culturas y civilizaciones

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Culturas y civilizaciones En la segunda mitad del IV milenio, concurrieron, en el sur de Mesopotamia (hoy Irak), una serie de circunstancias que desembocaron en el nacimiento del urbanismo. Las condiciones geográficas de la zona alentaron el desarrollo de las comunidades humanas asentadas allí, que ejercieron desde muy pronto el control de los recursos hídricos de los ríos Tigris y Eúfrates, y supieron beneficiarse de la actividad comercial de las grandes rutas caravaneras que atravesaban la región. Algunos núcleos de población se convirtieron en ciudades de considerable importancia, como Uruk, Ur, Larsa, Isin, Kish, Umma, Lagash, Nippur..., gobernadas por monarcas locales cuyos intentos de hegemonía sobre los territorios circundantes provocaron rivalidades y enfrentamientos armados. Los protagonistas de este proceso fueron los Sumerios, un pueblo con cuya presencia coincidieron algunas de las grandes transformaciones del Próximo Oriente: la ciudad, el templo, las monarquías de poder divino y la escritura cuneiforme. En fechas muy cercanas a la de estas transformaciones de Mesopotamia, las comunidades del valle y del delta del Nilo en Egipto iniciaron el uso de la escritura jeroglífica y avanzaron hacia un proceso de unificación política que desembocaría en el nacimiento del estado egipcio; sus primeras dinastías dejarían un recuerdo imborrable en la historia del territorio al desarrollar algunos de los mayores proyectos arquitectónicos de la Antigüedad; pirámides, templos y tumbas irían jalonando durante centurias la historia de las dinastías egipcias, mientras el estado se convertía en el III milenio en una de las grandes potencias militares de Oriente y una monarquía teocrática dirigía sus destinos. Mientras tanto, en Mesopotamia se asentaron poblaciones semitas. A partir del último cuarto del III milenio, los Acadios serían los responsables de la formación del primer estado territorial creado en el curso bajo del Tigris y del Eúfrates. En el II milenio, el Próximo Oriente se convirtió en el territorio de formación y expansión de grandes imperios. En el alto Tigris, los Asirios formaron desde el siglo XVIII un gran imperio que controlaba el comercio hasta el interior de Anatolia. Mientras tanto, la dinastía amorita (semitas occidentales) de Hammurabi se expandía por todo Summer y Akkad. En el siglo XVI, los Hititas (indoeuropeos) comenzaron la expansión desde su capital en Hattusa. En el alto Eúfrates, el estado de Mitanni comenzó su formación y expansión, frenando durante dos siglos las ambiciones territoriales de Hititas y Asirios. Egipto, que iniciaba entonces su política asiática (Dinastía XVIII, Imperio Nuevo), se convirtió en el más firme aliado del nuevo estado en construcción. En el siglo XIV, un rey llamado Suppiluliuma llevaría al estado hitita a su máximo esplendor, absorbiendo la mitad occidental de Mitanni. En el siglo XIII, el renacer de las ciudades del alto Tigris convertiría en territorio de control asirio la parte oriental de Mitanni, terminando con la existencia de éste como realidad política y territorial. Hititas y Asirios se repartieron desde entonces el poder en el Próximo Oriente asiático, mientras en

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CULTURAS Y CIVILIZACIONES

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  • Culturas y civilizaciones

    En la segunda mitad del IV milenio, concurrieron, en el sur de Mesopotamia (hoy Irak),

    una serie de circunstancias que desembocaron en el nacimiento del urbanismo. Las

    condiciones geogrficas de la zona alentaron el desarrollo de las comunidades humanas

    asentadas all, que ejercieron desde muy pronto el control de los recursos hdricos de los

    ros Tigris y Efrates, y supieron beneficiarse de la actividad comercial de las grandes rutas

    caravaneras que atravesaban la regin. Algunos ncleos de poblacin se convirtieron en

    ciudades de considerable importancia, como Uruk, Ur, Larsa, Isin, Kish, Umma, Lagash,

    Nippur..., gobernadas por monarcas locales cuyos intentos de hegemona sobre los

    territorios circundantes provocaron rivalidades y enfrentamientos armados.

    Los protagonistas de este proceso fueron los Sumerios, un pueblo con cuya presencia

    coincidieron algunas de las grandes transformaciones del Prximo Oriente: la ciudad, el

    templo, las monarquas de poder divino y la escritura cuneiforme.

    En fechas muy cercanas a la de estas transformaciones de Mesopotamia, las

    comunidades del valle y del delta del Nilo en Egipto iniciaron el uso de la escritura

    jeroglfica y avanzaron hacia un proceso de unificacin poltica que desembocara en el

    nacimiento del estado egipcio; sus primeras dinastas dejaran un recuerdo imborrable en la

    historia del territorio al desarrollar algunos de los mayores proyectos arquitectnicos de la

    Antigedad; pirmides, templos y tumbas iran jalonando durante centurias la historia de

    las dinastas egipcias, mientras el estado se converta en el III milenio en una de las grandes

    potencias militares de Oriente y una monarqua teocrtica diriga sus destinos.

    Mientras tanto, en Mesopotamia se asentaron poblaciones semitas. A partir del ltimo

    cuarto del III milenio, los Acadios seran los responsables de la formacin del primer

    estado territorial creado en el curso bajo del Tigris y del Efrates.

    En el II milenio, el Prximo Oriente se convirti en el territorio de formacin y

    expansin de grandes imperios. En el alto Tigris, los Asirios formaron desde el siglo XVIII

    un gran imperio que controlaba el comercio hasta el interior de Anatolia. Mientras tanto, la

    dinasta amorita (semitas occidentales) de Hammurabi se expanda por todo Summer y

    Akkad. En el siglo XVI, los Hititas (indoeuropeos) comenzaron la expansin desde su

    capital en Hattusa. En el alto Efrates, el estado de Mitanni comenz su formacin y

    expansin, frenando durante dos siglos las ambiciones territoriales de Hititas y Asirios.

    Egipto, que iniciaba entonces su poltica asitica (Dinasta XVIII, Imperio Nuevo), se

    convirti en el ms firme aliado del nuevo estado en construccin.

    En el siglo XIV, un rey llamado Suppiluliuma llevara al estado hitita a su mximo

    esplendor, absorbiendo la mitad occidental de Mitanni. En el siglo XIII, el renacer de las

    ciudades del alto Tigris convertira en territorio de control asirio la parte oriental de

    Mitanni, terminando con la existencia de ste como realidad poltica y territorial. Hititas y

    Asirios se repartieron desde entonces el poder en el Prximo Oriente asitico, mientras en

  • la baja Mesopotamia, los Cassitas constituan una monarqua unificada, con capital en

    Babilonia (Karduniash) pero con escasa proyeccin exterior.

    El creciente papel de Asiria hizo replantearse a Egipto sus relaciones con Hattusa, que

    haban llegado a su peor momento durante el reinado de Ramss II (Dinasta XIX, Imperio

    Nuevo) con un gran enfrentamiento en la batalla de Qadesh, y que ahora desembocarn en

    un gran tratado entre ambos estados para hacer frente al peligro asirio.

    A finales del I milenio, las principales ciudades de la costa del Mediterrneo oriental

    haban sufrido destrucciones por los ataques de los Pueblos del Mar (as ocurre en Chipre,

    Ugarit, Biblos...), con el resultado de la proyeccin de nuevos centros (como la ciudad

    fenicia de Sidn y, sobre todo, Tiro, que en el siglo IX comienza su expansin comercial

    por el Mediterrneo), la presencia de nuevas poblaciones como los Filisteos (en la regin de

    Gaza, entablando unas difciles relaciones con el resto de comunidades de la regin,

    Cananeos y Hebreos), y la introduccin de innovaciones tcnicas de las que la ms

    importante es el uso de la metalurgia del hierro.

    El protagonismo poltico del Prximo Oriente volvera a Mesopotamia desde comienzos

    del I milenio. A partir del siglo IX, los Asirios formaron el ms grande estado unificado que

    se haba conocido hasta entonces al oeste de los Montes Zagros, sembrando el terror con

    sus conquistas y llegando hasta el Mediterrneo, en donde las ciudades cananeas se

    rindieron ante su ejrcito. A comienzos del siglo VI antes de Cristo, un rey caldeo de

    Babilonia, Nabucodonosor II, someti a todos los territorios de dominio asirio, saqueando

    ciudades como Tiro y Jerusalem y provocando las mayores deportaciones de prisioneros de

    guerra que hasta entonces se haban conocido en la regin.

    Las conquistas de Nabucodonosor II provocaron efectos incluso fuera del Prximo

    Oriente. La destruccin de la ciudad fenicia de Tiro, convertida ya por entonces en la gran

    metrpolis comercial del Mediterrneo, termin con el papel internacional de sta, y

    produjo un cambio en el control de las relaciones econmicas a larga distancia que, por lo

    que se refiere al Mediterrneo central y occidental, sera asumido por la colonia fenicia de

    Cartago.

    A lo largo del siglo VI antes de Cristo, todo el Prximo Oriente y Egipto pasaron a

    formar parte del gran Imperio Persa, que se extenda hasta all desde el otro lado de los

    Montes Zagros, y que convirti todos estos territorios en Satrapas (provincias gobernadas

    por un Strapa), con una organizacin comercial y tributaria unificada.

    El ao 334 antes de Cristo, Alejandro de Macedonia (Alejandro Magno) inici la

    conquista de Asia a partir de la Pennsula de Anatolia. El objetivo original era atacar al

    enemigo Aquemnida (la dinasta persa reinante, a la que la tradicin haca proceder de

    Aquemenes), pero la empresa culmin con la conquista de todos los territorios del reino

    persa, desde el Indo hasta el Mediterrneo y tambin Egipto. A partir de entonces se inici

    la helenizacin de estas regiones. La prematura muerte de Alejandro en Babilonia el ao

    323 antes de Cristo provoc una crisis poltica debido a las ambiciones sucesorias de sus

    generales ms allegados. Las luchas dinsticas entre estos potenciales sucesores (los

    Diadocos) se prolongaron hasta el final de la centuria, concluyendo con un reparto

  • territorial en el que los Selecidas se quedaban con el Prximo Oriente, los Lgidas con

    Egipto y los Antignidas con Macedonia. Es la poca de los reinos helensticos.

    A partir del siglo II antes de Cristo, Roma, convertida ya en una gran potencia en todo el

    Mediterrneo, inici su presencia en Oriente, que culminara con el control de toda la

    regin hasta el Efrates, convirtiendo algunos territorios en provincias romanas y

    manteniendo en otros las monarquas existentes, aunque ahora como estados vasallos bajo

    su influencia. Las luchas por el poder en Roma a finales de la Repblica alcanzaron

    tambin al Mediterrneo oriental, que se convirti en campo de enfrentamiento entre

    Octavio (el futuro emperador Augusto) y Marco Antonio, y que termin con la derrota de

    ste y de su aliada, la reina Cleopatra, en la batalla de Actium el ao 31 antes de Cristo. Al

    ao siguiente, Egipto se converta en provincia romana.