cristologia del neo pentecostalismo

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CRISTOLOGIA NEOPENTECOSTAL CRISTOLOGA DEL MERCADO TOTAL? Martn OCAA FLORES 1. CRISTOLOGA: FUNDAMENTO DE LA TEOLOGA Comienzo con una importante cita del telogo francs Jacques Dupuis, tomado de INTRODUCCION A LA CRISTOLOGIA: La persona, la vida, la muerte y la resurreccin de Jesucristo son tan centrales al misterio cristiano que a veces se ha dicho entindase bien- que el cristianismo es Cristo. [...] La teologa cristiana, en consecuencia ser esencialmente cristocntrica. Esto no significa que la cristologa agote toda la teologa, sino que la dota de una clave necesaria de interpretacin, constituyndose as en principio hermenutico de todo el edificio. [...] Colocar a Jesucristo en el centro del misterio cristiano no significa hacerle usurpar el lugar de Dios: Dios sigue siendo el fin de todas las cosas as como su origen. Si Jesucristo, como mediador, est en el centro del plan de Dios para la humanidad, la razn es que Dios mismo le ha colocado all en su eterno designio. En la teologa evanglica la cristologa nunca se ha entendido como una loga ms, sino que se ha constituido en el principio hermenutico de todo el edificio teolgico. Por eso la cristologa es un asunto fundamental. En las diversas expresiones evanglicas podemos darnos el lujo de tener opiniones distintas en lo que respecta a la antropologa bblica, la eclesiologa/pneumatologa y la escatologa, pero no as en asuntos cristolgicos. Y es que Cristo no es negociable, Jesucristo es el centro del cristianismo. Como lo ha explicado muy bien Hans Kung en su monumental obra EL CRISTIANISMO: ESENCIA E HISTORIA: - Sin Jesucristo no hay reunin de los escritos y comunidades neotestamentarios: l es la figura bsica que da cohesin a todas las tradiciones (que sin embargo no son del todo heterogneas). - Sin Jesucristo no hay historia del cristianismo ni de las Iglesias cristianas: l es el motivo bsico que las une ms all de todas las rupturas, que hace de lazo de unin de todas las pocas histricas (sin embargo no del todo distintas). - El nombre Jess Cristo, convertido en un nombre propio ya en el tiempo neotestamentario, es por tanto lo permanentemente vlido, lo obligante de continuo y lo en verdad irrenunciable en el cristianismo. Las diversas formulaciones cristolgicas siempre han estado influenciadas o han sido respuestas a preguntas, necesidades o problemas del contexto en que se las pens articuladamente. Lo mismo se puede decir de los mtodos utilizados. As por ejemplo, encontramos el desarrollo del mtodo histrico-crtico como parte de la criticidad ilustrada (Bultmann y Kasemann); o el mtodo existencial muy acorde a una perspectiva evolucionista, profundamente antropolgica (Bultmann y Teilhard de Chardin). Con la tolerancia y el espritu ecumnico sobre todo a partir del Vaticano II- apareci el mtodo crtico-dogmtico que pretende relativizar incluso las formulaciones de Calcedonia (Gaudium et Spes y Mysterium Ecclesiae). Amrica Latina no estuvo al margen del debate y produccin teolgica. En los convulsionados aos 60 una corriente teolgica (la teologa de la liberacin 1) formul su mtodo en trminos de praxis transformadora de la realidad social. Este era un claro esfuerzo por romper con la herencia filosfica nor-atlntica, y asumir a la vez- una ideologa que privilegia la economa en la reflexin teolgica. La problemtica se traslad del ser-o-no-ser (dimensin filosfica) al comer-o-no-comer (experiencia socio-econmica). La solucin a esta situacin

escandalosa (la pobreza como producto de la injusticia estructural) exiga una prctica de liberacin a favor de los oprimidos de la tierra. Esta praxis se torn en el criterio de hacer teologa, y se convirti en el mtodo teolgico por excelencia. Esta teologa, como era de esperar, muy pronto dio frutos cristolgicos, pero tambin entr en conflicto con otras teologas presentes en el escenario evanglico. 2. EN BSQUEDA DE UNA CRISTOLOGA NEOPENTECOSTAL A partir de la dcada de los 80 encontramos en el Per y en el resto de Amrica Latina- la presencia de diversas agrupaciones religiosas de corte neopentecostal, con ofertas religiosas muy atractivas sobre todo para las masas depauperadas tanto del campo como la ciudad. Curiosamente toman fuerza en un contexto en el que las luchas ideolgicas pasan a un segundo plano en el mundo entero a partir de la cada del Muro de Berln-, y en el que el mercado libre como ideologa y prctica- gana terreno en todo el orbe, junto a diversos procesos de democratizacin y a una globalizacin de la cultura. Las agrupaciones neopentecostales verdaderas empresas religiosas con ofertas de sanidad y riqueza material- han crecido tan vertiginosamente que tal parece que ese tipo de religiosidad ser la preponderante en el nuevo milenio. Cul es su mtodo teolgico? Parecen no tener uno, en todo caso falta mayor precisin en sus expositores. El hecho concreto es que hasta hoy ninguno de ellos ha ofrecido una sistematizacin de sus doctrinas. Tal vez no necesiten hacerlo dado el espritu de la poca (postmodernidad incipiente y perifrica en Amrica Latina). Hasta ahora no conocemos su propuesta metodolgica, slo sus resultados: guerra espiritual y teologa de la prosperidad con todo lo que implican (sanidad del alma, liberacin de demonios, confesin positiva, etc.). Es justamente dentro de ese marco terico en que se inscribe su propuesta cristolgica. Superando el fundamentalismo estadounidense y evitando discusiones con las propuestas de las teologas de la praxis, obviaron el problema real del comer-o-no-comer saltando abruptamente a la prctica y apologa del consumir-y-gozar, no importando si sta responde a la experiencia cotidiana de las grandes mayoras del contexto latinoamericano. Como han sealado algunos investigadores, no cabe duda que las propuestas teolgicas neopentecostales corren paralelo al Nuevo Orden Mundial. Qu imgenes de Jesucristo podramos esperar en consecuencia?. 3. CRISTOLOGA DE LA LIBERACIN Y CRISTOLOGA NEOPENTECOSTAL En este punto queremos hacer una breve comparacin entre la cristologa de la liberacin y la cristologa neopentecostal en lo que respecta a elaboracin terica. Si observamos la produccin de ambas encontramos diferencias abismales. La teologa de la liberacin 1 se gest durante los aos 60 y el primer fruto maduro vio la luz en 1971 (TEOLOGIA DE LA LIBERACION de Gustavo Gutirrez) en la que ya se encontraba un captulo sobre cristologa. En el ao 1972 Leonardo Boff public en portugus JESUCRISTO EL LIBERADOR, que fue traducido al espaol en 1974. En 1976 Jon Sobrino public su CRISTOLOGIA DESDE AMERICA LATINA, que fue revisado en una nueva edicin para 1977. Antes que acabe la dcada, en el mismo 1977, apareci un trabajo colectivo -en la que aparecen varios autores de la teologa de la liberacin- con el sugestivo ttulo JESUS: NI VENCIDO NI MONARCA CELESTIAL. Luego, la produccin cristolgica ha continuado. Por ejemplo podemos citar: Leonardo Boff: JESUCRISTO Y LA LIBERACION DEL HOMBRE, 1981; Juan Luis Segundo. EL HOMBRE DE HOY ANTE JESUS DE NAZARET, 3 Volmenes, 1982); Jon Sobrino: JESUS EN AMERICA LATINA, 1982; JESUCRISTO LIBERADOR, 1991; y FE EN JESUCRISTO: ENSAYO DESDE LAS VCTIMAS, 1999.

Es decir, en menos de dcada y media ya se poda encontrar en libreras densos libros de cristologa de la liberacin. Cul era su propuesta? En trminos generales, se puede decir que hay un enorme esfuerzo por presentar a Cristo presente en los procesos de liberacin. No es casualidad que en esta propuesta se haya enfatizado a Jesucristo en sus rasgos humanos, de pobre, y de luchador social en respuesta a las exigencias del Reino de Dios. La imagen de Jesucristo es, definitivamente, la del Jess histrico. Por otro lado, el neopentecostalismo cuya presencia y crecimiento se sita a inicios de la dcada de los 80, hasta la fecha es decir durante ms veinte aosno ha producido una sola obra de carcter cristolgico. Este hecho fcil de comprobar no significa la ausencia de una cristologa, sino ms bien su presencia aunque en otros espacios (el culto y no la facultad teolgica) y en otro lenguaje (la alabanza y no la articulacin terica) que no son tan acadmicos que digamos. A qu Jesucristo se canta en los cultos neopentecostales?. Veamos el siguiente fragmento del canta-autor Marcos Witt: Cristo es el Rey, no hay nadie como El, es poderoso Sobre Satans El tom la autoridad, es poderoso Ante su poder las tinieblas han de caer, es poderoso Sobre el trono est coronado de majestad El nos prometi que pronto regresar. Se trata, sin la menor duda, del Cristo Rey que pronto vendr. Pero se trata de un Cristo des-historizado, que vence con su poder a Satn. El Reino de Dios, como en otros cnticos, es tambin un Reino des-historizado. Si bien se trata solamente de un cntico, es muy representativo de la imagen predominante de Jesucristo en el movimiento neopentecostal. 4. JESUCRISTO EN LA PRODUCCIN BIBLIOGRFICA NEOPENTECOSTAL De la produccin bibliogrfica que se encuentra en las libreras evanglicas de Lima hemos tomado como referencia a cuatro autores que nos parecen de alguna manera representativos, y cuyas ideas la repiten los predicadores populares neopentecostales de las ms variadas agrupaciones. A partir de estos autores intentaremos ofrecer un cuadro de los rasgos del Cristo neopentecostal. El primero es el conferencista y misionero estadounidense Edward Murphy y su MANUAL DE GUERRA ESPIRITUAL, 1994; el segundo es el conferencista sueco Ulf Ekman y su ECONOMIA LIBERADA, 1993; el tercero es el expastor de la Comunidad Cristiana Agua Viva (Lima) Juan Capurro y su LAS CINCO DIMENSIONES DE LA PROSPERIDAD, 1994; y el cuarto es el pastor de la Iglesia Fuente de Agua Viva (Lima) David Lozano y su QUIERO BENDECIRTE PARA QUE SEAS GRANDE, 1997. Qu imgenes aparecen de Jesucristo en esos libros?. Obviamente, no todos tienen la misma temtica y profundidad en argumentos, pero s tienen diversas coincidencias. Edward Murphy es un conocido guerrero espiritual y su libro MANUAL DE GUERRA ESPIRITUAL es de obligada lectura para comprender ese nfasis teolgico neopentecostal. Murphy, despus de sealar que la cosmovisin occidentalracionalista tiene limitaciones para descubrir al Cristo de la Biblia, propone lo siguiente: Hoy en da Dios parece estar despertando otra de que estamos en guerra. En guerra contra el impreciso; sobrenatural, el reino de Satans. y sacrificado) y Len (el guerrero poderoso), complacencia para convertirnos en soldados de vez a su iglesia a la clara realidad mal. Y ese mal es personal, no Jess, el Cordero (el Salvador manso nos llama a salir de nuestra la cruz. Ceidos de toda la armadura

de Dios debemos vencer al maligno, desafiar a los principados y potestades que mantienen cautivos a individuos y naciones con la autoridad que tenemos en Cristo mediante la declaracin y la confesin. El tema bsico en la guerra espiritual es el de la autoridad. Tal vez por esta razn nuestro Seor [Jesucristo] la declar de manera absoluta en los cielos y en la tierra, as como en su continua presencia con sus discpulos, antes de enviarlos a la evangelizacin mundial (Mateo 28.18-20). Una parfrasis de lo dicho por el Seor en Mateo 28.18 podra ser: Hay poderes, tanto en el cielo como en la tierra, que os opondrn cuando tratis de llevar adelante mi misin redentora. Tened nimo! Se me ha dado autoridad absoluta y total sobre los seres csmicos que estn en los cielos, y sus agentes humanos que os resistirn en la tierra. Ninguna autoridad es mayor que la ma: Yo soy el Seor del cielo y de la tierra. Por tanto, podis ir y ser capaces de hacer discpulos de todos los grupos sociales de entre las naciones de la tierra. Aunque se puede discutir la lectura que hace Murphy de Apocalipsis y de su parfrasis de Mateo, llama mucho la atencin que su propuesta cristolgica est en funcin de la misin evangelizadora. Por supuesto que se trata de misin en clave de guerra espiritual. El Cristo de Murphy es tan sobrenatural que su enemigo (Satans) tambin se mueve en el plano sobrenatural (metafsico?). El Cristo guerrero llama a su pueblo a guerrear con la autoridad que El les da. La declaracin (confesin positiva?) y la intercesin juegan un papel muy importante en la guerra espiritual. Conviene observar que a lo largo de todo el libro Murphy presenta a un Jesucristo des-historizado, tanto que no le encuentra otro enemigo que los demonios. No existe ninguna referencia a los enemigos terrenales que tuvo (los poderes poltico-religiosos). El segundo autor, Ulf Ekman, quien es un expositor de la teologa de la prosperidad, parece darle poca importancia a Jesucristo en su libro. Este aparece en dos captulos breves de un total de doce. El captulo 6 (Jess es nuestro ejemplo y sustituto) lleva al lector a involucrarse en la vida de Jess. Por lo mismo, dice Ekman, el lector debe saber cmo era Jess: Jess tena necesidad de descanso, sueo, comida y cosas materiales, para poder realizar su trabajo; estas necesidades las llenaban personas que haba a su alrededor. Jess tena un tesorero, lo cual significa que tena dinero. No es muy til tener un tesorero si se carece de dinero, tena tanto que necesitaba a alguien para contar y mantener el orden del dinero. Esta persona no haca las funciones de tesorero porque Jess fuese demasiado santo como para asociarse con el dinero, sino porque tena tal cantidad que haca falta alguien dedicado a esa labor. Esta imagen de Jess es ms real. El tena las ropas que necesitaba para el clima en el cual viva. Si se mira la tnica, aquella que los soldados echaron a suertes, vemos que era algo muy valioso. La echaron a suertes para no partirla en cuatro trozos pues estaba realizada de una sola pieza, no estaba echa a base de parches, pues era un manto de gran calidad. El argumento de Ekman es de sobra conocido. Ya lo han dicho otros expositores de la prosperidad: Jess era adinerado, por lo mismo no debe sorprender que la ropa que usaba era de buena calidad, es decir, usaba ropa cara. La imitacin a Cristo es obvia: los cristianos tambin deben tener dinero y vestir bien. En otro pasaje Ekman, luego de citar 2 Corintios 8:9, concluye lo siguiente: El fue colgado desnudo en la cruz. El fue totalmente despojado, no le quedaba nada; haba dejado todo en todos los sentidos. Lo entreg todo, espritu, alma y cuerpo todo. Lo poco que le quedaba de ropa se lo quitaron; fue hecho realmente pobre en todos los sentidos, espiritualmente, en su alma, fsicamente, y

materialmente. El se hizo pobre, dice Pablo, para que vosotros por su pobreza fueseis enriquecidos. Nuevamente, la forma cmo lee la Biblia Ekman es muy conocida. Cristo en la cruz se llev la maldicin de la pobreza. Se hizo pobre para que los cristianos seamos ricos. Qu significa ser rico? Tener dinero, vestir bien, gozar de la vida. Son los criterios del Nuevo Orden Mundial! El Cristo de Ekman, pues, es alguien que vivi en la tierra en abundancia aunque muri en pobreza. Pero muri de esa manera para lograr la riqueza de todos los cristianos. Es en la misma lnea de Ekman que existen otros expositores a lo largo y ancho de Amrica Latina. En Costa Rica, el empresario y pastor Yamil Jimnez sostiene ideas parecidas en DIOS QUIERE PROSPERARTE, 1997: [...] puedes preguntarte si es legtimo utilizar parte de esa riqueza para adquirir cosas caras, ropa de calidad, una excelente casa o un automvil ltimo modelo. La respuesta es que s. [...] Vuelve a leer acerca de la tnica de Jess. No era de calidad corriente. No era cualquier pedazo de trapo. Los soldados romanos no se atrevieron a romperla de tan valiosa que era. Jess no slo permiti que lo ungieran con un perfume carsimo (el precio equivala al salario de un ao de trabajo), sino que alab a la mujer que lo hizo y dijo que su ofrenda deba ser recordada donde quiera que se predique este Evangelio (Marcos 14:3-9). [...] De hecho, el primer milagro que hizo el Seor Jess no fue una sanidad, ni alimentar a algn hambriento, sino que fue un milagro para producir un artculo de lujo: el vino. No existe en Ekman, y tampoco en Jimnez, un esfuerzo por presentar sistemticamente a Jesucristo, sino slo algunos pocos ejemplos de cmo vivi, qu hizo y cules son los beneficios materiales de su obra. Jesucristo vivi, en esta perspectiva, como un rico. Los cristianos, en consecuencia, deben vivir como su maestro: en prosperidad material. El tercer autor, Juan Capurro, en su libro articula tanto las teoras de la guerra espiritual como la teologa de la prosperidad. Si bien en casi todo el libro aparecen referencias a Jesucristo, es en el captulo 4 (La prosperidad del espritu) donde le dedica mayor atencin. Usando argumentos muy parecidos casi copiados literalmente- del maestro de la fe estadounidense Kenneth Hagin (del Instituto Bblico Rhema en Tulsa, Oklahoma), sostiene lo siguiente acerca de Jesucristo: Con su sacrificio, que termin con su muerte en la cruz del calvario, El destruy las races de la muerte espiritual, de la pobreza, de la enfermedad, de la angustia, de la depresin, del temor, etc.; y algo sin races o con la raz muerta no podr mantenerse. [...] Vemos a Jess, a travs de su martirio, vencer las maldiciones que nos traen pobreza en s, la maldicin al fruto del trabajo y la maldicin a la fuente de trabajo. Luego Capurro, en la misma linea que Ekman y Jimnez, dice: Como El [Jess] saba que la ley nos maldeca y que por causa de la maldicin ramos pobres, El mismo llev la maldicin sobre s, hacindose voluntariamente pobre para tomar as nuestra pobreza (2 Cor 8:9). [...] JESUS SE HIZO VOLUNTARIAMENTE POBRE, PARA QUITAR DE NOSOTROS EL DOLOR Y LAS CONSECUENCIAS DE LA POBREZA Y DARNOS A CAMBIO SUS RIQUEZAS. Capurro parece decir que en Cristo los creyentes ya no pueden o no deben- vivir ms en pobreza o angustias, pues en la cruz Jesucristo destruy esas maldiciones. Ms adelante dir que no importa cul sea la causa de una enfermedad, Jess tiene

el poder para sanarte. El puede y quiere. Nuevamente encontramos el Cristo con poder o autoridad, como en Murphy, slo que esta vez es para prosperar o sanar. El cuarto autor, David Lozano, ha publicado un libro que es fundamentalmente su testimonio de cmo Dios lo hizo rico, por ser l (Lozano) tan bueno, tan humilde, tan sabio y tan obediente a Dios. Y aunque en el libro no existe un solo prrafo que analice algn texto bblico, hay un breve captulo (Mrate en el espejo del xito) que es una conclusin teolgica basada en su propia experiencia- pero referida a Jesucristo. Citamos ampliamente: Mirar a Cristo y ver el xito, la grandeza. En El no hay fracaso, derrota, mediocridad, prdidas. Cristo refleja el xito, es el espejo, el modelo en que debes mirarte. A Cristo no le gusta perder, no perdi; prate frente a este espejo, todos los das y mrate a travs de Cristo: su imagen, su vida, sus obras, sus virtudes, sus xitos, su grandeza,... y debes imitarlo procurando que l se refleje en tu vida. Cristo vio a la gente enferma y la san; incluso a los muertos resucit; cuando no haba pan, oraba y el pan se multiplicaba y sobraba. Si haba tormenta la reprenda y se calmaba. Si no haba peces en el mar, en su palabra echaban las redes y la pesca era abundante. A Jess no le agrad ver derrotistas, incrdulos, negativos, pesimistas que digan: Seor: no se puede!. [...] Jess aprovech bien el tiempo, us bien sus energas, fue un buen mayordomo de s mismo y de su ministerio [...] Cristo fue un hombre de riesgo. Lo arriesg todo: Su trono de gloria y su privilegio de ser Dios; [...] El poder, la gloria, el honor, las riquezas, la fama de todo el universo estn a los pies de Cristo. Por eso, mirar a Cristo es mirar logros, xitos, grandezas, milagros, proezas, victorias, Bendiciones, gloria, amor,... La impresin que uno tiene es que el texto cristolgico parece una versin de la vida de Cristo desde la perspectiva de la eficiencia y la calidad total del mexicano Miguel Angel Cornejo. Los conceptos de xito, riesgo, grandeza, fama y riqueza estn tomados de la valoracin actual conforme a los criterios del Nuevo Orden Mundial y su economa de libre mercado. Este texto de Lozano crea un nuevo Cristo al que seguir: el Cristo del mercado total. Ahora, en otra parte menciona al demonio que detiene las finanzas, lo cual pinta de cuerpo entero el maridaje religioso-econmico entre guerra espiritual y libre mercado, por lo menos en esta expresin neopentecostal. Concluyendo esta parte, parece que el neopentecostalismo ha forjado una nueva cristologa acorde al actual proceso de globalizacin de la cultura y de la economa. Es cierto que no existe una cristologa sistematizada, slo rostros de Jesucristo, an as existe suficiente material, y argumento, para concluir que este nuevo Jesucristo guerrero espiritual y generador de riqueza material- se est constituyendo en un nuevo dogma teolgico. 5. SUGERENCIAS METODOLGICAS PARA UNA CRISTOLOGA EN AMRICA LATINA Es de comn consenso entre los telogos y misilogos evanglicos que la cristologa imperante en Amrica Latina ha sido ms docetista que encarnacional. Hoy ciertamente estamos desafiados a una cristologa para la misin pero en fidelidad a los evangelios, al Nuevo testamento y a la totalidad de la revelacin bblica. Es cierto que en Amrica Latina adolecemos todava de una propuesta cristolgica bblica, evanglica y contextual, aunque hay que reconocer que han habido diversos esfuerzos aislados por tocar temas respecto al mtodo y contenido. Y el mtodo y el contenido tienen que ver, definitivamente, con el mtodo

hermenutico. Nos atrevemos a sugerir, releyendo a Dupuis, que la cristologa en su mtodo tiene que reconocer varios principios: de la tensin dialctica, de la totalidad, de la pluralidad, de la continuidad histrica, y de la integracin. Estos principios se pueden verificar sobretodo con los aportes de la ciencia bblica (el mtodo hermenutico). Las tensiones en la comprensin del Mesas entre el Antiguo y Nuevo Testamento, el Jess de la historia (o lo histrico de Jess) y el Cristo de la fe, la pluralidad de cristologas en el Nuevo Testamento, la relacin entre el kerygma y la formulacin ya sea desde abajo o desde arriba, y la relacin entre lo cristolgico y lo pneumtico y/o lo soteriolgico. En fin, hay mucho que discutir todava.