cuento de bonete

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El cuento de bonete se trata de la historia de un circo, en el cual hay dos payasos que van sacando sonrisas allá por donde vayan.

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BONETE

El Circo Estrellado, era un circo con todas las de la ley, o sea hecho y derecho o si prefieren, como Dios manda diran las abuelas. Iba de pueblo en pueblo llevando diversin y asombro a la gente. Como todo circo, tena equilibristas, magos, animales que hacan proezas impensadas, mujeres barbudas, un maestro de ceremonias y por supuesto payasos. Peluqun y Bonete, eran payasos que hacan rer mucho a los nios y a los grandes tambin. Peluqun disfrutaba mucho su trabajo, sin embargo no pasaba lo mismo con su amigo, que nunca estaba conforme con nada. Bonete no entenda por qu deba tener esa ropa floja, colorinche, con botones grandes, mientras todos los dems vestan mucho mejor que ellos. Los equilibristas y malabaristas tenan brillos y sus ropas estaban confeccionadas con telas finas y bellas. El maestro de ceremonias luca un saco negro de larga cola y moito colorado que le quedaba pintado. Sin embargo, l deba andar con zapatones ms que grandes y con agujeros que permitan que sus dedos gordos saludaran a la gente. El mago, como el maestro tenan galera, l en cambio un sobrero del cual colgaba una flor que pareca marchita y encima se le meta en el ojo a cada rato. A Bonete le molestaba mucho lo que l consideraba equivocadamente- injustas diferencias. Siempre crea que lo que tenan los dems era mejor que lo suyo y no viva feliz. Protestaba porque a todos los dems artistas del circo, el pblico los aplauda sin necesidad de caerse, recibir cachetazos (aunque no fuesen reales) o resbalarse con cscaras de bananas de utilera. De nada serva que todos sus compaeros del circo trataran de explicarle cmo eran las cosas. Simplemente Bonete no lo entenda.

Tu haces rer a la gente, lo cual no es poco le deca el mago

Si pero a vos todos te miran con admiracin contestaba Bonete

Peluqun, por otro lado, disfrutaba mucho de su vocacin de payaso. Le pareca que era el mejor de los trabajos. No se quejaba porque su ropa no brillase y porque sus zapatos fuesen ocho nmeros ms. Intentaba convencer a su amigo de lo valioso de la labor que realizaban, divertan a la gente y pocas cosas hay tan importantes como esa- deca siempre Peluqun. Sin embargo, Bonete no pensaba igual. Miraba siempre a los dems artistas con cierto recelo o tristeza. Vea que los malabaristas hacan su nmero con pelotas que brillaban y bolos fluorescentes, mientras que ellos hacan su rutina con pelotas de trapo o a veces ni siquiera eso. Bonete siempre tena la mirada en lo ajeno, y todo lo ajeno le pareca mejor que lo suyo, se tratara de ropa, utilera, aplausos, etc. Un da, ms disgustado que nunca con su realidad de payaso, escap del circo. Peluqun y todos los dems artistas lo buscaron por todos los lugares posibles, pero no apareca. Como no podan abandonar a la gente que ya haba comprado sus entradas, decidieron que Peluqun lo siguiera buscando y comenzaron a hacer las funciones sin los payasos. El espectculo no fue el mismo. Si bien la gente se segua sorprendiendo con el mago y maravillando con los trapecistas y malabaristas, ya no se rea pues no haba payasos que los hicieran rer. Los animales se esforzaban por hacer an ms increbles sus proezas para sacarle una sonrisa al pblico, pero no lo lograban. El maestro de ceremonias improvis algn que otro chiste, pero no hizo rer ni siquiera a su esposa. El circo empez a perder espectadores pues ya se haba corrido la voz que los payasos no estaban y, aunque a algunos les cueste creerlo, una de las cosas que ms necesitan las personas es rer. Tal fue la reaccin de la gente que el maestro de ceremonias y dueo del circo, suspendi las funciones hasta que volvieran los payasos. No se trataba slo de perder espectadores, nada era igual sin Peluqun y Bonete. Ni las funciones, ni los momentos que los artistas compartan en sus carromatos. Peluqun volvi muy triste al circo, sin haber encontrado a su amigo. Mientras tanto, Bonete se haba quedado en un pueblito muy alejado de donde estaba el circo. Tampoco all encontr nada que lo hiciera feliz pues tambin en ese lugar comparaba todo el tiempo lo que tenan o hacan los dems con lo que tena o haca l. Sin duda Bonete crea que en algn lugar estaba lo que a l lo conformara, lo que realmente lo hara feliz. Lo que no terminaba de entender el payasito era que slo dentro de s encontrara lo que l buscaba. Siempre vamos a encontrar alguien que tenga algo mejor que nosotros, o que haga mejor las cosas, que sea ms lindo o ms gordo o tantas otras cosas que seran imposibles de enumerar. Por eso, uno debe buscarse a uno mismo y ser feliz con lo que le ha tocado en suerte. No es que no se pueda mejorar, sino que, ms all de los errores o defectos que se tenga, uno debe amarse, respetarse y valorarse como somos. Bonete volvi al circo, tan triste como lo haba dejado. Tampoco afuera haba encontrado nada que lo conformase y lo dejara contento. Todos sus amigos lo recibieron con mucha alegra, cosa que al payaso lo sorprendi. Le contaron que haban tenido que suspender las funciones pues la gente ya no iba, que por ms esfuerzos que haban hecho, no haban podido hacer rer al pblico. Bonete se qued pensando. Segua sin entender qu extraaba la gente: sus ropas colorinches? la flor cada que no le dejaba ver bien? los cachetazos que reciba? No, realmente no entenda.

Sabes qu ocurre Bonete? Le dijo la mujer barbuda, mientras haca rulitos con su larga y espesa barba- Al irte te llevaste la risa y la risa era lo ms importante que le podamos ofrecer a la gente.

Yo puedo hacer el truco ms espectacular de todos y seguro que el pblico quedar boquiabierto, pero no reir y eso nada puede cambiarlo intervino el mago.

Puedo sostener diez bolos apilados en la punta de mi nariz, pero no hago rer a nadie, los payasos estn para eso, lstima que no lo hayas podido ver.

Bonete escuchaba atento las palabras de sus amigos, esta vez empezaba a entender. Por ltimo, le habl el maestro de ceremonias, quien adems, era el mayor en edad de todos los artistas.

Por mirar siempre lo que eran o tenan los dems, perdiste de vista que lo que vos ofrecas era realmente lo ms importante. Pensabas ms en comparar la ropa que lucan los otros, que en cuanto divertas a la gente. La risa vale mucho ms que una flor en un sombrero que se cae y molesta en el ojo.

Por primera vez Bonete entendi y valor el inmenso don que tena de hacer rer. Ya no compar quien tena ms que el otro, ya no le import si sus zapatones dejaban sus dedos afuera. Ahora mir su interior, quin era verdaderamente y cunto poda darle a los dems y saben qu? se sinti tan feliz que empez a rer como nunca.