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CENTRO DE LAS ARTES Y LA CULTURA
DEPARTAMENTO DE ARTE Y GESTIÓN
TESINA:
“LA INCORPORACIÓN DE LAS CULTURAS HÍBRIDAS A LOS OBJETOS ARTESANALES:
DIABLITOS DE OCUMICHO, UNA APROXIMACIÓN”
PRESENTA:
América Alejandra Luévano Oliva
PARA OBTENER EL GRADO DE LIC. EN CIENCIAS DEL ARTE Y GESTIÓN CULTURAL
TUTOR:
Raquel Mercado Salas
Aguascalientes, Ags. a 1 de Junio del 2014
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LA INCORPORACIÓN DE LAS CULTURAS HÍBRIDAS A LOS OBJETOS ARTESANALES: DIABLITOS DE
OCUMICHO, UNA APROXIMACIÓN
América Alejandra Luévano Oliva
Licenciatura en Ciencias del Arte y Gestión Cultural
Raquel Mercado Salas
3
ÍNDICE
AGRADECIMIENTO$S .................................................................................................................... 4
INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................. 6
JUSTIFICACIÓN ............................................................................................................................. 10
OBJETIVO GENERAL: ................................................................................................................... 12
OBJETIVO PARTICULAR:............................................................................................................. 12
CAPÍTULO 1 .................................................................................................................................... 16
LAS CULTURAS HÍBRIDAS ......................................................................................................... 16
1.1 CULTURA E HIBRIDACIÓN: CONCEPTOS ................................................................ 16
1.2 LA GLOBALIZACIÓN COMO FACTOR DETERMINANTE DE LAS CULTURAS
HÍBRIDAS .................................................................................................................................... 17
1.3 CULTURAS HÍBRIDAS Y SU RELACIÓN CON LAS ARTESANÍAS ............................. 19
1.4 PROCESO DE COMUNICACIÓN: EL ARTESANO CON EL MUNDO
CONTEMPORÁNEO ................................................................................................................... 23
CAPÍTULO 2 .................................................................................................................................... 26
LA ARTESANÍA Y EL DIABLO: HISTORIA Y CONCEPTOS ................................................... 26
2.1LA ARTESANÍA ..................................................................................................................... 27
2.2 LA ARTESANÍA COMO ELEMENTO IDENTITARIO DE MÉXICO ............................... 29
2.3 EL CONCEPTO DEL DIABLO A LO LARGO DE LA HISTORIA Y EN MÉXICO ......... 32
2.4 PROCESOS DE CULTURIZACIÓN EN MÉXICO EN LA ÉPOCA COLONIAL .............. 34
CAPITULO 3 .................................................................................................................................... 38
TRANSFORMACIÓN, HIBRIDACIÓN Y CONSUMO EN LOS DIABLITOS DE OCUMICHO.
........................................................................................................................................................... 38
3.1 TRANSFORMACIÓN ............................................................................................................ 38
3.2 LOS DIABLOS DE OCUMICHO COMO EJEMPLO DE INCORPORACIÓN DE
CULTURAS HÍBRIDAS .............................................................................................................. 40
3.3 DESDE EL USO LÚDICO DE LOS JUGUETES HASTA LA CONTEMPLACIÓN DESDE
UNA PERSPECTIVA DE CONSUMO ....................................................................................... 46
CONCLUSIONES ............................................................................................................................ 49
Bibliografía: ...................................................................................................................................... 53
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AGRADECIMIENTOS
A mi asesora, Raquel Mercado Salas, quien fue de gran ayuda. A Fabián García Huerta, por
su apoyo constante y a mi maestro Adrián Gerardo Rodríguez Sánchez a quien aprecio, por
sus concejos, apoyo, y sobre todo por todo ese tiempo y sabiduría compartidos
incondicionalmente.
Eleazar y Lupita, Denis, Blas L de A, Israel, Nadia, Edson, Nicolás y Mateo, y Mónica,
ojalá no sea la primera ni la última vez que les dedico algo.
5
Crear: ahí está el gran alivio del dolor,
y así es cómo se hace más ligera la vida
Friedrich Nietzsche
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INTRODUCCIÓN
La presente investigación quiere contribuir al estudio de las artesanías en México,
específicamente en dos aspectos. Por una parte, su valoración como objetos que son parte
de un fenómeno social llamado “hibridación cultural”. Por otra, como elementos que han
cumplido con la función de envases que contienen una idea de identidad nacional. Para ello
se toman como centro de estudio unas artesanías específicas: los Diablitos de la comunidad
purépecha de Ocumicho (Michoacán). Por medio del análisis del desarrollo histórico y
mercadológico de estas piezas, se pretende saber cuál es la su situación actual en el
mercado global de artesanías. Pero también se busca identificar el origen de sus
características y sus atributos.
Por lo tanto, el presente se trata de un estudio de carácter histórico. Pero sólo en
parte. La otra cara que también se aborda es la de la potencialidad mercadotécnica de esos
objetos. Las principales preguntas que guían en todo momento el argumento de este trabajo
son tres: ¿Cómo es que impactan las culturas híbridas a los objetos artesanales? ¿Cuáles son
los factores en el objeto artesanal? ¿Cuál es el origen histórico y antropológico de los
Diablitos de Ocumicho?
Si bien por su naturaleza, este trabajo tiene limitaciones, se trata de contestar las
interrogantes de forma profunda y lo más apegado a los autores y libros que logramos
consultar a lo largo del tiempo que duró el Taller Integral de la licenciatura en Ciencias del
Arte y Gestión Cultural. Es necesario aclarar que ello no fue fácil. Si bien encontramos
bibliografía relacionada con artesanías, fue muy complicado hablar de los Diablitos de
Ocumicho debido a que hay muy poca referencia escrita. Lo poco que logramos reunir
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sirvió para plantear el problema y redactar una aproximación, precisamente la que ahora
presentamos al lector.
Poco a poco fuimos seleccionando libros y autores desde donde partimos para
realizar el trabajo. Por lo tanto, nuestro estudio se basa sobre todo en las obras del
antropólogo Néstor García Canclini. Sus propuestas de análisis de las culturas populares y
la producción simbólica en el arte, pero, ante todo, su concepto de “hibridación cultural”,
son empleadas reiteradamente a lo largo de este estudio y quizá el lector pueda llegar a
cansarse de ello. No obstante, no es el único trabajo cuya perspectiva teórica usamos para
abordar nuestro tema.
Por otra parte, también usamos otros autores, cuyo enfoque va más del lado de la
historiografía. Una mirada que complementa la de García Canclini. Entre estos trabajos,
cabe destacar los del francés Serge Gruzinski y de los mexicanos Porfirio Martínez
Peñaloza y Mauricio Tenorio Trillo, cuyo conocimiento de la historia de México (ya sea en
la artesanía, el nacionalismo o la mentalidad indígena) contribuyen mucho a abordar
nuestro tema. Igualmente, se debe señalar que como fuente para conocer la naturaleza de lo
Diablitos de Ocumicho se consultó un par de publicaciones de revistas y también se realizó
un viaje a dicha localidad, localizada en Michoacán. La referencia de todas estas
publicaciones se pueden consultar en el apartado de bibliografía.
El presente estudio se divide en tres capítulos, cada uno de los cuales se compone de
subcapítulos. El primer capítulo contiene más teoría. Su objetivo es presentar el marco de
análisis en donde se despliega nuestro trabajo y dar a conocer las herramientas de ese
análisis; es decir, conceptos como “hibridación cultural”, “globalización”,
8
“Interculturalidad”, así como aquellos procesos por los cuales el artesano y la artesanía se
conectan con el mundo contemporáneo y cómo éste los afecta transformándolos. Estos
conceptos son empleados de manera continua en el estudio.
En el segundo capítulo, se busca ahondar en los conceptos del diablo y en los
procesos históricos que determinaron que la artesanía llegara a ser un elemento identitario
de México. Aquí, se redacta más desde el punto de vista histórico. Una forma que, como ya
se apuntó, sirve para complementar lo más posible las ideas antropológicas de García
Canclini. No obstante, creemos pertinente decir que valoramos mucho las aportaciones de
la historia, por lo cual le hemos dedicado un amplio espacio en nuestro estudio. De hecho,
creemos que aquí se encuentra lo que consideramos nuestras aportaciones más importantes.
Finalmente, en el capítulo tres abordamos las transformaciones históricas y actuales
de los Diablitos de Ocumicho, así como los factores que las generaron. Aquí se empiezan a
esbozar algunas ideas del apartado de las conclusiones, ya que aborda de lleno nuestro
objeto de estudio. Creemos que una parte de este capítulo también se enriqueció con la
experiencia de que tuvimos de conocer la comunidad. Algunas ideas que pude leer en libros
pude corroborarlas en mi visita. Ello resultó un conocimiento grato y espero también
haberlo reflejado en mi texto.
Por lo tanto, con todas sus limitaciones, la presente tesina es producto de una
investigación bibliográfica, pero también personal. La principal biblioteca que consulté fue
la de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. La descripción y el análisis es lo que
sobresale en el texto. Al final se intenta realizar una síntesis de todo lo problematizado.
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Esperamos que este trabajo aporte algo importante para aquellos que se dedican al estudio
de las artesanías en México y que siga animando la investigación entre dichos intetresados.
Estamos conscientes que la razón donde nace el interés de realizar este trabajo, tiene
un arraigo indigenista, si entendemos por esta la actitud, de parte de personas no indígenas,
de valorar o defender lo que consideramos auténticamente indígena. Esa razón parte de un
sentimiento de apego a estos pueblos, los cuales nos han hecho ver de otra forma el
desarrollo de nuestra cultura. Es debido al exotismo que representa introducirnos a nuevos
modos de pensamiento y de comportamiento, que quedamos igualmente fascinados por
conocer nuevas culturas.
Ello no significa que nuestro amor por estas manifestaciones sea totalmente ciego.
Las culturas indígenas de México son muy diversas y cada una es muchas veces algo
diferente a otra. Admirar las artesanías de la comunidad como de Ocumicho no quiere decir
que conozcamos a todas las demás que se esparcen por el territorio. De hecho, sabemos que
también nuestro conocimiento de estas artesanías deja que desear. Sin embargo, lo
realizado tiene una gran pasión, algo que también vale en la investigación.
El acercamiento a estos objetos específicos nació de una pasión personal, que creció
con la clase de Gestión de Proyectos de la licenciatura, donde me dediqué a trabajar con
indígenas huicholes radicados en Aguascalientes, a quienes los apoye en dar a conocer con
más amplitud su trabajo artesanal, a través de varias estrategias que se llevaron a cabo en la
Feria Nacional de San Marcos, mediante un espacio gestionado con el Instituto Municipal
Aguascalentense para la Cultura.
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Justificación
A finales del S. XX, más específicamente en la última década, coexistió a la par de la
globalización, la multiculturalidad, los bombardeos de información de los medios masivos
de comunicación, y los intercambios transnacionales de hábitos, creencias, prácticas
sociales, etc. El debate sobre si el término “hibridación” podría ser incorporado a nuevas
formas de intercambios y mezclas tomó protagonismo. Este término, según la Real
Academia Española se refiere a “todo lo que es producto de elementos de distinta
naturaleza”. Sin embargo, fue usado en un principio para denominar aquellos productos de
carácter biológico resultantes de dos genes distintos; posteriormente significó un conflicto
de ideas sobre si podía ser incorporado o no en el concepto de cultura.
Néstor García Canclini señala en su libro Culturas híbridas, estrategias para entrar
y salir de la modernidad lo que entiende por hibridación: procesos socioculturales en los
que estructuras o prácticas discretas, que existían en forma separada, se combinan para
generar nuevas estructuras, objetos y prácticas. Entonces bien, si aplicamos este término
también al concepto de cultura, tendremos que ésta se conforma de los distintos
intercambios de pensamiento, creencias, costumbres y prácticas que van incorporándose a
nuevos contextos para así formar nuevos productos culturales.
Ahora bien, como no se puede reflexionar de manera extensa sobre todos los
objetos, prácticas, relaciones, etc. hemos decidido puntualizar el concepto de hibridación en
el objeto artesanal, partiendo de las siguientes preguntas: ¿cómo es que impactan las
culturas híbridas a los objetos artesanales?, ¿sufren estos objetos transformaciones que
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afecten su naturaleza? ¿Qué otros factores determinan la transformación en el objeto
artesanal?
Por su parte Carlos Silva, en su libro Ornamento y demonios, señala que tanto el arte oficial
como el popular se ven contaminados por las necesidades de adaptación a las que el
consumismo obliga. Si comprendemos la palabra contaminación como el fenómeno que se
produce cuando una copia se realiza utilizando diversos modelos discordantes entre sí,
podríamos pensar nuevamente en hibridación; sin embargo y si, por otra parte, la
entendemos como un agente entrante a un medio distinto causando desorden, inestabilidad,
daños, etc. tendríamos que plantearnos la posibilidad de discutir el tema de si el
consumismo en relación con otros factores que influyen en este tema, más que transformar
con efectos positivos la artesanía, lo hace de forma negativa, dañándola. Entonces, tenemos
ya dos vertientes en las cuales nos basaremos en este análisis, tomando en cuenta por una
parte a las culturas híbridas y su impacto en nuevos contextos, así como las exigencias de la
cultura neoliberal que impactan este medio.
Con este trabajo se pretende pues, hacer un análisis de cuáles cambios presenta la artesanía
con relación a las culturas híbridas, y qué tan buenos o malos son estos cambios como una
reflexión en torno a la cultura que las origina. Con base en ello se podrá determinar en qué
estado se encuentra la artesanía en la actualidad con este tipo de fenómenos
contemporáneos, cómo responden estos objetos a la cultura de consumo, a la globalización
y a la multiculturalidad llevando a la artesanía a otro tipo de mercado y público de acuerdo
a la hibridación cultural y al neoliberalismo.
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Entonces, partiremos del análisis de dos elementos fundamentales para este trabajo, como
ya se señaló: las culturas híbridas y la cultura globalizada, para comprender las
transformaciones y/o adaptaciones de los objetos artesanales, tomando el ejemplo concreto
de Los Diablos de Ocumicho, de Michoacán y cómo es que éstos han ido transformándose
poco a poco al adaptar nuevas formas que responden a una cultura globalizada y formando
parte del consumismo. Dejando por un lado el sentido tradicional lúdico de los juguetes de
diablitos, para concentrarse en el objeto artesanal desde una perspectiva de consumo.
OBJETIVO GENERAL:
Analizar la transformación de objetos artesanales de la actualidad en un contexto de
consumo y globalización inmersos también por procesos históricos.
OBJETIVO PARTICULAR:
Encontrar, tomando como ejemplo la artesanía de Ocumicho, Michoacán, cómo es que las
culturas híbridas se incorporan a los objetos artesanales tradicionales, qué transformaciones
se generan con respecto a la relación con el mundo contemporáneo y si el cambio que
sufren les beneficia o perjudica.
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METODOLOGÍA:
Análisis cultural, antropológico actual, histórico, etnológico en base a la experiencia propia.
La presente investigación está basada sobre todo en una metodología antropológica
desplegada en los siguientes libros de Néstor García Canclini: Culturas híbridas,
estrategias para entrar y salir de la modernidad, La producción simbólica, teoría y método
en sociología del arte y Culturas populares en el capitalismo. En éstos el autor se enfoca a
analizar las nuevas formas de interacción social a nivel global para lo cual a acuñado el
concepto de hibridación cultural que es de las principales aportaciones. Por lo mismo este
concepto lo hemos encontrado eficiente para nuestro análisis ya que nos permite dilucidar
los contextos actuales en los que se producen las artesanías en general. Por lo mismo su
propuesta es reiterativa en nuestro trabajo.
Contamos además con una metodología histórica, la cual complementa la visión de
García Canclini en el marco teórico incluido en el concepto de culturas híbridas. Este
método es el que se encuentra en el libro de Serge Gruzinski La colonización de lo
imaginario. Sociedades indígenas y occidentalización en el México español. Siglos XVI-
XVIII, en el cual también incluye enfoques antropológicos y etnológicos que enriquecen
nuestra perspectiva. Dentro de esta misma metdología podemos incluir también el libro
Arte popular y artesanías artísticas en México. Un acercamiento, de Porfirio Martínez
Peñaloza, quien ofrece una visión histórica combinada con un análisis de estrategias de
mercado.
Por lo tanto, en nuestro trabajo convergen enfoques antropológicos con enfoques históricos
en donde se trata, sobre todo, de analizar la actualidad de nuestro objeto de estudio, por lo
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mismo, sabemos que sin una visión a largo plazo del desarrollo de nuestro tema es
imposible comprender lo que está pasando en la actualidad. De ahí lo pertinente de esta
combinación.
Además, se realizó una visita a la comunidad de Ocumicho durante la cual conocimos de
manera directa a los Diablitos así como a los artesanos mismos en el momento en el que los
producen. Creemos que aunque no levantamos un estudio riguroso de la misma esa
experiencia complementa nuestras lecturas
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CAPÍTULO 1
LAS CULTURAS HÍBRIDAS
En éste primer capítulo nos concentraremos en explicar el concepto de culturas híbridas
basándonos, sobre todo, en la propuesta que sugiere García Canclini. Ello conlleva,
primero, hacer una aclaración de algunas definiciones para después, exponer en qué
consiste el fenómeno de la hibridación cultural y su relación con la globalización, el
consumo y las artesanías. La intención es presentar un marco teórico en donde se irá
desarrollando nuestro análisis.
1.1 CULTURA E HIBRIDACIÓN: CONCEPTOS
Como base principal de este capítulo, tendremos que definir, en primer lugar, qué es la
hibridación cultural. Primero, tendremos que entender el término hibridación y, segundo, el
de cultura. Hibridación es, a grandes rasgos, el proceso mediante el cual dos entes de
naturaleza diferente se mezclan dando como resultado un nuevo producto. Por su parte, la
cultura puede considerarse, según la UNESCO como el conjunto de los rasgos distintivos,
espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo
social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos
fundamentales al ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias.
Entonces bien, entendemos como hibridación cultural todo intercambio de pensamiento,
creencias, tradiciones, modos de producción, de vida, elementos materiales y espirituales,
etc. dado entre dos (o más) culturas y que da como resultado un nuevo organismo.
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Creemos que es necesario tratar el tema de hibridación cultural para introducirnos a
un mundo que ofrece un sinfín de posibilidades creativas que dentro de la cultura se pueden
producir, y que dan como resultado modificaciones, transformaciones y resignificaciones
que amplían este terreno y su actividad, y cómo es que convivimos de manera diaria con
estas manifestaciones que de ella surgen, creando relaciones de distintas naturalezas
formadoras de nuevos productos culturales. Cuáles son estas relaciones, cómo y por qué
surgen, qué factores participan y cuáles son sus efectos y/o consecuencias.
1.2 LA GLOBALIZACIÓN COMO FACTOR DETERMINANTE DE LAS
CULTURAS HÍBRIDAS
La globalización, funge aquí como uno de los factores principales por medio del cual surge
la hibridación cultural. En primer lugar, porque sirve como elemento de intercambio entre
las culturas, formando emisores y receptores que de alguna manera, directa o indirecta,
consciente o inconsciente, mezclan formas de vida, de pensamiento, formas tradicionales y
costumbristas que desde su origen distinguían a cada pueblo y que sin embargo, ahora se
mezclan para formar nuevos productos culturales, llámese la formación de nuevos modos
de pensamiento, formas de vida o incluso, manifestaciones artísticas. Estos intercambios, se
pueden dar de individuo a individuo, de grupo social a otro grupo social pero esta cultura
de la globalización señala más específicamente relaciones masivas que surgen mediante el
intercambio que establece nuevos modos y métodos de producción, por medio del cual las
culturas se enriquecen o, por el contrario, se empobrecen.
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Es quizá algo arriesgado afirmar un enriquecimiento o no dado hacia los pueblos,
por medio de los intercambios culturales como resultado de la globalización. Creemos que
no se puede definir con certeza si estos intercambios benefician o, por el contrario,
perjudican los modos de representación del mundo y a sus culturas. Pues bien, si no se
puede afirmar con certeza que el impacto que se recibe genera más avances que retrocesos
culturales debido a la infinidad de manifestaciones y productos, sí podemos hacer un
análisis llevando a cabo un balance entre estos dos elementos y su entorno y defender
quizá, mediante ello, cualquiera de sus posturas.
Por un lado, la interculturalidad como efecto de la globalización, le brinda a los
grupos sociales la oportunidad de reconocerse, de identificarse, de diversificarse y
encontrar nuevas formas de producción, sea el ejemplo que fuere, por medio de su relación
con el medio exterior. En este proceso surge la hibridación, misma que, en palabras de
Néstor García Canclini, no es sinónimo de fusión sin contradicciones, sino que puede
ayudar a dar cuenta de formas particulares de conflicto generadas en la interculturalidad
reciente en medio de la decadencia de proyectos nacionales de modernización en América
Latina.”1 Precisamente, como veremos más adelante, estas particularidades le brindan a las
culturas y/o a sus productos la oportunidad de reconocerse y diferenciarse del resto.
Incluso, por medio de esas diferencias entrar al mercado con mejores oportunidades, como
se da en los diablos de Ocumicho, de una manera tal que se les ha registrado como marca
legal por la secretaría de desarrollo de Michoacán y como veremos posteriormente, también
en la incorporación de las culturas híbridas a los objetos artesanales y sus transformaciones
con fines de consumo.
1 García Canclini, Culturas híbridas, p. II.
19
Más allá de la cuestión propiamente económica de tal acción, es también reflejo de que en
Ocumicho convergen los elementos enunciados por el autor de Culturas híbridas.
Por otro lado, es conveniente analizar también el lado opuesto al enriquecimiento.
Esto lo haremos, partiendo de la pregunta que se plantea Néstor García Canclini de si el
acceso a mayor variedad de bienes, facilitado por los movimientos globalizadores
democratiza la capacidad de combinarlos y de desarrollar una multiculturalidad creativa. En
este caso no se trata, como ya lo veíamos antes, de ponerse en una posición radical acerca
de cuál es la verdad absoluta en cuanto a este tema, porque además, sería casi imposible
encontrarlo. Viéndolo desde ángulos distintos, debemos plantearnos la posibilidad de que,
debido a esas combinaciones, intercambios y multiculturalidad creativa, también se dan
transformaciones o cambios que en algunos casos terminan con las tradiciones de
representación.
Es por ello conveniente, relacionar este fenómeno con las representaciones
artesanales y analizar esta serie de cambios que reflejan un mundo moderno capaz de
impactar hasta los sectores más arraigados a sus tradiciones y que, hasta hace no tanto, no
formaban parte de la cultura de consumo.
1.3 CULTURAS HÍBRIDAS Y SU RELACIÓN CON LAS ARTESANÍAS
Como parte fundamental de éste capítulo, responderemos a dos preguntas esenciales que
nos ayudarán a introducirnos en este tema. De este modo, separando y ordenando algunos
conceptos, creemos que su lectura resultará más ágil, y comprender de lo que se trata las
transformaciones que surgen en la artesanía mediante su relación con las culturas híbridas,
vinculando estos conceptos, será menos complicado.
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La primera pregunta es la siguiente:
1- ¿Cómo es que impactan las culturas híbridas a los objetos artesanales?
La artesanía, como el medio de distinción de un pueblo, de un grupo, comunidad o
individuo, ha fascinado tanto a propios como extraños durante el paso del tiempo. A
propios, refiriéndonos a los mismos artesanos, a los miembros de la comunidad de donde
surgen, a las mujeres y los hombres que han captado en estos objetos una forma de
distinguirse del resto –llámese una comunidad de otra o, incluso, jerarquías entre los
miembros de las comunidades. En algunas de las culturas antiguas del mundo (China,
Egipto, civilizaciones mesoamericanas) la artesanía era usada como símbolo de abundancia,
de poder, etc., para marcar su rango; por medio de ésta se mostraba qué tanto se poseía.
Desde ahí, quizá más indirectamente, los objetos artesanales han sido elemento abundancia.
La entrada de elementos extraños hacia las culturas, da como resultado el intercambio entre
éstas. Así, por medio de la interacción entre la infinidad de culturas existentes en el mundo
y al intercambio que sus relaciones generan, va surgiendo poco a poco la hibridación
cultural y ésta a su vez, va formando nuevos lazos que, casi sin mayor esfuerzo, provocan
el origen de diferentes transformaciones y por lo tanto, el surgimiento también de nuevos
productos culturales como la artesanía.
Con la entrada de turistas a las comunidades más aisladas, a las más próximas
también, y a las medianamente accesibles, sería casi imposible no introducir elementos de
la cultura que llega hacia la que ya está y que ésta, se muestre totalmente apática y no
incorpore, al menos algunos elementos de la cultura que entra. Pero, se trata sólo de turistas
21
que llegan a un territorio nuevo, también es conveniente pensar en las consecuencias (por
llamarlo así) que esa actividad provoca. Evidenciar nuevos modos de creación y de
producción, introducidos a nuevas culturas por estos fenómenos que permiten a las
sociedades e individuos interactuar, permite además, que éstos extraigan de los nuevos
modos, estrategias innovadoras para hacer más ágil y productiva su actividad, favoreciendo,
entre otras cosas, su economía. Conocer medios de producción que hacen surgir una
economía más progresista, las hace adoptarlas para atraer beneficios a los descubridores.
Con respecto a esto, Néstor García Canclini señala que “Estudiar procesos culturales, por
esto, más que llevarnos a afirmar identidades autosuficientes, sirve para conocer formas de
situarse en medio de la heterogeneidad y entender cómo se producen las hibridaciones.”2
2- ¿qué factores afectan la naturaleza del objeto artesanal?
En la pregunta anterior se trató de definir cómo es que las culturas híbridas impactan a la
artesanía. Pues bien, en éste nos encargaremos de contestar cuáles son los factores que
afectan al objeto artesanal. Nos enfocaremos en lo que a nosotros nos interesa con el fin de
puntualizar qué tipo de transformaciones surgen en la artesanía con base a ésta y qué tanto
le afecta. El intercambio constante de información, ha llevado al hombre al conocimiento.
Con la relación entre unos y otros, se enriquecen, entre otras cosas, los modos de
producción.
Por otra parte, otro factor que influye en la transformación en este campo es la
cultura de consumo. Con fines de satisfacer las necesidades básicas a la que obliga esta
2Ibíd., p. VII
22
cultura, los artesanos han tenido que salir de su medio natural para, por medio de estos
objetos, obtener mayores ingresos económicos.3
Es de ésta manera que no sólo se integran al medio natural de donde surgen las
artesanías los fenómenos extraños y discordantes con él. Es decir, queremos aclarar
también desde este punto, el hecho de que los artesanos también tienen que salir de su
campo para trabajar, establecerse o satisfacer algunas necesidades en las que se ven
forzados a adoptar y adaptar nuevas formas distintas a las que tradicionalmente empleaban.
Sin embargo, podríamos analizar estos intercambios no solamente como significado de
beneficios para los artesanos y la artesanía. Con todos estos fenómenos, surgen también,
además de avances, retrocesos; hablemos entonces, de retrocesos culturales para referirnos
a las formas de representación tradicionales que desde hacía miles de años, que habían sido
transmitidas de generación en generación, que habían obedecido desde antaño a tormas y
estructuras, se han perdido a causa de los nuevos métodos de producción introducidos por
la modernidad. Pero, esta mímesis de las sociedades indígenas o cuya actividad es artesanal
casi por completo, hacia los modos y métodos de producción de las sociedades modernas,
no es siempre opcional para los artesanos. Nos atreveremos a asegurar, con base a la
investigación que realizamos para hablar de este tema, que éstas transformaciones se dan,
casi en su mayoría, obligatoriamente. Pero lo que nos interesa tratar al respecto, no es el
hecho de discutir sobre si estas transformaciones se dan de una manera consciente o
3Ibid., pág. VI
23
inconsciente, al fin de cuentas la mayor parte de la población que se mantiene de esta
actividad, pocas veces tiene la oportunidad de decidir en este terreno, donde la cultura de
consumo obliga a adoptar esas nuevas formas de representación para poder subsistir al
mundo contemporáneo.
Por el contrario, si los artesanos se opusieran a incorporar esos modos, además de
significar un atraso al mundo contemporáneo, también significaría el rezago –quizá
inconsciente- al progreso económico que esta omisión de adaptación atraería. Asimismo,
como sucede con dialectos indígenas, también se han perdido formas, métodos, técnicas,
etc., tradicionales, por el paso del tiempo y con la introducción de modelos modernos que, a
simple vista, resultan más atractivos o si no, sí más provechosos económicamente. Así, la
naturaleza de los primeros objetos se ha perdido y se sigue perdiendo, y sería importante
analizar, si las transformaciones sufridas con respecto a ello, termina o no con la esencia de
la artesanía.
1.3 PROCESO DE COMUNICACIÓN: EL ARTESANO CON EL MUNDO
CONTEMPORÁNEO
Por medio de factores como los medios masivos de comunicación, los artesanos tienen
acceso a conocer las múltiples formas de vida y de representación del mundo que los rodea,
aunque no se salga, forzosamente, de su lugar de origen. Además, los procesos de
comunicación directa con los turistas -nacionales y/o extranjeros-, les brinda un acceso
mejor al conocimiento de nuevas culturas.
24
Por lo mismo, es pertinente plantear al respecto la misma pregunta que García
Canclini, quien señala: “¿cómo fusiona la hibridación estructuras o prácticas sociales
discretas para generar nuevas estructuras o nuevas prácticas?”4. A lo cual contesta: “A
veces esto ocurre de modo no planeado o es resultado imprevisto de procesos migratorios,
turísticos, y de intercambio económico o comunicacional. Pero a menudo la hibridación
surge de la creatividad individual y colectiva. No sólo en las artes, sino en la vida cotidiana
y en el desarrollo tecnológico.”
Se podría añadir que durante siempre, los artesanos han intercambiado sus
productos con otros grupos sociales. Sin embargo estos intercambios se daban más bien
entre los grupos más inmediatos a su entorno y sólo fue en un principio cuando éstos
únicamente consumían sus objetos. No obstante, la relación con el mundo contemporáneo
en la época, resulta mucho más accesible para la mayoría, y se podría decir que donde hay
poca o nada de agua, donde las carencias se agudizan más, y en los rincones más alejados
del país, se encuentra un televisor a donde llegan señales que facilitan el acceso a la
comunicación y por medio de los cuales, los artesanos informados incluyen e introducen en
su imaginario cultural nuevas ideas para incorporarse a ese mundo.
Estos procesos de comunicación entre los artesanos y el mundo contemporáneo
pueden ser –a grandes rasgos- los más evidentes, frecuentes y determinantes. Y resulta
conveniente enlistarlos con relación a lo que nos interesa abordar en este trabajo, y entrar
4 Ibíd. p. V
25
en materia de transformación mediante el ingreso de nuevos factores. Por su parte, en su
libro Culturas populares en el capitalismo Canclini hace también un análisis en el cual
sugiere lo siguiente:
En festivales urbanos y en hoteles turísticos se aíslan elementos –por ejemplo, las danzas de
viejitos o los voladores de Papantla- para insertarlos en contextos comerciales o culturales
regidos por lógicas que desvanecen el significado original. En otros casos, la ritualidad y la
vida cotidiana que afirman las fiestas pueblerinas son reformuladas por actores externos
(empresas de refrescos y cerveceras, puestos de productos industriales y la presencia de
turistas y medios masivos), y en parte por la propia decisión de los sectores locales de
apropiarse de recursos modernos.5
En base a ello, se puede comenzar a vincular la afinidad de múltiples factores que abligan a
los objetos artesanales a su transformación.
Con base a ello, entonces aclararemos que, en párrafos anteriores del mismo capítulo, no
nos referimos a que los artesanos adoptan estas nuevas formas únicamente por que se ven
obligados a adaptarse a ellas o adaptar, mejor dicho, a su artesanía. Es innegable, que
muchas veces estos artesanos no tienen opción de elegir seguir representando sus formas
tradicionales, o que la cultura consumista del mundo moderno las envuelve o envuelve su
entorno provocándolos a ser parte de ella. Sin embargo, a lo que se refiere el autor con la
cita anterior, es a que muchas veces, la decisión de apropiarse de recursos modernos, la
toman directa y conscientemente los artesanos. Consciente o no, como ya lo mencionamos
5 García Canclini, Culturas populares en el capitalismo, pág. 22
26
antes, los artesanos responden, transformando sus manufacturas, a las necesidades
económicas a las que el consumismo contemporáneo les presenta.
CAPÍTULO 2
LA ARTESANÍA Y EL DIABLO: HISTORIA Y CONCEPTOS
27
En este capítulo, nos enfocaremos a tratar el tema de la artesanía, sus historia, esencia e
importancia y más específicamente en el caso específico de México, como uno de sus
elementos que le otorgan identidad y, por ello, el reconocimiento ante el mundo desde hace
ya algún tiempo. Puntualizaremos además, sombre algunos conceptos que se han manejado
en torno a la figura del diablo a lo largo de la historia. Esto, para formar vínculos de la
artesanía con la figura o concepto del diablo, para entrar en materia de las artesanías de los
Diablitos de Ocumicho.
Comprender, por un lado, la artesanía y su importancia y, por el otro, adentrarnos al análisis
de la historia del diablo como concepto, figura y significado, nos ayudará a vislumbrar, -
incluso antes de entrar al capítulo tres, donde trataremos más a fondo este tema- las
relaciones que, por estas artesanías manufacturadas en la comunidad de Ocumicho, se tiene
entre estos dos conceptos. Una, como representación artesanal y la otra, como
representación de la figura del diablo. Esto a su vez, también vínculará con el tema las
transformaciones a las que con el paso del tiempo y la evolución del concepto de éste a
través de nuestro imaginario colectivo, obliga la cultura de consumo.
2.1 LA ARTESANÍA
La artesanía representa para un pueblo o incluso un país entero, un elemento de distinción
que otorga identidad y homogeneidad, y a su vez representa toda una cultura nacional.
Asimismo, la artesanía desde su origen ha otorgado también el elemento estético del que el
hombre ha necesitado a lo largo de la historia como símbolo de armonía, belleza y estatus.
Además, por medio de objetos artesanales los miembros de una comunidad o un pueblo han
satisfecho ciertas necesidades que demanda la vida religiosa, la de las festividades,
28
ceremonias, rituales, etc. En un principio, estas manifestaciones sólo cumplían con
necesidades primordiales como la de elaborar objetos para facilitar la actividad humana,
después, otros cumplían con el carácter de embellecer a las mujeres, los hombres, los
espacios, etc., como collares, pulseras y vestidos. Posteriormente, por ejemplo, las figurillas
de barro o de madera fungían como juguetes u otros objetos para divertir a los niños.
Sin embargo, a partir de las diferentes circunstancias que surgieron en cada pueblo,
comunidad o grupo indígena, la artesanía comenzó a salir de su espacio natural y los
artesanos fueron encontrando en ésta, un modo de sustentabilidad a partir de intercambios
con los cuales se dio origen a un sistema comercial basado en dichos objetos que, hasta
nuestros días, ha resultado como uno de los principales medios de sustento para miles de
artesanos. En el libro México hecho a mano, se menciona al respecto lo siguiente:
A raíz del establecimiento de la agricultura, los habitantes de las incipientes comunidades
tuvieron la necesidad de elaborar los artículos que satisfacieran sus requerimientos
indispensables; así, paulatinamente nacieron los artesanos, que entonces eran simples
obreros que se dedicaban a manufacturar objetos con los materiales que tenían y los
utensilios que fabricaban, sin tener en cuenta más objetivo que el de la utilidad. Conforme
las sociedades fueron creciendo y haciéndose más complejas, también aumentaron las
necesidades, las diferencias y las exigencias, ya no se buscaba solamente lo utilitario, sino
también lo agradable(…), lo decorativo(…), ya los obreros se habían convertido en
artesanos.6
6 Fernando de Haro y México hecho a mano, pág. 73
29
2.2 LA ARTESANÍA COMO ELEMENTO IDENTITARIO DE MÉXICO
Durante la época posrevolucionaria y más específicamente en 1921, la artesanía mexicana
representaba un medio por el cual el país entero podía ser reconocido. Incluso, y por la
importancia que comenzó a dársele, esta actividad llegó a ser uno de los motivos de la
“Exposición de arte popular” inaugurada el 19 de septiembre del mismo año. Llevando
consigo un trabajo de valoración hacia el quehacer que desde el mundo prehispánico se
venía haciendo, algunos jóvenes indigenistas inmiscuidos siempre entre aquella época
encargada de construir una identidad nacionalista, amantes casi silenciosos pero
vociferantes cuando se les necesitaba, personajes atraídos por una realidad innegable: la
presencia del pasado y el presente indígena (como se podría decir de Anita Brenner7)
voltearon su mirada a éste modo de representación como símbolo del espíritu que en aquel
entonces gozaba de mayor protagonismo en México: el espíritu patriótico8. Como ejemplo
de ello, podemos citar algunas palabras del pintor mexicano Gerardo Murillo, mejor
conocido como Dr. Atl, quien llegó a escribir para la exposición de 1921:
las artes autóctonas de todos los países han tenido y siguen teniendo características muy
especiales que las distinguen de las artes propiamente industriales. En algunos casos, sus
productos son insuperables por la extraordinaria buena calidad de su materia prima y por su
admirable sentimiento estético, como las porcelanas chinas, los grés japoneces o los tapetes
persas. Pero aún sin tener en consideración la extraordinaria perfección técnica o artística,
7 Padilla, México y la revolución mexicana bajo la mirada de
Anita Brenner. 8 Tenorio, De cómo ignorar, p. 29
30
ellas constituyen invariablemente una de las más importantes manifestaciones de la
idiosincrasia de los pueblos.9
No obstante, ello también fue parte de un fenómeno internacional, donde de acuerdo con
García Canclini:
la valoración de lo popular fue iniciada por folcloristas, antropólogos y escritores
desde el siglo XIX quienes vieron en relatos, objetos y músicas de las clases bajas,
diferentes de los reconocidos por la alta cultura, recursos para configurar la idea de nación.
Cuando historiadores y sociólogos comenzaron a aceptar, durante el siglo XX, que debían
incluir en sus agendas la cultura popular, aparecieron intelectuales italianos y
latinoamericanos, y hasta ingleses entusiasmados por el supuesto potencial político de los
sectores subalternos, diciendo que lo popular era lo otro, un desafío al capitalismo y la
nación, la promesa de que los explotados podían alumbrar un mundo alternativo10.
Para México, la artesanía ha representado un símbolo que en nuestros días y durante
casi cien años ha significado para el país en su sentido más amplio, uno de sus elementos
identitarios. Gracias a estas manifestaciones, cada grupo, comunidad o pueblo ha
encontrado, además de una forma de expresarse, un medio que significa su sustentabilidad
económica. En medio de cerros, barrancos, lagos, y a miles de kilómetros de la urbe, al sur,
al norte, existen lugares donde la artesanía encuentra su lugar y su origen, reflejando la
diversidad del país.
9 Martínez Peñaloza, Arte popular, p. 46
10 García Canclini, Culturas populares en el capitalismo, p. 24
31
Así, y con miles de representaciones y manifestaciones artísticas, México es
reconocido a nivel mundial. Miles de ejemplos se podrían mencionar sobre ello, sin
embargo sólo aludiendo algunos podríamos enlistar por lo pronto, al sur del país, los
preciosos instrumentos musicales hechos con taraceado, o la joyería con ámbar, ambos de
Chiapas (el único lugar de la república donde existen yacimientos de este material
precioso), las joyas adornadas con coral negro de Campeche, catalogado como el mejor del
mundo, los cántaros y tinajas de la alfarería sin vidriar de Guerrero mientras que, al norte,
los canastos hechos de sotol (una fibra vegetal muy fina) de Sonora, o las ollas y cántaros
de Chihuahua, o las figuras caricaturescas de cerámica policroma como imitaciones de
piezas prehispánicas de Nayarit, además de ser dignas de ser mencionadas, engloban en su
esencia la tradición y cultura de un país que no muere.
Esto, significa también, un medio por el cual captar la atención del mundo con el
propósito de atraer beneficios al país, como incentivar y reactivar los sectores de la
economía nacional mediante el turismo.
Sin embargo, los primeros artesanos no dejaron huella artística o estética en sus
representaciones, sino aquellos más civilizados. Éstos fueron perfeccionando su actividad
productora con el paso del tiempo. En un principio, fabricaban sus objetos con fines más
bien utilitarios porque satisfacían sus necesidades primordiales (comer y vestir). Después
de ello y ya con un poco más de tiempo, embellecieron y refinaron sus objetos, dando paso
a la creación de mundos fantásticos donde están latentes siempre las diversas y múltiples
formas, los colores, los tamaños, los materiales como la madera, los estambres, el barro, el
32
vidrio, la cerámica, las telas, etc. La artesanía mexicana constituye en cada una de sus
representaciones, una de las tradiciones más ricas en diversidad cultural.11
2.3 EL CONCEPTO DEL DIABLO A LO LARGO DE LA HISTORIA Y EN
MÉXICO
Hablaremos de la figura del diablo como parte del capítulo dos, ya que es conveniente
tratarlo debido a que nuestro imaginario cultural ha ido formando una serie de conceptos a
su alrededor a lo largo de la historia; ello con el objeto de abarcar también la imagen que de
él tienen los artesanos de Ocumicho y de por qué es este personaje el protagonista principal
de sus artesanías.
En primer lugar, trataremos el origen del diablo. Éste se sitúa desde los tiempos
babilonios y persas, pasando también por la época griega y romana, la de los primeros
cristianos, en la Edad media (en ésta época se concebía como la causa presente e invisible
de todo mal12
, la Reforma y ha persistido hasta nuestros días. Sin embargo, el Diablo no es
ni un personaje ni una persona, ya que no tiene atributos que lo sitúen en alguna de estas
categorías, además éste tampoco se encuentra como protagónico sino más bien, como parte
de la historia cristiana. En la Biblia, por ejemplo, no se hacen más que alusiones entorno a
él, pero siempre secundarias.
Es curioso pensar que durante todas las épocas ha permanecido en nuestro
imaginario como un ser, para muchos, capaz de hacerle daño a la humanidad por una idea
atemorizante, inculcada desde la Iglesia que ha presentado un discurso manipulado y para
11
México hecho a mano, (tomo uno y tomo dos), pág. 78 12
Fabio Tonzar, Il Diavolo, p. 4
33
quien este personaje no es siquiera mencionado como tal y únicamente re0ferido
indirectamente. A propósito, Fabio Tonzar señala que: “Al momento de tener que
representar al diablo, en el primer medioevo se dieron cuenta de que no existían referencias
iconográficas o literarias próximas. Desde el punto de vista literario, por otra parte existía
gran confusión entre Satanás, Lucifer, Diablo y demonios.”13
. A lo cual añade: “La
representación del mal y del maligno, en los primeros años del cristianismo, se traspone en
imágenes teriomorfas, el diablo aparece en la iconografía solo hasta el siglo IX, mientras en
las representaciones de exorcismos están ya desde el arte paleocristiano con figurillas
humanizadas como demonios”.14
Es hasta el siglo IX donde el Diablo aparece gráficamente y, a partir del XIV toma
la forma más común con la que se le asocia ahora. Sin embargo estas representaciones son,
o de carácter burlesco o atemorizante, o incluso ya más humanizado a finales de la Edad
Media.
Por otro lado, la figura del diablo en la artesanía michoacana de Ocumicho, es
pensada más bien como un personaje que forma parte de la historia cristiana, que lejos de
estar al margen de Dios, se encuentra con él en pasajes como por ejemplo el nacimiento de
Jesús. Y, es precisamente en este pasaje que los miembros de esta comunidad Purépecha,
perteneciente al municipio de Charapan, Michoacán, encuentran el motivo para hacer de
este legendario concepto, la figura principal en la que se han basado para crear su artesanía.
En el imaginario colectivo de estos artesanos el diablo es visto como parte de la historia de
Dios y no como un adversario como, según el significado de Satanás, se podría pensar.
13
Ibíd. P. 5 14
Ibíd. p. 7
34
El Antiguo Testamento señala que todos los oponentes de Dios son controlados por
Dios mismo, incluso los ángeles del mal quienes hacían daño y llevaban destrucción a los
pecadores. Aunque esta razón pudiera comprenderse como pretenciosa, se puede pensar,
conforme a
Los artesanos de Ocumicho, no precisamente relacionan su actividad artesanal con
alguna actividad que vaya en contra de las buenas costumbres del cristianismo o que la
representación constante de esta figura signifique una ofensa para Dios sino que ven, por el
contrario, en esta actividad una manera de convivir con el Diablo donde el catolicismo y la
fe en Dios no se disemina con la tradición. La artesanía de esta comunidad, resignifica este
concepto mostrándolo, más que malvado o perverso, como un personaje travieso y tan
cotidiano como cualquiera, rompiendo los límites y las reservas hacia la forma de verlo e,
incluso, haciéndonos olvidarnos de conceptos turbiamente fundamentados. Para entender
más a fondo esta cuestión, es necesario hablar un poco más sobre los procesos de
culturalización que se dieron en la época colonial en México.
2.4 PROCESOS DE CULTURIZACIÓN EN MÉXICO EN LA ÉPOCA COLONIAL
Es importante situarnos en la época del México Colonial, para analizar los procesos de
culturización que llevaron a los pobladores precolombinos a cambiar y transformar sus
formas de pensamiento y de actuar, para comprender cómo es que estos cambios
propiciaron posteriormente, nuevas formas culturales que resultan, por una parte, la
sepultura casi por completo de una cultura y, por la otra, el nacimiento de una nueva. Todos
35
estos cambios de pensamiento traen consigo un nuevo orden, uno que significa la
transformación no sólo de una época y de sus hombres sino también, la de los productos
culturales. Para ello, podemos analizar como primer punto, el hecho de que los españoles
no buscaban una interculturalidad y que éstos, más que cualquier otra cosa pretendían
convertir la cultura de antes de la segunda mitad del 1400 en una idéntica a la suya que
portara sus mismos símbolos
Sobre todo, es preciso renunciar a presentar el proceso de aculturación como
enfrentamiento de dos “religiones” que de manera simétrica habrían reunido dogmas,
creencias y ritos, ya que habría equivalido a proyectar sobre el mundo indígena desgloses
pretendidamente claros pero reductores y tal vez sin gran relación con las configuraciones
que proponen esas culturas. Además, hubiera sido falsear la naturaleza y la globalidad del
fenómeno encerrándolo en un espacio que ha rebasado considerablemente. 15
Con todo ello, tratamos de plantear la idea de la hibridación cultural con relación al capítulo
que se está tratando, debido a que es preciso comprender que la Nueva España es el
resultado de la mezcla de la cultura española y la cultura indígena y que, además de este
nuevo producto, se han venido creando nuevas formas de producción que nos interesa
destacar como por ejemplo, la de la producción artesanal. Pero antes, es necesario apuntar,
con base a la culturalización en la Nueva España, cómo fue la implementación de la idea
del mal y del diablo en esa misma época para esbozar un argumento relacionado con el
concepto del Diablo en la comunidad de Ocumicho.16
Por todo ello, debemos considera
15
Serge Gruzinski, La colonización de lo imaginario, pág 16
Gruzinski, La colonización de la imaginario, p. 153.
38
CAPITULO 3
TRANSFORMACIÓN, HIBRIDACIÓN Y CONSUMO EN LOS DIABLITOS DE
OCUMICHO.
Para hablar de transformación en una artesanía es necesario también hablar de los
elementos que los originan. Por lo tanto, primero se debe puntualizar que se tratará de
analizar la incorporación de estos elementos con la artesanía en el caso específico de los
Diablitos de Ocumicho para realizar una aproximación que nos ayude a definir cuáles son
algunos de los motivos, factores, elementos que hacen que la transformación sucedan en
este campo para, posteriormente entrar en materia de consumo y artesanía como respuesta a
estos.
3.1 TRANSFORMACIÓN
De acuerdo con la Real Academia Española, la transformación es hacer cambiar de forma
a alguien o algo o, transmutar algo en otra cosa. Entonces bien, tratemos como base
principal el primer punto: hacer cambiar de forma a algo o a alguien, nos refiere sólo a
cambios que, de manera simultánea se van incorporando a ese “algo” o ese “alguien”, y que
de este ejercicio resultan simplemente modificaciones. Sin embargo, la segunda definición
se refiere más a convertir, a hacer de algo otra cosa diferente. Con todo lo anterior, hablar
entonces de la artesanía y sus transformaciones nos sugiere, pues, hablar de los cambios
que ésta presenta –al nivel que sea- tanto de forma, color, materiales, pero más
específicamente, las transformaciones que tienen que ver más con la incorporación de
nuevas tecnologías, representaciones y objetos que, después del contacto directo o indirecto
39
con la modernidad y el mundo contemporáneo, replantean las formas tradicionales y las
transforman.
Por otro lado, también se tiene que hacer un análisis para definir cómo, por qué y
cuándo surgen los elementos transformadores como lo sugiere Canclini: “Para entender el
sentido social de una obra de arte es preciso entender las relaciones entre los componentes
del campo artístico, la inserción de este campo en el conjunto de la producción simbólica y
de la producción simbólica en la totalidad social.”17
Por lo tanto, el mundo contemporáneo
y sus elementos de comunicación masiva, nos abren las puertas de un mundo de múltiples
formas, tamaños, estructuras, colores, representaciones, etc., que hacen surgir posibles
modificaciones y cambios –de pensamiento, comportamiento y de representación- en todo
lo que tocan. El acceso que se tiene a las culturas del mundo por los medios masivos que
facilitan y agilizan las relaciones entre éstas, provocan intercambios que impactan los
modos de producción y sus representaciones.
Un mundo contemporáneo que a su vez plantea una cultura de consumo, es también
uno de los motivos más latentes para que los artesanos creen sus objetos ahora influidos por
esta cultura y las transformaciones a las que ésta les obliga. García Canclini nos dice al
respecto:
Lo que se modifica en sus rupturas no es básicamente el estilo de las obras, sino las
relaciones entre artistas, obras, intermediarios y público, y de todos ellos con la estructura
social. Los cambios en las obras son más inteligibles cuando se interpretan como parte de la
transformación de las relaciones sociales entre los miembros del campo artístico. Es
evidente la consecuencia que esta afirmación sociológica tiene sobre la práctica artística:
17
Canclini La producción simbólica. Teoría y método en sociología del arte, p. 143
40
crear un nuevo arte requiere, tanto como un conjunto de imágenes nunca vistas, otra manera
de producirlas, comunicarlas y comprenderlas: generar un nuevo modo de relación entre los
hombres18
.
Todos estos fenómenos pueden ser incluidos en el proceso de hibridación que
manejamos desde un principio de este estudio. Por lo tanto, proponemos que el proceso de
hibridación es la base de la trasformación de las artesanías. Esto se puede observar en la
actualidad, en pueblos y comunidades indígenas que elaboran tanto objetos artesanales para
uso cotidiano como para demanda turística. Esta última está determinada en cierta forma
por los medios de comunicación masiva19
.
(La producción simbólica, pág. 38)
3.2 LOS DIABLOS DE OCUMICHO COMO EJEMPLO DE INCORPORACIÓN
DE CULTURAS HÍBRIDAS
Antes de entrar en materia, será necesario aclarar los conceptos que se tenían del mal antes
de la colonia. Esto, con la finalidad de ir vislumbrando los procesos mentales mediante los
cuales los indígenas tuvieron que ir formando una idea muy distinta a la suya sobre el
concepto que desde antes tenían. Con la introducción de la figura del diablo a su
imaginario, los habitantes del México colonial fueron reemplazando –aunque
paulatinamente- la figura del ticitl, quien era el médico, brujo, el conocedor de las fuerzas
del mal, etc., por las inserciones que por medio de la cristianización fueron introducidas
forzosamente por los españoles, como la del diablo y conceptos como el del infierno.
18
Canclini, La producción simbólica 19
México hecho a mano, p.74.
41
Es importante aclarar un análisis sobre hibridación cultural dado desde la época
colonial, con ello, se plantea la posibilidad de hacer de éste, un pequeño análisis diferente al
de Néstor G. Canclini, donde sugerimos repensar la hibridación como un fenómeno dado
(por lo menos) desde la colonización y no únicamente actual como el autor lo propone.
Creemos importante pensar también, en distintos tipos de hibridación cultural. Por una
parte la que se da como un ente o producto nuevo de la mezcla de dos culturas y, por el
otro, por ejemplo, la hibridación que, aunque no se da con el surgimiento de un producto
totalmente nuevo y diferente a los que lo originan, crea transformaciones en productos,
elementos, entes u objetos impactados y desde antes existentes.
Por lo tanto, sugerimos la idea –quizá un poco aventurada- de que la figura del
diablo es un híbrido. Esto, no porque lo pensemos como un producto nuevo surgido de la
mezcla de la cultura española y la indígena, porque sabemos de antemano que en aquella
época de colonización, los españoles no buscaban ciertamente el intercambio cultural y que,
por el contrario, tenían como objetivo principal la conversión del mundo indígena.
Entonces, nuestra sugerencia se refiere a que el diablo, introducido por la cristianización a
los indígenas, cambia el concepto del mal que éstos tenían provocando la transformación de
conceptos en su imaginario cultural y colectivo y como tal, ese sería el otro tipo de híbrido
que planteamos.
Entonces bien, a grandes razgos, sugerimos el planteamiento de la hibridación
también de carácter histórico, haciendo un análisis de las transformaciones surgidas en la
cultura desde la colonización y también, la posibilidad de pensar al diablo como figura
híbrida por las transformaciones que con la introducción del pensamiento español
comenzaron a hacerse los indígenas, resignificando sus conceptos del mal con ellos.
42
El concepto del mal en el México indígena se resumía al ticitl quien era el médico,
adivino, sabio, brujo, especialista en todos los males. Sin embargo, con la colonización el
imaginario colectivo precolombino sufrió no sólo transformaciones políticas o sociales,
sino que también se vio forzado a renunciar a sus conceptos de la realidad e incorporar
desde ese momento concepciones cristianizadas que les eran impuestas por los
conquistadores o “extirpadores”, como lo expresa Sergei Gruzinski, en La colonización de
lo imaginario20
.
Un siglo de dominio español, de represión, de imposiciones mediante las más
brutales prácticas, resulta también un momento histórico tan empañado para vislumbrar por
completo las formas sociales y de pensamiento que se practicaban entonces en el mundo
indígena. Sin embargo, tener acceso a las concepciones impuestas por los españoles a éstos
(indígenas) por una cristianización casi ciega, resulta un poco menos complicado. Durante
este periodo, los indios tuvieron que separarse de sus prácticas idólatras para constituir un
“nuevo mundo”. Así, y con todo un marco de realidad distinto al suyo, los indios adaptaron
ideas que, con el tiempo, comenzaron a constituir un imaginario colectivo ordenado o
sistemático.
Al respecto, Gruzinski apunta que, en el proceso desatado por la Conquista, “La idolatría
prehispánica, consciente o no, tejía una red densa y coherente, implícita o explícita de
prácticas y de saberes en los que se situaba y se desplegaba la integridad de lo cotidiano.
20
Gruzinski, La colonización de lo imaginario. El concepto de “extirpadores” lo utiliza el autor a lo largo de su obra.
43
Hacía plausible y legítimaba la realidad que construían, proponían e imponían aquellas
culturas y aquellas sociedades [la indígena y la española].”21
El cristianismo introduce el concepto de “infierno” al imaginario del
indígena, insertado con estrategias que, entre tanto, inyectaban el temor a los indios con
fines de conversión, es decir, de adaptación. No obstante, ello no significa que la adhesión
de los indígenas al nuevo orden de cosas, fuera automática y sin resistencia. Gruzunzki
señala en ese sentido la existencia de objetos que los indígenas guardaban para mantener un
cierto equilibrio entre la antigua y nueva religión:
Los “paquetes” nos descubren dos primeros ejes de la idolatría: el mantenimiento de una
relación con la ancestralidad que el cristianismo niega de un modo sistemático afirmando
que los antepasados paganos se consumían en las llamas del infierno, y la meditación de un
objeto que no es una imagen, que no está permitido ver pero que no por ello deja de
provocar un apego apasionado. A ojos de aquellos indios de Morelos y de Guerrero, en las
primeras décadas del siglo XVII, los tlapialli conservan un poder sin proporción común con
el de las imágenes cristianas.22
Hablemos entonces, una vez que ya tratamos cómo fue la inserción de esta
concepción del mal a las sociedades precolombinas, para tratar ahora el tema de la
incorporación de las culturas híbridas a los diablitos de Ocumicho.
Es importante mencionar que los Diablitos de Ocumicho, que se comenzaron a
manufacturar en el siglo XX, responden desde su génesis a una necesidad económica por
parte de los miembros de esta comunidad. Por esta razón, no podemos pasar por alto que,
21
Gruzinski, La colonización de los imaginario, p. 153 22
Ibídem.
44
debido la hibridación se crean modos de representación distintos a los tradicionales,
transformaciones que responden a una práctica de consumo. Los diablitos de Ocumicho
son, en este caso, un ejemplo que nos puede ayudar a entender una vez comprendidos los
métodos que se llevan a cabo por la hibridación cultural, la globalización y la
interculturalidad, cómo responden las artesanías a estos factores externos característicos del
mundo contemporáneo y cómo es que surgen las transformaciones en el objeto artesanal.
La artesanía de los diablitos de Ocumicho, aparece en el siglo XX como respuesta a
la necesidad económica que, después de que el pueblo se quedara sin materia prima para
emplearse en sus principales oficios hasta entonces, como la talabartería, aquejaba a la
comunidad23
. Sin embargo, aunque estas artesanías desde un principio respondían a fines
económicos y no tanto utilitarios, como la artesanía desde un principio, también se han ido
transformando respondiendo a otras caras de la cultura de consumo.
Como ya lo veíamos, la globalización provoca la interculturalidad de los pueblos.
Ésta interculturalidad, a su vez, genera una hibridación donde las culturas vayan –a manera
de remedo y por los beneficios económicos que se articulan por medio de ello en otras
culturas o grupos sociales- adoptando formas y modos nuevos de producción. Es innegable
que los Diablitos de Ocumicho han ido experimentando transformaciones con el paso de los
años. Aunque desde un principio, sus fines han sido los mismos (responder a necesidades
económicas) han adaptado nuevas formas a las que la globalización los ha inducido.
Con el conocimiento en otras formas de vida y de producción que los medios de
comunicación, la visita de turistas, las nuevas tecnologías y productos industriales, han
insertado a terrenos alejados y tradicionalistas, los artesanos de Ocumicho han incorporado
23
“Diablitos de Ocumicho. Rectificaciones antropológicas”
45
nuevos símbolos a sus objetos artesanales como figuras que emulan aparatos tecnológicos
modernos, máquinas, marcas de refrescos, etc. Para salir a un campo más amplio de
consumo.
“El carácter dinámico y político de la estructura social del campo artístico, la vinculación
de sus procesos con los conflictos generales de las clases, se comprueba (…) en el hecho de
que las transformaciones económicas y sociales (aparición de nuevos materiales y
procedimientos, cambios en la lucha de clases por el desarrollo industrial) genera
alteraciones convergentes en la producción artística.24
(pág,146, 147)
Es innegable la transformación que se ha dado en los Diablitos de Ocumicho. A pesar de
que desde su origen tenían fines económicos, fue hasta que salieron de su sitio natural que
presentaron cambios como efecto de la introducción a la globalización y el consumismo.
Con respecto a ello, creemos conveniente tratar la misma pregunta que se plantea en el libro
Culturas híbridas donde se señala cómo se dan estas fusiones para generar productos
nuevos “¿Cómo fusiona la hibridación estructuras o prácticas sociales discretas para
generar nuevas estructuras y nuevas prácticas? A veces esto ocurre de modo no planeado o
es resultado imprevisto de procesos migratorios, turísticos, y de intercambio económico o
comunicacional. Pero a menudo la hibridación surge de la creatividad individual y
colectiva. No sólo en las artes, sino también en la vida cotidiana y en el desarrollo
tecnológico.” 25
24
25
Canclini, Culturas híbridas, p. V
46
Por todo ello, la relación existente entre las figuras artesanales de los Diablitos de
Ocumicho con las culturas híbridas nos ayuda a ampliar nuestro marco de posibilidades de
transformación en la artesanía y a plantearnos éstas transformaciones como respuesta a la
cultura globalizada, la de consumo y lo que estas generan. Así, podemos comprender tanto
las ventajas y desventajas que sugieren estos cambios y hacer un análisis sobre las
representaciones que en éste campo se hacen.
3.3 DESDE EL USO LÚDICO DE LOS JUGUETES HASTA LA
CONTEMPLACIÓN DESDE UNA PERSPECTIVA DE CONSUMO
La fabricación de los Diablitos de Ocumicho ha pasado por varias etapas y ha respondido a
diferentes circunstancias históricas. Por lo tanto, no se trata de hacer una descripción de ese
proceso sino tratar de explicar qué hay de específico desde un aspecto cultural y económico
en la producción de estas artesanías. Estamos convencidos de que toda producción
responde a un contexto singular en el que convergen factores que determinan sus
características. Por lo mismo y de acuerdo con lo que García Canclini propone, decidimos
aunar el siguiente párrafo:
conocer las estructuras socioeconómicas y culturales que generan los estereotipos estéticos
de una clase no permite prever, por cierto, las conductas artísticas de cada miembro, pero sí
la orientación general del comportamiento de la clase y la fracción de clase a que el
individuo pertenece, el marco dentro del cual se moverán sus variaciones.26
26
García Canlcini, La producción simbólica, p. 145.
47
Con base a esta afirmación podemos plantear que la producción de los Diablitos de
Ocumicho, está relacionada íntimamente con características de esa comunidad Michoacana.
Si bien, es imprescindible analizar la estructura socioeconómica de la comunidad de
Ocumicho en la actualidad, la cual está insertada como nunca antes en un mercado global,
lo cual origina hibridación, no se puede dejar de lado que esa hibridación tiene una larga
historia que se remite, por lo menos, a la época colonial. Por un lado, y volviendo a la idea
que se abordó en el capítulo anterior, sabemos que los Diablitos se empezaron a fabricar
por una necesidad económica y como un objeto lúdico en el siglo XX para terminar como
productos de contemplación y consumo global. Por otro, es necesario insistir en que éstos
también son resultado de una hibridación de largo aliento. La idea en general, es la
siguiente:
Como ya lo vimos, pero es conveniente tratar también como parte de éste último
subcapítulo donde también se abordan temas de consumo, que no se afirma que los
Diablitos de Ocumicho sean producto de la hibridación de la colonia, ello sería caer en una
falsa continuidad histórica que sólo quiere ver el pasado a través de los ojos del presente,
sin intentar un esfuerzo interpretativo que, aunque arriesgado, nos permite iluminar, un
poco de la complejidad del problema. Por lo tanto, es conveniente aclarar que los Diablitos
de Ocumicho nacen en el siglo XX por necesidad material –como ya vimos-, pero,
panteándonos la idea de hibridación cultural histórica, en este caso, podemos sugerir que su
elaboración pudo estar determinada también por la hibridación cultural de la Nueva España.
48
Por todo ello, es importante aclarar que la idea del subcapítulo anterior, sugiere en ese
sentido, que el concepto del diablo, como lo conocemos comúnmente en la actualidad, es
un concepto insertado en el imaginario indígena y, por este motivo, sugiere un tipo de
hibridación. Sin embargo, no queremos que se malinterprete esta idea y que crea que en
este trabajo de análisis se pretende sugerir que las artesanías de los Diablitos de Ocumicho,
en este sentido histórico, representan en su esencia este tipo de híbrido cultural al que nos
referimos sino, más bien, que esta idea pudo influir para que en el siglo XX, se crearan as
artesanías de esta figura en Ocumicho.
Esto es así, creemos que ello se debió a que esta comunidad –y quizá todas las
comunidades mexicanas- había heredado de aquella época, ciertas ideas en torno al diablo
en donde este personaje no era el maligno enemigo sino una entidad lúdica; una concepción
producto de una hibridación donde las sociedades indígenas se adaptaron al mundo
occidental y, donde sus concepciones originales del mundo y de la vida, pudieron
sobrevivir de diversas formas y que logró encontrar materialidad en la comunidad de
Ocumicho surgida hace a penas el siglo pasado.
49
CONCLUSIONES
La presente investigación se enfocó en analizar la artesanía de los Diablitos de Ocumicho
desde una perspectiva histórica y antropológica, y con ello creemos contribuir, aunque sea
modestamente, al conocimiento rescate y valoración de las artesanías en México. Creemos
que puede ser también una referencia buena para quien quiera introducirse en historia de la
artesanía en México.
Por una parte, creemos que la artesanía hoy en día es parte de una hibridación cultural,
tal como lo plantea García Canclini. Esto quiere decir que las artesanías están inmersas en
la globalización y en la cultura de consumo y que éstas determinan transformaciones en
ella. Lo cual es una de las premisas de las que partimos para abordar específicamente el
caso de la artesanía de Ocumicho.
En la actualidad, los diablitos se ven condicionados altamente por la demanda, al grado
de que fue necesario registrar la marca de Diablitos de Ocumicho, esto quiere decir que
ciertamente el mercado determina su producción, algo que sucedió desde un principio pues,
como ya se vio, los Diablitos se fabricaron para cubrir necesidades económicas inmediatas
de la comunidad. Sin embargo se debe aclarar que en un principio ese motivo fue interno,
es decir, la gente de la comunidad simplemente estaba pensando en tener una fuente de
trabajo que les sirviera para cubrir sus necesidades básicas. No obstante en la actualidad eso
ha cambiado. Los pueblerinos ya tienen preocupaciones extra locales que influyen en la
producción a tal punto que han ganado tanta popularidad que se ha querido imitar su
representación, sin embargo se les ha protegido en el marco legal por el gobierno del estado
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de Michoacán. Por lo tanto, el proceso de fabricación de estas artesanías ha variado aunque,
pertenecen a un mismo fenómeno: el del consumo.
Quizá, lo que diferencia el antes del ahora, es la globalización. Los pueblerinos con ello
ya manufacturan figuras de diablos pero con temas internacionales y que les son sugeridas
–muchas veces- a través de los medios masivos de comunicación y que ellos reconocen esa
potencialidad para llevar a cabo nuevas representaciones, generando con ello, precisamente,
una hibridación cultural que genera cambios y transformaciones y que, a su vez, trae
consigo beneficios económicos.
Hemos utilizado el concepto de hibridación cultural pero lo hemos aplicado más como
un análisis y no como únicamente referido solamente a la actualidad de las artesanías
analizadas. Creemos que un mejor análisis de los Diablitos de Ocumicho debería incluir, a
su vez, una comparación con algunas sugerencias que pudimos encontrar en ciertas ideas de
Serge Gruzinski y que nos parece pertinente agregar. Por ejemplo, encontramos que los
Diablitos de Ocumicho pudieron también ser parte de una hibridación que se dio en la
época colonial pero que fue hasta el siglo XX que encontraron un momento concreto para
materializarse.
Al parecer, la comunidad de Ocumicho tenía ya una lúdica concepción del diablo, en la
que éste no se concibe como tradicionalmente lo pintan, sino que es parte íntegra de una
visión del mundo netamente cristiano. Por lo tanto, lo que proponemos es que sin tener en
cuenta esta hibridación cultural de origen colonial no podríamos captar en toda su
complejidad el desarrollo histórico de los Diablitos de Ocumicho. Estamos entonces
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hablando de dos hibridaciones; una antigua que sugiere su análisis desde, por lo menos, la
época colonial, o sea en el momento del choque entre dos culturas, la española y la indígena
donde la primera sometió a su concepción del mundo a la segunda. Quien, por su parte
opuso resistencia que en ciertos momentos fue tolerada por la iglesia. En ese sentido,
creemos que los Diablitos pueden ser herederos de ese fenómeno. Ello relacionándole con
la idea de que los indígenas de la época colonial nunca abandonaron a sus ídolos
representados en objetos de origen artesanal. Con ello, podemos sugerir también la carga
emocional y espiritual que estos objetos han llevado siempre.
Retomando las preguntas de la introducción, cabe añadir que las culturas híbridas tienen
un efecto tanto negativo como positivo en las artesanías si nos basamos en la
transformación que como reflejo de la globalización y las culturas híbridas se dan en éstas
representaciones. Como ya lo dijimos, estas transformaciones por una parte, brindan la
posibilidad y oportunidad a la artesanía de que salga de su medio natural y encuentre
beneficios económicos adaptándose a nuevas formas de representación. Sin embargo y por
otro lado, estas transformaciones generan cambios que, a su vez, terminan poco a poco con
formas tradicionales.
Por lo tanto, podríamos plantear dos tipos de hibridación en la historia de los diablitos.
Una de carácter actual, determinada por la globalización y las necesidades contemporáneas
de consumo. Otra de origen histórico, elaborada en la época colonial y que sólo se puede
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rastrear de forma indiciaria por hipótesis y datos sugerentes que se encuentran en el libro de
Serge Gruzinski y que todavía faltaría corroborar plenamente.
De aquí se puede observar que realmente los diablitos de Ocumicho nacieron por una
cuestión de consumo pero interna e inmediata. Esa primera estrategia se fue transformando
hasta convertirse en una práctica que está más concentrada en la cuestión estética, la cual, a
pesar de seguir respondiendo a fines de consumo, estamos seguros que ya no son lo mismo
que aquellas que se empezaron a elaborar en el siglo XX porque, además, son productos
que se han registrado legalmente dentro de las instituciones correspondientes como
protección de la economía de Ocumicho y garantía de calidad. Ello porque están insertados
desde hace varias décadas en un mercado altamente competitivo, donde los elementos del
mundo contemporáneo como la globalización, las culturas híbridas y la cultura de consumo,
confluyen para generar transformaciones en elementos tradicionales como la artesanía.
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Bibliografía:
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modernidad, México, editorial Grijalbo, 1989
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occidentalización en el México español. Siglos XVI-XVIII, FCE, 1991.
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