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Estela Monroy Serie Cuadernos de Género para Nicaragua Equidad de género en el mercado laboral Nicaragua 1 Cuaderno # 1 Banco Mundial Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

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Estela Monroy

Serie Cuadernos de Género para Nicaragua

Equidad de género en el mercado laboral

Nicaragua

1

Cuaderno # 1

Banco Mundial

Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

© 2008

Banco Mundial1818 H Street, NWWashington, DC 20433, EE.UU.Teléfono: +1-202-473-1000Internet: www.worldbank.orgE-mail: [email protected]

Banco Interamericano de Desarrollo1300 New York Avenue, NWWashington, DC 20577, EE.UU.Telefono: +1-202-623-1000Internet: www.iadb.org

Todos los derechos reservadosEsta publicación fue preparada con el apoyo del Banco Mundial. Los resultados, interpretaciones y conclusiones en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de sus autoras y de ninguna manera pueden ser atribuidos al Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo, a sus organizaciones afiliadas o miembros de su Directorio Ejecutivo, o a los países que ellos representan.

El Banco Mundial no se hacen responsables de las consecuencias que resulten de la utilización de la información y datos aquí contenidos.

El material de esta publicación se encuentra registrado como propiedad intelectual.

Créditos

Impreso » en Nicaragua por PRINTEXDiseño, diagramación y foto portada: » Atma Comunicaciones | [email protected]ón: » Ivonne Siu

Serie Cuadernos de Género para Nicaragua

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua 3

Presentación

1. Introducción

2. Revisión de la literatura

3. Perfil laboral Evolución de la Población en Edad de Trabajar (PET)

Evolución de la participación laboral de hombres y mujeres en Nicaragua:

4. Características de la población económicamente activa ocupada

Segregación ocupacional

Brecha de ingresos

Informalidad

Grupos indígenas

5. Conclusión

Bibliografía

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Indice

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua2

Para acelerar los procesos de desarrollo en América Latina, es importante establecer igualdad de oportunidades y capacidades entre hombre y mujeres. Diversos estudios demuestran que cuando ambos reciben las mismas oportunidades y pueden desarrollar su potencial, la calidad de vida de toda la sociedad mejora, el crecimiento económico se acelera y la gobernabilidad democrática se fortalece. En este contexto, la igualdad de género se convierte en un tema clave que merece atención tanto por el lado de la investigación analítica como por la implementación de iniciativas de desarrollo consistentes con dicha investigación. En este sentido, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, se complacen en presentar los Cuadernos de Género para Nicaragua, un trabajo conjunto realizado en coordinación con el Instituto Nicaragüense de la Mujer, INIM. Esta serie de diagnósticos de género contribuye a avanzar en el conocimiento sobre la relación entre género y el desarrollo del país, así como también identificar temas prioritarios para las mujeres que se deberían tomar en cuenta en las estrategias y programas de desarrollo que apoyamos.Los temas que se presentan responden a una consulta amplia con el Gobierno, la sociedad civil, expertas de género en Nicaragua, y otras agencias de la cooperación internacional. Como resultado de estas consultas, los estudios elegidos tienen como objetivo aumentar la disponibilidad de datos cuantitativos e información cualitativa sobre temas prioritarios de género tanto en el ámbito económico como en el social. El BID y el Banco Mundial reconocen que la mujer tiene un papel cada día más protagónico en la construcción de la democracia y en el desarrollo de los países de la región. Estamos comprometidos a apoyar al Gobierno de Nicaragua en sus esfuerzos para cerrar las brechas de género y ampliar las oportunidades de desarrollo para las mujeres Nicaragüenses.

Agradecemos al equipo coordinador de este trabajo del Banco Interamericano de Desarrollo, conformado por Anne-Marie Urban de la Unidad de Género y Diversidad del Sector Social como líder del estudio; Estela Monroy de la misma unidad y Carolina López-Aragón de la representación del BID en Nicaragua. Agradecemos también a la colaboración de Miguel Manzi, antiguo coordinador de país para Nicaragua, y al apoyo financiero de los fondos de cooperación técnica de Transversalización de Género y de Inclusión Social del Banco Interamericano de Desarrollo.

El equipo coordinador por el Banco Muncial estuvo liderado por María Beatriz Orlando del Grupo de Pobreza y Género para America Latina; Lucia Fort y Ana María Muñoz Boudet de la misma unidad; y Coleen Littlejohn e Ivonne Siu por parte de la Oficina de País en Nicaragua y de la Unidad de Coordinación de Centroamérica del Banco Mundial. Agradecemos también al apoyo financiero de Danida y DFID quienes hicieron posible esta publicación.

Junio de 2008 - Managua, Nicaragua

Joseph Manoharan Owen Representante del Banco Mundial

Mirna Liévano de MarquesRepresentante del BID

Presentación

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua 3

El reporte que se presenta a continuación es parte de la “Serie de Cuadernos de Género para Nicaragua”, un esfuerzo conjunto entre el Banco Inter-Americano de Desarrollo y el Banco Mundial para contribuir con el logro de la equidad de género en América Latina.

La equidad de género en la sociedad tiene distintas dimensiones, como por ejemplo, equidad en la educación, en el acceso a servicios de salud, en participación política, etc. Sin embargo, este informe sólo se analizará la dimensión de la equidad de género en el mercado laboral. Dentro de esta dimensión se analizarán aquellos temas relacionados a la población en edad de trabajar, participación laboral, diferenciales en el empleo, segregación ocupacional, formalidad, informalidad y brecha de ingresos por género a nivel nacional.

Nicaragua ha tenido avances concretos respecto a la consideración del género en las políticas públicas, un ejemplo de ello es “...la elaboración de la Política Nacional de Empleo. Por primera vez en Nicaragua y después de un lobby muy fuerte, las mujeres trabajadoras representadas por el Movimiento de Mujeres Trabajadoras Maria Elena Cuadra (MEC) fueron invitadas a estas discusiones. Tenía el apoyo de varias directoras en el Ministerio, y del INIM. Las mujeres del Ministerio de Trabajo se unieron para incluir las propuestas de MEC en el plan final. Como resultado, se han podido fortalecer el derecho a un trabajo digno para hombres y mujeres, e incluir temas como igual salario para igual trabajo, ampliación de oportunidades para formación técnica, y artículos sobre la discriminación y segregación en el trabajo (Agurto 2006)” (Geske, 2007). Por otro lado, en Junio del 2004, el Banco Mundial presentó el Diagnóstico de Pobreza para Nicaragua según el cual se menciona que “..la equidad de género en dicho país está asociada con temas como la violencia familiar y el mercado laboral”. El segundo de estos temas se aborda en este informe utilizando la Encuesta de Medición del Nivel de Vida (EMNV) del 2005 con una muestra de 36917 habitantes.

Considerando todos estos elementos, el objetivo de este reporte es describir la evolución de algunos indicadores del mercado laboral de Nicaragua por sexo. Utilizando la EMNV 2005, se parte por identificar a la población en edad de trabajar (PET) y a la población económicamente activa (PEA), luego se observará su evolución por sexo.

Más adelante, se detalla el análisis de equidad de género en el mercado laboral para todos aquellos que están ocupados. El análisis permite conocer la distribución de los trabajadores por ocupación, rama de actividad económica y categoría ocupacional. Con esta información se procede a hacer un análisis de la segregación ocupacional y brechas salariales que permitan evaluar la eficiencia en el mercado laboral. Finalmente, se presentan las principales conclusiones.

1. Introducción

*. Este documento cuenta con los comentarios de Ivonne Siu Bermudez, Coleen Littlejohn y Maria Beatriz Orlando (Banco Mundial).

*

2. Revisión de la literatura

Al igual que en la mayoría de los países de América Latina, la problemática del mercado laboral en Nicaragua es un tema que aun sigue en debate.

Si bien no existe mucha literatura empírica respecto a los factores que están detrás de las brechas de género, hay estudios de diagnóstico que muestran la evolución del mercado laboral de Nicaragua en el tiempo. Asimismo, estos trabajos analizan las relaciones que existen entre distintos fenómenos macroeconómicos y microeconómicos dentro de la dinámica del mercado laboral. Autores como Gamboa, D’Angelo y Kries (2007) analizan la flexibilización del mercado laboral en Nicaragua constatando que, en general, se da una mayor incidencia del trabajo precario entre las mujeres, mientras se reporta una mayor incidencia de procesos flexibilizadores entre los hombres.

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua4

Según el Sistema de Indicadores con Enfoque de Género de Nicaragua (SIEG), la población en edad de trabajar se toma a partir de los 10 años y más. Ponderando por el factor de expansión correspondiente, se obtienen los siguientes resultados.

En el año 2005, el 77.8% de la población total se encuentra en edad de trabajar. Dentro de este grupo, la composición por género es la siguiente, el 51.5% de la PET está constituida por mujeres y el 48.5% por varones.

Este resultado es consistente con la información proporcionada por el SIEG en la cual se observa que desde 1995 la proporción de mujeres en la PET es casi siempre superior a la de los hombres (Ver gráfico 01); sin embargo la tendencia, desde 1995, es que la brecha entre la PET de mujeres y hombres se mantenga constante, algo que no

La población femenina enfrenta problemas para insertarse en el mercado laboral; además de sufrir limitaciones para ejercer el derecho a la propiedad, a recursos productivos, capacitación, asistencia técnica, tecnologías, crédito, entre otros; situación que impide que las mujeres puedan convertirse en sujetos económicos, potenciar sus capacidades y romper con el círculo de la pobreza.

Evolución de la Población en Edad de Trabajar (PET)

Desde mediados de los 90, la mujer en edad de trabajar ha superado en cantidad a la proporción de hombres que se encuentran en las mismas edades. A pesar de que la brecha se redujo entre los años 2000 y 2002, en el 2005 aumentó debido al crecimiento de la población de mujeres en relación a los hombres. Al analizar la composición del indicador: población en edad de trabajar, refleja en qué medida los cambios demográficos que están ocurriendo en Nicaragua inciden en el cambio de la estructura del mercado laboral.

3. Perfil laboral

Se debe tener cuidado con las estimaciones ya que el dato de la edad no está disponible para todos los encuestados. De los 40874 encuestados, 3957 1. tienen un valor “missing” en la edad (personas registradas como ausentes).La fórmula es i00= (i00a*100)+i00b2.

Por otro lado, en el Diagnóstico de Género y Mercado Laboral de Nicaragua preparado por Tinoco y Vilchez (2003) se analizó la dinámica del mercado laboral y su impacto en las condiciones de trabajo de hombres y mujeres, enfatizando la participación de las últimas en el sector informal urbano y rural. La principal crítica de este documento se refiere a las mediciones tradicionales del mercado laboral que no dan cuenta de los fenómenos sociales subyacentes que ocurren en Nicaragua. Por ejemplo, si entre 1998 y el 2001 el empleo y el desempleo experimentaron una situación de estancamiento, entonces los autores se preguntan dónde se encuentra la fuerza de trabajo que entró a la PEA y provocó su crecimiento en dicho periodo.

De acuerdo a los autores, parte de la respuesta a esta incógnita está en las migraciones y el subempleo. Ambos fenómenos explican el por qué la economía del país no ha colapsado y se sostienen como mecanismos de ajuste del mercado laboral. Por otro lado, los autores citan el trabajo elaborado por el FIDEG en 1995, quienes haciendo uso de metodologías como el costo de reemplazo y el costo de oportunidad, encuentran que la contribución de las mujeres que se desempeñan en el trabajo doméstico asciende al 33.15% del PBI, mientras que la contribución de los hombres ascendió al 5.7% del PBI.

Finalmente Fernández-Pacheco (2003) hace un análisis histórico del rol que ocuparon las mujeres en el mercado laboral de distintas épocas. Luego conduce un diagnóstico similar al que se presenta a continuación haciendo uso de distintas bases de datos de Organismos Internacionales. A nivel local utiliza la Encuesta de Medición del Nivel de Vida 2001.

Sin embargo, a diferencia de los estudios anteriores éste va más allá del diagnóstico local ya que analiza también el tema de las migraciones que es complementario al diagnóstico de mercado laboral porque al faltar ingresos en el hogar, se toma como opción enviar a los hijo(a)s adolescentes a las ciudades o fuera del país a trabajar.

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Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua 5

sucedió en el 2005 donde la brecha se amplió considerablemente dadas las modificaciones por ambos lados. Por parte de las mujeres, la cantidad de las mismas en edad de trabajar aumentó considerablemente mientras que en el caso de los hombres se redujo.

En este sentido, sería interesante explorar las razones sociodemográficas de este cambio, las cuales podrían abarcar tanto temas de conflicto armado como migraciones.

Gráfico 1. Nicaragua 1995-2005: Población en Edad de Trabajar

48.048.5

49.049.550.0

50.551.0

51.552.0

1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2005

(%)

Hombres Mujeres

Fuente: EMNV 2005. Elaboración Propia

A pesar de que la definición nacional respecto a la población en edad de trabajar considera a las personas de 10 años a más, la actual Constitución Política de Nicaragua establece la obligatoriedad de la enseñanza primaria, lo cual significa que los niños deberían asistir a un centro de estudios hasta completar los seis años de educación primaria. La edad oficial a la que se completa dicho nivel es la de 12 años. Asimismo, según el Código de la Niñez y la Adolescencia y el Ministerio del Trabajo, la edad mínima a partir de la cual está permitido ingresar al mercado laboral es de 14 años. Dada esta restricción legal, la nueva PET estaría conformada por las personas de 14 años a más. Sin embargo, para ser consistentes con los resultados obtenidos por el SIEG y con el Informe General de la Encuesta Nacional sobre Medición del Nivel de Vida 2001, se utilizará a la PET a partir de los 10 años.

Desde 1995 al 2005 la participación laboral de hombres y mujeres ha aumentado considerablemente tanto en áreas urbanas como rurales. Sin embargo en relación al promedio de América Latina, la tasa de participación laboral femenina aun es baja, mientras que la masculina supera la tasa promedio de la región. La importancia de este indicador radica en la caracterización de aquellas personas que participan en el mercado laboral, por otro lado el análisis de su evolución en el tiempo nos permitirá saber que está detrás del aumento o disminución de dicha participación, y esto a su vez permitirá dar luces a la elaboración de una política pública.

Evolución de la participación laboral de hombres y mujeres en Nicaragua:

Se considera a la Población Económicamente Activa a las personas que caen en las siguientes categorías: 3. a) Trabajaron al menos una hora durante el período de referencia de la medición (la semana anterior) en tareas con o sin remuneración, incluyendo la ayuda a otros miembros del hogar en alguna actividad productiva o en un negocio o finca del hogar. Bajo este criterio se utilizaron las preguntas s5p1 y s5p3 que se citan en el Cuestionario de la EMNV 2005. b) No trabajaron, pero tenían algún empleo o negocio del cual estuvieron ausentes por enfermedad, huelga, licencia, vacaciones u otras causas. Bajo este criterio se utilizó la pregunta s5p2. c) Personas que durante el periodo de referencia de la medición, buscaban activamente un trabajo, incluye a los cesantes, los que buscaban por primera vez un trabajo, los que buscaron la semana pasada, los que buscaron hace cuatro semanas y los desalentados. Bajo este criterio se utilizaron las preguntas s5p4, s5p5 y s5p6. Cabe señalar que los valores “missing” corresponden a aquellas personas que perteneciendo a la PET no contestaron adecuadamente las preguntas anteriores, de tal modo que a estas personas no se las puede clasificar como PEA o no PEA.

3

En el 2005, las estimaciones indican que la PEA estuvo conformada por 2,262,789 personas, un 56.6% de la población en edad de trabajar (PET desde los 10 años), con lo cual un 43.4% de la PET se constituyó como población inactiva o fuera de la fuerza laboral en el 2005. El porcentaje obtenido para la PEA es mayor al estimado para 1993 (46.4%) y 1998 (54.7%), pero menor al obtenido en el 2001 (57.4%) según el Informe Final de los resultados de la EMNV-2001.

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua6

Al desagregar las tasas de actividad por área de residencia, vemos que en todos los años las tasas de participación laboral masculina en el área rural son mayores en relación a las del área urbana; caso inverso ocurre con las mujeres, cuya tasa de participación es más alta en el área urbana.

Al analizar la estructura de la PEA por grupos de edad se obtuvo una distribución similar a la observada en 1993. Para el caso de las mujeres se observa que la participación laboral es mayor a la registrada en 1993 para los grupos de edad que van desde los 15 hasta los 74 años.

A diferencia de este resultado, en el caso de los hombres se observa un aumento en la participación laboral de todos los grupos de edad que van desde los 10 hasta más de los 80 años. Sin embargo la magnitud de dicho aumento es menor al aumento registrado para las mujeres, como se puede apreciar en el gráfico 02.

Gráfico 2. Participación Laboral por grupos de edad y género 1993-2005

0.0

10.0

20.0

30.0

40.0

50.0

60.0

70.0

80.0

90.0

100.0

De 10 a 14

De 15 a 19

De 20 a 24

De 25 a 29

De 30 a 34

De 35 a 39

De 40 a 44

De 45 a 49

De 50 a 54

De 55 a 59

De 60 a 64

De 65 a 69

De 70 a 74

De 75 a 79

De 80 a m

as

(%)

Hombres05 Mujeres05 Hombres93 Mujeres93

Cuadro 1: Tasa de actividades de 10 años y más, por género, según área de residencia

Fuente: Encuesta Nacional sobre Medición de Nivel de Vida, 2001 - Informe General - Elaboración propia - Estimaciones con la EMNV 2005

Total Mujeres Hombres Total Mujeres Hombres Total Mujeres Hombres Total Mujeres HombresPaís 46.4 30.0 64.1 54.7 36.7 73.6 57.5 40.2 75.6 56.6 39.0 75.3Urbano 46.3 35.6 58.4 54.9 43.7 67.9 57.6 45.3 71.5 57.0 45.6 70.5Rural 46.7 21.6 71.3 54.4 26.7 80.2 57.4 31.17 81.2 55.7 28.9 80.7

1993 1998 2001 2005*

Fuente: Informe General EMNV 2001 y estimaciones para el 2005.

El patrón de actividad laboral para todo el ciclo de vida se puede apreciar en el gráfico Nº 3, el cual muestra que en edades extremas (de 70 a más años) la tasa de participación laboral es más baja en relación al resto de grupos de edad tanto para hombres como para mujeres. Para el caso de las mujeres, en el 2005, la participación laboral más alta se observa en el grupo de edad de 35 a 39 años, mientras que a inicio de la década pasada, el rango de edad que va de los 40 a 44 años, obtuvo la tasa de participación laboral más alta.

Merece tener en cuenta que según el Informe Final de la EMNV-2001, los incrementos sustantivos en las tasas de actividad, desde 1993, pueden explicarse por la fecha en que se ha efectuado el levantamiento de la información. Las encuestas de 1998 y 2001 se realizaron con aproximación al inicio de la estación lluviosa, particularmente la del 2001, por tanto es más probable una mayor captación de la actividad económica de las personas, en especial de aquellas vinculadas al agro.

a) PEA según la definición del Instituto de Estadística y Censos de Nicaragua (desde los 10 años):

Respecto a los resultados del 2005, tenemos que del total de la PEA estimada, un 64.5 % está conformado por hombres y un 35.5% por mujeres. La participación laboral masculina ascendió a 75.3% y la participación laboral femenina a 39%; en ambos casos, los porcentajes son mayores a los obtenidos en 1993 y 1998 pero menor a lo obtenido en el 2001 como se puede apreciar en el cuadro 01. Para el caso particular de las mujeres vemos que la participación laboral pasó de 30 % en 1993 a 39 % en el 2005.

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua 7

En el caso de los hombres, la participación laboral más alta se observa en los grupos de edad que van desde los 25 a los 54 años para 1993 y en los que se ubican entre los 25 a los 59 años para el 2005.

Nicaragua y América Latina

Para hacer posible la comparación de Nicaragua con el resto de países de América Latina, es necesario utilizar la definición que utiliza la Organización Internacional del Trabajo respecto a participación laboral. Considerando la definición de la OIT, sólo se toman en cuenta a las personas que trabajan y buscan trabajo en el rango de edad de los 15 a 64 años, la PEA de Nicaragua ascendió a 68% en el 2005.

Utilizando la información de la EMNV 2005 se obtuvo que 63.4% de la fuerza laboral está conformado por hombres y el 36.6% por mujeres. La participación laboral femenina asciende a 48.3% y la masculina a 89.1%. Junto con Guatemala, Chile, México, Costa Rica, Panamá, Republica Dominicana y El Salvador; Nicaragua tiene una tasa de participación laboral femenina menor al promedio de América Latina y El Caribe (55.3%, ver gráfico 03). Lo contrario ocurre en el caso de los hombres, cuya participación laboral es mayor al promedio de América Latina (83.8%).

Al desagregar las tasas de participación laboral por área de residencia, vemos que el patrón es similar al obtenido con la definición anterior, sin embargo en este caso se obtienen tasas más altas. En el caso de las mujeres, la tasa de participación laboral asciende a 55.6% en la zona urbana. Esta tasa es mayor a la registrada en los años 1993 (43.5%), 1998 (50.7%) y 2001 (52%) según datos de la CEPAL. En el área rural, la participación laboral femenina asciende a 33.6%, un porcentaje menor al obtenido en el 2001, pero mayor a los registrados en 1993 (24.9%) y 1998 (30.8%) según la CEPAL. En el caso de los hombres del área rural, esta tasa ascendió a 86.8%.

El limitado acceso a recursos técnicos y financieros, y los factores culturales de género restringen su desempeño económico a espacios y actividades congruentes con el tiempo y actividades que les demanda su rol doméstico. La ubicación de los negocios dirigidos por mujeres coincide por lo general con su entorno doméstico; Lacayo (2006) estima que un 43% de sus negocios están ubicados en la casa de habitación y un 56% tienen sus negocios en locales cerca de sus hogares.

b) Población desocupada:

La tasa de desempleo abierto no es una medida muy relevante dados los niveles de pobreza en Nicaragua donde las personas no pueden financiarse períodos de desempleo prolongados y por tanto deben dedicarse a cualquier actividad que les permita sobrevivir. En la actualidad, la disminución del nivel del desempleo nacional no es signo de mejoría en el mercado laboral, por el contrario, es signo de preocupación dado que los empleos que las personas están consiguiendo son muy precarios. Este fenómeno requiere un análisis profundo para luego proponer la política pública pertinente. Para analizar la tasa de desempleo nacional, se incluyeron, además de los que se declaran desempleados, a aquellas personas desalentadas (se cansaron de buscar trabajo), a quienes esperan la respuesta de un empleador, esperan la estación, no saben cómo buscar empleo, o que dicen que no hay trabajo.

0 5 10 15 20 25

Guatemala

Nicaragua (*)

Bolivia

El Salvador

Paraguay

Brasil

Ecuador

Colombia

Rep. Dominicana

Venezuela RB

Gráfico 3. Tasa de desempleo 1990-92 2000-04 (%)

1990-92 2000-04

Fuente: 2006 World Development Indicators – World Bank - Elaboración Propia (*) Estimación con la EMNV 2005.

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua8

Nicaragua y América Latina

Para comparar la tasa de desempleo de Nicaragua en relación al resto de América Latina, es necesario considerar la definición uniforme que emplea la OIT. Según la definición de desempleo o desocupación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) las personas desocupadas son aquellas que buscan empleo. Sin embargo si se utiliza esta definición, se obtienen tasas de desempleo muy bajas principalmente porque la mayoría de personas no declara estar buscando trabajo ni en la última ni en las cuatro semanas anteriores, por el contrario podría suceder que respondan que no están buscando trabajo cuando en realidad sí lo hacen y en lugar de ello declaran algún trabajo temporal o no responden y dejan esta pregunta con valor missing mientras que en otras preguntas declaran los oficios o actividades temporales que realizaron en la semana pasada.

Es importante tener en cuenta que al utilizar la definición de la OIT se observa que el 41% de los hombres y el 62% de las mujeres tiene valor missing a la pregunta si busco trabajo en la última semana; por otro lado, el 78% de los hombres y el 88% de las mujeres entrevistadas tienen valores missing a la pregunta de si buscó trabajo en las últimas cuatro semanas.

En comparación con América Latina, según el World Development Indicators del 2006, Nicaragua registró en el periodo 90-92 una tasa de desempleo menor a la registrada por la región (ver gráfico 4). De igual modo, de acuerdo a las estimaciones de la EMNV 2005, la tasa de desempleo, según la definición de la OIT, fue de 4.2%, una tasa menor a la de América Latina (9.5%). Según esta definición, las mujeres tienen una tasa de desempleo (4.7%) ligeramente más alta en relación a la de los hombres, 4%.

Tomando en consideración esta definición de desempleado, la tasa de desempleo nacional estimada asciende a 10.5% (ver Cuadro 3). Para las mujeres la tasa de desempleo va en aumento desde 1993, registrando para el 2005 un 14.6% mientras que en el caso de los hombres sucede lo contrario, y con ello la tasa de desempleo decreció a 8.2% en el 2005.

4

Para el caso de la presente Encuesta se consideraron dos preguntas respecto a la búsqueda de empleo que se complementan: 4. S5p4: ¿Buscó trabajo la semana pasada?

S5p5: ¿Buscó trabajo en las cuatro últimas semanas? Ambas preguntas se complementan en el sentido de que si una persona contestó una de ellas afirmativamente entonces no contestó la otra pregunta. Por tanto, tenemos personas que buscaron empleo en la semana pasada o buscaron empleo en las cuatro últimas semanas.

Fuente: 2006 World Development Indicators – World Bank(*) Estimación con la EMNV 2005. - Elaboración Propia

Gráfico 4. Tasa de desempleo 1990-92 2000-04 (%)

1990-92 2000-040 5 10 15 20 25

Guatemala

Nicaragua (*)

Bolivia

El Salvador

Paraguay

Brasil

Ecuador

Colombia

Rep. Dominicana

Venezuela RB

Cuadro 3. Tasa de desempleo EMNV 1993, 2001 y 2005

Fuente: Informe Final EMNV 2001. (*) Estimado

Total Mujeres Hombres1993 13.4 12.2 14.01998 11.6 13.5 10.62001 11.3 13.0 10.32005 (*) 10.5 14.6 8.2

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua 9

La OIT define a la población con empleo o población ocupada a todas las personas dedicadas, aunque sólo fuera por una hora, a la producción de bienes y servicios durante un corto período de referencia y a todas las personas que tienen un puesto de trabajo y que se han ausentado del mismo, pero que trabajan en él de manera habitual . Se trata de un concepto extensivo que engloba a todos los tipos de situación de empleo, incluidos, el trabajo ocasional, el trabajo con jornada reducida y todas las formas de empleo irregular.

Es por este motivo que se optó por contabilizar a aquella proporción de la PEA (desde los 10 años) que no está desempleada ni desalentada. Considerando esta metodología, en el 2005 se obtuvo una tasa de empleo alta entre los hombres (91.8%) mientras que, en el caso de las mujeres, a pesar de que la tasa de empleo es alta (85.4%), la misma no aumentó en relación a años pasados (ver Cuadro 4).

Dentro del total de ocupados, la estructura por género estimada para el 2005 es la siguiente, el 35% son mujeres y el 65% son hombres. El SIEG muestra que para el 2001 la estructura por género fue la misma que la obtenida en el 2005, y en 1998 la estructura fue de 33.7% para las mujeres y 66.3% para los hombres. Al analizar la ocupación por zona de residencia, se observa que el 57.3% de los ocupados se concentran en las áreas urbanas y un 42.7% en las áreas rurales. Si se clasifican a los ocupados por categoría ocupacional, se obtiene la siguiente distribución por sexo (Cuadro 5).

4. Características de la Población Económicamente Activa Ocupada

La proporción de personas ocupadas ha aumentado considerablemente desde 1993, sin embargo la estructura por género de la fuerza laboral no ha variado significativamente en relación a la década pasada. La mayor variación se observa al interior de las categorías ocupacionales en donde observamos, que en relación a la década pasada, la proporción de mujeres trabajadoras por cuenta propia ha aumentado tanto que en el 2005 superó a la proporción de hombres que trabajaban en la misma categoría.

Para el caso de los ocupados, Nicaragua considera a aquellas personas que durante la semana de referencia trabajaron al menos una hora. Por tanto se 5. consideraron las siguientes variables dentro de la Encuesta: - Trabajaron durante la semana pasada (s5p1=1) - Aunque no trabajaron la semana pasada tienen algún trabajo (s5p2=1) - Aunque no trabajo la semana pasada, realizo alguna actividad (s5p3<8)

5

Cuadro 4. PEA ocupada (%)

Fuente: Informe Final EMNV 2001. (*) Estimado Elaboración propia

Total Mujeres Hombres1993 86.6 87.8 861998 88.4 86.5 89.42001 88.7 87.0 89.72005 (*) 89.5 85.4 91.8

Cuadro 5. Nicaragua 2005: Distribución de los ocupados por categoíia ocupacional y género

Fuente: EMNV 2005 - Elaboración propia.

Mujeres (%) fila (%) col Hombres (%) fila (%) col Total (%) col

empleado / obrero 327,474 39.8 45.2 496,291 60.2 36.7 823,765 39.7jornalero / peón 11,291 5.8 1.6 182,230 94.2 13.5 193,521 9.3trabajador sin pago 103,755 30.9 14.3 232,198 69.1 17.2 335,953 16.2patrón / empresario 22,949 22.0 3.2 81,343 78.0 6.0 104,292 5.0cuenta propia 258,527 41.9 35.7 358,236 58.1 26.5 616,763 29.7miembro de coop. 440 42.0 0.1 607 58.0 0.0 1,047 0.1otro 535 98.2 0.1 10 1.8 0.0 545 0.0Total 724,971 34.9 100.0 1,350,915 65.1 100.0 2,075,886 100.0

En general, casi la mitad de los ocupados son asalariados (49%), es decir conforman el grupo de empleados/obreros y jornalero/peón. En relación a años anteriores, este porcentaje ha disminuido ligeramente: 51%, 52.8% y 50.1% en los años 1993, 1998 y 2001 respectivamente.

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua10

Para el caso de las mujeres, las asalariadas vienen a ser el 46.8% del total de ocupadas mientras que para los hombres este porcentaje es mayor, 50.2%. En relación a lo registrado en 1993, la proporción de mujeres asalariadas ha disminuido de 53.3% en 1993 a 46.8% en el 2005, mientras que en el caso de los hombres la proporción de asalariados no ha variado mucho (de 50.0% en 1993 a 50.2% en el 2005).

En segundo lugar de importancia tenemos a los trabajadores por cuenta propia, que vienen a constituir el 29.7% del total de ocupados, un porcentaje mayor al obtenido en el 2001 (28.0%) pero menor al obtenido en 1993 (35.1%).Esta categoría también se ubica en el segundo lugar de importancia tanto para hombres como para mujeres, sin embargo el porcentaje es más alto para las mujeres que para los hombres (35.7% versus 26.5%).

Respecto a 1993, la proporción de trabajadoras por cuenta propia ha aumentado de un 34.0% a un 36.2%, mientras que en el caso de los hombres, la proporción de trabajadores por cuenta propia ha disminuido considerablemente de un 35.6% a un 27.6%. (Ver Gráfico 6). Este dato corrobora que cada vez más, las mujeres se agrupan en esta categoría como consecuencia de la falta de oportunidades en el mercado laboral asalariado. En el estudio de Lacayo (2006), realizado con micro y medianas empresas, las mujeres manifiestan que tener su propio negocio les permite atender sus tareas reproductivas sin descuidar el negocio, además de ser una alternativa por la falta de oportunidades en el mercado laboral asalariado.

Luego sigue en orden de importancia la categoría de trabajadores sin pago (16.2%) y patrón/empresario (5%); ambas categorías mantienen un porcentaje similar al obtenido en el 2001 (16.7% para los trabajadores sin pago y 5% para los patrones/empresarios). Así también ambas categorías vienen a conformar un porcentaje más alto para los hombres que para las mujeres.

Haciendo una comparación por género en cada categoría ocupacional, vemos que los hombres tienen una mayor participación en casi todas las categorías ocupacionales, acentuándose la diferencia en las categorías jornalero/peón y patrón/empresario. La diferencia más reducida se observa en el trabajo por cuenta propia y en la categoría miembro de una cooperativa. Las diferencias de género también se pueden apreciar en la distribución de las personas ocupadas por clasificación de la ocupación o actividad económica a un dígito (ver Cuadro 6).

La distribución por ocupación ha sido calculada a un dígito para ver el panorama general de la concentración de la población ocupada por género. Bajo esta clasificación, las mujeres dominan la tercera, cuarta y quinta ocupación, es decir, técnicos y profesionales de nivel medio, empleados de oficina y trabajadores de servicios, comercio y mercados. Sin embargo, al analizar la distribución entre las mujeres ocupadas, la última ocupación - trabajadores no calificados - es la que concentra al 34.3% de mujeres.

En el caso de los hombres, las actividades dominadas son la primera, segunda y desde la sexta hasta la novena clasificación. Analizando la distribución entre los hombres ocupados, al igual que en el caso de las mujeres, la última ocupación, trabajadores no calificados, es la que concentra a la mayor cantidad de hombres (43.3% de los ocupados) en relación a las demás ocupaciones.

Gráfico 6. Trabajadores por cuenta propia 1993-2005 (%)

Fuente: EMNV 2005. - Elaboración Propia

0

510

15

2025

30

3540

1993 2005

MujeresHombres

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua 11

Cuadro 6. Nicaragua 2005: Distribución de la Población por ocupación (1 dígito) y por género

Nota: Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones (CIUO-88). Fuente: EMNV 2005Elaboración Propia

Ocupacion Mujeres (%) fila (%) col Hombres (%) fila (%) col Total (%) colPersonal de Dirección 14,352 44.2 2.0 18,120 55.8 1.3 32,472 1.6Profes. cientificos e intelec. 28,948 43.1 4.0 38,183 56.9 2.8 67,131 3.2Tecnicos y profes. nivel medio 69,895 59.1 9.6 48,345 40.9 3.6 118,240 5.7Empleados de Oficina 28,972 53.9 4.0 24,765 46.1 1.8 53,737 2.6Trab. de los servicios, vendedores de comercios y mercados 225,319 71.1 31.0 91,408 28.9 6.7 316,727 15.2Trab. Agropecuarios y pesqueros 20500 6.8 2.8 280696 93.2 20.6 301,196 14.4Oficiales, operarios y artesanos 62370 26.6 8.6 172465 73.4 12.7 234,835 11.3Oper. de instalac./ maq. y mont. 26,695 21.5 3.7 97,251 78.5 7.1 123,946 5.9Trabajadores no calificados 249,090 29.7 34.3 589,737 70.3 43.3 838,827 40.2Total 726,141 34.8 100.0 1,360,970 65.2 100.0 2,087,111 100.0

En cuanto a la clasificación por rama de actividad económica el Cuadro 7 muestra la distribución por sexo. Se observa que las cuatro primeras, la sexta y la séptima actividades están dominadas por hombres, mientras que las restantes están dominadas por mujeres, especialmente en la enseñanza, servicios sociales y salud. Sin embargo la actividad comercial, hoteles y restaurantes son las que concentra al 34.8% del total de mujeres ocupadas, mientras que en el caso de los hombres, la agricultura, caza, silvicultura y pesca es la que concentra a la mayoría de los hombres ocupados.

Cuadro 7. Nicaragua 2005: Distribución de la Población ocupada por rama de actividad económica y por género

Nota: Código Industrial Internacional Uniforme Rev.3 – Naciones Unidas - http://unstats.un.org/unsd/cr/registry/regcst.asp?Cl=2&Lg=3Fuente: EMNV 2005 - Elaboración Propia

Rama Mujeres (%) fila (%) col Hombres (%) fila (%) col Total

Agricultura, caza, silvicultura y pesca190,304 20.6 26.2 733,015 79.4 53.9 923,319

Explotacion de minas y canteras 9,094 14.8 1.3 52,520 85.2 3.9 61,614Industrias Manufactureras 4,517 19.4 0.6 18,768 80.6 1.4 23,285Electricidad, gas, agua y construccion 3,681 3.7 0.5 94,663 96.3 7.0 98,344Comercio, Hoteles y restaurantes 253,733 52.8 34.9 227,024 47.2 16.7 480,757Transporte, almacenamiento y comunicaciones 13855 15.7 1.9 74330 84.3 5.5 88,185

Establec. Financieros, bienes inmuebles y servicios prestados a las empresas 36817 34.8 5.1 69025 65.2 5.1 105,842

Ensenanza, servicios sociales y de salud 78,292 70.6 10.8 32,657 29.4 2.4 110,949

Servicios comunales, sociales y personales 135,848 69.7 18.7 58,968 30.3 4.3 194,816

Total 726,141 34.8 100.0 1,360,970 65.2 100.0 2,087,111

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua12

Una de las razones que explica la baja participación de las mujeres en el mercado de trabajo, es la carga de trabajo reproductivo, particularmente en el sector formal. Por ello tienden a concentrarse en el sector informal, bajo las categorías de trabajadoras por cuenta propia y de trabajadoras familiares no remuneradas, las que les ofrecen horarios de trabajo flexibles. Según Pinto (2006), las Mipymes hacen el balance entre lo económico y lo social; es decir vertebran socialmente el crecimiento económico, amplían el tejido social y son, por tanto, base de mayor armonía favoreciendo estratégicamente la equidad de género.

Segregación Ocupacional

La Segregación Ocupacional en Nicaragua es una de las más altas de América Latina, el 68% de los trabajadores varones causa un desbalance de género en la distribución de ocupaciones. Los patrones de segregación ocupacional por las características de la población, son similares a los obtenidos en Chile y República Dominicana, observándose que, a mayor nivel educativo menor segregación ocupacional y a mayor edad, mayor segregación ocupacional.

A continuación se analiza el grado de segregación ocupacional por género entre la población ocupada de Nicaragua desagregando por nivel de escolaridad, zona de residencia, grupos de edad y tamaño de empresa. Para este fin, se utilizó el Índice de Duncan por clasificación de ocupación y ramas de actividad económica a 1, 2 y 3 dígitos. A nivel general se obtienen los siguientes resultados para cada dígito de ocupación considerado (Cuadro 8).

A nivel de tres dígitos, los resultados indican que para lograr una paridad de género en la distribución de ocupaciones, el 68% de los trabajadores debería cambiar de ocupación. Este resultado es mayor al obtenido en Chile (56% – CASEN 2003) – y mayor también al obtenido en República Dominicana para el área urbana (57% – ENFT 2004).

El Índice de Duncan (Cuadro 9) obtenido para cada nivel educativo varía según se analiza la ocupación desagregada a 1, 2 o 3 dígitos. A partir de la información de la Encuesta se generaron seis niveles educativos: (1) primaria completa, (2) primaria incompleta, (3) secundaria completa, (4) secundaria incompleta, (5) universidad completa y (6) universidad incompleta.

A nivel de tres dígitos se observa que a mayor nivel educativo, la segregación ocupacional por género es menor, pasando de un 71% para aquellas personas con nivel primario, a un 39% para las con que tienen grado universitario culminado. Aunque a nivel de tres dígitos los resultados para Nicaragua son mayores a los obtenidos para Chile y República Dominicana, el patrón es el mismo, a mayor educación menor segregación ocupacional.

Respecto al análisis por área de residencia, (Cuadro 10) no se puede dar una conclusión definitiva sobre cuál es el área de residencia con más segregación ocupacional por género, ya que para la desagregación de uno a dos dígitos, se observa que en el área rural existe mayor segregación ocupacional que en la urbana, sin embargo, el resultado se revierte cuando se analizan tres dígitos.

Cuadro 8: Índice de Duncan por clasificación de ocupación y ramas de actividad económica

Fuente: EMNV 2005 - Elaboración Propia

Anker (1998) considera en su análisis sólo ocupaciones no agrícolas, sin embargo dado que Nicaragua tiene como actividad principal la agricultura, no 6. se excluyó a la misma del análisis de segregación ocupacional por género.

Por ocupacion a Indice de Duncan General1 digito 0.372 digitos 0.63 digitos 0.68

6

Cuadro 9: Índice de Duncan para cada nivel educativo

Fuente: EMNV 2005 - Elaboración Propia

Por nivel educativo 1 digito 2 digitos 3 digitosPrimaria incompleta 0.35 0.61 0.66Primaria completa 0.29 0.63 0.71Secundaria incompleta 0.32 0.57 0.65Secundaria completa 0.35 0.44 0.58Universidad incompleta 0.29 0.41 0.5Universidad completa 0.14 0.28 0.39

Indice de Duncan

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua 13

En Chile tampoco fue posible definir en qué área de residencia se producía una mayor segregación ocupacional debido a los distintos resultados que se obtenían al desagregar las ocupaciones a más dígitos, sin embargo en República Dominicana la segregación ocupacional es más alta en el área rural en relación al área urbana.

Respecto a los grupos de edad, el análisis ofrece el siguiente resultado (Cuadro 11). A pesar de que para el caso de Chile los resultados del Índice de Duncan son menores que para el caso de Nicaragua, se observa el mismo patrón, porque se refleja una menor segregación ocupacional entre los grupos más jóvenes y una mayor segregación ocupacional por género entre los grupos de mayor edad.

Finalmente veremos el nivel de segregación ocupacional a nivel de tamaño de empresa, para ello se clasificó como microempresa a los trabajadores por cuenta propia y a aquellas empresas constituidas por menos de 5 trabajadores, las pequeñas empresas de 6 a 20 trabajadores, las medianas empresas de 21 a 100 trabajadores y las grandes empresas, más de 100 trabajadores. (Cuadro 12).

Al igual que en el caso anterior, si se toma en cuenta todas las desagregaciones de las ocupaciones no se puede concluir que a nivel de microempresa se produzca la mayor segregación ocupacional, ya que en la desagregación a un dígito, la microempresa y la gran empresa muestran el menor índice de Duncan en comparación con la pequeña y mediana empresa. Sin embargo, al analizar las ocupaciones desagregadas a 2 y 3 dígitos, la microempresa aparece como la que tiene un Índice de Duncan más alto en relación a la pequeña, mediana y gran empresa. La gran empresa es la que muestra un índice de Duncan más bajo en todas las desagregaciones de ocupación (1, 2 y 3 dígitos).

Es un hecho reconocido en diversos estudios que las mipymes tienen un fuerte impacto en la creación de empleo. En Nicaragua, el sector mipyme genera un 81 % de los empleos – ocho de cada diez empleos, son generados por micro y pequeñas empresas – (MIFIC, 2006) lo que representa un 40% de la población económicamente activa del país, se estima que los empleos generados alcanzan las 330.00 personas con 165.000 empresas establecidas.

Brecha de ingresos

La brecha de ingresos observada para el país en general es de 19.8% favorable a los hombres; al desagregar por clasificación de ocupaciones se obtuvo que la brecha más pequeña se observa entre los trabajadores no calificados, mientras que las más grande se observa en las actividades agropecuarias y pesqueras (a favor de los hombres en ambos casos). Este resultado es consistente con lo reflejado por categoría ocupacional en donde la brecha más pequeña se observa en la categoría jornalero / peón y la más grande en patrón / empresario.

Cuadro 10: Índice de Duncan por zona residencial

Fuente: EMNV 2005 - Elaboración Propia

Por zona de residencia 1 digito 2 digitos 3 digitosUrbano 0.34 0.52 0.63Rural 0.36 0.56 0.6

Indice de Duncan

Cuadro 11: Índice de Duncan por grupo de edad

Fuente: EMNV 2005 - Elaboración Propia

1 dígito 2 dígitos 3 dígitos

15 - 20 0.36 0.61 0.6321 - 30 0.36 0.61 0.6731 - 40 0.38 0.59 0.6841 - 50 0.44 0.6 0.6851 - 65 0.46 0.62 0.71

Indice de Duncan Por grupode edad

Cuadro 12: Índice de Duncan por grupo de edad

Fuente: EMNV 2005 - Elaboración Propia

Por tamaño de empresa 1 digito 2 digitos 3 digitosMicroempresa 0.35 0.65 0.69Pequeña empresa 0.4 0.5 0.56Mediana empresa 0.43 0.5 0.64Gran empresa 0.35 0.4 0.54

Indice de Duncan

7

Para analizar la brecha de ingresos por género, primero se construyeron los ingresos por hora de la ocupación principal. Dado que la variable horas de trabajo 7. corresponde a las horas trabajadas por semana en la ocupación principal, se uniformizó el periodo para el cual la persona reportó haber recibido ingresos (el cual pudo haber sido catorcenal, quincenal, mensual, trimestral, semestral y anual). Para el caso de las horas de trabajo se tomaron en cuenta a las personas que trabajaron más de 15 horas a la semana. Luego de obtener los promedios de ingresos por hora para hombres y mujeres (a nivel País, por ocupación, por rama de actividad económica, por categoría ocupacional, por tamaño de empresa y por sector formal e informal) se procedió a hacer un test de medias con la muestra expandida para determinar si la diferencia de los promedios obtenidos era significativa.

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua14

La brecha de ingresos por género es una de las medidas de disparidad de género que nos muestra la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres. Para este caso particular la brecha de ingresos representa la proporción de menos ingresos que reciben las mujeres en relación a los hombres.

Se calcularon brechas de ingreso a nivel de país, por ocupación (a un dígito), por rama de actividad económica (a un dígito), por tamaño de empresa y por categoría ocupacional. A continuación se presentan los resultados. En general el ingreso promedio por hora de los hombres es mayor en un 19.8% al ingreso promedio por hora de las mujeres (Cuadro 13). Esta brecha es menor en relación a la brecha de ingresos por género en Chile (23% - para el 2003) y mayor a la brecha de ingresos por género en República Dominicana (13.2% - para el 2004). El SIEG muestra que para 1998 y el 2001 la razón salarial entre hombres y mujeres fue de 1.1 y 1.2 respectivamente. A diferencia de la presente estimación, el SIEG utiliza ingresos promedios mensuales en lugar de ingresos promedio por hora. Utilizando el mismo método de estimación del SIEG se obtuvo una razón salarial de 1.2, es decir una razón mayor a la obtenida en 1998 pero igual a la del 2001.

A nivel de ocupaciones, vemos que la brecha de ingresos sólo es favorable a las mujeres en la primera categoría (Personal de Dirección). En todas las demás ocupaciones, el ingreso horario promedio de los hombres es mayor al de las mujeres, siendo la diferencia más pequeña entre los trabajadores no calificados (0.5%) y la más grande entre quienes trabajan en las “actividades agropecuarias y pesqueras” (138.9%). Al desagregar por ramas de actividad económica, tamaño de la empresa y categoría ocupacional se obtienen los resultados presentados en el Cuadro 14. A diferencia del caso de las ocupaciones, aquí se observan cuatro ramas de actividad económica en donde las mujeres obtienen mayores ingresos que los hombres: industria manufacturera, electricidad y otros, transporte y otros; y establecimientos financieros y otros.

Como se observa en el Cuadro 7, el porcentaje de mujeres en cada una de estas actividades es de 19.4%, 3.7%, 15.7% y 34.8% respectivamente. Aunque estas mujeres no constituyen la mayoría dentro de estas actividades económicas, es muy probable que estén ocupando puestos de mayor productividad y responsabilidad. En el resto de actividades económicas los hombres obtienen en promedio ingresos por hora más altos que las mujeres.

La diferencia de ingresos es más reducida en la agricultura y otros (6%), mientras que es más alta en la explotación de minas y canteras (90.7%).

País 19.8Por ocupación (1 dígito)

Personal de Dirección -19.6Profes. cientificos e intelec. 17.3Tecnicos y profes. nivel medio

37.1Empleados de Oficina 13.1Trab. de los servicios, vendedores de comercios y mercados 60.2

Trab. Agropecuarios y pesqueros 138.9

Oficiales, operarios y artesanos 70.9

Oper. de instalac./ maq. y mont. 47.1

Trabajadores no calificados 0.5

Brecha Salarial por Género (%)

Fuente: EMNV 2005 - Elaboración Propia

Cuadro 13: Brecha salarial por género

Razón salarial entre hombres y mujeres = ingreso promedio por trabajo de los hombres/ingreso promedio por trabajo de las mujeres.8.

8

Cuadro 14: brecha salarial por género por rama de actividad económica, por tamaño de empresa y

categoría ocupacional Por rama de actividad economicaAgricultura, caza, silvicultura y pesca 6.0Explotacion de minas y canteras 90.7Industrias Manufactureras -10.5Electricidad, gas, agua y construccion -42.3Comercio, Hoteles y restaurantes 38.1Transporte, almacenamiento y comunicaciones -23.6Establec. Financieros, bienes inmuebles y servicios a empresas -19.7Ensenanza, servicios sociales y de salud 33.5Servicios comunales, sociales y personales 82.0

Por tamaño de empresa

Microempresa 17.8Pequeña empresa 5.9Mediana empresa 38.8Gran empresa 13.0

Por categoría ocupacionalempleado / obrero 15.0jornalero / peón 2.3patrón / empresario 17.0cuenta propia 15.1

Fuente: EMNV 2005 - Elaboración Propia

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua 15

En República Dominicana se observa que la brecha más alta de ingresos se produce en la agricultura (36.7%), mientras que la brecha de ingresos más baja se observa en los servicios financieros y es favorable a las mujeres (-2.3%). En cuanto al tamaño de la empresa se observa que la brecha más reducida se obtiene en la pequeña empresa (5.9%), mientras que la más grande se da en la mediana empresa 38.8%. Las mipymes son el espacio que brinda más oportunidades para la inserción laboral de las mujeres. Un 40% de micro, pequeña y medianas empresas son propiedad de mujeres (Adán, 2006).

Finalmente, al hacer el análisis por categoría ocupacional, la brecha más reducida se manifiesta en la categoría jornalero/peón (2.3%), la cual es consistente con la brecha de ingresos de trabajadores no calificados (5.2%). La brecha de ingresos más alta se observa en la categoría patrón/empresario y es favorable a los hombres (17%). Un análisis complementario es ver como varía la brecha de ingresos por categoría ocupacional y tamaño de empresa. Al hacer este cruce, se observan los resultados del Cuadro 15.

Por ejemplo, para el caso de la pequeña empresa, en el que la brecha de ingresos es favorable a las mujeres, se observa un comportamiento similar en las categorías empleado/obrero y patrón/empresario. Las mipymes tienen un gran potencial para la estabilidad económica en el largo plazo, al ser un sector atractivo para la rápida generación de empleo, en especial de puestos de trabajos para jóvenes y mujeres (Adán, 2006).

Informalidad

Por lo general la informalidad está asociada a connotaciones negativas como falta de protección al trabajador, malas condiciones laborales, baja productividad laboral, desobediencia a las leyes del Gobierno, etc. Por ello es importante analizar qué proporción de los ocupados es informal o formal, así como también observar cuál ha sido el patrón de la informalidad en el tiempo.

En la mediana empresa no se observaron ingresos horarios para las mujeres en la categoría patrón/empresario, todas las observaciones 9. correspondían a los hombres y por tanto no fue posible calcular la brecha de ingresos. En la gran empresa, dentro de la categoría patrón/empresario, no se encontraron observaciones ni para hombres ni para mujeres. Cabe señalar que todas a todas las diferencias del ingreso horario promedio entre hombres y mujeres se les aplico el test de medias correspondiente a partir de la muestra expandida. En todos de los casos antes expuestos se rechaza la hipótesis nula que señala que la diferencia de promedios es igual a 0.

Fuente: EMNV 2005 - Elaboración Propia

Cuadro 15: brecha de ingresos por categoría ocupacional y tamaño de empresa

Microempresa Pequeña Mediana Grandeempleado / obrero 44.0 -12.6 -2.7 14.8jornalero / peón -5.0 10.5 6.3 2.6patrón / empresario -7.3 -3.5 (*) (**)cuenta propia 14.1 21.2 - -

9

Fuente: EMNV 2005 - Elaboración Propia

Informalidad : Enfoque legalístico y productivoMujeres % fila % col Hombres % fila % col Total Brecha

Informal 498,505 35.8 76.7 892,219 64.2 83.0 1,390,724 17.8Formal 151,612 45.4 23.3 182,216 54.6 17.0 333,828 6.9Total 650,117 1,074,435 1,724,552

Cuadro 16: brecha de ingresos

Existen dos enfoques para definir informalidad, la productiva y la legal, la primera está relacionada con la productividad de los trabajadores y la segunda con la protección del trabajador. Para este caso se utiliza una combinación de ambas. Según la definición productiva, los informales generalmente se encuentran en empresas de baja productividad como las micro y pequeñas empresas; mientras que el segundo enfoque considera como informales a todos aquellos trabajadores que no cotizan en el sistema previsional. Al utilizar la primera definición de informalidad, el tamaño estimado del sector informal es un 80.6% del total de ocupados en la PEA, mientras que si utilizamos la segunda definición, el tamaño del sector informal es igual al 83.6% del total de ocupados en la PEA.

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua16

Para ambas definiciones de informalidad, las mujeres representan siempre una proporción menor que los hombres, tanto en el sector informal como formal, aunque la diferencia es menor en el sector formal. De igual manera, para ambas definiciones la brecha de ingresos entre hombres y mujeres es mayor en el sector informal. El SIEG muestra en su estadística la proporción de hombres y mujeres en los sectores formal e informal, pero no describe cual fue el enfoque o enfoques utilizados para definir informalidad.

Respecto a los datos proporcionados por el SIEG (Cuadro 18) para los años 1998 y 2001, los resultados obtenidos para el 2005 utilizando una combinación del enfoque legal y productivo, muestran que la proporción de mujeres en el sector informal disminuyó ligeramente de 37% en el 2001 a 35.8% en el 2005, mientras que lo contrario sucedió en el sector formal en el cual la proporción de mujeres aumentó significativamente, de 33.7% en el 2001 a 45.4% en el 2005. Para el caso de los hombres, el caso es contrario al de las mujeres, la proporción de trabajadores informales aumentó de 63% en el 2001 a 64.2% en el 2005, mientras que en el sector formal, la proporción de trabajadores disminuyó de 66.3% en el 2001 a 54.6% en el 2005.

Fuente: EMNV 2005 - Elaboración Propia

Cuadro 17: Informalidad enfoque legalístico

Mujeres % fila % col Hombres % fila % col Total BrechaInformal 574,332 32.9 78.7 1,173,779 67.1 86.1 1,748,111 36.0Formal 155,096 45.1 21.3 188,872 54.9 13.9 343,968 7.3Total 729,428 1,362,651 2,092,079

Cuadro 18. Estructura del mercado laboral formal e informal por sexo

Fuente: SIEG y EMNV 2005 - Elaboración Propia - Colocar todo a un digito.

Mujeres Hombres 1998

Informal 36.5 63.5 Formal

InformalFormal

InformalFormal

32.0 68.0 2001

37.0 63.0 33.7 66.3

200535.8

54.6

Fuente: EMNV 2005 - Elaboración Propia

Cuadro 19: PEA por grupo indígena y por género

Grupo Indígena Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombresrama 0 164 - 100.0 - -garifuna 910 2844 97.1 100.0 2.9 -mayangna/sumu 739 2065 90.3 98.3 9.7 1.7miskitu 16966 34097 96.7 94.2 3.3 5.8creole (kriol) 3940 5769 90.0 85.0 10.0 15.0mestizo de la costa caribe 2118 5258 98.7 99.0 1.3 1.0xiu / sutiava 1892 3900 85.4 92.9 14.6 7.1nohoa / nicarao 439 1968 100.0 100.0 8.6chorotega / nahua / marge 1611 1748 84.0 90.3 58.8 17.4cacaopera / matagalpa 0 384 - 100.0 - -otro, cuál? 326 1224 100.0 75.1 - -Total 28941 59421

Desocupados (%)Ocupados (%)

PEA por grupo Indígena y por género

Para este caso se utilizó una mezcla de ambas definiciones, es decir, se cruzaron dos variables, el tamaño de la empresa y si la persona cotizó o no al seguro social (INSS). En el Cuadro 16 se observa que tanto en el caso de los hombres como de las mujeres, la mayoría se encuentra empleada en el sector informal y que la proporción de hombres siempre es mayor a la de las mujeres en ambos sectores, aunque en el sector formal esta diferencia es menor. La brecha de ingresos en ambos sectores es favorable a los hombres pero la brecha de ingresos en el sector informal (17.8%) es mayor a la del sector formal (6.9%).Si se utiliza solamente el enfoque legal para la definición de trabajador informal, el aumento de la brecha de ingreso en este sector, es mucho mayor a la registrada por el sector formal (ver Cuadro 17).10

Lamentablemente la Encuesta no pregunta si el trabajador firmó un contrato de trabajo. Esta sería otra variable relevante a utilizar para definir 10. informalidad siguiendo el enfoque legalístico.

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua 17

Grupos indígenas

Las personas que declaran ser indígenas constituyen el 3.8% de la PEA (desde los 10 años). Entre los hombres este porcentaje es del 4.1% y en las mujeres, el porcentaje asciende a 3.6%. Utilizando la muestra expandida, la brecha de ingresos calculada para todos los indígenas es de 27.8% favorable a los hombres (ver Cuadro 19).

5. Conclusiones

A pesar de que en Nicaragua la proporción de mujeres en edad de trabajar es mucho mayor a la de los hombres desde la década pasada, la participación laboral de los hombres ha sido siempre mayor a la de las mujeres. Sin embargo, la participación laboral de las mujeres, en relación a la década pasada, ha aumentado considerablemente de 30% a 39%.

En general, Nicaragua sigue avanzando hacia la equidad de género en el mercado laboral. Dentro de los ocupados, se destaca el aumento de mujeres trabajadoras por cuenta propia en relación a la década pasada, aunque la brecha de ingresos en dicha categoría aun es preocupante ya que es la segunda más alta en relación a las demás categorías ocupacionales. Es sorprendente notar que, a nivel de tamaño de empresa, la brecha de ingresos más alta se observa en la mediana empresa (38.8%).

Otro avance notorio es el que se produce en el aumento de mujeres ocupadas en el sector formal, ya que como hemos analizado, la brecha de ingresos en este sector es mucho más baja que en el sector informal. Sin embargo es preocupante que cada vez más hombres estén pasando al sector informal.

Finalmente, un tema preocupante es el alto grado de segregación ocupacional por género en todas las características analizadas, sin embargo es importante ver que dicha segregación disminuye a mayor nivel educativo alcanzado y entre la población más joven.

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua18

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Referencias bibliográficas

Equidad de género en el mercado laboral - Caso Nicaragua20

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