de la rebelion ajjsajlsa

Upload: nicoleespinozareyes

Post on 19-Oct-2015

53 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    1/450

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    2/450

    - 2 -

    A nuestra-os hermana-os internacionalistas

    Para todos Aquellos hermana-os perdidos en la trayectoria del combate ,para aquellos que sin limites entregaron su vida por una causa justa ,paraaquellos que an estan lejos de su tierra y por el derecho de vivir en ella,

    para todos los luchadores sociales ,por la moral rodriguista.

    Nuestro deber es luchar.

    Combatientes Rodrigistas.

    FPMR

    Fuerzas especiales

    http://historiadetodos.wordpress.com/

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    3/450

    - 3 -

    Luis Rojas Nez

    De la rebelin popular a la

    sublevacin imaginada

    Antecedentes de la Historia Poltica y Militar del PartidoComunista de Chile y del FPMR 1973-1990

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    4/450

    - 4 -

    Introduccin

    Esta aproximacin a la reconstruccin de nuestra historia reciente tienecomo sujeto principal a un sector de chilenos que bajo diversas formasresistieron o combatieron a la dictadura del general Augusto Pinochetdurante los diecisiete aos que este se mantuvo en el poder.

    Decenas de miles de compatriotas lucharon permanentemente contrala dictadura. En las grandes protestas y paros nacionales no es exageradosealar que, aunque fuera por un solo da, eran millones a lo largo de casitodo el pas. En ese devenir de la lucha decantaron claramente dosgrandes proyectos de oposicin al rgimen, formados por sendosconglomerados de partidos polticos: un proyecto de centro o

    concertacin, encabezado por el Partido Demcrata Cristiano (PDC), yotro de izquierda o de confrontacin, liderado por el Partido Comunista(PC).

    Al echar una mirada casi treinta aos despus de estosacontecimientos, es indiscutible el triunfo del proyecto de concertacin.Numerosas investigaciones del tema califican el paulatino acercamiento dela oposicin de centro hacia los intereses ms permanentes del sistemapoltico y econmico neoliberal impuesto por la dictadura, ocurrido en laltima mitad de la dcada de los ochenta, como una brillante frmula de

    solucin a la existencia del dictador, que mantuvo en esencia su modelode pas.

    El proyecto popular y sus posibilidades de triunfo desempearon unindiscutido papel en el trmino del rgimen dictatorial. A pesar de ello,apenas se menciona, y cuando se hace, salvo excepciones, es conmltiples acentos y matices que distorsionan su papel o, simplemente, sepretende borrarlo de la historia. En otros casos, existe evidentedesconocimiento de la dilatada incubacin y acelerada puesta en prcticadel proyecto popular en la primera mitad de los ochenta. Por tratarse de

    un proyecto perseguido y en permanente clandestinidad, resulta un reto

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    5/450

    - 5 -

    recorrer sus orgenes y desarrollo, sus mltiples xitos, contradicciones yfracasos.

    Es un hecho histrico el que este proyecto popular, y msprecisamente el Partido Comunista, no logr sus objetivos en su lucha

    contra la dictadura.

    La Rebelin Popular de Masas es la lnea poltica del PC y la gua principaldel proyecto. Esta se fue gestando tal vez desde el mismo golpe de Estadode 1973, para recin cristalizar en septiembre de 1980, con un impetuosodesarrollo y crecimiento hasta 1986 y una acelerada involucin y fracasohasta 1988. Desde su nacimiento, el proyecto fue desbordado por ambosextremos; para algunos, nunca fue suficiente ni autnticamenterevolucionario, como para otros fue un extremismo irresponsable al queeste partido nunca debi acudir.

    En el proceso de investigacin para este libro, trat de recoger yanalizar la mayor cantidad de antecedentes polticos que influyeron en elitinerario de este proyecto, concentrando los esfuerzos principales en el

    elemento militar por tratarse de la novsima incorporacin a la polticadel PC, centro de la discordia durante todos estos aos.

    La lucha antidictatorial es un acontecimiento poltico-histrico y comotal no se presenta de forma lineal, no muestra con claridad su hiloconductor ni estn a la vista, de forma organizada, las mltiples causas y

    razones que la sustentan; tiene tantos grupos, organizaciones y hombresque le dan vida, como frmulas para llevarla a cabo en esos largosdiecisiete aos de gobierno militar.

    La primera parte de esta investigacin comienza en la cspide delproyecto popular, que, en mi opinin, se extiende desde inicios de 1985hasta julio de 1986, etapa en la que se observa su verdadero potencial yposibilidades de encabezar una solucin a la existencia de la dictadura. Esen este breve pero intenso perodo cuando el Partido Comunista logra lamayor capacidad de organizacin y conduccin poltico-militar en toda su

    historia como organizacin poltica. De manera casi simultnea, en esemismo perodo se fragua el proyecto de concertacin en medio depresiones e injerencia de los Estados Unidos y la inmutable voluntad deldictador de perpetuarse en el poder.

    Culmina esta primera parte del libro en las mismas fronteras delocaso del proyecto popular hacia el ltimo tercio del ao 86, cuestin quesolo la comodidad de una investigacin realizada a veinte aos de esossucesos me permite organizara de esta manera. A fines de 1986 ycomienzos de 1987, conviven con el ocaso del Proyecto Popular unimpulso manifiesto a la frmula de concertacin liderada por el PDC y unatrincheramiento e inmovilismo de la dictadura, como protagonistas

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    6/450

    - 6 -

    finales de esta historia que culminara con la solucin a la existencia de ladictadura en 1990.

    La imposibilidad de alcanzar los objetivos del Proyecto Popular obligaa buscar causas y encontrar algunas razones del fracaso en los aos de su

    incubacin y construccin. Con ese propsito, la segunda parte del libro

    comienza intentando reconstruir la historia combativa intemacionalista delPartido Comunista, cuyo centro es la formacin de centenares deespecialistas militares y una cifra indeterminada de combatientes que seinstruyeron en el exterior y participaron en dos guerras en Centroamrica.Comenzar este recorrido por ella responde a la necesidad de entender yexplicar las siguientes contradicciones.

    Esta historia combativa naci, se construy y creci en el exterior a

    partir de 1975, precisamente en los mismos aos del casi totaldesmantela-miento del PC a manos de los aparatos represivos de ladictadura en Chile. Ese contingente de comunistas particip en dosguerras antes y durante la construccin y enunciado de la Poltica deRebelin Popular del PC en 1980, en la cual se acept de forma explcita ypor primera vez el empleo de la violencia, en sus componentes militares,como arma poltica. En la etapa de franca recuperacin del PC, ocurridadespus de 1980, la misin intemacionalista se mantuvo en el exterior conuna gran cantidad de estos especialistas, precisamente en los aos demayor enfrentamiento en Chile. Las razones de estas realidades y de sus

    contradicciones estn incluidas en las extraordinarias circunstancias que ledieron origen, y aparecen tras el develo de su propia historia.

    La tercera parte de esta investigacin retrotrae a los inicios delprolongado perodo de dictadura, a los primeros aos posteriores al golpede Estado del 11 de septiembre de 1973 en Chile, porque, en mi opinin,las ideas ms elementales del proyecto de Rebelin del PC nacieronentonces, en los momentos de la dramtica derrota del Gobierno Popularde Salvador Allende; al menos, naci la disposicin al cambio, naci suespritu.

    En muchos de los presos, torturados y de los ms cercanos a esteacontecimiento, renaci el sentimiento de rebelda, emergi una dignidadrenovada. Era imposible que nada pasara despus de tanto vejamen eimpotencia acumulados. Muchos de los que estaban convencidos de que

    hasta con piedras si fuera necesario defenderemos el Gobierno Popular,comenzaron un lento giro en sus arraigadas convicciones con relacin a laviolencia y las formas armadas de lucha, mientras otros mantuvieroninalterables esas profundas tradiciones de la poltica del PC.

    Esta manera esquemtica de presentar dos extremos de unacompleja y aeja contradiccin entre revolucionarios, en la que existeentre ambos polos un abanico impresionante de colores y matices que se

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    7/450

    - 7 -

    entretejeran en el tiempo, permite, no obstante, comprender por dndecurs la elaboracin y puesta en prctica del Proyecto de Rebelin Popularde Masas del Partido Comunista de Chile.

    En esa prolongada etapa de gestacin de la Poltica de Rebelin, que

    va desde septiembre de 1973 hasta septiembre de 1980, y durante suetapa de desarrollo y xito, que se extiende hasta mediados de 1986, susprotagonistas estuvieron bajo la influencia de una convulsa poca dedictaduras latinoamericanas y los procesos de liberacin que estasprovocaron, en la cual los revolucionarios centroamericanos, y enparticular la Revolucin Cubana, desempearon un destacado papel. Nomenos importancia tuvieron en los hombres y sus concepcionesideolgicas los socialismos reales de Europa del Este, que en el ltimoperodo de la lucha antidictatorial, por coincidencia, comenzaban sudesaparicin como sistema poltico y social en esa regin del mundo.

    La cuarta parte y ltima del libro aborda los aos 1987 y 1988, en losque se produjo el paulatino retroceso en las aspiraciones y propuestas delproyecto de concertacin, que finalmente aprovechara la propia frmulade la dictadura para desplazarla del gobierno, mediante un plebiscitocelebrado en octubre de 1988 y las elecciones presidenciales en diciembrede 1990.

    En ese mismo perodo tuvo lugar la adecuacin tctica del PC antelos cambios ocurridos y el aislamiento e involucin del proyecto popular, la

    crisis al interior del conglomerado de partidos de la izquierda, laseparacin del Frente Patritico Manuel Rodrguez (FPMR) del PC,1 subreve vida independiente y su trgico y fallido intento de atravesarse enel itinerario de perpetuacin de la dictadura.

    Como es el proceder en este tipo de trabajos, reun informacinobtenida de libros, revistas y peridicos conocidos, pero debido al carcterdel sujeto investigado, otras fuentes escritas escapan a lo tradicional. Setrata de documentos que fueron limitados en su momento, no secretospero nunca publicados. Tambin he rescatado documentos internos que

    fueron secretos en tiempos de dictadura, pero que es imposiblereproducirlos en su totalidad ni dar referencia de consulta ms all de suttulo y circunstancias de elaboracin. A pesar de este inconveniente, porlo pronto no existe otra posibilidad para abordar estas fuentes so pena deque irremediablemente desaparezcan aspectos de gran valor testimonialde una poca tan convulsa y decisiva de nuestra historia.

    La informacin obtenida a travs de entrevistas a participantes deestos acontecimientos aparece hasta donde consider aconsejable o lospropios protagonistas lo permitieron. La mayora de los nombres con quese identifica a stos son los seudnimos o chapas que empleaban1Siempre que se haga referencia al Partido Comunista en general, en el estan incluidos los moembros del FPMR

    hasta julio de 1987.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    8/450

    - 8 -

    en esos tiempos. Existen otros, los menos, que son totalmente ficticios,cambiados por voluntad de los entrevistados. Esta aclaracin es sobretodo para los participantes que conocieron a quienes ocuparon cargos ysus correspondientes chapas. Aparecern identidades realesprincipalmente de los fallecidos, y de algunos protagonistas que

    expresamente lo permitieron. De no ser as, todos los nombres, datos ylugares reales estn tomados de trabajos y libros publicados, en particularde diarios y revistas de la poca.

    Como se ver, es sorprendente la gran cantidad de cuadros dedireccin que formaron parte de esta historia en los ms variados nivelesde las estructuras del PC. Solo ese motivo habra hecho imposibleentrevistar a todos los que potencialmente podan participar, a pesar de locual lamento y me excuso por no haber podido encontrarlos a todos, enparticular a quienes jugaron papeles relevantes.

    Hubo otros factores que me impidieron contar con todas laspotenciales vivencias. Algunos, muy pocos por cierto, evadieron lasentrevistas o se negaron rotundamente a entregar sus experiencias yopiniones. Existe un nmero determinado que an se mantiene en elanonimato en algn rincn del pas, otros estn dispersos por el mundoexpulsados por sus acciones en tiempos de dictadura. Encontr contadoscasos, que con toda razn y derecho, se negaron a aparecer, obligadospor la imperiosa necesidad de sobrevivir y permanecer al interior de unsistema donde un increble curr-culo pleno de actos honrosos, labrado

    durante casi veinte aos, puede ser empleado para excluirlos.

    La forma en que se solucion la existencia de la dictadura, lapermanencia de sus grupos de poder y, principalmente, la supervivenciade los aparatos represivos al interior de las mismas Fuerzas Armadas queasesinaron y torturaron a miles de chilenos, limita en extremo la libertaden la entrega de la informacin. No obstante, ojal que la publicacin deestos antecedentes convoque a ofrecer nuevos testimonios, a corregir oenriquecer lo expuesto en estas pginas, y cambiar todo lo que deba sercambiado.

    Quiero dejar constancia de tener absoluta certeza sobre la existenciade otras fuerzas y organizaciones y de sus proyectos contra la dictadura.Otros hombres y mujeres, bajo diversas concepciones, lucharon todosestos aos por sus convicciones, cerca o no del PC. Muchos entregaron lavida en tales propsitos. La amplitud de esos proyectos contra la dictaduray la complejidad de su estudio desbordan los objetivos y posibilidades deesta investigacin.

    Al hurgar en los laberintos de complejas polticas y densas yagobiantes posiciones, sobresalen porfiadamente esos hombres y mujeresmilitantes de la izquierda en general, que fueran cuales fuesen las formasy corrientes

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    9/450

    - 9 -

    que los animaron, abandonaron proyectos personales para dedicar losmejores aos de su vida a esta fatigosa y temeraria empresa. Todos esosaos produjeron magnficas y sorprendentes experiencias personalesplagadas de amores, temores y valentas sin lmites, que conviven en unaenmaraada madeja con lealtades honorables y otras ciegas, que se

    suman a quiebres sorprendentes y abandonos dolorosos. Muchos de ellosson notables, los menos son excepcionales, la inmensa mayora es comola vida misma, mul-tifactica y de mil colores.

    A todos los cados, honor y gloria eterna, y con esto sentencio elimposible de la imparcialidad del que investiga. Nadie lo es cuando seaborda un tema como este.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    10/450

    - 10 -

    Primera parte

    1985-1986: Los aos urgentes

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    11/450

    - 11 -

    Captulo 1.

    Combatientes en la Jornada de Protesta Nacional del 2y 3 de julio de 1986

    Una mano empuando un viejo revlver 38 fue lo nico que asomRenato2desde la esquina para realizar dos o tres disparos hacia donde lapolica desarmaba la barricada. El inconsistente parapeto construido conramas de rboles, los clsicos neumticos en llamas y trozos deescombros entremezclados con algunas seales de trnsito arrancadas deraz, era defendido por cientos de jvenes con piedras y bombas molotov.Mientras, una decena de uniformados portando fusiles de combate y otrostantos protegidos por grandes y gruesos escudos, arremetan con

    decisin, disparando en direccin a la poblacin.

    Pobladores y milicianos corran por los estrechos pasajes hacia elinterior del barrio popular, custodiados por la noche y los cientos dehabitantes que por miedo, indecisin o a causa de la edad, permanecanen sus casas, en espera expectante, muchos acostados sobre colchonesen el suelo. "Era una costumbre bien generalizada -comenta Miriam quevivi la experiencia en una poblacin distante a la de Renato-, que losvecinos ayudaran a los cabros cuando llegaban corriendo a esconderse".

    "Eran veinte o treinta pacos", recuerda Renato al intentar rehacer en supoblacin de la zona sur de Santiago la Protesta y Paro Nacional de losdas 2 y 3 de julio de 1986, emblemtica entre todas las realizadas desde1983 hasta 1987 contra la dictadura de Augusto Pinochet.3

    2 Testimonio de Renato, jefe de una pequea unidad de combate de las Juventudes Comunistas, y Miriam, demilitancia socialista y dirigente social de base en 1986. Tambin se emple el Informe Evaluacin que hizo elPartido Comunista de la capital para el paro del 2 y 3 de julio de 1986.

    3 Francisco Herreros contabiliza dos paros nacionales y 14 jornadas de protestas entre 1983 y 1989 en "Del

    Gobierno del Pueblo a la Rebelin Popular". Ediciones Siglo XXI, 2003. Veintids "jornadas de protesta" entre1983 y 1987 seala Gabriel Salazar en Vblenda Poltica Popular en las Grandes A lame das. Ediciones Sur,1990.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    12/450

    - 12 -

    Uno o dos disparos ms del viejo 38, y los policas, en maniobrasaparatosas, se tiraban al suelo desordenando el impetuoso ataque.Envalentonados por el retroceso, los jvenes volvieron con lluvias depiedras y las molotov, hasta provocar la huida desordenada de los policashacia la micro que los esperaba en la avenida principal que flanqueaba el

    barrio.

    Renato ha olvidado en cul de las incontables protestas, las ruedasdelanteras de una micro quedaron atascadas en la trampa. "En losmejores aos, era casi una protesta por mes" -afirma sonriente y exagerapara justificar su olvido-. "Tuvieron que venir las tanquetas a sacarla..., niun solo paco poda salir de ella, la molimos a piedrazos".

    Despus que se fue la polica, sali mucha gente de todos lados,demasiados nios para la preocupacin de Renato. No eran an las diez

    de la noche y las fogatas rompan intermitentes la casi completa oscuridadque reinaba en el barrio. Un "apagn" haba dejado sin luz elctrica a todala capital y la mitad principal del pas. Los pobladores, aplaudiendo, sefueron juntando cerca de las fogatas, al tiempo que coreaban a todo daruna consigna, breve y precisa, que por aos exigi el fin del dictador.

    Tal vez nunca antes en la historia del pas una consigna poltica habacalado tanto en tantos, unificando la voluntad y deseos de la mayora delos chilenos. Su pura entonacin musical con silbidos y hasta con lasbocinas de los automviles, esconda el mismo propsito de rechazo al

    dictador. "Y va a caer..., y va a caer..., y va a caer" repetan una y otravez en un canto interminable. Nadie sabe quin le puso meloda al simple,montono e inolvidable estribillo.

    Pasado algn tiempo, casi todos los jvenes y nios desfilaban por elinterior de la poblacin gritando diversas consignas, mientras ciertosgrupos organizados y disciplinados que lucan paoletas y un remedo deuniforme, intentaban poner orden y conducir a los pobladoresintrnsecamente desorganizados. Las organizaciones sociales y polticas,sin grandes contradicciones en los momentos del combate callejero, se

    repartan las tareas desdibujando su pertenencia en una suerte depromiscuidad militante azuzada por la urgencia de los enfrentamientos yobligados por el enemigo comn: la dictadura militar.

    Como siempre, aparecan los lderes naturales de la poblacin, a vecesmilitantes polticos, otras no. "De repente haba muchos comandantes enla pobla", reclamaba Miriam ante tanto alarde de mando que exhibanciertos jvenes a la hora de dar rdenes. Ella, dirigente social poblacional,gracias a su carisma y capacidad de organizacin, era considerada"mayor" entre sus pares a pesar de que solo tena veintids aos.

    La noche avanzaba, el fro obligaba al encierro, y se fueron quedandolos grupos de jvenes ms comprometidos. Muchos fumaban

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    13/450

    - 13 -

    aprovechando la generosidad de algunos pequeos comerciantes, otrostomaban t caliente preparado por alguna vecina encargada de la "ollacomn" del barrio, y alguno que otro cigarrillo de marihuana circulabafurtivo ante la exasperacin de Miriam y otros dirigentes sociales msconservadores y adultos, que presenciaban preocupados cmo la droga se

    meta lentamente entre los jvenes de la poblacin.

    Se dividieron la guardia nocturna y la poblacin permaneci custodiadapor los milicianos, distribuidos en todos sus accesos. "Y de verdad quehacamos guardia toda la noche. Es que era mucho el entusiasmo, muchamstica., mucho corazn y solidaridad en todo lo que hacamos", recuerdaMiriam con un tono de aoranza, en una suerte de comparacin con unpresente individualista en extremo.

    El lumpen tambin participaba en las guardias y las contiendas contra la

    polica, y muchas veces se mostraba ms decidido que los propiosmilicianos. Fue casi una regla que durante los aos de dictadura apoyara alas organizaciones polticas en los barrios ms combativos y organizados ose subordinara a ellas, mucho ms cuando esa subordinacin fueasegurada por la posesin de armas cortas y, en contadas ocasiones, defusiles de guerra en manos de los combatientes. El conflicto se generabacuando en algunas protestas reinaba el descontrol y los "patos malos"aprovechaban para cometer desmanes, cobrar peaje a los automovilistasy desvalijar hasta a sus propios vecinos.

    Cuenta Miriam que ese jueves 3 de julio terminaron de armar labarricada bien temprano, cortando la arteria principal colindante con lapoblacin. "De todo tena la barricada. Con un carretn de manorecogamos cualquier cosa de las casas de los vecinos, y ellos contentosporque aprovechaban para limpiar sus patios".

    Sostener y defender la barricada la mayor cantidad de tiempo posibleera la misin principal que tenan los grupos organizados.4Fue una tareade combatientes y milicianos, todos muy jvenes, ms algunos pocoshombres de mediana edad, quienes apostados tras su barricadaesperaban hasta con ansiedad la llegada de "la repre", comoacostumbraban a llamar indistintamente a militares, policas o agentes decivil. En ocasiones, los ms impetuosos se exasperaban porque pasaban

    4 As aparece en documento interno "Evaluacin del Paro Nacional" por el Mando Zonal de Santiago. Mximaestructura de la direccin del PC para la capital.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    14/450

    - 14 -

    horas y los uniformados no aparecan por ningn lado; ignoraban quecientos de "focos insurreccionales" estaban esparcidos por toda la ciudad.5

    Esa maana, mucha gente caminaba por la avenida en distintasdirecciones. La mayor parte de los choferes haban acatado el paro en

    todo Santiago y en las principales ciudades del pas; otros, simplemente,se vean obligados a hacerlo. La escasa locomocin colectiva no se atrevaa llegar hasta la barricada. Recuerda Miriam que una micro "de esaschicas", intentando vadear estos obstculos en la avenida principal, semeti por callejuelas de una poblacin contigua y cay hasta poringenuidad en medio de otro foco de protesta popular, donde una lluvia depiedras la detuvo. Mientras los pocos pasajeros que viajaban en ellapedan a gritos que los dejaran bajar, alguien puso orden y todosdescendieron, incluido al chofer. La micro fue quemada al instante.

    En la avenida contigua a la poblacin de Renato, la resistencia resultfugaz, "digamos intermitente", se defiende al evocar esos combates. Amedia maana lleg la polica y arremeti con carros lanzaguas, bombaslacrimgenas y disparos a discrecin. Solo tuvieron algunos heridos levesque fueron atendidos en la parroquia al interior de la poblacin contigua,en cuyo patio varias mujeres se afanaban en una olla comn.

    Fue la cantidad de barricadas levantadas en distintos puntos de las

    avenidas principales lo que demoraba el trabajo de las fuerzas represivas,ms que la solidez de los obstculos y la capacidad de resistir de manerapermanente. Los agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI)solo atinaban a llegar en camionetas de doble cabina o en furgonescerrados y desde lejos, con absoluta impunidad, disparaban a discrecin,muchas veces empleando ametralladoras con trpode situadas en la parteposterior de sus vehculos. Unas cuantas rfagas cortas y rpidamente,sin apreciar sus efectos, se perdan en direccin a otra barricada donderepetiran su accionar a la vista de los policas uniformados y con sucomplicidad.

    El saldo general de los das 2 y 3 de julio fue de ocho pobladoresmuertos y ms de cincuenta heridos en diversos focos poblacionales,6

    5 La mayora de los diarios de ese entonces viven la contradiccin de exagerar el "vandalismo y el terror delextremismo" en oposicin a un pas que funciona "con absoluta normalidad" como asegur el Ministro deDefensa en los das inmediatos al paro. Diferencia sustancial con el enfoque de tres revistas semanales, Cauce,Anlisis y Hoy, ms algunas radioemisoras. Cuatro de ellas y dos semanarios fueron sancionados por entregarnoticias de "conductas terroristas". Semanario Revista Hoy, N 468 de julio 1986.

    6 En los das posteriores al 2 y 3 de julio no hay coincidencia en las cantidades de heridos y muertos

    informados por la prensa de ese entonces. El Informe de la Corporacin Nacional de Reparacin y

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    15/450

    - 15 -

    entre ellos una nia de trece aos asesinada en la comuna de La Floridapor una patrulla de "carapintadas"7 y dos jvenes hechos arder cualhogueras humanas. Ambos, que no participaban de un foco de resistenciaespecfico, avanzaban cerca de la Estacin Central, contiguo a la AvenidaGeneral Velsquez, cuando fueron interceptados por una patrulla militar

    que se desplazaba en una camioneta sin placas.

    Uno de los militares les vaci encima la gasolina de un bidn plstico yles prendi fuego ante el estupor de numerosos testigos. Los militares losdejaron arder. Pasado un tiempo otros uniformados los apagaron confrazadas, los subieron en la parte posterior de la camioneta y los lanzaronmuy lejos de all, en el camino vecinal de una comuna suburbana al nortede Santiago. Das despus, Rodrigo Rojas Denegri, fotgrafo conresidencia en los Estados Unidos, recin ingresado al pas, mora porquemaduras generalizadas en todo el cuerpo. Carmen Gloria Quintana,

    estudiante de Ingeniera, quedaba con graves y crueles secuelas de porvida.8

    La noche del tres de julio en el foco poblacional de Renato, losmilicianos esperaban dispersos y medio escondidos en las entradas a lapoblacin junto a otros muchos jvenes. En algn momento los policasregresan y, empleando un vehculo lanzagases, arremeten contra losmilicianos. En ese instante dos de ellos se aproximaron corriendo hasta laesquina ms cercana a los policas. "Eran dos estudiantes universitarios-recuerda Renato- que se haban quedado con nosotros esa noche. Aunque

    no se acercaron mucho a los pacos, les lanzaron dos granadas de mano defabricacin casera que ellos mismos trajeron".

    Solo una estall con gran estruendo pero sin consecuencias para lospolicas. Estos, enardecidos, realizaron algunos disparos contra losagresores, varios salieron tras ellos, que haban desaparecido por laentrada del pasaje ms cercano, pero no alcanzaron a llegar: unaandanada de piedras salidas hasta de los patios de las casas los par enseco y volvieron a retirarse hacia la avenida.

    As, en un ir y venir que se repeta a ratos, transcurra la resistencia,hasta que los policas, medio restablecido el paso por la arteria principal,se retiraban exhaustos ante reclamos desde otro sector de la ciudad

    Reconciliacin (Comisin Rettig), de 1983 a 1988 contabiliza 429 muertos por violacin a los derechoshumanos y violencia poltica. En todos los aos de dictadura, de 1973 a 1990, son 3197 muertes por igualcausa, de las cuales 173 eran de las FFAA y Carabineros, cifra que representa el 5,4% del total.

    7El Ejrcito hizo debutar ese ao las UFA, Unidad Fundamental Antisubversiva. Bautizados popularmente

    como los "carapintadas" que salan a la calle ante la "ineficacia" de carabineros en el control callejero,como lo seala en el captulo 46 Ascanio Cavallo en su Historia Ocuta delRgimen Militar, donde aparecendetalles de las competencias de poder entre aparatos represivos.

    8Revista Hoy N 469 de julio de 1986. Ms adelante veremos la actitud de los EEUU ante este episodio.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    16/450

    - 16 -

    desorganizada. Al instante, todos estallaban en gritos creyndoseganadores e intentaban recobrar la confianza; hasta los menos osados,que atisbaban desde lejos, poco a poco se reunan otra vez, y vuelta algrito y las palmas con las consignas interminables.

    Al aproximarse la noche, las calles principales y las avenidas de losbarrios perifricos iban quedando desiertas. Con el apagn provocado,solo las camionetas o camiones militares y vehculos policiales se atrevana patrullar la periferia. De cuando en cuando, se encontraban con gruposdispersos, que porfiadamente y en medio de la penumbra restablecanbarricadas y fogatas, cuyas llamas, indiscretas, resaltaban sus siluetascontra el fondo oscuro de la noche. En las jornadas ms intensas, losprincipales focos poblacionales quedaban temporalmente como verdaderosterritorios liberados, recuerdan con indisimulado regocijo y orgullo losentrevistados. El centro de la ciudad, fuertemente custodiado, con escaso

    trnsito vehicular y el comercio cerrado desde temprano, pareca un tensoy extrao da dominical. Solo a ratos se divisaba algn despistadotransente, que con pasitos rpidos y medio corriendo intentabadesaparecer del lugar. A ningn bufn, actor o cantante callejero se leocurri presentarse en esos das de protesta en los tradicionales paseospeatonales.

    Decenas de bombas, con ms ruido que poder destructivo, explotaronesa noche en bancos extranjeros, entidades gubernamentales y postes deltendido elctrico. Poco despus de las nueve, el apagn oscureca la

    ciudad y, cual absurda batuta sincronizando una orquesta desafinada,daba inicio al estruendoso "caceroleo", trmino que abarcaba las msdiversas formas de provocar ruido; innumerables barrios de sectoresmedios e incluso edificios nada populares participaron del bulliciodescomunal.

    Doce torres de alta tensin derribadas entre el 2 y el 3 de julio habanprovocado el corte de luz que abarcaba desde la Tercera Regin del pashasta la Octava. Un helicptero de las Fuerzas Armadas sobrevolSantiago aquilatando la magnitud de los enfrentamientos y el cordn de

    fuego que la envolva, del cual escapaban solo los barrios altos al este dela ciudad.9 En ltima instancia, del control de la capital dependa laestabilidad del gobierno militar.

    La simultaneidad y magnitud de estos acontecimientos, de tantasvoluntades unidas, donde no falt la paralizacin de sectores de laindustria, educacin, salud y comercio, evidenci que la lucha en contra

    9El trmino "cordn de fuego" en torno a la capital denota la magnitud de las protestas y es utilizado al menos

    por Gabriel Salazar en Violencia Poltica Popular en las GrandesAlamedasy por Jorge Arrate en Memorias de laIzquierda Chilena.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    17/450

    - 17 -

    de la dictadura los cohesionaba, pero como se ver ms adelante, muylejos estaban los participantes, fundamentalmente los partidos polticos,de tener coincidencia en los objetivos, formas y mtodos de lucha. De lamisma manera, existen muy opuestas visiones acerca del papel jugadopor estas luchas populares en el fin de la dictadura militar.10

    10De estas manifestaciones populares se han ocupado cientistas, acadmicos y polticos de todas las tendencias

    por ser hechos histricos innegables. La pormenorizada y erudita investigacin El Rgimen de Pinochet deCarlos Huneeus entrega una visin desde las cpulas y lites de los sectores en disputa, valorando muytangencialmente la participacin popular en la salida del dictador. Incluso llega a comparar estas protestas deenfrentamientos paramilitares y barrios tomados, con las refinadas protestas y caceroleos que la derechaorganiz contra el gobierno popular de Salvador Allende. Para Gabriel Salazar (obra citada), son "revueltas delos pobladores" inconexas de un proyecto poltico global y carentes de toda direccin centralizada. Lo nico quenecesitaban, afirma el autor, era "una seal de simultaneidad y arranque con capacidad para hacerla llegar a

    todo el pas".

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    18/450

    - 18 -

    Captulo 2.

    Los clandestinos.El Partido Comunista

    En ese julio de 1986, an no se cumplan seis aos desde que elsecretario general del Partido Comunista, Luis Corvaln, anunciara laPoltica de Rebelin Popular de Masas (PRPM) en un conocido discurso deseptiembre de 1980 en Mosc. Para muchos comunistas que haca aostrabajaban el tema militar, este enunciado no fue un cambio radical a latradicional poltica "no armada" del PC, pero s todo un acontecimiento elescuchar que por primera vez se alentaba a emplear "todas las formas delucha" incluso la "violencia aguda", y se reconoca el "derecho del pueblo ala rebelin"11 despus de casi sesenta y ocho aos de vida comoorganizacin poltica y siete de la derrota del gobierno popular de Salvador

    Allende y del golpe militar ocurrido el 11 de septiembre de 1973.

    Esta significativa inflexin en la lnea poltica del PC dejaba una puertaabierta por donde se introduciran concepciones, estructuras y tareasmilitares nunca antes vistas en su historia. Sebastin, miembro de lamxima direccin del PC, fue el jefe de su Comisin Militar y de todos losmilitares comunistas en tiempos de dictadura. Entrevistado para estainvestigacin, reconoce sin ambigedad que "fue un largo proceso conmuchas contradicciones en la Comisin Poltica -mxima autoridad polticadel PC entre congresos-, donde se entenda de diversas formas elcontenido de esta rebelin [...] En realidad, nunca se lleg a una posicinnica y eso le rest mucha fuerza a esta poltica".12

    11De lo vivido y lo peleado.Memorias de Luis Corvaln en el captulo "El derecho a la rebelin contra la tirana".

    Santiago: LOM ediciones, 1999.

    12Detalles de estas contradicciones los narra Francisco Herreros en el capitulo "Anatoma de un debate", donde

    se explaya en contradicciones entre las direcciones interior y exterior. Estos desacuerdos que escapan auna"connotacin geogrfica" reflejan profundas diferencias de concepciones polticas que "explotaran" en toda

    su magnitud en el XV Congreso del PC realizado en 1989. Detalles en Ivn Ljubetic "La crisis que comenz enlos aos ochenta".

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    19/450

    - 19 -

    Esas contradicciones internas previas al nuevo rumbo se prolongaranen el tiempo. Haber definido una lnea general que sealaba el "derechodel pueblo a la rebelin" no solucionaba ni entregaba un contenidoconcreto al cmo y al qu deban hacer los comunistas para cumplir con el"supremo recurso de rebelin contra la tirana".

    Es muy difcil precisar fechas en la reconstruccin de estosacontecimientos cuando no quedan -por razones obvias- actas nidocumentos que los precisen. "Tiene que haber sido a fines de 1981 ocomienzos de 1982, intenta recordar Sebastin, el trascendental momentoen que la Comisin Poltica formaliz la creacin en el interior del pas deuna Comisin Militar como rgano de direccin, conduccin y realizacinde su poltica militar".13

    Esa decisin y las estructuras militares diseadas tendran un enorme

    significado en los aos venideros, no solo para los comunistas; revistenespecial importancia al intentar comprender esta particular historia. Comose ver en captulos posteriores, durante aos en distintos pases, incluidoel propio Chile, colectivos de comunistas investigaban y proponanfrmulas y concepciones en el terreno poltico y militar antes de que searribara a estas definiciones.

    Para la mejor comprensin de lo que ocurra entre 1985 y 1986, espreciso conocer el grado de organizacin y desarrollo alcanzado por elTrabajo Militar en esos aos.14El aparato militar del PC al comenzar el ao

    1985 contaba con dos estructuras adheridas al PC y una organizacin noreconocida pblicamente por este partido, todas de carcter nacional peroabsolutamente independientes una de otra, "cortadas entre s", se decaen la jerga del conspirador, y estaba prohibido el "cruce", intercambio dehombres y estructuras a cualquier nivel.

    1. El Trabajo Militar de Masas (TMM)

    2. El Trabajo Hacia el Ejrcito (THE)

    3. La Fuerza Militar Propia (Frente Patritico Manuel Rodrguez)

    Las tres se subordinaban a la Comisin Militar y solo all se encontrabansus respectivos jefes. Todos bajo el mando de un encargado o jefe

    13 Desde 1977 exista una Comisin Militar en La Habana. Desde 1978 existi otra Comisin Militar en la ex

    RDA. La direccin del PC desde el Gobierno Popular tuvo un "encargado" del tema militar.

    14Luis Corvaln hace referencia a estas estructuras en sus Memorias, pg. 328.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    20/450

    - 20 -

    mximo de esta comisin, quien responda por todo este andamiajeindito en la historia del PC. Sebastin fue el jefe de esta Comisin Militaren todo el perodo de 1982 a 1987, aos de trascendente y significativaincidencia en la poltica del PC y en la lucha contra la dictadura15. Ladeterminacin de la direccin del PC de dejar en manos de una "comisin

    de especialistas" una tarea tan relevante y no asumirla como propia portodo el centro y alma de su estructura piramidal, traera no pocasconsecuencias en distintas direcciones y en el futuro inmediato.

    Las rigurosas normas de funcionamiento que contena este diseo, muypronto seran sobrepasadas y violentadas ante las exigencias y urgenciasdel combate cotidiano, por la absoluta inexperiencia de los comunistas endesconocidos derroteros de "sublevaciones o insurrecciones" y, sobretodo, por razones nacidas de la subjetividad humana imposibles de preverdesde un escritorio.

    El Trabajo Militar de Masas (TMM) es, injustamente, el "parienteolvidado" y desconocido de esta historia reciente. Por definicin yperspectivas, era la estructura principal de la trada. No fue una lnea deaccin o una nueva orientacin de cmo deban combatir los militantes yel pueblo, sino una estructura jerarquizada, un instrumento orgnico delPC.

    No tuvo fecha de fundacin ni acto de trascendencia en su origen. Nacipara ser parte, adicionarse a esa estructura territorial clsica y conocida

    del PC que no cambi nunca, ni siquiera en los primeros aos del golpemilitar (1973-1976), cuando desaparecieron direcciones enteras delPartido Comunista y de sus Juventudes Comunistas (JJCC) o la Jota, comoson conocidas. El TMM no era independiente. Su singularidad estuvo dadaporque se creaba junto a cada una de las estructuras de base "civiles" quesiempre ha tenido el PC.

    Cada secretario regional o local deba tener subordinado un "encargadomilitar", quien era el responsable de todo lo concerniente al "tema militar"en el territorio. No era un "asesor o especialista de apoyo". Estos

    encargados del TMM a niveles regionales y locales reciban, al mismotiempo, la atencin e indicaciones del especialista militar o encargado delnivel superior. La cspide de la pirmide de esta novsima estructura demandos militares en el PC terminaba en un encargado o jefe del TMM anivel nacional, que perteneca a la mencionada Comisin Militar, cuya

    15Sebastin, de familia comunista por conviccin y tradicin, fue dirigente a nivel de Regional del PC bajo el

    Gobierno Popular. Profesor primario, estuvo detenido desde 1974 a 1977. A los pocos meses de su liberacinform parte del Equipo de Direccin Interior del PC que pondra fin a las cadas en cascadas de dirigentescomunistas a manos de los aparatos represivos.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    21/450

    - 21 -

    denominacin en clave era "Mensaje". Con este nombre, "Mensaje", seidentificaba a los jefes y las estructuras militares del TMM.

    Las "fuerzas combativas" del TMM deban formarse, inicialmente, conlos militantes comunistas y su misin consista en realizar acciones, tal

    como estaba implcito en el nombre de la estructura, "trabajo militar demasas". Eran las acciones de sabotaje menores, con iniciativa e ingeniopero sin complejidades. Actuaban en cualquier lugar donde fueranecesario "paralizar", "detener" a las fuerzas represivas en el combatecallejero, podan llegar al enfrentamiento violento y hasta armado constas, pero su "rasgo distintivo" era la "autodefensa de masas" y susarmas, las piedras, hondas, cadenas, molotov y armas de construccincasera, aunque la frontera hacia el empleo de las armas de fuego fueconstantemente sobrepasada. Esta estructura deba tratar de incorporar einfluir en las mayoras populares no militantes, a luchar contra la

    dictadura empleando formas paramilitares de enfrentamiento. Eran partedel propsito general del PC de organizar al pueblo para la lucha contra ladictadura.

    "El TMM -asegura Sebastin- de todo el nuevo diseo, era lo msrelevante que se deba construir. Se formaba junto a todo el partido y su

    jefe era el segundo hombre de la Comisin Militar". Salvador, el lderindiscutido de la misin internacionalista del PC en Centroamrica,ocupara esta responsabilidad. Grande era el reto y no pocas dificultadestendran para ganarse a toda la estructura partidaria para la "tarea

    militar". No fue fcil encontrar, preparar y contar con especialistas paracada cargo, construir una gigantesca infraestructura y una logstica encada nivel, preparar y organizar pequeas "unidades de combate" o"unidades operativas" a partir de militantes de base y luego masificarnuevas "formas de lucha" en las mayoras opositoras al rgimen militar.En mltiples ocasiones, estas estructuras cumplieron el papel inverso,generalizando ingeniosas formas de lucha y armas caseras nacidas de laexperiencia popular en el enfrentamiento con las fuerzas represivas.

    Indagando sobre los orgenes del TMM, localic a uno de sus iniciadores

    y del trabajo militar del partido. "Manuel" era su "chapa" ms usada enesos tiempos. Lo encontr perdido en las ltimas oficinas de unamunicipalidad perifrica de Santiago. Segn recuerda, todo se empez aorganizar a fines de 1983 y comienzos de 1984, ms o menos, con lospropios "viejos" del antiguo "equipo" del partido. "En verdad, estosequipos venan organizndose y realizando acciones menores desde 1981,pero sin una estructura, eran subordinados del secretario local o regional.En todo ese tiempo no haba una definicin clara de tareas, y en lasprimeras protestas y manifestaciones, los militantes de la Jota y el partidosimplemente trabajaban en todo lo que fuera posible, desde una marchapblica hasta un cadenazo".

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    22/450

    - 22 -

    Manuel poco a poco recuerda nombres y "chapas" de esos pioneros y elde un primer jefe en Santiago al cual nunca pude encontrar. Entre relatossiempre surgi el legendario Viejo Pablo, de quien Pellegrin hablaba comoejemplo del "nuevo comunista".

    Manuel guarda el recuerdo de esos orgenes como un peregrinar por losregionales de la capital junto a Salvador, el especialista militar recinnombrado jefe del TMM a nivel nacional. Haba que explicar, convencer,para formar grupos de combate de autodefensa, formar logstica, construirdepsitos, fabricar armas caseras, en fin, se trababa de argumentar ydescubrir el cmo traducir de manera organizada las "nuevas formas delucha", la "violencia en toda la lnea" que los regionales venan impulsandodesde 1981 de acuerdo con sus propias capacidades e interpretacin delas orientaciones generales bajadas desde la direccin.

    El Trabajo Hacia elEjrcito (THE) fue la menos desarrollada de estasestructuras. En la misma medida que se construye y realiza tareassemipblicas hacia las Fuerzas Armadas, fue siendo separada de laComisin Militar y atendida directamente por un miembro de la ComisinPoltica del PC. No hemos podido establecer fechas precisas de esteproceso. En su creacin se perciba la ntida definicin poltica del PC conrespecto a las Fuerzas Armadas: cualquier solucin a la dictadura debaser con el Ejrcito o con parte de l, pero nunca en contra de l.16En elInforme de la Comisin Poltica al Pleno del Comit Central del PartidoComunista17caratulado como realizado en enero de 1985, se dedica todo

    un captulo a la definicin de esta lnea, que contiene claras definiciones ytareas cuando seala:

    Las Fuerzas Armadas "son cautivas de una 'Doctrina de SeguridadNacional' que les es ajena y las ha conducido a cometer los ms horrendoscrmenes que se recuerden en nuestra Patria. La cada del rgimen nopasa por la derrota de las Fuerzas Armadas, sino que depende de cmolas fuerzas sociales y polticas produzcan un "quiebre" al interior de lasinstituciones militares".

    Un cambio de actitud de las Fuerzas Armadas ser, ante todo, resultado de un mayorascenso en la lucha del pueblo, de una mayor presin de masas, de la creacin de unasituacin insostenible para la dictadura. Pero no puede caber duda que ayudar tambin,en tal sentido, el trabajo especfico y la actividad que el Partido y todo el movimientopopular realicen en direccin a ellas. [...] Es urgente establecer una nueva doctrina paralas Fuerzas Armadas, una doctrina que sea garanta para la convivencia democrtica de

    16 A lo largo de este trabajo, tal como ocurra en esos aos, se emplea indistintamente "Ejrcito" o "Fuerzas

    Armadas", a pesar de conocer la estructura y funciones de cada una de las ramas de las Fuerzas Armadas.

    17Informe al Pleno del Comit Central del PC. Enero de 1985. Realizado en diciembre de 1984.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    23/450

    - 23 -

    los chilenos. Ello presupone, primero que todo, el trmino de la dictadura de Pinochet yla erradicacin de la doctrina de seguridad nacional y de todas

    sus consecuencias [...] nuestras ideas de democratizacin estn dirigidas a la integracinde las Fuerzas Armadas a la vida democrtica, a posibilitar su ligazn con el pueblo, asacarlas de su papel reaccionario y opresor, a convertirlas de enemigas en amigas de susconnacionales [...] Debemos luchar para que cambien de conducta las Fuerzas Armadas.Hay que promover en ellas la conciencia de que persistir en la defensa y apoyo al actualsistema dictatorial represivo, que ha ejercido la violencia indiscriminada contra todos loschilenos, significa perseverar en el camino de la ignominia, de su descomposicin moral yde su propia desintegracin.

    Como muchas indicaciones y partes de la Poltica de Rebelin, estasorientaciones fueron elaborndose al mismo tiempo que se luchaba contrala dictadura. De aqu surgen dos grandes grupos de misiones hacia lasFFAA; una es de carcter poltico-ideolgica y la otra de tipo combativomilitar. En esta ltima se estimul y orient el uso de la fuerza y elcombate paramilitar, desplegado en acciones masivas en paros yprotestas, as como acciones armadas dirigidas principalmente contra lasfuerzas represivas. Estas "misiones combativas" eran propias de las otrasdos direcciones del aparato militar del partido, el TMM y el FPMR.

    La otra misin contiene la lnea de trabajo para esta estructura del THE;es una labor de carcter poltico-ideolgica, de propaganda, deconvencimiento que tiene estrecha relacin con la definicin hecha de lasFFAA. La Rebelin no sera contra todas las FFAA, se contaba en teora conparte de ellas, con su quiebre, o, en el peor de los casos, con su

    neutralizacin poltica. A nivel nacional exista una direccin del THE, unacomisin de trabajo hacia las Fuerzas Armadas que deba dirigir estaactividad en todo el partido a travs de un encargado en cada ComitRegional y un activista en cada Comit Local. Las labores de tipo polticohacia los militares eran supuestamente para todos los militantes convnculos y espacios de contacto con las Fuerzas Armadas.

    En consecuencia, con su misin poltico-propagandstica, el THE poseaestructuras de difusin y un equipo creativo de guerra sicolgica a nivelcentral. Tambin contaba con un equipo de atencin a uniformados en

    retiro y en activo.

    Queda la percepcin, y as lo sentan algunos cuadros de direccin delas otras estructuras militares del PC, que el THE era el "hermano menor"de la trada. No pareca ser direccin principal de la Comisin Militar,reflejndose aqu otro de los "acentos" que se ponan al implementar loscontenidos de la Poltica de Rebelin. Como era de esperar, otros cuadrosde direccin apostaban a este trabajo como fundamental en la polticamilitar del PC.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    24/450

    - 24 -

    A mediados de 1986, el THE estaba lejos an de consolidarse como unaestructura nacional, padeca de una carencia crnica de cuadrosintermedios de direccin. Su denominacin conspirativa: "Clarn".

    La Fuerza Militar Propiaes una organizacin del PC de carcter nacional.

    Naci con el propsito de transformarse en el "brazo armado del pueblo" ytuvo un largo proceso de gestacin que comenz en 1980. En diciembrede 1983 adopt el nombre de Frente Patritico Manuel Rodrguez perosigui siendo una organizacin plena y totalmente del PC,18aunque desdeel inicio qued establecido que no reconocera pblicamente supertenencia a ste. "Autonoma" era su carcter poltico y organizativoprincipal. Sebastin seala algunas razones de esta decisin: "Despus demuchas discusiones, la direccin lo decidi as por el peligro querepresentaba para el partido; era una medida de proteccin tomada porun partido demasiado conocido, demasiado pblico; se buscaba dar

    fuerzas a la poltica del partido pero desde afuera".

    Ral Pellegrin fue su jefe mximo e histrico, quien a su vez era eltercer integrante de la mencionada Comisin Militar. Se trataba de crearuna organizacin con capacidad tcnico-militar para enfrentarse a losaparatos represivos en su mismo terreno, que pusiera coto a la absolutaimpunidad y alevosa con que stos operaban ante poblaciones inermes.La lucha armada sera su forma principal de enfrentamiento, pero jamsse concibi construir un tipo de fuerzas armadas paralelas, enfrentadas deigual a igual con el ejrcito. Constantemente se reiter que el FPMR era un

    apoyo a la lucha de masas, no la sustitua. En la lucha de masas eradonde realmente gravitaba la posibilidad de derrotar al dictador.

    El surgimiento y el accionar inmediato del FPMR gener todo tipo dereacciones en la direccin comunista. Una cosa fue lo que en un principiose pens y otra lo que se produjo en la realidad. Por primera vez en suhistoria, el PC contaba, aunque de forma encubierta, con una organizacinque empleara abiertamente las formas armadas de lucha. Tanto lostemores y reticencias como los buenos augurios, en muy poco tiempoquedaron sobrepasados con creces. El FPMR no solo sorprendi a la

    dictadura y a sus aparatos represivos, tambin fue toda una revelacinpara la direccin del PC.

    La vertiginosa y compleja dinmica de los acontecimientos en esos"aos urgentes", como alguien los llam, demostr muy pronto que era

    18Muchos aos despus de todos estos acontecimientos, tanto Luis Corvaln en sus memorias (pg. 298) como

    Gladys Marn en su ltimo libro Testimonios, La vidaeshoy (pg. 170) seguan sosteniendo una suerte devnculo relativo con el FPMR, distorsionando su origen y composicin militante. En adelante precisaremosdetalles de esta pertenencia.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    25/450

    - 25 -

    imposible manejar con diligencia la complejidad, simultaneidad y urgenciade las tareas del momento, que adems experimentaron un increblecrecimiento. Desde la "lejana" Comisin Militar era imposible manejarlotodo y responder con prontitud a cada problema surgido desde losterritorios. Por aadidura, este jefe nacional, para solucionar conflictos de

    cierta importancia, deba reunirse antes con la Comisin Poltica, donderadicaba la mxima autoridad del PC. Todo en medio de una laborclandestina y constantemente perseguida por los aparatos represivos.

    Por ese motivo, a fines de 1985, con el propsito de agilizar, optimizar yunificar la direccin, se decidi unir los mandos polticos y militares en un"Mando Zonal", en cada una de las tres principales ciudades del pas,Santiago, Concepcin y Valparaso. Su misin principal era planificar,organizar y conducir la poltica de Rebelin Popular del partido en cadauna de estas ciudades. De esta manera se intentaba solucionar las

    contradicciones crecientes ante las distintas interpretaciones del contenidomilitar de la Rebelin Popular. En este "Mando Zonal" (MZ), por primeravez se unificaban en un eslabn intermedio los tres componentes delaparato militar con la estructura tradicional del partido. El Jefe del MandoZonal era un cargo eminentemente poltico designado por la mximadireccin del PC, y a l se le subordinaban los representantes de lasestructuras militares y polticas. El Jefe del Mando Zonal respondadirectamente a la Comisin Poltica del PC.

    * * *

    Semanas previas al paro del 2 y 3 de julio de 1986, el Mando Zonal deSantiago se reuni en una casa de la Comuna de La Reina. Por primeravez, la Regin Metropolitana -donde la ciudad capital jugaba el papelprincipal- planificaba, organizaba y diriga de manera centralizada todo elquehacer para antes, durante y despus de esas jornadas. Su miradadeba abarcar todo lo que los comunistas pudieran hacer o influir enSantiago y sus alrededores a fin de cumplir la "misin" o "tarea", que, en

    julio de 1986, era "paralizar la capital".

    Al comenzar la reunin, Vctor19abri un mapa de la ciudad lleno desmbolos y flechas con sentido de movimiento. Al jefe del MZ, un conocidodirigente que no era especialista en asuntos militares, le cost a primeravista entender todo ese simbolismo. Vctor, que era jefe del Trabajo Militarde Masas del PC para Santiago, explicaba con diligencia su contenido. Enel mapa y en documento anexo estaban detalladas las propuestas detareas para cada uno de los doce comits regionales en que se divida laRegin Metropolitana. Cada comit apareca sobre su territorio con un

    19Vctor, oficial especialista en artillera, Ren en Nicaragua, fue el jefe del TMM del PC en Santiago desde su

    fundacin hasta julio de 1987. Particip activamente en la reconstruccin de estos hechos.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    26/450

    - 26 -

    nombre en clave escrito en ordenados y grandes rtulos: Jaspe, Rub,Martillo y otros ms, recuerda Vctor, y se sorprende por la frescura conque afloran los nombres de ficcin.

    La elaboracin del plan general del Mando Zonal no era antojadiza ni

    fruto de intil voluntarismo, era el resultado de una experienciaacumulada desde la primera protesta popular en mayo de 1983 y de lasparticulares comprobaciones que haca en el terreno Ignacio, jefe delTrabajo Militar de Masas de la Juventud Comunista para Santiago. En lasJuventudes Comunistas, se reproducan exactamente las mismasestructuras que en el Partido. Exista una singularidad, la juventud tenaformado un Comit Regional con militantes de todo el estudiantadosecundario y universitario que no corresponda a una concepcin territorialcomo el resto.

    Los comits regionales de la capital y del pas posean varios focospoblacionales principales y otros cuantos de carcter secundario.

    -Era una concepcin territorial de la lucha -enfatiza Vctor-. En elRegional radicaba toda la fuerza y capacidad de organizacin que posea elpartido. Se instaba al sentido de propiedad y responsabilidad territorial decada secretario. La gran mayora de ellos conoca profundamente susterritorios y esto se deba reproducir hacia abajo con cada uno de lossecretarios locales, que respondan por territorios ms pequeos.

    "Cada uno de los secretarios regionales tena un encargado del TrabajoMilitar de Masas, que en muchos casos fueron su principal apoyo paracumplir con tantas tareas que

    tenan en esos aos, y empujaban las misiones militares sin ningunacontradiccin. Claro que no en todos los regionales suceda igual".

    Esta aparente complejidad orgnica nunca fue un conflicto para loscomunistas, el problema vena de la mano con su propio diseo. Lasorientaciones, tareas, misiones, indicaciones y los inevitables nfasis encada una de ellas "bajaban" por dos direcciones paralelas. "Va Uno" lellamaban a la principal y tradicional frmula de direccin poltica en laestructura partidista, y "va militar" a la que proceda de los jefes oencargados militares de cada una de las estructuras del partido.

    La tradicional pirmide de organizacin terminaba en su base eninnumerables "clulas" de militantes distribuidos por todo el territorio,aunque en muchos lugares, como industrias, reparticiones de diferentendole o en los mismos focos poblacionales poda apenas existir un solomilitante comunista. "Con esto bastaba para llegar con la orientacin -recuerda Vctor-, aunque en muchas ocasiones se organizaban pequeasunidades operativas a las que les asignaban una tarea especial en ocasinde las protestas".

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    27/450

    - 27 -

    Vctor asegura que Pablo fue uno de los cuatro primeros especialistasmilitares que ocup la responsabilidad de encargado del TMM en unComit Regional de Santiago; los dems eran cuadros de los antiguosgrupos de autodefensa del PC, algunos de ellos preparados en cursos deseis meses en Cuba. Los primeros meses mantuvieron a Pablo al margen

    de la direccin poltica del regional, pero tiempo despus lleg a serimprescindible y junto a su secretario regional form una duplainsustituible que influy decisivamente en los acontecimientos polticos yparamilitares de su territorio, al menos as lo recuerda el jefe del TMM dela capital. Pablo se fue a vivir al mismo Pudahuel, que era centro de suRegional.

    Al mirar el mapa de Santiago lleno de trazos multicolores, cualquiera sepercataba de que la mayora de los barrios emblemticos en la luchacontra la dictadura estaban concentrados en la zona sur y en el poniente

    de la capital. Arterias principales como Amrico Vespucio, VicuaMackenna, Gran Avenida y San Pablo tenan innumerables smbolos queindicaban cortes y barricadas, responsabilidad de focos poblacionales quetenan por misin lograr ser en esos das "territorios liberados".

    El MZ saba de la especial importancia que tena este paro nacional yprotesta nacional de julio de 1986. Despus de tres aos de experienciasen enfrentamiento y lucha popular, desde la primera Jornada de ProtestaNacional en mayo de 1983, todos eran testigos del desarrollo ascendentede los enfrentamientos. En esta oportunidad los combatientes y

    pobladores deban salir y terminar con esa especie de "enclaustramiento"que ocurra al tomarse la poblacin por dos o tres das, situacin que lapolica y el rgimen podan resistir.

    En los focos poblacionales ms decididos y organizados, se pretenda,como misin principal, "mantener liberados sus territorios y salir a cortaruna o ms arterias principales

    y avenidas con barricadas capaces de resistir el embate de las fuerzasrepresivas el mayor tiempo posible. San Pablo, Maip y Cerrillos en el

    poniente; Dorsal y Recoleta en el norte; Grecia y Macul en el oriente",seala Vctor algunos nombres de manera rpida recordando con granfacilidad.

    No eran de poca importancia las tareas de paralizacin de la locomocincolectiva, instituciones diversas o industrias, donde los encargados deltrabajo sindical cumplan el papel principal. En ese entonces, Andrs20ocupaba la responsabilidad como segundo jefe nacional del TMM, y

    20Andrs, oficial del PC, pionero en el origen de la Tarea Militar del PC, destacado en la elaboracin terica del

    tema militar entre estos especialistas.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    28/450

    - 28 -

    asegura que donde mayor resistencia encontr para incorporar las nuevasformas de combate proclamadas por el PC, fue en los dirigentessindicales. "El TMM -precisa- tena poca o ninguna influencia en losobreros a travs de sus organizaciones sindicales".

    En sectores industriales, servicios, instituciones administrativas,educacin, salud, construccin, etctera, existan clulas de militantescomunistas, pero hacia 1986 -con excepciones-, el PC an estaba lejos delograr la organizacin de grupos operativos en cada uno de ellos, parabuscar con nuevos mtodos la paralizacin empleando sabotajesincruentos de carcter miliciano como insistan los dirigentes del TMM anivel nacional. En esos sectores, asegura Andrs, era donde mayor arraigotena la idea de que las acciones de masas no podan ser armadas ni de uncarcter violento ajenas a las luchas tradicionales de la clase obrera; porconsecuencia, insistan algunos dirigentes sindicales, cualquier accin de

    este tipo era en s misma contraria a la lucha de masas.

    Sobre estos sabotajes novedosos e incruentos, Vctor aclara:

    -Aunque se hicieron, estuvimos muy lejos de generalizarlos. Eltrabajador, el obrero, prefera manifestarse peleando en su reapoblacional. Nunca pudimos superar el temor a la prdida del trabajo nientendimos en ese momento los profundos cambios que se habanproducido en el campo laboral. En verdad, creo que no tuvimos tiempo.

    Ignacio, jefe del Trabajo Militar de Masas de las Juventudes Comunistasen Santiago, sin ser un especialista en cuestiones militares, conoca cadadetalle del plan para el dos y tres de julio. Sus temerarios recorridos porlos principales focos de resistencia en un viejo vehculo de los arriesgados"ayudistas y colaboradores", sorteando calles y avenidas cortadas "deverdad", permitieron precisar en el mapa los informes de las estructurasregionales. "Yo verificaba personalmente en el terreno las tareasplanteadas y su cumplimiento". Ignacio saba que algunos secretarios"inflaban" resultados de tareas cumplidas21.

    Todos los militantes del PC deban participar en los preparativos de lasprotestas segn las tareas asignadas -en sindicatos industriales,instituciones pblicas, con los choferes de locomocin colectiva, comercio,entre otros-, pero quienes peleaban al pie de la barricada eranprincipalmente los miembros de la Jota, los "jotosos". "Como jefe del TMMde la Jota -asegura Ignacio-, nunca tuve contradicciones a la hora deimpulsar las tareas de carcter paramilitar. Los secretarios regionales dela Jota junto a su "mensaje" impulsaban sin problemas todas las tareaspor igual".

    21"Inflar o inflar globos", se le llamaba a entregar informes irreales, abultados con datos ficticios.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    29/450

    - 29 -

    A esas alturas de la lucha contra la dictadura, ya existan las MiliciasRodriguistas, la ms nueva organizacin paramilitar de masas, unacreacin del PC a partir de la experiencia en las primeras protestas y delprestigio del FPMR. Existan solo en barrios populares y algunas en centrosestudiantiles; las dirigan indistintamente y con no pocas contradicciones

    dirigentes poblacionales comunistas o jefes menores del Frente.

    Agrupaban casi exclusivamente a jvenes, la gran mayora sinmilitancia poltica, aunque se poda ser miliciano y militar en cualquiera delas mltiples organizaciones opositoras a la dictadura. La nica condicinpara pertenecer a ellas era tener voluntad de combatir contra los rganosrepresivos.

    Por su carcter miliciano, eran los que asuman todas las tareas queplanteaba el TMM; eran de barricadas, piedras, hondas y bombas molotov.

    Cavaban zanjas, juntaban recursos donados por vecinos, preparaban losneumticos viejos, mantenan la hoguera encendida, hacan guardia ycombatan con tesn queriendo emular al Frente Patritico ManuelRodrguez, del que haban adoptado el nombre.

    Aunque en 1986 estas milicias ya eran significativas, estaban lejos deagrupar a todos los jvenes que combatan en los barrios populares.Segua existiendo una masa protagonista de otras organizacionestradicionales de la izquierda chilena, como los innumerables grupossocialistas, los pertenecientes al legendario Movimiento de Izquierda

    Revolucionaria (MIR), y no era extrao encontrar algunos del PartidoDemcrata Cristiano. Pero un nmero considerable de jvenes que sesumaron al combate nunca perteneci a orgnica alguna.

    Los pocos periodistas extranjeros que por esos aos se aventuraban apersonarse en algn acto poltico en las poblaciones o incluso en losclsicos actos centrales convocados para el Primero de Mayo, raras vecespudieron distinguir tal diversidad de organizaciones y, mucho menos,descifrar tantos nombres y siglas en centenares de carteles.

    En la reunin del Mando Zonal en La Reina tambin participaba el jefedel FPMR para la capital. En los pocos aos de existencia de estaestructura de mando, el miembro del Frente fue el cargo de mayorinestabilidad por detencin, persecucin o muerte de la personadesignada.

    Esta misma realidad del Mando Zonal de Santiago se repiti conevidentes particularidades en Valparaso y Concepcin. Entre susnumerosas diferencias, destacaban las caractersticas de las ciudades, elnivel organizativo alcanzado, la experiencia y las cantidades de cuadrosdestinados profesionalmente a esas estructuras. La prensa de la pocamuestra un alto nivel de enfrentamientos poblacionales y lucha

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    30/450

    - 30 -

    antidictatorial en estas dos grandes ciudades, pero las magnitudes y pesosustancial radicaban en la capital.

    Para la direccin del PC y su Comisin Militar, la direccin principal desu trabajo segua siendo eminentemente urbana y centralista. Al resto de

    las ciudades con determinada relevancia las diriga con la clsicaestructura de comits regionales con sus correspondientes comitslocales.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    31/450

    - 31 -

    Captulo 3.

    Clandestinos Dos. El FPMR

    Exactamente a las once y quince de la maana, Alberto22lleg a la paradade la locomocin colectiva de Vicua Mackenna. Era el paradero 24esquina en direccin a Puente Alto. Tena la tarea de recoger all losexplosivos que utilizara para derribar una torre de alta tensin. Conoca al"logstico" que le entregara el explosivo, la mecha lenta y losdetonadores, pero ignoraba si ste atenda todo Santiago o solo la zona

    sur. Aunque haban hecho unos cuntos "pases" de materiales, solohablaron en el primer "vnculo", cuando se conocieron.

    No recuerda qu tuvo que responder ni cul pregunta le hizo el logsticodespus que lo identific gracias a esas "seas" medio absurdas que aveces acordaban los jefes para los encuentros con alguien desconocido enun "punto" en la calle. Todos en el Frente saban de patrullas decarabineros y vehculos con desaliados agentes de la CNI que pasabanlentamente por plazas, paradas o conocidsimas esquinas buscando algn

    joven con cara de preocupacin y seales como "una coca cola en la mano

    izquierda y el peridico La Terceraen la derecha".

    En el 86, como Alberto ya conoca al "hermano" -as empezaron allamarse los rodriguistas entre ellos-, todo se reduca a ser puntual ysubirse a la misma micro que aqul haba abordado. Al igual que enocasiones anteriores, el "pase" sali bien. En definitiva, era una tareasencilla pero no le gustaba delegar en ninguno de los combatientes de sugrupo la misin de recoger los explosivos, ni siquiera en su propiologstico.

    El logstico siempre era puntual y escoga horas de poca congestin depasajeros. Cuando Alberto subi al autobs, lo vio acomodado con sumochila llena de explosivos en los asientos del centro; l se sent al finalcon la suya en el regazo y la habitual sensacin opresiva en el estmagoque siempre le causaba este tipo de tarea.

    En apariencia sereno, estaba atento a su compaero. Nunca fijaban ellugar donde se bajaran; simplemente, el logstico caminaba hasta lapuerta trasera, en espera de la prxima parada; Alberto haca lo mismo,

    22Entrevista a un jefe de grupo operativo territorial del FPMR.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    32/450

    - 32 -

    con lentitud, y se situaba detrs de l. Momentos antes de bajarse, aldescender los escalones, el logstico extenda con disimulo, levemente yhacia atrs, la mano de donde colgaba la mochila y l, con rapidez, lasustitua por la suya. Por ms detalles que se planificaban, los bolsosnunca coincidan en tamao ni en color.

    -En realidad -confiesa Alberto-, hicimos el pase de esa forma no ms dedos o tres veces. La ltima vez terminamos hacindolo ya en la calleporque otro pasajero se interpuso entre los dos justo en el momento debajarnos. Despus pasamos a intercambiar los bolsos en la micro,sentados uno al lado del otro o estando de pie, y era mejor, la gente ni sepercataba de lo que ocurra. Hoy me doy cuenta que la gente comn notiene por qu ver lo que hay delante de sus ojos si no es de su inters. Unchancho [agente de la CNI] s se hubiera percatado al instante de lamaniobra.

    "Cuando la situacin apretaba y el tiempo no exista, que era locotidiano, se rompan las normas de seguridad. Me pasaron materialeshasta en bolsas de compras a la salida de un supermercado o en una callecualquiera dentro de un bolso grande, que de solo verlo me pareca que sesaba que tena fusiles. Los logsticos y los jefes inventaban miles de pasesespectaculares en lugares increbles.

    "A la larga, las urgencias y tambin la confianza excesiva nos llevaban acometer errores que despus nos costaban caro. La mayora de las veces,

    los pases de los "iniciadores" elctricos o pirotcnicos y del explosivomismo se hacan por separado, pero esto no siempre se cumpla. Yonunca quise transportarlos juntos. Nosotros a nivel de grupo hacamostodos los traslados en micro.

    "No s si fue en esa protesta del 86 o en otra, pero para esa fechanosotros ya ramos 'torreros', creo que fue en unos 'fundos' en la salidasur de Santiago, yo siempre operaba ms o menos de la misma manera.23Conocamos casi todas las torres de esa zona por exploraciones que sehicieron en los primeros aos, pero siempre se actualizaban; bamos unos

    das antes a explorar, sin explosivos ni armas, a veces con alguna"leyenda", otras as no ms. El da de la operacin caminbamos mucho acampo abierto, a veces por los cerros, siempre alertas. Todos saban queese da de protesta tenamos que apagar la luz de cualquier maneraporque una protesta sin apagn no era protesta, y lo mismo vala para losparos; eso lo sabamos nosotros y tambin el enemigo.

    23"Torreros" o Torreras, nombre que se les daba a los combatientes que derribaban torres de alta tensin en el

    campo.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    33/450

    - 33 -

    "Mandaba a dos exploradores que avisaban sobre las patrullas de pacoso de milicos que recorran las torres. Algunas veces los esperbamos, losmirbamos desde lejos y cuando se iban, ponamos las cargas. Creo queles era imposible cuidar cada una de las torres de forma permanente, peroalgunas veces encontramos milicos de guardia fija, entonces tenamos que

    alejarnos ms de la ciudad, y a seguir caminando. Me imagino que en msde una oportunidad encontraron cargas puestas, pero quin iba aatreverse a subir a sacar una carga que no saba cundo explotara?

    "Siempre me ordenaban una hora precisa para "botar" las torres. Yosaba que en todas partes, en Concepcin, Rancagua, Valparaso y elpropio Santiago, otros hermanos deban cumplir la misma misin a lamisma hora. Muchas veces nos retrasamos, pero al final siemprecumplamos.

    "Entre dos ponamos las cargas, de un kilo cada una, en las patas de latorre, y las amarrbamos bien, a veces reforzndolas con cable detonante.Al principio las colocbamos a la misma altura y la torre con las patascortadas solo se mova del lugar un poco, quedaba suspendida por latensin de los cables y apoyada en el suelo. Por eso despus pusimos lascargas a distinta altura, dos a ms de dos metros de altura y las otras dosmucho ms abajo en las patas opuestas. Sabamos de varias torres queno cayeron y apenas se les doblaron las patas por cargas mal puestas oexplosivos con bajo poder.

    "Muchas veces tenamos que sobrepasar un enrejado de alambre depas que ponan cerca de la base; era como una malla protectora de latorre; la ponan exactamente para impedir que nosotros nos subiramos.Casi siempre la cortbamos o simplemente entrbamos y subamos porlos huecos que quedaban. Si subamos mucho, sentamos que los pelos separaban como tirados desde arriba. Cualquiera podra decir que era depuro miedo, y puede que en parte fuera verdad, pero en realidad era acausa del alto voltaje que corra por esos cables, nunca he olvidado elzumbido que producen.

    "Siempre usamos mecha lenta para iniciar la explosin. Dejbamoshasta un rollo de una o dos horas o ms para estar lo suficientementelejos al momento de la explosin. La mejor torre para botarla era la queestaba en una curva de la lnea de torres, la que haca como de "esquina";con dos patas que se cortaran, se vena abajo tirada por el inmenso pesode las torres y del tendido de cables, que la arrastraban.

    "Al principio no bamos con armas, despus usbamos armas cortas, yen ocasiones, al final casi, usamos fusiles M16 de "contencin" por sivenan pacos o chanchos. Ya sabamos que si nos pillaban, o nos matabana tiros, como ocurri en una oportunidad en Valparaso, o nos dinamitabanamarrados a la misma torre. Siempre cumplimos esa misin estimuladospor el inmenso impacto que tena en los barrios populares. Cada ao que

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    34/450

    - 34 -

    pasaba era ms probable el enfrentamiento con la repre, ese era elcosto".

    A mediados de 1986, la Direccin Nacional del Frente Patritico ManuelRodrguez haba logrado una relativa estabilidad en su composicin. Era

    una caracterstica del FPMR su crecimiento constante y los continuosacondicionamientos estructurales, promociones de nuevos jefes ante undesarrollo vertiginoso. Los conflictos permanentes de seguridad quesufran jefes y combatientes afectaban de manera significativa a laestabilidad de la organizacin.

    En esa mitad del ao 1986, Ral Pellegrin, o Rodrigo como le llamabanal interior del Frente Patritico, se haba reunido en una o dos ocasionescon una suerte de direccin ampliada que integraban los principales jefesterritoriales del pas, quienes tenan la responsabilidad de "apagar la luz"

    en la mayor parte del territorio nacional. En esas escasas reunionesanalizaron la situacin del frente, su crecimiento constante y desarrollo, elimpacto en la lucha antidictatorial, nuevos diseos y la situacin poltica,esta ltima en trminos bien generales. "No eran grandes discusionespolticas las que haba en nuestra direccin -recuerda Daniel Huerta24, elPoltico de la Direccin Nacional del FPMR-. Nuestro trabajo estaba mspegado a lo cotidiano, a las tareas ingentes de una organizacin enconstante crecimiento".

    Marcelo era el jefe operativo; en la prctica, el segundo jefe del

    Frente.25

    Exista esa direccin ampliada -precisa-, pero Rodrigo preferalas consultas y reuniones ms constantes con una direccin reducida deno ms de dos o tres miembros. l tena como mtodo revisar las tareasoperativas con cada jefe por separado, era detallista y meticuloso enextremo, preguntaba hasta cerciorarse de cada paso de la operacin. Paraesa fecha, todo el Frente tena misiones que cumplir y cada jefe en suterritorio responda por ellas: volar torres, hostigar a fuerzas represivas,realizar sabotajes con cargas explosivas en dependencias del rgimen.

    Para cumplir con sus misiones, el Frente contaba en ese momento con

    una estructura de carcter territorial desde la tercera hasta la novenaregin del pas, cuya base eran los grupos operativos, organizados en"columnas", las que a su vez se subordinaban a "destacamentos". EnSantiago existan dos de esos destacamentos, uno en el norte y otro en el

    24 Antiguo dirigente de la Juventud Comunista desde los tiempos de la Unidad Popular, designado en1983 como miembro de la Direccin Nacional del FPMR. Fue, hasta 1987, el responsable del trabajopoltico de la organizacin.

    25Marcelo era un fundador de la tarea militar y destacado oficial del PC. Es "Evaristo" en Nicaragua. En 1984

    forma parte de la Direccin Nacional del FPMR como el segundo jefe de la organizacin hasta fines de 1986.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    35/450

    - 35 -

    sur, y un "destacamento o fuerza especial" que a la postre se quedaracon el apelativo de El Destacamento.

    Este Destacamento estaba subordinado directamente a Rodrigo y loencabezaba Ramiro, considerado uno de los mejores jefes operativos de la

    organizacin. El Destacamento era capaz de realizar acciones combativasespectaculares e inditas en la historia de la lucha poltica del pas.Rodrigo impuso en todo el Frente un particular estilo de combate, conacciones originales y sorpresivas realizadas en momentos de granefervescencia popular.

    Estas Fuerzas Especiales eran las que realizaban las tomas de radios;secuestros incruentos a personajes del rgimen siempre devueltos una

    vez cumplidos los objetivos propagandsticos; ocupacin de camiones quetransportaban gas, pollo, cigarrillos o leche y el posterior reparto de estasmercancas en los barrios populares, donde eran esperados hasta conansiedad; hostigamientos y ataques a fuerzas represivas en cuarteles dela CNI o de la polica con el empleo de explosivos o armas largas.

    La estructura poltico-propagandista dirigida por Daniel Huerta en eseentonces ya aseguraba de forma permanente la revista mensual

    ElRodriguista. Confeccionaban miles de panfletos alusivos a la luchapopular o con instrucciones para la fabricacin de armamento casero, yposea un equipo tcnico con un nmero significativo de emisoras en FMque interferan las seales de televisin.

    A pesar de su corta vida, para julio de 1986 el FPMR era unaimpresionante organizacin de hombres y mujeres tensionados y urgidospor la relevancia dada a esa inmensa operacin simultnea de carcternacional. Eran semanas de preparativos; de exploracin en busca deobjetivos, en la que las mujeres jugaban un papel principal; cientos dekilos de explosivos y armamento movindose por todas partes simuladosen los ms increbles "embutidos"; innumerables reuniones conspirativasde preparacin e instruccin en incontables casas y locales del msdiverso tipo, distribuidos a lo largo del pas, pertenecientes a losimprescindibles colaboradores, donde tambin se guardaban medios yrecursos o aseguraban el acuartelamiento de combatientes que sepreparaban y esperaban la hora precisa de salir a cumplir su misin.

    Sin ese fragmentado tejido de colaboradores y ayudistas de todas las

    edades, muchos pertenecientes a otros partidos de izquierda o sinmilitancia poltica, cuya inmensa mayora saba bien el riesgo que corra,

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    36/450

    - 36 -

    hubiese sido prcticamente imposible sostener este magno empeo delucha contra la dictadura.

    Esas semanas previas al 2 y 3 de julio fueron de una actividad febril enel ncleo reducido de la Direccin Nacional del FPMR. Armando, el jefe de

    la infraestructura de Rodrigo era quien ms sufra sus consecuencias. Endeterminadas ocasiones deba asegurar hasta reuniones de la ComisinMilitar en las casas ms seguras con que contaba, donde Rodrigo dabacuentas de los preparativos para el paro en su organizacin.

    Pellegrin saba que deba hacer nfasis en el apagn, como tareaprincipal, adems de una o dos acciones contra fuerzas represivas quevena planificando con su Destacamento Especial. En la paralizacin de lasindustrias, el Frente no tena posibilidades de participacin, en realidadnunca pudo organizarse al interior de ese sector de la clase obrera.

    Aunque estaban en los planes del PC, las acciones de sabotaje en elinterior de fbricas y minas, en este paro nacional y jornadas de protestadel 2 y 3 de julio se mantendran los mtodos tradicionales de lucha.

    Las reuniones de la DN ampliada eran las de mayor complejidad ytiempo de preparacin. Los jefes territoriales principales llegaban con unoo dos das de anticipacin, y entraban al lugar de la reunin con intervalosde algunas horas uno de otro. Los recoga el jefe de infraestructura enpersona; una vez en el auto los hacan tenderse en el piso del vehculo einmediatamente los tapaban, o sentados como cualquier pasajero, les

    cubran los ojos con tela adhesiva y les colocaban lentes oscuros paraocultarlas. As permanecan mientras daban varias vueltas antes de llegara la casa escogida para la reunin. Algunos jefes se molestaban porque nocrean ser merecedores de este trato, pero Rodrigo jams trans ni hizoconcesiones en asuntos de seguridad.

    El Frente posea una poderosa logstica central estrictamente "cortada"del resto de la organizacin. Contaba con vnculos exteriores y nacionalesde aprovisionamiento y numerosos depsitos o "barretines" seguros dondepermanecan los medios. La logstica deba garantizar el avituallamiento

    de toda la organizacin a travs de unidades de distribucin, quecontaban con un sistema de transporte hacia las estructuras inferiores.Pellegrin atenda personalmente al jefe de la logstica de la DN.

    En los momentos de preparacin de una jornada de protesta, Rodrigopuntualizaba y controlaba a diario a sus subordinados a travs demltiples vnculos en los lugares ms inverosmiles. Los encuentros en lasesquinas con o sin semforos llegaron a ser milimtricos. El jefe delogstica llegaba caminando a la esquina determinada en el minuto exactoen que lo haca el auto de Rodrigo, se suba a ste y en breve recorridopuntualizaban los traslados y las entregas de medios materiales a laslogsticas subordinadas. El logstico era el nico miembro del FPMR que

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    37/450

    - 37 -

    conoca el vehculo del jefe. Como se trataba de saber lo menos posible,hoy no puede recordar su modelo ni mucho menos el color.

    Rodrigo casi siempre se reuna con el Poltico de la Direccin Nacionalen casas de ayudistas, aunque tambin empleaban puntos de encuentro

    en refinados lugares donde nunca los aparatos de seguridad -aun en eseentonces- pensaron hallarlos. Se vea a diario con Marcelo, su segundo

    jefe, quien controlaba casi todas las unidades territoriales y le asegurabala marcha de los preparativos de casi todas las misiones planificadas parael paro nacional.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    38/450

    - 38 -

    Captulo 4.

    El enfrentamiento decisivo

    El 6 de noviembre de 1984, el gobierno militar decret el estado de sitio,que se prolongara hasta el 13 de junio de 1985. Si la sola existencia de ladictadura haca muy difcil cualquier actividad poltica, es fcil imaginar elnivel de complejidad que signific esa situacin excepcional para toda laoposicin. Dentro de un amplio abanico de atribuciones que otorgaban

    "legalidad" al control absoluto del Estado sobre el ciudadano, destacabanel toque de queda, las relegaciones de opositores hacia apartados lugaresdel pas y la censura y cierre total de los pocos medios de difusin que seatrevan a oponerse a la dictadura.26

    La limitacin de la actividad poltica incluy todos los espacios pblicoscon presencia de los partidos de izquierda. Los ms afectados fueron lossectores de la oposicin "moderada", que realizaban casi toda su actividadde forma pblica. Esa sensacin de inmovilismo que provoc elacatamiento de la oposicin "de centro" al estado de sitio la reflejan hasta

    la actualidad quienes la padecieron. Para algunos analistas, durante esteperodo se habra producido la prdida del protagonismo y de lamovilizacin social de las mayoras en el pas. El estado de sitio habramarcado el fin de la participacin masiva de la oposicin en la lucha contrala dictadura.

    Lo que no vari fue la violencia y la omnipotencia de los aparatosrepresivos, que en los diecisiete aos de dictadura cometieron crmenes

    26 Cuatro radios fueron censuradas y todas las revistas opositoras de opinin poltica fueron cerradas,

    excepto la revista Hoy,de tendencia democratacristiana que deba pasar previamente por la censura parasalir a la circulacin.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    39/450

    - 39 -

    atroces con independencia del estatus jurdico vigente en el pas. El 7 denoviembre, un da despus de la imposicin del estado de sitio, losorganismos de seguridad allanaron en el centro de Santiago las oficinaspblicas de los bloques polticos de oposicin; poco despus, trespoblaciones emblemticas en la lucha barrial sufrieron el mismo

    tratamiento: el campamento Ral Silva Henrquez y las poblaciones LaLegua y La Victoria. En los primeros cinco das detuvieron a ms decuatrocientas personas y relegaron a cuarenta y seis.27

    El estado de sitio fue el recurso a que apel la dictadura ante suincapacidad para controlar la situacin en el pas. Desde la primeraprotesta en mayo de 1983 hasta las realizadas en octubre y noviembre de1984, el movimiento de protestas nacionales haba alcanzado un nivel deorganizacin y capacidad tal, que, de continuar por ese camino, podallegar a poner en riesgo la estabilidad del rgimen militar. La jornada de

    protesta de fines de noviembre de ese ao 85 fue realizada en plenoestado de sitio.

    A esta acumulacin de fuerzas crecientes, se sumaban las impactantesacciones combativas imputadas al FPMR a comienzos de noviembre de1984 contra un bus de carabineros en Valparaso y una comisara de LaCisterna, en la capital, con un saldo total de seis carabineros muertos.28La reaccin que desataron esas acciones en esta institucin culminara enmarzo de 1985 con el conocido asesinato por degello de tres dirigentescomunistas pblicos que nunca estuvieron relacionados con las

    estructuras militares o paramilitares del PC. Una acuciosa investigacinconducida por el ministro Jos Cnovas Robles demuestra la participacinde Carabineros en los hechos, donde se hilvanan las acciones quecausaron la muerte de seis miembros de esa institucin, los allanamientosde Noviembre a las oficinas pblicas del MDP en 1984, la detencin ysecuestro de un profesional militante comunista pblico en febrero de1985 al cual le habran ocupado una agenda con decenas de direcciones ytelfonos de militantes y dirigentes comunistas, los secuestros a dirigentesdel gremio de profesores (AGECH) en marzo de 1985 y, finalmente, con elcaso de los tres dirigentes comunistas degollados.29

    Lo cierto es que fue en ese perodo de estado de sitio y en todo 1985cuando ms avanzaron y se fortalecieron las estructuras polticas y

    27Revista Hoynmero extra de final de estado de sitio del 10 al 16 de junio de 1985.

    2828 La accin contra el bus de carabineros en Valparaso nunca fue reivindicada por ninguna estructuradentro o fuera del PC. Suponemos que se debi al negativo impacto que sta tuvo en sectores de laoposicin.

    2929 Un completo relato de estos acontecimientos aparece en la revista HoyN 420 de agosto de 1985.

  • 5/28/2018 De La Rebelion Ajjsajlsa

    40/450

    - 40 -

    militares del PC. En el mismo instante en que la dictadura decret eseestado de excepcin, el Partido preparaba la realizacin de una reuninplenaria de su Comit Central. El Informe de la Comisin Poltica a estePleno de 1985 est plagado de precisiones a su Poltica de Rebelin. Loms significativo fue la "decisin" de "terminar" con la dictadura en el ms

    breve plazo.

    No se trataba de consignas polticas ni eran especulaciones sinfundamento, se apostaba al probable trmino de la dictadura y paraconseguir tal propsito, de manera precisa y concreta se dieronindicaciones para elaborar un plan poltico militar; este fue el Plan de laSublevacin Nacional.

    A pesar de las crticas que recibi este Pleno del 85, tanto de la derechacomo de la izquierda, es preciso detenerse en este documento por las

    consecuencias que tuvo en los siguientes dos aos y porque, de loselaborados por la direccin del PC, es el quemuestra el mayor grado decombatividad concreta y real de los militantes y pueblo en general a lo

    largo de los diecisiete aos de lucha antidictatorial.

    Nadie ignoraba entonces que portar un ejemplar de ese documento eratan peligroso como andar cargando una granada. La mayora de losmilitantes recibieron solo resmenes bajados por la va tradicional, casisiempre de forma oral. Consultados sobre este particular, algunosmilitantes de base, sumidos en el combate cotidiano, no lo recuerdan de

    manera especial. No sucede igual con los cuadros de direccionesintermedias, a quienes les signific un cmulo de tareas inmediatas yperentorias.

    El ambiente se tension al mximo en todos los comunistas de algunaresponsabilidad y en los crculos cercanos de la izquierda que conocieronla decisin del PC de llegar a un "enfrentamiento decisivo", sealado endos ocasiones en este informe de la mxima direccin del PC. En estedocumento del Pleno de 1985 no aparece donde se califique precisamenteal ao 1986 como "decisivo", cuestin causante hasta hoy de

    controversias al interior y fuera de los comunistas. Aparece"enfrentamiento decisivo", sin relacionarlo especficamente con 1986. Noobstante, conservamos "la cuenta poltica", como se les denominaba