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Después de la caída… Por Jesús Benítez La imperfección nos define. Somos una incógnita viviente que no quiere respuestas, un problema que evita soluciones. Por mucho que lo ignoremos, o miremos para otro lado, gran parte de nuestros dramas e incertidumbres pueden tener salida desde la autoestima y la voluntad, afrontando las desgracias como retos, convocando amor propio y entorno afectivo. No sirve de nada lamentarse por las desdichas, si no hemos puesto alma, corazón y sangre para intentar superarlas. No.

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Laura Sharpe sufrió un accidente de helicóptero en 2008. El aparato en el que viajaba se estrelló contra el suelo, como una bola de fuego. Murieron tres de los seis ocupantes. Ella pasó dos meses en coma, soportando quemaduras en el cuarenta por ciento de su cuerpo y más de 40 huesos rotos. Evitó in extremis la amputación de una pierna. Actualmente, Laura es un ejemplo notorio y manifiesto de Ave Fénix, que resurge de las cenizas, no mitológico, es real, evidente y pedagógico. Después de la caída, quiso renacer y da fe de ello. El mapa de su piel, está serpenteado por cicatrices e injertos, deshilachado y, a la vez, curtido, renovado, poderoso, seguro, firme. Se mueve con dificultad y precisa silla de ruedas en sus desplazamientos, pero su mente ha alcanzado tal nivel de fortaleza, que irradia energía, inspira pasión por vivir, exhibe un halo incombustible de vitalidad. Laura Sharpe es la imagen fidedigna del renacimiento.

La polifacética fotógrafa y cineasta Judy Starkman se cruzó en su vida y, con una actitud propia de seres únicos e irrepetibles, ambas están propiciando una cadena de luz alrededor de las desgracias globales, conocidas. Bajo el denominado ‘Proyecto Laura’, Sharpe y Starkman han impulsado un gesto armónico, humanista y estimulante ante el sufrimiento. Uniendo arte y experiencia en el dolor, quieren convertir las tragedias en belleza vital, están revirtiendo la tristeza en entusiasmo. Sí, la amargura no tiene por qué estar reñida con lo artístico, ni con la regeneración. Su memorable y entusiasta iniciativa quiere aglutinar a fotógrafos, pintores, cineastas y músicos de todo el mundo, para hacer causa artística común con personas que viven experiencias traumáticas y luchan por liberarse, por superar el hándicap existencial, por dar un giro de 360º al infortunio. Así, con arte terapia, la sociedad toma partido, renuncia a estigmatizar al que sufre, contempla su realidad con afecto y lo motiva a ganar amor propio, integración, ejemplaridad.

Observando una de las imágenes de Laura Sharpe, captada por Judy Starkman, me veo envuelto en el poderoso influjo de vivir y luchar, de comulgar la creatividad con los sentimientos humanistas y condescendientes más puros. Laura aparece serena, en posición casi fetal, agazapada y ultra sensorial sobre una hierba esponjosa y delicada, viva. Atrás quedó el horror de un helicóptero en llamas, ahora el corazón late. Su cuerpo desnudo no destaca por cicatrices,

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refleja vida en todo su esplendor. Jamás arte y dolor habían generado tanto bien, tanto afán de superación. Gracias Laura, gracias Judy. Gracias por darnos razones para existir y no morir en el intento…

© Jesús Benítez – Noviembre de 2010 www.jesusbenitez.com

El proyecto Laura

Escrito por Judy Starkman

24 de mayo de 2008. Mi querida amiga, Laura Sharpe, cayó del cielo. El helicóptero en el que viajaba llevaba a seis personas e inexplicablemente se estrelló contra el suelo, matando instantáneamente a tres de los seis pasajeros. Decir que es un milagro que Laura vivió, es un eufemismo. Laura, cuyo cuerpo fue destrozado y totalmente envuelta en llamas fue retirado de los escombros por los cabellos. Laura pasó tres meses en el hospital - dos en estado de coma. Cada hueso se rompió. Ella sufrió quemaduras en el cuarenta por ciento de su cuerpo. Como fotógrafa y cineasta, mi instinto automático es documentar el momento. Y, desde el momento en que vi a Laura acostada en la cama del hospital, conectada a las máquinas, yo sabía que quería fotografiarla. No para mí, sino para ella. Yo quería hacer algo por ella. La documentación de su viaje, lo que iba a ser, sería un regalo para su curación. Puede que no sea capaz de arreglar sus huesos rotos, pero yo iba a hacer todo lo que estuviera a mi alcance para levantar su ánimo.

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Laura nunca preguntó “¿por qué yo”, ella fijó su mirada en la creación de un significado y la comprensión de su tragedia. Parte de su curación fue que me dejase fotografiar y documentar su recuperación emocional, física y mental, a través de una serie de fotografías conceptuales y un cortometraje. Si usted fuera a mirar a la Laura de hoy, usted no tiene idea de lo que ha pasado. No se ven los 45 huesos rotos, las quemaduras que cubren el 40% de su cuerpo. Usted no ve su desprendimiento de retina, las profundas heridas y cicatrices en su cuerpo y la mente. Usted no ve los injertos de piel y no ve a una mujer que luchó para salvar a su pie de la amputación de una cirugía de riesgo. Y todavía no puede caminar bien casi tres años después. En su lugar, verá a una mujer hermosa, que camina con una cojera y sobre todo necesita una silla de ruedas. Su campaña para conservar su antiguo ser, es un testimonio de su resistencia y coraje. Desde esa experiencia profunda, hasta la apertura misma del objetivo, Laura comenzó a procesar y aceptar su vida. Quería ayudar a otros a hacer lo mismo, por lo que comenzó una fundación que ayude a otros que han experimentado la tragedia profunda a sanar a través del arte: Juntos, hemos puesto en marcha el Proyecto Laura .

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El proyecto Laura no es una organización de lucro, reúne a personas que han sufrido trauma extremo en su vida y a artistas que ayudan a sanar interpretando creativamente sus experiencias a través del arte. El medio puede ser fotografía, pintura, video, escultura, música, cerámica, etc. A través del proceso de exploración de los sentimientos a menudo confuso de sufrir un traumatismo en una manera creativa con un artista profesional, el individuo puede comenzar a experimentar grandes sentimientos de paz, el entendimiento y el sentido de que ayudan a reemplazar el sentimiento de pérdida, confusión y aislamiento que sufren. Esto lleva al concepto de ‘arte terapia’ lo que se llama un paso más allá. Permite que el paciente traumatizado, que no posee una habilidad artística inherente, pueda producir obras de arte que se basarán en sus experiencias, desde la herida a la curación. Nos centramos en la creatividad y no la intención de tomar el lugar de un terapeuta psicológico profesional.

© Judy Starkman

www.judystarkman.com www.thelauraproject.com

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Posdata: A propósito… Hay determinados concursos artísticos que, por lo general, propagan tendencias exhibicionistas, presuntuosas, necias y cretinas, cual insulto a la inteligencia y el arte, repudiables en suma. Los narcisistas, soberbios, ególatras, ambiciosos trepas, imitadores, clonadores y déspotas son convocados para un baño de multitudes y nadie indaga si el mensaje que intentan transmitir está vacío de originalidad, humanismo e inventiva, porque sólo ofrecen técnica y herramientas en pos de la ambición desmedida, la codicia, la fama vulgarizada. Todo eso, me da asco, nauseas, repugnancia. Pero hay excepciones. Sí, las hay. De ellas, surgen los genios inquietos que nos aportan luz, horizontes, perspectivas y, sobre todo, éxtasis con sus creaciones.

Acabo de llevarme una gran satisfacción contemplando las galerías que presenta la nueva edición del concurso fotográfico National Geographic. En una de sus categorías, encuentro una imagen de Judy Starkman que me ha tocado todas las fibras sensibles. Es el mejor ejemplo de lo que persigue un fotógrafo, un artista: emocionar,

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transmitir, comunicar, llamar la atención, fomentar el conocimiento e implicar, sí, implicar. El periodismo moderno no puede sustraerse de su razón de ser, natural, que es el fomento del espíritu crítico y la participación cívica en las causas comunes. Y la obra, o el pretexto de Judy Starkman, borda la filosofía fotoperiodística con letras de oro, avanza hacia otro Siglo, otra Era, otro Universo, ejemplariza. Propone, con el ‘Proyecto Laura’, una nueva bandera del arte, que ella define como ‘arte terapia’. Partiendo de la tragedia vivida por Laura Sharpe, que ‘volvió a nacer’ tras un trágico accidente de helicóptero, Starkman convoca a fotógrafos, pintores, músicos, artistas en general, a involucrarse con personas que viven traumas, para juntos luchar contra la adversidad, ofreciendo arte.

Estas iniciativas, sin duda, aportan una nueva perspectiva para el mundo de la comunicación, el arte, la imaginación creativa y, sobre todo, el humanismo que tanto va quedando en desuso. Ojalá cunda el ejemplo divulgativo.

© Jesús Benítez – noviembre de 2010 www.jesusbenitez.com

En 2005, colaboré como fotógrafo en una campaña de sensibilización del Centro Ocupacional El Curtido de Ubrique. Fue una de las experiencias más provechosas que he tenido. Prohibido publicar o el uso de estos contenidos, inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual, sin el previo permiso del autor: www.jesusbenitez.com