Comunismo según Marx y el rol del proletariado

Para Marx el comunismo constituye una nueva sociedad donde el hombre es libre, puede al fin superar la alienación y así realizarse cabalmente en su esencia. Con la idea progresista, el autor plantea que la sociedad burguesa da las herramientas para terminar con la oposición histórica entre clases, refiriéndose a las condiciones materiales generadas por el desarrollo de las máquinas y la utilización social de éstas, vale decir, el hombre al producir para sus propias necesidades, y no para la generación de capital posteriormente acumulado por la clase burguesa dominante, tiene tiempo para desarrollar las actividades que lo harán ascender espiritualmente. La contradicción dialéctica entre las clases sociales burguesa y proletaria, es fundamental para un traspaso hacia una sociedad comunista. La dialéctica existente históricamente en las sociedades llega a su fin por la naturaleza que el proletariado tiene como clase. El proletariado constituye la negación de todas las clases y tiene por lo tanto la función de liberar a la humanidad. Se entiende como negación de clase por el hecho de que el proletariado no funciona como clase social al encontrarse completamente desposeído de toda propiedad por lo que no tiene beneficios que defender más que la abolición de la actual forma de trabajo que es el interés de la sociedad como totalidad. La revolución comunista por lo tanto, se diferencia de cualquier revolución anterior cuya característica fue siempre dejar a un grupo social en la servidumbre. En la sociedad comunista el humano no está restringido por una actividad social, sino que en cambio, y a diferencia de las sociedades de clases, éste puede desarrollarse en la actividad o rama que mejor le parezca y producir para sus necesidades directamente y no indirectamente como en la sociedad de clases. Marx nos plantea entonces que esta vida en comunidad constituye a la unión o asociación de los individuos, como tal y no entendido dentro de una clase social, cuyo movimiento y desarrollo es libre y autocontrolado. El propósito fundamental de la sociedad comunista es la autoproducción del hombre mismo para la cual es necesaria una sociedad sin clases, por lo tanto sin estado, puesto que necesariamente someterían al hombre nuevamente en una contradicción donde una clase siempre dominará a otra a través de estructuras ideológicas que configuran, por los parámetros históricos existentes, la materialidad de las relaciones entre los individuos de la clase dominada y los sometará de tal forma que no permitirá la racionalización de lo real y el desarrollo libre de la espiritualidad humana. Con el comunismo, entonces, acaba la contradicción dialéctica y comienza la historia del hombre libre, por lo que la historia dialéctica anterior es considerada la prehistoria.