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Correo de [email protected]

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SarSas

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© Ediciones Digitales ANTEO, 2021, para la presente edición© Juan Ramón González Ortiz, 2021, para el texto© Octavio Casas Rustarazo, 2021, para el texto© Quintín García Muñoz, 2021, para el texto© Alejandro García Gil, 2021, para la cubierta

IMPRESIÓN Y ENCUADERNACIÓN:Huella Digital, S.L.

ISBN: 978-84-122757-9-7Dep. Legal: Z 449-2021

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© Ediciones Digitales ANTEO, 2021, para la presente edición© Juan Ramón González Ortiz, 2021, para el texto© Octavio Casas Rustarazo, 2021, para el texto© Quintín García Muñoz, 2021, para el texto© Alejandro García Gil, 2021, para la cubierta

IMPRESIÓN Y ENCUADERNACIÓN:Huella Digital, S.L.

ISBN: 978-84-122757-9-7Dep. Legal: Z 449-2021

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SarSasEnsayo sobre los orígenes y destinos cósmicos del

ser humano.

Juan Ramón González OrtizOctavio Casas RustarazoQuintín García Muñoz

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PrólogoLos padres solares

Cuando llegó la hora propicia, el Señor de laTierra invocó a su Hermano Mayor, el Sol, quien en-vió en su ayuda a los divinos ángeles solares, tam-bién conocidos como pitris solares o padres solares.

Madre Tierra tenía sus propias criaturas, pro-ducto de una interminable evolución natural que sehabía desarrollado a lo largo de millones y millonesde años. Los seres de nuestro planeta podrían haberllegado por sí mismos a verdaderos seres auto-conscientes, pero el desarrollo habría sido tan lentoque, Madre y Padre se pusieron de acuerdo en acele-rar el proceso de desarrollo de la autoconciencia, eimitar lo que ya había sido aplicado en uno de losplanetas sagrados de nuestro sistema solar, Venus.

Madre Tierra sabía que el “fácil y automático”vivir de los animales y plantas, incluso de los mine-rales, acostumbrados a un ritmo lento y que tenía suspropias leyes, devendría en relativo sufrimiento, ydebería soportar los dolores de parto de la nueva es-pecie, mitad animal y mitad divina.

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Hace ya millones de años humanos que el amordel Padre Espíritu, Señor de nuestro mundo, y laMadre Materia se fusionaron de una forma másíntima y dieron a luz miles, millones de lotos egoi-cos.

Estos lotos egoicos, también conocidos comolotos de doce pétalos, fueron construidos de la si-guiente manera:

1. La Joya en el loto, punto diamantino, que erauna parte de la esencia de los sagrados Espí-ritus hijos del Padre.

2. Nueve pétalos que provenían de parte de laesencia de los Ángeles solares,

3. Tres pétalos, que estarían cualificados por laaportación de la Madre Tierra, gracias a lomás evolucionado de su propia esencia, algu-nos de los más destacados pitris lunares…

Así pues, de la misma manera que todo en el uni-verso está compuesto de miles, millones, cientos demillones de partículas o componentes, lo que iba aser el alma de los seres humanos también estabacompuesto de tres elementos básicos.

Espíritu del Padre, Esencia de la Madre y multi-tud de hijos del Sol, quienes sacrificaban una pe-queña parte de sí mismos para servir de intermedia-rios.

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El sacrificio de los Ángeles solares también teníasu compensación. Una vez cumplido su trabajo, ellosmismos pasarían a ser Creadores de un nivel máselevado.

El producto de los tres dioses conformaría elalma de los futuros seres humanos, quienes encarna-ción tras encarnación irían progresando en el cum-plimiento del propósito “final” de ambos cónyuges,la generación de seres autoconscientes e individuali-zados que ocuparían el cuerpo de los animales másdesarrollados, o más bien se fusionarían con ellos enuna unidad indisoluble durante cada encarnación.

El casi inimaginable proceso de descenso de losSeñores de la Llama o Ángeles solares sobre la Tie-rra se inició con enormes terremotos y pavorosos in-cendios, causados por su poder eléctrico, que asola-ron la superficie de la Madre Tierra.

Y poco a poco, tras numerosos intentos, la chispade la autoconciencia se instauró en algunos animalesque a partir de entonces, adquirieron el privilegio detener un nuevo nombre: seres humanos.

Desde entonces, los Ángeles solares acrecientanla grandeza de lo que en algunas escrituras es cono-cido como el Templo de Salomón.

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Podríamos decir que tal Templo, son los docepétalos que contienen la sabiduría que va acumulán-dose a causa de la multitud de encarnaciones que unÁngel Solar es capaz de llevar a cabo a lo largo decientos de miles de años.

Para intentar comprender el proceso, habría quedecir que no es el hombre el que reencarna, sino quees el Alma o Templo de Salomón, el que manejado yconstruido pacientemente por un divino constructor oÁngel Solar, desciende y asciende desde el planomental hasta el cuerpo físico de un “animal produ-cido por la Tierra”, se fusiona durante un tiempo,acrecienta su poder y brillo, y regresa al plano men-tal, para continuar con otra encarnación.

Parece ser que los hombres normales no tenemosacceso al conocimiento exacto de cómo se producenestas encarnaciones. Hay quien ha especulado mu-cho, hasta el punto de creerse ellos mismos y hacer-nos creer a los demás que saben exactamente todo elproceso detalladamente.

Probablemente, serán muy pocos los sabios queverdaderamente sean capaces de comprender loscientos, miles de variaciones que se pueden producirtanto lógica como ilógicamente.

Lo normal es que el proceso de encarnación ter-mine bien, en el sentido de que el Ángel Solar lleve a

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buen término su proyecto de mediación, pero siem-pre hay excepciones. Y no siempre la unión del Pa-dre y la Madre se produce exitosamente.

Esta pequeña y humilde novela intenta reproducirlo que parece ser que se deduce de las afirmacionesque están esparcidas por aquí y por allí en los librosdel Maestro Tibetano. Pero que nadie se lleve a en-gaño. La encarnación y todo lo relacionado con ellaes un misterio. Y un misterio está lleno de limitacio-nes, aunque también de posibilidades que nadiepuede negar o afirmar.

Hace tiempo tuve un amigo, y un día me dijo quesu Maestro cuando murió le había dejado su cuerpomental.

¿Puede ser esta afirmación veraz?

Aquel hombre era muy inteligente y sensato. Noparecía ganar nada con decirme aquello. Por mi parteno hubo más preguntas, dejando que el velo cubrieseaquel misterio. Me habría parecido una falta de pu-dor preguntar por más detalles. Sí que hay un hechoincontestable: durante muchos años se prodigó comoun excelente escritor, filósofo y humanista. Quizásera lo que verdaderamente contaba.

Respecto a los Misterios… cada uno debe estu-diar y meditar sobre lo que puede ser o no cierto.

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Capítulo 1SarSas y Alma

En los inmarcesibles confines de los subplanossuperiores del tercer plano de nuestro sistema solar,comenzando a contar por abajo, o quinto si contamosdesde el superior, y que es llamado plano mental, seexpanden gloriosos los Ángeles solares.

Ellos también podrían ser considerados ángelescaídos, pero no el sentido “despectivo” que se le danormalmente por algunos religiosos, muy al contra-rio, son verdaderos salvadores, que han descendidodel plano mental cósmico al plano mental físico, osea al mundo de los pensadores humanos.

Respondieron al anhelo del Padre por la Madrede la Tierra, originado por la invocación de Ella a lasLuces que viven eternamente.

Los Ángeles solares son entidades eléctricas yque forman grupos supra inteligentes en comunica-ción continua.

Esta afirmación que quizás hace doscientos añospodría haber resultado extraña, actualmente se ha

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convertido en algo creíble si recordamos, tan solo, elmundo en el que vivimos de comunicacionesinalámbricas, internet y atiborrado de aparatos semi-inteligentes.

Es importante comprender que los Señores sola-res forman, según su naturaleza, distintos grupos, yque responden al llamado de su Señor de Rayo,cuando es necesario reencarnar.

Según las necesidades, los grupos de almas en-carnan a la vez durante ciertos periodos, según lasdecisiones que se toman en Shamballa, y tambiéndependiendo de los ciclos secuenciales en el SistemaSolar.

Normalmente, los distintos grupos de SeñoresSolares agrupados bajo un mismo Rayo, encarnan deacuerdo a procesos comunes astronómicos, perotambién pueden ser llamados debido a una necesidadmayor e incluso respondiendo a la invocación con-junta de toda la humanidad.

Según dicen algunos hombres sabios, algún díase podrá comprobar, simplemente estudiando la his-toria de la humanidad, cómo ciertos ciclos son con-secuencia de tales descensos…

Dicen estos mismos sabios que un gran ciclocientífico comenzó al principio del Renacimiento,

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cuando la Jerarquía de Mentes Iluminadas decidióquitar el poder a la Iglesia, que había dejado de serportadora de Luz, y se lo entregó a los científicos.

Dicho de otra forma, los ángeles solares deQuinto Rayo, respondieron al llamado y desde en-tonces, la Ciencia llevó a los humanos hacia un pro-greso del que todos nosotros hemos sido testigos.

Un Ángel solar llamado Alma estaba a punto definalizar su compromiso de servir de enlace o uniónentre el Padre (mónada) y la Madre (espíritus de laTierra.

Uno de los Maestros encargados de su grupo deángeles solares, SarSas, supervisaría la que sería laúltima encarnación del loto egoico de Alma, cuerpocausal o templo de Salomón.

El ciclo en el que Alma estaba inmerso duraba yacientos de miles de años humanos, y el loto egoicodel que él era responsable, construido con su propiasustancia, comenzaba a dar señales de estar muy ma-duro.

Desde el punto de vista de un humilde serhumano, el alma es inmortal, casi eterna, pero desdeel punto de vista de un Ángel Solar, es simplementeuna creación. Es cierto que es una creación muy im-portante para él, pero las almas al igual que cualquier

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planta, animal o humano, pasan por un proceso denacimiento, crecimiento, madurez y desaparición.

Lo que nunca se puede perder de vista es quequien verdaderamente encarna es el alma (materiasolar cedida) de un ser humano, no el animal.

Alma entró en meditación. Debía continuar suobra, la terminación de un alma humana, la finaliza-ción de un Templo de Salomón, cuyas piedras, soncada una de las encarnaciones por las que ha ido pa-sando la flor de la vida.

En algunos libros se dice que hay tres entidades:La Presencia, El Ángel de la Presencia y el almahumana.

Es un misterio, y parece ser que muy pocos hanresuelto. Por qué causa el Padre Espíritu quiso des-cender y conocer a la Madre, algo que sólo era posi-ble gracias a la mediación de los Ángeles Solares.Dicho de otra forma, nadie conoce el verdadero yúltimo propósito de la creación. Hay quienes hablande redención de la Materia.

Nosotros lo único que intentamos es pensar enque el ser humano puede tener un destino, que la-mentablemente la Ciencia no ha sido capaz de des-cubrir… todavía… a pesar de todos sus avances.

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Capítulo 2Selección de materiales

Conforme transcurre la construcción del Alma,o Templo de Salomón, los pétalos, que son energíascualificadas, no sabemos si autoconscientes y sujetaspor la energía magnética, en este caso de Alma, y enúltima instancia por la joya en el loto, representaciónde la mónada, van acumulando sabiduría y radioacti-vidad.

Paulatinamente aceleran su rotación y pequeñatraslación aumentando su capacidad de irradiación yestimulación de la planta animal humana. Y a su vezlos actos, los pensamientos y los sentimientos de losanimales racionales transmiten mayor vigor hastaque se abren totalmente a los rayos de los mundosinferiores y también de los superiores.

Cuando un alma está muy evolucionada, tieneen rotación los tres pétalos de conocimiento, en laparte baja del loto y dos pétalos o tres de la partemedia, incluso uno o dos pétalos de sacrificio.

La palabra sacrificio no es lo que el serhumano entiende por tal, algo que nos hace sufrir. Enrealidad cuando se abre un pétalo llamado de sacrifi-

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cio, significa que el alma o cuerpo egoico, se haceconsciente de la voluntad de su Señor.

En ese momento el ser autoconsciente, serhumano, comienza a entender un propósito superiorque le llena de gozo, pero también le indica un nuevocamino. Y ese camino es un camino probablementedistinto al que llevaba hasta ese momento, de ahíviene el término sacrificio. Podría decirse que gozoy dolor son las dos caras de la moneda de ese estadobeatífico.

La construcción del divino Alma, ayudado por sumaestro SarSas, estaba muy desarrollada. Apenasquedaba por abrirse el noveno pétalo, el tercero desacrificio, y uno de los pétalos internos que revelanla joya en el loto.

Los materiales que debía seleccionar tendrían queser muy especiales, pues muy probablemente, si todollegaba a buen puerto, la encarnación que había co-menzado representaría el final de su trabajo comoconstructor de almas.

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Capítulo 3Pitris lunares de primer orden

SarSas fue quien se responsabilizó de escogerlos materiales. Había tomado la determinación deayudar a Alma. Paradójicamente el éxito de ambosestaba interrelacionado, y la ley del ascenso le “obli-gaba” a descender.

Una inmensa llanura contenía personas estu-diando. Unos observaban libros, otros miraban fija-mente pantallas de ordenadores. Frenéticamente te-cleaban y giraban la cabeza de un lado a otro como sien ello les fuese la vida. Se les veía intensamenteconcentrados en lo que realizaban. Unos sonreían,otros exclamaban palabras altisonantes por los re-sultados que aparecían en sus máquinas. Mientras lesmiraba SarSas, se escuchó un enorme clamor. Ca-minó durante unos minutos entre gritos de una mul-titud embravecida, observó al personaje que contes-taba sin pensarlo a las preguntas del público.

–Un millón ochocientos mil quinientos setenta ycinco por nueve millones novecientos noventa y sietemil doscientos treinta y tres, preguntó alguien.

–Dieciocho billones setecientos sesenta y sietemillones ochocientos ocho mil novecientos setenta y

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cinco- respondió el héroe, y la turba gritó cuando elárbitro de la exhibición levantó una bandera azul.

–Eh tú, extranjero… mira a ver si sabes calcularasí –le gritó orgullosa y desconsideradamente elhéroe de aquella plebe enloquecida, desde el pro-montorio a SarSas, quien continuó su camino, su-friendo el abucheo de los forofos.

Un poco más allá había un hombre jugando conun niño. Parecían pasarlo muy bien.

–¿No participa usted de la confrontación ma-temática? –No. En otro tiempo me gustaba pero mecansa ver siempre lo mismo.

–Pero… es importante saber calcular… podercontar las estrellas del firmamento…

El hombre sonrió…

–¿Por qué sonríe?, ¿he dicho alguna necedad?

–Disculpe, señor. Sólo sonreía porque a mí meparece más importante saber quién vive en las estre-llas que el hecho de poder contarlas.

–¿Piensa que hay habitantes en ellas?

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–Sí –contestó tímidamente, creyendo que comoen otras ocasiones le tildarían de loco.

–Los cálculos dicen que es imposible que existanseres vivientes en ellas.

–Pero es tan bello pensar que hay alguien en cadauna... que hay un calculador contando las otras estre-llas que se ven desde allí.

SarSas no contestó. Continuó su camino despi-diéndose con una sonrisa.

–Disculpe, Señor… –dijo el hombre que estabacon el niño.

–¿Sí?

–No me ha dicho si usted cree en la posibilidadde que haya calculadores en las estrellas.

–No sólo hay calculadores, sino también entesautoconscientes.

–¿Qué es eso, señor?

–Son calculadores que saben que son calculado-res y algo más…

–No le entiendo, señor.

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–Son individuos que son capaces de expresar“Yo soy”. Sienten que son ellos mismos.

–Disculpe que no le entienda.

SarSas sonrió. Proyectó parte de sí mismo en elcuerpo de aquel ser y dejó que se expresase.

–Yo soy, dijo como si estuviese hipnotizado.

–¿Lo entiende ahora? –preguntó SarSas.

–No sé… he sido tan feliz sintiendo lo que hepensado… pero ya se ha desvanecido…

–¿Tal vez desearía experimentarlo más veces?

–Creo que sí.

–Entonces, véngase conmigo…

–No puedo… el niño me necesita.

–Entonces acompáñenme los dos…

Los dos seres inteligentes pero no autoconscien-tes se miraron y siguieron a SarSas. El niño dio unamano al extranjero y la otra a su cuidador.

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Capítulo 4SarSas y Egor

Los tres caminaron por un sendero que discurríaentre montañas nevadas. En el mundo de los huma-nos el frío ateriría sus cuerpos, pero en el mundomental apenas si sentían una suave brisa que acari-ciaba sus rostros.

Egor, el pitri lunar, percibía que su vida iba acambiar. Era un ser inteligente, fruto de la enormeevolución que había promovido la Madre Tierra.Según decían algunas tradiciones, procedían de laLuna, cuando ésta era habitable.

También se decía que los habitantes de la Lunase autodestruyeron, o fueron ayudados en su muertepor los poderosos Señores Solares.

Parece ser que la causa había sido el insensatoacercamiento entre los devas o ángeles y los cuerposhumanos. Aquella unión no debía haberse producidotan pronto. La humanidad lunar no estaba preparaday el fuego de la pasión consumió los cuerpos deaquellos desdichados animales lunares. En defini-tiva, la Luna fue un fracaso en el que tuvieron queintervenir los regentes del Sistema Solar.

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Pero realmente todas estas historias surgían en lamente de Egor como sueños.

Era relativamente consciente de sus actos, perono veía las cosas claras. Todo era borroso, aunque sufacilidad para contar y calcular números era asom-brosa. Era algo que tenían en común la gran mayoríade los pitris lunares de primer rango.

Eran astutos como zorros, rápidos como ven-cejos y se sabían todas las triquiñuelas habidas y porhaber. Respondían a las circunstancias de su entornocon extrema inteligencia. Pero les faltaba ese algo,ese plus que les convertiría en seres humanos auto-conscientes.

Su mayor placer era narrar historias que habíanleído, contar estrellas en el cielo, o piedras en lasmontañas, o granos de arena… les producía placer.

En ocasiones se pasaban horas y horas contandolas olas que rompían en la playa.

También los había filósofos, o mejor dicho imi-tadores de los filósofos, porque de su mente sólobrotaba lo que habían acumulado en la memoria,pero en ningún caso surgía algo nuevo… en ciertomodo respondían como loros muy adiestrados… lesfaltaba el poder de deducción…

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–Me siento mal –dijo Egor cuando estaban ter-minando de ascender a una enorme montaña.

–Es el cambio de subplano –respondió SarSas.

–No entiendo.

–Supongo que sí has oído alguna vez que existenseres superiores.

–Sí… pero son leyendas, ¿no?…

–El mareo que sientes se debe a que estamoscerca de la frontera de dos mundos.

Ni Egor ni el niño respondieron, se habían des-mayado.

SarSas les observó con gran detenimiento y sabiacompasión. En aquel instante llegó un extraño animalvolador, la mitad del cuerpo era de águila y la otramitad, la cola, parecía más bien de serpiente-dragón.

El Maestro de Alma dejó con extremo cuidado ydelicadeza a sus invitados junto a las alas de aquelenorme pájaro, indicándole que los dejase junto a sucabaña de madera.

Era una bella y espaciosa construcción contechos de tipo oriental. La puerta principal era de un

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extraordinario valor histórico. La puerta, de marfil,tenía labrada una gran cantidad de figuras de sereshumanos, animales, plantas y piedras pulidas conformas diamantinas.

Envolviendo todas las bellas obras de arte, sepodía contemplar una serpiente-dragón formando elsigno del infinito.

SarSas los introdujo con cuidado en una de lashabitaciones. Él se sentó en una pequeña silla y mi-rando a las estatuillas de Budha y Cristo, se puso ameditar.

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Capítulo 5La cabaña de madera

Durante unos días, Egor y el niño fueronadaptándose al cuarto suplano del plano mental. Alprincipio les costó, pero luego se sentían mucho másligeros y rápidos de lo que eran en los planos inferio-res. Se sentían felices.

El pitri lunar, Egor, había sido tocado por la “va-rita mágica” de SarSas. La extraña sensación de sen-tirse él mismo se había depositado en su memoria, yya nada era igual que antes. Un profundo anhelo devolver a experimentar aquella sensación de libertadse había apoderado de él.

Egor y el pequeño deva, Paulo, se alojaron enuna pequeña cabaña de madera a unos doscientosmetros de la casa de SarSas. Junto a ellos reposabala extraña águila-serpiente Draco, de quien el pe-queño Paulo se había hecho muy amigo, y ya a partirdel segundo día de su estancia se marchaban durantehoras a recorrer las gigantescas montañas nevadas.

Había luna llena, Egor caminaba entre los enor-mes abetos cercanos a la cabaña cuando observó queuna gran cantidad de espíritus de color azul blanque-

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cino entraban en la cabaña de SarSas. Escuchó extra-ños y cadenciosos murmullos, y al poco tiempo,aquellos visitantes partían en distintas direcciones.Al día siguiente le preguntó a SarSas por aquellosinvitados.

–Son humanos que dejan sus cuerpos físicos yvienen a entonar la Gran Invocación.

Egor no se atrevió a preguntar más. SarSas pre-guntó a su huésped.

–¿Querrías, de nuevo, descender al mundo de loshumanos?

–No sé… Lo poco que recuerdo es muy bo-rroso… como un sueño desagradable.

–Ya. Olvida lo que te he dicho… me gustaría en-señarte algo.

Ambos se dirigieron a la cabaña de SarSas, quiencaminaba en primer lugar. Entraron por la puerta demarfil. Había un enorme salón y al final del mismo, ala derecha, descendieron varios escalones y entraronen una galería que se internaba entre rocas y tierra.Al principio Egor mostró reticencia y temor, peroSarSas le animó y continuaron. Ascendieron unaenorme cantidad de escalones que desembocaba enun enorme salón cubierto por una cúpula transpa-

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rente desde la que se veían gran cantidad de estrellas.Egor dijo en voz alta y de una forma totalmente in-consciente… Ursa Maior.

–Exacto –confirmó SarSas, y dando dos palma-das provocó que unas extrañas luces iluminaran lasparedes de aquella estancia. Estaba llena de libros.

–Ohhhh –exclamó Egor.

–Tal vez te gustaría leerlos.

–Sería algo maravilloso. Aunque estoy un pocooxidado. Hace mucho que no calculo operacionesmatemáticas ni juego a la filosofía.

–Entonces no se hable más. Podrás venir cadavez que lo desees.

–Gracias, maestro.

–Por favor, llámame SarSas, todos somos sim-ples discípulos del universo.

Egor había sido elegido, pero no lo sabía… y, enúltima instancia, él sería quien, llegado el momento,aceptase o rechazase la propuesta del “Hacedor deseres humanos”.

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Alma observaba los pasos de su Maestro en elcorazón. El objetivo que a ambos tenían en su mentey en su corazón, era tan importante, que no se podíadejar nada al azar. Al menos, todas las circunstanciasque se pudiesen controlar.

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Capítulo 6La sabiduría encerrada en los libros

Egor estaba hecho para estudiar y aprender. Al-macenaba información por placer, otra cosa era supoca capacidad de deducción. Pero todo era cuestión,primero de ilusión y ganas por conocer, y segundo detiempo. Y tiempo era algo que, en principio SarSas yAlma para este propósito en concreto, tenían sufi-ciente. De hecho, era su prioridad. Gran parte de lasfunciones que ambos desarrollaban en el áshram eranrealizadas por otros Maestros y Discípulos avanza-dos.

En caso de que Egor no estuviese preparado entreinta años humanos, la duración de las influenciasastrológicas permitían varias oportunidades más, yen última instancia, el peor de los casos, SarSas yAlma se verían obligados a seleccionar otro pitri lu-nar, tal vez con menos potencial, pero que tambiénpudiese llevar a buen término su propósito.

Tal vez fue la disposición de los libros en laenorme biblioteca, quizás el color tan bonito de suslomos, y ¿por qué no?, una pequeña ayuda mentalpor parte de SarSas, Egor se decidió por una colec-

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ción de libros azules, muy gruesa, y que mencionabalas enigmáticas palabras fuego cósmico, rayos, ini-ciaciones…

–Vaya, parece que tienes buen gusto –le dijobromeando SarSas en una de las ocasiones que entróa verle.

–Son muy difíciles.

–¿Y eso te preocupa?

–No… pero apenas entiendo el diez por ciento delo que leo.

–Deberás tener paciencia.

–¿Y no me podría ayudar usted, ma…? –se de-tuvo antes de pronunciar la palabra “prohibida”

–Estás ante unos libros que están diseñados apropósito para que tengas que leer todos. En ocasio-nes Alice Bailey le decía al Maestro Tibetano que nohabía quién entendiese aquello, y Djwhal Khul son-reía desde la otra parte de la Tierra.

–¿Conozco al Maestro Djwhal Khul?

–Sí, es quien te dije una vez que me había rega-lado las cabañas y todo lo que ellas contienen.

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–Ah… Pero los libros los escribió Alice AnnBailey…

–Exactamente, ella recibía los datos telepática-mente.

–Pero los humanos… no tienen muy desarrolladatal habilidad, no son como nosotros.

–Por eso el Maestro Djwhal Khul la eligió, puestenía una enorme capacidad de recepción y por su-puesto de comprensión…

–Y no sería más sencillo que cada libro fuese unpoco más explícito…

–No. Aunque todas frases tienen mucho sentidoen sí mismas, es como si les faltase alguna clave. Yla clave para comprenderlas está perdida en otro li-bro. Cada lector debe encontrar las claves que para élson explicativas. Y cada estudiante se fija en unaspalabras distintas, dependiendo de aquellas preguntasque deambulan en su cerebro sin respuestas.

–¿Y si me canso de estudiar antes de haber des-cubierto las claves importantes para mí?

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–Pues descansas, lees otra cosa, y un buen díavolverás a desear saber más de lo que esconden loslibros –dijo sonriendo SarSas.

–Bueno… pues cuando me canse, cogeré la Doc-trina Secreta de Helena Petrovna Blavatsky…

–Buena elección también –el Hacedor de sereshumanos sonrió todavía más y se marchó de la bi-blioteca.

Alma observaba continuamente a Egor. Todavíano podía hacer nada al respecto. La decisión de queEgor fuese acogido bajo la sombra de su loto egoico,la tenía el propio pitri lunar.

Una de las características de los Magos Blancoses la total libertad de elección. De nada servía obligara alguien a ascender en la escala de la evolucióncósmica. Sólo con inteligencia amorosa y voluntadsabia podía construirse el sendero de luz que unía losdistintos planos.

Aplicando la inteligencia se podían ascender losdos peldaños en ascenso vertical. Para el tercer es-calón se necesitaba Amor y Sabiduría. Ellos propor-cionaban el acceso a la verdadera Voluntad.

Desde el segundo escalón se podía conseguir unaevolución horizontal tan infinita como es el universo.

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Capítulo 7Contacto de Egor con Alma

No fueron un camino de rosas los años que Egordedicó a estudiar los libros de Alice Ann Bailey yDjwhal Khul. Era feliz estudiando, pero echaba demenos vivir en el mundo de los pitris lunares. Año-raba jugar a filosofía como le llamaba, incluso a cal-cular… ¿Quién lo hubiera dicho? Así que, cadacierto tiempo, tenía la libertad absoluta de marcharsey regresar cuando le apeteciese.

Y siempre ocurría lo mismo, al final se dabacuenta de que él ya no era el de antes, que habíaabandonado un mundo más atractivo y regresaba.

SarSas le recibía con una sonrisa bondadosa ycomprensiva. Él también había sido humano… esdecir, que conocía de primera mano lo largo que erael camino a través de los distintos mundos. Dehecho, él mismo, aun siendo un Maestro de quintainiciación, sabía que el sendero hacia el Alma deluniverso era casi infinito, y que verdaderamente noera nada más que un aprendiz que debería tomar unadecisión en la sexta iniciación y tendría que decan-tarse por uno de los Siete Senderos Cósmicos.

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Tal y como otros Maestros habían hecho, él debíallevar a cabo su trabajo con paciencia, pero sin dila-ción. Trabajaba en el desarrollo de los lotos egoicos.Ése era su trabajo, y es lo que ahora estaba haciendo.

Después de muchos años humanos, muchas crisisy momentos de incertidumbre y dudas, Egor seacercó un día a SarSas.

–Deseo ser completamente autoconsciente, con-vertirme en un ser humano.

SarSas le miró detenidamente. Parecía estudiaralgún tipo de luz que ni el propio Egor sabía quetenía. Después de treinta largos segundos, le respon-dió.

–Acompáñame.

Ambos llegaron hasta el pasadizo que conducía ala biblioteca, pero en lugar de seguir caminando,SarSas tocó una de las piedras que conformaban elmuro y se abrió una puerta desconocida por el pitri.

Caminaron diez minutos por un pasadizo total-mente oscuro. Sólo se vislumbraba un lejano puntode luz blanquecino-azulado que fue convirtiéndoseen una puerta tan luminosa, que apenas la podíamirar Egor.

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La azulada-blanquecina y a la vez cálida luz hizoestremecerse a Egor como si fuese una pequeña hojaal viento.

Fue un murmullo de vibraciones que le hicieroncimbrearse, sentirse penetrado por millones de partí-culas luminosas que en cualquier momento amena-zaban con inundarle y, a la vez, con disolverle.

Aquellas luces parecían examinarle, palparle,medirle interiormente. Quemaban dulcemente. Des-pués hubo de nuevo oscuridad.

SarSas dijo algunas extrañas palabras. Debían seruna invocación o llamada, pues a los pocos segundosapareció delante de ellos una bella esfera de luz do-rada que terminaba en un punto azul blanquecino.

Egor se arrodilló. Es lo que le salió de su interior.Cerró los ojos e inclinó la cabeza.

Aquella luz descendió sobre él, le tocó suave-mente con un delicado rayo en la coronilla y luegodesapareció.

Egor permaneció arrodillado y lloró. Sollozócomo si hubiese sido un niño. No estaba triste, era laúnica manera de asimilar lo que había ocurrido.Había recibido una caricia tan cálida, que le habíaobligado a expresarse de alguna manera.

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Pasaron minutos, tal vez horas…

Egor se encontró tumbado sobre unas piedrasenormemente frías. SarSas no estaba. Se levantó y,envuelto por la oscuridad, cruzó a tientas aquel lar-guísimo pasadizo. Llegó al salón donde los discípu-los humanos recitaban la Gran Invocación. Observócon cariño a SarSas sentado y meditando. En silen-cio, y deseando que nadie le viese, abrió la puerta demarfil y salió. Las estrellas titilaban sobre las altas ynevadas montañas.

–Creo que soy –se dijo a sí mismo.

Draco y Paulo le estaban esperando. Paulo ya eraun pitri lunar adulto. Y Draco… por ella no pasabanlos años…

El joven Paulo abrazó a su querido amigo Egor yambos se subieron a Draco.

La luz de las estrellas se reflejaban en las blancasplumas de Draco, que les llevó hasta la más alta deaquellas montañas. Ellos le llamaban Esmeraldinaporque algunos días reflejaba un extraño y maravi-lloso color de esmeralda.

Paulo puso su brazo sobre el hombro de Egor.Tuvo el dulce y efímero presentimiento de que nuncase separarían.

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Capítulo 8Conexión

A partir del contacto y conexión con Alma, Egorincrementó la velocidad de sus estudios, así como lacapacidad de comprensión.

Muchos días se iba con su querido amigo Paulo yno paraba de hablar sobre todo lo que estaba estu-diando. Sin darse cuenta también estaba facilitandoel trabajo de SarSas, pues el joven pitri lunar tambiénhabía acelerado su evolución.

Al contrario que su amigo, Paulo en ningún casohabía mostrado interés por descender al mundo delos humanos. Quizás él podría tomar otro caminodistinto. No todos los senderos llevaban a los extra-ños y difíciles humanos, se decía a sí mismo. Aunquese engañaba. Todas las evoluciones debían pasar porel estado de “ser humano” o mejor expresado “serindividualizado autoconsciente” simplemente porqueera una etapa necesaria para llegar a la superconcien-cia grupal de los Señores de la Llama.

Es difícil definir la conciencia grupal para un serhumano. Como no lo sabemos, hasta por lo menosllegar a la tercera iniciación, podríamos hacer unaidea si comenzamos desde el principio de la concien-

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cia grupal: la conciencia grupal de dos entidades sen-sibles-pensantes.

Fuese lo que fuese tan enorme misterio, antes deque Egor llegase a vislumbrar su solución, lo queverdaderamente ocurría en esos instantes es queSarSas y Alma tenían un enorme trabajo que haceren el cuerpo mental de Egor. Estaban incrementandolos centros de energía mentales y formando másdetalladamente los cuatro puntos de inteligenciaactiva. Y lo que era imprescindible: estabanfinalizando “el cableado” de las primeras conexionesde Alma con el cuerpo mental de Egor.

Este cableado conectaba los tres pétalos deconocimiento del loto egoico de Alma y la unidadmental con los centros de energía mentales de Egor.

Hasta ahora, los seres humanos no considerába-mos con verdadera certeza la posibilidad de que lainteligencia pudiese permanecer en algo que paranuestra vista no es físico. Es cierto que siemprehemos pensado que existía el alma, pero su relacióncon el cuerpo era incomprensible.

Sin embargo, actualmente estamos en la era delos ordenadores, y algunos procesos inteligentesestán insertados en chips, en procesadores, en discosde memoria, y vemos que una torre de un p.c., o un

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portátil se enchufa a través de un interruptor a la co-rriente y todo empieza a funcionar.

De una forma similar podemos empezar a pensaren la posibilidad de que la inteligencia no esté sola-mente en el cerebro físico de un ser humano, sinoque parte de nuestra historia se encuentre en mate-riales menos densos que el cuerpo físico.

Dicho de otra forma, que aquello que siempre seha llamado el alma reside en partículas atómicas ysubatómicas, que están unidas por corrientes deelectricidad generadoras de campos magnéticos quetodavía no hemos descubierto.

La Sabiduría Antigua siempre ha afirmado por laque existen tres tipos básicos de electricidad asícomo muchas subdivisiones de los mismos, llegandotales diferenciaciones de expresión de la electricidada los 49 fuegos para el plano físico cósmico, que noson todos los fuegos o tipos de electricidad diferen-ciada que circulan por los distintos conductores queson los 49 subplanos.

Así pues, si nos imaginamos que existen distintosmateriales conductores y ciertas fuerzas no descu-biertas todavía por los científicos, podemos deducirque existen partículas materiales agrupadas según lacualidad de esas fuerzas magnéticas, y que contienenla memoria del universo.

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Parece ser que es difícil, para la Ciencia,descubrir la existencia de ciertos átomos inteligentes,dispersos entre la multitud de átomos queconstituyen el cuerpo físico.

El problema para la Ciencia todavía se vuelvemás abstruso cuando intenta localizar subpartículasque, según nos dicen, unas veces están y otras noestán.

Dicho de otra forma, actualmente, y afortunada-mente, nuestros científicos no son capaces de locali-zar toda la gama de subpartículas que nos asegura laSabiduría Antigua que existen, llamándolas planosde materia sutil.

Según dicen algunos sabios, la Ciencia no llegaránunca a descubrir ciertos planos, porque les faltaráun algo que se necesita para arribar hasta ellos. Talmisterio parece que se resuelve en parte cuando uniniciado llega a la tercera iniciación.

Creerlo o no, es cosa de cada uno de nosotros.

Desde el momento en el que SarSas llevó a Egoral mundo de las almas y propició la primeraconexión entre Egor―Alma, se inició un segundodescenso a la materia.

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Lo que hizo SarSas fue soldar el primer hilo deenergía-luz entre Alma y su futuro cuerpo mental.

Es lo que se intentaba aclarar con el símil entreuna placa base de un ordenador, su memoria, sufuente de alimentación, sus altavoces, sus cámaras…y los distintos componentes de una entidad denomi-nada humano.

La afirmación, aparentemente arrogante, de quese puede soldar un alma a un cuerpo mental o vice-versa, es probablemente una ley básica de los mun-dos. Es la forma en que todo está conectado.

Todos los planos, todo el universo, parece ser,está conectado con hilos de energía, más o menossutiles o livianos. Es lo que se denomina la red eté-rica. Es una red que une las estrellas y las partículas.Y es algo que se va construyendo poco a poco.

Por si sirve de confirmación, algunos videntes asílo han expresado, pues han sido capaces de ver talescordones dorados.

Es verdad que establecer un cable entre las dis-tintas entidades vivientes es difícil. Pero estaríamejor expresado si afirmásemos que el mayor pro-blema es que tales entidades sean conscientes de talconexión.

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Porque, todos los días establecemos y rompemoscables entres los seres humanos y todos los seres vi-vos. Otra cosa es la dificultad que tiene la utilizaciónconsciente de tal cableado. Esto último son palabrasmayores.

Una vez establecida esta larga disertación sobreel cableado y el soldado de los puntos de energía vi-viente, cualificada e inteligente, podríamos afirmarque Alma finalizó de soldar el cableado entre los trespétalos de conocimiento, la unidad mental y loscuatro centros mentales, o núcleos de energía mentalque le unirían durante una encarnación a Egor.

Una vez establecida tal unión, se iniciaría eldescenso al plano astral.

Pensamos que quien lea esto puede llegar areírse, pero lo único que demostrará es que todavíano ha llegado a saberlo. Algunos místicos así loafirman, incluso algunos de ellos se atreven a decir,en privado, que tal cableado, en sus niveles másdensos, es algo parecido a un arpón que se arraiga enalgún lugar y quema.

Siempre debemos recordar que Dios es un Fuegoque quema. Pero hasta llegar a Dios, antes tenemosque conseguir ser semi-dioses. Y nosotros, a suimagen y semejanza, actuamos de la misma forma,sólo que inconscientemente.

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Capítulo 9Descenso al plano astral

El día de partir había llegado. Paulo, el jovenpitri lunar que se había jurado a sí mismo no descen-der al mundo de los hombres, estaba destrozado. Suamigo del alma Egor partiría, a medio día, desde lasmontañas al valle.

Draco le llevaría más arriba de la más alta deaquellas montañas, Esmeraldina, y luego se lanzaríaen picado hacia los valles que descendían a lo másprofundo de las hondonadas mentales. Le dejaríajusto en la entrada del túnel que separaba ambosmundos. Y Egor, solo, probablemente apesadum-brado, inconsciente de que Alma estaría con él, arri-baría andando al primer nivel del mundo astral.

Paulo estaba nervioso. Iba de un lado a otro, en-traba y salía del lugar donde solía meditar y rezar,una esquina de la cabaña del Maestro SarSas.

Desde su rincón observó detenidamente, durantemás de una hora, las estatuillas de los divinos Buda yCristo.

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Y después de haberse hundido en la oscuridadmás densa, apareció la luz. Hablaría con el Maestro yle rogaría que le dejase ir con Egor.

En ese instante, SarSas abrió de par en par lapuerta de marfil. Sostenía un cayado.

–Es un regalo para ti –dijo desde la puerta.

Paulo llegó hasta el umbral, en aquel instantepleno de luz pues el sol regalaba sus bendiciones deuna forma vertical.

–Te servirá de apoyo en los momentos difícilesque vas a pasar en el mundo de los humanos.

–¡Maestro! –exclamó abrazándose a SarSas.

–Supongo que se lo tendrás que comunicar aEgor…

–Voy a decírselo.

SarSas sonrió. Aunque en última instancia, el jo-ven Paulo era el que decidía, el Maestro se había an-ticipado y le había comunicado a Egor que cabía laposibilidad de que Paulo fuese con él.

Draco y Egor estaban esperando al joven cuandollegó corriendo.

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–Vamos, sube –ni siquiera esperó a que Paulo lespreguntase si podía ir con ellos.

Draco la gigantesca águila-serpiente sobrevolóEsmeraldina, atravesó las llanuras y llegó al valle.

A unos metros de la puerta que separaba elmundo mental del mundo astral se despidió de susamigos. Sabía que pasados muchos años, regresarían.

Y si ambos amigos pensaban que aquella zonadel mundo estaría deshabitada o que no habría tran-seúntes, se equivocaban. La salida del túnel parecíaun río de gente.

Curiosamente, aquellos que venían a los mundosmentales eran de edad muy avanzada, y los que des-cendían al mundo astral eran todos jóvenes, inclusoniños, quienes de una forma inconsciente parloteabany sonreían, como si fuesen a subirse a una montañarusa, a una noria, o a alguna atracción de feria.

Sin embargo, el silencio de los que regresabandel mundo astral se apoderó de los que habíancomenzado con enorme algarabía.

Cuando Egor y Paulo entraron en el nuevomundo exclamaron su admiración por la belleza delpaisaje que se desplegaba hasta el infinito.

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Esmeraldina era muy bella, pero ahora compren-dieron que era un tanto adusta. Las montañas que sedivisaban desde la salida del túnel, tenían una gamainfinita de colores de tonalidad muy liviana. Azulesmuy delicados… y rosas… y lavanda… y ocrestransparentes…

Hacía tanto tiempo que Egor había regresado deaquellos mundos, que incluso los había olvidado.

La mayoría de los que descendían siguieron elcamino a los infiernos. Estaban deseosos de tenergrandes y excitantes aventuras. En cambio Egor co-menzó a recordar. Allí lejos, a la derecha del caminohabía una ciudad. Era famosa porque en ella residíanrenombrados pintores y músicos.

–Vamos, Paulo. Esta es una de las ciudades másbellas y armónicas de todo este mundo.

El jovencito se sentía el pitri lunar más feliz delmundo cuando se instalaron en una bella habitación,con grandes ventanales, desde la que se divisaba unaenorme plaza.

En ella había unos cuantos pintores intentandoplasmar la belleza de una inmensa catedral gótica depiedras de ocre claro y dorado.

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Capítulo 10Algo “importante”

Para comprender algunos de los acontecimientosque vienen a continuación, se hace necesaria una pe-queña explicación de lo que algunos sabios nos dicenacerca de la esencia del universo en que vivimos, nosmovemos y tenemos nuestro ser.

El universo es tan antiguo, tan inmenso, tan infi-nito que los seres humanos, incluso los más sabios,no pueden abarcar ni siquiera con su pensamiento.

Pero… todos nosotros necesitamos una explica-ción, lo suficiente convincente que nos ayude a con-tinuar en la búsqueda infinita que la esencia de laraza humana.

Se podría decir que la Vida es un espacio in-menso, para nosotros infinito, ocupado por tanenorme cantidad de partículas que es imposible detodo punto saber su número.

Cada año que pasa, los astrónomos nos indicanque el universo es mayor. Hasta tal punto, que es di-vidido en galaxias, de las que parece ser tampocosabemos su número.

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Podríamos definir el universo como MateriaViva.

Eso es todo.

Algunos dividen la Materia Viva, en dos subdivi-siones Vida y Materia, más conocidos por PadreEspíritu y Madre Materia… pero en realidad ambosson lo mismo y Uno.

Se considera a la Materia Viva como eterna, puesno somos capaces de comprender algo tan enorme. Ypara la vida de los seres humanos… exactamente eseterna e infinita.

Pero como este tema es tan complejo y tan difícilde resolver, nos centraremos en uno de los hechosque nadie puede negar, porque es evidente para todoel mundo.

Dos partículas, sean dos galaxias, dos sistemassolares, dos planetas, dos naciones, dos ciudades, dosseres humanos, dos animales, dos plantas, dos mine-rales, dos moléculas, dos átomos…

impactan entre sí.

Su proximidad en el espacio hace que indefecti-blemente se relacionen.

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La luz de una galaxia llega a otra, la luz de unsistema solar llega a otro, la luz de una ciudad llega aotra, la influencia de un ser humano llega a otro quevive en su proximidad… los animales que pasancerca uno de otro se impactan…

Y esto es algo que podemos afirmar.

Todo el universo, sea de una forma o de otra estáunido… Bien lo saben los grandes sabios que handescubierto las grandes leyes del universo, las dis-tintas y enormes fuerzas con que se atraen tanto laspartículas como los inmensos planetas y las gigan-tescas constelaciones…

Se podría decir que unas partículas, moléculas,plantas, animales, pitris lunares... humanos… se re-lacionan considerándose uno positivo y otro nega-tivo… lo que facilita el establecimiento de líneas deenergía que unen los distintos polos.

Así pues… podríamos afirmar que, la base esen-cial de la (Vida/Materia) es la relación inexorableentre sus distintas partículas.

A lo largo de la historia de esta infinita y eternaEntidad surge la relación entre las distintas partícu-las.

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Imaginemos dos átomos perdidos en el inmensoespacio. Por alguna causa… ambos se empiezan aatraer y relacionar.

Si lo pudiésemos ver… desde cada uno de susmundos se establecerían una especie de hilos comu-nicadores a través de los cuales podría haber un in-tercambio de energía.

Y este intercambio de energía continuo desembo-caría en una relación inteligente, más o menos ciegay velada, pero al fin y al cabo una cierta comunica-ción.

Así pues, podríamos afirmar que, los infinitosátomos de Materia Viva se interrelacionan entre síestableciendo infinitas conexiones y creando laInteligencia y la Forma, que dan a luz la Concienciade ese intercambio.

Es lo mismo si hablamos de algo enorme o dealgo minúsculo, todo está enlazado por hilos de luz uotro tipo de energía.

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Capítulo 11Conciencias que contienen conciencias

Si en el capítulo anterior se ha definido el primer“axioma” como la relación entre partículas y con-glomerados de formas, nos podríamos atrever a indi-car un segundo axioma: Siempre hay una forma-vidasuperior que engloba a otra menor.

Está claro que la frase aparenta algo común y tri-llado, pero sus implicaciones son tremendas desde elpunto de vista de la conciencia.

Todos sabemos que el universo es infinito y queun clúster de galaxias es mayor que una galaxia yque éstas son mayores que las constelaciones de es-trellas, que a su vez son mayores que un simple sis-tema solar, el cual puede encerrar innumerables pla-netas con sus lunas y reinos de la naturaleza propiade cada planeta, tengan forma acuosa, aérea, inclusoígnea.

Pero, por muy evidente que sea, no nos quedaclaro hasta ahora a los seres humanos, salvo esa pre-disposición que muchas personas tienen a la creenciaen algo superior, que parece ser no somos capaces dedemostrar científicamente.

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Para no extendernos demasiado en los orígenesdel universo respecto a las conciencias que lo habi-tan, algo de lo que se habla a lo largo de mil páginasdel libro Tratado sobre Fuego Cósmico, entre otrosmuchos, sólo nos vamos a fijarnos un poco en la ca-pacidad de un ser humano de formar estructuras depensamiento, así como figuras trabajadas con la ima-ginación creadora.

Todos los seres humanos somos capaces de crearuna figura por simple que sea. Puede ser un trián-gulo, la figura de un animal, de un edificio, de unaplanta, etc.

La capacidad imaginativa de un creador de tercernivel, como es definido un ser humano, aglutina áto-mos y partículas, del nivel que sean, y les da forma.Y esa forma puede ser muy duradera o poco, perotodas las formas imaginarias que es capaz de desa-rrollar a lo largo de toda su vida, tienen una duraciónmuy prolongada en el tiempo hasta que se disuelventotalmente. Podríamos decir que existen en la memo-ria material también. Y este argumento todavía nosdaría más la razón respecto a la facultad creativa yaglutinadora del ser humano, pues el cerebro ha sidocapaz de estructurar y predisponer cierta cantidad demateria de una forma especialmente duradera.

Siguiendo con lo que nos sugiere el segundoaxioma, podríamos manifestar que en el universo hay

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conciencias o agrupaciones de entidades-vivas quecontienen otras agrupaciones menores, que a su vezcontienen otros conciencias-energía más diminutas.Así hasta el infinito, tanto macrocósmica como mi-crocósmicamente hablando.

De tal forma que cuando algunos seresaglutinados en esas agrupaciones, dejan de sentir lafuerza “gravitatoria” que las une, por la muerte de unentramado menor, regresan al entramado mayor quelas contiene.

Y después de esta larga y engorrosa disertación,vamos a lo que realmente queríamos decir.

Cuando un planeta vivo que contiene retenidauna enorme cantidad de formas y entidades menores,de la misma manera que los científicos han afirmadoque la materia nunca desaparece sino que se trans-forma, podríamos establecer un tercer enunciado:que los conglomerados de vida-conciencia-materiason retenidos magnéticamente en otro lugar hastaque son reutilizados o finalmente se disuelven.

De acuerdo a estos tres “axiomas” podríamos de-cir que los pitris lunares son entidades semi-cons-cientes y muy inteligentes que cuando finalizó el ci-clo de existencia de un planeta dentro del sistemasolar, tal vez pasaron una etapa de ensueño, pero quecuando el planeta Tierra surgió a la luz, atrajo

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magnéticamente a esas entidades lunares. Y esas en-tidades lunares, compuestas de partículas eléctricasy luminosas, además de semiconscientes, fueronreutilizadas por la enorme Conciencia que, segúnalgunos sabios, envuelve nuestro planeta.

Por eso es importante recordar que siempre existealgo superior, pues pasa a ser el contenedor de todotipo de materia-vida-conciencia.

Si ahora regresamos a la imagen de un creadorliterario o de otro tipo, se podría aseverar que cuandoun escritor termina un libro, muchas formas que hautilizado se quedan en descanso, pero luego son reu-tilizadas cuando se las evoca, y muchas de esaspiedras o ladrillos están vivas.

Es lo que se comenta a veces en los librosesotéricos respecto a que esas formas están girandoen torno al cuerpo egóico de un ser humano.

A riesgo de parecer lunáticos, nunca mejor dicho,en la obra del Maestro Tibetano-Alice Ann Bailey seafirma que la Cadena Lunar, de la que parece ser elúltimo exponente nuestra luna, dejó de ser la Conte-nedora de cierta clase de vida, y esa vida pasó a laTierra. De ahí el nombre de pitris lunares. Incluso seafirma que la Tierra es el hijo de una hija perdida.Siempre hablando en materia sentimental y mental.O sea, la Tierra heredó algo de la Luna.

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Capítulo 12La pitri lunar Selene

Selene era una anciana pitri lunar que seaproximaba a los ciento veinte años humanos.

Había tenido una vida extraordinariamente va-riada y rica en experiencias.

Sus padres lunares eran unos acaudalados comer-ciantes que vivían en Diamantina, la más famosaciudad del primer nivel del plano astral, comen-zando a contar desde la parte superior.

La educaron en total libertad, si bien hasta losveintiún años fue instruida en toda clase de artes,desde la literatura, pasando por la pintura, la música,las artes escénicas, llegando incluso a ser una granespecialista en danza clásica.

Podía decirse que había llegado al cénit de lacultura de su especie.

Cuando era el momento de casarse con un im-portante hacendado, decidió escaparse con un ex-compañero de la escuela de Bellas Artes a los nivelesmás bajos del plano astral.

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Y cada descenso la llevaba a ser más y más pri-sionera de cualquiera de los instintos a los que se en-tregaban los pitris lunares.

Cuando se había divertido más de la cuenta yarruinado, se encontró sola. Despreciada por losmismos que habían chupado de su riqueza y genero-sidad. Eran sus amigachos, aquellos que decían que-rerla. En lenguaje lunar aprendió el antiguo dicho“Poderoso caballero es don dinero”

Triste y solitaria regresó a casa de sus padres. Suvida había sido la de una hija lunar pródiga. Si bienes cierto que acumuló una enorme experiencia, uncierto poso de tristeza y un enorme desencanto por elamor.

Y ahora, allí estaba mirando a través de la ven-tana del hermoso palacio que le habían dejado suspadres en herencia. Desde hacía unos días, ya casivarios meses, observaba muy atentamente a dos nue-vos artistas que con el pincel en la mano intentabanplasmar la belleza de la enorme catedral.

Y muy a pesar suyo, comenzó a sentir un pro-fundo enamoramiento por el mayor de ambos…

Sentía la misma atracción que las limaduras dehierro sienten cuando un potente imán está a unoscentímetros de ellas.

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Capítulo 13Nadie en la oscuridad

Es difícil describir cómo puede ocurrir ydesarrollarse el posible hecho de que una concienciaviva dentro de otra conciencia. Pero como estamosen un ensayo-novela, nos atreveremos a desarrollar elconcepto que con enorme maestría enunció HelenaPetrovna Blavatsky: El universo es una concienciadentro de otra conciencia dentro de otra conciencia.

Durante cerca de un año, la anciana Selene ob-servó, incluso siguió muchas de las andanzas de Egory Paulo.

A fuerza de mirar al artista e imaginar lo quepintaba, le parecía que ella misma movía el pincel,que ella misma hablaba con Paulo, que ella mismacogía el lienzo, el caballete, guardaba los pinceles ylos óleos en el estuche de madera y se marchabariendo y contando historias a Paulo.

Y algo paradójico, Egor nunca supo nada deaquella fijación de la anciana Selene por él.

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Durante los apacibles días de primavera y co-mienzo del verano, Selene se atrevió a seguirles porlas calles de Diamantina, pero en otoño, su ánimodecayó y apenas le quedaron fuerzas para llegar alfin del invierno cuando definitivamente pasó a otroestado de conciencia.

Y los últimos años de su vida, que había disfru-tado de la belleza de tan imponente ciudad, de suscolores y de su alegría se trasmutó en total oscuridad.

Debía ser algo parecido a la oscuridad en que semueve un embrión en el vientre de su madre.

Lo normal es que los pitris lunares pasasen aalgún nivel intermedio, incluso en ocasiones a algúnnivel del plano mental donde deambulaban sin ape-nas conciencia del lugar en el que estaban.

Pero Selene demostró en aquel año, en realidad alo largo de toda su vida, de lo que era totalmente in-consciente, que era una excelente hilandera, y habíatejido con hilos de luz una enorme cantidad de co-nexiones, lo que le había llevado a su situación ac-tual.

Y no es menos cierto que SarSas en todo mo-mento había sido quien había posibilitado que loshilos de luz lanzados por Selene se clavasen comoarpones en distintos lugares del cuerpo de Egor.

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Capítulo 14Extraños cambios en Egor

A pesar de que en muchas ocasiones Egor sehabía quejado a Paulo de la fealdad del palacete, quetodos los días quedaba a su izquierda, un buen día deprimavera, le dijo al joven.

–Estoy pensando que voy a dejar de pintar la ca-tedral.

Paulo le miró sorprendido.

–Voy a empezar con el palacete ese, parece queme apetece.

–Pero… si has dicho mil y una veces que su ar-quitectura es de muy mal gusto.

–Es que me estoy dando cuenta de que según laluz que incide en su fachada, está más o menos bo-nito.

–Pero… todavía no has terminado la catedral…

–Siempre habrá tiempo de acabar el cuadro.

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–Bueno… si a ti te parece oportuno –añadióPaulo que no estaba muy convencido de que llegasea terminar la catedral, una vez que la hubiese dejado.

–Es que me gusta la sencillez de la fachada.

Paulo no añadió palabra alguna y siguió con suóleo.

Fue la primera visión que Selene tuvo despuésde meses de oscuridad y ensueño. Allí veía el her-moso palacio en el que durante los primeros y losúltimos años de su vida había habitado. Recordó asus padres. ¿Dónde estarían?

La duda que nos queda es, ¿qué veía en realidadSelene, su palacio o la imagen de su palacio en lamente de Egor?

–¿No se te hace curioso saber quién vivió allí? –preguntó Egor.

–Algún poderoso mandatario de la ciudad…

–No creo… más bien parece el castillo de unadulce princesa.

El pitri lunar miró a su amigo… DecididamenteEgor no era el mismo… Siempre se había reído delas historias de príncipes y princesas…

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Capítulo 15Por qué SarSas había unido a ambos

En estos momentos podríamos añadir un nuevoaxioma: En nuestro sistema solar el número 7 es deprimordial importancia y sobre el que se funda-menta su conciencia.

Según algunos sabios nuestro sistema solar tienesiete planos o niveles de materia-vida principales. Yel ser humano tiene siete centros de energía en elplano astral, así como en el plano etérico-físico.

Egor era un ser incompleto en el plano astral,pues solo tenía cuatro centros de energía, que eratambién la cantidad de centros con que funcionaba enel plano mental.

Cuando Paulo y él entraron en Diamantina, fue-ron agregando materia astral alrededor de los cuatrocentros de energía mental. Era cuestión de atracción.

La materia se iba agregando a los centrosmagnéticos mentales.

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Pero todavía no había desarrollado los trescentros que le faltaban para llegar a ser un verdaderohabitante del plano astral.

Así pues, Selene aportaría, con el mínimo gastode energía por parte de SarSas, sus siete centros as-trales. Cuatro de ellos simplemente duplicarían suenergía, pero los otros tres aportarían nuevas carac-terísticas y potencialidades en la vida de Egor.

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Capítulo 16Algunas consideraciones astrológicas

Algunas personas piensan que los Maestros sepreocupan por cada acto que realizan en la vida. Perola realidad es que únicamente comienzan a prestaratención cuando el propio Ángel Solar del individuovuelve su cabeza hacia abajo, es entonces cuando elMaestro del grupo de ángeles solares también co-mienza a fijarse en el discípulo humano.

En este caso Alma estaba dando vida másabundante a los pitris lunares Egor, Selene y Paulopara poder descender y reencarnar como un serhumano.

Nunca hay que perder de vista la idea de la esen-cia de todos procesos en nuestro sistema solar. Eldesarrollo de la Conciencia está basado en la ulté-rrima identificación de una conciencia con la Con-ciencia que la engloba.

Es la base de todos procesos. Imaginemos queuna neurona fuese capaz de identificarse con el pen-samiento total del cerebro… primero se identificaríacon el pensamiento de un grupo de neuronas que por

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ejemplo contuviesen cierta idea, como podría ser elTeorema de Pitágoras.

Paulatinamente el ser humano que es autocons-ciente consigue contactar con una mente superior a ély pasa a percibir el contenido de la mente de esa otraentidad.

Normalmente ni siquiera es consciente de lo quele ocurre, hasta que no llega a determinado estado enel que sabe de qué se trata.

Tal vez podríamos indicar lo que quizás es otroaxioma en la evolución de las conciencias: Cuandouna conciencia asciende de nivel debe haber otraconciencia que ocupe su lugar en el grupo al quepertenece.

La colaboración entre los Maestros y sus discí-pulos más allegados es muy especial. Cada uno tra-baja en su campo, pero todo el trabajo está interco-nectado y apenas necesitan indicaciones, pues cadauno sabe qué parte del propósito grupal le corres-ponde.

Tal y como estamos viendo, SarSas estaba prepa-rando a Alma un Ángel Solar que estaba bajo su res-ponsabilidad, a la que podía ser su últimaencarnación.

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SarSas mantenía en secreto, pues así lo dictaba laley, el propósito establecido para esta colaboración.Si bien Alma, como discípulo suyo en el corazón,podía perfectamente intuirlo.

No se podría dejar nada al azar, si bien el final sepodía demorar debido a algún fracaso inesperado.

Al final, los ángeles solares no tienen la últimapalabra con respecto al ser humano, entendiendo portal la fusión del alma o loto egoico y el animal hom-bre.

Es la fusión del “animal racional” con el “almainmortal” la que forma el ser humano, el destinopuede retrasarse poco tiempo, mucho tiempo, o re-sultar un fracaso y recomenzar de nuevo el últimopaso con otro animal racional.

Independiente de todo ello, todo debía estar pre-visto, incluso prever ciertas variables y lógicos pe-queños fracasos.

Y uno de los aspectos más importantes, paraaquella encarnación en concreto eran las influenciasastrológicas.

Tal y como ya hemos establecido, el bagaje yvida de Alma, el Loto Egoico que controlaba a Egortenía ya un largo y notable recorrido.

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Poco a poco el loto egoico había adquirido talgrado de perfección y consistencia, que ya estabapreparado para cerrar el final de un gran ciclo exis-tencial.

SarSas había esperado a que determinadas posi-ciones zodiacales llegaran a un punto concreto, puesese sería el momento más indicado.

El “pitri lunar” Egor, iba a tener una fecha denacimiento muy especial.

El cielo facilitaba unas posiciones estelares tanconcretas y determinadas, que favorecían un campoenergético apto para cerrar con un sello inmaculadoel final de un ciclo existencial.

Era el paso siguiente de todas aquellas vidasanteriores que ahora facilitaban esta encarnación quecontenía un alto grado de altura espiritual.

Determinadas triangulaciones cósmicas otorga-rían la clara posibilidad de una iniciación muy im-portante en la vida de un discípulo aceptado.

La cuarta iniciación era un paso que estaba al al-cance y a la altura de alma de Egor, la influencia delos llamados planetas mayores resultaba toda una ga-rantía para que ello sucediera.

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Siempre hay que tener en cuenta que quien seinicia no es el ser humano, sino el alma. Pero todos ycada uno de sus componentes se benefician de taliniciación.

La joya en el loto, representante de alguiensuperior a un Ángel Solar, y que algunos llamanMónada, el Loto egoico o alma, el pitri o pitrisimplicados y los propios materiales del cuerpo físico.

Hasta tal punto está una iniciación tan ligada aotras entidades que incluso puede haber una Entidadsuperior que consiga una iniciación mayor, porejemplo la sexta.

El misterio es a la vez maravilloso y casi incom-prensible para un ser humano.

Bien podría ocurrir que para que alguien consigala sexta iniciación influya en el vehículo de otraentidad que va a conseguir la cuarta y quién sabe si asu vez aquel que consigue la cuarta influyedirectamente en un tercer implicado que consigue lasegunda…

Aunque para nosotros, los autores de novela, sonmisterios incomprensibles en sus aspectos superiores,

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nos atrevemos a exponer la teoría. Quizás a algúnlector casual le ayude en sus pesquisas.

Podríamos comenzar por indicar que el Señor dela Tierra, el Logos Planetario llegó a este planeta.Parece ser que su propósito era revitalizar la Materia,y santificarla, por algún motivo incomprensible.

El Logos Planetario está constituido por unasentidades espirituales, entre otras, denominadasmónadas. Esas mónadas fueron creando tresvehículos divinos con el fin de ir descendiendo deniveles: se los llama Atma, Budi y Manas, y enlenguaje comprensible Voluntad espiritual, Amorespiritual e Inteligencia-sabiduría espiritual. Tresconciencias o entidades espirituales… sus tresvehículos. Como no podían descender más, rogaronal Hermano Sol, la ayuda de los Ángeles Solares,quienes a su vez crearon con su propio cuerpo loslotos egoicos, que sirvieron de unión para crear otrostres vehículos Mente, Sentimientos, Cuerpo etérico.Definitivamente esos vehículos pudieron entrar enlos cuerpos físicos y fecundarlos con sus vidas.

Es importante recalcar que los Ángeles Solaresúnicamente son intermediarios… y cuando la uniónentre el Espíritu y la Materia se ha consumado, de-ben desaparecer por el fuego generado y volver alSol. Estas últimas líneas podrían considerarse comoun axioma.

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Capítulo 17Continúa la fusión de los pitris lunares

Es difícil para un ser humano intentar compren-der la fusión que se estaba llevando a cabo entreEgor y Selene, pues está muy centrado en el cuerpofísico denso.

Lo que aquí se diga debe tomarse como algo teó-rico y tratando de imaginar qué sienten unas limadu-ras de hierro atraídas por un imán.

La composición de los pitris es, por llamarla dealguna forma, eléctrico-luminosa, y su densidad esmenor que la de los seres humanos que en otros pla-netas somos conocidos como las piedras vivientes.Es decir, que la raza humana está más cerca del reinomineral que del reino que existe más liviano que elaire, si bien también vive de la luz y del oxígeno.

Podríamos establecer una analogía si imaginá-semos que dos galaxias de estrellas se van fusio-nando paulatinamente. Sus partículas, en este casoestrellas, generarían un roce entre sí, lo que causaríauna indefinida sensación en el conjunto de ambas.

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Algunas de estas partículas o estrellasquedarían enlazadas y comenzarían a rotar unasalrededor de otras, y ello sería una fuente de calor.

Al principio del proceso Egor fue totalmente in-consciente de lo que estaba ocurriendo. Debemossuponer que percibía cierto calor en algunas partes desu cuerpo, que tal vez era entre agradable y un tantoirritante. Que la mezcla de partículas podía llegar aproducir cierta quemazón, como si en la fusión dedos galaxias que hemos mencionado algunas estrellascolisionasen entre sí.

Hay que añadir que las partículas de Selene esta-ban mucho más dispersas entre sí y se habían que-dado más débiles, por lo que su detección era másdifícil.

Y se hace necesario agregar que la vida de la pitrilunar permanecía en sueño sin ensueños la mayorparte del tiempo. Únicamente despertaba muy es-porádicamente, lo cual tampoco era una ayuda a lahora de establecer ciertos periodos cíclicos repetiti-vos. Y sin embargo… algo se movía en el interior deEgor.

Pero de la misma forma que los animales nacencon un instinto que les hace reaccionar ante ciertospeligros, aunque no tengan experiencia sobre losmismos, de forma similar, Egor comenzó a

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desarrollar la cualidad de atracción magnética y elpoder de construir pétalos de energía dinámica yfluctuante.

Su mente comenzó a interactuar con ciertos cam-pos magnéticos que podía dirigir, al principio encírculos, hasta que al final del proceso seconvirtieron en signos del infinito.

Bien porque lo extrajo de algún archivo de Alma,el loto egoico, o bien porque lo dedujo de algunosestudios, incluso porque fue inspirado por SarSas.Comprendió que la forma de interrelacionarse con laluz y la energía era construyendo pétalos, cuya formabásica son dos círculos que se comunican en unpunto, donde sus rotaciones cambian de dirección.

Así pues, una vez que dedujo que aquellas borro-sas sensaciones, que aquellas dulces molestias indi-caban la existencia de alguna entidad, inició un pro-ceso que él mismo inventó y por el que era capaz degenerar ríos de luz que atravesaban su centrocardíaco formando remolinos de luz. Incluso tal fa-cultad pudo provenir de “la hilandera o tejedora dehilos de luz”

Sin saber cómo, se había convertido en unhumilde constructor de lotos, a semejanza de los pi-tris solares.

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Y vio que aquello era bueno. Y comprendió quela probable anexión de aquellos ríos de fuego incre-mentaba su vitalidad y su creatividad, aunque nuncapercibió conscientemente algunos cambios quehabían ocurrido en su forma de interpretar la reali-dad.

Y Selene flotaba entre sueños en la cada día máspoderosa mente de Egor.

Las dos galaxias de estrellas se habían fusionado,los ríos de fuego y luz habían tomado extrañas for-mas circulares, y lo que parecía más difícil todavía,cada una de las conciencias permanecía unida a laotra pero también diferenciada. La conciencia decada pitri lunar, a la vez que grupal, era también indi-vidual.

Dicho de otra forma, ambas conciencias trabaja-ban y vivían la misma experiencia, pero conservabanel recuerdo de su origen.

Podría definirse su relación como Padre y Madreo energía dinámica y energía magnética.

Y esta última peculiaridad era muy importante,porque en el momento de la reencarnación, cada unade ellas seguiría un periodo diferente de entrada en elcuerpo físico del animal humano seleccionado.

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Capítulo 18Descenso de nivel y nueva fusión

Hacía tanto tiempo y desde tan temprana edadque Paulo caminaba en la vida al lado de Egor, queapenas se hablaban, simplemente se comunicabantelepáticamente.

Tal virtud había sido propiciada por su MaestroSarSas. Él había trabajado durante treinta y cincoaños para que los hilos de energía fusionadora seprodigaran más de lo habitual. Con su poderosa ca-pacidad de visualización unió uno a uno los puntosmás importantes de fuego. Y el joven Paulo habíadevorado los mismos libros que su gran amigo Egor,además de otros muchos que había estudiado por sucuenta. Paulo, en muchas ocasiones, no diferenciabasus propios pensamientos de los que tenía Egor.

Durante varios años vivieron felices, dedicándoseúnicamente a la creación artística, en el primer nivel.Descendieron al segundo, ocupando gran parte de sutiempo en contemplar y pintar la belleza de las pitrislunares y también la bondad de muchas de ellas.Paulo, especialmente, admiraba aquel mundo decariño y amor. Egor, más frío, intentaba acrecentar loque había recibido en el primer nivel.

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El nivel número 3 es un nivel en el que predo-mina la inteligencia, tal y como es bien conocido poralgunos escritos en los que se indica que los núme-ros 1, 3, 5 y 7 están relacionados con la voluntad deconocer y saber, y los números 2, 4 y 6 expresan me-jor la voluntad de amar.

Paulo no llegó a descender al número 7. Egor de-dujo que la densa atmósfera de intensos deseos delsexto nivel fue la que provocó el rápido deterioro dePaulo, hasta finalizar en su muerte.

Egor y muy especialmente Selene, no sinteronpesar alguno por la partida de Paulo. Egor le per-cibía de la misma forma que cuando estaba vivo. Enningún momento sintió ningún tipo de ruptura, y res-pecto a Selene recibió en su regazo el niño que nuncahabía tenido y que siempre había deseado.

Selene dormitaba en el seno de la mente de Egory Paulo permanecía en un dulce estado de sueño conensueños en el seno de Selene.

Y los tres estaban envueltos por el poderoso lotoegoico de Alma, ayudados en su peregrinaje de des-censo a “los infiernos” de la vida en la tierra por elMaestro de sabiduría, SarSas.

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Capítulo 19Dos familias, dos lugares

De cómo Alexandra y Konstantin terminaron enun pueblecito de España, Orea, parecía rocambo-lesco, pero efectivamente, así era.

Ella tenía veintiún años y él veinticuatro. Sus pa-dres habían emigrado desde Ucrania a Madrid.

Konstantin, gracias a una pequeña fortuna quehabía heredado de sus progenitores, y a su afición ala nueva maquinaria para el campo, como cosechado-ras, tractores, sembradoras, etc. tenía un boyante ne-gocio de compra-venta y se ganaba la vida muybien, aunque se veía obligado a viajar por toda Es-paña, especialmente por Aragón.

La joven pareja vivía en Zaragoza, y ya esperabaun hijo.

Konstantin, para no dejar sola a Alexandra, toma-ron la decisión de viajar juntos, con toda clase deprecauciones, muy especialmente durante los últi-mos meses de embarazo.

SarSas había localizado una gran luz en la bellaAlexandra, y lo que era más importante había con-

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tactado con su loto egoico, que pertenecía al mismogrupo de lotos egoicos de Alma. Era la segunda op-ción.

La primera candidata a ser madre de Egor era unajovencita francesa que vivía cerca de los Pirineos.Tenía dieciocho años, toda una mujer ya, y que pa-recía reunir extraordinarias condiciones.

Por aquellos años ya se estaba poniendo demoda abortar casi con cualquier escusa.

Los padres de la francesa le indicaron que siquería seguir sus estudios en la universidad de París,lo mejor sería que abortase.

Y de aquella forma tan triste, la dulce y obedienteFrançoise perdió la oportunidad de participar en unacontecimiento tan bello y relativamente trascen-dental.

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Capítulo 20Alma

Desde el momento en que SarSas había presen-tado a Alma al pitri lunar, Egor, el descenso de Almaal plano físico se había iniciado.

Durante años humanos el cuerpo mental de Egorhabía adquirido solidez, a través de muchos años deestudio, de largas charlas con SarSas y numerosashoras de pensamiento acerca de lo estudiado. Y laabsorción de las ideas se había ido produciendo yensanchando el tejido mental.

Gracias a este proceso acelerado, Alma había tar-dado menos tiempo en incorporar el cuerpo mental,un pitri lunar de máxima categoría o nivel. El pitrilunar se podía decir que era el culmen de la evolu-ción de la Madre Tierra.

Paulatinamente, Alma fue tomando el control delos cuatro centros de energía mental que constituíanel cuerpo de Egor.

Como el agua límpida de un arroyuelo que des-ciende de las fuentes de las montañas, sin hacerruido, pero imparable. De la misma forma, la energíade los pétalos del loto egoico de Alma “descendían”

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desde los planos mentales superiores a través delátomo llamado “unidad permanente” y se extendíapor todo el cuerpo de materia mental de Egor.

El fuego de la mente concreta estaba definitiva-mente unificado y soldado a Alma.

De nuevo se buscó un método abreviado de ad-quisición del cuerpo astral, eligiendo uno de los pitrislunares más evolucionados. Selene, también era unode los productos más elaborados de la Madre Tierra alo largo de millones de años humanos.

El descenso de Alma a través de las GrandesAguas, no había ahogado a Egor y tampoco a su que-rido amigo Paulo.

La colaboración de SarSas y Alma había sidomuy estrecha, tanto como la de “un discípulo quepermanece en el corazón de su maestro”. Es una ex-presión que indica que la fusión de dos elementos escasi total, conservando la propia autoconciencia.

La obra mágica de descenso en las aguas puedeahogar al propio mago blanco, en este caso Alma ytambién a su creación.

Para entendernos los humanos, ahogarse en lasgrandes aguas es algo similar a sumergirse en unmar de sentimientos de culpabilidad o en una pro-

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funda depresión, o caer bajo el irrompible yugo delas pasiones, de odio o de cualquier tipo de senti-mientos obsesores hasta tal punto, que las aguasahogan la creación mágica.

Para facilitar la transición de Alma en las aguasdel plano astral, SarSas había proporcionado a Se-lene, una pitri lunar experimentada y escarmentadaque ya no se ahogaría de nuevo.

Y ahora venía otro punto de crisis, que según losmagos blancos es el momento más delicado, porqueentre el plano astral y el cuerpo físico hay fuego, loque es conocido como el plano etérico.

Si Alma se equivocaba en las proporciones, elfuego podía quemar la construcción de la trama deenergía que iba a descender sobre el feto que se es-taba desarrollando en Alexandra.

Normalmente, en los procesos de encarnación delas almas, no existe un recambio automático por sialgo sale mal. Si la mujer que va a dar a luz no llegaal final de su embarazo, el proceso de descenso a lamateria se detiene durante un tiempo.

Salvo los grandes iniciados, el tiempo de cons-trucción y maduración del cuerpo etérico, como el delos otros procesos, no se sabe realmente. Pero comotoda construcción, es de suponer que requiere un

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tiempo, aunque debe ser menos con respecto a losotros cuerpos. Sí que se ha dado información res-pecto a la duración del cuerpo etérico después de lamuerte de un ser humano, y es de pocos días.

Como hemos indicado, esta encarnación estabasiendo escrupulosamente supervisada, pues iba a serpara un loto egoico que iba a recibir, salvoimponderables, la cuarta iniciación.

Alma estaba a punto de conseguir su propósito,después de millones de años humanos. Desafortuna-damente, el primer intento de introducir el cuerpoetérico de Alma en el feto de la joven francesa tuvoque ser abortado. Lo que indicaba que a pesar de es-tudiar todas las condiciones, a pesar de haber reali-zado todo tipo de sondeos en la familia y en quientenía que dar a luz, el ser humano tenía en últimainstancia la decisión final, y la joven, aconsejada porsus padres, prefirió abortar para poder seguir estu-diando en una universidad de París. Nunca sabría locerca que había estado de tener el honor de albergaren su vientre y en su corazón un alma tan avanzada.

Aunque Alexandra llevaba veinte días de retrasorespecto a la joven francesa, se decidió comenzar asoldar los hilos del cuerpo etérico en el feto, siendoel momento más crítico durante el sexto mes de em-barazo, en el que parece ser que la afluencia deenergía es muy intensa.

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Capítulo 21La caverna oscura

No sabemos cuándo ocurre el milagro de la fu-sión del alma y del cuerpo físico. Si tenemos encuenta que el cuerpo etérico comienza a introducirseen el feto y que tiene que anclarse en tres puntosprincipales. Un hilo de energía desciende al corazón,donde se instala lo que se denomina el aspecto vida,otro hilo, el que lleva la conciencia, o seguramentemejor expresado la autoconciencia se une al cerebro,según nos informan en la glándula pineal, y desde elpunto de la vida en el corazón se desarrolla un tercerhilo que va a la base de la columna vertebral.

Y paulatinamente, estos dos centros, el de la vidaen el corazón y el de la conciencia en el cerebro con-tinúan creando, como si de la construcción de unared se tratase, una red de finos canales por todo elcuerpo del incipiente ser humano.

Una vez establecidos los siete centros principalesde energía, que según los esoteristas parece que sesuperponen a la forma del sistema nervioso, ocurreel milagro del contacto del alma y del cuerpo, in-suflándole la conciencia. Se supone que la vida ya lahabía se había establecido en primer lugar.

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Es muy probable que tan grandioso aconteci-miento para el animal humano sea alrededor de losseis meses.

Como ya se ha comentado, nada de esto pareceleerse en los libros de esoterismo, pues son misterios,si bien en algún momento deberán ser revelados.

Pero sí que parece haber algo muy cierto, y esque el momento en que el alma entra en el feto, enesos primeros instantes es como entrar en una tumba.

Es lo que se podría denominar la muerte delalma, porque durante un tiempo va a estar totalmenteaislada y soportando una terrible oscuridad.

Contrariamente a este proceso, cuando su tiempoha llegado, el alma absorbe la energía del cuerpo delser humano físico y en dos días o tres recoge su telay regresa a la verdadera vida.

Alma encarnó en el cuerpo del niño a través delalma de Alexandra, y la oscuridad más densa y terri-ble fue la única compañera de un ser que habíaabandonado su divinidad, simplemente por amor y elconsecuente deseo de salvar a los habitantes de unmundo infernal. A cambio obtendría, si todo ibasegún lo previsto, la liberación y el regreso alCorazón del Sol.

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Capítulo 22Una infancia difícil

Egor, que así habían llamado al recién nacido enhonor a su abuelo paterno, no tuvo una infancia fácil,al contrario, los primeros años de su vida estuvieronmarcados por grandes crisis existenciales, y otrasnumerosas experiencias que suponían reajustesenergéticos que se sucedieron hasta una edad másmadura o avanzada.

Ya de niño empezó a canalizar gran cantidad deenergías procedentes de otros planos que debíaequilibrar en su cuerpo físico-etérico, astral y mental,y que requerían reajustes que pasaban por duros ydifíciles momentos no sólo físicos, sino de alto gradode comprensión mental.

Fue así como ya de niño empezó a sentirse un sermuy diferente a otros; de hecho podía visualizarprácticamente todos los elementales de la tierra, delagua, del fuego y del aire.

Asimismo en su casa sentía la presencia de seresque llegaba perfectamente a oír, y que resultaban degrata compañía.

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Capítulo 23Paulo

Podríamos atrevernos a expresar otro axioma, yque como todos los enunciados hasta ahora, sonafirmaciones elementales, que todos comprendemos.

Tal vez lo que los hace nuevos es la aplicaciónque en esta novela-ensayo estamos realizando paraintentar explicar parte del misterio de la vida.

La conciencia está compuesta de multitud deelementos complejos, compuestos de otros elementosque a su vez están basados sobre otros elementos yque se suceden unos a otros, incluso en ocasioneschocan entre sí, si ambos salen a la superficie almismo tiempo.

Una de las ideas más destacadas tanto en la filo-sofía oriental como en el esoterismo es la existenciade distintas razas que se suceden unas a otras.

Y cada raza compuesta de distintas subrazas, estáincluso dirigida o más bien encabezada por undirigente que es el responsable de la evolución de talraza.

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Sin embargo, todas dependen del Señor delMundo, quien está ayudado en su labor evolutiva porsiete Señores, todos ellos representantes a su vez delos distintos planetas sagrados de nuestro sistemasolar, que a su vez están influenciados por los SieteRishis de la Osa Mayor en conjunción con las Sieteestrellas de las Pléyades y por la influencia miste-riosa de Sirio.

Cada raza es también la expresión de una Con-ciencia que se expresa durante miles y miles de añoshasta que viene otra nueva raza que comienza a sola-parse con la antigua hasta hacerla desaparecer y en-trar en escena.

Tal vez de alguna forma podríamos enlazareste conocimiento con lo que fue ocurriendo a lolargo de los años de la vida de Alma que englobabala conciencia de Paulo, de Selene y de Egor.

Podríamos decir que los primeros años de lavida de Egor Sinner se desarrollaron cumpliendo conel instinto propio de un animal.

El pequeño, durante los primeros años de su vida,vivía en un mundo de consciencia-inconscienciasimilar a los animales domésticos.

Respondía al amor de sus padres, de sus familia-res más allegados…

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Registraba los impactos y los estímulos externosde una forma extraordinaria.

Ni siquiera tenía los siete años, tiempo que lospsicólogos generalmente establecen para percibir elprimer destello de autoconciencia. Antiguamente sedecía que se adquiría el uso de razón.

Ésta apareció entre los tres y los cuatro años.

Un buen día, escuchando un programa de radio,narraron una leyenda en la que el protagonista sellamaba Paulo…

Y aquella palabra actuó de una forma mágica ensu cerebro.

Fue el primer recuerdo que tuvo de sí mismo a lolargo de su vida.

Había comenzado la segunda fase de suconciencia que duraría hasta los quince años. A partirde entonces, su interior dio un gran vuelco.

Alma había descargado parte de su informaciónen el cerebro de Egor Sinner.

Un pitri lunar llamado Paulo era portador de partede la conciencia de Alma y estaba al mando delcuerpo físico.

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Él era Egor Sinner, pero actuaba como un niño,que en muchas ocasiones tenía extraños e incom-prendidos momentos de luz que provenían de laconciencia constituida de múltiples conciencias me-nores.

Aquí podríamos enunciar otro axioma: unaconciencia puede expresar una idea que proviene deotra conciencia pensando que es ella misma la quepiensa.

La verdad es que hay cosas que no se puedenexplicar mejor, pero es un hecho que ocurre todos losdías, a todas horas y del que realmente no somosconscientes. Que expresamos hablando o escribiendoalgo que ha surgido de algún lugar.

Como norma general, todo lo que expresamossurge de las “grabaciones” en nuestro cerebro quehan sido impresas gracias a las experiencias o a losestudios realizados.

Sucede en múltiples ocasiones que no sabemos elorigen real de nuestras expresiones, y éstas surgenporque las hemos extraído de nuestro entorno.

No entendemos de verdad cómo la conciencia delniño podía expresar a Paulo, a Selene o incluso aEgor, sin embargo la comunicación inconsciente en-tre conciencias es un hecho constatado por algunos.

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Capítulo 24Una nueva conciencia aflora en Egor

Desde los catorce años algo había cambiado en laconciencia de Egor. Se volvió de una forma extrañamás amable con su hermana pequeña. Era como sien su interior estuviese naciendo una especie de ca-riño maternal.

Nadie habría descubierto que realmente, la in-fluencia del espíritu de quien en otro momento fueSelene estaba entrando en su cuerpo.

Ningún recuerdo había en el acumulado informa-tivo y consciente de quien había sido una mujer.

De ninguna manera Egor pensó que podía ser unamujer, porque lo que quedaba de aquella pitri lunarera lo importante y en este caso era una enorme pru-dencia, una, ganada a pulso, armonía y ecuanimidad,además de una virtud que nunca se había expresadoen su totalidad, un amor maternal por la vida.

Y una nueva fase de su vida comenzó de unaforma armónica, sin los terribles conflictos de losadolescentes de su época.

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No tenía ningún problema en utilizar el mismovocabulario que los brutos de sus amigos, porque enrealidad nada significaban para él las palabras obsce-nas, éstas sólo eran la reunión de vocales y conso-nantes.

En muchos aspectos de la vida normal era relati-vamente ignorante.

Y pronto comprendió que el mundo que él era ca-paz de percibir, sus amigos invisibles, debía ocultarloa los demás, so pena de ser tildado de lunático.

Tampoco era consciente de que su esencia era untanto femenina y delicada. Las características de labella Selene coloreaban algunos de sus gustos.

También expresó desde muy niño una “rara” ten-dencia artística, que no poseían sus padres. Paulo,Selene, Egor, Alma, SarSas…

Los científicos dirían que todo era por el ADN,por el cerebro heredado, los psicólogos que todo sedebía al inconsciente colectivo… o a las teorías queexistiesen durante aquellos años… Todo era materiadel universo…

En sus teorías había desaparecido Dios en susmúltiples formas.

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Así estaba cambiando el mundo.

Los ateos habían borrado la faz de Dios, el poderdel Alma, lo extraordinario de lo Mágico…

Habían conseguido desterrar definitivamente a losanquilosados teólogos, a las anticuadas religionesque durante miles de miles de años de historia habíanconseguido obnubilar las mentes humanas.

Y eso era algo bueno, pero a la vez habían extir-pado del alma humana las verdaderas esencias de sudivinidad.

Con el tiempo algunos intentaban sustituir la au-sencia de los Dioses, por términos Ecología, Igual-dad, Colaboración, Big Data… Inteligencia Artifi-cial…

Y los listos de turno, bien sabían cómo utilizar elnuevo credo en su provecho.

La tiranía de las religiones había dado paso a la ti-ranía de los espabilados.

La Era de Piscis estaba dando paso a la Era deAcuario. Se habían destruido los antiguos dioses yllegaban los nuevos impostores de las deidades.

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¿Dónde estaban los verdaderos héroes? Aquellosque eran los primeros que se ponían al frente a luchary no se quedaban en la retaguardia

Así pues, Egor Sinner, como una extraña flor enun enorme prado, seguía los ritmos de la vida, perorealmente su alma estaba pasando de una forma in-consciente de aquella locura que le rodeaba…

Sus amigos iban al cine a otra cosa distinta quever películas.

No todos hablaban de los artistas, de los aviones ycoches fantásticos que habían aparecido en pantalla.

Se sentía distinto, y con una extraña sensación quepor fin consiguió definir… soledad.

La soledad de ser un extraño en el mundo que lerodeaba, hasta que encontró a unos buenos compañe-ros de camino.

A pesar de ello, su corazón era cada vez más po-deroso, y al mismo tiempo duro como el acero. Lonecesitaría para llegar sin desánimo a la meta deAlma y SarSas.

Al fin y al cabo, siempre había existido tan granparadoja. La Majestuosidad del Universo y la Peque-ñez de algunos humanos.

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Capítulo 25Magdalena

Cuando Egor tenía apenas 17 años, y en plenaadolescencia, le preocupaba mucho más el encontrarrespuestas a su vida que la propia atracción al sexoopuesto, y aunque se sentía atraído por algunas chi-cas, esto apenas le causaba ningún trastorno emocio-nal.

Tenía pocos amigos, pero dos de ellos –Franciscoy Carlos- guardaban algún rasgo de genialidad que leatraían sobremanera. El uno era todo un genio en eldibujo y la filosofía mágica, y para colmo el rey delas imitaciones, el otro un aficionado empedernido dela literatura clásica de los griegos, así como delmundo oriental.

Pasaban largos ratos de ocio juntos, y a través deellos aprendió con antelación todo lo relacionado almundo de la filosofía esotérica. Esto le sirvió paraencontrar respuestas a muchas de sus experienciaspsíquicas y astrales, así como a sus inquietudesexistenciales.

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A esa edad ya sus amigos le prestaron libros im-portantes como el Kalevala, el Bardo Thodol, la Ta-bla Esmeralda, y diversos libros de filosofía esotéricay psicología transcendental.

Un día cayó en sus manos un tratado general deastrología donde se daban diversas características delos temperamentos y afinidades de los signos, asícomo su relación con el Tarot, y se quedó impresio-nado.

Le interesó de forma inmediata, y, sabiendo queen la ciudad existían varios cartomantes y astrólogos,se puso a buscar alguno fiable que le orientara en susexperiencias.

Comentando un día con Carlos sobre uno quefuese verdaderamente honesto, éste le dijo:

–Mi madre ha ido a una vidente que vive en unapartamento a las afueras de la ciudad, y ha venidosorprendida de lo que le ha adivinado. Ya te pasaré ladirección.

–Sí, por favor.

–Pero, no digas nada a mi madre, que es muy rara,y como somos jóvenes, igual no quiere que vayas.

–Vale, seré una tumba.

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Hacía una mañana primaveral. Egor se acicaló demanera especial para dar una buena imagen y serrecibido con aceptación por la astróloga.

No tardó en encontrar la calle y el portal. Llamóvarias veces al timbre, pues no contestaban, final-mente se abrió la puerta y apareció una bella dama dealrededor de 28 años, con un rostro inmaculado, deestatura mediana y con un cierto atractivo sensual.

–Perdón por la tardanza –se disculpó la mujer–estaba hablando por teléfono… eres Egor según miagenda ¿no?

–Sí, me dieron su teléfono y dirección, pero nopuedo decir quién, porque se enfadaría.

–No te preocupes –sonrió ante tanta candidez–pasa, por favor.

–Creo que eres una persona un tanto especial –in-sinuó ya de entrada la vidente–. Bueno… mi nombrees Magdalena e intentaré ayudarte en lo que necesi-tes. Ya perdonarás, estoy un tanto fatigada y quisieratomar un café si no tienes prisa, ¿te apetece uno?

–Bien, pero no muy cargado.

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Tomando el café empezaron a hablar y surgió unasintonía tan perfecta entre ellos, que de inmediato sehicieron muy amigos.

Ella era una persona con grandes cualidades pa-rapsicológicas, y podía ver y sentir perfectamente lasenergías que emanaban de Egor. Se apercibió variasveces cómo le miraba su hermoso pecho, y ella son-reía al ver que se ruborizaba.

–No te preocupes, no me como a chicos tan tier-nos, soy consciente de tu edad.

–No esperaba encon… trarme… –balbuceó unpoco Egor– una mujer tan atractiva.

–Gracias, es todo un cumplido. Espero que no tevayas de aquí con una falsa impresión de mí, pues enmi trabajo soy una persona seria.

Pasaron a un despacho, Magdalena desplegó unTarot, y comenzó la sesión.

La vidente quedó muy impresionada porque in-tuyó que estaba ante un ser sumamente evolucio-nado.

Utilizaba también un método numerológico y as-trológico por fecha para comparar sus pesquisas y

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conexiones a través de las revelaciones que el propioTarot despertaba en ella.

–Estoy viendo, Egor, que no eres una persona co-rriente… Parece que tienes un destino prefijado yuna misión muy concreta…

La vidente se quedó pensativa. El joven la miróun tanto ruborizado.

–Disculpa… no sé si estoy preparada para inter-pretar o aconsejar a alguien tan… evolucionado…tan excepcional como tú –Magdalena repasaba minu-ciosamente las cartas, a la vez que confundida porlas imágenes que se acumulaban en su cerebro.

–Entonces, ¿quién soy?, en ocasiones me pareceque voy a enloquecer por lo que veo y siento.

–Eres una persona muy especial, pero en el sen-tido bueno… Es como si fueses a realizar algo im-portante para la humanidad. También, como si cami-nases por el filo de una navaja… Tu vida dará uncambio radical a través de experiencias muy trascen-dentes.

La vidente se levantó. Se acercó a la ventana. Elsol iluminaba la multitud de árboles que estaban aambas orillas del Canal Imperial de Aragón.

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–Pero… ¿tendré un final feliz?

–Creo que sí –contestó la vidente desde dondeestaba–. Parece que te esperan unas pruebas muydifíciles… que superarás… También veo seres a tualrededor que te protegen y te protegerán sobrema-nera.

Magdalena no se atrevió a decir todo lo que habíavisto… eres… un enviado del cielo.

La vidente quedó tan impresionada que no lequiso cobrar la consulta e incluso le propuso que si élquería volver a tomar un café, podrían seguirhablando.

Egor Sinner se despidió dándole la mano, ymirándola tímidamente a los ojos.

Ella se acercó y le dio un beso en cada mejilla.

El joven, que nunca había sentido el roce de unamujer, se fue caminando a lo largo del canal, cruzó elParque Grande, el barrio de la Romareda, todavíacon muchos solares sin edificar hasta llegar a sucasa, en el barrio de la Bozada, desde el que se podíacontemplar el bello edificio del Seminario Metropo-litano de Zaragoza. Al llegar a su casa, todavía podíasentir los dos puntos de fuego que había sentido ensu piel.

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En entrevistas posteriores, Egor llegó a experi-mentar por primera vez el sexo. Ella era una personaque había sabido tratarlo con el suficiente tacto ydulzura como para sentirse satisfecho de una expe-riencia nada traumática. Esto permaneció tan en se-creto que ni siquiera sus amigos llegaron a sabernada.

Posteriormente le llegó a preocupar tanto, y a pen-sar mal de sí mismo, creyendo que su imaginación leiba a llevar al traste, que decidió visitar a un psicó-logo para ver si era normal su comportamiento.

Creía que había actuado horriblemente mal, perotuvo la suerte de contactar con un psicólogo de van-guardia que le orientó muy bien en la aceptación desí mismo.

–¿Así que Ud. cree que yo actué con normalidad ynunca como un degenerado?

–Claro, en ningún modo debe sentirse culpable.Al contrario, verdaderamente la experiencia es elmejor de los maestros, y aquellos que no han vividodel todo la sexualidad, son candidatos inadecuadospara conseguir un desarrollo psicológico equilibrado,pues lo que nunca han gustado, pueden ansiarlo en elfuturo y causarles serios trastornos. El fundamento

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más seguro para el sendero del conocimiento, es lasaciedad, y no la inexperiencia.

Cómo iba a saber Egor que algunas de sus difi-cultades, como en todos los humanos, tenía sus raícesen su propio origen o en la aglutinación de numero-sas conciencias…

De niño, la auto-consciencia de Paulo había ser-vido de vehículo a través del que se expresaba laverdadera autoconciencia de Egor, un pitri lunar apunto de convertirse en un pitri solar. Posteriormenteel material era el aportado por la armoniosa y sabiapitri lunar Selene, que en este periodo determinaba lacualidad e su carácter. Un joven amable, bello, ar-monioso, cariñoso, maternal con los niños que se lepodían acercar, y con especial cuidado de los ani-males. Dones que recibía de la hermosa Selene.

Posteriormente el carácter apasionado de la pitrilunar le ayudaría en el tema de su apasionamientosexual, que nunca llegaba a desbordarse porque lapitri lunar también era muy avanzada.

Respecto al cuerpo mental que se estaba formandoen su interior, sería el propio vehículo de Egor, aquien más bien habría que clasificar como pitri solarde primera generación.

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Tres cuerpos sutiles para Alma, quien constituía elvehículo o Ángel Solar de su Padre en los cielos.

La Vida era relativamente sencilla en su explica-ción, pero enormemente compleja en su desarrollo,porque cada uno de sus componentes o vehículos seiba creando a lo largo de cientos de miles de millonesde años.

Esos millones de años eran el tiempo que tardabala materia en perfeccionarse y ser un vehículo para lamónada o espíritu.

No solamente los microorganismos se iban es-tructurando en algo complejo. El “alma” que residíaen su interior debía ir ampliando su capacidad sensi-tiva y perceptiva hasta ser consciente…

El alma de la materia, los elementales debíanaprender y transmutarse… de estar compuestos porel elemento tierra debían pasar a ser elementos deagua, luego de aire, después de fuego… y uniéndoseunos a otros al final configuraban aquello que estáoculto en la materia, los devitas o angelitos, o espí-ritus de la Naturaleza, que a su vez se aglutinabanhasta llegar a ser verdaderos pitris lunares, que trasmillones de años de evolución aprendían y se con-vertían en ángeles y posteriormente en pitris solareso Señores Solares.

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¿Qué era pues un hombre como Egor Sinner?

Igual que todos los demás humanos

Una multiplicidad de conciencias y de energíasque constantemente e intermitentemente mostrabansus cualidades, sus virtudes y sus defectos… si talcosa podía denominarse así, porque todo tipo decualidad era el resultado de millones de años deevolución.

Paulo… Selene… Egor… Alma… SarSas…Logos Planetario…

Átomos… moléculas… células… órganos…cuerpo físico… familiares y amigos…

Todos resultaban ser parte de Egor Sinner…

Y lo que unía todos aquellos elementos…

Aquella fuerza que los humanos definen con lapalabra AMOR.

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Capítulo 26Aprendizaje de astrología

Egor Sinner se quedó impresionado no sólo conlos consejos orientativos, sino que además sintió unaenorme fuerza interna… como si se le hubieraabierto un amplio canal por el que fluía un río deenergía en la presencia de este buen hombre.

Aunque quiso volver a hablar con el psicólogo,éste desapareció de la ciudad. En Egor se despertóuna gran fuerza interior, y decidió a partir de enton-ces convertirse de manera firme en el principal di-rector de todas sus decisiones, aceptándose tal comoera, y predispuesto a la realización de un trabajoconstante en el descubrimiento de su ser interno.

Por aquella época, había en Zaragoza, en la calleCorona de Aragón una pequeña academia de esote-rismo. Durante varios años, se veía el cartel anuncia-dor de las charlas que daba esporádicamente.

Sinner subió las escaleras de la casa, llamó altimbre del piso principal derecha, entró y solicitóparticipar en un curso de astrología de siete días deduración, tal y como se anunciaba en un pasquín que

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le habían dado al pasar por la plaza de San Francisco,junto a la entrada de la Ciudad Universitaria.

Durante el cursillo, ni siquiera había llegado alaprendizaje básico de confeccionar la carta astral,incluso se apuntó durante un tiempo para aprenderalgo sobre Platón, los pitagóricos…

Lo que más le impresionó fue la última charlaque tuvo con la directora de Nueva Acrópolis…

A su simple aseveración de que a él le encanta-ban Blavatsky, Annie Besant y Alice Ann Bailey,ella contestó con determinación.

–Es que los hombres no tienen cojones de fundaruna escuela esotérica.

Y tal vez tenía algo de razón.

Después de unos meses de aburrido estudio, puesen las clases no se hablaba de nada esotérico y tam-poco de astrología, se decidió a abandonar lo queluego apareció en las noticias como que era una sectay que en otra ciudad de España habían encontradodiversas armas en una de sus sedes. Egor no habíavisto nada extraño… simplemente se había decep-cionado… Él esperaba mucho más.

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Así pues, en los siguientes años de su vida, lafiebre interior por adquirir más y más conocimiento,estaba revelando aquello que permanecía ocultodentro de su “corazón solar” la esencia del verdaderoEgor, aquel antiguo pitri lunar que había estudiadodurante más de treinta años a la vera de SarSas.

En la vida de Egor iba a desarrollarse no sólo uncrecimiento interno notable, sino que al mismotiempo quería esforzarse en comprender intelectual-mente muchas materias pertenecientes al estudio delmundo oculto, muy especialmente la astrología. Leapasionó tanto que llegó fácilmente a confeccionarsu propio mapa de nacimiento adquiriendo numero-sos libros que le sirvieron de herramientas para des-cubrir la mecánica del movimiento de los astros y suinfluencia en el ser humano.

Haciendo un bosquejo muy minucioso, y despuésde largo tiempo de estudio, pudo averiguar aquellospuntos principales que ejercían una mayor influenciaen el arquetipo astral de un ser humano.

Así pudo comprenderse de manera más fe-haciente en su manera de entender muchas de las ex-periencias por las que ya estaba pasando desde su ni-ñez. Había descubierto que, perteneciente al signoGéminis, su capacidad mental estaba muy desarro-llada, y que le llevaría rápidamente a entender laparte concreta de las cosas, pero curiosamente él

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sabía que además poseía algo que le daba la posibili-dad de llegar antes al fondo de cualquier cuestión,poseyendo un fuerte grado de intuición y una grancapacidad de síntesis que le conducían fácilmente ano tener que pasar por la necesidad de una vía men-tal-concreta más costosa en el tiempo.

La posición y buena expectación de Neptuno enCáncer en el doceavo sector zodiacal, le abría siem-pre la posibilidad de una gran apertura híper-psíquica, y cierto desvelamiento del mundo oculto.No obstante, y para ello debería pasar por diferentespruebas críticas que serían las precursoras o llaves deentrada en la realización de numerosos ajustesenergéticos procedentes de planos más elevados queel puramente físico-etérico. Pero, sin duda, la posi-ción zodiacal que marcaba claramente un destino ensu vida era la del planeta Urano en el signo de Acua-rio.

Urano era el planeta líder o director del resto deenergías zodiacales, éste además estaba en la mejorposición desde el punto de vista de su estadocósmico, ya que Urano en Acuario es la posiciónsintónica mejor para ambos. Se dice que el planetaestá en su propio domicilio, pero, además de ser elplaneta líder o primer planeta director en el movi-miento precesional del resto, su íntima conjuncióncon el nódulo norte del mapa, era indicio de un des-tino importante a cumplir.

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Opinaba que todo el mundo tenía un destino, anivel general, pero cuando en un mapa natal aparecíaun posición tan determinada como la suya, eso era unindicio claro de un destino concreto a cumplir, tal ycomo le había anunciado Magdalena. No sólo ungran paso evolutivo a nivel personal, también se de-ducía la realización de unos hechos o misión que in-fluenciarían de manera trascendente en el ámbito so-cial en el que se movería. Finalmente, había unafigura astrológica denominada Gran Trígono, entreNeptuno, Rueda de la Fortuna, y un Júpiter fuerte enPiscis, que era claro indicio de una gran armoníaenergética entre planetas de índole trascendente.

Egor Sinner llegó a una conclusión importantecon la que madurar ciertos aspectos que tenían quever con la conducción de ciertas energías y su posi-ble transmutación, energías que sentía desde siempreen su joven y sensitivo cuerpo. Decidió completarparte de su autoconocimiento con la práctica dealgún arte marcial que le condujera al descubri-miento de cierta armonía interior, la concentraciónmental, y la propia quietud. Prácticas que le ayudarana sensibilizarse más consigo mismo. Para poder lle-gar a encontrar una canalización de ello pensó endisciplinas como el Yoga, el Tai Chi, o el Aikido, asíque empezó a buscar una escuela que tuviera uncierto grado de seriedad.

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Capítulo 27Artes marciales I

En el preciso instante en que Egor Sinner tras-pasó la puerta del gimnasio no sabía muy bien a loque iba.

Había leído en la puerta “Dojo de artes marcia-les”, y sin saber muy por qué, impulsado por unavoluntad superior a la suya, traspasó con mucha pru-dencia y expectación el pórtico de entrada.

Era consciente de que ahí empezaba algo que letransformaría la vida. Sin embargo, dudaba de suscapacidades: no era muy diestro en nada corporal yno le hacían gracia los golpes. Mejor dicho, le aterro-rizaban los golpes.

Había visto en la televisión y en las salas de cinemuchas películas centradas en la lucha y en las artesmarciales, y le parecía imposible que él llegara a esedominio del cuerpo, a esa austeridad y a esa valentía.

Un día viendo una película japonesa de samuráis,contempló una escena que le alteró profundamente.

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El señor de un castillo encomendaba a uno desus samuráis una difícil misión. El señor exponíauna a una todas las dificultades que le aguardabansin que el samurái ni siquiera pestañase. Uno de losmayores retos era que el samurái tenía que cruzarun territorio rival. Al escuchar eso, el guerrero con-testó: “Eso es lo que menos me impresiona. Jamáshe temido a ser humano alguno”.

Egor salió del cine repitiendo esas palabras. Se leincrustaron profundamente en su corazón. Porque él,a diferencia de los samuráis, sí que temía a los sereshumanos. Por lo menos a algunos seres humanos.Temía a los que eran agresivos, maleducados, vio-lentos, impacientes, irrespetuosos, brutales y venga-tivos.

Poco a poco había ido madurando en la mente laidea de asistir a una escuela de artes marciales. Unade las particularidades que le atraía respecto aldominio simultáneo del cuerpo y de la mente erapoder aplicarlo a su vida interior. Había escuchadoque había que concentrarse, para otras actividades,en un punto delante de la frente.

Muchas de tales consideraciones respecto al temade artes marciales bullían en su interior, que eracomo un lago intensamente burbujeante y sin des-

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canso. Su esencia anhelaba descubrir todo lo miste-rioso que se cruzase en su camino.

Y ahora, por fin, estaba ahí: parado ante el cartelde la entrada.

Dojo: lugar de la Vía. Lugar donde se aprendela Vía, lugar donde empieza el camino. Un caminode mil millas empieza con un paso. Y el primer pasoes el más importante de todos.

Entró como quien entra en una solemne y gran-diosa catedral gótica. Egor ya había leído muchísimoobras de pensamiento oriental, buscó rápidamente enel archivo de su memoria una frase, oportuna y pode-rosa, que le inspirase en ese momento y que le lan-zase más allá de su inseguridad. Y de repente le vinoa la boca, un pensamiento sublime:

Si un ser humano, llega por la mañana a lacomprensión del Tao, todo está bien para él, inclusoaunque muera esa misma tarde.

Años después, esperando la iniciación, a la quetenía derecho, Egor volvería a acordarse de este mo-mento. Qué camino tan largo y tan agotador. Cuántole aterrorizaban los golpes. Y, sin embargo, ahí es-taba. Al borde la iniciación, en presencia de la Jerar-quía, sostenido por su padrino, en la llanura desiertade Taormina.

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Entonces, al recordar, el momento de su entradaen la Vía de las artes marciales, no pudo menos quesonreír. ¡Era tan cándido e inocente!

Pero… visto desde fuera…

¿Acaso no era algo extraordinario que un jovensintiese el fuego de la pasión por saber qué era eluniverso, qué era el mundo, qué era él?

¿Acaso no era un milagro que en su interiortuviese tan maravillosa semilla, un incentivo tanpotente que le haría desarrollarse de acuerdo a unproyecto, que le haría avanzar hacia lo desconocidopara él, como joven que era, pero que en el cielo deAlma ya se podía tocar.

¿Acaso no era mágico el poder de SarSas, Almay sus tres acompañantes?

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Capítulo 28Artes marciales II

Pero las cosas no eran tal y como sucedían enlas películas. El aprendizaje era durísimo, sobre todoporque iba contra la naturaleza de su propio cuerpo.

En artes marciales no hay tensión, todo es flui-dez. Fluidez no es equivalente a blandura, sino sinó-nimo de que la energía fluye, pues la energía internano puede fluir en medio de la tensión.

Los comienzos fueron desalentadores ¡Y parecíatan fácil!

Pero el caso es que el bueno de Egor no faltabaun solo día. Él era consciente de su torpeza, así comotambién era consciente de que su inteligencia ibamuy por delante incluso de los que se considerabansúper dotados.

Bien pronto empezó a darse cuenta de que elprimer gran problema era la armonía. Armonizarse,primero el cuerpo consigo mismo, después con lamente, después con el alma. Se trataba de esa miste-

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riosa palabra que repetían sin cesar los maestros: ali-neamiento.

Existe un ritmo universal, una pulsación divinaque late en el fondo de todas las formas de la vida,tanto en el ser humano como en la naturaleza. La ar-monía es ritmo.

No podemos contemplar cualquier forma sin per-cibir detrás de ella un ritmo que le es propio. Las ar-tes marciales exigen el conocimiento de esos ritmosintrínsecos.

Por doquier, la vida palpitante organiza inteli-gentemente el ritmo del nacimiento, el de la deca-dencia y el de la muerte. La muerte se caracteriza porel cese del ritmo de la forma.

Los antiguos guerreros, los grandes samuráis sa-bios y protectores de antaño, sabían muy bien que lautilización del ritmo en su fase positiva y construc-tiva era benéfica y confería grandes poderes. En unapalabra, sincronizaban el alma y la personalidad, yutilizaban la corriente natural de la vida evolutiva.Los samuráis vulgares y belicosos, los gobernantes,el pueblo vulgar, todos los que iban en contra de lacorriente, sufrían la desgracia de las guerras, enfer-medades, sufrimientos y, al final, la muerte.

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Capítulo 29Artes marciales III

Egor consiguió el Tratado de los cinco círculos,del gran Miyamoto Musashi. Ese día, por leer tanbellísimo libro, no acudió al entrenamiento. Le pasóun poco como a Kant, cuando faltó a su paseo coti-diano por Königsberg porque estuvo dos días ence-rrado en su casa leyendo a Rousseau. Cuando al ter-cer día, el filósofo apareció paseando, como si nadahubiera pasado, bajo los tilos de la avenida principal,la gente volvió a respirar tranquila.

Algo así le sucedió a Egor. Cuando retornó, aldía siguiente, todos le peguntaron si se había sentidoindispuesto. Aunque Egor sabía que, para un gue-rrero, nunca, pase lo que pase hay que mentir, optópor decir que efectivamente, había tenido que que-darse en casa por fuerza mayor…

“En los combates de táctica, es preciso com-prender el ritmo de cada uno de los adversarios, y,por tanto, es necesario situarse en el rimo inespe-rado por el enemigo. Entonces se puede vencer a losadversarios poniéndose en un ritmo “vacío” y par-tiendo de un ritmo que surja de la inteligencia”.

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Este párrafo le desquiciaba, y lo leía una y otravez. Aprendió que nunca nadie le diría cómo se haceeso. Tendría que ser él mismo el que llegase por sísolo al dominio de esa técnica.

Egor se daba cuenta de que Musashi nos propor-ciona una clave: situarse en un ritmo vacío. Pero noexplicaba qué es un ritmo vacío ¿Acaso un ritmoneutro, ni yang ni yin?

El incipiente “guerrero” presentía que un ritmovacío era aquel ritmo que se adecuaba instantánea-mente a la naturaleza de la situación. Era, por tanto,voluntad pura e inteligencia pura, no deformadas porlas intenciones, por los deseos, o por la carga inte-lectual. La búsqueda de la armonía le llevó a profun-dizar en la realidad de los katas, que todo practicantede artes marciales ha de dominar. “Kata” significa‘forma’. El kata es la garantía de la preservacióníntegra de la perfección de la forma, el kata es disci-plina pues en él se encuentra de forma completa elconjunto de las técnicas. Egor repetía una y otra veztodos esos movimientos, los cuales están codificadosde tal manera que representan un combate contranumerosos adversarios, a los que hay que visualizar.En esos combates de tipo mental, también, el katapermite sobre todo la armonía y la perfecta coordina-ción entre practicante y enemigos mentales…

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Como siempre pasa cuando uno se inicia, con pa-sión y entusiasmo, en algo nuevo y bello, Egor sesentía en un estado de verdadero paroxismo espiri-tual.

Uno de los profesores de la escuela, que había re-sidido cuatro años en Japón, consciente de que setrataba de un alumno distinto a todos, le enseñó elShado o arte del rito del té, según él lo aprendió deun maestro suyo en el Kobukán.

Una vez que este aprendió la mecánica, el gestosin el espíritu, el profesor le dijo a Egor: Ahora escosa tuya profundizar y buscar la perfección. Notengo ninguna duda de que llegarás muy lejos.

No hay rito más silencioso y más profundamenterelajante que el arte de preparar y servir una taza es-pumosa de té. Egor encontraba que el complicadoritual del Shado permite a la mente entrar en otroritmo, porque abre la mente a una simplicidad y auna objetividad absolutas. Preparar y servir una sim-ple taza de té inunda la mente con una tal grado decalma interior que proyecta a la mente dentro del co-razón del vacío, experimentando la esencia de la va-cuidad.

Con el arte del té, Egor aprendió, en mayor me-dida que con las artes marciales, lo que significa fluirsin resistencia. El Shado le proporcionó la vivenciade la belleza, de la paz profunda, inconmovible, y al

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mismo tiempo de la sencillez. Tres cosas con las queno lograba sintonizar en las clases de artes marciales.Demasiada agitación, muy poca paz, sobre todocuando alguien le torcía la muñeca o cuando un puñoimpactaba contra sus costillas.

A solas, en la pequeña habitación que tenía al-quilada, Egor se afanaba en la ceremonia del té. Eraalgo tan puro, tan limpio, que vestía para la ocasiónropa recién lavada. Con el tiempo, para la ceremonia,compró una especie de curioso hábito blanco y ne-gro, que podía pertenecer a cualquier religión y, a lavez, a ninguna.

Cuando preparaba el té, se sumergía en un ritmodiferente. También tenía él su propia planta de té y,aunque cortaba con absoluta impasibilidad una hojapara la ceremonia, interiormente perdía perdón a laplantita.

El arte de servir y de preparar un té también es unkata. Un kata al mismo nivel que los katas marciales.Un kata que aspira a serenar la conciencia objetivasumiéndola en un tal estado de paz y de receptividadque la mente intuitiva pueda ser invocada a través dela subjetividad de la conciencia de vigilia.

Por medio del dominio de ese kata, Egor fue ad-quiriendo la capacidad de conocer su verdadera natu-raleza.

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Capítulo 30Aldora

Una chica joven que también acudía a las mis-mas clases de artes marciales, llamada Aldora, se diocuenta de que Egor, aunque no había perdido el in-terés por el mundo interior, sí lo había perdido porlas artes marciales. Poco a poco las inasistencias sehicieron más habituales.

Egor a nadie le daba razón de su alejamiento. Unbuen día, al salir del entrenamiento, se encontró aAldora, que le estaba esperando. Egor sintió el tinti-neo de una campana de bronce en su corazón y en sucerebro. Inconscientemente, se puso un poco enguardia.

–Mujeres, –pensó para sí –vade retro. Es lo quemenos me hace falta ahora.

Aldora, ya se había fijado en él, atraída por parti-cular su forma de ser. Le acompañó un trecho, pre-guntándole con verdadera inocencia sobre su cambiode actitud. Egor se sentía conmovido por la ingenui-dad y el verdadero interés que hacia él manifestaba lajoven.

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Hubo un momento, en que Egor, sonriendo comosolo un ángel lo puede hacer, le dijo

–¿Qué quieres?, fue mi maestro una simple tazade humeante té.

Aldora y Egor decidieron quedar para dentro dedos días, en la humilde habitación en la que vivía al-quilado.

Para Aldora todo aquello era magia de otro nivel.Todo era tan sencillo y al mismo tiempo tan su-blime…

Cuando Egor atizaba el fuego en el diminuto in-fiernillo, o cuando sacaba de una jarra el agua fríapara hervirla usando un largo cazo, se respiraba ungozo y una plenitud que no se podían describir conpalabras.

En el momento de tenderle el tazón, o chawan,repleto de refrescante té, Egor dijo:

–El té no traduce ningún pensamiento. No res-ponde a la inteligencia. Y tiene una belleza que nopueden conocer las mentes que son espesas. El téempezó siendo mi refugio, pero ahora el mundo en-tero es mi salón de té.

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Cuando Aldora escuchó esas enigmáticas y bellaspalabras supo que aquel hombre era el hombre de sussueños. Instantáneamente percibió que, en aquelhombre, que no era de este mundo, también podíahaber conflictos. Los conflictos derivados de la fric-ción con la vil y oscura materia. Entrevió cierta re-pugnancia al sexo, por ser este totalmente material yademás por ser inútil del todo salvo para reprodu-cirse.

Aldora depositó su cuenco de té en el suelo de lahabitación y mirándole a Egor muy fijamente le dijo:

–Recuerda, Egor, siempre te amaré.

Egor Sinner, no se lo tomó totalmente en serio.Ya había conocido a Magdalena y a pesar de sentiramor por ella, tampoco había quedado en nada defi-nitivo, su verdadera obsesión era la sabiduría.

La realidad es que Egor Sinner era verdadera-mente un hombre aparte. Amaba con profundidad, yalgo en su interior parecía, de una forma totalmenteinconsciente para él, arrastrarle por otros derroteros.

Las mujeres de buen corazón percibían la atrac-ción magnética que desprendía el centro cardíaco deSinner, todavía no despertado de su largo sueño entreencarnaciones, y curiosamente y por suerte para élaquellas damas de sentimientos entrelazados con in-

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tereses menos puros y más económicos, únicamenteveían en él un joven pobre y sin gran futuro.

Su sagrado pitri lunar, la divina Selene, custo-diaba el corazón de Egor Sinner.

Tal vez los acontecimientos propiciarían una re-lación más profunda entre los inmaculados corazonesde Aldora y Egor.

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Capítulo 31Experiencias trascendentes

Egor Sinner, después de haber tenido prestadaaquella pequeña habitación junto a algunos estu-diantes sentía claramente la necesidad de tener supropio espacio vital, ese que le permitiera desarrollaraquél potencial interno que poco a poco iba descu-briendo.

Lo comentó con su familia, y lo hizo de una ma-nera amigable, pasando a tener un total grado de in-dependencia.

Hacía tiempo que intuía la necesidad de un reen-cuentro consigo mismo en la mayor soledad posible,pues cualquier elemento a su alrededor que irrum-piera aquella comunión interna, que iba conquis-tando, frenaría su vida de manera drástica. Era algoque sentía claramente en su interior, y sabía que eseera el momento adecuado.

De repente fue como encontrarse en un extrañoplaneta y un mundo nuevo por descubrir.

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Los primeros cambios no se hicieron esperar, ydicha decisión le abrió numerosas puertas para en-contrar un hábitat acorde a una nueva vida con unatotal independencia y donde nada ni nadie le obli-gaba a asumir ningún rol en contra suya.

Como por arte de magia, empezaron a surgir a sualrededor nuevas amistades que posteriormente lesirvieron como fuente o símbolos de referencia enbeneficio de su propio desarrollo espiritual.

Arrendó un pequeño apartamento en forma deático en la parte vieja de Zaragoza. Muy cerca de lacalle Prudencio, al lado de la Basílica del Pilar.

Allí conoció a dos vecinas muy especiales, unaera alemana –Angelique- profesora de música, y laotra argentina, -Camila- y también dedicada a lamúsica, aunque ésta última era sin duda algo más queprofesora, dominaba y sabía muchísimo sobre cien-cias ocultas. Conectaron de inmediato y se inició unanueva vida de descubrimientos para Egor Sinner.

Al principio quedaba mucho con Francisco,Carlos, y Camila, para tomar copas en los bares delcasco viejo, pero lo verdaderamente interesante seoriginó a través de las largas charlas en el aparta-mento de Camila, quien resultó ser todo un mundo adescubrir.

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Ella les enseñó algo de magia experimental, re-sultando ser sorprendentes sus éxitos y demostrán-doles que era capaz de entrar en la mente de algunaspersonas y ejercer cierto dominio sobre ellas.

Lógicamente esta capacidad acabó por asustar asus dos amigos, y decidieron ir poco a poco regu-lando los encuentros. Para colmo de “males” Camilaquiso tener una relación formal con Egor y esto leimpidió finalmente encontrar su propio espacio. Gra-cias al destino, Camila hubo de viajar a Hungría paraterminar la carrera de piano, y en Budapest se ena-moró de un famoso actor de teatro con el que acabócasada, y ya no se supo más de ella.

Apenas habían trascurrido tres meses, cuando aSinner le empezaron a pasar experiencias psíquicasde carácter transcendente.

Comenzó a ver luces y representaciones en suhabitación que le llevaban a estados de concienciasublimes, que en muchas ocasiones derivaban en es-tados críticos de salud, y notaba cómo su cuerpo ex-perimentaba cambios notables que nunca antes habíapercibido.

Había noches en las que tenía que salir a pasearsólo y hablar con gente de mundo que le bajara a larealidad cotidiana. Sentía que estaba entre dos mun-dos, en el filo de la navaja, como teniendo que deci-dir entre el uno y el otro.

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Algunos acontecimientos son como pequeñosrecordatorios de experiencias mayores que se hantenido anteriormente.

Muchas veces, dejamos que los acontecimientossigan sin hacer nada al respecto. Y lo cierto es que sihiciésemos caso a todo lo que nos dice la razón, nosería lo mejor para nosotros.

Hay razonamientos que llevan a un puntodeterminado, pero una cualidad tan extraordinariacomo es el discernimiento para llegar a una decisióny basado únicamente en la lógica no es totalmentefiable.

Se dice que un famoso filósofo de la razónafirmó que las piedras nunca podían caer del cielo.En su época parecía un razonamiento convincente,pero no tenía en cuenta todo lo relativo la existenciade meteoritos…

Egor se encontraba con algo que había tenido quedecidir en otra vida, Vivir definitivamente en elmundo espiritual.

Al final… se dejó llevar por el corazón.

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Capítulo 32Juan Tamarit

El día del patrón de Zaragoza, San Valero, Egorse llevó la sorpresa del cambio de domicilio de An-gelique; dejó el apartamento y allí tuvo un nuevo ve-cino, Juan Tamarit.

Se conocieron y de inmediato sintieron unaamistad arrolladora. Juan era todo simpatía, broma,con un corazón de oro.

Tamarit había sido vendedor ambulante a lo largode toda su vida. Procedía de una buena familia demarinos de Bilbao, pero él decidió ser un espírituerrante y descubrir mundo.

Había encontrado un puesto de camarero en elpub Corto Maltés, y era la atracción de los clientesmás jóvenes.

Se había convertido en un punto de encuentro,todo un personaje que siempre irradiaba simpatía.

Al igual que Egor, Juan era un misterio para símismo.

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Ambos habían descubierto que poseían un poten-cial interno muy parecido, como si fueran almas ge-melas, lo que produjo un hecho fundamental y quedescubrieron a la vez.

Tras varias noches y cuando Juan se quedaba adormir en el apartamento de Egor, se formaba unaura de paz y transcendencia en la casa que llegaba asorprender a ambos, pero que era como abrir un por-tal de conocimiento a otros mundos.

Así y como experiencia definitiva, un día vieroncómo sus cuerpos astrales se juntaban en otro plano yambos podían viajar y conocer el planeta Tierradesde otra perspectiva.

Fueron conscientes de que pertenecían ambos aun círculo de seres que cohabitaban en un mismo re-cinto a otro nivel.

Sus suposiciones quedaron constatadas cuandoambos fueron acompañados una noche –en cuerpoastral- por un tercer ser que les explicó la misiónprincipal de su encarnación en la presente vida.

Esa noche vieron como dicho ser –absolutamenteafectuoso- les condujo a un recinto a través de unascuevas de piedra de las que emanaba un luz suave ydiáfana, donde había numerosas personas.

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En aquel lugar reconocieron a algunas de ellas.Era un Aula donde se impartía un conocimiento tras-cendente por seres con diferente aspecto.

El discípulo avanzado que les condujo les co-mentó que eran cuerpos de energía de diferente nivel,e incluso ángeles de diferente escala evolutiva. Allíno se hablaba a través de la fonética, todo era telepá-tico.

Aquel espíritu sabio les explicó que eran almasencarnadas dentro de un mismo árbol genealógico,pero que el desarrollo energético era diferente en laforma de expresión, siendo complementarios o deayuda del uno con el otro, digamos, en términosesotéricos, pertenecientes a un cuerpo evolutivo afín,pero siendo de diferente Rayo de manifestación.

Al final, el destino les separó.

Tal vez haya una ley oculta que, salvo en contadasocasiones, enuncie algo así:

Dos iniciados no pueden residir en el mismo lu-gar.

Entiéndase por lugar, el mismo domicilio.

Esta afirmación, a pesar de parecer un despropó-sito, tiene su fundamento. El iniciado por sí mismo

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es un canal a través del que se distribuye energía paralos tres mundos.

Por ello, como hemos dicho, salvo gloriosas ex-cepciones, los discípulos de alto y menor rango estánseparados. Suelen ser puntos de distribución deenergías superiores, y si están físicamente en elmismo lugar, su cercanía produce cierto cortocir-cuito.

Eso no obsta para que cada cierto tiempo se reú-nan para el cumplimiento de un propósito en común,tal como puede ser la atención a los distintos depar-tamentos de una determinada Escuela.

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Capítulo 33Hacia la Senda Iniciática

Egor sentía la imperiosa necesidad de entendertodo aquello que parecía fuera de un entendimientoracional, demasiadas crisis existenciales se le acu-mulaban a tan temprana edad.

Para poder llegar a una estabilidad interior, Egortendría que pasar por duras pruebas. Éstas finalmenteconducirían a una dirección en parte previsible, perono por ello quería decir que tuviera un destino abso-lutamente marcado o prefijado, más bien se presen-taba la oportunidad de aprovechar una existencia quesería como un enclave y lanzamiento hacia una exis-tencia posterior que marcaría un antes y un despuésen la transmigración de su alma. Este tipo de oportu-nidad se presenta a muchos seres humanos, y bienaprovechada significa un salto enorme en la escalaevolutiva.

Para ello siempre hay que pagar un precio, el pre-cio de pasar por experiencias fuertes, que conducen aun grado de desapego de todo aquello que muchasveces consideramos imprescindible en nuestro vivirdiario.

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Digamos que no significa renunciar totalmente alas cosas que nos dan un sentido más real, sino másbien descubrir un diferente campo de visión, produciruna transformación energética de aquellos vehículosque son el campo de manifestación temporal en unaexistencia, y que para ello el mecanismo del ser hade sufrir hasta lograr un cierto grado de estabilidad, yeste proceso es doloroso cuando transcurre en pocotiempo.

El arquetipo energético de Egor, Alma, interrela-cionado con sus tres pitris lunares, Egor, Selene yPaulo, disponía de esta gran posibilidad.

De hecho el programa conjunto de SarSas, Maes-tro de quinto grado y Alma discípulo iniciado detercer grado era muy claro al respecto, pues los docepétalos de su loto Egoico, estaban a punto de revelarla joya y rasgar el Templo de Salomón.

Y ¿por qué es necesario el sufrimiento? Esto me-rece una explicación razonable.

La evolución puede ser lenta y muy, muy larga;aquí el sufrimiento es mínimo, pero por otra parteexiste la posibilidad de aprovechar oportunidadesque se presentan en determinados ciclos cósmicosque permiten a ciertos seres afianzarse en un procesode aceleración evolutiva que requiere una difíciladaptación al mismo.

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Es en esa situación donde enclavamos la existen-cia de Egor.

Él tenía la oportunidad de engancharse a un ritmoevolutivo que requería pasar por muchos sacrificiosdebidos a la necesidad de adaptación a lo que dichoritmo en sí exigía.

La posibilidad de ese libre albedrío, que se nos daa todos los seres de la Creación, al mismo tiempoque maravillosa, requiere un poder de voluntad y detoma de decisiones que hacen que el ser tenga queestar con un grado de atención supremo.

Todos los sentidos tienen que estar abiertos aaquello nuevo que internamente ha de descubrir parallegar a esa cúspide de éxito, que le llevará a visionarla existencia con un grado de visión más diáfano ypor tanto, como una conquista de sí mismo.

Es el descubrimiento de aquella luz dormida, queestá esperando en nuestro interior que se encienda.

Egor Sinner, a pesar de no llegar a los veinte añosde edad, poseía una gran lucidez en sus razonamien-tos, pero que no encontraban ningún punto de apoyoen las ciencias actuales, que a pesar de estar extraor-dinariamente avanzadas, llegando en sus éxitos mu-

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cho más allá de lo imaginado, no indican ningún fu-turo, ninguna meta que conseguir.

Su mente fue abriéndose camino gracias a todoslos libros de Filosofía Oriental que pudo conseguir.

Mucho tuvieron que ver las ayudas externas deMagdalena, de Angelique, de Juan Tamarit, de lasartes marciales, del Rito del Té, de Aldora…

Y por supuesto, las ayudas internas, su mismaesencia, Paulo, Selene, Egor, Alma y SarSas.

Nada hay en el universo que se desarrolle por símismo. Todo es una cadena tan inmensa que vadesde los microorganismos hasta los Dioses. Infini-dad de pequeñas ayudas, pequeñas colaboraciones,pequeños detalles que van ayudando a todos los seresa crear su propio sendero de luz, sendero que sonellos mismos, y que conforman el camino de lasenormes Conciencias. Y tal y como hemos dicho enun párrafo anterior, ese incremento de luz y energíaprovocaba que sus amados, aunque desconocidos,pitris lunares se fuesen trasmutando en elementosradiactivos. Ello provocaba en su interior, esporádi-camente, roce, sufrimiento y desasosiego.

Además… había algo que no variaba: la direcciónque la brújula interna de Alma marcaba obstinada-mente.

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Capítulo 34Conociendo la parte más mundana

Egor, a la vez que estaba centrado en el descu-brimiento del campo de lo transcendente, decidióafianzar su relación con Aldora, y también dedicaralgo más de tiempo a disfrutar de sus amistades.

Buscaba tomarse un respiro y coger algo de airemás mundano, pues la presión que sentía le agobiabatanto, que a veces le costaba sobremanera conciliar elsueño.

Se dio cuenta de que había descuidado por com-pleto la parte económica y material de su vida, y sevio abocado a buscar un empleo; tuvo la suerte deencontrar a un amigo librero que le dejaba atenderlos trabajos de portería de un edificio durante el finde semana. La actividad laboral consistía en pocomás que encender la calefacción y ocuparse de lim-piar un patio con cuatro ascensores. Con eso tendríasuficiente para poder pagar el alquiler y alimentarse aduras penas.

Por las noches ayudaba a Juan en el pub y luegose iban de risas con Aldora y otros amigos.

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Curiosamente tenían conocidos de todas las eda-des, y prácticamente enseguida hacían nuevas amis-tades.

Un día entraron en un pub gay. Egor, algo asus-tado al principio, se dio cuenta de que eran general-mente personas muy sensibles y agradables, pero,claro, con dicha tendencia se corría el riesgo de quele tiraran los tejos.

Así fue, un señor de unos 40 años, se enamoróperdidamente de él, y le rogó que no dijera su profe-sión. Era cura, una bellísima persona, poeta y muyculto.

Egor, supo reaccionar perfectamente a ello. Enningún momento mezcló jamás cualquier tipo deemocionalismo en dicha relación, y compartió suafecto con inteligencia.

Al igual que allí, en otros muchos sitios y vi-viendo la noche, conoció a individuos muy curiosos.

Se dio cuenta de la cantidad de personas que hayen el mundo que son sensibles y cultas, y compren-dió que las pruebas que nos trae el destino son decarácter muy diverso, y que a veces la diferencia en-tre los seres humanos es prácticamente escasa. Si ta-les dificultades son bien enfrentadas dan oportunida-des en la evolución del alma.

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Egor desarrolló junto a Juan y Aldora un espíritumucho más dicharachero, lo que le daba más facili-dad a la hora de tratar con los demás.

Ante él se abrió la posibilidad de entender más aaquellos seres humanos que de una u otra maneravan buscando algún sentido a sus vidas.

En muchas ocasiones hicieron de psicólogos yayudaron a numerosas personas que sufrían muchoemocionalmente, pues el recorrido del alma ha depasar por muchas fases antes de que se presentenaquellos problemas existenciales que son el deto-nante hacia el mundo interior.

El pub Corto Maltés servía muchas veces comoconsultorio oculto al que se acercaban jóvenes condiversas inquietudes. Encontraban en Juan, Egor yAldora un hermoso círculo de confianza.

Al mismo tiempo era un campo de entreteni-miento, y bastaba que apareciera cualquier nuevopersonaje para bautizarlo de inmediato.

Juan los bautizaba al poco de tratarlos, “boqui-chuela”, -Javier- “que lindo Galindo”, “el enanote”,Tomás, “cara culo”, Jesús, etc.,

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Prácticamente, y ¡sorpresa!, jamás ninguno sesintió ofendido por el mote, les encantaba, pues Juanlo hacía con una gracia y afecto que les causaba unarisa de inmediato.

“Boquichuela” siempre fumando, el Sr. Galindo,que tenía cerca de 75 años, a veces se enfadaba ypedía formalidad, pero, cuando le llamábamos, “quelindo Galindo”, giraba la cabeza haciéndose el des-pistado y como que no había oído nada, de inmediatonos contaba sus batallitas.

El pobre “cara culo”, Jesús, era poco agraciadofísicamente. No le importaba nada, sólo quería que leescucháramos sus penas y ello le reconfortaba y lehacía feliz.

La guinda solía ponerla Fabián, “Harry el sucio”,era la viva imagen de Clint Eastwood, que final-mente ocultaba también un mundo interior extraordi-nariamente rico, y que de manera sumamente privadaante nosotros, -era secreto de estado- reconoció serun contactado ummita, a raíz de una experiencia quetuvo en Madrid, y que nos contó, como digo, de ma-nera muy privada. Tocaba el piano como los ángeles.Cuando imitaba al oso Yogui, el pub se paralizada yla risa era total.

Así, poco a poco, Sinner iba quitándose esa pre-sión existencial que siempre estaba llamando a supuerta.

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Capítulo 35Aldora, Egor y el poder de transformación

Egor empezó a constatar de manera rápida lopoco que podía ofrecerle una vida material, en la quela pasión y el deseo eran los puntos de referenciapara la mayoría de las personas. Estos apenas podíanofrecerle una perspectiva de fondo nada real o pro-ductiva a su sensibilidad interna. Muy pronto com-prendió que su vida estaba en otro lugar de peregri-naje, y no tardó mucho en cortar sus salidas noctur-nas y gozar del silencio y la estabilidad que le pro-ducía el recogimiento interior. No obstante, supopercibir de forma lúcida que las experiencias vividassí que le habían dejado una pequeña enseñanza: en elsendero de la espiritualidad todo tiene sentido, eneste caso servía para constatar la etapa siguiente arecorrer en un camino en parte trazado por Alma.

Vio ipso facto, como en una película pasada rápi-damente, el papel que representaban las diversas per-sonas y experiencias y la importancia de ello. En-cajó, como si de un rompecabezas se tratase, losúltimos acontecimientos y redescubrió la esencia in-terna que le impelía a dar el siguiente paso. Desapa-recieron las dudas con respecto a muchos problemas,y centró su vida de forma y manera que pudiese sermás útil a la oportunidad que su alma le presentaba.Podría ser un punto de apoyo, mejor enfocado, para

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todas aquellas personas que había conocido y queformaban parte de su recorrido en el sendero.

Así fue como centró su vida en su relación conAldora. Ella no había aparecido por casualidad, for-maba parte de una vivencia en todo aquello que lesesperaba, y que de alguna manera intuían.

Una de las primeras cosas que constataron los dos,y que pudieron vislumbrar claramente, fue que aque-llas personas que habían conocido conjuntamenteresonaban en la vida de ambos.

Parecía como si se conociesen de un pasado re-moto… compañeros y peregrinos en ese largo cami-nar que los esoteristas denominan el Retorno a laCasa del Padre.

La memoria interior de ambos coincidía en ello.

–Ya ves, Aldora, –comentó Egor– cómo unamemoria bien aplicada altera rápidamente la pers-pectiva de las cosas, y lo que parece fútil e intrascen-dente, tiene un significado lleno de plenitud.

–Al parecer –contestó ella– tenemos cualidadesafines en nuestras almas, y ha sido necesario el reen-cuentro en este momento de la existencia.

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–Parece que nuestra unión –respondió Egor– yaviene forjada por el afecto generado en un pasadoremoto.

–Cuando te traté por segunda vez en una clase deartes marciales, sentí la necesidad de ayudarte en elavance de tu felicidad espiritual. Era como si hubiesecontraído una deuda en el pasado… quizás me ayu-daste en un momento difícil de mi existencia….

–Dicen los sabios que vida tras vida –continuóEgor –hemos generado unos lazos, y que lo que su-puestamente parecía una experiencia para un cortolapso de tiempo no es así, sino que esto es algo queviene de una multitud de vivencias en un recorridode quizás miles de años.

–Tal vez ahora –terminó la joven –tenga la opor-tunidad, que me ofrece el destino, de compensarte ytener la dicha de recorrer juntos el camino.

Como muchos enamorados, pasearon aquellatarde de primavera por la avenida principal del Par-que Grande. Se embelesaron con las fuentes y con lamultitud de rosas que lucían esplendorosas. Juntosde la mano percibían la calidez de dos corazones quevolvían a estar unidos, una vez más en este planofísico.

El pitri lunar, ya casi solar, Egor estaba llegandoal cenit de su potencialidad.

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Normalmente esta época es muy difícil. Sueleocurrir en muchos casos a los 28 años. Se hace difícilsaber por qué causa los septenarios son tan impor-tantes en el desarrollo psicológico de los seres huma-nos.

A los siete años se dice que se adquiere el uso derazón, en el caso de Egor fue mucho antes, cuandoPaulo se reconoció a sí mismo en el programa de ra-dio. A los catorce años se entra en la pubertad, queesotéricamente coincide con la introducción delcuerpo astral de una forma importante. Selene arribómuy suave y lentamente a la conciencia de Sinner.La influencia de la anciana y ponderada pitri lunar leinfundió amor y cariño por la naturaleza y por lascosas bellas. A los veintiún años comienza a influirel cuerpo mental, en nuestro caso Egor el sabio pitri,estudioso de enormes volúmenes de filosofía orien-tal. A los 28 años arriba la luz del alma. Es muy po-derosa, y en ocasiones, hay personas que no lo pue-den soportar. Se establece una gigantesca conflagra-ción y en el campo de batalla se enfrentan la perso-nalidad, que lo quiere todo, y el poder del alma. Unode los dos debe vencer y dejar paso al otro. Si venceel alma, la luz del pitri solar iluminará el camino, encaso contrario, la personalidad se engrandecerá, serápoderosa, pero le faltará algo…algo que los místicosde otras épocas quizás llamaban la luz del alma.

En Egor Sinner, Alma triunfó.

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Capítulo 36Algunos detalles sobre el matrimonio

Egor no creía en los raptos de amor pasional quetanto nos interesan a todos los mortales.

Para Egor, las uniones y el matrimonio, estabanhechos para durar. Y aunque el amor romántico ynovelesco supera una gran cantidad de obstáculos yproblemas, siempre hay uno contra el que se estre-llará: la duración.

El tiempo, el tiempo, el tiempo que todo lopuede… Y el matrimonio o dura o no tiene sentido.

Y aquí nace la fuerza del matrimonio: en que estáhecho para durar. Cosa que no pasa con el amorromántico.

Egor opinaba que el amor en el matrimonio notenía nada que ver con las turbulencias del “verda-dero amor”.

Para Egor, como le pasaba también a Montaigne,y como también les sucedía a los antiguos romanos,el matrimonio no era sino un mecanismo de asocia-ción.

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Cada uno establecía la cima o punto de llegadaque une a ese tipo de asociación. Nada más. Dehecho, Montaigne recomendaba que los cónyuges setratasen entre ellos con la sinceridad y la solidaridadde dos socios en un negocio, y nunca como amantes.Egor, naturalmente, añadía el valor espiritual y lacima espiritual. Si no, el matrimonio sería como ges-tionar un puesto de caramelos o una pescadería.

Sinner opinaba que el amor en el matrimoniodebía ser de un total compañerismo y de una absolutasinceridad, como el que existe entre dos asociados enun negocio. Es decir, que acababa donde debió deempezar.

El amor era una empresa que había que sacaradelante como fuere. Una travesía por aguas incier-tas, a veces tempestuosas, que debía llegar a buenpuerto.

Pilotar el timón y tener una meta muy clara eramás valioso que todos los deliquios eróticos, o quelas relaciones sentimentales que se pudiesen estable-cer a lo largo del viaje.

Todo esto que pensaba Egor, nos recuerda la de-liciosa carta de Cicerón cuando dice que muchos secasan para huir de los problemas… sin darse cuentade que el matrimonio es el mayor de los proble-mas….

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Capítulo 37Nuevo contacto Ashrámico

Egor y Aldora, conforme pasaban los días, veíanun cierto grado de aceleración y refinamiento en suscuerpos sutiles.

Lo constataron conjuntamente, y así vivían ungrado de comunión maravilloso como almas gemelasen el largo camino del sendero espiritual.

Concretamente Egor recordaba, con un grado deconsciencia nítido, cómo era de nuevo conducido aun recinto donde un discípulo avanzado le hacíaconsciente de ciertas actividades espirituales másprofundas y trascendentes que deberían capacitarlepara poder ingresar en su Ashram y hacerle cons-ciente de Su propia vida espiritual.

Allí volvió a sentir aquella radiación divina indes-criptible, difícil de explicar con palabras, envueltoinconscientemente en Alma, y ante la presencia deSarSas, en un Aula de Sabiduría, gracias a sus vehí-culos profundamente sensibilizados.

Escuchó serenamente expectante Su voz vibrantey armoniosa, hablándole de igual a igual, con inefa-ble sencillez, salvando las enormes etapas evolutivas

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entre ambos y experimentando un grado de amistad ysencillez dentro de dicha integración espiritual.

Había sido acompañado por un enviado delMaestro, pues, como estamos indicando continua-mente, existían unos lazos kármicos previos.

La finalidad era avanzar en aquellos progresos es-pirituales que le capacitarían para una iniciación enun futuro cercano. Esotéricamente hablando, estoocurre por lo que se llama “razones de Rayo”, y pre-viamente elegido por Alma.

Egor fue advertido de que los próximos años pa-saría por pruebas y dificultades kármicas muy agu-das, pero que durante todo ese tiempo estaría siempreprotegido, especialmente en los momentos más difí-ciles, cuando las dudas fuesen terribles y cuando elsufrimiento moral corroyese todos y cada uno de losrincones psicológicos su vida.

SarSas le encomendó a Egor que compartiera consu compañera Aldora las próximas meditaciones, quese realizarían en las siguientes lunas llenas, espe-cialmente la luna llena de Tauro cuando se celebrabael Festival de Wesak, pues allí volverían a encon-trarse para realizar los trabajos preparatorios para unimportante paso evolutivo e iniciático en la vida deambos.

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Capítulo 38Sinastría Astrológica

Egor y Aldora ya habían constatado en sus vidasque les unía un destino paralelo o al menos muy pa-recido. Ambos poseían almas dentro del mismo pro-ceso espiritual y quisieron comprobar algunos as-pectos astrológicos para verificar aquellos aspectoscoincidentes que permitieran aclarar determinadascasualidades.

Ambos estaban duchos ya en el estudio astroló-gico y decidieron hacerse la llamada “Sinastría”, enla que podrían verificar qué energías y qué Rayos depersonalidad y de Alma compatibilizaban.

Curiosamente, en el estudio astrológico se en-tiende la compatibilidad por la ley de elementaridad,y posiciones de los planetas Venus y Marte, entreotros factores, pero éste no era el caso de ellos.

No buscaban ninguna afinidad de tipo emocional,ni tampoco sexual, más bien aquellos factores quehicieran referencia a la parte espiritual.

Aquí sí que podían asegurar que siendo de signoscontrarios, Géminis/Sagitario, ambos soles que re-

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presentaban el carácter, o la parte relacionada con elespíritu, siendo antagónicos, eran al mismo tiempocomplementarios.

¿Qué significa esto?

Pues representaba la unión de dos seres quehabían coincidido no por casualidad, sino por “cau-salidad”, y la interpretación fundamental surgía deque aquellos aspectos que debían complementarse adicho nivel eran lo mejor en el destino para ambos.

Esta Sinastría indicaba una mutua colaboración ycomprensión de aquellos aspectos psicológicos quenadie mejor que ellos podían conocer el uno del otropor ser totalmente diferentes.

Eran polos opuestos en el mapa, pero a la vezcomplementarios, tenía al Sol (el Espíritu) en posi-ción partil exacta.

Se podría decir que eran almas gemelas.

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Capítulo 39Mundos paralelos

Conforme Egor y Aldora se fueron dando cuentade que sus destinos estaban directamente relaciona-dos, se acrecentaron no sólo los proyectos conjuntossino que pudieron experimentar el rápido desarrollode determinados aspectos espirituales de alto poten-cial. Paulatinamente fueron conscientes de quepodían comunicarse de manera telepática, y asi-mismo ciertos contactos ashrámicos eran conjuntos yse hacían más frecuentes.

Hay que recalcar que no todos los misterios pue-den compartirse, pues como siempre se ha dicho, losuperior comprende lo inferior, pero no al contrario.

Se les invitó en uno de dichos contactos a la expe-rimentación de una iniciación conjunta de discípulos,notificándoles que ellos deberían pasar por una expe-riencia parecida en un próximo futuro. La experien-cia fue de un gozo tan intenso que aquello marcó unnuevo despertar para los dos. A partir de allí sus vi-das ya no serían las mismas.

Se les informó acerca de la nota clave quecondujo a que ello sucediera, fue porque sus cuerpos

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estaban ya alineados desde hacía tiempo con deter-minadas energías de Rayo, y que aunque tenían dife-rente Rayo de la personalidad, ello no impedía elasistir a aquél acto como experimentación. Sería unaexperiencia que despertaría dentro de ellos un desa-rrollo energético previo a la toma de sus correspon-dientes iniciaciones. También se les advirtió que es-tarían abocados a determinados desprendimientoskármicos en su vida diaria, totalmente necesariospara dejar atrás determinadas ataduras ya inaccesi-bles en sus vidas.

Decidieron crear una escuela de estudio que sir-viera de apoyo a otras personas para su desarrolloespiritual, pues su vida tenía exclusivamente una fi-nalidad de servicio, y aunque ello conllevaba algunosriesgos, su misión social quedaría cumplida con larealización de dicho proyecto.

Se hace necesario comentar por parte de los auto-res de este libro, que una vez que un aspirante entraen el sendero de conocimiento espiritual, no todoslos pasos que se dan han de tener un mismo proceso.Los caminos trazados por las diferentes almas sondistintos, y pueden darse numerosas sorpresas en laforma de llegar a la meta. El recorrido por la lla-mada Escalera de Jacob depende no sólo de la apli-cación del libre albedrío, y del esfuerzo o voluntadpuesto en ello, sino de otros múltiples factores quehacen que el camino a recorrer sea distinto.

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Capítulo 40La escuela del Loto Dorado

Egor, Aldora y varios de sus amigos se instala-ron en una finca que les habían regalado y que estabasituada cerca del Monte Perdido en el Pirineo.

Apartada de los grandes núcleos urbanos, aunquepróxima a un pueblecito de quinientos habitantes,tenía una bonita casa y casi una hectárea de terrenoalrededor de la misma.

Durante los primeros meses de estancia, compar-tieron el mismo edificio, pero muy pronto pudieroninstalar casitas prefabricadas de madera, que ocupa-ron cada uno de ellos.

Al principio eran seis personas, Egor, Aldora,Juan, Pedro, Rosana y Emilia, y se solían reunir to-dos los veranos, cuando el trabajo lo permitía.

La casa de piedra poseía un estupendo hogar,donde se reunían algunos fines de semana de in-vierno al resplandor y calor de la lumbre.

La habitación más grande la habían dedicado abiblioteca. En ella podía encontrarse toda la obra deAlice Bailey-Maestro Tibetano (Djwhal Khul),

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Helena Petrovna Blavatsky, Annie Besant, Leadbea-ter, Krishnamurti, Vicente Beltrán Anglada… Va-mos, suficiente material de estudio para dos vidas.También disponían de cuatro habitaciones más,donde se podían encontrar caballetes con lienzos amedio pintar, objetos de música, un torno de barro…televisión, varios ordenadores de mesa y portátiles.En definitiva, aparentemente, parecía una residenciapara la tercera edad. Durante el tercer año pudieronampliar el número de “bungalows”, que fueronfácilmente ocupados por los primeros asistentes a laescuela, si bien fue un esfuerzo titánico rellenar lospapeles y formularios que la burocracia les obligabaa cumplimentar.

Oficialmente sería una minúscula “universidadde verano para mayores de edad” en las que se estu-diaba básicamente el libro de Alice A. Bailey Tra-tado sobre Fuego Cósmico. Si bien es verdad quepara su comprensión se hacía necesario el estudio denumerosos volúmenes de la misma autora así comode la Doctrina Secreta de H.P. Blavatsky.

Extraoficialmente, nadie sabía lo más mínimo deuno de los propósitos que yacía en lo más profundodel corazón de Egor: implantar en el corazón de loseducandos el anhelo por llegar a ser catalizadores enel desarrollo de lotos dorados, el centro cardíaco enel plano etérico y sus correspondientes pétalos en elcentro coronario.

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Capítulo 41Los extrañas pinturas de Egor

Por más evidentes que sean las señales, no signi-fica que se vean ni se comprendan. Se podría afirmarque todo está en los libros, y sin embargo son comocofres herméticos que sólo se entienden cuando laspropias experiencias se ven plasmadas en ellos.

Un ejemplo de tal tipo de enseñanza fueron loscuadros ininteligibles de Egor, y que incluso estabanexpuestos desordenados en el tiempo.

El primero era un arco del que había salido dis-parada a toda velocidad una flecha y se había cla-vado en una de las piernas de una enorme estatua decolor bronce. Un delgado hilo ejercía tensión entre eldedo de quien había disparado la flecha y el punto dedestino. Del origen, sólo se veían el arco, la flecha ydos manos de hierro.

El segundo cuadro era una estatua, también debronce que tenía cuatro brazos. Dos de ellos termi-naban en dos manos que tapaban los oídos y lasotras dos manos cubrían con sus dedos los ojos.

El tercer lienzo mostraba la estatua de bronce conseis brazos y seis manos. Además de las cuatro que

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tapaban los oídos y los ojos, las dos restantes habíandisparado el arco, y la flecha se había clavado en elcorazón de una estatua de hierro, origen del primerlanzamiento.

En el siguiente lienzo, la estatua de hierro teníaatravesado el torso por una flecha, cuya punta salíapor el esternón. De la misma, surgían dos óvalos.Uno se desviaba a la izquierda y girando 360 gradosvolvía a entrar por el centro de los omóplatos, justopor donde había penetrado la flecha. El segundoóvalo giraba a la derecha y simétrico al primero.

En el quinto lienzo, los colores de las dos esta-tuas habían cambiado. La de bronce se había tras-mutado en color oro y la de hierro mostraba un bellotono broncíneo.

La sexta y última lámina, mostraba las dos esta-tuillas de color dorado, cuya separación espacial es-taba unida por dos enormes círculos del mismo colorque atravesaban sus corazones y dibujaban un ocho.En la cima de sus cabezas, sus centros coronarios,también estaban unidos por otro signo del infinito decolor dorado.

Son bonitos, ¿verdad? –fue todo lo que dijo Egora sus amigos… pero el significado total fue unenigma que el maestro nunca explicó.

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Capítulo 42El incidente

El séptimo curso había comenzado como enaños anteriores.

A través de las distintas redes sociales de inter-net, el curso de Filosofía Oriental había asomado almundo virtual y algunos de sus estudiantes habíanhablado tan bien de él, que enseguida quedó todo re-servado.

Durante todo el mes de Julio, las doce plazas deque disponía la escuela estarían cubiertas. Las muje-res ganaban a los hombres con un claro 9 a 3.

En las primeras tres semanas todo iba por buencamino. Aldora estaba muy contenta pues las nueveestudiantes asistían a sus clases con enorme interés ydisfrutaban de las artes marciales. Pero cuando fal-taba siete días para finalizar el curso, el último do-mingo de estancia en la escuela, un joven y las doscompañeras que estaban situadas a ambos lados de sucabaña, se reunieron a altas horas de la madrugada yorganizaron tal escándalo que Egor se vio obligado aintervenir.

Les indicó que su conducta no era propia deunos estudiantes de aquella escuela.

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J. Enrique, Raquel y Ruth, que habíanconsumido alcohol en abundancia y también algúnestupefaciente, salieron medio desnudos al pradocentral.

–Vete a cascarla, santurrón, –gritó J. E. acompa-ñado de las risas y mofas de las dos jóvenes.

–Mañana, a primera hora, recogéis vuestras cosasy os vais de la escuela.

–Gilipollas, nos quedaremos todo el mes, que yahemos pagado.

Aldora tuvo que sujetar a Egor.

–A las ocho, no os quiero ver aquí.

–Tócame estos –respondió J. E. totalmente ido.

–Eso… Eso… y éstas –añadieron casi al unísonolas mujeres.

Egor no dijo una palabra más. Llamó a la Guar-dia Civil. Se los llevaron a pasar la noche a los cala-bozos del Cuartel.

Al día siguiente, los tres fueron expulsados de laescuela de acuerdo al reglamento de la misma.

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Capítulo 43La denuncia

La alegría que Egor había mostrado durante lastres primeras semanas del seminario se convirtió enprofunda tristeza.

¡Cómo podía ser que un iniciado de tercer gradosiéntese aquel incidente como si le hubiesen atrave-sado el corazón con un punzón rusiente!

Egor sabía sobre el mundo de los vivos y de losmuertos, a su mente y a su corazón ya había descen-dido y habitaba Alma.

Había pasado por las duras experiencias que lerecordaban la segunda iniciación, y cuando pensabaque era un hombre con suerte, un verdadero ilumi-nado, sabiendo que sus tres vehículos eran los depo-sitarios de Dios, sin previo aviso, llegó el incidente ytodavía algo mucho peor.

El día 7 de Septiembre, ya en Zaragoza, recibióuna carta certificada, en la que se requería su presen-cia en el plazo máximo de siete días, para contestar aunas preguntas del Juez.

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J. Enrique, Raquel y Ruth habían presentado unadenuncia.

Ya algo se iba temiendo por los organizadoresdel curso de verano, pues en las redes sociales, lostres jóvenes habían esparcido a diestro y siniestrotodo el veneno que su rencor destilaba.

Varias fotografías que ellos mismos habíanpuesto en la red y que eran pruebas de su latrocinio,se habían tornado en la consolidación de que lo queocurría en el curso era lo normal.

La escuela del Loto Dorado era simple y llana-mente una secta que obligaba a las jóvenes a prosti-tuirse… tal y como atestiguaban las fotos.

Algunos de los alumnos defendían la honradez,pero era mucho más morboso para la gente pensarque aquellos profesores pertenecían a una secta satá-nica.

Egor y Aldora tuvieron que darse de baja de lasredes sociales. Si por los internautas hubiese sido, yaestarían los dos en una hoguera.

Lo más triste era, que ocurre con gran frecuencia,que unos hombres y mujeres sabios habían iniciadouna actividad en bien de las almas de sus semejantes,y la envidia y el odio habían dado al traste con susbellos proyectos.

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Capítulo 44Entrada en la cárcel de Zuera

Como otros miles de casos, no fue un juicio quellamase la atención. Alguna televisión regional sehizo eco del mismo, pero poco más.

El fiscal propuso a Egor que se declarase culpa-ble y responsable de lo que le ocurrió a aquellosjóvenes, y él trasladaría al juez la petición de reduc-ción de pena, pagaría una fianza, y no tendría queperder la libertad.

Egor no aceptó la culpabilidad y fue ingresado enla cárcel de Zuera.

Aldora le llevó en el pequeño utilitario desde Za-ragoza. Antes de ingresar, Sinner rogó a su esposaque se desviase hasta la ermita de Zuera. Allí laVirgen del Salz se había aparecido a un templarioalrededor del año 1100.

Su esposa le preguntó con la mirada, ¿por qué?

De camino le explicó que allí se reunió duranteun tiempo con un amigo francés, de padres españo-les, muy sabio. Él fue uno de los causantes de su afi-ción al esoterismo.

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Durante unos minutos Egor dejó que las lágrimasrodasen por su amable rostro, mientras Aldora con-ducía por la autovía.

Entraron en Zuera y tomaron la carretera de lasCinco Villas. Por fin alcanzaron un camino que as-cendía hasta la ermita de la Virgen del Salz.

Egor se sentó en una colina cercana, se recostósobre un pino y durante veinte interminables minu-tos siguió llorando. Fueron 1200 segundos eternos.Miró al cielo y sentía sobre sus hombros el peso deuna oscuridad tan grande que apenas podía sopor-tarla. No era necesario ir a la cárcel. Podrían haberrecorrido ciento treinta kilómetros y ya estarían enFrancia. Y luego… ya verían… Tal vez unos amigosfranceses podrían ayudarles a vivir en algún pueble-cito perdido en algún lugar remoto…

Pero… él no era un prófugo de la Justicia, nihabía hecho ningún crimen…

A pesar de saber, a pesar haber estudiado los pa-sos que un ser humano debía dar para llegar al reinode los Dioses, a pesar de advertirse él mismo durantemuchos años… a pesar de eso… cuando llega unmomento tan terrible de oscuridad, nada hay quepueda levantar la densa niebla.

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Tal vez, pensó, sería mejor que no fuésemoshumanos, que no tuviésemos conciencia, que noexistiese ningún camino a seguir… incluso que noexistiese la muerte, que perfectamente sabía que erael paso a otro mundo, y que el hecho de morir nocambiaba el destino definitivo de los seres huma-nos…

¿Dónde estaba Alma de quien desde hacía mu-chos años había percibido su amor, belleza, armonía,sabiduría, creatividad...?

¿Dónde estaba aquel momento extraordinarioocurrido un día que paseaba después de las clases enla Escuela del Loto Dorado? ¿Dónde había quedadola enorme descarga de energía que en lo alto de uncerro incendió todo su ser?

¿Dónde estaban todos? ¿Dónde?

¿Dónde estaba SarSas, el Maestro de suMaestro?

¿Dónde estaban sus creaciones, a las que contanto esmero había diseñado?

¿Dónde se habían escondido la luz de la inteli-gencia, el amor de su corazón y la vida de su cuerpo?

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Tal y como otros hombres santos y sabios antesque él habían expresado su aceptación de la terriblesoledad y oscuridad, exclamó:

Sea tu voluntad, no la mía, Amado Señor.

Unos segundos más tarde la oscuridad se disolvióy fue como si un Ángel le hubiese envuelto en uncálido velo y le hubiese dicho… Todo pasará… No-sotros estamos contigo.

El sol se estaba poniendo. A la derecha se divi-saba la Sierra de Alcubierre con su bello tono azu-lado. A su espalda estaba el monte de Zuera, los an-tiguos y enormes pinares que llegaban hasta Castejónde Valdejasa, cerca de Tauste. Allí había, segúnalgunos, una antigua calzada romana. A la izquierdase divisaban los poderosos Mallos de Riglos, y algu-nas cumbres nevadas de sus amados Pirineos.

Es la hora –dijo Egor mientras se levantaba re-confortado.

Su esposa le miró sorprendida. Su rostro resplan-decía.

Aldora dejó a Egor en el parking de la cárcel, y alverle dar el primer paso hacia la prisión con unabolsa de mano, rompió a llorar.

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–No llores, mujer. Alma y SarSas están conmigo.

Ella le miró. Era la primera vez que le escuchabatan extraño nombre.

–Cuando salga, haremos un largo viaje al Tíbet –añadió sonriendo.

Aldora le vio entrar. Le cachearon al principio.Había dos perros grandes y de enormes dientes. A lospocos minutos, Egor había desaparecido detrás deunas cristaleras.

Su esposa miró el incipiente azul marino del cielopor el Este. Venus lucía esplendoroso.

Recordó las bellas historias que le había contadosu esposo. Cómo desde aquel bello planeta habíanvenido unos dioses a encarnar en la Tierra, y lo queno se sabía tanto, cómo el Dios de la Tierra influyóen los siete globos de Venus. Eran misterios de laVida. ¡Cómo podía ser que un Dios menor hubieserevitalizado en mayor medida a una Diosa mayor!

Después de tantos días de sufrimiento, Aldorasonrió. Tuvo la extraña certeza de que todo acabaríabien.

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Pero aquellos segundos fueron un espejismo. Elcamino de regreso a Zaragoza, de la que apenas leseparaban cuarenta kilómetros por autovía, se le hizointerminable.

Había comenzado a llover. El pavimento de lacalzada brillaba. Las rayas blancas no se distinguían.

Las gotas de lluvia, que apenas asomaban dos otres veces en todo un año, parecían haberse concen-trado en aquella media hora.

Por si fuera poco, algunos camiones la adelanta-ban y volcaban litros y litros de agua sobre el para-brisas en forma de estela vaporosa que surgía de lasruedas de sus trailers.

Parecía que el tiempo se había detenido, que nocorría, pero las imágenes de todo lo sucedido durantelos últimos meses se agolpaban en su interior a lavelocidad de un rayo.

Por fin llegó a casa. No podía más y se desplomósobre la cama totalmente exhausta.

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Capítulo 45La fama de Egor

Lejos de los mitos y sensacionalismos que ro-dean las películas carcelarias, la entrada de Egor enel módulo de ingresos, fue sin ruido.

Después de las pertinentes comprobaciones, fuedestinado al módulo número 11. Un módulo menospeligroso que el número 3.

Uno de los presos había escuchado algo sobre lahistoria de la secta, y se corrió la voz de que era unaespecie de brujo, a quien había que temer. Un pe-queño chisme había degenerado en un potente rumor.

Uno de los presos, que llevaba una cadena doradaen su cuello, se presentó ante él, comentándole queera santero, y que contase con su ayuda. Egor sonrióamigablemente y continuó en el comedor charlandocon él. Era el primero de los muchos amigos quehizo durante el año escaso que permaneció entre re-jas.

Habían transcurrido dos meses, y Egor se habíaresignado. Echaba mucho de menos la compañía desu esposa y de sus amigos, pero allí se le abrió unaextraña oportunidad.

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Los presos le contaban sus historias. Muchos deellos se consideraban simples víctimas de la socie-dad, se justificaban de alguna manera de sus errores,incluso había varios que tenían la certeza de quehabían sido injustamente castigados.

Con tantas horas por delante, sin poder ver muchomás que las paredes de la prisión, Egor comenzó aperfeccionar la extraña cualidad de salir de sucuerpo, y aprovechaba para consolar a los que sesentían excesivamente afligidos. Incluso se acercabahasta el pabellón sanitario, donde siempre habíaalgún enfermo temporal, antes de llevarlo en casonecesario a algún hospital de Zaragoza, y posaba susmanos sobre la oscuridad de su enfermedad..

Alma había descendido totalmente sobre Egor,Selene y Paulo. Sus cuerpos se habían trasmutado enpartículas radiactivas a punto de escapar del templode Salomón o Cuerpo egoico, que había sufrido lasprimeras grietas.

La personalidad Egor estaba en el cenit de su po-der.

Algunos presos afirmaban que por las noches unfantasma luminoso cruzaba a través de las paredes desus celdas, cada una con su puerta, y donde solíanresidir dos presos.

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Había quién juraba y perjuraba que ese fantasmaera el brujo, chamán o mago, Egor.

Pero allí donde hay luz, también hay oscuridad, yésta se apoderó de un preso llamado Ornoz, quienpaulatinamente fue acumulando un odio irracionalhacia Egor. Ni siquiera sabía por qué sentía tantaaversión por el brujo. Tal vez fueron unas voces ensu cabeza las que clamaban por la muerte del famo-sillo santón.

Y un día como otro cualquiera Ornoz acribilló aEgor con un trozo de plástico.

A Sinner le trasladaron urgentemente al HospitalClínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza.

Su esposa recibió la terrible noticia. Apenas tuvofuerzas para llegar andando desde su casita en laCiudad Jardín hasta el Clínico. Escasamente cuatro-cientos metros de distancia.

Sinner permaneció en coma durante tres intermi-nables días.

Fue el tiempo que tardó en producirse un bellomilagro. Uno más de tantos que ocurren cada día sinque nadie nos demos cuenta.

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Capítulo 46La conciencia

Probablemente, por mucho que las personasnormales estudiemos, pensemos, trabajemos y nosrealicemos como seres humanos, apenas llegaremosa comprender qué es la conciencia del universo.

Algunos sabios han llegado lejos en sus experi-mentos. Aun así, según nos indican, apenas si llegana levantar el velo que cubre la Vida.

Actualmente vivimos en un mundo donde la inte-ligencia artificial ocupará muchos de nuestros traba-jos, será mucho más efectiva que nuestros cerebros,hasta el punto que los creadores de ciencia ficciónconsideran como inevitable el desarrollo de máqui-nas inteligentes que nos esclavizarán hasta llevarnosa nuestra extinción como raza.

Tal acontecimiento puede suceder, pero, curiosa-mente, establecería un tipo de vida en la Tierra queaunaría los esfuerzos de los magos negros y los ma-gos blancos en una lucha titánica contra las máqui-nas, puesto que ambos quedarían desarmados paradiseñar la Evolución.

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Si no existen los cuerpos astrales, no se puedendeterminar muchos de los aspectos del comporta-miento humano. Nadie podría controlar a las máqui-nas, desde el mundo mental. No sé si esta posibilidadla hemos leído hasta ahora, o sencillamente es laprimera vez que se escribe en una novela. Seguro quea más de uno se le ha ocurrido, y lo que seucede esque todavía no ha llegado al público en general.

Por muy perfectas que fuesen las máquinas, porinteligentísimas y de razonamientos rapidísimos ydescorazonadores para los seres humanos, probable-mente carecerían de lo que actualmente poseen losminerales, los vegetales, los humanos y los dioses….sensibilidad creciente en otros aspectos distintos alrazonamiento puro y duro.

Y en caso de que las máquinas desarrollasen talsensibilidad y conciencia, dejarían de ser máquinas yse convertirían en humanos de metal.

El problema para los científicos es cómo construirunas máquinas que vivan o perciban otras dimensio-nes, si ellos mismos no son capaces de demostrar queel plano de los sentimientos, denominado por algu-nos el plano astral, existe…

Y así sucesivamente respecto a todos los planosque nos indican algunos sabios que hay.

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Las plantas, los animales, los seres humanos… nosolamente tenemos inteligencia, también tenemoscuerpos sensibles a distintos espacios vitales.

Por ejemplo, una persona podría ser algo torpe enlas matemáticas, pero quizás podría llegar a ser ungenio en el mundo de los sentimientos. No nosreferimos a este mundo físico, sino a un campo másamplio como es el que otros denominan el mundo delos sueños, el mundo subjetivo, el mundo delinconsciente colectivo…

Es bueno hacerse a la idea de que más allá de estemundo, hay otros. Y que en ellos vivimos cierta partede nuestras vidas, aunque sea de una forma no total-mente consciente.

Como es un tema interminable, damos un pe-queño salto e intentamos definir qué es la concienciade una forma sencilla.

Los que hemos escrito esta pequeñita novelasomos personas como tú, amigo lector, ignorantes delos grandes misterios del universo, pero queintentamos comprenderlo, a nuestro modo.

Podríamos definir la conciencia como “el hechode enterarse de que hemos contactado con algo”

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Es probable que un experto pueda sonreír ante unadefinición tan poco científica y humilde, pero noso-tros a lo nuestro.

Si la persona que recibe ese impacto externo, lovuelve a recibir más veces, intenta responder, si estáinteresado en el tema.

Y gracias a la acumulación de impactos recibidosy respuestas dadas por nosotros se establece un co-nocimiento que al final nos hace conscientes de queestamos interactuando con algo externo.

La sensibilidad de la Naturaleza es la que haceque Ésta evolucione, lo mismo le ocurre al serhumano.

Para que exista una interacción con algo externo,tenemos que creer en la posibilidad de que ese algoexterno exista.

Por ejemplo. Si alguien nos lanza un rayo de calorque nos queme un poco la piel, si no ocurre másveces y no observamos, bien podríamos pensar queha habido una “explosión” en la piel, por algunacausa interna que no sabemos todavía.

Si ocurre más veces y seguimos cerrando los ojos,porque consideramos que esa quemazón procede de

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dentro, nunca se establecerá una relación con lacausa externa.

Podríamos decir que mientras la Ciencia no creaen la posibilidad de que exista un mundo donde lossentimientos y las ideas son entes materiales, nuncapodrá desarrollar los mecanismos que puedan regis-trarlos. Por lo tanto, hasta entonces, tendremos quedejarla un poco de lado respecto a intentar resolverlos problemas que nos surgen a los escritores de estanovela.

Nos vemos obligados a basarnos en algunas cosasque hayamos leído por otro camino, incluso algunaspequeñas experiencias que nos hagan insistir enafirmar que existen otros mundos… y que como de-cían en los libros de Realismo Fantástico en los años60-70, están en éste… sólo que no somos capaces deregistrarlos.

Una vez establecido lo que puede ser la concien-cia, el impacto entre dos puntos que se relacionanhasta llegar a conocerse e interactuar…

Nos vamos a otro tema todavía más oscuro y delque realmente nada sabemos las personas normalescon certeza absoluta: la iniciación, y lo que estáintrínsecamente relacionado con ella: la existencia delos múltiples niveles de conciencia-energía-fuerza-materia.

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Capítulo 47Iniciaciones

Está claro que la conciencia del ser humano esextremadamente compleja. Casi se podría afirmar deuna forma natural que nadie nos conocemos a noso-tros mismos totalmente.

Aun habiendo tenido una vida más o menos equi-librada y sana, siempre surgen huecos oscuros ennuestra conciencia que realmente no sabemos dedónde proceden.

Los psicólogos parece ser que cada vez compren-den mejor al ser humano, que incluso en las películascrean un perfil y de acuerdo a ese perfil son capacesde determinar cuál será el próximo paso, o el si-guiente asesinato que el malhechor efectuará.

Sin embargo, siempre hay casos muy extraños.Creo recordar a un familiar mío, del que apenas sémás detalles, que era todo “un figura”, despreocu-pado por la familia, una persona de esas que pareceque no tienen una cabeza responsable. Y parece serque de un día para otro dio un cambiazo y el hombreera todo lo contrario. Como curiosidad llegó a vivircasi cien años.

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Es decir, que un psicólogo no habría podido pre-decir qué iba a hacer ese hombre en el futuro.

Miles de personas que deberían ser felices porquetienen todo lo que se puede imaginar, y sin embargosin saber por qué, se hunden, y llega la oscuridadhasta ellos, sean sabios, santos o pecadores.

Pensamos los autores de esta novela-ensayo que elser humano es mucho más complejo, más de lo queya es el funcionamiento de su cerebro y la regulaciónde todas y cada una de las funciones fisiológicas.

Y todo es mucho más complicado porque el serhumano, así como los animales y las plantas vivimosen un océano, que algunos llaman las aguas de lamateria.

La capacidad de los entes vivos es extraordinariaa la hora de absorber esas aguas en las que está in-merso.

Mientras esas aguas de la materia no se tengan encuenta, los psicólogos no serán capaces de hacer unperfil completo.

Podríamos definir la iniciación como lacapacidad de absorción y manejo de las aguas enlas que vivimos.

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Todos hemos leído gran cantidad de informaciónal respecto, y lo duro del tema es que probablementesólo el que es iniciado parece comprender aquellosacontecimientos ocultos que ocurren en su interior.

Así pues estamos ante una serpiente que semuerde la cola, no entendemos porque no somos ini-ciados, y no somos iniciados porque no entendemos.

Además, existen diversas escuelas, y puede ocu-rrir que algunas iniciaciones menores, según dicenlos sabios, se pueden confundir con las iniciacionesmayores, y lo que nosotros podemos entender comoalgo extraordinario, no es sino un pequeño paso parauna de las nueve iniciaciones que considera la es-cuela Transhimaláyica.

Pero nuestro problema es que debemos terminar lanovela.

Así que, como no pretendemos ser iniciados,especularemos un poco sobre las iniciaciones y loque pudo ocurrir durante aquellos tres días en elHospital Clínico con SarSas, Alma, Egor, Selene,Paulo y Egor Sinner.

Ojalá que tengamos éxito en arrojar un poco deluz en este laberinto, en el que inconscientemente ydemasiado alegremente nos hemos metido.

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Respecto a la primera iniciación, leemos, leemosy seguimos leyendo y la verdad es que no nos quedamuy claro, o si parece que nos queda claro, a los po-cos días todo se desvanece en la niebla hasta que nosdesesperamos y lo dejamos… otra vez más.

Quizás la primera iniciación es la capacidad dedetectar la entrada de un tipo de electricidad ennuestro cuerpo.

Esa electricidad se expresaría a través del materialdel nivel puramente físico. Dicho en términos de fi-losofía oriental, advertiríamos descargas eléctricas ennuestro campo energético. Tales descargas seríanpercibidas porque nosotros mismos, nuestra cons-ciencia, habría activado cierto tipo de sensibilidad.

Es verdaderamente difícil saber en qué momentose desarrolla tal capacidad. Según parece despren-derse de algunas sugerencias, vendría determinadapor la unión de la energía en nuestro pensamiento delcorazón y del cerebro.

Expresado más exactamente. En el momento enque un ser humano fuese capaz crear un pensa-miento-sentimiento, o dicho de otra forma, en elinstante en que un creador imaginativo fuese capazde dotar a una imagen de cierta vida.

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Y tal acontecimiento parece ser que sólo ocurrecuando ambos órganos etéricos están confabulados yla mente y el corazón son uno. En ese instante unpensador es capaz trabajar con materia inteligente, odicho de otra forma, colaborar con algún tipo dedeva.

Gracias a esta capacidad adquirida, cambia la es-tructura interna del ser humano, lo que le haría sensi-ble a cierto tipo de devas transportadores, y a la vezpodría producir algún tipo de energía, a través deellos, para hacer contacto con un punto… no se sabeen qué espacio.

Tal estado provocaría una mejor vitalidad, pues elcuerpo etérico del pensador sería capaz de recibirmayores dosis de energía.

No parece existir un manual concreto que lleve aliniciando hasta el mencionado punto de desarrollo.Cada estudiante está aparentemente solo ante tal ta-rea. Puede ocurrir que tenga ayudas de los planossuperiores, por algún tipo de relación anterior, tantoen esta vida como en otra.

Es casi totalmente seguro que esas ayudas no lefaltan a la persona que en ocasiones demasiado atre-vidamente e inconscientemente se anima a conseguircierta iniciación.

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En algún lugar está escrito que incluso los ánge-les temerían entrar donde penetra el aspirante a lainiciación. Su ceguera es su mayor protección.

La entrada en una especie de mundo nuevo esbásicamente totalmente inconsciente. Algo ha ocu-rrido, pero bien puede suceder que durante esa vidano pueda desarrollar el secreto encontrado.

Así pues, podríamos atrevernos a establecer quela primera iniciación es aquella que tiene por objetola creación y recepción de cierta electricidad de lossiete subplanos del plano físico.

Y ahora viene la segunda iniciación. Lo que másparece marcar este segundo paso, común para todotipo de magos, es la entrada en las aguas de los sen-timientos. Son las aguas que pueden ahogar al mago.

Tal vez sea más fácil entender este tema, pues to-dos hemos sufrido la fuerza de todo tipo de senti-mientos. Y sabemos perfectamente que podemos serresquebrajados por ellos. Basta una serie de desgra-cias para que nos hundan en la oscuridad más terri-ble.

Muchos iniciados se colocan en un peldaño másalto del que les corresponde y piensan que están re-cibiendo la cuarta iniciación, y no es así. Son las tri-bulaciones de la segunda iniciación.

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Un agua negra como el alquitrán cubre todo suser y la desesperación se apodera del iniciando. Deahí la equivocación.

Según parece deducirse de algunos libros, de otrosno, la segunda iniciación podría ser superada,cuando el corazón del iniciado es capaz de generarun campo magnético de tal potencia que es capaz deliberar al estudiante de toda la oscuridad de la mate-ria baja astral.

En otros lugares indican que cuando esto ocurre,el aprendiz de mago se siente que ha cruzado lacorriente, que de alguna forma está salvado.

Ni qué decir tiene que caminamos sobre pantanosy humedales, y que el orgullo nos puede hacer pensarque hemos pasado al otro lado, pero puede ser un es-pejismo.

Temor, orgullo, desesperación, ignorancia, odio…todo es materia dévica que envuelve al aspirante alos misterios…

Para pasar al otro lado, el iniciado tendrá queconstruir un puente con la energía magnética de sucorazón (centro cardíaco)…

Y arribamos a la tercera iniciación.

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Según la escuela transhimaláyica, es la primerainiciación solar reconocida por la Jerarquía Blancade Sirio.

Esta iniciación establece la separación entre elcamino de la materia y el camino de la luz, amboscaminos necesarios para la construcción de los mun-dos. Si bien el hermano de la izquierda no podrá as-cender a mundos superiores, prefiriendo ser el rey delos mundos inferiores.

Hasta la tercera iniciación el camino es muy si-milar, y ambos pueden utilizar algunos métodos pa-recidos, diferenciándoles el móvil.

Por eso es muy necesario que el mago desarrolleel corazón y a la vez el corazón del centro coronario,donde reside la voluntad de los mundos superiores.

Se dice que el que consigue la tercera iniciación,es capaz de dominar los mundos de la mente, de for-jar estructuras mentales basadas en ideas que extraede la mente universal.

Cuando llega a la cima de la montaña consiguever algo del Plan del Logos.

La primera iniciación ha electrizado de algunamanera no comprobada por la ciencia actual, elcuerpo físico etérico.

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Según algunos estudiantes más modernos, eltérmino cuerpo físico etérico, debería cambiarse porcuerpo fotónico, pues los fotones, según ellos, sonsu verdadera esencia.

La segunda iniciación ha limpiado las aguas oscu-ras del cuerpo astral o sentimental. Uno de los méto-dos sugeridos por el Maestro Tibetano (DjwhalKhul) sería la inofensividad (activa).

Pero no nos llevemos a engaño. En la iniciaciónlas cosas no deben ser tan fáciles como aparentan laspalabras que se escriben al respecto. Y bien clara-mente se indican en algunos párrafos extraídos poraquí y por ahí. Para ser un iniciado no basta con seruna buena persona. Es decir, que hay un plus desco-nocido.

No sabemos si es verdad que para ser un iniciado,no sólo haya que ser conscientes en los distintos pla-nos, sino además, llegar a dominar los cuerpos dedichas dimensiones.

Dominar el cuerpo etérico, dominar el cuerpo as-tral (¿mundo de los sueños?) y dominar el cuerpomental. Si dominar el cuerpo astral es ya un imposi-ble, imaginemos qué debe ser dominar el cuerpomental.

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Así pues, no nos llevemos a engaño. La cosa esbastante difícil, más de lo que creemos.

Seguimos estando en terreno desconocido, a lavez que descorazonador.

Conforme el iniciado va ascendiendo de grado, supoder es mayor. Casi nos atreveríamos a decir que uniniciado de primer grado sería capaz de curar, o in-fluenciar a una sola persona a la vez. Un iniciado desegundo grado podría influir en un grupo, pues lafuerza de su corazón es tal que generaría un campomagnético que llegaría hasta los corazones de algu-nos de su grupo.

Se nos ocurre que un iniciado de tercer grado,puede ser algo similar a un extraordinario científico einventor. Nos atreveríamos a poner (simplementecomo ejemplo de alguien que no sabemos si era ini-ciado o no) a Tesla.

Un personaje como él, con sus inventos, es capazde modificar toda una civilización. Parece ser queaquellos que dominan la mente, hacen sus propiosexperimentos en su mundo mental, y luego los llevanal plano físico. Según dicen algunos, Einstein tam-bién era capaz de trasladar los experimentos en sumente al lenguaje matemático.

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Está claro que llegar a esos niveles de dominio dela mente está por encima de nuestras capacidades, delo contrario, probablemente seríamos extraordinariosinventores.

Si hay algún lector que todavía no se hayadesanimado, podría leerse el libro La Luz del Alma,de AAB-MT, donde se explican los Aforismos de layoga de Patanjali.

Y podrá hacerse una idea de la potencia de unamente iluminada.

Si llegar a ser un iniciado de tercer grado esextraordinariamente difícil y complicado, vayamos ala cuarta iniciación, que es la que el Maestro Jesúsrecibió según nos dicen en el Huerto de Getsemaní.

Nosotros, humildemente, es lo que atribuimos aEgor.

¿Por qué es importante la cuarta iniciación queestá relacionada, según dicen los expertos, con la se-gunda? Porque al igual que en la segunda, el vehí-culo de sentimientos se hace traslúcido, y el iniciadode alguna forma siente un terrible vacío, el iniciadode cuarto grado pierde el cuerpo egoico con todas susatribuciones… pero eso lo dejamos para el siguientecapítulo.

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Capítulo 48Teoría sobre las iniciaciones simultáneas

Después de casi doscientas páginas intentandocomprender un mundo dentro del mundo físico,como es el de la conciencia, pues cuando vemos a unser humano, lo único que hacemos es ver su capaexterna, y luego interpretamos su interior por las pa-labras que dice y, mejor, por los actos que realiza,llegamos a la conclusión de que sabemos muy pocorespecto a las iniciaciones.

Con nuestra limitada capacidad intentamos enla-zar algunos cabos sueltos e interpretarlos a nuestramanera.

Una frase conocida de H.P. Blavatsky es que “Lavida es una conciencia sobre otra conciencia sobreotra conciencia”, y debe ser una guía segura para losatrevidos ignorantes como nosotros, que osamosdesvelar los misterios del universo.

Otra frase misteriosa encontrada entre los miles depáginas que componen la obra literaria de Alice AnnBailey-Maestro Tibetano (Dwjhal Khul) “La ana-logía entre el microcosmos y el macrocosmos serápor lo tanto de ayuda, y la relación entre una célulao un átomo, en uno de los órganos abdominales,

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por ejemplo, y el alma en su propio plano, ilustrarácon exactitud una relación e interacción aún ma-yor.”.

Si intentamos comprender estas frases, tal vezcomencemos a descubrir qué es el mundo de la con-ciencia. Un universo en el que elementos aparente-mente inconexos tienen una conexión interna impo-sible de descubrir, de momento, para la ciencia.

Un ejemplo más sencillo podría ser el de descu-brir la relación entre todo el cerebro, un lóbulo delcerebro y una célula dentro de la segunda división.Pero estos últimos están en el mismo plano y para unobservador es más fácil encontrar su relación.

Pero de momento la ciencia no ha visto la con-ciencia de un ser humano… Y sin embargo, loshumanos estamos seguros de que existe, porque to-dos los días la utilizamos, la palpamos, la maneja-mos, la vivimos…

Tal vez digan que es efecto de reacciones quími-cas… bien… sea lo que sea, para nosotros la con-ciencia existe… es… somos conciencia en uncuerpo… y eso nadie nos lo puede arrebatar…

¿Hacia dónde nos llevan estos razonamientos?Nos van conduciendo hacia la afirmación siguiente:

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Es probable que a veces, la 2ª iniciación, la 4ª y la6ª estén entrelazadas entre sí de la siguiente manera:

Un Maestro que pasa la sexta iniciación, o de ladecisión, tiene parte de su conciencia insertada en undiscípulo avanzado que pasa la cuarta, quien a su veztiene parte de su conciencia en el discípulo que estásuperando las pruebas de la segunda iniciación.

¿Cómo puede haber un misterio así? Buena pre-gunta. Si los humildes autores de este pequeño en-sayo lo supiésemos, no estaríamos aquí devanándo-nos los sesos (tal y como se decía antiguamente).

Pero es lo que podría haber pasado durante lostres días en que Egor Sinner estuvo en coma.

La concurrencia de tres iniciaciones al mismotiempo:

SarSas culminó con éxito la 6º iniciación.Egor Sinner culminó con éxito la 4ª iniciación.Aldora superó la última prueba de la 2ª iniciación.

Estos milagros son posibles si revisamos qué es laconciencia, y cómo está intrínsecamente ligada laconstrucción de la misma con elementos tales comolos pitris solares y los pitris lunares.

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Algo que nos podría ayudar a comprenderlo estambién una de las frases que aparece en los libros deAAB-MT., y que afirma sorprendentemente:

“Todos los verdaderos discípulos de Cristo estánunidos a él por hilos de energía”.

Después de todas estas afirmaciones diseminadaspor miles de líneas, comenzaríamos a entender cómotodos los seres de la Naturaleza están conectados, yespecialmente algunos de ellos.

Nos atreveríamos a afirmar que SarSas comoMaestro en el corazón de Alma abarcaba parte suconciencia, así como la de un grupo de ángeles sola-res. El loto egoico era la creación mágica de Alma.Por deducción, Egor Sinner tenía su conciencia supe-rior ubicada en Alma. Y Aldora, era un discípuloantiguo, que en varias vidas anteriores, su propio lotoegoico había establecido un vínculo extraordinariocon Alma, y pertenecía al mismo ashram.

Dicho de otra forma: los lotos egoicos de EgorSinner y de Aldora eran “hermanos” y compartíansu conciencia.

Nos queda por saber qué iniciación ocurrió antes,si la sexta o la segunda.

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Parece razonable pensar que la Sexta Iniciación deSarSas fue la que desencadenó la Cuarta Iniciaciónde Egor-Sinner y a su vez ésta culminó la Segundade Aldora.

Se podría suponer que al recibir SarSas la Sextainiciación, denominada de la decisión, aportó unaenergía tan extraordinaria al loto egoico, llamadoAlma, su discípulo en el corazón, que terminó porquemar los pétalos y disolverlos en el espacio.

Fue la energía suficiente para que Egor Sinner re-cibiese la Cuarta, quien a su vez fue el estímulo queayudó a Aldora en la superación de la Segunda.

Pero también paradójicamente, el éxito de SarSasnecesitaba del éxito de Egor y de Aldora, sin cuyaaportación no habría sido posible.

SarSas era el Maestro de un ashram en el que es-taban circunscritos entre otros, Alma, es decir Egor,un discípulo en el corazón del Maestro, con lo queparticipaban de sus conciencias, y Aldora, otra almaque también pertenecía al ashram de SarSas.

Si pensamos en una analogía en la que SarSasfuese el centro coronario, Alma, el centro cardíaco yAldora, el centro plexo solar del Ashram. CuandoSarSas recibe la sexta iniciación absorbió una canti-dad extraordinaria de energía, que afectó muy espe-

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cialmente al centro cardíaco (Alma) y ello envía im-pulsos extraordinarios a Aldora.

Pero si los tres centros no están preparados tam-poco se podría llevado a buen término la iniciaciónde SarSas.

Sucede pues, que lo superior, lo medio y lo infe-rior, están inextricablemente enlazados. Esta ana-logía tal vez pueda ayudarnos a entender por qué losDioses “necesitan” a los hombres y los hombresnecesitan a los Dioses, en caso de que sea así.

Respecto a la analogía buscada, hay que com-prender que son tres niveles de conciencia distintos,y que este sistema se acerca a la realidad en el sen-tido de que incluso un Logos Solar, abarca a los SieteLogos Planetarios, que son sus diferentes Centros deEnergía, y todos no están ubicados en el mismo ni-vel.

Dicho de otra forma, un ashram podría estarconstituido de diferentes discípulos y cada uno repre-sentaría uno de los centros de energía. Ésta última“definición” no aparece muy específicamente en sitioalguno, pero podría ser un buen ejemplo acerca de laconstitución de las entidades de rango superior alhumano y la relación de las conciencias conectadasen distintos niveles.

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Capítulo 49Tres angustiosos y, a la vez, gloriosos días

Tal vez la palabra que sirviese de denominadorcomún fuese la de vacío.

No se permitió a Aldora que estuviese con su es-poso, pues se encontraba en la UCI. Así que debióresignarse a verle a través de una cristalera, mediahora por la mañana y media hora por la tarde.

Casi toda la vida la había pasado con su esposo yse encontraba totalmente perdida. Había sido un añomuy duro. Aquella ligera brisa de esperanza quecomo un flash llegó a su mente cuando Egor entró enel centro penitenciario había desaparecido, especial-mente durante las primeras cuarenta y ocho horas enlas que su amado Egor Sinner no dio la más mínimamuestra de mejoría. Es más, las noticias que la doc-tora Gil le había transmitido no parecían muy tran-quilizadoras. El corazón de Egor parecía estar allímite. Más de una vez la enfermera de turno habíatenido que preguntar si debía iniciar el protocolo deemergencia extrema.

La primera noche fue interminable. Los recuerdosde la vida en común se agolpaban en su alma derro-tada, y las lágrimas fueron como un río que nunca sesecaba. Por alguna causa que no supo, durante la se-

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gunda noche le envolvió una paz tan absoluta, queparecía de otro mundo.

De sus labios surgió un “sea tu voluntad amadoMaestro” refiriéndose a su propia Alma y cuandollegó la hora de la visita, y posterior informe, le die-ron la buena noticia de que creían que Egor Sinnerhabía salido del peligro de muerte. Siempre con lasdebidas reservas. Con lágrimas en los ojos, se despi-dió de la doctora y se marchó andando por la calleViolante de Hungría hasta llegar al Parque Grande,donde habían disfrutado en tantas ocasiones ambosesposos.

El azul del cielo contenía nubes algodonosas y es-ponjosas. Las golondrinas, o quizás vencejos, revo-loteaban y se sintió flotar. También pensó que elmundo era bello y percibió una extraña clase de li-bertad que nunca había tenido. Su cuerpo era li-viano… no sabía que en adelante le quedaba un “nomuy largo camino” hasta la tercera iniciación, y lapalabra clave de ese intervalo era “libertad de elec-ción y alegría”. Debería llegar a la visión en lo altode la montaña sin ninguna obligación, sólo estaríaincentivada por el afán de descubrir por primera vezen su larga serie de encarnaciones, su pequeña parteen el plan del Señor de la Tierra. Ya quedarían mo-mentos de amarga tristeza y soledad antes de lacuarta iniciación…

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Capítulo 50Todo empieza a encajar

Si ni siquiera sabemos exactamente, salvo unaspalabras, sobre lo que es la primera iniciación, quépodríamos decir de la Sexta Iniciación.

Debe ser algo tan grandioso y de una adquisiciónde poder tan enorme que en uno de los párrafosAAB-MT, se dice respecto a la guerra mundial, con-sideradas las dos ocurridas entre 1915-1945, que fueconsecuencia de la decisión que tomaron variosdiscípulos de la Sexta Iniciación.

Su nombre también es la Iniciación de la Deci-sión.

¿Qué es lo que decide el Iniciado?

En absoluta soledad decide el Camino Cósmico aseguir.

No somos capaces de comprender, en nuestroactual estado de consciencia, la verdadera dimensiónde tal decisión.

Tenemos que intentar encontrar una analogía quenos haga una idea de lo que significa. Si nos dicen

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que el Iniciado se va del Sistema Solar y toma uno delos siete posibles senderos, realmente no dice nadade su grandeza.

Si decimos que debido a que llega a participar dela Superconciencia del Logos Solar, tampoco nosdice nada, porque ni siquiera sabemos qué es, comoseres humanos, tener la conciencia de dos cerebros ala vez.

Las personas creen que su poder es absoluto yque pueden “curar” a miles de personas con el poderde su mente, pero ello es una ilusión.

Encontrar a un sanador sabio con verdadero po-der procedente de su alma es tan difícil como encon-trar una aguja en un pajar.

Dicho de otra forma, el poder de un ser humanoen ese sentido es muy limitado. Otra cosa es que uncientífico sea capaz de descubrir un remedio para unaenfermedad y salve miles de vidas.

Pero que un sanador imponga sus manos y libereal enfermo de alguna enfermedad, eso en sí mismoya es un milagro. Porque la curación esotérica es unaciencia… que requiere años de especialización y deposeer los requisitos adecuados. Uno de ellos es lavisión de los diversos cuerpos, otro, estar en unióncon su propia alma… y así bastantes más.

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Así pues, qué poderes otorga, la segunda, la ter-cera, la cuarta, la quinta y la sexta… (no seguimosmás) es incomprensible.

Si tenemos en cuenta el esfuerzo del Maestro Ti-betano (Djwhal Khul) trasmitiendo toda la sabiduríacontenida en los famosos libros azules a Alice AnnBailey… podremos tener una aproximación de lafuerza y la sabiduría necesaria. Según nos dicen, elMaestro Tibetano había adquirido la QuintaIniciación y Alice Ann Bailey era una iniciada deTercer Grado.

En la Sexta Iniciación el Sagrado Gautama Buda,debería haber elegido otro camino, pero por amor alos humanos decidió el no correcto, y según dicen,ahora recientemente está rectificando o ha rectificadosu decisión.

En absoluta soledad, sin ninguna presión, salvo lapropia, SarSas se encontraba ante el dilema. Un casiomnisciente sabio de quinto grado debía tomar unadecisión que le alejaría, en su momento, de nuestrosistema solar; en caso de no tomar el camino de losLogos Planetarios, quienes se quedan más tiempo enla Tierra junto a Sanat Kumara.

SarSas, como algunos Maestros de Sabiduría,optó por el Quinto Sendero Cósmico.

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En aquel preciso momento se originó unagigantesca tormenta de vibración energética,procedente de todos los Observadores que muyatentamente esperaban la resolución.

Era como si inmensas olas de energía le penetra-sen hasta el punto de quedar casi inconsciente du-rante largos minutos.

Fue zarandeado por tamaña energía. Y una partede la misma llegó hasta una de sus colaboradores-creadores, el loto egoico de Alma.

El fuego incendió los tres pétalos de conoci-miento, que desaparecieron.

La Joya en el loto comenzó a absorber parte de laenergía de los nueve pétalos restantes, y Alma, elpitri solar más poderoso absorbió toda la restanteenergía de los pitris solares que constituían cada unode los 9 pétalos restantes. Se disolvieron en elcorazón de su Ángel Solar y buscaron su camino alCorazón del Sol

El templo de Salomón se había desintegrado.

Todo ocurrió durante la segunda noche deestancia de Egor en la UCI.

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Y una vez que el fuego había desintegrado elloto egoico, el fuego eléctrico de la Mónada, conte-nido en la joya en el loto, se insertó en el cuerpo deEgor Sinner.

Los pitris lunares se habían trasmutado en pitrissolares.

La conexión de la joya en el loto con los centrosetéricos de Sinner resplandecieron y fijaron la formade Egor definitivamente. La misma que tendría hastarecibir la sexta iniciación.

La unión con la Mónada, a través de la joya en elloto le había convertido en un nuevo Maestro deQuinto Grado.

Durante unos segundos contempló el trabajo quetenía por delante.

De forma general, continuar llevando la Sabi-duría Antigua a los hombres y mujeres de nuestroplaneta.

Y, de manera particular, le impactó una efímeravisión, un atisbo de cuál sería su trabajo más con-creto como uno de los Maestros que sustituirían aSarSas.

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Capítulo 51Camino al corazón del Sol

Egor, el incipiente pitri solar caminaba por undesierto de arenas doradas bajo un sol implacable decolor oro. Recordaba que de improviso llegó hacia éluna inmensa bola de fuego, se vio envuelto en ella yaquí estaba.

Escuchó una voz. Reconoció la figura de Paulo.Le hacía señas y le rogaba que se acercase. Estabasosteniendo el cuerpo de una figura femenina.

–¿Quién es? –preguntó a su joven amigo, como sino hubiese pasado el tiempo desde la última vez quele había visto.

–No sé.

A los pocos segundos, la mujer se despertó.

–Hola, Paulo –fueron sus primeras y sorprenden-tes palabras.

–¿Me conoces? –exclamó sorprendido el joven.

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–¡Quién no conoce a Paulo y Egor, los mejorespintores de Diamantina! –exclamó mientras se poníade pie.

Ambos no sabían qué decir.

–Yo vivía en Diamantina, en el pequeño palacioque llegaste a plasmar en el lienzo. Durante muchotiempo observé vuestra forma de pintar…

–Creíamos que el palacio estaba abandonado.Nunca vimos entrar o salir a alguien –respondióEgor.

–Entonces tenía más de cien años humanos. Ape-nas podía asomarme a los ventanales.

–Pero… –intentó hablar Paulo.

–Ya sé qué vas a decir… que ahora soy más jo-ven.

–Sí –confirmó Paulo.

–Entonces… vosotros ¿qué creéis que ha pasado?

De nuevo la miraron como si no supiesen de quéhablaba.

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–¿Dónde habéis estado los últimos mil años comopitris lunares?

–Es difícil contestar –respondió Egor –. Es comosi hubiese tenido un largo sueño… casi como unapesadilla.

–A mí también me ocurre lo mismo –asintióPaulo.

–¿No os acordáis nada de vuestra estancia entrelos humanos? ¿Tampoco recordáis a SarSas?

–¡Dios! ¡SarSas! –exclamó Egor–. Tenemos que ira verle.

–Pero... –siguió insistiendo Selene– No os dicenada el nombre de Alma, de Aldora, de Sinner, deZaragoza…

–¡Mira, Egor! –exclamó Paulo a la vez que seña-laba con su mano –Un templo.

–Vayamos hacia él –respondió Egor como si sehubiese olvidado de la conversación que manteníancon Selene.

–No sé si la línea que se ve es un reflejo o unasenda hacia el Sol –indicó Paulo.

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Caminaron veinte minutos en silencio. Les habíaparecido que el edificio estaba más cerca.

–El templo se está alejando de nosotros –dijoSelene como si fuese algo normal.

–Quizás no quiere que entremos en él –añadióEgor.

Selene comprendió de una forma intuitiva y contotal certeza que mientras sus amigos no recordasen,no habría posibilidad de alcanzarlo.

–Estoy un tanto confuso, veo a un humano queme clava varias veces una especie de puñal –empezóa recordar Egor.

–¿Y? –preguntó ansiosamente Selene.

–El energúmeno grita –Sinner, muere con todosamigos de tu secta. Me veo todo lleno de sangre… yestoy en una extraña sala. Siento agobio… un tubome entra por la boca… tengo una aguja clavada en elbrazo… ¡Dios mío!

–Tranquilo, Egor. La pesadilla ya ha terminado –le consoló Selene.

–Yo he vivido en Zaragoza –gritó Paulo.

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–Es cierto –confirmó Selene.

–¿He vivido con los humanos?

–Exacto.

En aquel momento el templo de cúpulas y torresdoradas estaba mucho más cerca.

De nuevo hubo silencio en el exterior, pero unaenorme cantidad de confusos recuerdos se tornabancada vez más reales… Paulo y Egor… por fin com-prendieron que habían vivido entre los humanos.

Justo en ese instante Selene abrió la puerta deltemplo dorado. Delante de ellos había una bellísimamujer y, formando un semicírculo detrás de ella,ocho pitris solares más jóvenes.

–Alma – Paulo fue el primero en decirlo.

Los tres se arrodillaron delante de lo que les pa-reció sin duda una Diosa Solar. Su rostro res-plandeciente, era un mito que se pasaba de ge-neración en generación entre los pitris lunares.

–Levantaos, por favor –les indicó Alma.

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–¿Dónde está SarSas? –preguntó inocentementePaulo.

–SarSas debe seguir su camino en la Tierra.

–¿Y nosotros? –preguntó Egor, aunque ya sabíala respuesta.

–Os estamos esperando para regresar todos anuestro Hogar.

–¿El corazón del Sol? –preguntó casi susurrandoSelene.

–Sí.

–Tal vez no seamos dignos de tan gran honor –dijo Egor.

–Vuestro paso y servicio por el mundo humanoos ha hecho acreedores del mismo. Ahora ya sois pi-tris solares.

En aquel mismo instante, el templo dorado, lospitris y el sendero que llevaba al Sol, se disolvieronsobre cientos de dunas bajo un sol implacable.

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Capítulo 52La noche oscura del alma

Definitivamente Egor Sinner salió de la UCI yfue trasladado a una habitación para él solo. En elcentro penitenciario de Zuera, no vieron la necesidadde ponerle guardia alguno. Es más, quedándole me-nos de un mes de condena, le extendieron un permisoespecial para poder pasar el resto de la convalecenciaen su casa de Zaragoza.

Aldora estaba feliz cuidándole. Hasta consiguióque diesen largos paseos. Muchos días llegaban aValdespartera. Incluso ascendían hasta el final,donde un estanque circular era el reservorio de aguade los depósitos. En días despejados se podía verdesde allá arriba la Sierra de Alcubierre, la Sierra deGuara, los Pirineos, el Moncayo y la Sierra delÁguila en dirección a Cariñena y Paniza.

Apenas tenían dinero, vivían en una casita anti-gua de la Ciudad Jardín. Era de las pocas que queda-ban sin reformar, pero en ella habían sido durantemuchos años, muy felices.

Egor Sinner ocultaba a Aldora, para que no su-friese, la oscura noche del alma por la que estaba pa-sando.

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Según dicen los expertos, la oscura noche delalma es, como hemos comentado en otro lugar de lanovela, cuando un alma reencarna, y todo el tiempoque transcurre hasta que va desarrollándose su liber-tad a lo largo de los años de vida. Otra oscura nochedel alma sucede antes de la segunda iniciación, y esla que había sufrido Aldora durante el último año.

El problema de Egor Sinner era muy distinto al desu esposa. La realidad es que la mayor densidad deoscuridad había acaecido en la ermita de la Virgendel Salz, cuando exclamó “Sea tu voluntad, no lamía”, pero eso no significaba que hubiese terminado.

Su oscuridad actual era provocada por el tre-mendo cambio que se estaba produciendo en susvestiduras.

Había perdido sus vehículos inferiores, Alma,Egor, Selene y Paulo… Todos los pitris lunares quele cuidaban habían regresado al Corazón del Solcomo incipientes pitris solares.

Alma, el mayor de los pitris solares del lotoegoico, junto con los pitris solares menos especiali-zados que conformaban los pétalos, cada uno con sucualidad particular, también le habían abandonado.

Y ahora ¿quiénes sustituían la cálida brisa delamor de tales ángeles dévicos?

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La paradoja era que, aquellas entidades que a par-tir de ahora iban a guiar a Egor Sinner eran muchomás poderosas, y la verdadera esencia de los hijos delos hombres.

Eran las tres personas de la Mónada: Atma oVoluntad Espiritual, Budi o Amor Espiritual y Manaso Inteligencia Espiritual.

Tres nuevas entidades sustituirían paulatinamentea los pitris lunares, Egor, Selene y Paulo.

Es decir que la potencialidad de Egor Sinner seríaextraordinariamente mayor.

Pero, a pesar de que tales vehículos de la Mónada,del Padre, estaban unidos a través de lo que se lla-man técnicamente el antakarana o arco iris, la uniónno estaba totalmente establecida, o mejor expresado,los vehículos ya estaban conectados a Egor Sinner,pero él se perdía en el vacío y la oscuridad que repre-sentaba haber entrado en un espacio mucho más am-plio… tanto… que tardaría algún tiempo en acos-tumbrarse a sus energías.

La noche oscura del alma también se producecuando una conciencia entra en otra concienciamayor. Únicamente es capaz, al principio, de tantear

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con “las manos”… palpar en la oscuridad las paredesdel nuevo recinto.

Los nuevos sistemas de pensamiento, de amor yde voluntad le conectaban no sólo con la Jerarquía dementes iluminadas, sino que paulatinamente iría des-cubriendo la enorme energía que constituía lo que losorientales denominan como SHAMBALLA.

Dicen que el iniciado en el nuevo mundo “siente”un extraño temor a que llegue el momento en que yano podrá regresar a los tres mundos: el plano mental,el plano astral y el plano físico.

Porque seguimos hablando de misterios incom-prensibles, y que sólo los entiende quien los ha expe-rimentado, encontramos otra duda.

¿El iniciado debe extraer sus recursos de los áto-mos átmico, búdico y mánasico… dejando de lado launidad mental, el átomo astral permanente y elátomo físico permanente?

Nuestro protagonista, Egor Sinner… estabaterminando de asimilar su nuevo estado, que habíasurgido de la desaparición del loto egoico y de la re-velación que iría desgranando conforme se convertíaen un verdadero iniciado de quinto grado.

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Capítulo 53La carta

Un extraño sobresalto acontece cuando el lectordesprevenido se da cuenta de que el Maestro DjwhalKhul ayudó, guió y colaboró con Helena PetrovnaBlavatsky y también con Alice Ann Bailey.

Blavatsky nació en 1831 y murió en 1891. AliceAnn Bailey nació en 1880 y murió en 1949. Pocomás o menos los últimos 30 años de su vida losdedicó, aunque no era su ashram, a colaborar con elMaestro Tibetano.

Así pues, alguien que no se ha dado cuenta de estadiferencia de edad, en algún momento se haceconsciente de que el Maestro Tibetano, tal vez teníamás de 100 años cuando terminó de colaborar conAlice Ann Bailey.

Según se desprende, algunos pocos, creían saberquién era el Maestro Tibetano y decían que era eldirector de un monasterio en el Tíbet.

Hay otro dato extraño respecto a la quintainiciación. Que el Maestro que la recibe se queda conel mismo cuerpo físico.

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De donde se deduce que tampoco sabemoscuántos años vive un Iniciado de Quinto Grado.

No fue minúscula la sorpresa que se llevó EgorSinner cuando un 7 de agosto, Aldora entregó a suesposo una carta cuyo remitente era SarSas.

A Egor le temblaron las manos cuando la fue acoger.

–Léela tú –rogó a Aldora.

Mi muy apreciado discípulo en el corazón, Egor:El momento ha llegado. Te envío dos billetes deavión. También se incorporan unas instrucciones yel nombre del guía que os conducirá hasta aquí.

Estoy seguro de que a Aldora le encantarán lasenormes montañas que rodean el que será vuestronuevo hogar.

Definitivamente, mi trabajo en este planeta haterminado. No sé si llegaremos a vernos físicamente.

Recibe las bendiciones de los Grandes Seres a losque siempre servimos.

SarSas

FIN

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Índice

Prólogo Los padres solares Pág. 7

Capítulo 1 SarSas y Alma Pág. 13Capítulo 2 Selección de materiales Pág. 17Capítulo 3 Pitris lunares de primer orden Pág. 19Capítulo 4 SarSas y Egor Pág. 23Capítulo 5 La cabaña de madera Pág. 27Capítulo 6 La sabiduría encerrada en los libros Pág. 31Capítulo 7 Contacto de Egor con Alma Pág. 34Capítulo 8 Conexión Pág. 39Capítulo 9 Descenso al plano astral Pág. 45Capítulo 10 Algo “importante” Pág. 49Capítulo 11 Conciencias que contienen conciencias Pág. 53Capítulo 12 La pitri lunar Selene Pág. 57Capítulo 13 Nadie en la oscuridad Pág. 59Capítulo 14 Extraños cambios en Egor Pág. 61Capítulo 15 Por qué SarSas había unido a ambos Pág. 63Capítulo 16 Algunas consideraciones astrológicas Pág. 65Capítulo 17 Continúa la fusión de los pitris Pág. 71Capítulo 18 Descenso de nivel y nueva fusión Pág. 75Capítulo 19 Dos familias, dos lugares Pág. 77Capítulo 20 Alma Pág. 79Capítulo 21 La caverna oscura Pág. 83Capítulo 22 Una infancia difícil Pág. 85Capítulo 23 Paulo Pág. 87Capítulo 24 Una nueva conciencia aflora en Egor Pág. 91Capítulo 25 Magdalena Pág. 95Capítulo 26 Aprendiendo astrología Pág. 105Capítulo 27 Artes marciales I Pág. 111Capítulo 28 Artes marciales II Pág. 115Capítulo 29 Artes marciales III Pág. 117Capítulo 30 Aldora Pág. 121Capítulo 31 Experiencias trascendentes Pág. 125Capítulo 32 Juan Tamarit Pág. 129Capítulo 33 Hacia la senda iniciática Pág. 133Capítulo 34 Conociendo la parte más mundana Pág. 137

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Capítulo 35 Aldora, Egor y el poder de transformación Pág. 141Capítulo 36 Algunos detalles sobre el matrimonio Pág. 145Capítulo 37 Nuevo contacto ashramico Pág. 147Capítulo 38 Sinastría Astrológica Pág. 149Capítulo 39 Mundos paralelos Pág. 153Capítulo 40 La escuela del Loto Dorado Pág. 155Capítulo 41 Las extrañas pinturas de Egor Pág. 157Capítulo 42 El incidente Pág. 159Capítulo 43 La denuncia Pág. 161Capítulo 44 Entrada en la cárcel de Zuera Pág. 163Capítulo 45 La fama de Egor Pág. 169Capítulo 46 La conciencia Pág. 173Capítulo 47 Iniciaciones Pág. 179Capítulo 48 Teoría sobre las iniciaciones simultáneas Pág. 191Capítulo 49 Tres terribles y, a la vez, gloriosos días Pág. 197Capítulo 50 Todo empieza a encajar Pág. 199Capítulo 51 Camino al corazón del Sol Pág. 205Capítulo 52 La noche oscura del alma Pág. 211Capítulo 53 La carta Pág. 215

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