cuidado con ese conjuro 2

8/9/2019 Cuidado Con Ese Conjuro 2

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¡Cuidadocon ese

Conjuro![ 2 ]

iak Songkey


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¡Cuidado con ese

conjuro

COPYRIGHT

Declaración: Todos los personajes, ambientes, etc. públicamente reconocibles sonpropiedad de sus respectivos propietarios. Los personajes originales y la trama son

propiedad del autor. El autor no está en ninguna forma asociado con los

propietarios, creadores o productores de cualquier franquicia del medio. No se

pretende infringir derechos de copia.

Full metal alchemist ©Hiromu Arakawa

Naruto ©Masashi Kishimoto

Prince of Tennis ©Takeshi Konomi

Ultra aniac

©Wataru Yoshizumi

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sum n

Tras la llegada de Alfons, el chico genio del Reino de laMagia, las cosas entre Winry y Edward parecen complicarse.Sakura y Hinata realizan los preparativos para celebrar San

Valentin en Morinomiya. Entre tanto, Sakuno y Ann sepreparan para encontrar los fragmentos de la Piedra Filosofal.

En una fecha donde los conflictos amorosos están a flor depiel, Ryoma se convertirá en la voz de la razón en medio de

un internado caótico.

Edward/Winry + Roy/Riza

Ryoma/Sakuno + Momo/Ann

Sasuke/Sakura + Naruto/Hinata


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¡Hello ! Aquí Biak Songkey saludándolos a todos en este día de San Valentín. Honestamenteno estaba segura de tener la suficiente cantidad de capítulos para sacar el segundo volumen para San

Valentín ¡Pero si leyeran el capítulo seis entenderían mi entusiasmo por subirlo en esta fecha! Aún

así, las cosas terminaron dándose y ahora que estoy de regreso en casa, edito este PDF paraentregárselos con mucho amor y cariño.

Aún no me puedo creer que han transcurrido ocho años desde la publicación del capítuloseis de «¡Cuidado con ese conjuro!» (Contenido en este tomo) en enero de 2007. Me da la impresiónde que comencé a publicar este fanfiction un mes antes de esta fecha ¡Qué regular era entonces enlas fechas de las publicaciones! ¡Y qué cantidad de apoyo me brindaban los lectores de este fanfiction!

Estoy consciente más que nadie que tengo que sacar una segunda edición tanto de este tomo

como del primero. Mis limitaciones humanas son vergonzosas y aún siento que falta pulirlo, pero el tiempo me juega en contra y hace mucho que abandoné mi afán perfeccionista que solo me llevaba auna maraña de desánimos.

No me queda más que agradecerles a todos ustedes por el cariño que me han brindado todosestos años, sea en este proyecto o en otros que he tenido a lo largo de mi carrera de fanficker y deescritora. Mis gratitudes especiales a Brune, Hanako, BH.KN, Lady Rosier, Príncipe Mello, Flor,Echingo, Jacqueline (mi hermana mayor Amy), Natz ¡Y a todas esa maravillosas personas que meacompañaron durante esos años en Paraíso Fanfiction !

Quiero dedicarle este segundo tomo a mis pequeños Herbie y Gervasio Gervaso, mis dos jerbos que mañana cumplen un año conmigo dándome apoyo, compañía y cariño cuando siento que alas cosas van a derrumbarse encima. Las mascotas siempre serán nuestros mejores amigos.

Tampoco quiero olvidarme de mis quince hámsters que me hace compañía desde donde quiera queestén.

Ojalá les guste la segunda parte de la reescritura de uno de mis primeros fanfictions. ¡QueSan Valentín esté lleno de amor para todos ustedes! ¡Nunca dejen de creer en la magia del amor!

Biak Songkey 14/02/2015


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6—. Un extraño día de San Valentín

— ¿Y ahora qué?—Tonton se acercó angustiada a su ama—. ¿Qué planeaahora?

Ann estaba sentada en un escritorio con la mirada fija en la pantalla de lamini-computadora.

— ¡Esto es genial!—exclamó alegre—. Al fin podré encontrar la piedra…

— ¿Y esta vez….?

—No fallaré, te lo puedo asegurar—sonrió—. He bajado esta fórmula del

sitio de magia negra de la red de Internet. Es ciento por ciento seguro…

—Winry—se escuchó desde lejos acercándose. Winry se volteo para ver a suamiga que corría alegremente hacia ella—. ¡Espérame!

—Sakuno, te quedaste dormida otra vez—se quejó murando a su amiga,que respiraba con dificultad una vez que la alcanzó—. Creí que estabas enferma.

—No, nada de eso—le contestó interrumpiéndola—. Sólo que mi abuela mellamó anoche para darme un larguísimo sermón.

—Ya veo…

—Pero mejor nos damos prisa… ¡o llegaremos tarde!—advirtió Sakunomirando el reloj del internado que se ubicaba en la torre del internado; lo máspreocupante: ¡faltaban sólo cinco minutos para entrar a clases y aún les faltaba más

de la mitad del camino hacia sus salones!—Creo que mejor nos vamos de aquí…


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— ¡Date prisa, Hinata, o las vamos a perder de vista!—le pidió Naruto a sucompañera que estaba tras él sosteniendo el equipo de grabación de club.

— ¡Ya voy, ya voy!—dijo, intentando que el pesado bulto no se cayera alsuelo—. Esto es muy complicado…

—Allí van. —Naruto sostuvo sus binoculares hacia las chicas que corríanpara llegar a tiempo a clases—. Estoy seguro de que huyen de algún monstruoproducto de la magia ¡Tenemos que grabarlo por el bien del periódico estudiantil!

—Yo creo...—comenzó a decir Hinata en tímido tono—…que van a susclases porque ya es tarde.

Se hizo silencio.

—Ya lo sabía…—contestó rascándose la cabeza—. Bueno, sólo estaba

probando tus habilidades detectivescas, Hinata.

—Como digas Naruto… —dijo sonrojada—…debo estar a la altura delperiódico estudiantil.

Hinata desde hace mucho tiempo estaba perdidamente enamorada deNaruto, pese a que muchos creían que estaba loco por esa manía que tenía de estarsiempre fundando clubes para destacar, aunque al final terminara siendo el únicomiembro y los clubes fueran cerrados por esa razón.

Sin embargo, Naruto nunca se dio por vencido. Buscaba la manera de

destacar, de que el mundo notara su presencia… aunque todo no le salieraprecisamente bien. Esa era una de las tantas cosas por las le gustaba: él era fuerte, yella quería ser tan fuerte como él.

Sabía que el corazón de Naruto pertenecía a Sakura desde hace mucho: eraevidente de aquí a la Luna, pero Sakura no le prestaba atención a Naruto, puespara sus ojos Sasuke era el único.

—Qué lío…—susurró Hinata.

— ¿Dijiste algo?

—No, es solo que…—tomó aire y lo expulsó—. ¡Llegaremos tarde otra vez!

— ¿¡Que!?—exclamó mirando el reloj de la torre. Efectivamente, ya debíanestar en su salón desde hace cinco minutos.

—Además, hoy hay examen de inglés…—recordó Hinata.


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— ¿Examen? ¡Lo había olvidado!—Naruto puso sus manos en su cabeza.Sabía que el profesor Mustang no era de los que perdonaban llegar tarde a unexamen.

—Naruto…—se apenó Hinata, quien sí había estudiado.

Pero Naruto no sería el único que reprobaría el examen de ingles esta vez.

— ¿Qué? —Sakuno puso ambas manos sobre el escritorio del profesorMustang. Las clases del día ya habían acabado, sin embargo le había pedido que

se quedara para hablar con ella. No sabía por qué, pero tenía el presentimiento deque no eran buenas noticias precisamente y acababa de confirmarlo.

—Lo que escuchó señorita Ryusaki—dijo, tomando una hoja de papel en susmanos; en ella se podía leer claramente el nombre de Sakuno en la parte superior—. Lamento informarle que ha reprobado el examen de inglés que fue efectuado eldía de hoy…

Sakuno tragó saliva. Si la expulsaban, no sabría qué hacer.

—Sus calificaciones de inglés son muy bajas con respecto al promedio de la

clase. ¿Qué le ocurre?—preguntó, levantándose de su asiento—. ¿Es que acaso ensu otra escuela no había inglés? —bromeó. Era imposible que no se impartiera laclase de inglés en la escuela a la que había asistido antes, lo sabía porque teníacolegas trabajando en el instituto donde tenía entendido provenía ¿o era que talvez…?

—Es que yo… nunca fui... ¡buena en inglés!—exclamó alegre, rezando en suinterior para que todo saliera bien y él no se hubiera dado cuenta de nada.

—Sin embargo…—Roy Mustang cambió su mirada a una más seria aún,cosa que hizo que Sakuno se estremeciera por dentro—. No es excusa para haber

sacado tan baja calificación en el examen de hoy. Me temo que tendré que llamar asus padres…

— ¡No!—gritó con horror al ver al profesor sosteniendo el teléfono, pero sellevó ambas manos a la boca cuando se dio cuenta de su error.

— ¿No qué? —Roy Mustang estaba empezando a sospechar de laprocedencia de su alumna.


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—Es que mi madre…—empezó a decir mirando al suelo. Tenía que pensaren una excusa creíble para el profesor, además nunca había podido mirar a alguiena la cara cuando iba a decir una mentira, lo que hacía que se pusiera más nerviosaaún: tenía que jugársela el todo por el todo en esta mentira—… Mi madre está muyenferma, no quiero darle disgustos…—Miró suplicante a los ojos del profesor—

Haré trabajos extras, cualquier cosa que me pida, pero por favor no llame a mimadre…

Roy la miró pensativamente hasta que habló luego de un rato:

—De acuerdo, pero a cambio…—Se agachó para abrir uno de los cajones desu escritorio sacando tres libros de inglés— …deberás completar estos librosdentro de los próximos dos días—sentenció. Sakuno entendió porque todos decíanque era estricto.

— ¡¿Qué?! —exclamó sin creérselo asustada ante esos libros.

—Y además—prosiguió el profesor—, no saldrás de este salón hastacompletarlos, con excepción de, comer ir al baño o dormir. —Sakuno pensó que elmundo se le venía encima—. Eso es todo; me retiro y buena suerte…

Sakuno se quedó perpleja.

— ¡No!—dijo tomando los libros y dirigiéndose a su pupitre, en dondepasaría el fin de semana en tortura.

—Sakuno…—Winry movió el hombro de su amiga quien se había quedadodormida en su pupitre. Ya era tarde y debían dormir.

— ¿Eh?

—Vamos.—La tomó de la mano para que la siguiera hastalas habitaciones

del internado. Una vez que ambas estuvieron en el pasillo, Winry se detuvo enseco, haciendo que Sakuno, quien venía tras ella, chocara contra esta.

— Casi lo olvido—murmuró sacando un libro de su bolso—Ten, es de partede Ryoma: te lo entregó en cuanto se enteró de tu problema.

Sakuno tomó el libro con cuidado el libro porque era de Ryoma ¿se lo habíaprestado a ella? Sí, así se lo había dicho Winry. Era extraño.


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Winry la miró con una gran sonrisa.

—No entiendo nada. —Sakuno tiró su cabeza sobre el pupitre. Ya erasábado y se podían escuchar a las demás chicas que jugaban el jardín. Y ella, parasu desgracia, estaba allí en la sala haciendo unos aburridos y complicadosejercicios de inglés. Idioma que nunca antes había oído en su vida.

Recordó entonces que Winry le había dicho que hoy era san Valentín, peroentendió bien en qué consistía pues en el Reino Mágico no existía un día análogo alo que ella le había explicado —ni tampoco el idioma inglés—, porque allí sólo se

hablaba un idioma universal. Le dio un poco de pena preguntarle a su amiga quéera San Valentín. Pero, por la forma en que Winry sonreía, debía tratarse de algobueno.

—Me pregunto qué será…

En ese momento Ryoma entró en el salón, caminó hasta su asiento buscandoalgo que parecía que había dejado olvidado el día de ayer…

—Buenos días, Ryoma. —Sakuno lo saludó. Él se sorprendió de verla,parecía que no la había notado al entrar

—Buenos días, Sakuno—dijo caminando hacía ella para luego fijarse en ellibro en el que estaba trabajando—. ¿Inglés? –preguntó. Sakuno asintió con lacabeza.

—Son muy difíciles y no logró entenderlos—se apenó llevando una de susmanos a su cabeza sintiéndose aún más torpe.

—Déjame ver. —Ryoma cogió el libro y luego se sentó en el pupitre queestaba al lado de Sakuno. Lo miró detenidamente un rato—. Al parecer todas tusrespuestas son erróneas. Aún te falta mucho…

— ¡Lo sé!—exclamó con ojos llorosos—. ¡No sé cómo resolverlos!

—No te preocupes—le sonrió. En ese momento Sakuno se fijó en lo hermosode su sonrisa—.Te ayudaré, no están tan mal, mira, esto por ejemplo, esto se haceasí—le explicó. Sakuno estuvo atenta a cada palabra que decía.

—Ryoma, sabes mucho inglés, ¿verdad? Eres el mejor de la clase…


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—Es es porque nací y viví en Estados Unidos durante muchos años, por loque no es difícil para mí esta clase de ejercicios. No es nada del otro mundo, prontoaprenderás...

— ¡Sí!—Sakuno se alegró. Siempre creyó que Ryoma era un chico frío, pero

ahora ya no le parecía tanto.

—A Sasuke le va a gustar mucho. —Sakura miraba un pastel que acababa dehornear mientras lo llevaba por el jardín en busca de Sasuke. Pero es ese momento,una neblina apareció en el lugar y sin saber por qué soltó el pastel al suelo, sin

ningún motivo aparente y a propósito—. Qué estupidez—murmuró, con la miradaperdida alejándose de ahí y dejando el pastel tirado en el suelo.

Naruto y Hinata también estaban por ahí.

—Hey, Hinata ven a…

— ¡Déjame Naruto!—le dijo sin sentimientos en respuesta, también con lamirada perdida—. ¡No me estorbes!

Naruto se quedó anonadado. Hinata jamás le había hablado así.

—No puedo más.—Sakuno cayó del cansancio sobre su pupitre—. Es inútil: jamás terminaré a tiempo…

— ¡No digas eso! —Ryoma se levantó del pupitre de al lado y tomó a

Sakuno por los hombros para que lo mirara a los ojos—. Todo tu esfuerzo se irá ala basura si te rindes ahora. ¡No te rindas Sakuno!

Las palabras de Ryoma resonaron en su cabeza y antes de que se dieracuenta, sus ojos estaban tan cerca de los suyos junto con su rostro y lo másimportante, sus labios también… tan sólo hacía falta que uno de los dos se acercaraal otro para que chocaran, sellándose así… tan cerca, tan lejos, ¿qué eran esossentimientos?


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Pero el beso nunca llegó.

Justo en ese instante, Ed abrió la puerta para buscar a su amigo topándosecon la escena de ambos chicos, que al darse cuenta de la presencia de un invitadono deseado se alejaron rápidamente.

—Ed, ya te ayudo con lo que te dije…—dijo indicándole a Sakuno que loesperara y salió de la sala junto con Ed.

Afuera, ambos chicos conversaron:

— ¿Así que Sakuno? ¿Eh? —Edward lo miró con picardía.

—No ha sucedido nada—dijo algo molesto Ryoma—. ¿Qué hay de Winry?—Esta vez la picardía estaba en el rostro del japonés.

—Nada nuevo. —Ed agachó la cabeza—. ¿Estás seguro de que meperdonará por lo que le he hecho estás últimas semanas?

—Siempre y cuando le pidas disculpas—dijo, luego sonrió con presunción—.Y una cita.

Edward se sonrojó por completo.

—Está bien, deséame suerte—pidió Edward nervioso.

—Vamos amigo, estoy seguro que ella también siente algo por ti.

—Eso espero…—dijo con suspicacia.

Edward esperó a que se hiciera de noche y que Winry volviera a suhabitación para hablarle. Había tantas cosas que quería decirle y tan pocas lasagallas reunidas para hacerlo.

—Winry…—murmuró su nombre cuando pasó por su lado—. ¿Caminamos juntos?

—Como quieras—respondió con la mirada vacía y sin detenerse.


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—Quiero pedirte disculpas por mi comportamiento en estas últimassemanas; he actuado como un tonto y…—Ed miro a Winry para ver su reacción,pero sorprendentemente seguía igual que antes— ¿Podrías perdonarme, Win?

Era la primera vez que Ed llama Winry acortando su nombre

cariñosamente, así que esperó a que ella se percatara de eso y notara sus realesintenciones con ella...

Pero no lo hizo.

—Sí. —contestó con simpleza sin añadir nada.

—Hay una película que dicen es muy buena en el cine de de por aquí…-Edward comenzó a sonrojarse y a ponerse nervioso: si ella lo rechazaba, no sólo sureputación como popular se acabaría, sino que su corazón sería destrozado en milpedazos —… y me preguntaba si querías ir a verla… conmigo—sentenció nervioso

aguantando la respiración.

Winry se detuvo. Miró a Edward a los ojos y luego habló:

—¿Puedes hacerme el favor de cerrar la boca?—dijo con indiferencia sinningún otro sentimiento—. Estás hablando demasiado y sólo diciendo tonteríasabsurdas. —Edward se quedó congelado y Winry siguió su camino hasta suhabitación sin reparar en él.

Edward se quedó de pie ahí a medio camino sin decir o hacer nada. Sentíaun dolor en su pecho. ¿Por qué? ¿Por qué se sentía destrozado si ella no lo había

golpeado? Algo dentro de él le dolía en lo más profundo de su ser: dolía más queun golpe con la pelota de beisbol. Las heridas físicas pueden sanar, pero las delcorazón jamás lo hacían por completo.

Le tomó un tiempo dar media vuelta y marcharse cabizbajo tras esasreflexiones.

(¯`•._.•[[¡Cuidado con ese conjuro!!]]•._.•´¯)


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7 —. ¿Dónde está mi amor?

— ¡Vaya, Sakuno!—El profesor Mustang comenzó a revisar los ejerciciosque su alumna le había entregado—. ¡Están correctos! ¡No esperaba tal cosa en tusituación!

Sakuno sonrió alegremente.

—No me esperaba que terminaras tan rápido, ¿alguien te ayudó? —lepreguntó mirándola desde su escritorio; ya caía la tarde del día domingo y elprofesor Mustang estaba preparando las clases para el siguiente día.

—En realidad, fue Ryoma quien me explicó inglés; ahora ya lo entiendo

mucho mejor.—Ese Ryoma. —Sonrió cerrando los ojos y sacudiendo la cabeza—. Es un

buen chico, pero un poco reservado. Me alegra que ustedes dos se hayan hechobueno amigos en tan poco tiempo—le dijo, levantándose de su escritorio con loslibros de Sakuno bajo el brazo para salir del salón—. ¡Nos vemos mañana!

Sakuno se despidió del profesor agitando su mano mientras pensaba en loque le había dicho de Ryoma.

«Pues claro que es un buen chico—pensó Sakuno—…y muy guapo además.»

En la cafetería de Morinomiya, Ryoma se encontró con Ed y se sentó a sulado para hablar con él:

— ¿Qué te ocurre, Ed? —Ryoma veía como su amigo estaba como ido: no

había hablado en casi todo el día, cosa que era bastante extraño en él porquesiempre había sido muy energético y activo, por lo que su repentina actitud leextrañaba. Nunca lo había visto tan decaído—. ¿Es por Winry?

—Me dijo que me callara, que no le hable más…—murmuró, jugando con sutenedor mientras revolvía los alimentos que había en su bandeja de almuerzo—.Le propuse ir al cine, y no sólo me rechazó: me ignoró completamente.


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— ¿No será porque tú la trataste así hasta no hace poco? —Ryoma le hizopensar, pues se había portado horriblemente con ella en las últimas semanas—.Creo que alguien está recibiendo un poco de su propia medicina.

— ¿Piensas eso de verdad? —Ed lo miró al fin con cara de estar

tremendamente hastiado y Ryoma pudo ver por su ojeras y la forma de su rostroque parecía que el mundo se le había caído encima—.Pero, ¿y si de verdad meodia?

—Eso no te lo puedo asegurar—y añadió—: además las chicas se vendemasiado extrañas el día de hoy, sólo míralas. —Le indicó a un grupo de chicasque estaban comiendo en la mesa de al lado: todas con la mirada perdida, comomirando hacia el abismo—… debe de tratarse de una moda o algo así. Nunca heentendido bien a las mujeres.

—Eso es cierto. —Edward sonrió de oreja a oreja aunque aún un pocodeprimido—. Son tan raras: cuando dicen sí es no, cuando dicen no es sí. ¡Sonespecímenes totalmente diferentes a nosotros…!

—Ese es el Edward que conozco…—Ryoma se alegró al ver a su amigo másanimado; pero aún así, había algo que lo inquietaba de todo esto.

—Yo también creo que esto no es normal. —Alfons, que estaba sentado enuna mesa más tras que los chicos, escuchó el comentario de Ed y Ryoma.

«No puede ser que Winry haya rechazado así a Ed, las fotografías del amor nomienten, algo debe estar pasando», pensaba para sí mientras comía lo que estaba en subandeja de alimentos. No sabía exactamente lo que era; probablemente se tratabade aquello que los humanos normales llamaban mariscos; ya que en el reino de lamagia no hay mar, por lo que esta clase de alimentos no le son conocidos. «O talvez ¡Winry se enamoró de mí!». Alfons mostró una sonrisita casi psicópata, tanto asíque los que estaban sentados junto a él huyeron de allí. «Obviamente eso no es…» sedijo, volviendo a la cruel y triste realidad. «Sin embargo, esto no me huele bien…»,susurró en voz baja

—Pues qué esperabas, hermano. —Al en forma humana se sentó a su lado.

— ¿Qué haces aquí? —Alfons se mostró sorpresivo—. ¡Tú no eres deMorinomiya! Si se enteran te vas a meter en un lío…

—Tranquilo; llevo puesto uno de tus uniformes: entre toda esta multitud¿crees que me reconocerán? –le dijo, mirándolo fijamente a los ojos.

—Sinceramente, no lo creo.


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—¿Te preocupa algo? –-le preguntó Al—. Estabas diciendo antes de que yollegara “esto no me huele nada bien…”

—Es sólo que Winry y Ed…—dijo, pero después guardó silencio; parecíaque una idea cruzaba por su cabeza.

—¿Winry y Ed qué? —Al se extrañó porque su hermano se había quedadoen silencio de pronto

—No, nada, es sólo que… estoy celoso, nada más—contestó, intentandofingir que nada pasaba—.Tengo que irme, te veo al rato—dicho esto, saliórápidamente a su habitación

— ¿Y a este que mosca lo picó? –-se dijo Al, extrañado por la actitud de sugemelo.

— ¡Hey, Ryusaki! —Ryoma la llamó en medio del pasillo antes de que ellaentrara a los dormitorios de chicas—. ¡Hey!

—Ryoma…—susurró viéndolo correr hacia ella—. ¿Pasa algo?

— ¿Sabes si algo le sucede a Winry?—No he hablado con ella. Con el trabajo de inglés no he tenido tiempo,

únicamente la he visto antes de dormir…

—Ella ha estado actuado extraño últimamente…—susurró Ryoma,recordando lo que su amigo le había dicho.

— ¿Extraño? ¿A qué te refieres? —Sakuno lo miraba con inquietud; por lacara que traía Ryoma algo había pasado… y muy grave.

—Winry rechazó una invitación de Ed al cine…— ¿¡Qué!? —exclamó ante las palabras de Ryoma. Le parecía imposible que

su amiga hubiese rechazado una invitación de Ed para salir, siendo que le gustabamucho…

— Te ruego por favor que averigües que le pasa, Ed está…—se quedó ensilencio. Estuvo a punto de revelar el secreto de su amigo.


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—Lo haré, Ryoma: todo esto es muy extraño. Winry…—se quedó ensilencio. Por poco rompía la promesa que le hizo a su amiga de no descubrir nuncasu secreto.

Ambos chicos se quedaron en silencio.

—Bueno Ryusaki, nos vemos después. —Ryoma estaba algo sonrojado, porlo que prefirió irse de allí y volver a su habitación.

— ¡Hasta pronto Ryoma!—gritó Sakuno, antes de que Ryoma se perdierade vista—. Ahora, a investigar se ha dicho—se dijo a sí misma al entrar aldormitorio de chicas.

—Por poco y meto la pata—se dijo a sí mismo Ryoma mientras se dirigía aldormitorio de chicos—. Espero que Sakuno averigüe si Winry ama a Ed…-pensaba, pero de pronto se detuvo en seco frente al jardín delantero de

Morinomiya.

Allí, frente a sus ojos, estaba la mismísima Winry, besándose con ternuracon Alfons, el chico nuevo: igual que en la fiesta por el triunfo del equipo de tenis.

—Si Ed viera esto…—se dijo—.No quiero ni imaginarme lo…— ibadiciendo pero se detuvo: a una esquina de la fuente de los deseos de Morinomiya,estaba Edward mirando atónito a la pareja.

Era como si los ojos de Edward tuvieran un imán hacia esos chicos. Por másque intentaba pasar de ello, sus ojos seguían allí mirándolos. Odiaba

profundamente a Alfons, pero cómo le hubiese gustado estar en sus zapatos enestos momentos.

—Edward…—susurró Ryoma en cuanto su amigó se fue corriendo de allí.Lo sabía: el corazón de Edward estaba destrozado

¿Cómo pudo pensar que Winry se fijaría en él? Ella era muy linda,inteligente y popular ¿Cómo pudo creer que no tuviera novio? Siempre estuvorodeada de chicos ¿Por qué pensó que ella lo correspondía? Cuando llegó aMorinomiya producto del divorcio número dos de su padre, fue a la primera chica

que conoció y con la que rápidamente se hicieron amigos. En ese tiempo ella salíacon Sasuke, pero poco tiempo después ellos terminaron. Pensó que esa era laoportunidad perfecta para acercarse más a ella, más que como un simple amigo.

Realmente creyó que todo podía ir bien por una vez en su vida.

— ¡Maldita sea, Winry! ¡¿Por qué?!—se dijo mientras corría a donde sus pieslo llevaran, no le importaba donde mientras estuviera lejos de esos dos.


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—Esto es suficiente…—Ann estaba en su habitación. Faltaban pocossegundos para que el reloj de la torre indicara la media noche—. ¡Vengan a mí! –gritó, agitando lo que sería un frasco de la clases de química, pero que no lo era.

Winry, Sakura, Hinata y las demás se levantaron de sus camas, con caras dezombies, salieron de sus habitaciones unas tras otras en filas por los corredoreshacia el patio.

— ¿Winry? —Alphonse despertó por el ruido que ella hizo al levantarse dela cama y sacudirlo de ella en su forma de gato—. ¿Pasa algo?—le preguntó sin

obtener respuesta alguna – ¡Hey!Winry no solo no le hizo caso, sino que pisó sobre la cola de Alphonse y

aunque el gato herido casi la araña, ni siquiera se movió para defenderse odisculparse.

— ¡Sakuno!, ¡Sakuno!—exclamó el pequeño animal para que su amadespertara—. ¡Si no te despiertas tendré que arañarte!

—¡Ya, estoy despierta! —Sakuno despertó al instante en que el gato laamenazó.

— ¡Winry está actuando muy raro! ¡Ayúdala! —le pidió.

— ¿Winry? —Miró hacia el lado a ver la cama de su compañera— ¡Esverdad, no está! Ya decía que todo esto era muy extraño…—se dijo, pensando unrato.e

—Debes ir a investigar: parece que Ann está metida en todo esto.

—Iré ahora mismo. —Se levantó de golpe, tomó su mini-computadora entresus manos y se transformó en bruja.

— ¡Buena suerte! —gritó Al, antes de que Sakuno saliera volando en suescoba último modelo en busca de Winry.


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— ¿Dónde estará Winry? —Sakuno volaba a una gran velocidad con la vistafija en las calles hasta que vio a Winry pasar por allí. Y no sólo a ella, sino quetambién a Sakura y a Hinata… ¡y todas las chicas de Morinomiya!

— ¿Qué es esto?—murmuró Sakuno siguiendo a las chicas.

«Tal como dijo Al, esto debe ser obra de Ann, pero ¿con que fin?»

Las estudiantes de Morinomiya se detuvieron frente a la casa abandonada:había muchas leyendas sobre esa casa, se decía que estaba embrujada porque denoche muchos contaban haber escuchado e ruidos extraños provenientes de eselugar, incluso decían que allí vivían brujos que sólo estaban en casa de noche y quede día salían a hacer sus maldades

—…pero nostras, los brujas, no podemos tenernos miedo ¿cierto?—soltóuna risita infantil—. Lo que importa ahora es Winry.

A las afueras de la casa estaba Ann vestida de bruja, esperando a las chicasque pronto la rodearon formando un círculo a su alrededor y su caldero.

— ¡Denme el poder de su amor, se los ordeno!—exclamó Ann al tiempo enque todas las chicas levantaban su mano. Sakuno vio claramente como algoemanaba desde sus manos hasta el contenedor que empezó a formar una espesaneblina rosa con corazones en el centro.

— ¿Cómo ha sido capaz? —Sakuno se llevó ambas manos a la boca—. ¡Lesha quitado su amor! ¿Por qué?

Pero entonces sus dudas fueron aclaradas: la neblina le permitió ver en elcielo un objeto color rosa de forma esférica.

— ¡La piedra filosofal!—gritaron Sakuno y Ann al unísono. Ann se percatóentonces de la presencia de Sakuno quien había permanecido oculta tras losárboles hasta ese momento. Ann no dudó un segundo y se montó en su escobapara alcanzar la tan preciada joya

— ¡No te la llevaras! —Sakuno se montó en su escoba y voló junto con Annpara alcanzar la piedra

— ¡Es mía! —Ann estiró la mano hacia la piedra, pero Sakuno la empujópara que no la alcanzara.

— ¡Detente! —Sakuno intentó tomar la piedra, pero Ann la empujó tanfuerte que la hizo caerse de la escoba. Con tan sólo una mano en que afirmarse,


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estaba en verdadero peligro—. ¡Voy a morir!—gritó, soltándose cada vez más de laescoba

«Nunca te rindas —recordó—El verdadero final será cuando te des por vencidaSakuno ¡Nunca te rindas!» Eran las palabras que Ryoma le había dicho. En verdad

Ryoma tenía razón: si se rendía todo terminaría ahí y jamás podría recuperar elamor de Winry y de las otras muchachas. No se iba a rendir, no señor: sería fuerte,se levantaría y tomaría esa piedra, por él… por… Ryoma...

Antes de que Ann pudiera tomar la piedra, la piedra huyó de ella,acercándose más a Sakuno, quien en cuanto se montó nuevamente a la escoba, latomó entre sus manos.

— ¡La tengo! —exclamó alegre—. ¡La piedra filosofal es mía! —Sakuno sevolteó a ver a Ann. Sabía que esto de la búsqueda de la piedra filosofal no era algoque ellas mismas hubieran decidido y no quería que Ann tomara esa derrota comoalgo persona, pero para su sorpresa, Ann ya no estaba allí.

La neblina se dispersó rápidamente entre las chicas que se habíandesmayado producto del hechizo de Ann. Gracias a la victoria de Sakuno el amorque les había sido arrebatado había regresado a ellas.

—Será mejor que vuelva a la normalidad.—Sakuno se escondió tras losarbustos mientras volvía a poseer su forma normal.

“¿Dónde estoy?” “¿Qué hago yo aquí?” “¿Qué es esto?”

Era lo que escuchaba decir entre las chicas, que volvían lentamente en sí.

— ¡Winry!

— ¡Sakuno! —exclamó al verla—. ¿Qué es todo esto?

— Te lo contaré cuando estemos de vuelta en Morinomiya—le dijo con unagran sonrisa en el rostro.

— ¡Qué!—Winry parecía anonadada— ¿Me estás diciendo que Ed me pidióuna cita y yo lo rechacé?


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— ¡Cálmate! —le pidió Sakuno— ¿No ves que toda la sala común se va aenterar?

Winry recordó donde estaban, así que bajó el tono de voz.

—Por cierto ¿Qué te dijo tu abuela cuando le contaste lo de la piedrafilosofal?

Sakuno dio un suspiro de tristeza.

—Cuando le conté que ya tenía la piedra, en lugar de felicitarme me dio untremendo discurso sobre lo irresponsable que soy al no recordar que la piedraFilosofal hace ya dos siglos que se dividió en cinco partes producto de no recuerdoque—dijo hastiada—. Encima me dijo que no cantara victoria ya que aunque elhecho de que tenga la piedra aumentará mis poderes como bruja, no quiere decirque haya ganado porque aún me faltan 4 fragmentos para alcanzar el objetivo…—

suspiró entristecida.

— ¡Animo!—la alentó Winry—. Si conseguiste un fragmento, puedesconseguir fácilmente los otros que restan.

—Gracias por tus ánimos Winry. —Sakuno estaba feliz nuevamente

— ¿Cómo está la chica más bella de Morinomiya? —Alfons se acercó aWinry para luego besarla en la mejilla.

—Alfons, no estoy de humor para tus juegos: además, tú sabes

perfectamente que a quien quiero es a…—se detuvo porque cerca de allí estabaEdward. No sólo podía haberla escuchado, sino que además la estaba mirandofijamente, y parecía estar allí desde hace un buen rato.

Winry pensó en saludarlo, pero rápidamente a su lado apareció Rose, laencargada del equipo de béisbol, y cuyo amado todos saben no es otro más queEdward Elric.

Edward seguía mirándola a los ojos y para Winry fue como si el tiempo sehubiera detenido de tantas miradas y silencio. Rose colocó su mano sobre la de Ed,quien a su vez seguía mirando a Winry no con una mirada de amigos, ni tampocoun odio por entero, aunque lo sentía así, se trataba más bien de la mirada quealguien tiene cuando su orgullo ha sido destrozado. En ese instante, cuando Ed yWinry se miraron con más intensidad aún, Ed volteó su mano para estrecharfuertemente la mano que Rose había puesto sobre la suya anteriormente. Rosetambién miró a Winry con la misma mirada que Ed.


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Winry se sintió a morir ante aquella acción de Edward. Sabía perfectamentelo que significaba: “no te necesito”. Sus ojos se tornaron llorosos, sin embargo, enese instante sintió cómo la mano de Alfons se posicionaba sobre la suya y cómoluego sus manos se estrecharon al igual que la de Edward y Rose. Alfons miró sumano enlazada a la de Winry, y luego a la pareja que estaba enfrente de él. Les

devolvió la misma mirada que ambos jóvenes les estaban enviando.

Así se quedaron un buen rato, lanzándose con evidente dolor y tristeza,miradas de profundo odio que iban hacia el vacío más que hacia los otros. Sinmoverse, como si el tiempo se hubiera detenido para ellos, como si nadie más queellos existiera a su alrededor, como si nada más que esas miradas se pudierandecir.

Sakuno y Ryoma, quienes estaban acompañando a sus respectivos amigos,se quedaron sin palabras al igual que los demás. Solo que ellos, a diferencia de lasotras dos parejas presentes, sostenían sus manos unidas en símbolo de apoyomutuo en lugar de odio.



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8—. Amor versus amor

— ¡¿Que hiciste qué?! —Winry se levantó de su asiento en la cafetería,

evidentemente molesta. Alfons la mirada asustado frente a ella y un centenar deestudiantes de Morinomiya que los miraban atónitos—. ¿Qué?

—Eso. —A Alfons parecía no importarle llamar la atención de todos lospresente y siguió comiendo como si nada—. Como tu cuerpo no poseía uncorazón, introduje uno que yo fabriqué dentro de ti para así conseguir que teenamoraras de mí.

— ¡Eso no fue bueno Al!—Sakuno se levantó de su asiento que estabacontiguo al de Winry, con una mirada de decepción hacia su amigo por el dañoque había causado—. ¿Por qué lo hiciste?

—Ya te lo dije: quiero a Winry y por su amor soy capaz de hacer cualquiercosa con tal de conseguirlo. —Alfons por fin tomó las cosas con la debida seriedadque merecían.

— ¡Aún así no tenías por qué hacer que Ed viera a Winry besarse contigo!—Sakuno estaba aún más molesta. Sabía desde pequeña que Al nunca se tomabanada en serio, que hacía lo que quería hacer y que nunca medía las consecuenciasde sus actos aunque fuera un supuesto “genio” en el reino de la magia.

Winry estaba tan fuera de sí desde que Sakuno le dijo que Ryoma y Edwardla vieron besándose con Alfons tras haber rechazado a Ed. Y ahora después dehaber visto como Ed estaba con Rose…. No quisiera quería pensarlo. Aunque estoa Alfons no parecía producirle el mismo efecto que a ella, muy por el contrario:estaba más que feliz por lo que pasaba ahora en Morinomiya.

Pero Winry no era la única que tenía problemas en el amor. Hinata y Sakuraestaban en una situación que si bien no era tan mala como la de su superiora,también les hacía sufrir. Hinata le había gritado a Naruto en el día de San Valentíny desde ese día Naruto se había distanciado de ella y era comprensible después delo que Hinata le había dicho, pero ella creía que todo eso era su culpa —lo quesería correcto de creer para las personas que no aceptaran los eventos


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paranormales que estaban sucediendo en Morinomiya—. Ahora ni siquiera sesentía capaz de verlo a la cara.

—Ed, escúchame, ¿Me estas escuchando? —Ryoma seguía a Edward desdeque salieron de la cafetería en donde habían visto a Winry y su novio comer. Sindecir más, Ed se dio media vuelta y se marchó—. ¡Te estás comportando como unidiota!

— ¡¿Qué sabes tú?! —Edward se volteó para tener a Ryoma frente a frente—¡No tienes idea, ni una sola idea de cómo me siento!!

— Vamos Ed. —Ryoma se acercó a él hasta quedar a su lado para darle unaspalmadas en la espalda en símbolo de apoyo y ánimo—. No eres el primer hombreen la tierra que es rechazado por una chica.

—Pero jamás creí que Winry tuviera tan mal gusto para reemplazarme porese tal Alfons—se rascó la cabeza como pensando—, nunca creí que tuviera tanmal gusto.

— ¿Cómo sabes que ella te reemplazó? —propuso Ryoma mientras seguíasu rumbo hasta un lugar más tranquilo para charlar: un lugar en que no pudieran

ver a Winry y a Alfons juntos y agrandar más ese embrollo.

— ¡Por favor! tú y yo vimos que ambos se besaron en la fiesta de victoria detu equipo.

—Corrección—lo detuvo Ryoma para sacarlo de su error—: lo que yo vi fuecomo ese chico la tomó de sorpresa y luego la besó sin su consentimiento. En dospalabras: ese fanfarrón le robó ese beso.

—Sí ¿pero qué hay de esa vez en que tú y yo los vimos en el jardín? dime¿Tienes algo que decir sobre lo que pudo haber pasado allí?

—Ni tú ni yo vimos cómo fue que comenzó todo: pudo suceder cualquiercosa antes de eso…

— ¿Qué? ¿Que Alfons la haya hechizado para que ella lo besara? Por favorRyoma —Edward se burló de la irónica realidad que no conocía—. No sigas

justificando lo injustificable: los vi besarse y esa es suficiente prueba para mí de


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que ambos salen juntos. Y desde ahora en adelante no me importa más: que Winryhaga con su vida lo que se le dé la gana hacer con ella.

— ¡Ah, sí! —Ryoma adoptó un tono irónico—. ¿Por eso es que estas saliendocon Rose tan repentinamente? ¿No será que quieres darle celos a Winry…?

— ¡Ya basta! —Edward se detuvo en seco—. ¡Salgo con Rose porque megusta! ¡No tiene nada que ver con poner celosa a Winry!

— ¿Así tan de repente? —Ryoma estaba incrédulo—. Ed, termina ya conesto; después te vas a arrepentir, es por tu bien…

Edward calló un instante, como conteniendo el enojo.

—Ahora mismo no sé si eres mi amigo o no. —Edward se volteó a mirarlo ydespués se marchó ignorándolo.

—Esto se ve peor de lo que imaginaba…—Ryoma susurró antes de perderde vista a su amigo. Edward estaba a punto de cometer uno de los errores másgrandes de su vida al pedirle a Rose que saliera con él.

—Sasuke...—Sakura fue hasta el gimnasio en busca de Sasuke porque teníaalgo que preguntarle de forma urgente. Y ahora por fin lo había encontrado—.Sasuke…

Sasuke la miró extrañado. Como de costumbre estaba ejercitándose en elgimnasio, lugar donde estaba seguro de estar a salvo de las visitas de la muchachasobresaliente de matemáticas, porque como era sabido las matemáticas y lagimnasia eran incompatibles.

Pero por lo visto estaba muy equivocado.

—Me preguntaba...—Sakura jugó con sus dedos con nerviosismo al estarcerca del chico que le gustaba—. ¿Es cierto que vas a dejar el equipo de futbol?

—No estoy seguro si voy a abandonarlo o no...—dijo sin menor importancia,volviendo a sus ejercicios de calentamiento.


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—Pero, ¿por qué? –Sakura intentaba que la comunicación entre ambos no secortara en ese momento porque Sasuke era muy reservado con las personas y casino hablaba con nadie.

—Porque…—Sasuke se detuvo a mirar a su compañera—… estoy pensando

en iniciar un club de karate.

— ¿Karate? —repitió extrañada.

—Sí: hay muchas otras escuelas que tienen uno, pero la nuestra no: por esohe decidido pedirle al director cuando vuelva de sus vacaciones que me otorgue elpermiso para iniciar el club.

Sakura se sintió feliz: hacía mucho tiempo que a Sasuke no se veía tanentusiasmado como ahora, a excepción quizás del tiempo en que salía con Winry.

—Estoy segura que el director aceptará tu idea, Sasuke—dijo al fin Sakura—. Eres muy destacado en los deportes, de seguro que te da el permiso...

— ¿Tú crees? —Sasuke comenzó a verla a los ojos, lo que hizo que ella sesonrojara—. Sería algo bueno que así sucediera.

—No puede ser…—Sakuno se sentó en el jardín rodeada de unos cuantosárboles. Necesitaba pensar en una buena idea para solucionarlo todo: Ann estabamuy callada desde que ella atrapó el fragmento de la piedra filosofal, lo que podíasignificar dos cosas: uno, que estaba muy triste y vulnerable y no dejaría que nadiela viera en ese estado; o dos, que estaba en secreto planeando una venganza contraella. Fuera cual fuera la correcta, no sería algo bueno.

— ¿Tú también aquí, Ryusaki? —Ryoma la miró desde arriba de pie junto aella, pues Sakuno estaba recostada en el césped viendo las nubes.

— ¿También qué? —preguntó avergonzada por haber hecho tanto escándalomientras pensaba. O al menos, las caras de las personas a su alrededor así se loindicaban,

—Luces preocupada ¿es por Ed y Win, verdad? —intentó decir sin que ellasospechara algo de lo que realmente él quería saber


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— ¿Ed también está…? —se detuvo porque se dio cuenta que sus preguntaspodrían ser sospechosas.

—Ed está obsesionado en salir con Rose —dijo Ryoma sentándose al lado deSakuno para estar más cómodo—. Aunque realmente pienso que es una estupidez,

digo, considerando que Ed…—se detuvo un segundo para pensar—… que a Ed legusta una chica que al parecer gusta de otro chico; aunque no estamos seguros deque realmente sea eso, es solo que Ed es muy impulsivo y… está actuando sinpensar.

—Winry en cambio —comenzó a relatar Sakuno—, está en un lío: un chicoque gusta de ella está haciéndole la vida imposible para que se quede con él y nocon quien realmente ella quiere… y al parecer, ese chico está enfadado con Winry yestá saliendo ahora con otra chica…—terminó de decir, sin saber que Ryomahablaba de Edward.

—Al menos no soy el único que pasa por estos problemas. —Ryoma miró alcielo sintiéndose un poco aliviado por haber encontrado a una persona tanmaravillosa como Sakuno para desahogar un poco de sus problemas.

—Es grato tener a alguien con quien hablar de estas cosas y saber que nosomos los únicos a quienes nos pasa esto. —Sakuno también estaba feliz de hablarcon Ryoma, ya que al fin sentía que alguien ahí en ese manicomio de internado quela entendía.

—Lo que pasa es que nuestros amigos no son sinceros consigo mismos y no

expresan lo que sienten por la persona de quienes gustan—reflexionó Ryoma.Sakuno asintió.

—Si tan solo uno de los dos dijera lo que siente, podrían tener gratosrecuerdos juntos…

En ese instante ambos chicos lo comprendieron: el chico del cual Ryomaestaba hablando no era otro sino Edward; y la chica de la cual Sakuno estabahablando no se trataba de otra sino de Winry. Ambos se miraron fijamente a losojos.

—Esto de aquí no puede salir—propuso Ryoma—. Si Ed se entera de que ledije a la mejor amiga de la chica a la que le atrae sobre esto, no quiero ni pensar encómo se pondría y lo que me va hacer—terminó de decir con un escalofríorecorriéndole la espalda.

—Si Winry se entera de que le dije al mejor amigo del chico que le gustasobre esto, no creo vivir para contarlo… y lo que Alfons me va a hacer…


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—Espera un segundo—la detuvo Ryoma antes de que ella prosiguiera—. Elchico que le está haciendo la vida imposible a Winry ¿no será de casualidadAlfons?

—Así es, pero ¿es Rose a quien Ed está a punto de pedirle que salgan?

Ryoma asintió. Pronto ambos entendieron lo que significaba todo esto: losdos eran correspondidos, pero estaban a punto de cometer un gran error a causadel despecho. Pero ellos no podían hacer nada para interferir porque Edward erademasiado terco para entender y Winry… Alfons se encargaría de arruinarlo todo.

—En estos momentos…—murmuró Ryoma mirando al atardecer—. Ed debeestar pidiéndole a Rose que sea su novia.

Sakuno se estremeció: no quería ni imaginarse de qué forma Winry tomaríaesa noticia.



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09—. Un viaje escolar ¿y ahora qué?

—Entonces, saquen sus libros y vayan a la página ciento veinticinco. —El

profesor Mustang se paseó por la sala de clases como de costumbre; pero esta vezWinry, Edward, Sakuno y Ryoma, no estaban prestándole atención como debieraser, actitud que por lo menos había durado toda esa semana. Mustang se extrañó:ellos siempre eran los alumnos más atentos de la clase, pero ahora parecía quenada les importara: como si miraran a través del techo en busca de una ideaperdida en el cielo.

Winry, no paraba de mirar hacia la ventana; Edward, mirando una y otravez sus apuntes sin repasarlos porque no lo estaba leyendo sino que intentaba

ocupar su mente en olvidar o recordar algo que parecía tan lejano y distante;Ryoma estaba moviendo el lápiz de un lado a otro sobre la mesa con ansiedad,como si tratara de encontrar la solución a un problema; y Sakuno parecía ser lamás afectada: siempre lucía alegre, radiante, pero esta vez su mirada estaba gachacon los ojos llorosos y nublados solo superados por los de Winry ….

« ¿Qué les pudo haber pasado a estos chicos? », era la pregunta que sehacía el profesor.

« — ¡Buen día Winry!—Sakuno alegremente, haciendo como si nada pasara

aunque sí lo hiciera, saludó a su amiga como de costumbre.

—Ah, hola. —Winry le devolvió la sonrisa. En ese instante Sakuno notó que los

ojos de Winry estaban llorosos como si hubiera llorado durante toda la noche, pero ella

trataba de disimularlo.

Ambas amigas siguieron su camino hacia sus aulas de clases, sin imaginar lo que

estaría a punto de pasar.


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— ¿Qué será lo que están chismorreando ahora?—Winry observó desde hace un

rato como muchas chicas iban y venían de un lado a otro diciéndose algo en el oído y

luego miraban confusas hacia la que contó el chisme, como si no lo creyeran.

—Winry…—Sakuno creía tener una idea de lo que pasaba, pero por el bienestar de

su amiga deseaba estar equivocada.

—¡Winry!—Hinata y Sakura corrieron hacia su superiora. Sabían que ella era la

más afectada con todo esto…

— ¿Ocurre algo? —Esto le estaba dando mala espina a Winry.

—Es Ed: Winry, Ed…—intentó explicar Sakura, pero ya era tarde porque

Edward ya estaba cerca de Winry.

—Ed…—susurró Winry casi a la vez que Rose se abalanzaba a los brazos de Ed y para darle un beso.

«No puede ser», pensó mientras el corazón se le hacía mil pedazos.

— ¡Winry!—Sakuno intentó contenerla, pero Winry salió corriendo de allí con

lágrimas entre los ojos antes de que cualquiera de los presentes pudiera alcanzarla.

Alfons estaba tras un árbol escuchando y viendo todo lo que pasaba. Se sentía

¿feliz? No estaba seguro de si “feliz” era la palabra que mejor describiera su estado de

ánimo. Había conseguido que Winry y Ed estuvieran separados, sin embargo no sentíaningún tipo de regocijo al presenciar la escena que acaba de tener lugar. ¿Sentía tristeza

entonces? Miró a Winry marcharse y supo que no podía tratarse de otra cosa más que de

eso.»

—Aquí hay gato encerrado. —Al término de las clases de ese día, Elprofesor Mustang se sentó a hablar con Riza ya que la creía la candidata idóneapara resolver los problemas que él no alcanzaba a vislumbrar sobre laadolescencia.


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—Tienen 15 años, es una edad difícil. —Riza parecía comprender más lasituación que su colega—. Es normal que estén así. En esta etapa de la vida seexperimentan muchos cambios y la escuela lo hace todo más difícil aún.

— ¿Qué sugieres entonces? —A Mustang no le parecía un asuntoimportante después de todo, pero hablar con Riza sí era algo importante.

—Propongo que hagamos un viaje escolar. —Riza le sonrió a Mustangamablemente y esta sonrisa hizo que él no tuviera otra opción más que aceptar ycomenzar a redactar la petición a la Junta Escolar.

—Y por eso este viaje de estudios: se supone que el cambio de aires nosayudará a enfrentar los niveles de estrés. —Sakura les explicaba a las chicas,mientras todas esperaban el autobús para emprender sus pequeñas “vacaciones”como secretamente Riza les había dicho.

—Espero que sea divertido. —Hinata estaba de nuevo sonrojada, puesNaruto estaba muy próximo a ellas.

— ¿Y tú, Winry? ¿Qué harás?—Sakura también había notado como la rubiaestaba en silencio, sin hablar.

—Supongo…—Trató de pensar rápido en algo para no delatar su tristeza ypreocupar a sus amigas—. ¡Voy a practicar mi saque con la raqueta!

Las tres chicas: Sakuno, Sakura y Hinata se iluminaron al ver aWinry tan alegre.

— ¿Nos sentamos juntas en el autobús? —Sakuno le sonrió a su amiga paraobtener una respuesta afirmativa.

Una vez que el autobús llegó todos estaban gritando emocionados poreste viaje a excepción de Winry, quien seguía ensimismada en su mundo interior.Todos igualmente emocionados se subieron al autobús.


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— ¿Está ocupado este asiento?—Alfons se acercó a Winry en el autobúsquien estaba acompañada de Sakuno, con quien ya estaba tomando asiento.

—Veras, Sakuno y yo acordamos…

—No hay problema—dijo rápidamente Sakuno como si el asiento tuvieraun resorte—. No se preocupen, ustedes siéntense juntos.

—Pero… ¿y tú?

—Descuida: el asiento junto a Ryoma está vacío, me sentaré junto a él.

— ¿Vacío? —repitió incrédula sin captar la idea: Ryoma y Edward nuncase habían separado, siempre estaban juntos. Algo ahí no le estaba calzando, peroluego lo comprendió: Ed y Rose estaban sentados juntos más adelante, y muy

pegados el uno al otro.

Otra vez sentía cómo el corazón se le rompía en mil pedazos.

Sakuno tardó en darse cuenta que acababa de meter la pata, así que sesintió mucho peor de lo que ya estaba.

— ¿Estás bien?—Ryoma miró a su acompañante. Sakuno tenía la miradatriste y no había dicho nada desde que el autobús partió.

—No me ocurre nada, es solo que metí la pata muy a fondo esta vez—contestó apenada.

—Por cierto ¿No era que te ibas a sentar junto con Winry?

—Eso era antes. Ahora está sentada con Alfons.

— ¿Lo prefirió a él?

—No, nada de eso. —Sakuno se sonrojó un poco sin saber por qué—. De

hecho, fui yo la que decidió no sentarse con Winry

— ¿Por qué?

Tenía que pensar en una buena respuesta antes de contestar algo que nisiquiera ella sabía por qué había hecho.


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« — ¡Alfons eres un tonto! —Sakuno estaba en uno de los salones vacíos tras el

terminó de jornada junto a Alfons, con quien limpiaba el salón durante ese día.

— ¿Qué pasa?—Alfons se sintió un poco extrañado por la actitud de su amiga de

la infancia. La conocía perfectamente para saber que ella realmente estaba molesta si le

estaba hablando de esa forma.

— ¡¿Por qué lo hiciste?! —Sakuno estaba más que molesta: por la culpa de las

travesuras de su amigo, su mejor amiga estaba llorando a mares.

— Yo… creo que la amo —respondió, sin mirar a Sakuno a los ojos apartando la

vista hacia otro lado.

Sintió una bofetada en la mejilla en respuesta de su amiga seriamente

indignada.

— ¡Esta travesura se pasó de los límites Alfons! Por favor ¡Deja en paz a Winry y

a Edward!

— No puedo: nunca antes había sentido esto por una chica. ¡Quiero a Winry!—contestó con la mirada firme y los ojos azules de un tono triste y sinceros.

— ¡Hazlo por ella, está sufriendo! —repetía Sakuno entre lágrimas. Alfons se

negaba a entender el daño que les estaba causando.

— Te aseguro Sakuno que si no estuviera tan enamorado de ella como lo estoy

ahora, no haría lo que estoy haciendo: Ed no la merece.

— ¿Y acaso tú sí? —lo increpó.

— Lo lamento, pero ya he tomado mi decisión. Y lamento estarles causando este

dolor como daño colateral, pero créeme: es mejor así—dijo. Sakuno notó cómo Alfons

desviaba la cara de la misma forma en que en la infancia hacía para evitar que lo vieran

llorar. Hacía muchos años, que no veía a Alfons llorar por alguien. Eso, extrañamente, la

hizo darse cuenta de que su humanidad no se había perdido del todo.


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— Hazlo entonces: pero te advierto, no estaré de tu parte esta vez: esteré del lado

de Winry sea cuál sea su decisión. Lo siento, querido amigo—dicho esto ella secó sus

lágrimas y regresó a su habitación lo más serenamente que pudo, dejando solo en el salón

a un confundido Alfons… »

— Hey, Sakuno, ¡responde! —Ryoma llamaba a Sakuno: hacía un buenrato que parecía como si la mente de la muchacha estuviera en otro lugar.

— ¿Ah? —volviendo en sí se detuvo a mirarlo. No recordaba que estaba a

su lado, así que al voltearse a verlo se sonrojó mucho encontrándolo tan de cerca.

—Aún no me has respondido el por qué te sentaste a mi lado y no conWinry.

—Veras…—dudó en hablar: no podía decirle que era porque, de ciertaforma, Alfons había logrado ablandarle el corazón y que sin querer lo estabaayudando—… por qué quería estar… contigo—dijo al fin, sonrojándose porquehabía dicho algo mucho más comprometedor que la verdad.

Ambos se quedaron evidentemente sonrojados, y no hablaron durante unbuen rato.

« — ¡Esta travesura se pasó de los límites Alfons! Por favor ¡Deja en paz a Winry

y a Edward!

— No puedo: nunca antes había sentido esto por una chica. ¡Quiero a Winry!—

contestó con la mirada firme y los ojos azules de un tono triste y sinceros.

— ¡Hazlo por ella, está sufriendo! —repetía Sakuno entre lágrimas. Alfons se

negaba a entender el daño que les estaba causando.


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— Te aseguro Sakuno que si no estuviera tan enamorado de ella como lo estoy

ahora, no haría lo que estoy haciendo: Ed no la merece.

— ¿Y acaso tú sí? —lo increpó.

— Lo lamento, pero ya he tomado mi decisión. Y lamento estarles causando estedolor como daño colateral, pero créeme: es mejor así—dijo. Sakuno notó cómo Alfons

desviaba la cara de la misma forma en que en la infancia hacía para evitar que lo vieran

llorar. Hacía muchos años, que no veía a Alfons llorar por alguien. Eso, extrañamente, la

hizo darse cuenta de que su humanidad no se había perdido del todo.

— Hazlo entonces: pero te advierto, no estaré de tu parte esta vez: esteré del lado

de Winry sea cuál sea su decisión. Lo siento, querido amigo», recordaba la últimaconversación que había tenido con Sakuno antes de viajar. Winry estaba a su

lado, pero no se habían hablado desde que se sentaron juntos y esto lo estabamatando por dentro.

Por su parte, Winry no podía parar de mirar a Ed y a Rose, quienesconversaban alegremente en su asiento. Ambos se veían muy felices juntos,disfrutando de la compañía del otro y de vez en cuando se abrazabanposesivamente.

Aunque quería dejar de mirar, sus ojos parecía no responderle en absoluto,simplemente estaba allí, mirándolos sin poder apartar su vista de ellos como si

estuviera hipnotizada por la imagen de esos dos. Quería arrancarse los ojos contal de no seguir viendo.

— ¿Quieres probarte este emparedado? —Rose le ofreció a Ed uno de losque había tomado de su lonchera—. Los hice yo misma.

—Seguro—contestó, desviando la mirada para verificar que Winry loestuviera mirando—. ¡Está delicioso!

— ¿Te gustó?


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—Mucho. Además de guapa, eres una gran cocinera—le dijo, besándolaapasionadamente.

Winry se sintió a morir en ese instante. Alfons lo percibió, por eso le sujetófuertemente la mano en señal de apoyo más que como un arrebato posesivo.Winry le agradeció el gesto ¿cuánta falta le hacía el cariño de un chico en eseinstante? por desgracia, Alfons no era precisamente con quién hubiera deseadoestar tomada de la mano ni menos quien la estuviera abrazando como él loestaba haciendo.

—Sasuke, ¿me escuchas? —Sakura intentó entablar una conversación con sucompañero, pues no le había hablado en todo el viaje y ya iban a llegar a sudestino.

—Sí, claro—contestó sin mirarla.

—Preparé unos bocadillos, ¿quieres… probar uno? —dijo, ofreciéndole unpar que había tomado de su bolso.

—No, gracias. Ya comí—contestó escuetamente otra vez sin mirarla porquetenía los ojos fijos en Winry.

—Ya veo—susurró la chica. «Winry, siempre Winry», pensó algo molesta.

—Sakura, yo sí quiero uno. —Naruto apareció entre ellos desde el asientoposterior para interrumpirlo.

— ¡No son para ti Naruto! —exclamó Sakura golpeando la mano del

impertinente que tomaba unos de sus bocadillos.—Naruto, yo preparé algunos, ¿qui-quieres? —Hinata, sentada al lado del

chico problemático, le ofreció unos similares hechos por ella.

—Gracias Hinata: tú siempre tan atenta. —Naruto no dudó en aceptar elofrecimiento.


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«Ojala algún día supieras lo que siento, Naruto», pensó ella, casi acostumbrada aese tipo de escenas.

— No, Ed, un amor no se olvida; se vive y muere con él—susurró para síWinry vagando por el hotel al que acababan de llegar—. ¿Por qué?, Si yo te hequerido tanto…

Alfons la miraba a escondidas sin que ella notara su presencia.

— ¿Cuándo vas a pensar en mí? —susurró para a sí mismo más que para queella lo escuchara—. ¿Cuándo será el día que me permitas recibir tu inmensocariño?

Pero pronto se quedó de piedra porque Winry había estallado en llanto ytuvo que salir de su escondite rápidamente a contenerla mientras ella se agachabaen el suelo apoyándose de él.



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10—. El conjuro más desastroso

— ¡¿Qué haces aquí, Al?! —Sakuno acababa de desempacar su equipaje en

la habitación del hotel en el que compartía junto con Winry cuando entre susmaletas descubrió al revoltoso gato Alphonse.

—Se fueron de viaje y me abandonaron ¡¿Qué esperabas?!—protestó elfelino saliendo del equipaje de su amiga que seguía tan impresionada como almomento de encontrarlo—. ¿Pasa algo Saku?—Al notó algo extraño en ella ahoraque la miraba de frente. No era esa la mirada de impresión que había puesto haceun rato al encontrarlo: esta mirada reflejaba una profunda angustia.

—Es que… creo que sigo empeorando las cosas: no sólo en los hechizos soymala, sino que también en la vida de los que me rodean… a Win, a Ed, a Al, y aRyoma, a todos ellos los terminaré lastimando aún más si sigo siendo tan torpecomo soy ahora.

—Saku…—Alphonse miró a su amiga sintiendo la tristeza que ella llevabaen su interior. Sakuno siempre estaba deseosa de ayudar a los demás, pero sutimidez la hacía cometer muchas veces torpezas y sabía que sufría aún más por elsimple hecho de que nunca algún conjuro suyo hubiera podido ayudar a susamigos.

—Karuizawa es un lugar hermoso. —Winry había decidido dar una vueltapor los alrededores del hotel en el que Morinomiya se hospedaba. Pero no habíasido la hermosura que vio en aquel lugar lo que la impulsó a salir del hotel, sino

que fue que el ver a Ed y Rose juntos la hacía ponerse mal, no sólo por ese“Cariñito”, con el que Rose llamaba a Ed, ¡y el “Sí, mi cielo” con el que él lecontestaba! Era para enfermar a cualquiera si solo fuera eso lo que la tenía tandesanimada, pero no era eso: era el hecho de que aún lo quería desde lo másprofundo de su ser.

—Winry…—escuchó como un susurro tras de ella.


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— ¿Alfons?—murmuró al ver la figura de quien la seguía—. ¿Y esto…? —lepreguntó cuando él empujó un ramillete de flores hacia sus manosinesperadamente.

—Ten, toma estas flores: las corté… para ti—dijo luego de que algo leapretara la garganta y un sonrojo llenara su rostro, lo que le impidió ver la cara desu querida al entregarle el ramillete—. Buscaba unas flores que fueran tanhermosas que su belleza sólo fuera comparada con la tuya, pero no encontré florestan bellas… como… tú.

—Gracias, Al —le sonrió. Alfons también sonrió por nerviosismo—. Sonrealmente bellas: no sebes cuán feliz me has hecho.

—Winry tú… ¿estuviste llorando por Ed anoche? —le preguntó luego de

mirar su rostro porque en sus ojos había una huella de lágrimas.

—Yo…

—No tienes por qué darme explicaciones, lo entiendo.

— ¿Y por que debería darte alguna explicación? —contestó ella con ciertagracia.

—Pues, porque…

—Descuida, es una broma —rió. Al se alegró también.

Ella estaba sonriendo. Sonreía, sonreía igual que el día que la conoció.

— Soy un genio. —Naruto hablaba a solas mientras sostenía unos papelesescondido tras un árbol—. Con esto, Sakura y yo…—estalló en risas maliciosasantes de terminar la frase.

— ¿Sakura y tú qué? —Alphonse, en su forma humana, le habló a Narutodesde el otro lado del árbol: los susurros que decía para sí llamaron la atención del“felino” que no dudó en seguir escuchando.


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—Bueno, es que…

—No le diré a nadie. Al contrario, quiero ayudarte. Pero para eso necesitoque me cuentes de qué va tu plan.

Naruto no respondió, pero le enseñó una sonrisa traviesa.

La idea era en sí esta: cerca del hotel, y según varios de los que estaban a losalrededores del lugar, confirmó lo que deseaba saber. Esto era que por estos

rumbos había un cementerio y cerca de él una “casa embrujada”. A Naruto no sele ocurrió mejor idea de hacer una yincana para hacer de este viaje algo másinteresante…

—… y para eso, haremos grupos de a dos que deberán pasar por elcementerio y luego entrar a la casa embrujada y traer algo de ella hasta acá devuelta: ganará quien traiga el objeto que se encuentre más profundo de la casa—terminó de explicar Naruto ante todos los compañeros de su clase que estabanmuy entusiasmados con la idea de participar en este juego.

—Pero ¿cómo se designarán las parejas?—preguntó Sakura ya que, despuésde todo, nada mejor para este juego que ser la pareja de Sasuke.

— ¡Será el azar quien lo decida! contestó Al emocionado. Esta era suoportunidad para ayudar a Sakuno.

«Lo que no saben ellos es que he hecho trampa en este juego. Sakura: tú y yoestaremos juntos. Ya nos imagino abrazados los dos…», sonrió Naruto no taninternamente como hubiera querido.

Pero sabemos que Naruto no puede hacer algo tan bien planeado, así que yaimaginarán qué fue lo que pasó

— ¡Maldición, no solo no me tocó con Sakura, sino que además hice parejacon Sasuke! —reclamó en medio del cementerio. Sasuke fingió no prestar atencióna sus palabras.


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«Que mal, no me tocó con Naruto…», a Hinata le había tocado con Sakura;ambas eran amigas, así que no hubo problema alguno aunque de igual forma habíaalbergado la leve esperanza de estar a solas con el chico que le gustaba.

— ¿Crees que la luna se ve hermosa hoy? —Winry miró a Ed, quien sosteníala linterna en una de sus manos. Les había tocado juntos, pero Edward no habíahablado en todo el camino hacia el cementerio y ni siquiera le contestaba cuandoella le hacía una pregunta.

«Debe realmente estar enojado», pensó para sí al tiempo en los ojoscomenzaban a lagrimarle.

«Winry ¿por quién serán esas lágrimas? ¿Es porque estás aquí conmigo y no con

Alfons?». Edward se detuvo a mirarla. Sí: había notado su dolor, pero su orgullo le

impidió consolarla.

—Tengo que lograrlo, tengo que poder…—Sakuno murmuraba para símientas caminaba a todo prisa hasta la casa embrujada para llegar antes que Ed y

Winry— ¿Por qué tanta prisa? — Ryoma, quien era su compañero en este juego, la

había seguido todo este tiempo. Pero al parecer a Sakuno se le había olvidado el“pequeño” detalle de que estaba con Ryoma y que no podría hacer conjuros frentea él. Por suerte, encontró una salida airosa a la situación.

—Veras, quiero hacerle a Ed y a Winry una encerrona en la casa embrujadapara que hagan las paces y que se den cuenta de lo que sienten realmente el unopor el otro. — Tras esta última palabra Sakuno se ruborizó. Los ojos almendrados

de Ryoma la miraban fijamente desde hace un rato, y sin saber por qué al darsecuenta, se sonrojó.

—Te apoyo. No me gusta ver a Edward comportarse como un bobo porestas cosas—y con su tono arrogante, agregó—. Además, con lo atolondrada queeres no podrás hacerlo bien sola. Aún te falta mucho.


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—Ryoma…—Sakuno rió nerviosamente. No le agradó para nada su últimocomentario.

—Entonces vámonos o ellos llegarán primero—Ryoma terminó laconversación. Sakuno no dijo nada, pero un sonrojo llenó su rostro cuando él lavolvió a mirar a los ojos para que lo siguiera. Por suerte, reaccionó en seguida y loacompañó hasta la casa

Lo que ambos no sabían era que estaban en un grave peligro.

—De acuerdo, aquí vamos ¡Practica!—convocó Sakuno apenas estuvo solaen la casa. La idea era simple: hacer que las cosas de la casa se movieran por sísolas y que asustaran tanto a Winry que ella abrazaría a Ed para sentirse protegida;luego, sonrojados ambos, se darían cuenta de lo que sienten el uno por el otro y

todos serian felices para siempre—. Sí, esto es necesario—repitió convertida enbruja frente a la computadora. Había logrado apartarse de Ryoma y tenía quehacer el conjuro antes de que él se diera cuenta que no estaba a su lado ycomenzara a buscarla.

— ¿Segura que no necesitas ayuda? —Ryoma le habló desde los pies de laescalera daba al piso de arriba en donde estaba escondida de él—. ¿Estás bien?

—Sí, estoy bien. —Se asomó por la ventana, tratando de que Ryoma nopudiese ver el atuendo de brujita que traía quitándose solo el gorro.

—Date prisa: los demás no tardarán en llegar.

—Ya está ¿listo?—murmuró Sakuno al bajar las escaleras y ver que nadasucedía en el lugar donde supuestamente los objetos se iban a mover—. Otra vezfallé—se dijo a sí misma

Luego deseó haber fallado.

Tanto Ryoma como Sakuno pudieron sentir cómo la casa se movía como si

se tratara de un terremoto. La brujita solo pensó en que esto era obra de su fallidoconjuro antes de desplomarse el suelo y caer junto con Ryoma hasta el sótano,donde la última palabra que Sakuno oyó decir de la boca de su príncipe fue sunombre…

Todo se transformó en oscuridad después.


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— ¡Sakuno! ¡Sakuno! —escuchó desde la oscuridad mientras regresaba en sí.Lentamente abrió sus ojos para encontrarse con una pequeña luz que provenía dela antorcha improvisada a manos de Ryoma, quien estaba sentado en cuclillascostado del cuerpo inconsciente de Sakuno mientras la sostenía. La brujita tardóen reaccionar antes de darse cuenta de lo que estaba pasando—. ¿Estás bien? ¿Telastimaste? —preguntó él luego de comprobar que había despertado.

Sakuno observó su cuerpo que por excepción de algunas heridas pequeñas

se encontraba bien. Luego sus ojos se detuvieron en su acompañante, sus ojosgatunos que, por alguna razón, cada vez que ella los veía terminaba sonrojándosey esa no fue la excepción porque al verlo tan cerca tuvo que desviar la mirada aotra parte y al hacerlo, notó cómo el brazo derecho de Ryoma estabaensangrentado

—Yo estoy bien, pero tú…—señaló preocupada su brazo herido.

—Es solo un rasguño, nada más—respondió Ryoma con su siemprearrogante tono—. Estaré bien. —Miró hacia un lado, guiando el pedazo de madera

flameante que sostenía hacia un lado para ver el derrumbe de tablas. Sakuno loentendió todo en ese momento: su hechizo fallido había hecho que la casa sederrumbara sobre ellos atrapándolos en el sótano—. Si no logramos salir de aquíen poco tiempo moriremos. No hay nada que podamos comer y el aire pronto seagotará.

Disimuladamente Sakuno buscó en su bolsillo la computadora, pero pormás que revolvía no la encontraba ¡¿Cómo podía perderla en un momento así?!

— ¡No puede ser! —exclamó, saltando de golpe a los escombros eintentando inútilmente de buscar su preciada computadora: el único medio por elque podrían salir vivos de esa.


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— ¡Date prisa Alfons! —le decía Winry tras él y abrazando la espalda delbrujo que volaba con escoba por los alrededores de la casa embrujada—.¡Debemos encontrarla!

—Lo sé y créeme que estoy haciendo todo lo que puedo para ello— dijotratando de vislumbrar algo en medio de la noche con la luna como púnica fuentede iluminación.

«Sakuno, en buen lío te has metido ahora», pensó.

—Sakuno está con Ryoma, Edward me lo dijo…

«Edward, Edward, siempre Edward—pensó el rubio mientras montaba su

escoba rumbo a los alrededores de aquella casa—. No me había fijado: Winry estaabrazando mi espalda: siento su calor. Me gusta esta sensación; quisiera que este momento

fuera eterno si tan solo ella me quisiera un poco…»

— ¡Alfons, cuidado! —escuchó saliendo de sus trance una vez que sintiócomo algo duro golpeaba de lleno en el rostro—. Cuidado con… el árbol—acabóde decir Winry demasiado tarde porque ya caían de golpe con Alfons inconsciente

junto a ella en la escoba.

Para suerte de ambos, las ramas de los árboles impidieron que cayeran alsuelo y se lastimaran gravemente.

— ¿Dónde estará? ¿Dónde pudo quedar?...—insistía Sakuno mientras

apartaba con sus manos los escombro en la búsqueda de su salvación.—No desperdicies así tu energía —le advirtió Ryoma; pero Sakuno no podía

dejar de buscarlo porque sabía que esa era la única manera de salir de allí con viday no en un ataúd—. Por cierto ¿Qué buscas?

— Un aparato color rosa, rectangular…


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— ¿Es este? —Ryoma sacó de su bolsillo el mismo aparato que ellacomenzaba a describirle. Sakuno se alegró al verlo

—Sí, es el.

—Lo recogí cuando caímos al sótano —dijo entregándole el objeto. Ella ledio una sonrisa en muestra de agradecimiento, pero Ryoma hizo como si eso no leimportara mucho.

La escena fue interrumpida por un nuevo derrumbe y Ryoma sin dudarlo selanzó sobre Sakuno para protegerla. El suelo de piso de arriba seguía cayendosobre ellos. La brujita, asustada, cerró los ojos nuevamente, percibiendo por elrabillo del ojo cómo uno de los pedazos golpeaba la cabeza de Ryoma a su lado yél cayó inconsciente.

« ¿Que haré? —pensó a la velocidad del rayo mientras todo eso sucedía—. Sime trasformo y uso la magia, Ryoma podría despertarse y descubrir que soy una bruja—miró al muchacho al que abrazaba y esa visión le hizo comprender que él la habíasalvado a costa de sí mismo—.Pero él…. No puedo dejarlo así. Lo salvaré aunquedescubra que soy una bruja, ¡que tonta soy, no debería siquiera dudarlo!—pensó,quitando el cuerpo inconsciente de Ryoma sobre el de ella y levantándose—. Dios,

por favor, que este hechizo sí resulte bien», deseó tomando su computadora yrecitando el conjuro.

Pronto unos destellos salieron desde la casa embrujada iluminando la nochesombría. Al, Win y los demás pudieron verlos y en seguida se encontraban allí

junto a los bomberos y la ambulancia

— ¡Ryoma resiste! —le pidió junto a la camilla en que lo transportaban, a laambulancia para ir rumbo al hospital.

—Tú también debes venir con nosotros—le dijo uno de los médicos: Sakunose había olvidado completamente de sus heridas. No supo si fue por culpa de ella o

del cansancio, pero inmediatamente cuando en enfermero la tocó cayó desmayadapara el asombro de sus amigos que corrieron a socorrerla.

CONTINUARÁ…


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cuidado con ese conjuro 2

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