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Sorteando con éxito las deudas
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Derechos Reservados @2017 Entrenamiento Tonnydau, nació con la pasión de ayudar a personas
en temas de interés: liderazgo, aspectos espirituales, negocios y
otros asuntos de interés contemporáneo.
Entrenamiento Tonnydau te da las herramientas, en este contenido,
para salir de las deudas, ahorrar mientras sale de las deudas. Iniciar
tu negocio con mente fría, paciencia, determinación, disciplina y bien
calculado.
Esto y más en entrenamiento Tonnydau.
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Sorteando con éxito las deudas
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EN ESTE LIBRO DE ENTRENAMIENTO APRENDERÁS:
Como tomar la decisión de pagar tus deudas
Como ponerte de acuerdo con tus acreedores
Como salir de las deudas que te tienen esclavizado
Como distribuir el dinero que gana para gasto de
familia, deudas y ahorro
Como ahorrar mientras pagas las deudas
Como alimentar tu negocio con productos de
calidad
Como invertir en negocio que conoces
Como asociarte con personas para aumentar tu
negocio
Como aprender a vivir con menos de lo que ganas.
Cómo aprender los consejos de hombres
experimentados.
Cómo lograr que tu dinero trabaje para ti
Como conseguir dinero, conservarlo y usarlo
Como perseverar en lo que te ha propuesto
Sorteando con éxito las deudas
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CONTENIDO
# Contenido Págs.
1 Introducción 5-6
2 Como salir de las deudas y
ahorrar a la vez
7-2
3 El arte de ahorrar e invertir bien
en el negocio
23-37
4 Siete pasos para sortear con éxito
las deudas
38-54
Sorteando con éxito las deudas
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INTRODUCCIÓN
Cuando se nos viene la idea de establecer un negocio lo
primero que se nos viene a la mente es hacer préstamo al
banco o algún prestamista. Arguyendo que la idea es
fabulosa y hay que implementarlo inmediatamente.
De inmediato hacemos las gestiones de préstamo, sin
haberse sentado para calcular los gasto, como dijo Jesús
en Lucas 14:28-30. Esta declaración la podemos aplicar en
este aspecto de la manera siguiente: “Si quieres establecer
un negocio o cumplir cualquier sueño que tengas; siéntate
primero, describe tus propósitos y metas, con qué
recursos económicos cuentas o como conseguir esos
recursos, destinar esos recursos al negocio con sabiduría y
una vez establecido continuar con el progreso.
¿Cuál es la clave del éxito de su negocio?”, fue la pregunta
que le hicieron a un empresario exitoso de León,
Nicaragua, el cual contestó: “Cuando uno tiene claro cuál
es su misión, cuál es su visión, cuáles son sus fortalezas,
oportunidades, debilidades y amenazas, y en base a esto
hace planes muy claros de desarrollo, realmente uno
puede manejar la situación”.
Según Maxwell, el pensamiento creativo (que es el arte de
crear ideas razonadas); el pensamiento concentrado (que
es el arte de elaborar propósitos, metas y planear); el
pensamiento estratégicos (que es el arte de planear tu
tiempo para invertirlo sabiamente en tu sueño). Son
herramientas claves para llevar acabo un negocio en
progreso.
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Este libro es parte del entrenamiento, que estamos
ofreciendo para tener éxito en el negocio. Describe dos
historias conmovedora de e inspiradora de éxito del
mundo antiguo y Siete pasos para sortear con éxito las
deudas.
Tanto los países como las personas en el mundo están
altamente endeudados.
Las deudas se adquieren para comprar vehículos, casas,
personales, para pagos escolares, para establecer negocios
etc.
La deudas se adquieren solicitando préstamos en los
bancos, adquisición de tarjetas de créditos, préstamos a
financiera, préstamo a personas particulares etc.
Los préstamos con tarjetas de créditos han aumentado
considerablemente. Este aumento se ha disparado más en
la juventud que a temprana edad ya son esclavos de las
deudas.
Este libro te lleva paso a paso de como tener éxito, aunque
estés altamente endeudado. Te indica las estrategias para
pagar el último centavo y a la vez a tener tus ahorros al
concluir las deudas.
Libres de deudas y con tus ahorros podrías estar listo para
iniciar un negocio, si esa es tu visión. Continuar con el
hábito de ahorro, buena inversión y las otras
herramientas que mencionaremos en este contenido de
entrenamiento ha de ser tu pasión para cumplir tu sueño.
Sorteando con éxito las deudas
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CAPITULO 1
COMO SALIR DE LAS DEUDAS Y AHORRAR A LA VEZ
Esta lección es impactante. Es la experiencia que
impartió Damasir, siguiendo el consejo de su amigo
Maton el prestamista. La historia recalca un plan que
registra Las Tablillas de Barro, producto de un
hallazgo arqueológico, que proporciona la fórmula
para salir de las deudas y acumular dinero. Plan que
un arqueólogo puso en práctica y le dio excelente
resultados.
21 de octubre de 1934
Sr. Profesor Franklin Caldwell // Expedición Científica
Británica // Hillah, Mesopotamia
Querido profesor:
Las cinco tablillas de barro que desenterró durante sus
recientes excavaciones en la ruinas de Babilonia han
llegado en el mismo barco que su carta. Me han fascinado
y he pasado numerosas y agradables horas traduciendo
sus inscripciones. Tendría que haber contestado su carta
con más celeridad pero he esperado hasta haber
completado las transcripciones adjuntas.
Las tablillas han llegado a su destino sin daño gracias al
excelente embalaje y al uso juicioso de sistemas de
conservación.
Quedará tan asombrado de la historia que relatan como
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nosotros, los del laboratorio. Uno espera que un pasado
tan lejano y oscuro esté lleno de romance y aventura, ya
sabe, algo así como «Las mil y una noches». Y luego se da
cuenta de que los problemas del mundo antiguo, de hace
cinco mil años, no son tan diferentes de los de ahora,
como se puede constatar con la lectura de estos textos
que cuentan las dificultades que encontró para pagar sus
deudas un personaje llamado Dabasir.
¿Sabe? Es curioso, pero, como dicen mis estudiantes,
estas viejas inscripciones me cogen en fuera de juego.
Como profesor de universidad, se supone que soy una
persona que piensa y que tiene conocimientos sobre la
mayoría de los temas. Y ahora llega un individuo salido de
las polvorientas ruinas de Babilonia que nos da un método
del que nunca había oído hablar para pagar las deudas al
tiempo que consigues más dinero para tu cartera.
Debo decir que esta es una idea que me gusta, y sería
interesante probar si funciona igual de bien en nuestros
días que en la antigua Babilonia. Mi mujer y yo
proyectamos aplicarla a las cuestiones económicas que, en
nuestro caso, necesitan evidentes mejoras.
Le deseo la mejor de las suertes en su valerosa empresa
y espero con impaciencia una nueva ocasión de ayudarlo.
S
u
y
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Tablilla N° 1
Esta noche de luna llena, yo, Dabasir, que acabo de salir de
la esclavitud en Siria, decidido a pagar todas mis deudas y
convertirme en un hombre rico y digno del respeto en mi
ciudad natal de Babilonia, grabo en barro este informe
permanente de mis negocios para que me guíe y me ayude
a cumplir mis mayores deseos.
Siguiendo el consejo de mi sabio amigo Maton, el
prestamista de oro, me he decidido a seguir el plan preciso
que, por lo visto, permite a los hombres honorables
liberarse de sus deudas y vivir en la riqueza y en el respeto
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a sí mismos.
Este plan incluye tres objetivos que son mi esperanza y mi
deseo.
Primero, el plan me permitirá gozar de una cierta
prosperidad.
Así, apartaré la décima parte de lo que gane y será un bien
que conservaré. Maton habla sabiamente cuando dice:
«El hombre que guarda en su bolsa el oro que no necesita
gastar es bueno para con su familia y leal a su rey.»
«El hombre que sólo tiene unas cuantas monedas de cobre
en su bolsa es insensible respecto a su familia y a su rey. »
«Pero el hombre que no tiene nada en sus bolsa es cruel
con su familia y desleal a su rey, pues su corazón es
amargo.»
El hombre que desea triunfar debe tener en su bolsa
dinero para poderlo hacer tintinear; y en su corazón amor
para su familia y lealtad para con su rey.
En segundo lugar el plan prevé que cubra mis necesidades
y las de mi mujer, que ha vuelto lealmente conmigo de
casa de su padre. Ya que Maton dice que quien cuida de
fiel esposa tiene el corazón lleno de respeto a sí mismo y
gana fuerza y determinación para sus proyectos.
De manera que usaré siete décimos de lo que gane en
compra para la casa, ropas, comida, y una suma que
dedicaremos a otros gastos para que nuestras vidas no
estén exentas de placeres y satisfacciones. Pero Maton me
ha recomendado que cuide de no gastar en estos
honorables conceptos más que los siete décimos de lo que
gano. El éxito del plan reposa en esta recomendación;
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hemos de vivir con esa porción y nunca tomar o comprar
más de lo que podamos pagar con ella.
Tablilla N° 2
En tercer lugar el plan prevé que pague mis deudas con lo
que gane.
Cada luna, las dos décimas partes de mis ganancias serán
divididas justa y honorablemente entre todos los que,
habiendo confiado en mí, me han dejado dinero y llegará
el momento en que todas mis deudas serán liquidadas.
Para dar fe de ello, grabo aquí el nombre de todos los
hombres con los que estoy en deuda y la cantidad justa de
lo que les debo.
1. Farra el tejedor, 2 monedas de plata, 6 de cobre.
2. Sinjar el fabricante de colchones, 1 moneda de plata.
3. Ahmar, mi amigo, 4 monedas de plata, 7 de cobre.
4. Akamir, mi amigo, 1 moneda de plata, 3 de cobre.
5. Diebeker, amigo de mi padre, 4 monedas de plata, 1 de
cobre.
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6. Alkahad, el dueño de la casa, 14 monedas de plata.
7. Maton el prestamista de oro, 9 monedas de plata.
8. Birejik el agricultor, 1 moneda de plata, 7 de cobre.
(A partir de aquí la placa está gastada, el texto es
indescifrable)
Tablilla N° 3
Debo a todos estos acreedores la suma de diecinueve
monedas de plata y ciento cuarenta y una de cobre. Como
debía estas sumas y no veía manera alguna de pagarlas, en
mi locura, permití que mi mujer volviera a la casa de su
padre y abandoné mi ciudad natal buscando en otro lugar
un bienestar fácil, para sólo encontrar el desastre y ser
vendido vergonzosamente como esclavo.
Ahora que Maton me ha enseñado cómo puedo ir
devolviendo mis deudas en pequeñas cantidades que
tomaré de lo que gane, comprendo hasta qué punto
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estaba loco cuando escapé de las consecuencias de mi
extravagancia.
He visitado a mis acreedores y les he explicado que no
tenía recursos para pagarles salvo mi capacidad de
trabajar, y que tenía la intención de dedicar dos décimas
partes de lo que ganara para liquidar mis deudas de modo
justo y honorable. Que no podía pagar más que eso y que
si eran pacientes, llegaría un día en que habría cumplido
enteramente las obligaciones contraídas.
Ahmar, a quien creía mi mejor amigo, me-insultó
duramente y me fui de su casa humillado; Bijerik el
agricultor pidió ser el primero en cobrar, pues tenía gran
necesidad de ayuda. Alkahad, el propietario de la casa, me
advirtió de que si no arreglaba mi cuenta bien pronto, me
causaría problemas.
Todos los demás aceptaron gustosos mi proposición y
ahora estoy más decidido que nunca a pagar mis justas
deudas, pues me he convencido de que es más fácil
pagarlas que evitarlas.
Trataré con imparcialidad a todos mis acreedores aunque
no pueda satisfacer las necesidades y demandas de
algunos de ellos.
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Tablilla N° 4
Vuelve a ser luna llena. He trabajado duro y con la mente
liberada. Mi buena esposa me ha apoyado en el proyecto
de pagar a mis acreedores. Gracias a nuestra sabia
determinación, durante la pasada luna he ganado la suma
de diecinueve monedas de plata comprando unos
robustos camellos para Nebatur.
Las he repartido según el plan, he guardado una décima
parte para ahorrarla, he compartido siete décimos con mi
buena esposa para nuestras necesidades y las dos décimas
partes restantes las he dividido entre mis acreedores de
manera tan ecuánime como he podido en monedas de
cobre.
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No he visto a Ahmar, pero he dado las monedas de cobre a
su mujer. Bijerik ha estado tan contento que me habría
besado la mano. Tan sólo el viejo Alkahad ha gruñido y me
ha dicho que le debía pagar más rápido, a lo que he
replicado que sólo podría pagarle si estaba bien
alimentado y tranquilo. Todos los demás me han dado las
gracias y han alabado mis esfuerzos.
De este modo, mi deuda se ha reducido en cuatro
monedas de plata en una luna, y ahora poseo casi dos
monedas más, que nadie puede reclamarme. Me siento
más ligero de lo que lo había estado en mucho tiempo.
La luna llena brilla una vez más, he trabajado duro pero
con escasos resultados. Sólo he podido comprar unos
pocos camellos y he ganado once monedas de plata. Sin
embargo, mi mujer y yo nos hemos atenido al plan,
aunque no nos hayamos comprado nuevos vestidos y sólo
hayamos comido un poco de sémola. He vuelto a guardar
la décima parte y hemos vivido con las siete décimas. Me
he sorprendido cuando Ahmar ha alabado mi pago aunque
era pequeño, lo mismo que Birejik. Alkahad se ha
enfadado, pero cuando le he dicho que me devolviera su
parte si no la quería, la ha aceptado. Los otros han estado
contentos, como anteriormente.
Vuelve a brillar la luna llena y mi alegría es grande.
Descubrí una buena manada de camellos y compré algu-
nos robustos, mis ganancias han sido de cuarenta y dos
monedas de plata. Esta luna, mi mujer y yo nos hemos
comprado sandalias y ropas que necesitábamos ya hace
tiempo. También hemos comido carne y aves.
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Hemos pagado más de ocho monedas de plata
a nuestros acreedores, ni Alkahad ha
protestado.
El plan es formidable, nos libera de las deudas
y nos permite crear un tesoro que es sólo
nuestro.
Ya hace tres lunas que empecé a grabar esta tablilla; cada
una de ellas me he quedado con una décima parte de lo
que había ganado; cada una, mi buena esposa y yo hemos
vivido con las siete décimas partes, incluso cuando
resultaba difícil; cada una, he pagado a mis acreedores las
dos décimas partes.
Ahora guardo en mi bolsa veintiuna monedas de plata que
son mías. Eso me permite andar con la cabeza alta y
caminar con orgullo junto a mis amigos.
Mi mujer puede cuidar bien de la casa y va bien vestida.
Somos felices de vivir juntos.
Este plan tiene un inmenso valor. ¿No ha hecho de un
antiguo esclavo un hombre honorable?
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Tablilla N° 5
Brilla de nuevo la luna llena y recuerdo que ya hace mucho
tiempo que grabé mi primera tablilla. Ya hace doce lunas.
Pero no por eso desatenderé el informe, ya que hoy
mismo he pagado mi última deuda. Hoy es el día que mi
buena esposa y yo festejamos el triunfo que nos ha
proporcionado nuestra determinación.
Durante mi última visita a mis acreedores ocurrieron
algunas cosas de las que me acordaré durante mucho
tiempo. Ahmar me suplicó que perdonara sus feas
palabras y me dijo que, entre todas, deseaba
especialmente mi amistad.
Al final el viejo Alkahad no es tan malo pues me dijo:
«Antes eras como un trozo de barro blando que podía ser
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apretado y moldeado por cualquier mano, pero ahora eres
como una moneda de cobre que se puede sostener sobre
su canto. Si necesitas plata u oro, ven a verme en cualquier
momento.»
No es el único que me respeta, muchos otros me hablan
con deferencia. Mi buena mujer me mira con aquel brillo
en los ojos que hace que un hombre se sienta confiado.
Pero ha sido el plan el que me ha dado el éxito, me ha
hecho capaz de devolver el dinero de mis deudas y ha
hecho tintinear el oro y la plata en mi bolsa. Lo
recomiendo a los que quieran prosperar. Pues, si ha
conseguido que un esclavo pagara sus deudas, ¿no
ayudará a un hombre a encontrar su libertad? Y yo no lo
he abandonado pues estoy convencido de que, si lo sigo,
me hará un hombre rico entre los hombres.
St. Swithin's College // Nottingan University // Newark-
on-Trent // Nottingham
7 de noviembre de 1936
Sr. Profesor Franklin Caldwell // Expedición Científica
Británica // Hillah, Mesopotamia
Querido profesor:
Si en el transcurso de sus próximas excavaciones en la
ruinas de Babilonia encuentra el fantasma de un viejo
ciudadano, un tratante de camellos llamado Dabasir,
hágame un favor: dígale que aquellos galimatías que
escribió en unas tablillas de barro hace ya mucho tiempo
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le han valido la gratitud eterna de ciertas personas de una
facultad de Inglaterra.
Seguramente de acordará Vd. de mi carta de hace un año
en la que le decía que mi mujer y yo teníamos la intención
de seguir su plan para liberarnos de nuestras deudas y, al
mismo tiempo, tener algo de dinero en nuestros bolsillos.
Habrá adivinado que estas deudas nos avergonzaban
desesperadamente -por mucho que las intentáramos
esconder a nuestros amigos.
Desde hacía años estábamos terriblemente humillados por
ciertas deudas e intranquilos hasta la enfermedad por
miedo de que algún comerciante desatara un escándalo
que nos habría obligado a dejar la facultad con toda
seguridad. Gastábamos cada chelín de nuestros ingresos,
que era apenas suficiente para mantenernos a flote. Nos
veíamos obligados a ir a comprar allí donde nos dieran
crédito, sin importarnos si los precios eran más elevados.
La situación fue empeorando en un círculo vicioso que se
agravó en vez de mejorar. Nuestros esfuerzos se hicieron
desesperados, no podíamos mudarnos a un sitio más
barato porque aún debíamos alquileres al propietario.
Parecía que no podríamos hacer nada para mejorar
nuestra situación.
Entonces apareció su nuevo amigo, el viejo tratante de
camellos de Babilonia, con un plan capaz de realizar justo
lo que nosotros deseábamos cumplir. Nos animó
amablemente a seguir su sistema. Hicimos una lista de
todas las deudas que teníamos, y yo se la mostré a todos
nuestros acreedores.
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Les expliqué que, tal como iban las cosa, era imposible que
les pagara. Ellos mismos podían constatarlo mirando los
números. Entonces les dije que la única manera que yo
veía de poderles pagar todo era apartando el veinte por
ciento de mis ingresos mensuales, dividiéndolo
equitativamente entre ellos y de este modo devolverles lo
que les debía en algo más de dos años. Durante este
intervalo haríamos todas nuestras compras al contado.
Todos fueron verdaderamente correctos; nuestro tendero,
un viejo razonable, aceptó esta manera de que le
paguemos la deuda. «Si pagan al contado todo lo que
compran y van pagando lo que deben poco a poco, es
mejor que si no me pagan nada.» Pues no le habíamos
pagado desde hacía tres años.
Finalmente guardé en lugar seguro una lista con sus
nombres y una carta en la que, de mutuo acuerdo, les
pedía que no nos importunaran mientras fuéramos
desembolsando el veinte por ciento de nuestros ingresos.
Comenzamos a trazar planes para idear cómo vivir con el
setenta por ciento de lo que ganábamos. Y estábamos
decididos a ahorrar el diez por ciento restante para
hacerlo tintinear en nuestros bolsas; la idea de la plata, y
posiblemente la del oro, eran de las más seductoras.
Este cambio en nuestra vida fue toda una aventura,
aprendimos a disfrutar calculando y evaluando cómo vivir
cómodamente con el setenta por ciento que nos quedaba.
Empezamos por el alquiler y nos arreglamos para obtener
una buena reducción. Después examinamos nuestras
marcas favoritas de té y otros productos y quedamos
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agradablemente sorprendidos al ver que podíamos
encontrar mejor calidad a más bajo precio.
Es demasiado largo para contarlo por carta pero, de todos
modos, no ha resultado ser tan difícil. Nos acomodamos a
esta nueva situación con el mejor de los humores. ¡Qué
alivio fue comprobar que nuestros asuntos económicos ya
no se encontraban en un estado que nos hiciera sufrir por
las viejas cuentas impagadas!
No obstante, no olvidaré hablarle del diez por ciento que
estábamos obligados a hacer sonar en nuestras bolsas.
Pues bien, sólo lo hicimos sonar durante un cierto tiempo,
no demasiado. ¿Sabe? Esa es la parte divertida, es
fantástico comenzar a acumular dinero que uno no quiere
gastar, se siente más placer gestionando una cantidad así
que gastándola.
Después de haberla hecho sonar para nuestro solaz le
encontramos una utilidad más provechosa: elegimos un
plan de inversiones que podíamos pagar con este diez por
ciento todos los meses. Esta decisión se ha manifestado
como la más satisfactoria de nuestra regeneración y es la
primera cosa que pagamos con mi nómina.
Saber que nuestros ahorros crecen sin cesar es un
sentimiento de lo más satisfactorio. De aquí hasta que se
acabe mi carrera académica, estos ahorros deberán
constituir una suma suficiente para que sus rentas nos
basten a partir de ese momento.
Y todo con el mismo salario: Difícil de creer pero cierto,
pagamos nuestras deudas gradualmente al mismo tiempo
que nuestros ahorros aumentan. Además, ahora nos
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arreglamos mejor que antes en el campo económico.
¿Quién habría dicho que había tanta diferencia entre
seguir un plan y dejarse llevar?
A finales del año que viene, cuando hayamos pagado
todas nuestras facturas, podremos invertir más y ahorrar
para poder viajar. Estamos decididos a que nuestros gastos
corrientes no superen el setenta por ciento de nuestros
ingresos.
Ahora puede Ud. entender por qué nos gustaría
expresar nuestro agradecimiento personal a ese individuo
cuyo plan nos ha salvado de ese «infierno en la tierra». Él
lo conocía, había pasado por todo eso, quería que otros
sacaran provecho de sus amargas experiencias. Por ello
pasó fastidiosas horas grabando su mensaje en la arcilla.
Tenía un mensaje auténtico para dar a sus compañeros
de sufrimientos, un mensaje tan importante que, al cabo
de cinco mil años, ha salido de las ruinas de Babilonia tan
vivo y verdadero como el día en que fue enterrado.
Suyo
Afectísimo
Alfred H Shrewsbury
S
u
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Capítulo 2
EL ARTE DE AHORRAR E INVERTIR BIEN
Historia dramática y entrenamiento de lujo
Algamish instruye a Arkad acerca de una lección de
lujo “La Mejor Manera para Hacerte Rico”. Arkad la
pone en práctica y se convierte en el más rico de
Babilonia. Lee su historia
En la antigua Babilonia vivía un hombre muy rico que se
llamaba Arkad. Su inmensa fortuna lo hacía admirado en
todo el mundo. También era conocido por su prodigalidad.
Daba generosamente a los pobres. Era espléndido con su
familia. Gastaba mucho en sí mismo. Pero su fortuna se
acrecentaba cada año más de lo que podía gastar.
Un día, unos amigos de la infancia lo fueron a ver y le
dijeron:
-Tú, Arkad, eres más afortunado que nosotros. Te has
convertido en el hombre más rico de Babilonia mientras
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que nosotros todavía luchamos por subsistir. Tú puedes
llevar las más bellas ropas y regalarte con los más raros
manjares, mientras que nosotros nos hemos de conformar
con vestir a nuestras familias de manera apenas decente y
alimentarlas tan bien como podemos.
»Sin embargo, en un tiempo fuimos iguales. Estudiamos
con el mismo maestro. Jugamos a los mismos juegos. No
nos superabas en los juegos ni en los estudios. Y durante
esos años no fuiste mejor ciudadano que nosotros.
»Y por lo que podemos juzgar, no has trabajado más duro
ni más arduamente que nosotros. ¿Por qué entonces te
elige a ti la suerte caprichosa para que goces de todas las
cosas buenas de la vida y a nosotros, que tenemos los
mismos méritos, nos ignora?
-Si no habéis conseguido con qué vivir de manera sencilla
desde los años de nuestra juventud -los reprendió Arkad-,
es que habéis olvidado aprender las reglas que permiten
acceder a la riqueza, o también puede ser que no las
hayáis observado.
»"La Fortuna Caprichosa" es una diosa malvada que no
favorece siempre a las mismas personas. Al contrario, lleva
a la ruina a casi todos los hombres sobre los que ha hecho
llover oro sin que hicieran esfuerzo alguno. Hace actuar de
manera desordenada a los derrochadores irreflexivos que
gastan todo lo que ganan, dejándoles tan sólo apetitos y
deseos tan grandes que no puedan saciarlos. En cambio,
otros de a los que favorece se vuelven avaros y atesoran
sus bienes por miedo a gastar los que tienen, pues saben
que no son capaces de reponerlos. Además, siempre
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temen ser asaltados por los ladrones y se condenan a vivir
una vida vacía, solos y miserables. »Probablemente existen
otros que pueden usar el oro que han ganado sin esfuerzo,
hacerlo rendir y continuar siendo hombres felices y
ciudadanos satisfechos. Sin embargo, son poco
numerosos. Sólo los conozco de oídas. Pensad en los
hombres que repentinamente han heredado fortunas y
decidme si esto que os digo no es cierto.
Sus amigos pensaron que estas palabras eran verídicas,
pues sabían de hombres que habían heredado fortunas. Le
pidieron que les explicara cómo se había convertido en un
hombre tan próspero.
En mi juventud -continuó- , miré a mí alrededor y vi todas
las buenas cosas que me podían dar felicidad y
satisfacción, y me di cuenta de que la riqueza aumentaba
el poder de esos bienes.
»La riqueza es un poder, la riqueza hace posible muchas
cosas.
»Permite amueblar una casa con los más bellos muebles.
»Permite navegar por mares lejanos.
»Permite degustar finos manjares de lejanos países.
»Permite comprar los adornos del orfebre y del joyero.
»Permite, incluso, construir grandiosos templos para Dios
»Permite todas esas cosas y aún muchas otras que
procuran placer a los sentidos y satisfacción al alma.
»Cuando comprendí todo eso, me prometí que yo tendría
mi parte de las cosas buenas de la vida. Que no sería uno
de esos que se mantienen al margen, mirando con envidia
cómo los otros gozan de su fortuna. No me conformaría
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con ropas menos caras que sólo serían respetables. No me
contentaría con la vida de un pobre hombre. Al contrario,
estaría invitado al banquete de las buenas cosas.
»Siendo, como ya sabéis, el hijo de un humilde
comerciante, y miembro de una familia numerosa, no
tenía ninguna esperanza de heredar, y no estaba
especialmente dotado de fuerza o de sabiduría, como
habéis dicho con tanta franqueza; así que decidí que si
quería obtener lo que deseaba necesitaría dedicar tiempo
y estudio.
»En cuanto al tiempo, todos los hombres lo tienen en
abundancia. Vosotros habéis dejado pasar el tiempo
necesario para enriquecerse.
»Y sin embargo admitís que no tenéis otros bienes que
mostrar que vuestras buenas familias, de las que tenéis
razón de estar orgullosos.
»En lo que concierne al estudio, ¿No nos enseñó nuestro
sabio profesor que posee dos niveles? Las cosas que ya
hemos aprendido y que ya sabemos; y la formación que
nos muestra cómo descubrir las que no sabemos.
»Así decidí buscar qué había que hacer para acumular
riquezas, y cuando lo encontré, me creí en la obligación de
hacerlo y de hacerlo bien. Pues ¿acaso no es sabio el
querer aprovechar la vida mientras nos ilumina el sol, ya
que la desgracia pronto se abatirá sobre nosotros en el
momento que partamos hacia la negrura del mundo de los
espíritus?
»Encontré un puesto de escriba en la sala de archivos, en
la que durante largas horas todos los días, trabajaba sobre
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las tablillas de barro, semana tras semana, mes tras mes;
sin embargo, nada me quedaba de lo que ganaba. La
comida, el vestido, lo que correspondía a los dioses y otras
cosas de las que ya no me acuerdo, absorbían todos mis
beneficios. Pero todavía estaba decidido.
»Y un día, Algamish el prestamista vino a la casa del señor
de la ciudad y encargó una copia de la novena ley; me dijo:
"La tengo que tener en mi poder dentro de dos días; si el
trabajo está hecho a tiempo te daré dos monedas de
cobre"
»Así que trabajé duro, pero la ley era larga y cuando
Algamish volvió, no había terminado el trabajo. Estaba
enfadado, si hubiera sido su esclavo me habría pegado.
Pero como sabía que mi amo no lo habría permitido, yo no
tuve miedo y le pregunté: «Algamish, sois un hombre rico.
Decidme cómo puedo hacerme rico y trabajaré toda la
noche escribiendo en las tablillas para que cuando el sol se
levante la ley esté ya grabada.»
»Él me sonrió y respondió: "eres un joven astuto, pero
acepto el trato".
»Pasé toda la noche escribiendo, aunque me dolía la
espalda y el mal olor de la lámpara me daba dolor de
cabeza, hasta que casi ya no podía ni ver. Pero cuando él
regresó al amanecer, las tablillas estaban terminadas.
»"Ahora, dije, cumple tu promesa."
»"Tú has hecho tu parte del trato, hijo mío, me dijo él
bondadosamente, y yo estoy dispuesto a cumplir la mía.
Te diré lo que deseas saber porque me vuelvo viejo y a las
lenguas viejas les gusta hablar, y cuando un joven se dirige
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a un viejo para recibir un consejo, bebe de la fuente de la
sabiduría que da la experiencia. Demasiadas veces, los
jóvenes creen que los viejos sólo conocen la sabiduría de
los tiempos pasados y de ese modo no sacan provecho de
ella. Pero recuerda esto: el sol que brilla ahora es el mismo
que brillaba cuando nació tu padre y el mismo que brillará
cuando muera el último de tus nietos."
»"Las ideas de los jóvenes, continuó, son luces
resplandecientes que brillan como meteoros que iluminan
el cielo; pero la sabiduría del anciano es como las estrellas
filas que lucen siempre de la misma manera, de modo que
los marinos puedan confiar en ellas."
»"Retén bien estas palabras si quieres captar la verdad de
lo que te voy a decir y no pensar que has trabajado en
vano durante toda la noche."
»Entonces, bajo las pobladas cejas, sus ojos me miraron
fijamente y dijo en voz baja pero firme: "Encontré el
camino de la riqueza cuando decidí que una parte de “todo
lo que ganaba me tenía que pertenecer”. Lo mismo será
verdad para ti."
»Después continuó mirándome y su mirada me atravesó;
giró y no añadió nada más. "¿Eso es todo?", pregunté.
»"¡Fue suficiente para convertir en prestamista de oro a
un pastor!, respondió.
»"Pero puedo conservar todo lo que gano, ¿no?" dije. »"En
absoluto, respondió. ¿No pagas al zapatero? ¿No pagas al
sastre? ¿No pagas por la comida? ¿Puedes vivir en
Babilonia sin gastar? ¿Qué te queda de todo lo que
ganaste durante el año pasado? ¡Idiota! Pagas a todo el
Sorteando con éxito las deudas
29
mundo menos a ti. Lelo, trabajas para los otros. Lo mismo
daría que fueras un esclavo y trabajaras para tu dueño,
que te daría lo que necesitas para comer y vestir."
-»"Si guardaras la décima parte de lo que ganas en un año,
¿cuánto tendrías en diez años?"
-»Mis conocimientos de cálculo me permitieron
responder: "tanto como gano en un año".
-»El replicó: "lo que dices es una verdad a medias. Cada
moneda de oro que ahorras es un esclavo que trabaja para
ti. Cada una de las pequeñas monedas que te
proporcionará ésta, engendrará otras que también
trabajarán para ti. ¡Si te quieres hacer rico, tus ahorros te
deben rendir y estos rendimientos rendirte a su vez! Todo
esto te ayudará a conseguir la abundancia de que estás
ávido"
»"Crees que te pago mal por la larga noche de trabajo,
continuó, pero en verdad te pago mil veces; sólo hace falta
que captes la verdad de lo que te he presentado"
»"Una parte de lo que tú ganas es tuyo y lo puedes
conservar. No debe ser menos de una décima parte, sea
cual sea la cantidad que tú ganes. Puede ser mucho más
cuando te lo puedas permitir. Primero págate a ti. No
compres al zapatero o al sastre más de lo que puedas
pagar con lo que te quede, de modo que tengas suficiente
para la alimentación, la caridad y la devoción a Dios."
»"La riqueza, como el árbol, nace de una semilla. La
primera moneda que ahorres será la semilla que hará
crecer el árbol de tu riqueza. Cuanto antes plantes tu
semilla, antes crecerá el árbol. Cuanto más fielmente
Sorteando con éxito las deudas
30
riegues y abones tu árbol, antes te refrescarás, satisfecho,
bajo su sombra."
»Habiendo dicho esto, cogió sus tablillas y se fue.
»Pensé mucho en lo que me había dicho y me pareció
razonable. Así que decidí que lo intentaría. Cada vez que
me pagaban, tomaba una moneda de cobre de cada diez y
la guardaba. Y por extraño que parezca, no me faltaba más
dinero que antes. Tras habituarme, casi ni me daba
cuenta, pero a menudo estaba tentado de gastar mi
tesoro, que empezaba a crecer, para comprar algunas de
las buenas cosas que mostraban los mercaderes, cosas
traídas por los camellos y los barcos del país de los
fenicios. Pero me retenía prudentemente.
»Doce meses después de la visita de Algamish, este volvió
y me dijo: "Hijo mío, ¿te has pagado con la décima parte
de lo que has ganado este año?"
»Yo respondí orgulloso: "Sí, maestro"
»"Bien, respondió contento, ¿qué has hecho con ella?"
»"Se la he dado a Azmur el fabricante de ladrillos. Me ha
dicho que viajaría por mares lejanos y que compraría joyas
raras a los fenicios en Tiro, para luego venderlas aquí a
elevados precios, y que compartiríamos las ganancias"
»"Se aprende a golpes, gruñó, ¿cómo has podido confiar
en un fabricante de ladrillos sobre una cuestión de joyas?
¿Irías a ver al panadero por un asunto de las estrellas?
Seguro que no, si pensaras un poco irías a ver a un
astrónomo. Has perdido tus ahorros, mi joven amigo; has
cortado tu árbol de la riqueza de raíz. Pero planta otro. Y la
próxima vez, si quieres un consejo sobre joyas, ve a ver a
Sorteando con éxito las deudas
31
un joyero. Si quieres saber la verdad sobre los corderos, ve
a ver al pastor. Los consejos son una cosa que se da
gratuitamente, pero toma tan sólo los buenos. Quien pide
consejo sobre sus ahorros a alguien que no es entendido
en la materia habrá de pagar con sus economías el precio
de la falsedad de los consejos." Tras decir esto, se fue.
»Y pasó como él había predicho, pues los fenicios
resultaron ser unos canallas, y habían vendido a Azmur
trozos de vidrio sin valor que parecían piedras preciosas.
Pero, como me había indicado Algamish, volví a ahorrar
una moneda de cobre de cada diez que ganaba ya que me
había acostumbrado y no me era difícil.
»Doce meses más tarde, Algamish volvió a la sala de los
escribas y se dirigió a mí. « ¿Qué progresos has realizado
desde la última vez que te vi?»
»"Me he pagado regularmente, repliqué, y he confiado mis
ahorros a Ager, el fabricante de escudos, para que compre
bronce, y cada cuatro meses me paga los intereses."
»"Muy bien. ¿Y qué haces con esos intereses?"
»"Me doy un gran festín con miel, buen vino y pastel de
especias. También me he comprado una túnica escarlata. Y
algún día me compraré un asno joven para poderme
pasear'
»Al oír eso, Algamish rio: "Te comes los beneficios de tus
ahorros. Así, ¿cómo quieres que trabajen para ti? ¿Cómo
pueden producir a su vez más beneficios que trabajen para
ti? Procúrate primero un ejército de esclavos de oro, y
después podrás gozar de los banquetes sin preocuparte."
»Tras esto, no lo volví a ver en dos años. Cuando regresó,
Sorteando con éxito las deudas
32
su rostro estaba cubierto de arrugas y tenía los ojos
hundidos, ya que se estaba haciendo viejo. Me dijo:
"Arkad, ¿ya eres rico, tal como soñabas?"
»Y yo respondí: "No, todavía no poseo todo lo que
deseo, sólo una parte, pero obtengo beneficios que
se han multiplicado."
»"¿Y todavía pides consejo a los fabricantes de ladrillos?"
»"Respecto a la manera de fabricar ladrillos, dan buenos
consejos", repliqué.
»"Arkad, continuó, has aprendido bien la lección. Primero
aprendiste a vivir con menos de lo que ganabas, después,
aprendiste a pedir consejo a hombres que fueran
competentes gracias a la experiencia adquirida y que qui-
sieran compartir ésta, y finalmente has aprendido a hacer
que tu dinero trabaje para ti."
»"Has aprendido por ti solo la manera de conseguir dinero,
de conservarlo y de usarlo. De modo que eres competente
y estás preparado para asumir un puesto de
responsabilidad. Yo me hago viejo, mis hijos sólo piensan
en gastar y nunca en ganar. Mis negocios son muy grandes
y tengo miedo de no poderme encargar de ellos. Si quieres
ir a Nipur a encargarte de mis tierras de allí, te haré mi
socio y compartiremos los beneficios."
»Así que fui a Nipur y me encargué de los negocios
importantes, y como estaba lleno de ambición y había
aprendido las tres reglas de gestión de la riqueza pude
aumentar grandemente el valor de sus bienes. De modo
que cuando el espíritu de Algamish se fue al mundo de las
tinieblas, tuve derecho a una parte de sus propiedades,
Sorteando con éxito las deudas
33
como él había convenido conforme a la ley.
Así habló Arkad, y cuando hubo acabado de contar su
historia, uno de los amigos habló.
-Tuviste una gran suerte de que Algamish te hiciera su
heredero -dijo.
-Solamente tuve la gran suerte de querer prosperar antes
de encontrarlo. ¿Acaso no probé durante cuatro años mi
determinación al guardar una décima parte de lo que
ganaba? ¿Dirías que tiene suerte el pescador que pasa
largos años estudiando el comportamiento de los peces y
consigue atraparlos gracias a un cambio del viento, tirando
sus redes justo en el momento preciso? La oportunidad es
una diosa arrogante que no pierde el tiempo con los que
no están preparados.
-Hiciste prueba de mucha voluntad cuando continuaste
después de haber perdido los ahorros de tu primer año.
¡Fuiste extraordinario! -exclamó otro.
-¡Voluntad! -replicó Arkad-. ¡Qué absurdo! ¿Creéis que la
voluntad da al hombre la fuerza para levantar un fardo
que no puede transportar un camello o que no puede tirar
un buey? La voluntad no es más que la determinación
inflexible de llevar a cabo lo que se ha impuesto.
»Cuando yo me impongo un trabajo, por pequeño que sea,
lo acabo. De otro modo, ¿cómo podría confiar en mí
mismo para realizar trabajos importantes? Si me propongo
que durante cien días, cada vez que pase por el puente
que lleva a la ciudad cogeré una piedra y la tiraré al río, lo
haré. Si el séptimo día pasó sin acordarme, no me digo que
pasaré el día siguiente, tiraré dos piedras, y será igual. En
Sorteando con éxito las deudas
34
vez de eso daré la vuelta y tiraré la piedra al río. El
vigésimo día no me diré que todo esto es inútil ni me,
preguntaré de qué sirve tirar piedras al río cada día,
«podrías tirar un puñado de piedras y habrías acabado
todo». No, no diré eso ni lo haré, cuando me impongo un
trabajo lo hago, de modo que procuro no comenzar
trabajos difíciles o imposibles porque me gusta tener
tiempo libre.
Entonces, otro de los amigos elevó la voz.
-Si lo que dices es cierto --dijo-, y si, como tú has dicho, es
razonable, entonces todos los hombre podrían hacerlo, y si
todos lo hicieran, no habría suficiente riqueza para todo el
mundo.
-La riqueza aumenta cada vez que los hombres gastan sus
energías -respondió Arkad-. Si un hombre rico se
construye un nuevo palacio, ¿se pierde el oro con el que
paga? No, el fabricante de ladrillos tiene una parte, el
trabajador otra, el artista la suya. Y todos los que trabajan,
en la construcción del palacio reciben una parte. Y cuando
el palacio está terminado, ¿acaso no tiene el valor de lo
que ha costado? ¿Y el terreno sobre el que-está construido
no adquiere por este hecho más valor? La riqueza crece de
manera mágica. Ningún hombre puede predecir su límite.
¿Acaso no han levantado los fenicios grandes ciudades en
áridas costas gracias a las riquezas traídas por sus barcos
mercantes?
-¿Qué nos aconsejas para que nosotros también nos
hagamos ricos? preguntó uno de los amigos-. Los años han
ido pasando, ya no somos jóvenes y no tenemos dinero
Sorteando con éxito las deudas
35
que ahorrar.
-Os recomiendo que pongáis en práctica los sabios
principios de Algamish; y decíos: una parte de todo lo que
gano me pertenece y la he de conservar. Decíoslo cuando
os levantéis, decíoslo al mediodía, decíoslo por la tarde,
decíoslo cada hora de cada día. Repetidlo hasta que estas
palabras resalten como letras de fuego en el cielo.
»Impregnaos de esta idea. Llenaos de este pensamiento.
Tomad la porción que os parezca prudente de lo que
ganáis, que no sea menos de la décima parte, y
conservadla. Organizad vuestros gastos en consecuencia.
Pero lo primero es guardar esa parte. Pronto conoceréis la
agradable sensación de poseer un tesoro que sólo os
pertenece a vosotros, que a medida que aumenta, os
estimula. Un nuevo placer de vivir os animará. Si hacéis
mayores esfuerzos, obtendréis más. Si vuestros beneficios
crecen, aunque el porcentaje sea el mismo, vuestras
ganancias serán mayores, ¿no?
“Cuando lleguéis a este punto, aprended a hacer trabajar
vuestro oro para vosotros, hacedlo vuestro esclavo. Haced
que sus hijos y los hijos de sus hijos trabajen para
vosotros.
“Aseguraos una renta para el futuro, mirad a los ancianos
y no olvidéis que vosotros seréis uno de ellos. Invertid
vuestro patrimonio con la mayor prudencia para no
perderlo. “Los intereses de los usureros son irresistibles
cantos de sirena que atraen a los imprudentes hacia las
rocas de la perdición y el remordimiento”.
“Vigilad que vuestra familia no pase necesidad si Dios os
Sorteando con éxito las deudas
36
llaman a su reino. Para asegurarle esta protección,
siempre se pueden ir desembolsando pequeñas
cantidades a intervalos regulares. El hombre prudente no
confía en recibir una gran suma de dinero si no lo ha visto
antes”.
“Consultad a los hombres sabios. Buscad el consejo de
quienes manejan dinero todos los días. Permitid que os
ahorren errores como el que yo cometí al confiar mi
dinero al juicio de Azmur, el fabricante de ladrillos. Es
preferible un pequeño interés seguro a un gran riesgo”.
“Aprovechad la vida mientras estáis en este mundo, no
hagáis demasiadas economías. Si la décima parte de lo que
ganáis es una cantidad razonable que podéis ahorrar,
contentaos con esa porción. A parte de esto, vivid de
manera conforme con vuestros ingresos y no os volváis
roñosos ni tengáis miedo de gastar. La vida es bella y está
llena de cosas buenas que podéis disfrutar”.
Tras decir esto, sus amigos le dieron las gracias y se
fueron. Algunos permanecían silenciosos porque no tenían
imaginación y no podían comprender, otros sentían rencor
porque pensaban que alguien tan rico había podido
compartir su dinero con ellos, pero unos terceros tenían
un nuevo brillo en los ojos. Habían comprendido que Al-
gamish había vuelto a la sala de los escribas para mirar
atentamente a un hombre que se estaba trazando un
camino hacia la luz. Una vez hubiera encontrado la luz, ya
tendría una posición. Sabían que nadie podía ocupar este
lugar sin antes haber llegado a comprender todo esto por
sí mismo y sin estar dispuesto a aprovechar la ocasión
Sorteando con éxito las deudas
37
cuando se presentara.
Estos últimos fueron los que, durante los años siguientes,
visitaron asiduamente a Arkad, quien los recibía con
alegría. Les aconsejó y les dio su sabiduría de modo
gratuito como gustan de hacer siempre los hombres de
larga experiencia. Les ayudó a invertir sus ahorros de
modo que les dieran un interés seguro y no fueran
malgastados en malas inversiones que no habrían dado
ningún beneficio.
El día que tomaron conciencia de la verdad que había sido
trasmitida de Algamish a Arkad y de Arkad a ellos, fue un
hito en sus vidas.
“Una parte de todo lo que ganan les pertenece para
guardar”
Sorteando con éxito las deudas
38
Capítulo 3
Siete pasos para sortear las deudas con éxito
1. La honradez
“El ladrón se roba a sí mismo y el
estafador se estafa a sí mismo.
Porque el verdadero precio del trabajo está en la
opulencia y el mérito. Un servicio honesto no puede
resultar una pérdida. El hombre valiente es más grande
que el cobarde; el hombre sincero, el benévolo y el sabio
son más hombres, y no menos, que el tonto y el tunante.
Nada arbitrario, nada artificial puede perdurar”, dijo
Emerson.
Las riquezas acumuladas por usuras, oportunismo,
engaños o explotación son riquezas que se disuelven y
causan tristeza.
¿Qué sucede cuando se obtiene el dinero ilegalmente?
El dinero adquirido ilegalmente es un procedimiento
anormal, como los ríos que se desbordan por causa de un
huracán, crecen vertiginosamente, hasta llegar a una
altura increíble; pero asimismo descienden hasta llegar por
Sorteando con éxito las deudas
39
debajo de su nivel. Existen millares de personas que se
enriquecen sin derecho, acumulan una fortuna formidable
en poco tiempo, pero también, de manera rápida le viene
la desgracia.
¿Qué dice el Libro Sagrado al respecto?
La Biblia dice: “El que tiene ganancia injusta
perturba la casa, pero el que aborrece el soborno
vivirá” (Prov.15:27). “Es mejor lo poco con justicia
que gran abundancia sin derecho” (Prov.16:8). “El
que aumenta sus riquezas con usuras y crecido
interés, para aquel que se compadece de los
pobres las aumenta” (Prov.28:8). “El gobernante
falto de entendimiento aumenta la extorsión, pero
el que aborrece las ganancias deshonestas alargará
sus días” (Prov.28:16). “El hombre honrado tendrá
muchas bendiciones, pero el que se apresura a
enriquecerse no quedará impune” (Prov.28:20). “El
hombre de malas intenciones se apresura a
enriquecerse, y no sabe que le ha de venir escasez”
(Prov. 28:22). ¡El que siga estos consejos,
expresados por el rey Salomón, está sellando el
éxito en su vida financiera!
¿Cuáles son las claves precisas para que un negocio
prospere?
Hace muchos años, una persona abrió un negocio
pequeño en una gran ciudad. Este primer establecimiento
fue como su dueño lo caracterizaba: “Un pequeño agujero
en la pared”, apenas tenía un dependiente. En pocos años
Sorteando con éxito las deudas
40
se mudó a un local más grande y después a un amplio
establecimiento, se transformó en un negocio próspero. El
método de este comerciante fue, según él lo describió:
“Un trabajo duro, pensamientos positivos, un tratamiento
adecuado a la clientela, un tipo de oración apropiada y
transacciones honestas, siempre dan resultados”.
¿Qué áreas abarca la honestidad?
P. T. Barnum ha dicho que la estricta honestidad no sólo
yace en los cimientos de todo éxito en la vida financiera,
sino en todos los demás aspectos. La honestidad inflexible
es algo insustituible, pues le ofrece a su poseedor una paz
y una alegría que no podrá lograr sin ella, que ninguna
cantidad de dinero o de casa y tierra puede comprar. Un
hombre que tiene la reputación de ser estrictamente
honesto puede ser muy pobre, pero tiene los bolsillos de
toda la comunidad a su disposición.
“La honestidad es la mejor norma, jamás dejará de ser una
gran verdad”, dijo Benjamín Franklin.
Así que, con pleno conocimiento, quiero decirles a todos
los hombres y mujeres que hagan dinero honestamente y
no de otra manera.
¿Cuáles son las consecuencias al actuar con
deshonestidad?
La honestidad es algo más valioso que los diamantes o los
rubíes. Jamás debemos seguir el consejo que un viejo
avaro les dio a sus hijos: “Obtengan dinero; háganlo con
honestidad, si le es posible, pero obténgalo”. Esto equivale
a decir, si se le dificulta obtener dinero con honestidad,
fácilmente pueden obtenerlo de manera deshonesta.
Sorteando con éxito las deudas
41
Obténgalo de esa forma… las prisiones están repletas de
hombres que siguieron ese consejo, es triste no entender
que ningún hombre puede ser deshonesto sin que pronto
lo descubran, y que cuando se descubre su falta de
principios, se le cierran para siempre las avenidas que
conducen al éxito.
Dijo P. T. Barnum que la gente rehúye, con justa razón, a
todos aquellos de cuya integridad se duda. “Poco importa
lo cortés, agradable y complaciente que sea un hombre,
ninguno de nosotros se atrevería a hacer tratos con él
cuando hay sospecha de falsos pesos y medidas”
2. Evita las deudas
Los hombres jóvenes, que apenas se
inician en la vida, deben evitar las deudas. Difícilmente hay
otra cosa que hunda más a una persona que las deudas.
Éstas la hacen colocarse en una posición de esclavitud, y,
sin embargo, encontramos a muchos jóvenes recién
salidos de la adolescencia que ya empiezan a contraer
deudas.
Un joven encuentra a un amigo y comenta: “Mira esto,
obtuve un crédito para comprarme un traje”. Este joven
Sorteando con éxito las deudas
42
parece considerar la ropa como si se tratara de una
concesión especial para él. De acuerdo, con frecuencia es
así, pero si logra pagar y nuevamente le otorgan crédito,
está adoptando un hábito que durante toda su vida lo
mantendrá sumido en la pobreza.
Las deudas despojan al ser humano del respeto hacia sí
mismo y casi lo hacen despreciarse. El hombre que debe
gruñe, se queja y trabaja para pagar lo que ya se ha
comido o desgastado, y cuando se le exige que pague, no
tiene nada que mostrar por el dinero que pagó: a esto se
le llama en forma adecuada “trabajar para un caballo
muerto”.
Con esto no me refiero a los comerciantes que compran y
venden a crédito, a fin de convertir la compra en una
utilidad. Un viejo cuáquero aconsejó a su hijo agricultor:
“John, nunca pidas crédito; pero si te conceden un crédito
para algo, que sea para estiércol (abono orgánico), porque
eso te ayudará a saldar tu cuenta”, dice P. T. Barnum.
La deuda es provechosa cuando se invierte en algo
rentable
El señor Beecher aconsejaba a los jóvenes que, si podían
hacerlo, se endeudaran con una cantidad para comprar
algunas tierras en el campo. Esto puede no ofrecer riesgos
hasta cierto punto, pero lo que debe evitarse es contraer
deudas para alimento, bebidas y ropa, dijo P.T Barnum.
¿Cómo se puede sacar el máximo provecho al dinero?
En cierto aspecto, el dinero es como el fuego, es un
excelente servidor, pero es un amo terrible. Cuando te
domina, cuando los intereses se acumulan
Sorteando con éxito las deudas
43
constantemente en contra de ti, eso te mantendrá
hundido en la peor esclavitud. Pero deja que el dinero
trabaje para ti, y entonces tendrás el servidor más devoto
de todo el mundo. No es un servidor que sólo trabaja
cuando el amo lo vigila. No existe nada, animado o
inanimado, que trabaje con tanta fidelidad como el dinero
que produce intereses. Trabaja día y noche, y en tiempo
de lluvia y sequía.
“No permita que trabaje en su contra; si lo hace, no tendrá
posibilidad alguna de triunfar en la vida, por lo menos en
lo que respecta al dinero”, dijo P. T. Barnum.
Personas que procuraron evitar deudas y triunfaron en
sus negocios
Quizás las dos personas más destacadas en el siglo pasado
por su conducta al respecto son R. G. Tourneau y Stanley
Tamm. Una característica común de estos dos hombres es
que se mantuvieron sin deudas, y, por lo tanto, estaban en
libertad de dar al Creador la porción que antes daban a los
acreedores. Quizás nos parezca un poco exagerado, pero
ambos crecieron en una época en que el crédito era la
manera normal de manejar un negocio.
“Estoy convencido de que estas convicciones pueden
funcionar también en nuestra generación”, dijo L. Burkett,
refiriéndose a estos personajes.
Sorteando con éxito las deudas
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3. Gasta menos de lo que ganas
La verdadera economía consiste en hacer siempre que los
ingresos sobrepasen a los egresos. “Tener un ingreso anual
de veinte libras y gastar veinte libras y seis chelines
significa ser el más desdichado de todos los hombres; en
tanto que si se tiene un ingreso de veinte libras y
únicamente se gastan diecinueve y seis chelines, eso
equivale a ser el más afortunado de los mortales”, dijo P.
T. Barnum.
“Son los ojos de los demás y no nuestros propios ojos la
causa de nuestra ruina. Si todo el mundo estuviese ciego,
con excepción de mí, no me preocuparía por tener ropa y
muebles elegantes”, dijo Benjamín Franklin. El temor de lo
que pueda decir doña chisme es lo que mantiene a
muchas familias acaudaladas atadas a un trabajo
incesante.
La razón por lo que algunos prosperan y otros no
El hecho de que todos nacemos libres e iguales es una
gloriosa verdad; sin embargo, no todos nacemos
igualmente ricos, ni todos podremos llegar a serlo.
Una persona se puede proponer a sí misma: “He ahí un
hombre que disfruta de un ingreso de cincuenta mil
dólares al año, en tanto que yo sólo obtengo mil; conocí a
ese tipo cuando era tan pobre como yo, pero ahora él es
Sorteando con éxito las deudas
45
rico y cree que es mejor que yo. Le demostraré que soy
tan bueno como él; me compraré un carruaje y un caballo.
¡No!, no puedo hacer eso, pero alquilaré uno y esta tarde
iré a pasear por el mismo camino por donde él acostumbra
hacerlo, y así le demostraré que soy tan bueno como él”.
A esto le contestaría Barnum con una frase como la
siguiente: “Amigo mío, no necesita tomarse esa molestia,
pues fácilmente puede demostrarle que es tan bueno
como él; sólo tiene que comportarse tan bien como él lo
hace, pero no puede hacer que nadie crea que es tan rico
como él. Además, si se da esos ‘aires de grandeza’ y
desperdicia su tiempo y gasta su dinero, su pobre esposa
se verá obligada a tronarse los dedos en casa, a comprar
sólo cien gramos de café cada vez y todo lo demás en la
misma proporción, a fin de que usted pueda guardar las
apariencias. Finalmente, y después de todo, ni siquiera
engañará a nadie”.
La solución para superar esa situación
Los hombres y mujeres acostumbrados a satisfacer todos
sus caprichos y antojos, en un principio encontrarán difícil
reducir todos esos gastos innecesarios y tendrán la
impresión de que es una gran auto negación vivir en una
casa más pequeña de lo acostumbrado, con un mobiliario
menos costoso, menos invitados, ropa más económica,
menos servidumbre; asistir a menos a las fiestas, teatros,
paseos, excursiones de placer y otras clases de
extravagancias.
El traje viejo, el sombrero y el vestido pasado de moda,
servirán todavía la próxima temporada; un baño frío y una
Sorteando con éxito las deudas
46
caminata ágil resultarán más estimulantes que un paseo
en el carruaje más elegante; una charla social, una noche
de lectura en el círculo familiar o una hora dedicada a un
pasatiempo o a un juego divertido serán mucho más
agradables que una cena de cincuenta o quinientos
dólares.
¿Por qué caen en esa situación?
Muchas personas, a medida que empiezan prosperar, de
inmediato expanden sus ideas y comienzan gastar en lujos,
hasta que al poco tiempo sus gastos devoran sus ingresos
y acaban por arruinarse. Este es un ridículo intento de
mantener las apariencias y causar sensación.
El siguiente ejemplo demuestra esta escena
Una persona le cuenta a su amigo, que cuando empezó a
prosperar, su esposa expresó el deseo de tener un
elegante sofá nuevo. “Ese sofá nuevo, ¡me costó treinta
mil dólares!”. Cuando tuvieron el sofá en casa, fue
necesario comprar sillas que hicieran juego; después,
aparadores, alfombras y mesas que fueran de acuerdo con
el sofá, y así sucesivamente, hasta cambiar todo el
mobiliario. Entonces descubrieron que la casa misma era
demasiado pequeña y anticuada para el mobiliario, de
manera que se construyó una nueva casa, para que
estuviese de acuerdo con las nuevas compras. Todo eso
significó un desembolso de treinta mil dólares, ocasionado
por un sólo sofá.
Eso me obligó a asumir otras responsabilidades: sirvientes,
equipo y los gastos necesarios que van unidos al
mantenimiento de una ‘clase social’ elegante, lo que
Sorteando con éxito las deudas
47
equivalió a un desembolso anual de once mil dólares. Hace
diez años vivíamos con mayor comodidad real, porque
teníamos menos preocupaciones, con la décima parte de
eso.
La verdad es que ese sofá estuvo a punto de llevarme a
una inevitable banca rota”.
Las personas que triunfan saben organizar su tiempo, sus
ingresos y sus gastos. Viven dentro de sus posibilidades,
dijo P. T. Barnum.
4. El ahorro y la buena inversión
Si pones en práctica un plan para separar una pequeña
reserva, o, en otras palabras, una reducida suma de
dinero, y la metes al banco a un interés fijo, o bien, la
inviertes sensatamente en la adquisición de tierras, te
sorprenderás al ver el placer que te producirá cuando tu
pequeño montón se acumule constantemente, con los
hábitos de economía engendrados por este curso de
acción.
Un centavo aquí, un dólar allá, colocado a un interés fijo,
seguirá acumulándose, y así se logrará el resultado
deseado. Quizás se requerirá cierto entrenamiento para
hacer esta clase de economía, pero una vez que te
acostumbres a ello, descubrirás que hay más satisfacción
en un ahorro racional que en un gasto irracional.
Sorteando con éxito las deudas
48
Receta que cura la extravagancia y economía errónea
He aquí una receta que recomienda Barnum: “He
descubierto una receta que funciona como una excelente
cura para la extravagancia, y sobre todo para la economía
errónea: Cuando se encuentre que no hay sobrante al final
del año y, sin embargo, disfrutan de un buen ingreso, les
aconsejo que tomen algunas hojas de papel y hagan con
ellas una especie de libreta en donde anotarán cada uno
de los aspectos de sus gastos. Lleven una contabilidad
diaria o semanal, hagan dos columnas, una titulada.
‘necesidades’ y la otra titulada ‘lujos’ encontrarán que esta
última columna será dos, tres y frecuentemente hasta diez
veces más larga que la primera. Las verdaderas
necesidades de la vida sólo toman una pequeña parte de
lo que gana la mayoría de las personas”.
Procura iniciar tu negocio con dinero ahorrado y no
prestado
No hay error más grande que el que comete un hombre
joven cuando piensa que triunfará con dinero prestado.
Simplemente porque la experiencia de todos los hombres
coincide con la de John Jacob Astor, quien declaró que
para él fue más difícil acumular sus primeros mil dólares
que todos los millones que ganó después y constituyen
una colosal fortuna. El dinero no es bueno para nada, a
menos que por experiencia se conozca su valor. Dé a un
joven veinte mil dólares para que emprenda un negocio, y
es muy probable que antes de cumplir un año ya haya
perdido hasta el último dólar.
Sorteando con éxito las deudas
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“Nueve de cada diez de los hombres más acaudalados de
este tiempo se iniciaron en la vida como chicos pobres,
con una voluntad firme y con laboriosidad, perseverancia,
economía y buenos hábitos. Progresaron gradualmente,
hicieron su propio dinero y ahorraron; esta es la mejor
forma de adquirir una fortuna”, dijo P. T. Barnum.
El negocio
La mejor manera de salir adelante en la economía es el
negocio, pero el más delicado a la vez. Porque una mala
administración te lleva a un amargo fracaso, a la peor
ruina. Para tener un negocio exitoso se necesita, entre
otras cosas, hacer inversiones razonables y mantener un
equilibrio completo. El derroche, el placer y la falta de
sabiduría en el proceder y trato con los clientes son los
peores enemigos de un negocio. El dinero, que es esencial
para dirigir los negocios, es tan inútil como una duna de
arena, a menos que se mezcle con un cerebro eficiente.
“Cualquier cosa que valga la pena hacerse, vale la pena
hacerse bien. Muchos hombres adquieren una fortuna
encargándose a fondo de su negocio, mientras que su
Sorteando con éxito las deudas
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vecino permanente pobre durante toda su vida, porque
sólo hace las cosas a medias. Visión, energía, laboriosidad,
son los requisitos indispensables para tener éxito en los
negocios”, dijo P. T. Burnum.
“¿Cuál es la clave del éxito de su negocio?”, fue la
pregunta que le hicieron a un empresario exitoso de León,
Nicaragua, el cual contestó: “Cuando uno tiene claro cuál
es su misión, cuál es su visión, cuáles son sus fortalezas,
oportunidades, debilidades y amenazas, y en base a esto
hace planes muy claros de desarrollo, realmente uno
puede manejar la situación”.
Características especiales para que una empresa
sobresalga
Jim Collin, en su libro Las empresas que sobresalen, analizó
once empresas. El estudio destaca que sus líderes
comparten las siguientes características:
1.- Preparan a asesores capaces de mantener el éxito.
Quieren sinceramente que sus empresas sobrevivan y
sigan creciendo después de su retiro. Así lo expresa, con
mucha precisión, uno de ellos, quien dijo: “Yo quiero ver
algún día desde el porche de mi casa a una gran empresa
mundial y poder decir: ‘Yo trabajé allí’”.
2.- No hablan de sí mismos. Cada vez que se les pregunta
por lo que hacen, lo sienten cómo una invitación al
autobombo y prefieren hablar de los miembros de su
equipo o de los resultados de la compañía. Más bien
prefieren ser considerados personas ordinarias que
alcanzan resultados extraordinarios. Uno de ellos expresó:
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“No creo que me pueda atribuir muchos méritos; tuvimos
la suerte de contar con equipos de gente maravillosa”.
3.- Férrea voluntad para tomar decisiones difíciles. Cuando
hablamos sólo de la modestia de estos dirigentes, puede
dar la impresión de que son gente tímida o débil, pero la
tercera característica es su fuerza para hacer lo que sea
necesario para la grandeza de su empresa, así sea despedir
vacas sagradas o destruir sin contemplación cualquier
forma de mediocridad, impulsados por una necesidad
indomable de producir resultados. Estas empresas,
durante quince años seguidos han tenido rendimientos de
sus acciones más de tres veces superiores al promedio de
su industria, valiéndose de estas características,
principalmente.
5. Dedícate a una sola cosa y hazlo con ganas
Dedicarse a una sola cosa y hacerlo con ganas. Significa
que hay que trabajar duro con un solo objetivo. De ser
necesario, trabaja desde una hora temprana hasta una
hora avanzada, en temporada y fuera de ella, sin dejar una
sola piedra sin remover y sin que jamás te retrases ni
siquiera por una hora. Hay un viejo proverbio, lleno de
verdad y significado, que dice: “Cualquier cosa que valga la
pena hacerse, vale la pena hacerla bien”.
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No tiene caso que pases toda tu vida como el señor
Micawber, en espera de “que se presente algo”. “Para esa
clase de hombres”, decía Barnum, “por lo común lo que se
presenta es una de dos cosas: él asilo o la cárcel, ya que el
ocio engendra los malos hábitos y viste a los hombres de
harapos”.
¿Hasta qué punto se debe dedicar exclusivamente una
persona a un negocio?
Hay que dedicarse sólo a ese negocio fielmente, hasta que
se tenga éxito o hasta que su experiencia le demuestre
que debe olvidarse de él. El constante golpe del martillo
sobre un clavo por lo general lo hace entrar, hasta que
queda bien remachado. Cuando la intención íntegra del
hombre se centra en un objeto, su mente constante le
sugerirá mejoras valiosas, que no le pasarían por la mente
si estuviera ocupado en una docena de temas diferentes a
la vez. “Muchas fortunas se han deslizado entre los dedos
de un hombre porque estaba dedicado a demasiadas
ocupaciones a la vez. La vieja advertencia de no dejar en el
fuego demasiadas planchas a la vez tiene bastante
sentido”, dijo Barnum.
No hay nada que valga la pena, a menos que haya costado
algún esfuerzo. Las personas no deben atenerse a la
herencia del difunto, deben empezar a actuar, porque se
dice que no existe una clase de persona tan difícil de morir
como esos ancianos ricos.
El que tiene muchos oficios nunca se destaca en ninguno.
Concentre todos sus esfuerzos en un solo objetivo.
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6. No inviertas en un negocio que desconoces
En ocasiones, vemos a hombres que han amasado grandes
fortunas, y que de pronto se encuentran en la pobreza.
En muchos casos esto se debe a la imprudencia y otros
malos hábitos. Con frecuencia sucede porque un hombre
se compromete en operaciones especulativas de alguna
clase. Cuando se ha enriquecido en un negocio legítimo,
alguien le habla de una gran especulación, en la cual
puede ganarse cientos de miles, se ve constantemente
halagado por sus amigos, quienes le dicen que ha nacido
con suerte y que todo lo que toca se convierte en oro.
Ahora bien, si se olvida de que sus hábitos de economía,
su conducta recta y su atención personal a un negocio que
conocía fueron la causa de su éxito en la vida, entonces
escuchará las voces de sirenas, y se dirá a sí mismo:
“Invertiré veinte mil dólares. Siempre he tenido suerte y
esa buena suerte muy pronto se reproducirá y recibiré
sesenta mil dólares”.
¿Y qué sucede después?
Transcurren unos cuantos días, y entonces descubre que
debe invertir diez mil dólares más. Poco después le
informan que todo va bien, pero que hay ciertos aspectos
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imprevistos, que requieren un anticipo de veinte mil
dólares más, pero que tendrá una cosecha más
abundante. Sin embargo, antes de que llegue el momento
de darse cuenta de las cosas, la burbuja se revienta, pierde
todo lo que poseía, y entonces es cuando se entera de lo
que debió saber desde un principio, que por mucho éxito
que tenga un hombre en su propio negocio, si se aparta de
lo suyo para dedicarse a algo que no entiende, le sucederá
lo de Sansón, cuando le cortaron su cabellera perdió toda
su fuerza y se volvió igual que los demás hombres.
¿En qué debe invertir un hombre adinerado?
Si un hombre tiene mucho dinero, debe invertir algo en
todo aquello que parezca prometer el éxito y tenga
probabilidades de beneficiar a la humanidad, pero debe
cuidar de que las sumas así invertidas sean moderadas.
Jamás un hombre debe permitir que se comprometa una
fortuna que ha ganado en forma legítima, invirtiendo en
algo en lo que no tiene experiencia alguna.
Con visión, pasión, determinación, paciencia, disciplina,
guía hacia la meta y perseverancia es posible lograr tu
sueño y disfrutarlo al máximo.
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