columna sobre política indigena nm
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Sobre la interpelación a Huenchumilla y el posible giro de la Política Indígena
La interpelación presentada por el Diputado RN José Manuel Edwarsal ministro del interior
Rodrigo Peñailillo, y a través de él, al Intendente de la Región de La Araucanía Francisco
Huenchumilla, ha levantado polvo, y bastante. Las señales entregadas por el Intendente desde que
asumiera su cargo en marzo han sido importantes y han generado expectativas respecto del rumbo
que tomará la política indígena del gobierno de la Nueva Mayoría, principalmente en relación con el
cumplimiento de las demandas políticas históricas de este pueblo. En la sesión de interpelación,
Peñailillo manifestó el respaldo absoluto del Gobierno a la gestión del Intendente, enfatizando en el
mandato que este tienede avanzar en la solución de un conflicto de carácter histórico.
Huenchumilla siendo candidato a Alcalde por Temuco, en carta dirigida al ex –presidente Sebastián
Piñera, señalaba dos años atrás que “El llamado conflicto mapuche es un problema de naturaleza
política y debe ser tratado como tal”. Agregando además que “El Estado debe sincerar las cosas y
aceptar su composición multicultural y plutiétnica, haciendo este reconocimiento explícito en la
Constitución Política”. Nunca antes una autoridad política había planteado públicamente tal
postura.
La iniciativa de la Derecha, o más precisamente del Diputado RN -puesto que se fue quedando solo
en el camino- buscaba retrotraer las señales que el Intendente ha dado en pos del reconocimiento
del estatus jurídico de los mapuche como pueblo, y por lo tanto, del reconocimiento de los
indígenas como sujetos de derechos que deben ser garantizados por el Estado; a la política
asimilacionista y criminalizadora de los gobiernos anteriores. Pretendiendo,de este modo,manipular
la opinión pública respecto del modo de comprender el conflicto político que el Estado ha
mantenido con este Pueblo por siglos y legitimando, una vez más, la represión como mecanismode
silencienciamiento.
Esto, en el marco de un consenso cada vez mayorentre el mundo indígena, los organismos de
derecho internacional y los especialistas sobre el diagnóstico: : “Cualquier estrategia política
tendiente a resolver el conflicto, debe comenzar con el reconocimiento de que el Estado de Chile
lo conforman distintos Pueblos, todos ellos con derechos que deben ser respetados y
garantizados, partiendo por el derecho al territorio, la autonomía política, la autodeterminación y
la definición de sus propias estrategias y visiones sobre el desarrollo y la economía local.”
La negación sistemática del reconocimiento constitucional pactadoconel movimiento indígena en el
marco del retorno a la democracia ylas trabas puestas por el Estado a la ratificación y aplicación del
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convenio N° 169 de la OIT, sumado a la instalación de megaproyectos de desarrollo en territorio
mapuche y la escalada de violencia en contra del movimiento por parte del Estado, son muestras de
que claramente no hubo voluntad política hasta ahora para avanzar en la solución de las demandas
de este pueblo, lo que ha tenido como principal consecuencia la desconfianza absoluta de los
indígenas en la institucionalidad del Estado.
Hay que recordar que tomó 17 años ratificar el Convenio por la oposición permanente de la
derecha y de algunos parlamentarios del oficialismo en el Senado, y que durante el gobierno de
Sebastián Piñera se creó un reglamento para aplicar la consultacon la finalidad de no tocar las leyes
sectoriales,es decir, a fin de no entrar en conflicto con los proyectos empresariales que
monopolizan la vocación productiva de los territorios, menoscabando los propios estándares
establecidos por el Convenio y transformándose en un precedente internacional respecto de lo que
no se puede hacer en materia de derecho internacional.
Al incumplimiento, a la fecha, de los acuerdos pactados durante la transición, se suma la
profundización del modeloneoliberal desde mediados de los ´90, y la consecuente instalación de
megaproyectos de uso y extracción de recursos naturales de capitales transnacionales y nacionales -
públicos y privados- en territorio mapuche durante el gobierno de Eduardo Frei y Ricardo Lagos.
Profundización sostenida en una débil einmadura institucionalidad indígena y ambiental (Ley
indígena 1993, Ley de bases del Medio Ambiente 1994).
De este modo, al modelo de explotación forestal instalado en territorio ancestral mapuchese
sumaron, sin ninguna consideración ni consulta previa a los principales afectados, la instalación de
las centrales hidroeléctricas de Pangue y Ralco (región del Bío Bío), la construcción de la carretera
de la costa que atraviesa el borde costero entre las regiones del Bío Bío y Los Lagos, la
construcción de un By pass en Temuco (ampliación de la ruta 5 sur) y la instalación de una planta
de celulosa en San José de la Mariquina.
Todos estos antecedentes debieran permitirnos comprender grosso modo cual es el carácterreal del
conflicto entre los dos actores principales:el Pueblo Mapuche y el Estado chileno. Conflicto que
se hace evidente cuando aparece un tercer actor, la gran empresa pública y privada en un contexto
de neo-extractivismo promovido por el Estado. Por lo tanto, el mantenimiento y agudización de la
situación de sometimiento político, económico y social en la que se encuentran los mapuche, no
puede ser atribuida únicamente a que han sido incapaces de adecuarse a las necesidades que
impone el modelo de desarrollo hegemónico y la modernización, como pretenden hacer ver
algunos, defendiendo de paso sus propios intereses y sin poner en cuestión la legitimidad de éstos.
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Los mapuche han visto cómo la situación de precariedad y marginalidad a la que fueron empujados
históricamente, en lugar de mejorar o revertirse con el fin de la dictadura, aumentó sostenidamente
junto con la explotación indiscriminada de los recursos naturales -principalmente el modelo de
explotación forestal1- y las consecuencias sociales, culturales y ambientales que genera.Resultado
de la incapacidad de ver que los mapuche operan bajo otra lógica en su relación con el territorio que
ha sido sistemáticamente negada por intelectuales y políticas de planificación estatal.
Como consecuencia de estos procesos, a partir de la década de los ´90 se instala el mal llamado
“Conflicto Mapuche”, conflicto que alcanzó su punto más álgido durante el gobierno de Ricardo
Lagos (2000-2006) con los primeros casos de aplicación de la Ley N° 18.314 -conocida como Ley
Antiterrorista- en contra de comuneros mapuche. Las primeras acciones en oposición a los
proyectos de desarrollo que exigían la restitución del territorio, como las tomas de fundos y cierres
de caminos, fueron la consecuencia de un mecanismo de restitución inadecuado, centrado en las
compras de tierras reguladas por el modelo de libre mercado y no en el concepto amplio de
territorio que se desprende hoy del Derecho Internacional (principalmente de la Declaración sobre
los derechos de los Pueblos Indígenas del 2007) , sin considerar instrumentos de expropiación aun
cuando esta es una facultad del ejecutivo consagrada por la Constitución del ´80.
La penalización de acciones en el marco de lasdemandas políticas del pueblo mapuche, mantiene
hasta hoy a 20 comuneros encarcelados.Hechos que impulsaron la articulación de distintas formas
de organización en defensa de las víctimas de violencia por parte del Estado chileno, en apoyo a los
presos políticos mapuche en las cárceles chilenas, en nuevas reivindicaciones territoriales y en los
conflictos con megaproyectos empresariales en el territorio.
1?Actualmente “la actividad forestal en Chile se concentra entre las Regiones del Maule y Los Lagos, y son justamente estas cinco Regiones las que tienen los Índices de Desarrollo Humano (IDH) más bajos (PNUD 2004). Según datos del gobierno (MIDEPLAN 1998), entre 1990 y 1998 las Regiones del Biobío y Araucanía han sido aquellas con mayor cantidad de pobres (40,5% en promedio en 1990 y 27,3% en promedio en 1998) e indigentes (15,2% promedio en 1990 y 8,5% promedio en 1998). Presentaban además las peores condiciones de distribución del ingreso en Chile (MIDEPLAN 1998).” Situación a la que se suma “(…) la pérdida importante de biodiversidad, el desequilibrio de procesos y ciclos naturales de los ecosistemas forestales nativos y la transformación del entorno ambiental con una significativa pérdida del valor paisajístico del sur de Chile (Gayoso 1993, Fuentes 1994, Gayoso e Iroumé 1995, Constabel 2009).” Además del severo impacto que esta actividad tiene sobre los recursos hídricos. “Según información dada a conocer por el Gobierno Regional de La Araucanía en el año 2009, a través de su Intendenta en ejercicio en esa fecha, Sra. Nora Barrientos; en esta región 31 de las 32 comunas existentes presentan problemas de abastecimiento de agua, particularmente en sectores rurales y comunidades mapuche, existiendo un registro de 13 mil 500 familias afectadas.” (ONG Forestales por el bosque nativo, 2011; 9)
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Uno de los hitos más importantes en respuesta a la criminalización de las demandas del Pueblo
mapuche, fueron las huelgas de hambre llevadas a cabo por presos políticos entre el 2010 y el
2011, que exigían el fin a lo que se señalaba como la aplicación discriminatoria de la Ley
Antiterrorista. Las huelgas duraron casi 3 meses y concluyeron, luego que el gobierno de Sebastián
Piñera se comprometiera a revisar y reformar la Ley. No obstante lo anterior, los casos de juicios en
contra de mapuche se han seguido sucediendo y las situaciones irregulares denunciadas en el marco
de la aplicación de la ley antiterrorista, se mantienen.
Dada la inexistencia de garantía de un debido proceso, los Mapuche recurrieron a la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, habiéndose realizado un juicio en contra del Estado a fines
de mayo del año pasado. A este antecedente se suma la visita durante el mes de julio del año pasado
del Relator Especial de Naciones Unidas sobre protección de los derechos humanos en la lucha
contra el terrorismo, quien solicitó “a) la suspensión inmediata del uso de la ley antiterrorista
contra manifestación social mapuche; b) la revisión de las condenas ejecutoriadas bajo dicha ley,
con el uso de testigos sin rostro como medio de prueba, a fin de que sean juzgados baja la ley penal
ordinaria y con garantías al debido proceso; c) y la creación de un órgano independiente para
investigary sancionar hechos de violencia innecesaria por parte de las policías, a fin poner término
a la impunidad en que quedan estos actos delictivos.”2
A pocos días de distancia de la sesión de interpelación, con fecha 29 de julio, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, publicó el fallo del Caso sobre aplicación de Ley
antiterrorista a dirigentes, miembros y activista del Pueblo indígena mapuche. El fallo a favor de 7
mapuches, entre ellos autoridades y miembros, y de una activista, marca un precedente importante
para la justicia chilena y refuerza la necesidad de un giro en la Política Indígena del Estado,
encaminado como ya hemos dicho reiteradamente, hacia la línea del reconocimiento de los
indígenas como sujetos de derecho, es decir, como Pueblos libremente determinados.
Un quinto actor…
El antropólogo J.C Skewes, ha venido señalando que la sociedad chilena se ha negado
permanentemente a aceptar su componente indígena, transformándose en un actor que ha
2http://www.observatorio.cl/node/9634 http://www.latercera.com/noticia/nacional/2013/07/680-535476-9-relator-de-la-onu-de-visita-en-chile-todo-uso-de-la-ley-antiterrorista-debe.shtmlhttp://comunidadtemucuicui.blogspot.com/2013/07/relator-especial-recomienda-al-estado.htmlhttp://www.g80.cl/noticias/noticiacompleta.php?varbajada=18123http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2013/07/30/relator-especial-de-la-onu-presiona-al-gobierno-y-lo-insta-a-que-ley-antiterrorista-debiera-suspenderse-hoy/http://www.piachile.cl/tag/relator-especial-de-las-naciones-unidas/
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permanecido oculto en el abordaje del conflicto centrado en la tricotomía Estado/Mercado - Pueblos
Indígenas.
Este no re-conocernos lleva a una reflexión sobre la subjetivación de la situación colonial de la que
somos producto. La negación del indígena opera como la exterioridad de nuestra interioridad como
identidad chilena, lo que significa que si bien forma parte de nuestra historia común, es
permanentemente marginada y discriminada al interior del imaginario chileno.El sujeto indígena
pre-moderno, en tanto invento europeo para el establecimiento del actual orden mundial,ha
legitimado la ideología de la modernización y por lo tanto el establecimiento de relaciones sociales
de producción que han pasado a tener un carácter natural, necesario y deseado.
Es así como, el llamado a negar al indígena y a negar nuestra propia composición indígena, ha
tenido como finalidad última la negación de los valores que se oponenal modelo de desarrollo
hegemónico. El imaginario indígena ha supuesto una serie de cualidades que se han presentado
como indeseables (anti-valores) para la sociedad en su conjunto, principalmente a través del sistema
escolar, que hasta hace sólo unos cuantos años atrás seguía reproduciendo los estereotipos
funcionales a esa.
De este modo, en el actual contexto general de globalización económica, Chile sigue
participandoprincipalmente como exportador de materia prima, con los costos que eso tiene en un
contexto de distribución desigual no sólo de las ganancias, sino que también de los riesgos
(sociales, culturales, ambientales). Como resultado, tenemos por un lado a una pequeña burguesía
(mezclada con restos de la estructura oligárquica) que forma parte de manera marginal, de lo que
Aníbal Quijano denomina la actual “burguesía financiera global”, que monopoliza las actividades
productivas de territorios empobrecidos, y por otro, a la mayoría de la población expoliada y
precarizada, asumiendo el riesgo y los costos sociales, culturales y ambientales del modelo de
desarrollo. En este escenario, el “Sujeto indígena”se ha transformado en el cuerpo que hace visible
yencarna el conflictocapital/naturaleza/vida. Apuntando hacia la necesidad de pensar y procurarse
otras formas de desarrollo, menos desiguales y más sostenibles en el tiempo.
En suma, mientras estas tensiones no se hagan evidentes y no logremos repensarnos como sociedad,
difícilmente podremos avanzar hacia un modelo realmente democrático, políticamente estable,
culturalmente plural y con una economía que ponga en el centro el bienestar de las personas.
Andrea Pinol B. Antropóloga
Área Laboral
(Agradezco los comentarios y sugerencias de mi colega y amigo Leonardo Soto T.)