crónica popular - chile 40 años después

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MARTA HARNECKER: El Socialismo del siglo XXI MARTA HARNECKER: El Socialismo del siglo XXI CHILE 40 AÑOS DESPUES CHILE 40 AÑOS DESPUES Suplemento CELAC nº 4

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MARTAHARNECKER: El Socialismodel siglo XXI

MARTAHARNECKER: El Socialismodel siglo XXI

CHILE40 AÑOS DESPUES

CHILE40 AÑOS DESPUES

Suplemento CELAC nº 4

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Consejo de GerenciaANTONIO GALLIFA(Economista)FRANCISCO LAGUNA(Economista)PEDRO MONTES(Economista)

Consejo de Dirección

RODRIGO VÁZQUEZ DE PRADAY GRANDE(Periodista)MERCEDES M. ARANCIBIA(Periodista)Consejo de RedacciónJOSÉ LUIS DELGADO GONZALEZ(Jefe de Diseño)GERMÁN GALLEGO PICÓ(Redactor gráfico)JUANJO DELAPEÑA(Redactor gráfico)ALFONSO ORTUÑO(Dibujante)RAFAEL ALVEAR(Web manager)CARLMELCHOR(Periodista audiovisual)PAULA GUERRA(Periodista)ANTONIO PIERA(Periodista)RAMÓN PEDREGAL(Escritor)MARCEL FÉLIX SÁNCHEZ(Periodista)PERU ERROTETA(Periodista)PATRICIA REGUERO RÍOS(Corresponsal)Mª ROSA DE MADARIAGA(Historiadora)MANUEL MONEREO(Analista político)JUAN PABLO MATEO TOMÉ(Economista).FÉLIX GIL(Periodista)Félix Población (Escritor y periodista).DAVID RUIZ GONZÁLEZ(Historiador).JUAN TRÍAS VEJARANO(Catedrático emérito).MARCOS ROITMANN ROSEMANN(Profesor de Sociología)DANIEL LACALLE(Ingeniero Aeronaútico y sociólogo)

Suplemento especial nº 4Editado por Renovación Editorial SL.

Travesía Señores de Luzón, 1. 5º A28013 Madrid

Hoy, igual que ayer, resulta imposible no parafrasear el título del bellísímo poemario dePablo Neruda dedicado a España, en 1937, para rememorar el esperanzador proyecto enChile de Salvador Allende de 1970 a 1973 y su brutal y sangrienta interrupción por la fuer-za de las armas del general Pinochet, con la inspiración y el apoyo de los EE.UU. de Nixony Kissinger.

Socialista de una sola pieza y heredero y continuador de las mejores tradiciones de la maso-nería que impulsaron los aires de libertad e independencia de América Latina, Salvador

Allende diseñó un camino hacia el socialismo por lavía institucional, que plasmaba en la práctica las refle-xiones de Marx, Engels, Lenin y, de manera muy par-ticular, Gramsci. En los años setenta del siglo XX, vol-vió a coger la antorcha de los Frentes Populares deEspaña, Francia y de su mismo país, de cuyo gobiernoformó parte como ministro de Salud siendo muy joven.Y, de la misma manera que la Rusia de 1917 lo hizocon la vía revolucionaria insurrecional, el Chile deAllende “cargó con todo el peso” de ser, en plena gue-rra fría, el país iniciador de la lucha contra el imperia-lismo mediante los procesos electorales y elParlamento, a través de la profundización de la demo-cracia política y social y la conquista de la soberaníaeconómica.

Solo las armas pudieron frenar su fructífero mandato.El 11 de septiembre de 1973 se convirtió en una de lasmás dolorosas páginas de la Historia universal de lainfamia. Y el corazón de los españoles se quebró,intensa y dolorosamente, al conocer los bombardeosde la Casa de la Moneda, el sacrificio del heroicoSalvador Allende, la muerte, asesinado o no, delPremio Nobel Pablo Neruda y el asalto y saqueo de sucasa de Isla Negra, la tortura y muerte de Víctor Jara, yla persecución, detención y muerte de tantos y tantosdesaparecidos... Y, mirando hacia atrás con ira, volvióa revivir la tragedia y el sufrimientos del pueblo espa-ñol casi cuarenta años antes, cuando el golpe deEstado de Franco y sus generales traidores, frenó tanbrutalmente como en Chile otro esperanzador proyec-to, el de la II República.

Aquel 11 de septiembre de 1973 fue, también, undecisivo punto de inflexión para quienes tratamos deunir la teoría y la praxis para llevar a cabo “el asalto al

cielo” que cantaba la Comuna de Paris. Entre todas las reflexiones que aquellos luctuososhechos suscitaron destacan por encima de cualquier otra, la del secretario general delPartido Comunista Italiano, el sardo Enrico Berlinguer, al que el golpe de Estado de Pinochetimpulsó una profunda reflexión de la que salieron tres potentes artículos (Reflexiones sobreItalia, Tras los hechos de Chile y Tras el golpe) que fueron publicados en Rinascitá y, comocorolario de todo ello, la estrategia del Compromiso histórico, frenado también a instanciasde los EE.UU mediante el asesinato del líder de la Democracia Cristiana Aldo Moro.

De todo ello se escribe en este suplemento especial de Cónica Popular que sale a la calleen este septiembre de 2013, tanto en su versión digital como en edición de papel. A partirde dos textos que, aunque escritos hace ahora diez años, no han perdido un ápice de vigen-cia, uno de ellos, de la filósofa chilena Marta Harnecker y otro, del abogado español y exasesor del presidente Allende, Joan E. Garcés, en sus páginas analizan lo que ocurrió y loque sucede hoy en Chile especialistas en América Latina de gran prestigio; entre ellos,Marcos Roitmann, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y miembro delConsejo Editorial de Cónica Popular, que ha coordinado gran parte del suplemento, yMercedes Arancibia, Co Directora de Cónica Popular.

Rodrigo Vázquez dePrada y GrandeCO DIRECTOR DECónica Popular

Chile en el

corazón, 40 añosdespués

Sumario

Chile, cuarenta años después.JOAN E. GARCÉs ……………………………………………………… pag 4Estudiar el pasado para construir el futuro. Reflexiones sobre el Gobierno de Allende.MARTA HARNECKER ………………………………………………… pag 10Recordar a Allende. MARIO AMORÓS …………………………………………………… pag 18Semblanza de Salvador Allende. DOCTOR OSCAR SOTO ……………………………………………… pag 22La política económica de los "Chicago boys" en la dictadura de Pinochet. JUAN PABLO MATEO TOMÉ. ………………………………………… Pag 24Allende: cada septiembre huele a Chile. JOSÉ LUIS PITARCH. ………………………………………………… pag 28La izquierda revolucionaria y la izquierda parlamentaria durante el Gobierno de Unidad Popular. RICARDO PARVEX …………………………………………………… Pag 30Filmando el golpe de Estado. JOSÉ JUAN BARTOLOMÉ ……………………………………………… Pag 35El presunto asesinato de Neruda.MARIO CASASÚS …………………………………………………… Pag 40Te recuerdo Víctor Jara. MERCEDES ARANCIBIA. ……………………………………………… Pag 43Chile, una élite sin dignidad. MARCOS ROITMAN ROSENMANN. …………………………………… Pag 48Chile, un país esquizofrénico. XIMENA DE LA BARRA. ……………………………………………… Pag 50FELIPE PORTALES:La concertación, complemento de la dictadura. ………………………………… Pag 55Desencanto popular y desprestigio de la política. JUAN PABLO CÁRDENAS. …………………………………………… Pag 58 La conciencia juvenil. PAUL WALDER.  …………………………………………………… Pag 62El movimiento de los pobladores. MÓNICA IGLESIAS VÁZQUEZ. ………………………………………… Pag 64Marta Harnecker: El socialismo del siglo XXI.Entrevista por RAMÓN PEDREGAL.  ………………………………… Pag 66Dibujos de ÁNGEL ARAGONESL. ………………………………… Pag 78Cuenca del Paraná-Paraguay, un cambio silenciosoEMILIO MENÉNDEZ PÉREZ ……………………………………………Pag 80

sus recursos naturales y nacionalizó la gran mineríadel cobre.

Ejercitó Chile, asimismo, el derecho a elegir demo-cráticamente su sistema económico al ampliar el áreade propiedad social de la economía y apoyar el régi-men común de inversiones extranjeras del PactoAndino. Este último, aprobado en Viña del Mar el 31de diciembre de 1970 (“Decisión Nº 24”), aunque nollegó a aplicarse, contemplaba que al menos el 51%del capital de las empresas de propiedad de inverso-res extranjeros debía haber sido transferido a inverso-res privados nacionales dentro de un plazo de 12años.

Al mismo tiempo, Chile mantuvo relaciones conEE.UU. según los principios de la Naciones Unidas,tanto las bilaterales como en el seno de los organis-mos regionales que ambos Estados integraban desdesu formación, como el Tratado de SeguridadColectiva -firmado en Río de Janeiro en 1947- y laOrganización de Estados Americanos -creada en1948.

La financiación del golpe de Estado por los EE.UUEl comportamiento de la Administración Nixon conrespecto al Gobierno Allende fue muy distinto. A lo

largo de la década de los años sesenta lasAdministraciones Kennedy y Johnson ya habíanfinanciado clandestinamente campañas electoralesde candidaturas opuestas a la del senador Allende, yfinanciaron también las campañas de propagandanegra del diario El Mercurio contra la persona y elproyecto político del Dr. Allende. En las eleccionespresidenciales de 1964 el Gobierno de EE.UU. finan-ció en secreto la candidatura del democristianoEduardo Frei, y, en las elecciones presidenciales de1970 invirtió de nuevo abundantes recursos financie-ros en propaganda negra contra la candidatura delDr. Allende.

Apenas once días después de las elecciones presiden-ciales del 4 de septiembre de 1970, el propietario deldiario El Mercurio, Agustín Edwards, se reunía enWashington con el Presidente Nixon y le pedía quepromoviera una insurrección militar a fin de impedirque el Dr. Allende asumiera la Presidencia de Chileen la fecha constitucionalmente establecida, elsiguiente 4 de noviembre. Nixon ordenó a sus servi-cios movilizar todos los recursos para organizar ungolpe militar, invirtiendo en el mismo cuantos millo-nes de US$ fueran necesarios y recurriendo incluso alsecuestro, seguido de asesinato, del Comandante enJefe del Ejército, general René Schneider. Para propi-ciar y justificar la insurrección armada Nixon ordenó Cr

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El 4 de septiembre de 1970 los electores de Chilevotaron a favor de la candidatura del Dr. SalvadorAllende a la Presidencia de Chile. En el siguiente mesde octubre, el Congreso Nacional, reunido en sesiónplenaria, lo eligió como Jefe del Estado, descartandoal candidato conservador que obtuvo la segundamayoría.

El proyecto nacional del Gobierno Allende consistíaen desarrollar la soberanía popular, las libertades, lademocracia participativa y la igualdad social median-te la transformación del sistema socio-económico.Promovía, asimismo, impulsar la integración deAmérica Latina en una perspectiva emancipadora res-pecto de EE.UU. y su intervencionismo.

Los principales instrumentos con que contaba elGobierno reposaban en la solidez de las institucionesdel Estado y de las organiza-ciones sociales y civiles. Elmarco externo lo configurabael sistema de las NacionesUnidas (del que Chile eramiembro fundador desde1945), el Pacto Andino (delque Chile era fundador ymiembro junto con Colombia,Ecuador, Perú, Bolivia yVenezuela) y el Grupo dePaíses no Alineados (al queChile se incorporó durante elGobierno Allende).

El sistema de las NacionesUnidas está basado en losprincipios de igualdad dederechos y de libre determina-

ción de los pueblos (art. 1º 2),de respeto efectivo a los dere-chos humanos y a las liberta-des fundamentales de todos(arts. 1º 2, 55 y 56), de igual-dad soberana, integridad terri-torial e independencia política (art. 2º.1 y 2.4) y nointervención en los asuntos internos (art. 2º 7).

El Grupo de Países no Alineados propiciaba una polí-tica de cooperación autónoma respecto de EE.UU. yla Unión Soviética.

El Gobierno Allende entendía que era interés nacio-nal de Chile no subordinarse a la servidumbre de las

fronteras ideológicas de una uotra Potencia, sino mantenerrelaciones de amistad y coo-peración con todos losEstados del mundo. A este finel Gobierno incrementó lasrelaciones con todos los paí-ses de Europa y del TercerMundo, y reconoció aEstados a los que, comoChina, Vietnam y Cuba, losEE.UU. denegaba entonces elderecho a existir.

En el ámbito económico, enjulio de 1971 el Congreso deChile ejercitó a instancia delGobierno Allende el derechode los pueblos al dominio de

E Joan E. Garcés.**ABOGADO Y PROFESORDE LA UNIVERSIDADCOMPLUTENSE DE MADRID.EX ASESOR DEL PRESIDENTEDE CHILE, SALVADORALLENDE

Chile, 40 años después de 1973*

Desde el 11 de septiembre de 1973, y tambiénhoy, al pueblo de Chile se le niega algo con-

sustancial a dicha República: que los órganosrepresentativos de su soberanía, es decir el

Congreso y el Presidente de la República, ten-gan la autoridad suprema y efectiva sobre los

cuerpos armados del Estado.

EL 4 DE NOVIEMBRE DE 1970,NIXON ORDENÓ A SUS SERVICIOS

MOVILIZAR TODOS LOSRECURSOS PARA ORGANIZAR UNGOLPE MILITAR, INVIRTIENDO EN

EL MISMO CUANTOS MILLONESDE US $ FUERAN NECESARIOS

Y RECURRIENDO INCLUSOAL SECUESTRO, SEGUIDO

DE ASESINATO, DEL COMANDANTEEN JEFE DEL EJÉRCITO, GENERAL

RENÉ SCHNEIDER

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“hacer gritar de dolor a la economía chi-lena” (make the economy scream). Asílo ha explicado el entonces Director dela CIA, Richard Helms1.

Con todo, la intervención clandestinade EE.UU. en los asuntos internos deChile no logró evitar que en 1970 el Dr.Allende ganara las elecciones y asumie-ra la Presidencia de Chile. Durante lossiguientes tres años EE.UU. continuóaplicando a Chile un vasto programa deactuaciones secretas dirigido a una“desestabilización” económica, social ypolítica que pavimentara el caminohacia la insurrección armada del 11 deseptiembre de 1973, a pesar de que endiciembre de 1972 el PresidenteAllende había denunciado ante laAsamblea General de las NacionesUnidas. la intervención norteamericanaen los asuntos internos de Chile.

Destrucción de las instituciones republicanas de ChileTras la muerte violenta del Presidente Allende fue-ron destruidas todas las instituciones republicanasde Chile.

En primer lugar, fue destruido el Ejército republicanoprofesional. Por primera vez en la historia de Chilefue convertido en una banda armada, fuera del con-trol de las instituciones representativas de la sobera-nía nacional, que se mandó a sí mismo y se atribuyóla facultad de torturar, asesinar y expoliar a su propiopueblo.

Simultáneamente, fue suprimida la forma representa-tiva de Gobierno y el Congreso Nacional fue clausu-rado, por primera vez en la historia de Chile. Fueronigualmente abolidos las libertades y derechos civiles,democráticos y sociales. Tanto el derecho a la vida ya la libertad como el derecho de sufragio, de prensa,de información, a la propiedad, etc. Un ejemploparadigmático de ello fue la confiscación y disolu-ción de la principal empresa periodística de Chileeditora del diario Clarín, el de mayor venta, que hoysigue confiscado.

Rechazo desde EE.UU. de la intervención del Gobierno de NixonEl Congreso de EE.UU. hamanifestado en reiteradasoportunidades su repudio a laintervención de laAdministración Nixon y de losservicios secretos de EE.UU.en Chile. Los ejemplos másconocidos son el Informe de laComisión del Senado presidi-da por Frank Church, de 1975;las audiencias sucesivas de laCámara de Representantesentre el 1 de julio de 1971 y el

18 de septiembre de 19742; la Enmienda Hinchey,aprobada en la Cámara de Representantes en 1999.

Los Tribunales de EE.UU. fueron los primeros eninvestigar, juzgar y condenar la red terrorista Cóndorde agentes del Estado de Chile, dirigida por AugustoPinochet, así como en condenar al Estado chileno porsu responsabilidad en el asesinato en Washington, en1976, de Orlando Letelier, Ministro del GobiernoAllende.

El Ejecutivo de EE.UU. ha lamentado en varias oca-siones la política de la Administración Nixon respec-to del Gobierno Allende. Recordemos aquí la decla-ración del Embajador ante las Naciones UnidasAndrew Young, en 1977; la de la Secretaria de EstadoMadelaine Allbright en 1999, reconociendo queEE.UU. había cometido errores en su política deapoyo a dictaduras en América Latina; la de abril de2003 del Secretario de Estado Colin Powell, de queEE.UU. no se siente orgulloso de la política seguidahacia el Gobierno del Dr. Allende ni del apoyo a laDictadura posterior. Al cumplimentar la EnmiendaHinchey, la propia dirección de la CIA ha criticadoformalmente los actos ilícitos e ilegales cometidos enChile por la Agencia para desestabilizar el sistema

democrático y apoyar la sub-siguiente política criminal dela Dictadura (InformeHinchey, 18 de septiembre de2000).

Chile no ha logrado aúnrecuperar su condición de EstadorepublicanoEn contraste, el país quesufrió la intervención deEE.UU. y sus consecuencias,Chile, no ha logrado aún hoy

recuperar su condición de Estado republicano, esdecir democrático y soberano, ni su establishmentmanifiesta gran empeño en reivindicarla.

Desde 1989 se ha permitido a los ciudadanos recu-perar el derecho a elegir un Jefe del Estado, pero den-tro del marco de la estructura creada por la Dictaduraa fin de perpetuar la sustancia anti-republicana de laestructura estatal construida por aquella.

Ni los Gobiernos que se han sucedido desde el 11 deseptiembre de 1973 hasta hoy, ni nadie en elCongreso abierto en Valparaíso desde 1990, han cen-surado la intervención de EE.UU. en los asuntos inter-nos de Chile. No han seguido en este punto los ejem-plos dados por el Congreso de EE.UU., o por miem-bros del Ejecutivo como el Embajador Andrew Youngy los Secretarios de Estado Allbright y Powell.Obviamente, ningún representante de Chile la hadenunciado ante las Naciones Unidas y defendidoque no debe repetirse nunca más.

La clave de bóveda del actual andamiaje estatalLa clave de bóveda del actual andamiaje estatal man-tiene a las organizaciones armadas fuera de controlefectivo de los órganos representativos de la sobera-

nía popular. En la cúspide se encuentra el Consejo deSeguridad Nacional, la mitad de cuyos miembros sonmilitares y donde el voto del Jefe del Estado tieneigual peso que el del jefe de los Carabineros3.

Desde el 11 de septiembre de 1973, y también hoy,al pueblo de Chile se le niega algo consustancial adicha República desde su fundación: que los órganosrepresentativos de su soberanía, es decir el Congresoy el Presidente de la República, tengan la autoridadsuprema y efectiva sobre los cuerpos armados delEstado. Éste es un principio consustancial a unEjército profesional, con mayor motivo cuando sereclama de la tradición prusiana. El Alto EstadoMayor del Ejército prusiano nunca se sublevó contrael Jefe del Estado, ni siquiera cuando éste era elCanciller Hitler y conducía a Alemania a su destruc-ción y ocupación por ejércitos extranjeros.

Hasta el 11 de septiembre de 1973 en Chile ningúnteniente coronel era ascendido a coronel sin autoriza-ción del Senado, solamente el Presidente de laRepública podía ascender a un coronel a general,quien no podía permanecer en su cargo si perdía laconfianza del Jefe del Estado.

Hoy, sin embargo, ni el Congreso Nacional ni el

HOY CHILE SE HALLA MÁSDISOCIADO DE AMÉRICA LATINA

QUE EN 1973. CHILE ESTÁ AL MARGEN

DEL DESARROLLO DE LAS NORMASINTERNACIONALES QUE BUSCAN

IMPEDIR Y SANCIONARLOS CRÍMENES DE GUERRA Y

CONTRA LA HUMANIDAD

Humanidad, el Presidentede Chile, Ricardo Lagos,reafirmaba la vigencia deldecreto de autoamnistíade Pinochet de 1978.

Chile se reencontrarácon el pensamiento y la acción de AllendeEn la medida que recuperesus libertades cívicas, lasociedad chilena se reen-contrará con el pensa-miento y la acción del Dr.Salvador Allende, y se dis-tanciará de quienes impul-saron y sostuvieron la des-trucción de sus institucio-nes republicanas.

El desarrollo de la sobera-nía popular, de las liberta-des, de la democracia par-ticipativa y de la igualdadsocial hizo posible quedurante el GobiernoAllende alcanzara Chile elmayor nivel de su Historiaen empleo, consumo y endesarrollo de la mayorparte de los indicadores decalidad de vida y bienestarsocial.

La recuperación del des-arrollo del bienestar social

y de la democracia participativa será posible en lamedida en que reanude Chile la democratización desu sistema socio-económico. Al avanzar por esecamino los chilenos volverán a reencontrarse con elproyecto nacional y social impulsado por el Dr.Allende.

El proyecto nacional del Presidente Allende estabaenraizado en la realidad histórica construida por elpueblo de Chile, en la de América Latina y en su rela-

ción con el resto del Mundo. Fue un proyecto común,de amplia base social, construido democráticamentedurante décadas de desarrollo democrático y social, alo largo de las cuales el Dr. Allende fue Ministro deEstado del Gobierno de Frente Popular elegido en1938, Diputado y, también, representante en elSenado, sucesivamente, de todas y cada una de lascircunscripciones electorales, desde Arica aMagallanes.

El gobierno del Frente Popular mantuvo a Chile neu-tral durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).Ni la construcción del muro de Berlín en 1961 afectóa la identidad y autenticidad del proyecto nacionalgestado en Chile, ni la destrucción de aquel muro en1989 alteró el vigor y proyección de futuro de un pro-yecto identificado con los valores humanos másgenuinos y, a un tiempo, universales, del pueblo chi-leno. Más recuperarán sus libertades y se liberarán delas ataduras impuestas mediante una dictadura, másse reencontrarán los chilenos con los valores y princi-pios que inspiraban el proyecto nacional, democráti-co y popular por el que luchó el Dr. Allende.

Notas:1 Powers, Thomas: The Man Who Kept the Secrets.

Richard Helms and the CIA, N. York, Alfred A. Knopf,

1979, pp. 223, 228, 234 y ss

2 U.S. and Chile during the Allende years, 1970-1973.

Hearings before the Subcommittee on Inter-american

Affairs of the Committee on Foreign Affairs. House of

Representatives. Washington, US Government Printing

Office, 1975

3 El art. 93 de la Constitución elaborada por la Dictadura

en 1980, hoy vigente, designa como miembros del

Consejo de Seguridad Nacional, con un voto igual, a los

Comandantes en Jefe del Ejército, de la Armada y de la

Fuerza Aérea, al general Director de Carabineros, al

Contralor General de la República, a los Presidente del

Senado, de la Corte Suprema y de la República

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Poder Ejecutivo de Chile tienen controlefectivo sobre la promoción y ascensosde la oficialidad armada, ni de las finan-zas de los cuerpos militares, ni de sugasto, ni de la definición y ejecución delos fines y medios estratégicos de laDefensa Nacional.

Desde 1990 los Jefes de Estado y losgobiernos que se suceden en Chile tie-nen el estigma de ser los únicos delmundo cuya Constitución les desposeede la Jefatura Suprema de las FF.AA. yde la policía militarizada. Inclusive lesprohibe nombrar, ascender y remover alos mandos militares y de Carabineros.

Por ello, pocas dudas caben de que másavanzará Chile en restablecer sus liber-tades republicanas, más se volverá aencontrar con el proyecto nacional desoberanía popular, democracia partici-pativa e igualdad social que impulsabael Presidente Allende.

Más disociado de América Latinaque en 1973Hoy Chile se halla más disociado deAmérica Latina que en 1973. No estáintegrado en el Pacto subregionalAndino, ni en el Mercosur impulsadopor sus vecinos Argentina, Brasil,Paraguay y Uruguay. En continuidadcon el régimen de dictadura, Chile haaumentado su grado de absorción den-tro de la zona de influencia económicade EE.UU. El año 2003 ha preferido incorporarse alTratado de Libre Comercio de América del Norteantes que al Mercosur.

Esta situación contrasta, sin embargo, con el mayormargen de autonomía interna de que hoy disponenlos Estados del conjunto del mundo en comparacióncon hace 30 años. El final de la guerra fría ha reem-plazado la bipolarización entre EE.UU. y la URSS poruna estructura internacional orientada a una multipo-laridad creciente en las relaciones políticas, económi-cas y culturales. La Comunidad Europea integra hoy a25 Estados, frente a 6 en 1973, y su autonomía eco-nómica prefigura una mayor autonomía política yhasta militar futura. China, Rusia, la India, Brasil,Japón, tienen hoy mayor y más aceptada libertad deacción interna e internacional.

El futuro del desarrollo chileno requerirá su dominiosobre los recursos propios, mejor cooperación conAmérica Latina y mayor autonomía respecto del con-junto del mundo. Más avanzará por ese camino másse reencontrará con los postulados del PresidenteAllende.

Una posición más marginalChile está hoy en una posición más marginal queantes del 11 de septiembre de 1973 respecto del resto

del mundo, en particular en lo que se refiere a loscambios producidos en la toma de conciencia de laresponsabilidad de cada Estado hacia los otros, yhacia los ciudadanos del propio Estado.

Chile está en 2003 al margen del desarrollo de lasnormas internacionales que buscan impedir y sancio-nar los crímenes de guerra y contra la Humanidad,siendo así que hasta 1973 estaba en la vanguardia, encoherencia con el proyecto nacional humanista queinspiraba al Presidente Allende.

En la medida que en el Chile de hoy subsisten elandamiaje institucional antirrepublicano y prácticasno democráticas, ha sido la cooperación judicialinternacional la que, a partir del proceso penal inicia-do en España en 1996 contra Pinochet y sus cómpli-ces, ha quebrado la impunidad absoluta que se con-cedieron a sí mismos los mayores criminales que haconocido la historia chilena.

En agosto de 2003, mientras Argentina abolía lasleyes de impunidad y en Uruguay la Corte Supremaincoaba un proceso contra el ex PresidenteBordaberry por su responsabilidad en el golpe deEstado de 27 de junio de 1973, mientras Perú solici-taba a Japón la extradición del ex PresidenteFujimori para juzgarlo por crímenes de lesa

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* Ponencia escrita en 2003 por Joan

E. Garcés respondiendo a la invitación

del Colegio de México, la Universidad

Autónoma Metropolitana, el Centro

de Estudios Sociológicos y la Unidad

Iztapalapa.

** Abogado y escritor. Licenciado

en Derecho por la Universidad

Complutense de Madrid y doctor

en Ciencias Políticas por

Complutense y La Sorbona, de

Paris, Joan Garcés es autor de

varios libros sobre Chile, entre

ellos, Chile: el camino político hacia

el socialismo (1970); Desarrollo

político y desarrollo económico.

Los casos de Chile y Colombia

(1972); Démocratie et contre-révo-

lution. Le problème chilien (1975);

Allende et l'expérience chilienne

(1976); Orlando Letelier.

Testimonio y vindicación,en colabo-

ración con Saul Landau (1995). En

1996 sacó a la luz Soberanos e

intervenidos. Estrategias globales,

americanos y españoles, con prólo-

go de Mario Benedetti.

En 1998, como abogado de la acu-

sación particular, dirigió junto a

Manuel Murillo la querella criminal

contra el dictador chileno Augusto

Pinochet, detenido en Londres

tras haber sido aceptada a trámite

por el juez Baltasar Garzón, que

cursó una orden a la Interpol de

localización y detención preventi-

va del dictador.

En 1999 recibió en el Parlamento

sueco el premio Nobel alternativo

(Right Livelihood Award) por sus

trabajos en defensa de los dere-

chos humanos

país. El nuevo gobierno empieza en forma inmediatasu ofensiva.

Para realizar las transformaciones estructurales queplantea su programa cuenta con algunos instrumentoslegales importantes: La Ley de Reforma Agraria apro-bada durante el gobierno de Frei, que, aunque tieneuna serie de limitaciones, le permite avanzar rápida-mente en la expropiación de grandes latifundios.

Se dan los primeros pasos en la constitución del áreade la propiedad social, “usando procedimientos lega-les que sin cuestionar la juridicidad del sistema vigen-te, representaban una vía cortada” para evitar que laoposición mutilara el programa a través del PoderLegislativo. Para ello se utilizó “un Decreto Ley pro-mulgado en agosto de 1932,durante la llamada RepúblicaSocialista, que se encontrabavigente.”6 El 2 de diciembrese anuncia la expropiación dela primera industria, la fábricatextil Bellavista de Tomé. El27 de enero del año siguiente,la de Lanera Austral. El 11 demarzo se expropia la industriaFIAP�Tomé, el 26 de esemismo mes, Fabrilana.

Luego de aprobada por launanimidad del Congreso laReforma Constitucional quepermite la nacionalización delcobre y otras riquezas básicas,

se expropian las grandes compañías extranjeras sinpagar indemnizaciones, debido al exceso de ganan-cias obtenidas en su gestión anterior.

En otro frente, el intento de reestructurar el sistemajudicial proponiendo un proyecto de tribunales veci-nales, provoca la primera gran reacción de la dere-cha. La UP decide retirarlo y éste queda archivadopara siempre.

Sin embargo, la estrategia económica del gobiernopopular se cumple ampliamente durante este primermomento. Se logra una redistribución considerabledel ingreso. Se comienza una importante reactivaciónde la economía con el consiguiente aumento de laproducción y del empleo. La cesantía, que había

alcanzado niveles alarman-tes, � disminuye a un nivelinferior al logrado por losgobiernos anteriores. En elterreno financiero es dondese avanza menos: allí secuenta con la resistencia delos empleados bancarios con-trolados por la DC, que difi-cultan la creación de labanca única.

Se lanza también una ofensi-va en política internacionalrestableciéndose relacionescon Cuba e iniciándose, porprimera vez, relaciones conChina, Corea del Norte, Cr

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Mientras se debilitaba envarios países el movimientoguerrillero rural cuyo golpemás duro había sido lacaída del Ché en Bolivia yse producía un auge de lasexperiencias guerrillerasurbanas en Uruguay yArgentina, ocurría en Chileen septiembre de 1970 unhecho que conmovió a laizquierda latinoamericana ymundial: el triunfo electoralde Salvador Allende.Primera vez en la historiadel mundo occidental en

que un candidato marxista llegaba a través de lasurnas a ser presidente de la República.

El triunfo de Salvador Allende planteó a las fuerzasopositoras la siguiente alternativa: o se respetaba lasimple mayoría, como tradicionalmente se habíahecho en Chile, o se trataba de impedir, por cualquiermedio, que el candidato marxista asumiera el gobier-no. Ésta última fue la salida que trataron de poner enpráctica las fuerzas más conservadoras. En un primermomento, su esfuerzo se centró en conseguir que elCongreso eligiera a su candidato, Jorge Alessandri,que había obtenido la segunda mayoría relativa. Paralograr este objetivo no escatimaron medios: corridabancaria, salida de dólares, campaña del terror, aban-dono de empresas, etcétera.

El sector freísta sector más conservador de laDemocracia Cristiana (DC), estuvo muy tentado deseguir este camino. Sin embargo, sectores mayorita-rios de ese partido se inclinaron por la salida de res-peto a la primera mayoría relativa. Ellos vieron congran lucidez que la quiebra de esta tradición llevabaal país al caos y a la guerra civil. Haber votado porAlessandri en el Congreso Pleno “era haberle dicho aun tercio de los chilenos que la vía democrática y lavía electoral estaba cerrada para ellos y que, másbien, deberían pensar en la violencia y en la ruta dela insurrección.”3 Pero su apoyo a la Unidad Popular(UP)4 no podía ser gratuito: su precio fue que elgobierno aceptara el Estatuto de GarantíasConstitucionales, por el cual se comprometía a notocar las fuerzas armadas, la educación y los mediosde comunicación5.

Mientras se lograba este acuerdo, un sector de laultraderecha dedicó sus energías a preparar un com-plot, interesando a sectores de los diversos partidospolíticos de la oposición, y a elementos de las fuerzasarmadas y del gobierno saliente. El fracasado intentode asesinato del comandante en jefe del Ejército, elgeneral René Schneider, un general constitucionalis-ta, alertó a la UP y le permitió realizar una campañanacional acerca del carácter constitucionalista de lasfuerzas armadas, determinando en gran medida el fra-caso de esta alternativa.

La ofensiva de la Unidad PopularAllende, finalmente, asume el mando con el apoyo dela Democracia Cristiana el 4 de noviembre de 1970comenzando así un nuevo período en la historia del

Marta Harnecker ESCRITORA Y ACTIVISTASOCIAL

Reflexiones sobre el gobierno de

Allende:Estudiar el pasado

para construir el futuro1

Años después de un 11 de septiembre quelos latinoamericanos siempre

recordarán, debemos preguntarnos qué lecciones podemos obtener

de la experiencia chilena2.

MUCHOS OLVIDARONQUE SE HABÍA CONQUISTADO ELGOBIERNO Y NO EL PODER; QUE

LOS PODERES LEGISLATIVOY JUDICIAL ESTABAN EN MANOS

DE LA OPOSICIÓN; Y QUE ELPILAR FUNDAMENTAL DEL ESTADO

BURGUÉS: EL EJÉRCITO, SE MANTENÍA INTACTO,

PROTEGIDO POR EL LLAMADOESTATUTO DE GARANTÍAS

CONSTITUCIONALES

forma significativa su trabajo en el movimientopopular.

Además de las movilizaciones de apoyo al gobier-no, las únicas movilizaciones importantes en esteperíodo son las que se producen en las zonasmapuches, especialmente en Cautín y Valdivia: lasllamadas “corridas de cerco” para recuperar tierrasque les fueron expropiadas en épocas pasadas. ElMIR9 las encabeza.

La decisión del gobierno popular de no usar la repre-sión contra los trabajadores, anunciada públicamente,estimula aún más este tipo de acciones. Ellas afectanprincipalmente a sectores de pequeños y medianoscampesinos y, de hecho, rompen con la estrategiaagraria de la UP, que pretendía atacar en un primermomento sólo a los grandes latifundistas usando lalegalidad vigente. La ultraderecha magnifica estasacciones y las aprovecha para iniciar su campaña deilegitimidad del gobierno y para volcar a importantessectores de las capas medias no sólo del campo sinotambién de la ciudad contra el gobierno de la UP, pre-sentándolo como destructor de la propiedad privada.

Los Consejos Comunales CampesinosPor otra parte, al ponerse en práctica la primera ini-ciativa importante para incorporar a sectores del pue-blo a participar en el proceso- la creación de losConsejos Comunales Campesinos, aprobada endiciembre de 1970-, surgen las primeras divergenciasserias dentro de la UP.

Un sector concebía estos Consejos como la organiza-ción campesina a nivel territorial que agrupara a lasdiversas organizaciones campesinas existentes: los

sindicatos, las cooperativas y los asentamientos. Peroeste planteamiento tenía algunos inconvenientes:dejaba al margen de la organización a los pequeñospropietarios independientes y al resto de los sectorestodavía no organizados del campo, y daba la supre-macía en ellos a la DC, debido a que este partidocontrolaba dos de las tres federaciones sindicalescampesinas y la federación de asentamientos. Laizquierda, especialmente el PC, controlaba una fede-ración sindical.

Otro sector, en coincidencia con el MIR, insistía en laformación de los Consejos Comunales por la base, loque permitiría, en principio, incorporar a todo el cam-pesinado, aún el no organizado, y quebrar la domina-ción de laDC en las organizaciones campesinas. Losinconvenientes de este planteamiento eran: primero,la dificultad para hacer una elección verdaderamentedemocrática por la base sin que ella fuera manipuladapolíticamente por los partidos y, segundo, lo másserio, la división del campesinado al marginar dehecho a los sectores no pertenecientes a la UP.

Después de varios meses de discusión se llegó a unacuerdo a nivel de la dirección de la UP, pero, en lapráctica, el carácter que tomaron dichos Consejosdependió de la orientación que cada partido lesimprimió. Esto contribuye a dividir al campesinadomás proletarizado, lo que, junto a la pérdida deapoyo de un sector importante de pequeños ymedianos propietarios, impide a la UP lograr enforma masiva el apoyo del campesinado al proceso.El aliado principal de la clase obrera no es ganadoen la magnitud que estaba prevista, a pesar de losnotables avances que se hacen en el terreno de lareforma agraria.

Los límites del Estado burgués chileno y de su legalidadPor otra parte, durante este período de ofensiva de lasfuerzas revolucionarias aparecen en forma muy claralos límites del Estado burgués chileno y de su legali-dad. El exceso de centralismo impide tomar iniciativasy decisiones a nivel regional. Sin recursos económi-cos, todas las iniciativas locales quedan en el papel. Elaparato burocrático y los distintos organismos delEstado cuentan con un cuerpo de funcionarios que, ensu mayor parte, no participa de los nuevos objetivosque se plantea el gobierno. Allende sólo cuenta concuadros de confianza en los niveles superiores.

De acuerdo a la Constitución vigente, la Contraloríarechaza el primer intento de crear centros de podermás allá de esta estructura, devolviendo el decreto quecreaba los Consejos Comunales Campesinos. Sóloaprueba un proyecto que reduce su papel a organismosmeramente asesores de los organismos del agro. Estomismo vuelve a ocurrir más adelante con el decretosobre las Juntas de Abastecimiento y Precios, creadaspara luchar contra el mercado negro y la inflación.

A estos límites propios del Estado burgués se agregóel problema del “cuoteo político”: cada partido exi-gía disponer de una cierta cantidad de cargos para Cr

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Vietnam del Norte, Alemania Oriental,y otros Estados socialistas. El nuevogobierno logra muy rápidamente el res-peto y la simpatía de la opinión interna-cional, situación que se mantienedurante todo el mandato de Allende.Era el momento en que la izquierdaeuropea buscaba cómo transitar al

socialismo por la vía democrática. Si larevolución cubana había fortalecido lasposiciones partidarias de la lucha arma-da, el triunfo de Allende sirvió de argu-mento para quienes defendían la vía pacífica.

La experiencia no duró, sin embargo, mucho tiempo,sólo algo menos de tres años. Muchos olvidaron quese había conquistado el gobierno y no el poder; quelos poderes legislativo y judicial estaban en manos delas fuerzas opositoras; y que el pilar fundamental delEstado burgués: el ejército, se mantenía intacto, pro-tegido por el llamado Estatuto de GarantíasConstitucionales.

La ofensiva del gobierno encuentra una oposiciónfraccionada, debilitada políticamente por su derrotaelectoral de septiembre y su frustrado intento golpistade octubre. No le queda otra alternativa que intentarderrocarlo nuevamente o desgastarlo paulatinamentepara llegar a las elecciones presidenciales de 1976con un candidato propio triunfador.

El momento propicio para llamar a una Asamblea ConstituyenteMientras la derecha se debate en torno a diferentesestrategias, la fuerza manifestada por el gobierno eneste período y una política de acentuada redistribu-ción de ingresos, y de reactivación de la economía,logran aumentar el apoyo popular a la gestión deAllende en un grado considerable. Las eleccionesde abril de 19717 así lo demuestran. En sólo cincomeses se logra pasar del 36 al 49 por ciento de lavotación. Mirado retrospectivamente, éste era, sinduda, el momento más propicio para aprobar unreferéndum que permitiese llamar a una AsambleaConstituyente para elaborar una nueva constitu-ción. Si se quería avanzar por la vía legal y pacífi-ca, era fundamental cambiar las reglas del juegoinstitucional.

El país vivía un clima revolucionario, de transforma-ciones profundas; un pueblo lleno de esperanzas sesentía dueño de su destino. Era un ejemplo demasia-do peligroso no sólo para los poderosos de Chile sinopara todo el mundo. Había que terminar con eseparadigma.

La derecha, sin descartar nunca el golpe militar, seplanteó como objetivo estratégico desarticular portodos los medios posibles el bloque de fuerzas políti-cas y sociales que le daba mayoría parlamentaria y lepodía permitir gobernar transformadoramentemediante la legislación existente. La principal fuerzapolítica en disputa era el Partido Demócrata Cristianoy su base social de apoyo, fundamentalmente lascapas medias y un sector de los trabajadores y pobla-dores de los barrios marginales. El asesinato, el 8 dejunio de 1971, de Pérez Zujovic, ex ministro delInterior del gobierno democratacristiano de Frei yhombre muy influyente dentro de la DC, realizadopor ex militantes de partidos de la Unidad Popular8,le viene como anillo al dedo para conquistar eseobjetivo. Este hecho permite al sector freísta de la DCrecuperar el liderazgo dentro del partido.

Contradicciones dentro del poder del EstadoHaciendo un balance de este período, podemosdecir que, a pesar de los avances considerables rea-lizados por el gobierno, los sectores populares apare-cen como meros espectadores y sectores de apoyodel proceso. Los Comités de Unidad Popular, quehabían tenido un extraordinario auge durante el perí-odo pre electoral, en su mayoría desaparecen luegodel triunfo. Los partidos dedican todos sus cuadros alas nuevas tareas de gobierno, abandonando en

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EL PROYECTO DE ALLENDE ERADEMASIADO HETERODOXO PARA

EL CARÁCTER ORTODOXO DENUESTRA IZQUIERDA, CUYOS

PLANTEAMIENTOS NO SECORRESPONDÍAN CON LOS

NUEVOS DESAFÍOS QUE EL PAÍSESTABA VIVIENDO

car a la oposición. Su estrategia estuvo orientada por6 grandes objetivos:

Primero, intentar dividir ala coalición gobernante:la Unidad Popular. Estatarea se realizó estimulan-do una supuesta líneadivisoria entre partidos“marxistas” y partidos“democráticos”. Tambiénrecurrieron al manoseadotruco del anticomunismo,tratando de aislar al PCdentro de la UP, acusán-dolo de intentar “apode-rarse de todo el gobier-no”, de “sectarismoincondicional a Moscú”,etcétera.

Segundo, mantener atoda costa el control delos medios de comunica-ción. En ese momento laoposición controlaba el 70% de la prensa escrita y115 de las 155 radios que existían en el país, entre lascuales se encontraban las cadenas de mayor poten-cia.

Tercero, defender la propiedad privada. Usó todoslos mecanismos legales y medios de presión a sualcance para dilatar la formación del área de propie-dad social: el ejemplo más claro fue el proyecto deReforma Constitucional presentado por laDemocracia Cristiana para impedir la expropiaciónde un mayor número de empresas.

Cuarto, la creación de una conciencia anti UnidadPopular en las Fuerzas Armadas. Para ello explotóhábilmente todo aquello que pudiera dar la visión deun país “caótico”, “anárquico”, de “desgobierno y

vacío de poder” y tendencias “totalitarias y antidemo-cráticas”. Y, sin duda, el punto central de su campa-ña fue la denuncia de la existencia de grupos arma-dos en desmedro de las únicas fuerzas armadas quedebían existir en el país.10

Quinto, conquistar a las capas medias para un accio-nar contra el gobierno: apoyaron a supervisores queboicoteaban la producción en las minas de cobre, tra-taron de movilizar a los colegios profesionales, utili-zaron a las universidades para experimentar sus líne-as estratégicas.

Pero el objetivo fundamental, y el que le permitiríalograr varios de los otros, casi podríamos decir porañadidura, fue provocar el fracaso económico delgobierno popular. Las medidas empiezan a ser aplica-das inmediatamente después del triunfo electoral conla corrida bancaria, el contrabando de dólares, laparalización de algunas industrias, el cese de impor-tación de materias primas y repuestos necesarios parael funcionamiento de las industrias, etcétera. Las cla-ses dominantes no sólo bloquean todos los intentos

del gobierno por modificar la injusta estructura tribu-taria usando para ello su mayoría parlamentaria, sinoque, al mismo tiempo, le niegan los recursos presu-puestarios para llevar adelante sus planes de caráctersocial: reparto de leche, planes de salud, de vivienday obras públicas. Buscaban así impedir que la UPpudiera mejorar el nivel de vida de los trabajadores y,al mismo tiempo, crear temor en los inversionistasextranjeros y empresarios nativos, provocando amediano plazo un estancamiento productivo.

Este objetivo fue plenamente compartido por elgobierno de Nixon y los consorcios multinacionales,que realizaron una operación de cerco económicoexpresada en: reducción de créditos, obstaculizaciónde la renegociación de la deuda externa, embargo debienes por parte de las compañías expropiadas, divul- Cr

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sus militantes en la administración pública. En cadaministerio, en cada organismo del Estado, se preten-dió reproducir la representación de todos los partidosde la UP, con el sano objetivo de lograr allí unadirección integrada. Sin embargo, para que esto fun-cionara bien era necesaria la existencia de una direc-ción única del proceso. Y como sólo existía acuerdoen las líneas más gruesas del programa, a medidaque éste tuvo que irse concretando, fueron surgiendocontradicciones cada vez más marcadas entre losdistintos partidos, y cada partido hacía su políticadentro del organismo en que estaba representado. Laineficiencia del Estado burgués se ve así acentuadapor la inexistencia de un criterio único de acción encada ministerio, en cada organismo, donde cada par-tido aplica una política diferente.

Por otra parte, los partidos, para llenar sus cuotas, aveces nombraban a personas no preparadas, inefi-cientes, oportunistas que habían ingresado reciente-mente a alguno de los partidos de la UP para lograrescalar , mientras se marginaba de sus cargos a unaserie de personas independientes, pero eficientes ycon experiencia.

La imposibilidad de que se implementasen iniciativasy decisiones a nivel local, porque se carecía de podery recursos para hacerlo, daba a la movilización demasas un carácter de mera presión frente a los orga-nismos centrales del Estado, contribuyendo a acen-tuar más aún la tendencia inherente del pueblo chile-no a esperar que todas las soluciones viniesen desdearriba.

A ello hay que agregar que los incorrectos métodosde dirección que los militantes de los propios partidosde la UP formados en organizaciones muy centralis-tas practicaban, reducían su capacidad de realizartareas concretas que permitie-sen incorporar a la gente en elnivel local.

Otro aspecto que nos pareceimportante señalar aquí esque la estrategia política de laUP en relación a los sectorespopulares estuvo centradafundamentalmente en el pro-letariado de los grandes cen-tros industriales y mineros y

del campo, es decir, en un sector que, en cierta medi-da, era privilegiado por su nivel de organización y deconquistas sociales alcanzadas, en relación con elresto de los trabajadores de las pequeñas industrias ypequeñas propiedades agrícolas y de todo ese inmen-so sector de pequeños trabajadores por cuenta pro-pia, sectores verdaderamente marginales de la ciudady del campo.

Este acento especial puesto en los sectores organiza-dos del proletariado industrial urbano se reflejaba enla gran preocupación por el mejoramiento de la orga-nización sindical, sin una preocupación similar por laorganización de los sectores poblacionales. El interéspor echar a andar los comités de producción en lasgrandes industrias y la no implementación de loscomités de vigilancia en las medianas y pequeñasindustrias; y la política de redistribución basada en elsalario, que no alcanzaba a los sectores no asalaria-dos de las poblaciones suburbanas. En este sentido,hay que reconocer que la DC tuvo una políticamucho más inteligente en este terreno, preocupándo-se especialmente de la organización de estos “secto-res marginales”.

Por último, a pesar de insistir en todos los documen-to de la UP acerca de la importancia de la incorpora-ción de las masas al proceso, no se solían planteartareas concretas que permitiesen que cada vez másgente se sintiese parte del mismo, ampliando así la

base de apoyo del gobierno.Las tareas tendían a ser reali-zadas dentro de las estructu-ras de los partidos.

La contraofensiva de la ultraderechaComo vimos anteriormente,el asesinato de Pérez Zújovicpotenció el esfuerzo que lle-vaban adelante los sectoresultra conservadores por unifi-

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Los generales René Schneider a la derecha y Carlos Prats,a la izquierda de la imagen asesinados por los golpistas.Schneider fue asesinado por un grupo de ultra-derecha.Los agentes de Augusto Pinochet asesinaron a el general

Carlos Prats en Argentina en 1974

SE CONFIÓ EXCESIVAMENTEEN LA TRADICIÓN

CONSTITUCIONALISTA DE LASFUERZAS ARMADAS CHILENAS

Y NO SE TRABAJÓ SUFICIENTEMENTEEN LA CREACIÓN DE UNA FUERZA

MATERIAL PROPIA

hasta entonces en el mundo y que, por lo tanto, eranecesario repensar el socialismo que se quería cons-truir elaborando otro proyecto más adecuado a la rea-lidad chilena. Eso era lo que Allende parecía intuir al

usar su folklórica metáfora de socialismo con vinotinto y empanadas, que apuntaba a la construcción deuna sociedad socialista democrática enraizada en lastradiciones nacionales�populares.12

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gación internacional de la imagen de un país en ban-carrota para cercarlo más desde el punto de vistafinanciero. El gobierno popular, que no quería afectarla capacidad de negociación de los trabajadores, notuvo otra alternativa que ampliar la cantidad de dine-ro circulante, sabiendo que esto tendría que traducir-se en fuertes presiones inflacionarias.

Al mismo tiempo, la ofensiva del gobierno norteame-ricano le impidió mantener un volumen de importa-ciones alimentarias acorde con la mayor capacidadadquisitiva alcanzada por los sectores populares. Losproblemas de abastecimiento se agudizaron día a día.

Sobre esta base objetiva, los esfuerzos de la reacciónse encaminaron a agravar la situación económicamediante la especulación, el acaparamiento y elfomento del mercado negro; mientras, la prensa porella controlada desataba una campaña sistemáticadestinada a proclamar el desabastecimiento y a cons-tituirlo en el centro de sus ataques.

Así, en la medida en que el gobierno fue avanzando,se fue creando internamente una verdadera situacióncontrarrevolucionaria. Los primeros síntomas ya eranpatentes cuando Fidel visitó Chile en noviembre de1971. Cada vez más sectores sociales de la derecha ysus aliados fueron participando en política: en cace-rolazos, manifestaciones callejeras, paros de transpor-tistas, huelgas en el cobre, manifestaciones contra losmilitares. Mientras que las fuerzas opositoras aplica-ban consecuentemente su estrategia, las fuerzas de laUnidad Popular no lograban ponerse de acuerdo entorno al qué hacer.

La situación se agravaba día a día. FinalmenteAllende decide definir la situación llamando a un ple-biscito. El mensaje presidencial estaba previsto paralas once de las mañana del día 11 de septiembre. A

esa hora las balas redujeron al silencio al heroico yconsecuente mandatario chileno.

El golpe militarEste golpe militar fue posible gracias al éxito de lacontraofensiva conservadora. Mientras ésta se iba tor-nando más fuerte y las contradicciones en el seno delas fuerzas de izquierda que levantaron la candidatu-ra de Allende se iban agudizando, una parte impor-tante de los sectores medios, que había apoyado ini-cialmente el proyecto popular se fueron distanciando,con lo que se preparó el terreno social y político parael golpe militar.

Coincido con Jorge Arrate,dirigente socialista chileno,en que el proyecto deAllende era demasiado hete-rodoxo para el carácter orto-doxo de nuestra izquierda11,cuyos planteamientos no secorrespondían con los nue-vos desafíos que el país esta-ba viviendo: cuando Allendehablaba del tránsito demo-crático al socialismo, secto-res de la izquierda pintabanen los muros: ¡Viva la dicta-dura del proletariado!; cuan-do Allende hablaba de ganara sectores de la burguesíapara su proyecto, una parteimportante de la izquierdareafirmaba que nuestro ene-migo era toda la burguesía;cuando el presidente socia-lista luchaba por conseguir

una conducción única del proceso, los partidos másfuertes: el Socialista y el Comunista, hacían públicassus divergencias; mientras Allende quería consolidarlo avanzado en el plano económico- la estatizaciónde las grandes empresas estratégicas-, teniendo muyclaro los límites del poder con que contaba, sectoresde la izquierda se tomaban pequeñas empresas ypedían su nacionalización, exigiendo más radicalidada Allende.

Por otra parte, si bien la dirección de la UnidadPopular y el propio presidente Allende tenían muyclaro que sólo se podía consolidar el proceso chilenosi se contaba con el apoyo de los militares, y coheren-temente con esto se hizo todo un esfuerzo para ganar-los para la causa popular, se confió excesivamente enla tradición constitucionalista de las fuerzas armadaschilenas y no se trabajó suficientemente en la crea-ción de una fuerza material propia.

Pero hay otra cosa más que sólo hemos visto después,a partir de las últimas experiencias vividas por elsocialismo: que ese tipo de tránsito “pacífico” delcapitalismo al socialismo usando los recursos y posi-bilidades de poder dentro de un sistema de democra-cia representativa no era un camino viable para reali-zar el proyecto socialista tal como se había aplicado

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Notas:

1.Este texto fue elaborado para la revista inglesa Historical

Materialism: Research in Critical Marxist Theory, Vol.11,

No.3, Autumn 2003. Para confeccionarlo extraje informa-

ciones de mi libro La izquierda en el umbral del Siglo XXI.

Haciendo posible lo imposible, Siglo XXI Editores, España,

1ª.ed. 1999, 3ª ed.2000 y de un texto preparado para un

libro sobre el documental de Patricio Guzmán, La batalla

de Chile (1975), que luego fue publicado parcialmente en

varios números de la revista chilena Encuentro XXI Nº 3,4

y-5,1995, bajo el título: La lucha de un pueblo sin armas

.Los tres años de gobierno popular

2. El 4 de Septiembre de 1970 Salvador Allende triunfó

con un 36 por ciento de la votación popular. Obtuvo 30

mil votos más que Jorge Alessandri, el segundo más

votado.

3. Claudio Orrego, “La Elección de 1970...” en Política y

Espíritu, N. 332, mayo de 1972, p.17.

4. Coalición o frente político conformado por el Partido

Socialista (PS); el Partido Comunista (PC); el Partido

Radical (PR); el MAPU y la Izquierda Cristiana (IC) (Estos

dos últimos partidos fueron escisiones de la DC).

5. En Chile podía ser electo presidente el candidato que

obtuviera la mayoría relativa de los votos siempre que

éste fuera ratificado por el parlamento. Aunque había

sido una tradición ratificar siempre al candidato con

mayoría relativa, por la excepcionalidad del caso de

Allende no se descartaba que esa situación pudiese

variar..

6. Hugo Zemelman y Patricio León. “El Comportamiento

de la Burguesía Chilena en el primer año del gobierno de

la Unidad Popular”, en Revista de Sociología, N.1, agos-

to de 1972, p.4.

7. Elecciones de diputados y senadores.

8. La acción, de dudosa inspiración, es realizada por un

comando de la VOP (Vanguardia Organizada del Pueblo)

9. Movimiento de Izquierda Revolucionaria, una organiza-

ción político militar de una izquierda extraparlamentaria,

inspirada en la revolución cubana. No se integra a la

Unidad Popular

10. Esto dificultaba enormemente cualquier intento de

armar al pueblo para defender al gobierno popular.

11. Jorge Arrate, La fuerza democrática de la idea socia-

lista, Ed. del Ornitorrinco, Santiago de Chile, noviembre

1985, p.175.

12. Tomás Moulián, La Unidad Popular y el futuro, en

revista Encuentro XXI Nº3, año 1, Santiago de Chile,

1995, p.25

Gossens (Santiago de Chile, 26 de junio de 1908) asu-mió desde muy joven un compromiso social y políti-co inusual en un muchacho de su clase social. Frentea la caricatura del pije Allende, siempre vestido demanera elegante, que tantas veces dibujaron susadversarios (y algunos de sus compañeros), resplan-dece su temprana participación en talleres de alfabe-tización de las clases populares tanto en el LiceoEduardo de la Barra del puerto como en la FECh ytambién su colaboración solidaria en consultoriosmédicos vinculados a los sindicatos anarquistas enSantiago (por la huella labrada en su conciencia por

el carpintero libertario Juan Demarchi en 1922) y alPartido Socialista en Valparaíso.

Ministro de Salubridad a los 31 años1933 marcó el rubicón en su trayectoria al tomarparte en la fundación del Partido Socialista enValparaíso. Su ascenso fue verdaderamente meteóri-co: secretario regional del PS desde 1935, vicepresi-dente del Frente Popular en Valparaíso desde 1936,elegido diputado en marzo de 1937, responsablelocal de la campaña presidencial de Pedro AguirreCerda que llevó al histórico triunfo del 25 de octubrede 1938 y subsecretario general del PS desde diciem-bre de este año. Y el 28 de septiembre de 1939Aguirre Cerda le designó ministro de Salubridadcuando tan solo contaba 31 años. Su trabajo durantedos años y medio al frente de esta importante respon-sabilidad muestra muy bien su personalidad política:su capacidad paradiagnosticar losgrandes problemasnacionales, expli-carlos de manerapedagógica (comoaquella exposiciónsobre la viviendafrente al aristocráti-co Club de laUnión, en laAlameda, en 1940)y señalar las solu-ciones legislativasy ejecutivas paracorregirlos (comola emblemática reforma de la Ley 4.054 que suscribióel 11 de junio de 1941 y que terminaría alumbrandoel Servicio Nacional de Salud en 1952).

También en los años 40 su trayectoria fue especial-mente meritoria. Entre enero de 1943 y agosto de1944, le correspondió ocupar (por única vez en suvida) la secretaría general del Partido Socialista, enun contexto muy influido por la Segunda GuerraMundial. En 1945, fue elegido senador por primeravez. En 1947 y 1948, se distanció del sector antico-munista del socialismo y criticó firmemente la per-secución del Partido Comunista por el Gobierno deGabriel González Videla, estigmatizado para siem-pre como traidor por Pablo Neruda en Canto gene-ral. Y cuando la mayor parte de sus compañerosapostó por la opción populista de Ibáñez para lacontienda presidencial de 1952, supo reagruparjunto a los comunistas en el Frente del Pueblo a lasfuerzas de izquierda que apostaron por un caminosingular en el contexto de la guerra fría. Elegido can-didato presidencial, Allende recorrió por primeravez todo el país, “de Arica a Magallanes” comoacostumbraba a decir, con la dedicación y la fe deun misionero. Volodia Teitelboim, Jaime SuárezBastidas o Carmen Lazo le acompañaron en la cam-paña de 1952 y dejaron sus testimonios de su tena-cidad y su confianza en la posibilidad de transfor-mar Chile a partir de la formación de un potentemovimiento político y social. Cr

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No había un lugar más sim-bólico para dirigir sus prime-ras palabras al país comofuturo Presidente de Chile,porque su bautismo de fuegose produjo precisamente enla Universidad de Chile en lasegunda mitad de los años20, cuando llegó a Santiagopara estudiar Medicina, trascumplir el servicio militar demanera voluntaria. Elegidopresidente del Centro deAlumnos de su Facultad, en1931 participó activamente,como miembro del GrupoAvance (su primera expe-riencia militante), en las épi-cas luchas que condujeron a la caída de la dictaduradel coronel Carlos Ibáñez y durante un breve periodofue vicepresidente de la FECh. Un año después, tomóparte en la efímera República Socialista de junio de1932, lo que le costó varias semanas de cárcel y ser

procesado por una corte marcial. En el funeral de supadre, en septiembre de aquel año, prometió dedicarsu vida a “la lucha social”.

Descendiente, por vía paterna, de una familia quetuvo un papel destacado en la lucha por la indepen-dencia nacional en los albores del siglo XIX y des-pués en la pugna por la democratización del paísdesde las filas del Partido Radical y la masonería (conel ejemplo luminoso de su abuelo Ramón AllendePadín), hijo de un abogado que terminó sus díascomo notario de Valparaíso, Salvador Allende

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Mario Amorós *PERIODISTA EHISTORIADORAUTOR DEALLENDE. LA BIOGRAFÍA

Recordar a Salvador

AllendeLa madrugada del 5 de septiembre de 1970

Salvador Allende salió al balcón del viejocaserón que la Federación de Estudiantes de

la Universidad de Chile (FECh) tenía en laAlameda, frente a la Biblioteca Nacional.

Con un modesto micrófono habló a lasmiles de personas que festejaban la victoriade la Unidad Popular en la principal arteria

de Santiago, en una noche constelada que laizquierda había anhelado durante todo el

siglo XX. Pronunció un discurso emocionante en el que rindió homenaje a ladura historia del movimiento popular, ensal-

zó el pluralismo de las fuerzas sociales y políticas que sustentaban su candidatura y

prometió que sería leal a la confianza que elpueblo había depositado en él.

RECORDAR A ALLENDE ESRECORRER SU APASIONANTETRAYECTORIA POLÍTICA Y LA

HISTORIA DE LA IZQUIERDA CHI-LENA EN EL SIGLO XX.

RECORDAR A ALLENDE INVITA APENSAR Y RECREAR EL SOCIALIS-

MO EN EL SIGLO XXI.

proyecto político, aquellos años inolvidables… inclu-so para quienes no los vivimos. Aquel tiempo de lascerezas, similar al cantado en la bella canción de laComuna de París, un siglo antes.

La memoria de Salvador AllendeHan transcurrido ya 40 años y Chile enfrenta grandesdesafíos para conquistar una verdadera democracia.La huella dolorosa del cruento golpe de estado del 11de septiembre de 1973 no desaparece de esta angos-ta y extensa franja encajada entre la cordillera andinay el imponente océano Pacífico. El reto es construiruna nueva mayoría política nacional que aglutine atodas las fuerzas democráticas para superar el mode-lo neoliberal impuesto a sangre y fuego por la dicta-dura militar y avanzar hacia un país con más igualdady justicia social. Una nueva Constitución, la renacio-nalización del cobre, la derogación de la legislaciónlaboral pinochetista, el respeto al medio ambiente, elreconocimiento de los pueblos indígenas, el fin dellucro en la educación y la salud, una ley electoraljusta… El horizonte democrático se ensancha hacialas Grandes Alamedas.

Y en este camino vivirá siempre la memoria deSalvador Allende. De aquel muchacho que conversa-ba y jugaba al ajedrez con el viejo Demarchi en sumodesto taller de carpintería, del militante del GrupoAvance, del fundador del Partido Socialista, del médi-

co con profunda vocación social, del masón orgullo-so de sus antepasados, del diputado, ministro y sena-dor, del candidato presidencial que unió a la izquier-da y de aquel inmenso y hermoso movimiento popu-lar que abrió con él las puertas de la Historia unanoche constelada de septiembre de 1970.

Recordar a Allende exige ir más allá de la inmensatragedia del 11 de septiembre de 1973 (y después), desu heroica muerte en La Moneda. Recordar a Allendees recorrer su apasionante trayectoria política y la his-toria de la izquierda chilena en el siglo XX. Recordara Allende invita a pensar y recrear el socialismo en elsiglo XXI.

*Licenciado en Ciencias de la Información por la

Universidad Complutense de Madrid y Doctor en

Historia por la Universidad de Barcelona, Mario Amorós

es autor de varias obras sobre Salvador Allende y Chile.

En 2008, la Universitat de Valencia editó su libro

Compañero Presidente. Salvador Allende, una vida por

la democracia y el socialismo y, ahora, Ediciones B,

Salvador Allende. La biografía, una completa y extensa

obra de más de 700 páginas. Otras obras suyas

son:Chile, la herida abierta (2001), Después de la lluvia.

Chile, la memoria herida (2004), Antonio Llidó, un sacer-

dote revolucionario (2007) y La memoria rebelde (2008).

Asimismo, es coautor de la obra Cuando hicimos histo-

ria. La experiencia de la Unidad Popular (2005) Crón

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En 1958, ya con el socialismo reunificado y laizquierda fortalecida en el Frente de Acción Popular(FRAP), quedó a 33.000 votos de La Moneda y fue elcandidato más votado por el electorado masculino.Algunas irregularidades en el escrutinio y la inopina-da aparición de un curioso personaje, el “cura deCatapilco”, le privaron de la victoria, que correspon-dió al derechista Jorge Alessandri.

En febrero de 1959, mientras se encontraba con suesposa, Hortensia Bussi, en Caracas para asistir a latoma de posesión de su amigo Rómulo Betancourt,decidió viajar a Cuba y allí conoció a los principalesdirigentes de la Revolución que cambió la historiacontinental y endureció el clima de la guerra fría enAmérica Latina por la respuesta de Washington.Amigo y compañero de Fidel Castro y de Ernesto CheGuevara, fue un firme defensor de la Cuba socialista.

En 1964, la batalla presidencial le enfrentó con unviejo amigo, el democratacristiano Eduardo FreiMontalva, pero también con la CIA y el Gobierno deLyndon Johnson, que financió una increíble campañade propaganda anticomunista que ya había dadoresultado en Italia en 1948. Su tercera derrota no leindujo ni a moderar sus posiciones políticas, ni tam-poco a aceptar el estruendoso proceso de radicaliza-ción (retórica) de su partido, con el Congreso deChillán de 1967 como punto de partida.

Un inmenso movimiento popularMuy pronto advirtió de las limitaciones del programareformista de la Democracia Cristiana y de la hipocre-sía de la “Revolución en Libertad”. La creación delMAPU por los dirigentes más consecuentes de la DC

y la masacre de la Pampa Irigoinen 1969 le dieron la razón. Lafundación de la Unidad Popularen octubre de aquel año reafir-mó su correcto análisis político:por primera vez, junto con laizquierda marxista confluíanfuerzas tradicionalmente cen-tristas (Partido Radical), de ins-piración cristiana (el MAPU) yotros sectores (API y PSD). Lacampaña para la batalla presi-dencial de 1970, con la explo-sión del movimiento muralista yde la Nueva Canción Chilena,la movilización de los trabaja-dores y de nuevos actores,como los pobladores, alumbróun inmenso movimiento popu-lar que abrió las puertas de laHistoria aquel inolvidable 4 deseptiembre de 1970.

Después vinieron sesenta días deuna tensión política extrema, enlos que la derecha, el freísmo, elpoder económico (con el emble-mático viaje de Agustín Edwards,propietario de El Mercurio, aWashington el 14 de septiembre)y el Gobierno de Nixon, la ITT yla CIA conspiraron para impedirla investidura de Allende por elCongreso Pleno. Fracasaron por-que la Democracia Cristiana estaba dirigida por su ten-dencia progresista y las Fuerzas Armadas encabezadaspor un general ejemplar, René Schneider, asesinadopor la ultraderecha y la CIA.

El 3 de noviembre, Salvador Allende se terció labanda presidencial y se inició uno de los procesospolíticos que mayor esperanza despertaron en el sigloXX. Un periodo lleno de dificultades, también –obvia-mente- de errores de la Unidad Popular, pero en elque, sobre todo, brillan los inmensos logros delGobierno presidido por Allende y del pueblo chileno:la nacionalización del cobre, la reforma agraria y laerradicación del latifundio, la creación del Área dePropiedad Social y la participación de los trabajado-res, una política internacional no alineada y verdade-ramente ejemplar, cultural inigualado en la historianacional (Quimantú, el Tren de la Cultura, el creci-miento y apertura a los obreros de la UniversidadTécnica del Estado) y un programa de medidas socia-les muy completo (con el medio litro de leche comoexpresión cotidiana de eso bello cartel creado por losartistas plásticos de la UP: “La felicidad de Chileempieza por sus niños”). Y, sobre todo, el desarrolloverdaderamente conmovedor de la conciencia revo-lucionaria del pueblo, su alegría y su permanentemovilización en defensa del camino al socialismo “endemocracia, pluralismo y libertad”.

Salvador Allende representa ante la humanidad aquel20

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que pudieron estudiar aquellas profesiones llamadasliberales: Medicina, Arquitectura, etc en jornadasque se realizaban después de concluido su trabajodiario.

Cuando las condiciones políticas, sociales y militares,eran extremadamente difíciles; cuando los enemigosdel proceso de transformación económico-social,interiores y exteriores, complotaban abiertamentepara derrocar al gobierno. Allende mostró toda suprofunda convicción democrática y su empeño porlograr el mayor consenso posible que desarmara a losgolpistas. Con el aval y la presencia del CardenalSilva Henríquez de la Iglesia Católica, intentó con-vencer a la Democracia Cristiana de Frei Montalva yde Aylwin de buscar una salida democrática al con-flicto, sin lograrlo. Con el inestimable apoyo del gene-ral. Carlos Prats, hizo los cambios en la superestruc-tura de las Fuerzas Armadas, en un esfuerzo definiti-vo, para que éstas mantuvieran su apoyo a laConstitución de la República. Varios millones de chi-lenos le apoyaron en las calles de las principales ciu-dades del país el 4 de septiembre de 1973, manifes-tando, sin la menor duda, que la ciudadanía modestadel país estaba con su gobierno, y estaba dispuesta acualquier sacrificio por su continuidad.

Las fuerzas políticas conservadoras y golpistas, elgobierno de USA que dirigían Nixon y Kissinger, losmilitares que descabezaron a sus altas jerarquíasconstitucionalistas, previa “limpieza“de sus compa-

ñeros de armas demócratas, conflu-yeron en el golpe del 11 de septiem-bre de 1973. Salvador Allende,acompañado de escasos compañerosciviles, asesores y profesionales,resistió en el Palacio de la Moneda,hasta las 14 horas de ese nefasto día.Jamás quiso entregar el cargo dePresidente de la República que elpueblo le había dado. Defendió consu vida la vigencia de la Constituciónde 1925 y no tuvo dudas en quepedir al pueblo que saliera desarma-do a las calles a defender su gobier-no, era el preludio de una masacrede grandes proporciones. ¿Era posi-ble entregar armas al pueblo paraoponerse al golpe? Pregunta de muydifícil respuesta, considerando losresultados del golpe y la posteriordictadura de Pinochet. En Chile laviolencia antes, durante y despuésdel golpe las puso la derecha políti-ca, ante la cual los militares estuvie-ron a su servicio. Allende y la UnidadPopular buscaron un cambio sin vio-lencia, una modificación de lasestructuras y de las instituciones porla vía legal, con el creciente apoyoelectoral de la ciudadanía. Este pro-yecto dejaba el monopolio de lasarmas en las Fuerzas Armadas, y nocabían guerrillas ni ejércitos parale-

los. Lo que sí era posible, democráticamente, era con-sultar a la ciudadanía acerca del conflicto. Que elpueblo se pronunciara y Allende programó, precisa-mente para el 11 de septiembre, el llamado a unPlebiscito o Referéndum. Aquellos que creen en lafuerza de las armas y desprecian la voluntad popular,lo impidieron.

Cuando se cumplen 40 años del golpe militar, de lamuerte del Presidente constitucional de Chile y deltérmino de una experiencia que hizo suya el pueblochileno y despertó simpatías y esperanzas en otrospueblos del mundo, es necesario reflexionar científi-camente sobre las causas que motivaron el desastre.No agotaremos el tema en este escrito, pero es nece-sario señalar que el papel jugado por Estados Unidosfue fundamental. Es necesario, no obstante que sinpoderosos aliados internos, en particular el hasta esemomento, centro político chileno, la democracia cris-tiana, no se habrían dado las condiciones socialespara un golpe. Aquellos que, desde la “izquierda”verbalizan opciones irreales, deben también asumirsus responsabilidades.

La actual sociedad chilena, gobernada aún por laConstitución de Pinochet de 1980, manifiestamenteantidemocrática, se moviliza activamente, en particu-lar, sus nuevas generaciones, por cambiar este pano-rama. El pensamiento de Allende, su ejemplo y susacrificio, son un ejemplo que ayuda en este avanceal progreso. Cr

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Uno de ellos, fue la articula-ción de un proyecto de trans-formación económica ysocial, en la perspectiva deuna sociedad socialista futu-ra, utilizando métodos demo-crático-electorales, alejadosde la violencia, con respeto atodas las ideologías y con-cepciones religiosas, mante-niendo todas las libertades yderechos que el ser humanohabía conquistado. La teoríade la “Vía chilena alSocialismo” fue producto deun análisis objetivo de la rea-lidad, a lo cual no fue ajeno

el prolongado uso de una democracia electoral que elpaís, Chile, practicaba por largos decenios. Allende loconcibió, además, como un original planteamientoque tenía antecedentes en el pensamiento de algunosclásicos de la teoría socialista. En el discurso en queasume la Presidencia de la República dice: “Desde elpunto de vista teórico doctrinal, como socialistas quesomos, tenemos muy presentes cuales son las fuerzasy los agentes del cambio histórico. Y, personalmente,sé muy bien, para decirlo en los términos textuales deEngels, que: “Puede concebirse la evolución pacificade la vieja sociedad hacia la nueva, en los paísesdonde la representación popular concentra en ellatodo el poder, donde de acuerdo a la Constitución, se

puede hacer lo que se desee, desde el momento enque se tiene tras de sí, a la mayoría de la Nación.” “Yeste es nuestro Chile. Aquí se cumple, por fin, la anti-cipación de Engels”.

Esta concepción que tiene como objetivo central, alser humano, postergado y explotado por regímenescapitalistas, no precisa de un partido único, ni de unadictadura, que traslada la opresión a otras instancias.La violencia, en el curso de la transformación, es unelemento que incorporan aquellos sectores de lasociedad que desean mantener sus privilegios.Allende pensaba que la sociedad chilena estaba pre-parada para enfrentar una tarea de estas dimensionesy así lo formuló en la prolongada entrevista /docu-mental, a que lo sometió Regis Debray, escéptico deeste nuevo y original camino.

Allende, un médico al servicio de los más necesitadosAllende fue médico, y esta titulación, la puso siempreal servicio de los chilenos más necesitados, de lospobres de la ciudad y el campo, de las madres prole-tarias y sus hijos. No hubo en Chile un político máspreocupado de transformar en leyes beneficios previ-sionales para estos ciudadanos. Su gobierno se carac-terizó, en las llamadas 40 primeras medidas, en otor-gar salarios más justos; medio litro de leche diario atodos los niños del país; desayuno y almuerzo escolaren las escuelas públicas; todos los cuadernos y librosgratis, etc. Abrió la Universidad a los trabajadores,

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El 26 de junio del 2008 se conmemoró el centenariodel nacimiento de Salvador Allende, un líder chile-

no que se recuerda como un personaje que cam-bió perspectivas y esperanzas para muchos seres

humildes de la tierra. Son muchos los aspectos desu práctica político-social que se podrían rescatar;no obstante, algunos de ellos son imprescindibles

comentarlos.

Dr. Oscar Soto GuzmánMÉDICO DE CABECERADE SALVADORALLENDE.

Salvador Allende,

breve semblanza

De lo expuesto se derivan algunos elementos parareflexionar, que nos limitamos a esbozar brevemente.En primer lugar, no existe contradicción entre neoli-beralismo y dictadura. Es más, planteamos que elmarco político militar fue una condición imprescindi-ble de la implementación de medidas que, en presen-cia de instituciones que permitieran la expresión delsentir ciudadano, hubieran sido de muy difícil ejecu-ción.

En segundo lugar, cuando se alude al neoliberalismose corre el riesgo de olvidar que es el “adjetivo” quecorresponde a un sustantivo, el capitalismo, y que elaspecto relevante no es la elaboración teórica, enmuchos casos formulada a posteriori, y que debe res-petar ciertos elementos de rigor. Muy al contrario, loesencial es la actividad práctica, que es la que revelala manera cómo se solucionan las contradicciones.

Así, uno de los mitos del neoliberalismo es la preten-dida contradicción entre mercado y Estado. Pero laverborrea de los neoliberales es funcional para insu-flar en los despistados la idea de que el Estado es unfactor exógeno a la dinámica económica, lo queresulta absolutamente falaz. El neoliberalismo enChile ha ido de la mano de la intervención delEstado, pero de un tipo particular: para socializarpérdidas (la deuda externa) entre la población traba-jadora, la intervención de entidades privadas conproblemas económicos o el elevado gasto militar. Entérminos de gastos e ingresos respecto del PIB, elEstado dictatorial fue más intervencionista que el dela década de los sesenta. En general, el Estado fuemás poderoso que nunca en el período neoliberal, eintervino decididamente siguiendo un plan de ajustecon vocación de transformación productiva de largoplazo. Lo que ocurre es que fue no un Estado subsi-diario limitado a la gestión de la administraciónmínima, como propugnan los neoliberales, sino unEstado al servicio del capital que magnificó extraor-dinariamente su carácter de clase. Como bien señala

Arrizabalo (1995: 178), “la fidelidad a la teo-ría sólo ha existido en función de la adecua-ción de los aspectos puntuales de ésta a losintereses a los que sirve.”

Contexto económico y políticoA finales de los sesenta y principios de lossetenta finaliza el auge económico de pos-guerra, lo que supuso la imposibilidad de lle-var a cabo reformas distributivas. En el casode Chile, podemos situar el punto de quiebraen el año 1967, cuando se acentúa la pre-sión de la burguesía sobre las condiciones devida de la población trabajadora, y “corres-pondía de hecho a un cambio estructural en

el aparato productivo en favor del gran capital”(Marini, 1976:234).

Empezaba así el alejamiento del gobierno de laDemocracia Cristiana de sus intenciones iniciales decarácter reformista, conformando, a su vez, la basedel creciente descontento social y la creciente organi-zación de los trabajadores en formaciones políticasde transformación social revolucionaria. Así, en1969, se forma la coalición de la Unidad Popular,incorporando al Partido Comunista, el PartidoSocialista, el Partido Radical (PR), el Movimiento deAcción Popular Unificada (MAPU), Acción PopularIndependiente (API) y Partido Socialdemócrata (PSD),con la ausencia del Movimiento de IzquierdaRevolucionaria (MIR).

Ruptura de la alianza entre la pequeña burguesía y el gran capitalAl mismo tiempo, en los años sesenta se produjo unapugna dentro de la clase capitalista. El desarrolloindustrial propició un cambio estructural que, junto ala presencia creciente de capital foráneo, fue confor-mando una fracción burguesa vinculada a bienes sun-tuarios y al exterior, con intereses cada vez más sepa-rados del resto de pequeñas y medianas empresas(Marini, 1976). De hecho, uno de los factores queexplica el triunfo de la UP en las elecciones de 1970fue la ruptura de la alianza entre la pequeña burgue-sía y el gran capital bajo el gobierno democristiano.

La victoria popular se enfrentó enseguida a una tre-menda oposición. EE.UU. ya había invertido muchodinero desde 1962 en tratar de impedir que SalvadorAllende ganara las elecciones, y, tras esta victoria, nocejó en sus intentos de desestabilizar al país económi-ca y políticamente, junto a la burguesía chilena.Pronto se orquestó un boicot: salidas de capitales,desplome de la inversión, desabastecimiento y acapa-ramiento de bienes, bloqueo financiero, reducción deimportaciones por parte de EE.UU., huelgas empresa- Cr

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La experiencia de Chile durante la dictadura lideradapor el general Augusto Pinochet constituye una mate-ria de estudio especialmente relevante en relación ala política económica del capitalismo y la respuesta ala crisis, y porque se aplicó un programa bastantecoherente en términos de clase en condiciones idea-les para sus promotores: sin el obstáculo que suponela “democracia formal”, esto es, la capacidad deresistencia de la clase trabajadora. A 40 años delgolpe de Estado, bien merece unas líneas de análisisel programa neoliberal.

Sobre el neoliberalismoLa política económica desarrollada en Chile a partirde 1973 la caracterizamos, no sin matices, como neo-

liberal (véase Arrizabalo, 1995).La utilización del término neolibe-ralismo debería ser, sin embargo,matizada. Su significado últimono se encuentra en el debate teó-rico, ni se puede entender comouna elección de política económi-ca, sino que constituyó más bienuna necesidad, en el sentido queresultaba funcional para superarlos problemas del proceso de acu-mulación.

El proceso de reestructuraciónneoliberal llevado a cabo de

manera paradigmática enChile, como en otros tantoslugares (véase el Irak poste-rior a 2003), constituye unplan de ajuste contra el sala-rio y en favor de las fraccio-nes más poderosas del capi-tal, porque su objetivo máspreciso es el de restablecer larentabilidad empresarial,fundamento de la acumula-ción de capital. En otraspalabras, tal elección consti-tuye en realidad una necesi-dad para el capital, cuyapuesta en práctica requirióun golpe de Estado y estable-cer un gobierno dictatorial. Y

es que generar las condiciones para continuar con laacumulación capitalista exigía quebrar el marcodemocrático que había permitido llegar al poder algobierno de Salvador Allende, como expresión de laorganización y toma de conciencia de los trabajado-res. En palabras de Valenzuela (1991:169), “sepodría caracterizar como una modalidad específicade reconstitución de la tasa de ganancia.”

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Juan Pablo Mateo

PROFESOR DEECONOMÍA

LA POLÍTICAECONÓMICA

DE LOS“CHICAGO

BOYS” EN LADICTADURA DE

PINOCHET(1973-1990)

El proceso de reestructuración neoliberal,llevado a cabo de manera paradigmática

en Chile, constituyó un plan de ajuste contrael salario y en favor de las fracciones más

poderosas del capital

En los años cincuenta se estableció una política de colaboración entre la Universidad de Chicago y laUniversidad Católica de Chile, por la que alumnos de economía chilenos viajaron a Chicago a formarse en lasideas de Milton Friedman, apóstol del libre mercado, quevisitó Chile en 1975

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externa lideradopor Estados Unidos.En segundo térmi-no, y en conse-cuencia, los gruposdominantes deberí-an modificar surelación con otrascapas, como la

pequeña burguesía. Si ésta había sido útil para crearlas condiciones para derrocar al gobierno de la UP,en la nueva coyuntura debería permitir el liderazgoirrestricto del gran capital (Marini, 1976). Así, de unaperspectiva de lograr un desarrollo económico haciadentro, lo que constituye el sempiterno objetivo delesquema “populista” de la industrialización por susti-tución de importaciones, precisamente defendido porlas FFAA hasta 1973, ahora se trataba de una repro-ducción económica “hacia afuera”.A tal fin el aparta-do del Estado debía ser reformado, fortaleciéndolo yrestaurando su unidad, en lo cual el ejército tenía unpapel central.

Las etapas del plan de ajuste económicoLa puesta en marcha del plan de ajuste económicotuvo varias etapas. Hasta 1981 el control de la infla-ción fue primordial respecto de otros objetivos, inclu-so recurriendo (novedosamente) a falsificar los datossobre aumento de precios. Se privatizaron multitudde empresas de titularidad pública, en lo que destaca-mos el sistema de pensiones, que pasó a ser gestiona-do según el sistema de capitalización individual. Seprocedió a una liberalización de los mercados debienes, eliminando la mayor parte de los controles deprecios, y se inició una política de apertura comercialcon una drástica reducción arancelaria, mientras queen el terreno financiero el proceso no fue tan rápido.Destaca la liberalización de los tipos de interés de losbancos en 1974 y la privatización de la banca estata-lizada por la Unidad Popular. En materia fiscal lareforma tributaria tuvo un contenido regresivo(Ffrench-Davis, 2003), y a partir de 1976 se pasó arevaluar el tipo de cambio como método de conten-ción inflacionaria, lo que abarató las importaciones yredujo los costes empresariales.

En el terreno laboral, la reforma del mercado de tra-bajo de 1979 tenía como propósito acabar con lasconquistas históricas de la clase trabajadora, limitan-do la negociación colectiva al nivel de cada empresa,y estableciendo el derecho del empresario a sustituira los trabajadores que se declararan en huelga. Sinembargo, y frente al dogma del libre mercado, lossalarios quedaron controlados por el Estado paragarantizar que se mantuvieran en los niveles desea-dos por el capital.

A principios de la década de los ochenta la economíachilena sufre una gran crisis. Fue la denominada cri-

sis de la deuda, desencadenada a partir del fabulosoincremento de la deuda externa de los años setenta.Una vez más, pese a la retórica neoliberal, el Estadosiguió interviniendo en la economía, pero ahora yaabiertamente a favor del capital. Una muestra lo ofre-ce su papel tras la crisis de principio de los ochentarespaldando a los deudores del sector privado: inter-vención de las entidades deudoras, renegociación dedeudas con tasas de interés preferenciales, así comotipos de cambio aplicados al servicio de la deudaexterna, desdolarización de deudas y endeudamientoestatal para acceder a las divisas necesarias para quelas compañías privadas devuelvan sus intereses.

Implicaciones y resultadosEn términos generales, la economía chilena ha segui-do las pautas cíclicas de las economías de la regiónen cuanto a auge y crisis, y, en comparativa temporalcon otros gobiernos, no destaca por el crecimientodel PIB, suspende en desempleo e inversión, y sólocabe mencionar el auge exportador, por lo que noslimitamos a destacar algunos elementos relacionadoscon la implementación del neoliberalismo.

Se produjo una reconfiguración de la estructura pro-ductiva. Las medidas de liberalización fomentaronuna desindustrialización en favor de las ramas delsector primario, lo que ha definido su lugar en el capi-talismo mundial. Las quiebras en agricultura, indus-tria y construcción que ocasionó la apertura comer-cial y financiera (Ffrench-Davis, 2003) contribuyeronno obstante al restablecimiento de la rentabilidadempresarial del gran capital, lo que evidencia la fun-cionalidad de la terapia de choque monetarista-neoli-beral.

La inserción externa propiciada fomentó, por unaparte, las entradas de capitales, atraídas por la eleva-ción de los tipos de interés y las amplias posibilidadesgeneradas por la dictadura para realizar negocioslucrativos. Obsérvese la particularidad, caso contra-dictorio, de que la restructuración neoliberal ha teni-do como propósito el incremento del excedentetransferido desde Chile hacia el capital acreedortransnacional, proceso en cualquier caso común en laregión desde 1982. Es decir, la extraversión del exce-dente como palanca que amputa las posibilidades decualquier desarrollo autónomo (“nacional”) se alza enel medio del enriquecimiento y del mantenimiento enel poder de la clase dominante.

Chile, baluarte del imperialismo en la regiónPero, al mismo tiempo, en la medida que se han esta-blecido las condiciones propicias para tal mecanis-mo, Chile se convierte en un lugar seguro para elcapital privado, siendo además históricamente una delas áreas más avanzadas de América Latina. Lo cualnos lleva a su manifestación en el terreno político, ya Cr

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riales (con pequeños propietarios y lumpenproletariosde comparsas), y sabotajes, en medio de una estrechacolaboración empresarial y política con el gobiernonorteamericano, cuyo ejemplo paradigmático fue elcaso de la ITT, así como el intento de golpe militar enjunio (el “tancazo”) y la protagonizada por los camio-neros en julio de 1973, etc. Además, descendieronlos precios del cobre a principios de los setenta.

Las convulsiones en el aparato productivo llevaron aun aumento de precios que redujo el poder adquisiti-vo de los salarios. Arrizabalo (1995) explica que “laorientación consumista de la UP, unida a su propues-ta política de incorporar a la pequeña burguesía y asu contextualización en el respeto irrestricto delmarco institucional vigente, llevó a que el aumentode la capacidad de consumo de los sectores popula-res no se obtuviera de la detracción del de las clasesdominantes sino a partir de la reducción de la partedel producto destinada a la acumulación (ahorro einversión).” (Ibìd.: 96)

Se demostró el fracaso de la vía chilena hacia elsocialismo. La transformación socialista debía tras-cender el marco institucional vigente, actuando sobreel aparato del Estado (como el ejército).El 11 de sep-tiembre de 1973 finalizaba este intento de transfor-mación con un golpe de Estado que enterró muchossueños, pero que, al mismo tiempo, clarificó el carác-ter de clase de quienes pregonan la fraternidad huma-na (la DC felicitó al nuevo gobierno dictatorial, decla-rando en los primeros momentos que la intención dela Junta era restablecer las instituciones políticas y launidad de los chilenos ) y de los que no cesan de afir-mar su neutralidad y asepsia social como técnicos(economistas neoliberales).

La Escuela de Chicago y la estrategia del Departamento de Estado de los EE.UU.En el plano teórico o académico, el caso de Chile esfamoso por el papel de los economistas neoliberalesde la Universidad de Chicago. Ya en los años cin-cuenta se estableció una política de colaboraciónentre este centro y la Universidad Católica de Chile,por la que alumnos de economía chilenos viajaron aChicago a formarse en las ideas de Milton Friedman,apóstol del libre mercado. No era algo fortuito, sinouna estrategia del Departamento de Estado norteame-ricano, conocida como “proyecto Chile”, para tratarde influir en las decisiones económicas del país, deahí que se escogiera a una universidad de segundafila que ni siquiera tenía departamento de Economía(véase Klein, 2007:92).

En la carta que André Gunder Frank, uno de aquellosalumnos que posteriormente se hizo famoso por suteoría de la dependencia, dirige a estos economistas,señalaba que “nos contaron acerca de los absurdos

intentos que hacía este país para vivir por encima desus subdesarrollados recursos, manteniendo un sectorpúblico demasiado grande (…), una burocraciademasiado voluminosa y un sistema de sanidad y unSeguro Social desproporcionados.” (Frank, 1974: 10).¿Nos suena? Pero esta estrategia fue un absoluto fra-caso, ya que las locuras neoliberales no calaron entrela población ni en la Academia, que giraban hacia laizquierda (Klein, 2007).

Durante los dos primeros años de la dictadura, los“Chicago boys” (como se conoce a estos economis-tas) participaron en el giro neoliberal desde una posi-ción secundaria, pero a partir de la visita al país deMilton Friedman en 1975 adquirieron un papel prin-cipal. Desde ese momento se encargaron de los pues-tos de dirección económica, mientras que las FuerzasArmadas se limitaban a las tareas “administrativas”del aparato del Estado. Importantes economistas neo-liberales apoyaron y participaron como asesores en elgenocidio económico de la dictadura, comoFriedman y Harberger, convertidos en los conducto-res intelectuales del asalto neoliberal del capital fren-te al trabajo.

Caracterizando el período neoliberalEn el ámbito económico, el giro neoliberal se debeentender a partir de una serie de propósitos vincula-dos a la acumulación de capital. En primer lugar, erapreciso desmantelar la organización social, política ysindical de la clase trabajadora. La derrota absoluta,el miedo, la desazón, deberían servir de escarmientopara la paz social que requería el capital.

En segundo lugar, se debía reestablecer la domina-ción del gran capital, en lugar de la antigua coalicióno alianza de diferentes fracciones de la burguesía.Marini (1976) se preguntaba “¿por qué entonces, elgolpe? Porque sólo él permitiría zanjar la crisis del sis-tema de dominación en beneficio del gran capitalnacional y extranjero.” (Ibìd.: 48) En efecto, la rees-tructuración neoliberal debía jerarquizar el bloque dedominación, el cual se derivaba del papel del Chileen el capitalismo mundial y el bloque imperialista alque se vinculaba.

En otras palabras, la dominación de clase se vincula-ba en primer término a los factores exógenos, dado ellugar de Chile y el contexto de la guerra fría, por loque debía ser funcional al mecanismo de inserción

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André Gunderf; famoso por su teoría de la dependencia.

Uno de los conductores intelectuales del asalto neoliberal Harbergerparticipó como asesors en el genocidio económico de la dictadura

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“La Historia es nuestra y lahacen los pueblos”, pronun-ció poco antes de morir(traicionado vilmente porunos milicos que teníancomo gran héroe al genoci-da césar bajito FranciscoFranco; ya vieron ustedes alcanalla “Pinocho” en lasexequias de aquél enMadrid, noviembre del 75),pronunció, decimos, esehombre inmenso, conse-cuente hasta la muerte, quevivirá siempre, SalvadorGuillermo Allende Gossens.Pues, aunque nos sentimossus huérfanos cuarenta años, permanece inmensa-mente vivo en nuestro pensamiento y nuestra memo-ria, como referente profundo del ayer y del mañana,para esa gran parte del mundo que padece hambre ysed de justicia, para los pueblos de América Latina enespecial. ¡Qué solos nos dejaste, Chicho, y quéacompañados por tu ejemplo y tu recuerdo que noenvejecen!

Yo me atreví a escribir unos versos hace treinta años,en el 10º aniversario del inicuo pinochetazo del 11 deseptiembre, siendo capitán y recluido en la PrisiónMilitar de Alcalá de Henares por mis escritos y confe-rencias democráticas (todavía pintaban en Españamuchos bastos, gran parte de altos mandos eran retro-franquistas antidemócratas). Tomo algunos de aque-llos versos, permítanme (Nicky el Tramposo, sabrán,es el sayón Presidente USA verdugo de Allende;Víctor, el inolvidable cantante Jara, torturado larga-mente antes de asesinarle):

El foso de ignominia es aún enorme. Y seguimos mal-diciendo al mayor traidor en uniforme que haberpueda, quien después asesinaría incluso a su antece-sor Comandante en Jefe y avalador del propioPinochet, el honorable general Prats, con la suciacomplicidad de traidores compinches argentinos. Así,cada año en septiembre huele a Chile. Acabando elinvierno, entre aroma de alhucemas y esperanza, yhedor de envilecimiento y muerte por aquel crimen.Mas ni crimen ni muerte detendrán los procesossociales, dijo también “el Chicho”. Con Allendetuvieron sus primeros zapatos los campesinos, antessólo con ojotas, aquella mezcla de sandalia y chan-cla.

Nunca más la impunidad, nunca más la apoteosis delsable. “No renunciaré. El pueblo me eligió”, respon-dió Allende, verdadero hombre de honor, ése del quecarecían sus matadores falsarios fascistas, cuando leofrecían un avión para irse de Chile. Prefirió morir,abrazándose a Zapata y a Sandino.

que el denominado “fascismo dependiente”de la dictadura ha supuesto que Chile se erijaen el baluarte del imperialismo en la región,apoyando su desempeño en la medida en queresulten funcionales a las necesidades globa-les del proceso de acumulación. Y por otra,impulsando las exportaciones primarias.

El programa neoliberal en esta semiperiferia, por con-siguiente, hay que entenderlo a partir de su funciona-lidad para la recomposición de las condiciones glo-bales de rentabilidad y la geopolítica mundial: cana-lización de excedentes hacia los polos más poderosos(Estados Unidos), proveedor de insumos necesarios(reprimarización), fuente de valorización para losgrandes capitales (privatizaciones, apertura comercialy financiera, depreciación cambiaria, etc.), pero porsu condición semiperiférica, posibilidad de benefi-ciarse de deslocalizaciones productivas que contribu-yan a la moderación salarial en el Norte desarrollado.

En este marco, una exigencia inherente al modelodentro de esta reconfiguración económica era modi-ficar la pauta distributiva. Como no podía ser de otramanera, Chile se volvió profundamente más inequi-tativo (véase Arrizabalo, 1995:237-246; Ffrench-Davis, 2003):entre 1974 y 1989 los salarios reducensu participación en la renta nacional 4-5 puntos por-centuales, y disminuye el ingreso de la mitad de lapoblación más pobre incrementándose la del 10%más rico (8 puntos entre 1978 y 1988), el salario real

promedio en 1975 cae un 36% respecto de 1970, yen este período no llegará nunca a igualar dichoregistro. Aunque la inflación se logró contener, losprecios que aumentaron relativamente más fueronlos de primera necesidad.

Además, a la hora de juzgar el desempeño económi-co durante la dictadura, tengamos presente que elChile del neoliberalismo dictatorial recibió un tratopreferente de organismos multilaterales tanto en laconcesión de fondos como en las condiciones de larenegociación posterior. Mientras que durante el perí-odo de Salvador Allende el país no era digno de reci-bir ayudas del FMI o el Banco Mundial y sufría todaclase de injerencias desestabilizadoras, con el golpede Estado pasó a ser un receptor privilegiado de ayu-das económicas. Aunque es cierto que son las capasprivilegiadas las que se benefician primordialmente,no deja de ser un factor con implicaciones para ladinámica económica nacional, por más que la condi-ción de este privilegio fuera una política neoliberal deempobrecimiento del nivel de vida de la población-trabajadora.

Arrizabalo señala que “la fidelidad a la teoría sóloha existido en función de la adecuación de losaspectos puntuales de ésta a los intereses a los

que sirve.” Foto: Paula Guerra

Notas:

1. En cualquier caso, es una constante en la historia,

como bien muestra Klein (2007).

2. Véase Arrizabalo (1995: 93-94).

3. Esta universidad se erigió durante la época de pos-

guerra en el baluarte del pensamiento conservador en

Economía frente al enfoque keynesiano, desarrollando

una defensa del libre mercado frente a la intervención

del Estado (incluido el denominado Estado del bienes-

tar).

4. Al acabar la dictadura, en 1992, 1 millón 900 mil tra-

bajadores tenían deudas con las “Administradoras de

Fondos de Pensiones” porque sus empresas no las

habían transferido el dinero de sus empleados, ya que

las multas eran menores que la rentabilidad obtenida en

el sector financiero (Arrizabalo, 1995:151).

5. En cuanto al desarrollo industrial y la inserción exter-

na, hay que tener en cuenta el auge de las importacio-

nes de insumos industriales; de la industria pesquera,

forestal y hortofrutícola, más bien perteneciente al sec-

tor primario, junto a sus consecuencias medioambienta-

les, y que en parte fue producto de la maduración de

inversiones realzadas en la década de los sesenta

(Arrizabalo, 1995:203, 210, 214).

Bibliografía

Arrizabalo, Xabier (1995): Milagro o quimera. La econo-

mía chilena durante la dictadura, Madrid, Los Libros de

la Catarata.

Frank, André G. (1974): Capitalismo y genocidio econó-

mico. Carta abierta a la Escuela Económica de Chicago

y su intervención en Chile, Madrid, Zero.

Ffrench-Davis (2003). “Chile, entre el neoliberalismo y

el crecimiento con equidad”, Nueva Sociedad, No. 183,

pp. 70-90.

Klein, Naomi (2007): La doctrina del shock. El auge del

capitalismo del desastre, Barcelona, Paidós.

Marini,Ruy Mauro (1976):El reformismo y la contrarrevo-

lución. Estudios sobre Chile, México DF, Ediciones Era.

Valenzuela, José (1991): Crítica del modelo neoliberal. El

FMI y el cambio estructural, México DF, UNAM.

José Luis Pitarch*COMANDANTE EN LARESERVA. MIEMBRO DELA UMD.PRESIDENTE FEDERAL DEUNIDAD CÍVICA PORLA REPÚBLICA (UCR)

Allende: cada año, en septiembre,huele a Chile

*Licenciado en Derecho y en Ciencias de la

Información, fue durante dos décadas profesor de

Derecho Constitucional de la Universidad de Valencia, y

recibió el Premio Derechos Humanos y Constitución,

1983, de la Asociación de Derechos Humanos de

España, y el Premio Libertad de Expresión, 1982, de la

Unión de Periodistas del País Valenciano. El FMLN de El

Salvador le nombró coronel honorífico de dicho movi-

miento.

““Chile, cárdena lágrima de impiedades milicas,almena enmohecidade la “Seguridad” de Monroe, y de Nicky el Tramposo.Espuelas contra el viento,hormigones de sangre, quebradas las falangesde Víctor, bordón de cada pueblo.Cuervos de trinos raucos surcando La Moneda,elefantes de azufre en el alba que olía a primavera.Compañero presidente, ¿preguntas por Augusto?:calzó botas de Texas para frenar el viento.Compañero presidente, ¿cuántos pechos obrerosdetendrían un tanque?””

mitad del siglo XX, la única expresión política de laizquierda chilena fue la ejercida por el PS y el PC. Losreducidos grupos trostkistas, anarquistas y otros,jamás tuvieron relevancia en el quehacer políticonacional.

La Revolución cubana y la mutación de los años sesentaDurante los años sesenta, dos hechos vinieron a cam-biar radicalmente el curso de la política chilena.Acaecidos en la primera mitad de esa década las con-secuencias sólo se harían sentir hacia sus postrimerí-as. El primero de ellos fue la Revolución cubana,acontecimiento político que sacudió como un terre-moto toda la América Latina. El segundo fue, enChile, la elección en 1964 del demócrata-cristianoEduardo Frei Montalva y su “Revolución en libertad”.Réplica reformista inspirada en la “Alianza para elProgreso” lanzada por la administración Kennedy queserá levantada como la alternativa democrática a laamenaza socializante venida de La Habana.

Ese año, la tercera derrota electoral de Allende vino aconfirmar, en los sectores más radicales del PartidoSocialista y de la izquierda, que la vía electoral con-stituía un camino cerrado a las esperanzas populares.Frente a ellos se levantaba el ejemplo cubano que,por primera vez en la historia de la América latina,había dicho ¡Basta!, rompiendo violentamente con lapotencia norteamericana y revolucionando - de arri-ba abajo - la realidad de la isla. La izquierda extra-parlamentaria “guevarista” (que se hizo llamar “rev-olucionaria” por oposición a la reformista) va a

emerger durante los meses que seguirán a la terceraderrota electoral de Allende..Ella va a reunir una buena parte de los grupúsculosradicales existentes hasta ese entonces y, por primeravez va a tener un modelo que oponer al modelo“estaliniano” y pro-moscovita del PC chileno. El partede nacimiento del Movimiento de IzquierdaRevolucionaria (MIR) está fechado en agosto de 1965,menos de un año después del triunfo electoral de laDemocracia Cristiana de Eduardo Frei Montalva,frente al Frente de Acción Popular (FRAP) encabeza-do por Salvador Allende.

La ola de guerrillas o sus tentativas desatadas por esemismo modelo cubano a través de América Latina(Argentina, Bolivia, Colombia, Guatemala, Perú,Venezuela…) no dejó insensible a la izquierda rev-olucionaria chilena que empezó a proponerse muyseriamente la “vía armada al socialismo”. La guerrillarural “a la cubana” fue, desde el comienzo, un difícildesafío en un país mayoritariamente urbano y devieja tradición electoral. Pese a ello, el MIR se desar-rolló poco a poco al ritmo de los conflictos estudi-antiles y sociales que caracterizaron el final de losaños sesenta. La trágica muerte del Che Guevara enBolivia en 1967, lejos de desanimar el fenómeno“guerrillerista”, constituyó un estímulo moral sumadoa una cierta visión heroica de la política.

El movimiento estudiantil del 68 en Europa (Berlín,París, etc.) y las movilizaciones contra la guerra deVietnam en Estados Unidos ayudaron indirecta, pero Cr

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Ricardo Parvex

PERIODISTA Y PROFESOR.VICEPRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE EX PRESOSPOLÍTICOS CHILENOS - FRANCIA)El sindicalismo obrero y el movimiento socialistaexisten en Chile desde los albores delsiglo XX. Conel transcurrir del siglo, la actividad minera y lanaciente industrialización contribuyeron a aumentarrápidamente la masa asalariada y proletaria y conello a acrecentar la necesidad de un movimientosocialista organizado. Desde muy temprano, lossindicatos y las mancomunales (1) obreras dieronnacimiento a los primeros gérmenes de partidospolíticos siendo la Federación Obrera de Chile(FOCH), fundada por Luis Emilio Recabarren en1912, la primera fuerza política de izquierda real-mente estructurada en el país. El Partido Comunista

de Chile, heredero directo de laFOCH, nace al comienzo de losaños veinte y el Partido Socialistaa comienzo de los treinta.

Presentes en el parlamento, en lavida sindical y en los medios int-electuales, ambos partidosgozarán de suficiente fuerza ycrédito para pesar de manera signi-ficativa en la política nacional.Junto al Partido Radical - forma-ción de clases medias, funcionar-ios y pequeñas profesiones lib-

erales nacido a mediados del siglo XIX - el PS y el PCformarán el Frente Popular que, siguiendo el ejemplode Francia y España, ganará las elecciones presiden-ciales de 1938. La presidencia de Pedro AguirreCerda, primer gobierno de centro-izquierda de la his-toria de Chile, marcará una profunda huella en laconciencia del pueblo chileno. Una alianza pluricla-sista, laica y progresista era posible, la UnidadPopular lo confirmaría.

La Guerra fría comenzada inmediatamente despuésde la Segunda Guerra Mundial trajo como conse-cuencia la ley de “defensa de la democracia” que,votada por presión de los Estados Unidos a finales delos años 40, ilegalizó al Partico Comunista sacándolodel juego electoral. Pese a ello el PS construyó con elelectorado del PC un frente que, en 1952, sostuvo laprimera candidatura de Salvador Allende a la presi-dencia de la República. Durante toda la primera

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La izquierda reformista

y la izquierda revolucionaria

durante el Gobierno

de la Unidad Popular

Las tensiones, los roces y los escasísimos enfrentamientos verbales o de hecho entre la izquierda revolucionaria y los

partidos de la UP nunca fueron un factor de desestabi-lización del gobierno de Allende

La elección en 1964 del demócrata-cristiano Eduardo Frei Montalva y su “Revolución en libertad”.y la tercera derrota electoral de Allende, marcan profundamente el curso de la política chilena

acciones armadas de reducida envergadura, peroespectaculares e inéditas hasta entonces en Chile, talcomo asaltos bancarios (expropiaciones) y ocupaciónde terrenos periurbanos con los “Sin casa”. Poco apoco y sin necesariamente declararlo, el MIR dejabade lado la “lucha armada” y la reemplazaba poracciones de “propaganda armada” (por ejemplo,reparto de leche “expropiada” en supermercados ahabitantes pobres…). Esa presencia espectacularacompañaba sus esfuerzos por penetrar sectores pop-ulares con el fin de crear frentes de masas afines.Ardua tarea dada la fuerte implantación de socialistasy comunistas en los barrios humildes más dinámicos.Esa era la situación de la izquierda revolucionaria almomento de la elección de Salvador Allende.

Apoyo crítico y no participacióngubernamentalEl triunfo de la vía electoral para acceder a un gobier-no socialista constituyó un revés inmediato, para lastesis miristas de lucha armada y guerra revolucionar-ia prolongada. Pese a que el MIR no hizo campañapor Allende, su dirección dejó libertad a la militanciapara decidir en consciencia. No existen estadísticas alrespecto pero no es difícil suponer que los militantesde la izquierda revolucionaria que no se abstuvieron,votaron por la Unidad Popular.

La victoria electoral de Allende atrajo a las organiza-ciones sociales hacia el PS y PC y legitimó el métodoelectoral del “allendismo”. Sin embargo, las rela-ciones políticas entre el presidente electo y el MIRnunca fueron tensas o conflictivas y, desde el comien-zo, se estableció una suerte de cooperación ofi-ciosa.Apenas Allende asumió su mandato amnistió atodos los presos políticos miristas encarceladosdurante el régimen de Eduardo Frei Montalva. Lamedida fue facilitada por el hecho que ninguno deestos había sido acusado de crímenes de sangre. Porsu parte, el partido revolucionario puso a la disposi-ción del Presidente electo su novel aparato de seguri-dad y sus nacientes servicios de información.

El MIR sostenía que lo que la UP había conquistadoelectoralmente no era el PODER sino sólo una frac-ción, el poder ejecutivo. Que al lado del Presidente,sus ministros y una parte de la administración, ahoraen manos de la izquierda, no se podía contar con elpoder judicial, con el poder legislativo, con la buroc-racia administrativa ni aun menos con las FuerzasArmadas, todos enclaves en manos de las clases dom-inantes y de sus aliados de Washington. Mientras esadistribución del poder se mantuviera, nada estaríazanjado verdaderamente y los enemigos de Allende yla UP harían de ella un punto de apoyo para la con-traofensiva y la sedición.

Según la Izquierda revolucionaria, la única soluciónfrente a este peligro consistía en movilizar a las masaspopulares detrás de sus intereses directos. Frente alboicot de la agricultura por parte de los terratenientes,acelerar las expropiaciones de tierras y la

organización de consejos campesinos. En respuesta al

acaparamiento de alimentos y de productos deprimera necesidad, entregar los grandes sistemas dedistribución a las organizaciones populares (juntas devecinos, organizaciones barriales, etc.). Frente a lahuelga y al sabotaje de los camioneros, requisición decamiones y entrega a choferes sin trabajo. En respues-ta a las tentaciones sediciosas de ciertos sectores delas Fuerzas Armadas, dar derecho a voto a la sub-ofi-cialidad y a los soldados y vigilar estrechamente a losoficiales golpistas, etc.

Al sostener esa posición, efectivamente el MIR pudoen ciertos momentos representar un peligro de “radi-calización” del programa de la UP, pero sin ocuparpuestos de gobierno, sus dirigentes y militantes fueronde un extremado cuidado en no sobrepasar los límitesque pudieran dañar el quehacer gubernamental. Enrespuesta a esta nueva etapa de la historia políticachilena, el MIR suspendió todo tipo de acción arma-da y se volcó al trabajo de masas.

Dos sectores concentraron su esfuerzo de agitación,aunque trató de estar presente por doquier, las comu-nidades mapuche del sur de Chile y los numerososbarrios periféricos de las grandes ciudades donde seagrupaban los “allegados” y los sin casa.El proletaria-do industrial, el campesinado organizado, los sindi-catos de obreros, ligados desde muy antiguo al PS yal PC e incluso a las fracciones salidas de la DC(MAPU e Izquierda Cristiana), constituyeron franjasbastante impermeables a la influencia del MIR, almenos antes del 1973. La agudización de la situaciónhizo que en los meses que antecedieron al Golpe deseptiembre del 73, nacieran los Cordones industri-ales, especie de soviets à la chilena en los cuales laIzquierda revolucionaria y sus aliados socialistas ycristianos progresistas adquirirían una influenciadeterminante.

La influencia ejercida por el método fuerte y ellenguaje político innovador practicados por laizquierda revolucionaria atrajo en parte a ciertas cor-rientes del Partido socialista creando lo que se dio enllamar “los dobles militantes”. Ese fenómeno fueimposible con el PC dado su disciplina centralizada ysu carencia absoluta de juego político interno. En elcaso de los comunistas por el contrario, el crecimien-to y desarrollo del MIR no hizo más que exacerbar lastendencias autoritarias y hegemónicas, aplicadas acualquier iniciativa que escapara a la línea definidapor su Comité central. Situación que alcanzó su clí-max y su desenlace más lamentable cuando endiciembre de 1970 (un mes después de que Allendehabía asumido el gobierno) un grupo de autodefensadel PC mató a un dirigente estudiantil mirista de laUniversidad de Concepción.

La política exterior norteamericana y no la Izquierda revolucionaria: el verdaderofactor del GolpeLas tensiones, los roces y los escasísimosenfrentamientos verbales o de hecho entre laizquierda revolucionaria y los partidos de la UPnunca fueron un factor de desestabilización del gob- Cr

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eficazmente al crecimiento de la izquierda revolu-cionaria chilena. Se vivía un tiempo de ruptura,movimiento y revuelta, época que el cineasta francésChris Marker resumiría en el título de su célebrepelícula “El fondo del aire es rojo” (1977).

Logros, frustraciones y fracasos de la “Revolución en libertad”Inquieta de un posible triunfo de Allende y carente dealternativa electoral, en 1964, la derecha aplicó lapolítica del mal menor apoyando la elección deEduardo Frei. Elegido por una abrumadora mayoría,el gobierno tuvo las manos libres para impulsar lasreformas económicas y sociales prometidas en el pro-grama de su “Revolución en libertad”, creada con laayuda de Washington como una respuesta pacífica ydemocrática al régimen de La Habana. La experien-cia de la Democracia Cristiana chilena adquirióentonces una dimensión continental y se transformóen el antídoto contra-revolucionario. Esa situaciónexacerbó la oposición de izquierda al gobierno de laDC y contribuyó a radicalizar a los sectores de laizquierda extraparlamentaria.

La vasta ola de reformas impulsada por Frei Montalvatuvo como resultado la promoción de numerosos sec-tores populares, pero engendró, en otra gran mayoría,no favorecida por estos cambios, aspiraciones a lasque la DC fue incapaz de responder.

La reforma agraria, la reforma y la urbanización debarrios de chabolas, la ley de Juntas de vecinos, lareforma educacional, la ley de sindicalizacióncampesina, etc., constituyeron innegables progresossociales entregando un comienzo de protagonismopolítico a importantes capas de la población. Sinembargo, desataron al mismo tiempo una dinámicade participación popular que rápidamente escapó delas manos a la DC saliendo del estricto cuadro fijado

por la “Revolución en Libertad”. La frustración y eldesencanto político de sectores hasta ese momentoafines del gobierno, en particular aquellos imbuidosde la doctrina social cristiana, provocaron el desgajepor la izquierda de dos corrientes de la DC, el MAPUy la Izquierda Cristiana que se sumaron al ampliofrente que constituyó la Unidad Popular.

Pese a su moderación, la “Revolución en Libertad” nopermitió tranquilizar a los sectores más conservadoresdel país que, desde las ruinas donde se hallaban,trataban a Frei de “Kerensky (2) chileno”, acusándolode desencadenar un espiral de reformas que abriríanel insaciable apetito de las clases populares.

Surgimiento de la Izquierda revolucionaria en la escena políticaCompuesto mayoritariamente por jóvenes venidos delas capas medias intelectuales (pequeña burguesía),decepcionados de la “inacción” de grupos como laJuventud Radical o la Juventud Socialista, en los años68 y 69, el MIR carecía casi totalmente de presenciaobrera y campesina. Sin embargo, sus dirigentes esta-ban convencidos que lo que su origen no les daba, selo daría su activismo, sumado a los vientos revolu-cionarios que, por esos años, parecían soplar sobre lafaz de la Tierra. En efecto, el alza de la ofensiva rev-olucionaria en diversos puntos del planeta (Vietnam,Laos, Revolución cultural china, etc.) y la apariciónde nuevas formas de lucha en el continente ameri-cano (Tupamaros en Uruguay, guerrilla urbana ysecuestros de personalidades en Brasil y enGuatemala, consolidación de la guerrilla colombiana,etc.) contribuyeron a estimular y, de alguna manera,a legitimar las posiciones más radicales de la izquier-da revolucionaria chilena.

En ese marco, el MIR lanzó una serie puntual de32

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El golpe no fue una sorpresa. Llevábamos meses esperándolo. Todas las noches al despedirnos habíamossustituido el tradicional “hasta mañana sidios quiere” por “hasta mañana si el golpe lo permite”.

José Juan BartoloméPERIODISTA Y DIRECTORDE CINE DOCUMENTAL.AYUDANTE DE DIRECCIÓNDE “LA BATALLA DE CHILE”

No éramos los únicos. Días antes, cuando Patriciohabía ido a solicitar un permiso para rodar vistas aére-as de Santiago desde un helicóptero – supuestamentepara un spot publicitario, la película que estábamosrodando oficialmente no existía – el oficial le habíapreguntado ¿Por qué no esperan hasta después delGolpe que estará todo más tranquilo?

El rodaje estaba previsto para el 11 de septiembre.Nunca llegamos a tomar las vistas aéreas.

Éramos un pequeño equipo, cinco personas, y llevá-bamos trabajando juntos desde las elecciones demarzo.

Patricio Guzmán, el director, había rodado dos añosantes un largometraje documental, “El Primer año”,que había tenido muy buena acogida y se había vistoen Europa. Cuando Patricio se propuso rodar unasegunda parte de aquel documental, Chris Marker,posiblemente el realizador de documentales en acti-vo más importante del mundo en aquel momento,organizó un pequeño grupo de amigos para conse-guirle el material virgen – película en 16mm y cintasde audio – para poder hacerlo.

Junto a Patricio, estábamos, como jefe de producción,Federico Elton, un arquitecto cuya afición por el cinele había apartado de su primera profesión a la queluego finalmente volvería años más tarde; comodirector de fotografía y operador de cámara, JorgeMuller, que luego sería dolorosamente uno de los“desaparecidos” de la dictadura de Pinochet; comosonidista, Bernardo Menz, con el que luego yo volve-ría a trabajar en “Después de…” y cuyo nombre apa-rece como responsable del sonido directo de nume-rosas películas españolas de los años ochenta inclu-yendo un premio Goya al mejor sonido directo.

Por mi parte, yo fui el último en incorporarme al equi-po. Patricio y yo habíamos sido amigos y compañerosen la Escuela Oficial de Cine de Madrid, dondePatricio estaba un curso por delante de mí y donde yohabía sido su ayudante de dirección de su práctica defin de carrera. Cr

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ierno de Allende. Eso a pesarde los denodados esfuerzosde la prensa y los medios deoposición por enfrentar per-manentemente ambos sec-tores. Ninguna visita del pres-idente a barrios o regionescon fuerte presencia miristaconcitó contramanifesta-ciones, abucheos o demostra-ciones de rechazo. Podíanconstatarse eso sí, peticionesy hasta exigencias de partedel público, pero en el marcodel gran respeto y la enormeadmiración que el pueblosentía por el “Compañero-Presidente”.

Este apoyo crítico y hastapodríamos llamar desconfiadoque la izquierda revolucionar-ia entregó a Salvador Allendeno fue jamás un elemento de sabotaje o de debilita-miento del régimen, bien por el contrario. Eso noimpidió a la Democracia Cristiana, principal enemigode la Unidad popular o a la derecha y extremaderecha, enemigos naturales de la Izquierda, de tratarde utilizar al MIR como espantapájaros, “diabolizan-do” cada una de sus declaraciones o de sus acciones.Con ello intentaban aterrorizar a los sectores más vac-ilantes de las clases medias o a los más crédulos eignorantes de los “apolíticos”.

Pese a los millones de dólares gastados por la CIA enesa empresa de pánico provocado, a cada eleccióndesde 1970 a 1973, la Unidad Popular y el“Allendismo” incrementaron sistemáticamente sucapital electoral.Casi podría decirse que fue el éxitode la izquierda (que sin llevar candidatos propios, elMIR apoyó oficialmente) en las elecciones parlamen-tarias de marzo de 1973 lo que terminó de crear lascondiciones del golpe militar. Hasta ese desafío elec-toral la oposición DC-derecha esperaba imponersemasivamente y apabullar a la UP y con ello destituira Allende en el congreso sin necesidad de las armas.Su victoria democrática condenó la UP a morir amanos de los partidarios de la “vía armada” queparadójicamente no pertenecían a la izquierda sino alos “defensores de la democracia”.

La tragedia de intentar el socialismo democrático en el patio trasero de los Estados UnidosNo, no fue un supuesto enfrentamiento entre unaizquierda reformista y una izquierda revolucionaria loque fragilizó al gobierno de Salvador Allende. Lasuerte del gobierno popular estaba echada desdemucho antes y por adversarios ¡oh cuanto máspoderosos! que los sectores chilenos de la izquierdarevolucionaria. Su suerte estaba sellada desde elmomento en que en el marco de la Guerra fría, lapareja Kissinger-Nixon determinó que - hablando deAllende - había que “terminar con ese hijo de p…”

Corrían los primeros días deseptiembre de 1970 y la UPacababa de ganar las elec-ciones presidenciales. Desdehacía mucho que Washingtonhabía decidido que no habríauna segunda Cuba en su con-tinente. Territorio que el repar-to del mundo establecido enYalta había dejado bajo sututela y hegemonía.

Frente a la oposición de RenéSchneider, General en jefe delejército, de apoyar las tentati-vas de la CIA para impedir laconfirmación de Allende por elCongreso, en octubre de 1970– los servicios norteamericanos- con la participación activa desu embajada en Santiago, orga-nizaron el atentado que lecostó la vida. No fue ni la

Izquierda ni el MIR quienes atentaron contra el ordenestablecido y contra las autoridades. Tampoco fueronellos quienes hicieron correr la primera sangre…

Decir que fueron las luchas intestinas al interior de laUP las que socavaron las bases de su gobierno es ungrosero error. Afirmar que la actitud del MIR con-tribuyó a la caída de Allende constituye una falaciaintencionada. Todos esos argumentos, frutos de laignorancia o de posiciones arbitrarias e interesadas,nada tienen que ver con la verdadera historia del peri-odo. Ellos sólo permiten exonerar a los verdaderosresponsables del fin trágico de esta experiencia políti-ca, la intervención norteamericana y las clases domi-nantes chilenas.

La Unidad Popular fue una creación preñada defuturo y por tanto peligrosa: establecer un gobiernosocialista, democrático salido de las urnas, apoyadopor una vasta alianza pluriclasista rica de una granapertura ideológica y compuesta de clases medias,obreros, campesinos, cristianos, masones, marxistas.Ese modelo constituía un ejemplo democrático peli-groso que podía contaminar a América latina yescapar al control de Washington y que, en conse-cuencia, había que erradicar. La nacionalización delas compañías norteamericanas del cobre tenía sucosto y ese precio fue para el pueblo de Chile un ter-rible precio de sangre.

Notas:

1. Las Mancomunales obreras eran organizaciones de

educación popular y mutuales de ayuda recíproca.

Primeros embriones de sindicatos.

2. Premier ruso que dirigió Rusia justo antes de la

Revolución bolchevique de octubre 1917

Nixon y Kissinger determinaron que había que “terminar con ese hijo de p…”: Allende

Filmando un golpe de estado

impedirlo o, si llegaba a producirse, de derrotarlo.

No tratábamos de hacer un retrato simpático.Queríamos mostrar los problemas y las contradiccio-nes de la experiencia, pero también la adhesiónpopular a un proceso que les estaba devolviendo ladignidad que ningún gobierno anterior les había reco-nocido.

Chile no se había recuperado del desabastecimientoprovocado por el paro de octubre del año anterior.Durante más de un mes, una mayoría de camioneros,financiados por la CIA como se comprobó más tarde,habían paralizado prácticamente el tráfico por carre-tera, esencial en Chile, provocando el desabasteci-miento de alimentos e insumos para la industria.

Para contener la inflación, el gobierno había estable-cido precios máximos para ciertos alimentos esencia-les pero los productos habían desaparecido de losmostradores y se guardaban en las trastiendas paraalimentar el mercado negro.

Para asegurar el suministro a la población el gobiernose había apoyado en el movimiento de pobladorespara crear redes alternativas de distribución. Y en laspoblaciones – barriadas de viviendas provisionalessin títulos de propiedad, levantadas en terrenos ocu-pados – la distribución alternativa funcionaba. Peroestas redes alternativas de dis-tribución atemorizaban alpequeño comercio cuya pro-pia existencia se veía amena-zada y empujaban a lospequeños comerciantes a losbrazos de los golpistas.

El gobierno popular habíaquerido constituir un área depropiedad social que incluye-ra las grandes empresasnacionalizadas. Pero en laspequeñas empresas, la apari-

ción de sindicatosantes prohibidos yahora protegidos desdeel Estado, los rumoressobre posibles nacio-nalizaciones, el miedoal “Gobierno comunis-ta” y la propia inestabi-lidad económica, habí-an provocado primerouna ralentización de laactividad y en muchoscasos intentos de des-mantelamiento. A losintentos de desmante-lamiento los trabajado-res respondían ocu-pando las fábricas queseguían trabajandobajo el control obrero.Pero cada pequeña

fábrica ocupada era un argumento más para que losrestantes empresarios se considerasen en peligro.

El gobierno trataba de convencer a los trabajadoresde la conveniencia de devolver estas empresas a suspropietarios para no dar más armas a los enemigosdel proceso. Era una labor difícil, casi imposible. Enla segunda parte de La Batalla podemos ver las difi-cultades de un dirigente sindical para convencer auna asamblea de trabajadores de que era necesariodevolver las pequeñas empresas no estratégicas.

En el otro extremo, el gobierno popular había nacio-nalizado la gran minería del cobre, hasta entonces enmanos de empresas norteamericanas. El cobre era laprincipal fuente de ingresos fiscales de Chile y sunacionalización recibió incluso el apoyo de laDemocracia Cristiana que más tarde se aliaría con laderecha.

Pero una parte de los trabajadores de la minería delcobre, aunque ya se encontraban entre los mejorpagados de Chile, entendió que con los ingresos adi-cionales debería darse prioridad a la mejora de suspropios salarios. El gobierno popular no quiso plegar-se a esta demanda que favorecía solo a los trabajado-res de un sector, en detrimento de los demás y ellodio lugar un largo conflicto que no logró paralizar laminería – una parte de los mineros se mantuvo leal al

Gobierno – pero que, amplifi-cado y financiado por la dere-cha y la CIA aún se arrastrabael día del Golpe de Estado yfue utilizado para justificarlo.

Éstos son sólo algunos ejem-plos de las historias que íba-mos filmando. La situación noera fácil. Ni siquiera laUnidad Popular era un blo-que. Frente a los problemas,estaban los que querían irmás deprisa para llegar a una Cr

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Yo había llegado a Chile en el octubre anterior y lle-vaba varios meses empapándome de aquella expe-riencia, escribiendo en periódicos locales, y habíapublicado una larga crónica en la revista Triunfo ana-lizando la situación previa a las elecciones. A Patriciole gustó aquella crónica y me propuso incorporarme alrodaje, no sólo como ayudante de dirección sino tam-bién para colaborar en la elaboración de un análisispolítico que orientara los rodajes que íbamos a hacer.Un productor independiente, Pablo de la Barra, pusoel material – la cámara Eclair, el magnetofón Nagra,un par de flases continuos – para el rodaje y el dine-ro para mantener al equipo y cubrir los gastos derodaje.

Una película “fantasma”Así, sin ningún apoyo de los organismos oficiales depromoción del cine en Chile, se inició el rodaje de LaBatalla de Chile. Rabiosamente independiente,Patricio no quería que el apoyo de una institución ofi-cial pudiera traducirse en presiones sobre lo querodábamos o cómo lo rodábamos. Desde el principiofuimos una película “fantasma” que oficialmente noexistía, lo que, después del Golpe, fue nuestra salva-ción: cuando los servicios de inteligencia militarcomenzaron a buscar a los cineastas que colaborabancon el Gobierno, la Unidad Popular o la izquierda,nuestros nombres no aparecían en ningún sitio excep-to el de Patricio, el más conocido por su documentalanterior, que fue detenido.

Antes de empezar a rodar decidimos que era necesa-rio, ver dónde estábamos y hacia donde se dirigía elproceso para seleccionar nuestros escenarios y puntosde interés. Aún conservo un folio amarillento en queplasmamos un esquema a mano con nuestras conclu-siones: la derecha chilena y Estados Unidos habíanintentado beneficiarse en las elecciones de marzo delmalestar provocado por el desabastecimiento paraponer fin a la experiencia chilena por la vía institucio-nal: una mayoría de dos tercios en el Congreso leshabría permitido destituir al Presidente Allende.Habían fracasado. Aunque conservaban la mayoríaen el Congreso, la izquierda no sólo no había retroce-dido. Había avanzado. Se mantenía el empate institu-cional en el que el legislativo podía bloquear las ini-ciativas legislativas del Presidente pero no impedirque éste siguiera gobernando.

Sólo quedaba la otra vía, la que ya no pasaba por lasurnas, la del Golpe de Estado. En nuestro esquema uncírculo rodea la palabra “Golpe” y alrededor diversasflechas recogen las medidas que suponemos ayuda-rán a prepararlo y también aquellos sectores y accio-nes que pueden contribuir a impedirlo o a derrotarlo.

Por eso el Golpe, la posibilidad de un Golpe, la nece-sidad de prepararse para enfrentar un Golpe militar,formó parte desde el principio de nuestro esquema detrabajo.

Tejiendo una red de informaciónDespués, a través de contactos personales fuimostejiendo una red de información entre los sectores

populares, que nos avisa-ba de posibles acciones,nos orientaba sobre luga-res donde se estaba pro-duciendo un conflicto,donde había una iniciati-va popular para resolver,por ejemplo, el desabaste-cimiento, donde unaasamblea obrera para dis-cutir la situación.

Y allí íbamos. Los cincomontados en la citronetade Patricio. Un Citroëndos caballos fabricado enChile al que allí le habíanañadido un cofre traseropara aumentar su capaci-dad de carga.

Tampoco faltábamos a las acciones de la derecha.Manifestaciones, huelgas, concentraciones de camio-neros. Al principio bastaba con presentarnos comosimpatizantes. Éramos, decíamos, un equipo de tele-visión española – la TVE de Franco – que queríamosmostrar la resistencia a los comunistas. Más tarde, amedida que el golpe militar se aproximaba, las cosasse fueron poniendo más duras. Yo obtuve de la emba-jada un certificado, que explicaba que estaba inscritoen el consulado, y que se guardaba en una carpetillacon los colores de la bandera española. Más de unavez, aquel singular salvoconducto, sobre todo la car-petilla tan coloreada, nos sacó de algún apuro cuan-do nuestra presencia había levantado las sospechasde algún exaltado.

Todas las mañanas, a primera hora, después de leer laprensa y recibir la información de nuestros contactos,yo hacía en un folio una especie de miniportada: A laderecha, ocupando dos tercios del espacio, el aconte-cimiento o la acción que nos parecía más importantey sobre la cual íbamos a trabajar ese día, remarcandolos aspectos que nos parecían más significativos. En eltercio restante, en una columna recogíamos otroshechos que nos parecían relevantes, a los que, tal vezmás tarde, podríamos dedicar nuestra atención.

Estábamos bien informados. Para tener una visiónmás global, nos reuníamos semanalmente con MartaHarnecker, que había abandonado temporalmentesus trabajos teóricos para dirigir Chile Hoy, y algunosde sus colaboradores. Chile Hoy era una revistasemanal independiente, pero próxima a la UnidadPopular, creada por un grupo de intelectuales deizquierda, que tenía acceso al Gobierno y a las direc-ciones de los partidos de la izquierda y cuyos redac-tores también se movían entre las organizacionespopulares.

Así, empezamos a trabajar. Sin saber cuál sería elresultado final, empezamos a filmar los preparativosde un golpe de Estado. Sabíamos lo que se prepara-ba, pero queríamos creer que aún había formas de

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SIN SABER CUÁL SERÍAEL RESULTADO FINAL, EMPEZAMOS

A FILMAR LOS PREPARATIVOS DEUN GOLPE DE ESTADO. SABÍAMOS

LO QUE SE PREPARABA, PEROQUERÍAMOS CREER QUE AÚN

HABÍA FORMAS DE IMPEDIRLO O,SI LLEGABA A PRODUCIRSE, DE

DERROTARLO

los trabajadores que las ocupaban para enviarlos a loscentros de detención de donde muchos no volvieron.Aquel día no rodamos. Había que salvar el últimomaterial que no se había ocultado. Destruir papeles ybuscar refugio en lugares donde los militares no pen-saran entrar. Después, excepto Patricio ya conocidopor su anterior documental, que pasó dos semanasincomunicado en el Estadio Nacional-, todos losdemás pudimos ir saliendo del Chile militar con rela-tiva normalidad.

La recuperación del material, su salida de Chile y elmontaje en Cuba gracias a la generosidad del ICAICes otra historia.

En Chile sólo se quedó Jorge, que entendió que su pri-mer deber era luchar contra la dictadura. Un año des-pués fue “desaparecido” y a su memoria está dedica-da La Batalla de Chile.

PD) Cuando escribía las últimas líneas no dejaba derecordar mis sensaciones aquella mañana de septiem-bre cuando escuché el último mensaje de Allende. Eldesaliento al ver que no llamaba a la lucha, que indi-rectamente declaraba perdida de antemano. El respe-to ante como asumía su responsabilidad al precio desu vida y ponía en el futuro su esperanza.

En “Soldados de Salamina”, Javier Cercas hace decira Roberto Bolaño: “Mira, te voy a decir la verdad.Durante años me cagué cada vez que pude enAllende, pensaba que la culpa de todo era suya, porno entregarnos las armas. Ahora me cago en mí porhaber dicho eso de Allende… No quería que nos

mataran. Y si llega a entregarnos lasarmas hubiéramos muerto como chin-ches”

No sé hasta que punto es apócrifa estafrase, aunque Bolaño, que todavía vivíacuando se publico el libro, nunca la des-mintió. Pero refleja muy bien lo que nosocurrió a muchos de nosotros.

La historia del movimiento obrero chile-no era la de un movimiento de masasfundamentalmente pacífico y cuyos prin-cipales hitos recordaban masacres contraunas masas desarmadas que finalmentese habían vuelto contra sus autores. Pese a esta experiencia, durante meses

habíamos filmado lo que parecían los preparativos deun enfrentamiento armado: Desfilaban los militantesdel MIR armados con palos como si fueran fusiles,desfilaban organizadas paramilitarmente las juventu-des de partidos de la Unidad Popular. Como tambiéndesfilaban militarmente los fascistas de Patria yLibertad. Las juventudes del Partido Nacional, las de laDemocracia Cristiana. Todos entraban al juego de lossoldados.

El Golpe derribó de un manotazo las ilusiones pues-tas en aquella parafernalia paramilitar.No habíaarmas con que pertrechar aquellos pequeños ejércitosvoluntarios, como se comprobó más tarde. No existíauna alternativa militar.

Por eso, en aquellos últimos momentos, Allendequiso evitar, incluso al precio de su vida, el enfrenta-miento armado. No buscó refugio en las fábricas o laspoblaciones donde podría haberse hecho fuerte. Sequedó en La Moneda sabiendo que de allí no podríasalir vivo. Sabía que, aún armadas, aquellas formacio-nes de jóvenes sin experiencia ni entrenamiento serí-an barridas por un ejército dotado de una disciplina yun poder de fuego muy superior.

Ha pasado el tiempo. Finalmente Allende no logróevitar la matanza - aquel 11S hubo muchos másmuertos en Chile, sin que hubiera enfrentamientoarmado, que en ese otro 11S más reciente que con-vulsionó el mundo – cuando para “eliminar el cáncermarxista” los militares segaron la vida de miles depersonas. Pero nunca se sabrá que hubiera ocurrido sirealmente se hubiera intentado hacer frente al golpe. Cr

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situación que fuera irreversible e hiciera imposi-ble el golpe. Y estaban también los que pensa-ban que era preciso retroceder un poco pararecuperar al menos el respaldo de una parte dela democracia cristiana y los sectores medios ydesarticular así el operativo golpista.

Unos llamaban a un poder popular alternativo alGobierno al que finalmente debería sustituir yotros querían que ese poder popular se constru-yera junto al Gobierno apoyándolo y respaldan-do su estrategia.

Y en el transfondo, negándolo en voz alta, peroreconociéndolo en las reuniones cerradas, laposibilidad de un enfrentamiento violento.Allende había llegado al gobierno con un pro-yecto de transición pacífica al socialismo y pesea las dificultades aún seguía intentado mantener-se en esa vía. Pero ya una parte de la UnidadPopular consideraba que las posibilidades de lavía pacífica se habían agotado y había que pre-pararse para el enfrentamiento inevitable.

Y nosotros seguíamos filmando. Porque no sólose iba dibujando la conspiración que conduciríaal golpe y surgían los problemas y las contradic-ciones que golpeaban a la Unidad Popular. Nohabía lugar para el desaliento cuando ante lasdificultades surgían los rostros de un pueblo anó-nimo y movilizado que sabía que aquel era su gobier-no y que lo defendería hasta el final.

En julio llegó el “Tancazo”. Un regimiento blindadotrató de dar un golpe de mano y apoderarse delPalacio de la Moneda, sede de la Presidencia deChile. El intento fracasó. El resto de las FuerzasArmadas con su comandante en Jefe a la cabeza semantuvieron aparentemente leales al mandato consti-tucional y aplastaron el conato.

Pero aquello no representaba el final del golpe sinosu puesta en marcha. En los debates en los cuartelesque precedieron al aplastamiento del “Tancazo”, losgolpistas pudieron detectar los posibles núcleos deresistencia entre oficiales y tropa al golpe que sepreparaba.

Comenzó una tarea de desmantelamiento sistemáticode esos posibles núcleos de resistencia que culminócuando el general Prats, leal a la constitución, tuvoque renunciar a la jefatura del ejército, sustituido porun tal general Pinochet.

Durante el “Tancazo” nuestro equipo no solo filmó elenfrentamiento armado entre constitucionalistas y gol-pistas. También acudió a las fábricas ocupadas de loscordones industriales que rodean Santiago para refle-jar la respuesta popular. Ahí ya tuvimos un vislumbrede lo que sucedería más tarde: desarmados, los traba-jadores respondieron con lo que sabían hacer, ocupa-ron las fábricas, realizaron asambleas, pero no estabanen condiciones de ir más allá de respaldar a los mili-tares que combatían contra los golpistas.

El golpe militar sólo podría fracasar si se producía unadivisión del ejército. Y eso ya se encargaron los gol-pistas de evitarlo.

En los dos meses finales asistimos impotentes al avan-ce del golpismo. Rodábamos y nos preparábamospara lo peor. Todo el material ya rodado (negativo ypositivo) se sacó de los laboratorios y se ocultó, den-tro de un baúl, en una vivienda de clase media de unfamiliar de Patricio sin vinculaciones políticas. De allípudo salir meses más tarde para embarcarlo comomenaje diplomático del embajador de Suecia.

Por eso aquella mañana de septiembre cuando nosdespertó el zumbido de los aviones, no hubo sorpre-sa. Solo la constatación de que lo que temíamos yahabía ocurrido.

Sí nos sorprendió la violencia de la intervención. Apesar de no encontrar prácticamente resistencia,excepto en el Palacio de la Moneda, los golpistasactuaron como si se estuvieran enfrentando a otroejército. Y, a diferencia de los golpistas españolesdel 36, tuvieron claro desde el principio que el con-trol de la calle tenía que ser de ellos: un toque dequeda indefinido decretado en la misma mañana delgolpe convertía a cualquier peatón desarmado enmiembro de un ejército enemigo al que era posibledisparar.

Dueños los militares de la calle, cada fábrica ocupa-da por sus trabajadores se convirtió en una isla sinposibilidad de contactar con las demás, y los milita-res ya solo tuvieron que desalojar fábrica a fábrica a

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DESDE EL PRINCIPIO “LA BATALLADE CHILE” FUE UNA PELÍCULA

“FANTASMA” QUE OFICIALMENTENO EXISTÍA, LO QUE, DESPUÉS DEL

GOLPE DE ESTADO, FUE NUESTRASALVACIÓN

una talla vertical para aliviar sus molestias y combatirla infección urinaria” (Neruda. El gran amigo, 1987).El doctor Velasco derivó a Neruda al urólogo VargasSalazar en 1969. Incluso asignó una enfermera al cui-dado del poeta en 1973, conoció de primera mano elexpediente médico y sabía que Neruda recibió 56sesiones de radioterapia de cobalto. Los primerosresultados de la exhumación realizada el pasado 8 deabril detectaron la metástasis ósea.

Cerco contra los colaboradores más cercanos a NerudaEl traslado de Neruda desde Isla Negra a Santiago sehabía programado con anterioridad. El chófer y asis-tente Manuel Araya contrató una ambulancia el 17 deseptiembre; la idea era acercarse al aeropuerto enespera de los salvoconductos para viajar a México.Matilde Urrutia declaró: “El profesor Vargas Salazar,que lo atendía, siempre dijo que Pablo era un hombremuy fuerte, que se estaba defendiendo maravillosa-mente. Lo de llevarlo a la clínica fue más que todopor resguardarlo y protegerlo” (Revista Hoy, 1979).La viuda también denunció: “Su médico de

Valparaíso fue apresado el día 13, así que no pudollegar. Entonces me comunicaba con Vargas Salazar,en Santiago, y él me recetaba los antibióticos que yoya tenía” (Funeral vigilado, 1974). El médico decabecera y gran amigo de Neruda, Francisco Velasco,fue detenido y torturado en El Lebú; el chofer ManuelAraya fue detenido y torturado en el EstadioNacional; el secretario y amigo de Neruda, HomeroArce, fue detenido y torturado por carabineros; el car-pintero y restaurador de las casas de Neruda, JaimeMaturana, fue detenido y torturado en Villa Grimaldi.A partir del 11 de septiembre los militares establecie-ron un cerco represivo en contra de los colaborado-res más cercanos del Premio Nobel.

El recorrido de Isla Negra a Santiago se prolongó seishoras porque los militares detuvieron la ambulancia en13 retenes y catearon al paciente y al chófer. El diplo-mático mexicano Gonzalo Martínez Corbalá fue la pri-mera visita que recibió Neruda la tarde del 19 de sep-tiembre. El escritor Volodia Teitelboim reconstruyó elencuentro: “El embajador Martínez Corbalá le extendióla invitación en la Clínica Santa María. Neruda agrade-

El 11 de septiembre de 1973 Pablo Neruda recibi-ría su testamento: los estatutos de la FundaciónCantalao (una aldea para becar a los jóvenes poe-

tas de Latinoamérica) y lareedición de Canción degesta (el libro dedicado aCuba en 1960, sería publi-cado por la EditorialQuimantú en 1973).

Todo hubiera ocurrido elmismo día, de no ser por laasonada golpista enValparaíso y el bombardeo alPalacio de La Moneda. Apartir del golpe de Estado seinterrumpió todo: los proyec-tos editoriales, la construc-ción de Cantalao y el trata-miento médico del poeta;ningún doctor podía visitarloen Isla Negra, tampoco laenfermera que lo cuidódesde 1960 (Rosita Núñez,

una vecina de la localidad costera de El Tabo). Sólodos personas acompañaron a Neruda después del 11de septiembre: su esposa Matilde Urrutia y el chóferManuel Araya.

El 14 de septiembre la dictadura ordenó dos allana-mientos a la casa de Isla Negra. La marina y el ejérci-to catearon todas las habitaciones en busca de mili-tantes comunistas y unsupuesto arsenal. “La únicaarma que encontrarán en estacasa es la poesía”, dijoNeruda al responsable deloperativo militar. Desde el 14de septiembre la marina anclóun buque de guerra frente aIsla Negra. El periodistaManuel Mejido –enviado porExcélsior en septiembre de1973- describió el cercorepresivo: “El toque de quedallegó a Isla Negra acompaña-do de dos oficiales de carabi-

neros que llevaban unaatenta invitación para queel ocupante de una de esascasas de la playa se abstu-viera de abandonarla ‘hastanueva orden’. Un cordónde soldados se tendió enderredor de esa residenciade troncos de pino para‘evitarle molestias’ a suocupante” (Esto pasó enChile, 1974). Por otra parte,el periodista ÁlvaroSarmiento publicó, endiciembre de 1973: “Peseal aislamiento policíaco aque quisieron someterlo,Pablo Neruda compartió ensus últimos días la tragediaque le tocó vivir a su pue-blo… Ese mismo día unaturba de partidarios delrégimen, bajo la miradacómplice de la soldadesca,irrumpió furiosa en lavivienda del poeta en Santiago. Arrancando los librosde sus estantes formaron piras en la calle, destrozaronlas obras de arte, saquearon la casa” (Neruda: entie-rro y testamento, 1973).

El poeta Pablo Neruda ingresó a la Clínica SantaMaría el 19 de septiembre de 1973, donde el médico

Roberto Vargas Salazar firmóla ficha número “189.950”con el siguiente diagnóstico:“cáncer metastático”. Nerudase había sometido a dos ope-raciones en Francia (1971-1972), el médico cirujanoFrancisco Velasco estaba pen-diente de los tratamientos querecibía su amigo y vecino deValparaíso: “El cáncer de lapróstata era inoperable, yaque había metástasis en loshuesos de la pelvis. Se le efec-tuó una operación paliativa,

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Mario Casasús PERIODISTA.COLABORADOR DE LAJORNADA DE ORIENTE,DE MÉXICO, Y DECLARÍN DIGITAL, DECHILE

El presuntoasesinato de Neruda

40 AÑOS DESPUÉS,LOS EXÁMENES DE TOXICOLOGÍA

DE LA UNIVERSIDADDE CAROLINA DEL NORTE

(ESTADOS UNIDOS) Y DE LA UNIVERSIDAD DE

MURCIA (ESPAÑA) INTENTARÁNESTABLECER QUÉ LE INYECTARON

A NERUDA LA TARDE DEL 23 DE SEPTIEMBRE DE 1973.

Somos diez mil manos manos que no producen. ¿Cuántos somos en toda la patria? La sangre del compañero presidente golpea más fuerte que bombas y metrallas.Así golpeará nuestro puño nuevamente.

“Somos 5.000”. Antes de que le torturasen, en elEstadio Nacional de Chile Víctor Jara –poeta y can-tautor- escribió su último poema. Eran cinco mil, oquien sabe el número exacto, los que se apoyabanunos en otros en aquel enorme campo de concen-tración al que los soldados golpistas iban llevando alos detenidos. El golpe del 11 de septiembre de1973 sorprendió a Víctor en la Universidad Técnicadel Estado, donde impartía clases de teatro. Fuedetenido junto a otros profesores y alumnos. Lereconoció uno de los soldados e inmediatamente lellevaron a los vestuarios, acondicionados como salasde interrogatorio y tortura. Entre los días 13 y 16 deseptiembre le torturaron cruelmente. Le quemaroncon cigarrillos, simularon fusilarle, le aplicaron des-cargas eléctricas y le rompieron las dos manos aculatazos de pistola. Su cuerpo fue arrojado junto ala tapia del Cementerio Metropolitano. Tenía 41años y 44 orificios de bala.

“Once de septiembre de 1973: Día de la monstruosay criminal agresión militar contra el pueblo chileno;día en que se desencadena el fascismo. Víctor deja lacasa para presentarse en su lugar de trabajo... Víctores hecho prisionero junto a muchos más y llevado alEstadio Chile, lugar donde antes se han celebradotantos festivales de la canción. Víctor es allí humilla-do, golpeado, torturado, como tantos otros. Le quie-

bran las manos. Luego loacribillan hasta matarlo, y sucuerpo es arrojado a la calley recogido después por unapatrulla, que lo lleva hasta lamorgue de la ciudad. Allí loencuentro yo, entre monto-nes de cuerpos de estudian-tes, de trabajadores, de pro-fesores. Allí entiendo de ver-dad lo que significa el fascis-

mo”. (Joan Turner, “Las manos de Víctor Jara”,Araucaria de Chile n°2 - Francia, 1978)1.

El Gobierno socialista concitó una amplia adhesiónde artistas e intelectuales y Víctor Jara fue uno de losprotagonistas. Miembro del Partido Comunista y sím-bolo de la Unidad Popular (la unión de la izquierdaque llevó al poder a Salvador Allende en 1970),Víctor Jara fue también una de las primeras víctimasdel golpe de Estado de Pinochet. Defendió a laUnidad Popular con su guitarra, hizo canciones deprotesta, pero sus obras mayores son “las cancionessencillas e imperecederas, las que brotan desde la tie-rra y de la pobreza de las barriadas periféricas deSantiago, las fuentes de su saber”. Víctor creía que "lamejor escuela para el canto es la vida", recuerda suviuda, Joan Turner, en “Un canto trunco”. Nombradoembajador cultural por Allende, “prefería compadre-ar en una peña popular a los cócteles de diplomáti-cos”.

Durante el paro de octubre de 1972, con el que laoposición quiso poner de rodillas al Gobierno, juntocon decenas de miles de personas, Jara salió a reali- Cr

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ció, rechazándola… El Embajador insistió: ‘Allá tendrámejor atención médica que acá. Volverá sano’. Nerudase resignó a partir” (Neruda, 1984).

Los diplomáticos suecos Ulf Hjertonsson y HaraldEdelstam visitaron a Neruda en la Clínica Santa Maríael 22 de septiembre y el Embajador Edelstam envió uninforme a la cancillería, fechado el 8 de octubre de1973: “A pesar de su grave enfermedad, Nerudahabló sobre los acontecimientos en Chile y sobre eldestino de muchos de sus amigos. Aunque el golpemilitar no parecía haberle sorprendido, estaba indig-nado por la brutalidad de los militares”. El historiadorespañol Fernando Camacho Padilla encontró el infor-me de Edelstam en el Archivo Nacional de Suecia,junto al telegrama del embajador fechado la nochedel 22 de septiembre de 1973. Tres días después, enel funeral del poeta, Harald Edelstam declaró: “PabloNeruda estaba acostado en su cama semiparalizado,leyendo un libro. Parecía terriblemente entristecidopor lo que está pasando en el país; su deseo era, al díasiguiente, viajar a México para denunciar lo que estápasando realmente en Chile. Fue su último deseo,pero no se cumplió” (Cita del documental Santiagociudad violada, filmado por Jan Sanquist en septiem-bre de 1973).

Certificado de defunción y causas de la muerte El destino del poeta en el exilio era el Instituto deCancerología de México (hospital público de oncolo-gía). El vuelo saldría el 22 de septiembre; Nerudadecidió reprogramarlo para el lunes 24, pero murióla víspera. El certificado de defunción indica que lacausa fue: “Caquexia cancerosa” (síndrome de desnu-trición extrema y estado catatónico). El boletín médi-co retomado por El Mercurio omite la presuntacaquexia de Neruda: “Falleció anoche víctima de unparo cardiaco que provocó el deceso a las 22.30horas. Se informó que al momento de su muerte loacompañaban su esposa, Matilde Urrutia, y su herma-na Laura. El vate chileno había sido internado en esta-do grave en la mencionada clínica el sábado (22).Posteriormente a consecuencia de un shock sufridoluego de habérsele puesto una inyección su gravedadse acentuó” (24/09/1973). El Mercurio de Valparaísodescribe, con mayor precisión, una reacción alérgica:“La baja brusca de presión que experimentó ayer, trashaberle dado una inyección calmante, obligó almédico tratante Roberto Vargas Salazar, distinguidourólogo y nefrólogo, a llamar a interconsulta a un car-diólogo. ‘Se trata de una baja de presión muy impor-tante’ nos explicó el médico y profesor de cardiolo-gía, quien no quiso sin embargo, identificarse”(24/09/1973). El periódico Jornal do Brasil tampocomenciona la caquexia como causa de muerte, segúnel reportaje de Paulo César Araújo: “[Neruda falleció]víctima de infección urológica [o urinaria] crónica yflebitis, conforme diagnosticó en la tarde [del día 23]el médico Sergio Drapper" (24/09/1973).

El 19 de septiembre de 1973 la dictadura emitió elDecreto Ley Nº 20, relativo al Servicio Nacional deSalud y al Servicio Médico Nacional de Empleados;

con el nuevo “Decreto Ley” se nombraron intervento-res militares que se hicieron cargo de los principalesorganismos de gobierno, empresas e instituciones pri-vadas. El “Decreto Ley” fue refrendado el 21 de sep-tiembre en el Diario Oficial de Chile. Precisamenteel 20 de septiembre inició la relación laboral del doc-tor Sergio Draper con la Clínica Santa María, Draperfue médico de turno durante el presunto asesinato dePablo Neruda (1973) y el asesinato del presidenteEduardo Frei (1982). Las contradicciones y omisionesde Draper son evidentes. En entrevista con La Terceraaseguró: “No estuvo ni inconsciente ni profundamen-te dormido, durante toda la tarde del día en quemurió -5 hrs. antes de morir, Neruda le dijo- ‘Doctor,tengo la próstata podrida… póngame Amidona’”(23/09/1975). La periodista Carolina Rojas entrevistóa Draper: “El tratamiento que se le hacía a Neruda erael indicado por Vargas Salazar. La clínica no haceningún tratamiento que no sea el indicado por elmédico tratante... Lo vi solamente un instante eldomingo 23 de septiembre, a mí no me correspondíaatenderlo. Ese día, la enfermera de turno me dijo queaparentemente Neruda sufría de mucho dolor. Le dijeque se le aplicaría la inyección indicada por su médi-co, si mal no recuerdo fue una dipirona” (Revista Ñ06/09/2011). Draper “confundió” la Amidona yDipirona, con el medicamento prescrito: Dolopirona.

La diferencia entre Dipirona y Dolopirona, una línea de investigacionLa diferencia entre Dipirona y Dolopirona es unalínea de investigación. La Dolopirona es un fármacocompuesto, en todo caso no podría considerarse unfármaco con potencial letal. En cambio, la Dipironaestá prohibida por la Agencia de Medicamentos yAlimentos (FDA) de Estados Unidos desde 1977; enSuecia está prohibida desde 1974, y en Alemaniadesde 1981. La Dipirona puede provocar este tipo dereacciones alérgicas; es un medicamento en potencialetal, a diferencia de la Dolopirona, que es un cal-mante suave. El juez Mario Carroza solicitó “se elabo-re a través del DEMERCI de la Institución un informesobre Nifedipino, Dihidropiridina o el Bay a 1040 y laDolopirona” (15/05/2013).

Este punto es crucial. Matilde Urrutia declaró que lainyección fue de Dolopirona; pero el médico SergioDraper sostiene que fue Dipirona. Si Draper ordenóuna inyección de Dipirona, desobedeció las indica-ciones del médico tratante Vargas Salazar, Nerudapudo morir por una reacción alérgica a la Dipirona, opor una sobredosis de Dipirona. Además, en laClínica Santa María no hubo un tratamiento contra lainfección urinaria que padecía el poeta. Ningún testi-go –amigo de Neruda-, ni las enfermeras recuerdanque el paciente tuviera una solución intravenosa (pro-cedimiento para los antibióticos de amplio espectro).¿Neruda murió por una negligencia médica?, ¿fueasesinado?. 40 años después, los exámenes de toxico-logía de la Universidad de Carolina del Norte (EstadosUnidos) y de la Universidad de Murcia (España) inten-tarán establecer qué le inyectaron a Neruda la tardedel 23 de septiembre de 1973.

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Mercedes ArancibiaPERIODISTA.

40 añosdespués: Te recuerdoVíctor…

ces soldado de 18 años yahora albañil de 59, seencontraba de centinela en elcamarín del subterráneo delestadio cuando llegaron unosquince detenidos. Entre ellosreconoció a Víctor Jara...Detrás de los prisioneros,Paredes vio llegar al tenienteNelson Haase y al subtenien-te que también estaba a cargode los soldados. Y fue testigodel minuto preciso en que elsubteniente comenzó a jugara la ruleta rusa con su revól-ver apoyado en la sien delcantautor. De allí salió el pri-mer tiro mortal que impactóen su cráneo. El cuerpo deVíctor Jara cayó al suelo decostado. Paredes observócómo se convulsionaba yescuchó al subteniente orde-nar, a él y a los otros solda-dos, que descargaran ráfagasde fusil en el cuerpo del artis-ta. La orden se cumplió.

En 2009, después de unainterminable batalla legal, lajusticia chilena aceptó exhu-mar el cuerpo. El informeforense, que habla de 44impactos de bala y entre ellosun tiro de gracia en la cabeza,llevó a ocho ex militares albanquillo de los acusados.De los ocho, seis estaban enla cárcel en espera del proce-so; otro se encontraba en un

hospital psiquiátrico y el octavo, conocido con elapodo de “el príncipe”, autor del tiro de gracia, segúnel juez, era Pedro Barrientos Núñez, teniente retiradoy residente en Deltona (Florida, Estados Unidos),donde vendía coches y donde le encontró un equipode la televisión chilena, al que dijo que jamás habíapuesto los pies en el Estadio.

Víctor Jara había nacido en una familia humilde de unpequeño pueblo del campo chileno. Como tantosotros, tuvo que dejar los estudios para ponerse a tra-bajar. Su madre, Amanda3, tocaba la guitarra y canta-ba. Murió cuando él tenía quince años. Poco despuésingresó en un seminario. Dos años más tarde vio queno tenía vocación y lo dejó. Con 21 años ingresó enel coro de la Universidad de Chile y se acercó almundo teatral y al de la música. Estudió interpreta-ción y dirección en la escuela de Teatro de laUniversidad de Chile. Fueron años duros, no teníadinero y durmió en la calle más de una noche. Sucompromiso político le llevó a militar en el PartidoComunista de Chile. Sentía verdadera pasión por elfolclore popular, Violeta Parra le animó a continuar lacarrera musical. Empezó a componer sus propias can-

ciones y a dirigir obras de teatro. Jamás abandonó lacanción. Tampoco el teatro. Fue director musical delgrupo Quilapayún y profesor de interpretación en launiversidad. Apoyó intensamente la candidatura elec-toral de Salvador Allende y la Unidad Popular queganó las elecciones. Intervino en todo tipo de actossolidarios contra la guerra y el fascismo y compusoalgunas de las baladas más hermosas que se hanescrito.

Un trabajadorde la músicaNunca se definió como un artista o un cantautor, sinocomo un trabajador de la música: “Soy un trabajador,y un trabajador que está ubicado con conciencia muydefinida”. El término cantante de protesta no encaja-ba con su forma de ser y de pensar. Como dijo Joan,su mujer: “Son más bien cantantes revolucionariosque de protesta, porque ese término nos parece ambi-guo y porque ya está utilizado por el imperialismo”.

El caso de Víctor Jara es emblemático porque era unavoz pública, un reconocido autor e intérprete de can-ciones que hacían diana en el mismo corazón de lostotalitarismos: Te recuerdo Amanda, Aquí mequedo, El cigarro… Generacionalmente, Víctor Jaraera el heredero directo de Violeta Parra, quien ejerciósobre Víctor, ylos demás can-tautores de laépoca, unainfluencia deci-siva: “La presen-cia de Violeta escomo una estre-lla que jamás seapagará. Violetanos marcó elcamino; nos-otros no hace-mos más quecont inuar lo” .Los años sesentay setenta fueronlos de la eclo-sión de la canción revolucionaria en Latinoamérica:Facundo Cabral, Daniel Viglietti, AtahualpaYupanqui, Violeta Parra, Quilapayún, Víctor ymuchos otros que alzaron sus voces en un canto derebeldía y de esperanza4.

Uno de los 15 músicos más rebeldes de todos los tiempos Coincidiendo con el 40 aniversario de su muerte, larevista estadounidense Rolling Stone le rinde home-naje seleccionándole como “uno de los 15 músicosmás rebeldes de todos los tiempos”, recordando tantosu talento, como su vida y trágica muerte."Aparentemente –dice la revista- las canciones deamor y justicia del cantante popular chileno VíctorJara eran tan amenazantes para los militares en 1973,que tenían que asesinarle”. Y recuerda que, algunosmeses después, en Nueva York, se celebró un con-cierto-homenaje encabezado por Bob Dylan, Pete Cr

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zar trabajos voluntariospara impedir que la econo-mía se detuviera. En lavorágine escribióManifiesto, todo un testa-mento musical: "Yo nocanto por cantar / ni portener buena voz, / cantoporque la guitarra / tienesentido y razón".

Los anteriores habían sidoaños de sueños y utopías.La guerra de Vietnam sacu-dió las conciencias de losjóvenes de todo el mundo.No fue por casualidad queel estallido del mayo del68 francés se produjeraprecisamente entonces. Elsueño de la revolucióncubana, la muerte del Che,la derrota estadounidenseen Vietnam, la revoluciónde los claveles en Portugal,el triunfo de la UnidadPopular en Chile…Cambiar el mundo, acabarcon la injusticia, parecía,al fin, posible. La alegríadesbordó las calles deChile, y las de mediomundo del otro lado delAtlántico, con el triunfo delfrente de izquierda de laUnidad Popular deSalvador Allende.

En la sombra, el imperialis-mo internacional se aliócon la burguesía chilena para derrocar al legítimogobierno de Allende. Una huelga del transporte para-lizó por completo el país. Víctor Jara se manifestópúblicamente contra esa huelga. El 11 de septiembrede 1973 el general Pinochet, nombrado por el propioAllende jefe de las fuerzas armadas pocos días antes,apoyado por la CIA y el gobierno de Estados Unidos,dio un golpe de Estado. Las imágenes del asalto alPalacio de la Moneda, donde Allende con un puñadode hombres intentó oponerles resistencia, formanparte de la película de nuestras vidas. Allende prefiriósuicidarse en La Moneda antes que ceder el poder alos militares fascistas. Ahora se cumplen 40 años.

Homenaje 36 años después de su muerteEl 18 de septiembre de 1973, en secreto, en silencioy sin flores, el funcionario Héctor Herrera2, un amigodel cantautor y su viuda Joan enterraron a Víctor Jara.36 años después, en 2009, el artista recibió por fin unhomenaje masivo de tres días, en una ceremoniapopular de música y cantos presidida por el ataúdcubierto con una manta campesina roja con ribetesnegros, en la Fundación que lleva su nombre en el

centro de Santiago. Una segunda autopsia confirmóla tortura del cantautor, al tiempo que sirvió para des-mentir la leyenda de que le habrían amputado ambasmanos, para impedir que volviera a tocar la guitarra.

Su suerte fue la misma que corrieron muchos otros deaquellos cinco mil detenidos; la misma de quienesmás tarde sufrirían violaciones y torturas en las distin-tas “colonias dignidad” disfrazadas de villas derecreo para altos funcionarios del execrable régimenchileno. La misma que la de tantas víctimas de lasdictaduras argentina, uruguaya y paraguaya implanta-das, como la chilena, con la aquiescencia, el apoyo yel dinero de los gobiernos estadounidenses de laépoca, y la participación directa de sus diversas“agencias” y servicios secretos varios. Se supone que,entre aquella pandilla de desalmados que acabaroncon la vida de cientos de personas en el estadio, aVíctor Jara le tocó un tal José Paredes. 36 años des-pués, su imagen en la pantalla de la televisión poníalos pelos de punta al oírle decir: “Yo fui un mandáo”.

Según su relato ante el juez, 36 años después deaquella noche, José Alfonso Paredes Márquez, enton-

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VICTOR JARA APOYÓINTENSAMENTE LA CANDIDATURA

ELECTORAL DE SALVADOR ALLENDEY LA UNIDAD POPULAR,

INTERVINO EN TODO TIPODE ACTOS SOLIDARIOS CONTRA

LA GUERRA Y EL FASCISMOY COMPUSO ALGUNAS DE LAS

BALADAS MÁS HERMOSAS QUESE HAN ESCRITO

mos “propaganda ilegal” entre los amigos y celebrá-bamos reuniones clandestinas en parroquias y pisosfrancos. En las manifestaciones, siempre disueltas poruna policía agresiva que a veces disparaba al aire –unaire en el que, por cierto, volaban los obreros- cantá-bamos La Internacional, A las barricadas, L’estaca, Alvent y Te recuerdo Amanda. Lo mismo que cantába-mos en el patio de la cárcel de Carabanchel en la pri-mavera de 1972. Más tarde, íbamos a incorporar alrepertorio Yo pisaré las calles nuevamente… Y,entre los ausentes, llorábamos a Víctor Jara.

Notas:1 Revista trimestral del exilio chileno, publicada entre

1978 y 1989. Su redacción funcionó hasta 1984 en París,

año en el cual se trasladó a Madrid, ciudad en la que

desde los comienzos se imprimía y se organizaba la dis-

tribución. En su período de mayor auge, la publicación

logró llegar a 37 países, en todos los cuales había un

núcleo de chilenos a quienes el golpe militar había saca-

do de sus fronteras. Se publicaron 48 números.

2. El año 1976 y después de estar detenido en el

Estadio Nacional, haber sobrevivido comiendo papeles

botados y pedazos de naranjas, después de ser ficha-

do y perseguido por sus actividades sindicalistas,

Héctor dejó Chile y pidió refugio político en Francia. En

ese país vive desde 1977 y ahora acompaña a una rea-

lizadora que hace un documental con su historia.

3. Te recuerdo Amanda, sin duda la más popular de todas

las canciones interpretadas por Víctor Jara, era un home-

naje a su madre. Cuenta la historia de amor de sus

padres con un fondo de fábrica en huelga. Las hijas de

Víctor Jara y Joan Turner llevan los nombres de los

padres del poeta: Manuela y Amanda.

4. La Nueva Canción Chilena es un movimiento cultural y

musical surgido en los años 1960, dirigido a la recupera-

ción y reelaboración del legado folklórico y a la utilización

de la música como arma de lucha y compromiso social y

político. En el origen del movimiento está la obra de

Violeta Parra, a cuya memoria se dedicó, en 1969, el

Primer Festival de la Nueva Canción Chilena, organizado

por el periodista Ricardo García y la Universidad Católica

de Chile.

El destino de los artistas de la Nueva Canción Chilena

estuvo profundamente marcado por el golpe de Pinochet

del 11 de septiembre de 1973: Jara fue detenido y ase-

sinado a los pocos días; los grupos Inti Illimani y

Quilapayún permanecieron durante muchos años exilia-

dos en Italia y Francia respectivamente, donde se encon-

traban actuando en el momento de producirse el golpe.

Otros músicos se exiliaron a países vecinos, como

Argentina y Uruguay, mientras los Parra, Angel e Isabel,

hijos de Violeta, se quedaron en el país y de alguna

manera mantuvieron viva la llama en la “peña de los

Parra”, una especie de tertulia creativa que se reunía en

la casa del pintor, poeta y cantante Juan Capra.0

Seeger y Phil Ochs. Entre otros, cantaron a la memo-ria de Jara Elvis Costello, Kurt Cobain, MarilynManson y Sinnead O’Connor.

Aquellos primeros setenta no fueron años buenospara la lírica, tampoco aquí. Franco estaba a punto deiniciar su interminable agonía (aunque todavía le

quedarían arreos suficientes para firmar las últimascondenas a muerte de su trayectoria asesina). En lopolítico, se ultimaban confabulaciones y acuerdos“para después”. Los partidos salían a trompicones deun largo letargo de cuatro décadas, los sindicatosafrontaban el “proceso 1001” con varios de sus diri-gentes en la cárcel y los militantes de base repartía-

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VioletaParra marcóel camino de VíctorJaraVioleta Parra, la autora de canciones tan hermosascomo Gracias a la vida, himno de toda una gene-ración de latinoamericanos, se suicidó de un dis-paro en la sien, a los 49 años, el 5 de febrero de1967, en su carpa de La Reina. “La gente comoVioleta –que cree en el amor a la vida, a los hijos,a la gente y las cosas, y en el amor con mayúscu-la- le canta a la vida mientras encuentra motivospara hacerlo y cuando la vida le da la espalda,cuando el amor se esfuma, se suicida y deja a lavida con tres palmos de narices. A la gente comoVioleta, la separación, el abandono, la muerte, lapérdida del amor, la sumen en la desesperación yla llevan a abandonar el mundo”.

Violeta, ferviente comunista que denunció ensus canciones la injusta realidad que le habíatocado vivir, apenada por la separación del últi-mo de sus grandes amores, agobiada por lamuerte de la menor de sus hijas y desanimadapor el escaso eco que encontraban sus propues-tas culturales, tras varios intentos frustrados ter-minó por conseguir quitarse la vida, sumida enuna gran depresión. Música, cantante, pintora,escultora, bordadora y ceramista, consideradacomo la folclorista más importante del país, fun-dadora de la “nueva música popular chilena” yreferencia para todo el posterior desarrollo de lamúsica nacional. También fue la primera artistalatinoamericana que hizo una exposición indivi-dual en el parisino Museo del Louvre. A princi-pios de los años 1950 editó los primeros singles,versiones de temas tradicionales chilenos comoEl Caleuche. Sintiéndose poco valorada en supaís, y muy desencantada, en 1961 abandonóChile para instalarse en París. Siguió compo-niendo temas sociales pero la nostalgia empezóa filtrarse en sus composiciones, como en lacanción Violeta ausente, donde repasa los rin-cones más característicos de Santiago. En Parísconoció al que dicen fue el gran amor de suvida, el musicólogo y antropólogo francésGilbert Favré. Con él volvió a Chile en 1965 ins-

talándose en una gran carpa, en la comuna de LaReina en Santiago. Violeta pretendía convertir sucarpa en el centro neurálgico de la cultura chilena ypor ella pasaron grandes artistas chilenos comoPatricio Manns o Víctor Jara. Pero las cosas no salie-ron como quería: Favré se fue a Bolivia, donde creóuna familia, mientras Violeta se quedaba destrozadaemocionalmente. De esa experiencia surgió el temaRun Run se pa�l norte. Un año más tarde, tumbadaen la cama de aquella carpa que compartió conGilbert, Violeta se pegó un tiro.

Por derecho propio, Violeta Parra forma parte de labanda sonora de todo aquel proceso revolucionariojunto a otras voces imprescindibles, las de su her-mano el poeta Nicanor Parra y los cantantes VíctorJara (Te recuerdo Amanda), Quilapayún (La mura-lla) y Mercedes Sosa (Todo cambia), entre otras.Voces todas ellas prohibidas por los golpistas quellevaron a Pinochet al poder, que entonaban enton-ces y siguen entonando, en la memoria y en losreproductores tecnológicos, los más gloriosos him-nos de resistencia de la historia de la música popu-lar: Arauco tiene una pena, Qué dirá el SantoPadre, Por qué los pobres no tienen, Mazúrquicamodérnica, Según el favor del viento, Arriba que-mando el sol, Volver a los 17 y la legendariaGracias a la vida.

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Como sucediese con los imperios coloniales, los con-quistadores, imponen su proyecto cultural de domi-nación política y explotación económica a sangre yfuego, arramplan con todo. Baste recordar el genoci-dio y exterminio de los pueblos originarios de nuestraAmérica. Sus tierras fueron expropiadas, sus mujeresvioladas y su cultura arrinconada, menospreciadabajo el mito de la superioridad étnico-racial. Lasluchas de resistencia del pueblo Mapuche, se homo-logan y suman al grito de dignidad, sentido ético yrestitución de la verdad de lo ocurrido el 11 de sep-tiembre de 1973.

Es necesario traer a colación y comprender las razo-nes del golpe militar que derrocó al gobierno legítimoy constitucional de la Unidad Popular. La fundamen-tal, romper la institucionalidad, evitar la consolida-ción de la vía pacífica y democrática al socialismo,apoyada por una mayoría de chilenos que votaron síal proyecto, y, asesinar a su presidente SalvadorAllende. Tampoco obviar las bases sobre las que seconstruyó el actual edificio del Chile, orgullo de laélite política de la Derecha y la Concertación. Uno desus pilares lo constituyen los 1.556 centros de tortura,detención y muerte, diseminados por todo el territo-rio, según consta en el informe de la ComisiónNacional sobre Prisión Política y Tortura de 2004, asícomo el asesinato político y violencia de Estado sobre2.279 personas contenidas en el informe Rettig. A loscuales hay que agregar los detenidos, exonerados, ytorturados del informe Valech.

Pocos quieren señalar los estrechos vínculos entre elChile actual, tan neoliberal, con la dictadura. Hay unpacto de traición. Sirva como ejemplo, el comporta-miento espurio de los dos ministros de exteriores queactuaron de manera abierta en defensa del dictador,mientras se encontraba detenido en Londres por crí-menes contra la humanidad. José Miguel Insulza, hoySecretario General de la OEA, ya sabemos por qué,espetó: "defiendo al Senador Pinochet, no al ex-dicta-

dor". ¿Esquizofrenia? No.Juan Gabriel Valdés, fue máspreciso: "Si Pinochet se alejade la vida política y los exá-menes médicos confirman loque han dicho los británicos

es muy probable que no tenga que afrontar juicios".Era una forma de tranquilizar a las fuerzas armadas yde paso, a sus correligionarios demócratacristianosque veían con escándalo la detención del tiranoamén de socialistas, radicales, y otros socialdemócra-tas, que pasaron a sufrir amnesia colectiva.

No olvidemos, que, entre otros actos de ignominia,está la nominación como candidato a diputado de la"Concertación" de Federico Willoughby, primer por-tavoz de la Junta Militar, coautor y cerebro del PlanZ, cuya elaboración fue el puente que justificó el ase-sinato de militantes de la Unidad Popular bajo laexcusa de preparar un autogolpe y el ajusticiamientode políticos, militares, gentes del arte y la cultura, des-afectos al régimen "marxista". El plan Z fue el pretex-to para lavarse las manos frente a la violación de losderechos humanos. "Ellos o nosotros". No fueronpocos quienes se valieron de su publicación para jus-tificarse. Patricio Aylwin, a las pocas semanas delgolpe, pedía comprensión y entender a las fuerzasarmadas en su labor de erradicar el cáncer marxistade raíz. Éstas fueron sus palabras: "Nosotros tenemosel convencimiento de que la llamada vía chilena alsocialismo, que empujó y enarboló como bandera laUnidad Popular, y exhibió mucho en el extranjero,estaba rotundamente fracasada, y eso lo sabían losmilitantes de la Unidad Popular y lo sabía SalvadorAllende, y por eso ellos se aprestaban a través de laorganización de milicias armadas, muy fuertementeequipadas que constituían un verdadero ejemploparalelo, para dar un autogolpe y asumir por la vio-lencia la totalidad del poder; en esas circunstancias,

pensamos que la acción de las fuerzas armadas sim-plemente se anticipó a ese riesgo para salvar al paísde caer en una guerra civil o una tiranía comunista".Aylwin, nada más electo presidente, devolvió el favora Willoughby, lo nombró su asesor personal.¿Casualidad?

Otro pilar básico del actual régimen es el manteni-miento de la Constitución de 1980, engendro políti-co y vergüenza para cualquier ciudadano que se con-sidere demócrata. Chile se rige por un aparato legalnacido de las entrañas de la dictadura. Su élite políti-ca parece sentirse cómoda en ella. La remoza paraevitar la ignominia, creyendo que borrando la firmade Pinochet de su promulgación y dejar en su lugar lade Ricardo Lagos, sería suficiente para borrar su ori-gen. Un insulto a la inteligencia. Tras de sí se escon-den la ley binominal vigente, y sobre todo el carácterideológico que le dio vida en 1980. Un referéndumespurio la aupó como "corazón del régimen", facili-tando su institucionalización y borrando el carácterilegítimo de sus "padres fundadores". Su manteni-miento condensa el sentido antidemocrático delactual sistema político que impera en Chile.

Falta absoluta de libertad de prensaImposible de soslayar la falta absoluta de libertad deprensa, mecanismo básico para hablar de un régimendemocrático. La crítica al "modelo" se convierte enuna acción osada y temeraria, supone la marginali-dad. Poco a poco, las revistas y publicaciones diariasque poblaban Chile a fines de los años ochenta, fue-ron estranguladas en los años de la "concertación".Baste recordar dos casos. La revista Análisis, pilar dela lucha democrática durante la dictadura, encabeza-da por Juan Pablo Cárdenas, y el escándalo que per-vive, silenciado por todos, el secuestro del diarioClarín desde el 11 de septiembre de 1973. Hoy, exis-

te una sentencia condenatoria contra el EstadoChileno, dictada por el Banco Mundial, obligando apagar las costas del juicio a su legítimo propietarioVíctor Pey y negociar una indemnización con susabogados. Chile se niega a pagar, y las instalacionesdel viejo periódico, siguen en poder de las fuerzas decarabineros. Lo cual muestra el acuerdo y compromi-so de todos los partidos políticos, avalados por elpoder ejecutivo, legislativo, judicial y contraloríageneral, con los dos grupos monopólicos que contro-lan la prensa en Chile, pertenecientes a los empresa-rios Agustín Edwards (grupo Mercurio) y AlvaroSaich, (Copesa).

¿Y qué hay de la las fuerzas armadas? Salvo casosexcepcionales, todos los encausados lo han sido porquerellas particulares, la fiscalía no actúa o se inhibe.No hay posibilidad de avanzar hacia una sociedaddemocrática si los responsables de crímenes de lesahumanidad transitan por las calles de las ciudades,sabedores de una ley de amnistía que les protege y leshace inmunes. Así, mantiene sus prerrogativas y per-mite que el actual comandante en jefe del ejército,Juan Miguel Fuente-Alba, diga sin ruborizarse que sedebe tener "una mirada humanitaria" con los miem-bros de las fuerzas armadas condenados por viola-ción de los derechos humanos, dada su avanzadaedad. No hay vergüenza y lo que es peor, no se pidela dimisión y manda a retiro.

La dictadura sigue vigente, entre otras razones, por-que la Concertación en sus cuatro mandatos y laderecha pinochetista con uno, han dado continuidadal proyecto. A cuarenta años la traición se consuma.Chile vive una farsa y una borrachera de poder,donde la amnesia y la infamia son pilares sobre loscuales se construye un relato épico e idílico que jus-tifica el asesinato y la tortura, bajo el eslogan "Chilemodelo de democracia, libre mercado y éxito neoli-beral". Se hace necesario liberar la conciencia secues-trada por una clase política que prefiere la deshonraa la dignidad. Ése es el dilema a cuarenta años delgolpe de Estado.

*Artículo redactado para Clarín, Chile. Edición espe-cial en papel publicada el 11 de septiembre.Santiago Chile 2013.

*Doctor en Ciencias Políticas y Sociología, Marcos Roitmann

Rosenmann (Santiago de Chile, 1955) es, además, profesor e

investigador invitado en la Universidad Nacional Autónoma de

México asi como en otros centros universitarios de América

Laatina, columnista de los periódicos La Jornada, de México,

y Clarín digital, de Chile, y autor de un amplio número de

libros, entre los que destacan Las razones de la democracia en

América latina (2005), El pensamiento sistémico. Los orígenes

del socialconformismo (2003), Pensar América Latina: el des-

arrollo de la sociología latinoamericana (2008), Democracia sin

demócratas y otras invenciones (2008), Indignados: el rescate

de la política (Akal, 2011) y coautor con Pablo González

Casanova, La democracia en América latina: actualidad y pers-

pectivas (1995), y Democracia y Estado Multiétnico en

América latina (1996).

Marcos RoitmanRosenmann* PROFESOR TITULARDE SOCIOLOGÍADE LA UNIVERSIDADCOMPLUTENSEDE MADRIDY ANALISTA POLÍTICO

Tras cuarenta años del golpe de estado, los objetivos que se propusieron sus

ejecutores, tanto las fuerzas armadas comolos civiles que participaron en su elaboración

se han cumplido. nada del viejo sistemarepublicano, democrático y participativovigente en chile, durante más de medio

siglo, quedó en pie.

Federico Willoughby,primer portavoz de laJunta Militar candidatoa diputado de la"Concertación"

Chile, una élitesin dignidad

La represión de la dictadurase constituyó en el entornoideal para implantar elexperimento neoliberal yaque nadie habría podidooponerse y vivir para expli-carlo. La “TransiciónDemocrática” fue el meca-nismo elegido para profundi-zarlo. No solo fuimos alum-nos aventajados del modelo,incluso fuimos maestros deotros países incautos quequisieron ser como se decíaque éramos nosotros.

Tenemos un Presidente quees dueño de una de las fortu-nas más grandes del mundo(Forbes, 2013)1. Cuandoviaja al extranjero, se permite dar lecciones a perso-najes como Angela Merkel, sugiriéndole que lo hagacomo lo hace Chile. Hemos sido el primer país sud-americano incluido como país miembro de laOrganización para la Cooperación y el DesarrolloEconómico (OCDE), el club de los países más des-arrollados, como premio al buen desempeño macro-económico. Entre todos ellos (34 miembros), somoslos de mayor crecimiento del Producto Interno Bruto(PIB) en 2012 y en 2013 (asunto no tan difícil conEuropa y Estados Unidos en recesión). El BancoMundial nos ha ascendido desde la calificación depaís de ingreso medio-alto a país de ingreso alto. ElPrograma de Naciones Unidas para el Desarrollo(PNUD) nos posiciona en el nivel de DesarrolloHumano más alto de América Latina. Somos un paísdesarrollado. ¿Qué más podíamos pedir?

La realidad es que Chile no es un modelo para serreplicado porque no es ni democrático ni desarrolla-

do. Es un país injusto, donde los dere-chohabientes han sido transformadosen meros consumidores que dependende su poder adquisitivo relativo. Es unpaís de trabajadores que han sido vol-cados al consumismo y al individualis-mo, agobiados y endeudados parapoder cumplir a cabalidad el nuevo rolque se les ha asignado. Nuestra riquezapromedio de 21.590 dólares per cápita por paridadadquisitiva (PPA)2 (Banco Mundial, 2013)3, casi900mil pesos mensuales, no significa nada para másdel 17,5% de trabajadores asalariados que reciben elsueldo mínimo4 o menos del mínimo (6,4%), según laEncuesta Casen 2011. Tampoco tiene significadopara el 90% de la población de más bajos ingresosque no se benefician del consumo barato porque soloconsumen el mínimo indispensable.La ironía es queel consumo barato para los que más consumen sebasa en los sueldos miserables de los que poco con-sumen.

Un país regido por una Constitución ilegítimaChile no es un país democrático porque está regidopor una Constitución ilegítima, inmoral, repudiadapor todos los sectores verdaderamente democráticos.Fue impuesta en 1980, en estado de sitio, sin registroselectorales, en un contexto de represión propio de ladictadura.Tan importante era para Pinochet la conti-nuidad de esta Constitución, que su legitimizaciónformó parte de las condiciones que impuso para per-mitir la Transición, y que la Concertación aceptó aespaldas del pueblo (Portales, 2000)5.

Sin perder demasiado tiempo, los administradores de“la Transición en la medida de lo posible” también sehicieron adeptos al ideario neoliberal, a pesar de quevarios de ellos habían sufrido en sus propias carnes el

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rigor de la dictadura. Edgardo Boeninger, ministro delprimer gobierno de la Concertación, y uno de susprincipales ideólogos, afirmó que el liderazgo de laConcertación no tuvo intención alguna de cumplircon su programa de campaña (Boeninger, 1997)6.Para la Concertación, la conservación del status quodurante la Transición, le permitió transformarse nosolo en “clase política” sino además en clase domi-nante gracias al establecimiento de una puerta girato-ria entre el sector público y la gran empresa alineadacon el imperialismo. Traicionaron al pueblo quedepositó en ellos sus esperanzas, al subordinar suquehacer político a los intereses del gran capital y del“gran hermano” para su propia conveniencia. No envano, Ricardo Lagos fue considerado por el empresa-riado “el mejor presidente de derechas de todos lostiempos”(Portales 2010)7

Somos el único país entre los que sufrieron dictadurasen el Cono Sur de América Latina, en que las fuerzasque las respaldaban han logrado reciclarse y transfor-marse en un partido mayoritario al retorno de la“democracia”. Han adquirido representación parla-mentaria, posiciones estimablesen el Estado y gran dominio enel sector privado. Aunque laConstitución contempla elec-ciones periódicas, lo hace conun sistema electoral binominalque al sobrerrepresentar a lasegunda mayoría, garantiza la

alternancia de “las dosderechas”. Además,haposibilitado a los pino-chetistas, aun cuandoestuvieran en minoría,bloquear cualquier ini-ciativa democratizadora

que pudiera haber surgido de las ONG o grupos dederechos humanos.Se ha establecido así una suertede “democracia” del veto minoritario.

La Constitución no contempla el plebiscito comomanifestación de la voluntad popular y establecequórums inalcanzables para modificarla o paraaprobar las denominadas leyes orgánicas constitu-cionales y leyes de quórum calificado. Igualmenteantidemocrático es el veto final del poderosísimoTribunal Constitucional formado por 10 abogadosdesignados, pero que tienen más poder que cual-quier representante de la ciudadanía. Se trata deuna Constitución especialmente diseñada para regirel destino de Chile a perpetuidad. Se conculca deesta forma el derecho a la libre determinación delos pueblos, que dice: "Todos los pueblos tienen elderecho a la libre determinación”. En virtud de estederecho, los pueblos “establecen libremente sucondición política y proveen asimismo a su des-arrollo económico, social y cultural"(PactoInternacional de Derechos Civiles y Políticos yPacto Internacional de Derechos Económicos,

Sociales y Culturales). Cuandose ha abierto una ventana deoportunidad para obtener losquorums necesarios para apro-bar cambios significativos, laConcertación, deliberadamen-te, no los ha aprovechado(Portales, 2009)8. Cr

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Ximena de la BarraARQUITECTA, PARTICIPÓEN EL GOBIERNO DESALVADOR ALLENDE.EX-FUNCIONARIADE NACIONES UNIDAS.DOCENTE, CONSULTORA INTERNA-CIONAL Y PUBLICASOBRE AMÉRICA LATINA.

Chile, un paísesquizofrénico

A los chilenos se nos ha caracterizado en el mundo entero por haberlogrado una “transición democrática ejemplar” y por haber dado el gran

salto al desarrollo. hemos sido inducidos a pensar que Chile es el paísmás exitoso de América Latina, donde quien no es exitoso, es por su pro-pia culpa. Las instituciones financieras internacionales, los medios oligár-

quicos de comunicación y nuestros propios gobernantes nos han pro-movido como la vitrina del éxito del neoliberalismo.

Piñera se permite sugerir aAngela Mekel, que lo hagacomo lo hace Chile.

LA REALIDAD ES QUE CHILENO ES UN MODELO PARA SER

REPLICADO PORQUE NO ESNI DEMOCRÁTICO NI

DESARROLLADO

Tampoco puede ser considerado democrático,un país cuyo modelo de desarrollo distribuye tanmal los recursos.

El país más injustoChile es el país más injusto del mundo:Las leyeslaborales y el sistema impositivo contribuyen auna monstruosa distribución del ingreso, queresulta siendo la peor de todos los países condatos comparables.Hasta ahora el Estado hacíauna medición de las desigualdades basándoseen encuestas que subestiman la real concentra-ción de los ingresos. Por lo demás, las encuestasdel Estado Chileno han quedado vergonzosa-mente desacreditadas por graves cuestionamien-tos que afectaron la veracidad de los resultadosde la encuesta CASEN 2011 respecto a la medi-ción de la pobreza (CIPER, 2012)9. Tan grave fueese hecho, que motivó a la Comisión Económicapara América Latina (CEPAL) a anunciar oficial-mente que no continuaría colaborando con elproceso de medición oficial de la pobreza en elpaís (CEPAL, 2012)10. Este año se ha descubier-to además, que incluso el Censo 2012 y el Índi-ce de Precios al Consumidor estaban manipula-dos para servir a intereses de la clase dominante(CIPER, 2013)11.

En Chile tributa más el trabajo que el capital.Además, a las empresas adquiridas después delaño 2001, no se las grava con impuesto a lasganancias del capital. El impuesto a las utilida-des generadas por las empresas constituye uncrédito tributario para el pago del impuesto de larenta que deben hacer los individuos naturales,propietarios (accionistas) de la empresa. Comoel impuesto a la renta es más del doble que elimpuesto a las utilidades de las empresas, el sis-tema incentiva a distribuir el mínimo posible de utili-dades empresariales para evitar ese impuesto y almismo tiempo,para incrementar el valor de mercadode las empresas. De esta forma,se beneficia a losaccionistas, aumentando las ganancias de capital,que son precisamente las que no pagan impuestos.

Para obtener una medición real de las disparidades,se hizo imprescindible un cálculo basado en las prin-cipales fuentes de ingresos como son los ingresos deltrabajo y las utilidades de las empresas, sean estas dis-tribuidas o no distribuidas, utilizando las cifras delServicio de Impuestos Internos (SII). Este estudio fueabordado por un grupo de Economistas de la Facultadde Economía y Negocios de la Universidad de Chileen marzo de 2013. Los resultados son escalofriantes.Con la corrección que incluye las ganancias de capi-tal hubo que elevar el indicador Gini12 en 6 puntos.Este pasó de ser de 0,55 a 0,63.Con esta corrección,el país resulta siendo por lejos el más concentradoentre todos los países para los cuales existen datosbasados en declaraciones tributarias oficiales y esti-maciones de las ganancias de capital de las que seapropian los estratos más ricos. Para empeorar lascosas, bien sabemos que son los más ricos, que no losasalariados, los que saben y pueden permitirse evadir

impuestos falseando su declaración de la renta al SII.

Este estudio confirmó además que el verdadero pro-blema de distribución del ingreso en Chile radica enel segmento de los más ricos (el 1% más rico y sobretodo en el 0,1% y 0,01% más rico) y no tanto dentrodel grueso de la población donde la distribución tien-de a ser relativamente pareja. “…aún en base a unaestimación conservadora del ingreso de los súperri-cos, su participación en el ingreso personal total esextraordinariamente alta, llegando a más de 30%para el 1% más rico, 17% para el 0,1% más rico ymás de 10% para el 0,01% más rico en promediodurante el periodo 2004-2010. En términos interna-cionales éstas son las más altas participaciones que seconocen. Aun excluyendo ganancias de capital o uti-lidades retenidas, la participación del 1% más rico esla más alta registrada dentro de una lista mucho másamplia de alrededor de 25 países para los cuales estose ha medido.”

“Esto significa que “el 1% más rico de Chile recibe 2,6veces más ingresos como proporción del ingreso totaldel país que lo que en promedio recibe el 1% más ricoen los 7 países para los cuales existen datos que inclu-yen ganancias de capital para el periodo considerado.

Más aún, mientras que el0,1% más rico en Chilese lleva cuatro veces másque el promedio de lamuestra de países, el0,01% más rico se apro-pia de casi 6 veces (5,8)la proporción de la quese apropia, los que perte-necen al 0,01% más ricosen los otros 6 países de lamuestra”(López, Figueroay Gutiérrez, 2013)13.

El crecimiento deChile no es sinónimo dedesarrolloChile no es un país des-arrollado: A partir de ladictadura, se abandonóla visión de largo plazo yel desarrollo endógeno,comenzando una etapade transnacionalizacióndel capital. Se privilegióa los sectores con venta-jas comparativas en losmercados mundiales,fundamentalmente lossectores depredadorescomo la minería, la silvi-cultura y la piscicultura.El crecimiento en Chile

no es sinónimo de desarrollo, porque se basa en laextracción y exportación de recursos naturales norenovables, fundamentalmente cobre sin refinar, casisin ningún valor agregado. La industria elaboradorade materia prima que existía en Chile fue liquidada-ycon ella a sus trabajadores-y sustituida por importa-ciones, obra y gracia de los innumerables tratados delibre comercioque se han negociado en “democra-cia”.

El Producto Interno Bruto (PIB) es 12 % mayor que elProducto Nacional Bruto (PNB). La diferencia es laque se remite al exterior como remesas de la inver-sión de capital extranjero, que también correspondefundamentalmente al cobre. Esto ha sido posible por-que a partir de 1981 la Dictadura entregó todos losnuevos minerales en propiedad a las corporacionestransnacionales, sin costo alguno, aun contraviniendosu propia flamante Constitución. El sueldo de Chile,como llamó Allende al cobreel día de su Nacionalización,ya no enriquece a los chile-nos, sino a las empresastransnacionales.Somos elúnico país en el mundodonde existe la figura de la

“Concesión Plena” de los derechos mineros, cuyoartífice, al igual que del Código Laboral que destruyoel movimiento sindical y del sistema contributivo depensiones, el ex Ministro de la Dictadura, José Piñera,es hermano del actual Presidente.

El crecimiento del PIB no se ha traducido en un incre-mento de la participación de los salarios en el PIB,sino todo lo contrario, especialmente en el sectorminero. Esto quiere decir que el crecimiento solobeneficia al gran capital chileno o foráneo, y no al tra-bajador. De haber mantenido los recursos del cobreen nuestras manos, no necesitaríamos inversiónextranjera para las nuevas explotaciones; podríamoshaber invertido en su industrialización, habríamoscontrolado la oferta mundial, y con ella el preciointernacional (Caputo y Galarce, 2008)14.

Tampoco es propio del desarrollo el hecho de queChile está al borde de constituirse en el único país delmundo con el 100% de la educación terciaria priva-tizada. La educación, la salud, las pensiones y otrosservicios de reproducción social, en lugar de ser con-siderados un derecho, son vendidos por empresascon fin de lucro que exacerban las disparidades entrelos chilenos. Durante más de 25 años operó en Chileel único sistema de pensiones totalmente privado delmundo. Contradictoriamente, somos el país latinoa-mericano con el gasto per cápita en defensa más altode toda la América Latina así como con la mayor inci-dencia del gasto en defensa en el PIB. No es desarro-llado ni democrático un país que no cumple con losderechos humanos de los excluidos del sistema y queroba al pueblo mapuche su historia y su territorio altratarlo como enemigo interno, mientras los reprime ymasacra amparado por la ley antiterrorista heredadade la dictadura.Por muy alto que nos califique el Índi-ce de Desarrollo Humano del PNUD, este no ha con-siderado ni a las violaciones de derechos, ni a las des-igualdades que hemos expuesto.

Tres alternativas ante el nuevo proceso electoralLos chilenos hoy, sumidos en un nuevo proceso elec-toral, nos debatimos entre tres alternativas de voto: 1)más de lo mismo con una de las dos derechas – mástransición en la medida de lo posible y más búsque-da de los consensos entre el pinochetismo civil y laConcertación que, vestida con ropaje de oposición,se presenta ahora con el seudónimo de NuevaMayoría y ofrece el “Otro” Modelo; 2) el votar porcualquiera de los grupos de oposición real al siste-

ma,que serán perdedores,pero que darán la oportuni-dad de marcar el voto exi-giendo una AsambleaConstituyente; o 3) el sumar-se a la huelga electoral adu-ciendo que en tanto no se Cr

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LAS LEYES LABORALESY EL SISTEMA IMPOSITIVO

CONTRIBUYEN A UNA MONSTRUOSADISTRIBUCIÓN DEL INGRESO

El Presidente de Chile, Sebastián Piñera saluda Comandante en Jefe delEjército de Chile, Juan Miguel Fuente-Alba, cargo militar que con la actualconstitución los mandatarios chilenos no pueden revocar ni designar

Felipe Portales Cifuentes (60),sociólogo especializado enderechos humanos, relacio-nes internacionales e historia,

es profesor del Instituto de Asuntos Públicos ydel área de humanidades de la Facultad deCiencias Físicas y Matemáticas de la Universidadde Chile. Militó en la Democracia Cristiana desde1971, fue opositor al gobierno de Allende “por-que había sectores de la UP que querían una dic-tadura del proletariado” -dice- y se opuso desdesu inicio al golpe militar. A mediados de los 90 sedesilusionó de la Concertación y en 2007 renun-ció a su partido, aunquesigue pensando como un“cristiano democrático”.

¿Qué significa MichelleBachelet como fenómenopolítico y sociológico?“Es un fenómeno digno deestudio, aunque hay casosanálogos como el de CarlosIbáñez, que ganó en 1952como candidato de centro-izquierda. Diez años antes se

había presentado con la derecha y antes había sidodictador. Se dice que los chilenos somos sobrios y nocaudillistas. Pero los antecedentes señalan que siem-pre buscamos un mesías: Arturo Alessandri Palma,Ibáñez, Eduardo Frei, Allende, Pinochet. Lagos esprofundamente autoritario, siempre regañando;Bachelet es suave, cercana. En un caso, un padreautoritario y en el otro, una madre protectora.

Michelle Bachelet representa la expectativa de unproceso de reformas profundas. Pero existe la evi-dencia de que en su periodo de gobierno, teniendola posibilidad, no las realizó. Al inicio de su gobier-

no tuvo mayoría de ambasCámaras, pero no quisohacer ni un cambio econó-mico estructural. Es ciertoque con esa mayoría nopodía modificar la LeyOrgánica Constitucional deEnseñanza (LOCE). Pero sípudo cambiar el sistemalaboral o previsional, y no lohizo. Tampoco ha realizadouna autocrítica profunda desu gobierno y no hay ele- Cr

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cambie el sistema electoral binominal, el ejercicio delvoto no resuelva nada.Las generaciones más jóvenesno muestran interés alguno por la política electoral nipor la política partidaria, aunque ejercen con fuerza,valentía y visión sistémica, la política de la calle.

Para complicar más las cosas, la necesidad de unanueva Constitución se ha instalado en la agenda polí-tica de tiros y troyanos, incluso entre los que antes larechazaban vehementemente, como una necesidadprofundamente sentida en unos y como oportunismoelectoral en otros. La prueba está en la diferenciaentre los métodos que se proponen para llegar a ella.Unos la plantean como asunto a resolver por elParlamento ilegitimo, elegido con el sistema binomi-nal,o bien por una comisión de “expertos”designadapor gobernantes ilegítimos. Otros, como los estudian-

tes, los trabajadores subcontratados, losmapuche, los estafados y los excluidos, loplantean como un asunto del pueblo sobera-no.

El peor atentado contra la dignidad del pue-blo Chileno, es el de ser gobernado por untexto que emana de la dictadura de Pinochet.Cuarenta años atrás éramos reconocidos porgran parte de los pueblos del mundo comoun pueblo políticamente avanzado, que supi-mos reconocer en Salvador Allende a unlíder visionario, que impulsaba la vía demo-crática al socialismo. También supimos reco-nocer en la Unidad Popular, a la edad de orodel papel del Estado en la transformacióneconómica y social en beneficio del pueblo yde la recuperación de la soberanía. Fue en

esa época cuando se demostró que la educaciónpública, gratuita y universal, tal como la exigen hoylos estudiantes en las calles, no solo es posible, sinotambién imprescindible.

Recordar nuestra historia de luchas y conocer nues-tra situación actual es fundamental para ganarle lapartida a los medios de comunicación y a un Estadoque fomentan una versión virtual edulcorada de larealidad. Es necesario poder distinguir entre el cam-bio verdadero y el cambio para que nada cambie, alque nos tienen acostumbrados. Es necesario acabarcon la esquizofrenia entre lo que somos como socie-dad y lo que nos quieren hacer creer que somos.Solo conociéndonos podremos unirnos para encon-trar el real camino, esas grandes alamedas de nues-tra emancipación.

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La escritoraMargarita Serrano

dedico una biografialaudatoria a EdgardoBoeninger, fallecidoel 13 de septiembre

de 209, quien afirmóque el liderazgo dela Concertación no

tuvo intención algu-na de cumplir con

su programa decampaña.

Rubén AndinoMaldonado PERIODISTA

Felipe Portales:“La Concertaciónes el complementode la dictadura”

BACHELET Y LA CONCERTACIONNO CREO QUE ESTÉN DISPUESTOS

A SUSTITUIR EL MODELO DEPINOCHET NI A EMPRENDER

REFORMAS SIGNIFICATIVAS, SALVOLA IDEA DE EDUCACIÓN GRATUITA

Y LA PROPUESTA DE MEJORAR LAESTRUCTURA TRIBUTARIA

Notas:

1.Forbes,2013. Los Billonarios en el Mundo.

http://www.forbes.com/billionaires/list/#page:1_sort:0_

direction:asc_search:_filter:All%20industries_filter:All

%20countries_filter:All%20states

2.US$ 14,280 + un ajuste de paridad adquisitiva (con

respecto de EEUU de algo más del 50%. El economis-

ta Gabriel Palma asegura que ese 50% de ajuste fun-

damentalmente refleja el diferencial salarial entre

ambos países, por lo que este éxito virtual, solo bene-

ficia a la elite y no a los que venden sus servicios.

3.Banco Mundial, 2013. Informe sobre el Desarrollo

Mundial 2013, Indicadores del Desarrollo Mundial.

http://search.worldbank.org/data?qterm=income%20P

PP&language=EN

4.193,000 pesos. Se discute subirlo a 205,000

5.Felipe Portales, 2000. Chile: Una Democracia

Tutelada

6.Boeninger, Edgardo. 1997. Democracia en Chile.

Santiago de Chile: Editorial Andrés Bello.

7.Portales 2010.

http://www.elciudadano.cl/2010/01/06/para-mejor-

resolver-o-votar-por-quien-quiera

8.Portales, 2009.

http://www.elmostrador.cl/opinion/2009/03/03/defec-

cion-del-liderazgo-concertacionista/

9.CIPER, 2012.

http://ciperchile.cl/2012/10/02/cepal-opta-por-desvincu-

larse-de-las-proximas-encuestas-casen/

10.CEPAL, 2012.

http://www.eclac.cl/cgi-

bin/getProd.asp?xml=/prensa/noticias/comunica-

dos/6/47916/P47916.xml&

11.CIPER, 2013.

http://ciperchile.cl/2013/05/02/renuncia-grupo-de-ase-

sores-de-confianza-del-ex-director-del-ine/

12.El coeficiente de Gini es una medida de la desigual-

dad. Mientras mayor el Coeficiente Gini, mayor es la

disparidad de ingresos.

13.Ramón López, Eugenio Figueroa, Pablo Gutiérrez, 2013.

La Parte del León: nuevas estimaciones de la participación

de los súper ricos en El ingreso de chile. SDT 379,

http://www.econ.uchile.cl/uploads/publicacion/306018fad

b3ac79952bf1395a555a90a86633790.pdf

14.Orlando Caputo y Graciela Galarce, 2008. La

Nacionalización del Cobre Realizada por Salvador

Allende y la Desnacionalización del Cobre en Dictadura

y en los Gobiernos de la Concertación.CE

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bios reales es a través de una AsambleaConstituyente. Pero Escalona, Insulza y Schillingestán aterrados con esa idea. No solo la DC y el PPDson de derecha, los socialistas también le tienenmiedo al pueblo. Una Asamblea Constituyente es un Congreso electocon la finalidad de elaborar una nueva Constitución.No es una masa que impone cosas al país, sino unainstitucionalidad que expresa la soberanía popular yque parte de cero para elaborar una Constitución. Lamayoría de los países democráticos tienenConstituciones hechas por Asambleas Constituyentes.El espantajo de la Constituyente lo ha levantado enChile una elite aliancista-concertacionista, asustadaante la idea de que el tinglado armado durante la dic-tadura y consolidado por la Concertación, se derrum-be. La Concertación no es el mal menor, es el com-plemento de la dictadura. Lo que unos establecierona sangre y fuego, los otros lo consolidaron pacífica-mente y lo legitimaron.Hay una historia vergonzosa para la Concertación. LaConstitución del 80 le brindaba a quien gobernara lamayoría parlamentaria simple. Al mandatario le bas-taba tener mayoría en una Cámara y un tercio en laotra. Como Pinochet pensaba que no iba a tener lamayoría, creía que los senadores designados se laentregarían artificialmente y el cuadro se completabacon un tercio de la Cámara de Diputados. Como Pinochet perdió el plebiscito, esa situación ibaa favorecer al presidente Patricio Aylwin, que iba atener la mayoría de los diputados y un tercio de lossenadores. Esa mayoría se regaló de manera oculta enla negociación de las reformas constitucionales de1989, estableciendo que el presidente necesitabamayoría en las dos Cámaras. Eso en apariencia es másdemocrático, pero en el contexto de la Constituciónpinochetista impedía que la mayoría electoral de laConcertación se tradujera en mayoría en el Congreso.Fue una operación inédita en la historia de laHumanidad: regalarle a la oposición su mayoría par-lamentaria. El ex ministro Edgardo Boeninger lo explicó, señalan-do que a fines de los 80 los líderes de la Concertaciónhabían llegado a una convergencia con la derecha enmateria económica, que no podían reconocer.Entonces, optaron por no tener mayoría parlamenta-ria(*). Cuando las bases de la Concertación pedíancambios, la respuesta fue: ‘No tenemos mayoría en elCongreso’. Es una historia sórdida, porque con esamayoría habría podido cambiar el sistema de salud,laboral, tributario y financiero, y la ley de universida-des, entre otras normativas. Otro indicador complementario de este giro es quelos gobiernos de la Concertación tuvieron una acciónsistemática, orientada a destruir sus propios mediosde comunicación. Así ocurrió con Fortín Mapocho,La Epoca, Análisis, Apsi y Hoy. Los directores yperiodistas no habían asimilado esa convergenciacon la derecha y podían convertirse en un peligropara el viraje ideológico. La Concertación les blo-queó fondos del exterior y el avisaje del Estado parahacerlos desparecer. Además neutralizaron los doscanales de televisión que controlaban a comienzosde los 90. Una ley, en acuerdo con la derecha, impi-

dió que Televisión Nacional se transformara en unmedio de debate sobre la dictadura. Privatizaron tam-bién el canal estatal de la Universidad de Chile, conun rector democratacristiano, Jaime Lavados”.

El ”caso Clarin”“En 2000, Lagos le regaló nueve millones de dóla-res, entregados por su ministro de Vivienda, ClaudioOrrego, a gente que alegaba ser dueña de Clarín, sintener títulos que lo acreditaran. Durante la dictadu-ra, unos tipos, vinculados al integrante de la junta degobierno Gustavo Leigh, alegaron tener parte de lapropiedad de Clarín, porque Víctor Pey había pro-metido venderles acciones. Cuando la dictaduraconfiscó Clarín, el Consejo de Defensa del Estadodeterminó, en 1975, que Víctor Pey era el propieta-rio legítimo. Mediante un ‘arreglín’, el gobierno de Lagos entrególos nueve millones de dólares a personas vinculadasal PPD, que decían tener derechos sucesorios de per-sonas que alegaban títulos inválidos, violando inclu-so el derecho de propiedad de Pey. Una de esas per-sonas era yerno del abogado que realizó el estudio enderecho del caso para el gobierno de Frei Ruiz-Tagle,según consta en un artículo de Patricia Verdugo en larevista Rocinante, de septiembre de 2002.Ahora mismo, la Concertación no tiene canal de tele-visión, diario ni revista, pero cuenta con El Mercurioy La Tercera. En última instancia, son simultáneamen-te medios de la Concertación y de la derecha políticay económica”.

Derecha economica con Bachelet ¿Cuál sería la evolución previsible de la Alianza por Chile?“Hay que hacer una distinción entre derecha políticay derecha económica. Los grandes grupos económi-cos han apostado básicamente por la Concertación.Entendieron que allí estaba su conveniencia, y en lapasada elección los empresarios más lúcidos no estu-vieron con Piñera sino con Frei. Hoy, la mayoría estácon Bachelet. Pero con ella la situación también serádifícil, porque el movimiento social no se detendrá”.¿Y las fuerzas extra sistema? “Lo más relevante en la actividad contra el sistemapolítico social y económico existente es el movi-miento estudiantil, y en menor medida otras expre-siones locales o regionales, como los casos de Aysény Magallanes. La actividad de estos movimientos iráin crescendo. La fragmentación de la Izquierda política, con varioscandidatos presidenciales, le resta significación.Tampoco los líderes estudiantiles han dado buenasseñales, cuando se articulan en movimientos peque-ños para buscar cargos parlamentarios, como sucedecon Giorgio Jackson, que tiene un partido personal alestilo de Enríquez-Ominami o Alejandro Navarro.Esa forma de hacer política no tiene futuro”.

(*) Democracia en Chile, Lecciones para la gobernabili-

dad, Edgardo Boeninger, Editorial Andrés Bello (1997). Crón

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mentos que permitan suponer que ha cambiado sumanera de pensar”.

Bachelet y los partidos¿Será capaz ella de concretar sus propuestas de cambio?“Excluyó de su propuesta la Asamblea Constituyente,al sostener que todos los cambios hay que hacerlosdentro de la institucionalidad, lo que remite a unacuerdo con la derecha. En esas condiciones, prome-ter una nueva Constitución es demagógico, porqueno podrá lograrse dentro de canales institucionales.Sobre la educación gratuita tampoco ha sido muyclara; si se toma en cuenta que el sistema está basadoen el negocio, conforme al modelo económico exis-tente. Cambiar significaría cerrar universidades y pro-mover la creación de institutos técnicos, en un con-texto en que el Estado carece de facultades suficien-tes como para hacer emprendimientos. En lo tributa-rio puede haber mayor concreción”.

¿Se modificará la relación de Bachelet con los partidos?“La tensión de Bachelet con los partidos es artificiosa.No hubo en su gobierno conflictos importantes y nocreo que los haya. Ella se adecúa a los vientos quecorren y los partidos también, radicalizando un pocosus discursos. Si bien ella evita aparecer con los líderespolíticos, es más que nada por un asunto de imagen. La Concertación se convierte en Nueva Mayoríaahora que el Partido Comunista se está integrando.Para los efectos prácticos, eso significa que laConcertación sigue vigente; el peso histórico sigueradicado en los tres partidos hegemónicos: DC, PS yPPD. El PC se ha sumado para obtener dividendoselectorales, pero su apuesta es compleja, porque loque gana en representación parlamentaria, lo pierdeen legitimidad social”.

¿La Concertación ha entendido la profundidad de su crisis política?

“Luego de treinta años deexistencia de las AFPs,por primera vez habráuna masiva jubilacióndentro de los marcos delsistema previsional decapitalización individual.Esta situación estáponiendo en tela de jui-cio todo el sistema. Un60% de los jubilados va aestar bajo las pensionesmínimas y el Estado ten-drá que ponerse. La dis-paridad entre salud priva-da y salud pública siguesiendo muy grande, ypara qué hablar de laeducación. Hay una seriede elementos sistémicosque están en una crisiscreciente.

Aunque en la Concertación hay mayor conciencia, esdifícil que reconozcan que se acomodaron al mode-lo neoliberal y que engañaron a la sociedad duranteveinte años. Ahora usan un lenguaje un poquito másosado, pero no pueden romper con los grandes gru-pos económicos con los que han trabajado en estosaños. En el gobierno de Lagos, el Banco del Estadoprestó millones de dólares a Luksic para comprar elBanco de Chile y Jaime Estévez, artífice de esta ope-ración, se incorporó después al directorio de esebanco”.

¿Qué piensa sobre la relación entre Bachelet, grupos económicos y EE.UU.?“Ella tiene asegurada una presidencia terrible, porqueel nivel de expectativas y demandas sociales que ven-drán es muy grande. La presidencia la tiene regalada,pero ésta no tendrá nada que ver con la anterior. Serátodo un reto convencer a los grupos económicos deque hay que hacer reformas que significarán sacrifi-cios para ellos. Obviamente Estados Unidos seguiráapoyando un sistema que ha sido tan favorable a lastransnacionales, aunque un factor fuera de control essaber hasta qué punto afectará la crisis económicamundial. Chile sigue dependiendo de los ingresos delcobre y si el cobre baja, la situación será más difícil”.

La polemica asamblea constituyente¿Cómo visualiza la situación política?“Bachelet y la Concertación no están planteando ter-minar con AFPs o Isapres, ni poner fin al Plan Laboral.Si no lo plantean cuando están en campaña, ¿qué sepuede esperar cuando sean gobierno? No creo queestén dispuestos a sustituir el modelo de Pinochet nia emprender reformas significativas, salvo la idea deeducación gratuita y la propuesta de mejorar laestructura tributaria.La vía institucional planteada por Bachelet para unanueva Constitución supone un acuerdo con la dere-cha tradicional. Por ese camino tampoco habrá uncambio sustancial. La única manera de hacer cam-

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por la intolerancia y en la que la política se viomaniatada por los referentes más extremistas. Lo quesiguió al golpe no fue, como se creyó, un paréntesisen nuestra trayectoria democrática. Lo de Pinochetfue una revolución o, si se prefiere, una contrarrevo-lución. Un largo tiempo para imprimirle al país con-travalores que serán de dificultoso superar.

Ojalá que todas las imágenes que estamos reviviendoen este cuadragésimo aniversario sirvan para un¡nunca más! Que no sólo aluda a los horrores de ladictadura, sino a los profundos errores cometidosantes, aunque en ningún caso éstos justifiquen lapesadilla del régimen militar y el terrorismo deEstado. Tenemos la convicción que deberemos aguar-dar mucho todavía para que se conozca toda la ver-dad de lo acontecido en diecisiete años de dictadura.Sabemos que ésta será plena cuando todas las vícti-mas sean reconocidas y reivindicadas por el Estado yla sociedad chilena. No olvidemos que en otros epi-sodios brutales de nuestro pasado, la impunidad sehizo aún más flagrante, porque así como el periodis-mo ha servido para exacerbar nuestras diferencias,muchos textos de nuestra historia oficial generalmen-te han soslayado o interpretado mañosamente losacontecimientos.

Prensa y movilización socialNuestras distancias políticas explican sobremanera ellargo tiempo que se extendió la dictadura. Sólo cuan-do las organizaciones sociales tomaron el liderazgode la movilización social fue posible avizorar el tér-mino del régimen autoritario. En ellas reconocemos alas organizaciones gremiales y sindicales, las deDerechos Humanos, los estudiantes y tantas otras ins-tancias poblacionales y sectoriales hoy desdibujadaspor el paso de los años. Con franqueza, digamos quelos partidos políticos llegaron al final de la larga mar-cha por la unidad que se gestó en la base social y fueacicateada, como en otros momentos de nuestra his-toria, por el periodismo libre.

Para muchos es difícil entender cómo en una dictadu-ra tan poderosa fue posible el desarrollo de revistas y

algunos diarios disidentes. Peroen la historia hay muchosacontecimientos que se expli-can en lo fortui to y en loserrores de cálculo de quienesdetentan el poder. Es posibleque Pinochet y sus incondicio-nales jamás pensaran que –sin

recursos y bajo el imperio del acoso- esos periódicosy emisoras pudieran llegar a constituirse en un factortan importante en la formación de aquella concienciay resolución libertarias que dieron origen a la protes-ta social y, con ella, a la salida política. El controlirrestricto de la televisión y la genuflexa actitud de losdiarios tradicionales hacía muy difícil romper el blo-queo informativo. Pues bien, la aparición de las revis-tas, primero, y la publicación posterior de dos diarioscontribuyeron mucho a la denuncia sobre las gravesviolaciones de la dignidad humana, sumada a otrosdespropósitos como el asalto a las arcas y empresaspúblicas, al tiempo de la implementación de unaestrategia económica ultracapitalista.

En la propia revista Análisis, precisamente, se decideconvocar a una protesta nacional a cambio del paronacional que se venía proponiendo, del cual se temíasu fracaso por las amenazas de represión advertidaspor el gobierno. Se redacta allí el primer instructivoque luego fuera cumplido al pie de la letra por losmillones de chilenos que quisieron manifestar algu-na forma de descontento e inaugurar una jornadamás intensa de movilizaciones que tanto incomoda-ran enseguida al dictador. Una experiencia que con-venció al embajador de Estados Unidos en Chile apropiciar una mesa de diálogo entre el Ejecutivo, laIglesia Católica y algunas figuras políticas de derechay centro. Se trataba, según el propio reconocimientodel diplomático, de negociar una salida política,antes que nuestro país “se convirtiera en una nuevaCuba”. Temor que veinte años antes había provoca-do la intervención de la CIA para desestabilizar algobierno de Allende y dirigir las operaciones delgolpe de Estado.

Mucho se ha escrito sobre la génesis y evolución deestos medios disidentes. En cada uno de ellos hay unabellísima historia de audacia y coraje para sortear larepresión de que fueron objeto: clausuras, amedren-tamientos, acosos judiciales y hasta un crimen tanalevoso y cobarde como el que segó la vida del perio-dista José Carrasco Tapia. A la existencia de estosmedios se debe el colosal registro de los años de dic- Cr

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Todavía el análisis histórico tiene menos gravitacióny elocuencia que los desplegados de la prensa. Lasimágenes del extinto Presidente, de los campos deconcentración y el rostro de las víctimas de la horri-ble represión vuelven a conmovernos a quienes vivi-mos tal tragedia en nuestra convivencia, pero tam-bién sobrecogen a las nuevas generaciones. No es lomismo, ciertamente, enterarse de oídas sobre lo acon-tecido que presenciar una y otra vez esos registros delperiodismo, cuyos archivos no han sido desclasifica-dos del todo en esta larga posdictadura que mantienetan vigentes los lineamientos institucionales impues-tos por el dictador. La historia, por lo demás, hablamucho por las imágenes, las grabaciones y los recor-tes de prensa. Y lo hace con contundencia en un paísen que los medios de comunicación siempre hanjugado un papel importante en el devenir político.Con sus aciertos, despropósitos y omisiones.

No es casual, por lo mismo, que una de las primerasmedidas del gobierno militar fuera la clausura deuna buena cantidad de medios escritos y radiales, altiempo que posicionarse de los canales de televisióny establecer la censura previa para todos los órganosde prensa. Salvo algunas publicaciones religiosas o

de cobertura muy res-tringida, los medios decomunicación autori-zados por la Junta deGobierno fueron aque-llos que alentaron laacción de los militaresy que se dispusieron acolaborar incondicio-nalmente con las auto-ridades de facto. En laclausura definitivaquedarían aquellosmedios partidarios dela Unidad Popular,además de que susperiodistas y colabora-dores fueran tan repri-midos como los inte-

grantes del gobierno derrocado, del Parlamentocerrado y los partidos políticos proscritos.

El totalitarismo fijó los límites de lo que podía decirsey escribirse. Después de un prolongado tiempo repu-blicano reconocido por su ejemplar libertad de expre-sión y diversidad informativa que toleró, incluso, quehubiera diarios, revistas, radios y canales de televisiónque hasta infamaban su misión de servir a la verdad,asumiéndose como trincheras del odio y estimulandoel quiebre de nuestra convivencia y marco institucio-nal. En efecto, más allá del reconocimiento que hasta1973 se hacía a nuestras libertades públicas, hoydebemos reconocer el nefasto papel cumplido por laprensa militante en la última etapa de nuestra etaparepublicana derribada por las armas. Tiempo en quela legítima convivencia devino en la descalificacióndel adversario y en el desafío abierto a nuestro ordeninstitucional. Época en que los diarios clamaban porla acción de los militares y en que la más leve expre-sión de oposición era tildada de “golpista” y “reaccio-naria” por quienes estaban en el gobierno y formabanparte de los partidos oficialistas. Revisar sólo los titu-lares de los diarios de entonces nos hace concluir queel desenlace era predecible en una sociedad cruzada

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Juan Pablo CárdenasSquella PROFESOR TITULAR DELINSTITUTO DE LACOMUNICACIÓNE IMAGEN, SENADORUNIVERSITARIOY PREMIO NACIONALDE PERIODISMO 2005

Desencantopopular

y desprestigiode la política

La revistas Análisis se decidió a convocar a una protesta nacional

A cuarenta años del golpe militar de 1973, los medios de comunicación despliegan todasuerte de publicaciones y emisiones especia-les. a modo de justificar o explicarse la últimaasonada militar, algunos analistas reiteran queen el país existía un estado de convulsión quehizo inevitable el pronunciamiento castrense.

Otros, naturalmente, ponen atención en elcruento derrocamiento y el deceso de salvadorallende, el bombardeo e incendio de la mone-da y los dramáticos episodios que siguieron a

la interrupción de nuestra institucionalidaddemocrática.

intentan romper la consonancia ideológica que, paraalgunos, es incluso peor a la que existía durante elautoritarismo.

Desde el Estado nada serio se hace para contribuir ala diversidad comunicacional, condición fundamen-tal de cualquier régimen que quiera ser reconocidocomo democrático. Por el contrario, todos los últimosgobiernos han gastado ingentes recursos para oponer-se a la demanda internacional por recuperar el con-fiscado diario El Clarín: un largo juicio que ha culmi-nado por otorgarle la razón a sus legítimos propieta-rios pero sin que todavía el Estado los indemnice porla apropiación y cierre indebidos implementado porla Dictadura y luego avalado por cada uno de losgobiernos posteriores. En un verdadero atentado a lalibertad de prensa, pero también a la propiedad priva-da, un sacrosanto derecho garantizado a los empresa-rios nacionales y extranjeros, pero que no aplica paralos propietarios progresistas, como tampoco a nues-tros pueblos aborígenes que siguen sin recuperar laspropiedades que les arrebató arbitrariamente el régi-men de facto. En la negativa a reparar a estos confis-cados, se argumenta la voluntad de proteger el erarionacional, pero paralelamente se aprueban millonariasindemnizaciones a los partidos políticos que fueronexpropiados también después del 11 de septiembre.Ciertamente que lo que se ha querido evitar aquí es lareedición del diario de mayor circulación en la histo-ria del periodismo chileno, el que indudablementepodría haber servido de contrapeso a la ideología ofi-cial como amenazada la connivencia cupular.Además de contribuir, por supuesto, a que las alame-das de la política se abran a los nuevos hombres ymujeres libres, según el anhelo expresado por elextinto mandatario en su discurso de despedida.

Más del 60% de los chilenos partidarios de una Asamblea ConstituyentePese al internet y la irrupción de medios contestata-rios, el estado de postración informativa se ha prolo-gado en demasía y el influjo de la televisión y de lasdos grandes cadenas de diarios y radios sigue siendomuy determinante en la conducta de los referentespolíticos y sociales. Ello explicaría que laConstitución de 1980 siga tan vigente, así como eseconjunto de disposiciones legales que, como la LeyElectoral, continúan oponiéndose al ejercicio de lasoberanía popular. La posibilidad de recurrir a la con-sulta plebiscitaria, que en el pasado sirvió para decir-le NO a Pinochet en su intento de perpetuarse, toda-vía no es validada en nuestra institucionalidad, pese aque más de un 60 por ciento de los chilenos se mues-tra partidario de una Asamblea Constituyente, segúnlo consignan los últimos sondeos de opinión pública.

En lo económico y social, la posdictadura ha sacrali-zado el modelo impuesto a sangre y fuego por losmilitares. Es más, no pocos dirigentes concertacionis-tas han venido reconociendo el legado pinochetistaen esta materia y, con frecuencia, se demuestranmejores prosélitos del neoliberalismo que sus propiosimpulsores originales. De esta forma, se explica que

en este tiempo se hayan implementado iniciativasque antes les parecieron imposibles a quienes osten-taron el poder total. Tal es el caso de la privatizaciónde las empresas sanitarias y de algunas faenas mine-ras, además de la creciente extranjerización de nues-tros recursos naturales.

La ausencia de más prensa independiente explica, deigual manera, la lacra de la corrupción ya tan entro-nizada en la gestión pública. Como es de públicoconocimiento, varios parlamentarios y otros altos fun-cionario políticos han sido desaforados y encausadospor los tribunales de justicia. Cifras voluminosas hansido defraudadas al fisco por empresarios y operado-res políticos actuando de consuno, tal como se des-cubrió que, por años, los secretarios de Estado sehabían asignado secretos sobresueldos que no rendí-an declaración tributaria. Se asume que todavíaqueda mucha basura debajo de las alfombras de LaMoneda, el Parlamento y las reparticiones públicasque sirven al clientelismo político. Recién empiezana trascender los escándalos ligados a las municipali-dades, algunas de las cuales sirven de verdadera gua-rida de aquellos alcaldes y concejales que se aprove-chaban de los recursos públicos, de suyo escasos paraatender las demandas comunales. Ni qué decir de lossecretos todavía bien guardados por las autoridades ylos medios de comunicación referidos a concesionesde obras públicas y tráfico de influencias. El propioministro de Salud de Sebastián Piñera ha denunciadoel poderoso y millonario lobby ejercido por los labo-ratorios y farmacias para controlar el voto de los dipu-tados en la discusión parlamentaria, a fin de que éstosrechazaran la idea de ampliar la competencia en laventa de fármacos, así como imponerle a los médicosla obligatoriedad de anotar en sus recetas las opcio-nes genéricas. Asimismo, en la reciente Ley de Pescase denunció que al menos una diputada recibió ero-gaciones de parte de una de las grandes empresas delrubro que vieron amenazados sus privilegios de cap-tura en el mar.

En esta realidad encuentra base el desencanto quecrecientemente se expresa en la sociedad chilena. Enel hecho de que la adhesión nacional a la democra-cia haya disminuido en más de diez puntos en las últi-mas dos décadas, de tal manera que ya es menos dela mitad de la población la que confía en ella. En todoesto radica la renuencia ciudadana a participar en loscomicios electorales, tanto que un sesenta por cientose abstuvo de votar en las elecciones municipales del2012, y ese más de setenta por ciento que luego tam-poco se manifestara en las elecciones primarias del30 de junio de este año.

No podemos sino otorgarle razón a aquellas adver-tencias que nos advierten de un Chile sumergido enuna nueva y profunda crisis política, a pasos de unasituación insurreccional que se respira en el descon-tento callejero, la radicalidad de las demandas yacciones de los jóvenes. Como en el desparpajo de laminoría pudiente y arrogante que, como siempre, seguarece en los uniformados para perpetuar privilegioscada vez más irritantes. Cr

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tadura. De sus páginas, todavía se puedenobtener hechos y nombres de tanta utilidadpara el cometido de jueces e historiadores. Porcierto, un recuento mucho más completo queel del acotado Informe sobre Verdad yReconciliación. Sus ediciones, asimismo, estre-charon la distancia con los chilenos de la diás-pora y ayudaron a coordinar las acciones deresistencia dentro y fuera del país. Pero tam-bién la tarea periodística aunó voluntades yconvocó a las nuevas generaciones a ejercer su pro-tagonismo en la lucha callejera, el enfrentamientoreal con el poder de facto, en el verso, la solidaridady la esperanza que siempre animan los episodios deemancipación.

Llegó un momento en que los militares perdieron labatalla contra el periodismo digno. Con el atentadofrustrado al general Pinochet, el estado de sitio y laclausura de estos medios hubo quienes temieron yauguraron su desaparición definitiva. Pero fue la horaen que los periodistas consecuentes se sumergieronen el bello quehacer del periodismo clandestino o,como es el caso que más conozco, decidieron editarsus publicaciones en el extranjero, en Alemania, parahacerlas viajar por avión a Chile, dejando en ridículoa los censores. De esta manera fue como los mediosclausurados y acusados de propiciar el magnicidiorecuperan su derecho a circular y alcanzar tiradasque hasta hoy no son igualadas por lo medios adictosa la dictadura y, después, favorecidos por laTransición.

El exterminio de la prensa librePero es luego el triunfo de una solución política nego-ciada lo que explica la fatal desaparición de las publi-caciones aludidas. El gobierno de Patricio Aylwinasumió como “razón de Estado” el exterminio decada uno de estos medios, de tal manera que se recu-rrió, incluso, a los fondos reservados del Ejecutivopara servir a este propósito. Como ha quedadodemostrado con los años, desde La Moneda se blo-queó la ayuda exterior que recibían estas revistas ydiarios. Se argumentó ante Holanda y otras nacioneseuropeas que “cualquier ayuda a la prensa chilenasería considerada una intromisión indebida en losasuntos de Chile ahora democrático”. Por cierto, tam-poco las nuevas autoridades estuvieron dispuestas arepartir equitativamente el avisaje fiscal, pero sí acumplir a cabalidad con los contratos publicitariosque amarró Pinochet a favor de los dos grandes con-sorcios periodísticos. La estrategia consistió en aho-gar a los medios, ilusionarlos con recursos que nuncase entregaron y, cuando se hizo propicio, hacerse delcontrol accionario de estas publicaciones para dispo-ner posteriormente su clausura.

El cálculo político hoy asoma nítido. Se temió queestos diarios y revistas insistieran en promover la ver-

dad y el castigo a los autores de las violaciones a losDerechos Humanos, exigieran los cambios prometi-dos y, en lo económico y social, alentaran la justiciadistributiva. Como política de comunicaciones se pre-firió la estrategia de seducción a los medios tradicio-nales, cuya obsecuencia hacia la dictadura estabamuy fresca, pero estuvieron dispuestos a “colaborar”con las nuevas autoridades a cambio de impunidad asus transgresiones éticas, así como un “perdonazo” asus deudas y convenios publicitarios mal habidos.Con el tiempo, sin embargo, estos medios recuperaronsu autoestima y volvieron a ejercer de nuevo y sininhibiciones su tarea de concientización conservado-ra, reivindicación del legado pinochetista y defensadel modelo económico mal llamado neoliberal. Susdeudas y delitos ya estaban prescritos. Hoy, son lospropios partidos de la Concertación, con menos de undiez por ciento de credibilidad, los que “lloran sobrela leche derramada” y se lamentan de no tener pren-sa, cuando los medios que creyeron seducidos vuel-ven por sus fueros y le lavan la cara a los sectores quesostuvieron la dictadura y se reinstalaron sin mayorescontratiempos en las instituciones del Estado.

Es necesario consignar que, al mismo tiempo que seponía en práctica una política de exterminio de laprensa democrática que logró sobrevivir a la dictadu-ra, desde el Ejecutivo se emprendieron acciones simi-lares para desactivar la enorme y sólida organizaciónsocial consolidada durante el oscurantismo político.De esta manera, se cuentan por decenas las organiza-ciones no gubernamentales (ONGs) que fueronsucumbiendo con la política cupular. También setemió a sus movilizaciones, como ahora se teme almovimiento estudiantil, a la recuperación del sindica-lismo autónomo y a la acción de las minorías étnicas.

Por cierto, hay que reconocer que después de la dic-tadura se han derogado gran parte de las disposicio-nes legales que limitaban el ejercicio libre del perio-dismo y ya no se teme por la vida de los comunica-dores sociales. Sin embargo, el panorama de losmedios es lamentable en su falta de diversidad infor-mativa, la limitada presencia del periodismo progre-sista y por el estado de vulgaridad que hoy caracteri-za a la televisión y a buena parte de la radio y la pren-sa. Obligado a servir al negocio, nuestro presentemediático se rinde al raiting y las imposiciones ejerci-das por los publicistas y avisadores. Salvo, otra vez, laacción de algunas revistas que con loable mérito

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Mural en recuerdo de José Carrasco,periodista asesinado

El movimientoestudiantil apare-ció por el enormeendeudamientode sus familiascon las universi-dades privadascon fines delucro. En todoséstos y numerososotros casos, y adiferencia de lascrisis del sur deEuropa, el fenó-meno sucede conuna economía enplena expansiónque han llevadoal país a tener elmayor PIB percápita de

Latinoamérica y al Banco Mundial a calificar desdejulio pasado a Chile como un país de altos ingresos.Es en este contexto económico, que es el marco idealpara las políticas neoliberales, en el que han estalla-do las movilizaciones.

Las contradicciones de un neoliberalismo llevado a sus peores extremosLa crisis social es una clara señal de las contradiccio-nes de un neoliberalismo llevado a sus peores extre-mos. Las protestas reflejan la retórica neoliberal contrala realidad, expresada en estadísticas que no considerael Banco Mundial. Aquellos en las calles son la expre-sión de otras y más duras cifras. Porque el país modé-lico, levantado como el “ejemplo” latinoamericano porlos “think tanks” neoliberales, agencias de publicidad,firmas de inversiones y organismos financieros interna-cionales, escondía, tras la macroeconomía y los valo-res bursátiles, estadísticas de miedo. En un país dondeel diez por ciento de la población absorbía casi lamitad de la riqueza, no era difícil prever que en algúnmomento ese 90 por ciento exigiría su parte.

Hoy el discurso dominante sólo circula entre los con-troladores. Pasa por el gobierno, los partidos, lascúpulas empresariales hacia la amplificación por susmedios de comunicación afines. En la calle, en lasredes sociales, se debate lo evidente, que son los pro-blemas ciudadanos, canalizados hoy como susdemandas justas y naturales. Aquel 90 por ciento dela población sabe con certeza que durante estos últi-mos veinte o treinta años ha sido pasto de engorda deaquel otro diez por ciento. Las estadísticas, por tantosaños empleadas como sonajero político y económicoa ciudadanos adoctrinados bajo la cultura del consu-mo y el crédito, finalmente se invierten. Las mismasestadísticas nos han develado la obscenidad y perver-sidad institucional sobre la que estaba apoyado esemodelo.

Chile puede observarse como el resultado de unexperimento económico llevado a sus extremos. ElChile actual es el efecto del paraíso teórico diseñado

por los discípulos de Milton Friedman en plena dicta-dura. Desde entonces, el proceso de privatizaciones ytraspaso de todas las actividades susceptibles de lucrohan sido vendidas sin tregua a grandes corporaciones.Un trance que ha sido posible por la férrea institucio-nalidad legada por Pinochet que ha devenido en unpoder creciente e inédito en la historia moderna delas oligarquías, todo bien avalado por un sistema polí-tico imbricado en directorios de la empresa privada.

El gobierno de derecha está paralizado ante la cre-ciente demanda ciudadana. Lo mismo que toda laclase política, creada y desarrollada para usufructuardel modelo neoliberal. Es por ello que es incapaz deentregar una respuesta sólida y confiable para losestudiantes y las otras organizaciones sociales. Laspropuestas pergeñadas por el Ejecutivo han estadoacotadas al interior de la actual institucionalidad, quetiene como piedra angular las relaciones mercantiles.Las demandas juveniles, despreciadas por el establis-hment por “utópicas”, “líricas” o “maximalistas” noson atendibles por una clase política cuyos interesesdescansan en los del sector privado.

Si el gobierno y la clase política dicen no poder acce-der a las demandas ciudadanas por el marco institu-cional, el coro que se escucha en las calles es uncambio a esa institucionalidad, lo que levanta comoprincipal obstáculo la Constitución de 1980 remen-dada por el expresidente socialista Ricardo Lagos. Ensu reemplazo, la ciudadanía clama por la conforma-ción de una Asamblea Constituyente.

Un cambio total Al demandar la ciudadanía un cambio constitucionalhablamos de un cambio total del orden político. Chileno vivía este tipo de movilizaciones desde hace másde veinte años cuando pidió el término de la dictadu-ra. Las de entonces terminaron con el régimen dePinochet e inauguraron el largo proceso de veinteaños denominado de la “transición a la democracia”,trance que pareció tener un final de paradoja con elretorno el 2010 de la derecha al poder por la vía elec-toral y la consolidación de la institucionalidad here-dada de la dictadura.

Aquel triunfo de la derecha resultó un espejismo ypuede verse hoy como la cristalización final de unmodelo tan denso que es incapaz de modelarse yreformarse. Es un nudo gordiano cuyo único desenla-ce parece ser el corte. La irrupción de los jóvenes alescenario político ha significado también un cambioen la conciencia colectiva nacional. A diferencia delas olas de protestas de finales de los 80 que sololograron el retiro parcial de Pinochet, las de hoyapuntan al desmantelamiento completo del legadodel dictador, el que ha sido el modelo económico queha favorecido a las oligarquías. Como nunca sucedióen los últimos 40 años, esta vez se escuchan en lascalles las mismas consignas políticas de los años pre-vios al triunfo en 1970 de Salvador Allende.

• Autor de Chile: Conspiración neoliberal: el núcleo

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Las protestas de los estu-diantes chilenos, cuyosprimeros síntomas secomenzaron a sentir apartir del 2006 durante elgobierno de la socialistaMichelle Bachelet, amplifi-cadas y profundizadasdesde la llegada del dere-chista Sebastián Piñera el2010, es la mayor moviliza-ción social en Chile perodista de ser la única.

Los estudiantes demandan con tenacidad el fin dellucro, del mercado en la educación, pero consignassimilares pueden oírse en prácticamente todos lossectores de la economía y el trabajo. Hoy surgenespontáneas protestas en numerosas localidades delpaís impulsadas por una amplia y aparentementefragmentada variedad de factores, las que sin embar-go están bien ligadas por un malestar común: elrechazo a un orden institucional que ha puesto todaslas actividades humanas con potenciales gananciaseconómicas en manos del mercado. El proceso deprivatizaciones y de desregulación económica quecomenzó con el golpe de Estado hace 40 años atrásha pasado a ser la gran piedra de toque del bienestarde los chilenos.

Las masivas protestas han puesto en vilo y han asom-brado a las elites gobernantes. No así a cualquierobservador atento a los procesos políticos y socialesde los últimos diez a veinte años, para quienes laexplosión social en las calles no es una sorpresa: lasestaban esperando desde hace tiempo. Hoy, cuandohan llegado, lo han hecho para quedarse. Porque siobservamos los efectos sociales y económicos delmodelo de mercado instalado desde la dictadura dePinochet y profundizado a partir de los 90 por losgobiernos de la Concertación, lo que rescatamos esuna concentración de la riqueza y del poder bajo unagran simulación de libertad, democracia y acceso alconsumo. Tras el discurso del modelo económico delibre mercado desregulado,del crecimiento económico,el pleno empleo y el procesoal desarrollo lo que hallamoses una pérdida histórica depoder de la sociedad civil yde su capacidad de tomardecisiones, el que se ha tras-

pasado con la venia delos gobernantes hacialas grandes corpora-ciones.

La explosión social seha producido en Chilepor acumulación. Es elefecto de un largo pro-ceso de compresión mediante una buena dosis demercado, acceso al crédito y al consumo reforzadapor un permanente y ubicuo discurso político publi-citario. Chile, un gran centro comercial dentro delcual el ciudadano-consumidor no sólo compra bien-es, sino todos los servicios básicos.

La concentración del poder La pregunta es por qué el estallido social no ocurrióantes. La respuesta puede estar en la concentracióndel poder sobre los discursos políticos, sociales, eco-nómicos. Chile es un país con solo dos coalicionespolíticas cada día más similares respecto al modeloneoliberal, el que controla todas las actividadeshumanas, con una prensa corporativa que opera el 95por ciento de la circulación, con la televisión total-mente privatizada o al servicio de los grandes pode-res económicos, con leyes laborales que impidenseriamente la sindicalización y una cultura, muy esti-mulada por los gobiernos, que ha priorizado el indi-vidualismo por sobre cualquier atisbo de organiza-ción social.

Esta estructura está sostenida por la Constitución de1980 elaborada en plena dictadura y solo remozadadurante los gobiernos de la Concertación. UnaConstitución que ha creado la institucionalidad eco-nómica y política de la que surge el Chile de hoy endía. En lo económico ha permitido la creación degrandes conglomerados económicos que concentranel mercado en todos los sectores, con una de las másdesiguales distribuciones de la riqueza en el mundo.En lo político, un sistema electoral binominal quefavorece a los grandes pactos e impide el ingreso denuevos referentes, lo que le ha restado participación

y representatividad a la ciuda-danía. En todas las encuestasde opinión el Parlamentoaparece como la institucióncon menos prestigio, lo quese expresa en la escasa parti-cipación en cada elección.

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Paul Walder PERIODISTACOLABORADORDE “CLARIN DIGITAL” Y LA REVISTA “PUNTOFINAL”, DE CHILE

La concienciajuvenil

LA EXPLOSIÓN SOCIAL SE HAPRODUCIDO EN CHILE POR

ACUMULACIÓN LA PREGUNTA ESPOR QUÉ EL ESTALLIDO SOCIAL

NO OCURRIÓ ANTES

cariedad característica del contexto dictatorial) en suquehacer social y político, y una mayor conciencia desu capacidad para modificar su entorno y sus formas devida. Combinando una estrategia encaminada a laautoorganización y gestión propia de los recursoscomunitarios, con una lógica reivindicativa, los pobla-dores reconstruyeron un entramado potente de vidacolectiva al margen de la legalidad alienada, con altasdosis de legitimidad. Y fue esa efervescencia, a vecessoterrada, a menudo fragmentada, la que posibilitó laintensa participación que tuvieron en las jornadas deprotesta nacional que estallaron en mayo de 1983 yque se extenderían hasta 1986, pero que serían espe-cialmente intensas los dos primeros años. La pobla-ción, entonces, se evidenció como un lugar físico ysocial de resistencia: barricadas, hogueras, pintadas,marchas, cacerolazos, expresaron el descontento delos pobladores con la dictadura y con el nuevo régimeneconómico y social. La lógica comunitaria que impera-ba tras las acciones poblacionales suponía efectiva-mente un freno a la razón individualista e instrumenta-lista que traían aparejadas las políticas implementadaspor la violencia a raíz del golpe de Estado y sanciona-das ilegítimamente por la Constitución de 1980.

La participación de los pobladores en el proceso deresistencia y lucha contra la dictadura fue muy prota-gónica. Su arrojo, tenacidad y radicalidad (cuestiona-das y desestimadas por cierta sociología “de izquier-da” ) contribuyeron significativamente a arrebatarespacios al autoritarismo y a modificar las condicio-nes para favorecer la reapertura democrática. Sinembargo, la lógica de la transición pactada cupular-mente, entre los partidos de la izquierda renovada yde centro-derecha y los militares, que se impusosobre todo a partir de 1985, fue marginando paulati-namente a los pobladores –y a los sectores populares–de las instancias para decidir las condiciones de latransición y del futuro diseño de sociedad, algo queen realidad estaba bien atado por los militares.

Hacia finales de la década de los ochenta se insinuóalgo que se haría evidente al poco de empezar la tran-sición: la “democracia política” no significaría inme-diatamente la “democratización social”, dos aspectosque los pobladores con sus prácticas y sus reivindica-ciones habían tratado de conjugar. El retorno de lademocracia significó, sin lugar a dudas, un logro paralos sectores populares; pero la dinámica de la políti-ca parlamentaria, los pactos entre partidos políticosfavorecidos o forzados por el bipartidismo, los tiem-pos de la lógica electoral y otras trabas y sujecionessancionadas constitucionalmente convirtieron la polí-tica en una actividad elitista, alejada y de espaldas alas necesidades reales de los sectores populares. Lapromesa de alegría pronto se vio frustrada.

La etapa de la posdictadura, que podemos prolongarhasta la actualidad, supuso el confinamiento de lospobladores a un papel secundario, contra el que handebido rebelarse nuevamente para reinstalar sus rei-vindicaciones y sus potencialidades como actorsocial. Uno de los desafíos principales de los pobla-dores es resistir y organizarse contra el individualis-

mo, lógica funcional al sistema de mercado y a la ide-ología neoliberal, que fue inoculada con la dictaduray cultivada después, y cuyos efectos se han mostradomás permanentes y corrosivos que las acciones disci-plinantes por la vía de la fuerza. Junto con el indivi-dualismo y potenciándolo, adquieren relevancia –enparte debido a la precariedad laboral y educativa queenfrentan los sectores populares– las actividades vin-culadas con el narcotráfico, que han proliferado enalgunas poblaciones, induciendo dinámicas deses-tructurantes y contrarias a la vida comunitaria.

Revindicaciones y apuestas actualesLas reivindicaciones persisten: a la falta de vivienda sesuma la deficiente calidad de las viviendas de caráctersocial construidas y entregadas en los últimos 20 años;los efectos de la segregación espacial promovida porlas políticas públicas; iniquidades y déficits vinculadoscon el sistema educativo, de salud, de transporte, deprevisión social, etc. Las injusticias de un sistema pro-fundamente desigual que se ha mostrado incapaz degenerar bienestar social y que durante el año 2011 fueampliamente cuestionado primero por los estudiantesy después por amplios sectores sociales.

Así como durante la década de los ochenta los pobla-dores dieron vida a uno de los movimientos socialesmás vigorosos en la lucha antidictatorial, apuestanahora por potenciarse, recuperando la capacidad deautogestión en la comunidad, proyectándose hacia lavida política y dinamizando procesos de democrati-zación real. Existen muestras fehacientes de esavoluntad de recuperar su centralidad histórica comoson los proyectos comunitarios del Movimiento dePobladores en Lucha (MPL) y de Andha Chile aLuchar–Democrático, entre otros; la creación de unaplataforma que agrupa a distintas organizaciones depobladores –Federación Nacional de Pobladores(FENAPO)– en lucha por una vivienda, un barrio yuna vida digna; o la reciente constitución de un par-tido político desde el mundo poblacional–«Igualdad»– que postula a una pobladora como can-didata presidencial y que propugna la recuperaciónde la política por los de abajo. En ese proceso de for-talecimiento están, y una de las herramientas máspotentes con las que cuentan es precisamente lamemoria histórica, esto es, la apropiación colectivade los procesos que los constituye en un actor signifi-cativo, que los dota de una identidad propia y querecupera su capacidad de autogestionarse y alumbrarformas más democráticas de organización.

NotasCofré Schmeisser, Boris. “El movimiento de pobladores

en el Gran Santiago: Las tomas de sitios y organizacio-

nes en los campamentos. 1970-1973”; en Tiempo

Histórico, Universidad Academia de Humanismo

Cristiano, nº 2, septiembre 2011, pp. 133-157.

Un análisis más extenso en: Iglesias Vázquez, Mónica.

2011. Rompiendo el cerco. El movimiento de poblado-

res contra la Dictadura. Santiago de Chile: Ediciones de

la Radio Universidad de Chile. Crón

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Hace 40 años se iniciaba una larga noche para los demócratas y luchadores de izquierda deChile y del mundo.

Y especialmente aciaga fue para los sectores más des-favorecidos de ese alargado país, que vieron sumarsea la represión y violencia políticas, el recrudecimien-to de sus condiciones económicas, fruto de las políti-cas neoliberales implementadas por los militares y losmandamases tras ellos. En ese caso, como en otros, lalucha no concluyó entonces, sino que tuvo que adop-tar otras formas y otros ritmos. Los pobladores –lospobres urbanos, los sin casa– continuaron por otrosderroteros, abriendo nuevas sendas, retomando viejoscaminos, la vía de la resistencia tenaz que los habíaconvertido en uno de los sectores más relevantes delescenario social y político de los últimos años.

El año 1957 se produjo una de las tomas más masivasde la historia de Chile, cuyo final feliz quedó selladoen el nombre que recibió primero el provisional cam-pamento y posteriormente la más estable y perma-nente población: «La Victoria». A partir de entonces,tanto con los gobiernos del liberal Alessandri y deldemocristiano Frei Montalva como, en mayor medi-da, durante el periodo de la Unidad Popular, lospobladores fueron ocupando terrenos para la cons-trucción de sus precarias viviendas, y ganando visibi-lidad social y relevancia políti-ca, convirtiéndose en uno delos actores sociales más diná-micos y entusiastas de los pro-yectos de transformaciónsocial, dando lugar a expe-riencias radicales de configu-ración social alternativa alcapitalismo, como las que secomenzaron a ensayar en loscampamentos «26 de enero» o«Nueva Habana». La fuerza yradicalidad que alcanzó elmovimiento de pobladores se

plasmó en las 344 tomas que tuvieron lugar enSantiago entre 1970 y 1973.

Tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973la población –la barriada resultante en muchas oca-siones de la ocupación ilegal de sitios por parte de sushabitantes– fue identificada, por los militares, comouno de los espacios propios del pueblo y los poblado-res como un sujeto que había osado erigirse en actorpolítico, con hegemonía y pretensiones revoluciona-rias. Y sufrieron represalias en consecuencia. Seríadifícil y largo enumerar el reguero de ignominias quedebieron soportar: perseguidos por alzados y estigma-tizados por pobres, se vieron forzados a iniciar unlargo éxodo interior, que los llevó a revalorar las fuer-zas propias, replantear las tácticas, e iniciar o retomarun camino de acumulación de energía para encararlos desafíos del presente y del futuro. Los pobladoresalimentaron un conjunto de prácticas y organizacio-nes de tipo comunitario, encaminadas a hacer frentea los envites de la dictadura y garantizar su sobrevi-vencia: ollas comunes, comedores populares, huertosfamiliares, círculos de salud, jardines infantiles, cen-tros culturales, comités de vivienda, grupos de ahorro,comités de deudas, talleres laborales y otro tipo deagrupaciones, configuraron una extensa y densa redde organizaciones, para atender las necesidades detrabajo, alimentación, salud, educación, así como de

tipo político y cultural.

Intensa participación enlas protestas bajo la dicta-duraFruto de ese proceso deintrospección y exclusión omarginación, forzado por lasnuevas condiciones impues-tas por la dictadura, y demanera paradójica, los pobla-dores experimentaron en esteperiodo mayores cuotas deautonomía (dentro de la pre-

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El movimiento de pobladores…

una lucha de más

de 40 años

LA PARTICIPACIÓN DE LOSPOBLADORES EN EL PROCESO DE

RESISTENCIA Y LUCHA CONTRA LADICTADURA CONTRIBUYÓ SIGNI-

FICATIVAMENTE A ARREBATARESPACIOS AL AUTORITARISMO Y A

MODIFICAR LAS CONDICIONESPARA FAVORECER LA REAPERTURA

DEMOCRÁTICA

Mónica IglesiasVázquez SOCIÓLOGA POR LAUNIVERSIDAD DEBARCELONA Y CANDI-DATA A DOCTORA ENESTUDIOSLATINOAMERICANOS DELA UNIVERSIDADNACIONAL AUTÓNOMADE MÉXICO.

Marta Harnecker es, sinduda, la pensadora marxistacontemporánea cuya obra hallegado a más amplios espa-cios del planeta. Chilena denacimiento y perteneciente auna familia de lejano origenalemán, aúna en su persona-lidad y en su obra el empujey la vitalidad intelectual del

país de Pablo Neruda y una resuelta apuesta por elrigor y la sistematización presente en la mejor tradi-ción de la filosofía de raíz germánicaConoció la revo-lución cubana en 1960, siendo militante de la AcciónCatólica de Chile, y, cuatro años más tarde, se convir-tió en París en discípula del filósofo francés LouisAlthusser y traductora al español de sus primerasobras, escribiendo además el prólogo a la ediciónespañola de La revolución teórica de Marx.

Su primer libro, Los conceptos elementales delmaterialismo histórico, educó en el marxismo ajóvenes comprometidos con los ideales de la izquier-da de todo el mundo y, desde su aparición en 1969,es una de las obras teóricas que ha alcanzado mayordivulgación, con cerca de setenta ediciones.

Desde entonces, su producción abarca más de11.000 páginas y 86 libros a los que se puede acce-der desde la página web de Rebelión. El último deellos, Un mundo a construir. (nuevos caminos),presentado en julio pasado en Madrid.

A esta amplísima bibliografía, se une, además, unaoriginal incursión en el campo audiovisual, con vide-

os con un claro sentido didác-tico y pedagógico que preten-den formar políticamente sinprofesor. CRÓNICA POPU-LAR los ofrecerá próximamen-te a sus lectores. En uno deellos, plantea, entre otrascosas, las nuevas formas dehacer política que tienen queabordarse desde la izquierda.

Vivió en Chile el esperanzador proceso del Gobiernode Unidad Popular liderado por Salvador Allende yderribado por los tanques mandados por Pinochet y laCIA. La sangrienta represión de la dictadura pinoche-tista la condujo al exilio en Cuba, donde dirigió elcentro de investigaciones Memoria PopularLatinoamericana en La Habana. En este país contrajomatrimonio con el dirigente cubano Manuel Piñeiro,responsable de los servicios de inteligencia y luegojefe del Departamento América del PCC, fallecido en1998, con quien tuvo a su hija Camila. De 2002 a2010 fue asesora del presidente venezolano HugoChávez, y a Venezuela dedicó varias de sus obras,como Hugo Chávez Frías: Un hombre, un pueblo,Venezuela, una revolución sui generis y Militaresjunto al pueblo. Últimamente reside en Canadá,donde vive con su actual compañero, el economistaMichael Lebowitz, autor también de importantesaportaciones al pensamiento marxista y colaboradorhabitual de la Monthly Review, la más prestigiosapublicación de la izquierda en EE.UU., de la que,entre otros, fueron editores Paul M. Sweezy, LeoHuberman y Harry Magdof. La obra de Marta Harnecker combina libros testi-

monio, en los que refleja las experiencias des-arrolladas en los últimos años en América Latinaen espacios alternativos al capitalismo(Transfiriendo poder a la gente: municipio Torres,estado Lara, Venezuela, Sin tierra: construyendomovimiento social), con aquellos otros en losque reflexiona sobre la reconstrucción de laizquierda (Reconstruyendo la izquierda,Haciendo posible lo imposible: la izquierda en elumbral del siglo XXI ) y las nuevas vías por lasque discurren algunos países latinoamericanos y,de manera muy particular, sobre el desarrollo delconcepto de “socialismo del siglo XXI”, quecomenzó a abanderar el recientemente fallecidopresidente de Venezuela Hugo Chávez, con elque trabajó estrechamente durante años.Me entusiasmé con el presidente Chávez cuando fui ahacerle una larga entrevista. Durante los descansos enesas sesiones, yo aprovechaba para transmitirle críti-cas que estaba recogiendo a su gestión, fundamental-mente desde la izquierda. Y resultó que Chávez que-ría cerca a alguien que fuera crítico. Esa fue la razónpor la que terminé yéndome a vivir durante 7 años aVenezuela. Me parece interesante recordar esto, por-que a veces se piensa que Chávez era un autoritario.

Cuando concluí mi libro, lo titulé Un hombre, un pue-blo, porque me impresionó enormemente su humani-dad y su convicción de que para transformar la socie-dad tenía que darle poder al pueblo…”

La expresión fue empleada por el sociólogo chi-leno Tomás Moulián en su libro Socialismo delsiglo XXI: La quinta vía, editado en 2000, al quecitas en tus obras. Pero, sin duda, fue HugoChávez quien la popularizó al frente de la revolu-ción bolivariana de Venezuela. ¿Cómo fue el pro-ceso que llevó a Chávez a impulsar esta nuevaconcepción del socialismo?Cuando ganó las elecciones de 1998, Chávez no pen-saba en el socialismo, en una sociedad alternativa alcapitalismo. Pensaba solo en humanizar el capitalis-mo, en un “capitalismo con rostro humano”. Pero lascircunstancias le llevaron muy rápidamente a enten-der que no iba a poder hacer ninguna transformaciónprofunda si no planteaba una sociedad alternativa Vioque su esfuerzo por sacar adelante una serie de leyesque herían levemente los intereses de la oligarquíaprovocó un golpe de Estado y, por otra parte, compro-bó las grandes dificultades que presentaba el aparatode Estado heredado para poder resolver los urgentes Cr

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Marta Harnecker: “El Socialismo no se decretadesde arriba, lo construye

la gente”

Ramón PedregalCasanova.ESCRITOR

dente” de todos los domingos que, muchas veces,duraba más de seis horas. Además, solía hacer largosdiscursos dos o tres veces a la semana. Y lo hizo tanbien, porque es un gran pedagogo, que ya hoy lamayoría de la gente tiene una visión positiva delsocialismo. Se han hecho encuestas y más del 50%de los consultados ven en el socialismo el mejorcamino para resolver sus problemas.

¿Esta percepción de la población venezolana essimilar a la de otros países de América Latina?Esto no ha sido así en el resto de América Latina. Dehecho, Evo Morales durante un tiempo importante nomencionó la palabra socialismo, él habló de revolu-ción cultural y cuando habló de socialismo lo hizo enel sentido de socialismo comunitario o del “Vivirbien”. En Ecuador, aunque Correa sí ha hablado desocialismo del Siglo XXI, ha usado también la palabraindígena, que ha sido traducida como “vida en pleni-tud” o “el buen vivir”. He usado estos términos en eltítulo que he dado a mi libro sobre Ecuador: Unanueva izquierda en busca de la vida en plenitud.Estos términos reflejan una concepción del socialis-mo distinta a la que divulgábamos en el siglo XX, y yoentre ellos.

¿Puedes explicar las principales de esas diferen-cias y los rasgos fundamentales que caracterizanesa nueva concepción del socialismo, el “socia-lismo del siglo XXI”, a los que te refieres en algu-nas de tus últimas obras como América latina y elsocialismo del Siglo XXI. Inventando para noerrar y Un mundo a construir (nuevos caminos)?El socialismo del Siglo XXI es una sociedad que seconstruye con la gente, que no se decreta desde arri-ba. Es lo contrario del paternalismo de Estado. No espropiedad estatal sino propiedad social. No es plani-ficación central burocrática sino planificación partici-pativa. Y hay algo que es central y en lo que nosotrosno pusimos el acento en el pasado, aunque estabapresente en los clásico: la idea del pleno desarrollohumano. Cuando Marx habla de la sociedad alterna-tiva al capitalismo dice que es una sociedad que per-mitirá el pleno desarrollo humano, una sociedad enque la persona humana —él hablaba de “el hom-bre”— al transformar las circunstancias se transformaa sí misma.

Otra idea importante desarrollada por Marx, ymuchas veces ignorada, es el carácter social de lanaturaleza humana. Cuando postula esto no estáplanteando la negación del individuo. Lo que afirmaes que la naturaleza humana individual es eminente-mente social. Hay una relación dialéctica comple-mentaria entre el ser individual y el ser social, no sepuede establecer una separación en el ser humanoentre su carácter individual y su entorno social. Estoimplica un rechazo al “colectivismo”, aquel enfoqueque suprime las diferencias de cada miembro de lasociedad en nombre de un colectivo. El colectivismoes una flagrante deformación del marxismo. Bastarecordar que Marx criticaba el derecho burgués porpretender igualar artificialmente a las personas enlugar de reconocer sus diferencias: al pretender ser

igual para todos termina siendo un derecho desigual,injusto. Según el derecho burgués, si un campesinorecoge 10 kilos de papa y otro recoge cinco lo justoes pagarle al primero el doble que al segundo; peroese derecho no toma en consideración que el primercampesino logra alcanzar esa meta porque está bienalimentado y en buenas condiciones de salud, mien-tras que el otro, tiene una contextura muy débil por-que fue muy mal alimentado cuando pequeño y esedía se encontraba enfermo. Marx en cambio sostenía,que una distribución verdaderamente justa tenía quetener en cuenta las necesidades diferenciadas de laspersonas: de ahí su máxima: “De cada cual según sutrabajo, a cada cual según sus necesidades.”

En tus últimas obras señalas las particularidadesdel carácter y natura-leza de la propiedaden una sociedadsocialista o en transi-ción al socialismo…Otra de las característi-cas del socialismo delsiglo XXI es insistir en elaspecto social de lapropiedad. En no con-fundir propiedad estatalcon propiedad social.Si somos marxistassabemos que la formaen que se distribuye elproducto social depen-de de la forma en quese encuentran distribui-dos los medios de producción en dicha sociedad.Para que la riqueza social pueda satisfacer las necesi-dades de todos los habitantes del país, es fundamen-tal que los medios de producción fundamentales nosean acaparados por unos pocos y utilizados para supropio beneficio, sino que sean de propiedad colecti-va, social.

Pero, propiedad social no es lo mismo que propiedadestatal, aunque el socialismo del siglo XX tendió aidentificarlas a pesar de que Lenin insistió en diferen-ciar estatización de socialización. En este sentido esimportante distinguir entre propiedad jurídica formaly propiedad real. El Estado representa formalmente alcolectivo, pero para que el colectivo se apropie real-mente de los medios de producción (fábricas, minas,tierras, servicios) se requiere mucho más que un sim-ple acto jurídico de expropiación de los capitalistas yde paso a manos del Estado de esos medios de pro-ducción.

Engels sostiene que “la propiedad del Estado sobrelas fuerzas productivas no es la solución del conflic-to, pero alberga ya en su seno el medio formal, elresorte para llegar a la solución.” Esta solución sólopuede estar en reconocer de un modo efectivo elcarácter social de las fuerzas productivas modernas...Para esto, no hay más que un camino: que la socie-dad, abiertamente y sin rodeos, tome posesión deestas fuerzas productivas, que ya no admiten otra Cr

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problemas sociales que aque-jaban a la población. Porejemplo, la presencia demédicos en los barriospobres, en los caseríos, por-que el sistema de salud here-dado no atendía a los sectoresmás pobres de la población.Los médicos habían sido edu-cados para trabajar en el cen-tro de la ciudad, eran especia-listas y no estaban preparadosen medicina integral, que eslo que necesita saber unmédico de familia o un médi-co comunitario... Éstas y otrascosas que se le fueron presen-tando en el camino, le hicie-ron comprender que no podíaavanzarse en las transforma-ciones sociales que se propo-nía dentro del sistema capita-lista, del neoliberalismo, y ahíse plantea la construcción deuna sociedad alternativa.

Se dice que Chávez hablócon Fidel Castro acerca dela conveniencia o no deutilizar el término socialis-mo al plantear esa socie-dad alternativa…Corren rumores en el sentidode que él habría discutido conFidel acerca de la convenien-cia del empleo del términosocialismo y que Fidel lehabría advertido que no usaraese término porque no eraentendido por la gente.Chávez no le hizo caso, con-sideró que debía usarlo paraexpresar claramente que la solución no era el capita-lismo, sino una sociedad alternativa, y que, según él,el único término que refleja ese carácter alternativoera el de “socialismo”. Plantea por primera vez esto afines del 2004 en una reunión de intelectuales que sehace anualmente en Cuba —yo estuve en ella —, yahí habló de la necesidad de rescatar el socialismo.Luego, en el Foro Social Mundial de Puerto Alegrehabló nuevamente del socialismo e insistió en nocopiar el socialismo de la Unión Soviética. Pocassemanas después, en la IV Cumbre de la DeudaSocial, repitió que no había otra alternativa al capita-lismo que el socialismo, pero, consciente del rechazoque producía la palabra, habló de que se trataba deun nuevo socialismo: el socialismo del siglo XXI. Alagregar esta calificación, buscaba diferenciarlo de loserrores y desviaciones del modelo de socialismoimplementado durante el siglo XX en la UniónSoviética y los países del este europeo.

El término socialismo era chocante para la culturavenezolana, pero Chávez se propuso cambiar su per-

cepción y en cada una de sus intervenciones públicasexplicaba las consecuencias negativas del capitalis-mo y cómo el socialismo era la solución. Fidel sedemoró dos años antes de emplear el término socia-lismo, después de una práctica de más de dos años enque la revolución había dado educación a los niños,había reubicado a las prostitutas, había transformadolos cuarteles en escuelas. A veces olvidamos que elprimer intento de Cuba fue no tener un ejército. Pero,paradójicamente, Cuba terminó siendo el país deAmérica Latina con mayor desarrollo militar propor-cionalmente a sus habitantes, porque tuvo que armar-se aunque esa no era su vocación para defender susoberanía —recuerda el intento de invasión de BahíaCochinos —,. Muchas veces los ideales de los líderesrevolucionarios no pueden ser materializados porquetienen que enfrentar la reacción enemiga que juega adestruir la revolución y no le permite avanzar.

Pero volviendo a Chávez y el socialismo del SigloXXI, él se dedicó a explicar qué se entendía por estetérmino, en su programa radiotelevisivo “Aló presi-

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“TENEMOS QUE RECHAZAR LADEMOCRACIA BURGUESA NO

POR SER REPRESENTATIVA, SINOPOR NO SER SUFICIENTEMENTE

REPRESENTATIVA, PORQUEQUEREMOS QUE QUIENES HAN

SIDO ELEGIDOS NUESTROSREPRESENTANTES NOS

REPRESENTEN REALMENTE”

comunes y generales que atañen a la vida humana ensociedad, y para ello debe establecerse alguna formade representación , de delegación que no reproduzcalas limitaciones y deformaciones a las que da origenla representación política burguesa clásica.

En esta línea, ¿qué pasos se han dado en laVenezuela deChávez para com-binar la democra-cia directa y lademocracia dele-gada? En la Venezuelarevolucionaria sehan dado pasos, quemarcan un hito en lahistoria política lati-noamericana, paraabolir la figura clási-ca de representaciónpolítica e ir instau-rando un sistemapolítico que combi-na democraciadirecta con delega-ción o “vocería”,como se le ha llama-do acertadamente eneste país. Aquí, laspersonas electaspara formar parte delconsejo comunal sedenominan “voce-ras” y “voceros” por-que son la voz de lacomunidad y, poreso, cuando dejande serlo, porque handejado de transmitirlo que la comunidad piensa o decide, esas personaspueden y deben ser revocadas.

De estas experiencia he extraído la idea que seríaposible constituir un sistema político inédito de poderpopular o de autogobierno que combine democraciadirecta en los espacios pequeños con todo un sistemade asambleas de voceras y voceros [de delegadas ydelegados] a distintos niveles, las cuales deberían ele-gir, orientar y controlar a los distintos órganos degobierno.

Si defendemos que las grandes decisiones deben sertomadas por la gente, tenemos que ser coherentes yseñalar de qué manera millones de personas, que ade-más viven a cientos de kilómetros unas de otras, van apoder tomar esas decisiones. Yo no veo otra posibili-dad que no sea la de delegar en algunas personas paraque éstas representen las posiciones de sus comunida-des en los niveles institucionales superiores. Al suponer un cuestionamiento profundo de lademocracia formal, estos planteamientos delsocialismo del siglo XXI, ¿hasta qué punto com-portan un cuestionamiento también del concep-

to de representación política, tal como la entien-de y aplica la burguesía? O, dicho de otro modo,¿qué tipo de representatividad se rechaza desdeel socialismo del siglo XXI?El correcto cuestionamiento a la democracia repre-sentativa burguesa, no debe llevarnos a rechazar todotipo de representatividad. Lo que se rechaza, y con

razón, es esa democracia que se limita a los cincominutos de votación cada cierto número de años; esademocracia elitista que ha invisibilizado a sectoresimportantes de la población, que son los que hoy hancomenzado a aparecer en el escenario político en dis-tintas partes del mundo, expresando una crítica abier-ta o implícita al sistema político vigente.

Yo digo que tenemos que rechazar la democraciaburguesa no por ser representativa, sino por no sersuficientemente representativa, porque queremos quequienes han sido electos nuestros representantes, nosrepresenten realmente. Ya hemos hablado de que enVenezuela se habla de “la voz de voceros y voceras”,porque cuando la “voz” deja de ser “voz” es revoca-da, es sacada. Pero lo que han inventado los estudian-tes chilenos es también realmente interesante.Participé en unas reuniones a las que me invitaron, yme hablaban del sistema asambleario y les pregunté:¿Cómo deciden quién va a las reuniones a otros nive-les?, porque no pueden ir todos; Y su respuesta fue:“Tenemos un delegado/a”. “Pero eso es un sistema dedelegación”— les dije, y me respondieron: “Sí, peronosotros hemos decidido nombrar a alguien de la Cr

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dirección que la suya.” Y yo considero que es justa-mente a través del proceso de planificación partici-pativa como la sociedad se apropia de las riquezasque produce.

Desde esta perspectiva, ¿Cómo caracterizas elproceso que se desarrolló en la URSS y, en con-secuencia, en los demás países del bloque sovié-tico, hasta su derrumbe, en relación con losmedios de producción?Lo que ocurrió en la Unión Soviética y en los paísesque siguieron su ejemplo no fue una real apropiacióndel proceso productivo por parte de la sociedad, por

parte de los traba-jadores, sino unasimple estatiza-ción de los mediosde producción.Éstos dejaban deser propiedad deunos pocos, parapasar a ser propie-dad del Estado quesupues tamenterepresentaba a lostrabajadores. Sinembargo, el pro-ceso productivomismo sufrió muypocas modifica-ciones: la granfábrica socialistase distinguía pocode la capitalista:los trabajadoresseguían siendo untornillo más de lamáquina, tenían

muy poca o nula participación en la toma decisionesen su centro de trabajo. Este mal llamado capitalismode Estado mantenía la organización jerárquica de laproducción, el gerente tenía un poder “dictatorial” ylas órdenes se transmitían de arriba hacia abajo.

Frente a los anteriores modelos, que se basabanen un funcionamiento centralizado, señalas tam-bién la descentralización como otro de las carac-terísticas esenciales de este socialismo del sigloXXI…Efectivamente, otro rasgo central del socialismo delsiglo XXI es el de la descentralización, contrariamen-te al socialismo del siglo XX, llamado también “socia-lismo real”, que fue un modelo muy centralizado. Yesto está directamente relacionado con el tema de laparticipación popular. Ésta puede quedar en meraspalabras si no se crean los espacios adecuados paraque ella se ejerza; espacios para que se pueda ejercerno sólo la capacidad de votar, de ser consultados,sino también la de tomar de decisiones, y eso impli-ca descentralización de funciones, de recursos, endefinitiva, descentralización del poder.

Y esto significa reconocer que existe capacidad delpueblo para esa toma decisiones Muchas veces la

izquierda no reconoce que existe esa sabiduría popu-lar, hay temor a que la gente decida porque se pien-sa que la gente va a decidir mal. Nosotros pensamosque si la gente está bien informada decide bien.Tenemos un ejemplo en Venezuela con lo que ocu-rrió en Isla Margarita: la gente había decidido ambu-latorios, y cuando van los técnicos a ver por qué lagente ha pedido como prioridad número uno ese tipode obras. se dan cuenta de que los techos son de ura-lita, un material que contamina, que produce cáncer.Y cuando los técnicos informan de eso a la gente, éstacambia la prioridad. ¿Qué pueblo, qué persona va aestar en contra de una cosa racional? El problema esque muchas veces, por despreciar la capacidad quetiene la gente de entender, se imponen medidas, y, aveces, la gente las rechaza, porque no ha obtenido lainformación suficiente.

Hay que partir de confiar en la gente. El socialismo nose construye desde arriba, lo construye la gente, y esoera lo que Chávez tenía claro. La mayor fortaleza deChávez, su mayor cualidad, fue entender que habíaque entregar poder a la gente, que si se quería resol-ver el problema de la pobreza había que dar poder alos pobres, y en ese sentido van los consejos comuna-les, las comunas y el Estado comunal.

Todo ello incide de modo sustancial en el con-cepto de democracia directa como una supera-ción de la democracia representativa pero, almismo tiempo, tú hablas de los límites que tienela democracia directa y de la necesidad de com-binar la democracia directa y la democracia dele-gada.Creo que es muy importante que entendamos que laúnica forma aceptable de democracia no es sólo lademocracia directa, es decir, aquella democracia enla que a través de asambleas la gente discute y deci-de qué hacer. La democracia directa es una forma dedemocracia, sin duda la más rica y protagónica, perotiene límites. Yo pienso que para que todos puedanparticipar plenamente, la dimensión del grupo nopuede ser excesivamente extensa. No podemos pen-sar en democracia directa a nivel municipal, porejemplo, en un municipio con 200 mil habitantes y,mucho menos, en las grandes capitales donde habi-tan millones de personas.

Pero, al mismo tiempo, la participación democráticano puede quedar limitada a estas experiencias depequeña dimensión, sino que debe trascender lacomunidad, la sección de la fábrica, el aula de clases,debe abarcar niveles de poder local más amplioshasta llegar a la escala nacional; lo mismo debe ocu-rrir en las empresas: además de existir consejos de tra-bajadores por taller o sección, debe haber consejosde trabajadores por empresa, por rama de la produc-ción; y similarmente debe ocurrir en los centros deestudio (por aula, facultad, universidad, universida-des).

Hay que crear un sistema que permita la participa-ción de las ciudadanas y ciudadanos en todos los pro-cesos de toma de decisiones, concernientes a asuntos

“EL SOCIALISMO DEL SIGLOXXI ES UNA SOCIEDAD QUE SE

CONSTRUYE CON LA GENTE, QUENO SE DECRETA DESDE ARRIBA.

LA MAYOR FORTALEZA DECHÁVEZ, SU MAYOR CUALIDAD,FUE ENTENDER QUE HABÍA QUE

ENTREGAR PODER A LA GENTEES LO CONTRARIO DEL

PATERNALISMO DE ESTADO. NO ES PROPIEDAD ESTATAL SINO

PROPIEDAD SOCIAL. NO ES PLANIFICACIÓN CENTRALBUROCRÁTICA SINO PLANIFICA-

CIÓN PARTICIPATIVA”

ductiva se ha comenzado a sentir la escasez, han fal-tado productos y se ha recurrido a la importación. Porotra parte, el sistema cambiario ha desestimulado laproducción nacional favoreciendo las importacionesdurante mucho tiempo. También está el problema dehaber tenido que devaluar la moneda, y l la derechase ha aprovechado para hacer una campaña muydemagógica en contra,aunque sabe que habíaque hacer eso. Lagente está muy afecta-da por la cuestión eco-nómica. El propio pre-sidente Maduro hadicho que hay quehacer un “gobiernoeconómico”. EnVenezuela está ocu-rriendo, asimismo, loque nosotros vivimosen Chile en la épocade Allende: una oposi-ción que producemenos y oculta pro-ductos para aumentarla escasez, que se llevacapitales fuera delpaís…La cuestión escompleja pero los ele-mentos a los que mehe referido antes mehacen tener esperan-zas. Si no existieratodo el bagaje culturaly emocional acumula-do por Chávez, lasituación sería muchomás difícil.

Dices en tu último libro, Un mundo a construir(nuevos caminos) que no lo habrías podido escri-bir si no hubieses realizado un seguimiento muydirecto de los procesos concretos de innovaciónpolítica que se han ido dando en AméricaLatina… Efectivamente, en mi libro he recogido lo que heaprendido en diferentes lugares, por ejemplo lo que teacabo de decir de los estudiantes chilenos y de suinvento de lo que he denominado "el comisario polí-tico popular” Otra idea interesante que aprendí delMovimiento de los Sin Tierra de Brasil es su manejode la forma de decidir. Este movimiento plantea quehay que decidir por mayoría porque lograr llegar a unabsoluto consenso es muy, muy difícil, y si pretendié-ramos sólo avanzar cuando hemos logrado consensolo más probable es que muchas veces nos quedaría-mos paralizados. El consenso, es aparentemente lomás democrático, pero de hecho se transforma enuna dictadura de una pequeña minoría o de una solapersona . Eso es lo que ocurre con el Consejo deSeguridad: basta el veto de Estados Unidos para quetodo se paralice. Pero lo interesante es que el MST,aunque emplea el método del centralismo democrá-tico que implica que la minoría debe someterse a la

mayoría, cuando sólo logra una mayoría estrecha, noimpone su criterio al resto, sino que considera que esnecesario darse un lapso mayor para tomar una deci-sión. Espera que, con el transcurso del tiempo, quie-nes se oponen a la medida, gracias a las nuevas infor-maciones que ellos les otorgarán y a experienciasprácticas que demuestran su utilidad, vayan cambian-

do de pensar, vayan madurando. Entonces, cuandoya han logrado una mayoría amplia, toman las deci-siones. Ese método les ha permitido mantenerse uni-dos durante muchos años, a diferencia de muchosgrupos de izquierda que, ante cualquier discusión nocompartida por todos, tienden a dividirse. Podríahablar de múltiples enseñanzas que han sido recogi-das en mis diversos libros testimonio y en el libroescrito en el 90 que titulé Izquierda y crisis actual,un libro que es una mezcla de testimonio y ensayo.

Mi gran vocación es ser un instrumento para sociali-zar las mejores experiencias de la izquierda que, porsupuesto, la prensa burguesa nunca divulga. Creo quela mejor forma de aprender hoy no es a través demanuales, sino a través del conocimiento de diferen-tes experiencias para sacar las propias conclusionesde acuerdo a cada diferente realidad.

¿En qué medida estas nuevas experiencias enAmérica Latina tienen como protagonistas tam-bién a las mujeres? Desde esas nuevas perspecti-vas de la izquierda, ¿continúa habiendo discrimi-nación hacia ellas?Las mujeres han jugado un papel muy importante ennuestras luchas: hubo mujeres comandantes guerrille- Cr

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asamblea que controle que ese/a delegado/a para queéste/a responda a la asamblea.” Es decir, han inventa-do una fórmula nueva, han creado la figura del “vee-dor” , una especie de comisario político. Pero ya noun comisario político del partido para controlar quelas líneas del partido se cumplan, como lo era en alsocialismo del siglo XX, sino lo que yo denomino“comisario político del movimiento popular” y sutarea es controlar la fidelidad de sus dirigentes a lodecidido en asamblea .

¿Cuál sería, por tanto, el desafío al que se enfren-ta la izquierda enla esfera de larepresentaciónpolítica?La conclusión detodo lo que te hedicho anterior-mente, y que estámás desarrolladaen mi libro Unmundo a cons-truir, es quenuestro desafío escrear un sistemapolítico de repre-sentación, o dele-gación, pero muydiferente al siste-ma democráticoburgués; un siste-

ma que combine momentos de democracia directa ymomentos de democracia indirecta o delegada.Negar la posibilidad de delegar es negar la posibili-dad de participar en la toma de decisiones sobretemas que trascienden a nuestra realidad local

Todo esto está haciendo que en América Latinase esté dando una vía de transición al socialismodiferente a la que se dio en la Unión Soviética…Por supuesto, otra de las características del socialismoque se está intentando reconstruir en América Latinaes que se inicia, no conquistando todo el poder delEstado, por la vía armada (insurrecciones o guerrasimperialistas que permiten la construcción de ejérci-tos populares), sino ganando el gobierno, una peque-ña parte del poder del Estado y desde el gobierno, porla vía institucional, es que se va avanzando.

Nuestros gobernantes se enfrentan al dilema de cómoavanzar hacia el socialismo cuando sólo se ha con-quistado el gobierno. Esto hace mucho más complejasu situación. No sólo deben enfrentar el atraso de suspaíses sino que deben hacerlo sin contar con todo elpoder del Estado.

Pero, para avanzar por la vía institucional es necesa-rio cambiar las reglas del juego institucional. Esto lotuvo claro Chávez desde sus inicios. Cuando se deci-de a abandonar la vía insurreccional y presentarse aelecciones, la primera bandera que levanta es la con-vocatoria a una asamblea constituyente. Los tres paí-ses más avanzados de América Latina han logrado

elaborar y aprobar nuevas constituciones que facilitansu avance hacia el socialismo.

Pero, este paso, aunque necesario para avanzar, nopuede ser un paso dado sólo con voluntarismo, hayque darlo con la certeza de ganar. Fue justamente poreso que la Unidad Popular en Chile no se decidió aconvocar a una asamblea constituyente, pero a mí mesurge una duda: ¿qué hubiera pasado si hubiésemostensionado nuestra fuerza y si hubiésemos trabajadocasa a casa con ese tema? Aquí es importante recor-dar que cuando la oposición plantea la revocación demandato de Chávez, las encuestas le eran desfavora-bles, se corría el riesgo de que triunfara el SI opositor,pero él decidió aceptar el desafío y se puso en cam-paña para construir la correlación de fuerzas queluego le permitió ganar.¿Cómo ves el futuro de Venezuela sin HugoChávez al frente del proceso revolucionario?Yo soy optimista, aunque creo que Venezuela estáviviendo una situación muy difícil en el terreno eco-nómico Fueron muchas las ideas que Chávez sembrósobre la futura sociedad que había que construir y elpueblo las ha hecho suyas y estoy convencida deque éste exigirá a los actuales dirigentes del procesocoherencia con el pensamiento de Chávez. Ese pue-blo ama a Chávez; Chávez está presente en todaspartes. ¡Imagínate lo que es que se esté transmitien-do constantemente en televisión los mejores mensa-jes de Chávez! ¡Es como si no se hubiera ido! Lagente escucha estos mensajes, los asume y ellos leproporcionan armas para luchar contra los burócra-tas que quieren impedir que se realicen sus ideas ,porque, además, Chávez habló de la interpelaciónpopular. Decía a los altos funcionarios del gobierno:“déjense interpelar por el pueblo, podemos cometererrores”. Pero no se trata solo de un discurso muypedagógico que sirve de faro que ilumina el camino,sino también de la inmensa confianza que él tenía enel pueblo. Chávez ofreció a la gente la posibilidad detomar decisiones, entregando recursos a las peque-ñas comunidades donde la gente elaboraba planes yproyectos. Así la gente fue creciendo en autoestima,ha ido madurando mucho, se ha ido sintiendo com-prendida, ayudada, estimulada. Las ideas y orienta-ciones de Chávez acerca de la necesidad de cons-truir una sociedad alternativa al capitalismo y cómohacerlo están presentes y marcan el camino delactual gobierno Todo eso nos mantiene optimistas enrelación a Venezuela.

¿Cuáles son los principales problemas a los quese enfrenta Venezuela en la nueva etapa?Venezuela está viviendo una situación objetiva muycomplicada. Tras ser reelegido por tercera vez,Chávez reconoció que la gran debilidad del gobiernohabía sido la falta de eficiencia y de planificación.Hubo una gran inversión en misiones sociales perono hubo suficiente inversión y estímulo a la produc-ción interna. El gasto público ayudó a que la genterecibiera mejores salarios y recursos para la salud, ali-mentos baratos, subsidios, etcétera., y, por tanto,aumentó la demanda interna. Pero como todo ello nofue acompañado de un estímulo a la inversión pro-

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“NUESTRO DESAFÍO ES CREARUN SISTEMA POLÍTICO DE

REPRESENTACIÓN, O DELEGACIÓN, PERO MUY

DIFERENTE AL SISTEMADEMOCRÁTICO BURGUÉS;

UN SISTEMA QUE COMBINEMOMENTOS DE DEMOCRACIA

DIRECTA Y MOMENTOS DEDEMOCRACIA INDIRECTA

O DELEGADA”

ciantes de nuestros pueblos, la agudización vertigino-sa de la miseria y la exclusión social de la gran mayo-ría de la población, mientras cada vez menos manosacaparan la mayor parte de la riqueza, han llevado aque un número creciente de personas en el mundocomience a rechazar este modelo. La hegemonía cul-tural de la burguesía ha comenzado a resquebrajarseen varios países. Fue ese resquebrajamiento el quecreó las condiciones para que varios de nuestros pue-blos latinoamericanos comenzaran a elegir a gober-nantes con propuestas alternativas al neoliberalis-mo.Pero esto no ocurre sólo en América latina, ocu-rre en mucha sotras partes del mundo y eso explicatambién las actuales movilizaciones y sublevacionespopulares en distintas partes del planeta. Pero esteresquebrajamiento de la hegemonía burguesa no sig-nifica que se haya consolidado una nueva hegemoníapopular. Ésta no surge espontáneamente, se necesitaun instrumento político, una entidad política queoriente su construcción.

¿Por qué hablas de instrumento político y no departido político?Prefiero hablar de “instrumento” y no de partido, porvarias razones. En primer lugar, porque creo que eltérmino partido político está muy desgastado. Lagente, con toda razón, no confía ni en la política nien los políticos y sus partidos. En segundo lugar, creoque la palabra instrumento deja mucho más claroque la organización política tiene que ser adecuadaa cada realidad que queremos transformar y quepuede tomar distintas formas: un amplio frente; unaentidad que combine representación política ysocial, etc. Por eso hablo de un instrumento políticoadecuado a los tiempos nuevos, un instrumento quetenemos que construir entre todos. La visión quetengo de este instrumento político es la de una orga-nización que abandone el reduccionismo clasista yasuma la defensa de todos los sectores sociales dis-criminados y excluidos económica, política, social yculturalmente. De una organización capaz de levan-tar un proyecto nacional que permita aglutinar atodos los sectores afectados por la crisis y les sirva debrújula.Que aproveche el escenario altamente favo-rable para superar la fragmentación y aglutinar enuna sola gran columna a la creciente y dispersa opo-sición social, conformando un bloque social alterna-tivo, de amplísima composición social y de enormefuerza… Hay todo un esfuerzo en mis últimos librospor pensar cómo debe ser ese instrumento político,que nada tiene que ver con las fórmulas que emple-amos en el pasado.

¿Qué tipo concreto de fórmulas resultaron erró-neas?Uno de los errores que cometió la izquierda en los

60 y los 70 era tomar el modelo de partido bolchevi-que que existió en la Unión Soviética y aplicarlo aAmérica Latina. Siempre cuento la anécdota de cómoyo apliqué el modelo bolchevique y llevé de Españalas normas de clandestinidad del PCML. Me gustabanesas normas y llegué a Chile a fines del 68, unademocracia burguesa pero, a fin de cuentas, un siste-ma democrático con muchas limitaciones pero

democrático, y nosotros aplicábamos las normas declandestinidad como que estuviéramos bajo un régi-men dictatorial totalitario.

Volviendo al concepto de hegemonía, ¿es posiblepensar que, al tiempo que se resquebraja lahegemonía de la burguesía, en América Latina seestá construyendo una nueva hegemonía popularque sustituya a la hegemonía burguesa?Yo creo que en América latina estamos empezandoa construir una nueva hegemonía popular. Nos faltamucho por lograrlo, pero hemos avanzado. Ahora,yo me pregunto en relación con este tema por qué elproyecto de nueva sociedad que se está poniendo enpráctica en Venezuela, Ecuador y Bolivia, y que res-ponde a los intereses objetivos del 80 ó 90 % de lagente no se ha traducido en un apoyo a nuestrosgobiernos de esa dimensión Podemos echarle laculpa a la campaña mediática que hacen los mediosen manos de la oposición: ellos están constantemen-te deformando el proyecto, pero ¿acaso no tenemosnosotros una parte de la responsabilidad respecto aestos resultados? Yo pienso que muchas veces nohemos sido capaces de explicar nuestro proyecto a lagente con palabras que la gente entienda y que aso-cie con su propia vida cotidiana; y, por otro lado,algo que solemos no considerar: ¿No será que nues-tra forma de vivir no está siendo coherente con elproyecto? ¿Cómo puede la gente creer en un proyec-to democrático, humanista y solidario si nosotros ennuestra vida cotidiana somos autoritarios, egoístas,insensibles ante los sufrimientos de la gente? Por esopara ganar la hegemonía es tan importante cambiarla cultura política de la izquierda y su visión de lapolítica.

¿En qué sentido habría que cambiar esa culturapolítica de la izquierda?La cultura y la visión de la política por parte de laizquierda no pueden reducirse a las disputas políticasinstitucionales por el control del Parlamento o de losgobiernos locales, por ganar un proyecto de ley ounas elecciones. En esta forma de concebir la políti-ca, los sectores populares y sus luchas son los grandesignorados. Pero, además, la política tampoco puedelimitarse al arte de lo posible. Para la izquierda, lapolítica debe ser hacer posible lo imposible, tal comoplanteé en mi libro La izquierda en el umbral del sigloXXI. Para un revolucionario, el arte de la política eshacer posible, en el futuro, lo que aparece comoimposible hoy. No se trata de una declaración volun-tarista, sino de entender la política como el arte deconstruir fuerza social y política capaz de cambiar lacorrelación de fuerzas a favor del movimiento popu-lar. Aunque la realidad presente nos sea adversa,tenemos que ir creando la correlación de fuerzas quenos permita en el futuro hacer los cambios que dese-amos. Chávez entendió esto perfectamente y lo apli-có genialmente durante su gobierno.

De ese planteamiento se derivan varias e ingen-tes tareas y, sin duda, algunas que conciernen alas políticas de comunicación de la izquierda,que o son muy pobres o ni siquiera existen… Cr

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ras muy destacadas; fueronmujeres las que estuvieron enla primera barricada de lalucha contra la dictadura envarios de nuestros países.Podríamos hablar de muchascosas. Yo sólo quiero mencio-nar aquí la experiencia que hatenido el MST en relación aeste tema. El Movimiento delos Sin Tierra tiene en su coor-dinadora nacional muchasmujeres, y ¿cómo las tiene?No porque establezca unacuota para las mujeres, lo quese ha llamado una discrimina-ción positiva, sino porquedesde la más pequeña organi-zación hasta la más importan-te, todas las organizacioneslas encabeza siempre unhombre y una mujer. Y, comolas mujeres han demostrado en la práctica que sontan o más capaces que los hombres, naturalmente sonelectas a las instancias superiores. Creo que llegar aeso es lo ideal. Por otra parte, este movimiento se pre-ocupa de la formación de sus compañeras. En lasescuelas de formación hay compañeras/os que cui-dan a los niños para que las mamás puedan estu-diar…

Por otra parte, en los gobiernos más avanzados denuestra región ha existido una constante preocupa-ción por la participación de la mujer. En ellos existeuna significativa presencia de la mujer. El presidenteecuatoriano Rafael Correa en sus gabinetes ha tenidoparidad hombre-mujer. En este último gabinete tienecomo ministra de Defensa a una mujer maravillosa,poeta, escritora: María Fernanda Espinoza. Yo laentrevisto en el libro sobre Ecuador que te mencioné,un libro testimonio publicado por El Viejo Topo en el2010, del que estoy especialmente orgullosa por lacantidad de enseñanzas que recoge. Asimismo, acabade ser electa otra maravillosa mujer, muy joven perobrillante, como presidenta del Parlamento.

En la tercera parte de tu obra Un mundo a cons-truir desarrollas una reflexión muy profundasobre “un nuevo instrumento político para cons-truir una nueva hegemonía”, ¿cómo defines eseconcepto sobre el que tanto reflexionó tambiénAntonio Gramsci?La palabra hegemonía suele ser usada como sinóni-mo de dominación y no hay que confundir estos tér-minos. Se emplea para referirse a diferentes situacio-nes. Se habla, por ejemplo, de hegemonía económi-ca, militar, política, cultural. Yo uso el término parareferirme al tema de la conciencia, de la cultura, en lalínea de Gramsci. Mi punto de partida, siguiendo aMarx, es que las ideas y valores que prevalecen enuna determinada sociedad y racionalizan y justificanel orden existente, son las ideas y valores de las cla-ses dominantes, que en épocas pasadas se transmití-an fundamentalmente a través de la familia, la iglesia

y el sistema escolar y que hoyse difunden fundamentalmen-te a través de los medios decomunicación y especial-mente a través de la televi-sión. Y entiendo que unaclase llega a ser hegemónicacuando logra que sus valores,que sus propuestas, que suproyecto de sociedad seanaceptados, mirados con sim-patía y asumidos como pro-pios por amplios sectoressociales. La hegemonía esganarse el corazón y la cabe-za de la gente, convencerlade que nuestro proyecto es elmejor. Hegemonía es lo con-trario a la imposición por lafuerza.

Cuando una clase social llegaa ser hegemónica, uno de sus logros es que permiteconformar un bloque social, es decir, que permitemantener unido a un conglomerado social heterogé-neo que normalmente está marcado por contradiccio-nes de clase, a veces, muy profundas. Son sus plante-amientos, sus propuestas las que sirven de elementode cohesión ayudando a mitigar las contradiccionesexistentes entre sus diferentes sectores sociales.

Pero para que estas propuestas convenzan y agluti-nen, la gente debe sentir que son capaces de resolversus problemas. Al menos debe tener la ilusión de quelas medidas que se adoptan van a resolverlos, porquesi la gente comprueba que esto no es así, empieza aresquebrajarse esa hegemonía.

Está claro que la burguesía continúa hoy en díamanteniendo su hegemonía en una gran partedel planeta y ha logrado que la mayor parte de lasociedad, incluyendo a capas amplias de la clasetrabajadora y a otras fuertemente golpeadas porel capitalismo, hayan asumido sus valores…En no pocos países, los sectores burgueses han logra-do sembrar sus valores y generar una amplia acepta-ción popular del orden social capitalista, han logra-do la dirección cultural sobre la sociedad. Es decir,han logrado gobernar por consenso más que usandoel látigo. Su propaganda suele estar tan bien elabora-da que, no sólo logra crear necesidades artificialessino que también logra ilusionar a importantes secto-res de la población con que sus problemas seránresueltos mediante la implementación de su modeloeconómico.

Sin embargo, en la actual situación de profundacrisis del capitalismo, ¿sería posible pensar que lahegemonía de la burguesía se está resquebrajan-do en algunas áreas, a partir, sobre todo delrechazo del neoliberalismo en varios países deAmérica Latina?La crisis mundial del capitalismo, la incapacidad delneoliberalismo para resolver los problemas más acu-

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NUESTROS GOBERNANTES SEENFRENTAN AL DILEMA DE CÓMOAVANZAR HACIA EL SOCIALISMO

CUANDO SÓLO SE HA CONQUIS-TADO EL GOBIERNO. ESTO HACE

MUCHO MÁS COMPLEJA SUSITUACIÓN. NO SÓLO DEBENENFRENTAR EL ATRASO DE SUS

PAÍSES SINO QUE DEBEN HACERLOSIN CONTAR CON TODO EL

PODER DEL ESTADO.PERO, PARA AVANZAR POR LA VÍA

INSTITUCIONAL, ES NECESARIOCAMBIAR LAS REGLAS DEL JUEGO

INSTITUCIONAL”

mucha gente que quierehacer algo por cambiar estemundo y que no sabe quéhacer, y poder formar partedel voluntariado de una con-sulta podría ser una vía inte-resante .

En España se estaba hacien-do esa consulta en la puer-ta de centros de salud yhospitales, pidiendo lafirma de la gente e infor-mando sobre las privatiza-ciones.Lo que yo digo es que no hayque esperar a que llegue lagente donde tú estás, hay queir a buscarla, aunque a lomejor no puede ser casa acasa. Me decían que acá —en las grandes ciudades— no se puede ir a la casaporque la gente no abre las puertas por razones deseguridad y otros problemas. Hay que encontrar fór-mulas. Si no puede ser casa a casa, ponerse en lacalle, en la puerta del edificio. Te pongo un ejemplopara una situación un poco diferente pero que ilus-tra la creatividad con la que debemos trabajar. Nose si aquí ocurre lo mismo, pero en Cuba se suelenhacer reuniones de padres en las escuelas para tra-tar los problemas educativos de sus hijos, pero quéocurre, ¿qué padres van a esas reuniones? Suelen irsólo los padres de los que realmente están cum-pliendo, y no asisten justamente aquellos cuyoshijos tienen problemas, generalmente originadospor la relación que ellos tienen con sus padres.¿Qué se les ocurrió hacer en Cuba para hacerles lle-gar los mensajes educativos? Decidieron hacerpequeñas obras de teatro con los alumnos de laescuela en los bajos de los edificios en que vivíanalgunos de ellos. Estos actores improvisados asumí-an papeles que representaban vicios o desviacionesde los padres: por ejemplo, un padre que maltratabaa su hijo dándole fuertes palmadas, un padre borra-cho, un padre que maltrataba a la mujer. Muchagente del edificio movida por la curiosidad bajaba aver la obra de teatro, y, entre ellas, aquellos padresque no habían asistido a la reunión en la escuela yque se veían retratados en estas improvisadas obrasde teatro. Esta resultó ser una buena fórmula parallevar el mensaje educativo. Tenemos que crearsoluciones porque hay soluciones. Debemos buscarformas creativas de convocatoria, de concientiza-ción. Y, partiendo de que no hay cultura participati-va, de que la gente no quiere perder tiempo en par-ticipar, tenemos que evitar el “reunionismo”, hacersólo las reuniones más indispensables y que en cadauna de ellas la gente se sienta que salió ganandoalgo, que sienta que no perdió el tiempo. Tenemosque pensar no sólo en la cabeza, tenemos que pen-sar en el corazón de la gente. La gente debe salir conalgo que le tocó el corazón. Por eso es tan importan-te lo que el Movimiento de los Sin Tierra de Brasilllama la “mística”. Ellos no comienzan una reunión

de discusión o de estudio sinantes haber hecho unapequeña obra de teatro alusi-va a algunos valores quequieran trasmitir, o habercantado alguna canción quetransmita fuerza, o haberrecitado una poesía. Eso creaun ambiente psicológico enel grupo muy positivo y pre-para el espíritu de los partici-pantes para enfrentar conmás ánimo el contenido dela reunión. Nosotros, cuandotrabajamos en las comunida-des, solemos proyectar docu-mentales de unos 25 minutosde experiencias comunitariasmuy valiosas, que ha elabo-rado MEPLA (MemoriaPopular Latinoamericana), la

institución que yo dirigí durante muchos años enCuba, que cuenta con un excelente director de cine,con gran vocación pedagógica, Luis Acevedo Fals.Es increíble cómo estos documentales han ayudadoa motivar a la gente. Haber podido ver ese tipo dematerial ya justifica el esfuerzo por ir a dicha reu-nión.

¿Cómo se crea “poder popular”? Si quieres realmente crear poder popular tienes quepermitir que la gente ejerza el poder. Tienes que crearlas condiciones para que la gente no se limite a asis-tir a reuniones, a discutir, a levantar la mano, a votar,sino que llegue a tomar decisiones, como te decíahace un rato.

¿Y el “contra poder”?Eso es algo que Julio Anguita explica muy bien. Heescuchado algunas de sus intervenciones en actos yme parecen excelentes

Siguiendo la concepción dominante en losEE.UU, Kerry ha vuelto a hablar de que AméricaLatina es su “patio trasero”, ¿crees que el gobierno de EEUU va a tratar de “reconquistar”el continente?Hace tiempo que está tratando de hacerlo. Yo en ellibro hablo de su proyecto de recolonización y disci-plinamiento, de intentos de golpe fracasados (enBolivia y Ecuador) y de intentos exitosos (contraZelaya en Hondura y contra Lugo en Paraguay), peroes evidente que el gobierno de los Estados Unidos haido perdiendo terreno. La correlación de fuerzas exis-tente hoy en la región es mucho más favorable anuestros proyectos que cuando Chávez triunfó en1998. Ya no puede hacer lo que quiere. Fracasó suintento de establecer el Tratado de Libre Comercio delas Américas y los países de la región se reúnen sin supresencia: Unasur es un paso significativo en estesentido. Hemos tenido la madurez de encontrar loque nos une y colocar en un lugar secundario nues-tras diferencias. Cr

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En efecto, de ahí salen varias tareas y una de ellas, esla de la comunicación. En la izquierda del pasado, seinvertía en muchas cosas y muy poco en comunicar.Se hacían cursos de formación, se preparaba para laclandestinidad y más cosas. Pero invertir en comuni-cación no. Y los gobiernos mismos se encuentran hoycon ese problema. No tenemos canales alternativos.Es difícil, pero no imposible, si apostamos por ello, sidedicamos tiempo y recursos a elaborar una estrate-gia,, si buscamos formas creativas para con el pueblo.Eso es básico. Menos mal que el poderío mediáticoenemigo no es absolutamente determinante, sino

estaríamos condenados a no transformar la sociedad.En Brasil, cuando empezó el presupuesto participati-vo la izquierda tenía a los medios de comunicaciónen contra. Sin embargo, como había una prácticacoherente, no corrupta, transparente y que demostra-ba que quería delegar poder en la gente, la ciudada-nía empezó a creer en dicho proceso, no solo la gentedel Partido de los Trabajadores, sino el ciudadano/acomún.

Cuando nuestros pueblos eligen gobernantes deizquierda lo hacen contra todo el peso mediático,como han sufrido en carne propia las consecuenciasdel neoliberalismo, ya no creen en las promesas deun mundo mejor lanzadas por los medios de comuni-cación bajo su control. Una cosa es el discurso neo-liberal y otra cosa es la práctica.

¿Cómo ves la situación en España y en otros paí-ses donde se están registrando fuertes moviliza-ciones populares?Veo las inmensas movilizaciones y eso da ánimo. Esalgo maravilloso ver cómo amplios sectores del pue-

blo empiezan a despertar. Pero pienso que eso nobasta. Nosotros vivimos en América Latina moviliza-ciones que impidieron, por ejemplo, como en elcaso de Ecuador, que se privatizaran las empresas.Hemos visto otras que lograron derribar presidentes,pero que no fueron capaces de conquistar el poderpara iniciar un proceso de transformaciones socialesprofundas. Una vez más, las movilizaciones queestán ocurriendo en diversas partes del mundo, comolos estallidos sociales que se produjeron en varios paí-ses de América Latina en los ochenta y noventa, handemostrado fehacientemente que no basta la iniciati-

va creadora de las masaspara alcanzar la victoriasobre el régimen imperan-te. Eso no es suficiente parapasar de la resistencia a lafase de la construcción deuna alternativa., Para elloestoy convencida de que serequiere de algún tipo deinstrumento político.

¿Tú crees que para con-seguir avanzar en ladefensa de los interesesde la mayoría ¿hay quetener a la gente en lacalle?Debemos diferenciar entretener gente en la calle ytener gente organizada,puesto que no es siemprelo mismo. Que la genteeducada en los valores delneoliberalismo, del sálve-se quien pueda, del egoís-mo, del consumismo, dela comodidad, salga a lacalle en forma masiva esun salto cualitativo muy

positivo que nadie puede negar. El tema es cómohacer para pasar a etapas superiores de lucha. Cómohacer para que cada una de las personas que semoviliza pueda contribuir a la lucha general a travésde pequeñas tareas; cómo hacer para que sienta queella puede aportar aunque sea un granito de arenapara ese cambio que todos persiguen; cuáles podrí-an ser las tareas que permitan lograr este objetivo. Amí me gusta mucho la idea de realizar una consultapopular. Es importante recordar, que en Américalatina se derrocó el ALCA (Tratado de LibreComercio de las Américas) gracias a una gran movi-lización popular previa al pronunciamiento quetuvieron los presidentes de los distintos países. Envarios países, especialmente en Brasil, se hizo unagran campaña nacional contra el ALCA. Ésa campa-ña consistía en un esfuerzo de concientización res-pecto a los daños que este tratado produciría en lavida cotidiana de la gente. Se impulsó la visita casapor casa, se invitó a participar a todo el que quisie-se contribuir al objetivo, se hicieron pequeños cur-sos y pequeños manuales para nutrir el trabajo deestos voluntarios. Yo estoy convencida de que hay

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“MI GRAN VOCACIÓN ES SER UNINSTRUMENTO PARA SOCIALIZAR

LAS MEJORES EXPERIENCIAS DE LAIZQUIERDA QUE, POR SUPUESTO,

LA PRENSA BURGUESA NUNCADIVULGARÁ. CREO QUE LA MEJOR

FORMA DE APRENDER HOY NO ES ATRAVÉS DE MANUALES, ES A TRAVÉS

DEL CONOCIMIENTO DEDIFERENTES EXPERIENCIAS PARA

SACAR LAS PROPIASCONCLUSIONES DE ACUERDO

A CADA DIFERENTE REALIDAD”.HEGEMONÍA”

Dibujos de

Angel

Aragones

en

IzquierdaColeccción particularMadrid

DerechaColección MuseoSalvador Allende

Chile

su momento se extendía por la cuenca de otro granrío, el Mississippi. (Carson, 1962)

Esas burguesías agrícolas, y ganaderas son un poder enlos países de América del Sur. Sus exportaciones supo-nen unos ingresos fiscales importantes, pero quizásmenores de lo que debieran ser a la hora de cuadrar elPresupuesto del Estado. Tienen capacidad de frenaractuaciones políticas que debieran lograr avanceshacia el equilibrio social de los países. Defiendenunos intereses propios de clase. Los Gobiernos convi-ven con ellas desde antiguo, con el argumento de queesa agricultura y exportación dan ingresos que crean ymantienen puestos de trabajo. La sociedad local ve endichas actividades una fuente de desarrollo.

Ahora bien, el cultivo de la soja no acabará en estedibujo actual. Delante de nosotros está la crecientedemanda de agro combustibles. Poco a poco, la ofer-ta de derivados del petróleo se encarecerá e inclusosu volumen puede reducirse. Y, para hacer frente alcreciente parque automotriz del mundo, se incremen-tará la producción de esa energía de origen agrícola,que en su inicio se denominó “bio combustibles”, yque hoy ya equivale al 1,5% de la extracción decrudo en el mundo. (BP, 2013)

En esta zona del mundo Brasil inició en los añossetenta del siglo pasado la producción de bioetanol

como sustitutivo de la gasolina, Era el momento en elque se daba una de las llamadas de atención respec-to a que los recursos de hidrocarburos son limitados.Este país, con un esquema de agroenergía fuerte, mul-tiplicó la superficie de cultivo de la caña de azúcar, yasí atendió a la mitad de su demanda de combustiblepara la automoción. Hoy ha sido superado en pro-ducción por Estados Unidos, que obtiene su bioetanola partir de maíz.

Como sustitutos del gas oil, los bio diesel se obtienende aceites y estos pueden provenir de la palma, lacolza, el girasol y la ya mencionada soja. El aceite depalma es una buena materia prima, muy fluida, debaja viscosidad. Las plantaciones se extienden porzonas de clima tropical: Indonesia, Malaysia,Colombia, Nicaragua y otros. La colza y el girasoltambién son solicitados para este fin aunque su pro-yección futura parece menor. Todo ello configura uncampo de potencial desarrollo para países de econo-mía agro exportadora, pero que también muestracaras de preocupación. (FAO, 2008)

La comercialización de la sojaLa soja encuentra así un nuevo campo de comercia-lización que le resulta atractivo. Su aceite ya se trans-forma en bio diesel para consumo como combustibleen algunos países donde se extiende el cultivo; elcaso más significativo es Argentina que tiene un ratio Cr

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Los proyectos para la explo-tación de los recursos natura-les suponen unas alteracio-

nes sociales y ambientales y frente a ello aparece laoportunidad de un nuevo esquema de desarrollo eco-nómico. Éste último es una demanda de los pueblos ylos gobiernos, que es preciso tener en cuenta, aunquenos debamos preguntar también sobre qué modo decrecimiento escogemos y a qué coste. Son esquemaspoliédricos, y el gran proyecto de la hidrovía delParaná-Paraguay es uno de ellos, el cual, entre otrosaspectos críticos, afecta a una gran reserva mundialde la biodiversidad.

La demanda de soja, como gran recurso agroindus-trial y alimentario, crece y seguirá creciendo. Lacuenca del Paraná–Paraguay es el entorno en el quese cosecha la quinta parte del total mundial de estasemilla oleaginosa y previsiblemente allí aumentaráel volumen de su producción en las próximas déca-das. El progresivo desarrollo de la HidrovíaParaná–Paraguay es la solución para el transporte y laexportación de esa soja o de sus derivados, pero es unproyecto que tendrá un significativo impacto ambien-tal.

Hoy la soja tiene su destino básico en la alimentaciónhumana, bien de forma directa, o bien sobre todocomo forraje de los animales que luego finalmenteirán hacia el consumo humano. Hay que constatarque la ingesta de carne es un hábito consolidado enla sociedad rica del mundo y que crece en los paísesen desarrollo. El ratio de consumo per cápita de ham-burguesas, o de otras formas más selectas de carne,puede verse como un índice de evolución económi-ca, también de cambio cultural.

Burguesías agrícolas y empresas foráneas Las burguesías agrícolas, de Argentina, Brasil yParaguay, aparecen como una de las caras de estepoliedro, bien desde estructuras familiares clásicas ó,ya más recientemente, consolidadas en forma deempresas con tendencia a la internacionalización.

Extienden un esquema de cultivo intensivo, con doscosechas anuales, en el cual la mecanización delmismo, el uso elevado de agroquímicos y la evolu-ción hacia el uso de semillas transgénicas, introduceagresiones importantes hacia la biodiversidad y lasalud humana, a la vez que esquilma el terreno. Enparalelo, en todo ese entorno geográfico se extiendeuna ganadería vacuna, alimentada de pasto ó de esosforrajes, que es un ítem más del comercio alimenta-rio; América Latina exporta casi la cuarta parte de lacarne bovina que se comercia en el mundo. (FAO2013)

Otra cara del poliedro son las empresas foráneas quesuministran los agroquímicos y las semillas genética-mente modificadas. Han encontrado en ese esquemade cultivo una oportunidad de negocio, sin apostarnada a cambio. Los agricultores de la zona sí perde-rán a la larga. Expertos técnicos ambientales argenti-nos resaltan recientemente que con estos productos lazona "exporta suelo más que comida” Saben lo quees depauperar ó desertizar un territorio. En la actua-ción de las empresas que suministran los transgénicoshemos de reseñar que mantienen en sus manos lacapacidad exclusiva de comercializar dichas semillaspara las siguientes siembras quedando los agricultorescon las manos atadas a ellas. Además, hay otradependencia a reseñar, la económica que se va cre-ando en los países citados respecto a este monoculti-vo, hecho que es criticado desde diferentes fuentes.(ConstantinO 2013)

“Las madres de Ituzaingó”En esa crítica que sugerimos hacia los monocultivos yhacia el uso de agroquímicos sólo queremos citar unasituación concreta que se puede encontrar en la red.En la ciudad argentina de Córdoba, las Madres deItuzaingó, un barrio obrero de la periferia, se mani-fiestan contra el cultivo de soja que las rodea. Allí laincidencia del cáncer en sus hijos parece ser sensible-mente mayor que la media de Argentina. Hay muchoque hablar de los agroquímicos, ya hace décadas unabióloga norteamericana advirtió de esa plaga que en

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Cuenca delParaná-Paraguay,

un cambio silenciosoEmilio Menéndez

PérezDEPARTAMENTODE ECOLOGÍA.UNIVERSIDADCOMPLUTENSEDE MADRID

Figura nº 1.- Una década en la producción mundial de agro combustibles. Nos vamos a centrar en lacorrespondiente al bio fuel, sustituto del gas oil

actuaciones, también de alto riesgo ecológico.Algunas de las opciones de futuro para este país sonbuscar recursos naturales en otros continentes llevan-do a ellos parte del deterioro ecológico para tratar defrenar el propio y Latinoamérica es una esperanza

La transformación de la cuenca del Paraná-ParaguayLa cuenca del Paraná–Paraguay vive desde hace dosdécadas una transformación que preocupa en losámbitos conservacionistas. Es un amplio territorio quemantiene una buena parte de la biodiversidad del pla-neta; no sólo en el Gran Pantanal. Su ciclo natural deagua afecta al funcionamiento de un espacio en elcual viven más de cien millones de personas, llegadesde muy al norte y alcanza hasta la ciudad deBuenos Aires. En la cuenca se localiza además elAcuífero Guaraní, una de las reservas de agua dulcede volumen más significativo en el mundo. Grupos detrabajo científico siguen la evolución de estos cam-bios y la gestión de los mismos. (CAPALDO, 2013).

El diseño de la Hidrovía Paraná-Paraguay - instrumen-to sobre el que las políticas de la soja y de los recur-sos minerales presionan para su ampliación- no hasido acometido en un esquema único, sino que losproblemas financieros y ambientales lo van llevando adesarrollos parciales y progresivos. Desde 1995 se rea-lizaron estudios para su puesta en marcha como unconjunto de proyectos, aunque en paralelo surgen lascríticas que piden estudios integrales del impactoambiental y social en la Cuenca del Plata; en 2005 seaprueba la realización de “estudios complementa-rios”. Todo discurre sin llegar a formulaciones definiti-vas del proyecto, sabiendo, además, que éste se enca-ja en esquemas más amplios de explotación de toda lazona, incluyendo grandes represas: Corpus – Itacua,Itati – Itacora y Paraná Medio en el río Paraná, y la dePuerto Caballo en el Alto Paraguay. (CORIA, 2010)

El conjunto de proyectos afectará por un lado al GranPantanal del Paraguay -con una extensión comoEspaña-, pero también a otras zonas: esteros delChaco, San Pedro y Ñeembucú, incuso los bañadosdel Yverá en Corrientes, ya en Argentina. Se incidiránegativamente en esa biodiversidad ya citada, y tam-bién en la forma de vida de las gentes que habitanallí; quizás estas últimas, o sus hijos, puedan ver yvalorar el trueque de lo que pierden por un pasohacia el progreso, suyo y de otros.

Aguas abajo del Pantanal, el desarrollo extremo de lahidrovía, es un peligro para un desarrollo equilibradoen el que el agua juega un papel esencial. Hay quemirar la experiencia de ciudades, como NuevaOrleans que se ve sometida a inundaciones periódi-cas, entre otras causas por la alteración que el hom-bre ha hecho de la cuenca del Mississippi; ya citamosmás arriba a éste río por su experiencia en los agro-químicos. Puede que incluso Buenos Aires no escapesiempre a los efectos dañinos de las crecidas por rápi-das bajadas de agua desde zonas más o menos leja-nas, que se unirían a su condición de ciudad inunda-ble. (Brailovsky, 2010)

Finalmente hay que situar estos cambios en el contex-to de la geoestrategia global de los recursos naturalesy el comercio de productos más o menos elaborados.De un lado, la Hidrovía llegará a Puerto Cáceres enBolivia; ya se habla de la exportación desde allí demineral de hierro con destino a China. De otro, sedibujan en Centro América varios canales hidráulicoso secos para, en paralelo al actual de Panamá, ser laconexión de paso para grandes volúmenes de mer-cancías entre el Pacífico y el Atlántico. Quizás esta-mos viviendo un momento en el cual se dibuja entreotras cosas el futuro papel de China en el mundo.

Quienes desde la distancia observamos estos hechos,y reflexionamos sobre ellos, podemos dar puntos devista y trasmitir preocupación por el devenir ambien-tal del mundo, marcado eso sí por el consumismo delos más ricos. Pero la decisión sobre el futuro de lastierras y gentes de América Latina debe tomarse allí,bien es verdad que no sólo por los agentes del poder,sea éste económico, las burguesías agrícolas y lasempresas, o el político, gobernantes que atiendensólo en parte a los deseos de los ciudadanos; éstosúltimos debieran tener primero información veraz ydespués un papel relevante en el diseño de la opciónelegida.

Bibliografía

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2013

BRAILOVSKY, Antonio Elio, 2010.- Buenos Aires,

Ciudad Inundable. Por qué está condenada a un desas-

tre permanente.- Kraicón - Le Monde Diplomatique,

Buenos Aires, 2010

CAPALDO, Griselda. Y Otros, 2013.- Evaluaciones jurídi-

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Internacional de los Organismos de Cuenca. Fortaleza,

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CONSTANTINO, Agostina, 2013.- ¿Gatopardismo soje-

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CORIA, Ignacio Daniel, 2008.- Hidrovía Paraguay –

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de demanda de gas oil mayor que el de otros paíseslatino americanos y el bio diesel es ya un comple-mento al petróleo. El esquema exportador, bien seade aceite ó bien de biodiesel, aparece también entodos los países de la cuenca del Paraná – Paraguay.

La transformación del haba de soja da un setenta porciento de su peso en forma de torta alimentaria, diri-gible hacia el forraje animal; el otro treinta por cientoes aceite, que, aparte de los consumos, en alimenta-ción encuentra en esta vía del bio diesel una opciónde alta demanda potencial; colocar en ella dichoaceite es importante para los agricultores. La harinade soja está viendo crecer suconsumo en los ciclos ali-mentarios de diversos ani-males destinados al consu-mo humano, por ejemplo lasgranjas de salmón ya utilizanun pienso complementadocon ella.

Los europeos y los norteame-ricanos demandan de otroscontinentes diferentes recur-sos naturales. Los de origenagrícola tienen en Estados

Unidos un elevado potencial de cultivo, aunque enese sentido no será de momento un país fuertedemandante de productos agroenergéticos foráneos;de hecho es exportador de soja. Los países de laUnión Europea, tienen un claro déficit de gas oil, y suconsumo se dirigirá a la soja, u otras oleaginosas, enfunción de la evolución de otros modos energéticos:por un lado, la disponibilidad de hidrocarburos deyacimientos no convencionales, sean éstos los demares como el Ártico, o los de esquistos extraídos por“fracking”; por otro, la extensión de los vehículos detracción eléctrica puede frenar la demanda de com-bustibles líquidos.

De otro lado, China será unimportante demandante desoja, para la alimentación ytambién como fuente ener-gética. Su disponibilidad detierra de cultivo en relacióncon su población es baja, y,además, ha tenido y tendráclaros problemas ambienta-les que le obligan a ordenarsu territorio. El gran trasvasede aguas del sur al norte delpaís puede ser una de esas

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Figura nº 2.- Entorno de la cuenca del Paraná – Paraguay. Su superficie es el doble de la península Ibérica, y el área del Gran Pantanal equivale a la mitad de ésta.

LA CUENCA DELPARANÁ–PARAGUAY VIVE DESDE

HACE DOS DÉCADAS UNA TRANS-FORMACIÓN QUE PREOCUPA EN LOS

ÁMBITOS CONSERVACIONISTAS. SUCICLO NATURAL DE AGUA AFECTA AL

FUNCIONAMIENTO DE UN ESPACIOEN EL CUAL VIVEN MÁS DE CIEN

MILLONES DE PERSONAS