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Concurso Literario

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INTRODUCCIÓN

El 13 de marzo en un acto en la Biblioteca del Centro, se procedió a hacer público el fallo del Concurso literario del Departamento de Lengua castellana y Literatura así como a la entrega de premios y diplomas.

Alejandro, Manuel, Miriam, Liam y Joaquín ven ahora cómo sus obras salen a la luz para compartirlas con todos nosotros; esperamos que ello les sirva de estímulo para continuar creando.

Somos conscientes del esfuerzo que hay detrás de los escritos presentados por todos los participantes, y pretendemos animarles para que en el futuro sigan con tenacidad e ilusión intentando comunicar sus pensamientos y tengan a bien compartirlos con todos nosotros.

Algunos de los textos premiados se muestran cercanos a nuestra realidad (como el robo en una joyería de Albacete o una experiencia sentimental); otros, aun partiendo de nuestra vida real, nos calan más adentro y nos trasladan a mundos más lejanos y fantásticos (como un país lejano inmerso en la oscuridad, unos extraños seres mitad árboles y mitad humanos). Algunos de ellos, mientras los leemos, son capaces de transformarnos en un héroe, en un(a) ladrón(a), o en un histórico caballero, brindándonos así la posibilidad de vivir otras vidas, de ponernos en el lugar de los sentimientos de los demás y de poder conocernos mejor a nosotros mismos.

Después de varias ediciones, difundimos los textos premiados para que puedan ser compartidos por toda la Comunidad educativa del Instituto; fruto de esta intención es este pequeño “libro” que nos complace presentar. Con él queremos mostrar nuestro reconocimiento a todos los autores premiados así como nuestro agradecimiento a todos los alumnos/as que, a largo de las distintas ediciones, han participado en este Concurso literario, poniendo sobre el papel su trabajo, su creatividad y, en definitiva, algo de su intimidad.

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ÍNDICE

1. “Los Colores de la vida” (Marcial).................................................... 7

2. “El dúo del Alba” (Miguel Akan).................................................... 17

3. “Persiguiendo a Mr. Blen” (Miralago) ............................................ 25

4. “El Caballero de la mano en el Pecho” (Doménikos Theokópoulos) ............................................................ 29

5. Solitario Viajero (Peter Pan)............................................................ 33

6. Una Mirada de Furia........................................................................ 35

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“Los colores de la Vida”

1.1. “Los Colores de la vida” (Marcial) “Los Colores de la vida” (Marcial)

Érase una vez que se era, hace muchos años, un país donde todo el mundo era feliz y vivía en paz y armonía. Todo allí era perfecto, todas las personas disponían de comodidades y no se había sucedido nunca durante su larga historia ni una sola guerra con algún otro país.

Pero, inesperadamente, un día llego una terrible tormenta que sumió durante varios días al pequeño país en una gran oscuridad. Los relámpagos destellaban en el negro y oscuro cielo, y los truenos eran fuertes y estremecedores. La tormenta duró varios días, llovía sin cesar… Las familias estaban en sus casas, resguardadas pero esperando incansablemente a que la lluvia diese una tregua y así poder salir al fin. Pero siguió lloviendo todos los días, así hasta que, tras seis interminables meses, dejo de llover…

Cuando la gente salió de sus respectivas casas, tras meses sin poder ver la luz del sol, encontraron un panorama desconsolador, pero también terriblemente extraño e inquietante.

Las flores se habían desteñido, habían perdido su color. El cielo no era ya azul. Ya no existían las razas ni los tonos de color en la piel. Todo había perdido su color, se había vuelto blanco y negro. Todo había perdido su sustancia, su identidad, su esencia. Ahora solo cosas vacías e inexpresivas ocupaban el mundo. La gente se miró las manos, se miro al espejo, y descubrieron que al morir el color del mundo moría el suyo propio y el de absolutamente todo.

Todo era tan extraño e inexplicable que muchas personas quisieron huir a otro país y escapar de aquel terrible infierno que nada tenia que ver con la vida a la que ellos habían estado acostumbrados. Sin embargo, absolutamente toda la humanidad había perdido su esencia, y ni el mar, ni el cielo ni el bosque tenían sus respectivos colores.

Un mundo en blanco y negro, insípido y extraño.

Pasaron los años, y nadie encontró una solución a aquel inquietante misterio. La gente empezó a acostumbrarse a ello y las nuevas generaciones nacían sin añorar los colores, pues no los conocían. Aquel mundo de

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tonalidades tan simples parecía haber sido así desde siempre. Daba la impresión que nunca había sido de otro modo.

Un día, muchísimos años después, se reunieron los reyes de dos países vecinos para tratar unos asuntos territoriales. Pretendían ambos aliarse contra una amenaza de guerra que se extendía como una grave enfermedad… Mas, sin embargo, la amenaza era tan fuerte y los países que pretendían conquistar sus territorios tan feroces, que ambos monarcas no sabían como solucionarlo. Se sentían acorralados, impotentes y angustiados. La población también estaba preocupada, y no sabía como actuar. La gente se armó con largos cuchillos y azadas, ya que la mayoría era de origen humilde.

En aquellos tiempos de alboroto y preocupación, se sumó otro problema más, como suele ocurrir en estos casos. Un famoso bandido asaltaba los caminos y timaba a la población con sus productos robados. Se hizo famoso al instante, al difundirse su fama de malhechor y maleante. La gente estaba aterrorizada, ya que nadie conocía su verdadero rostro pues también era un maestro del disfraz. Hasta había conseguido internarse en los terrenos de un adinerado y rico noble, llevándose joyas y tesoros de gran valor.

Este elocuente bandido, se llamaba Agnus. Había crecido sin diferenciar el bien del mal, sin disponer de una ética equilibrada y justa. Solo le importaba enriquecerse con sus estafas y robos, y si ganaba un poco de fama le gustaba aun más. Había crecido huérfano y sin ningún familiar a su alrededor, y había tenido que prosperar de algún modo en las ciudades y pueblos por los que vagabundeaba. Así pues, conocía el cómo engatusar a la gente con dulces y premiadoras palabras, como hacerles caer a sus pies y así poder venderles cualquier baratija sin valor. Conocía el poder de las palabras, pero también la agilidad de sus manos era envidiable. Sabía como robar diez bolsas de dinero en un solo día sin ser descubierto, y muchas veces se sentía orgulloso de sus estafas y robos, ya que Agnus de por si era un presumido.

Así pues, Agnus avanzaba sin respiro por todo el reino, unas veces disfrazado de anciana y otras de gordo y rico mercader. Nadie podía reconocerle, principalmente porque nunca había mantenido amistad con nadie. Para él, su vida siempre había sido una jungla, una lucha de supervivencia en la que no se debía confiar en nadie. Nunca había tenido

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amigos, y pocas veces había hablado con alguien sin proponer conseguir algo.

Una noche, sin embargo, unos fieles vigías de Su Majestad, el rey Petros, lo descubrieron en mitad de la noche mientras dormía. Estaba descansando en medio del bosque, y los centinelas le pudieron descubrir a partir del humo que aun salía de una débil hoguera que le había alumbrado bajo las estrellas…

Cuando Agnus despertó, descubrió que había sido drogado y llevado hasta las mazmorras de palacio, donde se encerraban a los peores criminales del reino. El suelo estaba frío, helado e incomodo. Largos barrotes se extendían ante la como firme sentencia de muerte. Más, detrás de ellos y para sorpresa de Agnus, se encontraba una imponente figura de rostro impasible y rasgos nobles. La ropa que vestía aquel hombre, a ojos de Agnus, parecía tejida por mismísimos Ángeles.

Era el rey Petros, el soberano del reino.

Instó a levantarse a Agnus, pero este lo único que creía conveniente hacer era a arrodillarse y pedir clemencia. Al fin y al cabo, era un rufián que nada tenia en común con alguien de tan alto linaje, y estaba convencido de que lo iban a llevar a la horca.

Pero, para sorpresa de Agnus, el rey no iba a sentenciarlo. Le pedía un favor. Y así el rey comenzó a hablar:

-He oído hablar de tu mala fama, maleante, y desapruebo tus fechorías. Sin embargo, las circunstancias me obligan a pedirte ayuda, ya que mi reino y sus gentes se hallan en peligro. Una gran guerra esta a punto de estallar, y nuestros aliados y nosotros mismos no disponemos de una eficiente solución. Pero existe un objeto de valor incalculable que tiene el poder de restablecer la paz, aunque nadie sabe exactamente si es real o fruto de leyendas. Se llama la Copa de la Fortuna. Tu misión es ir a buscarlo a los Páramos, donde la fantasía y la realidad se funden, donde lo que no puede ser ocurre. Mas si te atreves a volver sin él, tus fechorías hablaran por ti en un juicio justo y serás decapitado. Pero si lo consigues traer… se te perdonara la vida y se considerara tu libertad.

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Agnus no cabía en si de asombro, pero solo podía estar agradecido. Aun siendo presuntuoso y orgulloso, el miedo por la muerte lo hacia vulnerable y lo tachaba de cobarde.

-Decidme pues que he de hacer y adonde ir, os lo imploro.

-En medio del Páramo, hay un desierto de hielo y escarcha. Pues allí mismo, en algún lugar de sus heladas dunas, hay un oasis perdido al que nunca nadie ha ido jamás y en cuyas aguas se encuentra la Copa. No confió en ti ni en que logres sobrevivir, pero has de pagar de este modo todo el mal que has hecho. Si no encuentras el oasis, piensa antes de volver y decide si prefieres morir allí o morir aquí decapitado, ya que sin la Copa, de un modo u otro morirás. No tienes elección.

-Ya veo que no la tengo.- dijo, resignado, Agnus.

Al día siguiente, Agnus fue llevado hasta el Páramo por unos siervos del rey. El bandido no sabía como actuar, que hacer ni que buscar. No tenía ni idea de cómo salir de aquel terrible embrollo. Siempre había tenido todo bajo control, siempre había dominado la situación y había salido airoso de muchos líos. Sin embargo, aquello se le escapaba de las manos y lo sumergía en una profunda impotencia y sumisión. ¿Qué debía hacer exactamente? ¿Cómo podía salir de aquello con vida? Llevaba las preguntas y las preocupaciones a la espalda como firme recordatorio. Pero, algo si tenía claro por encima de todo lo demás:

Iba a ser su fin, iba a morir. Ahí se acababan sus andanzas.

El Páramo era tal y como se lo imaginaba: helado, silencioso… y completamente vacío. No había señal alguna de vida, no habían ni árboles, ni animales ni poblados. Aquello era el mismísimo infierno helado, solo que ni siquiera había demonios. Solo estaban los demonios de su mente, profundamente incrustados en sus pensamientos recordándole cada poco tiempo que se acercaba su fin…

Anduvo por las insinuantes dunas de hielo y nieve, sin parar, en busca de algo que ni tan siquiera sabia si existía. En busca de una fugaz sombra, de una fugaz visión. ¿Era pues cierto que allí, como todos decían, lo imposible

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se hacía realidad? Agnus solo veía hielo y escarcha, y sentía como un inmenso frío se extendía por todo su cuerpo, aprisionándolo en un abrazo gélido. Sentía desfallecer las piernas, tenia hambre, sueño y sed. Deseaba con toda su alma encontrar cobijo y un fuego con el que poder calentarse, con el que poder olvidarse de aquella terrible pesadilla. ¿Pesadilla? Si, eso debía ser. Todo debía de ser una horrible pesadilla. Tal vez pronto despertaría en un blando lecho de sabanas suaves y blancas. Pero esperaba que no fuesen tan blancas como aquella inmaculada nieve que poco a poco consumía sus fuerzas. Tan lentamente… tan silenciosamente… todo se derrumbaba a su alrededor.

Calló desfallecido y sin fuerzas sobre las mullidas y frías dunas de hielo, y estas le aceptaron en su seno con un beso gélido y mortífero. Aquel seria su lecho de muerte.

Pero unas últimas fuerzas le hicieron levantar la cabeza antes de caer definitivamente a los pies de la muerte. Un suave sonido de campanillas se oía no muy lejos de él, instándolo a levantarse.

Ante el se hallaba entonces el místico oasis de las leyendas, surgido de la nada y brindándole su frágil esplendor. Surgían frondosas palmeras, arbustos y césped. Un pequeño lago en el centro, de aguas claras y cristalinas. Se oía el titilar de unas campanillas de cristal colgando de las palmeras.

Había llegado adonde la fantasía y la realidad se juntan, donde lo imposible se hace realidad. Aquel oasis desafiaba las leyes naturales creciendo orgulloso en medio de la nieve.

Agnus no podía creérselo. ¿Era aquello la muerte? ¿Podía estar sucediendo realmente? Fuere como fuere, había logrado su cometido.

Avanzó arrastrándose sobre el congelado desierto que le separaba del oasis. Era solo un pequeño trecho, pero se le antojó angosto e infinito. Las fuerzas se le escapaban por todas partes, y ya no sentía los pies…

Pero cuando alcanzó las frondosas hierbas del oasis, las fuerzas se le renovaron y sintió como una nueva y fortalecedora vida empezaba a correr

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por sus venas. Consiguió levantarse y echar de nuevo a andar, y la euforia se expandió por todo su ser. ¡Estaba vivo! Lo había logrado.

De repente, una estremecedora risa surgió de algún sitio del oasis. Agnus se giró en torno a sí, alarmado y dispuesto a luchar. Descubrió una misteriosa figura al lado del lago, de cuerpo oscuro y tenebroso, de mirada perversa y sonrisa maquiavélica. Era tan grande como un león, pero su contorno era semejante al de un híbrido entre monstruo, persona y animal. Dos lenguas bífidas asomaban de sus fauces, tras tres hileras de afilados dientes.

-¿Cómo osáis internaros en mis terrenos?- siseó alargando las eses.

Agnus estaba aterrorizado.

-Yo…

Cayó entonces en la cuenta de que debía emplear sus dotes de engaño, ya que si no decía lo que aquella cosa esperaba decir, le mataría.

-Lo siento sobremanera, pero vengo a buscarle a usted.

-¿A mí? - el extraño ser pareció interesado.- ¿Quién?

-El mismísimo rey Petros. Quiere invitarle a una ceremonia que se efectuara dentro de unos días para festejar la victoria en la guerra.

-¿Qué me cuentas, maldito humano? –Chilló la fea criatura.- La guerra no ha hecho más que comenzar. Hoy mismo batallones enemigos a tu rey se internan de incógnito en sus territorios.

La criatura escupió al suelo, en gesto despectivo hacia Agnus.

-Moriréis todos, malditos humanos. La guerra solo hará que os matéis entre vosotros. ¡Todos vosotros moriréis!

-¿Cómo sabéis todo esto?

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-El fin de vuestro mundo esta cerca, humanos, muy cerca. Primero desaparecieron los colores y ahora os matareis entre vosotros. Os auguro un final trágico y horrendo… pero solo yo tengo la solución, si señor, solo yo. Solo yo tengo en mi poder algo que hará que todo este mal acabe.

-Vaya por dios.- Agnus se sentó resignado sobre el césped.- ¿No será una copa?

-¿Cómo sabes eso, mortal?- chillo la sibilante criatura.

-Porque este es tu fin, no el del resto del mundo.

Agnus sacó de su chaleco un puñal, y se lo clavó en el pecho al monstruo. Este había confiado en la aparente vulnerabilidad de Agnus, pero Agnus era de todo menos vulnerable. Al fin y al cabo, su vida se había basado en estrategias con las que poder sobrevivir. La copa la consiguió con facilidad, solo tuvo que sumergirse en las aguas del pequeño lago.

Al día siguiente, los siervos del rey le esperaban a la entrada del Páramo. Nadie nunca pensó que Agnus podría haber salido vivo de aquel terrible y basto lugar helado y libre de vida.

Pero la Copa de la Fortuna brillaba en su mano cuando llegó hasta ellos, tras haber cruzado el Páramo con aquellas fuerzas que le hubiera otorgado aquel místico oasis.

Cuando el rey recibió la copa, sucedió algo inesperado y extraño para todos los humanos de aquel entonces. La Copa de la Fortuna trajo consigo los perdidos colores, y la vida volvió a rezumar entre las cosas. Ahora todo estaba en su sitio, todo estaba en orden. Los colores dejaron atrás la monótona vida blanca y negra que les había inundado durante una eternidad.

Los respectivos países hicieron las paces, ya que encontraron la belleza en sus propios territorios y desecharon la idea de conquistar más tierras por el hecho de tener más dominios y acapararlos. Encontraron la felicidad en sus reinos, felices de haber conseguido aquel preciado tesoro que, dentro de ellos mismos, ansiaban y echaban secretamente de menos. Todo este tiempo

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había sido una muda aspiración y un oculto anhelo en el fondo de sus corazones.

Agnus se hizo un autentico héroe y la gente olvidó sus fechorías. Vivió, en general, una honrada vida, y se volvió muy rico como mercader… Aunque más de una vez no hizo un trato del todo justo. Cuando volvían a reclamarle, el siempre decía lo mismo:

-Vaya por dios, cuanto lo siento. Pero has de saber que la vida no es justa.

Y así, volvía a salir airoso de cualquier situación.

AAlleejjaannddrroo LLoorreennzzoo CCaabbaalllleerroo ((PPrriimmeerr PPrreemmiioo 22ºº EESSOO AABB ))

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“El dúo del Alba”

2.2. “El dúo del Alba” (Miguel Akan) “El dúo del Alba” (Miguel Akan)

Capitulo I Era un día normal para Miguel, un joven de trece años que caminaba

hacia el colegió, era una mañana fría de invierno con la escarcha aun en el césped. Miguel se abrochaba el abrigo y se subía la braga era todo normal hasta que algo a lo que no le dio importancia le iba a cambiar la vida. Al pasar por el parque que había a mitad de camino, vio en un árbol que había unos extraños símbolos y pensó que serían obra de algún gamberro, que los había gravado con una llave como en el resto de los arboles, Miguel siguió rumbo al colegió sin entretenerse demasiado pues llegaba tarde y sin poder parar de pensar en aquellos extraños símbolos, que le habían llamado mucho la atención. Mas tarde el joven salió de la escuela y fue a su casa, sin entretenerse con sus amigos, volvió a pasar por el parque y no pudo evitar pararse, ante aquellos símbolos de aquel árbol, pero habían desaparecido como si de magia se tratase, era el mismo árbol estaba seguro pero no sabía que podía haber pasado.

Al día siguiente se dirigió de nuevo al mismo árbol, los símbolos volvían a estar allí, Miguel sorprendido, no pudo evitar acercarse y tocar aquellos extraños símbolos, de repente ocurrió algo aun más extraño, los símbolos se encendieron como si fuesen de fuego, un rojo vivo cubrió los bordes de los símbolos e hizo que Miguel se sobresaltara, asustado por aquella escena, y diera un salto hacia atrás. Entonces los símbolos empezaron a girar y a entrelazarse entre ellos, el joven aún con el miedo en el cuerpo saco el coraje suficiente y se atrevió a tocarlos. De repente una luz blanca cegó sus ojos.

Cuando recupero la vista todo lo que le rodeaba había cambiado, no era ni los mismos árboles ni el mismo parque, unos seres mitad hombre y mitad árbol, capaces de hablar y entender todo tipo de lenguas conocidas y no conocidas, por el ser humano, muy inteligentes y fuertes, encargados de guardar los bosques “ los ent”.

Uno de ellos se acerco y se arrodillo delante de él, Miguel paralizado por el miedo no pudo decir ni una palabra.

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El ent le dijo:

-Bienvenido seas, ¿Qué te trae por estas tierras?

Miguel seguía sin poder contestar, entonces el ent le acompaño en dirección a un enorme tronco hueco, dentro del tronco y al lado de una cama, una anciana de apariencia humana lo miro con detenimiento y dijo afirmando:

- Es él, el elegido

Sin decir nada mas todo el mundo se arrodillo ante él, como si de un rey se tratara y Miguel sorprendido y a la vez aterrorizado dijo:

-¿Dónde estoy…? ¿Quiénes sois…?

- Estas en Asuria y yo soy Iris, dijo la anciana

- ¿Eres humana? pregunto Miguel.

- Exacto yo fui como tu una de las elegidas para derrotar a Thor, Señor del Caos, y a Perséfone que actualmente aterrorizan a todos los habitantes de Asuria, pero su poder es tan grande que no pude con ellos, así que ahora te toca a ti.

Miguel, asustado y lleno de dudas, asintió tímidamente con la cabeza y acompaño a la anciana

Capitulo II Miguel y la anciana se dirigieron al corazón de Asuria, conforme se

acercaban una enorme torre de piedra rodeada por musgo iba apareciendo delante de ellos. La torre no parecía estar habitada, pero una cosa le llamo más que nada a Miguel la atención, en la puerta y grabados en la madera estaban los mismos símbolos que había visto anteriormente en el tronco del árbol.

De repente la puerta de la torre se abrió, Miguel e Iris entraron, todo estaba oscuro y húmedo. Subieron por unas escaleras hasta llegar a una

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enorme y oscura sala, la anciana cogió una antorcha del pasillo con la que ilumino la sala, dentro de ella y en el suelo solo se veía un viejo bastón de madera lleno de telarañas, la anciana se agacho y cogió el bastón y se lo entregó a Miguel, la anciana le dijo:

-Toma, lo necesitaras para vencer a Thor.

-¿Quién es Thor? Pregunto Miguel

-Thor, es el señor del caos y junto a Perséfone su ayudante, son la fuente de todas nuestras desdichas, desde que hace unos años y mediante la fuerza, se hicieron con el poder de Asuria trayendo el terror y la desdicha a todos sus habitantes.

-Entiendo. Contesto Miguel

El joven y la anciana abandonaron la torre y se dirigieron al sur. Después de varios días y conforme se acercaban al sur, el paisaje se hacía más oscuro, ríos de lava surcaban los valles y grandes dragones volando hacían aún más oscuro él cielo. Un edificio tenebroso se confundía con el paisaje, Miguel no pudo evitar preguntar:

- ¿Qué es esto?

- Es la cripta donde las atormentadas almas de todos lo que osaron enfrentarse a Thor, yacen sin descanso. Respondió la anciana

Miguel sentía escalofríos por todo el cuerpo al oír los gritos, cada vez se hacía más intenso el calor que desprendía el fuego.

Al fondo una gran cripta hecha de calaveras y huesos y guardando la entrada unos grandes y deformes perros que amenazaban cada uno de nuestros pasos, la anciana apunto con la mirada al bastón de Miguel, haciendo un gesto para indicarle que lo usara.

Miguel con el bastón en la mano apuntó a los perros, que se acercaban hambrientos a por la que creían que sería su comida.

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Capitulo III Los perros retrocedieron, aterrorizados por la luz que se desprendía del

bastón y tras un resplandor inesperado, una bola de energía salió de su bastón e hizo caer al suelo a uno de los extraños perros que protegían la cripta.

Miguel estaba sorprendido por lo que acababa de contemplar, Iris le dijo:

-Veo que aprendes rápido, estoy segura de que sabrás usarlo, pero recuerda úsalo solo para hacer el bien y salvar a Asuria.

Conforme se adentraban en las profundidades de la cripta, las almas daban vueltas alrededor de ellos, Miguel sentía escalofríos pero Iris permanecía inalterable, llegaron a una sala llena de telarañas gigantes, Miguel tenía pánico, desde pequeño, a las arañas y no puedo evitar preguntar:

-¿No habrá arañas hay dentro verdad?

-Sí, es la sala del dolor, y si las arañas son muy grandes y venenosas. Contesto la anciana.

Entraron en la sala y Miguel aterrorizado comprobó que la anciana estaba en lo cierto, las arañas eran gigantes y los estaban cercando en el centro d la habitación, apunto estaban de llegar a ellos cuando, de repente y tras el sonido de una extraña voz, empezaron a retroceder, de una esquina de aquella oscura habitación surgió la figura de un joven y del que de su cinto colgaba una gran espada. El joven se les acerco, tenía unos 15 años aproximadamente, era humano al igual que Miguel:

-Hola Iris volvemos a vernos, y ahora con nueva compañía por cierto ¿Quién es? Pregunto el chico

- Es quien te acompañará a la ``Tumba del caos eterno´´. Contesto Iris

- ¿Te refieres al elegido? Preguntó el joven

- En efecto, se llama Miguel. Dijo Iris

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Miguel se presento:

- Soy Miguel y por lo que veo seré tu acompañante.

- Encantado yo soy Akan guerrero del dúo del alba.

Capitulo IV - Según la profecía el dúo del alba derrotara a Thor liberando a Asiria del

caos y la oscuridad eterna y tú junto a Akan lo formareis. Interrumpió Iris.

- Así es y no tenemos mucho tiempo para llegar a la Tumba del caos eterno. Comento Akan.

Y los dos jóvenes guerreros se dirigieron a la posada de Thor y Perséfone, sin pararse avanzaban y cada vez se hacía más intensa la oscuridad hasta que llegaron a un punto donde Akan les ordeno parar, Miguel confuso pregunto:

- ¿Qué pasa por que paramos?

- Aquí nos reuniremos con los aliados los seres de Asiria, ellos nos ayudaran en nuestro camino.

- Los necesitaremos, recordad que Thor tiene criaturas. Comentó Iris

En ese momento unas criaturas aparecieron de entre los árboles, habían ninfas, grifos y centauros.

- Somos la alianza nosotros os acompañaremos a la tumba del caos eterno.

Todos avanzaban con paso firme y sin mirar hacia atrás en medio de la noche llegaron a una gran montaña cuando Akan dijo:

- Ya nos acercamos

La montaña tenía una gran pendiente y les parecía imposible cada vez se les hacía más largo, hasta que por fin llegaron a la cima de la montaña y la

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tumba se veía por encima con una gran chimenea de humo por encima. Cuando Iris con respiración entrecortada dijo:

- Ya soy anciana y no puedo continuar avanzad vosotros yo me quedare aquí, y recuerda Miguel usa el bastón.

Miguel afirmo con la cabeza y con rumbo firme y el bastón a la espalda siguió su camino.

Se encontraban ante la gran puerta de la tumba, de repente la puerta se abrió y el dúo de guerreros y la alianza entraron, Miguel desenfundo el bastón de su espalda y con gran valentía y sin mirar hacia atrás siguió su camino

En la entrada había un gran Cerbero, un gran perro de dos cabezas y un solo cuerpo con unos colmillos como dagas, pero por suerte estaba encerrado en una jaula y a su lado una extraña puerta que daba a otro pasillo. Cuando fueron a cruzar la extraña puerta una ingrata sorpresa les sucedió uno de los laterales de la jaula callo abajo quedando el cerbero libre.

Miguel golpeo con el bastón al cerbero sin resultado, no sabía qué hacer cuando de repente sin saber que hacia lo puso sobre su cara y sobre el una gran nube en forma de uno de los extraños símbolos en el árbol hizo caer al gran cerbero, todo el mundo le contemplaba insólitos de lo que acababan de ver.

- Veo que ya lo dominas. Dijo Akan

Cuando cruzaron la puerta se encontraron con un largo pasillo que cruzaron con cuidado creyendo que podría haber alguna trampa como la anterior, pero no había nada ni nadie y lo más importante aún seguían todos. Cuando cruzaron el pasillo se encontraron con una gran piedra sobre un soporte que nadie se atrevía a tocar, excepto Akan que con gran coraje fue el primero en tocarla, y de repente desapareció como por arte de magia y los demás la tocaron para poder buscar a su compañero.

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Estaban insólitos es como si se hubiesen teletransportándose miraron a su alrededor y en el fondo solo se veía un barranco y delante de aquel barranco Thor y su ejército y su derecha Akan.

Eran más pero más débiles y sabían que si vencían a Thor los demás también serian vencidos. Miguel y Akan fueron a vencer a Thor, Akan desenfundo la espada y se dispuso a vengarse, los demás se encargaron de su ejército.

Akan y Miguel avanzaban hacia Thor mientras los demás seguían luchando parecía eterno pero ya veían a Thor era un humano como ellos solo que con una máscara y dos espadas, una en cada mano los dos le intentaron atacar pero cada golpe que le daban les tiraba al suelo. La lucha no tenía ningún efecto, Miguel retrocedió y Akan seguía tirado en el suelo con una gran herida en su mejilla Thor se dirigía a Miguel y el joven seguía retrocediendo hasta que de repente cayo por el precipicio y se sostenía de una mano, Akan no daba señales de vida y el joven estaba al borde de la muerte. Thor tiro una de sus espadas al suelo y alzo la otra al aire con intención de soltar al joven cuando de repente, Thor bajo la espada y cayó por el barranco y un gran agujero negro se creó en el fondo del suelo y absorbió a todo su ejército.

Pero Akan seguía tirado y Miguel no sabía quien podía haber sido cuando vio que una mano con arrugas le llevaba hacia arriba era Iris que a pesar de su edad decidió ayudarles cuando vio que estaban en apuros.

Entonces Akan se levanto y pregunto:

- ¿Qué ha pasado?

- Te lo contaremos por el camino. Respondió Miguel.

Y todo volvió a la normalidad Miguel decidido volver a su casa y se dio cuenta de que no había pasado el tiempo. Y decidió volver cuando descansase de esa aventura.

MMaannuueell GGaarrccííaa DDííaazz ((PPrriimmeerr PPrreemmiioo 11ºº EESSOO DDBB))

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“Persiguiendo a Mr. Blen”

3.3. “Persiguiendo a Mr. Blen” (Miralago) “Persiguiendo a Mr. Blen” (Miralago)“Una vez más, el ladrón de joyas más famoso del momento, que se hace

llamar Mr. Blen, acaba de cometer su último robo en una joyería del centro de Albacete. Esta vez, se ha llevado tres collares de diamantes valorados en 5.000 € cada uno. La policía del lugar ya está en la escena del crimen.”

El detective Roberto Campos estaba escuchando las noticias por la radio, sentado en la silla de su despacho. Roberto era un detective que hasta ahora, había resuelto todos los casos que se le habían propuesto. Le gustaban los retos, y poderlo así meter entre rejas y para que dejara tranquilos a los ciudadanos de Albacete.

Encendió rápidamente su ordenador y se puso a buscar fotos y vídeos de las cámaras de vigilancia de los lugares en los que había robado. También encontró datos interesantes de los días y las horas a las que lo había hecho. Imprimió todos los datos y los examinó todos a fondo. Estuvo estudiándolos durante dos horas y averiguó dónde y cuándo se cometería su próximo robo. Sería esa misma noche, sobre las 3 de la madrugada, en la joyería de la calle Concepción. Decidió que iría para allá hacia las 2 de la madrugada.

Todavía eran las 11 de la noche y decidió esperar sentado en la silla, escuchando la radio, para ver si se enteraba de algo más.

Se quedó dormido. Le despertó un ruido estrepitoso de los vecinos de enfrente subiendo las persianas. Miró su reloj. Ya eran las 2:15 de la madrugada. Se puso corriendo su chaqueta y abandonó rápidamente su despacho.

Cuando se disponía a subirse a su coche, vio a la vecina de enfrente. Se quedó mirándola unos instantes. Estaba asomándose por las cortinas, cautelosa, parecía que se escondía, como si no quisiera que la viese nadie. Pero tenía un caso pendiente, así que no le dio importancia. Se subió a su coche, arrancó y se fue.

Al cabo de 15 minutos, estaba en la calle de atrás de la joyería. Seguidamente inspeccionó el lugar. Quería saber por dónde podía entrar el ladrón. Lo que él no sabía era que mientras él inspeccionaba la joyería, el

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Concurso Literario 2011

ladrón había tenido tiempo de entrar. Pero Mr. Blen se tropezó y Roberto lo oyó. Entonces se dio cuenta de que había una ventana forzada. Lo comprendió. Sabía que Mr. Blen estaba dentro. Se coló rápidamente por esa ventana. Pero había llegado tarde. Mr. Blen había desactivado los sistemas de seguridad, abierto una urna de cristal, y se había llevado 6 anillos de oro. Ahora se disponía a escaparse por otra ventana. Roberto fue corriendo detrás de él, pero Mr. Blen se dio cuenta y aceleró el paso. Saltó por la ventana y el detective lo perdió de vista. Pero el ladrón iba tan rápido que no se dio cuenta de que se le había caído el reloj. Roberto lo cogió, por fín tenía su primera prueba.

Al día siguiente lo llevó a la policía científica para que lo analizasen. Le dijeron que en un par de días ya tendrían los resultados. Después, se fue a su despacho a descansar, sentado en la misma silla de siempre. Estaba a punto de dormirse, cuando de repente, llamaron a la puerta. Sobresaltado, la abrió. En seguida reconoció aquella cara. Era el marido de una mujer que vivía al otro lado de la calle.

- Detective Roberto, tiene que ayudarme, dijo el hombre, preocupado

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“Persiguiendo a Mr. Blen”

- ¿De qué se trata esta vez?

- Verá, se trata de mi mujer, Vero. Últimamente me despiertan por las noches los ruidos de la puerta de mi casa que da a la calle. Y me doy cuenta de que Vero no está en la cama. Siempre voy a buscarla por todas las habitaciones, pero nunca está. Cuando me despierto por la mañana y le pregunto que dónde ha estado, ella siempre me contesta lo mismo, que no se ha movido de la cama en toda la noche y que son imaginaciones mías. Además, se permite muchos caprichos y no sé de dónde saca el dinero, porque nuestro sueldo no da para tanto. - parecía nervioso y muy preocupado. -. Necesito que descubra qué se trae entre manos.

- Lo haré, pero es que ahora estoy ocupado en otro caso muy importante y no tengo tiempo. - respondió Roberto.

- Se lo ruego, ayúdeme. Estoy muy preocupado.

Entonces el detective se acordó de la noche en la que vio a la mujer asomada a la ventana, y empezó a sentir curiosidad, así que decidió investigar el caso.

Esa noche fue al despacho y se sentó frente a la ventana, para ver si salía la señora Vero. Y no tuvo que esperar mucho, porque al cabo de 10 minutos salió. Roberto se fue del despacho sigilosamente, detrás de la señora. Ella se metió en un callejón sin salida. Para no ser descubierto, Roberto decidió no entrar en él, y se escondió detrás de un contenedor, porque tarde o temprano tendría que salir. Pero solo salió un señor. Harto de esperar, decidió echar un vistazo, a ver qué pasaba. Se quedó sorprendido, pues no podía creérselo. En el callejón no había nadie. Entonces, quiso seguir a aquel hombre que había visto salir, pero ya lo había perdido de vista. Decidió volver al despacho a dormir. Al día siguiente, fue a recoger los análisis del reloj. Le dijeron que en él no había huellas, que probablemente se lo hubieran puesto con guantes. Pero le dieron la dirección de la tienda en la que lo habían comprado, porque parecía de colección y una pieza única. Roberto fue a la tienda con el reloj y preguntó:

- ¿Perdone, le ha vendido hace poco a algún señor?

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- Este reloj es de señora. Lo vendí hace dos días. Espere un momento y le daré el nombre de la persona. - respondió el empleado. Se fue a buscarlo, y cuando volvió dijo:

- Se llama Verónica Ruiz Jiménez.

- Vale, muchas gracias.

- Roberto estaba contentísimo. ¡Había matado dos pájaros de un tiro!

Esa noche llamó a la policía, para que fueran a las 2 de la madrugada a una joyería de la calle Rosario. Él también fue. Cuando estaban allí, los policías detuvieron a Mr. Blen.

En realidad era Vero, que se hacía pasar por un hombre para no ser descubierta. La metieron en la cárcel. Desde aquel día la gente paraba a Roberto por la calle, dándole las gracias por haber dejado Albacete limpio de ladrones.

MMiirriiaamm VViillllaa DDííaazz ((PPrriimmeerr PPrreemmiioo 11ºº EESSOO BBBB))

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“El Caballero de la mano en el Pecho”

4.4. “El Caballero de la mano en el Pecho” (Doménikos Theokópoulos) “El Caballero de la mano en el Pecho”

(Doménikos Theokópoulos)El final de mi vida llegó hace muchos años; pero seguramente no se

acordarán de mí. A decir verdad, ni yo mismo recuerdo bien quién soy.

Para que no pasara precisamente eso que yo cayese en el olvido para siempre- encargué que me retratara un conocido pintor, favorito del rey. Le pedí una simple imagen mía, pero no se limitó a idealizar mi figura. Retrató con tal rigor mi tez pálida, mi rostro escuálido de ojos hundidos, mi cuerpo inservible ... que llegué a pensar que lo hizo con afán de dañarme. Aun así, pensé que esto me inmortalizaría y preservaría mi honrosa memoria. Ojalá hubiera sido así, pero, por lo que veo, no lo fue.

Diez años en la maldita guerra, ¿y qué recibo a cambio? Nada, solamente soledad. Un dolor como una losa pesa sobre mis hombros y una tristeza como un humo tóxico envenena mis pensamientos.

Me fui a ese condenado infierno por el respeto que merecía nuestro rey y nuestra religión; me fui por mi honra y memoria. Dejé a mi querida mujer y a mis hijos por unos enemigos desconocidos y una tierra hostil.

Primero batallé valientemente mientras la muerte guiaba mi arma y el pánico obstruía mi juicio. Y luego mis manos se volvieron blancas, demasiado pálidas, flacuchas y alargadas, casi esqueléticas de tanto asesinar sin clara razón. Mis ojos se hicieron grandes para localizar al odiado enemigo. Se hundieron al ver tanto dolor en filas amigas y se secaron de llorar demasiadas muertes injustas. Tanto espanto y terror observaron mis ojos que su luz se apagó. Para siempre.

La razón de mi vuelta al hogar fue acaecida después de unos diez años guerreando. En una tempestad de fuego y metal, un traicionero arcabuz alcanzó mi hombro izquierdo. Mientras me desangraba, combatía ciegamente, pero ya no sentía dolor alguno. Después de aquel crudo ombate, la bala quedó alojada en mi brazo, al que no volví a sentir ni mover nunca más. Aunque debo reconocer que aún siento punzadas de un dolor fantasmal, como el espectro que soy, morando en este lugar desconocido. Inservible y malherido, mi vuelta fue pronta.

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Concurso Literario 2011

Al llegar a la patria nos prometieron dinero, riquezas y, lo más importante, fama. Íbamos a ser tratados como lo que éramos: héroes de guerra. Pero yo sólo encontré un negro destino entre tanta felicidad rebosante. En mi ausencia, mi mujer murió. Ni siquiera supieron decirme exactamente dónde estaba enterrada. Mis hijos fueron llevados a parientes lejanos, dado mi estado convaleciente.

Iluso de mí, pienso ahora, cuando me imaginé que en la corte iba a ser recibido con respeto y veneración. Pero me topé con algo completamente

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“El Caballero de la mano en el Pecho”

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distinto: la frialdad de la gente, que me esquivaba y procuraban alejarse de mí. Me ignoraban porque era un lisiado, una persona al margen de su mundo perfecto.

Fue tal el desasosiego, la desesperación, la enorme tristeza que inundó mi corazón, que me fue prácticamente imposible volver a sentir alegría. A decir verdad, no recuerdo los momentos felices que pasé con mis seres queridos. Sólo recuerdo el amargo sabor del miedo a ser abandonado.

Poco a poco me fui distanciando de las personas y, temiendo que me olvidasen, encargué mi odioso retrato.

Así, gradualmente, como el placentero verano da paso al penoso invierno, fui cayendo en la miseria y la locura. No tenía fuerzas ni para morirme dignamente. Mis peores pesadillas se habían cumplido.

Y aquí sigo, en este abismo desconocido, preso de las garras del olvido, sin un final aparente. Por eso pongo mi mano sobre el pecho, donde anteriormente anidaba mi corazón, afirmando que soy un esclavo mas de la volátil y caprichosa fortuna; que ninguna persona es capaz de cambiar lo que ya ha pasado, y, para mi desgracia, ha pasado demasiado para mí.

LLiiaamm JJaacckkssoonn AAbbeellllaann ((SSeegguunnddoo PPrreemmiioo-- 33ºº EESSOO BBBB))

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“Solitario Viajero”

5.5. Solitario Viajero (Peter Pan) Solitario Viajero (Peter Pan)

Arrancado del mundo por el olvido,

Nublado mi juicio, sentencia que me condena,

Amor, es tan ruidosa cadena…

Olvidada en el páramo sombrío,

Lugar y tiempo en el que he vivido.

Inspirado por este dolor que aspiro,

Verdad oculta de sayo bermejo,

Escudriño en las sombras en busca de consejo,

Raudo y presto; contar el amor de Cupido conspiro,

Galatea palidecería comparada contigo.

Así muestro mi envenenado amor al cielo,

Reprendido en un amor prohibido e impuro

Constante e impío propósito, pecado seguro,

Indicador tenebroso de mi corazón hecho de cieno.

Amor de mi vida que me lleva al miedo…

Trucos del diablo que baila un fúnebre tango

Envuelto en la llama de la pasión herida,

Quijada de hielo, triste de esta vida.

Un solitario rayo secular asoma entre el fango,

Iliada que me incita a pensar que somos del mismo rango.

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Concurso Literario 2011

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En injusto veredicto he sufrido,

Rendido ante mi destino fracturado,

Oscuro, aquel capricho voluble de los Hados.

Mentira sucia, valiente osadía ha sido,

Incluido el engaño aquí acontecido.

¡Áspid que mordiste a este triste infeliz!

¡No me dejes en mi locura, mi Diosa!

Grande es mi luz, pues tú eres la más hermosa.

¡Escrito verídico, mi argentea Luna Gris!

La muerte vendrá a buscarme, yo la esperare aquí.

Tal es mi amor, tan grande

Es lo que siento por ti.

JJooaaqquuíínn HHeerrnnáánnddeezz MMaarrttíínneezz ((SSeegguunnddoo PPrreemmiioo 11ºº BBaacchh.. AA))

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“Una mirada de Furia”

6.6. Una Mirada de Furia. Una Mirada de Furia.

Guerrero abanderado de la justicia y la paz,

De puros propósitos y lucha en la guerra sombría,

Buscador del conocimiento y amante de la sabiduría,

Firme ser humano de buena voluntad.

Pero…

He aguantado años de soledad,

He visto vuestras miradas acusadoras,

Tus intenciones y al demonio que adoras,

Por mucho que busque no encuentro la verdad.

He mirado mas allá del alma,

He buscado la paz en la tormenta,

Mi corazón palpita y se asienta

Buscando una emoción en calma.

Lo siento, pero te odio, vida,

Perdí tu encanto cuando pediste más y más,

Sólo te preocupas por ti, nunca miras por los demás,

Solo a mi entrada, solo a mi salida.

Pero no aguanto más, te odio y lo grito:

Por todo lo que me has hecho sufrir,

Por la vida que me haces vivir,

Y así lo reflejo, con odio, en mi escrito.

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Concurso Literario 2011

He mirado con desesperación

El dolor de aquellos que quería

He caído, me he levantado, creyendo que me sonreías,

Pero tu haces oídos sordos a mi canción.

Aquí se acaba el dolor,

Voy a ser feliz, o moriré en el intento,

Mi libertad es lo único que consiento

Y espero que así vuelva todo el color.

Estoy herido por todo lo que he perdido contigo

Pero ya está bien, voy a ser feliz aunque duela,

Hasta que me sienta vivo, o hasta que muera,

No creas que no siento lo que digo.

Este lamento es una nota triste de mi corazón,

El acorde roto que rompe la melodía,

Perdido el tiempo, se pierde la armonía.

Pero la vida sigue, y también mi canción.

Todo tiene su recompensa,

Yo me dedico a la vida mas que a nada,

Ya no creo en los cuentos de hadas,

No espero una vida intensa.

Solo quiero vivir sin miedo, sin soledad,

Sin ganas de mirar atrás, sin recuerdos que olvidar,

Sin sentimientos que ocultar, con la chica a la que una vez pude amar,

Vivir sin morir, y encontrar así la verdad.

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“Una mirada de Furia”

Mis dudas me están matando

Y se que a la vida le importo poco,

Soy un poeta, es decir, un loco

Que por no saber hablar escribe rimando.

Mi mirada ardiente acorrala al vil demonio,

No creas que tu disfraz de ángel me confunde,

más bien, asco, es lo que difunde,

De tu falsedad, que rompió nuestro matrimonio.

Vida, ya no puedo seguir con esto, no te quiero,

Te empeñas en ser un veneno para mi,

Me quieres solo y triste, solo para ti,

Prefiero decirte un “te odio” cierto a un “te quiero” no sincero.

Se acabaron las mentiras, no pienso seguir escuchando de tu boca sucia,

¿Acaso no ves que tu capa de maquillaje borro toda tu belleza?

¿Que ha pasado con aquello que era naturaleza?

¡Estas celosa porque quiero mas a otra! ¡Eres una furcia!

Pero no tengo el amor que mas deseo,

Estoy condenado a una soledad en el infinito,

El mito de aquel poeta cuyo destino ya esta escrito,

Aquel que mantiene la lucha, extenuado en el coliseo.

Gladiador casi vencido, alzo la espada en alto

Y declaro que siento odio eterno,

Mi amor por ti, ahora se torna en invierno

¿Acaso no ves que has cambiado y has perdido tu encanto?

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Concurso Literario 2011

Este lamento es una nota triste de mi corazón,

El acorde roto que rompe la melodía,

Perdido el tiempo, se pierde la armonía.

Pero la vida sigue, y también mi canción.

Así que, vas a escucharme terminar hasta el final,

No quiero seguir con todo esto,

Ya lo hemos hablado, ya sabes el resto,

Parece que por mucho que luche, todo te da igual.

No pienso seguir esperando un futuro que no llega,

No pienso seguir teniendo fe en un mito,

No pienso seguir una ley sobre la que vomito,

No pienso considerar hermano al que me llama falsamente colega.

Aún hay gente sin mascara en este drama,

Pero se extinguen, la verdad no sube audiencia,

Prefieren vestir la realidad y pintar la apariencia

Mientras el plebeyo, rey se proclama.

Estoy cansado de una lucha sin futuro,

En cada victoria solo he recibido insultos

De bocas de esos superfluos, de esos insulsos.

Luchador de espada rota y quebrado escudo.

Y en los límites de mis fuerzas solo he recibido quejas,

Por ver mi fuerza flaquear, quejas sin sentido,

Y sin tener en cuenta el logro conseguido

He sido condenado a permanecer entre rejas.

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“Una mirada de Furia”

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Triste consuelo se me ofrece en el conformarme,

Deberías de saber, vida, que mi espíritu es de fuego,

Libre como el viento, pero falto de apego,

Débil por esa carencia que nunca supieron darme.

Así que, sólo, inicie el camino,

Buscando conocer a algún viajero,

Pero solo el polvo del camino es mi compañero,

Quien me ha dado muestras de cual es mi destino.

No pienso rendirme, seguiré buscando compañía,

O será lo último que haga antes de caer,

Cariño he sembrado, ¿porque el amor no sabe crecer?

Si ni siquiera tengo recuerdos que recordar con melancolía.

Este lamento es una nota triste de mi corazón,

El acorde roto que rompe la melodía,

Perdido el tiempo, se pierde la armonía.

Pero la vida sigue, y también mi canción.

Y así, el soldado se sienta en la batalla

Para contemplar su lucha, perdida,

Una causa pura, corrupta por el canalla,

Así, de un disparo, termina con su vida.

Y cuentan que fue el único que supo ver

Mas allá de donde te puedas imaginar,

Cierra los ojos y atrévete a creer

Que más allá del camino se encuentra el mar.

JJooaaqquuíínn HHeerrnnáánnddeezz MMaarrttíínneezz ((SSeegguunnddoo PPrreemmiioo 11ºº BBaacchh.. AA))

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Concurso Literario 2011

LOS AUTORES

AAlleejjaannddrroo LLoorreennzzoo CCaabbaalllleerroo ((PPrriimmeerr PPrreemmiioo 22ºº EESSOO AABB))

MMaannuueell GGaarrccííaa DDííaazz ((PPrriimmeerr PPrreemmiioo 11ºº EESSOO DDBB))

MMiirriiaamm VViillllaa DDííaazz ((PPrriimmeerr PPrreemmiioo 11ºº EESSOO BBBB))

LLiiaamm JJaacckkssoonn AAbbeellllaann ((SSeegguunnddoo PPrreemmiioo-- 33ºº EESSOO BBBB))

JJooaaqquuíínn HHeerrnnáánnddeezz MMaarrttíínneezz ((SSeegguunnddoo PPrreemmiioo 11ºº BBaacchh.. AA))

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