crÓnicas - hist.library.paho.orghist.library.paho.org/spanish/bol/v12n2p160.pdf · la especie es...

25
CRÓNICAS OFIDISMO Sud-América.-Do Amara1 publica una lista de las serpientes venenosas sudamericanas. De esas serpientes, considera válidas entre los elapfdeos, 23 especies de micrurus; y entre los crotalideos, 1 especie de Luche&, 27 de Bothrops y 1 de Crolalus, muchas de las cuales presentan indiscutible interés médico e higiénico. Entre las especies enumeradas, muchas, por su variedad o hábitos, poco o ningún interés tienen para la higiene, por no constituir peligro. Contra otras hay que instituir medidas especiales de profilaxis, perteneciendo a ese grupo: la cascabel, la caisaca, la jararaca, la urutú, la surucutinga, la jararacusú, jararaca de cola blanca, la pintada, la hocico de chancho, la víbora de pestaña, y la surucucu de patioba. Do Amara1 declara que los demas paises deberían imitar por lo menos a Costa Rica que, basándose en lo hecho en Brasil, dictó una ley especial de defensa contra el ofidismo. En el Brasil, la mortalidad offdica ha disminuido continuamente, a pesar del incremento de la población rural y del aparente aumento del número de serpientes venenosas. (Do Amaral, A.: VI Reunión Soc. Arg. Pat. Reg., sbre.-obre., 1930.) Suero argentino.-Serantes Lasserre describe 11 casos de mordedura por serpientes venenosas, 9 de ellos en Las Palmas, Chaco, y 2 en el norte de Santa Fe, que fueron tratados con el suero antiofídico del Departamento Nacional de Higiene, y de los cuales ~610 murieron dos. De éstos, en uno habían transcurrido nueve dfas de la mordedura, y en el otro tratábase de doble mordedura, y e enfermo lleg6 agotado después de una marcha penosa de 48 horas. De los ll casos, en 8 se determinó el reptil; serpientes de cascabel, 2; de la cruz, 2; y yarará, 4. En todos los casos de mordeduras de solenoglifos tratados, otros han descrito grandes reacciones locales en el sitio de la mordedura, pero en algunos de éstos la reacción local fu6 mínima cuando la inyección de suero fu6 precoz. (Serantes Lasserre, A.: Rev. Asoc. Méd. Arg., 1276, obre., 1932.) Aracnoidismo en Argentina.-Mazza y Arias Aranda publican un neuvo caso de aracnoidismo por la Latrodectus mactans en la provincia de Salta. Esa araña no habia sido aun señalada en el país como causante de accidentes, aunque el género es perfectamente conocido tanto en la Argentina como Chile y Uruguay, y es designada por los aborígenes con el nombre de Mico-mico. (Mazza, S., y Arias Aranda, C.: VI Reunión Soc. Arg. Pat. Reg., sbre.-obre., 1930.) Colombia.-Entre los ofidios enviados por el Hno. Nicéforo María de las regiones central, sud-central y sudoeste de Colombia, las siguientes han sido identificadas por do Amaral: Leptotyphlops albifrons, Constrictor constrictor conslriclor, Drymobius bifossatus striatus, D. bivittatus, Drymoluber dichrous, Phrynonax poecilonotus shropshirei, Lygophis taeniurus albiventris, Liophis cobella, Atractus badius, A. crassicaudatus, A. fuhrmanni, A. oculo-temporalis, Sibynomorphus catesbyei, S. sancti-joannis, Pseudoboa bitorquata, y Oxybelis argenteus. De ellas, una, la A. aculo-temporalis, parece ser nueva para la ciencia, y 2, la C. constrictor constrictor y la 0. argenteus, no habían sido mencionadas antes en Colombia. (Do Amaral, A.: Bull. Antivenin Inst. Amer., 66, mayo, 1932.) 160

Upload: vuongtruc

Post on 16-Oct-2018

220 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

CRÓNICAS

OFIDISMO

Sud-América.-Do Amara1 publica una lista de las serpientes venenosas sudamericanas. De esas serpientes, considera válidas entre los elapfdeos, 23 especies de micrurus; y entre los crotalideos, 1 especie de Luche&, 27 de Bothrops y 1 de Crolalus, muchas de las cuales presentan indiscutible interés médico e higiénico. Entre las especies enumeradas, muchas, por su variedad o hábitos, poco o ningún interés tienen para la higiene, por no constituir peligro. Contra otras hay que instituir medidas especiales de profilaxis, perteneciendo a ese

’ grupo: la cascabel, la caisaca, la jararaca, la urutú, la surucutinga, la jararacusú, jararaca de cola blanca, la pintada, la hocico de chancho, la víbora de pestaña, y la surucucu de patioba. Do Amara1 declara que los demas paises deberían imitar por lo menos a Costa Rica que, basándose en lo hecho en Brasil, dictó una ley especial de defensa contra el ofidismo. En el Brasil, la mortalidad offdica ha disminuido continuamente, a pesar del incremento de la población rural y del aparente aumento del número de serpientes venenosas. (Do Amaral, A.: VI Reunión Soc. Arg. Pat. Reg., sbre.-obre., 1930.)

Suero argentino.-Serantes Lasserre describe 11 casos de mordedura por serpientes venenosas, 9 de ellos en Las Palmas, Chaco, y 2 en el norte de Santa Fe, que fueron tratados con el suero antiofídico del Departamento Nacional de Higiene, y de los cuales ~610 murieron dos. De éstos, en uno habían transcurrido nueve dfas de la mordedura, y en el otro tratábase de doble mordedura, y e enfermo lleg6 agotado después de una marcha penosa de 48 horas. De los ll casos, en 8 se determinó el reptil; serpientes de cascabel, 2; de la cruz, 2; y yarará, 4. En todos los casos de mordeduras de solenoglifos tratados, otros han descrito grandes reacciones locales en el sitio de la mordedura, pero en algunos de éstos la reacción local fu6 mínima cuando la inyección de suero fu6 precoz. (Serantes Lasserre, A.: Rev. Asoc. Méd. Arg., 1276, obre., 1932.)

Aracnoidismo en Argentina.-Mazza y Arias Aranda publican un neuvo caso de aracnoidismo por la Latrodectus mactans en la provincia de Salta. Esa araña no habia sido aun señalada en el país como causante de accidentes, aunque el género es perfectamente conocido tanto en la Argentina como Chile y Uruguay, y es designada por los aborígenes con el nombre de Mico-mico. (Mazza, S., y Arias Aranda, C.: VI Reunión Soc. Arg. Pat. Reg., sbre.-obre., 1930.)

Colombia.-Entre los ofidios enviados por el Hno. Nicéforo María de las regiones central, sud-central y sudoeste de Colombia, las siguientes han sido identificadas por do Amaral: Leptotyphlops albifrons, Constrictor constrictor conslriclor, Drymobius bifossatus striatus, D. bivittatus, Drymoluber dichrous, Phrynonax poecilonotus shropshirei, Lygophis taeniurus albiventris, Liophis cobella, Atractus badius, A. crassicaudatus, A. fuhrmanni, A. oculo-temporalis, Sibynomorphus catesbyei, S. sancti-joannis, Pseudoboa bitorquata, y Oxybelis argenteus. De ellas, una, la A. aculo-temporalis, parece ser nueva para la ciencia, y 2, la C. constrictor constrictor y la 0. argenteus, no habían sido mencionadas antes en Colombia. (Do Amaral, A.: Bull. Antivenin Inst. Amer., 66, mayo, 1932.)

160

[Febrero, 19331 OFIDISMO 161

Por no prestarse las condiciones en el Laboratorio Nacional de Higiene Samper- Martínez, de Bogotá, para el sostenimiento de un serpentario, por una resolución del Departamento Nacional de Higiene del 19 de abril de 1932, se ha suspendido la producción de sueros antiofídicos en dicho establecimiento, y suprimido el serpentario correspondiente. Los sueros antiofídicos necesarios serán obtenidos en el comercio de ahora en adelante. (Rev. de Higiene, ab. 30, 1932.)

Aracnidismo gangrenoso en Chile.-Tirado hace notar que en Chile existe una especie de araña cuya picadura ocasiona accidentes cutaneos gangrenosos. Para el autor, juzgando por la similitud de la semiología con la producida por la Lycosa raptoriu del Brasil, es muy probable que la especie chilena pertenezca al género de la Lycosae, de las cuales se han descrito nueve especies en Chile. Una vez identificada la araña, lo cual no se ha hecho todavía, podría considerarse la apli- cación de un suero preventivo para el hombre. El autor menciona 25 observa- ciones: 12 hombres y 13 mujeres. De los enfermos, 17 fueron picados en los meses calurosos, de octubre a marzo. La lesión debería figurar en la nosología médica con la denominación de aracnidismo gangrenoso. La acción del veneno se limita al dermis, sin producir síntomas generales, aparte del dolor y ligera reacción febril en los primeros días. Los 12 casos propios del autor corresponden al Departamento de Ovalle, y abarcan de 1890 a 1920. Estos casos deben ser diferenciados de los atribuídos por Puga Borne en 1892 al Latrodectus jormidabilis. Las arañas son los únicos animales venenosos que producen lesiones graves en el hombre en Chile. (Tirado, A. 0.: R ev. Inst. Bact. Chile, 73, No. 1, 1932.)

Veneno de Zct Latrodectus mactalzs.-De un estudio experimental, Hall y Vogel- sang deducen que el veneno de la araña Latrodectus mactans es una neurotoxina anhemolítica. Los animales de laboratorio picados en el abdomen, y que sucum- ben al cabo de 48 a 72 horas, revelan zonas esfaceladas en el hígado, riñón, bazo y suprarrenales. Una sola picada basta para establecer la inmunidad. El in- munisuero (antitoxina) ~610 protege cuando se administra inmediatamente des- pués de la picadura. (Hall, W. W., y Vogelsang, W. A.: U. S. Nuv. Med. Bull., 471, obre., 1932.)

Escorpiones de M&ico.-En su monografía No. 2 sobre la entomología médica de México, Hoffmann discute los escorpiones o alacranes del país. La fauna mexicana de alacranes debe ser considerada como resto de la antigua fauna norteamericana en épocas pasadas de la tierra, y por el descenso de la temperatura en el norte, paulatinamente fué empujada hacia el sur. El área relativamente reducida del centro mexicano, que incluye también el sur de los Estados Unidos, explica la relativa pobreza en géneros que sólo son: Diplocentrus, Megacormus, Plesiochactas, Broteas, Hadrurus, Uroctonus, Anuroctonus, Vejovis, Syntropis, Centruroides y Tityus; pero de éstos sólo nueve son característicos para la región, y ~610 dos, con una sola especie cada uno, el Broteas y Tityus, representan invasiones de la fauna sudamericana, y éstas son sumamente raras. Faltan completamente las Bothriuridae, Scorpioninae y Buthinae. La influencia neárctica se ha exten- dido hacia el sur sobre toda la America Central, pero ~610 por representantes del género Centruroides, el único de fácil adaptación, y cuyas especies invadieron el continente sudamericano hasta la región chilena. En México, los alacranes se encuentran principalmente y en gran abundancia en las regiones secas y calientes del sur y de la costa del Pacífico. Los llanos secos del centro y norte son rela- tivamente ricos en especies, y pocas de éstas llegan hasta los valles altos de 2,200 a 2,400 metros sobre del nivel del mar. En las regiones húmedas sólo abundan los representantes del género Centruroides, y es interesante que los géneros más primitivos, Megacormus y Plesiochactas, se encuentren exclusivamente en esas regiones, limitadas a una pequeña zona del Estado de Veracruz. No obstante que los alacranes prefieren las regiones secas y hasta desérticas, necesitan para su vida humedad y chupan con ansia agua, de modo que toda la zona seca habitada

162 OFICINA SANITARIA PANAMERICANA [Febrero

por ellos recibe abundante rocío. Todas esas especies durante el día se esconden debajo de piedras, y en épocas secas se ahondan bastante en la tierra. El autor describe minuciosamente las cuatro superfamilias, con sus familias, géneros y especies en México, de Diplocentridae, Chactidae, Vejovidae y Buthidae. (Hoff- mann, C. C.: An. Inst. Biol. 291, No. 4, 1931; 243, No. 3, 1932.)

En Durango, en 35 años, han muerto de picadas de alacrAn 1,610 personas. El número de defunciones debidas a esa causa ha descendido de 42 en 1927, a 15 en 1930, 7 en 1931, y 1 en 1932. Al suero antialacran preparado por el Instituto de Higiene se atribuye la baja de esa mortalidad. En el instituto tambi6n fabri- can un suero anticrútalo. Según las estadísticas mexicanas, en 192G murieron 1,278 personas picadas por animales ponzoñosos, 1,499 en 1927, 1,486 en 1928, y 1,578 en 1929. Entre 3,026 casos de mordeduras de crótalos, la localizaci6n fué: extremidades inferiores, 71 por ciento; pie, 48 por ciento; pierna, 22 por ciento; miembros superiores, 17; y manos, 16 por ciento. Las mordeduras en las manos corresponden principalmente a niños y mujeres, y en los pies y piernas a los hombres. (Dalevuelta, J.: El Universal, obre. 24, 1932.)

Según un trabajo presentado por los Dres. León de la Peña y Ventor en la II Convención Médica de Torreón en 1931, hay 83 pueblos en Durango donde habitan los alacranes, habiendo municipios en que en un sector viven esos ani- males y en otros no. Los entomólogos no estAn de acuerdo acerca de las especies del alacrAn de Durango, pues Santamaría los considera como una variedad del Isohnurus me&anus de Villada, Latreille los incluye entre los Centrurus, v Blanchard entre los Crac&. El Departamento de Entomología dc W:ishingto;t los designa Centrurus eziliacoude Wood, y Sánchez Ochoterena cree haher cncon- trado C. margaritus y quizSs C. injamatus. De las especies halladas, la mas venenosa incuestionablemente, según el Prof. Baerg, es la Centruroides suffusus Pacok. (León de la Peña, C., y Venzor, 1.: Apud, El Universal, obre. 31, 1932.)

Uno de los últimos folletos del Instituto de Biología de Mbxica est& dedicado al saurio llamado allí escorpión (Heloderma horridum Wiegmann). La especie es muy parecida al Monstruo del Gila de Arizona y Nuevo México. Vive exclusiva- mente en el litoral del Pacífico desde el Estado de Sinaloa al norte, hasta el Istmo de Tehuantepec al sur. Las mordeduras del animal pueden provocar hasta la muerte, con el veneno que introduce. (Cuesta Terrón, C.: El Escorpión, 1930.)

Método rápido para preparar suero.-Grasset y Zoutendyk informaron a la Sociedad de Biologia de París, que la utilizaci6n de anavenenos formolados en la hiperinmunización de los caballos productores de sueros antivenenosos, permite preparar en cinco a siete semanas, y sin peligro para los caballos, sueros anti- venenosos, antiviphridos y anticolúbridos, o polivalentes, de valor comparable al de los sueros obtenidos en 12 a 16 meses por el mFtodo de dosis crecientes de venenos no modificados. (Grasset, E., y Zoutendyk, A.: Gaz. Ilôp. 1671, nhre. 12, 1932.)

Suero seco.-Del Instituto Pasteur de Paris envían el suero antiofídico a las colonias en forma de vacuna seca. Últimamente, el abasto no ha sido suficiente, pues los cazadores lo emplean para tratar sus perros. El Ministro de Sanidad ha pedido que el suero sea reservado primordialmente para seres humanos. (Carta de Paris: Jour. Am. Med. Assn. 1523, obre. 29, 1932.)

FRAMBESIA

.

Colombia.-Rueda Herrera hace notar que, al parecer, el pian fu6 importado a Colombia por los negros destinados al trabajo de las minas, y así parece corrobo- rarlo la existencia de grandes focos endémicos en el Departamento de Antioquia y la Intendencia del Chocó, regiones mineras. En otros sitios, como los llanos

19331 FRAMBESIA 163

,

orientales, es más difícil explicar el origen. Parece casi seguro que las garra- patas de cama, llamadas vulgarmente en Colombia chiribicos, cuestas y chinches, desempeñan papel vector. Las moscas, los mosquitos chupadores y el acaro de la sarna, si no vectores, crean por lo menos una puerta de entrada, con sus pica- duras, al contagio. Entre los factores que favorecen la propagación, figura en primer lugar la sarna. Otras causas que contribuyen a crear un terreno favorable al desarrollo del mal son la fatiga, el paludismo, la uncinariasis y, en general, todo factor depresor del organismo. Entre unos 500 enfermos que tratara el autor en el municipio de Victoria, Caldas, todos menos dos estaban afectados de palu- dismo crónico. El contagio es con mucha frecuencia directo, otras veces indi- recto por medio de objetos contaminados, y no es rara la autoinoculación en las partes que tienen roce continuo. En la profilaxia, conviene ante todo precaverse de las picaduras de las chinches, velando en primer lugar la construcción de las cabañas e inspeccionando cuidadosamente, antes de acostarse, la ropa de cama. Los enfermos deben dormir en habitación separada, sin juntarse con los sanos, y teniendo sus propios cubiertos y útiles de aseo. La enfermedad, si se deja por su cuenta, ocasiona consecuencias verdaderamente desastrosas. La Comisión Sanitaria Nacional encargada de combatir el pian, que fué recientemente sus- pendida por dificultades económicas, trató 61,931 enfermos de 1918 a 1927. No es posible dar exactamente el número de enfermos que hay en la República, pero se han extendido considerablemente, no sólo en las regiones cálidas, sino hasta una altura de 1,400 metros sobre el nivel del mar. El autor en 7 meses, en un municipio que no tiene más de 2,200 habitantes, trató cerca de 500 enfermos. (Rueda Herrera, A.: Salud & San. 44, jun., 1932.)

Cuba.-Pardo-Castelló hace notar la rareza de la frambesia en Cuba, a pesar de ser muy frecuente en las otras Antillas y CentroamErica. Los pocos casos en la isla se presentan en la Provincia de Oriente, llevados allí por haitianos impor- tados para la zafra. El autor describe tres casos en tres h-anos; procedentes de la Provincia Oriental. (Pardo-Castelló, V.: Vida Nueva, 434, dbre. 15, 1932.)

GualemaZa.-Una comunicación enviada por el Dr. R. Herrera a la Dirección General de Sanidad Pública de Guatemala pone de manifiesto, probablemente por primera vez, la existencia en Guatemala, y tal vez en Centroamérica, del pian. Los casos fueron observados por primera vez a principios de julio por el Dr. V. M. Calderón en fincas de la jurisdicción de Chocolá, y el diagnóstico fué comprobado bacteriológica, serológica y terapéuticamente por el Dr. Herrera a principios de agosto.

Panamá.-Rojas hace notar que la frambesia no es un mal muy frecuente en la costa del Pacífico de PanamB y Centroamérica, si bien tuvo lugar una epidemia en 1926 en el Cantón de Osa, aldea de Costa Rica cercana a la frontera panameña, con más de 40 casos. El caso comunicado ahora es el tercero observado en Puerto Armuelles, Panamá, desde que se inaugurara el hospital de la United Fruit Company hace tres años. Fué una niña de ocho años, y la madre manifestó que ot,ros dos hijos, uno de 13 y otro de 3 años, habían padecido de lo mismo en 1929 y 1930. Este caso demuestra la facilidad con que se contaminan los niños indígenas que andan descalzos y desnudos, sin prestar atención a higiene. (Rojas, M. D.: XX An. Rep. U. P. Co. Med. Dept. 199, 1931.)

Jamaica.-La Fundación Rockefeller ha preparado planes para hacer un censo de la frambesia en Jamaica, tomando ciertas zonas para estudio y tratamiento. De cuando en cuando, se harán reinvestigaciones en las zonas donde se han admi- nistrado tratamientos experimentales, para determinar la proporcibn de recu- rrencias y la aparición de síntomas en los períodos más avanzados del mal. En Jamaica, la enfermedad era ya conocida en 1650. (An. Rep. Rock. Foxnd. 1931, 84.)

164 OFICINA SANITARIA PANAMERICANA [Febrero

[email protected] Hasselmann, la fundamenta1 diferencia biológica cnt,re los cspiro- quetos de la frambesia y de la sífilis consiste en su diferente organotropismo, pues no discrepan cn nlanto a coloración y cultivo. El Spirochczetu perlenuis es ectodermotropo, y no puede proliferar ni sobrevivir por mayor tiempo en las capas mesodérmicas; mientras que el S. pallidu invade todos los tejidos, prefiriendo los mesodérmicos. El diverso organotropismo explica las diferencias clínicas, patológicas e inmunológicas de las dos enfermedades. Los Grminos primario, secundario y terciario de la sífilis, no tienen aplicación en la frambesia, pues en ésta !os diversos empujes del mal pueden ser tan seguidos, que la lesihn primaria persista durante todo el período de generalización metastática, y hasta transfor- marse en una forma ulcerante o tardía, con un empuje de frambésidcs modifi- cado o nulo. TAa inmunidad en ambas espiroquetosis es la antiagresiva observada en ciertas infecciones bacterianas, y puede variar de la susceptibilidad absoluta a la inmunidad completa. Entre la frambesia y la sífilis existe una inmunidad cruzada (heteróloga), pero mucho mSts t,ardía que la homóloga. La coexistencia de ambas enfermedades quiz&s se deba a la iniciaciún tardía de esa inmunidad cruzada. Con respecto a serología y terapbutica, no hay diferencias fundxmcn- tales entre las dos; pero en la framhesia el salvarsAn es m8s eficaz, los hismu- tados quedan muy atrás, y el mercurio y yoduro apenas sirven dc nada. La inyección de espiroqnetos muertos produce los mismos fenómenos sero e inmu- nológicos que la infección natural, por lo cual la vacunoterapia parece promctcr mucho en la prevencibn de la metasífilis. Para el aut,or, aunque ambos males pertenecen al mismo grupo dc las cspiroquetosis, las notables diferencias cn la evolución clínica, aspecto morfológico e histopatología de las lesiones, patologia general e inmunología, así como epidemiología, demuestran que son dos entidades patológicas independientes y distintas. (Hasselmann, C. M.: China Med. Jour. 1131, dbre., 1931.)

Butler y Summerhayes trataron de calcular la frecuencia de la sífilis entre las gestantes africanas, realizando la Wassermann en el suero de las mismas, y después en el extremo placentario del cordón, complementando esto con un exa- men histológico de la placenta. De 450 mujeres, la Wassermann fué positiva en 32.5 por ciento, y entre las que tenían antecedentes de frambesia en 62.8 por ciento. En cambio, fué negativa en 79.7 por ciento de las que no tenían antecedentes frambésicos. De las mujeres, 285 habían tenido en los embarazos anteriores 838 hijos vivos, 63 mortinatos, y 49 abortos, y de los vivos 279 habian muerto des- pu&. Las 445 habían tenido 404 hijos vivos, 61 mortinatos, 3 abortos, y 27 muertes entre los hijos antes de salir del hospital; es decir, entre 445 mujeres con 1,393 embarazos, ha habido 89 por ciento de hijos vivos y 8.8 por ciento de mor- tinatos, en una población en que la proporción de Wassermann positivas llega a 30 por ciento. La mortinatalidad llega a casi el doble entre las Wassermann positivas que entre las negativas, aunque hay pocos datos que inculpen a la sífilis directamente. La proporcibn de positivas para la Wassermann y para la frambesia es aproximadamente semejante. Ciertas razones indican que la premadurez sin causa manifiesta no guarda relación con la positividad para la Wassermann y la frambesia, sino con la existencia de paludismo. Los niños tampoco parecen resentir el influjo de la positividad para la Wassermann o la frambesia, salvo en un grupo muy pequeño que muere tempranamente. Dada la rareza de la sifilis manifiesta en una población infectadísima por blenorragia y frambesia, se plantea un problema muy delicado, y debido a la existencia de frambesia las serorreacciones resultan casi inútiles por sí solas. Resta siempre la posibilidad de una inmunidad cruzada debida al pian. Las Wassermanns posi- tivas y los antecedentes frambésicos acusan más o menos un coeficiente de 30 por ciento en la mayor parte de las estadísticas relativas al embarazo. El único grupo que se aparta de esa regla, cs entre ciertos mortinatos, y el número es muy

l

19333 VENÉREAS 165

pequeño, pues sólo representa 2.7 por ciento del total. La Wassermann en la sangre onfalica revela 5 por ciento de positividad, pero bay muchos signos de que representa una filtración pasiva de reactores procedentes de la circulación materna, pues desaparecen muy pronto de la sangre infantil en los pocos casos en que se han hecho nuevos examenes. (Butler, G. G., y Summerhayes, G. M. L.: West A.fr. Med. Jour., 19, obre., 1931.)

Butler llama la atención sobre las pocas referencias a chancros primarios y eifihs congénita en la Costa de Oro, por lo cual cree que la sífilis, o debe ser rara, o no se denuncia. En el hospital de maternidad trató de determinar la frecuencia de la sífilis y la frambesia en un pequeño grupo de mujeres embarazadas y recién nacidos. Un 30 por ciento de los casos revelaron Wassermanns positivas, pero para él, ~610 la décima parte de ese número es debida a la sífilis. En un país infectado por la frambesia, la Wassermann no constituye un procedimiento tan útil en los recién nacidos como a una edad más avanzada. (Butler, G. G.: “Gold Coast Rep. Lab. Serv. 192930,” Apdce. D.)

Posible vacunación.-Schöbl hace notar que, mientras más pronto se presenta la inmunidad ala treponematosis, más breve y menos trágica es la evolución de la enfermedad. Puede acelerarse su aparición por medios artificiales, y obtenerse un grado alto antes de expirar el período de incubación de las manifestaciones primarias, o de las llamadas secundarias o de las tardías. En los animales ya se ha demostrado la posibilidad de la vacunación profiláctica y terapéutica. En los inmunizados con antígeno de treponemas muertos, ~610 se pone de manifiesto la reacción serológica temprana, o sea la que coincide con la lesión primaria en casos de infección. Si se presentan manifestaciones generalizadas después de aparecer la lesión local inicial, se acelera la serorreacción tardía, así como la aparición de la inmunidad. Serológica e inmunológicamente, la vacunación preventiva suplanta a la lesión primaria, y la infección subsecuente toma el lugar de las manifestaciones generalizadas, o sean las llamadas secundarias. El tratamiento antitreponematoso específico, administrado en el período inci- piente de una lesión primaria, demora la iniciación de la inmunidad. En esas cir- cunstancias, la reinfección o las recidivas son posibles por mucho tiempo, si el tratamiento no fué completo. La vacunoterapia administrada después del tratamiento específico temprano acelera la inmunidad, y al poco tiempo de administrarla ya no es posible la reinfección. Administrada a un huésped in- fectado sin un tratamiento previo o simultáneo, provoca una fase negativa, y en ese caso pueden aparecer lesiones graves. Ya se administre a un sujeto sano o previamente infectado, la vacunación es una medida preventiva que acelera una inmunidad que, a su vez, impide la aparición de las manifestaciones subsecuentes de la enfermedad, pero no ejerce efecto curativo aparente sobre las lesiones ya desarrolladas. Estas declaraciones se basan en datos obtenidos en animales de experimentación. (Schöbl, 0.: Phil. Jour. Sc., obre., 931. )

VENÉREAS

El contagio venéreo castigado en Argentina.-Por un fallo reciente, la Corte de Justicia de la Provincia de Tucumán, Argentian, ha condenado a cuatro años de prisión, con accesorias y costas procesales, a un sujeto que, sabiéndose enfermo de blenorragia, tuvo acceso carnal con una mujer, a la cual contagiara. Otro punto importante es la doctrina sentada por el fallo de que, aun habiendo con- sentimiento de la víctima, no queda eximido el delincuente, pues la vida y la salud pertenecen a la categoría de derechos intangibles o inalienables. (Beltrán, J. R.: Semana MÉd., 1802, dbre. 15, 1932.)

166 OFICINA SANITARIA PANAMERICANA [Febrero

Prosti¿ución en Buenos Aires.-Puente hace notar que cn el Dispensario de Salubridad, entre 10,617 mujeres registradas de 1889 a 1915, 5,229 no sabían ni leer ni escribir, o ~610 sahfan firmar. De 10,343, 4,279 no tenian profesión, 1,569 eran costureras, 852 planchadoras, 554 modistas y 535 sastras. En la Argentina? cada prostituta tiene por lo menos 60 contactos diarios, y cn ciertos días una mujer joven hasta 120, y si vive en colectividad, 15 6 20. De 16,457 mujeres anotadas de 1889 a 1915, 3,212 eran argentinas, 1,680 de la AmCrica Latina, 6,026 de la Europa Latina, 1,757 de la sajona y 3,640 de la eslava. La trata de blancas, en lo tocante a Argentina, ha sido descrita en el libro de Albert Londres “Le Chemin de Buenos Aires.” Con respecto a la reglamentación, su fracaso absoluto queda demostrado por no poder aplicarse a todas las prostitutas.

,I Por ejemplo, en Buenos Aires sólo había 353 inscritas en 1929, mientras que las

\ clandestinas oscilaban de 8,000 a 10,000. En Rosario hay 17 prostihulos con 2,000 mujeres inscritas y 400 trabajando, y mSs de 30 clandestinos. PrBcticamcntc, la

I 1 reglamentación ~610 alcanza a 10 por ciento, e implica forzosamente la existencia de casas de tolerancia. Desde el punto de vista módico, el control no es seguro. El

i 1

!\

régimen tampoco se aplica m2ls que a uno de los elementos de la ecuación: la mujer. Además, impone la intervención dc la policía, con todas las consecuencias

’ que nadie ignora. Algunas de esas circunstancias determinaron el abandono de la reglamentación en muchos paises; por ejemplo, en Inglat,erra desde 1883. El último gran reducto de la reglamentación cs Francia, donde libran constante batalla partidarios y oponentes. Para el autor, debería buscarse un mecanismo profikictico ant,ivcnErco que abarcara todo el campo, y por igual a hombres y muJeres. Esc mecanismo podría condensarse asi: educación sexual, moral y científica; diagnóstico y tratamiento fdcil; lucha contra la prostitución; rcprc- si6n cnórgica del proxenetismo; y responsabilidad civil y penal en los casos de imprudencia sanitaria y de contaminación. En Argentina, antes de iniciar alguna modificación, convendría estudiar la legislación más adecuada a las características del país, a fin de propiciar un sistema único para todo el mismo. (Puente, J. J.:

b Dia Méd., 93, agto. 22, 1932.) Sifilis em São Paulo.-Segundo as estatisticas de Oliveira, em 1929, 241 obitos

na capital e 1,026 no Estado de São Paulo foram atribuidos diretamente á sifilis; mas esses numeros nao representam singo parte da realidade, visto que a sifilis intervem tambem no obituario atribuido a outras doencas, representando cerca de 60 por cento da natimortalidade, 50 por cento da mortalidade devida ao cancer bucal e á encefalite, 100 por cento na paralisia geral e a atasia locomotriz; 80 por cento na debilidade congenita, ictericia e esclerema; 33 a 75 por cento em oertas afeccões do coracão, etc. Tomando esses totaes, os algarismos subem a 2,652 para a capital y 14,276 para o Estado, ou seja coeficientes de 247.67 e 199.36 por 100,000 habitantes, respectivamente. Nos ohitos de pessoas que não tiveram assistencia médica na capital, a verifica@0 acusou sifilis numa propor@o que variou de 2 em 1925 a 7 por cento em 1929. Nos natimortos, a porcentagem variou de 53.2 a 51.3. (De Oliveira, W.: Gkz. Clin., 354, dbre., 1931.)

Mascarada sob muitas rubricas na estatistica do obituario, a sifilis, causa esscn- cial dele, esconde-se frequentemente. Apenas, em relacão $ natimortalidade, c possivel de pronto apresentar a seguinte demonstra@o: Sso Paulo (capital), media, (1925-1929), 54.11; (1920-1924) 54.99: Estado (exceto a capital), 54.92 e 49.82; todo o Estado, 54.85 e 50.52. A julgar pelos algarismos acima, a mortali- dade pela sifilis estaria em declinio. Esse declinio acentuou-se, em certos distri- tos da capital onde a atua@o sanitaria foi mals intensa, por intermedio dos centros de saude. 0 indice de morbilidade pela sifilis ainda nao foi fixado. A partir da data so seu inicio de funcionamento, isto 6, 1920 até 1931, foram matricu- lados nos dispensarios da Liga de Combate á Sifilis do Centro Academice Oswaldo Cruz, 13.114 pacientes, e nos de Serviso Sanitario, 15,939, desde julho de 1925,

VENkREAS 167

quando foram instalados, até 1931 num total de 29,053. Foi de 17 por cento em media, o indice de casos de sifilis encontrado, sobre os pacientes que procuraran1 os dispensarios oficiais de profilasia especifica. No Rio de Janeiro, onde gratas L benemerencia da Funda@0 Gaffrde-Guinle, a campanha já se distende por mter- medio de 15 dispensarios, além de contar com hospital especializado e de outros grandes elementos de acáo, o indice é de 12 a 14 por eento, conforme o professor Eduardo Rabello. A incidencia da mortalidade aí, é maior que a de São Paulo, isto é, de 2.93 por cento sobre o total de obitos e de 43.58 sobre eem mil habitantes contra 1.73 e 25.59 respectivamente, em SsLo Paulo. Assim é tambem em rela@o L nati-mortalidade que atingiu no Rio, em 1928, o coeficiente de 69.68 sobre mil nascimentos vivos e mortos, emquanto que em São Paulo ngo ultrapassou de 53.68, em 1929. Estes ultimos dados náo sáo de maior seguranca estatistica pelo f8to de náo ser conhecido o indice de natimortalidade por causa criminosa. 0 coeficiente de morbilidade é muito variavel em cada populapáo e dá-se com a sifilis o mesmo fato que ocorre com a mortalidade infantil, com a tuberculose- maior a incidencia quanto mais baixas sáo as condicóes economicas e sociais, onde a ignorancia é maior. A incidencia de contagiantes é um bom indice para julgar a evolur$o epidemiologica da molestia. A proporcáo de casos contagiantes de sifilis sobre o numero de sifiliticos assistido pelos dispensarios publicos em Sáo Paulo, vae em decadencia. Respectivamante nos anos de 1920 a 1931 a proporcáo dos contagiantes foi 30.6, 29.8, 22.3, 19.6, 29.0, 29.4, 27.6, 27.9, 21.6, 22.3, 21.0, 19.5 por cento sobre o numero de sifiliticos matriculados nos dispensarios. A propor@o de sifilis congenita cm relacáo ao numero dos doentes matriculados nesses servicos, atingio a 37.29 por cerito, sendo de 62.71 por cento a da adquirida. (De Oliveira, W.: Gaz. Clin. 73, marco, 1932.)

Cuba.-Quesada Cornide afirma que la sífilis es la enfermedad que más abunda en Cuba, y la que ocasiona más víctimas. A falta de datos estadísticos, el autor calcula que en el país hay 390,304 sifilíticos, y en la Habana 58,000. Aceptando las pautas fijadas por otros autores, Quesada Cornide calcula que el número de defunciones debidas a la sífilis en el decenio 1916-1926 sube a 32,170, o sea 3,270 anuales, sin contar abortos, partos prematuros, mortinatos, meningitis, convul- siones, etc. (Quesada Cornide, S.: Rev. Med. & Cir. Habana 674, sbre. 30, 1932.)

Esfados Unidos.-En los Estados Unidos durante el año económico terminado el 30 de junio de 1931 realizaron 1,760,250 Wassermanns y 368,480 exámenes por blenorragia en los laboratorios que informan al Servicio de Sanidad Pública. De ese total, un 33.75 por ciento de las Wassermanns y 18.32 por ciento de los exámenes por blenorragia correspondieron al Estado de Nueva York (fuera de la ciudad del mismo nombre) cuya población ~610 constituye 5 por ciento de la del país. De 1,052,196 dosis de salvarsán administradas en el país, 85,697, o sea 8.15 por ciento, correspondieron a la misma región. El Departamento de Sanidad del Estado de Nueva York también distribuyó en ese período 150,350 boletines y folletos y dictó 1,046 conferencias, lo cual representa 20.91 y 37.74 por ciento del total para el país. (Health News, fbro. 1, 1932.)

Comentando las declaraciones de Munson y Parran en el sentido de que la morbidad sifilítica no revela baja muy significativa, el Statistical Bulletin (mzo., 1932) publicado por la Compañía Metropolitana de Seguros de Vida, hace notar que un estudio de la mortalidad sifilítica resulta mucho más alentador, si bien no tanto para los negros. Entre los asegurados blancos de dicha compañía, de 25 a 74 años de edad, la mortalidad sifilítica aumentó constantemente de 35.4 por 100,000 en 1911 hasta un máximo de 53.0 en 1917; pero desde entonces ha disminuído caso continuamente hasta alcanzar a 25.3 en 1930, o sea menos de la mitad que en 1917, y 71 por ciento de las cifras de 1911. Entre las mujeres blancas, de ll.9 en 1911, hubo un ascenso a 16.9 en 1917, y desde entonces baja casi continua a 7.7 en 1930. Entre los varones negros, de 47.8 en 1911, hubo

168 OFICINA SANITARIA PANAMERICANA [Febrero

ascenso a 102.5 en 1917, y una baja muy pequeña a 101.9 en 1929, aunque hubo un descenso a 88.6 en 1930. Entre las negras, las cifras han sido de 24.0 en 1911, 49.7 en 1922, y 44.0 en 1930. Estudiado en esa forma, el problema de la morta- lidad sifilitica concierne en particular a la población negra. Las estadisticas del área de registro de la mortalidad de los Estados Unidos, revelan un fenómeno semejante. Hay que agregar que lo dicho para el país en conjunto no reza forzosamente con distritos aislados; por ejemplo, en la Ciudad de Nueva York no ha habido baja, sino aumento, en la mortalidad sifilítica entre los varones en conjunto, pero eso tal vez se deba, por lo menos en parte, a la llegada de negros del sur en los filtimos años.

En Nueva York, entre una poblacibn de 7,000,OOO de habitantes, denuncian al Departamento de Sanidad unos 10,000 casos de sífilis cada año. A esos hay que agregar los informes indirectos aportados por los ejemplares sanguíneos enviados al laboratorio del Departamento para realizar la Wasscrmann, en los cuales las positivas llegan de 20,000 a 25,000. Afírmase frecuentemente que un 10 por ciento de los adultos SC hallan infectados con sífilis, y si se considera como adultos a los mayores de 16 años, éstos formarían 75 por ciento del total, o sea unos 5,000,OOO; de manera que un 10 por ciento de 5,000,OOO viene a representar 500,000 sifilíticos en la ciudad. Dando por sentado que la edad media a que se contrae la infección es de 25 años, y que la expectativa de vida a esa edad es de 40 años más, obtenemos un total de 400,000 casos de sifilis, o sea 20 por ciento menos que con el otro cálculo. Entre las Wassermanns practicadas por el Departamento de Sanidad en 1914-15 en ciertos grupos de personas, la proporción de positivas fu6 de 13.3 por ciento para los expendedores de alimentos y otros articulos, y de 40.8 por ciento para los recluídos de ambos sexos en varios cstable- cimientos penales. En conjunto, parece bastante satisfactoria la denuncia de los casos dc sífilis al Departamento de Sanidad; pero todavía deja mucho que desear la menci6n de la sífilis entre las causas de muerte. (Wkly. BuZZ., N. Y. C. tiept. Health, ab. 23, 1932.)

En las denuncias de 1931 al Departamento de Sanidad del Estado de Nuevo York, las mujeres infectada,s de sífilis representaban 73 por ciento de la cifra para los varones, en tanto que para la blenorragia ~610 fu6 41 por ciento. Cuando se comunicó la causa, 80 por ciento de las mujeres casadas atribuyeron la infección a los esposos; en tanto que menos de 20 por ciento de los hombres casados imputa- ron su infección a las esposas. Si es cierto que la mayoría de las mujeres contraen sus infecciones de los esposos, la relativa proporción de sífilis sería m&s aproximada que tratándose de la blenorragia, pues los sifilít+cos se dividen más o menos igual- mente entre casados y solteros, en tanto que la proporción de blenorragia es 2% veces mayor en los últimos. (tlealth News, mayo 30, 1932.)

Repasando las cifras relativas a la frecuencia de la sífilis en el Estado de Nueva York, pero fuera de la población del mismo nombre, se hace notar que tomando por base 6,000,OOO dc habitantes para dicha regiún, parece que 10 por ciento de ellos se hallan probablemente infectados con sífilis, y scría conservador decir que 10 por ciento de los adultos lo están, pues hay más de 25,000 casos nuevos al año. (lV/cZy. Bull., N. Y. C. Dept,. Health, mayo 14, 1932.)

En 1927 en el Estado de Nueva York realizaron un censo para determinar el número de casos de sífilis y blenorragia bajo tratamiento y observación en un día dado, colaborando en el mismo 84 por ciento de los médicos, clínicas, hospitales y otras instituciones; y entretanto se han realizado otros estudios locales. Según los datos en la porción del Estado fuera de la Ciudad de Nueva York, durante el período 1925-1929, ninguna enfermedad transmissible salvo el sarampión era más frecuent,e que la sifilis, y hay buenos indicios de que la blenorragia es dos veces más frecuente que ésta. Otro censo de un día fué realizado el lo de mayo de 1930 en todo el Estado de Nueva York fuera de la población del mismo nombre,

VENÉREAS 169

‘+

contestando el cuestionario 90 por ciento de los 6,384 médicos, además de las clínicas, hospitales e instituciones. De éstos, un 41.5 por ciento trataban una u otra enfermedad, o ambas. El total de casos de sífilis lleg6 a 4.4 por 100,000: 5.63 en los varones y 3.21 en las mujeres; y de blenorragia a 7.4: 11.82 y 3.14. Al parecer, hubo un aumento en la sífilis y una ligera disminución en la blenorragia desde 1927. Las mujeres revelan un aumento constante en las tratadas tanto por sífilis como por blenorragia. Los sexos se dividen casi por igual en las clínicas, pero en todos los demás grupos predominan mucho los hombres. Según el periodo, 24.1 por ciento de los casos de sífilis son tempranos y 75.9 por ciento tardíos. En la blenorragia, la proporci6n de casos agudos es de 48.6 por ciento. De los médicos que emitieron su opinión acerca de la tendencia de la sífilis y blenorragia, 47 por ciento declararon que iban en disminución; 33 por ciento que no habla cambio; y 20 por ciento que había aumento. (Pfeiffer, A., y Cummings, H. W.: Ven. Dis. Inf. 495, nbre. 20, 1931.)

En una serie de 2,872 enfermos observados por Kiser y Bohner en la prática particular, la proporción de Wassermann positivos fué de 3.65 por ciento: 6.08 en los hombres y 2.18 en las mujeres. De los 105 sifilíticos, 1.9 por ciento eran secundarios, 28.5 por ciento terciarios, 16.1 por ciento neurosifilíticos, 23.8 por ciento padecían de sífilis vascular, y 25.7 por ciento de sífilis latente. (Kiser, E. F., y Bohner, C. B.: Jour. Am. Med. Assn., 1631, mayo 7, 1932.)

Un censo de un día realizado en la ciudad de Nueva Orleans el 2 de febrero de 1931 reveló 2,676 casos de sífilis y 2,144 de blenorragia en tratamiento en esa fecha, o sea un coeficiente venéreo de 10.5 por mil habitantes: 15.3 para los varones y 6.1 para las mujeres; 8.6 para los blancos y 15.3 para los negros. El coeficiente de sífilis fué de 5.8 y el de blenorragia de 4.7. En general, todas las cifras para los negros fueron mayores, salvo en la blenorragia: 1.7 en las negras comparado con 2.4 en las blancas; en cambio, en la sífilis, fueron de 8.9 y 1.8, respectivamente. De los informes, 49.5 por ciento provenían de los médicos, 40.4 de clfnicas, 8.0 de hospitales, y 2.1 por ciento de otras instituciones. Un 32 por ciento de los médicos trataban en esa fecha a uno o más enfermos venéreos, y del total, 44 por ciento eran tratados por médicos particulares y 56 por ciento en las clínicas, hospitales, etc. Comparado con otras ciudades en que se han realizado encucs- tas, Nueva Orleans acusa el coeficiente venéreo más bajo, a saber: Nueva Orleans, 6.8; Nueva York, 8.9; Filadelfia, 9.1; Knosville, 9.2; Cleveland, 11.3; Detroit, 12.7; Baltimore, 13.3; Nashville, 15.2; San Luis, 15.8; y Memphis, 19.9. (Clark, T., y Usilton, Lida J.: Pub. Health Rep., 1187, mayo 27, 1932.)

El estudio cooperativo realizado por este grupo se basa en 3,244 casos de sífilis temprana tratados en las clínicas de cuatro universidades de los Estados Unidos y la Mayo. Comprende 342 enfermos primarios seronegativos, 585 primarios seropositivos, 2,252 secundarios tempranos, y 65 secundarios tardíos. El grupo fué observado por 6 meses o más. La sífilis temprana fué aproximadamente dos veces mas frecuente en los varones, ya blancos o negros, solteros que casados, sucediendo lo contrario en las mujeres blancas (51 y 33 por ciento) ; pero sin que apenas hubiera diferencia en las negras. Las manifestaciones cutáneas tempranas son menos frecuentes en las mujeres negras que en las blancas o en los varones dc ambas razas. La alopecia es mas frecuente en las blancas que en los blancos, y dos veces más frecuente en las blancas que en las negras. Las lesiones secundarias de las mucosas, exceptuando los condilomas, son 10 por ciento más frecuentes en los blancos que en los negros. En las mujeres se presentan más condilomas que en los hombres, predominando en este sentido las negras, por cuyo motivo reviste especial interés la supresión de la infectividad en las últimas. De 2,269 que padecían de sífilis secundaria incipiente, fué posible reconocer la neurosífilis clínicamente en 1.7 por ciento antes de comenzar el tratamiento, todos los cuales

153448-33---4

170 OFICINA SANITARIA PANAMERICANA [Febrero

manifestaban una meningitis sifilftica aguda, con o sin parálisis neurocranealcs. En esta forma de la neurosífilis, la distribución por raza y sexo se conforma, en general, a la correspondiente a la neurosffilis tardfa. Además, cede fácilmente al tratamiento. En 1,747 enfermos se hizo el examen del liquido cefalorraquídeo, resultando completamente normal un 67.3 por ciento, y anormal un 32.7 por ciento sin tomar en cuenta la época del período secundario en que se hiciera la reacción. Todas las anomalías cefalorraquídeas, salvo la hiperglobulia limite, son mucho más marcadas en los blancos que en los negros, y mientras más intensa la altera- ción serológica, más manifiesta esa diferencia étnica. La hiperglobulia cons- tituye la anomalía más frecuente, lo cual debe poner en guardia, desde el punto de vista de la interpretación, contra la práctica de comunicar únicamente los resulta- rlos de la Wassermann en el líquido cefalorraquídeo. Según revela el examen cefalorraquídeo, sin considerar ni la Bpoca en que se realice ni el tratamiento anterior, la neurosífilis asintomatica temprana se presenta en un 23.8 por ciento de los enfermos primarios seronegativos, 29.8 de los primarios seropositivos, 34.1 de los secundarios incipientes, y 56.1 por ciento de los secundarios tardios. Existe cierta relación bien definida entre la anomalía cefalorraquídea y la Wassermann sanguínea: mientras más marcada aquólla, más probabilidades hay de una Wasser- mann sanguínea positiva, y ésta es negativa ~610 en 16 por ciento de los enfermos con líquido negativo. Más de 40 por ciento de los enfermos cuyo liquido, entre otras anomalías, es Wassermann positivo, revelan Wassermann sangufnea nega- tiva. Si la Wassermann sanguínea no reacciona en los primeros seis meses de tratamiento de la sifilis temprana, eso indica la existencia de neurosífilis asinto- mática. Del total de 3,244 enfermos, 2.8 por ciento manifestaron complicaciones oculares al ser recibidos, y de ellas las iritis y uveitis formaban un 73.3 por ciento, neurorretinitis 11.1, y queratitis 11.1 por ciento. En los negros, las complics- ciones oculares son más de tres veces más frecuentes que en los blancos, y en las mujeres mas que en los varones de ambas razas. De los 3,244 enfermos, 0.3 por ciento manifestaron queratitis y queratoiritis. Ultramicroscopías positivas fueron obtenidas en 94.4 por ciento de los casos primarios seronegativos; en 90.7 por ciento de las lesiones genitales de la sífilis secundaria en que se realizaran esos exámenes; en 85.6 por ciento de las lesiones bucales y farfngeas; y en 79.3 por ciento de las cutáneas, incluso condilomas. Ese método resulta, pues, de suma utilidad en el diagnóstico de las lesiones secundarias. Del total de 3,244 enfermos de sífilis temprana, 10.5 por ciento se presentaron en la fase primaria seronegatioa, y 70.4 por ciento en la fase secundaria con Wasserman sanguinea positiva. En la sifilis secundaria, la Wassermann sanguinea resultó negativa en 1 por ciento de los enfermos. Se ha observado que el número de enfermos que se presentan en busca de tratamiento dentro de los cinco días de darse cuenta de su mal, se ha mas que redoblado entre 1916 y 1930, lo cual pone de relieve la importancia de la labor educativa. (J. H. Stokes, T. Clark, y otros: Ven. Dis. Inj., 165, mayo 20, 1932.)

Mézico.-En los dispensarios antivenéreos del Distrito Federal, la asistencia total lleg6 a 240,949, representando los nuevos enfermos de sífilis 2,846, los dc blenorragia 5,928, y los venéreos simples 3,354. En el Hospital Morelos, ingrc- saron durante el año 3,957 enfermas, siendo dadas de alta por curaciún 4,109, y muriendo 26. En la sala de maternidad fueron atendidas 216, naciendo 206 niños vivos, 10 muertos, y habiendo 10 abortos. (Salubridad, eno.-dbre., 1931.)

Perti.-Silva Velásquez, García y Escarcena tienen calculado que las enfer- medades ven6reas promedian 55 por ciento en la población adulta de Ayacucho. En el Perú, el estudio médico-social del asunto ha sido objeto de numerosos tra- bajos académicos. En 1926 se celebró la primera Conferencia Nacional Anti- ven6rca, que aprobó las orientaciones generales para la lucha ant,ivcn6rca. ITun Liga Nacional Antivenérea fu6 creada por un Decreto Supremo de 1926. El Parlamento destinó a la campaña 100,000 soles en cl presupuesto de 1929; pero

VENÉREAS 171

no se utilizó por un desacuerdo relativo a si el dinero sería manejado por la liga o por la Dirección de Salubridad. El Departamento de Asistencia Pública, dependencia de la Dirección de Salubridad, ha ejecutado en parte el plan mínimo aprobado por la liga por medio de dispensarios instalados en Lima, Callao, Arequipa, Chiclayo, Trujillo, Cerro de Pasto, Cuzco e Iquitos; mas la vigilancia de la prostitución ha absorbido casi todas las actividades de esos centros. La prevención y el tratamiento se han hecho de manera deficiente y con escasos elementos. En el bienio 1927-28, un 28 por ciento de las prostitutas inscritas estaban enfermas. Ayacucho ofrece ahora un amplio campo de experimentación para la asistencia médico-social de las enfermedades venéreas, y la liga debería reincorporarse en la activa ejecución del plan de campaña en colaboración con las autoridades sanitarias. En el medio militar es donde se pueden apreciar mejor los resultados obtenidos con un programa sanitario bien reglado de lucha. Una estadística llevada desde 1911 revela que la morbidad venérea ha disminuído considerablemente en el Ejército, de 111.6 por 1,000 en 1921 a 70.9 en 1928, 64.6 en 1929, y 78.9 en 1930, y de 1925 a 1930, en 40 por ciento. La morbosidad es mayor en Arequipa, Cuzco, Puno e Iquitos; pero aun allí ha disminuído con- siderablemente. La lucha antivenérea hoy día, más que problema de ciencia, es problema de cultura. (Rucabado, E. 0.: Res. San. Mil. 112, eno.-dbre., 1931.)

Por un decreto dictado el 21 de abril de 1932, el Presidente de la República del Perú ordena que las entidades públicas o particulares que se dediquen a difundir o divulgar conocimientos relativos a la prevención de las enfermedades venéreas, sometan a la Dirección General de Salubridad Pública para aprobación, los cuadros murales, cartillas, carteles, películas y demás formas objetivas que tiendan a tales fines. (Crónica Méd. 133, ab., 1932.)

Venezuela.-En el dispensario antivenéreo de Caracas, las consultas han subido de 9,548 en 1926, a 11,729 en 1927, 13,110 en 1928, 22,393 en 1929, 24,449 en 1930, 26,130 en 1931, y 20,954 en los primeros nueve meses de 1932, formando un total de 128,313: 102,623 hombres y 25,688 mujeres. En 1926, se presentaron siete veces más hombres que mujeres; en 1927 y 1930, el doble de hombres; en 1931 el número de mujeres aumentó considerablemente, llegando a ser tres cuartas partes del de los hombres, y en 1932 ambas cifras tienden a igualarse. El dis- pensario está instalado en el edificio de la Dirección de Sanidad del Distrito Federal, donde también funcionan los servicios de certificados de salud, de va- cunación, y de inspección de alimentos y de casas, aunque los locales están com- pletamente separados. Las horas de consulta se han distribuído de modo que faciliten la concurrencia a las personas ocupadas. Para mujeres son por la mañana, y para los hombres, de 5.30 de la tarde a 8 de la noche. Al frent,e del dispensario se halla el Dr. Carlos J. Bello asistido por el Dr. Oscar Loynaz Páez. (González Rincones, P.: El Universal, obre 5, 1932.).

Lucha en Espak.--El primer decreto del actual Gobierno español sobre la lucha antivenérea, suprime el impuesto sobre los prostíbulos, fuente de ingresos en todos los servicios antivenéreos de la nación, suplantándolo con una partida de 2,000,OOO de pesetas en el presupuesto anual. La última parte del decreto ordena al ministerio encargado que determine las disposiciones convenientes para el mejor cumplimiento y organizaci6n de la lucha antivenérea. (Muelledes : Ecos Esp. Dermat. & Sif., 359, 1932.)

Inglaterra.-Según el informe anual del Consejo Británico de Higiene Social, los informes rendidos por los centros terapéuticos del país demuestran que en los últimos 15 años las nuevas infecciones sifilíticas han disminuido en 50 por ciento, resultado 6se no conseguido en ningún otro pafs fuera de Suecia. Esas estadísticas son corroboradas por las del Ejército y Cuerpo de Aviación, pues en el primero la frecuencia de la sífilis por 10,000 ha disminuído de 9.8 en 1921 a 2.1 en 1929, y en el Cuerpo de Aviación de 4.1 a 0.8. En el EjErcito ofrecen instrucción corriente-

172 OFICINA SANITARIA PANAMERICANA [Febrero

mente a todos los oficiales y soldados acerca de los aspectos médicos del problema. Otro signo de la disminución de la sífilis consiste en la baja de la mortalidad infantil debida a la enfermedad, de 1.34 en 1912 a 0.64 en 1929. Todo eso demuestra que el tratamiento de los infectados en los centros gratuitos del Estado ha surtido efecto. El consejo opina que cierta proporción de mujeres y niños eluden el beneficio del plan, pero la prevención de la sffilis congénita por virtud del descubrimiento y tratamiento de todos los casos en madres en ciernes parece marchar bien. La lucha contra la blenorragia no ha sido tan fructífera, pues el número de casos tratados en los centros revela ligero aumento, acaso debido a mayor uso de los centros más bien que a aumento de las infecciones. La baja proporción de casos de blenorragia femenina tratados en los centros en relación con los casos de sífilis en mujeres (1.18 por l), indica que permanece sin tratar una gran parte de las mujeres infectadas. Es excesivo el número de mujeres que llegan a los centros después de meses, y hasta años, de ser atendidas por m6dicos que no reconocieron la enfermedad. Entre ellas, muchas padecen de artritis, lo que debe siempre impulsar una investigación del problema blenorragico. El consejo cree que si las mujeres se presentaran en mayor número en busca de trata- miento inmediato, la frecuencia de la blenorragia disminuria. (Carta de Londres: Jour. Am. Med. Assn. 747, fbro. 27, 1932.)

En las escuelas para ciegos del Consejo del Condado de Londres, hay 218 menores de 18 años, y en 45, o sea 20.6 por ciento, la causa fué oftalmía neonatal. En el Hospital de Santa Margarita, dedicado al tratamiento de ese mal, encuen- tran el gonococo en 60 a 65 por ciento de los casos. Según el autor, la oftalmfa neonatal se cura bastantes veces con tratamiento local. El eusol (10 por ciento) es la mejor loción, pero hay que dejar reposar la solución por 24 horas antes de usarla. Después viene la solución de ácido bórico y bicarbonato de sodio. Esa loción se emplea cada hora cuando hay mucha excreción, cada dos horas si hay menos, y cada tres horas si hay muy poca. Después de un lavado, se llena el saco conjuntiva1 con acriflavina (1 por 1,500 de aceite de ricino). Ese aceite resulta muy útil, pues impide que se adhieran los bordes palpebrales y actúa como un antiséptico inocuo. Los preparados argénticos parecen servir de poco en los primeros periodos, y mas bien acentúan los síntomas, de modo que no se emplean por regla general sino cuando comienza a ceder el edema palpebral. Todos los preparados son frotados en la conjuntiva con torundas de lana, y esos frotes ayudan a eliminar el epitelio superficial en que prolifera el microbio. El nitrato de plata (0.65 gm por 30 c c) , neutralizado después en solución salina, resulta muy eficaz en manos diestras, pero si hay la menor duda, es mucho mejor emplear protargol al 10 por ciento. El autor condena el empleo de nitrato de plata en la profilaxia, y también el de lociones de bicloruro de mercurio, pues cada año ingresan en el hospital casos en que han lesionado la córnea esos medicamentos mal aplicados, por lo cual recomienda el aceite acriflavinado o el protargol. Si hay mucho edema palpebral o la comisura es tan pequeña que no permite limpiar bien la conjuntiva, se practica una cantotomía externa en el período incipiente de la enfermedad para facilitar la salida del pus. En uno de 350 niños se observó artritis blenorrágica, afectándose las articulaciones de los tobillos y rodilla. El niño murió después de insuficiencia cardiaca. La rinitis es un concomitante fre- cuente de la oftalmía neontal. (M a y ou, M. S.: Brit. Meo!. Jour. 973, 1931.)

Cegzrera venérea en Alemania.-Según las estadísticas de 1925-26, en $lemania había entonces 33,192 ciegos. En 10.4 por ciento de los hombres y 10.3 por ciento de las mujeres la ceguera congénita y debida a sífilis. La edad a que se presentó la ceguera fue: antes de los cinco años (blenorrágica) en 10.8 por ciento de los hombres y 10.5 por ciento de las mujeres; 30 a 40 años en 10.9 por ciento de los hombres y 8.1 por ciento de las mujeres; y 40 a 60 años (tabes) en 23.9 y 21.3 por ciento. Entre 15,911 ciegos, la ceguera era congénita en ll.2 por ciento de los

VENÉREAS 173

varones y 14.1 por ciento de las mujeres. La blenorragia neonatal fu6 la causa en 4.61 por ciento, comparado con ll por ciento en 1856. La tabes fué la causa en’2 por ciento en los varones y 9 por ciento en las mujeres; y la sífilis en 3.79 y 3.93 por ciento, respectivamente. Para el autor, la mitad de los casos de ceguera son evitables; la cuarta parte inevitables; y la otra cuarta parte condicionalmente evitables. (Heller: Med. TV& 1583, 1931.)

S~jiZiilis y embarazo.-En su servicio tocológico de la beneficencia municipal de La Coruña, Colmeiro Laforet hizo realizar la Wassermann y la Kahn en 100 embarazadas, de las cuales 17 resultaron positivas. Las positivas subieron a 5 en las primíparas y 12 en las multíparas. Es sorprendente la gran frecuencia de la serología positiva, que excede con mucho las cifras extranjeras, aun para negras. Aunque en obstetricia no debe aceptarse una sola positiva como definitiva, lo mas frecuente es que en caso positivo haya sífilis. En casos dudosos deben hacerse reacciones durante el embarazo, en el momento del parto, y pasados los primeros días del puerperio. El autor concede mucha importancia a la “reacción ovular” de Couvelaire, y a pesar de una serología negativa en la madre, los tratamientos antiluéticosl’en la última han evitado en embarazos siguientes accidentes obstétricos que se habían notado reiteradamente. Al repetir las reacciones en diferentes fases del embarazo, obs6rvanse a veces resultados paradójicos. (Colmeiro Laforet, C.: Rev. Esp. Obst. & Ginec. 344, agto., 1932.)

Si$lis del feto y del recién nacido.-En una serie de 1,044 autopsias de fetos y recién nacidos realizadas en el Hospital de la Universidad de Minnesota, se encon- tró sífilis en 46, 0 sea 4.4 por ciento. De las madres, la Wassermann resultó positiva en 28, negativa en 12, y no se realizó en 6. En 31 madres no se habla diagnosticado sífilis, y ~610 3 habían recibido tratamiento: una antes del embarazo, otra una sola vez durante el embarazo, y la tercera ~610 durante el embarazo. En la serie hubo 501 mortinatos, de los cuales 7.4 por ciento eran sifilíticos, repre- sentando 80.4 por ciento del grupo sifilítico; 27 de los 37 eran prematuros y 10 nacidos a término; 33 murieron ante y 4 intrapartum. Sólo 9 de los 46 nacieron vivos, o sea 1.6 por ciento del grupo total, y 19.5 por ciento del sifilftico. Los 9 fueron prematuros, y ninguno vivió. De los 46 sifilíticos, 78.2 por ciento fueron prematuros, y el resto nacidos a término. Encontraronse espiroquetos en los tejidos de 41; osteocondritis sifilítica en 37; esplenomegalia en 35; hipertrofia hepática en 25; goma del hígado en 3; neumonía alba en 8; pancreatitis en ll; y características alteraciones cutáneas en 19. En la serie global de autopsias hubo 10 casos de hidropesía fetal, dos de ellos sifilíticos. El peso de la placenta resultó mayor en el grupo sifilítico; el de los pulmones discrepó mucho, pero en algunos de los sifilíticos fué mucho mayor; el hígado, riñones y bazo resultaron siempre más pesados en el grupo sifilítico. (Ad air, F. L. : Am. Jour. Obst. & Gynec. 111, 1932.)

Entre 2,635 partos consecutivos del servicio de maternidad del Hospital de la Universidad de Pennsylvania, hubo 230 muertes de fetos. Entre 238 madres sifilíticas, sólo hubo una Wassermann positiva en 28 en caso de muerte fetal, y ~610 en 10 de los fetos suficientes datos para justificar el diagnóstico de sífilis. El porcentaje de mortalidad fetal debida a sífilis fu6 de 0.038, y de mortalidad fetal entre las madres sifilíticas, 4.2. (Harer, W. B.: Am. Jour. Obst. & Gynec. 255, 1932.)

Infección de laboratorio por si$lis experimental del conejo.-En el caso descrito por Wakerlin, la infecci6n era verdaderamente de laboratorio y producida por una.cepa del espiroqueto palido que había sido mantenida en los conejos por 13 años, o sea un período más prolongado que ninguna otra de las cepas de labora- torio a que se hayan atribuído infecciones humanas. Las manifestaciones clínicas y serológicas patentizaron que el microbio mantiene su virulencia a pesar de su prolongada permanencia en el cuerpo del conejo. (Wakerlin, G. E.: Jour. Am. Med. Assn. 479, fbro. 6, 1932.)

174 OFICINA SANITARIA PANAMERICANA [Febrero

SíJlis asintomática en los ratones blancos.-Recapitulando sus observaciones en unos 700 animales, Karrenberg afirma que la infección sifilftica en los ratones blancos es asintomática, en lo que puede averiguarse macroscópicamente. En el sitio de la infección pueden encontrarse los microbios por varios períodos de tiempo. Los ganglios linfáticos revelan más 0 menos las mismas alteraciones que en la sffilis humana y cunicular. El bazo y el hígado también se afectan tempranamente, pero sin alteraciones histopatológicas. Los espiroquetos que penetran en el cerebro pueden volverse neurotropos, pues al ser reinoculados a los conejos manifiestan tendencia a penetrar en el cerebro. (Karrenberg, C. L.: Arch. Dermat. & Xyph. 585, jul. 2, 1932.)

Linfogranulomatosis inguinal.-Desde 1927, Coutts ha estudiado la linfogranu- lomatosis inguinal, y a mediados de 1929 tuvo ocasión de comprobar que revestía caracteres de epidemia en Chile. En el verano los casos disminuyeron, pero re- aparecieron hacia abril y mayo de 1930. Varios urólogos consultados declararon que habfan observado casos semejantes. Durante 1931, los casos, frecuentes hasta febrero, declinaron visiblemente durante el otoño e invierno, para reaparecer en la primavera, aumentar gradualmente, y disminuir de nuevo en febrero y marzo de 1932. Los cirujanos navales en 1930 observaron enfermos en Val- parafso y Talcahuano. En Chillan y Rancagua descubrieron casos en los dispen- sarios antivenéreos. Para Coutts, el agente causal es algún microorganismo 0 ultravirus de origen local, que se mantiene latente en la vagina después de haber sido depositado en ella por práctica sexual anormal, o hasta ser puesto por coito bucal en contacto con el pene. En la mayoría de los enfermos de la clase acomo- dada, ha podido precisar la relación de causa y efecto con el coito bucal, y Wehr- hein comunicó un caso en que el mal fué contraido aparentemente por dicha vía. Entre la gente del pueblo, donde hasta la fecha el autor ha encontrado el menor número de casos, no existe tal relación; pero cabe teorizar que portadores del virus, al cohabitar con una mujer, depositan el agente en la vagina, o que, por práctica anormal, el agente causal llega del aparato genital femenino. Con res- pecto a que ese virus casi nunca origina lesión ganglionar en la mujer, Coutta ya ha llamado la atención sobre un fenómeno semejante en relaciún con el chancro blando. En ciertas condiciones indeterminadas todavía, el agente productor puede, pues, vivir en la vagina sin ocasionar en ella lesión. Entre 62 casos estu-, diados, ~610 en 3 (4.8 por ciento) pudo comprobar la existencia de una puerta de entrada genital. En el tratamiento, Coutts no recomienda cuidados especiales, sino alimentación liviana, antipirético si es necesario, y reposo en cama durante los primeros días. Localmente, no hace nada. Como tratamiento general, pre- fiere las inyecciones intravenosas de neoestibosan hasta completar la dosis de 3 gm. 5610 en dos casos hubo que continuar la cura antimónica después de una semana de abstención. El efecto de la fuadina es menos constante. Vicuña ha obtenido buenos resultados inyectando por vía venosa tártaro emético al 1 6 1.5 por ciento en proporción de 10 a 20 c c cada 4 6 5 días, según la tolerancia del enfermo. (Coutts, W. E.: Bol. Serv. Nac. Sal. 396, mzo., 1932.)

Sulzberger y Wise hacen notar la probabilidad de que la linfogranulomatosis inguinal (para la cual proponen el nombre de linfopatfa venérea) sea diagnosticada actualmente con varios nombres, tales como bubón climático, tropical, estrumoso y no venéreo. Sin embargo, apenas cabe confundir el cuadro cllnico en los casos típicos, siendo por lo general fácil de diferenciar; por ejemplo, del chancro blando. Una Reenstierna positiva y una Frei negativa, así como la autoinoculación, bastan para establecer el diagnóstico diferencial junto con los signos clínicos. La posible confusión con el granuloma inguinal o venéreo es más aparente que real, y una Frei negativa y el hallazgo de los cuerpos de Donovan deben establecer el diagnóstico, junto con la prueba terapéutica con el tartrato estibiado. Aunque es probable que los casos de linfogranulomatosis en los hombres sean reconocidos,

19331 VENÉREAS 175

aunque con distintos nombres, no sucede así con las secuelas en las mujeres, y los autores han podido observar varios casos de estenosis rectal en negras en que la reacción de Frei resultó positiva. Los autores llaman la atención sobre ese punto, haciendo notar que los procesos ulcerados y elefantiásicos de la regi6n genital o anal en las mujeres, y en particular las estenosis rectales de etiología desconocida, deben ser considerados como posibles secuelas y comprobados con el antígeno de Frei. (Sulzberger, M. B., y Wise, F.: Jour. Am. Med. Assn., 1407, obre. 22, 1932.)

Grindon hace notar que el nombre de “linfopatía venérea” propuesto por Sulaberger es el décimonoveno indicado hasta ahora. A su vez, propone los nombres de “linfopatía contagiosa” y “linfopatía contagiosa purulenta cicatri- zante.” (Grindon, J.: Jour. Am. Med. Ass., 2282, dbre, 31 1932.)

Hazen y colaboradores hacen notar que, desde que Fox en 1926 comunicara 150 casos de granuloma inguinal en los Estados Unidos, ha aumentado el número de enfermos tratados en las varias clfnicas. Entre 900 casos dermatológicos en una clínica para negros en Wáshington hubo nueve casos en un año, o sea 1 por ciento. La predisposición de dicha raza a la enfermedad ha sido puesta de mani- fiesto en todos los Estados Unidos. Ha habido sus casos, pero raros, comunicados en los Estados Unidos en los blancos; pero de los autores, ~610 uno ha observado un caso sospechoso en una mujer blanca, y otro ha visto un caso en un varón. En la serie de los autores, en los varones estaba afectada la región génitocrural y en las mujeres primariamente los labios menores y ~610 secundariamente los mayores. Todos los casos eran clínica y morfológicamente característicos. En 66.6 por ciento se encontraron los cuerpos de Donovan. Los cultivos fracasaron. Todos los enfermos habían recibido terapéutica antisifilitica. Aunque la irradia- ción surte algún efecto, los resultados más seguros se obtienen con una solución recién preparada de tartrato de antimonio y potasio, o inyecciones de tiogluco- lamido de antimonio. (Hazen, H. H., y otros: Jour. Am. Med. Assn., 1410, obre. 22, 1932.)

Findlay describe experimentos que, según él, demuestran que el bubón climático se debe a un virus filtrable. Inoculado éste intracerebralmente, produce en los monos y ratones meningo-encefalomielitis, e inoculado en la ingle de los cobayos puede producir un bubón. El suero de los enfermos de bubdn climático posee facultades protectoras, y el de los linfogranulomatosos también protege contra el virus del bubón climático. Para el autor, ambas enfermedades son idénticas. (Findlay, G. M.: Lance& ll, jul. 2, 1932.)

DeWolf y Van Cleve prepararon antígenos de 11 casos de linfogranuloma inguinal según la técnica de Frei, y realizaron con ellos 1,103 intradermorreac- ciones en 1,010 enfermos de varios géneros. De ellos, 58 reaccionaron positiva- mente, revelando bien signos clínicos o antecedentes de adenitis inguinal crónica. En los 31 casos que revelaron manifestaciones inguinales activas, se obtuvo el mejor resultado con la extirpación de los ganglios invadidos antes de fistulizarse. Los autores recomiendan que todo caso de estenosis rectal sea investigado con respecto a linfogranulomatosis inguinal. En el hombre infectado por sodomía, y mucho más frecuentemente en las mujeres, la infección se extiende a los ganglios perirrectales, produciendo fístulas y estenosis que antiguamente se atribuían exclusivamente a la sífilis. Para los autores, el mal es venéreo y específico, residiendo aparentemente la causa en un virus filtrable. La frecuencia del mal en una ciudad como Cleveland indica su difusión en los Estados Unidos. (DeWolf, H. F., y Van Cleve, J. V.: Jour. Am. Med. Assn., 1065, sbre. 24, 1932.)

De su estudio de 100 sujetos normales de ambos sexos y de 188 individuos con males venéreos, Coutts deduce que el antígeno de Frei no es estrictamente espe- cífico, corroborando así la teoría de que la enfermedad de Favre encubre casos que difieren notablemente del cuadro clínico clásico; que existe un número escaso de

176 OFICINA SANITARIA PANAMERICANA [Febrero

individuos normales que presentan alergia positiva al antígeno linfogranulo- matoso y cierto porcentaje de sifiliticos que reaccionan en la misma forma. El autor atribuye la anespecificidad de la reacción a que los antígenos empleados corresponden a fuentes de diverso origen. Para mejor interpretación, precisa emplear en cada caso antfgeno de los dos grupos, o sea linfogranulomatosis con y sin puerta de entrada. (Coutts, W. E.: Med. Moderna, 1, agto., 1932.)

Tres Macacus rhesus inoculados por DeMonbreun y Goodpasture con los cuerpos de Donovan procedentes de un caso de granuloma inguinal, revelaron signos de infeccián abortiva. Se dispone, pues, así de un método biológico para comprobar cualquier microbio que pudiere ser cultivado de las lesiones, y que se sospeche ser el factor etiológico. (DeMonbreun, W. A., y Goodpasture, E. W.: Am. Jour. Trop. Med., 311, sbre., 1931.)

En Francia continúan realizando investigaciones acerca de la linfogranulo- matosis venérea. Bensaude ha demostrada que constituye la causa de la mayor parte de los casos de estenosis anorrectal no traumática. Levaditi inocultó a un mono el virus produciendo una infección general con localizaciones en el eje cerebroespinal. El cerebro del mono infectado facilitó un material más apropiado para inoculación que el pus de los bubones. La inyección intravenosa del virus evoca fiebre en los afectos, pero no en los sujetos sanos. La reacción merma a medida que se repiten las inyecciones, hasta que por fin desaparece. Punto importante ese para el diagnóstico y tratamiento, conviene siempre con el resul- tado de la Frei cuando el diagnóstico oscila entre bubón chancroideo y estenosis anorrectal. Por el contrario, el antfgeno de origen simio, cuando se introduce por vía subcutánea, no evoca reacción en los enfermos, pero la inyección intravenosa, repetida suficientes veces, afecta favorablemente la evolución del mal. La resistencia es mayor en los casos muy antiguos. La dosis normal es de 0.5 a 1.5 c c de emulsión encefálica de mono en suero fisiológico, y puede aumentarse. Otras investigaciones indican posibles relaciones entre la enfermedad de Nicolas- Favre y la sífilis o, por lo menos, con ciertas lesiones sin espiroquetas visibles, que son sifilfticas. En una comunicación presentada a la Academia de Ciencias de Parfs por Jonesco-Miharisti y sus colaboradores, se hace notar que inoculando al mono un filtrado del virus linfogranulomatoso, evocaron un síndrome tabético con destrucción del conducto de Goll. Para ellos, la linfogranulomatosis podría ocasionar ciertos casos de tabes en que no hay antecedentes de sifilis. (Carta de Paris: Jour. Am. Med. Assn., 1523, obre. 29, 1932.)

Diagnóslico de la s%jilis en gota de sangre desecada y desj%rinada.-Chediak afirma que es posible realizar el diagnóstico de la sífilis con una gota de sangre desecada y desfibrinada, obtenida del lóbulo auricular o del dedo. El resultado concuerda casi siempre con las mejores reacciones serológicas, y no hay reacciones falsas. Entre 254 muestras de los hospitales “ Mercedes” y “ Calixto García” las positivas fueron éstas: 94 muestras: Wassermann, 19, Kahn, 23, clarirreacción de Meinicke, 22, y gota de sangre, 19; 160 muestras: Wassermann, 30; Kahn, 35; y gota de sangre, 29. (Chediak, A.: Rev. Méd. Cub., 947, agto., 1932.)

Coloración con violeta de genciana.-Zingale recomienda un procedimiento de coloración para diferenciar claramente los espiroquetas pálidos. Comprende una solución anilinada de violeta de genciana (solución alcohólica saturada del violeta, 10 gm; agua de anilina filtrada, 100 gm, y una solución alcalina [O.lO gm de car- bonato neutro de potasio en 200 gm de agua destilada!). En un cristal de reloj se colocan de lo-12 c c de la solución alcalina, agregandose otras tantas gotas de la de violeta de genciana. Después de fijar el frote a la llama, se invierte el cubreobjetos sobre el cristal de reloj para que se adhiera a la superficie líquida. Se calienta hasta que humee y mantiénese así por tres minutos. Luego se lava con agua corriente, se seca, y observa. Los detritus celulares toman un tinte violeta brillante contra un fondo gris perla. Bacilos, cocos y espirilos toman

VENÉREAS 177

un color azul violeta intenso; los hematíes, lila claro; el espiroqueto pálido, lila más intenso que los eritrocitos. Para el examen, empléese la luz artificial y, de preferencia, una lámpara azur. (Zingale, M.: Policlinico, 1435, sbre. 12, 1932.)

Wcnica para las reacciones seroUgicas.-Dsepués de describir sus estudios, Ducco manifiesta que en las reacciones serológicas de la sífilis no deben inactivarse los sueros, pues así se destruye parcialmente la sustancia causante de la reacción. Debe operarse en presencia de una cantidad suficiente de cloruro de sodio, para precipitar el complejo formado por el antigeno y la sustancia causante; ya la menor dilución posible, para mantener la sensibilidad de la reacción; y siempre a la misma t,emperatura (37” C.), para que todos los resultados sean comparables. Cuando se trata de flóculorreacciones, no deben leerse los resultados sino después de producida la floculación. (D LICCO, C. L.: Prensa Méd. Arg. 1364, mzo. 10, 1932.)

Resumiendo SLI estudio de la influencia de la pn del medio sobre las serorreac- ciones para la sífilis, Ducco cree haber establecido que los sueros sifilíticos con- tienen un albuminoide de una pH de 7.9, que no contienen los normales. Para él, las reacciones de floculación, y probablemente la Wassermann, son métodos destinados a apreciar la presencia de ese albuminoide. Todo método de apre- ciación de esa albúmina sifilítica será tanto más sensible y exacto cuanto mas se acerque a 7.9 la pH del medio en que se opere. (DUCCO, C. L.: Prensa &Iéd. Arg. 1552, ab. 20, 1932.)

Normalización de la Wossermann.-Tras una encuesta realizada en todos los manicomios de Inglaterra, se lleg6 a este sumario de opiniones y métodos: la Wassermann es empleada sistemáticamente en todos los sueros sanguineos y líquidos cefalorraquídeos; los métodos varían en todos los hospitales, salvo en los 17 del Condado de Londres, en que hacen todas las Wassermanns en un labo- ratorio central; las pipetas son preferidas al conteo de gotas; la inmensa mayoría prefieren las reacciones de fijación del complemento a las de floculación; los métodos de lectura distan mucho de ser uniformes, pues en algunos avalúan en unidades de complemento y en otros en cifras que representan la dilución del suero o líquido, pero los signos de más y de menos son los m6s empleados; en la preparación de antígeno, emplean por lo general un extracto normalizado de corazón; en todos los laboratorios inactivan los sueros, pero en uno no hacen así con el líquido cefalorraquídeo; de las pocas floculorreacciones utilizadas, en dos emplean la sigma, y en uno experimentan con la fotometría de Vernes. Los subcomités nombrados aprobaron las siguientes resoluciones: (1) entre gotas o pipetas, tómense las últimas; (2) obténganse los varios reactivos, es decir, extracto de corazón, solución de colesterina y suero hemolítico, de un centro fidedigno; (3) la normalización de la suspensión de células de ovino es indispensable, y debe realizarse de acuerdo con los métodos recomendados por el Consejo de Inves- tigación Médica o el Laboratorio Central de Londres; (4) acéptense las normas propuestas por el Cnel. Harrison en cuanto a la definición de suero ideal (límpido, estéril y libre de todo tinte, salvo muy leve de hemoglobina; el suero quiloso por lo general no se presta para floculorreacciones; puede verificarse la Wassermann con sueros quilosos y con los que están bastante teñidos de hemoglobina, pero no conviene hacerlo) ; (5) aplíquese la prueba provocadora para la sífilis latente recomendada por el Cnel. Harrison (inyectando 0.3 6 0.45 gm de neosalvarsán y tomando la sangre una semana después y, de preferencia, al segundo, séptimo, décimotercero y vigésimoprimer día después; (6) normalícense los impresos uti- lizados para informes; . . . (8) empléese la refrigeración eléctrica para conservar los sueros y reactivos. El Cnel. Harrison recomienda que no SC emplee la floculo- rreacción en sustitución de la Wassermann. Se recomendó el empleo de la Kahn para los sueros sanguíneos; probar la Hinton en sueros y líquidos cefalorra-

178 OFICINA SANITARIA PANAMERICANA [&brero

qufdeos, y la clarirreacción de Meinicke en sueros. En el artículo se dcscrihen: la técnica de Mann y Partner para la Wassermann; la segunda modificación de Hinton y Berk para la Hinton; y la clarirreacción de Meinicke. (Ford-Rohert- son, W. M.: Jozlr. Me&. Sc. 468, 1931.)

Wyler describe un procedimiento que acrecienta la delicadeza de su antigua Wassermann, que era así: (1) 1 nactivación del suero de los enfermos-30 minutos a 55’ C.; (2) complemento: suero de cobayo titulado cada día de ensayo, siendo el volumen de líquido en cada tubo el mismo que en la prueba; las dos hileras de tuhos contienen diluciones graduadas del complemento así: hilera 1, 2 volúmenes de soluci6n salina, 1 volumen de dilución del complemento, 1 volumen de hematfes sensibilizados; hilera II, 1 volumen de solución salina, 1 volumen de dilución de complemento, y 1 volumen de suspensión de antígeno. La hilera 1 es incubada por 30 minutos a 37’ C., leyéndose luego el titulo del complemento. La hilera II se incuba por 30 minutos a la temperatura ambiente, y luego por otros 30 minutos en el bafiomaría a 37’ C. Al terminar ese período, se agrega a cada tubo un volumen de hematíes sensibilizados, y se vuelve a colocar en el bañomaría a 37’ C. por 30 minutos. (Si el resultado de la in- cubación final de la hilera II no demuestra que haya disminuído el título dc la hilera 1 por haber mas de una dosis de antígeno, se acepta la lectura de la hilera 1.) (3) Antfgeno: extracto alcohólico de corazón humano (3 partes); solución alcohólica de colesterina al 1 por ciento (2 partes). La mezcla se hace el día de la prueba, diluyéndose al 1 por 15 con suero fisiológico, que se vierte rápidamente en la mezcla. El extracto de corazón es preparado así: eliminada la grasa, se pica la porción muscular del ventrfculo izquierdo, triturándola por un minuto con alcohol absoluto (1 gm de músculo por 9 c c de alcohol) en un mortero con vidrio pulverizado. La mezcla se coloca en la estufa a 37’ C. por 24 horas, agitando de cuando en cuando. Al cabo de 24 horas se filtra, coloca en la nevera durante la noche, y refiltra. El extracto se conserva per- fectamente a la temperatura ambiente a oscuras por muchos meses. (4) Sistema hemolftico: una suspensión normalizada de hematíes dc carnero, sensibilizados por lo menos con seis dosis de inmunicuerpo hemolitico. (5) Prueba: para cada suero precisan cuatro tubos numerados de atrás hacia adelante: 1, II, III y IV; cada tubo contiene la misma cantidad de líquido como sigue: tubo 1 (suero testigo), 1 volumen de solución salina, 1 volumen de suero del enfermo diluído al 1 por 5 en solución salina, 1 volumen de dilución de complemento en solución salina con tres dosis hemolíticas mínimas; tubo II (suero testigo), igual que el tubo 1, salvo que el volumen de dilución de complemento contiene dos dosis hemolíticas minimas; tubo III, 1 volumen de suero del enfermo dilufdo al 1 por 5 en solución salina, 1 volumen de dilución de complemento en soluci6n salina, con cinco dosis hemoliticas mínimas; 1 volumen de suspensión de antí- geno; tubo IV, igual que el tubo III, salvo que el volumen de dilución de comple- mento en solución salina contiene tres dosis hemolíticas mfnimas. Los tubos se incuban primero a la temperatura ambiente por 30 minutos, y luego en cl hañomarfa a 37’ C. por 30 minutos, después de lo cual se agrega un volumen de hematfes sensibilizados a cada uno, y se reponen las gradillas en el bañomaría a 37’ C. La lectura se realiza apenas los tubos 1 y algunos de los IV, incluso el de suero testigo negativo, revelan hemolisis completa, por lo común en unos 5 minutos. Los reactivos se miden por la técnica de goteo de Donnld. En cada tubo se deposita con el cuentagotas una gota del suero sin diluir de los enfermos, y después con otro cuentagotas, dos gotas de solución salina en los tubos 1 y II, y una gota en los III y IV. Después se hace lo mismo con la dilución del complemento y la suspensión de hematíes. Para mayor precisión, el autor ha modificado ahora su técnica en cl sentido de emplear siempre que es posible, 4 hileras de 4 tubos para cada suero, en vez de una, aumentando la

19331 VENÉREAS 179

cantidad de suero sin diluir en cada hilera; por ejemplo, hilera 1, una gota; hilera II, 2 gotas; III, 3 gotas; IV, 4 gotas; y V, 5 gotas. Con la solución salina se hace algo semejante: 4 gotas en la hilera 1, 3 en la II, 2 en la III, una en la IV, y ninguna en la V. El volumen viene a ser, pues, idéntico en cada tubo. Al comparar la técnica primitiva y la modificada en 1,000 sueros procedentes de 935 individuos (433 sifilíticos y 567 testigos), de los 433, 118 resultaron posi- tivos con ambos métodos, 250 negativos o dudosos con ambos, 60 dudosos con la reacción primitiva y positivos con la modificada, y 5 negativos con la primera y positivos con la segunda. De los 567 testigos, 506 resultaron negativos con ambos métodos; de los otros 61, la técnica modificada no rindió seudopositivas en ninguno, en tanto que la técnica primitiva di6 resultados dudosos en 53. Para el autor, la sensibilidad de la Wassermann puede ser aumentada en 20 por ciento acrecentando la cantidad del suero del enfermo, sin afectar la especificidad. Desde hace tiempo se ha reconocido que una floculorreaceión fidedigna suele ser más sensible que una reacci6n de fijación del complemento en lo tocante a casos tratados de sífilis, pero con la Wassermann modificada los resultados pueden hasta superar a los de la floculorreacción. (Wyler, E. J.: Rep. Pub. Health & Med. Sub. No. 67, 1932.)

Precipitorreacciones.-Para Kolmer, todavía no se puede escoger una pre- cipitorreacción dentro de las muchas disponibles. La nueva clarirreacción de Meinicke parece más sensible que la Kahn, igualmente específica, y más fácil de leer y de interpretar. En un estudio comparado, la reacción microscópica de Kline, la Kahn y la Wassermann-Kolmer convinieron en 86.7 por ciento de más de 1,000 sueros. En general, la Kline fué más delicada que la Kahn y la Kolmer, pero también menos específica que la Kahn, mientras que la Wassermann- Kolmer no acusó seudopositivas. Para Kolmer, lo mejor por ahora en el sero- diagnóstico de la sífilis, es realizar una reacción de fijación y otra de precipitación. (Kolmer, J. A.: Am. Jour. Pub. Health, 1253, dbre., 1932.)

Heathman y Higgenhotham declaran que la Kolmer y Kline parecen constituir una combinación más valiosa que la Kolmer y Kahn o la Kahn y Klein. Tam- bién declaran que la Kolmer y la Kline dan más positivas en la sífilis congénita que la Kahn. Igualmente, la Kline, más delicada que la Kolmer y la Kahn, acusa más seudopositivas. En cualquier laboratorio en que se realicen dos reacciones, una por su delicadeza y otra por su especificidad, las mejores para ello parecen ser la Kline y la Kolmer. (Heathman, Lucy S., y Higgenhotham, Margaret: Am. Jour. Syph., 385, 1932.)

Wassermann y Kahn.-Entre 965 reacciones paralelas de Wassermann y Kahn, Werngren y Bianchi encontraron 208 positivas distribuídas así: ambas reacciones, 165; Kahn positiva y Wassermann negativa, 32; y Kahn negativa y Wassermann positiva, ll. Del análisis de los desacuerdos resulta que la Kahn es más sensible que la Wassermann pero no de especificidad absoluta, pues en cierto porcentaje de Kahn positivas y Wassermann negativas no es posible en- contrar antecedentes ni lesiones específicas, y de los Wassermann positivos y Kahn negativos, cierto número son sifilíticos comprobados. La Kahn, además de mis sensible, es m8s sencilla, y permite hacer el diagnóstico en sueros anti- complementarios; pero, lo mismo que la Wassermann, da un número, aunque reducido, de seudopositivas. Ambas reacciones deben hacerse conjuntamente. En casos de urgencia, la Kahn puede suplantar a la Wassermann por ser más sencilla y económica, así como mas específica. (Werngren, Else Tyre, y Bianchi, A. E.: An. Inst. Modelo Clin. Méd. 330, 1931.)

Bruno practicó la Kahn y la Wassermann en 308 líquidos cefalorraquídeos procedentes del Hospital de Alienados de Rosario. Hubo 129 positivas con la Wassermann y 185 con la Kahn. La última es, pues, superior a la primera, siendo altamente específica y superando por su rapidez, sensibilidad y claridad. (Bruno, A. A.: Rev. Sud-Am. Endocr., Inmun. & Quimiot. 88, eno. 15, 1932.)

180 OFICINA SANITARIA PANAMERICANA [Febrero

Wassermann, Kahn, Müller y Meiniclce.-Chediak practicó conjuntamente las reacciones de Wassermann, Kahn, Müller y Meinicke en 405 enfermos de los distintos servicios del Hospital Nacional “Gral. Calixto García,” de la Habana. Los desacuerdos llegaron a 64, o sea 16.27 por ciento. Las 4 reacciones fueron positivas en 78 casos. La Wassermann rindió 57.74 por ciento de acierto en los casos positivos, la Kahn 93.66, la Müller 90.14, y la clarirreacción de Meinicke 92.25 por ciento. Este resultado hace resaltar la gran sensibilidad de las técnicas de floculación. En Cuba, las floculorreacciones mas utilizadas han sido las de Kahn y Meinicke. Para el autor, la Meinicke resulta muy sencilla, pr&ctica, sensible y específica. (Chediak, A.: Rev. Méd. Cubana 39, eno., 1932.)

Kahn y KZ&e.-Proske y Meriwether compararon durante el año económico 1930-31, las reacciones de Kahn y Kline en 4,458 ejemplares sanguíneos. Hubo acuerdo absoluto en 98.9 por ciento, siendo 13.1 positivas y 85.8 por ciento ne- gativas. En los 50 casos (1.1 por ciento) de desacuerdo, la Kahn fu6 positiva en 2 en que la Kline fué negativa; sucediendo lo contrario en 36 casos. La Kahn fué dudosa en ll en que la Kline fu6 positiva, y negativa en uno en que la Kline fu6 dudosa. De los dos casos Kahn-positivos y Kline-negativos, en ambos había historia positiva de sífilis tratada, sin signos clínicos de la enfermedad actualmente. De los 36 casos Kahn-negativos y Kline-positivos, en 10 había historia positiva de sifilis tratada, pero sin signos de la enfermedad actualmente, y en 26 no había ni signos clínicos ni antecedentes de sifilis, ni de tratamiento antisifilítico. De esos casos, al ser recomprobados, 17 continuaron siendo positivos con la Kline y 9 positivos con ambas pruebas. De los ll casos dudosos con la Kahn y positivos con la Kline, 8 habian tenido sífilis y sido tratados, pero no revelaban signos clfnicos. Los otros tres resultaron negativos al ser recomprobados. El único caso Kahn negativo y Kline dudoso acusó una reacción negativa con ambas al ser reexaminado, y no acusó ni signos clinicos ni historia de sífilis. La Kline parece ser ligeramente más sensible que la Kahn en los casos tratados, pero tambibn acusa seudo- positivas con mayor frecuencia. (Proske, H. O., y Meriwether, F. V.: Ven. Dis. Inf. 59, fbro. 20, 1932.)

Globorreacción de Müller.-Sáinz de Aja manifiesta que ha modificado, en aras de la sencillez, la técnica de la globorreacción de Müller. Despubs de centri- fugar, decanta el lfquido sobrenadante y agrega al sedimento 0.5 c c de suero fisiológico, agitando después. El sedimento de los sueros positivos se diferencia por acusar flóculos mbs o menos voluminosos y numerosos, deduciéndose así el grado de positividad. En los sueros negat,ivos, si existe sedimento, tiene aspecto algodonoso, y al agitar no se observan fióculos en suspensión. Esa modificaci6n posee además la ventaja de permitir la lectura a las 24 horas y aun después, lo cual es imposible con las primeras técnicas de Müller en las que hay floculaciones tardías anespecíficas. El autor realiza la reacción en dos tubos: en uno de acuerdo con su modificación, y en otro conforme a la segunda modificación de Müller. (Sáinz de Aja: Actas Dermo-Sif., eno., 1932.)

Suquet y Basnuevo probaron en la Habana conjuntamente la globorreacción de Müller, la Kahn y la Wassermann en 1,500 casos. Los casos positivos llega- ban a 206. En 117 coincidieron las tres reacciones; en 192 la Müller fué posi- tiva; en 178 la Kahn; y en 129 la Wassermann. En 34 la Müller fu6 positiva y la Kahn negativa; en 16 viceversa; en 75 la Müller y no la Wassermann; en 8 viceversa; y en 6 la Wassermann y no la Kahn ni la Müller. Para los autores, la Müller es ligeramente mSs sensible que la Kahn, pero la última posee la ventaja de su sencillez. (Suquet, M., y Basnuevo, J.: Rev. Med. & Cir. 30, eno. 31, 1932.)

Hessel empleó el reactivo simplificado de Müller en el estudio de 180 sueros y 120 líquidos cefalorraquídeos. La Wassermann sirvió de testigo. El informe preliminar del autor conviene con los de otros investigadores, en el sentido de que el reactivo es muy específico y sensible, y conveniente para el médico particular,

19331 VENÉREAS 181

pues no necesita aparatos especiales para hacer un diagnóstico relativamente rápido. El tiempo de lectura es 3 y 24 horas para sueros y líquidos, respectiva- mente. (Hessel, L.: Polslca Gaz. Lek. 144, fbro. 21, 1932.)

Reacción de IzraeZson.-Chorazak probó el reactivo de Izraelson en 366 sueros, empleando la Sachs-Georgi y la Wassermann como testigos. Para él, dicho re- activo parece ser más sensible que la Wassermann y la Sachs-Georgi en la sífilis primaria, seronegativa, latente y nerviosa, e inferior en otras formas y periodos. Debido al elevado porcentaje de positivas en sueros de sujetos sanos y normales, es dudosa la especificidad de la Izraelson, de modo que no puede confiarse en ella sola, aunque puede ser utilizada como testigo. (El reactivo viene a consistir de una parte de extracto alcohólico de cerebro desecado de conejo, cobayo o bovino; 9 partes de suero fisiológico; y una ó 2 gotas de solución de fuchsina al 0.2 por ciento por cada centímetro cúbico de reactivo.) (Chorazak, T. : Polska Gaz. Lek. 142, fbro. 21, 1932.)

Prueba de EagZe.-En una serie de 3,072 casos consecutivos, la floculorreacción de Eagle se mostró muy exacta, con un error probablemente menor de 2 por ciento. Por su sencillez y precisión, la Eagle probablemente resultará un auxiliar valioso en el diagnóstico. (Bodansky, M.: Am. Jour. Syph. 232, ab., 1932.)

Reacción de Murata.-El autor examinó 1,244 sueros con la reacción anular de Murata, comprobando con la Wassermann y otra prueba más. Los sueros procedían, además de sujetos con sffilis, de otros estados. En 95.82 por ciento (534 positivas y 658 negativas), la Murata coincidió con las otras pruebas. Para el autor, ese método es muy específico, y comparable a la Kahn y la Wassermann. (Zepalova, 0. N.: Sov. I’rchbnya. Gaz., 149, fbro. 15, 1932.)

Diagnóstico de la neuros@&.-El diagnóstico preclínico de la neurosífilis se ha realizado hasta ahora contando las celulas del líquido cefalorraquídeo; pero uno de los primeros resultados del tratamiento es la disminución de la globulia, por lo cual, para reactivarla, el autor extrae 15 c c de líquido cefalorraquídeo e inyecta en el acto 1.5 c c de agua bidestilada. A las 20 horas realiza otra punción sub- occipital, y obtiene 15 c c de líquido. En la sífilis nerviosa hay un ligero aumento del número de células (en casos negativos, la reacci6n es considerable) y obsérvase una típica monoleucocitosis, en particular en los casos graves. Un típico caso de parálisis general reveló 76.5 por ciento de linfocitos y 23.5 por ciento de mononu- cleares, sin formas de transición, polinucleares neutrófilos, acidófilos o basi6filos. A veces, en casos de ese género hay otras clases de células. En los casos que reac- cionan favorablemente al tratamiento, la fórmula leucocitaria puede variar en el sentido de polinucleosis. Si no hay sífilis nerviosa, la inyección de agua provoca un marcado aumento en el número de células, y una notable neutrofilia. Un típico caso reveló 90.2 por ciento de neutrófilos, 0.6 por ciento de acidófilos, 0.2 por ciento de basiófilos, 0.4 por ciento de formas de transición, 7.9 de mononu- cleares, y 0.7 por ciento de linfocitos. El método puede ser considerado como una especie de biopsia, e irritando las meninges obtiénense muestras de las clases de celulas que infiltran el sistema nervioso. (Cerqueira Luz, A.: C. R. Xoc. Biol., 132, 1932.)

Fijación del complemento en la blenorragia.-Resumiendo el resultado de 151 reacciones de fijación del complemento realizadas en 109 enfermos, la mayor parte de ellos con afecciones blenorrágicas, Campos Martín afirma que dicha reacción es específica de las gonococias, resultando siempre negativa en otros enfermos. Una positiva denota siempre un foco gonocócico. En 75 por ciento de las blenorragias cerradas y 100 por ciento de las complicaciones articulares, la reacción es positiva, mas suele ser negativa en las formas abiertas no complicadas. Toda positiva persistente en una blenorragia aparentemente superficial, debe hacer pensar en un foco profundo (probable vesiculitis). La gonorreacción re- sulta, pues, excelente para descubrir blenorragias ocultas, particularmente en la

182 OFICINA SANITARIA PANAMERICANA [Febrero

mujer, y puede servir para diferenciar la naturaleza de las infecciones pelvianas. Asimismo, cuando en la evolución de una blenorragia aparezca una complicación, la gonorreacción resulta excelente para el diagnóstico, de faltar los datos anamnú- sicos o bacteriológicos. La reacción guarda estrecha relación con la evolución clinica de la blenorragia, mas una negativa no indica que el enfermo esté curado. Las positivas carecen de valor si el enfermo ha sido tratado con vacunas. Cuan- do la reacción es intensamente positiva, está contraindicada la vacunoterapia, encontrando entonces su mejor indicación los preparados de acridina. Ante una positiva, podran administrarse pequeñas dosis de vacuna o, mejor aun, de pro- teínas; y si la reacción es dítbilmente positiva, están indicadas las vacunas a altas dosis. Ante una complicación cerrada y seronegativa, deben emplearse los sueros. (Campos Martín, R.: Ars Me& 150, ab., 1932.)

El estudio de Feraco se basa en el suero sanguineo de 126 mujeres con bleno- rragia crónica. La técnica empleada, la de Wassermann, reveló un elevado por- centaje de positividad. La reacci6n resulta en particular valiosa en las anexitis crónicas. Se hizo una comprobación con la sangre de 40 mujeres que jamás habian padecido de blenorragia o ~610 tenían antecedentes blenorragicos, resultan- do negativas las que no se hallaban infectadas o no contenían anticuerpos gono- cócicos. Para el autor, la gonorreacción resulta Útil en las blenorragias crónicas (91 por ciento de positivas), y exige un antigeno apropiado. (Feraco, G.: Arch. Ost. & Ginec., 137, mzo., 1932.)

Los estudios de Fröhlich y Jordan desmuestran que una fijación positiva de fijación del complemento dura frecuentemente por varios años y, lo tanto, no denota forzosamente la existencia de un foco latente de blenorragia. De eso deducen que la blenorragia ~610 puede declararse curada tomando por base el examen bacteriológico, y si varios exámenes son negativos, puede desatenderse una serorreacción posit,iva. De haber dudas, la serorreacción facilita el recono- cimiento de los casos no completamente curados. En los casos de prostatitis, conviene realizar una reacción de fijacibn del complemento a los 6 y 12 meses de completar el tratamiento. (Fröhlich, H., y Jordan, P.: Arch. Bermat. & Syph. 542, jul. 2, 1932.)

Cutirreacción.-Para descubrir processos blenorrágicos profundos, Neuer recomienda una cutirreacción por medio de una pomada que contiene gonococos muertos. Después de limpiar con éter la piel de la porcibn superior del brazo, la escarifica en tres sitios, a uno de los cuales aplica una sustancia inerte, y a los otros dos la pomada. Una reacción positiva es más intensa al cabo de 24 horas, evocando enrojecimiento inflamatorio y pequeñas pústulas. En los casos nega- tivos, ni los sitios vacunados ni el testigo revelan reacción. El resultado armonizó con el de la reacción de fijación del complemento. (Neuer, J.: Wien Iclin. Wchnschr. 398, mzo. 25, 1932.)

ProJiZa~ia.-Discutiendo los métodos actuales, Bejarano hace notar que la profilaxia de la sffilis no es identificable con la de las otras enfermedades venCreas, pues en éstas los procedimientos de profilaxia local pueden tener valor casi abso- luto si realizadas en tiempo oportuno. Los métodos químicos locales tienen eficacia en la sífilis, mas sólo a condicibn realizarlos escrupulosamente despuk de cada coito, y sin exceder de media hora después de la posibilidad de contagio. Tampoco tienen la menor eficacia para precaver los contagios extragenitales. Los métodos generales no podrán nunca encontrar difusión suficiente para entrar en la práctica, y habrán de utilizarse, no como se recomiendan corrientemente, sino con la misma intensidad que en una serie terapéutica contra una sífilis activa. La aplicación tardia de los m&odos locales, o la insuficiente dosis en los generales, pueden conducir al aumento dc las llamadas sífilis decapitadas, o infecciones mudas. Mientras mas SC conoce la patología general de la sífilis, más cautela hay que mostrar al afirmar que no existe la infección o que, de haber existido, se halla

19331 VENÉREAS 183

definitivamente curada. (B J e’arano, J.: Bol. Cons. Nac. Hig. Uruguay 916, dbre., 1931.)

Para demostrar el efecto de la profilaxia antivenérea introducida entre las tropas destacadas en Hawaii, el cirujano jefe hace notar que el coeficiente venéreo ha disminufdo de 40.54 en 1927 a 20.2 en 1931, y el de casos nuevos de 31.44 a 13.7, mientras que subía de 11,367 a 22,431 el número de profilácticos administrados. En 1930, 21,571 soldados recibieron profilácticos y sólo en 84 se descubrió afección venérea; en 1931, las cifras fueron 22,431 y 78. A pesar de que algunos individuos engañan con respecto al tiempo de exposición al recibir los profilacticos, la eficacia del procedimiento parece ser de más de 99 por ciento. Para el autor, los medios más seguros y legítimos de mantener un coeficiente venéreo bajo consisten en: instrucción de los reclutas; inspección adecuada; descubrimiento y tratamiento de las prostitutas infectadas; rígida aplicación de la profilaxis; castigo de los soldados que descuidan la profilaxia; juegos atléticos y recreos nocturnos; y hospitalización durante el período de infectividad. Últimamente se está probando el hexilorresorcinol en la profilaxia, pero no pueden aun comunicarse los resultados. (Apud: Mil. Surg., 187, agto., 1932.)

Sin pretender que sean terminantes, Ashford y Hathaway describen las pruebas realizadas con la solución de hexilorresorcinol S. T. 37 en inyecciones uretrales, para la profilaxia venérea, comparándolo con el empleo de la solución de protar- gentum (fortis) al 2 por ciento, que se empleaba antes. Con el albuminato, en 21,571 inyecciones profilácticas en 1930 hubo 174 infecciones nuevas con blenorra- gia. Al 2 por ciento es marcadamente eficaz, pues entre 3,030 exposiciones por los soldados en un puerto del medio del Pacífico, sólo hubo 2 casos de gonococia, o sea una eficacia de 99.94 por ciento. Con el hexilorresorcinol al 33 por ciento, en 2,925 exposiciones hubo 5 casos, o sea una eficacia de 99.83, y al 50 por ciento, en 752, 5, 6 sea una eficacia de 99.34 por ciento. Después se continuó empleando en 2 estaciones distintas el protargol al 2 por ciento en 2,197 casos, habiendo 8 infecciones, y el hexilorresorcinol al 25 por ciento en 2,511, habiendo 6 infecciones, o sea una eficacia relativa de 99.64 y 99.77. Combinando los resultados, el hexi- lorresorcinol al 33 por ciento es más eficaz que al 25 por ciento, y al 50 por ciento menos eficaz y produce en algunos casos irritación uretral. El protargol al 2 por ciento es más eficaz, pero es tan poca la diferencia que queda contrarrestada por la falta de manchas y de dolor con el hexilorresorcinol. En Panamá el índice profiláctico ha sido en los últimos años doble que en las tropas de Hawaii, en tanto que el coeficiente ha sido de unos 50 6 más, sin revelar baja. En Hawaii el índice profiláctico casi ha doblado en los últimos años, en tanto que el coefi- ciente venéreo ha disminuído de 40.54 en 1927 a 20.87 en 1930, y los casos nuevos de 31.44 a 16.31. Lo sorprendente es que en Panamá el índice profiláctico sea casi dos veces mayor que en Hawaii, y sin embargo, el coeficiente venéreo fué también en los últimos años dos veces mayor. (Ashford, M. y Hathaway, L. M.: Mil. Surg. 128, fbro., 1932.)

Como protección para los expuestos a la sífilis, Krulle, recomienda el bismogenol a dosis de 1 a 1.5 c c, según el método de Sonnemberg. (Durante la guerra, Lesser, en Varsovia, trató de proteger a las prostitutas infructuosamente con inyecciones mensuales de salvarsán. En 1925, Sonnemberg empleó con el mismo fin inyecciones semanales de bismuto en 60 prostitutas, y solamente se infectaron dos en las primeras semanas del tratamiento, es decir, cuando no se había inyec- tado todavía suficiente bismuto; en tanto que de 50 no tratadas enfermaron 20, 6 sea 40 comparado con 3.3 por ciento.) (Krulle: Münch. med. Wchnschr., sbre. ll, 1931.)

Fhnóstico en Za si&s co7~gérkta.~Después de estar a cargo de una clínica por ll años, y observar unos 500 casos de sífilis congénita, Morgan no conviene con la declaración de Veeder y Jean, de que con los modernos tratamientos puede

184 OFICINA SANITARIA PANAMERICANA [Febrero, 19331

obtenerse casi siempre una Wassermann persistentemente negativa, y desa- parición de los síntomas. Para 61, la negatividad de la Wassermann depende primordialmente del período de la enfermedad en que comience el tratamiento. En el período temprano, puede curarse en 80 por ciento; en el latente, 64; y en el tardio, 49 por ciento, con tal que el tratamiento se administre por suficiente tiempo, 6 sea: 11 meses en el período primario, y 28 en el latente y en el tardío. La comparativa facilidad con que los lactantes reaccionan al tratamiento, se debe en gran parte a que ~610 8 por ciento de esos casos son Wassermann-resis- tentes, mientras que la proporción sube a 15 por ciento en el período latente, y 34.5 en el tardío. (Morgan, E. A.: C’ur~. 1Vled. Assn. Jour. 811, 1930.)

El estudio-de Spitzer se funda en 30 años de observación, en los cuales at,endió a 702 familias sifilíticas, pero ~610 posee datos completos para 158. De éstas, 78, o sea 49 por ciento, permanecieron estériles; las otras 80 tuvieron 117 hijos vivos. De éstos, 16 revelaron signos sifilíticos al nacer, y 101 nacieron apa- rentemente sanos, pero ~610 14 continuaron absolutamente normales. Para el autor, los sifilfticos no deberían t,ener hijos. El casamiento de un sifilftico con una persona sana no es conveniente, pero si tiene lugar, no debería permitirse que tuvieran progenie. Si ambos individuos son sifilfticos, debe alentarse el casamiento, pues de otro modo se casar& con personas sanas; pero, por supuesto, tampoco debe haber hijos. Si un hombre, considerado curado de acuerdo con las pautas actuales, se casa con una mujer sana, es posible que la progenie sea sana; pero si la madre es la infectada, jamás tendr8 hijos sanos. A fin de ase- gurarse de la infecundidad de los sifilíticos, el autor recomienda que, si el esposo es el único sifilftico, se le realice la vasectomía, a fin de que la mujer con- tinúe fecunda, por si se casare otra vez; si ~610 la mujer es sifilftica, esterilícesela quirúrgicamente; y si ambos lo son, basta con esterilizar a uno. (Spitzer, L.: Münch. msd. Wchnschr., 97, eno. 15, 1932.)

Examen del esperma del luético.-Citando casos de su clientela, Escomel dice que el luético que desee casarse sin tener descendencia enferma, además de seguir todas las prescripciones terapéuticas de rigor, debe hacerse practicar antes del matrimonio, no ~610 el examen scrológico, sino tambi6n el amilisis del semen, debiendo presentar un 100 por ciento de espermatozoides morfológica- mente intactos. Después del nacimiento del hijo, y antes de volver a los deberes conyugales, debe hacerse examinar para evitar las sorpresas de la reactivación de una lúes latente. (Escamel, E.: Siglo Mdd., 29, jul. 9, 1932.)

Xeguro.-En la reunión de la Sociedad Médica para el Estudio de las Afec- ciones Venéreas de Inglaterra, el Sr. H. E. Melville definió la act’itud de las com- pañias de seguro, y en particular la presidida por él, con respecto a los males venéreos. Si el solicitante ha padecido repetidas veces de blenorragia, aunque curado cada vez, se le cobra extra. Por un solo ataque curado aplicanse las primas corrientes, pero si hay estenosis uretral todavía sin curar, o no se asegura, o se cobra mucho m&. Los sifiliticos sólo son aceptados dc acuerdo con estas condiciones: tratamiento esmerado y asiduo; transcurso de varios años desde la fecha de infección y del tratamiento, sin síntomas entretanto; y estado físico, antecedentes familiares y hábitos satisfactorios. Aun así, SC cobrar& extra. La sffilis contrafda después dc los 40 años cstti considerada como riesgo peor que a una edad m8s temprana. En la discusión, expresáronsc dudas acerca de si el tratamiento moderno de la sífilis afecta o no la vitalidad de los órganos nobles, citándose la optimista opinión que abrigaba Sir Jonathan Hutchinson acerca de la sffilis tratada con dosis pequeñas de mercurio por mucho tiempo, y su declaración de que le gustaría dirigir una compañía de seguros exclusivamente para los sifilíticos, pues haría dinero, en particular por llevar los luéticos una vida cuidadosa. (Carta de Londres: Jour. Am. IMed. Assn., 233, jul. 16, 1932.)

.