Sal y el Arcoiris

Había una vez un paquete de sal, de esos que vemos en las cocinas de nuestras mamás… un paquete de sal muy grande y muuuuuuy triste… ¡más triste que grande!

¿Y sabéis por qué estaba tan triste?

Pues porque los días de lluvia, a través de la ventana veía algo tan maravilloso que la hacía sentirse un poco mal…

¿Qué veis a través de la ventana?, ¿allí en el cielo?...

¡El ARCOIRIS!

Pues sí, Sal estaba triste porque veía el arco iris y como es tan bonito, ¡tiene tantos colores!.... Son siete .

¡Vamos a verlos!

Aquí tenemos el arcoiris con sus colores: Rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta (morado, lila).

Y mirad a Sal, está blanca y sigue triste.

-¡Ooooo- suspiraba Sal, - yo quiero tener esos colores, yo quiero ser tan bonita como el arcoiris.

Mateo, que era el niño que vivía en esa casa estaba cansado de escuchar a Sal pero no sabía qué hacer, además su mamá la echaría un día en la comida y ya no podría jugar más con su amiga... No paraba de pensar para buscar una solución.

Un día llegó Mateo corriendo del cole con un paquete de tizas, tiró la mochila al suelo, cogió a su amiga Sal y le dijo:

•¡Ahora te vas a enterar Sal, hoy me he propuesto que te rías! ya no quiero ver más a una amiga con cara triste… te vas a reír, ya lo verás •¡Socorro, socorro! ¿qué vas a hacerme?- gritaba Sal

Mateo sacó a Sal del paquete, la puso en la mesa y empezó a hacerle cosquillas con las tizas…

Con la tiza azul, con la amarilla, con la roja,… Sal empezó a reír y reír sin parar JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA,JA… 

 

¿Y sabéis lo que pasó?Pues algo que no esperaban…

Que Sal se volvió de muuuuuchos colores… mientras Mateo le iba haciendo cosquillas con las tizas, ella se iba volviendo de colores preciosos, de tantos colores como el arcoiris… estaba muy FELIZ y tenía una gran sonrisa en la cara y un brillo especial en los ojos.

Mateo cogió un bote de cristal y metió a Sal en él. Cada color, con mucho cuidado lo ponía haciendo bonitas líneas y dibujos… así Sal estaría en el bote adornando siempre su dormitorio.

Ahora, mientras estudia, Sal lo acompaña desde la estantería y le sonríe.

Piensa…

¿Cuántas sonrisas puede

guardar un bote de sal

pintada?

Sonrisas de las personas responsables de “Niños Solidarios”.

Sonrisas de las personas de la Asociación Aliento.

Sonrisas de las personas que preparan el taller.

Sonrisas de las familias que realizan juntas una tarea.

Sonrisas de los niños que ven su bote terminado y su sal pintada por ellos.

Sonrisas de los niños que reciben esos colores y ese Amor de amigos que no conocen.

Sonrisas de Niños Solidarios que han recibido la solidaridad de otros Niños Solidarios…

Siempre que te cruces

con alguien

¡¡regálale tu SONRISA!!