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Movimiento Indígena Lenca de Honduras (MILH)

La Esperanza Intibucá Honduras Centro América

Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI)

DIAGNOSTICO PARTICIPATIVO SOBRE VIOLENCIA, MUJERES INDIGENAS PECH, HONDURAS

DIAGNOSTICO PARTICIPATIVO

EN EL PUEBLO INDÍGENA PECH

HONDURAS C.A





I. INTRODUCCION

El fenómeno de la violencia contra las mujeres indígenas en el pueblo Pech y en la mayoría de los pueblos indígenas de Honduras, es un problema social, que afecta no solamente a quienes la padecen sino a la sociedad en su conjunto. Es difícil cuantificar, la magnitud, la trascendencia y el impacto del problema en Honduras, debido a la falta de registros estadísticos desagregados así como al sub registro debido al incumplimiento de las instancias responsables.

La violencia física, emocional y sexual pone en riesgo la integridad y la vida de las personas que la enfrentan, les impide además su plena incorporación a la vida social, cultural, económica y laboral.

II. CONTEXTO

Los indígenas Pech es un pueblo que actualmente está compuesto por 10 tribus o

pueblos que son: Vallecito, Pueblo Nuevo, Subirana, Agua Zarca Culuco, Jocomico,

Pisijire y brisas de Pisijire en el Municipio de Dulce Nombre de Culmi, Santa María del

Carbonen el Municipio de San Esteban, Departamento de Olancho; Silin en el

Municipio de Trujillo, Departamento de Colón y las Marías en la Biosfera del Río

Plátano en el Departamento de Gracias a Dios.

Hoy en día la mayoría de estas comunidades están comunicadas por carreteras,

caminos y veredas. La Tribu de Subirana en el Municipio de Culmi Departamento de

Olancho, está Ubicada a 78 Km del Municipio de Catacamas, su población es 125

familias todos los habitantes de esta comunidad son indígenas Pech y dependen de la

agricultura, la caza y la pesca para subsistencia, sus cultivos principales son la yuca,

los frijoles y el maíz, del cual elaboran comidas bebidas alimenticias y embriagantes,

también practican la cría de animales domésticos y también practican en menos escala

la extracción de resina del árbol de liquidámbar para la producción artesanal. Cuentan





con servicios de agua potable, no hay luz eléctrica, cuentan con un Centro de Salud

que a diario se aglomera de personas en busca de tratamiento de enfermedades

comunes como enfermedades respiratorias en los niños y niñas, adultos mayores,

jóvenes y mujeres en edad reproductiva, también enfermedades que requieren de

mayor atención, como gastritis, neumonías, reumatoides, anemias y contaminaciones

por bacterias que son adquiridas según los médicos por consumir vegetales fumigados

con pesticidas y que son llevados desde otras comunidades no indígenas y son

consumidos sin la preparación necesaria.

Los Pech, a pesar de que han sido sometidos históricamente por el proceso de aculturación, aún conservan su lengua y sus costumbres que se manifiestan en comidas, bebidas e instrumentos musicales como tempuka, especie de tambor largo, el Arwa una especie de Quena y el Camacha, parecido a la maraca.

Las mujeres Pech participan mucho en la vida económica de sus familias, entre las actividades que realizan están la confección de artesaniias, la agricultura, la pesca, poseen roles de curanderas y chamanes, jefes tribales, consejeras, y sacerdotisas.

En el marco de la consulta para el levantamiento del diagnóstico participativo en el pueblo Pech, tribu de Subirana, sobre el tema Violencia, se realizó una primera visita para identificar puntos focales y contactos en la comunidad y dar a conocer los objetivos del estudio Se conversó con autoridades relevantes de la comunidad explicando cuál sería su aportación para que este trabajo se realice.

Todas las personas con quien nos entrevistamos se mostraron amables y colaboradoras, el primer contacto que tuvimos fue un hombre joven líder de la comunidad. Esta persona se encargó de contactarnos con las demás autoridades, lideresas, líderes y con los jefes de tribu de los consejos tribales, una vez identificados los contactos nos reunimos en una primera asamblea en la comunidad de Subirana donde participaron 30 mujeres entre jóvenes, adultas, adultas mayores niñas y niños. Desarrollamos una pequeña agenda sobre la Conceptualización de la violencia desde las propias mujeres indígenas, se hicieron preguntas a todo el grupo, quien quiso opinar pidió la palabra.

La agenda desarrollada ha sido la siguiente:





• Oración a Dios para empezar la reunión • Presentación de mi persona como encargada de levantar el diagnóstico • Presentación del tema de la consulta • Presentación de las instituciones responsables y financiadoras del diagnostico • Explicación de la metodología a utilizar para el diagnostico • Preguntas, comentarios y respuestas.

III. Conceptualización de la violencia desde la perspectiva de las mujeres indígenas

Se convocó nuevamente a los habitantes de la comunidad de Subirana los cuales acudieron con muchas expectativas. Una vez estando ya presentes se prosiguió:

A la pregunta “qué entienden por violencia doméstica” respondieron:

“La violencia es cuando el esposo o marido la castiga con azote o la regaña con palabras vulgares o no la deja salir. Le dice que la mujer es para que esté dentro de la casa cuidando de los hijos y haciendo la alimentación para toda la familia y dándole atención al marido.”

“Hay mujeres que son víctimas de violencia de parte de sus esposos e igual ellas ejercen violencia con sus hijos en forma de venganza.”,

Una de las jóvenes que participó aproximadamente de unos 16 años dijo que en muchos hogares de esa comunidad ambos padres castigan con azote a sus hijos y que producto de eso los niños se sentían humillados, no hablan, no juegan con los demás niños y que hasta para pedir sus alimentos tienen miedo. Eso lo pudimos constatar cuando nos entrevistamos con la maestra y estuvimos en la escuela de la comunidad, pude ver que los niños bastante humillados se acercan y al interrogarlos cuesta que hablen.

Así mismo comentó la profesora que trabaja en una de las escuelas de Subirana: “la situación de violencia que los niños viven en su hogar se refleja en el rendimiento del niño o la niña, en primer lugar se sienten humillados, cuesta que aprendan o que logren captar lo que se les enseña.”





Parte del grupo de mujeres que asistieron a la reunión

Otra testimonio remarcó “entiendo por violencia a la desigualdad que hay entre el hombre y la mujer en muchos casos por ejemplo dijo cuándo hay que ocupar un cargo se dice que solo el hombre tiene esa capacidad y que la mujer no puede desempeñar ninguno de estos. En la comunidad de Subirana existen juntas de padres de familia, juntas de agua y estas en su mayoría se componen solo de hombres.”

Hemos conversado que violencia también es el hecho de estar invisibilizadas, que las autoridades estatales no le den atención al problema de la violencia que vivimos todos los pueblos indígenas en Honduras

La desigualdad que existe en la aplicación de las leyes, el abandono de los gobiernos de turno a los indígenas en todo aspecto, en infraestructura, en educación, en viviendas dignas y en salud.

Las mujeres indígenas vivimos el desprecio de nuestros conocimientos y prácticas relacionadas con la salud y las espiritualidades.

Las mujeres también expresamos que muchas vivimos violencia de parte de nuestros propios compañeros de trabajo o de hogar, así como la marginación de hombres de las comunidades y de afuera en relación a la participación plena y el mejoramiento de nuestra vida como mujeres.





Reconocemos nuestro valor y fuerza para resistir a tanto por tanto tiempo que como decía una compañera: “no es fácil, pero tampoco está difícil. No nos rendimos a pesar de que la opresión es brutal en contra de nosotras. Pensamos que ser indígenas no es sólo vestir un traje, hablar una lengua o comer ciertas comidas, es sobre todo tener dignidad y orgullo de pertenecer desde hace siglos a esta tierra y luchar por ella.”

IV. Reflexiones de los niños y niñas frente a la violencia.

Se puede notar que los niños muy poco hablan, en su mayoría no hablan su lengua materna, porque han pasado por un proceso de a culturización mestiza por maestros que no son indígenas. Sin embargo se están haciendo esfuerzos para que los niños también hablen la lengua materna y que los maestros en las escuelas de comunidades indígenas sean también indígenas.

Se entrevistó a niños y niñas que llegaron a la reunión con sus madres y esto fue lo que expresaron:

Una niña contó “yo veía cuando mi papa le pegaba a mi mama y la castigaba como si fuese su hija y sentía mucho miedo y también sentía valor y quería hacer algo para evitar que le pegara, pero estuve muy pequeña y no podía hacer más que consolar a mi mamá cuando ella lloraba y también yo lloraba y mi papa se iba de la casa a dormir con la otra mujer que tenía y llegaba el siguiente día a regañarnos y nos ponía a trabajar a labrar la tierra para sembrar o cualquier otro trabajo y no me pusieron a la escuela, para que cuide a mis hermanos que están más pequeños que yo, ahora tengo 11 años. Mi papa se fue a vivir por siempre con la otra mujer y mi mama y yo trabajamos para crecer a mis hermanos.”

Otras niñas comentan que nunca se casarán, que cuando sean grandes no se dejarán pegar y que su mama les dice que la mujer nace para servir al hombre.

Otros niños comentaron que se van a esconder al monte cuando su papa llega enojado o su mama llega enojada.

Otra niña dijo que a veces ella no quiere llegar a su casa porque todos pelean y su familia es grande. En la misma casa viven varias parejas, ejemplo el papa y la mama de la niña, el hijo mayor con la esposa, el hermano del papa de la niña, también vive con





su esposa y todos tienen hijos pequeños y grandes, lo que hay es un hacinamiento y todos pelean entre si y lo que está sucediendo en ese hogar, es que los niños se están aislando y no hay quien los entienda, no se les presta atención a los niños en las actividades escolares si cumplen con sus tareas en la escuela o tienen sus útiles escolares completos, no parece interesarles a nadie.

Otra niña de 8 años dijo: “yo quiero que hagan algo para no ver peleas en mi casa y que los niños vivamos tranquilos.”

Cuando se les presentó un dibujo de una pareja visiblemente peleando una niña dijo “no quiero ver eso, porque mi mama así pelea con mi papa y me da mucho miedo.”

Otro niño comentó “dice mi papa que el hombre tiene que pegarle a la mujer porque es la señora de él.”

En la mayor parte de los pueblos indígenas en Honduras el hombre cree que por ser el esposo de una mujer le da derecho a pegarle y a tenerla encerrada y violentar todos sus derechos.

V. Documentación de Casos y Rutas de Acceso a la Justicia

Consultamos al fiscal regional del Ministerio Público, que tiene sus oficinas en el Municipio de Culmi (a dos horas de Subirana en bus), si registran casos de violencia contra mujeres indígenas. Ha respondido negativamente indicando que no se llevan a cabo las denuncias porque temen a las represalias de parte del hombre agresor y también por la ineficacia de las autoridades responsables de impartir justicia porque se han visto casos de otras comunidades que las autoridades estatales ignoran las denuncias o son amigos del denunciado y por tal razón no se les castiga.

Se entrevistó al personal del Centro de Salud que se compone solo de enfermeras y no hay doctor asignado para que detecte problemas mayores en las personas que acuden a consultas médicas. Las enfermeras relataron que muy pocas veces acuden mujeres que han vivido violencia, generalmente a la mujer le da pena que le vean las evidencias del mal trato que sufre o simplemente su marido le prohíbe que vaya a consulta, por el temor a una denuncia judicial.





Se entrevistó a la maestra que labora en una de dos escuelas y nos contó que ella como autoridad de esa comunidad convoca a una escuela para padres y habla del tema de violencia doméstica y las repercusiones en los niños. En general acuden los jóvenes mandados a representar a sus padres o las mujeres.

Se entrevistó a una señora de la comunidad del Carbón en el mismo pueblo Pech y nos relató que ella sufrió violencia doméstica toda su vida de casada con su primer esposo que la maltrataba hasta que se separó de él y se casó de nuevo. Su segundo esposo fue igual que el primero, ahora la señora tiene 80 años y reflexiona: “hasta hoy me doy cuenta que lo que viví se llama violencia doméstica.”

Encontramos evidencias que en otras comunidades del pueblo Pech se han presentado denuncias con evidencias físicas o golpes. En esos casos, las autoridades llaman a los implicados para hacer un careo y seguido de esto solicita que se perdonen y sigan viviendo normalmente. Como consecuencia los hombres continúan con la misma vida dándoles maltrato a sus compañeras de hogar.

Una pareja indígena Pech de la comunidad de Vallecito se trasladó a vivir a la ciudad de Tegucigalpa. El hombre la golpeaba siempre por las noches y su hijo de 10 años se daba cuenta del sufrimiento de su madre, la señora un día se decidió hacer la denuncia en los juzgados de Tegucigalpa. Según la jueza que llevó el caso los maltratos eran porque la señora se resistía a tener relaciones sexuales de formas que ella no conocía y llevaron al niño para que diera testimonio de lo que vivía y dijo que eso era de todas las noches y que el era el que más sufría porque no quería ver sufrir a su mama. Un día los citaron a los dos a un careo y la señora terminó perdonándolo y retirando la denuncia. La jueza sólo le impuso una multa monetaria ya que las mismas leyes que del país no permiten un castigo más severo.

VI. SISTEMATIZACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS Y SANACIÓN ESPIRITUAL

Según los habitantes de la comunidad de Subirana, una buena práctica es capacitar a los jóvenes o crear programas de educación informal para que la población de esa y otras comunidades que no han pasado por un centro de educación escolar, puedan acceder formación e ir reduciendo la violencia.





En las entrevistas a personas que han sufrido violencia en esta comunidad dicen que la mejor forma para reducirla es exigir a las instituciones encargadas de impartir justicia que le presten atención a este problema “porque son pocas las instituciones que están interesadas en erradicar este terrible mal”.

Los líderes caciques dicen: “hay que regresar aplicar castigos severos como aplicaban nuestros antepasados, para que se den cuenta los hombres de hoy lo duro que son los castigos y no maltraten a sus compañeras de hogar.” A continuación nos describieron un castigo que lo aplicaban que consta de hacer una fogata y poner en la parte alta palos en forma de cortina (Tabanco) y subirlo ahí para que trague todo el humo y si no es capaz de aguantar todo el tiempo necesario pues le dan una paliza hasta dejarlo inmóvil. “Este es un castigo que lo aplicaban nuestros antepasados” explica el cacique.

En una forma de sanación espiritual se hacen ceremonias ancestrales para cura de los males en esa comunidad y las mismas se hacen en cada uno de los hogares y con la fe en Dios para que los malos espíritus no lleguen a esa comunidad.





PROPUESTAS A FUTURO Y RECOMENDACIONES

Mujeres Pech trabajando en grupo

NO más violencia doméstica contra la mujer PECH!!

Nosotras las mujeres del pueblo indígena PECH, estamos expuestas a la violencia familiar, al machismo, al maltrato físico y psicológico, al abandono y no contamos con centros de orientación e información para recibir apoyo social ante esta grave situación.

1) Mujer PECH con acceso a una formación profesional

Las mujeres demostramos día a día nuestra capacidad personal alcanzando grandes logros en diversos campos, incluso en aquellos que se consideraban solo para hombres. La educación es un derecho humano y un elemento indispensable para el progreso económico y social. El acceso pleno y en condiciones de igualdad a la educación, es un requisito fundamental para la potenciación de la mujer.

2) Reconocer los deberes y derechos de las mujeres PECH

Muchas mujeres desconocen los deberes y derechos de las mujeres que las leyes nacionales e internacionales garantizan.





En este sentido es necesario que existan programas o proyectos que incluyan acciones positivas dirigidas a impulsar y afianzar los derechos de las mujeres

3) NO mas discriminación a la mujer PECH

La discriminación entendida como cualquier distinción, exclusión o preferencia basada en motivos de raza, color, sexo, religión, opinión política, afecta el desarrollo integral de las mujeres, Se necesita un programa de capacitación y sensibilización para reconocer y revalorar a la mujer Pech

4) Mujeres PECH escuchadas por diferentes instituciones locales, nacionales e internacionales.

Ser organizadas para que nos puedan oír en cualquier organización o institución Que las autoridades nos abran las oportunidades para hacer nuestras peticiones. Tener voz y voto en una participación de cabildos abiertos.

5) Participación de la mujer PECH en cargos de las organizaciones políticas, sociales y económicas.

Nosotras queremos estar bien capacitadas para representar con diferentes cargos en nuestra comunidad para que nos puedan valorar, ser presidenta, tesorera, secretaria.





Sasal , alimentación de larga duracion

Dar a conocer nuestra cultura hacia personas que no son de nuestra comunidad Identificar nuestras comidas, bebidas típicas, vestido a través de una feria. Hacer que nuestra cultura sea reconocida a nivel nacional local e internacional.

6) Mejorar el idioma materno PECH

Poner en práctica nuestra lengua con los niños y niñas teniendo en cuenta a maestros que nos enseñen hablar el lenguaje Pech, practicando desde el hogar hasta la escuela.





ANEXOS FOTOGRAFIAS DE LAS

VISITAS A LA COMUNIDAD DE SUBIRANA





Transporte hacia Catacamas y el municipio de Culmi

Para llegar hasta la comunidad de Subirana se traslada en motocicleta

1ra, Asamblea de mujeres

Mujeres haciendo oraciones al divino creador, para que Todo nos salga bien

Mujeres discutiendo el tema en grupo

Lideresa de la comunidad de Subirana dirigiendo una dinámica con los niños y niñas Cabe señalar que los niños son poco participativos

Foto al terminar el taller con jovencitas y señoras de Subirana





Jovencitas entre las edades de 11 y 16 años De la comunidad de Subirana

Señora de Subirana, mostrando su trabajo artesanal

Reina Corea, impartiendo el taller en una aula escolar

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