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“Al andar se hace camino” XXIX Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar. Antonio Machado

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Page 1: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

“Al andar se hace camino”

XXIX

Caminante, son tus huellas

el camino y nada más;

Caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Al andar se hace el camino,

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino

sino estelas en la mar.

Antonio Machado

Page 2: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

Dedicado a:

quienes llegaron a organizar el Viaje Educativo:

el Ministerio de Educación de España

el Ayuntamiento de Soria

y sin duda a muchas personas más

por el esfuerzo que han hecho al prepararlo

y también a:

Noel por ser la ayuda

Vladi por ser la energía

Miguel por ser la sonrisa

Ana por ser la seguridad

Irene por ser la alegría

Olga por unir todos estos elementos en una parte

todos los Tertsas

los profesores y los participantes del Viaje Educativo 2011

sobre todo a Weronika y Angelika

por todos los momentos que quedarán en nuestra memoria

Page 3: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

A veces un hombre empieza a pensar en el sentido de su existencia. ¿Dónde está su

lugar? ¿Dónde se siente feliz? Mi lugar estaba ahí. Entre más de cien personas tan varias,

tan diferentes y tan excelentes. Seguramente no voy a ver a todos juntos otra vez, pero

tengo esperanza que me acuerde de ellos.

Con un champú se ha quitado el polvo y la polución de las calles madrileñas, los

pulmones han tomado el último respiro del aire mediterráneo, los ojos ya han llorado

demasiado. En mi cabeza todavía suena la canción “Camino Soria” y a veces sus sonidos

escapan de las cuerdas vocales. No, el canto no me sale bien, pero me deja imaginarme la

última noche en esta ciudad castellana – Soria. En aquel momento estábamos todos juntos.

Nos unía esta alegría internacional, las manos balanceadas en el ritmo de la música.

Aquella noche una chica cantaba una canción de despedida que es una prueba para la

memoria. Por lo que escribo espero que los recuerdos de esos diez días se queden

guardados por mucho tiempo. Nunca os olvidaré.

Todo eso no sería real, si no fuera por el Ministerio de Educación de España. Como

cada año han elegido los mejores estudiantes de las secciones bilingües y han organizado

para ellos un viaje gratuito a su país. Han comprado los billetes, han pagado la estancia y

la comida, han asegurado las atracciones. Junto al resto de los polacos pasábamos el

tiempo con los búlgaros y los checos, todos estudiantes de español.

6.07.11

Mi historia empezó a las cinco de la madrugada el 6 de julio. Seguramente, si esto

fuera una mañana normal, me despertaría a las diez, encendería el ordenador y así pasaría

todo el día, como el resto de las vacaciones. Pero esta historia empezó con un despertador,

cruel como todos que suenan a esta hora. Lo puse para que sonara a las cuatro, por

precaución, porque siempre cuando oigo el sonido del despertador, lo apago y me

despierto un par de minutos más tarde.

-¡Ada, despiértate! - gritó mi madre, destruyendo los últimos momentos de sueño - ¡el

despertador!

Quería decir que lo sabía muy bien, pero mis labios sin obediencia produjeron solo

un grito extraño.

-Ya mamá...ya voy...- todavía comprobé el data en el móvil, deslumbrada ante su brillo

azulado intenso – Voy a España, ¿no? - buscaba confirmación de mis primeros

pensamientos, porque no sabía si son lógicos. Me agité el flequillo pelirrojo y, con sueño,

pero contenta que viene el viaje, bostecé ruidosamente. Como respuesta escuché el

parloteo de mi madre que iba a llegar tarde, que tenía que salir más temprano, que ya me

estaba esperando mi padre para llevarme al aeropuerto. A mí y a una amiga mía del

colegio. Esto recordaba porque antes de dormir me había llamado el padre de Ania con

esta información.

“Varsovia – a las nueve” - esta información se quedaba en mi cabeza toda la noche.

Por eso a las seis salimos con Ania hacia Varsovia. Estábamos en el aeropuerto unos

minutos después de la hora del encuentro, pero no éramos las últimas. Vimos el grupo que

tenía que ir a Madrid por la capital de Inglaterra.

Todos tenían pinta de cansados, aunque ya empezaban las primeras conversaciones.

Nosotras dos estábamos al lado del grupo, tratando de despertarnos antes del viaje. Nos

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esperaba un viaje muy largo. Primero sobre tres horas de camino a Londres, luego seis

horas esperando en el aeropuerto, luego dos horas volando a Madrid y por fin camino a

Soria.

Llegamos ahí a las tres de la madrugada. En la ciudad todavía duraba la noche. Ya

hace mucho tiempo las conversaciones de los ciudadanos se convirtieron en silencio, la

música en los bares de la Plaza Mayor se bajó, en la calle se podía sentir el olor de la noche

– húmedo, agradable y secreto – aroma del cielo negro, de la luz dorada de las farolas, de

los susurros y ruido de las lechuzas. El calor de esta calle nos acogía, mientras recorríamos

los adoquines con el traqueteo de las maletas.

Nos saludaron dos hombres. Aunque era tan temprano, en sus caras brillaban unas

sonrisas. Al invitarnos, se presentaron. El primero fue un español típico de piel morena,

pelo negro y patillas, parecía el protagonista del serie “Zorro”, por eso nos sorprendimos

que se llama Vladimir – este nombre lo asociamos con el presidente de gobierno ruso y

Vladi no tenía ni pinta que es del Este. El más alto tenía el nombre muy español. En la cara

de Miguel brillaba una sonrisa que invitaba a seguirle. Llegamos a la Residencia Juvenil.

Nos dieron una cena tardía, las llaves y dijeron la hora a la que tenemos que despertarnos.

La primera noche la pasé en la habitación con Ania, mientras hablábamos hasta las cinco

de la madrugada.

7.07.11

Nadie tenía que pedirnos para que nos levantáramos temprano. Nos despertemos

antes de las ocho, curiosas como iba a pasar el primer día. Luego con todos salimos al

salón de la residencia, el que nos daba la bienvenida por la noche. Esto tenía que ser el día

de la integración y distribución de habitaciones.

Todo el grupo se quedó delante de entrada que salía a la calle de la residencia. Todo

el terreno fue rodeado por una valla de metal detrás de la que se podía ver una piscina y

un jardín con flores. Muy cerca de la puerta había un pasillo que llegaba al salón principal

lleno de bancos, sillas, máquinas de la comida y revistas locales. Al lado de la entrada fue

localizada la recepción donde siempre estaba alguien que daba las llaves a las

habitaciones. A la derecha estaba ubicada un aula pequeña usada como lugar de las

reuniones de los países. Un poco nerviosos, pero con mucha emoción que nos dio el

primer día, llegamos al comedor.

Ahí había mesas iluminadas por el sol de Castilla. Al lado de ellas estaban las sillas

de muchos colores que daban un brillo alegre a la sala. El desayuno incluía tostadas con

miel o mermelada, cereales, café, chocolate o zumo. ¡El primer día hacíamos cola más que

una media hora! Cien personas querían desayunar al mismo tiempo, no me extraña

entonces, que luego nos dividieron en grupos para comer.

Tras el desayuno, curiosos por lo que viene después, nos marchamos todos al

parque. Ahí, sentados en el césped, empezamos las actividades de integración y

compartida de habitaciones. Teníamos todos mucha ilusión, estábamos esperando conocer

a nuestro compañero.

-Ada de Polonia! - uno de los monitores gritó mi nombre, saltándose el apellido, que a

algunos les parecía demasiado difícil - Compartirás la habitación con una checa.

Estaba contenta de tener una compañera de Chequia. Todavía no la conocía, pero

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esperaba que en caso de problemas de comunicación, me ayudaría el polaco que es

parecido al checo.

Caminando por las calles, llegamos a la Plaza Mayor, al lado de la cual, en el

Ayuntamiento, nos esperaba la bienvenida por las personas más importantes de la ciudad.

Cuando entramos, conocimos a un señor mayor muy enérgico – Jesús, quien, con una

sonrisa muy alegre, empezó a hablar con nuestros profesores. Entramos en un salón

grande al rato lleno de los polacos, búlgaros y checos. Parecía aún más suntuosa gracias a

sus paredes de color de vino y un gran retrato del rey, iluminado con muchas luces. La luz

indicaba la posición y el respeto del que goza el monarca. Desde las ventanas localizadas

todas en una pared llegaba el dulce aroma de la mañana, el ruido de los peatones, el

susurro del agua en la fuente de leones, el canto de los pájaros, la música de una tienda...

Toda la ciudad fue decorada con los pósters de Maldita Nerea, ya que se acercaba el

día de su concierto – los grandes papeles en blanco y azul cubrían las paredes de las casas

en la ciudad antigua. Enfrente del Ayuntamiento nos recordó de su presencia con sus

campanas la iglesia de Santa María la Mayor.

-Bienvenidos en Soria – dijo el alcalde de la ciudad después de la ceremonia – espero que

lo paséis muy bien.

Subimos a un tren turístico para visitar Soria. Fue una ciudad en la que el tiempo

paró – tenía un elemento más moderno con todo el jaleo y estrés, pero caminando ahí nos

podríamos encontrar con trozos de historia viva. Una iglesia romanesca se situó con

orgullo en una de las plazas cubiertas en arbustos de lavanda, un poquito más allá, vimos

el edificio enorme del Instituto Antonio Machado. Plaza Mayor brillaba en el sol, solo

dando un poco de sombra sobre algunos árboles solitarios. El Duero mezclaba en sus

aguas rayos de este sol estival.

Los alrededores de Soria, entre sus colinas pintorescas las que predominan en toda

Page 6: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

beria, están escondidas unas ruinas misteriosas. Trozos de roca de color clarito se juntan en

arcos, contrastando con hierba verde oscuro. De repente vimos una plaza y un templo

romanesco rodeado de misterios. Dentro, sus paredes esconden secretos de historia, a

pesar del sol, éste parece ser fresco y húmedo.

-Mirad estas esculturas – dijo Vladi – mostraban las historias de la Biblia, cuando todavía

la mayoría de la gente no sabía leer – nos mostró un dragón y filas de ángeles con espadas

– aquí había un monasterio. Cuando una vez, un rey quería conquistar esta tierra, los

monjes valiosos no querían rendirse. Luchaban en una de las colinas. Había tantos

muertos que decidieron enterrarlos todos en aquella colina. - nos mostró una montaña en

el horizonte - Hasta ahora la gente de aquí dice que ese sitio tiene mala fama. Por la noche

aparecen luces, se escucha ruido de la batalla...Dicen que los espíritus pasan por aquí para

recuperar sus cuerpos...

En aquel momento se sentía un viento repentino. La Monte de la Ánimas brillo

entre la tierra y el cielo.

-Vámonos – dijo Noel, arreglándose su pelo rizado – dicen que este sitio está dominado

por lo paranormal.

Después de la visita, fuimos a cenar. Como a la hora de la comida, estuvimos en el

hotel Alfonso VIII. Mesas largas con manteles blancos estaban distribuidas en toda la sala.

Cada uno elegía su sitio, los profesores y los monitores hablaban entre ellos. Junto con

otras personas, les observaba un momento. Noel estaba escuchando la conversación de

Vladi y Miguel, riéndose con ellos de vez en cuando. Una rubia alegre – Ana, escuchaba a

la pequeña Irene, como siempre con una sonrisa. Olga no podía dejar de decir chistes,

haciéndoles reír a todos. Marcin – un rubio delgado con barbilla quien vino con otro grupo

de polacos, estaba hablando con Magda y Malgosia, cansadas por haber llegado tan tarde.

Los checos y los búlgaros empezaron a comparar sus lenguas, llegando a la conclusión que

el polaco suena como ruso hablado con acento alemán.

Después de haber vuelto a la Residencia Juvenil, teníamos que volver a distribuir

las habitaciones para que cada uno tuviera un compañero de otro país. Los profesores y

los monitores no podían resolverlo. Malgosia, Magda y Marcin – los profesores polacos

organizaron una reunión rápida.

-Bueno – dijo Magda – los españoles no pueden organizarse, pero no os preocupéis, lo

arreglaremos todo.

-Tenemos una lista, que cada uno me diga qué habitación tenía. - nos informó Malgosia.

Todos enumeramos los números de habitaciones donde nos íbamos a quedar.

Resultó que muchos de ellos eran repetidos. Mi habitación tenía también otra chica polaca,

que al parecer ya tenía allí algunas maletas.

El caos de asegurar el sitio para dormir para más de 100 personas se solucionó por

fin antes de medianoche. Primero, todos bajamos al césped enfrente de la residencia de

estudiantes donde nos quedamos. La noche estaba bastante fría y después de un día largo,

nuestros ojos se cerraban por sí mismo. El césped estaba cubierto con roció, muchos de

nosotros estaban ya bostezando. Nos dividieron en grupos más pequeños, de

aproximadamente 20 personas. Cada grupo tenía a su monitor. Mi grupo estaba con Noel.

Al principio pensaba que puede ser demasiado serio. No tenía comparación con Miguel o

Irene, llenos de energía, Ana que no dejaba de gritar o Vladi, siempre con una sonrisa

Page 7: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

brillante. Pero Noel parecía una persona a la que uno pediría ayuda. Todos le tenían

respeto. Nos explicó las reglas del grupo, la manera de contar sus miembros y la hora de

reunión por la mañana.

-Cada uno va a tener un número. Cuando lo escucháis, me decís el número y vuestro

nombre, ¿vale? Va a ser más fácil recordarlo. - arregló de nuevo su pelo – Cero: Noel, lo

entendéis - nos preguntó – después: uno y nombre, dos y nombre, etc... Ahora vamos a

vuestras habitaciones. Ah, ¡también tenemos que inventar el nombre y el grito de guerra!

Y se fue con otros monitores, nosotros fuimos a recoger nuestro equipaje,

preparándonos para la noche.

-Noel, tengo un problema. Nadie me abre la habitación que tengo y la llave no está – le

pregunté con inseguridad.

-¿Qué número es?

-Eee... 59 – tomé mi tiempo diciéndolo, porque los números españoles siguen causándome

problemas.

-Ven aquí, ya encontraremos algo. ¿Te ayudo con la mochila?

-No, no, está bien.

El número 59 estaba cerrado. Por el camino encontramos a Julia, cuya habitación

también estaba ocupada. Al rato, en el pasillo apareció una chica polaca – Weronika.

-Qué pasa? Yo tengo una cama libre.

-Ah, pues, parece que ya está solucionado. Queda una habitación singular también.

¿Quieres dormir sola o con alguien?

-Con alguien.

Así me acogió Weronika, con la que hablé toda la noche. Estaba en el grupo de

Miguel. Hablamos de la organización de los españoles, de la música, de nuestras

impresiones de los últimos días. Por fin fuimos a dormir.

8.07.11

El día siguiente no empezó tan perezosamente como el día antes, debido a mi viejo

hábito. Siempre cuando me levanto para ir al instituto, pongo mi despertador y lo apago

medio dormida, pero aún así me levanto unos minutos después. Esta vez también creía

que esto pasaría. Nos despertamos unos minutos antes de la hora de la reunión, entonces

no teníamos tiempo para mucho. Saltamos fuera, dejando la llave en la recepción.

Empezamos a contar.

-Cero: Noel. ¿Quién es el número uno?

Después del desayuno fuimos a ver la Laguna Negra. Un par de minutos en el

autobús, organización rápida, la distribución de agua y bocadillos enormes en papel de

aluminio.

-¿Ya tenéis algún nombre del grupo? - nos preguntó Noel.

-¡Tertsa! - se escuchó - ¿está bien?

-¿Qué es eso?

-Es un juego de cartas. Las tres cartas más fuertes son una tertsa. - informó Sasho. - El rey,

la reina y el as es una tertsa.

-¿Tercha...? ¿TerScha...? ¿TerZCha...? ¡Tengo que aprendérmelo!- Noel se puso a reír.

Caminábamos por un camino de asfalto, similar a los que están en las montañas

Page 8: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

polacas para dentro de unos pocos minutos llegar a nuestra destinación. Vimos un lago

plateado rodeado de montañas elevadas. Los picos rojizos tocaban al azul del cielo. Un

viento suave agitaba al lago creando unas olas brillantes.

La sombra de los árboles invitaba a relajarse después del camino. Nos sentamos en

las rocas cubiertas con hierba y pequeños arbustos. Uno de los monitores sacó una guitarra

vieja y empezó a tocarla. El alto y delgado profesor búlgaro Krasimir le acompañaba con

su flauta, creando un ambiente bucólico. Así pasaron dos horas del tiempo libre. Entre

chatear y tomar fotos, nuestros monitores nos invitaban a jugar. Nuestra tarea fue de crear

unas esculturas humanas, a lo que nos animaba Irene y Vladimir. Al final, teníamos que

irnos.

Volvimos al autobús que nos llevó al parque de aventuras. Esperando nuestro

turno, empezamos a hablar con una chica rubia de pelo largo que llevaba una camiseta de

Messi. Su pelo largo fue hecho una trenza y sus ojos verdes brillaban.

-¡Cada año tengo mejor cumpleaños! - grito Angelika, ese fue su nombre – el año pasado

me organizaron una fiesta en un campamento fantasy, una vez un piloto del avión me

saludó por el micrófono, y ahora gracias a Noel tengo dos entradas al parque!! - se excitó y

mostrando su camiseta dijo – a lo mejor es su culpa. Messi siempre me trae suerte.

-¡Visca el Barça! - gritaron algunos.

-Barça es lo mejor. Comparándolo al Real Madrid...

Y así empezamos a hablar sobre el eterno conflicto entre los dos equipos, sus estilos

y partidos ganados hasta el momento cuando nos dividimos en grupos y nos sentamos en

nuestras sillas habituales en el autobús. Estuvieron con nosotros dos monitores, Ana quien

no paraba de gritar y Miguel, el que nos acompañó en nuestra primera noche en Soria. Fue

él quien tenía un montón de ideas locas por el camino – bailaba el waka waka, cantaba, por

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eso sabía que también ahora podría contar con él. Le comenté:

-Miguel, esta chica tiene hoy el cumpleaños – indiqué a Angelika – ¿Le cantamos

¨cumpleaños feliz¨?

No tenía que repetirlo. Un momento más tarde todos cantaban. Así llegamos a

Soria. Paramos en un aparcamiento y entramos en el Hotel Alfonso VIII donde ya nos

esperaba la comidita.

-Después de la cena bajad, vamos a ir a la Plaza Mayor y tenéis vuestro tiempo libre. Pero

sólo hasta la medianoche, porque mañana vamos a Valonsadero!

Cenamos deprisa, chateando sobre las atracciones del día. Después fuimos a la

entrada del hotel. Alrededor pasaban los coches, las farolas echaban una luz suave sobre

las calles, se escuchaba el jaleo y la música de la tarde. Las luces nos invitaban a su vida

nocturna. Entramos poquito a poco al mundo mágico de España – tal como la muestran

programas turísticos – divertida y agitada. Paseamos juntos hacia Plaza Mayor donde

batía el corazón de la ciudad. La música que salía de pequeños bares, el aroma de patatas

fritas, tapas, las bandejas de los camareros bailando entre los clientes, la luz de las

linternas reflejada en la calle, las conversaciones y el ruido... De repente se escuchó la

melodía de un saxófono. Todos conocimos esta canción. ¡Ah sí! ¡Son nuestros monitores!

Cien personas empezaron a cantar Cumpleaños Feliz, Sto Lat, Happy Birthday y sus

equivalentes búlgaros y checos. Angelika casi lloró de felicidad. Todo el mundo se

acercaba a ella, felicitándole. ¡Teníamos que celebrar! Weronika, Angelika y yo estábamos

buscando un sitio adecuado entre los callejones del Casco Viejo. Al final elegimos una

pastelería. Entramos con cautela, pero tras asegurarnos que el sitio estaba cubierto de

servilletas y restos de comida, ya sabíamos que la comida es de mayor calidad. En este país

mediterráneo un buen restaurante es un restaurante con una cantidad de basura – eso

significa que hay muchos clientes. Ya sabía que quería comer aquella noche – un flan.

Estaba esperando este postre típico impaciente. Recuerdo muy bien este sabor tan especial:

huevos, caramel y nata montada. Al volver a la residencia, hablamos con Verónica sobre

los acontecimientos de aquella noche. Sobre las dos su pelo largo se quedo en la almohada

y sus ojos negros se cerraron cansados.

9.07.11

El día siguiente llegó rápido. Aquella mañana nos despertamos un poco antes que el

día antes.

-¿Qué vamos a hacer ahí en Valonsadero? - pregunté a Weronika, pensando sobre la

elección del calzado.

-Hmmm, no sé, creo que vamos a las montañas y después, ya veremos, depende de

la espontaneidad de los españoles. A veces pensábamos que sus acciones resultan

solamente de la creatividad y no de un plan específico. Pero como yo misma tengo una

actitud similar, me gustaba eso.

Como todos los días empezamos a comentar todo lo que pasaba durante el día muy

temprano. Después del desayuno, salimos a las montañas. Nos reunimos en un prado en

el pie del monte.

-Hoy vais a ver un sitio donde se crían los toros para corridas de toros – nos informó Vladi

Page 10: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

– también hay algunas cuevas con pinturas, no como en Altamira, pero también muy

interesantes.

Paseábamos por las rutas entre hierbas. Teníamos la tierra cálida bajo nuestros pies

y las mariposas volaban entre nuestras cabezas. El viento movía la hierba y los cereales.

Desde lejos se escuchaba el ruido de los ruiseñores, a veces se podía ver un ave rapaz. Al

final llegamos a los establos.

-¿Veis esta plaza? Aquí recogen los toros para guiarles a Soria para organizar una gran

corrida de toros. - nos contó uno de los monitores. - Cada una de las familias grandes coge

uno de sus toros para regalarle la carne a sus vecinos después de la lucha. Esta costumbre

viene de la antigüedad.

En los picos de las montañas cubiertos de niebla pastaban grupos de toros, los

mismos que se pueden ver en las cartas postales de muchas de ciudades españolas. Sus

cabezas grandes cogían la hierba y sus rabos movían el aire. Cuando pasábamos al lado de

uno de ellos, paró de comer y empezó a mirarnos con atención. Mirando estos animales

enormes comiendo, empezamos a pensar también en devorar algo, así que la información

que fue la hora de la comida no pudo ser en mejor momento.

Llegamos a un edificio lleno de aromas del arroz y mariscos. Curiosos, entramos.

Fue un salón grande, al lado del que estaba la cocina. Esta fue la fuente de estos aromas, en

medio de ella había una paellera grande con arroz de color amarillo en el que aparecían

mejillones, gambas de color rosa y trozos de verduras. Este tenía que ser paella – una

comida española muy típica.

Los hombres han puesto bancos y mesas, cubriéndoles con mantas. Cuando ya cada

uno recibió su trozo de pan y un plato de paella, empezamos la fiesta. Algunos no eran

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entusiastas de las gambas que aparecían en el arroz, pero eso lo solucionaban dejándoles a

otros a quienes les gustaban criaturas del mar. Angelika tenía toda una cola de gente que

le dejaba sus mariscos.

Al final, podíamos relajarse fuera. Tumbados en el césped, cogíamos los rayos del

sol mediterráneo, escuchando la música y tomándonos una siesta. Allí lejos quedaban

picos de montañas que se hundían en las nubes. La hierba verde botella recortaba el

horizonte. También podíamos observar puntitos negros de toros en los prados. En el cielo

se quedaban unas nubes blancas creando sombras en las montañas. El viento acariciaba las

hierbas, refrescándonos a nosotros también.

Al rato aparecieron Noel y Vladi, teniendo en sus manos la vieja guitarra. Su cuerpo

fue marcado con varias incisiones y faltas, sólo indicando un montón de momentos

inolvidables en los prados de montañas y el calor de hogueras. Cada uno de los monitores

nos distribuyó también hojas con letra.

-Que cada uno coja una copia de cada canción y la pase a su compañero – nos comentó

Noel - ¿Todo el mundo tiene una? Vale, empezamos. ¿Qué cantamos primero? - preguntó

ya al otro español, ocupado con afinar su instrumento.

En el silencio se escucharon los primeros sonidos, que el viento llevaba en todo el

prado. El mundo de la música nos hizo sentir esta fuerza extraordinaria como si fuéramos

una sola familia. Vladi empezó a tocar una canción llena de gracia y dulzura. “Caminante

son tus huellas...” Noel empezó a decir un poema de Antonio Machado. En una mano

tenía la hoja con el texto, la otra hacía gestos de un rétor romano. Subrayó “Al andar se

hace camino”, como si cada día fue otro paso en el camino, cada persona que encontramos,

cada pensamiento, cada golpe del corazón, “golpe a golpe, verso a verso”.

Estos momentos nos hacían sentirnos aún más cerca a pesar de todas las

nacionalidades diferentes. El canto se escuchaba desde lejos, entre las montañas de Soria,

Page 12: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

llenando el aire con alegría. Seguramente algunos toros dejaron de comer para escuchar el

ruido y la risa de nuestro grupo.

-Bueno, ahora tenéis un poco de tiempo libre, pero después os espera una reunión

con vuestros monitores, tenemos una sorpresa para vosotros. - nos dijo Vladi.

-¡Tertsa! - escuchamos a Noel al rato.

-¡Riápas! - se oyó también a Irene, y después Miguel empezó a llamar a sus

Tomatillos, al final Vladimir gritó “¡Chulapos!”.

-Vale, ¿estamos todos? Ok, entonces vuestra tarea es de pasar una prueba con cada

monitor. Aquí tenemos para vosotros una sandía. Sentaros en un círculo para que cada

uno esté de espaldas a la persona detrás. Tenéis que pasaros la sandía para que cada uno

coma un trozo sin utilizar las manos. ¡Así! - nos explicó Papa Noel, como le llamamos. Se

refiere a un santo alegre, porque también el carácter de Noel fue así. Fue siempre muy

amable y abierto, amigo de todos. Era de altura media y siempre arreglaba su pelo rizado.

Cuando nos pasamos la sandía llena de jugo dulce, nos controlaba Olga, la coordinadora

de los monitores, cantando una canción en español.

La siguiente prueba fue de Miguel. El moreno de pelo corto, apareció con labios

pintados.

-Dividiros en dos grupos. Aquí tenéis dos tipos de pintalabios, ¿cuál elegís? Pintaros

los labios y que cada grupo intente darles besos a vuestros adversarios, ¡las más veces

posibles! ¡Vamos! - grito.

Después de esta prueba, fuimos a ver a Vladi. Este estaba sonriendo, con una caja de

lápices de cera en sus manos.

-Como sabéis, aquí hay muchas cuevas prehistóricas. Antes de luchar, se pintaban

las caras de colores. Aquí tenéis los lápices, dividiros en parejas. Cada uno tendrá que

pintar la cara de su pareja con los ojos cerrados. ¡Pero sin engañar!

La siguiente prueba fue de Irene, removiendo con una sonrisa malvada la

mermelada. La morena pequeña nos preguntó.

-¿Alguien quiere galletas?

Cuando le respondimos todos “nooooooo”, se río como un científico loco.

-¿Seguro? Tenéis que comer estas galletas sin utilizar las manos. Para hacerlo más

difícil, os las voy a pegar en la frente.

Todos cubiertos en mermelada, pasamos a Ana.

-Ahora os espera una prueba más difícil. Eché aquí unas cuantas pinzas de ropa,

cada uno tiene que sacar una pinza, sin tocarla con las manos.

Esto no sería tan difícil, si no fuera por eso que el agua donde estaban las pinzas no

estaba llena del café y copos de maíz. Pero no teníamos otra posibilidad, todos pusimos

nuestras cabezas en esta mezcla horrorífica. Al final conseguimos todos a hacerlo y con

alivio llegamos a una fuente de agua. Teníamos que lavarnos las caras para poder volver a

la residencia y cenar. Por suerte, el autobús ya nos estaba esperando. Sucios, pero muy

felices, volvimos a la residencia. Teníamos un poco de tiempo para lavar el pelo con copos

de maíz y cambiar de ropa y fuimos a cenar.

-¿Y qué piensas si escribimos un cuento sobre Soria? - me propuso Angelika.

-Sí, es buena idea. ¡Un cuento criminal! Alguien está muerto, alguien desaparece,

algo de mafia, etc.. - empecé a enumerar, ya que incorporar una historia así en nuestro

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viaje me pareció increíble. - ¡y con alguien del Viaje como héroe!

Lo escribimos hasta muy tarde aquella noche. Creamos un ambiente tan horrorífico

que yo sola tenía miedo de no estar secuestrada por la mafia.

-Estaría muy sorprendida si nuestro cuento pasara de verdad – bromeé al final. No

sabía que la mañana siguiente...

10.07.11

Encontré a Angelika en la puerta de la habitación, como siempre con prisa,

preguntándome si tengo todo lo que necesito y ella, esperándome desde hace 10 minutos.

-¿Cuánto tiempo necesitas para ponerte guapa? - se río - ¿Te acuerdas de nuestro

cuento criminal?

-Sí, hoy sería el día del secuestro de Noel, ¿no?

-Jaja, es verdad.

Entramos al comedor y nos pusimos a esperar en la cola. Hablando y riéndonos, no

nos damos cuenta que faltaba uno de los monitores...

-¡El grupo de Noel viene conmigo! - anunció Miguel después del desayuno – ¡hoy

vamos a visitar Soria!

-Nooo... El cuento... - Angelika y yo nos miramos con conspiración – Pero... ¡eso no

puede ser verdad!

Ya sabía que no había ningún secuestro y Noel no estaba en un trastero oscuro o en

un bosque atado a un árbol, su cara no estaba cubierta de sangre, pero la impresión de que

nuestro cuento empieza a realizarse nos dio escalofríos.

-Quizá se haya roto una pierna o no se sienta bien – empecé a consolarle a Angelika

cuya imaginación creaba cada vez nuevas ideas de secuestro. - Ayer salieron con los

demás, quizá se divirtiese demasiado.

-Tengo un presentimiento que algo podría haber pasado. Pobrecito...

Paseamos por callejones con un guía que nos contaba en aquel momento sobre el

portal de la iglesia romanesca de Santo Domingo que contaba los acontecimientos de la

Biblia. La iglesia estaba oscura y silenciosa dentro lo que aún aumentó las imágenes que

teníamos en nuestras cabezas. El sol de Castilla entraba por las vidrieras y las columnas

grandes dejaban su frío desagradable. “Ojal{ esté bien” - pensé, acordándome de una

escena de nuestro cuento.

Cuando salimos, sentimos de nuevo el calor del verano español. El aroma de

lavanda llenaba el aire. Esperaba que este sol mediterráneo diera color a mi piel que seguía

siendo pálida como siempre.

Estábamos sentados en el restaurante del hotel. Las paredes rojas reflejaban la luz

de las bombillas, echándola en las esculturas al lado de la entrada.

Cuando nos sentamos, como siempre aparecieron camareros con distintos platos. Se

escuchaba el jaleo, la risa, el ruido mezclado de diferentes idiomas, polaco, búlgaro, checo

y español.

-¿Quizá deberíamos preguntarle a Miguel qué ha pasado con Noel? - pregunté a

Angelika sentada a mi lado.

-Vale, pero de tal manera que no se dé cuenta que estamos preocupadas.

Después de la cena, nos acercamos a este español quien nos saludó con una sonrisa

Page 14: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

grande.

-¿No sabes dónde está Noel? - le preguntó Angelika – No está aquí todo el día.

Su sonrisa desapareció, sustituida por una cara seria y misteriosa.

-No os preocupéis. Está aquí, en Soria. - respondió y nos mandó una pequeña

sonrisa malvada.

Volviendo a la residencia, hablamos de la posibilidad de combinar la realidad con

ficción, cuando, de repente, en la entrada de la residencia apareció Noel. Nos miró de

manera muy seria y con un enfado un poco teatral nos informó que los hombres de

seguridad se estaban quedando de nuestro comportamiento. Al parecer, las fiestas

nocturnas no le gustaron al “segurata” como le llamaban algunas chicas.

-Bueno, entrad – se río Noel, como siempre arreglando su pelo color café.

Todo el salón fue iluminado, la entrada decorada con serpentinas, papel de colores,

globos. Vladi estaba tocando la guitarra, esperando a que todo el mundo esté dentro. En la

puerta aparecieron una tras otra caras sorprendidas, mirando las paredes. Al rato, todos

estuvimos ahí y Noel empezó su discurso.

-¡Venid aquí todos quienes tuvisteis vuestro cumpleaños durante el viaje! - dijo.

Angelika tímidamente se acercó a él y con ella, tres otras personas. - ¡Queridos míos! ¡Os

deseo cumpleaños feliz, y esta fiesta es vuestro regalo de todos los monitores!

En este momento se escuchó el Cumpleaños Feliz acompañado de sonidos de la

guitarra y aplausos. Cuando las velas fueron apagadas y la tarta distribuida a todo el

mundo, empezamos la fiesta. De la sala en la que organizamos las reuniones de los países

quitaron las sillas y pusieron un reproductor de música. Los globos cubrían todo el suelo,

se escuchaban risas.

Al rato Angelika, toda ilusionada, me preguntó:

Page 15: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

-¿Podemos ir a la habitación? Tengo que hablar contigo.

Sentadas en la cama, hablamos.

-¡No me esperaba que esto terminaría así! - gritó Angelika.

-¡Esta gente es la mejor! Jajaja, ya pensábamos que algo malo habría pasado, pero

ellos sólo estaban organizando una fiesta para cien personas... El hombre de seguridad

debería haber estado enfadado ya antes, no se cómo le pudo convencer. Qué raro, tengo

ganas de cantar “Caminante”, tengo esta canción en los oídos todo el día.

Escuchamos algunas voces fuera, pero esto no nos impidió de cantar. Al rato

Weronika entró la habitación y se puso a cantar con nosotras. Cuando llegamos al

estribillo, escuchamos desde fuera la voz bien conocida de Noel:

-¡Golpe a golpe, verso a verso! - cantó por la ventana y nosotras nos pusimos a reír y

aplaudir.

11.07.11

-Ada, ¡despiértate que vamos a llegar tarde! - gritaba Weronika, mirando la

habitación cubierta de luz de la madrugada. Eso al menos parecía, pero cuando subimos

las persianas, ya se veían los habitantes de Soria en sus tareas cotidianas.

-¿Qué hora es?

-Las siete y media – respondió Weronika.

-Tenemos tiempo – volví a la cama – pero bueno, tienes razón, hay que disfrutar de

cada momento.

Cuando nos preparamos para salir, Angelika tocó a la puerta. Quedaban unos

minutos antes del desayuno, pero en Polonia hay otros costumbres que en España, si no

vienes unos minutos antes del tiempo, llegas con retraso. Pero yo prefiero la versión

castellana.

Después del desayuno y tras un tiempo en el autobús, llegamos a nuestra

destinación. Un pequeño pueblo pintoresco, Calatañazor, estaba sentada en una de las

montañas. Las calles de adoquín estaban cubiertas de polvo, las casitas medievales se

colaban una a la otra en las cuestas. La calle principal iba cuesta arriba. Estaba llena de

edificios de piedra y madera en los cuales se situaban pequeñas tiendas de regalos, de

comida tradicional y bancos ocupados por la populación mayor del pueblo discutiendo

sobre la política. Muy a menudo, estos mayores fueron acompañados por perros agitando

sus cabezas para quitarse las moscas de encima. Al lado, se veían gatos con ojos cerrados,

tomando el sol. Paseando por esta calle principal, pasamos por dos plazas, una que

halagaba a un poeta que describió el pueblo en su poema, otra que fue como el ombligo

del pueblo. Esta plaza fue decorada con una fuente bonita de los leones. Desde lejos se

veían ruinas de un castillo. Su piedra blanca se separaba del cielo de Castilla.

Page 16: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

-Venid aquí todos – gritó Vladi – dividiros en grupos, ya os explicaré de que se trata.

¿Os acordáis del juego que hicimos en Valonsadero? Esta vez tenéis que responder a las

preguntas y adivinanzas que voy a dar a cada grupo. Os van a guiar a un sitio donde está

el siguiente monitor quien os va a dar pistas para llegar al siguiente punto. Tendréis que

hacer algunas pruebas para seguir adelante. Si tenéis problemas, hablad con la gente de

aquí.

Paseando por el pueblo medieval, a pesar de su ambiente lento y perezoso,

encontramos el espíritu de rivalidad. Corrimos por el adoquín de las calles. Averiguando

las adivinanzas, pasamos unas cuantas veces por diferentes rutas de la ciudad. Al final,

nuestra Tertsa llegó al último punto.

-Ahora todos podéis ir a comprar agua y helados. - nos dijo Ana.

Cansados de la carrera y del sol castellano, bajamos la calle principal para ir a una

de las tiendas. ¡Qué alivio tocar una botella de agua fría!

El autobús nos llevó a un cañón pintoresco. Nos sentamos en la sombra de los

árboles y comimos nuestros bocadillos. Nos relajamos así un rato, hablando, escuchando

la música y observando a otros turistas que vinieron aquí con un grupo de niños. Al final

teníamos que irnos para continuar el camino. El cañon del río Lobos se quedó ahí y

nosotros fuimos al Burgo de Osma.

Al rato paramos en la estación de autobuses de la cual caminábamos hacia el Casco

Viejo. No fue ya la Soria romana, pero parecía que las murallas del Burgo de Osma

también sobrevivieron mucho. De repente vimos la torre de una iglesia del siglo quince.

-¿Quién quiere visitarla? - nos preguntó Malgorzata – dicen que es una catedral

muy bonita.

Le seguían unas cuantas personas y entramos. Nos saludó una guía que empezó a

contarnos la historia de la iglesia.

Page 17: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

Angelika estaba ahí, escuchando cada palabra, observando los detalles de

arquitectura, mirando los escudos de arma en la pared. El siglo quince es su pasión,

incluso es miembro de una hermandad de caballeros. Paseando por el suelo frío de la

catedral, nos paramos de repente.

-Ahora vamos a entrar a la sala la más vieja donde se encuentra la tumba del primer

obispo de Burgo de Osma. Podéis ver aquí los milagros que hizo.

Las esculturas de su tumba presentaban los ángeles, los diablos y las personas que

rodeaban la figura del santo. La tumba también llevaba la escultura del mismo obispo, su

ropa se quedaba suavemente en la piedra, como si fuera de verdad.

-Es la sala la más antigua de todas. Mirad estos arcos – la guía nos mostraba

distintos elementos – estos frescos estaban cubiertos de unas cuantas capas más nuevas.

Los conservadores las quitaban una tras otra para llegar a los que vemos ahora.

Impresionados, salimos para volver al autobús que nos llevó a la residencia. Cuando

llegamos, nuestros profesores polacos nos informaron que antes de cenar tenemos una

reunión en el parque. El último día en Soria iba a ser al día siguiente. Nuestros monitores

españoles nos organizaban una fiesta de despedida.

-¿Tenéis algunas ideas que podemos hacer? - Madga les preguntó a todos los

polacos.

-Había una idea de bailar el polonaise, nuestro baile tradicional. - dijo Malgosia -

¿quién quiere hacerlo? - un par de personas declararon su voluntad – quedaros un

momento, ¿vale?

-Pero esto será un poco aburrido – dijo uno de los chicos – no tenemos trajes, no va a

tener mucho éxito.

-Ya nos los pensaremos. Por el momento tenemos unos poemas, un quiz sobre

Polonia y trabalenguas, ¿si? - confirmó Marcin – y ahora vamos a cenar.

Por el camino se me ocurrió una idea. ¿Por qué no escribimos una canción? A veces

en el instituto cambiamos unas canciones conocidas por nuestras propias letras. Lo más

frecuentemente fue sobre nuestros profesores, entonces ¿por qué no intentar algo así

ahora? Le comenté a Angelika.

-Díselo a uno de los profesores. Esto será muy bueno, si podríamos encontrar a

alguien quien tocara la guitarra.

Vimos a Marcin quien observaba a los alumnos entrando la sala.

-Tenemos una idea. ¿Y si pudiéramos escribir nuevas letras sobre los monitores para

la canción “Caminante”? O mejor “Camino Soria”, va a ser m{s f{cil. Habr{ que inventar

letra nueva y necesitaremos también a alguien quien lo pueda tocar.

-¡Excelente! Vladi seguramente nos dejará su guitarra y yo puedo tocar.

Volviendo de la cena, ya empezamos a pensar en la letra. Mi cuaderno se llenó de la

letra nueva en cuestión de horas. La hoja parecía un laberinto, pero una cosa estaba cierta:

cada uno de los monitores tenía sus cinco minutos, o mejor dicho, un fragmento de la

canción. Al final, llegué a la habitación, murmurando la nueva versión de “Camino Soria”

cuidando que no se escuchara por personas inadecuadas.

12.07.11

Ese día íbamos a visitar Burgos. Después del desayuno, nos dividieron en grupos y

Page 18: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

entramos en el autobús. Cuando llegamos, como siempre, nos distribuyeron bocadillos y

botellas de agua.

-Ahora vamos al museo del cuerpo humano – nos informó nuestro monitor - ¿estáis

ya todos? Contamos. Cero: Noel – empezó como siempre.

Caminamos un rato para llegar al museo. Entramos en el edificio muy moderno,

cuyo estilo asceta, basado en acero, daba la impresión de esterilidad y luz. Teníamos una

hora para ver todo el museo y descubrir los secretos de la evolución. Cuando terminó este

tiempo, hablamos con Magda y Malgorzata para que puedan comprobar el texto que

escribimos la noche anterior. A pesar de la forma creativa y gráfica, las profesoras no

tenían problemas con descifrarlo.

Cuando salimos del museo, aparecieron nubes. Paseamos por callejones para llegar

a una plaza grande. Fue rodeada con casas altas. Como siempre, entramos en el ambiente

de diversión y jaleo que bajaba poco a poco debido a la hora de siesta. Algunas tiendas

cerraban, pero la mayoría de bares y restaurantes esperaba a sus clientes. Se veían muchos

turistas y peregrinos en el Camino de Santiago impresionados por esta ciudad tan bonita.

Se escuchaban conversaciones en muchos idiomas y aparecían flashes de sus cámaras de

fotos. Burgos está situado en el Camino de Santiago, es por eso que cada año llegan aquí

miles de turistas. La joya de la plaza fue la catedral enorme decorada con figuras de

diablos, que se ven a menudo en los edificios góticos, brillantes en el sol de Castilla.

-Ahora es vuestro tiempo libre, pero si alguien quiere visitar la catedral, nos vemos dentro

de una media hora en las escaleras. - nos informó Miguel.

Miramos alrededor para buscar un sitio adecuado para pasar estos minutos del

tiempo libre. Primero, Angelika y yo fuimos a una tienda de regalos porque ella quería

comprar un abanico típico español y yo un imán ya que tengo una colección de imanes de

todo el mundo. Al rato, nos sorprendió una lluvia fuerte. La plaza, antes llena de gente, se

volvió desierta en unos minutos y los que nos podían abrigarse intentaban cubrirse las

caras con periódicos o simplemente dejaban que se les moje todo el cuarto.

Afortunadamente, encontramos abrigo en la catedral. Miguel ya nos estaba esperando.

-¿Queréis hacer la visita? - nos preguntó quitándose el sombrero mojado - ¿Cuánta

gente hay? - preguntó contándonos.

Aunque la puerta de la catedral no estaba lejos, la lluvia consiguió mojarnos.

Afortunadamente, el sol ya salía detrás de las gotas. Estuvimos en la catedral unos cuantos

minutos mientras nuestro monitor nos contaba sobre su historia y arquitectura. Cuando

salimos, la plaza brillaba con charcos, reflejando el cielo aún nublado.

Page 19: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

Quedamos en la puerta de la plaza. Teníamos que esperar un rato para los demás.

Cuando sacaba restos de agua de mis zapatillas, recibimos órdenes de volver al autobús.

Pasamos por una calle donde nos atacaron restos de agua detenidos por las hojas de

árboles.

-Jefe, la letra está lista, tendríamos que organizar un ensayo – le comenté a Marcin.

-Vale. ¿Puede ser antes de la cena en el parque? - preguntó – Voy a coger la guitarra

de Vladi y vamos a ensayar con música.

No estábamos seguras si el pobre sabía lo que iba a pasar. Estábamos de acuerdo

que si utilizaran nuestro canto para una película de terror, ganaríamos seguro un Oscar.

Quedamos en la entrada de la residencia. Marcin, a quien le llamábamos Jefe, ya

tenía la guitarra y nosotras, las hojas con la letra. Llegamos al parque, nos paramos al lado

de un banco, en el mismo sitio en el que organizamos juegos de integración el primer día

en Soria. Llegaba la puesta del sol, que ponía sus rayos naranja en los céspedes. Los

Page 20: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

habitantes de Soria con sus niños seguían ocupándolos a pesar de la hora tardía.

-Bueno, a ver que tenéis. - nos dijo, tocando la guitarra.

-Dinos cuando empezamos a cantar – le comenté y respondió “ahora”.

Cantábamos, intentando no preocuparnos por las caras de otros residentes del

parque, pero finalmente el Jefe decidió de cambiar el tono.

-Todo bien, pero os habéis olvidado de escribir sobre Olga. - nos comentó.

-Ah sí... - miré a Angelika con cara de preocupada.

Ya tenía un par de ideas, entonces decidimos no perder tiempo, sino empezar a

escribir. Me esforzaba a encontrar rimas en esta última parte. Afortunadamente, tenía un

boli y una hoja en mis bolsillos, así que empecé con la primera línea. Me costó bastante

terminarla, las palabras no iban unos con otros, no salían rimas. Pero al final, creamos la

última estrofa. Después de la cena, toda la canción estaba lista. Sólo teníamos que

imprimir el texto y ya está. Volviendo del parque, comprobamos el horario del cyber. Al

día siguiente íbamos a volver a la hora de la siesta. Por suerte, el cyber iba a ser abierto

desde las 4 de la tarde.

13.07.11

El día siguiente empezó temprano. Iba a ser nuestro último día en Soria, pero la

mayoría de la gente estaba muy emocionada por la fiesta de aquella noche. Al principio

estábamos preocupados, porque parecía que iba a llover, pero nuestros profesores nos

aseguraban que no pasaba nada. Por la mañana desayunamos y cuando escuchamos lo de

“¡Tertsa vamos!” fuimos a Numancia.

Fue un pueblo celta que luego fue conquistado por los romanos.

Desafortunadamente, el pueblo romano también fue destruido. Las montañas nos

saludaron con viento fuerte. Pensábamos que es una señal de la tempestad, pero las ruinas

antiguas también manifestaban un frío como si estuvieron defendiendo su ciudad de

enemigos, como si quisieran vencer en esta batalla antigua. Por suerte encontramos abrigo

en una sala donde nos mostraron una película sobre la historia de aquel lugar. Después,

un guía nos mostro el sitio mismo.

Page 21: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

Entre los cimientos que quedaban de las antiguas casas, aparecieron

reconstrucciones de las casitas celtas. Podíamos entrar y sentir los aromas de arcilla y

madera mezclados con polvo que se quedaba en el aire. Las casas estaban oscuras y las

paredes daban su calor, aunque había viento fuerte. Al final el guía dijo que necesitaba dos

voluntarios. Uno de los chicos se puso una túnica blanca, una cota y una armadura

romana, cogió un escudo de color carmesí y una espada brillante. Angelika fue voluntaria

para ponerse la armadura celta. Ésta no fue tan sólida como la romana, solo un escudo de

madera, una espada corta y en vez de una cota, una camisa y pantalones de lana. Empezó

un duelo. Después de ver a la chica, sorprendido, comentó que si los celtas hubieran

tenido tales luchadores, seguramente habrán vencido.

Por desgracia, tenemos que abandonar el pueblo, aunque el viento ya se dio por

vencido. Las montañas alrededor se volvieron verde pálido, cubiertos de rayos del sol que

aparecieron cuando los restos de la niebla abandonaron los prados.

Teníamos aún que hacer las maletas. Y claro, antes de la fiesta de despedida

teníamos que imprimir la letra de la canción. Al volver, eché mi ropa a la mochila para ir

corriendo al cyber antes del ensayo. Como lo iban a abrir a las 4, fuimos un poco antes,

esperando que lo van a abrir pronto. Nos quedamos ahí, mirando el reloj, pero el dueño no

aparecía. Al final, teníamos que volver a la residencia sin nada.

Cuando llegamos a la sala donde ensayaba el grupo polaco, todo el mundo estaba

preparándose. Mientras el chico recitando a Wislawa Szymborska llenaba la habitación

con su interpretación, nosotras intentábamos ver al chico del cyber por la ventana. Nuestra

observación fue abandonada cuando escuchamos:

-Os toca con la canción.

Teníamos que prestar un ordenador para poder ver la letra. Nos sentamos en el

suelo juntas con Marcin quien tenía la guitarra de Vladi. Empezamos ya. Se escuchó la

Page 22: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

guitarra. Como antes, no nos preocupamos por nuestro canto, lo importante fue pasarlo

bien. Un momento más tarde volvíamos del cyber, ya con las hojas con letra. Olían a tinta

fresca.

Aquella noche ya sentimos que es la despedida, aunque todo el mundo quería

pasarlo bien. El parque estaba lleno de gente en grupos de amigos. Nosotros, sin duda,

éramos el más grande.

Las luces de las lámparas iluminaban los caminos del parque, reflejados de las hojas

de los árboles. Pusimos nuestras cosas en el césped para jugar los juegos propuestos por

los monitores. Pero un momento más tarde nos pidieron que recogiésemos mochilas y

bolsos y que les siguiéramos. Al rato llegamos a la sorpresa. En medio del parque había un

escenario iluminado con miles de luces. Entraron ahí todos los monitores junto a Jesús, el

mismo quien nos saludó el primer día en el Ayuntamiento. Empezó la fiesta.

Al principio fueron los búlgaros quienes presentaron su país. Nos contaron

informaciones sobre sus tradiciones, cocina y el deporte tradicional, para luego bailarnos

un baile tradicional – xopo. Estaban bailando saltando y pisando fuerte el escenario. El aire

estaba temblando de la música. Al final la música paró y los búlgaros, contentos, salieron

del escenario acompañados por aplausos.

Los checos eran los siguientes. Presentaron su país sin olvidarse de su símbolo más

famoso – la cerveza. Pero no fue un elemento más llamativo. Ese fue, sorprendentemente,

una rana.

Page 23: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

Al final fue tiempo de la presentación de los polacos. Como un par de horas antes

escuchamos poemas de Wislawa Szymborska, después de los que invitamos a todos los

monitores al escenario. Les hicimos un montón de preguntas sobre Polonia. Después,

tenían que articular unos trabalenguas polacos, llenos de las consonantes más complejos

del polaco que le hacen al polaco tan característico. Al final, el grupo polaco en completo

entró en el escenario para cantar. Cuando ya distribuimos todas las hojas con la letra,

anunciamos un regalo sorpresa para nuestros monitores. Todos muy nerviosos, salimos al

escenario.

Page 24: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

De repente escuchamos la melodía que conocimos todos muy bien. Los monitores

estaban muy sorprendidos escuchando la letra sobre ellos mismo. Empezó la canción

“Camino Soria”:

Todo el mundo sabe donde puedes encontrar

amigos de verdad.

Los que siempre están contigo y te hacen llorar

de felicidad.

A la ribera del Duero

existe una ciudad.

Si no sabes te lo cuento

escucha esto:

Cantando, estábamos bailando al ritmo de la música. Julia, una rubia con cara de

leche, vestida de colores estaba responsable de llevar los monitores al escenario. Primero,

vimos a Miguel de quien hablaba la primera estrofa.

Miguel está loco y le gusta cantar

canciones de Shakira.

En su cara siempre brilla una sonrisa

que no se perderá.

Page 25: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

Este español no se podía describir de otra manera. Estaba el más loco de todos. Aún

nos acordamos de su legendario baile Waka Waka en el autobús o cantando juntos por el

camino. Además, todo el tiempo tenía una sonrisa impresionante.

A la ribera del Duero

existe una ciudad.

A la ribera del Duero

La alegría te espera.

La música cambiaba de ritmo. Los ojos de todo el mundo se llenaron de memorias

de este tiempo maravilloso que pasamos juntos. Todo lo que pasó, la inseguridad de los

primeros días en España, la curiosidad de cada día y nostalgia para todos los sitios que

visitamos durante aquella semana.

Voy camino Soria

¿tú hacia dónde vas?

Es una experiencia

que no sentí jamás.

Voy camino Soria,

quiero disfrutar

borrando de mi memoria

deberes y demás.

Borrando de mi memoria

camino Soria.

La próxima en el escenario fue Ana. Su atributo fue un megáfono que utilizaba para

que estemos todos en orden. Ana se volvió famosa por su juego en Valonsadero en el que

nos hizo sacar las pinzas del agua con café y cereales. No podíamos saltarlo en su estrofa.

Ana quiere que le cojas pinzas del café

con cereales.

Su mejor amigo es el megáfono

y nunca lo deja.

A la ribera del Duero

existe una ciudad.

A la ribera del Duero

La alegría te espera.

Cuando escuchamos la cuarta estrofa, Vladi empezó a improvisar con su canto. El

siempre tenía una sonrisa y un montón de energía. No nos dejaba aburrirnos.

Vladi tiene su guitarra que nos prestó ayer

Page 26: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

y tocamos la canción.

Cuando sale a la calle parece un superstar

no solo al bailar.

Un momento más tarde, Noel entró el escenario. No podíamos saltarnos la fiesta

sorpresa cuando no apareció todo el día, por lo cual Angelika empezó a tener ideas de un

cuento criminal. Siempre recordamos también momentos cuando le pedimos ayuda, sobre

todo cuando no teníamos la habitación o en Calatañazor cuando Julia se sintió mal por el

sol.

Noel tiene un talento de organizar

fiestas-sorpresas.

Nunca deja que nos pase algo muy mal.

Siempre nos cuida.

A la ribera del Duero

existe una ciudad.

A la ribera del Duero

La alegría te espera.

La siguiente era Irene. La recordamos gracias al pequeño juego que nos organizó en

Valonsadero. Fue ella quien ponía mermelada en las galletas y nos las ponía en la frente

esperando a que las comiésemos. Siempre optimista y muy enérgica.

A Irene le gustan mucho las galletitas

con mermelada.

Pero lo que le encanta es ver a los demás

comiéndolas.

Al final cantamos una estrofa sobre Olga. Fue ella la persona maravillosa

quien controlaba a todos los monitores locos, por lo cual la llamamos la jefa de la pandilla.

Olga es una jefe de la pandilla

muy peligrosa.

Lleva una camiseta super-rosa

y parece graciosa.

A la ribera del Duero

existe una ciudad.

A la ribera del Duero

La alegría te espera.

Page 27: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

Voy camino Soria

¿tú hacia dónde vas?

Es una experiencia

que no sentí jamás.

Voy camino Soria,

quiero disfrutar

borrando de mi memoria

deberes y demás.

Borrando de mi memoria

camino Soria.

Cuando se escucharon los últimos acordes, les dimos a todos un abrazo fuerte.

Después de eso, una de las checas entró en el escenario. Le iluminó una luz fuerte.

Miraba como si estuviera pensando sobre lo que iba a pasar tan pronto. Sobre los últimos

momentos antes de decirle adiós a Soria.

La música se escuchaba en la Alameda de Cervantes, también llamada La Dehesa.

El viento la llevaba hasta la Plaza Mayor donde los leones de piedra vigilaban, como

siempre, el agua que circulaba en la fuente. Sus corazones de piedra no podrían sentir

nuestra nostalgia. La melodía viajaba entre las casas, pasaba por las puertas, tocaba las

paredes del Instituto Antonio Machado para luego descansar en los arbustos de lavanda al

lado de la Iglesia Santo Domingo. Tocaría las aguas del Duero, San Saturio para llegar al

monasterio en la Monte de las Ánimas, lavado por la luz de la luna.

La letra de la canción estaba en nuestras cabezas, haciéndonos coger las manos más

Page 28: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

fuerte, a algunos les sacaba pequeñas lágrimas, recordándonos que las memorias que

tenemos seguirían en nuestros corazones, esta chica cantaba de la memoria. De recordar la

gente con la que pasamos estos preciosos momentos, estos con quienes hicimos amigos y

los quienes apenas conocimos. De recordar los callejones de Soria, las montañas de

Valonsadero, la Laguna Negra, el pueblo perezoso de Calatañazor, incluso la lluvia en

Burgos o el viento en Numancia.

La música paró. Fue tiempo de volver a la residencia. Mañana vamos a Madrid,

pasando por Segovia. Caminando por las calles desiertas de la ciudad nocturna,

cantábamos hasta el momento cuando la última persona desapareció en la puerta de su

habitación.

14.07.11

Aquel día teníamos que dejar nuestra habitación y lo hicimos con tristeza. Teníamos

que dejar Soria. Antes del desayuno, bajamos todos a la recepción con nuestro equipaje

para dejar las llaves por la última vez. Por la última vez nos sentamos en el comedor y

cogimos los productos del desayuno: el pan, un poco de mermelada y miel y un café. Al

final, dejamos, tristes, pero curiosos por lo que viene después, a la ciudad donde pasamos

tantos momentos maravillosos. Nuestra destinación fue Segovia.

Ya en el autobús, pasamos por los paisajes de Castilla, dejando las montañas de

Soria. Mirando silenciosamente los pueblos y los molinos en las montañas, elegimos la

dirección de Madrid. Al final, después de un rato, vimos edificios, cuando salimos del

autobús, nos impresionó esta vista: en pleno centro de la ciudad se extendía un acueducto.

Sus bloques de piedra formaban arcos en el cielo azul.

Page 29: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

-¡Escuchad! - gritó Ana – Os vamos a dividir en grupos, porque tenemos un guía quien os

va a mostrar el acueducto y luego vamos a ver el castillo. El sol empezó a dejar huellas de polvo en las paredes de las casas. Descansando en la

sombra del acueducto, nos preguntábamos cómo va a ser nuestra visita en la capital española.

Finalmente, apareció el guía.

-¿Veis esta estructura? - preguntó el guía, mostrándonos el acueducto. - fue construido por

los romanos. ¿Alguien sabe para qué se utilizaba?

Al rato ya estábamos caminando cuesta arriba para ver el lugar donde empezó la

ciudad. Las tiendas de souvenirs nos atraían con sus colores, presentando todos sus

bienes: cámaras de fotos, sombreros, pequeños bolsos. Se escuchaban palabras inglesas, en

otra parte, italianas, al lado de una de las tiendas, un grupo de turistas alemanas intentaba

comunicarse con la dependienta. En las montañas estaba construido un enorme castillo –

las torres delgadas parecían rascar el cielo.

A la hora de la puesta del sol, llegamos a Madrid. Íbamos a quedarnos en la Ciudad

Escolar San Fernando. Cuando salimos del autobús, uno de los monitores nos dijo que

quedemos en parejas con la persona con quien estuvimos en las habitaciones en Soria,

después de esto, entramos con todo el equipaje. Para pasar a la entrada, teníamos que

caminar por un césped, como lo descubrimos más tarde, lleno de regaderos, que me

atacaron después por la noche, cuando jugamos un juego.

Cuando ya pasamos, llegamos al siguiente edificio. Pusimos nuestras maletas en la

habitación en el segundo piso.

Luego, por la noche, los monitores nos pidieron que vengamos al césped entre los

dos edificios. Íbamos a jugar un juego parecido al de Valonsadero, yendo de un punto al

otro, haciendo pruebas. Era de noche y la luna se rellenaba cada vez más. Las lámparas

dejaban una luz naranja en la que se veían grupos de insectos que intentaban agarrar el

brillo mortal.

Al principio Miguel nos contó de las peregrinaciones a Santiago de Compostela,

llamado el Camino de Santiago, como el fondo del juego. Él mismo participaba muchas

veces en el Camino y nos contaba sus experiencias. Nos dijo que imaginaremos que somos

peregrinos por el Camino a Santiago y luego que contásemos que habíamos aprendido.

Cada grupo recibió su hoja para apuntar los pasos de la prueba.

Después de que nos explicaron las reglas, Sasho, el líder de Tertsa, gritó como

siempre “¡TERTSA VAMOS!” y ya hablamos con el Rumano Loco, Noel, vestido de

manera romana en una sábana. Tenía también pequeños elásticos lo que hacía que parecía

un verdadero loco. Nos dio un par de adivinanzas y después de eso, nos mordió un trocito

de la hoja, confirmando que habíamos cumplido la prueba.

Page 30: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

Este camino alrededor del césped no fue largo, pero luego, cuando estábamos

sentado en las escaleras del edificios, todos estábamos de acuerdo que el Viaje Educativo

fue para todos una aventura increíble. Les dimos gracias a los monitores, hablando de

momentos pasados juntos. Sentíamos este ambiente de felicidad de que seguíamos juntos,

aunque el Viaje ya terminaba.

15.07.11

La habitación fue iluminada por los rayos del sol que jugaba en el suelo.

-El último día... - suspiré.

-¡No quiero irme! - Weronika lo dijo con ganas de esconderse en un lugar donde nadie la

encontraría cuando llegue momento de salida.

Nos levantamos esta vez antes que en Soria. El último día no podíamos perder

tiempo, sobre todo que también el desayuno en Madrid fue planeado antes, la capital tenía

sus propias reglas, todos van deprisa, el tiempo corre más rápido, entonces nosotros

también teníamos que ajustar nuestro ritmo.

El pasillo estaba aún muy silencioso. Antes de salir, limpiamos la habitación

después de la noche anterior, cuando tomando coca-cola y escuchando al Pescao,

Page 31: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

hablamos hasta muy tarde. Un momento más tarde ya estábamos en el piso bajo, tocando

a la puerta de Angelika para bajar juntas a la cantina.

Paseábamos por las calles de Madrid, observando a la gente con prisa, los posters,

miles de coches produciendo nubes de gases. No era como Soria donde se sentía la calma

y relajación o Calatañazor donde el tiempo pasaba más despacio. Era Madrid, la capital

llena de sonidos, olores, colores, emociones. Enérgica y majestuosa con su Palacio Real

sentado en sus jardines.

Finalmente llegamos al Parque Retiro.

-¡Cuidado que no os perdáis! - gritó Vladi – es un parque enorme, si os perdéis y no sabéis

donde estáis, preguntad por la Puerta de Alcalá.

El Parque estaba lleno de gente. Por todos lados, en los céspedes, en la sombra de

los árboles descansaban los madrileños, como el tiempo estaba maravilloso. Se escuchaban

gritos, típicos para los españoles y el ruido de los niños. Un guitarrista tocaba a su guitarra

sentado en una silla de pescar. Un grupo de negros intentaba convencerle a la gente que

compraran relojes o gafas de sol. El lago cercano estaba lleno de pequeños barcos. Al lado,

el Palacio de Cristal calentaba en el sol su cuerpo de cristal.

Luego, fuimos a visitar el Museo del Prado. Ya unos grupos de turistas estaban

esperando para entrar en la plaza principal. Afortunadamente, al rato apareció una guía

para mostrarnos el museo. Paseábamos por las salas llenas de gente para poder ver desde

cerca las obras de los pintores españoles, Goya, El Greco y Velázquez mostraban en sus

pinturas la magia de colores, dinamismo de sus personas, una perspectiva complicada.

Sorprendidos, escuchamos la historia de las famosas “Meninas” que fueron interpretadas

por Pablo Picasso 58 veces. Muchas obras las conocimos de libros, así que fue

impresionante verlas en realidad.

Page 32: Cuadernoviajeeducativo ada kulig

Las calles de Madrid fueron cubiertas del polvo, ya casi era mediodía y la

temperatura llegaba ya a los 30 grados. Los coches cantaban con sus claxones, los

madrileños andaban deprisa, con grandes bolsas en sus manos.

-¡Tertsa! - nos llamó Noel – dentro de cinco minutos entramos al Palacio. ¡Venid aquí

todos!

Pasamos por las puertas del Palacio. Dentro, los profesores querían hacer una foto

rápida con todos los participantes del Viaje, pero los monitores nos daban prisa, ya que la

guía ya venía para mostrarnos el sitio.

Paseábamos por las salas, mirando diferentes habitaciones de Palacio Real. La más

importante fue la sala del trono. Las paredes verdes estaban divididas por espejos

enormes enmarcados en oro que reflejando la luz, añadía al cuarto un brillo

impresionante. Enfrente de la entrada se situaban dos tronos, cubiertos de oro, brillaban

debajo del escudo real. Y un candelabro de cristal. Los tronos eran acompañados por

cuatro leones. Por desgracias, teníamos que salir del Palacio, para llegar al centro de la

ciudad, Puerta del Sol.

La plaza era como la imagen de todas las ciudades españolas. Con todo el ruido y

jaleo, gritos, risas... Todo el lugar estaba lleno de colores, formas e imágenes. Cada metro

cuadrado ofrecía algo tanto, que uno apenas podía seguir el ritmo de la ciudad. Angelika y

yo encontramos una cafetería que ofrecía diferentes tipos de chocolate. Y claro no

podíamos salir sin churros, al fin y al cabo es un plato madrileño típico. Eran

impresionantes, si pudiéramos, nos quedaríamos ahí toda la vida, pero no teníamos

tiempo, ya llegaba el tiempo de la reunión.

Luego por la noche nos sentamos todos. En el medio se quedaron nuestros

monitores. Vladi estaba tocando la guitarra a la melodía de “Bad Romance”, la canción

que tantas veces cantábamos en el autobús. Observamos la luna llena. Su luz reflejaba a

veces unas lágrimas que quitábamos deprisa. Los monitores admitieron que fueron unos

momentos extraordinarios. Seguramente no fue su primer viaje, pero se veía que les afectó

mucho. Llegó el tiempo de darnos diplomas para recordarnos del Viaje. Fue una noche de

despedida, pero también de esperanza de vernos otra vez. Empezamos a darnos unos a

otros notas, números de teléfono, emails, tomar fotos. Fue difícil ir a dormir, pensando que

es la última noche entre amigos, la última en España, en este ambiente estupendo.

16.07.11

Nos levantamos sin ganas. Fue super difícil levantarme cuando ya sabía que son las

últimas horas en España.

Estábamos saliendo. Sólo una habitación quedaba abierta. Miguel estaba haciendo

sus maletas, solo en la habitación oscura. La persiana estaba medio abierta, por lo cual se

podía ver la figura de este chico siempre tan alegre, ahora parecía triste y concentrado, a lo

mejor estaba pensando que dentro de unos cuantos días cuando volverá aquí, nada será lo

mismo.

Salimos fuera, al césped donde el día antes jugamos juntos. Ya era tiempo de

despedirse de Tertsa, de las caras de monitores, de la mezcla de idiomas que ahora parecía

tan normal. Sólo nos quedarían memorias que por el tiempo ya no iban a ser tan intensas.

Era tiempo de darles el último abrazo a los amigos. No hay peor sentimiento que la

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despedida y mejor que la esperanza para verse otra vez. Por eso siempre prefiero decir

“hasta luego” que “adiós”. Este último suena tan duro, tiene este presentimiento de que

no sabemos si vamos a ver estas personas. “Luego” no es muy preciso en el tiempo, pero

es un punto en el futuro, no determinado, pero seguro.

Ya fue tiempo de entrar al autobús. El nuestro fue acompañado por Miguel, el

mismo chico que nos dio la bienvenida el primer día a las tres de la madrugada, cuando

todavía no sabíamos quéé nos esperaba.

El autobús fue rodeado por la gente con la que pasé mis mejores vacaciones. De

repente vi a Sasho, la persona que se volvió un símbolo de Tertsa. Saqué rápidamente mi

libreta y un rotulador que compré en Soria y escribí deprisa “¡¡TERTSA VAMOS!!”, este

eslogan nuestro y le puse contra la ventana. En este momento, el autobús arrancó. De

nuevo nos esperaba un largo camino.

Tras haber aterrizado en Varsovia, teníamos definitivamente que decirnos adiós.

Tiempo para los últimos abrazos, despedidas. En un momento llamamos la atención de los

dem{s pasajeros gritando „¡¡¡¡¡¡ESTE GRUPO COMO MOLA SE MERECE UNA OLA!!!!!!”,

las palabras que para nosotros eran un símbolo de solidaridad.

16/17.07.11

Era difícil imaginarme la vida sin todo eso. Sin la mezcla de idiomas, sin estos

lugares, sin esta gente... Quizá estaba consciente de eso, pero no quería pensar que todo se

acaba. ¿Tenemos que despedirnos para siempre? Estos pensamientos sólo producían

rebelión. Tenía esta convicción fuerte que tenía que quedarme un par de memorias, unas

imágenes, ruidos, detener cada elemento de la realidad antes de que se vaya. Todo esto

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generó un impulso que hizo que mi mano empezó a escribir letras en una hoja de la libreta

que estaba ahí conmigo durante todo el viaje, víctima de notas, conceptos, ideas...

Dejé mi mochila al lado de la puerta, saludé a mi mamáá en medio de sueño y a la

perra. Con una mano me estaba haciendo un bocadillo para que la otra pueda sacar ya la

libreta. Cogí un bolígrafo y empecé a escribir. Antes de que mi madre, sorprendida,

entrara a la cocina, mirando sin pensar el reloj que mostraba malvado las cinco de la

madrugada, ya tenía un par de hojas.

-Ada, ¿qué haces aquí? ¡Vete a dormir! - dijo mamá.

-Ya voy, ya – suspiré hojeando mi libreta.

En una de las hojas vi las famosas letras, escritas tan deprisa „TERTSA VAMOS!!!”,

mi despedida para Tertsa que les mostré cuando el autobús que nos llevó a Polonia dejaba

la estación.

En otra hoja había un poema escrito una noche en Soria. Debajo de las tres estrellas

del título, ponía “dedicado a ell@s”:

***

Qué difícil es seguir el camino

construyéndolo día a día tú mismo

el tiempo pasa, pero quedan recuerdos

que cambian el norte y la manera de pensar

y queda la gente que enseña

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como vivir sin miedo y sin mal

creyendo que por lo importante se debe luchar

descubre el don que si miras atrás

en el camino hay alguien

que como el viento da fuerza al andar

y defendiendo este trozo de la verdad

es necesario darte a los demás

compartir el corazón

para que seas tú mismo el don

que te recuerden como un ser de oro

que entre los del alma de roca

brilla como un tesoro

by Ada Kulig traducción: Iga Kulig

foto: Małgorzata Janusz, Marcin Świostek, Miguel Marinas, Ada Kulig