diana...exponente de la rumba cubana. pro-ponemos además un breve análisis de los textos del gran...

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© archivo • ISSN: 1999-8090 • $1.00 • 16 • AGOSTO 2009 • ESTIMADOS LECTORES: Termina el mes de agosto y con él las vacaciones de nuestros hijos y hermanos. Volve- mos a las aulas y al taller, a estudiar o a producir, porque sólo lo que cuesta vale, sólo lo difícil es bello. Llegamos 3 DIANA BABY LORES TELEVISIÓN GEOVANI DEL PINO «la rumba está llena de espontaneidad», dice el director de la agrupación yoruba andabo MÚSICA «la pelota es sagrada» HÉCTOR RODRÍGUEZ GENTE polémica en torno a una definición DEBATE 4 © martha vecino ulloa © cortesía del entrevistado © 10k pág. pág. 6 pág. a sus casas con varios temas calientes como el verano: la telenovela cubana Diana, que acumula detractores y de- fensores igualmente apasionados, el nuevo video de Baby Lores, entrevis- tas al narrador deportivo Héctor Ro- dríguez y al músico Geovani del Pino, director de Yoruba Andabo, genuino exponente de la rumba cubana. Pro- ponemos además un breve análisis de los textos del gran humorista que es Zumbado, a quien homenajeamos. Esta vez, Wejebe nos habla de los agentes secretos de Maceo, y el escri- tor espirituano Antonio Rodríguez Salvador defiende a la vilipendiada aura tiñosa. La revista, como siempre, propone diversos puntos de vista y es- pera recibir los suyos, para discutir, como suele ocurrir en los hogares, con pasión y respeto. Que usted pase un buen rato, se alegre de coincidir o no, y nos espere el próximo mes. Gra- cias. CM NÚMERO ¿la caja tonta? 2 12 pág. defensores y detractores opinan sobre la serie un zoom a zumbado 11 descubriendo el aura tiñosa 10 EDITORIAL

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• ISSN: 1999-8090 • $1.00 •

16• AGOSTO 2009 •

ESTIMADOS LECTORES: Termina elmes de agosto y con él las vacacionesde nuestros hijos y hermanos. Volve-mos a las aulas y al taller, a estudiar oa producir, porque sólo lo que cuestavale, sólo lo difícil es bello. Llegamos

3DIANA

BABY LORES

TELEVISIÓN

GEOVANI DEL PINO«la rumba está llena

de espontaneidad»,

dice el director

de la agrupación yoruba andabo

MÚSICA

«la pelota

es sagrada»

HÉCTOR RODRÍGUEZGENTE

polémica en torno

a una definición

DEBATE 4

© martha vecino ulloa

© cortesía del entrevistado

© 10k

pág.

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pág.

a sus casas con varios temas calientescomo el verano: la telenovela cubanaDiana, que acumula detractores y de-fensores igualmente apasionados, elnuevo video de Baby Lores, entrevis-tas al narrador deportivo Héctor Ro-

dríguez y al músico Geovani del Pino,director de Yoruba Andabo, genuinoexponente de la rumba cubana. Pro-ponemos además un breve análisis delos textos del gran humorista que esZumbado, a quien homenajeamos.Esta vez, Wejebe nos habla de losagentes secretos de Maceo, y el escri-tor espirituano Antonio Rodríguez

Salvador defiende a la vilipendiadaaura tiñosa. La revista, como siempre,propone diversos puntos de vista y es-pera recibir los suyos, para discutir,como suele ocurrir en los hogares,con pasión y respeto. Que usted paseun buen rato, se alegre de coincidir ono, y nos espere el próximo mes. Gra-cias. CM

NÚMERO

¿la caja

tonta?

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12

pág.

defensores

y detractores

opinan

sobre la serie

un zoom

a zumbado

11

descubriendo

el aura

tiñosa

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¿La caja tonta?LA CALLEDEL MEDIOLA CALLEDEL MEDIO

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AGOSTO, 2009

JORGE ALKUBI

DIJO EDWARD MURROWS, famoso co-mentarista radial y televisivo norteameri-cano de los años 50 y 60, que si la televi-sión era utilizada por gente inteligente, suacción sería positiva para la humanidad.De lo contrario, sería sólo una caja con ca-bles y luces. Más tarde, algunos se apro-piaron de esta idea y comenzaron a lla-marla «la caja tonta». Inobjetablemente,Murrows tenía razón. Las diferencias sepueden notar a simple vista en el mundoglobalizado del que no podemos abstraer-nos. Hay canales inteligentes y canalesverdaderamente chatarra.

Para los que sentimos la televisión co-mo parte de nuestro modo de vida, se con-vierte en un verdadero dolor de cabeza ladistinción entre lo necesario y lo artístico.Sobre todo cuando algunos estereotiposacadémicos vigentes dejan a veces a un la-do lo necesario y encaminan a los pupilospor el camino de lo que suponen los maes-tros sea la verdad artística.

Por ello me tomé la atribución de ci-tar a Murrows. Cuando menciono lo ne-cesario, me refiero a esa acción inteligen-te de llegar a todos sin excepción. Latelevisión, como medio de masas, deberespetar por encima de todo la diversidadde públicos a los que llega. A la hora derealizar, lo principal es saber que lo hace-mos para millones y no para un grupitode personas.

Una de las bondades del cine de autores que permite a este plantear sus inquie-tudes y lo libera de la obligación de hablar-les a millones. Pensemos en una sala de400 personas. Son sólo 400. Quizá una par-te entienda lo que quiere decir el autor.Quizá nadie lo entienda. Pero son sólo 400.

Pensemos ahora en esa misma obrasiendo transmitida por un canal de televi-sión. ¿Es justo someter a millones a la tor-tura de obligarlos a entender a un autor?¿Es sabio alegar que con ello pretendemosque la cultura de esos millones se eleve?

¡Cuánto de erróneo hay en esa sapien-cia! Es erróneo por varias razones:1. El televidente tiene la potestad de man-

dar. No le gusta algo y usa el mando, osea, el control remoto. Cambia de ca-nal. Y si no hay nada más que ver, seduerme.

2. Se está usando un valioso tiempo tele-visivo en tratar de imponer el criteriode un autor. Sí, no nos asustemos, seestá tratando de imponer por parte delos programadores ese criterio, en vezde usarlo para entretenernos con algoeducativo, claro y conciso.

3. Se están gastando los recursos paramostrar a millones lo que millones novan a ver.

Aprovecho para expre-sar algo que pienso casidesde que salió LA CALLE

DEL MEDIO: esta es la revista de la fa-milia cubana, con artículos de interés pa-

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Y ahora, una vez expuesta mi filosofíade lo necesario, vamos a lo nuestro.

Y hagámoslo sin remordimientos deconciencia.

Las reglas de la televisión como canal deentretenimiento para grandes masas –y léa-se por entretenimiento el hecho de que loeducativo y culto debe ser entretenido tam-bién–, están escritas hace mucho tiempo.Esto es importante tenerlo en cuenta si que-remos que el producto que hagamos tengaun esmalte universal, o sea, lo quieran vermillones. Porque cuando lo ven millones,estamos rompiendo el bloqueo. En otraspalabras, estamos haciendo televisión.

Mi autor preferido en el campo de laproducción se llama Ron Whittaker. En uncurso que anda por laweb libremente, él es-bozó genialmente lo que denomina los pa-sos de la secuencia de producción. Ahorre-mos tiempo y paciencia, y vean qué fácil es:1. El paso más importante es el primero:

identificar claramente las metas y ob-jetivos de la producción. ¿Es el objeti-vo instruir, informar, entretener, o po-siblemente generar sentimientos deorgullo, o necesidades sociales, religio-sas o políticas?

2. El paso siguiente es: identificar y ana-lizar su target o audiencia específica.Basados en elementos como sexo,edad, estrato socioeconómico, niveleducativo, etc., los contenidos de unprograma diferirán.

3. Analice producciones similares hechasen el pasado. Si va a cometer errores,por lo menos que sean nuevos. ¿Enqué difiere su propuesta de los éxitoso fracasos anteriormente realizados?¿Por qué funcionaron y por qué no?Por supuesto, debe tomar en conside-ración las diferencias de época, loca-ciones y audiencias.

4. Determine el Valor Básico de su Pro-ducción. En la televisión comercial la«ganancia sobre inversión» es general-mente en forma de aumento de ventasy beneficios. Pero pueden aparecer co-mo beneficios derivados del progra-ma: influencias morales, políticas, es-pirituales o de relaciones públicas.

5. Desarrolle un argumento o propuestade programa. Escribirlo todo.Y así, Whittaker llega a 15 pasos. Inclu-

ye cuestiones muy específicas para la tele-visión comercial estadounidense, que notienen nada que ver con la realidad denuestra televisión, esa que, a pesar de losque la critican, un ensayista mexicano lallamó «la mejor televisión del mundo»,pues abarca todos los géneros y no tienecomerciales.

La realidad es que el éxito en la pro-ducción dependerá en gran medida de la

ra todos: jóvenes, abuelos, adultos mayo-res, y precio asequible. Pero seguro queya lo saben. Mi objetivo es comunicarlesmi opinión sobre la teleserie Diana, quetranscurre en nuestras pantallas por es-tos días y sé que será motivo de polémi-ca en sus páginas. Lo primero que mecomplace de la misma es el hecho de ver-nos reflejados, condición a tener encuenta por quienes sabemos cómo estánhechas las telenovelas brasileñas, dondelos ricos son amables, simpáticos y bon-

dadosos, y los pobres los falta de respe-to, molestos y descarados; lo segundo, esla presencia de una estética personal:que puede ser compartida o no, pero quecumple con uno de los presupuestos detoda obra artística de valor: la originali-dad; lo tercero: la excelencia de los acto-res seleccionados y su esmerado trabajoen la serie; lo cuarto: el derroche de pro-fesionalidad de su director en cada tomaarriesgada o secuencia atípica. No meapena decir que simpatizo con la serie,

aunque no se ha terminado, y me pareceque es la que un pueblo con alto nivel deinstrucción y cultura como el nuestromerece, aunque haya muchos que prefie-ran el coctelito brasileño, que tambiénveo. Por cierto a mi compañero, de visitaen Brasil, le preguntaron con horror quepor qué en Cuba gustaba tanto la teleno-vela. Que ellos no lo entendían, y que lasaborrecían porque nunca se sentían re-flejados. Nada, que Rudy Mora seguroque piensa en esa frase del Quijote a la

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ALINA PERERA ROBBIO

COMO UN PARTE AGUAS que de unlado ha desatado detractores y delotro cómplices, Diana, la más recien-te telenovela cubana, es una realidaden el espacio estelar de la noche, eseque desde hace tantos años asocia-mos en la isla con el momento de re-frescar las pupilas y aflojar las tensio-nes del día.

Las opiniones más recurrentes en-tre quienes rechazan la propuesta tie-nen que ver con una incómoda sobre-dosis de angustia si se sientan frenteal televisor: para qué más de lo mis-mo —piensan no pocos—, si con elbregar cotidiano se tiene más que su-ficiente. Desde otro flanco de insatis-facciones, otros apuntan, por ejem-plo, a los rápidos movimientos decámara y a unos encuadres que hue-len demasiado a obra experimental.

Los que están con Diana se hancolgado de su audacia temática; se ma-ravillan de cómo la realidad ha sidoatrapada y luego compartida sin ate-nuantes ni algodones, con una pulsa-ción que es exactamente la de la vidanuestra. Pasan incluso por encima dealguna que otra arista formal a la quepuedan no estar acostumbrados comoespectadores, para esperar paciente-mente ese instante en que alguna ver-dad cae como mazazo sobre ellos yprovoca el asentimiento grave, la con-fesión casi al borde de las lágrimas: «Esla verdad; la pura verdad». O una frasede consuelo: «No estoy tan mal comoellos».

Lo cierto es que, entre los que di-cen rotundos «yo no la veo», y quie-nes entusiastamente afirman no per-dérsela pues «está durísima», hay unumbral más reflexivo, y por tanto demayor hondura, donde se ubicanquienes no se dejan cegar por la pa-sión y así pueden disfrutar mientrasadvierten más de una sutileza usadapor los creadores durante la confec-ción del producto audiovisual.

En este grupo están quienes sehan percatado de que Diana desafíaen más de un sentido, no sólo en loformal. Parten de la premisa de queno hay uno solo de nosotros que pue-da estar al margen de los asuntosabordados en la telenovela, pues ella—aunque su director Rudy Mora hahecho hincapié en tópicos específicosy abrasivos como la situación de la vi-vienda y sus consecuencias para la fa-milia—, se sumerge en el universo es-

so con cierta invasión de la vulgaridad ytráfico de intenciones nada limpias en es-pacios delicados.

Y mientras avanzan las múltiples tra-mas, se nos obliga a meditar sobre la gue-rra entre hermanos, la desigualdad entrenietos que viven bajo el mismo techo, laneurosis de las mujeres frustradas, el diálo-go de sordos entre personas que se hanamado, la incapacidad, en fin, para conce-bir la existencia como algo bordado por en-cima de las miserias terrenales y del alma.

Diana —como yo lo percibo y sien-to— es un magnífico espejo que un grupode artistas y creadores han compuesto es-peranzados para ayudarnos a exorcizarnuestros egoísmos, para hacernos pen-sar. Ahí radica el valor más trascendente,digno de atención, de la propuesta a lacual sería útil, en aras de hacerle y hacer-nos justicia, seguirle los pasos hasta el úl-timo de los desenlaces. CM

habilidad para capturar y retener la aten-ción de la audiencia.

En la producción de video, la com-prensión de la cámara, el lente, etc., es fun-damental. Pero aquellos que no van másallá de esta comprensión elemental de lasherramientas, cosa que es esencial, nuncallegarán a nada importante en este medio.

Tal vez lleguen a ser buenos técnicos,nos dice Whittaker.

Hay que ser capaz de usar las herra-mientas para expresar ideas de forma im-pactante y hasta artística. Una escena pue-de estar bien expuesta, en foco, con unbalance de color ideal, bien iluminada, yaun así estar completamente vacía de con-tenido emocional e impacto. No dice na-da. Si una escena es llamativa, dramática ollena de humor, uno puede dejar pasar al-gunas deficiencias técnicas. Esto nos llevaa la siguiente conclusión: el contenido esmás importante que la forma.

En otras palabras, el mensaje de unaproducción es más importante que la ex-celencia técnica y los adornos llamativos.

Al mismo tiempo, los problemas técni-cos evidentes, mal sonido, movimientosbruscos de cámara y tomas fuera de foco,harán distraer la atención y el mensaje(contenido) no llegará a su destino. Aun-que usualmente asumimos que el términodirector se refiere a una persona que diri-ge al personal de producción, el vocablotiene un significado más importante: diri-gir la atención del televidente. En este rol,el director cambia de forma a contenido yse concentra en cómo utilizar las herra-mientas a su disposición para atraer laatención del espectador hacia los aspectoscríticos del mensaje. El director se convier-te en un guía para los telespectadores.

Podríamos seguir eternamente. Estoes sólo una rápida y primera mirada a lasformas de hacer televisión. Las formas sonmuchas, pero gracias al seguimiento de loscánones ya escritos, nuestras obras se pue-den ver en canales de televisión satelitalesy llegar a los hogares de millones de per-sonas en el mundo ¿Es esto un milagro?No, para nada. Es la aplicación de lo queha funcionado en otros lugares.

Patria es humanidad, dice el mensajemartiano. Entonces, llevemos esa patrianuestra tan querida al mundo. Hagámoslode manera que, por muy anticomunista quesea el que dirija un canal de televisión en es-te planeta, tenga que poner nuestro mensaje,porque el tema es tan interesante y el lengua-je tan adecuado a los cánones vigentes, queno le queda de otra. Esta es una forma detriunfar, a nuestra manera, a lo cubano. CM

que acudimos muchas veces los artistascuando andamos por caminos inexplora-dos o atípicos: «Ladran Sancho, entoncescabalgamos».

CARIDAD ATENCIO|escritora

Nunca había imaginado que enla televisión se presentara algoque en vez de alegrar la vida de la

gente la alterara y le fuera desagradable oír-la y verla. ¿A quién se le ocurrió poner a ungago como protagonista de una novela? Yo

soy una persona con muy buena estabili-dad psíquica y emocional y me altera, nopuedo oírlo hablar. Una persona que tieneque estar hablando constantemente. Ade-más, todo conspira para alterar a las perso-nas, desde las imágenes constantemente encambio, así como la música si se le puedellamar eso a los ruidos que se presentan,además de una cantidad de imágenes sinsentido, desfiguradas, que no aportan nada.

(…) No es un momento agradable lo quese pasa al observar la novela, sino un sufri-

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miento. Además no se entienden mu-chas de las cosas que se dicen (…) Códi-gos nuevos por códigos nuevos, pero¿qué bueno traen? ¿Concepción audiovi-sual nueva? Cámaras muy rápidas, oscu-ridad, no claridad de los textos. ¿Corrien-te que en el mundo se usa comotendencia? ¿Qué tendencia? Lo que ha-cen es usar un espacio que se debía utili-zar para cosas más instructivas y refres-cantes y no para torturar al televidente.

ING. ELIO VILLARREAL ACEVEDO

Para exorcizarnuestro egoísmo

piritual de la sociedad toda, ese tan ero-sionado al cabo de más de 20 años de es-toica resistencia, de «estática milagrosa»dirían los arquitectos, desde los días enque cayó el Muro de Berlín.

Desde la presentación de cada capítu-lo, la imagen de unas manos llenas deprendas y abigarradas con largas uñaspostizas —manos que remueven expe-dientes personales—, nos pone sobre avi-

...llevemos esa patria nues-tra tan querida al mundo.Hagámoslo de maneraque (...) tenga que ponernuestro mensaje (...) Estaes una forma de triunfar,a nuestra manera, a lo cu-bano.

HACIA EL FUTURO...

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Escena de la telenovela cubana Diana, del realizador Rudy Mora.

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AGOSTO, 2009OMAR RAFAEL GARCÍA LAZO

MUCHO REVUELO Y POLÉMICA envuel-ven hoy al músico cubano Yoandys Lores(Baby Lores).

Más allá de las costas cubanas, en di-rección norte, decenas de manos odiosashan rasgado vestiduras propias en son deguerra e intolerancia, mientras que de estelado el obstinado pero justificado recelohacia el reguetón convive, expectante y sor-prendido, con el guiño hecho al joven Lo-res por antiguos detractores.

En la acera de los seguidores una divi-sión se advierte. Por un lado, admiraciónincondicional; por el otro, rechazo a la re-ciente actitud de Lores.

La causa es la salida a la escena bailablecubana del tema «Creo» y de su videoclip,transmitidos por nuestros programas mu-sicales de radio y televisión. Según el pro-pio autor, el tema ha sido dedicado a FidelCastro y es una clara definición de su pos-tura respecto al proceso político que seconstruye en Cuba.

Unas líneas sobre el reguetónAlrededor del reguetón ha existido de

todo en el campo de la crítica especializada,como de todo ha habido en el campo de losintérpretes y seguidores con actitudes quecausan todavía desilusión y/o preocupa-ción en amplios sectores de la sociedad.

olvidables; pero el género no puede ser,por simple sentido común y dialéctico, ob-jeto de ataques.

Principios, ¿por qué no?Baby Lores no ha estado ajeno a las crí-

ticas de especialistas y no especialistas, lamayoría negativas y con razones bien fun-damentadas.

Las principales características de lasobras de Lores han sido la chabacanería yla vulgaridad, la hostilidad sin causas, dis-frazada de guapería barata y con el oropelimpuesto por los paradigmas musicales fo-ráneos, expresada en la superficialidad delos textos que aplanan lo popular, y en laviolenta proyección escénica.

Él mismo ha planteado haber com-prendido en parte su responsabilidad artís-tica y social. Sus textos muestran hoy cier-ta madurez, ajustados siempre a la estéticay a los códigos establecidos dentro de su«ambiente» musical, aun cuando no alcan-cen los niveles estéticos que algunos qui-méricamente desearían.

Ahora Lores sorprende a todos conuna inesperada posición de principios queaviva el debate y expande los matices de lapolémica que entrecruza diversos cuestio-namientos y tópicos candentes de la actua-lidad nacional como el oportunismo, el tra-tamiento de los símbolos, la tolerancia a ladiferencia, la irreverencia y la rebeldía, laparticipación, el papel de las institucionesculturales…, etcétera.

Para muchos, Lores busca legitimidadcon su tema. Otros criterios coinciden conlo anterior, pero llegan a tildar al cantantede oportunista por su último tema y seofenden por el uso que hace Lores en la le-tra y el clip de símbolos respetados y que-ridos de la nación.

Legitimidad y oportunismo. Ni lo unoni lo otro. ¿Necesita Lores legitimidad? Élestá posicionado en un segmento conside-rable del público. Se abre paso en circuitosnacionales e internacionales, y aunque lasdisqueras nativas no le graban, su músicase cuela por las arterias de los medios decomunicación masiva cubanos y por las nooficiales que se encargan de la distribucióny hasta del apoyo. Todo con el correspon-diente éxito en fama y dinero. Por tanto,

El motivo de mis palabras va másallá del aliento y del agradecimien-to, debo confesar que son de de-sahogo personal y explicaré porqué. No sé si recordará que yo mis-mo envié una opinión que apareciópublicada muy tempranamente enel número 3 de la revista. Aquellaslíneas que ustedes tuvieron a bienpublicar, con mi modesto agradeci-

miento, eran mis criterios personales so-bre la música del controvertido artistaBaby Lores. Nunca he comentado lo bienque me sentí al ver mi opinión publicada,lo contentos que estaban mi familia yamigos de quienes recibí muestras deaprobación y de identificación con mipensamiento. Pero lo que provocan estaspalabras es que el domingo 26 de julio es-cuché y vi por primera vez la canción«Creo» con el videoclip que la acompañadel músico Baby Lores. No piense queahora me embarga algún sentimiento dearrepentimiento por mis opiniones, quepor demás no creo que a él le importenmucho, si acaso las conoce; ni que preten-do ahora «tocar el tres» como decimos loscubanos, pero sencillamente pienso quesería una negación de la dialéctica y deobjetividad si no les diéramos seguimien-to a las conductas, hechos, actitudes, queen algún momento juzgamos.

Debo decir que al mirar el clip me sor-prendí gratamente. Mis palabras sobre elarte genuinamente comprometido con sutiempo y con su pueblo, me vinieron comoun flash a la mente. Al mismo tiempo la-menté que no se vieran más a menudo ennuestros medios canciones de este tipoque con un lenguaje sin mucha profundi-dad, intentan transmitir una clara idea yun claro compromiso con lo nacional, taly como lo hace el éxito de la Charanga Ha-banera «Gozando en La Habana».

Confieso que el video provocó en míun repaso en torno a algunas cuestionesque se han debatido en los diferentes nú-meros de la revista: la relación arte-mer-cado, el béisbol cubano y las Grandes Li-gas, las recientes opiniones de Manolín,el Médico de la Salsa, entre otras. La can-ción y el video captan, con su claro len-guaje, un sentido de lo cubano, de lo na-cional, que a veces nosotros mismoscomo público necesitamos que nos lo «re-fresquen».

Tal sería una de las lecturas que se pu-dieran sacar de los debates en torno al ar-te y el mercado, a las Grandes Ligas o a losmúsicos que se van a hacer su carrera aotro país. Una vez escuché a alguien co-mentar que los cubanos nos creíamos losmejores en todo. Si nos preguntaban sobreel mejor ron: Havana Club; el mejor taba-

co: Cohíba; la mejor playa: Varadero. Perola dura situación económica que ha atrave-sado el país a partir de los 90 afectó el sen-tido de lo «nuestro» en muchas personas.Recuerdo haber escuchado al profesor Ju-lio Fernández Bulté comentar en una oca-sión, a propósito de unos Juegos Olímpi-cos, que sentía vergüenza al escuchar aciertos comentaristas deportivos hablar deforma excesivamente «elogiosa» sobre laslujosas y modernas instalaciones deporti-vas donde se desarrollaban estos eventos,y se preguntaba si Cuba no estaría en con-diciones de organizar unas Olimpiadas ennuestros modestos y sencillos centros de-portivos, debate que estuvo muy en boga apropósito de la candidatura de La Habanaa la sede de las Olimpiadas del 2012 que secelebrarán en Londres. La pregunta del«profe» Bulté no era un llamado al burdochovinismo, ni al excesivo nacionalismo, si-no una clara interpretación de aquello queMartí nos había advertido en su ensayoNuestra América: «El vino de plátano; y sisale agrio, ¡es nuestro vino!»

Pienso entonces que sí, que hacen faltacanciones, películas, obras de teatro, pro-gramas de televisión, publicaciones, etc.,que enaltezcan lo nuestro, realcen los valo-res de la patria, pero que vean sus proble-mas con objetividad y naturalidad, en fin,que traten de ser lo más cubanos posible.

Por tanto, enhorabuena para BabyLores, quien a decir de Rufo Caballero enpalabras que le antecedieron al clip, haentrado en el momento de las definicio-nes. Pero ojo, el sensible camino de la de-finición y el compromiso no admite con-cesiones, y exigen del artista conductasconsecuentes. La misma que ha manteni-do Silvio Rodríguez, por citar un ejemplo,quien desde la salida de su primera pro-ducción discográfica Días y Flores de1975, nos ha regalado un arte puesto alservicio de una causa, sin reparar siquie-ra quién encabeza los top hits de las listasBillboard, en las cuales, seguramente, noha siquiera pensado en incluirse. Yo tam-bién «creo» al igual que Baby Lores y quemuchos cubanos, los cuales agradecemosinfinitamente el buen arte hecho con sin-ceridad y al mismo tiempo identificamosy repudiamos la banalidad, la frivolidady la mediocridad, aunque vengan disfra-zadas de canciones.

Gracias de antemano por aguantar la«descarga», mi mayor propósito ademásde mi compromiso con mi propio pensa-miento, sería que estas líneas sirvieranacaso para inspirar algún trabajo de algu-nos de los miembros del colectivo sobrelo cubano en el arte. Se despide,

BRYAN GUAL NAVARRETE Fac. Derecho, Universidad de La Habana

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opino con seguridad que Lores no necesi-ta legitimidad.

En cuanto al oportunismo, esta tesis sedesmorona con la argumentación anterior.No obstante, cabe agregar otros puntos. Lanación cubana y el proyecto sociopolíticoescogido por el pueblo no son patrimonioexclusivo de nadie, sólo de aquellos que de-cidan defenderlo y enriquecerlo. De igualforma pasa con sus símbolos.

¿Dónde está en el clip la ofensa a la pa-tria, a nuestros más queridos iconos de laRevolución? Lores desarrolla su tema en untradicional y humilde bohío, con nuestraenseña patria al fondo y con la imagen delChe en su simbólica boina. Reitera su posi-ción mientras se tatúa en su hombro iz-quierdo la figura del líder histórico de la Re-volución cubana como muestra, tal vezinquebrantable –sólo el tiempo lo dirá– desu posición al lado de su pueblo y Coman-dante. Todos sabemos lo que significa en elambiente «echar pa´trás», y el tatuaje, aun-que no es eterno, perdura y define, y en es-te caso, la imagen que lo acompañará serápara él un compromiso con todo lo que esosignifica.

¿No se conciben los principios en unreguetonero? ¿No es la patria para todos ycon todos?

A Lores le cerraron puertas, justificada-mente o no, aunque ese no es el punto aho-ra. Lores fue acusado de traicionar, a la vezque rechazaba castillos propuestos en Eu-ropa. Lores está aquí y canta su posición.Lores es cubano.

«Dentro de mi país mucha gente decíaque yo me había quedado (…). Por eso esque hago este clip. Es un homenaje porque[Fidel Castro] es una persona que ha dadomuchas cosas y ha aguantado mucho. Estaes mi patria. Eso es lo que yo conozco y pa-ra que no me pregunten más me lo puse [eltatuaje]».

Esas fueron sus declaraciones reciente-mente, después del estreno de «Creo». Nibúsqueda de legitimidad ni oportunismoni rebeldía juvenil. Sólo una respuesta yuna definición. Sólo el uso del derecho adefender lo que cree como puede y sabehacer, aunque a algunos no les guste, yotros no quieran creerle. Están también ensu derecho. CM

Baby Lores.Créanlo o no.

Un género musical –procedente se-gún sus propios intérpretes del «mundomarginal» (concepto excluyente de por sí,pero indicador inevitable de un compor-tamiento)–, con el mero objetivo inicial dedivertir, con la reiteración de patronesmusicales como una de sus divisas, almargen, generalmente, de valores estéti-cos y éticos establecidos, pero no por elloinfranqueables, y con la percepción casiunánime en todos los bandos de que espor sobre todas las cosas «fiesta y pachan-ga» al por mayor, no podía despertar me-nos debate en los distintos componentesy entramados sociales y en el ámbito cul-tural e ideológico.

El reguetón encontró un muro institu-cional condicionado por ese rechazo inau-gural en el momento de su alumbramien-to. Aunque en la misma medida, el génerose instaló con apreciable acogida en los es-pacios musicales de una parte considera-ble de nuestra juventud.

Las causas de este nivel de convocato-ria navegan por las complicadas aguas deuna realidad socioeconómica proclive a es-timular la aparición de manifestacionesculturales y por ende ideológicas, que en-cuentran en el campo del arte su espaciopara expresarse. Asimismo, la inadaptabi-lidad institucional con su exigua oferta mu-sical asequible, junto a las propias caracte-rísticas del género –para nada inválidoartísticamente hablando–, facilitan en oca-siones su uso por seudoartistas, quienesencuentran y explotan un nicho consumi-dor igualmente resultante de los vaivenessocioeconómicos.

Lo cierto es que el reguetón es un he-cho, y como género musical trasciende, ami juicio, las clasificaciones excluyentes.Como cualquier otra manifestación cultu-ral tuvo, tiene y tendrá exponentes valiososperdurables y exponentes retardadores u

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JORGE WEJEBE COBO

UNA DE LAS PÁGINAS menos conocidasde las campañas militares del Lugartenien-te General Antonio Maceo en el occidentedel país durante la guerra del 95, fue la or-ganización de una red de agentes mambi-ses que penetró hasta el despacho del en-tonces Capitán General Valeriano Weyler,para conocer importantes secretos milita-res del ejército español. El patriota haba-nero Perfecto Lacoste fue el seleccionadopor el Titán de Bronce para encabezar es-tos servicios que, además, incluían la ob-tención de armas y pertrechos militarespara las fuerzas cubanas bajo el nombrede Junta Revolucionaria habanera, la cual,incluso, continuó funcionando después dela caída del jefe revolucionario el 7 de di-ciembre de 1896.

Maceo y Lacoste se conocían desde laprimera visita del prócer independentistaa La Habana en 1890, y desde entoncesprevieron organizar el levantamiento po-pular en la capital y un sistema de informa-ción para auxiliar al Ejército Libertador enla guerra de independencia que se gestaba.

En 1896 el panorama político en la islase caracterizaba por la bancarrota de lossectores integristas y el alza de las ideas in-dependentistas que ganaban adeptos endisímiles sectores de la sociedad habane-ra. La favorable situación política fue apro-vechada por el joven Lacoste para obtener,en su amplio círculo de relaciones, infor-maciones de fuentes tan importantes co-mo José Bruzón, político autonomista quegozaba de la confianza y amistad del pro-pio Weyler, o de Alfredo Martín Morales,director interino del reaccionario Diariode la Marina, en cuya redacción se comen-taban los acontecimientos políticos másimportantes de la isla.

Cooperaron además con Maceo, elpresbítero Guillermo González Arocha,que ocupaba un alto cargo en el Obispa-do de La Habana, y el doctor BalbinoGonzález Pasarón, teniente auditor deguerra del ejército español, quien brindóinformes de extraordinaria utilidad parala revolución.

En la ciudad de La Habana tambiénfuncionaba, desde el 5 de enero de 1895, laAgencia General Revolucionaria de Comu-nicaciones y Auxilios, bajo las indicacionesde José Martí y del General en Jefe delEjército Libertador Máximo Gómez, quecontó con un importante grupo de agentesclandestinos, nunca descubiertos por lapolicía española y que era dirigida por elrevolucionario José Pons y Naranjo, quienutilizaba el seudónimo de Agente GeneralLuis, y que trabajó conjuntamente con lared creada por el Titán de Bronce.

Ambas organizaciones realizaron com-plicadas operaciones para facilitar la salidaal exterior de altos oficiales del Ejército Li-bertador para cumplir delicadas misionesen apoyo a la revolución, en la que resaltala entrada a la capital desde la manigua delGeneral Rafael de Cárdenas, que lo hizodisfrazado de campesino en un carro paratransportar leche y se embarcara por el vi-gilado puerto habanero utilizando unaidentidad falsa.

Oportuna informaciónLacoste trasladaba las informaciones

–en ocasiones personalmente– a las tropasmambisas junto con periódicos extranje-ros que reflejaban la causa cubana y el co-rreo de la inmigración revolucionaria, loque permitía que Maceo tomara sus deci-siones asistido por una abundante infor-mación, con la que podía suplir la escasezde recursos bélicos que caracterizaba elcampo insurrecto en el occidente del país.

En marzo de 1896 el dirigente revolu-cionario nombró al Comandante Baldome-ro Acosta jefe del servicio de informaciónen el oeste de La Habana, donde dirigía undestacamento de patriotas. La red de Acos-ta la formaron campesinos supuestamenteneutrales, artesanos, taberneros, trabajado-res asalariados, mujeres y hasta niños queademás de informar el movimiento de lastropas enemigas y sus planes, proveían dealimentos y todo tipo de logística a las tro-pas cubanas. Esta organización territorialde los colaboradores secretos que se subor-dinaba a los jefes militares del Ejército Li-bertador en las respectivas regiones dondecombatían, fue típica en nuestras guerrasde independencia.

Antonio Maceo selecciona también ala mambisa Magdalena Peñarredonda–residente en Artemisa– como correo, en-cargada de mantener la comunicación en-tre la ciudad y las tropas insurrectas, paralo cual tendría que burlar en varias ocasio-nes la trocha de Mariel, aparentando seruna ingenua joven que visitaba a su fami-lia en La Habana. La mambisa llegó a talgrado de perfección en la tarea, que enocasiones el propio general español, jefede la línea militar, la recibía en su cuartel

general, sin sospechar que estaba en pre-sencia de una hábil agente mambí.

Las peripecias y peligros del trabajo re-volucionario no eran nuevos para esta pa-triota. En 1893 ella tuvo que emigrar a Es-tados Unidos bajo amenaza de arresto porpublicar en un periódico local un artículoindependentista. Estando en ese país, sevinculó a José Martí. Él le dedicó uno delos tomos de la primera edición de los Ver-sos Sencillos.

Las redes mambisas extendieron susacciones hasta las propias narices del Es-tado Mayor español por medio del jovenEmilio Carrera Peñarredonda, primo deMagdalena, que trabajaba en el Palacio delos Capitanes Generales y de allí sustrajolos planes del ejército de operaciones es-pañol en Pinar del Río, donde se batía lacolumna invasora de Antonio Maceo, loque le facilitó infligir severas derrotas a lastropas coloniales muy superiores en hom-bres y armamento. Después de esta teme-raria acción, el agente, burlando la perse-cución de la policía española, se incorporóa las tropas cubanas y alcanzó el grado decapitán.

Uno de los servicios más importantesde la red mambisa se efectuó en el propioaño 1896, en ocasión de encontrarse Ma-ceo en la zona de la playa de Baracoa, aloeste de La Habana, donde se aprestaba abordear la costa para caer por sorpresa so-bre Marianao y realizar un ataque que es-tremeciera los cimientos del poder espa-ñol en la isla.

En esas condiciones, mientras librabaun encuentro con las tropas españolas enla zona, recibió un mensaje urgente de La-coste comunicándole que los servicios deinformación españoles conocían sus pla-nes, al parecer por indiscreción de algunoscombatientes; y tropas enemigas superio-res en número lo esperaban conveniente-mente emboscadas al oeste de la ciudad,

Agentes secretosde Maceo

mientras que una fuerte columna de caba-llería e infantería de más de 2 000 hombresse dirigía a marcha forzada para envolvera los mambises por la retaguardia con lamisión de cercarlo entre el mar y la em-boscada española.

La oportuna alerta de sus redes de in-formación permitió a Maceo cambiar elrumbo e iniciar una contramarcha frenteal enemigo que se aprestaba a cerrar lamortífera trampa, así frustraba los planesde destruirlo en las planicies del oeste deLa Habana.

El estudio de la guerra secreta libradapor los combatientes clandestinos contrael colonialismo español en la guerra del 95,revela acciones de heroísmo de hombresy mujeres anónimos que fueron convoca-dos y organizados principalmente desdeantes del inicio de la guerra por los máxi-mos dirigentes revolucionarios que supie-ron prever la gran importancia de la luchaclandestina para secundar las acciones delejército mambí. CM

fuentes

Franco, José Luciano. Antonio Maceo, apuntespara una historia de su vida. t. III, pp. 38–39,41–42, 120–121, 166.

García Galán, Gabriel. Magdalena Peñarredon-da y Doley (la delegada). Síntesis biográficapara escolares. Fondo Biblioteca Nacional.

Guerra, Ramiro. Historia de la Nación Cuba-na, tomo VII.

Portillo, Lorenzo. «Perfecto Lacoste», RevistaCuba y América, 20 de octubre de 1899.

Rodríguez de Cuesta, Vicentina Elsa. Patriotascubanas. 2da. edición corregida y aumenta-da, Pinar del Río, 1952.

Rodríguez La O, Raúl. Los Escudos Invisibles.Editorial Capitán San Luis, 2003.La mambisa Magdalena Peñarredonda.

Perfecto Lacoste.

Antonio Maceo y Grajales.

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H. ROMO SIGLER

SU POTENTE VOZ, cual descarga eléctrica,nos llega sin interrupción, todas las no-ches, hace 44 años. No es posible concebirlas transmisiones beisboleras sin escu-char, como carta credencial que nos iman-ta, la célebre frase de: «un saludo tengantodos». Con ella, y otras muchas locucio-nes, ha marcado un estilo en la narracióndeportiva insular.

Aunque no comenzó en la actividaddel músculo, tenía claridad absoluta deque se dedicaría a ella por entero. Los pi-ninos iniciales los hizo declamando, en laradio, poemas de Neruda y Buesa. El soni-do que surcaba el éter, entonces, impedíarevelar la juventud de quien hablaba traslos micrófonos.

Permanecer tantos años como analis-ta de uno de los mayores espectáculos cul-turales del país, la pelota, ha vuelto fami-liar su presencia para la mayoría de loscubanos. En definitiva, ¿cuántas veces ennuestros hogares, campamentos agrícolas,unidades militares, terminales o institucio-nes médicas nos hemos adentrado eneventos cruciales mediante sus descripcio-nes? O ¿cuánta alegría nos ha provocadooírlo pronunciar, sobre los rivales, que elbateador en turno «está dominado»?

Sin embargo, paradójicamente, muchoslo recuerdan por un comentario no vincu-lado al béisbol. Sin duda, su narración de lacarrera de Juantorena, en la final olímpicade Montreal 76, es uno de los grandes hitosde todos los tiempos de América Latina enla materia. Aquella tarde, mi entrevistadologró que millones de personas se pusierande pie para triunfar «con el corazón» juntoal Elegante de las Pistas.

En cuestiones de pelota es quizás unode los artífices de la palabra más prepara-do e informado del continente. Está al tan-to de todo lo que ocurre en el panoramauniversal vinculado a las bolas y los strikes.las ligas invernales del caribe, los torneosasiáticos y las competencias en norteamé-rica son para él fuente permanente de es-tudio, con el propósito de profundizar losconocimientos sobre el deporte con másestadísticas y situaciones diversas que exis-ten. Al punto, afirma «que hay que legislar,en ocasiones, a partir de jugadas que nun-ca antes se habían dado».

Independientemente de estar envueltoen los ajetreos del tope de confrontaciónentre la preselección nacional, agrupada enlos elencos de Occidentales y Orientales,acogió con agrado la propuesta de LA CALLEDEL MEDIO para dialogar. Su esposa Xioma-ra y su hijo Héctor ayudaron, gentilmente,a que el encuentro se produjera. Al llegar ala cita concertada revisaba, en la computa-dora, los resultados del campeonato. Lequedaban menos de dos horas para dar-nos las buenas noches desde la cabina, pe-ro nada impidió que contestara las interro-gantes con elocuencia.

¿Cómo y cuándo se inicia en la locución?En el año 1964, mientras estudiaba en

el Instituto de Ciego de Ávila, comienzo a

declamar poemas en «Radio Cuba». Loscompañeros me embullaron y me puse aleer textos de Neruda, Buesa, Baudelai-re, Rimbaud, y muchos otros.

¿Qué le motivó a relacionarse con laactividad física, si se desempeñaba en laesfera cultural?

Me gustaba lo relacionadocon el deporte, de toda la vida,especialmente las cosas de lapelota. Al venirse abajo el vie-jo sistema que existía e iniciar-se una etapa organizativa entodo el país, me plantean su-marme a las emisiones ra-diales del conjunto provin-cial, lo que acepté en elacto. No me fue difícilporque desde pequeñoseguía las competen-cias, conociendo lascaracterísticas dis-tintivas de los juga-dores de la época.

¿En qué circuns-tancias se traslada a lacapital?

Era una etapa de ex-traordinario dinamismo. LaRevolución generaba transfor-maciones económicas de gran peso y apor-taba nuevas opciones de crecimiento espiri-tual, acordes con nuestro ideario de justiciae igualdad social. Se trabajaba sin descansocon el objetivo de ir construyendo una na-ción diferente, defendida también por otrotipo de ciudadano. Lo que el Che denominó«el hombre nuevo» en aquel ensayo mun-dialmente conocido como El socialismo y elhombre en Cuba.

En ese contexto se decide expandirlas competencias de béisbol, aumentan-do de 6 a 12 los equipos, lo que obligóademás a formar, aceleradamente, unmayor número de narradores para llevarlas incidencias del torneo a todo el país.Así es que vengo para La Habana, a fina-les de 1966.

¿Se incorpora de inmediato al curso convo-cado en el Instituto de Cultura Física «Fajardo»?

Sí, esa fue la solución que se encontrópara preparar de manera emergente, co-mo decimos hoy, a compañeros que deuna forma u otra estábamos vinculadoscon la actividad. Matriculamos, entreotros, Roberto Pacheco, Ramón Piti Rive-ra, Julio César Bayard, y René Calama. Elprograma que se diseñó fue muy produc-tivo, nos permitía sistematizar conoci-mientos que teníamos e incorporar una vi-sión cualitativamente superior de estadisciplina. Te repito, era un período de lu-cha intensa en el plano ideológico, y con-tinuamente se producían atentados y sa-botajes perpetrados por bandas y gruposfinanciados por la CIA. En una ocasióntrataron de quemar el Instituto Cubano deRadio y Televisión (ICRT), con un granfuego en el décimo piso. Al mismo tiempo,resultó impostergable sacar a un grupo decomentaristas con posiciones contrarrevo-lucionarias. Los medios de difusión no po-dían estar en manos del enemigo.

¿Cuál fue su primera responsabilidad?Me colocaron como suplente de Boby,

Rubén, Eddy y de Ealo, que hacía análisispara la televisión. En 1968 me quedo fijopor Juan, cuya salud le impedía laborar dia-riamente. Eddy, que había sido locutor co-mercial y de otros géneros, permaneció enla pelota que era lo que prefería. Boby tra-bajaba con él en la radio, en esos momen-tos el medio más importante debido a queno existían, en la mayoría de las casas, tele-rreceptores. Rubén y yo salíamos por el Ca-nal 2 cubriendo totalmente las incidenciasde la Serie. En eso ha existido invariable-mente una definición. Nuestros dirigentes,amantes del béisbol, comprenden lo queeste significa para el pueblo. Me atrevo adecirte, después de tantos años, que en esesentido la pelota es algo sagrado.

¿Qué diferencias esenciales hay entre uncolumnista de prensa plana, un comentaristatelevisivo y uno radial?

La radio es descriptiva. Te identificanpor tu voz. En la televisión tienes que sermás analítico, adornando lo que la genteve. Eres esclavo de la imagen. La prensaescrita posee más tiempo. Puedes echaratrás el error, porque te auxilian el correc-tor de estilo, el jefe de página, el editor yhasta el director. En la televisión tus equi-vocaciones se propagan a la velocidad dela luz. Después que las cometes, no haymanera de enmendarlas. El impacto de latelevisión en el mundo contemporáneo esincalculable. Al extremo que en muchospaíses consideran que lo que no se divul-ga por ella, en realidad no ocurrió.

La Olimpiada de Montreal en 1976, pordiversas razones, fue excepcional. Háblemesobre ella.

Era ya un momento de consolidaciónporque contábamos con el satélite soviéti-co Sputnik. Desde el punto de vista tecno-

lógico resultaba extremadamente en-gorroso armonizar el sistema, debidoa que la imagen viajaba de Canadá aPraga y desde allí a La Habana. Lavoz, por su parte, venía directo desdeMontreal hasta Cuba, lo que hacíaque llegara antes, provocando loque se conoce como diley. Hoy estono constituye problema, a partir deque disponemos de equipos que so-lucionan esa dificultad, pero en 1976no era así. Para resolver esa contra-dicción, cuando iba a salir hacia lasede, me plantearon quedarmeaquí, para desde el estudio central

desarrollar las transmisionesacorde con la recepción de laseñal. Eddy, Diego, Piti ySalamanca sí participaroncon el afán de reportar los

eventos por radio. Le tocó una especie de

maratón, similar a los Pa-namericanos del 91.

Exactamente, con ladiferencia de que en La

Habana estaban nuestroscompañeros en las instalacio-nes. En el 76 era yo solo des-de la cabina comentándolotodo en vivo.

¿Cómo fue la descripción dela carrera de Juantorena?

Estaba absoluta-mente seguro deque ganaría. Visus presentacio-

nes en eliminatoriasy semifinales y no te-nía la más mínimaduda de que iba a

triunfar. La final seprodujo el 25 de julio, víspera

del aniversario del asalto al Moncada. Entoda Cuba existía una expectación tremen-da. El pueblo tenía cifradas grandes espe-ranzas en esa prueba. En el estudio no sehablaba de otra cosa. Viví cada segundo co-mo si estuviera corriendo junto a él. Muchaspersonas me han dicho que a ellos, con miscomentarios, les pasó igual. Esa es la mayorsatisfacción en mi trabajo. Si lo que expre-samos logra tocar las fibras del corazón, nossentimos reconfortados. En otros lugares sefunciona con códigos diferentes. Aquí es im-portante la cuestión técnica, que recreamosmediante la palabra, con todos los valoresque implica ser exponente de un procesosocial de tanta dimensión.

¿Cómo recuerda cada uno de los JuegosOlímpicos en los que ha participado?

Moscú 80 tuvo gran colorido y fue unéxito rotundo a pesar del boicot norteame-ricano. Desde el punto de vista de la divul-gación, aplicamos los adelantos más so-bresalientes de ese momento. Barcelona92 resultó, sencillamente, fenomenal. To-davía se habla de ella. Los catalanes fueronmagníficos anfitriones. Para los cubanoses una competencia inolvidable, porquereaparecimos en el concierto olímpicodespués de 12 años y por alcanzar la másdestacada actuación en estas citas, se obtu-vo 31 medallas, 14 de ellas de oro. Atlantano estuvo a la altura de lo que se esperaba.Su elección fue desastrosa, pues se debiófestejar el centenario en Grecia. El estalli-do de un avión de la TWA y la explosiónde una bomba en un parque, hicieron quese redoblaran las medidas de seguridad.En ocasiones había más policías a caballoque público. Sydney y Atenas, cada unacon su sello, cumplieron con sus objetivos,brindándoles a los espectadores un espec-táculo hermoso. Beijing es, literalmente,insuperable. Ha sido la oportunidad enque más se imbricó todo el pueblo en laorganización. Ni campañas mal intencio-

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nadas, ni mentiras fabricadas, ni el terribleterremoto en Sichuán, tres meses antes,impidieron que el 8 del mes 8, del 2008, alas 8:08 de la noche, el mundo entero pre-senciara la que se cataloga como la cere-monia más impactante. El Nido de Pája-ros, el Cubo de Agua, el Velódromo deLaoxiant y el resto de las instalacionesconstruidas, combinaron los requerimien-tos técnicos con diseños bellísimos, en ple-na sintonía con la protección medioam-biental. Con China hay un antes y undespués. Londres, y la ciudad que se elijaen octubre de este año en Copenhague, lle-varán a cabo eventos destacados, pero nosuperiores a Beijing.

Volviendo al béisbol, ¿qué competencias lehan resultado más difíciles a la hora de na-rrarlas?

El juego contra los Orioles, aquí en LaHabana, y el I Clásico Mundial. En ese par-tido en el Latino existía gran tensión. Era laprimera vez que un equipo amateur se en-frentaba a un elenco multimillonario de lasGrandes Ligas estadounidenses. En el exte-rior, para algunos, había dudas sobre nues-tra calidad. Después de la visita al CamdenYard terminaron las especulaciones. Con elClásico, de alguna manera ocurrió lo mis-mo. Además, esta vez, en Cuba, muchos noestaban seguros sobre nuestra actuación, apartir de que el resto de los conjuntos esta-ban conformados por verdaderas estrellasprofesionales. Luego del triunfo sobre Pa-namá las cosas comenzaron a cambiar.

¿Y Parma?Inigualable en cuanto a la alegría que

produjo el éxito, frente al mejor equipoque había reunido Estados Unidos antesdel que presentaron al I Clásico. Narré eljonrón de [Lourdes] Gourriel hace 20años. No era un muchacho y había vividoya grandes momentos, pero ese torneo tu-vo implícita una carga emotiva excepcio-nal. ¡Qué clase de victoria!

¿Qué considera que debe mejorar en la Se-rie Nacional?

Nuestros torneos tienen una calidadreconocida mundialmente. Desde su sur-gimiento ha sido ella la cantera para inte-grar las nóminas que se han impuesto encuanta competencia se ha convocado. Ac-tualmente lleva varios años con una estruc-tura estable, en relación con su extensión,lo que le proporciona solidez. Pienso quelo principal es continuar mejorando el es-pectáculo. El bloqueo aquí también noslastra debido a que cualquier propuesta es-tá asociada a inversiones cuantiosas, quesólo en la medida en que avancemos eco-nómicamente, podremos ejecutar. En esesentido cuánto ayudaría, por ejemplo, ins-talar pantallas gigantes en los estadiosprincipales, o que pudiéramos acceder,permanentemente, a boletines especializa-dos con estadísticas y otros temas técnicos.La recuperación de la gastronomía es ya vi-sible en todo el país y contribuye decisiva-mente al empeño fundamental. Si logra-mos que las plazas se llenen, como sucedeen los play off, estamos multiplicando la sa-lud de nuestro pasatiempo.

En cuanto a las transmisiones nos faltatecnología. Qué no haríamos con el presti-gio de nuestros camarógrafos y equipos depostproducción, que han sido contratadospara ejecutar la pelota en varias olimpiadasy juegos panamericanos. Hay adelantosque permiten elevar la calidad de la ima-gen con los que todavía no contamos.

En estos 50 años ha visto a todos los pelote-ros cubanos. Si le pidiera que, de los que no es-tán en activo, conforme una selección, ¿a quié-nes incluiría?

Indiscutiblemente esa es la preguntamás difícil, pero asumo el reto con la segu-ridad de que pueden hacerse, con nuestrasestrellas, en unos minutos, 10 verdaderos

trabucos. Me vienen a la mente, sin vacila-ción, Casanova, Víctor, Pacheco, Omar,Anglada, Urquiola, Capiró, Kindelán, Mar-quetti, Muñoz, Lourdes, Germán, Medina,Juan Castro, Ulacia, Chávez, Wilfredo, Isa-si, Rosique, Vinent, Alarcón, Rogelio, JulioRomero, Valle, Changa y Tati Valdés, entrecientos de nuestras luminarias.

¿Cuál es su análisis sobre lo ocurrido con elbéisbol en Beijing?

En China la pelota estuvo bien, demos-trando, por enésima vez, su valía. Discuti-mos el oro y caímos en el noveno capítulocon dos outs. Para mí el problema funda-mental radicó en que la dirección del equi-po se desconcertó, al perder con Corea delSur durante el calendario regular. Ese eraun choque de puro trámite, que no decidíaabsolutamente nada porque ya estábamosclasificados. De corazón pienso, y así se lodije a varios compañeros allí, que no habíaque alterar la alineación. Sentamos a Ma-lleta y sacamos a Yuliesky y Despaigne dedonde estaban, innecesariamente. Estoscambios fueron precipitados. El que peorse encontraba era Giorvis, y a lo mejor ca-bía poner a Urgellés por él. Solamenteeso. Mandar a Olivera hacia primera esexpresión de la confusión por la derrotasufrida en un solo partido. En competen-cias extremadamente complejas no sepuede improvisar. La dirección se vio pre-sionada y esto es fatal.

Exactamente pasó lo mismo cuandoen Sydney caímos cerradamente frente aHolanda, y con el objetivo de ganarle en laclasificatoria a los norteamericanos, pusi-mos a quien debía pitchearle en la final.En el cruce, contra Japón, tuvimos enton-ces que colocar al primer lanzador delstaff. En resumen, alteramos la rotación yahí se nos escapó la victoria.

Coincido contigo ciento por ciento. Enel partido decisivo nos sacaron a BenShett, estrella en los últimos años con losCerveceros de Milwaukee, al que no habí-amos visto y nos dominó. Ese ha sido unode los desafíos más estresantes que he na-rrado. Traté todo el tiempo de dar ánimo,pero ningún atleta es mago, como infeliz-mente cree en ocasiones el público.

¿Y qué lectura hace sobre los resultados enel II Clásico?

No estuvimos mal pues sólo perdimosdos veces con el campeón. Creo que lo pri-mordial fue que llegamos con problemasque persisten desde el 2006. Nuestros téc-nicos no conocen a los rivales. Pienso que,desde ese ángulo, estamos trabajando em-píricamente y con facilismos no podemospermanecer en la cima. Por otra parte con-sidero que, independientemente de lo difí-cil que resulta, tenemos que esforzarnospor topar más. Para los cubanos cualquiercompetencia implica, debido a la políticaimperial diseñada para robarnos a los atle-tas, un desafío adicional; pero en el depor-te –como en nada– jamás hemos rehuidoningún reto. Resulta impostergable organi-zar, después de la Nacional, un torneo don-de se concentre la calidad que nos permitaelevar el techo de nuestro béisbol. Este to-pe de 18 partidos es un buen intento, perohay que ir más allá, buscando el rigor, concreatividad y sin fórmulas preconcebidas.

¿Cree entonces que conocer más a nuestrosadversarios continúa siendo una asignaturapendiente?

Sí, en ese sentido, nos falta camino porrecorrer. Todavía no conocemos suficien-temente a los contrincantes. Ellos, por suparte, realizan un seguimiento constantede los atletas cubanos más destacados. Sa-ben de memoria sus virtudes y dificulta-des. Con la adopción ahora del software delos estudiantes de la Universidad de lasCiencias de la Informática (UCI), conta-mos con un instrumento que nos será muy

útil a nivel internacional, en la medida enque dispongamos de información actuali-zada. Del pitcher coreano que nos ganó enBeijing no teníamos referencia. Me preo-cupé desde que los comentaristas de esepaís nos explicaron que poseía gran con-trol. No era un lanzador de 95 millas ni na-da por el estilo. Si hubiera sido un escope-tero no me habría alarmado. Al final nosconfirmó que sin datos sobre el rival estásen franca desventaja.

Igualmente nos ocurrió en el partido enLa Habana frente al Baltimore. Le dimos labase a J. B. Surjoj, para trabajar a HaroldBaines, que tenía 270 de average. La direc-ción técnica, sin embargo, desconocía quedespués de la sexta entrada era muy efecti-vo y promediaba más de 300. He hecho, dela búsqueda sobre aspectos cardinales de-rivados de cualquier liga, hábito insustitui-ble. Devoro Baseball America, catalogada laBiblia de la pelota, Sports News, y cuanta pu-blicación cae en mis manos. Ahora todo esmás fácil a través de Internet.

Usted es un defensor constante sobre el re-conocimiento que debe dárseles a los árbitros.¿Cómo cataloga el trabajo de ellos?

Muy bueno. Son profesionales e im-parciales de verdad. Están capacitados pa-ra laborar en cualquier sitio. Nos ha falta-do darles la connotación social quemerecen. Son compañeros a los que, des-de que pisan el terreno, les gritan impro-perios. Los conozco que, estando enfer-mos y con problemas personales, no dejande cumplir con su trabajo. Sin ellos no hayninguna competencia. Veo correctamenteque en los últimos tiempos descansen enedificaciones separadas de los peloteros.Sé que la escuela de Santa Clara ha gra-duado un número significativo de umpires–incluida Yanet Moreno, la primera mujeren desempeñarse en nuestro evento prin-cipal– y que se trabaja, además, desde laComisión Nacional para elevar la prepara-ción de los árbitros.

En oportunidades los atletas se sienten in-satisfechos con la labor de la prensa. ¿Qué opi-na sobre eso?

No es ocioso reiterar que los primerosy constantes inconformes con el trabajosomos nosotros. Cuando algo sale mal nosponemos como ellos: no dormimos niqueremos comer. Me parece, por otra par-te, que somos muy hipersensibles porquenos falta cultura de la crítica. Es como si,para algunos, exclusivamente existieranlos elogios y ese, sin discusión, no es nues-tro papel. Otros creen que la única tareade un periodista es describir, mecánica-mente, las incidencias técnicas sin hacervaloraciones y análisis. Esa tampoco es laencomienda de los profesionales de laprensa. Quizás en esto vale aquella idea deque «zapatero a su zapato». A cada unonos corresponde un rol, cuyo denomina-dor común es que nos debemos al pueblo.

Tengo la impresión de que nos hemosacostumbrado a un periodismo muy bené-volo. Tenemos que entender la crítica ensu dimensión constructiva. He tenido mo-mentos de todo tipo. Hay una excelenteentrenadora que todavía menciona un co-mentario mío en una carrera de relevo de-sastrosa en la que intervino antes de reti-rarse. Otra vez alguien, no sé cómo,supuso que por las opiniones dadas en latransmisión acerca de que los bateadoresestaban esperando el primer lanzamiento–todo el mundo veía que le abrían con stri-ke– favorecíamos al equipo contrario. Tu-ve, después de indignarme, que reírme.No concebía que hubiera personas capa-ces de subestimar de esa manera la inteli-gencia y preparación de nuestros técnicos.Por suerte hemos contado, en todo mo-mento, con el apoyo incondicional de lamáxima dirección del Partido que ha seña-lado, diáfanamente, que no dejemos deabordar con amplitud cualquier aristaconcerniente al deporte.

¿Cómo recuerda a Bobby Salamanca?Como un cubano jodedor dotado de

inteligencia extraordinaria. Muchos no sa-ben que sólo tenía vencido el quinto grado.En la prensa plana marcó una época consus crónicas «Ocurrió en el Estadio», unajoya del periodismo y lo mejor que se haescrito en un diario, sin miramientos, sobrebéisbol. Su sintaxis era brillante. Hizo unaño televisión, pero en realidad era narra-dor de radio. Su estilo inigualable para crear lo convirtieron en una personalidadescuchada y querida en los hogares cuba-nos. La juventud tiene que conocerlo más.

¿Y a Eddy Martin?Como alguien inseparable en múltiples

batallas. Fue un profesional formidable.Compañero y amigo que contribuyó consu magisterio a formar a decenas de locu-tores en el país. Era puntilloso en cuanto arecordar pasajes ocurridos hace práctica-mente un siglo. Un historiador de la pelo-ta, en toda la dimensión de la palabra. Enla actualidad extrañamos sus anécdotas so-bre los jugadores de antaño. Dejó un vacíomuy grande para la descripción. En pocaspalabras, lo tengo presente como un hom-bre intachable, que incluso estuvo deteni-do cuando la Huelga General del 9 de abrilde 1958. Fue además, unido a Manolo Or-tega, el presentador inicial del NoticieroNacional de Televisión (NTV) y participóen la cobertura de innumerables aconteci-mientos políticos, de primerísimo orden,junto a la dirección de la Revolución. Losmiembros de la Redacción Deportiva le es-taremos eternamente en deuda.

Con respecto a la pelota, ¿qué es lo que másdesea?

Ver los estadios abarrotados y que exis-tan más implementos en todos los munici-pios. Sería una maravilla inundar nuestrascuadras y campos con bates, pelotas, guan-tes, raquetas, judoguis, etc. Cuando un mu-chacho acude a una instalación deportiva,le quitamos una cama a la cárcel. Llevamosla actividad física en la sangre y la Revolu-ción convirtió esa vocación en un derecho.Hacia el futuro nos corresponde mantenerel prestigio ganado a lo largo de estas cin-co décadas. CM

Héctor Rodríguez junto a Iván Pedroso, cam-peón olímpico y mundial del salto largo, y Ser-gio Ortega, comentarista deportivo.

Junto a Eddy Martin.

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EN EL MEDIODE LA CALLE

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invadir casas, sino hasta a devorar bebésen sus cunas.

En esa época no había auras tiñosasen la isla: los cronistas de indias no men-cionan su avistamiento en ninguna de lasgrandes Antillas, y sólo llegó a Cuba a fina-les del siglo xvi –se conservan dos fému-res que datan de la primera mitad del sigloxvii; son estos los restos fósiles de auramás antiguos en la isla.

Pero, ¿qué pinta la tiñosa en lafundación de las ciu-

dades cubanas? Bueno,pues que sin ella este paíshubiera sido un infierno

de hormigas. Hubiésemosestado mudando villas de

un lugar a otro hasta que se in-ventara el insecticida. Como si fuésemos

tribus nómadas, La Habana hubiera pasa-do de cerca de Batabanó, lugar donde fuefundada, hasta la bahía donde hoy seasienta, y luego quizá la hubiesen traslada-do a Matanzas, y de ahí quién sabe si ya es-taría por Cienfuegos o Trinidad.

En fin, volvamos a la pregunta: ¿enton-ces por qué despreciamos al aura tiñosa y,por el contrario, magnificamos al cóndorsi, en definitiva, ambos son igualmentebuitres?

He estado buscando analogías paraexplicármelo, y quizá le pasa como al ca-pitalismo: hay uno rico y otro pobre; unocelestial y otro demoníaco, y, en definitiva,ambos también son buitres.

Sin embargo, más que demonizada, lamayoría de las veces el aura tiñosa es sim-plemente ignorada; algo que también su-cede con el capitalismo del sur: una ver-güenza para la familia. Y tanto como este,ni derecho tiene a globalizar su nombre.Por ejemplo, si quiero que diversos lecto-res de diversas geografías hispanohablan-tes puedan entender qué diablos es un au-ra tiñosa, debo aclarar primero que es unave semejante al gallinazo, al zopilote, alzamuro, al urubú, o al jote de cabeza roja.

En cambio, el capitalismo del norte dala impresión que es el único capitalismoque existe, y en consecuencia es propues-to como símbolo de poder y majestuosi-dad: un superhéroe manso, e incluso ro-mántico como la balada de Simon yGarfunkel: El cóndor pasa.

En realidad, el capitalismo del norteusa como un símbolo un águila –no uncóndor–, pero da lo mismo: el águila estambién un pajarraco prieto, vive de la ra-piña y es pariente del buitre. Y vea usted,no por eso dejan de dedicarle homenajes,películas, novelas; espacios y más espaciosen la prensa, en Internet, en la televisión…Tanta es la apología mediática que, si no loviésemos siempre posado sobre cadáve-res, parecería santo. CM

A. A. G.

EL POETA DOMINGO ALFONSOnació en Jovellanos, Matanzas, en1935. Se graduó de arquitecto en laUniversidad de La Habana en1969. Dentro de su ya larga obrapoética se encuentran títulos fun-damentales de nuestra lírica másreciente: Poemas del hombre co-mún (1964), Historia de una per-sona (1968), Libro de buen humor(1979), Esta aventura de vivir(1987) y Vida que es angustia

· la maravilla

de la perla ·

Para Aitana Alberti

Necesito los sueños para escribirSuspiro por el milagroque me convierte en otrodejándome veren medio del relámpagola maravilla de la perlaoculta ante mis ojospor la tiniebla diariade nuestra vida cotidiana

(1998), entre otros. Poemas suyoshan sido incluidos en importantesantologías de poesía cubana publi-cadas dentro y fuera de la isla.Dueño de una obra poética que hamerecido encomiables comenta-rios de reconocidos críticos cuba-nos, varios de sus poemas han sidotraducidos a no menos de una de-cena de idiomas. Es además autorde la letra y la música de más deciento cincuenta canciones y bole-ros. Los textos que aquí presenta-mos pertenecen a un libro inédito.

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· bienvenidos los fabricantes del odio ·

Bienvenidos los fabricantes del odiocon su cesta de puñales al hombroderramando veneno sobre los jazmines y las acerasdestilando hiel a cántaro lleno sobre nuestras espaldas y rostrosBienvenidos los traficantes del ácido mundial(casi en el territorio del Maligno)a punto de quemarse con el fuego de los aviones a chorroBienvenidos; porque apreciamos ese llantodel recién nacido en salas de la tímida auroray la caída de hojas de los almendros no nos aburrey el vientre flácido de la anciana madre, encorvada por los añosnos resulta santo: como sexo de noviaBienvenidos los que pisotean la humildad

/ y enturbian la calma de nuestros hogaresporque nos hace identificarlos y apreciar en la sal de una lágrimael toque de ternura que nos impulsa a querernos un poquitico más. CM

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INCLUYE POEMAS DE...

Domingo Alfonso

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Mas, qué pensaría usted, lector, si depronto le comunican que sus méritos se-rán premiados con la medalla del aura ti-ñosa; o si su jefe dice que va a pagarle elsueldo con algunas auras tiñosas; o si en eldía de su cumpleaños los amigos le rega-lan un aura tiñosa de cerámica.

Y por qué ocurre esta discriminación,si ya vimos que no es por su plumaje fune-rario, ni porque gusta usar como restau-rante los sepulcros, ni por su cabeza calvay colorada. Alguno dirá: es que se le ve co-mo emisaria de Olofi; pero sucede que envarias culturas originarias de Américatambién el cóndor es mensajero de lamuerte.

Sin embargo, cuando al cóndor le aprie-ta el hambre, no es raro que ataque a ani-males domésticos, algo que jamás haría elaura tiñosa. Es más, el aura tiñosa realizauna importante labor de saneamiento: seocupa de limpiar de carroña las zonas po-bladas; algo que no hace el cóndor: ¿a quién

le molestaría una peste de animal muertoen la cumbre de una montaña?

En fin, lector, tan importante es el tra-bajo del aura tiñosa que, sin ella, probable-mente los cubanos hubiéramos demoradosiglos en tener ciudades. Parece exagera-da esta afirmación, pero, si acudimos a lasdiversas relaciones de obispos –que deja-ron constancia de cómo era la vida en la is-la durante el siglo XVI– descubrimos quecuatro de las primeras villas fundadas porel adelantado Diego Velázquez debieronmudarse de sitio al ser invadidas por lashormigas.

La base alimentaria de los indígenastaínos era muy pobre y, en consecuencia,se generaban escasos desechos; pero jun-to con el colonizador español llegarontambién el cerdo, el caballo y el ganado va-cuno, y así también crecieron los nivelesde desperdicios. La comida abundante ha-cía crecer excesivamente las poblacionesde hormigas, las cuales no sólo llegaron a

Descubriendoel aura tiñosa

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ANTONIO RODRÍGUEZ SALVADOR

ME PREGUNTO por qué solemos despre-ciar al aura tiñosa, si en definitiva es un pa-jarraco tan prieto, cabecipelado y carroñe-ro como el cóndor.

Sin embargo, cóndor se llama una mo-neda de oro puro, equivalente a 0 pesosen Colombia y Chile. Y la Gran Cruz delCóndor de los Andes es una condecora-ción que el gobierno boliviano otorga ahombres y mujeres ilustres. Y vemos elcóndor en apellidos de patriotas: José Ga-briel Condorcanqui (Tupac Amaru); y enalevosas operaciones militares: lo mismoen la tristemente célebre Legión Cóndornazi que bombardeó la aldea de Guernica,que en la no menos amarga OperaciónCóndor, todavía en el dolor de muchos la-tinoamericanos. En fin, por qué desprecia-mos al aura tiñosa y, en cambio, magnifi-camos al cóndor.

Tanto, que el cóndor aparece en unaópera de Carlos Gomes, y en una escultu-ra de Marina Núñez del Prado, y en unóleo de Alejandro Obregón, y en una no-vela de Gustavo Álvarez Gardeazábal… Y,por supuesto, en películas: Sangre de cón-dor, del boliviano Jorge Sanjinés; o Alsino yel cóndor, del chileno Miguel Littín, o aque-lla muy famosa, Los tres días del cóndor, unclásico de Sydney Pollack, con RobertRedford.

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ANTONIO BERAZAÍN (BERA)

FERNANDO ORTIZ, con-siderado con justezael tercer descubridorde Cuba –medalla deoro para CristóbalColón y plata paraAlejandro de Hum-boldt–, definió nuestra na-cionalidad como un ajiaco. Enefecto, la nación cubana surgió amediados del siglo xix como re-sultado de un gran cocido cuyosingredientes principales fueronblancos españoles y negros afri-canos, con el aliño de algún queotro chino y la casi total ausenciade nuestros aborígenes.

Y esta argamasa no podríasino dar un individuo en elque el humor es parte inse-parable de su visión delmundo. Ser pesado, en Cu-ba, es un defecto muy gran-de. Es el octavo pecado ca-pital, peor que los otrossiete juntos.

Tanto en su lenguajecoloquial como en lasmás elevadas manifesta-ciones artísticas, el cuba-no ha reflejado el humor,aun en las situacionesmás difíciles. De hecho,¿de qué nos vamos a reír sino hay problemas? Mien-tras más problemas, más hu-mor. Evidentemente, nos he-mos pasado la vida riéndonos.

Por eso quisiera dedicar estaspáginas a alguien que es, sin duda,un genuino representante del hu-morismo cubano, reconocido enel año 2000 con el Premio Nacio-nal del Humor en su primera edi-ción. Me refiero a Héctor Zum-bado.

Todo parece indicar queZumbado nació en La Habana enel año 1932, de padre costarricen-se y madre nicaragüense. Cursóel bachillerato en Estados Uni-dos, y tras unos estudios incon-clusos de comercio en una uni-versidad de Kentucky, inició suvida laboral en Venezuela, dondedesempeñó los más disímiles em-pleos. También estuvo en Haitícomo auditor, resultado de unaconvocatoria en la que solicita-ban gente joven que supiera fran-cés y contabilidad, a pesar de quede esas condiciones, lo único quetenía era juventud. Regresó a Cu-ba, y luego de una etapa comoobrero en una fábrica de desodo-rantes y archivero de una agenciade seguros, se dedica, en los fina-les de los años 50, a cuestiones depublicidad.

Ya en los 60 y los años que si-guieron, ejerció el periodismo en laagencia Prensa Latina, el diario Ju-ventud Rebelde, en las revistas Bo-hemia, Opina, Cuba Internacionaly otras publicaciones. Luego, care-nó en el Instituto de la DemandaInterna como asesor de publicidady promoción. Hoy disfruta de unbien merecido descanso.

Su obra está recogida en lossiguientes libros:

Limonada, con dos ediciones(1978 y 1981), en la que aparecen38 estampas costumbristas, escri-tas entre finales de los 60 y princi-pios de los 70.

¡Esto le zumba! (1981), dondeestán reunidos 26 cuentos, entreellos los de Amor a primer añejo.

Prosas en ajiaco (1984), quecontiene artículos de carácterpublicitario, crónicas de viaje,críticas, sketchs, poemas, entre-

vistas realizadas a él, cartas deamor y minicuentos.

Nuevas Riflexiones (1985),con 38 riflexiones.

Kitsch kitsch, bang bang(1988), donde hay un ensayo so-bre el kitsch que contiene unafrase genial que cito: «el mal gus-to es el buen gusto de la gente demal gusto».

Perfume y olor (1998), edi-ción que reúne sus poemas, lamayoría publicados anterior-mente.

El trabajo de Zumbado,aun a la distancia de losaños, impresiona por lasagacidad con que pene-tra en los resquicios delentorno social. En efec-to, su obra es un lúcidoexamen de la sociedadcubana a través del hu-mor y una crítica certe-ra a sus imperfecciones.

El espectro de temasque abarca es amplio, pe-

ro es posible señalar algu-nos blancos de sus dispa-

ros, que se desplazan desdeel costumbrismo hasta la sáti-

ra más aguda, en un derrochede gracia, ingenio y fina ironía:

• La burocracia. Este es su temapreferido, según propia confe-sión. Ahí están: «Solicitud depersonal», «Ajedrez paraMorfeo», «Mmm... ¡qué curio-so!», «Las burocratiadas», «Lodifícil de nacer».

• Los medios de comunicación.Aquí se incluye la televisión,el cine, el teatro, el libro: «Lainocencia de la tele», «Parabostezar», «Triángulo de po-liéster», «Entre col y col, pe-chuga», «El Noble».

• El amor: «Cartas de amor»,«La joyita», «Amor a primerañejo», «El ligue», «Conversa-ción con Cupido».

• Los vicios de la conducta so-cial: «Ausencio», «Timoncio»,«La desconservación», «Losdecibeles criollos», «Los arbo-ricidas».

• La ineficiencia en los servicios:«Llanto por el cambio de tur-no», «La croqueta», «Cafen-cuesta», «El tubo de pantalla»,«El guaguabol», «Cómo elqueso se convirtió en helado».

• Hechos de carácter político:«El error», «Seis humoristasen Angola», «¡De pie!», «El res-cache».

• La chabacanería: «La letra per-fecta», «No to er mundo cantani televisa güeno», «Chapu-cio» y en especial el ensayo«Kitsch kitsch, bang bang».

El arte humorístico de Zum-bado es la intención seria de decircosas serias con una sonrisa, y esahí donde revela un modo propioen el que mezcla, con la mismaexactitud de un trago, su vastacultura con el habla popular, dán-donos un producto asequible a

todos. Los textos de Zumbadonos llegan palabra por palabra,así, llanamente. Nos divierten yhacen pensar; nos advierten de laprofundidad y alcance del temaque trata, e invitan a la reflexión,sin acudir a palabras rebuscadas,a aquello que con tanta mordaci-dad llamó «helicrítica» –porque talparece que es hecha desde un he-licóptero, inaccesible, y con todoslos medios de la «Teoría de la In-comunicación».

Sin pretender hacer un ex- haustivo estudio de la zumbaes-critura y la zumbaestética, es po-sible señalar algunas regularida-des que se observan en unaprimera aproximación, algo asícomo un primer hervor al asunto.Estas son:• El uso combinado de lo más

popular de lo popular y lo másculto de lo culto, gama en laque Zumbado se mueve con lamisma agilidad de un gamo.

• La utilización del juego de pa-labras como recurso cómico,que, dicho sea de paso, utilicéen el párrafo anterior –por sino se percataron.

• Comenzar con una explica-ción rigurosa, valedera, del ar-gumento, para después caer,sorpresivamente y de lleno,en el discurso humorístico.Lo culto y lo popular. Veamos

cada una de ellas. Un ejemplo decómo recoge la forma en que ha-bla la gente y lo liga con la cultu-ra universal, es esta décima titula-da «Para otra Marieta que estudiainglés», y dice:

I say you que I love youporque because sé well bienque perhaps, maybe, también,quizás tú me love me too.And I say you: oye tú, I am Romeo y la rosa.Please, Marieta marvelousa,Te lo digo very near,whithout miseria, my dear, please, please ponte pa‘las cosas.Los juegos de palabras. Zum-

bado es un experto en el uso delos juegos de palabras. A veces loaplica desde el mismo título. Porejemplo: «Jugo, que diga, juegode palabras», «La jalea está echa-da», «Don Quijote de la Cancha»,«El asere aegypti», «El ron nues-tro de cada día», «El misterio dellagarto frío», etc. O cuando dice:«Un caso realmente irónico en lahistoria de la Filosofía es que elpensador más racista se llamabaalgo así como Nitzche.»

Jugando con las palabras,Zumbado desplegó una facultadespecial para crear o acuñar nue-vos términos, como el vocablo ca-gástrofe. Hay otras como prílogo,amalgama simultánea de prólogocon epílogo; perplónito, estado en-tre lo perplejo y lo atónito, y su fa-mosa expresión curdonauta, apli-cable a los aficionados de laslibaciones en recordación deldios Baco.

Pero hay más: dinousuario, im-percibido, simplejo, troquegrama, ha-racrítica, sinflictivo, guillefrenia,churricultura, plomópodo, careláticoy otras que harían interminable lalista y que forman parte del estilozumbadiano.

La explicación y después lohumorístico. Son varios los traba-

jos en los que aparece este recur-so: «La bicicleta», «Los OBNI»–objetos embotellados no identi-ficados–, «La cuchara», «La activi-dad», el ya mencionado «El asereaegypti» y otros. Quizás el másconocido –por haberlo populari-zado el actor y también PremioNacional del Humor, Carlos Ruizde la Tejera– sea «La guagua».

Zumbado comienza enun-ciando las definiciones de guaguadel Diccionario Enciclopédico dela U.T.E.H.A., como «insecto muypequeño»; «indígena sudamerica-no»; «municipio de la provincia fi-lipina de Pampanga»; o «niño debrazos».

Nótese que hasta este puntobrinda información exacta, rigu-rosa. Después viene el párrafo detransición: «No, guagua no es eso.Evidentemente los académicos nosaben lo que es una guagua. (…).Porque todos sabemos que unaguagua no es un bichito, ni un in-dígena, ni un municipio de Filipi-nas, ni mucho menos un niño debrazos. Una guagua es otra cosa.(…). Trascendente. Épica.»

Entonces, se lanza al asalto, afondo: «Montarse en una guaguaes desafiar al destino. (…). Es co-mo (…) atravesar los Alpes conuna manada de elefantes, o sur-car el océano Atlántico con trespequeñas carabelas…» Y así has-ta el final.

No puedo resistir la tentaciónde citar un fragmento de «El na-rrafismo deportivo», en el que senarra una pelea de boxeo en laque participa un cubano:

«¡Ahí está el cubano jabeandocon la izquierda!¡Otra izquierdadel cubano!¡Buena derecha delcubano!¡Izquierda y derecha delcubano!¡Tremendo swing del cu-bano!¡Y ahí va a la lona! El cubanoha caído a la lona. Y le están con-tando, y le siguen contando... y sino le cuentan más es porque se lollevan en camilla. El muchacho noparece estar en las mejores condi-ciones para continuar la pelea. Pe-ro de todas formas, esperemos ladecisión oficial de los jueces.Mientras, quisiéramos comentarque es posible que la vehemenciay combatividad de este muchacholo hayan impulsado a proyectarsu quijada con demasiada agresi-vidad contra el guante del contra-rio.» Sin comentarios.

Muy importante ha sido la re-lación personal de Zumbado conel movimiento humorístico. Estano sólo comprende su etapa decolaboración en el Conjunto Na-cional de Espectáculos, sino tam-bién con representantes del hu-mor gráfico. La joven generaciónde humoristas de finales de los 80recibió de lleno su apoyo e in-fluencia; y esta última se extiendehasta nuestros días.

Sirvan estas líneas como unamodesta contribución para dar aconocer las cosas que escribió, sumodo de contar y de hacer hu-mor. Sobre todo, a aquellos queno pudieron seguir sus crónicasen los periódicos, ni lo disfruta-ron en el teatro presentando al-gún espectáculo, o, ¿por qué no?,tampoco lo vieron en algún bar,trago en ristre, practicando la cur-donáutica. CM

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Riflexiones I y II (1980 y1985), que recogen en dos tomos,91 artículos de la sección del mis-mo nombre que publicó en la edi-ción dominical de Juventud Re-belde entre los años 79 y 81.

Amor a primer añejo (1980),colección de 8 cuentos, entre ellosel que le da título al libro.

The American Way (1980)son artículos que fueron publica-dos entre 1970 y 1972 a través dela Agencia Prensa Latina, en losque satiriza diversos temas de lasociedad norteamericana.

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YANIRA MARTÍNEZ Y CARMEN SOUTO

ACERCARNOS A YORUBA ANDABO, en lavoz de su director Geovani del Pino, nos hapermitido divisar desde un prisma quizáscontroversial a la rumba misma y a la laborde esta agrupación, no sin acentuar unamirada hacia actitudes y conductas quedesde la rumba nos expresan los disímilesángulos que convergen en la Cuba de hoy,cuando de música, cultura y sociedad cuba-na contemporánea se trata.

¿Cómo se llega hasta Yoruba Andabo des-de el Guaguancó Marítimo Portuario?

El grupo comenzó con el nombre deGuaguancó Marítimo Portuario en los pri-meros años de la década del 60. En aqueltiempo había un movimiento de aficiona-dos muy fuerte en los sindicatos, con festi-vales muy chéveres. Todos los sindicatospresentaban su grupo y el sindicato deMarina Mercante y Puerto presentó el su-yo, que era el Guaguancó Marítimo Portua-rio, porque obedecía al nombre del sindi-cato que nos afiliaba a todos. En esetiempo yo no integré el grupo, pero sí loseguía. Ellos obtuvieron el primer lugar deese festival de aficionados desde el año 61al 64. En aquel tiempo, al que ganaba elprimer premio le daban un viaje a laUnión Soviética, pero ellos no habían idoaún. En el 61, 62 y 63 no sé qué pasó, peroen el 64, ya se supo qué pasaba… El que noera santero, era abakuá, que era la compo-sición de los trabajadores del puerto enaquel momento. Y como que todos eranreligiosos… recuerden ustedes que esostiempos no son los de ahora…, y por endeel grupo no pudo viajar. Aparte de eso, al-gunos miembros que ya estaban algo ma-yores se retiraron, otros cambiaron de tra-bajo. En fin, el grupo se desintegró, perosiempre quedaron algunos amigos. Ahí yayo me integré y nos reuníamos para lasfiestas, en conmemoración del 26 de julio,para el cumpleaños de alguien…, pero en-tre amigos.

Pasaron los años y en 1985 a Eloy Ma-chado, El Ambia, le dan la tarea de comen-zar una peña de rumba en la Unión de Es-critores y Artistas de Cuba (UNEAC) y nohay ningún grupo para echarle mano. Ha-bía un compañero nuestro que cumplíaaños y nosotros fuimos a tocarle. Eloy fuea la rumba esa y cuando terminamos de

tocar nos llamó para hacernos la propues-ta de trabajar en la peña y nosotros, comohobby, lo aceptamos. Así comenzó «LaPeña del Ambia», con Yoruba Andabo, y Yo-ruba Andabo con «La Peña del Ambia».

¿Qué papel tuvo Pablo Milanés en la gesta-ción de Yoruba Andabo?

Importantísimo y determinante. Es larealidad. Pablo Milanés nos vio tocar en«La Peña del Ambia» y nos invitó a traba-jar con él en un concierto que dio en el tea-tro «Karl Marx». Fue Pablo Milanés quiennos llevó a un teatro por primera vez,quien nos compró nuestros primeros ins-trumentos, quien nos grabó nuestro pri-mer disco. Y no a nosotros solamente, tam-bién a Compay Segundo, a Zenaida Ro-meu, a Lázaro Ros, que éramos músicosque en esa etapa no fuimos acogidos por elInstituto Cubano de la Música (ICM). Nosmantuvimos trabajando con la Fundaciónde Pablo hasta que desapareció, y entoncesel ICM nos llamó, pero yo me fui para Tu-rarte, hasta que pasado un tiempo y en otraetapa del ICM, me llamó el compañeroAlexis Vázquez y regresé a la plantilla delCentro Nacional de Música Popular, don-de me mantengo hasta ahora.

¿Qué queda de ese carácter espontáneo de losprimeros rumberos en el Yoruba Andabode hoy?

La rumba está llena de espontaneidad.Si no eres espontáneo en la rumba, no eresnada. Nosotros no somos músicos colegia-dos, somos músicos de oído. Si tú me po-nes un pentagrama ahora ahí, yo no en-tiendo nada, no sé ni qué cosa es do, ni mi,ni re… Ahora, oigo una voz mal y digo: esoestá mal. Yo lo que no sé decir si es sol o mi,no sé, pero sé que está mal. Después lo ha-cen bien y digo: ahora sí está bien, pero esanota estaba mal. Por ejemplo, puedo decir:ahí hubieras hecho esto otro y se lo hagocon la boca y entonces hubiera quedadobien. Así somos nosotros, muy espontáne-os. Y la música cuando es así tiene que es-tar llena de corazón, de bomba y siempreestar generando nuevas ideas.

La rumba que se tocaba en la décadadel 20 no se tocó en la del 40 ni en la del 50,y la que se tocó en el 50 no es la que se to-ca hoy. Se mantienen las raíces, pero larumba no es un género muerto, y como nolo es tiende siempre a evolucionar, no se haquedado atrás. En los años 30 el tamborera un barril con un parche de chivo clava-do y se afinaba con candela, después llególa tecnología y le pusieron llaves. Ha pasa-do el tiempo y con estas nuevas tecnolo-gías con mucho menos esfuerzo se les sacamás sonido a los instrumentos. Esta es unade las razones por las que la rumba evolu-ciona. La otra cosa es que en mis tiemposde joven, la década del 50, por lo general elrumbero era gente de barrio, gente margi-nal, generalmente analfabetos… Pero tam-bién la Revolución pasó por ellos y losrumberos ya tienen estudios, han termina-do la secundaria, el preuniversitario, sabenlo que quieren, su expresión es otra, su ma-nera de hacer la letra de una rumba esotra… Es otra cosa.

En este sentido, la sociedad cubana contem-poránea sigue mirando a los cultores de la rum-

ba y de la música de raíz africana como margi-nales, ¿o esa visión ha cambiado?

Para muchos sí, pero para otros no. Pa-ra nosotros la rumba no es más que unaexpresión de cubanía. La rumba fue un gé-nero de negros. Fue. Dejó de serlo hacemuchos años, ¡pero muchos años! Sabesque toda la música, la música que nació delpueblo, que fue del «populacho», todas re-cibieron críticas de una forma u otra porparte de la élite social. Eso ha sido en todoslos tiempos. La rumba mucho más, porqueal ser una música que por lo general era denegros, de negros marginales sobre todo,fue discriminada por aquella élite. Muchasveces cuando se habla de problemas racia-les se piensa en el blanco y el negro, y no esasí. Por desgracia, el negro cuando levan-taba un poquito el nivel, automáticamentecomenzaba a discriminar al de abajo y lafamilia le decía: «no te juntes con mengani-to», e incluso empezaban a negar a losabuelos, los padres… Eso es historia de to-da la vida, siempre ha sucedido. No esta-mos descubriendo el Mediterráneo coneso, porque hasta en el tiempo de la escla-vitud una negra se casaba con el mayoral otenía un niño con el señor de la casa y la sa-caban del cañaveral e iba a trabajar a la ca-sa. Ya esa negra se sentía superior a la queestaba en el campo. El calesero se sentíasuperior al negro que estaba en el cañave-ral. Y al que con un poquito de suerte le da-ban la libertad, se sentía muy superior a losdemás. Y por un problema de tratar de me-jorar su condición social o de mejorar sucondición económica, el negro se prestabapara eso. Estamos hablando de la músicaconcretamente, pero para hablar de la mú-sica hay que hablar de estas cosas también.

Nosotros tenemos igualdad de dere-chos. La Revolución hizo sus leyes y hayigualdad de derechos, y eso está claro paratodos, pero que haya igualdad de derechosno quiere decir que haya igualdad social niigualdad de oportunidades. Eso lo sabe to-do el mundo. No estamos descubriendo elMediterráneo tampoco con eso. Y todo es-to sucede en la vida social del país. No sepuede hablar de racismo como tal, pero síhay muchos prejuicios heredados de todosesos años de racismo y de cosas feas. Y haymucha gente que hoy en día ha heredadoeso y mira, habla y muchas veces no es loque piensa.

En lo que respecta a la rumba, sucede lomismo. No hay igualdad de posibilidades.Nos cuesta mucho trabajo trabajar, muchotrabajo presentarnos. No sé si ustedes sehan dado cuenta de que se pone la televi-sión y hay un día Cuerda Viva, rock funda-mentalmente; otro día Palmas y Cañas conla música campesina, hay algunos progra-mas de son… ¿Cuántos programas de rum-ba? A veces un programa lleva un grupo derumba y… ¡Espera para que salga otro! Lle-ga el verano y hacen programas dedicadosa tal música… Y la rumba te diría que aun-que no es la raíz de toda la música cubana,sí en toda la música cubana está implícita larumba porque ella salió primero. Y la clavede la rumba es la clave del son. Eso lo sabe-mos todos también. La clave del abakuá esla clave del son. La cambiaron para ponér-sela al son, pero es la misma clave. El soncuando vino de Oriente vino sin clave. Laclave se le puso aquí y salió de la rumba, delyambú, del guaguancó, en La Habana y enMatanzas. Todos los estudiosos del temaconocen esto. Y tú vas a la escuela de músi-

ca y no saben estas cosas y si lo dan es así…(gesto de paso rápido). Y muchos músicos,buenos músicos, no conocen eso.

Yo creo que para vivir la vida hay quemirar hacia adelante, pero para compren-derla hay que mirar hacia atrás. Si tú no mi-ras hacia atrás no sabes qué haces, ni porqué lo haces. Y desgraciadamente hay aquien no le gusta mirar hacia atrás. Es un ca-mino muy escabroso que, ahora, creo quenos estamos dando cuenta todos de estascosas y se están abriendo caminos. No-sotros nos estamos beneficiando un pocode eso también y se está abriendo un hori-zonte para nuestro género, se está compren-diendo. No queda más remedio porqueaunque quieran matarlo no se muere, aun-que muchos hubieran querido que muriera,no muere, ahí está. Hay que reconocerlo.

Creo que esa visión de la que hablas es-tá cambiando. No podemos decir que hacambiado ni que ya cambió. Date cuentaque han sido muchos años, son costum-bres de tantos años. Son siglos de costum-bres, de marginación, de opresión y por fintriunfó la Revolución en el año 1959, perolo que lleva son 50 años, contra cientos deaños atrás, no es fácil. Y, ¡qué cosa másgrande! Si había una movilización en losaños 60, 70, se tocaba rumba hasta en lascajas de balas. Si se iba a cortar caña, semontaba uno en un camión y se montabaun tambor y era tocando rumba hasta elcañaveral y después de regreso. Donde-quiera que haya una fiesta, aparece unaconguita al final. Y no creo que haya quiense las dé de cubano y cuando oiga una con-ga no haya movido aunque sea los pies,aunque no tenga clave. Porque es nuestramúsica, es nuestra idiosincrasia. Somosnosotros, no es otra gente. Si oyes unarumba y un tambor, automáticamente di-ces: ¡cubano! Eso identifica al cubano rápi-damente. A lo mejor oyes una música sin-fónica y dices: ¿de dónde será la orquesta?Si oyes un número de salsa o de son…, bue-no… ¡nos lo han querido robar! Si oyes ungrupo puertorriqueño lo hacen bastantebien, chévere, oyes a uno de aquí y en unpaís que no conozcan mucho se puedenconfundir. Pero ¿con la rumba? ¡Olvídate,eso es de aquí, eso no es de otro lado! Loque pasa es que mucha gente a veces no loquiere reconocer. Ellos lo saben, pero porun problema de prejuicios no lo quierenreconocer. Hemos avanzado y yo esperoque sigamos avanzando y comentando es-tas cosas, que hay que decirlas porque sino se dicen ahí se quedan, hay que tener elvalor de decirlas. Los problemas los resol-vemos nosotros aquí en casa porque sonproblemas de nuestra casa, y nuestra casaes Cuba. Yo soy patriota, yo no me quedoen ningún lado y creo que la mejor socie-dad es la mía. Los derechos sociales que yotengo aquí no los he visto en ningún lugardel mundo, ¡y mira que he caminado! Noes lo que me cuenten, es lo que he visto yo.Esta es mi sociedad, este es mi país, este esel que yo quiero, pero los problemas quetiene los tenemos que resolver aquí dentroy si no los decimos no se resuelven.

Tenemos entendido que Yoruba Andaboharealizado talleres de percusión, bailes y cantos fol-clóricos.1 ¿Se vinculan estos con el sistema delCentro Nacional de Escuelas de Arte, el InstitutoSuperior de Arte (ISA), las casas de cultura? ¿Hayparticipación de los estudiantes de Arte en esos ta-lleres, de los aficionados de las casas de cultura?

No. El ISA tiene sus clases, las casas decultura tienen las suyas. Pero cuando yonecesito un músico folclórico no puedo ira buscar a un percusionista graduado delISA, porque tú te gradúas del ISA y eresmuy buen percusionista, pero eso no se en-seña allí, eso se aprende en la calle. No setrata de tocar un batá, sino de saber qué eslo que se está cantando, cuál es el golpe

ENTREVISTA A

GEOVANI DEL PINO,DIRECTOR DE

YORUBA ANDABO

¿Y la rumba qué?©

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que lleva, hacer un Oru seco y saber si estetoque es de Yemayá, este de Elegguá… Ledas un bongó para tocar abakuá y no la lle-van. Esta es una música de calle, de pueblo.Con el bailarín sucede exactamente igual.Tienen los pasos básicos.

La música religiosa como tal, es músicareligiosa, pero ya la rumba es profana, es launión de toda esta música africana con lamúsica española y con algunas influenciasde otras músicas, de lo francés por ejemplo,en la conga. Pero eso no te lo enseñan en laescuela. Yo me he preocupado mucho poresas cosas, incluso, te voy a decir: Yoruba An-dabo siempre fue una agrupación de perso-nas mayores, éramos viejos. En la medida enque se han ido jubilando unos, por desgra-cia han fallecido otros, yo me he preocupa-do por que la gente que va entrando sea gen-te joven. Ya el promedio de edad de nosotrosque era de cincuenta y pico de años anda porveintipico y… ¡Cuidado con qué clase de tam-bor tocan! ¡Lo que se les ponga a tocar! Noporque sean mis músicos, sino porque to-can. Y como ellos, hay muchos en la calle.Pero aquí no hay ninguna escuela que te gra-dúe de músico folclórico.

Pero esos talleres pudieran servir comocomplemento a la academia que tiene suscaracterísticas específicas como academia,lógicamente.

Eso no funciona tan fácil.¿Qué distingue a Yoruba Andabode sus si-

milares?Nosotros hemos tomado un estilo de

tocar rumba que le llamamos «guarapa-changueo», que no lo inventamos nos-otros. Los primeros que lo tocaron aquífueron Los Chinitos de Jacomino, unosmuchachos, ya mayores, que son del ba-rrio La Corea, mezclas de chino con negro.Ellos fueron los que inventaron esa formade tocar, lo que pasa es que los primerosque llevamos esa forma de tocar a escena ya disco fuimos nosotros. Y se ha quedadoYoruba Andabo «guarapachangueo», perono lo inventamos nosotros. Y esa forma detocar nos diferencia de los demás, aunquemantenemos la esencia de la rumba, lospatrones, pero le incluimos otras cosas,que a los demás les es muy difícil hacerlo.

El repertorio contemporáneo del grupoabarca más que lo tradicional y fusiona muchastendencias, incluso más allá de la música cuba-na. ¿Estos elementos los asumen para interpe-lar, identificar a mayor cantidad de gente con sutrabajo, o es una naturalidad de la rumba?

Yo lo he hecho más bien por demostrarque a todo lo que tenga clave le entra la rum-ba. La rumba cabe en todo porque es la raíz de todo. Si no es la absoluta, en todo loque vino después está implícita la rumba, ya todo lo que le quepa clave, le cabe el tam-bor, le entra la rumba, le entra la guaracha yle entra todo. El cantante, por ejemplo, hacefusiones con el reguetón y con el rap en larumba y entra con vacilón, ¡y sabe a rumba!

¿Y eso es bien recibido?Sí. La juventud lo recibe muy bien.¿Mejor que otros temas más tradicionales?Puede ser. La sociedad evoluciona y tú

tienes que evolucionar con ella. El jovensiempre ha dicho la última palabra. La ju-ventud siempre ha impuesto la moda, lamúsica. ¡Eso es de los jóvenes! Volvemosotra vez al dicho: para vivir la vida hay quemirar hacia adelante, pero para compren-derla hay que mirar hacia atrás. Nosotrosla queremos vivir y miramos hacia adelan-te, pero siempre le inculco a la gente quemiren hacia atrás para que la comprendan,porque si no… Creemos mucho en la ju-ventud y nos siguen.

Yoruba Andabotuvo un papel fundamen-tal en «La rumba más larga» que organizó CU-BADISCO el año pasado y ha participado enotros eventos y festividades que se destacan porinsertar la rumba. ¿Qué importancia les conce-

de usted a esos espacios para el desarrollo gené-rico y para la comunicación con el público?

Es la pregunta más difícil que me hanhecho y les diré por qué. Creo que todosesos espacios son buenos para la rumba yla música cubana en sentido general. Pero,como siempre, ahí va la discriminación. Ycuando hacen un CUBADISCO, la rumbava para el parque. Nosotros fuimos «Pre-mio CUBADISCO 1999» con el disco DelYoruba al Son. Coincidió que ese año elevento fue dedicado a la rumba y nosotrostocamos en un teatro porque nos invitó LeoBrouwer, que dirigió una obra en la que élsentía que había clave, nos llamó y nos di-jo: «aquí hay clave, ¿ustedes se atreven a ha-cerlo?» Y lo hicimos. Fue un planazo. Fui-mos el único grupo que trabajó en teatroporque Leo Brouwer nos invitó a hacer esapieza. Fue en el teatro «Amadeo Roldán»,se terminaba con la conga, que sacaba alpúblico para afuera ¡y la rumba pa’l par-que! Cuando me dijeron que la rumba sequedaba en el parque y que íbamos a rum-bear como en el tiempo de los 50, que nohabía audio, ni tarima, les dije que no, quenosotros no íbamos para el parque. ¿Porqué razón la rumba no tuvo un espacio enningún teatro, si eso era dedicado a la rum-ba? ¿Por qué sin micrófonos? Si Matamo-ros tocaba el son en los años 20 sin micró-fonos, ¡entonces no les pongan micrófonosa los Clásicos del Son! Oigan: es sólo un ejem-plo, podría haber mencionado cualquierotro grupo. Fue solamente el que me vino ala cabeza en este momento.

Hay un Festival Internacional de Balletacá. Pones la televisión, la radio, compraslos periódicos y es Festival de Ballet. Sacanunos afiches lindísimos y es en los teatros.Ahora: Festival de la Rumba, nuestra músi-ca, la de nuestras raíces, la que está dentrode toda nuestra música, la que tanta glorianos ha dado… ¡Eso pa’ Guanabacoa!, parael festival Wemilere, y no hay ni transpor-te para llevar a los músicos ni meriendaspara darle a la gente. La Casa de la Culturacorreteando para poder conseguir todaslas cosas, no hay micrófonos… Se hace así.Está el Festival del Son…muy bien. ¡Esa esnuestra música! Pero, ¿y la rumba qué? ¿Eslo último? ¿Por qué tenemos que seguirpensando que la rumba es lo último?

Ahora, por otra parte, creo que es bue-no este tipo de contactos, porque se llenade gente, que lo agradece porque es su mú-sica y se siente identificada con eso. Perotienen la promoción más mala, los mediosmenos efectivos…

Ustedes que han tenido experiencias de tra-bajo con compañías discográficas cubanas y ex-tranjeras, sumadas a las presentaciones en vivoen varios países. ¿En qué medida los mecanis-mos y legislaciones que tenemos favorecen o di-ficultan la producción, difusión y distribuciónde la música cubana en Cuba?

Para grabar aquí es un problema. Porlo general, cuando presentas un proyecto auna disquera cubana y es de rumba, de en-trada, no hay presupuesto.

Sin embargo el disco La Rumba soy yo, pro-ducido por Bis Music, tiene una alta demanda.

Y se hizo a pulmón. Ahí trabajamos no-sotros. Y Rumba en La Habana… con Yo-ruba Andabo fue nominado a Grammy…Nosotros hemos tenido suerte con nuestramúsica. El primer disco que nosotros hici-mos se llamó Espíritu de La Habana (Spi-rit of Havana). Lo hicimos con una disque-ra canadiense, con Jane Brunet, la saxo-fonista y clarinetista canadiense y nosotroshicimos toda la base. Ese disco fue PremioJuno en Canadá, que es un equivalente alGrammy de Estados Unidos. Aquí no se ledio promoción a eso. Después hicimos ElCallejón de los Rumberos, con PM Re-cords, nuestro primer disco. Después DelYoruba al Son, que fue Premio CUBADIS-

CO, con Magic Music, el disco fue licencia-do por Bis Music, pero no ha salido más ala venta, salvo la tirada pequeña que se hi-zo para presentarlo al CUBADISCO. FuePremio CUBADISCO y se desapareció eldisco, se vende quemado por la calle. Lue-go propusimos a las disqueras el DVDRumba en La Habana… con Yoruba An-dabo. Queríamos hacer un DVD, pero nohabía disquera que lo quisiera coger, nohabía presupuesto…Y vino AYVA Music,compañía española y lo hizo y se lo licen-ció Universal, que fue quien lo distribuyóen Estados Unidos. Nominaron el DVD alGrammy, fue nominado en España, se ven-de en el mundo entero y nosotros no he-mos cobrado un centavo.2 Así que si maloes trabajar con las disqueras extranjerasque después tú no tienes con quién recla-mar, las de aquí te dicen que no tienen pre-supuesto. Ahora hay una disquera cubanaque nos está diciendo que van a ver si hayuna posibilidad a finales de año…

Ustedes han recibido numerosos premios.Tres nominaciones al Grammy, con un

Grammy Latino; tres nominaciones a CU-BADISCO, con un Premio CUBADISCO;dos nominaciones a Premio EGREM, conun Premio EGREM. Incursionamos en elcine y obtuvimos Premio de la AsociaciónHermanos Saíz, Premio Caracol de laUNEAC y Premio Coral en el Festival Inter-nacional del Nuevo Cine Latinoamericanode La Habana. El documental se llamaba¿Quién baila aquí? La rumba sin lentejue-las, de Elio Ruiz.

A partir de las declaraciones que reciente-mente escuchamos de un amigo puertorriqueñoque nos visitó en el CUBADISCO, en las que élvaloraba más un premio sobre otro, se nos ocu-rre preguntarle si para usted alguno de los pre-mios de Yoruba Andabo significa más queotro, en cuanto a la repercusión o a las oportuni-dades que el lauro puede haberles traído.

Yo creo que un premio no es más queun reconocimiento a tu trabajo y tú te llenasde orgullo porque están valorando tu traba-jo. Todo lo que valore el trabajo de uno, conindependencia de la economía, es bueno.Cuando te dicen que eres un trabajadorvanguardia te sientes bien, estimulado, ysientes que están estimulando tu trabajo.Cuando te dicen que tienes un PremioEGREM, sientes que reconocieron que tutrabajo fue bueno, y yo miro los premiosdesde ese punto de vista y creo que todosson buenos, con independencia de quiénlodé y de cómo se dé. Lo que pasa es que haypremios en los que priman muchas cosas yhay otros en los que priman menos u otrascosas. Por ejemplo, tú para ganar unGrammy tienes que estar avalado por unadisquera potente, vender equis cantidad dediscos…, en los Premios «Lo Nuestro», y enotros premios, ves que siempre son los mis-mos: Alejandro Fernández, el otro…, cuan-do vas a ver, sus disqueras son Sony Music,Universal, las que más dinero tienen y lasque más dinero ponen para darles promo-ción a ese disco y a esos músicos. Te ponenbastante dinero arriba, después te lo sacany te llevan a la gloria. Por eso hay «pre-mios» y «premios».

Pero nosotros que somos músicos ygente humilde, de corazón, que la promo-ción que tenemos es lo que nosotros hace-mos, que depende de con qué ahínco lu-chemos, que no tenemos ningún otromedio que nos lance, cuando nos premianes un estímulo.

A la rumba yo creo que le abrió un ca-mino el Premio Grammy Latino. Habíamucha gente que estaba con los ojos cerra-dos y cuando le dieron el Grammy a larumba, esa gente los abrió o los tenían me-dio cerrados y no les quedó más remedioque abrirlos. Pero el premio pasa y des-pués se olvida. Es el músico el que se sien-

te bien con que le reconozcan su trabajo.Ya todo el mundo se olvidó del Grammy.

Yoruba Andaboha recorrido mundo, conimportantes giras sobre todo por Europa. ¿Cómoha sido recibida la rumba cubana por otros pú-blicos?

De maravilla. Tengo los videos y te lospuedo enseñar. Teatro lleno y de pie. Y nosólo Europa. Hicimos una gira por Canadá,en la parte de habla inglesa, desde Torontohasta Vancouver. Trabajamos en los 12 tea-tros de las 12 ciudades más importantes delpaís y fue candela desde el primero hasta elúltimo. Ahora en Inglaterra compartimosescena con Oscar de León a teatro lleno.

Hay músicos cubanos que se quejan de queen el mundo entero a veces son recibidos comoalgo exótico, en vez de como algo que identificaa una nación. ¿Les pasa a ustedes?

No, ni en lo más mínimo. Volviendo a nuestro país, hay algunos es-

pacios donde se toca habitualmente rumba,por ejemplo el famoso «Sábado de la rumba»,que se ha creado para reivindicar un poco a es-ta música, contribuir a su difusión, conoci-miento y su identidad; sin embargo, tambiénhay criterios de que se ha tergiversado y hay ve-ces que se transforman en espacios para el tu-rismo, haciendo de la rumba una especie decultura de ornamentación o algo así. ¿Cuántoha afectado esto a la imagen de la rumba y dela propuesta musical que ofrecen para un con-texto cubano o para un contexto en el que el tu-rismo es el que prima?

No es solamente el «Sábado de la rum-ba», ni la rumba. Pasa en otros génerostambién. El problema es que desgraciada-mente es el turismo y nos olvidamos delcubano. Y le damos prioridad al turismoen las Casas de la Música, y hacemos unfestival tal y le damos más importancia alturista que viene que al cubano que va aparticipar.

Pero hay veces que esto tergiversa la imagen.Claro, tergiversa la imagen de la rumba

y de cualquier género que se preste paraeso o sea utilizado en eso. Yo toco para loscubanos. Si llega un extranjero, llegó, pagósu entrada y entró. Y no le doy prioridad aél. Y no lo siento a él delante y a ti detrás.El que llegó primero se sentó delante y pa-ra eso hay que llegar primero, porque yono paro a ningún cubano para que se sien-te un extranjero.

¿Dónde se presentan habitualmente?Todos los sábados en «Las Vegas» y do-

mingos alternos en el Delirio Habanero.Ahora nos quieren trasladar para el CaféCantante porque el Delirio Habanero seestá cerrando por capacidad. También tra-bajamos en otros lugares.

¿Dentro del ámbito rumbero cubano en quélugar ubica usted a Yoruba Andabo?

A mí no me gusta decir lo que hago. Elpúblico, no yo, dice que hoy en día el me-jor grupo de rumba que hay en el país esYoruba Andabo. Lo dice el público. Yo creoque no somos los mejores, tenemos quesuperar muchas cosas y hacer muchasmás. Lo que sí te puedo asegurar es que es-tamos en la vanguardia, que somos unoscuantos, pero nosotros estamos ahí. CM

1 Los integrantes de Yoruba Andabo han imparti-do talleres de percusión y danza en universida-des y prestigiosos centros culturales de Cana-dá, Francia y Suiza, incluida una clase magistralante más de 250 etnólogos y musicólogos en laCité de la Musique, en París.

2 Rumba en La Habana… con Yoruba Andaboen su versión CD, fue nominado a Grammy La-tino 2006 como Mejor Álbum de Música Fol-clórica, y a los Premios de la Academia de lasArtes y Ciencias Musicales de España el mismoaño. La versión en DVD es la que se distribuyeen los Estados Unidos por Universal bajo licen-cia de AYVA. Este título tiene versiones en idio-mas español, inglés, francés y alemán.

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Era en Cuba un lector asi-duo de esta publicación,desde que salió me entu-

siasmó mucho porque es una mane-ra distinta de periodismo pero muyprofesional, correcta y comprome-tida, y porque además está insertan-do temas novedosos sin miramien-tos y desde la perspectiva del debateabierto, franco y donde cada cualaporta su opinión, sin querer deciresto que tenga la verdad absoluta, ylo otro que me gusta es que siempreha sido bien cubana. He estado le-yendo su último número [no. 14] yme pareció interesante escribirles yes que se trajo a colación el tema de

Manolín y su digamos alegato de lo quefue su vida en Miami, como él mismo locataloga: un infierno. Concuerdo con mu-chos de los que allí opinan en que Mano-lín no escudriñó bien el terreno que pisa-ba y no vio la historia de otros tantos quecomo él han sido condenados al olvido oen el mejor de los casos a amenizar en lu-gares y espacios que nunca imaginaron,siempre el ser humano sueña conquistarcon lo que hace, pero hay cánones y re-glas propias del comercio, propias de loshombres, y propias del lugar donde vives,cuando logras asociarlas todas en tu bien,entonces habrás ganado la batalla perocuando no, porque hay otros que están in-teresados en otras cosas, vienen las penu-rias, y eso ocurre la mayoría de las veces,intereses por medio, money de por medio,sólo eso cuenta, los músicos cubanos enMiami y quien dice músicos dice actores,periodistas, etc., desde mi punto de vista,han quedado condenados a ser segundo-nes, es increíble ver a Daisy Balmajó enPapparazzi, da pena eso, ella, una profe-sional, recuerdo sus incursiones enCHTV; y a Rolando Nápoles politizadohasta los talones en el canal 41; a Paulínque da grima; al actor de La Bella del Al-hambra en papeles que mueven al llanto;y así la reciente historia de Julito Martínezque murió solo en un apartamento y susamigos recogiendo dinero para pagar sufuneral, porque si no, sería enviado al hos-pital para enseñanza; recordemos el pasa-do de cada uno y veamos que hay unaobra, un rigor, un destinatario que iba aaprender de la vida, que iba a salir ganan-do, yo me pregunto ¿serán felices?, ¿no sesentirán frustrados con eso?, o ¿habránaprendido del mutismo de los camaleo-nes y estarán adaptados?; la vida de cadaquien es suya y debe decidir con ella loque mejor le conviene, ellos sabrán en suinterior y si son felices así, pues bien, pun-to y final, tal vez sea el caso de estos.

En mi plano personal lo cuento por-que yo estoy viviendo acá en Miami des-de hace sólo meses y he podido darmecuenta de muchas de estas cosas; sin du-das Cuba no es la perfección, pero sí re-conozco que el trabajo que hacía allí eraculturalmente mejor, había un resultadopor y para el hombre, un final feliz paratodos. En mi caso personal concuerdoabsolutamente y no lo evalúo por ellos,los evalúo por mí, en mi persona, ahoratoca mi turno: en Cuba pude hacerme unprofesional de la salud quizás con posibi-lidades de hasta hacer un doctorado, no

sin dificultades, pero sí con la voluntad demuchas personas a mi alrededor que bus-caban el reactivo hasta en el último rin-cón, para poder hacer ciencia, para con-sumar la tesis de graduación. Decidovenir a este país y hoy me doy cuenta demuchas cosas, siento la nostalgia poraquellas cosas y no es la nostalgia del re-cién llegado, sino del convencido de quepodíamos haber seguido dando, de queen Cuba hay problemas como los hay entodo el mundo, no es el infierno que mu-chos dicen aquí, yo viví allí 35 años de mivida, y fui feliz, lo digo así. Muchos acá vi-vimos con la nostalgia de nuestra tierra,de nuestros amigos, de nuestra profesión,es mi testimonio, no el de nadie; salvé vi-das, fui útil, acá espero seguir haciendo lomismo, aunque lamentablemente en oca-siones se va de nuestras manos y quizássea el caso de los antes expuestos. Acá laúnica seguridad es la de tener los ojosabiertos, mañana puedes estar sin casa,sin carro, sin nada, sólo porque enfer-maste o perdiste tu trabajo, deudas me-diante créditos que se amontonan pararomper el cerebro. Nada, cubanos, quepara sobrevivir acá a veces tienes quevender tu alma al diablo y ese es un granprecio para muchos cubanos que apren-dimos la lección de la dureza de vivir enla diáspora. Bueno, un saludo cordial deeste cubano rellollo, defensor a capa y es-pada de su soberanía y de su nación do-quiera que esté. Ayer lloré como un niño:una familia cubana que llevan 14 mesesaquí, con tres niños, iba a dormir en la ca-lle y pedía ayuda, eso nunca lo vi en Cu-ba, absolutamente,

LÁZARO MACHADO

Casi un millón de cubanos viveen Miami, más de la cuarta partede esos cubanos se han ido por

motivos estrictamente económicos; vienena Cuba, quieren a su pueblo y a su gente, enMiami hay movimientos de apoyo a la Re-volución cubana, en Miami desde hacetiempo se está gestando un movimiento afavor de suspender el bloqueo contra Cu-ba, sobre todo por parte de esa generaciónde jóvenes que asistían y asisten a los con-ciertos de Manolín. Me pregunto, además,quién dijo que la dirección de nuestro paísy nuestro pueblo no desearían lograr launión de su pueblo, de los cubanos que seencuentran en todas partes del mundo ylos de acá, siempre bajo los principios desoberanía e independencia, de respeto aque nuestro pueblo escoja el sistema polí-tico-social que desee.

Dice uno de los comentaristas queManolín fue desde sus inicios un perso-naje mediático y se equivoca, Manolíninició una carrera en la cual muy pocoscreían, por no decir nadie, a tal extremoque sólo dos años después y ante el evi-dente empuje de su música, se le admitióentrar a una empresa. Sus músicos erantotalmente desconocidos, algunos no

eran ni egresados de las escuelas de arte,así que ni mediático ni favorecido, a él na-die lo fabricó, si algo tienen nuestros me-dios de comunicación es que su políticade trabajo no permite la fabricación deningún artista, quien utiliza estos térmi-nos, no sabe lo que es fabricar un artista.

En las palabras de mi hermano nohay un hálito de oportunismo. Quien loconoce, sabe cómo es él de humano y so-lidario, ese mensaje que él expone en sublog, lo hizo primero en octubre del 2004en una entrevista para el Miami Herald,donde –además de criticar el sistema desalud norteamericano– dijo: «Aquí –se re-fiere a Miami– la gente pierde su rumbo,después de salir de su país de niño o enbalsa, va perdiendo su esencia». «Miami–continúa– es una de las ciudades máscontradictorias y difíciles del mundo por-que alberga los mejores y los peores sen-timientos humanos: la nostalgia, el ren-cor, el odio, la envidia, la frustración».«Sin titubear –dice el periodista– Mano-lín recomienda a sus compatriotas que vi-ven en Cuba que no se exilien, que luchenallá hasta donde puedan», que como elpaís de uno no hay otro.

Esta entrevista fue cuatro años antesde que muriera el joven reguetonero,creo que esto aclara la pregunta que sehacía uno de los opinantes, podríamosescribir muchas anécdotas que demues-tran la sensibilidad y la calidad humanade mi hermano, pero no es nuestro inte-rés. Sólo quiero dejar bien claro que mihermano no es un traidor, él no tenía fi-liación política ni militar alguna, él noabandonó ninguna misión, simplementehizo valer su derecho de viajar a un lugardonde pudiera desarrollar la carrera queaquí por las razones que sean le impidie-ron. Por suerte mi hermano no fue deaquellos que empezaron por apropiarsedel excedente de las dietas para viajes yterminaron en los canales televisivos o ra-diales de Miami como «analistas políti-cos» hablando de lo terrenal y de lo divi-no, de lo que fue y lo que no fue.

Al momento en que hago este escrito,se encuentra realizando una gira por Eu-ropa y en ella felizmente comparte conmuchos colegas cubanos que no han de-jado de quererlo y de admirar su trabajo,al extremo de que muchos de ellos aquíinterpretan sus canciones nuevas y suscoros. Para mí y para mi familia ser revo-lucionario no es autodefinirse como tal,ni utilizar la retórica a veces sin sentir loque se dice, es actuar en consecuenciacon la Revolución, sin doblez alguna. Pe-ro sobre todo sin callar ante aquello quenos parece injusto. Muchas gracias a loslectores y al grupo editorial.

MARIBEL GONZÁLEZ HERNÁNDEZ

Hola. Soy Rafael y ya escribíuna vez. Es fantástico esto depoder leer las opiniones de to-

dos en la prensa. Esta vez quiero comen-

tar el texto del otrora Médico de la Salsa,«Bienvenido al infierno».

Es triste saber que esta es la vida realque quieren muchos, a lo que aspiran mu-chos. No valen escarmientos como estospara que desistan del empeño de seguiresas sirenas más engañosas que las mito-lógicas. Me da tristeza que desconozcanla historia, no sólo de Cuba, sino del capi-talismo universal, un poco de economíapolítica; da tristeza que precisamente es-tos no tengan el más mínimo hábito delectura de lo básico, lo imprescindible.

Por los medios de difusión nos llegannoticias a diario del acontecer mundial yes increíble que no crean ni las verdadesa medias de la CNN y etcétera. Aleganque allá, donde sea, tendrán mejoresoportunidades que aquí. Es algo puerilcreer que aquí, en Cuba, todos estamosen disposición de echar nuestra suertecon los pobres de la Tierra. Aquí es don-de entra la tradición familiar, la educa-ción familiar. Las circunstancias por lasque hemos atravesado han condicionadola forma de pensar de una generación ylas perspectivas cambian, y lo que esesencial para cada uno de nosotros cam-bia. Es lógico que algunos pretendan en-contrar fuera lo que aquí no hallan, peroes más estúpido hacerlo desconociendootras realidades, desoyendo al sentido co-mún, no comprendiendo que aquí, jun-tos, trabajando todos, conociendo lo querealmente queremos, podemos tener loque está al alcance de todos.

Alguien me dijo hace poco que «afue-ra» uno trabajando se compra una casa yaquí no. El aumento de la población esun problema de los tantos que la gentedesconoce y tal vez trabajando sea posi-ble comprarse una casa, pero no todo elmundo puede comprarse una casa ni to-do el mundo tiene un trabajo. Lo triste delasunto es que fue una persona que viviólas épocas pasadas cuando abundaba detodo y el trabajo tenía valor real comofuente de riqueza. Ahora los jóvenes delos 80 y los 90 entornan los ojos pensan-do cómo sería vivir allá, haciendo lo mis-mo que aquí: nada, y así lo prefieren, yhacen gestos de hastío cuando el profesoro el abuelo les habla de la realidad, can-sados de lo mismo.

¿Qué hacer? Tal vez las historias delos médicos cubanos en África, en Sura-mérica, en Centroamérica, sean suficien-tes, o los escritos como el de Manolín,quién sabe. Tal vez explicarles en las es-cuelas o a través de los medios de dóndesale la riqueza de un país, de dónde saleel salario que reciben sus padres o laspensiones de los ancianos, o por qué nose paga estimulación en todos los secto-res de la economía. Explicárselo todo sinadornarlo con palabras técnicas ni enre-vesadas, aunque parezca un insulto a suinteligencia. Esa es mi opinión.

RAFAEL SUÁREZ Santiago de Cuba

escríbanos a: Calle 21 no. 406, Vedado, La Habana,Cuba. cp 10400. email: [email protected]

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QUERIDOS LECTORES: Voy a ser breve es-ta vez. La polémica sigue abierta en tornoa dos temas ya discutidos: la declaraciónpública de Manolín sobre Miami, y elanálisis –brillantemente complementadopor ustedes– del artículo de Ernesto PérezCastillo sobre el fraude. Pero también laresaca trae un comentario sobre los jóve-nes, que toma de base el artículo de Amíl-

car Pérez Riverol y otro en torno al textode Alba Rico sobre Cristiano Ronaldo.Como verán, algunas opiniones recibidasinvaden las páginas de la publicación ydebaten, de tú a tú, con las de los articulis-tas. Algunos de ellos, como Amílcar yOmar, empezaron en estas páginas fina-les. Que nadie subestime a los lectores:sus comentarios son cada vez más pro-fundos y abarcadores y tan buenos comolos que producen los periodistas y escrito-res que colaboran con LA CALLE. Nos hanllegado también numerosas cartas posta-

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les, y aprovecho para dar acuse de recibo ymencionar a sus autores: Lisbeth MoralesInsua (Villa Clara), Orlando Álvarez Gómez(Isla de la Juventud), Idilio Vitier Báez(Granma), Gilberto Sánchez Mons (La Ha-bana), Rafael Pérez Bermúdez (Villa Clara),Carlos Leyva Zaldívar (Holguín), Mario So-sa (La Habana), Juan Francisco PachecoFernández (La Habana) y Luisa L. Ruiz Ruiz(La Habana). Por la fidelidad que muestrany la sinceridad con la que defienden sus cri-terios, les damos las gracias.

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LOS LECTORES

OPINAN

Page 15: DIANA...exponente de la rumba cubana. Pro-ponemos además un breve análisis de los textos del gran humorista que es Zumbado, a quien homenajeamos. Esta vez, Wejebe …

LA CALLEDEL MEDIO

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AGOSTO, 2009

Sobre «Un minuto de silen-cio» y la juventud de hoy

IPrimeramente mi admira-ción ante un joven de 25años, de esta generación,

tan sensible y profundo. Ya con es-to parece que yo también piensoeso de que «esta juventud está per-dida», pero mi fe en el mejoramien-to humano es tan grande, que pien-so que algo se salvará, porqueentonces, ¿¡qué será de los hijos deesa juventud!?

Como dije al principio, es va-liente el autor del artículo en defen-der a la juventud a la cual pertene-ce, porque evidentemente ha sidouna gran defensa. Eso lo admiro.

Ahora mi discrepancia está, sise le puede llamar así, en que desdemi punto de vista, desde mis 55años, orgullosa de ser de la primerageneración del primer preuniversi-tario en el campo: «RDA» –y dicennuestros maestros 35 años después,

ya que aún compartimos, que somos unageneración muy especial–, opino que enla vida hay que manifestarse para que seconozcan nuestros criterios y nuestrospuntos de vista.

En el diapasón de colores, en actitu-des, solamente se es negro o se es blanco,y aunque cualquier defensa es permitida,no es justo esperar un hecho para ver unacto de solemnidad, como fue la películaen el Yara. No es andar todo el tiempocon el machete en la mano, pero sí saberque se sabe empuñar antes de que llegueel combate.

Gracias por rememorar mi presenciaen la Plaza en la Velada al Che, son deesas cosas que no se olvidan nunca. Ycreo que lamentablemente eso de «sere-mos como el Che», siempre se vio comoun lema, no nos hemos preocupado deprofundizar en cómo fue el Che, QUEAÚN SIGUE SIENDO. Bueno, esperono haberte defraudado. Felicita a Enriquepor su tino de la página con las recetas deYamir. Un abrazo,

EMELINA TORRES LEDEA

Quien les escribe fue Pre-sidente de la FEU de laUniversidad de Matanzas

«Camilo Cienfuegos» (UMCC) du-rante los años 2002 y 2003, y por lotanto, miembro del Consejo Nacio-nal de dicha organización. Ahorabien, desde 1998 que entré a la casade altos estudios yumurina, estuveinvolucrado con la organización yaunque en mi primer año de carre-ra (Lic. en Economía) puedo habercometido fraude en algún que otro

examen (no puedo afirmarlo, pero des-graciadamente tampoco negarlo), a par-tir del segundo año comencé a no hacer-lo, no solamente por la implicación éticaque presupone el hecho de que «alguiende la FEU» de la UMCC (así les llamanlos estudiantes a todos los dirigentes dela organización, quizás sin darse cuentade que la FEU son todos sus miembros)cometiera fraude aunque fuera en unasimple pregunta escrita. Mis compañerosde aula pueden corroborarlo, no soy elmejor ejemplo del mundo, ni el único, es-toy seguro de eso (por suerte); pero sabíaque perdería todo el respeto de ellos si lesexigía no cometerlo y lo hacía yo mismo.Y no puedo vivir con la doble moral, esmejor no exigir algo que nunca puedocumplir. Me sentaba en la primera mesa,

de frente al profesor, respondía lo queme sabía, entregaba y me iba. Justo es de-cir que desaprobé dos asignaturas y tuveque ir a extraordinario, pero no importa-ba: el conocimiento, creo yo, es más im-portante que el papel. Para ser sincero,mientras yo estaba en el aula, nadie mepreguntaba nada durante el examen, nihacían fraude ellos tampoco, quizás porconsideración a mí. Algunas veces vi acompañeros míos haciéndolo y les llama-ba la atención de la manera que creí co-rrecta, no delatándolos en ese momento(eso me convertiría en un «chivato» de-leznable para el resto del grupo y para to-da la universidad, además de que perde-ría su carrera quien fuera objeto de miacusación), sino hablando con ellos cuan-do terminaba el examen, de amigo a ami-go, haciéndolos razonar hasta donde po-día. A lo mejor no era la óptima forma,pero fue la que encontré. Así me gradué,con 4,28 de acumulado (no fui Diplomade Oro, ni el más integral de mi curso, pe-ro mis notas fueron mías, por mi cabeza,y estaba muy contento con eso) y siem-pre me hice la misma pregunta: ¿cuál esel objetivo del fraude?, ¿acaso podrá uningeniero tener muy buenas notas fiján-dose en un examen por un papel?, pero¿qué dirá cuando se le caiga un edificiopor mediocre?, ¿qué dirá un económicograduado cuando la cuenta no le dé por-que no sabe cómo sacarla?, ¿ignora queirá preso?, ¿esa es la sociedad que quere-mos construir?

No quiero pecar de súper moralista,ni tampoco me gusta ponerme demasia-do de ejemplo, ni este escrito se hace pa-ra exaltar presuntas cualidades, ni es unaautobiografía. Pero son cosas que preo-cupan, porque van a la raíz misma delproceso que vivimos. Mella en su tiempodesterró el fraude de las aulas universita-rias, desgraciadamente, Machado no ledio tiempo para hacer lo mismo en la so-ciedad. Entonces, ¿por qué nos cuestatanto trabajo hoy, en tiempo de escase-ces, pero de plena paz, desterrar el frau-de de nuestras vidas? La década del 90nos trajo algunas cosas positivas como elhecho de tener que autoabastecernos einsertarnos en el mercado internacional,exigente, y ser competitivos en calidad yestética, pero también otras cosas negati-vas (la mayoría), sobre todo la siempremencionada «pérdida de valores», quepara mí no es más que la personalidadsalvaje que todos llevamos dentro y quesiempre estuvo ahí, pero es más fácil sa-car las garras en tiempos de penurias,pues en la abundancia todos somos edu-cados, agradecidos, sonrientes, etc.

A todos los niveles se puede ver y to-dos tenemos parte de la culpa, pero hayque ponerse las pilas. En los niveles preu-niversitarios, por ejemplo, el alumno sa-be que tiene que aprobar, para no repetiry retrasarse, pero el profesor sabe que sitodos (o al menos, la mayoría) no leaprueban, no tiene promoción, no le danla evaluación de B, y por lo tanto eso in-fluye negativamente en su salario. Eso espromocionismo. ¿Dónde está la culpa?¿Por qué si un alumno desaprueba siem-pre es culpa del profesor?

Las pruebas «a libro abierto» de la uni-versidad son una cura contra el fraude,pues todo radica en la capacidad del estu-diante de saber buscar las respuestas.También las pruebas que te hacen razo-nar. Soy profesor de una Sede Universita-ria Municipal (SUM) y a mis alumnos noles pongo preguntas escritas que digan:«¿Qué es la globalización?», sino «¿Quéentiende usted por la globalización? ¿Ensu opinión es buena o mala? Diga porqué», algo así, porque ya se sabe que no

llegar a los decisores en la materia. Laperspectiva desde la que analiza Alba Ri-co el tema de la venta de Cristiano Ronal-do es también la mía (aunque vivamos ensociedades distintas), no como asegura I.Velázquez que es diferente a la que tienecada consumidor cubano de LA CALLE DELMEDIO. No entiendo cómo algunos ven co-mo algo lógico y normal el deporte pro-fesional cuando, en muchas ocasiones, elprimer traicionado es el público al quedebe corresponderse todo deportista.Concluyo felicitando a quienes hacen po-sible este mensuario y que sigan abor-dando todos los temas, también los forá-neos, analizados estos últimos porarticulistas de cualquier rincón del mun-do, teniendo como premisa la seriedad yel rigor en sus escritos; aunque no nece-sariamente tengamos que estar de acuer-do en todo. También los invito a insistirmás en las temáticas polémicas que pue-dan mejorar nuestra sociedad.

OMAR FONTES SUÁREZ

Con gran preocupación,continuamos chocandocon la falta de delicadeza y

de respeto de una parte de la juven-tud de nuestro país (y de otros notan jóvenes, que se manifiestan de la

misma forma) en relación con el trato conlas mujeres y los ancianos, en ómnibus, co-las, y en casi cualquier lugar. Es lastimosoy aberrante ver a estos energúmenos y maleducados, discutiéndoles a estas personas(con maltratos, fiereza y hasta violencia) elacceso a diversos lugares, sin que al pare-cer nuestras autoridades encargadas deproceder como se debe, hayan tomado to-das las medidas necesarias al respecto,pues este problema ha ido tomando un ni-vel alarmante.

Es común escuchar a toda voz las obs-cenidades en boca de cualquiera, inclui-dos adolescentes y estudiantes, sin im-portar el lugar donde están y quién lasrecibe, con toda impunidad. En mi niñezy juventud, existía una asignatura que sellamaba Moral y Cívica, que se examina-ba en mi escuela pública, y se castigaba aquienes proferían las llamadas malas pa-labras.

Mis padres (que eran semianalfabe-tos) no permitían una sola falta de respe-to a mujeres y personas mayores, y nosenseñaban a hablar correctamente. Tam-bién en la escuela nos corregían la pro-nunciación, tema tan olvidado hasta enalgunos universitarios actuales, que al-canza también a ciudadanos de diversasprofesiones, entrevistados en nuestrosmedios audiovisuales y radio. Por lo queexpongo en este análisis, sugiero a nues-tros organismos involucrados que consi-deren emprender una batalla sin cuartelpara frenar esta bochornosa situación enun país que no tiene analfabetos, y queaño tras año invierte millones de pesos ydivisas en educar y facilitar cultura a todoel pueblo, como un derecho más.

Ha sido una constante de nuestro Co-mandante en Jefe, como política de go-bierno, convertir nuestro país en el másculto del mundo, por lo cual, estimo queno podemos esperar más para tomar lasmedidas que se precisen, para evitar másdeterioro y desprestigio a nuestro siste-ma educacional y cultural que no se co-rresponde con nuestros principios, y queno dudo que los que más disfrutan estacreciente degeneración cultural y educa-cional, son nuestros enemigos. Quieredecir que los que incurren en estas indis-ciplinas sociales, de manera consciente,reiterativa y se opusieran a eliminarla, separecen a los que la disfrutan. Le saluda,

SERGIO AMENEIRO FORTUNA

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hay dos opiniones iguales. Eso obliga apensar, porque ya se sabe que «aprenderde memoria es el peor de los absurdos».

Quiero terminar narrando una anéc-dota: durante todo mi período de estu-diante universitario, el ministro de Edu-cación Superior de entonces, FernandoVecino Alegret, cada vez que iba a laUMCC decía que le avisáramos cuándoél podía poner allá una tarja que dijeraque en esa universidad estaba desterradoel fraude. Yo me gradué en el 2003 y has-ta donde tengo noticias, la tarja sigue sinponerse, pues siempre pervivió (y siguetodavía) entre nosotros, agazapado, sola-pado, el fraude estudiantil, como un cán-cer, como antesala de otro más grande, elsocial. Sigo esperando, porque tambiéntengo fe en el mejoramiento humano, co-mo el Apóstol, de que algún día los cuba-nos te devuelvan lo que mereces en latienda, no te roben en la pesa, no cam-bien números en informes a favor de subolsillo, no sigan mostrando ufanos sustítulos y altas notas logradas sin sacrificioa costa de un papel bajo la manga. Sigocreyendo que algún día seremos merece-dores de una tarja gigante anunciando latumba del fraude.

HELMIS MICHAEL DIÉGUEZ HERNÁNDEZ

La analogía que proponeIvany Velázquez en su co-mentario sobre el cambio

de club del futbolista Cristiano Ro-naldo y los cambios de centros detrabajo de toda persona por mejo-rar su situación económica, la con-sidero una justificación de la vali-dez del profesionalismo en eldeporte. Quiero destacar que meparece bueno el artículo de Santia-go Alba Rico que motivó el comen-tario al que hago referencia, sóloque a su clasificación de esclavo pa-ra el futbolista, debió añadir que es-te se deja esclavizar gustosamente.

Los deportistas, en primer lu-gar, deben representar y ser fieles asu público, también a nivel de clu-bes. ¿O es que acaso el público essólo un factor más de sus ingresos?Es lamentable que muchos segui-dores del deporte profesional lle-

guen a la admiración ciega e ingenua o alfanatismo. La astronómica cifra ofrecidapor el club Real Madrid (casi 94 millonesde euros) por la compra de Cristiano Ro-naldo sí me parece burlesco, se burlansencillamente de todo lo que se pudierasolucionar en este mundo con esa canti-dad de dinero.

¿Por qué tiene que haber futbolistasespañoles jugando en la Liga Inglesa, bra-sileños en la de Italia o portugueses en laLiga Española? ¿No debería jugar Cristia-no Ronaldo para el pueblo portugués, enun club de su país? Incluso, ya que lleva-ba varias temporadas en el ManchesterUnited, ¿no se suponía que le fuera fiel aese club, al público que lo «adoptó»?

Nuestro pueblo se siente orgulloso desu deporte amateur, es cierto que se de-ben mejorar las condiciones de vida denuestros mejores deportistas, pero rehú-so la idea de que un atleta de mi terruñocompita para equipos de territorios quele son ajenos con el pretexto de elevar surendimiento y se convierta en otra mer-cancía para venderse y ser comprado.

Todavía debe mejorar mucho nuestrodeporte, pero no será con el profesiona-lismo como lo podremos lograr. Todospodemos aportar en este sentido connuestras consideraciones y haciéndoselas

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Page 16: DIANA...exponente de la rumba cubana. Pro-ponemos además un breve análisis de los textos del gran humorista que es Zumbado, a quien homenajeamos. Esta vez, Wejebe …

que, por ejemplo, el humano tarda cercade 270 minutos en digerir la pierna asa-da del cerdo.

El cerdo es uno de los animales quemás platos produce para la culinariadel mundo, pues hasta sus patas sonapetecidas, y es que estas tienen en suconstitución una gelatina que poseeuna proteína muy resistente (que debehervirse por dos horas), ya que es capazde soportar el peso de este animal, el

LA CALLEDEL MEDIO

EL SECRETO DE LA BUENA MESA

director

enrique ubieta gómez

diseño

10k

zardoyas

corrección

ana rosa gort

PUBLICACIÓN CULTURAL DE PRENSA LATINA

colaboradores

a.a.g.

jorge alkubi

yanira martínez

antonio berazaín (bera)

omar rafael garcía lazo

yamir pellegrino

alina perera robbio

dirección

calle 21 no. 406, vedado, la habana,

cuba. cp 10400.

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imprenta federico engels

fotografías

10kmartha vecino ulloa

ailer pérez

antonio rodríguez salvador

h. romo sigler

carmen souto anido

isabel souto anido

jorge wejebe cobo

AGOSTO2009

NÚMERO

16

YAMIR PELLEGRINO

EN ESTA OCASIÓN hablaremos de un ani-mal cuya carne es la más apetecida y ver-sátil para llenar las mesas de millones deseres humanos en el mundo. Se trata delcerdo, puerco o marrano, quizás uno delos animales más referidos y queridos porel hombre. Su carne es muy apreciada, yes importante aclarar que siempre que secocine a más de 60º C en el caso de los pla-tos con salsas, y 80º C en el caso del cerdoasado, no transmitirá nunca enfermedadalguna al ser humano, ya que se le suelever como portador de virus que afectan alhombre. Su carne, si es bien tratada en lacocina, jamás producirá efectos negativos.

El cerdo proviene del mítico jabalí,puerco salvaje que ya cazaban y comíanlos hombres prehistóricos. Casi todas lasrazas de cerdos existentes descienden deaquel. El jabalí silvestre evolucionó pare-jamente a la especie humana a través de sudomesticación, ya que este animal y susdescendientes son vitales para la dieta delos pueblos en el planeta. La genética –em-pujada por el comercio y los rendimientosde producción– fue creando con el pasodel tiempo diversas razas de cerdo, princi-palmente blancas y carnosas, productivasy con control de grasas, para ofrecer alconsumidor una amplia gama de produc-tos y derivados, pues del cerdo se aprove-cha casi todo, desde la carne hasta las pa-tas, la cabeza y los muy conocidosembutidos.

Adentrándonos en el cerdo y sus cos-tumbres, debemos decir que es el únicoanimal que posee la capacidad de transmi-tir a su carne todo el sabor y hasta el olorde lo que come, y esta capacidad es cono-cida como «palatabilidad» del cerdo. Si nolo cree, pruebe a engordar un cerdo conharina de pescado o con residuos lácteos,y luego me dirá: la carne sabrá a pescadoo a lácteos; por eso se debe cuidar y velarpor todo cuanto ingiere el cerdo.

El valor nutritivo de todas las carnesrojas es muy parecido; sin embargo, lacantidad de grasa puede variar entre el 4 yel 25 %. Pero el cerdo es un caso aparte ydependiendo de su edad, sexo y crianza(todo lo que come), su carne magra (singrasa) puede tener menos grasa que la dela vaca o el carnero. Es rico en ácido olei-co monoinsaturado, de composición pare-cida a la de los aceites, que no es tan ene-migo de nuestro sistema cardiovascular.Por esta razón, los nutriólogos llaman alcerdo «el aceite de oliva de cuatro patas»,y el jamón curado, no los embutidos, esfuente de minerales (zinc, hierro) y vitami-nas del grupo B. Pero debemos dejar cla-ro: nunca será igual un pedazo magro (singrasa) de cerdo, que los embutidos deriva-dos de este, como la salchicha, jamonesblancos, butifarras, jamonadas y otros si-milares, porque algunos están elaboradoscon 70 % de grasa. Lo de sus vísceras escontrastante, porque el hígado y el cora-zón poseen proteínas, mucho hierro, vita-mina B, pero muchísimo colesterol. Poreso debemos moderar su consumo, así co-mo el de los sesos, sobre todo al dárselo decomer a los niños. Tengamos presente

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Se fríe el lomo de cerdo (ahumado o natural), si lo desea lo puede picar en tres por-ciones; se le agrega la cebolla y el ajo picados así como el comino en grano. Despuésde frito, se le agrega todo y se exprime la media naranja agria encima del lomo. Lue-go se elabora la salsa mezclando la mostaza y la miel de abejas junto con la mante-quilla caliente, se bate bien y se coloca por encima del lomo ya elaborado. Se acom-paña con las papas fritas espolvoreadas con el pimentón dulce y… a comer, queestará increíble.

A cargo de AILER PÉREZ, ISABEL SOUTO, CARMEN SOUTO YYANIRA MARTÍNEZ

PROPUESTASMUSICALES

ME MANTENGOAUTOR: ROBERTO CARLOS RODRÍGUEZ (CUCURUCHO)

Y JORGE DÍAZINTÉRPRETE: JUAN FORMELL Y LOS VAN VANCD ArrasandoEGREM, 2008

SEMBRAR RAZÓN, SANGRAR SUDORAUTOR: ORLANDO ACOSTA, ADRIÁN ECHEVERRÍA

Y MILTON NÚÑEZINTÉRPRETE: CHLOVERCD Rock VivoBis Music, 2008

SPECIAL DE BEBOAUTOR: BEBO VALDÉSINTÉRPRETE: TATA GÜINESCD Manos de sedaEGREM, 2008

CHA CON COSAAUTOR: MARIALY PACHECOINTÉRPRETE: MARIALY PACHECOCD Tocando dentroProducciones Colibrí, 2008

METRONIDASÓNAUTOR: TONY ÁVILAINTÉRPRETE: TONY ÁVILACD CredencialesCentro Pablo, 2008

CD EL HOMBRE EXTRAÑOIntérprete: SÍNTESIS CON SILVIO RODRÍGUEZProducciones Colibrí, 2008

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ESPACIO

VIDEO CLIP

CONCIERTO DEL TRÍO CONCERTANTE Y DEL QUINTETO DE VIENTOS Santa Cecilia, 29 de agosto de 2009, 5:00 p.m.,Centro Hispanoamericano de Cultura(Malecón No. 17 entre Prado y Capdevila).

LAS COSASINTÉRPRETE: DJ RA (RASSIEL)DIR.: IVAN LEJARDI

LOMO DE CERDO

lomo

de cerdo

· i n g r e d i e n t e s ·

· lomo de cerdo

(ahumado o natural)

al gusto 1 porción

· aceite vegetal 1 taza

· cebolla 1 unidad

· ajo 2 dientes

· comino en grano 1 cucharadita

· zanahoria ½ unidad (bien

blanda después

de hervida

en agua)

· sal al gusto

· pimienta al gusto

lomo

de cerdo mosteño

· i n g r e d i e n t e s ·

· lomo de cerdo

(ahumado o natural)

al gusto 1 porción

· aceite vegetal 1 taza

· cebolla 1 unidad

· ajo 2 dientes

· comino en grano 1 cucharadita

· zanahoria ½ unidad (bien

blanda después

de hervida

en agua)

· sal al gusto

· pimienta al gusto

· naranja agria ½ unidad

· mostaza 1 taza

· miel de abejas 1 cucharada

grande

· mantequilla 1 cucharadita

pequeña

· papa 1 unidad

mediana

(para freir)

· pimentón dulce 1 pizca

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rnps: 0583

AGOSTO, 2009

cual llega a pesar hasta 700 libras. Sonpor tanto las patas, el lacón y los codos,partes con casi ninguna grasa, excelen-te alimento para todo nuestro organis-mo y especialmente para las articula-ciones.

Es muy antigua la costumbre de pro-ducir caldos a base de los huesos del cer-do, y es que por la dosis de calcio, grasay su sabor rico, entrañable y tradicional,resulta muy apetecible. CM