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Cofradia San Isidro Labrador de Zamora
VIDA Y MILAGROS DE SAN ISIDRO LABRADOR
ORIGENES Y MILAGROS EN VIDA
San Isidro fue un labrador pobre, nació a finales del siglo XI en
Madrid. De padres humildes, pusieron al niño el nombre de
Isidro o Isidoro por ser devotos de San Isidoro, Arzobispo de
Sevilla. Su vida fue modelo de perfección cristiana y su virtud en
la condición humilde de labrador, admiro a su villa natal.
Se casó con una doncella llamada María venerada también
como Santa y tuvieron un solo hijo que imitó la piedad de sus
santos padres. A partir de este momento deciden vivir como
hermano y hermana a lo que se obligaron con voto.
Para poder mantener a su familia, San Isidro entró a servir a un
vecino de Madrid llamado Iván de Vargas para cultivarle las
tierras a cambio de un salario. Todos los días, antes de
comenzar la jornada de trabajo, visitaba algunas iglesias y
particularmente la de Nuestra Señora de Atocha, lo cual le
acarreó problemas ya que algunos vecinos le acusaron ante su
amo de que en lugar de ir a trabajar al campo, dejaba la tierra
sin cultivar por visitar iglesias. Examinó Iván de Vargas lo que le
decían sus vecinos y vigilo a San Isidro confirmando que era
cierto lo que decían y por tanto las tierras deberían estar
abandonadas. Iván fue una mañana al campo lleno de cólera
pero quedó admirado cuando a bastante distancia descubrió
que dos pares de bueyes blancos estaban arando a los dos
lados de su criado pero cuando se acercó, los animales
desaparecieron y el Santo respondió que no los había visto y
que el solo ve a Dios mientras trabaja. Comprendió entonces
Iván lo que significaba la visión y le rogó que continuase como
criado a su servicio reconociendo que sus tierras eran las mejor
laboreadas y con las mejores cosechas.
Estando un día San Isidro en la iglesia de la Magdalena,
vinieron a decirle que fuese a socorrer a su burrito porque le iba
siguiendo el lobo pero continuó con sus oraciones y saliendo
después de la iglesia, encontró al burro paciendo en el prado y
al lobo muerto a sus pies.
Su caridad con los pobres era extrema, un día, después de
repartir entre los pobres todo lo que tenían en casa, se les
acercó un pobre pidiendo limosna, buscando por toda la casa,
su santa mujer no halló nada. El santo le dijo: “Anda mujer
vuelve a buscar con más fe y encontrarás que dar”, de repente
la mujer encontró la casa llena de una milagrosa abundancia.
Concurrió un gran número de pobres y la santa mujer conoció la
virtud que tiene la caridad para hacer eficaz la confianza.
Yendo un día a moler trigo, estaba el campo lleno de nieve y
San Isidro se dio cuenta que en un gran árbol había una gran
multitud de pájaros que se estaban muriendo de hambre, se
compadeció de ellos y apartando la nieve con sus manos
descubrió una parte de tierra en la que echó trigo diciendo:
“Pajaritos, comed, que para todos da Dios abundantemente”. Un
amigo suyo que lo vio se rio de el por perder el grano pero
llegando al molino se percató que los costales del santo estaban
más llenos que antes.
Después de padecer una grave enfermedad, se preparó para su
última hora recibiendo los sacramentos con tanta devoción que
los que lo asistieron lloraron en su agonía. Murió el 15 de Mayo
de 1130 a la edad de 54 años como dicen unos o 60 como
afirman otros.
MILAGROS DESPUES DE SU MUERTE
Por espacio de cuarenta años estuvo enterrado su santo cuerpo
sin ninguna distinción en el cementerio de la parroquia de san
Andrés de Madrid. San Isidro se apareció en sueños a un
conocido suyo para rogarle que sacase su cuerpo del
cementerio y lo colocase en un lugar más decente dentro de la
misma iglesia pero por timidez o desconfianza, no lo llevó a
cabo y fue castigado con una enfermedad de la que no sanó
hasta que los restos fueron trasladados.
Se apareció el santo a una virtuosa señora y esta fue más
obediente y dio cuenta al clero para que se hiciera una
procesión al cementerio y al primer golpe de azadón
comenzaron a tocar solas las campanas de san Andrés que no
dejaron de sonar hasta acabada la ceremonia.
Habiendo estado el santo cuerpo enterrado en el cementerio
por espacio de cuarenta años, se halló tan entero y tan fresco
como si estuviera vivo, exhalaba una suave fragancia que
percibieron todos los asistentes. Se envolvió el cuerpo en suaves
telas y se introdujo en una caja nueva, fue solemnemente
trasladado a la iglesia de san Andrés donde después de más de
580 años se conserva tan flexible, tan entero y con el color tan
natural como el mismo día en que se descubrió esta preciosa
reliquia.
BEATIFICACIÓN
El Papa Paulo V publicó la Bula de su beatificación en el año de
1619 permitiendo se celebrase todos los años la fiesta del santo
en los dominios del Rey de España.
Felipe III solicito se abreviase su beatificación y volviendo de
Lisboa cayó enfermo peligrando su vida sin remedio, se recurrió
a la intercesión de san Isidro celebrando misa en san Andrés
pero el rey no mejoró y ya casi en agonía, se decidió trasladar
la caja del santo cuerpo al cuarto del rey enfermo. Se colocó la
caja en un carro triunfal tirado por caballos acompañado por
toda la nobleza y el clero con hachas encendidas, seguidos de
una multitud de carrozas con coros de música y gente del
pueblo, más de seis mil personas. La caja fue conducida a
hombros por cuatro eclesiásticos hasta el cuarto del rey, se
colocó en un trono con dosel. El rey, desde que salió la reliquia
de san isidro de la iglesia le bajo la fiebre, se halló
completamente bueno en cuanto entró en su cuarto la reliquia.
La caja con el santo regresó a Madrid entre estruendo de
artillería y repique general de todas las campanas. Al año
siguiente se colocó el santo cuerpo en otra caja más suntuosa
de plata que costó más de 16000 pesos de oro, quedando en la
corte de Madrid todo un año.
Cofradía San Isidro Labrador de Zamora
CANONIZACIÓN
Finalmente el papa Gregorio XV a instancia del rey Felipe IV ,
procedió a su canonización el día 22 de Marzo de 1622 siendo
santo patrón de la villa y corte de Madrid y protector de todo el
reino.
ORACIÓN
Oh Dios, que cada año nos alegras con la festividad del
bienaventurado Isidro, tu fiel confesor, danos gracia para que
celebrando la nueva vida que recibió en el cielo, imitemos las
acciones que ejecutó en la tierra. Por nuestro señor Jesucristo,
Amén.
Extraído y resumido del libro original “Ejercicios devotos” Padre
Juan Croiset, traducido por el padre José