cuadernos de negación 2

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    ndice:

    PRESENTACIN. /3Apuntes para una comprensin crtica de estos textos. /5

    COMUNISMO? ANARQUA? /7Post-data. /9

    CLASES SOCIALES O LA MALDITA COSTUMBREDE LLAMAR A LAS COSAS POR SU NOMBRE. /10

    Definiciones. /11Proletariado y propiedad privada. /12

    Transformarse o asumirse? /13Apariencia de inexistencia /14El obrerismo es obsoleto. /15

    Trabajadores de la ciudad y del campo. /17Estudiantes. /17Clase media. /18

    Ciudadanismo. /19

    REVOLUCIN PROLETARIA Y CONCIENCIA. /21Y hablando de violencia /22

    Negar no significa simplemente decir no, declarar inexistente a una cosa,o destruirla de cualquier manera. No podemos solamente negar, sino queluego tenemos que superar esa negacin, dando paso a una realidad

    nueva que pueda contener los aspectos positivos de lo negado.

    Compaero: si sents que estos materiales deben ser difundidos... A reproducirlos, imprimirlos, copiarlos,discutirlos! No son propiedad de nadie, son parte del arsenal dispuesto a nuestras necesidades y deseos,son la experiencia histrica de personas que llevan adelante el combate a esta realidad impuesta.

    Nos encontramos preparando los prximos cuadernos: en torno a la crtica del trabajo asalariado y la mercanca, y otro sobre lacrtica del Estado.

    [email protected] | www.negacion.entodaspartes.net

    Disponible:CUADERNOS DE NEGACIN NRO.1:

    TRABAJO COMUNIDAD POLTICA GUERRA

    Presentacin del comic publicado por la pginawww.prole.info, con el agregado de una

    presentacin a los cuadernos + los textos:

    Contra la democracia y Proletariqu?.

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    Textos utilizados para la confeccin del tema central este nmero de los Cuadernos,adems de los ya citados en las notas:

    - Apuntes de las charlas realizadas a finales del 2008 tituladas La realidad desde unaperspectiva anarquista por Anarquistas Rosario

    www.anarquistasrosario.cjb.net [email protected]

    - Proletario yo?artculo aparecido en el nro.57 de la Revista Comunismo, rgano central delGrupo Comunista Internacionalista, y sus Tesis de orientacin programtica.

    www.gci-icg.org [email protected]

    Las grficas utilizadas al interior de este nmero fueron realizadas por: Gerd Arntz (1900-1988)

    Es esto lo que normalmente no se os dice, es esto lo que no est escrito en los peridicos, es esto lo que no estescrito en los libros, es esto lo que la escuela calla celosamente porque esto es el secreto de la vida: no separar

    definitivamente el pensamiento de la accin, las cosas que se saben, las cosas que se comprenden, de las cosasque se hacen, de las cosas a travs de las cuales actuamos.

    Alfredo M. Bonanno, La tensin anarquista.

    Se nos sigue impulsando a escribir y a decir, siempre y cuando todoeso slo quede en el dominio de la opinin, como representacin de lovivido, sin que esos lmites que se nos imponen sean superados parapoder as transformar la vida. La intencionalidad de esta publicacin,entonces, no es hacernos reconocibles ante este mundo espectacular,

    sino hacernos reconocibles a nosotros mismos, como negacin de este mundo espectacular. Esto no representauna bsqueda en un sentido auto-referencial, sino que ese nosotros mismos hace referencia a toda esacomunidad de lucha que no descansa -ni descansar- hasta dejar al viejo mundo completamente destruido.

    Ha transcurrido ya ms de un ao desde la aparicin del Cuaderno de Negacin nro.1: TRABAJO-COMUNIDAD-POLITICA-GUERRA, la re-edicin con algunos de nuestros aportes al texto del grupo que llevaadelante el sitio web prole.info.Si hemos tardado todo este tiempo, fue en pos de realizar exhaustivamente la distribucin de esos textos en papeltanto como creemos necesario y dentro de nuestras posibilidades

    1. Consideramos intil la actual produccin y

    reproduccin de inmensas cantidades de textos -mayoritariamente por Internet, debido a su bajo costo-, sin darlela importancia que se merecen, sobrecargndonos y acumulando textos como si de mercancas se tratase, por elmero hecho de sumar cuantitativamente quizs esos textos merezcan una mayor reflexin, pero seguir eseritmo se hace imposible para cualquier proletario.Otra razn por la cual nos ha tomado bastante tiempo, fue el preparar de la mejor manera que nos result posibleesta segunda entrega de los Cuadernos, que no pretenden resolver de manera puramente terica lo que slopuede ser obra de nuestra clase realizando una verdadera comunidad humana, es decir en el momento queprecede su auto-liberacin.

    Hemos considerado importante para esta segunda entrega y las siguientes abordar temas que consideramoscentrales del sistema de relaciones que se nos impone bajo el domino de la economa: Lucha de Clases, Capital,Trabajo, Mercanca, Estado. Es algo que se ha tratado histricamente y en forma constante, pero constatamosque en el presente existe un vaco que se llena con discursos aislados, generalmente enarbolados simplemente

    1Aunque realizar la edicin material de publicaciones requiere mayor esfuerzo, consideramos que vale la pena. Entendemos

    que su circulacin por Internet tiene otras caractersticas y potencias, pero muchas veces esa supuesta infinidad deposibilidades solo repite una direccin nica donde el cyber militante, el cyber terico y la cyber polica haya su lugar dereferencia, tornndose en un espacio limitado que se va cerrando sobre s mismo.

    Adems, la gran cantidad de sitios contestatarios ms bien logra disimular las expresiones revolucionarias que ponen mayordedicacin al asunto, al permitir la existencia de (cyber) grupos que llevan adelante una (cyber) militancia sin ningn tipo deesfuerzo, siendo en su mayora personas que slo se dedican a reproducir textos que ya estn colgados en Internet. No esmucho ms que lo que sucede en el mbito de la publicacin de libros y revistas.

    PRESENTACIN a este segundo cuaderno.

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    como consignas y sin establecer una relacin radical (a la raz) que aborde estos temas como propios de unatotalidad que niega la vida en pos de un sistema de relaciones basado en la economa y las relaciones jerrquicas.Nuestro aporte, adems de una profundizacin de las posiciones revolucionarias respecto a ste tema (posicionesque podemos decir son verdaderamente revolucionarias en el sentido que aspiran y se posicionan realmentecontra el orden del Estado y el Capital) es apuntar y precisar la negacin y destruccin de lo que las tendencias deizquierda de la burguesa muestran como unidades de poder y establecen en sus programas como entidades acontrolar: las clases, la economa, el Estado. Esta negacin es un paso bsico para posicionarse desde elpresente -desde una perspectiva histrica- en el enfrentamiento que esa realidad nos impone (ellos o nosotros,proletariado o burguesa, economa o vida). Los Cuadernos de por s no pueden impulsar una ofensiva, perosi establecer un anlisis que aporte a que esa ofensiva sea certera, y en s deben considerarse tambinuna ofensiva las armas que utilizamos a menudo en el ataque a este mundo. Por ejemplo precisar lanecesidad de la destruccin del Estado siempre, en todas sus formas, la lucha del proletariado como lucha paraanular las clases y por la constitucin de la comunidad humana. Adems nos pone (como individuos que llevamosa cabo los textos y como tendencia) en tensin al momento de plantearnos ese estado de transicin que surge enla mente y que es necesario encarar asumiendo que es imposible de definir: no hacemos ni ciencia ficcin, niciencia poltica.

    Estos cuadernos se plantean como un medio de reflexin y de agitacin, no como una investigacin acadmica,ya que no somos ni investigadores ni acadmicos: entendemos la actividad revolucionaria como una herramientaa utilizar, no como un objeto a estudiar.

    Dado que queremos sinceramente acabar con toda dominacin y explotacin y empezar a abrir las posibilidadespara crear un mundo donde no haya ni explotados ni explotadores, ni esclavos ni amos, elegimos aprovechar todanuestra inteligencia apasionadamente, usando toda arma mental -junto con las fsicas- para atacar al presenteorden social. No pedimos disculpas por esto, ni nos dirigiremos a aquellos que por pereza o por la concepcinideolgica de los lmites intelectuales de las clases explotadas rechazan usar su inteligencia.

    Willful Disobedience Vol. 2, No. 11.Contra la lgica de la sumisin: Ni intelectualismo ni estupidez.

    El rechazo a estas tareas de anlisis y reflexin tildndolas de intelectuales slo nos deja ms desarmados eindefensos a merced de estos profesionales y su ideologa

    2, delegndoles nuestro anlisis y reflexin, recayendo

    quizs en un exceso de activismo sin proyectualidad y sin contenido.

    2Ideologa que inmediatamente se materializa en la realidad, y all radica el problema en estos casos: ninguno de sus anlisis

    se limitan al plano abstracto y perfecto de las ideas.

    Es en la lucha histrica misma donde es necesario realizar la fusin de conocimiento con la accin, de talforma que cada uno de estos trminos site en el otro la garanta de su verdad. La constitucin de la claseproletaria en sujeto es la organizacin de las luchas revolucionarias y la organizacin de la sociedad en elmomento revolucionario: es all donde deben existir las condiciones prcticas de la conciencia, en las cualesla teora de la praxis se confirma al volverse teora prctica. Sin embargo, la cuestin central de laorganizacin ha sido la menos encarnada por la teora revolucionaria en la poca en que se fund elmovimiento obrero, es decir, cuando esta teora posea todava el carcter unitario legado del pensamiento de

    la historia (y que se haba otorgado justamente como tarea el desarrollo hasta una prctica histrica unitaria).Es, al contrario, el lugar de la inconsecuencia para esta teora el admitir la toma de mtodos de aplicacionesestatistas y jerrquicas adoptadas de la revolucin burguesa. Las formas de organizacin del movimientoobrero desarrolladas a partir de esta renuncia de la teora tendieron a su vez a impedir el mantenimiento deuna teora unitaria, disolvindola en diversos conocimientos especializados y parcelarios. Esta alienacinideolgica de la teora ya no puede reconocer entonces la verificacin prctica del pensamiento histricounitario que ella ha traicionado, cuando tal verificacin surge en la lucha espontnea de los obreros:solamente puede cooperar en la represin de su manifestacin y su memoria. Sin embargo estas formashistricas aparecidas en la lucha, son justamente el medio prctico que faltaba a la teora para ser verdadera.Son una exigencia de la teora, pero que no haba sido formulada tericamente. El soviet no fue undescubrimiento de la teora. Y la ms alta verdad terica de la Asociacin Internacional de los Trabajadoresera su propia existencia en la prctica.

    Guy E. Debord. La sociedad el espectcul , tesis 90.

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    APUNTES PARA UNA COMPRENSIN CRTICA DE ESTOSTEXTOS.

    No nos oponemos a desarrollar el pensamiento y la vida de tal o cual militante, pero esta vez,para estos cuadernos, lo haremos de otra manera. No es querer ponernos a la moda derechazar todo lo pasado, siguiendo en el plan que nos ha preparado la publicidad capitalista,sino todo lo contrario. Ver como importantes aportes son -con el tiempo- apartados uolvidados, como si los aos los desgastaran, como si les restaran su importancia, es

    reconocer un sntoma del desprecio por nuestra historia como clase. Incluso en esto se hametido la dinmica mercantil del capitalismo y la modernidad: el repliegue de mercancasantiguas ante la ltima novedad. Todos a tirar a la basura antiguos aparatos ante laapabullante aparicin de un nuevo producto estrella.

    Es sorprendente como no slo se utilizan los tiempos mercantiles, sino que esta ley literalmente dicta comoproducir. Tal cual se tratase de una mercanca, estos mercenarios del pensamiento y la accin intentan vendersu ideologa: desafilando la crtica para aparentar ser ms agradables con este mundo, utilizando los conceptos yclichs a la moda por ms errados que estn, recayendo en los lugares comunes que siempre suelen ser lasconsecuencias del capitalismo y no sus verdaderas causas, tal cual lo hacen los medios masivos de comunicacino esa masa heterognea, en el peor sentido de la palabra, llamada opinin publica, etcPodramos ser mas amables al criticar este mundo podramos decir aqu, por ejemplo, que el problema es lasociedad de consumo (y no la mercanca), o la falta de igualdad, o la corrupcin, o una fase del capitalismo(lase imperialismo) y no el capitalismo y el sistema de relaciones que impone la necesidad econmica en s, omas an podramos presentar de manera aislada, esttica y a-histrica los problemas de cada aspecto particularde la totalidad, cosa que reformistas de cualquier categora aman hacer, escuchar y leer.Sin embargo Qu habramos logrado? Quizs ms adeptos, ms simpata para con nosotros, y una cosasegura: seguir dando vueltas en crculos chocndonos simpticamente las cabezas para llegar a ningn lado.

    Pero nosotros, el proletariado, quienes lo padecemos en carne propia, no necesitamos este plan. Poco cambia enlas relaciones capitalistas con el discurrir del tiempo, porque se mantiene lo esencial: la explotacin de unaspersonas por parte de otras. Por lo tanto, toda nuestra produccin histrica es necesaria, til, imprescindible. Hayque retomarla y hacerla circular para que la accin de nuestra clase no sea estril. Se debe, eso s, criticarlas,mejorarlas, profundizarlas, llevarlas ms all y ms ac; eso es lo que nos permite el desarrollo histrico. La

    relacin con la prctica de estas ideas es lo quemayormente nos permite superar estos textos, ensus contradicciones, en sus fallas y en los quesuponemos aciertos.Y cuando hablamos de materiales histricos,hablamos tanto de los de hace 200 aos, como losdel ao pasado. Las afirmaciones y negacionesrevolucionarias de un Bakunin, de un Marx, de unDurruti, de un Debord y tantos otros provienen delseno de la lucha, son fruto de ella, son una expresindel comunismo y la lucha anrquica, no son ni ms nimenos revolucionarios que lo que les permite elmomento que los contiene.Separar esas afirmaciones y negaciones de la lucha

    proletaria, cuando esas afirmaciones son fruto yexpresin de la lucha, slo puede hacerse desde laseparacin socialdemcrata de la lucha en teora y prctica que, lejos de ser un problema de terminologa,detrs esconde toda una concepcin diferente de cmo luchar y como se entiende la revolucin. Como si stafuese obra de pensadores que introducen una idea en las masas desorientadas, esas masas que ponen el cuerpomientras otros ponen su mente, una separacin curiosamente muy parecida a otra: la religiosa entre alma ycuerpo. Cunta semejanza existe con la concepcin de que el alma puede existir sin el cuerpo! Es decir que,segn estas personas auto-mutiladas, filsofos e historiadores, utpicos y filntropos, puede existir la anarquacomo bello ideal abstracto sin que haya personas que la lleven a cabo.

    El esfuerzo de aquellos militantes revolucionarios que han redactado libros, panfletos y octavillas partiendo de lanecesidad de su poca es por dems de valorable, ya que contribuyen -en un sentido programtico-

    3en una

    3 Programa que comprendemos de manera tal que englobe objetivos y la manera de llevarlos a cabo, pero que de ningunamanera puede ser reducido a un texto, o una plataforma o programa formal, ni a cien, sean cuales sean. El programarevolucionario, no es otra cosa que el conjunto de consecuencias prcticas del antagonismo social y de su desarrollo hasta larevolucin proletaria mundial y la destruccin del Capital y su Estado. Un paso adelante del movimiento real es msimportante que una docena de programasafirmamos histricamente.

    En el fondo, las palabras "No discutamos cuestionestericas" se reducen a: "No cuestionen nuestra teora,mejor aydennos a ejecutarla".No ganamos nada evitando las "cuestiones de teora":por el contrario, si queremos ser "prcticos",necesariamente, tenemos que empezar hoy mismo aexponer y discutir, bajo todos los aspectos, nuestroideal de comunismo anarquista.Si queremos ser prcticos, expongamos aquello quelos reaccionarios de todo tipo han llamado siempre"utopas, teoras".Teora y prctica deben ser una, si queremos vencer.

    Piotr Kropotkin, extractos de Palabras de un rebelde.

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    Nosotros no tenemos nada que venderle a nuestros hermanos de clase, nada conqu seducirlos. No somos un grupsculo compitiendo en prestigio e influencia conlos dems grupsculos y partidos que dicen representar a la clase obrera, y quepretenden gobernarla. Somos proletarios que luchan por auto-emanciparse con los

    medios que tienen a su alcance, y nada ms.

    de la autodisolucin del Ncleo de Ira. Marzo del 2006, Chile.

    especie de tomar y devolver a su propia clase, pero nunca un inventar. Si sealamos aqu de quines tomamoslas citas publicadas, no es porque estas sean ms verdaderas por el prestigio

    4de quienes las hayan formulado:

    lo hacemos porque puede abrir enlaces a los textos y/o autores expuestos. Lo mismo cuenta para los textosnombrados al final de esta introduccin.Como en todos los casos en que publicamos citas, textos, panfletos o fragmentos, dicha inclusin no implica enabsoluto una reivindicacin acrtica de los mismos, sin importar a quin pertenecieron esas palabras, los militantesque las escribieron o las organizaciones de las que formaron parte. Constituira el ms puro idealismo elpretender que un individuo, en un momento dado, haya podido afirmar todo el proyecto de la revolucin, yque en plena sociedad capitalista no podamos estar influenciados, al menos minimamente, por laideologa burguesa.

    Entonces, lo subrayamos: la teora revolucionaria5

    es consecuencia de las luchas llevadas adelante por losmismos explotados y oprimidos, cuando sintieron la necesidad de organizarse para acabar con lo que losconverta en esclavos, y no la obra de alguna o algunas mentes.

    El anarquismo escriba Malatesta- desde sus orgenes no tiene ningn vnculo necesario con ningn sistemafilosfico. El anarquismo naci de la rebelin contra las injusticias sociales. Cuando algunos se propusieron abatiral Estado y a la propiedad, all naci el anarquismo."Para nosotros -escriban Marx y Engels en "La ideologa alemana"-, el comunismo no es un estado que debeimplantarse, un ideal al que ha de sujetarse la realidad. Nosotros llamamos comunismo al movimiento real queanula y supera al estado de cosas existente"

    Ms all de los ismos y de los autores nombrados (a los cuales podemos realizar una infinidad de crticasdespiadadas), est claro que lo que queda por hacer es enorme y slo podr ser llevado a cabo por la realizacinmisma de la revolucin social, y no por la reflexin acerca de ideologas, libros y publicaciones Pero estasituacin a ciegas, y sin saber dnde nos encontramos, se nos presenta como otro obstculo a superar.

    4Prestigio terico que aman poseer los intelectuales y sus vidos lectores, y prestigio organizacional para el as llamado

    hombre prctico.

    5Las teoras no estn hechas mas que para morir en la guerra del tiempo: son unidades ms o menos fuertes que hay que

    emplear en el combate en el momento justo; y sean cuales sean sus mritos o sus insuficiencias, ciertamente no se puedeemplear ms que aquellas que estn ah a su debido tiempo. As como las teoras se deben reemplazar porque se desgastancon las victorias decisivas, ms an que con las derrotas parciales, as ninguna poca viva ha salido de una teora [...] [Larevolucin] de ningn modo es una ciencia positiva y dogmtica, sino un arte sujeto a algunos principios generales y, mas aunque eso un drama apasionado. (Guy E. Debord, In girum imus nocte et consumimur igni)

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    COMUNISMO? ANARQUA?Queremos acabar con el capitalismo y eso no se consigue simplemente llamndose de una

    forma u otra, como quien invoca un extrao conjuro.Grupo Ruptura. Comunistas o anarquistas?

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    El comunismo no es una sociedad que alimentara adecuadamente al hambriento, cuidara al

    enfermo, alojara al que no tiene casa, etc. No puede basarse en la satisfaccin de lasnecesidades tal como existen hoy o incluso como podramos imaginarlas en el futuro. El

    comunismo no produce suficiente para cada cual y lo distribuye equitativamente entre todos.Es un mundo en el que la gente entra en relaciones y en actos que (entre otras cosas) dan

    como resultado que sean capaces de alimentarse, cuidarse, alojarse... ellos mismos. Elcomunismo no es una organizacin social. Es una actividad. Es una comunidad humana.

    Gilles Dauv. Declive y resurgimiento de la perspectiva comunista.

    Puede sorprender a muchos actualmente agitar por el comunismo y la anarqua, ya que ambas categoras estnimpregnadas (y no sin motivo) de demasiada basura, y algunos hasta las consideran antagnicas. Ms all de losrtulos7 y lo que se dice, existe la realidad de lo que se hace: definirse como comunista-anarquista no significaque nuestra praxis necesariamente lo sea. De la misma manera, las formas de praxis que tambin se denominan

    comunistas-anarquistas, no necesariamente son llevadas adelante por individuos que se definen como tales. Dehecho, la mayora de las personas que participaron de los intentos revolucionarios no eran partidarias de tal o cualideologa revolucionaria.Los ejemplos sobran: gran cantidad de auto-denominados comunistas cocorean sobre su internacionalismo yposicin de clase, pero siempre en la prctica no hacen ms que ubicarse en alguno de los dos bandos en lasguerras capitalistas -preferentemente de la nacin ms oprimida o menos desarrollada para justificar ese malmenor que es el anti-imperialismo-. Otros auto-denominados comunistas pueden, tambin, afirmar la necesidadde destruccin del Estado, pero en su propia prctica asumen la defensa del mismo hasta el extremo, no sloparticipando repetidas veces en elecciones parlamentarias, sino presionndolo una y otra vez a cumplir su funcin,a parar su desequilibrio. En definitiva: a mantenerlo en pie, posponiendo su destruccin para el da del nuncajams.As tambin, algunos otros auto-denominados anarquistas, supuestamente irreconciliables con el Estado, hanllegado a ocupar puestos en el gobierno de la Repblica en la Espaa del 36. Asimismo, existen ejemplos msautctonos y ms ninguneados como los anarquistas K 8que apoyan activa y crticamente al gobierno de losKirchner en la regin argentina.Entonces, lo aseveramos: reconocerse de tal o cual doctrina no garantiza nada. Y, adems, siguen sobrandolos motivos para seguir afirmando:preparamos las elecciones o bien, preparamos la revolucin.

    El comunismo y la anarqua no son un ideal a llegar: son formas de actividad y relaciones sociales, que semanifiestan como tendencia en las luchas reales y concretas contra el capital y la vida alienada en general.Mediante el comunismo en anarqua no se pueden dar soluciones a los problemas del capitalismo, no se proponeque ste sea ms racional o moderno: esas son las bases del viejo mundo, y justamente se las quiere destruir, nomejorar, ya que esa es la tarea del reformismo y no de los revolucionarios. Entonces, cuando nos preguntanPero cmo es la sociedad que ustedes proponen?, concluimos: esperando las respuestas a los interrogantesde este mundo, no estn fallando las respuestas, est fallando la pregunta.La anarqua no es entonces un montn de medidas que se tomarn el da despus de la revolucin, es lo quehacemos hoy para llegar a los das de la revolucin, o para desenvolvernos mejor en situaciones pre-revolucionarias.Comprendemos que dcadas y dcadas de contra-revolucin y pasividad a cargo de comunistas y anarquistasprovocan desagrado por esos conceptos: los pases llamados comunistas, grupsculos nacionalistas, populistas,

    6Texto aparecido el nro.2 de la publicacin Ruptura (Madrid, Espaa) y recomendado para ampliar sobre este tema

    Contacto: [email protected]

    7En nuestra historia los revolucionarios se han llamado a s mismos o los han denominado de diferentes maneras: ludditas,

    comunistas, socialistas, nihilistas, anarquistas, libertarios, situacionistas, encapuchados y hasta liberales (como el grupo en elcual participaba Ricardo Flores Magn). Con estos adjetivos tambin se ha nombrado a diferentes reformistas y burgueses. Sibien estas categoras tienden a mejorar la comunicacin y el entendimiento, muchas veces logran todo lo contrario.

    8 Para mayor informacin, leer el reportaje realizado a Federico Martelli en la revista Veintitrsde Febrero del 2007, titulado Losanarquistas de Scioli.all pueden leerse cosas como: Tengo formacin anarquista, socialista y peronista. Trato de rescatar decada uno lo mejor. Rescato de la ideologa libertaria el amor por la libertad. Del peronismo la profunda transformacin querealiz. Partidos puede haber un montn, lo importante es cul es el movimiento nacional que represente a los trabajadores.(!!) Extrado del nro.42 de la publicacin Libertad! (del grupo del mismo nombre). www.geocities.com/grupo_libertad

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    stalinistas, troskistas, leninistas, maostas, por un lado; y liberales, artistas, oportunistas, pacifistas, intelectuales,punks narcotizados, hippies adictos al consumo de miseria y demases vmitos de la subcultura, por el otro slohan servido para obstaculizar el desarrollo de las herramientas para la auto-supresin de nuestra clase. Pero, asy todo, nos negamos a despreciar todo el arsenal del movimiento revolucionario, ya que es parte de nuestrahistoria y no permitiremos que quede en manos de los imbciles de siempre.

    Entendemos la actividad revolucionaria como una tensin9, ya que excede lo que podra ser una filosofa, una

    teora poltica o hasta una prctica: es un modo de concebir la vida, de involucrarse en lo que se intentatransformar. Esto de ninguna manera puede ser otra cosa que la realidad, y es claramente por ello que claro,

    cambiamos en lo personal, pero ese nunca es el objetivo final, sino slo una consecuencia lgica dentro de lo quecomnmente se denomina las contradicciones que vivimos. Este concepto es tambin bastante discutible,porque como decamos antes nuestra intencin no es transformar un objeto exterior a nosotros mismos sinotransformar la vida, esa misma vida que nos contiene: queremos abolir la contradiccin entre esta forma de no-vida y, justamente, lo humano.

    Esta contradiccin, a su vez, no aparece desde el momento en que se adopta tal o cual ideologa. De hecho, lasideologas no aportarn nada en ese sentido ms que la sensacin de pertenencia y movimiento que sin ms quela adhesin conduciran a la revolucin final. Lo que se quiere dejar en claro, al fin y al cabo, es lo siguiente: noestamos en contradiccin con esta realidad por la ideologa o no que adoptemos, es decir, no estamos encontradiccin por ser comunistas y vivir en el mundo de la propiedad privada, no estamos en contradiccin por seranarquistas y vivir bajo el ojo de dios y el pie del gobierno. Estamos en contradiccin porque somosasalariados, explotados y oprimidos en todos los aspectos de nuestras vidas, y es eso lo que nos empujaa luchar. Podremos reconocer ms claramente esa contradiccin entre la vida y lo que atenta contra ella, perojams nos salirnos de la realidad, por el slo hecho de que vivimos en este mundo.

    La sola idea de ser libres en un mundo de esclavos es inadmisible,como es inadmisible por esta misma situacin la justificacin de otrascontradicciones ideolgicas que s son solucionables como lacoherencia entre medios y fines, la solidaridad, etc. La realizacin delindividuo en un sentido inmediato

    10tambin lo es, porque pareciera ser

    que la propaganda capitalista ha dado sus frutos: lo queremos todo acy ahora, y si algo no nos lo proporciona no lo compramos S,compramos! porque a veces hasta se comprende a la teora-practicarevolucionaria como una mercanca ms, que puede (y debe) agradar,dar identidad, con la que se puede simpatizar, y finalmente abandonarlacuando nos da la gana, total es una parte separada de nuestras vidas,de la que podemos prescindir cuando sea necesario.

    Pero nosotros al igual que muchas personas, hemos entendido que la revolucin no tiene sentido ms quecomo transformacin de lo cotidiano, aunque lamentablemente esto se ha malinterpretado al creer entonces que una transformacin de lo cotidiano equivaldra a una revolucin

    11.

    Aquella concepcin se asemeja a las ya no tan nuevas corrientes new age, que nos dicen que podemos ser felicesy realizados si tenemos paz interior, slo que algunos piensan lo mismo si tenemos revolucin interior.Revolucin interior, que creemos necesaria en un comienzo, como paso fundamental, pero que nos excede en elmismo instante porque no es un invento personal que fluye desde cada uno, es quizs un aspecto de la lucharevolucionaria, que puede comenzar modificando algunos aspectos de nuestras vidas y luego empujndonos a

    tomar protagonismo en la extensin de esos cambios en la totalidad del mundo Ya que slo podemosrealizarnos como individuos en la medida en que nos relacionemos con las dems personas.

    9 He aqu lo que diferencia a un hombre poltico de un revolucionario anarquista. No las palabras, no los conceptos, y,

    permitidme, bajo ciertos aspectos ni siquiera las acciones, porque no es su extremo concluirse en un ataque -pongamosradical- lo que las califica, sino el modo en que la persona, el compaero que realiza estas acciones, consigue convertirlas enmomento expresivo de su vida, caracterizacin especfica, valor para vivir, alegra, deseo, belleza, no realizacin prctica, no larealizacin de un hecho que mortalmente se concluye en s mismo y determina el poder decir: "Yo hoy he hecho esto.(Alfredo Maria Bonanno, La tensin anarquista.)

    10Aqu vuelve a aparecer la visin moderna del mundo, donde todo es instantneo...en el imaginario revolucionario muchas

    veces se comete el error de querer usar como sinnimos espontneo e inmediato. En realidad, espontneo hace referencia

    a que esto se lleva adelante sin agentes externos que lo provoquen, y no por la rapidez inmediata (o no) con la que serealiza el acto revolucionario.

    11Gilles Dauve, Prefacio a la edicin espaola de Declive y resurgimiento de la perspectiva comunista. Ediciones Espartaco

    Internacional www.edicionesespartaco.com

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    "Los que hablan de revolucin y de lucha de clases sin referirse explcitamente a la vida cotidiana, sin comprenderlo que hay de subversivo en el amor y de positivo en el rechazo de las obligaciones, tienen un cadver en la boca,afirmaba Raoul Vaneigem y en ella se han escudado, y no sin razn, tanto l como los dems reformadores de lavida cotidiana. Pero tambin podramos entender esa afirmacin comprendiendo su otra cara: Que quieneshablan de transformar la vida cotidiana sin referirse explcitamente a la revolucin y a la lucha de clases, sincomprender lo que hay de subversivo en la accin individual pero a la vez social y de positivo en el rechazo de lasideologas individualistas, tambin tienen un cadver en la bocaAmbas afirmaciones son verdades, pero separadas son slo verdades parciales.

    Nuestra mayor fuerza reside en la globalidad de nuestra implicacin, en nuestra adhesin no a un grupo,subcultura, ideologa o jefe... sino al movimiento real de abolicin de todo lo que nos hace ajenos a nosotrosmismos. Lo que convierte a una lucha en global y universal no es su generalizacin y su generalidad, sino suradicalidad; es decir si es transgresiva, subversiva, si atenta contra la totalidad del sistema, contra su legitimidad.Aunque parcial, local, puntual, esta lucha contra cada aspecto de la violencia capitalista adquiere, si es radical, uncarcter total. No apunta a una distribucin distinta del poder, sino a su destruccin. No pretende la estatizacin delos medios de produccin, sino la destruccin del valor de cambio y la gratuidad del don.

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    POST DATA:

    No es nuestra intencin adherir o contribuir a esos hbridos llamados "marxismolibertario" o "anarco-marxismo", no estamos armando ningn rompecabezas, niaadiendo fragmentos de Marx a Bakunin (o viceversa), sino que tenemos en cuentaa algunos anarquistas y a Marx (mas no a los marxistas) como ellos tuvieron quevalorar a ciertos revolucionarios del pasado para poder superarlos.

    Por un lado, bajo la categora de "anarquismo" se han nombrado, como ya dijimos, diversas corrientes yconcepciones del mundo incluso antagnicas, quizs por su propia falta de un gua o una doctrina ms rgida. Loque afortunadamente ha permito a algunos anarquistas avanzar verdaderamente sin la pesada carga de esa"sagrada familia" de pensadores y dogmas, a otros les ha permitido tomarse la libertad de llamar anarquismo a loque les vino en gana. Por el otro lado los marxistas han hecho con los textos de Marx, quien manifestexpresamente "yo no soy marxista" tambin lo que les vino en gana. Entonces, agregar un "ismo" tras el nombrede una sola persona, aunque sta ya se encuentre muerta, tampoco garantiza nada.

    Ya desde los inicios del movimiento obrero, ambas corrientes histricas contenan en s mismas una expresinreformista y otra revolucionaria, pero pareciera que actualmente en vez de reflexionar sobre sus puntos fuertes sereivindican sus debilidades, y no slo por parte del rival de cada una de ellas para el triunfo de su ideologa enalguna discusin mediocre, sino tambin desde el "ista" en cuestin. En su momento haberse denominado comobakuninistas o como marxistas no permiti llegar a superar ambas ideologas, y es hoy que esa divisin nos llegaarrastrndose desde el pasado y cada vez ms putrefacta. Nuestra ventaja de considerarlas como ideologas esten que queda as muy clara la necesidad de superar lo que esa divisin tiene de falso problema. Para Debord,cada una de ellas contiene una crtica parcialmente verdadera, pero perdiendo la unidad del pensamiento de lahistoria e instituyndose ellas mismas en autoridades ideolgicas.

    Una corriente puede haber comprendido que el Estado debe ser abolido a como d lugar, la otra habrcomprendido cules son las razones que llevan a instituir un Estado y para qu existe ste, por ejemplo

    13...

    entonces Qu vamos a hacer? Cada uno defender su "ismo" en competencia con el otro, para as cada unotener una verdad parcial que separadas jams llegarn a ningn lado?Si nos subordinamos a un "ismo", seremos menos crtico con l que con los dems, ya que subordinaremos todanuestra actividad (incluyendo nuestra crtica) a la victoria del "ismo" por el cual hemos tomado partido. Nosconvertiremos en guardianes de ese ismo, en conservadores de esa tradicin especfica.

    14

    Estas tendencias (anarquismo, marxismo, etc) son exigencias de la prctica, pero de lo que se trata es de lateora del proletariado, que es exigida por su prctica para auto-suprimirse como clase.

    12Etctera, Glosa marginal a las Glosas crticas marginales. www.sindominio.net/etcetera

    13Cualquier ejemplo siempre puede ser mal entendido, particularmente en este no hacemos como algunos pretenden

    complementar el idealismo del anarquismo con el economicismo de Marx, primero porque no nos importa hacerlo, ysegundo y fundamentalmente porque no caricaturizamos a esas corrientes con esos estpidos y errneos adjetivos.

    14Ricardo Fuego, La propaganda subversiva y los ismos. www.geocities.com/cica_web

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    Proletario es una palabra usada para describir a la clase trabajadora bajo el capitalismo. Somos todos quienes ensta sociedad no contamos con una propiedad o negocio del cual obtener dinero y por lo tanto tenemos quevender nuestro tiempo y energa a un jefe o patrn. En definitiva, nos vemos forzados a trabajar... y nuestro

    trabajo es la base de esta sociedad. No somos una simple categora social, somos una maldita realidad. El trabajoy la sociedad que se desarrolla en torno a l nos alienan y hacen miserable nuestras vidas. Vivimos paraganarnos la vida y la vida que ganamos la derrochamos en la lucha diaria por sobrevivir sin satisfacer nuestros

    verdaderos deseos y sus necesidades.Cuaderno de Negacin nro.01: Trabajo Comunidad Poltica Guerra. Proletariqu?

    No es un invento filosfico ni la resentida intencin de dividir a la sociedad en clases, como acusan los dedossealadores del conformismo. Las clases sociales se definen en la prctica, por su oposicin y su relacincon la "produccin". Pero "produccin" no en el sentido econmico de produccin exclusivamente decosas, sino en el sentido global de reproduccin de la especie, reproduccin de la explotacin,reproduccin de dos bandos irreconciliables -explotadores y explotados- reproduccin de la propiedadprivada y de una masa siempre creciente de seres privados -privados, claro est, por la propiedad de los

    otros- de todos los medios necesarios para reproducir sus condiciones de existencia...

    En fin, reproduccin siempre exacerbada del antagonismo entre propietarios, defensores del mundo de lapropiedad privada, pues de ella se benefician, y aquellos cuya existencia misma (mas all de que posicinideolgica adopten) se contrapone en toda su vida prctica con ese mundo. Esa inmensa mayora de lahumanidad que est impedida de vivir porque debe ganarse la vida de una forma u otra.Aunque en sualienacin no se reconozcan como tales, aunque no comprendan esa contraposicin. Porque hasta cuando no seproducen ms que en un nico lugar, las revueltas y dems expresiones de rabia de los oprimidos estn situadasen el nivel de la totalidad porque son una protesta del ser humano, sean muchos o pocos, contra la vidadeshumanizada, en antagonismo con este mundo creado casi a medida de la clase burguesa. As se da laparadoja de que el capital que contiene en s todas las divisiones, toda la competencia, todas las guerras ymasacres, acta como una unidad frente a toda accin proletaria en cualquier parte; mientras que el proletariadoacta separado y desunido frente al monstruo capitalista mundial. As se reproduce la dominacin general del

    capital y el proletariado es negado en su vida misma como clase, como fuerza, como perspectiva y proyectorevolucionario.

    El conflicto entre clases no es meramente econmico, en una sociedad dominada por la economa hay una claseque se ve beneficiada por ese orden de produccin y que a su vez impone las condiciones que le beneficiangenerando un mundo de mierda, falso, pero que al sector que posee las fuerzas productivas le favorece, y porende genera las condiciones para protegerlo, perpetuarlo y reproducirlo. El mundo sigue siendo una mierda, tantopara el burgus como para el explotado, pero ste ltimo sentir incomodidad, hambre, dolor, sueo,insatisfaccin de sus necesidades el burgus tambin, pero tendr a su manos los medios para apaciguar sumolestia o distraerla el proceso histrico de la produccin econmica ha encontrado los medios para que elproletario tambin pueda apaciguar o distraer su malestar, siempre y cuando pueda acceder, pero de forma msbarata, con sabores que no sern los mismos que para el burgus y de forma impuesta. El punto es que el mundoque se descompone es uno (tanto para el burgus como para el proletario), pero el que est en condiciones msdesfavorables y que histricamente ha tomado conciencia de ello es el proletariado, basta sentir una o variasnecesidades para ello. Quien est en condiciones ms cmodas lo protege. El enfrentamiento no es unacondicin en s de la divisin de clases, es un motor para la revolucin; la lucha de clases no es larevolucin, es su combustible.

    CLASES SOCIALESo la maldita costumbre de llamar a las cosas por su nombre.

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    Cabe aclarar que no hablamos de las clases sociales como algo inamovible, por eso, si bien la clase media es unadefinicin sociolgica, hay posiciones variables dentro de las cadenas de produccin: las clases no suponen unacondicin de mejor o peor donde uno elige ser proletario o no. Lo importante no es saberse proletario, sinosaberse contra la sociedad del capital y saberse en comunin con otras personas que son proletarios, esa es lallama capaz de encender el combustible La llama de un fsforo es dbil, frgil como el proletariado, pero larevolucin ha de ser un fuego incontrolable.

    Esto no es un llamado populista a la unidad, repetimos por ensima vez: El proletariado no es dbil porqueest dividido, est dividido porque an es dbil. Esto quiere decir que slo cuando el proletariado sea unafuerza en lucha con un posicionamiento revolucionario real se llevar adelante una unidad de clase (en el sentidode coordinacin, no de grupsculo o partido de masas) realmente digna de ese nombre, comprendiendo que locentral es la accin y la situacin de la clase, y no la situacin de las minoras. Minoras que hoy, de todas formas,son fundamentales para intensificar las luchas.

    El problema que se nos plantea no es el de obtener el mayor numero de adherentes, sino el de permanecercoherentes con los principios y valores que hemos asumido. Comprendemos la necesidad imperiosa de lacantidad, pero no por ello podemos despreciar lo cualitativo a favor de lo cuantitativo, ya que estaramosconstruyendo en base a la nada As sucede que se construye en base a la cantidad menospreciando la calidad,y poco tiempo despus el castillo de naipes se derrumba pero no porque hubo errores en su construccin, sinoporque inicialmente estaba construido con frgiles naipes.

    DEFINICIONES

    Cuando hablamos de definicin no lo hacemos en el sentido que le da la ciencia, la burguesa, un sentidomeramente ideolgico, conceptual, sino en la forma de definicin histrica, de determinacin prctica. Tampoco lohacemos en la acepcin ignorante de separar o dividir estas "definiciones" en sus aspectos econmicos, polticos,ideolgicos y sociales como si aquellos aspectos pudiesen ser tratados como entidades separadas (que luego laideologa cree que articula!); sino que toda nuestra concepcin concibe a la totalidad como calidad diferente de lasuma de las partes. Los miembros y rganos de un cuerpo, por ejemplo, no deben considerarse tan solo partes del, ya que lo son pero en relacin con su unidad, con sus ntimas e imprescindibles relaciones. Entonces, cuandoanalicemos esas partes por separado, asumamos que ya no estamos analizando un cuerpo, sino a un cadver.

    Basta aislar un elemento para comprobar que en l se encuentra la influencia de la totalidad, que lo social, porejemplo, es a la vez econmico, ideolgico y poltico. No hay duda pues que no se trata de diferentes realidadeso estructuras sino nicamente de aspectos, de ngulos de percepcin, de una misma realidad, la nicaque existe! Por eso nos sorprende cuando los populistas dicen que los revolucionarios (reformistas categorizan

    ellos) estn alejados de la realidad, y nos preguntamos Cmo podran hacerlo? Este tampoco es un problemade palabras, de malentendidos con el lenguaje, detrs se esconde toda una ideologa: al no poder transformar esarealidad se la acepta tal cual es, con sus limitaciones y su putrefaccin. Lamentablemente, desconocen que lostrabajadores revolucionarios no estn ms separados de los dems trabajadores comunes, que lo queestos ya estn de separados entre s. Y no hablamos aqu de juntarse slo fsicamente, justamente en estostiempos de cada vez ms aislamiento, sino ms bien del hecho de que, si bien existe en los mejores de los casosun grado respetable de solidaridad y de comunicacin, esos mismos trabajadores (en actividad laboral odesocupados) estn aislados de su verdadera comunidad

    15como seres humanos.

    Asumirnos como proletarios nada tiene que ver con esos ridculos esfuerzos por construir identidad. Nadie eligeser proletario. Uno nace proletario como se nace siendo esclavo, o bien es proletarizado por las fuerzas ciegasde la economa; y en ambos casos no hay nada de qu enorgullecerse. Estar proletarizado no es ninguna virtud,

    15Comunidad en el sentido de actividad, de relacin dinmica, de su ser colectivo para ser ms precisos. El ser humano se

    ha vuelto extrao a su propio ser genrico. Es decir, que los seres humanos se han vuelto extraos los unos con respecto a losotros, y cada uno de ellos se ha vuelto extrao a la esencia humana.

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    no es una condicin que nos interese reafirmar ni defender, no nos complace como a quienes eligen librementesu identidad entre las mil y una opciones existentes para presentarse en sociedad. El nico motivo de orgullo paralos proletarios es luchar contra el mundo de la propiedad y del Estado, contra sus excrementos culturales ypsicolgicos, y contra todos los que justifican la servidumbre en vez de denunciarla.Aceptarse del bando proletario no supone aplaudir los actuales rasgos mayoritarios de quienes son losoprimidos: religin, nacionalismo, racismo, machismo, y dems aspectos de la enajenacin, como gustanlos populistas o como tal vez toleran con disgusto para poder estar firmes junto al pueblo

    16. La ms extrema

    injusticia de la opresin social tiene ms probabilidades de degradar a sus vctimas que de ennoblecerlas. Lacuestin no es alabar al proletariado, sino abolirlo, y no puede ser abolido desde afuera. Hablar derevolucin, como transformacin radical de la sociedad, como supresin del capitalismo, es hablar de laauto-supresin del proletariado como clase y no de la imposicin de las actuales condicionesproletarias a todo el mundo.

    [Comprendemos al] proletariado como nueva fuerza histrica en relacin con los esclavos, los siervos, lospobres, explotados y desposedos de pocas anteriores al capitalismo (antes del Renacimiento, pero por sobretodo antes de la Industrializacin). Y ello, no por amor a la industria o a las fuerzas productivas (aunque laambigedad de Marx y otros en torno a este punto sea innegable

    17, aqu nos concentramos en los puntos fuertes

    de su perspectiva, y no en sus debilidades), sino porque el capitalismo es el primer sistema de explotacinuniversal, y se basa en un proletariado potencialmente revolucionario debido a su existencia en el capital, a suinterrelacin con el capital, a la implicacin recproca precisamente, que le da la capacidad de actuar comosujeto de un cambio social radical, la capacidad de crear una comunidad humana. A partir de la mitad del siglo XIXempez a estar claro el contenido del comunismo: abolicin de la propiedad privada, del capital, del dinero, del trabajo, del Estado.Segn esta perspectiva, no hay ninguna diferencia fundamental que separe al minero ingls o al artesanoproletarizado parisiense de 1850, del asalariado de un call-center en la India o del camionero californiano del2004. Si analizamos los factores que en 1850 impedan al minero y al artesano proletarizado emprender unaaccin comunista, esos lmites objetivos (es decir, que no dependan de ellos sino que les eran impuestos por lasituacin) tambin los encontraremos en el asalariado del call center y en el camionero del 2004. Lo que ambostienen en comn (en trminos de posibilidad histrica y de impotencia e inercia social) tiene infinitamentems peso que aquello que los diferencia. Esa es la parte fundamental.

    Gilles Dauve, Communisation: un Appel et une Invite..Traducido por Comunizacin www.comunizacion.klinamen.com [las negritas son nuestras]

    16El Pueblo: Un eslogan mas a travs del cual la burguesa se amalgama a los explotados. El pueblo es un concepto amorfo

    utilizado muy bien por los demcratas para desconcientizar nuestra clase introducindola dentro del contexto de nacin. Dentrodel pueblo cabe de todo, explotados y explotadores, ejrcito, polica, campesinos y obreros, partidos y sindicatos, etc

    17Nota de Cuadernos de Negacin: Aqu nos reconocemos en una ruptura fundamental con los revolucionarios que

    obnubilados con los progresos cientficos de su poca atribuan un valor positivo al crecimiento de los mismos, por el contrarioese desarrollo gigantesco de la productividad en los tiempos modernos es lo que ha permitido al capital constituirse como falsa

    comunidad. El crecimiento de esa productividad equivale al crecimiento ilimitado del aislamiento, de la masificacinestandarizada, de la servidumbre, de la prisin en que se encuentra sepultada la especie humana. Si cabe aclarar, nosreconocemos tambien en ruptura fundamental con aquellos que consideran al capitalismo como un sistema social progresivo,que ahora puede encontrarse en su decadencia o descomposicin. El capitalismo podr ser progresivo, pero para s mismo.No podemos confundir su progreso con el progreso humano! De hecho, se encuentran en contraposicin!

    PROLETARIADO Y PROPIEDAD PRIVADA.Con la auto-supresin de nuestra condicin de proletarios desaparecer la anti-tesis que nos

    condiciona: la propiedad privada. No existe una sin la otra.La catstrofe capitalista, que castiga duramente todo el planeta, precipita a una parte cada vez mayor

    de la poblacin mundial hacia soluciones de supervivencia cada vez ms extremas, cada vez ms ilegales,cada vez ms en oposicin a la sacro santa propiedad privada.

    Os horrorizis -dice Marx- de que queramos abolir la propiedad privada. Pero en vuestra sociedadactual, la propiedad privada est abolida para las nueve dcimas partes de sus miembros; la mismaexiste precisamente porque no existe para esas nueve dcimas partes. Nos reprochis, pues, el quererabolir una forma de propiedad que no puede existir sino a condicin de que la inmensa mayora de lasociedad sea privada de propiedad.

    El mismo bastardo que nos ech de las tierras, clav cuatro palos, cerc y luego dijo "esto es mo" esttambin cercando cada vez ms nuestra creatividad, robando el conocimiento social y patentndolo para queno podamos utilizarlo.

    La propiedad privada no ha existido siempre y no ser eterna. Su supresin, entonces, no es sloposible sino tambin necesaria para la realizacin de una vida verdaderamente humana.

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    TRANSFORMARSE O ASUMIRSE?

    El proletariado no denuncia la sociedad capitalista desde el punto de vista de la Razn, ladenuncia, en su prctica, desde el punto de vista de su ser; y cuando expresa conscientementeesta denuncia, lo que no es ms que la forma ideolgica en que toma conciencia del conflicto,

    no hace sino enunciar lo que es y el sentido de lo que hace.Pierre Guillaume, Ideologa y lucha de clases.

    No somos proletarios por considerarnos anti-capitalistas o por tener el overol de la fbrica puesto.

    La produccin capitalista no solo genera mercancas y plusvalor sino que tambin produce dos clasesirreconciliables: burguesa y proletariado. La sola existencia del capital significa explotacin, significaantagonismo de clases, por lo tanto significa lucha de clases, aunque no parezca serlo.

    El Capital no es un monstruo lleno de maldad que anuncia: voy a explotarte, a separarte de los medios pararealizar tu vida y luego ataca. Su ataque hacia nosotros (llevado adelante por los burgueses y proletarios traidoresnegados como clase- que se ganan la vida reprimiendo a sus hermanos, o sea por seres humanos de carne yhueso) se materializa en el trabajo asalariado, en el dinero, en la propiedad privada, en el Estado, en las leyeses decir en toda nuestra relacin de sumisin obligada para con esos pequeos monstruos. Eso es lucha declases, cruel y violenta para millones y millones de personas, para la gran mayora de este planeta. Es lucha declases aunque los intelectuales a la moda o ya en desuso no hablen de ello. Es lucha de clases aunque no lo

    digan por la TV. Es lucha de clases respondamos o no, y cuando respondemos si lo hacemos para terminar contodo esto o no hagamos lo que hagamos estamos inmersos en ella, no estamos en paz con nuestra humanidad,con nuestras verdaderas necesidades, con nuestros ms profundos deseos.

    Cualquier lucha que se base en las necesidades humanas se contrapone con la rentabilidad del capital: esnecesario asumir, entonces, lo que ya es en un principio llevndolo hasta las ltimas consecuencias,mediante la imposicin de las necesidades humanas a las necesidades de la economa burguesa. Luchascomo las que se llevan adelante por reclamos salariales, mejores condiciones de trabajo, mejores condiciones enlas zonas donde intentamos vivir, o tan simplemente cuando elegimos o deseamos dedicar nuestro tiempo anuestros seres queridos o a lo que nos gusta realizar en vez de estar produciendo ganancias para la sociedadburguesa; son todas situaciones donde estamos afirmando, quizs no con la suficiente fuerza u ofensiva, lasuperioridad de nuestra humanidad frente a este sistema, como cuando un oprimido destruye, roba o desva lautilidad de una mercanca, afirmando prcticamente la superioridad humana con respecto a los objetos. En ese

    sentido es mucho ms correcto decir que no se asume como accin revolucionaria que decir no setransforma en.

    Esas reivindicaciones y momentos de nuestra existencia, no asumen lo que realmente portan en su seno, nodesarrollan la potencia que contienen, no se apropian de su contenido revolucionario. Peor an, siguen obviandolo ms importante: que la mayora de nuestras penurias son directa o indirectamente causadas por esta maneramercantil de concebir la vida, y que sin atacar las verdaderas causas seguiremos cortando ramas toda nuestraexistencia, mientras el verdadero problema seguir latiendo en la raz, ileso

    18. Es injusto que nos exploten por

    menos dinero que a lo que a otros trabajadores les pagan, pero no es una situacin extraordinaria, ni siquiera unexceso, es algo propio del capitalismo, por lo tanto el problema no es tal o cual patrn en particular, sino lasdinmicas capitalistas en general; podremos lograr mediante la lucha que en ese caso puntual eso no vuelva asuceder, pero seguir sucediendo en cada rincn del mundo mientras el capitalismo siga existiendo.

    Por eso, como expresbamos prrafos antes, el posicionamiento revolucionario no viene desde afuera,sino que es un impulso interno y propio negado por nuestra alienacin, que obviamente no hemoselegido libremente. Es un error creer que este sistema se perpeta solamente por la represin policial opor la traicin de los jefes polticos y sindicales. El principal obstculo para una sociedad liberada esque la inmensa mayora de los explotados acepta (ya sin el esfuerzo de decir que s) las normas y valores de esta sociedad: las relaciones jerrquicas, el trabajo asalariado, la pasividad y la ignorancia.

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    Los revolucionarios han constatado ms de una vez que esa determinacin histrica general hacia larevolucin social no es inmediata ni lineal, y que puede ser retrasada, condicionada, desviada pormuchsimos factores de orden poltico, ideolgico, religioso, cultural, etc. Esto explica que encondiciones materiales impresionantemente catastrficas, como las actuales, la protesta contra dichascondiciones no se asume directamente, como quisiramos, como accin organizada para la destruccin

    18 Para ampliar sobre este tema se puede leer el texto Desvo y parcializacin aparecido en el nro.13 de la publicacinDisarmo. Disponible en: http://ar.geocities.com/mariposasdelcaos/d13.html

    19Correo Proletario nro.1 www.correoproletario.blogspot.com

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    del capitalismo; con pequeos pasos adelante que se convertiran en grandes y determinantes en lo inmediato sise llevaran adelante. Por ejemplo: en vez de defender nuestra fuente de trabajo deberamos pasar adefendernos a nosotros mismos, a defender nuestra fuerza de trabajo, a que no nos revienten psquica yfsicamente, a que no nos vuelvan locos, a que no nos humillen, a que no nos maten, a arrancarles mejorescondiciones para nosotros, como clase, y al mismo tiempo luchar para que al fruto de nuestro trabajo no se lo robela burguesa.Lo que es necesario explicar no es que el hambriento robe o que el explotado se declare en huelga, sino por qula mayora de los hambrientos no roban y por qu la mayora de los explotados no van a la huelga.

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    En estas condiciones hay diferentes tipos de movimientos sociales del proletariado, desde las simples protestas,huelgas o manifestaciones callejeras que responden a tal o cual partido, sindicato, gobierno (o su oposicin),hasta movimientos mucho ms generales y violentos que atacan a todos los partidos y fuerzas del capitalismo enpresencia y que en los hechos estn mostrando una tendencia mucho ms general a atacar todo el ordenburgus.

    El reciente ejemplo en la regin griega que ha comenzado en Diciembre del 2008 es muy ilustrativo sobre estetema: no se peda que renuncie tal o cual gobierno o que bajen los precios, sino que la lucha se convirtien una crtica prctica de toda esta sociedad Y hasta de la normalidad capitalista! Lucha que fueagudizndose y rompiendo divisiones luego del asesinato por manos de la polica del joven Alex, pero que venadesde antes con la de los inmigrantes sin papeles, con los motines en las crceles, con la de los trabajadores, conla de los estudiantes, con la de los encapuchados. Si bien no nos agrada usar esos trminos logramos hacernosentender: esas mismas categoras que gustan usar socilogos y periodistas fueron enterradas en la mismaprctica de la lucha. La extensin y generalizacin de la revuelta a todo el pas y los propios comunicados queproclamaron el carcter proletario, internacionalista y revolucionario de la revuelta no dejaron lugar a dudas a losotros proletarios, no slo en Grecia, sino en otros pases sobre el carcter unitario, es decir radical, de su lucha.

    Recuperando los alimentos hechos por nuestros hermanos, tomando las universidades para reunirse,enfrentndose a la polica, recuperando las calles para las asambleas y los combates, actuando fuera y contrapartidos o sindicatos: de esta manera procedieron los griegos. Asumiendo, decamos antes, el carcterinternacionalista de la lucha contra el capitalismo bloqueando el puerto privado de Astakos, desde donde el Estadode U.S.A. enviara unas 3000 toneladas de municin al Estado de Israel para el ataque al proletariado quesobrevive en la franja de Gaza. Unos das despus el Estado de U.S.A. comunicaba a Israel sobre la cancelacindel envo; pero los luchadores en Grecia, en Palestina y en el mundo sabamos bien de que nuestros enemigosprefirieron parar el envo (y tal vez hacerlo de otra forma o utilizando otra va) que hacerlo en contra de lasolidaridad proletaria internacional, pues esto ltimo hubiese provocado una violencia muy clara de clase contraclase a nivel general y a su vez hubiese dejado evidencia a nivel internacional de que slo la lucharevolucionaria del proletariado puede parar las guerras, las represiones y masacres estatales, dejando enridculo todos los discursos y manifestaciones pacifistas.

    No es la falta de internacionalismo del proletariado en Grecia que impide la extensin, sino al contrario, es lainconsciencia de internacionalismo del proletariado en los otros pases que marca los lmites objetivos de larevuelta griega. Desde Grecia el proletariado hizo todo lo que estaba a su alcance.

    Y nosotros como podemos solidarizarnos con su lucha? Luchando y organizndonos contra nuestra propiaburguesa en nuestra propia regin, asumindonos como el movimiento real que anula y supera el actual estadode las cosas.

    APARIENCIA DE INEXISTENCIA.

    A diferencia del proletariado, la burguesa cuanto ms fuertees, ms afirma que no existe, y su fuerza le sirve antes quenada para afirmar su inexistencia, lo que la hace aparecercomo inatacable. Dnde est esa burguesa? Qudominacin real ejerce sobre nosotros? Y de qu manera?Parece ser un misterio As y todo es posible que se utilicems a menudo la categora de burgus que la de proletario,que jams es nombrada, esto no es un misterio.Existen montones de mecanismos ideolgicos y distraccionesvarias que no permiten reconocernos como lo que somos,

    explotados y oprimidos. Estos mecanismos tiendengeneralmente a presentarnos como opuestos y con diferentes intereses a diversos sectores del proletariado,

    20Wilhelm Reich, Psicologa de masas del fascismo.

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    conformando un complejo proceso ideolgico contribuyente a mantener el rgimen de explotacin y opresinburgus al disimular y hacer difuso a nuestro enemigo y presentar dividida, debilitada numricamente a nuestraclase.

    El objetivo de la ideologa dominante (que no es mas que la ideologa de la clase dominante) es el demantener al proletariado desorganizado, negado como clase, o mejor an, encuadrado y movilizado alservicio de la burguesa. No por casualidad, las herramientas del poder del capital son siempre las mismas. Larepolarizacin de la sociedad en diferentes alternativas burguesas, del estilo derecha contra izquierda,antifascistas contra fascistas, liberales contra anti-neoliberales, nacionalistas contra imperialistas, dictadores

    contra demcratas, militaristas contra pacifistas, islamistas contra cristianos, republicanos contra monrquicos, noes una forma entre otras de reorganizar la dominacin burguesa que est en peligro, sino el antiguo mtododetransformar la rabia social contra la sociedad en rabia al interior de la sociedad, la guerra social en guerrainterburguesa, la bronca proletaria en delegaciones y negociaciones al interior del Estado, elcuestionamiento de toda la sociedad en cuestionamiento de una forma particular de dominacin, la luchacontra el capitalismo en lucha en contra de una fraccin burguesa y a favor de otra.

    Si el secreto de la revolucin es la autonoma del proletariado, la clave de la contrarrevolucin es laatomizacin del proletariado y su canalizacin dentro de la sociedad al servicio de la lucha de tal fraccincontra tal otra. Es cierto que ms de una vez la lucha del proletariado pudo coincidir en el tiempo y en el espacioen enfrentar un mismo enemigo con alguna fraccin de la burguesa, pero es slo una coincidencia poltica (y entanto que poltica: limitada y parcial) dado que la contraposicin social contra sus propios explotadores espermanente, y por ello cada vez que esta misma lucha nos lleva a afirmarnos como fuerza autnoma amenazandoa la burguesa en su conjunto, todas las fracciones de sta asumieron la misma poltica de terrorismo contra lasexpresiones revolucionarias.

    A uno le hacen creer que no es proletario porque es empleado, el otro cree que no lo es porque est desocupado,el de ms all se siente campesino en oposicin al obrero de la ciudad, otro se cree comerciante porque esvendedor ambulante

    21, muchos otros se sienten demasiado jvenes o demasiado viejos para ser proletarios, habr

    tambin quien por ser mujer se sienta menos concernida por la cuestin de su clase o quien sienta la opresinracial como ms determinante que la de clase y en vez de sentirse proletario negro, proletario latino o proletarioamarillo, se siente negro, latino o amarillo... y para quienes superen estas formas ms elementales de negacininmediata de la realidad de proletario habr otras formas ms poltico-ideolgicas de esa misma negacin como elsentirse antiimperialista, anti-neoliberal, palestino, judo, cubano, de izquierda, francs, yanqui,aymar, kurdo, croata, obrero de un pas rico, feminista, anti-racista, etc. Justamente esas negacionesdel proletario mismo son las que consolidan la ideologa burguesa del verdadero proletario que como se sabe,con sarcasmo lo definimos como: obrero industrial, hombre, nacional, y que mira con desprecio al lmpen, al estudiante, al que saquea, al inmigrante, a la mujer y a todos esos negros.

    As funciona el aislamiento de quienes luchan, perpetrado por la ideologa dominante, gran cantidad de veces enboca de los medios masivos de informacin, reducindonos casualmente a categoras que olvidan nuestra claseal informar sobre diversos conflictos que estallan en todas partes del globo.

    Ellos nos organizan contra nosotros mismos, y nos impiden organizarnos contra ellosafirmbamos en el primerCuaderno.

    EL OBRERISMO ES OBSOLETO

    Teniendo en cuenta que en los comienzos del movimiento obrero la produccin deservicios tenda a cero, y hasta era mas generalizada la situacin de la temprana edadpara comenzar a trabajar asalariadamente, es comprensible que se haya buscado en elobrero no al productor y manipulador de herramientas y mquinas supuestamenteliberadoras, sino al proletario, ya que podan ser casi sinnimos, debido tambin alantagonismo de clase ms claro y visible.

    Hoy esa bsqueda es errada, el obrerismo es obsoleto porque la produccin capitalista la ha superado.Basta observar el hecho de que incluso la reproduccin de la cultura es prcticamente compartida, ya que en laactualidad explotadores y explotados ven el mismo programa de televisin y desean los mismo artculos de lujo:en el pasado esa pseudo-homogeinizacin hubiera sido imposible. De todas formas tambin es peligroso que laperspectiva de clase, cuando no cede al populismo, ceda al obrerismo, an en nuestros tiempos. Comprendemos

    21Una tendencia entre los vendedores ambulantes es diferenciarse entre artistas, artesanos y vendedores, los dos primeros

    despegndose del ltimo y peleando por un lugar en el mercado callejero al son de su valoracin como agentes culturalesLo que a muchos lleva en ocasiones a no sorprenderse de que en alguna plaza echen a los vendedores ambulantes pero seponga el grito en el cielo cuando se hecha a los "artistas".

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    que la ideologa del obrerismoes ya obsoleta, pero tambin comprendemos que la posicin de los trabajadoressigue siendo fundamental para cualquier intento de revolucin.

    Es indudable que hay sectores estratgicos del proletariado que, dada su capacidad de paralizar los centrosdecisivos de la acumulacin del capital (gran industria, minera, transportes, comunicaciones), podran tener unpapel realmente decisivo en una revuelta, pero no siempre estos son los ms decididos o los que ms aseguran lageneralizacin de las mismas. En cambio otros sectores, como por ejemplo los desocupados en general, o enparticular el proletariado joven que no ha encontrado -o que sabe que no encontrar- comprador para su fuerza detrabajo, pueden jugar un papel decisivo en el salto de calidad del movimiento

    Compartimos entonces un texto bastante ejemplificativo realizado por el grupo Wildcat y traducido por losresponsables del sitio Iniciativa de agitacin comunista

    22

    El obrerismo es una forma de ideologa capitalista, endmica entre los autodefinidos revolucionarios. Es unaideologa que fomenta la aceptacin de la relacin labor-sueldo entre individuos que se han dado cuenta de laexplotacin que sta conlleva. Es, por lo tanto, una de las ms elevadas formas de alienacin.

    La veneracin por el obrero se encuentra en varias ideologas estatistas, como el estalinismo y el nazismo. Lostrabajadores son honrados por su rol de constructores de la nacin, el estado y el capital. El obrerismo venera eltrabajo manual, el trabajo con martillos. Su visin del proletariado es el hombre musculoso. Mediante el rechazo del trabajo comercial y de oficinas, rechaza a una gran parte de trabajadoras asalariadas,revelndose a si mismo tambin como sexista.

    El obrerismo ha estado presente en el movimiento obrero desde el principio. Las primeras sociedades obreras, deinspiracin cristiana, veneraban la honradez y el trabajo. Este moralismo linda con el obrerismo, el bastinremanente de la ideologa cristiana en el movimiento obrero.

    [...] El obrerismo lidia con el fracaso histrico de su teora no mediante la correccin de su teora sino mediante lafalsificacin histrica, en cada caso el rol jugado por los no-obreros es denegado o minimizado. La teorarevolucionaria en cambio analiza los eventos reales para luego entender los momentos de debilidad en el capitalismo.

    Los obreros productivos, segn los obreristas, mantienen una posicin crucial debido a que puede, dejando detrabajar, destruir al capitalismo. En realidad la importancia de stos est sobrevaluada, debido a que la produccines solo una parte del ciclo acumulativo del valor. Los trabajadores de las ramas de la comunicacin y distribucinson tambin una fuerza poderosa. Una huelga de trabajadores bancarios puede tener un mayor efecto para el capital que una de obreros automotrices. A su vez, una ola de disturbios urbanos puede tener ms efecto queambas juntas.

    La bsqueda de facciones cruciales dentro del proletariado, cuya lucha se vea privilegiada, revela la perspectivajerrquica que mantiene el obrerista. Surge de la visin de que el comunismo es un programa ya encuadrado queslo necesita de tropas para ser llevado a cabo. Esto refleja la resaca del antiguo socialismo de la 2da y 3rainternacional en sus facetas socialdemcratas, leninistas o sindicalistas.

    Esta teora ve a la lucha de clases como una guerra (burguesa) con soldados y generales. El revolucionarioprofesional determina el programa y los obreros lo ponen en prctica.

    El obrerismo y el intelectualismo son opuestos pero no se contraponen, se complementan el uno al otro, el pensamiento y la accin estn separados, los trabajadores deben poner las ideas de los tericos en prctica. Losobreristas a menudo tienen su propia crtica de los intelectuales y no para el mismo obrerista.

    El sujeto revolucionario no son los trabajadores productivos, ni siquiera los obreros: es el proletariado,aquellos sin poder social o capital econmico, que no tienen nada excepto sus cadenas para perder.Adems, los estratos no-proletarios pueden jugar un rol totalmente activo en un contexto revolucionario si el proletariado mismo est en actividad.

    La meta del movimiento comunista, entonces, no es la de lograr el Estado de los trabajadores: es la abolicin detodas las clases sociales para lograr la comunidad humana, creada mediante la lucha anticapitalista.

    22www.ing-soc.blogspot.com

    [las negritas son nuestras]

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    TRABAJADORES DE LA CIUDAD Y DEL CAMPO.

    Un proletario trabajador de la industria o un empleado, por ejemplo, esconvocado un da y se le dice que ser promovido, que ya ha pagado suderecho de pisoy que desde all en adelante se encontrar un puesto msarriba. Ser una sorpresa constatar a la semana siguiente el hecho de que

    slo gana unas pocas monedas ms y que su trabajo contina siendo el mismo, con la salvedad de que por

    supuesto ya no debe sentirse igual sus ex compaeros que trabajaban codo a codo junto a l: se lo invita as, aparticipar en la ilusin de distinguirsede sus compaeros de siempre.

    Otro proletario que se desempea en el campo y vive trabajando para pagar, por un lado a los bancos que leprestaron el dinero suficiente para comprar la granja, y por otro a los capitalistas vendedores de la semilla y losfertilizantes, a los que le vendieron la poca maquinaria que compr a plazos (en muchos casos se trata de unasola empresa que asegura todas estas funciones como capitalista) puede constatar que en la regin ninguno delos otros trabajadores se considera parte del proletariado. Casi todos se creen propietarios, y no slo eso, ademsse creen estrictamente gente de campo, lo que invariantemente sirve para confundir y someter al proletariadoagrcola. Al poner al trabajador del campo en una misma categora con el capitalista agrario y elterrateniente, se lo asla de su hermano proletario de la ciudad y de los otros pases. Y cmo ha servidoesto en el sobresaliente conflicto inter-burgus campo-gobierno en la Argentina! Conflicto que se trata, no nosolvidemos, de tan slo una disputa entre dos modelos econmicos que, a pesar de disputarse la riqueza,

    comparten el mismo modo de producirla: explotndonos.23

    De la misma manera, tampoco los vendedores ambulantes de la ciudad tienen conciencia de que en la prcticaestn vendiendo su vida, su fuerza vital, a cambio de unas migajas que les permiten subsistir.

    Entre los que se denominan cuellos blancos, la ilusin de no pertenecer al proletariado es todava peor. El hechode que la produccin se cosifique bajo formas ms abstractas (servicios) con respecto al trabajador manualcontribuye a aumentar el espejismo. El oficinista est convencido de que su trabajo es menos fatigante ydestructivo que el del obrero de fbrica, y de que no es comparable arruinarse la vista (y mucho ms!) mirando unmonitor de computadora 8 horas por da con la vida miserable de un minero. Pero no slo esto: para hacer lascosas an peores, el oficinista se basa en estas apreciaciones para considerarse muy superior y diferente del otro,fallando en su comprensin una y otra vez, ignorante de que la esencia de su vida es exactamente la misma: laventa de s mismo para poder subsistir, al precio de arruinarse como ser humano.

    Est tambin el maestro de escuela que porque modela cerebros en vez de otras materias mercantiles cree quees menos proletario, o el empleado del Estado a quien se le promete el empleo de por vida y por eso cree tener, adiferencia del resto de su clase que vive la amenaza permanente de la desocupacin, el futuro asegurado, unaseguridad que lo situara totalmente afuera del proletariado.

    ESTUDIANTES.

    Los escolares, los estudiantes o en general los sectores que no estn en ese momentovendiendo su fuerza de trabajo ni siendo directamente explotados se creen engeneral flotando entre las clases y mucho menos proletarios que el obrero que vive allado o hasta en su propia casa!. Todo lo que socialmente se designa por

    educacin y cultura est destinado a producir trabajadores con conciencia deciudadanos, proletarios con ideologa de hombres libres, productores con laideologa de consumidores.

    A los hijos de proletarios que van a la escuela primaria, secundaria y/o universitaria, que reciben adems unabuena dosis cotidiana de televisin y van siendo as formados como fuerza del trabajo del capital , se les ocultaque son parte de una clase reproducindose como esclava. Al mismo tiempo y paralelamente, se les vaimponiendo, desde el jardn o los primeros aos de escuela, elementos indispensables para aceptar luego ladisciplina de la oficina, la fbrica o el supermercado: disciplina y orden escolar, horario de trabajo, recreacincomo corta suspensin entre dos tiempos de trabajo, volver a la casa para reproducir sus energas para soportarms escuela y luego ms trabajo.

    23Se puede ampliar sobre este tema con: Quines y cmo nos van a chupar la sangre? Acerca del conflicto de intereses

    campo-gobiernorealizado por Anarquistas Rosario, disponible en:http://ar.geocities.com/anarquistasrosario/campogob.html

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    As, el aprendiz de esclavo repite la frase que le impone su opresor y que lo encadena: estudio para poder trabajar en lo que quiera . De esta manera, lo que el esclavo asalariado cree que es su libertad, son en realidadlas leyes del mercado de fuerza humana, que se ofrece al mejor postor para ser explotada. Esta creencia permiteque la oferta de fuerza de trabajo se adecue a las necesidades futuras del capital, que se expresar en lademanda de esclavos asalariados. Su funcin de clase reproducindose como explotada ser mejorasumida en la misma medida en que sus componentes se crean realizando su libertad ; esos esclavospreparando y afirmando su propia esclavitud asalariada sern tanto mejores en la misma medida en quecrean no pertenecer a la clase de los explotados.

    Incluso cuando los estudiantes de hogares proletarios entran en lucha no rompen -o no lo hacen de manerasuficientemente radical- con toda esa ideologa. Esa misma inconsciencia de clase, se cristaliza en la pretensinde ser un movimiento propio, el movimiento estudiantil , sin contar aqu la fuerza de las ideologas marxistas-leninistas u otras que hablarn de un movimiento pequeo burgus y repetirn a coro con toda lacontrarrevolucin que los estudiantes quieren tal cosa o reclaman tal otra Como si pudiesen tener interesespropios de estudiantes y nada ms! Todas las ideologas sobre la originalidad del movimiento estudiantilexpresan los intereses de la clase dominante, su deseo de que exista entre ella y el amenazanteproletariado una categora sin clases que sirva de amortiguador, de colchn social.Como si en una pocade esta vida los seres humanos pudieran reproducirse sin pertenecer a ninguna de las clases! Como si por elhecho de ir a la universidad se diluyera la pertenencia a una clase social!

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    CLASE MEDIA.

    Hay una diferencia de forma, mas no de contenido, entre el individuo que es explotadodirectamente por un burgus en una fabrica, empresa o negocio; y el que monta cualquiertienda, quiosco, huerta o cualquier forma de vida que suponga -sin emplear a nadie-ganarse la vida mediante la propia fuerza de trabajo sin encontrar a nadie directamentedispuesto a comprarla. En ambos casos se trata de fuerza explotada por el capital para lavalorizacin. El capital se ahorra los medios de produccin, y el proletario los pone a su

    servicio en el caso del autnomo. En el caso del sector servicios el capital marca los precios y por tanto la parteque le corresponde al autnomo (su salario disfrazado), la parte de gasto y de plusvala...

    Estn tambien aquellos empleados del servicio pblico que creen que forman parte del poder del Estado y soloson un engranaje en su funcionamiento. O los trabajadores de cuello blanco que nombrbamos anteriormente

    Estos sectores suponen tener intereses propios, por sobre la lucha de clases, pero estn tan fuertementecondicionados por la ingobernable dinmica de la economa como un simple proletario obrero.

    Las clases no son simples y estticas condiciones econmicas. A veces, por ejemplo, la burguesa cede parcelasde medios de produccin al proletariado porque no le son rentables. De ah la masiva existencia de proletarios contierras (que no son campesinos) quienes tienen que realizar todos los gastos para la construccin de la mercanca,de la que luego se apoderar el capital para extraer el plusvalor, pagando al proletario nicamente su fuerza detrabajo.

    Resulta que para los liquidadores de nuestra clase, ser clase media es pertenecer a esa burguesa ascendenteque tanto sentimos nombrar, pero al mismo tiempo, en un rapto esquizofrnico para nada inocente o casual,incluyen tambin a quienes ganan un msero salario y tienen unos pocos ahorros. Del otro lado, se es proletariocuando se est en la ms estricta miseria. Entonces, segn ellos... Hay que esperar a que nos despidan del

    trabajo y vivamos en un basurero para ser proletario? Claro que no!

    El trabajador explotado no puede protestar porque tiene un trabajo que hoy es extremadamente difcil conseguir, eldesocupado no puede quejarse porque an come y hay gente que ya no tiene para comer entonces los nicoscon derecho a protestar son los muertos de hambre que ya no pueden alzar su voz. Este discurso representa, sinms, el acogedor sueo vigil de la burguesa, elevndose con disimulo sobre el espacio areo de un segurocondominio en las afueras de la ciudad, como una nube de perfume importado con aroma a sangre de proletario.

    Entonces, lo reafirmamos: somos proletarios. Es verdad que nuestra clase tiene enormes debilidades, queest infectada de ideologa burguesa que hay que exterminar, y tambin que hay proletarios en diferentesniveles y condiciones de explotacin. Pero somos proletarios todos, y hasta que no nos consolidemos enfuerza inquebrantable seguirn pasando siglos y siglos de delicado adormecimiento en las garras de

    24Se ha editado recientemente una publicacin titulada La Miseria: Publicacin contra la Universidadcon el objetivo de luchar

    desde dentro de la universidad, no por reivindicaciones parciales y sectorizadas, sino por la erradicacin de la misma y de todoel sistema de trabajo asalariado. Para ampliar sobre este tpico puede descargarse directamente desde el blog de lapublicacin, www.lamiseria.wordpress.com

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    nuestros explotadores, quienes seguirn masticndose nuestras yugulares hasta matarnos, para pasar asuccionar entonces las de nuestros hijos y las de los hijos de nuestros hijos por siempre jams.Existe una gran debilidad por parte de nuestra clase al reconocer en numerosos proletarios a la clase media. Loque deberamos empezar a realizar es una crtica a las debilidades de nuestra clase y dejar de colocar anuestras debilidades como algo exterior a nosotros.

    CIUDADANISMO.

    Si existe una mayor negacin del proletariado como clase, mayor a los conceptos raciales,religiosos, o que antes hemos nombrado (estudiantes, campesinos, etc) es la categora deciudadano, pseudo-clase social que nos desintegra en la apariencia de su integracin.Esta categora completamente aclasista es verdaderamente una ideologa, con sus mtodospara idealizar la realidad y su finalidad que pareciera ser humanizar el capitalismo, como sifuera posible maniatar algunos de sus tentculos para volverlo ms justo.

    Las races del ciudadanismo deben buscarse en la disolucin del viejo movimiento obrero, cuando ya ningunafuerza se senta capaz de emprender la transformacin radical del mundo y en vista de que la explotacin seguasu curso, era necesario que se expresara alguna forma de contestacin, sta fue el ciudadanismo.

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    La lucha de clases es sustituida aqu por la participacin poltica de los ciudadanos, que eligen a sus

    representantes. Aquellos componentes que se sientan ms hroes actuarn constantemente para hacer presinsobre ellos, con el fin de que apliquen aquello para lo que fueron elegidos. Naturalmente, los ciudadanos no debenen ningn caso sustituir a los poderes pblicos. Se les deja de vez en cuando, en el extremo de su radicalidad,practicar la "desobediencia cvica" (ya no "civil", trmino que recuerda con excesiva incomodidad a la "guerracivil"), para obligar a los poderes pblicos a cambiar de poltica.

    Para encubrir las diferencias entre pobres y ricos, las leyes y constituciones elaboradas por los legisladores de laclase dominante pretenden que en realidad todos somos "iguales ante la ley". Pretenden as que olvidemosnuestras diferencias de clase, por la posibilidad de tener el derecho de votar o mayora de edad. La ciudadanaes la consagracin del proletario convertido en individuo ideolgicamente aburguesado (pues sucondicin econmica sigue siendo la misma). El ciudadanismo se desarrolla, adems, como ideologa propiade una sociedad que no concibe la superacin de este sistema. Al ciudadano jams lo dejan ver ms all de suspropias narices, pero no contento con eso opinar sobre todo, intentando hacerse entender por medio del

    miserable lenguaje que le han dado, diciendo que los problemas son aislados y que sus razones son inmediatas-si es que alguna vez concibe que puedan llegan a tenerlas-. Cuando no opina sobre la farndula, el clima o elftbol, ama hacerlo sobre lo que comprende como problemas sociales: es exactamente eso lo que lo hace sentirun verdadero ciudadano.

    As, se quejar del tpico de moda, la inseguridad, y dir por ejemplo que le roban en todas partes, sinencontrar ni por asomo las causas de ello en las relaciones capitalistas. Por esto mismo jams se sentir robadopor el Estado al pagar impuestos, en su trabajo por su patrn, o en el supermercado por las empresas, ycuando le metan cmaras en su casa y vigilen todos su pasos o -gracias a sus pedidos de polticas de manodura- comiencen a meter personas indiscrimidamente en las crceles o directamente las asesinen por gatillo fcil(ambos casos donde la mayor cantidad de vctimas siempre son los proletarios), no sentir que sus reclamos sonuna causa de ello, o que vena avalando esas polticas.

    Cuando quiere ser bueno con la humanidad es an peor y expone propuestas como la tasa Tobin, un impuesto del0,1% sobre el flujo de capitales internacionales para apalear el hambre en todo el mundo. Pero Por qu loscapitalistas querran acabar con el hambre y la pobreza en el mundo? Su inocencia e ignorancia no son dainaspor irrealizables, son dainas porque confunden y distraen con estupideces a los proletarios que quierentransformar la realidad. En todas las revoluciones anteriores, -escriba Rosa Luxemburgo en 1918- loscombatientes se enfrentaban a cara descubierta: clase contra clase, programa contra programa. En la revolucinpresente las tropas de proteccin del antiguo rgimen no intervienen bajo el estandarte de las clases dirigentes. Sila cuestin central de la revolucin fuera planteada abierta y honradamente: capitalismo o socialismo, ningunaduda, ninguna vacilacin seran hoy posibles en la gran masa del proletariado.

    Comprende que la explotacin existe, pero la entiende casi siempre como un trabajo precario y mal pagado, lo queefectivamente es el caso de la inmensa mayora de los asalariados del planeta. Pero esta definicin restrictivaimplica que crear durante seis horas diarias softwares educativos a cambio de un buen salario y en un ambiente

    que respete el entorno, sin ninguna discriminacin tnica, sexual o de gnero, en conexin con los habitantes del

    25Alain C, El impase ciudadanista. Contribucin a la crtica del ciudadanismo . Editado por Mariposas del Caos en Textos

    contra el ciudadanismo. Disponible en: http://ar.geocities.com/mariposasdelcaos/ciudadanismo.html

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    barrio y las asociaciones de consumidores, ya no sera explotacin.26

    Otra vez su confusin de desear un mundocon trabajo asalariado para todos es nociva y su base es el desconocimiento, porque el capitalismo no podraexistir si todos fusemos explotados de buena manera y en trabajos relativamente sanos. Bajo estas supuestascondiciones, no existira ese ejrcito de reserva tan necesario para los capitalistas, y desaparecera el miedo aperder el trabajo, que es justamente lo que mas nos ata a l.

    En sus ataques de pseudo-ira exclama que nos van a remplazar a todos por robots, pero no piensa que los robotsluego de trabajar no consumen lo producido, o que l cuando trabaja vale menos que un robot: si la mquina serompe hay que pagar para arreglarla, en cambio si l se lesiona basta con despedirlo y tomar otro. Adems, el

    autmata necesita de un proceso de fabricacin, mientras personas a la espera de un puesto de trabajo hay milesy se consiguen sin gastar un peso.

    Es por eso que sus propuestas siempre son idealistas por lo tanto, segn la ideologa ciudadanista las cosasno cambian para bien porque quienes nos gobiernan son gente mala, o tal vez porque nosotros an nosomos lo suficientemente buenos para cambiarlas: La modificacin de la conciencia, separada de lascondiciones materiales, bastara para trasformar lo existente. Respondemos con Alain C: El capital no es unafuerza neutra que, "orientada" convenientemente, podra engendrar la felicidad de la humanidad de lamisma manera que provoca su perdicin. No puede descontaminar de la misma manera que contamina, comopretenda un ciudadanista ecologista, puesto que su propio movimiento lo conduce ineluctablemente a contaminary destruir, o sea, el movimiento de acumulacin y de producir para dicha acumulacin pasa por encima decualquier idea de necesidad, as como de la necesidad vital que supone para la humanidad preservar su medioambiente. El capital tan slo obedece a sus propios fines, no puede ser un proyecto humano. Ante l no estn lasnecesidades de la humanidad, sino la necesidad de la acumulacin. Si por ejemplo, se dedica a reciclar, la ramaque se cree para ello har todo lo necesario para tener siempre cosas que reciclar. El reciclaje, que no es ms queotra forma de producir materia prima, crea siempre ms desechos reciclables. Adems, contamina tanto comocualquier otra actividad industrial.

    Por su mismo idealismo no se sentir ofendido por lo que podamos decirle, en su totalitarismo democrtico haylugar para todas las ideas. Pero eso s, bajar su bandera de la tolerancia en cuanto las palabras sean superadaspor los hechos. Puede obligar, por ejemplo, al explotado a dialogar con su patrn, pero si el explotado responde, elciudadano corre a llamar a la polica con alegra y sin remordimientos.

    No hemos criticado a los ciudadanistas porque no tengamos los mismos gustos, los mismos valores o la mismasubjetividad. Y tampoco hemos criticado a los ciudadanistas en cuanto personas, sino al ciudadanismo en cuantofalsa conciencia y en cuanto movimiento reaccionario.

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    26Gilles Dauve, Qu anti-capitalismo?

    27Alain C, El impase ciudadanista. Contribucin a la crtica del ciudadanismo.

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    REVOLUCIN PROLETARIA Y CONCIENCIA.Lo que es inadmisible es esperar que primero se tome conciencia, se recupere la identidad de clase, y slo

    despus se entre en lucha, con todo muy clarito ypalante! Esto es absurdo y paralizante, y por ello reaccionario:el proletariado acta cuando tiene necesidad de hacerlo, empujado por la explotacin y la opresin a la que le

    somete el capital y su Estado. Y slo en la accin, en la lucha real, puede tomar conciencia para seguir luchandohasta las ltimas consecuencias. S