ciberayllu_ Ángeles - 22 años del movimiento «kloaka»

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3/3/2016 Ciberayllu: Ángeles 22 años del Movimiento «Kloaka» http://www.andes.missouri.edu/andes/Comentario/CAL_Kloaka22.html 1/12 31 mayo 2004 22 años del Movimiento Kloaka César Ángeles L. 1. Tuve noticias de este grupo algunos años después de su disolución ya en la segunda mitad de la década de los 80. Luego de ingresar a la Universidad Católica, así como de un fugaz y curioso paso por su escuela de teatro, recalé en la facultad de Lengua y Literatura. Pero Kloaka no estaba en la Católica, sino que a comienzos de esos años (setiembre de 1982) fue fundado por Edián Novoa, Guillermo Gutiérrez, Mariela Dreyfus y Róger Santiváñez —todos estudiantes sanmarquinos— en el barrio del Rímac. Al poco tiempo se unirían Domingo de Ramos, José Velarde, Julio Heredia, Mary Soto y el pintor Enrique Polanco. Juntos redactaron manifiestos irreverentes contra el establishment culturoso, y organizaron algunos provocadores recitales «en lugares tan disímiles como el bar `La Catedral´ (el mismo utilizado como referencia y escenario en Conversación en la Catedral, la célebre novela de Vargas Llosa), en los extramuros de Lima cuadrada o colonial, o como el `Auditorio Miraflores´, en el corazón del homónimo distrito tan representativo en el imaginario —aunque ya no tanto en la realidad— de la clase media alta limeña» (tomado de la Introducción a El bosque de los huesos, de José Antonio Mazzotti y Miguel Ángel Zapata, p. 31). En Piura, tuvo una base con Lelis Rebolledo, director de la revista Agua, el pintor César Badajoz y el músico Estanislao Quesada, que animaban la escena cultural del norte peruano. Mary Soto, Domingo de Ramos, José Velarde, Róger Santiváñez, Mariela Dreyfus, Edián Novoa y Guillermo Gutiérrez, en El Agustino (1982). En la universidad de San Marcos, estudiaba también Dalmacia Ruiz Rosas, quien junto a de Ramos y Santiváñez hoy constituyen el núcleo creativo más representativo, sólido y fértil de aquella experiencia grupal y literariaartística. Por divergencias de orden personal, así como de diferentes posicionamientos políticos y poéticos relacionados con el propio devenir de los acontecimientos sociales del país, algunos de sus integrantes serían separados o simplemente se

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22 Años Del Movimiento «Kloaka»

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3/3/2016 Ciberayllu: Ángeles 22 años del Movimiento «Kloaka»

http://www.andes.missouri.edu/andes/Comentario/CAL_Kloaka22.html 1/12

31 mayo 2004

22 años del Movimiento Kloaka

César Ángeles L.

1. Tuve noticias de este grupo algunos años después de su disolución ya en lasegunda mitad de la década de los 80. Luego de ingresar a la UniversidadCatólica, así como de un fugaz y curioso paso por su escuela de teatro, recalé enla facultad de Lengua y Literatura. Pero Kloaka no estaba en la Católica, sinoque a comienzos de esos años (setiembre de 1982) fue fundado por Edián Novoa,Guillermo Gutiérrez, Mariela Dreyfus y Róger Santiváñez —todos estudiantessanmarquinos— en el barrio del Rímac. Al poco tiempo se unirían Domingo deRamos, José Velarde, Julio Heredia, Mary Soto y el pintor Enrique Polanco.Juntos redactaron manifiestos irreverentes contra el establishment culturoso, yorganizaron algunos provocadores recitales «en lugares tan disímiles como el bar`La Catedral´ (el mismo utilizado como referencia y escenario en Conversaciónen la Catedral, la célebre novela de Vargas Llosa), en los extramuros de Limacuadrada o colonial, o como el `Auditorio Miraflores´, en el corazón delhomónimo distrito tan representativo en el imaginario —aunque ya no tanto en larealidad— de la clase media alta limeña» (tomado de la Introducción a El bosquede los huesos, de José Antonio Mazzotti y Miguel Ángel Zapata, p. 31). En Piura,tuvo una base con Lelis Rebolledo, director de la revista Agua, el pintor CésarBadajoz y el músico Estanislao Quesada, que animaban la escena cultural delnorte peruano.

Mary Soto, Domingo de Ramos, José Velarde, Róger Santiváñez, MarielaDreyfus, Edián Novoa y Guillermo Gutiérrez, en El Agustino (1982).

En la universidad de San Marcos, estudiaba también Dalmacia Ruiz Rosas,quien junto a de Ramos y Santiváñez hoy constituyen el núcleo creativo másrepresentativo, sólido y fértil de aquella experiencia grupal y literariaartística.

Por divergencias de orden personal, así como de diferentes posicionamientospolíticos y poéticos relacionados con el propio devenir de los acontecimientossociales del país, algunos de sus integrantes serían separados o simplemente se

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apartarían del colectivo —en suerte de parodia de lo que suele ocurrir en lospartidos políticos, y especialmente en la atomizada izquierda de los años 70—;hasta que éste finalmente acabó desintegrándose en 1984 (Véase los anexos Unoy Dos).

Es interesante notar la interrelación entre los ritmos y decisiones de uncolectivo literarioartístico, y la realidad de un período histórico; porque ello escabal muestra de que la creación y el arte, más aun en sus momentos yexpresiones álgidos como le tocó vivir a Kloaka, a su manera marchan de la manode los cursos sociales en la historia, y que en este flujo los creadores y su obravan adquiriendo su carácter específico, su personalidad más reconocible.

Kloaka no fue ajeno a ello, y su élan estuvo signado por su irreverenciaantiburguesa y su recordada rebeldía anarca contra la cultura y el poderestablecidos1. Dicho esto así puede sonar demasiado general, pero se verá que esla más justa caracterización de aquella experiencia2.

Cuando se recuerda lo que fue Kloaka en los años 80, conviene también recordar la efervescencia de la escena cultural «subte»3 y su mejor expresión: lamovida del rock limeñoperuano que en dicha década inundó, literalmente, nopocos espacios urbanos nativos donde diversas bandas congregaron de maneraestruendosa a una parte de la juventud de entonces. Acerca de la «subterraneidad»y los «subterráneos» en la Lima de los 80 —que es de cuando data esa movida—conviene matizar el alcance real de estos términos, agregando que aquí lasreferencias se sitúan y entienden mejor en el imaginario de dichos grupos,muchos de cuyos individuos no vivían en su práctica concreta aquella «vida enlas cloacas» —su temporada en el infierno, digamos— sino más bien otra menosdramática y desamparada.

Recuerdo su negra vestimenta, su parco saludo, el grito y frenesí de susletras y guitarras eléctricas; un paisaje en el que destacaría la banda «Leuzemia»,que aún hoy existe y ha vuelto reciclada —luego de su disolución en 1985— conotras características y proyecciones. Róger Santiváñez, principal mentor deKloaka, fue un manager de esta importante banda de rock hecho en el Perú4.

2. El Movimiento Kloaka, como todo en la vida, no surgió por generaciónespontánea. Es necesario situar su explosivo verbo, como queda dicho, en elescenario de la política nativa para entender cabalmente el significado de todaesta escena grosso modo aquí descrita. Los 80 significan el retorno al régimen dela democracia representativa, luego de doce años de dictadura militar en suprimera y segunda fase. Para algunos, como José Antonio Mazzotti, amigocercano del Movimiento Kloaka y conocido poeta y crítico peruano desde aquellaépoca, los 80 expresan el ascenso triunfante del movimiento popular y de susorganizaciones sindicales y políticas representativas. Para otros como RodrigoQuijano, también cercano amigo de aquella experiencia, ello significa, en cambio,la derrota del movimiento popular, cuya beligerancia contra la dictadura militarse vio finalmente encausada hacia una alternativa política liderada por aquelsector de la derecha que a fines de los 60 fue derrocada por el golpe militar(específicamente la referencia es a Acción Popular y a su líder FernandoBelaunde, quien volvió a la presidencia del Perú en1980)5.

Como sea, este retorno al régimen representativo mediante las urnas nosignificó mejorías ni bienestar para las mayorías nacionales, sino que como secomprobó año tras año la crisis económica y de legitimidad fue agravándose. Este

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proceso no se detuvo; al contrario, se agudizódurante los cinco años del régimen apristaliderado por Alan García, en el cual se llegó alaterrador índice de inflación acumulada de 2millones por ciento: todo un récord de Guiness,y obtenido por políticos made in Peru. Comosuele pasar entre nosotros, mientras el paísmayoritario se sumergía en la miseria, la políticaoficial y oficiosa no sólo no cambiaba de rumbossino que tampoco mostraba signos de enmiendani siquiera en su retórica, gastada y abigarrada.

Imbricado con todo ello, la violentairrupción de Sendero Luminoso» 6 a inicios delos 80, y su alucinante proceso ulterior de

inesperada expansión en la sociedad peruana, tanto en el campo como en laciudad, contribuyeron a que la crisis aludida y el desgobierno se acentuaran; loque dio lugar a la intervención de las fuerzas armadas en el conflicto, así como ala aparición de comandos paramilitares y a sucesivas acciones represivas delEstado que diversos analistas coinciden en denominar como «la guerra sucia».

Es al centro de este periodo histórico dramático y en trance bélico que sedimensiona mejor ya no sólo la aparición provocadora, de contestación anarcaradical, de un grupo como Kloaka, sino en general la escena artística local, quequizá tuvo en el rock «subte» su expresión más definida y pública. A pesar de laaproximación y cierta trayectoria de identificación con las luchas y reclamos delmovimiento popular, así como de militancia fugaz en organizaciones y partidosde izquierda, a fines de los 70, de algunos miembros de Kloaka, pudo más sutemperamento individualista y sin vocación por admitir otro compromiso que nofuese con el solitario acto de escribir. La historia posterior a la disolución de estecolectivo no ha hecho sino confirmar lo que ya estaba incubado allí desde supartida de nacimiento: el heterogéneo decurso individual de sus integrantes, tantoen lo creativo como en lo personal, y que en los mejores de ellos —como el tríodestacado al inicio de este artículo, a quienes habría que sumar al narrador EdiánNovoa y a los poetas aliados José Antonio Mazzotti y Rafael Dávila Franco— ellenguaje ha alcanzado cuotas de desestructuración (o de otro tipo de estructuraverbal, en todo caso) que bien expresan lo acontecido en la propia sociedadperuana desde aquellos años 80.

Así pues, la negra impostura «subte» y su descreimiento y sátira extremadacontra todo viso de formalidad (en la vida social, política y cultural) nacen de lapropia lumpenización de nuestro medio social y nuestro —es un decir— Estado.La siguiente década de los 90 —bajo la égida del fujimorato y su largo desfile depolíticos, empresarios, intelectuales y ciudadanos de diferentes capillascomprados (y grabados en plena acción como muestran los videos deMontesinos) por el régimen— no hizo sino confirmar que el expresivo nombre deKloaka y aquel otro de «cultura subterránea» no pudieron ser mejor elegidos pararepresentar mediante la ironía y la sátira esta sociedad y este orden, su decadenciairrefrenable.

Quizá la más importante limitación de esta manera de hacer y ver la vida seasu reconocida falta de voluntad y capacidad para sumar la protesta a cualquierpropuesta constructiva y masiva7. Kloaka y la escena «subte» finalmente hanvisto diluido su grito en los molinos del tiempo y del devenir histórico entre

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nosotros; pero es innegable que expresaron —y lo hacen aún, en cierto imaginariolocal— algunas de las maneras de rebeldía y protesta de al menos un sectorradicalizado de la pequeña burguesía urbana en el país, sobre todo en Lima(como, entre otros testimonios de época, lo demuestra su «Pronunciamiento»acerca de la matanza de ocho periodistas en Uchuraccay, divergente respecto dela versión oficial de los hechos). También es innegable que en torno a esteespíritu beat, creativamente reciclado desde y para nuestra realidad, se nuclearonvarios artistas y escritores jóvenes que hallaron en esa manera de ser un espaciopara ciertas rupturas, aunque éstas pocas veces llegaron a las últimasconsecuencias o fueron procesadas de tal manera que cobrasen mayorcomplejidad y contundencia, o coherencia. No deja de ser curioso, sin embargo,que estemos dedicando varios párrafos en esta revista —que no guarda mayorrelación con el pathos de la experiencia reseñada en estas líneas— a un colectivoque se pretendió contracultural y al margen de todo reconocimiento formal oacadémico. Una señal de las limitaciones aludidas anteriormente de una expresióncontracultural que, contradictoriamente, se ha procesado mediante un código deescritura altamente sofisticado y, en principio, elitista como es en nuestro país lamoderna poesía escrita en castellano.

Guardando las distancias, algún paralelo puede establecerse entre lo que diceJosé Carlos Mariátegui del Movimiento «Colónida», respecto a su carácter de ser«movimiento», «estado de ánimo», y no «escuela», y nuestra interpretación de laescena «subte». Dice el Amauta: «(...) Los ‘colónidos’ no coincidían sino en larevuelta contra todo academicismo. Insurgían contra los valores, las reputacionesy los temperamentos académicos. Su nexo era una protesta; no una afirmación.(...) tendieron a un gusto decadente, elitista, aristocrático, algo mórbido». Sinembargo, el mismo Mariátegui destaca el humor del líder colónido: «[...] ningúnhumorismo menos acerbo, menos amargo, menos acre, menos maligno que el de[Abraham] Valdelomar. Valdelomar caricaturizaba a los hombres, pero loscaricaturizaba piadosamente. Miraba las cosas con una sonrisa bondadosa» (en 7ensayos de interpretación de la realidad peruana. Lima: editorial Minerva, 1980;40ª edición: 281282 y 288, 286). Algo que ciertamente no podría decirse de laescena «subte» de los 80. Sin embargo, hay otras diferencias más de fondo, yaque «Colónida» irrumpe contra la aristocracia de principios del siglo XX, pero enuna Lima más pequeña que el monstruo sobre poblado de hoy. Y, asimismo, susintegrantes son una suerte de vaso comunicante con la actitud revolucionaria devarios miembros de esa poderosa generación que fue la del ‘Centenario’ (a la quepertenecen Mariátegui, Vallejo, Oquendo de Amat, Basadre, Sabogal, Chambi,entre tantos otros); de ahí que los colónidas, y especialmente su líder y mentor,adelantan con su rebelde sensibilidad de sujetos mestizos y migrantes en lacapital peruana de entonces, una época de ahondamiento cultural y políticotrascendental entre nosotros. Digamos, pues, que si los rasgos decadentistas de lapose colónida se reciclaron y agudizaron mediante el estilo filopunk de los«subtes», Mariátegui y la inmarcesible revista Amauta conformaron el énfasisconstructivo inspirado en la doctrina socialista aplicada creadoramente a nuestrarealidad. La primera pregunta que cae por su peso es ¿dónde y cómo seencarnaron, individual o colectivamente, aquellas fuerzas afirmativas yconstructivas durante los años 80? ¿O seguiremos repitiendo de memoria lageneralización de que entonces todo no fue sino una «década perdida», unasituación de destrucción, guerra y terror? ¿No es verdad, en cambio, que en todoperíodo histórico, y más aún en los de conflagración y desgarro extremos como seacaban de vivir en nuestro país, afloran diversas voces, sujetos, realidades, dedistinto y antagónico sino?

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3. Queda por decir en qué momento de la historia literaria peruana apareceKloaka, lo cual ciertamente da para otro artículo. Pero cabe anotar que algunosde sus principales representantes, como Róger Santiváñez y Dalmacia RuizRosas, provienen del Movimiento «Hora Zero», el cual predominó comocolectivo —sobre todo en poesía— en la vida literaria nacional durante los años70, signado por el populismo del régimen velasquista. Con todo, es claro que eltiempo de los 80 y lo que vino luego difiere mucho a todo nivel, como se havisto, de lo acontecido entre nosotros, e incluso en el mundo, en años anteriores.De ahí que no deba sorprender que la mejor obra literaria cosechada por algunosintegrantes de Kloaka tenga la marca de otro sello, principalmente en laradicalización de algunos postulados horazerianos, como aquel de salir a lascalles de nuestras ciudades y volver la mirada a la realidad nacional8. Si algodebe reconocerse en lo hecho por algunos miembros de Kloaka es precisamentesu tomar en serio esta consigna, al punto de haberse aproximado —en ciertoscasos, hasta la mímesis— a no pocos de nuestros infiernos de droga ylumpenería9. Los libros de los autores aquí destacados son testimonio de ello, enlos cuales se dio voz a nuevos sujetos y temas de nuestra realidad más reciente,con un ritmo diferente que en sus mejores momentos es realmente original ycorresponde a una sociedad rota, herida y desintegrada como la nuestra.10

Finalmente llegamos a lo que hace que cualquier cosa valga o no: la calidad,pasión y autenticidad con que se haga. Creo que de todos esos años quedan ennuestras manos no pocos libros valiosos, no pocos ritmos y canciones, así comono pocas formas verbales y no verbales contundentes. Todo ello aguarda todavíauna suerte de inventario y balance que profundice tanto en la relación entre laspartes como en su ineludible y particular articulación con el dramático devenirsocial de ese período11. Asimismo, quede claro que si lo ejecutado por los exintegrantes de Kloaka es, sin duda, parte representativa de la cultura de nuestropaís en los convulsionados y beligerantes años 80 (aquellos de nuestros 70,000muertos12 entre víctimas de la represión visible o clandestina del Estado, lasacciones senderistas y las del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru —grupode guerrilla foquista que aparece en 1983—), esto no significa que haya sido loúnico ni necesariamente, a priori, lo mejor.

Queda aún mucho por decir sobre otros autores y agrupaciones de los 80, asícomo de todo aquello creado más recientemente en literatura y arte que porcorresponder a provincias, o por pertenecer a circuitos de llegada alternativos alletrado culto en castellano, es poco o nada conocido —cuando no desdeñado—por el establishment cultural entre nosotros13.

Considerando todo ello, y aun expresando mis diferencias y contradiccionescon la posición anarca que vertebra la historia contada, vaya desde aquí mi saludoa los 22 años de este nacimiento que, como suele pasar, en mi caso se limita aestrechar la mano de algunos pocos y a volver la vista hacia algunas imágenes develadas (¿debeladas?), experiencias comunes, conversaciones, calles, esquinas,días y sobre todo noches que han de existir aún de alguna manera, personal eintransferible, en el tiempo presente y por venir.

Lima, la ex ponja; mayojunio, 2002última revisión: abril, 2004.

* * *

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA SOBRE KLOAKA

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BIBLIOGRAFÍA BÁSICA SOBRE KLOAKA

de Lima, Paolo. «Violencia y ‘otredad’ en el Perú de los 80: de la globalización a la ‘Kloaka’». Revista de CríticaLiteraria Latinoamericana año XXIX, N 58. Lima, 2do semestre 2003: 275301. También disponible enCiberayllu [en línea] , 10 de abril del 2004. < http://www.andes.missouri.edu/andes/Especiales/PdLKloaka/PdL_Kloaka1.html >

Gris, Sebastián. «Pelea de blancos». La República. Lima: 21 mayo 1983.

Mazzotti, José Antonio. Poéticas del flujo, migración y violencia verbales en el Perú de los 80. Lima: Fondoeditorial del Congreso, 2002.

Mazzotti, José A. y Zapata Miguel A. Selección y prólogo de los autores. El Bosque de los Huesos/ Antología dela nueva poesía peruana 19631993. México DF: El Tucán de Virginia, 1995.

Santiváñez, Róger. «¿Quién es el blanco?». La República, Lima 21 de mayo de 1983.

Zevallos Aguilar, Juan y Jose Antonio Mazzotti. «Movimiento Kloaka: Dossier de la vanguardia poética peruanade los 80». Osamayor 4. Pittsburgh: 1991.

Zevallos Aguilar, Juan. Movimiento Kloaka (1982 — 1984): Cultura juvenil urbana de la postmodernidadperiférica.(Incluye fotos y documentos de época). Lima: Editorial Ojo de Agua, julio 2002.

VV. AA. (José Antonio Mazzotti, Róger Santiváñez y Rafael DávilaFranco) La Última Cena. Lima:ASALTOALCIELO / editores & Naylamp editores, 1987.

VV. AA. Revista Kloaka Nro. 1. Lima, verano 1984.

ANEXOS

UNO

PARTE DE EXPULSIÓN

Ante la inconsecuencia demostrada por —sucesivamente— GuillermoGutiérrez, Julio Heredia, Mariela Dreyfus, Mary Soto ante diversas situacionesde enfrentamiento —en el campo de la realidad y de la poesía— contra losenemigos del Movimiento, vale decir la imbecilidad del orden establecido y susconservadores, el Movimiento Kloaka y su instancia suprema hacen conocer losiguiente:

Los arriba mencionados quedan expulsados del paraíso para siempre/ porincapacidad ideológica y poética/ haber claudicado en distintas y reveladorasperformances.

Carencia de bases ideológicas

Gutiérrez: No resistió el ataque reaccionario de Caretas. Huyó en vez de cerrarfilas en torno al Movimiento.

Heredia: No supo manejar los límites entre el amor y la fe en el Movimiento. Fuearrasado por una corriente pasional destructiva.

Dreyfus: Imbecilizada por el orden. Incapaz de una verdadera ruptura. Miedo ysujeción al PADRE. Oportunismo.

Soto: Ganada exclusivamente por sus notas. Alejada del Movimiento y de lapoesía.

Negaron 3 veces seguidas a Nuestro Señor/ como Pedro/ Serán la mofa delpueblo./ El que no computa NO computa/ Así es.

PORQUE DE KLOAKA SOLO SE SALE MUERTO O EXPULSADO (QUE NO

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ES LO MISMO, PERO ES IGUAL)

BarrancoRímac, enero de 1984

Movimiento KloakaEdián Novoa Enrique Polanco Domingo de Ramos Róger Santiváñez JoséVelardeAliados Princ..: José Mazzotti/ Dalmacia RuizRosas

DOS

«Kloaka soportó las inundaciones norteñas del año 1983, estoicamente.Reapareció en octubre cuando ya le había roto el cerebro a todo Lima, con susmanifiestos y declaraciones. Otra vuelta en el auditorio Miraflores, con eldesinteresado apoyo a la cultura joven de nuestra primera actriz DalmaciaSamohod. Durazno Sangrandoya había desparecido, pero en cambio contábamoscon un grupo recién salidito del horno y que derrochaba talento a borbotones: DelPueblo14y su música peruana contemporánea. Ya por esos días Mazzotti yDalmacia Ruiz Rosas aparecían como aliados principales del movimiento.

Por fin llegó 1984. En febrero Kloaka realiza su última presentación pública.Siempre en el auditorio Miraflores. Perfomance de Frido Martín con FernandoBryce, quien destruye su batería a patadas, al son de la lectura delirante deMartín, impecablemente vestido como un new romantic después de tomar té y dehaber sido expulsado de la Católica, por escribir Breton Vive en uno de susmuros. Bryce viajó a Alemania; Polanco a la China, Velarde a París.Inmediatamente Heredia hacia China y también París. El movimiento se diluyeentregando la única revista del grupo, expresionistamente ilustrada por Polanco.Poco antes una instancia suprema de Kloaka había ofrecido un parte de expulsiónpara Mariela Dreyfus, Guillermo Gutiérrez, Julio Heredia y Mary Soto, por haberincumplido las bases ideológicas del movimiento. Esas bases ideológicas eranuna mezcla de Mayo 68, con toda la tradición de movimientos artísticos devanguardia que en el mundo han sido, desde el surrealismo hasta los beatniks,pasando por Hora Zero, los nadaístas y el estridentismo mejicano.

Años después, Velarde edita Kloaka Internacional, en París, como queda dicholíneas antes»

(del artículo «Los poetas subterráneos/ Historia jamás contada»,por Róger Santiváñez; en revista OIGA. Lima: 19 de octubre de 1992).

POEMAS

Dalmacia RuizRosas (Lima, 1957)

EL LUGAR...

el lugar donde nos amamos parece un conventocustodiado por camiones del ejército el ríoel mercado y palacio de gobierno unas fondas y baresy nosotros y unos cuantos minutos que nos quedan fumándonos un cacho

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somos nosotros y no lo siento real el agua que nos peina carece de violencia

estamos envueltos en colores fascinantes por un momento el cielo abría sus puertas ese fue el asalto.

Róger Santiváñez (Piura, 1956)

REFLEXIONES AL PIE DE LA TUMBA DEL LOCOVICHARRA

Cuando veo tu nombre en los periódicospienso en la muerte, en la sorda muerteque no sabe, que no oye, que noescucha, que es como latón oxidadoa mis preguntas: Por qué no huboalguien que te diera una sonrisa,en vez de recluirte abruptamenteen el Reformatorio, cuando habíasrobado 15 libras de la bodega,de tu barrio por palomillada,por jugarle una pasada al destino;el destino es como un viejo cafichoque nunca da la cara. Y así fuisteperfectamente destruido en Maranga,y allí, tampoco hubo nadie quete hablara, porque los cancerberosde todo Reformatorio, Cárcel, Asilo, Manicomioson lo mismo: la enfermera antihumanade Atrapados sin SalidaPero tú no eras Jack Nicholson interpretandoun papel, sino José Asunción VicharraSánchez, un muchacho de la esquina,al que ¿cómo recluyen? para hundirlomás y más: De palomilla a Enemigo Público N° 1.Ya el abandono posterior, la sociedad te dio laespalda y no supiste sino alcoholizar tudolor, buscar una música entre la jerga del choro,porque nadie quiso mirarte sino de soslayo,murmurando basura, lumpen, ratero, asesinoy allí sí que todo fue irreversible;después del primer disparo ya no hayregreso posible, además, regreso ¿adónde?si todos los corazones te fueron cerradossi en cada recodo de tu vida, justoen el momento en que necesitasteuna mano, nadie te la quiso dar, por eso yo ahora te ofrezco la míaaunque ya sea el reyno de la muerteaunque quede tendida en el vacíocomo la sensación final de estecanto de rebeldía.

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José Alberto Velarde (Puno, 1957)

MI POEMA

Eres precisamente aquella persona que ha tenido accesoa la comodidad y a la cultura de seriey obras desde tu propia crisiscomo mentor del movimiento.Eres aquel que ha saboreado alguna vezla fuerte impresión que supone haberse asomado sin poder por elmomento /salir del plano del espectadorde toda una serie de manifestacionesAUTENTICAS DE LOS HUMANOSEres aquel que advierte la servidumbreque supone un estilo impuestoaunque no sepas exactamente por qué ni por quiénEres aquel que advierte en tu díael drama de lo cotidianoy te sabes hijo de esta sociedad decadentey te sientes culpable al serloy ¡qué curiosa burla!eres educado en una vertiente intelectualy te ves incapacitado de tratarde tú a tú a tu pueblo llanoa los restos que de él quedanEres el que la sociedad actual no dejó madurarAFORTUNADAMENTEEres hasta ahora inconexode objetivos anticapitalistay de ideología aún no definidadifícil mezcolanza deMarx Buda Senda Zen Tercer Mundo Poder CholoY ni el mismo monstruo capitalistatiene actitud clara ante tu movimientopero te está viendo peligrosamente cercate siente en el seno mismo de las fisurasque ellos a dentelladas han trabajadopor eso tu dionisiaca presenciasale de la realidad misma.

Domingo de Ramos (Ica, 1960)

COMO UN MAR ENCALLADO EN EL DESIERTO

Todo está rodeadoVes hijo naciste cuando el sol era más pequeñoque tu cuerpoCuando veías que la tarde se ibay tu madre llegaba como una ronca respiraciónpara darte la leche de etiqueta roja

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que lactabas como si fueran los pechos de tu madreAh hijo viniste justo cuando las esteras ardíande calor y las banderas aún flameaban dándote la bienvenidaAhora tienes 15 años y no has estudiadopero es como si lohubieras hecho levantando construcciones cazando pájaroscorriendo por las playas como una quilla con las olaspescando en la madrugada trayendo flores en inviernovendiendo en agosto Ahora hijo todo está rodeadorodeado de alambres con piltrafas de avesque como un oleaje te arrebataron el alientoen una noche tan distante de la noche en que nacistemientras yo estaba arrastrando la carretilla azul recuerdas?como el Titanic que viste en la televisiónque se hundía y tú te ahogabas de sopor con la fiebrede la arena sobre tus desnudos pies.Ahora todo está rodeado. Menos donde descansas. Tus huellasse han perdido. En la falda del cerro unas lagartijas jueganhaciendo hoyos y bajo la solitaria cruzhay una voz de conchas marinas que silbanentre las rocas. Más abajo mucho más abajo la casaque a la distancia veráscomo un mar encallado en el desierto.

NOTAS

1 Lo que ocasionaría ronchas respectivas y duraderas en parte del patio crítico local. Me refiero concretamentea la reseña periodística que no sólo tuvo su exacerbada muestra el año 1983, en CARETAS (marzo yoctubre), sino que aun pasados el tiempo y diversas aguas bajo los puentes tuvo otra tristemente muestraen la caza de brujas desatada desde el fujimorato, y que halló nuevamente eco en la mencionada revista(Cf. Los números 1228 –17/09/92 y 1229 –24/09/92), cuando era editor Fernando Ampuero.Recientemente, y con algunos redactores también presentes en la anterior «caza», ha habido un gris ylamentable reciclaje de todo ello en el suplemento «Somos» del conservador diario El Comercio (Ver elartículo «Jóvenes del 80», 13/07/03, así como la sección «Cartas», 20/09 y 04/10 del mismo año).

2 Quienes se interesen por el tema, pueden consultar mis ensayos sobre poesía peruana actual en la web deesta revista, así como la bibliografía básica que se ofrece al final de este texto.

3A propósito de este término y su acepción entre nosotros, cito aquí una reflexión en torno a ello tomada de miensayo sobre el libro Pastor de perros (Lima, 1993), de Domingo de Ramos, incluido en una edición de larevista mencionada en la nota anterior: «(...) En [Pastor de perros se] da cuenta de la «marginalidad»; y [elautor] aun aclara que, siendo ésta voluntaria, es mejor denominarla «subterraneidad». El matiz entre estosconceptos puede descifrarse como MarginalPasivo ante SubterráneoActivo: «tener una opción»; ser subteimplica una cultura, como buena parte de la juventud rokera de los 80 (y aún ahora hay tozuda resaca enesta «opción») en Lima y hasta en otros espacios urbanos de América Latina. Pero ser subte es vivir «en lascloacas» de la ciudad, una metáfora para expresar este modo de nutrirse de la descomposición del sistema.Ésta fue —y es— una opción, como dijimos, de parte significativa y estruendosa de la juventud pequeñoburguesa limeña».

4 Quien se interese por esta relación, puede consultar el artículo «Demolición», del propio Santiváñez, en larevista Debate, número 10, pp. 6668; setiembre de 1986, Perú.

5 Ver la citada Introducción de El bosque de los huesos así como el artículo «El poeta como desplazado:palabras, plegarias y precariedad desde los márgenes», de Rodrigo Quijano (en revista Hueso Húmero,número 35; Lima, diciembre 1999).

6 Sobre esta organización existe abundante literatura, consecuencia directa del surgimiento de especialistas enel tema conocidos como los «senderólogos». A pesar del tiempo transcurrido y que la coyuntura es otra, aúnhoy, en el año 2004, se da una continuidad con dicha línea de investigación. En este sentido, el libro deNelson Manrique (de título elocuente: El tiempo del miedo/ la violencia política en el Perú, 19801996) es

3/3/2016 Ciberayllu: Ángeles 22 años del Movimiento «Kloaka»

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apenas uno de los más recientes botones de muestra de ello: la extensa bibliografía que cita así locorrobora. A manera de información histórica sobre Sendero Luminoso y llamativo testimonio de épocaproporcionado por un afamado como ya extinto diario de corte liberalista, he tomado esta cita de 1982: «Lahistoria de permanentes excomuniones de la izquierda peruana conoce tres vertientes básicas: la del PartidoComunista, la de Vanguardia Revolucionaria y la Trotskista. Sendero Luminoso proviene de la primera, deldesprendimiento surgido de la IV Conferencia Nacional de 1964, con el nombre de ‘Bandera Roja’. En 1969,la VI Conferencia Nacional termina en la ruptura de B.R., naciendo el hoy controvertido grupo políticodenominado Partido Comunista ‘por el Sendero Luminoso de José Carlos Mariátegui’. Desde ese momento,el PC ‘Sendero Luminoso’ pasa a ser uno de los grupos más virulentos frente al gobierno militar, al quetipifica como ‘fascista’. ‘Sendero Luminoso’ (...) diseña una estrategia de penetración silenciosa pero eficazdel movimiento obrero y campesino. (...) A principios de 1974, y luego de evaluar las experiencias del Ejércitode Liberación Nacional y del MIR, se define que la región de Huamanga en Ayacucho es la más apropiada[para hacer estallar ‘la guerra popular del campo a la ciudad’]. [Con] El advenimiento de la ‘segunda fase’militar (...) ‘Sendero Luminoso’ inicia su plan de ‘Reconstrucción Partidaria’, buscando el crecimiento y laespecialización de su estructura de cuadros. Reclutan universitarios, docentes, campesinos e inclusolicenciados del servicio militar, llegando a tener una total cobertura del territorio nacional. Sendero sostieneuna viva polémica con la izquierda que acepta participar en los comicios constituyentes. Al respecto, sudocumento ‘Contra las Elecciones Constitucionales y el Estado de Nueva Democracia’, de enero 78, hacíaun llamado a ‘apoyar el desborde campesino y las olas huelguísticas, para retomar el camino de la luchaarmada’» (del artículo «Sendero Luminoso: del terrorismo a la guerrilla», por Fernando Olmos, en suplementoPerspectiva, del diario La Prensa; Lima, 14 de marzo de 1982; pp. 34).

7 Lo que también, en no pocos casos, los hizo más vulnerables a la presión política de las fuerzas másconservadoras, cuando estas sumaron los diferentes medios a su disposición para usufructuar —en defensade sus intereses y privilegios la posición pacifista que sinceramente asumió algún sector de la sociedadperuana en el período de mayor conflagración interna. Todo ello, en medio de un clima de guerra y represióncreciente, hizo que más de un escritor y artista disidente de aquel poder no supiera —o no quisiera— definirsu posición, deslindando a la vez con las fuerzas elitistas y conservadoras. Así, muchos de ellos, al publicarvagas declaraciones contra la violencia, fueron limando sus aristas más filudas y también se volvieron másprevisibles cuando no conciliadores con el orden imperante; menos críticos, más cuidadosos, menosrebeldes, en suma.

8 Como réplica al cosmopolitismo practicado y publicitado por varios poetas de la promoción de los 60.

9 «[Durante los años 80, ] Los poetas de Kloaka son los poetas que más acusan la crisis de valores, lastensiones y la agresión galopante que se da en una situación de esa naturaleza: la delincuencia llega asituaciones más perversas, hay más cinismo, y eso es muy difícil de expresar mediante el lenguaje, si uno noes un lumpen. Los poetas de Kloaka pasaron por la universidad y no estaban, digamos, en un plandelincuencial, eran más un grupo de poetas anarcoides que transitaban por ambientes sórdidos, quesimpatizaban con toda forma de oposición a lo oficial y no estuvieron políticamente vinculados a ningúngrupo; inclusive recibieron muchas censuras, llamándolos decadentes, por ejemplo. Ahí te das cuenta de lasambigüedades de Kloaka (José Antonio Mazzotti, entrevistado por José Medina, en revista Motivos No 39;agostosetiembre 1995, Lima).

10 «(...) Vivo en la zona sur, en San Juan. Es difícil encontrar el lenguaje poético que exprese ese ambiente.Uno trata de transmitir las frustraciones de la gente, de absorber sus problemas, para hacer una forma depoesía con eso y es muy duro. Creo que la mejor forma es no ser poeta en esa zona. Uno debe estar másadentro con ellos, estar más hondo con ellos y así comenzar a entender ciertos códigos, ciertas ondas queellos transmiten, pero no abiertamente. Estoy tratando de hacer eso ahora. Me es difícil todavía, porque yono tengo una sólida formación académica.P. ¿La cree necesaria para transmitir lo que sucede en su zona?R. En parte sí. Para poder manejar ciertas formas, ciertos lenguajes, cierto tecnicismo, no lo considerofundamental. Es útil para poder formar una estructura y que la palabra sea más efectiva, para que puedatransmitir eso. José María Arguedas era uno de ellos pues, entonces él absorbía eso y dio bastante, porquese apropió de ese lenguaje. Por eso, él pudo expresar todo un sentimiento andino y es el único que pudohacerlo»(Domingo de Ramos responde en entrevista grupal, a propósito del lanzamiento de la selección de poesíaperuana aparecida en los 80: La Última Cena. Lima; en El Comercio, Lima, 30 de enero de 1988: C12).

11 Cuando hablo de esto, no puedo evitar que me venga a la memoria un ensayo poco recordado, ycuriosamente nada citado en los estudios literarios y de política cultural, pero de innegable valor paranosotros en tanto aplicación creativa del marxismo en el campo de la estética y la crítica literariacontemporáneas: La generación del 50/ un mundo dividido. Historia y balance (ediciones SETIMO ENSAYO;Lima, 1988, 288 pp.), de Miguel Gutiérrez.

12 Este es el dato oficial dado hasta el momento por el informe final de la Comisión de la Verdad yReconciliación: organismo fundado por el gobierno de transición de Valentín Paniagua (20002001), con laprincipal tarea de investigar las causas y dar cuenta de las víctimas de la guerra interna, durante el período19802000. Antes de este informe, la cifra de víctimas que se manejaba públicamente era casi la terceraparte de la actual.

13 Juan Zevallos Aguilar, crítico e investigador literario, ha publicado Movimiento Kloaka (1982 1984): Culturajuvenil urbana de la postmodernidad periférica. En su largo estudio introductorio, hallamos una puntualreferencia al escenario latinoamericano que sirve de telón de fondo para la experiencia de Kloaka. Talestudio es un aporte para el mencionado retrato panorámico y puesta al día de la joven escena literariaartística en dicha década, y más específicamente respecto del colectivo al que dedica su mayor atención (apartir del cual, sin embargo, se desliza hacia cierta idealización cuando no a una aventurada generalizaciónde esa experiencia a todo el conjunto de la sociedad peruana). Contiene, asimismo, algunos conceptos einterpretaciones discutibles; como su caracterización del velascato o del retorno a la democraciarepresentativa, así como en torno a la guerra interna y a los grupos alzados en armas en el período. Unacierto de Zevallos es afinar una mirada, en buena medida, libre de prejuicios y sentencias apodícticasacerca de esos micro universos donde se fermentó durante los años 80 una respuesta, anarca, es verdad,pero una respuesta al fin y al cabo, contra el tono uniforme e institucional de la escena cultural canónica. Deahí que el texto de Zevallos, en general, desecha la retórica oficial u oficiosa de la época —e incluso deahora— que suele referirse con epítetos baratos cuando no mal intencionados a los sujetos y realidades dediverso tipo que irrumpieron en la sociedad peruana de aquellos años, en pleno proceso de conflagracióninterna; lo que es otro valor a resaltar. Por lo demás, el empleo del jabonoso y discutible término

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«postmodernidad» desde el subtítulo de su libro sobre Kloaka, aparece como algo innecesario einjustificado.

14 Sin duda, esta talentosa y pionera banda de rock liderada por Piero Bustos y Ricardo Silva es una de lasque más y mejor acompañó a los Kloaka, aun en las presentaciones que algunos de sus miembrosrealizaron en los últimos años de la década del 80 y hacia el inicio de la siguiente. Su estilo desenfadado,lúdico, así como el carnavalesco mestizaje en sus ritmos, instrumentos y letras la convirtieron en excelentealiado musical. Este año celebra también 22 años de fundación, componiendo con instrumentos andinos, folklóricos, en función de una base musical rock sazonada con aires negroides. A «Del Pueblo» hay queañadir las bandas «Kolarock», liderada por Edgard «Kilowatt» Barraza, y «Durazno sangrando», que fueronparte de los recitales del movimiento.

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© 2004, César Ángeles L.Escriba al autor: [email protected] en la Plaza de Ciberayllu.Escriba a la redacción de Ciberayllu

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Para citar este documento: Ángeles L., César: «22 años del Movimiento Kloaka», en Ciberayllu [en línea] , 3 demarzo del 2016.<http://www.andes.missouri.edu/andes/Comentario/CAL_Kloaka22.html> (Consulta: 3de marzo del 2016).

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