Compartir es clave del éxito de las sociedades modernas; mediante la repartición del saber consolidan la democratización de la cultura.

El saber per se incluye cierto poder, su contraparte (la ignorancia), conduce a la alineación y a la ruptura cultural entre ignorantes e instruidos.

La divulgación científica constituye un instrumento para la democracia, permite el reparto del saber.

Si como ciudadanos, participamos de su análisis, el conocimiento científico, nos permitirá:

Apreciar mejor la influencia de la ciencia y la tecnología en nuestra vida.

Opinar sobre los avances de la ciencia.

Tomar decisiones y fijar posturas en torno a los debates sobre los nuevos descubrimientos.1

1. Cazaux, D. La comunicación pública de la ciencia y la tecnología en la “sociedad del conocimiento”. en Razón y Palabra. Número 65

Pero, ¿qué debemos saber, en torno a la ciencia y la tecnología?

¿Acaso sus éxitos, en alianza con la tecnología?

Plantearlo de tal forma, es reduccionista…no sólo se necesita saber de ciencia y tecnología sino sobre lo que es la ciencia y la tecnología.

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Como estudiante – y a la vez ciudadano – una vez que se incorpora en los estudios en campos científicos y tecnológicos, se sumerge en uno de los territorios que definen en gran medida el poder mundial.

Basta decir que la imagen de la ciencia y sus científicos, trabajando de forma aislada, en búsqueda permanente de la verdad con propósitos cognitivos , no es coincidente con la imagen real de la ciencia asociada al impulso de la que es objeto por parte de las grandes potencias con el fin de la hegemonía mundial, el desarrollo industrial y las pautas de consumo.

Hasta el momento, las élites políticas, grupos de dirigentes de empresas transnacionales o militares, son asesorados por grupos tecnocientíficos.

En la sociedad del conocimiento, el alcance a gran escala de la violencia ha sido posible por el conocimiento científico, por ciertos sistemas tecnológicos y, a consecuencia de la denominada tecnociencia, siendo un ejemplo, de esta última el Proyecto Manhattan.

Olive, L. (2007). La ciencia y la tecnología en la sociedad del conocimiento: Ética, política y epistemología. CFE, México.

Es necesario por tanto, plantear un nuevo enfoque para comprender a la ciencia y a la tecnología en su relación con la sociedad…

Movimiento que enfatiza al conocimiento científico como forma particular de actividad humana institucionalizada, con peso cultural propio y con capacidad transformadora para la producción, difusión y aplicación de conocimientos. Adoptar dicha implica reconocer:

a. La esencia y aplicaciones del conocimiento científico no son neutras.

b. Establece marcos conceptuales (teóricos y metodológicos) dinámicos y de carácter provisorio.

c. El conocimiento CyT posee fuertes implicaciones sociales y políticas, por lo que la investigación básica se encuentra integrada a la ciencia aplicada con el fin de resolver problemas sociales

Corchuelo, M; Catebiel, V; Castro, G. (s/f). La formación social y humanística del ingeniero en la Universidad del Cauca. Ponencia presentada en Perspectivas de Investigación en el Cauca.

Ciencia – Tecnología actividad

autónoma

Ciencia – Tecnología actividad neutral

Ciencia – Tecnología actividad benefactora de la humanidad

Ciencia y tecnología

prerrequisito para el progreso y

bienestar social

Este enfoque positivista sigue siendo asumido por científicos y tecnólogos, legitimando con ello formas tecnocráticas de gobierno y orientando el diseño curricular de los niveles de enseñanza.

Los estudios o enfoque CTS, intenta desarrollar una visión compleja de la actividad científico – tecnológica, asumiéndola como una construcción de representaciones del mundo natural, artificial y social.

Los estudios CTS, sientan sus objetivos en varios ejes, sobre los cuales existen necesariamente puntos de convergencia que los constituyen en un entramado de relaciones donde las condiciones de alguno de ellos, impactarán necesariamente al resto.

Soportan los objetivos económicos y políticos CTS, donde la ausencia de participación del conjunto de la población en la cultura científica y tecnológica, significa estancamiento en la modificación de la realidad y transformación en países desarrollados.

Apoyado en la premisa de que sin cultura científica y tecnológica, los sistemas democráticos se vuelven cada vez más vulnerables frente a la tecnocracia. La población debe poseer un nivel aceptable de alfabetización científico – tecnológica con el fin de comprender las decisiones de orden tecnológico y que de ese modo, éstas sean controladas democráticamente.

Permite que cada ser humano participe en su cultura científico – tecnológica, que gracias a ella se comunique con los demás, se desenvuelva con cierta autonomía dentro de ella. Esto lleva implícitas dimensiones históricas, epistemológicas, estéticas y éticas que hacen a la cultura; siendo la ciencia y la tecnología otra dimensión más.

La formación integral de los ingenieros debe orientarse hacia la autonomía (posibilidad de negociar sus decisiones frente a las coerciones y limitaciones naturales o sociales).

De igual forma, hacia la capacidad de comunicar (encontrar la manera de decir).

El dominio y responsabilidad frente a situaciones concretas.

Referencias

Corchuelo, M; Catebiel, V; Castro, G. (s/f). La formación social y humanística del ingeniero en la Universidad del Cauca. Ponencia presentada en Perspectivas de Investigación en el Cauca.

Cazaux, D. La comunicación pública de la ciencia y la tecnología en la “sociedad del conocimiento”. en Razón y Palabra. Número 65

Núñez, J; J.(s/f). La ciencia y la tecnología como procesos sociales. Lo que la educación científica no debería olvidar. OEI.

Olive, L. (2007). La ciencia y la tecnología en la sociedad del conocimiento: Ética, política y epistemología. CFE, México.

Pérez, T; R. (2010). Historia de la ciencia en México. CFE, México.

Bourdieu, P.(2000). Los usos sociales de la ciencia. INRA. Argentina.

Bunge, M.(1978). La ciencia, su método y su filosofía. Siglo XX. Argentina.