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¿Cómo ser un mejor estudiante dederecho?

Cartas de un profesor a sus alumnos.

Miguel Carbonell.

IIJ-UNAM.

3ª edición ampliada.

Índice.

Presentación.

Carta I.

Carta II.

Carta III.

Carta IV.

Carta V.

Carta VI.

Carta VII.

Carta VIII.

Carta IX.

Carta X.

Carta XI.

Carta XII.

Carta XIII.

Carta XIV.

Carta XV.

Carta XVI.

Despedida.

Epílogo 1.

Epílogo 2.

Sobre el autor.

A mis padres, José y María Dolores,

que creyeron en mi destino universitario.

Presentación.

El 13 de noviembre de 1989 fue lunes.En la zona del Pedregal de la Ciudad deMéxico hacía frío. El ambiente estababrumoso en los alrededores del EstadioOlímpico, ya dentro de la históricaCiudad Universitaria que alberga lasdependencias centrales de laUniversidad Nacional Autónoma deMéxico (UNAM).

Ese día pisé por primera vez, en calidadde alumno, la Facultad de Derecho. Casiun año antes me había asomado a losterrenos inmensos, generosos y siempre

abiertos, de la Ciudad Universitaria. Fueun flechazo de esos que nos ocurrenpocas veces en la vida. En ese momentono sabía qué carrera iba a elegir, pero sísabía que quería estudiar en esas aulas ypasar unos cuantos años de mi vida enesos jardines, en esas instalacionesdeportivas, en esas fantásticasbibliotecas. Nunca imaginé que esedeseo cristalizaría en una de lasdecisiones más importantes de mi vida:estudiar derecho en la UNAM.

Haciendo cuentas reparo en el hecho deque, al momento de redactar estaslíneas, he pasado más de la mitad de mivida vinculado con la Facultad deDerecho de la Universidad Nacional y

con los estudios jurídicos en general.

De esta experiencia extraordinaria, eltránsito vital más intenso de miformación académica, he aprendido ysigo aprendiendo mucho. El contactocon los jóvenes que recorren,presurosos e ilusionados, los pasillos demi Facultad y de muchas otras en las quehe tenido la oportunidad de servir,representa unos de mis mayores tesoros.

Para quien tiene una fuerte vocacióndocente, hay pocas cosas másemocionantes que el primer día declases . Es entonces cuando uno seencuentra con las personas junto a lasq u e no solamente trascurrirán varias

docenas de horas, sino también con lasque se irán descubriendo un conjunto deviejos y nuevos temas, de enfoquesconocidos y no tan conocidos, deemociones y saberes que crecerándurante muchos años dentro de nosotros.En las aulas se genera conocimiento, seponen a prueba teorías, se fomenta laperplejidad y el debate abierto, seconstruyen seres humanos siempre enbúsqueda de aquellos valores que loshacen mejores.

Todos los que cruzan la puerta quepermite entrar a un aula universitariasaben que en ese momento su vidacambia para siempre. Cuando pisamosla universidad para adentrarnos en una

carrera profesional, ya nada vuelve a serigual para nosotros.

La importancia de los añosuniversitarios amerita que seanaprovechados al máximo, desde unpunto de vista académico y personal. Enlas páginas que siguen el lector podráencontrar algunas consideraciones, nonecesariamente expuestas con unenfoque técnico-jurídico, que quizá lesirvan para tomar conciencia sobre laforma en que podría disfrutar conintensidad el tiempo que pasará junto asus compañeros y profesores, en unaescuela o facultad de derecho.

Carta I.Bienvenida.

Hace unos pocos meses, quizá inclusosemanas, estabas en la escuelapreparatoria. Aunque ya habías definidotu inclinación hacia las ciencias socialesen general o quizá incluso hacia losestudios jurídicos concretamente,todavía no tenías una idea clara de loque te iba a esperar en la Universidad.

El cambio en tu vida, en tu círculo deamistades, en tus hábitos de estudio se

siente desde el primer día. Comienza launiversidad y con ese inicio tuexistencia da un vuelco. Cada mañana,al sonar el despertador, sabes que tienesla oportunidad de construir un futuroprofesional mejor y te preguntas qué eslo que tienes que hacer para obtener lascualidades que te permitan destacar enla profesión que has elegido.

Te has propuesto no solamente aprobarlas materias, sino hacerlo además de unaforma destacada, intentando obtener lasmejores calificaciones. Sabes bien queesas calificaciones no son solo el reflejode tu capacidad de estudio y de tuentrega diaria, sino que además serviránen el futuro para abrirte muchas puertas.

Estás dispuesto a luchar con energía yentrega para demostrarte que puedesestar entre los mejores estudiantes de tuuniversidad.

Tan pronto como entras a la carrera haydos tareas inmediatas que debesrealizar:

a) familiarizarte con los hábitos yrutinas de tu nueva vidauniversitaria; y

b) comprender adecuadamente ellenguaje que utilizan losprofesores y que muy prontoincluso tus compañeros y túmismo tendrán que dominar.

Dentro de los nuevos hábitos quedeberás ir aprendiendo cabe distinguirentre dos distintas modalidades: los quepodríamos llamar “hábitos formales” ylos que podríamos denominar “hábitossustanciales”. Los segundos se refierenpropiamente a la sustancia misma de laque se compone tu carrera universitaria:los estudios y el aprendizaje. Loshábitos formales son aquellos que tepermitirán aprovechar mejor los añosque pases en la universidad. A loshábitos de estudio sustanciales mereferiré en la siguiente carta. Déjamededicar ahora algunos breves párrafos alos que llamo hábitos formales.

Lo primero que debes hacer es

habituarte a los horarios de la Facultad.Debes organizar todas tus actividadesdel día alrededor de las clases y no alrevés. La asistencia a clases y elcumplimiento de las obligaciones quederivan de ellas (tareas, exámenes,reuniones con compañeros) son lo másimportante de tu día. El resto de tusactividades debe girar en torno alhorario de clases y nunca al revés.

Como más adelante veremos, la vidauniversitaria ofrece la oportunidad pararealizar muchas otras actividades, perono debes olvidar nunca tu obligaciónprincipal: estudiar. Todo lo que no seaestudio debe esperar y acomodarse a eseobjetivo supremo, al que siempre le

debes dar prioridad: aprender derecho.

Ahora bien, estudiar no es algo que seadquiere por vía de la simplerespiración. Hace falta esfuerzo,compromiso, dedicación, disciplina. Lomejor es que, una vez que tengas claro elhorario de clases, dispongas lonecesario para contar con un tiempoadicional, suficientemente amplio, parahacer tareas, repasar apuntes, revisar lainformación que te dieron los profesoresy buscar los complementos a las clasesque consideres que te son útiles.

De ser posible, es mejor que el esfuerzode repaso y realización de tareas lolleves a cabo en un área que esté

dispuesta para ese efecto. Puede ser tucuarto, o bien cualquier área del hogar,o incluso lugares públicos comobibliotecas o cafés. Lo importante esque puedas concentrarte y que tengasespacio suficiente para trabajar en unacomputadora y/o para extender sobreuna mesa o escritorio tus apuntes, libros,etcétera.

Hay personas que requieren de unaatmósfera silenciosa para poderconcentrarse y entender lo que estánleyendo. Otros prefieren trabajar conmúsica de fondo. No hay reglas quesirvan para todos. Debes buscar tupropia forma de estudiar.

A veces sirve más estar en completosilencio mientras uno lee y poner algode música cuando se tiene que escribiralgo. Lo que sea mejor para ti es lo quedebes hacer; lo ideal, en este caso, es loque funciona para cada persona. No hayrecetas mágicas que sirvan para todos.

Lo que sí parece ser una regla de sentidocomún que debes observar siempre quepuedas, es no estudiar en la mismahabitación en la que está una televisiónprendida. La tele es una distracción queentorpece todos los procesosintelectivos. Es muy difícil concentrarseen un libro o escribir algo coherentemientras se está atento a las imágenes dela pantalla de tele o si el sonido de la

misma nos invade.

Lo mismo aplica para otros dispositivoselectrónicos que te pueden distraermientras estudias. Me refiero a losmensajes SMS que se mandan por elteléfono celular o al Messenger de lacomputadora. Intenta que, en tus horasde estudio, toda tu atención se dirijahacia tus libros, tus cuadernos o tusarchivos informáticos. Evitadistracciones que no solamente afectantu grado de concentración, sino queademás rompen el ritmo de trabajo ydemoran la terminación de tuspendientes.

Tus amistades y sobre todo tus

familiares deben entender que el tiempode estudio es sagrado y merece respeto.No pasa nada si la tele se apaga duranteun par de horas al día. Nadie se va amorir por eso y en cambio con esapequeña decisión puedes ganar muchorespecto a la calidad de tu trabajoacadémico.

En resumen, la entrada en la carrera dederecho debe suponer al menos losiguiente:

1. La identificación y delimitación de tushorarios de clase, que deben serprioritarios respecto de cualquier otraobligación.

2. La dedicación diaria a hacer tarea,

repasar y ampliar conocimientos.

3. La selección de un ambiente deestudio que sea favorable.

4. La fijación de prioridades, de modoque no se afecte el tiempo que –luego delas clases- dedicas al estudio.

Vamos a repasar ahora algunos de loshábitos de estudio que hemos llamado“sustanciales” y que son los que enverdad te van a permitir que aprovechesal máximo los años que pasarás en lacarrera, para que salgas lo mejorpreparado que sea posible.

Carta II.Hábitos de estudio.

Recuerdo que cuando ingresé a laUniversidad, lo primero que llamó miatención es que los profesores no sepreocupaban para nada de ti. No quierodecir que no les resultaran importanteslos alumnos. Me refiero más bien a quelos profesores daban por hecho que tútenías que hacerte cargo de lascuestiones más básicas de tu propiaformación. Ellos iban y daban clase. Siestabas listo o no era problema tuyo; sise aprovechaban o no las clases, era una

decisión que uno mismo tenía que tomar.Nadie iba a decidir por nosotros sobreel empeño que debíamos poner ennuestros estudios.

Es decir, en la Universidad nadie te va aperseguir para que asistas a clase, llevesen orden tus cuadernos de apuntes y teprepares para los exámenes. Es algo queseguramente debí de haber sabido conanticipación, pero no podíaimaginármelo porque pasé los años demi formación pre-universitaria en unaescuela en la que los grupos eran muypequeños, los profesores conocíanperfectamente a todos los alumnos y elcontrol sobre los mismos era parte de laformación.

Esa atmósfera más personalizada notenía nada que ver con lo que meencontré al llegar a las aulas de laUNAM (que no debe ser muy diferente alo que sucede en la mayor parte de lasuniversidades): los grupos eran de 100 omás alumnos, los profesores no sesabían tu nombre ni al inicio ni al finaldel semestre, muchos de ellos nisiquiera pasaban lista y los alumnoscompetían entre sí no solamente paraobtener las mejores calificaciones, sinoincluso para poder ocupar las bancas,que en ese entonces eran claramenteinsuficientes para el número de inscritosque había en ciertas materias.

En ese ambiente, del todo nuevo para

mí, tuve no solamente que adaptarme yconocer bien la manera en quefuncionaba la Facultad, sino ademássacarle provecho desarrollando hábitosde estudio que me permitieran obteneruna formación de excelencia. ¿Cómohacerlo? Esa era la pregunta que metuvo agobiado durante muchas semanas.

El plan de estudios que regía en laFacultad a principios de la década delos años 90 era muy sencillo: losalumnos teníamos que cursar 38materias; eran cuatro por semestre,excepto en los dos últimos semestres, enque se cursaban solamente tres, con laidea de que los estudiantes pudierancomenzar a hacer sus prácticas

profesionales en dependencias públicaso en despachos particulares, además deir preparando la tesis.

Durante el primer semestre tuve unhorario de 8 a 12 de la mañana y duranteel resto de la carrera fui a clase de 7 a11 (aunque en algunos semestresadelanté materias, inscribiendo clase enel turno vespertino, lo que requería quepasara buena parte del día en CiudadUniversitaria). En los semestres en queno adelanté materias (que fueron lamayoría), contaba con las tardes paraestudiar.

A partir del segundo semestre, a efectode disfrutar del silencio de la

madrugada para estudiar, tomé unadecisión que entonces me parecióradical (y ahora me lo sigue pareciendo,por cierto): partí mi horario de sueño,de tal forma que dormía cada día ochohoras, pero en dos “turnos” de cuatrocada uno.

En la tarde me dormía más o menos delas cinco a las nueve de la noche, luegoestudiaba hasta la una de la madrugadacon una breve interrupción para cenar, yme despertaba a las cinco de la mañanapara alistarme y salir corriendo a laclase de las siete. No es una regla quefuncione para todos, pero a mí me diobuen resultado. Las horas de estudio enla noche era una bendición. Podía

concentrarme a fondo y avanzaba muchoen mis pendientes.

Quizá desde entonces se hayadesarrollado mi costumbre de trabajarhasta altas horas de la madrugada. Setrata de un hábito que conservo hasta eldía de hoy, pues procuro sentarme atrabajar cada día a partir de las 10 de lanoche y hasta muy avanzada lamadrugada. Lo que ya no hago, porrazones obvias, es despertarme a lascinco de la madrugada (a menos quetenga que estar en el aeropuerto paratomar un vuelo a las siete).

En las clases tomaba apuntes con lamayor diligencia que podía (que no era

mucha, dado que soy zurdo y casi nuncapodía encontrar una banca apropiadapara escribir cómodamente). Procurabanunca faltar a clase, pues me quedabaclaro que la asistencia era importantepara comprender los temas queconformaban cada materia y para vercuáles eran los que cada profesorconsideraba más importantes.

Entre los compañeros nosintercambiábamos los apuntes, de modoque pudiéramos contar con elementosque a veces no habíamos podido anotar,por la rapidez con la que exponía elprofesor o bien por nuestras propiasinsuficiencias. Los mejores apuntessiempre fueron los que tomaban las

compañeras de clase: bien redactados yordenados, escritos con buena letra ysiempre completos. Sus cuadernos seconvertían en objeto de deseo a lo largodel semestre.

El proceso de aprendizaje comenzaba,en consecuencia, en el salón de clases através de los apuntes y lasintervenciones que la mayor parte de losprofesores no solamente permitían sinoque incluso alentaban (sobre todoconforme uno iba avanzando en losdistintos semestres). Luego, en casa,pasaba en limpio los apuntes, ya fuera aotro cuaderno (especialmente destinadopara apuntes en limpio) o bien aarchivos de computadora.

Al pasar los apuntes en limpioaprovechaba para añadirles notas o bienlos complementaba con definiciones oconceptos tomados de libros adicionalesa los que nos dejaban los maestros. Esaes una cuestión importante, sobre la quesugiero que nos detengamos unmomento.

Los buenos maestros no se basansolamente en los apuntes de clase. Paraenriquecer la exposición en el auladeben recomendarles a los alumnos unabibliografía complementaria, a fin deque puedan contar con elementosadicionales que –dada la escasaduración del curso lectivo- no podránser vistos en clase, o al menos no con la

profundidad que a veces se requiere.

Los alumnos por su parte deben tomarseesas recomendaciones bibliográficascon toda seriedad, pues el maestromuchas veces confía en que las hanleído. Para poder tener acceso a labibliografía recomendada tienes dosopciones fundamentales: o bien comprarlos libros (lo que a veces puede sercomplicado, dado su costo económico)o bien consultarlos en alguna bibliotecapública.

Ahora bien, debes saber que losprofesores siempre recomendamos labibliografía que nos parece mejor anosotros. Puede suceder, en ocasiones,

que los profesores recomienden suspropios libros o bien los libros dequienes fueron sus maestros. Es algonatural y no debe verse como ningunaextravagancia. Al contrario, si unoescribe libros es porque aspira a quesean leídos por sus alumnos. Y lo mismosucede con las escuelas de pensamientojurídico: si uno es positivista analítico oisunaturalista es normal que quiera quesus alumnos lean obras afines a su formade comprender el derecho.

Sabiendo lo anterior, los estudiantesdeben tener entre sus hábitos de estudiola consulta y lectura minuciosa de textoscomplementarios a los que les sugierensus maestros. Digamos que las

sugerencias de los profesores configuranuna suerte de “bibliografía básica”, perolos alumnos deben de hacerse con lamejor “bibliografía complementaria”que tengan a su alcance.

En una carta posterior abundaré sobreestas cuestiones de la lectura, que debeser tu constante compañera a lo largo detodos tus estudios jurídicos.

Los libros son muy importantes, perorepresentan solamente una parte dentrodel universo de información que puedesy debes consultar a lo largo de tucarrera. Otra parte importante la podrásencontrar en las revistas jurídicas,muchas de las cuales se pueden

consultar por internet.

Por ejemplo, el Instituto deInvestigaciones Jurídicas de la UNAMpublica varias de las más prestigiosasrevistas jurídicas de América Latina,algunas de las cuales tienen décadas deexistir. También es muy reconocida la“Revista de la Facultad de Derecho deMéxico”, publicada por la UNAM. Enmateria de teoría y filosofía del derechodebes buscar y consultar con frecuenciarevistas como “Isonomía” o “Doxa”,impulsadas desde México y Alicante porRodolfo Vázquez y Manuel Atienza,respectivamente.

A nivel internacional hay publicaciones

periódicas muy prestigiosas, cuyalectura seguramente podrá enriquecer tusconocimientos. Dos de las mejores laspuedes encontrar por ejemplo enwww.harvardlawreview.org y enwww.yalelawjournal.org

Las revistas tienen la ventaja de ofrecermateriales en los que se profundiza enciertos temas, se ofrecen perspectivasmuy novedosas o se comentan sentenciasrecientes. A veces el material quecontienen las revistas es más fresco yactual que lo que se puede encontrar enlos libros.

En México infortunadamente no haymucha cultura hemerográfica, lo que

hace que las revistas jurídicas sean pococonsultadas. Sin embargo, te aconsejoque busques algunas que te parezcaninteresantes, porque pueden contribuirdecisivamente a mejorar elaprovechamiento académico que hagasen tu carrera. La lectura de las revistas,al igual que la lectura de los libros,debe formar parte de tus hábitos deestudio.

Para resumir algunas de las cuestionesmencionadas podemos señalar lossiguientes puntos:

a) La asistencia a clase, en launiversidad, por regla generaldepende de cada alumno, pero te

recomiendo enfáticamente que nofaltes. Nada puede sustituir, comopunto de partida de tu aprendizaje,la guía que tus profesores te daránen las clases.

b) Intenta tomar buenos apuntes enclase, los cuales puedes ircomplementando con las notas deotros compañeros y con losmateriales adicionales que vayasreuniendo y analizando por tuparte. Con cierta periodicidad(idealmente, deberías de hacerlo adiario) pasa en limpio tus apuntes;es una forma fabulosa de repaso yuna magnífica oportunidad paracomplementar lo que expuso el

profesor.

c) Pídele a tus profesoresbibliografía complementaria de lamateria que imparten; pero nosolamente te quedes con ella.Debes buscar materialesadicionales, que te permitan tenerla visión más amplia que seaposible de los cursos que estástomando. Arma tu propiabibliografía, en la que debesprocurar que figuren textos deotros países.

d) Consulta con regularidad lasrevistas jurídicas que se publicanen México o en el extranjero.

Muchas de ellas están disponiblesa texto completo en internet ypuedes acceder a ellas de maneragratuita.

Carta III.El lenguaje jurídico.

Es probable que, durante los primerosdías de clase, hayas escuchado a tusprofesores utilizar términos que no teparecen del todo conocidos.

El lenguaje jurídico, como correspondea toda disciplina científica, es muyespecializado y su dominio requiere demucha concentración y de un aprendizajeconstante. La utilización de términostécnicos en las clases está justificado.

De hecho, uno de los aprendizajes másimportantes de toda tu carrera tiene quever precisamente con el manejo ydominio del lenguaje de los abogados.

Ahora bien, no debes olvidar que ellenguaje es una herramienta. Es decir, ellenguaje es un instrumento que nospermite lograr ciertos fines, pero no esun fin en sí mismo. La funciónprimordial del lenguaje es permitir quelos seres humanos nos comuniquemos.Cualquier expresión lingüística queimpida lograr ese objetivo, o que lodificulte innecesariamente, debe serevitada.

En uno de los libros que más han

influido en mi formación comoacadémico, Norberto Bobbio señalabaque uno de los primeros deberes decualquier intelectual era ser claro alexpresar su pensamiento[i]. Creo quetiene toda la razón, pero agregaría unapequeña precisión: la claridad nosolamente es un deber de quienes hacentrabajo docente o de investigación sinod e toda persona que desarrolle trabajointelectual. Se trata, por tanto, de unimperativo que deberán observar losque aspiren a desempeñarse con éxito enel campo del derecho.

Los abogados no solamente suelen serrebuscados en sus expresiones, sino queademás son prolijos. Lo que pueden

decir en pocas páginas, a veces loprolongan hasta construir enormeslegajos, llenos de tecnicismos yabstracciones incomprensibles. Tambiénla vacuidad expresiva y la prolijidaddeben ser evitadas.

Un buen abogado es, casi siempre, unapersona que sabe comunicar coneficacia lo que piensa. Y esacomunicación abarca no solamente a suscolegas de profesión, sino a cualquierpersona con la que se relacione.

La correcta expresión debe abarcar nosolamente todo aquello que se presentapor escrito, sino también lo que semanifiesta de forma verbal.

Toma en cuenta que la recienteintroducción de los juicios orales en elordenamiento jurídico mexicano suponeun reto de la mayor importancia a laforma en que se expresan y comunicanlos abogados[ii].

Recordemos que en una audiencia dejuicio oral van a estar presentes laspartes, el juez y el público que deseepresenciarla, lo cual obliga todavía conmayor razón a ser claros y evitar loscircunloquios innecesarios. Un buenabogado es el que va directo al puntomedular que se discute, sin darle vueltasde forma innecesaria. Esto además esimportante porque el tiempo de lasaudiencias es limitado y los abogados

que no alcancen a plantear lascuestiones sustantivas del caso notendrán un buen desempeño.

A continuación enlisto algunassugerencias que quizá te sean útiles másadelante en tu vida profesional, cuandodebas desempeñarte dentro de unaaudiencia oral. Como podrás ver, setrata de consideraciones de sentidocomún para cuya formulación no serequiere de mayor ciencia ni pericia(aunque sí, tal vez, para su puesta enpráctica):

* Las partes deben dirigirse al juez otribunal de manera respetuosa yguardando siempre las formalidades; la

audiencia es un momento ritual.

* Hay que hablar en voz alta y clara,evitando las “muletillas” y loscircunloquios.

* Hay que mantener contacto visual conel juez, a fin de inspirar seguridad yconfianza; lo mismo se aplica respecto alos testigos a los que se va a interrogar.

* Hay que evitar la lectura dedocumentos en la audiencia; lo ideal estener todo el caso memorizado en suscuestiones más importantes. Si no fueraasí, es necesario preparar una “guía”con los puntos básicos sobre los que seva a construir el discurso, incluyendo elinterrogatorio que se va a aplicar

durante la audiencia.

* Hay que escuchar con atención a lacontraparte; lo que diga será de granutilidad al momento delcontrainterrogatorio. Hay que tomar notade sus afirmaciones.

* Identifica las fortalezas o debilidadesde un testigo, tanto respecto a sucredibilidad personal como por lo quehaya manifestado en la audiencia. Tenpresente los antecedentes del testigo, susposibles intereses en el caso, la relacióncon el acusado o con la víctima, surelación con el ministerio público, lalógica de lo que dice, la forma en quepresta testimonio. Repara en aquello que

el testigo no está diciendo (las lagunasen un testimonio deben seraprovechadas, al igual que lo que sí dijoel testigo).

* Ve conduciendo al testigo a los puntosque te interesan, pero evita las preguntassugestivas, capciosas o confusas; laclaridad es siempre un valor muyapreciable. No pierdas el rumbo delinterrogatorio.

* Distingue, según las necesidades delcaso, cuando es mejor formularpreguntas más abiertas y cuando esmejor formular preguntas cerradas. Lasprimeras se refieren a hechos muygenerales. Una pregunta abierta sería

por ejemplo: “¿En qué circunstanciasconoció Usted a la víctima?”, mientrasque una pregunta cerrada sería del tipo:“¿De qué color era el vehículo queatropelló a la víctima?”.

* Trata al testigo con respeto y permiteque presente su explicación.

* Cuando sea necesario, utiliza apoyosvisuales para enfatizar o aclarar unpunto. Por ejemplo para explicar laubicación física del acusado, la víctimay los testigos en el lugar de los hechos.El apoyo visual lo puedes obtener, enciertos casos, de un medio de prueba(por ejemplo el arma homicida).También pueden utilizarse fotografías,

croquis, etcétera. Algunos de estosmateriales pueden incluso llegar a serreconocidos por los testigos durante laaudiencia, en particular para el caso delos peritos.

* Ve controlando el tiempo de tusintervenciones, evitando que se te acabeel espacio para exponer cuando todavíano has tocado los puntos esenciales quedemuestren tu tesis. Recuerda que eltiempo de los jueces y la duración de lasaudiencias no son infinitos.

*En los alegatos concéntrate en laspruebas, vinculándolas con lo queseñala la ley respecto de su pertinenciay de la valoración que el juez o tribunal

les debe dar; sugiere al juez el peso quea cada prueba le corresponde, así comola manera en que sería justo que seemitiera la sentencia. La presentación dealegatos no es un concurso de opiniones:se trata de discutir lo que se haventilado en la audiencia. Hay queatenerse a lo probado; un buen alegatose basa en hechos y más hechos, no endiscursos teóricos o en la exposición detu personal criterio sobre el caso.

Volviendo al tema general del lenguajejurídico, el reto que creo que es másimportante para profesores y estudiantesde derecho es encontrar un balance

razonable entre el uso de tecnicismosjurídicos (inevitable y necesario, comoya se dijo) y el lenguaje común ycorriente que usa cualquier ciudadano.Una especie de regla al respecto sería lasiguiente: siempre que se puedaexpresar lo que se quiere decir sin haceruso de tecnicismos, éstos deben serevitados. Es decir, los tecnicismosdeben ser un recurso que se utilice deforma limitada y siempre que no seaposible lograr el mismo efectocomunicativo por medio de lenguaje“coloquial” o normal. En esa virtud,cualquier uso artificial o innecesario detecnicismos debe ser evitado.

A lo largo de tu carrera y en tu

desempeño profesional como abogadoes probable que te encuentres una y otravez con los mismos conceptos, que sonaquellos que estructuran todo el conjuntodel discurso jurídico. Es importante quesepas que en todas las materias jurídicasy en todas las ramas profesionales queabarca el trabajo de un abogado, seutilizan siempre las mismas matricesconceptuales.

Un abogado, desde que está estudiandola carrera, deberá comprenderperfectamente términos como lossiguientes: norma, fuente, prohibición,persona, personalidad, capacidad,órgano, ordenamiento, validez, poder,deber, potestad, competencia, función,

comportamiento, sujeto, regla,obligación, derecho, acto, hecho,vigencia, etcétera[iii]. Se trata detérminos que se aplican a todas lasramas del derecho y que los estudiantesdeben conocer y manejar con soltura, siquieren tener una adecuada comprensiónde los fenómenos jurídicos.

No debes olvidar que el derecho en suconjunto en buena medida es un lenguajepor medio del cual las sociedades sedan reglas para asegurar unaconvivencia civil pacífica y para lograrciertos fines que entienden que sonvaliosos, como la justicia, la seguridadjurídica, la libertad, la igualdad,etcétera.

El lenguaje desarrolla cuatrofunciones[iv]:

* Describe cosas, da a conocerfenómenos, transmite información(función descriptiva).

* Influye en el comportamiento de laspersonas a través de distintasmodalidades lingüísticas como puedenser las órdenes, los consejos, lassugerencias, las prohibiciones, etcétera(función directiva o prescriptiva).

* Transmite emociones o sentimientos, através de figuraciones gramaticales quenos remiten a experiencias vitalesimportantes; esto se logra a veces pormedio de la música o de la poesía, que

nos provocan un cierto estado de ánimo(función expresiva).

* Cambia la realidad a través de laformalización verbal de conductas; laspalabras “hacen cosas”, por medio de laatribución de significados lingüísticos alo que hacemos o dejamos de hacer(función operativa).

El lenguaje jurídico se ubicafundamentalmente en la segunda de lasfunciones señaladas, ya que confrecuencia ordena cosas, con el objetivode influir o determinar la conducta delos seres humanos. También tiene unafunción operativa, pues al calificar

jurídicamente una conducta, la formalizadesde el punto de vista verbal, de modoque podemos saber que tal hecho es undelito o que tal acto es un contrato.

El buen uso del lenguaje esespecialmente importante cuando secrean las normas jurídicas. Algunos delos problemas más recurrentes queenfrentan los abogados en su prácticaprofesional tienen que ver con normasjurídicas que están mal redactadas,tienen lagunas, contradicciones, etcétera.La falta de claridad lingüística es fuentede problemas y debe ser evitada a todacosta. No sería inútil que los estudiantespudieran tomar cursos optativos o extra-curriculares sobre redacción legislativa

(“legal drafting” lo llaman en EstadosUnidos), a fin de procurar unmejoramiento del nivel de nuestrosordenamientos, lo que a la postrerepercutiría en una mejor comprensiónde las normas por parte de susdestinatarios y, de esta forma, en unamejor aplicación de las mismas[v].

Como quiera que sea, es probable queen el futuro te vayas a encontrar conmuchos problemas que comienzan por elmal uso de las palabras. Por eso esimportante que tengas una buenacapacidad para saber interpretar losenunciados jurídicos. La interpretaciónes una de las operaciones jurídicasclave (quizá la más importante de todas

las que aprenderás durante tu carrera) ydebes dominarla en extremo. De esotrata una de mis siguientes cartas. Peroantes es necesario que nos detengamosun momento en algo que ya hemosmencionado: los libros y la importanciaque tienen junto con otros dispositivoscreados gracias a los avancestecnológicos de los últimos años, para tuformación. A eso se refiere, en parte, lasiguiente carta.

Carta IV.La información jurídica.

Cuando te escribí acerca de los hábitosde estudio mencioné la importancia quetienen los libros para tu formación.Quisiera ahora detenerme en algunosaspectos adicionales que vale la penaque sepas y tengas presente en estosaños fabulosos que pasarás con tuscompañeros y maestros.

Por un lado, es obvio que tendrás queleer una gran cantidad de materialesjurídicos, en forma de libros, artículos,sentencias, tesis jurisprudenciales,

etcétera. Tus maestros te proporcionaránuna buena guía inicial, la cual debes ircomplementando por ti mismo, según yadijimos.

Te ayudará mucho que en la educaciónpreparatoria, antes de entrar en launiversidad, hayas desarrollado buenoshábitos de lectura. En caso contrario,debes adoptarlos lo antes posible. Lamayor parte de lo que puedes aprenderestudiando derecho supone que leas; yasean textos constitucionales, leyes,reglamentos, jurisprudencia, doctrina,derecho comparado, etcétera, todotendrás que leerlo si quieres en verdadaprender. Y eso supone que vas a pasarmuchas horas entregado al paciente y

silencioso hábito de la lectura. Para estono hay atajos ni caminos cuesta abajo:nadie puede leer por ti.

Para leer debes buscar un espacio quesea cómodo y que tenga buenailuminación. Lo mejor es leer con luznatural, pero si no puedes hacerloprocura tener a la mano una buenalámpara, para evitar un desgasteinnecesario de tus ojos.

Aunque en esto no hay reglas escritas, tesugiero que cuando leas textos jurídicoslo hagas siempre con un plumón parasubrayar en la mano. Es importante quehagas anotaciones al margen de lostextos, que destaques las partes que

consideras más importante, que resalteslos conceptos fundamentales, etcétera.Claro, todo eso se puede hacer si ellibro es de tu propiedad. En caso de quelo hayas sacado de alguna biblioteca olo hayas pedido prestado a algúnconocido, las anotaciones las debeshacer en algún cuaderno o directamenteen la computadora.

Lo cierto es que, en los años quepasarás estudiando derecho, tendrás queleer durante muchas horas una grancantidad de materiales jurídicos de todotipo.

Ahora bien, la forma en que se produceny distribuyen algunos de esos materiales

ha cambiado de forma drástica en losúltimos años. Los desarrollostecnológicos recientes han permitido,por ejemplo, poner toda lajurisprudencia creada por el PoderJudicial de la Federación en un discocompacto, el cual además tiene unprecio accesible a todos los bolsillos.Es algo que para tu generación resultaobvio y se puede dar por hecho, peroque desde un punto de vista históricoconstituye un paso adelante prodigiosopara tener acceso de forma completa,rápida y barata a la informaciónjurídica.

Es importante que conozcas los discoscompactos que produce la Suprema

Corte de Justicia de la Nación, que losadquieras o pidas prestados, y que losconsultes con regularidad. Te van aservir como un útil complemento paralas explicaciones de tus profesores, y tevan a auxiliar también para laelaboración de tus tareas. Recuerda quepuedes tener acceso a discos quecontienen toda la jurisprudencia o bien aalgunos que recogen solamente la quecorresponde a determinada materia.

Por otra parte, esos mismos desarrollostecnológicos han permitido que buenaparte de la información jurídica (tantode carácter normativo como teórico)esté disponible en internet.

Internet es una de las herramientas quemás ha cambiado nuestras vidas y quemayor impacto ha tenido en la forma derelacionarse con el mundo, paramillones de personas. Puede tenermuchos usos, como cualquierherramienta. Por eso es que esimportante que desde la carreraaprendas a usar internet para fortalecertus conocimientos, fomentar tusrelaciones sociales y profesionales,acceder a información jurídica nacionale internacional, comprar libros,consultar revistas, etcétera[vi]. Sobre elimpacto de internet abundaremos másadelante.

Una de las dificultades más importantes

de internet es encontrar la informaciónrelevante. No hay duda que hoy en díacasi todo está disponible en la red. Elasunto es saber dónde está exactamente.Puede ser útil que les pidasrecomendaciones a tus profesores y queentre tus compañeros de clase seintercambien puntos de vista sobre laspáginas más interesantes.

Es importante que, precisamente a travésde la red, te asomes a lo que estápasando en materia jurídica en otrospaíses. No es nada complicado accedera legislación, jurisprudencia e inclusodoctrina extranjera a través de la red, demodo que entre los materiales con losque vas a complementar la exposición

de tus profesores, debes añadir conregularidad lo que te puede aportar elderecho comparado.

Por otro lado, no debes pensar que,respecto de internet, tienes un papelmeramente pasivo, como receptor deinformación y noticias. Por el contrario,la red te da la oportunidad deconvertirte en una fuente deconocimientos que puedes compartir contus compañeros, familiares, profesores yotras personas conocidas. A través delos blogs, chats o incluso de tu propiapágina personal, puedes aportarconocimiento, sistematizar información,generar debates y nutrir el ciberespacio,de forma que seas protagonista del

debate jurídico y no meramente unespectador. Además, ese protagonismolo puedes lograr a muy bajo costo oincluso de forma gratuita. Lo importantees querer hacerlo y estar al tanto de lasgrandes posibilidades que te ofreceinternet para tu formación.

Entre las generaciones más jóvenes escomún participar en las llamadas “redessociales”, como Facebook o Twitter. Sieres usuario de las mismas (lo cual terecomiendo vivamente, como lo podrásver con más detalle en la siguiente carta)puedes darles una utilidad no meramenterelacionada con tus amistades y tu vidasocial, sino también con tu formaciónacadémica. Por ejemplo en Twitter

puedes encontrar una valiosa fuente deinformación tanto periodística comojurídica. Si decides seguir a las cuentasde instituciones como la Suprema Cortede los Estados Unidos, o el propioInstituto de Investigaciones Jurídicas dela UNAM (ya sea su cuenta central o lade sus revistas), tendrás acceso avaliosa información a muy bajo costo ycasi en tiempo real.

La mayor dificultad a la queposiblemente te enfrentarás respecto delenorme cúmulo de información jurídicaque está a tu disposición en línea tieneque ver con la selección de la misma:¿qué información es realmente útil ycuál debes desechar? ¿qué fuentes te

ofrecen materiales de calidad y encuáles solamente estás perdiendo eltiempo?

Una vez que consigas desarrollar uncriterio personal para seleccionar deforma correcta la informacióndisponible, debes aprender a“procesarla”, es decir, a sacarle losdatos que te sirvan más. Para tal efecto,puedes crear carpetas de archivos en tucomputadora. O puedes optar porimprimir artículos, sentencias, tesisjurisprudenciales, fragmentos deartículos, etcétera, y hacer con todo ellouna carpeta física que puedas consultar ysubrayar.

Como seguramente la cantidad deinformación que debes aprender amanejar superará la disponibilidad deltiempo con el que cuentas para hacerlo,te sugiero que aproveches cada momentodel día. Si asistes a la universidad entransporte público, puedes aprovecharel tiempo que te toma llegar y regresarrepasando apuntes, leyendo materialespreviamente seleccionados, etcétera.Puedes incluso tener una especie demenú de tareas para ir desarrollando alo largo del día, algunas de las cualesseguramente podrás hacer no solamenteen el transporte público, sino inclusocuando haces fila en el banco o cuandoesperas a que lleguen tus familiares o

amigos a una reunión.

La idea fundamental es que si quieresverdaderamente ser capaz de manejar uncúmulo considerable de información, nosolo debes acceder a ella, sinodedicarle mucho tiempo a susistematización y comprensión, lo cualrequiere de lectura, lectura y máslectura. Se trata de una de las tareas másrelevantes e intensas de toda tu carrera.

Carta V.Nuevas tecnologías.

Los abogados son, en general, muyreacios al uso de las nuevas tecnologías.No es algo reciente: se ha dado siempre.Los abogados casi siempre llegan tardea los desarrollos que se producen enotras ramas del conocimiento. Esareticencia o falta de espíritu abierto a lainnovación es algo que afectaprofundamente al derecho, para cuyaactualización a veces hay que esperardemasiados años. El mundo cambia ylos abogados parecen querer resistirse a

verlo, o tomar medidas para poderseguirle el paso a la fluctuanterealidad[vii].

Pero además, es una actitud que tambiénafecta la calidad de la docencia y lamanera en que se enseña el derecho.

A principios de 2008, por sugerencia demi amigo Enrique Ochoa Reza, abrí mipágina web personal y a muchos colegasles pareció algo increíble. Simplementeno entendían (ni entienden todavía,algunos de ellos) que con tanto trabajoencima quisiera además disponer de unpoco de tiempo para subir cosas oescribir comentarios cuyo único destinoera esa página. Sin embargo, debo decir

que la creación de la página es una delas mejores decisiones que he tomado enlos últimos años. Me ha permitidomantener el contacto con alumnos yexalumnos, así como ofrecer unareferencia permanentemente actualizadasobre mis actividades, los nuevos librosy artículos, las entrevistas que aparecenen radio y en la prensa impresa,etcétera. Con la experiencia de estosaños puedo afirmar sin género de dudaque todos los profesores de derechodeberían tener su propia página web.

Desde finales de 2009 también he tenidola oportunidad de participar muyactivamente en Twitter y (másrecientemente) en Facebook. De nuevo:

varios de mis colegas profesores oinvestigadores lo consideran undesperdicio de tiempo, pero a mí meparece una extraordinaria oportunidadpara poder comunicarse con personascon las que de otra forma sería difícil oimposible establecer vínculosacadémicos o profesionales.

Déjame abundar un poco en lo quesignifica internet para nuestras vidas, afin de que puedas tener elementos devaloración para decidir cómo utilizar supotencial en tus estudios universitarios.

En el mundo hay poco más de 2,000millones de personas que utilizaninternet, de las cuales 825 millones

están en Asia (un 42%), 475 millones enEuropa (24%), 266 millones enNorteamérica y 204 en América Latina yel Caribe (lo que representa el 10.4% deusuarios a nivel mundial). En el 2010 elnúmero de usuarios de internet seincrementó en un 14%. Para 2015 seestima que habrán en el mundo 3,500millones de usuarios de la red.

Una de las principales funciones deinternet son los correos electrónicos,que han convertido en una reliquia a losservicios de correo físico y casi en unaanticualla a los carteros, tanomnipresentes hasta hace pocos años.En el mundo existen 2,900 millones decuentas de e-mail, el 25% de las cuales

son de carácter corporativo (vinculadasal trabajo o a alguna organización de laque el titular forma parte). En otraspalabras, prácticamente uno de cada dosseres humanos en el planeta tiene unacuenta de correo electrónico, aunquealgunos tienen muchas más. El primer e-mail de la historia fue enviado en 1971,desde una computadora que estabaexactamente al lado de la que lo recibió.

Hasta finales de 2010 existían 255millones de páginas web, de las cuales21 millones fueron creadas en eltranscurso de ese año. Esto significa quecada día se crean aproximadamente57,500 páginas, o sea 2,400 por hora y40 por minuto.

Antes la posibilidad de difundir elpropio pensamiento estaba restringida alos círculos de intelectuales,académicos, periodistas u otraspersonas influyentes. Hoy cualquierpersona puede construir su propiaplataforma comunicativa –incluso deforma gratuita- a través de los llamadosblogs, de los cuales hay 152 millones enel mundo. Como te decía en la cartaanterior, los estudiantes de derechodeberían organizarse para crear blogsindividuales o colectivos y de esamanera hacer su propia parte en laenorme tarea de difundir elconocimiento jurídico: lo que se lepuede pedir, en esta materia, a un

profesor o a un investigador, esigualmente razonable para un estudianteo grupo de estudiantes.

Las redes sociales son otro fenómenoque también está cambiando enprofundidad la vida de millones depersonas y que además impactan en elmundo de las finanzas, la política, losmedios de comunicación, etcétera. Bastarecordar que el multimillonario másjoven del mundo es el creador de la redsocial Facebook, Mark Zuckerberg,nombrado como “persona del año 2010”por la revista Time. Se estima queFacebook tiene un valor de 100 milmillones de dólares (lo que equivale ala mitad de todas las reservas de dólares

que tiene México). Hoy en día Facebookcuenta con más de 880 millones deusuarios, de los cuales 250 millones sesumaron solamente en el año 2010. Laotra gran red social, Twitter, cuenta conmás de 200 millones de usuarios (100millones de nuevos usuarios en 2010).MySpace, que fue creada en 2003, antesque Facebook y que Twitter, tiene 260millones de usuarios.

Durante años las fotos que tomábamosen las vacaciones eran vistas solamentepor los miembros de nuestras familias ypor los amigos más cercanos. Hoy endía la potencia de internet permite quemillones de ojos sepan en dóndepasamos el verano o en qué restaurante

celebramos nuestro cumpleaños. En lared social de intercambio de imágenesFlickr cada mes se suben 130 millonesde fotos, lo que equivale a 3 mil porminuto. Pero eso no es nada: enFacebook se suben cada año siete vecesmás que todas las que han sido subidas aFlickr en toda su historia.

Por décadas las familias utilizaron latelevisión como un medio deentretenimiento y de información.También eso está cambiando. Recuerdoque hace un par de décadas ellanzamiento del canal de videos MTVfue una sensación. Sin embargo, elinternet lo hace parecer ahora como algodel pasado remoto. El servicio de

videos a la carta que es Youtube habatido todos los récords imaginables.Cada minuto se suben a Youtube elequivalente a 48 horas de grabación. EnEstados Unidos el 84% de los usuariosde internet ven videos en línea; y el 14%ha subido en algún momento videoshechos por ellos mismos. En promedio,cada usuario de internet ve cada mes186 videos en Youtube. A principios de2012 Youtube informaba que cada día sevisualización 4 mil millones de videosen su página web.

América Latina se está sumando confuerza en esa gran corriente mundial. EnMéxico, casi el 40% de la poblaciónutiliza internet y las conexiones de

banda ancha se han multiplicado en losaños recientes (pese a las deficienciasdel servicio y a su elevado costo).También los políticos estándescubriendo las potencialidades detener una página propia y de contar conpresencia en las redes sociales, tal comolo hizo Barack Obama en su exitosacampaña presidencial de 2008[viii].

Internet es el depósito de informaciónmás grande que la humanidad ha tenido asu alcance en toda su historia. Esoincluye millones de documentosrelativos al mundo del derecho o deinterés para abogados y estudiantes.

En la red podemos acceder casi de

forma instantánea a las más recientessentencias de la Suprema Corte de losEstados Unidos o de la CorteConstitucional colombiana. Podemosrevisar todas las leyes de las provinciasargentinas o de las entidades federativasde México. Podemos consultar miles derevistas jurídicas, tanto generales comoespecíficas respecto de alguna ramaconcreta del derecho.

Pero no solamente eso. En internetpodemos encontrar todas las sentenciasque ha dictado la Suprema Corte de losEstados Unidos a lo largo de toda suhistoria, todas las leyes que han estadovigentes y todos los proyectos deConstitución que se han escrito en

México desde su nacimiento comonación independiente, todos los artículospublicados por la Harvard Law Reviewen sus más de cien años de existencia.En internet no solamente está elpresente, sino también el pasado de laexperiencia jurídica a nivel nacional einternacional.

Como puede verse, el reto de asumir elsalto tecnológico es impresionante.Desde las escuelas y facultades dederecho no debemos quedarnos atrás.Quien no sea capaz de sumarse, estarádejando ir una de las más grandesoportunidades que nos ofrece el mundomoderno.

La educación jurídica puede sumarse demuchas maneras a las ventajas queofrece la tecnología. Lo ideal es quehaya un impulso propiciado por lasautoridades que dirigen o administranlas escuelas de derecho; pero en caso deque no asuman ese compromiso, losestudiantes deben movilizarse y serellos los que desarrollen las habilidadesnecesarias para ser protagonistas de loque sucede en la red.

Una forma de hacerlo, como te decía, esa través de las redes sociales. Una delas más conocidas es Twitter.Seguramente ya la conoces y participasen ella, pero en caso contrario te servirásaber lo siguiente.

Twitter es una página web que permiteescribir breves mensajes de no más de140 caracteres y que se ha convertido enun fenómeno masivo de micro-blogging.Cada usuario debe crear una cuentapropia en la dirección www.twitter.comy puede seleccionar a las personas,empresas, medios de comunicación oasociaciones a las que quiere seguir.Los mensajes de las personas a las quesigue aparecerán en su “línea temporal”(o time line) y lo que escriba será vistopor sus propios seguidores. Además,hay una sección de mensajes directos,que solamente pueden ser vistos por eldestinatario de los mismos. También laextensión de los mensajes directos está

limitada a 140 caracteres.

Twitter es hoy en día, junto conFacebook, la red social más importantedel mundo. Su crecimiento a partir de2009 ha sido exponencial y la cantidadde “tweets” que se envían por minuto esincreíble.

El impacto de Twitter en el mundo de lacomunicación es tan relevante que laBiblioteca del Congreso de los EstadosUnidos, que es probablemente labiblioteca más importante del mundo,compró a la empresa que administraTwitter todo su archivo, de modo quetodos los “tweets” que se han enviadodesde la creación de la página (con

excepción de los mensajes directos, quecomo ya se dijo son de carácterprivado), pasarán a ser resguardadospor dicha Biblioteca, a fin de quepuedan ser consultados por losinvestigadores en el futuro.

Se trata de una verdadera revoluciónque ha cambiado nuestra forma decomunicarnos y de relacionarnos con losdemás, además de modificar nuestracultura política y nuestra manera decomprender el mundo.

A continuación quisiera contarte cómoha sido mi propia experiencia en Twittery qué es lo más importante que puederescatarse de ella para los nuevos y no

tan nuevos usuarios de esa red social.

Llegué a Twitter casi por casualidad.Me había advertido de su existencia mihija, en una comida familiar. Luegofueron los alumnos de la Facultad deDerecho de la UNAM, en los primerosmeses de 2009, quienes me dijeron quepodría ser interesante que me inscribieraa una página que permitía ir dando aconocer mis actividades cotidianas(recordemos que durante sus primerosaños la pregunta que aparecía en lapágina de Twitter era "¿Qué estáshaciendo?"; hoy es "¿Qué estápasando?").

Con ese par de referencias, abrí mi

cuenta de Twitter en mayo de 2009. Ynunca la usé. Escribí unos pocosmensajes durante las primeras semanas,pero debo confesar que no entendí biensu funcionamiento. Tenía la sensación deestar hablando a solas, sin ningúnsentido.

En diciembre de 2009 pasé unas largasvacaciones de fin de año en EstadosUnidos; fue entonces cuando me sumergía fondo en Twitter y descubrí su enormepotencial. Comencé a dedicarle variashoras al día, intentando definir la mejorforma de aportar y de participar en esanovedosa red social.

El primer gran reto de quienes usan

Twitter es precisamente definir el estiloque quieren darle a sus aportaciones; siquieren tener una actividad dialogante ono, si quieren mantener una ciertamilitancia con determinados temas, sivan a difundir noticias propias o ajenas,etcétera. A muchas personas no les gustaesta red social porque no encuentran laforma de participar que sea adecuadapara ellas. Definir el tipo departicipación que se quiere tener enTwitter es el primer paso para descubrirsu utilidad y poder de esa forma sacarleprovecho.

Con el tiempo he definido miparticipación en Twitter a través de tresgrandes objetivos:

1. Una parte de mi tiempo en la redsocial lo dedico a difundir cuestionesjurídicas. Pongo en el TL las novedadesbibliográficas que van saliendo orecomiendo algunos libros de derechoque considero pudieran interesarles alos seguidores. También intento difundirdocumentos útiles para la discusiónjurídica nacional e internacional(sentencias importantes, páginas webque vale la pena tener presentes, textosnormativos de otros países o con unamarcada relevancia histórica, etcétera).

2. Otra parte de mis tweets se dedica a

comentar noticias o a participar endebates públicos de relevanciaconforme van surgiendo. Alguna vez, enplena madrugada, incluso he realizadotareas de información de algún sismoque tuvo lugar en las costas de Oaxacapero cuyos efectos llegaron hasta elDistrito Federal. Recuerdo que eran lasdos y tantas de la madrugada cuandoempezó a temblar y en ese momentomandé un tweet que decía: "Estátemblando... ahora". De ahí pasamos doso tres horas más intercambiandoinformación con personas que lo habíansentido en otras partes de la ciudad o enotras ciudades de México.

También he discutido sobre la izquierda

que México necesita, sobre el conceptode terrorismo, sobre las propuestas delos partidos políticos nacionales, sobrelos regímenes autoritarios que estánvolviendo a surgir en América Latina,sobre la importancia de salir a votarcomo una medida para hacer frente a laviolencia que sacude a México, etcétera.

3. A veces subo reflexiones personales,textos literarios y poéticos o inclusopongo vínculos a canciones que megustan. Es la parte más personal de miTL, la cual normalmente aparece enhorario nocturno. A muchos followersles gusta, a algunos les produce sorpresa

o zozobra y a muchos otros no lesparece en lo más mínimo.

Quienes piensan en mi trabajo jurídico,piden que les resuelva intrincadas dudassobre cualquier ámbito de la ley, inclusoa altas horas de la madrugada. Aunqueparezca increíble, hay muchas personasdispuestas a discutir sobre el alcance dela libertad de prensa o sobre el conceptode arrendamiento cuando ya hace horasque la mayoría se fue a dormir; tambiénhay quienes solicitan que les ayude ahacer la tarea que les dejaron en laFacultad.

Como cualquier otra red social, Twitteres una herramienta. Nosotros somos los

responsables de darle un uso correcto. Ycomo toda herramienta, puede serutilizada para difundir el bien, parafaltarles al respeto a los demás o paraperder el tiempo. Todo se vale desdeluego, pero siempre será mejor intentaraprovechar el corto tiempo de vida quenos ha sido dado para dejar una huellapositiva a nuestro alrededor. Más prontode lo que pensamos, seremos solamenteun recuerdo para los demás. Hay queintentar que ese recuerdo refleje valoresconstructivos y no destructivos, inclusoa través de lo que hacemos a través delas redes sociales.

Lo importante es que, como estudiante,estés al tanto de lo mucho que te puede

aportar internet, no solamente en temasque tienen que ver con tus amistades ocon tus relaciones sociales, sino sobretodo como parte de tu formaciónacadémica. Aquellos estudiantes quesepan aprovechar ese fabuloso potencialdestacarán por encima de los demás. Yno pienses que te estoy hablando de unfuturo remoto. El futuro, en materia denovedades tecnológicas, ya nos alcanzó.

En el siglo XXI las personas quetriunfen serán aquellas que tengan másinformación y sean capaces de traduciresa información en buenas ideas. Ya citéel caso de Mark Zuckerberg, fundadorde Facebook y multimillonario a los 26años. Pero hay muchos otros ejemplos

de lo que se puede hacer cuando setienen buenas ideas y se está dispuesto atrabajar duro para llevarlas a cabo.

En Estados Unidos y en algunos paísesasiáticos están enseñando a los niños de8 años a jugar con el iPad. Pero no ajugar cualquier juego, sino a jugaraquellos juegos que requieren de ciertashabilidades, que exigen concentración,que retan al intelecto de los jugadores.En México hay profesores que son tanajenos a las nuevas tecnologías que lestienen prohibido a sus alumnos hacer latarea consultando la Wikipedia, como sifuera mejor lo que les puedan decir suspadres o sus abuelos. Insisto: cerrarnosa los desarrollos tecnológicos solamente

tendrá como consecuencia que sigamossiendo un país mediocre, con enormesretrasos educativos. La potencia delinternet y todo lo que conlleva, nospuede abrir la puerta para un futuro conmejores oportunidades, si es quesabemos aprovecharlo.

Respecto de las nuevas tecnologías, nodebes quedarte como un meroespectador. Debes ser un protagonista.De ti depende.

Carta VI.Memorizar.

Durante décadas, la principal habilidadque debían tener los estudiantes dederecho para sobresalir en sus estudiosfue la memoria. Tiene razón JuanAntonio Pérez Lledó cuando escribe que“La principal aptitud necesaria para queun estudiante tenga éxito en sus estudiosen nuestras facultades de Derecho es lamemoria. No hace falta serespecialmente inteligente o brillante, ymucho menos creativo, para sacarbuenas notas…. La idea de que es buen

jurista quien conoce muchas normassigue muy arraigada en la docencia”[ix].

Es precisamente por eso que la dinámicade una clase tradicional en muchasescuelas y facultades de derecho era (oes) como sigue.

Los profesores llegaban al aula y seponían a explicar (en el caso de los quemás dominaban la materia queimpartían) o a dictar (en el caso de losmás aburridos y menos preparados) loscontenidos que les correspondían. Losalumnos tomaban apuntes de la mejormanera posible y, cuando su habilidadpara escribir no era suficiente, se lospedían a alguno de sus compañeros.

Habiendo cumplido con las asistenciasexigidas por el profesor, el alumnopresentaba un examen final para el quela única manera de prepararse eramemorizando todos los apuntes que sehabían tomado en clase, los cuales casisiempre incluían muchísimas normasjurídicas. De hecho, lo que sepreguntaba en los exámenes era elcontenido de esas mismas normas y,dependiendo de la materia, algunosconceptos que había dado el profesor enclase.

Con el paso del tiempo, me he ido dandocuenta de que el esfuerzo descomunal dememorización que nos exigían en laFacultad de Derecho (y que seguramente

le siguen exigiendo a miles deestudiantes de derecho en México), notiene casi ninguna utilidad, más allá delevidente beneficio inmediato queconsiste en acreditar la materia. ¿Porqué razones la memorización no deberíaser más la principal habilidad o elprincipal mérito a considerar en unalumno al momento de ponerle lacalificación?

Encuentro dos argumentos que me llevana pensar que no debe ser la memoria loque más se reconozca y premie en lacarrera de derecho[x]. En primer lugarporque los ordenamientos modernoscontienen un número tan elevado denormas jurídicas de todo tipo (leyes,

reglamentos, circulares, tratadosinternacionales, decretos, tesisjurisprudenciales, recomendaciones,normas oficiales, sentencias detribunales internacionales, etcétera) queincluso el estudiante con mejormemoria, solamente podría retener unporcentaje muy bajo de todo eseconglomerado normativo. Y eso duranteunos días, puesto que es del todoprobable que lo que una personamemoriza con enormes esfuerzos paraaprobar un examen, sea olvidado encuestión de horas o de días.

En segundo lugar, la memorización sirvede poco como habilidad para lograr eléxito profesional cuando el

ordenamiento jurídico tiene un grandinamismo. Las normas cambian a talvelocidad, que no tiene mucho sentidoaprendérselas de memoria. Lo que unopuede haber memorizado en unmomento, deja de estar vigente en pocosmeses, semanas o días. Como lo escribeRogelio Pérez Perdomo, “Locaracterístico de este saber jurídico es(que es) perecedero: la legislacióncambia lo mismo que los criteriosjurisprudenciales y normativos… lasescuelas de derecho están másinteresadas en transmitir elconocimiento que en entrenar en cómobuscarlo”[xi].

Y en México ese fenómeno de cambio

imparable de las normas de cualquierordenamiento jurídico se agrava por elhecho de la estructuración federal delestado; en otros países tienen solamenteun código penal o un único código civil.En México tenemos 33 códigos penalesy 33 códigos civiles: uno federal y 32locales. A eso hay que sumarle otros 66ordenamientos procesales en materiacivil y penal. De tal suerte que,solamente considerando dos materias (lapenal y la civil), ya nos encontramos conmás de 130 códigos. ¿Se puedenconocer todos? ¿qué sentido tiene pedira los alumnos que los memoricen,suponiendo que en efecto tuvieran lacapacidad para hacerlo?

Los ordenamientos jurídicos modernoscambian a una gran velocidad. Loimportante no es saberse de memoria elcontenido de las normas jurídicas, sinosaber cómo encontrarlas cuando uno lasnecesita. Y para eso, tal como vimos enuna de las cartas anteriores, sirve muchosaber hacer uso de las nuevastecnologías y de las enormes ventajasque hoy en día nos suministra internet.

Lo anterior no significa, sin embargo,que tener una buena memoria no sea útilpara ser un abogado exitoso. Todo locontrario: recordar un gran número denormas, casos, sentencias, precedentesjurisprudenciales, libros y artículosdoctrinales, etcétera, nos da una enorme

ventaja al momento de ejercer laprofesión.

Normalmente los abogados trabajanbajo mucha presión y deben desahogaruna gran cantidad de información enpoco tiempo. Saber de memoria dóndese puede encontrar la que es relevanteayuda mucho y hace más eficiente eltrabajo. Un abogado con buena memoriapuede trabajar mucho más rápido queotro que dependa al 100% de lo que lacomputadora le pueda ir encontrando.

La memoria es como un músculo: hayque entrenarla con frecuencia para queno se atrofie. Y, desde luego, lasfacultades y escuelas de derecho pueden

ser un fabuloso lugar de entrenamientopara desarrollar una buena memoria.Pero esto puede suceder y ser en verdadútil para la formación de los futurosabogados con una condición: que lo quese pide que memoricen los alumnos seal a explicación sobre el sentido,significado y alcance de las normas, yno simplemente su contenido.

Las cosas que uno aprende de memoriase quedan durante largo tiempo connosotros si son comprendidas en cuantoa sus alcances y aplicaciones posibles.Lo importante es explicar en clase yretener luego a través de los repasospara qué sirve cada norma jurídica; porejemplo, en qué casos y bajo qué

condiciones se puede aplicar un tipopenal, una determinada modalidad decontrato o un derecho fundamental.Sabiendo eso, el alumno puede en efectodesarrollar todo el poder de sumemoria, con efectos del todo útilespara su vida profesional y para suformación académica[xii].

Si la memoria no es la principalcapacidad que debemos intentardesarrollar durante los estudios dederecho, ¿entonces cuál es? Desde mipunto de vista, lo que la educaciónjurídica debería intentar que losestudiantes desarrollen es la capacidadde interpretación y argumentación, talcomo te lo explico en la siguiente carta.

Carta VII.Interpretar y argumentar.

A lo largo de toda la carrera tendrás queleer cientos o miles de normas jurídicasprovenientes de un número importantede fuentes del derecho. Habrá algunasque sean fáciles de entender y cuyoámbito de aplicación no suscite mayordebate. Pero otras te supondránverdaderos dolores de cabeza. Paraempezar porque, en ciertos casos, lasnormas jurídicas aplicables estánredactadas con una pésima sintaxis. O,en otros supuestos, porque utilizan un

lenguaje equívoco o alejado del sentidocomún. A eso tendrás que sumar lasdificultades de comprensión del alcancede una norma cuando ha sidointerpretada de distinta manera por dostribunales. No es que quierapreocuparte, pero verás que lacomprensión y aplicación de las normasjurídicas no es nada fácil.

Con frecuencia, al terminar alguna claseo durante la exposición de unaconferencia, me preguntan qué habilidadconsidero que es la más importante parapoder ser un buen abogado. Mirespuesta es que la principal capacidadde un buen abogado es la de saberinterpretar las normas jurídicas y, a

partir de dicha interpretación, poderconstruir buenos argumentos; argumentosque sirvan para resolver problemasconcretos, ya sea dentro de un juicio, enuna discusión parlamentaria o en unaobra de teoría jurídica. En cada uno deesos campos (el judicial, el legislativo,el doctrinal) y en muchos otros, serequiere una fina y aguda tarea deinterpretación de la normatividadaplicable. ¿Cómo es que se puedeaprender a interpretar y a argumentarjurídicamente?[xiii]

Debes tener presente que hay profundasdiferencias entre la forma de razonar yargumentar de los profesores dederecho, y la forma en que los abogados

postulantes (o litigantes) realizan talesfunciones.

En las escuelas y facultades de derecholos profesores tienden a realizarrazonamientos abstractos, muchas vecesvinculados con conceptos o con losvalores que persigue todo ordenamientojurídico (entre ellos la justicia, como loveremos más adelante). Por el contrario,los postulantes deben defender losintereses de sus clientes en un litigio; siquieren hacer bien su trabajo debenguiarse por un razonamiento estratégico,que les permita maximizar el beneficiopara sus defendidos o, al menos, atenuarlos posibles perjuicios que les puedeacarrear el juicio.

Un litigante debe ofrecer no la que creaque es la interpretación más correcta,sino la que mejor favorezca los interesesde su cliente; hacerlo de otra manerasería poco ético, ya que cuando seacepta la representación jurídica de unapersona, de una empresa u organización,se deben utilizar todas las estrategias yherramientas que permite la ley,incluyendo las que están vinculadas conla interpretación más favorable paranuestro cliente.

Como puedes ver, se trata de dos modosmuy distintos de pensar sobre elderecho. Ninguno es más válido queotro: los dos son importantes y debentenerse en cuenta por quienes –como tú-

se adentran en el conocimiento delmundo jurídico.

No siempre la interpretación de unanorma jurídica es difícil. Por ejemplo,el artículo 83 de la Constituciónmexicana señala que el Presidente de laRepública comienza a ejercer el cargoel 1 de diciembre y dura en el mismoseis años. No parece que sea necesarioser un experto en derecho constitucionalpara poder comprender el alcance dedicha norma. Cualquier ciudadanopodría interpretarla perfectamente eidentificar en qué momento se haviolado, si fuera el caso.

¿Pero qué sucede cuando el alcance de

lo que dispone una norma no es igual depreciso? Un ejemplo: el artículo 4 de lamisma Constitución mexicana señala quetoda familia tiene derecho a unavivienda digna y decorosa. Ahíempiezan los problemas. ¿Qué alcancedebemos darles a las expresiones“digna” y “decorosa”? ¿cómo setrasladan esos conceptos normativos a lavida real, al momento de saber si unavivienda en efecto cumple con lo queordena la Carta Magna?

Ahora bien, no pienses –a partir de loque se acaba de decir- que hay casos“fáciles”, en los que no se requiere deningún tipo de interpretación y otros“difíciles” en los que los juristas deben

emplearse a fondo para poder dar con elsentido y significado de lo queestablecen las normas. No es así. Enrealidad, en todos los casos se deberealizar interpretación; lo que varía es eltipo y dificultad de la interpretación quese hace. Se necesita interpretar, en unprimer momento, para saber en quécasos estamos frente a una norma designificado claro (Ejemplo: “ElPresidente dura en su cargo seis años”)y en qué otros casos estamos ante unanorma que nos lleva haciainterpretaciones difíciles (“La viviendadebe ser digna y decorosa”). Ladiferencia entre uno y otro tipo desupuestos también es objeto deinterpretación y en todos los casos

requiere de nuestra atenta atención.

Otra dificultad importante se produce enaquellos casos en los que además de laindeterminación semántica de lasnormas, se añade la batalla porprincipios morales o incluso religiosos.Aunque escucharás con frecuencia a lolargo de la carrera que el derecho es unaciencia “pura”, en cuya racionalidad noentran consideraciones morales oreligiosas, lo cierto es que muchas delas normas jurídicas que nos rigen tienenun origen moral o religioso. Y en ello nohay que ver algo necesariamente malo,pues es un rasgo que comparten lamayoría de los ordenamientos jurídicosmodernos.

Cuando se escriben normas penales,civiles o laborales, se apela confrecuencia a convenciones morales o apautas religiosas. Citemos un casoconcreto. En muchos países el día dedescanso obligatorio para lostrabajadores es el domingo: ¿podríaalguien pensar que esa determinación noestá ligada a cierta religión?

Hay temas, por ejemplo en derechoconstitucional, que además de ladificultad interpretativa, conllevan unacierta complejidad moral. Es el caso delaborto, de la eutanasia, del matrimoniohomosexual, entre otros. El artículo 4constitucional señala que cada personapuede decidir, de manera libre e

informada, sobre el número yespaciamiento de sus hijos. ¿Esa normaes suficiente para considerar que estápermitido interrumpir voluntariamente elembarazo o bien permite que ellegislador decida si el aborto debe sercastigado en cualquier supuesto? Elmismo artículo 4 señala que la ley debeproteger el desarrollo y organización dela familia: ¿en el concepto de familia secomprende a las parejas homosexuales ono? ¿esa determinación constitucional essuficiente para considerar el matrimoniohomosexual como apegado a la CartaMagna o simplemente requiere que ellegislador reconozca una figura del tipo“uniones civiles” para las parejashomosexuales?

En virtud de que las normas aplicablesno ofrecen una certeza absoluta, muchaspersonas encargadas de aplicarlasapelan a razones morales, aunque aveces suelen disfrazarlas mediantesofisticados argumentos jurídicos.Ningún juez aceptará que sus sentenciasestán basadas en su propia moralidad,pero para un observador más o menosinformado eso es obvio. Hay casos enlos que no es la moral, sino la ideologíapolítica o incluso la filiación partidistala que determina el sentido de ciertosfallos.

No pienses que esas calamidadessuceden solamente en países con estados

de derecho muy débiles, como es el casode varios países en América Latina. Enotros con mayor desarrollo también seproducen decisiones lamentables. Uncaso muy conocido, con gravesconsecuencias políticas dentro y fuerade su país, fue el de Bush versus Gore,decidido por la Corte Suprema de losEstados Unidos en el año 2000 con unavotación de 5 contra 4; esa sentencia leterminó dando la victoria electoral aGeorge W. Bush, con los resultados quetodos conocemos.

Otro supuesto en el que se requiere deun tipo de argumentación sofisticado seda en los casos en los que puede haberconfrontación o conflictos entre normas

jurídicas. Por ejemplo, la Constituciónmexicana señala en sus artículos 6 y 7que tenemos libertad de expresión y deimprenta. Pero también protege los datospersonales y la vida privada. A veceslos periodistas publican cosas quetienen que ver con la vida privada,alegando que ejercen la libertad deimprenta. ¿Hasta dónde llega un derechoy hasta dónde llega otro? ¿es válidocensurar ciertas informaciones depersonajes públicos, cuando realizanactividades propias de su vida privada?¿se puede informar sobre aspectosclaramente personales de un político, unartista o un deportista conocido?

Otro caso típico de conflicto se produce

entre la libertad de expresión y elderecho a la no discriminación (previstoen el artículo 1 de la Constituciónmexicana). Al ejercer la libertad deexpresión, ¿podemos utilizar términosdiscriminatorios? ¿está amparado por lalibertad de expresión el chiste de uncómico que se burla de las personas quefueron exterminadas en el Holocausto, oque hace mofa de una persona condiscapacidad? Aunque a primera vistatales expresiones deberían estarclaramente prohibidas, por incidirdirectamente en el núcleo mismo delderecho a la no discriminación, lo ciertoes que hay una buena cantidad de casosdifíciles en los que es muy complicadodecidir si una expresión está o no

amparada.

Hay una distinción importante de la quedebes estar advertido, para poderdesarrollar de mejor forma lasinterpretaciones propias de cualquiertrabajo jurídico. Una cosa es interpretarhechos y otra interpretar normasjurídicas. Los abogados desarrollanambos tipos de interpretación, pero lastécnicas para uno y otro son distintas.Por ejemplo, cuando se analiza si unapersona cometió un delito, el objetivodel intérprete es encuadrar la conductadentro de un determinado supuestonormativo; mientras que cuando se tieneque interpretar una norma jurídica, de loque se trata es de desentrañar su

significado y alcance, a fin de saber siresulta aplicable a un caso concreto. Enun caso se analiza la conducta humanaque ocurrió en la realidad; en otro sedetermina el alcance semántico de unadisposición legilativa. Como puedesver, se trata de dos operacionesinterpretativas que, si bien puedencoincidir en un caso concreto, debes derealizar con técnicas hermenéuticasdiferenciadas.

En Estados Unidos y en otros países seha debatido con intensidad sobre laforma en que deben ser interpretadosdocumentos jurídicos que fueronexpedidos hace tiempo. Recordemos quela Constitución norteamericana es de

1787 y apenas ha sido reformada en 27ocasiones; el paso del tiempoevidentemente le ha pasado factura. Poreso es que hay quienes defienden que laConstitución debe ser interpretada comoun cuerpo normativo vivo (“the livingconstitution”), mientras que para otros loque debe buscarse y preservarse es elsentido original que los autoresquisieron darle a cada una de lascláusulas constitucionales. Normalmentela interpretación evolutiva ha sidodefendida por los juristas y jueces másliberales (los que intentan desarrollaruna protección más amplia de losderechos fundamentales), mientras quela interpretación llamada “originalista”ha sido defendida por los juristas y

jueces más conservadores (los quedefienden la pena de muerte, están encontra del aborto y de las accionesafirmativas, etcétera)[xiv]. Veamos conalgo más de detalle este asunto.

Cuando una constitución tan antigua enel tiempo como lo es la norteamericanano puede ser actualizada a través delmecanismo de reforma, lo que se imponees discutir hasta qué punto resultaindispensable una interpretaciónconstitucional evolutiva, que permitadotar al texto del sentido de realidad yde contemporaneidad que logre evitar sunatural desgaste.

A partir de que se reconoce la

pertinencia de una metodologíainterpretativa de carácter evolutivo esque surge el ya mencionado concepto de“Constitución viviente” (“livingconstitution”, en inglés). UnaConstitución viviente, dice DavidStrauss, es una constitución queevoluciona, que cambia con el paso deltiempo y que se adapta a las nuevascircunstancias, pese a que no esformalmente modificada a través delprocedimiento de reformaconstitucional.

Se trata de un concepto plausible,considerando que todos deseamos que elderecho en general vaya acompasadocon el cambio social, dadas las enormes

desventajas que tiene el que el ordenjurídico se quede atrás respecto a larealidad. Pero en Estados Unidos elconcepto de “Constitución viviente” hasido duramente contestado.

Dicen sus críticos que aceptar que unaconstitución pueda sufrir cambios porvía interpretativa, sin ser formalmenteenmendada, genera enormes riesgos. LaConstitución viviente, dicen quienesdiscrepan, permite que su texto seanmanipulable. Además, la adaptación deltexto constitucional a la realidad, ¿enmanos de quién recae? ¿estamos segurosque quienes interpretan la forma en quela carta suprema debe cambiar lo hacende buena fe o a través de

interpretaciones adecuadas, o bienpodemos pensar que –por el contrario-lo hacen con base en sus propias ideas yplanes políticos?[xv]

Las tesis contrarias a la idea de laConstitución viviente se agrupan bajo laetiqueta del “originalismo”, quepropugna interpretar la Constitución deforma estricta, según sus palabras osegún la intención de los redactores deltexto[xvi]. Para los originalistas, no haydilema alguno que resolver ya que laConstitución –a pesar de haber sidoescrita hace más de 200 años- sigueofreciendo respuestas adecuadas a losproblemas del presente.

David Strauss analiza con detalle lasposturas que defiende el originalismo ylas confronta con las propuestas delconstitucionalismo viviente. Lo que nosmuestra es un fresco de gran calidad encuyo fondo se encuentra el tema másimportante de la teoría constitucional denuestros días: la interpretación de lasnormas supremas.

Para entender la importancia delconcepto de “Constitución viviente”hace falta considerar una evidencia: elprocedimiento para reformar laConstitución de los Estados Unidos estan complejo que, a estas alturas, resultaimpracticable[xvii]. A partir de ahí lapregunta interesante es: ¿cómo

reconciliar los límites que impone unaconstitución escrita (y por tanto estáticaen su texto, en ausencia de reformas almismo), con una realidad dinámica ysiempre cambiante, de forma que lacarta suprema pueda ir acompañando ala sociedad a través de los múltiplescambios que experimenta?

Obviamente, si todas las cláusulasconstitucionales fueran claras en susignificado, los problemas serían muchomenores. Como ya se dijo en las páginasanteriores, algunas de ellas desde luegoque lo son, pues contienen mandatosespecíficos cuyo significado no da lugara grandes debates. Pero la mayor partede las normas constitucionales están

redactadas en forma de principios y, enesa virtud, su contenido preciso no esfácil de determinar[xviii]. Para poderaplicar esas normas a casos prácticos,se debe necesariamente llevar a cabouna interpretación: ¿de qué tipo debe seresa interpretación? ¿debe ser apegada altexto original y a los deseos de susautores, o debe tomar en cuenta lo queha cambiado la sociedad?

Lo cierto es que una interpretaciónoriginalista estricta chocaría con variosde los criterios jurídicos más asentadosque existen en los Estados Unidos.Strauss señala que si el originalismofuera la doctrina imperante, lasegregación racial en las escuelas

estaría permitida, el gobierno podríadiscriminar a las mujeres y a lasminorías raciales, la declaración dederechos (Bill of rights) no se lesaplicaría a las entidades federativas, losgobiernos locales podrían violar elprincipio de “una persona, un voto”,gran parte de la legislación laboral,ambiental y de protección deconsumidores sería declaradainconstitucional, etcétera. Nada de esoes aceptable hoy en día para la sociedadde los Estados Unidos; el originalismono es, por tanto, una teoría de lainterpretación constitucional que ofrezcaresultados positivos o constructivos.

Strauss señala que el originalismo tiene

tres problemas fundamentales: a) en lapráctica no siempre es fácil descubrirlas intenciones de quienes redactaron untexto constitucional; b) aunquepudiéramos descubrir las intencionesoriginales de quienes redactaron laConstitución, tendríamos el reto deintentar aplicar esas intenciones aproblemas de nuestros días, algunos delos cuales no pudieron ser previstos ensu momento por la generaciónconstituyente; y c) el tercer problema yahabía sido avizorado hace mucho tiempopor Thomas Jefferson, cuando dijo queel mundo pertenece a los vivos y que lasgeneraciones muertas no tienenderechos: ¿por qué deberíamos resolverproblemas actuales siguiendo el criterio

de personas que murieron hace muchosaños? ¿qué ventajas obtenemos alhacerlo?

Es precisamente en una carta queJefferson escribe al gran James Madisondonde mejor se plasma su idea de que“la tierra pertenece a los vivos”.Escribiendo desde París, donde eraembajador de los Estados Unidos,Jefferson le dice a Madison en unamisiva del 6 de septiembre de 1789 que“los vivos tienen la tierra en usufructo; ylos muertos no tienen poder ni derechossobre ella. La porción que ocupa unindividuo deja de ser suya cuando élmismo ya no es, y revierte a lasociedad… ninguna sociedad puede

hacer una constitución perpetua, ni tansiquiera una ley perpetua. La tierrapertenece siempre a la generaciónviviente: pueden, por tanto,administrarla, y administrar sus frutos,como les plazca, durante su usufructo…toda constitución, y toda ley, caducannaturalmente pasados treinta y cuatroaños”[xix].

En respuesta a Jefferson, también pormedio de una carta, Madison expresasus dudas sobre la conveniencia dereformar con tanta frecuencia un textoconstitucional o de darlo por caducadopor el simple relevo generacional. Sepregunta Madison en una carta del 4 defebrero de 1790: “¿Un Gobierno

reformado con tanta frecuencia no seharía demasiado mutable como paraconservar en su favor los prejuicios quela antigüedad inspira y que tal vezconstituyen una saludable ayuda para elmás racional de los Gobiernos en la másilustrada era? ¿No engendraría tanperiódica revisión facciones perniciosasque de otra manera no podrían cobrarexperiencia?”.

La supervivencia de una forma degobierno debe hallarse, dice Madison,en la utilidad que le pueda suponer paralas generaciones futuras; si dichautilidad no existe, entonces habrá quecambiar la forma de gobierno, pero esono es algo que se pueda predeterminar

con una temporalidad acotada, como lopropone Jefferson. Sigue Madison: “Lasmejoras introducidas por los muertosconstituyen una carga para los vivos quesacan de ellas los correspondientesbeneficios. Esta carga no se puedesatisfacer de otra manera más queejecutando la voluntad de los muertosque acompañaba a las mejoras”.

La conclusión de Madison es que unageneración puede y debe obligar a lassiguientes, siempre que de talesobligaciones se obtengan beneficios. Suspalabras son las siguientes: “Parecehaber fundamento en la naturaleza de lascosas en orden a la relación en que estáuna generación con otra, en particular en

cuanto al traspaso de obligaciones deuna a otra. Lo exige la equidad, y de elloderivan beneficios para una y otrageneración. Todo lo que es necesario enlo que hace al ajuste de las cuentas entrelos muertos y los vivos es ver que lasdeudas deparadas a éstos no excedan delas ventajas creadas por losprimeros”[xx].

Respecto a la primera de las tresdificultades señaladas, Strauss nosrecuerda algo muy obvio: indagar sobrelas intenciones originales que tuvieronalgunas personas que vivieron hacecientos de años es una tarea propia dehistoriadores. Si les pedimos a losjueces que lleven a cabo esa tarea lo

más seguro es que consigamos unresultado muy pobre. Si comprender lasintenciones de muchos actores políticospuede ser muy complicado en laactualidad; pero tal dificultad semultiplica y crece cuando lo quebuscamos son intenciones de personasque habitaron la tierra hace muchotiempo.

Ahora bien (en referencia a la segundadificultad), si pudiéramos en efectodeterminar el significado preciso quelos autores del texto constitucional lequisieron dar a alguna de susdisposiciones, ¿cómo trasladamos esaintención a los problemas que nosotrostenemos que resolver en el presente?

¿qué pasa si descubrimos que lascircunstancias del presente son tanradicalmente distintas a las de la épocaconstituyente como para que resultemejor no hacerle caso a la intenciónoriginal de los redactores de la CartaMagna? ¿qué sucede si haciéndoles casollegamos a soluciones que son negativaspara las personas que hoy en día habitanla tierra?

Strauss señala que la preocupación delos originalistas para que los jueces nopuedan manipular libremente laConstitución es legítima, pero larespuesta no es voltear al pasado enbusca de significados remotos, como loproponen los propios originalistas. La

mejor respuesta para dichapreocupación está en la tradiciónhistórica del common law, que le da unagran importancia al precedente. Dehecho, la mayor parte de las sentenciasde los jueces norteamericanos se apoyanen decisiones anteriores, sobre lascuales se van decantando las mejoresrespuestas a los casos concretos quedeben irse resolviendo.

Los jueces están vinculados en principioa observar el precedente. Si decidenabandonar un criterio anterior debenhacerlo de manera expresa y dando lasrazones de dicho abandono. Ese sistemade precedentes genera una ciertaestabilidad interpretativa y acota de

forma muy significativa los posiblesmárgenes de discrecionalidad judicial(aunque no los elimina, desde luego).

Las técnicas interpretativas propias delcommon law combinan, dice Strauss,una actitud humilde frente al precedente,y una sabiduría práctica que lleva a losjueces a preguntarse: ¿qué solución nosofrece mejores resultados prácticos?Los jueces en el common law no sepreocupan por cuestiones teóricas o porla compatibilidad de sus puntos de vistacon lo que señalan los teóricos en suslibros y sus conferencias: les interesallegar a la justicia en los casosconcretos, aportando bienestar a lascomunidades a las que sirven.

La interpretación basada en losprincipios del common law es mejor quela postura originalista, afirma Strauss,ya que no requiere que los juecesintenten hacerse pasar por historiadores.Además, el common law permite irdestilando una cierta “sabiduríajudicial”, a través de la confección,respeto y evolución del sistema deprecedentes. Por otro lado, el commonlaw permite resolver los problemas dehoy sin ir en busca de las intencionesque se tuvieron hace siglos, con lo cualdemuestra una mayor razonabilidadfrente al presente.

Ahora bien, ni la idea de la Constituciónviviente ni las técnicas interpretativas

propias del common law hacen a un ladou obscurecen la enorme importancia quetiene el texto constitucional escrito.Strauss defiende que la Constituciónescrita aporta enormes ventajas, comopor ejemplo la de crear un punto deencuentro, un terreno común, paradiscutir los problemas que vansurgiendo en las sociedades a las que eldocumento pretende regir. En ausenciade ese terreno común una sociedadpodría entrar en una espiral dedesencuentros negativos y, en unsupuesto extremo, autodestructivos.

En algunos casos, señala Strauss, laConstitución no ofrece respuestas a losproblemas que tenemos. En otros

solamente se limita a señalar el tipo derespuestas que serían aceptables desdeel punto de vista constitucional. En otrosmás, cabe añadir, la Constitución sirvede marco para establecer el tipo derespuesta que no se le puede dar aciertos problemas.

La combinación entre cláusulasespecíficas y cláusulas generales esparte de la genialidad de la Constituciónde los Estados Unidos, según Strauss. LaConstitución es específica cuando tieneque serlo, pero preserva márgenesrazonables de apertura para que cadageneración vaya ofreciendo sus propiasrespuestas a una serie de problemas queaparecen cada determinado tiempo. En

los temas en que esa apertura existe esprecisamente en los que los jueces ydemás aplicadores del textoconstitucional deben aportar argumentospara construir un terreno común deacuerdos y no de disensos. Las buenasconstituciones sirven para construirrespuestas valoradas por los ciudadanosy útiles al conjunto de la sociedad, nopara dividirla y enfrentar a los gruposque la componen.

Desde luego, encontrar ese terrenocomún no es cosa fácil. Por eso la teoríacontemporánea del derecho ha dedicadotantas y tantas páginas al tema de lainterpretación jurídica en general y de lainterpretación constitucional en

particular.

El debate es interesante incluso fueradel contexto muy específico delconstitucionalismo de los EstadosUnidos, pues permite advertir la formaen que los abogados deben acercarse alos materiales normativos con los quetrabajan día con día. La antigüedad delos textos legales no es algo que afectesolamente a las Constituciones, sino acualquier ordenamiento. Recordemosque en México sigue vigente un Códigode Comercio expedido en 1890 y quemuchas de nuestras leyes federalestienen más de 70 años de haber sidopromulgadas.

No es momento de entrar con detalle alos aspectos técnicos de los casos ypaíses a los que hemos hecho referencia.Lo relevante es que sepas lo importanteque es para todo abogado dominar lastécnicas interpretativas y tener lacapacidad de construir argumentos pararesolver los casos concretos que en losdistintos ámbitos del derecho sepresentan día con día.

La diferencia entre un buen abogado y unabogado mediocre está en buena medidadeterminada por la capacidad parainterpretar bien y para construirargumentos. Por eso es que, desde elinicio de tus estudios, debes esmerartepara refinar las técnicas interpretativas y

argumentativas.

Carta VIII.Cuestiones éticas.

Los estudiantes que terminan laenseñanza media-superior (lapreparatoria o sus equivalentes) y optanpor comenzar la carrera de derechobasan su decisión en una variedad muyamplia de motivaciones. Algunos,siendo muy sinceros, afirman queescogieron estudiar derecho para evitarcualquier carrera que tuviera que vercon las matemáticas. Otros lo ven como

una especie de inversión: saben que hayabogados que ganan mucho dinero yperciben que la carrera de derechopuede ser una buena fuente de ingresoseconómicos en el futuro. Algunosescogen estudiar derecho porque tienenideales relacionados con la justicia, elbien común y la posibilidad de ayudar alas personas indefensas. En fin, no faltanlos que se inscriben a derecho porquesus padres o abuelos son abogados ydeciden seguir la misma línea que susfamiliares[xxi].

Cada estudiante tiene sus propias

razones para haber elegido unaprofesión como la de abogado. Pero laenseñanza que recibe durante la carreradebe transmitirle que en toda cuestiónjurídica hay también una previa decisiónde carácter ético y además debe sercapaz de indicarle algunas coordenadasmínimas a partir de las cuales puedatomar las mejores decisiones desde elpunto de vista de los valores quedefiende el derecho.

Como seguramente sabes, en los últimosaños se han comenzado a impartir cursosde ética jurídica o de deontología

profesional en varias escuelas yfacultades de derecho. Quizá por lanovedad del tema en América Latina opor la proverbial lentitud de la literaturajurídica para dar cuenta de los avancesen su área de conocimiento, los librossobre la materia son muy escasos yalgunos de ellos de una sorprendentesimplicidad. En consecuencia, no haymuchos referentes que puedan sertomados como punto de partida.

No es el momento de hacer un repasocompleto de los temas que inciden en la

ética del abogado, pero sí vale la penaapuntar algunos elementos éticos que tepodrán orientar tanto en los años quepases en la Facultad, como en el futuro,cuando estés desempeñando tu carrera.

La primera cuestión, por ser quizá lamás general, se refiere al carácter éticoque tiene toda decisión tomada almomento de configurar el ordenamientojurídico. En otras palabras, debes tenerpresente que detrás de cada decisiónlegislativa, reglamentaria ojurisprudencial hay una previacomprensión de carácter ético sobre la

realidad social.

Esas decisiones comienzan al diseñarlos aspectos más generales o ampliosdel ordenamiento jurídico: cuando seha c e la Constitución, si es que elrespectivo sistema jurídico cuenta conuna norma de ese tipo (como lo hacen lamayor parte de los sistemas jurídicos deOccidente, que tienen textosconstitucionales escritos), o cuando seexpiden las leyes.

Cuando se comienza a construir unsistema jurídico que asegure la

convivencia social pacífica, se deben irtomando decisiones en torno a una seriede normas que suponen límites a lalibertad de los integrantes de unasociedad. Se tiene que decidir quéconductas deben regularse, ya sea queestén permitidas (asegurando de esaforma su potencial realización), o queestén prohibidas (evitando enconsecuencia que se lleven a cabo).¿Cómo podemos llevar a cabo esatarea?, es decir, ¿cómo saber quéconductas debemos permitir y cuálesdebemos prohibir? Estas son preguntas

muy importantes que tuvieron que sercontestadas al momento de construir lasmodernas sociedades liberales. Dehecho, son preguntas que seguimoshaciéndonos hoy en día en muchosámbitos del quehacer social[xxii].

Para algunos autores, la tarea delsistema jurídico en su conjunto consisteen proteger la libertad siempre que esalibertad no cause daño a otros[xxiii].Las decisiones que se deben tomar noson fáciles en muchos casos. Ante losvariados puntos de vista que puedenexistir en una sociedad plural y ante la

dificultad objetiva de llegar a consensossobre el sentido del bien, quizá lo mejorsea empezar por prohibir odesincentivar aquello que podríaparecer claramente como menos valioso.

Existe un cierto consenso en que lasactividades que científicamente se haprobado que atentan contra la salud delas personas, sino pueden ser prohibidasal menos sí que deben serdesincentivadas, al tiempo que se debenpromover aquellas condiciones quemejoran nuestra salud. Así por ejemplo,se acepta en todos los países

democráticos que es legítimo establecerimpuestos –incluso muy altos- alconsumo de tabaco y alcohol como unamedida para desincentivar suutilización, mientras que nadie defiendeque se grave la realización del ejerciciofísico.

A veces las decisiones normativastoman perspectivas éticas de lasreligiones; eso es lo que explica que enmuchos sistemas jurídicos se ordene elcierre dominical de los establecimientosmercantiles o se prohíban los

matrimonios poligámicos.

Algunas otras decisiones reflejan uncierto paternalismo jurídico, que enciertos casos puede estar justificado:por ejemplo al exigir que losconductores de coches se pongan elcinturón de seguridad o al prohibir quelos menores de edad puedan trabajar (almenos los menores de 14 años, en elcaso del ordenamiento jurídicomexicano). Ciertas prohibicioneslegislativas buscan proteger a laspersonas incluso en contra de suspropias decisiones, como sucede con las

prohibiciones de carácter penal queexisten en algunos países sobre elconsumo personal de drogas.

Hay decisiones normativas que se basan,simple y llanamente, en prejuicios dematriz religiosa o psicológica; porejemplo cuando se persigue a laspersonas homosexuales o cuando se lesniega el reconocimiento de derechosbásicos, o incluso cuando se les impidea las mujeres decidir de forma autónomasobre su propio cuerpo.

Ese es un primer nivel, muy básico, enel que la ética tiene incidencia sobre el

derecho y los futuros abogados debenser capaces de discernir desde esaperspectiva los problemas éticos quetoda decisión normativa conlleva.

Desde otro punto de vista, debes saberque habrá cuestiones éticas queafectarán no en general al diseño delsistema jurídico, sino a tu propiodesempeño profesional. Habrá casosdifíciles sobre los que deberás tomardecisiones, ya sea que te desempeñescomo juez, como abogado defensor ocomo titular de la acusación en casospenales (papel que en Méxicodesempeña –como regla general- elministerio público). Quienes, como tú,hoy son estudiantes estarán expuestos enel futuro a un severo problema que

afecta por igual a los abogados y a losprofesionales de otras disciplinas: lacorrupción. Déjame contarte algo mássobre este tema, que es espinoso peroineludible para un futuro abogado.

En una clase de ética de una prestigiosauniversidad europea el profesorpregunta a los alumnos si es correctoque un funcionario público acepteregalos de particulares. Comienza eldebate en la clase: unos están en contraya que consideran que es una forma deinclinar el criterio del funcionario paraobtener un trato ventajoso por parte delparticular; otros alegan que el purohecho de recibir un obsequio no deberíaser mal visto, ya que puede o no influiren el proceso de toma de decisiones del

funcionario en cuestión. Un tercer grupode alumnos le dice al profesor quenecesita más elementos para podercontestar adecuadamente la pregunta;por ejemplo, ¿qué valor monetariotienen los obsequios? ¿quién losentrega? ¿el funcionario tiene poder dedecisión dentro de su dependencia osolamente es un empleado menor que seencarga de trámites sin importancia?

En los tres tipos de respuesta que danlos alumnos del curso citado, podemosobservar una diferente concepción de laética pública y de la corrupción. Esprobable, de hecho, que para la mayoríade personas los actos de corrupciónsean siempre relativos; es decir, quedependen del momento en que se

producen, de las personas que losrealizan, de las condiciones en quesurgen.

Esto es frecuente en contextos socialesen donde las condiciones para que serelacionen los ciudadanos con lospoderes públicos no se hancaracterizado precisamente por su apegoa la legalidad; lo mismo sucede enaquellos países en los que recurrir a laviolencia es un cauce habi tual deresolución de las disputas entreparticulares. En esos casos se produceuna comprensión muy débil de lalegalidad y no es posible contar conasideros firmes para identificar un actode corrupción y mucho menos paracastigarlo[xxiv].

Lo que quiero decir es que la corrupciónpuede vivir mejor en un contexto social,político y económico en donde no espercibida como tal, o sea, en un contextoen el que es “invisible”.

¿Qué fenómenos producen o incentivanla corrupción? Para contestar estapregunta hay que huir de lasexplicaciones culturales oantropológicas, según las cuales habríaciertos pueblos o ciertas naciones máspropensos que otros a incurrir en actosde corrupción. Esto es falso. Lacorrupción crece en la medida en que seproduce la convergencia de ciertosarreglos institucionales y cuando losactos ilícitos no son castigados.

Según la literatura especializada en eltema, las causas por las que florece lacorrupción son[xxv]:

1) Salarios y remuneraciones públicasde muy bajo nivel o carenciasimportantes relacionadas con elbienestar personal y familiar o con laposibilidad misma de desempeñar uncargo público (falta de medicinas, faltade armamento, carencia de papel en losjuzgados).

2) Falta de estabilidad en el empleo(servicio civil de carrera) odeterminación arbitraria de condicioneslaborales (cambios de adscripción, desueldos y prestaciones, etcétera).

3) Ausencia, debilidad o escasaprobabilidad de que existan sancionespara las conductas indebidas(impunidad).

4) Sobre-regulación administrativa quehace imposible o muy costoso para losparticulares cumplir con las normas.

5) Conflictos de intereses, es decir, laexistencia de “doble lealtad” por partedel agente público, que con su conductapuede obtener beneficios comoparticular.

6) Magnitud económica en la toma dedecisiones, por ejemplo construcción deinfraestructuras, recalificación en el usode suelo o compra de armamentos.

7) Falta de competencia endeterminados sectores de mercado.

8) Falta de organización administrativa,equivalente a ausencia de controlesjerárquicos o funcionales.

Para combatir el fenómeno de lacorrupción, arraigado por siglos enmuchos países de América Latina (entodos, me temo), habría que hacer untrabajo intenso de “visibilización” delos fenómenos corruptos. Para lograrlohay dos vías, principalmente: la de latransparencia de los actos del gobierno,por un lado; y la de la generación de una“ética pública” compartida por amplios

sectores de la sociedad, que permitacontar con un contexto de exigenciapropicio para identificar y castigar losactos de corrupción. En ambos casos,los abogados pueden jugar un papelfundamental.El ejemplo de la clase de ética al queme refería anteriormente no esinventado. Es un caso real. El tipo derespuesta, con más o menos matices, sereproduce curso tras curso, si bien laforma de plantear el criterio de cadaestudiante puede variar (hayplanteamientos muy elaborados a vecesy en otras ocasiones los alumnosparecen tener nociones muyrudimentarias que les impiden generarun tipo de debate de mayor altura).

Ahora bien, si eso pasa en un aulauniversitaria en Europa, no es difícilimaginar los enormes problemas decompresión que sobre el tema se tienen,en todos los niveles, en América Latina. La corrupción en el terreno de losabogados se expresa de muchasmaneras, algunas de ellas muy simples y–aparentemente- con pocasconsecuencias. Por ejemplo al momentode fijar los honorarios para un cliente.Hay abogados que, al ver las enormescantidades de honorarios que cobranalgunos de sus colegas, deciden lucrarcon la necesidad de sus clientes yaumentan sustancialmente las tarifas de

sus servicios profesionales.

Hay otras prácticas muy negativas peronada teóricas: por ejemplo la de pedirleal cliente dinero para sobornar al juez oal ministerio público en alguna causapenal. El cliente en este supuesto quedaa merced del abogado si decide darle eldinero que le pide. Al no existir enMéxico la colegiación obligatoria y alno poder denunciar al abogado más quepenalmente (con lo cual el cliente abreuna causa más para cuyo litigio deberácontratar a otro abogado), la personaafectada cuenta con muy escasos mediosde defensa frente a abogados corruptos ycorruptores.

Otro dilema ético al que te enfrentarásen el futuro tiene que ver con el tipo decasos que un abogado decide llevar.Hay casos límite o muy complejos quese suelen poner como ejemplo en lasclases de ética jurídica; se les preguntaa los alumnos si llevarían casos depersonas acusadas de pederastia, denarcotráfico o de crímenes muyviolentos (asesinos seriales).

¿Porqué un abogado debería de aceptardefender a este tipo de personas y ponera su servicio los conocimientos que contanto esfuerzo adquirió en la facultad dederecho? La respuesta es muy sencilla:porque todas esas personas tienenderecho a la mejor defensa jurídica que

sea posible dentro de la ley y porque atodos les asiste la presunción deinocencia, incluso cuando hayan sidocondenados en primera o segundainstancia.

Ahora bien, cuando seas ya un abogadoen ejercicio de la profesión tendrás lalibertad para decidir si tomas un casodeterminado o no y por supuesto que tudecisión puede estar basada enconsideraciones éticas.

Si decides hacerte cargo de la defensaen estos casos complicados, deberásemplear toda tu preparación y todos loselementos que permita la ley paraproteger los intereses de las personas

que representas. Las acusaciones tienenque ser probadas, de modo que laresponsabilidad de acreditar que unapersona es responsable de habercometido un delito le corresponde en sucaso a la autoridad que ha hecho unainvestigación y que sostiene que turepresentado es responsable.

La ética de los abogados, desde luego,puede tomar otros rumbos. Por ejemplo,los futuros abogados pueden tener elhorizonte ético de emplear susconocimientos para defender a laspersonas que no tienen medioseconómicos. Pueden dedicarse atrabajar con organizaciones socialespara defender derechos de comunidades

con escasos recursos; pueden dedicarparte de su tiempo o todo su tiempo allevar juicios de “interés público”, porejemplo juicios en contra de empresasque contaminan, empresas que dañan ala salud (como los litigios contra lasempresas de cigarros en EstadosUnidos) o empresas que abusan de losconsumidores (también en EstadosUnidos se han abierto muchos de estosjuicios, por ejemplo contra empresas decomida rápida bajo la acusación de quesus alimentos deterioran la salud de losconsumidores de forma importante).

La educación jurídica debería poner alos alumnos frente a estas opcionesprofesionales de alta relevancia ética y

ofrecerles herramientas paradesempeñarse adecuadamente en ellas.En este sentido, las escuelas de derechopueden crear “clínicas de interéspúblico” que permitan a alumnos yprofesores asesorar casos de altoimpacto social con el objeto nosolamente de aprender a litigar enciertas materias, sino también paragenerar precedentes judiciales quepermitan mejorar el sistema jurídiconacional.

Los profesores deberían incentivar enlos alumnos la curiosidad sobre ciertoscasos relevantes que están en manos delos tribunales e invitarlos a enviar a losjueces escritos que contengan los

argumentos más favorables para elinterés general (en calidad de “amicuscuriae” si existe la figura o ejerciendosimplemente el derecho de peticiónestablecido en el artículo 8 de laConstitución mexicana en casocontrario[xxvi]). Esto repercutiría nosolamente sobre la transmisión deconocimientos técnicos a los alumnos,sino sobre todo en la creación de unacierta sensibilidad ética sobre elquehacer social del abogado.

Quienes cuentan con una buenaformación jurídica pueden noúnicamente poner esa capacidad alservicio de los clientes que les paguenbuenos honorarios, sino también servir a

la defensa de intereses colectivos o degrupo para mejorar la calidad de vidadentro de una comunidad. El abogadotiene, en este sentido, una función de altatrascendencia social sobre la que losestudiantes de derecho deben estaradvertidos. La enseñanza del derechodebería resaltar esta dimensión delconocimiento jurídico en cada una de lasramas del ordenamiento y en cada unade las materias que componen elcurrículo de la carrera.

Las anteriores consideraciones nopretenden servir como una guía paradestacar los elementos éticos que debestener presentes a lo largo de tuformación académica. Su objetivo es

mucho más simple: se trata solamente dehacer evidente que la buena enseñanzajurídica no se agota en aspectos técnicosy que, por el contrario, ir a clase sintener conciencia de las repercusioneséticas del derecho es contribuir alocultamiento de los graves dilemas queenfrenta cualquier ordenamiento jurídicoen un país democrático o que seencuentra en un proceso de transición ala democracia. Los alumnos deben tenerpresentes esos dilemas y deben contarcon las herramientas para enfrentarloscon solvencia.

Desde un punto de vista ideal losestudiantes deberían salir de lasescuelas y facultades de derecho

imbuidos de un profundo compromisoético e incluso político, entendiendo porcompromiso político no un compromisopartidista sino un compromiso condeterminados valores de carácterpolítico (valores como la tolerancia, elpluralismo, la democracia en su sentidomás amplio). Como sostiene JuanAntonio Pérez Lledó, “Se trata deformar juristas comprometidos con unatarea políticamente crítica ytransformadora de las injusticias delpresente… esa direccióntransformadora, constructiva, ha de estarsustentada en valores justificados. Hayque provocar en el estudiante,ciertamente, una ‘actitud emocional’ decompromiso hacia ‘la justicia’ o hacia

ciertos valores…”[xxvii].

No debemos olvidar que los jóvenes queentran en una escuela de derecho tienenun horizonte vital y axiológico muyamplio por delante. De la seriedad conque la enseñanza del derecho se impartay del nivel de compromiso ético quetengan los profesores dependerá enbuena medida la representación que losalumnos tendrán del fenómeno jurídico.

Es necesario, en esta tesitura, ponersobre la mesa las cuestiones éticas,morales y axiológicas del derecho y nopretender esconderlas argumentando unasupuesta “pureza” de la ciencia jurídica.Desde un punto de vista metodológico y

práctico es del todo necesario que losalumnos estén al tanto durante su carrerade las delicadas cuestiones éticas queles va a presentar la profesión jurídica.

Carta IX.Especialización.

Como verás a lo largo de tus estudios,las cuestiones jurídicas soninabarcables. Es probable que lamayoría de tus profesores apenaspuedan agotar todos los temas que estánprevistos en los respectivos temarios decada materia. Los asuntos por estudiarson tantos y las horas lectivas tanescasas que apenas da tiempo, confrecuencia, de ir viendo cada uno deellos de forma un tanto superficial. Poreso es importante, como te lo decía en la

carta referente a los hábitos de estudio,que complementes por tu parte todoaquello que tus profesores exponen enclase.

Como quiera que sea, es probable quecuando te acerques al final de tusestudios de licenciatura sientas un ciertodesasosiego por no haber podidoprofundizar en muchas cosas que teparecieron interesantes a lo largo de lacarrera. A quienes nos apasiona elderecho, nos gustaría conocer cada unode sus aspectos, hasta el más mínimodetalle. Deseamos con fervor podertener pleno conocimiento de cada libro,de cada ley, de cada reglamento, decada sentencia, de cada criterio

jurisprudencial, de cada reforma queaparece.

Pronto te darás cuenta, sin embargo, queeso es imposible de lograr, por másempeño que pongas y por más horas quele dediques al estudio. No hay serhumano que tenga la capacidad deprocesar un volumen tan considerable deinformación (asumiendo que se puedareunir y sistematizar toda ella, lo cual yade por sí es bastante complejo). Larealidad es que el ejercicio de laabogacía requiere de una fuerteespecialización. Y eso es algo quedebes ir determinando a lo largo de lacarrera, con independencia de quepuedas o quieras estudiar un posgrado.

De hecho, el posgrado en realidad debeser un etapa en la que profundices laespecialización que hayas elegidodurante la licenciatura.

Ahora bien, debes tomar en cuentaalgunos elementos al momento de haceresa elección. Hay ramas del derecho quepermiten solamente cierto tipo deejercicio profesional. Por ejemplo, si teespecializas en derecho notarial, túdestino profesional estará esencialmentevinculado a una notaría, sea en calidadde notario o bien como auxiliar de uno.

Si te especializas en derecho penaltendrás la oportunidad de litigar en esadifícil materia o bien la de ser

ministerio público o juzgador.

Si optas por el derecho mercantil, debestener presente que estarás orientado acuestiones vinculadas con el tráficocomercial, con empresas, créditos,fusiones, deudas, etcétera.

El trabajo de asesoría corporativa tienetambién un sesgo muy marcado. Siasesoras jurídicamente a grandesempresas, tú mundo girará en torno a lassociedades mercantiles, las asambleasde socios, la planeación fiscal y lostemas laborales.

Los anteriores son algunos ejemplos, deentre los muchos que se pueden citar (yaque cada rama del derecho es diferente).

Lo importante es que tengas claras doscosas: una es la necesidad absoluta deespecializarte en alguna de las ramas delderecho. La segunda cuestión es quedebes definir tus intereses en la vida, afin de que la especialidad por la queoptes sea compatible (e inclusocongruente) con los valores que tienes.

Yo por ejemplo, pese a haber crecido enuna familia de empresarios, nunca tuvevocación mercantil. Comprendo muybien a quienes han hecho de lasganancias económicas el principalobjetivo de sus vidas y creo que están ensu derecho de dedicar toda su energía alograrlo, pero no es algo que a mí megustaría hacer. No me veo asesorando

empresas, dirigiendo procesos dequiebra o imaginando acuerdos defusión entre sociedades.

Inclusive hay ramas del derecho que sontan amplias que hay que especializarsedentro de ellas. Por ejemplo, eso sucedeen el derecho constitucional. Entre losconstitucionalistas, hay quienes seespecializan en derechos humanos, enderecho electoral, en derecho a lainformación, en federalismo, en elrégimen municipal, en defensa de laconstitución, en amparo, etcétera.También respecto de esa “micro-especialización” deberás optar, si esque la materia que eliges tiene unaamplitud como la que te acabo de

comentar.

Cada uno debe encontrar su propiavocación y para ello debes pensar muybien cómo optas por tu campo deespecialización dentro del universojurídico. Quizá te sirva hacerte éstaspreguntas: ¿qué me gustaría estarhaciendo dentro de veinte años? ¿qué eslo que disfruto realmente, lo que más mellama la atención dentro de la carrera?¿qué es aquello que simplemente nopodría hacer bajo ninguna circunstancia?¿Cuándo cumpla ochenta años, qué megustaría haber logrado? ¿si en lamadurez de mi existencia volteo a ver loque ha sido mi vida, qué me gustaríaver?

Carta X.Posgrados.

En la carta anterior te contaba loinabarcable que es el derecho y laconsiguiente necesidad de que losabogados se vayan especializando enalguna materia. Ningún abogado puedeintentar conocer con un cierto grado deprofundidad todas las materias, de modoque tendrá que optar por enfocar susenergías en el sector del mundo jurídicoque más le llame la atención o en aquelque sienta que le ofrece mejoresoportunidades de desarrollo personal y

profesional.

Aunque la mayoría de planes de estudiode las facultades y escuelas de derechopermiten que los estudiantes vayanseleccionando opciones terminales quelos llevan a enfocarse en determinadasramas jurídicas, lo cierto es que laespecialización verdadera se producepor medio de los posgrados.

Si uno estudia una maestría o undoctorado, es probable que lo haga enuna rama concreta, de tal forma que eseserá el tiempo de su formación en quepodrá desarrollar a fondo laespecialización de la que hablábamos.

Pero los posgrados no son solamente el

vehículo para poder lograr la siemprenecesaria especialización, sino que sehan ido convirtiendo con el tiempo en uncomplemento del todo necesario para laformación que se recibe en lalicenciatura. Quizá hace unos años elestudiar un posgrado pudo haberse vistocomo un lujo o un divertimento: hoy endía es un paso indispensable en laformación de cualquier abogado quequiera ser exitoso.

Nos guste o no, lo cierto es que lo quecualquier profesor puede enseñar en lasescasas horas de un semestre (que aveces es cuatrimestre en realidad), noabarca todo el contenido de la materiaque imparte. Muchas veces da apenas

tiempo de estudiar las cuestionesfundamentales, profundizando en algunaspero sin poder ir más allá de unaexplicación relativamente somera en lamayor parte del temario.

Como ya fue explicado en varias de lascartas anteriores, los estudiantes debenexplorar distintas vías para suplir ycomplementar las explicaciones de susprofesores, buscando información por suparte y analizando con detalle los temasque sean de su interés. Pero ni siquieraese empeño personal puede llegar asuplir la necesidad de cursar un buenposgrado, lo que idealmente debecomprender el recorrido por todos lospeldaños de la oferta académica

existente, hasta llegar al máximo gradoacadémico que es el doctorado.

Por lo tanto, la meta de cualquierestudiante de derecho que quieradestacar profesionalmente debe ser de lade cursar estudios de posgrado.

La oferta de tales estudios tanto enMéxico como en el extranjero es muyamplia. Una vez que tomes la decisióndel ámbito del derecho en el que tequieras especializar debes buscar lasopciones disponibles. La primeradecisión que debes tomar es si quieresestudiar en tu propio país o si tienes laposibilidad económica y personal desalir a estudiar al extranjero.

Yo te recomiendo, con base en laexperiencia de muchos colegas yamigos, y desde luego considerando mipropia experiencia, que hagas elesfuerzo de salir a estudiar un posgradoen otro país. Te servirá no solamentepara adquirir conocimientos distintos alos que podrías aspirar a tener enMéxico, sino también para dotarte deuna visión del mundo que no es posibleadquirir ni siquiera cuando uno viaja aotros países en calidad de turista. Viviren el extranjero es una experienciahumana (y académica, desde luego)incomparable.

El 17 de agosto de 1994 hice mi examenprofesional, mediante el que obtuve el

título de licenciado en derecho. Fue unaceremonia muy emotiva. En el juradoestuvieron tres destacados juristas, loscuales en algún momento de mi vidalaboral fueron además mis jefes: JoséLuis Soberanes, Jaime Cárdenas yGenaro Góngora Pimentel.

A los pocos meses de obtenido el título,en noviembre de 1994, viajé a Madridpara comenzar mis estudios dedoctorado en derecho constitucional, enla Universidad Complutense. Fue todauna experiencia. No solamente por eldoctorado y por el reto fenomenal devivir por primera vez fuera de la casa demis padres, sino también por todo lo quesuponía adaptarse al modo de vida de

otro país.

Había estado muchas veces en Madrid,pero siempre por periodos muy cortos,como simple turista. A finales de 1993había hecho una estancia de un mes en laciudad, con el fin de obtenerdocumentación para mi tesis delicenciatura. Fue entonces cuandoconocí el lugar donde pasaría muchashoras durante los años en que hice eldoctorado: el Centro de EstudiosConstitucionales, situado en el edificiovecino al que ocupa el Senado español.

En la biblioteca del Centro de EstudiosConstitucionales fue donde obtuve lamayor parte del material necesario para

redactar mi tesis doctoral. Además, enel Centro tuve el privilegio de cursar surenombrado Diplomado deEspecialización en DerechoConstitucional y Ciencia Política, por elque han pasado tantos estudiantes deAmérica Latina.

El Diplomado duraba solamente un año,pero la intensidad del estudio queexigían los profesores lo hacía casi másdifícil que el propio doctorado de laUniversidad Complutense. Fue unesfuerzo muy provechoso, por losbuenos profesores con los que tuve laoportunidad de tomar clase, por la sanacompetencia que establecimos con losdemás compañeros del Diplomado y por

el reto que suponían los continuostrabajos que teníamos que entregar. ElDiplomado se acreditaba con laaprobación de los cursos y con lapresentación de una tesina que enrealidad equivalía a una tesis demaestría. Durante ese año, abundaronlas noches sin dormir, completamentededicadas a leer y escribir.

Cada vez que vuelvo a Madrid procuroir aunque sea un rato a la biblioteca delCentro de Estudios Constitucionales,que me sigue pareciendo un lugarentrañable.

En Madrid tuve el honor de que elrenombrado profesor Pedro de Vega,

uno de los constitucionalistas másdestacados de España, me dirigiera latesis doctoral. Hice el examen de gradoel 28 de enero de 1998. Y entoncesregresé a México para retomar mi vidaprofesional en el Instituto deInvestigaciones Jurídicas de la UNAM,al que sigo sirviendo con gran alegría ycompromiso tantos años después.

Debes estar advertido que estudiar unposgrado (si el programa y losprofesores son buenos) no se parece encasi nada a estudiar una licenciatura. Enlos posgrados los profesores dan porhecho que sabes muchas cosas y queeres capaz de aprender por tu lado. Perolo que marca grandes diferencias entre

la licenciatura y el posgrado (sobre todoa nivel de doctorado) es el énfasis en lainvestigación. Durante la carrera no esmuy frecuente que los profesores lespidan a los alumnos que redactenensayos o hagan trabajos deinvestigación, pero en el doctorado esoes el pan de cada día.

Además, normalmente un posgrado seriodebe implicar la redacción de una tesisfinal, como requisito indispensable parapoder obtener el grado respectivo. En laUniversidad Complutense, al menoscuando yo fui alumno de su doctorado,había una regla no escrita según la cualuna tesis de doctorado debía tener unaextensión mínima de 500 páginas.

Supongo que el lector podrá imaginar elgran esfuerzo de concentración ycapacidad investigadora que requiereese parámetro de páginas.

De modo que si quieres hacer unposgrado que valga la pena deberásdesarrollar una considerable capacidadde investigación en materia jurídica.¿Cómo se puede lograr y quécaracterísticas debe tener una buenainvestigación? ¿qué sugerencias oconsejos pueden darse para lograr hacerinvestigación jurídica de calidad? Deeso trata la siguiente carta.

Carta XI.La investigación jurídica.

He pasado toda mi vida profesional,desde que regresé de Madrid habiendoobtenido mi grado de doctor en derecho,trabajando como investigador de laUNAM y le he dado muchas vueltas alas preguntas con las que terminaba lacarta anterior. Con frecuencia, cuandoveo los manuscritos de mis artículos ylibros que están listos para serentregados a la imprenta, me cuestionosobre si tienen la calidad necesaria paraser publicados y si en realidad están

aportando algo al conocimiento jurídico.

Lo cierto es que casi nunca obtengorespuestas claras. Siempre se queda unocon la duda, aunque después de untiempo he llegado a la conclusión que elmejor juicio que puede haber sobre elvalor de una obra no es el que puedatener el autor, sino el de los lectores.Son ellos los que emiten el veredictofinal.

Ahora bien, lo que sí creo es que hayciertas claves que te pueden ayudar almomento de emprender unainvestigación en cualquier área delderecho. Repasemos algunas cuestionesbastante conocidas, pero que creo que

deben ser tomadas en cuenta.

La mayor parte de las consideracionesque siguen son aplicables a los trabajosde investigación que tienen por objetorealizar una tesis de posgrado. No mesentiría capaz de dar ningún tipo deconsejo o sugerencia para profesionalesde la investigación, que seguramentetienen una metodología propia muchomejor que la que voy a describirenseguida de forma muy somera.

Cuando uno ya es investigadorprofesional o cuando tiene ciertaexperiencia desarrolla sus propiosesquemas de trabajo, los cuales casisiempre son los más funcionales y

adecuados para cada persona. Siempredebemos intentar construir nuestra muypersonal forma de trabajo, sin copiar lamanera en que trabajan los demás, yaque lo que puede ser útil para uno puedeser un desperdicio de tiempo para otrapersona.

Pasemos a ver, repito, algunasconsideraciones de sentido común sobrela manera en que se pueden desarrollarinvestigaciones jurídicas.

En primer lugar, el éxito de unainvestigación depende de que seseleccione bien el tema. Una buenaselección del tema supone comenzardando los primeros pasos por la ruta

correcta. ¿Cómo encontrar un buen temade investigación?

Esa pregunta es una de las que conmayor frecuencia nos hacen los alumnosa los profesores o investigadores quedirigimos tesis. La primera respuestaque les doy es que intenten elegir unproblema y que a partir del problemaintenten generar un tema deinvestigación.

¿Cómo encontrar un problema jurídicoque sea relevante para efecto dededicarle el enorme esfuerzo que puedesuponer la redacción de una tesis deposgrado? Para encontrarlo debemosmirar a la realidad. Es muy importante

no confundir un problema verdadero conun pseudo-problema, que es el quesolamente existe en nuestra cabeza. Labuena noticia (por decirlo de algunamanera) es que si miramos a la realidadde cualquier país de América Latina,encontraremos miles de problemas quemerecen un análisis en profundidad, demodo que siempre abundan los temaspara hacer una tesis.

Un tema interesante para dedicarle unatesis debe ser siempre un asunto que sies bien estudiado sirva para proponermedidas que mejoren la realidad, esdecir la vida de las personas de carne yhueso que son las destinatarias de todoel esfuerzo que hacemos quienes nos

dedicamos al estudio del derecho. Si elproblema analizado no tiene impactosobre la vida de las personas, entoncesprobablemente no sea tan relevantecomo para que le debamos dedicarmeses o años de nuestra vidaestudiándolo.

Incluso las tesis que tienen un enfoquehistórico, que desde luego que espertinente y muy importante para nuestraformación como juristas, deben sercapaces de resolver preguntas o deplantearnos problemas para nuestrotiempo. Los mejores historiadores sonaquellos que son capaces de explicarnosel pasado como una forma de hacernoscomprender el presente. El puro análisis

histórico, aislado del contexto en el queel historiador y sus lectores viven, esbastante estéril, además de aburrido.

Una vez que se identifica el problema yse hace el planteamiento del tema esimportante dilucidar la metodología deestudio. Sirve mucho tener claridad,desde el inicio, sobre la clase deaproximación analítica que se va aemplear. Para tal efecto quizá sea útil unesquema muy básico que siempre leshago a mis alumnos de licenciatura, enla clase que me toca impartir de lamateria de derechos fundamentales(“Garantías constitucionales”, según eltemario de la Facultad de Derecho de laUNAM).

Es un esquema tomado de unplanteamiento de Luigi Ferrajoli[xxviii],que lo propone precisamente para estaren capacidad de estudiar con provecholos derechos fundamentales, pero que enrealidad puede ser útil en casi cualquieraproximación al fenómeno jurídico.

Según Ferrajoli, al estudiar los derechosfundamentales deben distinguirse cuatrodistintos niveles de análisis:

A) Un primer nivel es el quecorresponde a la dogmática jurídica deacuerdo con el cual se estudian losderechos fundamentales que estánconsagrados en los textosconstitucionales o en algunos tratados

internacionales. Desde este punto devista la pregunta a contestar es lasiguiente: ¿cuáles son los derechosfundamentales? La respuesta a estapregunta se debe dar a través de ladescripción de un determinadoordenamiento jurídico; así pues, sedescribirán la libertad de expresión delartículo 6 de la Constitución mexicana ola libertad de tránsito del artículo 11 dela misma Carta Magna.

En este nivel de análisis la investigacióntiene que ver fundamentalmente con lainterpretación de normas jurídicas, yasea de normas constitucionales, legales,de origen jurisprudencial, etcétera. Lointeresante es que así como Ferrajoli

nos hace preguntarnos cuáles son losderechos fundamentales y nosotrosdebemos buscar la respuesta en elconjunto del ordenamiento jurídico, lomismo puede hacerse con cualquier otramateria jurídica.

B) Un segundo nivel de análisiscorresponde a la teoría de la justicia otambién a la filosofía política; para estepunto de vista lo importante es explicarla corrección de que ciertos valoressean recogidos por el derecho positivocomo derechos fundamentales, así comojustificar la necesidad de incorporarcomo derechos a nuevas expectativas oaspiraciones de las personas y gruposque conviven en la sociedad.

La pregunta a la que se busca contestaren este nivel de análisis es ¿cuálesdeben ser (o es justo que sean) losderechos fundamentales? Para respondera esta cuestión se deben ofrecerjustificaciones y razones por las que seconsidera que deben ser derechosfundamentales el derecho a la igualdad,los derechos de libertad o los derechosde participación política, conindependencia de que un determinadoordenamiento jurídico los recoja o nocomo derechos efectivamente tuteladospor la Constitución.

La preocupación por la justicia, como loexplicaré en una carta posterior, esuniversalmente compartida por todos los

estudios de derecho. La justicia es elgran valor que anima a las sociedades adotarse de sistemas jurídicos pararesolver de forma pacífica los conflictosy asegurar que, como decía la clásicaformulación romana, cada uno obtengalo que le corresponde.

La misma pregunta que nos haceFerrajoli sobre los derechosfundamentales puede ser aplicada aotros sectores del ordenamientojurídico, los cuales pueden y deben seranalizados con una mirada “externa”, apartir de la cual seamos capaces deevaluar la justicia, la corrección, lapertinencia y la idoneidad de cualquierinstitución jurídica.

Los civilistas, los penalistas, losespecialistas en derecho laboral obancario, deben preguntarse una y otravez si la regulación de su respectivoámbito de competencia es justa o sipodría ser mejorada. Se trata de unestudio que, como es obvio, no puedeser emprendido solamente mediante elanálisis de las normas vigentes, sino quereclama una cierta imaginación y uncompromiso con valores que sonimportantes para justificar la existenciay la necesidad de las normas jurídicas.

C) Un tercer nivel de análisis es el quecorresponde a la teoría del derecho;dicha teoría tiene por objeto construir unsistema de conceptos que nos permita

entender qué son los derechosfundamentales. La pregunta que seintenta resolver en este nivel de análisises precisamente la de: ¿qué son losderechos fundamentales? Para darcontestación a esta pregunta se debeaportar una definición estipulativa de loque son los derechos fundamentales; encuanto tal, no será verdadera ni falsa,sino más o menos adecuada en virtud delrendimiento explicativo que tenga paraentender lo que son los derechosfundamentales en cualquierordenamiento jurídico, cualesquiera deque sean los derechos que en eseordenamiento se prevean.

Lo mismo se puede hacer con cualquier

institución jurídica. La construcciónconceptual de las instituciones, a partirdel uso de herramientas analíticas, es degran utilidad y puede perfectamenteelegirse como aproximaciónmetodológica al momento de redactaruna investigación jurídica.

D) Un cuarto nivel de análisis,finalmente, es el que atañe a lasociología en general y a la sociologíajurídica en particular, así como a lahistoriografía; desde este punto de vista,la pregunta relevante es: ¿qué derechos,con qué grado de efectividad, por quérazones y mediante qué procedimientosson y han sido, de hecho, garantizadoscomo fundamentales? Se trata de

estudiar el grado de eficacia que losderechos han tenido y tienen en larealidad, así como los factores queinciden en esa eficacia, los grupossociales que presionan para que se creennuevos derechos o aquellos que seoponen a los ya consagrados y así por elestilo.

Para responder a esa pregunta, nos diceLuigi Ferrajoli, debemos aportar“respuestas empíricas susceptibles deargumentarse como verdaderas, no yacon referencia a las normas queconfieren derechos en un determinadoordenamiento, sino a lo que, de hecho,ocurre o ha ocurrido en el mismo. A lasluchas sociales y a los procesos

políticos a través de los cuales talesderechos han sido, primero, afirmados yreivindicados, y luego, conquistados yconsagrados como fundamentales en lasleyes o en las constituciones. A lascondiciones económicas, sociales,políticas y culturales de suimplementación. Al grado, en fin, detutela efectiva que, de hecho, les otorgael concreto funcionamiento delordenamiento objeto de estudio”[xxix].

De la misma forma que lo hemosseñalado respecto de los tres primerosniveles de análisis, también en estepunto podemos afirmar que el estudioempírico (bajo una aproximaciónmetodológica de corte histórico o

sociológico) puede ser aplicable acualquier institución jurídica, en todaslas materias que comprende el estudiodel derecho.

De hecho, no es frecuente que losabogados utilicen herramientasmetodológicas propias de los estudiossociológicos, aunque resultan muchasveces de gran utilidad para comprenderel alcance que tiene en la vida prácticauna determinada institución jurídica.

Por ejemplo, ¿cómo podemos hacer unatesis sobre el procedimiento penal si nocontamos al menos con algunoselementos de medición estadística quenos permitan señalar los problemas

existentes o que nos indiquen lasdeficiencias de las institucionesencargadas de aplicar en la práctica lanormatividad penal adjetiva? Recurrir aestadísticas, encuestas, entrevistas,etcétera es algo que puedecomplementar perfectamente una buenainvestigación jurídica.

Ahora bien, aunque tener claramenteestipulados los cuatro posibles nivelesde análisis es importante para hacer unabuena investigación jurídica, lo cierto esque no deben verse como algo separadoo excluyente, ya que pueden seraprovechados en conjunto. Es decir, unainvestigación puede contenerperfectamente cuestiones conceptuales,

discurrir sobre análisis normativos,aportar evidencias históricas y hacervaloraciones sobre la justicia del temaque se esté abordando. Lo importante esque al construir nuestro discursosepamos con claridad en qué nivelestamos instalados, para no confundirasuntos que son puramente normativos,con valoraciones axiológicas ohistóricas.

La pulcritud metodológica es un segundoelemento que puede ayudar en eldesarrollo de una investigación, luegode haber elegido correctamente el temade estudio[xxx].

Hace algunos años, cuando me tocó

hacer la tesis licenciatura, todavía seaspiraba a revisar la “bibliografíacompleta” sobre el tema de estudio. Estosignificaba que para que una tesispudiera estar bien hecha, el autor debíahaber leído todo (rigurosamente todo) loque se hubiera escrito sobre el tema quese proponía desarrollar. Era unaaspiración legítima y valiosa, peroimposible de llevar a cabo en el mundode internet, en donde lo que sobra esprecisamente información sobrecualquier tema.

Si hiciéramos el propósito de leer todolo que se ha escrito sobre determinadotema, es muy probable que nuncatendríamos la posibilidad de terminar la

tesis (ni la de empezarla siquiera). Loimportante, como se dijo en la cartarelativa a la información jurídica, esencontrar el material que en realidadresulta relevante. El objetivo no debeser el de leer todo, sino el de leer (ycomprender) lo que en verdad importa.La selección de las lecturas es un pasoclave para hacer una buenainvestigación.

Hay algunos colegas que, al dirigir tesisde posgrado o incluso de licenciatura,ponen mucho énfasis en la redacción delas conclusiones. A mí también meparece importante que el tesista seacapaz de llegar a esa parte de su trabajomanteniendo la claridad y siendo capaz

de demostrar en pocas líneas lacorrección de la hipótesis planteada.Pero considero importante advertir queno toda tesis debe terminar conconclusiones absolutamente originales ypropositivas. Habrá temas cuyocontenido efectivamente requiera que sehagan propuestas de reforma, pero enotro tipo de análisis el valor no está enlas propuestas originales de cambiosnormativos o jurisprudenciales, sino enel esfuerzo del autor de la tesis parahaber reunido información sobre ellos.

Como permanente lector de obrasjurídicas, encuentro muy útiles lostrabajos que sistematizan grandescampos del conocimiento, aunque no

sean capaces de proponer ningúncambio normativo. El valor de unainvestigación jurídica puede consistirprecisamente en eso: en reunir ysistematizar información.

He visto muchos trabajos de tesis (másde nivel licenciatura, pero tambiénalgunas de posgrado) cuyos autores seesfuerzan en proponer novedosasconclusiones, con el ánimo de demostrarque son capaces de hacer propuestasoriginales. Me parece que en ciertoscasos se equivocan. Repito: si el tema lopermite, hay que proponer reformas einnovaciones, pero si no, no hay queaparentar lo que no es, ni intentarejercicios artificiales que no guardan

ninguna congruencia metodológica entrelo que se expone en el trabajo y lo quese vierte en las conclusiones.

Finalmente, me gustaría decirte que lainvestigación jurídica requiere de unafuerte vocación. Si no sientes esavocación, el trabajo se convierte en algotan árido y aburrido que resultainsoportable. Solamente desde unaprofunda vocación científica es posiblededicarse con seriedad a hacerinvestigación jurídica.

Cuando uno tiene la creencia de queinvestigando, escribiendo y publicandoreflexiones jurídicas puede servir aciertos ideales, entonces todo cobra

sentido y las horas dedicadas al estudiopasan volando. La verdad es que losesfuerzos resultan livianos cuandosentimos que nuestro trabajo es útil ytiene sentido. Pero para eso el trabajodebe estar soportado en una vocación dehierro, la cual no se inventa ni se puedecomprar en ningún lado: debe estardentro de cada uno.

Carta XII.Derecho y economía.

Una de las omisiones más llamativas enla enseñanza jurídica en México es loque tiene que ver con el derecho y laeconomía. En otros países losestudiantes dedican una parte importantede su formación a analizar la interacciónentre estas dos ramas de las cienciassociales.

En nuestras facultades, sin embargo,apenas se dan algunos cursos pocointeresantes y nada prácticos, de modoque los estudiantes los consideran como

“de relleno” y hacen el esfuerzonecesario solamente para pasarlos decualquier manera. Y tienen razón, ya quea veces, como me pasó a mí durante lacarrera, se explican cosasverdaderamente superadas, que notienen nada que ver con los procesoseconómicos actuales. Pero que larelación entre economía y derecho no seexplique bien en las escuelas yfacultades de derecho, no significa queen la vida práctica un abogado nonecesite tener algunas nociones básicassobre temas económicos.

Richard Posner, quizá el teórico quemás ha escrito sobre derecho yeconomía en el mundo, escribe con

razón que “la mayoría de los abogados ylos estudiantes de derecho –inclusoalgunos muy brillantes- tienen dificultadpara conectar los principios económicoscon problemas legales concretos”[xxxi].

La economía parte de un principio: losrecursos en el mundo son limitados y lasnecesidades humanas superan laposibilidad de proveerlos[xxxii]. Bajoesa lógica, la pregunta que nos hace atodos es: ¿cómo debemos emplear esosrecursos limitados para promover losvalores que nos parecen másimportantes, como la justicia, laigualdad, la libertad, el bien común,etcétera?

Y precisamente al responder esapregunta es cuando el derecho y laeconomía pueden construir un propósitocomún, auxiliándose para perseguirfines que son compartidos por ambasciencias sociales.

La economía se ocupa de la manera enque se pueden maximizar los recursos,partiendo de la idea de que el serhumano actúa de forma racional paraaumentar su bienestar o sus áreas deoportunidad en todos los ámbitos de lavida. Es decir, el ser humano responde aincentivos que van determinando enalguna medida su conducta. El derechodebe ser construido sobre esa base, demodo que podamos incentivar aquellas

conductas que nos acercan a los valoresen los que creemos y desincentivaraquellas otras que se basan en el interésegoísta o contrario al bienestar general.

Hay ámbitos del derecho en los que lainfluencia de la economía es muyevidente. Si en el futuro piensasdedicarte a alguno de ellos, debecomenzar desde la carrera a obtenerinformación (y formación) sobreconceptos económicos. Pensemos enámbitos como el derecho fiscal, elderecho corporativo, el derecho de lapropiedad industrial e intelectual(patentes, marcas, etcétera), el derechode los contratos mercantiles, laregulación de los servicios públicos y

otros muchos que se podríanmencionar[xxxiii].

Pensemos por ejemplo en cómo seaplica la racionalidad económica aramas tradicionales del derecho. Alderecho constitucional por ejemplo.Pongo un caso. La economía acepta que,en términos generales, los monopoliosson perjudiciales para el crecimientoeconómico, para la generación de bienesy servicios de calidad, ya que dificultanque el consumidor obtenga mejoresprecios (entre otras cuestiones). ¿Cómose aplica lo anterior a las candidaturaspara cargos de representación popular?¿es positivo o negativo que los partidospolíticos tengan el monopolio de la

postulación de candidatos? ¿nos dabuenos resultados’ ¿cómo podríamosmejorar la competencia política paraque los ciudadanos tuvieran la mejoroferta posible?

Son preguntas que no pueden sercontestadas solamente con base en lapura racionalidad económica, pero paracuya respuesta ayuda conocer losargumentos que –en otro ámbito- se handado en contra de los monopolios.

Pensemos por ejemplo en laracionalidad económica que está detrásde los enormes subsidios que el Estadomexicano (o sea, todos nosotros, laciudadanía en su conjunto) le transfiere

a los partidos políticos, en concepto definanciamiento público. Es obvio que elfinanciamiento público de lasactividades de los partidos tieneventajas sobre el financiamientoprivado, pero debemos de analizarlobajo una cierta racionalidad económica,para saber en qué momento se rebasanlos montos que serían aceptables. Yademás la racionalidad económica nospuede ayudar para saber en quéactividades los partidos deberían detener prohibido gastar el dinero que lesdamos los ciudadanos.

En ese sentido me parece que fue unbuen cálculo económico el que lareforma constitucional de noviembre de

2007 prohibiera a los partidos comprarespacios en medios electrónicos decomunicación, pues anteriormente setrasladaban un número altísimo derecursos a la televisión y al radio, comosi los ciudadanos estuviéramossubsidiando a las empresas propietariasde esos medios.

Un análisis de racionalidad económicaprecisamente podría ubicar esas áreasde oportunidad, para mejorar el sistemajurídico.

A veces se piensa que la economía notiene relación con la justicia. Incluso sellega a afirmar, de forma equivocada,que el pensamiento económico

entorpece u obstaculiza la búsqueda dela justicia[xxxiv]. En realidad, existenplanteamientos económicos que nospueden ayudar mucho a construirsociedades más justas. Por ejemplo, noson pocos los economistas que hanescrito sobre justicia distributiva, comouna forma de lograr una cierta igualdadeconómica que se traduzca en un mejoracceso a bienes básicos (salud,educación, trabajo, vivienda) paratodos.

Como quiera que sea, lo cierto es que unestudiante de derecho debe estaradvertido de la importancia de laeconomía y de lo mucho que puedeayudarnos en el ámbito jurídico. Cuando

seas un abogado en ejercicio, deberástomar en cuenta las consecuenciaseconómicas que derivarán de tusdecisiones. Promulgar leyes, expedirreglamentos, hacer reformasconstitucionales, ratificar tratadosinternacionales o incluso dictarsentencias, son actividades que tambiéndeterminan la viabilidad, la fortaleza yel crecimiento de una economía. Por esoes que debemos ser capaces de utilizartodo nuestro conocimiento para hacernoscargo de esa relación estrecha que debehaber entre economía y derecho, pese aque muchos profesores de nuestrasescuelas y facultades no opinen lomismo.

Carta XIII.Los abogados y la democracia.

Durante muchos años, la mayor parte delos políticos mexicanos eran egresadosde las facultades de derecho; sobre todode la Facultad de Derecho de la UNAM,que por décadas fue un gran semillerode abogados que terminaban trabajandoen el sector público. En los últimos añosla tendencia ha ido cambiando y hoyabundan en todos los niveles degobierno los economistas, los

politólogos, los contadores públicos, losadministradores, etcétera. Se trata de uncambio necesario por muchas razones(la especialización es una de ellas, quizála más evidente) y los abogados nodebemos sentirnos mal porque hayaocurrido.

Lo traigo a colación porque laprolongada y amplia presencia deabogados en el gobierno me permiteextraer una observación de la que debesestar advertido: los abogados, por suformación, están capacitados para teneruna amplia (y, esperemos, benéfica)incidencia en la construcción de lademocracia. Varios abogados hanconstruido en México, junto con muchas

otras personas, la institucionalidadnecesaria para articular la transicióndemocrática que inició el país haceaños.

Al fin y al cabo, lo que vaya a ser lademocracia de cualquier país debedefinirse a partir de una serie de reglasdel juego que se plasman en normasjurídicas. Quienes nos dedicamos alestudio del derecho constitucional losabemos bien, ya que buena parte denuestro objeto de análisis tiene que vercon los procesos democráticos (lacuestión electoral, el ejercicio de lospoderes públicos y su control, etcétera).

Por lo anterior es que creo que en las

escuelas y facultades de derecho se lesdebe inculcar a los estudiantes el papelque pueden y/o deben jugar a favor de lademocracia. En países en los que elrégimen democrático es todavía muyprecario, como es el caso de México,cualquier persona con una preparaciónuniversitaria y un manifiestocompromiso democrático es de granayuda y puede contribuir decisivamentea su consolidación.

¿De qué manera pueden los estudiantesde derecho ayudar a construir unrégimen más democrático? Hay milmaneras, puesto que quienes estudianderecho son antes que nada ciudadanosde México y, en esa virtud, portadores

de derechos fundamentales cuyoejercicio es indispensable para lademocracia. Me refiero a los derechosde sufragio activo y pasivo, perotambién a la libertad de expresión,libertad de prensa, libertad demanifestación, libertad de asociación,etcétera. Como estudiante te debespreguntar de qué manera puedes,ejerciendo esos derechos, contribuirpara hacer una mejor democracia.

En la escuela en la que estudies puedesorganizar eventos que fomenten lasiempre necesaria deliberación públicaalrededor de temas de interés general.Conferencias, seminarios, talleres,coloquios nacionales o internacionales.

Estoy seguro que siempre habráespecialistas dispuestos a sentarse adiscutir temas relativos a la democraciacon los estudiantes. Incluso puedesinvitar a políticos en activo, a jueces, afuncionarios públicos locales yfederales, a fin de que les exponganalgún tema en particular o para quedebatan sobre determinado asunto.

En épocas electorales, es especialmenteimportante convocar debates e invitar aparticipar en ellos a los candidatos y alos dirigentes de los partidos. De esemodo se enriquece el acervoinformativo que está al alcance de todostus compañeros para poder ejercer unvoto responsable.

Contrariamente a lo que muchos piensan,yo sí creo que dentro de las escuelas yfacultades de derecho pueden hacersemanifestaciones vinculadas con lamilitancia partidista. No por parte de losdirectivos ni de los profesores, desdeluego, pero sí en el caso de los alumnos.No habría que escandalizarse de que enalguna escuela hubiera un grupo deestudiantes que promoviera el voto porun determinado partido político, por uncierto candidato o por un programa degobierno. Las escuelas de derecho nodeben ser espacios inmunes a ladiscusión política que se da en lasociedad.

Desde luego, la militancia partidista

debe observar ciertas reglascomprensibles en un contextouniversitario y debe ser ejercidasiempre con el máximo respeto hacia losdemás. La Universidad debe ser elreceptáculo de todas las ideas,incluyendo a las ideas que defienden lospartidos políticos y los candidatos. Nodebemos tenerle miedo a la“politización” del espacio universitario,siempre y cuando –repito- no sean ni losdirectivos ni los profesores los quedefiendan ciertas opciones partidistas.

Creo que los profesores y directivos delas escuelas de derecho tienen, como esobvio, la facultad de tener sus propiasfiliaciones políticas y de defenderlas en

público, pero también considero que nodeben utilizar su posición privilegiadapara inculcárselas a los alumnos.

Cuando en el Instituto de InvestigacionesJurídicas de la UNAM organizamosalgún evento académico en el queparticipan políticos, intentamos siempreque exista una representación plural delas principales fuerzas políticas y quelas personas que acuden tengan entreellas un nivel de responsabilidadsemejante, a fin de equilibrar lo másposible el debate.

Además de lo anterior, también puedeser de interés organizar reuniones conprofesores o investigadores, o incluso

solamente entre alumnos, en las que sediscuta sobre alguna sentenciaimportante, ya sea de nuestros tribunalesnacionales o de alguna corteinternacional. Puede designarse a algúncompañero para que haga unapresentación inicial de forma breve yque los demás se sumen conposterioridad al debate.

Tales reuniones pueden estar o novinculadas con el desarrollo de algunaclase en específico. Aunque siempre esdeseable que los profesores vayanindicando qué sentencias son másimportantes y merecen ser discutidas, nosiempre debes esperar a que te loindiquen. Los principales fallos

judiciales siempre aparecen citados enlos medios de comunicación, de modoque se puede saber que fueron dictadosatendiendo a lo que dicen las noticias.

Una vez que hayas verificado que setrata de un pronunciamiento interesante,no esperes a que alguno de tusprofesores lo discuta en clase. Apórtalotú mismo y date a la tarea, junto con tuscompañeros, de promover suconocimiento y discusión.

Para aprovechar mejor la sesión sepuede distribuir previamente el materialde lectura, de modo que todos losinteresados puedan presentar con plenofundamento sus puntos de vista. Para tal

efecto internet es una herramientaprivilegiada, dado que en la red sepueden crear grupos de discusión endistintos foros virtuales y distribuir pordistintos canales el material necesariopara la discusión. La tecnología es unagran aliada para fomentar el debate ydebes aprender a utilizarla para eseefecto.

Obviamente, cuando estés ya ejerciendola profesión también tendrásinnumerables ocasiones para defender lademocracia. Lo podrás hacer comoservidor público o como litigante. Losregímenes democráticos actualmente nose conciben desvinculados del ordenjurídico, de modo que una defensa

absoluta de la legalidad es al mismotiempo una defensa de la democracia.

De hecho, quizá la mejor defensa que sepuede hacer actualmente del sistemademocrático tiene que ver con la luchapor una aplicación sin excepciones niprivilegios de la legalidad, entendida ensu sentido más amplio (es decir,incluyendo tanto las normas nacionalescomo las internacionales, de todos losniveles y provenientes de todas lasfuentes del derecho).

¿Te imaginas cómo sería la realidad denuestra América Latina si todas las leyesse cumplieran sin excepción? ¿cómocambiarían nuestros países simplemente

si todas las personas pudieran ejercercon libertad y sin discriminación todoslos derechos que están previstos en lasrespectivas Constituciones? ¿cómo seríade robusta la democracia si todas laspersonas que cometen delitos o hechosilícitos en general fueran identificados ydebidamente sancionados? ¿verdad queserían un países mucho mejores paravivir y en los que sus ciudadanostendrían un elevadísimo nivel de vida?Pues eso es a lo que cada estudiante dederecho debe contribuir: al imperio dela legalidad como vía para lograr unasociedad más justa y democrática. Másadelante, como te decía, volveremos ahablar, en otra carta, del tema de lajusticia y de la forma en que debe ser

entendida.

Muchas veces algún estudiante mepregunta si a México le hace falta otrarevolución. Para sorpresa de quienpregunta, muchas veces he contestadoque sí. Pero no una revolución armada,sino la revolución (pacífica) de lalegalidad: una que pugne por laobservancia irrestricta de todas lasnormas jurídicas por parte de todos loshabitantes de nuestro país. ¿Qué mayor ymás noble revolución puede haber queesa? Si de verdad queremos que Méxicocambie algún día, tenemos que apostarmuy fuerte en favor de la construcciónde un Estado de derecho, como elementoesencial para la subsistencia y

mejoramiento del régimen democrático.Legalidad y democracia son dosconceptos que se implicanrecíprocamente, de modo que uno ya nopuede entenderse sin el otro.

Carta XIV.El derecho como humanismo.

En una carta anterior reflexionábamosacerca de las motivaciones que se tienenpara estudiar derecho. Cada uno denosotros optó en su momento por laabogacía debido a sus muy personalesaspiraciones. Unos buscaban escapar delas matemáticas y del pensamientoabstracto que caracteriza determinadasdisciplinas. Otros pensaron seguramenteen forjarse una carrera en la que sepudiera avizorar un futuro con ciertacomodidad material: ganar dinero fue el

principal factor de decisión para ellos.

Unos más quizá pensaron en los idealesque permite materializar en la prácticael derecho; me refiero a valores sobrelos que ya hemos hablado en cartasanteriores: la libertad, la seguridadjurídica, la paz, la convivencia civilpacífica, etcétera.

Como quiera que sea, es importante quecomprendas que el derecho forma partede los estudios humanísticos, por estarreferido precisamente a la conducta delas personas como miembros de unacomunidad social (y no, por ejemplo, alestudio de los animales no humanos odel espacio exterior).

Si lo anterior es cierto (estoyconvencido de que lo es), entonces losbuenos aplicadores del derecho debentener no solamente una firme vocacióntécnica, sino también unos muyasentados principios humanistas. ¿Cómoconseguirlos?

Desde luego, es muy difícil hablar delos valores de cada persona, de lamanera en que tales valores sonasumidos y trasmitidos a los demás, desu contenido, etcétera. Nada de esoquiero abordar en este momento, porquerealmente me parece que depende de unamultitud de factores tan amplia que nopodría ser ni siquiera perfilada en unacarta como la que te estoy escribiendo.

Más bien quiero referirme al hecho deque un buen jurista debe buscar unasólida y muy amplia formaciónintelectual de carácter humanista, quevaya más allá de las cuestiones técnico-jurídicas que doy por hecho que debedominar, tal como lo he ido comentandoen las cartas precedentes.

Como es obvio, dicha formaciónhumanista no se puede obtener leyendosolamente libros de derecho. Hay queestar atentos a cuestiones extrajurídicas.

Una primera sugerencia es mirar conatención todo lo que sucede en el mundoen el que vives. Internet es fabuloso parachatear y para conocer gente, pero no

olvides que un ciudadano responsable loprimero que debe hacer es estar bieninformado. La lectura de al menos unperiódico diariamente es un hábito queseguramente ya adquiriste en tusestudios pre-universitarios y que sinduda alguna debes mantener e inclusoampliar en tus años como estudiante dederecho.

Un par de sugerencias en este terrenoson las siguientes: intenta leer nosiempre el mismo periódico. Cadamedio de comunicación, la hagaexplícita o no, tiene una línea editorialcon un cierto perfil ideológico. Muchasveces los periódicos manifiestan unaclara postura partidista. No es algo que

esté prohibido, pero los lectores debencompensar esa tendencia leyendo lainformación en distintas fuentes, demodo que tengan una visión completa yno solamente la que puede ofrecer unmedio con agenda política propia.

La segunda sugerencia consiste enrecordar la importancia de leer prensaextranjera. Hay periódicos en otrospaíses de una calidad indiscutible, conexcelentes secciones internacionales oculturales. Por ejemplo puedes leer conregularidad “El País”, que desde mipunto de vista es el mejor periódico quese publica en español. Si tienes laposibilidad de leer en otros idiomasquizá te resulten de interés “The New

York Times” (considerado como elmejor periódico del mundo), “LeMonde” o “Repubblica”.

Además de leer periódicoscotidianamente, una formaciónhumanística requiere que dediquestiempo a repasar las revistas culturalesque se publican en México o en otrospaíses y que contienen con frecuenciamuy buenos análisis políticos oliterarios. Las más conocidas en nuestropaís son “Nexos” y “Letras libres”. Anivel internacional mis favoritas son pormucho “The New York Review ofBooks” y “Claves de Razón Práctica”.

Casi todas las publicaciones señaladas

pueden ser consultadas en internet, deforma gratuita o a muy bajo precio.

Pero además de lo anterior, la sólidaformación humanística la vas a obtenersobre todo leyendo libros no jurídicos.Me refiero a ensayos de carácterhistórico, filosófico, político. Y tambiénbuenas novelas. No hay nada mejor queleer buena literatura para obtener unasólida formación humanística.

Ahora bien, no pienses que hay que leersiempre a los clásicos, que a vecesresultan muy aburridos. Sería muy buenoque te gustara leer a Platón y aAristóteles, pero quizá (sin dejar deleerlos), pudieras encontrar interesantes

los libros de divulgación ética yfilosófica de un autor como FernandoSavater. Quienes han cursado conmigoen la UNAM saben que cada semestreles recomiendo ese luminoso ensayo deFernando Savater titulado “Ética paraAmador”, que en España es lecturaobligatoria en los estudiospreuniversitarios.

Hay muchos ensayos cuya lectura teayudará a comprender mejor el mundoen el que vivimos. Los buenos textoshistóricos nos explican la realidad denuestros días, determinada en buenamedida por el pasado de pueblos ynaciones. Textos sobre política o sobrefilosofía te darán una visión más amplia

del ser humano y de sus luchas porconfigurar valores socialmentecompartidos. De esas luchas surgeprecisamente el derecho, que no es unfenómeno atmosférico o que hayasurgido por generación espontánea.

Muchas decisiones jurídicas se han idoforjando a lo largo del tiempo, en mediode luchas políticas y sociales que hanbuscado casi siempre ampliar nuestraconcepción de la justicia. El resultadode esos esfuerzos se ha plasmado ennormas jurídicas, que son el principalcontenido que habrás de estudiar en lacarrera y en el posgrado (si decidesampliar tus estudios). Para comprendercómo es que el derecho se ha ido

configurando a lo largo del tiempo ypara advertir sus posibilidades deevolución en el futuro, debes estarfamiliarizado con las mejores teoríaspolíticas y sociales. Eso es lo que tepodrá aportar la literatura no jurídicaque te estoy recomendando leer.

Por otra parte, hay novelas que son muybuenas desde un punto de vista literario,pero que además nos aportaninteresantes reflexiones que nutrennuestra formación jurídica. Me gustamucho recomendar la lectura delfabuloso libro de Mario Vargas Llosa“La fiesta del chivo”, que retrata lasanguinaria e irracional dictadura deLeónidas Trujillo en República

Dominicana.

Ese texto no solamente es una aventuranarrativa de primer nivel, sino que nospermite advertir la necesidad demantener a raya a los poderes delestado, puesto que en caso contrariohará realidad la frase de Montesquieucuando nos advertía que todo hombreque tiene poder tiende a abusar de él. Esdecir, la novela de Vargas Llosa nosofrece elementos para pensar en elfundamento del Estado constitucionalcomo límite y freno al poder. Su lecturapuede ser muy fecunda para losestudiantes de derecho.

Y como ese caso, podemos citar muchos

otros en los que la buena literatura teservirá no solamente para ampliar tuimaginación y trasladarte hacia mundoslejanos y aventuras dichosas, sino que ala vez te permitirá entender mejor losmecanismos y resortes que están detrásde las normas jurídicas.

Además de la literatura no jurídica, terecomiendo muy enfáticamente quedurante tus años de estudianteaproveches para ver todo el cine quepuedas. Cuando pases esta etapafabulosa y adquieras otrasresponsabilidades, ya no tendrás ni eltiempo ni (a veces) la energía paradisfrutar del cine. Aunque queramos, enocasiones las responsabilidades

profesionales o familiares no nospermiten contar con el tiempo necesariopara ver todas las películas que nosllaman la atención.

Cuando estaba estudiando la carrera enla Facultad de Derecho de la UNAMaproveché el tiempo para vermuchísimas películas. Algunas lasveíamos en el cine-club que funcionabaen un auditorio de la Facultad deFilosofía y Letras, vecina de nuestraFacultad. Era un espacio para ampliarnuestra cultura cinematográfica ytambién para reforzar lazos de amistadcon compañeros de ambas facultades.

Igual que sucede con las novelas,

también hay películas que nos sirvenpara explicar mejor el mundo delderecho. Te pongo dos ejemplosconcretos. Cuando imparto la materia de“Garantías constitucionales” (o de“derechos fundamentales”, como megusta llamarla), al estudiar el artículo 10de la Constitución mexicana que serefiere al “derecho” de tenencia dearmas, les dejo a los alumnos que veanel impresionante documental de MichaelMoore titulado “Matanza en Columbine”(ganador de un premio Óscar, porcierto). Al ver esa película los alumnosse dan cuenta de la trascendencia(negativa) de permitir que losciudadanos tengan armas en su poder, yaque está demostrado que hay una

correlación directa entre la tenencia dearmas y el aumento de los homicidios.

El segundo que te quiero poner serefiere a la película “La vida de losotros”, dirigida por Florián Henkel ytambién merecedora de un premioÓscar. Esa película sirve para poner demanifiesto con los alumnos la necesidadde frenar la tendencia invasiva denuestras vidas privadas que siempretienen los poderes públicos. La películatrascurre en la Alemania comunista (quese llamaba, de forma eufemística, la“Alemania democrática”), y va narrandoel espionaje que hace el servicio secretode las actividades cotidianas de unescritor de obras teatrales, del que se

sospecha que pudiera estar conspirandocon otros colegas en contra del régimen.El mensaje de la película refuerza elgran valor del artículo 16 de laConstitución mexicana, que protege porun lado los datos personales, pero queademás limita de forma muy clara laposibilidad de que las autoridadespuedan violar nuestra correspondencia oentrar en nuestro domicilio.

En los años que he pasado dentro delmundo jurídico he tenido la granoportunidad de conocer a varios de losmejores abogados de México.Personajes muy destacados en el mundodel litigio, de la judicatura, delnotariado y, desde luego, de la vida

académica. Todos ellos me handeslumbrado por su sabiduría jurídica ypor el vasto dominio que tienen de lostemas con los que trabajancotidianamente. Pero en casi todos loscasos el éxito como abogados ha estadoapoyado en un bagaje culturaligualmente impresionante.

Ese dato me ha llamado mucho laatención y es importante que lo conozcasdesde los primeros años comoestudiante de derecho: el éxito en elmundo jurídico requiere de una culturageneral muy amplia. No estoy seguro dequé venga primero, pero lo cierto es queuna amplia cultura acompaña a losabogados más destacados que he

conocido, como regla general, claro quehay excepciones, puesto que siempre haypersonas exitosas en lo que hacen, peroque no tienen ninguna cultura más allá delos conocimientos propios de su rama deconocimiento.

Carta XV.¿Qué es la justicia?

Nos acercamos al final de estas cartas.Casi todo lo importante, lo que necesitassaber para aprovechar mejor los añosque pasarás como estudiante de derechote lo he ido contando en las páginasanteriores. Pero no quisiera terminaresta relación de cartas sobre temasimportantes para un estudiante dederecho, sin hacer una reflexión (aunquesea breve y de carácter somero) sobre lajusticia.

Se trata de un concepto del que

escucharás hablar con frecuencia en losaños dentro de la escuela de derecho yalrededor del que seguramente tesurgirán muchas dudas. No estoy enposibilidad de intentar resolverlastodas, pero sí te daré al menos algunasindicaciones sobre el azaroso y siempredifícil tema de la justicia.

Para empezar, debes estar advertido deuna de las ventajas de estudiar derecho,que no necesariamente tiene que ver conel ejercicio práctico de la profesión. Merefiero al hecho de que losconocimientos jurídicos que adquierasen estos años de formación y estudio, tedarán herramientas para poder decidir alo largo de tu vida qué es lo más justo, o

lo más adecuado, pertinente oequitativo, en un caso concreto o anteuna cierta situación. Es decir, losestudios jurídicos te estarán proveyendode una forma de sabiduría que te seráútil en un sinfín de cuestiones a lo largode tu vida, ejerzas o no la profesión deabogado.

De esa manera, contarás muchasreflexiones que te habrán aportado tusmaestros o tus compañeros, que teservirán para resolver de mejor formaaquellos dilemas, dificultades, retos ydesafíos a los que con frecuencia nosenfrentamos en la vida. Ya no comoabogados, sino simplemente como sereshumanos.

Esa capacidad para valorarcorrectamente los problemas cotidianosy dar con la mejor solución es una de lasmejores cosas que te podrás llevar delos años que pasarás en la escuela dederecho en la que estás inscrito.

Ahora bien, no por eso pienses que esfácil identificar qué es lo mejor o lo másjusto en cada caso concreto. Nada eso.La complejidad de nuestra vida social yde los problemas que se nos presentancon frecuencia hacen que no sea nadafácil descubrir la mejor respuesta.

Una de las dificultades más importantespara poder dar con la respuesta másjusta a los problemas que vivimos, es

que en las cuestiones más importantessuelen estar en contraposición o encompetencia valores que nos importan.A veces la libertad se contrapone con laseguridad; en ocasiones la seguridadafecta a la transparencia; a veces lalibertad choca con la igualdad. Y asíhasta el infinito. Tales choques no debenasustarnos y no hacen que resolverproblemas de justicia sea imposible,pero sí nos advierten de la necesidad deir avanzando de forma muy cautelosa.

En el debate contemporáneo alrededorde la justicia, hay distintas formas deaproximación. Uno de los teóricos másreconocidos en la materia, John Rawls,construyó en la segunda mitad del siglo

XX una fabulosa teoría de la justicia,articulada a partir de dos principiosgenerales[xxxv]:

Primer principio: cadapersona ha de tener underecho igual alesquema más extensode libertades básicasque sea compatiblecon un esquemasemejante delibertades para losdemás.

Segundo principio: lasdesigualdades socialesy económicas habránde ser conformadas de

modo tal que a la vez:a) se espererazonablemente quesean ventajosas paratodos; b) se vinculencon empleos y cargosasequibles para todos.

Como puede verse, se trata de dosprincipios generales que pueden y debenser aplicados concretamente a un sinfínde situaciones particulares.

Para otros autores, ninguna formulacióngeneral nos ayuda para comprender loque es la justicia, ya que en realidad lahistoria demuestra que ha habido muchasconcepciones de lo justo y que la mayorparte de ellas intenta esconder

propósitos personales de políticos opersonajes con poder. GustavoZagrebelsky destaca la importancia deprivilegiar la experiencia de cadapersona, para poder comprender lo quees tanto la justicia como lainjusticia[xxxvi]. Ninguna construcciónconceptual, afirma Zagrebelsky, puedesustituir lo que una persona siente opiensa cuando contempla o sufre unainjusticia. Es en ese momento en el quese puede entender lo que es la justicia.

Por mi parte, considero que hay algunosprincipios que nos pueden ayudar acomprender mejor lo que es la justicia.Principios básicos tomados de lamoralidad objetiva que comparten

millones de personas en el mundo y que,a fin de cuentas, nos permiten privilegiarel respeto a la dignidad humana comopunto de partida en la construcción de loque es justo. Pongo tres ejemplossencillos de principios de justicia que tepueden suministrar un buen punto departida para comprender mejor el temasobre el que te estoy escribiendo:

* Hay que tomar en cuenta el principiokantiano de considerar a todos los sereshumanos como fines en sí mismos, demodo que no se les pueda utilizar parala consecución de fines que les sonajenos.

* Otro principio de justicia es no hacer

nada que aumente el dolor de los sereshumanos. El derecho tiene un papelfundamental para evitar o limitar eldolor que sufren los seres humanos, yasea el dolor producido por causasnaturales, o el que tiene su origen enacciones de los propios seres humanos.Luigi Ferrajoli afirma, de hecho, que“todos los derechos fundamentales sonconfigurables como derechos a laexclusión o a la reducción deldolor”[xxxvii].

* Hay que respetar la soberanía del serhumano sobre su propio cuerpo,atendiendo al principio enunciado porJohn Stuart Mill según el cual “la únicaparte de la conducta de cada uno por la

que es responsable ante la sociedad esla que afecta a los demás. En la parteque le concierne a él, su independenciaes, de derecho, absoluta. Sobre símismo, sobre su propio cuerpo yespíritu, el individuo es soberano”.

Otra manera de acercarse a lo que es lajusticia es apelando a la historia. Hahabido momentos en la historia de lahumanidad en los que podemosidentificar con claridad que se estánproduciendo injusticias masivas. Sonmomentos que no solamente hay quesuperar y procurar que nunca vuelvan asuceder, sino que nos permiten pensar en

lo necesario que es mantenernos alertapara tener la precaución de evitarprocesos degenerativos que acaban enverdaderas catástrofes. Un ejemploparadigmático es el de los genocidios.Veamos con más detalle este punto yaprovechemos para traer a colación elmomento histórico que, en el siglo XX,concentró el máximo caudal deinjusticia.

El siglo XX ha sido con frecuenciacalificado como el siglo de losgenocidios. En pocas décadas el mundose vio envuelto en dos grandes ysangrientas guerras, y todavía haciafinales del siglo se sucedieron gravesfenómenos de matanzas indiscriminadas,

incluyendo episodios de limpieza étnicay de violaciones masivas de derechoshumanos en varios continentes[xxxviii].

Pero si alguna experiencia históricaparece estar presente en casi cualquierreflexión sobre los horrores del sigloXX es la del régimen nazi que gobernóen Alemania bajo las órdenes de unasesino desequilibrado que en vidallevó el nombre de Adolf Hitler[xxxix].Si quisiéramos mirar directamente a unproceso histórico que sintetiza lainjusticia y la maldad, no hay nada másabyecto y aberrante que el nazismo.

Concretamente, la experiencia naziprodujo la maquinaria más perfecta para

la eliminación física de millones depersonas: la llamada “solución final”que entre otras masacres condujo amillones de personas hacia campos deconcentración en los que eranencerrados y muchos de ellosasesinados[xl]. Uno de esos campos deconcentración, quizá el más conocidoaunque no murieran allí el mayornúmero de personas ni fuera el másgrande de cuantos existieron, fue el deAuschwitz, situado en el territorio dePolonia. Si hay algún horror contra elque siempre deberíamos alzar la voz esefue precisamente Auschwitz y su estelade inhumanidad. Vale la pena conocer suhistoria, porque de ella se nutre elempeño que alimenta la lucha de

millones de seres humanos a favor de lajusticia.

El campo de Auschwitz comenzó afuncionar en junio de 1940, cuandollegaron los primeros prisionerospolacos, y fue liberado en enero de1945. Al principio el campo había sidoconcebido como una prisión de tránsito.Durante sus primeros años muchos delos presos salieron por la puerta a lospocos meses de su internamiento. Estono impidió, sin embargo, que ya para losprimeros meses de 1942 hubieranmuerto más de 20 mil polacos quefueron recluidos durante la primeraetapa del campo.

El funcionamiento del campo se basabaen la cooperación de los propiosinternos para dirigir los trabajos de losdemás y mantener la disciplina. A losinternos seleccionados por los nazis seles conoce como “Kapos”, los cualespodían llegar a ser tanto o más salvajesque sus captores.

Auschwitz tenía también un espaciodedicado a los castigos. Allí llevaban alos presos que hubieran cometido algunafalta o que hubieran sido delatados poralgún compañero (lo de menos era si ladelación tenía o no fundamento). Eseespacio se conocía como “Bloque 11” yen realidad lo que se practicaba dentrode sus muros era la tortura y el

asesinato. La imaginación de los nazispara torturar no tenía límites y muchasveces era secundada por personalmédico para mantener con vida a lostorturados, a quienes se azotaba conlátigos, se les enterraban agujas bajo lasuñas, se les marcaba con hierroardiendo o los empapaban con gasolinaantes de prenderles fuego.

Hay testimonios de que a algunos presosles metían la cabeza en las estufas decoque que funcionaban durante elinvierno. Todo su rostro quedabaabrasado y los ojos se les calcinaban…pero no morían y podían ser objeto deulteriores suplicios. Al final enAuschwitz murieron más de un millón

cien mil personas, entre las cuales seencontraban doscientos mil niños[xli].

No cabe hablar de lo que puedesignificar la justicia sin pensar y sinvolver nuestra mirada a Auschwitz, quesintetiza en una sola palabra toda lacapacidad del ser humano para destruir,para aniquilar, para deshumanizar a laspersonas, para masacrarlas. Paraprivarlas de todo cuanto significa serhumano. Auschwitz ha sido y debeseguir siendo para nuestra conciencia ypara nuestro espíritu una sirena queaúlla en la noche. No deberíamos bajarla guardia luego de saber que algo tanatroz como Auschwitz llegó apasar[xlii].

Y si pasó eso significa, al menos, quepodría volver a pasar. Si un pueblo tanavanzado espiritualmente como lo era elpueblo alemán de la República deWeimar fue capaz de permitir elencumbramiento de un psicópata comoHitler, no hace falta ser muy imaginativopara darse cuenta de lo que podría hacerun desalmado de esa talla en un paísdominado por la ignorancia y lacorrupción.

Auschwitz nos exige pensar desde lasciencias sociales sin hacernos losinocentes, sin pretender que no hay allíafuera personas dispuestas a encarnar elmal absoluto. Esas personas existen ynuestra responsabilidad moral e

intelectual es hacerles frente,anteponiendo valores como la libertad yla justicia frente a los intentos ilegítimospara imponer la coacción.

Hoy estudiamos el significado delderecho, de los derechos humanos y dela justicia habiendo leído lasnarraciones de los supervivientes.Desde las más conocidas, como lostextos de Ana Frank, Primo Levi oVíctor Frankl, hasta las más complejas yprofundas, a veces referidas a otrosregímenes totalitarios, como las deAlexander Solzhenitsyn o EugeniaGinzburg sobre el Gulag. Incluso lostestimonios literarios (como lamonumental novela Las benévolas de J.

Litell), periodísticos (como el muyconocido ensayo de Hannah ArendtEichmann en Jerusalén. Un estudiosobre la banalidad del mal) ocinematográficos (como La lista deSchindler de S. Spielberg o Shoah deClaude Lanzmann), nos abren los ojos ynos colocan frente a la realidad del malabsoluto, del mal que ha existido y quese impuso (aunque afortunadamente porpocos años) en el corazón mismo de lacuna de la cultura europea y occidental.

Leer esas narraciones no puede dejarnosindemnes. La experiencia de lo sufridobajo la locura totalitaria no puede pasardesapercibida para quienes quierenhacer del derecho su profesión. Y sobre

todo no puede hacerlo para cualquierpersona que tenga un mínimo apreciopor los derechos humanos y la justicia.La memoria del Holocausto debe seguirviva para advertirnos del peligro quecorremos cuando se adormece la razón,cuando comenzamos a justificarpequeños abusos y terminamos con elexterminio de millones de personas. Esees el aviso de Auschwitz y también sulegado: una advertencia parapermanecer despiertos, para estar alertafrente a las actuales mixtificaciones dela democracia, frente a la omnipresentetentación del poder de extra-limitarse.

Quizá lo que distingue el holocausto nazide otras tragedias es el hecho de que los

verdugos no sintieran, según lostestimonios existentes, la más mínimaduda moral acerca de lo que estabanhaciendo. No fueron pocos los nazisque, una vez detenidos y procesados porlas potencias que los derrotaron,admitieron haber cometido todo tipo defechorías, pero se sentían orgullosos dehaber cumplido su deber y, además, dehaberlo hecho con la mayor diligencia yprofesionalismo.

El testimonio de Adolf Eichmanndurante su juicio en Jerusalén, narradocon maestría con Hannah Arendt,demuestra que muchos de los dirigentesnazis se veían a sí mismos como simplesprofesionales; para ellos su trabajo no

difería del que pudiera hacer unzapatero o un profesor. Simplemente sepresentaban a su lugar de trabajo,prendían los hornos crematorios ycomenzaban a matar gente.

Para poder tener una visión tanburocrática de la muerte de miles depersonas, antes había que privar a susvíctimas del carácter de seres humanos.Degradarlos al nivel de las cosas o delos animales, para que no hubieraremordimiento alguno al asesinarlos. Esmás, para perfeccionar la crueldad y elcinismo, serían los propios presos delos campos de concentración los quedeberían ayudar a matar a los demás. Yen efecto, no fueron pocos los que

decidieron colaborar con los verdugos,guiados por un proceso dedeshumanización que los tenía pordestinatarios, pero del que también erancorreas de transmisión.

No encuentro mejor forma de repetir lasmil y una advertencias que se hanlanzado después del genocidio nazi, quelas palabras que ha escrito con suhabitual lucidez Ernesto Garzón Valdés,ya que tienen mucho que ver con lalibertad, con la dignidad, con la justiciay, en definitiva, con nosotros mismos.Dice Garzón Valdés lo siguiente[xliii]:

Infierno cerrado deasesinato masivo oespiral de indignidad

en el más básicosentido de la palabra:esto es lo que fue elHolocausto. Y porquelo fue, no estámoralmente permitidocansarse decondenarlo. Quien secansa, quien consideraque ya todo está dichoy que toda reiteraciónes superflua, facilita elingreso del olvido. Alhacerlo, reduce laconciencia de lapropia dignidad, queno se agota en ladefensa de la propia

agencia moral, sinoque incluye también elrespeto a la dignidaddel prójimo. Por ello,toda lesión de ladignidad del otrorevierte como unbumerán sobre lapropia dignidad. ElHolocausto lo puso demanifiesto conabsoluta maldad; sialguna lecciónpodemos sacar de estacalamidad, creo queella es la de tenerpresente que ladeshumanización

colectiva no es unfantasma imaginariosino un peligro realquizás sólo evitable sinos mantenemos alertaestimulando elrecuerdo de lo que fuea fin de salvaguardarla nota distintiva denuestra humanidad: ladignidad de cadapersona.

La Declaración Universal de DerechosHumanos promulgada por la ONU el 10de diciembre de 1945 fue la respuesta alos horrores del holocausto nazi queasesinó a 6 millones de judíos y decenas

de miles de personas pertenecientes agrupos minoritarios (gitanos,homosexuales, etcétera). La sinrazónhabía sido derrotada con la caída delrégimen nazi, pero quedaba la duda de sipodía resurgir de sus cenizas. ¿Acaso lahumanidad podría resistir otro genocidioen el corazón de la civilizada Europa?La Declaración intenta contestar a estapregunta con un “Nunca más”.

En el bello preámbulo de la Declaraciónse afirman ideales y valores como lalibertad, la justicia y la paz; se señalaque “el desconocimiento y elmenosprecio de los derechos humanoshan originado actos de barbarieultrajantes para la conciencia de la

humanidad”; se subraya lo esencial queresulta que “los derechos humanos seanprotegidos por un régimen de Derecho, afin de que el hombre no se veacompelido al supremo recurso de larebelión contra la tiranía y la opresión”;la Declaración –apunta el Preámbulo- sesostiene en la fe compartida en “losderechos fundamentales del hombre, enla dignidad y el valor de la personahumana y en la igualdad de derechos dehombres y mujeres”; así como en elreconocimiento de la importancia de“promover el progreso social y (…)elevar el nivel de vida dentro de unconcepto más amplio de libertad”.

Si somos capaces, como estudiantes y

estudiosos del derecho, de ver lainjusticia, de detectarla a tiempo, y sisabemos construir remedios paraprevenirla o para sancionarla, estaremoscontribuyendo decisivamente a construirun mundo mejor. La posibilidad deluchar por la justicia es uno de los másimportantes retos que la profesión deabogado conlleva. Ojalá cada uno denosotros sepa estar a la altura de esereto y entre todos podamos aportar loque esté a nuestro alcance para construirun mundo mejor.

Carta XVI.Motivación.

Puede suceder que tengas muy buenoshábitos de estudio, que accedas a unagran cantidad de información (toda ellade muy buena calidad), que aprendas ainterpretar y argumentar correctamentelas normas jurídicas, que sepas resolvercasos concretos y que tengas el firmedeseo de cursar uno o varios posgrados,pero nada de eso servirá si olvidas unacuestión fundamental para tener éxito enla vida: la motivación y el compromisopersonal para hacer las cosas.

Todos sabemos lo que cuesta pararsetemprano para ir a la Facultad, negarse air a fiestas o reuniones con los amigospara repasar una y otra vez los apuntesde clase, dedicar cientos o miles dehoras a la lectura cuando a veces se nosantoja ir al cine o ponernos a navegarpor internet. Todos sabemos eso, perotambién sabemos que quejarse por tenerque hacer lo que es debido no sirve denada. Lo que sirve es tener la firmedeterminación de hacerlo. Y hacerlo sinmás.

Las personas que logran escalar en suprofesión no lo hacen de forma gratuita.Muchos de los profesionistas másexitosos han “entrenado” durante años

antes de poder llegar a la cumbre[xliv].No les ha sido fácil, en un mundo en elque si algo sobra es competenciaprofesional. Siempre habrá alguiendispuesto a estudiar hasta más tarde;siempre habrá alguien dispuesto asacrificarse más para ganar un caso opara sacar mejor calificación. Lapregunta importante es si tú estásdispuesto a ofrecer lo mejor de ti mismopara dirigir tu vida hacia el éxito. O si tevas a conformar con una mediocrecarrera profesional, como la que tienencientos de miles de abogados enMéxico.

La decisión sobre el grado de empeñoque debes dedicarle a tus estudios no

depende de tus padres, ni de tusmaestros, ni del director de la Facultaden la que estudias. Depende de ti. Y denadie más.

Nadie hará las cosas por ti. Tus padreste ayudaron cuando eras más pequeño.Te despertaron en las mañanas y tealimentaron para que tuvieras energíapara ir a la escuela. Los maestros en laeducación básica te llevaron de la manohacia el conocimiento general. Tushermanos y demás familiarescolaboraron, cada uno a su manera, paraque pudieras disfrutar del privilegio quesignifica llegar hasta la universidad.

Pero de ahora en adelante estás sólo. Tú

serás quien determine las propiasprioridades en la vida, quien ordene sutiempo, quien manifieste una y otra vezel grado de compromiso con el país, conla universidad, con su familia y contigomismo. En primer lugar contigo mismo,mejor dicho.

El gran novelista ruso Lev Tolstoiescribió una vez la siguiente frase:"Todos piensan en cambiar el mundo,pero nadie piensa en cambiarse a símismo". Esta frase es importante,porque a veces tendemos a delegar lasresponsabilidades y exigimos cambiosen los demás sin asumir con seriedadque somos nosotros los que debemoscomenzar a cambiar, si lo que queremos

es mejorar nuestro entorno. Cuandopienses en el desarrollo de tu carrera, lafrase de Tolstoi te será de gran ayuda: siquieres cambiar el mundo, comienza porcambiar tú.

Puede ser que tus compañeros no pongantodo el empeño deseable, que losmaestros no sean tan claros exponiendocomo deberían serlo, que lasinstalaciones físicas de la Facultad nosean las mejores, pero nada de eso tedebe detener. Tú puedes y debes saliradelante incluso en las condiciones másadversas. La decisión de triunfar debellevarte más allá de todos losobstáculos.

Otro gran escritor, George BernardShaw, dijo alguna vez lo siguiente:"Algunas personas miran al mundo ydicen ¿Por qué? Otras miran al mundo ydicen ¿Por qué no?". Esa frase pone enevidencia la distinta disposición con laque las personas se suelen enfrentar a lavida. Unas simplemente se quedan en laformulación de las preguntas. Otras, sinembargo, entienden que los obstáculos ylas dificultades ciertamente existen, peroque no deben detenernos ni suponer algoinsuperable. No hay nada que te impidaperseguir con ahínco tus sueños y tusmetas. Todas las respuestas están ahíafuera, esperando a que decidas ir a suencuentro.

Las personas exitosas buscan en suentorno todas las oportunidades queestán a su alcance. Y si talesoportunidades no existen, entonces ellosmismos las crean. Las personas que noluchan por sus sueños ya estánderrotadas desde el inicio.

Con cierta frecuencia, al terminar unaconferencia o un curso se acercanalgunos jóvenes y me preguntan por elsecreto del éxito profesional y personal.Les contesto que la verdad es que talsecreto no existe: el éxito se logra pormedio de cuestiones bien conocidascomo lo son la disciplina, la pasión porlo que uno hace, la entrega y una firmevocación, a prueba de cualquier tipo de

duda o de distracción. No hay más.Eso sí: debes estar advertido de que noserá fácil. Nadie ha dicho que lo sea. Ladificultad en el trayecto sirve para medirel carácter de las personas. Muchosquisieran que el camino fuera más llano;pocos se preguntan si sería mejor quepusieran más empeño en el recorrido.De todas formas, nunca olvides que noimporta cuánto te tardes en lograr tusmetas; debes seguir luchando siempre.Dejar de luchar significa renunciar a lospropios sueños.En México lo anterior es especialmenteimportante, ya que en el imaginariosocial se ha desarrollado una ciertaactitud victimista según la cual todos

nuestros males provienen de una historiatrágica, contra cuyos efectos es inútilluchar. No cabe duda que hemos tenidouna historia llena de complicaciones yque muchos de sus efectos se proyectanal presente. Pero no ha sido una historiadiferente a la de otros países que hansalido adelante. En todo caso no es unahistoria que deba predeterminar porcompleto nuestra existencia.En realidad pienso que en Méxiconecesitamos más personas decididas atrabajar duro y menos personas que detodo se quejan pero nada resuelven. Lacultura de quejarse y luego no hacernada está muy extendida. Es algo contralo que deberíamos luchar sin tregua.

Como decía el magnate norteamericano(fabricante de coches) Henry Ford: "Noencuentres la falta, encuentra elremedio”. Todos conocemos nuestrosproblemas; el reto no es repetir lamisma cantaleta victimista de toda lavida, sino poner las condicionesnecesarias para que podamos saliradelante.Nadie duda de que las circunstancias deMéxico son enormemente complejas.Estudiar en nuestro país no es comohacerlo en Estados Unidos o en Europa.Hay muchas carencias a nuestroalrededor y sería inútil negarlas, peroante ese escenario adverso lo peor quepodemos hacer es alimentar el

pesimismo. Por el contrario: hay queobservar siempre las cosas buenas quenos pasan y aprovechar los elementosque tenemos alrededor para ser mejorescada día.No me refiero a una mejoría enabstracto: me refiero a ser mejores enconcreto. A irnos cada día a dormirsabiendo que aprendimos algo nuevo,que nos esforzamos hasta el límite denuestra energía, que colaboramos conlos demás en alguna buena tarea, quefuimos buenos hijos y hermanos, asícomo responsables ciudadanos. Todoeso se debe hacer por más que tengamosproblemas y carencias. ¿De quédepende? De que cada uno de nosotros

quiera. ¿Tú quieres?Por otro lado, debes fijarte metas que tehagan sobresalir. Son muchos los quedeciden que su vida transcurrasolamente por los caminos de lo másfácil y cómodo. Por el contrario, debesrecordar esa luminosa frase de PabloPicasso cuando dijo: "Yo hago loimposible, porque lo posible lo hacecualquiera”. Se trata, como es obvio, deuna exageración, pero creo que elmensaje está claro: si haces lo mismoque hacen todos los demás no vas adestacar nunca. Y si haces lo mismo quesiempre has hecho, obtendrás losresultados de toda la vida. Si quieresresultados extraordinarios, debes hacer

un esfuerzo fuera de los común paralograrlos.Debes inventar tus propios retos y laforma de dirigir tu existencia. Repetir loque han hechos tantas y tantasgeneraciones no es algo que te hagadiferente. Lo serás solamente si teatreves a innovar y a ir más allá de loque han ido quienes te han precedido.Eso va a ser lo que marque tu huella enel mundo. No depende de nadie más quede ti.

Despedida. Cuando entré en la Facultad de Derechode la UNAM y pude conocer a losgrandes maestros que entonces dabanclase en sus aulas, los admiré sinlímites. Los nombres de las llamadas“vacas sagradas” de la Facultadgeneraban curiosidad y admiración.Aunque a veces ya no pudiéramosalcanzar cupo para inscribirnos en susclases, varios compañeros de lageneración de todas formas entrábamossolamente para escuchar a esosprofesores que con su permanenteentrega a la docencia habían cimentado

el prestigio de nuestra alma mater.Cuando veía a esos grandes personajesque llevaban varias décadas dando claseme preguntaba qué era lo que losmotivaba a ir día tras día al aula. Ahoraque llevo veinte años de dar clase(primero como profesor adjunto y luegoya como titular), tengo mis propiasrespuestas para esa duda.La pasión por la universidad, el reto a lainteligencia que supone cruzar un umbraluniversitario, el contacto con losjóvenes, la disciplina de preparar laclase, son algunas de las razones por lasque doy clase y por las que daré clasepor el resto de mi vida profesional.Desde hace años solamente doy clase de

licenciatura en la UNAM. En muchasotras universidades he dado y doy clasesde posgrado. Pero dar clase en lasmismas aulas en las que me formé, aalumnos que están en los primerossemestres de la carrera, es uno de losprivilegios más grandes de mi carreraacadémica.La UNAM me ha dado muchassatisfacciones. Me ha permitido conocera varias de las personas que más hanincidido en mi vida, tanto profesionalcomo personal. Me ha acercado a losgrandes maestros y en sus aulas ypasillos he podido hacer muy buenosamigos. He conocido genteextraordinaria entre sus muros, tanto

desde el punto de vista humano comoacadémico y profesional.Desde la distancia, recuerdo mis añosde estudiante con mucha nostalgia, perotambién con el orgullo de haber sabidoaprovechar el tiempo. Como siempresucede en la vida de cualquier persona,a veces nos quedamos con la duda sobrelo que se pudo haber hecho mejor osobre lo que se tenía que haberdisfrutado más. Una forma de compartiresas preocupaciones es precisamenteeste libro, que me hubiera gustado notanto escribirlo, sino haberlo leídocuando estaba en la carrera.Aunque algunos profesores nos dieronmuy buenos y oportunos consejos, lo

cierto es que la mejor forma de estudiary la manera en que le podíamos sacarmás provecho a la carrera lo fuimosaprendiendo sobre la marcha, a vecescuando ya era tarde.Estoy convencido, sin embargo, de quela mejor experiencia es la que se puedecompartir. No creo que lo que uno haaprendido necesariamente evite queotros cometan sus propios errores, perosí puede ahorrarles tiempo y esfuerzo enla búsqueda de la mejor solución paralos problemas que se nos vanpresentando. Esa es precisamente laintención de este pequeño libro: intentaraportar un poco de experiencia personaly profesional para que los estudiantes de

derecho aprovechen mejor su tiempo deestudio. Ojalá así sea.

Epílogo 1. Para terminar, quisiera dejarles undecálogo de sugerencias para ser unmejor estudiante. Algunas de ellasretoman conceptos que ya han sidoexpuestos en las páginas precedentes.Espero que les sean de utilidad:

1. Fíjate metas concretas respecto deltrabajo que debes realizar comoestudiante. No intentes aprender todolo relativo a una materia o a uncampo de estudio. Concéntrate enaprender la lección de hoy, en hacer

la tarea que te dejaron, en terminar lalectura pendiente, etcétera. Se avanzamucho, en el desempeño académico yen la vida en general, cuando se danpequeños pero ininterrumpidospasos.

Eso no significa, sin embargo, que tedebes conformar con lo más básico.Más bien debes tomar lo que acabo dedecir como un punto de partida. Unavez que hayas cumplidos con losdeberes primarios o los másimportantes que supone laresponsabilidad de ser un estudianteuniversitario, ya podrás dedicar todotu empeño y toda tu energía enprofundizar en el conocimiento, lo

cual te permitirá ser un buenestudiante primero y luego unprofesional de excelencia.

2. Escoge bien las materias y losprofesores con los que vas a estudiarcada semestre. No son pocos losalumnos que eligen a sus profesorestomando en cuenta lo fácil que resultapoder aprobar con ellos. Se les llama“profesores barcos” y todo el mundolos conoce en las facultades. Pero lafacilidad para pasar no debería ser elprincipal criterio para elegir a unprofesor.

¿De qué te va a servir en tu vidaprofesional haber acreditado con

buenas calificaciones todas lasmaterias si en ellas no aprendiste nadao casi nada? ¿de verdad crees quenadie se dará cuenta que optastedurante toda la carrera por el caminomás fácil, cuando tengas quedemostrar tus conocimientos en elmundo profesional? Debes hacer unintento por cursar con los mejoresmaestros, sin importar qué tan difícilsea sacar con ellos buenascalificaciones. La meta principal detodo buen estudiante debe seraprender. Una meta secundaria einstrumental es sacar buenascalificaciones.

3. Haz un esfuerzo por conocer y

manejar todos los recursos a tualcance. Debes estar familiarizadocon los avances tecnológicos que tepermitan ser un mejor estudiante.Igualmente, debes conocer bien losrecursos y opciones que ofrece tuescuela o facultad para desarrollartemejor desde un punto de vistaacadémico. Debes conocer loshorarios de las bibliotecas, ladisponibilidad de asesoríaindividualizada por parte de algunosprofesores o el acceso a base dedatos que te proporcionan distintasinstituciones.

No todo lo que debes aprender seenseña en el aula de clase, ni se

encuentra en los apuntes que puedas irtomando. Hay que buscar más allá yaprovechar cada uno de los recursosque tienes a tu alcance, que sin dudason muchos en la actualidad.

4. Conoce bien todo lo que ofrece tuuniversidad. El tiempo que pasarásestudiando en un centro universitariodebe ser un espacio deenriquecimiento y de crecimiento nosolamente académico, sino tambiénpersonal. Si bien el principalcometido de tus días y de tus nochesdebe guardar una estrecha relacióncon los deberes que tienes comoestudiante, también es cierto quesiempre encontrarás la oportunidad

para ampliar tus horizontes culturaleso incluso deportivos, dentro de losrecintos universitarios.

Es muy importante que conozcas lasinstalaciones deportivas, que acudascon frecuencias a los cineclubsuniversitarios o que recorras lasexposiciones artísticas que se ofrecen.Todo ello servirá como un poderosocomplemento al conocimiento técnicoque deberás adquirir en la carrera y, ala postre, te dará una perspectiva másrica de la vida y de las muchasopciones que te ofrece tu país.

5. Aprende de forma activa. Elnúmero de horas disponible para

cada materia es muy escaso. Haymaterias en las que se deben darmuchos contenidos, de modo que aveces la exposición de clase debe serbreve. No te conformes con eso.Busca por ti mismo y profundiza enlos temas que se vieron en la clase.

Pídeles a tus profesores que terecomienden bibliografía extra ymateriales de refuerzo sobre los temasque van estudiándose en clase, paraque puedas complementar los apuntes.Busca en internet las referencias quepuedan existir (que seguramentesumarán cientos o incluso miles) eincorpora lo que consideres másimportante en tus apuntes.

6. Maneja bien tu tiempo. La principalocupación que debe tener unestudiante… es estudiar. Todo lodemás se debe subordinar a eseobjetivo principal de los años quevas a pasar en la facultad.

Debes organizar tu tiempo de maneraque el objetivo principal del día girealrededor de tu horario de clases.Debes llegar fresco y descansado atomar las clases, para que lasaproveches por completo. Tambiéndebes prever un espacio suficientepara hacer las tareas y para poderrepasar lo que día con día irás viendoen clase.

Lo más práctico es hacer un esquemapor escrito en el que dividas las horasdisponibles y les asignes las tareasque debes realizar a lo largo del día.Debes hacer una planeación exigente,pero realista. De nada sirve que tepropongas estudiar seis horas diariassi luego terminas dedicándole a esaactividad solamente dos. Hay que serprudente y reconocer debilidades yfortalezas, pero siempre intentandodar el mayor esfuerzo que sea posible,para lograr la excelencia académica.

7. Desarrolla y mejora tus hábitos delectura. Si estudias alguna carrera deciencias sociales, la forma principalen la que desarrollarás tu aprendizaje

será leyendo. A veces tendrás queleer textos un tanto áridos, plagadosde tecnicismos y cuestionesdetalladas. Algunos puede que teresulten aburridos, en comparacióncon una buena novela o un libro depoesía. Pero no hay ninguna otraforma por medio de la que puedasaprender, de modo que tendrás quededicarle muchas horas a la lectura.

Siguiendo lo señalado en el puntoanterior, haz un esquema de tiempoque vas a dedicar a la lectura diaria.Debes ser razonable, pero tambiéndebes estar consciente de que lalectura es uno de tus empeñosprincipales como estudiante. Un

estudiante que no lee es un malestudiante, sin excepción. Poco apoco, procura incrementar el númerode horas dedicadas a la lectura, hastaque adquieras un ritmo razonable delectura diaria.

8. Desarrolla y mejora la atención quepones en clase y la forma en quetomas apuntes. No debes considerarque la clase es algo secundario en tuproceso de aprendizaje. Al contrario.La clase es el lugar y el momento másimportante, a partir del cual puedesdesarrollar todo tu potencial comoestudiante.

Para aprovechar mejor la clase debes

intentar sentarte en las primeras filasdel aula y seguir con atención lo quevan diciendo los profesores.Igualmente, debes esmerarte en tomarbuenos apuntes, inclusocomparándolos con los que tomanotros compañeros, quienes te puedenauxiliar para completar alguna partede la exposición que no hayas podidorecoger debidamente. La confecciónde unos buenos apuntes puede hacerseperfectamente como un trabajocolectivo, en el que varias personasaporten y complementen lo que otrosfueron tomando en clase.

Los apuntes no son el fin del caminoen la ruta del aprendizaje, sino su

inicio. Ningún estudiante que aspire adesarrollar un nivel de excelenciadebe confiarse de que unos apuntescontengan todo el conocimiento sobreuna materia, ni siquiera todo elconocimiento relevante.

Los apuntes deben guiarte respecto delos temas que el profesor consideramás importantes y del enfoque queestima que debe adoptarse en cadapunto, pero a partir de lo que hayaspodido recoger en ellos, debesdesarrollar una estrategia individual ocolectiva de estudio que te permita irprofundizando en los temas yadoptando puntos de vistacomplementarios, incluso de escuelas

de pensamiento que pueden no sercompartidas por tus profesores. Tenerpluralidad de pensamiento es un rasgoque distingue a los profesionales másexitosos; esa pluralidad debe seradquirida y ejercitada desde lacarrera, cuando vas adquiriendo losconocimientos que te permitirándestacar en tu vida adulta.

9. Desarrolla y mejora la forma deescribir y de hablar. Una de lascapacidades que debes adquirir en lacarrera es la de hablar y escribircorrectamente y con fluidez. Lacapacidad comunicativa esindispensable no únicamente parapoder tener un buen desempeño

profesional, sino también paradesarrollarte en cualquier ámbito dela vida.

Debes ser capaz de hablar en públicoy de poder expresarte por escrito endistintos formatos: lo mismo ensayosacadémico que propuestasprofesionales de contratos oconvenios. Cualquiera que vaya a sertu destino profesional, lo más seguroes que requieras de un buen nivelcomunicativo, tanto en forma verbalcomo escrita. Debes aprovechar tuépoca de estudiante universitaria paramejorar en ambos aspectos.

10. Involúcrate en actividades extra-

curriculares, que te permitanconvivir, hacer amigos y desarrollarhabilidades sociales que te serán muyútiles para tu posterior desarrolloprofesional y personal.

Hay muchas maneras de lograrlo. Enalgunos de los puntos anteriores yahemos mencionado algunas actividadesculturales e incluso deportivas quepuedes realizar en tu universidad.También nos hemos referido al trabajoen equipo que debes hacer paracomparar y enriquecer los apuntes declase o para preparar presentacionescolectivas, etcétera. Además de todo

eso, que no es poco, puedes participarcon tus compañeros y profesores através de las redes sociales, quesuministran hoy en día una plataformaextraordinaria de comunicación, deltodo apta para compartir información yenriquecer tu experiencia universitaria.

Epílogo 2.10 sugerencias para vivir mejor.

Estoy convencido de que cada personatiene el poder de acercarse o alejarse deuna vida exitosa. No creo que nadadetermine qué persona va a triunfar yqué persona va a fracasar en la vida:depende de nosotros y de lo quedecidamos hacer con nuestra existencia.

Para que a cada uno le vaya mejor en lavida hay muchos factores a tomar en

cuenta. Los que siguen son algunos delos que considero más importantes, loscuales de alguna manera desarrollan,repiten o enfatizan algunas de lascuestiones que cavamos de mencionar enel epílogo 1:

1. Fíjate metas realistas. No haynada peor que ver a una personaaspirando a lograr metas que,objetivamente, están fuera de sualcance. Examina qué fortalezas yqué debilidades tienes. En funciónde ese análisis fija tus metas,manteniéndolas dentro de loalcanzable y realizable.

2. No te preocupes en exceso porlos problemas que te aquejan.Ocúpate en resolverlos,identificando los pasos que hayque dar para poder superarlos.

3. Dale a cada problema su justadimensión. A veces pensamos quehay problemas que son másgrandes de lo que verdaderamenteson. Tómate el tiempo paravalorar correctamente el tamañode las dificultades que tienesenfrente.

4. Ten la suficiente flexibilidadpara ajustar tus planes, según sevayan dando las cosas. Conozco amuchas personas que creen que lainflexibilidad respecto de lo quese proponen las hace mejores. Noes cierto. Las personas que lograntriunfar son aquellas que mejor seadaptan a su entorno y que tienenla suficiente visión para ver dequé manera es mejor desarrollarseen función de ese mismo entorno.

5. No le tengas miedo a loscambios. La vida moderna (la que

nos ha tocado vivir) supone uncambio de grandes dimensiones amuy alta velocidad. Vivimos una“modernidad líquida” (paradecirlo con las palabras deZygmunt Bauman). Cambiarformar parte de nuestra realidad ydebemos estar abiertos a lo nuevoque nos va trayendo la vida. Todocambio debe ser visto como unaposibilidad de mejora.

6. Controla los aspectos másrelevantes de tu vida. Mucho de loque nos sucede no depende denosotros, pero no debes dejar que

ningún aspecto importante,verdaderamente trascedente, de tuvida quede en manos de losdemás. Nadie puede decidir por tisobre los temas más decisivos detu vida. Esas decisiones las debestomar solamente tú, pues de ellasdependerán tu presente y tu futuro.

7. No intentes quedar bien contodos. Cuando una persona actúa ytoma decisiones, genera diversasreacciones en los demás. A vecesse producen reacciones positivasy a veces no. No debespreocuparte por ello. Es normal.

Una persona solamente puede biencon todos cuando no toma ningunadecisión ni hace nada relevante.Tener opiniones, expresarlas yactuar conforme a las propiasconvicciones generará adeptos yadversarios. Siempre ha sido así ysiempre seguirá siéndolo. Hay queaprender a vivir con ello y seguiradelante sin que las opinionesnegativas nos detengan.

8. Toma cada crisis como unaoportunidad de mejorar. Nadieestá exento de pasar por algunacrisis a lo largo de su vida. A

veces se producen por cuestionesafectivas o sentimentales, a vecespor importantes pérdidaspatrimoniales o a veces por lamuerte de un ser querido. Nodebes dejar que el lamento y elduelo por esos hechos atenace tuvida. Hay que sobreponerse a lascrisis y salir adelante habiendotomado de la experiencia laslecciones que en cada casocorrespondan.

9. No vivas con miedo. En nuestraépoca existen muchos factorespara sentirnos angustiados y

miedosos. La cantidad decatástrofes que suceden alrededordel mundo (o incluso muy cerca denuestro entorno) abonan hacia unsentimiento de permanente riesgopara nuestra vida, nuestraintegridad física, nuestro entornoprofesional o familiar. Todo esoexiste y sería irresponsablenegarlo. Pero no debes dejar queel miedo guie las decisiones quedebes tomar en tu vida. Tampocoel miedo debe dominarte hasta elgrado de impedirte disfrutar detodo lo bueno que te ofrece lavida. Hay que tener el valor devivir sin miedo.

10. Aprende a no mirar atrás. Cadapersona tiene un pasado en el queconfluyen experiencias positivas ynegativas. Hay que valorar todoeso, pero sin dejar que el pasadosuponga un peso para ver haciaadelante, para planearadecuadamente lo que sigue ennuestras vidas y, sobre todo, queno te permita disfrutar cadamomento. Hay que ser optimistas ypensar que, aunque hayamostenido muchos momentos felicesen nuestra vida (momentos queatesoramos y recordamos conafecto e incluso con nostalgia), lo

mejor de todo todavía está porvenir. El futuro es una carta quecada uno de nosotros escribemomento a momento. De cada unodepende, en buena medida, que sucontenido sea satisfactorio ofrustrante.

Sobre el autor. Miguel Carbonell es licenciado enderecho con mención honorífica por laFacultad de Derecho de la UniversidadNacional Autónoma de México y doctoren derecho constitucional con mencióncum laude por la Facultad de Derechode la Universidad Complutense deMadrid.Es autor de más de 40 libros ycompilador o coordinador de otras 45obras.

Es Investigador del Instituto deInvestigaciones Jurídicas de la UNAM,donde tiene a su cargo el Área deDerecho Constitucional, la Unidad deExtensión Académica y ProyectosEditoriales y la Coordinación deDesarrollo Tecnológico.

Es Investigador Nacional nivel III delSistema Nacional de Investigadoresdesde enero de 2005, siendo el másjoven científico del país en alcanzar esenivel.

Ha publicado más de 400 artículos enrevistas especializadas y obrascolectivas de México, España, Italia,Inglaterra, Argentina, Brasil, Colombia,

Ecuador, Perú, Chile, RepúblicaDominicana y Uruguay. Sus textos hanaparecido en cinco diferentes idiomas.

Ha dictado más de 750 cursos yconferencias en México y otros países.

Ha coordinado las obras colectivas másimportantes de México en materiajurídica, tales como la “ConstituciónPolítica de los Estados UnidosMexicanos comentada y concordada” (5tomos), la “Enciclopedia JurídicaMexicana” (15 tomos), la “EnciclopediaJurídica Latinoamericana” (10 tomos) y“Los derechos del pueblo mexicano.México a través de sus constituciones”(25 tomos).

Ha sido miembro del ConsejoConsultivo de la Comisión Nacional delos Derechos Humanos y de la Junta deGobierno del Consejo Nacional paraPrevenir la Discriminación.

Le han otorgado varios premios yreconocimientos, como por ejemplo elPremio Anual de Investigación JurídicaIgnacio Manuel Altamirano y el PremioUniversidad Nacional para JóvenesAcadémicos. Es articulista en el periódico “ElUniversal”.

Su página de internet eswww.miguelcarbonell.com

Puedes seguirlo enwww.twitter.com/MiguelCarbonell, enFacebook:www.facebook.com/drmiguelcarbonelly en Youtube:www.youtube.com/drmiguelcarbonell

[i] Bobbio, Norberto, La duda y laelección. Intelectuales y poder en lasociedad democrática, Barcelona,Paidós, 1998.

[ii] Carbonell, Miguel, Los juiciosorales en México, 3ª edición, México,Porrúa, UNAM, RENACE, 2011.

[iii] Luigi Ferrajoli hace una minuciosadescripción de estos términos en su obraPrincipia Iuris. Teoría del derecho y de

la democracia, Madrid, Trotta, 2011.

[iv] Sigo la exposición de Luis Prieto,Apuntes de teoría del derecho, Madrid,Trotta, 2005, pp. 41-42.

[v] Carbonell, Miguel y Pedroza de laLlave, Susana T. (coordinadores),Elementos de técnica legislativa, 4ªedición, México, Porrúa, UNAM, 2010.

[vi] Carbonell, Miguel y Rivera, Aline,Internet para abogados y estudiantesde derecho, 4ª edición, México, Porrúa,2008.

[vii] Vivimos en un “mundo líquido”, enpermanente cambio, dicen autores comoZygmunt Bauman, de quien puedeconsultarse los siguientes libros:

Tiempos líquidos. Vivir en una épocade incertidumbre, Tusquets, CNA,México, 2008; Modernidad líquida,México, FCE, 2009; Miedo líquido. Lasociedad contemporánea y sus temores,Barcelona, Paidós, 2007; Vida líquida,Barcelona, Paidós, 2006.

[viii] Beas, Diego, La reinvención de lapolítica. Internet y la nueva esferapública, México, Temas de Hoy, 2010.

[ix] Pérez Lledó, Juan Antonio, Laenseñanza del derecho, Palestra, Lima,2006, p. 122.

[x] Ver también la explicación de PérezLledó, Juan Antonio, La enseñanza delderecho, cit, p. 123.

[xi] Pérez Perdomo. Rogelio,“Introducción” en VV. AA., Laformación jurídica en América Latina,Bogotá, Universidad Externado deColombia, 2006, pp. 19-20.

[xii] Agradezco a Mercedes Carbonellpor haberme sugerido esta forma,ciertamente importante, de trabajar conla memoria.

[xiii] Un texto introductorio muy claro yrecomendable sobre la interpretaciónjurídica es el de Guastini, Riccardo,Estudios sobre la interpretaciónjurídica, 9ª edición, México, Porrúa,2010.

[xiv] Un panorama del debatenorteamericano sobre el tema puede

verse en Strauss, David, The livingC o n s t i t u t t i o n , Oxford, OxfordUniversity Press, 2010.

[xv] Sobre el razonamiento judicial, deentre las muchas obras que se podríancitar, quizá valga la pena revisar el librode Posner, Richard, How judges think,Harvard University Press, Cambridge,2008.

[xvi] El originalismo tiene entre susdefensores más conocidos al juez de laSuprema Corte de los Estados UnidosAntonin Scalia, de quien puede verse ell i b r o A matter of interpretation.Federal courts and the law, PrincetonUniversity Press, Princeton, 1997 (en laobra se incluye la critica que destacados

profesores le hacen a Scalia).

[xvii] No es algo que solamente sucedaen Estados Unidos. Tampoco en Españahan logrado generar los cambios que, alparecer, requiere el texto constitucionalde 1978. Sobre el procedimiento dereforma constitucional en España puedeverse el clásico estudio de Vega, Pedrod e , La reforma constitucional y laproblemática del poder constituyente,Madrid, Tecnos, 1991.

[xviii] Una caracterización muyconocida de las normasiusfundamentales redactadas en forma deprincipios puede verse en Alexy,R o b e r t , Teoría de los derechosfundamentales, 2ª edición, Madrid,

CEPC, 2007, pp. 63 y siguientes.

[xix] Jefferson, Thomas, Autobiografíay otros escritos, Madrid, Tecnos, 1987,pp. 517-521. Una buena selección delpensamiento del autor puede encontrarseen Jefferson, Thomas, Writings, NuevaYork, The Library of America, 1984(hay reimpresiones posteriores).

[xx] Todas las citas provienen deMadison, James, República y libertad,Madrid, CEPC, 2005, pp. 102-103. Elmismo documento y otros del mayorinterés pueden verse en Madison, James,Writings, Nueva York, The Library ofAmerica, 1999.

[xxi] Ver al respecto de los estudios dePérez Hurtado, Luis Fernando, La futura

generación de abogados. Estudio de lasescuelas y los estudiantes de derechoen México, México, UNAM, 2009; FixFierro, Héctor (editor), Del gobierno delos abogados al imperio de las leyes.Estudios sociojurídicos sobreeducación y profesión jurídicas en elMéxico contemporáneo, México,UNAM, 2006 y, en un contexto másamplio, Pérez Perdomo, Rogelio yRodríguez Torres, Julia (compiladores),la formación jurídica en AméricaLatina. Tensiones e innovaciones entiempos de la globalización, Bogotá,Universidad Externado de Colombia,2006.

[xxii] Carbonell, Miguel, La libertad.Dilemas, retos y tensiones, México,

UNAM, CNDH, 2008.

[xxiii] En este punto se aplica elconocido “principio de daño”, teorizadopor John Stuart Mill en el siglo XIX, ensu famoso ensayo Sobre la libertad.Mill explica el principio de daño conlas siguientes palabras: “Este principioafirma que el único fin por el que estájustificado que la humanidad, individualo colectivamente, interfiera en lalibertad de acción de cualquiera de susmiembros es la propia protección. Queel único propósito con el que puedeejercerse legítimamente el poder sobreun miembro de una comunidadcivilizada, contra su voluntad, esimpedir el daño a otros. Su propio bien,físico o moral, no es justificación

suficiente. Nadie puede ser obligadojustificadamente a hacer algo, o aabstenerse de hacerlo, porque sea mejorpara él, porque le haría feliz o porque,en opinión de otros, hacerlo sería másacertado o más justo. Éstas son buenasrazones para discutir o razonar con él,para persuadirle o suplicarle, pero nopara obligarle o inflingirle algún daño siactúa de otro modo. Para justificar estodebe pensarse que la conducta de la quese le quiere disuadir producirá un dañoa otro. La única parte de la conducta decada uno por la que es responsableante la sociedad es la que afecta a losdemás. En la parte que le concierne a él,su independencia es, de derecho,absoluta. Sobre sí mismo, sobre su

propio cuerpo y espíritu, el individuo essoberano”.

[xxiv] Ver al respecto las todavíainsuperadas observaciones de Nino,Carlos Santiago, Un país al margen dela ley, Buenos Aires, Ariel, 2005(reimpresión).

[xxv] Laporta, Francisco J., “Lacorrupción política. Introduccióngeneral” en Laporta, Francisco J. yÁlvarez, Silvina (editores), Lacorrupción política, Madrid, Alianza,1997, pp. 26-27.

[xxvi] El “amicus curiae” es unainstitución que ha dado muy buenosresultados en tribunales constitucionales

de muchos países y desde luego entribunales internacionales. Entre losprimeros puede citarse a la SupremaCorte de los Estados Unidos, cuyodebate ha sido nutrido en asuntos muyimportantes por las aportaciones que hanhecho personas ajenas a las partes en ellitigio. Entre los tribunalesinternacionales, y con gran interés paraMéxico, puede citarse a la CorteInteramericana de Derechos Humanos,que expresamente permite la figuragracias a una modificación de sureglamento realizada en el año 2000. [xxvii] Pérez Lledó, Juan Antonio, Laenseñanza del derecho. Dos modelos yuna propuesta, Lima, Palestra, 2006.

[xxviii] Ferrajoli, Luigi y otros, Losfundamentos de los derechosfundamentales, edición de Antonio deCabo y Gerardo Pisarello, Madrid,Trotta, 2001, pp. 289-291.

[xxix] Ferrajoli, Luigi, “Losfundamentos de los derechosfundamentales”, cit., p. 291.

[xxx] Para abundar en el tema de losmétodos que utilizan quienes trabajancon cuestiones jurídicas, te recomiendoel luminoso ensayo de Cruz Parcero,Juan Antonio, “Los métodos para losjuristas” en Courtis, Chistian (editor),Observar la ley. Ensayos sobremetodología de la investigaciónjurídica, Madrid, Trotta, 2006, pp. 17 y

siguientes.

[xxxi] Posner, Richard, El análisiseconómico del derecho, 2ª edición,México, FCE, 2007, p. 25.

[xxxii] Posner apunta que “la economíaes la ciencia de la elección racional enun mundo –nuestro mundo- donde losrecursos son limitados en relación conlas necesidades humanas”, idem, p. 25.

[xxxiii] Posner, Richard, obra citada, p.55.

[xxxiv] Posner, Richard, obra citada, p.61.

[xxxv] Rawls, John, Teoría de lajusticia, México, FCE, 2002

(reimpresión), pp. 67-68.

[xxxvi] Zagrebelsky, Gustavo y Martini,Carlo M., La exigencia de justicia,Madrid, Trotta, 2006.

[xxxvii] Ferrajoli, Luigi, Democracia ygarantismo, 2ª edición, Madrid, Trotta,2010, p. 123.

[xxxviii] Power, Samantha, Problemainfernal. Estados Unidos en la era delgenocidio, México, FCE, 2005.

[xxxix] Burleigh, Michael, El TercerReich. Una nueva historia, Madrid,Taurus, 2002.

[xl] Dwork, Debórah y Van Pelt, RobertJan, Holocausto. Una historia, Algaba

ediciones, Madrid, 2004.

[xli] Los datos de los párrafosanteriores se encuentran, junto con otrosmuchos de gran interés, en Rees,Laurence, Auschwitz. Los nazis y lasolución final, Barcelona, Crítica, 2007.

[xlii] Mate, Reyes, Memoria deAuschwitz. Actualidad moral y política,Madrid, Trotta, 2003.

[xliii] Garzón Valdés, Ernesto, “Lacalamidad moral del Holocausto”,Nexos, número 363, México, marzo de2008, p. 29.

[xliv] Ver al respecto la muy interesanteevidencia que aparece en el libroOutliers de Malcolm Gladwell,

publicado por Taurus, Madrid, 2009.