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n el inicio de un nuevo año académico, deseamos transmitirles un E cordial saludo de la comunidad del seminario y compartir la alegría de poder proseguir nuestra santa empresa de formación sacerdotal. Nos sentimos muy entusiasmados y esperanzados al ver como la Virgen Corredentora nos ha sonreído con sus desvelos maternales y nos ha enviado muchas vocaciones, llegando a un total de 24 entradas. Pero un año tan prometedor debería hacernos pensar y meditar que todos los otros años, tanto pasados como futuros, pertenecen a Nuestro Señor, sabemos que cada vocación es un precioso tesoro a los ojos de Dios. El Breviario Romano, por ejemplo, no suele contentarse con decir la palabra año sin acompañarla casi siempre de alguna expresión que recuerda a nuestro divino Redentor, que, por su Encarnación, se ha conver- tido en el marco temporal de la Historia. Tales expresiones son en el año de la gracia de…, en el año de la salud reparada de…, en el año del Señor de… (Anno Domini), expresión esta última que todavía perdura en muchos países en la sigla A.D., fruto de una época en que la religión y el espíritu de fe estaban vivos en el alma de los hombres y en la sociedad, y no relegados a algunas pocas horas del domingo o aún menos que eso. Así, el año en que estamos, a pesar de los desastres del mundo actual, no puede dejar de llamarse Año del Señor, porque en él nada ocurri- rá sin su orden o su permiso. Ninguna estrella brillará, la tierra no girará, las hormigas no trabajarán, ni los menores insectos volarán si Él no lo con- siente. Su solicitud, que se extiende a las aves del cielo y a los lirios del cam- po, con mucho más razón velará por nosotros, sus hijos. Si tenemos ham- Número 94 - Otoño 2015 Boletín del Seminario Internacional Nuestra Señora Corredentora C.C. 308 - (1744), Moreno, Provincia de Buenos Aires – Argentina Tel.: + 54 (237) 405 7987 y (11) 5290 4614 Fax: + 54 (11) 5290 4613 Correo electrónico: [email protected] - [email protected] (economato) bre, Él lo sabrá. Si tenemos sed, Él lo sabrá. Si empezamos una obra, si escogemos un estado de vida, si necesitamos una gracia, si sufrimos una tentación, Él lo sabrá. Y si nos toca enfrentar nuestros últimos momentos en esta tierra, en los que su gracia es tan necesaria, Dios no se alejará. Y así, nosotros, que no somos más que átomos insignificantes en este mundo, ocuparemos día y noche, sin cesar y en todo lugar, el corazón y el pensamiento de nuestro Padre que está en los cielos. Por otro lado, toda la pompa de este siglo y el falso poder de los malos no pasan de ser un poco de polvo: Memento homo quia pulvis es et in pulverem reverteris. Son como el polvo en las plazas durante el verano, que con algo de viento se levanta, corre, vuela; entra por una calle y sale por otra; cubre y envuelve a todo, se mete por todas partes; pero sólo mien- tras dura el viento, porque cuando este se calma, cae el polvo y donde cae se queda inerte. Entreguémonos pues con todo corazón y toda confianza al cumpli- miento de nuestros deberes de estado, a la oración y a las obras de caridad, esperando el premio de la eterna felicidad. Igualmente, esperamos hacer aquí en el seminario el pequeño esfuerzo de cooperación que se nos pide para que fructifiquen los muchos talentos recibidos, en especial los 24 jóvenes que acuden este año a nuestra santa casa. Son 13 jóvenes para el año de Humanidades, 9 para el año de Espiri- tualidad y 2 postulantes a Hermano, venidos de toda Latinoamérica: Argentina, Brasil, Chile, Cuba, Guatemala, Méjico y Paraguay. CREDIDIMUS CARITATI

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Page 1: CREDIDIMUS CARITATI - Distrito de México · santificador de las almas. En la semana que siguió, recorrimos los 30km de peregrinación a la Basílica de Nuestra Señora de Luján,

n el inicio de un nuevo año académico, deseamos transmitirles unEcordial saludo de la comunidad del seminario y compartir la alegríade poder proseguir nuestra santa empresa de formación sacerdotal.Nos sentimos muy entusiasmados y esperanzados al ver como la

Virgen Corredentora nos ha sonreído con sus desvelos maternales y nos ha enviado muchas vocaciones, llegando a un total de 24 entradas.

Pero un año tan prometedor debería hacernos pensar y meditar que todos los otros años, tanto pasados como futuros, pertenecen a Nuestro Señor, sabemos que cada vocación es un precioso tesoro a los ojos de Dios.

El Breviario Romano, por ejemplo, no suele contentarse con decir la palabra año sin acompañarla casi siempre de alguna expresión que recuerda a nuestro divino Redentor, que, por su Encarnación, se ha conver-tido en el marco temporal de la Historia. Tales expresiones son en el año de la gracia de…, en el año de la salud reparada de…, en el año del Señor de… (Anno Domini), expresión esta última que todavía perdura en muchos países en la sigla A.D., fruto de una época en que la religión y el espíritu de fe estaban vivos en el alma de los hombres y en la sociedad, y no relegados a algunas pocas horas del domingo o aún menos que eso.

Así, el año en que estamos, a pesar de los desastres del mundo actual, no puede dejar de llamarse Año del Señor, porque en él nada ocurri-rá sin su orden o su permiso. Ninguna estrella brillará, la tierra no girará, las hormigas no trabajarán, ni los menores insectos volarán si Él no lo con-siente. Su solicitud, que se extiende a las aves del cielo y a los lirios del cam-po, con mucho más razón velará por nosotros, sus hijos. Si tenemos ham-

Número 94 - Otoño 2015

Boletín del Seminario Internacional Nuestra Señora CorredentoraC.C. 308 - (1744), Moreno, Provincia de Buenos Aires – Argentina

Tel.: + 54 (237) 405 7987 y (11) 5290 4614 Fax: + 54 (11) 5290 4613Correo electrónico: [email protected] - [email protected] (economato)

bre, Él lo sabrá. Si tenemos sed, Él lo sabrá. Si empezamos una obra, si escogemos un estado de vida, si necesitamos una gracia, si sufrimos una tentación, Él lo sabrá. Y si nos toca enfrentar nuestros últimos momentos en esta tierra, en los que su gracia es tan necesaria, Dios no se alejará.

Y así, nosotros, que no somos más que átomos insignificantes en este mundo, ocuparemos día y noche, sin cesar y en todo lugar, el corazón y el pensamiento de nuestro Padre que está en los cielos.

Por otro lado, toda la pompa de este siglo y el falso poder de los malos no pasan de ser un poco de polvo: Memento homo quia pulvis es et in pulverem reverteris. Son como el polvo en las plazas durante el verano, que con algo de viento se levanta, corre, vuela; entra por una calle y sale por otra; cubre y envuelve a todo, se mete por todas partes; pero sólo mien-tras dura el viento, porque cuando este se calma, cae el polvo y donde cae se queda inerte.

Entreguémonos pues con todo corazón y toda confianza al cumpli-miento de nuestros deberes de estado, a la oración y a las obras de caridad, esperando el premio de la eterna felicidad.

Igualmente, esperamos hacer aquí en el seminario el pequeño esfuerzo de cooperación que se nos pide para que fructifiquen los muchos talentos recibidos, en especial los 24 jóvenes que acuden este año a nuestra santa casa.

Son 13 jóvenes para el año de Humanidades, 9 para el año de Espiri-tualidad y 2 postulantes a Hermano, venidos de toda Latinoamérica: Argentina, Brasil, Chile, Cuba, Guatemala, Méjico y Paraguay.

CREDIDIMUSCARITATI

Page 2: CREDIDIMUS CARITATI - Distrito de México · santificador de las almas. En la semana que siguió, recorrimos los 30km de peregrinación a la Basílica de Nuestra Señora de Luján,

La comunidad del seminario vuelve a superar los 50 integrantes, que se encomiendan a las oraciones de todos ustedes para su perseverancia, por sus estudios y por las almas que un día les serán confiadas. A los pies de la Virgen cada día rogaremos para que Ella nos conduzca a todos por los ines-crutables caminos que llevan a la cumbre sublime del Paraíso.

Pero hemos recibido muchos otros beneficios de la Providencia Divina desde la última edición de CREDIDIMUS CARITATI. Entre ellos, los apostolados de verano, en que seminaristas y hermanos pudieron ayudar en muchas obras del Distrito, en especial, los 12 retiros de San Igna-cio en Argentina, Brasil y Chile, entre los cuales 2 retiros para varones en el seminario, que reunieron a casi 50 ejercitantes. Otros seminaristas y her-manos ayudaron en la realización de 6 campamentos en los mismos países, y en uno de estos se hizo el cruce de la Cordillera de los Andes.

Otros seminaristas pasaron parte de sus vacaciones en el seminario, ayudando a mantener la casa durante los meses de verano. La archicofradía de San Esteban ofreció a sus jóvenes para acolitar en las misas mayores, debido a la ausencia de la mayor parte de la comunidad, y las hermanas auxiliaron en el canto.

Igualmente, a mediados de enero, a pesar del inconfundible calor de Buenos Aires, pudimos empezar la construcción del nuevo lavadero, más amplio que el antiguo. Se facilita con eso el trabajo de las hermanas, que con toda dedicación lavan semanalmente la ropa de la comunidad.

A fines de este mismo mes, se pusieron los últimos azulejos en la nave de la iglesia, que retratan a diversos santos de nuestra devoción. Figu-ran ahí, en el lado evangelio: Nuestra Señora Corredentora, San Pío X, San Antonio de Padua, San Luis Gonzaga, Santa Rosa de Lima, una escena del Evangelio y Nuestra Señora de Luján. Mientras que en el lado epístola tene-mos al Santo Cura de Ars, San Juan Bosco, San Cayetano, Santa Rita de Casia y Santa María Goretti. Les damos muchas gracias por sus oraciones y por su ayuda material, que posibilitó tanto el inicio de la construcción del lavadero como este pequeño embellecimiento de nuestra iglesia.

En febrero, regresó al trabajo el jardinero, que se había accidentado a fines del año pasado, volviendo a dejar impecable nuestro hermoso par-que. Algunos seminaristas iban llegando durante el mes para ayudar en el mantenimiento del edificio, llenos de historias de sus vacaciones, contan-do las visitas a las ciudades históricas de sus países y otras anécdotas. Se hizo también un agradable paseo a un zoológico cercano y el Hermano Juan de Dios se volvió panadero y nos cocinó algunos panes riquísimos, típicos de la cuisine française.

En ese mes, ocurrió un extenso operativo antidroga en las cercanías del seminario y en el se confiscó una cantidad asombrosa de químicos pro-hibidos. La municipalidad empezó además un programa de reparación de las calles de nuestro barrio, pero en lo que fue necesaria la contribución monetaria de los vecinos y del propio seminario, ya que el Municipio no contaba con el dinero suficiente para la obra.

Para el comienzo de la Cuaresma, numerosos feligreses participaron en las Horas Santas de reparación en los días de carnaval, y llenaron la igle-sia en el día de las Cenizas.

Y con el mes de marzo, se inició el nuevo año académico, como de costumbre, con la fiesta de Santo Tomás de Aquino, el sábado 7, estando la comunidad reunida el día anterior para el canto de las Primeras Vísperas.

Luego del sábado y del domingo, en los que los seminaristas pudie-ron confraternizar después de los 2 meses de vacaciones, el seminario se

silenció en los 5 días de retiro, predicado por el P. Luis Claudio Camargo, prior de Santa María, Brasil. También hicieron el retiro los PP. Marcelo Veller, Gustavo Camargo y Ernesto Olmedo. El instruido predicador habló del espíritu de la Fraternidad, basándose en muchos textos de Mons. Lefebvre, mostrando cual era la idea madre de nuestro venerado fundador con relación a la vida de sus hijos en los prioratos y la importancia principal que daba a la vida de oración, meditación y estudio, alma de todo apostola-do y fuente de las cualidades necesarias para el cargo de pastor, rector y santificador de las almas.

En la semana que siguió, recorrimos los 30km de peregrinación a la Basílica de Nuestra Señora de Luján, rezando el Santo Rosario a los pies de la imagen milagrosa de la Virgen Patrona de Argentina (foto arriba).

Habiendo, pues, consagrado el año a la Virgen y a Santo Tomás, dimos inicio a nuestras clases. Pero al mismo tiempo, nos preparábamos para las ceremonias de Semana Santa, tanto con los materiales de sacristía, como con los ensayos para las ceremonias y para el canto, con el objetivo que estuviera todo listo para la gran semana en que la Liturgia se despliega con hermosura indescriptible para cantar la tristeza de la Iglesia por la Pasión de su Amado y la alegría por su gloriosa Resurrección (al lado y abajo, foto de la Vigilia Pascual).

En esa misma semana, además de la presencia de varios huéspedes y numerosos fieles, contamos con la visita de S.E.R. Mons. Tissier de Malle-rais para la celebración de la Misa Crismal, el Jueves Santo. En esta cere-monia se confeccionan y bendicen los sagrados óleos usados en los ritos litúrgicos durante todo el año: el Santo Crisma, el Óleo de los Catecúme-nos y el Óleo de los Enfermos. Monseñor celebró igualmente misa pontifi-cal el domingo de Pascua y dio algunas conferencias sobre nuestro venera-do fundador, mostrándonos nuevas facetas de esta santa personalidad, a quien todos nosotros le debemos tanto. También nos visitó el P. Alain Marc Nely, segundo asistente general de la FSSPX, para la visita canónica anual.

Terminando este relato, acordémonos de que los santos dicen que la condición para recibir nuevas gracias es el agradecimiento a Dios por las ya recibidas. Agradecemos, pues, fervorosamente en esta publicación a Nuestro Señor por sus innumerables beneficios y pedimos a ustedes que nos ayuden en esta acción de gracias, esperando poder contarles en la pró-xima edición de CREDIDIMUS CARITATI los muchos otros dones que Él nos concederá durante este año.

Esperamos también las extensas bendiciones de San José sobre nues-tro seminario y sobre todos nuestros amigos y bienhechores, y como siem-pre, pedimos las oraciones de ustedes por nuestra comunidad. Esta es la principal ayuda que nos pueden ofrecer, aún más importante que su afecto y ayuda material. Les rogamos que nos tengan presentes en sus rosarios y comuniones y pidan a Dios, a la Virgen, a los Santos y Ángeles que guarden esta obra que por ellos empezó y que quiere continuar existiendo para ellos. Son sus oraciones las que continuarán llenando este seminario de vocaciones y dando a la Iglesia de Dios muchos buenos sacerdotes.

Él todo lo puede y sólo nos pide esta pequeña colaboración. Ayude-mos a Aquel que tanto nos ama y que tanto padeció por nosotros, a Aquel que quiso unir su gloria a nuestra felicidad y bajar del cielo por nosotros y para nosotros: propter nos et propter nostram salutem. Porque las puertas de los tesoros del cielo están abiertas para los que rezan: “Todo el que pide recibe, y el que busca halla y al que llama se le abrirá”. ��W�

ORATE FRATRES

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El año de Humanidades está vivo y floreciente. Una prueba de su éxito son los recientes 13 ingresos, que dan una vigorosa continui-dad a este curso iniciado en nuestro seminario el año de 2005.

Este curso tiene una finalidad bien determinada: permitir a los jóvenes que no descartan la idea de la vocación sacerdotal o religiosa, pensar sobre este punto con el tiempo, silencio y seriedad requeridos.

En este sentido, el curso de Humanidades se presenta como la solu-ción a una necesidad moderna. En efecto, la experiencia muestra que una de las fallas de la juventud de hoy es el temor a asumir compromisos, sobre todo cuando implican responsabilidades importantes o definitivas, como el sacerdocio o el matrimonio.

La cosa cambia si el joven puede vivir por un año como un semina-rista o un hermano, con la disciplina propia de una vida consagrada y el contacto con la oración y la liturgia, pero sintiéndose por el momento libre de asumir ningún compromiso. El joven podrá ver por sí mismo si reúne las capacidades y aptitudes para responder a un posible llamado de Dios, y se verá en condiciones, al final de dicho año, de tomar una decisión.

Tendrá el envidiable tesoro de una vida litúrgica cotidiana y profunda, basada en las más antiguas y venerables costumbres de la Igle-sia, con la misa diaria y la celebración solemne de los principales misterios de nuestra Redención. Aprovechará de la confesión semanal, aprenderá a hacer la meditación, se acostumbrará al rezo diario del Santo Rosario, construyendo así una vida espiritual sólida y verdadera.

Desde el punto de vista intelectual, en el transcurso de dicho año, se le impartirá clases de latín, historia, arte, doctrina, lengua y literatura, en resumen una cierta formación humanística, que apunta a suplir las nota-bles fallas del sistema educacional actual.

En las escuelas de hoy, todo apunta a formar el «homo faber», esto es, un hombre capaz de fabricar y de producir en todos los rubros, o tam-bién un hombre tecnológico, cuya vida se centre en la informática y la computadora. Todo ello en detrimento del desarrollo del pensamiento, induciendo a la sumisión propia de la cultura de masas.

Con las humanidades, se intenta posibilitar al joven la formación de un juicio correcto del mundo moderno, y disciplinar sus facultades en orden a un estudio serio y metódico. Es una sana reacción que busca formar de nuevo el «homo sapiens», el hombre deseoso de saber, el hom-bre de principios, que basado en la recta norma de la prudencia y de la fe, y respaldado por los principios inmutables de la sabiduría de los anti-guos, sepa dirigir una mirada atenta al pasado y a la naturaleza humana en sí misma, y formular un juicio crítico de la realidad actual.

Una supuesta vida sobrenatural elevada sobre las nubes sin un suelo firme en la realidad natural promueve una desastrosa separación entre fe y razón, lo que hace al sacerdote inhábil para afrontar las dificultades coti-dianas de su ministerio.

Para los jóvenes que opten por entrar en el Seminario, esta vida espiritual y esta formación académica les permitirán estar en contacto tanto con Dios como con el mundo material, con la gracia y la naturaleza. Y para los que decidan volver al siglo, regresarán a él con una sólida instruc-ción que los ayudará a superar las perversiones del mundo actual, después de haberles permitido adquirir valiosísimas amistades, que serán un tesoro inestimable para todas sus vidas.

Esa formación constituye, por fin, un importante elemento en la función de maestro que tiene todo sacerdote y todo padre de familia. Al formar a las almas, se debe considerar las dificultades que la naturaleza humana herida presenta al desarrollo de la gracia, y venciendo estos obs-táculos se facilitará el crecimiento de la vida sobrenatural. Es muy impor-tante promover el gusto, en especial en los jóvenes, por las humanidades, la literatura y la buena música para sacarlos de la mentalidad moderna, tan contraria a la vida espiritual.

Y mientras nuestros 13 humanistas inician este año en el seminario, en que tantas gracias han de recibir de Dios, recemos que Nuestro Señor los ilumine en la decisión sobre su estado de vida y para que ellos se den de todo corazón a Él en esos meses tan importantes de sus vidas. ��W�

Año de Humanidades

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Además de mantener nuestro contacto con ustedes, queridos amigos y bienhechores, la principal intención de nuestra publicación es pedirles oraciones y dar gracias a Dios por sus beneficios. Esta

hojita tan sencilla puede representar un tesoro enorme, si por medio de ella alcanzamos estas finalidades, llenando el Cielo con nuestras súplicas.

San Alfonso decía al comienzo de su santo libro “El Gran Medio de la Oración”: “Oh, Verbo Encarnado, Tú diste la sangre y la vida para comunicar a nuestras plegarias, según tu divina promesa, una eficacia tan poderosa que alcancen todo lo que pidan; pero nosotros, oh Dios mío, tan descuidados andamos en las cosas de nuestra eterna salvación que ni siquiera queremos pedirte las gracias que necesitamos para salvarnos. Nos diste con el gran medio de la oración la llave de todos tus tesoros, y nosotros, por empeñarnos en no rezar, vivimos siempre en la mayor mise-ria espiritual”.

San Gregorio nos enseña que “rezando alcanzan los hombre las gracias que Dios determinó concederles antes de todos los siglos”. Y San-to Tomás agrega: “No es necesario rezar para que Dios conozca nuestra necesidades, sino más bien para que nosotros lleguemos a convencernos de la necesidad que tenemos de acudir a Dios para alcanzar los medios convenientes para nuestra salvación y por este camino reconocerle a Él como autor único de todos nuestros bienes”.

Recen, pues, por los seminarios, porque la formación sacerdotal es precisamente uno de los medios más importantes que todo el mundo nece-sita para salvarse. Cristo quiso que las principales gracias de la redención fueran transmitidas por la mano de los sacerdotes, mediante los sacramen-tos y la predicación. Por lo tanto, rezar por los seminarios significa rezar por nosotros mismos y rezar por el mundo entero, según los sabios planes de la Divina Providencia.

Escuchemos a San Agustín que nos dice que “quiere el Señor con-cedernos sus gracias, pero sólo las da a aquel que se las pide”. Y concluye Santa Teresa: “Luego el que no pide, no recibe”.

Junto a la oración, también podemos contribuir con parte de los bienes materiales que con tanta bondad Dios nos otorga, para ayudar en los

gastos temporales de esta santa casa. Es una ayuda secundaria, pero indispensable para el mante-nimiento de su sagrada función. Por eso, como cada año, les infor-mamos nuestras necesidades, recurriendo a su generosidad.

Con las nuevas entradas, tenemos que dar de comer cada día a unas 60 personas, contando a las Hermanas y empleados. Tam-bién damos comida regularmente a familias necesitadas de la zona.

Actualmente, estamos terminando de construir una casi-ta de ropería y planchado (foto abajo a la izquierda) para las Her-manas, porque la anterior estaba en avanzado deterioro. Luego, tendremos que terminar de arreglar los techos de la iglesia para que dejen de lloverse y dañar a la hermosa madera de la bóveda. Probablemente el techo de la capilla de las Hermanas no podrá arreglarse y tendremos que cambiarlo completamente (ahora está cubierto en varias partes con lona).

Nuestros vehículos de transporte están bastante desgastados, en especial una Renault Kangoo, que tendremos que cambiar pronto porque ya cumplió su ciclo y exige mucho dinero para arreglos constantes. Tam-bién requieren bastantes gastos los tractores para el cuidado del parque y los demás automóviles usados por los sacerdotes en su apostolado local.

En el verano nos dimos cuenta, además, de unas pérdidas de gas en el parque del seminario y probablemente tendremos que cambiar toda la tubería externa, cosa que nos representará un gasto sustancioso.

Estas son las necesidades más urgentes, contamos con su genero-sidad. Les agradecemos en primer lugar por sus oraciones y en segundo lugar, por sus donaciones. Lo importante en ellas no es la cantidad sino la regularidad: con aportes regulares se juntan cantidades considerables.

Pero tan seguros estamos de su ayuda y del cuidado de nuestra Madre Corredentora, que a Ella acudimos confiados y a Ella queremos que también todos ustedes recurran, porque como decía el fervoroso San Efrén: “Solo una esperanza tenemos, y eres Tú, Virgen purísima”.

San Germán le decía todo tembloroso: “¿Y qué será de nosotros, si tú nos abandonas, vida de todos los cristianos?” Y San Antonino: “Quien reza sin contar contigo es como quien pretende volar sin alas”.

San Bernardino de Sena lo termina categóricamente: “el día en que siendo Virgen fue hecha Madre de Dios, adquirió una especie de pose-sión y autoridad sobre todas las gracias que el Espíritu Santo concede a los hombres de este mundo, de tal modo, que nadie jamás obtendrá gracia alguna, sino según lo disponga esta Madre Piadosísima”.

La Comunidad reza cada día el Rosario especialmente por sus bienhechores. Dios retribuirá con creces en esta tierra y en la vida eterna incluso al que por su nombre y por amor a su Reino contribuya siquiera con un vaso de agua (Mt 10,42). ¡Muchas gracias! ��W�

2. O por vía bancaria:Comuniquenos por favor la fecha y el número de la agenciaen que se hizo la operación, para que podamos identificarla:

ASOCIACIÓN CIVIL LA TRADICIÓNBANCO HSBC. Sucursal de Morón 113DIR.: 9 julio 117 (1708) Morón, Bs. As. TEL.: 4628 7075/7681CUENTA: "Asociación Civil La Tradición"NÚMERO: 6363201083 SWIFT: BACOARBA

Su ayuda puede ser ocasional o en forma de becas regulares, que son muy importantes para la normalización de las finanzas del seminario. Usted podría ser asi padrino de la formación de un sacerdote. Su contribución puede hacerse:

1. Entregando sus aportes, en efectivo o en cheque:Al Seminario directamente.En los prioratos (a los Padres o en los limosneros).Aprovechando los viajes de sacerdotes o seglares a Buenos Aires o al Seminario.

El Gran Medio de la Oración

¿Cómo ayudarnos?