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Composición social y estereotipos: el efecto en el rendimiento universitario.
Elias, Marina y Sanchez-Gelabert, Albert
Resumen
En el presente artículo se hace una revisión de la literatura sobre el efecto de ser una
minoría estereotipada y la composición social de los grados universitarios. Se analiza,
con datos de preinscripción de la Universidad Autónoma de Barcelona (cohorte de
acceso del curso 2011-12 (n= 6891)) y su tasa de éxito. El análisis de varianza analiza
los resultados académicos teniendo en cuenta si son una minoría estereotipada en la
universidad (edad, sexo, clase social y vía de acceso) y los entornos donde se cursan
dichos estudios. Los resultados muestran un efecto de la composición social entre los
estudiantes estereotipados y su rendimiento. En grados donde los colectivos
estereotipados son mayoría, el rendimiento aumenta significativamente.
Palabras clave: Estudiantes universitarios, minorías, estereotipo, composición social,
rendimiento académico.
Implicaciones para las políticas educativas y la práctica investigativa
Es necesario identificar y reconocer la heterogeneidad creciente del perfil de estudiantes
universitarios. Ésta puede tener un impacto diferencial de doble magnitud en el rendimiento: en
relación a las especificidades individuales y otro como consecuencia de la interacción en ciertos
grupos sociales.
Referente a la práctica investigativa, la incorporación de una perspectiva que tenga en
consideración ambos efectos -individuales y agregados- puede arrojar luz para la comprensión y
problematización de fenómenos en contextos educativos.
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A su vez, las instituciones universitarias deben reconocer el perfil de estudiantes que captan y
realizar un diseño de políticas específicas para adecuarse a dicho perfil, procurando así, la
equidad del sistema universitario.
Abstract
In this article, a review of research on the impact of being stereotyped minority in
educational contexts and the effect of social composition in the university is given.
Using data of a sample of a new entrant cohort in 2011-12 at the Universitat Autònoma
de Barcelona (n= 6891), it is analysed the success rate. The effect of belonging to
stigmatized groups in educational contexts (sex, age, social class and access route) and
the impact of several environments into academic performance are explored through an
analysis of variance. The results show that the social composition of the degrees
influences the relationship between stereotyped students and their performance. Thus, in
degrees with a higher proportion of stereotyped students, their performance improves
significantly.
Keywords: university students, minority groups, stereotype threat, social composition,
academic performance.
Introducción
La expansión educativa y el paralelo aumento de la heterogeneidad del perfil de
estudiantes, que se ha producido desde los años 50, ha implicado la aparición cada vez
más destacable de estudiantes de perfiles diferentes al estudiante tradicional (chico
joven, de padres con estudios superiores y proveniente de Bachillerato). Aunque esta
situación permita decir que se ha producido una disminución de la desigualdad
educativa en el acceso a la universidad todavía quedan retos por superar i para
estudiantes menos representados (Gálvez et al., 2014). Estos colectivos minoritarios a
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menudo cargan con unos estereotipos que pueden provocar una experiencia aún más
dificultosa.
Por otro lado, la implementación del proceso de Bolonia y sus transformaciones
pedagógicas requieren de más presencia del estudiante en la universidad. Esta situación
provoca que un colectivo de estudiantes no pueda tener tanta presencia física en la
universidad y por lo tanto su nivel de integración sea menor, disminuyendo así más
probablemente su rendimiento académico (Elias et al., 2012)
Además, dependiendo de la dificultad de las carrera, la duración y la facilidad para
compaginar estudios y trabajo los estudiantes se autoseleccionan eligiendo unos
estudios que se adecuen a su realidad y en el que sientan confortables con el objetivo de
obtener el título (Reay et al., 2001). Este proceso acaba provocando que en las
titulaciones haya un perfil de estudiantes concreto, una composición social determinada
(Elias y Daza, 2014; Troiano y Elias, 2014), que normalmente se va reproduciendo año
tras año ya que a nivel institucional también se producen cambios para adecuarse al
perfil de estudiantes que acceden a ellas (Reay et al., 2009).
Partiendo de este panorama, el objetivo del artículo es explorar si los estudiantes
pertenecientes a un cierto grupo social, sobre el que pueda existir un estereotipo, tienen
un rendimiento diferencial al de sus compañeros. A su vez, se pretende analizar si el
rendimiento varía según la composición social de las titulaciones, donde su estereotipo
es más o menos presente. Por tanto, grados en los que un determinado perfil es mayoría,
en los que están equiparados y en los que son minoría.
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Marco teórico
La composición social
La composición escolar ejerce una mayor influencia sobre los resultados académicos
que otras como la propia organización de los centros, la calidad del profesorado o las
dinámicas pedagógicas. Estos elementos actúan con mayor o menor fuerza en función
del contexto escolar al que asiste el alumno (Coleman et al., 1966). Así, las variables
individuales pueden ser potenciadas o disminuidas en una institución concreta.
Estas son las conclusiones del informe Coleman, que inauguró una fructífera línea de
investigación con la idea básica que se produce un contagio de hábitos de estudio,
expectativas académicas y actitudes hacia la institución escolar de unos alumnos hacia
otros.
Siguiendo este hilo, interesantes estudios ponen de manifiesto que más allá de la
agregación de individuos se producen relaciones entre los miembros de un grupo que
forman, reproducen o transforman las disposiciones escolares de grupos de alumnos,
modificando los resultados. Se incluye aquí el efecto contagio o efecto de los pares
(Contini, 2013; Thrupp et al., 2002) y el papel de las redes sociales y el capital
relacional que se genera (Calero y Waisgrais, 2009; Dumay y Dupriez, 2008) derivando
a ciertas subculturas estudiantiles en los centros (Alegre y Benito, 2012).
De este modo, los efectos de las redes sociales que se establecen tienen consecuencias
en las expectativas y, por lo tanto, en el rendimiento de los alumnos. Investigaciones
sobre el papel de diferentes perfiles sociales en diferentes tipos de centros concluyen
que los contextos escolares socialmente heterogéneos favorecen al incremento de
expectativas de un colectivo que a priori, por su origen social, parte de menos opciones
de acceder a la universidad. De este modo, la concentración de alumnos del mismo
origen social dificulta la igualdad de oportunidades educativas (Subirats et al., 2008).�
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La diferente composición social provoca que para algunos la integración en la
universidad sea más dificultosa que para otros. Pascarella y Terenzini (2005) concluyen
que la integración es el factor más importante para el desarrollo personal y académico
de los estudiantes. Esta situación acaba provocando que muchos estudiantes decidan
dejar atrás la identidad de la minoría y asimilarse a la nueva cultura dominante de la
universidad, a pesar que muchos de ellos viven este proceso como conflictivoii.
Los colectivos minoritarios y la amenaza del estereotipo
En su ensayo clásico “El significado de los números en la vida social”, Simmel analiza
la importancia del número de individuos para las características de grupos sociales y sus
interacciones. Retomando este planteamiento, Rosabeth Kanter propone incorporar el
análisis de la proporción de individuos dentro de un cierto colectivo (1977) para el
análisis de las interacciones y el efecto que puede tener esta coexistencia para las
dinámicas y procesos del grupo. De esta manera, analiza la existencia de grupos con
características sociales o culturales concretas dentro de colectivos más amplios.
Kanter concluye que el colectivo minoritario experimenta consecuencias negativas por
el “efecto minoría” como el aislamiento de las redes sociales y profesionales, la presión
por el rendimiento o el encasillamiento en roles estereotipados. Como respuesta, los
miembros de la minoría experimentan estrés, tienen que hacer un sobreesfuerzo para
responder a las demandas y mantener una relación satisfactoria con el resto de
miembros del grupo.
Algunos autores advierten que estos procesos pueden divergir radicalmente si tenemos
en cuenta el estatus social del individuo o grupo minoritario (Hurst et al., 2012); siendo
más perjudicial para aquellas minorías de estatus inferior o en tareas estereotipadas. Por
ejemplo, en el caso de los hombres, los resultados muestran que en situaciones
minoritarias no sufren las consecuencias perniciosas del efecto minoría (Lewis y
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Simpson, 2012; Sax, 1996; Yoder, 1991). Al contrario que en el caso de las mujeres, los
hombres aprovechan la visibilidad para distinguirse, promocionar y sacar provecho de la
situación de visibilidad (Yoder, 1991).
Estos resultados entroncan con una de las explicaciones que ha tenido más relevancia y
aceptación relacionada con los procesos de identificación de las minorías: la amenaza
del estereotipo (Aronson et al., 1998; Steele y Aronson, 1995; Steele, 1997). Este es un
fenómeno situacional aplicable a cualquier grupo sobre el que pueda existir un
estereotipo negativo.
Una de las situaciones que incentiva la amenaza del estereotipo es la existencia de
diversidad numérica o una representación asimétrica. Ciertos contextos con grupos
sociales heterogéneos pueden ser particularmente propensos a la activación de esta
amenaza para los estereotipados; especialmente si estos representan una minoría. En
estos casos, los colectivos estereotipados, por el miedo de que ser juzgados o que se
active su estereotipo, experimentan un aumento de la ansiedad y el estrés y, en
consecuencia, una disminución de su rendimiento. Sin embargo, los miembros del
grupo no estereotipado no experimentan estos efectos aun siendo una minoría numérica
(Inzlicht y Good, 2005).
Colectivos estereotipados y efecto composición en la universidad
Existe gran cantidad de literatura anglosajona sobre las minorías étnicas en la
universidad y el efecto en instituciones con diferente composición social. En nuestro
país todavía no se ha producido una entrada de este colectivo en la universidad como
para analizar su efecto, pero sí que hay otras características que pueden ser analizadas.
En el caso de la universidad española, la diferencia fundamental es que las
características de los colectivos estereotipados no tienen gran visibilidad en el grupo,
como sí pasa en el caso de las diferencias étnicas o de género. Estas diferencias a
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menudo están relacionadas con condiciones materiales o de oportunidades (por ejemplo
venir de una vía académica u otra) y, por lo tanto, es menos probable que se traduzca en
un proceso de identificación con el colectivo mayoritario.
Se propone a continuación una revisión de la literatura, investigaciones y evidencias
empíricas de cada uno de los colectivos que pueden representar una minoría dentro de
un grupo y a su vez ser susceptibles de sufrir la amenaza del estereotipo. Estas
características serán las que más adelante se analizarán empíricamente con datos
propios. Se explora, tanto su presencia como el efecto en el rendimiento, intentando
desgranar así dos efectos o amenazas que se complementan: el hecho de pertenecer a un
colectivo susceptible de ser estereotipado y el efecto de estar en entornos con diferente
proporción numérica (representación mayor, menor o equilibrada).
Los estudiantes de clase trabajadora
La clase social de los estudiantes es uno de los elementos susceptibles de perjudicar el
rendimiento de los universitarios a través de la amenaza del estereotipo. Los resultados
empíricos muestran un rendimiento inferior de los estudiantes de niveles
socioeconómicos inferiores expuestos a dicha amenaza; en cambio, no hay diferencias
de rendimiento en ausencia de ella (Croizet y Claire, 1998; Spencer y Castano, 2007).
Del mismo modo, Harrison et al. (2006) concluyen esta amenaza actúa sobre los
estudiantes con niveles de ingresos inferiores, pero no de ingresos medios y superiores.
Y repercute en niveles de ansiedad y estrés más elevado en los estudiantes de niveles
socioeconómicos inferiores que, a su vez, tiene un impacto en su rendimiento
académico. Este rendimiento menor puede venir por las limitaciones personales o tener
una menor habilidad (Croizet y Claire, 1998) o a niveles más altos de desmotivación
(Cozzarelli et al., 2001, en Harrison et al., 2006).
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En esta misma línea, diferentes investigaciones ponen de manifiesto que los estudiantes
de clase trabajadora experimentan sentimientos de incomodidad e intimidación por parte
del grupo mayoritario (Archer y Hutchings, 2000; Granfield, 1991). El miedo a no
encajar en el grupo de compañeros está presente, mezclada con el sentimiento
contradictorio de perder la identidad de clase y sentirse como un extraño frente a familia
y amigos (Archer et al., 2002; Lehmann, 2007). Así que muchos de ellos optan por
desarrollar múltiples identidades dependiendo del contexto. En cambio, los jóvenes de
clases medias frecuentemente se encuentran en la universidad como pez en el agua,
situación que reproduce los privilegios de clase, así el habitus familiar de las clases
medias genera claras ventajas a este colectivo (Bourdieu, 1990 en Read et al., 2003).�
Por otro lado, algunas investigaciones han mostrado como los estudiantes de niveles de
formación más bajos, que tienen globalmente un rendimiento menor y un mayor
abandono en la mayoría de niveles educativos, son los que más se benefician de
compartir el día a día con alumnos procedentes de familias de mayor instrucción
(Murnane, 1981; Willms, 1986).
Los estudiantes maduros
Ageism es un anglicismo que se utiliza para aquellas situaciones en las que existe
discriminación por temas relacionados a la edad. Varias investigaciones muestran como
la amenaza del estereotipo, la autopercepción y el contexto tienen un impacto en tareas
intelectuales relacionadas con la memoria que resultan en un rendimiento inferior para
las personas de más edad (Hess y Hinson, 2006; Hess et al., 2004)
Siguiendo esta línea argumental, la existencia de un estereotipo asociado al mal
rendimiento de los estudiantes mayores podría tener un efecto sobre éstos que
condicione su adhesión con la institución. De esta manera se entendería que, a pesar de
estar bien preparados y presentar niveles altos de compatibilidad con la institución y los
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estudios, los estudiantes maduros tienen más tendencia a abandonar que sus compañeros
tradicionales (Ozga y Sukhnandan, 1998; Sanchez-Gelabert y Elias, 2012).
Los estudiantes de Formación Profesional
Otro de las características que en nuestro contexto podría activar la amenaza del
estereotipo relacionada a un nivel de habilidades y de prestigio inferiores la vía de
acceso a la universidad. Clásicas son las aportaciones de Baudelot y Establert (1976) en
relación a la existencia de dos vías de educación post obligatoria, la académica
prestigiada y la de la Formación Profesional menos prestigiada.
La constatación de esta doble red de escolarización tiende a reproducir la desigualdad
social porqué son los hijos de padres con formación académica los más presentes en las
vías académicas y los hijos de padres con menos estudios los que se decantan por la vía
menos prestigiada, en parte debido a las diferentes expectativas (Erikson y Jonsson,
1996). Desde una perspectiva decisional, algunos autores evidencian como la elección
de itinerario académico o vocacional tiene que ver con la formación de los padres y el
desempeño académicos. Analizan la aversión relativa al riesgo teniendo en cuenta el
tiempo de duración de los estudios y los retornos esperados (Hillmert y Jacob, 2003).
Además, como tradicionalmente los currículos en la universidad se han basado en el
estudiante tradicional proveniente del Bachillerato, los que provienen de vías
profesionales acostumbran a tener un rendimiento menor (Lassibille y Navarro, 2008,
2009). Para algunos autores estos estudiantes tienen una peor preparación (sea por los
contenidos o por los modelos de aprendizaje). Otros estudios muestran como los
estudiantes que acceden de vías profesionales se enfrentan a incertidumbre, estrés y
soledad debido a la falta de identificación con la universidad y al contraste de la
orientación teórica de la universidad y su bagaje más aplicado (McInnis et al., 2000;
O’Shea et al., 2012).
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Las mujeres estudiantes
Dos de las situaciones en las que se ha analizado más en profundidad el impacto de la
amenaza del estereotipo en relación a las minorías en contextos universitarios ha sido en
el caso de minorías étnicas y en las mujeres. La mayoría de los resultados que muestran
como el rendimiento de las mujeres se ve perjudicado en contextos donde opera la
amenaza del estereotipo.
En un trabajo realizado para analizar el impacto de las mujeres en dos facultades
masculinizadas los autores comparan los resultados y el éxito teniendo en cuenta la
proporción de hombres y mujeres que conforman los grupos (Spangler et al., 1978). Los
resultados muestran que las mujeres tienen peor rendimiento en aquellos contextos en
los que tienen menos representación.
De manera similar, otros trabajos han mostrado que las mujeres tienen peores resultados
(notas inferiores) que el de sus compañeros hombres en grados en los que son minoría –
solo status- y opera la amenaza del estereotipo (Thompson y Sekaquaptewa, 2002). A su
vez, muestran cómo aunque no existen diferencias en durante el proceso de aprendizaje,
sí que emergen en el momento que las mujeres son evaluadas (Sekaquaptewa y
Thompson, 2002).
Por otro lado, otras investigaciones muestran como la misma expectativa de ser minoría
en un contexto estigmatizado ya tiene consecuencias negativas en las expectativas de
rendimiento. Así, el simple hecho de anticiparse a poder llegar a ser una minoría
estereotipada en un grupo para la realización de ciertas tareas cooperativas, es suficiente
para inducir a expectativas negativas sobre la experiencia y a intentar evitar tales
situaciones (Stangor et al., en Sekaquaptewa y Thompson, 2002). En algunos casos, la
autoconfianza de los miembros de la minoría les permite sobreponerse al potencial
impacto negativo de los estereotipos (Cohen y Swim, 1995).
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Metodología, modelo de análisis e hipótesis
Datos
Para este artículo se ha utilizado una base de datos (cedida por la Oficina de Gestión de
la Información y Documentación -OGID-) de todos los estudiantes universitarios (n=
6891) que accedieron a la Universidad Autónoma de Barcelona en el curso 2011-12.
Con los datos de los mismos estudiantes del siguiente curso académico (2012-13), se ha
analizado como indicador del resultado académico la tasa de éxito (créditos aprobados
durante el primer año/ créditos matriculados).
Gráfico 1. Modelo de análisis
Colectivo estereotipado Entorno (Grados) Resultados
Clase social (trabajadora) minoritariosVía acceso (No bachillerato) igualitarios
Edad (mayores) mayoritariosSexo (mujeres)
Tasa éxito
Tal y como se observa en el modelo de análisis (gráfico 1), el objetivo principal es
visibilizar y analizar el rendimiento de los estudiantes y explorar si este varía en función
de dos factores: por un lado, la pertenencia a un colectivo estereotipado y, por otro lado,
la composición de los grados en términos de representación de dicho colectivo. De este
modo, se analiza si la tasa de éxito se ve afectada por el factor individual de pertenecer a
un colectivo estereotipado (ser mujer, mayor, de clase social trabajadora o acceder por
vía de acceso distinta al Bachillerato), por el factor del entorno (composición de los
grados) y por una interacción de ambos factores.
Estrategia analítica
Cabe recordar que el objetivo del artículo no es encontrar las variables que afectan más
a la varianza de la tasa de éxito ni encontrar los mecanismos explicativos que nos
permitan explicar estas diferencias; para ello sería necesario otro tipo de diseños de
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investigación e introducir otras variables que tienen una mayor y más clara afectacióniii.
Dado que la propuesta que aquí se plantea, es visibilizar las diferencias en la tasa de
éxito en función a los dos factores mencionados (estereotipo y composición), se
propone un análisis de comparación de medias según el colectivo de referencia y el
entorno donde se cursan los estudios.
Con este objetivo, se han realizado análisis de la varianza (ANOVA) de 2 factores: 2
(pertenencia al colectivo estereotipado: si/no) por 3 tipos de entornos (grados
minoritarios, equilibrados y mayoritarios). De este modo, se analiza cómo varía la
variable dependiente -la tasa de éxito- según dos variables explicativas: la pertenencia a
un colectivo estereotipado y la composición de los grados en los que se cursan los
estudios.
Con el objetivo de clasificar y diferenciar los grados se han divido según la proporción
de individuos de colectivos estereotipados. El criterio de corte de la representación de
colectivos minoritarios se sitúa en un 33% del total de estudiantes del grado. Es decir, se
distinguen los grados en función de si el colectivo estereotipado se encuentra en grados
donde son minoría numérica (menos del 33%), si están equilibrados los colectivos
(entre 33% y 66%) o si son mayoría (más del 66%). En la tabla 1, se presentan de forma
resumida los diferentes grados según la proporción de individuos de colectivos
estereotipados:
Tabla 1. Colectivos estereotipados analizados según composición de los grados.iv
Colect. Refer. Minoritario Equilibrado Mayoritario
Edad Mayor Jóvenes Equilibrado Maduro
Clase Social Trabajadora C. Media-Alta Equilibrado -Vía acceso No Bach. Bachillerato Equilibrado -Sexo Mujer Masculinizado Equilibrado Feminizado
Composición de los grados
Fuente: elaboración propia
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Esta estrategia analítica nos permite visibilizar si el rendimiento que tienen los
estudiantes estereotipados varía en función de los diferentes entornos en los que cursan
sus estudios. Es decir, por ejemplo, si los estudiantes que provienen de ciclos
formativos tienen un mejor rendimiento en aquellos grados en los que son mayoría o si,
por el contrario, su rendimiento es inferior en estos contextos.
Resultados
Diferencias en el rendimiento académico según colectivo estereotipado y entorno
En una primera aproximación, se observan las tasas de éxito de los estudiantes según la
pertenencia o no al colectivo estereotipado en los diferentes entornos analizados (tabla
2). En general, se constata que la media de tasa de éxito es inferior para los colectivos
estereotipados a excepción de las mujeres y es igual en el caso de la clase social.
Otra lectura de la tabla 2 es ver en qué entornos estos colectivos tienen un mayor tasa de
éxito (media subrayada). Se puede constatar, pues, cómo es en los grados equilibrados
donde la tasa de éxito es mayor para los estudiantes de clase trabajadora y de vías de
acceso no académicas. En el caso de la edad y el sexo, la tasa de éxito es mayor en
grados donde el colectivo estereotipado es mayoría.
Tabla 2. Tasa de éxito de los colectivos estereotipados según el tipo de entorno
Estereot.
Edad � 19 � 20 Total � 19 � 20 Total � 19 � 20 Total � 19 � 20 Total
Mean .86 .74 .83 .77 .69 .73 .80 .79 .79 .83 .72 .79
S.D. .24 .32 .27 .32 .35 .33 .30 .32 .31 .28 .34 .30
C.Social CT CM-A Total CT CM-A Total CT CM-A Total
Mean .77 .80 .79 .80 .77 .79 .79 .79 .79
S.D. .31 .30 .30 .29 .32 .31 .30 .31 .31
Vía acceso BAT N BAT Total BAT N BAT Total BAT N BAT Total
Mean .79 .73 .78 .85 .82 .84 .80 .77 .79
S.D. .31 .33 .31 .27 .27 .27 .30 .31 .30
Sexo H M Total H M Total H M Total H M Total
Mean .63 .67 .64 .78 .80 .79 .81 .86 .85 .73 .83 .79
S.D. .36 .33 .36 .29 .29 .29 .30 .25 .26 .33 .27 .30
Total
Entorno (composición de los grados)
Minoritario Equilibrado Mayoritario
Fuente: elaboración propia
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Siguiendo estos resultados se observa un mismo patrón en el caso de las minorías
estereotipadas: la tasa de rendimiento siempre es superior en aquellos grados donde su
representación es mayorv . Tal y como ponían de manifiesto los autores revisados,
ciertos entornos asimétricos pueden ser más amenazantes especialmente para las
minorías y repercutir en su rendimiento a través de la incentivación de la amenaza del
estereotipo.
Con el objetivo de analizar qué factor tiene más incidenciavi en cada caso en la tasa de
éxito, se han realizado análisis ANOVA de 2 factores para cada colectivo susceptible de
sufrir la amenaza del estereotipo. Esto nos permite explorar el rendimiento de los
estudiantes según la pertenencia a un colectivo estereotipado, los tipos de entornos
(grados según composición) y la interacción de ambos. Los resultados se presentan por
separado de cada uno de los colectivos revisados en la literatura: los estudiantes
maduros, los de clase trabajadora, los de vías de acceso no académicas y las mujeres.
Los estudiantes maduros
En el caso de la edad, los resultados muestran que existe un efecto simple de los dos
factores (edad y composición social) y, a su vez, un efecto de interacción entre ambos
que tienen un impacto en la tasa de éxito. Si analizamos los test resultantes, se puede
afirmar que la variable entorno o composición social es la que tiene un impacto mayor
en la tasa de éxito.
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Gráfico 2. Tasa de éxito según colectivo estereotipado (edad) y entorno
Tal y como se puede ver precisamente en el gráfico 2, es el entorno joven (más
presencia estudiantes de 19 años y menores), donde esta varianza de la tasa de éxito es
mayor. Así, ser joven y cursar los estudios en un entorno donde predomina un perfil de
estudiantes jóvenes, es donde la tasa de éxito es mayor. En cambio, dicha tasa es menor
en entornos donde conviven ambos colectivos (grados equilibrados).
Las comparaciones por pares permiten afirmar como las diferencias en la tasa de éxito
se equiparan en los grados donde los maduros son mayoría, ya que aumenta de forma
notoria la tasa para de éxito de los maduros. Tal y como se veía más arriba, es
destacable mencionar que en los grados donde su propio perfil es mayoría es donde se
ven más beneficiados tanto mayores como, especialmente, los jóvenes en relación la
tasa de éxito.
Por lo tanto, retomando la teoría de la amenaza del estereotipo, en el caso de estudiantes
mayores sí que se puede afirmar que ser maduro en contextos académicos donde son
minoría parece estar activando la amenaza del estereotipo que influiría de manera
negativa en su tasa de éxito.
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Los estudiantes de clase trabajadora
En el caso de la variable clase social no hay una variación estadísticamente significativa
de la tasa de éxito según los efectos simples de pertenecer a una clase social concreta o
cursar los estudios en un entorno determinado. En cambio, es interesante observar como
sí que se observan diferencias significativas en la interacción de ambos factores. Por lo
tanto, se combina el efecto de pertenencia a una minoría estereotipada con el de cursar
un grado en un entorno determinado.
Como se ve en el gráfico 3 los estudiantes de clase media y alta tienen tasas de éxito
altas en los grados donde su colectivo son mayoría y tasas de éxito más bajas cuando los
colectivos están equilibrados. La que presenta más varianza significativa es la clase
trabajadora que tiene tasas de éxito menores en los grados donde su colectivo es minoría
y tasas más altas cuando los dos colectivos están equilibrados. Estos resultados encajan
con el efecto mencionado por algunos autores como fish in the water o, su contrario,
stranger in paradise (Reay et al., 2009).
Gráfico 3. Tasa de éxito según colectivo estereotipado (clase social) y entorno
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Recordemos el apunte realizado sobre la nota de acceso y por lo tanto la dificultad de
las carreras. Tal y como mostraban Troiano y Elias (2014) puede haber un efecto
17
composición social en la elección de grados ya que la clase trabajadora intenta
minimizar el riesgo y escoge mayoritariamente estudios más fáciles.
Los estudiantes de vías de acceso no académicas
Otro de los colectivos susceptibles de sufrir la amenaza del estereotipo son aquellos
estudiantes que acceden a la universidad por vías no académicas (ciclos formativos y
otros). Los resultados de este colectivo muestran como tanto la característica individual
(procedencia de una vía de acceso no académica) como la composición social (perfil
mayoritario de los grados) tienen incidencia significativa en la tasa de éxito, pero no así
la interacción de ambos factores. Las estimaciones del tamaño del efecto permiten
afirmar que es el efecto del entorno (tipo de grado) el que tiene un impacto mayor en la
tasa de éxito.
Gráfico 4. Tasa de éxito según colectivo estereotipado (vía de acceso) y entorno
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Así, en el mismo sentido que la literatura académica revisada, se observa que es el
colectivo estereotipado el que obtiene tasas de éxito menores. Este resultado es aún peor
en grados donde su colectivo es menos presente tal y como se observa en el gráfico 4.
Las comparaciones por pares permiten concluir que las diferencias son significativas en
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los grados donde hay mayoría de estudiantes provenientes de Bachillerato pero no en
los equilibrados.
Finalmente, comparando el efecto del entorno en ambos colectivos, se observa que en
los grados equilibrados, el beneficio en la tasa de éxito se da para ambos colectivos. En
consecuencia, a pesar de la existencia de un desajuste entre la orientación teórica de la
universidad y el bagaje aplicado de los que acceden por vías profesionalizadoras, una
composición equilibrada de los grados según vía de acceso podría explicar cómo esta
disonancia se minimiza y también lo hacen las diferencias entre grupos, beneficiando a
ambos colectivos.
Las mujeres estudiantes
Por último, en el caso de las mujeres, la probabilidad asociada al estadístico F confirma
que tanto la característica individual (sexo) como el factor del entorno (composición
social de los grados) tienen incidencia significativa (sig. < 0.05) en la tasa de éxito;
siendo el entorno el que tiene una mayor afectación en los resultados académicos.
Gráfico 5. Tasa de éxito según colectivo estereotipado (sexo) y entorno
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A partir del gráfico 5 se constata, visualmente, como las mujeres tienen una tasa de
éxito mayor en los diferentes entornos, siendo en los que éstas son mayoría donde la
19
tasa es aún más elevada. A partir del análisis de las comparaciones por pares, se
confirma que las diferencias entre hombres o mujeres son significativas en los grados
masculinizados y feminizados, pero no en los equilibrados.
Es interesante, a su vez, constatar cómo no solo son ellas los que mejoran el
rendimiento sino que también hay un aumento en la tasa de rendimiento de los hombres
en estos entornos. Este hecho confirmaría los resultados de otras investigaciones en las
que se muestran que los hombres en situaciones minoritarias no sufren los
consecuencias negativas del efecto de ser minoría en un grupo sino que aprovechan la
visibilidad para distinguirse y beneficiarse de la situación (Lewis y Simpson, 2012;
Yoder, 1991).
Conclusiones
Existen un gran número de procesos y dinámicas que actúan e interactúan en diferentes
espacios sociales y pueden tener un impacto perjudicial en ciertos colectivos menos
privilegiados. Uno de estos espacios sociales de creciente complejidad es el sistema
universitario. Los cambios recientes en la universidad (reformas, incremento de tasas,
etc.) incrementan la diversidad de factores que pueden estar influyendo en el
rendimiento de los estudiantes universitarios de ciertos colectivos. En este artículo se
han querido explorar las diferencias de rendimiento de los estudiantes y cómo este
presenta variación en función del pertenecer a un colectivo estereotipado y de cursar los
estudios en entornos con una diferente proporción numérica (siendo minoría,
equilibrados o mayoría).
En general se ha constatado que el rendimiento es inferior por el hecho de pertenecer a
un colectivo con un estereotipo negativo asociado en todos los entornos estudiados. De
esta manera, los estudiantes mayores, de clase trabajadora y provenientes de vías no
académicas presentan unas tasa de éxito inferiores a la de sus compañeros.
20
Un comentario aparte merece el caso de las mujeres en contextos académicos ya que su
tasa de éxito es superior al de los hombres en todos los contextos sean o no minoría. En
este sentido, los cambios en las tasa de participación femenina en la universidad
española han ido incrementando en los últimos años de manera que el porcentaje superó
al de los hombres ya a principios de los años 90. Siguiendo esta línea argumental,
podría ser que estos cambios hayan contribuido a una atribución negativa del estereotipo
de hombres y rendimiento académico. A su vez, las investigaciones mencionadas ya
mostraban que las mujeres veían afectado su rendimiento sólo en entornos donde son
una minoría o en grados de ciertas especialidades donde existe un estereotipo,
básicamente, matemáticas y científicas.
Otra de las posibles explicaciones podría estar relacionada con el sobreesfuerzo que
tienen que hacer las minorías para responder a las demandas (Kanter, 1977). La presión
y este doble esfuerzo que las mujeres tienen que hacer para tener éxito durante todo el
sistema educativo pueden verse traducidos en un incremento de las habilidades que
repercuten en su rendimiento (Cohen y Swim, 1995). Algunos autores ya advertían de la
necesidad de analizar los efectos de la composición en ambos sexos (Sax, 1996) ya que
existe una gran diferencia de representación en los diferentes grados y una gran cantidad
de variables moderadoras.
En relación a la composición social, se planteaba explorar si las diferencias en la tasa de
éxito de los colectivos estereotipados se ven afectadas por diferentes entornos
(composición social de los grados). Analizando la presencia de colectivos
estereotipados en grados donde su representación era minoritaria, equilibrada o
mayoritaria, se puede concluir que los entornos afectan significativamente las tasas de
éxito de los colectivos. En aquellas situaciones en las que la representación del colectivo
es mayor el resultado académico es más favorable con una tasa de éxito superior. De
21
este modo, son los estudiantes con un estereotipo negativo los que tienen peores
resultados en contextos donde la composición social de los estudiantes se aleja del perfil
propio. Siguiendo las aportaciones teóricas, estas situaciones en las que son minoría se
incentivaría la activación de la amenaza del estereotipo perjudicando su rendimiento
académico.
Finalmente, el análisis de la importancia de cada factor arroja interesantes conclusiones
sobre los efectos individuales y del entorno. En el caso de las mujeres y los estudiantes
de vías de acceso no académicas, existe un factor tanto individual como del entorno que
tiene un efecto en la tasa de éxito siendo la composición de los grados (efecto entorno)
de mayor impacto. De manera muy similar sucede para el caso de la edad: mientras que
hay los efectos simples de la edad, el entorno y el efecto interactivo de ambos factores,
es la composición social de los grados la que tiene un efecto mayor.
Para el análisis según la clase social, se constata la importancia del efecto interactivo
entre clase y la composición social y, también, la pérdida de significatividad de los
efectos simples. Estos resultados estarían en la línea de los encontrados por otros
investigadores que muestran como en ciertos entornos amenazantes los estudiantes de
clase trabajadora tienen un rendimiento inferior (Croizet y Claire, 1998). Este hecho
entroncaría con las investigaciones que destacan la incomodidad e intimidación de los
alumnos de clase trabajadora y contradicciones identitarias de clase en las que pueden
enfrentarse en su acceso a la universidad (Archer et al., 2002; Lehmann, 2007).
Los resultados que se presentan abogan por la necesidad de tener en cuenta el perfil de
estudiantes que acceden a la universidad y las diferencias que se dan en la composición
social según el tipo de titulaciones. Las instituciones universitarias deben tener en
cuenta el perfil que captan y hacer políticas específicas para adecuarse a dicho perfil o
para captar un perfil más heterogéneo. La segregación que se da también en el ámbito
22
universitario puede provocar deficiencias en la equidad del sistema que no se deben
dejar de lado.
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i Cabe decir que a partir de la introducción del Proceso de Bolonia, la crisis económica y el aumento de las tasas universitarias, cambios en el período 2008-2012, se están produciendo cambios de tendencia en la matrícula universitaria. Disminuyendo de nuevo el porcentaje de mujeres, mayores de 25 años, vías de acceso de Ciclos Formativos y provenientes de familias de niveles socioeconómicos más bajos (Daza y Elias, 2015). ii Fructíferas son también las críticas a la teoría de Tinto, por ejemplo en el punto que se centra en un perfil de estudiante tradicional. Además no contempla que las presiones del grupo pueden ser positivas pero también negativas (Elias et al., 2012; Power et al., 2003). iii Por ejemplo, sabemos que la nota de acceso es una de las variables que afectan más a la tasa de éxito y que se produce un proceso de selección de les estudiantes que pueden cursar unas carreras y no otras según su nota de acceso (diferente también entre los colectivos analizados). Por lo tanto, está claro que hay cierta interacción entre las variables, pero análisis previos realizados constataron como a pesar del control de la variable nota de acceso las diferencias en los resultados que se presentan se mantienen en el mismo sentido. Se ha decidido no introducir dicha variable de control en los análisis presentados para facilitar su comprensión y lectura. iv No existen grados con mayoría de estudiantes de clase trabajadora ni con mayoría de estudiantes con vía de acceso diferente a Bachillerato. Los colectivos de referencia de los estereotipos o aquellos que son
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susceptibles de sufrir la amenaza del estereotipo en contextos educativos, se han realizado a partir de la revisión de la literatura. v Grados mayoritarios en el caso de edad y sexo y grados equilibrados para la clase social y la vía de acceso vi A partir las estimaciones del tamaño del efecto (eta al cuadrado).
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