didáctica y gestión de la capacitación: modelos y operatividad

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15 Rev. Traj. Mult. Ed. Esp. XVI Fórum Internacional de Educação Ano 3, Nº 7 ISSN 2178-4485 - Ago/2012 Didáctica y gestión de la capacitación: modelos y operatividad Alberto Lardelevsky 1 Resumen: A partir del análisis de modelos para la capacitación y su relación con el currículo, se presenta una conceptualización que procura movilizar el conocimiento de los capacitadores y de los docentes hacia una comprensión de los efectos de la capacitación en la gestión curricular. Se trata de vincular a ambos dispositivos con las prácticas de enseñanza e institucionales, articulando de manera comprometida los diferentes espacios de desarrollo profesional docente con los resultados de aprendizaje, en pos de itinerarios escolares plenos y oportunos. Palabras clave: Modelo capacitador. Currículo. Práctica de enseñanza Resultados de aprendizaje. Resumo: A partir da análise de modelos para capacitação e sua relação com o currículo, apresenta- se uma conceituação que procura mobilizar o conhecimento dos capacitadores e dos docentes para uma compreensão dos efeitos da capacitação na gestão curricular. Trata-se de vincular a ambos dispositivos, através das práticas de ensino e institucionais, articulando de maneira comprometida os diferentes espaços de desenvolvimento profissional docente com os resultados de aprendizagem, em busca de itinerários escolares plenos e oportunos. Palavras-chave: Modelo capacitador. Currículo. Prática de ensino. Resultados de aprendizagem. Introducción La práctica de la capacitación docente suele considerarse un proceso inherente al devenir de hacer educativo, no obstante los escasos resultados en el mejoramiento de los aprendizajes llevan a cuestionar los modelos utilizados y sus formas de operarlos. En este artículo se presenta una modelización que permite identificar los sentidos, las ventajas y riesgos que el desarrollo que cada uno comporta. A su vez se intenta reflexionar sobre la relación currículo-capacitación como expresión “doctrinaria” de la política educativa que intenta establecer normativamente los alcances, densidad y profundidad de las propuestas de enseñanza. Así como, los requerimientos de un diseño de un programa de capacitación que movilice el conocimiento de los docentes hacia una comprensión de los efectos de las prácticas de enseñanza cuestionando la naturalización del fracaso escolar, las tradiciones de las prácticas educativas que no aportan a la superación del problema proponiéndose revertir la mirada sobre los alumnos en clave de resultados de aprendizaje por consecuencia de los efectos de la enseñanza. 1 Licenciado e Professor de Ciências da Educação na UBA. Doutorando na UNTREF.

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Rev. Traj. Mult. – Ed. Esp. XVI Fórum Internacional de Educação – Ano 3, Nº 7 ISSN 2178-4485 - Ago/2012

Didáctica y gestión de la capacitación: modelos y operatividad

Alberto Lardelevsky1

Resumen: A partir del análisis de modelos para la capacitación y su relación con el currículo, se presenta una conceptualización que procura movilizar el conocimiento de los capacitadores y de los docentes hacia una comprensión de los efectos de la capacitación en la gestión curricular. Se trata de vincular a ambos dispositivos con las prácticas de enseñanza e institucionales, articulando de manera comprometida los diferentes espacios de desarrollo profesional docente con los resultados de aprendizaje, en pos de itinerarios escolares plenos y oportunos. Palabras clave: Modelo capacitador. Currículo. Práctica de enseñanza Resultados de aprendizaje. Resumo: A partir da análise de modelos para capacitação e sua relação com o currículo, apresenta-se uma conceituação que procura mobilizar o conhecimento dos capacitadores e dos docentes para uma compreensão dos efeitos da capacitação na gestão curricular. Trata-se de vincular a ambos dispositivos, através das práticas de ensino e institucionais, articulando de maneira comprometida os diferentes espaços de desenvolvimento profissional docente com os resultados de aprendizagem, em busca de itinerários escolares plenos e oportunos. Palavras-chave: Modelo capacitador. Currículo. Prática de ensino. Resultados de aprendizagem.

Introducción

La práctica de la capacitación docente suele considerarse un proceso inherente al

devenir de hacer educativo, no obstante los escasos resultados en el mejoramiento

de los aprendizajes llevan a cuestionar los modelos utilizados y sus formas de

operarlos. En este artículo se presenta una modelización que permite identificar los

sentidos, las ventajas y riesgos que el desarrollo que cada uno comporta.

A su vez se intenta reflexionar sobre la relación currículo-capacitación como

expresión “doctrinaria” de la política educativa que intenta establecer

normativamente los alcances, densidad y profundidad de las propuestas de

enseñanza. Así como, los requerimientos de un diseño de un programa de

capacitación que movilice el conocimiento de los docentes hacia una comprensión

de los efectos de las prácticas de enseñanza cuestionando la naturalización del

fracaso escolar, las tradiciones de las prácticas educativas que no aportan a la

superación del problema proponiéndose revertir la mirada sobre los alumnos en

clave de resultados de aprendizaje por consecuencia de los efectos de la

enseñanza.

1 Licenciado e Professor de Ciências da Educação na UBA. Doutorando na UNTREF.

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El modelo de capacitación permite conceptualizar diferentes estrategias de acuerdo

con los momentos de la implementación curricular, los destinatarios a los cuales está

dirigidos como también, sus intencionalidades: generar la apropiación o

actualización de un saber experto, realizar la revisión de prácticas pedagógicas,

incorporar estrategias y recursos de enseñanza, y orientar los procesos de

organización y gestión de los grupos escolares. Asimismo se ha considerado un eje

vinculado con el compromiso con los resultados de la enseñanza o su

desvinculación de ellos.

En este artículo el foco puesto sobre la capacitación apunta a acompañar a los

docentes, los directivos, supervisores escolares, equipos técnicos y responsables de

la gestión en la construcción y aprovechamiento de este dispositivo como

instrumento potente para la protección de los itinerarios escolares. Se trata de

reconocer los puntos de partida de los destinatarios para arribar a una evaluación

sobre los efectos de la enseñanza y la gestión escolar que las retroalimente

comprometiéndose con resultados superadores del fracaso escolar.

Los modelos de capacitación docente y su operatividad

Abordar el tema de la capacitación docente requiere una serie de consideraciones

respecto de esta práctica de formación continua, habitual en los sistemas educativos

y a su vez controvertida, fundamentalmente por cuestionarse su incidencia en la

transformación de las prácticas pedagógicas o por su intencionalidad y el grado de

su efectiva transferencia a la realidad del aula.

Esta afirmación pone de manifiesto dos principios que los responsables de la

capacitación no pueden obviar: el primero es que todo proceso de capacitación

supone una intencionalidad de influenciar sobre los sujetos a los cuales se capacita,

el segundo, como consecuencia del primero, de producir cambios en los sujetos

destinatarios de la capacitación.

Cambios e influencias pueden estar dominados por diferentes sentidos: incorporar

conocimientos, profundizar marcos teóricos, transformar o reemplazar concepciones

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teóricas preexistentes, y como efecto de ellos modificar esquemas teóricos y

prácticos para la actuación profesional.

La modificación de estos esquemas tiene que ver con los objetivos que se propone

el capacitador –que pueden ser cuestionables- si no se alinean con principios

educativos democráticos que favorezcan una educación para todos o introduzcan

distorsiones en las propuestas curriculares en vigencia.

Tradicionalmente, los procesos de capacitación han estado ligados a diferentes tipos

de racionalidades: de orden académico, de orden político, de orden administrativo

organizacional, de gestión institucional y/o curricular, entre otras. Cada una de estas

racionalidades guarda propósitos diferentes y es en función de ellos que se pueden

observar las formas en que se establecen sus contenidos y metodologías.

Es por esta razón que en el proceso de diseño o gestión de la capacitación es

necesario establecer con claridad sus intenciones con el objeto de evitar generar

expectativas que no se cumplen ya sea porque las motivaciones del capacitador y

los capacitados no son explicitadas y por lo tanto, cada uno de ellos responde a sus

propios intereses bajo la suposición que se encuentran compartidos.

Para situar el enfoque de una capacitación que propone un programa basado en que

todos puedan aprender apuntando, a la superación del fracaso escolar y, a la vez,

permitiendo a los capacitadores explicitarse en su rol se presenta aquí un modelo -

que si bien no es exhaustivo-orientado a identificar los sentidos de la capacitación y

la perspectiva de participación de los destinatarios de este tipo de acción

pedagógica.

El modelo describe la intencionalidad de la propuesta de capacitación con la

finalidad de orientar a los capacitadores ya que se entiende que en este tipo de

procesos es medular comprender que son las acciones de los sujetos, sus

pensamientos, intereses y concepciones las que lo determinan.

El siguiente cuadro grafica un modelo que estructura el desarrollo conceptual del

presente artículo.

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MODELOS DE CAPACITADORES

Da conocimiento

Ayuda a revisar o relevar prácticas docentes

Los modelos, efectos, ventajas y riesgos

A continuación se avanza en el análisis de los modelos tendiente a iluminar no sólo

sus contenidos específicos sino las decisiones de los sujetos que participan ya sea

como responsables o destinatarios.

Los ejes

El eje vertical, expresa una tensión o decisión de los capacitadores entre brindar

nuevos conocimientos y el relevamiento o revisión de las prácticas. Esta distinción

no expresa una dicotomía sino que da cuenta una variación entre un modelo

transmisivo centrado en la transferencia de un conocimiento que se supone ausente

en los destinatarios y una experiencia de capacitación concentrada en la transmisión

y experimentación de estrategias didácticas o recursos técnicos pedagógicos entre

colegas docentes que interactúan sobre sus esquemas de actuación práctica.

El eje horizontal, en cambio, en este modelo evidencia el grado de involucramiento

del capacitador con los resultados de aprendizaje derivados de la implementación de

la propuesta que se postula. Es decir, recorriendo el diagrama de izquierda a

derecha, se va desde un bajo compromiso o independencia respecto de lo que

suceda en la implementación de la propuesta en las prácticas docentes, en relación

con mejores resultados de aprendizaje, hacia un involucramiento intenso en la

puesta en práctica de los contenidos que se abordan y los efectos resultantes.

No incluye en

su tarea los

resultados de

aprendizaje

derivados de la

propuesta de

enseñanza que

postula

Involucra en

su tarea los

resultados

de

aprendizaje

derivados de

la propuesta

de

enseñanza

que postula

Capacitador

expositor

Capacitador

referente

Capacitador

facilitador

Capacitador

activista

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Los cuadrantes y sus modelos

Los dos cuadrantes de la derecha nos llevan a considerar la necesaria incorporación

de un componente de seguimiento o monitoreo a la implementación como parte

inseparable de la capacitación para evitar que el involucramiento con las prácticas

institucionales y de aula no quede circunscripto a una mera enunciación de “deseos”.

Establecidos estos dos ejes, se analizarán cada uno de los cuatro cuadrantes

(modélicos) que expresan una configuración particular en cada uno de los espacios

producidos por la intersección entre ellos para que puedan ser considerados en los

procesos de diseños de capacitación, de acuerdo con la intencionalidad que se

pretenda atribuir a la propuesta, para identificar estilos de trabajos y reconocer sus

riesgos y ventajas.

a. El modelo del capacitador expositor

En el cuadrante superior izquierdo la denominación capacitador expositor reconoce

un conjunto de acciones específicas vinculadas con la transmisión de información.

Generalmente, la organización de este tipo de capacitación tiene un alto grado de

facilidad en su organización ya que permite llegar a un número importante de

asistentes. Sin embargo, muchos capacitadores dejan de lado el pensamiento del

docente en relación con las apreciaciones que se derivan de las prácticas de aula o

institucional. Cuando esto sucede la brecha entre teoría y práctica se agranda.

Este modelo de capacitador se caracteriza por:

• Establecer una comunicación vertical;

• Desarrollar actividades centradas en la transmisión de conocimiento;

• No tener una implicación directa sobre sus efectos en los resultados de

aprendizaje.

Desde esta perspectiva, el saber experto, en los hechos, se independiza de la

puesta en práctica y de los resultados de la enseñanza y el aprendizaje.

El riesgo mayor en este tipo de capacitaciones es la producción de un conjunto de

clases magistrales de características universitarias con escasa o nula conexión con

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los intereses y pensamientos de los profesores y de los maestros ni con la

recuperación de las experiencias cotidianas escolares.

La ventaja de este tipo de capacitación reside en que permite la difusión masiva de

nuevas teorías pedagógicas o de otras disciplinas académicas vinculadas con el

campo de la educación que de otra manera quedarían reservadas o circunscriptas

en círculos elitistas de conocimiento. A su vez, estas teorías pueden permitir iluminar

aspectos de las prácticas educativas que son invisibilizadas o naturalizadas por los

docentes y las instituciones educativas.

b. El modelo del capacitador activista

En el cuadrante inferior izquierdo la denominación capacitador activista identifica un

espacio de transmisión vinculado con las técnicas para la enseñanza. Al igual que el

modelo anterior se encuentra desvinculado de la implementación en la práctica,

supone la provisión de un conjunto de recursos didácticos y de gestión de la clase

independiente de los contextos de aplicación. El análisis de las razones de la

proliferación de este tipo de capacitaciones se encuentra en atender necesidades de

los docentes surgidas de los espacios vacantes que en muchas ocasiones dejan las

didácticas especiales en la formación inicial y en otras, por la necesidad de los

docentes de contar con un variado repertorio de técnicas para animar las clases.

Este modelo de capacitador se caracteriza por:

• Establecer una comunicación reticular y por lo tanto, horizontal;

• Desarrollar actividades centradas en el uso de técnicas variadas;

• La disponibilidad de un saber experto basado en proveer técnicas para la

enseñanza, sin atender al contexto de su aplicación.

En esta propuesta, puede observarse una cierta separación entre el contenido de

enseñanza y las estrategias técnicas. En este sentido, los propósitos en este tipo de

capacitación es que los docentes dispongan de un banco de recursos técnicos para

ser utilizados de acuerdo con los criterios que adopten. Las características de los

grupos y las instituciones no son consideradas de manera relevante y se busca

promover la participación de los docentes capacitados.

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Un riesgo en este tipo de capacitaciones reside en invisibilizar el contenido

específico del aprendizaje y el contexto del aula en que se pretende aplicar desde

una perspectiva por la cual el éxito de la enseñanza residiría en la simple aplicación

de un recurso técnico, sin que sea necesario un análisis de su adecuación al

contenido y al grupo clase.

Otro riesgo es considerar que el tipo de participación de los docentes debe ser

realizar actividades semejantes a las sugeridas para los alumnos de éstos, omitiendo

las diferencias evolutivas, de formación o los intereses que se ponen en juego.

En consecuencia, se genera una concepción en la cual predomina una relevancia de

la práctica sobre la teoría escindiendo ambas.

La ventaja, de este tipo de capacitación reside en que podría permitir la vivencia de

la experiencia propuesta por el capacitador facilitando la observación de la dinámica

que se establece.

c. El modelo del capacitador referente

El modelo ubicado en el cuadrante superior derecho se asienta sobre dos pilares

interrelacionados, el conocimiento de la disciplina y el conocimiento sobre su

enseñanza dado que aquí el capacitador tiene la intención de involucrar a los

participantes de la capacitación con los resultados de aprendizajes derivados de la

propuesta de enseñanza que se postula. Se trata entonces, de poner en relación los

supuestos teóricos de los contenidos del campo de conocimiento sobre los cuales se

capacita con el conocimiento sobre la enseñanza de dichos conocimientos. Es decir,

la interacción entre la formación teórica del docente con el ámbito del aula.

Puede afirmarse que este tipo de capacitación está orientada a promover y

desarrollar un conocimiento de oficio docente por el cual se va construyendo un

conocimiento pedagógico capaz de articular el contenido de la disciplina con los

desempeños de los alumnos y las prácticas institucionales.

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La caracterización de este tipo de conocimiento que se pretende desarrollar implica

una posesión de:

• Un dominio sobre el conocimiento de la materia que fundamenta teóricamente la

propuesta pedagógica disciplinar,

• Una capacidad para conceptualizar cuestiones y problemas prácticos que se dan

en situaciones específicas de aula,

• Una práctica reflexiva sistemática que permite emplear estos conocimientos en la

gestión de la clase de manera comprensiva,

• Un dominio analítico de los acontecimientos que suceden en el aula a partir de las

decisiones tomadas en las prácticas de enseñanza que derivan en procesos de

aprendizaje de los alumnos, y

• Un criterio para analizar las evidencias de los resultados de la enseñanza y la

producción de los aprendizajes.

Este modelo de capacitador se caracteriza por:

• Establecer una comunicación reticular;

• Desarrollar actividades centradas en la revisión y mejoramiento de las

competencias de enseñanza y en la ampliación y profundización de los marcos

teóricos trabajados;

• Poner en foco los efectos en los resultados de enseñanza y aprendizaje;

• Comprometer el saber experto con la mejora de los resultados de aprendizaje

generados por una enseñanza más profesional.

El riesgo es desconocer las representaciones de los docentes respecto de los

alumnos y sus familias como condicionantes del fracaso escolar, de la

autopercepción de sus prácticas de enseñanza y no dar lugar al planteo de dudas e

incertidumbres para generar argumentaciones que den cuenta de las evidencias de

propuestas de enseñanza fundamentadas y de sus efectos para generar itinerarios

escolares plenos y oportunos.

La ventaja de este tipo de capacitación reside por una parte en la vinculación del

saber experto con las prácticas reales de enseñanza en contextos específicos y por

la otra, en el fortalecimiento de las competencias de enseñanza de los profesores.

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Asimismo, el compromiso sobre los resultados de aprendizaje derivados de las

acciones de enseñanza consolida la articulación entre la teoría y la práctica.

d. El modelo del capacitador facilitador

Este modelo de capacitación se orienta a la revisión de prácticas docentes en

contextos de aplicación específicos. Se trata de un modelo que centra su atención

en la experiencia práctica de los docentes, en la revisión de los procesos de

implementación de programas o de modelos didácticos específicos.

Está vinculado con lo que la literatura educativa denomina reflexión sobre la práctica

o análisis de testimonios. Desde esta perspectiva, se recupera la experiencia de la

profesión docente y se ponen en juego las concepciones explícitas y subyacentes

que han dado lugar a los diferentes tipos de intervenciones y el análisis sobre los

resultados de aprendizaje de los alumnos como consecuencia de ellos.

La concepción se basa en un tipo de diálogo horizontal en el cual se desarrollan de

un modo sistemático relatos sobre las ventajas y limitaciones de las propuestas de

enseñanza que se plantean.

Este modelo de capacitador se caracteriza por:

• Establecer una comunicación horizontal-deliberativa;

• Desarrollar actividades centradas en el conocimiento que aporta la experiencia;

• Promover la circulación del saber que se amplía a través de la reflexión sobre los

aportes e intercambios entre pares y con el capacitador;

• Generar en el ámbito de la capacitación una exploración sistemática y reflexiva de

los resultados de la enseñanza como parte de la capacitación.

El riesgo de la implementación de las acciones sustentadas en este modelo es la

proliferación de relatos descriptivos sin la consecuente indagación teórica

subyacente a dichas prácticas y que no lleguen a aflorar o ponerse en discusión las

representaciones de los docentes respecto de sus propuestas de enseñanza y las

posibilidades de logro académico de sus alumnos.

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Un segundo riesgo, lo constituiría, si el capacitador no es capaz de considerarlo, es

que el análisis se encuentre dominado por la experiencia emocional de los docentes

sin poder trascenderla y generando una situación de inmovilidad.

La ventaja reside en la posibilidad de analizar entre pares la experiencia docente

incluyendo los dilemas, las imágenes, las contradicciones que portan las

representaciones de los docentes respecto de sus prácticas de aula. Por otra parte,

permite construir convicción en las propuestas de enseñanza al romper el

aislamiento que domina el pensamiento acerca de las formas de ejercer la profesión

docente.

A su vez, permite explicitar el conocimiento de la disciplina y su didáctica, el

conocimiento sobre los efectos de las acciones de enseñanza y los esquemas de

actuación y comprensión de los fenómenos educativos que se desarrollan en el aula

y en la escuela.

El conocimiento individual pasa a constituirse en un capital cultural colectivo, en

tanto se habiliten los debates, el intercambio de puntos de vista contrastados con las

evidencias de los resultados del aprendizaje que se derivan de las decisiones de

enseñanza adoptadas.

Desde una perspectiva curricular, centrada en garantizar los itinerarios educativos de

todos los alumnos, la capacitación es concebida como uno de los componentes de la

función de apoyo a los docentes y por lo tanto, se focaliza en los cuadrantes de la

derecha del esquema modélico que se presentó más arriba, dado el involucramiento

con resultados de aprendizaje originados en las propuestas de enseñanza que se

proponen. En este caso particular, tienen como objetivo la reducción del fracaso

escolar y por ello, el fortalecimiento de las trayectorias escolares de los alumnos.

Desde esta perspectiva, las acciones del capacitador se proponen movilizar el

conocimiento de los docentes hacia una comprensión de los efectos de sus prácticas

de enseñanza que vienen desarrollando de acuerdo con las concepciones teóricas

subyacentes, sus representaciones respecto de las trayectorias escolares de los

alumnos y la naturalización del fracaso escolar. Esta mirada permite poner en

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cuestionamiento tradiciones de las prácticas educativas que no aportan a la

superación del problema de los bajos resultados de la enseñanza. Corresponde,

entonces, durante la implementación de un programa de capacitación desarrollar

múltiples estrategias en diferentes momentos de acuerdo con los focos de

actividades diseñados para cada uno de ellas.

Elementos claves para el diseño de un programa de capacitación

Con la intencionalidad de transformar el modelo en acción es que se presenta una

esquematización para el diseño e implementación de un programa de capacitación,

las estrategias a desarrollar vinculándolo con la gestión del currículum con

involucramiento sobre los resultados de aprendizaje que se derivan de las acciones

de enseñanza.

Se trata de identificar qué acciones son estratégicas en función de los sentidos los

destinatarios y los responsables del diseño y gestión del programa.

Todo programa de capacitación requiere incorporar, al menos parcialmente,

aspectos de cada uno de los modelos presentados precedentemente.

Las acciones estratégicas

a) La apropiación del saber experto o la actualización disciplinar y didáctica

Toda instancia de capacitación debe contar con dos componentes interrelacionadas,

los materiales de estudio2 y/o de desarrollo curricular y la segunda, los encuentros

presenciales de capacitación.

De los materiales de estudio en propiedad: Esta decisión de gestión implica la

oportunidad de poseer y conservar como objeto de referencia el conocimiento sobre

la enseñanza materializado en la escritura. La propiedad del material permite la

2 Se define como material de estudio la bibliografía, fuentes de información primarias y secundarias,

documentos de desarrollo curricular para la implementación en el aula o en la gestión directiva, el diseño curricular, normativas, entre otros.

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frecuentación permanente a marcos teóricos, propuestas de enseñanza,

documentos de información y normativa para referenciar el pensamiento pedagógico

de los docentes, sustentar sus prácticas de enseñanza y al mismo tiempo, evitar las

distorsiones que puedan suscitarse en la toma de notas, en las interpretaciones o

sobreentendidos que puedan generarse en los espacios presenciales de

capacitación constituyéndose, en un dispositivo de conservación de la propuesta.

En muchas ocasiones, los espacios de capacitación solo encuentran en la voz del

capacitador, el saber experto y una referencialidad diseminada en autores y

publicaciones a los cuales los docentes no tienen facilidad de acceso. Por esta

razón, disponer de materiales en propiedad constituye un elemento clave de

compromiso con los docentes y de las mejoras que se intentan producir.

b) El valor de la presencialidad y la potencialidad de los intercambios

Estos espacios, en los cuales se desarrollan actividades de capacitación vinculadas

con marcos teóricos de fundamento, con estrategias didácticas, con revisión de

prácticas de enseñanza y de gestión de clase, son estratégicos para romper el

aislamiento y producir un conocimiento colectivo y direccionado a los propósitos

establecidos.

La presencialidad posibilita un intercambio entre el capacitador y los docentes

orientado a la implementación de las acciones previstas. Es a través del diálogo y la

comparación entre el marco teórico que se sustenta, las creencias y el conocimiento

situacional que se van elaborando criterios de trabajo para la puesta en práctica de

propuestas de enseñanza que se propongan, en relación con la implementación

curricular.

Es un espacio adecuado para la revisión del conocimiento del oficio del docente en

relación con el saber experto y las expectativas puestas en juego para generar

situaciones de aula orientadas a superar las situaciones de fracaso escolar.

El número de encuentros permite el avance progresivo del conocimiento experto

respaldado en las evidencias que surgen de la implementación en el aula y en la

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escuela. Cuando se logra este formato de trabajo el capacitador se constituye en

referente de acuerdo con el modelo descripto precedentemente.

Los destinatarios de la capacitación no pueden restringirse sólo a maestros o

profesores, dado que la participación de los supervisores y directores de las

escuelas aportan al entramado institucional que se requiere para desarrollar un

programa de mejora y fortalecimiento de las propuestas de enseñanza.

Si bien los destinatarios docentes acrecientan su experticia profesional a los

directores y supervisores los moviliza para poner el foco en:

• La función de asesoramiento,

• La organización de los ciclos,

• La gestión de la información y

• La coordinación de acciones específicas.

En esta concepción, la suscripción de acuerdos institucionales y los avales a los

dispositivos de gestión de directores y supervisores respectivamente, son

indispensables para configurar estrategias escolares integradas tendientes al logro

de trayectorias escolares exitosas.

En este sentido, la capacitación propicia el desarrollo de estrategias de organización

orientadas al trabajo en equipo, al establecimiento de criterios coherentes y

unificados de enseñanza, es decir, a la protección de los itinerarios escolares con el

fin de que todos los alumnos aprendan más y mejor.

c) En relación con la implementación en el aula y en la escuela, los espacios de

asesoramiento.

Uno de los riesgos mayores en la tradición de la capacitación es el bajo impacto

sobre las instituciones educativas. La incorporación del uso de evidencias de

implementación es lo que permitirá atravesar la frontera del espacio de la

capacitación.

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Esta instancia puede ser considerada una forma de capacitación cuando se realiza

grupalmente y los intercambios de revisión y análisis de prácticas asumen el formato

de ateneo. Estos espacios son propicios para el análisis de cuadernos, de registros

de clases y hacen visibles los pensamientos de los docentes en relación con sus

acciones de enseñanza y con sus concepciones y creencias respecto del

rendimiento escolar de sus alumnos.

d) Después y para la presencialidad, en relación con la producción de evidencias de

los efectos de la enseñanza y la gestión curricular institucional.

La capacitación no puede desvincularse del relevamiento de los logros de

aprendizaje de los alumnos ya que permiten estructurar las acciones específicas de

transferencia al aula y a la escuela.

Es por ello que es necesario también, avanzar en el conocimiento sobre el uso de

los resultados de la evaluación y concomitante con ello, el análisis de las evidencias

manifestadas por los alumnos.

Las evaluaciones deben ser objeto de reflexiones colectivas en las cuales los

docentes y directivos puedan evaluar y analizar resultados de los efectos de sus

acciones pedagógicas.

En este sentido, la estrategia de capacitación se convierte en un ateneo de análisis y

revisión de prácticas de enseñanza y resultados de aprendizaje.

El ateneo, como estrategia de diálogo horizontal entre pares permite un análisis

grupal de las evidencias que emergen de la resolución de las actividades de aula e

institucional que se proponen y así, tomar conciencia de los diferentes tipos de

logros que van alcanzando los alumnos. Se trata de establecer categorías de logro

que superen la falsa dicotomía absoluta de aprendió no aprendió que se contradice

con una concepción de aprendizaje como proceso que lleva a hacer visible el

posicionamiento del alumno respecto de sus logros.

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El espacio colectivo de evaluación también es una instancia de capacitación al cual

podemos posicionar en el espacio inferior derecho del modelo propuesto dado su

atención sobre el análisis y la revisión de prácticas de enseñanza. El rol que asume

el capacitador es el de facilitador y referente según los momentos y dinámica de los

encuentros.

La capacitación y la organización operativa

La gestión de la capacitación comprende un conjunto de tareas específicas que

exige un conjunto de previsiones necesarias para alcanzar los objetivos que se

propone. Se trata de un dispositivo cuya organización requiere prestar atención a un

variado número de acciones secuenciadas y previsiones a tener en cuenta.

Se pueden identificar con claridad tres momentos:

• La etapa de planificación y diseño de organización de la capacitación;

• La puesta en marcha o implementación;

• La evaluación y retroalimentación.

a) La etapa de planificación y diseño de organización de la capacitación

La capacitación se inscribe en un plan de acciones previstas en su diseño, por lo

cual se hace necesario la elaboración de un cronograma que dé cuenta de la

organización temporal para cada una de las tareas previstas.

Una condición de viabilidad para las acciones de gestión de la capacitación es la

atención a las cuestiones de logística en tanto, previsión de los lugares de

realización bajo un criterio de distribución territorial e implicancias respecto del

traslado de los docentes y de las condiciones materiales que permitan desarrollar de

manera adecuada las acciones programadas.

Previo a la implementación del encuentro presencial de capacitación es necesario

asegurar el acceso de los docentes, directivos y supervisores a los materiales del

programa con la suficiente antelación para la realización de una primera lectura del

mismo.

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La gestión de la capacitación incluye la elaboración de una agenda global del

programa que anticipe el conjunto de acciones que implica la participación en el

mismo y que les permita a los docentes conocer los itinerarios y etapas de su propio

perfeccionamiento.

A su vez para cada una de las instancias de capacitación se debe elaborar la

agenda específica a cargo del capacitador en la cual se incluyan las actividades, su

distribución temporal, los materiales a utilizar y los productos a obtener.

Quien gestiona la capacitación debe transmitir no sólo cuestiones de

orden práctico sino la convicción del beneficio de la implementación

de un programa tendiente a la superación del fracaso escolar, no

sólo para los alumnos de las escuelas sino también para los

maestros y directivos como mejoramiento de su rol profesional y

satisfacción por los logros a obtener.

b) La puesta en marcha de la capacitación

Secuencialmente, se propone prever acciones de capacitación para diferentes

actores del sistema educativo con el propósito de lograr una estrategia integral que

involucre comprensivamente a quienes participan directa o indirectamente de la

propuesta del programa.

Desde una perspectiva de gestión para el desarrollo curricular las acciones de

capacitación constituyen un componente del proyecto institucional y por lo tanto, los

actores involucrados también pueden realizar las previsiones de organización

institucional que generen las condiciones de viabilidad para la implementación

didáctica y de gestión en las diferentes instancias que se proponen.

Las instancias establecidas para los diferentes actores requieren temporalmente de

una proximidad que permita la articulación de las acciones de todos los actores

destinatarios de la capacitación. La razón de esta proximidad es la de generar

sinergia institucional.

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En todas las instancias de capacitación se debe incluir un espacio para la

explicación global de la propuesta identificando el momento de desarrollo en que se

encuentra y las acciones futuras previstas.

La recurrencia de la descripción de las acciones colabora con el sostenimiento del

programa en tanto posiciona la participación de los docentes y directivos en cada

una de las instancias construyendo un entramado integrado de tareas orientadas al

logro de los propósitos establecidos.

c) La evaluación y retroalimentación

Asimismo, es necesario contar con un instrumento sencillo de evaluación para ser

aplicado en cada una de las instancias de capacitación con el propósito de realizar

los ajustes necesarios y dar cuenta del grado de satisfacción y adhesión de los

docentes al programa. Este insumo es importante para la organización de los

asesoramientos ya que puede permitir hacer foco en temáticas o situaciones que

ameriten un tratamiento particular.

Finalmente, se reconoce como necesario disponer de dispositivos de seguimiento y

monitoreo tendientes a la retroalimentación de las decisiones que se vayan tomando

a medida que se avanza en la propuesta específica.

A modo de reflexión final

En el campo de la educación la capacitación y el currículum son dos dispositivos que

debieran ser inseparables en tanto, preocupación genuina de generar las

condiciones más adecuadas para el logro de itinerarios plenos y oportunos.

Se puede afirmar, que el currículum es al sistema educativo lo que las constituciones

a los países, un marco de regulación que marca y delimita los alcances de la

educación para cada uno de los niveles escolares y la capacitación es el instrumento

que permite generar los espacios de actualización, reflexión compartida y revisión

colectiva de los procesos de reconocimiento de la distancia entre la expectativa de la

política educativa y las prácticas reales que de ella se derivan.

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El reconocimiento de los modelos presentados en este artículo ha intentado iluminar

la toma de decisión tanto a nivel macro como a nivel micro de los sistemas

educativos.

En relación con el nivel macro, en función del planeamiento de programas de

capacitación o de implementación de desarrollo curricular que requieran de este

componente específico y en relación con el nivel micro, para el diseño y planificación

de las acciones fijadas que cada capacitador establezca con el objeto de cumplir con

los objetivos y propósitos establecidos.

En este sentido, el modelo analítico desarrollado permite identificar el compromiso

con los resultados que provienen de las propuestas planteadas y por ello, configura

un tipo de involucramiento de los diferentes actores.

Por otra, se ha querido expresar como preocupación la necesidad del

reconocimiento de los intereses, necesidades, representaciones y expectativas de

los destinatarios de las acciones de capacitación, ya sean directos o indirectos, es

decir, los docentes y los alumnos. La posibilidad de generar espacios de intercambio

y construcción de marcos culturales colectivos, no uniformes, fortalece tanto a los

sujetos como a las organizaciones involucradas.

Sólo a través de la combinación de múltiples formatos y experiencias de

capacitación recurrentes se avanzará hacia el logro de trayectorias escolares

exitosas para todos los alumnos de los sistemas educativos. Aún quedan pendientes

acciones por recorrer.

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