conflictos entre estados

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Estado y territorio en Iberoamérica. Conflictos interregionales. Un modelo analítico: la Guerra del Pacifi co, 18 79-1883 * Ascensión MARTÍNEZ RJAZA Universidad Complutense. Madrid 1. INTRODUCCION Los principales autores que se han planteado la cuestión de la formación del Estado en su dimensión teórica y metodológica, incluyen, como no podía ser de otra manera, el territorio como elemento configurador. Las comunida- des políticas tienden a ocupar un ámbito geográfico, y esa ocupación fomen- ta la «solidaridad por similitud» (Durkheim) o la «solidaridad por proximi- dad» (Duverger). Max Weber se refería al Estado como «aquella comunidad humana que en el interior de un determinado territorio reclama para el monopolio de la coacción física legítima». Y lo explica en el sentido de que el Estado moder- no en Europa comienza a configurarse a partir del momento en el que el príncipe empieza a acumular parcelas de poder en un proceso paralelo al de- sarrollo de la economía capitalista ~. La importancia del territorio en la formación del Estado moderno ha lle- vado incluso a sentar las bases de una rama científica, la «geopolítica» de la que Ratzel es un representante y que concibe al Estado como un fenómeno en el espacio. Mientras, Vidal de la Blache mantiene una posición más equili- brada que incluye al hombre en su capacidad transformadora del espacio. En cuanto al caso iberoamericano, y seleccionando algunos autores signi- ficativos, Oscar Oszlak, al exponer los atributos del Estado nacional, se refie- * Proyecto l+D Ame 849/9AC02 Max WEBER, Economía y sociedad México, Fondo de Cultura Económica, 1964, t. 11, p. 1059. Revista Complutense de Historia de América, núm. 20. 181-206. Editorial Complutense, Madrid, 1994.

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Es un articulo interesante que explica las fracturas territoriales del siglo XIX.

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  • Estado y territorio en Iberoamrica.Conflictos interregionales.

    Un modelo analtico:la Guerra del Pacifico, 1879-1883 *

    Ascensin MARTNEZ RJAZAUniversidadComplutense. Madrid

    1. INTRODUCCION

    Los principales autores que se han planteado la cuestin de la formacindel Estado en su dimensin terica y metodolgica, incluyen, como no podaser de otra manera, el territorio como elemento configurador. Las comunida-des polticas tienden a ocupar un mbito geogrfico, y esa ocupacin fomen-ta la solidaridad por similitud (Durkheim) o la solidaridad por proximi-dad (Duverger).

    Max Weber se refera al Estado como aquella comunidad humana queen el interior de un determinado territorio reclama para s el monopolio de lacoaccin fsica legtima. Y lo explica en el sentido de que el Estado moder-no en Europa comienza a configurarse a partir del momento en el que elprncipe empieza a acumular parcelas de poder en un proceso paralelo al de-sarrollo de la economa capitalista ~.

    La importancia del territorio en la formacin del Estado moderno ha lle-vado incluso a sentar las bases de una rama cientfica, la geopoltica de laque Ratzel es un representante y que concibe al Estado como un fenmenoen el espacio. Mientras, Vidal de la Blache mantiene una posicin ms equili-brada que incluye al hombre en su capacidad transformadora del espacio.

    En cuanto al caso iberoamericano, y seleccionando algunos autores signi-ficativos, Oscar Oszlak, al exponer los atributos del Estado nacional, se refie-

    * Proyecto l+D Ame 849/9AC02

    Max WEBER, Economa y sociedad Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1964, t. 11, p.1059.

    Revista Complutense de Historia de Amrica, nm. 20. 181-206. Editorial Complutense, Madrid, 1994.

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    re a la capacidad de externalizar su poder obteniendo reconocimiento den-tro de un sistema de relaciones interestatales, y lo relaciona con la organi-zacin del Sistema de Divisin Internacional del Trabajo afirmando que,como en el patrn europeo, la conformacin de un mercado nacional escondicin necesariapara laconstitucin de un Estado nacional 2~

    Para Marcos Kaplan los elementos que configuran el Estado nacionaltienen como referencia bsica el territorio sobre el cual el Estado ejerce lasoberana. Se establecieron redes de alianzas entre los grupos dominantesregionales y con el exterior para una mejor explotacin de los recursos,priorizando aquellos que demandaba el mercado internacional. La cons-trucin de una infraestructura de transporte y obras pblicas estuvo al ser-vicio de un ms eficaz control del espacio. La institucionalizacin y legiti-macin del poder mediante leyes y constituciones, contempl laorganizacin interna del espacio en distintas demarcaciones y la adopcinde sistemas federales o centralistas, segn los casos. Las Fuerzas Armadastambin fueron un mecanismo de ocupacin e integracin del territorio.Kaplan presta atencin especial a las relaciones internacionales ~. Por suparte Edelberto Torres Rivas advierte como, en su formacin, nacin yEstado no podan coincidir sobre todo porque el espacio continuo de lacolonia, lageografa, la economa y la poltica, les sealaron jurisdiccionesdiversas. Con la integracin en el sistema internacional el Estado se encar-g, frente a otros Estados, de hacer coincidir la jurisdiccin con la fronte-ra ~.

    En general hay un acuerdo en que la dimensin territorial del Estadoha de ser entendida a partir de varios factores interrelacionados. El espaciopara un Estado supone soberana sobre la poblacin que se asienta en l ysobre los recursos que en l se producen. El espacio supone tambin la le-gitimacin y reconocimiento por los Estados vecinos y en el concierto in-ternacional.

    En Iberoamrica los conflictos interregionales son parte del surgimien-to de las repblicas independientes. Sus raices hay que buscarlas en la or-ganizacin poltico-administrativa indiana que superpuso demarcaciones ycompetencias para evitar una excesiva concentracin de poderes.

    2 OscarOSZLAK, Laformacin del Estado argentina Buenos Aires, Ed. Belgrano, 1982,pp. 13-16.

    Marcos KAPLAN, La formacin del Estado nacional en Amrica Latina. Buenos Aires,Amorrortu, 1969.

    Edelberto TORRES RIVAS, Estado y nacincaa historia latinoamericana. SocialEs-moy Participacin, nm. 16, Lima, 1971, Pp. 87-88.

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    II. FORMACTON DEL ESTADO Y CONFLICTOSINTERREGIONALES EN IBEROAMERICA

    El Estado en Iberoamrica surgi en espacios no precisos. A travs de laaplicacin del Utis Possidetis de iure se quisieron consagrar como fronteraslo que eran demarcaciones poltico-administrativas. En principio, este su-puesto de partida fue aceptado por los implicados.

    La situacin en la que quedaron la gran mayora de los pases despus dela Independencia fue un factor retardatario en la definicin territorial. La dis-gregacin interna a todos los niveles, el surgimiento de poderes regionales yel caudillismo impidieron la organizacin de una instancia que coordinara ymediara entre intereses contrapuestos.

    El proceso de construccin del Estado nacional fue largo y estuvo surca-do de conflictos internos y externos, no coincidiendo en cualquier caso el es-tablecimiento de fronteras con la integracin interior de los mercados y lapoblacin.

    2.1. Tipologay algunos casos referenciales

    Partiendo de la constatacin de que los conflictos territoriales y limtro-fes en Iberoamrica han tenido una importancia histrica indudable en elproceso de formacin y desarrollo de los Estados nacionales, el investigadoruruguayo Hctor Gros Espiel propone una tipologa que permite su mejoranlisis y que ha parecido oportuno tomar como base ~.

    1. Conflictos entre paises hispanoamericanos procedentes del sistemaespaol y paises no americanos. Estaran los casos de Guatemala y Hondurasbritnica; de Venezuela y los Paises Bajos (Isla de Aves); entre Venezuela yGran Bretaa (Guyana Esequiba) y entre Argentina y Gran Bretaa (IslasMalvinas).

    2. Conflictos entre paises iberoamericanos que no formaron parte delsistema espaol y pases extracontinentales. Caso del Brasil con la GuayanaFrancesa y con la Guayana Inglesa.

    3. Conflictos entre territorios de colonias de pases extracontinentales.Caso de la Guayana Francesa y la Guayana Holandesa.

    4. Conflictos entre pases hispanoamericanos y pases iberoamericanosque no formaron parte del sistema espaol. Es el caso de los problemas quetuvo Brasil con todos los pases limtrofes, y de la Repblica Dominicana yHait.

    5. Conflictos entre Estados hispanoamericanos surgidos de la monar-

    5 Hctor GROS ESPIELL, Espaa y la solucin pacifica de los conflictos limtrofes en Hispa-noamrica. Madrid, Cultura Hispnica, 1984, pp. 29-30.

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    quia espaola que han de superar la indefinicin de demarcaciones para tratarde fijar sus fronteras con los consiguientes problemas que ello genera.

    Gros Espiel no menciona un caso de gran importancia, el conflicto entreun pas hispanoamericano y otro de origen anglosajn. Se trata del conflicto en-tre Mxico y los Estados Unidos que entra de lleno en el tema que aqu se trata,y que di lugar a un enfrentamiento que desemboc en una gran prdida terri-torial para Mxico, y en contrapartida una ampliacin de las fronteras de losEstados Unidos (1835-1853).

    Son los casos citados en cuarto y quinto lugar losque aqu interesan y de losque se extraer un modelo explicativo, la Guerra del Pacfico o del Salitre.

    Prcticamente todas las repblicas en proceso de organizacin se vieron in-volucradas en controversias con sus vecinos, pero de entre los numerosos con-flictos se destacan por sus dimensiones y consecuencias:

    La Guerra de/a Confederacin Per-Boliviana, que involucr a estos dos pai-ses y a Chile entre 1836 y 1841. Se dirima la posibilidad de restablecer los vn-culos econmicos y sociales que haban relacionado al Alto Per ahora Boli-via y el sur del Per con centro en Arequipa mediante la creacin de unaConfederacin liderada por el presidente bolivianoAndrs de Santa Cruz.

    Se opusieron Lima y el norte del Per que vean contestado su largo predo-minio al desplazar la Confederacin el centro de gravedad al interior. Igual-mente terceros pases Chile y Argentina que teman el surgimiento de unapotencia fuerte y expansiva y que haban pasado por el centralismo peruano.Chile aspiraba a la hegemona en el Pacfico e intervino militarmente llegando aocupar Lima ~.

    Lo Guerra de la Triple Alianza Enfrent al Paraguay con una coalicin for-mada por Brasil, Argentina y el Uruguay entre 1865 y 1870. Se trata de un jue-go de alianzas que en el transfondo responde a la bsqueda de control de espa-cios y vas de comunicacin, en este caso fluviales.

    Adems de las consecuencias demogrficas y econmicas se replante elmapa geoestratgico de la regin. Paraguay perdio territorio en beneficio tantode Brasil como de Argentina. Perdio la salida al Atlntico por el Uruguay y de-pendi desde entonces de lava fluvial Paran-Plata, controlada por Argentina.La frontera entre Argentina y Paraguay quedara fijada en el Pilcomayo, y elChaco boreal qued fuera de las aspiraciones argentinas (laudo Hayes). Brasilampli sus fronteras hasta los ros Apa y Blanco y en 1866 abri la navegacininternacional porel Amazonas .

    La Guerra del Pacifico, que de nuevo tuvo como contendientes a Chile, el

    6 Phillip PARKERSON, Andrs de Santa Cruz y la Confederacin Peru-Boliviana 1835-1839. La Paz, Editorial Juventud, 1984.

    Carmen RUIGOMEZ GOMEZ, La Guerra de la Triple Alianza: un conflicto regional.Quinto Centenario, nm. 14, Madrid, 1988, Pp. 255-270.

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    Per y Bolivia entre 1879 y 1883 y estableci sus fronteras en la costa delPacifico, que ser objeto de atencin ms adelante.

    La Guerra del Chaco entre Bolivia y el Paraguay de 1932 a 1938. Conflic-to de transicin en el que se entremezclaron factores tradicionales (sistemapoltico, sociedad) y modernos (el petrleo) y que cierra una etapa en la his-toriografa sobre el tema. Se trataba de dos pases mediterrneos que busca-ban posibles salidas al mar. Incidi la penetracin de capital extranjero: com-paas de petrleo se enfrentan por los beneficios, la Standardnorteamericana en Bolivia/la Sehel britnica en Paraguay. La zona en litigioera el Chaco. Paraguay, vencedor oficial, dobl su territorio ~

    Los ejemplos son numerosos. La relacin sera larga y servira para darconocer algunos casos no tan estudiados como los anteriores pero que pue-den ser igualmente reconstruidos con documentacin existente, caso de lafrontera entre el Per, Brasil y Colombia que tuvo como escenario la regindel Putumayo y como elementos decisivos las comunidades indgenas y elcaucho; o las disputas entre Argentina y Chileen torno a laTierra de Fuego yBeagle; o las divergencias entre el Ecuador y el Per.

    2.2. Rasgosgenerales de conflictos entre pasesiberoamericanosen elproceso de fonnacinde Estados nacionales

    Teniendo en cuenta las caractersticas particulares de cada caso, puedensealarse unos rasgos generales de los que todos los conflictos participan.

    1. Se producen en el proceso de formacin de los Estados nacionales yde la consiguiente necesidad de delimitar la soberana sobre territorio, pobla-cin y recursos. Ello supone la necesidad de establecer un consenso internomnimo en el que los sectores dominantes acepten los limites de esa sobera-na territorial.

    2. El establecimiento de fronteras da al Estado la posibilidad de ser re-conocido en el contexto internacional, permitiendo el establecimiento de re-laciones con los paises vecinos. La legitimacin de cara al exterior supone laposibilidad de firmar tratados y convenios y participar en organismos inter-nacionales.

    3. La integracin en el sistema internacional es un elemento clave paracomprender el inters de los sectores dominantes por contar con unas basesmnimas de funcionamiento, y la resolucin de la soberana territorial seprueba como uno de los requisitos indispensables.

    4. El factor econmico. Detrs del establecimiento de fronteras est

    Leslie Brennan ROUTH, The Chaco War: a Study ofInteramerican Diplomacy. Michigan,Ann Arbor, 1966.

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    con frecuencia el control sobre determinados productos de alta cotizacin enel mercado internacional. De ah que en casos el conflicto entrevecinos tomeel nombre del producto en litigio. En la Guerra del Pacfico es el salitre; en elconflicto entre Per y Colombia el caucho, como entre Brasil y sus limtrofesamaznicos a finales del siglo XIX; en el caso de la Guerra del Chaco, el pe-trleo, como entre Ecuador y el Per.

    5. En otras ocasiones cuenta prioritariamente el factor estratgico y decontrol de vas de comunicacin y transporte. Es el caso de la Triple Alianzay la navegacin fluvial, o el caso del estrecho de Beagle.

    6. Con el propsito de establecer fronteras el Estado en formacin po-ne en funcionamiento una serie de mecanismos. Se destacan la actuacin delas Fuerzas Armadas como agentes de ocupacin territorial, y la coloniza-clon mediante el establecimiento de poblacin; en algunas zonas, como laAmazonia, hay que mencionar la intervencion de la Iglesia como agente depenetracin en zonas difciles.

    7. Los conflictos interregionales tienen una dimensin interna impor-tante. A travs de ellos puede seguirse el nivel de consenso o desacuerdoexistente entre los sectores dominantes a la hora de tomar decisiones antes,durante y despus, lo que a su vez expresa el nivel de integracin en la instan-cia superior que es elEstado.

    8. El comportamiento de los sectores populares es tambin un indica-dor a considerar. Aunque los conflictos se suscitan desde el poder, los ejrci-tos se forman, hasta la instauracin del servicio militar obligatorio que se ini-cia con el siglo XX, con levas forzosas. En paises de elevado componenteindgena, fueron indios quienes los integraron. Tambin participaron a travsde la estructura comunal, en montoneras o bandas.

    9. La soberana territorial tiene un componente ideolgico fundamen-tal. Se elaboran teoras nacionalistas que son asumidas por los sectores en elpoder y esgrimidas como justificacin de la intervencin en el conflicto. Setrata degenerar una opinin pblica favorable utilizando los escasos y limi-tados medios de expresin. La prensa sirve en este sentido como una fuentedocumental de primer orden.

    10. Las potencias no regionales (caso de Gran Bretaa y los EstadosUnidos), son otro elemento a tener en cuenta. Sus intereses econmicos o es-tratgicos se manifiestan tanto en su intervencin durante el transcurso delconflicto, como posteriormente en la esfera diplomtica.

    11. La solucin pacfica de los conflictos territoriales se realiz en mu-chos casos mediante la aplicacin de la frmula del arbitraje, sobre todo en-tre 1885 y 1925. Los rganos encargados de resolver los casos fueron varios.Gros Espiel hace una enumeracin completa: el monarca espaol (AlfonsoXII entre Colombia y Venezuela 1881; Alfonso XIII entre Honduras y Nica-ragua 1894 y entre Ecuador y, el Per 1887); Rey de Inglaterra entre Chile yArgentina en varias ocasiones en relacin con la frontera andina y el estrechode Beagle; Presidente de los Estados Unidos entre Argentina y Paraguay en

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    1870, Brasil y Argentina por Misiones en 1895, Tacna y Arica entre el Per yChile en 1925; Presidente de la Repblica Argentina entre Bolivia y el Per en1909; Santa Sede entre Hait y Santo Domingo de 1874 a 1920 aunque no llegaa haber laudo, el Per y Colombia en 1905; Tribunales Arbitrales, caso de Ar-gentina y Chile por la Puna de Atacama en 1899, Bolivia y Paraguay en 1938 %

    12. La mayora de los conflictos siguen latentes al no se aceptadas las so-luciones por alguna de las partes. El mantenimiento de casos no resueltos (Pe-r-Bolivia-Chile, Per-Ecuador, Colombia-Per, Argentina-Chile) entre otrosmuchos, es un factor creador de tensiones y dc riesgo de intervenciones milita-res y sin duda condiciona la posibilidad de concretar y consolidar proyectos deIntegracin regional.

    III. LA GUERRA DEL PACifICO, 1879-1 883

    Hablar de la Guerra del Pacifico supone hablar del Estado en su significadoamplio; de tres modelos de repblica en formacin con puntos en comn y di-ferencias; de soberana territorial necesaria para la existencia de ese Estado. Yde un problema actual, latente y vivo que an hoy condiciona las relaciones en-tre los tres pases, constituyendo una razn poderosa que dificulta las posibili-dades de integracin regional. Todos estos factores estarn presentes en el de-sarrollo del modelo seleccionado.

    Parte importante de las historiografas de los tres paises, incluso las ms re-cientes, difieren notablemente a la hora de interpretar las cuestiones clave. Unode los intereses del tema est en confrontarlas evidenciando las distintas inter-pretaciones que sobre una misma cuestin pueden hacerse 1O~

    3.1 - El camino hacia el conflicto.El Perti, Chile y Bolivia, tres pasesenbusca de lasoberana territorial en el readel Pacfico

    3.1.1. De los vnculos coloniales a las tensiones postindependentistas182 5-1840

    La vinculacin formal de las tres regiones se remonta a su pertenencia alVirreinato del Per: la Audiencia de Charcas desde 1559 y la Capitana de Chi-

    Hctor GROS ESPIELL (1984), pp. 33-37.O Como ejemplos de la historiografa tradicional de los tres paises, pueden citarse: por el

    Per la obra de Mariano Felipe PAZ SOLDAN. Narracin histrica de la Guerra de Chile contrael Per y Bolivia. Lima, Ed. Milla Batres, 1979 (editado en 1884); por Chile, Diego BARROSARANA, Historia de la Guerra del Pacfico 1879-1881. Santiago de Chile. Ed. Andrs Bello,1979 (editado en 1881); el nacionalismo boliviano est representado por Alcides ARGUE-DAS, Historia General de Bolivia Historio de la nacionalidad 1809-1 921. La Paz, Ario Herma-nos, 1922.

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    le desde 1609, dependieron desde el punto de vista poltico-administrativo delcentralismo limeo. Las Reformas Borbnicas disgregaron a Charcas que pasa formar parte del Virreinato del Rio de la Plata (1776) y dieron a la Capitanade Chile una relativa autonoma (1789) .

    Durante el proceso de independencia el Virrey Abascal se propuso reinte-grar al Per sus antiguos dominios y emprendi campaas militares que transi-toriamente lograron el propsito buscado. Polticamente, y fracasados los pro-yectos de unidad de San Martin (Confederacin de Monarquas), y de Bolvar(Federacin de los Andes), Chile (1818), Per (1823) y Bolivia (1825) se con-virtieron en repblicas independientes. Aunque los tres compartieron un pri-mer estadio de inestabilidad, de luchas internas por el poder, y de crisis econ-mica, los procesos fueron decantndose deforma diferente.

    Los primeros gobiernos buscaron su reconocimiento y la definicin defronteras se plante muy tempranamente. Una zona se va a convertir, en la fran-jadel Pacfico, en objeto de litigio entre los tres pases y va a llevar a una guerra.Se trata del desierto costero dc Atacama, de ms de 2.000 Kms. de extensin.

    Segn la historiografa boliviana, en 1825 Bolivia poda reclamar 350 mi-llas de las 5.000 que abarcaba la costa sudamericana del Pacfico, y 4 puertos:Cobija, Mejillones, Tocopilla y Antofagasta. Chile por su parte defenda y asse expresaba en la Constitucin de 1833 que su soberana se extenda del De-sierto de Atacama al Cabo de Hornos 12

    Ambas partes tenan sus razones: del lado chileno se aduca que Bolivia nohaba heredado sobre la base del Utis Possidetis de Lure de 1810 ninguna salidaal Pacifico. Bolivia recordaba que la Intendencia de Potos se extenda hacia elPacfico sobre una parte del Desierto de Atacama desde 1782.

    Tambin la frontera entre Bolivia y el Per era difusa. Se aceptaba como l-mite el ro Loa, aunque el Per haba presentado una demanda sobre la costasur hasta Tocopilla. Bolivia trat desde muy pronto de consolidar su salida almar. Sucre propuso que la frontera con el Per se estableciera al norte del Loay Bolvar lo confirm autorizando la habilitacin para Bolivia del puerto deCobija.

    Andrs de Santa Cruz (1829-1839), el presidente boliviano, al tiempo queproyectaba la Confederacin Per-Boliviana concentraba sus esfuerzos en con-solidar y mejorar el puerto de Cobija, que hacia 1831-1832 tendra de 600 a700 habitantes. En realidad la regin boliviana de Atacama no lleg a estarbiendefinida ni en el propio organigrama del pas en el que a veces apareca comoprovincia y otras como departamento. La experiencia fracasada de la Confede-racin Per-boliviana sirvio para replantear la realidad concreta de la fijacinde fronteras.

    Ral PORRAS BARRENECHEA y Alberto WAGNER DE REYNA, Historia de los li-mites del Per. Lima, Ed. Universitaria, 1981 pp. 27-46.

    12 Valerie FIFER. Bolivia. Territorio, situacin y poltica desde 1825. Buenos Aires-Santiagode Chile, 1976.

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    Pero en la dcada de los 1840, las disparidades entre los implicados ha-ban aumentado, y Chile hacia planes para asegurar su fuerza en el Pacfico,que luego extendera hacia el este.

    3.1.2. La explotacin de/corredor del Desierto de Atacama: elguano1840-18 70

    La incorporacin al Sistema de la Divisin Internacional del Trabajocambi los parmetros de las relaciones entre los pases. El desarrollo econ-mico de Atacama comenz con la explotacin del guano y su cotizacin re-valoriz la zona reactivando la cuestin de la soberana.

    Bolivia continu tratando de potenciar el puerto de Cobija fomentandolas importaciones que llegaban casi en su totalidad por la costa desde Lima oValparaiso. Sin embargo el grueso del comercio desde y hacia Bolivia pasabapor Anca (peruana).

    Chile tom la iniciativa que ya no abandonara, enviando en 1841-1842 misiones de reconocimiento a la costa, en la zona que va hasta Mejillo-nes. El Presidente Bulnes logr que se aprobara en 1842 un proyecto de leyque estableca el paralelo de Mejillones (230 2 5) como lmite norte, todas lasguaneras al sur eran propiedad chilena.

    Bolivia protest por va diplomtica durante los siguientes viente aos,tratando de demostrar que el Utis Possidetis de 1810 le asignaba la propie-dad de esos territorios enajenados iregularmente.

    Chile di un nuevo paso. Bolivia mantena una aduana en Paposo (en-tonces de hecho lmite sur de Bolivia) que organizaba el comercio guanero.A pesar de todos los esfuerzos por evitarlo, el contrabando de barcos y co-merciantes chilenos era continuo. En 1857 se produjo un nuevo avance deChile con la ocupacin de la baha de Mejillones en la latitud 230 5 que fueprotegida por el buque de guerra Esmeralda.

    La intervencin espaola entre 1863-1866 supuso un parntesis slomomentneo que uni a los tres paises ante una agresin exterior. Pero enagosto de 1866 se firm un Tratado de Lmites Territoriales entre Chiley Boli-via sin contar con el Per por el que ambos hacan ciertas concesiones y lafrontera se fijaba en el paralelo 240 5 aunque Chile tena libertad para desa-rrollar actividades econmicas hasta el paralelo 230 5. Para la historiografaperuana, Chile se sirvi del engao halagando al Presidente Melgarejo conpromesas como la del litoral peruano al norte del Loa y le hizo general de susejrcitos >~.

    La entrada en escena de un nuevo producto a partir de la dcada de1870, el salitre, de gran demanda por su utilizacin como abono y para la fa-bricacin de plvora (Nobel) dara una nueva dimensin al problema y lleva-

    Ral PORRAS BARRENECI-IEA y Alberto WAGNER DE REYNA (1981), p. 145.

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    ra a la guerra y a la definitiva por ahora y no consensuada fijacin defronteras.

    3.1.3. Elcamino a la guerra: el auge delsalitre ylas disputas territoriales1870-19 79

    El salitre revaloriz nuevos espacios de la regin de Atacama. Mientrasla localizacin del guano se reduca estrictamente a la franja costera, la explo-tacin del nitrato convirti a la pampa interior una zona especialmente ri-da en centro de atraccin. La produccin a gran escala empez en el Per,al sudeste de Iquique, llegando a funcionar ms de 50 oficinas en la provinciade Tarapac.

    En Bolivia el primer descubrimiento lo hicieron dos chilenos que traba-jaban precisamente en la zona compartida segn el Tratado de 1866. En1868 se fund el puerto de Antofagasta, que en pocos aos se convrti enla poblacin ms importante del litoral boliviano. A diferencia del guano,que haba sido explotado por el Estado, el nitrato qued en manos de con-cesionarios privados, la mayora extranjeros (chilenos y britnicos). En1872 naci La Compaa de Salitre y Ferrocarril de Antofagasta, de origenchileno, que consigui generosas concesiones del gobierno boliviano acambio de 10.000 pesos y la construccin de infraestructura (caminos y de-psitos de agua).

    Paulatinamente la zona comprendida entre los 230 y 25 5 se convirti enmbito de ocupacin chilena. A comienzos de la dcada de 1870, la pobla-cin de Antofagasta era un claro ejemplo de ello : el 93% chilenos, el 2% bo-livianos y el 5% poblacin flotante de origen diverso. La situacin se agravcuando en Caracoles, en territorio boliviano, se hallaron a comienzos de los1870s yacimientos de plata que tambin se apresuraron a explotar los chile-nos, que en 1874 haban registrado hasta 4.000 minas.

    El Tratado de 1866 se mova en sus cimientos. En este contexto hay quesituar el controvertido Tratado de Alianza Defensiva.., que firmaron el Per yBolivia el 6 de febrero de 1873. La historiografa boliviana lo explica comouna respuesta a la proteccin que el gobierno chileno dio a la expedicin delboliviano Quintn Quevedo, partidario del ex dictador Melgarejo que se pro-pona, desde Chile, organizar una rebelin contra el poder constituido ~Para la historiografa tradicional peruana fue suscrito para garantizar mutua-mente la independencia, la soberana y la integridad de los territorios de lospases signatarios, as como para defenderse de una agresin exterior. Estabatambin presente el temor por parte del Per de que Chile pudiera establecerun pacto militar con Bolivia. Hay tambin voces crticas que denuncian el

    ~ Roberto QUEREJAZU, Guano, salitre, sangre. Historia de la Guerra del Pacifica La Paz-Cochabamba, Ed. Amigos del Libro, 1979.

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    error por parte del Per que supuso la firma del Tratado, al adquirir uncompromiso que no estaba en situacin de enfrentar.

    Por su parte para los chilenos el carcter secreto del Tratado denuncia-ba una conjura inspirada por el Per para apoderarse de las riquezas queChile haba generado en la zona costera. El Per adems estimul las in-transigencias de Bolivia 1Sin embargo, el Tratado apareci en publica-ciones oficiales y las delegaciones chilenas tuvieron que conocerlo.

    El 6 de agosto de 1874 se firmara un Tratado entre Bolivia y Chile, queseria uno de los detonantes del conflicto. Por el art.IV Bolivia se compro-meta a no aumentar impuestos y derechos a las empresas chilenas estable-cidas entre los 230 y 240 5 durante los siguientes veinticinco aos y eximade derechos a los productos chilenos exportados a Bolivia. De nuevo lasinterpretaciones varian a la hora de analizario. La historiografa bolivianis-ta arguye que el artculo IV no fue ratificado y por tanto no poda tenerseen cuenta.

    El 14 de febrero de 1878, el Congreso boliviano impugn la validez dedicho artculo y en virtud de ello introdujo un impuesto de 10 centavos porquintal de salitre con efecto retroactivo a 1874. Al tiempo exigi un pagoinmediato de 90.000 pesos a La Compaa de Salitres y Ferrocarril de Arito-fagasta Las reclamaciones chilenas chocaron contra la firmeza del Presi-dente Daza, que el 1 de febrero de 1879 reivindic para Bolivia las Salitre-ras de la Compaa Inglesa de Salitres. De inmediato el representantechileno se retir y se suspendieron las relaciones diplomticas. El 14 de fe-brero de 1879 Chileocup el puerto boliviano de Antofagasta.

    En mano de 1879 Bolivia estableci el casus belli con todas sus con-secuencias. El Per vio como la situacin se complicaba y de nuevo las in-terpretaciones historiogrficas se contraponen a la hora de explicar la in-tervencin peruana: mientras para Chile fue premeditada y alevosa, para elPer fue una obligacin, una vez agotados los recursos diplomticos y envirtud del Tratado firmado en 1873. El 5 de abril Chile declar la guerra alPer y Bolivia aduciendo una conspiracin de ambos contra los intereses yseguridad de Chile.

    31. Las dimensiones sociopolticasy econmicas del conflicto.Tres Estados en proceso de formacin

    Convendra ahora detenerse brevemente en la situacin de partida delos tres paises para explicar las dimensiones sociales, econmicas, polticase ideolgicas del conflicto.

    25 Jos Antonio DE LAVALLE, Mi misin en Chile(prlogo, Flix DENEGR LUNA).Lima, Ed. Instituto de Estudios Histricos-Martimos del Per, 1979, p. 19.

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    3.2.1. ElPeni

    La historia del pas desde la independencia hasta comienzos de la dcadade 1870 fue una sucesin de caudillos militares en el poder poltico, de con-flictos territoriales, de divisiones en una sociedad dominada por oligarquiasrurales serranas y costeras, y de profunda crisis del sistema econmico tradi-cional basado hasta la dcada de 1840 en los metales preciosos. Algunos cau-dillos como Vivanco y Castilla trataron de recomponer los lmites territorialesdel Virreinato, pero se toparon con el fuerte nacionalismo de Colombia, Ecua-dor, Bolivia y Chile que defendan su propia soberana, tambin en formacin.

    En 1871 naci el Partido Civil formado por una burguesa urbana demagnates del guano, comerciantes y funcionarios que cuestionaban el domi-nio de los caudillos y se propusieron modernizar al pas a partir del fomentodel liberalismo en cuanto a la poltica econmica y el centralismo en lo pol-tico-administrativo. Uno de los caballos de batalla del Partido Civil fue laoposicin radical a la cesin por el Ministro de Finanzas Nicols de Pirola,del monopolio del guano a la casa Dreyfus a cambio de importantes prsta-mos para reducir la Deuda 1

    En 1872 el lder del Partido Civil Manuel Pardo asumi la presidenciadel Per. Su gobierno comenz hipotecado por las dificultades econmicasal coincidir con una fuerte caida de la demanda, y por tanto de los preciosdel guano. En 1876, sin haber resuelto la crisis socioeconmica, fue sucedidopor un nuevo militar, el General Mariano Ignacio Prado durante cuyo man-dato se produjo la ruptura con Chile. Poco despus del inicio de la guerra,Prado abandon el pas, dejando vaco y desconcierto. Pirola asumi el po-der autoritariamente y trat de dirigir la defensa de Lima con el rechazo deelementos del grupo dominante que, no olvidando sugestin con el guano, sele opusieron bajo el significativo lema de antes los chilenos quePirola.

    La guerra explicit lo que era una realidad insoslayable, el Per era unpas fragmentado, con unos grupos dominantes divididos que no fueroncapaces de hacer un frente comn ante un riesgo externo En 1879 el Pertendra una poblacin aproximada de dos millones y medio de habitantes(2.699.106 sin incluir la selva, segn el censo ordenado por Manuel Pardo en1876) .

    Sus fronteras, dilatadas y sin delimitar, eran zonas crticas susceptiblesde convertirse en zonas de conflicto tanto por el norte como por el sur y eleste. La carencia de vas de comunicacin operaba contra la unidad geoterri-tonal, agravada por el centralismo limeo y las fuerzas centrfugas que opera-ban desde los distintos centros regionales.

    16 Carmen Mc EVOY, The Civil Pary and its Political Legacy Peruvian Policy 1871-1919.Ponenciapresentada al XVII Congreso de LASA, Los Angeles, septiembre 1992.

    Manuel Atanasio FUENTES, Resumen del censo general de habitantes del Per, hecho en1876. Lima, Imprenta del Estado, 1878.

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    En el terreno de la economa, los autores consultados coinciden en sea-lar los efectos negativos de la crisis que afect a Gran Bretaa entre 1873/1896. Como primera providencia, el 1 de enero de 1876 Per decidio unila-teralmente la moratoria de la Deuda Externa (640 millones de soles),declarando la bancarrota. Los indicadores de la crisis fueron tanto de ordeninterno como externo: descenso de la produccin de guano; escasez de manode obra en la economa comercial costera a partir de la prohibicin en Ma-cao de comerciar con coolies etc. IB

    Desde 1873 el salitre desplaza al guano como principal componente deIngreso Nacional Peruano. En 1875 el Estado estableci el monopolio, conel fin de obtener mayores beneficios. Lo que hizo realmente fue mantener lapropiedad de las minas salitreras y su produccin y entregar en consignacinla administracin y venta a un banco privado, el Banco de la Providencia,que constituy una empresa la Compaa Salitrera del Per. Amayo ve en estapoltica una causa fundamental del conflicto y de la alianza prctica (que noformal-diplomtica) de Gran Bretaa y Chile: el monopolio del Per atenta-ba contra la poltica liberal defendida y aplicada por Gran Bretaa en susreas de influencia y que los chilenos aceptaron 19

    3.2.2. Bolivia

    El pas haba realizado desde la independencia en 1825 diversos ensa-yos, todos frustrados, de negar al consenso mnimo necesario para consolidarsu autonoma 2Q La movilizacin de su economa y su vinculacin al sistemainternacional a partir de la segunda mitad del siglo XIX estn asociadas alrenacimiento de la actividad minera. Como estudia Mitre la plata volvio aproducirse a gran escala en Potos (1850), Huanchaca (1865) y Guadalupe(1875). y tambin en las minas de Caracoles, en elDesierto de Atacama, quefueron explotadas por chilenosy britnicos 21

    En vsperas de la guerra, los distintos autores consultados presentan unpanorama desolador del pas. Querejazu habla del azote de los Cuatro Jine-tes del Apocalipsis. En 1877 se unieron los terremotos, la peste y el hambrey Bolivia hubo de recurrir a la importacin de alimentos del Per (papa) 22~

    ~ Enrique AMAYO, La poltica britnica en la Guerra del Pacfica Lima, Editorial Hori-zonte, 1988; Heraclio BONILLA, fin siglo a la deriva Ensayos sobre el Per. Bolivia y la GuerraLima, Instituto de Estudios Peruanos, 1980. Pp. 40-44.

    ~ Enrique AMAYO (1988), Pp. 147-165.20 Richard PHILLIiPS, Bolivia and Ihe War ofthe Pacfic 1879-1884 Michigan, Ann Arbor,

    1989; Herbert KLEIN, Bolivia The Evolution of a Multiehnic Society. Oxford, Oxford Univer-sity Press, 1982.

    2! Aatonio MITRE, Lospatriarcas de la plata. Estructura socioeconmica de la minera boli-viana en elsiglo XIX Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 1981. Pp. 40-42.

    ~ Roberto OUEREJAZU, Guano, salitre sangre. Historia de la Guerra del Pacifico. La Paz-Cochabamba, Editorial Amigos del Libro, 1979. Pp. 253-258.

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    Los datos de poblacin hacia 1879 son muy imprecisos. Los clculos la si-tanentre 1.800.000 y 2.350.000 habitantes.

    3.2.3. Chile

    El modelo chileno es diferente. Ms uniforme geogrfica y tnicamen-te, su desarrollo interno se caracteriza por una estabilidad poltica sin para-lelo en ninguna otra repblica iberoamericana. Entre 1831 y 1879 Chiletuvo 6 presidentes, mientras el Per tuvo 20. La Constitucin conservado-ra de 1833 cerr el ciclo del caudillismo postindependentista y sirvi deplataforma de la dominacin de una oligarquia que a pesar de diferenciasprogramticas coincida en lo estructural. Una oligarquia que tena sus ba-ses econmicas iniciales en las haciendas agrcolas y ganaderas del ValleCentral y que se fue ampliando con la incorporacin desde la dcada de1840 del sector minero en el Norte Chico y Norte Grande ~

    En la dcada de 1860 Chile pareca crecer en todas direcciones. Latransicin a un regimen poltico liberal tras los enfrentamientos civiles de1851 y 1859, no supuso la ruptura de las bases de dominacin vigentes si-no que consolid el poder oligrquico, compatible con una serie de refor-mas que entonces se iniciaron: limitacin de las prerrogativas del Ejecuti-vo, relaciones con la Iglesia etc. 24~

    El ciclo expansivo se cort como consecuencia de Ja crisis britnica de1873 que afect a la economa chilena, basada en las exportaciones quedescendieron aceleradamente a partir de 1876. En 1878 pareca tocarsefondo. El gobierno estaba semi-paralizado, incapaz de tomar medidas quedetuvieran los efectos recesivos de la crisis. En esta coyuntura se produjoel conflicto que segn muchos autores fue para Chile la va de salida.

    En 1879 Chile tendra una poblacin aproximada de 2.200.000 habi-tantes. Desde los inicios de la Repblica venia diseando una geopolticaque buscaba el afianzamiento y reconocimiento de su posicin regional, apartir de la consolidacin de sus frentes internos. Esta actitud supona lanecesidad de un fortalecimiento militar, haciendo incapi en el poder na-val. Parta de la existencia entre los sectores dominantes de una concienciade poder y progreso que era un estadio ms de una mentalidad nacionaiis-ta que vena conformndose desde la segunda mitad del siglo XVIII y que

    23 Gabriel MARCELLA, TheStructure ofPolitics in Nineteenth CentnrySpanish-A mericw theChilean Oligarchy 1833-1891. Michigan, Ann Arbor, 1973; Luis BARROS y Ximena VERGA-RA, El modo de ser aristocrtica El caso de la oligarqula chilena hacia 1990. Santiago de Chile,Editorial Aconcagua, 1978.

    24 Maurice ZEITLIN, The Civil Wars in Chile or the Bourgeois Revolution that Never WerePrinceton, Princeton University Press, PP. 30-39.

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    fue desembocando en la conviccin de tener como misin ejercer el lideraz-go en el Pacfico y el Cono Sur 25

    Desde la dcada de 1850 el Estado chileno iba configurando su sobera-na territorial. Hacia el sur, en 1852 se creaba la provincia del Arauco (al surde Concepcin y del ro Bio-Bio) que fue ocupada militarmente y explotadaa partir de la reduccin de poblacin autctonas (mapuches) y de colonos(chilenos, suizos y alemanes).

    Se plante el problema de los lmites con Argentina. En 1856 se firm unTratado que reconoca como legtimos los territorios poseidos por cada unoen 1810. En la dcada de 1870 se actualiz de nuevo el problema con Ar-gentina firmndose en 1881, en plena Guerra del Pacifico, un Tratado quefijaba un lmite hasta cerca del Estrecho de Magallanes y hasta las Beagle.Hacia el norte, la definicin de la soberana territorial chilena pasaba poraclarar los lmites con sus conflictivos vecinos Bolivia y el Per. Entramos delleno en el desarrollo de la Guerra del Pacfico.

    13. El desarrollo del conflicto 1 879-1883

    3.3.1. Poder blico y estrategias. El curso de la guerra

    No se pretende hacer una exposicin pormenorizada de las alternativasde la guerra, aludiendo a las batallas y a los hroes. Pero s son necesarias al-gunas precisiones que permitan entender mejor los perfiles del conflicto ysus consecuencias. La situacin de partida de los tres paises era, como se havisto, muy distinta. Diferencia que se reflejaba tambin en el poder militar decada uno de ellos.

    Per contaba un un ejrcito formado por aproximadamente 3.539 solda-dos de infantera, la mayora indios quechuas, negros y mestizos. Su arma-mento era ligero, con rifles construidos en el Per. En cuanto a la Armada,elemento decisivo en la contienda, era dbil y se basaba en dos buques deguerra construidos con hierro, el Huascar y el Independencia y otros dosde madera. La tripulacin, tanto marinos como oficiales, era casi totalmenteextranjera 26

    El Comandante General de Marina, Miguel Grau presentaba en 1878 uninforme en el que diseccionaba el estado de la Armada, concluyendo que eraantigua y no se haba hecho en ella adelanto material alguno. Al desencade-

    25 Robert BURR, By Reason or Force: Chile anl the Balance ofPower in South America 1830-1905. Berkeley, University of CalifroniaPress, 1974.

    26 Carlos DELLEPIENE, Historia Militar delPer T. II: La Guerra delPac(fiea Lima, Imprentadel gabinete Militar, 1936, Segundaedicin.

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    narse la guerra, las primeras medidas fueron preparar a la Armada, enviar1.500 soldados a Iquique y fortificar Anca. Se recurri al sistema vigente delevas forzosas para incrementar los efectivos del ejrcito hasta los 13.000hombres.

    Bolivia estimaba su ejrcito en 2.232 hombres de ellos 330 oficiales y826 sargentos. La base estaba formada por indios aymaras. La artillera eraprcticamente inexistente y no haba Armada. Las dos principales medidasfueron recaudarfondos y movilizar al ejrcito a travs de levas forzosas.

    Chile estaba en mejor posicin gracias a la poltica armamentista que ve-nia desarrollando. Su ejrcito lo formaban unos 2.440 hombres, de ellos 405oficiales. En su artillera contaba con armas compradas a la firma alemanaKrupp, pero su principal baza era la Armada. En vspras del conflicto habareforzado su escuadra con dos poderosos acorazados de hierro compradosen Gran Bretaa, el Cochrane y el Blanco Encalada. Contaba en totalcon 8 buques de guerra. La tripulacin estaba formada de elementos indge-nas y extranjeros. Los oficiales eran chilenos e ingleses 27

    Una vez ms lahistoriografa difiere ala hora de interpretar intenciones yobjetivos. Segn la chilena, slo se pretenda ocupar el litoral boliviano y tra-tarde que el Per no pusiera en prctica el Tratado de 1873. No haba planesde anexinde territorio peruano.

    La ocupacin de Antofagasta tom aBolivia por sorpresa, en plenos car-navales. El 18 de marzo de 1879 el Presidente Daza declar la guerra y con-fisc los bienes chilenos. Pero la ausencia de una defensa organizada permi-ti el avance chileno hacia Caracoles y Cobija sin apenas resistencia,continuando hacia Tarapac, bloqueando Iquique y bombardeando Pisagua yMoliendo. A finales de ao Chile controlaba la regin salitrera. Para consoli-dar posiciones y alejar una posible reaccin peruana bloque el ferrocarril deAnca aTacna.

    La contienda se desarroll en dos escenarios, el naval y el terrestre, sien-do el primero decisivo. En pocos meses la resistencia de la Armada perua-na qued neutralizada. El 21 de mayo de 1879, en Iquique, qued fuera decombate. El Huscar comandado por Grau resisti convirtindose en smbo-lo de la libertad e independencia del Per. El smbolo qued roto en octubrey con l el camino aLima franco para los chilenos 28

    En el frente terrestre los resultados tampoco fueron en general favorablesa los aliados. Pisagua, San Francisco, Tarapac, Anca y San Juan y Mirafloresya a las puertas de Lima, son las singladuras que jalan una hilera de derro-tas queterminaron conla ocupacin chilena de la capital peruana 29~

    2~ Tommie I-IILLMON, A Hisory of the ArmedForces of Chilefrom Independence to 1920.Michigan, Ana Arbor, 1989, Pp. 164-194.

    28 Celia WUBRADINO (cd), Testimonios chilenos de la ocupacin chilena de Lima. Lima, Mi-ta Batres, 1986.

    29 Rubn VARGAS UGARTE, La Guerra con Chile. La campaa de Taena y Aca Documen-tos inditos. Lima, MUa Batres, 1970.

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    Slo en la sierra central pudo detenerse el avance chileno. All AndrsCceres organiz la resistencia contando con el apoyo de las comunidadescampesinas y un ejrcito de indgenas que haba reclutado. Resistencia quese prolong hasta julio de 1883 cuando la guerra estaba a punto de con-cluir.

    De enero de 1881 a octubre de 1883 Lima estuvo ocupada por tropaschilenas comandadas por el Almirante Lynch. La decisin del PresidenteIglesias de negociar la paz supuso su reconocimiento como legitimo por loschilenos. El 20 de octubre de 1883 se firm el Tratado de Ancn. En junio de1884 fue reconocido por el general en rebelda Cceres y en agosto los chile-nos evacuaron la capital 3O~

    3.3.2. Las actitudes internas. Sociedady opinin pblica ante elconflicto

    En Bolivia la situacin interna no impidi que el estallido de la guerraprovocara manifestaciones populares contra Chile. Los principales peridi-cos (ej., El Comercio, de La Paz, y ElHeraldo, de Cochabamba) alentaron unaola de patriotismo que sirvio para soslayar momentneamente los problemas.

    Como consecuencia del cumplimiento del Tratado de 1873 las estrate-gias del Per y Bolivia estuvieron unidas y los dos pases compartieron lasconsecuencias de las derrotas. Tras la batalla de Taena que termin con suocupacin por los chilenos el 26 de mayo de 1880, Bolivia qued de hechofuera de la contiendapero continu aliada al Per.

    La ocupacin chilena de Lima el 17 de enero de 1881 supuso un durorevs para la alianza, pero el entonces Presidente de Bolivia Campero cont-nu en la brecha. La disgregacin interna en el Per> con un poder bicfalo,no facilitaba las cosas. En Bolivia el consenso inicial se quebraba. Se forma-ron dos facciones polticas que se conviertieron en partidos: los guerristas(despus liberales) partidarios de continuar la guerra y estrechar lazos con elPer; los constitucionalistas o rojos (despus conservadores), centralistasy partidarios de firmar la paz por separado con Chile. Sus lderes fueron res-pectivamenteAniceto Arce y Mariano Baptista 3t

    A medida que avanzaba la guerra, y con ella se adverta la debilidad delPer, la opinin se divida. A lo largo de 1882 sectores de la prensa y de loscrculos polticos cuestionaban la alianza y planteaban la oportunidad de ne-gociar una paz unilateral con Chile, pero el gobierno se mantuvo firme y re-

    30 Fernando LECAROS. La Guerra conChile en sus documentosLima, Rikchay Per, Y cd.,1983. pp. t73-192.

    31 Marta IRUROZQUI, Poder y elites en Bolivia 1880-1920. Partidos polticos, imaginarios co-lectivos y Proyectos Nacionales. Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 1992 (eaprensa)

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    chaz las dos iniciativas chilenas para negociar. A finales de ao, Boliviaestaba como al inicio del conflicto, sin salida al mar, con la economa enquiebra y un ejrcito inoperante que no se poda mantener. Su nica contri-bucin era permitir queel Per transportara material por su territorio 32

    Aunque durante 1883 la balanza se inclinaba cada vez ms a adoptar unasolucin negociada, la iniciativa vino de los otros dos pases con la firma delTratado de Ancn que dej a Bolivia en un segundo plano, viendo como lasdecisiones se tomabanal margende sus intereses.

    En lo que respecta a Chile, Bader analiza el clima de opinin favorable ala guerra. En su criterio fue consecuencia, no de la establilidad y potencia delpas, sino a una coyuntura de declive e inseguridad. Bajo los efectos de la cri-sis de 1873, la guerra fue una huida adelante. Los chilenos se unieron en tor-no a los valores y principios que se venan gestando desde el siglo XVIII yque les hacan nicos y superiores a otros pueblos. El Tratado de 1873 entrePer y Bolivia convirti al Per en foco de las iras de la opinin chilena, re-verdeciendo viejas rivalidades. De nuevo el antiguo Virreinato se permita in-tervenir en asuntos que no le concernan. Las victorias militares dieron moti-vos a la opinin para crecerse (campaas de El Mercurio). La ocupacin deLima supuso el punto lgido. La conclusin favorable de la guerra tuvo paraChile resultados positivos 33. Un testigo de la contienda, el francs Varigni, sehace eco del asentamiento de Chile como potencia en el Pacifico, ((la Guerraha terminado. Por mar y tierra, Chile ha afirmado la superioridad de sus tro-pas, su disciplina (...). Sus finanzas, bien administradas, han permitido llevar afeliz trmino una campaa al parecer puramente comercial. La Guerra le hahecho dueo de los ricos depsitos de nitrato de la provincia de Atacama yde ms de cien leguas de la costa sur del Per ~.

    Para el Per fue una etapa crtica. La apelacin al sentimiento nacionalis-ta y la actuacin patritica de muchos, no puede ocultar lo que ya reconocebuena parte de la historiografa actual, tanto la ms tradicional como la mscrtica. El debate actual en torno a la Guerra del Pacifico est sirviendo paraplantear claves del proceso de formacin del Estado nacional peruano. Laexperiencia revel la bancarrota del pas y la pervivencia de herencias colo-niales divisionistas.

    El Comercio, peridico fundado en 1839 y testigo de los vaivenes de lahistoria republicana, lo fue tambin de esta coyuntura difcil. En su momen-t, en sus pginas advirti a Bolivia del error que supona el hacer concesio-nes a Chile en sus territorios costeos. Luego, apartndose de otros rganosde prensa, critic a Bolivia por su poltica de impuestos que violaba sus

    32 Richard 5. PHILLIPS (1989), Pp. 253-272.33 Thomas BADER, A Willingness to War: a Portrait ofthe Republic of Chile during

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    acuerdos con los chilenos. En vsperas de la guerra, y mientras la mayorade los peridicos se mostraban belicistas, El Comercio trataba de manteneruna posicin moderada. Sin embargo, unavez desatadas las hostilidades, sepuso al servicio del pas, elogiando a los patriotas. Permaneci clausuradodesde el 16 de enero de 1880 al 23 de octubre de 1883, es decir, durantela ocupacin de Lima. En situacin precaria reanud la publicacin consemblanzas de cados en laguerra ~.

    Al producirse la invasin chilena el Per se desintegr en guerras intes-tinas. Negros, coolies chinos y mestizos de la costa se rebelaron contra losde arriba y se alinearon con los chilenos. Los grupos dominantes dieronpTiondad a la defensa de sus intereses concretos sobre la adopcin de unapoltica nacional. La contingencia, fragilidad, e incluso simultaneidad delos gobiernos, reflejan el desorden reinante. En diciembre de 1879, el Pre-sidente Prado viaja a Europa, situacin que es aprovechada por Pirolapara dar un golpe de Estado. En febrero de 1881, una Junta de Notablesdesautoriza a Pirola y elige a Francisco Garca Caldern. En noviembre,ste es tomado prisionero por los chilenos y expatriado. En su ausenciaasume la presidencia el general Lizardo Montero. Pirola dimite. Roto elpas, la Asamblea Legislativa del norte designa Presidente a Miguel Igle-sias. La historiografa peruana reconoce las quiebras que contribuyeron ala derrota peruana 36~

    La nica excepcin en este cuadro desalentador fue la actuacin de lasmontoneras campesinas en la Sierra Central Valle del Mantaro que sepusieron a las rdenes del general ayacuchano Cceres para enfrentarse alos invasores. Esta experiencia lleva a Nelson Manrique y Florence Mallona sostener que bajo ciertas circunstancias, los campesinos se han mostradodispuestos a participar en una coalicin multitnica y pluriclasista, forjan-do una forma autntica de nacionalismo campesino.

    En realidad, para entender el apoyo de las comunidades a Cceres hayque tener en cuenta las promesas de tierra que recibieron y el sometimien-to a

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    componente milenarista existente en estas sociedades que les llev a ver enCceres, quehablaba quechua y les entenda, a un taita, al Inca esperado 3~.

    3.3.3. Los intereses extranjeros

    Hay que introducir un elemento fundamental que est presente antes, du-rante, y despus del conflicto, condicionando su estallido, desarrollo y de-senlace. Se trata del juego de intereses extranjeros, tanto econmicos comoestratgicos ~.

    Los intereses de Francia estaban vinculados a la Casa Dreyfus, y a la ne-cesidad del gobierno peruano de obtener fondos adicionales. En 1879> antesde la entrada en la guerra, el Presidente Mariano Ignacio Prado haba envia-do negociadores a Pars a tratar sobre un nuevo contrato de venta del guano.Cuando Pirola asumi el poder cancel los acuerdos de Prado, pero enabril de 1879 reconoci a Dreyfus una deuda de 3.214.388 libras esterlinas.Los intereses que la casa francesa tena que defender hacan que le fueraesencial que el Per retuviera el guano y el salitre. La ocupacin por Chile delos depsitos de guano afect a los intereses Dreyfus, ya que Chile no reco-noci la validez del contrato. Por su parte, tras el final de la guerra el gobier-no peruano no hizo intentos de cumplir con el contrato, bien al contrario secomprometi con los tenedores britnicos de la deuda flnnando el ContratoGrace. E] caso fue hasta e] Tribunal de Ja Haya. En 1921 sentenci a favor delas reclamaciones de Dreyfus y fij al gobierno peruano el pago de 25.000francos 40

    La participacin de los Estados Unidos se basaba en los principios gen-ricos formulados en la Doctrina Monroe, ms que en unos intereses econ-micos que an no eran importantes en la regin. La intervencincomenz en1880. En octubre e] embajador en Chile, Osborn sugiri una reunin de re-presentantes de los tres pases que no lleg a concretarse. Durante la admi-nistracin Garfield, el Secretario de Estado Blaine, trat de persuadir al Pery Chile de que restablecieran la paz sin concesiones territoriales, evitandounaposible intervencin directa europea en el conflicto. Pero a partir de en-tonces, la poltica de los Estados Unidos di un giro producindose unnotable acercamiento a Chile. Se tradujo en la redaccin de un Protocoloporel cual Chile se quedara con todo el territorio peruano al sur de la quebradade Camarones, ocupara Tacna y Anca por diez aos quedando obligado el

    38 Enesta lnea se pronuncia Wifredo KAPSOLI, Los movimientos campesinos en Cerro delPasco 1880-1961 Lima, Instituto de Estudios Andinos, 1975-1976.

    3 y. o. KIERNAN, Foreign lnterests in the War of the Pacifie. Hispanic American Histo-ricalReview, XXXV, 1,1955, pp. 14-60.

    40 John Peter OLINGER, Dreyftus: Guano and Peruvian Government Finance 1869-1880.Michigan, Ann Arbor, 1973

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    Per a pagar 20 millones de pesos al cabo de ese plazo. El producto de lasminas de Tarapac se dividira entre el Per y Chile 41

    En cuanto a Gran Bretaa, hay que haceruna distincin entre gobierno yagentes privados y recordar la coincidencia con Chile en su poltica liberalhacia la explotacin de recursos, mientras el Per defenda el monopolio delsalitre. Cuando Chile ocup los yacimientos de guano de Antofagasta, el go-bierno britnico actu pidiendo que fueran respetados los derechos de sussbditos. La situacin se relaj cuando desde el 23 de febrero de 1880 Chileautoriz a los acreedores ingleses a reanudar durante un tiempo la exporta-cin de guano a cambio de unaregala. El Tratado de Ancn abra una nuevaetapa en las relaciones entre los interes britnicos y los pases signatarios. Acorto plazo los beneficios para los britnicos serian constatables, puesto queel salitre del norte y despus el cobre se convirtieron en economas de encla-ve ingls 42

    Por lo que respecta a la Argentina y Brasil, pases vecinos muy interesa-dos en el desenlace del conflicto, por cuanto ellos mismos tenan problemasde limites con pases implicados en la Guerra del Pacfico, ambos ofrecieronsu mediacin, pero finalmente cedieron ante el papel protagnico de losEstados Unidos ~

    3.4. El desenlace. LaGuerra yia diplomacia 1880-1929

    Campaas y estrategias se combinaron con una complicada gestin di-plomtica en la que la mediacin extranjera tuvo una importante incidencia.En octubre de 1880, cuando la balanza se decantaba ya a favor de Chile, co-menz el largo proceso que finalizara formalmente en 1929. En su transcur-so se dibujara el mapa actual del Per, Bolivia y Chile en la zona del Pacfi-co, que el Per y Bolivia siguen cuestionando. Los pasos ms significativospodran quedar resumidos de la manera siguiente:

    En octubre de 1880 por mediacin de los EEUU se reunieron repre-sentantes de los tres pases. Las condiciones de paz presentadas por Chilepasaban por la cesin de todo el litoral boliviano y del departamento perna-no de Tarapac y compensaciones econmicas a los chilenos damnificados,con la retencin de los territorios de Tacna, Anca y Moquegua hasta que nose cumplieran estas obligaciones.

    ~ Frederick PIKE, Chile an dra United Sanes: dra Eme~gence of Chile Social Crisis and tireChallenge o USA Dipomacy. Universityof Notre Dame Press, 1963.

    ~ Thomas F.Jr. O BRIEN. Chilean Elites and Foreign lnvestors: Chilean Nitrate Policy1880-1882. Journal ofLatin American Sasdies 2,1, mayo1979. PP. 101-121.

    ~ Richard PHILL[PS (1989), PP. 279-292.

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    La no aceptacin por el Per y Bolivia supuso la continuacin de laguerra y el avance chileno hacta la ocupacin de Lima en enero de 1881.

    El 20 de octubre de 1883 se firm el Tratado de Ancn. Per ceda aChile, perpetua e incondicionalmente el territorio de la provincia litoral deTarapac desde el ro Loa a la quebrada del Camarones. Chile retena Taenay Anca durante diez aos. Entonces se celebrara un plebiscito que decidirasu adscripcin fina]. El pas que lo ganara pagara al otro una indemnizacinde 10 millones de pesos, moneda chilena de plata o soles peruanos de igualley y peso. Las islas de Lobos continuaran administradas por el gobierno deChile hasta que se haya llegado a la explotacin de un milln de toneladas deguano. Llegado ese caso, volveran al Peru.

    El plebiscito que deba tener lugar en 1894 suscit fuertes diferenciasentre los dos pases y no lleg nunca a celebrarse. Chile retuvo de hecho Tac-na y Anca.

    Se sucedieron una serie de misiones diplomticas: Lira (1895), Porras(1898) etc. y en 1898 se firm el Protocolo Billinghurst-La Torre en el que sereplanteaba el plebiscito, dejando el arbitraje a la Reina de Espaa. El Con-greso chileno se neg aratificarlo.

    Simultnea y progresivamente Chile afirmaba su hegemona en el Pa-cfico y en el Cono Sur. Para consolidar su posicin en Tacna y Anca, a par-tir de 1900 emprendi una poltica de chilenizacin aumentando la guarni-cin militar de Tacnay llevando a la zonamano de obra chilena.

    En 1904 Chile firm con Bolivia un Tratado porel que este pas cedasu litoral, convinindose la construccin del ferrocarril Anca-La Paz.

    En 1912 el Presidente del Per Guillermo Billinghurst decidi unacercamiento con el propsito de limitar las vejaciones> chilenas y conse-guir la celebracin del plebiscito a pesar de que los trminos de partida bene-ficiaran a Chile (supervisin de la Corte Suprema de Chile). No se lleg aningn acuerdo.

    La situacin internacional tras la Primera Guerra Mundial que postu-laba la resolucin pacfica de los conflictos, no influy decisivamente. Ahorafue Chile el que partiendo de su situacin favorable propuso el plebiscito y elPer el que lo rechaz.

    Intervencin de los Estados Unidos como rbitro con el consenso delPer y Chile. Conferencias en Washington en 1922 donde los delegados deambos pases explicaron sus posiciones. Per argumentaba que Chile habaincumplido el Tratado de Ancn y por tanto deba devolver Tacna y Anca.Chile defiende el plebiscito . Historiay Cultura, nm. 8, Lima, 1974. Pp. 5-68.

  • Estadoy territorio en Iberoamrica. 203

    se habra de celebrar el plebiscito presidido por un delegado de los EstadosUnidos. El Per aunque pensaba que os trminos continuaban siendo favo-rables a Chile decidi aceptar la propuesta. Se sucedieron problemas tcni-cos, retrasos y dilaciones.

    Finalmente se lleg al Tratado de 1929, con arbitraje de los EstadosUnidos y gracias a la disposicin de los presidentes del Per Legua yChile Ibaez. Tacna pas al Per y Anca qued para Chile. La lnea dedivisin corra desde un punto de la costa que se denominara Concordia,distante diez kilmetros al norte del puente del ro Lluta, para seguir hacia eloriente paralela al ferrocarril Anca-La Paz, pero haciendo inflexiones paradejar del lado chileno las azufreras de Tacora. Chile se comprometa a cons-truir un muelle en Anca para uso del Per que lo tendra como puerto libre yceda Azucarero. Chile pagaba 6.000.000 de dlares y ceda obras pblicas ypropiedades fiscales en los territorios que pasaban al Per 46~

    Las secuelas

    Emilio Castelar, refinndose al Per, sentenciaba: No puede darse unasituacin ms tnste que el estado actual de la nacin vencida. El pas quedprofundamente afectado por la derrota. Se cre un truma colectivo que semanifest en un sentimiento de angustia e inferioridad, de orgullo hendo. Eneste contexto, un grupo de intelectuales, todos ellos nacidos entre 1880 y1890 y a los que se conoce como la Generacin del Dolor, reflexionaronsobre las causas y posibles salidas a lo que era el problema nacional. Busca-ban replantear las claves de su identidad y algunos se volvieron a Espaa,proponiendo un acercamiento y potenciando las relaciones diplomticas yculturales, a travs de vinculos personales e institucionales (Ateneo, Socie-dad Geogrfica etc.). Entre ellos Luis Mir Quesada (1880), Francisco GarcaCaldern y Vctor Andrs Belaunde (1883), Jos de la Riva Aguero (1884),Jos Glvez (1885) u.

    En economa se sigui una fase crtica. Sin produccin, sin comercio ex-terno, agotado el guano y entregado el salitre a Chile. Las finanzas sin organi-zar no hay presupuestos nacionales y agravadas por la baja del valor de laplata (patrn monetario peruano) en el sistema mundial. La reconstruccineconmica a partir de 1895 fue resultado de tres procesos convergentes: lamonopolizacin de los recursos, su desnacionalizacin y el flujo creciente decapital extranjero. El Contrato Grace (nombre del agente de los tenedores debonos), firmado entre el gobierno peruano y los tenedores de bonos de laDeuda Externa (que en 1890 se agruparon en la Peruvian Corporation) fueel recurso incial para salir de la situacin.

    46 Fernando LECAROS (1983), Apndices, Pp. 200-202. Luis LOAYZA, Sobreel 900. Lima, HuesoHmero, 1990.

  • 204 Ascensin Martnez Riaza

    Proyectado en 1886 y firmado en octubre de 1889 estipulaba: que el go-bierno peruano entregaba la explotacin de los ferrocarriles durante sesentay seis aos, permita la libre importacin de materiales necesarios para su re-construccin y equipamiento y la libre circulacin por el Titicaca. Adems elPer se comprometa a pagar 3 millones de toneladas de guano, otorgar unaconcesin de 2 millones de hectreas en la selva de Peren y a pagar treinta ytres anualidades de 80.000 libras cada una. A cambio los tenedores se com-prometan a reconstruir los ferrocarriles, y sobre todo, a relevar al Per delos emprstitos contraidos en 1869, 1870 y 1872 4~.

    A medio plazo el Per se vio forzado a reestructurar su economa, con-ducindola hacia una diversificacin de la agricultura y la minera. Desde elpunto de vista territorial se potenciaron las regiones de la costa norte(algodn y azcar) y de la sierra central (Cerro del Pasco: plata y despus co-bre). Reorganizacin de la Hacienda: se cre una Sociedad Annima Recau-datoria de Impuestos, que en 1963 sera estatalizada dando lugar al Banco dela Nacin ~

    Polticamente la primera situacin que se produjo fue un resurgimientodel caudillismo. Dos militares se disputaron el poder: Miguel Iglesias que fueel partidario de firmar el acuerdo con Chile y Andrs Avelino Cceres, lderde la resistencia de la sierra central y que se opuso al acuerdo. Desde 1886Cceres gobern de hecho durante diez aos, apoyado por la oligarqua civi-lista. En 1884 Nicols de Pirola fund el partido Demcrata como alternativaal militarismo de Cceres y tambin al civilismo. En 1895 coincidiendo conla reactivacin econmica se hizo con el poder.

    As se inici la Repblica Aristocrtica>. Desde entonces y hasta 1919,a pesar de persistir y crearse nuevos motivos de disidencia interna en el senode la clase dominante, el grupo que representaba los intereses exportadorestuvo la suficiente influencia parahacer del Estado su instrumento poltico 50

    La firma del Tratado de Ancn en octubre de 1883 entre Chile y el Perno supona buenas perspectivas para Boliv La cesin por Per de Tarapaca Chile haca concluir que cl vencedor no devolvera a Bolivia un territorioque separara en dos partes al chileno. La ocupacin aunque en principiotransitoria de Tacna y Anca por los chilenos eliminaba las esperanzas boli-vianas sobre Anca.

    Bolivia reconoci formalmente a Iglesias el 3 de diciembre de 1883.Quedaba a solas para habrselas con Chile, en una posicin de partida des-ventajosa. Despus de 1883 Bolivia comenz a pagar el precio de su debili-

    48 Alfonso QUIROZ NORRIS, Las actividades comerciales y financieras de la Casa Ora-ce y la Guerra del Pacfico. Histrica, vol. VII, nm. 2, Lima, dic. 1983, PP. 214-254.

    9 Rosemary THORP y Geoffrey BENTHAM, Per 1890-1977. Crecimiento y polticas enuna economa abierta. Lima, MoscaAzul, 1985. Ernesto YEPES, Per 1820-1920. Un siglo dedesarrollo capitalista. Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 1972.

    5 Manuel BURGA y Alberto FLORES GALINDO, Apogeo y crisis de la Repblica Aristo-crtica. Lima, Ediciones Rikchay, 1984 (3. cd.).

  • Estado y territorio en Iberoamrica 205

    dad. Aunque en principio no estaba dispuesta a aceptar el recorte de su territo-rio, poco poda hacer sino aceptar las condiciones de Chile. Una continuacinde la guerra era una empresa intil por la desigualdad abismal entre los contrin-cantes. Los bolivianos slo podan esperar no salir demasiado perjudicados delas negociaciones.

    Las propuestas y contrapropuestas se sucedieron. El 2 de abril de 1883 sefirm la tregua. Ambos pases se devolvan las propiedades confiscadas y Chilereciba una indemnizacin por daos. La tregua fue ratificada por el gobiernoboliviano, aunque advirtiendo que Bolivia no renunciaba a sus derechos. En1884 se celebraban elecciones presidenciales. Se presentaban tres candidatos.Las gan Pacheco del Partido Demcrata que propiciaba la reconciliacin na-cional.

    Bolivia cosech los resultados de su trayectoria desde 1842. Para parte dela historiografa boliviana, la guerra fue una comedia de errores>. Haba ido ce-diendo parcelas de poder sobre el litoral en sucesivos tratados y, de hecho, per-mitiendo la explotacin de su suelo por extranjeros. Cuando trat de revertir lasituacin era tarde y no estaba preparada para defenderse poltica y militar-mente. La alianza hasta el final con el Per fue una cuestin de lealtad pocoprctica, ms cuando se iba probando que el Per no era un aliado convenien-te 51 Perdida la salida al Pacfico, Bolivia busc la va del Atlntico a travs delos ros. La Guerra del Chaco tiene entre sus causas esa necesidad y un Para-guay supuestamente ms dbil que Chile.

    La victoria en la Guerra del Pacfico le di a Chite acceso a una extensafranja territorial hacia el norte, muy valiosa econmicamente. Adems afianzsu hegemona frente a sus vecinos que quedaron fuertemente golpeados comose ha expuesto. El conflicto ayud a relanzar la economa, no slo porque pudocontar con los yacimientos de salitre, sino porque la movilizacin atenu el de-sempleo y estimul la agricultura, las manufacturas y el comercio. Adems hizoque los sectores dominantes cerraran filas y se unieran coyunturalmcnte anteuna amenaza externa.

    La incorporacin del salitre condicion la evolucin chilena en muy di-ferentes aspectos. Su explotacin repercuti en el desarrollo de otros terri-torios y recursos. El norte se convirti en un mercado potencial que dina-miz otras zonas productivas como el Valle Central o en vas deproduccin como los territorios del Sur (Araucania y regin Austral). Con-tribuy a la extensin de la infraestructura de transportes para conectar losnuevos espacios (ferrocarril). Potenci el desarrollo de centros urbanos tan-to tradicionales (Santiago y Valparaso) como recien incluidos (Iquique,Antofagasta) 52

    Herbert KLEIN, Fardes and Political Orange Bolivia, 1880-1952 Cambridge Univer-sityPress, 1969.

    52 Michael MONTEON, Chile in tire Nitrate Era: tire Evolution of Economic Dependence1880-1 930. Madison University Press, 1982.

  • 206 Ascensin Martnez Riaza

    La zona se convirti en enclave minero con predominio de capital bnt-nico. Como mano de obra se recurri a poblacin indgena en rgimen de in-quilinato producindose una dicotoma entre un sistema de produccin muytecnificado y una mano de obra que trabajaba a veces a cambio de productosque adquira en los almacenes de las compaias. Tambin se cont con emi-grantes extranjeros aunque en nmero reducido ~

    A raz del desarrollo salitrero y sus repercusiones, la oligarqula chilenaampli sus bases con la incorporacin de porpietarios de minas, empresa-rios, financieros y comerciantes.

    Con todo, autores como Bauer concluyen que la minera no fue un polode desarrollo para el crecimiento econmico de! pas ~4. Por una parte los be-neficios fueron para las compaas extranjeras, por otra buena parte de la ri-queza generada fue empleada en la compra de propiedades y estatus, msque en inversiones para obtener mayores beneficios.

    Desde el punto de vista sociopoltico, la Guerra produjo desajustes quese manifestaran a medio plazo en la Revolucin de 1891.Se trat de una cn-sis de crecimiento que en definitiva se resolvera mediante un reforzamientodel orden vigente. Los sectores dominantes, a travs de los partidos polticosy el Congreso trataron de reducir las prerrogativas del Ejecutivo. La polticadel Presidente Balmaceda chocaba con esa tendencia y llev al ms fuerteenfrentamiento civil desde la Independencia.

    Carl SOLBERG, Inmigration and Nauionalism. Argentina and Chile 1890-1914 Austin,Universiry ofTexas Press, 1970.

    Arnoid BAUER, Chilean Rural Society from tire Spanish Con ques to 1930. Cambridge,CambridgeUniversity Press, 1975.

    Harold BLAKEMORE, The Chilean Revolution of 1891 and its Historiography. 1-fis-panicAmeri can HistoricalReview, XLV, nm. 2, 1965. Pp. 393-421.