descargar colección con nuestra voz, recordamos
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HuarpeDiaguita Diaguita-calchaquí
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os Con nuestra voz creamos mundos, ideas, poesía, palabras, conocimientos. Con nuestra voz compartimos puntos de vista, celebraciones, recetas, adivinanzas, imágenes, trabajos y sentimientos. Con nuestra voz estamos presentes, ocupamos espacios, participamos de los debates y la toma de decisiones. Con nuestra voz enseñamos y aprendemos, investigamos, transmitimos saberes y maneras de ver el mundo. Con nuestra voz recordamos y reelaboramos los recuerdos en el presente, honramos a nuestros antepasados en acciones cotidianas y recuperamos su sabiduría y su lucha. Con nuestra voz cantamos alegrías y tristezas, arrullamos a los niños, hacemos coplas y festejamos el presente. Nuestra voz nos hace únicos y nos reúne con los demás. Es identidad dinámica, historia y memoria colectiva. Nuestra voz es palabra viva.
Yunem xamina cuchuch guechereyna
Quilmes
Con nuestra voz recordamos
tenemospatria
PRESIDENTA DE LA NACIÓNDra. Cristina Fernández de Kirchner JEFE DE GABINETE DE MINISTROSDr. Aníbal Fernández MINISTRO DE EDUCACIÓNProf. Alberto E. Sileoni SECRETARIO DE EDUCACIÓNLic. Jaime Perczyk JEFE DE GABINETEA.S. Pablo Urquiza
SUBSECRETARIO DE EQUIDAD Y CALIDAD EDUCATIVALic. Gabriel Brener
DIRECTORA NACIONAL DE GESTIÓN EDUCATIVALic. Delia Méndez
COLECCIÓN CON NUESTRA VOZ
Coordinador de la Modalidad de Educación Intercultural BilingüeOsvaldo Cipolloni
Coordinadora del Plan Nacional de Lectura Adriana Redondo
Coordinación y edición de contenidosGabriela Nacach (EIB), Paula Pérez (EIB), Jéssica Presman (PNL)Coordinación editorial: Natalia Volpe (PNL)
Diseño gráfico: Mariel Billinghurst (PNL), Juan Salvador de Tullio (PNL), Elizabeth Sánchez (PNL) Revisión: Silvia Pazos (PNL)
Revisión de texto en huarpe millcayac (Mendoza): Claudia Herrera
Ilustraciones: Cintia Verónica Candito y Emilio Moreno
Este tomo contó con el apoyo de los miembros del Consejo Educativo Autónomo de Pueblos Indígenas, especialmente, Claudia Escudero, Rubén Herrera, Miguel Calderón, Carina Calivar, Emilio Moreno, Azucena Villegas, Jazmina Fuenzalida, Mario Quinteros, Mónica Palferro, Antonio Soto, Roxana Soto, Patricia Kholer y Raúl Verasay.
Agradecemos a los equipos jurisdiccionales de la Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe y del Plan Nacional de Lectura. Y a todos los que sumaron esfuerzos para llevar adelante el proyecto: Paco Alanez, Hugo Arce, Mario Acho, Crispín Benítez, Bruno Di Benedetto, Silvia Calcagno, Ana Fernández Garay, Georgina Fraser, Carolina Gandulfo, Susana Gómez, Dora Machado, Juan Manuel María Ortiz, María Pia López, Patricio Pantoja, Laura Roldán, Olga Sulca, Lía Varela y Mónica Zidarich.
Los textos fueron cuidadosamente considerados. En castellano solo se ajustaron aspectos ortográficos de acuerdo a la normativa vigente. En lenguas originarias, se respetaron las distintas variedades lingüísticas y códigos de escritura propuestos por los autores.
Ministerio de Educación de la NaciónSecretaría de EducaciónPlan Nacional de LecturaPizzurno 935 (C1020ACA). Ciudad de Buenos Aires. Tel: (011) 4129-1075 / [email protected] - www.planlectura.educ.ar
República Argentina, agosto de 2015.
Argentina. Ministerio de Educación de la Nación Con nuestra voz recordamos : Escritos plurilingües de docentes, alumnos, miembros de pueblos originarios y hablantes de lenguas indígenas. - 1a ed. edición multilingüe. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Ministerio de Educación de la Nación. Plan Nacional de Lectura, 2015. 144 p. ; 25 x 19 cm. - (Con nuestra voz ; 6)
ISBN 978-950-00-1133-4
1. Cultura de los Pueblos Originarios. 2. Pluralismo. 3. Fomento de la Lectura. CDD 372.651
Yunem xamina cuchuch guechereyna
Quilmes
Con nuestra voz recordamos
Dibujo Antropológico. Madre Algarrobo. Carbonilla y tiza pastel. 54 x 80 cm. Cintia Verónica Candito (Comunidad Huarpe Guaytamari)
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Para el Ministerio de Educación de la Nación constituye un motivo de orgullo estar llegando a las escuelas de todo el país con esta colección que hemos denominado “Con nuestra voz” y que constituye un nuevo logro en la marcha emprendida hace doce años hacia la plena inclusión educativa. En esta colección se reúnen y entrelazan textos producidos por alumnos, docentes, miembros de pueblos originarios y hablantes de lenguas indígenas de nuestro país, concebidos y realizados para ser compartidos con la comunidad toda.Su lectura nos permitirá conocernos más profundamente, a la
vez que nos reconocemos como un país diverso, que recupera las voces ancestrales y las actuales, dándoles a cada una un espacio propio. La presencia de las diversas lenguas con sus variedades locales, en cada uno de los seis tomos: Estamos, Enseñamos, Compartimos, Cantamos, Creamos y Recordamos, es parte fundamental del texto polifónico que trama y sostiene nuestra identidad cultural. Esta colección se suma a los millones de libros entregados
a las escuelas en esta última década para hacer realidad el derecho a la lectura de los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos de nuestro país, así como el de sus educadores de enseñar con materiales de alta calidad. Con estos libros, en suma, avanzamos un paso más, y no uno cualquiera sino uno trascendente por los valores que reivindica, hacia la democratización plena de la cultura.“Con nuestra voz” ampliará la trama tangible de la
construcción de ciudadanía que desde un lugar de respeto y valoración, las escuelas de nuestro país sostienen día a día.
Alberto SileoniMinistro de Educación de la Nación
Bienvenida a la colección
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La Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe y el Plan Nacional de Lectura confluyeron en el desarrollo de un proyecto por mucho tiempo soñado: la elaboración de una colección plurilingüe en una multiplicidad de lenguas que diera cuenta de gran parte de las voces que se hacen presentes en la Argentina de hoy. “Con nuestra voz” resume así la búsqueda, recuperación y valoración de cientos de producciones escritas por docentes, alumnos, miembros de pueblos originarios y hablantes de lenguas indígenas de diversas comunidades.Los textos reunidos aquí nos llevan de una canción a un
testimonio, de una leyenda a un relato de resistencia… También, a la posibilidad de sumergirnos en la hechura de una vasija o en el trabajo con el chaguar. Nos permiten recuperar historias ancestrales, observar el arco iris o la luna... Todos nos brindan un espacio a compartir. Esta trama de lenguas, desde las más vitales a las que están
en proceso de recuperación, es la expresión de pueblos que recogen su larga historia y la sostienen con fortaleza, que enriquecen y multiplican la identidad cultural de nuestro país. Es por ello que encaramos esta tarea desde el profundo vínculo pueblo/lengua.Los seis tomos que conforman la colección son el resultado de
un intenso intercambio sustentado en el respeto y la valoración de todas las lenguas en un plano de igualdad. El trabajo se orientó a darles visibilidad para que alumnos y docentes de escuelas primarias, secundarias e institutos de formación docente puedan aproximarse a reconocerlas en un plano próximo y cálido. También, para aportar a las comunidades educativas de las escuelas bilingües material impreso con el que fortalecer los aprendizajes de las nuevas generaciones. Agradecemos a todos aquellos que intervinieron en el proceso
de construcción de esta colección, en particular a los miembros del Consejo Educativo Autónomo de Pueblos Indígenas (CEAPI),
Un trabajo conjunto
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quienes con entusiasmo y convicción aportaron a la hermosa tarea de sembrar y recoger las palabras portadoras de aquellas voces que nos permiten estar, cantar, crear, recordar, compartir, enseñar para seguir caminando.
Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe Plan Nacional de Lectura
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Diversidadde voces
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Con nuestra voz:Una creación colectiva
El origen
Memoria, verdad y justicia, demo-cratización de la palabra, pluralidad, educación inclusiva y de calidad, son expresiones de una época caracterizada por la generación de políticas públicas y educativas distintivas. En este contexto se inscribe la Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe, instaurada en 2006 por la Ley de Educación Nacional 26.206 para garantizar el derecho cons-titucional de los pueblos indígenas a una educación que contribuya a preservar y fortalecer su identidad y para intervenir en los procesos históricos de domina-ción y silenciamiento que aún persisten entre lenguas y culturas.
En la Argentina existen hoy alrededor de 3000 escuelas bilingües. En ellas, estudian alumnos pertenecientes a los 32 pueblos originarios reconocidos hasta el presente, y trabajan cerca de 1800 educadores indígenas y distintas figuras docentes1 que se desempeñan en las aulas a lo largo y ancho del país.
Desde este marco institucional y junto al Plan Nacional de Lectura nace la colección Con nuestra voz, que reúne en seis tomos textos escritos y traducidos al castellano por alumnos, alumnas, docentes, miembros de pueblos origina-rios2 y hablantes de lenguas indígenas: Estamos, Creamos, Recordamos, Ense-ñamos, Compartimos y Cantamos.
Antecedentes
En 2013, una preocupación fue apare-ciendo en distintos equipos de trabajo: la mayoría de las publicaciones en lenguas originarias encontradas en organismos públicos y privados, librerías y bibliote-cas consistía en traducciones de textos escritos originalmente en castellano. Los indígenas no aparecían como autores sino, en el mejor de los casos, como traductores. Sus lenguas configuraban herramientas al servicio de la cultura he-gemónica. Esto parecía sustentar la idea de que las lenguas originarias no serían aptas para la escritura de nuevos relatos; su lugar parecía limitado al folclore y a la reproducción de esencias remotas. La autoría y la creación continuaban siendo privilegio de algunos.
Esta situación dio pie al proyecto Con nuestra voz, que avanzó hacia dos obje-tivos. El primero fue atender una nece-sidad aún vigente: si bien las lenguas y las culturas indígenas ya están presentes en las aulas como formas de acceso al conocimiento y construcción de espacios de reflexión, el material impreso en len-guas originarias es todavía insuficiente. El segundo, no menos importante, fue visibilizar la riqueza lingüística y cultural de nuestro país para fomentar una trans-formación del sentido común acerca de nuestra identidad. La incorporación de esta colección como parte del patrimonio
1 Cada provincia establece la designación y las funciones de estas figuras que comienzan a adquirir roles pedagógicos específicos. Por ejemplo: Auxiliares Docentes Indígenas (Misiones), Auxiliares Docentes Aborígenes (Chaco), Maestros Especiales de la Modalidad Aborigen y Profesores de Lengua y Cultura Indígena (Formosa), kimches y kimeltuchefes (Chubut), idóneos (Jujuy), Maestros Artesanos (Santa Fe), Docentes Auxiliares en Lengua y Cultura Aborigen (Salta), entre otros. 2 Se decidió utilizar indistintamente pueblos indígenas y pueblos originarios ya que, si bien la denominación más aceptada actualmente es la de pueblos originarios, el marco legislativo del derecho nacional e internacional legitima sus demandas en tanto miembros de pueblos indígenas.
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colectivo hará manifiesta la diversidad de nuestro contexto de pertenencia plurina-cional sudamericano.
La vitalidad de las lenguas
Al proyectar una colección de escritos en lenguas originarias de Argentina, inmediatamente surge el interrogante: ¿qué lenguas indígenas se hablan en el país? Esta pregunta es aparentemente sencilla pero su respuesta es compleja.
Las lenguas no son objetos con contor-nos definidos que podamos reconocer a primera vista sino construcciones histórico-políticas de carácter dinámico que definen la pertenencia a una comu-nidad. En la vida cotidiana, en realidad, podemos reconocer la lengua en uso: vemos cómo las personas hablan y con sus palabras trabajan, crían a sus hijos, cuentan chistes, hacen compras, viajan. Ser hablantes de una lengua nos hace miembros de una comunidad pero, ¿cómo sabemos qué lengua hablamos?
Esta definición generalmente nos la da la familia, la escuela, el grupo. No obstante, si reflexionamos sobre nuestras prácticas podremos descubrir que la mayoría habla-mos cotidianamente más de una lengua: usamos una en el circuito familiar, otra en el ámbito laboral o académico, otra con desconocidos; en otra cantamos algunas canciones o leemos carteles, tomamos tér-minos de otras. Aunque no lo percibamos inmediatamente, manejamos a diario más de una lengua, pues nuestros modos de hablar están permeados por la mezcla, el bilingüismo, los cruces.
Sin embargo, no todas las lenguas tienen las mismas oportunidades. Las lenguas originarias, particularmente, están atravesadas por siglos de persecución, discriminación y desigualdad. Pensemos
en cómo empezó todo. Antes de que esta tierra en la que vivimos fuera Argentina, de que fuera virreinato, de que llegaran los españoles, aquí vivía una multiplicidad de pueblos con diversas formas de organiza-ción, adaptación al entorno y relaciones entre sí. Hacían uso de diversas lenguas; en muchos casos, además de la suya, hablaban la de sus vecinos para poder intercambiar productos o conocimientos.
Esta diversidad cultural y lingüística fue perseguida desde la Conquista, de la mano de un proyecto de dominio que avanzó no sólo sobre el territorio, sino también sobre el cuerpo y la palabra de los pueblos originarios. En Argentina, el proceso de formación del Estado hacia fines del siglo XIX implicó que la nación debía constituirse de manera homogénea a partir de una cultura, una religión y una única lengua. Se impuso así la obligato-riedad del castellano en el uso público y en las escuelas, y se intentó instalar la idea de que solo la cultura europea era la válida. Con las campañas militares, el Estado se lanzó a la ocupación de las tierras indígenas y el sometimiento de sus habitantes. Privados de sus recursos naturales, debieron incorporarse como fuerza de trabajo en condiciones labora-les injustas y humillantes.
La escuela les hablaba en castellano, un idioma que no comprendían y que siem-pre había sido instrumento de explotación y marginación. En ese marco, la lengua propia fue, a veces, un espacio de resis-tencia y reunión con el grupo, un hogar donde descansar. Otras, fue un estigma que exponía a sus hablantes a la discrimi-nación y, por lo tanto, una huella que se deseaba borrar u ocultar. Muchos padres hicieron el enorme esfuerzo de comu-nicarse con sus hijos en castellano, una lengua ajena y difícil, para no transmitirles
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esa marca. Algunos vieron, con tristeza, cómo sus hijos rechazaban sus raíces culturales y la lengua de sus antepasados para no ser excluidos en la escuela y la so-ciedad dominante. Las situaciones fueron múltiples, y esos movimientos moldearon la realidad actual.
¿Qué ocurre cuando una lengua desa-parece? Cuando esto sucede, es porque la comunidad se desestructura y sus miembros pierden contacto, porque los hablantes mueren, o porque de a poco la lengua se deja de hablar y de enseñar a las nuevas generaciones. Se invisibiliza así el legado cultural de una singular manera de ver y decir el mundo, un conjunto de saberes construidos y transmitidos de generación en generación. Lo cierto es que, para que una lengua no muera, es necesario que haya gente que la hable y que tenga con quién hacerlo, que le permita compartir, cantar, enseñar, crear, recordar, estar.
Identidades
En las últimas décadas del siglo XX irrumpen en la escena pública identida-des fragmentadas, plurales y diversas. Los pueblos originarios redoblan su lu-cha por la visibilización y la conquista de sus derechos, y una serie de acciones legislativas los acompañan. En nuestro país, la reforma constitucional de 1994 incorpora el artículo 75, que reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas y, entre otras cosas, su derecho a una educación bilingüe e intercultural y la posesión de sus tierras.
En este nuevo marco legislativo, desde las comunidades se profundiza la bús-queda de las raíces. Muchos comienzan a hacer preguntas a sus padres y abue-los, descubren sus orígenes y buscan
aprender más sobre su identidad y su cultura. La lengua ocupa un lugar destacado en este proceso. Algunos se dedican a aprender la lengua de su comunidad, otros se acuerdan de pala-bras sueltas que decían en su familia y comienzan a reunirse para integrar esos recuerdos fragmentarios en un relato más amplio. Otros se desempeñan como docentes para enseñar en su propia len-gua y forman equipos de discusión para tomar decisiones de manera comunita-ria: qué variedad enseñar, qué alfabeto usar, cómo contar con material escrito para las clases. Revitalizar las lenguas propias resulta un imperativo.
El proyecto
En este punto de la historia surge la convocatoria que dio origen a esta colección. Se invitó a alumnos y alumnas, jóvenes y adultos de pueblos originarios y hablantes de lenguas indígenas a presen-tar sus producciones. Las coordinaciones y equipos provinciales de Educación Intercultural Bilingüe, y los referentes del Plan Nacional de Lectura con el acompañamiento del Consejo Educativo Autónomo de Pueblos Indígenas (CEAPI) llegaron por distintas vías a los estableci-mientos educativos y, a través de ellos, a la comunidad en general.
Como se buscaba fomentar la plurali-dad de expresiones, no se pautó género, temática ni lengua de los trabajos. Por el contrario, se aceptaron todas las varieda-des locales, multiplicidades y mestizajes lingüísticos en tanto vehículos genuinos de expresión. Solo se pidió acompañar los textos con una versión en español, para garantizar que su sentido fuese accesible más allá de la comunidad de origen. Este aspecto de la convocatoria
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generó una serie de desafíos ya que muchos de los autores están aprendiendo a escribir en castellano y otros, si bien lo hacen con soltura en ambas lenguas, no tienen formación como traductores. Por otra parte, en muchas lenguas indígenas no hay suficientes herramientas para apoyar la tarea de la traducción. Los diccionarios, creados en gran parte por actores ajenos a las comunidades, no siempre están legitimados por los hablan-tes y, además, están atravesados por la coexistencia de diversas normas.
Para muchos autores supuso un gran esfuerzo presentar las versiones en castellano. Algunos trabajaron en grupo, debatiendo cada palabra, otros pidieron ayuda a docentes. Lo hicieron con un gran compromiso, para que sus pro-ducciones pudieran ser leídas en todo el país. Por eso, en algunos casos, los textos en castellano son versiones más sencillas que no reflejan toda la riqueza del texto original en lengua indígena, pero no por ello dejan de ser puentes hacia la pluralidad de voces, puntos de vista y matices lingüísticos.
Es necesario aclarar que los textos incluidos son solo una parte de todo lo que se escribe y se hace en las escuelas y comunidades. Probablemente, por ser la primera convocatoria de estas características y por las complejidades del proceso, hay ausencias que señalan una deuda que necesita ser reparada en trabajos futuros.
Los textos llegaron desde escuelas, talleres, encuentros, espacios individua-les. Eran escritos de alumnos y alumnas, poetas, docentes, comunidades, familias. Eran canciones, recetas, adivinanzas, cartas, textos informativos. La diversidad mostró una realidad dinámica de trabajo comunitario con las lenguas y las culturas.
Algo similar ocurrió con las adscrip-ciones étnicas. Se sostuvo un intenso proceso de consulta para respetar cada dato escrito, cada pertenencia local y co-munitaria, cada concepción de la propia identidad. Los autores establecieron su lugar de enunciación, lo que se refleja en la pluralidad de identificaciones que apa-recen en las firmas. Se habilitaron todas las formas de ser y estar en el mundo.
Organización del material
Como el desafío era trabajar sobre y con las lenguas, se decidió agrupar los es-critos en universos lingüístico-culturales. Así, en cada tomo hay textos que perte-necen a variedades de una lengua, a len-guas próximas o a pueblos relacionados lingüística, histórica o culturalmente.
En algunos casos primó el criterio lin-güístico: es el caso del tomo que reúne textos de pueblos de habla guaraní y chané; el que incluye los de los pue-blos wichi y nivaclé; el que presenta las producciones de los pueblos quechua, kolla, tonocoté y otras en quichua santia-gueño; y también el que incluye escritos de los pueblos qom, moqoit y pilagá.
El factor histórico-cultural fue el eje aglu-tinador en el caso del tomo que agrupa lo producido por miembros de los pueblos rankülche, tehuelche, mapuche, mapu-che-tehuelche, haush, selk’nam y yagan; y en el que se convoca a los pueblos huarpe, diaguita y diaguita calchaquí.
Esta organización fue definida para que alumnos y docentes pudieran navegar por los libros encontrando proximidades que motiven y profundicen el diálogo y la reflexión lingüística y cul-tural. Al mismo tiempo, se señalaron las relaciones entre volúmenes a través de notas que sugieren recorridos de lectura.
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Cada tomo asumió su propia identidad a partir de los textos que lo componían. Casi naturalmente surgieron sus títulos en torno a estos ejes de sentido, y se condensaron en una acción en tiempo presente: Estamos, Creamos, Recor-damos, Enseñamos, Compartimos y Cantamos. En el conjunto, los títulos expresan realidades dinámicas actuales compartidas por los distintos pueblos.
La incorporación de un prólogo en cada tomo permitió ofrecer una pequeña contextualización y una invitación a la lectura. Encontrar equilibrio en los pro-loguistas fue la consigna: indígenas y no indígenas que pudieran hacer un aporte a la discusión, a partir de distintos reco-rridos, perfiles y disciplinas. Pluralidad de voces una vez más. Los prólogos fueron escritos en diversas lenguas, según las posibilidades y los deseos de cada autor.
Las ilustraciones estuvieron a cargo de artistas de distintos pueblos o muy próxi-mos a ellos. Las imágenes permiten gene-rar nuevas lecturas e interpretaciones de los mundos que emergen de los escritos, desde la libertad que los óleos, acuarelas, carbonillas o pasteles nos entregan.
La edición
Una vez reunido el material, se con-vocó para que acompañara el proceso de edición a un grupo de docentes con amplia experiencia de trabajo y reflexión sobre las lenguas, que tuvo la sensibili-dad y el conocimiento necesarios para sugerir ideas respetando las distintas variedades y códigos de escritura. Esta tarea consistió, entre otras cosas, en revisar el contenido (errores de tipeo, puntuación, olvidos involuntarios, segmentación de palabras, caracteres especiales); evaluar la edición del tomo,
el orden de los textos y capítulos; agre-gar notas; proponer sugerencias a los autores e incorporar contenidos.
Este nuevo espacio de participación indígena, lejos de ser individual, generó intercambios entre educadores que enri-quecieron la colección y fortalecieron la pluralidad y la legitimidad del trabajo. To-das las observaciones fueron incorpora-das en un diálogo horizontal que mostró la necesidad de contar con herramientas y espacios plurales técnicamente sólidos para los procesos de producción editorial en lenguas originarias.
Un poco más allá
Esta obra es resultado de un intenso proceso de consulta y de decisiones compartidas que no cierran la discusión, sino que la abren en varias direcciones. Pretende ser un aporte para fomentar la escritura y la lectura y para profundizar, en el ámbito escolar y comunitario, un debate ya existente sobre cómo trabajar con las lenguas y las culturas indígenas.
Es posible que, así y todo, subsistan algunos errores. Reconocerlos ayudará a pensar futuras producciones que reto-men esta experiencia y la superen. Desde las escuelas, cada docente, cada alumno y alumna podrá comentar el material, anotarlo, intervenirlo, hacerlo suyo.
En estas páginas hablan y escriben diversas voces de todo el país. Para enriquecerlas en el diálogo, es necesa-rio que los lectores también expresen la suya. Los invitamos a recorrer la colección, a identificarse, a distanciarse, a cuestionarse, y a construir juntos una sociedad pluricultural y solidaria donde todos tengan las mismas oportunidades. Con nuestra voz expresa, precisamente, este anhelo.
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RecordamosHuarpeDiaguita Diaguita-calchaquí
Cóndor Cardón. Grafito. 50 x 70 cm. Emilio Moreno.
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...Tus viejas manos, tejen el tiempocon hilos nuevos llenos de vida…
María Zalazar (Pueblo Huarpe)
…Y como el cauce de las acequias, esperas paciente para que te regresen lo que te pertenece…
Josefina Navarro (Pueblo Diaguita)
Una vez alguien me transmitió que las voces nunca se pierden, solo se silencian hasta cuando llega otra voz a darles vida. Ese alguien fue mi abuelo Manuel. A través del tiempo y la distancia, la historia vuelve en las nuevas
voces que cobran vida a través de estos escritos. Buscar la raíz de lo que fue siempre nos lleva a nuevos recorridos imaginarios. Los Huarpes y Diaguitas, dos pueblos silenciados en su cultura, en sus saberes, en su lengua, vuelven decididamente desde el centro de la tierra a contar sobre los recorridos que otros hicieron en esta parte de la tierra.Las referencias geográficas nos llevan a ubicar a estos pueblos
en las regiones de NOA y Cuyo de la Argentina, pero al recorrer la escritura necesariamente debemos viajar al centro, al sur, y por qué no, traspasar la cordillera andina. Eso nos habla de que no se puede encerrar en un puñado de historia a la historia misma.Surgen, entonces, voces que muestran con una absoluta claridad
la memoria del que no olvida, del que construye su identidad con las imágenes de lo vivido. Sin duda, pensé al leerlas, ¡cuánta belleza encierran estas palabras!Buscar la libertad tan ansiada, el origen de las cosas, redescubrir lo
que somos como pueblo, nos devuelve la esperanza. Más allá de las
Voces que dan vida
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certezas o dudas históricas, las voces nos muestran lo que hoy vive en nosotros. Como me contaron, como vi y como testimonié es el eje de lo
que cuentan. Y detrás de cada autor, se mezcla el valor de lo intensamente sentido. A quién o a quiénes les hablan, a quién o a quiénes escucharon para prestarles nuevamente la voz, eso solo se responde al final de este camino que invito a recorrer.
Gabriela Cruz Choquis Profesora en Letras, pertenece al pueblo diaguita-calchaquí. Egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán. Hizo su recorrido como docente en distintos niveles educativos de la provincia de Tucumán. Coordinó la Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe entre 2005 y 2014. Formó parte de la comisión de consulta para la elaboración de la Ley de Educación Nacional y del Consejo Educativo Autónomo de Pueblos Indígenas en sus inicios. Actualmente reside en Amaicha del Valle, lugar que la vio nacer, ejerciendo como directora de un instituto de formación docente, cumpliendo su rol de madre y esposa, y su sueño de devolver a la tierra todo lo que recibió de ella.
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Cartografía de lectura
1 Hemos optado por la denominación castellano y no español para designar la lengua nacida en el reino de Castilla e impuesta en nuestras tierras por los españoles durante la Conquista. La decisión obedece a dos razones. Por un lado, la denominación español niega el hecho de que hay muchas lenguas españolas además del castellano: el catalán, el valenciano, el euskera, el gallego y el aragonés, por ejemplo, son lenguas cooficiales en distintas regiones de España. Por otro lado, la lengua castellana se ha expandido por el mundo de la mano del imperio, y es innegable que hoy en día es tan española como argentina o panameña.
La mayoría de los textos que integran esta colección están escritos en versión bilingüe. En la página derecha figura el texto original, en la lengua originaria, y en la página izquierda, la versión en castellano propuesta por los autores.1
En las portadas interiores se incluye una breve reseña de la situación sociohistórica de cada pueblo, en la que se destacan el nivel de uso de la lengua y los diversos procesos de pérdida y revitalización lingüística. Como resultado de estos procesos, el acceso a la escritura no es igual para todas las lenguas, pueblos e individuos. Producto de la imposición del castellano y de recurrentes situaciones de violencia, individuos o pueblos enteros han dejado de hablar su lengua originaria y sus ideas se expresan hoy en castellano. Esto explica por qué algunos de los textos incluidos en esta colección solo cuentan con una versión. En esos casos aparecen dispuestos de manera transversal a lo largo de las dos páginas enfrentadas, ilustrando
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el avance del castellano sobre los espacios de otras lenguas. Invitamos a los lectores a girar el libro y pensar en el modo en que la historia torció el rumbo de estos pueblos, forzados a esconder su lengua y su identidad.Las siguientes páginas reúnen textos de muy diversa índole,
pues ponderamos la presencia de material propio escrito por miembros de pueblos originarios y hablantes de lenguas indígenas, como vía de expresión de las comunidades y herramienta de visibilización de la vitalidad de las lenguas. Se han organizado los textos alrededor de tres amplias referencias, según el uso de la palabra que predomina en cada caso. Confiamos en que dichas referencias faciliten posibles recorridos de lectura para trabajar en las aulas y generen diálogos entre las producciones de los diferentes tomos.En todos los casos, se respetaron los textos originales de los
autores y solo se ajustaron aspectos menores relacionados con la puntuación y la ortografía, de acuerdo con la normativa vigente. También se consultó a los autores acerca de la manera correcta de indicar su nombre, adscripción y comunidad de pertenencia. Esperamos que esta colección permita a los lectores apreciar
la pluralidad de voces y lenguas, que, a pesar de haber sido perseguidas y negadas, están presentes a lo largo del país.
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Textos en los que la palabra se usa principalmente como una herramienta, un recurso que permite transmitir una informa-ción o un contenido preciso. En este grupo se incluyen recetas, textos que dan información, ex-plicaciones, cartas, entre otros.
Textos en los que prima la narración de una historia que se despliega en torno a uno o varios personajes y una acción que progresa en el tiempo. Se incluyen en este grupo tanto tes-timonios históricos como relatos contados por los ancianos de la comunidad, leyendas, fábulas, cuentos creados por un autor individual, entre otros.
Textos en los que la palabra es objeto de juego y búsque-da estética. Se observa aquí un trabajo detenido sobre la forma, la musicalidad, el significado de la palabra y la expresión. En este grupo se incluyen rimas, canciones, juegos de palabras, poemas, entre otros.
Referencias para la navegación de los textos
Referencias para las notas dentro de los textos
nota de recorrido
Circuitos de lectura hacia otros textos de la colección que abordan temáticas similares desde distintas culturas.
nota de editor
Aclaraciones sobre los datos de los autores, las comunidades o las localidades, información sobre la lengua o el código de escritura y datos de contexto relevantes.
nota de autor
Comentarios y explicaciones incorporados por los autores en sus propios textos.
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Índice Huarpe Semilla / Mute
Facundo González, Ariel Jofré, Esequiel Narváez, Mario Nuevas, Iván Sánchez, Milagros Molina
Un sentimiento Huarpe María Zalazar
Huarpes ayer y hoyRubén Herrera
Cacique Huarpe / Amta-Huarpe Cynthia Días y Melisa Guevara
Raza HuarpeRosario Gaspar Zalazar
Huarpe / Huarpe María Díaz
Pia Tateta Huarpe (Abuelo Huarpe) María Zalazar
Los Huarpes Esequiel Narváez
Hunuc Huar (Dios nuestro protector)Andrea Celeste Chacón
Yo mismo / Cu Petete Claudia Herrera
Hombre / YamMaría Díaz
Historia de una mujerFernanda Silva
Poloc Yam (hombre fuerte) Brian Dylan González Beron
MemoriasGisel Palacio
Grandes luchadores Gonzalo Sánchez
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36
38
42
44
48
50
52
54
56
58
60
62
64
68
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Diaguita Diaguita-calchaquí
El relato de la Pacha Relato Grupal
Ser indígena Leila Oriana Ruarte Calivar
La Pachamama Roxana Marisel Fabián
LoncoAlfredo Cabrera
La Sulema Rosana Carina Calivar
Un lugar sagrado Gloria Nancy Yapura Calisay
Mariana Belmonte
Herederos somosAlfredo Cabrera
La señalada Ariel Facundo Castillo
Expresión y sentimiento Jorge Augusto Sazo, Emilce Rosarito Armella, Antonella Melani, Antonella Armellay Brahian Apolinar Ríos.
La flor del cardón Hugo Corregidor
La llama / La ovejaProducción colectiva
72
74
76
78
82
84
88
90
92
96
98
102
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El legado de Antuel Gonzalo Alexis Tena y Marcos Héctor Edmundo Cruz
Melancolía Josefina Navarro
El quimil, testigo de un amorLeila Oriana Ruarte Calivar
Perdurarás por siempreGonzalo Alexis Tena
Don Casimiro Samuel Alejandro Puntano
Killa y PhuyuVilma Anahí González y Aldana Gisela Rodriguez
Cuntur y Yacana Roxana Marisel Fabián y Nancy Andrea Flores
Ese milagro único que sosJosefina Navarro
El amor en el tiempo de nuestros aborígenesGuadalupe Dayana Recúpero
Primero lo nuestroProducción colectiva
Recursos de interés
104
110
112
114
124
126
130
132
134
136
139
30
L as actuales provincias de
Mendoza, San Juan y San
Luis fueron habitadas por los
huarpes. Este y otros pueblos
indígenas, como los pehuenches,
los mapuche-pehuenches, los
diaguitas y, producto de diversas
migraciones, también los
kollas, formaron en la zona un
heterogéneo mosaico étnico que
llega al día de hoy.
El pueblo huarpe alcanzó su
máxima expansión en el siglo
XVI. A mediados del período
colonial, un siglo después y
casi doscientos años antes de la
constitución del Estado nacional,
se había considerado extinto. El
interés de las élites regionales
por obtener la propiedad de las
tierras habitadas (como ocurre
en la actualidad con los puesteros
Huarpey las presiones que ejercen sobre
ellos los terratenientes) se intentó
enmascarar en la idea de que
sus ocupantes eran “indios” y
“vagos”, incapaces de poner en
valor el recurso tierra en el marco
de una economía de mercado.
Apoyándose en el discurso
científico, los Estados –colonial
primero, republicano después–
poblaron la zona de colonos
conquistadores e inmigrantes
europeos que “blanquearon”
la región y buscaron encerrar a
los huarpes en las vitrinas de los
museos.
En la década de 1990 se produjo
un resurgimiento de la identidad
étnica huarpe a partir de prácticas
culturales, memorias familiares
y demandas territoriales. La
calma resistencia de un pueblo
31
olvidado se tradujo en una
aparente paradoja histórica:
si por un lado la identidad
se ocultó como mecanismo
de defensa ante la violencia
externa, por otro sobrevivió en
la transmisión oral. Aunque la
mayoría de los miembros del
pueblo huarpe –muchos de los
cuales se autoidentifican como
descendientes– hoy vive en las
ciudades, como producto de
diversos procesos migratorios, su
memoria está en el “desierto” y en
los recuerdos y relatos acerca del
modo en que vivían sus ancestros.
La Encuesta Complementaria de
Pueblos Indígenas de 2004- 2005
indicó una población aproximada
de 15.000 hogares con al menos un
huarpe en la región de Cuyo y la
provincia de Buenos Aires.
En el proceso de invisibilización, la
lengua que hablaban los huarpes
se fue perdiendo. Poco a poco
y a partir de material heredado
de la época colonial, los huarpes
se abocan a la recuperación de
dos variedades, el millcayac y el
allentiac, que fueron descritas por
el misionero Luis de Valdivia para
facilitar la imposición del evangelio.
Ante la mirada de muchos que
hoy desacreditan sus reclamos
por ausencia de “rasgos culturales
huarpes”, como si la cultura
pudiera cristalizarse en rasgos
y no en movimientos, la lengua
originaria se convierte más que
nunca en una herramienta de
reivindicación política.
32
Facundo González, Ariel Jofré, Esequiel Narváez, Mario Nuevas, Iván Sánchez, Milagros MolinaEscuela Enrique Larreta Sarmiento Provincia de San Juan
Semilla
Un horizonte lejano,nuestro padre señaló,caminos de tierra arenosa,el hombre miró.
Con lágrimas en los ojos,el extranjero obedecía,enemigo muy malo,al huarpe avergonzó.
Mirar sus hermanos,quejarse de dolor,llamar al Hunuc Huar (Dios),señalar resurrección.
Semillas de vida,el huarpe hurtó.Por montañas y ríos,en el agua avanzó.
33
Mute
Chaca, chi-hei,cuchuch, pia, tal-huanen,nen, cuyum,yam, put-husnen.
Althu, neu,al-hus-yac, huanen,kzat-keluanen, avak-jenet,huarpe, tuzay-huanen.
Put-huanen, pinkanta,hual-tamanen,pan-huanen, hunuc huar,tal-huanen, lau-taite-guiam.
Mute, meltequi,huarpe, kel-ua-yenen,tumta, mayú,kaha, ka.
34
Un árbol fuerte,la tierra engendró,hijo de madera, la madre concibió.
Pelear por tus hermanos,perseguir tu corazón.Huarpe mancebo,dueño de la tierra,ahora su vozbrilla en las estrellas.
Poesía en lengua huarpe allentiac y en castellano **
En esta colección, varios autores y autoras usan la palabra raza como parte de su lenguaje cotidiano. El uso de este término requiere una breve contextualización, ya que ha tenido diversas connotaciones a lo largo de la historia. Con la finalidad de acompañar a docentes y alumnos en la lectura y el debate, a continuación se incluyen algunas puntualizaciones. El término raza comenzó a usarse en el siglo XVI y tuvo su auge en el siglo XIX con el paradigma científico evolucionista, que adoptó categorías de la biología para clasificar los grupos humanos.Las ciencias sociales del siglo XIX llevaron la diferenciación física y morfológica al extremo y establecieron criterios supuestamente científicos para justificar la idea de que existían grupos de seres humanos superiores y grupos inferiores. Estas ideas sirvieron de sustento ideológico para la dominación y el exterminio de pueblos enteros.
35
Chaca, zaat, poloc,teta, ahubú-pulteanen,llahue, ege, pecne, ouocxe yatana.
Uyen-jetua-nen, pinkanta,hua-mani-puzek-hamanen, coye.huarpe, tereg,amta, teta,maan, huar,kat, ta, hokot.
A partir de la década de 1950, se ha comenzado a cuestionar el uso de este término. Por un lado, la genética humana y las nuevas corrientes antropológicas establecieron que las variaciones que existen entre las fisonomías de los seres humanos no se deben a la presencia de genes distintos. Por otro lado, la reflexión sobre el exterminio nazi, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, mostró los peligros de hablar en términos raciales acerca de la especie humana. Desde las escuelas y espacios públicos de diálogo, es necesario destacar la unidad de la especie humana y el respeto a la diversidad, que es de orden cultural e histórico.
36
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42
Texto escrito en huarpe millcayac.*
Cynthia Díaz, Melisa Guevara Descendientes de Huarpe Escuela Enrique Larreta Sarmiento Provincia de San Juan
Cacique Huarpe
Mirar nuestros hermanos,obedecer su corazón,pelear por nuestra tierra,perseguir un futuro por amor. Con lágrimas en los ojosal enemigo miró.Llamó al Hunuc-Huar (Dios)y por sus tierras peleó.
43
Amta-Huarpe
Put-huanen, cuchuch, pinkanta,huanen, caye,uyen-jetua-nen, cuchuch, teta,hua-mani-puzek-hamanen, ep, tamari. Althu, neu, kzat-keluanen, put-huanen,pan-huanen, Hunuc-Huar,etan, teta, uyen-jetua-nen.
Se ha decidido incluir el término “descendiente” allí donde los autores y las autoras lo manifiestan, con el objetivo de respetar la decisión tomada a la hora de escribir y por considerar que la identidad es una construcción dinámica, relacional y cambiante.
44
Rosario Gaspar ZalazarEscuela Mariano Moreno Cochagual Provincia de San Juan
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48
María DíazDescendiente Huarpe Escuela Enrique Larreta Sarmiento Provincia de San Juan
Huarpe
Huarpe que mira el cielocon su arco y flecha avanzóa los cerros buscandola luz de la luna.
El cacique huarpe poramor a su tierra decidióla guerra, avanzó con suarco y flecha.Él muere pero la lunaguarda sus lágrimas.
49
Huarpe
Huarpe que mira el chizcon su por y chaluavanzó a los gualtabuscando la all de la cher. El amta huarpe tamari asu toa ha-molucheavanzó con su par y chalu.Xapteque pero la cherguarda su aith althu.
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52
Esequiel NarváezEscuela Enrique Larreta Sarmiento Provincia de San Juan
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54
Andrea Celeste ChacónEscuela Martín Yanzón Comunidad Amada Ñerke 25 de mayo Provincia de San Juan
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56
Claudia HerreraOMTA Huarpe Comunidad Guaytamari Uspallata Provincia de Mendoza
Texto escrito en huarpe millcayac.*
Yo mismo
Yo mismo Guayamaahora al amanecerasí como algarroba dulcepor mis pasos camino.Vivo vida eterna¡así como aveasí como estrellavengo otra vez!Por eso buen hombre cantaral Dios de la montañamirar.
57
Cu Petete
Cu petete Guayama Mau pastequiva yequen Hane Gunuc yu NemMul guei apaltegueTop meltequi Yequen zequet Yequen hacotAlteta Yemeni Epi amariHuanamina chotoyanHuanamina Hunuc huarTegneguina Huanamina choto yanHuanamina Hunuc Huar
58
María DíazDescendiente de Huarpe Escuela Enrique Larreta Sarmiento Provincia de San Juan
Hombre
El hombre borrachopor amor, busca con laluz de la luna elcorazón de una mujer.
59
Yam
El Yamhuezep Tamaribusca con la allde la cherel caye de una axe.
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Brian Dylan González BeronEscuela Enrique Larreta Sarmiento Provincia de San Juan
63
En los tomos Enseñamos, Cantamos y Creamos pueden leerse textos que abordan el cuidado de la naturaleza como un elemento central de las prácticas cotidianas y los peligros a los que se exponen los hombres y las mujeres cuando transgreden esta norma.
64
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68
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69
70
A ntes de la conquista
española, la América
“precolombina” descubierta a los
ojos de Europa ofrecía la visión
de un conjunto heterogéneo de
universos y complejos culturales.
Quilmes, cafayates, yocaviles,
capayanes y muchos otros
compartían una lengua común:
el cacán o kakán. Los grupos de
habla aymara de la Puna y los de
lengua cacana en el actual noroeste
argentino (los diaguitas) formaron
parte de una historia milenaria
de contactos, guerras y comercio
en la que el bilingüismo era muy
común. Además de la lengua
propia, muchos hablaban también
el runasimi o lengua quechua, y
otras lenguas vecinas.
La expansión de la dominación
española que se desplegó en los
valles calchaquíes fue gradual,
Diaguita Diaguita-calchaquí
debido a la fortaleza con que
los grupos étnicos defendieron
sus territorios en las actuales
provincias de Tucumán, San
Juan, La Rioja, Santiago del
Estero, Salta y Tucumán. Las
etapas de la resistencia contra la
opresión colonial, conocidas como
“levantamientos calchaquíes”
o “guerras calchaquíes”, se
sucedieron entre los siglos XVI y
XVII. La última derrota, la más
conocida, tuvo como consecuencia
el traslado y el sojuzgamiento
de los “rebeldes” a la provincia
de Buenos Aires, donde hoy se
encuentra la localidad de Quilmes.
A este violento proceso le siguió
la conformación del Estado
nacional, que profundizó aún más
la dominación y tuvo un rol central
en la consideración social del
pueblo diaguita como extinto,
71
Diaguita Diaguita-calchaquí
al igual que su lengua, su identidad
y su cultura. Siglos de historia
fueron reducidos a “folclore”,
a repertorio de la cultura
tradicional argentina.
Los procesos de urbanización e
industrialización de mitad del siglo
XX hicieron que familias enteras
migraran hacia las ciudades
y pasaran a la historia bajo el
estigma de “cabecitas negras”.
El cacán o kakán, la lengua del
pueblo diaguita, se fue perdiendo
producto de la persecución y
la dispersión forzada de sus
hablantes, pero sobrevivió en los
nombres de poblados, cerros, ríos
y objetos con los que se realizan
ceremonias religiosas ancestrales.
La lucha del pueblo diaguita en
el presente sigue el curso de su
propia historia de resistencia.
De a poco, los jóvenes buscan
retazos del cacán y los ponen sobre
el papel. Con diferentes formas de
autorreconocimiento, los pueblos
diaguita, diaguita-calchaquí
y diaguita-cacán viven
mayoritariamente en Salta,
Tucumán y Jujuy, pero también
en aglomerados urbanos de otras
zonas del país.
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ó un
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que
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Roxana Marisel Fabián Escuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán
77
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erro
pas
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este
luga
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ello
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78
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Mar
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todo
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onas
que
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ese
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Alfredo CabreraComunidad Mapuche Tehuelche Newen Mulfuñ Pico Truncado Provincia de Santa Cruz
79
Pero
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s, ha
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uí.
Sueño de artesano. Grafito. 50 cm x 70 cm. Emilio Moreno.
82
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irá
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asa
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egos
Man
agua
: trib
u di
agui
ta
Rosana Carina Calivar Docente Referente de la Comunidad Indígena Cacique Pedro Caligua Consejo Educativo Autónomo de Pueblos Indígenas Valle Fértil Provincia de Tucumán
83
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tenc
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.
84
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, tod
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Pun
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vo c
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mí,
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acía
gra
nde,
Gloria Nancy Yapura Profesora Escuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán
85
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que
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man
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je;
86
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sos
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jos
yo v
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bién
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allá
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n so
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ient
o, n
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saba
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rque
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e es
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, apo
yé m
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entí
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tier
ra.
Muc
has
vece
s si
ento
la n
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idad
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acar
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r a
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mam
a, e
nton
ces
abra
zo u
n al
garr
obo
o un
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an p
iedr
a, s
é qu
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la e
stá
ahí y
me
sien
to
mej
or, s
é qu
e el
la e
stá
conm
igo.
87
88
Cal
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Una
tard
e, C
alis
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ecor
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los
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inos
de
pied
ra p
ensa
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por
qué
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bre.
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ra u
n m
ucha
cho
tem
eros
o y
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ombr
e si
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. Con
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que
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adre
com
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evar
ese
gra
n no
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e.
Cad
a ve
z qu
e ve
ía a
su
padr
e en
fren
tar
pelig
ros
y si
tuac
ione
s di
fícile
s, se
rep
etía
a s
í mis
mo:
“¿P
or q
ué n
o so
y ta
n va
lient
e co
mo
mi p
adre
, si
me
llam
o C
alis
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Con
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iem
po s
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dre
enve
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ó y
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ía e
nfer
mó
muy
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vem
ente
. A
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alis
ay d
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peró
sin
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acer
. Dol
ient
e, s
u pa
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inas
cur
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as.
Cal
isay
se
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que
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que
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ió u
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gust
ia. C
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, se
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sal
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Cam
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sol
com
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nto
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ha
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gar
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tira
das
las
ropa
s de
Cal
isay
, per
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no
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. En
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a pl
anta
qu
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nca
en s
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da h
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vis
to.
Mariana BelmonteEscuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán
89
El v
erde
inte
nso
de e
sa p
lant
a de
scon
ocid
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nó d
e es
pera
nzas
al
anci
ano.
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aído
por
sus
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inas
, se
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có y
se
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car
por
ella
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e su
inte
rior
com
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ua, e
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iano
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endi
ó su
s m
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, las
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once
s co
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endi
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ay, c
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s en
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de la
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de
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lle
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no s
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an
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pad
re. D
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once
s, es
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se
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ó de
esa
bel
la
plan
ta: e
l car
dón.
En el capítulo Guaraní correntino del tomo Cantamos de esta colección, “Ceibo” narra el origen de esta flor, símbolo nacional.
90
Her
eder
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omos
Cam
ino
por
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o qu
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ñala
ron,
mis
abu
elos
, mis
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los
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s se
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os q
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des.
En
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de
vez
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o.C
uand
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o… c
uánt
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cuá
nto
valo
r,
¡QU
É R
ESI
STE
NC
IA!
Alfredo CabreraComunidad Mapuche Tehuelche Nehuen Mulfuñ Pico Truncado Provincia de Santa Cruz
91
Pero
hoy
ya
la lu
cha
es o
tra,
sab
emos
que
no
deja
de
ser
inju
sta,
más
hem
os id
o ap
rend
iend
o a
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serv
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gún
mod
onu
estr
a cu
ltura
y e
sa c
onse
rvac
ión,
hac
e qu
e ho
y nu
estr
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ños
y jó
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sab
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Per
o, e
s nu
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r un
a ve
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m
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cia…
¡HE
RE
DE
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S SO
MO
S!
92
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Mar
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noc
he. E
stab
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pito
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que
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usim
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lero
s y
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ponc
hos
en e
l sue
lo
y no
s tir
amos
a d
orm
ir.
Ariel Facundo CastilloEscuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán
93
Bie
n te
mpr
anito
, a e
so d
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nco
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y em
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e pa
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a ha
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mo.
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cer
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y se
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stim
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ella
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pued
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orir.
A lo
s te
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itos
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colo
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una
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por
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s du
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olos
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orqu
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los
no ti
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larg
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col
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Des
pués
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s va
cas
y lo
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que
van
a se
r m
arca
dos.
A lo
s an
imal
es
gran
des
le a
sien
tan
la m
arca
del
due
ño e
n la
s an
cas,
a lo
s no
villo
s le
s po
nen
“la
mar
ca d
e fu
ego”
, que
es
más
chi
ca y
cal
enta
da e
n un
fueg
o co
n le
ñas
gran
de q
ue s
e ha
ce a
fuer
a de
l cor
ral;
esa
mar
ca v
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uello
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en la
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Para
el ú
ltim
o de
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mpi
ezan
con
los t
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, des
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que
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los
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capa
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ue e
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Mie
ntra
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co y
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y el
otr
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nan
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Cua
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fren
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Otros textos de esta colección abordan trabajos comunitarios: “La señalada”, en el capítulo Kolla/Quechua del tomo Compartimos; “La tinaja” y “Proceso del chaguar” en el capítulo Wichi de Creamos; y “Pedir permiso al dueño del monte” en el capítulo Moqoit de Enseñamos.
96
Jorge Augusto Sazo, Emilce Rosarito Armella, Antonella Melani, Antonella Armella, Brahian Apolinar RíosEscuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán
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Otras coplas pueden leerse en el capítulo Kolla/Quechua del tomo Compartimos de esta colección.
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a la
caz
a, p
or la
man
era
con
la q
ue m
anej
aba
las b
olea
dora
s, he
chas
de
cuer
o fin
o tr
abaj
ado,
en
el q
ue a
taba
tres
pie
dras
red
onda
s la
nzad
as c
on u
na p
reci
sión
just
a, e
ra c
apaz
de
mat
ar a
cua
lqui
er fi
era
que
en su
cam
ino
se c
ruza
ra. E
l arc
o y
la fl
echa
era
n ar
mas
en
las q
ue A
ntue
l co
nfiab
a pl
enam
ente
, por
lo q
ue su
pun
terí
a er
a al
go d
e te
mer
, en
eso
nunc
a ha
bía
falla
do.
Con
tan
sólo
14
años
ya
salía
a c
azar
, sie
ndo
así q
ue u
na ta
rde,
pe
rsig
uien
do u
na v
izca
cha
trav
iesa
que
no
se d
ejab
a at
rapa
r, no
se
dio
cuen
ta q
ue la
s pi
edra
s so
bre
las
que
cam
inab
a po
co a
poc
o se
fuer
on
conv
irtie
ndo
en a
rena
esp
esa
y fin
ita. S
in a
dver
tir e
se c
ambi
o, p
rosi
guió
co
n la
caz
a de
aqu
el a
nim
alito
vel
oz y
píc
aro.
Así
and
uvo
hast
a to
pars
e
Gonzalo Alexis Tena y Marcos Héctor Edmundo Cruz Escuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán
105
con
el a
lba.
Rec
ién
ento
nces
pud
o ap
reci
ar q
ue s
e en
cont
raba
sol
o, le
jos
de s
u qu
erid
a tr
ibu,
mie
ntra
s la
viz
cach
a se
per
dió
entr
e lo
s ca
sial
es,
advi
rtie
ndo
que
se e
ncon
trab
a en
la p
laya
, don
de h
oy s
e le
llam
a ci
énag
a.
Día
s en
tero
s pe
rman
eció
per
dido
, cam
inan
do e
n la
nat
ural
eza,
sin
ru
mbo
fijo
. Ago
tado
de
sed,
a r
astr
as s
e de
jó c
aer
sin
ning
una
espe
ranz
a de
seg
uir.
En
eso,
una
jove
n de
her
mos
os c
abel
los
y pr
ecio
sa fi
gura
ap
arec
ió e
ntre
los
casi
ales
car
gand
o co
n ta
l des
trez
a, s
obre
su
cabe
za, u
na
olla
ado
rnad
a co
n co
lori
dos
dibu
jos.
De
su in
teri
or s
alpi
caba
agu
a, u
n ag
ua li
mpi
a, la
más
pur
a de
todo
el v
alle
, tra
ída
de lo
s m
anan
tiale
s qu
e br
otan
al p
ie, d
el h
oy d
enom
inad
o ce
rro
El C
ajón
. Al v
er a
l muc
hach
o ag
oniz
ando
, sup
lican
do a
gua,
no
dudó
en
ayud
arlo
, sos
teni
éndo
lo
sobr
e su
s pi
erna
s cu
bier
tas
por
una
túni
ca d
e hi
lo te
jido
a m
ano,
que
le
com
enza
ba e
n el
cue
llo y
term
inab
a m
ás a
bajo
de
las
rodi
llas.
Ant
uel
qued
ó pa
smad
o an
te la
apa
rici
ón d
e aq
uella
jove
n ra
dian
te; a
sí, p
erpl
ejo,
m
udo,
ano
nada
do, s
olo
atin
aba
a be
ber
el a
gua
que
la jo
ven
de e
ntre
sus
m
anos
le d
aba.
Ant
e ta
l enc
anto
de
muj
er, e
l muc
hach
o se
dej
ó ca
er e
n su
s br
azos
, se
desm
ayó.
Al d
espe
rtar
, se
enco
ntró
con
un
pais
aje
com
plet
amen
te d
ifere
nte
al
habi
tual
. Dam
aris,
que
así
se
llam
aba
la jo
ven,
se
habí
a to
mad
o el
trab
ajo
y la
mol
estia
de
lleva
rlo
hast
a su
trib
u pa
ra a
tend
er la
s he
rida
s. C
laro
es
tá q
ue, p
or e
sta
acci
ón, s
u pa
dre
y ca
ciqu
e K
antu
r T
úpac
no
esta
ba d
e ac
uerd
o, p
ero
era
de ta
l for
ma
que
amab
a a
su h
ija q
ue to
do lo
que
hac
ía
la n
iña,
él l
o ac
epta
ba. C
on e
sta
suer
te c
orri
ó A
ntue
l, el
de
ser
lleva
do p
or
la m
ism
ísim
a hi
ja d
el c
aciq
ue a
una
trib
u ex
trañ
a qu
e se
hac
ía ll
amar
los
106
Am
aich
as. P
ero
esa
suer
te ll
egar
ía a
su
final
cua
ndo
el c
onse
jo d
e an
cian
os
se e
nter
ó qu
e A
ntue
l era
de
la tr
ibu
con
la q
ue e
stab
an e
n gu
erra
.
Al d
escu
brir
lo, o
rden
aron
la m
ás c
ruel
de
las
mue
rtes
, que
con
sist
ía e
n qu
emar
lo c
on g
rasa
de
vicu
ña y
pon
erlo
al s
ol fr
ente
a to
da la
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u. P
ero
eso
no o
curr
iría
. Dam
aris
cor
rió
dese
sper
adam
ente
a b
usca
r a
Ant
uel y
, al
enco
ntra
rlo,
le c
ontó
lo q
ue p
lane
aban
hac
er c
on é
l, po
r el
hec
ho d
e se
r el
hi
jo d
el c
aciq
ue d
e la
trib
u en
emig
a. A
l ter
min
ar d
e co
ntar
le to
do lo
que
le
espe
raba
dec
idie
ron
huir
junt
os a
don
de n
adie
les
impi
dier
a vi
vir
su a
mor
. A
sí lo
hic
iero
n.
Can
sado
s de
tant
o an
dar,
enco
ntra
ron
un s
itio
herm
oso,
ver
de y
con
ab
unda
nte
agua
, el l
ugar
indi
cado
com
o pa
ra fo
rmar
una
gra
n fa
mili
a.
Lo
llam
aron
Kilm
es, q
ue e
n su
leng
ua s
igni
fica
“ent
re c
erro
s”. E
se lu
gar
es h
oy p
ara
noso
tros
la C
iuda
d Sa
grad
a de
los
Qui
lmes
, con
ocid
a co
mo
Rui
nas.
En
ese
antig
uo ti
empo
, Ant
uel y
Dam
aris
rec
orri
eron
los
cerr
os,
cién
agas
, mon
tes
y la
s he
rmos
as b
anda
s de
l río
Yoc
avil,
hoy
con
ocid
o co
mo
el S
anta
Mar
ía, e
n es
e lu
gar
en d
onde
no
exis
tía la
cod
icia
, en
dond
e la
Pac
ham
ama
les
brin
daba
todo
lo q
ue p
reci
saba
n, d
onde
todo
era
paz
.
Muc
hos
años
viv
iero
n en
ese
par
aíso
. Tuv
iero
n ve
intid
ós h
ijos,
de lo
s cu
ales
nue
ve fu
eron
muj
eres
. Los
nie
tos
fuer
on d
esce
ndie
ntes
de
sang
re
pura
de
Dam
aris,
hija
del
gra
n ca
ciqu
e K
antu
r T
upac
, señ
or d
e la
gra
n la
nza
de o
ro, y
de
Ant
uel,
hijo
del
gra
n ca
ciqu
e R
aiqu
én, s
eñor
del
arc
o y
flech
as d
e pl
ata.
Así
pas
aron
sus
día
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endo
cre
cer
a su
s ni
etos
, bis
niet
os y
ta
tara
niet
os. D
amar
is m
urió
a lo
s no
vent
a y
nuev
e añ
os, A
ntue
l fal
leci
ó de
pe
na a
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sig
uien
te, a
los
cien
to u
n añ
os. A
ntes
de
mor
ir n
ombr
ó co
mo
107
caci
que
a su
pri
mog
énito
Wai
pho,
a q
uien
le d
ejó
su b
astó
n de
oro
, en
cuyo
m
ango
est
aba
talla
da la
cab
eza
de u
n có
ndor
, que
sim
boliz
aba
el m
ando
.
Wai
pho
gobe
rnó
vein
te a
ños
en a
bsol
uta
arm
onía
, dej
ando
com
o su
ceso
r de
l tro
no a
su
hijo
may
or C
alim
ay. D
e pr
onto
, una
tard
e de
l año
165
7, s
e di
visó
a lo
lejo
s un
res
plan
dor
que
inqu
ietó
a to
dos;
a lo
s tr
es d
ías
llega
ron
ello
s, lo
s cr
istia
nos,
los
espa
ñole
s, lo
s qu
e no
s ar
reba
tarí
an n
uest
ra ti
erra
. L
as tr
ibus
vec
inas
fuer
on c
ayen
do u
nas
tras
otr
as: l
os T
olom
bone
s, lo
s C
olal
ao, l
os P
icha
o, lo
s T
alap
azo,
los
Aca
liane
s. L
os p
ocos
que
pud
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n hu
ir s
e re
fugi
aron
con
los
Kilm
es. C
ada
trib
u de
las
men
cion
adas
fuer
on
dobl
egad
as p
or lo
s cr
istia
nos.
A s
u pa
so d
estr
ucto
r, lo
s es
paño
les
se c
onfia
ban
dici
endo
: “vo
sotr
os,
indi
os b
árba
ros
e in
útile
s no
nos
gan
arán
con
sus
arq
uito
s de
pal
os y
no
pen
séis
en
huir,
la d
erro
ta s
erá
inm
edia
ta”.
Nun
ca im
agin
aron
que
se
enc
ontr
aría
n co
n tr
ibus
gue
rrer
as, b
ende
cida
s y
deno
min
adas
por
la
mis
mís
ima
Pach
amam
a, c
omo
los
Anj
uana
, los
de
gran
est
atur
a y
físic
o ad
mir
able
. Est
a er
a la
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u de
los
más
fuer
tes
y de
spia
dado
s gu
erre
ros
de
todo
el v
alle
. Cua
ndo
los
cris
tiano
s lle
garo
n a
este
luga
r se
enc
ontr
aron
co
n el
cur
aca
May
kén
y un
eno
rme
desp
laza
mie
nto
de s
u gr
an fa
mili
a de
gue
rrer
os, d
e lo
s cu
ales
sól
o tr
esci
ento
s ho
mbr
es fu
eron
a la
luch
a,
mie
ntra
s el
ene
mig
o lo
s su
pera
ba s
iete
vec
es. L
os a
ncia
nos,
muj
eres
y
niño
s se
dir
igie
ron
a re
fugi
arse
en
la g
ran
ciud
ad d
e lo
s K
ilmes
. La
luch
a du
ro c
uatr
o dí
as. L
os c
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ista
dore
s, al
ver
tant
as b
ajas
, dud
aban
de
su v
icto
ria
ante
est
os fe
roce
s gu
erre
ros
a lo
s qu
e cr
eían
“co
mo
salid
os
del m
ism
o in
fiern
o”, p
or s
u br
avur
a y
dest
reza
en
la lu
cha.
Dec
ían
esto
108
porq
ue a
l dis
para
rles
con
sus
pal
os d
e hi
erro
y a
l ver
con
sus
pro
pios
ojo
s al
in
dio
abat
ido,
est
e re
tom
aba
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zas,
se p
arab
a y
nuev
amen
te s
e ad
entr
aba
en c
omba
te p
onié
ndos
ele
enci
ma,
sin
atin
ar e
l esp
añol
a b
land
ir su
sabl
e.
En
la ú
ltim
a no
che
esto
s dur
os g
uerr
eros
, ya
agot
ados
des
pués
de
habe
r di
ezm
ado
signi
ficat
ivam
ente
a lo
s con
quist
ador
es y
est
os a
ello
s, ta
ntos
día
s co
ntem
plad
os e
n ta
n du
ra b
atal
la, e
stos
val
ient
es a
njua
neño
s cer
raro
n su
s oj
os e
ncom
endá
ndos
e ha
cia
su g
ran
mad
re, l
a Pa
cham
ama.
Un
guer
rero
de
la tr
ibu
Anj
uana
logr
ó es
capa
r po
r lo
s ce
rros
y ll
egó
hast
a lo
s K
ilmes
. Allí
pus
o en
prá
ctic
a to
do lo
que
apr
endi
ó en
su
mag
nífic
a tr
ibu
y pu
do e
nseñ
ar to
dos
sus
cono
cim
ient
os s
obre
el a
rte
de la
gue
rra.
Pa
saro
n añ
os d
e su
lleg
ada
a lo
s K
ilmes
cua
ndo
los
conq
uist
ador
es,
desp
ués
de r
eagr
upar
se y
rec
ibir
ref
uerz
os, e
mpr
endi
eron
la m
arch
a ha
cia
la c
iuda
d fu
ndad
a po
r A
ntue
l y D
amar
is, c
omen
zand
o as
í la
gran
re
sist
enci
a de
los
Kilm
es. C
alim
ay p
uso
toda
su h
abili
dad
en la
luch
a pa
ra o
rgan
izar
a lo
s mile
s que
que
daro
n co
n él
ent
re r
efug
iado
s, m
ujer
es
y gu
erre
ros,
todo
s disp
uest
os a
mor
ir p
or d
efen
der
lo q
ue le
s per
tene
cía
y to
mar
ven
ganz
a po
r lo
que
le h
icie
ron
a la
s ant
igua
s tri
bus.
Est
e en
fren
tam
ient
o du
ró m
ucho
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s, pa
sand
o al
man
do d
ifere
ntes
cac
ique
s y
hast
a el
pro
pio
falso
inca
, que
eng
añó
a lo
s Kilm
es y
des
cubi
erto
huy
ó de
in
dios
y c
rist
iano
s yén
dose
hac
ia e
l nor
te.
Baj
o el
man
do a
Mar
tin I
quín
, los
Kilm
es e
mpe
zaro
n a
debi
litar
se. D
ía
tras
día
mor
ían
de h
ambr
e y
de s
ed, a
l ver
se s
itiad
os a
lgun
os s
e su
icid
aban
ar
rojá
ndos
e al
vac
ío d
esde
las
peña
s m
ás a
ltas,
no p
odía
n so
sten
er la
s lu
chas
y m
ucho
s ca
yero
n en
las
bata
llas.
En
1666
cua
ndo
term
inó
toda
109
esta
mas
acre
, los
esp
añol
es to
mar
on a
los
caut
ivos
y s
e m
arch
aron
lle
vánd
olos
a ti
erra
s ex
trañ
as. E
ntre
ello
s se
llev
aron
a I
quín
, el g
ran
caci
que.
La
Pach
amam
a, a
l ver
su
tierr
a, q
ue u
na v
ez e
stuv
o cu
bier
ta
de r
isas
y c
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s, ho
y de
sola
da y
cub
iert
a de
cad
áver
es, e
ntri
stec
ió ta
nto
que
el s
ol n
o sa
lió p
or c
inco
día
s. E
n la
mañ
ana
del s
exto
día
los
anci
anos
y
niño
s ba
jaro
n de
la m
onta
ña c
on e
l alb
a, c
uida
ndo
de n
o de
jars
e ve
r po
r te
mor
a lo
s co
nqui
stad
ores
, per
o ya
no
habí
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da. C
uand
o el
sol
co
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zó a
abr
azar
los
con
su m
anto
tibi
o vi
eron
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mbr
o un
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añas
pla
ntas
, tod
as c
ubie
rtas
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espi
nas.
La
llam
aron
car
dón,
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lo d
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re ti
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, al v
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nta
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teza
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olad
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s pl
anta
s es
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para
que
nad
ie la
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toca
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sí v
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n et
erna
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lle. E
lla, l
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en
esto
s m
ajes
tuos
os c
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s, co
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u qu
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ua c
omun
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sep
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erra
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Por
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pre,
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n se
guir
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gila
ndo
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erra
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ron
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recu
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ue
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ía lo
s de
scen
dien
tes
de e
stos
bra
vos
guer
rero
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n se
enc
uent
ran
en A
njua
na e
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ando
el l
lam
ado
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mad
re ti
erra
.
110
Mel
anco
lía
La
nost
algi
a re
volo
tea
en c
ada
rinc
ón d
e m
ico
raza
y a
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de tu
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días
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opel
lado
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A v
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na.
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oraz
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e m
is r
aíce
s qu
e cu
al
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a en
tre
los
dedo
s se
esf
uma
velo
zmen
te.
Josefina NavarroInstituto Provincial de Educación Superior “Paulo Freire” Comuna Amaicha del Valle Ampimpa (Tucumán) Rio Grande Provincia de Tierra del Fuego
111
Sinf
onía
que
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uest
ras
vida
s,ri
sueñ
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ortig
uas
los
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lma.
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y e
sper
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imán
nos
man
tiene
s un
idos
en lo
s m
omen
tos
que
nues
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as tr
asta
billa
n.
112
El q
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il, te
stig
o de
un
amor
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ucho
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ivió
una
indi
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agui
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amad
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lle, j
unto
a
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pel
o ne
gro
com
o la
noc
he s
in lu
na y
larg
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s gr
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s m
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com
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era
com
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e flo
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La
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bond
ad d
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dia
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u, e
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que
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ar. M
ucha
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dién
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zona
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qui:
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luga
r sag
rado
Gast
a: p
uebl
o
Leila Oriana Ruarte CalivarEscuela Agrotécnica Ejército Argentino Comunidad Indígena Cacique Pedro Caligua Valle Fértil Provincia de San Juan
113
En
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arse
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ella
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daño
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s los
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man
os.
114
Perd
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ás p
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que
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que
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anec
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la m
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Tod
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sido
paz
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esto
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los…
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el e
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En
el a
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de lo
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lles
se s
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cuer
po a
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ros
no te
nían
nad
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ar. E
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ma
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llega
r a
la lu
cha
en s
í, ya
que
ello
s po
rtab
an u
nos
palo
s de
mad
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con
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cla
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erro
s br
illan
tes,
que
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rir
y ce
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des
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caí
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man
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n sa
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qué
fue
lo q
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ía. P
ensá
bam
os q
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ún ti
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e ch
aman
ería
del
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añol
.
Gonzalo Alexis TenaEscuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán
115
Así
dio
com
ienz
o la
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ansió
n de
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añol
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esto
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les,
se d
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azar
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que
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y se
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añol
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30 a
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u T
alac
ota,
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ada
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los
Kilm
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inad
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s. N
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que
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n qu
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rros
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busc
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sabi
o co
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ella
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er n
ada.
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pron
to, u
n re
spla
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e lo
ceg
ó y
así l
e ha
bló:
“hi
jo m
ío, s
é
N
ombr
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ticio
.
Nom
bre
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io.
Nom
bre
orig
inal
del
río
San
ta M
aría
, que
se
extie
nde
a lo
larg
o de
l Val
le C
alch
aquí
.
* ** ***
116
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n lo
que
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usca
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raz
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or la
que
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a m
i enc
uent
ro”.
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las
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os s
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la ti
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Cun
turc
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hac
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s, a
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tierr
as, s
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uerr
a qu
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, nec
esito
sab
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s lo
que
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uno
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uerr
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her
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ado
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bu?”
.
Una
pot
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voz
le d
ijo: “
hijo
, no
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anos
le
s su
cede
. Una
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Sabi
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u,
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cont
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Al m
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jos
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tu
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s de
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tes
117
com
enta
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s, lo
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uran
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todo
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s de
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toda
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habi
lidad
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luch
a, lo
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iero
n a
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o, p
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los,
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s ya
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turc
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sper
anza
par
a m
ujer
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niñ
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e da
ba m
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cora
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her
man
os p
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ir a
la g
uerr
a. U
nido
s fu
eron
pas
ando
los
días
, la
s se
man
as, l
os m
eses
y lo
s añ
os.
118
La
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a de
est
e gr
an g
uerr
ero
com
enzó
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espa
rram
arse
por
toda
la
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ión.
Ado
nde
quie
ra q
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era
nom
brad
o y
resp
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o. S
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amac
, alg
unos
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l. E
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la g
ente
que
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o co
ntab
a co
n ad
mir
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n su
s os
adía
s, ja
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hab
ían
sido
test
igos
de
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añas
haz
añas
, era
un
priv
ilegi
o, u
n ho
nor
pode
r ir
a la
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junt
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Cun
turc
k ag
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inco
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s co
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que
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una
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k y
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que
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que
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erm
inad
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ella
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s de
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, la
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119
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mor
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, la
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a, a
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y la
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ás r
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l am
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por
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e am
or, C
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e la
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sus
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de r
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so
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alac
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Su
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les
pero
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líder
y e
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a di
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lo. M
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sue
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o qu
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ana,
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Cun
turc
k da
ba s
us ú
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s en
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mon
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s de
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eded
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ada,
los
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s, se
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tos
de s
angr
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at
revi
mie
nto
de lo
s “s
alva
jes”
que
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caro
n el
fuer
te, a
rrem
etie
ran
dand
o ot
ro g
olpe
a la
Ciu
dad
Sagr
ada.
Tal
apaz
o, d
esafi
ando
las
órde
nes
de
Cun
turc
k, d
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ió r
espo
nder
al a
taqu
e y
con
sus
valie
ntes
die
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com
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atal
la c
uerp
o a
cuer
po. M
ató
a va
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esp
añol
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asta
topa
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de
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afra
sean
do “
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or s
alva
je”
del C
haqu
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Pal
avec
ino.
Par
afra
sean
do “
Am
or s
alva
je”
del C
haqu
eño
Pal
avec
ino.
****
***
120
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te c
on u
no d
e lo
s je
fes.
Su a
rmad
ura
brill
aba,
dej
ándo
lo e
ncan
dila
do.
Nin
guno
de
los
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aba
en la
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a, h
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que
la e
spad
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l cu
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indi
o va
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so y
est
o fu
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e el
trag
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o,
cayó
ren
dido
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res
pira
r. A
l ver
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n el
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lo, y
a m
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o, la
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y la
sed
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veng
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.
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e, c
on u
n gr
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azam
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o de
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dier
on n
ueva
men
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Ciu
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ada,
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atac
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a en
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a, p
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de lo
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les
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tand
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cabe
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tro
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ance
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ese
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s el
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mi v
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ra tu
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á co
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inad
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su
olor
, ya
de n
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me
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y
dese
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o su
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ro d
ijo: “
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os d
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o nu
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o yu
go”.
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ó C
untu
rck
y lo
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ndo
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pre
nda
quer
ida.
Se
abra
zaro
n co
n de
sesp
erac
ión,
per
o sú
bita
men
te
121
algo
los
sepa
ró. C
untu
rck
sint
ió c
orre
r po
r su
pie
l un
frío
pen
etra
nte.
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ado,
cay
ó en
los
braz
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e su
am
ada
y ag
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le
dijo
: “fu
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a”.
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o se
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ilma.
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o al
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o, e
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junt
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n a
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altu
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er n
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diec
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ado
vola
ba p
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s ai
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llevá
ndos
e to
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u am
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su
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r.
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ndo
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gres
ó y
los
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irad
a, to
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los
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En
las
cum
bres
se
pud
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estu
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enci
a de
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que
pare
cía
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los
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es. M
ucho
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a C
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ha h
abía
que
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serv
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e co
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tiénd
olo
en u
n av
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alto
vue
lo, fi
el a
una
sol
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ada,
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ilant
e in
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able
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os, e
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ero,
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l com
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lo h
abía
soñ
ado;
en
su h
onor
los
herm
anos
Kilm
es
lo ll
amar
on: C
ÓN
DO
R.
Madre Pachamama. Grafito. 50 cm x 70 cm. Emilio Moreno.
124
Don
Cas
imir
o
Cue
nta
la le
yend
a qu
e en
los
inm
enso
s ca
mpo
s de
los
Qui
lmes
viv
ía
don
Cas
imir
o, u
n ho
mbr
e m
uy s
olita
rio
que
habi
taba
sol
o en
su
ranc
ho c
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ruid
o co
n pi
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y c
ardo
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seco
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mbr
e m
uy
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rilla
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zor
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iem
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esta
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te d
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s pi
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, las
pon
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amen
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ecas
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iliza
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o.
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ales
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De
tant
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la m
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egra
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urid
ad.
Samuel Alejandro Puntano Escuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán
125
De
repe
nte
escu
chó
un s
ilbid
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e lo
dej
ó at
urdi
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on e
l cor
rer
de
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min
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se
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cuen
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vie
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a a
ocur
rir;
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ado,
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ntab
a ve
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su
alre
dedo
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ro s
us o
jos
no s
alía
n de
las
som
bras
.
De
pron
to, u
n ru
gido
lo fu
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dean
do. R
ecié
n ad
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co
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cuc
hillo
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torn
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yo e
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ha
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los,
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furi
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don
Cas
imir
o.
Muc
hos
cree
n qu
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n C
asim
iro
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com
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stig
o po
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dañ
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e él
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orro
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lle.
126
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Phuy
u
Una
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he, m
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Kill
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sí ll
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as, a
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nunc
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ras
ella
s
Vilma Anahí González y Aldana Gisela Rodriguez Escuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán
127
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ntre
tení
an, a
lgui
en la
s ob
serv
aba
desd
e un
os á
rbol
es q
ue e
stab
an a
un
lado
de
la fu
ente
de
agua
. Adv
irtie
ron
esa
pres
enci
a m
iste
rios
a, c
reye
ron
que
esta
ban
en p
elig
ro d
e se
r de
scub
iert
as, a
sí q
ue d
ecid
iero
n pa
rtir.
Ya
habí
a am
anec
ido.
Kill
a m
iró
haci
a at
rás
y de
scub
rió
que
no il
umin
aba,
ha
bía
perd
ido
su b
rillo
. Se
qued
ó pa
raliz
ada.
Phu
yu e
mpu
jó a
su
amig
a pa
ra s
egui
r el
asc
enso
a lo
s ci
elos
.
Kill
a se
ubi
có e
n su
siti
o y
su a
mig
a re
volo
teab
a po
r to
dos
lado
s lle
na d
e pr
eocu
paci
ón p
ues
por
prim
era
vez
veía
a K
illa
muy
pál
ida,
sin
nad
a de
br
illo.
Sob
resa
ltada
, Kill
a le
pid
ió a
la n
ube
que
regr
esar
an a
la ti
erra
en
bus
ca d
el r
espl
ando
r pe
rdid
o, p
ero
esta
est
aba
ater
rada
y n
o qu
ería
at
raer
la fu
ria
de I
nti,
el s
ol, q
ue s
i lle
gaba
a d
escu
brir
la a
vent
ura
se
sent
iría
trai
cion
ado.
Sola
y a
sust
ada,
Kill
a re
gres
ó a
la ti
erra
nue
vam
ente
con
su
form
a hu
man
a. D
eses
pera
da, r
ecor
rió
el p
arqu
e, s
e m
etió
en
la fu
ente
de
agua
, sa
cudi
ó ca
da á
rbol
, sop
ló s
obre
las
flore
s, se
tend
ió e
n el
pas
to, e
scar
bó
en la
are
na, p
ero
en n
ingu
na p
arte
enc
ontr
ó ra
stro
s de
su
ador
ado
brill
o.
Tap
ando
su
rost
ro c
on la
s m
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cay
ó en
llan
to.
Un
muc
hach
o ha
bía
esta
do to
do e
l tie
mpo
obs
ervá
ndol
a si
n qu
e el
la s
e di
era
cuen
ta. C
uand
o la
vio
arr
odill
ada,
llor
ando
, se
acer
có a
con
sola
rla.
K
illa
se e
stre
mec
ió. N
unca
hab
ía e
stad
o ta
n ce
rca
de u
n ho
mbr
e. S
e av
ergo
nzab
a de
que
la v
iera
llor
ar. E
l jov
en te
nía
los
cabe
llos
del c
olor
del
or
o y
su p
iel e
ra ta
n cl
ara
que
pare
cía
resp
land
ecer
, su
voz
tení
a el
tim
bre
del a
cero
, sus
man
os p
arec
ían
tene
r un
a so
lidez
des
com
unal
. Kill
a es
taba
im
pres
iona
da p
or ta
mañ
a pr
esen
cia,
que
así
le h
abló
:
128
–¿Q
ué b
usca
s co
n ta
nta
dese
sper
ació
n?
Tím
idam
ente
, ella
le d
ijo:
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o m
uy v
alio
so p
ara
mí,
pero
no
podr
ás c
ompr
ende
r. –V
eo q
ue e
stás
des
espe
rada
. Pue
do a
yuda
rte,
mi n
ombr
e es
Int
i, y
aunq
ue n
o pa
rezc
a so
y m
uy p
oder
oso
y pu
edes
con
fiar
en m
í– d
ijo é
l.
Kill
a no
sal
ía d
e su
aso
mbr
o, n
o po
día
ser
el I
nti q
ue e
lla c
onoc
ía, p
ues
no e
ra h
uman
o, a
dem
ás ¿
qué
harí
a el
dio
s so
l en
la ti
erra
? M
iró
al c
ielo
y
vio
a Ph
uyu
y su
s he
rman
as c
ubri
endo
todo
el e
spac
io. E
l sol
no
asom
aba.
B
ajó
la m
irad
a y
en lo
s oj
os d
el m
ucha
cho
vio
el b
rillo
del
sol
.
No
com
pren
día
nada
, per
o se
sin
tió ta
n pr
oteg
ida
que
deci
dió
cont
arle
la
ver
dad.
Cua
ndo
term
inó
de h
abla
r en
tre
sollo
zos,
él la
tran
quili
zó
dici
endo
: –E
stoy
muy
sor
pren
dido
, cre
o qu
e ha
s ac
tuad
o lle
vada
por
la c
urio
sida
d y
eso
pare
ce s
er e
l mot
ivo
de tu
tris
teza
; no
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torm
ente
s, ha
y al
go m
ás
impo
rtan
te q
ue n
eces
itas
sabe
r: K
illa,
no
tiene
s br
illo
prop
io, s
oy y
o qu
ien
te h
ace
brill
ar, n
unca
per
dist
e na
da, s
olo
te d
ejas
te ll
evar
por
est
e m
undo
, don
de h
abita
n se
res
mar
avill
osos
que
dis
frut
an d
e la
bel
leza
de
la n
atur
alez
a. N
o llo
res
más
, tam
bién
yo
bajo
de
vez
en c
uand
o a
juga
r en
med
io d
e la
gen
te p
ara
disf
ruta
r de
la h
uman
idad
. Mie
ntra
s Ph
uyu
o su
s he
rman
as e
stén
rod
eand
o a
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quie
ra d
e lo
s do
s, tú
no
tend
rás
brill
o.
Kill
a se
sin
tió o
fend
ida,
¿có
mo
podí
a de
cirl
e qu
e el
la n
o te
nía
brill
o?
Com
o un
a es
trel
la fu
gaz
se e
levó
por
los
aire
s y
en u
n in
stan
te d
esap
arec
ió;
Inti
qued
ó pr
eocu
pado
e h
izo
lo m
ism
o pa
ra r
egre
sar
al c
ielo
.
129
Kill
a lle
gó d
evas
tada
. No
para
ba d
e gi
rar
en b
usca
de
su p
ropi
o br
illo.
Al
no e
ncon
trar
lo, l
e pi
dió
a Ph
uyu
y a
sus
herm
anas
que
se
desp
laza
ran
un
poco
. Ella
s le
con
test
aron
que
deb
ían
espe
rar
la o
rden
de
Inti.
La
luna
les
cont
ó lo
que
él l
e ha
bía
dich
o. E
llas
tam
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cre
yero
n pe
ro p
ara
calm
ar a
la
am
iga
deci
dier
on c
orre
rse,
filtr
aron
los
rayo
s de
l sol
y r
epen
tinam
ente
K
illa
se il
umin
ó co
mo
las
lám
para
s de
la fu
ente
de
agua
. Tod
as q
ueda
ron
sorp
rend
idas
, nun
ca s
e ha
bían
dad
o cu
enta
de
la g
ran
verd
ad d
e In
ti,
esta
ban
tan
acos
tum
brad
as q
ue ja
más
not
aron
que
era
así
.
Des
de e
nton
ces
la lu
na n
o ha
ce m
ás q
ue s
onro
jars
e fr
ente
al s
ol. É
l, m
uy
caba
llero
, le
guiñ
a un
ojo
y le
reg
ala
una
cálid
a so
nris
a, la
mis
ma
que
Kill
a no
s br
inda
por
las
noch
es c
uand
o Ph
uyu
no s
e cr
uza
fren
te a
ella
.
130
Cun
tur
y Ya
cana
Hac
e m
uchí
sim
os a
ños,
en u
n lu
gar
que
actu
alm
ente
es
cono
cido
com
o R
uina
s de
Qui
lmes
, viv
ía ju
nto
a su
mad
re u
n m
ucha
cho
llam
ado
Cun
tur;
el
la e
ra d
oña
Yaca
na. T
odos
lo a
dmir
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por
que
desd
e pe
queñ
o si
empr
e ay
udab
a a
su m
adre
en
toda
s la
s ta
reas
des
tinad
as a
las
muj
eres
, si
n de
scui
dar
las
que
le c
orre
spon
dían
a é
l.
Una
mañ
ana,
muy
tem
pran
o, e
l chi
co fu
e a
deja
r el
reb
año
de v
icuñ
as
al c
ampo
, des
de a
llí s
ubió
al c
erro
más
alto
, que
hoy
es
cono
cido
com
o “A
lto d
el R
ey”,
des
de d
onde
vig
ilaba
sus
ani
mal
es y
tam
bién
est
aba
aten
to
mir
ando
hac
ia e
l val
le p
ara
aler
tar
a su
ald
ea s
obre
los
pelig
ros;
lleg
ó la
ta
rde,
se
sint
ió ta
n ca
nsad
o qu
e se
aco
stó
a de
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sar
sobr
e un
a pi
edra
.C
uand
o se
des
pert
ó ya
era
muy
tard
e, a
lzó
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cosa
s y,
a p
esar
de
la h
ora,
de
cidi
ó ju
ntar
el r
ebañ
o de
vic
uñas
. Bus
có y
no
logr
ó en
cont
rar
ni a
una
; as
í, se
fue
haci
endo
la n
oche
. Baj
o la
luz
de la
luna
sig
uió
busc
ando
has
ta
que
llegó
el a
man
ecer
sin
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ar e
ncon
trar
uno
sól
o de
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ani
mal
es.
Ent
once
s, m
uy p
reoc
upad
o, s
e en
cam
inó
hast
a la
ald
ea.
Cua
ndo
llegó
a s
u ra
ncho
llam
ó a
su a
ncia
na m
adre
Yac
ana,
per
o es
ta
nunc
a le
res
pond
ió. A
fligi
do la
bus
có h
asta
hal
larl
a tir
ada
a la
ori
lla d
el
fueg
o, la
leva
ntó
y en
tonc
es s
e di
o cu
enta
que
est
aba
sin
vida
. Ella
hab
ía
mue
rto
de p
reoc
upac
ión
porq
ue s
u hi
jo n
o re
gres
aba.
Lle
no d
e do
lor,
entr
egó
a la
tier
ra e
l frá
gil c
uerp
o de
Yac
ana.
Cun
tur
alzó
la b
lanc
a m
anta
Roxana Marisel Fabián y Nancy Andrea FloresEscuela Secundaria “Nuestra Señora del Rosario” Colalao del Valle Provincia de Tucumán
131
de s
u m
adre
, tej
ida
con
lana
de
vicu
ña, s
e la
pus
o en
el c
uello
, reg
resó
al
cerr
o y
desd
e al
lí, m
uy tr
iste
, se
puso
a v
igila
r la
ald
ea.
La
noch
e lle
gó y
una
eno
rme
tris
teza
se
apod
eró
del p
obre
muc
hach
o,
ento
nces
com
enzó
a ll
orar
des
cons
olad
amen
te. A
sí s
e fu
e qu
edan
do
dorm
ido.
En
su s
ueño
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un
ave
negr
a co
n el
cue
llo b
lanc
o, e
rgui
da s
obre
un
a pe
ña e
n lo
alto
de
la m
onta
ña.
Cua
ndo
Cun
tur
desp
ertó
se
dio
cuen
ta q
ue s
u cu
erpo
est
aba
cubi
erto
de
plu
mas
com
o en
su
sueñ
o. S
e ha
bía
conv
ertid
o en
esa
ave
que
hoy
co
noce
mos
com
o el
CÓ
ND
OR
, con
su
cogo
te b
lanc
o, c
omo
la m
anta
te
jida
por
Yaca
na, y
tal c
omo
lo h
acía
Cun
tur,
siem
pre
se lo
enc
uent
ra
en lo
más
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de
los
cerr
os, p
rote
gién
dolo
s co
n su
maj
estu
oso
vuel
o co
mo
una
enor
me
som
bra.
132
Ese
mila
gro
únic
o qu
e so
s C
on tu
mir
ada
llena
de
tern
ura,
con
tu r
ostr
o co
rroí
do p
or e
l tie
mpo
que
enm
arca
tu e
xper
ienc
ia v
ital,
tus
man
os c
omo
pasa
s de
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ura
que
espe
ran
añ
ejas
una
car
icia
,tu
caj
a qu
e gr
ita d
esde
las
entr
añas
tu s
entir
por
la M
adre
Tie
rra.
Tus
pie
s de
jan
huel
las
que
tras
pasa
n el
tiem
po
y
las
gene
raci
ones
.T
u ed
ad b
lanq
ueci
na s
e ha
ce n
otar
mas
tu a
lma
es
jovi
al y
mir
a co
n oj
os d
e ni
ños
el m
undo
;es
e qu
e no
te c
ompr
ende
, el q
ue q
uier
e ha
cert
e
hom
ogén
eo, m
as tu
esp
íritu
da
bata
llas
pues
sus
ala
s aú
n so
n fu
erte
s y
aunq
ue te
qui
taro
n
tus
dere
chos
, tus
tier
ras
no p
udie
ron
arra
sar
con
el a
mor
por
tus
trad
icio
nes,
tu g
ente
,
tu v
alle
.E
res
un te
soro
que
junt
o al
cón
dor
prot
ege
tus
tierr
as
y
junt
o a
la c
aja
cant
as tu
s pe
nas.
Y c
omo
el c
auce
de
las
aceq
uias
esp
eras
pac
ient
e
para
que
te r
egre
sen
lo q
ue te
per
tene
ce.
Josefina NavarroInstituto Provincial de Educación Superior “Paulo Freire” Comuna Amaicha del Valle Ampimpa (Tucumán) Rio Grande Provincia de Tierra del Fuego
133
134
El a
mor
en
el ti
empo
de
nues
tros
abo
ríge
nes
Hac
e m
ucho
tiem
po lo
s in
dios
War
pes
viví
an e
n el
sur
de
nues
tra
cord
iller
a de
los
And
es. A
llí n
acie
ron
las
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s de
l cac
i-qu
e G
uand
enez
. Des
afor
tuna
dam
ente
su
muj
er m
urió
en
el
part
o de
una
de
sus
hija
s, er
a M
inué
. La
otra
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era
de
otra
de
las
espo
sas
del c
aciq
ue q
ue s
e lla
mab
a A
lana
y. L
as d
os
naci
eron
el m
ism
o dí
a.
Uno
s m
eses
ant
es d
e qu
e na
cier
an la
s do
s hi
jas
del c
aciq
ue
Gua
nden
ey,
el c
aciq
ue d
el n
orte
Mon
dey
y su
esp
osa
tuvi
eron
un
hijo
Ran
se, e
l pri
mer
hijo
var
ón.
Los
dos
cac
ique
s de
cidi
eron
cas
ar a
sus
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s cu
ando
lleg
ara
el m
omen
to, p
ero
deci
dier
on q
ue s
us h
ijas
deci
dier
an c
uál
de e
llas
se c
asar
ía c
on e
l hijo
del
otr
o ca
ciqu
e. C
uand
o ya
tu
vier
on la
eda
d su
ficie
nte
los
junt
aron
en
una
cele
brac
ión
de la
s tr
ibus
. En
med
io d
e to
da la
cel
ebra
ción
las
dos
indi
ecita
s co
noci
eron
a R
anse
. En
ese
mom
ento
las
dos
se
enam
orar
on d
e él
, per
o R
anse
ya
habí
a el
egid
o a
una
de e
llas.
En
las
trib
us h
abía
uno
s ju
egos
par
a po
der
gana
rse
el a
mor
y
la m
ano
de la
s hi
jas
del c
aciq
ue. T
odos
com
petía
n,
tam
bién
de
otra
s tr
ibus
y e
l más
fuer
te g
anar
ía e
l pod
er
del c
aciq
ue G
uand
eney
.T
odo
era
más
difí
cil p
orqu
e la
s do
s qu
ería
n te
ner
el a
mor
de
Ran
se p
ero
su p
adre
dec
idió
invi
tar
a hi
jos
de o
tros
cac
ique
s.
Guadalupe Dayana RecúperoNúcleo 2 “Los Pueblos Originarios” Unidad Educativa 3º A y 18 Educación Permanente de Jóvenes y Adultos Ciudad de La Rioja Provincia de La Rioja
135
Est
o du
rarí
a un
a se
man
a y
el g
anad
or r
ecib
iría
todo
mie
ntra
s lo
s hi
jos
de lo
s ca
ciqu
es c
ompe
tían
por
una
de e
llas.
Ella
s te
nían
su
prop
io ju
ego
para
gan
ar e
l am
or d
e R
anse
. E
llas
com
petía
n y
pele
aban
per
o él
ya
sabí
a qu
e el
am
or d
e su
vid
a y
la m
ujer
que
que
ría
era
Min
ué, u
na li
nda
indi
a de
pel
o ne
gro
y pi
el m
oren
a. L
os ju
egos
term
inar
on y
el
gana
dor
fue
el h
ijo d
e ot
ro c
aciq
ue, C
abru
que,
un
indi
o m
ucho
más
gra
nde
y fu
erte
que
todo
s lo
s ot
ros.
Segú
n el
las
dos
eleg
iría
a M
inué
per
o la
sor
pres
a fu
e qu
e el
igió
que
él
amab
a a
Ala
nay.
Ella
se
dio
cuen
ta q
ue ta
mbi
én lo
am
aba.
E
l cac
ique
pad
re d
e la
s do
s ca
só a
Min
ué c
on R
anse
y a
A
lana
y co
n C
abru
que,
todo
s em
ocio
nado
s y
tris
tes
a la
vez
po
rque
Gua
nden
ey y
a no
ser
ía e
l cac
ique
may
or, p
ero
él
cont
ento
y tr
anqu
ilo p
orqu
e sa
bía
que
sus
hija
s en
cont
raro
n el
am
or y
la p
az p
ara
toda
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Los niños comparan las lanas. Manipularon lana de oveja, ahora…
A tejer… la lana está lista.
En la casa de doña María, se esquiló, el vellón estaba húmedo y…
Primero lo nuestro
Producción colectivaEscuela 213 Cacique Martin Iquin Quilmes Provincia de Tucumán
¡Qué suave es la lana de la llama!
mmmm
Luego armamos las madejas y las lavamos.
Este ovillo es mío.
Está muy sucio.
Chicos, no lavemos el vellón, para poder hilar mejor. ¡Acuérdense!
mmmm...
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Pero a estos vellones los tiñeron.
La señora Claudia superpone lanas de distintos colores para armar flores.
La señora Mariela usa los hilos de lana para tejer en el telar.
Voy a hacer para todas mis ovejas y cabras.
Este ovillo es mío.
Con mi abuela hacemos muchas para enflorar a los animales.
Qué lindos colores.
Ya tengo tres florcitas.
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Luego comienzo a tejer la trama.
Los niños observaron, escucharon y ahora a practicar tejido en los bastidores.
Arriba, abajo... Mi tejido estámuy lindo.
Paso los hilos para armar la urdimbre. ¿Ves?
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Consejo Educativo Autónomo de Pueblos Indígenas. www.ceapi.info.
Educar. Ministerio de Educación de la Nación. El pueblo diaguita. Disponible en: www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=14720 [consultado el 19/7/2015].
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Lazzari, Axel. Historia y reemergencias de los pueblos indígenas. Ministerio de Educación de la Nación. Explora, Ciencias Sociales. Canal Encuentro. Disponible en: escritorioalumnos.educ.ar/datos/reemergencia_pueblos_indigenas.html [consultado el 19/7/2015].
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Recursosde interés
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Audiovisuales
Pueblos Originarios. Canal Encuentro. Ministerio de Educación de la Nación. Disponible en: pueblosoriginarios.encuentro.gov.ar [consultado el 19/7/2015].
Ejemplar de distribución gratuita. Prohibida su venta.
PRESIDENTA DE LA NACIÓNDra. Cristina Fernández de Kirchner JEFE DE GABINETE DE MINISTROSDr. Aníbal Fernández MINISTRO DE EDUCACIÓNProf. Alberto E. Sileoni SECRETARIO DE EDUCACIÓNLic. Jaime Perczyk JEFE DE GABINETEA.S. Pablo Urquiza
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os Con nuestra voz creamos mundos, ideas, poesía, palabras, conocimientos. Con nuestra voz compartimos puntos de vista, celebraciones, recetas, adivinanzas, imágenes, trabajos y sentimientos. Con nuestra voz estamos presentes, ocupamos espacios, participamos de los debates y la toma de decisiones. Con nuestra voz enseñamos y aprendemos, investigamos, transmitimos saberes y maneras de ver el mundo. Con nuestra voz recordamos y reelaboramos los recuerdos en el presente, honramos a nuestros antepasados en acciones cotidianas y recuperamos su sabiduría y su lucha. Con nuestra voz cantamos alegrías y tristezas, arrullamos a los niños, hacemos coplas y festejamos el presente. Nuestra voz nos hace únicos y nos reúne con los demás. Es identidad dinámica, historia y memoria colectiva. Nuestra voz es palabra viva.
Yunem xamina cuchuch guechereyna
Quilmes
Con nuestra voz recordamos
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