134 0,2 35,1 196 61,9 154 3,0 85 14,4 101
Curaco de Vélez 2 327 51 318 3 304 76 255 5 324 127 306 0,0 60,0 25 40,0 305 0,0 321 0,0 329
Curanilahue 307 122 744 125 350 90 848 65 657 102 1592 92 0,2 40,7 150 56,9 185 2,4 132 13,8 121
Curarrehue 20 234 183 214 5 286 46 295 25 254 229 248 0,0 20,0 297 80,0 33 0,0 224 0,0 287
Curepto 23 228 187 211 9 257 73 259 32 244 260 234 0,0 26,7 263 73,3 59 0,0 234 6,7 217
Curicó 533 81 348 176 1501 42 980 53 2034 54 1327 117 0,8 65,8 15 32,3 325 2,0 168 16,1 62
Dalcahue 11 269 74 303 6 284 41 300 17 282 115 308 0,0 37,5 175 62,5 145 0,0 266 6,3 226
Diego de Almagro 135 150 581 149 248 106 1067 46 383 130 1648 83 0,1 61,9 21 36,6 315 1,5 187 12,1 153
Doñihue 61 166 279 182 27 189 124 219 88 176 403 194 0,0 34,1 208 65,9 112 0,0 252 7,3 209
El Bosque 2878 12 1255 41 3436 12 1499 18 6314 12 2754 27 2,4 48,1 99 48,7 252 3,3 65 16,5 55
El Carmen 16 253 107 273 10 250 67 269 26 251 174 275 0,0 36,0 189 64,0 130 0,0 259 8,0 200
El Monte 331 113 767 120 197 117 457 123 528 120 1224 131 0,2 30,6 238 65,4 117 4,0 35 14,0 117
N° VD
R. N
° VD
T. VD
R. T. V
D
N° IL
R. N
° IL
T. IL
R. T. IL
N° GL
R. N
° GL
T. GL
R. T. G
L
% total
% Tray. IL
R. Tray. IL
% Tray. VD
R. Tray. VD
% Tray. Alter.
R. Tray. Alter.
% Reingr.
R. Reingr.
El Quisco 28 214 232 198 19 211 157 194 47 211 389 199 0,0 41,9 143 55,8 194 2,3 140 14,0 118
El Tabo 34 196 400 170 17 214 200 177 51 205 599 173 0,0 36,0 188 64,0 129 0,0 258 2,0 266
Empedrado 5 309 86 297 4 294 69 264 9 307 155 289 0,0 44,4 122 55,6 197 0,0 278 0,0 309
Ercilla 27 217 205 202 15 226 114 228 42 220 318 214 0,0 28,9 247 65,8 113 5,3 10 10,5 178
Estación Central 2133 20 1551 16 1806 34 1313 31 3939 29 2865 22 1,5 44,1 126 53,3 221 2,6 117 14,4 103
Florida 48 174 400 169 17 213 142 207 65 195 542 180 0,0 39,3 160 60,7 161 0,0 268 8,2 196
Freire 48 175 137 246 65 147 186 182 113 163 324 213 0,0 56,9 36 41,3 301 1,8 173 3,7 247
Freirina 15 258 182 215 7 274 85 249 22 262 267 231 0,0 36,4 181 63,6 136 0,0 262 0,0 302
Fresia 13 260 79 300 17 219 104 237 30 245 183 270 0,0 55,2 51 44,8 281 0,0 308 3,4 249
Frutillar 21 231 107 274 21 206 107 235 42 221 214 255 0,0 48,8 91 51,2 229 0,0 292 2,4 262
Futaleufú 16 254 755 123 1 316 47 292 17 281 802 163 0,0 6,3 331 93,8 6 0,0 207 12,5 145
Futrono 20 235 89 296 17 218 75 256 37 228 164 282 0,0 42,4 140 51,5 228 6,1 8 12,1 152
Galvarino 16 255 94 291 12 239 70 261 28 247 164 281 0,0 46,4 109 53,6 217 0,0 286 0,0 313
General Lagos 0 337 0 337 0 338 0 338 0 338 0 338 0,0 0,0 338 0,0 338 0,0 338 0,0 338
Gorbea 23 229 112 268 14 228 68 266 37 229 181 271 0,0 48,5 95 51,5 227 0,0 291 9,1 188
Graneros 473 88 1296 36 281 99 770 73 754 97 2065 48 0,3 28,6 249 67,4 96 4,0 37 14,4 100
Guaitecas 0 338 0 338 1 329 50 284 1 333 50 332 0,0 100,0 2 0,0 335 0,0 335 0,0 335
Hijuelas 57 168 277 184 26 191 126 217 83 179 403 193 0,0 28,2 253 71,8 71 0,0 237 6,4 222
Hualaihué 5 310 49 320 4 295 39 305 9 309 89 322 0,0 44,4 121 55,6 196 0,0 277 0,0 308
Hualañé 20 236 139 243 17 216 118 223 37 227 258 236 0,0 38,7 166 58,1 175 3,2 68 9,7 184
Hualpén 1280 40 922 89 815 58 587 99 2095 52 1510 104 0,8 37,6 171 59,5 170 2,9 93 12,8 140
Hualqui 118 156 449 162 101 136 384 137 219 148 833 162 0,1 52,9 61 46,3 270 0,8 199 12,4 148
Huara 29 211 928 86 9 256 288 153 38 226 1216 132 0,0 19,4 303 77,8 42 2,8 102 2,8 261
N° VD
R. N
° VD
T. VD
R. T. V
D
N° IL
R. N
° IL
T. IL
R. T. IL
N° GL
R. N
° GL
T. GL
R. T. G
L
% total
% Tray. IL
R. Tray. IL
% Tray. VD
R. Tray. VD
% Tray. Alter.
R. Tray. Alter.
% Reingr.
R. Reingr.
Huasco 33 197 325 177 12 233 118 224 45 216 443 190 0,0 27,9 257 69,8 81 2,3 139 7,0 214
Huechuraba 1201 45 1112 55 1584 38 1467 21 2785 38 2579 31 1,1 51,6 68 45,3 278 3,2 72 17,8 33
Illapel 368 104 964 79 802 59 2101 5 1170 76 3065 15 0,5 57,8 30 37,0 312 5,1 11 21,2 6
Independencia 901 63 1661 12 720 65 1327 30 1621 65 2988 18 0,7 41,8 144 55,9 193 2,4 136 14,1 110
Iquique 2080 23 934 85 1883 33 845 66 3963 28 1779 70 1,6 41,4 147 56,1 190 2,5 124 11,8 157
Isla de Maipo 329 117 852 101 205 115 531 112 534 118 1383 114 0,2 34,6 205 62,6 142 2,8 95 11,5 162
Isla de Pascua 151 145 2902 1 20 208 384 136 171 156 3286 8 0,1 8,7 329 89,3 10 2,0 164 14,1 111
Juan Fernández 0 339 0 339 0 339 0 339 0 339 0 339 0,0 0,0 339 0,0 339 0,0 339 0,0 339
La Cisterna 1221 44 1435 21 970 50 1140 43 2191 49 2574 32 0,9 38,9 164 57,8 181 3,2 66 14,7 94
La Cruz 25 221 157 231 22 203 138 210 47 212 295 223 0,0 43,2 136 54,5 205 2,3 144 6,8 216
La Estrella 4 316 111 270 10 249 277 161 14 290 388 200 0,0 71,4 8 28,6 329 0,0 331 0,0 333
La Florida 4446 3 1006 70 4346 8 983 52 8792 6 1989 54 3,7 43,7 133 53,7 216 2,5 125 12,9 138
La Granja 1944 26 1235 45 2674 20 1699 13 4618 21 2934 21 2,0 52,3 64 44,8 282 2,9 90 16,1 64
La Higuera 5 311 94 290 4 293 75 257 9 306 169 277 0,0 55,6 50 44,4 284 0,0 310 0,0 325
La Ligua 336 112 879 97 255 105 667 84 591 105 1546 98 0,3 31,8 228 63,9 132 4,3 27 16,8 52
La Pintana 4144 4 1434 22 6552 2 2267 4 10696 3 3701 5 4,8 56,7 39 39,6 306 3,6 51 20,1 13
La Reina 897 64 832 104 464 79 431 128 1361 72 1263 126 0,6 32,0 226 65,8 114 2,2 146 9,9 181
La Serena 935 59 402 168 1334 44 574 101 2269 47 976 150 1,1 52,0 67 45,3 277 2,6 116 13,0 136
La Unión 347 109 682 134 214 112 421 132 561 112 1103 139 0,3 30,6 237 65,4 118 4,0 38 16,0 67
Lago Ranco 9 281 62 311 10 252 69 262 19 271 131 304 0,0 35,7 192 64,3 124 0,0 255 14,3 105
Lago Verde 1 330 91 293 0 335 0 335 1 335 91 321 0,0 0,0 336 100,0 5 0,0 206 0,0 273
Laguna Blanca 1 331 240 196 0 332 0 332 1 334 240 242 0,0 100,0 1 0,0 334 0,0 334 0,0 334
Laja 30 205 101 279 36 176 121 221 66 192 222 252 0,0 56,3 43 43,8 290 0,0 313 3,1 253
N° VD
R. N
° VD
T. VD
R. T. V
D
N° IL
R. N
° IL
T. IL
R. T. IL
N° GL
R. N
° GL
T. GL
R. T. G
L
% total
% Tray. IL
R. Tray. IL
% Tray. VD
R. Tray. VD
% Tray. Alter.
R. Tray. Alter.
% Reingr.
R. Reingr.
Lampa 927 60 1401 25 433 83 654 86 1360 73 2056 49 0,6 32,0 227 65,6 116 2,5 130 12,7 141
Lanco 10 276 50 319 13 232 65 273 23 258 114 309 0,0 52,4 63 47,6 261 0,0 303 4,8 241
Las Cabras 47 177 186 212 22 202 87 246 69 188 274 229 0,0 31,3 232 67,2 98 1,5 184 3,0 257
Las Condes 1531 32 643 138 801 60 336 144 2332 43 979 148 1,1 30,1 241 68,0 90 1,9 171 8,0 197
Lautaro 304 123 694 130 258 104 589 98 562 111 1283 125 0,3 39,9 155 57,6 182 2,5 131 10,7 175
Lebu 283 124 768 118 124 131 337 143 407 128 1105 138 0,2 25,9 265 73,0 62 1,1 194 10,9 173
Licantén 154 144 1844 5 28 188 335 145 182 155 2179 45 0,1 7,1 330 88,4 12 4,5 22 14,2 108
Limache 474 87 991 74 399 86 834 67 873 88 1825 66 0,4 34,7 203 62,7 140 2,5 123 11,8 156
Linares 1063 50 878 98 798 61 659 85 1861 61 1538 99 0,9 41,2 148 55,3 200 3,5 55 16,3 58
Litueche 8 290 114 266 7 277 100 239 15 287 214 256 0,0 46,7 107 53,3 220 0,0 288 0,0 314
Llanquihue 24 223 105 275 37 174 161 189 61 199 266 232 0,0 65,5 17 31,0 326 3,4 58 5,2 237
Llayllay 36 190 123 257 20 210 69 265 56 203 192 265 0,0 37,5 174 62,5 144 0,0 265 0,0 305
Lo Barnechea 919 61 797 112 1412 43 1225 39 2331 44 2022 50 1,2 49,9 87 45,5 275 4,6 19 19,7 18
Lo Espejo 1769 30 1378 27 3429 13 2670 3 5198 17 4048 3 2,6 60,8 23 35,9 317 3,3 63 18,3 27
Lo Prado 2085 22 1766 8 1721 35 1458 23 3806 30 3224 11 2,0 41,0 149 54,5 207 4,5 24 17,7 35
Lolol 8 291 3 334 3 305 1 329 11 302 4 336 0,0 27,3 261 72,7 64 0,0 235 0,0 293
Loncoche 134 151 449 161 189 118 633 92 323 135 1082 141 0,2 49,6 88 47,5 262 2,9 88 20,4 11
Longaví 44 182 124 256 57 151 160 190 101 167 284 224 0,1 56,8 38 39,5 307 3,7 43 21,0 8
Lonquimay 10 277 66 307 6 285 40 304 16 286 106 316 0,0 43,8 132 56,3 187 0,0 275 0,0 307
Los Alamos 68 164 265 187 12 234 47 293 80 181 312 217 0,0 21,6 290 78,4 38 0,0 227 9,5 186
Los Andes 703 70 838 102 875 56 1043 47 1578 67 1882 60 0,8 47,1 103 50,1 237 2,8 105 14,2 107
Los Angeles 1057 51 478 157 2285 29 1033 48 3342 35 1511 103 1,8 56,1 46 41,4 300 2,6 119 16,2 60
Los Lagos 179 139 596 145 90 140 300 149 269 141 896 157 0,1 27,4 260 70,0 80 2,7 109 20,6 9
N° VD
R. N
° VD
T. VD
R. T. V
D
N° IL
R. N
° IL
T. IL
R. T. IL
N° GL
R. N
° GL
T. GL
R. T. G
L
% total
% Tray. IL
R. Tray. IL
% Tray. VD
R. Tray. VD
% Tray. Alter.
R. Tray. Alter.
% Reingr.
R. Reingr.
Los Muermos 11 270 53 317 23 200 112 230 34 236 165 280 0,0 66,7 13 33,3 322 0,0 327 3,0 256
Los Sauces 24 224 243 195 12 236 122 220 36 231 365 205 0,0 36,1 183 63,9 131 0,0 260 0,0 301
Los Vilos 27 218 116 263 46 163 198 178 73 186 315 215 0,0 66,7 12 33,3 321 0,0 326 6,1 229
Lota 682 73 1216 47 437 82 779 72 1119 77 1995 53 0,6 37,5 176 58,1 176 4,5 23 14,8 92
Lumaco 21 232 145 241 6 282 41 298 27 248 186 269 0,0 24,0 277 76,0 47 0,0 232 8,0 199
Machalí 136 149 371 173 78 143 213 173 214 149 585 175 0,1 35,2 195 62,3 147 2,5 128 7,0 211
Macul 1288 39 1039 64 1175 46 948 55 2463 41 1986 55 1,3 43,9 128 53,4 218 2,7 108 15,1 84
Máfil 9 282 97 287 12 238 129 215 21 264 225 250 0,0 57,1 33 42,9 294 0,0 317 0,0 327
Maipú 6477 2 909 90 4857 3 682 82 11334 2 1591 93 6,3 39,0 163 58,7 174 2,3 142 11,8 155
Malloa 26 220 155 233 50 158 299 150 76 182 454 188 0,0 53,7 56 46,3 269 0,0 304 11,1 170
Marchihue 3 324 30 327 5 291 50 285 8 312 81 327 0,0 57,1 35 42,9 296 0,0 319 14,3 106
María Elena 46 179 478 158 15 224 156 197 61 200 634 172 0,0 28,1 255 71,9 69 0,0 236 7,0 212
María Pinto 112 157 770 117 23 196 158 193 135 158 928 153 0,1 18,0 306 82,0 26 0,0 218 4,5 243
Mariquina 7 296 31 326 9 260 40 302 16 285 71 328 0,0 56,3 45 43,8 292 0,0 315 0,0 326
Maule 51 171 278 183 46 161 251 165 97 169 529 182 0,1 48,4 97 50,5 236 1,1 193 9,9 180
Maullín 97 158 817 108 30 185 253 164 127 159 1070 143 0,1 21,4 292 76,8 43 1,8 174 16,1 65
Mejillones 21 233 266 186 15 225 190 181 36 230 456 187 0,0 42,4 139 54,5 206 3,0 84 9,1 187
Melipeuco 7 297 94 289 1 322 13 327 8 314 108 313 0,0 12,5 322 87,5 13 0,0 211 0,0 277
Melipilla 1259 41 977 77 683 67 530 113 1942 58 1507 106 1,2 28,2 254 69,0 85 2,8 98 16,0 68
Molina 464 91 946 83 320 95 653 87 784 93 1599 90 0,5 31,7 229 63,7 134 4,6 18 19,9 17
Monte Patria 25 222 60 312 21 207 51 283 46 215 111 312 0,0 45,7 114 54,3 209 0,0 284 0,0 312
Mostazal 53 169 170 223 41 170 131 212 94 173 301 219 0,1 44,1 127 55,9 192 0,0 276 1,1 268
Mulchén 320 119 924 87 232 109 670 83 552 115 1594 91 0,3 35,1 197 61,7 157 3,2 74 15,1 83
N° VD
R. N
° VD
T. VD
R. T. V
D
N° IL
R. N
° IL
T. IL
R. T. IL
N° GL
R. N
° GL
T. GL
R. T. G
L
% total
% Tray. IL
R. Tray. IL
% Tray. VD
R. Tray. VD
% Tray. Alter.
R. Tray. Alter.
% Reingr.
R. Reingr.
Nacimiento 311 121 953 80 211 113 647 89 522 121 1600 89 0,3 33,3 219 64,7 122 2,1 160 14,0 116
Nancagua 30 206 154 235 21 205 108 233 51 207 263 233 0,0 38,8 165 59,2 172 2,0 162 6,1 227
Natales 394 102 1734 10 172 121 757 74 566 110 2491 34 0,3 21,4 291 73,2 60 5,4 9 20,1 14
Navidad 5 312 169 224 2 308 68 268 7 316 237 244 0,0 28,6 250 71,4 75 0,0 238 0,0 294
Negrete 20 237 177 218 12 237 106 236 32 243 283 225 0,0 43,8 131 56,3 186 0,0 274 3,1 252
Ninhue 6 304 101 280 0 334 0 334 6 322 101 319 0,0 0,0 332 100,0 1 0,0 202 0,0 269
Nogales 45 180 175 220 49 159 190 180 94 172 365 204 0,1 43,8 130 55,0 201 1,3 190 11,3 166
Nueva Imperial 403 100 1189 48 281 100 829 69 684 101 2018 51 0,4 33,0 221 63,8 133 3,2 67 13,1 133
Ñiquén 2 328 18 331 4 296 36 307 6 320 54 331 0,0 66,7 14 33,3 323 0,0 328 0,0 331
Ñuñoa 1510 33 1014 67 777 63 522 115 2287 46 1536 100 1,4 31,1 235 67,1 99 1,8 175 11,2 167
O'Higgins 4 317 730 126 1 317 182 183 5 323 912 156 0,0 20,0 298 80,0 34 0,0 225 0,0 288
Olivar 29 212 174 221 30 186 180 184 59 201 355 207 0,0 50,8 72 49,2 248 0,0 301 0,0 321
Ollagüe 4 318 1099 59 0 330 0 330 4 327 1099 140 0,0 50,0 82 50,0 240 0,0 296 0,0 316
Olmué 72 163 391 171 16 220 87 247 88 177 478 185 0,1 16,5 314 82,4 24 1,2 192 2,4 264
Osorno 987 55 502 155 2471 23 1257 37 3458 33 1759 72 2,1 61,2 22 36,0 316 2,8 103 18,7 22
Ovalle 1398 35 1002 72 970 51 695 81 2368 42 1697 76 1,5 32,5 222 64,5 123 3,0 86 16,1 63
Padre Hurtado 601 76 989 75 431 84 709 80 1032 80 1698 75 0,7 37,3 177 59,1 173 3,7 45 13,7 123
Padre las Casas 690 71 795 113 961 52 1107 44 1651 63 1902 58 1,1 48,7 92 48,8 251 2,6 121 18,2 28
Paihuano 4 319 75 302 2 314 38 306 6 319 113 310 0,0 33,3 218 66,7 110 0,0 251 0,0 299
Paillaco 39 186 158 229 35 177 142 206 74 185 301 220 0,0 46,3 110 53,7 215 0,0 285 3,0 258
Paine 690 72 881 96 322 93 411 134 1012 81 1292 122 0,7 25,1 271 71,8 73 3,1 76 12,5 144
Palena 4 320 201 205 3 298 151 200 7 315 352 208 0,0 33,3 216 66,7 108 0,0 249 16,7 54
Palmilla 35 192 252 192 22 201 158 192 57 202 410 192 0,0 36,0 187 62,0 153 2,0 166 8,0 198
N° VD
R. N
° VD
T. VD
R. T. V
D
N° IL
R. N
° IL
T. IL
R. T. IL
N° GL
R. N
° GL
T. GL
R. T. G
L
% total
% Tray. IL
R. Tray. IL
% Tray. VD
R. Tray. VD
% Tray. Alter.
R. Tray. Alter.
% Reingr.
R. Reingr.
Panguipulli 211 134 449 160 113 134 241 169 324 134 690 169 0,2 27,6 258 69,6 83 2,8 94 11,7 158
Panquehue 7 298 79 301 7 278 79 251 14 291 158 288 0,0 41,7 145 50,0 246 8,3 3 16,7 53
Papudo 10 278 185 213 6 279 111 231 16 284 297 222 0,0 40,0 153 60,0 166 0,0 270 6,7 219
Paredones 12 264 151 238 1 318 13 328 13 298 164 283 0,0 15,4 317 84,6 20 0,0 216 0,0 282
Parral 424 95 864 100 267 102 544 110 691 99 1408 113 0,5 28,6 248 67,9 91 3,5 56 17,1 45
Pedro Aguirre Cerda 1585 31 1243 43 2525 21 1980 8 4110 26 3223 12 2,7 56,3 42 41,6 299 2,1 155 15,7 71
Pelarco 29 213 319 179 7 271 77 254 36 233 396 197 0,0 19,4 302 80,6 30 0,0 221 0,0 285
Pelluhue 11 271 128 252 2 310 23 316 13 296 152 291 0,0 15,4 316 84,6 19 0,0 215 0,0 281
Pemuco 19 242 159 228 6 281 50 286 25 253 209 258 0,0 24,0 276 76,0 46 0,0 231 0,0 291
Pencahue 17 249 202 204 4 292 48 290 21 266 250 239 0,0 19,0 305 81,0 29 0,0 220 0,0 284
Penco 591 79 1012 68 373 87 638 91 964 84 1650 82 0,7 33,2 220 64,2 125 2,6 120 17,5 38
Peñaflor 1031 52 1168 51 1142 47 1294 34 2173 50 2461 37 1,5 46,9 105 51,1 231 2,1 159 13,3 131
Peñalolén 4140 5 1287 39 4680 5 1454 24 8820 5 2741 29 6,2 50,3 78 47,6 260 2,1 156 14,1 112
Peralillo 16 256 132 250 8 266 66 272 24 256 198 263 0,0 33,3 212 66,7 104 0,0 245 0,0 295
Perquenco 9 283 101 278 8 268 90 242 17 278 191 267 0,0 56,3 44 43,8 291 0,0 314 12,5 146
Petorca 20 238 160 227 5 287 40 303 25 255 200 262 0,0 20,0 295 80,0 31 0,0 222 4,0 245
Peumo 122 154 1540 18 44 165 555 107 166 157 2095 47 0,1 19,4 301 77,8 41 2,8 101 14,6 97
Pica 5 313 101 282 14 229 282 158 19 268 382 202 0,0 77,8 5 22,2 332 0,0 332 5,6 235
Pichidegua 30 207 136 248 9 258 41 299 39 225 177 272 0,0 25,6 268 74,4 54 0,0 233 0,0 292
Pichilemu 155 143 970 78 97 138 607 96 252 142 1577 95 0,2 33,9 209 63,4 138 2,7 111 13,4 129
Pinto 13 261 114 265 5 288 44 296 18 276 158 287 0,0 33,3 213 66,7 105 0,0 246 0,0 296
Pirque 189 137 768 119 52 154 211 174 241 144 979 149 0,2 25,0 272 71,7 74 3,3 62 14,6 95
Pitrufquén 178 140 590 147 43 167 143 205 221 147 733 167 0,2 16,9 309 81,1 27 2,0 167 10,4 179
N° VD
R. N
° VD
T. VD
R. T. V
D
N° IL
R. N
° IL
T. IL
R. T. IL
N° GL
R. N
° GL
T. GL
R. T. G
L
% total
% Tray. IL
R. Tray. IL
% Tray. VD
R. Tray. VD
% Tray. Alter.
R. Tray. Alter.
% Reingr.
R. Reingr.
Placilla 18 244 177 219 15 227 147 202 33 240 324 212 0,0 45,5 116 54,5 204 0,0 282 0,0 311
Portezuelo 6 305 91 294 1 323 15 324 7 317 106 315 0,0 14,3 320 85,7 15 0,0 213 0,0 279
Porvenir 89 160 1842 6 31 183 642 90 120 160 2483 36 0,1 20,4 294 76,7 44 2,9 89 14,6 99
Pozo Almonte 196 136 1420 23 148 128 1072 45 344 132 2492 33 0,3 36,0 185 61,8 155 2,2 148 17,6 36
Primavera 1 332 130 251 1 320 130 214 2 328 259 235 0,0 50,0 84 50,0 242 0,0 298 0,0 318
Providencia 518 85 686 133 211 114 280 159 729 98 966 151 0,6 30,4 239 68,6 88 1,0 196 6,8 215
Puchuncaví 4 321 25 328 9 261 56 277 13 295 81 326 0,0 69,2 10 30,8 327 0,0 329 7,7 206
Pucón 130 153 374 172 98 137 282 157 228 146 657 171 0,2 38,4 168 60,0 168 1,6 180 15,3 80
Pudahuel 3620 8 1237 44 4013 10 1372 27 7633 7 2609 30 5,8 48,7 93 48,7 253 2,7 110 14,8 90
Puente Alto 6786 1 905 91 6597 1 880 60 13383 1 1785 69 10,8 44,2 124 53,1 222 2,6 114 14,1 113
Puerto Montt 1340 38 516 154 1894 32 729 78 3234 37 1245 129 2,9 50,8 73 47,3 263 2,0 169 14,4 102
Puerto Octay 17 250 127 253 17 217 127 216 34 235 254 237 0,0 48,4 96 51,6 226 0,0 290 6,5 221
Puerto Varas 473 89 923 88 314 96 613 95 787 92 1536 101 0,7 29,5 242 66,9 101 3,6 47 15,8 70
Pumanque 4 322 99 284 2 313 50 288 6 318 149 294 0,0 33,3 215 66,7 107 0,0 248 0,0 298
Punitaqui 11 272 86 299 8 269 62 276 19 272 148 295 0,0 42,1 142 57,9 179 0,0 272 0,0 306
Punta Arenas 2102 21 1624 14 644 68 498 121 2746 39 2122 46 2,6 17,5 308 79,4 36 3,1 78 14,0 115
Puqueldón 1 333 20 330 1 327 20 320 2 330 40 334 0,0 50,0 83 50,0 241 0,0 297 0,0 317
Purén 18 245 101 281 16 223 89 243 34 238 190 268 0,0 47,1 104 52,9 224 0,0 289 2,9 260
Purranque 31 201 115 264 45 164 167 188 76 183 281 226 0,1 55,1 52 44,9 279 0,0 307 11,6 160
Putaendo 20 239 109 271 23 199 125 218 43 217 234 246 0,0 51,2 71 46,3 268 2,4 133 4,9 240
Putre 17 251 1308 32 2 306 154 199 19 270 1462 109 0,0 10,5 326 89,5 8 0,0 209 0,0 275
Puyehue 6 306 44 323 12 242 88 245 18 274 132 302 0,0 64,7 19 35,3 318 0,0 323 5,9 230
Queilén 0 340 0 340 0 340 0 340 0 340 0 340 0,0 0,0 340 0,0 340 0,0 340 0,0 340
N° VD
R. N
° VD
T. VD
R. T. V
D
N° IL
R. N
° IL
T. IL
R. T. IL
N° GL
R. N
° GL
T. GL
R. T. G
L
% total
% Tray. IL
R. Tray. IL
% Tray. VD
R. Tray. VD
% Tray. Alter.
R. Tray. Alter.
% Reingr.
R. Reingr.
Quellón 19 243 56 314 30 187 89 244 49 209 145 297 0,0 55,8 48 44,2 287 0,0 311 11,6 159
Quemchi 7 299 65 308 2 315 19 322 9 311 84 324 0,0 22,2 286 77,8 39 0,0 228 11,1 169
Quilaco 9 284 201 206 7 273 156 195 16 283 357 206 0,0 46,7 106 53,3 219 0,0 287 20,0 16
Quilicura 3269 10 1290 37 3035 16 1198 41 6304 13 2488 35 6,1 37,5 172 59,2 171 3,3 64 15,9 69
Quilleco 7 300 55 316 10 254 78 252 17 279 132 301 0,0 58,8 29 41,2 302 0,0 320 0,0 328
Quillón 31 202 191 209 34 179 210 175 65 193 401 195 0,1 49,1 90 50,9 233 0,0 293 7,5 207
Quillota 425 94 436 165 349 91 358 142 774 95 795 164 0,8 37,1 178 60,6 163 2,3 141 13,9 119
Quilpué 1236 42 821 105 781 62 519 116 2017 56 1340 115 2,1 31,3 233 66,7 102 2,0 165 12,2 150
Quinchao 1 334 8 333 0 336 0 336 1 336 8 335 0,0 0,0 334 100,0 3 0,0 204 0,0 271
Quinta de Tilcoco 18 246 122 259 8 267 54 281 26 252 176 274 0,0 30,8 236 69,2 84 0,0 240 7,7 205
Quinta Normal 1409 34 1331 31 908 54 857 63 2317 45 2188 44 2,5 36,9 179 60,6 164 2,5 129 12,6 143
Quintero 39 187 120 262 49 160 151 201 88 175 271 230 0,1 56,8 37 42,0 298 1,2 191 7,4 208
Quirihue 137 148 1059 62 55 152 425 129 192 153 1484 107 0,2 23,4 281 71,9 70 4,7 14 11,1 168
Rancagua 2019 24 730 127 2756 18 996 50 4775 20 1726 74 5,2 48,1 98 48,2 254 3,7 46 15,6 73
Ránquil 6 307 92 292 3 301 46 294 9 308 138 299 0,0 33,3 214 66,7 106 0,0 247 0,0 297
Rauco 12 265 123 258 10 248 102 238 22 261 225 251 0,0 50,0 80 50,0 238 0,0 294 0,0 315
Recoleta 2424 19 1394 26 3166 14 1821 10 5590 16 3216 13 6,4 48,6 94 48,2 255 3,2 71 18,6 23
Renaico 30 208 259 190 34 178 294 152 64 196 552 178 0,1 52,5 62 45,8 274 1,7 176 5,1 238
Renca 3488 9 1966 3 2309 27 1301 32 5797 15 3267 9 7,1 35,0 199 62,1 150 2,9 92 15,7 72
Rengo 613 74 1007 69 309 97 508 120 922 86 1515 102 1,2 26,5 264 71,4 76 2,1 152 11,6 161
Requinoa 30 209 98 286 42 169 138 211 72 187 236 245 0,1 57,1 32 42,9 293 0,0 316 1,4 267
Retiro 31 203 139 244 16 222 72 260 47 214 210 257 0,1 33,3 211 66,7 103 0,0 244 6,7 218
Rinconada 24 225 264 189 26 192 285 155 50 208 549 179 0,1 53,1 59 44,9 280 2,0 163 2,0 265
N° VD
R. N
° VD
T. VD
R. T. V
D
N° IL
R. N
° IL
T. IL
R. T. IL
N° GL
R. N
° GL
T. GL
R. T. G
L
% total
% Tray. IL
R. Tray. IL
% Tray. VD
R. Tray. VD
% Tray. Alter.
R. Tray. Alter.
% Reingr.
R. Reingr.
Río Bueno 186 138 462 159 119 132 296 151 305 136 758 166 0,4 33,7 210 64,1 127 2,2 149 10,6 177
Río Claro 22 230 149 239 7 276 47 291 29 246 196 264 0,0 23,1 284 73,1 61 3,8 41 7,7 203
Río Hurtado 8 292 120 261 2 311 30 313 10 304 150 292 0,0 20,0 296 80,0 32 0,0 223 0,0 286
Río Ibánez 0 341 0 341 0 341 0 341 0 341 0 341 0,0 0,0 341 0,0 341 0,0 341 0,0 341
Río Negro 140 147 820 107 71 146 416 133 211 150 1237 130 0,3 24,7 274 72,5 66 2,8 99 12,4 149
Rio Verde 0 342 0 342 0 342 0 342 0 342 0 342 0,0 0,0 342 0,0 342 0,0 342 0,0 342
Romeral 27 219 157 230 24 194 140 208 51 206 297 221 0,1 52,1 66 45,8 273 2,1 157 6,3 224
Saavedra 3 325 17 332 12 244 67 271 15 288 83 325 0,0 78,6 4 21,4 333 0,0 333 7,1 210
Sagrada Familia 12 266 57 313 24 195 115 226 36 232 172 276 0,0 65,7 16 34,3 319 0,0 324 5,7 231
Salamanca 32 199 102 277 36 175 114 227 68 191 216 254 0,1 51,6 69 46,9 266 1,6 181 6,3 225
San Antonio 817 68 679 135 476 78 396 135 1293 74 1074 142 1,8 39,9 156 56,1 189 4,0 36 13,7 124
San Bernardo 4132 6 1112 56 4774 4 1285 36 8906 4 2397 39 12,3 46,3 111 51,1 230 2,6 113 17,0 48
San Carlos 396 101 600 144 369 89 559 105 765 96 1158 135 1,2 32,5 224 65,7 115 1,8 172 17,6 37
San Clemente 356 108 726 129 276 101 562 104 632 103 1288 124 1,0 35,0 200 61,7 158 3,4 60 15,3 81
San Esteban 52 170 271 185 46 162 240 170 98 168 511 183 0,2 45,7 113 54,3 208 0,0 283 6,5 220
San Fabián 10 279 215 201 3 297 64 275 13 294 279 227 0,0 16,7 310 75,0 51 8,3 1 8,3 193
San Felipe 786 69 905 92 841 57 968 54 1627 64 1873 62 2,6 38,0 169 58,0 178 4,1 32 15,5 77
San Fernando 886 65 1122 54 1024 49 1297 33 1910 59 2420 38 3,2 40,0 152 55,8 195 4,2 30 20,3 12
San Gregorio 13 262 2211 2 9 255 1531 17 22 260 3741 4 0,0 54,5 54 45,5 276 0,0 306 0,0 324
San Ignacio 30 210 140 242 17 215 79 250 47 213 219 253 0,1 27,5 259 67,5 95 5,0 12 15,0 87
San Javier 596 77 1298 35 264 103 575 100 860 89 1873 61 1,5 19,6 300 75,7 48 4,6 17 18,2 29
San Joaquín 1082 48 1145 53 1602 37 1695 14 2684 40 2840 23 4,7 53,0 60 44,3 285 2,7 112 16,8 51
San José de Maipo 249 130 1544 17 43 166 267 162 292 139 1810 67 0,5 16,0 315 82,5 23 1,5 183 11,0 171
N° VD
R. N
° VD
T. VD
R. T. V
D
N° IL
R. N
° IL
T. IL
R. T. IL
N° GL
R. N
° GL
T. GL
R. T. G
L
% total
% Tray. IL
R. Tray. IL
% Tray. VD
R. Tray. VD
% Tray. Alter.
R. Tray. Alter.
% Reingr.
R. Reingr.
San Juan de la Costa 11 273 100 283 6 283 55 280 17 280 155 290 0,0 35,3 194 64,7 121 0,0 254 0,0 300
San Miguel 941 58 1453 20 586 69 905 58 1527 69 2358 41 2,8 34,8 202 62,5 146 2,7 107 12,4 147
San Nicolás 24 226 220 200 10 247 92 240 34 237 312 216 0,1 32,3 225 67,7 92 0,0 242 9,7 185
San Pablo 5 314 38 324 12 243 90 241 17 277 128 305 0,0 70,6 9 29,4 328 0,0 330 0,0 332
San Pedro 175 141 1736 9 369 88 3661 1 544 116 5397 1 1,0 73,3 7 25,9 330 0,7 201 14,6 96 San Pedro de Atacama 35 193 585 148 33 180 551 109 68 189 1136 136 0,1 46,2 112 50,8 235 3,1 79 10,8 174
San Pedro de la Paz 495 86 438 164 1510 41 1337 29 2005 57 1775 71 3,8 75,4 6 22,4 331 2,2 150 19,3 19
San Rafael 18 247 165 225 8 264 73 258 26 250 238 243 0,1 36,0 186 64,0 128 0,0 257 4,0 246
San Ramón 1227 43 1018 65 2408 24 1998 7 3635 31 3016 17 7,2 59,6 27 37,3 311 3,1 75 17,2 42
San Rosendo 8 293 193 208 11 245 265 163 19 269 458 186 0,0 42,9 137 57,1 183 0,0 273 21,4 5
San Vicente 320 120 603 143 150 127 282 156 470 125 885 159 1,0 26,7 262 71,8 72 1,5 185 10,6 176
Santa Bárbara 134 152 499 156 113 133 421 131 247 143 920 154 0,5 34,3 207 63,1 139 2,5 126 17,7 34
Santa Cruz 361 107 904 93 242 108 606 97 603 104 1510 105 1,3 29,1 245 66,3 111 4,5 20 13,8 120
Santa Juana 31 204 191 210 8 263 49 289 39 224 241 241 0,1 21,2 293 72,7 65 6,1 7 6,1 228
Santa María 32 200 197 207 33 182 203 176 65 194 399 196 0,1 47,4 102 49,1 249 3,5 54 14,0 114
Santiago 2558 15 1869 4 2471 22 1805 11 5029 19 3674 6 11,1 50,7 75 47,0 265 2,3 137 12,9 137
Santo Domingo 16 257 179 217 6 280 67 270 22 263 246 240 0,1 45,5 115 54,5 203 0,0 281 0,0 310
Sierra Gorda 0 343 0 343 0 343 0 343 0 343 0 343 0,0 0,0 343 0,0 343 0,0 343 0,0 343
Talagante 943 57 1054 63 709 66 792 71 1652 62 1846 65 4,1 34,5 206 62,7 141 2,8 104 13,5 128
Talca 1980 25 783 115 2291 28 905 57 4271 24 1688 78 11,1 45,1 118 50,8 234 4,1 33 17,9 32
Talcahuano 2481 17 763 121 1572 39 483 122 4053 27 1246 128 11,9 34,9 201 62,1 151 3,0 82 12,2 151
Taltal 258 128 1767 7 217 111 1486 19 475 123 3253 10 1,6 35,9 190 61,7 156 2,3 138 14,6 98
Temuco 3152 11 1000 73 4366 7 1385 26 7518 8 2384 40 25,4 46,7 108 49,7 247 3,6 49 19,0 20
N° VD
R. N
° VD
T. VD
R. T. V
D
N° IL
R. N
° IL
T. IL
R. T. IL
N° GL
R. N
° GL
T. GL
R. T. G
L
% total
% Tray. IL
R. Tray. IL
% Tray. VD
R. Tray. VD
% Tray. Alter.
R. Tray. Alter.
% Reingr.
R. Reingr.
Teno 142 146 411 167 61 149 176 187 203 151 587 174 0,9 25,4 269 72,4 67 2,2 151 11,9 154
Teodoro Schmidt 14 259 63 310 9 259 41 301 23 259 104 318 0,1 35,0 198 65,0 120 0,0 253 15,0 88
Tierra Amarilla 35 194 203 203 33 181 191 179 68 190 394 198 0,3 45,2 117 54,8 202 0,0 280 11,3 165
Tiltil 259 127 1245 42 37 172 178 186 296 138 1423 112 1,4 13,3 321 85,2 17 1,5 186 14,8 93
Timaukel 0 344 0 344 0 344 0 344 0 344 0 344 0,0 0,0 344 0,0 344 0,0 344 0,0 344
Tirua 17 252 124 255 3 300 22 317 20 267 146 296 0,1 15,0 319 85,0 18 0,0 214 0,0 280
Tocopilla 415 96 1307 33 557 72 1755 12 972 83 3062 16 4,5 43,9 129 51,8 225 4,3 26 17,1 44
Toltén 7 301 49 321 8 270 56 279 15 289 104 317 0,1 66,7 11 33,3 320 0,0 325 0,0 330
Tomé 613 75 949 82 338 92 523 114 951 85 1471 108 4,6 28,6 251 67,3 97 4,2 31 14,3 104
Torres del Paine 0 345 0 345 0 345 0 345 0 345 0 345 0,0 0,0 345 0,0 345 0,0 345 0,0 345
Tortel 0 346 0 346 0 346 0 346 0 346 0 346 0,0 0,0 346 0,0 346 0,0 346 0,0 346
Traiguén 331 114 1576 15 246 107 1171 42 577 109 2747 28 3,0 31,2 234 62,2 149 6,6 4 21,1 7
Treguaco 9 285 135 249 1 319 15 325 10 305 150 293 0,1 10,0 328 90,0 7 0,0 208 0,0 274
Tucapel 12 267 73 304 14 230 85 248 26 249 159 286 0,1 53,8 55 46,2 271 0,0 305 0,0 323
Valdivia 572 80 323 178 1646 36 929 56 2218 48 1252 127 11,7 64,8 18 33,2 324 2,1 161 16,9 50
Vallenar 439 93 726 128 536 76 886 59 975 82 1613 87 5,8 47,4 101 48,9 250 3,7 44 15,5 75
Valparaíso 2825 13 902 94 4428 6 1414 25 7253 9 2316 42 46,1 54,7 53 42,4 297 2,9 91 17,3 41
Vichuquén 9 286 154 237 3 299 51 282 12 299 205 261 0,1 36,4 180 63,6 135 0,0 261 27,3 1
Victoria 368 105 834 103 322 94 730 77 690 100 1564 96 8,1 34,6 204 61,0 159 4,4 25 19,0 21
Vicuña 205 135 688 132 72 145 242 168 277 140 930 152 3,6 23,3 282 75,2 50 1,6 182 8,9 190
Vilcún 51 172 154 234 51 156 154 198 102 166 309 218 1,4 47,9 100 51,1 232 1,1 195 6,4 223
Villa Alegre 39 188 243 194 23 197 143 204 62 198 387 201 0,8 36,1 184 62,3 148 1,6 179 3,3 251
Villa Alemana 854 66 595 146 745 64 519 117 1599 66 1114 137 21,8 37,8 170 59,7 169 2,4 134 13,5 127
N° VD
R. N
° VD
T. VD
R. T. V
D
N° IL
R. N
° IL
T. IL
R. T. IL
N° GL
R. N
° GL
T. GL
R. T. G
L
% total
% Tray. IL
R. Tray. IL
% Tray. VD
R. Tray. VD
% Tray. Alter.
R. Tray. Alter.
% Reingr.
R. Reingr.
Villarrica 531 82 802 111 546 75 825 70 1077 78 1627 86 18,7 40,3 151 56,0 191 3,6 50 14,9 89
Viña del Mar 1391 36 418 166 2105 31 632 93 3496 32 1050 145 74,8 56,5 41 41,2 303 2,4 135 13,6 126
Vitacura 412 97 552 151 171 123 229 172 583 107 781 165 49,5 27,9 256 70,4 79 1,6 178 5,7 233
Yerbas Buenas 28 215 127 254 11 246 50 287 39 223 177 273 6,6 28,9 246 71,1 77 0,0 239 7,9 202
Yumbel 241 131 1061 61 85 141 374 139 326 133 1435 111 58,7 21,8 289 74,7 53 3,5 57 11,4 164
Yungay 166 142 745 124 31 184 139 209 197 152 884 160 86,0 11,9 324 85,3 16 2,8 96 15,3 82
Zapallar 20 240 264 188 12 235 159 191 32 242 423 191 100,0 37,5 173 62,5 143 0,0 264 0,0 304
Anexo N°5: Ficha de sistematización del programa
FICHA DE SISTEMATIZACIÓN TRIMESTRAL I. ANTECEDENTES ENCARGADO MUNICIPAL DEL PROGRAMA 24 HORAS
a. MUNICIPIO : ______________________________________________________________
b. NOMBRE DEL ENCARGADO MUNICIPAL : _______________________________________________________________
c. TELÉFONOS :_______________________________________________________________
d. CORREO ELECTRÓNICO :_______________________________________________________________
e. PROFESIÓN :_______________________________________________________________
f. CARGO INSTITUCIONAL :_______________________________________________________________
g. DEPTO. MUNICIPAL ENCARGADO DEL PROGRAMA 24 HORAS : ______________________________________________________________
h. MESES Y AÑO QUE INFORMA :________________________________________________________________
i. FONDOS (Marque con una cruz) :
j. PERIODO DE TIEMPO A CARGO DEL PROGRAMA 24 HORAS:
k. Nº DE LISTADOS RECIBIDOS DURANTE EL PRESENTE AÑO : ____________________________________________
Fondos municipales Min. Interior SENAME CONACE ONG'S OTROS
De 0 a 1 años De 2 a 3 años De 4 y más años
CARABINEROS DE CHILE
DIREC. PROT. POL. DE LA FAMILIA
DEPTO. POLICIA DE MENORES
l. ¿CON QUE FRECUENCIA RECIBE LOS LISTADOS?
m. ¿CUÁL ES SU POBLACIÓN OBJETIVO? (EDAD, HISTORIA DE INGRESOS, NIVEL DE COMPLEJIDAD, OTRAS) __________________________________________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________________________________
j. Por favor caracterice solamente los casos que han sido intervenidos en el marco del programa que Ud. desarrolla.
II. POBLACION OBJETIVO (Marque con números según la pregunta) 0 a 9 10 a 13 14 a 17
F M F M F M
N° de NNA atendidos por como infractores de ley
N° de NNA atendidos como vulnerados en sus derechos
N° de NNA atendidos que presentan dos o más ingresos solamente por infracción de ley
N° de NNA atendidos que presentan dos o más ingresos solamente por vulneración de derechos
N° de NNA atendidos que presentan dos o más ingresos alternantes
III. ANTECEDENTES del NNA (Marque con números según la pregunta) 0 a 9 10 a 13 14 a 17
F M F M F M
N° de NNA atendidos que presente consumo problema de alcohol y o drogas N° de NNA atendidos que se encuentra en riesgo de abandonar la escuela (problemas de rendimiento o de comportamiento)
N° de NNA atendidos que han abandonado la escuela N° de NNA atendidos cuyas familias presentan dificultades de crianza (limites laxos, bajo nivel de apego, estilo parental contradictorio, entre otros). N° de NNA atendidos en cuyas familias en las cuales se observa al menos un miembro con antecedentes delictuales (sin incluir NNA). N° de NNA atendidos en cuyas familias se observa al menos un miembro que muestra consumo problema de alcohol y/o drogas (sin incluir NNA).
N° de NNA atendidos en cuyas familias se observa violencia intrafamiliar (física o psicológica)
SEMANAL QUINCENAL MENSUAL
IV. ANTECEDENTES DE LA INTERVENCIÓN (Marque con números según la pregunta) 0 a 9 10 a 13 14 a 17
F M F M F M
N° de NNA atendidos que ha derivado a otras redes
N° de NNA atendidos que se encuentran siendo intervenidos directamente por el proyecto
N° de NNA atendidos que se encuentran en seguimiento
N° de NNA que requiere intervención especializada (Psiquiatra, Neurólogo, Reparación)
N ° de NNA que no puede ser abordado por falta de oferta especializada
Flujo de Información BUENA REGULAR MALA
Relación Unidad Policial BUENA REGULAR MALA
Coordinación Interinstitucional BUENA REGULAR MALA
Oferta Programática BUENA REGULAR MALA
Recursos Humanos BUENA REGULAR MALA
Recursos Financieros BUENA REGULAR MALA
VI. EVALUACION Y RESULTADOS (Marque con una cruz según corresponda)