cuidado humanogestión 2012- 2014...garantizar una mejor calidad de vida del adulto mayor (inei,...
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COMITÉ DIRECTIVO
Dra. Zoila Esperanza Leitón Espinoza - Directora
Nimia María Núñez Llanos - Vocal II
Flor Marlene Luna Victoria Morí - Presidenta de UDICOR
EDITORES
Editor Jefe
Dra. María Elena Gamarra Sánchez
Universidad César Valz – Perú
Editores Ejecutivo
Dra. Noemí Ruíz Lavado
Hospital Regional Docente de Trujillo- Perú
Ms. Balbina Paredes Ayala
Hospital Víctor Lazarte Echegaray ESSALUD – Perú
Ms. Laura Varas Ponce
Hospital Regional Docente de Trujillo- Perú
COMITÉ EDITORIAL
Dra. Luz Angélica Muñoz
Universidad Andrés Bello – Chile
Dr. Ángel López González
Universidad de Castilla-La Mancha- Albacete – España
Dra. Marcia de Asunción Ferreira
Universidad Federal de Rio de Janeiro– Brasil
Dr. Antonio José Almeida Filho
Universidad Federal de Rio de Janeiro – Brasil
Dra. Norma Elvira Moreno Pérez
Universidad de Guajuato – México
Dra. Virginia Reyes Audiffred
Universidad Nacional Autónoma de México – México
Dra. Sofia Lavado Huarcaya
Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo – Perú
Dr. Sebastián Bustamante Edquen
Universidad Nacional de Trujillo – Perú
Dra. Flor Marlene Luna Victoria Mori
Universidad Nacional de Trujillo – Perú
Dra. Maritza Villanueva Benítez
Universidad Nacional de la Amazonía Peruana – Perú
ASESOR EDITORIAL
Dr. Raúl Siche Jara
I
ÍNDICE
Artículo 1:
FACTORES BIOSOCIALES Y ESTILO DE VIDA
PROMOTOR DE SALUD EN EL ADULTO MADURO PARA
UNA VEJEZ SALUDABLE
__________________________________________ 03
Artículo 2:
CONOCIMIENTOS Y PRÁCTICAS QUE TIENEN LOS
INTERNOS DE ENFERMERIA SOBRE ASPIRACION DE
SECRECIONES EN PACIENTES INTUBADOS
__________________________________________ 15
Artículo 3:
CUIDADOS DE ENFERMERÍA Y FACTORES DE RIESGO
DE ÚLCERAS POR PRESIÓN EN PACIENTES DEL
PROGRAMA DE PADOMI
_________________________________________ 27
Artículo 4: NIVEL DE CONOCIMIENTO Y SU RELACIÓN CON EL
AUTOCUIDADO DE PACIENTES CON TUBERCULOSIS
DE UNA INSTITUCIÓN PUBLICA
__________________________________________ 37
PRESENTACIÓN
La situación de salud en nuestro país, se encuentra en continua transformación, así como
el desarrollo general de las ciencias, exige a las distintas disciplinas que constituyen el
campo de la salud -entre ellas Enfermería- un gran esfuerzo para mantenerse actualizadas
y dar respuesta a las necesidades de cuidado de las personas y de la ecología. Por ello es
necesario no sólo generar, revisar y criticar conocimientos sino también contar con un
espacio de difusión que posibilite el intercambio profesional y el intercambio con otras
disciplinas.
La Revista Cuidado Humano, constituye un importante medio para la divulgación del
conocimiento, especialmente si ellas se crean como publicación científica elaborada con
rigurosidad. No obstante es coeditada por un grupo de profesionales, que se muestra en
su cuarto volumen, para su primera edición, por lo que el Consejo Regional II –La Libertad
del Colegio de Enfermeros del Perú busca ajustarse a normas nacionales e internacionales
que las avalen como tales y permitan su indexación.
La indexación en una base de datos permitirá no sólo el reconocimiento como producción
científica sino también la divulgación más allá de nuestra región y generar un ámbito de
intercambio, que promueva el debate sobre los hallazgos científicos, experiencias prácticas,
y distintas concepciones teóricas y metodológicas publicadas, de tal modo que se
propenda al desarrollo del conocimiento enfermero – definiendo su aporte específico en
el cuidado de la salud – y se extienda hacia otras comunidades científicas nacionales e
internacionales.
Es nuestra revista, Cuidado Humano, de todos las (os) enfermeras (os), que aparecerá con
periodicidad semestral, se responde al reto de publicación de trabajos de interés,
difundiendo conocimientos que contribuyan al avance de la producción científica de
enfermería y fortalece su compromiso con el desarrollo de la formación continuada de los
enfermeros de nuestra región. Desde aquí, los animamos a escribir y presentar vuestros
trabajos que van a consolidar a fortalecer el cuidado de las personas y su familia.
Dra. Zoila Leitón Espinoza
Decana del Consejo Regional II La Libertad
Colegio de Enfermeros del Perú
1
.
En cada número de La Revista Cuidado Humano, nos encontramos con la materia prima, la esencia y razón
de ser de la revista: los artículos resultantes de los profesionales de enfermería que han investigado; y en ese
punto es donde hemos concretado nuestro deber ser: la publicación de los artículos; los que transmiten los
resultados de investigaciones, ideas y debates de una manera clara, concisa y fidedigna.
Confiamos que nuestra labor sea parte de la gran construcción de la ciencia, con el trabajo dedicado y la
humildad que nos corresponde y participamos nuestra realización y satisfacción en el cumplimiento de
publicaciones, paso imprescindible para que el conocimiento pueda ser aprovechado por otros profesionales;
y contribuir al desarrollo de una ciencia, solo a través de ella se logra el cuestionamiento y análisis de la realidad
que permite hacer de la práctica cotidiana una acto de creación humana.
La Revista Cuidado Humano, presenta investigaciones cuantitativas, donde aborda en forma adecuada las
preguntas relacionada con causa, pronóstico, diagnóstico, prevención, tratamiento y costos en salud; sin
embargo es necesario, también realizar investigación cualitativa, que responda a preguntas surgidas desde el
significado de la experiencia de enfermedad y la comprensión de sentimientos del paciente sobre los efectos
de las intervenciones entregadas. Por lo tanto, los hallazgos de ambos tipos de investigación son
complementarios entre sí y son utilizados por los profesionales de enfermería según el tema a investigar.
Las enfermeras hicieron contribuciones significativas para el desarrollo de enfermería con la investigación
temprana: en el campo de la educación de enfermería, con estudios sobre conocimiento y prácticas del Interno
de enfermería, en el campo del cuidado de enfermería con estudios de autocuidado del paciente y formas
de prestación del cuidado en el domicilio actuando como recolectores de información en los ensayos de
investigación, pero que al mismo tiempo implique un cambio social.
En nuestra disciplina, el aporte dado por las profesionales de enfermería, con la publicación de los artículos
científicos en la Revista Cuidado Humano, es de gran relevancia porque constituye la búsqueda de nuevos
conocimientos, actividad fundamental para el desarrollo de la profesión, y así poder aplicar en la práctica diaria
los cuidados basados en la evidencia, haciendo visible el potencial investigador de la enfermería.
Invitamos a todos los profesionales de enfermería, a seguir publicando sus investigaciones, porque es el
momento de consolidar, desde todos los ámbitos del ejercicio profesional, el avance y desarrollo profesional,
que debe ser reconocido y acrecentarlo en un futuro como garantía de excelencia de los cuidados. En honor
a nuestra mentora Florence Nithingale, se enorgullecería al comprobar los cambios experimentados en la
profesión; su sueño es ahora un brillante presente, por ello merece la pena seguir retando al futuro.
Lic. Magda Montoya Colmenares
Vocal I del Consejo Regional II La Libertad
Colegio de Enfermeros del Perú
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EDITORIAL
FACTORES BIOSOCIALES Y ESTILO DE VIDA
PROMOTOR DE SALUD EN EL ADULTO
MADURO PARA UNA VEJEZ SALUDABLE
Lic. Castillo Sevilla, Nelly Miluska
Lic. Ortiz Galarreta Rubio, Diana Giselle RESUMEN
La presente investigación cuantitativa, descriptiva
correlacional, trasversal se realizó en Moche urbano,
con la finalidad de identificar la relación entre edad,
sexo y uso de sistema de salud con estilo promotor de
salud. La muestra constituida por 278 adultas maduras
(40-59 años) que cumplieron con los criterios de
inclusión. Información obtenida por entrevista
aplicando la escala de estilo promotor de salud y
factores biosociales, escala válida y confiable y
considerando los principios éticos. Se llegó a las
conclusiones: El mayor porcentaje, 71.2% de adultos
encuestados obtuvieron un estilo de vida promotor de
salud regular y solamente un 7.2% obtuvo un estilo de
vida malo. La relación entre estilo de vida con edad y
con sexo fue altamente significativa; mientras que
entre Estilo de Vida con uso de Sistemas de Salud fue
significativa. Por tal motivo enfermería deberá liderar
y gerenciar programas de promoción de la salud en
la edad adulta madura para una vejez saludable.
Palabras claves: Estilo de vida - Promoción de la salud
- Adulto maduro.
SUMMARY The present quantitative, descriptive correlational,
cross-sectional investigation was conducted in urban
Moche, with the purpose of identifying the
relationship between age, sex and use of health
system with promoter style of health. The sample
consisted of 278 mature adults (40-59 years) who met
the inclusion criteria. Information obtained by
interview applying the health promoter style scale and
biosocial factors, valid and reliable scale and
considering the ethical principles. The conclusions
were reached: The highest percentage, 71.2% of
mature adults surveyed, obtained a regular health
promoter lifestyle and only 7.2% obtained a bad
lifestyle; while between lifestyle with age and with sex
was highly significant. The relationship between
Lifestyle with use of Health Systems was significant. For
this reason, nursing should lead and manage health
promotion programs in mature adulthood for a
healthy old age.
Keywords: Lifestyle - Health promotion - Mature adult.
INTRODUCCIÓN
Una buena salud es el mejor recurso para el
desarrollo personal, económico y social, y una
dimensión importante de calidad de vida.
Pareciera innecesario señalar que la salud es
aplicable a todas las etapas del ciclo vital para así
llegar a tener un envejecimiento saludable. Sin
embargo, para que el adulto mayor obtenga una
calidad de vida implica muchos retos
considerando que actualmente vivimos un
significativo aumento de este grupo de edad,
que ha creado una revolución demográfica
global sin precedente. En el año 2000
representaron más de 580 millones y se espera
más del doble para el 2025 (1,200 millones). En
Latinoamérica y el Caribe en el 2000 fueron 8%
(42 millones) y en el 2025 se espera 12% (82
millones). Esta situación pone de manifiesto la
urgente necesidad de dirigir nuestra atención a
este grupo etareo y de reorientar las políticas en
el aspecto económico, social, médico y ético para
garantizar una mejor calidad de vida del adulto
mayor (INEI, 1994).
Si bien es cierto que la etapa adulta mayor es una
etapa de crecimiento y desarrollo en la que se
puede disfrutar de bienestar y satisfacción, está
asociada a una crisis de desarrollo y a un proceso
de pérdida, no sólo de la capacidad física,
funcional y cognitiva, sino, además, la pérdida
o transición de roles dentro de la familia y fuera
de ella (Papalia, 1997).
Sin embargo, los conocimientos actuales en la
edad avanzada, sobre las enfermedades, sus
características y sus manifestaciones, los
factores de riesgo, las conductas que protegen
la salud, así como los conocimientos sobre la
3
interacción entre factores biológicos, sociales y
psicológicos en esta edad permiten afirmar, sin
lugar a dudas, que es posible mejorar la salud
de los adultos mayores, así como el momento
en que se debe actuar y el nivel de intervención
necesario (prevención y promoción). Como
punto de partida, pueden establecerse dos
objetivos generales de intervención en pro de
establecer las conductas a seguir en etapas
anteriores para promover la salud en el adulto
mayor. En primer lugar, se trataría de prevenir la
aparición de enfermedades, luego se debería
retrasar y limitar las manifestaciones del
envejecimiento normal mediante la promoción
de conductas saludables en contextos
saludables, es decir, promover el
envejecimiento saludable desde etapas
anteriores a la vejez (Montorio y Carboles,
2000).
La OPS (2003) define el envejecimiento, no en
términos de déficit sino del mantenimiento de
la capacidad física, psicosocial, económica y
considera que el número y calidad de años
que una persona de edad avanzada puede
vivir sin discapacidad ha llevado al desarrollo de
la expectativa de vida autónoma. No obstante,
el envejecer de forma saludable está dirigido a
adaptarse a los cambios biopsicosociales,
conservando la funcionalidad y la satisfacción
personal, en cuya adaptación el propio
interesado juegue un papel activo. En el marco
conceptual del nuevo paradigma del
envejecimiento, propone que depende en gran
medida de la prevención de las enfermedades
y de la discapacidad, del mantenimiento de una
gran actividad física, las funciones cognitivas y
de la participación constante en actividades
sociales y productivas. (OPS, 1998)
Las perspectivas adoptadas por el programa
de la OMS sobre el envejecimiento, presentan
un modelo holístico relativo a la salud y al
bienestar de los adultos mayores,
considerando las siguientes características:
permanente interacción social, realizar
actividades placenteras, ajustarse a los roles
familiares, sociales, recreativos, culturales,
educativos y laborales, utilizar el tiempo libre
de la mejor manera posible, mantenerse física
y mentalmente sano, procurar un ingreso
mensual para su sustento y así ser capaz de
mantener su propio hogar, mantener
autonomía, independencia y dignidad de su
ser, alcanzar la autorrealización (Leitón y
Ordóñez, 2003).
Los adultos mayores son más vulnerables que
los adultos más jóvenes a muchos problemas,
los cambios fisiológicos dificultan el
mantenimiento y recuperación de la
homeostasis, siendo más proclives a
enfermedades crónicas que incrementan la
mortalidad a este grupo etareo. Las diez
enfermedades crónicas más habituales son:
Artritis, hipertensión arterial, alteraciones
auditivas, visuales, cardiacas, sinusitis crónica,
problemas ortopédicos, osteoporosis, diabetes,
venas varicosas, hemorroides, incontinencia y
demencia. Las principales causas de muerte
son: Cardiopatías, neoplasias malignas,
alteraciones cerebro vasculares, enfermedad
pulmonar obstructiva crónica, neumonía o
influenza, arteriosclerosis, diabetes mellitus y
otras. En estas condiciones, el adulto mayor de
estos tiempos estaría viviendo un
envejecimiento poco saludable (OPS, 1996).
Por lo anteriormente mencionado, alcanzar un
envejecimiento saludable constituye uno de los
más grandes retos del ser humano, el nuevo
paradigma del envejecimiento, propone que esto
depende en gran medida de la promoción de la
salud y prevención de las enfermedades, lo cual
debe iniciarse en etapas anteriores (Leitón y
Ordóñez, 2003). Por lo tanto, se pone especial
atención en la etapa adulta madura, no sólo por
ser la más próxima, sino porque las personas en
esta etapa adoptan una actitud reflexiva y están
muy motivadas, generalmente no necesitan
ayuda para el logro de los cambios deseados en
su estilo de vida, lo que mejorará su salud y
bienestar general (Montorio y Carboles, 2000).
La edad madura (40-59 años), no es un periodo
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de estabilidad y certidumbre, sino de cambio. Las
modificaciones que ocurren durante esta etapa
no siguen un orden cronológico ni de ningún
otro tipo. El efecto de tales cambios, que con
frecuencia incluyen nuevos conjuntos de
relaciones, nuevas expectativas y modificaciones
de la opinión que se tiene de uno mismo,
provoca transiciones o puntos de viraje en el
adulto, algunos de estos eventos afectan en
general los estilos de vida de las personas
(Papalia, 1997).
En este grupo atareó, los cambios biológicos son
graduales ya que el funcionamiento físico y la
salud son usualmente buenos en estos años, la
mayoría de las personas los aceptan con
serenidad (Papalia, 1997). Los cambios que se
presentan en la capacidad sensorial son bastante
pequeños, y la mayoría los compensa con éxito,
en cuanto a los ojos, puede aparecer presbicia,
hipermetropía, astigmatismo, pérdida de la
agudeza visual; también se produce disminución
de la capacidad auditiva, la cual se conoce como
“presbiacusia”; el sentido del tacto comienza a
declinar hacia los 45 años, mientras que después
de los 50 se va reduciendo la sensibilidad al
dolor. A nivel cardiovascular y pulmonar, las
arterias pierden elasticidad y puede aparecer
hipertensión arterial; la función respiratoria
disminuye a partir de la cuarta década de la vida
por una disminución de la capacidad pulmonar
máxima (Long, 1998).
En la capacidad sexual y reproductora, las
mujeres experimentan el climaterio o
menopausia, la interrupción de la regla entre
los 45-50 años, suele acompañarse de síntomas
derivados de menor producción de estrógenos,
como son la cefaleas, palpitaciones y
entumecimientos; estos cambios pueden
contribuir al prurito y a la sensación de
quemazón vaginal, así como la aparición de
molestias durante el coito; en el caso de
los varones también pueden experimentar
síntomas similares como; insomnio, fatiga y los
problemas circulatorios mencionados; dado
que la disminución de los niveles de
testosterona por la edad es gradual; solo un
pequeño porcentaje de varones sufren, en el
climaterio masculino, cambios hormonales
similares a las que experimentan las mujeres en
la menopausia.
Pero, resulta entonces necesario explicar que el
ser humano durante las distintas etapas de su
vida puede participar de forma positiva en el
buen envejecer, recorriendo finalmente esta
etapa de la existencia con la máxima calidad de
vida a través de la promoción de la salud
(Dossier, 2003). La Carta de Ottawa define la
promoción de la salud como el proceso que
busca fortalecer las habilidades y capacidades de
la persona y para emprender una acción, con el
fin de ejercer control sobre los determinantes de
la salud (OPS, 1996).
La promoción de la salud, puesta en práctica se
resume en un estilo de vida saludable, que es
básicamente la forma como la gente se
comporta respecto a los determinantes de la
salud y a la exposición a factores nocivos que
representan riesgo para la misma, estando
fuertemente vinculados al bienestar que
garantizan la calidad de vida tanto ahora como
en la etapa adulta mayor, ya que sus condiciones
de salud son resultado de los estilos de vida y de
las prácticas de salud en etapas anteriores (Long,
1998; OPS, 1996).
Entre las necesidades para la promoción de la
salud en los adultos maduros, está la aceptación
del envejecimiento y la preparación para él, la
cual va dirigida a los hábitos personales y a la
forma de vida de los pacientes adultos con el fin
de mejorar su desarrollo biológico y psicosocial.
Entonces, los estilos de vida de la edad adulta
madura, se enfocan en la mantención de una
adecuada nutrición, el ejercicio regular, la
reducción del estrés mediante actividades
relajantes o de ocio, chequeos generales
periódicos por profesionales de la salud, evitar
acciones que constituyen un riesgo de
enfermedad, como el fumar y el consumo de
bebidas alcohólicas, así como contar con un
sistema de pensiones que dará respaldo a su
futuro (Dossier, 2003).
5
Una nutrición saludable, se define como el
consumo de alimentos que van a satisfacer las
necesidades nutricionales propias de cada
individuo, suministrando la energía necesaria
para el adecuado funcionamiento del
organismo. De allí su importancia para la
promoción y conservación de la salud, así como
para la recuperación de la misma, ya que de ella
dependen todos los procesos vitales. Los
efectos más importantes de una buena
nutrición son: crecimiento y reparación de
tejidos, fuente de energía para los procesos
metabólicos y actividad física, resistencia a la
infección (Montorio y Carboles, 2000).
Es necesario también, conservar un peso
corporal ideal ya que el sobrepeso
desproporcionado pone a la persona en alto
riesgo para muchas enfermedades crónicas,
como diabetes e hipertensión y para problemas
de movilidad como la artritis, además,
investigaciones sostienen que existe una
relación de la grasa en la dieta y la incidencia
de cáncer, especialmente de seno, de colon y
de próstata, esto se logra restringiendo el
consumo excesivo de alimentos altos en
calorías. (Long, 1998; Montorio y Carboles,
2000).
Los excesos en la alimentación y los
desequilibrios de ciertos componentes de los
alimentos, así como las deficiencias de
nutrientes son motivo de preocupación. Los
factores relacionados con la dieta están
asociados con cinco de las diez causas
principales de muerte en los adultos:
enfermedades del hígado y diabetes, cáncer,
enfermedades del corazón, accidentes
cerebro- vasculares (Long, 1998; Montorio y
Carboles, 2000).
El ejercicio es clave para retrasar el proceso de
envejecimiento, cualquier programa de ejercicios
para el adulto, debe comenzar gradualmente,
aumentar a un nivel moderadamente intenso, ser
constante y evitar el sobre esfuerzo. El objetivo,
es aumentar la eficiencia del aparato
cardiovascular y respiratorio; mediante ejercicios
rítmicos y continuos durante unos 30 minutos,
tres veces por semana, teniendo en cuenta los
intereses de la persona, sus capacidades y
limitaciones. La marcha rápida, el footing, y la
natación son formas de ejercicio muy
recomendadas. Todo ello, deben incorporarse en
el estilo de vida propio hasta adquirir la misma
importancia que la alimentación o el sueño
(Montorio y Carboles, 2000).
El estrés forma parte del estilo de vida del adulto
maduro, se ha vuelto inevitable en las sociedades
urbanas y tecnificadas, en que son excesivos los
niveles impuestos por la productividad. De modo
que, cada vez se hace más énfasis en alentar a
las personas que manejen y reduzcan el estrés.
Técnicas como relajación, ejercicio físico y
modificación de las situaciones que causan
estrés, se incluyen con frecuencia en los
programas de fomento de la salud que se
relaciona con este tema.
Otro aspecto importante, es la reducción de
hábitos nocivos para la salud, ya que el
comportamiento de una persona determina su
exposición a agentes causantes de
enfermedades, como el tabaco y alcohol. El
consumo de tabaco, especialmente de
cigarrillos, desempeña un papel importante en
el debilitamiento de la salud de los adultos
cuyas consecuencias no se perciben
rápidamente. Según las estimaciones recientes
su costo actual se eleva a 3 millones de muertes
por año en todo el mundo, y se prevé que
aumentaran a más de 10 millones en la década
de 2020. De igual modo, el consumo excesivo
de alcohol, provoca efectos dañinos en el
organismo (cirrosis) y en el comportamiento y
pérdida de responsabilidades, produciendo
una ruptura social y familiar. También hay una
alta tasa de accidentes de tránsito, debido al
elevado consumo de alcohol que
desencadenan traumatismos, enfermedades
crónicas y muerte (Montorio y Carboles, 2000).
Un parámetro igualmente importante, es el
control periódico de salud, es aconsejable que
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todo adulto maduro, se realice un chequeo
general, en la que se pueda apreciar la situación
real del adulto, se valore la capacidad vital del
mismo, la independencia o dependencia de las
actividades de la vida diaria. Estos controles
médicos y de enfermería pueden ayudar a
introducir las medidas preventivas oportunas
para que el individuo que se vale por sí mismo,
que es independiente tenga los apoyos
necesarios para seguir siéndolo (Montorio y
Carboles, 2000). Entre los controles
primordiales que en la edad adulta madura se
deben considerar son los exámenes de
papanicolao, de mama en las mujeres, examen
cardiovascular, toma de presión arterial,
exámenes de sangre en busca de colesterol o
triglicéridos altos, glucosa, control oftálmico y
dental.
De acuerdo a lo expuesto, la persona que tiene
una condición nutricional excelente, una buena
resistencia física, que enfrenta con éxito el
estrés, suprime el consumo de tabaco y alcohol,
acompañado de un chequeo general periódico,
tiene un menor riesgo de enfermar y una mayor
capacidad de lograr un envejecimiento saludable
y sin riesgos. Pero estos estilos de vida
promotores de salud, están relacionados con
distintos factores como son la edad, el sexo,
ingreso económico, información recibida, uso de
un sistema de salud, etc (Pender, 1997; Marriner
y Tomey, 1991). De las cuales edad, sexo, y uso
de un sistema de salud serán las variables
consideradas en el presente estudio.
La edad como una de las variables de estudio se
fundamenta en el hecho de conocer que la salud
de las personas varía en función de esta
característica demográfica. El adulto maduro
centra su preocupación en los cambios de estilos
de vida para el mantenimiento de su salud, pues
de acuerdo a la edad de las personas se
presentan los patrones de enfermedad, así
también las conductas que la gente adopta hacia
su salud (Leiton y Ordoñez, 2003).
El sexo es un factor que influye en la práctica de
medidas preventivo- promocionales
evidenciándose que las mujeres las realizan
mejor en comparación a los varones,
posiblemente se debe a que les preocupa su
salud, su apariencia física y personal, por otro
lado los varones por los diferentes roles y
responsabilidades que cumplen, descuidan
muchas veces y no realizan buenas prácticas de
medidas preventivo-promocionales. (Papalia,
1997; DuGas, 2000).
El uso de un sistema de salud es otro factor que
se relaciona estrechamente con la práctica de
estilos de vida saludable, por el gran interés que
ha surgido en las últimas décadas de promover
la salud en lugar de atender enfermedades, al
parecer cada vez se acepta más el concepto de
vigilancia de la salud durante toda la vida, para
promover una salud óptima, descubrir los
primeros signos de enfermedades o
anormalidades e iniciar tratamiento inmediato.
Así se piensa que, si las personas adultas
maduras cumplen con todos los estilos de vida
saludables mencionados en este proyecto,
prevendrán enfermedades, potenciarán su salud
y lograrán disfrutar de una vejez saludable y con
calidad (Leitòn y Ordóñez, 2003).
Se han encontrado solo algunos trabajos de
investigación que guardan relación con los
conceptos incluidos en el presente estudio por lo
que es necesario conocer detalles de estas
investigaciones.
Los estudios de Walker, Volcán, Sechrist y Pender
(1988) permitieron valorar las conductas de salud
en adultos mayores (55 a 58 años) de mediana
edad (35 a 54 años) y jóvenes (18 a 34 años), para
compararlos y establecer sus relaciones con
factores tales como: edad, sexo, estado conyugal,
educación, ingresos económicos y situación
laboral. Los adultos de edad mayor (55 a 88
años) son los que alcanzaron la más alta
puntuación en la escala total de conductas
promotoras de salud, nutrición y manejo del
estrés comparado con porcentajes obtenidos por
adultos jóvenes y de edad media.
En México se han realizado algunos estudios de
7
investigación relacionados con estilos de vida
saludables como el desarrollo de Rodríguez y
Cols (1993), cuyo objetivo fue conocer la relación
que existe entre los estilos de vida del adulto y el
uso de servicios de salud. Los resultados revelan
una alta prevalencia de tabaquismo y del
consumo de bebidas alcohólicas, pese al uso de
los servicios de salud y pese a que los individuos
refieren conocer los daños que produce a su
salud el no mantener estilos de vida saludable, no
emprenden acciones promotoras de salud. Entre
sus recomendaciones figura la de realizar más
investigaciones que analizan las verdaderas
causas que motivan a la gente a realizar
conductas promotoras de salud.
Observando que en nuestra localidad existen
muchas personas adultas mayores que aquejan
de alguna dolencia y se encuentran en un estado
de salud inadecuado, y teniendo en cuenta que
una vejez saludable es posible mientras se
practiquen estilos de vida saludables en etapas
anteriores, especialmente en la etapa adulta
madura, surgió la inquietud de organizar el
presente trabajo de investigación, con el
propósito de identificar, tener una visión objetiva
y brindar información de la relación que guardan
algunos factores biosociales con los estilos de
vida promotores de salud de la población adulta
madura del distrito de Moche, a fin de guiar la
intervención de enfermería en los aspectos
preventivo- promocionales, y así contribuir a
llegar a una vejez saludable.
PROBLEMA:
¿Cómo influyen los factores: edad, sexo y uso
de un sistema de salud sobre el estilo de vida en
el Adulto Maduro de Moche para una vejez
saludable, mayo, 2006 – agosto, 2006?
OBJETIVOS:
Determinar el estilo de vida promotor de salud
de los Adultos Maduros de Moche para una vejez
saludable.
Determinar la relación de los factores: edad, sexo
y uso de un sistema de salud en el estilo de vida
promotor de salud del Adulto Maduro para una
Vejez Saludable.
II. DISEÑO METODÓLOGICO:
El presente trabajo de investigación es de tipo
descriptivo – correlacional
UNIVERSO: Todos los Adultos Maduros de
Moche Urbano.
MUESTRA: Con estos datos se determinó una
muestra de 278 personas Adultas Maduras en
Moche Urbano.
CRITERIOS DE INCLUSION:
•Adultos que viven en Moche Urbano.
•Adultos entre 40 y 59 años.
•Adultos lúcidos.
INSTRUMENTO
El instrumento utilizado “Escala de Estilo
Promotor de Salud”, realizado por las autoras,
consta de dos partes: La primera parte consta de
3 ítems, en los cuales solo se remarca datos
generales como: edad, sexo y uso de un sistema
de salud. La segunda parte consta de 40 ítems
referentes a nutrición con 16 ítems, ejercicios con
3 ítems, ocio y manejo del estrés con 8 ítems,
chequeo general con 9 ítems y hábitos nocivos
con 4 ítems.
CONTROL DE CALIDAD DE DATOS:
Prueba Piloto: El instrumento fue aplicado
previamente a 10 usuarios de la unidad operativa
del adulto en el Centro de Salud de Víctor Larco,
con el propósito de comprobar el nivel de
comprensión de las preguntas y la factibilidad de
aplicación de los instrumentos. Esto permitió
verificar la confiabilidad y validez del
instrumento.
Confiabilidad: La confiabilidad del instrumento
fue evaluada a través del método de Alfa de
Crombach, siendo el resultado obtenido: 0.84
Validez: La validez del instrumento fue
determinada por una experta en el área.
PROCEDIMIENTO:
La recolección de datos se realizó por medio de:
Una entrevista, previa presentación, explicando el
motivo de ésta y las instrucciones a seguir,
durante la entrevista se llevó a cabo la encuesta
en un lapso aproximado de 15’, así mismo se
explicó al adulto maduro que se tendrían en
8
cuenta los principios de anonimato, libre
participación y confidencialidad de la
información proporcionada. Las encuestas
fueron tomadas a los adultos maduros de Moche
que cumplieron con los criterios de inclusión,
durante visitas domiciliarias.
CUESTIONES ETICAS
Se les dio a conocer los objetivos de la
investigación, se tuvo en cuenta los principios de
confiabilidad, anonimato y libre participación,
para el consentimiento informado.
PROCESAMIENTO Y ANALISIS DE DATOS
Los datos recolectados fueron procesados
empleando SPSS, versión 12, y presentados en
cuadros de distribución de frecuencia de una y
dos entrada, con frecuencia numérica y
porcentual, además de una presentación gráfica.
Para determinar si existe relación entra los
factores biosociales con el estilo de vida del
Adulto Maduro, se empleó la prueba no
paramétrica de independencia de criterios,
utilizando la distribución CHI Cuadrado con un
nivel de significancia del 5% (P < 0.05).
DEFINICIÓN DE VARIABLES
VARIABLE DEPENDIENTE:
Estilo De Vida Promotor De Salud
Definición Nominal: es la conducta que busca
fortalecer las habilidades de la persona y la
comunidad para ejercer control sobre los
determinantes de su salud (Long, 1998).
Definición Operacional:
Bueno
Regular
Malo
VARIABLES INDEPENDIENTES:
Sexo:
Definición Nominal: son los rasgos o
características biológica que diferencian a
hombres y mujeres (Long, 1998).
Definición Operacional:
Masculino
Femenino
Edad:
Definición Nominal: tiempo que ha vivido una
persona desde su nacimiento hasta la fecha
(Long, 1998).
Definición Operacional:
De 40 – 49
años
De 50 – 59
años
Uso de un Sistema de Salud
Definición Nominal: el uso de un sistema de salud
consiste en la asistencias periódica a una
atención y cuidados de salud brindados
sistemática y organizadamente por un equipo
profesional de salud, en el cual se tiene en cuenta
la prevención y promoción de la salud (DuGas,
1995).
Definición Operacional:
Usa ( ) EsSalud
Ministerio de Salud
o Sanidad
o Privado
No usa ( )
III. RESULTADOS
TABLA No. 1
DISTRIBUCION DE PERSONAS ADULTAS
MADURAS ENCUESTADAS SEGÚN ESTILO DE
VIDA, EDAD, SEXO Y USO DE SISTEMA DE
SALUD. DISTRITO DE MOCHE – MAYO 2006.
9
TABLA No. 2
DISTRIBUSION DE PERSONAS ADULTAS
MADURAS ENCUESTADAS SEGUN ESTILO DE
VIDA PROMOTOR DE SALUD Y SU RELACION
CON EDAD. DISTRITO DE MOCHE.
TABLA No. 3.
DISTRIBUCION DE PERSONAS ADULTAS
MADURAS ENCUESTADAS SEGÚN ESTILO DE
VIDA PROMOTOR DE SALUD Y SU RELACION
CON SEXO. DISTRITO DE MOCHE
TABLA No.4
DISTRIBUCION DE PERSONAS ADULTAS
MADURAS ENCUESTADAS SEGÚN ESTILO DE
VIDA PROMOTOR DE SALUD Y SU RELACION
CON USO DE UN SISTEMA DE SALUD. DISTRITO
DE MOCHE
IV. DISCUSION
En la Tabla Nº 01, se observa la distribución de
las Personas Adultas Maduras encuestadas, con
respecto a Estilo de Vida Promotor de Salud, la
mayoría 71.2% califico en un estilo de vida
regular, respecto a edad; la mayor cantidad de
personas 57.2%, tuvieron entre los 40 a 49 años,
en sexo la mayor parte 68% fue femenina y en el
uso de Sistema de Salud el 57.2% no lo usa.
Según Estilo de Vida, del total de adultos
maduros que fueron encuestados el 71.2 %
tuvieron un estilo de vida regular. Estos hallazgos
encontrados son similares con los encontrados
por Tello (1995), Tresierra (1997), y Pinedo(1998),
que han estudiado el estilo de vida promotor de
salud en poblaciones como familias, adultos
jóvenes y mujeres adultas, encontrando que la
mayoría de estos presentan un Estilo de Vida
Promotor de Salud Bueno y Regular. El estilo de
10
vida promotor de salud está encaminado hacia el
propio desarrollo, crecimiento del ser humano y
dirigida al logro de un alto nivel de bienestar.
Al respecto, Singer (1992) define el estilo de vida,
como una forma de vida o la manera como las
personas conducen sus actividades día a día. En
el contexto de salud, el estilo de vida ha sido
definido como todas aquellas conductas sobre
las cuales el individuo tiene control, incluyendo
acciones que influyen en los riesgos de salud de
las personas, y como actividades direccionales u
ocupacionales que tienen impacto en el estado
de salud y que son parte regular de los patrones
de vida cotidianos que tiene una persona
(Pender, 1990).
En relación a la edad, el 57.2% estuvieron entre
los 40 a 49 años, lo que guarda relación con la
pirámide poblacional del Perú, ya que a pesar de
que la edad adulta mayor va en aumento, la
mayor densidad poblacional es aún joven
(Montorio y Carboles, 2000).
Según Sexo, el 68% fue de sexo femenino, lo cual
está corroborando el estado demográfico que
existe a nivel mundial. Las Naciones Unidas
elaboraron un informe para proporcionar
fundamentos demográficos sólidos, en ello
muestra que la mayor parte de las personas de
edad son mujeres. Dado que la esperanza de
vida es mayor para las mujeres que para los
hombres, hoy hay 81 hombres de edad por cada
100 mujeres de edad (Papalia, 1994; Kofi Annan,
2002).
En el uso de los Sistemas de Salud, solo el 57.2%
de las personas encuestadas hicieron uso del
mismo. Esto muestra que una de las más grandes
debilidades del Perú, un país en vías de
desarrollo, es que no toda su población cuenta
con los servicios de salud necesarios, ya sea
porque no todos tienen un seguro o porque los
servicios de salud no son accesibles por el costo
de la atención (OPS 1996).
En la Tabla Nº 02, muestra la relación entre las
variables Estilo de Vida y Edad de las Personas
Adultas Maduras encuestadas, observando que
las personas que calificaron en un estilo de vida
Bueno, un 37.8% y están comprendidas entre 50
a 59 años, las que calificaron en Estilo de Vida
Malo, fue el 12.6% y estaban comprendidas entre
40 a 49 años y con un Estilo de Vida Regular un
78% entre 40 a 49 años. Por lo tanto se encontró
una relación altamente significativa (p<0.001)
entre el Estilo de Vida Promotor de Salud y la
Edad.
Resultados similares se obtuvieron en la Revista
de Salud Española de Enfermería Geriátrica y
Gerontológico, donde en su sección científica se
publicó un trabajo de investigación titulado
“¿Nos Preparamos Para Una Vejez más Sana?”,
ésta menciona entre sus conclusiones que en la
preparación para la vejez, las personas
comprendidas entre 50 y 60 años son las que
mejor se preparan para su vida después de
jubilarse (Jiménez Navascués, 1998). En 1989,
Weitzel llego a demostrar el rol modificador de
los factores demográficos.
Estos resultados se sustentan en los conceptos de
Nola Pender en su modelo de promoción de la
salud, (Marriner, 1997), quien enfatiza que
factores, como características demográficas,
entre otras, van a determinar la probabilidad de
involucrarse en conductas promotoras de salud.
La edad como una de las variables de estudio, se
fundamenta en el hecho de conocer que la salud
de las personas varía en función de esta
característica demográfica. El Adulto Maduro
centra su preocupación en los cambios de estilos
de vida para el mantenimiento de su salud, pues
de acuerdo a la edad de la persona se presentan
los patrones de enfermedad, así también las
conductas que la gente adopta hacia su salud
(Leiton y Ordoñez, 2003).
Durante las entrevistas para la recolección de los
datos pudimos observar que eran los adultos
maduros cuyas edades estaban comprendidas
en nuestra categoría de edades más altas,
quienes acudían más a los servicios de salud por
11
presentar enfermedades crónicas y quienes al
mismo tiempo calificaban en mejores Estilos de
Vida. A esto se añade que en algunos sistemas
de salud se manejan “programas” dirigidos a
poblaciones específicas que presentan
enfermedades crónicas o son grupos en riesgo
de dichas enfermedades (ESSALUD, 1999). Por
ello es probable que los adultos entre 50 a 59
años tengan un mejor Estilo de Vida por
esmerarse más en el cuidado de su salud frente
a algunos indicios de enfermedad y por tener
mayor acogida en algunos sistemas de salud.
En la tabla Nº 03, podemos observar la relación
entre Estilo de Vida y Sexo de las Personas Adulta
Maduras encuestadas, calificando en Estilo de
Vida Bueno, con un 29.1% el sexo femenino, en
Estilo de Vida Regular, con un 83.2% el masculino
y en Estilo de Vida Malo, con un 11.2% también el
masculino. De igual manera se encontró una
relación altamente significativa (p<0.001) entre el
Estilo de Vida Promotor de Salud y el Sexo.
El sexo es un factor que influye en la práctica de
medidas preventivo - promocionales
evidenciándose que las mujeres las realizan
mejor en comparación con los varones,
posiblemente se debe a que les preocupa su
salud, su apariencia física y personal, por otro
lado los varones por los diferentes roles y
responsabilidades que cumplen, descuidan
muchas veces y no realizan buenas prácticas de
medidas preventivo-promocionales (Papalia,
1997; DuGas, 2000; Long, 1998).
Así si nos preguntamos ¿Quiénes son más
saludables: los hombres o las mujeres?
tendríamos que recordar que las mujeres son las
que tienen menores porcentajes de muerte
durante la vida adulta, sin embargo informan
estar enfermas más a menudo que los varones y
usan con más frecuencia los servicios de salud
(Papalia, 1997; Kofi Annan, 2002).
Desde esta perspectiva, se debe considerar que
existe diferencias de conductas de los sexos, así
pues las mujeres se ocupan más de cuidar de los
demás, cuidar de los hijos, cuidar de los padres y
por supuesto, atender a su propio bienestar. El
hecho de que las mujeres acudan
frecuentemente al médico, refleja que sus
cuerpos son más sensibles, considerando
además que este grupo de personas se
encuentran en menopausia, etapa en la cual
aparece en la mujer diversas manifestaciones
patológicos por la diferencia hormonal, la cual le
condiciona a un mayor uso de los servicios
sanitarios, sobre todo de aquellos relacionados
con las enfermedades crónicas (Kofi Annan,
2002).
Las mujeres saben más de salud que los
hombres, por lo que cuidan mejor de sí mismas
y se cuidan más para evitar enfermar; esto
debido a que tienen más probabilidad de
expresar sus miedos y preocupaciones que los
hombres, ya que existe el estereotipo que la
enfermedad no es masculina, por lo que tienen
más dificultad para aceptar que están enfermos
(Papalia, 1997).
En la tabla Nº 04 podemos ver la relación entre
Estilo de Vida y Uso de un Sistema de Salud, en
la que calificaron como Estilo de Vida Bueno, con
un 29.4% quienes hacían uso de un Sistema de
Salud y como Estilo de Vida Regular, con un 78%
quienes no hacían uso de un Sistema de Salud.
En Estilo de Vida Malo con un 8.4% también
calificaron quienes hacían uso de un Sistema de
Salud. Siendo, por lo tanto, la relación entre
dichas variables, significativa (p<0.05).
En México se han realizado algunos estudios de
investigación relacionados con estilos de vida
saludables como el desarrollado por Rodríguez y
Cols (1993), cuyo objetivo fue conocer la relación
que existe entre los estilos de vida del adulto y el
uso de servicios de salud. Los resultados revelan
una alta prevalencia de tabaquismo y del
consumo de bebidas alcohólicas, pese al uso de
los servicios de salud, y pese a que los individuos
refirieron conocer los daños que produce a su
salud el no mantener estilos de vida saludables,
no emprenden acciones promotoras de salud.
Entre sus recomendaciones figura la de realizar
más investigaciones que analicen las verdaderas
12
causas que motivan a la gente a realizar
conductas promotoras de salud.
No se tienen referencias empíricas cuyos
resultados sean similares o refuercen los
nuestros, pero podemos decir, fundamentadas
en la bibliografía existente, que el uso de un
sistema de salud se relaciona estrechamente con
la práctica de estilos de vida saludables por el
gran interés que ha surgido en las últimas
décadas de promover la salud en lugar de
atender enfermedades, al parecer cada vez se
acepta más el concepto de vigilancia de la salud
durante toda la vida, para promover una salud
óptima, descubrir los primeros signos de
enfermedades o anormalidades e iniciar
tratamiento inmediato (DuGas, 2000).
Podemos decir entonces que esta información
guarda relación con lo encontrado, agregando
que de los adultos que resultaron con un Estilo
de Vida Bueno, el 100% pertenecía a ESSALUD,
sistema de salud que maneja “la cartera del
adulto” donde se incluyen los Programas de
Hipertensión, Diabetes, Asma, así como los
factores de riesgo como el sobrepeso,
tabaquismo, estrés y las dislipidemias (ESSALUD,
1999).
El acceso a los servicios de salud juega un papel
importante en la adquisición de conductas
promotoras de salud, pues permiten al adulto
maduro, tener un mayor acceso a la información,
asumir responsabilidad en el cuidado de su salud
y lograr una adecuada satisfacción de sus
necesidades (DuGas, 2000).
El aumento de las expectativas de vida en el
adulto determinó cambios demográficos tanto
en los países desarrollados como en los de en
vías de desarrollo. Posteriormente en la Segunda
Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento
indican que los cambios demográficos presentes
y futuros son extraordinarios e intensos, el
aumento del porcentaje de las personas de edad
está acompañado por la disminución del
porcentaje de niños y adolescentes. La totalidad
de la sociedad será reestructurada, ya que las
exigencias sociales y económicas nos obligaran a
encontrar nuevas formas de vivir; es así que los
sistemas de salud empiezan a sentir la necesidad
de ofertar servicios relacionados con el manejo
de las enfermedades crónicas y de los riesgos
determinantes de ellas en las etapas anteriores al
envejecimiento (Koki Annan, 2002).
Finalmente podemos sostener que dada la
significancia estadística de la relación entre las
variables en estudio: Edad, Sexo y Uso de un
Sistema de Salud, son entonces predictores de
un envejecimiento saludable y por ende el Estilo
de Vida es un componente modificable del
proceso de envejecimiento constituyéndose en el
foco de atención hacia donde los individuos
deben dirigir todos sus esfuerzos para prever un
buen envejecimiento.
IV. CONCLUSIONES
. El mayor porcentaje, 71.2% de adultos maduros
encuestados obtuvieron un estilo de vida
promotor de salud Regular y solamente una
minoría de 7.2% obtuvo un estilo de vida Malo.
. La relación entre Estilo de Vida con Edad y con
Sexo fue altamente significativa.
. La relación entre Estilo de Vida con Uso de
Sistemas de Salud fue significativa.
V. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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13
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preparamos para una vejez más sana?” sección
Rincón Científico, Revista de la Salud Española de
Enfermería Geriátrica y Gerontológico. Edit. Jarse
Haves S.A. Barcelona, España Pp: 151-156
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Promotion Model UIT Blue Collar Waker. Edit.
Nursing research. Vol. 2, Cap.38, Pp: 14-19
• ESSALUD (1999): Protocolo de Atención
del Programa Nacional de Medicina
Complementaria. Edit. Edigrafic S.A. Lima, Perú.
Pp: 10-11- 12-35-49.
14
Lic. Fany Elisabeth Guzmán Armas
Ms. María Elena Valverde Rondo
RESUMEN
El presente estudio de investigación, de tipo
descriptivo correlacional, tuvo el propósito
Determinar la relación del conocimiento y prácticas
que tienen los Internos de Enfermería sobre
aspiración de secreciones en el cuidado de pacientes
intubados en el Servicio de Emergencia del Hospital
Belén de Trujillo. La muestra estuvo constituida por
42 internos de enfermería que rotaron por el servicio
de emergencia, a quienes se aplicó dos
instrumentos; el primero: Conocimiento que tienen
los internos de enfermería sobre aspiración de
secreciones en pacientes intubados y el segundo: el
grado de aplicabilidad de las prácticas sobre
aspiración de secreciones en pacientes intubados.
Los resultados obtenidos fueron: Nivel de
conocimiento que tienen los internos de enfermería
sobre aspiración de secreciones en el cuidado de
pacientes intubados, es Bueno en 35.7%, deficiente
en 33.3% y regular en 31.0%. Nivel de las prácticas
que tienen los internos de enfermería sobre
aspiración de secreciones en el cuidado de pacientes
intubados fueron, adecuado 61.9% e inadecuado en
38.1%. Encontrándose que en la contratación de
Hipótesis; la relación entre ambas variables, el valor
de chi - cuadrado Xc2 = 34.824 resultó ser mayor que
Xt2 = 5.99 y más aún con el nivel de significancia p =
0.000 siendo así menor a 0.05, esto indica que hay
suficientemente evidencia para demostrar que existe
relación entre ambas variables.
Palabras Claves: Conocimiento, Practicas, Cuidado
de enfermería
The purpose of this study was to determine the
relationship between the knowledge and practices of
Nursing Interns about aspiration of secretions in the
care of intubated patients in the Hospital Belén de
Trujillo Emergency Service. The sample consisted of
42 nursing interns who rotated for the emergency
service, to whom two instruments were applied. The
first one: Nursing inmates 'knowledge about
aspiration of secretions in intubated patients and the
second: the degree of applicability of practices on
aspiration of secretions in patients intubated. The
results obtained were: Level of knowledge that the
nursing interns have about aspiration of secretions in
the care of intubated patients, is Good in 35.7%,
deficient in 313.3 and regular in 31%. Level of nursing
interns' practices regarding aspiration of secretions
in the care of intubated patients were, adequate
61.9% and inadequate in 38.1%. Finding that in
recruitment Hypothesis; The relationship between
the two variables, the chi - square value Xc2 = 34.824
was found to be greater than Xt2 = 5.99 and even
more so with the significance level p = 0.000 being
thus less than 0.05, this indicates that there is enough
evidence to show that there is a relationship between
both variables.
Keywords: Knowledge, Practices, Nursing Ca
I. INTRODUCCIÓN
Realidad Problemática
Los pacientes intubados o con ventilación mecánica
regulan un cuidado especializado y además el tubo
endotraqueal determina la permeabilidad de la vía
aérea, puesto que aumenta la temperatura y la
humidificación del aire, interviene como un cuerpo
extraño condicionando trauma local, daño en la
función ciliar y daño en la expulsión y deglución de
secreciones. Por lo tanto el riesgo de neumonía en
pacientes intubados es entre 6 a 21 veces mayor que
en otros pacientes y se refiere que el riesgo se
incrementa entre 1% y 3% por cada día que el
paciente requiere intubación endotraqueal (Wrigh y
Romano, 2006). Del mismo modo Los pacientes que
tienen períodos de estancia hospitalaria
prolongados son los que tienen mayor riesgo de
adquirirla. La incidencia es de 4.7 casos por cada
1000 días ventilador en EEUU, a 43-63 casos por
cada 1000 días ventilador en varios países de
Latinoamérica como; México, Colombia, Perú, Brasil
y Argentina, en donde la mortalidad es de 20-45%
(Esteban y Martin, 2006)
Al respecto, González (2004), señala que la
ventilación mecánica puede producir
complicaciones de la vía aérea artificial del paciente
en situación crítica, siendo una de ellas; la
CONOCIMIENTOS Y PRÁCTICAS QUE TIENEN
LOS INTERNOS DE ENFERMERIA SOBRE
ASPIRACION DE SECRECIONES EN
PACIENTES INTUBADOS
15
acumulación de secreciones. Por lo tanto, las
secreciones no pueden ser expulsadas de la vía
aérea con la tos, la aspiración mecánica puede ser la
ayuda al paciente. Los mecanismos de aspiración o
succión de secreciones son procedimientos invasivos
que abarcan un catéter puesto en la vía aérea
artificial o en el tubo orotraqueal, a una presión
negativa (vacío) controlado a través de un regulador.
Los pacientes con vía aérea artificial siempre
requieren asistencia con remoción de secreciones.
Algunas indicaciones para succionar incluyen
evidencia directa de secreciones en la vía aérea, un
inexplicable incremento en la presión pico en el
ventilador, aumento de la resistencia pulmonar y un
inexplicable deterioro en los gases sanguíneos.
En este sentido, la aspiración de secreciones
endotraqueales es un componente básico de la
higiene bronquial del paciente sometido a
ventilación mecánica. Diferentes estudios realizados
en los últimos años han valorado la repercusión de
distintos factores sobre esta técnica tales como:
sonda de aspiración adecuada, profundidad de
inserción de la sonda, duración del tiempo de
succión, utilización de sistemas de aspiración
abiertos o cerrados, medidas de asepsia,
hiperoxigenación del paciente antes de la técnica,
complicaciones asociadas, nivel de formación y
conocimientos del profesional de Enfermería; y a
partir de los resultados se han elaborado diversas
guías clínicas y protocolos que se utilizan en las
Unidades Criticas. (Mendivil, 2002)
En relación a lo anterior, Arencón (2009), plantea
que los beneficios de la aspiración de secreciones es
mantener la permeabilidad de la vía aérea y
favorecer el intercambio de gases, partiendo del
principio que la respiración involucra procesos
vitales como el intercambio gaseoso en los
pulmones, el mantener una vía aérea artificial
requiere de un conocimiento teórico – práctico con
el fin de evitar complicaciones que pongan en
peligro la vida del paciente y aseguren una atención
de calidad, de aquí radica la importancia que
presenta el uso adecuado de la técnica de
aspiración.
En el mismo orden de ideas, Thompson (2000),
resalta que es necesario que las enfermeras posean
destrezas y delicadeza necesaria al realizar la
aspiración de secreciones para evitar las posibles
consecuencias. Las (os) enfermeras (os) no deben
realizar la aspiración de secreciones como una rutina
programada, solo debe realizarse cuando una
evaluación exhaustiva del paciente establezca la
necesidad de este procedimiento el cual se debe
emplear con una técnica aséptica.
En este contexto, en el Servicio de Emergencia
ingresan pacientes con patologías clínicas diversas
como; sepsis; neumonías; fibrosis pulmonar; edema
agudo de pulmón; cardiopatías; infarto al miocardio;
accidente cerebrovascular (ACV);crisis convulsivas;
Síndromes del distrés respiratorio del adulto;
arritmias, traumatismos craneoencefálicos; torácicos;
abdominales; politraumatismo; insuficiencia renal
crónica; pacientes en postoperatorio inmediato;
entre otros; los que son atendidos por un equipo
multidisciplinario que incluye Médicos especialistas,
enfermeras, técnicos e Internos de Enfermería, los
mismos que están en proceso de aprendizaje y al
mismo tiempo desarrollan una serie de
procedimientos, entre ellas la técnica de aspiración
de secreciones en pacientes intubados;
observándose que al realizar dicho procedimiento
lo hacían en forma rutinaria, al no emplear una
valoración adecuada al paciente, el uso inadecuado
de barreras protectoras, lo cual condiciona a que se
alteren los mecanismos de defensa del huésped y al
incremento de la colonización de microrganismos
adquiriendo infecciones nosocomiales siendo las
más frecuentes las infecciones respiratorias, a través
de la aspiración de secreciones y el no cumplimiento
de las normas de asepsia poniendo en riesgo la vida
del paciente. (Urden, 2002)
La intervención del Interno de enfermería, como
parte de su formación profesional, en el cuidado del
paciente con alteraciones respiratorias, incluye la
aspiración de secreciones, este es un cuidado básico
y habitual que por sí mismo es agresivo, por lo que
aun realizado de forma correcta puede repercutir
negativamente en los parámetros hemodinámicos,
neurológico y respiratorio. (Urden, 2002). Sin
embargo, la evidencia científica sobre el tema
orienta hacia el hecho de que la práctica más segura
implica la existencia de protocolos, su revisión
periódica. No obstante algunos estudios y la misma
práctica cotidiana hacen referencia, que pese a tener
los conocimientos adecuados, la enfermera (o) e
Interno (a) no lo aplican satisfactoriamente en la
16
práctica cuando efectúan la aspiración de
secreciones en el cuidado del paciente.
El motivo que sigue la realización del siguiente
estudio, surge de las vivencias durante las prácticas
clínicas en el Servicio de emergencia y la misma
hospitalización, donde observe que existe una
diversidad de criterios del personal que labora allí
para la realización de la técnica de aspiración de
secreciones por tubo endotraqueal, trayendo como
consecuencia diferentes opiniones, que causaban
desconcierto en el Interno de enfermería sobre cuál
es el correcto procedimiento a realizar e indagar
sobre el conocimiento y uso de la técnica de
aspiración de secreciones durante los turnos de
trabajo en esta institución hospitalaria.
Teorías relacionadas al tema
El presente estudio, se fundamenta en los factores
del cuidado de la teoría de Watson (2005), quien
concibe el cuidado más como una idea moral que
como una actitud orientada al trabajo. Incluye
características de cuidado transpersonal; es decir,
fenómenos que ocurren cuando existe una relación
de cuidado auténtica entre la enfermera y el
paciente. Enfatiza que para comprender los
cuidados de enfermería, éstos se deben analizar en
su contexto y relacionarlos con otras áreas del saber,
como la filosofía, las ciencias humanas, la historia, la
psicología, la fisiología, la sociología, la antropología
y el resto de ciencias de la salud. Asimismo, para
lograr una mayor comprensión de los mismos,
considera conveniente identificar, describir y estudiar
los factores humanísticos-científicos centrales,
mediante los que resulta posible efectuar un cambio
positivo en el estado de salud.
En la perspectiva de la autora, el conocimiento
permite ser la base de la práctica, es decir, un
conocimiento que expresa la concepción teórica de
la profesión. Para la disciplina, el cuidado se
constituye en el centro o la esencia de la praxis, lo
cual exige que la actuación del profesional de
enfermería deba guiarse por la responsabilidad
ética; desarrollar relaciones respetuosas y
comprensivas; y emplear sistemas de resolución de
problemas, procesos de toma de decisiones basados
en apreciaciones exactas, conocimiento apropiado y
juicios sólidos; además, de ser un profesional
sensible ante los problemas de salud, comprometido
con el arte de cuidar y de respaldar la imagen de
Enfermería como disciplina profesional.
Por lo tanto, es a partir de la formación universitaria
cuando el estudiante de enfermería fortalece
competencias profesionales a fin de ser autónomo,
desarrollar compromiso social, capacidad crítica
racional, tomar postura transformadora, entender el
respeto por el otro ser y su compromiso con el
desarrollo y fortalecimiento de la profesión. No
obstante cuando el estudiante llegue a las prácticas
profesionales, donde hay un encuentro entre
estudiantes, docentes y comunidad, es importante
que el Interno de enfermería sea sensible cuando
realiza el procedimiento de aspiración de
secreciones y rompa el paradigma utilitarista en
donde solo ve la situación clínica como una ganancia
para su aprendizaje que espera traducir en un
elemento de evaluación cuantitativa.
Watson (2004), reconoce que “Enfermería es una
ciencia humana y el proceso de cuidado humano en
enfermería es un humanitarismo significativo y un
acto epistémico que contribuye a la preservación de
la humanidad; así, plantea que conservar el avance
del cuidado de enfermería es importante porque
dentro de la ciencia, al igual que dentro de la
sociedad, el llamado es ver al ser humano en su
totalidad”. Considera que el mejor modelo de
enfermería para la educación, la investigación y la
práctica es la de una clínica académica.
En este sentido, es el momento que los Profesionales
de Enfermería que laboran en el servicio de
emergencia deben aprovechar para formar al
Interno de enfermería en la cultura del amor, la
sensibilidad, la comprensión de la persona, de
manera que las integre a su crecimiento personal y
a la utilidad ética que le provee al currículo, lo mismo
que a la utilidad de continuidad que este le genera.
El proceso anterior de encuentros de situaciones
formativas ha de privilegiar la real simbiosis entre la
docencia, la investigación y la extensión. La
educación así vista se debe centrar, entre otros
aspectos en procesos cognitivos fundamentales para
las intervenciones de Enfermería más que en el
desarrollo de habilidades instrumentales.
17
Con lo anterior, consideramos la idea emitida por
Watson (1979), como una definición Ideal para guiar
y contrastar la práctica de enfermería en las unidades
de emergencia de las Instituciones Hospitalarias, con
el fin de que el Interno de enfermería que realiza su
práctica en dicho servicio logre que el cuidado sea
un ideal moral que transcienda el acto y que vaya
más allá de la acción de una enfermera (o)
produciendo actos colectivos de la profesión con
consecuencias positivas para la civilización humana
a través de la introducción de una cultura de cuidado
humanizado.
En este contexto, en el cuidado del paciente, las
secreciones bronquiales son un mecanismo de
defensa de la mucosa bronquial que genera moco
para atrapar partículas y expulsarlas por medio de la
tos. De tal modo, en pacientes sometidos a
ventilación mecánica por medio de tubos
endotraqueales, este mecanismo de expulsar las
secreciones sobrantes está abolido y hay que
extraerlas manualmente por medio de aspiración de
secreciones del tubo endotraqueal que ocluyen
parcial o totalmente la vía aérea e impiden que se
realice una correcta ventilación (Suzanne, 2013)
De tal modo que para realizar la aspiración de
secreciones al paciente intubado, se considera los
siguientes principios: la hidratación sistémica y la
humidificación del aire inspirado junto con el lavado
ayudan a reducir las secreciones para una aspiración
y expectoración más fáciles. El drenaje postural
facilita la movilización de secreciones hacia las vías
aéreas dentro del alcance de la sonda de aspiración.
La técnica estéril es de suma importancia para
reducir la incidencia de infecciones, lo cual se debe
realizar de manera segura, efectiva con una
frecuencia establecida. La hiperoxigenación y la
insuflación se realizan con la bolsa de reanimación
manual o con un respirador mecánico, los que
permiten que la aspiración se realice de manera
segura sin reducir seriamente los niveles de oxígeno
arterial (Meseguer, 2004)
Las prioridades de enfermería en el cuidado de los
pacientes con vía aérea artificial incluyen la
humidificación, el tratamiento del tubo endotraqueal
y la aspiración. Dado que el tubo deriva la vía aérea
superior, el calentamiento y la humidificación del aire
debe realizarse por medio externo. Puesto que el
manguito del tubo lesiona las paredes de la tráquea,
es fundamental el cuidado adecuado del maguito.
Además los mecanismos de defensa normales están
alterados y las secreciones se acumulan siendo
necesaria la aspiración para su eliminación. Como los
pacientes, no pueden hablar con estos tubos, es muy
importante programar un sistema de comunicación.
(Meseguer, 2004)
Los pacientes con tubo endotraqueal generalmente
necesitan una aspiración para mantener la vía aérea
permeable. Esta aspiración es un procedimiento
estéril, realizado sólo cuando es estrictamente
necesario, no como maniobra rutinaria. La aspiración
de secreciones tiene como objetivo retirar del árbol
bronquial las secreciones que el paciente no pueda
eliminar de forma espontánea, de esta manera se
mantiene la permeabilidad del tubo endotraqueal,
favoreciendo el intercambio de gases a nivel alveolo
– capilar. En esta perspectiva, los signos y síntomas
que indican la necesidad de aspirar son: aumento de
la frecuencia respiratoria y cardiaca en el paciente;
hipotensión arterial; intranquilidad y ansiedad en el
paciente; secreciones visibles y obvias; cuando la
auscultación se capte la presencia de ruidos
estertores y sibilantes respiratorias. (Suzanne, 2013)
La aspiración de secreciones es importante durante
los cuidados traqueales, pero no está exento de
complicaciones entre ellos se tiene las más
frecuentes:
Hipoxia: cuando se aspira a un paciente, además de
secreciones se aspira oxígeno, es por ello que se
hace necesario hiperinsuflar al paciente antes y
después de la aspiración, administrando al menos
cinco insuflaciones con bolsa de reanimación
conectado a un flujo de oxígeno al 100%. En el caso
de estar conectado a un ventilador, se puede
cambiar la FiO2 al 100%, esto ya lo realizan
previamente los ventiladores más modernos
mediante un mando adecuado por el tiempo de un
minuto.
Arritmias: pueden ser provocadas por la hipoxia
miocárdica y por la estimulación del vago; se debe
controlar la frecuencia y ritmo cardíaco en todo
momento mientras se realiza la aspiración de
18
secreciones, y también se detectará cambios
significativos que se puedan dar en el paciente.
Hipotensión: Esta complicación puede aparecer
como resultado de la hipoxia, bradicardia y
estimulación del vago. La aspiración produce una
maniobra semejante a la calidad, la cantidad, tipo de
secreciones que puede favorecer la hipotensión; se
anotará al inicio y término de la sesión.
Atelectasias: La alta presión negativa durante la
aspiración, puede causar colapso alveolar e incluso
pulmonar, con el fin de prevenir esta complicación la
sonda de aspiración deberá ser de tamaño
adecuado. Una regla de oro a seguir: la sonda de
aspiración no ha de ser un número mayor que el
doble del tamaño del tubo endotraqueal; el nivel
seguro para la aspiración estará comprendido entre
30 y 120 mmHg.
Paro Cardíaco: Es la complicación más grave de
todas las que pueden aparecer como consecuencia
de la aspiración de secreciones. Por ello busque
signos clásicos de paro inminente. Observe el
monitor cardiaco en busca de arritmias durante y
después de la aspiración. En caso aparezcan, deje de
aspirar y adminístrele el oxígeno al 100% hasta que
el ritmo cardíaco vuelve a la normalidad; en caso
necesario tener preparado el coche para RCP.
(Meseguer, 2004)
Así mismo las contraindicaciones de la aspiración por
tubo endotraqueal pueden ser absolutas:
Obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño.
Entre las relativas tenemos: broncoespasmo en el
paciente ya que la hiperreactividad bronquial y la
inflamación son dos procesos activos que se dan
momento y evitan el avance de sonda se tendrá que
administrar corticoides; Hemorragia pulmonar
masiva favorece al sangrado; enfermos con
alteraciones de la coagulación (Souza, 2012).
Para aspirar secreciones en el cuidado del paciente
intubado, es necesario tener conocimiento, el cual es
definido por Bunge (2000), como el conjunto de
ideas, conceptos, enunciados que pueden ser claras,
precisos, ordenados e inexactos, en base a ello se
tipifica al conocimiento en: Conocimiento científico y
Conocimiento vulgar. El primero lo identifica como
conocimiento racional, analítico, objetivo y
sistemático a través de la experiencia y el
conocimiento vulgar, como un conocimiento vago,
inexacto limitado a la observación.
Tamayo (2004), refiere que conocer es enfrentar la
realidad; todo conocimiento es forzosamente una
relación en la cual aparecen dos elementos
relacionados entre sí; uno cognoscente, llamado
sujeto, y otro conocido, llamado objeto. Esta relación
implica una actividad en el sujeto, la cual es la de
aprender el objeto, y la del objeto es simplemente
de ser aprendido por el sujeto.
En las perspectiva de los autores, el conocimiento
de los internos de enfermería en el cuidado en
pacientes con tubo endotraqueal, son el conjunto de
información, ideas, conceptos científicos que tienen
el Interno de enfermería sobre la realización de la
aspiración de secreciones en pacientes intubados en
cuanto al procedimiento, principios y
complicaciones, etc. Los cuáles serán medidos a
través de un cuestionario.
Al tener conocimiento este se debe aplicar en la
práctica, el cual, es considera como sinónimo de
experiencia, para que el ser humano aplique cierto
tipo de conocimientos, es necesario en primera
instancia un primer acercamiento, contacto directo
mediante el uso de sentidos y conducta psicomotriz
es decir el experimento; no puede hacer práctica de
tal o cual conocimiento si antes no se obtiene la
experiencia. Esta es evaluada objetivamente
mediante la observación de las habilidades
psicomotrices del sujeto, independientemente es
evaluada por conducta psicomotriz referida por el
sujeto para el logro de los objetivos. (Tamayo, 2004)
Inicialmente la práctica de enfermería se desarrolló
casi por imitación, junto a la enfermera experta. Rara
vez se sistematizaba esa práctica y menos aún el
conocimiento que le daba soporte. Las enfermeras
podían cambiar información pero ésta se enfocaba
más en el "cómo". Con la aparición del proceso de
enfermería en los años sesenta, las enfermeras
comenzaron a tener un lenguaje común que facilitó
19
compartir aspectos de la práctica. Cuando las
enfermeras comenzaron a compartir las experiencias
de dar cuidado, el enfoque "procedimental" cambió
hacia el de práctica basada en el conocimiento
científico. (Murga, 2003)
Por lo tanto, la naturaleza de la práctica disciplinar
sugiere que ésta debe ser guiada por teorías
científicas. La idea de que la práctica y la teoría están
separadas y que requieren ligarse es errónea. De
igual manera que la teoría estructura a la
investigación, la teoría da forma a la práctica. Estas
dos entidades no son diferentes, más bien son
diferentes aspectos del mismo fenómeno. La teoría,
la práctica y la investigación no son entidades
diferentes de la práctica profesional y éste es el
verdadero significado que debemos dar a nuestro
quehacer.
Formulación del problema
¿Cómo se relacionan el nivel de conocimiento y
prácticas que realizan los Internos de Enfermería en
la aspiración de secreciones en el cuidado de
pacientes intubados en el Servicio de Emergencia del
Hospital Belén de Trujillo?
Justificación del estudio
En los Servicios de Emergencia, el Interno de
enfermería realiza distintas actividades como parte
de su formación profesional, dentro de los cuales se
encuentra la aspiración de secreciones en el cuidado
a los pacientes portadores de un tubo endotraqueal.
La aspiración de secreciones, es un procedimiento
que se requieren medidas de asepsia y antisepsia
por tratarse de introducir elementos (sonda de
aspiración) a través de tubos endotraqueales al
sistema respiratorio bajo (tráquea y bronquios). Este
procedimiento requiere de la correcta aplicación de
técnicas para evitar posibles complicaciones y
comprometer el estado de salud del paciente.
Una de las complicaciones más frecuentes al realizar
la aspiración de secreciones por tubo endotraqueal,
son las infecciones intrahospitalarias, los cuales son
un problema de salud pública tanto a nivel nacional
como mundial, dado que se asocian a un incremento
de la mortalidad, morbilidad y también se elevan los
costos hospitalarios para los pacientes, las familias y
la sociedad. Muchas veces ocurre que no se aplican
la técnica correcta para realizar este procedimiento
ya sea por desconocimiento, conocimiento empírico,
mala disposición para realizarlo o simplemente por
omisión. Otro aspecto de importancia son las
distintas técnicas que realizan el personal de
enfermería dentro de esta área en la misma
institución, el mismo que era imitado por el Interno
de Enfermería ya que pocas veces cuentan con un
protocolo o normativas para realizar estos y otros
procedimientos.
Por lo tanto, el contar con un protocolo
estandarizado y actualizado en la Unidad de
Emergencia sobre la aspiración de secreciones
bronquiales, brindaría al Interno (a) de enfermería
que rota mensualmente a la Unidad, informarse y
aplicarlo en la práctica cuando cuida paciente con
intubación endotraqueal, el mismo que redundara
en beneficios que conllevarían a que los pacientes
permanezcan menos tiempo dentro de la Unidad,
presenten menos complicaciones y ayude a una
pronta recuperación. No obstante el Interno de
enfermería estaría menos expuesto a contraer
alguna infección cruzada producto de la exposición
a sustancias orgánicas, y lo que es aún más
relevante, que en los distintos turnos de trabajo, ellos
tendrían unificación de criterios en la realización de
este procedimiento.
Objetivos
General:
Determinar la relación entre el nivel de conocimiento
y las prácticas que realizan los Internos de
Enfermería sobre aspiración de secreciones en el
cuidado de pacientes intubados en el Servicio de
Emergencia del Hospital Belén de Trujillo.
Específicos:
Valorar el nivel de conocimiento que tienen los
Internos de Enfermería sobre aspiración de
secreciones en el cuidado de pacientes intubados en
el Servicio de Emergencia del Hospital Belén de
Trujillo
20
Valorar las prácticas de cuidado que realizan los
Internos de Enfermería sobre aspiración de
secreciones en el cuidado de pacientes intubados en
el Servicio de Emergencia del Hospital Belén de
Trujillo.
II. Material y Método
El estudio corresponde a una investigación de
enfoque: cuantitativo, descriptivo, prospectivo y
Transversal porque, el estudio de las variables se
realizó en los meses enero –marzo del 2016
Muestra: se utilizó el muestreo no probabilístico (por
conveniencia), Esta muestra representa el 100% de la
población (42 internos de enfermería que rotaron
por el Servicio de Emergencia del Hospital Belén de
Trujillo). Así mismo, es una muestra representativa y
adecuada para llevar a cabo la investigación.
Criterios de Inclusión:
- Internos de enfermería que rotaron por el
Servicio de Emergencia del Belén de Trujillo
- Internos de enfermería que aceptaron
participar voluntariamente en la
investigación.(consentimiento informado)
Criterios de Exclusión:
- Internos de enfermería que no desearon
participar voluntariamente en la
investigación
- internos de enfermería que estuvieron con
licencia por enfermedad
Técnicas e instrumentos de recolección, validez y
confiabilidad:
Se utilizaron dos instrumentos para la recolección de
la información, uno de ellos es sobre: “Conocimiento
que tienen los Internos de enfermería sobre
aspiración de secreciones en pacientes intubados”.
Consta de 20 enunciados; donde cada item vale 1
punto, considerando: conocimiento Bueno (17–20
puntos), regular (14–16 puntos) y deficiente (0–13
puntos). El segundo instrumentó: una lista de
cotejos, para verificar el grado de aplicabilidad de la
práctica sobre aspiración de secreciones. Consta de
53 enunciados, dividido en tres partes; Parte A,
constituido por prácticas antes de aspirar
secreciones y lo constituyeron los Ítems: 1 hasta el 19.
Parte B, constituido por prácticas durante la
aspiración de secreciones y lo constituyeron los
Ítems: 20 hasta el 45. Parte C, constituido por
prácticas que realizo el interno de enfermería
después de la aspiración de secreciones y
comprende los ítems: 46-53. La suma de los puntajes
de este instrumento, se clasificaron como: Adecuado
(27-53 puntos) e inadecuado (0-26) puntos. Para
medir el instrumento se utilizó la observación directa
como elemento básico. Sin embargo para evitar el
sesgo en la recolección de la información, se realizó
por lo menos tres observaciones a cada Interno de
enfermería en turnos consecutivos de trabajo de 6
horas.
Validación y confiabilidad
El instrumento fue sometido a una prueba de validez
de contenido y se estructuró mediante juicio de
expertos, donde participaron 4 enfermeras del área
de estudio, lo que permitieron realizar los ajustes
necesarios para su aplicación. Posteriormente se
realizó la prueba piloto a 15 Internos de enfermería
aplicando el instrumento de Nivel de Conocimiento
que tiene los Internos de Enfermería sobre
aspiración de secreciones. Los mismos que no
fueron incluidos en la muestra de estudio. Del mismo
modo se aplicó una lista de cotejo para medir la
práctica en aspiración de secreciones a pacientes
intubados; empleando la fórmula de Kudert
Richardson para la determinación de la confiabilidad
estadística y fórmula de Pearson para la validez.
(Fidias, 2002)
Procedimiento de recolección de datos
Se realizó los trámites administrativos,
presentándose una solicitud dirigida al Director del
Hospital Belén de Trujillo, solicitando su autorización
para la ejecución del estudio; el mismo que es
llevado a la Unidad de Docencia, Investigación y
Capacitación. Luego se coordinó con esta Unidad y
21
se elaboró el cronograma de recolección de datos
durante Enero–Marzo del 2016.
Métodos de análisis de datos
Con los datos obtenidos se verificó las hipótesis
planteadas, esto permitió discutir los resultados
obtenidos con la información del marco teórico y los
antecedentes del trabajo de investigación. Los datos
fueron procesados en el programa de análisis
estadístico en concordancia y la prueba Binomial del
programa Excel. Se procedió a la Tabulación,
ordenándola en cuadros estadísticos de simple y
doble entrada. El análisis estadístico comprendió la
prueba de correlación, habitualmente denotada por
“” y se puede estimar mediante el coeficiente de
correlación de Pearson denotado por “r“, y es
utilizado cuando ambas variables son cuantitativas
siguiendo una distribución normal. No obstante, se
necesitó calcular previamente la covarianza entre las
dos variables y las desviaciones típicas muéstrales.
(Fidias, 2002).
III. RESULTADOS
IV.DISCUSIÓN
En la tabla 1, se encontró que de 42 internos de
enfermeria encuestados, el 35.7% de Internos de
enfermeria presentan un buen nivel de
conocimiento y un porcentaje similar es regular con
un 33.3% y 31% con nivel deficiente. Estos resultados
difieren con Apolinar (2002), al encontrar que el 84%
de enfermeros poseen un conocimiento medio
sobre aspiracion de secreciones en pacientes
intubados. Un gran porcentaje no supieron definir la
tecnica, ni los objetivos, ni las complicaciones en
dicho procedimiento; sin embargo el 100% conocen
las barreras de protección, la frecuencia y el tiempo
de aspiración.
En base a los resultados de la investigación realizada,
se tiene que el mayor porcentaje de Internos de
enfermeria presenta un nivel de conocimiento no
optimo sobre aspiracion de secreciones en el
cuidado de pacientes intubados, con un 64.3%, lo
cual hace necesario para mejorar estos resultados la
inplementacion de estrategias de mejora continua,
que incrementen los conocimientos teóricos en que
se fundamente el procedimiento de aspiracion de
secreciones, para brindar un cuidado de enfermeria
que tenga como premisa la seguridad del paciente,
con disminución de neumonias por aspiración de
secreciones.
La aspiración de secreciones endotraqueales al
paciente intubado, es un procedimiento invasivo que
permite tener una via aerea permeable,
favoreciendo una mejor ventilación. Por ello, es
importante que el Interno de enfermeria adquiera
conocimientos especificos sobre la condición clínica
del paciente, fisiologia y terapia respiratoria, por lo
tanto, es fundamental estudios para la obtención de
22
evidencias que fundamenten la práctica para la
realización segura y eficaz de la aspiración
endotraqueal.
Actualmente existe una gama de guias y/o
protocolos sobre aspiración de secreciones en el
paciente intubado, el cual debe ser conocido por el
interno de enfermería para cumplir la misión de
brindar cuidados efectivos, adquiriendo
autoconfianza y ejercer más su autonomía, como lo
refiere Watson (2005), con la aplicación de uno de
los factores del caritas: "El uso sistemático de una
resolución creativa de problemas del proceso
asistencial" se convierte en: "el uso creativo de uno
mismo, como partícipe en el arte de cuidar y de
todas las maneras de conocer como parte del
proceso asistencia'.
En la postura de la autora, según este factor
cuidativo, los procedimientos de aspiración de
secreciones no se deben realizar mecánicamente,
para ello se aplica el proceso de cuidado de
enfermería, donde se identifican diagnósticos de
necesidades de salud y se planifican soluciones, así
mismo a la evaluación de estas acciones con el
propósito de investigar, estudiar y desarrollar
habilidades, para enfrentar situaciones nuevas para
el cuidado de la persona.
Por lo que, se hace necesario que en las escuelas
profesionales de enfermería de nuestra región, a
medida que los estudiantes de enfermería adquieren
nuevos conocimientos en las diferentes experiencias
curriculares, fortalezcan los conocimientos empíricos
y los basados en la experiencia de su práctica de
internado en las instituciones hospitalarias, para
formar un profesional integro capaz de afrontar el
cuidado de personas con procedimientos invasivos,
considerando además la parte espiritual y
emocional, ósea como un ser integro.
En la tabla 2, muestra la distribución numérica y
porcentual según la variable, práctica de cuidado
sobre la aspiración de secreciones en pacientes
intubados, encontrándose que el 61.9% de Internos
de enfermería realizan una práctica adecuada y un
38.1% realizan una práctica inadecuada. Resultados
que se asemejan con Apolinar (2002), al señalar que
el 77% de las enfermeras de la unidad de
intermedios realizan una "buena" práctica en la
técnica de aspiración de secreciones en pacientes
intubados y solo el 23% realizan una práctica
"regular" porque antes del procedimiento no
realizan la auscultación y evaluación al paciente.
Sin embargo, difieren con lo encontrado por Collado
(2009), al señalar que habilidades omitidas por más
del 50% de los profesionales observados fueron:
mantener las normas de asepsia, apoyo psicológico
al paciente y familiar, auscultar ambos campos
pulmonares, aplicar fisioterapia respiratoria, prefijar
correcta presión de aspiración, observar los cambios
ocurridos en el monitor, ladear la cabeza para
aspirar ambos bronquios y aspirar nariz y boca
gentilmente. De igual modo Souza8 destaca que
durante el procedimiento las enfermeras no realizan
en su totalidad los pasos de esta técnica y a su vez
no existe un criterio único para realizar los pasos
correctos de la misma, lo cual podría ocasionar
graves consecuencias en el paciente.
López (2007) converge con Collado (2009) y Souza
(2012), al señalar que un porcentaje considerable
(53% y 60%) de las enfermeras que aplican de
manera inadecuada las medidas de bioseguridad en
la aspiración de secreciones a pacientes
traqueostomizados antes y después del
procedimiento, relacionado a que no prepara
equipos y materiales para boca y traqueotomía, no
ausculta los pulmones en busca de estertores y
sibilantes, no retira joyas en el momento de lavarse
las manos, no se coloca mandilón y mascarilla;
además de existir un menor porcentaje (20%) que
desconoce la medida de sonda que va a introducir
(6–12 cm), predisponiéndole a enfermedades
degenerativas, crónico degenerativas y/o
complicaciones”
Se puede concluir, que un buen porcentaje de
Internos de enfermería, realizan correctamente la
práctica de aspiración de secreciones, porque
aplican un buen lavado de manos, así como sus
prácticas de bioseguridad, valoran el patrón
respiratorio. No obstante hay un porcentaje
significativo que lo realiza en forma inadecuada
(38.1%) porque no ausculta al paciente antes de
aspirarlo, no hiperoxigena, la duración de la
aspiración es mayor de 12 segundos, lo cual puede
23
llevar al paciente a una deficiente cuidado de
enfermería que puede afectar su calidad de vida,
aumentar los días de hospitalización y costos
personales e institucionales.
Previamente a la aspiración de secreciones en el
cuidado del paciente intubado, el interno de
enfermería debe valorar los campos pulmonares,
siendo el signo más común la presencia de ruidos
agregados en los pulmones del paciente,
especialmente roncantes en la región hiliar, el cual
van alterar la difusión de los gases arteriales y la
mecánica ventilatoria. De allí que la asistencia con la
gratificación de necesidades humanas" son
importantes en la postura de Watson (1999). Las que
posteriormente llama: "La asistencia en necesidades
básicas, con un cuidado consciente e intencional que
toca y envuelve el espíritu de los individuos,
honrando la unidad del Ser, y permitiendo a la
espiritualidad emerger".
Este factor cuidativo, en relación a las necesidades
humanas está estratificada de acuerdo a Watson
(2004), el primer nivel está representado por las
necesidades de supervivencia o necesidades
biofísicas, por ejemplo: nutrición, eliminación y
ventilación. En el segundo nivel se ubican las
necesidades funcionales o psicofísicas como reposo-
actividad, y las sexuales. En un tercer nivel, las
integrativas o necesidades psicosociales, de
pertenencia y logros. En el nivel más elevado se
ubican las necesidades intra/interpersonales; la
necesidad de realización del sí mismo, tendientes a
la búsqueda de crecimiento personal.
Según el planteamiento anterior, al verse afectado
las necesidades del primer nivel, entre ellos la
ventilatoria, en el caso del paciente portador de un
tubo endotraqueal, esto alteran las necesidades en
todos los niveles. El brindar cuidados es, por tanto el
ideal moral que el Interno de enfermería lo debe
tener presente para la satisfacción de las
necesidades humanas, en el ámbito de la salud de
una persona y su familia, y así constituirse en un
cuidado integrativo y holístico, porque abarca los
diferentes estratos de necesidades.
En la tabla 3, demuestra que 15 Internos de
Enfermería, presentan un nivel bueno de
conocimiento (35.7%) y a la vez realizan de manera
adecuada las prácticas de aspiración de secreciones
a pacientes intubados y un porcentaje significativo
de 2 de ellos, tiene un nivel regular de conocimiento
(4.8%) y a la vez su práctica es inadecuada. Al realizar
la contrastación de las variables estudiadas, se
encontró que el valor de chi - cuadrado Xc2 =
34.824, resultó ser mayor que Xt2 = 5.99 y más aún
con el nivel de significancia p = 0.000 siendo así
menor a 0.05, el cual indica que hay suficiente
evidencia para demostrar que existe relación entre
ambas variables. De igual modo al aplicar la
“Correlación de Pearson”, entre ambas variables
encontramos que el valor de r = 0.755, la cual indica,
que es una correlación positiva alta, y más aún para
demostrar con el nivel de significancia de 0.000
siendo así menor al nivel de significancia estándar de
0.05 (p < 0.05). (Tabla 4)
Al comparar estos resultados con Souza (2012),
difieren con la investigación realizada a Internos de
Enfermería, al encontrar que la población en estudio
tiene conocimientos sobre la realización de la técnica
de aspiración de secreciones bronquiales; sin
embargo, cabe destacar que durante el
procedimiento las enfermeras no realizan en su
totalidad los pasos de esta técnica y a su vez no
existe un criterio único para realizar los pasos
correctos de la misma, lo cual podría ocasionar
graves consecuencias en el paciente.
Al evaluar los resultados de la investigación
realizada, solamente el 35.7% tiene un buen nivel
de conocimiento y práctica adecuada de aspiración
de secreciones, y lo constituyen solamente 15
Internos de enfermería, que podemos decir de los 27
restantes, los cuales estarían brindando a los
pacientes un cuidado deficiente, a pesar de haber
evidencias científicas para brindar un cuidado seguro
y eficaz, lo que estaría demostrando que muchas de
estas recomendaciones dadas en las aulas no han
sido observadas en la práctica clínica. Frente a estas
evidencias disponibles se puede aportar que
Docentes tutores y alumnos del internado las
incorporen en la práctica asistencial mediante
capacitaciones y supervisión de la aplicabilidad,
además de guiar nuevas investigaciones.
Por lo tanto, la aspiración de secreciones
traqueobronquiales, es un procedimiento frecuente
en los servicio de atención crítica, como es el servicio
de emergencia, en donde los pacientes requieren
muchas veces, ventilación asistida, partiendo del
principio, que la respiración involucra procesos
vitales como el intercambio gaseoso en los
pulmones, requisito indispensable para el
metabolismo celular (Urden, 2002). El mantener una
24
vía aérea artificial requiere de un conocimiento
teórico-práctico con el fin de evitar complicaciones
que pongan en peligro la vida del paciente y
aseguren una atención de calidad, la cual pueda ser
evaluada periódicamente y detectar problemas o
desviaciones respecto a los estándares establecidos
en la literatura científica o en la experiencia previa.
Por lo tanto se requiere de acciones concretas y
correctas para el cuidado del paciente intubado, los
cuales responden a indicadores de calidad
instituidos por el Ministerio de Salud (MINSA) para
asegurar la mejora continua de la calidad del
cuidado.
La práctica de enfermería, se desenvuelve en el
encuentro con el otro, siendo fácilmente reconocido
como una necesidad en los momentos críticos de
mantener una vía aérea permeable en el paciente
intubado, por lo tanto se necesita fortalecer a los
estudiantes de enfermería que la práctica debe ser
sentido, asumido y ejecutado en el día a día como
futuros enfermeros (as) y así evitar que el cuidado se
torne mecánico, impersonal y deficiente. Sin
embargo, se hace necesario para mejorar los
resultados encontrados en esta investigación, la
implementación de estrategias que incrementen los
conocimientos teóricos en que se fundamenten el
procedimiento y una supervisión por parte de las
tutoras de las Universidades que permitan detectar
deficiencias en forma individualizada para poder
corregirlos.
Si bien es cierto que el servicio de emergencia brinda
servicios de alta complejidad a pacientes con riesgo
inminente de muerte, siempre se está buscando la
estabilización hemodinámica, respiratoria,
neurológica, renal y metabólica, exigiendo a los
cuidadores competencia en su hacer. En este
sentido, el proceso de cuidado al paciente intubado,
se desenvuelve en la lucha contra el tiempo para el
alcance de su equilibrio vital. Es por ello que Watson
(2005) atribuye a enfermería la necesidad de la
construcción de un sistema humanístico de valores
para sustentar la construcción de la ciencia y el
cuidado.
En este sentido, brindar un cuidado holístico es
fundamental para la práctica, tratando de buscar
conexiones en el ser humano, evitando el fraccionar
y considerarlo solamente en una patología, siendo
necesario asociar el conocimiento científico que se
debe tener sobre aspiración de secreciones
endotraqueales a factores de cuidado que deriven
de la perspectiva humanística, el que significa que
cuando se realice el procedimiento, debe realizarse
con sensibilidad, afectividad, compromiso y
responsabilidad. Esto se constituye en un desafío
para el estudiante de enfermería, la construcción de
su hacer teniendo en cuenta las dimensiones éticas,
subjetivas, técnicas e institucionales, sentimientos y
límites del ser cuidado y del ser cuidador,
especialmente cuando el escenario es una unidad de
emergencia.
V. CONCLUSIONES:
Como resultado de esta investigación, al realizar el
cuestionario a los internos de enfermería se
evidencia que 35.7%, tiene un buen nivel de
conocimiento sobre aspiración de secreciones en
pacientes intubados, un 31.0 % es regular y un 33.3
% es deficiente
Respecto a las prácticas de los internos de
enfermería sobre la aspiración de secreciones en
pacientes intubados, son correctas en el 61,9 % ya
que se lavan las manos, se coloca los guantes
estériles y mascarilla, y expone la vía aérea artificial
del paciente y tienen practicas incorrectas el 38,1%
por que no ausculta al paciente antes de la
aspiración, la duración por aspiración es mayor de 10
segundos y no ausculta los campos pulmonares
después de la aspiración.
Según los resultados sobre la “Correlación de
Pearson”, en la contingencia entre el conocimiento y
prácticas de los internos de enfermería sobre
aspiración de secreciones en el cuidado de pacientes
intubados en el servicio de emergencia del hospital
Belén, encontramos que el valor de r = 0.755 la cual
indica que es una correlación positiva alta, y más aún
para demostrar con el nivel de significancia de 0.000
siendo así menor al nivel de significancia estándar de
0.05 (p < 0.05).
Se debe instalar un programa de supervisión y
monitoreo por parte de las Docentes tutoras en
relación al desempeño de los Internos de enfermería
en la práctica asistencial y de acuerdo a los
resultados instituir un plan de mejora.
Así mismo se debe Implementar protocolos donde
se estandarice el procedimiento de aspiración de
secreciones en el cuidado de pacientes intubados.
25
VI. REFERENCIAS BILBIOGRAFICAS
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título de licenciada. Lima –Perú; UNMSM.
26
Lic. Lizette Galecio Chung1
Ms. María Elena Valverde Rondo2
RESUMEN
El presente estudio de investigación tuvo por
finalidad determinar la relación que existe entre
los Cuidados de Enfermería y los Factores de
Riesgo de Ulceras por Presión en los pacientes
del programa de Padomi del Hospital EsSalud I
Albrecht, Trujillo – Perú 2017. Estudio descriptivo,
corte transversal, con una muestra de 50
pacientes, se utilizó un cuestionario en base a 6
Factores de Cuidados de la Teorista Jean Watson
y un segundo instrumento de Escala de Braden.
Los resultados fueron: en la dimensión de
Inculcaciones de Fe y Esperanza; el cuidado fue
regular en un 82% fue regular, y un 14%
deficiente. Cultivación de la Sensibilidad para
Uno Mismo y los Demás; 40% fue bueno, 60%
fue regular y no hubo un cuidado deficiente.
Desarrollo de una relación de Ayuda-Confianza;
el 60% fue regular, 22% deficiente. Promoción de
Enseñanza- Aprendizaje Interpersonal; el 60%
fue regular, 24% deficiente. Asistencia en la
Gratificación de las Necesidades Humanas; el
74% fue regular, 16% deficiente. Promoción y
Aceptación de la Expresión de los Sentimientos
Positivos y Negativos; el 60% fue regular, 32%
deficiente. Y al valorar el riesgo de úlcera por
presión según la Escala de Braden, los resultados
fueron: un 12% riesgo alto, 24% riesgo
moderado, 16% riesgo bajo y un 48% sin riesgo.
Al aplicar la prueba estadística de Chi – Cuadrado
en los factores de cuidado estudiado se encontró
un nivel de p< 0.005. Evidenciamos relación
1 Lic en enfermería, Universidad Cesar Vallejo
significativa entre los cuidados de enfermería y
los factores de riesgo de ulceras por presión en
pacientes del programa.
Palabras clave: Cuidado de enfermería, Factores
de riesgo de Ulceras por Presión.
ABSTRACT
The purpose of this research study was to
determine the relationship between Nursing Care
and the Risk Factors of Pressure Ulcers in the
patients of the Padomi program of EsSalud I
Hospital Albrecht, Trujillo - Peru 2017. Descriptive
study, cross section, with a sample of 50 patients,
a questionnaire was used based on 6 Factors of
Care of the Theorist Jean Watson and a second
instrument of the Braden Scale. The results were:
in the dimension of Inculcations of Faith and
Hope; with 82% was regular and 14% deficient.
Cultivation of Sensibility for Self and Others; 60%
was regular and there was not poor care.
Development of a Help-Trust relationship; 60%
was fair, 22% poor. Promotion of Teaching -
Interpersonal Learning; 60% was regular, 24%
deficient. Assistance in the Gratification of Human
Needs; 74% was fair, 16% poor. Promotion and
Acceptance of the Expression of Positive and
Negative Feelings; 60% was fair, 32% poor. And
when assessing the pressure ulcer risk according
to the Braden Scale, the results were: 12% high
risk, 24% moderate risk and 16% low risk and 48%
risk free. When applying the Chi - Square
statistical test, the factors of care it was found that
p <0.005. We show a significant relationship
between nursing care and risk factors for
pressure ulcers in patients in the Padomi
program.
Key words: Nursing care, Risk factors of pressure
I. INTRODUCCIÒN
El profesional de enfermería cumple un papel
considerable en la prevención de complicaciones
de diferentes patologías que logre desarrollar el
paciente a su cuidado, como son las ulceras por
presión que es una condición recurrente en las
personas ocasionado por la duradera opresión
2 Lic. En enfermería, Especialista en Cuidados
Intensivos del Adulto, Ms. En Ciencias de Enfermería,
Docente en la Universidad Cesar Vallejo
CUIDADOS DE ENFERMERÍA Y
FACTORES DE RIESGO DE ÚLCERAS
POR PRESIÓN EN PACIENTES DEL
PROGRAMA DE PADOMI
27
actuada de un elemento superficial encima de
protuberancias óseas, ocasionando ulceración y
destrucción del tejido implicado. De acuerdo con
la Organización Mundial de la Salud en el 2004
fue alta la incidencia de este problema de salud:
55% (Valera, 2003)
Esto estima que la aparición de una ulcera se
encuentra dentro de los señales más
indispensables detectando la condición
asistencial de la red hospitalaria de un país. Su
identificación es considerable ya que se han
comprobado consecuencias en distintos medios:
en salud y los estilos de vida de cada usuario, en
sus familiares, en el gasto de materiales para la
organización de Salud, logrando inclusive
adquirir un compromiso como un problema
evitable. (Izquierdo, 2005)
El problema es un desafío para los expertos de
salud, familiares y los cuidadores. En tanto, la
valoración del riesgo juega un papel sustancial en
la prevención. Reconociendo que el 95% de estas
ulceras son prevenible, es indispensable que
tanto el plantel de salud, como los familiares
estén informados de las medidas preventivas
para emplearlas como precaución hacia los
pacientes, teniendo en cuenta su estado de
salud y condición física. Entonces es requisito en
la práctica, ya que facilitará mejorar la atención
ofrecida al usuario con el objetivo de favorecer
un estilo de vida saludable.(Arias, 2004)
La Enfermería ha sido siempre observada como
la única disciplina responsable de estas
complicaciones; pero diferentes estudios nos han
permitido observar que existen múltiples factores
que predisponen a las Ulceras por presión y no
solamente una inadecuada rotación del paciente
o higiene inadecuada, humedad, fuerzas de
deslizamiento, fricción de la piel; así como
también tracciones, tratamientos o fármacos con
acción inmunosupresora o sedante. (Garzon,
2004)
Sin embargo, estas consecuencias muchas veces
corresponde a la falta de movilidad que presenta
el adulto mayor y a la poca atención que recibe
de la enfermera y de la familia para movilizarlo
las veces que amerite, de allí surge las úlceras por
presión (Ulceras por presión) que se han
convertido en una de las principales y más
corrientes de las consecuencias en el adulto
mayor. Desde este punto de vista, las úlceras por
presión constituyen un reto en todos los niveles
de la atención sanitaria, debido a que las
situaciones de déficit, capaces de desencadenar
la aparición de una ulcera son susceptibles de
prevención. (Fernández, 2005)
Tal situación no escapa a la realidad vivenciada
en el programa PADOMI del Hospital ESSalud I
Albrecht donde es frecuente en el adulto mayor,
y adultos con problemas de movilidad, la
presencia de úlceras por presión y estos
constituyen un reto para los profesionales de la
salud. Lo que me motiva a formular el siguiente
problema de estudio, ¿Existe relación
significativa entre los Cuidados de Enfermería y
los Factores de Riesgo de Ulceras por Presión en
pacientes del PADOMI - Hospital ESSalud I
Albrech
TEORÌAS RELACIONADAS
El enfoque teórico de la presente investigación se
fundamenta en la Teoría de J. Watson, quien
reconoce que “Enfermería es una ciencia humana
y el proceso de cuidado humano en enfermería
es un humanitarismo significativo y un acto
epistémico que contribuye a la preservación de
la humanidad; así, plantea que conservar el
avance del cuidado de enfermería es importante
porque dentro de la ciencia, al igual que dentro
de la sociedad, el llamado es ver al ser humano
en su totalidad”. Considera que el mejor modelo
de enfermería para la educación, la investigación
y la práctica es la de una clínica académica.
(Watson, 1997)
De acuerdo a la autora, define el cuidado
transpersonal como “una clase particular de
cuidado humano que es dependiente del deber
moral de la enfermera, de asegurar y realzar la
dignidad humana”, lo que conllevara a
trascender en la práctica. De igual modo se
28
apoya en la armonía entre mente, cuerpo y alma,
por medio de la ayuda y confianza en medio de
la persona cuidada y la encargada de cuidar.
El cuidado requiere de un compromiso moral por
parte de los expertos de salud, el cual necesita
cada usuario, para mejorar su estilo de vida,
inmerso en la educación en cada cuidado
brindado, y de esta manera elevar la percepción
de los pacientes en relación al cuidado
humanizado13. Jean W. coopera con la
sensibilización de los profesionales, hacia puntos
más humanos, que ayuden a mejorarla calidad
de atención. La vinculo transpersonal pretende
asegurar, realzar y conservar la dignidad del
paciente, su humanidad, integridad y su armonía
interior tanto del que recibe el cuidado como de
la persona que lo protege. (Watson, 2005)
En la perspectiva de la autora, el personal
profesional de enfermería del PADOMI, dentro
de sus funciones asistenciales, docentes y
administrativos debe incluir los conceptos de
Watson, mediante el compromiso de emplear
una metodología creativa de ayuda a los
pacientes y familiares de este programa que
asiste en sus visitas, sustentando así una base
filosófica para los conceptos, de cuidado
humano profesional, que inciden en determinar
la intervención de enfermería en la prevención de
úlceras por presión en el adulto mayor
institucionalizado en el Seguro Social.
La plataforma de la teoría de Watson,
comprende diez (10) factores de cuidados. Para
la presente investigación se ha considerado
tomar solamente 6 factores del Cuidados de
Watson y son los siguientes. Inculcación de la Fe
– Esperanza, describe la consideración de la fe y
la esperanza para el cuidado y recuperación, ya
que estuvo presente durante de toda nuestra
historia y por lo tanto también y en nuestra
convivencia humana. (Watson, 1997) .De este
modo, las enfermeras (os) del PADOMI deben
permitir que los pacientes y su familia cultiven sus
creencias y ejecuten sus rituales propias de ellos
que han adquirido a través de su historia, para
sostener la fe en sí mismos, lo cual contribuirá a
su recuperación de la salud. Entonces, no en
todos los casos es posible sanar, pero si siempre
proteger, la fe no siempre va a conseguir la
curación; pero siempre va a estar vinculada al
cuidado.
El Factor Cultivación de la Sensibilidad para Uno
Mismo y para los Demás, señala que es requisito
llevar a cabo una total sensibilización hacia
conceptualización del cuidado, en donde se
tome como base el verdadero criterio de cuidado
apoyado en la vivencia de salud con las personas
cuidadas, con el entorno familiar y el contexto del
mismo de esta forma transformar el cuidado en
un arte. (Watson, 2005). Por lo tanto, en el
cuidado del Adulto del PADOMI, la enfermera (o)
establece vínculos de sensibilidad, mediante la
acogida, el respeto, con la capacidad de detectar
y sentir estos sentimientos, y a su vez con la
capacidad de explorarlos, de manera similar que
la otra persona lo experimenta. La acogida, debe
estimular al adulto a vivir en armonía, en una
relación de afecto con los familiares y amigos que
los visitan, logrando así, el bienestar físico y
psicológico.
En el siguiente Factor Desarrollo de una Relación
de Ayuda y Confianza, Watson lo define como
una relación de confianza que lleva inmersa para
la vivencia, por consecuencia, sirve para entender
las percepciones y sensaciones de la otra persona
y así, transmitir aquellas comprensiones y
expresiones faciales que son acorde con el resto
de las expresiones afectuosas y conductuales.
(Watson, 1997). La interrelación enfermera-
paciente del PADOMI, se establece una relación
de cuidado transpersonal, puesto que va más allá
de una evaluación objetiva, se refiere a todas
aquellas reacciones y acciones positivas que
emergen en la cuidadora, así como escuchar,
comprender lo que el otro siente y ponerse en su
lugar, estableciéndose una relación cálida,
satisfactoria y cercana.
El Factor Promoción de la Enseñanza
Aprendizaje Interpersonal, para Watson permite
una mayor interacción entre enfermera y
paciente, y debe desarrollarse no solo en el
29
aspecto físico, pero en un plano cognitivo que
trabaje el interior de la persona. Se basa en
informar al paciente, el compromiso sobre su
salud y bienestar. La enfermera posibilita este
proceso con técnicas de enseñanza –
aprendizaje, planteadas para aceptar que el
paciente consiga el autocuidado, determine sus
necesidades personales y logre la aptitud de
desenvolverse personalmente. (Watson, 2005).
En este sentido, una actitud eficaz de cuidado,
supone un conocimiento de lo que los pacientes
requieren en forma individualizada, por lo tanto
personalizar los cuidados es, en buenas cuentas,
sostener una actitud respetuosa hacia las
particularidades de un individuo y su familia, no
informando una serie de actividades a realizar,
sino educarlos con empatía, que motive cambios
y no generalizarlos, ya que tiende a normalizar
a los sujetos, a masificarlos y además, a no
obtener buenos resultados.
El Factor relacionado con la Asistencia con la
Satisfacción de las Necesidades Humana, este
factor propuesto se aplica al paciente de
PADOMI, cuando ellos experimentan el bienestar
físico y emocional cuando el profesional de
enfermería satisface necesidades fisiológicas y
emocionales al demostrarle a la familia como
debe realizar los cambios posturales, que dieta
debe recibir, como mejorar la función
circulatoria, la hidratación, promover el descanso
y el sueño, la función sensorial, cognitiva, la
independencia, la afectividad familiar. Es decir, si
la enfermera (o) no realiza estas acciones que
promueven su bienestar físico y espiritual que
pueden desencadenar ulceras por presión y
conllevar a sentimientos de angustia,
preocupación, incomodidad y malestar.
El Factor relacionado a Promoción y Aceptación
de la Expresión de los Sentimientos Positivos y
Negativos: Watson (2005), se enuncia como un
"estar presente y constituirse en apoyador de la
expresión de los sentimientos positivos y
negativos en una conexión con la espiritualidad
más profunda del ser que se cuida"16. De esto
surge la necesidad de que el profesional de
enfermería comprenda intelectual y
emocionalmente al paciente del PADOMI, sobre
todo cuando las situaciones que vivencia el
paciente por efecto de la enfermedad, conlleven
a un efecto negativo, como ansiedad, confusión
o incluso temor que pueden alterar la
comprensión y la conducta de los cuidados que
se brinda.
Las úlceras pueden aparecer cuando se mantiene
una posición determinada por un período de
tiempo de dos horas o más.Tal es así, en donde
los tejidos blandos están comprimidos entre dos
planos, las prominencias óseas del propio
paciente y una superficie externa, esta presión
interfiere en el riego sanguíneo, se origina una
isquemia de la membrana vascular, lo que
produce un aspecto enrojecido, extravasación de
los líquidos e infiltración celular. Este proceso
puede continuar y alcanzar planos más
profundos, con destrucción de músculos,
aponeurosis, huesos, vasos sanguíneos y nervios.
(Elorriaga, 2000)
Las principales causas consideradas para la
aparición de una ulceras, es la presión, como una
fuerza que actúa perpendicular a la piel como
consecuencia de la gravedad, como sillón, cama,
sondas, etc. En pacientes hospitalizados, se
puede producir roce al tirar de las sábanas en los
cambios de postura, el que puede erosionar el
estrato córneo, y la piel pierde su función de
barrera. Entre otros, el estiramiento, como
desgarramiento del tejido que puede producirse
al “resbalar” el paciente de la cama al estar
sentado, lo que hace que los tejidos externos se
mantengan apegados a las sábanas mientras que
los profundos se deslizan hacia abajo. Los tejidos
estirados en direcciones opuestas producen
estiramiento, obstrucción o desgarro del tejido.
(Gálvez, 2002)
En el caso del cuidado de Ulceras por Presión, las
primeras etapas de la atención, la valoración del
riesgo entendida como la probabilidad de
desarrollar una ulcera por presión, como ya se ha
dicho, es el medio más eficaz para identificar los
pacientes susceptibles a presentarlo. El tamaño
de estas úlceras puede variar desde pequeñas y
30
superficiales a grandes y profundas. Se presentan
principalmente en individuos inmovilizados, ya
sea en silla de ruedas o encamados. (Elorriaga,
2000)
Por otro lado, Factor de Riesgo, es la
probabilidad de daño o condición de
vulnerabilidad, caracterizándose por ser siempre
dinámica e individual. No implica necesariamente
daño, no otorga certezas, ni relaciones directas y
deterministas, sino una probabilidad de
ocurrencia de este. Los factores de riesgo están
directamente relacionados a los factores
protectores en una relación inversamente
proporcional y deben ser ponderados en forma
diferenciada. (Soldevilla, 2006)
Se presentan factores intrínsecos, como aquellas
situaciones o condiciones inherentes al propio
paciente que aumentan el riesgo de desarrollo
de una determinada enfermedad o situación de
salud. Como por ejemplo: edad, estado
nutricional, patología de base, motivo de ingreso,
inmovilidad y percepción sensorial. Mientras que
los factores extrínsecos, son aquellos externos al
paciente, que aumentan el riesgo de desarrollar
una determinada enfermedad o situación de
salud. Por ejemplo: fricción, roce o frotamiento,
cizallamiento, humedad, cambios de posición y
cuidados de enfermería. (Manzano, 2009)
Como precaución de las ulceras por presión
debe promoverse el uso de tablas o registros de
valoración que estudian los causas que
contribuyen a su formación y que nos permitan
reconocer a pacientes con riesgo, para poder
establecer protocolos preventivos. Estas tablas
deben ser manejables, fáciles de usar y que
incluyen el máximo de factores de riesgo, para
así poder estar alertar a las causas que pongan
en peligro la susceptibilidad del paciente. Existen
escalas de valoración como la de Norton, Nova
5, Emina, etc. (Soldevilla, 2006). Pero en el
presente estudio se utilizó la escala de Braden,
para detectar el riesgo de úlcera por presión.
La valoración de enfermería que se realizará a los
pacientes del PADOMI para valorar el riesgo de
UPP, mediante la escala de Braden, detectara
problemas y necesidades de los pacientes,
teniendo en cuenta cada uno de las dimensiones
que considera esta escala y de acuerdo a lo
encontrado, poder educar al paciente y familia
en forma personalizada y promover un cambio
de cuidado.Considera 6 aspectos que se evalúan
clínicamente y se califican de manera ordinal,
asignando a cada uno puntuaciones entre 1 y 4
(excepto para fricción que va de 1 a 3) que se
suman para dar una calificación final de entre 6 y
23 puntos. Se considera riesgo alto: menor a 12
puntos; riesgo moderado: menor o igual a 14 y
riesgo bajo: mayor a 16. (Elorriaga, 2000)
Las dimensiones de la Escala de Braden son:
percepción sensorial, que es la capacidad para
responder significativamente al disconfort
relacionado con la presión. La Humedad: grado
en el cual la piel está expuesta a la humedad. La
Actividad: grado de actividad física. La Movilidad:
capacidad para cambiar y controlar la posición
del cuerpo. La Nutrición: patrón usual de
consumo alimentario y la Fricción y
Deslizamiento. (Manzano, 2009)
JUSTIFICACIÓN DEL ESTUDIO
La aparición de ulcera por presión tiene
importantes repercusiones tanto personales
como socioeconómicas. Se vulnera la calidad de
vida de los pacientes afectados y de su entorno
familiar, ya que se inicia una serie de cuidados a
las que debe ser sometido, como es el uso de
antibiótico, curaciones diarias, cambios
posturales frecuentes por parte de la familia,
quienes muchas veces desconocen la forma
como realizarlo generando una actitud negativa
para el paciente y la familia.
Así mismo las repercusiones económicas, tanto
para el usuario y su familia originan costos
adicionales no esperados, en muchas
oportunidades tienen que asumir el costo de
materiales que se requieren para el adecuado
manejo de las ulceras; y para las instituciones de
salud el costo es aún más alto, pues implica visitas
31
más prolongada por parte del personal de salud
del PADOMI, puesto que genera gastos en el
tratamiento como lo es la mano de obra y
materiales, que en su mayoría son de alto
presupuesto, de acuerdo a cada ulceras
presentada y sus necesidades.
Por lo tanto en la relevancia del problema en la
práctica asistencial, ya que es uno de los
indicadores de calidad en los cuidados de
enfermería establecidos por el Ministerio de
Salud en nuestro país, porque determina la
efectividad del cuidado profesional que
desempeña en su labor en las diferentes
instituciones de salud. Con los resultados
permitirán establecer estrategias para fortalecer
los cuidados enfocadas en las dimensiones de
estudios de las teóricas que fomenta el cuidado
humano en un contexto integral, un
acercamiento de la enfermera hacia el adulto del
programa PADOMI, basado en el amor, el cariño,
el respeto, el ponerse en el lugar del otro para en
sus necesidades satisfacerlas en un todo
armónico mente, cuerpo y espíritu.
OBJETIVO
Determinar la relación que existe entre los
Cuidados de Enfermería y los Factores de Riesgo
de Ulceras por Presión en pacientes del PADOMI
- Hospital ESSalud I Albrecht
II. METODOLOGIA
POBLACIÒN: la población fue conformada por
50 pacientes; de ambos sexos, mayores de edad,
que se encontraron registrados y se atienden por
el Programa de PADOMI del Hospital ESSalud I
Albrecht.
MUESTRA: El estudio se aplicó el universo
muestral.
Unidad de Análisis: Cada una de los pacientes
que van a participar en el estudio.
CRITERIOS DE INCLUSIÓN
Que acepten participar voluntariamente en el
estudio y firmen el consentimiento informado
o en su defecto el cuidador del paciente.
Pacientes del programa de PADOMI del
Hospital ESSalud I Albrecht.
Pacientes hombres y mujeres mayores de 18
años de edad.
CRITERIOS DE EXCLUSIÓN
Pacientes que por su condición de salud no
puedan ser valorados, tales como pacientes
que hayan desarrollado una ulcera por
presión.
Pacientes con aislamientos estrictos.
Pacientes cuyos familiares no acepten ser
evaluados.
TÉCNICAS Y PROCEDIMIENTOS DE
RECOLECCIÓN DE DATOS
Se aplicó una encuesta para medir los cuidados
de enfermería y los factores de riesgo de úlceras
por presión a los pacientes del programa
PADOMI, el que fue creado en base a los factores
de cuidado de Watson, de los cuales se tomó
solamente seis y se construyó los reactivos
correspondientes a cada uno de los factores
referidos. Así mismo se utilizó el Test de Braden
para medir el riesgo de los pacientes adultos de
padecer una úlcera por presión.
Se solicitó el permiso a la Institución de Salud al
cual está adscripta el Programa del PADOMI para
obtener los nombres y direcciones de los
pacientes y así poder tener acceso al listado de la
muestra propuesta. Luego se procedió a solicitar
el consentimiento informado a los pacientes y/o
familiares para lograr su participación voluntaria
en la investigación diseñada. Se realizó la visita
en el domicilio al paciente y se obtuvo la
información necesaria de acuerdo a los
instrumentos formulados. Las técnicas realizadas
fue la entrevista y observación, y duró un
promedio aproximado de 20 minutos.
El Test de Braden ya está estandarizado, por lo
tanto no necesita validación. Sin embargo el
instrumento para medir los cuidados de
enfermería en la prevención de factores de
riesgo de úlceras por presión fue validado por juicio de expertos, luego del cual se realizó una prueba piloto con 13 pacientes del
32
Programa de PADOMI de otra Institución y posteriormente se determinó la confiabilidad mediante el cálculo del coeficiente Alfa de Cronbach, el cual tuvo un valor de 0.69 que indicó que el instrumento es confiable. MÈTODO DE ANÀLISIS DE DATOS Para realizar el análisis de datos se utilizó el programa estadístico SPSS versión 20, codificación del cuestionario y creación de una base de datos; a fin de representar los resultados en tablas estadísticas para su análisis e interpretación de los resultados y luego se procedió a analizar la relación mediante Test de Chi Cuadrado de Pearson
III. RESULTADOS:
IV. DISCUSIÒN
En la tabla 1, se analizó los cuidados de enfermería
de acuerdo a cada factor establecido de Jean
Watson, mostrando valores diferenciados según la
categorización en función al cuestionario aplicado a
50 pacientes del programa, y se encontró que en el
factor de Inculcación de Fe y Esperanza, el 4% de
los pacientes reciben un cuidado bueno, el 82% un
cuidado regular y el 14% un cuidado deficiente. Al
analizar el factor, se encuentra que si sumamos lo
regular y deficiente, esto constituiría un 96% en que
el cuidado no es adecuado. Estos resultados
convergen con Guerrero et al (2015) quienes
encontraron en el aspecto espiritual el 91% de
déficit en cuidados de enfermería, 87% en cuidados
deficientes, por lo tanto, obliga a los enfermeros a
reflexionar sobre nuestra práctica y que se estaría
brindando el cuidado solamente biológico dejando de
lado el aspecto espíritu.
Es necesario fortalecer la fe en los pacientes del
PADOMI y se motive a creer en aquello que no se
puede ver, el cual exige una fortaleza de confianza en
la veracidad divina y se pueda asimilar a tener
esperanza en algo, de tal modo que con sus vivencias
espirituales, sientan mayor control sobre su
enfermedad, quizá por pensar que Dios o un ser o
fuerza superior son sus aliados en el manejo de
situaciones complejas, generando unión entre
espiritualidad y salud. No obstante, cuando ellos
experimenten el progresivo deterioro, debilitamiento,
limitaciones y dificultades que todos los demás seres
humanos, no lo sufren del mismo modo, y la
capacidad de recuperación emocional es muy lenta,
33
es necesario promover la oración, que va a generar
paz interna que ayuda a la recuperación, porque las
creencias espirituales y la fe brindan el impulso interior
y la determinación necesaria para superar todas las
dolencias antes descritas.
En relación al “Cultivo de la Sensibilidad hacia Uno
Mismo y hacia los Demás”, el 60% recibió un cuidado
regular, y un porcentaje significativo fue bueno en un
40%, pero no se encontró cuidados deficientes en este
factor. Resultados que convergen con Guerrero et al
(2015), al encontrar que un 65% recibió cuidado
regular, y un 13% cuidado bajo. Podemos resaltar que
los profesionales de enfermería del programa del
PADOMI, están dando mayor relevancia a la parte
técnica de la enfermedad y dejan de lado la auto-
actualización a través de la auto-aceptación tanto
para ellos mismos como para el paciente. No
obstante a medida que se reconozca la sensibilidad
en el cuidado de estos pacientes, mediante el
fortalecimiento de relaciones interpersonales y
empáticas, la sensibilidad y los sentimientos se
volverán más genuinos, auténticos y sensibles hacia
los demás.
En el factor “Desarrollo de una relación de Ayuda-
Confianza” el 60% de los pacientes recibieron
cuidados regulares y un 22% un cuidado deficiente y
tan solo un 18% fue bueno. Resultados muy similares
a los hallados por Guerrero et al9, 52% con cuidado
regular y un 12% con cuidado bajo. Por consecuencia
estaría demostrando una inadecuada relación
transpersonal con falta de respuestas cognitivas,
afectuosas y conductuales al paciente y familia del
PADOMI. Frente a esto, debe desarrollarse una
relación de ayuda y confianza, que contribuya a la
expresión de sentimientos, que implique respeto
mutuo, coherencia, empatía y comunicación efectiva
y que además sean la vía o forma de establecer el
vínculo enfermera – paciente basado en la confianza
y en la colaboración por parte del usuario y familia,
con el objetivo de conocer todos los aspectos que
puedan favorecer o dificultar su bienestar.
En el factor Promoción de Enseñanza de Aprendizaje
Interpersonal, se encontró que el 60% de
profesionales de enfermería brindan un cuidado
regular y un 24% es deficiente, resultados que
evidencian que el profesional de enfermería está
enfocando más la curación que el cuidado. Por lo
tanto Watson (2005) al aplicar este factor, considera
se debe informar al paciente si con las técnicas de
enseñanza – aprendizaje para prevenir el riesgo de
escaras, mediante un plan de cuidados, lo que va a
permitir que ellos realicen el autocuidado y así
determinar las necesidades personales y ofrecer las
oportunidades para su crecimiento personal de ser
cuidado y cuidadora.
En referencia al factor Asistencia en la Gratificación de
las Necesidades Humanas, el 74% fue regular y el 16%
deficiente y tan solo un 10% es bueno. Resultados que
se aproximan a Guerrero et al (20105) donde se
encontró que el 59% del profesionales de enfermería
brindan un cuidado regular, mientras que el 30%
brinda un cuidado alto. Lo que estaría demostrando
que el paciente está satisfaciendo sus necesidades de
menor rango pero todavía no se ha logrado cubrir las
necesidades de mayor rango, para desarrollar así las
necesidades en un ámbito individual, siendo
integrativo y holístico con la identificación de sus
fortalezas personales, por ello el implementar
habilidades y técnicas propias de enfermería con
énfasis en la afectividad ayudarán a mejorar la calidad
de un cuidado.
En el factor Promoción y Aceptación de la Expresión
de Sentimientos Positivos y Negativos, se encontró
que el cuidado fue regular en un 60% y deficiente en
un 32% y solo un 8% es bueno. Resultados que se
podrían explicar que en la interrelación enfermera-
paciente no se ha llegado todavía a una relación de
confianza, que si ello se logra permitiría que el
paciente o la misma familia exprese sus sentimientos
de sus vivencias frente a la enfermedad y
mostrándose favorable a escuchar y compartir la
expresión ayuda a la persona a canalizar su carga
emocional y a despejar su mente y posteriormente le
va a permitir la toma de decisiones para mejorar su
salud.
En la tabla 2, en cuanto a la valoración del nivel de
riesgo de presentar ulcera por presión en relación a la
Escala de Braden en los pacientes, se encontró que el
48% no presentan riesgo. Mientras que más de la
mitad si lo tienen; tal es así que el 12% de los pacientes
tienen un riesgo alto, el 24% un riesgo moderado y el
16% un riesgo bajo. Al compararlo con el estudio de
Barba7, coinciden en que el 39 % de los adultos
mayores han presentado algún grado de riesgo de
úlceras por presión. Siendo el más significativo, el
riesgo bajo con un 27 %, seguido de un riesgo
moderado que constituye el 8 % y un riesgo alto de 4
% de la población. Sin embargo difiere con
Cisneros10 en que el 61.9% son de bajo riesgo y el
38.1% son de riesgo medio.
34
Al analizar los resultados obtenidos y encontrar un
porcentaje muy significativo que los pacientes de
PADOMI presenten escaras, demostrando que en
nuestro medio, al utilizar la escala de Braden, se
constituye en un instrumento capaz de predecir el
riesgo de desarrollar úlceras por presión con una
adecuada sensibilidad y especificidad para los
profesionales de enfermería, que van a permitir tomar
decisiones en relación a las medidas preventivas a ser
adoptadas por el paciente con la participación y
compromiso de la familia de acuerdo con el riesgo del
paciente.
La escala de Braden es un instrumento de fácil
aplicación por usar conceptos claros y definidos que
debe ser utilizado por los profesionales de enfermería
del PADOMI, desde el primer momento que se realiza
la visita, con la valoración que se realice a los pacientes
en riesgo e identifique diagnósticos de enfermería y
factores de riesgo de cada uno de ellos para el
planeamiento del cuidado, con medidas preventivas
direccionadas para el control del problema, lo que se
va a constituir en mejorar nuestra práctica y disminuir
la incidencia de ulceras por presión.
Sin embargo es importante recalcar que realizando la
valoración de riesgo probada estadísticamente y con
un buen nivel de evidencia para evaluar a los
pacientes del PADOMI de presentar úlceras por
presión utilizando la escala de Braden, se encontró
que un 48% no presentan riesgo, lo que demuestra
que es necesario utilizarla para orientar la práctica de
enfermería y reconocer la importancia de
implementar un protocolo de cuidado continuo de
prevención y así evitar que en cualquier momento
estos pacientes presenten riesgos de presentar una
ulcera por presión.
En la tabla 3, al aplicar la prueba estadística de Chi -
Cuadrado, a cada factor de cuidado relacionándolo al
Nivel de Riesgo de Ulcera por Presión, arrojo que en
el factor Inculcación de Fe y Esperanza el valor de (p
= 0.0001); Desarrollo de una relación de ayuda y
confianza (p = 0.0021); Promoción de enseñanza y
aprendizaje interpersonal (p = 0.0205); Asistencia de
satisfacción de necesidades humanas (p = 0.001) y
Promoción y aceptación de la expresión de
sentimientos positivos y negativos (p = 0.007). Lo que
se deduce que existe relación significativa entre los
factores de cuidados elegidos y factores de riesgo de
Ulceras por Presión en pacientes del programa de
PADOMI. Sin embargo no es así con en el factor
Cultivación de la sensibilidad para uno mismo y los
demás ya que arrojó (p = 0.4677).
Según los resultados encontrados, se obtuvo que en
los 06 factores de Watson, solo en 5 el cuidado fue
regular y deficiente con un grado de riesgo de
presentar Ulceras por Presión. No obstante en el
factor Cultivación de la sensibilidad para uno mismo y
los demás el cuidado fue solamente bueno y regular
con riego de presentar escaras. Los que divergen con
Suarez8, al referir que el 86 % de profesionales de
Enfermería brindan un nivel de cuidado excelente en
relación a la presentación de escaras, siendo
estadísticamente significativo [X2 = 53,907; p = 0,000].
Sin embargo; Fernández6 destaca tres factores de
Watson, donde el 91.6% brindan cuidado con
respecto al factor “Inculcación de Fe – Esperanza”; el
83.3% un cuidado basado en el “Apoyo – Protección”
y el 33.3% en la “Asistencia en la gratificación de las
necesidades Humanas y en un porcentaje muy bajo,
el 8.4% un cuidado de “Desarrollo de la relación de
Ayuda y Confianza”. Concluyendo que estos
resultados si tuvieron relación en la importancia de la
intervención de enfermería para mejorar la calidad del
cuidado en el adulto mayor con respecto a la
prevención de ulceras por presión.
Surge la reflexión de la práctica de los profesionales
de enfermería del PADOMI, en considerar a la teoría
de Watson (1999) con sus factores de Cuidado para
prevenir el riesgo de Ulceras por Presión. Tal es así
que al aplicarlos en la práctica cotidiana, teniendo en
cuenta que la persona es "un ser en el mundo". La
misma tiene en cuenta: el alma, el cuerpo, y el espíritu.
La persona se esfuerza en actualizar la relación entre
estos tres, para conseguir la armonía y son
dimensiones que la enfermera (o) debe tener en
cuenta, con una relación terapéutica básica;
relacional, transpersonal e intersubjetivo.
Esto se va a reflejar en la articulación de las premisas
de esta teoría, al día a día de su práctica, con la
integración de sus creencias y valores sobre la vida
humana, proporcionando un cuidado de calidad, a
través del desarrollo de acciones, actitudes y
comportamientos para promover, mantener y/o
recuperar la salud del adulto del PADOMI;
actualizando los objetivos de mejora, evaluando el
proceso de sus cuidados, unificando su experiencia
laboral con la base de su formación permanente, así
mismo con enfoque de Programas de mejora de la
35
calidad para la seguridad del paciente y lograr
disminuir los índices de Ulceras por Presión.
V. CONCLUSIONES
En relación al factor de Inculcación de Fe y
Esperanza, el 82% brinda un cuidado regular.
En relación al factor de “Cultivo de la
Sensibilidad hacia Uno mismo y hacia los Demás”, del
total de encuestados el 60% recibió un cuidado
regular, y un porcentaje significativo fue bueno en un
40%.
En el factor “Desarrollo de una Relación de
Ayuda-Confianza” el 60% de los pacientes recibieron
cuidados regulares y un 22% un cuidado deficiente y
tan solo un 18% fue bueno.
En el factor “Promoción de Enseñanza de
Aprendizaje Interpersonal”, se encontró que el 60% de
profesionales de enfermería brindan un cuidado
regular y un 24% es deficiente, resultados que
evidencian que el profesional de enfermería está
enfocando más la curación que el cuidado.
En referencia al factor Asistencia en la
Gratificación de las Necesidades Humanas, el 74% fue
regular y el 16% deficiente y tan solo un 10% es bueno.
En el factor “Promoción y Aceptación de la
Expresión de Sentimientos Positivos y Negativos”, se
encontró que el cuidado fue regular en un 60% y
deficiente en u n 32% y solo un 8% es bueno.
En el estudio el 52% de la población está en
riesgo a desarrollar una úlcera por presión, mientras
que el 48% no tienen ningún riesgo.
Si existe relación significativa entre los
Cuidados de Enfermería y los Factores de Riesgo de
Ulceras por Presión en pacientes del PADOMI -
Hospital ESSalud Albrecht.
Se debe instituir un programa de educación
permanente en los profesionales de enfermería del
Programa del PADOMI.
Considerar la aplicación de la Escala de
Braden en cada visita domiciliaria para valorar el
riesgo de presentar Ulceras por Presión y promover la
educación a sus familiares acerca de las medidas
preventivas
VI. REFERENCIAS
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la Cruz Ruiz María.(2015) “Cuidado Humanizado en
Enfermería según Teoría de Jean Watson. Servicio de
Medicina DEL Hospital Daniel Alcides Carrión, Lima,
Callao”
36
Lic. Magaly Ruiz Ramírez Ms. Dalila Cabellos Vargas
RESUMEN
El presente estudio tuvo como objetivo Determinar la
relación entre el Nivel de Conocimiento y el
Autocuidado de los pacientes con Tuberculosis de una
Institución Pública de La Libertad. El soporte teórico
se basó en los conceptos a Dorotea Orem. Es de tipo
descriptivo-correlacional con diseño de tipo no
experimental y corte transversal, en el cual se aplicó
como instrumentos dos cuestionarios, uno para medir
el nivel de conocimiento de los pacientes con
Tuberculosis y otro para medir el Autocuidado. La
muestra estuvo conformada por 50 pacientes, entre
hombres y mujeres, quienes cumplieron con los
criterios de inclusión y exclusión. Los resultados
señalan que los pacientes poseen un nivel de
conocimiento regular de 62%, con un nivel de
autocuidado adecuado de 54%. Finalmente, se
concluyó que existe correlación significativa media
Gamma, igual a 0,764 y en un nivel medio con una
significancia menor al 1% (p < 0,01).
Palabras clave: Tuberculosis, Autocuidado,
conocimiento.
ABSTRACT
The objective of this study was to determine if there is
a relation between the level of knowledge and self-
care of patients with Tuberculosis of Public Institution
from the Libertad. The investigation is of a descriptive-
correlational type with non-experimental design and
cross-section, in which two questionnaires were
applied as instruments, one to measure the level of
knowledge of patients with Tuberculosis and another
to measure Self-care of patients with Tuberculosis. The
sample of the research consisted of 50 patients,
between men and women, who met the inclusion and
exclusion criteries. The results indicate that patients
have a regular knowledge level of 62%. with an
adequate level of self-care of 54%. Finally, it was
concluded that there is a significant mean Gamma
correlation, equal to 0.764 and at a medium level with
a significance lower than 1% (p <0.01).
Key words: Tuberculosis, Self-care,
knowledge
I. INTRODUCCIÓN
Problemática
En particular en los países en vías de desarrollo, entre
una de las principales enfermedades
infectocontagiosas se encuentra la tuberculosis como
problema de salud pública. Enfermedad que forma
parte de las 10 primeras enfermedades causantes de
la mortalidad, es así que en el año 2015 se reportó que
10,4 millones de personas se enfermaron de
tuberculosis de las cuales 1,8 millones fueron víctimas
irreparables por esta enfermedad. Es decir, el 98 % de
ellos pertenecientes a países pobres. (Pérez y
Miranda, 2002; OMS, 2017)
En el Perú se reporta un promedio activo de 27 mil
nuevos casos al año y de estos nuevos casos de
tuberculosis pulmonar fueron frotis positivo en 17 mil.
Por lo tanto, el país se ubica entre los países de
América Latina con las más altas tasas de morbilidad.
Sin embargo, salir de esta situación resulta desafiante
para el gobierno, quien impulsa la participación
integral de los diversos actores sociales y políticos. Por
su parte, el Ministerio de Salud, mediante la Estrategia
Sanitaria Nacional de Prevención y Control de la
Tuberculosis (ESN PCT), garantiza la gratuidad de la
atención a todas las personas afectadas en el territorio
nacional para la detección, diagnóstico precoz y
tratamiento oportuno. Asegurando, de esta manera,
las buenas prácticas de atención bajo el enfoque de la
defensa de los derechos humanos, sin discriminación
alguna, ni de género, ni de edad, ni mucho menos por
segregación socioeconómica, raza o etnia. (MINSA,
2015; MINSA, 2017)
En este contexto, la Organización Mundial de Salud
explica que casi la totalidad de casos de tuberculosis
(TBC) son prevenibles y curables. No obstante, los
factores influyentes como la mala nutrición, la pobreza
y el hacinamiento se asocian en la prolongación de
esta enfermedad como un problema vital de salud en
el Perú y en el mundo. Así mismo, la Organización
Panamericana de la Salud, según estimaciones
recientes, refiere que la tercera parte de la población
se halla infectada por el bacilo tuberculoso.
(Comercio, 2016; MINSA, 2015)
A nivel nacional, los departamentos de Madre de Dios,
Ucayali, Loreto, Lima, e Ica presentaron gran
incidencia de tuberculosis en un porcentaje de 72%
NIVEL DE CONOCIMIENTO Y SU RELACIÓN
CON EL AUTOCUIDADO DE PACIENTES CON
TUBERCULOSIS DE UNA INSTITUCIÓN PÚBLICA
37
de casos nuevos notificados por encima del nivel
nacional (2013-2014). Lima, por ejemplo, con mayor
concentración de casos reportó un 60% siendo,
además, el tercer departamento con la incidencia más
alta; en especial en la provincia metropolitana de
Lima, y sus alrededores como los distritos de San Juan
de Lurigancho, Rímac, La Victoria, El Agustino, Ate,
San Anita y Barranco respectivamente5. De esto, es
importante notar que la tuberculosis como problema
de salud pública mundial y local, su carga se mide en
términos de incidencia, prevalencia y mortalidad a
modo indicadores de la enfermedad.
En la región La Libertad se logró reducir la tasa de
incidencia de tuberculosis de 62.2 a 57.9 para el año
2013, según información del Ministerio de Salud. Sin
embargo, esta enfermedad es aun considerada como
principal problema en la región debido a que muchos
de sus distritos están considerados como de muy alta
y alta transmisión de la tuberculosis. Por ejemplo, de
la primera categoría se encuentran 15 distritos de los
75 que circunscribe esta región; entre los cuales se
mencionan: Guadalupe, Trujillo, Pacanga, Chicama,
Santiago de Cao (Ascope), Poroto, Laredo, La
Esperanza, Huanchaco, Virú, Chepén y Salaverry.
(RPP, 2014)
A finales del primer semestre del año 2016, en Trujillo
se han reportado 156 casos de Tuberculosis, de los
cuales 43 se han registrado en El Porvenir, seguido
por Trujillo distrito con 38 y 23 casos en La Esperanza,
según informó la Red de Salud. De lo cual, según el
gerente ejecutivo de la Red de Salud de Trujillo, Julio
César Vera Vásquez, dispuso reforzar medidas de
prevención con el personal de salud a través de
educación casa por casa sobre, así como tomar
acciones de respuesta en los pacientes infestados de
esta bacteria. (RPP, 2016)
Como se puede evidenciar en lo ya antes
mencionado, una de las principales causas que
conllevan a contraer esta enfermedad, es la pobreza,
ya que la persona al no contar con suficientes recursos
económicos no podrá cubrir algunas necesidades
primarias como, por ejemplo, una adecuada
alimentación, comer a sus horas, tener un ambiente
totalmente ventilando. Los cuales son factores
principales para la permanencia del foco infeccioso.
A nivel institucional (Micro Red) se tiene 11
establecimientos, de los cuales son 50 pacientes
notificados con tuberculosis sensible en lo que va del
presente año 2017, los pacientes acuden a los servicios
de salud a recibir su tratamiento de forma diaria en la
primera fase y de forma interdiaria en la segunda fase,
realizan sus controles mensuales de acuerdo a la
norma técnica establecida como parte de la estrategia
de control de esta enfermedad. Es aquí donde la
enfermera cumple un rol importante en lo que
concierne a la promoción de la salud, de educar,
informar, concientizar al paciente acerca de la
enfermedad, visitar a la familia, contactos más
cercanos, ya que al contar con una información
adecuada ellos podrán tomar medidas de
autocuidado para la prevención de esta enfermedad,
y así la recuperación sea pronta del paciente y evitar
un abandono, o una recaída.
Teorías relacionadas al tema
El soporte teórico se fundamentó en los conceptos de
Dorotea Orem, quien explica que el autocuidado
evoluciona constantemente en favor de la propia
existencia del individuo, puesto que es “una actividad
aprendida por los individuos, orientada hacia un
objetivo. (Taylor y Orem, 2007). Es decir, es una
conducta que se manifiesta en una situación específica
de la vida de cada persona o para los demás que
estén en su entorno, regulando los acontecimientos
que afecten su propio desarrollo y en beneficio de su
vida, salud y bienestar.
Orem (1993), menciona el autocuidado universal, que
atiende las necesidades básicas de la vida y ayuda a la
conservación y promoción de la salud, así como la
prevención primaria, evitando riesgos para la vida.
Cuidados como la alimentación, el descanso, la
actividad física, la interacción social y otros. El
autocuidado también promueve el desarrollo de la
persona dentro sus grupos sociales en relación a sus
potencialidades y limitaciones y el deseo de ser
normal. Tal es así, que el autocuidado con respecto a
la desviación de la salud, cuando una persona
enferma y hay falta de información sobre la
tuberculosis, se vuelve dependiente, incapaz de poder
asumir su propio cuidado, pasando a la situación de
receptor de cuidados.
La autora, también hace mención de los Sistemas de
Cuidados de Enfermería, resaltando para la presente
investigación, el sistema de compensación parcial,
donde el paciente con tuberculosis toma participación
solo en los cuidados de higiene porque el profesional
de enfermería es quien realiza algunas medidas de
autocuidado más complejas, de las cuales el paciente
desconoce o no está habilitado, es decir compensa las
38
limitaciones para su autocuidado. En el sistema de
apoyo educativo el paciente es autosuficiente y está
en capacidad de aprender algunas medidas de
autocuidado y realizarlas por su cuenta, pero que
puede recibir la ayuda o apoyo de algún familiar, guía
u orientación profesional. (Orem, 1993)
En este sentido, se puede observar la primordial
función que cumple el profesional de enfermería en el
cuidado terapéutico de los pacientes en el proceso
continuo de salud-enfermedad. Es de relevancia social
el cuidado que realiza un enfermero (a) para lograr la
promoción de la salud, proporcionando elementos
para empoderar al paciente a realizar y seguir su
propio cuidado en pro de mejorar su calidad de vida
para la vida diaria y el desarrollo humano.
No obstante, el autocuidado orientado al manejo de
los efectos de la tuberculosis pulmonar, es un
conjunto de prácticas específicas que se debe realizar
durante la línea del crecimiento equilibrado y
desarrollo armónico de la persona afectada. Para
lograrlo, es importante conocer y analizar los factores
sociales, culturales y sociodemográficas de estos
pacientes para poder generar pertinencia y
empoderamiento de su propia salud y estilo de vida,
generando cambios de conducta en el usuario,
mediante la comunicación, información y educación.
(Quiroga, 2016)
Papalia (2005), define al conocimiento como un
conjunto de ideas, conceptos y enunciados que se
pueden exponer de manera clara, precisa, bien
fundada, incluso inexacta o vaga, siendo en la vida
cotidiana, el solo hecho de existir y está relacionado
con el mundo. Así mismo, la utilidad del conocimiento
es necesario para las personas en cada acción de sus
vidas, cuya finalidad es mejorar las consecuencias de
cada individuo en razón de los cambios percibidos, el
conocimiento le sirve al ser humano para actuar y
tomar medidas preventivas de una determinada
enfermedad como la tuberculosis.
Algunos autores agregan, que el nivel de
conocimiento que los pacientes con tuberculosis
pulmonar tienen, está conformado por las nociones o
experiencias que estas personas van adquiriendo de
acuerdo a lo que se les informa de su enfermedad,
como también de las vivencias propias de acuerdo al
avance de su enfermedad, manifestándose mediante
actitudes positivas o negativas. Las primeras
contribuyen al desarrollo favorable en la curación de
la enfermedad y mejor capacidad y adaptabilidad de
sobrellevar la situación en la que se están
enfrentando, teniendo así un buen autocuidado, en
cambio las actitudes negativas conllevan al
empeoramiento de la enfermedad. (Rodríguez, Báez
y Pérez, 2009)
De esta manera, se conoce a la tuberculosis como una
enfermedad infectocontagiosa causada por el
Mycobacterium tuberculosis, que ataca con mayor
incidencia a los pulmones, sin embargo, cualquier otra
parte del cuerpo es susceptible de ser comprometida.
Además, los síntomas de las personas infectadas
manifiestan algunos o todos los siguientes síntomas:
tos y expectoración durante o más de 15 días,
debilidad y constante cansancio, pérdida de peso y de
apetito, sudores nocturnos, fiebre, dolor en el pecho,
y tos con sangre. (Estrategia Sanitaria, 2016)
La forma de transmisión más común, es por vía
respiratoria a través del aire. Se inicia con la persona
enferma, quien al toser o estornudar expone al
microbio en pequeñas gotitas de saliva frente a otras
personas sin problemas de salud quienes podrían
aspirar estos microorganismos y contagiarse. No
obstante, el contagio se puede producir por la
cercanía de las personas sanas ante un paciente
enfermo en la mayor parte del tiempo. Siendo los de
mayor riesgo, los pacientes inmunocomprometidos
de VIH, quienes viven en condiciones de hacinamiento
como barrios pobres, refugios, cárceles o asilos; los
adictos a todo tipo de drogas intravenosas y
consumidores de alcohol; los desnutridos y adultos
mayores; y quienes están en permanente contacto
con pacientes de tuberculosis activa. (Ore, 2010)
Los esquemas de tratamiento para administrar anti-
Tuberculosis es responsabilidad del equipo de salud y
los medicamentos fundamentales que
frecuentemente provee el Ministerio de Salud son:
Pirazinamida, Isoniacida, Rifampicina y Etambutol, los
que se brindan en su primera fase, de administración
diaria para reducir rápidamente el crecimiento de la
población bacilar, mitigar la multiplicación rápida y
prevenir la resistencia y negación al tratamiento. La
segunda fase, de mantenimiento o esterilizante, de
administración intermitente de fármacos. Es decir, su
tratamiento incluye menor número de medicamentos,
los suficientes como para lograr la eliminación de los
bacilos resistentes e impedir las recaídas. El esquema
para adultos se compone en la primera fase de dos
meses (HREZ) con dosis diarias en 50 veces, y la
segunda fase con tiempo de tratamiento de cuatro
39
meses (H3R3), es decir tres veces por semana en un
total de 54 dosis. (Ccoiacca, 2015)
Por otro lado, la reacción adversa a medicamentos de
primera línea como la isoniacida provoca el
incremento de transaminasas, neuropatía periférica,
hepatitis, reacciones cutáneas; la Rifampicina
incrementa transaminasa, eleva transitoriamente la
bilirrubinas, la anorexia, la hepatitis colestásica,
provoca síntomas, gastrointestinales como nauseas o
vómitos y genera reacciones cutáneas; la Pirazinamida
genera Hepatitis, síntomas gastrointestinales,
poliartralgias, mialgias, hiperuricemia y reacciones
cutáneas. Y, el Etambutol produce Neuritis
retrobulbar, reacciones cutáneas y neuritis periférica.
(Norma Técnica, 2006)
Respecto a, las medidas preventivas de la enfermedad
tienen como fin evitar la infección del bacilo y en caso
que ésta se produzca se necesitan estrictas medidas
para evitar se convierta de infección a enfermedad.
Las medidas preventivas se orientan a evitar la
diseminación del Bacilo de Koch y son las siguientes:
evitar el contagio, es la medida preventiva más eficaz.
Esto se previene excluyendo las fuentes de infección
existentes en la comunidad mediante un proceso de
control que implica la detección, el diagnóstico precoz
y el tratamiento oportuno y completo de aquellos
casos de tuberculosis frotis positivo (TBP-FP)
siguiendo la regla de oro, el tratamiento de uno es la
prevención de todos. (Norma Técnica, 2006)
Otra de las medidas preventivas, es la vacuna contra
el Bacilo de Calmette – Güerin (vacuna BCG) la cual
contiene bacilos obtenidos originalmente a partir del
Mycobacterium bovis. Esta vacuna provoca una
respuesta inmune útil para la morbilidad tuberculosa
post–infección primaria. La importancia de la
aplicación de la vacuna a los neonatos radica en la
protección contra las formas graves de tuberculosis
como la Meningoencefalitis tuberculosa (MEC-TB) y
Tuberculosis miliar. Esta vacuna es de aplicación
gratuita a los recién nacidos en cualquier centro de
cuidado materno y es responsabilidad de la Estrategia
Sanitaria Nacional de Inmunizaciones que el
Ministerio de Salud provee. (Norma Técnica, 2006)
El control de contactos, se dirige a quienes conviven
con la persona con tuberculosis. Entre los tipos de
control existen: el contacto Intradomicilario en
aquellas personas que viven en el domicilio de la
persona afectada; y el tipo de contacto
extradomicilario producido en aquellas personas que
no viven en el domicilio de la persona con esta
enfermedad, sin embargo, se está expuesto a
compartir ambientes comunes como las escuelas o
albergues y el trabajo. En esta misma categoría se
consideran a las parejas, los amigos y familiares
quienes frecuentan con la persona con tuberculosis.
No obstante, el control de contactos implica, la
evaluación integral y seguimiento de estas personas,
para prevenir la infección y el desarrollo de la
enfermedad, además de averiguar otros casos de
tuberculosis entre aquellos contactos. (Norma
Técnica, 2006)
La quimioprofilaxis es otra medida preventiva, que se
procura por la administración de isoniacida a
personas con riesgo de contraer la enfermedad de
tuberculosis. La prescripción de la aplicación de la
quimioprofilaxis, será de exclusiva responsabilidad del
médico tratante en el centro de salud. En tanto, la
administración y el cumplimiento se encuentran a
cargo del personal de enfermería. (Norma Técnica,
2006)
Creemos que lo más importante, es el manejo y
difusión de la Información, y extensión de la
Educación y Comunicación para la salud dirigida a los
pacientes, su familia y la población. Es por ello que el
contenido de la educación se orienta a que los
sintomáticos respiratorios asistan a los centros de
salud, que el tratamiento sea completamente
supervisado, que aquellos contactos no pasen
desapercibidos sin ser examinados por el personal de
salud y que los infantes menores de cinco años en
contacto con pacientes con Tuberculosis Pulmonar
con BK (+) reciban quimioprofilaxis, así mismo que los
pacientes no renuncien al tratamiento y, lo más
importante, que la comunidad se organice y se
interese sobre las medidas preventivas, quizás
mediante comités de Vigilancia Comunal. (Estrategia
Sanitaria, 2016)
En este sentido, el profesional enfermero (a), debe
generar responsabilidad en el paciente para su
autocuidado y está relacionado a aspectos como la
ventilación, alimentación adecuada, descanso y
sueño, hábitos nocivos, medidas higiénicas, ejercicios
y actividad física. La ventilación, es uno de los
principales aspectos fisiológicos para gozar de una
adecuada salud, puesto que el oxígeno mantiene en
buen funcionamiento los órganos internos. Por esta
razón es importante crear un ambiente confortable
para la persona con tuberculosis. Se recomienda
contar con una habitación ventilada para la mejor
40
oxigenación y respiración de la persona, evitando
cambios bruscos de temperatura, la presencia de
polvo e irritantes tóxicos. (Estrategia Sanitaria, 2016)
La alimentación es una necesidad básica e importante,
se refiere a la ingesta de alimentos saludables con los
nutrientes necesarios que ayuda al cuerpo a repeler
muchas de las enfermedades y mejora la calidad de
vida. Toda persona necesita nutrientes energéticos
como grasas en términos moderados, proteínas e
hidratos de carbono; minerales y agua en suficiente
cantidad y vitaminas proveídas por las verduras
acorde a las necesidades de cada persona, ya sea por
su edad, talla y peso. Una adecuada alimentación
debe ser variada y gustosa, además equilibrada a la
persona, no necesariamente debe ser costosa sino
económica, accesible, organizada en horarios.
(Ccoiacca, 2015)
La Tuberculosis es una enfermedad que hace que el
organismo humano consuma más energía de lo
normal haciendo que el paciente pierda peso, por lo
cual expone al organismo a no responder
adecuadamente al tratamiento. La nutrición es
alterada por varias razones, pero frecuentemente se
asocia con la fatiga y tos frecuente, anorexia y
condiciones sociales. La alteración nutricional se
evidencia en la mayoría de estos pacientes, porque
tienen un peso inferior de 10 a 20 % del peso ideal de
su cuerpo, además los pacientes sufren de
disminución de apetito debido a que el sentido del
gusto esta alterado y manifiesta debilidad muscular.
(Ccoiacca, 2015)
Es muy frecuente el vómito, provocado por reacciones
adversas al tratamiento, asimismo, los pacientes con
esta enfermedad sufren una pérdida considerable de
tejidos, por ello los alimentos con contenido proteico
son importantes para favorecer la cicatrización de los
tejidos. No obstante, la falta de proteínas produce un
efecto depresivo en la inmunidad celular. Muchos
estudios han advertido que la enfermedad aumenta
su potencial de resistencia especialmente en personas
con poco peso corporal o muy inferior a lo normal,
quienes son declaradamente desnutridos. Es por esto,
que la dieta diaria provista tanto en los centros de
salud como en el hogar contenga las cantidades
suficientes de valor proteico para favorecer a su
sistema inmunitario. (Ccoiacca, 2015)
Frente a la necesidad del sueño, los pacientes con
tuberculosis presentan dificultades para conciliar el
sueño debido al dolor, la tos persistente y las fiebres
altas por las noches, lo que impide la satisfacción de
la necesidad de sueño del paciente en el horario
biológico. En este sentido, Maslow agrega que el
sueño es necesario, porque el organismo libera
hormonas que ayudan a mantener el bienestar de
nuestra salud de manera óptima y se consigue que se
relaje los músculos, mejore la presión arterial, la
frecuencia cardiaca y la respiratoria y el sistema
nervioso. (Villarreal, 2007)
A esto se agrega, que la Organización Mundial de la
Salud, ha demostrado que la acción de fumar es
causante del 12% de muertes por tuberculosis en
China. En este caso, son los fumadores de más de 20
cigarrillos por día quienes tienen el doble de tasa de
mortalidad que los enfermos de tuberculosis que no
fuman. La explicación es más que evidente, porque el
tabaco produce mayor daño pulmonar al paciente
predisponiéndole a una infección tuberculosa.
(Ccoiacca, 2015)
En relación al masivo consumo de bebidas alcohólicas,
los expertos indican que la correlación entre este mal
habito y el incremento de enfermedades crónicas
como la tuberculosis es significativamente directa.
Esto se debe a que el sistema inmunitario que protege
al organismo es afectado por el alcohol. En este
sentido, un paciente por su misma condición crónica
debe estar impedido de ingerir cualquier bebida que
contenga alcohol en su mínima proporción o
volumen. El consumo de alcohol provoca daño
hepático y porque la inducción enzimática provocada
por el alcohol hace descender los niveles de
Rifampicina e Isoniazida principales elementos
protectores y participantes del tratamiento. (Ccoiacca,
2015)
Es necesario recalcar, que entre los cuidados
higiénicos, el paciente al momento de toser debe
procurar taparse la boca y nariz con un papel
higiénico o con el antebrazo y luego lavarse; el papel
debe ser embolsado y desechado; la ventilación del
cuarto del paciente debe ser abierta, donde las
ventanas permitan hacer ingresar los rayos solares
con radiaciones ultravioletas que destruyan al Bacilo
de Koch. Se debe cuidar que el paciente duerma solo
en una habitación y de no ser posible esta indicación,
debe dormir solo en una cama mientras sea tipificado
como BK positivo; además, limpiar el polvo de los
muebles con trapo húmedo y trapear continuamente
el piso con desinfectantes o solamente con agua; y
mantener una nutrición balanceada. (Estrategia
Sanitaria, 2016)
41
En este contexto, el enfermero(a) profesional de la
estrategia sanitaria de control de tuberculosis, se
responsabiliza de organizar el cuidado integral de las
personas afectadas, con el apoyo de la familia y
proteger a la comunidad poniendo énfasis en su
autocuidado, donde la educación, control y
seguimiento del paciente con esta enfermedad y sus
posibles contactos, con el fin de contribuir a la
disminución de la tasa de morbimortalidad por
tuberculosis.
Formulación del problema
¿Existe relación entre el nivel de Conocimiento y el
Autocuidado de los pacientes con Tuberculosis de una
Institución Pública de la Libertad?
Justificación del estudio
Es de relevancia al realizar la investigación sobre todo
por su implicancia en la práctica, donde el déficit de
personal especializado en enfermería para generar la
promoción de la salud hace que las políticas de
control descuiden y afecte el cuidado del paciente con
tuberculosis, considerándose como recursos de
mejora en el servicio, la educación, el seguimiento
adecuado y el cuidado oportuno del mismo. Para ello,
los pacientes deben conocer prácticas de
autocuidado y minimizar los reportes de esta
enfermedad.
Es preciso resaltar el valor teórico de la presente
investigación porque de los resultados se podrán
generalizar y ampliar los conocimientos a las buenas
estrategias de autocuidado. La enfermera(o) tiene que
contribuir a la información, educación y
comunicación, para modificar algunas conductas no
favorables hacia la salud. El presente estudio sirvió
como referente en el campo académico de la salud y
fuente de indagación para estudios posteriores tanto
por estudiantes como profesionales de la salud.
Ante lo expuesto, la importancia de este estudio
permite conocer el nivel de Conocimiento y su
relación con el Autocuidado de los pacientes con
tuberculosis. Así mismo descubrir posibles estrategias
que el enfermero (a) debe implementar en el cuidado
del paciente, fomentando de esta manera la calidad
en el cuidado del usuario.
Objetivo general:
Determinar la relación entre el nivel de Conocimiento
y el Autocuidado de los pacientes con tuberculosis de
una Institución Publica de La Libertad.
Objetivos específicos:
Valorar el nivel de conocimiento de los pacientes con
Tuberculosis de una Institución Publica de La Libertad.
Valorar el nivel de autocuidado de los pacientes con
tuberculosis de una Institución Publica de La Libertad.
II. MÉTODO
Diseño de investigación
Investigación de tipo descriptivo, donde las variables
no son manipuladas de manera intencional ni
deliberadamente. El diseño que se presenta es de
corte correlacional simple. (Hernández, Fernández y
Baptista, 2014)
Variable Independiente: Nivel de conocimiento.
Variable Dependiente: Autocuidado.
Población y muestra
La población total de esta investigación, estuvo
conformada por 50 usuarios del Programa de Control
de Tuberculosis de la Micro Red Trujillo. Se trabajó con
el universo muestral.
Criterios de inclusión:
Pacientes que tienen como diagnóstico Tuberculosis
Pulmonar.
Pacientes que están recibiendo tratamiento y que
asisten al programa de control de Tuberculosis de la
Micro Red Trujillo.
Pacientes con mayoría de edad, 18 años y menores de
60 años.
Pacientes que aceptaron participar de forma
voluntaria en la investigación.
Criterios de exclusión:
Paciente complicado, hospitalizado, con dificultad
para responder a las interrogantes.
Pacientes que no aceptaron participar de forma
voluntaria en la investigación.
Pacientes menores de 18 años de edad.
Técnicas e instrumentos de recolección de datos.
42
Para la recolección de datos se aplicó la técnica de la
entrevista mediante el uso de dos instrumentos: de
acuerdo a las variables: El primer instrumento fue un
cuestionario conformado por 17 ítems a los cuales se
les asignó 2 puntos a cada pregunta correcta,
sumando en su totalidad 34 puntos. Se categorizó de
la siguiente forma:
Nivel de conocimiento Bueno: 27 – 34 puntos
Nivel de conocimiento Regular: 20 – 26 puntos
Nivel de conocimiento Deficiente: 0 - 19 puntos.
El segundo instrumento fue un cuestionario
conformado por 20 ítems. El cual se hizo de uso de
la escala Likert. Cada pregunta tiene el siguiente
criterio de calificación: Nunca: N=
1; Aveces :AV = 2; Siempre: S = 3. Se categorizó:
Nivel de autocuidado Adecuado: Mayor o igual a 47
puntos
Nivel de autocuidado Inadecuado: Menor o igual a 46
puntos
Validez y confiabilidad.
La validez se realizó con la revisión de los
instrumentos, por enfermeras especializadas,
respecto al tema de investigación, quienes
contribuyeron a mejorarlo en su redacción,
pertinencia congruencia y consistencia. La
confiabilidad o fiabilidad de los instrumentos se
garantizaron por su estabilidad y consistencia interna,
aplicados a 10 pacientes con similares características y
en otras instituciones de salud, aplicando el
coeficiente alfa de Cronbach.32 Arrojando como
resultado en la variable del nivel de conocimiento un
promedio de 0.73 y de la segunda variable del
Autocuidado, se tuvo como resultado un promedio de
0.94, por lo que, se concluye que los instrumento son
altamente confiable.
Métodos de análisis de datos
En el análisis de datos se tuvo en cuenta la estadística
descriptiva e inferencial33; de la cual para su mejor
explicación y descripción se diseñaron las tablas
estadísticas para cada una de las dimensiones y
variables. La información recolectada fue mediante los
instrumentos ordenados en forma manual y luego
fueron registrados en una base de datos, para ser
tabulados, reportados y analizados estadísticamente,
presentándose los resultados en tablas de doble
entrada por cada uno de los objetivos. Así mismo, la
comprobación de la hipótesis se utilizó el análisis de
la estadística inferencial mediante la Chi-cuadrada o
prueba Gamma. (Gamarra, Berrospi y Pujay, 2013)
RESULTADOS
IV.DISCUSION
En la tabla 1, los resultados ubican a los participantes
en un nivel regular de conocimiento sobre
tuberculosis, con 62%, deficiente en 24% y solo el 14%
tiene un nivel de conocimiento bueno. Si se suman los
valores de nivel regular y deficiente, esto se puede
interpretar como un factor preocupante por el
desconocimiento de las características de la
enfermedad en los pacientes con Tuberculosis. Es
alarmante debido a que en su mayoría desconoce
sobre los signos y síntomas, formas de contagio,
factores de riesgo, tratamiento, reacciones adversas y
medidas preventivas.
Estos referentes estadísticos coinciden con las
investigaciones hechas por Alarcón J et10 quienes
encontraron que más de la mitad de sus encuestados
(59%) tiene insuficiente conocimiento pese a que el
85% reconoce cuales serían las consecuencias de
abandonar el tratamiento. Capacute (2012), obtiene
43
resultados que indican que el 65,92% presento un
nivel medio de conocimiento. Otros datos sobre el
conocimiento de la tuberculosis se extienden a los
familiares, es así que Collazos (2012) descubre que el
56 % de los que están cerca a los pacientes tampoco
conocen los riesgos. No obstante, Lobatón y Zamudio
(2011) revelan un nivel más optimista, que el 74% de
pacientes tuvo un nivel de información bueno. No sin
antes dejar de destacar que estos datos pertenecen
hace más de un quinquenio. Lo que indica que se
estuvo en un nivel respetable.
En referencia a los resultados encontrados en la
presente investigación, se tiene que un buen
porcentaje de pacientes desconocen acerca de su
enfermedad y esto estaría reflejando que el cuidado
de los profesionales de enfermería en relación al
sistema de apoyo educativo de Orem (1993) no se
refleja en la ayuda para la enseñanza de medidas que
sean necesarias para que la persona enferma de
Tuberculosis se concientice de cómo llevar su
enfermedad y adquiere su bienestar con el fomento
de una conducta saludable logrando así el cuidado
integral, con posibilidades físicas, mentales y sociales
de la persona. (Papalia, 2005)
En esta perspectiva, el sistema de apoyo educativo
que brinde el profesional de enfermería, es el de
proporcionar ayuda al paciente para la toma de
decisiones y a comunicar conocimientos y habilidades
para contribuir en la curación o regular los efectos de
La Tuberculosis y lograr así un cambio de conducta, el
cual se constituye en un desafío para la práctica de
enfermería, contribuyendo en la mantención de la
salud y en una mejor calidad de vida para nuestros
usuarios.
En la Tabla 2, en cuanto a la distribución porcentual
de la variable autocuidado de los pacientes con
Tuberculosis, el 54% se ubica en un nivel de
autocuidado adecuado mientras que el 46% califican
en un nivel inadecuado. Sin embargo, el resultado es
preocupante porque casi la mitad de estos pacientes
no demuestra muy desarrollada la actitud de
autocuidado en su tratamiento medicamentoso,
alimentación, hábitos nocivos y medidas preventivas.
Con resultados casi similares, Ccoicca (2013)
encuentra que el 62.5% realiza medidas de
autocuidado adecuadas. No obstante, un número
significativo de pacientes, 37.5%, no realiza las mismas
medidas planteadas. Datos más optimistas vienen de
Lobatón y Zamudio (2011) quienes refieren que el 82%
de pacientes tenían una alta calidad de autocuidado.
Pero se ve contradictoriamente reflejado en los
estudios de Capacute13 quien encuentra que el 50%
muestra una actitud de indiferencia ante tratamiento.
Analizando los resultados de la presente
investigación, el 54% no es un dato aliciente que
tranquilice la profesionalidad de la enfermera (o), ya
que todos los pacientes con Tuberculosis pueden
generar práctica de autocuidado adecuados, pero si
desconoce los motivos y características de su
enfermedad, mucho menos cómo prevenirla, los
resultados serían, un déficit de autocuidado. Por lo
que, doble tarea les corresponde a los profesionales
de la salud, de difundir conceptos relacionados a la
enfermedad, así como generar elementos necesarios
para motivar el autocuidado.
El referir que el 46% de pacientes con Tuberculosis
tienen una práctica de autocuidado inadecuada, es
necesario que la valoración enfermera a través de la
Teoría del Autocuidado, nos permita tener una visión
integral de las demandas del paciente y las
necesidades de cuidados. La puesta en marcha de un
plan de cuidados enfermeros ayuda a conocer mejor
aquellas desviaciones de la salud que presenta un
paciente y nos facilita el poder plantear con mayor
seguridad y claridad los objetivos a alcanzar y qué
intervenciones y actividades serán las mejores.
De acuerdo al objetivo general, la relación del nivel de
conocimiento y el autocuidado de los pacientes con
Tuberculosis, referidos en la Tabla 3, demuestra que
solo el 14 % de los pacientes estudiados se ubican en
un nivel de conocimiento bueno y autocuidado
adecuado, mientras que el 34% tienen un nivel de
conocimiento regular y autocuidado adecuado y el
18% de ellos tienen un nivel de conocimiento
deficiente con autocuidado inadecuado. Como se
puede notar, existe un nivel de correlación directa.
Es por ello que al comprobarse la hipótesis de
correlación entre las variables se confirma que existe
correlación significativa media con Gamma, igual a
0,764 y en un nivel medio con una significancia menor
al 1% (p < 0,01). La misma hipótesis se aprecia en las
investigaciones de Capacute.13 quien concluyó que la
relación entre estas variables es significativa pero en
un nivel de correlación media. Con similares
características concluyen Lobatón y Zamudio (2011) al
encontrar relación entre estas variables, pero no
altamente significativa. Observándose que pese a los
años de diferencia, este nivel de correlación regular
44
sigue siendo el mismo al día de hoy. Lo cual
demuestra, que seguimos en la misma práctica como
profesionales de salud.
Relacionando ambas variables, el profesional de
enfermería juega un papel fundamental en la
estrategia sanitaria de Tuberculosis, ayudando a los
pacientes a cubrir las demandas de autocuidado
terapéutico. Para llevarlo a la práctica, es necesario
aplicar los sistemas de enfermería que menciona
Orem (1993) en su teoría; el mejorar el apoyo
educativo, que el paciente es capaz de realizar, o
puede y debería aprender a realizar medidas de
autocuidado terapéutico, pero que no puede
realizarlo sin ayuda, es decir necesita un guía, un
soporte, enseñanzas o un entorno donde participe la
familia y favorezca el desarrollo y las acciones y
conductas adecuadas que tiene que realizar el
paciente, para ir avanzando en la generación de
prácticas de autocuidado.
En referencia al planteamiento anterior, motiva a
reflexionar sobre el desarrollo de la práctica
profesional, considerando que va más allá de la
administración supervisado de medicamentos, ya que
implica la puesta en marcha de procesos con carácter
intersubjetivo, atendiendo las características propias
de cada paciente. Es por ello que el profesional de
enfermería tiene que ser empática (o) y comunicarse
de forma sensible, trabajar en equipo con el resto de
profesionales que intervienen en los procesos de
atención en salud. Del mismo modo ser tolerante y
aceptar la diversidad cultural, generando así nuevos
comportamientos que mejoren la práctica y quehacer
profesional, y que propicien la modificación de
conductas no saludables en saludables y sobre todo
motivar al paciente para el autocuidado.
,
V. CONCLUSIÓN
El 62% de los pacientes con Tuberculosis pulmonar de
una Institución pública, tienen un nivel de
conocimiento Regular sobre la enfermedad.
El 54% de los pacientes con Tuberculosis pulmonar
de una Institución pública tienen un nivel de
Autocuidado adecuado.
Existe correlación significativa con Gamma igual a
0,764 y en un nivel medio con una significancia menor
al 1% (p < 0,01) entre las dos variables, puesto que solo
el 14 % de los pacientes estudiados se ubican en un
nivel de conocimiento bueno y autocuidado
adecuado, mientras que el 18% de ellos tienen un nivel
de conocimiento deficiente con autocuidado
inadecuado.
Los resultados, permiten promover el apoyo
educativo en el autocuidado de los pacientes con
Tuberculosis, destacando la importancia de este
sistema de enfermería para modificar la conducta del
individuo, usando metodologías más efectivas en
forma presencial y/o virtual en línea, para el fomento
de una conducta saludable.
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