discurso conde de morphy real academia de san fernando 1892

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  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

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    DIS URSOS

    LEÍDOS ANTE

    LA

    J

    RE

    JL

    C DENII

    DE

    BELL S RTES

    DE S AN FERNANDO

    EN

    r,

    A

    RECEPCIÓN PÚ13

    L10A

    '

    nr.r.

    ExcMo   SR ONDE DE MORPHY

    ET. DL\ l S DF. DfCTFDffiRR DE

    lS l:

    MADRID

    MPilENTA Y FUNDICIÓN DE

    M A ~ U E L TE

    LLO

    UII'RESOR

    Dl' CÁ:UAR.I.

    DR S. l l

    1892

    . ...

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    ,

    ;

    /

    1

    ISQURSOS

    ~

    U.ÍDOS ANTE LA

    ~

    REAL

    C D ~ M i J E

    BELLAS

    RTES

    DE

    1

    SAN

    1'ERNANDO

    ~

    í JN

    LA

    RECEPCtÓN I ÚBLIO.A

    I J ~ L

    ExcMo SR CONDE

    DE

    MORPHY

    }:;[, DÍA

    U

    :PE D1C¡Elll3RE DE 18\ 12

    MADRID

    IMI lli>N rA

    Y F U N D I C I Ó ~

    DE

    l\IANUEL TELLO

    UlP f:SOit. DE

    c,\MA.RA.

    DE S. ){.

    D o n E, ·nr is to . S

    1892

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    DIS URSO

    D  L

    E

    xc

    Mo 

    SR  ONDE

    DE MORPHY

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    Sr ÑOREs 

    Pocos son los hombres afortunados que consiguen

    ll

    e-

    g r á este puesto en aque11a feliz edad de la vida en q ~ l

    lo futuro parece no presentar lími te alguno á la ilusión

    ó al deseo. Casi siempre, aquél que honrásteis eligjéndo-

    lo p r

    partícipe en vuest

    ro

    s trabajos,

    h

    entrado y

    en

    el período de reflexión y madurez; período triste, en el

    que los años

    y

    la conciencia de la realidad hacen com-

    prender que esta ceremonia tiene significación más alla

    que la de la propia vanagloria ó satisfacción personal,

    pot que el que ingresa en tan ilustre Corporación adquie-

    re el

    deber de cooperar con todas sus fuerzas al engran

     

    clecimiento y prosperidad del Arte, y especialmente del

    Arte nacional.

    En l s

    dos

    épocas ele mi vida en que he tenido la hon-

    r y la felicidad de ejercer la noble profesión de compo-

    sit.ar e música (viviendo con el fruto ele mi trabajo), no

    hubiera podido aspirar á la alta dignidad que me habéis

    concedido. Joven aún, fuera de mi

    p tri

    r

    con escasa

    no toriedad, nunca me hubiera atrevido tampoco á spi-

    r r

    á

    ello.

    D

    esdo

    el momenlo en que volví

    á

    España en

    circuns-

    tancias de lodos conocidas, corupxendí que debía sacri-

    ficar mis sueños y aspiraéiones de arlista al cumplimien-

    to de un deber sagrado impuesto por la gralilud

    y

    por el

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     ;

    patriotismo. Si cediendo á

    l

    cariñosa invitación

    de

    al

    gunos amigos me atreví á presentar mi candidatura

    ante esta docta Academia no fué por creer que

    tení

    tulos artísticos p r ello sino en la esperanza de que lo

    poco que sé y valgo pudiera servir á los que más felices

    que yo  entraban ahora

    en

    el palenque at·tístico desean

    do

    realizar su ideal; que si

    yo

    renunció al mío al vol ver

    á mi patria

    y

    podéis suponer que la terrible catástrofe

    que todos lamentamos

    l

    muerte

    ele

    aquél

    á

    quien había

    consagrado toda mi inteligencia y toda mi vida no ha

    dejado

    en

    mi alma lugar donde puedan abrigarse v ni-

    dosas aspiraciones

    ó

    estímulos

    de

    amor propio. i patrio

    tismo mi buen deseo de colaborar en vuestras arduas

    tareas

    en

    cuanto mis débiles fuerzas lo permitan son los

    únicos títulos que pueden justificar señores Académicos

    la benevolencia con que me habéis honrado. Recibid

    pues las gracias que os doy desde el fondo de mi alma

    no veáis

    en

    mí un ilustre compositor sino

    un

    hombre

    amante del Arte español y deseoso

    en

    ayudaros

    en

    cuan

    to pueda y sepa á su prosperidad y grandeza.

    l

    Cumpliendo con los Estatutos debe el Académico elec

    to leer

    un

    discurso sobre

    un

    tema artísLico relacionado

    á

    l

    Sección

    á

    que pertenece. Confieso francamente que

    he vacilado mucho tiempo en la elección del asunto que

    he de tr t r

    en

    el humilde trabajo que os presento. Ter

    minado y presentado en Noviembre de 1888 no podía yo

    imagin

      r

    que mi fraternal amigo el eminente crítico

    D. Manuel Cañete encargado de contestarme había de

    morir sin tener el placer de darme hoy el abrazo de feli-

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    ?

    citación. Otro ilustre Académico, también amigo mio de

    la

    infancia, D Mariano Vázquez, ha tenido la bondad

    de

    encargarse

    de

    la

    conteslación.

    Al

    darle gt acias por tan

    señalada prueba de afecto, cumplo con un deber de gra-

    titud

    y

    amislad consagrando

    un

    cariñoso recuerdo al

    célebre crítico

    y

    docto Académico, el inolvidable amigo

    cuyo enérgico carácter

    y

    clarísimo juicio estaban

    á

    la

    al-

    tura

    do

    cualidades morales é intelecLuales que habéis po-

    dido apreciar

    y

    que tan alto puesto le conquistaron en el

    campo literario. Mi situación es tan difícil, señores Aca-

    démicos, que sólo confiado en vuestra benevolencia me

    atrevo á arrostrarla;

    y

    puesto que

    la

    merced que me

    otorgásteis me obliga á coadyuvar·en vuestras tareas en

    pro del Arte en general y especialmente

    de la

    música en

    España, este mismo deber me traza

    la

    senda que debo

    seguir y me indica como necesaria la profesión de fe ar-

    tística, no porque me haga la ilusión de que mi opinión

    parLicular pueda ten

    er

    influencia alguna en

    la

    marcha

    y

    porvenir del Arte, sino porque abrigo

    la

    creencia de

    que ciertas corrientes que actualmente parecen dominar

    el mundo intelectual son peligrosas, y en vez del brillan-

    te resultado que se prometen sus adeptos, sólo han de

    conducir á los que las sigan al abismo, donde caen los

    que confunden

    la

    originalidad con

    la

    extravagancia.

    n el presente discurso me propongo hacer algunas

    observaciones sobre la naturaleza de

    la

    música y sus me-

    dios

    do

    expresión, tema que forzosamente me

    ha

    de

    lle-

    var á tratar algunas cuestiones de Estética musical en

    relación á

    la

    de las demás Bellas Artes, procurando por

    tal medio, no sólo dar más claridad á mis ideas, sino fa-

    cilitar su comprensión

    á

    los que, siendo artistas, no cul-

    tivan la práctica musical. Si consigo entretener vuestra

    atención con

    lo

    poco que me han enseñado los años, los

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    viajés y el esludio, me consideraré

    feliz,

    y espero que

    comprenderéis ini vehemente deseo do cort CRponder en

    cuanto mis cortos medios permiten

    á la honra

    señaladí

    sima que me dispensáis en este día tan memorable de

    mi

    vida.

    II

    Antes ele entrar á .tratar del tema

    do

    mi discurso, per

    mitidme cumplir el sagrado deber de traer á vuestra me

    moria los méritos

    y

    servicios de D. Antonio Homero

    y

    Andía, ilustre profesor

    y

    eclilor de música que

    me

    pre

    cedió en este puesto.

    Naturaleza enérgica é infatigable, fué Romero uno de

    esos hombres e quien se puede asegurar al principio de

    su carrera

    qlle

    han

    de

    llegar

    á ocupar posición preemi-

    nente_por·el propio esfuerzo, que es el mejor y más f i c m ~

    de los protectores.

    Lu

    chando con las dificullades de

    la

    vida desde

    muy

    joYen, vémosle á Jos diez

    y

    siete años

    ocupando la m o ~ l e s t a plaza de requinlo en

    el

    cuarlo re-

    gimiento de

    la

      Guardia Real ele In anleda, donde com

    batió como

    v a l i ~ n t e

    en la primera guena civil, y en

    1836 ya está Rome1 o .

    al

    fl ente de

    una

    orquesta éomo

    director.

    En

    -1841: llega al puesto de músico

    mayor

    de

    ra Guardia Real de Infu.nleria . En 1844 onLra como cla

    rinete e:q la Capilla Real por OJlosieión, y en la música

    del H.eal

    Cuerp·o

    ·de

    Alabarderos

    en

    1848. Publica su mé

    todo de clarinete, el más notable de los escritos en

    Es-

    paiJa,

    yen 8   ~

    .obtiene por aposición la plaza de pro-

    fesar de. este instrumento· en el o n s e r ~ a l o r i o de

    Ma-

    drid. Dedicóse entonces.á perfeccionar ol clarinete, pre-

    sentando

    el

    ·resultado.de sus trabajos en la Expósición

    de. Viena de 1873

    y

    eñ la de· Pads de 1878. Dedicósc

    /

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      l

    siderado

    l

    estétíca como ciencia independiente cumple

    grandemente á mi propósito fijar bien el criterio

    de

    la

    moderna crítica respecto al Arte y á las Bellas Artes

    puesto que

    de

    ello depende cuanto he

    de

    deciros

    res-

    pecto á l música.

    Procuraré hablar con la mayor claridad concisión

    que me sea posible  huyendo de l vaguedad y del tec-

    nicismo exagerado que pueden convertir on áridas

    y

    enojosas cuestiones que

    de

    suyo debieran ser agra

    dables.

    Dividieron los griegos las Bellas Artes en plásticas ó

    apotelestéticas prácticas ó músicas

    es

    decir en térmi

    nos más claros en figurativas expresivas compren

    diendo en

    el

    primer grupo l arquitectura escultura y

    pintura y en el segundo l música la poesía l or

    quéstica ó danza. Esta clasificación estalJlece diferencias

    especiales. En las artes que llamamos plásticas l obra

    l

    salir

    de

    manos del artista se presenta completa sea

    edificio cuadro ó estatua. En las expresivas músicas ó

    prácticas necesita un intérprete lector cantor actor ó

    danzante. En las primeras l materia que sirve para la

    interpretación

    de lo

    bello

    es

    inerte: piedra metal ma

    dera ó color. En las segundas  es elemento vivo: l cuer

    da pulsada por

    l

    mano  la

    voz

      la palabra el aliento

    ó

    el movimiento del cuerpo humano.

    Si

    l expresión ele

    lo

    bello se manifiesta en estado

    de

    reposo su elemento

    es

    el

    espacio y tendremos el cuadro

    l

    estatua

    6

    el edificio;

    si por el contrario

    se

    manifiesta en estado

    de

    movimien

    to su elemento será el tiempo  al cual corresponden l

    danza ú orquéstica l música y l poesía. Las artes plás

    ticas las consideraban sometidas á l ley de l simetría

    y

    las músicas á l del ritmo. Consideraban como subje

    tivas la arquitectura y l música; como objetivas l

    es

    -

     

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    cultura y la danza

    y

    como objetivo-subjetivas la

    pin-

    tur

    y

    la poesía; pero l compenetración de ideas reli-

    giosas filosóficas y artísticas en aquella admirable civi

    lización

    ún

    imperfectamente conocida

    er

    c us b s-

    tante para que los hombres del mundo antiguo no pu-

    dieran sintetizar la idea de Arte tan claramente como lo

    ha hecho la estética moderna afirmando su unidad su

    harmonía con los elementos del dualismo humano la re

    lación de su proceso histórico con el de l cultura del es

    píriLu concluyendo por establecer que las Bellas Artes

    pueden considerarse omo formas diversas de expresar

    el

    sentimiento

    de

    lo bello fin principal del Arte y

    ele-

    mento indispensable á toda civilización digna ele tal

    nombre.

    Considerado de esta manera dividió Hoegel el Arte

    en lres períodos: simbólico en que la materia domina

    sobre la idea; clásico en que reina perfecta harmonía

    entre ambos elementos y romántico en que la id

    e

    do

    mina sobre l forma clasificación que rranca de la his

    toria misma del Arte y que establece

    l

    gradación gene

    ralmente aceptada ya de arquitectura escultura pin-

    tura música y poesía.

    Sin embargo por muy bella que sea l teoría hegue

    liana que determina

    l

    gradación

    de

    las art es con

    rre-

    g lo á l historia de l cultura y al predominio de l idea

    sobre l forma hay que observar que despertado el sen

    timiento poético en el hombre las manifestaciones

    r-

    tísticas destinadas

    á

    satisfacer sus necesidades espiritua

    les ó físicas h n debido ser simultáneas. Si las unas lo

    han hecho arquitecto y pintor las otras le han

    inspir -

    do el himno religioso ó el canto guerrero en que

    h n

    coincidido l poesía y

    l

    música .

    Sin reconocer pues como rigurosamente exacta la

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    clasificación de Hoegel,

    la

    estética moderna afirma

    la

    unidad del Arto en sus diversas manifestaciones, proce-

    diendo de lo material á lo espiritual,

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      3

    nlelectual

    y

    el sentimiento snjeli

    vo

    del artista

    SOl\

    la

    baso principal de la belleza y la mejor fuente de inspi

    ración .

    Empezaré

    por

    mencionar la teoría, hoy por fortuna

    desautorizada, que establece como única regla y gui la

    imitación do

    l

    naturaleza.

    Ni

    aun tratándose de las artes figura tivas puede

    de-

    cirso exactamente que el ceño ad lsto

    imit l

    cólera,

    quo la risa imita l alegría, las lágl imas el dolor; y al

    copiar el artista la e:xpresión de estos sentimientos,

    lo

    que hace es expresarlos por sus rasgos característicos,

    traduciéndolos con arreglo á un ideal de belleza interna

    por poder creador de

    S l

    organización artística en rel -

    (·ión con el mundo exterior. Del mismo modo el pintor

    que traduce sobre el lienzo la impresión qno recibo do

    un

    floró de

    un

    planta, no la imita t n realmente como

    la florista que artificialmente l fabrica, y que, por mu

    cha que sea su habilidad, no

    h rá

    nunca

    un

    obra de

    r-

    te; bnena prueba de ello es que si se propnc;iera

    á

    esta

    iluslt o Academia la instalación en un

    ~ n s e o

    de pintura

    do

    una sala de cuadros de flores artificiales, ¿la aproba

    ría? Seguramente que no, porque echaría de monos el

    elemento esencialmente artístico, la interpt·etación tle la

    naturaleza hecha por el alma del pintor. La Venus

    do

    1Iódicis imita menos el n tur l que cualquier de las

    que existen en los gabinetes de figuras de cera. La esta

    tu

    es bella; pero démosle el color de la carne,

    y

    h brá

    perdido mncho de su belleza ideal; si además le ponemos

    ojos

    do

    cl istal, pelo y pestañas y articulaciones que imi

    ten el movimiento, quedará convertida en un muñeco

    digno de flg-nrar en la tienda de un ortopédico. Cuanto

    más nos acerquemos á l grosera imitación realista, máR

    nos alejaremos de la belleza.

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    ¡ No

    os

    parece, pues, señores Académicos

    y

    perdonad

    me que á tanto me atreva , que podríamos definir el Ar

    te diciendo que es la inte·rpretación de lo bello moml

    intelectual ó físico realizada por medio de

    s

    signos mds

    eccpr·esivos ó car·acterísticos con

    a .reglo

    á formas ideales

    del

    yo

    artístico?

    Entiéndase, sin embargo, que, al afirmar esta doctri

    na, no rechazo l tendencia

    n

    turalista de las artes i g u ~

    rativas, y particularmente

    de

    la pintura, porqué la mo-

    derna teoría del impresionismo es esencialmente espiri

    tualista y sujetiva, toda vez que el pintor copia los ob-

    jetos como los ve, como los siente, no como realmente

    son. Si el artista escoge modelos que tienen, no la belle

    za ideal, sino l de carácter,

    y

    al traducirla al lienzo re

    sulta un cuadro admirable,

    ¿ no

    prueba eslo que su ins-

    tinto pictórico ha sabido prescindir de los detalles

    de

    exagerado realismo, fijándose en aquéllos que han de

    hacer valer

    l

    maestría de

    l

    ejecución? Un ejemplo

    rá más clara esta idea. El cuadro de Velázquez, conocido

    con el nombre

    de

    Los

    Bm·¡·achos

    hubiera sido asunto

    para que un pintor vulgar hiciera

    un

    obra

    groser -

    mente realista. El buen gusto del gr n maestro h s -

    bido dar á aquel lienzo toda l expresión, toda la gracia

    y valentía

    de

    nuestra literatura picaresca: por eso al

    contemplarlo no sabemos qué admirar más, si

    l

    inge-

    niosa disposición y vitalidad ele las figuras, ó la ejecu

    ción magistralmente terminada del trabajo pictórico que

    nos presenta l verdad con carácter realista y sin gro

    sera interpretación

    de

    repugnante fealdad.

    La belleza existe en la naturaleza, sin duda alguna;

    pero existe para el que no tiene alma ele artista, como

    l luz para el ciego de nacimiento. Donde el criterio vul

    g r

    sólo ve prosa, encuen

    tr

    el alma del artista

    l

    inspi-

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    = = ~ ~ ~ = a _ ~

    i

    ración y

    la

    expresión de

    la

    belleza, y

    la

    hace sentir y

    comprendet á

    los

    que no la veían. ¿ No

    es

    esta prueba

    ovidento de que la centella creadora procede del

    y -

    tísti o y no del mundo e x t e r i o r ~ ¿ No es evidente también

    la unidad uel Arte, y no pueden, por lo tanto, conside-

    rarse los que lo cultivan como hermanos que se entien-

    den, á pesar de vivir en distintos p a í s e s ~

    Admitida esta unidad en cuanto al fondo, bien puede

    afirmarse que, respecto á

    la

    forma de realizar el pensa-

    miento artístico, existe también

    la

    analogía y relaciones

    que son resultado de la interpretación,

    no

    de la

    imita-

    ción ele la naturaleza. Veamos los medios de expresión

    de las Bellas Artes: en las figurativas, la línea, el bulto

    ó relieve,

    el

    claro obscuro, el color, la proporción, el rit-

    mo la simetría, son los más esenciales; en las expre-

    sivas, la palabra, el verso, el ritmo, el acento, la melo-

    día, la harmonía y el colorido instrumental. Del exa-

    men

    do

    estos elementos se deduce que si en arquitec-

    tura, por ejemplo, el medio de expresión más poderoso

    es la línea exterior del edificio el ritmo ponderación

    de todas sus partes, en pintura lo serán el dibujo que

    precisa la forma del objeto la actitud ó expresión del

    cuerpo del rostro humanos, el claro obscuro el color.

    La música cuenta en primer término, como elemento

    expresivo, la melodía, es decir, el c l i b ~ j o de

    la

    idea mu-

    sical,

    á

    cuyo auxilio vienen la harmonía, que

    es

    como

    si dijéramos el claro obscuro

    ele

    la

    música, la

    instru-

    mentación, que puede compararse al color, de cuya ob-

    servación podemos deducir que en todo trabajo artís-

    tico

    el elemento más espiritual

    es

    precisamente el más

    expresivo.

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    18/64

      6

    IV.

    :\IÚSICA.

    INSTRmiENT \ L

    Establecida la primacía

    ele

    la idea musical,

    de la

    melo

    día que es el d i ~ u j o de esta idea, examinemos su relación

    con el sentimiento

    ~ n e

    expresa, es decir, examinemos

    la tan

    debatida cuestión

    de

    la expresión m nsical.

    Sobre ninguna olra creo que se hayan dicho mús dis

    parates en serio.

    ó

    en hrorua.

    No

    ha fallado quion, ne-

    gando lada facultad expresiva á la música, ha afirmado

    que, sin el auxilio

    de

    la palabra, no es más que un

    ka-

    leidóscopo del sonido, un recreo put·amentc físico. Otros

    han creído decir un chiste asegurando que no se canta

    sino aquello que no vale

    Ja

    pena de ser dicho en prosa ó

    verso,

    y,

    por úllimo, es aún numerosa la secta que

    pre-

    tende que la música es

    el

    ruido más

    frecLtente

    y

    más earo

    de nuestra ponderada ci-vilización. Dicen, por el conlra

    l io, los partidarios del divino Arle quo empieza la

    mú-

    sica donde acaba la pálabra; que sólo olla puede, con su

    auxilio

    y

    sin él, expt·esar las infinitas gl adaciones del

    sen Lim ien to, que en la escala arlíslica a::;cendente, y

    dentro de su

    e:sfc1

    ·a e acción, ofl ece mayM variedad que

    todas sus hermanas,

    in

    clusa

    la

    poesía.

    Para

    juzgal de

    ta

    n

    cliverse>s

    varecercs, hay que

    tcnm·

    presente, ante todo, ·que, ejerciendo su acción sobre el

    sentimiento por medió del sonido, la música exige,

    para

    ser comprendida, cierta finura

    de

    organización física,

    cierta educación del sentimiento y

    ele la

    sensibilidad, sin

    cuyos requisitos no se perciben más efectos que los pro

    pios de la sonoridad

    ó

    del ritmo; y además conviene con

    signar que filósofos, sabios, estélicos refinados y aficio-

     

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    19/64

      7

    nados entusiastas,

    al

    hablar

    de

    la

    música, suelen

    ge-

    neralizar sus apreciaciones haciéndolas extensivas á

    la

    música vocal é instrumental, cuando las condiciones de

    ambas son tan diferentes, que la primera puede conside

    rat se, empleando el criterio

    y

    tecnicismo modernos

    y

    con relación á

    la

    instrumental, como objetiva, mienlt as

    cruo la música sin el auxilio lle

    la

    palabra es en absoltllo

    sujcl.i va, y por consigniente, difiere esencialmente do la

    oLra

    en el efecto y en

    la manera de

    producirlo. Los me

    dios ideales de expresión son, por tanto, radicalmente

    dislinlos. En la música vocal, el compositor se inspira

    en el

    son

    tido concreto ele la palahra,y en la instrumental

    en

    su

    propia idea ó sentimiento.

    En la

    música instrumental no

    han

    cambiado los fun

    damentos estéticos, ni han sufrido las reformas iniciadas

    en la música dramática. Las gl andes creaciones de la

    escuela alemana, desde Ilaydn hasta Schumann, brillan

    con espléndido fulgor

    en

    la cumbre excelsa del Arte;

    pero no puede negarse que

    la

    perfección grandeza de

    aquellas obras, el temor de no llegar á tanta

    altura

    y,

    so

    bre todo, el deseo de novedad, han impulsado á los com

    positores modernos por un camino que desnaturaliza

    la

    índole condiciones de la música pura, deJa música ins

    lrumonlal. Con los nombres de oda, ele poema sinfúnico,

    do

    s tite

    ú ott·os semejantes, se

    ha

    querido dar á este gé

    nero realismo color impropios de su naturaleza. La mú

    sica sin el auxilio de

    la

    pal

    abra la

    música instrumental,

    es esencialmente suhjeti va, los fenómenos del rnundo

    exterior, las escenas pintorescas, los detalles caracterís

    ticos dol asunto tratado por el composilol , no pueden

    constituir ol fondo,

    la

    base

    ele una

    composición de este

    génoro . Precisamente el encanto que ofrecen los dife-

    rentes

    Lipos

    combinaciones instrumentales, desde la so-

     2

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    20/64

      8

    nata,

    el trio, el cual teto, hasla la sinfonía inclusive, con-

    sisten en la vaguedad de expresión que, sin dcscrihit ni

    delallar,

    transm

    ite las ideas

    y

    senlimion tos del autor á

    su:;

    oyentes.

    En la música pura, la harmonía la inslrumcntación

    que ,como elije, pueden compararse al claro obscuro

    y

    co-

    lor

    ele

    la pintura,

    deben contrilmir á rcalí \ar Ja belleM

    de la idea; pero á condición

    de

    qno ésLa expreso con

    di-

    bujo musical caracLerístico lo qno so qui

    ere

    decir poi

    medio del sonido sin

    aux

    ilio

    do

    la palabra,

    sin querer

    de-

    tallar más de lo que permite la índole. del

    género

    . Si la

    idea, el dibujo,

    brota

    de la misteriosa fncnte de

    la

    ins-

    piración se desarrolla con los medios que da la venla-

    dera ciencia musical, se produce entonces un efecto com-

    plejo, mediante

    el

    cual se deleita el alma con

    la

    belleza

    melódica, goza el oído

    ele

    la riqueza

    y

    variedad de

    la

    harmonía

    y la

    inteligeneia á su vez recibe un placer pu-

    ramcnle intelectual, aclmü·ando el plan distribución

    de

    la obra

    y

    la

    estructura, proporción y enlaco de las

    ideas principales ele los episodios que producen la va-

    riedad dentro de la unidad. Que la música pura, sin el

    auxilio

    de

    la palabra, no produzca efecto alguno á los

    sordos

    del oíllo ó del entenclimienlo,

    no

    es cosa que deba

    admirarnos, porque también es muy grande ol número

    do ciegos en las artes fignraLi vas, todos saJJóis, señores ·

    Académicos, que el círculo ele los inicia1los en el conoci-

    miento de

    la

    belleza

    ha

    sido, es

    y

    será prohablomonlc

    siempre pequeño, eomo

    en

    el ortlon mol allo es lamlúén

    ol de los qne conocen adoran las oli as dos grandes

    deidades hermanas de la Belleza: la Virtud la Verdad.

    Todas las artes exigen para su inteligencia cierta pre-

    paración anterior;

    para conthmar

    esta afirmación,

    válgarne el ejemplo siguiente.

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    21/64

    ID

    Supougnmos un cuadro que represcnle

    á

    Promelco en-

    cadenado

    ü

    la roca

    y

    devorado por el huilre como

    c s-

    ligo de hahct·

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    22/64

    20

    ya

    he

    dicho que son muchos los que dudan

    ó

    no creen

    en

    la

    expresión musical sin el auxilio de Ja palabra, so-

    bl e lodo en los países latinos donde es más popular

    la

    música de ópera

    r

    donde se ca1H1ca este género insLm-

    mon lal de sabio que vale tan

    lo

    como fastidioso, no

    por hombres pertenecientes

    al V1tl r;wn pecus

    sino por

    artistas, poetas, pintores, literatos, cuya educación les

    permite gozar de las bellezas ele las demás artes.

    Examinemos primeramente si no sólo los sonidos, sino

    has la los ruidos, difieren esencialmente unos de otros,

    has la el punto de

    tener

    carácler ¡wopio

    do

    im presio-

    nar difet·entemente nuestra sensibilidad. El ruido del

    mar

    embravecido, ó el de una poderosa catarata ó ele fu-

    rioso vendaval,

    ¿se

    parecen al del mismo

    mar

    en calma,

    ú al de un riachuelo, ó

    al

    ele suave vientecillo de

    una ma-

    ñana

    de primavera? Evidentemente no, como tampoco

    se parecen las impresiones producidas en nueslra sensi-

    bilidad

    por

    estos ruidos de

    la

    naturaleza. Pues si

    pasa-

    mos al sonido, el efecto de ciertos inslrumenlos ¿depen-

    de, como dicen algunos, de la idea formada por la cos-

    tumbre que les da carácter delerminndo, ó por el con-

    trario, se crearon ó se escogieron

    aque11os

    ins:rnmenlos

    porque respondían

    al

    sentimiento que con ellos se trata-

    ba

    de e x p r e s r ~ La campana que repica ó quo dobla, las

    trompetas ó tambores en la marcha ó en la guerra el ·

    caramillo, el oboe en el campo,

    ol

    Lromhón ó el bajón

    en

    la

    iglesia,

    las

    guitarras

    bandurrias en los

    can

    -

    los

    y

    fiestas populares, ¿no están en }Jel fecla harmo-

    nía con los usos á que so aplican las situaciones en

    que se e m p l e n ~ ¿Quién podrá sontir alegría, aunque

    nunca

    hubiera oído campanas,

    al oil·

    doblar

    ó al

    toque

    de ánimas? ¿Quién podrá considerar como

    una

    manifes-

    tación de dolor,

    aun

    cuando no supiera de qué so trata,

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    23/64

    2

    el repique de campanas de

    una

    gran

    fiesta religiosa?

    ¿Puede hallarse instrumento cuyos sonidos respondan

    mejor al carácter religioso que

    el

    órgano? iPor qué, cuan-

    do

    en la iglesia calla este instrumento

    y

    empieza la or-

    questa, senlimos una impresión de

    extrañ

    eza como si

    aquella. onoridad no fuera tan propia ele aquel sit

    io

    como

    l anterior? Luego es evidente que el sonido

    aun el

    ruido 1icnen nsonomía propia é impresionan diferente-

    men le nuc::;tra sensibilidad, que si queremos dcsperlae

    el en

    Lusinsmo

    gLteneL o

    , no escogeremos los mismos ins-

    ll Llmonlos ni buscaremos

    la

    misma id

    ea

    melódica que

    para una escena pastoril .

    Pues con set verdades, llamadas de Pero Grullo, éstas

    que voy diciendo, hay, sin embargo, quien no reconoce

    sus lógicas consecuencias; p01·que si una idea musical

    puede varia e tanto por

    la

    tonalidad, pot el dibujo meló -

    dico, pot la harmonía, por

    el

    ritmo el compás, por el

    acento por el timbre del instrumento que lo

    interpre-

    ta, ¿cómo puede asegurarse que el límite de

    la

    expresión

    en la música instrumental sea tan reducido como han

    querido suponer sus enemigos?

    Pt·ecisamente porque su esfera de acción es vaga é in-

    determinada, es mucho más extensa en

    la

    música instru-

    mental que en

    la

    vocal.

    En

    esta úlLima, como

    ya

    dijo

    an

    -

    tes debo repeLir ahora el composilor, limitado por la

    palabra, no puedo decir otra cosa con la música sin que

    resulte conLrasentido, ni puede, como en

    la

    puramenLe

    inslt nmontal,

    reconer

    las infinilas fases del sentimiento

    con matices lan varios delicados como no puede al-

    canzar la palabra. Los que suponen que la expresión mu-

    sical está limilada con el modo mayor y el tiempo ace-

    lerado para

    la

    alegría con el menor r el compás lento

    para la tristeza, desconocen por completo la índole de la

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

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    música instrumental,

    ó

    pertenecen á la secta de los sor-

    dos

    y

    ciegos de que hablé antes, ó, completamente novi-

    cios en música, no tienen a(m las condiciones necesarias

    para

    saber o

    r.

    Preguntad si no á cualquiera de mis ilnslres compa-

    ñeros ele Sección si creen que expresa lo mismo el pl i-

    mer

    tiempo del quintelo

    en

    so

    menO>

    de Moznrl, que

    la

    marcha fúnebre ele

    la

    sinfonía herói

    ca

    de BeeLiloven.

    Seguro estoy de que á tal prcgunl.a conLes lo.rían con

    cierla sonrisa

    bur

    lona que no

    probada

    gmn

    confianza

    en a

    inteligencia musical del que

    la

    hiciera. Ambas

    composiciones están en modo menor, con movimiento

    lento con profundo colorido de tristeza.

    En

    cambio, el

    admirable adagio, segundo tiempo del quinleto de Mo -

    r.art, está en modo mayor, y sin embargo, tiene tamhién

    el mismo tétrico colorido.

    Eslo nos prueba que la analogía

    y

    relación

    enlre la

    inspiración artística, los medios

    do

    realizarla el efecto

    por

    ella producido, son

    un

    misterio que se resiste

    al

    análisis• no sólo en

    la

    música, sino en todas las

    artes

    .

    En

    la

    arquitectura, por ejemplo, ¿por quó Ja egipcia nos

    parece imponente, sombría; la griega bella, . onriente,

    1nminosa; la romana grandiosa, pero menos fina que la

    gl iega; la ojival mí  ica, y la del renacimionlo el

    egan-

    tNo responde cada uno de estos géner

    os

    al espirüu

    que los inspiró, á un ideal de sn tiempo, á un tipo de be-

    lleza que nosotros comprendemos por la educación arLís-

    tica, sin necesidad,

    para juzgar

    del carácter concreto ele

    la obra, de más afirmaciones ni comentarios que

    la

    obra

    misma?

    Cuando Estrabón nos dice que al esculpir Fidias la ca-

    beza colosal ele Júpiter, cuya copia se ha descubierto en

    Otl icoli,

    no

    había hallado modelo

    mejOL

    para la

    ex

    pre

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    25/64

    23

    sión qnc el que veía en

    su

    imaginación

    al leer

    el

    cono-

    cido pasaje de

    L n liada

    de Homero, no podemos dudat•

    de que

    la

    inspiración del poeia ha sido origen de la dol

    escullar, do que

    en arte

    tan realista como la escullu-

    ra ha nacido la belleza, más

    qwe

    de la copia ó estudio

    del mundo físico exterior, de la centella divina, do la

    inspiraci

    ón

    ieansmitüla por el

    alma

    del poeta al alma,

    y no á Ja mano

    ni

    al cincel del escultor.

    ? Qué

    razón hay,

    ]lllCR

    , para co nceder á la línea, al busto, al relieve, al

    cl

    aro

    ohsc

    ur

    o  ó al color mayor facultad expresiva quo

    al sonido, el más inmal e

    rial

    de los elementos propios

    para expresar los af eclos h u m n o s ~

    P1·eciso es cl eer que por see la música

    arte

    tan nuevo

    y poco conocido en su parte técnica, pueden decü·, no

    sólo sus enemigos, sino hasta sus partidarios, errores

    que se act·editan como verdades,

    y

    que tratándose de

    otro asunto caerían por tierra ante el buen sentido. Se

    discuto y aun se niega la facultad expresi\ a de la

    -

    sica sin palabras, cuando hace ya cerca de un siglo que

    gran

    parlo do tres generaciones de hombres qne jamás

    se han visto ni puesto en comunicación, pertenecientes

    á

    diversas razas y países, interpretan del mismo modo

    las obras

    in

    slenmentales

    de

    Haydn, Mozart Beetho-

    ven , y el público qne los oye, también pe

    rt

    eneciente á

    diversas nacionalidades, recibe la misma impresión

    juzga la obra co n el mismo critel io respecto á su carác-

    ter

    expresión, sin necesidad de más comentario que

    la

    obra misma . Pues ~ u é prueba ma yor puede darse de la

    expl osión do aquella música que este hecho tan conoci-

    do tan indiscutible? Si hay gentes que no sienten ni

    piensan

    lo mismo, no

    será

    lógico suponer que

    la

    causa

    es su

    imp

    erfección orgánica ó la falta

    de

    educación pre-

    via necesaria para saber oír.

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    26/64

    ¿Y

    cuál es el efeclo producido por la música

    inslru-

    menlal? ¿Cómo puede t:ansmitirso el pensamiento, la

    idea del compositor al oyente, sólo por medio del sonido

    y sin el auxilio de la palabra? Analizando atentamente

    el fenómeno fisiológico y psicológico do la audición mu-

    sical, vemos que el oído recibe la sensación del sonido,

    la cual, como fenómeno puramente físico, no puede va-

    riar más que

    en

    la relación ele in ten::; id ad, de diapasón

    de

    la

    nota, mayor ó menor rapidez de los sonidos que

    forman

    la

    fease musical, t

    imbr

    e del inslrÚmento que la

    ejecuta y modo mayor

    ó

    menor del tono. Estos acciden-

    tes, puramente externos, originan

    y

    dan vida

    en

    el alma

    del oyente á una impresión puramen le moral,

    á

    una

    disposición especial del espíl i tu que hace hl olar ciertas

    ideas é impresiones relacionadas con otras anteriores;

    con recuerdos alegres ó tristes; cqn aspiraciones del

    alma; con imágenes fantásticas; con acentos de ira de

    desesperación, de resignación, de esperanza; con todos

    los innumera1Jles estados de la pasión creaciones de

    la fantasía. Quien no ha sentido todo esto al oit·las obras

    maestras, sinfonías ó cual tetos ele Beelhoven, Mozart,

    l\Iendelsohn

    r

    tantos otros, no puede decir que conoce

    los efectos peculiares á la música

    pura

    .

    hora bien: tcrué ley preside á estas

    o g í s ~

    Miste-

    rio in so ndable que nadie peneLrará jamás; pero ¿es

    ra-

    zón esto para negar el hecho, cuando vemos idéntico

    misterio en las más comunes manifestaciones de

    la

    vida,

    en

    el gesto, por ejemplo? ¿Por qué en lodo 1iempo

    y

    país

    ·es signo de mando alargar el brazo señalando con el dedo

    índice? ¿Por qué se impl

    ora

    perdón jun lando ambas

    ma-

    nos por las palmas, y por qué 1amhién se alriJmyc á los

    ·colores marcada impresión, dando al blanco la pureza, al

    neg ·o el dolor, al rosa la

    alegda

    la juvenlud,

    y,

    en

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    27/64

    fin, por qué hay fisonomías y voces que nos son comple-

    tamente simpáticas y otras que nos producen profundo

    d e s g r d o ~ Misterios todos que difícilmente la ciencia

    podrá desentrañar por mucho que adelante. El genio, sin

    proceder por n)élodo analítico y

    por

    el maravilloso y de-

    licado instinto de la inspiración, adivina esas analogías

    misloriosas entre el mundo material

    y

    moral, entre la

    sensación

    y

    el sentimiento ó

    la

    idea,

    y

    al

    crear

    la

    melo-

    día, es decir, el dibujo del pensamiento musical, siente

    Ja harmonía quo exige;

    y

    fundiendo en el mismo crisol

    la belleza del fondo

    y

    la de la forma, pre·scnta á nuestra

    admiración el oro puro, es decir, esas ohras inmortales,

    en que nada sobra, en que

    nada

    falta Y que parecen fá-

    ciles do imitar á los que creen que el análisis es rucnle

    segura de

    i n s p i r i ó ~

    e otro modo,

    y

    si bastaran la

    voluntad

    y

    la inteligencia para crear obras maestras,

    ¿serían tan raras las que sobreviven á un éxito pasa-

    jero?

    La

    música inslrumental no llega fácilmente á

    alcan-

    zar la popularidad de la vocal,

    y

    sobre todo de la dramá-

    tica; porque no sólo exige

    mayor

    cultura y educación,

    sino cierlo fondo propio de senlímiento y poesía quo es

    hase necesaria para disfrutar de tan delicado placer ar-

    tístico. Su acción, aunque puramente subjetiva, origi-

    na un goce bastante complejo, puesto que es físico pal a

    el oído; espiritual, ó por mejor decir, sentimental

    para

    el sentimiento, é intelectual para la inteligencia, por la

    atención prestada á lo que hemos llamado belleza arqui-

    tectural de la música. Este efecto especial, cuando

    va

    acompañado de una representación escénica que deleita

    la visla además, constituye la especie ele éxtasis 6 arro-

    bamiento peculiar á los partidarios de las últimas óperas

    ele \Vagner, los cuales, al escuchar la música Júpi

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    28/64

    ter de Bayreuth, disfrutan más bien del goce propio de

    la música pura que del carac terístico ele la dramática:

    en que la voz humana no puede menos de ser el pl in-

    c ip

    al

    elemento. Mientras

    la

    música inslrumcnlal,

    la

    mú-

    sica

    pura,

    conserva sus condiciones suhjetivas, ni deter-

    mina ni describe, porque para eso recurro al auxi lio de

    la palabra; pero sin necesidad do ella produce sohrc la

    sensibilidad y

    la

    imaginación impresiones tan

    profun-

    das y variadas, que puede asegnrarsc quo su esrcra

    do

    acción es más

    lata

    que

    la

    de

    la

    música vocal.

    No solamente creo en la variedad riqueza de expre-

    sión de este género, sino que me atrevo á afirmar aquí,

    donde tengo la seguridad de que muchos

    han

    de pensar

    como yo, que el movimiento romántico clol siglo xrx,

    ilustrado por los nombres ele Chaleaubriand, Lamartine,

    Víctor Hugo, hlusset, Goethe, Schille1

     ,

    IIeinc, Byron

    tantos otros, ha tenido

    su

    desarrollo complemento en

    las obras de Beethoven, Schubert, Mcndelsohn, Chopin,

    Schumann demás músicos de

    la

    escuela romántica. El

    romanticismo, resultado complejo

    de una

    lucha de ideas

    y

    sentimientos, no podía

    encontrar

    comple a expresión

    en la poesía ó en la palabra. Apelo al testimonio do

    cuantos conozcan los autores citados. Todas las aspi ·

    a-

    ciones, l

    as

    tempestades psicológicas del alma de Byron

    ó

    ele Schiller, i O están en las obras ele Beelhoven ó e

    S c h u n a n n ~ Todas las amarguras delicadezas de IIeine,

    ¿no están en las de Chopin, como el lirismo do Lamar-

    Lino en las ele Schubert

    ó en

    las de Mendclsolm? El gé-

    nero creado por

    el

    autor de Lara, eminenlemenle ro-

    mántico, respondía á las ideas de su tiempo tiene pun-

    tos de contacto con el de Beethoven; poro el admirador

    y discípulo de Platón vivió en más elevada esfera moral

    é inleleclual que el

    vate

    inglés, y éste no pudo elevarse

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    29/64

    á las alias cimas del Arlo

    do

    la

    Id

    ea donde se forja-

    eon las colosales sinfonías de Beethoven.

    Reasumiendo lo dicho vemos que la música

    instnl-

    mental sin el auxilio de la palabra es esencialmente

    subjotiva cuenta como elementos expresivos

    la

    Melo-

    día el Ritmo la Harmonía la Instrumentación. Ve-

    mo

    s que clo

    ntl O

    de su esfera de acción puede expresar

    el

    se

    ntinücnlo ó

    la

    idea del compositor si no de

    una

    man e

    ra

    concreta con gran intensidad de expresión

    ri

    ca

    variedad

    ele

    matices.

    Examinemos ahora la naturaleza medios ele expre-

    s i< m de la mídca unida

    á la pa

    l

    abra

    de la música

    vocal.

    V.

    La unión de la música con

    la

    palabra es antiquísima;

    precedo segurame

    nt

    e á la invención empleo de todo

    instrumento músico forma por decirlo así

    la

    t

    raba-

    zón ó fondo de

    la

    historia musical no sólo porque

    la

    voz hnmana

    es

    el

    instrumento por excelencia sino por-

    que gracias á ella á

    la

    transmisión oral los cantos sa-

    grados profanos se han transmitido ele una á oLra

    ge-

    neración

    de un

    pueblo de una ci vilir.ación

    á

    otros

    com plclarnente distintos.

    Lo poco que he podido estudiar de la historia

    do

    la

    música

    mo

    hace creer conl1·a lo que se ha venido sos-

    teniendo hasta hace poco tiempo que la melodía

    popu-

    lar comprendo en tal denominación las monodias re-

    ligiosas que

    interpretan

    un texto sagrado

    ha

    tratado

    siempre de ser expresiva; porque el hombre no eleva la

    v z

    ni

    loca un instrumento sino á impulso de un sen-

    timiento siquiera sea

    tan

    grosero como

    el

    prorluciclo

    por

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    30/64

    el

    Lan1bol

    primitivo que con su ritmo le excita al baile.

    La música ha dejado de ser expresiva cuando en los

    siglos medios el Arte escolástico, refugiado en el tem-

    ]Jlo, empezó á sen1ar las bases de

    la

    }Jolifonía, es decir,

    de

    la

    combinación de las Yoces que ihan esbozando ins-

    lin livamente int

    erva

    los harmónicos sobre la base do una

    melodía de canlo llano, de donde naci6 el nombro dq

    contrapunto,

    punctwn contra zmnctwn 

    Durante eslc pe-

    ríodo vemos completamente separados los dos elemen-

    tos escolástico

    y

    popular.

    El

    arte

    ele

    lo

    s juglares, ·tro-

    vadores

    y

    demás músicos considerados como ignoran-

    les, tienden en sus producciones á la expresión

    por me-

    dio de la melodía, aunque de

    manera

    irnperfecta y casi

    siempre dentro de la tonalidad del canto llano, mientras

    que el arte oficial, es decir, los compositores que

    escri-

    ben para la

    Tglesia, prescinden

    en

    general del elemento

    expresivo, dedicándose más bien al contrapunto ó com-

    binación de las voces, sentando así las bases de la har-

    monía

    y

    de

    la

    música modernas. Poco

    á

    poco los géne-

    ros se van mezclando: los maestros de capilla escrib

    en,

    sirviéndoles de tema, canciones populares, á veces -

    bres obscenas, llegando á poner en peligro la existen-

    cia de la música en el templo, hasla que las obras del

    gran

    Palestrina, siguiendo la tradición de nuestro ilustre

    aún

    no bastante apreciado compatriota Ct·istóbal ele

    J\{01·ales, restablecen la pureza de esle género en bene-

    flcio del culto del arte .

    El desarrollo principal ele

    la

    música se debe, pot lo

    lanto, á

    la

    voz humana,

    ya

    sea qne se considere sn par-

    le científica escolástica, ó ya la artística expresiva ,

    de tal modo, qne cuando los adelantos industriales tl a-

    jeron la perfección de los diversos inslrnmenlos, la al-

    tura

    á que

    había

    llegado la

    parte

    cienlífica de la música

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    31/64

     29

    con la práctica de los coros de voces

    á

    muchas parles,

    pcrmilió empleados en la polifonía instrumental, s

    i-

    guiendo las reglas de harmonía ya establecidas con

    la

    variedad riqueza de expresión que caracterizan la mú-

    f:ica moderna.

    Desde el moD)enlo que la unión de la música con la

    palabra

    lu vo

    por objeto la expresión de afectos ó sen

    ti-

    mientas determinados, camlJió la índole del arte músico

    cambiaron las obras de los compositores, tomando

    ca-

    rácter

    objeLivo

    en

    la

    música vocal, puesto que debían

    sujetar. o á lo expresado por la palabra. Esta ley

    de ex-

    presión pasó de la melodía popular al madrigal, de

    ésto á la ópera ó drama lírico, tipo el más com piejo é

    importante de la musica vocal y el único de que hahré

    de

    tratar

    para no alargar más este estudio; tampoco en-

    traré en la enojosa cuestión de si la música la palabra

    se perjudican mutuamente, ó cuál de las dos debe tener

    mayor importancia en el

    drama

    lírico: sería demasiado

    largo no quiero abusar de vuestra benevolencia; pero

    no puedo menos ele examinar, siquiera sea ligeramente,

    las bases de la ficción teatral, ele la representación escé-

    nica, para deducir cuál es la naturaleza los medios de

    expresión de la música

    en

    el género dramático.

    La ropt csentación escénica

    ni

    es posible ni puede sor

    hclla más que admitiendo la verdad r elativa, artística,

    convencional sohre que se han basado hasta ahora los

    espectáculos de este género

    en

    todos los pueblos del

    mundo.

    ara aquél que adopte el criter io de un realis-

    mo exagerado, todo es falso r absurdo en el teatro. La

    sala, las luces artificiales, el tablado, las decoraciones,

    el

    hablar en verso,

    el

    tiempo transcurrido

    do

    un acto

    á

    olro mil circunstancias delalles, son inadmisibles

    sin el muLuo acuet do de la ficción ontre el público el

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    32/64

    J I 

    autor

    . Las condiciones del dt·ama hablado son

    comple-

    lamcn e distintas de las del drama lírico ó cantado. n

    el primero, el au tor para nada necesila do la música y le

    hasta

    la palabra

    para

    desarrollar su idea, no sólo en la

    expresión de sentimientos y pasiones, sino tamhién en

    el campo puramente inte lectual del peusamien

    lo

    y

    de la

    razón, tcreeno vedado á la música, sobro todo á la vocal.

    Alguna vez, cuando se ha queeido

    dar

    mayor poesía á

    una situación , el

    sico ha venido en auxilio del poeta

    con fragmentos

    instrumentales

    ó vocales,

    COI OS,

    bailes,

    marchas, etc.; pero quedando siempre la parlo musical

    en segundo término como detalle,

    y

    siendo habladas las

    escenas culminantes

    ele

    la obra .

    A

    esle género pertene-

    cen los intermedios esct ilos por Beethove

    n

    \Vcher,

    Mendelsohn, l\leye1 heer

    y

    otros muchos; poro tratándose

    del drama lírico, la base de la convención cntl c el

    pú-

    blico

    y

    el

    autor

    es que los personajes

    van

    no

    á

    hablar,

    sino

    á

    cantar . Que el canto es

    un

    medio

    natural y es-

    ponttíneo de expresar el sentimiento, nos Jo dice la ri-

    quísima colección de melodías populares q11e sin cesar

    se

    renuevan

    en todos los pueblos del mundo, y no so pue

    de negar que, embel lecido y ennoblecido por

    tantas

    ge-

    neraciones

    ele

    graneles artistas, el :u·te del canto, hoy en

    decadencia, llegó á ial grado de perfección, que sus me

    dios

    exp

    resivos fueron una mina inagotable

    para

    los

    compositores. Si es cie r·t o quo lo que so

    llama vil Luos

    i-

    dad produjo resabios

    ele

    mal gusto, alli cslán, en cambio,

    las obras de Mozart,

    ele

    Beethoven , de Gluck, do IIa0n

    del y de tanlos otros que demuestran cómo so puede es

    cril)ir buena música voca1 sin

    caer

    en las exagerac

    io-

    nes de la ópera-concierto. El canto es, pues, el elemento

    principal de expresión del drama Jírico, y la 1mlahra

    cantada sujeta á buena prosodia y con música adecuada

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    33/64

      j f

    á

    Ja

    situación,

    al

    scnLimionLo

    al personaje, ol medio

    más poderoso de que dispone el compositor para conmo

    ver al público; pero el can

    lo

    expresivo no puede

    ex

    i

    stir

    sin melodía, ni ésta es posible sin el ritmo interior del

    dihujo nJUsioal que, ligado á la prosodia de la palabra,

    forma el elemento primordial

    ele

    la expresión.

    'l'odo

    el cruo

    recuerde una melodi.a que exprese bien

    Jo

    que

    se

    canta, habl'á observado

    Ja íntima

    unión

    entre

    la

    letra la música, que llega l1asta hacernos creer que no

    so puede hallar otra melodía para aquellas palahras; vi

    ceversa, con las mismas palabras no se puede

    can

    lar

    otra

    111úsica. Po

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    34/64

    gedia griega. Cacini, Peri, hlonleverdi, Cavalli otros

    muchos ilustres compositores, fueron transformando poco

    á poco el estilo del canto, usando la declamación clan -

    do el primer

    lugar

    á la voz del personaje

    á

    la expre-

    sión dramática de su situación .

    En

    esto camino lraha-

    jaron

    los compositor es de las Escuelas veneciana,

    ro-

    mana napolitana otras menos imporlanles; } ero la

    supremacía de los cantan les; su mal gusto, aJ1lautliclo

    por

    el público, la debilidad de los compositores, transfor-

    maron

    la imitación

    de

    la tragedia griega en la ópera-

    concierto, espectáculo en el que sólo tiene importancia

    la habilidad del cantante; lal fuó la dominación de és-

    tos, que Rossini, no pudiendo evi lar el aLuso de la agili-

    dad vocal en los adornos, lomó el partido de notarlos,

    exigiendo su exacta ejecución en vez

    de

    dejarlos á vo-

    luntad del artista .

    Coincidió después el movimiento romántico con la

    aparición de Bellini, Donizetti Verdi,

    y,

    sin perder su

    carácter

    especial, la ópera italiana se acercó más á las

    condiciones del verdadero drama líl ico, llegando enton-

    ces á su apogeo, seguido de rápido descenso, tan o

    res-

    pecto á compositores como

    á

    sus intérpretes.

    La falta de tiempo

    y

    de

    espacio no

    me

    permite decir

    más sobre la ópera italiana, cuya historia viene á cerrar

    la aparición del

    gran

    reformista alemán \Vagner, resta-

    bleciendo las doctrinas de Glnck

    y

    de los compositores

    de la Escuela francesa, aunque con grandes diferencias

    en el fondo en la forma.

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    35/64

    33

    VI.

    LA

    REFORMA

    WAGNERIANA.

    Ya comp1·onderéis señores Académicos que el tema

    qno acabo do enunc

    iar

    exigiría por sí

    so

    lo no un

    dis-

    curso sino un libro bastanle voluminoso. No temáis

    pues que entre

    á

    tratar la cuestión batallona como vul-

    garmente

    se dice; pero

    al tratar

    de la naturaleza ele la

    música

    do

    sus medios ele expresión en el género dra-

    mático no es posible prescindir de la reforma más ca-

    pital é importante llevada á cabo por el autor ele Parsi-

      l

    . ~ o figUl o

    que en este momento fa misma

    pregunta

    asoma

    á

    todos los labios. i,Soy entusiasta ó enemigo

    de

    \Vagner?

    Ni

    lo uno ni lo otro: pertenezco al número de

    los que creen que

    no

    hay

    razón

    alguna para juzgar do

    otro modo

    al Júpiter

    de

    Bayreuth

    que á los demás com-

    positores: Beethoven Mozart Gluck etc.; como ellos

    fu é homln·e

    y

    sujeto á la flaqueza humana; cometió erro-

    r es  si hay que admirarle como grande

    artista

    como

    el cerebro más poderoso de cuantos se han dedicado

    á

    la

    música no por esto me parece sensato remontar con el

    entusiasmo hasla los tiempos mitológicos

    ele

    Apolo de

    Orfeo

    para ver

    en la figura de

    Wagner

    al Mesías al

    Profeta destinado

    á

    regenerar la sociedad moderna por

    med io del drama musical mitológico afirmando «que

    así como el género humano a travesó las tinieblas

    ele

    la

    Edad :Media guiado ror la luz del Cristianismo  del mis-

    mo modo el siglo xx creará un nucYo estado social

    creado por el

    Ar

    te   única religión posible

    en

    lo

    porve

    J

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    36/64

    nir »

    Son sus propias palabras se las oí pronunciar on

    el discurso que, según su costumbre, dil igió á sus oyen

    tes después de dirigir personalmente la orquesta

    en un

    concierto en la 1\lusik-Vereins Saal de Viena. Ile tenido

    el honor de conocer personalmente al gran maestro,

    el hombre era tan interesante ó müs qno el arlista que

    empecé

    á

    conocer estudiar desde 1857. IIo oído en Vio

    na ó en Bayreuth casi todas sus obras; si por parlida

    rio se entiende al admirador de las innumerables bolle

    zas que enci

    erran

    sus obras literarias musicales, no

    creo que nadie me supere

    en

    admiración; pero si

    para

    ser admitido en el misterioso círculo

    do

    los iniciados se

    necesita suscribir

    á

    todas las extravagancias de sus -

    bros de estética

    ó

    prepararse

    para

    oir su trilogía con

    ayuno ó baños calientes de pies, según estilo de los fer

    vorosos devotos de Bayreuth, declaro que no me siento

    con fuerzas para tal sacrificio. Declaro también, sin em

    bargo, que considero á \Vagner como

    un

    prodigio sin

    ejemplar; porque un hombre que, según confesión pro-

    pia, empieza tarde el estudio serio de arlo tan difícil;

    qu e al mismo tiempo escribe sobre Filosofía sobre Es

    télica, creando con anterioridad á sus obras el sistema

    sobre que se han ele basar; que no pudiendo ó no que

    riendo estudiar la cienc

    ia

    musical tradicional tal como

    la encuentra, crea todo cuanto neces

    ita

    para su fin, con

    sello personal, poderoso, característico, desdo la· Dra-

    mática

    á

    la

    In

    strumentación

    y l

    Harmonía,

    me

    parece

    un fenómeno tan extraordinario, que no creo haya exis

    tido

    ni

    se vuelva

    á

    repetir

    en

    la

    i

    storia do la música,

    ni creo tampoco que artis ta alguno haya perseguido más

    levantado ideal; pero si son ciertas las ideas antes enun

    ciadas al hablar de la naturaleza medios de expresión

    de la música en el género deamálico, \Vagnor se ha

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    37/64

    35

    equivocado en el punto más esencial de

    su

    reforma dan-

    do á los instrumentos la misión que pertenece

    á

    la

    voz

    humana. La idea

    de

    la imitación

    de

    la tragedia griega

    fué de

    Cacini, Peri

    y

    Monteverde,

    y

    aun algunos

    de

    los

    detalles

    de

    realización, porque hay páginas en el prú-

    logo do Le Nuove Jfusiche

    de

    Cacini , que parecen s-

    Cl itas

    por el

    ilusi1 e corn

    positor alemán. La reforma do

    Gluck

    en sn

    prólogo

    clel Alceste

    me parece, sí, menos

    Lranscendenlal, mús clara y práctica, y creo, asociando

    mi

    humilde opinión á la de muchos ilustres composito-

    res contemporáneos, que la verdadera reforma y la n-

    fluencia universal

    do

    Wagner residen principalmente en

    la Harmonía y la Instrumentación, donde no es posible

    prescindir do lo hecho por él sin quedar anticuado . La

    reforma

    de

    \Yagner ha sido una consecuencia natural

    del desarrollo histórico de la música italiana, que des-

    pués

    de

    haber lle,·ado á todas partes los elementos

    de

    vida propia, ha desaparecido poco á

    poco

    del 1eatro,

    para dar lugar á las obras de compositores indígenas.

    Hoy

    puede decirse que no hay nacionalidades musicales

    con carácter propio en el terreno artístico donde se fun-

    den

    todos

    los cslil

    os,

    mientras que en el

    ele

    la práctica

    musical cada país vive ó tiende á vivir

    de

    sus propios

    elomonlos.

    En

    n u s ~ r o s dias, la música presenta cierto carácter

    homogéneo semejante al que tuvo en el siglo xvr , cuan-

    do

    la harmonía consonante llevó el arte músico religio-

    so ü su

    mayor grado

    de

    esplendor. En la melodía popu-

    lar y en las obras basadas sobre ella, se ha conservado

    el

    sello característico

    de

    cada país;

    pet O

    en el drama -

    rico no

    es

    posible encontrar hoy, entre el compuesto

    poe

    un alemán y el escrilo por un italiano, la diferencia que

    e;xiste, por ejemplo, enlre

    Euryanthe

    de

    Weber, y

    b6

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    38/64

      6

    crecia Borgia

    de

    Donizetti. ¿Cómo clasificar

    la

    música

    de

    l \ e y e r b e e r ~ iCOmo italiana

    como

    alemana

    ó como

    fl'ancesa? De todo tiene, desde su apogeo á hoy, todos

    Jos ~ o m p o s i t o r e s han seguido el mismo camino.

    No quiere decir esto,

    sin

    embargo que la homogenei-

    dad

    sea

    tan absoluta que las diversas escuelas y países

    no tengan su carácter ó tipo musical propio; pero la in

    dividualidad, más que en

    la

    forma

    exterior

    eslá en el

    fondo, en

    la

    manera de

    senlir

    de pensar do compren-

    der

    el

    argumento

    6

    el personaje. Tomemos dos asunlos

    como el Cid r Jnana de Arco. Para nn composilor fean

    cés ele talento, Rodrigo de Vivar es el joven

    guerrero

    en toda

    la

    fuerza de la vida y de

    la

    belleza; carác

    ter exuberante llegando hasta fanfarrón;

    en

    una pa

    labra un tenor heróico . Dadle el mismo asunto á un

    músico español, conocedor

    de nuestro Ronutnce>·o

    y verá

    en el personaje un sello

    de

    auslel'ida

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    39/64

      i

    muchos años el éxito mayor

    á

    que se puede aspirar. Todo

    es cierto, indiscutible; pero no lo es menos que su obra

    es eminentemente local,

    y

    que

    en

    \Vagncr el hombre

    y

    el artista son tan· únicos, inimitables, que nadio podrá

    seguirlo en su mi o camino, porque es un hecho, un

    fenómeno que no se repetirá probablemente. No

    pLtede,

    por lo

    Lanlo,

    decirse que

    ha

    creado

    una

    escuela nueva,

    universal susceptible de desarrollo. u misión está cum-

    plida es importantísima,

    aún

    más

    en

    el orden

    pura-

    monte musical que en el estético.

    Lo que \Vagner

    ha

    realizado

    en

    Alemania

    so convier-

    te en aspil ación general en todos los países de Europa

    c1ue no tienen ó no creen tener ópera nacional. H.usia,

    Hungría,

    Inglatena

    y España

    int

    entan vivir con elemen-

    tos musicales propios, tienen razón. Ya tenemos ópera

    cómica nacional con nuest

    ra

    zarzuela, con repertorio

    más variado y personal que el

    ele

    la ópera francesa: ¿por

    qué no le hemos de

    tener

    también

    en

    el drama lírico,

    cuando se

    han

    acumulado tantos elementos cuando los

    triunfos obtenidos por los mantes

    e

    Teruel por -

    ¡·[n del maestro Bretón, prueban que el público no es

    lan indiferente

    ni

    tan hostil como se elijo

    á

    este génel o?

    ~ c a s o

    nos faltan elementos

    pm. a

    llegar

    á

    este

    fin1

    Por

    eso creo que los compositores españoles, estudiando

    asimilándose las conquistas técnicas del

    gran

    reforma-

    dor alom

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    40/64

    38

    ardientes playas fronterizas

    del

    Áfl ica; quo habéis estu-

    diado sus monumentos, desde la sombría Basílica de las

    montañas asturianas hasta las maravillosas construccio-

    nes árabes de Córdoba de Granada; que habéis pene-

    trado en lus hogares del pueblo, oyendo canlar al amor

    de la lumbre la leyenda ó el romance; que habéis pre-

    senciado sus fiestas sus bailes, ya sobre el verde prado

    de aquella tierra húmeda nebulosa, donde suena la rús-

    tica gaita el grave son de la danz a p1·ilna ya on el mo-

    risco patio andalaz ó en

    la

    era castellana en las estrelladas

    noches del estío, decidme si no hay on

    Lodos

    estos recuer-

    dos, en todos estos cuadros otros mil que pasarán por

    vuestra imaginación, como pasan por la mía, algo que

    yo no

    definir, pero que no se sien le más que en Es pa-

    ila; algo qae está íntimamente unido con el espíritu que

    informa nuestro arte, nuestro teatro, nuestro H.omance-

    ? O,

    nuestra pintura; algo que no ha tenido aún su com-

    pleto desarrollo, sobre todo

    en

    el lealro

    y

    en el drama

    lírico, donde

    tan

    poderosa vida pueden tener las crea-

    ciones de

    la

    fantasía. Pero es le sueño no se realizará si

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    41/64

    ; 9

    gran

    compositor; estudiadlas; aprovechad los numerosos

    elementos de novedad que contienen y que, en efecto, han

    de formar la música futura; pero no queráis imitar ni al

    dramaturgo, porque su ohra es local

    y

    característica de

    su país, ni el eslilo musical

    de

    sus últimas obras, porque

    sin aquellos asuntos y sin los medios

    de

    \Vagncr no es

    posible acometer tal empresa. Por

    el

    camino

    t r ~ d o

    por

    llaydn, pueden pasar y subir adelanto

    o ~ a r ~

    y

    o e ~ h o -

    von.

    Tratar de

    seguir el sendero de \Vagner para ir más

    allá que él, no me parece posible; pero creo, sin embar-

    go, que sabiendo utilizar muchas de sus reformas, el

    arte músico

    1meLle

    per eccionar el drama lírico, gua

    r-

    dando cada país la tradición de su pasado.»

    ara concluir,

    y

    sintelizando en breves palabras lo

    dicho en esto discurso, creo que así como no puede

    crearse la Lelleza

    en

    poesía por medio de

    la

    palabra si

    la agrupación

    de

    ellas no responde á un pensamiento, á

    una

    idea,

    á

    una

    imagen nacida

    en

    la

    mente del poeta,

    del mismo modo en las artes figurativas y en la música

    será

    indispensable que el pensamiento del artista tome

    forma por medio de Ja línea, del dibujo;

    y

    en música

    por la melodía, que es el diseño de la idea musical, por

      ¡

    ue sin pensamiento, sin dibujo y sin melodía, podrá

    habe1 brillantes onomatopeyas, efectos de

    co

    lor, con

    trastes de sonoridad y de timbres¡ pero resultará un fue

    go sin llama, un cuerpo sin espíritu, porque la idea, la

    línea, la melodía, son

    la

    esencia misma de esa creación;

    son la lur., el destello, la centella inflamada de la inspi

    ración que brota con fuerza inconsciente del fondo del

    alma humana, procedente de aquel manantial divino que

    da la vida á lodo lo creado.

    or eso

    la

    inspiración será siempre un misterio y el

    genio un don del cielo; por eso el Arte será olernamen-

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    42/64

    4

    te

    el único medio

    p r

    expresar esa nspiración do las al-

    mas de poeta que desde Platón aspiran

    á

    un m un

    do

    ideal á

    un

    esfera superior donde no exisle el

    error

    ni

    las tinieblas ni el mal; donde Lodo es elorno:

    l

    Luz

    l

    Verdad el Amor l Paz la Bondad la Bellcr.a.

    J I ~ DICHO •

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

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    CONTEST CIÓN

    DEL

    x

    c

      o

     

    SR

    · D

    MARIANO

    VAZQUEZ

    C DÉMICO DE NÚMERO

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    S E ~ o r n s

    No Cl a

    y

    ol designado en un principio para llevar la

    voz

    do la

    Academia en el solemne aclo que hoy celebra-

    mos

    para

    dar pcsesión de la plaza ele Académico de nú-

    mero al señor Conde de 1\lorphy. Al presentar su discurso

    do entrada nueslro ilustre compañero D. 1\lannel a-

    flote pidió obtuYo el encargo de contestar

    en

    nombre

    do la Corporación alegando en pro de

    su

    demanda los

    lazos de amistad fraternal que le unían desde remola fe-

    cha con el Académico electo; lazos que recibieron fuerza

    y consistencia á través de no pocas vicisitudes vaive-

    nes de la fortuna contraria. Tan noble empeño no cum·

    plido

    ian

    pronto como solicitaba el deseo por obstáculos

    que nacen á cada paso en la vida laboriosa del escritor

    quedó sin realizar. La muerte nos arrebató con mano

    despiadada al insigne literato dejantlo en nuestras fi las

    nn vacío no fácil de llenar haciendo que recayese so-

    bre

    la misión de apadrinar al señor Conde do

    Mor-

    phy en el acto de su recepción.

    Si

    la

    falla del Sr. Cañete

    so ha

    hecho sensible desde

    el primer momento hoy lo será con nuevo motivo vien-

    do reemplazada su

    pa_labra

    elocuente su frase correcta

    su

    doctrina copiosa

    su

    instrucción no común por mi

    poco autorizada p a l a b r a ~ mi desaliño

    natural

    lo escaso

    de mis facultades literarias que tan atrás se quedan de

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    46/64

     

    lo

    que el audilorio

    la

    ocasión ¡·cclaman

    c·on

    lan justo

    derecho. Siemp1·e se suele decir en estos casos, y el re-

    curso va estando ya tan gaslaclo que no habrá quizá

    qnien lo admita, que el deber obliga; pe ·o

    y afi ·mo

    que

    en el caso presente sólo el deber me trae á esto sitio, por

    mús que yo estime y ponga en su punto el honor que se

    mo hace, y gracias que pueda sopol tar su peso apoyán-

    dome en vuestra benevolencia, señores Académicos,

    y

    on

    la

    indulgenc

    ia

    ·bondadosa del público quo

    me

    es-

    cucha.

    En una condición, sin embargo, me alrovo

    á

    compc-

    lir con D. Manuel Cañete,

    y

    es en

    la

    singular amisi:Hl que

    me uno desde lajnventucl con el nuevo Académico; amis-

    tad que nació al impulso de nuestro amor al arlo músi-

    co, se afirmó con el trato constante al calor del hogar

    tranquilo

    en

    que se deslizaron los primel os años del se-

    ñor ~ I o r p h y n aquella época de

    la

    vida en que el

    pa-

    sado

    e

    muda hislol ia,

    el

    presenfc no preocupa

    y

    el por-

    venir se extiende á nuestra vista poblado de sueños y ha-

    lagüeñas promesas; en aquellos años clo juventud alegre

    y

    descuidada, comenzamos á comunicar nncsLras impre-

    siones

    y

    juicios sobre la música, estudiando las obras

    maeslras, buscando la belleza en todas ellas y procuran-

    do razonar

    el entusiasmo para sacar enseñanza

    prove-

    chosa de lo que leíamos

    y

    sentíamos.

    El padre del Conde ele Morphy, renomhrado juriscon-

    suHo que en Madrid ejerció su profesión con alta estima,

    quiso que su hijo estudiase la

    canera

    del Derecho, sin

    desaprobar por eslo

    las

    aficiones musicales que desde

    edad muy temprana se hicieron patentes. Esludió, pues,

    simultáneamente

    las

    leyes r

    la

    música; tomó

    el

    grado

    de Licenciado,

    y

    mientras llegaban

    la

    edad

    y

    madurez

    que

    la

    toga exige, siguió con entusiasmo las lecciones de

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    47/64

    haemonía bajo

    la

    dirección del Profesor de esta enseñan-

    za en

    el

    Conservatorio, D. Francisco de Asís Gil.

    La inopinada muerte de D. José Morphy, acaecida pre-

    maturamente cuando su naluraleza privilegiada le brin-

    daba al parecer largos años de vida, vino á iniciar á su

    hijo en las luchas serias de la existencia y

    á

    plantear el

    problema, siempre incierto, del porvenir. En aquella cri-

    sis, el joven se encontró indeciso

    y

    vacilante entre las

    dos carreras que habían ocupado los años de su juvenLud.

    Había que lomar una resolución;

    lec

    idírse por uno ú

    oLt·o

    camino . El

    arle

    de

    la

    música venció en la conlionda con

    el arte del foro,

    el Sr

    . :\Jorphy resolvió marchar á Bru-

    selas á perfeccionar completar sus estudios bajo la di-

    rección del ilustre r sabio músico

    Sr

    . Fetis, que á

    la

    sa-

    zón

    regía y

    gobernaba con notoria fama el centro de en-

    señanza musical de la capital belga.

    Trabajó tan asiduamente con tanto aprovechamien-

    lo, que al concluir el segundo año, que

    era

    el de

    186-1

    compuso una cantata, titulada

    Cántico

    ele

    Jloisés,

    sobre

    el lexlo la ino Cantem.us DDinino etc., pm a coros, or-

    ques.la órgano, dedicándola al actual Rey do Bélgica,

    en tonces Duque

    de

    Brabante. El Sr .

    Fe

    is, interesado poi

    el discípulo que ya estimaba , con li ilmyó con su influen-

    cia vroporcionó los medios

    para

    que la ohra se ejecLt-

    Laso on la Sala ducal

    co

    n el gran órgano, la orquesta

    y

    coros

    de la

    catedral

    de Santa

    Gúdula junlamenlo

    la

    So-

    ciedad lírica, quo

    era

    entonces

    la

    más notable

    de

    élgi-

    ca . So reunieron 300 ejecutantes; la olJra fuó muy aplau-

    dida, y el joven con1positor pudo decir que la fortuna

    había

    acompañado sus primeros pasos.

    Aesla

    obra

    sigui

    eron

    otras varias,

    entre

    ellas los co-

    ros á voces solas, titulados

    Los T rapenses, Se;·enata

    es

    -

    paiíola Los Alnwgávat·es, con algunos más, que fueron

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

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     IG

    ejecutados por la Sociedad lírica en los conciertos de la

    misma. El éxito alcanzado

    pot·

    estas composiciones hizo

    que fuesen adquiridas por un editot·, siendo estímulo po

    deroso además para el

    Sr

    . Morphy la promesa de un

    -

    breto de ópera, en dos actos, para el teatro de

    a Mon-

    naie 

    Al propio tiempo el

    Sr

    . Fetis le instaba para que se

    quedase en Bruselas trabajando á su lado, y no h y eluda

    qne este ventajoso ofrecimiento hubiera sido aceptado

    con efusión; pero el destino, que llamaba por olros cami

    nos al Conde

    ele

    :rviorphy v

    in

    o

    á

    cambiar

    la

    perspectiva

    artística y las ilusiones del compositor por un cargo ofi-

    cial, honroso basta el punto

    do

    no ser ren a uciablc,

    y do

    empeño bastante para no vacilar en el sacrificio de las

    más arraigadas aficiones.

    El St·. o r p ~

    dejó la

    élgi-

    ca y se vino á Madrid para ocupar el puesto de Gentil-

    hombre al lado del Príncipe de Asturias D. Alfonso. El

    augusto niño cobró afecto

    entrañable

    al joven, qne vino

    á ser su constante compañero, adivinando en él, con su

    precoz instinto,

    un

    alma leal

    á

    toda prueba,

    y

    un

    cora

    zón recto incapaz de dolo

    ni

    engaño.

    La

    revolución de 1868lesseparó, y el arLisla

    so

    acogió,

    entre

    los huracanes de la borrasca, al arto que pocos

    años antes había abandonado, pero al que siempre con

    sagró culto en lo íntimo

    ele

    su corazón.

    En

    Octubre de

    este mismo año de 68 marchó á París, decidido

    á

    em-

    prender de nuevo su carrera de artista. Apenas

    instala-

    do en la capital de Francia, entre ottas pel sonas notables,

    conoció al

    Sr

    . Gevaert, grande amigo de la España y de

    los españoles, desde que pasó

    en

    Madrid

    una

    temporada

    en fecha ya algo remota. Era por aquella época Director

    artístico del teatro de la Grande Opera, y habiendo co-

    brado singular afecto al Sr. Morpby, le animó

    á traba-

    jar

    ; examinó con interés las obras escritas

    por

    éste

    clu

    -

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    49/64

      í

    ranle la

    estancia en Bélgica singularmente los estu

    dios é investigaciones sobre los libros de vihuela y gui

    tarra

    españoles. El Sr . Gevaert  competentísimo entu

    siasta por todo lo que toca á la arqueología musical le

    instó para que continuase la obra comenzada; le facilitó

    los materiales que él mismo tenía reunidos acerca del

    asnnlo ofreciendo además escribir un prólogo cuando

    llegase el momento de la publicación. Alentado Morphy

    con la excitación del que tan altas pruebas

    ha

    dado

    ele

    su

    raro

    sahel en esludios histórico-musicales continuó sus

    trabajos estudiando cuantos libros existen de este géne-

    ro en las bibliotecas de París más tarde en las de

    BL U-

    selas  Viena Dresde Madrid sobre todo en la

    riquísi-

    ma

    que el

    Sr

    . Barbieri posee

    la

    más completa del mun

    do en libros de música españoles. El resultado de esta la

    bor

    prolija

    ha

    sido

    una

    suma de datos bastante para lle

    nar

    tres

    ó

    cuatro volúmenes que esperamos ver publi-

    cados algún día para ilustración de nuestra historia mu.-

    sical en el siglo

    xvr

    y

    reivindicación de lo que nos per

    tenece en el movimiento de aquel período en que el ver

    dadero arte músico empezó á vivir.

    No se limitó á esto la actividad de producción del se

    ñor Morphy.

    n

    este tiempo escribió buen número do

    obras do diverso género ele las que citaré enlre otras 

    una Sonata

    para piano violín la

    Serenata espa iola

    para canto piano ejecutadas ambas en un concierto

    organizado por el autor en la Sala Herz publicadas

    después de adqLürida la propiedad por el editor Gcrard

    de París. A esla misma época pertenece la

    Sonatina

    para piano á cuatro manos que figuró con aplauso en

    diferentes programas de conciertos fné publicada por

    la casa Durand de París la de Romero de Madrid.

    La Sociedad de literatos artistas que el

    Sr

    . Morphy

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    50/64

    frecuenlaba

    en

    París, poco

    á

    poco le fué abl iendo cami

    no

    y

    le

    proporcionó ocasión de dar feliz empleo á las

    as-

    piraciones del compositor, con

    una

    obra de

    importancia

    bastante á

    colmar

    sus deseos.

    Entre

    los hombt es nota

    bles, con los cuales contrajo amislad, so con laba Tbeo

    phile Gautier, el cual, in teresado por Morphy á la de

    manda

    de Gevaert, escribió con destino

    á

    la Grande

    Ópera el libreto de un bailo en

    o

    s aclos titulado

    n

    Ma ·iage

    a

    Seville

    cuya

    música so

    encargó

    Morphy de

    componer. Concluída la partición presentada á

    la

    clirec·

    ción del teal ro, fué admitida, dándose orden

    o

    pt·opara r

    vestuario decoraciones

    para

    empezar los ensayos

    en

    breve

    plazo. El compositor

    veía cerca

    el momento de

    darse á conocer en el

    primer

    teatro de París asociado

    su

    nombre

    al de

    uno

    de los literatos más afamados de

    Francia. Del éxito de esta tentativa podía

    derivar un

    porv

    enir de

    gloria

    ue fortuna.

    l\Ias,

    por

    desdicha, ruidosísimos acontecimientos die

    ron

    al traste

    con las esperanzas del compositor con to

    dos los planes fundados, al parecer en

    tan

    sólidos ci

    mientos. Corría el año 1870, y en aquellos días vino á

    sacar de quicio á

    la

    Feancia

    entera

    y á conmover la

    mundo todo

    la

    ueclaración de la guerra franco-prusiana,

    1forphy tuvo que salir de París

    para

    librar á sn

    enferma

    y anciana

    madre

    ele los eslragos de la

    guerra;

    vino á

    Madl id, los trabajos musicales sufl ieron forzosa y per

    jndicial

    interrupción.

    Cuando, firmada

    la

    paz, volvió

    Morphy á París Theophile Gauüer había muerto; sus

    hered

    eros pusieron dificultaues á la publicación

    e

    la

    obra

    inédita, y las llaves del teatro de

    la

    Ópera habían

    pa

    sado á otras manos. Forzoso

    era

    volver

    á

    empezar,

    no faltaban

    para

    ello bríos y

    en

    tereza al joven com-

    positor.

  • 8/20/2019 Discurso Conde de Morphy Real Academia de San Fernando 1892

    51/64

    ¡g

    Pero

    eslaha escri to que

    la

    nda

    del Conde de

    lorphy

    tomara otros rumbos, como

    ya

    se había significado en

    situación anterior y análoga.

    Cuando menos lo esperaba recibió una comunicación

    en virLud

    de

    la cual se le confiaba el encargo

    ele

    dirigir

    la educación del Príncipe D. Alfonso, con el que dehía

    l eunirso on el Colegio Teresiano de Viena. 1\Iorphy, leal

    anlo lodo, puso la orden sobre sn cabeza, co lgó la plu-

    ma do compositor se encaminó á la capital de Anstria

    á

    desempeñar sn honrosa misión, gozoso de poder sel

    útil

    al excelso Príncipe que amaha con cariño profundo.

    La música dejó de ser el objeto exclusivo de sus  

    clios;

    pero en los ratos que

    la

    asiduidad reclamada pot

    su nuevo delicado cal go le dejaban libre, estudiaba en

    las bibliotecas de Viena,

    r

    completaba con elatos nume-

    rosos é interesantes su trabajo sobre los libros de vihue-

    la

    y

    tablalura. También se ocupó allí en la composición

    de una ópera en tres actos, poema de Gastón Ilirch, -

    lnlac.la i ~ i e

    que

    ho,y

    tiene concluída, y en escribir al-

    gunas piezas para la famosa orquesta de Eduardo

    Strauss.

    Proclamauo Rey de Espana D. Alfonso XII, vino á