comunicaciÓn y cultura en manuel castells: exploraciones del periodo 1996-2009

19
 Athenea Digital - 14(1): 355-373 (marzo 2014) -ENSAYOS- ISSN: 1578-8946 COMUNICACIÓN Y CULTURA EN MANUEL CASTELLS: EXPLORACIONES  DEL PERIODO 1996-2009 C OMMUNICATION  AND  C ULTURE  IN  M ANUEL C ASTELLS : E XPLORATIONS  OF  THE  P ERIOD 1996-2009 Esteban Torres Universidad Nacional de Córdoba; [email protected] Historia editorial Resumen Recibido: 28/01/2013 Primera revisión: 27/10/2013 Aceptado: 08/12/2013 En el presente artículo nos ocupamos del análisis de las principales fórmulas de articulación que propone Manuel Castells entre las nociones de comunicación y de cultura, en un periodo de su producción teórica que abarca desde 1996 a 2009. El propósito centra l del trabajo es el desciframiento de las operaciones teóricas prin- cipales que efectúa Caste lls en este marco, así como de las visiones generales insi- nuadas a través de ellas. Para ello prestaremos especial atención a la táctica de apropiación que despliega el sociólogo catalán en relación a las fuentes teóricas centrales presentes en dicho espacio de intersección: Jean Baudrillard, Roland Barthes y Neil Postman. La investigación en cuestión, que sólo aborda parcialmen- te las diferentes aristas que constituyen la teoría cultural del autor, nos permitirá descubrir la adopción por parte de Castells de una concepción tecnomediática de la comunicación y la cultura, que tiende a subsumir su concepto general de cultu- ra, y que en gran medida se recrea a la sombra de un discurso explícito y genera- lista de la comunicación sociocultural. Palabras clave Manuel Castells Cultura Comunicación Teoría social Abstract Keywords Manuel Castells Communication Culture Social theory In this article we will get involved in the analysis of the main articulation formu- las Manuel Castells proposes between the notions of communication and culture, during a period of his theoretica l work spannning 1996-2009. The central purpose of this piece of work is the decoding of the main theoretical operations the Span- ish sociologist carries out within this framework, as well as the general views in- sinuated through them. For this we will pay special attention to the tactics of ap- propriation that displays the Catalan sociologist in relation to the theoretical sources present in this space of intersection: Jean Baudrillard, Roland Barthes y Neil Postman. The present research, that only partially addresses the different as- pects that constitute the cultural theory of the author, allow us to discover the adoption by Castells of a techno mediatic conception of communication and cul- ture, that tend to subsume his general concept of culture, and largely is recreated in the shadow of an explicit and generalist discourse of the sociocultural commu- nication Torres, Esteban (2014). Comunicación y cultura en Manuel Castells: exploraciones del periodo 1996-2009. Athenea Digital , 14 (1), 355-373. http://dx.doi .org/10.5565/rev/a thenead/v14n1.1166 Introducción Si bien en el presente artículo nos abocaremo s al análisis abstracto de las formas de ar - ticulación que propone Manuel Castells entre las nociones de comunicació n y de cultu- ra  en el período que abarca los años 1996-2009 , la relación sistemática entre ambas no- ciones se inicia en el año 1982. De este modo, el vínculo explícito que propone nuestro autor entre los conceptos de comunicación y cultura se desarrolla, en todas sus varia- ciones, a lo largo de 27 años, entre 1982 y 2009. A lo largo de este período el interés de 355

Upload: santillanrh

Post on 08-Oct-2015

7 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

COMUNICACIÓN Y CULTURA EN MANUEL CASTELLS: EXPLORACIONES DELPERIODO 1996-2009

TRANSCRIPT

  • Athenea Digital - 14(1): 355-373 (marzo 2014) -ENSAYOS- ISSN: 1578-8946

    COMUNICACIN Y CULTURA EN MANUEL CASTELLS: EXPLORACIONES DELPERIODO 1996-2009

    COMMUNICATION AND CULTURE IN MANUEL CASTELLS: EXPLORATIONS OF THE PERIOD1996-2009

    Esteban Torres

    Universidad Nacional de Crdoba; [email protected]

    Historia editorial ResumenRecibido: 28/01/2013Primera revisin: 27/10/2013Aceptado: 08/12/2013

    En el presente artculo nos ocupamos del anlisis de las principales frmulas dearticulacin que propone Manuel Castells entre las nociones de comunicacin y decultura, en un periodo de su produccin terica que abarca desde 1996 a 2009. Elpropsito central del trabajo es el desciframiento de las operaciones tericas prin-cipales que efecta Castells en este marco, as como de las visiones generales insi-nuadas a travs de ellas. Para ello prestaremos especial atencin a la tctica deapropiacin que despliega el socilogo cataln en relacin a las fuentes tericascentrales presentes en dicho espacio de interseccin: Jean Baudrillard, RolandBarthes y Neil Postman. La investigacin en cuestin, que slo aborda parcialmen-te las diferentes aristas que constituyen la teora cultural del autor, nos permitirdescubrir la adopcin por parte de Castells de una concepcin tecnomeditica dela comunicacin y la cultura, que tiende a subsumir su concepto general de cultu-ra, y que en gran medida se recrea a la sombra de un discurso explcito y genera-lista de la comunicacin sociocultural.

    Palabras claveManuel CastellsCulturaComunicacinTeora social

    Abstract

    KeywordsManuel CastellsCommunicationCultureSocial theory

    In this article we will get involved in the analysis of the main articulation formu-las Manuel Castells proposes between the notions of communication and culture,during a period of his theoretical work spannning 1996-2009. The central purposeof this piece of work is the decoding of the main theoretical operations the Span-ish sociologist carries out within this framework, as well as the general views in-sinuated through them. For this we will pay special attention to the tactics of ap-propriation that displays the Catalan sociologist in relation to the theoreticalsources present in this space of intersection: Jean Baudrillard, Roland Barthes yNeil Postman. The present research, that only partially addresses the different as-pects that constitute the cultural theory of the author, allow us to discover theadoption by Castells of a techno mediatic conception of communication and cul-ture, that tend to subsume his general concept of culture, and largely is recreatedin the shadow of an explicit and generalist discourse of the sociocultural commu-nication

    Torres, Esteban (2014). Comunicacin y cultura en Manuel Castells: exploraciones del periodo 1996-2009. Athenea Digital, 14(1), 355-373. http://dx.doi.org/10.5565/rev/athenead/v14n1.1166

    Introduccin

    Si bien en el presente artculo nos abocaremos al anlisis abstracto de las formas de ar-ticulacin que propone Manuel Castells entre las nociones de comunicacin y de cultu-ra en el perodo que abarca los aos 1996-2009, la relacin sistemtica entre ambas no-ciones se inicia en el ao 1982. De este modo, el vnculo explcito que propone nuestroautor entre los conceptos de comunicacin y cultura se desarrolla, en todas sus varia-ciones, a lo largo de 27 aos, entre 1982 y 2009. A lo largo de este perodo el inters de

    355

  • Comunicacin y cultura en Manuel Castells

    Castells por los procesos de comunicacin, y por el mencionado espacio de intersec-cin en particular, tiende a crecer tendencialmente (hasta transformarse en 2009 enuno de los territorios conceptuales estructurales de su teora social), acompaando elincremento de la importancia real y concreta que adquiere el fenmeno de la comuni-cacin en general. Con ello nuestro autor se refiere, centralmente, a la universaliza-cin de Internet como medio de comunicacin interactiva, a la extensin a nivel plane-tario de la comunicacin mvil, al avance en el desarrollo de un sistema de medios queencierra las expresiones culturales y formas de comunicacin en un hipertexto digitalglobal/local interactivo, a la creciente globalizacin financiera y tecnolgica de la co-municacin, al desarrollo de redes horizontales de comunicacin interactiva, as comoa la determinacin cada vez mayor de las relaciones de poder por el campo de la co-municacin. En tal direccin, pudimos comprobar que si no logramos avanzar en el es-clarecimiento de la articulacin sugerida resultar extremadamente difcil la compren-sin de la teora social del socilogo espaol. El propsito de este trabajo apunta, porlo tanto, a dilucidar tal nudo conceptual, en vistas a favorecer las futuras apropiacio-nes que se puedan realizar de la propuesta terica de Castells para la investigacin so-cial. Tal misin sin dudas acrecienta su valor a partir del registro del reconocimientoobtenido por nuestro autor al interior de las ciencias sociales a nivel planetario, siendouno de los socilogos ms citados del momento.

    A lo largo del perodo 1982-2009 registramos cuatro frmulas especficas que asu-me la relacin en cuestin: la comunicacin-cultura como resistencia local comunita-ria (1982-85); la comunicacin/ cultura como capacidad simblica (1988-1998); la cultu-ra y el sistema tecnolgico de comunicacin (1996-2009); y finalmente la comunica-cin-cultura como expresin de poder (2008-2009). Las frmulas mencionadas, en suconjunto, se despliegan principalmente en 15 textos, representados por cinco libros(Castells, 1983, 1988, 1989/1995, 1996 y 2009), cinco captulos de libro (Castells, 1985a,1985b, 1999, 2004a y 2004b), y finalmente cinco artculos cientficos (Arsenault y Cas-tells, 2008; Castells, 1982; 2000; 2003; 2008;). De los textos mencionados, los principalesdesarrollos se concentran en tres libros centrales del autor: La ciudad y las masas(1983), el primer tomo de la Era de la Informacin (1996) y Comunicacin y poder(2009), su ltimo texto importante. Consideramos necesario aclarar que la interseccinentre comunicacin y cultura aborda tan slo parcialmente las diferentes aristas queconstituyen la compleja y abarcativa teora cultural del autor, que por momentos seconvierte en el cdigo de interpretacin dominante de su teora social. Cualquier deli-mitacin conceptual sugerida que involucre en cierto modo la dimensin cultural osimblica de la teora social de Castells, deber establecerse tomando en consideracinque se trata de un registro de la realidad que, como seala el propio autor, se encuen-tra presente en todos los niveles sociales (Castells, 1981, p. 77). El reconocimiento del

    356

  • Esteban Torres

    carcter multidimensional de la nocin de cultura aade una serie de dificultades y delimitaciones al estudio que aqu proponemos, algunas de ellas insuperables. Tal comolo anunciamos inicialmente, a partir de aqu nos abocaremos al estudio detallado de latercera frmula que despliega Castells entre 1996 y 2009: la cultura y el sistema tecno-lgico de comunicacin.

    La investigacin contenida en el presente producto forma parte de un estudio demayor alcance sobre la trayectoria del concepto de poder de Manuel Castells en el pe-riodo 1967-20091. En un plano ms general, la pesquisa se enmarca en la actualtendencia general de revalorizacin de la teora social y sociolgica como rea y/ocomo instancia especfica de investigacin cientfica, y junto a ello en las pretensionesde relegitimacin del pensamiento social moderno, propio de la tradicin sociolgica yen particular del marxismo2. Entendemos que tal campo de investigacin social vieneincrementando su importancia a nivel global, a partir de la lenta declinacin de losrelatos posmodernos, pero sobre todo a partir de la creciente constatacin de quenuestro mundo experimenta actualmente una peligrosa escasez de categoras y marcosde interpretacin capaces de captar el rumbo de las vertiginosas transformacionessociales a gran escala que vivimos, y en las cuales los procesos culturales ycomunicacionales desempean un papel de creciente importancia. La atencin en laobra del socilogo espaol nos permite inscribir el problema conceptual especfico quetratamos aqu en la imprescindible pregunta por la dinmica y el destino del conjuntode la sociedad, lo cual implica revalidar las pretensiones de aproximacin multidimen-sional a cierta totalidad social (misin que compartimos plenamente: ver Torres, 2010;2011). En el caso de Castells, tal horizonte moderno de indagacin se configura de unmodo inquietante, a partir de la integracin de las contribuciones tericas de autoresconsiderados posmodernos, como pueden ser en este caso Jean Baudrillard y RolandBarthes.

    1 En la investigacin general de la teora del poder de Manuel Castells empleamos la totalidad de su produccincientfica hasta 2009, fecha de publicacin de Comunicacin y poder, su ltimo libro (Castells, 2009). Dicho uni-verso bibliogrfico incluye 251 textos, que logramos reunir en bibliotecas y libreras de Argentina, Espaa y Esta-dos Unidos.

    2 En este sentido, el ya clsico debate modernidad vs. posmodernidad, que en su versin contempornea tuvo supunto ms alto entre principios de la dcada del 80 y mediados del 90 del siglo pasado, forma parte del campohistrico general de discusin acadmica y cientfica de nuestro trabajo. Como recordarn, tal polmica, que pro-dujo un volumen considerable de escritos, fue protagonizada, desde posiciones de defensa de la modernidad, porautores como Fredric Jameson, Terry Eagleton, Jrgen Habermas, Perry Anderson, Anthony Giddens, MarshalBerman, Alex Callinicos y Gran Therborn, entre otros. Por su parte, nuevamente apelando a cierto esquematis-mo, podemos sealar que los pensadores que ingresaron en tal discusin como referentes de las variadas corrien-tes posmodernas fueron Gilles Deleuze, Jean Baudrillard, Jean-Franois Lyotard, Jacques Lacan, Michel Foucault,Gianni Vattimo, Jacques Derrida, Roland Barthes, entre otros. Consideramos que el proyecto de recuperacin deun horizonte moderno de teorizacin para las ciencias sociales, que podra eventualmente incluir la reinvencinde alguno de sus postulados centrales, de ningn modo puede desentenderse de la revisin de las contribucionesque arroj tal discusin, en particular en lo que respecta a la crtica posmoderna.

    357

  • Comunicacin y cultura en Manuel Castells

    Tanto el presente artculo como el estudio en general se desarrolla a partir de lanocin de trayectoria conceptual, que proponemos como herramienta para el anlisissistemtico, histrico y contextual del concepto de poder de nuestro autor, y que disea-mos en el marco de un dilogo preliminar entre la historia conceptual particular-mente la perspectiva de Reinhart Koselleck y el inters terico, hermenutico yeventualmente prospectivo de las ciencias sociales. Ateniendo al espacio disponible,aqu no ahondaremos en precisiones sobre nuestra propuesta metodolgica. Slo dire-mos, de modo harto sinttico, que desde el plano sistemtico se aborda el estudio delconcepto a partir de su modo de conceptualizacin. Podramos definir el modo de con-ceptualizacin como la forma y el contenido que adquiere la construccin terica delconcepto o bien como forma y contenido para la tematizacin de situaciones. Se trataen cierto punto de intervenir en la lgica interna del sistema terico del autor. El planosistemtico as entendido se operativiza con elevada frecuencia en nuestra investiga-cin a partir de la nocin de operacin terica. Definimos dicha operacin como aque-lla maniobra conceptual del autor que tiende a concretar su modo de conceptualiza-cin. sta puede involucrar tanto el plano explcito como implcito del concepto o dela teora en cuestin. En la mayora de los casos se trata de una accin deliberada, aun-que eventualmente podra incluir aspectos no intencionales. La nocin de operacinterica, en los trminos propuestos, es uno de los conceptos metodolgicos operativosde mayor importancia en la presente investigacin. Los planos restantes de anlisisson el transformativo y el contextual: en el primero se aborda el estudio de la tempora-lidad histrica de los conceptos y luego el segundo hace referencia al contexto socialde expresin de los conceptos. ste ltimo da cuenta del horizonte conceptual global(trminos de Duso, 1998, p. 54) donde cohabitan los conceptos y las teoras contempo-rneas y presentes ms influyentes en relacin al concepto o la teora en considera-cin. En la presente propuesta de trabajo se prioriza el plano sistemtico y el transfor-mativo3.

    La cultura y el sistema tecnolgico de comunicacin

    A partir del primer tomo de la Era de la informacin, publicado en 1996, hasta su lti-mo libro Comunicacin y poder (2009), la cuestin de la comunicacin, y en especial laarticulacin entre comunicacin y cultura, se transforma en uno de los problemas cen-trales de la teora social y del cambio social del autor. En este perodo de tiempo queabarca trece aos Castells tiende a adoptar y luego a estabilizar una concepcin tec-nomeditica de la comunicacin que en gran medida se forja a la sombra de un discurso

    3 Para avanzar en el conocimiento de la metodologa empleada en la presente investigacin recomendamos la lec-tura de nuestro artculo en la Revista de Investigacin Social, UNAM, Mxico (Torres, 2008).

    358

  • Esteban Torres

    explcito generalista de la comunicacin social y cultural, y que al mismo tiempo quese aleja de la racionalidad econmica que adquiere la nocin de comunicacin en elperodo 1988-1998, se aproxima a una teora tecnolgica de los medios. La relacin quepropone Castells en este perodo entre comunicacin o procesos de comunicaciny medios de comunicacin o tecnologa de medios de comunicacin es de una opa-cidad notable: sta se construye en base a una operacin simultnea de diferenciacio-nes y equivalencias que determina la coexistencia de visiones contrarias sobre lo queaparenta ser un mismo fenmeno. Aclarar la forma que adquiere la dinmica concep-tual concreta entre las diferentes acepciones de comunicacin y la tecnologa resultafundamental para poder acceder a la comprensin del vnculo concreto que propone elautor entre comunicacin y cultura. Una doble hiptesis que proponemos aqu es quela opacidad sealada es en algn punto deliberada, y que opera a favor de disimularcierto determinismo tecnolgico de la cultura y la sociedad. Los autores que emplea Cas-tells como fuentes tericas para apuntalar esta frmula son bsicamente tres: NeilPostman, Roland Barthes y Jean Baudrillard, siendo ste ltimo el que adquiere mayorimportancia en el conjunto de su obra. Atendiendo a los aspectos mencionados, nosconcentraremos partir de aqu en aquellas afirmaciones propuestas por el autor queexplicitan la relacin de identidad/diferencia y de determinacin entre comunicacin ycultura, y que precisamente involucra a dichos tericos. Lo primero que observamos esque las diferentes expresiones que se suceden entre 1996 y 2003, pese a sus variacio-nes, guardan entre ellas una similitud importante. Dada las formas de variacin regis-tradas entre las respectivas afirmaciones optaremos en primer lugar por exhibir las di-ferentes expresiones concretas que despliega nuestro autor, para luego, a continua-cin, analizar sus aspectos ms significativos.

    En total destacamos 11 referencias textuales sobre el vnculo en cuestin. En cadauna de ellas las formas de articulacin entre comunicacin y cultura sern resaltadasen cursiva. El primer texto involucrado es La era de la informacin (Vol.1). All se con-centra la mayor cantidad de referencias y casi la totalidad de fuentes tericas mencio-nadas, la mayora agrupadas en unas pocas pginas. En dicho texto Castells dir que:

    [1] La comunicacin determina decisivamente la cultura (Castells, 1996, p.400). Dicha declaracin se apoya en una cita de Postman que afirma que novemos la realidad como es, sino como son nuestros lenguajes. Y nuestrosmensajes son nuestros medios de comunicacin. Nuestros medios de comu-nicacin son nuestras metforas. Nuestras metforas crean el contenido denuestra cultura (Postman, 1985, en Castells, 1996, p. 400, cursivas propias).

    359

  • Comunicacin y cultura en Manuel Castells

    [2] La comunicacin mediatiza y difunde la cultura4 y las mismas culturasson profundamente transformadas y lo sern ms con el tiempo por elnuevo sistema tecnolgico (Castells, 1996, p. 400, cursivas propias).

    [3] Las culturas estn hechas de procesos de comunicacin, y todas las for-mas de comunicacin se basan en la produccin y el consumo de signos(Castells, 1996, p. 448, cursivas propias).

    El segundo tramo de esta ltima afirmacin se apoya en textos de Roland Barthesy Jean Baudrillard (Barthes, 1977/2008; Baudrillard, 1972/2005).

    [4] La comunicacin, y por tanto la cultura, est organizada en la sociedadde la informacin en torno al sistema audiovisual (1996, p. 29, cursivas pro-pias). Ms adelante, en la misma pgina, lo expresa de un modo diferente:La cultura es un sistema de comunicacin y nuestra sociedad est cada vezms organizada en torno a la produccin, distribucin y manipulacin desmbolos (Castells, 1996, p. 29).

    A continuacin de ambas afirmaciones nuestro autor agrega que en los ltimosaos se ha producido un fenmeno de mayor alcance: la formacin de un hipertextoglobalizado e interactivo a partir de la creciente digitalizacin de todos los mensajes,audiovisuales, impresos e interpersonales (Castells, 1996, p. 29, cursivas propias).

    Luego, en los aos 1999 y 2000, Castells realiza un par de afirmaciones que gravi-tan en torno a la cuestin de los cdigos compartidos o del lenguaje comn, y quepone en consideracin otro punto de articulacin entre comunicacin y cultura. Dirde este modo:

    [5] La comunicacin entre redes y actores sociales depende de modo crecien-te de cdigos culturales compartidos (Castells, 1999, p. 409, traduccin delingls, cursivas propias).

    A ello nuestro autor agrega que si aceptamos ciertos valores y ciertas categorasque enmarcan el sentido de la experiencia, entonces las redes las procesan de modoeficiente de acuerdo a reglas de dominacin y distribucin inscriptas en las redes (Cas-tells, 1999, p. 409).

    [6] El lenguaje del hipertexto es el lenguaje comn. El hipertexto es el veh-culo de comunicacin, as como el proveedor de los cdigos culturales com-partidos (Castells, 2000, p. 21, cursivas propias).

    4 Aqu Castells entiende la cultura como sistemas de creencias y cdigos producidos a lo largo de la historia(Castells, 1996, p. 400).

    360

  • Esteban Torres

    Para Castells se trata de cdigos formales, desprovistos de significado especfico.El autor reconoce la capacidad del hipertexto para ser interpretado y reorganizado enuna multivocidad de significados, dependiendo del receptor y el interactor (Castells,2000, p. 21).

    Entre los aos 2000 y 2009 Castells repite con ciertas variaciones la que ser suidea central respecto a la relacin que tratamos, y que se emparenta en gran medidacon algunas de las afirmaciones anteriormente listadas de la Era de la Informacin. Entrminos generales dir que la cultura en la sociedad red est incorporada en los proce-sos de comunicacin, vinculando estos ltimos con el hipertexto electrnico, los me-dios masivos e Internet. Para lograr apreciar los diferentes matices vale la pena citartextualmente las diferentes frases respetando su orden cronolgico de aparicin:

    [7] El creciente encierro de la comunicacin en el espacio flexible e interacti-vo del hipertexto electrnico (Castells, 2000, p. 13, traduccin del ingls,cursivas propias).

    [8] La expresin cultural pasa a ser pautada alrededor de un hipertexto elec-trnico y global caleidoscpico. Las manifestaciones creativas y de comuni-cacin humana se enlazan alrededor de Internet y los multimedia. La flexibili-dad de dichos medios facilita la absorcin de una gran diversidad de expre-siones y la distribucin de mensajes al gusto de la persona que lo recibe(Castells, 2003, p. 16, traduccin del ingls, cursivas propias).

    [9] La cultura en la sociedad red est por lo general incorporada en el proce-so de comunicacin, en el hipertexto electrnico, con los medios (o los me-dios masivos) e Internet como su ncleo (Castells, 2004b, p. 14; traduccindel ingls, cursivas propias5).

    [10] En trminos casi idnticos al punto anterior, Castells dir que la culturaest por lo general incorporada en procesos de comunicacin, especialmenteen el hipertexto electrnico, siendo su ncleo las redes empresariales multi-media globales e Internet (Castells, 2009, pp. 77-78).

    Respecto a la referencia previa, aqu nuestro autor simplemente elige cambiar lanocin de medios de comunicacin o comunicacin masiva por el de redes empresaria-les multimedia.

    Finalmente, en 2008 y 2009, aunque mayoritariamente en su libro Comunicacin ypoder (2009), Castells tiende a enumerar una serie de factores de los cuales dependenlos procesos de comunicacin. Si bien aqu no mantiene una referencia concreta a lacultura, tiende a precisar el concepto central con el cual sta se asocia. Prcticamente

    5 La cita se repite exactamente en los mismos trminos en Castells, 2008, p. 498.

    361

  • Comunicacin y cultura en Manuel Castells

    repite una misma explicacin sobre la constitucin social de los procesos de comunica-cin:

    [11] Los procesos de comunicacin dependen de varios factores: las caracte-rsticas del emisor del mensaje, las caractersticas del receptor del mismo,ambas en el mismo contexto del proceso, y la tecnologa que se utiliza en lacomunicacin, esto es, el proceso material a travs del cual las seales se pro-ducen, se transmiten, se reciben y se interpretan (Castells, 2008, p. 506)

    [12] El proceso de comunicacin opera de acuerdo con la estructura, la cul-tura, la organizacin y la tecnologa de comunicacin de una determinada so-ciedad (Castells, 2009, p. 24).

    [13] El proceso de comunicacin se define por la tecnologa de la comunica-cin, las caractersticas de los emisores y los receptores de la informacin,sus cdigos culturales de referencia, sus protocolos de comunicacin y el al-cance del proceso (Castells, 2009, p. 87).

    Ya presentadas las referencias textuales del autor, a partir de aqu nos detendre-mos en el anlisis de ciertos elementos que se hacen presentes en las diferentes afir-maciones mencionadas. Con ello intentaremos aproximar algunas reflexiones que per-mitan abrir la interpretacin de Castells, primero respecto a cada punto y luego en re-lacin a una comparativa general, intentando con ello garantizar una mejor compren-sin de la posicin del autor. Para ordenar la labor emplearemos como referencia elnmero ya asignado a cada afirmacin. Veamos entonces:

    En primer lugar, consideramos que la secuencia comunicacin > cultura > lengua-jes > mensajes > medios de comunicacin > metforas, en la forma presentada porCastells en la primera afirmacin (ver Castells, 1996, p. 400), impide registrar con clari-dad la visin general propuesta por el autor as como la participacin concreta de NeilPostman en ella. En el marco de dicha secuencia, junto a las equivalencias explcitasformuladas (los mensajes son nuestro medios y los medios son nuestras metforas),pareciera que la comunicacin es sinnimo de lenguaje, y luego que lenguajes y men-sajes tambin lo son. Esta referencia, extremadamente ambigua, solo se logra esclare-cer a partir del registro de la operacin de apropiacin que sugiere Castells sobre eltexto citado de Postman. Es probable que el aspecto central de la frase, y con ello lamayor inquietud, se concentre en el reconocimiento del carcter metafrico de los me-dios, dado que son las metforas en los trminos de Castells las que crean los con-tenidos de la cultura. Ahora bien, en qu sentido los medios son metforas? Aqunuestro autor no ofrece respuesta alguna. Al recurrir al texto de Postman podemos ob-

    6 La cita se repite en trminos muy similares en Castells, 2009, p. 1-2

    362

  • Esteban Torres

    servar que ste llama al medio metfora para sealar que la introduccin de una tcni-ca en una cultura (emplea el ejemplo de la escritura y el reloj) implica la transforma-cin del contenido de esta ltima (Postman, 1985/2001, pp. 16-17). Si bien la propia re-ferencia de Postman es muy imprecisa, basta para identificar algunos trazos de la filia -cin de este ltimo a un determinismo tecnolgico de impronta macluhaniana 7. En elmismo libro citado por Castells, Postman se propone explicar el desplazamiento de lamagia de la escritura hacia la magia de la electrnica (Postman, 1985/2001, p. 88). Lasdiferentes posiciones que asume en el marco de dicha misin, particularmente en rela-cin con la televisin, tienden a confirmar su determinismo tecnolgico y/o tecno-meditico. A modo de ejemplo, Postman llega a afirmar que somos una cultura en laque la informacin, las ideas y la epistemologa estn determinadas por la televisin(Postman, 1985/2001, pp. 32-33), que la televisin ha alcanzado el estatus de instru-mento que dirige no slo nuestros conocimientos del mundo, sino tambin nuestrapercepcin de las maneras de conocer (p. 83), que el mismo medio est transformandonuestra cultura en un vasto anfiteatro al servicio del negocio del espectculo (p. 84), ytambin, en trminos ms generales, que la tecnologa, adems de no ser neutral, vienebien equipada con un programa de cambio social (p. 165). De este modo vemos cmola revisin del texto de Postman permite la resignificacin de la cadena terminolgicaofrecida por Castells a favor de una conclusin nunca aclarada por ste: la comunica-cin a la que hace referencia nuestro autor es equivalente a los medios de comunica-cin. De este modo, siguiendo la frase de Castells, y sumando la visin de Postman,podramos afirmar con seguridad que para nuestro socilogo son los medios de comu-nicacin (en tanto mensajes y/o metforas) quienes determinan decisivamente la cul-tura. En este punto concreto Castells asume sin fisuras el determinismo tecnolgico dePostman. En el segundo punto nuestro autor nuevamente efecta una operacin teri-ca de reduccin de la nocin de comunicacin a los medios o tecnologas de la comunica-cin (ver Castells, 1996, p. 400). Aqu tiende a igualar comunicacin y nuevo sistematecnolgico: los medios de comunicacin son entendidos como sistemas tecnolgicosque difunden y mediatizan la cultura. En la tercera afirmacin, correspondiente al mis-mo libro, Castells se apoya explcitamente como ya pudimos observar en Barthes yBaudrillard para sealar que todas las formas de comunicacin se basan en la produc-cin y el consumo de signos (Castells, 1996, p. 448). Dicho afirmacin resulta centralpara esclarecer la posicin general de nuestro autor en relacin a la comunicacin y suvnculo con la cultura. Ello exige que nos detengamos en la apropiacin sucinta y ge-neral que realiza Castells de los autores mencionados. Antes de ingresar en dicho an-lisis constatamos que aqu nuestro autor tiende a igualar la nocin de procesos de co-municacin con la de formas de comunicacin.

    7 Hay que recordar que Neil Postman fue discpulo del terico canadiense Marshal Mc Luhan.

    363

  • Comunicacin y cultura en Manuel Castells

    Nos detengamos inicialmente en la obra de Jean Baudrillard, en primer lugar ensu texto Crtica de la economa poltica del signo (a partir de aqu la Critica), edita-do por primera vez en 1972 (1972/2005), y que es precisamente la obra que elige citarCastells. Lo primero que hay que sealar es que en la Crtica Baudrillard no hace refe-rencia en sentido literal a ninguna forma de comunicacin ni tampoco distingue en-tre diferentes formas. La comunicacin, en la acepcin dominante que propone Bau-drillard, representa un proceso opuesto a los medios masivos de comunicacin, quetiende a debilitarse o bien no logra realizarse a partir de la instrumentacin de las lgi-cas unidireccionales que imponen aquellos. Baudrillard nos dir:

    Lo que caracteriza a los medios de comunicacin colectiva es que son anti-mediadores, intransitivos, que fabrican la no comunicacin, si se acepta defi-nir la comunicacin como un intercambio, como el espacio recproco de unapalabra y de una respuesta, por lo tanto de una responsabilidad, y no una res-ponsabilidad psicolgica y moral, sino una correlacin personal entre el unoy el otro en el intercambio (Baudrillard, 1972/2005, p. 202, cursivas del autor).

    Luego agrega:

    Ahora bien, toda la arquitectura actual de los media se funda sobre esta lti-ma definicin: son lo que veda para siempre la respuesta, lo que hace imposi-ble todo proceso de intercambio (como no sea bajo formas de simulacin derespuesta, estas mismas integradas al proceso de emisin, lo cual no cambiaen nada la unilateralidad de la comunicacin). Aqu reside su verdadera abs-traccin. Y es en esta abstraccin que se funda el sistema de control social yde poder (Baudrillard, 1972/2005, p. 202, cursivas del autor).

    En primer lugar, para Baudrillard, dar y hacer de modo que no pueda ser devueltoimplica romper el intercambio en beneficio propio e instituir un monopolio: el procesosocial queda as desequilibrado. Devolver, por el contrario, implica para el autor rom-per esta relacin de poder e instituir (o restituir), sobre la base de una reciprocidad an-tagonista, el circuito del intercambio simblico (Baudrillard, 1972/2005, p. 203). Para fi-lsofo francs (en un contexto en que la cuestin de la revolucin social resultaba cen-tral en el marxismo y en las ciencias sociales crticas en general) la nica revolucinposible exige la transformacin de la esfera de los media hacia la restitucin de estaposibilidad de respuesta (Baudrillard, 1972/2005, p. 203). Muy al contrario de la inter-pretacin de Castells constatamos que para Baudrillard la comunicacin no se basa enla produccin y el consumo de signos sino en su intercambio. Quizs slo suscribiendoa una concepcin unidireccional de la comunicacin centrada en el emisor, en la tec-nologa o en ambas, se puede reducir el proceso de comunicacin al par de instanciasmencionadas. Ello nos permite volver a suponer el sentido ideolgico (en la acepcin

    364

  • Esteban Torres

    marxiana del trmino) que adopta el concepto de comunicacin para Castells. Vemosincluso cmo Baudrillard combate contra lo que llama la ilusin ciberntica, centra-da en la nocin de retroalimentacin y de reversibilidad (all tambin incluye el trabajode Enzensberg), a la cual elige anteponer la idea de reciprocidad (Baudrillard,1972/2005, p. 218), que es precisamente el principio de la nocin de intercambio quehace posible, en sus trminos, la comunicacin. En segundo lugar podemos constatarque en la Crtica, al rechazar la imposicin unidireccional de los medios, Baudrillardno extiende la sancin a cierta idea de produccin de signos (que es uno de los elemen-tos que menciona Castells). Su crtica se ocupa, en cambio, de un proceso bien diferen-te y en ciertas ocasiones contrario: el de la reproduccin. De este modo, desde ciertalgica del poder, afirmar que lo simblico se ha deslizado del orden de la produccinmisma del sentido (poltico o de otro tipo) al orden de su reproduccin que es siempreel del poder (1972/2005, p. 210). Un ao despus, en El espejo de la produccin(1973/1983), incluir, en la misma direccin, una referencia de extrema simplicidad ycontundencia: el poder consiste en el monopolio de la palabra. La palabra (la decisin,la responsabilidad) ya no se intercambia (1973/1983, p. 156). Como veremos ms ade-lante esta ltima afirmacin estar en completa sintona con una de las premisas bsi-cas de la teora del poder de Castells. En tercer lugar, la generalidad, la superficialidady el carcter econmico de la apropiacin que propone nuestro autor de Baudrillard ensu nocin de comunicacin aunque sea accesoria impide registrar las profundasimplicancias epistemolgicas y polticas que esta operacin conlleva para pensar elconjunto de la realidad social. La relacin entre comunicacin y cultura creo que lopodramos denominar as estructura la tesis general del filsofo y no precisamenteuna dimensin analtica especfica. Esto es, la forma-signo en Baudrillard no es unconcepto regional que estructura una teora especfica de la cultura sino ms bien elconcepto central de su teora social general. Al suscribir a la visin de Baudrillard deun modo tan superficial, Castells deja de lado las consecuencias que acarrean, justa-mente, el paso que propone este ltimo de la forma-mercanca a la forma-signo, comoresultado de una crtica especfica al materialismo histrico marxista (ver Baudrillard,1973/1983, p. 130, p. 137), as como tambin el reconocimiento de los criterios no direc-tamente econmicos de diferencia, significacin y cdigo como los criterios principa-les de dominacin (ver Baudrillard, 1973/1983). Ahora bien, ms all de las diferentesausencias mencionadas, sospechamos que es difcil comprender los antecedentes noexplicitados de ciertos postulados de Castells en torno a la relacin entre poder y co-municacin sin acudir al planteo de Baudrillard en torno al funcionamiento del signo,al estadio monopolista del nuevo modo de significacin, que se organiza no tanto a par-tir del monopolio de los medios de produccin sino del monopolio del cdigo (Baudri-

    365

  • Comunicacin y cultura en Manuel Castells

    llard, 1973/1983, p. 130)8. Volveremos sobre esta cuestin ms adelante. En cuarto y l-timo lugar, siendo que la cita de Castells es del ao 1996, por qu elige hacer referen-cia al primer libro de Baudrillard, obviando, por ejemplo, Olvidar a Foucault(1977/2001) y principalmente De la seduccin (1981/2005), siendo que en stos el autoravanza de modo considerable sobre su concepcin de la cultura y la comunicacin? Deeste modo desconecta su visin de Baudrillard de un conjunto de relaciones claves quegiran en torno al concepto de seduccin, que para ste ltimo es precisamente del or-den del signo y el ritual (Baudrillard, 1981/2005, p. 199). En trminos ms concretos,aunque sin entrar en detalles, la presente apropiacin restrictiva que propone Castellslo conduce a la exclusin al menos en el plano explcito de algunas de las articula-ciones centrales de Baudrillard, entre las que se encuentra la actualizacin de la oposi-cin central entre produccin (en el sentido literal de hacer visible) y seduccin, laidentificacin de la seduccin con el simulacro (y las apariencias en un sentido nofrvolo), as como el predominio de la seduccin sobre el poder, que lo lleva a afirmarla inexistencia misma del poder. Cada una de estas articulaciones conlleva implican-cias sustantivas para la construccin del vnculo entre cultura y comunicacin. En Dela Seduccin, al finalizar la exposicin de las tres lgicas relacionales que se interco-nectan para la constitucin de lo social (la relacin dual, la relacin polar y la relacindigital), Baudrillard termina advirtiendo que tanto la comunicacin como lo social fun-cionan en circuito cerrado, redoblando mediante los signos una realidad imposible deencontrar. En este marco el autor seala que el contrato social se ha vuelto un pactode simulacin sellado por los medios de comunicacin y la informacin (Baudrillard,1981/2005, pp. 154-155). Ms adelante volveremos sobre estas afirmaciones.

    Dejando de lado la apropiacin de Baudrillard constatamos que la referencia a Ro-land Barthes no es menos incongruente. En primer lugar el semilogo francs en eltexto citado no emplea ningn concepto de comunicacin o de formas de comunica-cin. En segundo lugar Castells tampoco alude, ni siquiera brevemente, a la nocin ge-neral de signo que propone Barthes desde su semiologa negativa, ni a las diferenciasentre el concepto de Barthes y de Baudrillard, que seran necesarias registrarlas almenos a grandes rasgos para poder dimensionar su afirmacin. Finalmente, dada laimportancia que adquiere la cuestin del poder en la concepcin semiolgica deBarthes (al igual que en la teora social de Baudrillard), y siendo que la perspectiva dela comunicacin y la cultura de Castells tambin se asocia directamente al tema delpoder o poder social, podra considerarse una debilidad de la cita de nuestro autor el

    8 El concepto de forma /signo de Baudrillard, en su modo de organizacin monopolista, describe una estructuramuy diferente a la de la era competitiva en la manipulacin de los signos: el significado y el referente se anulanall en provecho exclusivo del juego de significantes, de una formalizacin generalizada en la que el cdigo ya noremite a una realidad subjetiva u objetiva, sino a su propia lgica, pasa a ser su propio referente, y el valor deuso del signo desaparece en el exclusivo provecho de su valor de comunicacin y cambio (Baudrillard, 1973/1983,p. 137). Estas precisiones son importantes para luego enmarcar el movimiento de las posiciones de Castells.

    366

  • Esteban Torres

    hecho que, al refererirse a la produccin y recepcin de signos, ste decida no hacerreferencia a la relacin que propone Barthes entre discurso y poder. Nuestro autordeja de aludir, por ej., a la tensin entre el lenguaje encrtico (el que se produce y ex-tiende bajo la proteccin del poder, basado en una lgica de la repeticin y en el este-reotipo) y lo nuevo como goce (Barthes, 1977/2008, p. 11), al poder de discurso (queengendra la falta y la culpabilidad de quien lo recibe) (pp. 94-95), al ingreso de la len-gua al servicio de un poder a partir de la autoridad de la asercin y la gregariedad de larepeticin (p. 96), al modo en que servilismo y poder (amo y esclavo) tiende a confun-dirse en la lengua a partir de la reunin de la asercin y la repeticin en el momentode la enunciacin (p. 96), etc. A partir de los pocos elementos aqu mencionados ellector puede intuir que el proceso de produccin y recepcin de signos adquiere enBarthes una especificidad elemental que no es posible soslayar si pretendemos emplearal autor tal como lo hace Castells como fuente terica. Como aspecto final de latercera afirmacin, luego de constatar el grado de desacople entre la afirmacin deCastells y la visin de sus fuentes tericas, adelantamos una hiptesis que nos aproxi-ma a las conclusiones de las referencias anteriores, y que indudablemente nos aleja detoda proyeccin de sentido comn sobre la visin de ambos autores. Los elementosdisponibles en el cuarto punto nos permiten suponer que la nocin de produccin yrecepcin de signos se restringe en gran medida a la nocin de sistema audiovisual osistema tecnolgico audiovisual. Si bien por el momento adoptamos un razonamientoestrictamente especulativo entendemos que dicho proceso simblico podra hacer refe-rencia a un proceso exclusivamente material de produccin y recepcin, lo cual loaproximara a la nocin de tecnologa de la referencia 11 (Castells, 2008, p. 50; 2009, p.1-2), entendida coincidentemente como un proceso material a travs del cual las sea-les se producen, se transmiten, se reciben y se interpretan.

    En la cuarta afirmacin Castells concibe la comunicacin como cultura y luego lacultura como sistema de comunicacin (Castells, 1996, p. 29). Ambas nociones de co-municacin no se precisan en ningn momento. Al comparar las dos afirmaciones in-volucradas en este punto podemos observar que el sistema audiovisual y la produc-cin, distribucin y manipulacin de smbolos tienden a emplearse en los mismos tr-minos. Tal como sealamos al final del punto anterior, esta constatacin nos permitesuponer que la produccin y consumo de signos del enunciado previo tambin podraconcebirse como un sistema audiovisual. Dicho esto, respecto a la presente referenciaes necesario precisar dos cuestiones: la primera de ellas tiene que ver con la mencin ala sociedad de la informacin. Es muy importante sealar que para Castells la socie-dad de la informacin no es una expresin actualizada de la sociedad como un todo,pese a que en buena parte de sus textos sugiere tal interpretacin. La sociedad de la in-formacin, as como luego la sociedad red, son la expresin socioespacial dominante

    367

  • Comunicacin y cultura en Manuel Castells

    del conjunto de lo social. A stas se oponen en la mayora de los casos las sociedadeslocales e histricas (en plural) ancladas en el territorio o en los lugares. El modo enque la dualidad espacial de Castells determina en este perodo su concepcin de la so-ciedad resulta clave para comprender su visin de la articulacin entre comunicaciny cultura. Siguiendo las explicitaciones del autor para este punto podramos suponerque la comunicacin-cultura estara organizada en torno al sistema audiovisual slo enla sociedad de la informacin y no en todas las formas sociales. Sin dudas se hace ne-cesario registrar si las distintas frmulas de equivalencia sugeridas entre comunica-cin y medios de comunicacin-tecnologa son expresin del espacio social dominanteo bien son extrapolables al conjunto de lo social. Castells nuevamente no provee pistasfirmes en ningn sentido. La segunda cuestin tiene que ver con los indicadores queofrece nuestro autor al aplicar las nociones culturales generales al mbito de la polti-ca. Tomando como base las afirmaciones generales de este punto el socilogo espaolagrega de inmediato que el espacio poltico ha sido capturado, en lo esencial, en el es-pacio de los medios de comunicacin (Castells, 1996, p. 29). Si adaptamos dicha refe-rencia poltica podramos afirmar que la cultura, la comunicacin o el espaciocultural/comunicacional ha sido capturada en lo esencial en el espacio de los mediosde comunicacin. Puede que ste sea uno de los movimientos concretos que permitefijar la visin tecno-meditica de la comunicacin de Castells. Finalmente, en la mismareferencia, aparece la primera mencin a la formacin del hipertexto. Luego, en laquinta afirmacin, cuando nuestro autor habla de una comunicacin dependiente delos cdigos culturales compartidos la impresin que transmite es que es precisamenteel sistema tecnolgico el que impone aquellos valores y categoras que se aceptan ycomparten (ver Castells, 1999, p. 409). En este caso la instancia anterior a la acepta-cin de ciertos valores pareciera ser la imposicin de los mismos por parte de la for-ma tecnolgica. Podemos constatar algo similar en la sexta referencia (Castells, 2000,p. 21). All Castells se refieres al hipertexto como proveedor de cdigos culturalescompartidos. La hora del compartir se desplegara a partir de una instancia previa deimposicin y encuadramiento que respondera a racionalidades tecnolgicas. Aquaparece nuevamente la forma del hipertexto, cuyo poder comunicativo o capacidadde ser interpretado y reorganizado parece aludir a una capacidad tecnolgica. Todoindica que el poder comunicativo que menciona nuestro autor es un atributo intrnse-co al lenguaje del hipertexto, precisado como hipertexto electrnico. Cmo es que lasexpresiones culturales dejadas afuera (u ocurridas afuera) del hipertexto son slo ex-periencias individuales? La construccin cultural comn es digital o no es? Conside-ramos que Castells va ms all al insinuarnos que lo digital es y puede ser el nico valory medio compartido por todos (o casi todos).

    368

  • Esteban Torres

    En consonancia con la mayora de las afirmaciones, la idea del encierro de la co-municacin en el espacio del hipertexto (referencia 7: Castells, 2000, p. 13), de la expre-sin cultural pautada alrededor del hipertexto (r8: Castells, 2003, p. 16), as como de lacultura incorporada en el hipertexto (Arsenault y Castells, 2008, p. 498; r9: Castells,2004b, p. 14; y r10: Castells, 2009, pp. 77-78), expresan modos de imbricacin semejan-tes entre las expresiones simblicas y la lgica de cierta forma tecnolgica (la del hi-pertexto), que en principio no detiene su expansin. Sin embargo, esta ecuacin se for-mula sobre la base tres aspectos bsicos no resueltos: en primer lugar no termina deprecisarse el vnculo entre las nociones de cultura/comunicacin y la de hipertexto.La primera se subsume en la segunda o ms bien la captura? Si bien suponemos queaqu tambin acta cierto determinismo tecnolgico del autor, lo concreto es que ellono resulta comprobable. En segundo lugar Castells no precisa la relacin deidentidad/diferencia existente entre los conceptos de comunicacin e hipertexto elec-trnico, y luego, en un plano ms concreto, entre las nociones de hipertexto, Internet ymultimedia. En trminos ms exactos no logramos saber si el hipertexto opera comola concrecin del proceso de comunicacin (estableciendo una relacin de sinonimia) obien como una concrecin de dicho proceso (entre varias), y luego si el hipertexto seoperativiza exclusivamente o no a partir de la combinacin de Internet y multimedia.El hecho que nuestro autor reconozca que estos ltimos constituyen el ncleo del hi-pertexto, tampoco ayuda a visualizar si ste se constituye a partir de otros elementosque en una posicin accesoria no sean fundamentales. En tercer y ltimo lugar,volviendo a la argumentacin desarrollada en la cuarta afirmacin, la alusin a la so-ciedad red en la novena referencia nos vuelve a poner en estado de alerta respecto alalcance del conjunto de las afirmaciones mencionadas. En principio, pese a no explici-tarse, todo indica que la sociedad red tambin es el marco societal que encuadra las ar-ticulaciones entre comunicacin y cultura de las referencias 7 (Castells, 2000, p. 13), 8(Castells, 2003, p. 16) y 10 (Castells, 2009, pp. 77-78). En un prximo trabajo nos deten-dremos a analizar en detalle la nocin de hipertexto que emplea Castells, y que princi -palmente es deudora de la perspectiva terica de Pierre Lvy.

    Respecto a las tres ltimas afirmaciones nos interesa sealar que la estructuramultifactorial del proceso de comunicacin que menciona Castells en 2008 y 2009,compuesta en su versin dominante por el emisor, el receptor, el contexto y la tecno-loga, no se registra ni se desarrolla de un modo integrado y sistemtico en su perspec-tiva de la comunicacin. La hiptesis que aqu proponemos es que la atencin del au-tor se concentra principal o exclusivamente en el factor tecnologa, el cual tiende a de-terminar el proceso de comunicacin social. Dicho enfoque selectivo se desprende dela suscripcin general a la nocin de paradigma tecnolgico (informacionalismo, en

    369

  • Comunicacin y cultura en Manuel Castells

    el caso del autor)9, y luego de su filiacin especfica a la teora de la difusin de inno-vaciones que conlleva la primera. En este escenario, si las caractersticas del receptorimportan es en tanto se lo concibe como un consumidor o potencial consumidorms o menos activo de las innovaciones, y en la medida que despliega un combate aco-tado a la aceptacin-adopcin de cierta tecnologa. Aqu adquiere notoriedad la nocinde tecnologa que propone Castells, que define como el proceso material a travs delas cuales las seales se producen y se interpretan (Castells, 2008, p. 50). Ahora bien,en qu sentido podemos afirmar que la produccin y la interpretacin se realizan ma-terialmente a travs de la tecnologa? La afirmacin desconcierta principalmente enrelacin a la nocin de interpretacin. Vuelve a caer nuestro autor en una exagera-cin tecnologicista?

    Los diferentes recursos exhibidos hasta aqu indican que la cultura y la comunica-cin que define Castells en este perodo es la cultura/comunicacin de la sociedad red,que es centralmente la cultura meditica (en oposicin a una nocin suerte de culturade la vida social) (Castells, 2004a, p. 87). En dicho marco, el hipertexto electrnico re-presentara una nueva forma de sociabilidad para Castells predominante (Castells,2004a, p. 87), pero no la totalidad de las formas existentes. Cerramos el presente art-culo con una ltima hiptesis, que se conecta con la afirmacin anterior: diremos quela cultura meditica, propiedad expresiva de la sociedad red global y del espacio de losflujos es para Castells una cultura expresada en singular, a la que opone las culturas enplural, propias de las sociedades nacionales o locales e histricas. La distincin entrecultura y culturas, as como las implicancias que esta divisin acarrea, nuevamente tra-baja al interior de la teora social del autor sin que ste lo explicite en algn momento.

    Comentarios finales

    El modo de articulacin que sugiere Castells entre comunicacin y cultura en el pero-do considerado (1996-2009) se concreta a partir de una serie de operaciones tericas yde cambios conceptuales que dejan entrever ciertas concepciones subyacentes sobre larelacin en cuestin. Aqu slo mencionaremos las ms relevantes. De este modo, lasoperaciones tericas generales de mayor envergadura que efecta nuestro autor sonbsicamente dos: la conceptualizacin de la comunicacin como medios o tecnologas dela comunicacin, y la prctica reduccin del proceso de comunicacin a la produccin ydistribucin de signos. Junto a stas, en un plano ms accesorio, registramos una terce-ra maniobra conceptual general, que tiende a repetirse al interior de algunas de lasrestantes frmulas aludidas en la contextualizacin inicial: la identificacin de la cultu-

    9 Como ya indicamos, Castells se apropia en forma plena y acrtica de la nocin de paradigma tecnolgico de Ch-ristopher Freeman y de Carlota Prez.

    370

  • Esteban Torres

    ra y la comunicacin en general con la cultura y la comunicacin de la sociedad red, quees el espacio social dominante. A la par de las operaciones tericas generales mencio-nadas, nos interesa destacar tres operaciones especficas que efecta Castells, todasellas vinculadas al modo de apropiacin de sus fuentes tericas. Las primeras dos invo-lucran a Baudrillard y la tercera a Barthes: nos referimos a las omisiones de la identifi -cacin entre la seduccin y el simulacro, de la tesis del predominio de la seduccin so-bre el poder que lo lleva a Baudrillard a postular la inexistencia del poder, y final-mente de la relacin que establece el semilogo francs entre discurso y poder.

    En relacin a las operaciones tericas mencionadas resaltamos un movimientoconcreto de cambio conceptual, nuevamente asociado a Baudrillard, que alimenta lasegunda operacin terica general: el paso de la comunicacin centrada en el inter-cambio (Baudrillard) a la comunicacin basada centralmente en la produccin y distri-bucin de signos. En cualquier caso, la apropiacin restrictiva que propone nuestroautor de sus fuentes tericas, principalmente de Baudrillard y de Barthes, tiende aacentuar el desacople entre la afirmacin de Castells y los aspectos fundamentales dela perspectiva de sus fuentes tericas.

    Los elementos ofrecidos hasta aqu permiten sostener que en el perodo de tiempoconsiderado, Castells tiende a adoptar y luego a estabilizar una concepcin tecnomedi-tica de la comunicacin que se forja en gran medida a la sombra de un discurso explici-to generalista de la comunicacin social y cultural. La seleccin expuesta de operacio-nes tericas y de movimientos de cambio conceptual dejan parcialmente al desnudolas preferencias de nuestro autor por una concepcin unidireccional de la comunica-cin, centrada en el emisor, en la tecnologa o en ambas que tiende a reducir drstica-mente el proceso de comunicacin social. Como pudimos comprobar a la largo del tex-to, en ningn caso se trata de una visin asumida explcitamente. Muy por el contra-rio, creemos que predomina una opacidad deliberada que opera a favor de disimularcierto determinismo tecnolgico de la comunicacin, la cultura y la sociedad. Ello final-mente nos permite suponer que el concepto de comunicacin de Castells, en este casoen su relacin concreta con la cultura, puede llegar a asumir en primera instancia auna funcin ideolgica, en la versin marxiana del trmino. Antes que insinuar unava de superacin al modo de conceptualizacin de Castells en relacin a los elementosexpuestos (enunciacin que suele resultar habitual en trabajos de anlisis conceptualpero que en este caso excede con creces las posibilidades del artculo), nos ocupamosde descubrir las lgicas y formas de trabajo terico del autor, as como los contenidosexplicitados en este territorio, convirtiendo al presente artculo en una herramienta deinteleccin indispensable para todo aquel que pretenda involucrarse con cierto rigor

    371

  • Comunicacin y cultura en Manuel Castells

    conceptual en el uso y la apropiacin de la teora de la comunicacin y la cultura delsocilogo espaol.

    Referencias Barthes, Roland (1977/2008). El placer del texto y leccin inaugural. Buenos Aires: Siglo

    XXI.Baudrillard, Jean (1973/1983). El espejo de la produccin. Barcelona: Gedisa.Baudrillard, Jean (1977/2001). Olvidar a Foucault. Valencia: Pre-textos.Baudrillard, Jean (1972/2005). Crtica de la economa poltica del signo. Buenos Aires:

    Siglo XXI.Baudrillard, Jean (1981/2005). De la seduccin. Madrid: Ctedra.Castells, Manuel (1981). Crisis urbana y cambio social. Madrid: Siglo XXI.Castells, Manuel (1982). Planning and Social Change: Introduction. Journal of Planning

    Education and Research, 2(3), 3-4.http://dx.doi.org/10.1177/0739456X8200200102

    Castells, Manuel (1983). La ciudad y las masas. Sociologa de los movimientos socialesurbanos. Madrid: Alianza.

    Castells, Manuel (Ed.) (1985a). High Technology, Space, and Society. Beverly Hills: Sage.Castells, Manuel (1985b). Reestructuracin econmica, revolucin tecnolgica y nueva

    organizacin del territorio. En Peter Hall (Ed.), Metrpolis, territorio y crisis(pp. 37-62). Madrid: Asamblea de Madrid.

    Castells, Manuel (1988). Nuevas tecnologas, economa y sociedad. Madrid: Graymo.Castells, Manuel (1989/1995). La ciudad informacional. Tecnologas de la Informacin,

    reestructuracin econmica y proceso urbano-regional. Madrid: Alianza.Castells, Manuel (1996). La era de la informacin. Vol.1: La sociedad red. Madrid:

    Alianza.Castells, Manuel (1999). An introduction to the Information Age. En Hugh Mackay y

    Tim OSullivan (Eds.), The media reader: continuity and transformation (pp.398-410). London: Sage Publication,

    Castells, Manuel (2000). Materials for an exploratory theory of the Network Society.British Journal of Sociology. 51(1), 5-22.http://dx.doi.org/10.1111/j.1468-4446.2000.00005.x

    Castells, Manuel (2003). La interacci entre les tecnologies de la informaci i lacomunicaci i la societat xarxa: un procs de canvi histric. RevistaConeixement i Societat, 1, 8-21.

    Castells, Manuel (2004a). Space of flows, space of places: Materials for a Theory orUrbanism in the Information Age. En Stephen Graham (Ed.), The CybercitiesReader (pp. 82-93). London: Routledge.

    Castells, Manuel (2004b). Afterword: why networks matter. En Helen McCarthy, PaulMiller y Paul Skidmore (Eds.), Network logic: who governs in aninterconnected world? (pp. 221-225). London: Demos.

    372

  • Esteban Torres

    Castells, Manuel (2008). Creatividad, innovacin y cultura digital. Un mapa de susinteracciones. Revista Telos: Comunicacin e Innovacin, 77, 50-52.

    Castells, Manuel (2009). Comunicacin y poder. Madrid: Alianza.Arsenault, Amelia y Castells, Manuel (2008). Switching power: Rupert Murdoch and

    the global business of media politics: A sociological analysis. InternationalSociology, 23(4), 488-513. http://dx.doi.org/10.1177/0268580908090725

    Duso, Giuseppe (1998). Historia conceptual como filosofa poltica. Res Pblica, 1,35-71.

    Postman, Neil (1985/2001). Divertirse hasta morir, el discurso pblico en la era delespectculo. Barcelona: La Tempestad.

    Torres, Esteban (2008). Ciencias Sociales, Historia de los conceptos y la idea deTrayectoria conceptual. Revista de Investigacin Social, 4 (7), 81-101.

    Torres, Esteban (2010). Cambio social y determinacin. Acta Sociolgica, 52, 47-75.Torres, Esteban (2011). Cambio social y totalidad. Cinta de Moebio. Revista de

    Epistemologa de Ciencias Sociales, 42, 301-312.http://dx.doi.org/10.4067/S0717-554X2011000300006

    373

    Este texto est protegido por una licencia Creative Commons 4.0 .

    Usted es libre para Compartir copiar y redistribuir el material en cualquier medio o formato y Adaptar el documen-to remezclar, transformar y crear a partir del material para cualquier propsito, incluso comercialmente, siempreque cumpla la condicin de:

    Atribucin: Usted debe reconocer el crdito de una obra de manera adecuada, proporcionar un enlace a la licencia, e in-dicar si se han realizado cambios . Puede hacerlo en cualquier forma razonable, pero no de forma tal que sugiera que tie-ne el apoyo del licenciante o lo recibe por el uso que hace.

    Resumen de licencia - Texto completo de la licencia