contratiempo 02

24

Upload: revista-contratiempo

Post on 09-Mar-2016

238 views

Category:

Documents


3 download

DESCRIPTION

Lorraine Mora La Ley Patriótica: ¿Para proteger la nación? José Díaz Como cualquier otro pinche día Delia Negro “La Nena” en el Aguijón Ricardo Armijo Raúl Dorantes Francisco Piña Julio Rangel 10 12 13 13 14 15 16 17 18 19 19 20 21 22 23 23 24 3 4 6 7 9 Marco Antonio Escalante Escritor peruano. Vive en Chicago. Luis Soto México, 1978. Miembro del Taller Literario El coyote. Vive en Chicago. Chicago, Illinois [email protected] contratiempo 312.529.4314 Editorial 4

TRANSCRIPT

Page 1: contratiempo 02
Page 2: contratiempo 02

Editorial 3

Raúl Dorantes & Febronio Zatarain Elvira Arellano y los arrestos en el O’Hare 4

Joshua W. Hoyt Amnistía: Indispensable para garantizar la seguridad nacional 6

Lorraine Mora La Ley Patriótica: ¿Para proteger la nación? 7

Jorge Mújica Metedólares contra sacadólares 9

Peio Aierbe La emigración a Europa tras el 11-S 10

Itzel Muñoz Café; Imágenes 12

Erika Buchancow Uptown 13

Yolanda Avellaneda Howard 13

José Díaz Como cualquier otro pinche día 14

Daniel Patiño El almuerzo 15

Joel Soto Los retornos 16

Jochy Herrera Raising Victor Vargas: Diario de un dominican-york 17

Delia Negro “La Nena” en el Aguijón 18

Leda Schiavo El Premio Juan Rulfo cumple su primera década 19

Carmen González Monterroso: Augusto 19

John Barry Temas y variaciones en Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes 20

José Ángel Navejas A 200 años de Emerson 21

Juan Mora Torres Berger y el inmigrante: El séptimo hombre 22

Marco Antonio Escalante Trabajos del odio 23

Julio Rangel El cierre del Hothouse: ¿Seguridad u hostigamiento? 23

Luis Soto Denzura, el regreso de La Barranca 24

Jesús Acuña Pintor. Originario de Jérez, Zacatecas.Febronio Zatarain. Egresado de la Universidad de Guadalajara. Enseña GED en el Lakeview Learning Center de Chicago.Lorraine Mora-Chávez Politóloga, egresada de la Universidad de Chicago.Jorge Mújica Periodista. Radica en Chicago desde 1989. Es también fundador de la Coalición Internacional deMexicanos en el Exterior.Peio Aierbe Periodista vasco. Publica artículos relacionados con los fenómenos migratorios en la revista Mugak.Itzel Muñoz Nació en la provincia de Jalpa, Zacatecas, en 1973. Lleva catorce años viviendo en Chicago.Erika Buchancow Nació en Buenos Aires, Argentina en 1980. Vive en Chicago desde hace dos años. Estudia inglés enel Lakeview Learning Center.Yolanda Avellaneda Buenos Aires, 1970. Lleva viviendo en Chicago tres años. Estudia inglés en el Truman College.José Díaz Nació en la Ciudad de México en 1978. Abandonó la UNAM para venir a Chicago en el 2000.Daniel Patiño Originario de Naucalpan, Estado de México, donde terminó sus estudios de bachillerato. Llegó a Chicago hace tres años.Joel Soto Ciudad de México, 1983. Estudia inglés en el Lakeview Learning Center.Jochy Herrera Escritor de origen dominicano. Vive en Chicago.Delia Negro Uruguaya. Actualmente es profesora de español del Instituto Cervantes de Chicago.Leda Schiavo Argentina. Autora del poemario Con las debidas licencias. Carmen González Madrid. Ha vivido en Chicago por tres años. Es parte del cuerpo administrativo del Instituto Cervantes.John Barry Profesor de literatura de la Universidad Roosevelt.José Ángel Navejas Cursa la maestría en literatura latinoamericana en la Universidad de Illinois.Juan Mora Torres Originario de Tlalpujahua, Michoacán. Recibió el doctorado en historia de la Universidad deChicago. Recientemente publicó The Making of the Mexican Border.Marco Antonio Escalante Escritor peruano. Vive en Chicago.Luis Soto México, 1978. Miembro del Taller Literario El coyote. Vive en Chicago.

Ricardo ArmijoRaúl DorantesFrancisco Piña

Julio Rangel

contratiempo312.529.4314

Chicago, [email protected]

Ilustraciones: Jesús Acuña

Page 3: contratiempo 02

contratiempo

En la tragedia del pasado 14 de mayo murieron –producto de ladeshidratación y la asfixia– diecinueve migrantes de origen mexi-cano y centroamericano en el área de Victoria, Texas. El grupo, querebasaba las 70 personas, era transportado en una caja de tráiler encondiciones comparables a la manera en que los africanos eran traí-dos al Continente Americano durante la época de la Colonia. Comose sabe, muchos de aquellos africanos también morían asfixiados o deshidratados en el fondo de los “barcos negreros” en alta mar.

Tanto los africanos de aquellos siglos como los inmigrantes de nuestros días, han sidoforzados a abandonar sus lugares de origen. Los primeros de un modo abiertamente invo-luntario y violento; los segundos de forma más sutil. La causa de estos fenómenos paralelosse ubica, sin duda, en la necesidad de tener mano de obra gratuita, en un caso, o mano deobra barata en el otro. Por eso, no es aventurado afirmar que el ser inmigrante indocumenta-do en nuestros días equivale históricamente a ser esclavo en la primera mitad del siglo XIX.

Recordemos que en la actualidad se firman tratados en los que se contempla la inversiónde capitales y la creación de franjas industriales en los países pobres sin que se estipule elpago de salarios mínimos que garanticen la sobrevivencia del trabajador y su familia. Y mientras en estos tratados no se plantee la necesidad de elevar el nivel de vida en todos los sentidos, la gente de esas poblaciones seguirá migrando al Norte.

Esta situación no sólo se da en los Estados Unidos. Desafortunadamente, la comparten los otros dos polos del poder económico mundial: la Unión Europea y la llamada Cuenca delPacífico. Así como se han vuelto cotidianas las muertes de inmigrantes en la frontera sur y debalseros en el estrecho de La Florida, así también son frecuentes las muertes de norafricanosque cruzan en pateras el Estrecho de Gibraltar o de rumanos que fallecen ahogados en elMar Adriático.

Como se podrá observar en el artículo de Peio Aierbe y en la entrevista a Joshua Hoyt,publicados en esta edición, ni los Estados Unidos ni los países que conforman la Unión Euro-pea están tomando en cuenta las muertes de estos inmigrantes –obviamente necesarios parael desarrollo de sus respectivas economías– al determinar sus nuevas políticas migratorias y de seguridad nacional. La falta de matices los ha llevado a confundir al inmigrante con el te-rrorista. O más bien, los gobiernos de los países poderosos han tomado los ataques terroristascomo pretexto para establecer leyes migratorias y operaciones policiacas netamente racistas.

Un ejemplo: antes del 11 de septiembre, la Administración Bush estaba en negociacionespara otorgar la amnistía a cuatro millones de indocumentados y a la vez en pláticas paracrear un programa de trabajadores huéspedes. El liderazgo del Partido Demócrata ibatodavía más allá al proponer que la regularización incluyera a todo indocumentado, sinimportar su nacionalidad. Como sabemos, la posibilidad de una amnistía también se vinoabajo la mañana del 11 de septiembre. Y a partir de esa fecha los primeros en sufrir la re-presión gubernamental fueron los inmigrantes de origen árabe; en el 2002, las detenciones se extendieron a cualquier inmigrante del que simplemente se sospechara que fuese indo-cumentado y que trabajase en algún punto considerado estratégico para la seguridad; y hace apenas unas semanas el procurador general John Ashcroft señaló que su Oficina seguardaba el derecho de mantener bajo custodia durante tiempo indefinido a cualquier in-migrante arrestado por Migración sin importar que un juez estableciera la libertad condi-cional. Y así, esta enumeración de las medidas anti-inmigrantes y discriminatorias podríanllenar el espacio que nos queda de esta página.

Sin embargo, a pesar de la recesión económica estadounidense, este país sigue requiriendola mano de obra barata de esos seis o siete millones que trabajan en los campos, en las fábri-cas, en los hoteles, en los restaurantes... Y también sigue requiriendo a los que están cruzan-do la frontera hoy y a los que cruzarán mañana. Entonces, si hay tal necesidad, ¿por qué esaobstinación por encarpetar el proyecto de regularización de estos trabajadores?, ¿por qué elmiedo a establecer un programa de trabajadores huéspedes con los países latinoamericanos?Lejos de encontrar respuestas que beneficien a los inmigrantes y a la vez a la economía de lospaíses receptores, los gobiernos de Blair, Aznar y Berlusconi, entre otros, también se han de-dicado a castigar a sus trabajadores inmigrantes, como si dichos trabajadores fuesen culpa-bles de la inseguridad mundial. No quieren entender que tanto la implementación de unaamnistía como la puesta en marcha de programas de trabajadores huéspedes, no se contra-ponen a la idea de crear un sistema de seguridad confiable.

Por último, las 152 personas muertas que intentaban cruzar el Estrecho de Gibraltar du-rante el año pasado, y las 78 muertes de migrantes mexicanos que se han podido identificar a lo largo de la frontera sur en lo que va del año, nos revelan que la militarización de laslíneas fronterizas sólo provoca una mayor proliferación de mafias dedicadas al tráficohumano. Está claro que los pobres que han decidido migrar en busca de una vida mejorharán todo lo que esté a su alcance, incluso el arriesgar la vida, para lograr estar del otro lado.

Editorial

Page 4: contratiempo 02

“enseñas la mica, y si pasas alguien te va a estar espe-rando del lado de Caléxico. Acuérdate que si te aga-rran, das otro nombre”. Por desgracia, Elvira tuvo quedar otro nombre.

Una vez que le tomaron las huellas digitales y quefue fotografiada, la devolvieron a Mexicali. Ya era denoche, y estaba dudando si ir o no al domicilio que lehabían indicado los coyotes cuando por suerte la abor-dó una anciana. Elvira le explicó lo que le sucedía y laanciana le ofreció pasar la noche en su casa.

A la mañana siguiente, fue a la casa de los coyotes. –¿Dónde te metiste?Como ya no se podía por la línea, ahora iban a in-

tentar pasarla por el rehilete, que es la puerta giratoriade metal por la que “sólo” se puede entrar del lado deCaléxico a Mexicali. “Al cabo que estás flaquita”, le di-jeron. Esta vez sí se pudo. Ese día, en Mexicali se jun-taron tres momentos del pasado familiar: por ahí ha-bía pasado el abuelo con su tarjeta de bracero, por ahícruzaba Elvira en sus juegos infantiles con la mismatarjeta de su abuelo y por ahí de nuevo cruzó Elvirapara iniciar finalmente su vida de emigrada.

En Wapato, Washington, Lupita ya le tenía un trabajode babysitter. Elvira se encargaría de cuidar a tres niñosde un matrimonio mexicano. Allá no tendría proble-mas de alquiler o de pago de cuentas porque viviríacon esta familia.

A fines de septiembre, conoció al que sería el padrede su hijo en una lavandería. Se cayeron bien desde el principio. Nos dice que “Benjamín trabajaba en el corte del `jape’, una yerba que se usa para hacercerveza. El único problema es que yo era católica y él de una religión cristiana. Por eso también, él no era de bailes ni de fiestas”. Pero de todos modos loconvenció de visitar a la virgen el 12 de diciembre, y para el 14 de febrero fueron juntos a ver al cantantegrupero Ezequiel Peña.

La relación con Benjamín marchaba bien. Pero cuan-do a principios de mayo ella le dijo que estaba embara-zada, “él me reclamó por no haberme cuidado. Yo sen-cillamente le dije que nomás se lo estaba diciendo para

les llevara la contabilidad. El salario subió a 150 pesospor semana, con el mismo horario de trabajo, pero conseguro social. Realmente, el trabajo de contabilidad eramínimo y para no verse inactiva ante los patrones em-pezó a participar en la atención a los clientes, es decir,a rebanar jamón, a acomodar productos y a cobrar. El salario aquí pronto ascendió a los 180 pesos semanales.Tanto en La fortuna como en la tienda Hermanos Mi-randa aquellos empleados que abandonaban el trabajoera siempre para venirse al Norte. Y de la misma for-ma en que Elvira miró a los muchachos y a las mucha-chas que se iban, así también ella fue vista por los quese quedaron. Éste es un ciclo que se repite una y otravez en cualquier pueblo de emigrados.

Elvira no se vino directamente a los Estados Unidos.Primero se fue a Reynosa, Tamaulipas, con el fin deahorrar lo suficiente para el cruce. En esta ciudad tra-bajó alrededor de ocho meses en una maquiladora dela Panasonic, tiempo en que se mantuvo en contactocon su amiga Lupita, que ya se hallaba en el estado deWashington. Lupita la conectaría con los coyotes cuan-do Elvira ya tuviera los 1,200 dólares que le cobraríanpor cruzarla por la línea.

En agosto de 1997, Elvira viajó de Reynosa a Mexicali.En esa ciudad fronteriza se encontró con los coyotes.Según lo establecido, trataron de cruzarla por la línea.Nos dice que las instrucciones fueron las siguientes:

Eran pasadas las nueve de la noche del 10 de diciembre. Elvira Arellano iba a la casa de su babysitter cuando sonó el celular.

–¿Dónde te has metido? Te he estado llamando toda la tarde para avisarte que la migra anda haciendo redadas en el O'Hare.

–¿Sí…? Yo fui una de las que agarraron, y me acaban de soltar.

Raúl Dorantes & Febronio Zatarain

Elvira nació en Marabatío, Michoacán, un pueblo, comomuchos otros del país, que para salir adelante ha tenidoque enviar a una gran parte de su juventud a los EstadosUnidos. Pues la mejor opción que se le presenta a unjoven recién salido de la secundaria o de la preparatoriasigue siendo la de emigrar.

El nombre de “California” adquirió la categoría decentro de trabajo en muchos pueblos de Michoacán en ladécada de los cuarenta. En aquellos años fueron contrata-dos para la pizca de la uva muchos hombres de Mara-batío y sus alrededores a través del Programa Bracero. Es sabido que el grueso de los trabajadores agrícolas deMichoacán eran “enganchados” en la ciudad de Irapuato,después los trasladaban a la frontera y los cruzaban deMexicali a Caléxico; finalmente eran enviados a los cam-pos de California. El abuelo de Elvira Arellano fue uno de esos trabajadores. Nos cuenta que después de muertoel abuelo, ella y su hermana Guille encontraron una cajaen la que se hallaba la tarjeta que lo había acreditadocomo “bracero”, y desde entonces el cruzar la fronteracon la tarjeta en mano se volvió uno más de sus juegosinfantiles.

Y así como Elvira tenía a un abuelo inmigrante, lamayoría de los niños de ese pueblo tiene en la actualidadal padre, a la madre o al hermano trabajando en los Esta-dos Unidos. Algunos de estos emigrados empiezan su re-greso temporal a Marabatío en la víspera de la fiesta deSan Miguel Arcángel, que se celebra el 29 de septiembre.Otros más se esperan hasta el Día de los Muertos y elpueblo ya se desborda para las fiestas navideñas. Es fácildeducir que la economía de Marabatío se reactiva a me-diados de octubre e inicia su descenso a mediados deenero, ya que el pueblo comienza a despoblarse des-pués de la Fiesta de Reyes.

Así como en algunas partes el ir a la universidad pue-de ser una manera de progresar, en Marabatío el progresohoy por hoy está conectado con la emigración. Por eso noes gratuito que una muchacha como Elvira haya consi-derado esa opción. En 1993, a la edad de diecisiete años,Elvira terminó su carrera de auxiliar de contabilidad ycasi de inmediato consiguió trabajo en una panadería lla-mada “La fortuna”. Entraba a las 8 de la mañana y salía a las 9 de la noche, con dos horas al mediodía para ir a sucasa a comer. Esto de lunes a sábado. En esa panaderíaganaba 120 pesos a la semana (aproximadamente 5 dóla-res al día), sin seguro médico y sin vacaciones. Nos comen-ta que este salario apenas le alcanzaba, y que el comprar-se una prenda de vestir implicaba pedirle dinero a supadre a mediados de la semana.

A los pocos meses se enteró que en la tienda de aba-rrotes Hermanos Miranda necesitaban a una persona que

4

Page 5: contratiempo 02

5

Durante la segunda semana de abril,el procurador general John Ashcroftdio a conocer una medida que con-templa el arresto indefinido de cual-quier inmigrante indocumentado porrazones de seguridad nacional a pe-sar de que un juez haya otorgado lalibertad bajo fianza o la deportación.

Durante el año pasado, varias agen-cias federales realizaron el operativoantiterrorista “Chicagoland Skies”.Consistió en la revisión de 84,792expedientes de gente que trabajabao había trabajado en los aeropuertosO’Hare y Midway. Sólo encontraronirregularidades en 505 casos. 45 per-sonas fueron arrestadas por trabajarcon documentos falsos. A ningunode los arrestados se le encontró vínculos con el terrorismo.

El Buró de Vigilancia de Inmigracióny Aduanas (BICE) –agencia que for-ma parte del Departamento de Se-guridad Interna (DHS)–, ha iniciadouna serie de arrestos desde el pasado 19 de mayo, primordialmente de in-documentados que trabajaban o ha-bían estado trabajando en empresasque operan en locales de la TorreSears. La última detención fue la deun inmigrante mexicano que trabaja-ba como mesero en el MetropolitanClub de dicho edificio. Se desconoce el número total de detenidos. Las or-ganizaciones que defienden los de-rechos de los inmigrantes temen queeste tipo de operativos se extienda a edificios emblemáticos tales comoel John Hancock, el Thompson, elWrigley Field Stadium y el Smurfit-Stone.

que supiera, no para que cumpliera”. Desde entonces nolo ha vuelto a ver. El 18 de diciembre de 1998, nació Saúl.Pero el hecho de que su amiga Lupita se hubiera muda-do a Chicago y la idea de tomar distancia de Benjamín,la llevaron a cambiar de aires. Elvira y Saúl llegaron aChicago en junio de 2000.

Elvira y su hijo no llegaron directamente a Chicago sinoal suburbio de Aurora. Vivió ese tiempo con la familiade Lupita. Y al no haber oportunidades de trabajo enAurora, se mudó a la ciudad, primero a la Cuarenta ysiete y después al barrio de Pilsen. Ya viviendo en Pilsen,iba a la agencia de trabajo diario Labor Temps de La Vi-llita donde, como es común, había días que la mandabany otro días que no. Con el cheque de la Labor Temps ape-nas podían sostenerse. En febrero de 2001, vio un anuncioen un periódico en el que solicitaban gente para trabajarlimpiando aviones en el aeropuerto O’Hare. Llamó y ledijeron que sólo necesitaba su tarjeta del Social Securityy una identificación con fotografía; no tenía la tarjetapero sí contaba con la identificación (su licencia de con-ducir que había podido sacar en Washington ya que enese estado no se requiere un número de seguro social).Así que tuvo que ir a la calle Veintiséis para conseguirseuna tarjeta. La compañía de limpieza World Services lacontrató de inmediato y la enviaron directamente alO’Hare.

Ya llevaba seis meses trabajando de afanadora cuandose enteró que dos aparatos como los que ella limpiaba se habían estrellado contra las Torres Gemelas de NuevaYork. La víspera había empezado a limpiar a las cinco dela tarde y había terminado a las cinco de la mañana, queera más o menos su jornada regular. Nos dice que en sudepartamento no entraba mucho el sol y eso le permitíadormir hasta tarde. La mañana del martes 11 se levantóalrededor de las diez y encendió el televisor. En lo únicoque pensó fue que se había quedado sin trabajo porquetodos los aeropuertos del país se habían cerrado. El vier-nes 14 fue a cobrar su cheque y le pidieron que se queda-ra a trabajar; como no llevaba el uniforme convinieronque se reintegraría el lunes 17 de septiembre. Debido a la crisis económica por la que estaban pasando lasaerolíneas, World Services recortó su personal así como las jornadas laborales. Ahora Elvira trabajaría sólo de 5 de la tarde a 9 de la noche.

Pasaron los meses, y con ellos el primer aniversario delataque terrorista. Elvira seguía limpiando aviones y ga-nando ya siete dólares por hora; a veces le llegaban noti-cias de que en Los Ángeles habían efectuado redadas deindocumentados que trabajaban en los aeropuertos. Es-tas redadas eran parte de un operativo nacional en laque estaban participando varias agencias federales; enesta ciudad adquirió el nombre de Operation Chicago-land Skies. “Aunque algunos amigos me lo menciona-ban, yo no relacionaba esas redadas conmigo. No fuesino hasta la mañana del 10 de diciembre…”

A las 8 de la mañana la despertaron varios toquidos. Su hijo siguió dormido y ella se levantó para preguntarquién era. Que era la policía, que abriera. “En cuanto abrí,de inmediato uno de ellos interpuso el pie para que nopudiera cerrar la puerta. Les dije que pasaran. Me pre-guntaron si tenía armas, les dijo que no. Me preguntaronsi vivía sola, les dije que vivía con mi hijo y mi primo.Me preguntaron por el primo, les dije que estaba traba-jando. Me preguntaron que dónde trabajaba el primo, les dije que no sabía, que los asuntos de mi primo erande mi primo y que los míos eran míos...” Elvira desco-nocía lo que estaba pasando. Entonces uno de los ochoagentes abrió una carpeta en la que estaba una copiaampliada de su identificación del trabajo…

Todo el tiempo que los policías estuvieron en su casa,Saúl se mantuvo dormido. Le dijeron que se la iban a lle-

var y que a Saúl lo entregarían a la Ciudad. Ella les dijoque no, que el niño se iría con ella. Finalmente acordarondejarlo con la babysitter. “Una vez que dejamos al niño,uno de ellos dijo que me tenían que esposar. Le respondíque no era necesario, que no me iba a escapar y que noera ninguna criminal… Cuando me pusieron las esposasya no me pude aguantar y comencé a llorar”.

La llevaron al centro de detención ubicado en el suburbio de Broadway. Le pidieron sus pertenencias y que se quitara las agujetas. Después la pusieron en una celda donde estaba otra mujer a la que habían dete-nido por la misma razón. Uno de los agentes le preguntóa Elvira si alguna vez había sido deportada a lo querespondió que no.

–¿Estás segura…?Y esa pregunta de inmediato la remitió a Caléxico…A las 6 de la tarde le devolvieron sus pertenencias,

menos las agujetas. Luego la llevaron, junto con otroscuatro detenidos, al edificio federal del centro de Chica-go para comparecer ante el juez. Éste le otorgó la liber-tad condicional bajo palabra de que no iba a abandonarel estado de Illinois. A las 8 de la noche, Elvira esperabael tren para regresar a Pilsen; pensaba en la posible de-portación, en los otros que habían agarrado; se subió altren y pensó si tendría que avisarle a Benjamín, si acaba-ría viviendo en Marabatío y en la vida que ella y su hijotendrían en la casa de sus padres; miró sus tenis sin agu-jetas y pensó en la gente… y en eso el tren paró en la es-tación Cicero y se dio cuenta que había tomado la líneaincorrecta.

Ya eran pasadas las nueve cuando Elvira Arellanocaminaba a la casa de la babysitter.

Actualmente, Elvira tiene que reportarse telefónicamenteuna vez al mes con un oficial de Migración. Con respectoa la acusación de haber usado documentos falsos parapoder trabajar, la juez federal Geraldine Soat Brown lasentenció a 3 años de libertad condicional. Elvira desdeel momento de su detención no ha vuelto a trabajar, y nolo podrá hacer mientras dure el proceso. Ella y su hijo sehan podido mantener gracias a las donaciones que ha re-cibido tanto de individuos como de varias organizacio-nes entre las que se encuentran Casa Aztlán, Instituto del Progreso Latino y Centro Sin Fronteras. Nos diceque “el 10 de dicembre se me cerró una puerta, pero apartir de entonces se me han abierto muchas ventanas”.

Page 6: contratiempo 02

Como sabemos, el terrorismo es una realidad.¿Hay alguna manera de que el gobierno esta-dounidense proteja a sus ciudadanos sin afec-tar los derechos de los inmigrantes?Todos queremos que este país sea seguro. Paralograr esto en las comunidades de inmigrantes,antes que nada es importante hacer un trabajopoliciaco y de inteligencia efectivo, sin confundireso con medidas abusivas que al final sólo sirvenpara atraer la atención de la prensa. En primerlugar, deben investigar minuciosamente a losque están solicitando visa y de esa manera ase-gurar que los verdaderos terroristas no ingresenen este país.

En segundo lugar, deben trabajar de cerca con las comunidades de inmigrantes en vez detratarlos como sospechosos. Cuando se trata alos indocumentados o a los musulmanes como si fueran terroristas, no se puede esperar la co-operación necesaria de esas comunidades y lasautoridades; esa cooperación es necesaria paragarantizar la seguridad nacional.

Por último, en estos días es indispensablelegalizar a los indocumentados porque, ¿cómopodemos hablar de la seguridad nacional si haymillones de personas que jurídicamente viven enlas sombras?

¿Qué piensa usted de la Ley Patriótica?Hay muchos apartados dentro de la Ley Patrió-tica que contemplan la sanción de las creenciaspolíticas, en vez de las acciones violentas. La leyva demasiado lejos hasta el grado de poner enpeligro los derechos básicos y nuestros valoresdemocráticos.

¿Cree usted que si las medidas de seguridadque ha tomado el gobierno estadounidensesiguen el presente curso, podrían afectar losderechos de los inmigrantes con residencia permanente e incluso de los ciudadanos naturalizados?Las medidas ya están afectando a residenteslegales. Agarraron a un residente legal de na-cionalidad palestina y trataron de deportarlo por no haber reportado un cambio de dirección.¿Cuántos residentes legales desconocerán el re-quisito de que tienen que reportar su direccióncada vez que se muden? Es recomendable para

cualquier residente que se haga ciudadano encuanto pueda; eso para proteger al máximo asus familias.

Luego del 11 de septiembre, ¿es posible seguirhablando de una amnistía para los inmigrantesque ya radican en los Estados Unidos?Tarde o temprano habrá una legalización de losinmigrantes indocumentados, junto con una re-forma a las leyes de inmigración. Se hará porrazones demográficas, políticas y económicas.Pero estamos pasando por una etapa terrible, y ahora todos los que creemos en una legali-zación tenemos que trabajar muy duro; meter-nos en la politica y organizar a los que puedanvotar y de esa manera exigir justicia para losindocumentados.

Sabemos que, incluso si se aprueba unaamnistía, la economía estadounidense con-tinuará necesitando cada año por lo menos de medio millón de mano de obra externa, quevendrá primordialmente de México. ¿Qué alter-nativas se pueden plantear para proteger los de-rechos humanos de esos futuros inmigrantes?La Coalición está trabajando con muchas organi-zaciones en todo el país para preparar un “Im-migrant Workers Freedom Ride” en septiembrede este año. Habrá autobuses que saldrán dediez ciudades y pararán en ochenta ciudadesmás para confluir en Washington y Nueva York.En cada ciudad se hará una manifestación, parapedir la legalización, la unificación de las fa-milias y el respeto de los derechos de los traba-jadores inmigrantes. Culminaremos en NuevaYork el 4 de octubre con una manifestación en la que se espera que asistan 250,000 personas.

Los inmigrantes tienen que participar enorganizaciones como la nuestra, en sindicatos,en organizaciones comunitarias y en sus clubesregionales, y alzar sus voces y exigir justicia.

En los Estados Unidos hemos tenido una gran democracia, pero sólo funciona si el puebloexige justicia. La democracia no es un regalo, es un desafío. Unidos hacemos la democracia,logramos justicia y ganamos respeto.

Joshua W. Hoyt es director ejecutivo de la Coalición para los Derechos de los Inmigrantesy Refugiados de Illinois (ICIRR). A esta coalición la conforman 129 organizaciones y su misión es la de promover la participación cívica, cultural y política de los inmigrantes y refugiados. Entrevistamos al señor Hoyt a raíz de las redadas de trabajadores indo-cumentados realizadas durante la segunda quincena de mayo.

Raúl Dorantes & Febronio Zatarain

¿Qué opina usted tanto del operativo Pista de aterrizajecomo de las redadas iniciadas el pasado 19 de mayo en laTorre Sears por el Departamento de Seguridad Interna encombinación con otras agencias federales?Las redadas de indocumentados en los aeropuertos y edificioscomo la Torre Sears que se están llevando a cabo en nombrede la seguridad nacional son un desperdicio de tiempo y derecursos. Es un abuso hacia los inmigrantes, que no son ni terroristas ni criminales. Espero que ningún verdadero terro-rista entre a nuestra patria mientras que el Departamento deSeguridad Interna se la pasa arruinando la vida de los traba-jadores de la limpieza y de los lavaplatos.

Es necesario preguntar cuál es el fin de estas redadas. Ya sabemos que no han capturado a ningún terrorista –sólo a inmigrantes humildes. Por eso creemos que el fin de estosoperativos es usar a los trabajadores inmigrantes como chivosexpiatorios en la lucha por la seguridad nacional.

¿Y ve alguna diferencia entre el operativo Pista de aterrizajey el que acaba de comenzar en los edificios de la ciudad considerados emblemáticos?Las redadas que han comenzado últimamente de trabajadoresen edificios emblemáticos son mucho más abusivas que las delos aeropuertos. Ya sabemos que hay una nueva ley de seguri-dad nacional que prohíbe usar información falsa en las solici-tudes de trabajo que se llenan en los aeropuertos; por eso hayque prevenir a los indocumentados, decirles que están corrien-do un gran riesgo si se meten a trabajar en cualquier aereo-puerto. Pero el Buró de Vigilancia de Inmigración y Aduanas(BICE) se rehúsa a decir cuáles son los edificios que el gobier-no federal considera estratégicos para la seguridad nacional, o cuáles pueden ser blancos de ataques terroristas. A los indo-cumentados no les queda otra alternativa que la de adivinarcuáles son los lugares en los que se podrían llevar a caboredadas.

¿Por qué cree usted que el BICE ha optado por realizar losarrestos en los hogares de los trabajadores? Nos dijeron que en el caso de los aeropuertos no querían asus-tar a los pasajeros; parece ser que les importa mucho más elsentir de los negociantes y de su clientela que el impacto queun arresto puede tener en un hijo o en cónyuge.

Consideramos que otra de las razones de este tipo de reda-das es la de sembrar miedo entre las familias de los indocu-mentados. En varias ocasiones han agarrado a familiares deindocumentados que no tienen nada que ver con los aeropuer-tos. Ni siquiera lo justifican argumentando que son personaspeligrosas, o bien que los arrestos tienen algo que ver con laseguridad nacional.

6

Page 7: contratiempo 02

7

Lorraine Mora-Chávez

Las políticas migratorias de los Estados Unidos están a punto de cerrarun círculo iniciado con la aprobación de la Ley Hart-Cellar de 1965, decorte liberal y que abrió las puertas a los inmigrantes de América Latina y Asia. La rápida aprobación de la Ley Patriótica (USA Patriotic Act) porel Congreso estadounidense realizada unas semanas después del ataqueterrorista del 11 de septiembre de 2001, ha abierto de manera drástica una nueva era tanto para las leyes migratorias en sí como para el modo de vida estadounidense.

legales. Un repaso breve de los princi-pales apartados de la Ley Patriótica nospuede dar una mejor visión de los peli-gros que acarrea.

*La llamada Ley Patriótica es un volumi-noso proyecto de ley de 342 páginaspresentado inicialmente por el Procura-dor General John Ashcroft. Los detallesde este proyecto de ley fueron definidostan sólo en un par de días, y fue aproba-do de inmediato y en forma abrumado-ra por ambas cámaras. Es muy probableque los miembros del Congreso no ha-yan tenido tiempo para darle una hojea-da. Esta ley hace posible que los inmi-grantes por primera vez en la historiade este país sean deportados por teneralgún tipo de asociación con cualquierorganización que el Departamento deEstado considere “terrorista”, sin impor-tar que dichos inmigrantes lo desconoz-can. Más aún, cualquier grupo de dos omás personas que haya usado la fuerzao amenazado con hacerlo puede serconsiderado “terrorista”. Esta nuevanoción legal de “la asociación delictuo-sa” fue declarada por la Suprema Cortecomo “ajena a las tradiciones tanto deuna sociedad libre como de la Primera

Incluso los que en el Congreso apoyaron firme-mente esta última ley –cuyo objetivo es evitarmás atentados terroristas, especialmente deindividuos que provienen de los países musul-manes– aceptaron que afectaría negativamentea la comunidad mexicana. Debido a que losmás de 10 millones de inmigrantes mexicanosconstituyen la comunidad inmigrante más nu-merosa de los Estados Unidos, cualquier pro-yecto legislativo de tipo migratorio tendrá re-percusiones profundas en cualquier lugar quevivan grupos de esta nacionalidad. Por desgra-cia, esta nueva ley no tiene precedentes en elsentido de que no sólo afecta los derechos cons-titucionales de la comunidad inmigrante, sinola de todas las personas que viven en los Esta-dos Unidos. Bajo la consigna que reza “prote-jamos a la nación” del terrorismo, esta ley hacreado un nuevo marco legal en el que los ciu-dadanos, los residentes permanentes y los in-migrantes indocumentados tendrán que enfren-tar la disminución de sus derechos humanos yde sus libertades civiles. Como ha sucedido contodas las reformas drásticas en la historia de lasleyes migratorias, los primeros perdedores sonaquellos que tienen menos derechos: los inmi-grantes indocumentados y los residentes

Enmienda”. A pesar de lo dicho por la Su-prema Corte, esta noción legal es hoy porhoy la ley para todos los inmigrantes. Otrosapartados de la Ley Patriótica que ya estánen efecto, otorgan al Procurador General lacapacidad para mantener bajo arresto a losinmigrantes, incluso indefinidamente, siello se considera necesario para salvaguar-dar la seguridad nacional. El ProcuradorGeneral no tiene que acudir ante ningunainstancia jurídica para justificar dicha de-tención. La mayoría de las mil doscientaspersonas detenidas hasta diciembre de2001, no respondían a lo establecido en esta ley, sino que eran consideradas “testi-gos materiales” obedeciendo a la ley migra-toria anterior. A finales de noviembre de2001, John Ashcroft dio a conocer los nom-bres de solamente cincuenta detenidos concargos criminales del fuero federal; se rehu-só a informar de otras cinco personas quehabían sido arrestadas por violar las leyesmigratorias; y no fue sino hasta casi un añodespués que se supo el número total de“testigos materiales”. Nunca antes el go-bierno de los Estados Unidos había encar-celado en forma secreta a ningún individuocomo parte de su política oficial. Antes del11 de septiembre, y como consecuencia dela Ley de Inmigración de 1996, el Serviciode Inmigración y Naturalización (ahoraparte del Departamento de SeguridadNacional) podía llevar a cabo audiencias

Page 8: contratiempo 02

8

del 11 de septiembre.La marginalización

histórica y actual de losinmigrantes en los Esta-dos Unidos –especial-mente de los mexicanosen el siglo XX y de losárabes en el presentesiglo–, también contribu-ye a la escasez de debatepúblico. En los meses queprecedieron al 11 de sep-tiembre era muy viable laaprobación de una nuevaamnistía para los inmi-grantes mexicanos. Dichaamnistía era apoyada porel presidente Bush y porvastos sectores del Con-greso; no era un apoyobasado en los buenos sen-timientos de Bush hacialos mexicanos, sino unamanera de asegurar unafuente confiable de manode obra barata en el mar-co de una economía glo-balizada que depende deeste tipo de fuerza labo-ral. El ataque del 11 deseptiembre de 2001 pusofin a estas iniciativas. El nuevo Secretario deRelaciones Exteriores deMéxico afirmó reciente-mente que no se apro-baría un acuerdo migra-torio en por lo menos “25 ó 30 años”. Por lo

secretas a las que no tenían acceso el público ni lafamilia del inmigrante arrestado. Sin embargo, con lanueva Ley Patriótica el gobierno federal está habilita-do tanto para realizar trabajo de espionaje como parainvestigar los antecedentes penales de cualquier per-sona sin haber demostrado una causa que lo justifi-que. Durante el mes de noviembre de 2001, en unacorte federal de apelaciones, el gobierno reafirmó su derecho de usar cualquier evidencia en casos deinmigración sin permitir al detenido enterarse de la misma.

Junto con la aprobación de la Ley Patriótica,George Bush emitió una Orden Presidencial en laque se autorizaban los juicios de supuestos terroris-tas ante tribunales militares. En estos juicios los a-rrestados no tienen derecho a un proceso abierto alpúblico, no tienen derecho a recibir la sentencia deun jurado, no tienen derecho a enterarse de las evi-dencias usadas en su contra o bien a protestar poraquellas evidencias obtenidas ilícitamente y, por últi-mo, no tienen derecho a la apelación. Se entiende quetodos estos derechos de los arrestados que actual-mente se están quebrantando son una piedra funda-mental del sistema jurídico de los Estados Unidos.En el pasado, los tribunales militares siempre se hanusado para procesar a todos aquellos que realmenteestán peleando del lado del “enemigo”. Sin embargo,con esta nueva Orden Presidencial se pueden exten-der los juicios militares a los indocumentados y a los residentes, aunque ellos no tengan conexión conningún grupo terrorista específico, pero para el go-bierno basta que hayan sido acusados de “terrorismointernacional” (categoría legal muy indefinida que sepresta a muchas interpretaciones), o bien que hayanprotegido a alguien acusado de dicho “crimen”. Porotra parte, esta Orden absuelve al gobierno federalde cualquier tipo de demanda hecha por un inmi-grante sin ciudadanía que haya sido acusado de te-rrorismo. Otros apartados de la Orden Presidencial–que son igualmente perturbadores– establecen elpoder de catalogar a grupos nacionales como organi-zaciones terroristas y también la posibilidad de llevara cabo investigaciones contra ciudadanos estadouni-denses con fines de “inteligencia”.

Por último, resulta también perturbador la ausen-cia casi total de discusión, de debate y de protestaspúblicas ante la supresión de libertades políticas,ante la ausencia de procesos jurídicos justos y ante el trato desigual ante las leyes. En estos días, unocorre el riesgo de ser considerado antiestadounidensesimplemente por el hecho de criticar la falta de deba-tes y discusiones públicas. La naturaleza catastróficade los ataques del 11 de septiembre ha llevado amuchos a pensar que cualquier medio justifica el fin de evitar otros ataques terroristas. Esta manera deabordar el problema ha incrementado el temor dehablar incluso sobre las fallas en los mecanismos de seguridad nacional que permitieron el ataque

tanto, las comunidades inmigrantes–mexicana, árabe y de otras naciona-lidades– no tienen otra opción queenfrentar la nueva Ley Patriótica,que viola los derechos civiles y hu-manos por los que tanto pelearonmuchos sectores sociales a lo largodel siglo XX. Este desmoronamientode los derechos constitucionales, sinque haya habido ningún tipo de pro-testa, tarde o temprano afectará atodos los que viven en los EstadosUnidos sin importar que sean indo-cumentados, residentes permanenteso ciudadanos.

Véamos un ejemplo de otro hechohistórico que nos puede llevar a re-flexionar y quizás a actuar de unamanera ecuánime: Martin Niemoe-ller era un líder protestante queorganizaba tanto a miembros de su iglesia como de otras denomina-ciones en contra del ascenso de Hi-tler en Alemania a principios de losaños treinta. Encarcelado en variasocasiones por sus actividades políti-cas, Niemoeller pasó cuatro años en un campo de concentración antesde ser liberado en 1944. Acerca de supaís, alguna vez escribió: “Primerovinieron por los comunistas, y yo noalcé la voz porque no era comunista;luego vinieron por los socialistas,…;luego vinieron por los sindicalis-tas,…; luego vinieron por los ju-díos,…; luego vinieron por mí, peroya no había nadie que alzara la voz.”Sustituyamos “inmigrante árabe”por “comunista” y el futuro se mirasiniestro.

Traducción: Raúl Dorantes

Page 9: contratiempo 02

$2,229 millones de dólares de reinversiónde utilidades y el resto de cuentas entrecompañías. Es decir, las nuevas inversionesextranjeras hacia México equivalen apenasal 17.72% de lo que los mexicanos handepositado en los Estados Unidos.

Y para comparar, los $37,300 millones de dólares depositados por mexicanos enbancos de los Estados Unidos superan en2.8 veces las remesas enviadas por los mexicanos del norte.

Aunque contemos la lana que no pasapor los bancos (la que mandamos con el tíoJuan o la comadre Teresa, la que gastamosen las vacaciones de verano y de diciembrey de Semana Santa en México del Sur, la quepagamos en los consulados por matrículas,pasaportes, actas de nacimiento de nuestrosniños y la que pagamos por derechos deaduana para meter nuestro carrito a Méxi-co) seguimos perdiendo.

La otra tajadaClaro que los sacadólares noson los únicos culpables: en el 2002, la deuda en monedaextranjera de la banca comer-cial fue de $6,400 millones dedólares, y la del sector priva-do de $69,800 millones de dó-lares. Y las deudas, si no siem-pre se pagan con sangre, si sepagan con intereses. De purosintereses y amortizaciones,México pagó el año pasado$25,200 millones de dólares.

En total, México debe $155 mil millones de dólaresal extranjero. La lógica diceque las deudas se contraenpara hacer pagos para mejo-rar las condiciones de pro-ducción del país, pero el de-sempleo no baja, los salariosno suben y la produccióntampoco, o sea que la deudano beneficia al país.

A la mejor por eso se hablatanto de un programa de tra-bajadores huéspedes de ori-gen mexicano en los EstadosUnidos. A la mejor México

quiere exportar más mexicanos para que lemandemos más remesas, y así los sacadó-lares puedan mandar cada vez más dineroa los Estados Unidos.

A la mejor por eso andamos tercos enmeter migrantes al Congreso mexicano,porque los legisladores de allá no estánhaciendo su trabajo. A la mejor, además de legislar el voto de los mexicanos en elexterior, nuestros diputados tendrían quehacer leyes contra los sacadólares.

Si los que vivimos en México del Nortenos propusiéramos pagar la deuda con lasremesas nos tardaríamos como 15 años, no-más que nuestras familias no tendrían quécomer en ese tiempo.

Hace un par de años, cuando andábamos cabildeando por los derechos políticos de los mexicanosque vivimos en México del Norte, Juan Hernández –en aquel entonces encargado de dorarnos la píl-dora por parte de Vicente Fox– nos dijo que ya se había avanzado, que ya no se nos considerabatraidores. Un compañero de la delegación le dijo que a él le parecía lo contrario, que esta adminis-tración sí nos consideraba traidores, pero “traidores” de dólares.

Jorge Mújica

La anécdota viene a cuento porque hace unos días se re-veló que los mexicanos “de acá” acabamos de romperotro récord: en lo que va del año, hemos enviado a Mé-xico del Sur la preciosa suma de $2,740 millones de dó-lares, un aumento en las remesas del 26 por ciento. Estoquiere decir en castellano que por cada tres dólares queenviamos el año pasado, ahora estamos enviando cuatro.

Atrapados sin salidaSegún el Banco de México, el aumento se debe a que estáncontando mejor el dinero, pero según nosotros, el aumen-to se debe a que miles de mexicanos que antes venían atrabajar solamente una temporada al año y se regresabana México con sus dólares, ahora se ven obligados a que-darse debido a los efectos del 11 de septiembre. Nomásen California, según acaba de declarar la Oficina del Cen-so de los Estados Unidos, hay medio millón más de me-xicanos de los que se habían calculado hace dos años.

Este aumento en las remesas demuestra una vez másla importancia que tenemos los migrantes, ya que viene a representar un dos por ciento de crecimiento en la pro-ducción en México, cosa que ya quisiera ver Fox en unaño de su gobierno.

Cada envío promedia unos 310 dólares con 17 centa-vos, y en México cada centavo cuenta. Según el mismoBanco, la mayoría de las remesas se dirige al campo, quees el sector de menor crecimiento en los últimos años.

También como dato anexo, el costo de las remesas habajado, dato interesante que nos hace recordar que no fuegracias al gobierno de México sino al programa de la Coa-lición Internacional de Mexicanos en el Extranjero, CIME,que dio inicio en el 2001 y en el que ahora participan unos50 bancos. Este programa permite a los indocumentadosla apertura de cuentas bancarias y el retiro de dinero enMéxico en cualquier cajero automático. Esto ha eliminadolos costos de envío que el año pasado generó un ahorrode casi mil millones de dólares según el Departamentodel Tesoro de los Estados Unidos.

La otra cara de la monedaPero si las remesas son el “sol” que ilumina las casas delas familias de los migrantes, el “águila” es la salida dedinero del país. Solamente el año pasado, $37,300 millo-nes de dólares salieron de México para ser depositadosen los Estados Unidos. Esto equivale a 4 veces y media el total de las nuevas inversiones extranjeras realizadasen el país. Y eso que la salida de dólares de México bajórespecto al 2001, cuando salieron $40,500 millones.

El año pasado, la inversión extranjera directa enMéxico fue de $13,626 millones de dólares, poquito más de la mitad que en el 2001. Según el Banco Central$6,611 millones de dólares fueron de nuevas inversiones,

9

Page 10: contratiempo 02

10

de un Estudio de Viabilidad de unaPolicía Europea de Frontera. A partir de ahí, la Comisión Europea aprobó undocumento en el que se propone crear el Cuerpo Europeo de la Policía de Fron-teras, cuya primera misión será la vigi-lancia común de las fronteras marítimaseuropeas. A propuesta del Estado espa-ñol, los flujos migratorios irregularesque entran en Europa por el sur seránvigilados mediante satélite. En diciem-bre del pasado año, la Comisión Euro-pea propuso destinar, entre 2002 y 2006,más de 400 millones de euros al objetivode control estrictamente policial.

–Endurecimiento del sistema de visa-dos: la creación de un banco de visadosúnico y la apertura de Oficinas Conjun-tas de Visados dotadas de un sistemainformático común. La modificación del modelo de visado para introduciruna foto digitalizada y la creación de un archivo central de huellas dactilares(Eurodac) de solicitantes de asilo y refu-gio. La UE exige visado a los ciudada-nos de 135 países y utiliza el Sistema deInformación Schengen (SIS) para alma-cenar e intercambiar información sobreinmigrantes irregulares. Acaba de seraprobado también el almacenamiento de los datos de todos aquellos que ha-yan solicitado una visa en cualquier país

de la UE y les haya sido denegada.–Restricción del derecho de asilo a

partir de la aplicación del Convenio deDublín ya que la denegación del asilo en uno de los Estados miembros equi-vale al rechazo en todos ellos. A su vez, la resolución de los llamados TercerosPaíses Seguros permite que cualquiersolicitante de asilo pueda ser devuelto al primer país considerado seguro por el que haya transitado antes de acceder a la UE. Por supuesto, todos los paísesque rodean la UE son considerados se-guros y otros muchos de los que puedenacceder por vía aérea. Si, además, tene-mos en cuenta la figura de la responsa-bilidad del transportista, a quien se haceresponsable de la repatriación de la per-sona que haya llegado sin los documen-tos exigidos para la entrada en el paíscorrespondiente de la UE, el resultado es que muy pocos refugiados puedenacceder a ella para solicitar asilo. Es laforma moderna de vaciar de contenidoel derecho de asilo.

–Expulsiones coordinadas. El LibroVerde “Una política comunitaria de re-torno de los residentes ilegales”, elabo-rado por la Comisión Europea, ha sidoel disparo de salida para la puesta enmarcha de un plan para la expulsión de los inmigrantes indocumentados

Así rezaba un titular del diario El País el pasado 20 de mayo, y nos sirve de termóme-tro para saber por dónde van los tiros a la hora de afrontar la inmigración por parte de la UE. Y no sólo la inmigración clandestina, ya que, por extensión, la relación entreinmigración y delincuencia es una imagen que va calando en la opinión pública. La no-ticia comentada dice: “Los ministros del Interior de Alemania, España, Francia, Italia yel Reino Unido vincularon ayer las redes de tráfico de inmigrantes con el terrorismoislámico. Giusseppe Pisanu, titular italiano de la cartera, declaró en Jerez de la Fron-tera, Cádiz, que existe ‘constancia’ de que las mafias que introducen ilegalmente ex-tranjeros en la UE son ‘vehículo para actividades delictivas’ como ‘el narcotráfico, elterrorismo y la delincuencia organizada. De hecho, el encuentro informal de Jerez teníacomo objetivo el análisis conjunto de ambos temas, cuyo nexo siempre se había suge-rido pero nunca había sido expuesto con tanta claridad por un titular de Interior…’El objetivo de las medidas que plantearon es, según el ministro italiano, ‘levantar unmuro político contra la inmigración clandestina’.” Como se ve, la histeria antiterroristalevantada por la administración estadounidense sigue causando estragos en la políticacomunitaria relacionada con cuestiones migratorias.

Así, las posibilidades de emigración a Europa se han visto afectadas muy negativa-mente por la lógica de las políticas de seguridad, reforzadas tras el 11-S.

Los trabajos de unificación de las distintas políticas migratorias existentes en los diferentes Estados de la Unión Europea, se están realizando tomando como denomi-nador común aquellos cuyas políticas son más restrictivas. En este sentido el Estadoespañol, de la mano del gobierno de José María Aznar, ha jugado un papel relevante.

Las bases de dicha política fueron sentadas en el Consejo Europeo celebrado enLaeken, en diciembre de 2001. Allí se dio prioridad a los mecanismos de cooperaciónentre los servicios encargados del control de fronteras y se abandonó el objetivo real de integración.

La presidencia en turno de la UE, correspondió al gobierno español durante el pri-mer semestre de 2002, en pleno auge de las políticas implementadas tras el 11-S. En loque hace a políticas migratorias, dicha influencia se plasmó en la Cumbre de Sevilla.

Las medidas que está poniendo en práctica la Unión Europea consisten en:–Blindaje policial de fronteras con la propuesta, a largo plazo, de la creación de una

Guardia de Fronteras. El ministro de Interior de Italia, Claudio Scajola, fue el promotor

Peio Aierbe

“Cinco países de la Unión Europea (UE) vinculan el te-rrorismo con las mafias de la inmigración clandestina.Las policías europeas investigarán conjuntamente lacadena de atentados de Casablanca.”

Page 11: contratiempo 02

11

nombre de pateras, atestadas de inmigrantesque arriesgan su vida en el viaje. El pasadoaño 2002, según datos policiales, fueron de-tenidas a su llegada en patera 16.504 perso-nas. Los naufragios fueron nueve y los aho-gados 35, con 20 desaparecidos. 74,467 per-sonas fueron devueltas, en su mayoría ma-rroquíes (23,381) y rumanos (18,865). Las ci-fras de las organizaciones de solidaridad coninmigrantes dan el número de al menos 152 personas muertas al intentar cruzar elestrecho el pasado año. Sólo en los veinteprimeros días de 2003, al menos 38 inmi-grantes aparecieron muertos en el naufragiode varias pateras antes de llegar a las costasespañolas.

En el propio Estado español, el gobiernode Aznar ha procedido a reformar, en losúltimos tres años, en tres ocasiones la Ley de Extranjería, siempre en un sentido restric-tivo. La última, siguiendo el hábito de hacerde éste un tema de política electoral, ha pro-cedido, la semana anterior a la celebraciónde elecciones municipales, el 25 de mayo, apresentar un nuevo proyecto para reformar,por tercera vez dentro de la misma legisla-tura, la legislación de extranjería. En estaocasión el motivo ha sido que el TribunalSupremo dictaminó, en su día, la inconstitu-cionalidad de 11 artículos del Reglamento deaplicación de la Ley de Extranjería al ser másrestrictivo que la propia ley en terrenos cla-ves. Según dicho tribunal, los preceptos anu-lados lo son por afectar a derechos funda-mentales, que no pueden ser regulados pordecreto, como la tutela judicial efectiva deinmigrantes sin papeles detenidos en el inte-rior del territorio español y el de libre circu-lación del inmigrante indocumentado auto-rizado a permanecer en España. Dicha sen-tencia obliga al gobierno a poner en libertada los inmigrantes que lleguen en pateras sino es capaz de devolverlos a su país en elplazo de 72 horas. Tampoco podrá recluir en Centros de Internamiento a aquellos ex-tranjeros que tengan incoados expedientes

de devolución y no de expulsión. Asimismo,el gobierno tiene la obligación de revisar lasmiles de solicitudes de permisos de trabajopor la vía del Régimen General, que fueronrechazadas en 2002 por el supuesto de “pro-cedimiento inadecuado” recogido en elreglamento.

Hay que tener en cuenta que la Ley deExtranjería actualmente en vigor está recu-rrida ante el Tribunal Constitucional, quetodavía no se ha pronunciado al respecto.Pues bien, el gobierno español, lejos de mo-dificar el Reglamento para acomodarse a la Ley, decidió modificar la propia Ley. ¡Y van...! Aunque, al hacerlo de esta manera,dejan abierta la puerta a un recurso de in-constitucionalidad.

Las nuevas medidas se presentan siemprecon el mismo envoltorio, a saber, para favo-recer la inmigración legal hay que perseguirseveramente la ilegal. Finalmente, lo sustan-tivo de los cambios reside en reforzar la ba-tería de medidas criminalizadoras de aque-llos inmigrantes que accedan a la UE sin ladocumentación requerida. Aunque estasmedidas se presentan siempre como desti-nadas a impedir el acceso de los inmigrantesno deseados, la realidad ha mostrado sufi-cientemente que éste es, por muchas razones,un objetivo imposible de alcanzar, por lo quesu única y real consecuencia es que, al difi-cultar las vías de acceso, lo que se refuerzanson las mafias que encarecen y hacen peli-grosos los intentos de acceso a la UE, y, unavez en ella, facilitan la explotación de losinmigrantes indocumentados. Dado que éstaes la consecuencia real de las sucesivas leyesrestrictivas de inmigración, no pocos señalanque es también el objetivo buscado, aunqueno confesado, de las mismas: precarizar lamano de obra inmigrante finalmente instala-da en territorio de la Unión Europea.

residentes en la UE. Dicho plan prevé operaciones coordinadas como expul-siones conjuntas en vuelos chárter. El pasado 4 de diciembre, los Estados es-pañol y francés ponían en práctica esta medida con el primer vuelo conjuntode expulsión de 85 rumanos. 63 de esos rumanos fueron embarcados en un avión en Madrid, que hizo escala en París, donde se sumaron los otros 22 rumanos expulsados por el gobierno francés, con destino a Bucarest. Estapráctica ha continuado en 2003. Las expulsiones individuales, en aviones nor-males, además de más costosas para los gobiernos, son más impopulares anteel hecho de tener que, con frecuencia, obligar violentamente a los inmigrantesexpulsados a permanecer en el avión. Esta violencia ha llegado a producir lamuerte en varios casos. El último de ellos ocurrió el pasado 30 de diciembre,en la persona de Ricardo Barrientos, argentino de 52 años, muerto cuandointentaban deportarle desde el aeropuerto Roissy de París en el vuelo AirFrance 416 con destino a Buenos Aires.

–Condicionar los acuerdos de cooperación con terceros países a la firma de acuerdos de readmisión. Los ministros de exteriores de la UE pactaron, el 18 de noviembre de 2002, que todo acuerdo de cooperación y colaboración,con una serie de países, incluirá una cláusula para la gestión conjunta de losflujos migratorios y para la readmisión de inmigrantes clandestinos. Tambiénestá en discusión la propuesta de sancionar a los países que no controlen ade-cuadamente la emigración ilegal.

–Mantenimiento de Centros de Internamiento de Extranjeros, en donde son encerradas las personas que no han cometido ningún delito pero que notienen los papeles en regla y que son confinadas durante un tiempo variable,en función de los países, hasta que son expulsadas. La privación de derechosde estas personas, y las condiciones en que se encuentran dichos centros hansido objeto de repetidas críticas por parte de las asociaciones de solidaridad.

Acorde con este clima, numerosos países están considerando la introduc-ción de modificaciones legislativas en este sentido. Los últimos de la lista son Dinamarca, Italia, España, el Reino Unido, Austria y Holanda. Veamos caso por caso:

En Reino Unido: Ha endurecido las condiciones para acceder a la ciudada-nía, ha reforzado los controles de identidad y ha dificultado el acceso al asilo.Los inmigrantes habrán de pasar un examen sobre cultura, costumbres y estilode vida británicos. El gobierno aprobó también televisar las expulsiones de losrefugiados cuya petición de asilo sea denegada.

En Alemania: El Tribunal Constitucional anuló, en diciembre de 2002, lanueva ley de inmigración aprobada el mes de marzo de ese año que permitía la entrada regular de extranjeros pero que era rechazada por la DemocraciaCristiana.

En Dinamarca: En junio de 2002 se aprobó una nueva ley que niega el acce-so a ayudas sociales hasta que no se lleven siete años de residencia, restringe el derecho de asilo y refugio, pone dificultades al permiso permanente –quepasa de tres a siete años– y a la nacionalidad, al tiempo que impone exámenesde danés.

En Austria: Aprobado el borrador de una nueva ley que hará que pierda el permiso de residencia quien, a los cuatro años de vivir en Austria no hayaaprendido el alemán. La medida afectará a las personas que entren a partir del 1 de enero de 2003. El coste de los cursos de idioma se repartirá al 50% entre el gobierno y el inmigrante.

En Italia: Se aprueba la Ley Bossi-Fini que supone, entre otras cuestiones,que un extranjero que entre en Italia tras haber sido expulsado, comete undelito penado con hasta cuatro años de cárcel y con seis por falsificación dedocumentos. El permiso de estancia tendrá una duración de dos años y seconcederá a los extranjeros con oferta de trabajo, y si se queda sin trabajodurante los dos años se tendrá que marchar del país. El plazo para obtener el permiso permanente de residencia pasa de cinco a seis años.

En Portugal: El proyecto de ley, actualmente en discusión, destinado aacabar con la entrada de inmigrantes clandestinos, permite a los municipiosestablecer el número de inmigrantes que necesitan como mano de obra.

En la UE en su conjunto: La criminalización del mundo árabe. El Observa-torio de Fenómenos Racistas y Xenófobos de la UE alerta sobre un incrementodel miedo a todo lo relacionado con el islam, que ha propiciado un aumento en Europa de forma alarmante de los ataques contra musulmanes y todo lo que simboliza el islam.

El auge de la presencia electoral de la extrema derecha puede verse en elhecho de que en cinco países de la UE los partidos ultraderechistas o popu-listas accedieron al gobierno: Holanda, Italia, Austria, Dinamarca y Portugal.

Un drama que afecta directamente al Estado español es la llegada a las costasmediterráneas o de Canarias, de pequeñas embarcaciones, conocidas por el

Page 12: contratiempo 02

12

Imágenes

Lo dijo mi madre:“Cristo murió por el perdón de tus pecados”.Me sentí culpable, y me quise confesar.En el reclinatorio sentí miedo,no arrodillé mis secretos.

Sentí miedoa la muerte, al purgatorio, al infierno,o a sufrir eternamente.

Miedo de lo prohibido, de lanzarme al fuego de no renacer como sol.

Me pregunté si dios tenía secretos,si sentía miedo a ser creado por mía mi imagen y semejanza, y a sufrir dolores de parto.

Café

Color triste

el color de la iglesia,

de los monjes,

de los reclinatorios

de puertas cerradas,

hechos de árboles mutilados.

Itzel Muñoz

Los seis autores que esta vez se

publican en esta sección tienen

tres cosas en común: son lati-

noamericanos que residen en

Chicago, ninguno de ellos escribió

algún cuento o poema en su país

de origen y todos formaron parte

del taller de literatura El coyote.

Dicho taller nace a principios de

2002 respondiendo más que todo

a la inquietud de algunos alum-

nos tanto de inglés como de GED

del Lakeview Learning Center. En

agosto del mismo año publican el

primer ejemplar de la revista El

coyote para dar a conocer los tex-

tos que habían nacido en el taller.

De El coyote sólo se publicaron

tres números.

Page 13: contratiempo 02

Howard

Yolanda Avellaneda

Virginia camina por las calles, desorientada, llena de frío y de recuerdos. Va vestida con harapos y huele mal.

Anoche se juntó con otros a beber y a disfrutar un poco del fueguito precariamente preparado; tal vez así apaciguaría el frío y el dolor, pero con el correr de las horas las dos cosas se intensificaron. Salió de aquel hueco muy temprano y, a pesar del mareo, pudo observar que había nevado.

Ahora mira el blanco hiriente de la nieve en las veredas, y añora un lugar. Se frota las manos, apenas cubiertas por los mitones de colores que encontró en la basura de la iglesia. Los mira, y la trasportan a esos días donde la felicidad era posible. Los autos pasan, pero son sólo líneas largas, paralelas, monocromáticas. Ella sigue ahí, perdida en el arco iris de sus manos, que se mueven al compás de un imaginario vals. Y la hacen reír.

Abre sus ojos y comienza a caminar con paso lento, con unas botas marrones que por el choque con la nieve le dificultan más su caminar. Desea tomar un café calentito con algo sólido, y de inmediato recuerda todas las dietas que intentó, toda la comida que tiró para no caer en tentación. Unos rayos de sol laacompañan un rato y luego se esconden detrás de las egoístas torres que rodean el lago. Y de repente el mareo se intensifica y empieza a gritar y a maldecir a los que le dieron el vino. Sus manos se crispan y se mueven sin rumbo. Una niña que va pasando la mira asustada. Virginia da con su mirada y deja de gritar. Siente que a su rostro cansado se le están dibujando algunas lágrimas. Las borra.Sigue caminando hasta llegar a la orilla del lago; Virginia lo rodea. Escucha que el agua con su rumor la invita; se quita las botas, siente lo helado en la piel, en los huesos, y en pocos segundos ve cómo su horizonte comienza a desdibujarse.

Uptown

Erika Buchancow

Esta noche otoñal inclino mi cabeza a la derecha, y te miro desde la ventana del baño. Veo elrevolotear enloquecido de los mosquitos en la luz de ese faro que encandila. Te contemplo y

busco descubrirte entre la penumbra de afuera y la oscuridad de adentro. Comparo tus edificios con los de allá de donde vengo. Te escarbo y te dibujo con tu cielo abierto, despejado; y ante mí tres figuras rectas que dividen el aire con algunas ventanas de luz y otras de carbón. El semáforo en rojo y yo me sumerjo en la bañera como la gaviota al tocar el mar. Prendo el faso que tiene olor a Sur y miro el baile del humo que me seduce y se va. Escucho el goteo eterno de la canilla queintento cerrar, y me patino con el jabón del que penden cabellos. Cierro la ventana, caigo en elcolchón, huelo la soledad, le predico un adiós a la noche y con el último bostezo me deslizo.

13

Page 14: contratiempo 02

14

Te duermes tarde por estar le-yendo algo que no es. El col-chón está demasiado blando

y el suelo demasiado frío, en fin.Una cobija, las luces se apagan y laradio sigue prendida a un volumendemasiado lento. Afuera, en la calle,unas voces matan lo que podría serplacentero: la oscuridad, los mur-mullos, una cobija vieja, el humodel cigarro encerrado en el cuartocaliente con el piso frío. Los ojos se cierran y por fin el sueño…¿Placentero?

Más oscuridad, las imágenes lle-gan, se van, se pierden. Te volteas,subes un brazo, recuerdas que hayque quitarse los zapatos para estarmás cómodo. Acostado boca arriba,te tapas la cabeza y te cubres los ojoscon el antebrazo. Te vuelves a que-dar dormido. Ahora unas imágenesmás claras, recuerdos de algunosaños atrás, lo que pasó ayer, lasimágenes de la película con la quete traumaste. Te volteas otra vez,más oscuridad.

Los niños juegan, los adultos gritan; por la calle pasa un carro tal vez modelo reciente, tal vezviejo, pero molesta. Los párpa-dos se separan. Otra gente diría:“otro día!”; tú dices: “otro día”

escupiendo las palabras como algoamargo, asqueroso.

Once A.M. Te pones las botas sincalcetines. No te las amarras. ¡Claro!Aún te cuesta trabajo mantener losojos abiertos. Caminas con los bra-zos hacia delante por temor a cho-car con algo, pero te tropiezas; notienes brazos en las rodillas.

En la cocina los platos están su-cios. “¡Vale madre!”, dices, pero tedas cuenta que no importa ya queno hay nada que comer. No tienestrabajo, no estudias, te das cuentaque todos los días son como do-mingo o como cualquier otro pin-che día. Bueno, te preguntas: “¿Quéhacer?” Y no respondes. Te metes acualquier cuarto, ves el televisor, loprendes. En el primer canal ves quetodas las personas son mejores quetú. Todos tienen una sonrisa, sabesque es estúpida y falsa. Te molestasy le cambias no sólo porque esassonrisas sean estúpidas y falsas si-no porque aunque lo sean tienenun lugar, y te recuerdan que tú nolo tienes. Otro canal, ahora es unaserie donde los protagonistas seencuentran en situaciones difíciles,pero, como ya sabes, todo terminabien y con una moraleja de mierda.Y dices: “Y eso qué”, pero como te

cansas de buscar le dejas ahí. Y teacuestas en el sofá lleno de sopaque los hijos de tu hermano tiraronel día anterior. Te acuestas. Pasauna hora, dos horas, quizás tres y te empieza a doler la cabeza.Piensas que es por la caja estúpidapero también porque no has comi-do nada desde ayer en la mañana.Te levantas, sales del cuarto y dejasla tele prendida. Vas caminando portodos lados y lo que ves comestiblete lo engulles de una forma deses-perada. Te encuentras a tus fami-liares. El sermón de diario: “bla-bla-bla, bla-bla-bla, bla-bla-bla” y tú con tus excusas de siempre.Pasa un rato y todo se olvida. ¿Te bañarás o no te bañarás? No, no te bañas. “Me bañé antier”,dices, “además, no tengo por quéhacerlo”, claro, sin mujer, sin ami-gos, con cansancio y con ese granhastío.

Sales de tu sagrado lugar de descanso con las botas amarradas–ahora sí–. Metes las manos a lasbolsas y te das cuenta que las bol-sas sólo están hechas para meter lasmanos… Pero ahí hay algo, ¡un ci-garro a medio fumar!, pero no traescerillos. A la primera persona quepasa le pides lumbre. ¡Qué suerte!

Sí trae. Sigues caminando, ahoracomo todo un señor; con cigarro en mano. La luz es demasiada, hay mucha gente, te da asco todo,tienes ganas de correr. Todos temiran. No es cierto, nadie te mira.La tarde pasa tranquila. Buscas aun conocido para no hablar y nopensar, y en el trayecto dices queno importa, todos lo hacen, dediferente manera pero lo hacen.Llega poco a poco la oscuridad, el frío, el poco frío que hay en estaépoca del año. Vas a buscar ahora a una mujer con quien hablar, ya te cansó el conocido.

Hablas y escuchas; sueños, revo-luciones y otras cosas salen de tuboca y llegan a tus oídos. Preguntasla hora. Ya es tarde. Llegas a tu gua-rida, escoges un libro. En realidadtomas el que esté más cerca de ti.Prendes la radio y la dejas en laestación que ya estaba. Te tumbasen el colchón y te pones a leer conun cigarro en la boca y otro al ladodel cenicero. Por cierto, los cigarroslos tienes porque se los robaste acualquier incauto. Bueno, lees porespacio de… tal vez minutos, talvez horas. Luego te das cuenta queya es tarde y que tienes que dormir.

José Díaz

Page 15: contratiempo 02

Daniel Patiño

15

Era lunes, como aeso de las once.Jacinto llegó a la

casa listo para almor-zar. El atole de Maice-na, los bolillos calienti-tos y los frijoles de laolla estaban ya sobre lamesa. Los rayos del sollograban colarse por loshuecos del tejado y porel orificio cuadrado quesimulaba una ventanaen una de las paredesde adobe. Los jarros,adornados con pinto-rescas florecitas, esta-ban acomodados en el pretil y acá los leñoscalentaban el comal. Lamadre seguía haciendotortillas para que sellenara el tazcal.

Jacinto sabe que es suúltimo almuerzo junto

a su madre y a sus doshermanas menores.Hace un par de semanasdecidió irse al Norte,pues ha visto que todoslos que viajan a esas tie-rras vuelven con algode fortuna y sintiéndo-se más importantes.

Ya es mediodía. Todoestá listo para el viaje,que según es de dos se-manas; primero trans-portándose por autobús,luego por avión y al fi-nal la caminata. Se des-pide de su madre dán-dole un abrazo y unbeso en la mejilla.

–No te vayas, Jacinto.Ponte a estudiar y a tra-bajar aquí. Al cabo quecon frijoles y tortillasno nos vamos a morirde hambre.

–No te preocupes,jefa. Algún día tenía quetomar esta decisión. Asícomo tú dejaste a miabuela cuando te vinis-te del rancho, yo tam-bién lo estoy haciendo.No te agüites. Nadamás un año y me regreso.

Jacinto observa latristeza en los ojos desu madre. Quisiera llorar y decirle que laquiere, que realmenteno quiere separarse deella, ni de su padre, nide los demás, pero noestá acostumbrado a ex-presar sus sentimientos.

A paso veloz y con lamochila al hombro, sedirige a la salida princi-pal. Llega al lugar don-de solía jugar y hacer

travesuras. Y para evi-tar sufrimiento algunoprefiere escabullirse aúnmás rápido. Pero se leatraviesa uno de losperros que siempre ha estado en la casacuidando de que nin-gún ladrón asome susnarices. Jacinto lo ob-serva. El perro mueveel rabo, brincotea, quizácontento porque intuyeque él va a regresar alatardecer, como ha sidosiempre. Jacinto lo ig-nora y simplemente lohace a un lado del ca-mino empujándolo conel pie.

Page 16: contratiempo 02

16

Joel Soto

–Estoy segura que tu papávolverá muy pronto –medijo mi madre con su

voz joven y sedosa. Entonces comencé a recordar

aún más al hombre que tiempoatrás había partido, un soldado alto y fuerte con una voz que acualquiera intimidaba. Recordé que solía pasar el tiempo limpian-do, observando y jalándole el gati-llo a sus dos armas. Llegué a sentircelos, pero también una gran admi-ración por él. Recordé su continuohablarme de la guerra y de la luchaen contra de los malvados, “the evilguys”, decía él.

–Nunca he estado en una gue-rra, mijo, pero pronto lo estaré, y estoy más que listo.

Y supongo que era verdad por-que la mayor parte de su tiempo lopasaba en la base militar Fort Hood,que estaba a unas pocas millas deaquí.

Una semana después del avisode mi madre lo miré regresando,abriendo la puerta del cercado querodeaba nuestra yarda. Salí de casacorriendo y la alegría me hizo sal-tar hasta él. Mi madre salió ense-guida soltando el llanto y regandobendiciones por doquier. Pero mipadre lucía muy triste, como cuan-do fuimos al entierro del abuelo: su paso lento, el rostro bajo y susojos inmensamente vidriosos. In-tenté preguntarle mil cosas mien-tras él comía lo que mi madre lehabía puesto sobre la mesa, peroella me dijo que no lo molestara,que seguramente él estaría cansa-do. Y así debió ser porque de suboca no salió ni una respuesta amis preguntas. Su mirada era lejanay perdida, como cuando intentasmirar uno de esos puntos brillantessobre la tierra y sabes que está infi-nitamente lejano, no encuentras na-da. Así era su mirada de aquellatarde, vacía. Se levantó de la mesay se fue a sentar al sofá de la sala,en donde se quedó dormido. Unosminutos después comenzó a decirmuchos nombres de personas, en-tre ellos el de William Calley, aquelamigo negro con el que había a-prendido inglés. Mi madre y yo lomirábamos sin saber qué hacer, yde repente despertó dando un grangrito que me dejó el corazón su-dando, al igual que su rostro. Selevantó y subió a su cuarto trope-zando con los muebles como ani-mal herido de muerte.

A la mañana siguiente, al levan-

tarme, él ya estaba sentado ennuestra pequeña banca de la yarda.Fui a él y lo saludé cariñosamente,a lo que respondió con una sonrisafloja y triste, como si a la fuerzaalguien le hubiese extendido losextremos de los labios para fingircierta alegría. Desde ahí miramospor un largo rato a la gente pasar:mujeres vestidas de negro soste-niendo en una mano un pañueloque muy seguido se ponían en elrostro y en la otra llevando a susniños de caras pálidas y flaquencas;hombres que cargaban el mismorostro de mi padre, algunos lleva-ban puestos vendajes o se apoya-ban en una muleta. Sentí miedo al ver mi barrio tan demacrado. No era así cuando llegamos. Recor-dé a los grupos de soldados quesiempre por ahí habían pasado gri-tando y cantando, todas esa muje-res que solían reir entre ellas y ju-gar con sus niños. Pero ahora todolucía triste, como mi padre.

Mi madre nos llamó al desayu-no, que también fue en silencio, ysin mis preguntas. Mi padre se le-vantó y fue hacia un jarrón de don-de sacó una llave con la que abrióel baúl en el que guardaba celosa-mente sus dos armas, ahí, protegi-das de todo daño maligno, abraza-das por las tablas de ese cofre, co-mo si fuese un tesoro invaluable,intocable para cualquier otro ser. Se quedó mirándolas por un tiem-po infinito, ellas dentro de su espa-cio, él inmóvil y concentrado, comosi sus ojos le permitiesen ver algomucho mas allá de la forma y ma-teria que poseían. Su rostro refleja-ba repugnancia, antipatía y rencor,como nunca antes lo había miradoyo en hombre alguno. Me llamódiciendo que iríamos a dar un pa-seo. Supuse que al igual que en elpasado acudiríamos a su tan ama-da práctica de jalar gatillo en lamontaña, pero nos encaminamoshacia una de las solitarias orillas deTown Lake, en donde nos sentamossobre las rocas.

–¿Tú crees que soy valiente,mijo?

Me había preguntado con unavoz queda y temblorosa a la vez.Yo me puse a pensar en el signifi-cado de “valiente”. En realidad nolograba comprenderlo. Todo eratan confuso. Me invadió el recuer-do de nuestro viaje, el cruce por lafrontera, luego yo a aquí todos esosnombres que escuchaba yo en laescuela, eran nombres de personas

que con pistola en mano nos ha-bían dado patria y libertad, si,todos ellos eran valientes. Perotambién me invadió el recuerdo de mi madre recibiendo por fin lostan esperados papeles mientras mehablaba de Jesús y su humildad, desu amor por la paz y por el hom-bre. Por eso siempre había creídoque Jesús era valiente. A mi padreno le pude contestar, sólo moví lacabeza verticalmente en señal deagravamiento.

–Antes que yo me fuera, mijo,yo sí que era un hombre valiente,más que cualquiera. No le teníamiedo a nada ni a nadie, pero ya no es así. Esa valentía tan grandeahora se está muriendo y es muypequeña. Y ¿sabes?, voy a usar esepoquito que me queda junto a ti,porque ahora es lo único que tepuedo dar. Ya no me queda más.

Yo lo miraba atento. Aún recuer-do el movimiento de sus labiosblancos al hablar, el movimiento de sus manos tan de otro mundo,la forma que tomaba al estar senta-do así, doblado, como si a la mitadde la espalda le naciera otra espinadorsal. Levantó las armas que habíapuesto sobre el suelo y sin rodeoslas lanzó al agua con todas las fuer-zas de su rabia. Ahora sus ojos in-mensos estaban ahí, justo en dondeel agua ahogaba sus tan amadostesoros.

–Me fui a la guerra por el bientuyo y el de tu madre. Ya luego meentraron ganas de ser héroe. Peroen Vietnam todo fue diferente. Dejéa mucha gente tirada, con sus ojosabiertos, sin ver nada, porque yaestaban muertos, y los muertos noven nada.

Rompió en llanto, y entre sollo-zos me pidió que nunca fuera comoél para no sufrir el tormento de laconciencia. Ahora su rostro lucíaaún más triste y lloroso, y su ima-gen era todo lo contrario a la demis recuerdos.

–No volveré a disparar un arma,mijo, te lo juro.

Más que una promesa, esas palabras se desbordaban en unanhelante perdón, desesperado, no encontrado, pronunciado poresa voz que ahora era sumamentedolorosa, hasta lo más infinito de latristeza. Y se fue caminando rumboa la casa. Yo no lo pude seguir. Mequedé tratando de adivinar lo queno podía entender.

Después de un rato tambiénregresé a casa, pero él no estaba

ahí. Mi madre dijo que sólo habíavuelto para darle un beso y se ha-bía ido sin decir palabra. Miré lamochila que había traído con él,tirada en un sofá. Fui a ella, y des-pués de mirarla por un rato medecidí a abrirla. Adentro había unretrato de mi padre con dos com-pañeros más, juntos los tres antesde partir, los tres con el uniforme,parados y sosteniendo grandesfusiles. Había algo en esa imagenque resaltaba sobre lo demás, talvez el orgullo reflejado en esos ros-tros, ese coraje y esas ganas de triunfar que les salía de los ojos.Encontré una medalla en forma de estrella en donde decía: “TheSoldier Medal: Roberto MartínezUS ARMY”. Y saqué de esa mochi-la unas hojas sucias en las queescribía mi padre durante sus díasde batalla. Después de leerlo medio la sensación que no había dife-rencia entre todas ellas, todasmonótonas, como si todas fuerancopias de un mismo original.

Vietnam, poblado de Son My, 16 de marzo de 1968. La luz deldía casi se ha ido, pero todo sigueigual, nada ha cambiado. Hoy almediodía llegamos al pueblo deMay Lai en busca del enemigo,pero no lo encontramos; nos diomucho coraje, han sido muchosdías de búsqueda. William nosordenó abrir fuego contra losciviles por ocultarnos informa-ción. Todos murieron, mujeres,viejos y niños, nadie quedó vivo,tan sólo dejamos charcos de san-gre y más de treinta cadáveres.Ahora sólo quiero morir, como si el no existir fuese mi únicaesperanza de paz, pero supongoque aún el sufrir me tiene unlargo futuro en vida, y quizásmás allá...

Levanté la mirada, y colgado de la pared miré un retrato fami-liar, cuando aún vivíamos todos enMéxico, él ahí con sus dieciocho a-ños, representando toda la inocen-cia de los hombres, una sonrisalimpia saliéndole de la boca. En-tonces creí que algún comandantetonto me había mandado al solda-do equivocado. El que había vueltono podía ser mi papá. Así que salícorriendo a la calle con la idea deencontrar a mi verdadero padre.

Page 17: contratiempo 02

Raising VictorVargas:

Diario de un dominican-york

Jochy Herrera

Recuerda una vez que fuimos asílos barcos y el mar, la fe y el adiós

llegar a un lugar pidiendo vivirhuir de un lugar salvando el dolor…

Pedro Guerra

Con apenas 28 años, Peter Sollett dirigemagistralmente Raising Victor Vargas.Premiada en los festivales de Sundancey Cannes, el largometraje nos muestra,por un lado, las relaciones amorosas ylos desafíos existenciales de un jovendominicano en la urbe neoyorkina. Porotro, nos invita al análisis de la aliena-ción económica, cultural y social del másde un millón de dominicanos llegados a Nueva York en busca de mejor suerte,mostrándonos la incomunicación queabruma a los inmigrantes de primera y segunda generación en sus cotidia-nidades y también en sus memorias.

En la película, redefinición y noviaz-gos son desafíos saludables del creci-miento; la incomunicación y el aisla-miento, pequeñas tragedias vivenciales.

Víctor, autoproclamado “papichulo”,conquista a las más codiciadas jóvenesdel vecindario sin darse cuenta que, enese proceso, él es tan víctima como loson ellas. Posadolescente rebelde, des-cubre que al crecer se renuncia a cosasque se asumían como paradigmas:

juveniles. Allí conoce al único personajede la trama que no pertenece a la familia:la funcionaria a quien le confiesa su frus-tración y quien, a su vez, la ayuda aentender el sinsentido de su queja: ¿quéha hecho Víctor para merecer castigo?

La abuela representa el lazo fundamen-tal entre la isla y Norteamérica: ella guar-da entre sus pechos la llave que cierra elteléfono de la casa, cuyo uso le ha prohi-bido a sus nietos. Y aun así, es ella quienal final abre la cerradura del viejo aparato,rescatando en esta simbólica escena losinstrumentos de comunicación ausentesdel núcleo familiar. En otras palabras, nuestros orígenes definen las ataduras pe-ro también solucionan nuestros enigmas.

“Park closed” lee un cartel que estájunto a los protagonistas mientras conver-san en la azotea de un edificio que majes-tuosamente muestra una ciudad, que ni esajena, ni les pertenece; simplemente estáahí como testigo. Nueva York es un ma-crocosmos de millones de latinos sin ac-ceso a la ciudad que los cobija, es el sos-tén de la alienación del inmigrante: supresencia, su percepción, pero no su participación.

Peter Sollett, recién graduado comocineasta de New York University, seenriquece con el apoyo del SundanceScreen Lab y La Cinefondation Paris. Ya había sido premiado en Cannes con su documental Five Feet High and Raising.Luego de dos años de trabajo, logra con-juntar un casting de actores y actrices(todos con poca experiencia filmográfica)a través de panfletos que anunciaban elproyecto en el Lower East Side de unManhattan muy particular.

En este primer largometraje, Sollettcrea una semiótica que libera a los actoresdel guión, y al mismo tiempo les da elpoder de la creatividad espontánea: ellosimprovisan diálogos y escenas en patiosescondidos donde los gallos y la chatarracrean el paisaje, o en habitaciones donde a los hermanos los une la complicidad y el silencio.

La banda sonora es intrigante: aunquela mayoría de las canciones pertenecen aun estilo de música tradicional caribeña,ni se puede identificar como música quesea auténticamente dominica, ni se com-pagina con la contemporaneidad de la historia. Sin embargo, en ocasiones elmodesto y hacinado apartamento quealoja la familia es sublimizado con unasnotas de J. S. Bach, apuradamente ejecu-tadas por Nino.

La crítica anglosajona del mainstreamha simplificado la película al calificarlacomo una historia de crisis de adolescen-tes entre jóvenes confundidos y “unaabuela sin sentido”. Yo, que vi a mi tíaYolanda jugar loto en bodegas de NuevaYork que olían a Santo Domingo, sé que la tragedia de la diáspora tiene nombre,apellido y domicilio. Me pregunto si el“sinsentido” de nuestras memorias y cos-tumbres no es, en realidad, nuestra identi-dad. Tal vez el título original de la pelícu-la (Long Way Home) le hubiera mostrado a los críticos de The New York Times que la crianza de Víctor Vargas es, para Taticasu abuela, la admisión del abismo de ladiáspora.

la manera de humedecer los labiosfrente a una muchacha, el lenguajeverbal o corporal que empleamos,la reputación en el vecindario... enfin, Víctor aprende que la comuni-cación exige un convencimiento denuestra identidad y una disposi-ción a defenderla.

Él dispone de un círculo inme-diato, y tal vez el único: sus her-manos menores Nino y Vicky, y suabuela Tatica. El primero se la pasapensando en las técnicas para conquistar muchachas; y la segun-da está preocupada por parecersecada vez más a las modelos que veel televisor. La abuela, encargadade su crianza, es el símbolo de lavieja guardia: la añoranza de unaRepública Dominicana y una de-fensa del inglés como fuente y jus-tificación de sus freudianas y anti-cuadas reglas hogareñas. Tatica seconecta con la isla recordando queordeñaba las vacas en el remotopueblo de sus orígenes, o tambiénal lavarle el pelo a su nieto menorcon latas de Café Bustelo. Ella escuidadosa al aclarar que a pesar de sus decenios en este país aúnmantiene esa dignidad genera-cional que la obliga a enfrentar las adolescentes travesuras de sus nietos.

En la película no hay otros per-sonajes más que los miembros dela familia de Víctor y sus amigoscercanos quienes parecen sólo te-ner la piscina del barrio como esfe-ra vivencial. Las escuelas, los clubesy los vecinos están ausentes; perte-necen a esa otra urbe foránea queno es parte de sus vidas pero quela conforma. Es como si vivieranen Nueva York sin saberlo.

En su único contacto con el sis-tema, la abuela Tatica, desesperadacon los desvaríos de Víctor y teme-rosa de las experiencias que trae a la casa, acude a las autoridades

Page 18: contratiempo 02

18

“La Nena” en elAguijón

Re-lectura de la poesía deDelmira Agustini

Delia Negro

Yo muero extrañamente... No me mata la Vida,no me mata la Muerte, no me mata el Amor;

muero de un pensamiento mudo como una herida... "Lo inefable"de Cantos de la Mañana

La transgresión de lo tradicionalmente femenino y la necesidad del mundo en que vivimos de crearmitos constantemente, han provocado relecturasde la poesía de Delmira Agustini. Pero lo que lla-ma realmente la atención es que haya sido la dis-tancia geográfica lo que ha provocado y permitidoesta relectura. Es precisamente en el exterior y noen su país de origen, Uruguay, donde se ha de-mostrado real interés por la vida y obra de estepersonaje femenino de la época del 900. Pareceríaque desde fuera se contara con la perspectiva ne-cesaria para hacer resurgir, una y otra vez, al po-lémico personaje. Es el caso de la escritora esta-dounidense Judy Veramendi –autora de la piezateatral puesta en escena hace unos días en elTeatro Aguijón–, quien ha dedicado varios años de investigación al estudio de esa atractiva personalidad.

También hemos visto hace pocos años en carte-leras de Buenos Aires, cómo Victoria Ocampo, Al-fonsina Storni y Delmira Agustini a la cabeza, haninspirado la creatividad dramática de la tempora-da teatral. ¿Será una necesidad de cambio y derenovación la búsqueda de estos personajes trans-gresores de la sociedad burguesa de principios delsiglo pasado, justamente en los comienzos de unnuevo siglo?

Paralelamente, observamos el escaso interés o la postergación del tema o... ¿el miedo al cambio?,de una sociedad montevideana demasiado afecta-

da por el impacto provocado por los modernistasdel 900. Disfrazados de parisinos, sembraron elescándalo en una sociedad en la cual todavía seescucha el eco de un asesinato-suicidio o suicidio-asesinato, que resonó en el Barrio Sur en el mes de julio de 1914. Ese día moría “La Nena”, pero se consolidaba en el tiempo Delmira Agustini.

Es revelador el silencio editorial e intelectualque se ha manifestado en Uruguay en torno a estetema. Unos, respondiendo a “La Nena”, lo ignoranpor considerarlo inabordable, agresivo y transgre-sor, y otros, por no caer en el análisis de una rea-lidad social muy cercana, lo ignoran antes queencararlo.

El aislamiento del “cisne en el pantano”, deldandy en el “Tontovideo”, como lo llamaban losmodernistas locales Herrera y Reissig y Roberto de las Carreras, respondía a la vanguardia literariade la época, al vate nicaragüense Ruben Darío, con-suelo epistolar de nuestra poeta.

Delmira fue el “cisne en el pantano”; fue el pro-ducto de una sociedad cambiante por el flujo inmi-gratorio, en el que ya estaba gestándose y cuestio-nándose el lugar que en esta sociedad ocupaba lamujer. Y es en las ciudades rioplatenses donde ve-mos mejor ejemplificada esa dualidad social: lasamas de casa ...y Delmira, las hermanas Ocampo,Alfonsina Storni, Gabriela Mistral, Blanca LuzBrum, Irma Avegno y hasta Eva Perón con lassalvedades que podamos marcar en este últimocaso. En ese momento la mujer logra un espacio en la sociedad, tiene acceso al conocimiento, launiversidad le abre sus puertas y forma profesio-nales destacadas. Y si hacemos una rápida revisiónhistórica, podemos registrar en el año 1913 la a-probación del divorcio en el Uruguay. Delmira es la primera mujer que hace uso de ese derecholegal de separación de una pareja, ella lo inauguracon gran escándalo entre sus contemporáneas.

La dualidad que vive Delmira en su propiavida es la dualidad de la sociedad. Ella es el reflejode un cambio que apenas comenzaba, aceptado y no aceptado, en un vaivén entre la modernidady la aceptación callada de lo ya existente.

Pero, luego de un siglo, no ha llegado elmomento todavía de la estabilidad. La sociedaduruguaya fue un ejemplo de cambio a principiosdel siglo pasado, pero esa vertiginosa y tempranaaceleración, fue perdiendo velocidad paulatina-mente y en la actualidad son otras las áreas que

han adquirido ese privile-gio. ¿Será éste el motivo por el cual resurge el acer-camiento a un personaje co-mo Delmira en el exterior y no propiamente entre susconnacionales, quienes se-rían los que podrían pro-fundizar con un conoci-miento del escenario real?

Debemos valorar enton-ces, los esfuerzos de relec-tura y las reconsideracionessobre el personaje, aunqueestén lejos de reproducir la realidad de la época y ladualidad de esa personali-dad conflictiva, que no sesabe ni cómo, ni por dóndeencararla: por su vida o porsu poesía.

En el Teatro Aguijónhemos visto en estos díasuna Delmira obediente,caprichosa y erótica, unManuel Ugarte galante y un mediocre Enrique Reyes,pero ninguno de ellos trans-mitía la fuerza y el peso dela transgresión propios delos ojos modernistas. Sinembargo, observamos unamadre de Delmira cuestio-nándose y aferrándose a lavez, a un molde social im-puesto por sus antecesoras,cumpliendo un papel máscercano a la realidad delmomento, más cercano a

las representantes de esaburguesía de principios desiglo. Porque esa dualidadno era exclusiva de Delmira,era sentida, era captada portoda mujer, era la expresióndel desencanto, era la bús-queda de aire libre. La par-ticularidad de Delmira fuesaberlo exteriorizar, saberlodecir, saber captar las imá-genes que la llevarían inde-fectiblemente hacia un finalinalcanzable e incontenible,a su propio final: presenti-do, temido y deseado. Enri-que Reyes, Manuel Ugarte,André Giot de Badet, RubénDarío eran para DelmiraAgustini vías de búsquedade lo inasible.

La condensada síntesisde una vida tan corta y tancompleja que hemos vistoen estos días en el TeatroAguijón, puede pasar poralto condicionantes decisi-vas del desenlace de Delmi-ra, pero, aunque tenga unaire de exportación, debe-mos valorar la iniciativa y la investigación de un temaque aborda reales dimensio-nes, en este otro comienzode siglo.

Page 19: contratiempo 02

El Premio JuanRulfo cumple suprimera década

Leda Schiavo

Premio Juan Rulfo, una década. AntologaJuan Gustavo Cobo Borda, ed. México:Universidad de Guadalajara/Fondo de

Cultura Económica. 2002.

Pocas antologías pueden dar tanta sa-tisfacción a los lectores como ésta, quereúne a lo más inteligente y consagra-do de la literatura latinoamericana delos últimos años, en lo que hace a lanarrativa y a la poesía. Aunque algu-nos iconoclastas pueden considerarque el premio Juan Rulfo, con toda lamenesunda que lo rodea, es una sim-ple operación de mercado, y no cabeduda que lo es, tampoco hay ningunaduda de que leer a estos autores distin-guidos por el premio, todos juntos enun solo volumen, es un plato fuerte ysabroso que poco tiene que ver con lanouvelle cuisine. Quizás es que llevarnada menos que el nombre de JuanRulfo condiciona el premio, y él, desdeesa región de las sombras que conocíatan bien, vigila las debilidades del jura-do y logra que se premie lo bueno y lo que sigue uniendo a los latinoameri-canos perdidos en la selva de mercadoscomunes, libres comercios –que no eslo mismo que comercios libres– y otraszarandajas. Uno vuelve a sentir queLatinoamérica existe, que produce ge-nios y que hay un lenguaje y un orgas-mo común que supera estúpidas fron-teras. El jurado está integrado por losmandarines de la literatura latinoame-ricana, vivan aquí o allá, pero Rulfo vi-giló para que no se equivocaran. Huelea cosa oficial y mercantilista, pero pese

a todo Rulfo gana: los autores son bue-nos de verdad, dicen cosas grandes quenos tocan, en este maravilloso idiomacomún al que cada uno da un ritmo, unvocabulario, una textura, un algo queplace a los sentidos y a la inteligencia,y con el que todos nos identificamos.América Latina es nuestros escritores y nuestra música, además de la manode obra barata y la sangre joven que sebeben los vampiros internacionales. Un chileno como Nicanor Parra (pre-miado en 1991), pese a aceptar convivircon Pinochet, es capaz de impresionar-nos con su ironía, su nonchalance, sudecir profundo con la lengua de todoslos días. Un mexicano como Juan JoséArreola (premio 1992) nos sigue con-moviendo con su guardagujas. El cuba-no Eliseo Diego que recibió el premioen 1993 y murió al año siguiente, nosdeja en la antología su “Testamento”.En 1994 la distinción cae en Julio Ra-món Ribeyro, peruano y cuentista deinacabables registros estilísticos: haytres cuentos para disfrutar de los mis-mos en esta antología. La brasileña Né-lida Piñón fue elegida el año siguientey nos deja su visión femenina a travésde su portugués traducido con excelen-cia. Otra mujer recibió el premio en1998, la argentina Olga Orozco, quedesgrana en sus largos versos el miste-rio de la vida y de la muerte. AugustoMonterroso no podía dejar de estar enesta lista de escogidos, y lo fue en 1996.Al año siguiente el jurado decide pre-miar a un español, y elige a Juan Mar-sé, autor de novelas y residente en Ca-taluña. En 1999 el premiado es el ensa-yista y novelista mexicano Sergio Pitoly en el 2000 se distingue la obra y la fi-gura pública del poeta argentino JuanGelman. El décimo año del premioincorpora al prolífico y multifacéticoJuan García Ponce. Cuando la Anto-logía estaba ya en pruebas, el ganadordel año 2002, Cintio Vitier, encuentraun lugar en las últimas páginas paracerrar así esta suma de genios litera-rios. La selección del material y el pró-logo son obra de Juan Gustavo CoboBorda, y en todos los casos se recoge el discurso con que los premiadosreciben el galardón. El premio JuanRulfo se entrega todos los años en laUniversidad de Guadalajara, coinci-diendo con la Feria Internacional delLibro y tiene el patronazgo del CentroCultural de México, de Radio FranciaInternacional y de Le Monde Diploma-tique. Siempre han surgido grandescreadores en América Latina. La resis-tencia cultural es uno de nuestros fuer-tes y un lápiz y un cuaderno bastan a nuestros escritores para alegrar a los vivos y prepararse para no morirdel todo.

Monterroso:Augusto

Carmen González

Se puede decir con muchas palabras, sepuede describir con minuciosidad y proliji-dad, se puede unir vocales y consonantes,introducir comas, espacios, puntos segui-dos, apartes y suspensivos, mayúsculas y minúsculas. Se puede, sobre lo mismo,construir una historia extensa, descriptiva,exhaustiva. Escribir cien, doscientas, tres-cientas páginas. Escribir sobre el mismotema una novela. Se puede, sí, pero noparece que se pueda hacer ni decir muchomejor. No parece que se pueda llegar a lasíntesis genial, a esa precisión de relojerode la gramática, de cirujano de la aritméti-ca, de matemático del vocabulario, de do-minio del verbo. No parece que sea fácilllegar a la síntesis, a la esencia, ni captar la complejidad humana y la comicidad delo ordinario usando el lenguaje con la pre-cisión, eficacia y maestría de Monterroso:Tito para los íntimos, para los amigos. Augusto por nombre, propio, suyo, de símismo, sustantivo y adjetivo indicativo de identidad, posición y dignidad. AugustoMonterroso nos ha dejado, se ha ido quizásporque como él mismo dice en Los busca-dores de oro “...el pequeño mundo que unoencuentra al nacer es el mismo en cualquierparte en que se nazca; sólo se amplía si unologra irse a tiempo de donde tiene que irse,físicamente o con la imaginación....”. Se haido, pero nos ha dejado relatos, cuentos,ensayos, pensamientos y por ellos nos tieney por sus obras le seguimos teniendo. Mon-terroso nos ha dejado la posibilidad deimaginar las historias encerradas en espa-cios tan breves. Para cada lector hay unenigma en la magia de sus palabras.

Monterroso, Augusto. ¿Se puede decirmás? Se puede jugar al juego de imaginarlo que esconde la historia. Descubrir en laprecisión de su lenguaje, escaso, afinado,exacto, lo oculto, lo no contado...

“El cuento debe ser denso e intensodesde la primera hasta la última línea. No importa el final ni importa la historia.Importa la historia por la forma en que estácontada”, dijo, y así es como son sus cuen-tos: densos e intensos, breves, suficientes,exactos, precisos, ricos, irónicos...

Su biografía, se escapa en lo que

escribe, sale y se desparrama, pues elvalor de su biografía es el valor de sulucidez, de la capacidad de observarse,observando, de la distancia y proximidadcon la que analiza el comportamientohumano tan contradictorio. En Los busca-dores de oro escribió: “A lo largo de mivida he vivido las cosas como si lo que me sucediera le estuviera sucediendo a otro, que soy y no soy yo...”.

Lucidez e incredulidad, la eterna duda,la duda de uno mismo reflejada en suscuentos deliciosos pues nos ahorra pala-bras, ¡y nos dice tantas cosas! El mismoautor relata en Los buscadores de oro sussentimientos ante un público de la Uni-versidad de Siena, un público que con lalucidez que le caracteriza intuye o presien-te que no sabe quien es él y dice que lesdice: “es muy probable que ustedes nosepan quién les va a hablar, empezaré porreconocer que soy un autor desconocido, o, tal vez con más exactitud, un autor igno-rado (en ese momento, dice, pasaba por suimaginación la protagonista de uno de suscuentos, quien ante un público primero in-diferente y luego hostil, se enreda expli-cando que en realidad no es una actriz)”.Así, su cuento refleja y es un referente a su propia situación, la situación de verseexplicando que, en realidad, él, que impar-tirá una conferencia a un público de estu-diantes y profesores... en realidad, no esconocido. Su realidad se refleja en su cuento, su cuento refleja su realidad.

Monterroso: observador agudo, ácido,cáustico, irónico. La ironía del lúcido, dequien percibe, más allá de la realidad apa-rente, la esencia y contradicción oculta enlas situaciones narradas, el cerebro ator-mentado por la lucidez, la realidad pluralde múltiples caras ocultas, las más de lasveces, para un contador común, para unobservador menos agudo, más lineal.

Ante el género humano en el que sereconoce y que es, sólo en apariencia, tandiverso, se enreda en la observación: “sien-to a mi alrededor a mis compañeros de es-cuela: admiro a unos por su valor, su dedi-cación o su memoria; me doy cuenta de la adulación de otros con los maestros;percibo el ridículo en los presumidos y los orgullosos; y están los buscadores de aprobación”.

“Dios todavía no ha creado el mundo;sólo está imaginándolo, como entre sueños.Por eso el mundo es perfecto, pero confu-so.” (Augusto Monterroso, El mundo)

“Hoy me siento bien, un Balzac; estoyterminando esta línea.” (Augusto Monte-rroso, Fecundidad)

Dicen que decía y dijo: “Para mí cual-quier lector es el lector ideal”.

Para Monterroso, de un lector cualqui-era, de un lector ideal.

19

Page 20: contratiempo 02

20

Temas y variaciones enGabriel García

Márquez yCarlos Fuentes

John Barry

García Márquez, Gabriel, Vivir para contarla,

Mondanori, España, 2002, 592 pp.

Fuentes, Carlos, En esto creo, Seix Barral,

España, 2002, 352 pp.

En el año 2002 cuatro autores latinoa-mericanos de mucha envergadura pu-blicaron libros de memorias y reflexio-nes sobre la vida. Augusto Monterrosocuenta sus experiencias con otros escri-tores del continente en Pájaros de Hispa-noamérica. Mario Benedetti ofrece medi-taciones poéticas sobre nuestro tiempo(algunas bastante simplonas) en Insom-nios y duermevelas. Carlos Fuentes publi-có En esto creo, una mezcla de ensayo,autobiografía, declaración de principiosy confesión en forma de un abecedariopersonal, empezando con la A de Amis-tad y terminando con la Z de Zurich. Y en el libro más esperado del año y elmás vendido en el mundo hispanopar-lante en sus primeros meses de publi-cación, Gabriel García Márquez cuentasu vida desde su infancia hasta sustreinta años en el primer volumen desus memorias. Me gustaría comentarestos textos nuevos de García Márquezy de Fuentes, en parte porque en elloshay muchos ecos de sus obras enteras y en parte porque al contrastarlos se po-nen de relieve las diferencias entre dosgigantes de la narrativa contemporánea.

“La vida no es la que uno vivió, sino

la que uno recuerda y cómo la recuerdapara contarla”, con este epígrafe empie-za García Márquez Vivir para contarla.Indudablemente el autor ha permaneci-do fiel a la idea de que la vida y la lite-ratura son inseparables: leer las memo-rias de sus primeros treinta años es hacerun recorrido por Cien años de soledad, El amor en los tiempos del cólera, La hoja-rasca y El coronel no tiene quién le escriba.Como había declarado antes y como po-ne de manifiesto en estas memorias, losaños que vivió en la casa de sus abuelosen Aracataca más sus experiencias comojoven en Barranquilla y Cartagena for-man la base fundamental, si no exclusi-va, de su narrativa. En Vivir para contarlaencontramos los personajes, los inciden-tes, el trasfondo histórico, los temas ylas inquietudes de casi toda su narrati-va. Siempre ha afirmado que su prosano pertenece al realismo mágico porquelas cosas que cuenta en sus novelas real-mente pasaron, y el lector familiarizadocon sus ficciones pasa de un episodio a otro de sus memorias reconociendo loleído en Cien años de soledad o en El amoren los tiempos del cólera.

Inevitablemente sus memorias rela-tan también cosas que no aparecen ensus novelas y cuentos: detalles de susaños de estudio en el colegio y en launiversidad, las muchas parrandas yborracheras de su juventud, los miles de libros y cigarros que consumía leyen-do incansablemente hasta el amanecer,sus muchas amistades, sus amores –in-cluido el gran amor de su vida–, susviajes, su aprendizaje como novelista ycomo periodista. Además hay episodioshistóricos narrados con detalle que nofiguran o que aparecen muy brevemen-te en su narrativa, como por ejemplo el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán en1946, conocido como el Bogotazo, quedesencadenó en el periodo conocidocomo La Violencia. Pero a pesar deestas nuevas revelaciones e historias, el lector tiene la sensación de haberleído todo esto antes, en gran medidaporque la voz narrativa y el lenguajeson muy semejantes a los de las novelas.El primer párrafo de Vivir para contarlapodría ser el comienzo de cualquiernovela garcíamarquina.

Mi madre me pidió que la acompañara a vender la casa. Había llegado a Ba-rranquilla esa mañana desde el pueblodistante donde vivía la familia y notenía la menor idea de cómo encontrar-me. Preguntando por aquí y por allá en-tre los conocidos, le indicaron que mebuscara en la librería Mundo o en loscafés vecinos, donde iba dos veces al díaa conversar con mis amigos escritores.El que se lo dijo le advirtió: ‘Vaya concuidado porque son locos de remate’.Llegó a las doce en punto. Se abrió pasocon su andar ligero por entre las mesasde libros en exhibición, se me plantóenfrente, mirándome a los ojos con lasonrisa pícara de sus días mejores, y an-tes que yo pudiera reaccionar me dijo:

–Soy tu madre.

Me gustó mucho Vivir para contarla,pero debo confesar que soy un gran ad-mirador de la prosa de García Márquez,tanto que siempre me sorprende que al-guien no pueda entender por qué Cienaños de soledad está considerada una delas mejores novelas del siglo XX. Reco-nozco que hasta cierto punto GarcíaMárquez toca la misma música en todassus obras, de modo que para alguien aquien no le gusta su melodía las memo-rias podrían resultar si no insignifican-tes por lo menos aburridas. Pero como a mí me encanta esa música, sus memo-rias me resultan muy entretenidas: to-can temas y variaciones de una grancanción. Reconocemos una música queno habíamos escuchado antes de DukeEllington o Antonio Carlos Jobim y go-zamos con ella a pesar de lo familiarque nos suena. Algo parecido ocurrecon Vivir para contarla. El lector que hadisfrutado con las novelas de GarcíaMárquez va a pasarlo bien, a pesar deque puede resultar abrumadora la canti-dad de datos, nombres e incidentes rela-cionados con los mundos literario y po-lítico de Colombia en las décadas de loscuarenta y los cincuenta.

Si con García Márquez podríamoshablar de temas y variaciones sobre su infancia y adolescencia en el Caribecolombiano, en el caso de Carlos Fuen-tes sería mejor pensar en un músico dejazz que improvisa mucho, que a vecesproduce una frase brillante y luego otraya escuchada muchas veces, que citafrecuentemente a maestros pasados ypresentes, que toca muchos estilos conmayor o menor éxito y que evidente-mente nunca ha tocado en un grupo que no tuviera músicos de renombre. Si en Vivir para contarla abundan nom-bres de personas desconocidas fuera delámbito regional de Colombia, en En estocreo casi todos los conocidos de Fuentesson muy famosos. Igual que en Vivir pa-ra contarla, En esto creo está plagado deecos, referencias y citas directas de tex-tos anteriores, de los temas, obsesiones,pasiones e ideas que hemos leído antesen sus escritos. Fuentes es elocuente yapasionado en las secciones “Educa-ción”, “Hijos”, “Iberoamérica”, “Lec-tura”, “México”, “Muerte”, “Novela” y “Sociedad Civil”; es repetitivo, pocooriginal y a veces presumido y un pocopesado en “Amor”, “Cine”, “Faulkner”,“Odisea”, “Wittgenstein” y “Yo”. Si enVivir para contarla hacemos una relecturade las novelas de García Márquez a tra-vés de su vida, en En esto creo encontra-mos referencias y reminiscencias de laobra producida hasta ahora por el escri-tor mexicano. Veamos un fragmento de“Lectura”, en el que Fuentes se sirve deuna de sus técnicas preferidas, la acu-mulación de frases paralelas, donde sepuede reconocer parte de la temáticadel autor, así como el gusto de crear má-ximas y sentencias, que vacilan entre eltópico y la sinceridad.

El libro nos dice lo que ninguna otraforma de comunicación puede, quie-re o alcanza a decir: La integracióncompleta de nuestras facultades deconocernos a nosotros mismos pararealizarnos en el mundo, en nuestroyo y en los demás.

El libro nos dice que nuestra vidaes un repertorio de posibilidades quetransforman el deseo en experienciay la experiencia en destino.

El libro nos dice que existe el otro,que existen los demás, que nuestrapersonalidad no se agota en sí mismasino que se vuelca en la obligaciónmoral de prestarle atención a los de-más –que nunca son lo de más.

El libro es la educación de los sentidos a través del lenguaje.

El libro es la amistad tangible, ol-fativa, táctil, visual, que nos abre laspuertas de la casa al amor que noshermana con el mundo, porque compartimos el verbo del mundo.

Las reflexiones e ideas de CarlosFuentes no son las de cualquier persona,y lo que dice por ejemplo sobre la he-rencia precolombina, la globalización,Luis Buñuel, la política de México o lanovela contemporánea merecen nuestraatención. El problema es que hemos leí-do mucho de esto antes en sus ensayosy novelas, y si ése no fuera el caso, seríanecesario que profundizara más en eltema. No obstante, hay momentos con-movedores y auténticos en En eso creo,como el segmento sobre la “Muerte”,seguramente inspirado en el dolor porla pérdida de su hijo. Aquí la prosa essentida, clásica, íntima, poética, bella.

“La muerte espera al más valiente, almás rico, al más bello. Pero los iguala almás cobarde, al más pobre, al más feo,no en el simple hecho de morir, ni si-quiera en la conciencia de la muerte,sino en la ignorancia de la muerte. Sa-bemos que un día vendrá, pero nuncasabemos lo que es. La esperamos congrados diferentes de aceptación, de fu-ria, de tristeza, de cuestionamiento, dearrepentimiento… Enemiga, y, más queenemiga, rival, cuando nos arrebata aun ser amado. Qué injusta, qué maldita,qué cabrona es la muerte que no nos ma-ta a nosotros, sino a los que amamos…En rebelión contra semejante crueldad,aprendemos por lo menos tres cosas. La primera es que al morir un joven, ya nada nos separa de la muerte. La segunda es saber que hay jóvenesque mueren para ser amados más. Y latercera, que el muerto joven al que ama-mos está vivo porque el amor que nosunió sigue vivo en mi vida.”

En fin, tanto Vivir para contarla comoEn esto creo son viajes de regreso, reen-cuentros con dos de nuestros escritoresmás prolíficos y queridos, cada uno consu propia canción.

Page 21: contratiempo 02

21

A 200 años deEmerson

José Ángel Navejas

IAlgunos hombres se confunden con su obra. Y es la música, acaso, el génerodonde esta correspondencia entre biogra-fía y obra es más evidente. Vale la penarecordar que, en la mayoría de sus com-posiciones, Bach, devoto cristiano, tocatemas relacionados con la religión. Quizáno sea esto una mera casualidad, ya quela música, más que especular, rescata lovivido. Ya Wagner afirmaba que el ater-rador éxtasis de sus sinfonías no prove-nía de otro lado sino del susurro de losbosques. Dada su naturaleza, la literatura–y sobre todo la ensayística–, se resiste a otorgar este tipo de libertad. Este es, sin embargo, el caso de Ralph WaldoEmerson.

Afirmar que la obra de Emerson esesencialmente autobiográfica no es deltodo arriesgado. Después de todo, eltema más recurrente de sus Essays es lacondición humana. Así, Emerson reducela filosofía a las circunstancias actualesdel hombre, convirtiéndose en un he-redero tardío del estoicismo vía Epicteto.Según éste, existen dos tipos de cir-cunstancias: aquellas fuera de nuestrocontrol y las que podemos controlar.Asumiendo tal precepto, Emerson seadhiere, explora y explota las circuns-tancias sobre las cuales, como individuo,puede ejercer algún tipo de control. Di-cha actitud le permite a Emerson propo-ner: “Society is everywhere a conspiracyagainst everyone of its members”, pro-puesta que, de no ser avalada por unaexperiencia previa, resultaría una meraherramienta retórica. Pero en 1838, en elascenso de su carrera como orador que le daría prestigio tanto a lo largo de Esta-dos Unidos como en el Reino Unido,Emerson pronuncia su discurso DivinitySchool Address en Harvard, el cual le ganael repruebo del ala conservadora de di-cha institución. Tal reacción, no obstante,era de esperarse. Egresado de esa mismauniversidad, el pronunciamiento del Sa-bio de Concord -como ya se le conocía envida- sacudió el fundamento del univer-so puritano de Massachussetts al afirmar,entre otras herejías, que: “To aim to con-vert a man by miracles is a profanationof the soul”.

Mas el terror de algunos se traduce en la exaltación de otros. Y si bien, dichodiscurso le cerró a Emerson las puertasde Harvard hasta 1868, a través de losaños, la firmeza de sus convicciones leganó no pocos adeptos. De entre la au-diencia que abarrotaba sus discursos, uninquieto joven neoyorquino en busca de

la filosofía que dierapauta a sus ideasencontró en Emersonsu respuesta. ¿Sunombre? WaltWhitman.

Whitman llegó a declarar que“my ideas weresimmering andsimmering, andEmerson broughtthem to a boil”.La influencia deEmerson en la obra de Whitmanes, pues, significati-va. De hecho, habien-do apenas recibido elejemplar de Leaves of Grassde su autor, Emerson nodudó en remitirle una cartaexpresándole su complacenciacon el libro que llegaría a convertirse en el clásico de referencia en la poéticanorteamericana. Whitman, consciente delpeso intelectual de Emerson y el impactoque dicha carta podría tener en el lectornorteamericano, la distribuyó en formade folleto, la mandó imprimir en The NewYork Tribune y apresuró la segunda edi-ción de su libro, citando en la contrapor-tada una porción de la carta –que los crí-ticos llaman “the most famous letter inAmerican literature”– avalada por elnombre de Emerson impreso en letrasdoradas.

El entusiasmo de Whitman por dichacarta no era para menos. Después de to-do, Emerson era ya una de los intelectua-les más prominentes en el área de Boston:de pastor unitario en poco tiempo se con-vierte en el protagonista central del mo-vimiento literario y filosófico de NuevaInglaterra conocido como Transcendenta-lism, movimiento desde el cual se proyec-tarían eminencias de las letras estadouni-denses como Henry David Thoreau yMargaret Fuller. Mas el efecto Emersonno se confinó sólo a Estados Unidos, ypronto se extendió a Europa, donde laprosa del autor estadounidense encontróen Carlyle a uno de sus más tempranosadmiradores del otro lado del Atlántico.

IIInjustamente excluído del canon existen-cial, Emerson podría fácilmente situarseal principio de dicho movimiento. Ya que,aparentemente, la mayor influencia querecibió Friedrich Nietzsche –quien juntocon Søren Kierkegaard se considera elpadre del existencialismo– no proveníade ninguno de sus predecesores germa-nos, franceses ni británicos, sino de lavoz radical, perturbante y desgarradoraque encontró en los ensayos del ensayistay poeta estadounidense. De hecho, la ideade adoptar a Zarathustra, el famoso he-raldo de la muerte de dios, como el per-sonaje central de su libro más controver-tido, muestra claramente la gran influen-cia que Emerson ejerció sobre Nietzsche.

Al margen de su copia de los

ensayos deEmerson,Nietzscheanota conentusiasmo,“Das ist es!”(¡aquí está!)refiriéndo-se al hallaz-go del anti-guo profetapersa que

vendría aencarnar su

pensamiento. La deuda de

Nietzsche, y porconsiguiente del

existencialismo, conEmerson es mayor de

lo que se imagina. Ya lo su-giere George J. Stack en un estu-

dio comparativo entre ambos pensado-res, “If one went from a careful readingof Emerson’s essays to Thus Spoke Zara-thustra, one would repeatedly have theexperience of déjà-vu”. Así, el hecho deque en Also sprach Zarathustra uno de lostemas más recurrentes sea –como antesen Leaves of Grass– la afirmación, la cele-bración del mundo concreto, es decir, untema propiamente emersoniano, no debe-ría sorprender a nadie. De hecho, el Za-rathustra nietzschiano está prefiguradoya en la idea de Emerson del intelectualestadounidense. En su discurso “TheAmerican Scholar”, Emerson propone:

Men are become of no account. Men inhistory, men in the world of to-day, arebugs, are spawn, and are called “themass” and “the herd.” …They are con-tent to be brushed like flies from thepath of a great person, so that justiceshall be done by him to that commonnature which it is the dearest desire ofall to see enlarged and glorified. Theysun themselves in the great man's light,and feel it to be their own element.

Mientras, por su parte, el Zarathustrade Nietzsche afirma:

En el mundo las mejores cosas no valennada sin alguien que las represente: gran-des hombres llama el pueblo a esosactores.

Lleno de bufones está el mercado –¡y el pueblo se gloría de sus grandeshombres! Éstos son para él los señoresdel momento.

Es, sin embargo, “Self-Reliance”,ensayo de Emerson, uno de los escritosque sin duda apela más al innato espírituiconoclasta de Nietzsche. En un pasajeque contiene ya la totalidad de la éticaexistentialista, Emerson proclama:

And truly it demands something god-like in him who has cast off the commonmotives of humanity and has venturedto trust himself for a taskmaster. Highbe his heart, faithful his will, clear hissight, that he may in good earnest be

doctrine, society, to himself, that a sim-ple purpose may be to him as strong asiron necessity is to others.

Esta propuesta de Emerson encuentrasu receptor ideal en el Übermensch aquien Zarathustra trata de instruir:

¿Puedes prescribirte a ti mismo tu bieny tu mal y suspender tu voluntad porencima de ti como una ley?

¿Puedes ser juez para ti mismo yvengador de tu ley?

Solitario, tú recorres el camino delcreador: ¡con tus siete demonios quierescrearte para ti un Dios!

La influencia de Emerson en Nietzs-che es mucho más extensa de lo que sepuede señalar en este escrito. No obstan-te, la presencia del pensamiento del ensa-yista norteamericano en la obra del ale-mán es innegable. No por nada, durantelos constantes viajes que la precaria saludde éste le obligaba a realizar, uno de lospocos libros que cargaba consigo era su Versuche, el volumen de ensayos deEmerson en versión alemana. No eraEmerson sólo un libro más en su colec-ción. Para Nietzsche, Emerson era el“Amerikaner Doktor”, el renovador desalud espiritual, el promulgador de unanueva ética que, por el hecho de ser indi-vidual, se rehusa a fecharse. Así, hoy, adoscientos años de su natalicio podemosrepetir con Nietzsche que “Emerson po-see esa seriedad espiritual que descon-cierta todo lo serio; no sabe cuán viejo es y al mismo tiempo cuán joven siguesiendo”. Quizá sea por eso que, a más de siglo y medio de la publicación de susEssays, su efecto sigue ahora tan vigentecomo entonces.

Nietzsche definía su propia filosofíacomo “un platonismo al revés”, con loque quería decir que ésta se erguía desdela esencia terrena de las cosas. Y es pre-cisamente dicha esencia lo que el jovengermano encontró en la obra de Emer-son: una precisa correspondencia entrevivencia y palabra. Copérnico situó LaTierra en su lugar correspondiente; Kanthizo lo suyo respecto al intelecto huma-no, pero es sólo en la obra de Emersondonde la experiencia cotidiana del hom-bre cobra su debida importancia:

[A man] should see that he can live allhistory in his own person. He must sitsolidly at home, and not suffert himselfto be bullied by kings or empires, butknow that he is greater than all thegeography and all the government ofthe world; he must transfer the point of view from which history is common-ly read, from Rome and Athens andLondon, to himself, and not deny hisconviction that he is the court, and ifEngland or Egypt have anything to sayto him he will try the case; if not, let

`them forever be silent.

Page 22: contratiempo 02

22

Berger y elinmigrante:

El séptimo hombre

Juan Mora Torres

Los estudios sobre el fenómeno migrato-rio se han ganado la respetabilidad enlos círculos académicos en las pasadasdos décadas. Hoy en día existen cientosde libros académicos y disertaciones dedoctorado, además de cursos universi-tarios enfocados en la inmigración ac-tual. Los trabajos de Jorge Bustamante,Douglas Massey y Rubén Martínez, en-tre otros, se han convertido en lecturaobligatoria en los diferentes cursos uni-versitarios sobre inmigración. Sin embar-go, y esto es sorprendente, hay un libroque no figura en la lista de lecturasobligatorias y que además no es citadocon frecuencia. Se trata de una obra deJohn Berger: A Seventh Man: a Book ofImages and Words about the Experience of Migrant Workers in Europe (El séptimohombre: libro de imágenes y testimoniossobre la experiencia de los trabajadores mi-grantes en Europa, 1975). Este libro cons-tituye uno de los mejores estudios socio-lógicos sobre las causas que impulsaronla inmigración después de la época deposguerra, y es además un excelenterecuento periodístico sobre la experien-cia vital del trabajador migrante.

John Berger no necesita que lo pre-sentemos. Es uno de los últimos sobre-vivientes de una generación intelectualque agoniza, la de los intelectuales com-prometidos cuya actividad y conoci-miento cubren una multiplicidad de dis-ciplinas. Berger, además de ser un nove-lista consumado, es poeta, traductor,dramaturgo, maestro, crítico de arte yliteratura, dibujante, periodista, ensayis-ta y sociólogo. Su obra está constituidapor más de veinte libros de diferentesgéneros, escritos desde 1950, sin contarlos numerosos ensayos de su autoría.Entre los honores y reconocimientosrecibidos figuran el Booker Prize, por sulibro G, (1972), y el premio de los críticosneoyorquinos al mejor escenario, por suobra Jonah Who Will Be Twenty-five in theYear 2000, (1976). Marxista que jamás re-nunció a sus ideales, Berger siempre hasido un crítico tenaz del imperialismo, ygran parte de su producción intelectualse concentra en el destino del campe-sinado en el mundo contemporáneo.

A diferencia de muchas de las em-presas intelectuales de Berger, el libro A Seventh Man es una de sus obrasmenos conocidas y no ha recibido el reconocimiento que merece. Ya es

tiempo de considerar este libro comouno de los primeros trabajos que resal-tan la importancia de la inmigración enla sociedad contemporánea. Sobre todoporque se trata del libro más completoen la materia. Otros libros concentran su poder en un aspecto del fenómenomigratorio, pero muestran su debilidaden otros aspectos o simplemente los ig-noran. Berger, el estudioso de la vidacontemporánea, confronta las grandespreguntas sociológicas sobre las fuerzassociales y económicas que impulsan lamigración (al modo de Sasken Sassen y Douglas Massey) y, a diferencia de lamayoría de los académicos, sale airosoen su misión de exponer toda la comple-jidad del tema con un lenguaje accesibleal lector común y corriente, sin caer en lasimplificación excesiva. Como periodis-ta, Berger ha logrado darle al inmigranteun rostro humano (como también lo hi-cieron Rubén Martínez y Sam Quiñó-nez). Como artista, capta y expresa lasesperanzas,miedos, frustra-ciones y aspira-ciones del inmi-grante (al modoen que lo hacenLos Tigres delNorte). Bergerse vale de lafotografía, losdibujos, losdatos econó-micos, la teoría,la poesía, y lamultiplicidadde voces, inclui-da la del inmi-grante, paraexplorar elmundo que elinmigrante haconstruido ensu tierra y en el extranjero.

Berger tomael título de sulibro de un poema de Attila József y esuna referencia al hecho histórico de que,durante la década de los setenta, uno decada siete trabajadores manufacturerosen los países industrializados de Europa,como Alemania y Gran Bretaña, era un inmigrante. Fiel a su estilo original, A Seventh Man es un libro de imágenes(las fotografías son de Jean Mohr, el fa-moso fotógrafo suizo) y testimonios enprimera y segunda persona. Está dividi-do en tres partes: “Partida”, “Trabajo” y“Retorno”. Como sociólogo, la principalpreocupación de Berger se concentra enel impacto de las estructuras sociales enla vida de los individuos. Para ello ilus-tra la intrusión del capitalismo transna-cional en los países subdesarrollados deEuropa: Turquía, lo que fue Yugoslavia,Portugal, España y Grecia. El capítulo“Partida” emprende una discusión entorno a la manera en que el mundo contemporáneo penetra en las aldeas

campesinas, socavando todos los pilares de la sociedad tradicional, disolviendotradiciones forjadas en el transcurso desiglos. Una de las principales transfor-maciones operadas por el capitalismoglobal en la "periferia" es la crisis y de-clive del trabajo agrícola, que determinala conversión de los campesinos en pro-letarios, obligándolos a migrar a las ciu-dades modernas de Europa y acabandode esta manera con la clase social másantigua de la historia

La sección titulada “Trabajo” se con-centra en la experiencia vital de los inmi-grantes en las sociedades industrializa-das más avanzadas de Europa. Toca te-mas como la alienación, la carencia depoder, el aislamiento, la forja de la soli-daridad entre inmigrantes, y el rechazode que son objeto por parte de la pobla-ción mayoritaria, especialmente la claseobrera europea y los sindicatos. Más quenada examina la conversión del campe-sino en proletario, sin caer en el deter-

minismoeconómico.Como mar-xista, Ber-ger no estáúnicamenteinteresadoen la trans-formaciónde los “mo-dos de pro-ducción”que se re-gistra en el procesoque lleva alcampesinoa hacerseobrero, si-no tambiénen las trans-formacio-nes cultu-rales rela-cionadascon esta

transición, tomando en cuenta el papelque las tradiciones campesinas juegan en el cambio: “Su ideología es tradicio-nal, católica, musulmana; sus esperanzasde cambio, su humanismo, se funden ensu esperanza de progreso individual yfamiliar”. En uno de sus planteamientosmás audaces, Berger analiza los efectosdevastadores de la división del ciuda-dano y el trabajador inmigrante: “Ésta es la razón por la cual la clase obrera, si acepta la natural inferioridad de losinmigrantes, podría reducir sus propiasdemandas a la calidad de demandasmeramente económicas, fragmentándosede esta manera y perdiendo su propiaidentidad política. Cuando el trabajadornativo acepta la desigualdad como prin-cipio que sostiene su propia autoestima,refuerza y completa la fragmentaciónque la sociedad le impone a él mismo”.

En “Retorno”, Berger intercala su

propia voz con la del inmigrante como sisostuvieran un diálogo. Viviendo en dosmundos interconectados, el inmigranteexpresa sus ambiciones y esperanzas:“Siempre elegí vivir en mi país. Algúndía la situación en mi tierra será mejorque la de aquí, y cuando regrese, podrétrabajar y construirme una casa. Seráuna suerte de paraíso. Si solamente lossalarios en mi país fueran un poquitomás elevados y si todos pudiesen con-seguir empleo, nadie abandonaría esatierra para irse al extranjero”. Bergeridentifica las esperanzas de un mundomejor en el engranaje del sistema decreencias del inmigrante, pero tambiénconcluye que el inmigrante vive en unaprisión de donde es imposible escaparse:“El retorno final es mítico. Le otorga sen-tido a lo que de otro modo carecería desentido. Es una ilusión más grande quela vida. Es el alimento de la añoranza y los rezos. Pero es también un mito enel sentido de que, perteneciendo a losdominios de la imaginación, nunca sehace realidad. No hay un retorno final.La aldea no ha cambiado mucho desdeque el inmigrante partió, así que todavíano existen las condiciones para que pue-da regresar y ganarse la vida allí. Si elinmigrante lleva a cabo su cometido, se-rá víctima del mismo atraso económicoque lo obligó a partir”.

Casi treinta años han pasado desde la publicación de A Seventh Man y lainmigración, en lugar de cesar, se haincrementado. Hoy en día hay más de 130 millones de inmigrantes en elmundo entero. El mundo del inmigranteque Berger describe también ha cambia-do: Europa se ha convertido en una for-taleza que dificulta la inmigración en su territorio; los inmigrantes y sus hijosconstituyen ahora una “minoría” consi-derable que está transformando el rostrocultural y étnico del viejo continente; elsurgimiento del fascismo es fundamen-talmente un producto del sentimientoanti inmigrante que se ha extendido portodo el continente europeo. A pesar deque el libro de Berger se enfoca en larealidad europea, su contenido es rele-vante para la realidad de los EstadosUnidos y todas las regiones subdesarro-lladas que oscilan en su periferia: el Ca-ribe, Centroamérica y México. Hoy endía, por ejemplo, los Estados Unidos esel único país con un índice migratorio demás de 30 millones (más del 11% de supoblación total), mientras que México esel país con mayor índice de emigraciónen el mundo entero (cerca de 10 millonesde inmigrantes mexicanos residen en losEstados Unidos). El inmigrante en estepaís compone el 14% de la fuerza labo-ral. Por lo tanto, el inmigrante latinoa-mericano es el séptimo hombre en estepaís y su historia, contada a la manerade Berger, todavía espera por quien la escriba.

Traducción de Marco Antonio Escalante

Page 23: contratiempo 02

23

Trabajos delodio

Marco Antonio Escalante

La película Amadeus de Milos Forman valefundamentalmente por un motivo. Nosdeja con la impresión de que Salieri sabíade la genialidad de Mozart más que elmismo Mozart. Tal detalle nos revela unaverdad desagradable: la envidia, ese sen-timiento que todos por igual desprecian,que abochorna a quien lo siente y pone en jaque la paciencia y generosidad dequien lo sufre, es en realidad un senti-miento que nace de un profundo cono-cimiento. Nadie en las esferas de la sensi-bilidad artística humana, que yo sepa,envidia lo mediocre. Por eso la primeracaracterística del envidioso es su buengusto, su juicio infalible.

La conciencia del envidioso es unaconciencia dividida, rica, misteriosa. Se debate entre el amor que siente por la obra del envidiado y el afán casi san-guíneo de destruirla: anhela para esa obra la permanencia y la extinción. Por eso, cuando se expresa emite juiciosdestructivos, intelectualmente poderosospero vacíos de verdad, porque en realidadla diatriba exacerbada, el juicio hecho in-sulto, no es más que el elogio más sofisti-cado y la declaración de amor más evi-dente. Eso es lo que hace al Salieri deForman, un personaje trágico y adorable,eso es lo que lo eleva, en la consideraciónde los espectadores atentos, sobre la altu-ra humana del mismísimo Mozart. La pe-lícula bien pudo haberse titulado Salieri y no Amadeus. Salieri es el centro del conflicto existencial, el nudo contradic-torio del sentimiento estético, el punto en que chocan el hombre miserable y elcrítico genial.

El odio, considerado en estado puro,no tiene el valor humano de la envidia. La envidia puede ser moralmente repro-bable, pero muestra la debilidad trágicadel hombre que tiene el talento equivoca-do, que observa que los dioses hacen deun imbécil lo que él siempre ha queridoser. Los trabajos del odio son distintos. En el odio no hay conflicto, no hay amorque lo obnubile, fisura que lo quiebre. El odio es la negación de la humanidaddel hombre porque anula la razón quecontiene sus sentimientos más negativos.El espíritu del hombre es un espíritu divi-dido, cada uno de sus sentimientos máscomplejos alberga una paradoja; el odio,en cambio, es dogmático y tiene sola-mente una cara, aniquila el poliedro, abo-le la pluralidad. Cada vez parece más e-vidente que la envidia es un sentimientotransitorio en que la razón y el conoci-miento luchan porque la pasión no seapodere de la voluntad de un hombre y lo lleve a los dominios del odio.

La envidia, incluso cuando rebasa las

fronteras de lo estrictamente artístico, tie-ne raíces explicables y hasta puede funcio-nar como un estímulo negativo de la crea-tividad y la imaginación; no es energía de anulación absoluta como el odio. Por ejemplo, la envidia que una personapobre siente ante la opulencia de un po-tentado, refleja un profundo escepticismocon respecto al modo en que las cosas deeste mundo han sido organizadas. El po-bre es un apóstata en potencia, y la mise-ria, acicate del fervor espiritual, puede dar origen a toda una filosofía.

Pero volviendo al plano de la sensibili-dad artística, recordemos cómo Leonardose la pasó escribiendo tratados en que de-nigraba a los músicos con el fin de que laatención del público renacentista se cen-trara en los pintores. Envidia, pura envi-dia. Es muy probable que Leonardo hayadisfrutado la música de su tiempo másque cualquier otro ser humano, porque esinconcebible que el creador de La Giocon-da eluda el carácter divino de la armoníasonora.

Recordemos también cómo Torrigiano,enojado con Dios por dotar del talento de modo arbitrario, cogió una navaja y le cruzó la cara al joven Miguel Ángel.Cuánta sensibilidad necesitó Torrigianopara esta criminal empresa; y sobre todocuánto conocimiento, toda vez que la en-vidia no admira, sino sabe; y porque sabeama, y atenta luego contra aquello queconsidera sacro, contra aquello que reli-giosamente idolatra. El envidioso es dealguna manera un hereje, sus ofrendasson deprecaciones, su fingida increduli-dad potencia paradójicamente su fe.

La envidia, por supuesto, no solamenteencuentra su presa entre los hombres des-pojados de talento. Un genio puede sermás envidioso que un mediocre. Recuér-dese el caso de Miguel Ángel, que se unióa Sebastiano del Piombo para desarrollaruna técnica cromática que superara lo in-superable: la técnica de Sanzio. El envi-dioso Miguel Ángel tenía el corazón divi-dido, no sabía de su superioridad, pen-saba en lo profundo que Sanzio era elgrande. Sanzio por su parte, cual hombrey artista cabal, colocó a Miguel Ángel casien el centro de un famoso cuadro: La es-cuela de Atenas. Con una nobleza de cora-zón inconcebible, consideraba a MiguelÁngel su maestro. La generosidad: otroenigma. Sanzio es patrono de Urbino,pero ese es ya otro tema.

El cierre delHothouse:

¿Seguridad uhostigamiento?

Julio Rangel

Es ya bien sabido el incidente que provo-có el cierre de Hothouse el pasado 9 demayo. Un grupo de empleados del Depar-tamento de Rentas de la ciudad, acompa-ñados por diez policías, hicieron una visi-ta al local conocido como un centro alter-nativo para la música de todo el mundo.La inspección dio como resultado la can-celación del segundo show de la legen-daria Orquesta Aragón, dejando al públi-co boleto en mano y terriblemente disgus-tado. Según los agentes, el lugar no conta-ba con las licencias para servir licor du-rante las presentaciones. De acuerdo alestatus en que Hothouse está registrado,sólo se le permite tener presentacionesteatrales y vender licor una hora antes y después del show, así como durante el intermedio (la Aragón había tenido su primer show a las siete y se preparabapara el de las diez). El local, sin embargo,vendía licor en la forma normal en que lohacen los centros nocturnos.

El cierre de Hothouse disparó la reac-ción de diversos grupos activistas y declientes y amigos del lugar. La situaciónpermite ambigüedades, ya que por unaparte el Departamento de Rentas, quecontrola las licencias de los centros noc-turnos, intensificó sus visitas a diversoslocales a raíz de la tragedia del club E2, el 17 de febrero, donde murieron 21 per-sonas en una estampida en pos de lapuerta de acceso (después del Hothousehan visitado clubes de jazz como el VelvetLounge y el Green Mill y no han encon-trado irregularidades); por otra parte, el cierre se dio justo la noche en que sepresentaba la Orquesta Aragón, de Cuba,en un momento en que la tensión políticaentre EU y la isla vuelve a escalar, y engeneral, se aprecia una nueva hostilidadhacia organizaciones y foros alternativoscomo el propio Hothouse. En uno de losmuchísimos e-mails que circularon des-pués del cierre de dicho local, la ChicagoCoalition Against War & Racism escribió:“Puesto en el contexto del creciente acosode la policía de Chicago a otras organiza-ciones a-la-izquierda-del-centro desde laprotesta del 20 de marzo en Lake ShoreDrive, este es un ataque que sólo pode-mos ignorar a nuestro propio riesgo”.

Los rumores de que el foro había sidocerrado por motivos políticos corrieronpor todas partes, e incluso esto fue afir-mado en un comunicado de prensa del

propio Hothouse, pero la directora eje-cutiva del lugar, Marguerite Horberg, en charla con Peter Margasak, de ChicagoReader (en su columna del 16 de mayo)desestimó estas versiones. En respuesta al comentario hecho por la directora delDepartamento de Rentas, Bea Reyna-Hickey, publicado en el Chicago Tribuneel 13 de mayo, en el sentido de que elHothouse “básicamente... mintió” cuandorenovó sus licencias, Horberg dijo que nosólo especificaron al Departamento lasactividades (no exclusivamente teatrales,sino musicales y multimedia en general)que llevaban a cabo, sino que, a fin deobtener las licencias, la oficina envió a sugente a ver el espacio “y claramente estono es un teatro”. Basados en el reporte de los interesados, el Departamento deRentas otorgó el permiso correspondientea su caso.

En un e-mail enviado por el propioHothouse casi una semana después delcierre, se lee: “En sólo seis días, la dra-mática respuesta de la Ciudad a unainfracción menor le ha costado a Hot-house miles de dólares en ingresos per-didos, ha puesto a las treinta personasque trabajan aquí en el limbo y amena-zado nuestra viabilidad (...) Desde elviernes, los manejadores hemos sidoforzados a cancelar otros seis eventos programados, en tanto nuestros gastos no han cesado”. Efectivamente, tan sólo la noche del cierre hubo que devolver elimporte de las entradas (vendidas en sutotalidad) y pagarle a la Orquesta. El localabrió temporalmente el domingo 18 demayo para la presentación de la cantantede fado Mariza, pero, al cierre de estanota, consideran haber perdido $50,000.

Algunos aplauden el celo con que laCiudad inspecciona clubes y centros noc-turnos, a fin de garantizar la seguridad delos clientes. Sin embargo, el caso de Hot-house toma una significación peculiar,tanto por la naturaleza del foro, que al-berga lo mismo lecturas de poesía y ex-posiciones de pintura que monjes tibe-tanos y grupos de salsa, como por las versiones contradictorias sobre la razóndel cierre.

Mientras los abogados de Hothouseintentan negociar con la Ciudad la regu-larización de esta situación, y mientrasesperan una audiencia el 30 de mayo, laorganización ha pedido la solidaridad desus amigos con cualquier aporte económi-co que puedan dar. Hothouse es un gruposin fines de lucro (non profit) y los donati-vos son deducibles de impuestos. Cual-quier cantidad es bienvenida. Si le inte-resa hacer una aportación, escríbales [email protected] y ellos le dirán el sencillo proceso a seguir. Tan sólo parapagar la renta del local, la administraciónestá haciendoenormes es-fuerzos, y esimportante mantener esteforo de expre-sión artística en el centro de la ciudad.

Page 24: contratiempo 02

Denzura, el regreso de La Barranca

Luis Soto

Despúes de haber participado conHumberto Álvarez en Sangre Azteca(1991) y con Jaime López en Odio fonky(1993) –considerado uno de los 50 dis-cos fundamentales del rock en espa-ñol–, y de haber tocado en la últimagira de la banda Caifanes (1994), JoséManuel Aguilera funda La Barranca.

La aventura de La Barranca comen-zó en marzo de 1995 al grabar su pri-mer álbum, El fuego de la noche, con JoséManuel Aguilera (voz y guitarra), Fe-derico Fong (bajo) y Alfonso André(batería).

El disco de la nueva banda fue favo-recido inmediatamente por la crítica“especializada” y llegó a ser considera-do el mejor disco de rock mexicano de1996. También fue incluido en la listade los 50 discos fundamentales del rocken español. En este disco sobresalieroncortes como: “Quémate lento”, “Aku-mal” y “Reptil”.

Con JaguaresDespués, José Manuel, Federico y Al-foso dieron un descanso a La Barrancay se unieron a Saúl Hernádez, ex-voca-lista y líder de Caifanes, para formarJaguares, la continuación de Caifanes.Su disco Equilibrio de los Jaguares, pro-ducido por Don Was, antiguo produc-tor de The Rolling Stones, ganó varios

discos de oro en los primeros días en el mercado. Este éxito se explica por labuena recepción que tuvo el nuevo tra-bajo por parte de los fans del ya desa-parecido grupo Caifanes. La letra y lamúsica de la mayoría de las cancionesson obra de Saúl Hernández (dos sonde la autoría de Aguilera), pero los in-tegrantes de La Barranca dejaron plas-mada su huella como felinos. Es undisco muy denso y abstracto. Con JoséManuel en la guitarra líder, inmediata-mente se detecta la línea pesada de suestilo. Alfonso se aprecia mucho mássuelto y fluido, a diferencia de sus trabajos anteriores como baterista enCaifanes. Federico se oye muy cohe-rente en las pulsaciones graves de subajo, que vinieron a encajar perfecta-mente con la afonía por la que triste-mente atravesaba la voz de Saúl, dán-dole un toque oscuro.

Más tarde retomaron el proyecto de La Barranca al lado de Jorge CoxGaitán y sacaron al mercado Tempestad(1997), un disco muy oscuro y de letrasque refejan melancolía por el mar y lasmetáforas que éste encierra. Nueva-mente la banda es aplaudida y gananla calificación de los críticos como laejecución más pulcra y refinada quehabía hecho La Barranca hasta ese mo-mento. De este disco sobresalen cortescomo: “Perla”, “La tempestad” y “Díanegro”, que fue escogida como la mejorcanción de 1997.

En el 2000 viene su cosagración de-finitiva como banda de culto con Ruedade los tiempos, donde ya hay una madu-rez total en el entendimiento rítmico desus integrantes y en el que se mezclanen sus letras elementos como el erotis-mo y los rituales de la decadencia.

En el verano de 2001, José ManuelAguilera lanza su primer disco comosolista. Yendo al cine solo contiene unaserie de piezas musicales a manera de

soundtracks de películas reales o imagi-narias. Ahí te sumerges en un recorridopor los submundos de las salas deexhibición entre thrillers, road movies,ciencia ficción y suspenso, guiado porla voz de la guitarra. Este trabajo es unareivindicación de la guitarra como ele-mento principal, de poder:

“En medio de la oscuridad de la sala/ brillaba la luz de la película / en me-dio de ésta había una historia / y enmedio de esa historia, / una escena.

En medio de la escena había unaimagen / adentro de la imagen un so-nido / y adentro de éste, una guitarra / (pero un close-up nos revela / que en el fondo de la guitarra / hay unaorquesta)”.

También es ésta una etapa de transi-ción para la banda, con la despedidade Alfonso André y Federico Fong y la introducción de José María Arreola yAlejandro Otaola.

Homenaje a Arreola“Una densa textura recubre las cosas,una capa que cubre otra capa, otramás. Todo envuelve así la flor miste-riosa.” Así comienza la capa.7, que leda nombre y es el sencillo promocionalde su cuarto disco llamado Denzura,una flor misteriosa integrada por docecapas cortadas en los laberínticos y os-curos jardines musicales que los inte-grantes de La Barranca trajeron alpúblico.

Con los nuevos integrantes Alejan-dro Otaola (guitarra / piano / teclados),José María (batería) y Alonso Arreola(bajo) bien encarrilados y un José Ma-nuel Aguilera ya muy experimentadocomo guitarrista ambientalista. La Ba-rranca cumple ocho años como proyec-to musical y atraviesa por un procesode renovación, deja de lado los maticespsicodélicos de otros trabajos pasadosy se mueve en torno a búsquedas detexturas auditivas que vienen a cul-minar en una depuración de su sonidosin perder la luminosidad de su líneaoscura.

En cuanto al carácter letrístico deldisco también hay un giro que sale delos conceptos abstractos y adquieretonos no tan espesos de situaciones ligadas a la relación de pareja (puntocomún de la mayoría de los temas) ycon una densidad más liviana como es el caso del corte ranchero-dark de la capa.9, “La rosa”, de letra sencilla:“No hay placer sin dolor / no es amorsino lástima / no hay pasión que no sea riesgo / no hay rosa sin espinas.”

La capa.12, “Kalenda Maya”, estambién el título de un texto del libroBestiario (1959), de Juan José Arreola, y del cual se leen dos fragmentos sobreel piano y la trompeta de Otaola y la tí-mida guitarra de Aguilera. José María(batería) y Alonso Arreola (bajo),

ambos nietos del escritor jaliciense, lle-van la base rítmica.

En larguísimos túneles sombríosduermen las niñas alineadas como bote-llas de champaña. Los maléficos ángelesdel sueño las repasan en silencio. Golo-sos catadores, prueban una por una lasalmas en agraz, les ponen sus gotas dealcohol o de acíbar, sus granos de azúcar.

(…)Viene la promiscuidad de los brin-

dis, conforme van saliendo las cosechasal mercado. Hay que compartir el amor,porque es una fermentación morbosa, sesube pronto a la cabeza, y nadie puedeconsumir una mujer entera. ¡KalendaMaya! La fiesta continúa...

El hecho de incluir el texto de Arre-ola resultó un homenaje involuntario alescritor, según explica Aguilera: “Habíauna canción que yo tenía al final, quees ‘Kalenda Maya’, y la hice en diciem-bre de 2001, cuando acababa de morirJuan José. Tenía la música y le faltabala letra, entonces agarré un libro quetenía de Arreola y sobre la música de la canción leí ese texto y además vi queel título se podía adaptar a la melodíaque yo tenía para el coro; entonces fueuna cosa muy circunstancial, pero nosgustó cómo quedó. Luego vinieron losaccidentes creativos y hay que hacelescaso. Coincidió que Arreola acababa demorir, coincidió que Chema y Alonsoson sus nietos y yo la verdad siemprefui fan de Arreola, antes de conocerlosa ellos. No es una cosa planeada con el fin de sumarnos a un homenaje na-cional ni nada de eso.”

No es la primera vez que aparece la literatura en La Barranca, pues yahabían recurrido a ella en Rueda de lostiempos: la canción “Estallido interno”fue compuesta a partir de “El paso delas horas”, de Pessoa, y “Tras el rayo”(en la canción “Prisma”) es el título deun libro de Alberto Blanco.

La Barranca es uno de los pocosproyectos musicales que en cada pro-ducción abre un espectro de equilibra-dos sonidos y letras en armonía que secomplementan con la indispensablecolaboración del oyente.