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Las patentes sobre organismo alientan dos formas de violencia, en primer lugar, los seres vivos son tratados como si fueran simples máquinas, negándoles su capacidad de autoorganización…En segundo lugar, al permitir la concesión de patentes sobre los descendientes de las plantas y de los animales, se niega la capacidad de reproducción inherente a los seres vivos.
Vandana Shiva
CUARTO MOMENTO
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CUARTO MOMENTO: EL ECOFEMINISMO, LA TECNOCIENCIA Y LA PRAXIS AGROBIOTECNOLÓGICA. 1. Cosmovisión del ecofeminismo sobre la tecnociencia Se pueden evidenciar inclinaciones de grupos de ecofeministas hacia
ciertos temas como es el caso de Vandana Shiva , y su larga crítica literatura
presentada sobre el tema del modelo agrobiotecnológico y las redes de
poder que se encuentran imbricadas en el mismo. Entre sus obras se
enumeran las siguientes: La biotecnología y sus consecuencias en el tercer
mundo (1991); La Praxis del Ecofeminismo: Biotecnología, consumo y
reproducción (1998); Biopiratería. El saqueo de la Naturaleza y el
conocimiento (2001); Cosecha Robada: El Secuestro del Suministro Mundial
de Alimentos (2001); Las guerras del agua : Privatización, contaminación y
lucro (2003); ¿Proteger o expoliar?: Los derechos de propiedad intelectual
(2003); Monocultures of the Mind: Perspectives on Biodiversity and
Biotechnology (1997), Las nuevas guerras de la globalización: semillas, agua
y formas de vida (2007), Informe sobre la situación de los transgénicos: El
emperador de los OMG no tiene vestido (2011), entre otros textos y
documentos que atienden las emergencias que surgen de este modelo de
explotación de la naturaleza y controla el sistema agrícola industrializado.
Según Shiva (2008), la ciencia moderna se presenta como un sistema de
conocimiento universal y libre de valores, revestida de una falsa neutralidad y
resguardada por métodos sustentados en la lógica y la abstracción. Es esta
ciencia la que establecido “El orden mecanicista del universo, la sustitución
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de otros significados del espacio por los de Descartes y Bacon, se consideró
basada en «las leyes de la naturaleza».”p.161, pero también resalta que esas
leyes impuesta por este tipo de ciencia, hoy se develan como no naturales,
sino sesgadas por la visión del hombre que considera a la Naturaleza como
algo inferior a él, según los pares dicotómicos Cultura/Naturaleza,
Hombre/Mujer.
Señala Shiva(2008:162) que:
Durante estos últimos años, los estudios sobre el Tercer Mundo y la mujer han empezado a denunciar que el sistema científico dominante no emergió como una fuerza liberadora en favor de toda la humanidad (a pesar de que se auto legitimó en términos de beneficio para el conjunto de la especie), sino como un proyecto masculino y patriarcal que necesariamente implicaba el sometimiento de la mujer y de la naturaleza.
Estas posiciones críticas a la ciencia moderna es un común denominador
de las ecofeministas representantes de los diferentes enfoques, como
Carolyn Merchant que señala en su libro cita obligada en todos los escritos
referidos a este tema, el siguiente párrafo forma parte de la literatura
obligada, puesto que devela una gran realidad:
La eliminación de los postulados animistas y orgánicos referentes al Cosmos constituyó la muerte de la Naturaleza, el efecto de mayor alcance de la revolución científica. Como la Naturaleza era vista como un sistema de partículas muertas e inertes movidas por fuerzas externas, en vez de internas, el propio esquema mecánico podía legitimar la manipulación de la Naturaleza: Además como estructura conceptual, el orden mecánico se había asociado con un sistema de valores basado en el poder, totalmente compatible con la dirección que tomaba el capitalismo comercial.
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Estas ideas son la que legitimaron la manipulación de la Naturaleza,
puesto que se entendían como partes o estructura mecanizadas, no como
un ser vivo, incluso como una madre, sino como algo muerto. Sustentada en
la revolucionaria concepción mecanicista del siglo XVII, la nueva ciencia
consideró a la Naturaleza como un reloj o una máquina compuesta de
piezas aisladas, que incluso podían ser reparadas o sustituidas por el
hombre. El comportamiento de la Naturaleza se explicó según leyes físicas, a
las cuales respondía la composición de la materia, le inercia, la reflexión de
la luz, y lo que es más lamentable concluye la ecofeminista, es esta
concepción la que aún se imparte en las escuelas, lo cual se acepta como
una doctrina, puesto entre sus supuestos se basa en el sentido común, en la
lógica y en la realidad de una realidad.
Tal como lo indica Vandana (2008), el pensamiento reduccionista que dio
origen a nuevos instrumentos para someter a la Naturaleza, fueron producto
de los ideales de la nueva ciencia. En su intento por manipularla, no logro
controlarla, ni esclavizarla, pero convirtió al ser humano en esclavo de ese
sistema tecnocientífico baconiano. Es por ello , que es inminente rescatar la
creación del conocimiento a través de la identificación y la participación,
abandonando las ideas sobre la manipulación, el control y el dominio de la
Naturaleza, aplicados en la praxis agrobiotecnológico.
En ese mismo orden de ideas Shiva (2008) cita a Rachel Carson, para
resaltar como más adecuada la técnica de la observación de los fenómenos
naturales, del comportamiento de los animales y del ser humano, resalta que
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es esa la herramienta que permitirá para lograr conocer y desentrañar los
misterios de la Naturaleza.
Merchant (2005) ratifica este sentido al desarrollar en su libro Radical
Ecology: The Search for a Livable World (p.48)
Como el modelo unificador de la ciencia y la sociedad, la máquina ha calado en la conciencia humana y reconstruida totalmente, por lo que hoy en día apenas se cuestionan su validez. La naturaleza, la sociedad y el cuerpo humano se componen de partes intercambiables atomizados que pueden ser reparados o reemplazados desde el exterior.
Desde la visión del ecofeminismo socialista expuesta por Carolyn
Merchant y Ynestra King, describe Holland-Cunz (1996), se concibe que la
destrucción de la naturaleza está ligada por lo tanto a la visión patriarcal
capitalista, apoyada por la forma de hacer ciencia y a tecnología, ello ha sido
plasmado en la siguiente frase “en la ideología de que la Tierra y la
Naturaleza pueden explotarse para el progreso humano a través de la
tecnología” (p.103). Todo ello está acompañado con la división sexual del
trabajo y al predominio del hombre en labores ejecutivas, o de toma de
decisiones, científicas y de producción, y el de la mujer a las labores de
reproducción o domesticas, de cuidado y de enseñanza.
De igual forma ratifica Merchant (1986) la importancia de revelar la forma
que concibieron las sociedades industrializadas y modernas, su relación con
la Naturaleza, al considerarlas “como un objeto científico y una fuente de
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recursos naturales, por una simbolización mecanicista (en lugar de animista u
orgánica) de la naturaleza, que se estima se puede dominar” p.24
Es fundamental situar históricamente esta configuración del pensamiento
moderno, como lo hace Merchant (1986); al señalar que es cuando el modelo
mercantilista desarrollado por Europa se extiende a todo el planeta, se dió
inicio a la primera globalización, por lo que la autora señala:
“Por otra parte, con este marco conceptual, el orden mecánico se había ubicado en la cúspide a los valores basados en el poder, lo cual era totalmente compatible con las directrices adoptadas por el capitalismo comercial. Esta visión de un mundo emergentemente mecanicista se baso en los supuestos sobre una Naturaleza que guarda consonancia con la certeza de las leyes físicas y el poder simbólico de las máquinas” p.48.
Por ello la tecnociencia como modelo plagado por redes de poder, ha
usado a la ingeniería genética para avanzar en la mercantilización de la
ciencia, utilizando técnicas sofisticadas de recombinación genética y uso de
tecnologías de información, pero en las sombras sigue manteniéndose la
visión mecanicista surgida en el siglo XVII , con Descarte y Bacon.
Considerado este nuevo proceso por Haraway (2004) como la implosión
de la ciencia y la tecnología , este fundamento es expuesto en su obra, al
señalar, “Quiero utilizar el término tecnociencia para designar densos nodos
de actores, humanos y no humanos, aliados en virtud de tecnología sociales
y semióticos-materiales”(p.69), donde no todos los actores son científico o
ingenieros, puesto que sus miembros son reclutados de todas partes,
generando con ello una cultura heterogénea. La antropóloga destaca la
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importancia en la ausencia de guión entre las palabra ciencia y tecnología, a
la vez que señala que ello la incita a usar el término tecnociencia, debido a
que representa la implosión de la ciencia y la tecnología, puesto que la
concibe una dentro de la otra.
Sobre las redes de poder de la tecnociencia, que también es atendida por
Echeverría, las que Haraway (2004) vislumbra como “una condensación en el
tiempo y el espacio, una aceleración y concentración de efectos en las redes
de poder y saber” (p.70), impregnada por la generación acelerada de
conocimientos que se tornan perversa porque condicionan todos los ámbitos
de la vida moderna, desde la guerra y el entretenimiento , además del
comercio y la industria, la medicina, la farmacéutica, la educación y hasta el
sexo.
También señala la autora que en la tecnociencia se dan alianzas que
configuran las relaciones entre los humanos y los no humanos, que se
presentan de manera dicotómica como: subjetividad y objetividad, interior y
exterior, acción y pasión, lo cual no permite hablar desde la integralidad de
los seres y verdaderos valores de la ciencia y tecnología. En conclusión,
para Haraway (2004) la tecnociencia implica el poder significante
materializado en aspectos mundanos, reducido al mercantilismo, la
explotación de los recursos, el condicionamiento del devenir de las
sociedades y la vida en el planeta .
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2. Sistemas de producción agrícolas y la biodiversidad del planeta.
El ecofeminismo y sus activistas desde hace décadas han puesto al
descubierto los sustentos reduccionistas y patriarcales que están detrás de la
praxis agrobiotecnológica, sobre el proceso que sufre de manera global la
Naturaleza que está implícita en el proceso, demostrando que todo afecta a
todo, desde los suelos que sufren, al igual que las semillas al ser
modificadas genéticamente, puesto que se les ha insertado a la fuerza una
serie de agentes externos a su condición orgánica, como una obra del
hombre, pues la naturaleza jamás lo habría creado.
También sufren esta agonía las otras formas de vida existentes en las
áreas cultivadas, presentes en agua, en los suelos o el aíre. Los seres
humanos que laboran en los campos y son expuesto a los agroquímicos, les
han hecho creer que los suelos son recipientes vacios que debes llenar con
los nutrientes o pesticidas que requiere el modelo tecnocientíficamente
diseñado, por lo que todo ello conduce inevitablemente a la destrucción de
los ecosistemas que es afectado.
Según Shiva (2008a) se ha hecho creer que los sistemas de producción
basados en la diversidad de cultivos, los métodos de rotación y de los
cultivos asociados, son poco productivos en contraposición con la supuesta
alta productividad de los sistemas homogéneos representados por la siembra
de miles de hectáreas de monocultivos.
Esta falsa idea sobre los rendimientos es producto de la visión
reduccionista de estudiar una realidad, en la cual sólo se evalúa de manera
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sesgada e intencional porque se mide la productividad pero en relación
número de toneladas obtenidas que maximizan las ganancias. La realidad es
que esto representa “una categoría contextual y construida teóricamente, que
sólo toma en consideración los rendimientos y la producción concebidos de
manera unidimensional” (Shiva 2008, p.283).
El sesgo presentado en ese tipo de estudio demuestra la reducción del
problema a los elementos que responden al modelo, pero no expresan,
realmente una evaluación contextual y científica integral de todos los
elementos que se ven afectados al introducir el modelo agrobiotecnológico.
Uno de las dimensiones más importante es el riesgo que sufre la
biodiversidad, la cual se “concibe tradicionalmente en la India, como una
categoría relaciona l, en el marco de la cual las características y el valor de
cada elemento vienen dadas por su relación con los demás elementos”, tal
como lo señala Shiva (2008a).
Ello va más allá que lo ecológico, puesto que implica aspectos culturales
de las comunidades que se encuentran en las zonas afectadas. En la India,
la diversidad se festeja, porque ello representa la renovación de la diversidad
de la vida, y son los cultivos orgánicos los que permiten reproducir las
semillas que luego se propagaran.
En la tradición hindú la selección de semillas es hecha por mujeres que
se han preparado para ello , las cuales seleccionan las más germinativas,
usan para ello, los saberes que han recibido de sus ancestros, los cuales han
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transcendido en cada generación, y han sido transmitida a la siguiente ,
perpetuando el conocimiento local y la sabiduría adquirida.
Estos saberes han sido duramente criticados por los científicos, porque el
uso de los saberes populares, no se corresponden según ellos con la
rigurosidad de las pruebas hechas en los laboratorios, bajo estrictos
protocolos y manejo de tecnologías de procesamiento de datos. Sin
embargo, este método aplicado por las aldeanas aplicado durante
generaciones son la prueba mismas de su eficacia y confiabilidad, “puesto
que por este medio se ha mantenido la diversidad biológica en la agricultura”
(Shiva 2008a ; p. 19)
3. Sostenibilidad y Sustentabilidad del sistema de producción agrícola
Señala Vandana (1998) que los modelos de producción agrícola deben
garantizar su sostenibilidad, lo cual significa el aprovechamiento de los
recursos naturales, el respeto a la biodiversidad y a los ciclos de la
Naturaleza. Es decir, debe haber aprovechamiento, pero respeto a las otras
formas de vida que se encuentran presentes en los ecosistemas, al igual que
la preservación de las fuentes de agua, entre otros aspectos.
De igual forma debe ser sostenible para el ser humano, o como ha sido
acordado por la Organización de las Naciones Unidas sustentable, al
brindarle al ser humano el mejoramiento de las condiciones de vida,
promoviendo la equidad de género en la participación en las labores del
campo, la propiedad de las tierras, y la distribución de los excedentes.
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El trabajo y los aportes de las mujeres que laboran en la agricultura en las
áreas rurales de la India, ha permanecido invisibilizado, debido a que al
realizar múltiples actividades de cuidado y en el hogar, esta labor se ve
disminuida. Algunos economistas señalan o argumentan que por ello es
imposible cuantificar esta labor ante la diversidad de labores que desempeña
las mujeres.
Según Shiva (1999) los cultivos que mantienen una uniformidad
destruyen la diversidad inherente a los sistemas biológicos. Estos sistemas
biológicos forman parte de los sistemas agrarios de producción y en el caso
de los pueblos agrícolas, son también la forma de subsistencia de los
campesinos. Continua la ecofeminista exponiendo el ejemplo de una
localidad de la India, llamada Kerala, donde se cultiva el coco mediante la
técnica de cultivos mixtos, “se realiza mediante un sistema múltiple e
intensivo, combinando con el de betel, pimientos, plátanos, tapioca, verduras,
frutales y otras especies. Un monocultivo de cocoteros requiere ciento
cincuenta y siete jornadas por hectáreas, mientras que un sistema mixto
exige novecientas sesenta jornadas anuales por hectárea.”(p.9)
Sustituir mano de obra de campesinos y agricultores por maquinarias en
los países pobres o en vías de desarrollo, causan desempleo, pobreza,
desplazamiento y destrucción del modo de subsistencia. Ello se comprobó
con la revolución verde, la cual centró su interés en el incremento del
rendimiento de granos de los cultivos de arroz y trigo mediante técnicas
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como el uso de plantas enanas, el monocultivo y la multiplicidad de
cosechas.
Para la agricultura de la India, el arroz es una fuente de multiples usos,
es un alimento, de igual forma se utiliza como una fuente de forraje o
alimento para los animales y también como paja para techar. Las variedades
de alto rendimiento controladas por las empresas transnacionales,
sustituyen las variedades locales y desecha las estrategias autóctonas de
mejora de las cosechas o estas pueden serles arrebatadas por las empresas,
además, el perderían el control sobre la semillas y los recursos genéticos.
Vandana en su obra Biopiratería, describe.
“Las patentes sobre organismo alientan dos formas de violencia, en primer lugar, los seres vivos son tratados como si fueran simples máquinas, negándoles su capacidad de autoorganización…En segundo lugar, al permitir la concesión de patentes sobre los descendientes de las plantas y de los animales, se niega la capacidad de reproducción inherente a los seres vivos.” p.44
La capacidad de los seres vivos de organizarse genéticamente les ha
conferido su autonomía, es decir ellos no dependen de los seres humanos
para mantener su forma de vida; por lo que no es posible que se le
consideren máquinas, o simples invenciones científicas, que pueden ser
patentados, para apropiarselos, desconociendo que son un producto de la
Naturaleza, por lo tanto de uso libre.
Las patentes han conseguido su legitimidad, al estar respaldado por los
avances científicos y tecnológicos alcanzados por la ciencia, y los actores de
las redes agrobiotecnológicas, que se sustenta en las técnicas de la
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genética. Estas prácticas pretenden confinar a este sector los derechos que
la Naturaleza, al redefinir a los organismos vivos y la biodiversidad del
planeta, mediante argucias legales, que desconocen los principios ecológicos
y la propiedad colectiva de las semillas necesarias para garantizar la
alimentación de los pueblos.
La ecofeminista constructivista Puleo (2011), señala que “el problema de
las modificaciones tecnocientíficas de la Naturaleza no reside en la alteración
de un orden sagrado, sino en lo rudimentario y tosco de la intervención
humana actual sobre adaptaciones sistémicas complejas con un pasado de
millones de años” (p.421), además de la existencia de daños colaterales, que
puedan convertirse en irreversibles para la humanidad. Si esta situación se
ve desde los derechos humanos y de los derechos a otras formas de vida
animales y vegetales, la contaminación generada por el modelo
agrobiotecnológico que pone en riesgo incluso a las generaciones futuras.
Esto es lo que Shiva (2001) considera como la transgresión de las
fronteras biológicas, que degenera las formas de vida existente en las
semillas, y por lo tanto de toda forma de vida, porque lo que ella defiende es
la tesis referida a la cosmovisión de que todo tiene implicancias, o el principio
ecológico de todo tiene que ver con todo, es decir lo que el daño que el
hombre le hace a las otras formas de vida que son parte del tejido de la
Naturaleza, también se lo hace a sí mismo.
Shiva (2001) señala “que el ascenso del paradigma de la biología
reduccionista al servicio de los intereses comerciales de la ingeniería
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genética, se ha rediseñado la propia industria biotecnológica. La nueva
imagen ha sido conseguida por medio de financiación, además de
recompensas y reconocimientos”.p.45, aún cuando los verdaderos riesgos de
esta praxis es que se privilegian algunas especies de vegetales y cereales
que satisfacen los intereses de ciertos sectores que por lo general están muy
ocultos, descartando la diversidad de otras especies que han logrado su
adaptación de manera natural, y que responden a condiciones específicas de
una localidad, demostrado altos rendimientos con mínimos daños al equilibrio
ecológico.
Es a este reduccionismo que la ecofeminista denominan de primer orden,
porque representa la desaparición de especies que carecen de valor utilitario
para el modelo capitalista monoproductor. El reduccionismo de segundo
orden es aún más peligroso y se deriva de la praxis de ingeniería genética al
reduccionismo genético que modifica genéticamente un ser vivo y luego lo
patenta, generando derechos de propiedad y comercialización a terceros. El
reduccionismo cultural, es el tercero y se refiere a la imposición de prácticas
agrícolas estandarizadas por el modelo agrobiotecnológico, que desecha los
saberes de las comunidades y agricultores de ciertas zonas.
El verdadero riesgo cultural es que se pierdan en el tiempo los saberes
que se han perfeccionado de generación a generación por comunidades
agrícolas, al imponerse un único método tecnocientifico y agroquímico, salido
de los laboratorios, no del saber del que hace.
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El proceso está técnicamente definido y fundamentado, por lo que la
Naturaleza ya no tiene el protagonismo, ni mucho menos el agricultor,
puesto que sólo debe seguir el curso impuesto por los científicos y
tecnólogos, retomando con ello la concepción de que la Naturaleza es una
máquina, que responderá siempre a los mandatos del hombre, rechazando la
realidad que acontece en cada segundo la Naturaleza se autoorganiza y
autoregula de manera permanente.
Ante los riesgos del modelo reduccionista la ecofeminista esencialista,
hace un llamado sobre la importancia de rescatar la biodiversidad de las
semillas orgánicas ante el robo y la biopiratería que conlleva la apropiación
de la esencia de la vida y la imposición de semillas contaminadas
genéticamente.
Es importante resaltar que desde el lanzamiento comercial de los
organismos modificados genéticamente Vandana Shiva (1998) hizo su
pronunciamiento “Las semillas profanas violan la integridad de los ciclos y los
nexos ecológicos, y fragmentan los ecosistemas agrícolas y las relaciones
que garantizan una producción sostenible en todos los aspectos” (p.20).
En los siguientes párrafos se hace mención a los aspectos que afecta el
uso de las semillas modificadas genéticamente según la autora: Las semillas
orgánicas se consideran como un microcosmos del macrocosmos, ellas
responden a los ciclos de la Naturaleza; la diversidad de las semillas,
garantizan una nutrición integral; el método mixto de cultivo de diferentes
especies es esencial para incrementar la fertilidad de los suelos, también
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permite la alimentación de los pequeños productores; y la comercialización
de la semilla rompe el ciclo de conservación de las especies que han sido
protegidas por generaciones y transmitidas sus germoplasmas a las
generaciones futuras, garantizando con ello la subsistencia de esos pueblos.
Los sistemas agrobiotecnológicos han subvertido principios éticos como la
garantía del sustento de las comunidades agrícolas, por la maximización y
control de las corporaciones trasnacionales dedicadas a expoliar la
diversidad de especies, que los pueblos que han preservado en nombre y
reconocimiento de la importancia de la biodiversidad para su sustento, como
los países de América y de África, donde se encuentran la mayor diversidad
de especies del planeta.
En cuanto a la ruptura del ciclo vital de la semilla por las empresas
agrobiotecnológica, mediante la apropiación de su reproducción y
comercialización, se generan otros daños colaterales del modelo
agrobiotecnológico, los cuales han sido ampliamente estudiados y reseñados
por en innumerables documentos y en ponencias que atienden sobre este
importante tema, lo cual se analiza en el siguiente punto.
4. Las semillas como poder regenerativo y multiplicativo
En el caso de las semillas, la creación ocurre de manera continua,
gracias al poder regenerativo de estas y su capacidad de multiplicarse. Una
semilla contiene en su interior al árbol y otros cientos de árboles que vendrán
producto del cultivo de esas semillas, de las cuales nacerán nuevas semillas,
y de esas otras nuevas semillas por siempre.
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Es por ello, señala Shiva (2008b) que el idioma hindi, las semillas se
llaman “Bija, donde. Ja es vida; entonces Bija es aquello en lo que la vida
surge por su cuenta para siempre. Cuando plantamos una semilla señala la
ecofeminista decimos una pequeña oración sobre el poder inagotable de la
semilla, porque en la naturaleza de la semilla reside el poder inagotable para
multiplicarse.
La mismas Naturaleza ha creado las semillas de alto valor nutritivo y
de fácil reproducción, este es el caso de los cereales conocidos como mijos,
son un grupo de semillas de cereal de alto valor calórico, se multiplica en
sitios con poca humedad y se reproducen en millones cada semillas, con lo
cual se podría garantiza el alimento de millones de ciudadanos de la India,
sin embargo esta tradición se ha perdido en la medida que sólo se sirven en
la mesa los alimentos (Shiva, 2008b)
Según lo que ella señala, la misma Naturaleza ha creado los mecanismos
para satisfacer las necesidades de las personas en el presente y también en
el futuro, por ello no debe hacerse distinciones entre las semillas que se
utilizan en el consumo del ser humano y las semillas que serán plantadas
bajo el modelo de agricultura orgánica.
Cuando la agricultura se entendía como una forma de producir alimentos
y de forma de vida, los campesinos se comían una parte de cosecha y la
otra parte era resguardada para los cultivos de las próximas generaciones, o
como parte en los bancos de semillas, que benefician a los más pobres.
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Esto fue trastocado, desde hace tan sólo algunas décadas, dice Shiva
(2008b) que ocurrió cuando las grandes compañías crearon los
agroquímicos. Esos químicos que fueron usados para la guerra y que
después fueron utilizados en agricultura, con ello las empresas químicas,
empezaron a introducirse en el sector de las semillas. Son esas mismas
empresas que tramaron el cómo arrebatarle a los pueblos las semillas, con
ella sus riquezas y tradiciones, como ya lo hacían con los yacimientos de
agua, en muchas partes del mundo.
El capitalismo utiliza diferentes mecanismos para hacerse de los recursos
vitales para el ser humano, tal como está sucediendo con el germoplasma de
semillas que han sido guardadas por los pueblos desde hace millones de
años, las empresas para expoliarla utilizan mecanismos legales y
tecnocientíficos, los cuales según Shiva (2008b) son de la siguiente manera:
Normalmente cuando se intenta introducir un concepto tan disparatado en la sociedad, se inventa una palabra rimbombante para acompañarla, y lo llamaron "derechos de propiedad intelectual” y dijeron que la semilla es su propiedad intelectual. Para poder definir la semilla como su propiedad, las empresas se dieron cuenta de que primero tenían que modificarla un poco. Y por eso crearon la ingeniería genética y los transgénicos. Así cogen un gen de una bacteria, lo introducen en una planta, y dicen: "Ahora hemos creado algo nuevo. Somos creadores, y por tanto, dueños”.
Lo que inventaron fue una forma de apropiación o expoliación de la
Naturaleza y del saber de los pueblos, según ella, al crear un derecho a
favor de Monsanto Company, que es una empresa que durante década ha
creado formas de obtener ganancias a costa de cualquier forma de vida,
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humana, animal o como es el caso actualmente de las formas vegetales,
plagada de innumerables denuncias y demandas mundiales, esta empresa
ha logrado establecer redes de poder imbricadas en todos los sistemas
empresariales, financieros, científicos, gubernamentales y hasta en las
organizaciones no gubernamentales.
El uso de las patentes permitió que empresas como Monsanto Company,
definiera a las semillas modificadas genéticamente, como de su propiedad y
además las nombraras como semillas transgénicas, con ello lograron obtener
la exclusividad en el uso, cultivo, procesamiento y distribución de lo
patentado.
Para poder utilizar las semillas transgénicas, las patentes le exigen del
agricultor el pago de royalties o alquileres por el uso de las semillas, esto es
inconcebible e inaceptable, porque siendo la fertilidad de la semilla, un
elemento que requiere de la polinización para que surgen nuevas semillas, lo
cual se lleva a cabo por elementos naturales como los animales y el viento .
La fertilización de las plantas sucede como parte de un proceso de
compartir entre las ellas, donde se demuestra la comunicación permanente
que se requiere entre las diferentes formas que tiene la Naturaleza, para
lograr algo tan maravilloso como la reproducción de estas, por ello declarar
este proceso como propiedad intelectual, solo condujo a declarar como
criminales a todos aquellos que intenten conservarlas o utilizarlas para seguir
reproduciéndolas, con esto se ha convertido a las semillas en no renovables.
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Producto de el desarrollo de la praxis de la agrobiotecnología, los
campesinos y agricultores, se han endeudado para adquirir las semillas
transgénicas y el resto de agroquímicos que se requieren, para ello deben
solicitar financiamiento en los bancos, hipotecando su única propiedad la
tierra. Como es de suponer la agricultura es afectada por innumerables
condiciones que deben producirse para poder obtener los resultados
esperados, pero en muchos casos esto no sucede, lo que conduce en
muchos casos a la pérdida de la tierra y la vida.
En el año 2011, el Centro para los Derechos Humanos y la Justicia
Global (CHRGJ) de la New York University School of Law (2011), presentó el
informe “Cada media hora: suicidios de campesinos, Derechos humanos y
crisis agraria en la India”, los más de 250 mil suicidios que se han sucedido
en la India, desde que las empresas agrobiotecnológicas tienen el control de
la agricultura en el país en el año 1995, a través de la agricultura
industrializada con apertura de los mercados globales.
Estas políticas condujeron a que las empresas agrobiotecnológicas
tuvieran libertad para el cultivo de transgénicos, que ofrecía mejores
resultados, ello incrementó el costo de producción, lo que incluye la
instalación de los sistemas de riego, la adquisición de equipos, semillas y
agroquímicos, además de la firma de contratos para el uso de la tecnología y
el control de la comercialización, produciendo a un ciclo interminable de
deudas, que se incrementaban cada día más, en el caso de los agricultores
del Algodón BT, la situación los ha conducido incluso al suicidio.
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El informe concluye en su resumen que “La industria del algodón, al igual
que otros sectores de cultivos comerciales de la India, está cada vez más
bajo el control de las corporaciones multinacionales extranjeras, que
promueven el uso de la semilla de algodón Bt modificada genéticamente, y a
menudo ejercen una influencia considerable sobre el costo, la calidad y la
disponibilidad de otros productos agrícolas.” (p. 1).
Continua en los párrafos siguientes señalando que estas semillas
requieren mayor cantidad de recursos financieros y sobre todo de sistemas
de provisión de abundante agua. Si es cierto que Monsanto Company recibe
todos los derechos ante el uso y comercialización de las semillas, la pérdida
de las cosechas no representan para ella ningún riesgo, los riesgos son sólo
del agricultor.
Monsanto Company se ha convertido en un bioteniente, argumenta la
ecofeminista hindi, porque posee las patentes del 95% de las semillas
transgénicas que están plantadas actualmente en el mundo y son los únicos
que controlan su distribución de los cuatro tipos de cultivos que se están
extendiendo con mayor velocidad: maíz, colza, soja y algodón.
Con esto se ha restringido la diversidad a solo algunas especies, a pesar
que el ser humano puede consumir más de ocho mil especies de plantas y
sus variedades, pero actualmente el consumo de alimentos se ha restringido
a un pequeño grupo de alimentos que son los que producen y comercializan
las corporaciones transnacionales.
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El 75% de la diversidad de muchas especies se han perdido en las
últimas décadas, con el surgimiento en los años 70 del siglo pasado de la
revolución verde se perdieron la gran mayoría de estas variedades, y con el
uso de cultivo de transgénicos se han contaminado en el mundo más del
20% de especies que se cultivan.
Señala Shiva (2008b) que la “India solía tener doscientas mil variedades
de arroz, mil quinientas variedades de mango, cientos de miles de
variedades de plátano. Toda esa diversidad está desapareciendo porque
está siendo sustituida por maíz y soja, maíz y soja.”, siendo lo más
lamentable es que la gran mayoría está siendo utilizado como
biocombustibles o como alimentos para animales.
5. Riesgos de la praxis agrobiotecnológica
En el año 2011, la Fundación Navdanya, «que significa literalmente, nueve
semillas sagradas», que es presidida por Vandana Shiva (2011) en la India,
hizo público el documento titulado The GMO Emperor Has no Clothes. A
Global Citizens Report on the State of GMOs -False Promises, Failed
Technologies. El Informe Mundial sobre el estado de los organismos
modificados genéticamente y del fracaso y mentiras que este modelo tienen
implícitas, se sustentan los diferentes riesgos que implica la praxis de la
agrobiotecnología . Temas como la perdida de la propiedad democrática de la
semilla o del uso de esta y de la soberanía alimentaria, representada por la
libertad para producir y consumir los alimentos que necesita cada pueblo.
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Las evidencias de los riesgos han sido desarrolladas desde los espacios
de la Fundación Navdanya India y Navdanya International, en colaboración
con la Center for Food Safety (CFS-USA), e innumerables organizaciones
ecologistas mundiales como la Confederación Paysanne, representante de la
Vía Campesina de Francia, la Save our Seeds (SOS) de Alemania, el Centro
de Estudios para el Cambio en México, la Network for a GE Free Latin
América (RALLT), entre muchos otras instituciones de Argentina y Uruguay.
La Fundación Navdanya, está dedicada a la investigación científica desde
los principios de la ecología aplicados a la agricultura, al igual que al
mantenimiento de la biodiversidad y la distribución democrática de los
recursos provistos por la Naturaleza. Inicialmente Navdanya sirvió de apoyo
a los movimientos nacionales que se desarrollaron en la India, para proteger
las semillas convencionales, a la vez que resguardar la biodiversidad de las
especias vegetales como el mijo, el algodón y 2000 variedades de arroz,
entre otras actividades que desarrollan se encuentra la capacitación de los
campesinos en agroecología y la creación de los bancos de semillas de
distribución gratuitas.
El propósito del Informe mundial es demostrar como la biotecnología
vegetal ha sido un rotundo fracaso en cuanto a las propiedades que
supuestamente les conferían a los organismos modificados genéticamente
con respecto a los alimentos orgánicos. Es decir han develado la falsedad
en las promesas de que los transgénicos eran más productivos y rentables al
no utilizar agroquímicos, menos costosos porque reduce la mano de obra
214
necesarias para el cultivo, más rentable porque tiene mecanismos de
autocontrol de las plagas, entro otros aspectos. Nada de ello se ha cumplido,
por el contrario se han desarrollados nuevas superplagas, tanto malezas
como de insecto, inclusive creando nuevas plagas ante el uso de los
agroquímicos que han ocasionados serios impactos biológicos.
Se muestra en el informa que el consumo de agroquímicos ha crecido
hasta en un 26%, que se han contaminado el 25% de semillas originales del
mundo, diezmando con ello, la biodiversidad y dando paso a la destrucción
de los medios de subsistencia de los campesinos y agricultores, a la vez que
genera el desequilibrio de las estructuras de la Naturaleza, hasta sobrepasar
sus límites biológicos.
Con el informe las organizaciones que lo presentan pretenden hacer un
llamado para que mediante la unión de voluntades se construya la posibilidad
de que los seres humano puedan “crear un mundo libre de transgénicos, rico
en biodiversidad y alimentos saludables” (Shiva, 2011,p.10).
Tal como los señala Shiva (2011) sobre los transgénicos “Las semillas
producto de la ingeniería genética no son iguales a las no transgénicas o
convencionales, por lo que no pueden ser tratados como equivalente“ (p.19).
Apunta la ecofeminista que los transgénicos vulneran las interrelaciones
naturales y ecológicas, dado que introducen a los ecosistemas elementos
ajenos al entorno que se ha desarrollado en una coexistencia permanente.
Desde la cosmovisión ecofeminista defendida por esta activista, la
Naturaleza está constituida por sinergias e interdependencias que
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estructuran los ecosistemas, la biodiversidad y las fuerzas creativas de la
misma, producto de la convergencia del principio femenino y masculino.
De igual forma resalta que la autoorganización de los seres vivos, lo
distingue de una maquina u objeto inanimado, ello es una capacidad de
todos los seres de la Naturaleza, considerada de gran importancia para que
estos logren adaptaciones biológicas ante los intercambios con el entorno.
El grave riesgo de la pérdida de la biodiversidad, indica ella, que “otros
científicos preocupados añaden que la posible propagación del transgén será
realmente amplia.” (p. 14), con ello expone que tanto el impacto es para la
salud de los seres humanos y otros seres vivos, pero además “los
transgénicos tienen grave impacto ecológico, la más significativa la
contaminación genética de las especies” (p. 21). También apunta
enérgicamente que “La contaminación es inevitable, ya que la polinización
cruzada es inevitable, dentro de la misma especie o con parientes
cercanos…. con el cultivo de transgénicos se han contaminado en el mundo
más del 20% de especies que se cultivan (ídem)”.
De igual forma muestra su preocupación por las riqueza de la
biodiversidad de las regiones que se encuentran en los primeros lugares del
mundo en este sentido, donde se incluyen a Ecuador, Venezuela, Brasil,
Colombia y Perú entre muchos otros países del mundo; “La riqueza de la
biodiversidad nativa del Tercer Mundo, por tanto, está en peligro y aumenta
los riesgos ambientales por la introducción de especies modificadas
genéticamente” (p.15). De igual forma la praxis de los monocultivos
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transgénicos también “desplazan la biodiversidad, desaparecen variedades
de plantas y animales.(p 16)
Cita Shiva (2011) el informe presentado por los La Unión Nacional de
Agricultores de Canadá en el año 2005, del cual extrae "la agricultura cultivos
de ingeniería genética es incompatible con otras formas de la agricultura - no
transgénicos y orgánicos, por ejemplo, porque los cultivos transgénicos
contaminan y porque la segregación es imposible” (p.22). De manera
contundente señala la ecofeminista “La coexistencia pacífica de los
organismos modificados genéticamente y cultivos convencionales es un mito:
el medio ambiente lleva a cabo la contaminación a través de la polinización
cruzada, lo que representa una seria amenaza a la biodiversidad, es
inevitable”. (p.23)
En relación con la resistencia de los insectos y malezas, Shiva (2011)
muestra su preocupación al señalar que “existe el peligro de que el aumento
en el uso de sustancias químicas causen plagas y malezas que desarrollen
total resistencia, lo que requiere mayor cantidad de productos químicos,
incluso más con el fin de mejorar su manejo” (p.15), de la misma forma indica
“Como resultado de esta resistencia de las malezas, los agricultores se ven
obligados a utilizar más herbicidas para combatir las malezas” (p. 14 ).
De manera específica apunta, que existen investigaciones llevadas a
cabo desde la Fundación que ella preside que recogen la percepción de los
campesinos que han cultivado algodón transgénico, “Una encuesta realizada
por Navdanya en Vidharbha mostró que el uso de plaguicidas ha aumentado
217
13 veces desde que el algodón Bt fue introducido.” (p.15), adicionalmente se
indica que existen evidencias sobre los daños colaterales que el uso de
agrotóxicos genera en el resto de los seres que coexisten en el suelo, “Los
resultados demostraron claramente que el cultivo de algodón Bt afectan
definitivamente la salud y biología del suelo, especialmente los
microorganismos beneficiosos (actinomicetos, bacterias) y enzimas
(fosfatasa ácida, la nitrogenasa y deshidrogenasa)” (Shiva 2011:p18).
Se hace un extenso análisis sobre el impacto negativo a ciertos
organismos que también son dañados de manera colateral, como “las abejas
y mariquitas pueden verse seriamente afectados…Las toxinas Bt han matado
a muchas especies de larvas de insectos…Miles de muertes de ovejas se
han reportado en AP después de la ovejas a pastar en algodón Bt” (p.19)
Según Shiva (2011), los daños a especies benéficas han sido
ampliamente reseñados en los últimos cinco años, por lo que actualmente se
tiene una amplia base de datos que sirven de evidencia de los desequilibrios
que ocasiona el uso de los agroquímicos, sin contar con el desarrollo de
resistencias por parte de ciertos insectos ligados a los monocultivos e
incluso las plantas silvestres que se han convertido en plagas.
En el informe se destaca que “los cultivos transgénicos han conducido al
surgimiento de supermalezas y superplagas…Ya ocho especies de otros
tipos de insectos han desarrollado resistencia a las toxinas Bt” (Shiva
2011:p13), ello ha sido demostrado en los experimentos llevados a cabo
tanto en los laboratorios, como de las muestras tomadas de los campos de
218
cultivo. Entre los insectos resistentes se incluyen “la polilla de la espalda de
diamante, la polilla india de la harina, gusano cogollero del tabaco,
escarabajo de la pata ta, y dos especies de mosquitos” (p.14).
La gravedad de esta praxis agrobiotecnológica ha puesto en alerta a los
científicos sobre algunos situaciones que se pronostican como aún más
problemática, en el informe (Shiva, 2011) se señala que “Los científicos
también advierten que como el gen de resistencia a los herbicidas es
probable que se transfiera a la maleza, esta estrategia herbicida será inútil
después de algunos años.(p15), es así que en experiencias llevadas a cabo
en Argentina y Brasil, se demostró que “ el uso de glifosato se triplicó en el
2005 y que El uso de herbicidas aumentó un 15 por ciento (318 millones de
libras adicionales) entre 1994 y 2005” (p.16). En el caso de Brasil “El uso de
herbicidas aumentó un 15 por ciento (318 millones de libras adicionales)
entre 1994 y 2005” (p.17)
Otros aspectos que se atienden en relación con los riesgos son la
soberanía alimentaria y el acceso democrático a los alimentos, temas
ampliamente reseñados en el Informe Mundial sobre el estado de los
organismos modificados genéticamente. Shiva (2011) señala que las redes
de poder que están imbricadas, han desarrollado algunos mecanismos que le
permiten a las empresas el control de las diferentes etapas del sistema de
producción de alimentos y semillas, “La combinación de las patentes, la
contaminación genética y la propagación de los monocultivos significa que la
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sociedad está perdiendo rápidamente su libertad de las semillas y la libertad
de consumir los alimentos que desean” (p.26).
De igual forma señalan en el mismo, que la publicidad utilizada por las
empresas es engañosa, dado que hace creer a los productores que no
requerirán uso de agroquímicos y que los transgénicos no causan ningún
daño a la salud, es por ello que Shiva envía un llamado pronunciado por
Helen Wallace, de Gene Watch del Reino Unido que advierte: "La Industria
de los transgénicos debe poner fin a sus intentos cínicos para manipular al
público haciéndole creer que los cultivos de organismos modificados son
necesarios para alimentar al mundo. (Shiva 2011, p.16)
De las promesas que no pudo cumplir el modelo agrobiotecnológico se
destaca lo referente a los costos reducidos y los mayores rendimientos, lo
cual se utilizó ampliamente para decir que el desarrollo de la biotecnología
vegetal permitiría librar al mundo del hambre. La realidad según diferentes
informes es que los costos son mayores que en los cultivos convencionales
dado que el costo integral implica el pago de los royalties sobre el alquiler de
la semilla, el uso cada vez más de agrotóxicos, el costo elevado de la semilla
modificada genéticamente en comparación con las semillas convencionales,
son elementos que deben destacarse.
Shiva (2011) señala que contrariamente a lo que prometía Monsanto
Company sobre las bondades de la ingeniería genética “no ha aumentado el
rendimiento ni de un solo cultivo. La investigación de Navdanya en la India
demostraron lo contrario de la afirmación de Monsanto sobre el mayor
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rendimiento del algodón Bt” (p.11), resalta que “Los beneficios financieros de
la siembra de algodón Bt había sido erosionada por la creciente el uso de
pesticidas necesarios para luchar contra las plagas no objetivo”.(p.15).
De igual forma se indica (Shiva, 2011) que existen denuncias sobre uno
de los casos más alarmantes que ha agobiado a los campesinos de la India,
los cuales producto de “los altos costos de semillas y productos químicos
han empujado a 250.000 agricultores al suicidio con la mayoría de los
suicidios se concentran en el cinturón algodonero.” (p.26). Esto estuvo
signado por la monocultivos de algodón Bt, que demostró no ser resistente al
ataque de los insectos, y la poca adaptación de las semillas importadas de
los Estados Unidos a las condiciones climáticas severas que reinaban en la
India.
Con la perdida de las cosechas, los campesinos se endeudaron mucho
más, hasta que perdieron sus tierras en manos de los banqueros que
financiaron a estos para que pudieran adquirir los sistemas mecanizados, los
insumos y el paquete tecnológico, diseñado por los científicos para obtener
mejores rendimientos.
El análisis crítico referido al sesgo de la ciencia utilizada por los grupos
empresariales, catalogada por ella como mala ciencia o ciencia empresarial,
la cual distingue de la buena ciencia o ciencia para la vida, expresa “Están
manipulando los datos científicos y de investigación para promover los
intereses de la industria de la biotecnología, mientras que ponen en riesgo la
salud de los ciudadanos y el medio ambiente.” …, de igual forma “ La
221
comunidad científica empresarial participa en la ciencia distorsionada y
manipuladora de los datos” (Shiva 2011,p.19).
Mucho más contundente es el señalamiento sobre la manipulación
existente al formular los ensayos mediante el sesgo en el montaje, “Otra
estrategia utilizada para suprimir la buena ciencia por la mala ciencia está en
los diseños de los ensayos, y la extrapolación de los datos de los contextos
construidos artificialmente a los complejos ecosistemas reales. (Ídem)
Sobre los graves daños a la salud humana, el informe señala que “Hay
estudios lo suficientemente independientes para demostrar que los alimentos
transgénicos pueden causar problemas de salud y graves daños” .(p.17).
Otro hallazgo es el señalado en el estudio en el cual se muestra “que la
toxina Bt subsiste en la sangre de mujeres embarazadas y también se
detecta en la sangre fetal. La evidencia de toxicidad hepática y renal apareció
cuando las ratas fueron alimentadas con una variedad de maíz transgénico. “
(p.18). En varios apartes del Informe Mundial apoyado por la Fundación
Navdanya Internacional señala que “ las principales preocupaciones de salud
son la toxicidad y alergenicidad.” ( Shiva 2011, p.19).
En el siguiente gráfico, se muestran las diferentes subcategoría a las que
hace alusión el informe y las observaciones que desde el ecofeminismo se
presenta como parte del análisis contextual de la praxis agrobiotecnología
ampliamente difundida en la India y que tantos daños a ocasionado a los
campesinos pobres, a la biodiversidad, a los saberes ancestrales y a la
soberanía agroalimentaria.
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Gráfico 15 . Dialograma de los Riesgos de la Praxis Agrobiotecnológica Fuente: Shiva (2011)
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6. Nuevos mecanismos utilizados por las corporaciones agrobiotecnológicas La batalla ganada más recientemente por Vandana Shiva y su Fundación
Navdanya dedicada al rescate de la agricultura ecológica y las semillas
orgánicas, fue a través de la unión que logró con el movimiento: Monsanto
abandona la India, en donde ambas organizaciones presentaron un reclamo
para la anulación del convenio de colaboración entre la Universidad de
Rajastán y organizaciones estadounidenses, encabezada por Monsanto
Company. En el mismo se establecía otra forma de apropiación de la
biodiversidad de la India, mediante el mecanismo legal denominado
prospección, el cual se formaliza a través de acuerdos o convenios de
transferencia de conocimiento.
La firma del acuerdo entre Estados Unidos y la India, había sido
patrocinado por Monsanto Company quien también estaba representada en
la estructura del acuerdo o convenio. El convenio de transferencia de
conocimiento fue suscrito en el año 2010 y derogado en octubre del año
2011, tal como lo reseña Zacune (2012). El documento contemplaba que
durante su vigencia las empresas obtendría n los derechos de propiedad
intelectual en todos los descubrimientos genéticos y de investigación. Esta
debe ser considerada como una nueva forma de biopiratería, pero ahora bajo
una figura que se disfraza de alianza estratégica, es otra forma de expoliar
las riquezas naturales de la India, señala Shiva, citada por Zacune (2012).
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La bioprospección consiste en la búsqueda de compuesto,
microorganismo, u otro tipo hallazgos que puedan ser desarrollados
comercialmente y los cuales pasan posteriormente a ser patentados y por
ende expoliado a la Naturaleza y a los pueblos. Esta nueva modalidad le
evita a las empresas agrobiotecnologicas el tener que modificar
genéticamente un organismo, porque ahora sólo necesitan apropiarse de la
riqueza de los pueblos.
En su libro Biopirateria, Shiva (2001) reseñaba y alertaba desde hace un
década, sobre esta nueva forma de biopiratería que se configuraba como
bioprospección, sugiriendo que intentaba asimilar la definición inicial de
explotación y descubrimiento de materiales, pero aplicada a los seres vivos.
Señala la autora que se ha pretendido relacionar este proceso con la
técnica de la búsqueda de oro y los yacimiento petroleros, en vez de seres
vivos, “Si bien la biodiversidad se está convirtiendo rápidamente en el oro
verde de la industria farmacéutica y biotecnológica,…parecería sugerir…que
la biodiversidad corresponde a los buscadores, cuando en realidad es a las
comunidades indígenas locales a quienes les corresponde.” (p. 97). La idea
reinante en la prospección parece indicar que lo que se reconozca dentro de
los contratos, nunca antes se habían utilizado, no eran conocidos o era
carentes de valor, lo cual no es cierto, porque en los pueblos hay muchos
conocimiento que aún no se ha reseñado, pero que existe e incluso se utiliza,
como es el uso de plantas medicinales.
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El tema de las semillas es importante, por lo que se constituye en esencial
la protección de la biodiversidad y la vida que se sustenta con ella. Ello solo
se podrá lograr mediante la protección de las diversas semillas y la
continuidad de los sistemas tradicionales de agricultura, basados en la
agricultura orgánica, practicada por pequeños agricultores o por
comunidades y pueblos aborígenes.
La agricultura orgánica está sustentada en principios agroecológicos, que
utiliza abonos orgánicos, diversidad de cultivos, barreras naturales para la
protección de los cultivos, bioinsectidas, además del respeto a los ciclos
naturales. En la agricultura orgánica, un productor consumirá menos energía
para producir los alimentos, que son más saludables, utilizará las semillas
que él mismo produce, y no usará los agrotóxicos, que dañan el ecosistema.
El rescate del método de cultivos mixtos o compartidos, donde el
agricultor tenga el control sobre las semillas que él mismo produce, utilizando
los métodos tradicionales es la forma que debe ser apoyado, puesto las
empresas agrobiotecnológicas pretenden acabar con este tipo de agricultura
que es importante para los pequeños agrícolas.
El ecofeminismo se ha impuesto el develar las verdades ocultas detrás
de los mecanismos utilizados por el modelo capitalista y las empresas
agrobiotecnológicas, además acompañar esto con acciones que detengan el
avance del modelo impuesto, que busca nuevas formas de apropiación,
expoliación y biopiratería de los recursos naturales que le son propios a las
comunidades y necesarias para el sustento de la vida en el planeta.